T3-... El Español Coloquial

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Lo oral y lo escrito.

Registros y tipos de
discurso
- Transmisión oral (fónica) y transmisión escrita
(gráfica). Características en relación con:
- Planificación
- Tiempo de ejecución
- Presencia o ausencia de contexto inmediato
- …….

No obstante, hay trasvase de manifestaciones de lo


escrito en lo oral y viceversa.
• Así, la disyuntiva “se habla” o “se escribe” se
refiere exclusivamente al canal de
comunicación que se utiliza.

• Ahora bien, las interrelaciones entre lo


hablado y lo escrito surgen como modos de
verbalización determinados por las
condiciones de comunicación.
• Así un canal de comunicación puede
convertirse en un continuum gradual cuando
nos referimos a las realizaciones de lo oral y
de lo escrito.
- La tensión entre oralidad y escrituridad la
encontramos en multitud de textos en uno y
otro canal: textos periodísticos, literarios,
discusiones técnicas, obra teatral, etc.
Situación y uso. Adecuación. Los registros.

• Ya sabemos que la lengua varia en el tiempo


(variación diacrónica), según las características
de los usuarios (variedad diastrática) y la
situación de comunicación (variedad
diafásica).
• Esta última hace referencia a los registros
(modalidades de uso determinadas por el
contexto comunicativo)
• Tal contexto de comunicación regula las conductas
lingüísticas de los hablantes, quienes suelen
acomodar en mayor o menor grado sus actos de
comunicación a la situación precisa en que tienen
lugar (→ sujeción a las convenciones sociales).

• La falta de adecuación entre el uso y la situación


provocaría desajustes no tanto informativos como
de conducta lingüística esperable (→ rotura de
expectativas).
• Lógicamente, el dominio y empleo adecuado de
estas modalidades (registros) es proporcional al
nivel de lengua de los usuarios: a mayor nivel,
mayor dominio de registros.

• Ahora bien, las reglas de situación influyen


incluso en las actuaciones de los hablantes de
nivel de lengua bajo. Es decir, conocedores de
dichas reglas, pero sin la capacidad suficiente
para activarlas lingüísticamente, intentan
adecuar su modo de habla al contexto.
• Convencionalmente se pueden distinguir dos tipos de registros:
el formal y el informal-coloquial.
• Entre ambos extremos existe un continuum de manifestaciones
de habla según la situación de la comunicación
• La situación en la línea formalidad-coloquialidad de un textos
vendría establecida por condiciones de producción y recepción
del texto tales como la relación de proximidad entre los
participantes, su saber y experiencia compartidos, cotidianidad,
el grado de planificación, la finalidad de la comunicación
(interpersonal, estético estilística, informativa, etc.).
• Tales registros intermedios en los que podría
situarse un texto vendrán definidos por la distinción
gradual +/- formal y +/- informal

• Por ejemplo, en una declaración amorosa se


conjugan aspectos próximos a la mayor formalidad
(planificación) con otros próximos a una mayor
informalidad, como son derivados de la relación de
familiaridad, del saber compartido, etc.
Las manifestaciones de los registros en lo
oral y en lo escrito
• Los registros (+ formal / + coloquial) son usos
que pueden manifestarse tanto en lo oral
(fónico ) como en lo escrito (gráfico), pese a
que en la escritura existe siempre un mayor
grado de formalidad.

• De este modo pueden distinguirse al menos


cuatro realizaciones discursivas:
• La modalidad de uso coloquial oral, que tiene los
siguientes parámetros situacionales: + relación de
proximidad, + saber compartido, + cotidianidad, -
grado de planificación, + finalidad interpersonal…
(conversación coloquial entre amigos en un bar)
• La modalidad de uso formal escrito que tiene los
siguientes parámetros situacionales: - relación de
proximidad, - saber compartido, - cotidianidad, +
grado de planificación, - finalidad interpersonal…
(un texto legal)
• El coloquial escrito, con mayor grado de
planificación, pero con otros rasgos de
coloquialidad como, por ejemplo, + relación
de proximidad, + saber compartido… (carta
familiar)

• El formal oral, con – relación de proximidad, +


planificación, - cotidianidad… (juicio oral)
Lo coloquial. En torno al nombre
• Incluso las personas no versadas en lingüística
reconocen un uso coloquial del lenguaje y dicen ser
capaces de señalar intuitivamente ciertos fenómenos
como coloquiales. Se refieren a ellos como
“coloquialmente”, “el español hablado”, “el español
de la calle”, “como se dice vulgarmente”, etc.
• Incluso muchos reconocen intuitivamente muchos de
sus rasgos: familiar, espontáneo, informal, cotidiano,
subjetivo, fuerte expresividad, léxico peculiar, vulgar,
propio de la clase baja, conversacional, etc.
• El señalar el carácter espontáneo y cotidiano,
y su tono informal son aciertos; no así
- la confusión de lo coloquial con lo vulgar
- Identificar el registro coloquial con un tipo
de discurso, la conversación
- reducir el español coloquial a lo
léxicamente pintoresco, peculiar, fraseológico
o idiomático.
• En el reconocimiento de la conversación como registro
destacan las aproximaciones de E. Lorenzo (1977) a la
lengua española coloquial.
• Criado del Val (1980)considera como unidad de estudio
“”el coloquio, es decir, la suma elemental de dos o más
interlocuciones con significado complementario”.
• Estos dos autores describen y analizan los elementos
que configuran el coloquio (conversación) como son la
situación, los contextos, el tipo de mensaje –lingüístico o
paralingüístico-, la tensión coloquial, los efectos de la
voz, etc.
• No obstante, pese a los esfuerzos realizados por
dichos autores, subyace la confusión aludida entre
tipo de discurso, la conversación y la modalidad
de uso (coloquial) que en esta puede emplearse.

• Otros autores como E. Blasco (1988) han


identificado erróneamente, aunque con matices,
el uso coloquial con la clase social baja.
Sobre la definición de “coloquial”
• W. Beinhauer (1991:9) definía el español
coloquial como:
“El habla tal como brota, natural y espontáneamente
en la conversación diaria, a diferencia de las
manifestaciones lingüísticas conscientemente
formuladas, y por tanto más cerebrales, de oradores,
predicadores, abogados, conferenciantes, etc., o las
artísticamente moldeadas y engalanadas de
escritores, periodistas y poetas”
Ante tal situación es el momento de fijar el objeto con una
terminología adecuada a partir de sus rasgos situacionales, de
sus constantes lingüísticas y de sus manifestaciones en tipos de
discurso completos

• Según Briz, 1996, podemos destacar los siguientes


rasgos:
– Es un registro (a nivel de habla).
– No es exclusivo de una clase social, aunque es el único
registro que dominan los hablantes del nivel sociocultural
bajo.
– No es uniforme ni homogéneo. Varia en función de los
dialectos y sociolectos de los usuarios.
– Refleja un sistema de expresión que parece sustentar el
modo pragmático de la comunicación humana.
- Además de ser oral, puede reflejarse en un
texto escrito.
- Aparece en varios tipos de discurso, si bien es
en la conversación donde más auténticamente
se manifiesta.
Características del registro coloquial. Su
contexto de uso.
• Según los criterios que se manejan para definir los
registros: campo, modo, tenor y tono, tendríamos:
- CAMPO: cotidianidad
- MODO: oral espontáneo
- TENOR: interactivo
- TONO: informal
Además de por los rasgos asociados al usuario
(geográficos, sociales…)
• A ello habría que unir los rasgos asociados a la
situación o rasgos coloquializadores:
- Relación de igualdad entre los interlocutores (ya
sea social o funcionalmente)
- Relación vivencial de proximidad (conocimiento
mutuo, saber compartido)
- Temática no especializada, al alcance de
cualquier individuo
En relación con los anterior, el registro coloquial
se caracteriza por una serie de rasgos primarios:
- Ausencia de planificación (o planificación sobre la
marcha), que favorece la espontaneidad
- Finalidad interpersonal (fin comunicativo
socializador, la comunicación por la comunicación)
- Tono informal (es el resultado de todos los rasgos
mencionados)
La conversación como tipo de discurso.
Rasgos identificadores
- La conversación se caracteriza por tratarse de:
1.- Una interlocución en presencia
2.- inmediata, actual (aquí y ahora)
3.- Con toma de turno no predeterminada
4.- Dinámica (el cambio de turno y/o temática es
inmediato y no preestablecido)
5.- Cooperativa (tanto del tema de la conversación
como sobre la intervención del otro)
• Así pues, podemos reconocer la conversación
como tipo de discurso, y el registro coloquial
como una modalidad de uso posible de la lengua.
• Rasgos primarios: conversaciones coloquiales
prototípicas vs. periféricas
• Pese a todo, para concretar aún más es preciso
asomarse a los principios y máximas
conversacionales, capaces de explicar la conducta
lingüística interaccional, así como sus unidades.
Principios y máximas reguladoras de la
conversación
• Ciertas aproximaciones discursivas han pretendido fijar los
principios que controlan y explican el desarrollo de la
conversación como conducta social:
- H.P. Grice (1975 y 1978) propuso el principio de cooperación.
- H. Lakoff (1973) y S. Levinson (1978), propusieron el principio
de cortesía.
- D. Sperber y D. Wilson (1986) introducen el principio de
pertinencia
- J. Ascombre y O. Ducrot han insistido en los principios
argumentativos que rigen el encadenamiento de los enunciados en
el discurso.
Principios y reglas. Delitos conversacionales

• Conversar es interactuar, negociar, argumentar


para conseguir el acuerdo.

• Los interlocutores tienden a respetar


cooperativamente las reglas, pero también juegan
a ganar.

• El oyente colabora, mueve pieza mostrando


acuerdo o desacuerdo con la actuación anterior
• En la conversación actúan una serie de mecanismos
que regulan los intercambios (cooperación y
cortesía) y explican el valor de algunos signos más
allá de lo que aparentemente significan (relevancia).
• Así, por un lado tenemos las reglas de cooperación
(Grice):
1. Máxima de la cantidad: ni más, ni menos información
de la necesaria
2. Máxima de la cualidad: no digas lo que sea falso
3. Máxima de relación: di cosas pertinentes o que tengan
relación con lo anterior
4. Máxima de modalidad o manera: sea claro
• Por otro, al principio de “cortesía”, formulado
por Lakoff, Brown y Levinson, Leech, etc.
Concretado en las siguientes máximas:
- Tacto
- Generosidad
- Aprobación
- Modestia
- Simpatía: No te impongas al receptor, dale
opciones; en resumen, sé cortés (o
estratégicamente cortés).
• No obstante, no es infrecuente la trasgresión de dichas
máximas, en la conversación coloquial. A veces, ni somos
tan breves, ni somos tan claros, ni somos tan sinceros, ni
pertinentes, ni corteses.

• -> A veces, las intenciones de los conversadores y las


estrategias elegidas parecen violar las reglas establecidas.
A: - ¿Me das un cigarro?
B: - Eres un gorra. Ahí tienes un estanco
• Ahora bien, la violación de dichas reglas en ocasiones no supone la negativa de
los interlocutores a cooperar, sino que se ponen en marcha otras reglas
superiores: las de relevancia. (Pags. 46 y 45)

• El principio de relevancia o pertinencia está en la base de las máximas de


cooperación; y acerca lo que se dice a lo que se comunica. Las implicaturas
(interpretación de los supuestos previos).

- Hace calor, ¡qué calor hace aquí!

La comunicación no es solo codificar o descodificar información, sino inferir lo que nuestro


interlocutor desea comunicar.

Cuando no se acierta a descifrar el mensaje en el proceso de inferencia se produce el


fracaso conversacional.
En algunos casos, las mismas trasgresiones de
una máxima poseen un fin cortés.
Así, es común la atenuación de cualidades
negativas de alguien conocido (y más aún si es
nuestro interlocutor:
- Es pequeñita / caderas anchitas /poquita cosa
- Estás como muy despistadillo
• La atenuación es bastante común para evitar
colisión con el interlocutor y suavizar la
comunicación. Veamos 2 ejemplos:

- En relación con una petición: ¿Te molesta que me


siente?

- En relación con una recriminación a nuestro


interlocutor: Estáis un poco dormidillos, ¿no?
• Todos tenemos casos en mente en que expresiones
como la siguiente nos llevarían a pensar que la
conversación coloquial no es cortés:
- ¡Coño, TÚ!, pásame las papas, que te las estás
comiendo to[d]as tú solo
• Para muchos especialistas, la cortesía o descortesía en
usos coloquiales se interpreta de otro modo, es decir,
con un nuevo marco en torno al principio de situación
(lo que permitiría la intensificación de una petición sin
caer en la descortesía)
• Así pues, la conversación es una negociación
a) Conversar es argumentar con un fin concreto
(intención), que coincide con lo dicho o ha de
interpretarse.
b) Y también negociar un acuerdo, esto es,
mantener una relación cooperativa, regulada por
una serie de normas de conducta social, que a
veces se ve alterada por principios de pertinencia
comunicativa y de adecuación a la situación
La estructura de la conversación:
las unidades conversacionales
La alternancia de turnos no predeterminados es
uno de los rasgos definidores de la conversación.
Dichas intervenciones es lo que se denomina
“enunciados”. Y pueden ser de dos tipos:
• 1. De inicio, es decir, intervenciones que
provocan habla posterior (preguntas, juicios,
invitaciones, reproches, peticiones, etc.)
• 2. De reacción, (respuestas, conformidades,
aceptaciones, excusas, valoraciones, etc.)
• En líneas generales, cada turno supone una
intervención, pero no toda intervención
supone un turno (hay intervenciones que no
llegan a ser atendidas)
• Así pues, una alternancia de turno supone
siempre un intercambio
• La combinación de intercambios sucesivos da
lugar al diálogo
• Un acto iniciativo, es el destinado a provocar
una reacción del otro. Puede ser de dos tipos:

- 1) Directo: ¿Quién te lo ha dicho?


¿Tu hermano no viene, ¿verdad?

-2) Indirecto: -La cena ha sido estupenda de verdad


- Esto es muy caro
• Los actos reactivos (de respuesta) son
manifestaciones de acuerdo o de desacuerdo,
de aceptación, de reprobación, de rechazo,
etc.
Constantes y estrategias del registro coloquial
en la conversación
• Una situación comunicativa como la que se da
en el uso de la modalidad coloquial está en
relación y favorece ciertos hechos lingüísticos
verbales y extraverbales (fónicos,
morfológicos, sintácticos, léxico-semánticos,
de carácter gestual, etc.) que suponen las
constantes de dicho registro.
Las estrategias sintácticas o de construcción

La obligación de una rápida planificación y el tono informal


determinan una sintaxis no convencional y una estructura
gramatical específica.
1. La sintaxis concatenada. Se suele producir una
acumulación de enunciados, no necesariamente
independientes. Ejemplo:
a) En Jávea las vacaciones voy a pescar por las tardes/bueno
algunos días/los que puedo y me deja mi mujer
b) Durante las vacaciones en Jávea, los días que puedo y me
deja mi mujer voy a pescar por las tardes.
2. La parcelación. Como resultado de la
acumulación de enunciados, el modo de glosar
se presenta parcelado, aunque trabado. Pág. 69

3. El rodeo explicativo. Todo lo anterior favorece


la paráfrasis, los continuos rodeos, consecuencia
de lo cual la información avanza de forma lenta,
a diferencia del modo rápido en que el mensaje
se enuncia. Pág. 71
• 4. La redundancia. El repetir es un recurso de cohesión, una
marca de continuidad a partir de la cual se logra recuperar el
hilo de la comunicación tras una interrupción momentánea del
mismo.
• Se trata de mecanismos de formulación cuya función discursiva
va más allá del mero papel retardatario que algunos autores les
han asignado:
1. Se recurre a la repetición como medio para lograr o retener el
turno, amenazado a veces por el solapamiento
2. A menudo, la repetición supone, también, un refuerzo
argumentativo, especialmente si se hace como conclusión
• En ocasiones esta redundancia permite también reelaborar el
mensaje con la llegada de la nueva palabra, mejorar la
concordancia, etc.
• 5. La unión abierta. La unión entre los
enunciados es abierta, sin fuertes ataduras
sintácticas. Ello permite volver sobre lo dicho,
reelaborar, incrustar comentarios, etc., sin
perturbar la comunicación o, al menos, sin
graves perjuicios informativos. (Pág. 75)
• 6. La conexión a través de conectores
pragmáticos.
• La conexión y trabazón entre los enunciados (y por
tanto la cohesión textual) se logra mediante
enlaces extraoracionales, que relacionan la oración
en que se hallan con el sentido general de lo que se
viene diciendo.
• Así destaca el empleo de conectores pragmáticos
(conectores argumentativos, ordenadores del
discurso). Es decir, la atadura sintáctica se convierte
en atadura semántico-pragmática. Pág 76 - 15, a, b)
Tipos de marcadores Funciones Ejemplos
  Introducir la actitud del emisor sobre el contenido. Sinceramente, tal vez, sin duda, desde luego, por suerte…
 
Modificadores: determinan el sentido de una parte del texto
introduciendo comentarios del emisor sobre lo tratado Mostrar puntos de vista desde los que se emite el enunciado. En realidad, desde un punto de vista teórico, habitualmente…

Explicar o situar el tema. En lo que se refiere a…,  en cuanto a…


Referir fuentes de las que depende un enunciado. Según este informe, citando a…, en palabras de…

Situar la información en un marco espacial o temporal. En esas circunstancias, en aquellas latitudes…

  Inicio. Para comenzar, de entrada


 
  Continuidad. A continuación, seguidamente
Organizadores: organizan la estructura del texto disponiendo
Cierre. Concluyendo, para terminar, finalmente, en conclusión.
secuencias o procesos.

Digresión: introducen contenidos que se salen parcialmente del Por cierto, a propósito
tema central.

Enumeración o incorporación de elementos. Por un lado… por otro, primero… segundo,  al mismo tiempo

  Contraste: indican oposición a lo anterior. Ahora bien, no obstante, con todo, en cambio
 
  Secuencia de tiempo: sucesión o simultaneidad entre los Mientras, entonces, ahora.
Conectores: indican relaciones de contenido entre ideas del enunciados.
texto.
Adición: suma de enunciados que añaden información. Además, asimismo, encima, incluso

Consecuencia: expresan relaciones de causa-efecto. La Así pues, por ello, de ahí que, de modo que.
información de un fragmento es consecuencia de otro anterior.

Ejemplificación-explicación: aclaran un concepto ya aparecido O sea, esto es, por ejemplo, mejor dicho.
añadiendo un ejemplo o explicación.

  En la conversación, marcan la actitud del hablante sobre lo que se Claro, bueno, vale, mira.
Marcadores conversacionales dice.  A veces coinciden con algunos modificadores del enunciado.
• 7. El orden pragmático.
• La comunicación al instante, propia de la
conversación coloquial, explicaría que el orden
de palabras responda a la función pragmática
de la topicalización y al realce informativo de
los elementos. Las palabras se adelantan a
ideas que se pretenden desarrollar

- Y al pueblo ; ¿cuándo decís que vais?


• Este desorden pragmático también puede
darse hacia la “derecha” (Catáfora):
- yo los tengo muy bien; los dientes

● En ocasiones es el resultado de una reformulación:


-Es de Madrid/ de un pueblo

Según lo anterior, el orden regular de las unidades


comunicativas es de carácter psicológico y, sobre todo,
pragmático.
Estrategias contextuales
• Lo que hemos llamado rasgos
coloquializadores planean sobre otras
constantes del registro coloquial
• Así, la relación vivencial de proximidad y, por
tanto, el saber compartido hacen que el
mensaje presente una fuerte dependencia
contextual  Muchas veces el texto queda
supeditado al contexto; y lo presupuesto o
implicado es tan importante como lo dicho.
• 1. La elipsis y la deíxis
• El contexto y lo presupuesto que caracteriza al
lenguaje coloquial es el culpable de que se
elida mucha información en el mensaje
(información que a juicio del que profiere el
mensaje es innecesaria)
• Algo similar ocurre con la deíxis: se abusa de
estos elementos cargados de contenido por el
contexto en que se circunscribe el mensaje
(Pág. 83: 25)
• 2. El yo como centro deíctico. Frecuentemente
se ha aludido al carácter egocéntrico del
español coloquial. Y efectivamente, la estricta
actualización en la conversación coloquial hace
del YO-AQUÍ-AHORA el centro deíctico
personal, espacial y temporal.
• 3. El tú. Junto al yo, centro del discurso
coloquial, aparece la voz del “tú”. Casi siempre
se apela a él de forma directa. Duele aparecer
con intensificación de la orden y con
atenuación del reproche (pág. 85: 28-29)
• 4. Los enunciados suspendidos. Se trata de
una construcción sintáctica característica.
tienen valor ilocutivo completo al ser
“llenados” por el oyente. No son por tanto
cortes en lo comunicado.
- De haberlo sabido…

- Si me lo hubieran dicho antes…


Estrategias fónicas
1. La entonación y la pausa. El hablante,
mediante los recursos prosódicos, organiza los
contenidos informativos, cohesiona su mensaje
y realza, por las razones que fuere, algunos de
los elementos. Pág.91
2. La pronunciación marcada, enfática. Con frecuencia, las
pronunciaciones enfáticas aportan información a lo
comunicado:
- Te he dicho que NO-LO-TO-QUES

3. Los alargamientos fónicos.


a) Unas veces se producen por escasa destreza lingüística (y
sirven de apoyo para pensar lo que se va a decir
b)En ocasiones, son refuerzos significativos que tiene como
objeto el refuerzo de lo dicho (¡Ufff como olía!), refuerzo de la
recriminación (¡No se lo deeejes!), etc.
Constantes y estrategias léxico-semánticas

En uso, una unidad léxica no es un significado,


hay varias voces tras ella, unos usuarios, unos
estilos, una situación, una historia y, casi
siempre, un propósito
1. Las frecuencia léxicas. En el léxico coloquial está muy
extendido el uso de palabras que sirven o se aplican a todo
(tener, haber, hacer, pegar, sitio, cosa, etc.) Pág. 97

- No obstante, más que de un léxico estrictamente coloquial hay


que hablar de ciertas frecuencias, preferencias o predominios
léxicos:
Mejor por “preferible”
Así por “de este modo”
Casi por “apenas”
Dejar por “permitir”
2. Se prefieren los términos estilísticamente más
neutros, por ejemplo, ver o mirar, en lugar de
otros que suelen constar como sinónimos en el
diccionario: advertir, divisar, observar, percibir,
vislumbrar, ojear, otear, atisbar, etc.
• Sobre la marcación léxica, conviene recordar el
común empleo de:
- De lexemas intensificadores. Ya sea mediante
semas [+ intensidad] o mediante sufijos: horrible,
pesadez, montón, cantidad, barbaridades, etc.
- De exclamaciones que actúan como
intensificadores de actitud. Algunas aparecen
marcadas diatópica o diastráticamente: ¡me cago
en la leche!, ¡hostia!, ¡no te jode!, ¡qué cabrón!,
¡qué guay!, ¡claro!...
- De interrogaciones exclamativas (muchas de ellas
retóricas): ¿¡Qué te iba a decir!?, ¿¡y tu dices que la
conoces!?, ¿¡Pero tu has visto lo bueno-a que está ese-a
tío-a!?

- De frases y expresiones metafóricas de la vida


cotidiana: hay que coger el toro por los cuernos, estar más
chupado que la pipa de un indio, llover a cántaros, ser un
libro abierto, costar un ojo de la cara, por los pelos, etc.
• - A veces, el léxico general y polivalente se
combina con ciertas especializaciones
semánticas: meter por “dar” (le metió un
tortazo que ni te cuento); clavar por “cobrar
de forma abusiva” (le han clavado casi 100
euros); enrollarse por “entablar relaciones
amorosas” (Luis se ha enrollado con mi prima)
- Ciertas voces, tras la pérdida de significado original, se
convierten en reguladores fáticos, llamadas de
atención o refuerzos argumentativos:
a) Los verbos de percepción: mira, y otros como
saber: ¿sabes?
b)Los vocativos: tío, chaval, tronco, nano, etc.
(muchos identifican una edad o zona geográfica)
c) Las fórmulas de cierre enumerativo: y tal, y todo, y
esas cosas. O de cierre y refuerzo conclusivo: y ya está,
ni nada, y punto
El léxico argótico

Toda interacción coloquial, presenta, junto a las constantes generales vistas, un


conjunto de rasgos propios vinculados a los usuarios que participan en dicha
interacción.

Así, el origen, el lugar de residencia, la clase social, el sexo, la raza, la edad, etc.,
son factores que favorecen el nacimiento de idiolectos que se reflejan de forma
más o menos espontánea en los intercambios comunicativos.

El individuo y los grupos sociales imponen, dependiendo del grado de influencia


en su comunidad, ciertos usos que pueden acabar siendo socialmente
aceptados: neologismos del argot juvenil, los pasotas, las tribus urbanas, etc.

En la mayoría de los casos se trata de léxico, no de hechos de gramática: cutre,


alucinado, mogollón, cubata, bocata, abrirse, currar, pillar, basca, etc.
El paralenguaje

• - Los gestos simbólicos: su significado está


convencionalizado y pueden, incluso, sustituir a la
expresión verbal: poner el pulgar hacia abajo para
señalar que algo ha salido mal

• - Los gestos icónicos: cuyo significado es


dependiente, se extrae del contexto y de la
expresión verbal a que acompañan: “ven conmigo”
acompañado del movimiento del dedo índice
Estrategias de producción y recepción. Los
intensificadores y los atenuantes
• Intensificación (o énfasis):
• - Es “un fenómeno complejo […] por el que el hablante
destaca cara a su interlocutor una parte del enunciado (que
puede ser la acción, una cualidad, un objeto, un sujeto, etc.)
o su propia actitud de comunicación”. (Vigara, 1992.130)
• - “El hablante, movido por el deseo de hacer más expresiva
la comunicación, tiende con cierta frecuencia a realzar
ciertos elementos de la misma y/o intensificarlos. […] la
intensificación, a su vez, supone habitualmente un énfasis
cuantitativo, es decir, un relieve de la cuantificación”.
(Herrero, 1991. 40)
• Y es que, en efecto, la conversación coloquial
es particularmente afectiva y enfática:
- Le juro Ud. que creí que estaba sola
- Está un rato cansado
- Eso no es bueno, te lo digo yo
• Desde un punto de vista pragmático, el yo utiliza el
intensificador para reforzar la veracidad de lo
expresado y, en ocasiones, para hacer valer su
intención de habla.

- Valoración o refuerzo:
- Es un tío estupendo, de verdad
- Persuasión o recriminación:
- ¡Lárgate o verás!
• Los intensificadores, en su función de realce,
pueden colaborar cooperativa y cortésmente,
tanto como incumplir dichas máximas, en
virtud de su valor estratégico concreto en cada
acto de comunicación:
- Tienes muchísima razón
- ¡Mira que eres idiota!
La intensificación se logra mediante recursos
morfológicos, sintácticos, léxicos y fonéticos y,
con frecuencia combinando ambos de estos:
• Intensificación por modificación interna
(sufijos aumentativos o intensificadores como
so, requeté, etc.:
- So bestia, que me estás haciendo daño
- Ha sido superdivertido
- Había un huevo de gente
- Me ha pegado un susto de muerte
• También puede lograrse la intensificación
mediante diferentes recursos sintácticos:

- (prep.) articulo lo +Adj./Adv, + que


- (con) lo bueno que es
-(Prep.) art. + que + V.
- Lo que estudiaba el tío
- Para lo que dice….
- Artículo + de + Sust.
- la de leche que bebe
- Art. + un + Sust. (valorativo)
- Es un gallina
- Es un cerdo
- Verbo + de + Sust.
- Va de gente a esa verbena…
- Vas de sucio
- Empleando modos de expresión cuasi consecutivos:
- Está que se sube por las pareces, que muerde, etc.
- Con suspensión del segundo término:
- Se armó una
- Tiene un morro
• El frecuente uso de algunas de estas expresiones
favorece los procesos de lexicalización.
- Había la mar de cosas
- Había gente a punta y pala
- Lo pasamos de muerte

También muestran un grado de cohesión importante


algunas construcciones formalmente consecutivas.
- Le dieron una paliza que pa que
- Pillamos una que no veas
• Lo mismo puede decirse de unidades
sintagmáticas verbales, algunas de las cuales
pueden estar marcadas sociolingüísticamente:
- Estar para parar un tren
- Está que no veas
- Está para chuparse los dedos
- está que te cagas
- Pasárselo de muerte
- Pasárselo de miedo
• También funcionan como intensificadores
recursos léxicos como la repetición:
- Es tarde tarde
- Es divertido divertido
- Eres bobo más que bobo
- Tu hermano es más borde que borde

O con frases o lexemas [+ intensos]


- Cogió un colocón
- Las empanadillas me chiflan

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