Derecho Mercantil Ii

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DERECHO PROCESAL

MERCANTIL
DOCENTE: LIC. GLORIA RODRÍGUEZ VALENCIA
EL DERECHO PROCESAL MERCANTIL “es la rama del derecho procesal que se ocupa del estudio del
conjunto de normas jurídicas que regulan el proceso destinado a solucionar los litigios de carácter mercantil es
decir de litigios que derivan de actos que la leyes definen como mercantiles.”

El principio dispositivo que impera en el proceso mercantil, llego al extremo de poner a disposición de las
partes, no solamente el inicio del mismo mediante el ejercicio de la acción o la disposición del derecho
material controvertido (desistimiento y allanamiento), sino el acordar las reglas de procedimiento que el juez
deba aplicar durante el proceso. El artículo 1051 del Código de Comercio, regula precisamente el llamado
procedimiento convencional, mismo que será preferente a cualquier otro, es decir, aun por encima del que
regula el mismo Código de Comercio, con la única limitante de que se respeten las formalidades esenciales del
procedimiento, no solo porque así lo ordene el artículo 1052 de dicho ordenamiento jurídico, sino por
mandato Constitucional.

Este procedimiento convencional consiste en que las partes tiene la posibilidad de acordar o pactar la forma
en la que deberían resolverse los conflictos o litigios existentes o que surjan con posterioridad, en este caso
diciendo libremente si la controversia la resolverá un juez, es decir, el órgano jurisdiccional o un árbitro, un
particular que hará las veces de juzgador pero sin las facultades de impero que son propias del órgano
jurisdiccional. En el caso de que las partes decidan someterse al arbitraje, deberán de sujetarse a las reglas de
procedimiento previstas para tal efecto en el Titulo Cuarto del Libro Quinto del Código de Comercio, es decir,
reglas generales del arbitraje que el árbitro aplicara en defecto de lo convenido por las partes en el acuerdo
arbitral.
Si fuera voluntad de las partes someter su controversia ante el órgano jurisdiccional, decíamos que
también tendrán la posibilidad de establecer las reglas de procedimiento que el juez estará obligado a
aplicar, siempre y cuando dicho acuerdo se haya formalizado en un instrumento público (ante notario,
corredor o un juez) y se respeten las formalidades esenciales del procedimiento.

Ahora bien, esas formalidades esenciales del procedimiento abarcan los actos principales de un proceso,
tales como demanda, contestación, pruebas y alegatos, como precisamente refiere el artículo 1053 del
Código en comento. Asimismo, en el acuerdo deberá de precisar: 1) el negocio o negocios materia del
proceso; 2) las reglas de procedimiento o forma de sustanciación del juicio; 3) los plazos para la realización
de los actos procesales; 4) los medios de impugnación a los que, en su caso, renuncien; 5) designación del
juez que conocerá del asunto, cuando así sea jurídicamente posible y, desde luego; 6) nombre y domicilio
de las partes, incluyendo la capacidad para obligarse y el carácter con el que se hayan contratado.

REGIMEN DE SUPLETORIEDAD
El régimen de supletoriedad procesal mercantil, está previsto en varios artículos del Código de Comercio,
siendo el principal el artículo 1054, el cual determina las reglas de procedimiento que deberá aplicar el
juzgador, siendo estas en el orden siguiente:

a) las reglas que las partes hayan determinado en uso del derecho conferido por el artículo 1051 del mismo
ordenamiento, es decir, el procedimiento convencional;
b) el procedimiento especial que una ley mercantil tenga previsto para resolver un litigio determinado. Sobre
esta regla, el Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito emitió un criterio según el cual , será
aplicable el procedimiento especial mercantil, cuando sea completo el mismo, es decir, que no será aplicable
solamente un precepto aislado, ya que de otra manera no se daría “coherencia a la sistematización de
principios sobre un objeto de regulación;

c) supletoriedad expresa de la ley especial; d) las disposiciones del Código de Comercio y, finalmente; e) el
Código Federal de Procedimientos Civiles, debiendo recordarse que antes de la reforma de 13 de junio de
2003,en este último punto, era aplicable “la ley de procedimientos local respectiva”, quedando, en un
principio, no muy claro a que la ley de procedimientos se refería el legislador, resolviéndose este problema
en los tribunales, mediante la interpretación que realizaron, concluyendo que se debe entender la referencia
hecha a los códigos de procedimientos civiles de cada entidad federativa, dependiendo el lugar del
juicio;

f) como se ha dicho, solamente en los casos en los cuales el Código Federal de Procedimientos Civiles “no
regule suficientemente la institución cuya supletoriedad se requiera”, se deberá acudir a legislación procesal
civil local y si, finalmente, siguiera existiendo la laguna sin poderse integrar, habrá que acudir a los principios
generales del derecho, tal y como lo prescribe el artículo 16 Constitucional.
CLASIFICACIÓN DE LOS JUICIOS MERCANTILES
El artículo 1055 del Código de Comercio establece que los juicios mercantiles pueden ser:

- Ordinarios;
- Orales;
- Ejecutivos, y
- Especiales que se encuentren regulados por cualquier ley comercial.
En este sentido, todos los juicios mercantiles, a excepción de los orales, se sujetarán a las siguientes reglas:

a) Todos los ocursos de las partes y actuaciones judiciales deberán escribirse en idioma español; fácilmente
legibles a simple vista, y deberán estar firmados por los que intervengan en ellos. Cuando alguna de las partes
no supiere o no pudiere firmar, impondrá su huella digital, firmando otra persona en su nombre y a su ruego,
indicando éstas circunstancias;

b) Los documentos redactados en idioma extranjero deberán acompañarse con la correspondiente traducción
al español;

c) En las actuaciones judiciales, las fechas y cantidades se escribirán con letra, y no se emplearán abreviaturas
ni se rasparán las frases equivocadas, sobre las que sólo se pondrá una línea delgada que permita la lectura,
salvándose al fin con toda precisión el error cometido;

d) Las actuaciones judiciales deberán ser autorizadas bajo pena de nulidad por el funcionario público a quien
corresponda dar fe o certificar el acto;
e) Los secretarios cuidarán de que las promociones originales o en copias sean claramente legibles y de que
los expedientes sean exactamente foliados, al agregarse cada una de las hojas; rubricarán todas éstas en el
centro de los escritos sellándolo en el fondo del cuaderno, de manera que se abarquen las dos páginas;

f) Las copias simples de los documentos que se presenten confrontadas y autorizadas por el Secretario,
correrán en los autos, quedando los originales en el seguro del tribunal, donde podrá verlos la parte
contraria, si lo pidiere;

g) El secretario dará cuenta al titular del tribunal junto con los oficios, correspondencia, razones actuariales,
promociones o cualquier escrito con proyecto de acuerdo recaído a dichos actos, a más tardar dentro del día
siguiente al de su presentación, bajo pena de responsabilidad, conforme a las leyes aplicables. El acuerdo
que se prepare será reservado, y

h) Los tribunales podrán ordenar que se subsane toda omisión que notaren en la substanciación, para el
efecto de regularizar el procedimiento correspondiente.
LA COMPETENCIA MERCANTIL

Competencia en el Derecho Mercantil de México


El artículo 73 constitucional le otorga la facultad al Congreso de legislar sobre el Comercio. A contrario sensu, el
código civil entra en el supuesto del artículo 124 constitucional, al señalar: “Las facultades que no están
expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los
Estados.”

De tal modo que el código civil, al no estar la federación facultada para legislar sobre ésta materia, se le tiene
reservada a los estados. De tal forma que cabe considerar que el derecho mercantil es un subrama del derecho
civil, ya que el derecho mercantil sigue siendo entre particulares, entre personas morales o físicas y su única
variación es la del carácter de especulación comercial en el derecho mercantil.

La separación entre derecho mercantil y derecho civil tiene una justificación, de carácter histórico que se originó
por la incapacidad del derecho civil para regular las relaciones nacidas del tráfico comercial. Hay quien sostiene
que la separación atendió una necesidad lógica, con el objetivo de que se facilitara el comercio entre los estados
bajo una sola normatividad, y el Código Civil se centra, en México,, en su competencia local, atendiendo las
relaciones jurídicas entre las personas bajo cada peculiaridad regional.
El juez por el hecho de serlo tiene jurisdicción; es titular de la función jurisdiccional, pero la misma no puede
ejercerla en cualquier tipo de litigio que le sea presentado; de tal manera surge la competencia como una
forma de delimitar la función jurisdiccional. “se llama competencia de un tribunal al conjunto de causas en
que puede ejercer, según la ley, su jurisdicción, y en otro, se entiende por competencia esta facultad del
tribunal considerada en los límites en que le es atribuida”.

La competencia, es un concepto que se aplica a los órganos del Estado -no sólo a los jurisdiccionales- para
indicar la esfera o el ámbito -espacial, material, personal, etcétera- dentro del cual pueden ejercer
válidamente las funciones que le son propias;

Dicho de otro modo, la competencia es la capacidad o actitud que la ley reconoce a un juez o tribunal
para ejercer válidamente sus funciones en relación con una determinada categoría de asuntos; con
ella se fijan los límites territoriales dentro de los cuales ejercen sus funciones específicas los órganos
del Estado, sean ellos judiciales o administrativos.
Diferencia entre Jurisdicción y Competencia.
El propio Código de Comercio en su artículo 1120 propicia esa confusión al establecer que “La jurisdicción por razón
del territorio y materia son las únicas que se pueden prorrogar,...”, en realidad el legislador está autorizando la
prórroga de la competencia; la palabra jurisdicción proviene del latín iurisdictio, que se forma de la locución ius
dicere, la cual literalmente significa “decir o indicar el derecho”. La competencia en cambio es un concepto que se
aplica a los órganos del Estado -no sólo a los jurisdiccionales- para indicar la esfera o el ámbito -espacial, material,
personal, etcétera- dentro del cual pueden ejercer válidamente las funciones que le son propias;

La forma de Estado Federal establecida en el artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
supone la existencia de juzgadores federales y locales; los primeros con competencia para conocer de conflictos
relacionados con la aplicación de leyes o disposiciones jurídicas de carácter federal o general; y los segundos, a los
que compete conocer los conflictos relaciones con leyes o disposiciones de carácter local o general.

El artículo 104, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, faculta al demandante para
promover un proceso mercantil tanto ante los tribunales federales como ante los locales al establecer que las
controversias del orden mercantil suscitadas sobre el cumplimiento y aplicación de leyes federales en las que sólo se
afecten intereses particulares, son de la competencia tanto de los juzgados y tribunales federales como los locales
del orden común, a elección del actor (jurisdicción concurrente).

El Código de Comercio, en el Libro Quinto, Título Primero, Capítulo VIII, denominado “De las competencias y
excepciones procesales”, refiere como factores para determinar cuando un litigio queda o no dentro de los que
puede conocer un juzgador los siguientes:
1.- LA COMPETENCIA POR MATERIA
La competencia por materia depende de las normas sustantivas sobre las que versa el conflicto. Solamente serán
juicios mercantiles los que tengan por objeto ventilar y decidir las controversias que conforme a los artículos 4°, 75 y
76 del Código de Comercio se deriven de los actos comerciales. Cuando conforme a las disposiciones mercantiles
para una de las partes que intervienen en un acto, éste tenga naturaleza comercial y para la otra tenga naturaleza
civil el conflicto que del mismo se derive se regirá conforme a las leyes mercantiles. Lo anterior a la luz de lo que
disponen los artículos 1049 y 1050 del citado ordenamiento legal.

2.- LA COMPETENCIA POR TERRITORIO


La competencia por territorio se relaciona con el ejercicio de la función jurisdiccional únicamente dentro de un
ámbito espacial determinado (circuito, distrito, partido o departamento). Cada juzgador tiene una delimitación
geográfica dentro de la cual puede actuar. Para determinarse debe existir un punto de conexión entre el asunto en
conflicto y la demarcación territorial que le corresponde al juzgador; puede ser personal, como sería el caso del
domicilio del demandado, o bien real, como sería el supuesto de la ubicación del inmueble.
Para establecer la competencia por territorio de un juicio mercantil deberán observarse las reglas generales
previstas en los artículos 1091, 1092, 1093 y 1105 del Código de Comercio, a saber:

- El del lugar al que los litigantes se hubieran sometido expresa o tácitamente.

- El del lugar que el deudor haya designado para ser requerido judicialmente de pago.

- El del lugar designado en el contrato para el cumplimiento de la obligación.

- Si no se ha hecho la designación que autoriza el artículo 1093, será competente el juez del domicilio del deudor,
sea cual fuere la acción que se ejercite.

- Si el deudor tuviere varios domicilios, será preferido el que elija el acreedor.

- A falta de domicilio fijo, será competente el juez del lugar donde se celebró el contrato, cuando la acción sea
personal, y el de la ubicación de la cosa, cuando la acción sea real.

- Si las cosas objeto de la acción real fueren varias y estuvieren ubicadas en distintos lugares, será juez
competente el del lugar de la ubicación de cualquiera de ellas, a donde primero hubiere ocurrido el demandante.
Lo mismo se observará cuando la cosa estuviere ubicada en territorio de diversas jurisdicciones.
El artículo 1091 del citado ordenamiento legal dispone que cuando en el lugar donde se ha de seguir el juicio
hubiere varios jueces competentes, conocerá del negocio el que elija el actor, salvo lo que dispongan en
contrario las leyes orgánicas aplicables. De acuerdo con ello, en Michoacán en aquéllos distritos en los que
existan dos o más jueces que puedan conocer del litigio, se atenderá lo establecido en el artículo 45 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, que dice:

“... Cuando en un mismo distrito [o regiones] se establezcan dos o más juzgados de Primera Instancia ... las
demandas se les distribuirán equitativamente, siguiendo el orden de su presentación. Para estos efectos
tendrán una oficina común que recibirá las .. demandas; las registrará por orden numérico riguroso y las
turnará de inmediato ai juzgado que corresponda. (Lo resaltado es propio).

Las pautas para definir la competencia por territorio aplican tanto a los tribunales de jurisdicción (fuero)
federal, como los de jurisdicción (fuero) local, cualquiera podrá conocer indistintamente de las controversias
que les competan conforme a su demarcación territorial.

3- La competencia por grado.


La competencia en función al grado tiene relación con el sistema de medios de impugnación y la estructura
jerárquica de los órganos jurisdiccionales. A cada momento de conocimiento del litigio se le llama grado o
instancia. El juzgador que conoce del asunto en primer término es llamado de primera instancia o de primer
grado (a quo). En caso de recurrirse la resolución el recurso será resuelto por el tribunal de segundo grado o
de segunda instancia (ad quem).
4- LA COMPETENCIA POR CUANTÍA.
Este factor se determina por el valor pecuniario que puede asignarse al juicio. En Michoacán la competencia por
cuantía está distribuida entre jueces de primera instancia y menores; ambos conocen de juicios mercantiles
siguiendo las pautas establecidas en los numerales 42 y 57 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado.

5- LA COMPETENCIA PRORROGABLE.
En materia mercantil la competencia es prorrogable en los siguientes supuestos:

Por territorio o por fuero. En los casos de sometimiento tácito o expreso.

Por materia. Con el fin de no dividir la continencia de la causa en aquellos casos en que existan contratos
coaligados o las prestaciones tengan íntima conexión entre sí, o por los nexos entre las personas que litiguen, sea
por razón de parentesco, negocios, sociedad o similares, o deriven de la misma causa de pedir, salvo cuando se
trate de materia federal.

En cuanto al grado. En el caso en que, conociendo el tribunal superior de apelación contra auto o sentencia
interlocutoria, las partes estén de acuerdo en que conozca de la cuestión principal. Este supuesto no aplica
tratándose del proceso oral mercantil, dado que las resoluciones dictadas en el mismo no son apelables, según se
verá en párrafos posteriores.

Siguiendo las pautas dadas por el Código de Comercio cualesquiera de los jueces locales o federales puede conocer
de los juicios mercantiles a que se refiere el artículo 1255 del Código de Comercio, a saber:
6- LA COMPETENCIA EN EL JUICIO ORAL MERCANTIL
El artículo 1390 bis del Código de Comercio dispone que se tramitaran en vía oral mercantil todas las contiendas
cuya suerte principal sea inferior a la que establece el diverso numeral 1339 para que un juicio sea apelable, sin que
sean de tomarse en consideración intereses y demás accesorios reclamados a la fecha de interposición de la
demanda. El precitado numeral 1339 dispone:

.. Son irrecurribles las resoluciones que se dicten durante el procedimiento y las sentencias que recaigan en
negocios cuyo monto sea menor a quinientos mil pesos por concepto de suerte principal, sin que sean de tomarse
en consideración intereses y demás accesorios reclamados a la fecha de presentación de la demanda, debiendo
actualizarse dicha cantidad anualmente. Corresponderá a la

Secretaría de Economía actualizar cada año por inflación el monto expresado en pesos en el párrafo anterior y
publicarlo en el Diario Oficial de la Federación, a más tardar el 30 de diciembre de cada año.”
Por tanto, se tramitarán en vía oral mercantil las controversias de cuantía determinada menor a $500,000.00
quinientos mil pesos, o su actualización dada a conocer por la Secretaría de Economía[5], de acuerdo al Índice
Nacional de Precios al Consumidor (INPC), sin considerar intereses ni demás accesorios. Por disposición
expresa del artículo 1390 bis 1, Código de Comercio, no se tramitaran en juicio oral mercantil aquellos litigios:

- De cuantía indeterminada [nulidad de acta de asamblea]

- De cuantía determinable [obteniendo el valor mediante una operación aritmética]

- De tramitación especial prevista en el propio Código Mercantil o en otras leyes: [ejecutivo, especial de prenda,
especial de fianzas, los que tengan procedimiento convencional o los procedimientos de ejecución de
fideicomiso]

La competencia del juez que ha de conocer un juicio oral mercantil atendiendo a la materia, grado y territorio,
se definirá observando las pautas dadas por el propio Código de Comercio, en el Libro Quinto, Título Primero,
Capítulo VIII, denominado de las competencias y excepciones procesales.
7- LA COMPETENCIA CONCURRENTE
La competencia concurrente tiene su origen y aplicación precisamente en el proceso mercantil. Efectivamente,
el artículo 104 de nuestra Carta Magna, establece el régimen de competencia para los tribunales federales que
conocerán:
1) de las controversias en materia civil (desde luego incluida la mercantil) y penal, que se susciten sobre el
cumplimiento y aplicación de leyes federales o tratados internacionales;
2) de los recursos de revisión en contra de las sentencias que emita el Tribunal Federal de justicia Fiscal y
Administrativa;
3) todas las controversias sobre derecho marítimo;
4) todas aquellas en las que la federación sea parte;
5) las acciones de inconstitucionalidad y controversias constitucionales;
6) de las controversias entre un estado y uno más vecino de otro;
7) los litigios concernientes a miembros del Cuerpo Diplomático y Consular.

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