La Penicilina

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LA PENICILINA

De Gabriel Ignacio López Ovando

Sección: F

Grado: Segundo Básico


Las penicilinas son antibióticos del grupo de los betalactámicos empleados en el tratamiento de infecciones provocadas
por bacterias sensibles. La mayoría de las penicilinas son derivados del ácido 6-aminopenicilánico, difiriendo entre sí
según la sustitución en la cadena lateral de su grupo amino. La penicilina G o bencilpenicilina fue el primer antibiótico
empleado ampliamente en medicina; su descubrimiento ha sido atribuido a Alexander Fleming en 1928, quien obtuvo el
Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1945 junto con los científicos Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey,
creadores de un método para producir el fármaco en masa. También se reconoce a Clodomiro Picado Twight, científico
nicaragüense-costarricense, como uno de los precursores de su descubrimiento, la cual utilizó para tratar pacientes poco
antes del descubrimiento formal por parte de Fleming.
No se conoce por completo el mecanismo de acción de las penicilinas, si bien su analogía a la D-alanil-D-alanina
terminal, situada en la cadena lateral peptídica de la subunidad del peptidoglicano, sugiere que su carácter bactericida
deriva de su intervención como inhibidor del proceso de transpeptidación durante la síntesis de aquel. De este modo, la
penicilina actúa debilitando la pared bacteriana y favoreciendo la lisis osmótica de la bacteria durante el proceso de
multiplicación.1​
Existe una gran diversidad de penicilinas. Algunas especies de hongos del género Penicillium sintetizan de forma natural
penicilinas, como el primer tipo aislado, la penicilina G. No obstante, debido a la aparición de resistencias, se han
desarrollado otras familias siguiendo básicamente dos estrategias: la adición de precursores para la cadena lateral en el
medio de cultivo del hongo productor, lo que se traduce en la producción de penicilinas biosintéticas; y la modificación
química de la penicilina obtenida por la fermentación biotecnológica, lo que da lugar a las penicilinas semisintéticas.2​
Las penicilinas difieren entre sí según su espectro de acción. Por ejemplo, la bencilpenicilina es eficaz contra bacterias
Gram positivas como estreptococos y estafilococos, y Gram negativas, como gonococos y meningococos, pero debe
administrarse por vía parenteral debido a su sensibilidad al pH ácido del estómago. La fenoximetil penicilina es, en
cambio, resistente a este pH y puede administrarse por vía oral.
Las penicilinas son antibióticos del grupo de los betalactámicos empleados en el tratamiento de infecciones provocadas por bacterias
sensibles. La mayoría de las penicilinas son derivados del ácido 6-aminopenicilánico, difiriendo entre sí según la sustitución en la cadena
lateral de su grupo amino. La penicilina G o bencilpenicilina fue el primer antibiótico empleado ampliamente en medicina; su
descubrimiento ha sido atribuido a Alexander Fleming en 1928, quien obtuvo el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1945 junto con
los científicos Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey, creadores de un método para producir el fármaco en masa. También se reconoce
a Clodomiro Picado Twight, científico nicaragüense-costarricense, como uno de los precursores de su descubrimiento, la cual utilizó para
tratar pacientes poco antes del descubrimiento formal por parte de Fleming.
No se conoce por completo el mecanismo de acción de las penicilinas, si bien su analogía a la D-alanil-D-alanina terminal, situada en la
cadena lateral peptídica de la subunidad del peptidoglicano, sugiere que su carácter bactericida deriva de su intervención como inhibidor
del proceso de transpeptidación durante la síntesis de aquel. De este modo, la penicilina actúa debilitando la pared bacteriana y
favoreciendo la lisis osmótica de la bacteria durante el proceso de multiplicación.1​
Existe una gran diversidad de penicilinas. Algunas especies de hongos del género Penicillium sintetizan de forma natural penicilinas, como
el primer tipo aislado, la penicilina G. No obstante, debido a la aparición de resistencias, se han desarrollado otras familias siguiendo
básicamente dos estrategias: la adición de precursores para la cadena lateral en el medio de cultivo del hongo productor, lo que se traduce
en la producción de penicilinas biosintéticas; y la modificación química de la penicilina obtenida por la fermentación biotecnológica, lo
que da lugar a las penicilinas semisintéticas.2​
Las penicilinas difieren entre sí según su espectro de acción. Por ejemplo, la bencilpenicilina es eficaz contra bacterias Gram positivas
como estreptococos y estafilococos, y Gram negativas, como gonococos y meningococos, pero debe administrarse por vía parenteral
debido a su sensibilidad al pH ácido del estómago. La fenoximetil penicilina es, en cambio, resistente a este pH y puede administrarse por
vía oral. La ampicilina, además de mantener esta resistencia, es eficaz contra otras bacterias Gram negativas como Haemophilus,
Salmonella y Shigella.1​
Si bien las penicilinas son los antibióticos menos tóxicos, pueden causar alergias graves, ocasionalmente. Sin embargo, solo el 1 % de los
pacientes que reciben tratamientos con betalactámicos las desarrollan.3​Puesto que un shock anafiláctico puede conducir a la muerte del
paciente, es necesario interrogarlo antes de iniciar el tratamiento.
Además de sus propiedades antibacterianas, la penicilina es un efectivo antídoto contra los efectos del envenenamiento por -amanitina, uno
de los aminoácidos tóxicos de los hongos del género Amanita.

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