La Respuesta de B. Pascal

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Ctedra de Filosofa C.P.E.

M N 23
El Planteo Antropolgico Prof. Lic. Claudio Andrs Godoy

LA RESPUESTA DE BLAISE PASCAL Blaise Pascal naci en el ao 1623 en Clermont, hoy Auvernia, Francia. Es por muchos ms conocido por su genio matemtico que por su pensamiento filosfico; sin embargo, fue decisin suya abandonar el trabajo cientfico y dedicarse a la reflexin sobre el hombre, su condicin y Dios. Sent las bases del clculo infinitesimal y del clculo de probabilidades y fue el inventor de la "mquina aritmtica", precursora de la actual mquina de calcular. Adems de su prolfica obra como cientfico, Pascal fue autor de Memorial, Provinciales (de gnero epistolar) y Apologa de la Religin Cristiana, inconclusa, de la cual quedan fragmentos conocidos como Pensamientos, varios de los cuales leeremos en esta seccin. En la abada de Port-Royal, donde ingres el filsofo algunos aos antes de morir, se haban adoptado las enseanzas de Jansenio. Este telogo cristiano sostena que la naturaleza humana, luego del pecado original, qued corrompida hasta tal punto que el hombre no puede sino pecar. Todos los males que nos suceden, las enfermedades y la muerte son fruto del pecado original resultante de la concupiscencia. Pero si el hombre, por naturaleza, est llevado al mal, qu puede salvarlo? Solo la gracia de Dios. Dios ama a los elegidos y a ellos les entrega el don divino de su gracia. No nos salvaremos por nuestras acciones rectas, justas o bondadosas. Nos salvaremos solo si Dios nos eligi, y, si lo hizo, nos entregar su Gracia, que nosotros no podemos rechazar. Siguiendo las enseanzas de Jansenio Pascal crea en la predestinacin. El hombre, para Pascal, es un ser que encierra grandes contradicciones, tantas como hubo en la vida misma de Pascal, al pasar de la Matemtica a la entrega total a Dios, de la vida disipada y social a la reclusin en una abada. Pascal describe al hombre de un modo que parece paradojal, puesto que lo considera grandioso y miserable a la vez. Sin embargo, analizando esa descripcin, vemos que esa paradoja se resuelve. Dice Pascal en Pensamientos: La grandeza del hombre es grande, porque el hombre conoce su miseria. Un rbol no conoce su miseria. Es, pues, ser miserable el hecho de sentirse miserable, pero es ser grande el hecho de conocer que se es miserable. Tales miserias no provienen sino de la grandeza misma. Son miserias de gran seor, de rey desposedo5 El considerar nuestra condicin como miserable es, como ya vimos, propio del jansenismo. Sin embargo, el saber que somos miserables nos hace grandiosos. Esta idea es retomada por Pascal en otro fragmento, en el cual agrega un nuevo elemento, central en su concepcin del hombre: el pensamiento. El hombre no es ms que un junco, el ms dbil de la naturaleza, pero un junco que piensa. No es necesario que el Universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua, son
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B. PASCAL, Pensamientos, Losada, Buenos Aires, 1977; Art. XVIII, fgm . VIl , p. 160.

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bastante para hacerlo perecer. Pero, aun cuando el Universo le aplastara, el hombre sera ms noble que lo que le mata, porque l sabe que muere. Y la ventaja que el Universo tiene sobre l el Universo no la conoce6 El hombre es, pues, un punto nfimo en la inmensidad del Universo y su existencia dura un segundo en relacin con el tiempo csmico; sin embargo, ( .. .) por el espacio el Universo me comprende y me contiene, como un punto; por el entendimiento, yo lo comprendo a l7 Lo que hace grande al hombre es, pues, el pensamiento, en el cual radica, a su vez, su esencia. El hombre es un ser mortal sometido a las enfermedades, al dolor, a la indigencia; sin embargo, en tanto l conoce su condicin, es grandioso, y esto es posible gracias al pensamiento. Leamos otro fragmento en el cual Pascal hace referencia a lo mismo: Yo puedo concebir un hombre sin manos, pies, cabeza, porque solo la experiencia puede ensearnos que la cabeza es ms necesaria que los pies; pero no puedo concebir un hombre sin pensamiento: sera una piedra o un animal. Es, pues, el pensamiento, lo que hace el ser del hombre, sin lo cual no puede ser concebido. Qu es lo que siente placer en nosotros? La mano? El brazo? La carne? La sangre? Vse cmo es preciso que sea algo inmaterial8 Sin embargo, el pensamiento puede ser usado de diversas maneras. El solo hecho de poseerlo no nos hace grandiosos, puesto que podemos pensar en muchas cosas distintas. Leamos a nuestro filsofo: El hombre est visiblemente construido para pensar: esto es toda su dignidad y todo su mrito y todo su deber consiste en pensar como es debido; y el orden del pensamiento es empezar por s mismo, y por su autor y su fin. Pero en qu piensan las gentes? Jams en esto, sino en danzar, tocar el lad, cantar hacer versos, correr sortijas, construir seres y hacerse rey sin pensar en qu consiste el ser rey y el ser hombre9 Podemos advertir, por lo tanto, que Pascal rechaza la diversin y todo aquello que nos distraiga de la reflexin sobre Dios y sobre nuestra condicin. Analicemos el siguiente fragmento, donde Pascal reflexiona acerca de cmo el hombre procura evitar pensar acerca de s mismo y de por qu lo hace.

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B. PASCAL, op. cit.; Art. XVIII, fgm . XI, p. 161. B. PASCAL, op. cit.; Art. XVIII, fgm . X, p. 161. B. PASCAL, op. cit.; Art. VIII, fgm . IX, p. 161. B. PASCAL, op. cit.; Art. XVIII, fgm . XII, p. 162.

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"Nada puede hacernos entrar en la miseria de los hombres tanto como considerar la causa verdadera de la perpetua agitacin en que pasan la vida. El alma es arrojada al cuerpo, para residir en l durante poco tiempo. Ella sabe que esto no es ms que un trnsito para el viaje eterno y que tiene el poco tiempo que dura la vida para prepararse a este. Del poco tiempo an las necesidades de la vida le toman una buena parte. Le queda poqusimo de qu disponer. Pero este poqusimo que le queda le incomoda tanto ( ... ) que no piensa sino en perderlo. Es para ella una pena insoportable estar obligada a vivir a solas y pensar en s misma. As, lo que procura es olvidarse de s, y dejar volar este tiempo tan corto y tan precioso sin reflexionar, ocupndose en cosas que le impidan pensar en su fin. Este es el origen de todas las ocupaciones ( .. .) de los hombres y de todo aquello que se llama diversin o pasatiempo, porque el objeto de estas cosas es, en efecto, pasar el tiempo sin sentirlo, o mejor, sin sentirse uno mismo, y evitar, perdiendo una parte de la vida, la amargura y el disgusto interior que acompaaran necesariamente la atencin que uno consagrara a s mismo durante este tiempo. El alma no encuentra nada en s misma que la contente; no ve nada que no le aflija cuando piensa en ello, lo que le obliga a esparcirse en lo exterior, buscando por su aplicacin a las cosas exteriores la manera de perder el recuerdo de su estado verdadero. Su gozo consiste en el olvido, y basta, para hacerle desdichado, obligarle a estar a solas consigo misma10 El hombre, por lo tanto, representa para Pascal el punto de unin entre dos universos: el terrenal, efmero y limitado, y el espiritual, por el cual nos acercamos a la eternidad de Dios. El hombre solo se conocer a s mismo en tanto se reconozca ocupando ese puesto.

Cosa peligrosa es hacer ver con exceso al hombre cmo es semejante a las bestias, sin mostrarle su grandeza a la vez. Pero an es ms peligroso hacerle ver demasiado su grandeza sin su bajeza. Y an lo es ms dejarle ignorar lo uno y lo otro. Pero es muy til imponerle de lo uno y de lo otro. No es bueno que el hombre se crea igual a las bestias, ni [que crea que es igual] a los ngeles, ni que ignore lo uno y lo otro; sino que sepa lo uno y lo otro11 Esta posicin intermedia se manifiesta en el hombre como un conflicto desgarrador, en tanto se encuentra empujado en dos sentidos opuestos: el de la disipacin, arrastrado por los deseos corpreos, y el de la entrega a Dios, a la espera de su Gracia.

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B. PASCAL, op. cit.; Art. XXI, Introd., p. 179 B. PASCAL, op. cit.; Art. XVIII, fgm . XIV, p. 162

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