Senor Del Mundo Robert Hugh Benson

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1 SEOR DEL MUNDO Robert Hugh Benson1

PRLOGO
- Permtame antes meditar un momento - dijo el anciano, acomodndose en su silln. Percy se reubic en su silla y esper, barbilla en mano. os tres hombres se encontraban sentados en una pie!a de dimensiones medianas, muy silenciosa y amoblada con la e"trema sobriedad de la #poca. $o tena %entanas, ni puerta, pues, desde haca ya sesenta a&os, los hombres se haban percatado de 'ue el espacio no se limita a la super(icie de la tierra y haban empe!ado a construir habitaciones subterrneas) a casa del anciano se&or *empleton estaba situada unos 'uince metros bajo el ni%el de los muelles del *mesis, en un lugar considerado por todos como uno de los ms cmodos) en e(ecto, #l no tena ms 'ue caminar unos cien pasos para llegar a la estacin del segundo +rculo +entral de los ,utom%iles, y la estacin e las $a%es -olantes de Blac.(riars distaba apenas medio .ilmetro de su casa. /in embargo, habiendo cumplido ms de no%enta, a&os, el se&or *empleton ya no sala nunca. 0l saln donde reciba a sus dos %isitantes tena los muros recubiertos de a'uel plido esmalte de jade %erde prescrito por el +omit# de Higiene y estaba iluminado por la lu!-solar arti(icial descubierta por el gran Reuter cuarenta a&os antes. 0l color de la sala era agradable y (resco como el de un bos'ue en prima%era, y el clsico radiador enrejado 'ue la cale(accionaba y %entilaba a la %e!, la mantena a una temperatura de dieciocho grados centgrados. 0l se&or *empleton era un hombre de gustos sencillos, 'ue se contentaba con %i%ir tal como lo hiciera su padre antes 'ue #l. os muebles de su saln, especialmente, eran algo pasado de moda, tanto en el dibujo como en su ejecucin1 sin embargo, todos haban sido (abricados seg2n el sistema moderno, en esmalte ign(ugo sua%e, sobre arma!n de hierro, indestructibles, agradables al tacto e imitando la caoba. ,lgunas repisas cargadas de libros se alineaban a ambos costados de 1a chimenea el#ctrica con pedestal de bronce ante la cual se encontraban sentados los tres hombres y en dos es'uinas de la sala aguardaban los ascensores hidrulicos, uno de los cuales conduca al dormitorio y el otro al gran %estbulo 'ue daba acceso al muelle. 0l padre Percy 3ran.lin, el mayor de los dos %isitantes, era un hombre de aspecto original y atrayente. $o obstante contar escasamente treinta y cinco a&os, su cabello era de un blanco inmaculado. Bajo las cejas oscuras1 sus ojos grises tenan un brillo e"tra&o y pro(undamente apasionado1 pero su nari! y el mentn prominentes, as como el dibujo muy marcado de los labios, daban al obser%ador un testimonio de su (uer!a de %oluntad y su dominio de s mismo. os e"tra&os por lo com2n lo miraban dos %eces. 0n cambio su colega y amigo el padre 3rancis, sentado al otro lado de chimenea, se acercaba ms al tipo corriente. $o obstante la e"presin %i%a e inteligente de sus grandes ojos oscuros, el conjunto de sus (acciones re%elaba un carcter (alto de energa1 indicaba incluso cierta tendencia a una melancola (emenina la comisura de sus labios y la marcada pesade! de sus prpados.
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*raduccin del ingl#s de eonardo +astellani. 0dicin re%isada por Ricardo 4. Romn. 5La novela religiosa ms grande de la lengua inglesa6 7 . +.8. Buenos ,ires, 9::;

9 0n cuanto al se&or *empleton, no era ms 'ue un hombre muy anciano, con un rostro %igoroso sembrado de arrugas y completamente a(eitado, como era costumbre, por lo dems, en todo el mundo. Reposaba muellemente en su amplio silln, apoyado en sus cojines de agua caliente y con una manta e"tendida sobre los pies. 3inalmente habl, dirigi#ndose primero a Percy, 'ue se encontraba sentado a su i!'uierda. - 0s muy di(cil para m recordar con e"actitud sucesos tan lejanos - dijo -. Pero he a'u, ms o menos, cmo imagino el encadenamiento de los hechos) - 0n <nglaterra la primera alarma seria 'ue e"periment nuestro %iejo Partido conser%ador (ue a ra! del (amoso 5Parlamento aborista6 en 1=1>. 0sa eleccin nos prob cun pro(undamente haba penetrado el 5her%esmo6 en todo el ambiente social. /in duda, haban (igurado ya numerosos tericos socialistas, pero ninguno haba ido tan lejos como ?usta%o Her%#, sobre todo en los 2ltimos a&os de su %ida1 tampoco nadie haba obtenido resultados ms e(ecti%os. Her%#, como acaso lo hayan ledo ustedes en los manuales de historia, predicaba el materialismo y el socialismo absolutos, lle%ando al e"tremo todas sus consecuencias lgicas. , su entender, el patriotismo era un 2ltimo %estigio de barbarie1 y el placer sensual constitua el 2nico bien seguro. ,l principio, naturalmente, todo el mundo se burl de #l. 0n nuestro partido, sobre todo, se sostena 'ue sin una religin seria imposible dar a las masas un moti%o adecuado para un orden social, por elemental 'ue #ste (uese. Pero al parecer #l tu%o ra!n. @espu#s de la ruina de(initi%a de la <glesia en 3rancia a comien!os del siglo, y las matan!as populares de 1=1A, la burguesa del mundo entero se aplic a una seria labor de reorgani!acin. 3ue entonces cuando se inici el mo%imiento e"traordinario cuyos e(ectos presenciamos hoy1 un mo%imiento 'ue tenda a suprimir toda di(erencia de patria o de clases sociales despu#s de suprimir completamente las instituciones militares. a masonera - de ms est decirlo - diriga todo este mo%imiento. Briginado en 3rancia, se e"tendi bien pronto a ,lemania, donde ya la in(luencia de Carl 4ar"D. - /, se&or - le interrumpi respetuosamente Percy -, pero principalmente en <nglaterraD - E<nglaterraF E,h, sDF +omo le deca, en 1=1> el Partido aborista ascendi al poder, y ese (ue el %erdadero comien!o del comunismo. ,'uello ocurri en una #poca de la cul no puedo conser%ar ning2n recuerdo personal1 pero s# 'ue mi padre indicaba siempre esta (echa como el origen del nue%o estado de cosas. /lo me asombra 'ue la re(orma no se produjera ms rpido1 supongo 'ue se conser%aba a2n entre nosotros una (uerte proporcin del antiguo (ermento tory. ,dems, los siglos suelen correr ms lentamente 'ue lo anticipado, especialmente despu#s de haber comen!ado con un impulso (uerte. Pero el nue%o orden comen! all, y los comunistas no su(rieron nunca una seria derrota desde entonces, sal%o el pe'ue&o (iasco del G9H. Blen.in (und 5El Pueblo6 y ces de publicarse el 5Times61 pero resulta e"tra&o obser%ar 'ue la +mara de los ores slo en 1=IH (ue o(icialmente suprimida. 0n cuanto a la <glesia establecida, haba dejado de e"istir en 1=9=. - JK los e(ectos religiosos de todo esoL - pregunt rpidamente Percy, mientras el %iejo tosa sua%emente y le%antaba su inhalador. 0l sacerdote no 'uera salirse del tema. - 0sto es un e(ecto en s mismo, - dijo el otro - ms 'ue una causa. Recuerde 'ue los 5ritualistas6 - como se hacan llamar, despu#s de un es(uer!o desesperado por entrar al Partido aborista, acudieron en masa a la <glesia catlica despu#s de la 5+on%ocacin6 anglicana del G1=, cuando se abandon de(initi%amente el 5+redo6 de $icea, y tal cosa no

I produjo ning2n entusiasmo real sal%o entre ellos. Pero si acaso hubo un e(ecto del 5@esestablecimiento6 (inal, pienso 'ue (ue #ste) todo el resto de la <glesia anglicana se congreg en la <glesia ibre1 y la <glesia ibre, despu#s de todo, no era nada ms 'ue un poco de sentimiento. a Biblia (ue completamente dejada de lado como autoridad despu#s de los reno%ados ata'ues alemanes en la d#cada del G9:1 y la di%inidad de $uestro /e&or, piensan algunos, e"ista slo de nombre ya desde el principio del siglo. a 5teora .entica6 haba conseguido eso. ,dems e"isti a'uella e"tra&a corriente entre los 5 ibreclesiales6 a2n antes, cuando pastores 'ue no hacan ms 'ue seguir la corriente sensibles a %er de dnde sopla el %iento, podramos decir - abandonaron sus antiguas posiciones. 0s curioso leer en las crnicas de a'uel tiempo cmo (ueron aclamados como 5pensadores independientes6. 0s e"actamente lo 'ue no (ueronD JPor dnde ibaL ,h, sD Bien, eso despej el camino para nosotros, y la <glesia catlica hi!o entonces progresos e"traordinarios por un tiempo. K digo e"traordinarios atendiendo a las circunstancias, por'ue debe recordar 'ue las cosas eran muy distintas hace %einte o incluso die! a&os atrs. Ko pienso 'ue, bien o mal, haba comen!ado la separacin de las o%ejas y los cabritos. *odos los espritus religiosos eran catlicos, e indi%idualistas, en tanto 'ue la gran masa de indi%iduos repudiaban absolutamente lo sobrenatural y se con%ertan, hasta el 2ltimo hombre, en materialistas y comunistas. 4as nosotros progresamos por'ue tenamos unos cuantos hombres e"cepcionales - @elaney el (ilso(o, 4c,rthur y argent, los (ilntropos, y otros. Pareci realmente 'ue @elaney y sus discpulos se iban a lle%ar todo por delante. JRecuerda su 5,naloga6L Bh, claro, est en todos los manualesD - ,l producirse la clausura del +oncilio del -aticano - abierto en el siglo M<M y 'ue hasta entonces jams se haba disuelto -, perdimos un gran n2mero de adherentes por las de(iniciones (inales. 0l 5N"odo de los <ntelectuales6, lo llam la prensa. - as decisiones bblicasD - aport el sacerdote ms jo%en. - 0n parte eso1 y el entero con(licto 'ue haba comen!ado con el auge del 4odernismo al comien!o del siglo1 pero mucho ms por la condenacin de @elaney y del $ue%o *rascendentalismo en general, como era entendido entonces. Nl muri (uera de la <glesia, usted sabe. uego %ino la condenacin del libro de /ciotti sobre religiones comparadasD @espu#s de eso el comunismo a%an! por oleadas, si bien muy lentas. $o podran imaginarse la emocin general cuando en 1=O: se promulg la Ley de las Industrias Necesarias. 4uchos pensaron 'ue esta nacionali!acin de las principales pro(esiones iba a so(ocar todo espritu de empresa1 pero, como ustedes mismos han podido comprobarlo, no (ue as. 0n el (ondo, todo el pas deseaba esta re(orma. - J0n 'u# a&o se aprob la ey de Mayora-Dos-TerciosL pregunt Percy. - Bh, mucho antes1 entre un a&o o dos antes de la cada de la +mara de los ores. 3ue necesario, pienso, o los <ndi%idualistas se hubiesen puesto como locosD Bien, la Ley de Industrias Necesarias (ue ine%itable1 la gente haba comen!ado a darse cuenta, ya desde 'ue los (errocarriles haban sido municipali!ados. Por un tiempo hubo un auge e"plosi%o del arte, por'ue todos los <ndi%idualistas 'ue pudieron, all se metieron 7(ue entonces 'ue se (und la escuela de *oller1 pero pronto se reencaminaron hacia empleos del ?obierno1 despu#s de todo, el seis por ciento como m"imo de ganancia para empresas pri%adas no era una gran tentacin, y el ?obierno pagaba bien. Percy mene su cabe!a.

A - /, pero no puedo entender el presente estado de cosas. J$o ha dicho usted 'ue todo march muy lentamenteL - / - dijo el %iejo -, pero no debe ol%idar usted la Ley de Pobres. 0so estableci a los comunistas para siempre. +iertamente BraithPaite saba lo 'ue haca. 0l sacerdote ms jo%en mir in'uisiti%o. - a abolicin del %iejo sistema de ,silos y RetirosD - dijo el se&or *empleton -. *odo esto es historia antigua para ustedes, por supuesto, pero yo lo recuerdo como si (uera ayer. 0so (ue lo 'ue tir abajo lo 'ue toda%a se llamaba la 4onar'ua y las Qni%ersidades. - ,h - dijo Percy -. 4e gustara orlo hablar de eso, se&or. - Ka mismo, PadreD Bien, esto es lo 'ue hi!o BraithPaite. Por el %iejo sistema todos los pobres eran tratados igual, y se sentan molestos. 0n el nue%o sistema estn los tres grados 'ue tenemos ahora, y la emancipacin de los dos grados superiores. /lo los absolutamente in2tiles eran asignados al tercer grado, y tratados ms o menos como criminales - por supuesto despu#s de un cuidadoso e"amen. 0ntonces %ino la re(orma de las pensiones a la %eje!. Bueno) Jno %en cun (uertes tu%o 'ue hacer todo esto a los comunistasL os <ndi%idualistas - eran toda%a llamados *ories cuando yo era ni&o - los <ndi%idualistas ya no tu%ieron ms chance. Hoy no son ms 'ue un trapo %iejo. a totalidad de la clase obrera - y eso signi(ica el no%enta y nue%e por ciento de la gente estaba toda contra ellos. Percy le%ant la %ista, pero el otro prosigui. - @espu#s %inieron la Ley de Reforma arcelaria bajo 4acpherson, y la abolicin de la pena de muerte1 luego, la ley de(initi%a de 1=H= para la ense&an!a, donde s# estableci el secularismo dogmtico1 ms tarde, la abolicin e(ecti%a de la herencia por la Reforma del Derec!o Testamentario - He ol%idado cul era el antiguo sistema - musit Percy. - K, parece increble, pero el %iejo sistema era 'ue todos pagaban igual. Primero %ino el "cta de #erencia, y luego el cambio por el cual la ri'ue!a heredada pagaba tres %eces la tasa de la ad'uirida1 'ue condujo a la aceptacin de las doctrinas de Carl 4ar" en el G;= pero lo primero %ino en el G>>D Bien, todo esto mantu%o a <nglaterra al ni%el del continente1 ella haba llegado a gatas a alinearse con #l con el es'uema (inal del Librecambio $ccidental% Nse (ue el primer e(ecto, como recordarn, del triun(o de los socialistas en ,lemania. - JK 'u# hemos hecho para mantenernos (uera de la guerra del 0steL - pregunt Percy con ansiedad. - EBhF 0sa es una larga historia. 0n una palabra, ,m#rica nos lo impidi, y perdimos la <ndia y ,ustralia. 0sto es lo 'ue estu%o ms cerca de hacer caer a los comunistas desde 1=9H. Pero nuestro ministro BraithPaite ha compensado hbilmente esta p#rdida obteniendo, de una %e! por todas, el protectorado de R(rica. 0ra un anciano entoncesD 0l se&or *empleton se detu%o para toser una %e! ms. 0l padre 3rancis suspir y se reacomod en su silla. - JK ,m#ricaL - pregunt Percy. - ,h, todo esto es muy complicado. Pero ella conoca su (uer!a y se ane" el +anad el mismo a&o. 0so (ue cuando estbamos en lo ms bajoD Percy se le%ant. - J*iene usted un ,tlas +omparado, se&orL - in'uiri.

H 0l %iejo apunt a un estante. - ,llD - indic. @urante algunos instantes, Percy e"amin en silencio el gran mapa geogr(ico, e"tendi#ndolo sobre sus rodillas. - +iertamente es mucho ms simple - murmur, mirando primero el %iejo abigarramiento del principios del siglo MM, y luego a los tres grandes manchones del MM<. 4o%i su dedo sobre ,sia. as palabras <4P0R<B @0 BR<0$*0 se e"tendan sobre un amarillo plido desde los montes Qrales hasta el estrecho de Behring a la derecha, recorriendo con sus letras enormes la <ndia, ,ustralia y $ue%a Selanda. a mancha roja 'ue el dedo se&al enseguida era mucho ms pe'ue&a, aun'ue no sin importancia, pues cubra toda 0uropa y la Rusia europea hasta los montes Qrales y R(rica hasta el sur, 3inalmente, la R0PTB <+, ,40R<+,$, (ormaba tina mancha a!ul 'ue cubra la totalidad de ese continente y desbordaba a su i!'uierda en una mirada de chispas a!ules sobre el blanco de los mares. - /, ms simple es - dijo secamente el anciano. Percy cerr el atlas y lo dej junto a su silla. - K ahora, se&or, seg2n su opinin, J'u# %a a sucederL 0l anciano poltico catlico sonri. - JUu# %a a sucederL - repiti -. /lo @ios lo sabeD /i el <mperio de Briente decide actuar, nuestros 0stados Qnidos de 0uropa no podrn resistir su podero. EK la %erdad es 'ue a2n no comprendo por 'u# no se han resuelto a atacarnosF <magino 'ue el Briente debe estar trabado por sus di%isiones religiosas. - J$o cree usted 'ue 0uropa puede llegar a di%idirseL - pregunt el sacerdote. - EBh no, de ning2n modoF ,ctualmente conocemos nuestro peligro. K ,m#rica ciertamente nos apoyar. Pero igualmente, E'ue @ios nos libre - o los libre a ustedes, debera decir si el <mperio de Briente atacaF Pues este imperio conoce ahora la magnitud de su (uer!a. Hubo un silencio por un segundo o dos. Qna apagada %ibracin tembl en el aposento subterrneo al paso de alguna enorme m'uina en la a%enida de arriba. - Pero en cuanto a la religin - insisti Percy - J'u# por%enir le pronostica ustedL -isiblemente cansado, el se&or *empleton aspir una gran bocanada de su inhalador de o"geno. @espu#s retom su discurso. - Para resumir la situacin - dijo -, ya no e"isten en el mundo sino tres grandes (uer!as) el +atolicismo, el Humanitarismo y las Religiones del Briente. 0n este 2ltimo aspecto no podra predecir nada, aun'ue pienso 'ue los /u(es %encern. +ual'uier cosa puede pasar, el 0soterismo est haciendo enormes progresos, y eso signi(ica Pantesmo1 y la (usin de las dinastas china y japonesa ha desarmado todos nuestros clculos. Pero en 0uropa y ,m#rica, no cabe duda de 'ue el con(licto e"iste 2nicamente entre los dos primeros elementos 'ue acabo de nombrar. Podemos desechar el resto. K yo creo, si desean 'ue les diga lo 'ue pienso, 'ue, humanamente hablando, el +atolicismo ahora %a a decaer rpidamente. 0s totalmente e"acto 'ue el Protestantismo est muerto. 3inalmente todo el mundo ha terminado por reconocer 'ue una religin sobrenatural implica (or!osamente una autoridad absoluta y 'ue en cuestiones de (e el juicio indi%idual no es sino el comien!o de la descomposicin. *ambi#n es cierto 'ue la <glesia catlica, ya 'ue es la 2nica institucin 'ue pretende poseer una autoridad sobrenatural, con toda su lgica implacable, tiene la adhesin de todos los cristianos 'u# conser%an cual'uier grado de (e

O en lo sobrenatural. Han 'uedado unos pocos sectarios, sobre todo en ,m#rica y a'u, pero no son importantes. *olo esto es %erdad, pero por otra parte no debemos ol%idar 'ue el Humanitarismo, contrariamente a la 'ue se esperaba de #l, se est con%irtiendo en una religin organi!ada, aun'ue anti-sobrenatural. 0s Pantesmo1 est creando un ritual masnico, y posee adems un +redo) 5@ios es el Hombre6, etc. Por lo tanto, dispone ahora de un alimento real para satis(acer las aspiraciones de los espritus msticos1 cuenta tambi#n con una parte de idealismo, aun'ue sin e"igir nada a las (acultades espirituales. ,dems, ellos disponen de todas las iglesias, sal%o las nuestras, y todas las catedrales1 y comien!an por (in a alentar las aspiraciones del cora!n. 0llos tienen plena libertad de e"hibir sus smbolos1 en tanto 'ue a nosotros nos est prohibido. /oy de opinin 'ue su doctrina ser legalmente establecida como religin dentro de die! a&os, como mucho. - 0ntretanto, nosotros, los catlicos, continuamos retrocediendo. +reo 'ue en ,m#rica contamos a2n, nominalmente, con un 9H V de la poblacin, gracias al admirable mo%imiento catlico de los G9:. 0n 3rancia y en 0spa&a se puede decir 'ue hemos desaparecido por completo1 en ,lemania, nuestras (ilas ralean de da en da. 4antenemos nuestra posicin en el 0ste, por cierto1 pero a2n all no somos ms 'ue uno en doscientos seg2n las estadsticas y desparramados. JK en <taliaL ,ll hemos recon'uistado Roma, 'ue de nue%o nos pertenece e"clusi%amente, pero nada ms. Por 2ltimo, a'u conser%amos toda <rlanda y acaso uno en sesenta en <nglaterra, 0scocia y ?ales, teniendo en cuenta 'ue hace setenta a&os nuestra proporcin era de uno en cuarenta. K est el enorme progreso de la psicologa - netamente en contra nuestra, desde ms de un siglo. Primero, %ean, era el materialismo puro y simple, 'ue ms o menos (racas - era demasiado torpe - pero la psicologa corri en su ayuda. ,hora la psicologa cubre todo el resto del terreno1 y pretende haber dado cuenta de lo sobrenatural. Nsta es la cadena. @esgraciadamente, padre, no cabe la menor duda de 'ue estamos perdiendo. K seguiremos perdiendo, y creo 'ue debemos estar preparados para a(rontar una catstro(e de un momento a otro. - /in embargoD - empe! Percy. - Pensar usted 'ue, para un anciano como yo, 'ue se encuentra al borde de la tumba, mis ideas son bien pesimistas. JUu# 'uiere ustedL He 'uerido ser absolutamente (ranco. Por mucho 'ue me es(uerce, no %islumbro la menor esperan!a. 0s ms, me parece 'ue en estos momentos bastara el menor incidente para precipitar nuestra ruina total. $o, ya %e usted 'ue no encuentro ninguna esperan!a sal%o enD Percy lo mir (ijamente. - E/al%o en el da en 'ue $uestro /e&or regrese, como lo ha prometidoF - termin el anciano estadista. 0l padre 3rancis suspir otra %e!, y cay un silencio. - JK la cada de las Qni%ersidadesL - dijo al (in Percy. - Uuerido Padre, (ue e"actamente como la cada de los monasterios bajo 0nri'ue -<<<) los mismos resultados, los mismos argumentos, los mismos incidentes. 0ran las (ortale!as del <ndi%idualismo, como los monasterios del Papismo1 y eran miradas con la misma suerte de aprensin y en%idia. 0ntonces comen! la misma suerte de obser%acionesD acerca de la cantidad de oporto 'ue consuman, y as1 y de golpe la gente dijo 'ue haban cumplido su ciclo1 'ue sus moradores tornaban los medios por (ines) y haba, por cierto, bastante ms moti%o de decirlo. @espu#s de todo, puesto lo sobrenatural, las casas religiosas eran una consecuencia ob%ia1 pero el objeto de la educacin seglar es

> presumiblemente la produccin de algo in%isible - o carcter o capacidad, y pareci casi imposible las Qni%ersidades producan eso - en (orma 'ue %aliera la pena. a distincin entre las partculas griegas y & no es un (in en s1 y la clase de persona producida por su estudio no era algo 'ue interesara a la <nglaterra del siglo MM. Ko no estoy seguro de 'ue a m mismo me interesara mucho 7y yo (ui siempre un indi%idualista a rajatabla8 e"cepto en lo pat#ticoD - J+moL - dijo Percy. - Bh, (ue pat#tico de %eras. as 0scuelas +ient(icas de +ambridge y el @epartamento +olonial de B"(ord (ueron la 2ltima esperan!a, y perecieron. os %iejos dmines se arrastraron con sus libros, pero nadie los precisaba) eran demasiado teor#ticos. ,lgunos rodaron a los 5,silos6, primero y segundo grado) otros (ueron recogidos por cl#rigos caritati%os) hubo un intento de concentrarlos en @ublin, pero (all, y la gente los ol%id pronto. as construcciones, ustedes saben, (ueron usadas para esto y lo otro. B"(ord se con%irti en un establecimiento de ingeniera por un tiempo, y +ambridge en una especie de laboratorio del gobierno. Ko estaba en el CingWs +ollege, saben. Por supuesto 'ue (ue horrible como lo 'ue ms, aun'ue por (ortuna guardaron la capilla abierta, aun'ue (uera como museo. $o era lindo %er a los presbiterios henchidos de modelos anatmicos. /in embargo, 'ui! no sea peor eso 'ue llenarlos de incensarios y ro'uetesD - JUu# le pas a ustedL - Bh, yo entr# temprano en el Parlamento, y tena unos pocos ahorros mos. Pero para algunos (ue muy duro1 obtu%ieron pe'ue&as pensiones, por lo menos los incapacitados. K sin embargo, no s#1 se me hace 'ue tena 'ue %enir. 0ran poco ms 'ue reli'uias pintorescas, J%erdadL y no tenan ni si'uiera el ornamento de una (e religiosa. Percy suspir de nue%o, mirando la jocosamente enso&ada cara del anciano. uego, de golpe, cambi tema de nue%o. - JK acerca de ese Parlamento europeoL 0l %iejo comen!) - +reo 'ue %a a llegar, si se halla a un hombre capa! de empujarlo. *oda esta centuria ha ido lle%ando a eso, como usted %e. 0l patriotismo ha ido muriendo a chorros1 pero tena 'ue morir, como la escla%itud y el (eudalismo, y otras cosas, bajo el in(lujo de la <glesia catlica. 4as he a'u 'ue la obra ha sido hecha sin la <glesia, y el resultado es 'ue el mundo se est alineando contra nosotros) es un antagonismo organi!ado, una especie de ,nti-<glesia +atlica. a @emocracia ha hecho lo 'ue la 4onar'ua cristiana debi hacer. /i ese proyecto prospera, creo 'ue tenemos 'ue esperar de nue%o algo como persecucinD Pero, a su %e!, la in%asin del Briente puede sal%arnosD $o seD Percy permaneci inm%il unos momentos y luego se le%ant. 4e %eo obligado a partir, se&or, pues ya son ms de las diecisiete horas dijo, recayendo en el esperanto -. e estoy enormemente agradecido. J4e acompa&a usted, padreL 0l padre 3rancis se le%ant tambi#n, con su (ino traje gris oscuro permitido a los cl#rigos, y tom su sombrero. - K bien, Padre - dijo el anciano, dirigi#ndose a Percy - %uel%a a %erme uno de estos das si no me ha encontrado demasiado charlatn. <magino 'ue tendr usted 'ue escribir su in(orme a Roma. Percy asinti. - 0sta ma&ana ya escrib la mitad - contest -. Pero comprend 'ue me sera necesario in(ormarme un poco ms para poder entender correctamente lo 'ue pasa. $o sabe cunto

; le agrade!co su ayuda. 0n realidad, implica un trabajo delicado este in(orme diario 'ue debo en%iar al cardenal-protector. *engo la intencin de renunciar .a esta tarea, siempre 'ue el cardenal me lo permita. - E4i 'uerido Padre, no lo haga ustedF /i me autori!a a hablarle con toda sinceridad, debo decirle 'ue le encuentro dotado de un poder de obser%acin e"traordinariamente penetrante, y Roma, sin una in(ormacin e'uilibrada, no puede hacer nada. K no creo 'ue sus colegas sean tan hbiles como usted. Percy sonri, ele%ando las negras cejas suplicantes. - -amos, padre - dijo. os dos sacerdotes se separaron en los pelda&os del corredor, y, ya solo, Percy se detu%o unos instantes a contemplar la escena oto&al 'ue se desarrollaba a su alrededor. o 'ue acababa de escuchar de labios del anciano le pareca iluminar de un nue%o y e"tra&o brillo el cuadro magni(ico de prosperidad 'ue se e"tenda ante sus ojos. e rodeaba una luminosidad tan intensa como la del pleno da, pues con los 2ltimos progresos de la lu! arti(icial en ondres no e"ista di(erencia entre el medioda y la noche. 0l jo%en sacerdote se encontraba en una especie de claustro cerrado por grandes vitrau', cuyo piso estaba tapi!ado con un material de caucho 'ue so(ocaba el ruido de las pisadas. , sus pies circulaba un doble torrente in(inito de personas 'ue iban hacia la derecha y la i!'uierda, sin 'ue se escuchara ms 'ue el rumor de las con%ersaciones en esperanto. , tra%#s del cristal duro y transparente 'ue cerraba de un lado el corredor p2blico, el sacerdote poda contemplar un ancho camino oscuro enteramente %aco1 pero pronto un gran clamor se ele% del lado de Xestminster, parecido al !umbido de una gigantesca colmena, y casi inmediatamente un enorme objeto luminoso se desli! sobre el camino. 0nseguida (ue apagndose gradualmente la intensidad del ruido, a medida 'ue el gran *ren ,utom%il $acional 'ue llegaba del /ur prosegua su camino hacia el 0ste. 0ra esa tina ruta pri%ilegiada sobre la cual podan transitar e"clusi%amente los %ehculos del 0stado y a una %elocidad 'ue no deba e"ceder de los ciento cincuenta .ilmetros por hora. 0n la ciudad encauchada todos los ruidos estaban atenuados. as aceras rodantes para peatones se e"tendan a unos cien metros de distancia y la circulacin subterrnea se adi%inaba slo por una le%e %ibracin del piso. Pero cuando Percy ya se decida a marcharse, se oy de pronto una nota musical 'ue pareca brotar de la b%eda celeste, un prolongado acorde de una belle!a y una intensidad mara%illosas. ,partando los ojos de las aguas apacibles del *mesis, 2nico elemento 'ue haba rehusado hasta entonces cual'uier intento de trans(ormacin, di%is a una gran altura, destacndose de las nubes (uertemente iluminadas, un objeto largo y delgado impregnado de una lu! muy sua%e, 'ue se desli!aba hacia el $orte, desapareciendo rpidamente sobre sus alas desplegadas. 0ste delicioso llamado musical era la se&al de las lneas europeas de las grandes $a%es -olantes 'ue anunciaba la llegada de uno de sus a#reos en las di(erentes estaciones donde se detena. 5EHasta el da en 'ue $uestro /e&or regreseF6, se repeta Percy, y s2bitamente %ol%i a oprimirle el pecho la antigua angustia. E+un di(cil era mantener los ojos (ijos en tan lejana perspecti%a mientras el mundo, inmediato y pr"imo, o(reca in(initas atracciones en su esplendor y su (uer!aF EBhF Nl haba discutido una hora antes con el padre 3rancis 'ue el tama&o no era lo mismo 'ue la grande!a y 'ue lo e"terior pujante no poda despla!ar lo interior sutil1 y haba credo lo 'ue haba dichoD pero la duda permaneca

= hasta 'ue la hi!o callar con un (iero es(uer!o, gritando en su cora!n al Pobre de $a!aret 'ue conser%ara su cora!n como el cora!n de un ni&o. ,pret los labios, preguntndose cunto tiempo el padre 3rancis podra soportar la presin, y descendi los escalones.

LIBRO PRIMERO. LA VENIDA CAPTULO PRIMERO


I Bli%er Brand, el nue%o diputado por +roydon, seccin A, estaba sentado en su estudio mirando por la %entana por sobre el tope de su m'uina de escribir. /u casa miraba hacia el norte en la punta de un residuo de la colina de /urrey, cortada y per(orada ahora ms all de toda recognicin1 tan slo para un comunista la %ista poda ser entusiasmadora. Yusto debajo de las anchas %entanas el terreno terraplenado descenda en decli%e unos treinta metros, acabando en un alto muro1 y ms all se e"tenda triun(ante el mundo y las obras de los hombres a p#rdida de %ista. @os %astas %as como pistas listadas, cada una no menos de un cuatrocientos metros de ancho y hundidas siete metros debajo del ni%el del suelo, corran a unirse un .ilmetro ms all en un enorme enlace. @e #stas, la de la i!'uierda era la primera lnea troncal a Brighton, inscripta en may2sculas en la ?ua de *renes1 la derecha, la segunda lnea al distrito de *unbridge y Hastings. 0staban di%ididas a lo largo por un muro de cemento, en uno de cuyos lados corran los tran%as el#ctricos y en el otro estaban las %as (#rreas mismas, di%ididas en tres, sobre las cuales rodaban primero los (renes o(iciales a 9:: .ilmetros por hora, segundo los coches pri%ados a no ms de 1:: y tercero el tren carreta del gobierno a H: .ilmetros horarios, con paradas cada cinco .ilmetros. *odo esto estaba bordeado ms all por un camino reser%ado a peatones, ciclistas y coches mosca en donde ning2n %ehculo poda hacer ms de I: .ilmetros por hora. ,llende estas grandes %as yaca un inmenso llano de techos, con torres peti!as marcando los edi(icios p2blicos, desde el distrito de +aterham hasta +roydon al norte, claros y brillantes en el aire sin humo1 y all lejos al oeste y al norte se %ean las chatas colinas suburbanas contra el limpio cielo de abril. 0ra asombroso el poco ruido, considerada la densidad de la poblacin1 y con e"cepcin del rumor de los rieles de acero al cru!ar un tren norte o sur, y el sua%e bordonear de los grandes motores al llegar o dejar el enlace, poco haba 'ue or en este escritorio, e"cepto un murmullo blando y adormecedor 'ue llenaba el aire, como el murmullo de las abejas en un jardn. Bli%er amaba todo atisbo de %ida humana - ajetreadas %istas o sonidos - y estaba escuchando ahora, sonriendo le%emente para s al mirar el claro cielo. @espu#s cerr los labios, pos de nue%o los dedos en las teclas, y sigui redactando su discurso. Haba tenido suerte en cuanto a la situacin de su casa, sita en un rincn de una de esas inmensas telara&as 'ue cubran el condado1 y para sus propsitos era todo lo 'ue se poda desear. 0staba bastante cerca de ondres como para ser muy barata1 pues todos los pudientes se haban retirado al menos a H: .ilmetros del tumultuoso cora!n de <nglaterra1 y sin embargo era tan 'uieto como se poda pedir. 0staba a menos de die!

1: minutos de Xestminster por un lado y %einte minutos del mar por el otro1 y su electorado yaca delante de #l como en un mapa. ,dems, como la gran *erminal de ondres estaba a die! minutos, tena a su disposicin la nea *roncal Primera a cual'uier gran ciudad inglesa. Para un poltico de no muchos dineros, 'ue deba hablar en 0dimburgo un da y el otro en 4arsella, estaba tan bien situado como cual'uiera en 0uropa. 0ra un hombre de aspecto agradable, de no mucho ms de treinta a&os, cabello negro duro, a(eitado, delgado, %aronil, atrayente, de ojos a!ules y te! blanca1 y apareca hoy sumamente contento de s mismo y del mundo. /us labios se mo%an sutilmente al escribir, sus ojos se enanchaban y estrechaban con la e"citacin, y ms de una %e! haca pausa y paseaba los ojos a(uera, sonriente y acalorado. /e abri una puerta1 y un hombre maduro entr ner%iosamente con un montn de papeles, los dej caer sobre la mesa, y se %ol%i para salir. Bli%er lo detu%o con un ademn, corri una palanca, y lo interpel. - JUu# hay, PhillipsL - $oticias del Briente, se&or - dijo el secretario. Bli%er mir a un lado, y puso la mano sobre el montn. - J,lg2n mensaje completoL - in'uiri. - $o, se&or1 interrumpidos otra %e!) el nombre de 4ister 3elsenburgh es mencionado. Bli%er pareci no or1 le%ant las delgadas hojas impresas con un gesto s2bito, y empe! a hojearlas. - 0l cuarto desde arriba, 4ister Brand - dijo el secretario. Bli%er sacudi la cabe!a con impaciencia, y a esta se&al sali el otro. a cuarta hoja desde arriba, impresa en rojo sobre %erde, pareci absorber del todo la atencin de Bli%er, pues la recorri tres o cuatro %eces, reclinado inm%il sobre su butaca. @espu#s suspir# y mir de nue%o por la %entana. Btra %e! se abri la puerta y entr una jo%en alta. - JUu# hay, 'ueridoL - pregunt. Bli%er mene la cabe!a con labios apretados. - $ada de(inido - dijo - 4enos de lo acostumbrado. Bye. e%ant el papel %erde y empe! a leer alto, mientras la muchacha se sentaba a su i!'uierda sobre la %entana. 0ra una hechicera criatura, alta y esbelta, con ardientes y serios ojos grises1 labios (irmes y un airoso porte de hombros y cuello. Haba caminado lentamente a tra%#s de la pie!a al tomar Bli%er la hoja y ahora se reclinaba en su %estido pardo en actitud u(ana y graciosa. Pareca escuchar con una suerte de pensati%a indolencia1 pero sus ojos chispeaban de inter#s. - 5<r.uts. - abril catorce - ayer - como - de costumbre - sospechada - de(eccin - partido /u( - tropas - contin2an - concentrndose - habl - multitud - budista - atentado - contra - el ama - pasado - %iernes - obra - anar'uistas - 3elsenburgh - parte - a 4osc2 con(orme - arreglo - 0lD6 He a'u) esto es absolutamente todo - termin Bli%er con despecho -. <nterrumpido como de ordinario. a jo%en comen! a hamacar un pie. - $o entiendo nada - dijo -. JUui#n es 3elsenburgh, para empe!arL - Uuerida ni&a, es lo 'ue todo el mundo se pregunta. $o se sabe nada, e"cepto 'ue (ue incluido en la delegacin americana a 2ltima hora. 0l Heraldo public su %ida hace unos das1 pero ha sido desmentida. /e sabe cierto 'ue es un hombre jo%en, y desconocido hasta ahora.

11 - Bien, ahora ya no lo es - obser% la jo%en. - Ka s#1 parece 'ue est mangoneando todo el asunto. $o se oye una palabra de los otros. Por suerte est del lado bueno. - JK t2 'u# piensasL Bli%er %ol%i %agamente los ojos al %entanal. - Pienso 'ue es toma o deja - dijo -. o 2nico notable es 'ue parecera 'ue a'u nadie se da cuenta. 0s demasiado grande para la imaginacin, supongo. $o cabe duda 'ue el Briente se haba estado preparando para caer sobre 0uropa estos cinco a&os. /olamente ,m#rica los (renaba1 y este es el 2ltimo intento de pararlos. Pero como 3elsenburgh ha %enido al rescateD - se interrumpi1 debe ser un gran lingZista, por lo %isto. 0sta es la 'uinta multitud 'ue arenga, por lo menos1 E'ui! sea el int#rprete de los yan'uisF E+ristoF, me gustara saber 'ui#n es. - J*iene otro nombreL - Yulin, creo. Qn parte lo llama as. - J+mo brot todo estoL Bli%er mene la cabe!a. - <ntereses pri%ados - dijo[. as agencias europeas han suspendido el trabajo. +ada estacin telegr(ica est %igilada da y noche. Hay lneas de %oladores paradas en cada (rontera. 0l <mperio pretende resol%er este asunto sin nosotros. - JK si sale malL - Uuerida 4abelD si el in(ierno se desataD - e"tendi las manos como implorando. - JK 'u# est haciendo el gobiernoL - *rabajando da y noche1 y lo mismo el resto de 0uropa. /i esto da en la guerra, es el acabse y tres ms. - JUu# esperan!as %esL - -eo dos esperan!as - articul Bli%er lentamente -. Qna, 'ue se asusten de ,m#rica, y retiren las manos de puro miedo1 la otra, de 'ue puedan ser inducidos a retirarlas por buena %oluntad1 si solamente se les pudiera hacer entender 'ue la cooperacin es la 2nica sal%acin del mundo. Pero esas condenadas religiones de ellosD a jo%en suspir, y mir de nue%o a(uera al ancho campo de techos bajo la %entana. a situacin era de %eras de lo ms serio imaginable. 0se enorme imperio, consistente en una (ederacin de estados bajo el cetro del Hijo del +ielo 7hecha posible por el resurgir de las dinastas japonesa y china, y la cada de Rusia8 habla ido consolidando sus (uer!as y la conciencia de su podero durante los 2ltimos tres decenios, ya desde 'ue haba posado, en e(ecto, sus amarillas manitas sobre ,ustralia y la <ndia. 4ientras el resto del mundo haba percibido lo insensato de la guerra, ya desde la cada de la Rep2blica Rusa ante el embate combinado de la ra!a amarilla, el Briente haba percibido sus posibilidades. Pareca ahora 'ue la ci%ili!acin de la 2ltima centuria iba a ser barrida de nue%o al caos. $o era de cuidado la multitud en el Briente1 eran sus dirigentes los 'ue haban comen!ado a despere!arse despu#s de un interminable letargo, y no era (cil imaginar 'ui#n o 'u# cosa era para contrarrestarlos. Haba adems un to'ue siniestro en el rumor de 'ue el (anatismo religioso estaba detrs del a%ance, y 'ue el pachorriento Briente (antaseaba al (in misionar por medio del e'ui%alente moderno de 5sangre y (uego6 a todos los 'ue haban abandonado toda creencia religiosa, menos la de la 5Humanidad6. Para Bli%er esto era enlo'uecedor, simplemente. ,l mirar desde su %entanal y %er el %asto circuito de ondres posado plcidamente ante #l, y al recorrer con la (antasa toda la

19 anchurosa 0uropa %iendo por todas partes el slido triun(o de la cordura sobre los ch2caros cuentos de hadas del cristianismo, le resultaba intolerable 'ue todo esto pudiera ser a%entado atrs de nue%o al brbaro torbellino de sectas y dogmas1 pues no menos 'ue eso resultara si el Briente meta sus manos en 0uropa. <ncluso el +atolicismo poda re%i%ir, pens, esa e"tra&a (e 'ue haba llameado tantas %eces al contacto de la persecucin ordenada para apagarla1 y de todas las (ormas de (e, el +atolicismo le pareca a Bli%er como la ms grotesca y escla%i!ante. a perspecti%a de todo esto lo turbaba seriamente, ms a2n 'ue la %isin de los destro!os materiales y el derrame de sangre 'ue amena!aba a 0uropa con el despertar del Briente. @el lado religioso haba una sola esperan!a, como le haba e"plicado a 4abel cien %eces, y era 'ue el Pantesmo Uuietista, 'ue en la 2ltima centuria haba dado tama&os pasos en Bccidente lo mismo 'ue en Briente, entre 4ahometanos, +on(ucianos, Budistas, Hinduistas, y el resto, %aliese a contrarrestar el (renes sobrenatural mstico 'ue arrebataba a sus hermanos esot#ricos. Pantesmo, a lo 'ue entenda, era lo 'ue #l mismo tena1 para #l 5@ios6 no era ms 'ue la suma e%oluti%a de la %ida creada, un @ios haci#ndose mas 'ue un @ios <n(inito, cuya esencia era la Qnidad <mpersonal1 la discusin dogmtica era la hereja peor, 'ue le%antaba los hombres unos contra otros, y obstaculi!aba el progreso1 pues, en su pensamiento, el progreso consista en la (usin del indi%iduo en la (amilia1 de la (amilia en la comunidad, de la comunidad en el continente y del continente en el uni%erso 3inalmente, el uni%erso mismo en cada uno de sus momentos no era ms 'ue un 5modo6, en el sentido de 0spinosa, de la %ida impersonal. @e hecho, era la misma concepcin catlica menos lo sobrenatural, una conjuncin de todos los bienes terrenos, 'ue recha!aba al <ndi%idualismo por un lado y al supernaturalismo por el otro. 0ra una traicin apelar del @ios <nmanente al @ios trascendente. $o haba @ios trascendente) @ios, es lo 'ue #l haba alcan!ado a %er, era el hombre. K no obstante estos dos, marido y mujer en cierto modo - pues haban contrado ese pacto re%ocable, ahora ya e"plcitamente reconocido por el gobierno - estaban lejos de participar en la grosera torpe!a del materialismo com2n. 0l mundo, para ellos, palpitaba en una intensa %ida 'ue (loreca en planta, bestia y hombre como un torrente de sagradas aguas 'ue brotaba de escondido %enero para impregnar todo lo pie se mue%e y siente. /u di%ino #"tasis era ms %alioso por'ue era comprensible a las mentes 'ue de #l brotaban. Haba misterios en Nl1 pero eran misterios 'ue incitaban en %e! de descora!onar, por'ue desplegaban nue%as glorias a cada e"ploracin 'ue el hombre en ellos lle%aba incluso los seres inanimados, el (sil, las ondas el#ctricas, las remotas estrellas, eran pol%aredas arrojadas por el 0spritu del 4undo, (ragantes con su presencia y elocuentes acerca de su natura. Por ejemplo, el anuncio hecho por el astrnomo Clein %einte a&os antes de 'ue la inhabitacin de algunos planetas se poda dar como un hecho cierto, cun hondamente haba a(ectado la idea de los hombres acerca de s mismos. Pero la 2nica condicin del progreso y de la construccin de la $ue%a Yerusal#n, en el planeta al hombre asignado, era la Pa!, no la espada 'ue +risto trajo o 'ue 4ahoma blandi1 esa pa! 'ue brota del conocimiento y no lo sobrepasa1 la pa! 'ue brota del saber 'ue el hombre es todo y puede llegar a serlo todo solamente por la simpata de sus semejantes. Para Bli%er y su compa&era, la 2ltima centuria les apareca como una re%elacin1 poco a poco la %ieja supersticin haba muerto y la nue%a lu! dominado1 el 0spritu del 4undo se haba le%antado, el sol haba alboreado por el Beste1 y ahora con %erdadero espanto los dos

1I %ean generarse de nue%o la tormenta en la regin donde toda supersticin haba tenido su nido. 4abel se le%ant y cru! hacia su marido. - Uuerido - dijo -, no debes deprimirte. *odo ir pasando como otras %eces ha pasado. 0s una gran cosa 'ue ellos hagan caso de ,m#rica por lo menos. K ese 3elsenburgh parece estar del lado buenoD Bli%er tom su mano y la bes. II Bli%er pareca abatido en el almuer!o, media hora despu#s. /u madre, una ancianita septuagenaria, 'ue nunca apareca antes de esa hora, lo not al instante1 pues luego de una mirada y una palabra, recay en el silencio detrs de sus cubiertos. 0l comedor era un co'ueto saloncito, inmediatamente debajo del de Bli%er, decorado en %erde claro, con(orme a la uni%ersal costumbre1 sus %entanas daban sobre una lonja del jardn trasero y sobre el alto muro con hiedra 'ue separaba esta mansin de la pr"ima. 0l moblaje era tambi#n el de uso) una prctica mesa redonda en el medio, con tres sillas de bra!os adaptadas a la mesa en sus cur%as y descansos1 y el centro de ella, descansando aparentemente sobre una ancha columna, sostena los platos. Haca mucho tiempo 'ue la prctica de situar el comedor sobre la cocina y de le%antar y bajar los ser%icios por presin hidrulica, se haba hecho com2n en las casas de los pudientes. 0l piso estaba hecho enteramente de la preparacin de corcho asb#stico in%entado en ,m#rica, silencioso, limpio y agradable al tacto y a los ojos. 4abel rompi el silencio. - J*u discurso de ma&anaL - pregunt tomando los cubiertos. Bli%er se anim un poco y comen! a perorar Pareca 'ue Birmingham 'uera alborotar. 0staban chillando una %e! ms por el librecambio con ,m#rica) las %entajas en 0uropa no les bastaban1 y era la tarea de Bli%er tenerlos 'uietos. 0ra %ano, propona decirles, 'ue se agitaran, en tanto el asunto de Briente no (uera resuelto1 no deban estorbar al gobierno justo ahora con ni&eras. *ena 'ue decirles adems 'ue el gobierno estaba con ellos en principio1 todo lo de ellos tena 'ue %enir pronto. - /on burros - a&adi (ieramente[) burros y egostas. Parecen criaturas 'ue lloran por comer die! minutos antes de la comida1 eso tiene 'ue llegar si consienten en aguardar un poco. - JK as se lo %as a decirL - JUue son unos burrosL +laro. 4abel mir a su esposo con un gui&o alegre en los ojos. /aba muy bien 'ue su popularidad asentaba en gran parte en su descaro. , la gente le gustaba ser retada y re&ida por un insolente genial 'ue dan!aba y gesticulaba en una especie de (uria magn#tica1 a ella misma le gustaba. - J+mo %as a irL - -olador. *omo el de las die! y ocho en Blac.(riars1 el mitin es a las die! y nue%e y yo estoy de %uelta a las %eintiuna. a emprendi ner%iossimamente con su (iambre, y su madre al! los ojos con una plcida sonrisa senil. 4abel comen! a tamborilear le%emente sobre el damasco.

1A - 0ntonces apres2rate por (a%or, 'uerido - dijo -. Ko tengo 'ue estar en Brighton a las 'uince. Bli%er trag el 2ltimo bocado, empuj el plato sobre el disco, mir si todos los platos estaban dentro, y lle% la diestra bajo el borde. ,l instante, sin un sonido, la pie!a central desapareci con su carga y los tres esperaron indi(erentes mientras un tintineo de platos %ena de abajo. a anciana se&ora Brand era una antigua dama de sano aspecto, rosadita y arrugada, con el tocado de mantilla de cincuenta a&os antes1 mas ella tambi#n pareca como deprimida esa ma&ana. 0l (iambre no haba sido un #"ito, pens) la nue%a comida no era como la de antes, era spera un poco1 tena 'ue ocuparse de eso en adelante. Hubo un chas'uido, un rumor le%e como un deslice, y la pie!a central emergi en su lugar, trayendo una admirable imitacin de un polio asado. Bli%er y su compa&era 'uedaron solos un momento, despu#s del almuer!o, antes 'ue 4abel tomara la calle para atrapar el catorce y media +uarto ?rado del ramal al enlace. - JUu# le pasa a madreL - pregunt #l. - Bh, es la cuestin de la comida otra %e!1 nunca se ha acostumbrado1 dice 'ue no le sienta. - J$ada msL - $o, 'uerido, estoy segura. $o ha dicho una palabra recientemente. Bli%er mir a su mujer bajar la calle. Haba 'uedado un poco in'uieto 2ltimamente por una 'ue otra palabrita rara 'ue su madre dej caer. Haba sido educada como catlica en su ni&e! y pareca a %eces 'ue le 'uedaba una huella. Haba una %ieja 5 eyenda Rurea6 'ue ella gustaba de tener consigo, aun'ue protestando siempre con un tonito de escarnio 'ue eran todas bobadas. Bli%er empero hubiera pre(erido 'uemar el libro) la supersticin era dura de morir1 y, cuando el cerebro a(loja, es muy capa! de a(lorar de nue%o. 0l cristianismo era a la %e! sal%aje y pesado, pens1 sal%aje, por su ob%ia y tosca absurdidad1 y pesado, por yacer del todo aparte del regocijante correr de la %ida1 se arrastraba oscuramente toda%a, a'u y all en oscuras iglesitas1 chillaba con hist#rica sensiblera en la +atedral de Xestminster, donde haba entrado una %e! a mirar con una especie de (uria burlona1 chachareaba e"tra&as (alacias al incompetente, al %iejo y al atrasado. Pero sera espantoso 'ue su misma madre (uese a mirarlo ahora con (a%or. Nl mismo, desde 'ue se recordaba, haba sido %iolentamente opuesto a las concesiones hechas a <rlanda y a Roma. 0ra intolerable 'ue esos das lugares tu%ieran 'ue ser de(initi%amente consentidos en su est2pida y traicionera algaraba, (ermentos de sedicin, 2lceras en la cara de la humanidad. $unca se acord con los 'ue sostenan era mejor 'ue el %iejo %eneno de Bccidente se en'uistase en %e! de dispersarse. Pero, con todo, all estaba. Roma haba sido enteramente entregada al %ejete %estido de blanco en true'ue de todas las parro'uias y catedrales de <talia1 y se saba 'ue la tiniebla medie%al reinaba en ella1 e <rlanda, despu#s de haber obtenido la independencia cincuenta a&os haca, haba abra!ado el catolicismo o(icialmente y abierto los bra!os a la ms %irulenta (orma de indi%idualismo. <nglaterra haba redo y tolerado, contenta de sal%arse de un montn de agitaciones por la partida inmediata de la mitad de su poblacin catlica a la otra isla1 y con(ormemente a su poltica comunista con las colonias, haba dado (acilidades para 'ue el indi%idualismo se cocinara all en su propia salsa, reduci#ndose por s mismo al absurdo. *odas cosas chuscas sucedan all ahora) apariciones, %isiones y pro(ecas. Bli%er haba ledo con agria risa de una mujer %estida de a!ul aparecida a unos ni&os1 y santuarios

1H le%antados donde sus pies haban posado1 pero Roma no le daba mucha risa, por'ue el traslado a *urn del gobierno italiano haba pri%ado a la Rep2blica de gran parte de su prestigio sentimental, y haba aureolado a la %ieja tontera religiosa con toda la meretricidad de las nostalgias histricas. @e todos modos, no poda durar mucho) el mundo comen!aba a. comprender al (in. 0stu%o unos momentos a la puerta despu#s de ida su mujer, empapndose de temple en la gloriosa %isin de cordura 'ue se e"tenda ante #l1 los in(initos techos y a!oteas, las altas b%edas %idriadas de los ba&os y gimnasios p2blicos, las torreadas escuelas donde se (ormaba la ciudadana, las telara&as de andamios y tablados 'ue surgan ac y acull1 y aun los pocos puntiagudos campanarios no lo molestaban. ,s se e"playaba hasta la perlada bruma de ondres, realmente hermosa, esta %asta colmena de hombres y mujeres 'ue haban asimilado al menos la leccin elemental del nue%o e%angelio de 'ue @ios no era sino el hombre, el sacerdote era el estadista, el pro(eta era el pro(esor. 0ntonces entr de nue%o a redactar su discurso. 4abel tambi#n estaba pensati%a en su asiento con el peridico en el rega!o, al desli!arse %elo!mente por la lnea de Brighton. 0stas noticias del 0ste la desconcertaban ms de lo 'ue ella dejaba %er1 y no obstante, un peligro real de in%asin le pareca increble. 0sta %ida occidental era tan apacible y cuerda1 los pueblos tenan al (in el pie sobre la roca, y pareca impensable 'ue (uesen (or!ados otra %e! al pantano1 era contrario a la ley de la e%olucin. Pero al (in no poda menos de reconocer 'ue la catstro(e pareca ser uno de los m#todos de la naturale!aD 0staba sentada inm%il, hojeando de %e! en cuando el magro re'uecho de noticias y releyendo el editorial acerca de ellas) tambi#n #l era desmayado. Qn par de hombres con%ersaban en el compartimiento de al lado sobre el mismo tema1 uno describa las (bricas de municin del gobierno 'ue haba %isitado, la anhelosa prisa 'ue reinaba all1 el otro pona preguntas y cuestiones. $o haba mucho con(ort all. $o haba %entanas de donde mirar1 en las lneas centrales la %elocidad era e"cesi%a para la %ista1 el largo compartimiento inundado de lu! sua%e era todo su hori!onte. +ontempl la blanca b%eda moldeada, las deliciosas pinturas enmarcadas en roble, los mullidos sillones, los melados globos de arriba 'ue irradiaban lu!-solar, una madre y su ni&o en(rente de ella. 0ntonces son la gran cuerda, la apagada %ibracin se acreci le%emente, y un momento despu#s las puertas automticas resbalaron y ella pis el and#n de la estacin de Brighton. ,l bajar los pelda&os 'ue lle%aban a la pla!oleta, not un cura 'ue caminaba delante. Pareca un %iejo muy enhiesto y (ornido, pues aun'ue su pelo era blanco, se mo%a gil y en#rgicamente. ,l pie de la escalera, #l se detu%o y medio %ol%i, y ella %io con gran sorpresa 'ue su rostro era el de un mo!o, delicado y (uerte, con cejas negras y radiantes ojos claros. 0ntonces lo pas, y comen! a cru!ar la pla!uela hacia la casa de la ta. 0n ese momento sin el menor preanuncio, e"cepto un agrio bocina!o arriba, sucedieron un montn de cosas. Qna gran sombra %olte cubriendo el sol a sus pies, un estr#pito de rotura hendi el aire, y un sonido corno el respiro de un gigante1 y al detenerse espantada, con un estruendo como de miles de cntaros 'ue se estrellaran, un enorme objeto se aplast en el pa%imento de caucho ante ella, y all 'ued, llenando media calle, agitando anchos alerones en su parte superior, los cuales se debatan y a!otaban cual las aletas d# un

1O monstruo antedilu%iano, %omitando gritos humanos y comen!ando de inmediato a bullir con %ulnerada %ida. 4abel apenas se dio cuenta de lo 'ue pas despu#s1 pero se encontr al momento empujada adelante por una presin %iolenta desde atrs hasta 'ue se detu%o temblando de pies a cabe!a con los restos destro!ados de un cuerpo humano gimiendo y retorci#ndose a sus pies. Qna especie de lenguaje articulado sali de #l1 capt distintamente los nombres de Yes2s y 4ara1 y entonces una %o! sise de repente en su odo) - @#jeme, se&ora. /oy un sacerdote. 0stu%o all un rato ms, aturdida por lo repentino del suceso, mirando casi (uera de s al jo%en cura canoso de rodillas, con su saco desabrochado y un cruci(ijo (uera1 lo %io inclinarse, agitar la mano en un rpido ademn, y musitar en un lenguaje 'ue ella no conoca. o %io erguirse de nue%o, teniendo el cruci(ijo en alto, y mo%erse lentamente en el medio del ensangrentado pa%imento, mirando a un lado y otro como por un llamado. @e los escalones del gran sanatorio 'ue estaba a la derecha descendieron corriendo una cantidad de (iguras, sin sombrero, de blanco, lle%ando cada una lo 'ue pareca una Coda. de las antiguas. /aba 'uienes eran y su cora!n dio un suspiro de ali%io. 0ran los operadores de la eutanasia. 0ntonces se sinti asida por un hombro y lan!ada atrs y de inmediato se hall en primera (ila de una multitud 'ue oscilaba y gritaba, y detrs de una cadena de policas y ci%iles 'ue haban (ormado cordn pata contener el embate. III Bli%er entr en pnico cuando su madre, media hora, ms tarde, entr corriendo con la nue%a de 'ue uno de los %oladores del gobierno se haba precipitado en la pla!oleta Brighton justo al momento 'ue el catorce y media descargaba su pasaje. /aba muy bien lo 'ue eso importaba, pues estaba (resco el recuerdo de otro desastre pocos a&os antes, justo despu#s de aprobada la ley 'ue prohiba los a%iones particulares. <mportaba 'ue todo bicho %i%iente en #l haba tronado, y posiblemente muchos otros ms de la calle en 'ue cay1 Jy entoncesL a hora coincida1 4abel estaba en la pla!uela en ese entonces. 4and un cable desesperado a la ta re'uiriendo noticias y se sent tembloroso en el silln, esperando respuesta. /u madre se sent al lado. - Uuiera @iosD - sollo! una %e!1 y se detu%o, al mirarla #l abruptamente. Pero los hados (ueron benignos, y cinco minutos antes 'ue 4r. Phillips se abriera paso con la respuesta, 4abel misma apareci en la cmara, sonriente, aun'ue un poco plida. - E+ristoF - grit Bli%er1 y rompi en un sollo!o al correr hacia ella. 0lla no tena mucho 'ue contar. $o se haba publicado a2n e"plicacin alguna del accidente1 decan 'ue simplemente los motores de un lado haban rateado. @escribi la gran sombra, el sonido sibilante y el estrello. @espu#s par. - JBien, 'ueridaL - pregunt su marido, toda%a plido en los pmulos, al sentarse junto a ella palmendole las manos. - Haba un cura - musit 4abel mirando al aire -. o %i primero en el and#n. Bli%er ronc una especie de risita ner%iosa. - /e puso de rodillas de golpe - prosigui ella - con su crucecita, antes 'ue llegaran los doctores. Uuerido, Jcree realmente la gente en esoL - Bueno, creen 'ue creen - dijo el marido. - *odo (ue tanD tan s2bito1 y all estaba #l, justo como si lo, estu%iese esperando. Bli%erD Jcmo puede serL

1> - K, la gente es capa! de creer cual'uier cosa, con tal de comen!ar temprano. - K el hombre pareca creerD el moribundo, digo. Ko le %i los ojosD /e detu%o. - JBien, 'ueridaL - Bli%er, J'u# le dices t2 a la gente 'ue se muereL - J@ecirlesL $ada, por supuesto. JUu# les %oy a decirL $o he %isto morir a nadie toda%a, por lo dems - a&adi riendo. - Ko tampoco, hasta hoy - dijo ella con seriedad -. os de la eutanasia estu%ieron en obra al momentoD Bli%er tom su mano amablemente. - 4i tesoro, debe haber sido horrendo. -aya, ests temblando toda%a. - $o, escuchaD 0s claro 'ue si hubiese habido algo 'ue decir, yo lo hubiese dicho tambi#n. 0staban todos justo (rente a m1 yo pens#1 despu#s %i 'ue no se me ocurra nada. $o poda ponerme a hablarles de la Humanidad. - +laro. Uuerida, no te preocupes. 0s triste1 pero no importa mucho. Ka se acab. - K ellos Jtambi#n acabaronL - +laro. 4abel apret los labios1 despu#s suspir. Haba tenido una agitada meditacin en el tren. /aba per(ectamente bien 'ue eran puros ner%ios1 pero no poda ahogarlos ni ahora si'uiera. +omo haba dicho, era la primera %e! 'ue haba %isto morir. - Pero el curaD el cura - dijo -. J0l cura no piensa asL - Uuerida, te %oy a decir lo 'ue #l piensa. Nl piensa 'ue ese hombre a 'uien mostr el cruci(ijo y le dijo esas palabras, est %i%o por ah, a despecho de 'ue su cerebro est muerto1 pero #l no est seguro dnde1 por'ue puede ser en una especie de alto horno encendido, donde se est tostando %i%o1 o bien, si ha tenido suerte, y el peda!o de palo ha hecho e(ecto, entonces est 'u# s# yo dnde encima de las nubes, delante de *res Personas 'ue son Qna sola y sin embargo son *res1 junto con otra cantidad de tipos, una mujer de a!ul, y otros muchos de blanco con sus cabe!as debajo del bra!o y muchos ms con la cabe!a torcida, tocando y tocando el arpa para siempre, delante de las *res dichas Personas1 caminando sobre las nubes y di%irti#ndose con eso enormemente. Nl cree, adems, 'ue todos estos beat(icos estn mirando perpetuamente hacia abajo a los altos hornos ya dichos, y alabando a las *res Personas de haberlos hecho. 0sto es lo 'ue el cura cree. ,hora t2 %es 'ue no es muy probable1 ser muy lindo, pero no es %erdad. 4abel sonri regocijada. Yams lo haba odo e"poner tan bien. 0ra la manera oratoria jo%ial, sencilla e irnica del gran tribuno. - $o 'uerido, tienes ra!n. 0sta clase de historias no es %erdad. J+mo puede #l creerlasL Pareca enteramente inteligente. - Uuerida ni&a, si cuando estabas en la cuna te hubieran contado 'ue la luna era 'ueso gorgon!ola, y te hubiesen martillado eso hasta hoy, cada da y todo el da, no estaras lejos de creerlo ahora. Bien, t2 sabes en tu cora!n 'ue los eutanasiadores son los %erdaderos sacerdotes. Por supuesto 'ue lo sabes. 4abel suspir con ali%io y se le%ant. - Bli%er, eres un descanso. E+mo te 'uieroF Bueno1 tengo 'ue ir a mi cuarto1 estoy tr#mula toda%a. 0n la mitad del saloncito, adelant de golpe un pie. - E,yF - e"clam ahogada.

1; Haba una curiosa mancha color herrumbre sobre el !apatito1 y su marido la %io palidecer y %acilar. /e al! bruscamente. - EUueridaF - le grit -. E$o seas chi'uillaF 0lla lo mir, sonri bra%amente, y sali. +uando hubo salido, se sent de nue%o un rato en el sitio de ella. E+aramba, 'u# contento estabaF $o le haca nada de gracia pensar lo 'ue sera su %ida sin ella. a haba conocido de trece a&os - haca ya siete de eso - y haca uno haban ido juntos a o(iciali!ar su connubio al Registro +i%il. /e le haba %uelto indispensable. Por supuesto 'ue el mundo poda seguir sin ella y supona 'ue #l tambi#n1 pero no tena ganas de hacer la prueba. Nl senta plenamente, pues #ste era su credo acerca del amor, 'ue e"ista entre ellos una doble atraccin, de alma y de cuerpo1 y no haba ms 'ue eso, mas #l amaba sus rpidas intuiciones, y or el eco de su propio pensamiento re(lejado tan e"actamente en ella. 0ran como dos llamitas unidas para hacer una tercera ms grande1 'ui!s una llama poda arder sin la otra - de hecho tena 'ue suceder un da - pero entretanto el calor y la lu! eran arrobadores. /, estaba encantado de 'ue se hubiera sal%ado del desastre del %elero. $o pens ms en su jocosa e"posicin del credo cristiano1 era un dogma para #l 'ue los catlicos crean cosas as1 y no era ms blas(emo para #l describirlo de ese modo 'ue rerse de un (etiche !ul2 con ojos de madreperla y peluca de crin de caballo1 era simplemente imposible tomar en serio todo eso. 0l tambi#n se haba preguntado en otro tiempo cmo era posible 'ue seres racionales tragaran esa ba!o(ia, pero la psicologa lo haba iluminado y ahora saba 'ue la sugestin puede hacer cual'uier cosa. EK pensar 'ue era ese odioso disparate el 'ue haba reprimido tanto tiempo el esplendido mo%imiento de la eutanasia con su humana misericordiaF /u ce&o se arrug un poco al recordar la e"clamacin de su madre) 5EUuiera @iosFD61 despu#s sonri de la %iejita y su pat#tico in(antilismo, y %ol%i de nue%o al escritorio, recordando a pesar suyo el tambaleo de su mujer al %er la salpicadura de sangre en el !apato. E/angreF /, eso tambi#n era un hecho, como cual'uier otro. J+mo haba 'ue tomarloL -aya, con el glorioso credo en la Humanidad-@ios espl#ndido 'ue mora y resurga de nue%o miles de %eces al da1 'ue 5mora cotidianamente6 como dijo el antiguo luntico Pablo de *arso1 desde 'ue empe! el mundo1 y resucitaba tambi#n, no una %e! sola como el hijo del carpintero, sino con cada ni&o 'ue %ena a lu!. 0sta era la respuesta1 Jy no era ella abundantemente e(ica!L 4ister Phillips %ino una hora despu#s con un nue%o (ajo de papeles. - $i una noticia ms del 0ste, se&or - dijo.

CAPTULO SEGUNDO
I a correspondencia de Percy 3ran.lin al +ardenal Protector de <nglaterra le ocupaba directamente dos horas al da e indirectamente casi ocho. 0n los 2ltimos siete a&os los m#todos de la /anta /ede haban sido una %e! ms retocados en %ista a las necesidades modernas y cada seccin importante del mundo posea adems del prepsito diocesano un representante en Roma, cuyo deber era mantenerse en contacto con el Papa a una mano y con su pueblo a la otra. 0n otras palabras, la centrali!acin haba seguido adelante, de acuerdo al mo%imiento del mundo1 y con la centrali!acin, la (le"ibilidad en los m#todos y la precisin en el gobierno. 0l +ardenal

1= Protector de <nglaterra era un tal ,bad 4artn, un benedictino, y era el deber de Percy, a la %e! 'ue de unos seis obispos y algunos sacerdotes y laicos 7con los cuales le estaba estrictamente prohibido hacer consultas o con(rontes8 escribirle una carta diaria con, los asuntos religiosos 'ue %inieran a su noticia. 0ra una %ida curiosa, por ende, la 'ue haca Percy. *ena un par de aposentos reser%ados en el Palacio ,r!obispal de Xestminster, y estaba medio adscripto al e'uipo de la +atedral, aun'ue con libertad casi omnmoda. /e le%antaba temprano y haca meditacin por una hora, despu#s de la cual deca misa. *omaba ca(#, recitaba parte del bre%iario y se sentaba a perge&ar su carta. , las die! se pona a recibir %isitantes y pasaba ocupado hasta el medio da, ora con los 'ue %enan a %erlo espontneamente, ora con su e'uipo de media docena de reporteros notables de los diarios y sus propios comentarios. ,lmor!aba con los otros cl#rigos de la casa, y despu#s se pona a %isitar a su %e! a a'u#llos de 'uienes deseaba in(ormes, %ol%iendo por una ta!a de t# a las diecis#is. 0ntonces se sentaba a redactar, despu#s de acabar el bre%iario y una %isita al /antsimo, su carta diaria, 'ue aun'ue bre%e e"iga mucho cuidado y lima. @espu#s de cenar tomaba nota para la carta pr"ima, reciba de nue%o %isitas si acaso, y se iba a dormir a las %eintids en punto. @es %eces a la semana era su deber asistir a %speras solemnes1 y ordinariamente tena la misa cantada de los sbados. 0ra una %ida curiosa y distracti%a, no e"enta de peligro. Qn da de la semana siguiente a su %isita a Brighton, cuando estaba terminando su carta, el dom#stico asom para decirle 'ue el P. 3rancis 'uera %erlo. - @ie! minutos, por (a%or - respondi Percy sin al!ar los ojos. Remat las 2ltimas lneas, arranc la hoja y se reclin a repasarla, traduciendo inconscientemente del latn al ingl#s) \Xestminster. 4ayo 1A \0minencia) \*engo alguna in(ormacin ms desde ayer. Parece seguro 'ue el decreto obligando al 0speranto para todos los usos o(iciales ser dado en Yunio. *engo esto de Yohnson. 0sto, como he apuntado ya, es la 2ltima piedra de nuestra asimilacin al +ontinente1 la cual, en la presente circunstancia, es ms bien deplorableD Qn gran acceso de judos a la (rancmasonera est anunciado1 hasta ahora se haban tenido aislados en cierto modo, pero la 5abolicin de la idea de @ios6 propende ahora a entrar en a'uellos judos, grandemente aumentados en n2mero, 'ue haban renegado ya la idea de un 4esas personal. 0s la 5Humanidad6 la 'ue est a'u ahora, otra %e!, en accin. Hoy he odo hablar en este sentido al Rabb /imen en la +ity, y los aplausos eran realmente impresionantes. 4as entre los dems est creciendo como una e"pectacin de un hombre 'ue %endra pronto a guiar el mo%imiento comunista, uniendo sus (uer!as. /obre este tema le incluyo un %erboso editorial de El Pueblo, 'ue ha producido numerosos ecos. @icen 'ue la causa debe dar nacimiento a un tal hombre1 'ue han tenido pro(etas y precursores durante un centenar de a&os, y 2ltimamente carencia de ellos. 0s e"tra&a la coincidencia super(icial de esta idea con las nuestras. /u 0minencia notar 'ue el smil de la 5no%ena ola6 es trado con cierta elocuenciaD He odo de la apostasa de una %ieja (amilia catlica, los Xargra%es, de $or(ol., con su capelln 4ic.ten, 'ue parece ha andado acti%o en esa direccin desde hace tiempo. La ()oca la anuncia con cierta satis(accin, debido a las peculiares condiciones del caso1 pero por desgracia estos sucesos no son raros ahoraD Hay mucha descon(ian!a en el laicado. Bcho sacerdotes de la ,r'uidicesis han renegado en estos tres meses1 mas por otra parte tengo el placer de

9: anunciar a su 0minencia 'ue mi prelado acaba de recibir en la +omunin +atlica al e"obispo anglicano de +arlysle con media docena de su clero. 0sperbamos esto en las 2ltimas semanas. ,djunto recortes de Tribuna, El #eraldo de Londres y tambi#n El Tel*grafo, con mis comentarios al margen. /u 0minencia %er cun grande ha sido la e"citacin con respecto a esto 2ltimoD \Recomendacin. - as e"comuniones de los Xargra%es y los ocho sacerdotes deben ser publicadas solamente en $or(ol. y en Xestminster respecti%amente1 y no darse ms por entendidos.] Percy dej caer la hoja, junt la media docena de pliegos 'ue contenan recortes y comento marginal, los (irm, y desli! el todo dentro del sobre impreso ya preparado. @espu#s tom su birrete y entr al ascensor. 0n el momento de (ran'uear la puerta cristalera del locutorio, se dio cuenta de 'ue la crisis estaba comen!ada, si no bandeada. 0l P. 3rancis pareca a la 2ltima miseria, aun'ue haba tambi#n una curiosa rigide! en los ojos y en los labios. 0staba de pie esperando1 cabece al %erlo. - He %enido a darle el adis, Padre. $o puedo seguir ms. Percy se cuid de no mostrar emocin alguna. <ndic bre%emente una silla y se sent en otra. - 0s el (inal de todo - prosigui el otro en un tono per(ectamente (irme. $o creo en nada. $o he credo nada durante un a&o. - $o ha sentido nada - dijo Percy. - $o, eso no %a, re%erendo - cort el otro -. e digo 'ue no 'ueda nada. $o he %enido a disputar. 0s adis, y no ms. Percy no tena nada 'ue decir. Haba hablado a este hombre un perodo de ms de ocho meses, ya desde 'ue #l le haba con(iado 'ue su (e se des%aneca. 0ntendi claramente 'u# lucha haba tenido lugar1 se sinti tristemente apiadado del pobre diablo 'ue haba sido pillado en uno de los %ertiginosos remolinos de la triun(ante Humanidad $ue%a. os hechos brutos eran (ormidables ahora1 y la (e, sal%o para el capa! de percibir 'ue -oluntad y ?racia lo eran todo y la emocin nada, era como un in(ante gateando en una sala de m'uinas) poda sobre%i%ir o no1 pero eran precisos ner%ios de acero para tenerse (irmes. 0ra di(cil %er dnde haba 'ue poner el reproche1 pero la (e de Percy le ense&aba 'ue reproche, haba. 0n las edades de (e un muy imper(ecto agarre de la religin aguantaba1 en estos das contenciosos slo el humilde y el puro podan pasar la prueba1 a menos 'ue lo resguardara un milagro de ignorancia. a alian!a de la Psicologa y el 4aterialismo pareca realmente, mirado desde un ngulo, dar cuenta de todo1 era precisa una percepcin espiritual robusta para llegar a %er su %ital insu(iciencia. 0n lo 'ue miraba a la responsabilidad de 3rancis, no poda dejar de pensar 'ue el otro se haba boleado en la e"terioridad religiosa, permitiendo a las ceremonias jugar un papel en su %ida religiosa 'ue correspondera ms bien a la oracin. 0n #l lo e"terno haba ahogado lo interno. ,s 'ue no permiti a su simpata salirle a los ojos. - Qsted, por supuesto, piensa 'ue es culpa ma - adi%in el otro. - +aro Padre - dijo Percy, inm%il en su asiento -. Ko s* 'ue es culpa suya. 0sc2chemeD Qsted dice 'ue el cristianismo es absurdo e imposible. ,hora bien, %ea usted, eso no puede ser. @igamos 'ue es (also - no trato de eso ahora, aun'ue estoy ultracierto 'ue es absolutamente %erdad - pero no puede ser absurdo, tan de mientras crean en #l gentes

91 %irtuosas y preparadas. @ecir 'ue es absurdo es mera soberbia) es condenar a todos los 'ue creen, no solamente de errados, sino de ininteligentesD - 4uy bien - interrumpi su co(rade -1 entonces pongamos 'ue yo retiro lo dicho1 y simplemente no creo 'ue sea %erdadD - Qsted no retira nada - replic Percy serenamente -) sigue crey#ndolo absurdo1 me lo ha dicho docenas de %eces. Bien, le repito, eso es soberbia, y ella sola lo e"plica todo. a actitud moral del alma es lo 'ue importa. Puede haber otras cosas tambi#nD 0l Padre 3rancis lo mir con enojo. - E,h s, la %ieja historiaF - dijo sardnico. - /i usted me asegura bajo su palabra 'ue no hay mujer en el caso, o ning2n programa de placeres carnales, yo le creer#. Pero es una %ieja historia, e(ecti%amente. - e juro 'ue no lo hay - grit el otro. - 4e alegro mucho - dijo Percy -, por'ue as es ms e"pedito el retorno. - EUu# retornoF Hubo un silencio largo. Percy realmente no tena 'u# decir. e haba hablado una y otra %e! de la %ida interior, en la cual las %erdades son sentidas %erdaderas y los actos de (e rati(icados1 le haba urgido la oracin y la humildad hasta desga&itarse1 y haba sido parado con la r#plica de 'ue eso era puro autohipnotismo1 y haba desesperado de hacer entender, a 'uien por s mismo no lo %ea, 'ue el ,mor y la 3e pueden ser llamados 5autohipnosis6 por un lado1 pero por otro, eran realidades tanto como, digamos, el gusto artstico, y pedan un culti%o parecido1 'ue ellos manejan y tocan realidades 'ue una %e! tocadas se muestran abrumadoramente ms reales y objeti%as 'ue las cosas del sentido e"terno. os argumentos eran in2tiles con este hombre. ,s 'ue se 'ued callado, helado por la presencia del desastre, mirando sin %er el simple, pe'ue&o, anta&n locutorio, su alta %entana, su (aja de esteras, consciente sobre todo de la triste desesperan!a de este hermano suyo 'ue tena ojos y no %ea, orejas y no oa. Uuera 'ue dijese adis y se (uera. $o haba ya nada 'ue hacer. 0l P. 3rancis, 'ue haba yacido descuajeringado en su silla, pareci adi%inarlo, y se compuso de golpe. - 0st cansado de m - dijo -. 4e %oy. - $o estoy cansado de usted, caro Padre - dijo Percy con llane!a -. /olamente estoy triste. Qsted sabe 'ue yo creo 'ue todo es %erdad. - K yo s# 'ue no es %erdad - retruc el otro -, mirndolo hoscamente -. 0s hermoso, s) yo 'uisiera poder creerlo. +reo 'ue nunca ms %oy a ser (eli!1 peroD ah est. Percy suspir. /e haba dicho tantas %eces 'ue el cora!n es un don di%ino tanto como la mente, y 'ue dejarlo a un lado en la b2s'ueda de @ios, era buscar la ruina1 pero el otro nunca lo haba aplicado a s mismo. Haba respondido con el actual lugar com2n psicolgico de 'ue las sugestiones de la educacin lo e"plicaban todo. - /upongo 'ue me %a a echar - dijo. - 0s usted el 'ue me abandona - dijo Percy -. Ko no puedo seguirlo, eso es todo. - PeroD Jno podemos ser amigosL Qn golpe de sangre subi a la cara del cura mayor. - J,migosL - dijo. J/entimentalismo es lo 'ue usted entiende por amistadL JUu# clase de amigos podemos serL a cara del otro se puso hosca. - 4e lo tema - dijo.

99 - EYuanF - clam Percy -. J*2 %es esto, no lo %esL J+mo podemos (ingir amistad si t2 no crees ms en @iosL Por'ue yo te hago el honor de pensar 'ue realmente no creesD 3rancis se endere!. - Bueno - cort -. $o lo hubiera credoD 4e %oy. ?ir hacia la puerta. - EYuanF - dijo Percy de nue%o -. J*e %as de esa maneraL J$o puedes darme la manoL - J$o acabas de decir - replic el otro girando de nue%o, con la cara llena de en(ado - 'ue no podemos ser amigosL Percy 'ued bo'uiabierto, despu#s entendi, y sonri. - /i a eso llamas amistadD disc2lpame. Bh, podemos ser corteses uno con el otro, si gustas - y le e"tendi la mano. 3rancis lo mir un momento, sus labios temblaron1 entonces gir de nue%o y sali sin una palabra. II Percy permaneci inm%il hasta 'ue el timbre automtico le dijo 'ue el otro realmente se haba marchado, y despu#s sali #l mismo y se %ol%i hacia el largo pasaje 'ue lle%aba a la +atedral. ,l cru!ar la sacrista oy all en el (rente el murmullo del rgano, y al pasar por la capilla usada como parro'uia se dio cuenta 'ue las %speras no haban terminado a2n en la cannica. +amin recto na%e abajo, %ol%i a la derecha, cru! el centro y se arrodill. <ba cayendo la tarde y el enorme monumento estaba tocado a'u y all por brocha!os de la purp2rea lu! de ondres 'ue esmaltaba el (astuoso mrmol y las doraduras, hechas acabar poco haca por un con%erso pudiente. 0n(rente de #l se ergua el coro, con una (ila de largos ro'uetes y armi&ados cannigos a un lado, y el %asto balda'un en el medio, debajo del cual ardan las sempiternas seis luces 'ue haban ardido all da y noche ms de una centuria1 detrs de #l toda%a corra la alta lnea del bside con la umbrosa b%eda taladrada de %itrales donde un +risto reinaba majestuoso. @ej %agar sus ojos un momento al comen!ar su oracin mental, absorbiendo el esplendor del sitio, escuchando el tronar del coro, los sones del rgano y la tenue %o! pastosa del chantre. ,ll a la i!'uierda parpadeaban las lucecitas re(ractadas del /antsimo, a la derecha temblaban una docena de cirios al pie de las espectrales imgenes, y sobre su cabe!a colgaba la cru! gigante con ese (laco, e"hausto ajusticiado 'ue llamaba a todos los 'ue lo miran a la unin con un @ios. @espu#s escondi la (a! en las manos, aspir dos %eces largamente, y comen! su trabajo. 0mpe!, como era su costumbre al orar, con un deliberado acto de desapego de todo el mundo sensible. +on la imagen de !ambullir debajo de un ni%el, se empuj hacia abajo y adentro, hasta 'ue el clamor del rgano, el rumor de los pasos, la dure!a del reclinatorio bajo sus codos, todo se %ol%i como aparte y e"terno1 y 'ued #l como un ser aislado, con un cora!n palpitante, un intelecto 'ue re%ol%a imagen tras imagen, y las emociones 'ue eran muy lnguidas para a(irmarse. 0ntonces hi!o el segundo descenso) renunci a todo lo 'ue posea y era, y (ue consciente de 'ue aun el cuerpo 'uedaba atrs, y su mente y cora!n sobrecogidos ante la Presencia 'ue #l haba e%ocado, suspendidos y obedientes a la %oluntad 'ue se les ense&oreaba. ,spir pro(undamente una o dos %eces, al sentir la Presencia le%antarse en torno1 repiti ma'uinalmente algunas palabras, y se hundi en esa 'uietud 'ue sigue al abandono del pensamiento.

9I ,ll descans un momento. ,ll muy arriba sonaba la esttica m2sica, el grito de la trompetera y los 'uejidos del a(lautado1 pero eran como los insigni(icantes rumores de la calle para uno 'ue est 'uedndose dormido. 0staba ahora ms all del %elo de las cosas, atrs de la barrera de la sensacin y el discurso, en a'uel secreto sitio al cual haba aprendido a penetrar con constante ejercicio, en la e"tra&a regin 'ue las realidades son palpables, donde las percepciones cru!an y surgen con la rapide! de la lu!, donde la oscilante %oluntad capta actualmente ese 5ahora6 'ue la act2a, moldea y acelera1 donde todas las cosas se (unden, donde la %erdad es reconocida, donde el @ios <nmanente es uno con el @ios *rascendente y el sentido del mundo e"terno se transparenta desde su parte interior1 y la <glesia y sus misterios se %en en una aureola de gloria. ,s permaneci unos instantes, asimilando y reposando. @espu#s se le%ant a lo consciente y comen! a hablar. 5/e&or, yo estoy a'u y *2 ests a'u. Ko te cono!co. $o hay nada ms 'ue *2 y yo. Ko dejo todo lo dems en tus manos) tu sacerdote cado, tu pueblo, el mundo, y yo mismo. os arrojo delante de *i, los arrojo delante de *i.6 Paus, suspendido en su acto, hasta 'ue todo lo 'ue haba pensado se e"tendi ante #l como un %alle bajo de un pico. 5Ko mismo, /e&or, all, si no (uera por tu gracia, ira yo tambi#n en tinieblas y ruina. 0res *2 'uien me preser%a. 4antiene y consuma tu obra dentro de mi alma. $o me dejes (allar ni un instante. /i *2 separas tu mano, yo caigo en la nada.6 ,s su alma permaneci un instante, con las manos tendidas suplicantes, abandonada y con(idente. 0ntonces su %oluntad parpade en su conciencia, y #l repiti actos de (e, esperan!a y amor. ,spir de nue%o largamente, sintiendo la Presencia palpitar y mo%erse en #l, y comen! de nue%o. 5/e&or, mira sobre tu pueblo. 4uchos estn desprendi#ndose de *i. Ne in aeternum irascaris nobis+ Ko me uno a todos los ngeles y santos y 4ara, la Reina del +ielo) mira sobre ellos y sobre m y esc2chanos. Emitte lucem tuam et veritatem tuam,D E*u lu! y tu %erdadF $o nos cargues cargas mayores 'ue las 'ue podemos lle%ar. E/e&orF, Jpor 'u# no hablasL6 /e retorci en una pasin de e"pectati%a, sintiendo sus m2sculos contraerse en el es(uer!o. Qna %e! ms se abandon1 y el sutil juego de los actos sin plegaria comen!, 'ue #l saba era el cora!n mismo de la plegaria. os ojos de su alma %olaron a'u y all desde el cal%ario al cielo y otra %e! a la %acilante, desolada tierra. -io a +risto gritando de desamparo mientras temblaba y ruga el suelo1 a +risto reinando como sacerdote en su trono con %estes de lu!1 a +risto paciente e ine"orablemente silente, bajo las especies sacramentales1 y sobre cada cosa en turno llam a los ojos del 0terno Padre. 0ntonces aguard por comunicaciones, y ellas %inieron, tan tenues y delicadas - pasajeras como sombras - 'ue su %oluntad sud sangre y lgrimas en el es(uer!o por captarlas y (ijarlas y corresponderD -io al +uerpo 4stico en su agona, e"tendido como sobre una cru! por el mundo todo, mudo de pena, %io este y estotro ner%io o (ibra arrancado o torcido, hasta 'u# el dolor se le present como bajo el aspecto de notas de color1 %io la sangre %ital gota a gota caer de su cabe!a, manos y pies. 0l mundo se haba reunido, burln y (ero!, debajo. 5-alv. a otros/ a s no )uede salvarse+ 0ue risto ba1e de la cru2 y creeremos en *l6. ejos de all, en matorrales y cue%as de la tierra, los amigos de Yes2s atisbaban y lloraban1 4ara misma callaba, pasada de siete espadas1 el discpulo al 'ue Nl amaba, no tena palabras de consuelo.

9A -io tambi#n cmo ninguna palabra iba a ser dicha desde el cielo1 los ngeles mismos tenan orden de en%ainar sus espadas y aguardar la eterna paciencia de @ios, por'ue la agona reci#n haba comen!ado1 haba miles de horrores toda%a antes de la conclusin, esa suma de todo el cal%arioD Nl deba aguardar y %igilar, contento de estar all y no hacer nada1 y la Resurreccin tena 'ue parecerle un remoto y %ago sue&o de la esperan!a. *ena 'ue %enir toda%a el /bado, con el mstico cuerpo yacente en el sepulcro e incluso (uera de %ista, y aun la pat#tica dignidad de la +ru! deba desaparecer, y el conocimiento de 'ue Yes2s estaba all. 0l mundo interior, al cual con gran conato y constancia haba aprendido a entrar, estaba impregnado de agona1 era ms 'uemante 'ue escarcha, era de esa plida luminosidad 'ue es el 2ltimo producto del dolor, !umbaba en sus odos con una nota, 'ue montaba a 'uejaD lo oprima, penetraba en #l, lo e"tenda como en un ec2leo. K con esto, desmay su %oluntad y des(alleci un momento. - E/e&orF E$o puedo lle%arloF - gimi. 0n un instante estaba en s otra %e!, respirando su desolacin. Pas la lengua sobre los labios secos y abri los ojos hacia el bside ensombrecida. 0l rgano haba callado y el coro se haba ido, apagadas las luces 0l color crepuscular tambi#n se haba disipado de sobre los muros, y (ras, (aces sombras miraban hacia #l desde paredes y b%edas. Haba salido de nue%o a la super(icie de la %ida1 el arrobo haba cesado1 y apenas record lo 'ue haba sentido. Pero #l deba recoger los hilos y con pura %olicin anudarlos en s. @eba pagar su tributo tambi#n al /e&or 'ue se haba entregado a los sentidos lo mismo 'ue al interior espritu. ,s se le%ant, duro y embotado, y cru! hacia la, capilla lateral del /antsimo. ,l salir del blo'ue de bancos, erguido y alto1 con su birrete otra %e! sobre los blancos cabellos, %io una %iejecita mirndolo atentamente. Hesit un instante, suponi#ndola una penitente1 y al notarlo, ella hi!o un paso en su direccin. - e pido disculpa, se&or - comen! solemnemente. uego, no era catlica. 0l se sac el birrete. - JPuedo ser%irla en algo, se&oraL - pregunt. - e pido disculpa, se&or1 pero Jestaba usted en Brighton hace dos meses, el da del accidenteL - 0(ecti%amente - contest #l un poco impaciente. - 4e pareca1 mi nuera lo %io a usted entonces. Percy estaba bastante cansado de ser identi(icado en todas partes por su cabello cano y rostro ju%enil. - J0staba usted, se&oraL 0lla continuaba (ijndolo dudosa y curiosa, paseando sus %iejos ojuelos por toda su (igura. @espu#s se recogi y dijo) - $o, se&or1 (ue mi nuera la 'ue lo %io1 yo le pido disculpa, peroD - JBienL - pregunt Percy, tratando de 'ue su impaciencia no pasara a la %o!. - J0s usted el ar!obispo, se&orL 0l cura sonri, mostrando todos los dientes. - $o, mi se&ora) no soy ms 'ue un pobre cura. 0l ,r!obispo es el doctor +holmondeley. Ko soy el Padre Percy 3ran.lin. 0lla no dijo nada, mas mirndolo (ijo toda%a, le hi!o una corta y anta&ona especie de re%erencia1 y Percy pas a la umbrosa espl#ndida capilla a cumplir sus de%ociones.

9H III Haba gran con%ersacin esa noche en la casa entre los cl#rigos acerca del auge de la masonera. Haba ido %iniendo desde haca a&os, y los catlicos haban reconocido su peligro1 pues la calidad de masn durante %arias centurias haba sido declarada incompatible con la religin a tra%#s de in(le"ibles condenaciones de la <glesia. Qn hombre deba escoger entre eso y la (e. 4as las cosas haban cambiado e"traordinariamente en los 2ltimos cien a&os. Primero haba %enido el ata'ue organi!ado contra la <glesia en 3rancia1 y entonces cuanto los catlicos haban sospechado se %ol%i una certidumbre, sobre todo en las re%elaciones de 1=>;, cuando el Padre Y#rome, dominico y e"-masn con%ertido, hi!o p2blicas sus e"periencias con respecto al grado II. Result claro 'ue los catlicos haban %isto justo, y 'ue la masonera, al menos en sus grados superiores, era responsable en todo el mundo del e"tra&o mo%imiento contra la religinD Pero el Padre Y#rome muri en su cama1 y este hecho impresion al p2blico. 0ntonces %inieron las generosas donaciones en 3rancia e <talia a hospitales, or(anatro(ios y dems1 y las sospechas continuaron disipndose. @espu#s de todo pareca - y continu pareciendo por >: a&os - 'ue la masonera era, en realidad, una poderosa sociedad (ilantrpica. ,hora otra %e! las gentes tenan sus dudas. - B decir 'ue 3elsenburgh es un masn - obser% 4onse&or 4ac.intosh, el ecnomo de la +atedral -) ?ran 4aestre, o algo as. - K J'ui#n diablos es 3elsenburghL - interrumpi un jo%encito. 4onse&or cerr sus labios y mene la cabe!a. 0ra una de esas personas sencillas, tan u(ano de su ignorancia como otros de su ciencia. /e gloriaba de no leer los peridicos ni libro alguno 'ue no tu%iera el 5Im)rimatur61 el deber de un sacerdote, proclamaba siempre, era preser%ar su (e y no ad'uirir ciencia pro(ana. Percy algunas %eces casi haba en%idiado su modo de %er. - 0s un misterio - dijo otro cannigo, el P. Blac.more -, pero parece estar dando golpe all en el 0ste. Hoy %endan su 5-ida6 en el embarcadero. - 4e %i hace unos das con un senador yan'ui - entr Percy - y me dijo 'ue ellos mismos no saben nada, (uera de 'ue es e"cepcionalmente elocuente. ,pareci reci#n este a&o, y parece 'ue se ha lle%ado todo de calle, con m#todos del todo inslitosD 0s un gran lingZista, adems. Por eso le lle%aron a <r.uts.. - Bueno, los masones - prosigui 4onse&or - son una cosa seria. 0n el 2ltimo mes, cuatro penitentes me han calabaceado por ellos. /u inclusin de las mujeres ha sido su golpe maestro - gru& Blac.more, sir%i#ndose ms clarete. - Ko no s# cmo %acilaron tanto en hacerlo - obser% Percy. @os o tres de los otros a&adieron sus testimonios. Parece 'ue ellos tambi#n haban perdido penitentes por causa de la masonera. /e comentaba 'ue una pastoral sobre eso se estaba (raguando arriba. - JPastoralL Btra cosa se necesita - re!ong Blac.more, mo%iendo la testa ominosamente. Percy apunt 'ue la <glesia haba dicho su 2ltima palabra siglos haca. Haba (ulminado e"comunin sobre todos los miembros de las sociedades secretas1 y ms all no se %ea 'u# poda hacer. - Pues presentarla a sus hijos una y otra %e! - dijo el ,r!obispo -. -oy a predicar sobre ella el domingo. - EBahF - dijo Blac.more.

9O Percy borrone una nota al llegar a su cuarto, decidiendo decir algunas palabras ms sobre el tema al Protector. Haba mentado la masonera con (recuencia, pero era el momento para otra ad%ertencia. @espu#s abri su correspondencia, empe!ando por la carta 'ue reconoci de Roma. Por una curiosa coincidencia, al recorrer la serie de preguntas del +ardenal 4artn, se encontr con lo mismo de 'ue haban hablado. Qna de ellas re!aba) 5JUu# hay de los masonesL /e dice 'ue 3elsenburgh lo es. Yunte todos los dceres 'ue haya y mndelos. 4ande las biogra(as 'ue encuentre en ingl#s. J0stamos perdiendo terreno por la masoneraL6 Pas los ojos por el resto del cuestionario. /e re(era principalmente a anteriores comentarios suyos, pero en ellos apareca dos %eces ms el nombre de 3elsenburgh. /olt el papel y re(le"ion un momento. 0se nombre estaba en la boca de todos, malgrado lo poco o nada 'ue se saba de #l. Haba comprado en la calle, por mera curiosidad, tres postales 'ue pretendan representar al (enmeno1 y aun'ue una de ellas poda ser genuina, las tres no. as sac de un casillero y las e"tendi ante s. Qna representaba un (ero! pajarn barbudo como un cosaco, con ojos .de lechu!o. $o) la in%erosimilitud la condenaba1 era justo el modo cmo una imaginacin grosera poda pintarse a un hombre 'ue estaba in(luyendo en el Briente. a segunda (oto mostraba una cara obesa con ojos rateros y una perilla corta. Nsta poda concebirse como genuina1 la %ol%i y ley el nombre de una (irma de $ue%a Kor. en el dorso. 0ntonces e"amin la tercera) #sta presentaba una cara rosada larga y angulosa con ga(as, incuestionablemente lista pero escasamente je(e1 y 3elsenburgh ob%iamente era un je(e. Percy pronunci 'ue la segunda era la ms probable1 pero 'ue las tres eran muy dudosas1 y barajndolas juntas las guard. 0ntonces plant los codos sobre el escritorio y se puso a pensar. *rat de recordar lo 'ue 4r. -arhaus, el senador, le haba contado de 3elsenburgh1 pero era insu(iciente para dar ra!n de los hechos. 3elsenburgh, por lo %isto, no haba empleado ninguno de los m#todos corrientes en poltica democrtica. $o controlaba peridicos, no haba %ituperado a nadie1 no haba (ormado sat#lites, no usaba coimas1 no haba crmenes monstruosos alegados contra #l. Pareca ms bien 'ue su originalidad estaba en sus manos limpias e impecable pasado) esto, y su magn#tica personalidad. 0ra la suerte de (igura 'ue pertenece ms bien a las edades de la caballera1 una pura, limpia a%asalladora estampa, como un ni&o radiante. Haba tomado por sorpresa al electorado, le%antndose de las amarillentas aguas del socialismo americano como una %isin1 de esas aguas tan (ieramente (renadas de romper en inundacin por la e"traordinaria re%olucin agraria bajo los discpulos del doctor Hearst, una centuria atrs. 0sto haba sido el (in de la plutocracia1 las (amosas leyes del GOA haban re%entado algunas de las hediondas burbujas del tiempo1 y las enmiendas del GOA y GO> les haban impedido (ormarse de nue%o en su (uer!a anterior. Haba sido la sal%acin de ,m#rica indudablemente, aun'ue (uera una sal%acin desabrida y aun siniestra, y ahora de ese chato ni%el socialista haba surgido esa (igura romntica, enteramente di%ersa de las 'ue la precedieranD @e modo 'ue el senador haba apuntadoD Pero era demasiado enredado para Percy1 y lo dej estar.

9> 0ra un mundo re%entador, pens, %ol%iendo la %ista hacia su patria. *odo pareca tan desalentador e ine(ecti%o. *rat de no acordarse de sus co(rades en el sacerdocio1 pero, por la cent#sima %e!, no pudo dejar de pensar 'ue no eran los hombres para el momento. $o es 'ue #l se antepusiera1 al re%#s, se senta a s mismo incompetentsimo. J$o lo haba mostrado con el pobre Padre 3rancis y tantos otros 'ue haban manoteado hacia #l en las agonas de los 2ltimos a&osL <ncluso el ,r!obispo, santa!o como era, con toda su (e de ni&o, Jera el hombre para acaudillar a los ingleses y con(undir a los enemigosL $o haba gigantes sobre la tierra en a'uellos das. JUu# carspita se poda hacerL /epult el rostro en sus manos /, lo 'ue haca (alta era una nue%a orden religiosa1 las antiguas haban sido puestas (uera de juego sin culpa de ellas. Haca (alta una orden sin hbitos ni tonsura, sin tradiciones ni 5costumbres6, sin nada ms 'ue su entera y plenitudinaria dedicacin, sin engrerse ni de sus ms santos 5pri%ilegios6, sin una historia gloriosa de 'ue poder hacer complaciente almohada. @eban ser guerrilleros de la armada de +risto1 como los jesuitas, pero sin su (atal reputacin, 'ue, de nue%o, no era culpa de ellosD Pero tena 'ue haber un 3undador1 y J'ui#n, por Yesucristo %i%oL un 3undador nudus se3uens !ristum nudum+ /, guerrilleros obispos, curas, laicos, mujeres con los tres %otos, por supuesto, y una clusula especial prohibi#ndoles del todo y para siempre toda propiedad, incluso de bienes colecti%os. *oda limosna recibida deba ser transmitida al Bbispo de la dicesis, el 'ue debera pro%eerlos de lo necesario a manutencin y %iajesD Bh J'u# es lo 'ue no podran hacerL /e lan! a un (antaseo. @e repente se recobr y se llam botarate. J$o era #ste un proyecto ms %iejo 'ue las colinas eternales, y ms inocuo 'ue ellas en la prcticaL Bueno, haba sido el sue&o de todo hombre celoso desde el a&o primero de la era, 'ue una tal orden surgieseD 0ra un botarate. 0mpe! una %e! ms a repasar (ebrilmente todo el asunto. /eguramente esto era lo 'ue haca (alta contra la masonera1 y mujeres tambi#n. J,caso planes tras planes no se haban hundido por haber sido ol%idado el poder de las mujeresL 3ue la (alta de esto lo 'ue hundi a $apolen1 se haba con(iado a Yose(ina, y Yose(ina le (all1 descon(i de todas las dems) no tanto 'ue no lo enga&aran. 0n la <glesia tampoco a las mujeres se les haba dado parte acti%a, e"cepto en trabajos dom#sticos o de bene(icencia Jy no eran capaces las mujeres de otro trabajoL Bueno, era in2til ca%ilar en eso. /i el Papa "ng*licus 'ue ahora reinaba en Roma, no haba cado en ello, J'ui#n era un alocado y engredo cleriguillo de Xestminster para entro meterseL ,s 'ue se dio un golpe de pecho otra %e!, y tom el bre%iario. o acab en media hora sin dejar de ca%ilar, pero ahora era sobre el pobre Padre 3rancis. JUu# estar haciendo ahora1 se habra sacado ya el al!acuello romano y la humilde librea de +ristoL Pobre diablo. JK hasta dnde era #l, Percy 3ran.lin, responsableL 50stoy (atigado - se dijo - y me estoy o(uscando.6 0n eso se oy un golpecito a la puerta y el Padre Blac.more entr, en busca de su pali'ue de antes de dormir1 y Percy le cont lo acontecidoD Blac.more apart su pipa y suspir. - o %i %enir - dijo -. Paciencia. - 0l hombre (ue bastante honrado - e"plic Percy -) hace como nue%e meses 'ue me dijo 'ue estaba en dudas. 0l Padre Blac.more chup la pipa, pensati%o.

9; - Padre Percy re(le"ion -, las cosas se estn poniendo realmente seriasD a misma historia por todas partes. JUu# ser lo 'ue est %iniendoL Percy paus antes de responder. - 0stas cosas %ienen como las olas [dijo. - JQsted piensa asL - JK 'u# otra cosaL 0l Padre Blac.more lo mir (ijamente. - 4s bien asemeja una calma chicha, me parece - dijo -. J-io usted alguna %e! un ti(nL Percy mene la cabe!a. - Bueno - sigui el otro -, lo ms ominoso es la calma. 0l mar se pone como aceite1 uno se siente medio muerto1 no se puede hacer nada. K entonces re%ienta la borrasca. Percy se despabil, interesado. $unca haba %isto de ese humor al moreno cannigo. - ,ntes de cada estallido %iene esta calma, me parece %erlo en la historia. ,s (ue antes de la guerra del 0ste1 lo mismo, antes de la Re%olucin 3rancesa. K el Protestantismo. Hay como unD hincharse aceitoso1 hay un bochorno. o mismo a'u 'ue en ,m#rica, hace ya como cuarenta a&osD Padre 3ran.lin - dijo con resolucin -, creo 'ue est por pasar algo. - /iga - dijo Percy, inclinndose atento. - Bueno, yo lo %i a *empleton una semana antes 'ue muriera y #l me meti esa idea en la cabe!aD 3jese, Padre. Puede ser 'ue sea este asunto del Briente 'ue nos amena!a1 pero no s# por 'u# me parece 'ue no. 0s en el campo religioso donde algo se prepara. Por lo menos, es mi impresin. Padre, por +risto %i%o, J'ui#n es este 3elsenburghL a brusca introduccin del nombre sobresalt a Percy, 'ue se le 'ued mirando un rato sin hablar. ,(uera, la noche clida y 'uieta. Haba una sorda %ibracin de %e! en cuando desde la lnea subterrnea 'ue corra a cincuenta metros de la casa1 pero en torno a la catedral las callejas eran dormilonas. Qna %e! una bocina son a lo lejos, como si un pjaro de mal agZero pasara entre ondres y las estrellas1 y otra %e! un grito de mujer surgi agudo y triste del lado del ro. 3uera de esta, no haba ms 'ue el solemne !umbido bajo 'ue no cesaba da y nocheD - /, este 3elsenburgh - repiti Blac.more -. $o puedo sacarme este nombre de la cabe!a. K, sin embargo, J'u# sabemos de #lL JUui#n sabe nadaL Percy lami sus labios para hablar y aspir pro(undamente para calmar su palpitacin. $o saba por 'u# estaba tan ner%ioso. @espu#s de todo, J'ui#n era el %iejo Blac.more para turbarloL Pero el %iejo Blac.more continu antes 'ue #l rompiera. - E4ire cmo la gente est dejando la <glesiaF os Xargra%es, los Henderson, /ir Yames Bartley, ady 4agnier1 y despu#s todos esos sacerdotesD ,hora bien, no todos son ruines1 ojal lo (ueran, sera ms (cil hablar. EPero Yames Bartley, el mes pasadoF He a'u un hombre 'ue gast la mitad de su (ortuna para la <glesia, y dice 'ue no se arrepiente ni a2n ahora. @ice 'ue tener religin es mejor 'ue no tenerla1 pero 'ue, en cuanto a #l, no puede creer ms. ,hora bien, J'u# signi(ica todo estoLD Ko le digo 'ue algo est al caer. E@ios sabe 'u#F $o puedo 'uitarme a 3elsenburgh de las mientes. Padre 3ran.linD - JUu#L - JHa %isto usted cun pocos grandes hombres tenemosL $o es como hace cincuenta a&os, 'u# digo, treinta a&os. 0ntonces estaba a'u 4adison, /elborne, /herbroo. y otra media docena. 0staba Brightman como ar!obispo1 Ey ahoraF K luego los comunistas, lo mismo. BraithPaite muri hace 'uince a&os, no se puede negar 'ue (ue un prcer o casi1 pero #l

9= andaba siempre hablando del (uturo1 y Edgame 'u# gran hombre han tenido desde entoncesF K ahora sale este hombre nue%o, 'ue nadie conoce, 'ue surge en ,m#rica hace pocos meses y ya est en la boca de todos. EBueno %aF Percy (runci, el entrecejo. - $o s# si lo entiendo bien [dijo. 0l anciano cannigo sacudi la pipa despaciosamente antes de proseguir. - 0sto, solamente - dijo, le%antndose -. $o puedo dejar de pensar 'ue 3elsenburgh est por hacer algo. Uu# cosa, no s#1 puede ser en pro o en contra de nosotros. Pero es un masn, no ol%idemosD Bueno, bueno) soy un %iejo loco. Buenas noches. - Qn momento, Padre - dijo Percy, lentamente -. JUuiere usted decirLD E/anto @iosF JUu# 'uiere usted decirL - y call, cla%ando los ojos en el otro. 0l otro le %ol%i el %ista!o desde sus dejas hirsutas. e pareci a Percy 'ue #l tambi#n abrigaba un susto adentro, a despecho de su charla1 pero #l no a&adi una palabra. Percy permaneci per(ectamente inm%il un momento cuando la puerta se cerr. @espu#s cru! a su reclinatorio.

CAPTULO TERCERO
I a se&ora Brand y 4abel estaban sentadas en una %entana del $ue%o ,lmiranta!go para %er a Bli%er decir su discurso en el cincuentenario de la sancin de la Re(orma de la ey de Pobres. 0ra una %ista grandiosa, en esta clara ma&ana de junio, %er las turbas congregndose en torno a la estatua de BraithPaite. 0ste poltico, muerto 'uince a&os antes, estaba representado en su conocida actitud, los bra!os al ni%el de la cintura, e"tendidos1 alta la testa y un pie ligeramente adelante1 y hoy estaba adornado con sus insignias masnicas, como se %ena haciendo ya costumbre. 3ue #l 'uien comunic inmenso mpetu a este mo%imiento secreto al declarar en la +mara 'ue la lla%e del (uturo progreso y hermandad de las naciones estaba en las manos de la Brden. /olamente por medio de ella, la (alsa unidad de la +ristiandad con su imaginaria (raternidad espiritual podra ser contrarrestada. /an Pablo haba estado bien, declar, en su deseo de abatir los muros medianeros entre las naciones1 y mal solamente en su dei(icacin de Yesucristo. Nste haba sido el e"ordio de su arenga sobre la ey de Pobres, se&alando la %erdadera caridad 'ue e"ista entre los masones, aparte de todo moti%o religioso, y aludiendo a sus (amosas obras ben#(icas en el +ontinente1 y en el entusiasmo del #"ito de su ley, la Brden sali despu#s ganando una gran adhesin de miembros. a anciana se&ora Brand estaba hoy en un buen da, y miraba con crecido a(n la enorme muchedumbre congregada para or hablar a su hijo. Qna plata(orma haba sido montada en torno de la estatua, a tal altura 'ue el estadista pareca ser uno de los oradores, una cabe!a encima de las otras1 y esta plata(orma estaba colgada con rosas, coronada por un altoparlante y munida de una mesa y un silln. a entera pla!a estaba empedrada de cabe!as y sonante de %oces, los murmullos de miles de gargantas sobrepasados de %e! en cuando por el clangor de los bronces y el tronar de los tambores al llegar las di%ersas sociedades ben#(icas y sindicatos democrticos del norte, sud, este y oeste, y al con%erger sus masas hacia el espacio acordonado donde en torno de la plata(orma tenan sus lugares reser%ados. as %entanas, de todos los lados

I: estaban repletas de rostros1 altas tarimas se haban erigido contra el (rente de la ?alera $acional y la iglesia de /an 4artn, jardines de color detrs de las impasibles estatuas1 'ue miraban adentro desde todo el circuito, desde BraithPaite al centro, pasando por los -ictorianos - Yohn @a%idson, Yohn Burns, 3o" y los dems - hasta la de Hampden y de 4on(ort al norte. a antigua columna con sus leones, haba desaparecido. $elson no haba resultado auspicioso para la nue%a 5Entente ordiale6, ni los leoncitos al arte nue%o1 y en su lugar se e"tenda un pa%imento %aco, roto por altas graderas 'ue conducan al 4useo. 0ncima de los techales corran largos (risos de cabe!as amontonadas contra el a!ul cielo de esto. $o menos de cien mil oyentes, como calculaban los %espertinos, se haban amontonado al alcance de la %ista y del odo, en torno del tablado a eso de las doce. ,l empe!ar las campanas a dar la hora, dos (iguras aparecieron tras de la estatua y a%an!aron1 y en un instante el %asto murmullo se trans(orm en aplausos. 0l %iejo ord Pemberton %ena primero, un espigado se&or de pelo gris, cuyo padre haba actuado e(ica!mente en la denuncia de la +mara ,lta a la cual perteneca, en ocasin de su cierre, sesenta a&os haca1 y su hijo le haba sucedido con honor. 0ste hombre era actualmente miembro del ?obierno por 4anchester, seccin I^1 y deba hacer de Presidente en este solemne acto. @etrs de #l %ena Bli%er, atildado y descubierto1 y aun desde a'uella distancia, su madre y su mujer notaron su gil porte y la s2bita sonrisa y cabeceo al emerger su nombre del %entarrn de %oces 'ue rodeaba el tablado. ord Pemberton se adelant, e hi!o una se&al al!ando la diestra1 y al momento ces el ya ralo aplauso bajo el s2bito rodar de los tambores 'ue preludiaban el Himno 4asnico. /in duda estos londinenses podan cantar. 3ue como si la %o! de un gigante asumiera la lenta meloda, al!ndose en entusiasmo hasta 'ue la m2sica de las bandas 'ued detrs, como una bandera detrs de su asta. 0l himno haba sido compuesto die! a&os atrs, y era ya (amiliar a <nglaterra entera. a se&ora Brand al! ma'uinalmente a sus cansados ojos el programa impreso, y ley los %ersos 'ue conoca tan bien. 0l /e&or 'ue habita tierra y marD Recorri las estro(as 'ue, e"presando una concepcin humanitarista, haban sido compuestas a la %e! con emocin y con ingenio. *enan un tono religioso1 podan ser cantadas incluso por los +ristianos no muy 'uis'uillosos - por los Protestantes, desde luego -1 mas su sentido era ob%io) el %iejo +redo humano de 'ue el hombre lo era todo. <ncluso +risto estaba medio citado en el %erso 4De mi Reino5 3ue es reino interior6% 0l reino de @ios era el cora!n humano, y la mayor de las gracias era el ,mor. 4ir de reojo a 4abel, y %io 'ue la ni&a estaba cantando con toda su alma, (ijos los ojos en la silueta de su marido, cien metros ms all, en una especie de arrebato. ,s, la madre, ella tambi#n, comen! a mo%er los labios al unsono del %asto %olumen de %oces. ,l cesar el himno, y antes de 'ue los aplausos recomen!aran, el %iejo Pemberton estaba de pie en el borde mismo del tablado, y su %ocecita metlica (lauteaba dos o tres (rases a tra%#s del borbollar del chorro de las (uentes. @espu#s retrocedi, y Bli%er ocup el estrado. es 'uedaba muy lejos a las dos para or lo 'ue deca, pero 4abel desli! un papel, sonriendo tr#mula, en las manos de la %ieja dama, y ella se inclin para escuchar. 4rs. Brand lo mir, sabiendo 'ue era un resumen de la arenga de su hijo1 y sabiendo 'ue ella no iba a pillar una palabra. Primero %ena el e"ordio congratulatorio a todos los all presentes, para honrar al gran hombre 'ue presida desde su pedestal el recuerdo del gran

I1 ani%ersario. uego, una %ista retrospecti%a y un parangn del %iejo estado de <nglaterra con el actual. +incuenta a&os antes, dijo el orador, la pobre!a era toda%a una desgracia1 ahora ya no. a desgracia o el m#rito estaban en las causas 'ue acarreaban la pobre!a, no en ella misma. JUui#n no %a a honrar a un hombre gastado en el ser%icio del pas o atropellado por circunstancias 'ue no est en su mano dominarLD 0numer las re(ormas sancionadas, un da como hoy, medio siglo haca, con las cuales la nacin una %e! por todas haba proclamado el honor de la pobre!a meritoria y la simpata humana hacia el in(ortunado. 0(ecti%amente, #l les haba dicho a ambas, el da antes, 'ue iba a cantar la loa de la Pobre!a @igna, y 'ue supona 'ue esto, junto con dos o tres perodos acerca de la Re(orma +arcelaria, (ormara la mitad de su discurso. a segunda parte era un panegrico de BraithPaite, considerado como el precursor de un mo%imiento 'ue ahora no haca sino iniciarse. a %iejita se reclin en su silln y mir en torno. 0l balcn donde estaban haba sido reser%ado para ellas1 dos sillones lo llenaban por entero, pero justo detrs haba mucha gente, de pie, religiosamente callada ahora, tendida hacia atrs, obser%ando con labios entreabiertos1 un par de mujeres con un %ejestorio, justo detrs1 y otros muchos ms atrs toda%a. /u intensa atencin a%ergon! de su distraccin a la dama, 'ue recogi la %ista resueltamente hacia el estrado. EBh, ya estaba elaborando el panegricoF a tenue silueta estaba en el (ondo, a un metro de la estatua, y en el momento de mirarlo ella, se al! su mano y gir su cuerpo se&alndola, y una ola de aplausos ahog por un instante la %o! lejana y ntida. 0ntonces se adelant de nue%o, como aga!apndose - era un actor nato - y un remolino de risas corri en crculos con c#ntricos por la turba. By un siseante anh#lito detrs de su silln y un grito de 4abel al mismo tiempoD JUu# era a'uelloL Haba sonado un estampido seco, y la tenue silueta gesticulante se tambale hacia atrs. 0l %iejo de la mesa dio un brinco1 y simultneamente una %iolenta conmocin burbuje y se hinch, como la marea en torno a una roca, en un punto de la masa inmediatamente (uera del corralito de las bandas, y directamente opuesto al (rente del estrado. a se&ora Brand, o(uscada y espantada, se encontr de pie agarrando la baranda, mientras la jo%en la sostena, gritando algo 'ue no se entenda. Qn rugido inmenso llen la pla!a y las cabe!as oscilaron hacia all, como espigas bajo una r(aga. 0ntonces Bli%er estu%o de nue%o al (rente, se&alando y %oci(erando, sin 'ue ella entendiese sus gestos1 y ella se desplom en la silla, bullendo la sangre en sus %enas y con el cora!n dando golpes enlo'uecidos en su garganta. - Uuerida, 'uerida, J'u# hayL - sollo!. Pero 4abel estaba erguida, cla%ados los ojos en su marido1 y e"clamaciones, preguntas, %oces rotas, rdenes y protestas se hicieron audibles, incluso por encima del rugiente tu multo de la pla!a. Qn mensajero se abra paso a coda!os, en la balconada, gritando) 5E/e&ora de Brand, se&ora de BrandF6. II Bli%er les hi!o la e"plicacin de todo el asunto esa misma tarde, en su casa, recostado en su silln, con un bra!o %endado y en cabestrillo.

I9 0llas no haban podido llegar a #l a tiempo1 la con%ulsin en la pla!a era (ero!1 pero un mensajero haba llegado a su mujer con el a%iso de 'ue el orador estaba slo le%emente herido y en manos de los m#dicos. - 3ue un catlico - e"plic el cabi!cado Bli%er -. @ebe haber %enido dispuesto a todo, por'ue su pistola estaba en carga completa. Bueno, esta %e! no hubo tiempo para un cura. 4abel asinti gra%emente) haba ledo la suerte del hombre en los tableros. - 3ue muertoD estrangulado y aplastado al instante - continu Bli%er -. Ko hice lo 'ue pude) ustedes me %ieron. PeroD bueno, me atre%o a decir) mejor para #l. - JPero t2 hiciste lo 'ue pudiste, %erdad, 'ueridoL - dijo la anciana ansiosamente desde su rincn. - Ko les grit#, madre1 pero no 'uisieron or. 4abel se inclin hacia #l. - Bli%er, s# 'ue esto sonar a bobada1 peroD yo hubiera pre(erido 'ue no lo mataran. Bli%er le sonri. +onoca ese rasgo tierno. - Hubiera sido ms per(ecto 'ue no lo mataran - repiti ella. +ort la (rase y se sent. - JK por 'u# dispar justo entoncesL - dijo. Bli%er %ol%i los ojos hacia su madre, 'ue estaba tejiendo tran'uilamente. 0ntonces contest con una curiosa deliberacin - Ko dije 'ue BraithPaite haba hecho ms por los pobres con un discurso, 'ue Yesucristo y todos sus santos juntos. $ot 'ue las agujas de tejer pararon un punto, y despu#s reanudaron de nue%o. - Pero #l lo hubiera hecho de cual'uier modo - a&adi Bli%er. - J+mo saben 'ue era un catlicoL - pregunt la jo%en. le%aba un rosario1 y tu%o tiempo justo para in%ocar a su @ios. - JK nada ms se sabeL - $ada ms. 0staba bien %estido. Bli%er se recost (atigado y cerr los ojos1 su bra!o le dola intolerablemente. Pero se senta (eli! en el (ondo. +ierto 'ue haba sido lastimado por un (antico, pero no deploraba padecer dolor por una tal causa, y era patente 'ue la simpata de toda <nglaterra estaba con #l. 4ister Phillips estaba ocupado en el escritorio, contestando los telegramas 'ue a(luan a cada momento. +aldecot el Primer 4inistro, 4a"Pell, /noP(ord y una docena de personalidades haban radiogramado sus congratulaciones, y de cada rincn de <nglaterra llo%an mensajes sobre mensajes. 0ra un tanto inmenso a (a%or de los comunistas1 su locutor haba sido agredido cuando cumpla con su deber, e"poniendo sus principios1 era una %entaja incalculable para ellos y un re%#s para los indi%idualistas, 'ue los mrtires no estaban siempre de un solo lado, despu#s de todo. os enormes tableros indicadores de todo ondres haban propalado los hechos, ya cuando Bli%er regresaba en el tren del atardecer. \Bli%er Brand heridoD 0l agresor, un catlicoD <ndignacin del pasD 4erecidsimo castigo del asesinoD] 0staba complacido, tambi#n, de haber hecho lo posible para sal%ar al tipo. ,2n en ese momento de repentino y agudo dolor, haba clamado por un castigo legal1 pero (ue demasiado tarde. Haba %isto los ojos saltados girar en el rostro amoratado y pasar y %ol%er la horrible mueca de agona al apretar y retorcer su garganta las manos %engadoras. uego la cara haba desaparecido y un horrendo pisoteo comen! donde haba cado. EBh, haba toda%a lealtad y pasin en la %ieja <nglaterraF

II /u madre se le%ant entonces y sali, sin una palabra1 y 4abel se %ol%i hacia #l, poniendo una mano sobre su rodilla. - J0sts muy cansado de hablar, 'ueridoL Nl abri los ojos. - Pero no, tesoro1 J'u# 'uieresL - JUu# crees ser la consecuenciaL /e incorpor un poco oteando a lo lejos, seg2n su costumbre, la asombrosa %ista a tra%#s de los oscurecidos %entanales. Por todas partes resplandecan luces, un mar de meladas lunas sobre las casas, y encima el misterioso a!ul oscuro de una tarde esti%al. - J+onsecuenciaL - dijo -. $o puede ser sino ptima. 0ra tiempo de 'ue sucediera algo, 'uerida - continu -. Ko me senta abatido a %eces, lo sabes. Pues bien, no creo 'ue me ocurra ms. He temido a %eces 'ue estu%i#ramos perdiendo espritu, y 'ue tenan algo de ra!n los %iejos *orys cuando pro(eti!aban la decadencia del +omunismo. Pero despu#s de estoD - JUu#L - Bien, hemos mostrado 'ue tambi#n sabemos dar nuestra sangre. K ha sucedido justo en la coyuntura, en el momento de la crisis. Ha sido una suerte (enomenal. $o 'uiero e"agerar1 es slo un ara&a!oD pero (ue tan calculado y tanD tan teatral. 0l pobre diablo no pudo haber escogido peor momento. 0l pueblo no %a ol%idarD os ojos de 4abel brillaron de placer. - EPobrecito moF - dijo -. J*e duele muchoL - $o tanto. ,dems, E+ristoF, J'u# importa esoL E/i solamente este in(ernal asunto del Briente se terminaraF +onoci 'ue estaba (ebril e irritable, y trat de calmarse con un es(uer!o. - Bh, 'uerida prosigui, un poco encendido -. E/i no (uesen tan condenados burrosFD Por'ue ellos no entienden, no, no entiendenD - JUu# cosa, Bli%erL - $o entienden 'u# cosa estupenda es todo esto) Humanidad, Pa!, -ida, -erdad por (in1 Ey el (in de la ocuraF Pero, Jno se lo he dicho yo mil %ecesL 0lla lo mir amorosamente. e gustaba %erlo as, su rostro abierto y encendido, el entusiasmo en sus ojos !arcos1 y el acordarse de su dolor encendi en pasin su sentimiento. /e agach y lo bes con e(usin. - Uuerido, estoy u(ana de ti, Bli%er mo. Nl no respondi1 pero ella %ea lo 'ue amaba, la respuesta silenciosa a su cora!n1 y as 'uedaron en silencio, mientras el (irmamento se ennegreca y el tecleo de la m'uina en el cuarto contiguo les deca 'ue el mundo estaba %i%o, y 'ue ellos dos tenan participacin en su marcha. Bli%er bull de golpe. - JHas notado algo hace un momento, cora!n, cuando dije eso de YesucristoL - 0lla dej de tejer un momento, - dijo la jo%en. Nl asinti con la barbilla. - 0ntonces tambi#n t2 lo has %istoD 4abel, Jcrees 'ue est %ol%iendo atrsL - Bh, est en%ejeciendo - dijo ella con ligere!a -. Por supuesto 'ue est atrasada un poco. - Pero t2 crees 'ueD Bh, sera un desastre. 0lla neg con la cabe!a.

IA - $o, no, 'uerido1 ests rendido y ner%ioso. $o es ms 'ue un poco de sensiblera. Bli%er, yo no creo 'ue debas decir cosas as delante de ella. - Pero si hoy da ella las oye por todas partes. - $o lo creas. Recuerda 'ue casi nunca sale. ,dems, las huye. @espu#s de todo, ha sido criada en el catolicismo. Bli%er asinti y se recost de nue%o, mirando so&adoramente a(uera. - EHay 'ue %er cmo la sugestin perduraF $o puede 'uitrsela de la cabe!a ni en cincuenta a&os. Bueno, %iglala, J'uieresL K de pasoD - JUu#L - Hay algunas noticias ms de Briente. @icen 'ue 3elsenburgh est manejndolo todo ahora. 0l imperio lo est mandando a todos lados - *obols., Benar#s, <r.uts. - por todo1 y ha estado en ,ustralia. 4abel se incorpor %i%amente. - J$o es una gran esperan!aL - +reo 'ue s. 0s cierto 'ue los /u(es estn ganando, pero por cunto tiempo, no sabemos. 0ntretanto, las tropas no se dispersan. - JK 0uropaL - 0uropa se est armando a toda prisa. 4e han dicho 'ue las Potencias se re2nen la semana 'ue %iene en ParsD - Paus un instante -. Ko tengo 'ue ir. - JK tu bra!o, 'ueridoL - Para entonces estar bien. K en todo caso, #l tiene 'ue ir conmigo. - +u#ntame ms. - $o hay ms. Pero es meridianamente cierto 'ue esta es la crisis. /i el Briente puede ser persuadido a 'uedarse 'uieto, probablemente se a'uietar para siempre. 0so 'uiere decir librecambio en todo el mundo, abundancia de productos y todo lo dems. Pero si noD - JUu#L - /i no, se %iene una catstro(e como jams ha sido ni si'uiera imaginada. *odo el g#nero humano en guerra, y el Briente o bien el Bccidente, uno de los dos, barrido. as nue%as bombas Hartstein se encargarn de eso. - Pero, Jes seguro 'ue las tiene tambi#n el BrienteL - 4s 'ue seguro. Hartstein las %endi simultneamente a las dos partes1 despu#s muriD por (ortuna para #l. Pero no has de a(ligirte, 'uerida. 4abel haba odo ya esta clase de predicciones, pero su imaginacin simplemente rehusaba encajarlas. Qn duelo de Briente y Bccidente en esas nue%as condiciones era una cosa impensable, no haba habido guerra en 0uropa desde ella nacida, y las guerras de la pasada centuria se haban librado en otras condiciones. ,hora, si los dceres eran ciertos, urbes enteras podan ser barridas con una sola bomba. as nue%as condiciones eran incalculables. os t#cnicos militares predecan enormidades, contradici#ndose unos a otros en puntos %itales1 la entera conduccin de la guerra era cosa de teora1 no haba precedentes con 'u# compararla. 0ra como si arcabuceros discutiesen los e(ectos del trotyl. /lo una cosa era ciertaD Uue Briente tena armamento modernsimo, y en cuanto a poblacin militar, el doble del resto del mundo junto1 y la conclusin 'ue (lua de estas dos premisas, no era halagZe&a para 0uropa. Pero la imaginacin se negaba a marchar, simplemente. os diarios traan un editorial corto y cauteloso cada da, comentando los re'uechos de noticias 'ue se (iltraban de las con(erencias en la otra parte del mundo1 el nombre de 3elsenburgh apareca ms (recuentemente 'ue nunca1 y por lo dems, pareca hubiese una especie de ocultamiento.

IH $ada estaba demasiado a(ectado) el comercio prosegua, los %alores bolssticos europeos no estaban muy bajos, los hombres toda%a construan, se casaban, criaban hijos e hijas, se ocupaban de sus negocios e iban al cine, por la simple ra!n de 'ue no haba nada ms 'ue hacer. ,lgunos de %e! en cuando se %ol%an locos - algunos 'ue conseguan enarbolar su imaginacin a una altura donde un %islumbre de la realidad poda ser captado -1 y reinaba un clima di(uso de sobretensin. Pero esto era todo. $o se hacan muchos discursos sobre el tema1 de arriba los ju!gaban desaconsejables. ,l (in y al cabo, no haba nada 'ue hacer sino aguardar. III 4abel record la recomendacin de %igilar, y por unos das hi!o cuanto pudo) mas no haba nada alarmante. a %iejita andaba un poco baja, 'ui!, pero segua con sus asuntitos como de costumbre. , %eces le peda a la jo%en le leyera, y escuchaba imperturbable cual'uier materia 'ue le o(recan1 atenda la cocina cotidianamente, trataba de %ariar los manjares, y se mostraba interesada en todo cuanto a su hijo concerna. 0lla le hi!o la %alija con sus propias manos, sac su gabn de pieles para el %uelo ultrarrpido a Pars, y lo salud desde la %entana al bajar #l el senderito hacia el 0nlace. <ba a estar (uera tres das, les dijo. 3ue en la tarde del segundo da cuando se sinti mal1 y 4abel, corriendo arriba al a%iso del sir%iente, la encontr en su silln un poco encendida y agitada. - $o es nada, 'uerida - dijo la %iejita con %o! cascada1 y a&adi la descripcin %aga de algunos sntomas. 4abel la puso en cama, llam al m#dico y se sent al lado. *ena un sincero a(ecto a la pro%ecta dama, cuya presencia en la casa le produca una especie de tran'uilo agrado. /u e(ecto sobre sus ner%ios era como el de una hamaca para el cuerpo. 0ra tan tran'uilita y humana, tan dedicada a sus cositas, tan memoriosa de tiempo en tiempo de los lejanos das de su ju%entud, tan despro%ista de toda clase de susceptibilidad o ter'ueraD 0ra curiosamente pat#tico para la muchacha obser%ar ese sereno espritu acercndose a su e"tincin, o mejor, como 4abel crea, a la p#rdida de su personalidad, en la reabsorcin por el 0spritu de la -ida 'ue permeaba el mundoD 0lla senta menos di(icultad en imaginar el (in de un alma %igorosa, 'ue ella conceba como el escape de una (uer!a (er%iente otra %e! al origen de las cosas1 pero en esta %iejita modosita haba tan poca (ibra1 el punto cla%e, por decirlo as, estaba en la delicada estructura de su personalidad, compuesta de cosas balades pero mucho menos (2til en su (ina (usin 'ue la simple suma de las partes) la muerte de una (lor, pens 4abel, es ms triste 'ue la muerte de un len1 el 'uebrarse de una (igulina, mucho ms irreparable 'ue el derrumbe de un palacio. - 0s un sncope - dijo el doctor al marcharse -. Puede morir en cual'uier momento1 y puede %i%ir die! a&os. - J$o hay necesidad de telegra(iar al hijoL 0l doctor hi!o una pe'ue&a mocin de s2plica con la mano. - J$o es seguro 'ue %aya a morirD no es inminenteL - $o, no1 puede %i%ir die! a&os, como digo. Hi!o unas obser%aciones sobre e uso del inhalador de o"geno1 y sali. a anciana estaba muy 'uieta en su lecho cuando la jo%en %ol%i y le tom la arrugada mano. - JK bien, 'ueridaL - pregunt.

IO - $o es ms 'ue un poco de decaimiento, madre. @ebes 'uedarte muy 'uieta y no hacer nada. JUuieres 'ue leaL - $o, 'uerida1 'uiero pensar un poco. $o entraba en la idea del deber de 4abel el decirle 'ue estaba en peligro, por'ue no haba %ida pasada 'ue endere!ar ni Yue! 'ue a(rontar. a muerte era un (inal, no un comien!o. 0ra el suyo un e%angelio tran'uili!ador1 por lo menos cuando no haba ya nada ms 'ue hacer. ,s la jo%en descendi de nue%o, con un po'uitn de ansia en su cora!n, 'ue rehusaba a'uietarse. Uu# cosa espl#ndida y misteriosa era la muerte - se dijo -, esta resolucin de una cuerda 'ue haba estado templada por treinta o cincuenta o setenta a&os) otra %e! al silencio del inmenso rgano 'ue era el *odo en s mismo. as mismas notas seran ta&idas de nue%o, de hecho estaban siendo ta&idas de nue%o ahora mismo en todo el globo, aun'ue con una in(inita delicade!a de %ariedad en el to'ue1 pero este particular acorde haba cesado1 era demente (antasear 'ue iba a estar resonando eternamente en otro mundo, por'ue el 5otro mundo6 era contradictorio1 por'ue el 5mundo6 era todo. ,s ella tambi#n cesara un da1 y ya 'ue as ha de ser, procuremos 'ue entretanto el acorde sea amable y puro. 4ister Phillips lleg la ma&ana siguiente al tiempo acostumbrado, justo cuando 4abel haba dejado la alcoba de la anciana1 y pidi noticias de ella. - 0st un poco mejor, parece - suspir 4abel -. $ecesita completa 'uietud todo el tiempo. 0l secretario se inclin, y se encamin al cuarto de Bli%er, donde unos papeles aguardaban despacho. Qn par de horas despu#s, al subir 4abel de nue%o, se top con 4r. Phillips 'ue bajaba. Pareca un poco encendido bajo su piel cetrina. - a se&ora me mand llamar - e"plic -. Uuera saber si el se&or Bli%er estara de %uelta hoy. - 0star, JnoL JUu# ha odo ustedL - 0l se&or Brand dijo 'ue llegara a cenar tarde. legar a ondres a las diecinue%e. - JHay ms noticiasL 0l apret los labios. - Rumores - dijo - 0l se&or Brand me radio(on hace un momento. Pareca atnito de algo -1 y 4abel lo mir con sorpresa. - J$oticias del BrienteL - pregunt. - $o se o(enda, se&ora - respondi el secretario -. $o estoy en libertad de hablar. 0lla no se sinti, por'ue con(iaba demasiado en su esposo1 pero entr en la alcoba de la en(erma toda palpitante. a ancianita tambi#n pareca agitada. Kaca sobre los almohadones, con dos netas rosas en sus plidos pmulos, y apenas sonri al saludo de su nuera. - J,s 'ue de pali'ue con 4ister Phillips, ehL - dijo. a %iejita se le 'ued mirando un instante, pero no contest nada. - $o te agites, madrecita - continu 4abel -. Bli%er estar de regreso esta noche. a anciana dio un largo suspiro. - $o te preocupes por m, 'uerida - dijo lentamente -. Ko me arreglo bien. +uanto menos te molestes, mejor. 0l %a a llegar para la cena, J%erdadL - /i el %olador no se retrasa. Bien, madre, J'uieres el desayunoL 4abel pas una tarde de considerable desasosiego. 0ra patente 'ue algo haba sucedido. 0l secretario, 'ue desayun con ella en el %estbulo 'ue miraba al jardn, apareca

I> e"tra&amente ner%ioso. e anunci 'ue iba a estar (uera todo el resto del da1 4r. Bli%er le haba dado instrucciones. /e haba abstenido de tocar la cuestin de Briente, y no le haba comunicado nada de la +on%encin de Pars1 solamente repeta 'ue el se&or iba a estar de %uelta esta noche. @espu#s haba salido medio corriendo media hora ms tarde. a en(erma pareca dormir cuando 4abel se asom de nue%o1 y no 'uiso disturbarla. *ampoco le pareci bien salir de casa, y as se puso a pasear sola en el jardn, pensando y esperandoD y temiendo1 hasta 'ue las sombras se alargaron sobre los senderos y la %asta 'uebrada de los techos comen! a di(umarse en el pol%o de oro del poniente. +uando entr, recogi el %espertino1 pero no traa noticia ninguna, sal%o la de 'ue la +on%encin se cerraba esa tarde. +omo si ella no lo supiera. /onaron las %einte y no haba noticias de Bli%er. 0l %olador de Pars deba haber atracado una hora antes1 pero 4abel, con los ojos cla%ados en el oscurecer, haba %isto las estrellas salir coma gemas de a una y de a miles1 pero ning2n delgado pe! con alas pasar all arriba. +laro 'ue ella poda haberse distrado1 y no haba 'ue contar con la regularidad de su ruta1 pero habi#ndolo %isto ella antes sin propon#rselo cien %eces, se preguntaba irra!onablemente por 'u# no ahora. $o 'uiso sentarse a la mesa y pase sin cesar en su bata blanca, asomndose una y otra %e! al %entanal, escuchando el sua%e siseo de los trenes, las apagadas bocinas de la lnea y las musicales cuerdas del 0nlace un .ilmetro ms all. as luces estaban ya encendidas y el %asto %alle de los pueblos pareca una comarca encantada entre la cruda lu! terrestre y la tenue claridad del cielo. JPor 'u# no %ena Bli%er, o le haca saber por 'u# no %enaL Btra %e! subi al piso, lamentablemente in'uieta, a tran'uili!ar a la en(erma1 y la encontr de nue%o muy decada. - $o ha llegado - le dijo -1 apostara 'ue tiene 'ue 'uedarse en Pars. 0l %iejo rostro hundido en el almohadn asinti y balbuce1 y 4abel sali de puntillas. 4s de una hora estaba ya en retraso la cena. Bh, haba 'ui#n sabe cuntas causas 'ue pudieron detenerlo. 4uchas %eces se haba retardado ms 'ue hoy. Poda haber perdido el %olador 'ue pensaba tomar1 la +on%encin poda haberse prolongado1 poda estar agotado y haber decidido hacer noche en Pars, y ol%idado de a%isar. Poda incluso 'ui! haber a%isado a 4ister Phillips y el secretario cara de palo haber ol%idado el mensaje. 3ue (inalmente sin esperan!as hacia el tel#(ono y comen! a mirar su hocico redondo silencioso y el crculo de (ichas eti'uetadas. 0staba medio por oprimirlas una a una y preguntar a todas partes si saban algo) a su club, su cabina en Xhitechapel, a la casa de 4r. Phillips, al Parlamento y el resto. Pero %acilaba, mandndose a s misma tener paciencia. Bli%er odiaba las inter(erencias1 y no poda tardar en acordarse de ella y remediar su in'uietud. 0ntonces, cuando iba a irse son estridente un timbre y una (icha blanca se ilumin) XH<*0+H,P0 . ,pret el botn correspondiente y temblndole la mano 'ue casi no poda lle%ar el receptor al odo, escuch. - JUui#n habla allL e brinc el cora!n al sonido de la %o! amada, tenue y aguda a tra%#s del alambre. - KoD 4abel - sollo! -. /ola.

I; - Bh, amor mo. 0stoy de %uelta. *odo bien. ,hora escucha. JByes bienL - /, s. - Ha sucedido lo mejor. EBh, 4abelF *odo arreglado en Briente. 3elsenburgh lo ha hecho. ,hora escucha. $o puedo %ol%er a casa esta noche. @entro de dos horas ser anunciado en la +asa de Pablo. 0stamos comunicndonos con la prensa. -en a'u de inmediato. @ebes estar presente. J4e oyesL - Bh, s. - -en en seguida. -a a ser la cosa ms grande en toda la historia. $o hables a nadie. -en antes 'ue comience la aglomeracin. @entro de media hora se %a a embotellar el tr(ico. - EBli%erF - JUu# hayL ERpidoF - 4adre est mal. J@ebo dejarlaL - J+mo malL - Bh, sin peligro inmediato. 0l doctor la ha %isto. Hubo silencio por un momento. - /i. -en, pues. -ol%eremos esta misma noche, de todos modos. @ile 'ue %amos a llegar tarde. - 0ntendido. - D /, tienes 'ue %enir. 0star 3elsenburgh.

CAPTULO CUARTO
I 0se mismo atardecer Percy recibi a un desconocido. $o haba nada e"cepcional en #l1 y Percy, al salir en su traje de calle y %erlo en la lu! del locutorio %idriado, no pudo decirse nada. $o pareca un catlico. - J4e busca ustedL - dijo el sacerdote -. /iento decirle 'ue estoy de prisa. - $o lo %oy a detener mucho - dijo el hombre ansiosamente -. 0s asunto de cinco minutos. Percy aguard con los ojos bajos. - QnaD cierta persona me en%a a usted. 3ue catlica otrora1 'uiere retornar a la <glesia. Percy le%ant la cabe!a. 0ra un mensaje no (recuente esos das. - J-endr usted, se&or, noL J4e lo prometeL 0l hombre pareca grandemente conmo%ido. /u (a! amarillenta reluca un poco de sudor y sus ojos suplicaban. - +laro 'ue ir# - dijo Percy con una sonrisa. - ?racias, se&or1 pero usted no sabe 'ui#n es ella. -a a haber un escndalo, se&or, si se llega a saber. $o se debe saber. J4e promete usted tambi#n estoL - Ko no debo hacer promesas de ese tipo - dijo el cura amablemente -. $o cono!co a2n las circunstancias. 0l e"tra&o moj sus labios ner%iosamente. - Bueno, se&or - dijo rpidamente -. Pero no cuente nada hasta 'ue la haya %isto. J4e puede prometer esoL - 0so s - dijo el cura, intrigado. - Bien, se&or, mejor 'ue no le diga mi nombre. -a a ser mejor para los dos. KDyD esc2cheme, se&or) la dama est gra%e1 debe ir hoy mismo, si le parece, pero no antes de la noche. J, las %eintids le %endra bienL

I= - J@nde estL - pregunt Percy secamente. - 0stD est cerca del 0nlace de +roydon. 0n seguida le %oy a escribir la direccin. JK no %a a ir antes de las %eintids en punto, se&orL - JPor 'u# noL - Por'ueD a causa de los otros, se&or. , esa hora, %an a estar (uera. 0so lo s#. 0ra un poco sospechoso, pens Percy) 0mboscadas in(ames haban tenido lugar a %eces. Pero crey 'ue no poda rehusar de plano. - JK por 'u# no manda ella a llamar a su prrocoL - interrog. - 0llaD, ella no sabe 'ui#n es, se&or padre. 0lla lo %io a usted una %e! en la +atedral, se&or, y le pregunt su nombreD J$o recuerdaL Qna %iejecitaD Qna %aga reminiscencia de haca un mes o dos pas a Percy por las mientes, pero no la ubic1 y mo%i la cabe!a. - Bien, se&or padre. JQsted %endr, noL - @ebo comunicarlo al padre @olan - dijo el cura -. /i #l me autori!aD - Perdneme, se&or, el padreD el padre @olan no debe conocer su nombre. J4e lo prometeL - Ko mismo no lo cono!co toda%a - dijo Percy, sonriendo. 0l %isitante se recost abruptamente y su rostro se inmut. - Bueno, d#jeme decirle primero esto. 0l hijo de la se&ora es mi patrn y un comunista muy prominente. 0lla %i%e con #l y su esposa. 0stos dos %an a estar (uera esta noche. Por eso le estoy pidiendo todo esto. K ahora Jme promete, se&orL Percy lo mir (ijamente por unos momentos. Realmente, si era una conspiracin, los conspiradores no eran muy (ormidables. 0ntonces se resol%i) - Bien, ir#. /e lo prometo. ,hora, el nombre. 0l %isitante humedeci de nue%o sus labios y mir ner%iosamente a un lado y otro. @espu#s pareci recoger sus (uer!as) se inclin hacia adelante y susurr escuetamente) - 0l nombre de la se&ora es Brand, se&or) la madre de Bli%er Brand. Por un momento Percy 'ued desa!onado. 0ra demasiado e"traordinario para ser %erdad. +onoca demasiado el nombre de Bli%er Brand) era #l 'uien, permiti#ndolo @ios, haba hecho en los 2ltimos a&os ms perjuicios a la <glesia de <nglaterra 'ue hombre %i%iente1 y era #l a 'uien el atentado de Pla!a *ra(algar haba le%antado a tan ruidosa popularidad. K ahora, su madre mismaD /e %ol%i (ieramente hacia el hombre. - Ko no s# 'ui#n es usted, se&or1 si cree en @ios o no1 pero Jme jura usted por la religin 'ue tenga, y por su honor, 'ue todo esto es %erdadL os ojos tmidos encontraron los suyos y %acilaron1 pero era la %acilacin de la timide!, no de la traicin. - o juro, se&or1 por @ios se lo juro. - J0s usted catlicoL 0l hombre mene la cabe!a. - Pero creo en @ios - dijo -. ,l menos, as me parece. Percy se recost, tratando de encajar todo lo 'ue eso implicaba. $o haba triun(o en su mente - ese g#nero de emocin no era su (laco -1 haba una especie de espanto, e"citacin, o(uscamiento y por debajo la satis(accin de 'ue la gracia de @ios (uese tan soberanaD/i ella poda llegar hasta esa mujer J'ui#n poda estar tan lejos d# ella 'ue no lo alcan!araL 0ntonces not 'ue el otro lo miraba ansioso. - J*iene miedo, se&or padreL J-a a recular de su promesaL

A: 0sto dispers la nube, y Percy ri. - 4iedo, no - dijo -. 0star# all a las die! de la noche. J0s inminente la muerteL - $o, se&or1 tu%o un sncope. /e recobr un po'uitn esta ma&ana. 0l cura se pas las manos por los ojos y se le%ant. - Bueno, %oy a estar all. JQsted estarL 0l otro neg con la cabe!a, le%antndose tambi#n. - Ko tengo 'ue estar con 4ister Brand, se&or1 hay una asamblea esta noche1 pero no debo decir nada sobre esoD $o, se&or) usted pregunte por la se&ora Brand y diga 'ue ella lo espera. o lle%arn arriba al instante. - J$o debo decir 'ue soy un sacerdote1 supongoL - $o, se&or1 hgame ese (a%or. . . /ac una libreta, garabate un momento, arranc la hoja y la pas al cl#rigo. - a direccinD JUuiere hacerme el (a%or de destruirla cuando la haya copiadoL KoD yo, pudiendo e%itarlo, no 'uisiera perder mi empleo. Percy estu%o arrugando el papel entre sus dedos) un minuto. - K usted, Jpor 'u# no es catlicoL - pregunt. 0l otro hi!o un gesto ambiguo con la cabe!a, tom el sombrero, y sali. Percy pas unas horas emocionadas. os 2ltimos tiempos nada o muy poco haba ocurrido como para animarlo. Haba tenido 'ue anunciar no pocas apostasas y raramente una con%ersin de cuenta. $o haba duda 'ue la correntada iba (uerte contra la <glesia 0l acto demente de la Pla!a *ra(algar, adems, haba hecho la otra semana incalculable da&o1 la gente deca cada %e! ms, y los diarios despotricaban, 'ue el apoyo de la <glesia en lo sobrenatural era desmentido por cada una de sus acciones. 5Raspad un catlico y encontrar#is un asesino6 haba sido el ttulo de un editorial de El Pueblo1 y Percy mismo estaba desolado de la estupide! del atentado. 0n %ano el ,r!obispado haba repudiado p2blicamente, tanto el acto como su moti%o, desde el p2lpito de la +atedral1 esto, para peor, haba dado asidero, rpidamente apro%echado por los principales diarios, para rememorar la continua poltica de la <glesia de tirar la piedra y esconder la mano, de usu(ructuar la %iolencia condenando de palabra al %iolento. a atro! muerte del agresor no haba apaciguado la ira popular1 corran incluso %agas sugestiones de 'ue lo haban %isto salir de la casa del ,r!obispo una hora antes de la tentati%a de asesinato. K he a'u ahora 'ue, con dramtica rapide!, le %iene un mensaje de 'ue la propia madre del h#roe peda su reconciliacin con la <glesiaD 'u# haba intentado asesinar a su hijo. Qna y otra %e! esa tarde, al %iajar hacia el $orte para %er a un sacerdote de Xorcester, y hacia el /ur de %uelta, cuando las luces comen!aban a encenderse, se pregunt si no sera una trampa despu#s de todo) una especie de *alin, un la!o para atraparlo. 4as #l ya haba prometido ir, y no decir nadaD *ermin su carta diaria del modo acostumbrado, con una curiosa sensacin de (atalismo1 la ensobr y estampill. @espu#s subi la escalera, en su traje de calle, al cuarto del P. Blac.more. - J4e puede or en con(esin, PadreL - dijo bruscamente. II a estacin -ictoria, as llamada por la gran Reina del $o%ecientos, estaba concurrida ni ms ni menos 'ue lo acostumbrado, cuando lleg a ella media hora despu#s.

A1 a %asta plata(orma, hundida ahora casi doscientos pies debajo del ni%el del suelo, mostraba la doble columna de pasajeros entrando o dejando la ciudad. os de la e"trema i!'uierda, hacia los cuales Percy descendi en el ascensor de cristales, eran mucho ms numerosos, y el ro de ellos en la entrada del ascensor lo oblig a proceder despacio. leg al (in, caminando en la lu! arti(icial sobre el mullido y brillante piso de caucho, y se detu%o a la puerta del largo %agn 'ue corra e"preso al 0nlace. 0ra el 2ltimo de una serie de doce o ms, 'ue partan cada minuto. 0ntonces, contemplando toda%a el incesante subir y bajar de los ascensores de entrada en el e"tremo de la estacin, (ran'ue la puerta y se sent. /e senta calmo ahora 'ue haba largado. /e haba con(esado ms bien para darse cuenta del propio nimo 'ue por temor a alg2n peligro, pens, y all estaba ya, con su terno gris y sombrero panam, 'ue de ninguna manera lo se&alaban como cl#rigo, pues haba permiso general de la jerar'ua para %estir as con cual'uier moti%o ra!onable. Puesto 'ue no era caso de muerte inminente, no haba trado ni el -itico ni los _leos1 el Padre @olan le haba tele(oneado 'ue poda obtenerlos en un momento en /an Yos#, cerca del 0nlace, a cual'uier hora. *ena solamente el cordn %ioleta 'ue ser%a de estola, en el bolsillo. <ba resbalando apaciblemente, (ijos los ojos en el asiento opuesto y tratando de mantenerse recogido, cuando el %ehculo par bruscamente. /e asom asombrado y not por los pasajes de esmalte blanco a %einte pies de la %entana 'ue ya estaban dentro del t2nel. a detencin poda %enir de %einte causas, y #l no se preocup, sobre todo al %er 'ue los dems lo tomaban con indi(erencia1 pudo or, despu#s de un momento de silencio, 'ue en el compartimiento de al lado continuaban con%ersando. 0ntonces %ino, re(ractado por los muros, el sonido con(uso de una gritera lejana, me!clado con bocinas y sirenas, 'ue iba creciendo. a con%ersacin ces en el coche. By entonces una %entanilla al!ada de golpe y al instante un tren pas, retornando a la estacin por la lnea de abajo. Hay 'ue %er esto, pens Percy, ciertamente algo est aconteciendo1 y as se le%ant y cru! el compartimiento %aco hacia la %entana posterior. @e nue%o %ino la gritera, las se&ales, y otra %e! un tren pas como una (lecha, seguido a los talones por otro. Hubo un sacudn, y de nue%o la marcha. Percy trastabill y cay en el asiento, al dar marcha atrs el coche 'ue ocupaba. Hubo un clamoreo entonces en el otro compartimiento y Percy abri la puerta, solamente para hallar all media docena de hombres asomados a las %entanillas, 'ue no le hicieron el menor caso. Uued all de pie, enterado de 'ue no saban ms 'ue #l, y esperando una e"plicacin de donde (uera. /era desastroso, pens, 'ue una a%era cual'uiera hubiese desbaratado el ser%icio. . @os %eces ms par el tren el#ctrico1 cada %e! se mo%i de nue%o despu#s de un trompeta!o1 y al (in se detu%o sua%emente en el mismo and#n de donde haba partido, aun'ue tres o cuatro cuerpos ms all. EBh, por supuesto 'ue haba ocurrido algo gordoF ,l momento de abrir la porte!uela un bramido enorme le atron los odos, y al saltar al and#n y mirar hacia los ascensores, comen! a entenderD @e parte a parte del enorme ambiente, a tra%#s los andenes, hinchndose por momentos, se arremolinaba a los gritos una enorme muchedumbreD a escalera de %einte metros de anchura, usada slo para emergencias, pareca una catarata %i%iente de setenta metros de altura.

A9 +ada %agn 'ue llegaba, descargaba ms y ms gente, 'ue corran como hormigas hacia el enjambre de los otros. 0l ruido era indescriptible, los clamoreos de los hombres, los chillidos de las mujeres, los bocina!os de las enormes m'uinas1 y tres o cuatro %eces, la metlica %o! de un clarn, cuando una puerta de emergencia re%entaba arriba y un remolino de turba se derramaba hacia las calles. Pero, despu#s de una ojeada, Percy no mir ms a la turbamulta1 pues all, le%antado por sobre el gran reloj, en el tablero indicador del gobierno, (lameaba en enormes letras de (uego, en esperanto y en ingl#s el mensaje 'ue haba con%ulsionado a <nglaterra. o ley media docena de %eces antes de mo%erse, como un gigantesco signo en el cielo 'ue poda signi(icar el triun(o del cielo o del in(ierno. +B$-0$+<_$ @0 0/*0 @</Q0 *, P,S K $B ?Q0RR, 0/*,B 0+<@, , 3R,*0R$<@,@ Q$<-0R/, 30 /0$BQR?H 0$ B$@R0/ 0/*, $B+H0 III ,penas unas dos horas ms tarde, Percy consigui llegar a la casa cerca del 0nlace. Haba discutido, suplicado, amena!ado, pero los o(iciales andaban como energ2menos. a mitad de ellos haba desaparecido en la disparada hacia el centro, pues se haba (iltrado, a pesar de las precauciones o(iciales, 'ue la +asa de Pablo, anta&o +atedral de /an Pablo, iba a ser el escenario de la recepcin de 3elsenburgh. 0l resto pareca demente1 un hombre de la plata(orma se haba des%anecido por un cho'ue ner%ioso y nadie se ocupaba de #l1 el cuerpo yaca medio encogido debajo de un banco. Qna y otra %e! Percy haba sido arrastrado por un en%in, mientras se debata de and#n a and#n buscando un carruaje cual'uiera 'ue lo lle%ara a +roydon. E+roydon1 ahoraF Pareca 'ue ninguno haba, y los %agones %acos se amontonaban como cajones %iejos contra la plata(orma, mientras otros llegaban de toda la comarca arrojando cargas (ren#ticas de delirantes, 'ue se (undan como cera al (uego sobre el hule blanco del piso. os andenes estaban atestados de continuo y de seguida %acos, y apenas una hora antes de media noche comen!aron a despejarseD DBien, estaba en su destino, por (in, sin sombrero, despeinado, e"hausto, mirando %acilante a los oscuros %entanales. . . . $o saba bien 'u# pensar del otro asunto. a guerra, por supuesto, era atro!. K una guerra tal como #sta era demasiado horrible a la mente para concebirla si'uiera1 pero en la aprensin del sacerdote haba otras cosas a2n peores. Qna pa! uni%ersalD pero Juna pa! establecida por otros caminos 'ue los de +ristoL JB estaba @ios detrs incluso de estoL a pregunta era irrespondible. 3elsenburgh) era #l, pues, 'uien haba logrado estoD este logro indudablemente mayor 'ue cual'uier otro suceso pro(ano en la historia de la ci%ili!acinD JUu# suerte de hombre eraL J+ul era su carcter, su doctrina, sus intencionesL J+mo iba a usar de su triun(oLD ,s los interrogantes relampagueaban en su mente como un torbellino de chispas, cada una posiblemente ino(ensi%a1 pero, a la %e!, cada una capa! de prender (uego al mundo. 0ntretanto, a'u haba una anciana 'ue 'uera reconciliarse con @ios antes de morirD

AI *oc el timbre dos o tres %eces ms y aguard. 0ntonces una lu! brot arriba, y se %io 'ue haban odo. - 4e han mandado llamar - e"plic a la espantada mucama -. *ena 'ue haber estado a'u a las %eintids1 no pude por el alboroto. 0lla le tartamude una pregunta. - /, es cierto, seg2n creo - respondi bre%emente -. Pa! y no guerra. Por (a%or, cond2!came arriba. ,tra%es el %estbulo con una e"tra&a impresin de culpable. Nsta era, pues, la casa de Brand, el (er%iente orador tan acremente elocuente contra @ios1 y a'u estaba #l, un sacerdote, inmiscuy#ndose a (a%or de la noche. Bueno, bueno no lo haba buscado #l. ,nte la puerta del piso superior la mucama se %ol%i. - JQn doctor, se&orL - in'uiri. - 0so es asunto mo - dijo Percy secamente1 y alargando la diestra, abri. Qn gritito lastimero lo acogi desde el rincn, antes de cerrar la puerta. - EBh, gracias a @iosF Pens# 'ue me haban ol%idado. J0s un PadreL - /oy sacerdote. J$o recuerda 'ue me habl en la +atedralL - /, s, Padre1 yo lo %i re!ando. EBh, bendito sea @iosF Percy la mir desde arriba un momento, contemplando la carita rosada en su co(ia de cama, sus brillantes ojos hundidos y las tr#mulas largas manos. /, esto era genuino, al (inal. - ,hora, hija - dijo -, hbleme. - a con(esin, Padre - dijo ella. Percy sac el cordn morado, lo desli! sobre los hombros y se sent junto al lecho. Pero despu#s ella no 'uera dejarlo ir. - Padre, dgame, Jcundo me %a a traer la +omuninL Nl hesit. - /eg2n entiendo, 4ister Brand y su esposa no saben nada de esto. - $ada, Padre. - _igame, Jest usted muy en(ermaL - $o lo s#, Padre. $o me lo %an a decir. Ko pens# 'ue me iba la otra noche. - J+undo 'uisiera usted 'ue trajese la +omuninL -oy a hacer lo 'ue usted diga. - JPuedo mandarlo llamar ma&ana o pasadoL Padre, Jdebo decrselo a #lL - $o est obligada. - /i debo decrselo, lo har#. - Bueno, piense sobre ello y despu#s me diceD JBy usted lo 'ue ha sucedidoL 0lla asinti, pero sin mayor inter#s1 y Percy sinti un pincha!o de compuncin por haberse acordado. ,l (in y al cabo, la reconciliacin de un alma con @ios era ms importante 'ue la del Briente con el Bccidente. - Para su hijo de usted %a a ser muy importante - dijo como disculpndose -) %a a ser un gran hombre ahora, Jsabe ustedL 0lla segua mirndolo en silencio, sonriendo un poco. Percy se asombr de lo ju%enil de a'uel rostro anciano, el cual se inmut de golpe. - Padre, no debo detenerlo1 pero dgame esto) J'ui#n es ese hombreL - J3elsenburghL - /. - $adie lo sabe. 4a&ana sabremos ms. -a a estar a'u esta noche.

AA a inmutacin del rostro (ue tan pronunciada, 'ue Percy crey en un ata'ue. 0l rostro estaba embargado de una especie de emocin, medio miedo y medio astucia. - JUu# hay, hijaL - Padre, tengo un poco de miedo cuando recuerdo a ese hombre. J$o me puede perjudicar, %erdadL J0stoy a sal%o ahoraL J/oy catlicaL - 0s claro 'ue est a sal%o, hija. JUu# pasaL J+mo podra ese hombre perjudicarlaL a mirada de terror perduraba toda%a, y Percy se apro"im a la en(erma. - $o debe abandonarse a (antasas - dijo -. 0ntr#guese tan slo a $uestro /al%ador. 0ste hombre no puede hacerle ning2n da&o. e estaba hablando como a un ni&ito1 pero era in2til. a boca hundida se mo%a y los ojos %agaban por la sombra del (ondo de la alcoba. - Hija ma, Edgame 'u# le pasaF JUu# sabe usted de 3elsenburghL $o debe hacer caso de sue&os. Brusca y en#rgicamente la cabe!a asinti1 y Percy por primera %e! sinti en el pecho un golpe de aprensin. JHaba perdido la ra!n esta buena mujerL JPor 'u# este nombre la a(ectaba como siniestroL 0ntonces record 'ue el Padre Blac.more lo haba pronunciado una %e! con el mismo sobrecogimiento. Hi!o un es(uer!o y se sent a su lado. - ,hora dgame todo, llanamente, lo 'ue sea - e"hort -. Qsted ha estado so&ando. JUu# ha so&adoL 0lla se irgui un poco en la %asta cama, siempre mirando %agamente en torno1 despu#s alarg su mano ensortijada hacia una de las suyas, y #l se la dio, ca%iloso. - J0st cerrado, PadreL J$o hay nadie escuchandoL - $o, no, hija. JPor 'u# tiemblaL $o hay 'ue ser supersticioso. - Padre, le %oy a contar. os sue&os son disparatesD J%erdadL Bueno, sea como sea, esto es lo 'ue so&#. /o&# 'ue estaba por ah en una casona1 no s# donde era. Qna casa grande 'ue nunca haba %isto antes. 0ra una de esas %iejas casas, y muy oscura. Ko era una ni&a, me pareci, y estabaD estaba asustadaD de algo. os corredores estaban todos oscuros y yo andaba llorando en las tinieblas, buscando una lu!, y no haba ninguna. 0ntonces o una %o! hablando, remota. PadreD a mano apret la suya, y de nue%o sus ojos escrutaron la alcoba. Percy reprimi un suspiro con di(icultad. /in embargo, no se atre%i a al!arse y dejarla. a casa estaba en total silencio1 solamente (uera sonaba a ratos una bocina, al pasar los coches desde el campo hacia la colmada urbe1 y una %e! se oy un clamor de un grupo. Nl se pregunt 'u# hora sera. - J*iene 'ue contrmelo ahora mismoL - le dijo con la mayor amabilidad -. J, 'u# hora estarn de %ueltaL - $o toda%a - musit ella -. 4abel dijo a eso de las dos. JUu# hora es, PadreL +on su mano libre sac el reloj. - $o es la una - dijo. - 0st bien1 escuche, PadreD Ko estaba en esa casa1 y yo oa - hablar, y yo corr por los corredores hasta 'ue %i una lu! debajo - de una puerta, y entonces me detu%eD 4s cerca, Padre. Percy estaba un tanto estremecido, a pesar suyo. a %o! haba bajado de golpe a un susurro, y los %iejos ojuelos parecan retenerlo e"tra&amente. - 4e detu%e, Padre1 no me atre% a entrar. Poda or la con%ersacin y poda %er la lu!1 y no me atre%a a entrar. Padre) Eera 3elsenburgh el 'ue estaba allF

AH @e abajo %ino un porta!o1 y luego el son de pasos. Percy %ol%i el rostro bruscamente y al mismo tiempo oy una s2bita aspiracin de aire de la moribunda, una especie de EayF E+histF - dijo -. JUui#n est allL @os %oces hablaban ahora en el %estbulo, y a su sonido la %iejita a(loj el apretn a la otra mano. - KoD yo cre 'ue eraD #l - e"clam. Percy se endere!1 se %ea 'ue ella ya no entenda la situacin. [/, hija ma [dijo con calma. Pero J'ui#n esL - 4i hijo y mi nuera - contest ella1 y entonces su rostro se inmut de nue%o -. K ahora, ahora, PadreD a %o! muri en su garganta, al sonar las pisadas cerca. Por un momento rein completo silencio, y despu#s una %o! de mujer en un murmullo del todo audible. - +mo, hay lu! en su cuarto. -en, Bli%er1 pero despacito. 0ntonces cruji el pestillo.

CAPTULO QUINTO
I Hubo una e"clamacin y despu#s silencio, cuando una jo%en hermosa y alta con rostro encendido y ojos claros entr e hi!o alto, seguida por un %arn 'ue Percy reconoci al punto por los 5noticiarios6. Qn pe'ue&o gru&ido tr#mulo sali del lecho1 y el cura le%ant ma'uinalmente la mano para acallarlo. - E+moF - dijo 4abel1 y cla% sus ojos brillantes, en el sujeto de pelo blanco y (a! ju%enil. Bli%er despeg los labios y despu#s los apret. *ambi#n #l tena una e"tra&a e"citacin en el rostro. @espu#s habl. - JUui#n es #steL - dijo incisi%amente. - EBli%erF - e"clam la jo%en, %ol%i#ndose bruscamente -, #ste es el cura 'ue yo %iD - JQn curaL - dijo el otro, dando un paso -.Ko pens#D Percy alent para calmar el (urioso tremor de su garganta. - /, soy un cura - dijo. Btra %e! el ga&ido rompi en el lecho1 y Percy, %ol%i#ndose de nue%o a acallarlo, %io a la jo%en desabrochar ma'uinalmente el (ino guardapol%o de plstico de sobre su %estido blanco. - J*2 lo llamaste, madreL - barbote el hombre, con una %ibracin en la %o! y un s2bito sacudn del cuerpo hacia adelante. Pero la jo%en interpuso una mano. - Uuieto, 'uerido - dijo -.,hora bien, se&or. - /, soy un cura - repiti Percy, a(errando su nimo con su %oluntad, y casi sin saber lo 'ue deca. - EK usted %iene a mi casaF - grit el %arn. /e apro"im otro paso y medio se aga!ap -. JYura usted 'ue es un curaL - dijo -. JHa estado a'u toda la tardeL - @esde medianoche. - K no es usted unD - (ren de nue%o. 4abel se puso entre los dos, erguida. - Bli%er - dijo, toda%a con ese aire de contenido entusiasmo - a'u no debemos tener escenas. a pobrecita est muy mal. Hganos usted el (a%or de bajar, se&or.

AO Percy dio un paso a la puerta sin responder, y Bli%er se hi!o le%emente a un lado. 0ntonces el cura se detu%o, se %ol%i y le%ant la diestra. - EUue @ios te bendigaF - dijo, sencillamente, a la (igura tartamudeante del lecho. uego sali, y esper (uera de la puerta. Poda or un rpido bisbiseo adentro1 despu#s un murmullo compasi%o de la ni&a y luego Bli%er estu%o a su lado, agitado de pies a cabe!a, el rostro como ceni!a1 el cual le indic la escalera con un ademn, y pas adelante. *odo el asunto se le haca a Percy como un sue&o in%erosmil, tan inesperado y (uera de lo normal. *om conciencia de una enorme %ergZen!a ante lo grotesco del caso, y al mismo tiempo de un coraje desatado. Haba sucedido lo peor - y lo mejor) #ste era su consuelo. Bli%er empuj una puerta, oprimi un botn y entr en el cuarto alumbrado, seguido por Percy. /iempre en silencio, se&al una silla y Percy se sent1 mas #l 'ued de pie cerca del hogar, las manos hundidas en los bolsillos y sin mirarlo. os sentidos tendidos de Percy captaron todos los pormenores del lugar1 la mullida al(ombra %erde, honda bajo sus pies, las cortinas de seda cadas a plomo, la media docena de mesitas colmadas de (lores, y los libros 'ue ornaban las paredes. 0l saln estaba denso de aroma de rosas, aun'ue las %entanas estaban abiertas y la brisa ondulaba las cortinas continuamente. +uarto de mujer, pens. @espu#s mir la (igura del hombre, delgado, tenso, erguido1 el terno gris oscuro no muy di%erso del suyo, la hermosa cur%a de la barbilla, la clara te! plida, la nari! delgada y ese arco de idealismo sobre los ojos y bajo la negra cabellera. 0ra el rostro de un poeta, pens, y todo el talante era %i%a! y caracteri!ado. 0ntonces se %ol%i y se incorpor un poco al entrar 4abel, abriendo la puerta y cerrndola tras ella. 0lla cru! derecha a su esposo, y le puso la mano en el hombro. - /i#ntate, 'uerido1 me has prometidoD - dijo -. /r%ase sentarse, se&or. @ebemos hablar un poco. os tres tomaron asiento1 Percy a un lado, y la pareja en(rente, en un so( recto. a jo%en tom otra %e! la palabra. - 0sto tiene 'ue ser arreglado a'u - dijo con energa -, pero sin tragedias, Jentiendes Bli%erL $o debe haber escenas. @el#game a m. Hablaba con un curioso gracejo1 y Percy not con asombro 'ue era del todo sincera1 no haba ni asomo de cinismo o sarcasmo. - Bli%er, 'uerido - e"clam de nue%o -, no bo'uees de ese modo. *odo es per(ectamente simple. 0sto me toca manejarlo a m. Percy %io una mirada %enenosa dirigida hacia #l por el hombre1 la jo%en la %io tambi#n, mo%iendo sus ojos humorosos de uno a otro lado. Puso una mano sobre su rodilla. - Bli%er, atiende. $o mires a este caballero como una hiena. $o ha hecho da&o. - E$o ha hecho da&oF - sibil el otro. - $oD absolutamente nada de da&o. JUu# importa lo 'ue piense all arriba la pobrecita en(ermaL ,hora, se&or, J'uerra usted decimos por 'u# %ino a'uL Percy trag aire de nue%o. $o haba esperado esta lnea. $o encontraba ms su talante autoritario, solemne y seco, 'ue le ser%a tanto para tratar a los hombres. 0sta muchacha era mucho para #l. @ijo casi tmidamente) - -ine para reincorporar a la se&ora BrandD a la <glesia +atlica. - JK lo ha hechoL

A> - o hice. - JUuerra usted decirme su nombreL J$o le parece mejorL - Percy hesit1 y despu#s determin contender con ella en su mismo campo. - +iertamente. 4i nombre es 3ran.lin. - J0l )adreD 3ran.linL - pregunt ella, con una sombra apenas de #n(asis burln en la primera palabra. - /, el padre Percy 3ran.lin, de la +asa del ,r!obispo, Xestminster - dijo con (irme!a el cura. - Bien, entonces, padre Percy 3ran.lin, Jpodra decirme por 'u# %ino a'uL JUuiero decir, 'ui#n lo llamL - a se&ora Brand me mand llamar. - /, pero Jpor 'u# medioL - 0"c2seme el responder a esa pregunta. - Bh, muy bienD J$os es permitido saber 'u# bien resulta de 5ser reincorporado a la <glesia6L - Por su reincorporacin a la <glesia, el alma es reconciliada con @ios. - EBhF 7EBli%er, 'uietoF8 JK cmo lo hace usted, padre 3ran.linL Percy se le%ant abruptamente. - $o perdamos ms tiempo - dijo -. JUu# pro%echo hay en estas preguntasL a ni&a lo mir con ojos rasgados de asombro, siempre con la i!'uierda sobre la rodilla de su esposo. - JPro%echo, padre 3ran.linL Bueno, 'ueremos saber. JHay alguna ley de la <glesia 'ue le prohba decrnoslo a nosotros, 'ui!sL Percy %acil de nue%o. $o %ea detrs de 'u# andaba ella. @espu#s %io 'ue le dara %entajas si perda la cabe!a en lo ms mnimo1 se sent de nue%o, y sonri. - Bh, por cierto 'ue no. Ko se lo dir# si lo 'uiere saber. B la con(esin de la se&ora y le di la absolucin. - EBhF /. K eso obra el e(ecto. JK ahora 'u# %ieneL - ,hora debera recibir la comunin y los santos leos, si est en peligro de muerte recit el cura como un chico del +atecismo. Bli%er se sacudi. - E+ristoF - dijo por lo bajo. - EBli%erF - dijo ella, corno reprochando - JPor 'u# no me dejas esto a mL 0s mucho mejor. K entonces, padre 3ran.lin, Justed 'uerra darle esas otras dos cosas a mi madre, noL - $o son absolutamente necesarias de suyo - dijo el sacerdote, sintiendo, sin saber por 'u#, 'ue estaba haciendo un juego perdido de antemano. - EBhF J$o son necesariasL JPero usted 'uerra darlasL - o hara si (uera posible. Pero ya he hecho lo estrictamente necesario. $ecesitaba toda su %oluntad para 'uedar calmo. /u amor propio le dola por todas partes. /enta la impresin de un hombre 'ue hubiese salido con un sable a pelear con una a%ispa, o con las pesadas armas de ?oliath contra la honda de @a%id. /implemente, no tena idea de lo 'ue seguira despu#s. Hubiera dado cual'uier cosa por'ue el %arn se hubiese al!ado y lan!ado a su garganta1 por'ue esta ni&a los sobraba a los dos. - / - declam ella sua%emente -. Bien, es di(cil imaginar 'ue mi esposo le d# %enia a usted para %ol%er a'uD Pero yo estoy go!osa de 'ue usted haya hecho lo 'ue le parece

A; necesario. $o, hay duda de 'ue ha de ser una satis(accin para usted, padre 3ran.lin, y para la pobre cosita de arriba tambi#n. 0ntretanto nosotros, a nosotrosD - a&adi, apretando la rodilla del otro - no nos importa nada. E,hF Pero hay otra cosa ms. - /i usted gusta - comen! Percy, ca%ilando 'u# %endra ahora. - Qstedes los catlicosD perdneme si lo o(endo sin 'uererD usted sabe, los cristianos tienen reputacin de contar las cabe!as y blasonar de sus con%ersos. Padre 3ran.lin, nosotros le estaramos agradecidos si ustedD nos da su palabraD de no propalar esteD este incidente. -a a molestar a mi esposo y le puede ocasionar no pocos problemas. - a se&ora BrandD - comen! Percy. - Qn minuto. Qsted %e, no lo hemos tratado mal. $o ha habido %iolencia. a se&ora Brand no es due&a de esta casa, donde usted ha entrado por sorpresa, ausentes los propietarios. $o 'ueremos escenas con mi madre en(erma. $o pedimos ms. JPuede prometernos estoL 0l cura haba tenido tiempo de re(le"ionar y respondi al instante. - Perdone. +iertamente, prometo eso. 4abel suspir contenta. - 0so est muy bien. e 'uedamos agradecidos. K 'ui! puedo decir ms, 'ue 'ui! despu#s de pensarlo mi esposo encuentre camino de dejarlo %ol%er a'u con la comunin yD y la otra cosaD @e nue%o un temblor sacudi al hombre a su lado. - Bueno, eso se %er - prosigui ella. 0n cual'uier caso, conocemos su direccin y podemosD @e paso, padre 3ran.lin, J%uel%e usted a Xestminster esta nocheL Nl se inclin. - E,hF 0spero 'ue pueda %ol%er. -a a encontrar a ondres muy mo%ido. Uui! oy ustedD - dijo ella como meditando. - J3elsenburghL dijo Percy. - /, Yulin 3elsenburgh - dijo la ni&a sua%emente, de nue%o con ese e"tra&o titilar encendido en sus ojos -. Yulin 3elsenburgh - repiti - est a'u, usted sabe. -a a 'uedar en <nglaterra por ahora. Qna %e! ms, Percy (ue consciente del le%e to'ue de temor a la mencin de ese nombre. - 0ntiendo 'ue %a a haber pa! - dijo. a jo%en se al!, y el silencioso marido con ella. - / - dijo, casi compasi%amente -, habr pa!. Pa! de una %e!. 74o%i un paso hacia #l y su (a! se ilumin como una rosa de (uego. /u diestra se al! lentamente8. -uel%a a ondres, padre 3ran.lin, y abra los ojos. Qsted lo %a a %er, espero, y %a a %er muchas cosas. 7/u %o! comen! a %ibrar8. K usted %a a entender, 'ui!s, por 'u# lo hemos tratado asD por 'u# no tenemos miedo de ustedes, por 'u# estamos con(ormes de 'ue mi madre haga como guste.EBhF, usted %a a entender, padre 3ran.linD si no esta noche, ma&ana1 y si no ma&ana, al menos dentro de bre%e tiempo. - E4abelF - e"clam su esposo. a ni&a gir, le ech los bra!os al cuello y le bes la boca. - Bh, no me a%ergZen!o, Bli%er, 'uerido. @ejemos 'ue %aya y 'ue %ea por s mismo. Buenas noches, padre 3ran.lin. ,l ir hacia los herrajes del jardincillo, oyendo el tintn de un timbre 'ue alguien toc en el cuarto detrs de #l, se %ol%i una %e!, o(uscado y con(uso1 y all estaban los dos, marido y mujer, erguidos en la dulce lu! solar, como trans(igurados. a jo%en tena su bra!o sobre los hombros del %arn, y estaba rgida y radiante como un pilar de (uego1 y aun en el

A= rostro del hombre haba desaparecido el enojo. 0ran la (uer!a, la (elicidad y la %ida. os dos sonrean. 0ntonces Percy se hundi en la sua%e noche esti%al. II Percy no saba nada, sino 'ue tena miedo al sentarse en el atestado coche 'ue %olaba hacia ondres. ,penas llegaba a or la charla en torno suyo, aun'ue era alta y continua1 y lo 'ue oa no le entraba. 0ntendi solamente 'ue haba habido e"tra&as escenas, 'ue ondres se haba enlo'uecido de golpe y 'ue 3elsenburgh haba hablado esa noche en la +asa de Pablo. 0staba molido de la manera cmo haba sido tratado, y se preguntaba mohnamente una y otra %e! 'u# era lo 'ue haba inspirado ese tratamiento1 pareca 'ue hubiera estado en presencia de lo sobrehumano1 tena conciencia de temblar un poco y de un sue&o insoportable, aun'ue no era la primera %e! 'ue haba estado en un coche repleto a las dos de un amanecer de %erano. *res %eces el coche (ren, y #l percibi los signos de la con(usin reinante) las (iguras 'ue corran en la media lu! entre las lneas, un par de coches a%eriados, un montn de esteras desparramadas1 y oa ma'uinalmente los gritos y los bocina!os 'ue sonaban por do'uiera. +uando pis por (in la plata(orma, la encontr peor 'ue cuando la haba dejado dos horas antes. Haba la misma desatada corrida cuando el coche descarg su contenido, el mismo cuerpo muerto debajo del banco1 y all arriba, al ponerse #l tambi#n a correr desatentado en medio de la turba, sin saber bien para dnde y por 'u#, arda el mismo estupendo mensaje all arriba sobre el reloj. @e pronto se encontr en el ascensor, y un momento despu#s estaba sobre los escalones de la estacin. ,'uella tambi#n era una %ista asombrosa. as lmparas ardan toda%a, pero detrs de ellas rompan las primeras (ranjas rosas de una e"tra&a aurora. a calle 'ue corra ahora derecha al antiguo palacio real, uni#ndose all, como en el centro de una red, con las 'ue %enan de Xestminster, el 4all y Hyde-Par., era simplemente un slido empedrado de cabe!as. , una y otra parte se al!aban los hoteles y las 5+asas de ?o!o6, las %entanas incendiadas de luces, solemnes y triun(ales, como para agasajar a un rey1 mientras 'ue en lontanan!a contra el cielo plido se ergua el monumental palacio delineado en (uego e incendiado por dentro como las dems casas a la %ista. @entro de ese recipiente de un esplendor nunca %isto, el ruido era enlo'uecedor. 0ra imposible distinguir los sones entre s. -oces, trompas, tambores, el pisoteo de millares de pies sobre el pa%imento de caucho, el ronco rodar de ruedas de la estacin detrs - todo se (unda en un redoble abrumador y solemne, per(orado de notas agudas. 0ra imposible mo%erse. Nl se hall en una posicin de e"traordinaria %entaja1 en la misma cima del ancho %uelo de pelda&os 'ue conducan al %iejo patio de la estacin, actualmente un %asto espacio 'ue conectaba por la i!'uierda la a%enida con el palacio y por la derecha con la calle -ictoria, la cual mostraba como las otras todas una %%ida perspecti%a de luces y cabe!as. +ontra el (irmamento, a su derecha se al!aba la c2spide iluminada del +ampanario +atedralicio. e pareci 'ue #l haba conocido todo esto en una e"istencia anterior1 tan trans(igurado estaba. /e lade ma'uinalmente dos o tres pasos hacia la i!'uierda, hasta 'ue top una columna1 y all se par, tratando no de anali!ar sus emociones sino simplemente de contenerlas.

H: ?radualmente se dio cuenta de 'ue esta muchedumbre era como ninguna otra 'ue hubiera %isto. Para su sentido interno, pareca 'ue ella go!aba de una unidad mayor 'ue cual'uier otra. Haba magnetismo en el aire. Haba un e(ecto como si estu%iese en proceso un acto creati%o, por el cual millares de c#lulas indi%iduales estu%ieran siendo amalgamadas ms y ms cada instante en un enorme ser sensiti%o con una %oluntad, una emocin y una cabe!a. 0l clamor de las %oces pareca tener sentido tan slo como las reacciones del poder creati%o 'ue se e"presaba a s mismo. ,'u reposaba esta humanidad gigantesca, e"tendi#ndose a su %ista en miembros %i%ientes tanto corno se poda alcan!ar en todas direcciones, aguardando, esperando una consumacin e"tendi#ndose tambi#n, como su cansado cerebro comen! a adi%inar, por todas las arterias de la gran metrpoli ms all de su %ista. Nl ni se pregunt 'u# cosa aguardaban. o saba sin saberlo. /aba 'ue era una re%elacin - de algo desconocido 'ue iba a coronar sus aspiraciones y (ijarlas as para siempre. *ena la sensacin de haber %isto todo esto antes1 y como un ni&o, comen! a preguntarse cundo1 hasta 'ue record 'ue as era cmo haba so&ado una %e! el @a del juicio - de la Humanidad congregada ante YesucristoD Eante YesucristoF - E,hF E+un apagada esta (igura le pareca ahora - cun remota - real ciertamente, pero cun ine(ecti%a para #l - cun irremediablemente e"tra&a a esta tremenda %idaF +ontempl el +ampanario. /, un tro!o de la -era +ru! se conser%aba all, Jno era asL, un trocito del madero en 'ue un Pobre haba muerto %einte siglos antesD Bueno, bueno. 0ra una distancia inmensaD $o comprenda bien lo 'ue pasaba en #l. 5@ulce Yes2s, s# mi /al%ador y no mi jue!6, musit sin aliento, a(errando el granito de la columna1 y un momento despu#s %io cun (2til era esta plegaria. /e haba perdido como un soplo en esta %asta y %%ida atms(era humana. Haba dicho misa - Jo noL - esta ma&ana - Jo hace un a&oL - en ornamentos blancosD /, haba credo en todo) desaladamente, pero realmente1 y ahoraD 4irar al (uturo era tan %ano como mirar al pasado. $o haba (uturo ni pasado1 todo era un instante eterno, presente y de(initi%o. 0ntonces dej a(lojar al conato interno y comen! de nue%o a %er con los ojos corporales. a aurora suba en el cielo, un sereno y sua%e amanecer 'ue a pesar de su imperio pareca nada contra la brillante iluminacin de las calles. 5$o necesitamos al sol6, murmur sonriendo tristemente, 5ni al sol ni a la lu! de las %elas. *enemos nuestra lu! sobre la tierraD la lu! 'ue ilumina a todo hombre 'ue %iene a esteD6 0l +ampanario pareca ms remoto 'ue nunca, en este espectral (ulgor de la ma&ana ms y ms des%alido cada momento, comparado con el hermoso (ulgor de las calles. 0ntonces atendi a los ruidos, por'ue le pareci 'ue en alguna parte, all hacia la i!'uierda, se iniciaba un silencio. /acudi la cabe!a con rabia, por'ue uno detrs de #l comen! a hablar (uerte y con(usamente. JPor 'u# no podan callarse, y dejar 'ue se oyera el silencioLD 0l hombre ces de golpe, y desde la lontanan!a comen! a hincharse una especie de rugido, tan sua%e como el rolar de una alta marea1 arrib hasta #l desde la derecha1 y comen! a sumergirlo, llamando en sus odos. Ka no haba ninguna %o! indi%idual1 era como el %agido de un gigante reci#n nacido1 y #l tambi#n estaba gritando1 no saba lo 'ue gritaba, pero no poda callar. /us %enas y sus ner%ios parecan tocados con %ino1 y al cla%ar los ojos en la calle abajo oyendo

H1 el grandioso grito rebotar de #l mismo y rodar hacia el palacio, conoci por 'u# haba gritado y por 'u# callaba ahora. Qn objeto alargado y pisci(orme, blanco como la leche, irreal como la llama y coruscante como la aurora, se haca %isible ocho cuadras ms all, %iraba y se diriga hacia #l, resbalando en el aire, pareca, sobre la misma ola de silencio 'ue #l creaba, arriba, encima de la %asta calle, con alas desplegadas, no ms de siete metros sobre las cabe!as de la muchedumbre. Hubo un %asto suspiro, y otra %e! se aplom el silencio. +uando Percy pudo pensar conscientemente de nue%o - por'ue su %oluntad (uncionaba intermitente, como el tictac de un reloj - la e"tra&a cosa blanca estaba cerca. Nl se dijo 'ue ya haba %isto esto centenares de %eces1 y al mismo instante, 'ue #sta era di(erente de todas las otras. 0staba ms cerca a2n, (lotando sua%emente, como una ga%iota sobre el mar1 poda distinguir su proa lisa, la barandilla detrs, la inm%il cabe!a del piloto1 poda or ahora el sua%e batir de la h#lice - y entonces %io lo 'ue estaba esperando. ,l!ado en el centro de la cubierta haba un trono, drapeado tambi#n de blanco, con un emblema de oro arriba del respaldo1 y en el trono, seda una (igura humana, inm%il y solitaria. $o hi!o ning2n signo al mostrarse1 la %estidura oscura resaltaba %i%amente contra el blanco (ondo1 la cabe!a iba erguida y se %ol%a gentilmente de %e! en cuando de lado a lado. leg ms cerca a2n, en el hondo silencio1 la cabe!a se %ol%i y por un instante la (a! se le hi!o nue%amente %isible en la sua%e lu! radiante. 0ra un rostro mar(ilino, (uertemente delineado, como de un jo%en, con ar'ueadas cejas negras, labios (inos y cabellera blanca. 0ntonces la (a! gir de nue%o, el piloto le%ant la cabe!a y el hermoso arte(acto, %irando un poco, lade el ngulo de la estacin y resbal hacia el palacio. Hubo un chillido hist#rico en alguna parte, un grito1 y de nue%o rompi de golpe el huracanado bramido de la inmensa muchedumbre.

LIBRO SEGUNDO. EL COMBATE CAPTULO PRIMERO


I Bli%er Brand estaba sentado en su silln, al atardecer del da siguiente, leyendo el enorme editorial de El Pueblo, edicin s#ptima. \Reci#n comen!amos a recobrarnos - ley en %o! alta - de la embriague! de anoche. ,ntes de embarcamos en la pro(eca, es bien rememorar el hecho. Hasta ayer tarde se mantena nuestra ansiedad con respecto a la tremenda crisis del 0ste1 y cuando dieron las %eintiuna no haba ms de treinta personas en ondres - es decir, los delegados ingleses 'ue supieran positi%amente 'ue el peligro haba pasado. 0n la media hora siguiente, el gobierno tom algunas medidas directas) un grupo selecto de personas (ue puesto al tanto1 la polica (ue alertada, ms una media docena de regimientos, para conser%ar el orden1 y a la media hora justa (ulgur el anuncio 'ue todos hemos %isto en los tableros de ondres, lo mismo 'ue en todas las capitales de pro%incias. a tirana del espacio nos impide describir adecuadamente el admirable comportamiento de las autoridades1 baste

H9 decir 'ue no ms de setenta accidentes (atales (ueron registrados en la totalidad del ?ran ondres1 y no es deber nuestro criticar la accin del gobierno al elegir el modo de e(ectuar la mani(estacin. \, las %eintids, la +asa de Pablo estaba repleta de bote en bote1 el antiguo +oro, reser%ado a los miembros del Parlamento y altos empleados1 las galeras laterales atestadas de damas1 y en el resto del plan terreno el p2blico admitido libremente. 0l %olador de la polica nos in(orm adems 'ue, en una distancia de treinta cuadras a la redonda en torno de este centro, todas las arterias estaban congestionadas de peatones y dos horas ms tarde, como todos saben, prcticamente todas las calles de ondres entero se hallaban en la condicin. \3ue una e"celente eleccin la del se&or Bli%er Brand para el orador primero. /u bra!o estaba toda%a en %endas, y la simpata de esa (igura junto con sus in(lamadas palabras dieron el tono e"acto de la tarde. Qna recensin e"acta de sus palabras hallar el lector en pg. >. , su %e! el Primer 4inistro, 4r. /noP(ord, el Primer ord del ,lmiranta!go, el /ecretario de Relaciones 0"teriores y ord Pemberton, tomaron bre%emente la palabra para con(irmar las e"traordinarias nue%as. Qn cuarto de hora antes de las %eintitr#s, el estruendo de los aplausos en el e"terior anunci la llegada desde Pars de los delegados norteamericanos, los cuales ascendieron uno a uno por la puerta sud del +oro. +ada uno de ellos habl por turno. $o es (cil comparar discursos pronunciados en un momento as1 pero 'ui! no es odioso mencionar a 4ister 4ar.ham como el orador 'ue ms pro(undamente embarg a la concurrencia1 es decir, a los pri%ilegiados 'ue alcan!aron a orlo. 3ue #l tambi#n 'uien nos dijo e"plcitamente lo 'ue otros haban apenas ro!ado1 a saber, 'ue el #"ito de los es(uer!os americanos (ue enteramente debido a 4ister Yulin 3elsenburgh. 0l prcer no haba llegado toda%a1 pero en respuesta a un gritero atronador, 4r. 4ar.ham anunci 'ue estara entre ellos dentro de minutos. uego procedi a damos cuenta, en cuanto es posible en algunas bre%es (rases, de los m#todos con 'ue 4r. 3elsenburgh haba cumplido lo 'ue probablemente es el ms estupendo hecho de la historia. @e sus palabras resulta 'ue 4r. 3elsenburgh 7cuya biogra(a, lo poco 'ue es conocida, damos en tercera pgina8 es %erosmilmente el orador ms grande 'ue el mundo ha odo - y lo decimos con plena conciencia. *odas las lenguas parecen juego para #l) ha dirigido alocuciones, durante los ocho meses 'ue dur la +on%encin del Briente, en no menos de doce lenguas. @e su manera de hablar haremos bre%es obser%aciones en seguida. 0l demostr tambi#n, nos dijo 4ister 4ar.ham, el ms asombroso conocimiento no ya de la natura humana solamente, sino de cada rasgo y gesto con los cuales esa di%ina esencia sabe mani(estarse. ,pareci (amiliari!ado con la historia, los prejuicios, las tradiciones, los miedos, las esperan!as, las e"pectaciones de las inn2meras castas y sectas del 0ste, a las cuales tena 'ue mo%erse. @e hecho, como not 4r. 4ar.ham, 0l es el primer producto per(ecto de esta nue%a humanidad cosmopolita 'ue el mundo ha gestado laboriosamente a tra%#s de la historia. 0n no menos 'ue nue%e puntos - @amasco, <r.uts., +onstantinopla, +alcuta, Benar#s, $an.ing y otros - (ue aclamado como 4esas por una multitud 4usulmana. 3inalmente en ,m#rica, donde esta e"traordinaria (igura ha surgido, todo respira a (a%or de #l. $o ha incurrido en ninguno de esos crmenes J'ui#n lo con%encer de pecadoL - o delitos ms usuales1 como el de la prensa amarilla, de la corrupcin, del cohecho, de la prepotencia comercial o poltica, 'ue manch totalmente el pasado de todos los %iejos polticos 'ue han hecho del continente hermano lo 'ue ha llegado a ser. 0l Prcer ni si'uiera (orm un partido. 3ue #l, no sus sat#lites, 'uien ha

HI triun(ado. /lo los 'ue estu%ieron presentes anoche en la +asa de Pablo entendern plenamente cuando decimos 'ue el e(ecto de las palabras del orador (ue 5indescriptible6. \+uando 4r. 4ar.ham se sent, cay un silencio1 entonces, en orden a a'uietar la e"citacin creciente, el organista puls los primeros acordes del Himno 4asnico1 las palabras (ueron entonadas y en un momento no slo todo el interior del edi(icio %ibr con #l, mas tambi#n el pueblo de (uera1 y la ciudad de ondres por un rato se trans(orm realmente en un templo del /e&or. \K ahora llegamos en e(ecto a la parte ms di(cil de nuestra tarea1 y es mejor declarar llanamente 'ue todo lo 'ue sea descripti%idad periodstica debe ser decididamente puesto a un lado. as cosas ms grandes deben ser dichas del modo ms simple. \Hacia el remate del cuarto %erso, una (igura en un simple hbito oscuro apareci subiendo los escalones del escenario. Por un momento no atrajo la atencin1 pero cuando se %io producirse un brusco mo%imiento entre los delegados, el canto comen! a ralear1 y ces del todo cuando la (igura, luego de una le%e inclinacin a derecha e i!'uierda, subi los 2ltimos pelda&os 'ue conducen al rostrum. ,'u ocurri un sugesti%o incidente. 0l organista, embalado, al principio no se dio cuenta, y continu tocando1 pero un sonido parecido a un rugir surgi de la compacta turba, haci#ndolo cesar al instante. Pero no sigui aplauso ninguno1 en cambio un pro(undo silencio domin de golpe la enorme muchedumbre1 el cual, por alg2n e"tra&o magnetismo, se contagi inmediatamente a la de (uera, de modo 'ue cuando el Prcer lan! sus primeras palabras parecieron caer en un recogimiento 'ue pareca una cosa %i%iente. @ejemos la e"plicacin de este (enmeno a los e"pertos en psicologa. \ as palabras e"actas no podemos darlas. Uue nosotros sepamos, ning2n reportero tom notas en a'uel momento1 pero la alocucin, pronunciada en esperanto, (ue sobremanera simple y muy corta. +onsisti en un bre%e anuncio de la 3raternidad Qni%ersal, una congratulacin con todos los 'ue tenan %ida para presenciar esta consumacin de la historia humana1 y al (inal, un acto de alaban!a al 0spritu del 4undo, cuya encarnacin se haba cumplido. \0sto es lo 'ue podemos decir1 pero nada podemos a&adir acerca de la impresin de la personalidad 'ue all se ergua. 0n apariencia el hombre se muestra como de unos, treinta y tres a&os, rasurado, derecho, con cejas negras y cabello blanco1 estaba inm%il con sus manos sobre el antepecho, hi!o un solo ademn 'ue arranc de la multitud como un sollo!o, habl esas palabras lenta y distintamente, con %o! clara1 despu#s se detu%o esperando. \$o hubo ms respuesta 'ue un suspiro 'ue reson# en los odos de uno al menos, 'ue all escuchaba como si el mundo mismo alentara por primera %e!1 y despu#s el e"tra&o embargador silencio pes de nue%o. 4uchos lloraban silenciosamente. os labios de millares se mo%an sin un rumor, como re!ando, y todos los rostros estaban %ueltos hacia a'uella ntida (igura, como si la esperan!a de cada alma (incara all. ,s, es 'ue podemos creerlo, los ojos de muchos, largas centurias hace, se tornaron hacia uno llamado Y0/T/ @0 $,S,R0*. \4ister 3elsenburgh se detu%o as un momento, despu#s baj los pelda&os, cru! el escenario y desapareci. \@e lo 'ue tu%o lugar a(uera tenemos el siguiente testimonio de un testigo ocular. 0l %elero blanco, tan conocido ya por todos los 'ue en ondres estu%ieron a'uella noche, haba permanecido estacionado (uera de la puertita sur de la galera del +oro, suspendido

HA a siete metros sobre el suelo. Paulatinamente (ue haci#ndose notorio a la turba, en esos pocos minutos, 'ui#n era el 'ue haba llegado en #l1 y al reaparecer 4ister 3elsenburgh, el mismo e"tra&o gemido o gru&ido corri por todo el enorme mbito del ,trio de Pablo, seguido del mismo hondo silencio. 0l %elero descendi1 su due&o subi en #l y otra %e! la m'uina se remont a siete metros lentamente. /e crey de momento 'ue otro discurso sera pro(erido1 pero #l no (ue necesario1 y despu#s de una bre%e pausa, el bajel comen! esa estupenda re%ista 'ue ondres no ol%idar. +uatro %eces durante esa noche el Prcer sobre%ol la inmensa metrpoli congestionada, sin decir una palabra1 y en todas partes el 'uejido lo preceda y lo segua, en tanto 'ue el hondo silencio marcaba su actual presencia. @os horas despu#s de amanecer, el bajel blanco se le%ant sobre Hampstead y desapareci hacia el norte1 y desde entonces, a'u#l 'u# llamamos con toda %erdad /al%ador del 4undo no ha %uelto a %erse. \K ahora, J'u# 'ueda por decirL \+omentarios huelgan. Basta decir en una corta sentencia 'ue la nue%a era ha comen!ado, hacia la cual los pro(etas y los reyes, y los dolientes y los moribundos, todos los 'ue su(ren y estn cargados, aspiraron en %ano. $o solamente la tensin internacional ha cesado de e"istir, mas el cho'ue de las dom#sticas disensiones ces tambi#n. @e a'uel 'ue ha sido el heraldo de esta inauguracin, nada ms tenemos 'ue decir. 0l tiempo dir lo 'ue resta por hacer. \4as lo 'ue ha sido hecho es como sigue. 0l peligro amarillo se ha disipado para siempre. Uueda entendido, por los brbaros (anticos como por las naciones cultas, 'ue el reino de la guerra termin. 5$o la pa! sino la espada6, dijo +risto1 y amargamente ciertas esas palabras resultaron. 5$o la espada sino la pa!6 es la r#plica, articulada por (in, de todos los 'ue han renunciado a los reclamos de +risto, o jams los han aceptado. 0l principio de amor y de unin, aprendido a trope!ones en Bccidente durante la 2ltima centuria, ha sido asumido tambi#n por el Briente. $o habr ms apelaciones las armas, sino a la justicia1 no ms clamores hacia un @ios-'ue-se-0sconde, sino al hombre 'ue ha conocido su propia di%inidad. o sobrenatural ha muerto1 mejor dicho, conocemos ahora 'ue jams ha %i%ido. o 'ue resta es elaborar esta nue%a leccin, conducir todo acto, palabra y pensamiento al tribunal del ,mor y la justicia <nmanente, y esto %a a ser, sin duda, obra de a&os. *odo cdigo debe ser re%isado1 toda barrera, derribada1 partidos deben unirse con partidos, regiones con regiones, continentes con continentes. 0l miedo al miedo, el temor al ms all, el marasmo de las contiendas, se acab. 0l hombre bram ya demasiado en los trabajos del parto1 su sangre corri demasiado como agua en %irtud de su propia insensate!1 pero al (in se ha entendido a s mismo y hall la pa!. \Uue <nglaterra por lo menos no se 'uede atrs entre las naciones en esta obra de re (ormacin1 'ue ning2n aislamiento nacionalista, orgullo de ra!a o embriague! de ri'ue!as man'uen sus manos en esta enorme empresa. a responsabilidad es incalculable, pero la %ictoria cierta. -ayamos mansamente humillados por la conciencia de nuestros crmenes pasa dos, con(iados en la esperan!a de nuestros alcances en #l (uturo, hacia el galardn 'ue est por (in a la %ista - el galardn tapado tanto tiempo por el egosmo del hombre, la tiniebla de la religin y la con(usin de las lenguas -, hacia el galardn %anamente prometido por uno 'ue no supo lo 'ue dijo y contradijo lo 'ue a(irm) biena%enturados los mansos, los pac(icos, los misericordiosos, por'ue ellos heredarn la tierra, sern llamados hijos de @ios y alcan!arn misericordia.]

HH Bli%er, plidos los labios, con su mujer arrodillada ahora a su lado, %ol%i la pgina y ley en recuadro, marcado con el ttulo 7ltimas noticias8 \0s de nuestro conocimiento 'ue el gobierno est en comunicacin con 4r. 3elsenburgh.] II - Bh, jerga periodsticaD - dijo Bli%er al (in, reclinndose -. EBratoria barrocaF PeroD Eel contenidoF 4abel se al! y cru! la pierna sentndose en la jamba de la %entana. /us labios se mo%ieron una o dos %eces, pero no dijo nada. - 4i tesoro - dijo el %arn -, Jno tienes nada 'ue decirL 0lla lo mir tr#mula un instante. - E@ecirF - e"clam -. +omo t2 has dicho, Jde 'u# sir%en ahora las palabrasL - @melo de nue%o - dijo Bli%er -. J+mo saber 'ue no es un sue&oL - EQn sue&oF - replic ella -. JHubo jams un sue&o como #steL @e nue%o se al! in'uieta, atra%es el cuarto y se puso de hinojos una %e! ms, tomando en las suyas la mano de su marido. - Uuerido - pronunci -, yo te digo 'ue no es un sue&o. 0s el despertar, por (in. Ko estaba tambi#n, Jno recuerdasL *2 me esperaste cuando todo termin - cuando Nl haba salido -, lo %imos t2 y yo juntos. o hemos odo, t2 en el escenario y yo en la galera. o hemos %isto pasar sobre el embarcadero, estando entre la muchedumbre. @espu#s %ol%imos a casaD y encontramos al cura. - ,l hablar, su (a! estaba como iluminada1 como de uno 'ue %iera una %isin di%ina. Hablaba 'uietamente, sin acaloramiento ni histerismo. Bli%er la contempl un momento1 despu#s se inclin y la bes sua%emente. - /, tesoro1 es %erdad. Pero yo 'uisiera ortelo una y otra %e!. @ime de nue%o lo 'ue t2 %iste. - -i al Hijo del Hombre - dijo ella -. EBhF no hay otra e"presin. 0l /al%ador del 4undo, como dice el diario. Ko lo conoc en mi cora!n tan pronto como lo %i - igual 'ue todos -, tan pronto como se par all, teniendo la barandilla. Haba como una gloria en torno a su cabe!a. ,hora lo entiendo todo) era Nl a 'uien esperbamos hace tanto tiempo1 y Nl ha %enido, las manos colmadas de pa!. +uando Nl habl, lo reconoc de nue%o. /u %o! era como el rumor del marD. tan simple como esoD tanD tanD 'uejumbrosaD tan patente como eso. J$o lo oste, acasoL Bli%er asinti con la cabe!a. - Ko puedo con(iarme a Nl para todo el resto - prosigui la jo%en sua%emente -. $o s# ahora dnde est, ni cundo %ol%er, ni 'u# cosa har. /upongo 'ue hay para Nl un enorme 'uehacer, antes 'ue sea plenamente reconocido) leyes, re(ormasD esto %a a ser tu deber, 'uerido. K todos nosotros debemos esperar, y amar, y estar contentos. Bli%er le%ant de nue%o la cabe!a y la mirD - 4abel, 'ueridaD - Bh - interrumpi ella -, yo lo supe anoche mismo1 pero no supe 'ue lo saba hasta despertar esta ma&ana, y rememorar. /o&# con Nl toda la nocheD Bli%er, Jdonde estL Nl sacudi la cabe!a. - /, s# dnde est, pero estoy bajo sigiloD 0lla asinti rpido y se le%ant.

HO - /, no deba hab#rtelo preguntado. Bien, estamos contentos de esperar. Hubo un silencio de algunos instantes. Bli%er lo rompi. - Uuerida, J'u# 'uieres decir cuando dices 'ue no es conocido toda%aL - /implemente eso dijo ella) la gente conoce solamente lo 'ue ha hechoD no lo 'ue Nl es1 pero esto tambi#n %endr a su hora. - K entretantoD - 0ntretanto, t2 a trabajar, y el resto ir %iniendo. E,y, Bli%erF) /# (iel y (uerte. o bes rpidamente y sali. Bli%er 'ued sentado sin mo%erse, (ijos los ojos, como era su costumbre, en la %asta perspecti%a de la %entana. ,yer a esta hora estaba dejando Pars, conocedor del hecho en s - pues los delegados haban llegado una hora antes -, pero ignorante del hombreD @espu#s conoci tambi#n al hombre1 al menos lo haba %isto, lo haba escuchado, y haba 'uedado subyugado por su personalidad. 0"plicrselo a s mismo no poda - como ninguno de los otros - a no ser 'ui! 4abel. os otros haban 'uedado como #l se 'ued) dominados y espantados, aun'ue al mismo tiempo encendidos en lo ms ntimo del alma. Haban salido - /noP(orth, +artPright, Pemberton y los dems - hasta los escalones del bside, siguiendo, a la e"tra&a (igura. Haban intentado decir algo, pero 'uedaron mudos al %er el mar de rostros blancos, al or el gru&ido y el silencio, y al e"perimentar la perentoria ola de magnetismo 'ue se le%antaba como algo (sico cuando el %olador se i! lentamente, y comen! a'uel indescriptible %uelo. Qna %e! ms lo haba %isto cuando 4abel se par sobre la cubierta del bote el#ctrico 'ue los lle%aba al /ur. 0l bajel blanco se haba despla!ado arriba, liso y sereno, sobre las cabe!as de la %asta muchedumbre, mostrando al 'ue realmente, si alguien tena derecho al ttulo, era el /al%ador del 4undo. @espu#s haban llegado a casa y topado al cura. 0sto tambi#n haba sido un cho'ue para #l1 por'ue en la primera ojeada le pareci 'ue ese cura era el mismsimo hombre 'ue dos horas antes haba %isto ascender al rostrum% Haba un parecido e"traordinario, el mismo rostro jo%en con pelo blanco. 4abel, por supuesto, no lo haba notado, por'ue haba %isto a 3elsenburgh a gran distancia1 y #l mismo se desenga& al instanteD 0n cuanto a su madreD era algo terrible1 de no haber sido por 4abel, all hubiera habido %iolencia. E+un serena y ra!onable haba estadoF 4as, en cuanto a su madreD mejor era dejarla en pa! por el momento. Poco a poco, de paso, 'ui! podra hacerse algo. E0l (uturoF 0so era lo 'ue lo embargaba) el (uturo, y el absorbente poder de la personalidad bajo cuyo dominio haba cado anoche. *odo lo dems pareca insigni(icante - incluso la de(eccin de su madre, su en(ermedad -, todo palideca ante el alborear nue%o de un sol desconocido. K dentro de una hora iba a saber ms) estaba citado en Xestminster a una reunin de toda la +mara1 haban de (ormularse las propuestas a 3elsenburgh1 se pensaba o(recerle una alta posicin. /, como 4abel haba dicho, esto era ahora la tarea de ellos) lle%ar a e(ecto el gran principio 'ue de golpe se haba encarnado en este canoso jo%en americano, el principio de la Hermandad Qni%ersal. Uuera decir enorme labor) todas las relaciones e"teriores haban de ser ajustadas1 el comercio, la poltica, los rganos de gobiernoD todo demandaba remodelado. 0uropa haba estado organi!ada en lo interno sobre la base de la de(ensa nacional1 eso haba pasado. Ka no haba ms de(ensa, no habiendo amena!a. 0norme labor aguardaba tambi#n al gobierno en otras direcciones. Qn libro a!ul deba ser preparado, con documentacin completa de las gestiones en Briente, junto con el te"to del tratado 'ue haba sido puesto ante ellos en Pars y (irmado al (in por el

H> 0mperador, los reye!uelos locales, la Rep2blica de *ur'ua1 y contrasignado por los delegados de ,m#ricaD3inalmente, a2n la poltica interna re'uera re(orma) la (riccin de la %ieja 'uerella entre centro y e"tremos deba cesar en adelante) deba haber un solo partido, de ahora en ms1 y #se, a disposicin del pro(etaDUued despa%orido cuando contempl el %asto proyecto y %io 'ue todo el plano del mundo se haba mo%ido, 'ue todos los cimientos de la %ida de Bccidente pedan reajuste. 0ra una re%olucin en serio, un cataclismo ms estupendo 'ue la misma in%asin hubiera sido1 pero era una con%ersin de las tinieblas a la lu!, del caos al orden. ,spir el aire hondamente y se 'ued ensimismado. 4abel baj a su lado media hora despu#s, cuando cenaba para salir hacia el Xhitehall. - 4adre est mejor - le dijo -. @ebemos tener mucha paciencia, Bli%er. JHas decidido ya si el cura puede %ol%erL Nl sacudi la cabe!a. - $o puedo pensar en otra cosa ms 'ue lo 'ue tengo 'ue hacer - re!ong -. *2 decides, 'uerida1 lo dejo en tus manos. 0lla asinti. - -oy a hablarle de nue%o ahora mismo. <ncluso ahora, a duras penas, puede comprender lo 'ue ha ocurridoD J, 'u# hora estars de %ueltaL - 0sta noche no creo. /esionaremos toda la noche. - Bien, 'uerido. JUu# tengo 'ue decirle a 4ister PhillipsL - e %oy a tele(onear por la ma&anaD4abel, Jrecuerdas lo 'ue te not# acerca del curaL - J/u parecido con el otroL - /1 J'u# opinas de esoL 0lla sonri. - Pues nada. JPor 'u# no habran de parecerseL Nl tom un higo paso de sobre la mesa, lo comi y se le%ant. - /lo 'ue resulta curiossimo - dijo -. Bien, buenas noches, 'uerida. III - EBh, madreF - deca 4abel, arrodillada contra el lecho -. J$o puedes comprender lo 'ue ha ocurridoL Haba intentado de todas (ormas contar a la %ieja dama el e"traordinario cambio 'ue el mundo haba e"perimentado, sin resultados. , ella le pareca 'ue algo muy grande dependa de ello1 'ue hubiera sido lastimoso 'ue la %iejecita cayera en lo oscuro sin darse cuenta de lo 'ue estaba %i%iendo. 0ra como si un cristiano se arrodillara junto al lecho de un judo el da de la Resurreccin de +risto. Pero la ancianita yaca en su lecho, aterrada pero terca. - 4adre - dijo la ni&a -, deja 'ue te lo repita. J$o entiendes 'ue todo lo 'ue prometi Yesucristo se ha reali!ado, pero de otro modoL 0l Reino de @ios ha comen!ado de %erdad1 slo 'ue ahora sabemos de %erdad 'ui#n es @ios. 4e decas hace un momento 'ue slo deseabas el perdn de los pecados1 bien, lo has obtenido, por'ue no e"iste eso del pecado. o 'ue e"iste es el crimen. K la +omunin uni%ersal. *2 sabas creer 'ue la +omunin te haca un copartcipe de @ios1 bien, todos somos copartcipes de @ios por el hecho de ser seres humanos. J$o comprendes 'ue el +ristianismo es solamente una de las maneras de decir todo estoL Ko te concedo 'ue (ue la 2nica manera durante un tiempo1 pero eso ya

H; pas. EK cunto mejor es la de ahoraFD 0s la %erdad, la %erdad pura. EQno puede %er 'ue es la %erdadF Paus un momento, escrutando el lastimero rostro decr#pito, las rosadas y arrugadas mejillas, las manos nudosas 'ue se crispaban sobre la colcha. - 4ira cmo ha (allado el cristianismo - prosigui con dul!ura -, cmo ha di%idido a la gente1 piensa en todas las atrocidades, la <n'uisicin, las guerras de religin, las matan!as1 la separacin entre hombre y mujer, entre padres e hijos1 la desobediencia al 0stado, las traiciones. EBh, t2 no puedes pensar 'ue eso est bienF EUu# clase de @ios sera #seF K luego el <n(iernoD J+mo es posible 'ue hayas nunca credo en esoLD Bh madre, Eno creas algo tan horrorosoF D J$o entiendes 'ue ese @ios se acab, 'ue no e"isti jams, 'u# no (ue ms 'ue una odiosa pesadilla1 y 'ue ahora todos hemos despertado a lo 'ue la -erdad realmente esLD E4adreF piensa en lo 'ue ocurri anoche) cmo Nl %ino, el Hombre, del cual ests tan aterrada. Ko he dicho lo 'ue #l pareca, tan sereno y (uerte1 cmo todo 'ued en silencio, y laD la atms(era milagrosa1 y cmo seis millones de hombres o %ieron. K piensa lo 'ue 0l ha hecho) cmo ha curado todas las %iejas llagas, cmo el mundo entero est en pa! por (in1 y lo 'ue tiene 'ue suceder a2n. EBh, madreF desecha ya esas horribles patra&as1 arrjalas1 s# %aliente. - E0l PadreF E0l PadreF - gimi al (in la boca crispada. - E$o, no, no, el cura noF $o puede hacer nada. Nl mismo sabe 'ue todo es mentira. - E0l Padre, el PadreF - suplic la otra de nue%o -. Nl te puede decirD #l sabe la respuesta. /u (a! se con%ulsionaba en el es(uer!o y sus d#biles dedos tanteaban y se enredaban en el rosario. 4abel se asust un poco y se puso en pie. - E4adreF - se inclin y la bes -. EBuenoF $o te dir# nada ms, ahora. Pero, por (a%or, piensa en eso despacio. $o tengas el menor miedo1 todo anda muy bien. /e detu%o un rato, mirando compasi%amente abajo, desgarrada de anhelo y simpata. E$oF era in2til ahora1 haba 'ue aguardar hasta ma&ana. - -oy a %ol%er en seguida - le dijo -, en cuanto hayamos cenado. E4adreF E$o me mires de ese modoF E@ame un besoF 0ra asombroso, se dijo a s misma en la mesa, cmo se poda ser tan ciega. EK 'u# con(esin de (la'ue!a, tambi#n, remitirse del todo al curaF 0ra grotesco, absurdo. 0lla misma estaba colmada de indescriptible pa!. <ncluso la muerte no le pareca ya temible, por'ue Jno haba sido absorbida la muerte en la %ictoriaL +ompar el egosta indi%idualismo del cristiano, 'ue retroceda y sollo!aba ante la muerte, o, en #l mejor caso, la %ea como la puerta de su propia (elicidad personalD con el libre altruismo de la $ue%a 3e, 'ue no peda otra cosa sino 'ue el Hombre %i%iera y creciera, 'ue el 0spritu del 4undo triun(ara y se mani(estara, mientras #l, el tomo, se hunda contento en ese depsito de energa del cual haba brotado la %ida. 0n ese momento, ella hubiese su(rido cual'uier cosa, a(rontado serena la muerte1 le daba lstima pobre anciana. J$o era lastimoso 'ue ni la muerte pudiera reconducirla a s misma ya la realidadL 0staba en un plcido remolino de embriague!1 era como si el pesado %elo del sentido hubiese sido arrollado, descubriendo detrs un sua%e paisaje eterno, una l2cida tierra de pa! donde el len yaca junto al cordero, y el leopardo con el cabrito. $o iba a haber ms guerras1 el sangriento espectro haba muerto y con #l la cra de males 'ue %i%an en su sombra) supersticin, cho'ue, terror y oscuridad. os dolos haban re%entado y huan las ratas de adentro1 Yeho% haba rodado1 el (ren#tico so&ador de ?alilea estaba en el sepulcro, sin resurreccin posible1 el reinado de los sacerdotes haba cado. K en su lugar

H= se al!aba una e"tra&a y 'uieta (igura de indomable poder e inmarcesible ternura - el 'ue ella haba %isto, el Hijo del Hombre, el /al%ador del 4undo, como lo haba bauti!ado ha da un momento -, y el 'ue lle%aba estos ttulos no era ya una (igura monstruosa, medio @ios y medio Hombre, reclamando dos naturale!as para no poseer ninguna1 uno 'ue haba sido tentado sin tentacin real, y haba %encido sin m#rito alguno, como ense&aban sus seguidores. ,'u, en cambio, estaba uno 'ue ella poda comprender y seguir1 un hombre y un dios entero a la %e!1 un @ios de puro humano y un Hombre de puro di%ino. 0sa noche no por(i ms1 se asom un momento a la alcoba y %io a la anciana dormida. /u seca mano yaca sobre la colcha y toda%a entre los dedos se enredaba la est2pida sarta de cuentas. 4abel cru! de puntillas a tra%#s la lu! %elada y trat de desasirla1 pero los dedos sarmentosos se crisparon y obstinaron, y un 'uejido brot de los labios entreabiertos. E,h, 'u# lstima era, 'u# desesperante - pens la ni&a - 'ue un alma se perdiera en esa oscuridad, re(ractaria a hacer la 2ltima generosa oblacin, y a entregar su %ida a la %ida misma, 'ue la pedaF -ol%i %acilante a su dormitorioD 0l reloj estaba dando las tres, y el alba gris pintaba los muros, cuando despert para encontrar junto a su lecho la en(ermera 'ue haba, dejado junto a la madre. - -enga pronto, se&ora1 la en(ermita se muere. <Bli%er estu%o con ellos a las seis1 (ue derecho al cuarto de su madre, para hallar 'ue todo haba acabado. 0l cuarto estaba lleno de la lu! y el aire (resco de la ma&ana, y un reto de trinos de pjaros %ena del jardn %ecino1 mas su mujer se ahinojaba contra el lecho, la (a! hundida entre sus bra!os, asiendo toda%a las rugosas manos de la muerta. a cara de su madre estaba ms 'uieta 'ue jams la %iera, sus rasgos mostraban slo las tenues sombras de una mscara de alabastro1 sus labios se haban dormido en una sonrisa. a contempl un momento, esperando 'ue muriera el espasmo 'ue haba anudado su garganta. @espu#s toc el hombro de su esposa. - J+undoL - pregunt. 4abel le%ant la cabe!a. - E,hF Bli%er - murmur -. Hace una horaD 4ira esto. /olt las yertas manos y mostr el rosario all toda%a liado1 se haba 'uebrado en la 2ltima lucha, y una cuenta parda yaca bajo los dedos. - Hice lo 'ue pude - sollo! 4abel -. $o (ui dura con ella. Pero no 'uera saber nada. /igui llori'ueando por el cura todo el tiempo 'ue pudo hablarD - UueridaD - comen! el hombre. @espu#s #l tambi#n cay de rodillas junto a ella, se inclin y bes el rosario, con los ojos arrasados en lgrimas. - /, s - dijo -, dej#moslo estar. Por nada del mundo se lo 'uitar#. 0ra como su juguete. J$o es %erdadL a muchacha lo mir asombrada. - *ambi#n nosotros podemos ser tolerantes - repuso #l -. 0l mundo es nuestro, al (in. K ellaD ella no ha perdido nada1 para ella era tarde. - HiceD hice lo 'ue pude. - Pero s, tesoro, y tenas ra!n. Pero ella era muy %ieja ya1 no poda entender. /e detu%o. - J0utanasiaL - pregunt despu#s en un susurro, con algo en la %o! como ternura.

O: 0lla asinti con la cabe!a. - / - articul despu#s -. Yusto cuando comen! la agona. 0lla resisti, pero yo saba 'ue t2 lo 'ueras. Hablaron juntos una hora en el jardn antes 'ue Bli%er retornara a su cuarto1 y #l comen! a dar cuenta de todo lo 'ue iba ocurriendo. - Ha rehusado - dijo -. e o(recimos crear un cargo para Nl1 iba a ser llamado ?ran +onsultor1 mas Nl ha rehusado hace dos horas. Pero ha prometido estar a nuestro ser%icioD$o, no debo decirte dnde se halla ahoraD Retornar a ,m#rica pronto, creemos1 pero no nos abandonar. Hemos perge&ado un programa de re(ormas para somet#rselo en seguidaD/, por unanimidad. - JUu# programaL - +oncerniente a la 0mancipacin, la ey de Pobres y el +omercio. $o te puedo decir ms. 3ue Nl 'uien sugiri los puntos. Pero no estamos a2n seguros de haberlo captado bien. - Pero, 'ueridoD - /1 es e"traordinario al m"imo. Ko no haba ni so&adoDPrcticamente sin discusin. - JK el pueblo entraL - +reo 'ue s. Hemos de guardarnos de una reaccin. ,lgunos creen 'ue los catlicos %an a peligrar. Haba un artculo hoy en La EraD $os mandaron las pruebas para el %isto bueno. /ugiere 'ue se deben tomar medidas para proteger a los catlicosD 4abel sonri. - / - continu #l -, es bastante irnico. Pero ellos tambi#n tienen derecho a %i%ir. Hasta dnde tengan derecho a participar en el gobierno, es otro asunto. /e nos %a a plantear, supongo, dentro de una o dos semanas. - @ime ms acerca de NlD - $o hay nada ms1 no sabemos nada, (uera de 'ue Nl es la (uer!a suprema en el mundo. 3rancia est en ebullicin y le ha o(recido la @ictadura. *ambi#n ha rehusado eso. ?ermania ha hecho la misma o(erta 'ue nosotros. <talia, lo mismo 'ue 3rancia, con el ttulo de *ribuno Perpetuo. ,m#rica toda%a no ha chistado1 y 0spa&a est di%idida. - JK el BrienteL - 0l 0mperador se ha limitado a darle las gracias y no ms. 4abel dio un largo respiro y 'ued oteando a tra%#s de la clida neblina 'ue comen!aba a cubrir la gran ciudad all abajo. 0ran asuntos tan %astos, 'ue la desbordaban. Pero en su imaginacin, 0uropa estaba all bullendo como un colmenar al sol. -io en su mente las a!ules lejanas de 3rancia, las %iejas ciudades de ?ermania, la estepa rusa, los ,lpes y la abigarrada <talia1 y hacia all de los Pirineos, 0spa&a tostada al sol1 y todos acuciados del mismo a(n) adjudicarse a s mismos la asombrosa (igura 'ue haba surgido en el mundo. a (lemtica <nglaterra tambi#n estaba en celo. +ada nacin no anhelaba sino 'ue este hombre la gobernara1 y Nl se haba rehusado a todas. - EK Nl las ha rehusado todasF - repiti sin aliento. - *odas. Pensamos 'ue debe estar esperando a ,m#rica. *oda%a tiene un cargo all, sabes. - JUu# edad tieneL - $o ms de treinta y dos o treinta y tres. Ha estado en (uncin p2blica slo unos cuantos meses. ,ntes de eso, %i%a solo en -ermont. @espu#s se present para el /enado, despu#s

O1 pronunci algunos discursos, despu#s (ue elegido delegado, aun'ue ninguno parece haber sospechado su potencia. K el resto lo conocemos. 4abel mene la cabe!a, meditabunda. - $o conocemos nada - dijo -. $ada, nada. J@nde aprendi lenguasL - 0s e%idente 'ue debe haber %iajado durante a&os. $o sabemos su origen, 'ui#nes (ueron sus padres, cmo (ue su estupenda educacin. Nl no ha dicho nada. 0lla se %ol%i %i%amente hacia el marido. - Pero Jcmo se entiende estoL J+ul es su poderL -eamos eso, Bli%er. 0lla de%ol%i la sonrisa, sacudiendo el rostro. - Bueno, 4ar.ham dice 'ue es su pure!aD esto, y despu#s su oratoria1 pero eso es decir nada. - 0s decir nada - a(irm ella. - 0s la personalidad - continu Bli%er -. 0s la eti'ueta 'ue hay 'ue usar. Pero no es ms 'ue una eti'ueta. - /lo una eti'ueta. Pero es eso. *odos lo sintieron como yo en la +asa de Pablo y despu#s a(uera en las calles. J$o lo sentiste t2L - E/i lo sentF - e"clam el hombre, brillantes los ojos -. E4orira por #lF 0staban ya de %uelta a la casa, y hasta 'ue no (ran'uearon el dintel, ninguno dijo una palabra acerca de la (inadita, arriba. - 0stn con ella ahora - pronunci 4abel muy bajo -. -oy a %er 'u# hacen. - 0s mejor para esta tarde - asinti Bli%er gra%emente -. *engo justo una hora libre a las catorce. Bh, a propsito, 4abel, Jsabes 'ui#n lle% el mensaje al curaL - +reo 'ue sD - /, (ue Phillips. o %i anoche. $o %ol%er a'u ms. - J+on(esL - 0n la (orma ms insolente. Pero el rostro de Bli%er se sua%i! al saludar a su esposa al pie de la escalera, y %ol%erse para subir de nue%o a la alcoba de la madre.

CAPTULO SEGUNDO
I e pareci a Percy 3ran.lin, al descender sobre Roma, resbalando a doscientos metros de altura en el clido amanecer, 'ue se apro"imaba a las mismas puertas del cielo, o mejor, 'ue era un chico 'ue %ol%a a casa1 ya 'ue lo 'ue dejara detrs cinco horas antes en ondres no era un mal esp#cimen, dijo, de los crculos altos del ,%erno. 0ra un mundo del 'ue @ios pareca haberse retirado, dejndolo empero en un estado de alta complacencia, un estado sin (e ni esperan!a %erdadera, pero de tal condicin 'ue el %i%ir segua, aun'ue ausentado lo 2nico esencial para el buen %i%ir. $o era 'ue (altara palpitacin) todo ondres estaba como sobre brasas. Haba rumores a montones) 3elsenburgh est %ol%iendo1 ya ha %uelto1 no ha salidoD -a a ser Presidente del +onsejo, Primer 4inistro, *ribuno, con plenas (acultades de gobierno democrtico y la sacrosantidad personal1 incluso ReyD si no 0mperador de Bccidente. *oda la +onstitucin tena 'ue ser remodelada, haba de haber una reestructuracin total de sus partes1 el crimen iba a ser abolido por el misterioso poder 'ue haba matado la guerra, habra repartos de %%eres gratisD el secreto de la %ida estaba descubierto, y hasta la

O9 misma muerteD +orran y corran los rumoresD /in embargo, para el sacerdote estaba (altando a'uello 'ue hace la %ida digna de ser %i%ida. 0n Pars, mientras el %olador haca escala en la estacin de 4ontmartre, en anta&o templo del /agrado +ora!n, oy el (ragor de la muchedumbre de nue%o enamorada de la %ida, y %io el pasar de las banderas (lameantes. +uando el %elero se al! de nue%o sobre los arrabales, haba %isto la larga (ila de los trenes en torrente, %isibles como chispeantes sierpes en el brillo glorioso de los globos de nen, trayendo al campesinado a los 0stados ?enerales de la $acin, 'ue los legisladores, enlo'uecidos y dramticos, haban con%ocado para decidir la gran cuestin. 0n in haba %isto lo mismo. *oda 3rancia se congregaba para depositar sus %otos. Haba 'uedado dormido al ir en%ol%iendo al bajel a#reo el (ro relente de los ,lpes y haba tenido slo atisbos de los solemnes picos enlunados, las negras honduras de los barran cos, el %alo de plata de los lagos, y el sua%e (os(orecer de la cuenca y las ciudades del Rdano. Qna %e! se despert de golpe, al pasar en la noche uno de los enormes %oladores germanos, una centella de luces y oros (antasmales, semejante a una enorme (alena de antenas de (uego1 y los dos na%os se haban saludado a tra%#s de una legua de aire silente con un grito pat#tico, como dos e"tra&as a%es nocturnas 'ue no pueden detenerse un instante. 4iln y *urn estaban 'uietas, pues <talia estaba organi!ada sobre bases distintas a las de 3rancia1 y 3lorencia reci#n comen!aba a despertar. K ahora la +ampania resbalaba hacia atrs como un tapi! %er de oscuro, arrugado y 'uebrado, doscientos metros debajo1 y Roma estaba en lontanan!a. 0l indicador sobre su cabe!a mo%i su aguja) distancia, doscientos .ilmetros. legaran en un soplo. /acudi su modorra y desen(und su bre%iario1 pero al pronunciar las preces su atencin estaba ausente1 y cuando termin prima, cerr #l libro de nue%o, se puso cmodo, recogiendo en torno sus pieles y e"tendi los pies sobre el opuesto asiento %aco. 0staba solo en el compartimiento) los tres pasajeros 'ue haban entrado en Pars, descendieron en 4ilnD Haba sentido un gran ali%io citando, tres das antes, le lleg la orden del +ardenal Protector de hacer sus arreglos para una larga ausencia de <nglaterra1 y luego al punto %olar a Roma, as autoridades eclesisticas parecan por (in haberse dado por enteradas. Rememor los dos das 2ltimos, pensando en el in(orme 'ue deba presentar. @esde su 2ltima carta, cuatro das antes, siete notables apostasas haban tenido lugar en Xestminster solamente) dos sacerdotes y cinco seglares importantes. Haba aires de re%uelta por todas partes1 y #l haba ledo un documento amena!ante, titulado 5Qna peticin6, en 'ue ciento %einte sacerdotes de <nglaterra y ?ales reclamaban, entre otras cosas, la dispensa total de toda %estimenta o insignia eclesistica. os 5peticionantes6 apuntaban 'ue la persecucin a manos de las turbas e"citadas era inminente1 'ue el gobierno no era sincero en sus promesas de proteccin1 y a%isaban 'ue la lealtad a la religin haba sido lle%ada al punto de 'uebrarse, incluso en el caso de los ms (ieles1 y 'uebrada d# hecho en todos los dems. /u comentario, Percy lo %ea claro. @ira a las autoridades lo 'ue les haba dicho cincuenta %eces) 'ue no era tanto la persecucin %iolenta lo 'ue contaba1 era esta nue%a e"plosin de entusiasmo por la 5Humanidad6 - un entusiasmo 'ue se haba in(lamado cien %eces ms desde el ad%enimiento de 3elsenburgh y las noticias del 0ste - 'ue estaba derritiendo los cora!ones de todos, menos una n(ima minora. @e golpe el hombre se haba enamorado, del Hombre. os rutinarios se (rotaban los ojos preguntndose cmo es

OI 'ue pudieron una %e! haber credo, ni si'uiera so&ado, 'ue haba un @ios 'ue amar1 in'uiriendo unos de otros cul haba sido el ensalmo 'ue los haba dominado tanto tiempo. a cristiandad y el tesmo se disipaban a la %e! de la mente del mundo como una, niebla in%ernal a los rayos del sol. J/us recomendacionesL /, tambi#n estaban claras, y se re%ol%an en su magn con desesperan!ado a(n. 0n cuanto a #l, apenas osaba a(irmar 'ue crea lo 'ue pro(esaba. /us emociones parecan haber sido de(initi%amente taladas en la %isin del bajel blanco y en el silencio de la turba de a'uella noche, tres semanas atrs. Haba sido tan horriblemente positi%o y perentorio1 las delicadas aspiraciones y esperan!as del alma aparecan tan nebulosas, con(rontadas con la ardiente y demoledora pasin del pueblo. $unca haba %isto cosa igual1 ninguna concurrencia bajo el in(lujo del ms (er%iente orador en el mundo haba respondido jams con la d#cima parte del (er%or con 'ue a'uella multitud irreligiosa, de pie en la g#lida ma&ana londinense, haba aclamado la %enida de su redentor. 0n cuanto al hombre mismoD Percy no poda anali!ar lo 'ue lo haba posedo al contemplar, tartamudeando el nombre de Yes2s, a'uella (igura de negro con cabellos y (acciones parecidos a los suyos /lo saba 'ue una mano haba a(errado su cora!n - una mano clida, no (ra - y haba e"primido, aparentemente, todo jugo de con%iccin religiosa. /olamente con un es(uer!o 'ue slo recordar lo pona en(ermo, se haba (renado ante el acto interior de capitulacin 'ue es tan conocido a los 'ue han culti%ado una %ida interior y conocen el sentido del derrumbe. Qna sola ciudadela 'ued 'ue no desencajara de par en par las puertas1 todo el resto haba cedido. /us emociones haban sido tomadas por asalto, el intelecto silenciado, el recuerdo de la gracia borrado, una nusea espiritual haba mareado a su espritu1 sin embargo, el secreto baluarte de su %oluntad haba, agnicamente, cerrado sus puertas y rehusado llamar a gritos 5Rey6 a 3elsenburgh. E,h, lo 'ue haba orado durante estas semanasF e pareca 'ue no haba hecho otra cosa. $o haba habido tregua. an!as de duda eran arrojadas una y otra %e! por todas sus %entanas1 masas de argumentos lo aplastaban desde arriba1 haba estado en guardia da y noche1 arrojando esto ciegamente, negando estotro, es(or!ndose en mantener el pie en el resbaloso terreno de lo sobrenatural, en%iando grito tiras grito al /e&or 'ue se esconda. Haba dormido con el cruci(ijo en la mano y se haba despertado con #l en los labios1 mientras escriba, hablaba, coma, caminaba, andaba en coche, la %ida interior haba estado erecta, haciendo (ren#ticos actos de (e silenciosa en una religin 'ue su intelecto pareca negar y sus emociones recha!ar. Haba habido momentos de #"tasisD Ka en una calle api&ada, cuando reconoci 'ue @ios era todo, 'ue el +reador era la lla%e de la %ida (inita, 'ue el ms humilde acto de adoracin trascenda inmensamente sobre cual'uier acto de la naturale!a, 'ue lo sobrenatural era el origen y el (in de lo e"istente1 ya en medio de la noche, momentos tales haban irrumpido en #l en todas partes, en el silencio de la catedral cuando al parpadeo de la lamparilla un aire mudo haba aleteado hacia #l desde las puertas de oro del sagrario. Pero despu#s la pasin retornaba, y lo dejaba encadenado a su miseria, aun'ue asentado en una resolucin 7'ue igual poda ser de (e 'ue de orgullo8 de 'ue poder alguno de la tierra no lo iba a hacer renegar del +ristianismo. 0ra el +ristianismo lo 2nico 'ue le haca la %ida tolerable. Percy e"hal un suspiro tr#mulo y cambi de postura1 pues all a lo lejos sus ojos cerrados haban dise&ado un domo, como una burbuja a!ul sobre un estan'ue %erdoso1 y su cerebro lo haba interrumpido para decirle 'ue all estaba Roma.

OA /e le%ant resolutamente, sali del compartimiento y a%an! por el pasillo central, echando ojeadas a derecha e i!'uierda tras los cristales a sus compa&eros de %iaje, algunos dormidos, otros mirando por la %entanilla, otros leyendo. Pos los ojos en el cristal rectangular de la cabina piloto1 y por un momento o dos obser% (ascinado la tiesa (igura del conductor en su puesto. 0staba all inm%il, sus manos en el %olante cromado 'ue comandaba las %astas alas, los ojos en el anemmetro 'ue le deca como un cuadrante de reloj la direccin y las (uer!as de las altas r(agas1 y de %e! en cuando sus manos giraban delicadamente, y respondan a(uera los tremendos alerones, al!ndose o abati#ndose. @ebajo de #l y a su (rente, (ijados en un tablero circular, resaltaban las (rentes abombadas de muchsimos indicadores - Percy no saba el para 'u# de casi ninguno - uno pareca una especie de barmetro para indicar la altura del crucero, supuso1 otro era un comps marino. K todo en torno, a tra%#s de los cur%os %itrales, el peligroso cielo. Bien, esto es una pura mara%illa, pens el cl#rigo1 y es esa inmensa potencia, de 'ue esta mara%illa no es sino una le%e muestra, la 'ue est ahora en(rentada a lo 'ue yo llamo lo 5/obrenatural6. /uspir, y se %ol%i hacia su compartimiento. Qna, estupenda se abra delante y en torno suyo - no tanto hermosa cuanto e"tra&a, y tan irreal como un mapa pintado. ejos, a la derecha, como poda %er tras las combadas cristaleras, yaca la lnea gris del mar contra el cielo deste&ido, oscilando ligeramente al comps de la imperceptible %ibracin del na%o, aparentemente inm%il, contra la brisa1 y el 2nico otro mo%imiento era el apagado latido de la enorme h#lice de popa. , la i!'uierda se tenda la ilimitada tierra, titilando debajo en atisbos entre las tran'uilas alas, a'u y all la mancha de aplastada contra el suelo, o el rielar del agua, o ms all los bajos pe!ones de las sierras umbras1 mientras al (rente entrando y saliendo al par 'ue el bajel %iraba, la con(usa lnea de Roma y sus nue%os suburbios, coronada por la grandiosa c2pula 'ue creca por momentos. ,lrededor, abajo, y arriba, sus ojos parecan percibir masas a!uladas de espacio, %irando hasta el lapisl!uli del cenit y limitadas por hori!ontes tur'uesa plido. 0l 2nico sonido, del cual por un largo rato haba cesado de ser consciente, era del continuo roce del aire, menos agrio ahora 'ue el a#reo ralentaba en descenso - abajo, abajo, a menos de sesenta .ilmetros por hora. Hubo el ta&ir de una campana, y de inmediato tu%o 1a sensacin de un le%e mareo cuando el bajel se abati en espiral soberbia, y #l tambale, apretando sus mantas. +itando mir de nue%o, el descenso pareca haber cesado1 poda %er torres all delante, una lnea de tejados1 y debajo capt un tro!o de ruta y ms tejados entre parches %erdes. a campana reti& de nue%o, y un sua%e grito prolongado (ue la respuesta. Por todas partes poda or mo%imientos y pisadas1 un guardia de uni(orme pas rpido ante la puerta1 de nue%o %ino la le%e nusea1 y al mirar por sobre el bagaje %io un momento la c2pula, ahora gris y recortada, casi al ni%el de sus ojos, enorme contra el claro cielo. 0l mundo gir por un momento1 #l cerr los ojos1 y cuando los abri, grandes muros parecan %enir contra ellos y detenerse, oscilando1 hubo una 2ltima campanada y un sua%e sacudn al atracar la na%e contra el muelle re%estido de acero ino"idable1 una (ila de rostros se hamac y luego se a'uiet a tra%#s de las %entanas1 y Percy se encamin hacia la puerta, lle%ando sus dos %alijas. II *ena a2n una impresin de tambaleo cuando se sent solo ante su desayuno, una hora ms tarde, en una de las apartadas salitas del -aticano1 pero haba tambi#n una sensacin

OH de regocijo al comprender su cansado cerebro dnde estaba. Haba sido curioso rodar sobre el sonante empedrado en un cochecito %etusto, igual a los 'ue recordaba haca die! a&os cuando dej Roma, no%el sacerdote. 4ientras el mundo haba progresado, Roma se haba detenido1 tena otros asuntos 'ue pensar (uera de las mejoras materiales, ahora 'ue la carga espiritual de todo el mundo gra%itaba directamente sobre sus hombros. *odo pareca intacto1 o mejor dicho, haba retrocedido a la condicin de haca unos ciento cincuenta a&os. as historias relataban cmo las mejoras introducidas por el gobierno italiano haban cado (uera de uso paulatinamente al alcan!ar la urbe, ochenta a&os antes, su autonoma1 los trenes a#reos haban cesado de correr, los %oladores no podan pasar de e"tramuros, los grandes edi(icios p2blicos desalojados se haban destinado a usos eclesisticos1 el Uuirinal se haba %uelto la o(icina del 5Papa Rojo61 las embajadas, enormes seminarios e"tranjeros1 incluso el -aticano, con e"cepcin del 2ltimo piso, se haba %uelto la residencia del +olegio +ardenalicio, 'ue circundaba al /umo Pont(ice como los planetas al sol. 0ra una ciudad 2nica, decan los anticuarios - el 2nico ejemplo %i%o de los das de anta&o. ,'u se podan %er todas las antiguas incomodidades, los horrores antihigi#nicos, la encarnacin de un mundo %olcado al ensue&o. a antigua pompa de la <glesia haba retorna do tambi#n1 los cardenales circulaban en carro!as, doradas, el Papa montado en su mula blanca1 el /antsimo /acramento, a tra%#s de las callejas desaseadas a son de campanas y lu! de hachones. Qna descripcin de todo esto hecha por un brillante periodista haba interesado desmesuradamente al mundo ci%ili!ado durante unas cuarenta y ocho horas1 el inaceptable retroceso era usado de %e! en cuando como lugar com2n de %iolentas denuncias para los semicultos1 mas los cultos haban cesado de pensar en Roma, dando por supuesto 'ue la supersticin y el progreso eran enemigos irreconciliables. K sin embargo, Percy, en el (uga! %ista!o 'u# haba echado en las calles 7al rodar desde la 0stacin ,#reos (uera de la Porta del Ppolo8 a los %iejos tocados aldeanos, los carricoches de %ino listados de a!ul y rojo, las calles sucias con restos de %erduras, la ropa a secar tendida en cordeles, las mulas y los caballos - por e"tra&os 'ue (ueran -, Percy los haba sentido re(rescantes. Pareca como 'ue le recordaban 'ue el hombre es humano y no di%ino, cmo %oci(eraba el resto del mundo1 humano, y por lo tanto indi%idualista y descuidado1 humano, y por lo tanto adicto a otros cuidados di(erentes, de la %elocidad, la limpie!a y la precisin. 0l aposento en donde ahora estaba sentado cabe la %entana con postigos arrimados, pues el sol estaba picando, pareca irse para atrs toda%a ms de una centuria y media. os damascos y doraduras 'ue #l esperaba haban desaparecido, y su (alta daba una impresin de se%eridad. Haba una mesa escritorio en el centro, todo lo largo del saln, (lan'ueada de esas incmodas sillas de tiesos respaldos altsimos y bra!os de le&o, con asientos de %elludo amarillo1 el piso de madera roja, con tiras de al(ombra para los pies1 las blancas y hura&as paredes tenan slo un par de cuadros %iejos colgados y un ancho cruci(ijo entre candelabros se al!aba cerca de la puerta de calle. $o haba ms moblaje 'ue #se, a e"cepcin de una mesita entre las das %entanas con una m'uina de escribir1 a la cual se 'ued mirando, con un %ago sentido de anomala. *om el 2ltimo trago de ca(# del grueso ta!n, y se apoy en el respaldo con un suspiro. /u carga se haba ali%iado, y estaba asombrado de la rapide! del ali%io. a %ida a'u era simple1 el mundo interior era dado por ms 'ue supuesto, y no era asunto de debate. 0staba all, perentorio y objeti%o, y a tra%#s de #l resplandecan a los ojos del alma las

OO %iejas imgenes 'ue el %rtice mundanal haba sumergido. a sombra misma de @ios pareca descansar all1 ya no era imposible tener por cierto 'ue los santos escuchaban e intercedan, 'ue 4ara sonrea, en su trono, 'ue el pe'ue&o disco blanco del altar era Yesucristo. Percy no estaba en pa! del todo1 al (in, tena una hora de Roma y el aire por cargado de de%ocin 'ue estu%iera, no poda hacer milagros. Pero se senta ms suelto, menos desasosegado, ms in(antil, ms contento con descansar en la autoridad 'ue mandaba sin e"plicaciones y a(irmaba corno un hecho probado por %idencias de (uera y dentro, 'ue el mundo estaba hecho de esta manera y no de a'u#lla, con este propsito y no estotro. /in embargo, #l haba usado deD las comodidades 'ue por otra parte odiaba1 haba %olado desde ondres no haca siete horas y estaba ahora all sentado en su sitio 'ue era o bien un remanso estancado de la %ida, o bien el mismo centro de ella, como se es(or!aba en creer, y no acababa de estar seguro. Hubo pasos a(uera, gir el picaporte, y el +ardenal Protector entr sin trmitesD Percy no lo haba %isto en cinco a&os, y de momento no lo reconoci, 0ra un hombre muy %iejo el 'ue %io ahora, doblado y d#bil, arrugado como una pasa, coronado de una pelusa escasa y blanca con un cas'uete rojo encima1 %ena en su hbito de benedictino con una cru! sencilla en el pecho y caminaba indeciso, con un bastn negro. 0l 2nico signo de %igor estaba en la brillante hendidura de los ojitos bajo los pesados prpados. e alarg la mano, sonriendo1 y Percy, recordando los nue%os usos del -aticano, solamente se inclin al besar la amatista. Bien%enido a Roma, Padre - dijo el %iejo, articulando con una %i%acidad inesperada -. Hace media hora me dijeron 'ue haba llegado1 pens# mejor dejarle tiempo para la%arse y el ca(#. Percy dijo cual'uier cosa. - /, est cansado sin duda - dijo el +ardenal, tomando una silla. - $ada, 0minencia. He dormido muy bien. 0l +ardenal le indic otra silla, con un ademn. - Pero tengo 'ue hablar con usted. 0l Padre /anto desea %erlo a las once. Percy salt un po'uito. - 0n estos das nos mo%emos rpido, Padre. . . $o hay tiempo para holgar. JHa entendido 'ue tiene 'ue 'uedarse en Roma por ahoraL - He dejado todo arreglado en %ista de eso, 0minencia. - 0so est bienD 0stamos contentos de usted a'u, padre 3ran.lin. 0l Padre /anto ha 'uedado impresionadsimo de sus comentarios. Qsted ha pre%isto muchas cosas de una manera asombrosa. Percy enrojeci de placer. 0ra el primer asomo de aprobacin 'ue recordaba. 0l +ardenal 4artn prosigui) - Puedo decir 'ue es usted, 'ui!, nuestro corresponsal ms %alioso y en <nglaterra, desde luego, sin 'ui!. Por eso ha sido citado. *iene 'ue ayudamos de a'u en adelante - una especie de consultor1 pues para relatar hechos cual'uiera es bueno1 pero no cual'uiera sabe interpretarlosD Qsted parece muy jo%en, Padre. JUu# edad cuentaL - *reinta y tres, 0minencia. - ,h, su cabellera blanca lo ayudaD ,hora, Padre, J'uiere seguirme a mi cuartoL /on las ocho1 lo detendr# a lo ms hasta las nue%e. @espu#s puede descansar un rato, y a las once en punto lo lle%ar# a /u /antidad.

O> Percy se le%ant con una e"tra&a sensacin de u(ana, y se adelant a abrirle la puerta al +ardenal. III 4inutos antes de las once Percy sali de su cuartito blan'ueado, con su nue%o manteo, sotana y !apatos de hebilla, y llam a la puerta del +ardenal. /e senta mucho ms seguro de s. Haba hablado al Protector libremente y con (irme!a, le haba descrito el golpe de 3elsenburgh en ondres, e incluso la especie de parlisis 'ue #l haba su(rido. Haba a(irmado su creencia de 'ue se estaba ante un proceso sin parangn en la historia1 relat di%ersas escenas 'ue haba presenciado) un grupo arrodillado ante un retrato de 3elsenburgh, un moribundo 'ue lo llamaba por su nombre, el aspecto de la muchedumbre 'ue haba esperado en Xestminster largas horas el resultado de la o(erta 'ue <nglaterra haba hecho a este e"tranjero. e mostr cinco o seis recortes de diarios, se&alando su hist#rico entusiasmo1 y lleg incluso hasta arriesgar una pro(eca, y predecir 'ue la persecucin se %ena, tarde o temprano. 0l mundo parece gal%ani!ado - dijo -1 todo parece palpitacin y ner%ios. 0l +ardenal asinti. - $osotros tambi#n - dijo -. Hasta nosotrosD Por lo dems el +ardenal haba estado 'uieto, %igilndolo desde sus ojitos entrecerrados, cabeceando de tiempo en tiempo, poniendo alguna cuestin de paso1 pero escuchando sin cesar con atencin in(le"ible. K lo 'ue usted recomendaraD - comen!, y despu#s interrumpi -) $o, sera preguntar demasiado. 0l Padre /anto lo harD o haba (elicitado por su latn entonces - pues haban con%ersado en esa lengua a todo lo largo de su segunda entre%ista1 y Percy haba e"plicado cun lealmente la <nglaterra catlica haba acogido la orden, emitida haca die! a&os, de 'ue el latn se %ol%iera para la <glesia lo 'ue el esperanto estaba haci#ndose para el mundo. 0so es ptimo dijo el %iejo. @gaselo a /u /antidad, lo %a a complacer mucho. a puerta se abri al to'ue de un botn, y el +ardenal sali lle%ndolo del bra!o sin una palabra1 y juntos se encaminaron al ascensor. Percy a%entur una obser%acin al resbalar la m'uina sin ruido hacia el departamento papal. - 4e causa gracia el ascensor, 0minencia, y la m'uina de escribir en la salita. - JPor 'u#, PadreL - Bueno, el resto de Roma ha reculado a los tiempos de ?aribaldi. - J/L Puede ser. $o me haba (ijado. Qn guardia sui!o abri la puerta del ascensor, hi!o la %enia y se adelant a lo largo del pasaje blasonado donde un compa&ero suyo estaba de guardia. @espu#s salud y se retir. Qn chambeln papal, en todo su sombro garbo de p2rpura, negro y gorguera espa&ola, asom a la puerta y despu#s la abri de prisa. Pareca realmente increble 'ue hubiera todo eso toda%a. - @entro de un momento, 0minencia - dijo en latn -. JPor (a%or, aguarda un instanteL 0ra un cuartito cuadrado, con media docena de puertas. /umariamente acomodado de una de las antiguas inmensas galeras, por'ue era inmensamente alto y el deste&ido dorado de las cornisas se perda de golpe en dos puntos en tabi'ues de yeso. os tabi'ues parecan delgados, por'ue al tomar asiento los dos hubo al lado un parloteo de %oces apenas

O; audibles, el sonar de pasos y el eterno tecleo de la m'uina de escribir, del 'ue Percy crea haber escapado. 0staban solos en la antesala, amueblada con la misma sencille! 'ue el cuarto del +ardenal - 'ue daba una curiosa impresin mi"ta de dignidad y asc#tico despojo con su piso de madera roja, sus paredes de yeso, su altarcito y los dos recios candelabros de bronce %iejo re pujado, de incalculable %alor en a'uellos das. os postigos tambi#n a'u arrimados1 y nada haba para distraer a Percy de la e"citacin 'ue bruscamente repunt decuplicada en su cerebro yen su pulso. 0staba por %er al Pa)a "ngelicus8 ese asombroso anciano 'ue haba sido designado /ecretario de 0stado haca, ahora cincuenta a&os, a la edad de treinta, y Papa nue%e a&os atrs. 0ra el 'ue haba lle%ado adelante la inaudita poltica, de ceder el total de las iglesias a tra%#s de toda <talia al ?obierno, en true'ue del dominio temporal de Roma, de la cual se haba puesto a hacer una ciudad de santos. $o haba hecho el menor caso de la opinin del mundo1 su poltica, si cabe llamarla as, era de lo ms simple) haba proclamado en encclica tras encclica 'ue el objeto de la <glesia era dar gloria a @ios por la produccin en el hombre de %irtudes sobrenaturales, y 'ue nada absolutamente tena importancia ni si'uiera signi(icacin 'ue no ata&ese a tal objeto. 4antu%o adems 'ue desde 'ue Pedro era la Roca, la ciudad de Pedro era la capital del mundo, y deba %ol%erse un ejemplo para todas sus dependencias1 y como esto no era agible si Pedro no rega la ciudad, por eso haba sacri(icado todos los templos y edi(icios eclesisticos de la pennsula a este solo (in. @espu#s se haba puesto a regir su ciudad) haba dicho 'ue, todos en conjunto, los 2ltimos descubrimientos del hombre tendan ms bien a distraer las almas de la contemplacin de sus (ines eternos - no 'ue (ueran algo malo en s mismo, ya 'ue al (in y al cabo hacan mani(iestas las admirables leyes di%inas, pero 'ue al presente se haban %uelto demasiado absorbentes de la imaginacin. @e modo 'ue haba remo%ido los trenes a#reos, las aerona%es, los laboratorios, las grandes usinas - apuntando 'ue sobraba espacio para todo eso (uera de Roma - y haba permitido 'ue e"istiesen solamente en los suburbios1 en su lugar haba colocado santuarios, casas religiosas y -a-+rucis. 0ntonces se haba dado de lleno a la cura del alma de sus s2bditos. @ado 'ue Roma tena un rea restringida, y sobre todo, 'ue el mundo en torno de ella se pudra cada %e! ms en su propio %irus, prohibi a todo hombre menor de cincuenta a&os residir dentro de sus muros por ms de un mes, a no ser 'ue obtu%iera su permiso %ecinal de residencia. Poda radicarse por supuesto en los aleda&os de la ciudad, como de hecho lo hicieron por decenas de miles, pero no con el beneplcito del /anto Padre, 'ue pareca no 'uerer saber nada de medias tintas o apro"imaciones. 0sto hecho, di%idi la urbe en barrios nacionales, diciendo 'ue como cada nacin tena sus peculiares %irtudes, cada una deba concentrar su propia lu! en su propio puesto. os al'uileres comen!aron a subir de inmediato, y se legisl contra esta al!a, reser%ando en cada barrio calles enteras de casas con precio (ijo, y (ulminando e"comunin i)so facto a todo el 'ue osare %iolarlo. 0l resto (ue abandonado a los millonarios. a +iuAad eonina (ue reser%ada entera a su disposicin. @espu#s restableci la pena capital, con esa (ra serenidad 'ue lo haba hecho la derisin del mundo ci%ili!ado en otras materias, diciendo 'ue si la %ida humana era sagrada, la %irtud humana era ms sagrada toda%a1 y haba a&adido al crimen de asesinato el adulterio, la idolatra (ormal y la apostasa1 para los cuales tericamente este castigo 'ued sancionado. $o haba habido empero ms 'ue dos ejecuciones en los nue%e a&os de su reinado1 en parte por'ue los delincuentes, por supuesto, podan re(ugiarse al %uelo en los suburbios, donde cesaba su jurisdiccin.

O= K no se haba detenido a'u. Haba en%iado embajadores a todas las naciones del mundo, in(ormando a los gobiernos de su entroni!acin. $ing2n e(ecto haba producido esto, (uera del de la burla1 pero #l haba continuado impert#rrito a(irmando sus derechos, y usando entretanto sus legados para la ardua tarea de di(undir sus ense&an!as. 0ncclicas aparecan de tiempo en tiempo en las principales ciudades, e"poniendo los principios de la poltica papal con tanta tran'uilidad como cuando ellos eran uni%ersalmente reconocidos. a masonera haba sido (irmemente denunciada, as como las ideas democrticas de toda laya1 los hombres eran e"hortados a acordarse de sus almas inmortales, y de la 4ajestad de @ios, y a re(le"ionar sobre el hecho de 'ue en un bre%e lapso de tiempo todos iban a ser llamados a rendir cuentas ante el 'ue era +reador y Yue! del 4undo, +uyo indigno -icario en la tierra era Yuan MM<-, P. P., cuya (irma y sello iban al pie. 0sta (ue la lnea de accin 'ue tom al mundo por sorpresa enteramente. a gente haba esperado drama, discusin, histeria y apasionadas imprecaciones. $o hubo tal. 0l anciano diplomtico 7a 'uien el mundo deneg al punto toda capacidad diplomtica8 se mo%a como en el 4edioe%o, como si el progreso no hubiera empe!ado, como si el super%olador y la bomba Harstein no se hubieran in%entado, como si el uni%erso entero no hubiera terminado por descreer en @ios y creer de resultas en su propia deidad. ,'u estaba este %ejete loco hablando en sue&os, chachareando acerca de la +ru!, la %ida interior y el perdn de los peca dos, e"actamente como sus desdichados predecesores haban hablado dos mil a&os antes. Bueno, era meramente un signo ms de 'ue Roma haba perdido no solamente su antiguo poder, sino incluso el sentido com2n. 0ra realmente tiempo, deca el mundo, de tomar alguna medidaD K este era el hombre, el Pa)a "ngelicus, pens Percy, a 'uien iba a %er dentro de un minuto. /e estremeci al sentir sobre su rodilla la mano del +ardenal y %er abrirse la puerta y un prelado color p2rpura dirigirse a ellos inclinando lentamente la cabe!a. - /lo una cosa - oy 'ue le decan -) sea absolutamente (ranco. Percy se le%ant temblando. @espu#s sigui a su patrn al interior del saln del trono, <Qna (igura blanca seda en la sombra %erdosa, al lado de un gran escritorio cargado de cosas, tres o cuatro metros aparte, pero con el silln en(rentado a la puerta por donde los dos entraron. 0s lo 2nico 'ue %io al hacer la primera genu(le"in. @espu#s baj los ojos, a%an!, genu(lect de nue%o junto con el otro, a%an! ms, y por tercera %e! dobl la rodilla, le%antando la tenue mano blanca, a #l alargada, hasta sus labios. By cerrarse la puerta al ponerse de pie. - 0l padre 3ran.lin, /antidad - oy la %o! del +ardenal a su lado. Qn bra!o blanco se&al un par de sillas muy cercanas, y los das se sentaron. 4ientras el +ardenal, en latn italianado, e"plicaba en bre%es (rases 'ue este era el sacerdote 4britannicus6 cuya correspondencia haba resultado tan 2til, Percy comen! a mirar con cien ojos. +onoca bien el rostro del Papa por centenares de (otos y noticiarios1 aun sus gestos le eran (amiliares, el bre%e bajar del mentn asintiendo, la sua%e y elocuente mocin de las manos1 pero Percy, con una impresin de ser perogrullesco, se dijo 'ue la presencia %i%iente era muy distinta. -io en el trono (rente de #l a un espigado anciano, de mediana altura y talle, con manos (inas 'ue agarraban las perillas del bra!al, y una apariencia de tran'uila y deliberada

>: dignidad. Pero era el rostro donde #l principalmente espiaba, bajando los prpados tres o cuatro %eces al %ol%erse los ojos a!ules hacia #l. 0ran ojos e"traordinarios, 'ue recordaban lo 'ue los cronistas haban escrito de Po M) los prpados tra!aban lneas rectas a tra%#s de ellos, dndoles un aspecto a'uilino, 'ue desmenta no obstante el resto de la cara. $o haba dure!a en ella. $o era delgada ni gruesa, sino hermosamente delineada en un corte o%al) los labios recortados, con un atisbo de pasin en las comisuras1 la nari! se adelantaba en una cur%a aguile&a, con aletas a(iladas1 el mentn era (irme y oyuelado y la suspensin de la cabe!a e"tra&amente ju%enil. 0ra un rostro de generosidad y dul!ura, montado en un ngulo entre desa(o y humildad, eclesistico de oreja a oreja y de barbilla a (rente1 la (rente le%emente comprimida en las sienes y mechones blancos, debajo del blanco solideo. Haba sido materia de jolgorio en los cabarets nue%e a&os antes, cuando el per(il superpuesto de muchos sacerdotes conocidos haba sido proyectado en una pantalla junto al del nue%o Papa, y las dos imgenes haban aparecido casi id#nticas. . . . . Percy se hall a s mismo tratando de de(inirlo y nada %ena en su mente e la palabra 5sacerdote6. 0ra eso, ni ms ni menos. Ecce sacerdos magnus, 0staba asombrado de su aspecto ju%enil, pues el Papa cumpla ochenta ese a&o1 pero su porte era tan enhiesto como un hombre de cincuenta, sus hombros derechos, su testa posada en ellos como la de un atleta y sus arrugas apenas perceptibles en la media lu! Pa)a "ngelicus re(le"ion. Percy. 0l +ardenal cort su e"plicacin con un ligero ademn resolutorio. Percy ati! y tension sus (acultades en un ha!, aguardando las preguntas 'ue iban a %enir. - 0s usted bien%enido, hijo - dijo una %o! sua%e y %ibrante. 0l Papa haba bajado los ojos y al!ado un cortapapel con su i!'uierda, con el cual jug le%emente mientras hablaba. ,hora, hijo, pronuncie un discursito. e sugiero tres puntos) lo 'ue ha sucedido, lo 'ue sucede, lo 'ue habr de suceder, con una peroracin acerca de lo 'ue debiera suceder. Percy aspir hondamente, apoy la espalda, agarr los dedos de la i!'uierda con los de la derecha, (ijo los ojos (irmemente en la crucecita bordada de !apato rojo ante #l, y comen!D 7J$o lo haba ensayado un centenar de %ecesL8 Primero plante su tema) en el sentido de 'ue todas las (uer!as del mundo entero estaban concentrndose en dos campos) el mundo y @ios. Hasta el presente las (uer!as del mundo haban sido incoherentes y espasmdicas, rompiendo hacia di%ersas partes) re%oluciones y guerras y persecuciones haban sido como los mo%imientos de un motn, indisciplinados, imprudentes y sin (reno. Para contrarrestarlo la <glesia haba actuado tambi#n, a tra%#s de su catolicidad) dispersin ms bien 'ue concentracin, guerrillas contra guerrillas. Pero durante el 2ltimo siglo haban aparecido se&as de 'ue toda la conduccin de la guerra cambiaba. 0uropa en todo caso se haba cansado de 'uerellas internas) las uniones primero del *rabajo, despu#s del +apital, despu#s del *rabajo y el +apital combinados, ilustraban esto en la es(era econmica1 la di(usin de la religin humanitarista en la es(era espiritual. 0n(rente y en contra de esto deba mencionarse la acrecida centrali!acin de la <glesia. Por la sabidura de sus pont(ices, inspirados por el Bmnipotente, las lneas se haban ido estirando a&o tras a&o. Puso como ejemplo la abolicin de todos los usos locales, incluso los tan mimados por la <glesia Briental, el implante de los +ardenales Protectores en Roma, la (usin obligatoria de todos los (railes en una orden, aun'ue reteniendo sus nombres de (amilia, bajo la autoridad de un ?eneral /upremo1 de todos los monjes, con la e"cepcin de los cartujos, carmelitas y trapenses, en otra1 de estos tres

>1 2ltimos en una tercera1 y la reordenacin de todas las religiosas en este es'uema. @espu#s rese& los decretos ms recientes, 'ue establecieron el sentido del dogma de la <n(alibilidad de(inido por el +oncilio -aticano1 la nue%a %ersin del @erecho +annico1 la inmensa simpli(icacin en el gobierno eclesistico, la nue%a jerar'ua, r2bricas y manejo de los asuntos misioneros, con los recientes y enormes pri%ilegios otorgados a las misiones entre in(ielesD 0n este punto ad%irti 'ue su empacho lo haba abandonado y comen!, incluso con pe'ue&os ademanes y la %o! un poco le%antada, a e"playarse en la signi(icacin de los sucesos del mes 2ltimo. *odo lo 'ue iba %i%iendo antes, dijo, con%erga hacia lo 'ue ahora haba tenido lugar1 es decir, a la reconciliacin de todo el mundo sobre una base, di(erente de la -erdad Re%elada. 0ra la intencin de @ios y de sus -icarios reconciliar a todos los hombres en +risto Yes2s1 pero esta piedra angular haba sido recha!ada por segunda %e!, y en %e! del caos 'ue los piadosos haban %aticinado, inesperadamente estaba %iniendo a lu! tina unidad di%ersa de todo lo %isto en la historia. 0ra tanto ms (atdica en cuanto contena ms elementos indudablemente buenos. a guerra, aparentemente, haba sido e"tinguida, y no era la +ristiandad 'uien lo haba conseguido1 la unin era hoy mirada como pre(erible a la di%isin, y esta leccin haba sido aprendida aparte de la <glesia. @e hecho, las %irtudes naturales haban eclosionado e"uberantemente, y las sobrenaturales eran despreciadas. a amistad despla!aba a la caridad, la satis(accin a la esperan!a y el conocimiento tomaba el lugar de la (e. Percy se detu%o, consciente de 'ue estaba haciendo una especie de sermn. - /, hijo mo %ino de arriba la %o! amable -. JUu# msL JUu# msL Bien, continu Percy, todo mo%imiento engendra su hombre, y el hombre de este mo%imiento era Yulin 3elsenburgh. Haba reali!ado una obra 'ue - @ios aparte pareca milagrosa. Haba abatido la secular muralla entre 0ste y Beste, %iniendo del 2nico continente capa! de producir tal prodigio1 haba pre%alecido a pura (uer!a de personalidad sobre los dos supremos tiranos de la %ida) (anatismo religioso y gobierno de partidos. /u in (luencia sobre la pacata <nglaterra era otro milagro, pero tambi#n haba puesto en llamas a 3rancia, ?ermania y 0spa&a. ,'u Percy relat dos o tres pe'ue&as escenas, agregando 'ue pareca la aparicin de un dios1 y cit algunos de los ttulos 'ue prodigaban al prcer los diarios ms serios y sobrios. 3elsenburgh era llamado el Hijo del Hombre, por'ue era, por decirlo as, un cosmopolita de pura ra!a1 /al%ador del 4undo, por'ue haba abatido la guerra y sobre%i%ido1 incluso, incluso - y a'u la %o! de Percy trope! -, incluso @ios encamado1 por'ue era la plasmacin per(ecta del hombre di%ini!adoD 4ir hacia arriba. a serena (a! sacerdotal 'ue lo contemplaba desde arriba no se inmut ni mo%i1 y #l retom el hilo. a persecucin, dijo (ramente, se precipita, ya haba habido un tumulto o dos. Pero con todo la persecucin no era lo ms de temer. /in duda causara apostasas, como siempre, pero ellas eran solamente deplorables en ra!n de los renegados indi%iduales. Por otro lado, iba a corroborar a los (ieles y purgar a los indecisos. ,nta&o, en las primeras edades, el ata'ue de /atn haba encarado el lado del cuerpo, con el potro, el (uego, las (ieras1 en el seiscientos, el lado intelectual1 en el no%ecientos, los resortes de la %ida moral. ,hora pareca 'ue el ata'ue se desencadenaba en los tres planos a la %e!. Pero lo 'ue era ms de temer era la presin positi%a del Humanitarismo1 estaba %iniendo, como el Reino de @ios, en poder y majestad1 era aplastante para el imaginati%o y el romntico1 %ena dando por

>9 supuesta ms bien 'ue a(irmando su propia %erdad, %ena conciliando con almohadones ms bien 'ue (ustigando o atropellando con los aceros de la contro%ersia. Pareca estar (or!ando su entrada, casi palpablemente, en la %ida interior. Personas 'ue apenas haban odo su nombre, abrigaban su mentalidad1 sacerdotes incluso lo absorban como absorban a @ios en la comunin - mencion los nombres de algunos apstatas recientes -1 los ni&os lo asimilaban como anta&o al +ristianismo. 0l alma 5naturalmente cristiana6 pareca %ol%i#ndose 5naturalmente her#tica6. a persecucin %iolenta, clam el sacerdote, 'ui! haba de ser esperada, bendecida, acogida1 pero #l tema 'ue las autoridades ci%iles eran ya muy ca!urras, y discernan demasiado bien el antdoto y el %eneno. Podra haber martirios indi%iduales - seguro los habra y muchsimos -, pero iban a ocurrir a despecho del gobierno ci%il, no por su orden. 3inalmente, presumi, el Humanitarismo ahora se iba a re%estir de la liturgia, la plegaria y el sacri(icio1 y cuando esto se cumpliera, la causa de la <glesia, humanamente hablando, estaba perdida. Percy se ech hacia atrs estremecido. - /, hijo moD JK 'u# piensa usted habra 'ue hacerL Percy lan! adelante las dos manos. - Bh, /antidad) el re!o, la misa, el rosario. 0sto, principio y (in. 0l mundo niega su poder1 es sobre su poder donde los cristianos deben apoyar todo su peso. *odas las cosas en +risto y +risto primero y 2ltimo. $inguna otra cosa %aldra. Nl debe hacerlo todo, pues nosotros nada podemos. a cabe!a blanca aprob. @espu#s se irgui. - /, hijo moD Pero en tanto Yesucristo 'uiera ser%irse de nosotros, debemos ser%ir. Nl es Pro(eta y Rey tanto como /acerdote. $osotros tambi#n debemos ser pro(etas y reyes a la %e! 'ue sacerdotes. JUu# hay de la reyeca y el pro(etismoL /u %o! estremeci a Percy como un clarn. - /, /antidad. Por el pro(etismo, pues, predi'uemos la caridad1 por la reale!a, reinemos desde la +ru!. @ebemos amar y su(rir. 7 an! un suspiro tembloroso.8 /u /antidad ha predicado la caridad siempre. Uue la caridad se resuel%a en hechos. /eamos e"tremados en hechos) 'ue ella nos lle%e en los tratos honestamente1 en la %ida de (amilia, castamente1 en el gobierno, magnnimamente. K en cuanto al su(rir, EahF /antidadD /u %iejo plan haba resurgido en su mente y all estaba cerni#ndose imperioso y con%incente. - /, hijo mo, hable abiertamente. - Padre /anto, es %iejoD %iejo como las colinas eternasD no hay loco 'ue no lo haya so&ado) Euna nue%a BrdenF /antidadD una nue%a Brden religiosa - tartamude. a mano de cera dej caer el cortapapel1 el Papa se inclin de golpe, mirando intensamente al sacerdote ingl#s. - JBien, hijo moL Percy se arroj de rodillas. - Qna nue%a Brden, /antidad - sin hbitos ni insignias - sujeta slo a /u /antidad - ms libre 'ue los jesuitas, ms pobre 'ue los (ranciscanos, ms austera 'ue los cartujos) hombres y mujeres por igual - los tres %otos con la intencin del martirio1 el Panten como <glesia +entral1 cada Bbispo responsable de 1a manutencin1 un lugarteniente en cada comarcaD 7/antidad, es el sue&o de un locoD8 K +risto cruci(icado por patrono. 0l Papa se irgui bruscamente - tan bruscamente 'ue el +ardenal 4artn salt tambi#n, aprensi%o y asustado. Pareca 'ue este jo%en haba ido demasiado lejos. 4as el Papa se sent de nue%o, e"tendiendo la diestra.

>I - Uue @ios lo bendiga, hijo mo, tiene usted %enia para retirarseD $o, su 0minencia 'u#dese unos minutos.

CAPTULO TERCERO
I 0l +ardenal no habl mucho a Percy cuando se encontraron de nue%o por la tarde, despu#s de (elicitarlo por la manera como se haba conducido ante el Papa. Pareca 'ue el sacerdote haba estado bien en su e"tremada (ran'ue!a. @espu#s lo impuso de sus (unciones. Percy deba retener el par de aposentos en 'ue lo haban colocado al llegar1 deba decir misa, de regla, en el oratorio cardenalicio1 y despu#s, a las nue%e, presentarse al Protector por instrucciones1 deba almor!ar al medio da con #l, y despu#s considerarse en libertad hasta el ,ngelus1 despu#s, otra %e! a disposicin de su je(e, hasta la cena. a tarea principal sera la lectura de todo el correo ingl#s, y el dar de #l cuidadosa cuenta1 una suerte de ampliacin y pro(undi!acin de su anterior trabajo. Percy lo encontr reposado y sereno, y se sinti como en su casa cada %e! ms. *ena tiempo para s en abundancia, y lo empleaba resueltamente en esparcimiento. @e ocho a nue%e sala usualmente de paseo, caminando tran'uilamente por las calles con sus sentidos apagados, mirando las iglesias, contemplando las gentes, y absorbiendo gradualmente la naturalidad de esa %ida bajo las antiguas costumbres. Por momentos, le apareca como una pelcula histrica1 y en otros, por el contrario, la 2nica real) como si el tenso y taciturno mundo de la moderna ci%ili!acin (uese #l un (antasma1 y a'u estu%iese de nue%o la simple naturalidad del mundo de su ni&e!. <ncluso la lectura de las cartas y peridicos ingleses no lo conturbaba, por'ue el ro de su alma comen!aba a asentarse y remansarse en su antiguo manso cauce1 y #l lea, anali!aba, disecaba y diagnosticaba con la tran'uilidad honda del obrero en su trabajo. $o haba grandes nue%as, despu#s de todo. Pareca una especie de calma chicha despu#s de la tormenta. 3elsenburgh se mantena en el incgnito1 haba rehusado las o(ertas de 3rancia e <talia, igual 'ue las de ?ran Breta&a1 y aun'ue nada de(inido se trasluca, pareca haberse con(inado actualmente en una actitud de reser%aD 0ntretanto el Parlamento de 0uropa estaba a(anoso en la preparacin de los tramos preliminares de la re(orma constitucional. $ada de cuenta se hara, al parecer, antes de la con%ocacin de oto&o. a %ida de Roma era muy curiosa. a ciudad se haba %uelto ahora no slo la metrpoli de la (e, sino como su microcosmos. 0staba di%idida en cuatro enormes barrios) ,nglosajn, atino, *eutnico y Briental ms all del *raste%ere1 el cual estaba cubierto casi enteramente por o(icinas papales, seminarios y escuelas. ,nglosajonia ocupaba el barrio sudoeste, abarrotado de edi(icios, incluido el ,%entino, el 4onte +elio y el *estaccio. os atinos habitaban Roma %ieja, entre la ,%enida y el Ro1 los *eutones el nordeste, limitado al sur por la ,lameda /an oren!o1 y los Brientales el barrio restante, cuyo centro era etrn. @e este modo los %erdaderos romanos casi no haban sentido la intrusin1 posean una cantidad de sus antiguos templos, eran libres de bullanguear en sus callejuelas (rescas y oscuras, y hacer sus (erias y almonedas1 y era all donde Percy paseaba de ordinario, en una pasin de retrospeccin histrica. Pero los otros barrios eran tambi#n curiossimos. 0ra gracioso %er cmo toda una progenie de iglesias gticas,

>A atendidas por clero nrdico, haba nacido en los barrios teutnico y anglosajn1 y cmo las anchas calles grises, escrupulosamente limpias ante las se%eras mansiones, mostraban 'ue los nrdicos no se haban dado cuenta a2n del modo de %ida del sur. os Brientales, al otro e"tremo, se asemejaban a los atinos1 sus calles eran igualmente oscuras y estrechas, los olores en ellas aplastantes, sus iglesias tan sucias y tan hogare&as, y sus colores toda%a ms subidos. 3uera de las murallas la con(usin era indescriptible. /i la urbe representaba una miniatura historiada del mundo, los suburbios representaban al mismo modelo roto en mil peda!os, re%uelto en una bolsa, y %olcado al rumbo. Hasta donde el ojo en todas direcciones poda alcan!ar desde la a!otea del -aticano, se e"tenda una in(inita llanura de techales, rota por agujas, torres, c2pulas y chimeneas, bajo los cuales %i%an seres humanos de toda ra!a bajo del sol. ,'u estaban las grandes usinas, los monstruosos rascacielos de aluminio del mundo nue%o, las estaciones, las uni%ersidades, las o(icinas, todo bajo dominio seglar, pero rodeados por seis millones de almas 'ue estaban all por amor de la religin. 0ran de a'uellos 'ue haban desesperado de la %ida moderna, cansados de la tensin y el es(uer!o, y haban huido del nue%o sistema a re(ugiarse en la <glesia, pero no haban conseguido lugar en la urbe misma. $ue%os andamios estaban surgiendo de continuo en todas direcciones. Qn comps gigantesco con una punta (ijada en el -aticano y con una abertura de ocho .ilmetros, si se lo hiciera girar, cortara a tra%#s de calles congestionadas, en todo su crculo. 4s all toda%a, casas y casas se e"tendan en la lontanan!a a!ulada. Pero Percy no comprendi el sentido dotado lo 'ue %ea hasta los (estejos del cumplea&os del Papa hacia el (in de agosto. 0ntonces %io de cerca el sentido de Roma. 0ra toda%a temprano y (resco cuando sigui a su patrn, al cual deba ser%ir de (amiliar, por los anchos pasajes del -aticano hacia el saln donde los +ardenales con el Papa deban congregarse. , tra%#s de un %entanal, cuando mir a la Pia!!a, la multitud era a2n ms densa, si era posible, 'ue cuando la atra%esaron una hora antes. 0l enorme recinto o%al estaba empedrado de cabe!as, entre las cuales se recortaba un ancho pasadi!o custodiado por la guardia papal para el paso de los carruajes1 y por esa %asta cinta, blan'uecina en la. lu! del 0ste, %enan %ehculos (antasmagricos, un centelleo de oro, colores %i%os y tintas crema1 aplausos pasajeros se hinchaban y moran1 ya tra%#s de todo llegaba el estr#pito y el martilleo de las ruedas sobre las piedras, como el sonido del mar en una playa la%ada y cubierta de guijarros. 4ientras aguardaban en una antecmara, sujetos por un apretn delante y detrs - una masa de escarlata y blanco y p2rpura - mir (uera de nue%o y capt lo 'ue saba ya, pero slo intelectualmente) 'ue a'u delante de sus ojos estaba reunida la reyeca de los tiempos idos del mundo entero y comen! a percibir su signi(icacin. ,lrededor de los escalones de la Baslica se e"tenda un %asto abanico de coches, uncido cada uno a ocho caballos - el blanco de 3rancia y 0spa&a, el negro de ?ermania, <talia y Rusia, y el color crema de <nglaterra. 0stos estaban en el semicrculo pr"imo, y ms all la bandada de las potencias menores) ?recia, $oruega, /uecia, Rumania y los 0stados Balcnicas. Qno solo (altaba, el *urco, rememor. os emblemas de muchos eran %isibles) guilas, leones, leopardos, gri(os - escoltando a la corona real desde arriba. @esde el tope al pie de la gradera bajaba una inmensa al(ombra escarlata, bordeada de guardias sui!os. Percy se inclin sobre el marco y comen! a meditar.

>H ,ll estaba todo lo 'ue haba 'uedado de la 4onar'ua. Haba %isto ya sus palacios, desparramados en los distintos barrios, con estandartes al %iento y hombres de librea a!ul o escarlata %acando en los escalones. /e haba sacado el sombrero docenas de %eces al paso tronitante de un land en la ,%enida en M<-, antes Humberto Primo1 haba %isto los lises de 3rancia y los leopardos de su pas pasar juntos en la solemne parada del monte Pincio. Haba ledo en los diarios de %e! en cuando, durante los 2ltimos siete a&os, 'ue (amilia tras (amilia real haban tomado la ruta de Roma, despu#s de obtener la autori!acin papal. Haba sido enterado por el +ardenal la noche antes 'ue ?uillermo de <nglaterra con su real consorte haba desembarcado en Bstia esa ma&ana y 'ue la lista de potencias estaba completa. Pero nunca haba comprendido antes el abrumador hecho estupendo de la congregacin de la monar'ua de todo el mundo bajo la sombra del trono del Pescador, ni el espantoso peligro 'ue eso constitua, en el seno de un mundo democrtico. ./aba 'ue el mundo (inga rerse de la demencia y puerilidad del asunto1 de esa desesperada comedia del @erecho @i%ino contra la /oberana del Pueblo de parte de (amilias cadas y desde&adas1 pero ese mundo, tambi#n lo saba bien, no haba perdido sus pasiones1 y si a ellas el da de ma&ana les diera por %ol%erse resentimientoD a presin a(loj1 Percy se desli! de su rincn y sigui la lenta correntada. 4edia hora despu#s estaba en su lugar entre los eclesisticos, al salir el s#'uito papal a tra%#s del (ulgor pol%oriento de la +apilla del /antsimo a la na%e de la gigantesca Baslica de /an Pedro1 pero a2n antes de ingresar en la +apilla oa el manso rugido de recognicin de la gente y el clangor argentino de las trompetas 'ue aclamaban al /umo Pont(ice cuando sala, cien metros adelante, lle%ado en la silla gestatoria, con los (labelos de nie%e oscilando en torno. +uando Percy sali, cinco minutos despu#s, caminando en su traje clerical, y %io el espectculo 'ue lo estaba aguardando, rememor con un s2bito aprieto del cora!n la otra %ista 'ue haba contemplado en ondres en un amanecer de %erano tres meses hacaD ,ll adelante, pareciendo cortar su camino entre la marca de cabe!as, como la proa de una antigua carabela, se mo%a el conopeo debajo del cual seda el /e&or del 4undo1 y entre #l y el sacerdote ingl#s, como si (uera la estela del mismo barco, se desen%ol%a la (astuosa procesin - Protonotarios apostlicos, dignatarios de la guardia, los ?enerales de las rdenes Religiosas, y los dems - abri#ndose camino en una espuma n%ea, escarlata, oro y plata, entre las dos %i%ientes (auces del p2blico. ,rriba se cerna el espl#ndido cielo de la c2pula, y lejos en(rente el puerto del altar de @ios alineaba sus monstruosos pilares, debajo de los cuales ardan las siete estrellas amarillas 'ue eran como los (aros simblicos de la (e. 0ra una %ista asombrosa pero demasiado %asta y derrotante para cual'uier otro e(ecto 'ue no (uera oprimir al obser%ador con la conciencia de su propia (utilidad. 0l enorme mbito cerrado, las estatuas ciclpeas, los distantes y sombros cielorrasos, el indescriptible concierto de sonidos - de las pisadas de centenares de pies, del murmullo de die! mil %oces, los !umbidos del rgano como de innumerables moscardones, la tenue m2sica celeste, el le%e olor caracterstico de incienso, cuerpos humanos, laurel rosa y mirtos pisoteados, pabilos 'uemados y dominante sobre todo, la %ibrante atms(era de humana emocin, mechada de anhelo sobrehumano, cuando la 0speran!a del Brbe, el detentor del @i%ino -irreinato, se haca camino para pasar entre @ios y los hombres a(ect al sacerdote como la accin de una droga 'ue a la %e! calmara y e"citara, 'ue encegueciera para prestar una nue%a %isin, 'ue e"altaba al mismo tiempo 'ue hunda en nue%os hontanares de conciencia. ,'u pues estaba la otra respuesta (ormulada al

>O problema de la %ida. as dos ciudades de ,gustn yacan ante #l a escoger. a una era la de un mundo autocreado, autoorgani!ado y autosu(iciente, interpretado por hombres como 4ar" y Her%#, socialistas, materialistas y en (ini'uito epic2reos, resumido ahora (uertemente en 3elsenburgh. a otra estaba desplegada a su %ista, hablando de un +reador y de una creacin con di%ino designio, de pecado y de redencin, y de un mundo trascendente y eterno del cual todo brotaba y al cual todo tenda. Qno de los dos Yuan o Yulin, era el -icario, y el otro era el /imio de @iosD K el cora!n de Percy, en un espasmo de con%iccin, produjo de nue%o su eleccinD Pero el pice a2n no haba llegado. ,l salir Percy por (in de la gran na%e bajo el domo, en su camino hacia su tribuna a espaldas del trono papal, otro (actor entr en el campo de su atencin. Qn gran espacio haba sido despejado en torno al altar de la +on(esin, e"tendido, al menos hasta donde #l alcan!aba a %er, hasta el punto 'ue marcaba la entrada a los transeptos1 en este punto corran derecho barandillas de lado como prolongando las lneas de la na%e. 4s all de esta barrera colgada de rojo, haba un gran decli%e de caras, blancas e inm%iles1 un brillo de acero las cercaba en torno, y a un tercio del altar del transepto se le%antaba en apretada (ila un golpe de conopeos. 0ran escarlatas, como los balda'uines de los cardenales, pero sobre la erguida (rente de cada uno brillaban gigantescos escudos de armas sostenidos por bestias herldicas y topados de coronas reales1 en cada uno haba una (igura o dos - no ms - en espl#ndido aislamiento1 y en los intersticios entre los altos tronos se rellenaba otra %e! un con(uso decli%e de caras. /u cora!n comen! a golpear al %erlo al pasear los ojos alrededor y despu#s cru!ar ala derecha y %er como en un espejo el re(lejo de la i!'uierda en el transepto diestro. ,ll era donde sedanD solitarios sobre%i%ientes de a'uella e"tra&a ra!a de personas 'ue, hasta haca una centuria, haban reinado como -icegerentes de @ios con el consenso de sus pueblos. ,hora no eran reconocidos, e"cepto 'ui! por ,'uel de 'uien deri%aban su soberanaD pinculos api&ados o desparramados de una c2pula cuyos muros haban sido demolidos. 0ran hombres y mujeres 'ue haban aprendido al (in 'ue el poder legtimo %iene de arriba, y 'ue su ttulo para regir deri%aba no del capricho de los s2bditos sino del /upremo regente de la uni%ersalidad) pastores sin grey, capitanes sin tripulacin. 0ra lastimero, horriblemente lastimero pero aleccionador. /u acto de (e era tan sublime1 y el cora!n de Percy se apresur al percibirlo. 0stos, pues, hombres y mujeres como #l, no se a%ergon!aban de apelar de los hombres a @ios, asumir insignias 'ue el mundo miraba como chirimbolos, pero para ellos emblemaban delegaciones di%inas. J$o estaba a'u adumbrada1 se pregunt Percy, una remota sombra de ,lguien 'ue cabalg en una asnilla y su jumento en medio de las mo(as de los grandes y el entusiasmo de los ni&osL *oda%a (ue ms sugesti%o cuando continu la misa y %io a los soberanos %arones bajar a sus ser%icios en el altar, yendo y %iniendo entre #l y el *rono Ponti(icio. <ban descubiertas, las alti%as (iguras silenciosas. 0l Rey de <nglaterra, otrora el Defensor 9idei lle%aba la credencia en lugar del %iejo Rey de 0spa&a, 'ue junto con el 0mperador de ,ustria haba mantenido ininterrumpida en su reino, 2nico entre los soberanos de 0uropa, la continuidad de la (e. 0l decr#pito soberano penda sobre su reclinatorio, musitando y lagrimeando, y a %eces llorando alto de amor y de%ocin, cuando como /imen en el *emplo %ea a su /al%ador. 0l 0mperador de ,ustria ministr dos %eces el la%abo1 el 0mperador de ,lemania, 'ue haba perdido el trono y por poco ms la %ida cuando su con%ersin cuatro a&os antes, tena el pri%ilegio de 'uitar y poner el cojn, al

>> arrodillarse su se&or, ante el /e&or de ambos. ,s rito tras rito el (astuoso drama (ue actuado1 y el murmullo de la multitud muri en un silencio 'ue no era sino, una sola plegaria sin palabras cuando el diminuto @isco Blanco se al! en las manos de cera y la tenue m2sica ang#lica reti& en el @uomo. Pues a'u estaba la 2ltima esperan!a de estos millares de almas, tan potente y pe'ue&a como anta&o en el Pesebre. $o haba otro ya 'ue peleara por ellos, sino @ios solo. /eguramente, pues, si la sangre de los %arones y lgrimas de las mujeres ya no %alan a mo%er al jue! y Brdenador de todo en su tremendo /ilencio, segura mente al menos a'u la incruenta 4uerte 4stica de su Qnig#nito, 'ue anta&o en el +al%ario haba oscurecido el cielo y sacudido la tierra, repetida ahora con tan (2nebre esplendor en esta isla de (e, en medio de un mar de burla y aborrecimientoD Eesto por lo menos deba %alerF J+mo poda noL Percy se haba apenas sentado, rendido de la larga ceremonia, cuando la puerta se abri brusca, y el +ardenal, toda%a en sus ornamentos, entr rpidamente, cerrndola de un golpe. - Padre 3ran.lin - dijo en una e"tra&a %o! ahogada -, la peor de las noticias) 3elsenburgh ha sido nombrado Presidente de 0uropa. II 0ra ya alta la noche cuando Percy retorn, agotado por sus labores. Hora tras hora haba estado sentado junto al +ardenal, abriendo despachos 'ue llo%an a los receptores radio(nicos de todas las partes de 0uropa, y eran lle%ados uno por uno o de a media docena al 'uieto escritorio. *res %eces en la tarde el +ardenal haba, mandado llamar, dos %eces por el Papa y una desde el Uuirinal. $o haba duda d# 'ue las nue%as eran %erdad1 y pareca 'ue 3elsenburgh haba esperado calculadamente esta 2ltima o(erta, rehusando todas las otras. Haba tenido lugar una con%encin secreta de las potencias 'ue haban una a una ansiado adjudicrselo y una a una haban (racasado1 esos reclamos particulares (ueron retirados y ele%ado un mensaje com2n. a nue%a propuesta era al e(ecto, de 'ue 3elsenburgh toman una posicin jams so&ada hasta ahora en una democracia) 'ue tu%iera una casa de gobierno en cada capital de 0uropa1 'ue su %eto a cual'uier medida (uera terminante por tres a&os1 'ue cual'uier medida 'ue #l de terminara proponer tres %eces en tres a&os consecuti%os se con%irtiera i)so facto en ley1 y 'ue su ttulo (uera) Presidente de 0uropa. @e su parte prcticamente nada se le e"iga, e"cepto 'ue deba rehusar toda otra posicin o(icial 'ue se le o(reciera, a no ser can la sancin com2n de todas las potencias. K todo esto, Percy lo %ea claro, in%olucraba el peligro de una 0uropa mancomunada contra la religin, crecido al d#cuplo. 0n%ol%a toda la (uer!a aplastante del socialismo mane jada por una mano egregia. @e los dos m#todos clsicos de gobierno, 4onar'ua y Rep2blica, combinaba lo ms (uerte. a o(erta haba sido aceptada por 3elsenburgh despu#s de %einticuatro horas de e"pectante silencio. 0ra notable obser%ar tambi#n cmo haba sido recibida la noticia por las dos otras magnas particiones del mundo. 0l Briente estaba entusiasta1 ,m#rica di%idida. Pero en cual'uier caso, ,m#rica era a'u impotente1 el resto del mundo estaba abrumadoramente en su contra. Percy se ech como estaba en el lecho, y yaci con los pulsos batientes, el rostro ardiendo, cerrados los ojos y un enorme desnimo en el cora!n. 0l mundo se haba erguido realmente como un gigante sobre los estrechos hori!ontes de Roma, y la ciudad

>; santa era como un castillo de arena a la %enida de la marejada. 0sto #l comprenda. +undo o cmo iba a %enir la ruina, en 'u# (orma, y de 'u# direccin, ni lo %ea ni le preocupaba. /lo saba 'ue era inminente. Haba aprendido ahora bastante de su propio temperamento, y %ol%a los ojos adentro a obser%arse amargamente, como pudiera un m#dico en mortal dolencia diagnosticar sus propios sntomas con macabra complacencia. 0ra hasta una especie de ali%io %ol%er la %ista de la monstruosa m'uina del mundo para mirar al microscopio la desesperan!a de un cora!n humano. Por su propia (e no tema1 saba tan absolutamente como un hombre conoce sus manos 'ue ella estaba segura de nue%o, y ms all de toda sacudida. @urante estas semanas en Roma la enturbiada corriente interna se haba a y el cauce era de nue%o %isible. B, mejor a2n, esta %asta te"tura de dogmas, ceremonias, smbolos, costumbres y #ticas en la cual haba sido educado, y a la cual haba mirado toda la %ida 7como un hombre puede mirar un gran monumento 'ue lo mara%illa8 %iendo ahora un chispa!o de lu!, ahora otro y otro, encenderse y morir en las tinieblas, se haba poco a poco in(lamado y re%elado a s mismo en un estupendo incendio de (uego di%ino 'ue se e"plica a s mismo. 0normes principios, un tiempo desconcertantes y aun repulsi%os, eran de nue%o luminosamente e%identes1 %ea, por ejemplo, 'ue mientras la Religin de la Humanidad bregaba por abolir el su(rimiento, el +ristianismo lo abra!aba, de modo 'ue hasta los ciegos 'uejidos d# las bestias estaban dentro del es'uema y del 'uerer del Padre1 o 'ue, mientras desde un ngulo un color solo del tapi! de la %ida era %isible la material, o lo intelectual, o lo est#tico , desde otro ngulo lo sobrenatural era tan ob%iamente patente y los abra!aba a todos. a Religin[Humanidad poda ser cierta solamente si la mitad por lo menos de la natura, ideales y tropie!os del hombre (ueran ignorados. 0l +ristianismo, en cambio, tena cuenta de todo, aun'ue no pudiera e"plicarlo todo. 0stoD y estoD y lo dems, todo integraba un per(ecto conjunto. 0so era la (e catlica, tan cierta para #l como su propia e"istencia) era %erdad, y %i%iente. Nl poda ser condenado, pero @ios e"ista. Poda %ol%erse loco, pero Yesucristo era la deidad en carne, probada por su muerte y su resurreccin1 y Yuan era su %icario. 0sas cosas eran el es'ueleto del uni%erso1 hechos (uera de duda y si no eran %erdaderos, nada de todo lo dems poda ser ni si'uiera un sue&o. J@i(icultadesL /, haba un milln. Nl no poda entender ni de lejos por 'u# @ios haba hecho el mundo como ahora estaba, ni cmo el in(ierno poda ser la creacin del 5Primer ,mor61 como el @ante dijo, ni cmo el pan era transustanciado en el +uerpo de +risto, peroD. bien, eso era as. Haba adelantado muchsimo, ahora lo %ea, desde el antiguo estado de su (e, en 'ue #l crea 'ue la -erdad @i%ina poda ser demostrada con e%idencias racionales. Haba aprendido ahora 7no saba cmo8 'ue lo sobrenatural apelaba a lo sobrenatural1 el +risto e" terno al +risto intern1 'ue la pura humana ra!n no poda desaprobar, pero tampoco probar adecuadamente los misterios de la (e1 e"cepto sobre premisas 'ue eran %isibles solamente a los 'ue haban aceptado la Redencin como un hecho, ra!onable por cierto1 en (in, 'ue es necesaria una disposicin moral, ms a2n 'ue una disposicin intelectual, para or la %o! del 0spritu de @ios con certidumbre. o 'ue #l haba aprendido y predicado ahora lo %ea) 'ue la 3e, teniendo cuerpo y alma lo mismo 'ue el hombre una e"presin histrica y una %erdad interior habla, ya por uno, ya por otro, y desde el uno al otro. 0ste hombre cree por'ue primero %e, acepta la 0ncarnacin o la <glesia por sus credenciales1 estotro, percibiendo 'ue estas cosas son hechos espirituales, se rinde al mensaje y a la autoridad de a'uella 'ue los pro(esa, lo mismo 'ue

>= a su mani(estacin en el plano temporal histrico1 y en la oscuridad se a(irma en su bra!o. B, mejor de todo, por'ue ha credo, ahora %e. ,s andaba contemplando, con una especie de acti%a indolencia, otros rasgos de su idiosincrasia. Primeramente all estaba su intelecto, despistado ms all de lo decible, preguntando) JPor 'u#L JPor 'u#L JPor 'u# @ios no inter%ena, por 'u# el Padre de los Hombres llegaba a permitir 'ue el Qni%erso de los hombres se alinease todo contra NlL JUu# es lo 'ue poda buscar en esoL J0ste eterno silencio jams se iba a romperL 0staba muy bien para los 'ue posean la (e, pero Jy los incontables millones 'ue se estaban asentando ahora en un colchn de tran'uila blas(emiaL J$o eran tambi#n #stos, hijos de su alma y o%ejas de su redilL JPara 'u# haba sido (undada la <glesia si no era para con%ertir al mundoL JPor 'u#, pues, el *odopoderoso su(ra, por un lado, 'ue ella 'uedara reducida a un pu&ado de in(elices, y por el otro 'ue el mundo encontrara la pa! al margen de ellaL +onsider despu#s sus sentimientos1 y no encontr all ni reposo ni estmulo Bh s, poda orar toda%a, con meros actos (ros de la %oluntad, y su teologa le ense&aba 'ue @ios aceptaba eso. Poda decir) 5-enga tu reinoD Hgase tu %oluntadD6 cinco mil %eces al da, si @ios lo peda1 pero no haba to'ue ni jugo, ning2n sentido de %ibracin en sus cuerdas cuan do #l los arrojaba desoladamente a la presencia del 0terno. JUu# demonio de cosas poda @ios 'uerer de #lL J0ra solamente repetir (rmulas, leer el bre%iario, estar 'uieto, abrir despachos, or el radio - tel#(ono, su(rirL K el resto del mundo, la demencia 'ue haba cado, sobre las nacionesD despampanantes historias 'ue llo%an de todas las partes del orbe1 como el del grupo de hombres posedo de una especie de (uror dionisaco 'ue en la +oncordia de Pars se haban desnudado del todo y apu&aleado mutuamente gritando, en medio de truenos de aplausos, 'ue la %ida era demasiado embriagadora para prolongarla1 de la bailarina 'ue se %ol%i loca cantando el himno a 3elsenburgh y cay echando espumarajos en un escenario de /e%illa1 las estra(alarias co(radas esot#ricas de 5,doracin y +ulto6 'ue proli(eraban en todas partes1 la cruci(i"in de una docena de catlicos en los Pirineos, la apostasa de tres obispos en ,lemania yD yD y.. - cien otros horrores 'ue sucedan y @ios no pesta&eaba, ni deca una palabraD Hubo un golpecito y Percy dio un salto al %er entrar al +ardenal 4artn, Pareca gastado hasta la m#dula, y sus ojos tenan una especie de llamita baja 'ue indicaba (iebre. +on un ligero ademn indic a Percy su asiento, y #l mismo tom una butaca, temble'ueando un poco, y escondiendo sus pies hebillados de plata debajo de sus talares rojos recogidos. - *iene 'ue disculparme, Padre - balbuce -. 0stoy ansioso por la suerte de nuestro obispo. *endra 'ue estar a'u ya. 0ra el Bbispo de /outhPar., 'ue, record Percy, haba partido de <nglaterra esa ma&ana. - J-ena derecho a'u, 0minenciaL - /. @eba estar a'u a las %eintiuna. 0s ya medianoche pasada, JnoL +undo esto dijo, el reloj son la media. *odo estaba 'uieto ya. *odo el da el aire haba retumbado en ruidos1 mitines haban des(ilado en los suburbios1 las puertas de la urbe haban sido trancadas1 mas todo esto no era sino una prenda de lo 'ue haba de %enir en cuanto el mundo recapacitase. 0l +ardenal pareci recobrarse despu#s de unos minutos de anheloso silencio. - Qsted est cansado, Padre - dijo bondadosamente.

;: Percy sonri. - JK /u 0minenciaL 0l %iejo sonri tambi#n. - Bueno, claro dijo. Pero yo no %oy a durar mucho, hijoD @espu#s, usted %a a tener 'ue su(rir. Percy se sobresalt, apretado el cora!n. PuesD s - continu el +ardenal - el Padre /anto lo ha arreglado. *iene 'ue sucederme, Jsabe ustedL $o hay para 'u# guardar secreto. Percy aspir un largo anh#lito tembln. - 0minenciaD - comen! con %o! 'uejumbrosa. 0l otro le%ant la demacrada diestra. - Ka s# todo eso - interrumpi amablemente -. Qsted desea morirse JnoL, y descansar. Hay muchos 'ue lo desean. Pero hay 'ue su(rir primero. Et )ati et mori% Padre 3ran.lin, no debe hacer oposicin. Rein un largo silencio. a nue%a era demasiado contundente para causar al sacerdote otra cosa 'ue un horrible cho'ue. a idea no le haba ni pasado por las mientes de 'ue #l, un hombre ine"perimentado de menos de cuarenta a&os, pudiera considerarse elegible para suceder a este sabio y paciente prelado. 0n cuanto al honorD Percy haba dejado muy detrs todo eso, suponiendo se le hubiese ocurrido. Haba otra perspecti%a ante sus ojos) una larga e insoportable jornada sobre un camino empinado con una carga sobre sus hombros 'ue no poda aguantar. as %estiduras rojasD /in embargo, lo reconoci como ine%itable. 0l hecho se le anunciaba como (uera de discusin) tena 'ue ser1 no haba nada 'ue decir, pero era un nue%o gol(o 'ue se le abra delante, y #l lo contempl con una especie de horror pesado y seco, incapa! de e"presin. 0l +ardenal rompi el silencio. - Padre 3ran.lin - dijo. He %isto hoy una pintura de 3elsenburgh. J/abe por 'ui#n lo tom# a primera %istaL Percy sonri sin hacer caso. - /, Padre - continu la %ocecita lenta -. o tom# por usted. JUu# opina de estoL - $o entiendo, 0minencia. - PuesD y se interrumpi, cambiando sin ms de tema -. Ha habido un asesinato la ciudad. Qn catlico apu&al a un blas(emo. - Percy le%ant los ojos hacia #l. - EBh, sF $i intent escapar. 0st en la crcel continu el %iejo. - KD - /, ser ejecutado. 0l juicio comien!a ma&anaD 0s bastante triste. 0s el primer crimen en ocho mesesD a irona de la situacin salt a los ojos de Percy, al escuchar a su je(e en el silencio 'ue se ahondaba en la estrellada noche. ,'u estaba esta pobre ciudad libre pretendiendo 'ue no pasaba nada, administrando serenamente su rada justicia1 y all, a(uera, se aglomeraban las (uer!as 'ue iban a barrerla. /u entusiasmo de ayer pareca muerto. +ont pesadamente al +ardenal las horribles an#cdotas 'ue ayer haban llo%ido por el radio-tel#(ono. a religiosidad instinti%a del hombre, 'ue pareci muerta durante un siglo en la indi(erencia religiosa, se haba despertado, e"acerbada y demente, como en ninguno de los tiempos de la historia. 0l +ardenal permaneci aptico.

;1 0n estos hombres, pens Percy, no haba el menor temblor, en su espl#ndido, descuido de los hechos materiales, de los cuales #ste no era sino un min2sculo ejemplo1 ning2n coraje desesperado o embriague! o(uscada. Percy se senta como uno 'ue mira una mosca limpindose la trompita en la platina de una m'uina - la plancha de acero gira lle%ando la tenue %ida al aplastamiento -, un momento ms y todo acab1 y el insecto no sabe nada y el obser%ador no puede inter(erir. o sobrenatural estaba all, %i%o y per(ecto en su tenuidad inconmensurable1 las enormes (uer!as contrarias estaban en marcha, el mundo se hinchaba, y Percy no poda hacer nada ms 'ue mirar y (runcir las cejas. /in embargo, como habase dicho #l haca un momento, no haba grieta en su (e1 la mosca 'ue #l conoca era inmensamente ms %aliosa 'ue la m'uina, por la superioridad en el plano del ser1 si era aplastada, la %ida por eso no cesaba) esto lo sabia de cierto. a %ida continuaba. +mo retornaba y se des'uitaba la %ida, eso no lo saba. K como estu%ieran all los dos en interminable silencio, se oy un paso y un golpecito, y un sir%iente asom el rostro. - o esperan a su ?racia, 0minencia anunci. 0l +ardenal se al! penosamente, apoyndose en el canto de la mesa. @espu#s 'ued mirndolo, como tratando de recordar algo, y re%ol%iendo sus bolsillos. - ,'u - dijo -. -ea esto, Padre - y arroj un pe'ue&o disco de plata sobre la mesa -. $o ahora1 cuando me haya ido. Percy cerr la puerta y %ol%i a la mesa, tomando el delgado redondel blanco. 0ra una moneda, reci#n salida del tro'uel. 0n una cara estaba la usual guirnalda con la palabra 5seis chelines6 en el medio, con su e'ui%alente en esperanto debajo1 en la otra, el per(il de un hombre con una inscripcin. Percy gir el disco para leer) YQ <,$ 30 /0$BQR?H, ` , PR0S<@,$*0 @0 QRBPB III Para las die! del da martes, los +ardenales haban sido con%ocados a or la alocucin del Papa. Percy, desde su sitio entre los consultores, los miraba entrar, hombres de todas naciones y caracteres y edades) los italianos en grupos, gesticulando y con s2bitas y amplias sonrisas, los anglosajones estoicos y gra%es, un %iejo +ardenal (ranc#s con una muleta, caminando con un benedictino alemn. 0staban en uno de los majestuosos y sencillos salones en los cuales consista ahora el -aticano, con bancos puestos al sesgo como en una capilla. 0n el (ondo, atra%esados por la entrada, estaban los bancos de los consultores1 en el (rente el balda'un papal. *res o cuatro bancos con mesitas delante, ms all del sitio de los consultores, estaban reser%ados para los llegados el da antes) prelados y sacerdotes 'ue haban llo%ido a Roma de toda regin de 0uropa al anuncio de las alarmantes nue%as. Percy no tena un atisbo de lo 'ue iba a decirse all. $o pareca posible 'ue solamente lugares comunes (ueran repetidos, pero J'u# otra cosa poda ser dicha, ante la completa incertidumbre de la situacinL *odo lo 'ue se saba, incluso esa madrugada, era 'ue la Presidencia de 0uropa era un hecho, 'ue el pe'ue&o disco de plata era su testimonio, 'ue haba habido un estallido de persecucin a los catlicos, y una e"plosin de e"tra%agancias, reprimidos se%eramente por las autoridades1 y 'ue 3elsenburgh comen!aba hoy su gira de asuncin del mando, de capital en capital. 0ra esperado en <talia a (in de semana) *urn estaba en (iebre. @e cada uno de los n2cleos catlicos del mundo entero llegaban apremiantes pedidos de consejo1 decan 'ue la apostasa cunda

;9 como una oleada, 'ue la persecucin amena!aba por todos lados, 'ue incluso muchos obispos comen!aban a a(lojar. @el Pont(ice, todo era dudoso. os 'ue 'ui! saban algo, callaban1 y la 2nica noticia 'ue se (iltr era 'ue haba pasado toda la noche en oracin en la tumba del ,pstol. a con%ersacin muri de golpe en un susurro y silencio1 hubo una onda de cabe!as 'ue se inclinaban al abrirse una porte!uela bajo el conopeo1 y un momento despu#s Yuan MM<-, Pa)a "ngelicus, ocup su trono. ,l principio Percy no entendi nada. 0l Papa haba comen!ado a dejar caer sentencias bre%es y titubeantes en su latn re(inado. Percy no haca ms 'ue contemplar la pintura, a tra%#s del pol%oroso sol 'ue inundaba los %entanales, d# la doble lnea escarlata de derecha e i!'uierda, el enorme conopeo p2rpura, y la (igura blanca 'ue se recortaba en #l. +iertamente estos sure&os entendan el poder del e(ecto teatral. 0ra tan %i%o y tan impresi%o como una %isin de la historia en una custodia de pedrera. +ada pormenor era (astuoso) la altsima b%eda, el color de las %estiduras, las cadenas y las cruces ureas, y al mo%erse los ojos a lo largo hacia su pice, un tro!o de nie%e muerta, como si el boato se agotara y se declarara impotente para decir el gran secreto. 0scarlata, p2rpura y oro eran buenos para los 'ue estaban en los escalones del tronoD lo necesitaban1 pero para el 'ue seda, nada era necesario. Uue los colores y los sones muriesen ante el -irrey de @ios. *oda la e"presin 'ue se re'uera resida en ese hermoso rostro o%al, la imperiosa testa, los benignos ojos y los limpios labios cur%os 'ue hablaban tan (irmes. $o se oa una mosca en sala, ni un roce ni un respiro1 y en el blanco silencio pareca como si el mundo estu%iera acordando a lo sobrenatural hacer su 2ltima de(ensa sin interrupciones, antes de la conclusi%a y clamorosa condenacin. Percy hi!o un en#rgico es(uer!o de autodominio, apret las manos y atendi. as (rases cortas se haban con%ertido en serenos perodos, recitados muy lentamente, sostenidos por una le%e ele%acin de la %o! por momentos. \D @ado 'ue esto es as, hijos en Yesucristo, nos toca responder. $o luchamos, como nos ense& el @octor de los ?entiles, contra la carne y la sangre, sino contra los principados y potestades, contra los regentes del mundo de las tinieblas #stas, contra los espritus de la mal dad en las cumbres. Por lo cual, #l nos dice, re%estos de la armadura de @ios 7cuya naturale!a nos declara as en seguida8, el cinto de la %erdad, la cora!a de la justicia, el cal!ado de la pa!, el escudo de la (e, el yelmo de la sal%acin y la espada del 0spritu. \+on esto, por tanto, el -erbo de @ios nos manda a la guerra, pero no con las armas de este mundo, por'ue ni Nl ni su Reino son de este mundo1 y es para recordaras los principios de este guerrear para 'ue os he con%ocado en mi presenciaD a %o! paus y hubo un susurro sutil todo el ancho de la sala. @espu#s la %o! continu# en una nota ms aguda. \D3ue siempre el consejo de nuestros predecesores, y tambi#n su deber, as como guardar silencio en cierta sa!n, as hablar abiertamente en otra la sabidura de @ios1 deber y consejo de 'ue nosotros mismos no seremos atemori!ados por el conocimiento de nuestra (la'ue!a e ignorancia, sino para con(iar ms bien en ,'uel 'ue nos ha situado en este trono para dignarse hablar por nuestra boca y usar nuestros pensamientos a su mayor gloria. \Primero, pues, es (or!oso decir nuestra palabra sobre este nue%o mo%imiento 74movimentum6 no es palabra latina, oy Percy 'ue le susurraba al odo el +onsultor 0spa&ol8 'ue ha sido 2ltimamente desencadenado por los rectores de este mundo.

;I \$o somos insensibles a las bendiciones de la pa! y de la unidad, ni ol%idamos 'ue la aparicin de esas dos cosas ha sido el (ruto de (actores 'ue nosotros habamos condenado) es la apariencia de la pa! 'ue ha enga&ado a muchos, induca dudar de la promesa del Prncipe de la Pa!, 'ue es el 2nico a tra%#s del cual tenernos acceso a lo 3ue es del Padre% a %erdadera pa!, 'ue sobrepuja todo sentido, concierne no 2nicamente las relaciones de los hombres entre s, mas supremamente las relaciones de la Humanidad con su Padre1 y es en este punto indispensable donde los es(uer!os del mundo de(ectan. +iertamente no es de mara%illar 'ue, en un mundo 'ue ha recha!ado a @ios, este punto esencial haya sido pasado por alto. os hombres, descarriados por los seductores, han imaginado 'ue la unidad de las naciones era la suprema meta de esta %ida, ol%idando la palabra del /al%ador de 'ue no haba %enido a traer la pa! sino la espada y 'ue a trav*s de muc!as tribulaciones nos conviene entrar en el Reino. Primeramente, pues1 se ha de establecer la pa! del hombre con @ios, y despu#s seguir sola la unidad del hombre con el hombre. :uscad )rimero5 dijo +risto, el Reino de Dios/ y todas estas cosas se os darn )or a;adidura. \Primeramente, pues, nosotros condenamos y anatemati!amos, una %e! ms, a todos los 'ue sostienen lo contrario1 y reno%amos, una %e! ms, todas las condenas pro(eridas por nuestros Predecesores contra todas a'uellas sociedades, organi!aciones y ligas, 'ue han sido creadas para la prosecucin de una unidad sobre otra base 'ue el cimiento di%ino1 y recordamos a nuestros hijos de todo el orbe 'ue les est prohibido ingresar o aprobar o ayudar de cual'uiera manera y bajo cual'uier prete"to cuales'uiera de esos cuerpos, ligas y sociedades nominalmente designadas en las dichas condenacionesD ] Percy se mo%i en el asiento, consciente de un ligero to'ue de impaciencia. a alocucin era majestuosa, soberbia y tran'uila como un ro1 pero el asunto era un poco tri%ial. ,'u estaba la %ieja reprobacin a la (rancmasonera, repelida sin originalidad. \/egundo - continu la %o! pareja -, deseamos hacer conocer a -uestras Re%erencias nuestros deseos para el (uturo1 y a'u entramos en terreno 'ue muchos habrn de considerar peligroso.] @e nue%o se al! el susurro. Percy %io ms de un +ardenal inclinarse con la mano ahuecada en la oreja para or mejor. 0ra e%idente 'ue algo importante iba a ser producido. \Hay muchos puntos - continu la %o! penetrante - de los cuales no es nuestra intencin hablar ahora, por ser de su naturale!a reser%ados, o deber ser tratados en otra ocasin. Pero lo 'ue diremos ahora, lo decimos a todo el mundo. @esde 'ue los ata'ues de nuestros enemigos son a la %e! secretos y mani(iestos, as ha de ser nuestra de(ensa. 0sta es nuestra intencin.] 0l Papa paus de nue%o, le%ant ma'uinalmente una mano al pecho, y empu& la cru! 'ue all colgaba. \,un'ue el 0j#rcito de +risto es uno, consiste en muchas di%isiones, cada una con su propia tarea y arma. 0n tiempos pasados, @ios suscit compa&as de sier%os suyos para llenar tal o cual (uncin particular como los hijos de /an 3rancisco para inculcar la santa pobre!a, los de /an Bernardo para culti%ar la oracin y el trabajo manual, con todas las santas mujeres adscriptas a estos propsitos, la +ompa&a de Yes2s para la educacin de los j%enes y la con %ersin de los paganos - junto con las dems +ongregaciones por todos conocidas en todo el orbeD +ada una de estas compa&as (ue llamada en una particular sa!n y tiempo1 y cada una correspondi noblemente a la %ocacin di%ina. Ha sido la gloria especial de cada una, para la prosecucin de su propio intento, cortarse

;A se%eramente de todas las otras acti%idades 7buenas en s mismas8 'ue podran di%ertirlos de esa particular obra 'ue @ios y la necesidad de los tiempos les haban dise&ado, siguiendo as las palabras de nuestro Redentor) 4 ada rama 3ue lleva fruto5 yo la )odar* )ara 3ue )ueda llevar ms6% 0n la sa!n presente, pues, aparece a $uestra Humildad 'ue todas esas rdenes 7'ue una %e! ms recomendamos y bendecimos8 no estn per(ectamente adecuadas, por las mismas condiciones de sus respecti%as Reglas, para cumplir la gran accin 'ue este tiempo re'uiere. $uestro guerrear no %ersa ya tanto contra una ignorancia particular, sea de los paganos a los 'ue el 0%angelio no ha llegado, sea de a'uellos cuyos padres lo recha!aron o adulteraron1 ni contra las enga&osas ri'ue!as de este mundo, ni contra la del (also nombre de ciencia, ni realmente contra ninguna de esas (ortale!as de ini'uidad contra 'ue nos hemos es(or!ado en pasados tiempos. 4s bien parecera 'ue han llegado los das 'ue pro(eti! el ,pstol cuando dijo 'ue a'uel da no %endr mientras no aconte!ca la ?ran ,postasa, y sea mani(iesto el Hombre del Pecado, el Hijo de la Perdicin, 'ue se arroj y e"alt a s mismo sobre todo lo 'ue es llamado @ios. \$o es ya con esta o a'uella (uer!a particular 'ue tenemos 'ue %ernos, sino ms bien contra la desenmascarada inmensidad de a'uel poder cuyo tiempo (ue predicho y cuya destruccin est preparada.] a %o! paus una %e! ms, el Papa baj los ojos, y Percy apret la baranda delante de #l para calmar el temblor de sus manos. $o haba rumor ahora1 nada, (uera de un silencio 'ue pareca %i%iente. 0l Papa aspir pro(undamente, %ol%i el rostro lentamente de derecha a i!'uierda, y continu ms deliberadamente 'ue nunca, \Ha parecido bien, pues, a $uestra Humildad 'ue el -icario de Yesucristo directamente in%ite a los hijos de @ios a esta nue%a batalla1 y es intencin enrolar, bajo el ttulo de Brden de Yes2s +ruci(icado, los nombres de todos los 'ue se oblaren a este nue%o ser%icio. 0sto haciendo, nos damos cuenta de la no%edad de nuestra accin y del dejar de lado todos los miramientos 'ue eran necesarios en otro tiempo1 y en este asunto no hemos pedido consejo a nadie, (uera de ,'uel 'ue creemos nos lo ha inspirado. \Bre%emente, preconi!amos las siguientes condiciones) \$adie ser apto para ingresar en la Brden, 'ue no haya cumplido los diecinue%e a&os de edad. \$i hbito, ni distinti%o, ni insignia alguna le ser prescripto. \ os tres consejos e%ang#licos sern la base de la Regla, al cual a&adimos un cuarto %oto1 a saber, el deseo de recibir la corona del martirio y el propsito de abra!arlo. \0l Bbispo de cada dicesis, si #l mismo entrare en la Brden, ser su superior en los lmites de su jurisdiccin, y slo #l estar e"ento de la obser%ancia literal del %oto de pobre!a absoluta, todo el tiempo 'ue retenga su sede. os obispos 'ue no sientan %ocacin a la Brden retendrn sus sedes en las condiciones ordinarias, pero no tendrn jurisdiccin sobre los miembros de la Brden. \atem, anunciamos nuestra intencin de entrar en la Brden como Prelado /upremo, y de hacer nuestra pro(esin solemne en el curso de esta semana. \atem, declaramos 'ue durante nuestro ponti(icado, ninguno ser ele%ado al /anto +olegio +ardenalicio 'ue no haya pro(esado en la Brden1 y dedicamos la baslica de /an Pedro como su <glesia +entral, en la cual ele%aremos de inmediato al honor de los altares a'uellas almas dichosas 'ue entreguen sus %idas en cumplimiento de su pro(esin.

;H \@e esta pro(esin es innecesario agregar nada, (uera de 'ue ser ejercida bajo las condiciones 'ue (ijarn los superiores. 0n cuanto al no%iciado, sus ejercicios y re'uerimientos, e"pediremos dentro de poco las direcciones necesarias. +ada Bbispo diocesano 7pues es nuestra esperan!a 'ue ninguno de ellos se echar atrs8 tendr los derechos 'ue regularmente pertenecen a los superiores religiosos, y ser autori!ado a emplear esos derechos en cual'uier obra 'ue, en su opinin, re'uiere la gloria de @ios y la sal%acin de las almas. 0s nuestra intencin no emplear en nuestro ser%icio personal sino a miembros de esta Brden. Baj la cabe!a un momento, aparentemente sin la menor emocin, y prosigui, irgui#ndola de nue%o. \0sto es lo 'ue hemos determinado. @e otros asuntos pasaremos a consejo inmediatamente. 4as es nuestro 'uerer 'ue estas palabras sean comunicadas sin demora al mundo entero, para 'ue cono!ca de inmediato 'u# es lo 'ue +risto, por medio de su -icario, pide a todo el 'ue camina en nombre de @ios. $o o(recemos galardn alguno, (uera del 'ue @ios mismo o(rece a los 'ue aman y dan la %ida por el amigo1 ninguna promesa de pa!, a no ser de a'uella 'ue sobrepuja todo sentido1 ning2n hogar, (uera del 'ue corresponde a %iadores y peregrinos 'ue no tienen a'u bajo ciudad permanente1 ni (elicidad alguna, si no es la 3ue est escondida con risto en Dios.]

CAPTULO CUARTO
I Bli%er Brand estaba esperando una %isita, sentado en su min2sculo despacho pri%ado del Xhitehall. Haban dado las die!, y a la media lo esperaban en la +mara. 0ra de esperar 'ue ese 4r. 3rancis, sea 'uien (uere, no lo detendra mucho. +ada minuto ganado ahora era un respiro, por'ue el trabajo las 2ltimas semanas se haba %uelto simplemente prodigioso. Pero no (ue demorado ms de un minuto, por'ue la 2ltima campanada no haba cado apenas de la *orre -ictoria cuando la puerta se abri y un sir%iente anunci a 4r. 3rancis. Bli%er dirigi una rpida mirada al %isitante, a sus prpados bajos y boca melanclica1 lo (ich rpidamente en los momentos en 'ue se saludaron y sentaron, con(orme a su %ieja costumbre de poltico1 y (ue %i%amente al asunto. - , las y-%einticinco, se&or, debo dejar esta pie!a - dijo -. Hasta entoncesD hi!o un gesto. 0l se&or 3rancis lo tran'uili!. - ?racias, se&or Brand. Hay tiempo bastante. ,s pues, si usted me permiteD - Hurg en un bolsillo interior y sac un abultado sobre. - -oy a dejarle esto - dijo - al partir. +ontiene cumplidamente todos nuestros deseos y nuestros nombres. K ahora, bre%emente, de 'u# se trata. /e reclin, cru! las piernas, y comen! a disertar, con un le%e to'ue de solicitud en su tono. - /oy una especie de delegado, como usted sabe - dijo -. *enemos a la %e!, algo 'ue o(recer y 'ue pedir. 3ui escogido por'ue la idea (ue ma. 4asD Jpuedo hacerle una pregunta pre%iaL Bli%er asinti en silencio.

;O - $o deseo preguntar lo 'ue no debo. Pero tengo entendido 'ue es prcticamente cierto, Jno es asL, 'ue la ,doracin y +ulto ser restaurada en todo el Reino. Bli%er sonri. - ,s lo creo - dijo -. a ley, 'ue es ma, ha sido presentada por tercera %e!1 y como todos saben, /u 0"celsitud el Presidente debe hablar sobre ella esta misma tarde. - J$o la ir a %etarL JUu# le parece a ustedL - $o lo creemos, no. 0n ?ermania #l la ha aceptado. - 0"acto - aprob 4r. 3rancis -. K si la aprueba a'u, supongo 'ue tendr (uer!a de ley de inmediato. Bli%er se inclin sobre el escritorio y busc la hoja %erdenilo 'ue contena el proyecto de ley. - Qsted ha %isto esto, supongo - dijo -. ,'u est, se con%ierte en ley i)so facto1 y la primera solemnidad ser celebrada el 1b de octubreD) la Paternidad Jno es asL /, la (iesta de la Paternidad. - 0ntonces %a a haber un apurn - apunt el otro rpidamente -. ,penas una semana. - $o me corresponde esa seccin - dijo Bli%er, dejando caer la hoja -, pero entiendo 'ue el ritual ser simplemente el mismo 'ue en ?ermania. $o hay moti%os para 'ue seamos singulares. - JK ser empleada la ,badaL - 4s 'ue seguro. - Bien, 0"celencia - dijo 3rancis -1 de sobra s# 'ue la +omisin ?ubernati%a ha de haberlo mirado todo de cerca, y sin duda tiene sus propios planes. Pero se me (igura 'ue %an a precisar toda la e"periencia 'ue est# a manoD - /in duda, peroD - Qn momento, 0"celenciaD a /ociedad 'ue yo represento consiste enteramente de hombres 'ue han sido otrora sacerdotes catlicos. +ontamos unos doscientos en ondres. e %oy a dejar un (olleto, si me permite, 'ue e"plica nuestros (ines, constitucin, y dems. Bien, nos ha parecido 'ue a'u haba un asunto en el cual nuestra e"periencia poda ser de ayuda al ?obierno. as ceremonias catlicas, como /u 0"celencia sabe, son muy intrincadas1 y algunos de los nuestros las han estudiado a (ondo en a'uellos tiempos. /olamos decir 'ue los 4aestros de +eremonias nacan, no se hacan1 y tenemos un buen n2mero de ellos entre nosotros. Pero en paridad, todo cura catlico es poco o mucho un ceremonieroD /e detu%o un momento interrogati%amente. - JK, 4ister 3rancisL hi!o Bli%er. - 0stoy seguro - continu el otro - de 'ue el ?obierno pesa la inmensa importancia de 'ue todo salga bien. /i el /er%icio @i%ino llegara a salir en lo ms mnimo catico o grotesco, ay2deme usted a pensar. /era contraproducente. @e modo 'ue he sido delegado, s se&or, para entre%istar a usted y hacerle presente 'ue hay un cuerpo de e"pertos - calculo 'ue somos unos %einticinco - 'ue tiene una prctica especial en este g#nero de cosas, y estn enteramente contestes en ponerse a disposicin de las autoridades centrales. Bli%er apenas pudo reprimir una sonrisilla en la comisura de los labios. 0ra un cachito de agria irona, Esacerdotes catlicosF, pens1 pero por otro lado era con%eniente. - 0ntiendo per(ectamente, 4ister 3rancis - replic -1 me parece una sugestin del todo ra!onable. Pero no creo ser la persona indicada 4ister /noP(ord 'ui!sD

;> - /, s, ya s#. Pero el discurso de usted, el 2ltimo, nos entusiasm a todos. /u 0"celencia dijo e"actamente lo 'ue estaba en nuestros cora!ones) 'ue el mundo no poda estar sin un culto1 y ahora 'ue @ios era por (in conocidoD Bli%er agit la mano. Bdiaba hasta la sombra de una lisonja. - 4uy amable, 4ister 3rancis. /in duda le %oy a hablar a /noP(ord. 0ntiendo pues 'ue ustedes se o(recen comoD hemD como 4aestros de +eremonias. - 0"acto, 0"celencia1 y chantres y sacristanes. Ko he estudiado el ritual alemn muy prolijamente) tiene ms intrngulis de lo 'ue parece. -a a demandar destre!a en alto grado. 4e (iguro 'ue %a a e"igirlo menos una docena de ceremoniarios en la ,bada y otros tantos en los %estuarios no %an a ser demasiados. Bli%er asinti bruscamente, mirando con curiosidad la ansiosa (a! en (rente de #l1 tena algo de esa %islumbre de mscara clerical 'ue haba %isto en otros antes. 0ra e%identemente un santurrn. - /on ustedes masones todos, por supuestoD - *odos, se&or Brand, naturalmente. - 4uy bien. e hablar# a /noP(ord esta misma tarde, si lo encuentro. 4ir al reloj. 3altaban unos cuatro minutos. - JHa %isto los nue%os nombramientos de RomaL - pregunt 4r. 3rancis, sin mo%erse. Bli%er mo%i la cabe!a. $o le interesaba Roma mayormente. - 0l +ardenal 4artn muriD muri el martes, y (ue sustituido enseguidaD - /1 y el nue%o es un antiguo amigo mo, 3ran.lin, uno del /ur) Percy 3ran.lin. - E+moF - JUu# hay, se&or BrandL J o conoce ustedL - /, lo %i u&a %e! - dijo el otro desde&osamente -. Por lo menos, me parece. - 0staba en Xestminster apenas hace un mes o dosD - /, s dijo Bli%er, mirndolo (ijamente[. J,s 'ue usted lo conociL - +ompa&ero de estudios - E,hF Bueno, alg2n da %amos a con%ersar acerca de ese sujeto. Por'ue ahoraD /e interrumpi. 3altaba un minuto. - J0so es todoL in'uiri. - 0so repetido die! %eces - sonri el otro - es mi tarea actual. Pero le ruego me permita decirle en 'u# grado apreciamos nosotros todo lo 'ue ha hecho usted, se&or Brand. Ko no creo sea posible a nadie, (uera de nosotros, comprender lo 'ue la (alta de un culto signi(icara para el pas. K nosotrosD ,l principio se siente uno tan e"tra&oD /u %o! temble'ue y ces. Bli%er se sinti interesado y contu%o su mo%imiento de le%antarse. - /, se&or 3rancisD comprendo. - 0ra una ilusin, por supuesto, se&or Brand, lo sabemos. Pero al menos en lo 'ue a m respecta, yo oso esperar 'ue todo no (ue en %anoD nuestras aspiraciones y penitencias y preces. 0rrbamos nuestro @ios, pero sin embargo lo hemos encontradoD nuestro a(n lleg al ,lma del 4undo. K por ese camino aprendimos 'ue no #ramos nada y 'ue Nl lo era todo. K ahora, ahoraD - /, 4ister 3rancis, repiti Bli%er sua%emente. 0staba interesado. - EK ahora Yulin 3elsenburgh ha %enidoF - /e atragant un momento -. EYulin 3elsenburghF Haba un mundo de s2bita pasin en su %o! gentil, y el cora!n de Bli%er respondi.

;; - +omprendo - dijo -. +omprendo todo lo 'ue 'uiere decir) - EBh, tener al (in un /al%adorF - e"clam 3rancis -. EQno 'ue se puede %er y tocar y loar en su mismo rostroF 0s como un sue&oD demasiado hermoso y sin embargo %erdadero. Bli%er mir el reloj y se le%ant bruscamente, tendiendo la mano. - @isc2lpeme usted. $o puedo detenerme ya. 4e ha con%encido usted. e hablar# a /noP(ord. J/u direccin est a'u, supongoL - a ma y la de mis sustitutos. *engo una pregunta a2nD - $o puedo demorarme, perdn - dijo Bli%er con un gesto terminante. - /lo esto) Jes %erdad 'ue el culto ser obligatorioL Bli%er asinti, al mismo tiempo 'ue al!aba su porta(olio. II 4abel, sentada esa tarde en el estrado, detrs del silln del Presidente, haba le%antado el reloj die! %eces en 2ltima hora, cada %e! esperando, 'ue las %eintiuna estaran ms cerca de lo 'ue era en realidad. /aba bien 'ue el Presidente de 0uropa no iba a estar ni un minino antes ni uno despu#s de esa hora. /u estricta puntualidad era pro%erbial en el +ontinente. Haba dicho %eintiuna yD Qn agudo campanilleo reson abajo, y al momento la %o! del locutor par. Qna %e! ms al! la mu&eca y %io 'ue (altaban cuatro minutos1 entonces se reclin en su rincn y con templ la +mara. Qna brusca mutacin haba sucedido al son del metlico a%iso. 0n los sillones oscuros de abajo los diputados se estaban acomodando y componiendo decorosamente, descru!ando las piernas, desli!ando sus sombreros debajo de los asientos. ,l mo%er los ojos, %io tambi#n 'ue el Presidente dejaba su ctedra, por'ue Btro la iba a necesitar en bre%es instantes. a +mara estaba llena de bote en bote1 un tardellegado corri en la media lu! de la puerta del sur y mir a!orado alrededor buscando un lugar. as galeras del (ondo estabanD tambi#n repletas, all abajo, donde ella tampoco haba encontrado sitio. Pero de todo el api&ado concurso no suba ruido alguno, (uera de un chistar muy tenue1 de los pasajes de atrs oy repetirse el rpido campanilleo al despejarse las galeras1 y de la Pla!a del Parlamento llegaba el pesado !umbido de la turba, 'ue estaba siendoW audible desde haca treinta minutos. +uando #ste cesaba de golpe, ella saba lo 'ue signi(icaba. E+un e"tra&o y espl#ndido era estar all ahora, en esta misma noche, cuando el Presidente haba de hablarF Qn mes antes haba aprobado la misma ley en ?ermania y hecho un discurso sobre ella en *urn. 4a&ana deba hacerlo en 4adrid. $adie saba dnde haba estado la semana pasada. Haba corrido la %o! de 'ue su %olador haba sido %isto pasando sobre el lago de +omo1 la cual despu#s haba sido desmentida. $adie saba tampoco lo 'ue iba a hacer esta noche. Podan ser tres palabras o treinta mil. Haba unos cuantos artculos en la ley - los 'ue %ersaban sobre el punto de la obligatoriedad, y desde cundo el nue%o culto comen!ara a ser compulsi%o, y si para todos los s2bditos, y desde la edad de siete a&os - 'ue podan ser objetados y pro%ocar el %eto. 0n ese caso, todo deba rehacerse, y la ley deba reproponerse1 a no ser 'ue la +mara aceptara las enmiendas por aclamacin. 4abel era partidaria de esas clusulas. @isponan 'ue aun'ue el nue%o culto (uese o(recido en todas las Parro'uias de <nglaterra en el pr"imo primero de octubre, no sera obligatorio para todos hasta ,&o $ue%o1 en tanto 'ue ?ermania, 'ue haba sancionado la

;= ley un mes antes, la haba hecho estrictamente obligatoria desde el instante de su promulgacin1 compeliendo as a todos sus s2bditos catlicos a abandonar el territorio nacional sin demora o su(rir las sanciones. Nstas no eran muy rigurosas) una semana de crcel a la primera transgresin1 a la segunda, un mes1 a la tercera, un a&o1 y a la cuarta, prisin perpetua hasta 'ue el delincuente a(lojara. $o se podan llamar sino moderadas, puesto 'ue la misma prisin se limitaba al con(inamiento y al trabajo en los talleres del ?obierno. $ada de horrores medie%ales1 y el culto era tan (cil, adems) solamente la presencia corprea en la <glesia o +atedral propia en las cuatro grandes (esti%idades de la 4aternidad, la -ida, la +on%i%encia y la Paternidad, celebradas el primer da de cada trimestre del nue%o +alendario Perpetuo. os domingos la asistencia al culto era del todo libre. $o poda comprender cmo nadie pudiera rehusarse a este sencillo homenaje. 0sos cuatro emblemas eran hechos positi%os - eran la mani(estacin de lo 'ue ella llamaba el 0spritu del Qni%erso - y si otros lo llamaban Poder de @ios, bueno, no podan negar 'ue esas eran sus mani(estaciones. J+ul era pues la di(icultadL $o era 'ue el culto catlico (uese prohibido, dentro de las regulaciones ya usuales. os catlicos podan concurrir a sus misas - no a las mismas horas del +ulto $acional. K sin embargo, cosas estra(alarias estaban sucediendo en ?ermania) no menos de 19.::: personas haban partido resueltamente para Roma1 y se deca 'ue ms de A:.::: iban a rehusarse a este simple acto de homenaje dentro de una semana. a pona con(usa y triste pensar en eso. Para ella el nue%o culto era el coronamiento ob%io del triun(o de la Humanidad. /u cora!n haba anhelado algo como eso) una pro(esin p2blica y colecti%a de lo 'ue ya todos crean. E*ena tanta antipata a la gente est2pida 'ue se contentaba con la accin y nunca consideraba los resortes y races de ellaF /eguramente este instinto suyo era sano) deseaba estar con sus semejantes en alg2n solemne recinto, consagrado no por curas sino por la unnime %oluntad del hombre1 tener como estimulantes dulces cnticos y el sonar del rgano1 %olcar sus triste!as junto con millares de otras en una inmolacin de su debilidad ante el potente 0spritu del 4undo1 cantar alto su loa a la gloria de la -ida y o(recer sacri(icio e incienso a ,'uello de donde haba recibido su ser, y en donde un da habra de resignarlo de nue%o. E,hF, todos esos cristianos haban entendido la condicin humana, pens por cent#sima %e!1 la haban degradado, cierto, haban oscurecido la lu!, empon!o&ado el pensamiento, malentendido y calumniado el instinto1 pero haban percibido 'ue el hombre debe adorar - o adorar o hundirse. +uanto a ella, se propona concurrir al menos una %e! por semana a la %ieja iglesita cercana a su casa para meditar los dulces misterios, para presentarse a ,'uello 'ue estaba aprendiendo a amar, y para beber en lo posible nue%os y nue%os (iltros de (uer!a y de %ida. ,h, pero primero deba sancionarse la leyD ,pret las manos en el (ro antepecho y mir (irmemente delante de ella la corona de cabe!as, los portales patentes, el batintn y su ma!a sobre la ctedraD oyendo, por sobre el tronido opaco de la turba de a(uera y los apagados murmullos de adentro, su propio cora!n palpitante. $o iba a poder %erlo a Nl, lo saba. Nl iba a %enir de a(uera por la puerta 'ue nadie sino Nl poda usar, derecho al asiento debajo del balda'un. Pero oira su %o!, sD eso era bastante go!o para ella. K he a'u 'ue ahora se hi!o el silencio a(uera1 el %asto ruido con(uso muri de golpe. Haba llegado. K a tra%#s de sus ojos empa&ados %io agitarse y al!arse las (ilas de cabe!as

=: abajo, y con sus odos pulsantes oy el golpeteo de muchos pies. *odos los rostros se %ol%ieron a un punto1 y ella los espi como a un espejo 'ue le diera el re(lejo de /u presencia. Hubo un sua%e sollo!o por all en el aire, JB era ella mismaL, el chas'uido de una puerta1 un espeso bum melodioso al sonar arriba de ella, golpe tras golpe, los carillones 'ue ta&eron tres %eces1 y en un instante un tiritn pas inclinando el mar de rostros, como si un soplo de pasin sacudiera las almas, hubo una ondulacin a'u y allD y una %o! impasible (uera de su %ista pronunci media docena de palabras en esperanto) - 5<ngleses, yo apruebo %uestra ley de cultos.6 III 3ue en el almuer!o del da siguiente cuando se encontraron de nue%o marido y mujer. Bli%er haba dormido en el centro y tele(onado alrededor de las once 'ue iba a estar de %uelta enseguida y 'ue traa un in%itado1 y poco antes del medioda oy sus pasos en el hall. 4ister 3rancis, 'ue le (ue presentando, pareca un ente inocuo, pens ella, no interesante, aun'ue enteramente embargado en el asunto de la 5ley6. Reci#n al (inali!ar la comida se enter de 'ui#n era. - $o te %ayas, 4abel, amor - interpuso su marido al hacer ella (inta de marcharse -. *e %a a gustar escuchar esto, me parece. 4i mujer conoce todo lo 'ue yo - a&adi. 3rancis sonri y se inclin. - JPuedo in(ormarla acerca de ustedL - prosigui Bli%er. - Pero s, ciertamente. 0ntonces ella oy 'ue haba sido cura catlico hasta haca pocos meses1 y 'ue ord /noP(ord andaba en consultas con #l acerca de las pr"imas ceremonias en la ,bada. /inti un s2bito inter#s al or esto. - EBh, dgameF, - e"clam -. Uuisiera saberlo todo. Pareca 'ue el se&or 3rancis haba %isto esa misma ma&ana al nue%o 4inistro de ,doracin y +ulto, y haba recibido de #l encargo (ormal de tomar a su cuenta el (esti%al sacro del 1c de octubre. @os docenas de sus colegas adems deban (ormar entre los 5ceremonieros6, al menos temporalmente1 y despu#s del acto, iban a ser en%iados en gira de con(erencias para organi!ar el culto p2blico en pro%incias. Por supuesto, las cosas iban a ir un poco cuesta arriba al principio, dijo 3rancis1 pero para el ,&o $ue%o se contaba con 'ue todo iba a andar sobre ruedas, al menos en las catedrales y parro'uias centrales. - 0s capital - dijo - 'ue esto se solucione en (orma rpida e impecable. 0s capital la primera impresin. Hay millares 'ue tienen el instinto de la adoracin sin saber cmo satis(acerlo. - 0s per(ectamente e"acto - obser% Bli%er -. Ko mismo lo he sentido por un largo lapso. /upongo 'ue es el instinto ms hondo del ser humano. - 0n cuanto a las ceremonias - continu el otro con un airecillo de importanciaD ?ir los ojos en torno, despu#s hurg en el bolsillo interior del saco y e"trajo un delgado librillo rojo. - Nste es el Brdo de los B(icios para la (iesta de la Paternidad - anunci -. o he hecho inter(oliar y he puesto unas cuantas notas. 0mpe! a %ol%er las pginas, y 4abel apro"im su silla para escuchar, con gran inter#s.

=1 - Bien, bien, amigo - dijo Bli%er -. ,hora denos una clasecita. 4ister 3rancis cerr el libro sobre su pulgar, apart el plato con la otra mano, y comen! a disertar. - Primero - dijo -, hay 'ue presuponer 'ue este manual est basado casi enteramente en el de la 4asonera. *res cuartos al menos de toda la (uncin ser llenado con esto. ,ll los ceremonieros no inter%endrn, si no es para pro%eer 'ue las insignias est#n listas en los %estuarios, arregladitas y a mano. os empleados comunes cuidarn de lo dems. as di(icultades comien!an en la cuarta parteD Paus, y con una ojeada de disculpa comen! a arreglar cuchillos y %asos sobre el mantel. - ,hora bien - continu -, a'u tenemos el %iejo santuario de la ,bada. 0n el lugar de la antigua reja y comulgatorio se le%antar el gran altar de 'ue habla el ritual, con los pelda&os 'ue lle%en desde el piso hasta el ara. @etrs del altar, prolongado casi hasta el antiguo nicho del /anto, estar el pedestal con la (igura simblica encima1 y - seg2n yo entiendo por la ausencia de toda indicacin en contrario - cada una de las imgenes permanecer en ese lugar hasta la %spera de la (iesta consecuti%a. - JUu# clase de imagenL - pregunt la jo%en. 3rancis mir al marido. - *engo entendido 'ue Herr 4ar.enheim ha sido consultado - dijo - o Nl las dibujar y modelar. 0s un gran artista. +ada una corresponder a la idea de la (iesta. Nsta de la Paternidad. .. Paus de nue%o. - J/L - dijo ella. - Nsta de la Paternidad entiendo 'ue ser la (igura desnuda de un %arn. /D est per(ectamente bien, pens 4abel. a %o! de 3rancis continu rpida. - Qna nue%a procesin ingresa en este punto, despu#s del discurso. 0s a'u donde se re'uiere atencin especialsima. J/upongo 'ue un ensayo no ser posibleL - @i(cil - dijo Bli%er sonriendo. 0l 4aestro de +eremonias suspir. - o tema. 0ntonces deberemos tener impresas instrucciones muy precisas. os o(iciantes se retirarn durante el himno, me imagino, a la antigua capilla de /anta 3ides. 0sto me parece lo ms indicado. <ndic la capilla. - @espu#s de la entrada de la procesin, todos retornan sus puestos en estos dos ladosD a'u y a'uD mientras el celebrante con los sagrados ministrosD - J0hL 4ister 3rancis dej aparecer en su (a! plida una mue'uecilla y enrojeci un poco. - 0l Presidente de 0uropaD - se interrumpi -. ,h, #ste es el punto. J*omar parte el PresidenteL 0so no est claro en el ritual. - +reemos 'ue s - repuso Bli%er -. /er re'uerido. - Bien1 en caso contrario, yo supongo 'ue o(iciar el 4inistro de ,doracin y +ulto. +on sus dos ayudantes 'ue sostienen la orla de la dalmtica, cru!a en arco lento hacia el pie del altar. ,tencin a'u. Recuerden 'ue la (igura est toda%a %elada y 'ue los cirios han sido encendidos durante el a%ance de la procesin. 0ntonces siguen las etanas, 'ue estn en el ritual con las respuestas. Nstas son cantadas por el coro1 y %an a ser impresionantes. 0ntonces el celeD el o(iciante asciende solo al altar1 y de pie, declama la <n%ocacin, as llamada. ,l terminar 7es decir, al llegar al punto se&alado con el asterisco8 los turi(erarios salen de la +apilla, cuatro en n2mero. Qno asciende al altar, dejando a los otros incensando al pieD o(rece su turbulo al o(iciante y se retira, genu(lectando. ,l

=9 sonido de la gran campana, los %elos son corridos, el o(iciante inciensa la imagen en silencio con cuatro dobles, y al (in de ellos el coro canta la ant(ona correspondiente. 0"tendi las manos. - 0l resto es (cil - concluy -. $o es preciso discutirlo. , 4abel todo le haba parecido (cil1 pero (ue morigerada. - $o tiene usted idea, 4rs. Brand - repuso el eremoniarius - de las di(icultades implicadas incluso en la (uncin ms simple. a estupide! de la gente es prodigiosa. Pre%eo ms de un so(ocn para nosotrosD JUui#n pronunciar la homila, se&or BrandL - $o tengo idea - dijo Bli%er, sonriendo -. /upongo 'ue ord /noP(ord elegir bien. 3rancis lo mir interrogati%amente. - J+ul es su opinin de todo el asunto, si me permite, 0"celenciaL Bli%er call un momento. - 0ntiendo 'ue es necesario - comen! -. $o habra tal e"igencia de cultos si no (uera una necesidad. Pienso tambi#nD s, pienso 'ue en conjunto el ritual es impresionante. $o %eo cmo podra ser mejorado. .. - J/, Bli%erL - lo incit su esposa. - $o, nadaD e"ceptoD e"cepto 'ue espero 'ue el pueblo entrar en inteligencia. 3rancis interrumpi. - +aro amigo, el culto siempre en%uel%e un to'ue de misterio. $o hay 'ue ol%idar eso. 3ue la carencia de ello lo 'ue hi!o decaer el @a del <mperio la centuria pasada. Para m, el ritual es admirable. +laro 'ue mucho depende de la manera cmo ser actuado. Ko %eo toda%a pormenores indecisosD el color de las cortinas, por ejemplo. Pero el plan general es soberbio. 0s simple, impresionante, y sobre todo, ine'u%oco en su leccin centralD - JK cul sera ellaL - pregunt 4abel. - Ko entiendo 'ue es un homenaje rendido a la %ida como tal - dijo el otro lentamente -. a %ida bajo cuatro aspectos) la 4aternidad corresponde a la $a%idad de la (bula cristiana1 es la (iesta del hogar, de la ternura, de la (idelidad. @espu#s, en prima%era, la -ida en s misma es recordada, (ecunda, nupcial, apasionada. a +on%i%encia, en %erano, abundancia, con(ort, plenitud y lo dems, correspondiente al or)us !risti de la tradicin1 y la Paternidad, la idea protectora, generati%a, dominante, al %enir el in%iernoD 0ntiendo 'ue es una idea alemana. Bli%er asinti. - / - dijo - y supongo ser tarea del orador e"plicar todo eso. - @ebe hacerla. K me parece a m ms llena, ms sugesti%a 'ue la idea alternati%a de origen (ranc#s) +iudadana, *rabajo, @erecho y @emocracia. 0stas cosas, despu#s de todo, son subordinadas a la -ida. 4ister 3rancis hablaba con un contenido entusiasmo, y su aire clerical se acusaba por momentos. 0ra e%idente 'ue #l, al menos, necesitaba del culto. 4abel junt sus manos bruscamente. - Ko pienso 'ue es hermoso - dijo de%otamente -. K es tanD tan real. 3rancis se %ol%i hacia ella, con una chispa en sus ojos casta&os. - Bh s, se&ora. 0s eso. $o e"iste la 3e, como acostumbraban a e"plicarla) #sta es la %isin de los hechos, 'ue ninguno pone en duda1 y el incienso declara la di%inidad 2nica de la -ida, lo mismo 'ue sus misterios. . - JUu# hay de las imgenesL - pregunt Bli%er.

=I - 0l mrmol es imposible, por supuesto. Por el momento, deber ser yeso. 4ar.enheim se %a a poner al trabajo de inmediato. /i las imgenes son aprobadas, ms tarde podrn ser labradas en mrmol. @e nue%o habl 4abel con su dulce gra%edad. - 4e parece - dijo - 'ue esto es algo 'ue no hay 'ue descuidar. 0s tan di(cil mantener nuestros principios clarosD tenemos 'ue tener un cuerpo para ellosD alguna manera de e"presinD Paus. - J/, 4abelL - $o 'uiero decir - prosigui ella - 'ue todos no puedan %i%ir sin imgenes, pero muchos no pueden. os no-imaginati%os necesitan imgenes (sicas. @ebe de haber como un cauce para 'ue corran sus aspiracionesD no s# e"plicarme. Bli%er asinti lentamente. *ambi#n #l pareca de humor meditabundo. - / - dijo -. K creo 'ue tambi#n moldearn sus pensamientos1 los %an a mantener apartados del peligro de la supersticin. a supersticin no muere1 eso es lo 'ue yo ms temo. 3rancis se torn hacia #l %i%amente. - JUu# piensa de la nue%a Brden Religiosa del Papa, se&or BrandL 0l rostro de Bli%er se ensombreci un tanto. - Pienso 'ue es el peor paso 'ue poda hab#rsele ocurrido1 peor para #l, 'uiero decir. B bien es un es(uer!o real, y entonces %a a producir una ola de indignacin1 o bien es una (arsa, y lo %a a desacreditar. JPor 'u# me lo preguntaL - 0staba ca%ilando si no llegar a haber alg2n disturbio en la ,bada. - o sentira por el disturbador. Qn agudo campanilleo y una (icha 'ue se ilumin llam al tel#(ono. 4abel lo mir mientras oprima el botn, mencionaba su nombre y lle%aba el auricular a la oreja. - 0s el /ecretario de /noP(ord - dijo por encima del hombro a las dos caras e"pectantes -. /noP(ord 'uiereD EahF @e nue%o dijo su nombre. Byeron una (rase o dos, 'ue sonaron misteriosas. - ,h, es seguro, entoncesD o sientoD /, milordD Bh, pero es mejor 'ue nadaD /, est a'u. .. 4uy bien, se lo %oy a decir al momento. 4ir por sobre el tubo, toc de nue%o la tecla, y %ol%iose hacia ellos. - 0s una lstima - dijo -. 0l Presidente no %a a o(iciar en el (esti%al. $i se sabe si estar presente. ord /noP(ord 'uiere %ernos a los dos al instante, 4ister 3rancis. 4ar.enheim est con #l. Pero a 4abel, tambi#n decepcionada, se le ocurri 'ue #l pareca ms preocupado de lo 'ue la pe'ue&a decepcin e"iga. Haba algo ms.

CAPTULO QUINTO
I Percy 3ran.lin, el nue%o +ardenal-Protector de <nglaterra, %ena despacio a lo largo del pasaje 'ue lle%aba desde los aposentos del Papa a los suyos, junto con Hans /teinmann, +ardenal-Protector de ?ermania, resoplando a su lado. /iempre en silencio, tomaron el ascensor y caminaron por la galera, dos resplandecientes (iguras, la una erguida y ju%enil, la otra encor%ada, gorda y enteramente germnica, desde los lentes hasta los pies hebillados de plata.

=A , la puerta de su aposento, el ingl#s se detu%o, hi!o una pe'ue&sima re%erencia, y se meti adentro sin decir palabra. Qn secretario, el jo%en 4r. Brent, reci#n llegado de <nglaterra, se le%ant al entrar el patrn. - 0minencia le indic -, la prensa inglesa. Percy alarg la mano, tom un diario y se meti en su dormitorio. ,ll estaba) titulares gigantescos, y cuatro columnas apretadas de te"to, roto por sensacionales (rasecitas en may2sculas, a la moda 'ue ,m#rica haba impuesto cien a&os antes. $o se haba encontrado desde entonces ning2n m#todo mejor para malin(ormar al no-inteligente. 4ir al tope. 0ra la edicin de la tarde de La Era. @espu#s ley los ttulos. Re!aban como sigue) 0 +Q *B $,+<B$, - 0/P 0$@BR 30$B40$, - 0$*Q/<,/4B R0 <?<B/B - , ,B,@a, K @<B/ - Q$ +,*_ <+B 3,$R*<+B - 0M -+QR,/ @0 3Q$+<B$,R<B/D /us ojos recorrieron la pgina, leyendo las %%idas (rasecitas, y sacando del conjunto una impresin cinematogr(ica de las escenas de la ,bada en el da anterior, todo lo cual saba ya por la radio, y cuya discusin haba sido el propsito de su bre%e entre%ista ahora mismo con el /umo Pont(ice. 0%identemente, no haba nue%as noticias1 y estaba dejando el papel cuando sus ojos pescaron un nombre. \*enemos conocimiento de 'ue 4r. 3rancis, el eremoniarius 7al cual se le debe gratitud por su destre!a y re%erente celo8, %a a dirigirse inmediatamente a las capitales de pro%incia para con(erenciar acerca de los ritos. 0s interesante re(le"ionar 'ue este caballero o hace muchos meses estaba o(iciando en un altar catlico. 0stu%o asistido en sus tareas por %einticuatro co(rades, munidos de su misma e"periencia D ] - E/anto cieloF - e"clam Percy en %o! alta. @espu#s dej el diario. 4as su pensamiento haba dejado al renegado, y recorra otra %e! la signi(icacin de todo el caso, y la opinin 'ue haba considerado de su deber emitir un momento antes. Bre%emente, era %ano disputar el hecho de 'ue la inauguracin del culto pantesta haba sido un estupendo #"ito en <nglaterra y ,lemania. 3rancia, en cambio, estaba demasiado resabiada del culto de los grandes indi%iduos humanos para desarrollar ideas ms amplias. ,ll se negaban a hacerlo obligatorio. Pero <nglaterra era ms pro(unda1 y all el asunto, a despecho de muchos pesimistas, se haba desen%uelto sin una sombra de grosera o de ridculo. /e deca 'ue <nglaterra era hura&a y humorosa. $o obstante, habanse %isto all ayer escenas e"traordinarias. Qn gran hlito de entusiasmo haba soplado de punta a punta de la ,bada al correrse las (astuosas cortinas y al aparecer la enorme (igura %iril, mayesttica y dominante, coloreada con arte e"'uisito en un incendio de candelas contra el alto cortinado 'ue tapaba el antiguo *abernculo. 4ar.enheim haba trabajado muy bien, y el pasional discurso del diputado Brand haba preparado al pueblo para la re%elacin. Brand haba citado, en su panegrico, pasaje tras pasaje de los pro(etas judos, 'ue decan de la +iudad de Pa!, cuyas altas murallas se al!aban ahora a los ojos de todos. \ e%ntate, /antuario, por'ue tu lu! ha llegado, y la gloria del /e&or se ha re%elado en ti. Pues he a'u 'ue yo creo nue%os cielos y nue%a tierra1 y los de antes sern ol%idados y no %endrn ms en memoriaD a %iolencia no ser oda ms en mi tierra1 rapi&a y

=H de%astacin no entrarn sus con(ines. Bh t2, largamente a(ligida, %ibrada de tempestades y nunca consolada) he a'u 'ue yo te pongo tus cimientos de ni" y tus (undamentos con !a(irosD Ko har# tus %entanas de carbunclos y tus puertas de gata1 y todos tus cantos de piedras preciosas. e%ntate, /antuario, pues tu lu! ha llegado. K el tintineo de los incensarios haba resonado en el silencio1 y con una sola mocin, la enorme multitud haba cado de rodillas y permanecido inm%il, y el aroma se al!aba en %olutas de las manos de la (igura rebelde 'ue sostena el turbulo. 0ntonces el rgano haba empe!ado a resonar, y por el inmenso coro amontonado en los transeptos haba rodado la ant(ona, rota por el (ren#tico grito de protesta de alg2n catlico demente. 0l cual haba sido silenciado al instanteD 0ra increbleD del todo increbleD se deca Percy a s mismo. Pero lo increble haba acontecido1 y ?ran Breta&a haba encontrado de nue%o su culto, la necesaria culminacin de su personalidad autnoma. @e las pro%incias haban llegado in(ormes semejantes. 0n catedral tras catedral se haban registrado las mismas escenas. a obra maestra de 4ar.enheim, modelada cuatro das despu#s de la sancin de la ley, haba sido reproducida a m'uina, y cuatro mil copias haban sido despachadas a todos los centros. <n(ormes telegr(icos haban a(luido a los diarios de ondres de 'ue en todas partes el nue%o mo%imiento haba sido recibido con aclamaciones, y 'ue los instintos humanos haban recibido al (in su e"presin. /i no hubiera @ios, habra 'ue in%entar uno, pens Percy1 y de hecho lo haban in%entado. 0staba asombrado de la habilidad con 'ue el nue%o culto haba sido pensado. $o %ersaba sobre puntos disputables, no daba pie a amarguras de opiniones polticas di%ergentes, ni insista sobre la ciudadana, el trabajo o la producti%idad, para los 'ue eran indi%idualistas o indolentes. a -ida era su centro y su (uente, arropada con el boato del antiguo culto. /e saba 'ue era 3elsenburgh su inspirador, aun'ue un nombre alemn se haba echado por delante. 0ra una suerte de positi%ismo pantesta, un catolicismo sin +risto, un culto de la Humanidad sin su insipide! abstracta. $o eran los hombres 'uienes eran adorados, sino el ideal del Hombre, despojado de su %nculo con el 4s ,ll. 0l sacri(icio tambi#n era preconi!ado) el instinto de renunciamiento, sin la e"igencia de una santidad e"agerada ni la tacha de un pecado hereditarioD Realmente, realmente, - dijo Percy -, era tan astuto como la serpiente y tan %iejo como +an. 0l parecer 'ue acababa de dar al Padre /anto era uno de derrota, no de aliento1 realmente no atinaba 'u# decir. Haba urgido un decreto terminante 'ue prohibiese todo acto de %iolencia a los catlicos. os (ieles deban ser animados a ser pacientes y estar tran'uilos, a mantenerse rigurosamente aparte de todo acto de idolatra 7Jcmo se haca esoL8, a no decir nada si no (ueren (or!ados, a su(rir alegremente las sanciones. Haba sugerido, al unsono con el +ardenal alemn, 'ue los dos podran regresar a sus respecti%os pases a (in de a&o, a (in de alentar a los %acilantes1 mas la rpida respuesta (ue 'ue sus %ocaciones eran permanecer en Roma, a menos 'ue algo impre%isto lo desaconsejara. @e 3elsenburgh haba pocas noticias. /e deca 'ue andaba en Briente1 pero el resto era secreto. Percy crey comprender por 'u# no haba participado en el culto, como se lo pedan) primero, era contencioso optar entre las dos naciones 'ue lo haban inaugurado a la %e!1 y luego, era #l demasiado perspica! poltico para arriesgar la asociacin de su nombre con un posible (racaso1 por 2ltimo, pareca 'ue algo no marchaba en el Briente. 0ste 2ltimo punto era oscuro1 toda%a no haba sido aclarado, pero pareca como si el mo%imiento del 2ltimo a&o se hubiese all estancado. 0ra indudablemente di(cil e"plicar

=O sus continuas ausencias del continente de su adopcin si no hubiera algo 'ue e"iga su presencia a(uera1 pero la e"trema reser%a del Briente y las rigurosas cautelas del <mperio hacan imposible saber nada a punto (ijo. ,parentemente, era algo relacionado con la religin) %enan de all rumores de portentos, pro(etas, santones1 y haba una poblacin catlica ms unida y austera 'ue en 0uropa. /obre Percy haba sobre%enido un cambio sutil 'ue #l iba %eri(icando poco a poco. Ka no %olaba en con(ian!a o caa en desespero. @eca su misa, lea su enorme correspondencia, meditaba secamente1 y aun'ue no senta nada, lo miraba todo. 0n espectador, como sobre el techo de su mente, consideraba el enredado dan!ar de las cosas, produciendo continuamente sentencias l2cidas, (ras hasta el cinismo, 'ue atenuaba una punta de humor cuando las deca, como un testigo 'ue (uera un jue!. $o haba una tachita de duda en su (e, pero tampoco emocin ninguna. 0ra como uno 'ue trabajara en una mina, con sus sentidos embotados, pero conscientes de 'ue en alguna parte cantaban los pjaros, el sol luca, corra el agua. 0ntenda bastante bien su propio estado, consciente de 'ue haba llegado a una reali!acin de su (e 'ue era nue%a para #l, por'ue era (e pura - mera aprehensin de lo espiritual - sin los peligros ni los go!os de la %isin imaginati%a. Nl lo e"plicaba dici#ndose 'ue haba tres procesos por los 'ue @ios llegaba al alma) uno, el de la (e e"terna, 'ue asiente simplemente a todas las (rmulas 'ue le presenta la autoridad competente, practica la religin, y no anda ni con duda ni con entusiasmo1 el segundo representa el a%i%arse de los poderes emoti%os y percepti%os de la sensibilidad, mechado de consolaciones, desolaciones, deseos, %isiones msticas y peligros de decepcin) y en este plano es donde se toman resoluciones, se producen con%ersiones y nau(ragios, se %eri(ica la %ocacin, y se medita con las tres potencias1 y el tercero, ine"presable y misterioso, consiste en la re actuacin, en la es(era puramente espiritual, de todo lo 'ue ha precedido 7como una (uncin sigue a un ensayo8 en el cual @ios es captado pero no sentido, la gracia es absorbida inconsciamente y aun desagradablemente, y poco a poco el espritu interior es centrado en la hondura de su ser, muy ms adentro de las es(eras de la emocin y la percepcin imaginati%a, en la imagen y la mente de +risto. <ivo yo5 mas yo no vivo8 vive risto en m% ,h estu%o un rato recostado lnguidamente, pensandoD un alto, majestuoso, inm%il mani'u escarlata, contemplando la santa Roma en la nebulosa atms(era de septiembre. J+unto tiempo, pens, durara la treguaL /enta la tormenta en el aire. ,l (inal toc la campanilla. - *rigame el 2ltimo in(orme del Padre Blac.more - dijo, al aparecer su secretario. II 0l poder intuiti%o de Percy, a la %e! nati%o y culti%ado, se haba desarrollado notablemente en su bre%e acti%idad %aticana. $unca haba ol%idado al P. Blac.more y sus agudas obser%aciones de un a&o haca1 y uno de sus primeros actos como +ardenal Protector (ue nombrar al %iejo cannigo je(e de corresponsales ingleses. Hasta ahora haba recibido una docena de cartas, y ninguna sin su pepita de oro. Qna nota haba sonado incesantemente a tra%#s de todas ellas) la pre%encin de 'ue, tarde o temprano, alg2n abierto sacudn de despecho iba a sacudir a los catlicos ingleses1 y (ue la memoria de esa pre%encin la 'ue haba inspirado esa ma&ana sus %ehementes e"hortos al Papa. +omo en la persecucin a(ricana de la tercera centuria, el mayor peligro para los catlicos

=> estaba menos en las medidas del gobierno 'ue en el celo indiscreto de algunos (ieles. 0l mundo, 'u# ms 'uera 'ue ese mango para su espada. a %aina estaba tirada haca mucho. +uando el muchacho irland#s le hubo pasado los cuatro apretados pliegos de escritura el#ctrica, datados en Xestminster la tarde antes, Percy recurri al instante al 2ltimo prra(o, antes de las 5recomendaciones6. \0l e"-secretario del magnate Brand, 4ister Phillips, 'ue /u 0minencia me recomend, ha estado a %erme tres %eces. 0st en un temple curioso. $o tiene (e1 pero intelectualmente no %e esperan!a sino en una restauracin de la <glesia. <ncluso pidi ser admitido en la Brden del +ruci(icado, cosa mani(iestamente imposible. Pero no cabe duda 'ue es muy sincero) hubiera abra!ado el +atolicismo, de no serlo escrupulosamente. o he puesto en contacto con %arios catlicos se&alados, en la esperan!a de 'ue puedan ayudarlo. 4ucho me agradara 'ue hablara con /u 0minenciaD] ,ntes de dejar <nglaterra, Percy haba culti%ado esa relacin tan e"tra&amente hecha junto al lecho de muerte de la se&ora Brand1 y sin saber del todo el por 'u#, lo haba recomendado a Blac.more, $o haba sido muy grandemente impresionado por Phillips) le pareci un tmido, una criatura indecisa1 peto haba sido tocado por el abnegado gesto con 'ue el hombre se haba jugado su posicin. Uui#n sabe 'u# poda haber detrs de eso. K ahora sinti el impulso de hacerlo llamar. Uui! la atms(era de Roma precipitase la (e. 0l hombre tena 'ue poseer in(ormacin (resca. 0n el caso de una con%ersin de un antiguo secretario del notorio BrandD /onri. *oc el timbre de nue%o. - /e&or Brent [orden -, en su pr"ima carta al Padre Blac.more, me hace el (a%or de decirle 'ue deseara %er al hombre de 'ue me hablaD Phillips. - Bien, 0minencia. - $o hay apuro. Puede tomarlo cmodamente. - /, 0minencia. - 4ejor 'ue no %enga hasta enero. ,hora estamos abrumados. - Per(ectamente, 0minencia. 0l desarrollo de la Brden de +risto +ruci(icado haba sido un suceso casi milagroso. 0l llamado del Padre /anto a la Qni%ersal <glesia haba cado como una chispa en un pajonal. Pareca e"actamente como si la +ristiandad hubiese llegado al punto de tensin en el cual una tal organi!acin era re'uerida1 y la respuesta haba aturdido hasta a los ms apticos. Prcticamente toda Roma con gran parte del suburbio - tres millones en todo - haba corrida a los registros de /an Pedro como hambrientos al trigo o nu(ragos a la recuesta de una playa. @a tras da el Papa mismo haba sedido en su trono debajo del altar de la +on(esin, gloriosa y radiante (igura, palidecida y cansada al atardecer, impartiendo su bendicin con un gesto mudo a cada persona de la inmensa masa 'ue enjambraba entre los barrotes, limpia por el ayuno y la con(esin, para postrarse delante de su nue%o /uperior y besar el anillo papal. as condiciones haban sido tan rigurosas como las circunstancias lo pedan. +ada postulante deba con(esarse con un sacerdote especialmente autori!ado, 'ue escudri&aba se%eramente los moti%os y el nimo1 y slo un tercio de los acudidos haba sido aprobado. Nsta no era, como las autoridades respondieron a los criticones, una proporcin e"cesi%a1 haba 'ue recordar 'ue la mayora de ellos haba su(rido ya recias sacudidas por la (e. @e los tres millones, dos por lo menos eran desterrados de su patria por moti%os religiosos, 'ue haban optado por %i%ir

=; incmodos y despreciados a la sombra del /antuario, antes 'ue en el desolante esplendor de sus patrias apstatas. 0n la 'uinta tarde de la recepcin de no%icios, tu%o lugar un asombroso incidente. 0l %iejo Rey de 0spa&a, bi!nieto de la Reina -ictoria, ya en el borde mismo del sepulcro, se haba le%antado y dirigido tambaleando hacia el Pont(ice1 pareci un momento 'ue iba a caer, cuando el Papa mismo, con un s2bito mo%imiento, se haba le%antado, lo haba tomado en sus bra!os, y besado1 y despu#s, de pie en la tarima, haba impro%isado un (er%orino como nunca se haba odo en la historia de la Baslica. \:enedictus Dominus Deus Israel - clam con la cabe!a erguida y brillantes ojos -, bendito sea el /e&or @ios de <srael 'ue ha acogido y redimido a su pueblo. Ko, Yuan, -icario de +risto, /ier%o de los sier%os de @ios y Pecador entre los pecadores, os ordeno 'ue tengis %alor en el nombre de @ios. Por ,'uel 'ue pendi en la +ru!, yo prometo la %ida eterna a todo a'uel 'ue perse%ere en la Brden. 0l mismo lo ha dicho) " a3uel 3ue )erseverare5 le dar* la corona de la vida% \Hijitos, no temis a los 'ue pueden matar el cuerpo y ms all no pueden. @ios y su 4adre celeste estn entre %osotrosD] K as su %o! se al! sobre la inmensa masa, diciendo, de la sangre 'ue haba sido derramada en ese mismo lugar, del cuerpo del ,pstol 'ue yaca unos metros ms all, urgiendo, alentando, inspirando. /e haban consagrado a la muerte, si #sa era la %oluntad de @ios) #l mismo cada ma&ana lo haca1 y si no era eso su /antsima -oluntad, la intencin %ala. ,hora estaban debajo de obediencia1 sus %oluntades ya no eran propias, sino de @ios1 bajo castidad, sus cuerpos eran hostias de sacri(icio1 bajo pobre!a, de ellos era el Reino de los +ielos. Haba terminado con la gran bendicin muda del Brbe y de la Qrbe1 y no (allaron media docena de concurrentes 'ue juraban haban %isto una (orma blanca a modo de a%e 'ue se cerna en el aire mientras #l hablaba) blanca como una nube y trasl2cida como el agua. as escenas 'ue se siguieron en la urbe y sus suburbios (ueron inauditas1 por'ue millares de (amilias haban roto sus %nculos humanos. os maridos haban tomado el camino de las enormes casas 'ue se haban destinado en el Uuirinal1 las mujeres, al ,%entino1 mientras los ni&os, (er%orosos a la par de sus padres, haban con(luido en enjambres a las Hermanas -icentinas, 'ue haban recibido del Papa, para albergarlos, la donacin de tres calles en la Pla!a 0spa&a. Por todas partes en las calles ardan hogueras de recuerdos de (amilia, cuadros, chucheras y juguetes de los disueltos hogares, %ueltos in2tiles por los %otos1 y largos trenes incesantes partan de la estacin de 0"tramuros cargados de jubilantes pa'uetes de mo%ili!ados por los delegados del Papa hacia los campos de batalla de la 0uropa entera, para ser la sal de la tierra, disuelta al ser usada1 y (ermento hundido en los %astos modios del mundo in(iel 75medida poltica hbil para descongestionar a Roma681 y el mundo in(iel saludaba su llegada con amarga burla. @e toda la +ristiandad haban llo%ido nue%as del #"itoD as mismas cautelas haban sido obser%adas por do'uiera, pues las instrucciones de Roma eran precisas y terminantes1 y hora tras hora llegaban al B(icio +entral las largas listas de nue%os religiosos compiladas por los /uperiores @iocesanos. 0n los siguientes das, otras listas comen!aron a llegar, ms gloriosas toda%a. $o solamente los pacatos comunicados de 'ue la Brden haba comen!ado su accin de plano, de 'ue muchas comunicaciones rotas haban sido restablecidas, las misiones se estaban entablando y la esperan!a (lua de nue%o en los cora!ones cados1 mas tambi#n los

== anuncios sagrados de %ictorias de otra ndole. 0n Pars, cuarenta miembros de la Brden reci#n nacida haban sido 'uemados %i%os en el Barrio atinoD0n @Zsseldor(, dieciocho hombres y muchachos, sorprendidos en oracin en la iglesia de /an oren!o, haban sido echados uno a uno dentro de las cloacas, mientras cantaban al desaparecer) +hriste, 3ili @ei %i%i, miserere nobis K desde la horrenda ca%idad haba seguido el canto hasta 'ue (ue acallado con piedras. 0ntre tanto, las crceles de ,lemania estaban repletas con las primeras tandas de recusantes. 0l mundo encogi los hombros y declar 'ue ellos se lo haban buscado, al mismo tiempo 'ue aplauda los tumultos del populacho y re'uera medidas gubernati%as contra este nue%o brote de la supersticin. K dentro de la Baslica de /an Pedro los obreros se a(anaban en la larga serie de los altares, (ijando en la piedra dpticos con los nombres en bronce de los 'ue haban prontamente coronado su %ocacin y ganado su lauro eterno. 0ra la primera palabra de respuesta de @ios. ,l acercarse $a%idad, (ue anunciado 'ue el /oberano Pont(ice cantara misa el 2ltimo da del a&o del calendario antiguo en el altar de /an Pedro, a la intencin de la Brden1 y comen!aron enormes preparati%os. <ba a ser una especie de inauguracin solemne de la nue%a a%entura1 y para asombro de todos, (ue emitida una con%ocatoria (ormal a todos los miembros del /acro +olegio diseminados por todo el Brbe de hacerse presentes, como en el caso de un cncla%e, sal%o el impedimento 2nico de en(ermedad. Pareca 'ue el Papa estaba dispuesto a declarar al mundo 'ue la desigual guerra estaba abierta1 y algunos lo %ieron mal, o por'ue teman todo mo%imiento, o por'ue iba a traer muchos engorros y molestias, aun'ue el mandato no implicaba la ausencia de sus dicesis ms de una semana. Pero, de todos modos, el 'ue manda, manda. /e dijo 'ue el Papa pensaba nombrar ya su /ucesor1 y aun 'ui! renunciarD 3ue una e"tra&a $a%idad. Percy haba sido designado para asistir al Papa en su segunda misa1 y #l mismo dijo las tres a medianoche en su oratorio pri%ado. Por primera %e! en su %ida %io lo 'ue tantas %eces haba ledo) la prehistrica mara%illosa procesin ponti(ical de antorchas, desde el aterano a /anta ,nastasia, donde el actual Pont(ice haba resucitado la antigua costumbre, interrumpida por ms de un siglo. a pe'ue&a baslica estaba reser%ada, no hay 'ue decir, hasta el 2ltimo rincn, para los muy pri%ilegiados1 pero las calles contiguas a la antigua ruta, desde etrn a la iglesita y en %erdad, los otros dos lados del tringulo tambi#n - eran una sola masa homog#nea de cabe!as y antorchas ardientes. 0l Padre /anto era esperado por los /oberanos, como de costumbre, y Percy desde el altar contempl el drama de la 0ncarnacin actuado a tra%#s del %elo de la $ati%idad por las manos del %iejo -icario de +risto. 0ra di(cil recordar el +al%ario a'u1 era el aire de Bel#n, la lu! celeste y no la mstica noche oscura lo 'ue rodeaba el sencillo altar. 0ra el $i&o denominado el 0sperado 'uien estaba entre las dos %iejas manos, y no el llagado -arn de @olores. "deste fideles5 cant el coro desde la tribunaD -enid, adoremos en lugar de llorar1 e"ultemos, alegr#monos, seamos como ni&itos pe'ue&os. +omo Nl, 'ue se hi!o un ni&o por nosotros, %ol%monos ni&os por Nl. Por3ue el -e;or !a reinado/ se revisti. de !ermosura/ el -e;or se revisti. de fuer2a y ci;. su cintura/ es el 3ue afirm. el mundo y no se va a mover/ su trono est asentado desde lo antiguo% (l viene de lo im)erecedero% Regoc1ate muc!o5 )ues5 #i1a de

1:: -i.n/ grita de go2o5 #i1a de =erusal*n/ mira a tu Rey5 3ue viene a ti5 el -anto5 el -alvador del Mundo% Habr tiempo para su(rir, otro tiempo, cuando el Prncipe de este mundo reciba poder por tres horas contra el Rey del +ielo. ,s Percy, (astuosamente re%estido de escarlata y oro, lea su bre%iario, es(or!ndose por hacerse pe'ue&o y simple. EPor supuesto 'ue nada era di(cil para @iosF J$o podra este milagroso nacimiento una %e! ms lo 'ue haba podido anta&o) ablandar los cora!ones, traer a sujecin, por medio del poder de su debilidad, a todo lo soberbio 'ue se e"alta a s mismo por encima de todo lo 'ue es llamado @iosL Nl haba atrado a / en a'uellos das a los Reyes del desierto lo mismo 'ue a los Pastores. Haba Reyes ahora alrededor suyo, arrodillados con el humilde y el ignorante1 Reyes 'ue haban resignado sus coronas, 'ue traan el oro de sus leales cora!ones, la mirra del martirio deseado y el incienso de su pura (e) J$o podan tambi#n las rep2blicas desde&ar su esplendor, domar sus tumultos, tocar sus lmites, y el egosmo negarse a s mismo, y la sabidura terrena con(esar su limitacinL 0ntonces se acord de 3elsenburgh, y el cora!n se le achic en el pecho. III /eis das despu#s, /an /il%estre, Percy se le%ant como de costumbre, dijo la misa, desayun, y se arrodill a re!ar su bre%iario, hasta 'ue el sir%iente le a%isara 'ue se re%istiese para la misa ponti(ical. /e haba hecho a esperar malas nue%as tan constantemente ahora - apostasas, derrotas, muertes - 'ue la tregua de la semana pasada le haba sentado como un ba&o (resco. e pareca 'ue su meditacin en /anta ,nastasia contena a2n ms %erdad de la 'ue pens, y 'ue los prestigios de la antigua (iesta na%ide&a no haban perdido del todo su poder, incluso en un mundo 'ue negaba su contenido. $ada de importancia haba sobre%enido. Qnos cuantos martirios ms se haban registrado, casos aislados1 y de 3elsenburgh ni rastros) 0uropa no saba nada de #l. Por otra parte, Percy saba bien 'ue el da siguiente iba a ser de e"traordinaria importancia en <nglaterra y ?ermania, por lo menos1 pues en <nglaterra era la primera ocasin del culto compulsi%o en toda la nacin, y la segunda en ,lemania) hombres y mujeres iban a tener 'ue declararse. Haba %isto, la tarde anterior, una (oto de la imagen 'ue haba de ser %enerada el primero de a&o en la ,bada1 y la haba hecho peda!os en un mo%imiento de repulsin. Representaba una mujer desnuda, colosal y majestuosa, arrebatadoramente bella. con el busto echado un poco atrs como 'uien %e una e"tra&a y di%ina %isin, los bra!os e"tendidos con las manos un poco al!adas y ahuecadas, como en acto de mara%illa - toda la actitud del cuerpo, con los pies y las rodillas juntos, e"presando admiracin, esperan!a y amor1 y en satnica parodia, su larga cabellera suelta coronada con doce estrellas. Nsta era, pues, la esposa del otro H#rcules, la ideali!acin corprea de la maternidad humana, toda%a esperando a su hijo. +uando los rasgados tro!os cayeron como nie%e pon!o&osa sobre el piso, cru! hacia su reclinatorio y cay de rodillas en una agona de reparacin. - EBh, madre maF - clam a la encumbrada Reina de los +ielos 'ue con su Hijo %erdadero desde haca tanto tiempo en sus bra!os lo miraba desde su alta repisa1 y no dijo ms. Pero estaba 'uieto de nue%o esta ma&ana) celebr /an /il%estre, Papa y 4rtir, el 2ltimo santo de la procesin del a&o cristiano, con nimo reposado. as %isiones de la noche an-

1:1 tes, el bullir de empleados, las pomposas purp2reas no (amiliares (iguras de los +ardenales 'ue haban concurrido del $orte, /ur, 0ste y Beste, todo a'uello le haba le%antado el nimo, irra!onablemente si se 'uiere. 0l aire estaba como cargado de e"pectacin. *oda la noche, la 5Pia!!a6 haba estado ocupada por una multitud densa y silenciosa 'ue aguardaba la apertura de las puertas al amanecer. ,ll bajo hacia el ungote%ere, tanto como abarcaba su %ista al inclinarse sobre su %entana, yaca el solemne e inm%il pa%imento de testas. 0l techo de la +olumnata mostraba un (riso de ellas, las a!oteas estaban negras - y esto en el pun!ante (ro de una ma&anita escarchada por'ue se haba anunciado 'ue, despu#s de la misa y el des(ile de los nue%os miembros de la Brden ante el trono ponti(icio, el Papa iba a impartir la bendicin apostlica Qrbi et Brbi. a e"pectacin instinti%a de alguna no%edad embargaba a la muchedumbre. +omen! a imaginarse la (uncin, y re(le"ion 'ue hoy todo el /acro +olegio 7con e"cepcin del Patriarca de Yerusal#n, 'ue estaba en(ermo8, en todo sesenta y cuatro miembros, estara en pleno. 0so signi(icaba, desde luego, un espectculo 2nico. Bcho a&os antes, record, cuando la liberacin de Roma, haba habido una asamblea similar1 pero entonces se contaban slo cincuenta y tres cardenales, y cuatro estu%ieron ausentes. K ahora #l mismo era uno de ellosD cosa 'ue a2n se le haca increbleD @e golpe oy %oces en la antesala. By unos pasos rpidos y una (uerte imprecacin en ingl#s. 0ra raro. /e le%ant. By una (rase. - /u 0minencia est por re%estirse. 0s in2til, signore% Hubo una respuesta airada, ruido ahogado de lucha, y un manota!o al picaporte. $o, eso era indecente1 y Percy en tres trancos lleg a la puerta y la abri de par en par. Qn hombre estaba all, plido y descompuesto, 'ue al principio #l no reconoci. - E+moF - comen! a decir1 y recul -. E4ister PhillipsF 0l otro e"tendi las manos. - /oy yo, se&orD 0minenciaD llegado ahora mismoD no s# italianoD su ser%idor a'uD cuestin de %ida o muerte.. - J, 'u# ha %enidoL - 0l Padre Blac.moreD - JBuenas o malas nue%asL 0l otro %ir los ojos hacia el sir%iente, 'ue estaba all al lado tieso y o(endido1 y Percy comprendi. o tom del bra!o y lo lle% adentro, cerrando la puerta. - lame a la puerta dentro de tres minutos, Pietro - dijo -. /i no respondo, entre. +aminaron unos pasos sobre el bru&ido piso1 Percy (ue a sitio habitual de la %entana y se apoy en la jamba. - @galo en una palabra - dijo al hombre anhelante. - Hay una conjura entre los catlicos. Uuieren %olar la ,bada con e"plosi%os H. Ko pienso 'ue el PapaD Percy lo detu%o de un manota!o.

CAPTULO SEXTO
I 0l and#n del a#reo estaba casi %aco esa tarde1 al desembocar sobre #l desde el ascensor el grupo de seis eclesisticos %estidos de ci%il. $ada haba en ellos 'ue los distinguiera de

1:9 los otros %iajeros os dos +ardenales de ,lemania y ?ran Breta&a estaban en%ueltos en pieles, sin insignias de ninguna clase1 sus capellanes se 'uedaron a un lado, mientras los dos sir%ientes corrieron con las %alijas a asegurar un compartimiento %aco. os cuatro guardaban silencio, entre el rebullicio de los o(iciales de a bordo, mirando sin %er el esbelto pulido monstruo en su jaula de acero a sus pies, y las grandes aletas plegadas 'ue enseguida iban a cortar el aire a casi mil .ilmetros por hora. 0ntonces Percy con un impulso s2bito, se separ del grupo, (ue a la %entana abierta 'ue miraba a Roma, y se apoy all sobre los codos, pensandoD 0sa e"tra&a %ista delante de #lD Roma, adis. <ba cayendo el crep2sculo, y encima el cielo %erde[hoja se deste&a en un limpio naranja subido hacia el Poniente, surcado por estras sanguinolentas1 y debajo de #l yaca el %ioleta crepuscular de la ciudad, manchado a'u y all por los negros cipreses y cortado por la (ina rama!n sin hojas de una alameda, ms all de las murallas. Pero derecho all en(rente se al!aba el 5+uppolone6, de un tinte inde(inible) gris, si se 'uera, o a!ul acero, o %ioleta, o lo 'ue se 'uisiera hacerlo1 y en torno de #l, dndole a su macice! el aire de una burbuja, el solemne cielo sure&o, te&ido de un le%e anaranjado) 5el color de Roma6, 'ue haba dicho un pintor japon#s una centuria antes. 4as la c2pula armoniosa era lo supremo, el tetn inmenso1 todo lo dems, la aserrada lnea de domos, torres y pinculos, los tupidos techos de abajo en el %alle 5dellW<n(erno6, las claras colinas lejanas, no eran ms 'ue ane"os del poderoso *abernculo. ucecitas dispersas comen!aban a parpadear, como haban parpadeado durante siglos1 delgadas cintas de humo se disol%an en el cielo oscuro. 0l rumor de la 4adre de las ciudades comen!aba a a'uietarse, por'ue el aire (rgido corra a las gentes de la calle1 y descenda sobre todo a'uello la pa! de esa noche 'ue cerraba un da y un a&o. 0n las estrechas callejas de abajo, Percy poda %er diminutas (iguras apresurndose como hormigas en retardo1 el chas'uido de un ltigo, el grito de una mujer, el llorar de un ni&o llegaban a esa ele%acin como rumores de otro mundo. 0n un instante tambi#n iban a callar, y todo sera 7para ellos8 'uietud. Qna pesada campana llam desde muy lejos, y la ciudad so&olienta se anim para murmurar sus buenas noches a la 4adre de @ios. @esde mil torres %ino la nutrida meloda, (lotando en el abierto espacio, en mil acentos di%ersos, el solemne bajo de /an Pedro, el dulce tenor de etrn, el grito rudo de alguna iglesia de arrabal, el tena! tintineo de con%entos y monasterios - po#ticamente sua%i!ados por el calmo aire %espertino - una nupcia de delicados sonidos y luces. ,rriba, el l'uido cielo naranja1 abajo, esta sua%e sordina de campanas en #"tasis. - "lma Redem)toris Mater - musit Percy, los ojos llenos de lgrimas -, gentil 4adre del Redentor, puerta (ranca del cielo, estrella del marD piedad por nosotros, desdichados. El >ngel del -e;or anunci. a Mara% ? concibi. del Es)ritu -anto% Infunde5 -e;or5 tu gracia en nuestras mentes a fin de 3ue los 3ue !emos conocido )or el anuncio del >ngel la Encarnaci.n del #i1o tuyo5 )or su )asi.n y )or su muerte ingresemos con (l en la gloria de la resurrecci.n5 )or el mismo =esucristo nuestro -e;or% Btra campana ta& brutalmente a su lado, llamndolo abajo, a la tierra, al trabajo, al espanto, a la ini'uidad, a la agona1 y se %ol%i para %er al inm%il %olador hecho un ascua de lu! interna, y a los dos capellanes siguiendo al +ardenal alemn a tra%#s de la entrada. /e despidi para siempre de Roma.

1:I os mo!os haban tomado el compartimiento del (ondo1 y cuando hubo %isto 'ue el anciano estaba cmodo, toda%a sin una palabra pas al pasaje central para %er a Roma por 2ltima %e!. a entrada haba sido corrida1 y cuando Percy se par en la %entana opuesta (rente al alto muro, 'ue ahora no ms iba a hundirse debajo d# ellos, un tiritn el#ctrico %ibr todo al tra%#s del delicado organismo. Hubo por ah una serie de rdenes rpidas, una lerda pisada holl la cubierta, clam una campana, dos %eces, y una dulce y (uerte cuerda de %ioln ta&. *a& de nue%o1 la %ibracin ces, y el (ilo del alto muro contra el cielo de ncar donde tena (ijos los ojos se hundi bruscamente como una barra 'ue cae1 y #l se tambale. Qn momento despu#s, el +uppolone comen! a agrandarse inmensamente y despu#s se hundi1 la ciudad, una guirnalda de torres y una masa de techos, tachonada de ojos luminosos, gir sobre s misma como un remanso1 las estrellas de oro saltaron a'u y all1 y con un nue%o largo gra!nido, la mara%illosa m'uina se endere!, bati los alerones y se encamin, con la nota del aire rasgado 'ue de %asto silbido pas a %ibrante silencio, a su larga derrota hacia el norte. a ciudad se hunda ms y ms debajo) gris sobre negro. 0l cielo pareca hacerse ms enorme y desmesurado al caer la tierra en las tinieblas1 brillaba como una %asta b%eda de cristal oscuro, oscureci#ndose a medida 'ue brillaba1 y al bajar Percy los ojos una %e! ms sobre el borde del carruaje, la ciudad no era ms 'ue una lnea y una ampollaD una lnea y una arrugaD una lnea y nada. RomaD adis. Respir pro(undamente, y %ol%i a sus compa&eros. II - @gamelo de nue%o - dijo el +ardenal %iejo, cuando los dos se acomodaron (rente a (rente y los dos capellanes pasaron al otro compartimiento -. JUui#n es ese hombreL - 0ra secretario de Bli%er Brand, uno de nuestros polticos. Nl me lle% al lecho de muerte de la madre, perdiendo su puesto de resultas. ,hora est en el periodismo. 0s per(ectamente honrado. $o, no es catlico, pero parece desearlo en cierto modo. Por eso con(iaron en #l. - JUui#nes son ellosL - $o s# nada de ellos, sino 'ue son un grupo desesperado. *ienen bastante (e para obrar, no para tener pacienciaD /upongo 'ue creyeron 'ue #ste hombre iba a adherirse1 pero por suerte o por desgracia, #ste tiene una conciencia1 y adems, %e 'ue cual'uier intentona de esa ndole %a a ser la 2ltima gota 'ue desborda el %aso. 0minencia, Jcomprende usted cun (uerte es el sentimiento contra nosotrosL 0l %iejo mene la cabe!a lastimeramente. - J+mo podra noL JK mis alemanes estn en esoL J0s seguroL - 0minencia, es una %asta conjura. Ha estado le%antando presin durante meses. *enan reuniones cada semana. Han guardado el secreto admirablemente. /us alemanes han demorado para 'ue el golpe sea ms (uerte. K ahora, ma&anaD Percy se ech atrs con abatimiento. - JK el PapaL - o %i apenas termin la misa cantada. $o hi!o ninguna oposicin y en%i a buscar a usted. 0s nuestro 2nico remedio, 0minencia. - JPiensa usted 'ue nuestro plan e%itar la catstro(eL

1:A - $o encuentro otra cosa 'ue hacer. <r# derecho al ,r!obispo y le contar# todo1 por tel#(ono hubiese sido imprudencia. legamos a las tres, ms o menos, y usted a Berln a las seis, tiempo alemn. a (uncin en la ,bada es a las once. Para las once, pues, habremos hecho todo lo 'ue es posible. 0l ?obierno sabr, y los conjurados tambi#n, 'ue en Roma somos inocentes. Ko me (iguro 'ue el ?obierno har anunciar 'ue el +ardenal Protector y el ,r!obispo, con sus coadjutores, estarn presentes en la sacrista) nos o(receremos como rehenes. /in duda doblarn la guardiaD y mo%ili!arn los helicpteros de la PolicaD y despu#sD bien, el resto est en las manos de @ios. - J+ree usted 'ue los conjurados lo intentarn de cual'uier maneraL - $o tengo la menor idea - dijo Percy, bre%e. - 4e ha dicho usted 'ue tenan planes disyunti%osD - 0"acto. /i todo est despejado, dejarn caer las bombas desde arriba1 si no, tres hombres por lo menos se han o(recido a inmolarse lle%ndolas consigo dentro del templo. JK usted, 0minenciaL 0l %iejito lo mir (ijamente. - 4i plan es el de usted dijo 0minencia, Jha pensado usted en el resultado, en cual'uier casoL /i nada pasaD - /i nada pasa, seremos acusados de embuste1 de haber 'uerido hacernos interesantes. /i pasa algoD bienD entonces estaremos en el otro mundo. EK 'uiera @ios 'ue sea esto 2ltimoF a&adi apasionadamente. - +iertamente, es ms (cil de soportar - obser% el otro. - Perdn, 0minencia. $o deba haber hablado as. @e nue%o rein el silencio en la cabina, llenado por la incansable y mate %ibracin de la h#lice. Percy apoy cansadamente la cabe!a en una mano y mir por el cristal. $o 'uera dormirse. a tierra estaba ahora negra debajo de ellos, un inmenso %aco1 arriba el inmenso gol(o del cielo estaba a2n %aporosamente luminoso y a tra%#s de la neblina helada 'ue atra%esaban, algunas, estrellas titilaban a'u y all, mientras el %elero pujaba y oscilaba contra el %iento. - -a a hacer (ro en los ,lpes - obser% Percy1 y despu#s, sin interrupcin -) K yo no tengo un hilo de e%idencia1 nada ms 'ue la palabra de un 'udam. - JK est seguro, no obstanteL - 0nteramente seguro. - 0minencia - dijo a su %e! el alemn, inesperadamente, mirndolo derecho a la cara1 el parecido es e"traordinario. Percy tu%o una sonrisa paciente. 0staba cansado de or eso. - J, usted 'u# le pareceL - insisti el otro. - 4e lo han preguntado un montn de %eces - respondi Percy -. $ada. Qna casualidad. - 4e parece 'ue @ios ha 'uerido decir algo - murmur el %iejo pesadamente, toda%a mirndolo. - JUu# podra serL - Uu# s# yoD una especie de anttesisD el re%erso de la medalla. /u /antidad me dijoD y call. Percy call tambi#n. Qn capelln mir por el cristal de la puerta, un germano rubio y campechano1 y se retir al momento.

1:H - 0minencia - dijo el alemn bruscamente -, tendramos 'ue apro%echar el tiempo. Hay 'ue hacer planes. Percy sonri esc#ptico. - JUu# planes %amos a hacerL $o sabemos nada (uera del hechoD ni nombres si'uieraD nada. 0stamosD somos como dos chicos en la jaula de un tigre. K uno de a(uera ha tirado algo a la cara del tigre - sonri amargamente. - J/upongo 'ue mantendremos contacto los dosL - /i %i%imos. - 0ra curioso cmo Percy lle%aba la direccin. Haba portado la p2rpura menos de tres meses, y su compa&ero doce a&os1 pero el ms jo%en dispona las cosas. 4as #l no caa en la cuenta de esa e"tra&e!a. Ka desde las estupendas nue%as de esa ma&ana, cuando una nue%a mina haba estallado bajo la tambaleante muralla romanaD y #l haba asistido al majestuoso ceremonial, al (astuoso espectculo, a los tran'uilos y entonados mo%imientos del Papa y su corte, con un secreto 'ue le abrasaba las entra&as, cora!n y cerebro1 y sobre todo, despu#s de a'uella ner%iosa entre%ista en 'ue los anteriores planes haban sido re%ersados y una e" trema decisin tomada, una bendicin pedida y recibida, y un adis no dicho sino con los ojosD su natura entera pareca haberse concentrado en una tensa (uer!a, como un resorte encogido. /enta la (uer!a cos'uilleando en sus dedos) (uer!a, y la opresin de una seca de desesperacin. *odo puntal haba sido retirado, toda amarra soltada1 #l, Roma, la <glesia +atlica, lo /obrenatural mismo parecan colgar ahora de una sola cosa, el dedo de @ios. /i ese dedo (allabaD bueno, entonces nada importaba nada. Nl caminaba ahora a una de dos cosas) o la muerte o la %ergZen!a. $o haba t#rmino medioD si no es, 'ui!s, 'ue los conspiradores (uesen apresados in (raganti, con sus pertrechos encima. Pero esto le pareca imposible. <ncluso ellos iban a re(renarse, al saber 'ue ministros de @ios iban a caer con ellos1 y entonces todo parara en la ignominia de un (raude (rustrado, de un miserable intento de ganar cr#dito. B bien ellos no se iban a (renar) iban a contar la muerte de un +ardenal y un Bbispo, precio barato de su sa&a %engati%aD y en ese casoD bien, la muerte y el juicio. Percy haba cesado de temer. $inguna ignominia poda ser mayor 'ue la 'ue ya lle%aba encima, la soledad y el descr#dito. 0ra el @estino, una especie de (atalidad lo haba lle%ado siempre, #l haba tratado de ser simplemente honrado, no busc nada de todo estoD de todo esto increble. a muerte era dulce, era el conocimiento al (in. *odo esto no era sino jugarlo todo por @ios. 0l otro, con un gestito de disculpa, tom su Bre%iario y comen! a re!ar. Percy lo mir con en%idia. E,h, si (uera %iejo corno #lF /eran un a&o o tres a&os ms 'ue %i%ir1 y ahora no saba si no seran cincuenta a&os ms de miseria para #l. 0ra una perspecti%a casi in(inita, aun en el caso de 'ue su plan saliera, un panorama delante de #l de perpetua lucha, conato, resignacin, dominio propio, malas interpretaciones de todos, siempre a contrapelo. a <glesia retroceda cada hora. JK si este nue%o espasmo de (er%or no (uera ms 'ue la postrer llamarada de la (eL 0so no lo poda su(rir. <ba a tener 'ue %er al atesmo crecer tran'uilo y triun(ante cada da) 3elsenburgh le haba comunicado un mpetu cuyo (in no poda %erse. $unca antes de #l un solo hombre haba concentrado en sus manos todo el poder de la democraciaD 0ntonces mir de nue%o al da siguiente. /, la muerte era lo mejor. :eati mortul 3ui in Domino rnoriuntur+

1:O $o, no estaba bien. .0ra cobarde pensar de esa manera. @espu#s de todo, @ios era @ios) los continentes y los mundos estaban en su mano. $ada le era imposible. Percy tom su Bre%iario, encontr /an /il%estre y Prima, se sign le%emente y comen! a re!ar. Qn momento despu#s los +apellanes regresaron y se sentaron tran'uilos y risue&os1 y todo (ue silencio, sal%o el sollo!o de las h#lices y el e"tra&o mugir del %iento a(uera. III 0ran casi las siete, el ingl#s pecoso 'ue haca de camarero mir por la %idriera y despert a Percy 'ue dormitaba. - a cena ser ser%ida dentro de media hora, caballero - dijo, hablando esperanto, como era uso en las na%es internacionales -.$o hay escala en *urn hoy. +err la puerta y se (ue1 y se oy el ruido de puertas golpeadas a lo largo del pasaje, a medida 'ue haca el mismo anuncio por los otros compartimientos. $o habr pasajeros 'ue descender en *urn, y sin duda habrn recibido un mensaje de 'ue all tampoco subira ninguno, pens Percy. 0ra una buena noticia) les daba ms tiempo en ondres. o capacitaba al %iejo /teinmann a tomar el %olador anterior ParsBerln, aun'ue no saba los horarios con e"actitud. 0ra una lstima 'ue el prusiano no hubiese tomado el directo Roma-Berln a las trece1 pero el %iejo era lerdo. /e puso a tratar de recordar los horarios, en una especie de super(icial apata. /e le%ant para despere!arse. @espu#s sali hacia el ba&o, para la%arse las manos. Uued pasmado de la %ista cuando estu%o delante del la%abo en la popa) estaban %olando sobre *urn. 0ra un borrn de lu!, %%ida y bella, en el gol(o de tinieblas all abajo, despla!ndose rpidamente hacia el sur, al picar ellos los ,lpes monstruosos. Uu# pe'ue&a resultaba una urbe desde arriba1 y sin embargo cun enorme era para los habitantes. @esde esa manchita era de donde la <talia era controlada rgidamente1 en una de esas casitas de juguete, un poco ms grande 'ue las otras, los hombres sedan en consejo, aboliendo a @ios y ri#ndose de su <glesia. K @ios se 'uedaba mudo e imperturbable. ,ll haba estado 3elsenburgh dos meses haca - y 'ui!s estaba ahora E3elsenburgh, su sosiasF @e nue%o el cuchillo entr y desgarr su mente. Pocos minutos despu#s, los cuatro eclesisticos se sentaban en la co'ueta mesita de una salita encortinada, en la proa del na%o %olador. 0ra una e"celente cena, en opinin del capelln alemnD ser%ida desde la cocina en las entra&as del na%o y le%antada, ser%icio tras ser%icio, al centro de la mesita por el misterioso ele%ador el#ctrico. Haba una botella de %ino italiano para cada comensal, y tanto la mesa como las sillas se adaptaban al momento a las sua%es oscilaciones del carruaje. Hablaban poco, por'ue haba un solo tema posible para los +ardenales1 y los +apellanes, 'ue sonrean y hacan chistes pueriles, no haban sido impuestos del secreto. +reca el (ro ahora1 y aun los cojines de aire caliente no compensaban del todo la mortal (rigide! del soplo 'ue barra los ,lpes, a los cuales la na%e haba abordado en una le%e inclinacin. 0ra necesario ascender a ms de I.::: metros del ni%el usual para (ran'uear sin peligro la barrera del 4ont-+enis1 y a la %e! %olar ms despacio sobre los ,lpes mismos, debido a la acentuada tenuidad del aire, y la di(icultad de conseguir la re%olucin de la h#lice adaptada para apro%echarla. 0l peso del bu'ue era enormeD - $ubla!n esta noche - articul una %o! clara en el pasaje, al mismo tiempo 'ue la puerta oscilaba a un mo%imiento del carruaje. Percy se le%ant y la cerr.

1:> 0l +ardenal alemn se mo%a un poco (astidioso, al (in de la comida. - 4e %oy all - dijo al (inal -. -oy a estar mejor con mis (ra!adas. 0l capelln de ojos gar!os sali detrs de #l, dejando sin terminar su cena y Percy 'ued solo con el Padre +or.ran, su capelln ingl#s reci#n llegado de 0scocia. Qna come!n de contarle todo lo de%oraba. -aci su %aso, comi un par de higos secos, y despu#s se puso a contemplar a tra%#s de la plancha de cristal irrompible e in%isible del (rente. - E,hF - e"clam -. Perdone, Padre. /on los ,lpes, por (in. a proa del carruaje consista en tres di%isiones, en la central de las cuales seda el hombre del %olante, inm%il, los ojos (ijos adelante, las manos sobre la rueda. , cada lado de #l, separadas por tabi'ues de aluminio cromado antisnico, haba dos cabinas con un enorme cristal cur%o a la altura de los ojos, a tra%#s del cual corra una %ista asombrosa. *odo ello es taba tan e"'uisitamente trabajado, 'ue pareca de manos de hadas. Percy se dirigi a la de la i!'uierda, recorriendo el corredor, a tra%#s de cuyas puertas %ea a grupos de co%iajeros brindando y chacoteando. 0mpuj la puerta automtica y se acod al %itral. Haba cru!ado ya tres %eces los ,lpes, y recordaba la e"traordinaria impresin de la primera %e!, cuando los haba mirado de una altura inmensa en un da despejadoD un eterno inconmensurable mar de hielo muerto, roto por chichones y arrugas 'ue all abajo lle%aban los nombres de picos inmensos y (amosos1 y all lejos la cur%a es(#rica del borde del mundo, 'ue bajaba en la lejana neblinosa de un espacio incalculable. Pero esta %e! le pareci ms despampanante toda%a, por'ue miraba todo como un ni&o en(ermo. 0l carruaje ascenda pronunciadamente con el (in de (ran'uear las enormes pendientes amontonadas, precipicios y (arallones 'ue yacan como los escombros de una inmensa muralla. -istos desde la altura parecan casi insigni(icantes, pero sugeran la magnitud del bastin del cual no eran ms 'ue los arbotantes. e%antando los ojos poda %er la in(initud del cielo sin luna, per(orado por heladas estrellas, y la escase! de la iluminacin haca al paisaje toda%a ms espectral1 pero al bajar los ojos, haba un cambio. 0l %asto aire alrededor pareca percibido a tra%#s de un %idrio empa&ado. a negrura aterciopelada de los bos'ues de pinos se haba diluido en manchas grises, el plido re(lejo de las aguas y el hielo haba desaparecido en un instante, la monstruosa desnude! de picos y cumbres, al!ndose de golpe ante #l y res balando rpidamente a la nada, como arrastrndoseD todo haba perdido su nitide! y pareca en%uelto en gasas blancu!cas. ,l al!ar de nue%o los ojos a derecha e i!'uierda, la %isin era terr(ica, por'ue las enormes tapias de roca 'ue se le %enan encima y las desmesuradas (ormas grotescas 'ue amena!aban de todos lados, se perdan en un borrn de nubes %isible so lamente por la dan!ante irradiacin del %ehculo brillantemente iluminado. /e agarr de un borde. @e golpe dos lan!as de esplendor, parecidas a cuernos de cara col, se abalan!aron, al encenderse los dos (aros de proa1 y el %ehculo mismo, 'ue ya na%egaba a media m'uina, baj a cuarta y comen! a cabecear y hacer eses de borracho, mientras los enormes alerones batan la niebla a tra%#s de la cual se abran paso1 y las antenas luminosas la traspasaban. $ieblaD Retardo. 0l e"tremo buen sentido de la #poca haba descartado las tremendas %elocidades obtenidas a mediados del siglo anterior, 'ue se re%elaron siniestras para la salud humana, la seguridad de los %uelos y la misma incolume! de las m'uinas1 y como premio de ese buen sentido, los %oladores se haban

1:; desarrollado en calidad, y llegado a ser casi como delicados organismos %i%ientes, 'ue hasta adi%inaran el pensamiento del piloto. ,hora el na%o caminaba con precaucin, le%antando el hocico1 lo bastante raudo empero para dejar %er a Percy un rudo pinculo hacerse %isible, alargarse hasta el cielo y despu#s hundirse hecho una cruel aguja, y perderse en la nada mil metros ms abajo. a mocin se %ol%i de ms en ms nauseosa al %irar el carro en cur%a cortsima, manteniendo el ni%el y le%antndose, a%an!ando y torciendo al mismo tiempo. Qna %e!, espumoso y sonoro, un torrente no helado rugi como una bestia, %einte metros abajo pareca, y enmudeci al instante. K ahora de golpe las trompas de a%iso comen!aron a gritar a su %e!. JUu# era esoL argos lamentosos ululatos, aullidos prolongados, rebotando tristemente en ecos desolados, como 'uejidos de espritus %agabundos1 y cuando Percy, con un ntimo desmayo, limpi la humedad 'ue empa&aba el cristal, le pareci como si (lotaran ahora, inm%iles a no ser el ligero hama'ueo del piso, en un mundo de blancura opaca, tan remoto de la tierra como del cielo, suspendido en un implacable espacio in(inito, ciego, solitario, heladoD perdidos en un in(ierno blanco de pura desolacin. ,hora le pareci %er una masa gris enorme mo%i#ndose hacia #l a tra%#s de los cendales, resbalar sua%emente hacia abajo y a un lado, descubriendo 7al %irar su propio cano al lado opuesto8 como un cabe!o gigantesco bru&ido como aceite, con estras negras cortndolo como los dedos de un nu(rago 'ue manotea sobre una ola monta&osa. 0ntonces su carro grit de nue%o como una o%eja perdida, y %ino una respuesta, pareca escasamente unos metros distante) primero un borrascoso 'uejido de alarma, y despu#s otro1 y otro1 un reti&ir de campanas, un %erdadero coro, estall1 y el aire se henchi de batir de alas. <Hubo un momento de %erdadero espanto antes de 'ue el ta&ir de la campana de a bordo, el 'uejido de respuesta y un giro brusco mostraran 'ue el piloto estaba alerta. 0l carro descendi de golpe como una piedra, y Percy se a(err a la baranda para contrarrestar la horrible impresin de caer en el %aco. Poda or detrs de #l el romperse de cacharros, el tumbo de objetos, y cuando el carro se a(irm de nue%o sobre sus anchas alas, un pataleo de corridas y gritos de alarma y desmayo. 3uera, pero ya muy alto y lejos, %ena toda%a el clamoreo de bocinas, el aire estaba poblado de ellas1 y en un relmpago se dio cuenta de 'ue no podan ser uno o dos, sino cien %oladores, lo menos, los 'ue haban respondido a la sirena1 y 'ue algo enorme estaba (lotando all arriba. os in%isibles barrancos y laderas de%ol%an en eco el %ocero1 largos 'uejidos melodiosos surgan, latigueaban y moran en medio de un barullo de campanas, ms y ms cada instante, pero ahora de todas direcciones, arriba, abajo, en(rente, derecha, i!'uierda. Qna %e! ms el carro comen! a %arear, cayendo en una larga cur%a silenciosa hacia el pecho de la monta&a1 y cuando (ren de nue%o, y comen! a oscilar sobre las alas desplegadas, #l se %ol%i mareado hacia la puerta, notando a la lu! del na%o a tra%#s de las %entanas ennubladas, un pico de roca irgui#ndose no ms de die! metros debajo entre la niebla, y un liso lomo de nie%e 'ue se agachaba y hua hacia la in%isibilidadD /e lle% la mano al pecho palpitante. ,dentro, la na%e mostraba los e(ectos de la tremenda (renada y %irada) las puertas del saloncito, cuando las pas, se %ean descangalladas1 %asos, (uentes, charcos de %ino y (rutas %olteadas rodaban a'u y all sobre los pisos oscilantes1 un hombre, sentado impotente en el suelo, %olte ojos amedrentados hacia el cl#rigo. 4ir a la puerta de la cual haba salido haca un momento, y el P. +or.ran se le%ant de su asiento y %ino hacia

1:= #l, %enci#ndose y tambaleando al rolido1 simultneamente hubo una corrida desde la otra cabina, donde una pandilla de yan'uis haba estado cenando1 y cuando Percy, de(endi#ndose con las manos, intent dirigirse a la cabina piloto, se encontr con el corredor blo'ueado por todo el pasaje, 'ue haba corrido a(uera. Qn bati(ondo de chcharas y gritos hacan imposible toda a%eriguacin1 y as Percy, con su capelln a los garrones, se agarr de los paneles de aluminio, y paso por paso comen! a abrirse camino de nue%o, buscando a sus amigos. 0n la mitad de su peleado y trope!ado regreso, una %o! imperiosa domin el barullo1 y en el silencio momentneo 'ue subsigui, son de nue%o el ya remoto bocineo de los espectrales %oladores de all arriba. - E,sientos, asientos, caballerosF - ruga la %o! -. Proseguimos de inmediato. 0l enjambre se disol%i al presentarse el mayordomo, encendido y malhumorado1 y Percy, sigui#ndolo de cerca, encontr su cabina de popa. 0l +ardenal alemn estaba como si nada. @orma, e"plic, y se sal% por un pelo de rodar por el piso1 pero su %iejo rostro gui&aba y sonrea. 0l P. Bechlin narr 'ue haba %isto de hecho a uno de la tropa de %eleros a menos de die! metros a estribor) estaba atestado de caras, seg2n #l, de popa a proa. <mposible pareca no haber chocado1 pero haba gambeteado al punto y desaparecido en torbellinos de niebla. Percy mene la cabe!a en silencio. $o entenda nada. - 0stn in'uiriendo, me parece - continu el capelln oji!arco -. $uestro conductor est en el auricularD E$i 'ue hubiera estallado una guerraF $o se %ea nada en las %entanas, ahora) el %olador estaba parado. /olamente al mirar abajo, Percy, toda%a o(uscado por los sacudones, percibi la cruel aguja de roca y el lomo de nie%e, balancendose de arriba abajo, como %istos a tra%#s de agua. ,(uera haba 'uietud. a bandada haba pasado) solamente desde in(inita distancia %ena toda%a un 'uejido de alerta, como si un pjaro solitario estu%iera %agando, perdido en el espacio, a la busca de su banda da. - 0se es el se&alero - musit Percy para s mismo. $o se le ocurra ninguna hiptesis. 0l asunto pareca ominoso. 0ra inaudito un encuentro all con un centenar de %oladores rumbo al sur. Btra %e! el recuerdo de 3elsenburgh le %ino a las mientes. J$o estara all arriba el hombre siniestro, con esa tremenda escoltaL - 0minenciaD - comen! el +ardenal alemn. Pero en ese mismo instante la aerona%e rompi a mo%erse. /on la campana, un tiritn recorri el piso, y luego, sua%e como un copo de nie%e, el gran bajel comen! el ascenso, perceptible solamente por el s2bito bajar y desaparecer del obelisco de roca 'ue Percy contemplaba. entamente el campo de nie%e comen! a oscurecerse, un arreci(e negro entr en %isual desde arriba, (ue superado y desapareci hacia atrs1 y un momento despu#s el bajel pareci de nue%o suspendido en el albo espacio, al trepar el decli%e de nubes 'ue haba abandonado un momento antes. @e nue%o la sirena de cuerdas rasg la atms(era, en una se&al para #l desconocida1 y esta %e! la respuesta (ue tan apagada como un eco de otro mundo. a rapide! aument de golpe y el constante !umbar de la h#lice sustituy al batir de las alas. @e nue%o son la bocina, sal%ajemente repercutida por la desierta masa de hielo y roca de abajo, y de nue%o con un sacudn el carro aceler hacia arriba, 0staba %olando ahora en amplios crculos, cauteloso como un gato, subiendo, subiendo en espiral, puntuando el ascenso con grito tras grito, e"plorando con los (aros los peligros del aire ciego.

11: Qna %e! ms apareci una pendiente blanca, iluminada por el incendio de las luces de a bordo, hundi#ndose ms y ms rpida, a%an!ando y bajando, hasta 'ue (uga!mente u&a lnea 'uebrada de pe&as como dientes desparejos los amena! y se hundi en la niebla y des apareci1 y con un estruendo de campanas, y el 2ltimo ululato de alerta, el sollo!o de la h#lice pas de un !umbido a una nota aguda, y de #sta al silencio, al e"tender sus alas el inteligente monstruo, (ranco de la (rontera de los picos, y asentarse para su susurrante %iaje a tra%#s del cieloD 3uera lo 'ue (uera, haba 'uedado detrs, disipado en la espesa noche. Haba un ruido de con%ersacin en el interior del carro, %oces rpidas y anhelosas, preguntas, e"clamaciones, y la autoritaria y seca r#plica del guardia. Qn paso %ino como arrastrndose a lo largo, y Percy se le%ant para irle al encuentro, a in(ormarse1 pero al ir a poner su mano en el pestillo, la puerta (ue impelida desde a(uera, y para su asombro el guarda ingl#s entr sin llamar, cerrndola despu#s cuidadosamente. /e par en(rente, mirando en (orma rara a los cuatro sacerdotes, con labios apretados y ojos in'uietos. - JUu# pasaL - e"clam Percy. - Bh, ya ha pasado, caballeros. Pero a m me parece 'ue es mejor 'ue ustedes bajen en Pars. Ko s# lo 'ue son ustedes, caballeros, y aun'ue no soy catlicoD /e detu%o %acilante. - EHombreF, por amor de @iosD - comen! Percy. - ,h, las noticias. Bien. 0ran doscientos a#reos %olando hacia Roma. Hay una conjura de los catlicos, se ha descubierto en ondresD - J/L - /, para dinamitar la ,bada. ,s 'ue #stos %anD - E,hF - /, caballero) a bombardear Roma. K sali.

CAPTULO SPTIMO
I 0ran cerca de las diecis#is de ese da, 2ltimo del a&o, cuando 4abel entr en la iglesita de cerca de su casa. a tarde iba cayendo lentamente1 a tra%#s de los techos hacia el poniente arda el oro (undido de un crep2sculo de in%ierno, y el interior estaba henchido de la lu! muriente. Haba dormido largo rato en el silln esa siesta, y despertado con esa e"tra&a (rescura de cuerpo y mente 'ue suele seguir a ese descanso. 0lla se preguntaba despu#s cmo haba podido dormir ese da, y cmo no sospech nada de la nube de terror y (uror 'ue a2n entonces estaba incubando la ciudad y el interior a la %e!. Record bien despu#s el inusitado tr(ico en las arterias del (rente y debajo de sus %entanas, y un inusual bullir de bocinas y silbatos1 pero no se le ocurri e"tra&arse, y una hora despu#s se (ue a hacer su meditacin a la capilla. Haba acabado por amar ese calmoso recinto1 y se acoga a #l siempre 'ue poda, para encalmar sus pensamientos y concentrarlos en lo 'ue se ocultaba debajo de la super(icie d# la %ida) las grandiosas races espirituales de las cuales todo brotaba, y 'ue eran ob%iamente las %erdaderas realidades @e hecho esta de%ocin estaba de%iniendo casi

111 o(icial en las clases sociales superiores. Haba por do'uiera in%itaciones a retiros espirituales1 y publicbanse libros y op2sculos guas de la %ida interior, curiosamente parecidos a los antiguos libros catlicos sobre oracin mental. 0staba sola. 3ue a su banco usual, se sent, cru! las manos, mir unos minutos el %iejo tabernculo de piedra, la blanca imagen de la /e&ora y el oscurecido %itral del (ondo. @espu#s cerr los ojos y comen! a pensar, de acuerdo al m#todo 'ue haba aprendido. Primero concentr su atencin sobre s misma, despegndose de todo lo 'ue era meramente e"terno y accidental, retirndose adentroD adentro, hasta encontrar esa secreta llama 'ue debajo de todas nuestras (rgiles acti%idades nos hace miembros consustanciales de la di%ina ra!a de la humanidad. 0ste era el primer paso. 0l segundo consista en un acto de la imaginacin, acompa&ado de uno del intelecto. *odos los hombres posean esa llamita, contempl ellaD @espu#s en%i en %uelo sus potencias, %iendo con los ojos de la mente todo el abigarrado mundo, mirando debajo del da y la noche de los dos hemis(erios los incontables millones de seres D ni&os %iniendo al mundo, %iejos dejndolo, los adultos manejndolo y go!ndose en ello, yen sus (uer!as y hechos. 4ir atrs a tra%#s de las edades, a tra%#s de centurias de crimen, desorden y ceguera, cmo la ra!a ascenda del sal%ajismo y la supersticin al conocimiento de s misma1 y mir adelante a las edades por %enir) cmo generacin tras generacin ascenda a una cumbre cuya per(eccin, pens ella, no poda ni so&ar si'uiera ella ni nadie 'ue no estu%iera all. /, se dijo ella) esa ascensin ya haba nacido1 los dolores de parto haban pasado, pues Jno haba llegado ,'uel 'ue era heredero de los tiemposL 0ntonces por un tercer acto de sntesis ella reali! la unidad de todo, el (uego central de 'ue cada llamita no era ms 'ue un destello ese %asto e inmutable ser di%ino, ahora ya no ms escondido, reali!ndose a s mismo lentamente a tra%#s de las centurias, ,'uel a 'uien los antiguos llamaron @ios, pero imaginaron trascendente y separado de ellos. ,'uel 'ue ahora, con el ad%enimiento del nue%o /al%ador, se haba despertado y des%estido y mostrado a s mismo, el Qno. K all se repos, meci#ndose en la %asta %isin de su mente, destacando ahora esta %irtud, ahora estotra, para aplicrselas a s misma, deteni#ndose en sus propios de(ectos, mirando en el conjunto el cumplimiento de todas las aspiraciones, la suma de todo lo 'ue los hombres haban anhelado ese 0spritu de Pa!, tan largamente atajado y a la %e! engendrado perpetuamente por las pasiones de los hombres, %uelto a %eces claro es'uema y silueta por la energa de las grandes %idas indi%iduales, reali!ndose a s mismo pulsacin por pulsacin, dominante al (in, sereno, mani(iesto y triun(ante. ,ll se repos, perdiendo el sentido de su personalidad, disol%i#ndola con un sostenido es(uer!o de la %oluntad1 bebiendo, como ella pensaba, raudales del espritu de %ida y amorD ,lg2n ruidito - as lo supuso despu#s - la disturb y le hi!o abrir los ojos1 y all delante de ella se e"tenda el pulido pa%imento, brillando en la penumbra, la gradera del altar, el p2lpito a la i!'uierda, y la apacible ca%erna del aire oscurecido sobre la blanca (igura de la 4adre contra la ner%adura de los %entanales. ,'u mismo los hombres anta&o haban adorado a Yes2s, el ensangrentado -arn de @olores, el 'ue seg2n su propia con(esin haba trado no la Pa! sino la 0spada. 0n la 0dad 4edia 7para 4abel todo lo anterior a la Reina -ictoria era 0dad 4edia, en la escuela p2blica la historia %erdaderamente se la haban ense&ado a partir de 4arlborough, el precursor de BraithPaite8, en la 0dad 4edia la gente crea en una mujer 'ue haba engendrado Ea su propio engendradorF, y les haban

119 hecho en la cabe!a una obscena me!cla de conceptos inconciliables, despu#s de lo cual podan creer cual'uier cosa) as estaba escrito en su misalito. /, a'u se haban arrodillado ellos, los ciegos incurables, los cristianosD E,h, lo pat#tico de todo eso) la arrebatada aceptacin de cual'uier credo 'ue e"plicara el dolor, el sal%aje culto del @ios-hombre 'ue pretenda haberlo asumido y %encidoF K de nue%o son el ruido, disipndole su pa!, aun'ue toda%a no comprendi por 'u#. ,hora estaba ms cerca1 y ella se %ol%i con asombro a mirar la penumbrosa na%e. @e a(uera era de donde %ena a'uel e"tra&o murmullo, 'ue pareca morir y le%antarse de nue%o. /e le%ant, su pulso apresurado un poco una %e! haba odo un sonido semejante, una %e!, antesD en una pla!aD hombres en (uria amontonndose en un punto al pie de una plata(ormaD /ali rpida de su banco, cru! la na%e a lo largo, apart las cortinas de la entrada, le%ant el pasador y sali de la capilla. a calle, 'ue ahora mir ella desde el enrejado del atrio, pareca ahora inslitamente %aca y oscura. , derecha e i!'uierda corran las casas, solemnemente enmarcadas en el cielo crepuscular te&ido de rosa1 pero pareca 'ue el alumbrado p2blico haba sido ol%idado. $o haba un alma en la calle. $o haba lu!. $unca haba %isto una tarde as. Puso la mano en el pasador de la reja, para abrir y marcharse, cuando un s2bito redoble de pisadas la hi!o %acilar1 y en ese momento apareci una chi'uilla anhelante, ahogada y atemori!ada, corriendo con las manos echadas adelante. - EKa se %ienenF EKa se %ienenF -, sollo! la ni&a hacia la cara 'ue desde arriba la interrogaba. K se agarr de los barrotes mirando atrs por arriba del hombro. 4abel le%ant el pasador al instante1 la criatura salt adentro, corri a la puerta de la capilla hasta chocar con ella, y despu#s retorn, agarrando las (aldas y acurrucndose contra la se&ora. 4abel cerr la %erja. - E-amos, %amosF - dijo -. JUu# pasaL JUui#nes estn %iniendoL Pero la chi'uilla escondi la cara, tirando de las sayas protectoras1 y en ese momento lleg un rugir de %oces, y un pataleo bestial de pisadas. $o pas un minuto antes de 'ue los heraldos de la siniestra procesin aparecieran. Primero %ino un escuadrn de chi'uillos al galope, aterrados, gritando, riendo, (ascinados, %ol%iendo las cabecitas al correr, con un perro o dos ladrando entre ellos, y unas cuantas mujeres despla!ndose de lado contra las paredes. Qn rostro de anciano 7%io 4abel al le%antar con temor sus ojos8 haba aparecido en la %entana de en(rente, ansioso y plido - alg2n in%lido 'ui! - arrastrndose para %er. Qn grupo se detu%o justo (rente a ella - un hombre de gris bien %estido, un par de mujeres con criaturas, un adolescente de gra%e rostro - del otro lado de las rejas, todos hablando y ninguno escuchando1 y ellos tambi#n %ol%an la cabe!a a la i!'uierda, donde cada instante creca el rumor y el pataleo. 4as ella no poda interrogar1 sus labios se mo%an, pero ninguna %o! %ena. Qna pura petri(icada atencin. <mgenes sin importancia cru!aban por su mente) Bli%er en su desayuno, su alcoba de paredes claras, el sombro santuario y la blanca (igura materna 'ue haba %isto un momento antesD -enan ms tupidos ahora) una tropa de muchachones en (ila con los bra!os en cadena entr a la %ista, todos hablando a gritos y ninguno escuchando, todo a lo ancho de la calle1 y detrs de ellos irrumpi la multitud, como una ola encajonada en un brete de piedra, hombres y mujeres casi indiscernibles en a'uel pa'uete de cuerpos y caras, bajo

11I a'uel cielo de ms en ms oscurecido. /i no (uera por el ruido - ruido 'ue 4abel ahora oa apenas, tan espeso y permanente era y tanto su alma se haba concentrado en sus ojos -1 a no ser por el estruendo, pareciera ser un tropel de (antasmas atropndose de golpe repentinos y %iolentos en una clara!n del mundo espiritual, %isto por alguna brecha, y a punto de disiparse de nue%o en las sombras. a calle antes %aca, estaba ahora llena de acera a acera, y esto hasta tan lejos como ella alcan!aba1 los muchachos haban desaparecido caminando o corriendo por la es'uina de la derecha1 y todo el mbito era un solo hir%iente ro de cabe!as y rostros, presionando tan (iero 'ue el grupito contra la %erja (ue arrancado de cuajo como algas en la corriente, (ue arrastrado de costado manoteando a los barrotes, y se perdi, desapareci. K todo el tiempo la ni&ita tironeaba y se colgaba de sus (aldas. +iertas cosas comen!aron a aparecer por sobre las cabe!as de la turbaD objetos 'ue ella no poda distinguir en la lu! precaria) palos, y bultos de(ormes, peda!os de esto(a como banderas, mo%i#ndose como si estu%ieran %i%as, rotando sobre s mismas, lle%adas desde abajo. +aras descompuestas por la pasin la miraban al pasar, bocas abiertas le gritaban1 mas ella las %ea apenas. 0staba mirando a'uellos e"tra&os emblemas, es(or!ando los ojos en la penumbra, bregando por distinguir los agitados y rotos bultos, medio adi%inando, pero con miedo de adi%inar. 0ntonces, de golpe, de los tubos de nen escondidos debajo de las cornisas, la lu! se encendi subitnea - esa (uerte, sua%e, (amiliar lu! generada por las enormes m'uinas subterrneas, 'ue en la pasin de a'uel da catastr(ico los empleados haban ol%idado -1 y en un abrir y cenar de ojos todo se trans(orm de una algarada de (antasmas en la brutal realidad de la %ida y la muerte. @elante de ella a%an!aba una gran horca, con una (igura en ella, cuyo bra!o colgaba de una mano encla%ada1 balancendose al pasar1 y una casulla bordada le %olaba detrs con el mo%imiento y el %iento. K despu#s %ino el cuerpo desnudo de un ni&o, empalado, blanco y roji!o, la cabe!a tumbada sobre el pecho, y las manos pendulando y girando. K despu#s la (igura de un hombre, colgado de una percha por el pescue!o, %estido al parecer con una t2nica negra y capa, con su cabe!a embonetada torci#ndose con el torcerse de la cuerda. II 0se da Bli%er lleg a su casa una hora antes de medianoche. Para #l, lo 'ue haba %isto y odo esa tarde era toda%a muy %%ido e insistente para arreglarlo racionalmente. Haba %isto, desde su balcn del Xhitehall, la Pla!a del Parlamento, llena de una turba como jams se haba %isto igual desde los das del +ristianismo) una turba llena de un (uror cuyas races parecan estar ms all de lo humano. *res %eces durante las largas horas 'ue siguieron al anuncio de la conjura catlica y la ruptura total de la ey contra 4itines, se haba comunicado con el Primer 4inistro preguntndole sino se poda hacer nada para re(renar el tumulto1 y haba recibido la dudosa respuesta 'ue se hara lo 'ue pudiera hacerse, 'ue la (uer!a armada no se poda emplear, y 'ue en todo caso la polica estaba haciendo todo lo humanamente hacedero.

11A 0n cuanto al despacho de los %oladores contra Roma, haba asentido en silencio, lo mismo 'ue el resto del ?ran +onsejo. 0ra, como haba dicho /noP(ord, un acto judicial puniti%o, lamentable pero necesario. a pa! en esta ocasin slo poda ser asegurada con medidas de guerra1 o mejor 7ya 'ue la guerra estaba abolida8, por la se%eridad de la justicia. 0stos catlicos se haban mostrado los enemigos con(esos de la sociedad1 y la sociedad tena 'ue de(enderse de una %e! por todas. 0l hombre era toda%a demasiado humanoD K Bli%er haba escuchado, y callado. ,l pasar en uno de los helicpteros del ?obierno, en su %uelta a casa, haba atisbado ms de una se&a de lo 'ue estaba pasando abajo. as calles estaban 5a giorno6, inundadas de lu! blanca, y cada ruta era una serpiente 'ue se retorca. @e abajo le llegaba el nutrido %ocero, opaco y algodonoso, y puntuado de alaridos. ,'u y all ascenda el humo de los incendios1 y una %e!, al descender sobre una de las grandes pla!as al sur de Battersea. Haba %isto como un enjambre de hormigas dispersas 'ue corran como aterrori!adas o perseguidasD Uu# se iba a hacer, el hombre no estaba toda%a domado del todo. $o tena ganas de pensar lo 'ue le esperaba en casa. Qna %e!, unas tres horas antes, haba escuchado la %o! de su mujer por el tel#(ono1 y lo 'ue oy casi le hi!o dejarlo todo y correr a su lado. Pero lo 'ue encontr era peor de lo 'ue tema. ,l entrar en la sala, no oy ruido alguno, si no es el lejano !umbar de las calles en alboroto, abajo. 0l cuarto pareca e"tra&amente oscuro y (ro1 la 2nica lu! 'ue haba entraba por una de las %entanas, cuyas cortinas estaban corridas1 y recortada contra el luminoso cielo de atrs, la erguida silueta de una mujer escuchaba y a%i!oraba. ,pret el botn de la lu!1 y 4abel se %ol%i lentamente. 0staba en su traje de salir, con una mantilla sobre los hombros, y su cara pareca la de una e"tra&a. 0staba enteramente l%ida, con los labios apretados y una emocin en los ojos 'ue #l no supo interpretar) lo mismo poda ser enojo 'ue terror o miseria. ,ll estaba de pie, debajo de la lmpara, mirndolo (ijamente. Por un momento, #l no se atre%i a hablar. +ru! hasta la %entana, la cerr, y cru! las cortinas. @espu#s tom por un bra!o a la estatua. - 4abel - susurr -. 4abelD 0lla se dej lle%ar al so(, pero no hubo respuesta a su abra!o. Nl se sent y le%ant sus ojos, llenos de aprensin y pesadumbre. - Uuerida, estoy agotado - dijo. 0lla sigui mirndolo. Haba en su actitud esa rigide! 'ue los actores simulan1 pero %io 'ue a'u era la cosa real. Haba %isto ya ese silencio en presencia de un horror, una o dos %eces antes1 por la menos una %e!, a la %ista de un salpicn de sangre en un !apato. - Bien, amor mo, si#ntate, por lo menos - le dijo. 0lla obedeci ma'uinalmente, se sentD y continu mirndolo. 0n el silencio se al! una %e! ms el rugido opaco y muri del in%isible mundo de tumulto ms all de la %entana. Pero dentro, todo estaba muerto. Nl conoci per(ectamente 'ue dos cosas luchaban dentro de ella) su lealtad a su (e, y el horror a esos crmenes hechos en nombre d e la justicia. ,l mirarla, %io 'ue los dos contendientes estaban a las presas en ella, y 'ue toda ella no era sino un inerte campo de batalla. 0ntonces, al le%antarse como un sostenido aullido de lobo el %ocero de la re%uelta die! cuadras ms all, la tensin se rompiD 0lla se arroj de rodillas contra #l, #l le agarr las mu&ecas1 y as 'ued, sujeta en sus bra!os, el rostro y pecho sobre sus rodillas, y el cuerpo estremecido de emocin.

11H Por un largo minuto nadie habl. Bli%er comprenda todo, pero las palabras no %enan. /olamente la al! un poco, bes dos o tres %eces sus cabellos, y se acomod para sostenerla. 0mpe! a repasar lo 'ue tena 'ue decirle. 0ntonces ella le%ant su rostro encendido, lo mir apasionadamente, dej caer de nue%o la cabe!a, y empe! a sollo!ar palabras 'uebradas. Nl poda captar una 'ue otra (rase1 pero saba per(ectamente lo 'ue estaba diciendo. 0ra la ruina de todas sus esperan!as, sollo!, el (in de su religin. 4ejor era morir, morir y acabar con todo. *odo estaba terminado, concluido, barrido en esa (uria asesina del pueblo de su (eD $o eran mejores 'ue los cristianos, despu#s de todo1 eran tan (eroces como los hombres de los cuales se %engaban, tan brutos como si Yulin 3elsenburgh no hubiese %enido. *odo estaba perdidoD a ?uerra y el 3uror y el +rimen haban %uelto al cuerpo 'ue ella crea limpio para siempreD as iglesias incendiadas, los catlicos ca!ados, la rabia de las calles 'ue ella haba contemplado, el cuerpo del ni&o y el del cura lle%ados en perchas, los con%entos y colegios ardiendoD *odo eso se %olc, entrecortado por sollo!os, incoherente, con pormenores de horror, lamentaciones, reproches, e"presados incluso por el retorcerse de su cabe!a y de las miserables manos sobre sus rodillas. 0l colapso era total. Nl puso sus manos debajo de sus bra!os, y la le%ant. 0staba deshecho por su trabajo, pero conoci 'ue era menester calmarla. 0sto era ms serio 'ue cual'uier crisis anterior. Pero #l la conoca capa! de recuperarse. - /i#ntate, mi amor - dijo -. ,sD dame las manosD ,hora escucha. Hi!o realmente una admirable de(ensa, pues no era otra 'ue la 'ue todo el da haba estado haci#ndose a s mismo. - os hombres no eran per(ectos toda%a, - dijo -. +orra en sus %enas la sangre de antecesores 'ue por %einte siglos haban sido cristianosD $o haba 'ue desesperar1 la (e en la humanidad era la misma esencia de la religin1 la (e en la parte mejor del hombre, de lo 'ue el hombre iba a llegar a ser, no de lo 'ue era ahora. 0staban en el comien!o de la nue%a religin, no en su madure!1 tiene 'ue haber agra! en un (ruto nue%o. EK considera la pro%ocacinF Recuerda el crimen atro! 'ue los catlicos haban proyectado1 se haban apercibido a herir a la nue%a (e en su mismo cora!n. @e haber ellos triun(ado, J'u# es lo 'ue no poda haber sucedidoLD - ,mor mo - dijo -, no se puede mudar a los hombres en un instante. JK si estos cristianos hubiesen tenido #"itoL Ko condeno todo eso tan en#rgicamente como t2. He %isto un par de diarios esta tarde 'ue eran tan mal%ados como todo, lo 'ue los cristianos hayan hecho nunca) se regocijaban de estas atrocidades. 0sto %a a hacer recular nuestro mo%imiento en die! a&osD JPiensas 'ue no hay millares como t2, 'ue odian y abominan esta %iolenciaL Pero, Jpara 'u# sir%e la (e, si no es para estar seguro de 'ue la humanidad pre%alecerL 3e, esperan!a y pacienciaD estas son nuestras armasD Hablaba con apasionada con%iccin, (ijos los ojos en los de ella, en un (iero conato por darle la con(ian!a 'ue #l mismo no tena, y %encer en s mismo las reli'uias de sus escr2pulos. 0ra %erdad 'ue #l odiaba tambi#n lo 'ue ella odiaba, pero saba cosas 'ue ella no sabaD Bueno, se dijo, al (in y al cabo no es ms 'ue una mujerD a mirada de los ojos despa%oridos comen! a ensalmarse, ti&#ndose de melancola, a medida 'ue #l argumentaba y su personalidad dominaba poco a poco a la otra, acostumbrada as u apoyo. PeroD

11O - EPero los a#reos de guerra - clam ella -, los a#reosF 0so (ue deliberado1 no es la obra de un tumulto. - ,mor mo, no (ue ms deliberado 'ue lo otro. /omos todos seres humanos, todos inmaduros. /, el +onsejo lo permitiD permiti, yelo bien. 0l ?obierno alemn nos (or! un tanto. @ebemos domar despacio la naturale!a humana, no podemos 'uebrarla. +ontinu por unos cuantos minutos, %ariando sus argumentos, acariciando, halagando, asegurando1 y %io 'ue pre%aleca ciertamente. 4as ella %ol%i sobre una de sus palabras. - E o permitiF - dijo -. K t2 lo permitisteD - Uuerida) no dije nada, ni en pro ni en contra. *e aseguro 'ue si lo hubi#ramos prohibido, hubiera habido ms asesinatos en la calle, y el pueblo hubiera perdido las riendas. Uuedamos al pairo, puesto 'ue ms no podamosD - Para m, es mejor morir - sollo!, y las lgrimas comen!aron de nue%o silenciosamente -. @#jame morir. $o puedo tragarloD Por los dos bra!os la atrajo toda%a ms cerca. - $o%iecita - le dijo gra%emente -, Jno puedes con(iar nada en mL /i yo pudiera decirte todo lo 'ue s#, entenderas al momento. Pero debes con(iar en m1 Jsoy yo sin cora!nL JK Yulin 3elsenburghL Por un instante %io %acilar sus ojos) su lealtad por un lado, y su repulsa de lo ocurrido, por otro, contendan toda%a1 pero la lealtad pre%aleci, el nombre de Yulin inclin la balan!a, y el abandono lleg con un golpe de lgrimas. - ,y, Bli%er - sollo! -, no me dejes nunca. 4e (o de ti. Pero soy tan d#bil y todo esto es tan horrendoD 4as Nl es (uerte y misericordioso, NlD J0s %erdad 'ue estar a'u ma&anaL 0l gran reloj del 0nlace a 'uince cuadras de distancia dio las %einticuatro y ellos toda%a con%ersaban tiernamente1 ella tr#mula de la batalla, pero sonri#ndole y teniendo sus manos. 0l %io 'ue la reaccin marcaba el pleno. - E,&o nue%o, esposa maF -, dijo, y se al! le%antndola al mismo tiempo. - *e deseo un (eli! a&o nue%o - dijo ella con los ojos brillantes, toda%a enrojecidos1 lo bes apasionadamente, retir la cabe!a sin soltarlo, y la dej caer sobre su pecho. - Bli%er, ay2dame. 0l baj la cabe!a, mirndola %idamente. EUu# dulce eraF - Bli%er, te tengo 'ue decir una cosaD $o te enojes. J/abes lo 'ue pens# antes de 'ue llegarasL 0l hombre neg con la cabe!a, y sinti 'ue su abra!o se apretaba. - Pens# 'ue no poda tragarlo - susurr ella -, 'ue deba acabar con todoD EahF t2 sabes lo 'ue 'uiero decir. 0l cora!n de #l se apret al or esto1 y la apret casi (ieramente. - EKa termin, ya terminF - e"clam ella -. E$o me mires asF E$o te lo podra decir si no (uera 'ue ya terminF ,l juntarse de nue%o los labios, un timbra!o %ino del recinto contiguo1 y Bli%er, sabiendo lo 'ue era, sinti temblar su cora!n a2n entonces. a solt y la mir sonriente. - E0l tel#(onoF - dijo ella con una chispa de aprensin. - JPero ya estamos de acuerdo, no es asL /u (a! se compuso de nue%o en lealtad y con(ian!a. - 0stamos de acuerdo - dijo, y de nue%o son el timbre, impaciente -. -e, Bli%er, te aguardo a'u.

11> Qn minuto despu#s estaba de %uelta, con una e"tra&a lu! en los ojos, y mordi#ndose el labio. 3ue derecho a ella, tomndola de las manos y mirando (irmemente en sus (ijos ojos claros. 0n ambos cora!ones la resolucin y la (e estaban reprimiendo una emocin toda%a no muerta. Nl aspir pro(undamente. - /, 'uerida - dijo con %o! incolora -. isto el asunto. os labios de ella batieron y una palide! mortal cubri sus mejillas. Nl la agarr (irmemente. - EByeF - dijo incisi%amente -. *ienes 'ue encararlo. isto todo. Roma termin. ,hora %amos a construir algo ms grande. 0lla se ech en sus bra!os sollo!ando.

CAPTULO OCTAVO
I 4ucho antes de la aurora en la ma&ana del a&o nue%o los aleda&os de la ,bada estaban blo'ueados. a calle -ictoria, la calle Yorge el ?rande, el Xhitehall, e incluso la calle 4illban. estaban atestadas de gente inm%il. 0l ancho templo, di%idido en dos por el t2nel para motores, estaba cortado adems en grandes parcelas y cu&as de gente por las picadas 'ue la polica mantena abiertas para el paso de los personajes1 y el patio era mantenido rigurosamente %aco1 e"cepto un como islote, ocupado #l por un pabelln., 'ue estaba repleto de tope a tope. *odos los techos, a!oteas y parapetos 'ue daban a la e"catedral anglicana, catlica en la 0dad 4edia, eran una sola masa de cabe!as. ,rriba, como una constelacin de plenilunios, ardan los sua%es globos de la lu!-solar. $o se conoca bien la hora en 'ue el tumulto se haba sosegado y lentamente se haba dirigido a la ,bada1 si no es 'ui! por los cansados controles de los molinetes de paso, los cuales haban sido montados apresuradamente la tarde antes. /e haba anunciado la semana anterior 'ue, en ra!n de la incalculable demanda de entradas, todas las personas 'ue presentaran el comprobante de haber asistido al culto anterior ante una o(icina cual'uiera, y 'ue adems cumplieran las instrucciones emitidas por la polica, seran reputadas haber cumplido con sus obligaciones ciudadanas a este respecto1 y se haba hecho saber 'ue era la intencin del ?obierno hacer ta&er el gran carilln de la ,bada al comien!o de la procesin y a la incensacin de la <magen, en el cual tiempo haba de ser guardado el silencio, en lo posible, en el caso de no poder arrodillarse. ondres se haba enlo'uecido completamente con el anuncio de la conjura catlica el da anterior. 0l secreto de ella se haba in(iltrado alrededor de las catorce, una hora despu#s de la denuncia de la traicin a 4ister /noP(ord1 y prcticamente todas las acti%idades comerciales haban cesado al instante. , las 'uince, la mitad de los comercios estaban cerrados, la Bolsa, las o(icinas de la +ity, y las grandes tiendas del barrio $orteD todos por un impulso unnime suspendieron los negocios1 y ms o menos hasta la medianoche, en 'ue la polica (ue re(or!ada y comen! a dominar la situacin, ej#rcitos enteros de hombres, tropas de mujeres, chillando, escuadrones de muchachos (ren#ticos, haban des(ilado, por las calles, aullando, imprecando y matando. $o se saba cuntas muertes haban ocurrido1 pero no se %ea casi calle alguna sin se&ales de siniestros. a catedral catlica haba sido sa'ueada, todos los altares destruidos, indescriptibles atrocidades perpetradas) las turbas haban desenterrado los cad%eres para hacerlos instrumentos de

11; juegos macabros1 un sacerdote desconocido 'ue se puso a consumir las hostias del tabernculo (ue descubierto y estrangulado1 el ,r!obispo, con once sacerdotes y dos obispos, haban sido colgados en el pinculo $orte de la iglesia1 treinta y cinco con%entos haban sido destruidos1 la baslica de /an Yorge, 'uemada hasta los cimientos1 y haba sido comentado por los diarios el hecho de 'ue, por la primera %e! desde la introduccin del +ristianismo en <nglaterra, no 'uedaba un solo tabernculo en doscientos .ilmetros a la redonda de la ,bada, si es 'ue 'uedaba alguno en toda la islaD \ ondres, - proclamaba El Pueblo en gruesos titulares - se ha desin(ectado al (in de esa (antasmagrica por'uera.] /e supo a eso de las 'uince y media 'ue por lo menos sesenta %oladores haban partido para Roma1 y una hora despu#s, 'ue se haban unido a otros sesenta de Berln, con algunos pocos ms de otras naciones. , medianoche, cuando ya por (ortuna la polica haba logrado arrear las turbas a una especie de orden, (ueron proyectadas esplendorosamente en las nubes y en los tableros las nue%as de 'ue la agria tarea estaba cumplida y Roma no era ms. os diarios de la ma&ana a&adieron muy pocos pormenores, se&alando, eso s, la coincidencia de la destruccin de la Qrbs con el cierre del a&o1 y la de 'ue, por una suerte asombrosa, prcticamente todas las cabe!as de la llamada jerar'ua, ese poder oscuro, oculto y mal#(ico, estaban congregadas en el -aticano, 'ue haba sido el primer blanco de las bombas1 y cmo todos ellos, o por desesperacin, o por la esperan!a de alg2n (antasioso milagro 'ue es lo mismo haban rehusado abandonar la Qrbe, aun cuando sus radiorreceptores ya los haban enterado de la llegada inminente de la armada puniti%a. $o 'uedaba un solo edi(icio en pie en Roma) el entero ejido urbano, la +iudad eonina, las pobladas +olinas, el *raste%ere, los suburbiosD todo haba sido li'uidado en (orma. /e haba trabajado a la %e! con bombas incendiarias y arrasantes1 y los %eleros, inm%iles a una inmensa altura, se haban repartido al pelo la ciudad debajo de ellos con matemtica precisin1 de modo 'ue pocos minutos despu#s del primer trueno abajo, y el inmenso hongo de humo y escombros, el 'uehacer 'ued terminado. os %oladores se haban dispersado entonces a los cuatro %ientos, persiguiendo y ame trallando las rutas y (erro%as por las cuales la poblacin en pnico haba tratado de sal%arse cuando la noticia haba llegado1 y las pesadas na%es de guerra no haban agotado toda%a las municiones, cuando no 'uedaba nada) operacin modelo. /e calculaba 'ue no menos de ciento treinta mil (ugiti%os retardados haban hallado la muerte. +ierto es, - comentaba El Tel*grafo, - 'ue muchos tesoros artsticos de gran %alor haban perecido1 pero esto era un precio insigni(icante 'ue pagar por la e"terminacin de la peste catlica. \ lega un momento deca 'ue incendiario todo es el 2nico remedio contra una casa empiojada], y obser%aba en seguida 'ue el total +olegio de +ardenales, encabe!ados por el Papa, todos los e"[monarcas de 0uropa, todos los ms (ren#ticos religionistas del mundo entero, 'ue haban (ijado su morada en la 5+iudad /anta6 cuya santidad, por lo %isto, no le sir%i de mucho haban sido li'uidados de un solo golpe1 y 'ue, por ende, una recrudescencia de la supersticin era desde ahora ms imposible, o poco menos, en el resto del orbe. /in embargo, no haba 'ue a(lojarles en ning2n modo. os catlicos 7si 'uedaba toda%a alg2n auda! para pretenderlo8 deban ser e"cluidos de todas las acti%idades de la %ida ci%ili!ada. @e acuerdo a los mensajes 'ue se reciban de todas las naciones cultas, un uni%ersal coro de aprobacin haba acogido la se%era y e"itosa medida.

11= Qnos pocos rganos de la opinin lamentaban el incidente, o ms bien el espritu con el cual se lo haba lle%ado. $o era hermoso, decan, 'ue los Humanitaristas debieran hacer recurso a la %iolencia1 pero ninguno pretenda sentir otra cosa 'ue accin de gracias en cuanto a los resultados. <rlanda tambi#n deba ser puesta en %ereda1 y eso, pronto. $o ms contemplaciones. 0staba aclarando ya rpidamente, y ms all del ro, a tra%#s de la ligera neblina in%ernal, uno o dos arreboles crdenos anunciaban una pesada aurora. *odo estaba sorprendentemente 'uieto, por'ue esta muchedumbre, cansada con los e"cesos de la noche, helada por el intenso (ro, y tendida hacia lo 'ue haba de %enir, haba cesado de alborotar. /olamente desde cada api&ada casa y a%enida y calleja %ena un murmullo hondo y constante, como el son del mar a lo lejos, roto de %e! en cuando por la bocina y el golpeteo de un motor y su rpido paso, al abrirse camino en el crculo e"terior del templo, y des%anecerse hacia la ciudad. K el albor aumentaba, y los globos el#ctricos empalidecan, y la neblina comen! a clarear, dejando %er, no el a!ul intenso 'ue prometiera la helada de la noche, sino un bajo y cenado nublo, pintado de gris y rosa claro, cuando el sol surgi, como un disco de cobre, ms all del ro. , las nue%e, la e"citacin subi un tanto. os policas entre Xhitehall y la ,bada, desde sus altas garitas a lo largo de la ruta, desde donde controlaban las alambradas, mostraron una cierta agitacin1 y un momento despu#s un auto policial silb por entre la pla!a a tra%#s de las pali!adas y desapareci hacia las torres. a turba murmull, y ondul, y redobl la atencin1 y un aplauso estall cuando, un momento despu#s, aparecieron cuatro coches ms, con las insignias del gobierno, y se perdieron en la misma direccin. 0ran los (uncionarios, se dijo, encaminndose al Patio del @en, donde haba de organi!arse la procesin. , las die! menos cuarto, la multitud en la parte Beste de la calle -ictoria le%ant su %o! en el Himno 4asnico1 y cuando #ste termin, y las campanas comen!aron a ronronear en las torres de la ,bada, un rumor comen! a correr, no se sabe cmo, de 'ue 3elsenburgh iba a estar presente. $o haba ra!n alguna toda%a, ni tampoco ms tarde, para suponerlo1 de hecho, $oticias ?r(icas declar despu#s 'ue era un ejemplo ms del mara%illoso instinto de la psicologa colecti%a1 por'ue solamente una hora despu#s los miembros del ?obierno recibieron en secreto la noticia. Pero es un hecho 'ue a las die! y media reinaba all un incesante bramido sordo, 'ue ahogaba incluso al broncneo clangor de las campanas - y llegaba ms all de Xhitehall, nada menos 'ue a los atestados pa%imentos de Xestminster-Bridge -, reclamando a Yulin 3elsenburgh. /in embargo, hasta entonces no se tena le menor noticia cierta del Presidente de 0uropa desde haca una 'uincena, si no es una conjetura no con(irmada de 'ue estaba con un gra%e asunto en el Briente. K en todo este tiempo, los motores con%ergan %eloces desde todas direcciones hacia la ,bada y desaparecan bajo el ,rco en el Patio del @en, conduciendo a los a(ortunados 'ue posean tarjetas para su admisin dentro del *emplo. ,plausos cundan y se e"tendan por la masa al ser reconocidos los personajes) ord Pemberton, Bli%er Brand y su mujer, 4ister +aldecott, 4a"Pell, /noP(ord con los delegados de 3rancia y ?ermaniaD incluso el lnguido 4ister 3rancis, el \ eremoniarius6 del ?obierno, cosech un aplauso. Pero cuando el campaneo hi!o pausa, a las once menos cuarto, ces del todo la a(luencia de coches1 las barreras bajaron para cerrar las rutas, las alambradas (ueron retiradas1 y la multitud por un instante, cesando su gritera, suspir con el ali%io de la

19: presin a(lojada, y comen! a mo%erse lentamente hacia delante. 4as apenas se asent otra %e!, comen! de nue%o el gritero por Yulin. 0l sol estaba alto ahora, toda%a un disco de cobre, ms plido 'ue una hora antes) la blancura de la ,bada, el gris oscuro del Parlamento, los mil tintes de las (achadas, los rostros, las banderas y los cartelones se hicieron distintos. Qna campana separada dio los cinco minutos para las once1 y al cesar los cinco golpes, para los 'ue estaban al alcance de or contra los portales del Beste, %ino el primer grito del inmenso rgano, re(or!ado por los clarines. K entonces, repentino y pro(undo como el soplo de la muerte, se aplorn un inmenso silencio. II +uando la campana de los minutos comen!, (undi#ndose en nota continua en los ecos de las inmensas b%edas, solemne y persistente, 4abel suspir y se arrellan en su asiento, dejando la posicin rgida 'ue haba guardado media hora mientras contemplaba el espectculo estupendo. e pareca 'ue lo haba asimilado al (in, 'ue haba %uelto a ser ella misma, 'ue haba bebido su harta!go de triun(o y de belle!a. 0ra como uno 'ue mira el mar a!ul de la ma&ana despu#s de la tormenta. K ahora %ena el clma". @e altar a portal y de lado alado, el interior de la ,bada era un rugoso mosaico de rostros humanos) planos %i%ientes, decli%es, recodos, paredes, ngulos y cur%as. 0l transepto /ur, inmediatamente ante su %ista, era una sbana de caras1 el piso estaba empedrado de ellas, cortadas por el %i%o escarlata del amplio pasaje en%erjado 'ue %ena de la +apilla de /anta 3ides1 ya la derecha, debajo del espacio abierto cabe el tabernculo el +aptulo era una masa de (iguras blancas, con sobrepellices, como esculpidas1 la alta galera del rgano, de la cual se haban abierto las cortinas, estaba repleta de ellas1 y all lejos, abajo, la umbrosa na%e e"tenda el mismo interminable pa%imento %i%iente hasta la sombra misma del prtico, y ms all, al in(inito. 0ntre cada grupo de columnas detrs de los sillones (raileros del +aptulo, delante de ellas, a derecha, i!'uierda y detrs, plata(ormas haban sido empotradas en las mismas paredes1 y el e"'uisito techo, los %entanales ner%ados y las %olantes b%edas eran para el ojo el 2nico escape de a'uella masa de humanidad. 0l %asto espacio 'ued inundado de golpe por la delicada lu! solar 'ue estall de los tubos escondidos bajo todos los altos rebordes, y derram el rub y el p2rpura y el celeste desde los altos %itrales en radios de color a tra%#s del aire pul%erulento, y en rotas pinceladas sobre los rostros y %estidos de abajo. 0l murmullo de las die! mil %oces hencha los mbitos, proporcionando el solemne acompa&amiento a las melodiosas notas 'ue ahora rodaban sobre #l. K, (inalmente, ms signi(icante 'ue todo, el %aco presbiterio al(ombrado a sus pies, el enorme altar con su %uelo de gradas, la suntuosa cortina de la imagen, y el troneto con su dosel toda%a inocupadoD 4abel necesitaba embriagarse de amor, por'ue anoche, antes de la llegada de Bli%er, su alma se haba sumergido en el horror. @esde el primer cho'ue de lo 'ue haba %isto desde la capillita, a lo largo de esas horas de espera en casa, sospechando 'ue #ste era el modo .con 'ue el 0spritu de Pa! mani(estaba su dominio, hasta el momento en 'ue haba sabido, en los bra!os de su esposo, el (inal de Roma, le haba parecido como si su nue%o mundo se hubiera corrompido de repente bajo sus pies. 0ra increble, se haba dicho, 'ue este monstruo rabioso, chorreando sangre de garras y dientes, 'ue haba surgido rugiendo en la noche, pudiera ser la Humanidad 'ue era su @ios. /iempre haba pensado

191 'ue el des'uite, la crueldad y la matan!a eran el caldo de la supersticin cristiana, muerta ya y sepultada por el nue%o ngel de lu!1 y ahora le pareca 'ue el monstruo 'ue le haban ense&ado a odiar %i%a ms 'ue nunca. *oda la tarde, desde 'ue su cho(er la arranc del d#dalo de las turbas, se haba sentado, caminado, tumbado en la cama de su casa, 'uieta, con el horror posado sobre sus d#biles hombros, abriendo de tanto en tanto la %entana en el aire helado para escuchar con las manos a(erradas al barrote los clamores y rugidos de la re%uelta desencadenada abajo, los golpes, los alaridos y las bocinas de los trenes del 0nlace, 'ue %olaban desde la campa&a a acrecer con sus cargas humanas el (renes de la ciudad1 y para mirar (ascinada las manchas rojas y tr#mulas y los %ol2menes de humo denso 'ue se al!aban de las iglesias y casas incendiadas. 0lla haba discutido, dudado, resistido a sus dudas, arrojando al cielo (ren#ticos actos de (e, intentando recobrar la con(ian!a 'ue haba creado con su meditacin. E/anto cieloF, Jesto era la pa! del alma, esa tormentaL /e haba dicho as misma 'ue las tradiciones son tenaces para morir1 se haba arrodillado, clamando al 0spritu de Pa! 'ue mora en el cora!n del hombre, como ella lo saba, aun'ue arrollado en este momento por las malas pasiones. Qnas %iejas lneas corran en su mente de un %iejo poeta %ictoriano) $adie ose atar la %ida, ` $adie se oponga en r#plica o en ruego) ` Rama seca o podrida. ` Pichn de(orme o ciego ` EPere!ca por el hacha o por el (uegoF 0lla se haba sentido, hels, de(orme y ciega. Haba incluso contemplado la muerte, como dijo a Bli%er) el 'uitarse la %ida, en un gran tedio de todo. /eriamente haba pensado en eso) era un escape per(ectamente dentro de sus ideas morales. .Por com2n consentimiento de todos, se pona ahora (uera de este mundo a los incurables y a los agoni!antes) las casas de eutanasia cuidaban de eso. JPor 'u# ella no entoncesL E0lla no poda tragarloF D @espu#s Bli%er haba %enido, y con su dulce ayuda se haba abierto camino a tra%#s de su congoja y retornado a la cordura1 y el (antasma haba desaparecido. +un sereno y sensible haba estado #l, pens ella, cuando la posey la majestuosa in(luencia de esta multitud recogida en este glorioso lugar de adoracin1 cun ra!onable en su e"plicacin de 'ue el hombre era toda%a un con%aleciente e"puesto a recadas. *oda la tarde, ella se haba estado repitiendo eso, pero (ue di(erente cuando se lo dijo #l1 y el nombre de 3elsenburgh, nombre de sal%acin, haba concluido la obra. - EBh, si estu%iera a'uF - suspir1 pero se acord en seguida de 'ue Nl estaba muy lejos. $o (ue sino hasta cerca de las once cuando ella supo 'ue las turbas a(uera estaban clamando tambi#n por #l1 y esto la consol toda%a ms. 0llos conocan tambi#n, pues, dnde estaba la sal%acin1 ellos saban dnde estaba su ideal, aun'ue acababan de traicionarlo. Bh, si estu%iera a'u no habra ms problemas1 las olas se a'uietaran debajo de sus pies di%inos, el nublado se disipara y el %entarrn morira en el silencio. Pero #l estaba muy lejos1 'ui#n sabe dnde, en alguna e"tra&a tarea. Bien, Nl saba lo 'ue tena 'ue hacer. ,lg2n da %endra a sus hijos, 'ue lo necesitaban tan tremendamente. Haba tenido la suerte de 'uedar solitaria en medio de la multitud. Qn %iejo semicanoso, con sus dos hijas detrs de #l, era su 2nico %ecino, (ranceses al parecer. , su i!'uierda se al!aba la particin, colgada de terciopelo rojo1 por sobre la cual poda %er el santuario y la estatua encortinada1 y su asiento en la tribuna, le%antado unos tres metros del suelo, le haca imposible la con%ersacin. 0staba contenta de esto1 no 'uera con%ersar, 'uera poseer sus potencias en silencio, rea(irmar su (e, mirar esa enorme concurrencia congregada para pagar tributo al gran espritu al 'ue haban traicionado, reno%ar su coraje y su (idelidad. /e pregunt 'u# dira el predicador, si habra un llamado a la

199 penitencia. 0l tema era la 4aternidad [ese aspecto benigno de la %ida uni%ersal -) ternura, amor, pasin 'uieta, recepti%a, protectora, el a(ecto 'ue a'uieta en lugar de e"citar, 'ue se a(ana en menesteres pac(icos, 'ue enciende las luces y el (uego del hogar, 'ue procura el sue&o, la comida, la salud, el bienestarD as campanas callaron, y un instante antes de comen!ar la m2sica, oy claramente, sobre el murmullo de adentro, el rugido de los de a(uera 'ue reclamaban su @ios. 0ntonces con un rasguido se despert el rgano en la cumbre, mechado por el clangor de las trompetas y el sacudido rodar de los tambores. $ing2n delicado preludio, ning2n lento mo%erse de la %ida a tra%#s del laberinto del misterio hacia la cima del #"tasisD sino ms bien el cenit de la %ida, el medioda del conocimiento y del poder, la plena cancula amaneciendo de golpe en la mitad del cielo. /u cora!n se apresur a acogerla, y su re%i%ida con(ian!a, toda%a con%aleciente, le%ant la cabe!a y sonri, al desatarse arriba las notas en pleno triun(o. @ios era el Hombre, en de(initi%a, un @ios 'ue anoche haba trope!ado por un momento, no un @ios impecable1 pero 'ue se al!aba de nue%o esta ma&ana de un nue%o a&o, disipadas las nieblas, dominando su pasin momentnea, dominador y bienamado. 0l Hombre era @ios, y 3elsenburgh su encarnacin. E/, deba creer esoF /, crea eso. 0ntonces %io cmo por (in la larga procesin se desarrollaba desde el portal del Beste y con delicado arti(icio la lu! creca ms y ms esplendorosa. Ka %enan, pues, esos ministros de un culto puro) gra%es %arones 'ue saban en lo 'ue crean1 y 'ue, si no estremecidos como ella de emocin en este instante 7pues de su marido, por lo menos, saba 'ue no lo estaba8, sin embargo crean en los principios de ese culto, y reconocan la necesidad de su e"presin sensible para las mayoras1 ya %enan en cuaternas, de a tres y de a uno, conducidos por guas re%estidos, ondulando por las graderas y emergiendo de nue%o en el coloreado mbito, en toda su pompa de mandiles masnicos, insignias y joyas. /eguramente esta espl#ndida %isin era para corroborar a cual'uiera. 0l presbiterio tena ahora dos o tres (iguras. 0l rostro ansioso del e"-Padre 3randis, en sus ropas rituales, baj gra%emente las gradas y pas, aguardando la cabe!a del cortejo, dirigiendo con gestos casi imperceptibles a sus sat#lites 'ue rebullan en las na%es, prestos a dirigir el mo%imiento del ro 'ue a%an!aba1 y los e"tremos de la sillera haban ya comen!ado a llenarseD cuando de repente ella sinti 'ue algo estaba ocurriendo. Hasta ahora mismo el rugido de la muchedumbre e"terna haba estado prestando una especie de bajo a la m2sica de adentro, imperceptible casi, a no ser a la subconsciencia, pero claramente discernible en su ausencia1 y ahora esta ausencia era un hecho. Primero pens 'ue la se&al del comien!o de la ceremonia los haba acallado1 pero en seguida, con una indescriptible emocin, record 'u#, en toda su e"periencia, una sola cosa haba %alido siempre para acallar una turba en tumulto. $o estaba segura1 poda ser una ilusin halagZe&a. Uui! la turba estaba gritando toda%a, y ella sorda1 pero de nue%o, con un sobrecogimiento 'ue llegaba casi a la angustia, percibi 'ue incluso en el interior el murmullo haba cesado de golpe1 y 'ue, a modo de una gran ola, una emocin estaba agitando los planos y pendientes de caras a su %ista, como el %iento agita un trigal. Qn momento despu#s estaba de pie, a(errada al parapeto, con su cora!n como un motor acelerado mandando pulsos de sangre (uriosos e insistentes a cada una de sus %enas1 por'ue, con un gran impulso rumoroso 'ue son como una brisa, perceptible incluso sobre el tr#mulo tumulto de la m2sica, toda la enorme concurrencia se haba puesto, como ella, de pie.

19I Qna con(usin pareci romper en el ordenado cortejo. -io a 4ister 3rancis correr hacia delante, gesticulando como un director de or'uesta, y a sus se&as la larga lnea retrocedi, se rompi, s# amontonD y %ol%i a resbalar rpidamente hacia adelante, rompi#ndose en %einte riachos 'ue se (iltraron por entre la sillera y la llenaron en un momento. os hombres corran y empujaban, los mandiles %olaban, las manos se&alaban, todo sin una palabra. Hubo un redoble de pies, un tumbo de sillas %olteadas, chistidos y empujones1 y entonces, como si un dios hubiese al!ado el ndice, la m2sica ces en seco, en%iando un eco perdido 'ue desmay y muri al momento1 un gran suspiro llen su lugar1 y, en la coloreada lu!solar 'ue ba&aba la inmensa longitud del pasaje abierto de 0ste a BesteD se %io a%an!ar pausadamente una (igura solitaria. III o 'ue 4abel %io y oy y sinti desde las once hasta hora y media despu#s del medioda en la primera ma&ana del a&o nue%o, jams pudo rememorarlo ordenadamente. @urante ese tiempo, perdi la continuidad de la conciencia y el poder de re(le"in1 por'ue 'ui! estaba toda%a d#bil de su lucha. /e suspendi en ella el proceso por el cual los hechos son alma cenados, clasi(icados y recordados1 era ella como un ser 'ue %i%e un solo largo acto, (uera del tiempo, en el cual la consideracin no jugaba sino a inter%alos inciertos. Bjos y odos parecan su 2nica %ida, comunicados con un cora!n ardiendo. $i si'uiera se dio cuenta en 'u# punto sus sentidos le dijeron 'ue ,'uel era 3elsenburgh. Pareca 'ue lo hubiese sentido a2n antes de 'ue entrara1 y sus ojos estu%ieron colgados de #l mientras en completo silencio cru! posadamente la al(ombra roja, soberbiamente solo, al!ndose uno o dos escalones a la entrada del coro, y pasando delante de ella. -ena en su toga judicial inglesa escarlata y negra, aun'ue ella lo ad%irti apenas. Para ella no e"ista ya nada ms 'ue su persona1 la %asta asamblea haba desaparecido, (undida y trans(igurada en la %ibrante atms(era de una inmensa humana emocin. $o haba nadie en ninguna parte, (uera de Yulin 3elsenburgh. a pa! y la lu! ardan como una aureola en torno de #l. Qn instante despu#s de pasarla desapareci detrs del p2lpito y luego reapareci, subiendo las gradas. leg a su sitioD 0lla poda %er su per(il debajo de ella, ligeramente a la i!'uierda, puro y (iloso como la hoja de un cuchillo, debajo de sus cabellos de nie%e. e%ant una manga orlada de armi&o, hi!o un simple gesto, y con un rumor de rompiente, los die! mil se sentaron. Hi!o otro gesto, y con un rugido ahogado estu%ieron otra %e! de pie. Hubo un nue%o silencio. 0staba all erguido, per(ectamente 'uieto, sus manos ligera mente posadas sobre la barra, el rostro mirando imperturbablemente delante1 no pareca sino 'ue Nl, 'ue haba atrado todos los ojos y acallado todas las %oces, aguardaba 'ue su dominacin se consumara1 y 'ue no hubiera sino una %oluntad y un deseo1 y #sos, en las manos de Nl. K despu#s comen! a hablarD ,'u tampoco, como despu#s re(le"ion 4abel, no 'ued grabacin literal ni precisa dentro de ella, de lo 'ue Nl dijo1 no hubo proceso consciente por el cual ella recibiera, acrisolara y aprobara lo 'ue oa. a imagen ms apro"imada con la cual ella pudo ms tarde describir a s misma su impresin, era 'ue no (ue 0l 'uien habl, sino ella misma. /us mismos pensamientos, predisposiciones, aprensiones, 'uerellas, su triste desencanto, su pasin, sus esperan!asD su mundo interior apenas conocido para ella misma, hasta

19A llegar a los ms tenues remolinos y pliegues del pensamiento, (ueron asumidos por este genio, limpiados, encendidos, satis(echos y preconi!ados. Por primera %e! en su %ida, se dio cuenta cabal de lo 'ue 5natura humana6 'uera decir1 por'ue era su propio cora!n el 'ue se haca mani(iesto, asumido por esa inmensa %o!. @e nue%o, como la otra %e! por pocos segundos en la +asa de Pablo, pareca 'ue la antes balbuciente creacin haba roto a hablar palabras articuladas - por (in - haba llegado a la adulte!, al pensar coherente y al lenguaje per(ecto. $o era Nl hablando a los hombres) era el Hombre mismo 'uien hablaba1 el Hombre, consciente, por (in, de su origen y de su destino, y de la larga peregrinacin intermedia1 el Hombre cuerdo despu#s de una bre%e demencia, consciente de su (uer!a, declarando su ley, lamentando en una %o! tan penetrante como un acorde de %iola su imper(ecta correspondencia. 0ra un solilo'uio, ms bien 'ue un discurso. Roma haba cado, <talia y ?ran Breta&a y ?ermania haban %isto sus calles salpicadas de sangre, el humo y las llamas se haban al!ado al cielo, por'ue en el hombre por un momento se haba despertado la (iera. Pero estaba hecho, grit la gran %o!, y no haba 'ue arrepentirse1 estaba hecho, y en las edades por %enir el hombre iba a hacer penitencia y a ponerse rojo de rubor al recordar 'ue una %e! haba %uelto sus espaldas al amanecer. 0sto no era ya oratoria, ni elocuencia, ni arte alguno) no haba recurso a lo estridente, ninguna pintura de los palacios desplomndose, las criaturas huyendo, las roncas e"plosiones, el temblor de la tierra y la agona de los condenados. Nl se las haba ms bien mano a mano con esos borrascosos cora!ones rugientes en las calles inglesas o germanas o e"altados en el aire %ernal de <talia, con las (eas pasiones 'ue all guerrearon, mientras los %oladores oscilaban en sus estaciones, pre&ados de %engan!a, de%ol%iendo conjura por conjura y %iolencia por %iolencia. Por'ue all, grit la %o!, estaba el hombre como haba sidoD precipitado en un instante a las crueles edades antiguas, aun despu#s de haberle sido re%elado lo 'ue #l era. $o hay arrepentimiento, declar otra %e! la potente garganta, pero hay algo mejorD y al deshacerse los tonos duros y metlicos, los ojos de la ni&a1 secos antes de %ergZen!a, se arrasaron en lgrimasD Haba algo mejor) el conocimiento de 'u# crmenes era capa! toda%a el hombre, de una y otra parte1 y la %oluntad de apro%echar ese conocimiento. Roma no era ms, y eso era lamentable y %ergon!oso. Roma no era ms, y el aire estaba ms limpio por eso1 RomaD y entonces en un instante, en un impre%isto %uelo de alondra, el orador estu%o arriba y lejos, lejos de la hrrida charca 'ue miraba un momento haca, de los cuerpos destro!ados y carboni!ados, de las casas en escombros y ruinas, y de todas las huellas de la <n(amia del hombre, hacia la pura lu! y el limpio ambiente adonde ya el hombre le%antaba de nue%o la cabe!a. 4as Nl lle%aba consigo, en ese %uelo mara%illoso, el roco de las lgrimas y las aromas de la tierra. $o haba ahorrado palabras para 'uebrantar y (ustigar el desnudo cora!n huma no, y no ahorr palabras para le%antar la sangrante y desmayada cosita, y sanarla y corroborarla con la di%ina %isin del amor. - EBh 4aternidadF - e"clam -. 4adre de todos nosotros. 75/i hubiera un cristiano a'uD6 pens 4abel en un relmpago de re(le"in.8 0ntonces, para los all congregados, sucedi una especie de milagroD Por'ue pareci de golpe 'ue ya no era un hombre 'uien hablaba, sino un ser en el plano de lo sobrehumanoD 0l cortinado se descorri, y no se supo nunca 'ui#n tir de los cordones y all se irgui la 4adre sobre el altar, blanca grandiosa protectora, cara a cara con el Hijo, hecho una apasionada encamacin del amor, 'ue la apostro(aba desde la tribuna.

19H - E4adre de todos nosotros y 4adre maF - K as canto tu pre! en tu cara, sublime principio de la -ida1 declaro tus glorias y tu poder, tu <nmaculada 4aternidad, las siete espadas de angustia en tu cora!n por el (renes y las locuras de tus hijos - y comen! a prometerle grandes cosas) el reconocimiento de todos los hombres, la bien%enida en nombre de los 'ue a2n se (ormaban en el %ientre. a llam /abidura del ,ltsimo, ese dulce orden de todas las cosas1 *orre de 4ar(il, +onsoladora del ,(ligido, Puerta del +ielo, Reina del 4undo1 y a los ojos en delirio de los 'ue e"tticos miraban la escena, pareci un instante 'ue la gra%e y hermosa (a! lo mir sonrienteD Qn gran resuello como de un organismo inmenso comen! a llenar el aire mientras la %o! torrencial se derramaba y la multitud comen!aba a mo%erse en masa hacia ella, como atrada por un imn. Blas de emocin la recorran, el grito de un hombre (uera de s mismo all entre los api&ados asientos, el rodar de un banco, y luego de otro y otro1 y los pasadi!os se llenaron, por'ue Nl ya no los tena pasi%os escuchando, sino 'ue los iba le%antando hacia alg2n supremo acto. a marca se arrastr ms cerca, y las caras miraban, ya no al Hijo, sino a la 4adre1 la ni&a de la galera se sujet a la barandilla y cay de rodillas sollo!andoD K sobre todos ellos la %o! subyugante resonaba y las largas manos de cera se alargaban de las anchas mangas de armi&o, como para abra!ar a todo el santuario. 0ra una nue%a historia la 'ue estaba diciendo ahora, y toda a la gloria de 0llaD -ena de Briente, ya todos lo saban, de un gran triun(o. Haba sido aclamado como Rey, adorado como @eidad, por'ue era manso y humilde de cora!n Nl, el humilde hijo sobrehumano de una madre humana Nl, 'ue no traa la 0spada sino la Pa!, no la +ru! sino la +orona. 0sto pareca 'ue estaba diciendo1 pero nadie all saba ya si lo deca o no1 si acaso su %o! lo proclamaba o eran sus propios cora!ones. 0staba en las gradas del santuario ahora, toda%a con los bra!os e"tendidos y el torren te de palabras apasionadas1 y la multitud camin hacia #l en el rumor de die! mil pasos y el suspiro de die! mil pechosD 0staba contra el altarD estaba sobre el altar. K de nue%o en un supremo clamor, al topar la turba con la gradera, la aclam Reina y 4adre suya. 0l (inal %ino entonces, %elo! e ine%itable. Por un momento, antes 'ue la ni&a de la galera cayera de rodillas, o(uscada en lgrimas, ella %io la (ina (igura suspendida all sobre las rodillas de la enorme estatua, entre sus blancos bra!os e"tendidos 'ue parecan %i%ientes, silente y trans(igurada en el incendio de las luces. a 4adre haba encontrado por (in a su Hijo, <sis, +ibeles, 4ara. Por un momento lo %io todo, el %uelo de las columnas, las doraduras y colores del techo, las cabe!as arracimadas, las manos le%antadas1 era un mar 'ue se hinchaba, las luces parecan oscilar como locas, el rosetn abigarrado girar sobre s mismo, el cielo abrirse, presencias in%isibles llenar el aire, y la tierra caer en #"tasis. 0ntonces en la lu! trans(igurada, al sonar de los tambores, por encima del batir de pies y de los gritos y sollo!os de las mujeres, en un trueno unnime de adoracin y rendimiento, die! mil %oces lo aclamaron /e&orD y @ios.

19O

LIBRO TERCERO. LA VICTORIA CAPTULO PRIMERO


I a salita donde el nue%o Papa estaba escribiendo era un modelo de sencille!. os muros eran de cal, el techo tirantes sin desbastar, y el piso de adobe. Qna mesa ocupaba el centro, con una silla1 un brasero listo para encender estaba en la ancha chimenea1 y un estante con una docena de libros, arriba. Haba tres puertas, una 'ue daba al oratorio pri%ado, otra a la antesala, la tercera a un pe'ue&o patio. as %entanas al sur estaban cerradas, pero a tra%#s de los desajustados marcos se (iltraban cuchillos de (iera lu! del ardiente da oriental. 0ra el tiempo de la siesta1 y e"cepto el tena! chirrido de las chicharras en la colina detrs de la casa, el ms hondo silencio. 0l Papa, 'ue haba almor!ado una hora antes, haba cambiado apenas de postura en todo el tiempo, tan absorto estaba en su lectura. Por un momento, todo haba sido dejado de lado) su memoria de estos tres 2ltimos meses, su amarga ansiedad, el peso agobiante de su responsabilidad. 0l libro 'ue sostena era una edicin barata de la (amosa biogra(a de Yulin 3elsenburgh, publicada un mes antes, y 'ue #l ya estaba terminando. 0ra un libro ntido y bien escrito, de mano annima, y se haba conjeturado incluso 'ue era la obra oculta del mismo 3elsenburgh1 pero la opinin com2n consideraba 'ue haba sido compuesto, sin e"cluir el consenso y aun la participacin del Presidente, por uno del pe'ue&o cuerpo de ntimos 'ue #l admita bien a%aramente a su trato - grupo 'ue ahora conduca bajo su direccin los grandes asuntos de Bccidente y Briente. Por el estilo del libro era casi seguro 'ue su autor era un occidental - (ranc#s o ingl#s. 0l cuerpo del libro %ersaba sobre su %ida, o ms bien sobre esos tres o cuatro a&os conocidos de ella, desde su rauda ascensin en la poltica yan'ui con su mediacin en el Briente, hasta el #"ito de cinco meses atrs, cuando en rpida sucesin haba sido aclamado 4esas en @amasco y (ormalmente adorado en ondres1 y de resultas elegido por una abrumadora mayora para el *ribunado Perpetuo de las dos ,m#ricas. 0l Papa haba pasado rpido los ojos sobre estos hechos e"ternos, 'ue ya conoca demasiado, y estaba estudiando con total atencin la sntesis de su carcter1 o mejor, como el autor se e"presaba pretenciosamente, de su 5mani(estacin al mundo6. ey la e"posicin de sus dos caractersticas capitales, el dominio sobre los hechos y el dominio sobre las palabras) \ as palabras, hijas de la tierra, se haban copulado en este hombre con los hechos, hijos del cielo1 y el /uperhombre era su reto&o]. *ambi#n sus otros rasgos eran notados, su apetito de literatura, su estupenda memoria, su (acilidad lingZstica de polglotaD Pareca poseer a la %e! el ojo telescpico y el microscpico - discerna lneas y mo%imientos de alcance uni%ersal y a otra mano tena una apasionada e"igencia del pormenor 2ltimo. -arias an#cdotas suyas ilustraban estas obser%aciones, y unos cuantos tersos a(orismos suyos eran recordados. \$ing2n hombre perdona deca -, solamente comprende]D \/e necesita una enorme 3e para renunciar a un @ios *rascendente]D \Qn hombre 'ue cree en s mismo es casi capa! de creer en el prjimo]D 0sta sentencia, al sentir del Papa, era tpica de ese supremo egotismo 'ue es el 2nico capa! de en(rentar

19> al espritu cristiano. K adems) \Perdonar un error es tolerar un crimen]1 y \0l hombre (uerte no es accesible a ninguno, pero todos son accesibles a #l]. Haba una cierta a(ectacin en esta ga%illa de obser%aciones1 pero %ena, como el Papa %ea bien, no del orador sino del escriba. Para el 'ue hubiera %isto el orador era llano cmo haban sido pro(eridas, - sin ponti(icatura ninguna, sino en un (iero %entarrn de elocuencia1 o dejadas caer con esa impresionante y e"tra&a simplicidad 'ue haba caracteri!ado su primer ata'ue en ondres. 0ra posible odiar a 3elsenburgh o temerlo1 ignorarlo no era posible. Pero el gran deleite de su bigra(o era %isiblemente tra!ar el parangn entre su h#roe y la $atura. 0n uno y otro e"istan las mismas aparentes contradicciones) la combinacin de una total ternura con una total rigide! ine"orable. \0l poder 'ue cura heridas tambi#n las in(iere1 el 'ue cubre el muladar de sua%es matas y hierbas, tambi#n re%ienta en %olcanes y terremotos1 el 'ue incita al (aisn a morir por sus cras, tambi#n hace al aguilucho con su cruel despensa %i%aD]. o mismo con 3elsenburgh) el 'ue haba llorado sobre Roma cada, un mes despu#s haba hablado del e"terminio como instrumento 'ue poda ser manejado, a2n ahora en ser%icio de la Humanidad. /olamente) \4anejado con deliberacin, no con pasin]. 0sta 5@eclaracin6 haba suscitado %i%simo inter#s, desde 'ue pareca tan paradojal en uno 'ue proclamaba tolerancia y pa!1 y una discusin haba roto en todo el mundo. Pero (uera de urgir la dispersin de los <rlandeses catlicos, y la ejecucin de unos cuantos cabecillas, no se haba puesto por obra. +on todo, el mundo tomado en conjunto la haba recibido1 y estaba como en e"pectacin sobre su cumplimiento. 0l bigra(o argZa 'ue el uni%erso (sico deba sin duda acoger y (a%orecer a uno 'ue segua sus preceptos, uno 'ue haba sido, en %erdad el primero en introducir en el cdigo de las relaciones humanas leyes naturales tan ob%ias como la /uper%i%encia del ms apto y la <nmoralidad del Perdn. Haba misterio en el Qni%erso1 haba misterio en su Hijo1 y ambos deban ser aceptados como eran, si el hombre haba de ir adelante. K el secreto de todo pareca ci(rado en /u Personalidad. -erle a Nl era creer en Nl1 o mejor dicho, aceptarlo como irre(ragablemente %erdadero. \$osotros no ra!onamos a la naturale!a ni escapamos de ella por ra!ones de sentimiento) la liebre grita como un ni&o, el cier%o herido llora gruesas lgrimas, el churrinche da muerte a sus padresD la %ida e"iste en (uncin de la muerte1 yeso todo e"iste por ms teoras, 'ue no cambian nada, y podamos nosotros urdir. a %ida debe ser aceptada en estos t#rminos1 no podemos errar si seguimos la natura1 y aceptarlos es justamente encontrar la pa!) nuestra gran 4adre slo re%ela sus secretos a 'uien la toma como ella es]D ,s tambi#n 3elsenburgh. \$o nos compete discriminar1 su personalidad es de tal condicin 'ue no lo admite. Nl es su(iciente y completo para 'uienes con(an en Nl y aceptan el su(rir por Nl1 y un oscuro y odioso enigma para los 'ue no. @ebemos prepararnos para el desembo'ue lgico de esta doctrina. a sensiblera no debe dominar la ra!n.] +omo conclusin, el autor mostraba cmo a este Hombre competan propiamente todos los ttulos otrora prodigados a imaginados /eres /upremos. 3ue simplemente en preparacin de Nl por lo 'ue todos esos ttulos surgieron en los reinos del pensar y modelaron las %idas humanas. Nl era el reador5 por'ue a Nl le estu%o reser%ado traer al ser la per(ecta %ida de unin hacia la cual el mundo haba gemido largamente en %ano) Nl solo haba hecho al hombre a su imagen y semejan!a.

19; 4as era tambi#n el Redentor5 por'ue esta semejan!a haba pree"istido siempre en cierto modo debajo del tumulto del error y la disensin. 0l haba sacado al hombre de la oscuridad y la sombra de la muerte, guiando sus pies por la %a de la pa!1 y por esa misma causa era el -alvador% 0ra el #i1o del #ombre5 por'ue slo Nl era per(ectamente humano1 era el "bsoluto5 por'ue contena en s todos los ideales1 el Eterno5 por'ue haba pree"istido siempre en las %irtualidades de la $atura como un plasma %ital germinati%o 'ue haba asegurado la continuidad de su e%olucin1 el Infinito5 por'ue todas las cosas hasta ahora tenidas por in(initas se ci(raban en Nl1 y a2n 'uedaban cortas, pues Nl era mayor 'ue la suma de ellas. 0ra pues el "lfa y $mega5 el Principio y el 3in, el Primero y el Tltimo. 0ra el Dominus Deus Noster 7como haba sido @omiciano, pens el Papa8. 0ra tan simple y tan complejo como la %ida misma1 simple en su esencia, complejo en sus mani(estaciones. K por sobre todo, la suprema prueba de su misin estaba en la naturale!a inmortal de su mensaje. $o haba nada 'ue a&adir a lo 'ue Nl haba trado a lu!1 por'ue en Nl todas las lneas di%ergentes encontraban al (in su origen y su (oco. *raer en cuestin de si Nl haba de resultar personalmente inmortal o no, era impertinente1 sera enteramente congruo 'ue a tra%#s de Nl el eterno Principio -ital descubriese su 2ltimo secreto1 el indi%iduo no estaba ya separado de sus iguales1 la muerte no era ms 'ue una arruga yendo y %iniendo sobre un oc#ano inmutable. 0l humano haba aprendido al (in 'ue la especie era todo y #l nada1 la c#lula haba descubierto la unidad del 5soma61 ms a2n 7los pensadores ms e"celsos lo declaraban8) la conciencia indi%idual haba rendido el ttulo de personalidad al cuerpo comunitario del hombre - y el desasosiego del tomo se haba sumergido en la pa! corporati%a del todo1 pues nada (uera de eso poda e"plicar la mara%illosa cesacin de la lucha de partidos y naciones1 y #sta haba sido ante todo obra de 3elsenburgh. \Heme a'u para siempre con %osotros - el autor citaba para concluir, de uno de los ms admirables monumentos de la lengua inglesa - desde ahora hasta la consumacin de los siglos1 y el +onsolador os ha llegadoD Ko soy la puerta - el camino, la %erdad y la %ida el Pan de -ida y el -ino - de la <nmortalidad. 4i nombre es el 0sperado, el Prncipe de la Pa!, el Padre Perenne. Ko soy el @eseado de todas las naciones, el Hermoso entre los hijos de los hombres - K mi reino no tendr (inD ]. 0l Papa se ech para atrs y dej caer el libro cerrando los ojos. II +uanto a #l, J'u# tena contra todo estoL Qn @ios *rascendente 'ue se esconda, un /al%ador @i%ino 'ue no %ena, un +onsolador no %isto ni odo ms 'ue en el %iento impetuoso y el (uego de lejanos tiempos. ,ll, en el cuartito contiguo, haba un altarcillo de madera, sobre #l un co(re de hierro, dentro de #l una copa de plata, y en la copa de plataD ,lgo. 3uera, a unos cien metros, dorman las b%edas y a!oteas de una aldehuela llamada $a!aret1 el monte +armelo a la derecha, a unos dos .ilmetros, el *abor a la i!'uierda, la llanura de 0sdreln al (rente1 y detrs, +an y la ?alilea, el lago 'uieto y el monte Hermn. K muy lejos, al sur, Yerusal#nD , esta diminuta (aja de tierra santa haba cado el Papa) la tierra donde la (e haba brotado dos mil a&os antes, y 'ue, a menos 'ue @ios hablara en truenos desde el cielo, sera amputada 'ui!s de una %e! como un estorbo del mundo. 0ra en esta misma tierra material donde Qno haba caminado, 'ue todos los hombres creyeron sera el 'ue

19= redimira a <srael - en esta aldea Nl haba ido por agua, y cla%ado cajas y sillas1 en este mismo lago haba caminado sobre el agua1 en a'uel alto monte se haba iluminado en gloria1 en a'uella monta&a roma del norte haba prometido 'ue los mansos eran benditos y 'ue iban a heredar la tierra1 los paci(icadores, llamados Hijos de @ios1 los 'ue tenan hambre y sed, saciadosD K ahora se haba llegado a esto. a cristiandad se haba disipado en 0uropa como un atardecer sobre picos oscurecidos1 Roma eterna era un montn de escombros1 en el 0ste y el Beste a la %e! un hombre haba sido puesto sobre el altar de @ios, y reconocido como di%ino. 0l mundo haba adelantado a saltos1 la ciencia social reinaba1 los hombres haban aprendido la coherencia. K haban aprendido tambi#n las lecciones sociales del +ristianismo, al margen de un @i%ino 4aestro1 o ms bien, como decan, a despecho de #l. Haban 'uedado 'ui!s tres, 'ui!s cinco, a lo ms die! millones - era imposible saberlo - en todo el globo habitado 'ue toda%a %eneraban a Yesucristo como @ios. K el -icario de Yesucristo, en su salita encalada de $a!aret, %estido tan simplemente como Nl, esperaba el (in. Haba hecho lo 'ue haba podido. Hubo una semana, cinco meses haca, en 'ue no se saba 'u# cosas se podan hacer. Uuedaron tres +ardenales %i%os, #l mismo, /teinmann y el Patriarca de Yerusal#n1 el resto yaca entre%erado all en las ruinas de Roma. $o haba precedentes 'ue imitar1 as 'ue los dos europeos se juntaron con el oriental en la 2nica ciudad donde toda%a pareca haber sosiego. +on la desaparicin de la <glesia ?riega Brtodo"a, all haban desaparecido tambi#n los 2ltimos rescoldos de la guerra intestina de la +ristiandad1 y por una suerte de consentimiento tcito, los cristianos eran dejados en pa! en Palestina. Rusia, de 'uien dependa ahora la regin, tena su(iciente sentimiento para acordarles una moderada libertad1 aun'ue ciertamente los lugares sacros haba sido desecrados, y 'uedaban solamente como curiosidades ar'ueolgicas1 los altares haban desaparecido, aun'ue sus sitios 'uedaron marcados1 y aun'ue la misa no poda celebrarse en ellos, era supuesto 'ue los oratorios pri%ados no estaban prohibidos. 0n este estado haban encontrado los dos +ardenales europeos la +iudad /anta1 haban %isto 'ue no era cuerdo lle%ar insignia de ninguna clase en p2blico1 y era prcticamente cierto 'ue el mundo ignoraba su e"istencia1 por'ue a los pocos das de su llegada el %iejo Patriarca haba pasado de esta %ida, aun'ue no antes de 'ue Percy 3ran.lin, seguramente en las condiciones ms e"tra&as desde el primer siglo de la <glesia, hubiese sido elegido para el /umo Ponti(icado. *odo haba sido hecho en bre%es minutos, al lado del lecho de un en(ermo. os dos ancianos haban insistido. 0l germano haba incluso recurrido una %e! ms al e"tra&o parecido entre Percy y Yulin 3elsenburgh1 y haba musitado su balbuceante obser%acin acerca de la 5anttesis6 y el 5@edo de @ios61 y Percy, espantndose de su agorera, haba terminado por aceptar, y la eleccin (ue registrada por un 5cad6 musulmn, escribano p2blico. Haba adoptado el nombre de /il%estre, el 2ltimo santo del a&o, y era el tercero de este titulo. @espu#s se haba retirado a $a!aret con su capelln1 y /teinmann haba retornado a ?ermania, y haba sido ahorcado en un tumulto a las dos semanas de su llegada. /u primer asunto (ue la creacin de nue%os +ardenales1 y a %einte personas, con in(initas precauciones, les (ueron dirigidos Bre%es. $ue%e declinaron1 y tres ms (ueron re'ueridas, de las cuales una sola acept. Haba pues, en ese momento, doce personas en el mundo 'ue constituan un disperso 5/acro +olegio6) dos ingleses, de los cuales uno era +or.ran1 dos americanos, un (ranc#s, un alemn, un italiano, un hispanoamericano, un

1I: polaco, un chino, un griego, y un ruso. es haban sido con(iados distritos inmensos, sobre los cuales su autoridad era e"trema, sujeta solamente a la del Padre /anto. 0n lo 'ue mira a la %ida del Papa, poco haba 'ue decir. Pareca en sus adjuntos e"teriores, pensaba #l, la de un en el 4agno, sin su mundana pompa e importancia. *ericamente, el mundo cristiano estaba bajo su dominio1 prcticamente empero los asuntos eclesisticos eran administrados por las autoridades locales. e era imposible por cien ra!ones, hacer su deseo con respecto a las comunicaciones. Qna complicada ci(ra haba sido combinada, y una estacin radiotelegr(ica pri%ada erigida en su a!otea, y comunicada con otra en @amasco, donde el jo%en +ardenal +or.ran se haba radicado1 y desde este centro, se despachaban irregularmente mensajes a las otras autoridades por do'uiera1 pero, por lo general, poco se poda hacer. 0l Papa empero tena la satis(accin de 'ue un pe'ue&o progreso se haba e(ectuado, con increble di(icultad, en la reorgani!acin de la jerar'ua en todas partes. /e haban consagrado Bbispos libremente) haba no menos de doscientos en todo1 y de sacerdotes, un n2mero desconocido. a Brden del +ruci(icado estaba trabajando bien, y los relatos de unos cuatrocientos martirios haban llegado a $a!aret en los 2ltimos dos meses, perpetrados casi todos por mano de las turbas. 0n todos los respectos, lo mismo 'ue en el principal objeto de la Brden 7a saber, o(recer a todos los 'ue amaban a @ios una oportunidad de dedicarse a Nl ms per(ectamente8, los nue%os religiosos estaban trabajando bien. os encargos ms peligrosos - comunicaciones entre prelados, comisiones a personas de integridad suspecta -, todos los negocios 'ue de hecho eran lle%ados a riesgo de la %ida del agente, eran encomendados solamente a los miembros de la Brden. <nstrucciones estrictas desde $a!aret urgan 'ue ning2n Bbispo osara e"ponerse innecesariamente) cada uno deba mirarse a s mismo como el cora!n de su grey, el cual deba ser protegido a toda costa, menos la del honor cristiano1 y en consecuencia cada uno estaba rodeado de un grupo de los nue%os religiosos - hombres y mujeres - 'ue con obediencia e"traordinariamente generosa emprendan todas las tareas peligrosas de 'ue eran capaces. 0ra llano actualmente 'ue de no ser por la Brden, la <glesia hubiese 'uedado poco menos 'ue parali!ada bajo las nue%as condiciones. 3acilidades e"traordinarias haban sido concedidas en todo sentido. *odo sacerdote perteneciente a la Brden tena jurisdiccin uni%ersal sujeta al %isado del Bbispo de la @icesis en 'ue %ersara, si lo haba. *odos los das poda decirse la 4isa de las +inco @agas, la Resurreccin o $uestra /e&ora1 y todos tenan el pri%ilegio del altar porttil, incluso de madera. *odos los re'uisitos lit2rgicos haban sido a(lojados1 cual'uier %aso decente para el cli!, incluso %idrio o porcelana1 ninguna %estidura obligatoria, e"cepto el cordoncillo 'ue representaba la estola1 los cirios no eran esenciales1 y mucho menos los talares1 y el rosario, re!ado incluso con los dedos, era permitido siempre como sustitucin del Bre%iario. os sacerdotes haban sido habilitados para o(recer el /anto /acri(icio y los sacramentos al riesgo menor posible - Percy recordaba su misin a la se&ora Brand -1 y estas (acilidades se mostraron de enorme ayuda en las crceles europeas, donde millares de catlicos pagaban reata por haber rehusado el culto o(icial. a %ida pri%ada del Papa era tan simple como su casa. *ena un sacerdote sirio por capelln, y dos sir%ientes rabes. @eca misa cada ma&ana, lle%ando ornamentos y el hbito blanco debajo1 y oa despu#s otra misa. *omaba ca(#, despu#s de cambiarse en el alborno! usado en la comarca, y pasaba la ma&ana en su trabajo. ,lmor!aba, dorma un

1I1 rato, y sala a caballo, pues la comarca medio perdida del mundo conser%aba costumbres anta&onas. -ol%a al atardecer, cenaba y trabajaba de nue%o hasta muy alta la noche. 0sto era todo. /u capelln despachaba los mensajes necesarios a @amasco. /us sir%ientes, ignorantes por su parte de su dignidad, trataban con el mundo %ecinal en lo estrictamente necesario1 y lo ms 'ue sus con%ecinos parecan conocer de #l era 'ue %i%a en la casa del %iejo 5shei.6 un europeo e"c#ntrico con un trasmisor radiotele(nico. /us sir%ientes, de%otos catlicos, lo tenan por un obispo y nada ms. /e les haba in(ormado 'ue toda%a haba un Papa %i%iente en alguna parte1 y con esto y los sacramentos %i%an tran'uilos. 0n suma, pues) el mundo catlico conoca 'ue su Pont(ice %i%a bajo el nombre de /il%estre1 y de toda la ra!a humana, trece personas saban 'ue su nombre haba sido 3ran.lin1 y 'ue el trono de Pedro estaba en $a!aret. 0ra como un escritor haba dicho un siglo antes) el catolicismo sobre%i%a, pero nada ms. III /u %ida interiorD Nl se reclinaba ahora en su silla de madera, pensando con los ojos cerrados. /u %ida interiorD $o poda describrsela ni a s mismo en (orma clara, por'ue apenas le prestaba atencin) obraba en %e! de e"aminarse. Pero el n2cleo de su estado era la pura (e. /u pensamiento segua siendo 'ue la Religin +atlica daba la 2nica e"plicacin adecuada del uni%erso1 'ue no abra todas las incgnitas, pero s mucho ms 'ue cual'uier otra lla%e conocida. /aba tambi#n per(ectamente bien 'ue era el 2nico sistema de pensamiento satis(actorio en su conjunto, 'ue daba cuenta del hombre en toda su naturale!a. -ea bastante claro 'ue su (racaso en el unir los hombres unos con otros, radicaba no en su debilidad sino en su (uer!a1 'ue haba sido recha!ado y no usado justamente por'ue sus lneas se unan no en lo temporal sino ms all. K con esto, por otro lado, #lD crea. Pero sobre este sustrato (irme haba otros estados de nimo cuyas %ariaciones estaban (uera de su control. *ena das de pesade! y das de e"altacin1 y lo curioso era 'ue en los das de pesade! no se e'ui%ocaba nunca. 0n sus humores e"altados, 'ue %enan sobre #l como una brisa del paraso, el hori!onte se abrillantaba de drama y de esperan!a) se %ea a s mismo y a sus compa&eros como Pedro y los apstoles se pudieron %er a s propios, cuando proclamaban a los cuatro %ientos, en sinagogas, suburbios, pla!as p2blicas, mercados y casas de (amilia, la (e 'ue haba de sacudir y trans(ormar al mundo. 0llos haban tocado al /e&or de la -ida, haban %isto el sepulcro %aco y tanteado las manos per(oradas del 'ue era su @ios y los llamaba hermanos. 0ra %erdad radiante, no importa 'ue ning2n hombre la admitiera) la monta&a aplastante de incredulidad no poda destruir un hecho 'ue era ms duro 'ue el diamante, como el sol en los cielos para un mundo de ciegos. /obre eso, lo desesperado mismo de la causa era ocasin de entusiasmo. $o haba tentacin de apoyarse sobre el bra!o de la carne. $o haba ms apoyo 'ue el poder de @ios - el milagro. /u desnude! era su armadura, sus lenguas duras eran su elocuencia, su debilidad apelaba a la (uer!a di%ina - y la obtenan. /in embargo, haba una di(erencia y era capital1 pues el mundo espiritual para Pedro tena la (irma y la garanta de los hechos e"ternos 'ue #l haba presenciado) #l haba tocado al +risto resurrecto1 lo e"terno corroboraba lo interno. Pero para /il%estre no era as. Nl tena 'ue a(errar de tal modo %erdades in%isibles del plano sobrenatural 'ue los hechos, como los milagros de +risto o la Resurreccin, en %e! de probados tenan 'ue ser probados por ellas. +laro 'ue

1I9 histricamente hablando esos hechos eran ciertos1 pero no presentes y tangibles) haba 'ue probados laboriosamente, y a2n para eso se necesitaba la gracia. 0l mundo conoca los e(ectos de la Resurreccin 7aparentemente nulos hoy da8 y por tanto +risto haba resucitado. K as su alma caa a %eces bruscamente en el otro e"tremo. Haba perodos, a %eces de %arios das, 'ue lo ensombrecan desde 'ue despertaba, lo acosaban cuando 'uera dormir, le 'uitaban hasta el gusto del /acramento del ,ltar) tiempos en los cuales la oscuridad se haca tan espesa 'ue hasta los ms slidos objetos de la (e empalidecan como sombras, en 'ue una parte de su mente 'uedaba ciega no slo acerca de +risto sino hasta de @ios, de la e"istencia de @ios - en 'ue su tremenda dignidad le pareca las hopalandas de un loco. J0ra concebible, preguntaba su discurso terreno, 'ue #l, y su s#'uito de doce, y unos cuantos millares de hombres, tu%ieran ra!n y 'ue el consenso uni%ersal del mundo entero estu%iera e'ui%ocadoL Ka no era 'ue el mundo entero no hubiese odo el mensaje del 0%angelio con todas sus nue%as y pruebas1 no haba odo casi otra cosa durante dos mil a&osD y lo haba declarado (also - (also en sus credenciales, y por ende (also en su contenido. 0ra una causa perdida por la cual estaban su(riendo1 #l no era el 2ltimo de una augusta dinasta, sino el pabilo (#tido de una candela de locura) era la reduccin al absurdo de un silogismo ridculo de premisas imposibles. Nl y sus compa&eros eran los chi'uillos castigados con orejas de burro, de rodillas en un rincn de la escuela1 la cordura se sentaba en los slidos bancos del materialismoD K esta desolacin se haca a %eces tan oscura, 'ue #l casi se persuada de 'ue haba perdido la (e1 los clamores de la imaginacin y el discurso eran tan %lidos 'ue el susurro del cora!n y de la inteligencia no se oan1 los anhelos de un poco de (elicidad en esta %ida, de un descanso, eran tan acres 'ue silenciaban todas sus ambiciones sobrenaturales1 tan densa era la cerra!n 'ue, esperando contra toda esperan!a, creyendo contra la ciencia, y amando irra!onablemente, gritaba como Btro haba gritado un da) @Eli5 Eli5 lama sabac!tani, Pero esto por lo menos jams dejaba de gritar. Qna sola cosa, al menos en cuanto #l poda %erle daba el poder de continuar) su oracin. Haba andado mucho en ese camino desde sus antiguos es(uer!os deliberados. ,hora no haca descensos deliberados dentro de s mismo1 de golpe, al!ando las manos sobre la cabe!a, como si dij#ramos, se dejaba caer en lo inespacial. a conciencia lo sacaba hacia arriba, como a un corcho, pero #l no haca ms 'ue repetir el abandono, hasta 'ue una cesacin de acti%idad, 'ue era en realidad otra suprema acti%idad, lo dejaba suspendido en el reino de lo trascendente. K all @ios trataba con #l, ahora con una sentencia inteligible, ahora con una espada de pena, ahora con un airecillo como la %i%(ica brisa del mar1 algunas %eces despu#s de la +omunin, otras %eces al ir a dormirse, e incluso en el remolino del trabajo. /in embargo estos to'ues resbalaban en la super(icie de su conciencia1 poco rato despu#s, a %eces, estaba luchando de nue%o con los importunos duendes de su discurso y su imaginacin. K as estaba ahora all, en su silla, re%ol%iendo las impert#rritas blas(emias 'ue acababa de leer. /u cabello blanco era ya ralo en sus doradas sienes, sus manos eran casi transparentes, y su rostro ju%enil estaba a(ilado y hundido por las penas. /u pie desnudo asomaba debajo de la t2nica blanca, y el %iejo poncho gris estaba en el suelo a su lado. Haba pasado una hora as, y el sol haba remitido su rigor cuando sonaron a(uera las pisadas de los caballos en el patiecito enlosado. 0ntonces se le%ant, desli! los pies en

1II las sandalias y al! el poncho rabe del suelo, al abrirse la puerta y entrar el preste cence&o. - os caballos, /antidad - dijo. 0l Papa habl una sola palabra esa tarde, y #sa cuando los dos al atardecer llegaron al sendero de cabras 'ue enla!a $a!aret con el *abor. Haban hecho su %uelta habitual por +an, subiendo una loma desde donde se %ea el largo espejo del ?enesaret y adelantando, siempre hacia la derecha, bajo la sombra del *abor, hasta 'ue 0sdreln se abri debajo de ellos como un %asto crculo color cardenillo, treinta .ilmetros de ancho, salpicado solamente de grupos de cho!as, a!oteas y paredes blancas, con $am %isible al otro lado, el +armelo al!ando su pesada mole all lejos a la derecha, y $a!aret cobijndose a unos dos .ilmetros de la meseta sobre la cual (renaron. 0ra una %ista de e"traordinaria pa!, y pareca arrancada de alg2n %iejo libro de paisajes. $o haba all api&amiento de casas, hormigueo de humanidad agitada, ni (#rreas e"posiciones de ci%ili!acin industrial e incesante in(ruct(ero trajn. Qnos pocos judos cansados se haban 'uedado en su 'uieto terru&o, como los ancianos se 'uedan en sus casas %iejas, sin esperan!as de reno%adas, sin resurreccin de sus ideales, con ese sentimiento instinti%o 'ue pre%alece sobre todos los moti%os lgicos1 y unos cuantos barracones enormes abandonados, mal unidos a los %et#rrimos pueblitos, testimoniaban el %ano es(uer!o del Reino de <srael dos generaciones antes. 4as los pueblitos seguan como haban sido %einte siglos antes. a meseta estaba bajo la sombra del monte +armelo, y bajo la lu! de oro pul%erulento, mitad y mitad. 0n el cenit el claro cielo oriental estaba te&ido de rosa, como lo estu%o para ,brahn, Yacob y @a%id - y el hijo de @a%id. Pero ahora no haba en el cielo una nubecita del tama&o de una mano, cargada a la %e! de promesa y amena!a1 ni el ruido de carros de guerra del cielo o de la tierra1 ni %isin de caballos con alas, como un jo%en pro(eta haba %isto all treinta centurias haca. ,'u estaba la %etusta tierra y el %etusto cielo, inmutados e inmutables1 el paciente y %ol%edor %erano haba estrellado el ligero humus con las (lorecillas de Bel#n1 y esos (ulgentes lirios con los cuales la p2rpura de /alomn no poda parangonarse. $o haba ruido de alas desde el *rono, como cuando ?abriel cort ese mismo aire para saludar a la bendita entre todas las mujeres, ni soplo alguno de las antiguas promesas o esperan!asD a no ser el 'ue @ios en%a a tra%#s de la %i%iente abigarrada t2nica de su creacin sensible. +uando los dos (renaron, y los caballos otearon con serios y escrutantes ojos la inmensidad debajo de ellos, un sua%e grito gutural %ino de abajo, y un pastor comen! a pasar lentamente la ladera a la %ista de ellos, arrastrando su larga sombra detrs de #l1 y al sua%e tintineo de los cencerros su reba&o lo sigui, una pe'ue&a grey de dciles o%ejas y ariscos cabros, ramoneando, y corriendo, y ramoneando de nue%o, al ir hacia el aprisco, llamadas por su nombre en la %o! triste y baja del 'ue las conoca cada una, y las preceda en lugar de arrearlas. 0l sua%e tintineo se atenu, la sombra del pastor les toc los pies al tramontar el (ilo de la loma y se des%aneci al descender del otro lado1 y su llamado se haca imperceptible1 y desapareci. 0l Papa le%ant la diestra a sus ojos y despu#s se la pas por la cara. <ndic con el mentn un borroso parchecito de casitas blancas, 'ue parpadeaban a tra%#s de la neblina %ioleta del crep2sculo. - ,'uel lugar, Padre - dijo -, Jcmo se llamaL

1IA 0l preste sirio mir all con %i%acidad, %ol%i el rostro al Papa, y mir de nue%o. J,'uello entre las palmas, /antidadL - /. - ,'uello es 4eggido - dijo -1 algunos lo llaman ,rmaggednD

CAPTULO SEGUNDO
I ,ntes de la medianoche el sacerdote sirio se despert y sali para esperar la llegada del chas'ui de *iberades. Qnas dos horas antes haba escuchado la sirena de la aerona%e rusa 'ue una @amasco con *iberades y *iberades con Yerusal#n. 0%identemente, el chas'ui estaba en retardo. 0ran comodidades muy primiti%as, por'ue Palestina estaba al margen del mundo - una (aja de tierra est#ril - y era necesario 'ue un jinete %iniera de *iberades a $a!aret cada noche con papeles del +ardenal +or.ran al Papa, y retornara con su correspondencia. 0ra tarea peligrosa1 y los miembros de la nue%a Brden 'ue circundaban al +ardenal la cumplan por turnos. @e esta manera todos los asuntos 'ue re'ueran la atencin personal del Pont(ice, y 'ue eran muy largos o no muy urgentes, podan ser %istos con holgura1 y las respuestas podan %ol%er a las %einticuatro horas. 0ra una clara noche de luna llena. 0l gran cmbalo de oro estaba subiendo sobre el *abor y %olcando su e"tra&a lu! metlica sobre las pendientes y sobre la campa&a (ragosa 'ue parta hacia arriba desde la misma puerta trasera de la casa, tro'uelando sombras negras 'ue parecan ms maci!as y reales 'ue las bru&idas tajadas de las rocas y aun 'ue los gui&os de diamante en%iados por el cuar!o y el cristal 'ue salpicaban el sendero pedregoso. +omparado con este blanco esplendor, la lu! amarilla de la mal cerrada casita pareca caliente y oleosa1 y el preste, apoyado en la jamba de la puerta, brillantes como de gato los ojos en el moreno rostro, comen! por (in con una especie de oriental sensualidad a ba&arse en la lu! tibia, y e"tendi las dos manos hacia ella. 0ra un hombre del todo sencillo, en su (e como en su %ida. Para #l no e"istan ni los #"tasis ni las desolaciones de su je(e. 0ra un inmenso y solemne go!o para #l, %i%ir a'u en el rinconcito de la encarnacin del -erbo, y en el ser%icio de su -icario. 0n cuanto a las agitaciones del mundo, las miraba como desde un barco un hombre puede mirar el bailoteo de las olas abajo. Por supuesto el mundo andaba in'uieto, algo de eso perciba1 por'ue, como dijo un doctor latino, in'uietos estn todos los cora!ones hasta 'ue descansen en @ios. 0uare fremuerunt gentes+ adversus D.minum et adversus !ristum e1usA JPor 'u# andan clamando los pueblos contra de @ios y contra su +ristoL - haba ledo en la misa de la ma&ana. 0l (in de todo eso no le preocupaba. Poda ser 'ue el barco (uera arrollado, pero el momento de la catstro(e iba a marcar tambi#n el (in de todas las cosas terrenas. as puertas del in(ierno no pre%alecern1 si Roma cae, el mundo cae1 y si el mundo cae se mani(iesta +risto) basta. , #l le pareca 'ue el (in no deba de estar lejos. +uando haba nombrado a 4eggido ese atardecer, eso pas por su mente1 para #l era natural 'ue en la consumacin de todas las cosas, el -icario de +risto tena 'ue morar en $a!aret, donde su Rey comen! su carrera mortal y 'ue el 5,rmaggedn6 del pro(eta Yuan tena 'ue estar a la %ista del escenario donde +risto haba reclamado su cetro terrenal - y donde retornara a buscarlo. @espu#s de todo, no sera la primera batalla para 4eggido) <srael y ,male. haban chocado a'u1 <srael y ,siria1 y

1IH /esostris haba cabalgado soberbiamente, y tambi#n /enna'uerib. os cru!ados y los turcos se haban encontrado atronadoramente, como 4iguel y /atn, sobre este suelo 'ue el $i&o @ios haba pisado. 0n cuanto al m#todo e"acto de la campa&a, no tena ideas claras1 sera alguna especie de batallaD y J'u# campo poda encontrarse ms e%identemente apto 'ue el plano %alle redondo de 0sdreln, de 'uince .ilmetros de radio, su(iciente para abra!ar todos los ej#rcitos del mundoL Para su mente sencilla, ignara de las estadsticas del presente, el mundo estaba di%idido en dos grandes secciones, cristianos e in(ieles, ms o menos de la misma dimensin. K entonces iba a pasar algo, %aya a saber, tropas desembarcaran en Yai(a, y se desbordaran hacia el sur desde *iberades y @amasco1 hacia el norte desde Yerusal#n, 0gipto y R(rica1 hacia el este desde 0uropa y hacia el oeste desde el ,sia y las lejanas ,m#ricas. y seguramente este suceso no poda andar lejos, por'ue a'u estaba el -icario de +risto1 y como deca la misa 'ue haba ledo esa ma&ana) Bbicum3ue fuerit cor)us5 illic congregabuntur et a3uilae% @e ms sutiles interpretaciones de las pro(ecas no tena noticia. Para #l las palabras eran cosas y no lbiles signos de las ideas. o 'ue +risto y /an Yuan y @aniel haban dicho, eran cosas. Nl haba escapado del todo, debido a su aislamiento y su limitacin, al %asto contagio de las ideas 5modernistas6 'ue durante la 2ltima centuria haba pro%ocado en tantsimos el recha!o de todo credo inteligible. Para muchos #sta haba sido la piedra de tropie!o) la di(icultad de conciliar los dos hechos de 'ue las palabras no son cosas sino signos, por un lado1 y sin embargo las cosas 'ue ellas representan son objeti%as. *odo lo 'ue es dogma es (rmula1 y las (rmulas son palabras, no cosasD Pero para este hombre simple sentado ahora en la tibia calma del plenilunio, esperando el repicar de los cascos sobre la piedra del mensajero 'ue %ena de +an, la (e era tan simple como una ciencia e"acta. ,'u ?abriel haba descendido sobre anchas alas de pluma desde el *rono de @ios asentado en las estrellas1 el 0spritu /anto se haba posado como una (aja de ine(able lu! sobre 4ara, y el -erbo se haba hecho carne al cru!ar la -irgen los bra!os e inclinar la cabe!a a la -oluntad del Bmnipotente. K a'u tambi#n, pens - aun'ue no era ms 'ue una conjetura sin embargo le pareca 'ue el rodar de los tan'ues ya era audible - el tumulto de las cohortes de @ios congregndose en el campo de los buenos - pens 'ue ya detrs de los %elos de la noche, el ,rcngel haba puesto los labios en la trompa de guerra y el cielo se mo%ili!aba. Poda e'ui%ocarse en este tiempo, como otros se haban e'ui%ocado en otros tiempos, pero el (in deba %enir alg2n da1 y ni #l ni los otros se e'ui%ocaran siempre1 un da se acabara la paciencia de @iosD aun'ue esa paciencia (uese uno de los atributos de su esencia inmutable. /e le%ant al %er en el blanco sendero enlunado, unos cien metros all, la plida silueta de un jinete con una bolsa de cuero atada al recado1 y sali a su encuentro. II /eran las tres de la ma&ana cuando el preste se despert de nue%o en su cuartito de adobes, y oy un paso subiendo lentamente la escalera) a medianoche haba dejado a su je(e como de costumbre abriendo la pila de cartas del +ardenal +or.ran. Haba ido derecho a la cama y cado como un tronco. 0sper un minuto o dos, toda%a adormilado, oyendo el ta'ueo de los pasos, y despu#s se sent bruscamente, por'ue un golpe decidido son en su puerta y son de nue%o. /alt entonces de la cama, ci&#ndose de prisa el camisn blanco con una correa, (ue a la puerta, y abri.

1IO 0l Papa estaba all de pie, con una linternita en la mano, pues la aurora apuntaba apenas, y un papel en la otra. - e pido mil perdones, Padre1 pero a'u hay un mensaje 'ue debe ser e"pedido al instante a /u 0minencia. Yuntos cru!aron el cuarto del Papa, el preste toda%a medio dormido, subieron las escaleras y salieron por la trampilla al (ro relente de la a!otea. 0l Papa apag su lmpara y la dej sobre el parapeto. - -a a agarrar (ro, Padre) %aya a buscar su poncho. - JK usted, /antidadL 0l otro se encogi de hombros y cru! al galponcito pro%isorio 'ue protega el instrumental telegr(ico. - -aya a buscar el alborno! - dijo por sobre el hombro -. Ko llamar# entretanto. +uando el sirio %ol%i poco despu#s en chancletas y manto, con otro manto para su je(e, el Papa estaba sentado inm%il en la mesita. $o mo%i la cabe!a al llegar el otro, mas oprimi de nue%o la palanca, comunicada con la antena de siete metros 'ue se al!aba a tra%#s de la boharda y arrojaba la temblorosa energa et#rea a tra%#s de los ciento treinta .ilmetros 'ue separaban $a!aret de @amasco. 0l sencillo sacerdote no se haba acostumbrado del todo toda%a al e"traordinario arti(icio in%entado casi dos siglos antes y per(eccionado durante este tiempo hasta la precisin suma - el mecanismo en 'ue, por medio de un poste, un rollo de alambre y una caja con ruedas, algo, 'ue se haba demostrado estaba en la ra! de la materia, si es 'ue no era la ra! de toda la %ida (sica, hablaba a tra%#s de todos los espacios del mundo a un diminuto receptor sintoni!ado al calibre de un pelo a la onda con la cual estaba en relaciones. 0l aire estaba bra%amente (ro, despu#s del calor del da, y el sacerdote tirit al entrar en la a!otea y mirar a su je(e mo%iendo las rueditas1 y encima la %asta b%eda del cielo 'ue pasaba de su (ra luminosidad lunar a un tierno tinte amarillo, con la aurora detrs del *abor. @esde el pueblo a die! cuadras se oy el canto del gallo, como una trompetilla1 ladr un perro1 %ol%i el silencio1 y de golpe un s2bito timbre lo llam y le dijo 'ue su trabajo comen!aba. 0l Papa mo%i dos %eces la palanca1 y tras una pausa, otra %e! a2n1 esper un momento la respuesta1 y cuando %ino, se le%ant, indicando al sacerdote 'ue ocupara su sitio, 0l /irio pas el manto a su je(e, se sent, y esper 'ue el otro se acomodara en la silla, puesta en tal ngulo al lado de la mesita 'ue los rostros de ambos eran mutuamente %isibles. 0ntonces lo mir a la cara, posadas sus dedos sobre el teclado. 0sa cara, pens, enmarcada por la capucha, pareca ms c#rea a2n 'ue en la tarde, las negras cejas ar'ueadas acentuaban su palide!, y hasta los (irmes labios, al entreabrirse para hablar, parecan e"angZes. *ena un papel en la mano, y sus ojos no se apartaban de #l. - ,seg2rese 'ue es el +ardenal - dijo. 0l otro tecle una contrase&a y comen! a leer la inmediata respuesta, 'ue como por arte de magia se precipit sobre la blanca (aja de papel 'ue corra delante de #l. - 0s /u 0minencia, /antidad - pro(iri muy bajito -. 0st solo en la m'uina. - Bien. 0ntonces, comience) \Hemos - recibido - la - carta - de - su - 0minencia 7dict8 y nos hemos impuesto de la noticiaD *ena 'ue haber sido adelantada por tel#gra(o. JPor 'u# no lo (ueL] a %o! paus, y el sirio 'ue haba tecleado el mensaje ms rpido de lo 'ue una mano pudiera escribirlo, ley en alto la respuesta 'ue %ino al punto)

1I> \0ra de noche1 y yo no entend 'ue (uera urgente. Pens# 'ue sera uno de tantos ata'ues ms. 4e propongo comunicarle ms, en cuanto sepa ms.] \Por supuesto 'ue era urgente] - sigui la %o! del Papa en el tono de canto llano 'ue era usual para los mensajes a transmitir -. \Recuerde 'ue todas las noticias de esa ndole son urgentes.] \Recordar#] - ley el sacerdote -. \ amento mi error.] \$os dice usted - prosigui el Papa, sus ojos sin mo%erse del papel - 'ue esta medida ya est decidida. $ombra solamente tres autoridades. @eme ahora todas las autoridades 'ue tenga, si tiene ms.] Hubo un momento de pausa. @espu#s una llu%ia de letritas may2sculas se precipit sobre el papel. \,dems de los tres +ardenales 'ue nombr# - ley el operador pausadamente -, los ,r!obispos del *ibet, del +airo, +alcuta y /ydney han demandado si la noticia es cierta1 y por instrucciones concretas en el caso de serlo. ,dems, hay otros nombres 'ue dar# enseguida si puedo apartarme un instante del aparato.] \Hgalo] - dict el Papa. @e nue%o una pausa1 y otra %e! crepit la llu%ia de letras. \ os Bbispos de Bucarest, las <slas 4ar'uesas, y de *errano%a. os (ranciscanos del Yapn, los hermanos beduinos de 4arruecos, los ,r!obispos de 4anitoba y Portland y el +ardenal ,r!obispo de Pe.n. He despachado dos miembros de +risto +ruci(icado a ondres para a%eriguaciones.] \@iga cundo lleg primero la noticia y cmo.] \3ui llamado al aparato ayer tarde pasadas las %einte. 0l ,r!obispo de /ydney preguntaba, a tra%#s de la estacin de Bombay, si la noticia era %erdadera. Repli'u# 'ue nada haba odo. , los die! minutos, cuatro interrogaciones ms al mismo e(ecto1 y tres minutos despu#s el +ardenal R2spoli mand la noticia con(irmada desde *urn. <nmediatamente %ino un mensaje similar del Padre PetroPs.i en 4osc2. 0ntoncesD ] \Qn momentoD JPor 'u# no la comunic el +ardenal @olgoroPs.yL] \ a comunic tres horas despu#s.] \JPor 'u# no antesL] \/u 0minencia no la haba odo.] \J0staba en(ermo acasoL] \$o s#.] \,%ergZeme a 'u# hora la noticia lleg a 4osc21 no ahora mismo, sino ms tarde.] \ o har#.] \/iga.] \0l +ardenal 4alps me la comunic unos cinco minutos despu#s de R2spoli y de PetroPs.i1 y el resto de los 'ue he nombrado, antes de la medianoche. @e Pe.n lleg a las %eintitr#s.. 0ntonces escrib la carta y la despach#. /iguen llegando comunicaciones y llamados urgentes.] \J+undo supo usted 'ue la noticia se hi!o p2blicaL] \3ue decidido en la reunin secreta de ondres, ayer, a eso de las diecis#is, del tiempo de 0uropa Beste. os plenipotenciarios (irmaron a esa hora. @espu#s (ue comunicada a los gobiernos. 3ue publicada a'u media hora despu#s de medianoche.] \EK usted me manda una cartaF J0staba 3elsenburgh en ondresL] \$o estoy seguro a2n. 0l +ardenal 4alps me dijo 'ue 3elsenburgh haba dado su consentimiento pro%isorio el da anterior.]

1I; \4uy bien. J0sto es todo lo 'ue sabeL] \4e llam de nue%o hace una hora 4onse&or R2spoli. @ice 'ue teme un atropello en 3lorencia1 y 'ue %a a ser el primero de una serie.] \J<ndic algoL] \Pidi instrucciones.] \@gale 'ue le en%o mi bendicin apostlica, y 'ue %oy a emitir instrucciones de a'u a dos horas. 0lija doce miembros de la Brden para inmediato ser%icio.] \ o har#.] \+omuni'ue este mensaje tambi#n, no bien hayamos acabado, a todo el /acro +olegio1 y mndeles comunicado con toda precaucin a todos los metropolitanos y obispos, para 'ue el clero y los (ieles sepan 'ue estoy al tanto de todo.] \ o har#, /antidad.] \@gales (inalmente 'ue habamos pre%isto esto hace mucho1 'ue los ponemos en las manos del 0terno Padre, sin cuya pro%idencia no cae un pajarillo al suelo. 4ndeles 'uedarse 'uietos y con(iados1 no hacer nada, sal%o con(esar su (e si (ueren cuestionados. *odas las otras instrucciones sern emitidas a los pastores de inmediato.] \Bien, /antidad.] Hubo una nue%a pausa. 0l Papa haba estado hablando con la m"ima serenidad, como en un sue&o, sus ojos estaban posados en el papel, su cuerpo tan inm%il como una estatua. Pero para el sacerdote 'ue atenda, despachando los mensajes en latn, y leyendo en alto las respuestas, parecale, aun'ue tan poco inteligible era todo, 'ue algo muy e"tra&o y grande estaba en el aire. ,un'ue no sacaba conclusiones del hecho ob%io de 'ue todo el mundo catlico estaba en (ren#tica comunicacin con @amasco, sin embargo record su meditacin de haca algunas horas, cuando esperaba al chas'ui. Pareca como si las potestades de este mundo prepararan un nue%o paso1 'u# paso, ni lo saba, ni le tocaba a #l saberlo. 0l Papa se dirigi a #l en su %o! natural. - Padre - le dijo -1 lo 'ue %oy a dictar ahora es para usted como dicho en con(esin. J0ntiendeL Bien. ,hora comience. @e nue%o comen! el canto llano) \0minencia) $os %amos a celebrar misa del 0spritu /anto dentro de una hora. ,l cabo de este tiempo usted procurar 'ue todo el /acro +olegio est# en contacto con usted, dispuesto a nuestras rdenes. 0sta nue%a decisin es di(erente de todo lo 'ue ha precedido hasta hoy1 usted entiende eso ahora. Hay dos o tres planes en nuestra mente, pero toda%a $os no sabemos cul de ellos es del beneplcito di%ino. @espu#s de la misma, $os le comunicaremos lo 'ue el /e&or nos diere a entender ms con(orme a su /antsima -oluntad. e rogamos 'ue diga misa tambi#n, inmediatamente, a nuestra intencin - si cree 'ue tiene tiempo. o 'ue hay 'ue hacer, hay 'ue hacerlo rpido. Uueremos saber el resultado de sus a%eriguaciones, especialmente en ondres, antes de medioda. :enedicat te $mni)otens Deus% Pater5 9ilius5 et -)iritus -anctus%C - @"men, -5 murmur el preste sirio, despu#s de leer en %o! alta el 2ltimo mensaje. III a capillita de la planta baja no era mucho ms digni(icada 'ue el resto de la casucha) adornos ninguno, sal%o los enteramente esenciales a la liturgia. 0n el re%o'ue de las

1I= paredes estaban encastradas en bajorrelie%e las catorce estaciones del -a-+rucis1 una (igurilla de piedra de la 4adre de @ios en un rincn con un candelero de hierro delante1 y sobre el slido altar de piedra sin labrar en la base, y de madera arriba, le%antado sobre un solo escaln grantico, haba seis candeleros ms y un cruci(ijo. 0l *abernculo, tambi#n de hierro, %elado por cortinillas de hilo, estaba detrs de la cru!1 y una repisita de piedra emergente de la pared ser%a de credencia. Haba una sola %entana, 'ue daba al patiecillo al abrigo de las miradas e"tra&as. e pareca al preste sirio al estar haciendo su o(icio - preparando los ornamentos en la estrecha sacrista al lado del altar, llenando las %inajeras, y 'uitando el cubrealtar - 'ue incluso ese ligero trabajo era cansador. Haba una opresin en el aire. $o saba si era de resultas de su sue&o interrumpido, ms bien tema 'ue se %ena uno de esos agobiantes das de sirocco. 0l tinte amarillento del alba no haba cambiado con el amanecer1 aun ahora, mientras iba silenciosamente del altar a la credencia con los pies descal!os delante de la blanca (igura inm%il en su reclinatorio, %ea de %e! en cuando, sobre el muro y a tra%#s del patiecito, una porcin de a'uel opaco (irmamento color arena, 'ue era amena!a de calor y de galbana. *ermin al (in, encendi las %elas, genu(lect al medio y se %ol%i con la cabe!a inclinada, esperando al Padre /anto. os pasos de un sir%iente 'ue %ena a or la misa sonaron en el patio, y al mismo tiempo el Papa se le%ant y se dirigi a la sacrista, donde los rojos ornamentos del @ios de las lenguas de (uego estaban preparados para el sacri(icio. 0l talante de /il%estre *ercero en su misa no era ostentoso en lo ms mnimo. /e mo%a prestamente como cual'uier jo%en sacerdote, su %o! era llana y baja, su paso ni %elo! ni pomposo. @e acuerdo a la tradicin, empleaba media hora justa ab amictu ad amictum/ y aun en esta %aca capillita se obser%aba 'ue tena siempre los ojos bajos. K sin embargo el sirio no le ayudaba misa jams sin un tremor 'ue se pareca un poco al miedo1 y no era slo el conocimiento de la tremenda dignidad del celebrante1 era, aun'ue ciertamente #l no lo hubiera e"presado as, como el aroma de una emocin pro(unda desde el cuerpo re%estido, 'ue lo a(ectaba casi (sicamente - una entera (alta de auto conciencia, y en su lugar la conciencia de otra Presencia1 y una precisin de gestos aun en los pormenores, 'ue slo podan resultar de un recogimiento total. ,un en Roma en a'uellos lejanos das era un espectculo %er al padre 3ran.lin decir misa1 y los seminaristas en las %speras de su ordenacin eran en%iados a %eces a esa misa para 'ue aprendiesen las r2bricas. Hoy era como de costumbre1 pero a la comunin el sirio le%ant de golpe la cabe!a en el momento de consumir, con una media impresin de 'ue un gesto o un medio sonido lo haba llamado1 y al mirar, su cora!n comen! a dar saltos en la base de su garganta. $o haba sin embargo a la %ista nada desacostumbrado. a (igura estaba all con la cabe!a gacha, el mentn descansando sobre las yemas de los largos dedos juntos, el cuerpo absolutamente tieso, y como suspendido sobre esa curiosa pisada 'ue pareca no tocar el suelo. Pero algo era perceptible para el sentido interior) el sirio no poda (ormulrselo, pero despu#s re(le"ion 'ue #l haba mirado como esperando alguna mani(estacin %isible o audible. 0ra una impresin la 'ue esperaba 'ue poda ser puesta en t#rminos de lu! o bien de sonido1 en cual'uier momento a'uella delicada y %%ida energa del alma 'ue arda bajo la roja casulla y el alba blanca poda irrumpir a(uera en un re%entn de lu!, trasluciendo no slo la limpia carne dorada debajo de la blanca cabe!a, sino incluso la muerta gruesa te&ida estopa 'ue la cubra. B poda mostrarse en el %ibrar de una bardana o cuerda o %iento, como si la unin del alma consagrada con la ine(able @i%inidad y

1A: Humanidad de Yesucristo dejara percibir un atisbo de la armona perpetua del ro de la %ida 'ue corre bajo el *rono del +ordero. B toda%a ms poda declararse en (orma de un per(ume - esa 2ltima esencia de (loral sua%idad - a la manera del hlito 'ue (luyendo a tra%#s de la grosera en%oltura del cad%er de un santo, sugiere a los presentes un milagro de rosasD os minutos pasaron en esa r(aga de pure!a y pa!1 los ruidos iban y %enan all (uera, el cascabeleo de un carricoche, el chirrido de la primera chicharra en el garabatal ms all del muro1 alguien detrs del sirio estaba resollando rpido y corto como presa de una intolerable emocinD y no obstante la (igura permaneca estatuaria sin la menor mocin u oscilacin 'ue 'uebrara los pliegues del alba o el algero posar del cal!ado blanco. +uando se mo%i al (in para descubrir, las manos sobre el altar, y genu(lectar, pareci una imagen 'ue cobrara %ida1 y el ministrante sinti como una especie de cho'ue. /il%estre alarg el cli!. +on rodillas 'ue temblaban y ojos rasgados de e"pectacin, el sirio se incorpor, genu(lect, y (ue a la credencia. 0ra costumbre 'ue despu#s de la misa del Papa el sirio o(reciera el /anto /acri(icio en su presencia1 pero hoy tan pronto como los ornamentos (ueron puestos uno por uno en el armario, /il%estre se %ol%i %i%amente. - ,hora mismo - dijo amablemente -1 suba enseguida al aparato, Padre, y dgale al +ardenal 'ue se apreste. 0star# all en cinco minutos. 0ra ciertamente un da de siroco, como %io al desembocar en la a!otea. ,rriba, en %e! del tenue celeste propio de esa hora de la ma&ana, haba un cielo amarillo sucio 'ue se ensombreca hacia el hori!onte. 0l *abor delante de #l colgaba distante y sombro, y al mirar hacia atrs al tra%#s del llano, (uera del blancu!co mogote de $am, nada era %isible ms 'ue la casi (antasmal silueta de los topes de la colina contra el cielo. ,un en esta hora matinal el aire era bochornoso, roto solamente por los pesados soplos del sudoeste 'ue a tra%#s de los incontables .ilmetros de arena del 0gipto, recoga el calor del agostado continente negro, y lo %olcaba con malignidad, sin un mar 'ue lo absorbiera, sobre esta pobre (aja de arenisca. 0l +armelo tambi#n estaba borrado en su base con una niebla cargada de arena y humedad, mientras la cima mostraba su cabe!a de toro desa(iando al cielo del oeste. a misma mesa 'ue toc 'uemaba1 y hacia el medioda el acero ino"idable se iba a poner insoportable. Bprimi la palanca dos %eces, separadas por una espera1 y al llegar el timbre respuesta, tecle a tra%#s de los .ilmetros de aire (osco, 'ue su 0minencia era re'uerido al aparato al instante. Pasaron algunos minutos1 y entonces, despu#s de un nue%o chicharreo de a%iso, una lnea se (orm sobre la hoja nue%a. \,'u estoy. J0s su /antidadL] /inti una mano sobre su espalda, y all estaba /il%estre en capucha y alborno! blanco. - @iga 'ue s. Pregunte si hay ms nue%as. 0l Papa (ue a su silla y se sent, y un minuto despu#s el preste, con e"citacin creciente ley la respuesta) \Pedidos de in(ormes cunden. 4uchos esperan 'ue /u /antidad responda. 4is secretarios estn a(anados desde las cuatro de la ma&ana. a ansiedad es indescriptible. ,lgunos estn negando 'ue haya un Papa. Hay 'ue hacer algo con urgencia.] \J0s todoL] - dict el Papa. @e nue%o el sirio ley la inmediata respuesta)

1A1 \/ y no. a noticia es indudable. -a a ser puesta en (uer!a inmediatamente. ,lgunos gobiernos se mue%en ya. , menos 'ue un paso sea dado inmediatamente, habr e"tendidsima e irremediable apostasa.] - 4uy bien - murmur el Papa en su %o! o(icial -. \,hora escuche atentamente, 0minencia.] - Uued en silencio un momento, las manos unidas bajo la barbilla, como durante la misa. @espu#s dict) \-amos a ponemos incondicionalmente en las manos de @ios. a prudencia humana no debe ya estorbarnos. e damos orden, pues, de comunicar, con toda la discrecin posible, estos deseos nuestros a las personas 'ue dir#, bajo el ms estricto sigilo1 y a ninguna otra en absoluto. os miembros del /acro +olegio en n2mero de doce1 los 4etropolitanos y Patriarcas del mundo entero, %eintids en todo1 los ?enerales de las rdenes Religiosas, +ompa&a de Yes2s, 3railes, 4onjes ,cti%os y 4onjes +ontemplati%os, cuatro. 0stas personas, treinta y cuatro en todo, con el +apelln de su 0minencia, 'ue actuar de notario, y el mo propio 'ue lo asistir, y yo mismo - cuarenta y uno en todo - estas personas debern presentarse a'u en nuestro 5palacio6 de $a!aret antes de la %spera de Pentecost#s. $os nos sentimos indeseosos de decidir los pasos necesarios en re(erencia al nue%o decreto, a menos de or primero el consejo de nuestros consultores, y darles la oportunidad de con(erir unos con otros. 0stas palabras 'ue hemos dictado, tal cual, deben ser transmitidas a todas las personas 'ue hemos nombrado1 /u 0minencia las pre%endr despu#s de 'ue nuestras deliberaciones a'u no ocuparn ms de cuatro das. \0n lo 'ue mira a las cuestiones de alojamiento del +oncilio y similares, su 0minencia despachar hoy mismo al +apelln ya nombrado, 'uien con el mo propio se dedicar a su arreglo1 y su 0minencia se pondr en camino, dejando al Padre 4arabout como sustituto en ausencia, no despu#s de cuatro das desde hoy. \3inalmente, a todos los 'ue han pedido instrucciones e"plcitas con respecto a este nue%o decreto, comuni'ue usted esta sola sentencia y nada ms) 4No )erdis vuestra confian2a 3ue tiene un gran galard.n% Por3ue un )o3uito ms5 y el 3ue !a de venir vendr5 y no tardar6% /il%estre Bbispo, /ier%o de los sier%os de @ios.]

CAPTULO TERCERO
I Bli%er Brand descendi la galera de la /ala de Reuniones de Xestminster el %iernes a la tarde, tan pronto como el asunto estu%o terminado y los Plenipotenciarios se haban le%antado de la mesa, ms preocupado del e(ecto 'ue la noticia iba a tener sobre su mujer 'ue sobre el mundo entero. 0l comien!o del cambio en ella lo haba ido rastreando hasta a'uel da cinco meses ha en 'ue el Presidente del Brbe haba declarado por primera %e! el desarrollo de su poltica1 y mientras Bli%er haba asistido a esa poltica y a (uer!a de de(enderla en p2blico se haba ido corroborando acerca de su necesidad, 4abel en cambio, por primera %e! en su %ida, haba dado muestras de obstinacin. 0n su opinin la mujer haba cado en una especie de perturbacin. a declaracin de 3elsenburgh haba tenido lugar unas dos semanas despu#s de su proclamacin en Xestminster1 y 4abel haba recibido la noticia al principio con absoluta incredulidad.

1A9 @espu#s, cuando ya no 'ued sombra de duda de 'ue #l haba declarado 'ue el e"terminio de los sobrenaturalistas era posiblemente una necesidad, haba habido una terrible escena entre marido y mujer. 0lla dijo 'ue haba sido enga&ada1 'ue la esperan!a del mundo era una monstruosa burla1 'ue el reino de la pa! uni%ersal estaba tan lejos como nunca1 'ue 3elsenburgh haba abusado de su con(ian!a y roto su palabra. 3ue una escena desgarradora1 y Bli%er no tena ganas de rememorarla ni aun ahora. 0lla se haba calmado despu#s1 pero sus argumentos, e"puestos con in(inita paciencia, no parecan hacerle mella. 0lla se encerraba en el silencio, respondiendo apenas. Qna cosa pareca mo%erla, la mencin del nombre del Presidente. , #l se le iba %ol%iendo llano 'ue no era ms 'ue una mujerD a la merced de una personalidad (uerte, pero enteramente (uera del alcance de la lgica. 0staba muy desencantado. Pero no obstante esperaba 'ue el tiempo la sanara. 0l gobierno de <nglaterra haba dado rpidos y hbiles pasos para asegurar a los 'ue, como 4abel, se encabritaban ante la ine%itable lgica de la nue%a poltica. Qn ej#rcito de oradores atra%es la comarca e"plicndola y de(endi#ndola1 la prensa (ue manejada con e"traordinaria destre!a, y se poda decir 'ue no haba una sola persona entre los millones de ingleses 'ue no tu%iera (cil acceso a la euloga del gobierno. Bre%emente, podados de retrica, sus argumentos eran como sigue) - y no se puede negar 'ue, en conjunto, tenan la %irtud de a'uietar la ingenua re%uelta de los ms sentimentalesD a pa! se haba %uelto por primera %e! en la historia del mundo un hecho uni%ersal, decan. $o haba un solo 0stado ms, si'uiera pe'ue&o o remoto, cuyos intereses no coincidieran con los de una de las tres grandes /ecciones del mundo, de la cual #l era s2bdito1 y este primer tramo haba sido cumplido ya haca un medio siglo. 4as el segundo tramo, la reunin de estas tres grandes secciones bajo una com2n cabe!a - una ha!a&a inmensamente mayor, ya 'ue los intereses en con(licto eran incalculablemente ms %astos - #ste haba sido consumado por una sola Persona, 'ue, como estaba %isto, haba emergido de la Humanidad en el mismo instante en 'ue su carcter (ue necesario. $o era seguramente mucho pedir 'ue todos cuantos se bene(iciaban de esta ha!a&a adhirieran a la %oluntad y al juicio de ,'uel 'ue la haba logradoD *odo esto %ena a ser como se %e un llamado a la (e. 0l segundo argumento capital estaba dirigido a la ra!n. a persecucin, como toda persona iluminada con(esaba, era el m#todo de una mayora de sal%ajes en orden a imponer por (uer!a sus opiniones a una minora 'ue no las comparta espontneamente. 4as la particular malignidad de la persecucin en el pasado estaba no tanto en el uso de la (uer!a sino en su abuso. Uue cual'uier Reino impusiera opiniones religiosas a una minora de sus miembros, era una incali(icable tirana, pues ning2n 0stado posea autoridad para imponer por ley uni%ersal algo cuyo contrario poda sostener el 0stado %ecino1 ni los protestantes el protestantismo ni los catlicos el catolicismo, como en otras #pocas1 pues esto %ena a ser, en dis(ra!, pura y simplemente el indi%idualismo de las naciones, una hereja ms desastrosa toda%a a la ecumenicidad 'ue el indi%idualismo de los indi%iduos. PeroD con la llegada de la ecumenicidad de los intereses, toda la situacin cambiaba. a impersonacin de una Qnidad de todo el g#nero humano haba sucedido a la incoherencia de las di%ersas unidades, y con este coronamiento - 'ue poda llamarse la mayora de edad - una serie de derechos enteramente nue%os haba nacido. 0l g#nero humano era ya una entidad uni(icada con una suprema responsabilidad hacia s misma1 no

1AI haba ya ning2n derecho pri%ado, como en el perodo anterior ciertamente pudo haberlo. 0l hombre ad'uiri ahora dominio sobre cada una de las c#lulas 'ue componen su +uerpo 4stico1 y donde una de esas c#lulas 'uisiera autoa(irmarse en detrimento del cuerpo1 los derechos del cuerpo sobre ella se %ol%an incondicionales. $inguna religin (uera de una reclamaba iguales derechos de jurisdiccin uni%ersal y #sta era la +atlica. as sectas del Briente, mientras cada una retena sus credos y caractersticas, haban empero hallado en el $ue%o Hombre la encarnacin de sus ideales1 y haban por ende rendido pleitesa a la autoridad del +uerpo del cual Nl era +abe!a. Pero la misma esencia de la Religin +atlica era la traicin a la natura del hombre - lo 'ue ellos llamaban *rascendencia. os cristianos rendan homenaje a un supuesto ser /obrenatural, 'ue no solamente - seg2n ellos - estaba (uera de este mundo, sino 'ue lo trascenda. os cristianos pues - dejando aparte la (bula de la encarnacin, con la cual se poda tener paciencia hasta 'ue muriese sola - se cortaban deliberadamente del +uerpo del cual por la humana generacin haban sido hecho miembros. 0ran como miembros muertos, acogedores de la dominacin de una (uer!a e"terna di(erente de la 'ue constitua su propia %ida - de la cual una especie de smbolo concreto era la ridcula institucin del Papado italiano - y por este mismo acto ponan en peligro todo el cuerpo. 0sta demencia era lo 2nico 'ue toda%a mereca el nombre de 5crimen6. 0l homicidio, el robo, el rapto, la anar'ua misma, eran como (altas %eniales en parangn con este monstruoso pecado, por'ue los otros, aun'ue heran el +uerpo, no tocaban el cora!n) c#lulas indi%iduales su(ran, por lo cual estos criminales menores deban ser sancionados1 pero la misma -ida no era tocada. Pero en el +ristianismo e"ista un %eneno e(ecti%amente mortal. *oda c#lula in(ectada por #l 'uedaba in(ectada en el enlace mismo con la (uente de la -ida. Nste y slo #ste era el supremo crimen de alta traicin contra el Hombre - y nada (uera de la pena de muerte poda ser adecuado remedioD Nstas, pues, eran las ra!ones principales adere!adas para ese sector del pueblo 'ue toda%a se encabritaba ante la meditada proposicin de 3elsenburgh1 y su e(ecto haba sido notable. Por supuesto 'ue su lgica, en s misma indisputable, haba sido re%estida de %ariedad de ropajes te&idos con retrica, encendidos con a(ectos, ordenados en dial#ctica1 y haba hecho operacin en (orma tal 'ue, al comen!ar el %erano, 3elsenburgh haba anunciado en pri%ado su resolucin de proponer un decreto 'ue lle%ara a su lgica conclusin la poltica 'ue haba anunciado. K ahora esto haba sido cumplido. K 4abelD II Bli%er abri #l mismo la puerta y se encamin derecho, escalera arriba, al cuarto de 4abel. $o 'uera 'ue ella oyera la noticia de ninguno antes 'ue de sus propios labios. 0lla no estaba1 y al in'uirir, le contestaron 'ue haba salido una hora antes. 0sto lo alarm. 0l decreto haba sido (irmado con media hora de anticipacin1 y a una pregunta de ord Pemberton haba sido determinado 'ue no haba ra!n alguna para el secreto, y 'ue se poda comunicar de seguido a la prensa. Bli%er se haba precipitado (uera en orden a asegurar 'ue 4abel tu%iera la noticia de #l mismo1 y ahora ella estaba en la calle, y en cual'uier momento los tableros luminosos podan, si es 'ue ya no lo haban hecho, decirle lo 'ue pasaba. 0"tremadamente in'uieto, %acil sin embargo una hora ms, por'ue no saba 'u# hacer. ,l (in al! el tubo y comen! a in'uirir abajo, pero el mucamo no tena idea del paradero

1AA de la se&ora1 'ui! haba ido a la iglesita1 a %eces lo haca a esta hora. 0n%i a la cocinera a %er y #l se sent de nue%o en el %ano de la %entana de la alcoba, contemplando desconsoladamente el laberinto de techos en la lu! del poniente, 'ue le pareci e"traordinariamente hermosa y nue%a. 0l cielo no era ese puro cristal 'ue haba sido cada noche durante esta semana1 haba un to'ue de rosa en la entera b%eda de 0ste a Beste. Nl record con irona lo 'ue haba ledo poco ha en un librote antiguo) 'ue la abolicin del humo iba a da&ar los colores del crep2sculoD Haba habido dos tremendos terremotos en estos das en ,m#rica1 'ui#n sabe si haba relacinD @espu#s, sus pensamientos %olaron de nue%o a 4abelD Qnos die! minutos despu#s oy su incon(undible paso en la escalera, y se al! al entrar ella. /u rostro le dijo inmediatamente 'ue ella estaba enterada1 y su rgida palide! lo sobrecogi. $o haba en su (a! (uria ninguna - nada ms 'ue blanca desesperacin y una determinacin absoluta. /us labios eran una lnea recta, y sus ojos, a la sombra del amplio sombrero de paja, contrados a dos perlitas. /e detu%o all, cerrando ma'uinalmente la puerta detrs, y no hi!o ning2n mo%imiento hacia #l. - J0s %erdadL - dijo. Bli%er respir pro(undamente y se sent de nue%o. - JUu# cosa, 'ueridaL - J0s %erdad - repiti ella - 'ue todos %an a ser interrogados si creen o no en @ios, y 'ue %an a matar a los 'ue creanL Bli%er lami sus labios secos. - EUu# manera de ponerloF - dijo -. a cuestin es, 'uerida, si el mundo tiene o no derechoD 0lla sacudi bruscamente la cabe!a. - 0s %erdad, pues. K t2 lo (irmaste. - Uuerida, no tengamos una escena. *e lo ruego. 0stoy cansadsimo. K no te contestar# hasta 'ue escuches lo 'ue tengo 'ue decirte. 0sts e"citada. - @ilo, pues. - /i#ntate primero. 0lla neg con la cabe!a. - Bien, como 'uierasD ,hora bien, Jcul es el puntoL 0l mundo ahora es uno, no m2ltiple. 0l indi%idualismo ha muerto. 4uri cuando 3elsenburgh de%ino Presidente del Brbe. *2 tienes 'ue %er 'ue una condicin absolutamente nue%a surge ahora1 nunca ha habido una cosa como #sta. o sabes tan bien como yo. @e nue%o %ino el sacudn de impaciencia. - /i me haces el (a%or de escucharme un pocoD - dijo #l cansadamente -. Bueno, ahora 'ue esto ha llegado, hay una nue%a moralidad1 es e"actamente como un ni&o 'ue llega a uso de ra!n. 0stamos obligados, por tanto, a pro%eer 'ue eso contin2e 7nada de marcha atrs, mutilacin ninguna8, 'ue todos los miembros se mantengan en salud. 5/i tu mano te o(ende, crtala y #chala de ti6, dijo Yesucristo. Bien, eso es lo 'ue decimos nosotrosD ,hora bien, para cual'uiera, decir 'ue cree en @ios 7yo dudo mucho 'ue haya ninguno 'ue realmente crea, ni 'ue entienda si'uiera lo 'ue dice8, pero solamente el decirlo, bien, es el peor crimen 'ue se pueda concebir) es alta traicin. $o me interrumpas. $o %a a haber ninguna atrocidad. *odo ser ra!onable y benigno. +aramba, t2 siempre has

1AH aprobado la eutanasia, como todo el mundo. 0so es lo 'ue se %a a emplear. Por otra parte, la decisin es lib#rrima1 yD Haca pe'ue&os mo%imientos con la cabe!a1 el resto de ella era como una estatua. - $o me sir%e - dijo. Bli%er se endere!. $o pudo aguantar la dure!a de su %o!. - 4abel, amor moD Por un instante sus labios batieron1 despu#s ella lo mir de nue%o con ojos de hielo. - $o necesito eso - gimi - $o me sir%eD J,s 'ue t2 (irmasteL Bli%er tu%o un sentido de total desolacin al de%ol%erle la mirada. Hubiese pre(erido in(initamente 'ue ella gritara y pateara. - ,mor moD - e"clam de nue%o, irresoluto. - J0ntonces has (irmadoL - +laro 'ue (irm# - dijo al (in. 0lla se %ol%i hacia la puerta. Nl corri. - 4abelD Jdnde %asL 0ntonces, por primera %e! en su %ida, ella minti a su marido absolutamente. - -oy a recostarme un momento - le dijo -. *e %er# en seguida, a la hora de cenar. Nl %acil toda%a, pero encontr sus ojos, duros a2n, pero tan honrados y (ieles 'ue se rindi. - 4uy bien, 'ueridaD E4abel, trata de comprenderF Baj al comedor media hora ms tarde, acora!ado de lgica, y hasta encendido de a(ectos. 0l argumento le pareca ahora irrebatible1 dadas las premisas 'ue los dos aceptaban y %i%an, la conclusin era simplemente irre(ragable. 0sper unos minutos, y al (in se mo%i al tubo 'ue comunicaba con el departamento del ser%icio. - J@nde est la se&oraL - pregunt. Hubo un ratito de silencio y despu#s una %o! de mujer) - @ej la casa hace media hora, se&or. +reamos 'ue usted loD lo saba. III 0sa misma tarde, 4ister 3rancis estaba ocupadsimo en su o(icina con los pormenores de la (uncin para la (iesta de la +on%i%encia, 'ue haba de tener lugar el primero de julio. 0ra la primera %e!, y estaba empe&ado en 'ue tu%iese tanto #"ito como las dos (esti%idades anteriores. Haba bastantes di(erencias) la aclamacin de la di%inidad de 3elsenburgh haba cambiado muchas cosas, y era necesario 'ue los 5ceremoniarii6 estu%ieran bien impuestos. ,s, con su modelo delante - una reproduccin en miniatura de la ,bada con diminutos mu&ecos de plomo como pie!as de ajedre! -, estaba concentrado en a&adir en una escritura de patas de mosca notitas lit2rgicas al ejemplar inter(oliado de su 5Brdo6. @e modo 'ue cuando el portero llam de abajo a eso de las %eintiuna anunciando una %isita, respondi con impaciencia al tubo 'ue era imposible, 'ue estaba (uera de casa, 'ue no estaba para nadie. Pero el llamado se repiti y el portero, hablando precipitadamente, le dijo 'ue era la se&ora de Brand y 'ue no peda ms 'ue die! minutos de atencinD 0so era otra cosa. Brand era un pe! gordo en el actual estado de cosas y seguramente lo sera por mucho tiempo1 y record a la jo%en con simpata. ,s 'ue pidi disculpa e indic 'ue la acompa&ase a la antesala, le%antndose con un suspiro de sobre su ,bada y sus o(iciales.

1AO 0lla pareca muy calma esta tarde, pens, al estrechar su mano un minuto despu#s1 lle%aba un %elito cado, de modo 'ue no poda %er bien sus (acciones, mas su %o! careca de su alegre %i%acidad, le pareci. - amento interrumpido, 4ister 3rancis - dijo -. @eseo solamente preguntarle una o dos cosas. Nl le sonri, animndola. - 0l se&or Brand, sin dudaD - $o - dijo ella -. $o me en%a mi marido. 0s enteramente asunto mo. 0n seguida %a a %er mis ra!ones. +omien!o en seguida. /# 'ue no debo detenerlo. a cosa pareca un poco rara, pero #l aguard en silencio. - Primeramente - comen! ella -, creo 'ue usted conoci al Padre 3ran.lin. J3ue hecho +ardenal, no es asL 4r. 3rancis asinti, sonriendo. - J/abe usted si %i%e toda%aL - Bh no, muri - dijo #l -. 0staba en Roma, sabe usted, en el momento del bombardeo. - E,hF J0s seguroL - +ompletamente. /lo un +ardenal escap, /teinmann. 3ue ahorcado en Berln1 y el Patriarca de Yerusal#n muri ms o menos por el mismo tiempo. - ,h, comprendo. Bueno, ahora %iene una pregunta un poco rara. /e lo pregunto por un moti%o particular, 'ue no puedo e"plicar, pero usted me disculparD 0s esto) Jpor 'u# creen en @ios los catlicosL 3ue tan inesperado 'ue #l 'ued con la boca abierta. - / - dijo ella, tran'uilamente - es una pregunta ms bien rara. BuenoD - - %acil un momento -. Bueno, se lo dir# a usted) se trata de una amiga 'ue trataD en (in, de hecho es catlicaD y 'ue %a a tener una buena apretura con el nue%o decretoD peligro, de hechoD peligro de muerte. Ko 'uisiera discutir con ella1 y 'uiero conocer sus ra!ones. Qsted es el 2nico sacerdote - 'uiero decir, 'ue ha sido sacerdote - 'ue yo he conocido, e"cepto el Padre 3ran.lin. ,s 'ue me pareci 'ue usted no tendra incon%enienteD /u tono era per(ectamente natural, no haba temblor ni tropie!o alguno. 4ister 3rancis sonri cordialmente, (rotndose sua%emente las manos. - E,hF - dijo -. /, ya %eo. Bien, es una cuestin bastante larga. J$o sera mejor 'ue tal %e! ma&anaD . - Ko 'uerra una respuesta corta, la ms corta - insisti ella -. 0s importantsimo para m saberlo hoy mismo. Ka %e, el decreto es puesto en %igenciaD Nl asinti. - Bueno, muy bre%emente, yo dira esto) los catlicos dicen 'ue @ios puede ser descubierto por la ra!n1 'ue del orden del mundo se puede concluir 'ue debe haber habido un Brdenador) una 4ente, se entiende. K luego dicen 'ue ellos deducen otras cosas acerca de esa mente) 'ue ella es amor, por ejemplo, por'ue la (elicidadD - JK el dolorL - interrumpi ella. - E,h, ah est la cuestin, justamenteF Nse es el punto (laco. - Pero J'u# dicen acerca de #lL - Bueno, bre%emente1 dicen 'ue el dolor es e(ecto del pecadoD - JK el pecadoL Qsted %e, no s# nada absolutamente, 4ister 3rancis. - Bueno, el pecado es la rebelin %oluntaria del hombre contra @ios. - JUu# 'uieren decir con esoL

1A> - Bueno, %ea usted) dicen 'ue @ios 'uera ser amado por sus criaturas, y as las hi!o libres1 de otro modo no pudieran amarlo de %erdad. Pero si son libres, eso signi(ica 'ue si 'uieren pueden rehusar amar y obedecer a @ios, pueden desobedecerlo1 y esto es lo 'ue llaman pecado. Qsted %e 'u# bobadasD 0lla sacudi un po'uito sus ri!os casta&os. - /, s - dijo -, pero realmente 'uisiera llegar a lo 'ue ellos piensanD J0ntonces, esto es todoL 3rancis pens en su ,bada. @espu#s (runci los labios. - $i de lejos - dijo -. 0sto es lo 'ue ellos llamaran religin natural. os catlicos creen mucho ms 'ue esoD - Perdneme. J$o podra ustedDL - +ara se&ora ma, es imposible ponerlo en dos palabras. $o es 'ue no 'uiera complacerla. 0n (in, bre%emente, ellos creen 'ue @ios se %ol%i un hombreD 'ue Yes2s era @ios, y 'ue hi!o tal cosa en orden a sal%arlos del pecado, muriendoD - J/oportando el dolor, 'uiere decirL . - /, muriendo. Bueno, esto 'ue llaman la encarnacin es realmente el punto. *odo lo dems (luye de esto. K una %e! 'ue un hombre cree esto, le pre%engo 'ue todo lo dems 7hasta los escapularios y el agua bendita8 se sigue lgicamente. - 4ister 3rancis, no entiendo una sola palabra de lo 'ue me est diciendo. Nl sonri con indulgencia. - Por supuesto - dijo -. /on bobadas increbles. Pero, ah tiene usted, yo una %e! cre en todo eso. - Pero es irra!onable - dijo ella. Nl hi!o un pe'ue&o son de carraspera. - / - dijo -, en un sentido, por supuesto, del todo irra!onable. Pero en otro sentidoD 0lla se inclin rpidamente, y #l pudo %er sus ojos chispeantes a tra%#s del %elo. - ,h - dijo casi sin aliento -, dgame el otro sentido. 0so es la 'ue yo necesito. @game cmo lo justi(ican ellos. Nl se 'ued un momento meditando. - Bueno - dijo lentamente -, en cuanto yo lo recuerdo, dicen 'ue hay otras potencias adems de la ra!n1 (acultades, 'uiero decir. @icen, por ejemplo, 'ue el cora!n a %eces alcan!a cosas 'ue la ra!n no alcan!a) intuiciones, digamos. Por ejemplo, dicen 'ue tales cosas como la abnegacin, la caballerosidadD el arte incluso, todo %iene del cora!n y la ra!n marcha con ellas 7con las reglas de la t#cnica artstica, %erbigracia8 pero no puede probadas. 0llas son enteramente aparte. - 4e parece 'ue entiendoD - Bueno, dicen 'ue la religin es como eso1 en otras palabras, simplemente con(iesan 'ue es un asunto de sentimiento - call un momento, tratando de ser leal -. Bueno, esto 'ui! no llegaran a decirlo, aun'ue es as. Pero, en resumenD - J/L - Bueno, a(irman 'ue hay algo llamado 5(e6, una especie de pro(unda con%iccin di(erente de toda otra, sobrenatural, 'ue se supone @ios da a los 'ue la desean) a los 'ue ruegan por ella, lle%an %ida buena, etc#tera, etc#tera, etc#teraD - JK esa (eL - Bueno, esa (e, apoyada en lo 'ue llaman prembulos 7argumentos, digamos8, esa (e los hace ciertos en absoluto de 'ue hay un @ios, de 'ue se hi!o hombre, etc#tera, con la

1A; <glesia y el Papa, etc#tera, etc#tera, etc#tera. @icen tambi#n 'ue todo es corroborado toda%a por el e(ecto 'ue su religin hi!o en el mundo, y por la manera como ella e"plica al hombre su propia naturale!a. Ka %e usted, es e"actamente un caso de autosugestinD a oy suspirar y se detu%o. - J0st un poco ms claro, se&oraL - e agrade!co mucho - dijo ella -. +iertamente, ms claroD JK es %erdad 'ue muchos cristianos han muerto por esta (e, sea ella como (ueraL - 4illares de ellosD millares y millares. o mismo 'ue los mahometanos por la suya. - J os mahometanos creen en @ios tambi#n, no es asL - +rean1 y supongo 'ue algunos pocos creen toda%a. Pero la mayora se han %uelto esot*ricos5 como dicen ellos ahora. - KD K J'ui#n dira usted 'ue es la gente ms ci%ili!ada) el 0ste o el BesteL - EBh, el Beste, sin dudaF 0l 0ste piensa enormemente1 act2a poco. K esto siempre lle%a a la con(usin, incluso del pensar mismo, al estancamiento de la mente. - JK el +ristianismo ha sido %erdaderamente la religin del Beste hasta hace unos cien a&osL - /, por cierto. 0lla estaba callada ahora1 y 4ister 3rancis tu%o tiempo de re(le"ionar de nue%o 'u# raro era todo esto. +iertamente, deba ser muy unida con esa amiga catlicaD 0ntonces ella se incorpor1 y #l se le%ant con ella. - e agrade!co mucho, 4ister 3rancis. J0ntonces esto sera el es'uemaL - /, buenoD en cuanto uno puede ponerlo en pocas palabras. - 4uchas graciasD $o 'uiero detenerlo. Nl la acompa& a la puerta. Pero un paso antes, ella se %ol%i. - JK usted, 4ister 3rancisL Qsted (ue criado en todo eso. J$o le re%iene alguna %e!L Nl sonri. - $unca - dijo -, a no ser como un sue&o. - JK cmo e"plicara eso, entoncesL /i es autosugestin, usted ha tenido treinta a&os de ellaD 0sta %e! #l se 'ued cortado un rato. 4ene la cabe!a. - J+mo lo e"plicaran sus e"-co(rades los catlicosL - insisti ella. - @iran 'ue yo (la'ue# en la (eD y 'ue la (e me (ue retirada. - JK ustedL @e nue%o pens un poco. @espu#s sonri. - Ko dira 'ue hice una autosugestin ms (uerteD en sentido contrario. - Ka %eoD Buenas noches, 4ister 3rancis. $o lo 'uiso dejar acompa&arla en el ascensor, de modo 'ue cuando la pulida caja desapareci sin ruido, #l %ol%i a su modelo de la ,bada y a sus mu&e'uitos. Pero antes de empe!ar a manipularlos estu%o unos momentos con los labios (runcidos, mirando al %aco.

1A=

CAPTULO CUARTO
I Qna semana despu#s, 4abel se despert al alba, y por un momento ol%id dnde estaba. <ncluso llam a Bli%er en %o! alta, recorriendo con los ojos la inusitada pie!a, y pensando 'u# haca all. 0ntonces record y guard silencio. 0ra el octa%o da 'ue estaba en este Hogar1 su probacin haba terminado1 hoy 'uedaba en libertad de hacer o no a'uello 'ue haba %enido pidiendo. 0l sbado de la semana anterior haba pasado su interrogatorio pri%ado ante el o(icial, deponiendo bajo la usual condicin de absoluto secreto su nombre, edad, condicin y se&as, no menos 'ue sus ra!ones para demandar la eutanasia1 y todo haba ido bien. Haba elegido a 4anchester, como ciudad su(icientemente grande y remota para librarse de toda importunacin de Bli%er1 y su incgnito haba sido guardado admirablemente. $o haba una se&al de 'ue su marido conociese algo acerca de su intencin1 por'ue, adems, en estos casos, la polica estaba obligada a ayudar al (ugiti%o. @el indi%idualismo haba 'uedado bastante para asegurar a los cansados de la %ida el derecho de abandonada. Haba elegido este m#todo1 naturalmente, los dems le eran imposibles. 0l cuchillo re'uera prctica y tremenda resolucin, las armas de (uego no las poda %er1 y el %eneno, bajo los reglamentos actuales, era inobtenible. ,dems, ella 'uera pulsar seriamente sus intenciones y estar bien segura de 'ue no haba ms salidaD J$o haba sido demasiado apresuradaL J$o sera mejor buscar un poco ms al (antstico Padre 3ran.lin, o +ardenal 3ran.lin, el 'ue se pareca a 3elsenburghL $o, estaba tan cierta como nunca. 0l designio se le haba presentado a la mente en a'uel da abominable de las %iolencias del (inal de a&o, por primera %e!. @espu#s se haba disipado, moli(icado por el argumento capcioso de 'ue el hombre era a2n pasible de recadas. @espu#s la idea del suicidio haba retornado, esta %e! un (antasma (ro y perentorio, no en la o(uscacin de la noche, sino en el medioda de la 5@eclaracin 3elsenburgh6. Haba tomado morada en ella, pero toda%a lo resista, esperando contra esperan!a 'ue la tal @eclaracin no sera puesta por obra1 re%ol%i#ndose contra el duende a %eces en espasmos de horror. Pero jams lo haba dominado al espectro insistente, y al (in cuando la poltica se encarn en ley calculada, ella se haba abandonado a #l. 0sto (ue ocho das antes1 y no haba tenido un instante de %acilacin desde entonces. Pero haba cesado de ju!gar y condenar, en una gran la"itud de su juicio. a lgica la haba silenciado. o 2nico 'ue saba era 5'ue no poda tragarlo61 'ue ella haba mal entendido la $ue%a 3e1 'ue para ella, sea lo 'ue (uera para los dems, no 'uedaba esperan!aD $i si'uiera tena un hijo propio. 0stos ocho das, re'ueridos por la ley, haban pasado apaciblemente. Haba trado consigo bastante dinero como para poder entrar en uno de los hogares pri%ados pro%istos de la comodidad su(iciente para los acostumbrados a ella1 las en(ermeras haban sido agradables y simpticas1 no poda 'uejarse de nada. $aturalmente, haba su(rido un cierto grado de reaccin. a segunda noche despu#s de su llegada haba sido terrible, cuando, estando en la cama en la so(ocante oscuridad, toda su %ida consciente de golpe se haba puesto a debatirse contra el sino 'ue su decisin le impona1 haba reclamado las cosas (amiliares) la promesa de comida y descanso y trato humano1 se haba retorcido de horror contra la ciega tiniebla a la cual era conducida tan

1H: ine%itablemente1 y en esa agona slo haba sido toni(icada por una especie de tcita promesa de una %o! pro(unda, de 'ue la muerte no era el (in. 4as con la lu! de la ma&ana %ol%i la cordura1 la %oluntad retom el timn, y con un golpe de #l apart e"plcitamente la implcita esperan!a de e"istencia continuada. 0lla haba su(rido tambi#n una o dos horas de un temor ms tangible1 le %ino el recuerdo de los escndalos 'ue die! a&os antes haban conmo%ido a <nglaterra y trado la imposicin del control gubernati%o sobre esos 5hogares6) a'uella re%elacin de 'ue durante a&os en los grandes laboratorios de %i%iseccin se haba estado operando con sujetos humanos, personas 'ue con las mismas intenciones 'ue ella se haban cortado del mundo en casas de eutanasia, a las cuales se haba administrado un gas 'ue solamente 'uitaba el sentido y no la %idaD Pero esto tambi#n se haba disipad= al despertar. *ales cosas no eran ya posibles con el nue%o sistema, por lo menos en <nglaterra1 y justamente por eso haba e%itado ella huir al continente. 0n 3rancia, donde el sentimiento era ms d#bil y la lgica ms imperante, el materialismo era ms consistente. /i el hombre no era sino un animal e%olucionado, entoncesD K haba su(rido un estorbo corporal, el calor insoportable da y noche. Pareca, seg2n los hombres de ciencia, 'ue se hubiera generado una ola de calor enteramente sin precedentes ni causas conocidas1 haba sobre eso una docena de teoras, e"cluyentes casi todas las unas de las otras. 0ra %ergon!oso, pens ella, 'ue hombres 'ue pro(esaban tener en un pu&o las lla%es del uni%erso, tu%ieran 'ue con(esarse derrotados en esa (orma. 0sta condicin de la atms(era haba sido acompa&ada de cataclismos, 'ui! ms de los 'ue los diarios anunciaban. Haba habido terremotos numerosos y muy %iolentos1 un maremoto haba arruinado no menos de %einticinco pueblos en la costa de ,m#rica1 dos islas del +aribe haban desaparecido1 y el %iejo desconcertante -esubio pareca estar preparndose un espectacular desenlace. $adie conoca la e"plicacin) un sabio haba salido con la (antasa de 'ue en el centro de la tierra haba sucedido alg2n desastreD as se lo haba contado su en(ermera1 no le interesaba mucho. 0ra (astidioso, empero, no poder salir al jardn, y resignarse a permanecer en su alcoba re(rigerada del segundo piso. Haba un solo asunto sobre el cual haba preguntado, a saber, los e(ectos del nue%o decreto1 pero la en(ermera no pareca conocer mucho. Pareca 'ue haba habido una o dos ejecuciones, pero la ley no haba sido urgida toda%a1 una semana era poco tiempo, en realidad1 y aun'ue el decreto era e(ecti%o sin dilacin, los magistrados tenan 'ue hacer los censos y padronesD e pareci, al despertar esa ma&ana, 'ue el calor era peor 'ue nunca. Qn momento pens 'ue haba dormido de ms1 pero al apretar su repetidor, #l le dijo 'ue, al contrario, eran las cuatro de la ma&ana. Bueno, no iba a tener 'ue soportarlo muchas horas1 haba pensado 'ue hacia las ocho era tiempo de terminar. *ena 'ue escribir una carta a Bli%er, y enterarse del manejo del aparatito. 0n cuanto a la moralidad de lo 'ue iba a hacer - es decir1 la relacin 'ue su acto tena con el conjunto de la %ida del hombre -, no senta come!n alguna. 0ra su creencia, lo mismo 'ue la de todo el mundo humanitarista, 'ue e"actamente como el dolor (sico prolongado o e"tremado justi(icaba el suicidio, as igualmente el dolor moral. Haba ciertos grados de desdicha en los cuales el indi%iduo ya no era 2til ni al mundo ni a s mismo1 era la cosa ms caritati%a 'ue poda hacerse, solamente 'ue ella nunca haba pensado pudiera tocarle a ella1 su %ida haba sido tan interesanteD Bien, le haba tocado1 no haba discusin posibleD

1H1 o menos una docena de %eces esta semana haba trado a la memoria su con%ersacin con 4ister 3rancis. /u %isita haba sido un impulso repentino1 deseaba simplemente or la otra campanaD %er si el +ristianismo era tan grotesco como le haban dicho. $o le pareci grotesco1 ms bien, terriblemente pat#tico. 0ra como un cuento de hadas, poesa. /era hermoso creer en #l1 pero ella no crea. $o - un @ios trascendente era imposible -, como si dij#ramos) un hombre 'ue no tu%iera lmites, ilimitado. 0n cuanto a la encarnacinD E%ayaF $o haba %ueltas 'ue darle. a Religin-Humanidad era la 2nica. 0l hombre era @ios, o por lo menos su mani(estacin ms alta1 y con ese @ios, ella no 'uera tener ya nada 'ue %er. Haba ido perdiendo sus amigos sucesi%amente, cada %e! ms aislada, hasta 'ue slo le 'uedaban Bli%er y 3elsenburghD 0sos nue%os instintos sutiles 'ue le dijo el e"-cura, con objetos 'ue no eran ni ra!n ni emocin, no eran ms 7ella lo saba per(ectamente8 'ue un re(inamiento de emocin. Haba pensado enormemente sobre 3elsenburgh, empero, y estaba asombrada de sus sentimientos. 0ra ciertamente lo ms impresionante 'ue jams haba %isto1 le pareca probable 'ue (uera en %erdad lo 'ue #l proclamaba, el primer producto per(ecto de la Humanidad1 pero su lgica no era para ella. -io ahora 'ue Nl era per(ectamente lgico1 'ue no haba sido inconsecuente al condenar la destruccin de Roma, y una semana despu#s hacer su @eclaracin. o 'ue Nl conden era el (uror de un hombre contra otro, de una secta contra otra) esto era suicida para la ra!a. Nl condenaba, pues, la pasin, no la accin judicial. Por tanto, este acto judicial por parte de un mundo uni(icado contra una risible minora - las palabras de Bli%er %enan solas a sus labios - 'ue estaba amena!ando la (e y la ra!n de la %ida1 acto judicial 'ue iba a ser puesto por obra con e"trema misericordiaD no haba all pasin ni (anatismo, ni %engan!a, desde el principio al (in1 como un hombre no es apasionado ni %engati%o al amputarse un miembro gangrenado. /, era todo maci!amente lgico. K por'ue era maci!amente lgico, no poda tragarlo. Pero EahF 'u# criatura sublime era 3elsenburgh1 solamente recordar su palabra y su presencia era un j2bilo. +mo le hubiera gustado %edo otra %e!. Pero ahora yaD o mejor era irse lo ms tran'uilamente posible. K el mundo seguira muy bien sin ella. o 'ue no poda aguantar ms eran los hechos1 justamente el nombre de un diario 'ue haba estado leyendo ayer tarde. @Los #ec!os, /e adormeci de nue%o a'u, y le pareci haban pasado apenas cinco minutos cuando abri los ojos de nue%o para %er un sua%e rostro sonriente con co(ia blanca inclinado sobre ella. - /on casi las seis, 'uerida - dijo la en(ermera -, la hora 'ue usted me dijo. e traigo el desayuno. 4abel respir pro(undamente. @espu#s se incorpor en la cama, tirando la sbana. II as seis y cuarto sonaron en el relojito del armario cuando dej caer la pluma. Recogi los dos pliegue!uelos cubiertos de apretada escritura, se recost en el di%n y comen! a leer) HB?,R @0 R0PB/B $c I , ` 4anchester, Beste \Uuerido)

1H9 \ o siento mucho, pero me !a vuelto% Ko no puedo realmente tirar ms, as 'ue %oy a escapar por la 2nica salida 'ue 'ueda, como una %e! te dije. He tenido unos das (elices y descansados a'u, un poco aburridos1 todos han sido buenos y considerados conmigo. $aturalmente, por el membrete sabes lo 'ue 'uiero decirD \/iempre te he 'uerido1 te 'uiero ahora tambi#n. *ienes derecho a saber mis ra!ones, por lo menos hasta donde yo misma las s#. , m misma me es di(cil entenderme1 pero yo dira 'ue no soy bastante (uerte para %i%ir. 4ientras estu%e alegre y e"citada, todo (ue bien1 especialmente cuando Nl %ino. Pero yo creo 'ue yo lo esperaba de otro modo. \Ko no entend, como entiendo ahora, 'ue la cosa tena 'ue llegar a donde lleg1 'ue es lgico y justo. Ko la pude aceptar cuando pens# 'ue obraban por pasin, pero ahora es del todo deliberado. a pa! tiene sus leyes y tiene 'ue de(enderse a s misma. /, pero esa pa! no me gusta. 0n realidad, lo 'ue anda mal en m es el haber nacido. Bli%er, no puedes imaginar lo d#bil 'ue soy1 t2 'ue siempre me llamabas (uerte. \@espu#s hay esto otro) yo s# cun netamente de acuerdo ests t2 con el nue%o estado de cosas1 y es natural) t2 eres talmente ms (uerte y ms lgico 'ue yo1 pero si yo soy tu mujer, tengo 'ue ser una contigo. K no lo soy, no lo soy ms, por lo menos con el cora!n, aun'ue pienso 'ue tienes ra!n. J0ntiendes, 'ueridoeL \/i tu%i#semos un hijo, 'ui! (uera di(erente. 0ntonces yo 'uerra por #l seguir %i%iendo. Pero por la Humanidad y asD no, Bli%er, no puedo. \+ono!co 'ue tienes ra!n, y 'ue yo no1 pero as es1 no puedo cambiarme. K as estoy enteramente segura de 'ue hay 'ue acabar. \@espu#s tengo 'ue decirte 'ue no tengo el menor miedo1 nada, nada. $o entiendo por 'u# hay 'ue tener miedo, a no ser 'ue uno sea cristiano. 0stara terriblemente asustada, claro, si (uese uno de ellos. Pero t2 y yo sabemos Jno es %erdadL 'ue no hay nada ms all. 5Ko no tengo miedo a los muertos, sino a los %i%os6, deca mi padre. JPor 'u# %aya tener miedoL *endra miedo, por supuesto, si no (uese sin dolor1 pero el doctor me dijo 'ue es absolutamente indoloro1 es simplemente irse a dormir. os ner%ios mueren antes 'ue el cerebro. +on ra!n la han bauti!ado eutanasia, 5buena muerte6, -aya hacerla yo misma. $o 'uiero 'ue nadie est# en el cuarto. @entro de unos minutos, la a!a(ata - /or ,na, de 'uien me he hecho gran amiga - me traer el aparatito y me dejar sola. \5 o 'ue ahora lle%amos en resignacin, un da ser gloria6, deca el misalito) no creo en esa gloria1 me basta con%ertirme en nada, en ceni!as. a cremacin tendr lugar ma&ana al medio da, de modo 'ue puedes estar presente, si 'uieres1 o si no, dar orden de 'ue te en%en la urna1 la de tu madre la pusiste en el jardn, as 'ue 'ui! te pla!ca hacerlo conmigo. Ha! e"actamente como te pla!ca con todas mis cosas. Por supuesto, te las dejo todas. \,hora, 'uerido, necesito decirte esto) 'ue lamento muchsimo ahora haber sido tan cansadora y tan idiota. Ko creo 'ue yo siempre cre todos tus argumentos a pie juntillas. o 'ue pasa es 'ue en el (ondo no deseaba creerlos1 por eso (ui tan cansadora. \Bli%er, amor mo, has sido e"traordinariamente bueno conmigoD /, .estoy llorando ahora, pero por otra parte creo 'ue soy realmente (eli!. 0s un (in hermoso. @eseara no haber tenido 'ue in'uietarte con mi (uga durante esta semana1 pero tena 'ue serD yo saba 'ue si me encontrabas me ibas a con%encer de nue%o, y entonces todo recomen!aba para peor. /iento tambi#n haberte dicho a'uella mentira. *e juro 'ue (ue la primera %e! en mi %ida.

1HI \Bien, me parece 'ue no 'ueda nada ms 'ue decir. Bli%er, mi amor, adis. *e mando mi amor con toda mi alma. 4abel.] /e 'ued inm%il despu#s de haber ledo, con los ojos toda%a h2medos de lgrimas. /in embargo, deca la %erdad. 0ra mucho ms (eli! as 'ue si tu%iera esperan!a de %ol%er atrs. a %ida le pareca un puro %aco1 la muerte un escape tan (cil1 su alma rabiaba por ella, como una lengua sedienta. 0scribi el sobre, con la mano siempre per(ectamente (irme, lo dej sobre la mesa, y una %e! ms se reclin, mirando a su desayuno intacto. 0ntonces, de golpe, comen! a rememorar literalmente su con%ersacin con 4ister 3rancis1 y por una e"tra&a asociacin de ideas, la muerte de la %iejita Brand, la cada del %olador en Brighton, el asunto del cura 3ran.lin, y las cajas de la eutanasiaD +uando /or ,na %ol%i unos minutos despu#s, lo 'ue %io la dej estupe(acta. a ni&a estaba agachada en la %entana, las manos en el marco, oteando hacia a(uera en una actitud de ine'u%oco terror. /or ,na cru! rpidamente, dejando al pasar algo sobre la mesa1 y toc a la jo%en en el hombro. - Uuerida, J'u# pasaL Hubo un largo suspiro entrecortado, y 4abel se %ol%i, endere!ndose, y agarr a la empleada con una mano temblona, se&alando a(uera con la otra. - E,llF - dijo -. 4ire allD - Bien, 'uerida, J'u# hayL - dijo la otra -. $o %eo nada. 0st un poco oscuro. - EBscuroF - grit 4abel -. JBscuro lo llamaL Pero si es negro, EnegroF a en(ermera la lle% otra %e! al silln, sua%emente, dndolo %uelta contra la %entana. 5HiperestesiaD miedo ner%ioso, - pens - y nada ms6. E o haba %isto tantas %ecesF Pero 4abel se desprendi con brus'uedad, y gir el silln. - EQsted llama a eso oscuroF EPero mire, hermana, mireF 4as no haba nada especial 'ue mirar. 0n(rente se ergua la (rondosa copa de un olmo, despu#s las %entanas cerradas en torno del patio, la cornisa, y encima de ella el cielo matinal, un poco pesado y (osco como antes de una tormenta1 y nada ms 'ue eso. - Bueno, J'u# hay, 'ueridaL JUu# es lo 'ue usted %eL @gamelo. - Pero, Emire, mireF D all, escuche eso. Qn sordo retumbo muy lejano como el rodar de un %agn - tan lejano 'ue poda tomarse por una ilusin ac2sticaD Pero las manos de la ni&a tapaban sus orejas, y su rostro era una blanca mscara de horror. a en(ermera la tom en sus bra!os. - Uuerida - le dijo -. Qsted est (uera de s. $o hay nada ms 'ue una tormenta de calor. /i#ntese tran'uila. 0lla poda sentir el cuerpo jo%en sacudi#ndose bajo sus manos, pero no, hubo resistencia cuando la %ol%i al silln. - E a lu!, la lu!F - sollo! 4abel. - J4e promete primero 'uedarse bien 'uietitaL 0lla asinti1 y la empleada cru! a la puerta, sonriendo maternalmente1 no era nue%o para ella. Qn momento despu#s, el cuarto se inund de e"'uisita lu!-solar, al oprimir el botn. +uando se %ol%i, not 'ue 4abel haba girado de nue%o el silln, y con las manos encla%ijadas estaba toda%a mirando a(uera, al cielo sobre los techos, pero pareca bastante ms tran'uila. a en(ermera %ol%i, y le puso la mano sobre el hombro.

1HA - 0st (atigada, 'ueridaD ,hora tiene 'ue creerme. $o hay nada de 'u# asustarse. 0s ner%iosidad solamente. JUuiere 'ue cierre el postigoL 4abel le%ant hacia ella el rostroD /, ciertamente, la lu! la haba calmado. 0l rostro estaba toda%a plido y descompuesto, pero la mirada (irme %ol%a a sus ojos1 aun'ue mientras habl, una %e! ms ellos se escaparon hacia la %entana. - Hermana - dijo, ms tran'uila ahora -) por (a%or, mire atentamente y dgame lo 'ue %e1 si me dice 'ue nada, %aya creer 'ue me estoy %ol%iendo loca. $o, no 'uiero 'ue cierre el postigo. EUuiero a(rontar todo lo 'ue %engaF - +laro 'ue est un poco (eo, cerra!n, medio oscuro - dijo la otra rpidamente. Pero no haba nada. 0l cielo estaba un poco negro, como si amena!ara chubasco1 pero haba solamente un colchn de nubes, y la lu! un poco (uliginosa, sul(urosa. 0"actamente el cielo de una tormenta de %erano. ,s se lo dijo, clara y en#rgicamente. - Puede ser - dijo 4abel1 y su cara se seren ms -1 entoncesD Retorn a la mesita en la cual /or ,na haba posado lo 'ue haba trado al cuarto. - 0ns#&eme, por (a%or. - J0st segura de no estar muy asustada, 'ueridaL JUuiere 'ue le traiga bromuro, o algoL - $o hay ms 'ue hablar - respondi 4abel (irmemente -. 0ns#&eme, por (a%or. /or ,na se arrim resueltamente. /obre la mesita descansaba una caja de esmalte blanco, delicadamente pintada con (lores. @e ella emerga un tubo blanco (le"ible con un ancho bocal, munido de dos agarres acolchados en cuero. @el lado de la caja cercano a la silla, sala una manija de porcelana. - ,hora, 'uerida - comen! la nurse 'uietamente, notando 'ue los ojos de la otra espiaban de %e! en cuando la %entana -1 ahora usted 'ueda sentada como est. a cabe!a bien atrs, por (a%or. +uando est# dispuesta, pone esto sobre la boca, y sujeta los resortes detrs de la cabe!aD ,sD. esto juega (cilD 0ntonces empuja la manija hacia all, todo lo 'ue d#. Keso es todo. 4abel asinti en silencio. 0ntenda bien, y haba recobrado su dominio, aun'ue incluso cuando habl, de nue%o sus ojos %agaron a la %entana. - 0so es todo - dijo -. JK despu#s 'u#L a nurse la inspeccion de nue%o %acilante. - 0ntiendo per(ectamente - asegur 4abel -. JK despu#sL - @espu#s, nada. Respire naturalmente, caer dormida al instante. +ierre los ojosD y eso es todo. 4abel dej el tubo sobre la mesa, y se irgui, esbelta y serena. - @eme un beso, hermana - dijo. /or ,na le cabece y sonri de nue%o desde la puerta. Pero 4abel no lo not1 tena los ojos cla%ados en la %entana. - -ol%er# dentro de media hora - dijo la nurse. 0ntonces percibi el cuadradito blanco sobre la mesa -. E,h, una cartaF - dijo. - l#%ela, por (a%or - dijo la ni&a, como ausente. a nurse la al!, mir la direccin, y de nue%o a 4abel. *oda%a %acilaba. EBli%er BrandF - @entro de media hora - repiti -. $o hay ninguna prisa. /i se le ocurre otra cosa, me llama. 0so es cuestin de cinco minutosD J$ada msL ,dis, 'uerida. Pero 4abel miraba a la %entana, y no respondi nada.

1HH III Uued enteramente inm%il hasta 'ue oy cerrar la puerta y retirar la lla%e. @espu#s %ol%i de nue%o a la %entana, y se asi del marco. @esde donde estaba era %isible, para ella, primero el patio de abajo, con su cantero en el centro, y un par de rboles 'ue all crecan - todo claro en la brillante lu! 'ue ahora sala de su %entana1 y segundo, sobre los techos, un tremendo manto color crdeno. 0ra ms tremendo toda%a por el contraste. a tierra pareca capa! de lu!1 y el cielo no. Pareca adems reinar un silencio e"tra&o. a casa habitualmente estaba 'uieta a esa hora1 los 'ue moraban en ella no estaban en humor de jarana1 pero ahora estaba ms 'ue 'uieta1 pareca muerta1 esa especie de a%iso mudo 'ue precede al s2bito estallar del trueno. Pero los momentos pasaban y el estallar no %ena1 una %e! solamente se oy de nue%o el solemne rolido, como de un gran carro remoto1 estupendamente e"tra&o, pues con #l los odos de la ni&a crean percibir el murmullo (antasmal de innumerables %oces, aplausos y gritos, como un coro de millares de hombres. K despu#s el silencio caa de nue%o como un colchn. 4abel no se preocupaba ya de distinguir entre lo objeti%o y lo subjeti%o. Haba comen!ado a entender. a tiniebla y las %oces no eran para todos los ojos y odos. a en(ermera no oa ni %ea nada e"traordinario, y seguramente el resto del mundo tampoco. Para ellos no haba ms 'ue el indicio de una pr"ima tormenta. $o le importaba absolutamente 'ue esa %ista y sonidos (uesen engendrados por su propio cerebro1 o bien percibidos por alg2n sentido raro, de los 'ue dijo el padre 3rancis. Para ella era real. e pareca estar aparte de ese otro mundo 'ue haba conocido1 se estaba apartando de ella, lo mismo 'ue todas sus amistades1 o mejor dicho, mientras permaneca donde siempre, se estaba trans(ormando, derriti#ndose, pasando a otro modo de e"istenciaD K las %oces e"tra&as no eran ms e"tra&as 'ue todo lo dems, no ms e"tra&asD 'ue la cajita pintada sobre la mesa. 0ntonces, casi sin saber lo 'ue deca, mirando (irmemente a a'uel tremendo cielo, comen! a hablar) - EBh @iosF - dijo -1 si realmente ests all, realmenteD os ojos se le llenaron de lgrimas, la %o! trope!, y ella apret el marco para serenarse. Pens %agamente 'u# le haba dado por hablar as1 no era ni emocin ni conocimiento. K sin embargo, continu) - Bh @ios, yo s# 'ue no ests allD por supuesto. Pero si estu%ieras all, yo s# bien lo 'ue te dira. *e dira 'u# cansada y mareada estoy. $o, no necesitara decrtelo, por'ue *2 lo sabras. Pero yo te dira 'u# triste estoy de todo esto. EBh, tambi#n lo sabrasF $o necesitara decirte nada, y sin embargoD EBh @ios, no s# lo 'ue tendra 'ue decirteF Bueno, me gustara 'ue cuidaras de Bli%er y tambi#n de tus pobres cristianosD EUu# tiempo %an a tener ellos ahoraF D @iosD. t2 me entenderas, Jno es %erdadL @e nue%o %ino el pesado retumbo y el solemne bajo de millones de %oces1 pareca un tanto ms cerca, pens ellaD Pero nunca haba amado las tormentas y los tumultos) le daban dolor de cabe!aD - -aya, %aya - dijo -. ,dis. ,dis, todo. 0staba ya en el silln. 0l bocalD s1 #ste eraD /e en(ureci del temblor de sus manos1 dos %eces los resortes resbalaron de sus sedosos ri!osD @espu#s se (ijaronD y como si una brisa la abanicara, se sinti ali%iada. 0ncontr 'ue poda respirar como siempre1 menos mal) no haba as(i"ia ni so(ocacinD 0stir la mano i!'uierda buscando la mani%ela, y sinti menos su s2bita (rescura 'ue el

1HO insoportable calor en 'ue la pie!a pareca haber cado de golpe. Poda or el golpeteo del pulso en sus sienes y tambi#n el lejano coro de %ocesD @ej la manija y con las dos manos tir el chal de encaje 'ue tena suelto sobre los hombrosD /, ahora se senta mejor1 respiraba mejor. @e nue%o sus dedos buscaron y hallaron la manija1 pero el sudor hacalos resbalosos y por un momentoD @e repente la mani%ela cedi y gir de golpe. Por un momento el penetrante olor dul!n la sacudi como un golpe, por'ue ella lo reconoci como el aroma de la muerte. Pero luego la (irme %oluntad 'ue hasta all la haba lle%ado, se impuso1 y ella dej las manos sua%emente en el rega!o, respirndolo (irme y holgadamente. Haba cerrado los ojos al girar la manija, pero ahora los abri, curiosa de obser%ar la desaparicin del mundo. Haba decidido hacerlo as el da antes, no 'uera perderse ni una pi!ca de esta 2ltima y 2nica e"periencia. Pero no haba cambio alguno. ,ll estaba el coposo penacho del olmo, el techo de plomo all en(rente, y el (ormidable cielo encima. 0lla %io una paloma, blanca contra la negrura, %olar y descender de nue%o en cur%a en un instante (uera de su %ista. D 0ntonces sucedi lo siguiente) Hubo una rpida sensacin de e"ttica gra%ide! en todo su cuerpo. *rat de le%antar la mano y no pudo1 intent bajar los ojos de a'uella (ranja de cielo color turba, y sus miembros ya no le pertenecan. /e dio cuenta de 'ue la %oluntad se haba desconectado del cuerpo y 'ue el mundo desmoronndose se retiraba a una in(inita distancia - 'ue era lo 'ue ella haba pre%isto, pero lo sorprendente era 'ue su mente permaneca a2n acti%a. $o era 5dormirse6. 0s %erdad 'ue el mundo tal como lo haba conocido se haba separado del campo de su conciencia, lo mismo 'ue su cuerpo - e"cepto, eso es, 'ui! el sentido del odo 'ue permaneca a2n alerta1 pero conser%aba toda%a memoria bastante para recordar 'ue e"ista ese mundo) 'ue haba otras personas en e"istencia, 'ue todos iban a sus negocios sin saber nada de lo 'ue le estaba pasando1 aun'ue, nombres, rostros y lugares se haban ido. @e hecho, de s misma tena conciencia en una (orma 'ue nunca haba tenido antes1 le pareca haber penetrado en un receso de su ser 'ue antes ella haba %isto solamente de a(uera y como a tra%#s de un cristal empa&ado. 0ra muy e"tra&o, y por otra parte esto tambi#n pareca (amiliar1 haba entrado, pareca, en un centro alrededor de cuya circun(erencia haba estado dando %ueltas toda la %ida1 y no era un simple punto, sino una regin distinta, limitada y como en%ueltaD ,l mismo tiempo sinti 'ue el odo tambi#n haba desaparecido. 0ntonces sucedi algo asombroso - y sin embargo tambi#n pareca 'ue ella supo siempre 'ue haba de suceder, aun'ue nunca de una manera re(le"i%a y articula da. 0sto (ue lo 'ue sucedi) a en%oltura se disol%i con una especie de rasguido y un espacio in(inito la circund in(inito, di(erente de cual'uier otra cosa, y %i%iente y semo%iente. 0ra %i%o como un cuerpo animado, percibido desde adentro - era predominante y por s mismo e%idente era uno y sin embargo m2ltiple - era inmaterial y no obstante absolutamente real - real en un sentido en 'ue jams ella haba pensado la realidadD K tambi#n esto era (amiliar, como un lugar %isitado muchas %eces en sue&o. K entonces, sin ning2n a%iso, algo 'ue no era ni lu!, ni sonido, ni soplo, pero 'ue tena de todo eso, algo 'ue reconoci como absolutamente 2nico, repentinamente se hi!o presente. 0ntonces ella %io, y comprendiD

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CAPTULO QUINTO
I Bli%er haba pasado los das desde la desaparicin de 4abel, en un horror indescriptible. Haba hecho todo lo posible) la haba rastreado hasta la estacin -ictoria, donde haba perdido el rastro1 se haba comunicado con la polica, y la respuesta o(icial, enteramente in2til, era siempre 'ue estaban atentos, pero no tenan noticias1 y no (ue hasta el martes siguiente cuando 4ister 3rancis, oyendo por caso su angustia, le tele(one para decide 'ue haba hablado con ella el %iernes antes. Pero no tu%o mucho consuelo de #l realmente la noticia le pareci ms bien mala, por'ue no pudo sino des(allecer a la rese&a de esa con%ersacin1 a pesar de las seguridades de 4ister 3rancis de 'ue 4abel de ning2n modo haba tomado la de(ensa de los cristianos. @os hiptesis le 'uedaban solamente) o bien ella realmente haba %olado al au"ilio de alguna desconocida amiga catlica1 o bien - y su cora!n desmay al pensado - haba ido a re'uerir 'ui#n sabe dnde la aplicacin de la eutanasia, como una %e! haba insinuado, y estaba ahora bajo la proteccin de la ley1 suceso bastante com2n desde la aprobacin de la ey Bounti(ull en 1=;;D y lo peor es 'ue #l no poda condenarla. a ley era buenaD Epero no para 4abelF 0n la tarde del otro martes, mientras sentado cansadamente trataba por cent#sima %e! de encontrar un hilo en el laberinto de sus con%ersaciones con 4abel en los 2ltimos dos meses, el tel#(ono llam bruscamente. 0ra la (icha roja de Xhitechapel la 'ue se haba encendido1 y por un instante su cora!n se le%ant en la esperan!a de noticias de ella. Pero cay de nue%o a las primeras palabras. - Brand - lleg la brusca %ocecilla. - J0s ustedLD - /, /noP(ord a'u. o necesitamos con urgencia1 ahora mismo, JentiendeL Hay una reunin e"traordinaria de +onsejo a las %einte. 0l Presidente estar. Ka comprende la urgencia. $o puedo decide ms. -enga inmediatamente a mi cuarto. ,hora mismo. Pero a2n este mensaje lo mo%i apenas. Ka estaban acostumbrados, #l lo mismo 'ue todos, a los bruscos descensos del Presidente. Nl llegaba y desapareca sin prea%iso, %iajando y trabajando con increble energa1 y sin embargo, pareca en la calma ms imperturbable. 0ran ms de las die! y nue%e1 Bli%er cen rpidamente y al cuarto para la hora se present en el escritorio del Primer 4inistro, donde media docena de sus colegas estaban ya congregados. 0l 4inistro se adelant a recibirlo, con una gran e"citacin pintada en el rostro1 y tomndolo de un botn del saco, lo lle% aparte. - 4ire, Brand) es preciso 'ue usted hable el primero, inmediatamente luego del secretario de 3elsenburgh, 'ue abrir la sesin1 estn ahora llegando de Pars. 0s un asunto no%simo. Ha tenido in(ormacin acerca de la situacin delD 7resulta 'ue haba uno8 Edel PapaFD Bh, enseguida se %a a enterar de todo. K de paso - continu, mirando con curiosidad a la cara tensionada - comparto su sentimiento por su desgracia1 Pemberton me acaba de contarD Bli%er al! bruscamente la diestra. - <n(rmeme - dijo -. JUu# es lo 'ue tengo 'ue decirL - Bien, el Presidente har una propuesta, me imagino. Qsted conoce per(ectamente nuestra posicin. /implemente, e"pli'ue nuestro pensamiento sobre los catlicos.

1H; os ojos de Bli%er se contrajeron rpidamente a dos lneas bajo los prpados. 54uy bien6, dijo. +artPright lleg en ese instante, un inmenso anciano encor%ado con una cara como pergamino, como con%ena a un justicia 4ayor, el je(e de la ey en <nglaterra. - Hola Brand - dijo -. _igame, J'u# sabe usted de un hombre llamado PhillipsL Parece 'ue ha mencionado su nombreD - JUu# le pasaL 3ue mi secretario hace tiempo - dijo Bli%er, cautamente. - +reo 'ue est loco. /e ha presentado a la justicia, pidiendo, ser e"aminado enseguida. 0l magistrado ha consultadoD Qsted sabe, apenas estamos mo%iendo el @ecreto. - Pero, J'u# ha hechoL - 0sa es la di(icultad. E@ice 'ue no puede negar a @ios, y 'ue no puede a(irmado tampocoF J@e modo 'ue (ue secretario suyoL - Hace tiempo. Ko s# 'ue se inclinaba al cristianismo. Por eso lo despach#. - Bien, lo hemos sobresedo por una semana. -eremos si asienta la cabe!a. 0ntonces la con%ersacin se generali!. @os o tres se arrimaron, mirando con curiosidad a Bli%er1 la historia de 'ue su mujer lo haba abandonado, haba corrido. Uueran %er cmo reaccionaba. +inco minutos antes de las %einte son un timbre, y la puerta se abri de par en par. - -engan, caballeros - dijo /noP(ord. a +mara del +onsejo era una alta sala alargada del primer piso1 las paredes desde el techo al piso estaban cubiertas de archi%os. Qna mullida al(ombra mataba los ruidos. $o haba %entanas1 la pie!a tena lu! arti(icial. Qna larga mesa corra en el centro del piso, (lan'ueada de sillones, ocho de cada lado1 y el tablado presidencial, coronado de un balda'un, se al!aba a la cabe!a. +ada consejero se (ue derecho a su sitio, y se par all, en silencio. 0l cuarto estaba deliciosamente (resco, a pesar de la (alta de %entanas, y en contraste con el horno de (uego de a(uera, por el cual los ms haban pasado. 0llos tambi#n se haban admirado de a'uel increble clima, y haban sonredo de la perplejidad de la +iencia in(alible. Pero no pensaban en eso ahora1 la presencia del Presidente era una cosa 'ue haca silenciosos a los ms locuaces. ,dems tenan la impresin de 'ue el asunto era ms serio 'ue de ordinario. Qn minuto antes de la hora, son la campana de nue%o, cuatro %eces, y ces1 ya esta se&al cada uno de ellos se %ol%i instinti%amente hacia la metlica puerta corredi!a detrs del troneto del Presidente. Haba un silencio de muerte, dentro y (uera1 la %ida misma pareca haber cesado1 pues los inmensos e innumerables edi(icios del gobierno estaban pro%istos hasta con lujo de los dispositi%os amortiguadores 'ue la t#cnica haba hecho comunes en los 2ltimos a&os1 y ni si'uiera el rodar de los trenes a cien metros era capa! de en%iar una simple %ibracin a tra%#s de las capas de caucho sobre 'ue las paredes se asentaban. Haba un solo ruido 'ue poda penetrar, y era el estallar del trueno. Hasta el presente los t#cnicos no lo haban domado. 0l silencio pareca ir ahondndose por momentos. 0ntonces corrise bruscamente la puerta y una (igura se introdujo rpida, seguida de otra en escarlata y negro. II NlD se (ue derecho a su trono, acompa&ado de dos secretarios, se inclin ligeramente a un lado y otro, se sent, e hi!o un ligero ademn. *odos ellos se sentaron tambi#n, tiesos

1H= y atentos. Bli%er dirigi sus ojos al Presidente, mara%illndose por cent#sima %e! de su asombrosa personalidad. 0staba en el ropaje judicial ingl#s usado durante centurias negro y escarlata, con anchas mangas armi&adas y un ancho cinto de cuero carmes - 'ue 2ltimamente haba sido adoptado como uni(orme presidencial en <nglaterra para el 'ue estaba a la cabe!a de los tres poderes. Pero era en Nl mismo, en su persona, y en la atms(era 'ue pareca traer consigo, donde resida la mara%illa. 0ra como el olor del mar en la natura (sica - regocijaba, limpiaba, e"citaba, embriagaba. 0ra tan sutilmente atracti%a como un huerto (lorido en prima%era, tan hiriente como el son de instrumentos ta&idos, tan imponente como una tormenta. ,s se e"presaban los escritores. o comparaban a un correr de agua clara, al (ulgor de una gema, al amor de una mujer. , %eces abandonaban todo recato, y decan de #l 'ue responda a todos los temples como el oc#ano o el cielo estrellado1 y lo llamaban e"plcitamente, y no una sola %e!, la 0ncarnacin completa e impecable de todo lo di%inoD 4as las re(le"iones de Bli%er cayeron de #l como un manto, por'ue el Presidente, con la cabe!a echada atrs y los ojos bajos, haba hecho un ligero gesto al rubicundo secretario a su derecha1 y #ste, sin un mo%imiento, haba comen!ado a recitar impersonalmente, como un actor 'ue ensaya su parte. - 0"celencias - dijo el secretario ingl#s, con %o! llana y resonante -) 0l Presidente ha %enido directo de Pars. 0sta tarde1 /u ,lte!a estaba en Berln1 esta ma&ana temprano, en 4osc21 ayer, en $ue%a Kor.. 0sta noche, /u ,lte!a estar en *urn1 y ma&ana comen!ar una gira a tra%#s de 0spa&a, $ord(rica y ?recia hacia los 0stados del /ur. 0ra la (orma usual con 'ue comen!aban estas alocuciones. 0l Presidente hablaba ahora raras %eces1 pero era cuidadoso de tener in(ormados a sus s2bditos de todos sus mo%imientos. /us secretarios estaban entrenados admirablemente, y este truchimn no haca e"cepcin. @espu#s de una ligera pausa, continu) - 0ste es el asunto, 0"celencias) 0l jue%es pasado, como es notorio, los Plenipotenciarios (irmaron en esta misma sala el @ecreto de Represin e Higiene 4ental, 'ue (ue comunicado de inmediato al Qni%erso 4undo. , las diecis#is del mismo da, /u ,lte!a recibi un mensaje de un tal @olgoroPs.y, 'ue es, se ha sabido, uno de los +ardenales de la <glesia +atlica. 0sto #l pretendi1 y una encuesta rpida prob 'ue es un hecho. 0sta in(ormacin con(irm lo 'ue ya se sospechaba, a saber, 'ue hay un hombre 'ue pretende ser el Papa, el cual ha creado 7esta es la e"presin8 otros +ardenales, muy luego tras la destruccin de Roma1 subsiguiente a la cual su propia eleccin haba tenido lugar en Yerusal#n. Parece ser 'ue este Papa, con no pe'ue&a habilidad poltica, discurri guardar su propio nombre y residencia en total secreto, incluso para sus seguidores, e"cepcin hecha de los doce +ardenales1 'ue ha logrado muchsimo, por la instrumentalidad de uno de sus +ardenales primero, y luego de esa nue%a Brden de 'ue se ha hablado, al e(ecto de una reorgani!acin de la <glesia1 y 'ue en estos momentos sigue trabajando, escondido del mundo y en completa seguridad. /u ,lte!a se reprocha el no haber hecho ms 'ue sospechar algo por el estilo, enga&ado, piensa, por la creencia de 'ue, si un Papa subsistiera, habran llegado noticias o indicios de los cuatro %ientos, por'ue, como es bien sabido, la entera estructura de la <glesia reposa sobre #l como sobre una roca. ,dems, /u ,lte!a piensa 'ue habran de haberse hecho per'uisiciones - y en esto el gobierno ruso parece haberse descuidado - en la misma regin donde sabemos 'ue ahora el Papa est %i%iendo.

1O: 0l nombre del sujeto, 0"celencias, es 3ran.linD 7Bli%er se sobresalt incontrolablemente, pero se compuso al punto en una ojeada de inteligencia, al mirarlo un instante el Presidente desde su inmo%ilidad.8 - 3ran.lin - repiti el locutor -, y est %i%iendo en $a!aret, donde se dice 'ue el 3undador del +ristianismo pas su ju%entud) 4In civitatem Na2aret!6% ,hora bien, esto, 0"celencias, /u ,lte!a lo supo el jue%es de la otra semana. Brden pes'uisas, y el %iernes de ma&ana recibi ms in(ormes de @olgoroPs.y acerca de 'ue este Papa haba con%ocado en $a!aret una reunin de +oncilio 7'ue as lo llaman8 de todos sus +ardenales y otras autoridades de sobre toda la sobreha! de la tierra, para deliberar 'u# medidas %an a tomar contra la nue%a ey. 0sto, /u ,lte!a lo considera una burda (alta de habilidad poltica, di(cil de conciliar con sus hbiles medidas anteriores. *odas estas personas han sido conminadas por mensajeros especiales a reunirse el pr"imo sbado1 y comen!arn sus deliberaciones, despu#s de ciertas ceremonias cristianas, la ma&ana siguiente. Qstedes desearn saber, 0"celencias, los moti%os de @olgoroPs.y para dar a conocer todo esto. /u ,lte!a est satis(echo de 'ue son reales. 0l hombre ha ido perdiendo la (e en su religin1 de hecho ha llegado a considerar a su religin como el supremo obstculo a la consolidacin del g#nero humano. 0s curioso, como paralelismo histrico, recordar 'ue la misma clase de incidente marc el comien!o del cristianismo, 'ue %a a marcar ahora, esperamos, su e"tincin de(initi%a) la in(ormacin por parte de uno de sus principales secuaces del lugar y del modo dnde y cmo el principal personaje poda ser abordado. 0s tambi#n sin duda muy sugesti%o 'ue el escenario mismo de la e"tincin del cristianismo sea e"actamente el de su lan!amientoD Bien, 0"celencias, la propuesta de /u ,lte!a, 'ue consuma su conocida @eclaracin aprobada por todos %osotros, es como sigue) 'ue una (uer!a sea despachada durante la noche del pr"imo sbado hacia Palestina1 y en la ma&ana del domingo, 'ue esa (uer!a d# t#rmino, tan rpida como misericordiosamente sea posible, a la magna obra a 'ue los pueblos y sus reyes han puesto mano. Hasta el presente, el asentimiento de los gobiernos ya consultados ha sido unnime1 y no 'ueda duda de 'ue el resto ser lo mismo. /u ,lte!a siente 'ue no puede proceder en tan gra%e negocio bajo /u 2nica responsabilidad1 no es asunto particular o nacional1 es una +atlica ,dministracin de justicia1 y %a a tener resultados ms dilatados de todo lo 'ue ahora sea posible pro(eti!arD $o es necesario 'ue decante sobre las ra!ones de /u ,lte!a1 son enteramente conocidas por sus 0"celencias1 pero antes de re'uerir %uestra opinin, Nl desea 'ue yo indi'ue cmo ha de ser, en el caso de ser aprobado, el m#todo de accin. a propuesta es 'ue todos los gobiernos del mundo debern participar en el acto (inal, por'ue este acto es una especie de gran smbolo1 y a este e(ecto se ha pensado 'ue cada uno de los *res Qni%ersales @epartamentos del 4undo, 0uropa, ,sia, ,m#rica, deben en%iar %oladores en el n2mero e"acto de las naciones 'ue los constituyen - e"ceptuando en todo caso a los 0stados e"tremos de /udam#rica, 'ue llegarn tarde - ciento %eintids en todo. 0stas aerona%es de guerra no tendrn punto de encuentro com2n1 de otro modo la noticia se abrira paso seguramente a $a!aret1 pues todos saben 'ue esta nue%a Brden de +risto +ruci(icado tiene altamente organi!ado un sistema de espionaje. a cita pues no ser otra 'ue $a!aret mismo1 y el tiempo de reunin debera ser, se ha pensado, no ms tarde 'ue las nue%e en el tiempo de Palestina. 0stos pormenores empero pueden ser

1O1 reconsiderados y con(irmados una %e! 'ue la determinacin (inal se haya dado acerca del plan conjunto. +on respecto a la ejecucin (inal del es'uema, /u ,lte!a estima altamente desaconsejable, y en el (ondo menos misericordioso, entrar en negociaciones, trmites o ambages de ning2n g#nero. a sola presencia de los a%iones ser a%iso a los moradores de los pueblos %ecinos para escapar si lo desean1 mas en cuanto a las personas concernidas, el (in debe ser impre%isto e instantneo1 lo cual se lograr seguramente con los e"plosi%os proyectados, 'ue son los del m"imo poder compatible con el e%itar perturbaciones meteorolgicas de importancia. 0n cuanto a /u ,lte!a, es /u alto propsito estar all en persona1 y ms a2n, 'ue la primera descarga sea e(ectuada desde su propio a#reo. 0s enteramente propio 'ue el mundo 'ue ha hecho a /u ,lte!a el honor de ele%arlo a la Qni%ersal, /uprema 4agistratura, obre en esta ocasin por medio de /us manos1 y esto puede ser tambi#n al menos una ligera prenda de respeto a una supersticin 'ue, aun'ue in(ame, ha durado ms de %einte siglos, y es toda%a la 2nica y sola barrera al %erdadero Progreso del hombre. 0n nombre de /u ,lte!a puedo prometeros, 0"celencias, 'ue si este plan es aprobado, no seremos ms estorbados por el +atolicismo. Por de pronto el e(ecto moral de la ey de Represin e Higiene 4ental ha sido simplemente prodigioso - como es patente en el caso de @olgoroPs.y. 0stamos en conocimiento de 'ue, por docenas de millares, los catlicos, incluso miembros pro(esas de esta nue%a y (antica Brden, han estado renunciando a su insensate! en los 2ltimos das1 y un golpe decisi%o dado ahora mismo a la misma cabe!a y cora!n de su estructura poltica, al eliminar como de hecho lo har el cuerpo personal sobre el 'ue la entera organi!acin consiste, %ol%er su resurreccin imposible. 0s un hecho conocido 'ue, puesta una %e! la e"tincin de la lnea de los Papas, junto con los (uncionarios necesarios para su continuacin, no puede haber ms cuestin, incluso para el ms ignorante, de 'ue la promesa de Yes2s ha cesado de ser posible y ra!onable. ,un la Brden 'ue ha pro%edo el ner%io de este 2ltimo mo%imiento, cesa de e"istir. @olgoroPs.y es la di(icultad, naturalmente1 y por eso /u ,lte!a se siente (or!ado a sugerir, aun'ue repugnantemente, 'ue a la conclusin del asunto, @olgoroPs.y, - 'ue por supuesto no estar con sus co(rades en $a!aret -, sea misericordiosamente puestoD (uera de estado de hacer da&o y de la ms remota sombra de tentacin de reproducir la lnea de esta grotesca dinasta, si es 'ue la especie puede ser reproducida 7cosa 'ue no sabemos8 por un solo indi%iduo en reproduccin endogen#tica. 0n nombre de la so-bre-hu-ma-na %isin del Hijo del hombre 7la %o! del locutor haba dejado un momento antes el canto llano y se hinchaba en locucin oratoria8 lo 'ue ser el mundo despu#s de esta santa, uni%ersal y de(initi%a limpie!a, aseguro a sus 0"celencias 'ue no lo pueden ni imaginar si'uiera) $,@<0 lo puede imaginar1 obra de limpie!a en 'ue se unen en estrechsimo abra!o la justicia y la misericordia. /u ,lte!a pues solicita de sus 0"celencias 'ue, lo ms bre%emente posible, (ormulen sus %istas sobre los puntos 'ue he tenido el alto pri%ilegio de e"ponerlesD a %o! ntida y resonante se apag en un hilo. Haba hablado hasta el (inal de la manera como haba comen!ado1 sus ojos bajos todo el tiempo1 su %o!, e"cepto en la peroracin (inal, articulada y contenida. /u talante haba sido admirable.

1O9 Hubo un momento de silencio y todos los ojos se posaron de nue%o en la estatuaria (igura en negro y escarlata del rostro mar(ilino. 0ntonces Bli%er se puso de pie. /u (a! estaba blanca como el papel1 sus ojos ardientes y dilatados) - 0n nombre del ?ran +onsejo de <nglaterra - dijo, tremendamente ner%ioso y al mismo tiempo reprimido -, conociendo per(ectamente la mente de mis honorables colegas, estoy con(orme y complacido con la propuesta de /u ,lte!a /uprema1 y contento de dejar en sus manos todos los pormenores. 0l Presidente le%ant los ojos y los pase lentamente sobre cada uno de los rgidos rostros hacia #l tornados. 0ntonces, en el silencio incomparable, a'uella su e"tra&a %o! tan conocida, son por primera %e!, tan desapasionada como un ro de hielo. - JHay algo 'ue objetar o proponerL Hubo un unnime murmullo negati%o al ponerse de pie todos. - 4uchas gracias, 0"celencias - dijo el /ecretario. III 0ra poco menos de las siete de la ma&ana del sbado cuando Bli%er baj del autom%il 'ue lo haba lle%ado al par'ue de Ximbledon y comen! a subir las escaleras del %iejo aerdromo, abandonado cinco a&os antes. Haba sido tenido por bien, en %ista del riguroso secreto 'ue deba guardarse, 'ue la representacin de <nglaterra en la operacin de limpie!a partiese de un punto lo ms desconocido1 y esta %ieja plata(orma, ahora en desuso, - sal%o para e%entuales pruebas de nue%os aparatos del ?obierno -, llenaba como ninguna las condiciones. <ncluso el ascensor haba sido retirado y era necesario trepar a pie los ciento y pico escalones. +on una cierta mal'uerencia haba aceptado este puesto entre los cuatro delegados, por'ue no saba nada de su mujer y era terrible para #l dejar ondres mientras su suerte estaba en duda. *odo mirado, se inclinaba menos a la hiptesis de la eutanasia) haba hallado a %arios amigos, 'ue todos le haban asegurado no haberle odo jams a ella insinuacin alguna en ese sentido. K adems, aun'ue bien enterado de la ley de los ocho das, aun en el caso de 'ue ella hubiese tomado tan (atal determinacin, nada inclinaba a creer 'ue estu%iese a2n en <nglaterra, siendo ms probable 'ue en ese trgico caso hubiese %olado al +ontinente, donde haba ms (acilidades1 de modo 'ue. en suma, de nada ser%a 'ue permaneciese asndose %i%o en ondres1 y la tentacin de estar presente al acto de justicia ms grande de la historia del mundo, cuyas dimensiones ni la imaginacin poda abarcar, contra lo 'ue haba sido causa al menos indirecta de sus su(rimientos1 y con ellos 3ran.lin - 3ran.lin, esa odiosa parodia del /e&or del 4undo a&adida a la insistencia de sus colegas en el 4inisterio y la curiosa impresin, nunca ausente de su mente, de 'ue la %oluntad de 3elsenburgh era una cosa para morir por ella si era preciso, todo esto haba pre%alecido sobre su repugnancia. 0ra terriblemente calurosa esa ma&ana, y al llegar sudoroso al tope %io 'ue el monstruo en su red de acero haba sido ya colocado en el tobogn bru&ido y 'ue los %entiladores en el corredor y los salones estaban en (uncionamiento. 0ntr enseguida al saln en busca de un rincn (resco, dej su bolso en un asiento con %entanilla, y despu#s de cambiar unas palabras con el guarda, charlero y %i%amente curioso #ste de su destinacin aun ignorada,

1OI sali de nue%o sin poder estarse 'uieto a la plata(orma a esperar a los otrosD y ca%ilar en pa!. ondres estaba bien e"tra&o esta ma&ana. ,'u debajo yaca el par'ue o 4common65 medio 'uemado por el intenso calor de la semana, e"tendido por %einte cuadras - tierra remo%ida, parches de c#sped amarillentos y copas de mustios rboles - hasta el comien!o de los primeros techos, tambi#n emergentes de arcos de (ollaje. @espu#s ms all comen!aba el cerrado alineamiento de casas, (ila tras (ila, roto en el medio por el brillo del ro, y despu#s siguiendo hasta des%anecerse (uera de %ista. 4as lo 'ue desconcertaba era el aspecto del aire, como lo 'ue los libros %iejos describan de los tiempos del reinado del humo. $o haba ni la (rescura ni la transparencia de la ma&ana1 era imposible apuntar en ninguna direccin el origen del pesado nublo, por'ue era parejo en todas partes. <ncluso en el cenit (altaba el a!ul1 pareca pintado con una brocha (angosa, y el color mostraba apenas una opaca aureola roja. /, pens, esto parece uno de esos cuadros modernos1 no haba el tinte del misterio de una ciudad nublada, sino ms bien in%erosimilitud, irrealidad. as sombras parecan carecer de lmites, las (iguras y los conjuntos de coherencia como en la obra de un paisajista chabacano. Hace (alta una buena tormenta, pens1 o bien, poda ser, un terremoto ms en otra parte del mundo poda, en sarcstica demostracin de la unidad del globo, ali%iar la tensin en esta parte. Bueno, la jornada e7ala la pena de emprenderse, ms no (uera 'ue por el (resco y por el inter#s de obser%ar los cambios climticos1 pero iba a ser so(ocante, pens, cuando pasasen el /ud de 3rancia. 0ntonces sus pensamientos recularon de nue%o a su roedora miseria, 'ue haba estado en realidad all presente siempre. Pens 'ue estaba yendo personalmente a dar el 2ltimo golpe al cora!n de 4abel, donde 'uiera ella estu%iese. $o saba 'ue sobre la mesa de su gabinete yaca una carta sin abrir, timbrada en 4anchester BesteD Pasaron die! minutos antes de 'ue di%isara el coche rojo-sangre del gobierno resbalando a los bocina!os por la carretera desde la direccin de 3ulham1 y cinco minutos ms, antes de 'ue los tres hombres so(ocados aparecieran con sus sir%ientes detrs de ellos 4a"Pell, /noP(ord y +artPright, todos iguales, como el mismo Bli%er, en tropicales de seda blanca de la cabe!a a los pies. $o hablaron una palabra de su negocio, por'ue los o(iciales andaban de a'u para all, y era aconsejable guardarse incluso de la mnima posibilidad de indiscrecin o traicin) nadie saba dnde poda haber un catlico. 0l piloto haba sido in(ormado de 'ue se necesitaba la na%e para tres das de %uelo, con %ituallas para ese tiempo1 y 'ue deba tomar la direccin de la lnea recta ondres-/outhampton y su prolongacin, hasta nue%a orden1 sin parada alguna, por lo menos en un da y una noche. Haban recibido instrucciones ulteriores debidamente protocoli!adas del Presidente el da anterior, tiempo en el cual Nl haba completado su gira y recibido el asentimiento de los +onsejos de 0mergencia del 4undo entero. 0ra una cosa grandiosa, nunca %ista. 0sto coment /noP(ord en %o! baja1 y a&adi algunas palabras de los 2ltimos pormenores, mientras los cuatro estaban all contemplando la borrosa ciudad. 0n suma, el plan en la parte concerniente a <nglaterra era como sigue) el %olador deba abordar a Palestina desde la direccin del 4editerrneo, cuidando de entrar en contacto con 3rancia a su i!'uierda y 0spa&a a su derecha, en un radio de die! .ilmetros sobre la isla de +hipre. a hora apro"imada (ue (ijada en las %eintitr#s, tiempo oriental. 0n este punto deba encender su se&al nocturna, un relmpago carmes sobre campo blanco1 y en el e%ento de no percibir la de sus %ecinos, deba demorarse en crculos en ese punto a la

1OA altura e"acta de I:: metros, hasta 'ue (uesen ubicados, o recibidas nue%as instrucciones. +on el (in de pro%eer a emergencias, el a#reo del Presidente sera acompa&ado por un %olador ayudante de campo, de %elocidad supersnica, cuyas se&ales deban recibirse como de 3elsenburgh mismo. *an pronto como el crculo de na%es de guerra estu%iese completo 7y se haban calculado todos los tiempos con holgura8 teniendo como centro a 0sdreln con un radio de mil .ilmetros, los %oladores deban a%an!ar descendiendo gradualmente hasta doscientos metros sobre el ni%el del mar, disminuyendo su separacin mutua de cuarenta .ilmetros, en la cual se encontraran al hacerse el crculo, hasta la distancia mnima 'ue la seguridad permitiera - o sea prcticamente codo con codo. @e esta. manera el a%ance a paso de marcha desde el momento en 'ue el crculo (uese cerrado los lle%ara sobre la aldea $a!aret cerca de las nue%e de la ma&ana del domingo1 la cual 'uedara cubierta de una espesa nube de monstruosas langostas de aluminio y acero e"actamente a las nue%e. 0l guarda se present a los cuatro 'ue guardaban ahora silencio. - 0stamos listos, caballeros - anunci. - JUu# le parece el tiempoL - pregunt /noP(ord. 0l guarda (runci los labios en bolsa. - *endremos truenos, me parece, 4ilord. Bli%er lo mir interrogati%amente. - J$ada ms 'ue ruidoL - pregunt. - Uuiero decir una tormenta, se&or - obser% el guarda secamente. 0l Primer 4inistro se dirigi al portaln. - Bueno, lo mejor es 'ue larguemos, entonces1 podemos perder tiempo despu#s, si 'ueremos. +inco minutos despu#s todo estaba a punto. @e la proa del bote %ena un le%e olor de cocina, pues el desayuno sera ser%ido al momento1 y un gorro blanco asom la cabe!a un instante para interrogar al guarda. os cuatro delegados se arrellanaron en el (astuoso saln de borda1 Bli%er silencioso, aparte1 los otros cuchicheando juntos. Qna %e! ms el guarda pas hacia su departamento de proa, mirando por el %entanal a %er si estaban acomodados1 y un instante despu#s ta& melodiosa la se&al. 0ntonces todo a lo largo del casco del %olador de guerra ms %elo! de ?ran Breta&a, pas el tiritn de una h#lice 'ue comen!aba a subir %elocidad1 y simultneamente Bli%er, 'ue miraba de reojo por el %entanal de estribor, %io el barrote del tobogn hundirse repentinamente y el lejano serrucho de ondres, plido bajo el cielo sombro, salir (lechado para arriba, oscilar, hundirse. +a! un atisbo de un grupito de hombres 'ue miraban hacia arriba, y ellos tambi#n se hundieron en espiral %ertiginosa, y desaparecieron. 0ntonces como un relmpago de %erde sucio, desapareci el par'ue, y el pa%imento de techos y a!oteas corri como un ro delgado, las largas lneas de la calle de este lado y el otro girando como rayos de una rueda gigante1 y despu#s este mismo pa%imento adelga!, dejando %er manchitas %erdes como un ado'uinado %iejo1 y despu#s esto mismo desapareci, y debajo de ellos estu%o un %aco oscuro. /noP(ord se incorpor, tambaleando un poco. - J*rajeron sus armasL - dijo -. e %oy a dar al guarda el trayecto ahora mismo, mejor. ,s despu#s no hay interrupciones. ,tentos.

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CAPTULO SEXTO
I 0l sirio despert de una pesadilla en 'ue millares de rostros estaban mirando el suyo, %idos, inm%iles y horribles - en su rincn de la a!otea1 y se sent sudando y bo'ueando por aire. Por un instante, pens 'ue estaba muriendo y %iendo el otro mundo. ,l sacudirse, sus sentidos tomaron y se endere!, aspirando grandes sorbos de un aire so(ocante. ,rriba de #l el cielo era como un a%erno, negro y %acuo1 no haba un rayo de lu!, aun'ue la luna seguramente haba salido. Nl la haba %isto cuatro horas antes trasponer lentamente el *abor, una ho! roja. , tra%#s del %alle, mirando desde el parapeto1 no haba nada1 pues por unas pocas yardas yaca sobre la tierra irregular una lan!a 'uebrada de lu! de un postigo mal cerrado1 y debajo de ella, nada. Hacia el norte, nada tampoco1 hacia el oeste un (ulgor, plido como ala de polilla, de los techados de $a!aret1 hacia el este, nada. Poda estar sobre una columna en el espacio, e"cepto por esa lnea de lu! y ese (ulgor gris casi indiscernible. 0n la a!otea sin embargo era posible (ormarse siluetas al menos, por'ue la trampa haba sido dejaba abierta en el tope de la escalera y de por ah en las pro(undidades de la casa se colaba una d#bil re(raccin de lu!. Haba un bulto blancu!co en el otro rincn1 deba ser la almohada del ,bad Benedictino. o haba %isto acostarse all haca un tiempoD. J(ueron cuatro horas o cuatro siglosL Haba una (igura gris alargada contra el parapeto - 0l ?eneral de los 3railes, pens1 y haba otras siluetas irregulares a'u y all, rompiendo el (rente del parapeto. 4uy despacito para no molestar, pues conoca los caprichos del sue&o, camin con los pies desnudos sobre las baldosas al otro lado de la baranda y se inclin sobre ella, pues toda%a lo asediaba un deseo de asegurarse de 'ue estaba en compa&a de carne y sangre. /, realmente estaba toda%a en la tierra1 por'ue all haba un real y distinto (uego ardiendo entre las rasgadas rocas, y al lado, delicado como una miniatura, la cabe!a y los hombros de un hombre escribiendo. K en el crculo de lu! otras (iguras, rotos parches plidos sobre los cuales yacan hombres1 un poste o dos, le%antados con el designio de armar tiendas1 un montn de bagaje con una al(ombra encima1 y ms all del crculo otras siluetas y bultos se diluan en la estupenda tiniebla. 0ntonces el hombre 'ue escriba mo%i la cabe!a, y una sombra dis(orme se proyect sobre la tierra1 un ga&ido como de un perro estrangulado rompi de golpe justo a su lado, y al %ol%erse, una silueta se sent en el suelo, sollo!ando al irse despertando. Btro se mo%i al ruido, y al dejarse caer de nue%o el primero, suspirando, pesadamente contra la parecilla, el sacerdote sirio regres a su lugar, de nue%o como in creyente de la realidad 'ue estaba %iendo, y el silencio sin aire cay otra %e! como una espesa mantaD @espert de nue%o de un sue&o sin ensue&os, y haba un cambio. @esde su rincn, al le%antar los ojos cargados, top con lo 'ue le pareci un intolerable brillo1 'ue, al mirar, se resol%i en la lu! de una candela y detrs de ella una manga blanca y ms all una garganta y rostros dorados. 0ntendi y se le%ant trastabillando) era el mensajero 'ue %ena a buscarlo, seg2n lo con%enido. ,l caminar hacia la trampa mir en torno de nue%o y le pareci 'ue el amanecer haba llegado, pues a'uel horroroso cielo era %isible al (in. Qna enorme b%eda, opaca y color humo, pareca cur%arse hacia los espectrales hori!ontes a los dos lados donde las lejanas

1OO sierras al!aban sus agudos (ilos como recortadas en papel. 0l +armelo estaba delante de #l, o al menos le pareci) cabe!a y paletas de toro 'ue se echaban hacia adelante y terminaban en abrupto descenso1 y ms all de esto el cielo l%ido. $o haba nubes, ninguna (orma 'ue rompiese el enorme, liso, turbio techo debajo de cuyo centro esta a!otea pareca suspendida. , tra%#s del antepecho, al mirar a la derecha antes de bajar la escalera, se e"tenda 0sdreln, sombro y color de arena en la metlica lejana. Pareca todo irreal, como una (antstica pintura hecha por un ciegonato 'ue nunca hubiese %isto la lu!. 0l silencio era hondo y total. +amin derecho a tra%#s de las sombras %acilantes, siguiendo a su encapuchado acompa&ante por la escalera y a tra%#s del estrecho pasadi!o, trope!ando una %e! con los pies de uno 'ue dorma todo descuajeringado como un perro e"hausto1 los pies se encogieron ma'uinalmente y un pe'ue&o 'uejido sali de la sombra. 0ntonces sigui, pasando al sir%iente 'ue se haba apartado1 y entr. . Haba media docena de hombres congregados) silenciosas, blancas estatuas separadas unas de otras, 'ue genu(lectaron al entrar el Papa simultneamente por la puerta opuesta y pararse all en(rente, c#reo y sereno. 0l sirio pase los ojos atentos sobre ellos, despu#s de situarse detrs de la silla de su je(e) haba dos 'ue #l conoca, recordndolos de la noche anterior, el moreno +ardenal R2spoli y el delgado ,r!obispo de ,ustralia - adems del rostro (amiliar del +ardenal +or.ran, 'ue estaba de pie junto a su taburete, cerca de la mesa del Papa, con papeles listos a mano. /il%estre se sent y con un gesto de la cabe!a hi!o sentar a los otros. @espu#s habl de golpe, con esa 'uieta %o! cansada 'ue su (amiliar conoca tanto. - 0minencias, estamos todos, creo. $o hay 'ue perder tiempo, puesD 0l +ardenal +or.ran tiene algo 'ue comunicar..) - /e %ol%i hacia atrs -. Padre, si#ntese si gusta. 0sto %a a lle%ar un ratito. 0l preste cru! el %ano de piedra de la %entana1 desde donde poda %er el rostro del Papa a la lu! de los dos cirios de sobre la mesa, entre #l y el +ardenal /ecretario. 0ntonces el +ardenal comen!, ojeando sus papeles. - /antidad, es mejor 'ue lo tome de un poco atrs) sus 0minencias no conocen todos los particulares. - Ko recib en @amasco, %iernes de la otra semana, interrogaciones de %arios prelados de di(erentes partes del mundo acerca de la actitud e"acta concerniente a la nue%a poltica de persecucin. ,l principio no poda decir nada positi%o, pues no (ue antes de las %einte cuando el +ardenal R2spoli, desde *urn, me in(orm de los hechos. 0l +ardenal 4alps los con(irm pocos minutos despu#s, y el +ardenal ,r!obispo de Pe.n a las %eintitr#s. ,ntes del medioda del sbado recib plena con(irmacin de mis en%iados a ondres. - ,l principio me sorprendi 'ue el +ardenal @olgoroPs.y no lo comunicara1 pues casi simultneamente con el mensaje de *urn recib otro de un sacerdote de la Brden del +ruci(icado en 4osc21 al cual, naturalmente, no prest# atencin. 70s regla nuestra, 0minencias, tomar as toda comunicacin pri%ada.8 /u /antidad empero me orden in'uirir, y yo a%erigZ#, del Padre PetrosPs.y y otros, 'ue los tableros del ?obierno publicaron la noticia a las %einte - de nuestro tiempo. 0ra curioso, por tanto, 'ue el +ardenal no lo supiera1 si lo saba era naturalmente su deber comunicrmelo al instante. - @esde ese tiempo, pues, han %enido a lu! los hechos siguientes) est establecido sin g#nero de duda 'ue el +ardenal @olgoroPs.y recibi un %isitante desconocido en el curso de esa tarde1 su propio +apelln 'ue, como sus 0minencias no ignoran, ha sido muy

1O> celoso en Rusia en el ser%icio de la <glesia, me lo asegur pri%adamente. /in embargo el +ardenal declar, en disculpa de su mutismo, 'ue estu%o solo durante esas horas, y con rdenes de 'ue nadie (uese introducido en su presencia. 0sto con(irm las sospechas de /u /antidad, pero yo recib rdenes suyas de proceder como si nada ocurriera, y mandar al +ardenal hacerse presente a'u con el resto del /acro +olegio. ,yer, empero, poco antes del medio da, recib un mensaje ulterior del dicho +ardenal in(ormando 'ue su 0minencia haba su(rido un ligero accidente, pero 'ue con(iaba llegar a tiempo a las deliberaciones. @esde entonces no sabemos nada ms de #lD /igui un mortal silencio. 0l Papa mir al preste sirio. - Padre - dijo -. Qsted es el 'ue recibi los despachos de /u 0minencia. J*iene algo 'ue a&adir a estoL - $ada, /antidad. /e %ol%i al otro lado. - Hijo mo - dijo -) res#&enos p2blicamente lo 'ue ya nos ha rese&ado en pri%ado. Qn moreno petiso de ojos brillantes sali de la sombra. - /antidad, yo soy el 'ue lle% la noticia al +ardenal @olgoroPs.y. Primero rehus recibirme. +uando pude entrar y se la comuni'u#, #l 'ued en silencio1 despu#s sonri1 luego me dijo 'ue retornara y anunciara 'ue iba a obedecer. 0l Papa guard silencio. 0ntonces, bruscamente, se le%ant el alto australiano. - /antidad - dijo -. Ko he sido en otro tiempo ntimo de ese hombre. 3ue en parte por mi intermedio 'ue #l ingres a la <glesia. 0sto (ue har por lo menos unos catorce a&os, cuando la suerte de la <glesia pareca prosperarD $uestras relaciones amistosas cesaron hace a&os1 y yo puedo decir, por lo 'ue de #l cono!co, 'ue no hallo di(icultad en creerD ,f tartamudear de emocin y callar, /il%estre le%ant la mano. - $o deseamos recriminaciones - dijo -, incluso la e%idencia es, ahora in2til1 pues lo 'ue deba ser hecho, ha sido hecho. Para $os no cabe duda alguna acerca del casoD 0s a este hombre a 'uien +risto le dio el bocado con su mano, diciendo) 0uod facis5 fac citius% um ergo acce)isset ille buccellam5 e'ivit continuo% Erat autem no'% @e nue%o cay el silencio, y en la pausa son una especie de ga&ido desde (uera. -ino y ces, al darse %uelta un dormido - pues el pasadi!o estaba repleto de hombres e"haustos como pudiera suspirar un alma al pasar de la lu! a las tinieblas. 0ntonces /il%estre habl de nue%o. K al hablar, Nl comen! a romper, como inconscientemente, el largo papel, cubierto de la lista de nombres, 'ue estaba delante de Nl. - 0minencias, estamos a tres horas despu#s del alba. @entro, de dos horas dir# la misa en presencia de sus 0minencias y les dar# la +omunin. @urante estas dos horas comisiono a todos 'ue comuni'uen todos estos datos a 1os 'ue estn a'u congregados1 y adems otorgamos a todos y cada uno jurisdiccin general (uera de todos los lmites usuales de lugares y personas1 concedemos una indulgencia plenaria a todos los 'ue con(iesen y comulguen hoy. Padre - dijo, %ol%i#ndose al sirio -1 e"ponga el /antsimo /acramento en la capilla, despu#s de lo cual bajar sin demora al poblado e in(ormar a los moradores 'ue si desean sal%ar sus %idas deben dejarlo inmediatamente. <nmediatamente, JentiendeL . 0l sirio despert de su absorcin.

1O; - E/antidadF - balbuce, e"tendiendo la mano -. E as listasF E/on las listasF - Haba reparado en el papel. Pero /il%estre sonri solamente, al arrojar los (ragmentos sobre la mesa. 0ntonces se endere!. - $o hay por 'u# se moleste, hijoD $o las necesitamos ms. Qna 2ltima palabra, 0minenciasD - prosigui -. /i hay un cora!n 'ue duda o est temeroso, tengo una palabra 'ue decir. +all1 y con e"traordinaria solemne deliberacin pase sus ojos sobre los tensos ojos %ueltos hacia #l. - He tenido una re%elacin de @ios - dijo con sua%idad -. Ka no camino por (e, sino por %isin. II /olamente desterrados en este mundoD Qna hora ms tarde el sacerdote sirio se abri camino cuesta arriba desde la aldea en la tupida media lu!, seguido por media docena de lugare&os silenciosos, %einte metros detrs de #l, en los cuales la curiosidad e"ceda a la credulidad. Haba dejado unos cuantos ms a las puertas de los ranchos de adobe1 y haba contemplado ms o menos un centenar de (amilias, cargadas con sus mseros tesoros dom#sticos, desbordarse como un torrente cuesta abajo de la rocosa senda 'ue lle%a a Yai(a. Haba sido maldecido por unos, incluso amena!ado1 interrogado por otros1 be(ado por algunos pocos. os (anticos dijeron 'ue los cristianos haban acarreado la ira de ,lah sobre el lugar, y la oscuridad en el cielo1 'ue el sol estaba muriendo, por'ue no se poda mirar sobre esos perros y %i%ir. Btros en cambio parecan no %er absolutamente nada de realmente e"traordinario en el estado del tiempo. K ahora, cumplido su encargo, %ol%a despacio a su lugar, jadeante. $o haba cambio alguno en a'uel cielo de una hora antes, e"cepto 'ui! 'ue se haba aligerado un poco al trepar el sol ms arriba, detrs de a'uel impenetrable (iltro de pol%o impalpable. +olinas, c#sped, rostros humanos g todo lle%aba a los ojos del sirio ese misterioso sello de irrealidad1 eran como cosas %istas en un sue&o por ojos 'ue se debaten detrs de prpados de plomo. Pens %agamente 'ue 'ui! as era la sensacin de los 'ue se moran1 pero no se a(ligi mucho ni prosigui el pensamiento. *ambi#n para los otros sentidos corporales la irrealidad se impona1 y una %e! ms pens en su pesadilla, dichoso de 'ue ese horror al menos estu%iera ausente. 4as el silencio pareca otra cosa 'ue la negacin del sonido, era una cosa en s misma, una a(irmacin, irrompible por el le%e sonar de los pies, los (lojos ladridos de los perros, el irreal bisbiseo de las %oces. Pareca como 'ue el silencio de lo eterno hubiese cado y abra!ado la acti%idad del mundo1 y como si este mundo, en un desesperado intento de a(irmar su propia realidad, se hubiese plantado en un (ijo, mudo, inm%il, desalentado es(uer!o por mantenerse en su e"istencia. o 'ue /il%estre haba dicho un momento antes, de%ena %erdad tambi#n para este hombre1 lo espiritual pareca %ol%erse %isible. 0l tacto del pol%o spero y los calientes guijarros debajo de sus pies desnudos eran como una cosa aparte de la conciencia, la cual sin embargo de slito mira las cosas del sentido como ms reales y ms ntimas 'ue las del espritu.

1O= a materia toda%a tena realidad, toda%a ocupaba sitio, pero era de naturale!a casi subjeti%a, el resultado de internas y no de e"ternas (uer!as. e pareca 'ue #l mismo era apenas algo ms 'ue un alma, serena y concentrada, unida slo por un hilo al cuerpo, y al mundo corporal, con el 'ue #ste estaba en relaciones. /aba per(ectamente 'ue haba un calor horroroso) incluso una %e! un terrn de tierra arada cruji y chirri como agua 'ue toca un (ierro rusiente al pisarla sus pies desnudos. Poda sentir el calor sobre su (rente y manos, todo su cuerpo estaba en%uelto y empapado en #l1 pero lo miraba como desde un punto a(uera, como un hombre con neuritis percibe 'ue el dolor ya no est en su cara sino en la almohada 'ue la sostiene. ,s lo mismo con sus ojos y lo 'ue miraban, sus odos y lo 'ue oan1 as lo mismo con el le%e gustito de pol%o reseco 'ue haba en su lengua y en sus narices. $o haba ya ms temor en #l, ni si'uiera pasin de esperan!a.1 miraba a este mundo, a s mismo, e incluso a la circundante y tremenda Presencia del 0spritu, como hechos con los 'ue tena muy poco 'ue %er. 0staba apenas interesado1 mucho menos acongojado. ,ll estaba el *abor delante de #l - al menos lo 'ue una %e! haba sido el *abor, y ahora no era ms 'ue una colosal y oscura (orma de perol ahumado 'ue se imprima sola en su retina e in(ormaba a su pasi%o cerebro de su silueta y e"istencia1 aun'ue su e"istencia no pareca mucho ms 'ue la de un duende disol%i#ndose. e pareci entonces casi natural -, al menos tan natural como todo lo dems -, al atra%esar el pasadi!o y abrir la puerta de la capilla, %er 'ue el piso estaba cubierto de (iguras inm%iles cara a tierra. ,s estbamos en la otra guerra, pens. ,ll yacan ellos, todos iguales en los blancos albornoces 'ue #l les haba dado anoche1 y, con la (rente sobre los bra!os, como en el canto de las letanas de los santos en una ordenacin, estaba la (igura 'ue conoca mejor y amaba ms 'ue al mundo entero, los hombros y el blanco cabello ligeramente ele%ados sobre el 2nico pelda&o de piedra. /obre el mismo altar ardan los seis altos cirios1 y en el medio en el ordinario nicho de madera, estaba la custodia de metal blanco, con su blanco centroD K entonces #l tambi#n se arrodill y se postr todo a lo largo. $o supo cunto tiempo transcurri antes de 'ue los crculos de la conciencia clara, el (lujo de las lentas imgenes, el espejeo de los pensamientos particulares cesaran y enmudecieran como un estan'ue se hamaca mansamente a la 'uietud, despu#s 'ue la arrojada piedra yace hace un rato en el (ondo. Pero ella lleg al (in - esa soberbia tran'uilidad 'ue mientras %i%imos con los sentidos despiertos solamente es posible cuando @ios, 'ui! una %e! en toda una %ida, recompensa las almas con(iadas y por(iadas - ese punto de completo reposo en el cora!n de la 3uente de toda acti%idad con 'ue un da Nl galardonar perennemente a los espritus de sus hijos. $o haba el menor conato en #l por articular esa e"periencia, por anali!ar sus elementos, o manipular esta o la otra tren!a de e"ttico go!o. Bastaba 'ue estu%iera all. 0l tiempo de mirarse a s mismo era ido. Bastaba 'ue estu%iera all, sin la menor sombra de acti%idad en el alma para re(lectar sobre ella misma. Haba pasado el crculo desde el cual el alma mira hacia adentro, y tambi#n el crculo desde el cual el alma se absorbe en la belle!a objeti%aD hacia el mismo centro en el cual ella reposa - y el primer signo de 'ue este tiempo haba pasado, era el murmullo de %oces odas y entendidas distintamente pero con esa separacin con 'ue un borracho percibe lo 'ue suena all (uera, todo glorioso en la absorcin de sus pensamientos1 - odas como a tra%#s de un %elo 'ue nada si no es la ms sutil esencia puede traspasar.

1>: \/piritus @omini reple%it orbem terrarumD 0l 0spritu del /e&or henchi el orbe de la tierra1 y 0l, 'ue lo contiene todo, tiene la ciencia de la %o!, aleluya, aleluya, aleluya. \0"surgat @ominusD 7y la %o! de /il%estre se le%ant un grado8. e%ntese el /e&or y sean dispersados sus enemigos1 y 'ue huyan delante su (a! todos los 'ue lo odianD DEloria Patri+ C 0ntonces le%ant su cargada cabe!a1 y una (igura di(ana estaba all en ornamentos rojos, pareciendo (lotar ms bien 'ue estar de pie, con las (lcidas manos e"tendidas, el blanco solideo sobre los cabellos blancos en la serena lu! de los cirios1 y otra, toda de blanco arrodillada en el pelda&o. . Fyrie el*ison+ Eloria in e'celsis Deo+ 0stos objetos se mo%an como sombras chinescas, con rumores y cambios1 pero #l perciba ms bien la lu! en 'ue estaban moldeados. By la oracin Deus 3ui !odierna die+ pero su mente pasi%a no dio un pulso de reaccin re(leja, ni un parpadeo de comprensin hasta llegar a las palabras) um com)lerentur dies Pentecostes+ E0ra el da de Pentecost#sFD 5+uando se cumpli el da de Pentecost#s, todos los discpulos con un mismo cora!n estaban en el mismo lugar1 y entonces %ino del cielo repentinamente un sonido, como de un %iento poderoso acercndose, y llen la casa donde estaban congregadosD6 0ntonces record y entendiD E0ra Pentecost#s, entonces, el da de la re%elacin del 0sprituF K con la memoria %ino una tren!a de re(le"in. J@nde estaba, pues, el %iento y la llama y el terremoto y la %o! sobrenaturalL *oda%a el mundo estaba mudo, rgido en su 2ltimo es(uer!o de auto de(ensa1 no haba temblor de tierra 'ue mostrara 'ue @ios recordaba1 ninguna lengua de (uego toda%a, rompiendo la horrorosa b%eda sepulcral 'ue yaca sobre tierra y mar, para re%elar 'ue all Nl arda eternalmente, trascendente y dominante1 ni si'uiera una %o!D K entonces entendi ms1 entendi 'ue este mundo, cuya monstruosa parodia se le haba mostrado en su pesadilla, este mundo de los hombres, era di(erente de lo 'ue #l tema 'ue (uese) era dulce, no horrible1 era an1igable, no hostil1 era claro, no as(i"iante1 hogar, y no destierro. Haba presencias en #l, pero no esas glotonas lasci%as cosas 'ue lo haban mirado la noche pasadaD Baj de nue%o la cabe!a sobre las manos, a la %e! a%ergon!ado y contento1 y de nue%o descendi a los hontanares de la l'uida pa! interior. Qna trans(ormacin increble, le (ue re%elado, estaba en tren de hacerse en este mundo en 'ue %i%a. 4Ra)ientur cum !risto in aera+6 J0ra esto, puesL K no percibi por un rato lo 'ue haca o pensaba o lo 'ue pasaba all a pocos metros sobre el pelda&o. Qna %e! solamente una arruga corri sobre el mar de cristal, una arruga de lu! y sonido como una estrella naciente lan!a una lnea de (uego a tra%#s de un lago dormido, o como el delgado hilo temblante de una cuerda herida en el silencio de la noche1 y #l conoci en un instante, como en un espejo sin (orma, 'ue una naturale!a in(erior haba sido lle%ada all mismo de golpe a la %isin y a la unin con la naturale!a di%inaD alguno haba muerto. K despu#s %ol%i la gran mude! acompasada, el sentido del ms ntimo seno de la realidad, hasta 'ue se hall a s mismo arrodillado en el comulgatorio y conoci 'ue ,'uello 'ue slo Nl tiene real e"istencia en el uni%erso, se acercaba a su alma con la rapide! del pensamiento y toda la ternura del primer amorD 0ntonces al acabar la misa, y al al!ar su alma pasi%a y (eli! para recibir de @ios la 2ltima bendicin, hubo un grito, un subitneo clamor en el pasilloD y un hombre apareci a la puerta, barbotando e"clamaciones en rabeD

1>1 III D Pero aun a este ruido y %ista, su alma apenas estir un poco, los lnguidos la!os 'ue la unan a2n a tra%#s de las (ibras de su cuerpo con el mundo sensible. -io y oy el tumulto en el pasillo, ojos desencajados y bocas %oci(erantes, y en e"tra&o contraste las plidas e"tticas caras de esos prncipes 'ue se %ol%an para mirar1 y aun dentro de la pac(ica cmara de audiencia del espritu, donde dos seres desemejantes, un @ios encarnado y un hombre casi desencarnado se unan en un abra!o, un pe'ue&o proceso de pensamiento tu%o lugar. Pero todo era, empero, tan aparte de #l, como un escenario con candilejas, y la comedia de #l, para un espectador medio distrado. 0n el mundo material, ahora tan adelga!ado como un espejismo, los e%entos sucedan1 pero para su alma, supremamente e'uilibrada en la realidad y despierta a los hechos %erdaderos, estas cosas e"ternas no eran ms 'ue un espectculoD /e %ol%i al altar de nue%o, y all, como #l ya saba, en el medio de la clara lu!, todo estaba en pa!1 el celebrante, %isto como a tra%#s de %idrio derretido, se arrodill al murmurar el 0%angelio del -erbo-hecho-+arne, se le%ant, y pasando otra %e! al centro, cay de rodillas. @e nue%o el sirio entendi1 por'ue su pensamiento no era ya sucesin de ideas de una mente sino como ojeadas de un espritu. +onoci todo lo 'ue pasaba (uera1 y con un ine%itable impulso comen! a cantar (uerte palabras 'ue, al cantarlas, se abran por primera %e! como (lores diciendo su secreto al sol. $ -alutaris #ostia G 0uae coeli )andis ostium+ *odos estaban cantando ahora1 incluso el catec2meno mahometano 'ue haba irrumpido con la noticia un momento antes, cantaba con los dems, la cabe!a echada delante y los bra!os (uertemente cru!ados sobre el pecho1 la diminuta capilla resonaba con las cuarenta %oces1 y el %asto mundo se estremeca ante ellasD *oda%a cantando, el preste sirio %io 'ue una especie de (antasma arrojaba un pa&o alargado sobre los hombros del Pont(ice) hubo un mo%imiento, una especie de dan!ar de sombras en el medio de la sustancia. + Bni Trino3ue Domino+ K el Papa se endere!, Nl mismo una palide! en el cora!n de la lu!, con espectrales pliegues de seda cayendo desde su espalda1 sus manos se en%ol%ieron en ellos e igualmente su inclinada cabe!a escondida por los radios de plata de la +ustodia y o 'ue ella lle%abaD + 0ui vitam sine termino G Nobis donet in )atria+ D K ellos estaban %olando all arriba, all (uera1 y el mundo de la %ida oscilaba con ellos1 de esto era consciente. 0staba (uera en el pasillo, entre las plidas (aces (ren#ticas, 'ue con los blancos dientes descubiertos miraban hacia arriba a la %ista para ellos espantable, silenciada para #l por el trueno del Pange lingua/ y las centellas de los 'ue alrededor suyo pasaban a la %ida eterna. +amin como en sue&os1 y al doblar la es'uina se %ol%i por un instante a %er las seis plidas llamitas, unos doce metros detrs, 'ue brillaban como hojas de lan!a en torno a su Rey, y en el medio los rayos de plata y el blanco +ora!n de @iosD K en seguida estu%o (uera, y %io la miserable batalla dispuestaD 0l cielo, al 'ue haba mirado una hora antes, haba pasado de la tiniebla trabajada por la lu! a una lu! empapada de tiniebla1 el da de la <ra de @ios1 y esa lu! era roja.

1>9 @esde atrs del *abor a la i!'uierda hasta el +armelo en la lejana derecha, sobre las colinas treinta .ilmetros ms all, descansaba una enorme masa de color1 no haba gradaciones en #l desde el cenit al hori!onte, todo era un pro(undo derretimiento carmes, como de hierro candente. 0ra un color corno el 'ue los hombres haban %isto en el poniente despu#s de una llu%ia, mientras las nubes, ms trasl2cidas cada instante, parecen desbordar la gloria 'ue no les cabe. ,'u tambi#n estaba el sol, plido corno la Hostia, puesto corno un (rgil panecillo sobre el monte de la *rans(iguracin1 y all lejos sobre el Beste, donde los hombres una %e! haban clamado a Baal en %ano, colgaba el yatagn de la blanca luna. Pero todo eso para #l no era ms 'ue algo como los re(lejos 'uebrados 'ue se re(ractan de los %ericuetos de una piedra esculpida. +In su)rema nocte coenae cant dentro un millar de %oces, Recumbens cum fratribus G $bservata lege )lene G ibis in legalibus G ibum turbe duodenae G -e dat suis manibus+ D Nl %io tambi#n, suspendidas como motas en la lu!, a'uel anillo de e"tra&as a%es pisci(ormes, blancas como la leche, e"cepto donde la airada lu! te&a sus dorsos como llama, con alas blancas como polillas, desde el min2sculo bulto all en el /ur, no mayor 'ue una langosta, hasta el monstruo a mano all arriba, a no ms de 'uinientos metros1 y aun al estar mirando, y cantando mientras miraba, percibi 'ue el cerco se iba apretando1 y conoci 'ue ellos arriba toda%a no saban nada. + <erbum caro )anem verum G <erbo carnem efficit+ D 0llos estaban ms cerca a2n, hasta 'ue ahora a sus mismos pies, all, resbal sobre el suelo la sombra de un monstruoso pjaro, plida y desdibujada, al pasar entre el descolorido sol y #l mismo, el %asto bulto 'ue un momento antes haba traspuesto el 4onteD 0ntonces retrocedi y aguardD 9it3ue sanguis !risti merum G Et si sensus deficit G "d firmandum cor sincerum G -ola fides sufficit+ Nl se haba detenido y %uelto, yendo en medio de sus compa&eros, y creyendo or, por sobre sus %oces5 las arpas y los clarines de los ej#rcitos celestes1 y a tra%#s de un espacio 'ue pareca interminable, titilaban las seis llamitas como recortadas en acero en esa estupenda suspensin de cielo y tierra1 y en su centro la plateada estrella con la blancura de @ios hecho hombreD D 0ntonces estall el trueno interminablemente, rebotando de crculo en crculo de a'uellas tremendas Presencias - *ronos y @ominaciones - 'ue, siendo al mundo lo 'ue la sustancia a las sombras, ellas mismas eran como sombras a la (a! del (oco y centro del anillo del /er ,bsolutoD D 0l trueno se desencaden, sacudiendo a la tierra, 'ue ahora cruja en el tembloroso (ilo de la disolucinD Tantum ergo sacramentum G veneremur cernui Et anti3uum documentum G novo cedat ritui+ Bh, s) era Nl a'uel a 'uien @ios esperaba ahora1 ,'uel 'ue all arriba, debajo de esa temblorosa apariencia de cielo, 'ue no era sino lamentable corte!a de inimaginables esplendores, %ena en su carro!a %elo!, ciego a todo lo 'ue no (uera la meta en 'ue haba (ijado los ojos desde siempre, e ignaro de 'ue /u mundo se corrompa en torno de Nl1 su sombra mo%i#ndose como plida nube sobre la llanura espectral donde <srael haba combatido y /ena'uerib (an(arroneado, esta llanura alumbrada ahora con un esplendor

1>I ms hondo, cuando el cielo, encendido en gloria ms all de la gloria de la ms (iera llama del espritu, reprima toda%a un momento su poder aplicado al (in al consuelo de la (inal re%elacin1 y por la 2ltima %e! las %oces cantaron) Praestet fides su))lementum G sensuum defectui+ D0staba llegando ahora, ms %elo! 'ue nunca, el heredero de las edades temporales y el 0"iliado de las eternas, el 2ltimo lamentable Prncipe de los Rebeldes, la creatura al!ada contra el +reador, ms ciego 'ue el sol 'ue palideca y la tierra 'ue temblaba1 y al llegar Nl, pasando a tra%#s del 2ltimo plano de la materia a la sutile!a del primero del espritu, el anillo de a%es (lotando se agit detrs de #l, picando y dando bordadas como ga%iotas (antasmales en la estela de un na%o (antasmaD Nl llegaba, y la tierra suya, desgarrada una %e! ms en su pleitesa, se con%ulsionaba y deshaca en la agona del inconciliable doble homenajeD Nl llegaba1 - y ya su sombra barri el llano y desapareci, y las blancas alas articuladas se al!aban para (renar1 y la gran campana reti&, y la larga cuerda melodiosa cant - y eran como chirridos de imperceptibles insectos en el arrebatador huracn de la interminable loa) +Eenitori genito3ue G laus et 1ubilatio G salus !onor virtus 3uo3ue G sit et benedictio G )rocedenti ab utro3ue G com)ar sit laudatio+ y de nue%o) Procedenti ab utro3ue G com)ar sit laudatio+ 0ntonces este mundo pas y la gloria de #l.

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