Semejanzas y Diferencias Sexuales
Semejanzas y Diferencias Sexuales
Semejanzas y Diferencias Sexuales
1. Sexo cromosómico
Las células del cuerpo masculino contienen un cromosoma X y un cromosoma Y, mientras
que las del cuerpo femenino contienen dos cromosomas X. Sin embargo, en algunos casos,
se encuentran otras combinaciones cromosómicas.
2. Sexo gonadal
El hombre tiene testículos (gónadas masculinas); la mujer tiene ovarios (gónadas
femeninas). Sin embargo, en algunos casos raros pueden estar presentes tanto tejido
testicular como ovárico en el mismo cuerpo.
3. Sexo hormonal
Las hormonas secretadas por los testículos o los ovarios desempeñan un papel importante
en el desarrollo del cuerpo masculino o femenino antes del nacimiento y durante la
pubertad. Una carencia, desequilibrio, o exceso de producción de estas hormonas tiene una
influencia decisiva en la anatomía y la fisiología de una persona.
7. Autoidentificación sexual
Un niño con un cuerpo masculino al que se le enseñe a asumir el papel de un hombre
aprenderá generalmente a considerarse hombre. Sin embargo, es posible que a pesar de las
influencias de sus padres termine por identificarse como mujer. Inversamente, una niña con
un cuerpo femenino a quién se le enseñe a asumir el papel de una mujer puede sin embargo
identificarse como hombre.
Los científicos ahora reconocen que estas siete variables pueden existir independientemente
una de otra. Por ejemplo, un bebé recién nacido puede tener los órganos sexuales internos
de una mujer mientras que los órganos sexuales externos parecen ser los de un hombre
"sexualmente inacabado". Sobre la base de esta apariencia engañosa, el bebé puede después
ser declarado como niño y ser educado como tal. Otro ejemplo, es una persona cuya
autoidentificación sexual está en desacuerdo con el sexo que se le ha asignado. Tales
incongruencias posibles pueden, por supuesto, crear muchos problemas médicos y sociales.
Afortunadamente, la mayoría de las personas son claramente masculinas o femeninas según
los siete criterios y por lo tanto no requieren ninguna ayuda profesional especial durante su
desarrollo sexual.
Sin embargo, incluso donde no cabe duda de la masculinidad y la feminidad, todavía puede
haber una cierta incertidumbre acerca del papel social propio del hombre y de la mujer. Así,
en el pasado se asumía a menudo que hombres y mujeres tenían muy poco en común. Se
esperaba que no sólo parecieran diferentes, sino que también se comportaran de manera
diferente. Basados en esta expectativa, la mayoría de las sociedades desarrollaron diferentes
papeles sociales y diversos estándares morales para los dos sexos. La investigación sexual
moderna ha superado una gran cantidad de dudas sobre estas concepciones tradicionales,
aunque una diferencia importante entre hombres y mujeres sigue siendo indiscutible: la que
se refiere a sus funciones reproductivas. Mientras que ambos sexos son necesarios para
hacer posible la creación de nueva vida humana, sólo las mujeres conciben realmente, dan a
luz y amamantan a los bebés. Respecto a los demás aspectos, sin embargo, las diferencias
sexuales no son tan fundamentales como parecen ser. De hecho, muchas características
masculinas y femeninas que antes eran consideradas innatas e inmutables se ha mostrado
que son el resultado de influencias culturales. Por supuesto, no siempre es fácil trazar una
línea divisoria entre la herencia biológica y el condicionamiento social. El estudio científico
de estas materias todavía está en sus inicios. Entretanto, parece útil recordar las numerosas
semejanzas entre los sexos. Hablando en términos generales, hombres y mujeres se
entenderían mejor entre ellos si reconocieran que son semejantes en su anatomía y
fisiología básica.
La diferencia anatómica entre hombres y mujeres no es muy grande. Incluso sus sistemas
sexuales son absolutamente similares y, de hecho, en sus primeras etapas de desarrollo son
indistinguibles. Modificaciones estructurales posteriores hacen que los órganos sexuales
masculinos y femeninos se complementen mutuamente, pero incluso entonces se puede
reconocer su origen común. En otras palabras, mientras que las diferencias sexuales (al
igual que el resto de características físicas del futuro ser humano) estan ya programadas en
cada óvulo fertilizado, éstas se materializan sólo lentamente durante un periodo de tiempo.
En algunos casos aislados, el desarrollo puede incluso ser detenido y permanece
incompleto. Como ya se mencionó, en algunos casos puede ser difícil de identificar a un
individuo determinado como hombre o mujer. Sin embargo, en nuestras vidas diarias
generalmente nos conformamos con la determinación del sexo de una persona con base en
ciertos rasgos característicos obvios físicos y psicológicos. Tradicionalmente, estos rasgos
se han conocido como características sexuales, y pueden ser divididos en tres categorías
diferentes:
1. Las características sexuales primarias son los órganos sexuales externos. Estos ya se
encuentran presentes en el momento del nacimiento y así hacen posible determinar si un
bebé recién nacido es niño o niña.
1. Pelo de la cabeza: puede caerse con la edad 2. Vello facial: crece a través de la vida de
adulto. 3. Facciones: más pronunciadas, cara más larga, cabeza (de la parte frontal a la parte
posterior) más grande. 4. Cuello: más grueso, más largo, laringe un tercio más grande. 5.
Hombros: más anchos, más angulares. 6. Caja toráxica: más grande en todas dimensiones. 7.
Vello del cuerpo: más evidente, especialmente en el pecho y los brazos 8. Pechos: muy poco
desarrollados. 9. Músculos: más grandes, más obvios. 10. Brazos: más largos, más gruesos,
"eje de extensión" derecho. 11. Vello púbico: formando un triángulo cuya parte superior es
un vértice 12. Caderas: más estrechas. 13. Manos y pies: más grandes, dedos más fuertes y
más anchos. 14. Muslos: más cilíndricos, músculos más acentuados. 15. Piernas: más largas,
con pantorrillas más pronunciadas. 16. Eje del muslo y la pierna: como el "eje de extensión"
del brazo, forma una línea recta desde la cadera hasta el tobillo.
La castración de adultos no tiene el mismo resultado obvio que la de niños. Esto se sabe
desde hace mucho tiempo en muchos países asiáticos y del Medio Oriente en donde, en el
pasado, los esclavos y criados adultos masculinos eran castrados con el fin de evitar que los
guardias del harén pudieran embarazar a las esposas de su amo (realmente, una
esterilización habría sido suficiente para éste propósito). Aparte de su infertilidad estos
llamados eunucos no mostraron necesariamente ninguna otra deficiencia física. El
estereotipo moderno del eunuco con voz de falsete, débil, calvo y gordo es falso. Una vez
más, el público de la Europa del siglo XVIII parece haber tenido un aprecio notable y muy
realista de los hechos biológicos. Por ejemplo, en la ópera popular de Mozart, "el rapto del
Serrallo", el papel del guardia del harén está, escrito para una voz baja profunda (por otra
parte, lo retratan como absolutamente libidinoso). Debe también ser recordado que las
glándulas suprarrenales producen un poco de testosterona, y esta producción permanece
inafectada por el retiro de los testículos. En general, sin embargo, es verdad que, con el
tiempo, los varones castrados pierden mucho su interés y capacidad sexual. Por otra parte,
hoy en día los efectos de la castración como tal pueden ser corregidos casi totalmente por
medio de un tratamiento hormonal. Según lo mencionado anteriormente, el estudio
científico de las hormonas continúa, al igual que tantas preguntas importantes sobre sus
efectos, sin contestar. Sin embargo ahora hay una gran cantidad de gente que tiene algún
conocimiento general, aunque algo vago, de estos problemas. De hecho, muchos hombres y
mujeres discuten hoy en día influencias hormonales tan fácil e informalmente como sus
dietas. Desafortunadamente muchas nociones populares sobre el papel de las hormonas son
absolutamente equivocadas, especialmente en cuanto a sexualidad se refiere.
Por ejemplo, algunas personas creen que las hormonas sexuales son la causa directa del
deseo sexual, y que un aumento en estas hormonas aumentará el deseo, de la misma manera
que su reducción lo disminuirá. De hecho, hay una opinión bastante extendida acerca de
que se puede impedir la actividad sexual de una persona privándola de sus glándulas
sexuales y así de sus "hormonas sexuales". En algunos países están castrando a los
delincuentes sexuales bajo asunción de que ésta pondría fin de inmediato a su
comportamiento agresivo. Sin embargo, esto es verdad solamente de una manera general y
después de un periodo de tiempo más largo. Estudios científicos muestran claramente que,
para un hombre adulto, el retiro o la pérdida de los testículos puede no tener el efecto
instantáneo previsto. Un poco de testosterona también es producida por las glándulas
suprarrenales (él, por supuesto, se volverá estéril. También es verdad para una mujer cuyos
ovarios llegan a ser inactivos después de la menopausia (su receptividad sexual no se ve
disminuida). No obstante, la indignidad de una castración forzada puede causar daño
psicológico severo sobre todo a quien comparte las supersticiones sexuales comunes. La
carencia de andrógenos solamente puede disminuir, pero no nesesariamente extinguir el
interés sexual o inhibir la expresión sexual. Esto a menudo disminuye el rendimiento
sexual, pero los cambios drásticos pueden no llegar a ser obvios hasta muchos años más
tarde.
La capacidad sexual de un hombre puede ser reducida más rápidamente administrando una
dosis suficiente de antiandrógenos (las sustancias que contrarrestan el efecto de los
andrógenos). Esta denominada "castración química" puede ser muy eficaz. Sin embargo, es
fácilmente reversible si no se administra más la sustancia. Entre el público en general,
todavía no se entiende siempre que, en seres humanos, la capacidad reproductiva y la
capacidad de responder sexualmente son dos cosas diferentes. Mientras que las glándulas
sexuales son imprescindibles para la maduración física y la reproducción humana de la
persona joven, no son esenciales para la receptividad sexual de adultos. Es decir, no puede
haber reproducción sin células germinales (espermatozoide y óvulo), pero puede muy bien
haber actividad sexual sin "hormonas sexuales" (andrógenos y estrógenos).