Recuerdos de El Club Del Clan
Recuerdos de El Club Del Clan
Recuerdos de El Club Del Clan
Edidit Radulfus
AD 2012
NDICE
Presentacin Daniel Antoniotti. El Club del Clan, el tango y Tanguito Radulfus. Algunos motivos literarios en El Club del Clan Luis ngel Castello. Reflexin sobre El Club del Clan Luis Alposta. Sobre Los Wawanc Fernando Sorrentino. El Club del Clan Luis ngel Della Giovanna. Corte y confeccin p. 3 p. 4 p. 6 p. 15 p. 17 p. 19 p. 20
PRESENTACIN
Querido lector Te agradezco que te tomes el trabajo de mirar unos segundos este fruto de mi pobre ingenio. En l he querido recordar con afecto canciones y nombres que son parte no pequea de mi vida. Escribo entonces desordenadamente algo sobre unas pocas canciones de ese famoso programa de televisin de los aos 60. Los jvenes que lo formaron eran vistos como una nueva ola. No obstante, mi gusto por la literatura clsica me llev a ver en esos nuevos temas viejos motivos literarios, que estn en la lrica culta y en todas las canciones populares. Te pido no juzgues con severidad mi jovial intento, que vers se extiende tambin a algunos que no fueron del Club, pero s de la poca: a modo de ejemplo, Los Wawanc. Por otro lado esto es ms importante pongo aqu algunas palabras sobre El Club del Clan escritas por amigos mos. Ellos te darn sus opiniones y evocaciones. Te saluda Radulfus
Sin embargo, en el elenco original del Club hubo cantantes a los que bien se los puede vincular con el tango: Ral Lavi, Chico Novarro y Ral Cobin (Tanguito). Ral Lavi vena de cantar con la orquesta de Hctor Varela y ya tena iniciada, a fines de la dcada del 50, su carrera como solista. En El Club del Clan diversific su registro hacia temas juveniles, divertidos y pardicos, como su recordado Tangacho (La gorda se me va, / la flaca se me va, / lalara laral), versin castellana del tema italiano Tangaccio. Chico Novarro, el cantautor tropical de aquella movida nuevaolera, llegara muchos aos despus a incursionar con solvencia meldica y letrstica en el gnero ciudadano. Ahora bien, tango, lo que se dice, tango, en el Club del Clan, cantaba Tanguito, apodo de Ral Cobin, seudnimo artstico, a su vez, de Francisco Vitale. Hasta donde alcanza mi recuerdo, lo veo con un funyi (o sombrero oscuro de ala corta, muy parecido a uno que mi pap ya casi no usaba y que yo me pona para jugar a Mike Hammer), que contrastaba con la camisa o remera juvenil que el cantante vesta, semejante a la indumentaria del resto del elenco. Sus interpretaciones eran decididamente ortodoxas, por lo que, al no jugarse por audacias o renovaciones, la disparidad con los restantes productos del programa resultaba notoria. Este Tanguito era dueo de una voz grave, muy entonado, un buen intrprete que hubiese merecido otro entorno u otra poca. Mi ignorancia profunda en todo lo relacionado con el rock nacional me llev a pensar, en un primer momento, que el personaje de esa pelcula tan exitosa, estrenada en 1993, Tango feroz, la vida de Tanguito, era Ral Cobin y no Jos Iglesias, el segundo Tanguito, el ladero de Litto Nebbia en 1967, cuando Los Gatos, La balsa y todo lo dems. Hasta donde lo pude rastrear por Internet, Ral Cobin est vivito y cantando. Por intermedio de lo buscadores de la Web se lo puede ver y or interpretando con autoridad tangos del repertorio ms tradicional. DANIEL ANTONIOTTI
Cf.: (http://www.violetarivas.com.ar/Lalo%20Fransen-4.htm).
canciones populares se complacen en mostrar cmo es amada por la feligresa alguna bella mujer. El ejemplo tal vez ms conocido sea La Misa de Amor: Maanita de San Juan, maanita de primor, cuando damas y galanes van a or misa mayor, all va la mi seora, entre todas la mejor; viste saya sobre saya, mantelln de tornasol, camisa con oro y perlas, bordada en el cabezn; en la su boca muy linda lleva un poco de dulzor; en la su cara tan blanca un poquito de arrebol y en los sus ojuelos garzos lleva un poco de alcohol; as entraba por la iglesia relumbrando como el sol. Las damas mueren de envidia y los galanes de amor; el que cantaba en el coro en el credo se perdi; el abad que dice misa ha trocado la licin, monacillos que le ayudan no aciertan responder, non por decir amn, amn, decan amor, amor.1 Pido disculpas por haber escrito entero el romance viejo. Y Rodrguez Marn cita el mismo motivo: Ayer en misa mayor / hice un pecado mortal: / puse los ojos en ti / y los quit del altar. 2 Pero no olvidemos Misa de once, tango gardeliano de Juan Jos Guichandut (msica) y Armando Tagini (letra), que transcribo casi ntegro.
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Cf.: Ramn Menndez Pidal. Flor nueva de romances viejos, 4 ed. Madrid, EspasaCalpe, 1980, pp. 206-207. 2 Francisco Rodrguez Marn. Cantos populares espaoles. Buenos Aires, Bajel, 1948, n 2446.
Entonces t tenas dieciocho primaveras, yo veinte y el tesoro preciado de cantar... En un colegio adusto vivas prisionera y slo los domingos salas a pasear. Del brazo de la abuela llegabas a la misa, airosa y deslumbrante de gracia juvenil y yo te saludaba con mi mejor sonrisa, que tu correspondas con adems gentil. Voces de bronce llamando a misa de once... Cuntas promesas galanas cantaron graves campanas en las floridas maanas de mi dorada ilusin! Y ech a rodar por el mundo mi afn de glorias y besos y slo traigo al regreso cansancio en el corazn. No s si era pecado decirte mis ternuras all, frente a la imagen divina de Jess... Lo cierto es que era el mundo sendero de venturas y por aquel sendero tu amor era la luz. Hoy te dir otro labio la clida y pausada palabra emocionada, que pide y jura amor, en tanto que mi alma, la enferma desahuciada, solloza en la ventana del sueo evocador.1 No s si la accin transcurre dentro de la iglesia, pero s hay la idea de adoracin por la amada. Y tal adoracin forma parte de un mundo que ya no existe ms. Antes: inocencia, piedad, galantera; hoy: vaco, cansancio, desengao. Pero al menos queda el refresco de la nostalgia. Volviendo atrs, en el tema de Lalo no hay una nia elevada a los altares. Te pido entonces disculpas otra vez, querido lector, por mi libre asociacin. Pero seguro que recuerdas La media medalla; su autora: George Henry Becerra.2 Juntitos en la playa nos juramos amor;
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En mi memoria el tango esta as completo. Pero en el sitio Todotango hay dos versos ms: cf.: http://www.todotango.com/english/las_obras/letra.aspx?idletra=292. 2 Henry Becerra es seudnimo de Ricardo Meja, segn el artculo El Club del Clan que trae la Wikipedia (cf.: http://es.wikipedia.org/wiki/El_Club_del_Clan).
te di media medalla y adems una flor. La flor est marchita por mentirme amor: dame la medallita, quedate con la flor. Dame la media medalla, [cuatro] Quiero que tu sepas que lo de la playa, ya todo, todo acab. El beso que me diste casi de compasin result ser un chiste, de amor en vacacin. Juntitos en la playa nos juramos amor; te di media medalla y adems una flor.1 Juramentos de amor! Ovidio dice que Jpiter desde lo alto se re de los perjurios de los amantes.2 Y Catulo no es menos, pues lo que una mujer dice a un amante ansioso, conviene escribirlo en el viento y en el agua arrebatadora.3 Siempre me gust esta letra, porque habla de afectos efmeros. Amores de estudiante son flor de un da. Tampoco duran los de verano junto al mar, aunque no es raro que dejen memoria indeleble. En efecto as deca Abbronzatissima de Edoardo Vianello: Quando il viso tuo nerissimo torner di nuovo pallido, questi giorni in riva al mar non potr dimenticar.4 Yo tambin, si estuviera en el lugar del joven personificado por Lalo, mille baci dara a la medallita, por ms mendaz que haya sido la nia. Entonces los romances estudiantiles y los de ferias estivas son inconstantes, como nos advierte con el ejemplo de su bella amada. Pero l eligi lo menos caduco: las medallas algo nos dejan de los emperadores y
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Cf.: http://www.violetarivas.com.ar/Lalo%20Fransen-4.htm. Ovidio, Arte de amar 1, 633. 3 Catulo 70, 3-4. 4 Esta cancin es, si cabe, ms inmortal para m, porque acompa un comercial de la sin par Claudia Snchez, quien ahora pasea junto al magno ro en Colonia del Sacramento.
de los otros hombres ilustres que ellas representan; la flor es extremo de muerte. Pero me permito terminar con algo mo. En efecto tengo el disco compacto El show de Lalo Fransen, que incluye treinta temas, entre ms antiguos y menos antiguos. De los postreros: El negro no puede y Por una negrita; este ltimo recuerdo que fue gran xito de Katunga. Y el disco lleva una dedicatoria a mi nombre. Lalo me agradeci de ese modo mi versin latina de La media medalla, que dice en una parte: Redde mi bullulam auream, Redde mi pignus amoris, Redde mi bullulam auream, Redde tesseram amoris. Basta de hablar de m y ocupmonos de Nicky Jones; en particular de Scate los ruleros (George Henry Becerra): Cada vez que yo voy a tu casa, no s lo que pasa, no s lo que pasa. Con tanto rulero, parece marciano, me tiembla la mano, me tiembla la mano Y siempre me da la misma respuestita: Esta noche hay visita, esta noche hay visita. Scate los ruleros, [tres] que yo tambin soy visita. Scate los ruleros, ests muy fea, scate los ruleros, scate los ruleros, que yo tambin soy visita. Cada vez que te beso la boca, me arruino la cara, me arruino la cara. Con tanto rulero tu cuerpo insina alambre de pa, alambre de pa. Y siempre me da 10
la misma respuestita: Esta noche hay visita. Quienes han ledo a los clsicos latinos, tal vez al recordar esta cancin recuerden tambin un pasaje de El arte de amar de Ovidio. All el autor romano aconseja a las mujeres cuidar su arreglo personal, pues la belleza es un don del que carece gran parte del bello sexo1 (tampoco entre nosotros hay muchos carilindos). Pero una cosa es arreglarse y otra muy distinta es que un novio se encuentre en la casa de su amada con todo un botiqun cosmtico: Pero que el amante no sorprenda los frascos expuestos en la mesa; el arte ayuda al aspecto solo si se lo disimula. 2 Y adoba Ovidio su consejo con una ancdota personal: A cierta joven le dijeron de improviso que yo haba llegado: ella, turbada, se coloc la peluca al revs.3 Pues bien, la novia de la cancin de Nicky no tena tales escrpulos: su cabeza aliengena de ruleros provocaba la reprimenda de marras. Si yo hubiera conocido a esa joven, le habra pedido de regalo algn rulero, porque las pelotitas de madera de tales cilindros mgicos me servan como boyas, para pescar mojarritas y bagres. Pero ahora nos espera Jolly Land, con su Renato. Renato, Renato, Renato, por tu retrato te di mi amor. Renato, Renato, Renato, por ti suspira mi corazn. Despus que vi tu cara me desenga, porque mi susto fue un susto sin igual. Por culpa del retrato empez mi mal y ese fue el minuto fatal. Renato, yo te quiero pero has de saber: jams en el querer se debe de creer en fondos retocadas,
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Cf.: El arte de amar 3, 104. 3, 209-210. La trad. es de Alicia Schniebs y Gustavo Daujotas (Publio Ovidio Nasn. El arte de amar. Buenos Aires, Colihue, 2009). 3 3, 245-246.
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por muy bien que estn Y yo contigo me equivoqu. Sobre la cantante rosarina Jolly Land, el lector interesado puede consultar la enciclopedia en lnea.1 Bsteme aqu decir que siempre relacion a Renato con aquel ms clebre Cyrano de Bergerac, el intelectual francs del siglo XVII que fue inmortalizado por Edmond Rostand. No s si Renato la asust con nariz quevedesca o con algn otro demrito corporal. Las apariencias engaan, es vox populi. As le pas a nuestra herona. La comprendo, pues a m siempre me gust ms la Sissi de los retratos que la Romy Schneider de las pelculas. Se dir que una foto es ms realista que el pincel de Polignoto. Puede ser, mas Jolly se equivoc. Por otra parte, cuando pienso en retratos, nunca me olvido de este celebrrimo de Sor Juan Ins de la Cruz: Este que ves, engao colorido, que, del arte ostentado los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engao del sentido; este en quien la lisonja ha pretendido excusar de los aos los horrores y venciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejez y del olvido: es un vano artificio del cuidado; es una flor al viento delicada; es un resguardo intil para el hado; es una necia diligencia errada; es un afn caduco, y, bien mirado, es cadver, es polvo, es sombra, es nada.2 De la Dcima Musa de Mxico nos vamos atrs en el tiempo, al carpe diem; y saltamos de nuevo a los 60, pues el tpico horaciano revivi en Camelia, de Palito Ortega y Dino Ramos: Camelia, Camelia, Camelia, Camelia, de mi corazn, de sumas y restas entiendes, pero no entiendes nada, nada, de amor.
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Cf.: http://es.wikipedia.org/wiki/Jolly_Land. Obras escogidas de Sor Juana Ins de la Cruz, en la Biblioteca Virtual Cervantes, p. 35: http://www.terra.es/personal4/sabalete/Sor%20Juana%20In%E9s%20de% 20la%20 Cruz-%20Obras%20escogidas.pdf.
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Camelia, Camelia, Camelia, Camelia, de mi corazn, t sabes mucho de geometra, pero no entiendes nada, nada, de amor. Pues con los libros te la pasas todo el da; estudias tanto que es una barbaridad; lo que estudias es importante ya lo s, pero tambin es importante que t aprendas a querer...1 Los libros y el saber no siempre obstaculizan el amor, segn Abelardo y Elosa. Mas la sapiencia de Camelia al parecer no se sostena tanto en la lectura de viejos novelones sentimentales, como en la herona de Nunca tuvo novio, sino ms bien en las sagradas matemticas. S, en las matemticas, que gobiernan el mundo y son imprescindibles para entrar en la Academia platnica. Pero el pecado de la nia era dejar marchitar en los estudios su juventud. Ya la haba retado muchos siglos antes el annimo autor de uno de los Carmina Burana: Omittamus studia dulce est desipere et carpamus dulcia iuventutis tenere. Dejemos los estudios: es dulce ser necio ; y aprovechemos las cosas dulces de la tierna juventud. Pero ahora es el turno de escuchar a Ral Lavi, que cantaba tangos y tambin esta simptica cancin llamada La gente. No me importa que murmure, la gente, la gente. No me importa lo que diga, la gente, la gente. Solo importa que t y yo revivamos el amor. No me importa que nos mire, la gente, la gente. No me importa que se ra, la gente, la gente. Solo importa que t y yo, revivamos el amor.
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Cf.: http://www.violetarivas.com.ar/Palito%20Ortega-canciones.htm.
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Si ellos dicen que inmoral, es darse al amor como nos hemos dado, eso habr que averiguar: si antes de opinar alguna vez amaron. Yo mi corazn te di y tu corazn feliz, junto al mo vivir.1 Decir la gente me suena como algo impersonal, semejante a los dems. Seguramente no todos criticarn al protagonista de esta cancin romntica. El tema es muy viejo; ya estaba en Catulo. Solo que el poeta de Verona renegaba de las opiniones de los viejos: Vivamos, Lesbia ma, y ammonos / y los rumores de los ancianos severos / estimmoslos todos en un as.2 Mi querido lector, pienso que he mostrado en estas lneas que ciertos motivos de la literatura clsica tambin se hallan en las frescas canciones de nuestro Club. Tal vez creas que ha sido irreverente de parte ma el mezclar, ut ita dicam, lo sagrado y lo profano. En mi humilde sentir, perfectamente se puede comparar una cosa con otra. De cualquier forma, t sers el mayor fiscal de mis nfimos escritos y a ti se debe la mxima reverencia. RADULFUS
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Se ha combatido mucho, es cierto, la supuesta "ingenuidad" (cuando no "vacuidad") de los muchachos de El Club del Clan. Mutatis mutandis, tambin el tango aparece denostado por esos crticos: esterotipado, reiterativo, "machista". Hay ignorancia, por supuesto, pero tambin hay mtodo. Intencin y mtodo para detractar la cultura popular. Sencillamente. Porque una ideologa que quisiera borrar la cultura de 15
nuestro suelo para ver florecer una fornea intuye los vasos comunicantes que fluyen entre aquellos nuevos tiempos que abrieron los 60, y que fueron recibidos por el alma portea en su apertura y sencillez acostumbradas, y el temple aguerrido y potico del hombre de las orillas, a la sazn ms que sexagenario, que se retiraba para el obligado trance de una metamorfosis esttico-vital. Pero la derrota ms espectacular de las agrias predicciones de los agoreros cipayos est en la supervivencia de ambas figuras de nuestro ser nacional. Con una educacin esmerada y si nos ayudan los tiempos polticos en su decidido viraje a nuestros orgenes volveremos todos a disfrutar de esa frescura, presidida por el "Rey", pero ladeado por esos otros dos grandes smbolos de unin, Nstor Fabin, cantor de Mores; y el "Negro" Lavi, que adems de cantar da "chang" a los actores. LUIS NGEL CASTELLO
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Fueron los das en que nacieron Los Wawanc.2 El grupo original, un sexteto con requinto, guitarras, percusin y voces, estaba integrado por
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Agradecemos a Luis Alposta el habernos permitido reproducir este, que es uno de sus conocidos MOSAICOS PORTEOS. El lector podr ver este mismo en la Red: cf.: http://www.noticiabuena.com.ar/MP72.html. Hallar tambin muy interesantes fotos. 2 Guaguanc es un tipo de rumba que se origin en Cuba hacia 1886 y surgi cuando los afro-cubanos intentaron cantar flamenco. La palabra guaguanc, a la que ellos le cambiaron la grafa, tambin se utiliza con
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Carlos Cabrera, del Per; Enrique Salazar, Rafael Aedo y Hernn Rojas, de Colombia; Sergio Soler, de Chile, y Mario Castelln, de Costa Rica. Todos estudiantes. El nico que se recibi fue el chileno. En el patio de mi casa, en Villa Urquiza, tocaron ms de una vez. En cumpleaos (uno de ellos fue el de mi madre) y en uno que otro asalto, al que se sumaban los vecinos. Despus lleg el debut en el restaurante bailable Tom y Jerry, en Vicente Lpez. Durante la primera noche, en la que estuve presente, slo cuatro parejas se animaron al baile. Al mes, el local estaba lleno y su dueo, Francisco Trimboli, un ex integrante de la seleccin argentina de waterpolo, graduado en Qumica en la Universidad de La Plata, feliz, porque le quitaba clientela a Las Brujas que estaba enfrente, en el que tocaban orquestas de tango y jazz. Hoy los evoco y, gracias a la magia del disco, vuelvo a escuchar la voz de Hernn Rojas, el mximo, cantando El pescador. LUIS ALPOSTA
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CORTE Y CONFECCIN
LUIS NGEL DELLA GIOVANNA Lleg el disco del siglo! Tal era la promocin del LP de la exitosa emisin televisiva conducida por Antonio Carrizo, Sbados continuados, programa mnibus de ocho horas de duracin que en el mismo ao de su inicio, 1964, sacara al aire su disco con los representantes de la otrora nueva ola. Los dolos de la juventud se adueaban de la pantalla del canal 9 en el ltimo tramo del programa sabatino y miles de hogares disfrutaban del las canciones de El club del clan en una transmisin en blanco y negro, muy alejada de la tecnologa del siglo XXI.
Claro que, para ese entonces, ya The Beatles sonaban en los tocadiscos del mundo y su fama sera, como todos sabemos, indiscutible. Gran nmero de fans argentinos de los cuatro genios de Liverpool jams consideraran una msica vlida a aquella que ofreca El club del clan; otros, que disfrutaban fervientemente del club incluso desde 1962, cuando tena un espacio en Canal 13, inclinaron su efervescencia hacia el grupo britnico cuando ste se hiciera conocido en nuestro pas y, en breve, arrasara con sus temas inolvidables. De todos modos nada impeda cantar y bailar la msica de los ms variados intrpretes.
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Nicky Jones, compositor y cantante de aquel Club del clan, vesta un estilo hawaiano con sus camisas coloridas y una sonrisa caracterstica. Seguramente no ha sido el ms famoso de todos los integrantes del grupo, pero s uno de los portadores de la msica pegadiza y contagiosa. Y es en ese LP de Sbados continuados que aparece nada menos que Corte y confeccin. Escuchar el tema una sola vez era suficiente para que se nos acoplara el estribillo y nos acompaase en el trabajo, en el colegio, bajo la ducha o donde fuera. Esos temas en los que ttulo y estribillo se conjugan en una constante reiteracin rtmica que se te pega: Corte y confeccin, corte y confeccin, t eres recibida, corte y confeccin. En una poca en la que era muy importante la labor de las escuelas profesionales, que posibilitaban al estudiante egresar con una formacin slida para desempearse en el mbito del oficio aprendido, el tema se hace eco de esa repercusin, poniendo de manifiesto que la seorita en cuestin est recibida, tiene el ttulo que la diferencia de cualquier falsa modista que no lo posee, lo que no es un detalle menor para su madre. A cada rato me persigue tu mamita recalcndome que t sabes coser y me presenta tu diploma de modista recibida. Ya no s qu hacer!!! La letra de la cancin discurre en un trayecto sencillo, con vocabulario simple y directo, que no cae en lo burdo ni contiene expresiones osadas para la poca, a no ser por el diminutivo cargado de cierta irona con la que el joven se refiere a quien podra llegar a ser su suegra. Mientras otros cantantes como Chico Novarro o Palito Ortega logran un estilo ms elaborado dentro de lo popular, Nicky Jones utiliza un modo ms llano, en que puede aparecer como al pasar algn juego de palabras inteligente que encaja perfectamente en su contexto: Yo solo quiero que me ensees el diploma de tus besos y tu forma de querer
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Podemos ver, adems, cmo, en la Argentina de los aos 60, por ms que el voseo era frecuente entre los jvenes, en las canciones se respeta el tuteo, quizs toda una osada si pensamos en lo que podan demorar dos futuros novios para dejar de tratarse de usted. Pero no es esto lo ms llamativo en cuanto al empleo de los pronombres personales, sino su utilizacin muchas veces innecesaria cuando se refiere a la primera persona del singular (yo) o a la segunda (t). Pudiendo suprimirse, Jones elude la posibilidad de un sujeto desinencial, tal vez para recalcar la dupla yo / t; quizs para llenar un hueco silbico que el verso requiere y hacerlo de una manera fcil: T eres recibida que t sabes qu hacer yo necesito que t sepas yo solo quiero
Lo cierto es que, muy lejos del glamour de las modelos de Jorge Ibez, los desfiles de Piazza o los vestidos exclusivos de Dolce & Gabbana, Nicky Jones solamente pretende que su chica lo quiera, con o sin el diploma de corte y confeccin. LUIS NGEL DELLA GIOVANNA
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