Cristología y Soteriología
Cristología y Soteriología
Cristología y Soteriología
P. G. OCollins
A) Parte Bblica: El Ministerio de Jess: 1) Su predicacin del Reino; 2) Su autodesignacin como Hijo del hombre; 3) Su conciencia de Dios como Abba y; 4) Su
intencin de frente a la muerte.
B) Parte Histrica: la enseanza cristolgica de los concilios: 1) Nicea I; 2)
Constantinopla I; 3) feso; 4) Calcedonia y; 5) Constantinopla III.
C) Parte Sistemtica I: el Ser de Cristo: 1) La unin hiposttica; 2) La pre-existencia
personal del Verbo y; 3) La concepcin virginal.
D) Parte Sistemtica II: su actividad salvfica: 1) Los diferentes modelos de salvacin; 2)
La universalidad de la mediacin salvfica de Cristo.
A) PARTE BIBLICA
1) LA PREDICACION DEL REINO
Todos estn de acuerdo en que la predicacin del Reino estaba en el centro de la
predicacin de Jess. Es un tema muy importante para la cristologa de la liberacin.
En el AT Dios frecuentemente es nominado como "REY", tambin es sujeto del
verbo "REINAR", pero REINO casi exclusivamente lo podemos encontrar slo en el libro
de Daniel, en el que se habla del "Reino futuro".
Jess nunca habla de Dios como el REY, para Jess Dios es el Padre. El verbo
reinar no se encuentra, pero aparece muchas veces el vocablo "REINO". La novedad
aqu es que en el libro de Daniel, el reino es futuro y cuando llegue lo har de manera
plena, en cambio en la predicacin de Jess se habla de un reino "ya" iniciado, pero
"todava no" consumado. No hay paralelo a esto en el AT.
Otra novedad en la predicacin que Jess hace del reino, es que ste est ligado a
su persona, ha llegado con l y con sus obras. En el AT tampoco se encuentra la idea de
una persona histrica a la que se vincula el reino de Dios.
En el anuncio de Jess hablar del presente es hablar del futuro y viceversa. El futuro de
Dios es salvacin para quien sepa tomar el ahora como presente de Dios y como la hora
de la salvacin. El es juicio para quien no acepte el hoy de Dios y se aferre a su propio
presente, lo mismo que a su pasado y sus sueos del futuro.
Es indudable que Jess habl de un cambio que estaba a las puertas y de una pronta
llegada del reino. Se equivoc Jess en esa espera inmediata?
La historia (en la Biblia) acontece en el dilogo entre Dios y el hombre. La promesa de
Dios abre al hombre una nueva posibilidad; pero el modo concreto de su realizacin
depende de la decisin del hombre, de su fe o incredulidad. El reino de Dios no prescinde
de la fe del hombre, sino que viene donde Dios es realmente reconocido como Seor en
la fe.
Este carcter dialogal de una historia que est aconteciendo hace comprensible la
tensin entre espera inmediata y retraso de la parusa. El mensaje de Jess sobre el
reino de Dios que ha llegado representa el ofrecimiento de Dios que obliga, que emplaza
para la decisin, el ofrecimiento definitivo. Pero este ofrecimiento se dirige a la libre
decisin del hombre; cualifica la situacin presente como la de la decisin escatolgica.
3.- Carcter teolgico del reino de Dios.
El reino de Dios no es primariamente un reino, sino que se trata del seoro de Dios, de la
prueba de su gloria, su ser Dios.
Jess realiza algo as como una reinterpretacin del seoro y dominio de Dios. El
dominio de Dios consiste para l en la soberana de su amor. Su llegada y cercana
significan la llegada del seoro de su amor. Esta reinterpretacin se expresa ante todo en
el modo y manera como Jess habla de Dios como Padre (Abba) y cmo se dirige a l
llamndolo Padre. Llamando a Dios Abba se muestra lo nuevo de la idea que sobre l
tiene Jess: Dios est cerca del hombre en el amor.
No es casual que Lucas haya entendido la perfeccin del padre celestial como
misericordia Lc 6,36. Su perfeccin no consiste como para los griegos, en un mximo de
bondad moral, sino en bondad creadora, que hace buenos a otros, en un amor que se
comunica.
El reino de Dios es exclusivamente y siempre de Dios. Lo nico que podemos hacer es
heredarlo. De la manera ms clara expresan este hecho las parbolas: a despecho de
todas las esperas humanas, oposiciones, clculos y planificaciones, el reino de Dios es
milagro y accin de Dios, su seoro en el sentido propio del trmino. El hombre no es
condenado a pura pasividad. Lo que se le pide es convertirse y creer (Mc 1,15). El
significado de conversin se expresa positivamente al nombrar la fe. Fe significa renuncia
al propio rendimiento, confesin de la impotencia humana, reconocimiento de que el
hombre no se puede ayudar a s y a partir de s mismo ni tampoco fundar su existencia y
salvacin.
Fe quiere decir, un confiar y edificar sobre el poder de Dios que acta en Jess, un
buscar la existencia en Dios. Fe significa, por tanto, dejar actuar a Dios, dejar que Dios
obre, dejarlo ser Dios y tributarle el honor, o sea, reconocer su seoro. En esa clase de
fe el reino de Dios se hace realidad concreta en la historia. La fe es, al mismo tiempo, el
3
. Respetando la edicin espaola del libro de W. Kasper, tanto la expresin "hijo del hombre" como el ttulo "mesascristo" se escriben con minscula y ste ltimo de manera unitaria.
4
. Informacin estadstica sobre el nmero de veces que en este sentido se utiliza el trmino en el A.T. se encuentra en
Kasper, W.; "Jess, el Cristo", (p. 133).
final (11, 9-11); su palabra es enigma y parbola (17, 2). Al hablar, pues, Jess de s
mismo de modo indirecto como hijo del hombre, se designa tipolgicamente como quien
experimenta el signo de ser hombre, pero que, al mismo tiempo, es enviado por Dios,
dotado con su espritu, constituyendo el signo escatolgico de Dios y que, sin embargo,
es rechazado por los hombres.
2) El segundo grupo de palabras sobre el hijo del hombre es el que se refiere a su pasin
(Mc. 8, 31; 9, 31; 10, 33 s y paralelos). Segn conviccin de la mayora de los exegetas,
tal y como estn formuladas se deben al tiempo pospascual, aunque por el contenido y
forma originaria remiten, sin duda, a la vida terrena de Jess. Esto con tanta ms razn
cuanto que ya el primer grupo habla del rechazo y vida errante del hijo del hombre.
Parece, pues, que la originalidad de Jess consisti en haber relacionado al hijo del
hombre con la tradicin sobre el justo sufriente, muy expandida en el judasmo tardo. Con
esto pudieron enlazar palabras algo tardas sobre el hijo del hombre, como la tradicin
extrasinptica (Hch. 7, 56), e igualmente palabras muy antiguas (Mc. 14, 62); el evangelio
de Juan es el que desarroll especialmente esta teologa sobre el hijo del hombre
exaltado o glorificado (3, 14; 8, 28; 12, 23. 24; 13, 31). El enigma del ttulo hijo del hombre
sirvi a Jess para expresar la tensin que impregnaba todo su mensaje: la plenitud
escatolgica del tiempo se realiza en y por un predicador ambulante, pobre y ridiculizado,
perseguido y, finalmente, asesinado. El esquema abajamiento-exaltacin, tan importante
para la teologa posterior se encuentra ya preformado aqu.
3) Mencionemos, por fin, las palabras futuro apocalpticas, que hablan del hijo del hombre
que vendr al final de los tiempos sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad
(Mc. 13, 26 par; 14, 62 par y passim). Para muchos exegetas estas son las ms antiguas
sobre la tradicin sobre el hijo del hombre, mientras que E. Schweizer no las considera
precisamente de Jess. Pero es muy probable que Jess habl en tercera persona del
hijo del hombre y que amenaz con su llegada repentina e inminente (Mt. 24, 27. 37 par;
Lc. 18, 8; 22, 22; Mt. 10, 23). La palabra sobre el hijo del hombre est aqu al servicio de
la predicacin proftica, es a propsito para mostrar la tensin dinmica de su
predicacin y la relacin de la predicacin y la decisin actuales con la inminente venida
del reino de Dios representada por el hijo del hombre. Lo dicho vale, ante todo, del logion
Mc. 8, 38 que los exegetas consideran como autntico en su substrato fundamental:
"Quien se avergence de m y de mis palabras..., tambin se avergonzar de l el hijo del
hombre, cuando venga en la gloria de su Padre...". Aqu Jess no se identifica con el hijo
del hombre, lo cual no significa que el hijo del hombre sea una figura salvfica que supera
a Jess; al contrario, la decisin propiamente salvfica se toma hoy y de frente a la
palabra de Jess. El hijo del hombre casi no es ms que una cifra de la significacin
escatolgica-definitiva de las palabras y conducta de Jess as como de la decisin de fe;
es, al mismo tiempo, smbolo de la certeza que Jess tiene de ser la plenitud. As que no
se podr hablar de una igualdad personal, pero s funcional, de Jess con el hijo del
hombre que ha de venir.
En conclusin: La palabra rica y misteriosa sobre el hijo del hombre presenta a
Jess como el representante escatolgico de Dios y su reino, as como el
representante de los hombres. En l y por l, en su persona y su destino se decide
el asunto de Dios y los hombres. Trae y es la gracia y el juicio de Dios. A partir de la
palabra del hijo del hombre pueden comprenderse los desarrollos de la cristologa
6
manera familiar de dirigirse a Dios como Padre es un cambio introducido por Jess.
a) Atendiendo al factor del desarrollo de la conciencia de Dios como "Abba" en la
psicologa humana de Jess6
Cmo ha tomado Jess conciencia de su filiacin divina?
Es a travs de su propia conciencia humana como Jess ha debido percibir su "yo" en
toda su verdad.
No se trata de explicar cmo un hombre toma conciencia de ser Hijo de Dios, sino cmo
el Hijo de Dios toma humanamente conciencia de ser l mismo.
Cmo ha llegado Jess a tomar conciencia de ser Hijo de Dios? A travs de qu
experiencia y de qu reflexin ha podido reconocer esta identidad? Jess ha debido vivir
en la verdad psicolgica de lo que realmente era. No ha podido ignorar su propia
identidad ni equivocarse acerca de ella en los aos de su infancia y juventud.
Para cumplir su misin, que implicaba el testimonio de su identidad divina, deba haber
tomado conciencia de esta identidad segn la verdad que estaba encargado de
comunicar, y deba haber tomado esta conciencia de tal manera que quedase penetrada
de ella toda su psicologa. El nico episodio que se nos cuenta de la adolescencia de
Jess es el de su estancia en el templo a la edad de 12 aos. El episodio demuestra que
Jess tiene una conciencia de su filiacin que no proviene de la religin juda y que
supera lo que su madre sabe de su origen.
Abba revela una intimidad con el Padre profundamente enraizada en la psicologa de
Jess. Para explicar el desarrollo de esta intimidad, hay que atribuir a Jess una
experiencia de tipo mstico. Hay una especie de percepcin de la unin entre Dios y el
hombre que realiza la vida de gracia.
Sus contactos msticos con el Padre le han permitido reconocer la propia identidad de
Hijo y captar la verdad del propio "yo" divino en la conciencia humana. Como los dems
nios toman conciencia de su personalidad en las relaciones que establecen con los
dems, especialmente con los padres, as Jess ha comenzado a adquirir conciencia de
su personalidad divina en sus relaciones ntimas con el Padre.
Jess toma conciencia de ser Dios, al tomar conciencia de ser Hijo. Esta toma de
conciencia se ha ido desarrollando segn la ley del psiquismo humano. Jess ha tenido
inicialmente una conciencia infantil, antes de tener la de adolescente y luego de adulto.
Pero la "clave" de esta conciencia se encontraba en las relaciones filiales entabladas con
Aquel que se la entregaba en la luz ntima de contactos msticos en calidad de verdadero
Padre.
b) Atendiendo al desarrollo de la "conciencia teolgica" de Dios como "Abba" para Jess7
6
En el origen de la autoridad de Jess est una sorprendente cercana con Dios, de la cual
las narraciones evanglicas han conservado testimonios impresionantes. La ms
importante es la manera sin precedente de invocar a Dios como su Padre con el trmino
"Abba". J. Jeremas -junto con F. Hahnn y B. Van Iersel- ha demostrado que este modo de
dirigirse a Dios en la oracin era desconocido para el judasmo contemporneo, teniendo
en cuenta que la palabra no era desconocida en referencia a Dios, pero el nico que usa
este trmino en la oracin directamente dirigido a Dios es Jess (Mc. 14, 36). El vocablo
representaba la manera ntima y familiar con la que un nio judo se diriga al propio
padre terreno8. De cualquier manera, Jess se ha dirigido con esta palabra a Dios, y al
hacerlo introduce una novedad tan grande que la tradicin evanglica ha conservado el
trmino original arameo (Mc. 14, 36). Tal expresin transmite la intimidad sin precedente
de la relacin de Jess con Dios, su Padre; aun ms, transmite la conciencia de una
cercana particular que necesitaba ser expuesta con un lenguaje nunca antes escuchado.
Aun cuando aisladamente y por s mismo el trmino no dara cuenta de manera suficiente
ni teolgica de una filiacin "natural" divina, aun as, ms all de cualquier duda, da
testimonio de que la conciencia de Jess era esencialmente filial: Jess era consciente
de ser el Hijo.
Esta conciencia, expuesta evidentemente por el trmino "Abba", es apoyada por el hecho
claro y complementario mencionado arriba de que Jess se refiere a Dios como su Padre
en manera nica y sin precedente (Mt. 11, 27; 24, 36). Ms aun, no faltan exegetas que
piensen que en la forma lucana de la "oracin del Seor" la breve palabra "Padre" ocupe
el lugar del original "Abba" (Lc. 11, 2). De esta manera, la oracin sera el eco directo de
la plegaria misma de Jess y esto explicara por qu los cristianos primitivos, siguiendo el
ejemplo del Maestro, se "atrevan" a dirigirse a Dios en calidad de "Padre" con la misma
intimidad con la que lo haca Jess (Gal. 6, 4; Rm. 8, 15): eran conscientes de ser "hijos
en el Hijo".
4) LA INTENCIN DE JESUS DE FRENTE A SU MUERTE
En los aos 70's y 80's se desarroll un intenso debate sobre lo que entenda Jess en la
ltima cena y en Getseman, pero no todos recordaron que el valor de su muerte no
depende simplemente de sus intenciones humanas. Jeremas, desgraciadamente, ha
sostenido prcticamente la tesis de que el valor salvfico de la muerte de Jess dependa
simplemente de su intencin humana, lo cual es una visin equivocada9.
Sin duda la intencin humana de Jess tiene un valor, es una clave de interpretacin,
pero el valor religioso y moral de la accin de Jess frente a la muerte no depende
exclusivamente de su intencin humana. Hay que tomar en cuenta que tambin hay otros
protagonistas y circunstancias: el Padre y el Espritu.
Cmo se ve Jess mismo frente a una muerte inminente? Qu significado le atribuye?
Sin lugar a dudas Jess ha reconocido con certeza, partiendo de la creciente oposicin a
8
. En este punto parece el P. Dupuis discordar con la opinin dada por el P. O'Collins, basndose este ltimo en el
mismo J. Jeremas.
9
10
establecimiento del reino de Dios, como parece transparentar la narracin de Mc. 14, 25.
En resumen, el advenimiento del reino de Dios y la propia muerte redentora , de manera
unitaria, constituyen la verdadera intencin de Jess y su soteriologa implcita, es decir,
la fuente de la soteriologa explcita de la Iglesia apostlica.
A todo lo anterior podemos sumar lo que la tradicin evanglica nos dice sobre su
"agona", en la que se nos muestra a Jess angustiado frente a la perspectiva de una
muerte violenta ineludible. Pero no se puede olvidar que tambin nos muestra a un Jess
que se somete, con obediencia ciega, a la voluntad de su Padre (Mc 14, 36). La misma
angustia y abandono en las manos del Padre se expresa en el ltimo grito de Jess sobre
la cruz: "Dios mo, Dios mo por qu me has abandonado? (Mc 15, 34). Sin duda es un
grito de angustia, pero, al mismo tiempo en conformidad con el ltimo versculo del Sal.
22, expresa fe y esperanza en el Dios en cuyas manos se ha abandonado depositando el
espritu. La "lnea fuerza" de la vida de Jess fue la fidelidad a su misin y la confianza
absoluta en su Padre: esta postura alcanza su expresin suprema frente a la muerte.
Por otro lado, y sin dejar de admitir lo que arriba se ha dicho sobre las palabras de la
ltima cena, hay que reconocer que la tradicin evanglica de la ltima cena ha
conservado acciones y palabras decisivas del Maestro que, ms tarde, aparecern
cargadas de significado y llegarn a ser el centro de la Eucarista de la Iglesia. Esta
revela, mejor que cualquier otro dato, la postura de Jess de frente a su muerte. Despus
de haber pronunciado la bendicin (berakah) sobre el pan y el vino, de la manera que se
habituaba realizar, inesperadamente Jess agrega: "Tomen y coman, esto es mi cuerpo" y
"Esta es mi sangre, sangre de la Alianza, derramada por muchos" (Mc 14, 22-24). Con
esta palabras, nunca antes escuchadas, la particin del pan y el vino han adquirido un
nuevo significado. De hecho, refirindose a la muerte inminente de Jess, significaba y
efectivamente implicaba la oferta que Jess estaba haciendo de su vida. El rito
eucarstico de la Cena es la parbola viviente de lo que Jess llevar a trmino sobre la
cruz, o sea, el don de la propia vida como cumplimiento de su misin y como sello de la
Alianza definitiva de Dios con su pueblo. El rito eucarstico expresa el significado que
Jess le da a su muerte: no se somete a ella pasivamente y menos aceptndola con la
confianza absoluta en Dios que es capaz de vengar a su Siervo, sino al contrario, Jess
se entrega a la muerte en plena conformidad con el plano de amor de Dios por los
hombres, del cual su muerte forma parte. La ltima palabra pertenece a Dios mismo11.
11
. Toda la reflexin hecha sobre este puntos est tomada de: Dupuis, J., "Introduccin a la Cristologa", pp. 84-89.
11
B) PARTE HISTORICA
Hay una verdadera lgica en la enseanza cristolgica de los primeros cuatro concilios:
Nicea I (325), Jess es verdaderamente Dios; Constantinopla I (381), l es plenamente
hombre; Efeso (431), las dos naturalezas no estn separadas; Calcedonia (451), las dos
naturalezas no se confunden. En Constantinopla III (680-681) se definen las dos
voluntades: humana y divina.12
Ningn concilio ha enseado sobre las dos conciencias de Jess, pero esto tambin hay
que tenerlo en cuenta, porque siendo Dios comparta la conciencia divina y siendo
hombre tena una mente humana. Esto es una consecuencia necesaria de Calcedonia.
Se puede decir que Calcedonia est al centro con la enseanza de "una persona",
"hipstasis", "prosopon" en dos "physis"-naturalezas. Una persona en dos naturalezas.
Como es bien sabido, ni aun Calcedonia ha definido los trminos. Los concilios de la
Iglesia no lo hacen, usan el lenguaje sin detenerse a definir los trminos, los cuales ya
tenan una historia propia antes de Calcedonia y la tendrn siempre despus,
especialmente "persona", "prsopon" o "hipstasis". Al menos en este sentido,
Calcedonia es un punto de llegada, pero tambin es un punto de partida.
En este apartado hay que partir de que:
a) Entre la cristologa neotestamentaria y el dogma cristolgico, existe una continuidad de
contenidos a pesar de la discontinuidad lingstica.
b) El dogma cristolgico se ha desarrollado en el contexto del encuentro del misterio
cristiano y la filosofa del ambiente helnico. Esto era:
1) una oportunidad de "inculturacin" expresando el misterio de Jesucristo en los trminos
de la cultura prevalente del momento, sin embargo, aun cuando la reflexin cristolgica y
trinitaria hizo uso de trminos existentes y emanados de la filosofa helena, les impuso un
"sobreaadido", sin el cual hubiesen permanecido incapaces de expresar el mensaje
cristiano; pero al mismo tiempo representaba...
2) el peligro de dar espacio a todo tipo de reduccionismos que redimensionasen el
12
Constantinopla II (553): Reinterpretacin de Calcedonia. La unin de natura humana y natua divina es segn la
Hipstasis del Logos. Nicea II (787): defensa de las imgenes como afirmacin del reslismo de la Encarnacin.
12
. Para profundizar sobre estos reduccionismos se puede ver Dupuis, J.; "Introduccin a la Cristologa", p. 128 s.
13
14
. Extraa esta precisin de Angelo Amato, ya que el p. Dupuis (cfr. p. 14) explica cmo Nicea cambia el trmino
"carne" por "hombre", para ser ms claro, adems de que en el texto del "Denzinger" (54) aparece "se hizo hombre".
15
. ATENCION: No se aprobaron los "Doce Anatemas" de Cirilo a Nestorio, sino su Segunda Carta (cfr. Dupuis, J.;
Introduccin a la Cristologa, p.p. 147 s.)
16
18
. Cfr p. 14.
17
18
CONCILIO
CONTRA
NICEA I
Arrio
SE DEFINIO
Igualdad esencial del
20
21
. Dz. 291.
22
. Idem.
19
TERMINOS
ousia
Dz. 54
genntos
homoousios
enanthrpsa
s
CONSTANTINOPLA I
Mayo-Julio del 381
Apolinar
Macedinianos
Dz. 86
EFESO
Nestorio
22/Jun-17/Jul
Dz. 113-124
del 431
Eutiques
CALCEDONIA
(Monofisismo)
8/Oct-1/Nov
Nestorio
del 451
Dz. 148
Constantinopla III
(7/Nov/680 al 16/Sep/681)
Monotelismo
Dz. 289-293
Smbolo
nicenoconstantinopolitano. Jess es
verdadero Dios. El
Espritu Santo es Dios.
Las dos naturalezas no
estn separadas.
Maternidad divina de
Mara.
En Cristo hay dos
naturalezas en una
persona. Las dos
naturalezas no se
confunden.
Voluntades humana y
divina de Jess.
hens kath'
hupostasin
hupostasis
prospon
phusis
sin separacin
sin cambio, sin
divisin,
sinconfusin23
C) PARTE SISTEMATICA I
1) LA UNION HIPOSTATICA24
La unin hiposttica es una unin personal, una persona divina que asume una
naturaleza humana. El problema en el siglo IV era el de profundizar la unin en
trminos de naturaleza, lo cual fue un intento frustrado, porque esta unin se entiende
en trminos de persona.
Una lectura atenta de la definicin de Calcedonia demuestra que no describa a Cristo
como "persona divina". Hablaba de una hypostasis que una las dos naturalezas, pero
en ninguna de sus muchas palabras declaraba que sta fuera la persona divina
preexistente del Logos. (Qued para el segundo Concilio de Constantinopla mantener
e interpretar la unidad de sujeto en Cristo identificando el principio de unin como el
Logos preexistente.) No obstante, Calcedonia estuvo a punto de identificar la nica
Hypostasis cuando pas de afirmar la unidad de la persona a hablar del "nico y mismo
23
. Estos trminos fueron utilizados ya en Calcedonia al hablar de las dos naturalezas de Jess.
24
. Punto est tomado en su totalidad de O'Collins, G.; "Para interpretar a Jess", Ed. Paulinas, 1986, pp. 225-227.
20
. "Anima vero et corpus trahuntur ad personalitatem divinae personae, ut sic persona filii Dei sit etiam persona filii
hominis et hypostasis et suppositum... Sic igitur secundum similitudinem quandam persona, hypostasis et suppositum
filii Dei est persona, hypostasis et suppositum humanae neturae in Christo" (Santo Toms de Aquino, Compendium
Theologiae, c. 211; Citado en O'Collins, G.; "Para Interpretar a Jess", p. 226).
26
. Ser til ver la nocin de persona en "Para interpretar a Jess", p.p. 223-225.
27
. Cada letra corresponde a los elementos que de acuerdo con el p. O'Collins debera incluir una definicin de
persona:
a) Las personas son seres distintos e individuales;
b) que gozan de racionalidad y libertad;
c) existen y actan en relacin con otras personas;
d) experimentan su autoidentidad en esa misma relacin existencial;
21
. Ulrich, L.; Preexistencia de Jesucristo, en "Diccionario de Teologa Dogmtica", Herder, 1990, p.p. 550-553.
22
30
. Cfr. Jn 1, 18.
23
cristologa desde arriba, por que con ella la redencin del hombre se fundamenta en
Dios mismo. Hay que advertir que en el plano sistemtico y teolgico, nunca se debe
presentar aisladamente la preexistencia de Jesucristo, sino dentro de su contexto,
como ocurre en el NT y en la Tradicin; es as como alcanza su significacin concreta,
permitiendo a la vez una mayor precisin de su contenido. La historia concreta de
Jess y de su exaltacin revelan claramente que era "desde el comienzo", "antes de
todos los tiempos" y "antes de la creacin del mundo": el Hijo, la sabidura eterna, el
mediador de la creacin. Se expresa con ello la dimensin universal del acontecimiento
cristolgico: l es el redentor del mundo entero, a cuya creacin y conservacin ha
contribuido y contribuye como Palabra eterna con el Espritu y estando por completo a
la diestra del Padre. Como Verbum Incarnandum existe desde toda la eternidad para
aparecer en el tiempo como Verbum Incarnatum y, mediante su encarnacin, traer
noticia de las profundidades del amor que l solo conoce y por el que ha sido enviado.
Cuando se piensa en la encarnacin es tambin una enajenacin o vaciamiento
(kenosis), la historia concreta y la cruz adquieren la condicin que les hace posibles en
la preexistencia junto a Dios: las relaciones personales en Dios son las de entrega y
enajenacin (H. U. von Balthasar) y el Hijo preexistente es el cordero degollado desde
la constitucin del mundo (cfr. Ap 13, 8; 1 Pe 1, 19s). La preexistencia de Jesucristo
apunta a la eternidad de Dios como dominio del tiempo y muestra cmo Dios, por
medio de su Hijo, es desde la eternidad y en la libertad de su amor, un Dios de la
historia y para los hombres: un Dios que es l mismo en la autoentrega amorosa.
El significado cristolgico de la preexistencia 31
Siguiendo el camino de las afirmaciones bblicas se revela sobre todo la identidad de
Cristo, la realidad del misterio teolgico de su persona de Hijo unignito slo puede
descubrirse haciendo referencia a su origen eterno. Las afirmaciones
neotestamentarias que se desarrollan a partir de la gloria del resucitado no son de tipo
deductivo-apriorstico. La plenitud de su gloria como Hijo a la diestra de Padre no es
tan slo el fruto de la adopcin filial. La gloria del resucitado es irradiacin de la gloria
del preexistente.
Los testimonios bblicos sobre la preexistencia, no subrayan slo la existencia del
Logos, olvidndose de su funcin salvfica. Muestran, en cambio, que el Cristo muerto
y resucitado tiene su verdadero origen en el seno del Padre y, precisamente por esto
"posee una supremaca csmica, como mediador universal, cabeza de la Iglesia y de la
creacin entera, principio creador y animador del mundo". La comunidad cristiana
primitiva lleva a la conciencia de la preexistencia de Cristo a partir de su "ser por
nosotros" en el tiempo. De tal manera que se pueden afirmar dos "estado de
existencia" de Cristo: el protolgico y el histrico. El segundo es el camino de
conocimiento del primero. En ambos est presente un intrnseco dinamismo de
salvacin. La existencia protolgica y trinitaria de Cristo es en s misma -y no slo
como punto de partida de su encarnacin salvfica- una realidad redentora. La
eternidad del Hijo, de hecho, no es un horizonte cerrado y estril, sino sumamente
abierto y pneumtico, porque est enteramente inmerso en la caridad divina. Esta vida
eterna del Logos preexistente en el Padre es la "razn de la posibilidad" de la
31
. Cfr. A. Amato, "Ges il Signore", "Corso di teologia sistematica" (4), p.p. 355-357.
24
. De nuevo esta es una valoracin personal de O'Collins en cuanto al punto de vista de estos autores.
33
25
histrica sobre la manera milagrosa en la que Jess fue concebido, sino que
simplemente intentaban expresar su fe en su condicin de Dios y Mesas. En esta
postura se encuentran Moltmann, Kng y Schillebeeckx, que han sido mencionados
ms arriba. A ellos podemos preguntar de nuevo por qu no se puede hablar de
ambos elementos en cada caso, como el hecho de la muerte en la cruz, es un hecho
histrico-biolgico y al mismo tiempo es suceso profundamente simblico?
Delineamos ahora una postura informada sobre la concepcin virginal a partir de los
siguientes elementos:
1) En la jerarqua de las verdades cristianas, la concepcin virginal no est en
"primera fila". Es ms importante la identidad personal y la misin de Jess como Hijo
de Dios y salvador que cmo fue concebido y que el hecho de que no tuvo padre
humano.
2) Tanto san Pablo como san Juan reconocen en sus escritos la condicin divina
de Cristo, profesan confiadamente su divinidad y su preexistencia y, sin embargo, no
introducen nada sobre su concepcin virginal por obra del Espritu Santo.
Adems el kerigma neotestamentario no inclua ste artculo, el cual se convirti en
formulacin de fe slo en los tiempos posneotestamentarios.
3) Desde la poca medieval, la teologa catlica ha sido clara en este punto: la
divinidad de Jess no habra quedado afectada en el caso de que hubiera sido hijo de
Jos. La generacin divina y humana estn a diferentes niveles y no se excluyen
mutuamente.
4) Aun cuando podemos sospechar que la tradicin de la concepcin virginal se
origin en virtud del testimonio de Mara, de Jos y quiz otros, no tenemos forma de
descubrir el medio por el que esta tradicin se mantuvo y lleg a los evangelistas.
5) El material que Mt y Lc tienen en cuanto a la infancia de Jess es
extraamente diferente al que comparten con Mc (y Jn) sobre el bautismo del Seor.
No se trata simplemente de un bache cronolgico ms amplio entre los hechos y su
consignacin escrita. Las narraciones de la infancia son historias cargadas de
smbolos del origen humano de Jess que dependen fuertemente del lenguaje y
motivos del AT para expresar dramticamente el misterio de su persona y su destino.
Ciertamente Mt, Lc y sus fuentes informan y queran informar de algunos hechos
concretos. Pero si insistimos en identificar como histrico todo lo que encontramos en
estos relatos, podemos vernos interpretando errneamente un material que los
evangelistas queran que se tomara ms bien en clave de interpretacin teolgica.
6) Raymond Brown afirma "que tanto Lc como Mt consideraban la concepcin
virginal como histrica", aun cuando "no poseyeran el rigor moderno sobre la
historicidad".
7) El evento de la concepcin virginal adquiere sentido en relacin a dos puntos:
la divinidad de Jess y la funcin del Espritu Santo. Por eso, quienes rechazan esta
verdad arguyendo que la concepcin virginal sera mermar la perfecta humanidad de
Jess por no haber sido concebido en forma normal, o porque reaccionan contra la
idea (generalmente implcita) de que Jess tuvo que ser concebido virginalmente
porque la unin sexual es impura, se encuentran en una perspectiva errada.
26
27
D) PARTE SISTEMATICA II
1) LOS DIFERENTES MODELOS DE SALVACION
Se recomienda para este tema a Bernard Sesboe 34.
Se pueden reducir todas las aproximaciones al tema de la salvacin bajo tres modelos:
liberacin, expiacin y amor.
El esquema del autor mencionado arriba es: liberacin y victoria (un xodo victorioso),
expiacin y amor.
Hay muchos problemas en cuanto al modelo de expiacin. Algunos quieren mantener
todava la idea de substitucin punitiva: Cristo sobre la cruz que sufre las penas del
34
. A pesar de haber presentado el esquema de Sesboe, el P. O'Collins propuso el suyo como ms claro y sencillo. Es
por eso que en esta presentacin se hace uso del esquema de O'Collins.
28
no tiene nada en comn con la parbola del hijo prdigo. En esa historia, el padre no
necesita cambiar de la ira al amor generoso. No espera ser aplacado, sino que est
aguardando el retorno de su hijo. Cuando esto sucede, corre a estrechar entre sus
brazos al muchacho y a besarlo 35.
b) En el NT, la pasin y la crucifixin no pueden haber sido 36 presentados como
castigo venido de Dios. Cuando la hostilidad surgi de los diversos grupos, Jess
nunca la interpret como ndice de desagrado divino o del deseo de castigarle, ms
bien se asoci con el destino de los profetas perseguidos 37. En el caso de los profetas
y en el suyo, el sufrimiento y la muerte de ninguna manera implicaban la condenacin
por Dios. Tal persecucin era debida a la dureza de corazn de aquellos a quienes
eran enviados.
En el NT la clera divina expresa de modo caracterstico dos cosas: la incompatibilidad
entre Dios y el pecado que habr de revelar el futuro juicio de Dios y los sentimientos
de Jess enfrentados a las fuerzas del mal que mantienen a los hombres en esclavitud.
En otras palabras, a veces la clera de Dios va asociada con la inauguracin de la
obra redentora de Jess durante su ministerio, y especialmente con el juicio futuro (cfr.
Lc 3, 7 par; Jn 3, 36). Pero nadie en el NT vincula la ira divina con el sufrimiento y la
muerte de Jess. Debemos resaltar este punto: Pablo, los evangelistas y los otros
escritores del NT mantienen el tema de la clera divina y proclaman la crucifixin de
Jess, pero ninguno de ellos emplea nunca la idea de ira divina para explicar el
Calvario.
En resumen, podemos decir que "Dios envi a su propio Hijo a habrselas con el
pecado aceptando el signo y la consecuencia del pecado, la muerte. El Hijo muri
inocente de pecado, pero en una forma semejante a la de nuestra naturaleza pecadora.
Por esa muerte Dios conden y triunf sobre el pecado, convirtiendo el medio del
pecado (la carne) en medio de victoria".
La forma de solidaridad de Cristo con todos los hombres deriva de que tiene un
carcter representativo ms que sustitutivo. La sustitucin no requiere un acuerdo
consciente, libre y mutuo entre las partes concertantes. Puede slo estar implicada la
mera "localizacin". La representacin, en cambio, slo se puede realizar por medio de
una aceptacin consciente de agentes morales libres por ambas partes. Por mutuo
consenso, el representante asume la responsabilidad durante un perodo limitado de
tiempo y para unos objetivos limitados.
En el caso de nuestra redencin, "siendo pecadores, Cristo muri por nosotros" (Rm 5,
8). Actu en beneficio nuestro, y para nuestra ventaja expi nuestros pecados antes de
que nosotros conviniramos en ellos. Sin embargo, los individuos deben or esta
historia de la redencin y libremente, si bien con posterioridad, aceptar lo que
35
. Puede ser muy ilustrativo el leer directamente le interpretacin de la parbola del "hijo prdigo" que el P. O'Collins
hace en "Para interpretar a Jess", pp. 185-186.
36
. En la versin en Espaol del libro "Interpreting Jesus", de G. O'Collins hay un error de traduccin, constatado por
el mismo P. O'Collins. El sentido de la oracin es el que se encuentra en estos apuntes y no como dice el libro en la
pag. 190.
37
32
. J. Dupuis, "Jesucristo al encuentro de la religiones", pp. 128-131; e "Introduccin a la Cristologa", pp. 235-240.
39
. Cfr. J. Dupuis, The Uniqueness of Jesus Christ in the Early Christian Tradition, en "Religious Pluralism"; citado por
34
. J. Dupuis, "Jesucristo al encuentro de la religiones", p.p. 136-143; e "Introduccin a la Cristologa", pp. 240-250.
35
. J. Dupuis, "Jesucristo al encuentro de la religiones", pp. 159-161; e "Introduccin a la Cristologa", pp. 250-256.
36
inteligibilidad del plan divino, as como se concretiza en la historia del mundo (GS 10).
4. La centralidad de Jesucristo en la teologa ecumnica y en la teologa de las
religiones42.
El concilio expresaba en UR 11, la consideracin sobre la jerarqua de las verdades de
la doctrina catlica y el principio sobre el cual se establece tal jerarqua: "relacin
diferente con el fundamento de la fe", es decir, al misterio de Jesucristo.
En el contexto del ecumenismo catlico tradicional se haca referencia a una relacin
de tipo horizontal, es decir, de la Iglesia catlica romana con el resto de las "otras
iglesias" y comunidades religiosas. Se consideraba el ecumenismo como la vuelta a la
verdadera Iglesia de Cristo.
Con la nueva perspectiva planteada en el concilio se trata ahora ms bien de una
relacin vertical respectiva de las distintas iglesias y comunidades religiosas con el
misterio de Jesucristo; es un ecumenismo de reencuentro. El concilio afirma que el
misterio de Cristo "subsiste" en la Iglesia catlica (LG 8 y UR 4), pero esto no impide
que el misterio est tambin presente en otras comunidades cristianas, aun cuando
sea de manera imperfecta y "sin la plenitud de los medios de la salvacin" (UR 3). Al
menos se pueden encontrar ciertos elementos de gran valor en estas comunidades,
considerados como "medios de salvacin" de los que el Espritu de Cristo se sirve.
Esto se aplica tambin al terreno ms amplio de la teologa de las religiones: la
perspectiva correcta consiste en preguntarse, no por la relacin horizontal de las otras
tradiciones religiosas con la Iglesia, sino por su relacin vertical con el misterio de
Cristo.
La sentencia "extra ecclesiam nulla salus", de Fulgencio de Ruspe, es aplicada en su
obra no slo a los paganos, sino a los judos y a los mismos cristianos separados por
cisma o hereja; significando que separarse culpablemente de la Iglesia supone
separarse de Cristo. Cuando esta sentencia se cita en el Lateranense IV y por
Bonifacio VIII, parece que se quiere hablar de los separados de la Iglesia culpable y
voluntariamente. As, se matizan los alcances de tal afirmacin.
La cuestin estaba mal planteada: las condiciones para acceder a la salvacin se
consideraban de una manera negativa y en virtud de una perspectiva eclesiocntrica.
En cambio, si al problema se da una respuesta afirmativa y cristocntrica, la sentencia
se leera: "toda salvacin viene por Cristo".
5. Salvacin sin Evangelio?43
Se han de distinguir dos modalidades distintas en la presencia sacramental del misterio
crstico. Esta realidad misteriosa de la presencia de Dios para el hombre, pasa por la
mediacin del cristianismo y de las otras religiones, pero bajo modalidades diversas. La
gracia de Dios, aun siendo nica, conoce diversos modos de mediacin visible, entre
42
. J. Dupuis, "Jesucristo al encuentro de la religiones", pp. 131-136; e "Introduccin a la Cristologa", pp. 256-261.
43
37
38
INDICE
INTRODUCCION...................................................................................................... 2
A) PARTE BIBLICA: EL MINISTERIO DE JESUS
1) Su predicacin del reino................................................................................................ 3
1. Motivo fundamental: La llegada del Reino de Dios ..... 3
2. Carcter escatolgico del Reino de Dios .............. 4
3. Carcter teolgico del Reino de Dios ................. 5
4. Carcter soteriolgico del Reino de Dios ............. 6
2) Su autodesignacin como Hijo del hombre ................. 6
3) Su conciencia de Dios como "Abba" ...................... 10
4) Su intencin de frente a la muerte ..................... 12
B) PARTE HISTORICA: LA ENSEANZA CRISTOLOGICA DE LOS CONCILIOS
1) El Concilio de Nicea I ................................. 16
2) El Concilio de Constantinopla I ........................ 17
3) El Concilio de Efeso ................................... 18
4) El Concilio de Calcedonia .............................. 20
5) El Concilio de Constantinopla III ...................... 22
C) PARTE SISTEMATICA I: EL SER DE CRISTO
1) La unin Hiposttica ................................... 24
2) La pre-existencia personal del Verbo ................... 26
3) La concepcin virginal ................................. 29
D) PARTE SISTEMATICA II: SU ACTIVIDAD SALVIFICA
1) Los diferentes modelos de salvacin .................... 32
1. La condicin humana ................................. 33
2. Modelos de salvacin ................................ 33
2.1. La liberacin ..................................... 33
2.2. La redencin como expiacin ....................... 34
2.3. Amor transformante ................................ 37
2) La universalidad de la mediacin salvfica de Cristo ... 38
1. Jesucristo centro de la fe .......................... 39
2. El sentido de Cristo en el Plan Divino .............. 39
39
40