Escuchar Más Allá de Lo Que Se Dice

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Escuchar Ms All de lo que se Dice

Por Liliana Bernal, Coach Ontolgico de The Newfield Network


Estoy sentada frente a ella, la luz del sol entra por la ventana e ilumina la habitacin. Me
cuenta que se separ, que su marido es un buen hombre, pero que se equivoc enamorndose
de otra, que su madre no la entiende y que los consejos que le da no le sirven. Su madre le
dice que siga con l, que esto se va a pasar y que todos los hombres de vez en cuanto la
embarran. Me cuenta que ella se molesta cuando su mam no la entiende. Me cuenta que le
duelen los ovarios en la tarde y la cabeza todo el da.
La escucho y siento su dolor.
Me cuenta tambin que est pasando por un mal momento econmico y que tiene que buscar
trabajo, que no sabe que va a hacer. Que los nios estn bien y que hacen preguntas en la
noche a la hora de dormir, que ella no sabe contestar. Llora un poco y dice, menos mal que
creo que Dios me pone esta prueba para que yo aprenda.
Y yo escucho.
Escucho su miedo a lo que viene. Escucho su rabia con el buen hombre. Escucho el duelo de
su femineidad. Escucho su linaje, su madre, la madre de su madre y todas las mujeres que
vienen detrs. Escucho el poder de su espiritualidad. La sabidura de su cuerpo. Escucho su
capacidad de sostener, su capacidad de elegir y escucho que le est dando lugar a su tristeza.
Escucho como mujer, como madre, como hija, como pareja, como colombiana, como
cuentacuentos, como escritora. Escucho como coach.
Y cmo escucha un coach?
La llegada
El hijo de Pilar y Daniel Weinberg fue bautizado en la costanera.
Y en el bautismo le ensearon lo sagrado.
Recibi una caracola:
- Para que aprendas a amar el agua
Abrieron la jaula de un pjaro preso:
- Para que aprendas a amar el aire
Le dieron una flor de malvn:
- Para que aprendas a amar la tierra.
Y tambin le dieron una botellita cerrada:
- No la abras nunca, nunca. Para que aprendas a amar el misterio.
Eduardo Galeano (Las Palabras Andantes)

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Escucha con reverencia el misterio de su ser
Este escuchar reverencial es un acto de humildad y una apertura al misterio que el otro es.
Dejo mi arrogancia afuera, la arrogancia de creer que lo que yo le voy a decir, le va a cambiar
la vida. Yo no le voy a cambiar la vida. Soy una excusa en su vida para tener la conversacin
de lo que le importa en este momento. A mi me gusta decir que llegu tarde a la vida de mi
coachee, pues ya se cas, tuvo hijos, viaj, trabaj, etc y sin mi permiso!
El escuchar reverencial me permite escuchar cada aspecto de su relato con respeto, y me
permite tener la liviandad de acompaar a otro en su bsqueda interior sin decidir yo el
destino.
Escucha mas all de lo que se dice
Escucho su cuerpo, mediante sus movimientos, sus tensiones, su flexibilidad, su apertura, sus
diferentes respiraciones, su resolucin, su centro, su voz, sus silencios, su estabilidad.
Escucho sus cicatrices que revelan sus experiencias anteriores, la textura de su piel que me
muestra cuanto sol ha recibido y cuantos aos han transcurrido. Tambin los movimientos que
repite y los que no usa. Estoy atenta si se sienta en la punta de la silla o si se apropia de ella
con todo su cuerpo. Escucho como lo viste, lo arregla o lo muestra.
Escucho sus emociones, la expresin de su alegra, su miedo o su rabia. Me doy cuenta de las
emociones que aparecen cuando habla de lo que le importa, cuando su corazn late con su
decir. Escucho las emociones que predisponen sus acciones y sus elecciones. Escucho el
resentimiento y la resignacin. Escucho la emocin de lo que relata y la emocin con la que
relata. Escucho la emocin desde donde cuenta ahora mismo sus emociones. Escucho su paz y
sus ganas. Escucho si conoce el nombre de sus emociones o si tiene un solo nombre para
todas ellas. Escucho la expresin de su erotismo, su ternura o su tristeza.
Escucho si la gratitud, el amor y la compasin son emociones
que tiene a la mano o si puedo acompaarlo a que las recuerde.
Escucho con mis distinciones
Todas las distinciones ontolgicas cobran vida en frente de mi
coachee. Es el coachee el que les da vida y sentido, el que aviva
la llama de la distincin. Escucho como pide, ofrece y promete
mi coachee. Escucho los juicios que le impiden aprender y que
llamamos bellamente juicios maestros, pues son los maestros,
los que nos ensean, de las barreras que invisiblemente impiden
nuestro cambio o nuestro bienestar. Y tambin escucho los juicios que hacen del mundo dada
su cultura, su linaje o su experiencia.
Escucho lo que declara para que el mundo lo siga y escucho lo que afirma para ratificar su
mundo. Escucho las conversaciones que tiene con los que estn a su alrededor, las que se
atreve y las que no. Los temas que ocupan su discurso y los que estn ausentes.
Escucho lo sagrado
Lo sagrado es aquello que es digno de respeto o de veneracin. El coachee entonces, es
sagrado para mi pues lo respeto y lo venero s, querido lector, s que la palabra venerar trae
recuerdos, aqu me estoy refiriendo a hacer una inclinacin ante la divinidad que veo en el

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otro. Si alcanzo a ver esa divinidad, esa chispa divina en el otro, tengo asegurado un espacio
de igualdad en la relacin, sin que el otro sea ms o menos que yo.
Considerar al otro sagrado le da la posibilidad de ser libre de mis juicios. Mi amigo Fernando,
me dice que Carisma es ver la luz del otro. Entonces, escucho su carisma.
Escucho qu es aquello que mi coachee considera sagrado, lo que respeta y venera, sus lmites
e inquietudes morales, su creencia en lo que lo sostiene, sean las divinidades o el mismo.
Escucho los elementos que lo constituyen, su fuego, su aire, su tierra, su agua. Su relacin con
la tierra, con el ecosistema, el respeto por su propia naturaleza, por la naturaleza que lo rodea
y su relacin con el cosmos.
Y escucho lo sagrado de esta conversacin que tenemos aqu y ahora.
Escucho la belleza
La belleza en un tnico.
Nos hace revivir cuando sentimos morir,
nos arranca con facilidad de las pequeas y grandes frustraciones de la vida.
Alimenta nuestra esperanza y nuestro deseo de soar.
Nos ayuda y nos acompaa en nuestro camino.
De vez en cuando, nos ayuda a encontrarle un sentido a nuestra vida.
Como la msica de Orfeo, no nos hace inmortales,
pero tiene el poder de transformarnos, lo cual no es poco
Piero Ferrucci, (Belleza para sanar el alma)
Escucho la belleza de un todo que se expresa en la conversacin. La armona o desarmona
que transitamos mientras conversamos. Me gusta decir que cuando no hay belleza no hay
coaching.
La belleza es algo que los coaches ejercemos en el acto de hacer coaching. Un acto bello es un
acto significativo y ambos, coach y coachee sabemos si estuvimos en su presencia. La belleza
nos eleva, nos hace grciles, nos aliviana y nos sostiene como si estuviramos en la palma de
la mano de una divinidad.
Escucho la belleza de lo ordinario y lo simple, de lo cotidiano. Sin las grandes pretensiones de
algo extraordinario, la belleza puede emerger.
Este escuchar sabe esperar
Para que emerjan todos los aspectos del ser. No se apura, espera para que florezca ante
nuestros ojos ese ser que emerge en una conversacin transformadora. El coach hace lo que el
jardinero que espera a que germine la semilla, espera a que salgan las hojas y luego la flor y
en un rato mas los frutos. Y slo cuida que no falte lo esencial.
Como coach espero con paciencia que mis juicios se acallen para escuchar con nitidez los
suyos. Y espero a que lleguemos juntos a la profundidad del alma.

Escucho cuidando el contexto


Generamos los contextos donde la conversacin se pueda dar, cuidando el entorno y cuidando
la presencia, la ma y la suya.
El Contexto es lo que sostiene el texto. Escucho el contexto desde donde nos cuenta el
coachee lo que le pasa, aquello que llamamos su discurso histrico, que contiene la cultura
que impregna lo que nuestro coachee nos dice, nos trae a sus ancestros, a los que vinieron
antes que nosotros y que todava tienen voz en lo que hacemos y aprendemos.
Escucho el poder que tienen sus antepasados y las palabras sagradas que recibi para repetir a
la prxima generacin.
Escucho con liviandad
Mi liviandad amplia mi escuchar. Me permite ir con mi coachee a las
profundidades y enfrentar sus sombras sin quedarme en ellas, invitndolo a
iluminar su lado oscuro. Mi sentido del humor y mi sentido del amor danzan
para que juntos traigamos la alegra, el gozo, la ternura y las emociones que
hagan falta para reconciliarnos con lo que es doloroso.
Escucho conmigo
Escucho con todo mi cuerpo y mis emociones. Con mi presencia. Con mis ojos
y mis odos, con mi piel, mis tensiones, mis estados de nimo, mis luces y mis sombras, con
mi historia, mis vivencias, mis dolores, mis aprendizajes, mi ser, todas las mujeres que me
integran, mi lado masculino, con mi intuicin, el susurro de las voces que me precedieron, mi
nacionalidad, el lugar donde crec, todas mis diosas, todos mis dioses.
Sin mi, la conversacin no es lo mismo. No es un halago a mi ego, es un llamado al valor de
mi presencia, pues aunque soy una excusa para la conversacin de mi coachee, tambin honro
la coincidencia de estar presente en ese justo momento.

Te espero con el fuego encendido


Todo est listo para el baile
Mi corazn est preparado para tu presencia,
Las flores frescas,
La manta blanca,
La taza de hierbabuena,
Ambos danzamos.
Ambos nos transformamos.
Ambos somos uno.
El fuego sigue encendido,
Tu corazn ya sabe que no est solo.

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