Evangelii Gaudium - Resumen
Evangelii Gaudium - Resumen
Evangelii Gaudium - Resumen
Introduccin:
La exhortacin comienza con una introduccin dividida en tres apartados:
I. Alegra que se renueva y se comunica (2-8): aqu el Papa brinda un rico
resumen de la centralidad que la alegra tiene en el Evangelio y en la Biblia y
que surge del encuentro con Jess y la presenta como respuesta ante el gran
riesgo del mundo actual, con su mltiple y abrumadora oferta de consumo,
que es una tristeza individualista que brota del corazn cmodo y avaro, de la
bsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada (EG 2).
Slo gracias a ese encuentro o reencuentro con el amor de Dios, que se
convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y
de la autorreferencialidad (EG 8).
II. La dulce y confortadora alegra de evangelizar (9-13): aqu el Papa seala la
alegra que trae al creyente la evangelizacin y cmo el Evangelio es una
eterna novedad, invitando a confiar en la primaca de la gracia de Dios y no en
las propias fuerzas y a ser evangelizadores memoriosos (EG 13).
III. La nueva evangelizacin para la transmisin de la fe (14-18): En este
apartado, explica el Papa que la exhortacin surge como pedido del Snodo
para los Obispos sobre la Nueva Evangelizacin para la Transmisin de la Fe
que se hizo en octubre de 2012. Tambin presenta los lmites de la Exhortacin
y sus principales contenidos.
por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los
acontecimientos que afectan a los ciudadanos (EG 183).
II. La inclusin social de los pobres (186-216): en uno de los apartados ms
largos de todo el documento, el Papa se detiene mucho en la importancia de
escuchar el clamor de los pobres. En primer lugar, seala que, si nos unimos a
Dios, escuchamos el clamor de Dios (187-192), y retomando las palabras de
Jess en la multiplicacin de los panes (Dnles de comer ustedes mismos), dir
que ello implica tanto la cooperacin para resolver las causas estructurales de
la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los
gestos ms simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas
que encontramos (EG 188). Recuerda que esta opcin por los pobres supone
una fidelidad al Evangelio para no correr en vano, como afirma San Pablo en
Glatas 2,2 (193-196). El Papa se refiere al lugar privilegiado de los pobres en
el pueblo de Dios (197-201), y es firme al afirmar que nadie debera decir que
se mantiene lejos de los pobres porque sus opciones de vida implican prestar
ms atencin a otros asuntos (EG 201). Se detiene luego en algunos desafos
de la economa y distribucin del ingreso (202-208) y en la tarea eclesial de
cuidar la fragilidad (209-216): los ms pequeos, los lentos, dbiles o menos
dotados (EG 209), las nuevas formas de pobreza y fragilidad (los sin techo, los
toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indgenas, los ancianos cada
vez ms solos y abandonados, y los migrantes (EG 210), las personas que son
vctimas de la trata (211), las mujeres que sufren exclusin, maltrato y
violencia (212), los nios por nacer a quienes se les quiere negar la vida,
aclarando que no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta
cuestin (214), pero tambin sealando que hemos hecho poco para
acompaar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones
muy duras, donde el aborto se les presenta como una rpida solucin a sus
profundas angustias (214). Finalmente, tambin habla de la fragilidad del
conjunto de la creacin (215).
III. El bien comn y la paz social (217-237): recordando que la dignidad de la
persona humana y el bien comn son los dos ejes centrales de la vida social,
el Papa se detiene a proponer cuatro principios necesarios para avanzar en la
construccin de un pueblo en paz, justicia y fraternidad. Estos cuatro
principios son:
El tiempo es superior al espacio (222-225): aqu enfatiza la importancia de los
procesos para construir un pueblo, sabiendo que ello nos permite trabajar a
largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos.
La unidad prevalece sobre el conflicto (226-230): para el Papa, en la sociedad
el conflicto no puede ser ignorado o disimulado, sino que tiene que ser
asumido, sin detenerse en la coyuntura conflictiva sino percibiendo el sentido
de la unidad profunda de la realidad (EG 226). Aceptar sufrir el conflicto,
resolverlo y transformarlo en el eslabn de un nuevo proceso: Felices los que
trabajan por la paz! (227). Formula aqu por primera vez la propuesta de un
pacto cultural que luego retomar en el apartado dedicado al dilogo.
La realidad es ms importante que la idea (231-233): para el Papa, existe una
tensin bipolar entre la idea y la realidad y seala que es peligroso vivir en el
reino de la sola palabra, de la imagen, del sofisma y por ello concluye que la
realidad es superior a la idea (231). Este criterio hace a la Encarnacin de la
Palabra y su puesta en prctica (233).
El todo es superior a la parte (234-237): finalmente, recogiendo la tensin
entre globalizacin y localizacin, el Papa seala que se trabaja en lo
pequeo, en lo cercano, pero con una perspectiva ms amplia (235),
siguiendo el modelo del poliedro que refleja la confluencia de todas las
parcialidades que en l conservan su originalidad (236).
IV. El dilogo social como contribucin a la paz (238-258): luego de haber
desarrollado la importancia de la dignidad humana (II) y del bien comn (III), el
captulo se cierra con unas orientaciones sobre la evangelizacin y el camino
del dilogo. As, seala tres campos de dilogo para la Iglesia: con los Estados,
con la sociedad que incluye el dilogo con las culturas y con las ciencias- y
con los otros creyentes que no forman parte de la Iglesia Catlica (238). Aqu
el Papa ofrece la colaboracin de la Iglesia para con las autoridades nacionales
e internacionales y vuelve sobre la idea de un pacto social y cultural,
exhortando a una cultura que privilegie el dilogo como forma de encuentro,
la bsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupacin
por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones (EG 239). El documento
se detiene luego en el dilogo entre la fe, la razn y las ciencias (242-243), el
dilogo ecumnico (244-246), las relaciones con el judasmo (247-249), el
dilogo interreligioso (250-254) y finaliza con el dilogo social en un contexto
de libertad religiosa (255-258).