Rommen Suarez
Rommen Suarez
Rommen Suarez
S dicho de Petavio que la misin providencial del segundo florecimiento escolstico determinado por Vtoria
durante el Siglo de Oro espaol fu el explicitar lo que ya estaba implcito, desenvolver y elaborar la que en los escritos de los grandes maestros
medievales escolsticos se encontraba en germen, en una fase de problema o de soluciones d e tanteo. Otra misin, podramos aadir, fu el superar el estril verbalismo y el formalismo vaco de discusiones sobre temas obtusos y artificiales en que las escuelas haban cado despus del
perodo de la va moderna nominalista, y frente a ello restaurar el espritu realista y anchuroso del esfuerzo filosfico a la manera del gran
maestro de la escuela, Santo Toms de Aquino. La tercera misin fu el
incorporar a la enseanza tradicional los nuevos mtodos histricos y
analticos que haban sido elaborados a partir del giro escotista hacia lo
individual-personal. lo concreto-histrico, aunque ello implicara revalorar
posiciones tomistas al par que completar el "intelectualismo" del saber tomista envuelto en un clima intelecual "a-histrico" y predominantemente
"esttico". No pudo, pues, reducirse la empresa a una filologa tomista,
sino ms bien se puso la meta en un renacimiento de la ejemplar amplitud de miras de Santo Toms, preguntndose constantemente, por decirlo
as, qu hubiera dicho Santo Toms "hic et nunc" ante este problema
actual, ante esta imprevista consecuencia de una antigua solucin: la
doctrina tomista, como "termnus a quo" para una ulterior crtica y para
una fructfera asimilacin de nuevos problemas difcilmente inteligibles
para los antiguos, con un espritu abierto al incesante surgir de nuevos
aspectos en las eternas cuestiones. Santo Toms es, despus de todo, no
slo el gran arquitecto sistemtico de la Summe, del sistema armnico.
sino tambin el "problemtico" que busca, que lucha, que explora, tal
como nos lo muestran las Quaestiones disputeiee.
Quien haya estudiado a Surez, al telogo. al metafsico. al filsofo
jurista y poltico reconocer que es l quien ha llevado a cabo, acaso con
VOL.
4 (1948)
PENSAMIENTO
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la mxima perfeccin, esa triple misin, como lo va poniendo de manifiesto la creciente literatura contempornea sobre Surez. Trescientos
aos despus de Petavo, P. Ramere pudo justamente afirmar: "Recueillir pour restaurer, voil en ,eux mots l' oeuvre de Suarez... ", en una cuestn que se crea exhaustivamente tratada por Santo Toms, Surez encuentra una pltora de nuevos puntos de vista ". Pero quede aqui bien
asentado que Surez quiere ser y es un tomista. "En esta obra (De Statu
Religionis, t. XV, p. V, procemium). como en todas las obras mas-s-escribe Surez-Santo Toms ser mi gua." Toma como tarea suya el exponer
la doctrina de Santo Toms con exactitud y claridad para abrir el camino
a su inteligencia. (~ Verbo incerneto, t. XVII, p. VI). "Nuestros guas
sern los grandes escritores de todo tiempo. especialmente Santo Toms"
dice en el prlogo al De Legibus. Cuando juzga no poder seguir a Santo
Toms en alguna cuestin particular, lo hace slo despus de haber aducido sus propias ponderadas razones. No hay. pues. un sistema suarista,
ni siquiera all donde Surez es ms personal y original: en su teora
jurdica y poltica.
11
Si bien Surez es. primero y sobre todo, un telogo y sita las dems
ciencias en un plano ancilar respecto de aquella su primaria especialidad,
su filosofa jurdica y poltica est mucho ms elaborada que la de cualquier otro escolstico anterior. La razn de ello est en que en su tiempo
haba hecho su aparicin el "Estado moderno"; los descubrimientos geogrficos haban ensanchado de un golpe los lmites de un reducido mundo
medieval cristiano para convertirlo en el "Mundo". La Reforma haba
sustituido el problema del Emperador y el Papa dentro de la Cristiandad
una por el problema del Estado nacional, con su tendencia a una Iglesia
nacional frente a la Iglesia universal. Asimismo haba surgido una nueva
"conciencia categorial". la de la Historia. y con ello la de la individualidad. la de la funcin de las personas como "causae secundae" en la formacin de la historia y de la cultura, determinando el mtodo "histricopositivo" del que hay un reflejo en el espritu de la Compaa de Jess 2.
Este nuevo inters par la parte activa del elemento individual-personal, la
postura frente al Mundo (Welt-zuqewandte Frmmiqkeit ) caracteriza
la actitud general en la controversia sobre la gracia; el molinismo recoconoce. al decir del P. Lppert, "el valiosa germen de individualismo. la
destacada significacin de la persona individual" (Gundlach. 1. c. 27).
Este "personalismo". llammoslo as, caracteriza la metafsica y consiguientemente la teora jurdica y poltica de Surez. y esto ha ocasionado la reiterada pero no por ello fundada imputacin de voluntarismo
o de un "eclecticismo" inorgnico. Ni uno ni otro se encontrarn en l;
1 Revue du monde cetholique (1862). p. 387. Cfr. tambin GRABMANN sobre Surez en Gedenkbliitter zum 300 }iihrigen Todestag des Frenz Surez (Innsbruck, 1917).
2
Cfr. Zur Sozioloqie der ketboliken ldeetoelt und des [esuitenordcns, por
G. GUNDLACH. S. I.. 1927. p. 56 y 53.
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secuencia de su Metafsica. Se ha llamado a sto, con cierto tono ,d2 crtica, voluntarismo de Surez. Estamos de acuerdo con la opinin de
P. R. Brouillard de que Surez trat de completar el intelectualsmo tomista con una consideracin ms concreta de la psicologa humana, dando ms lugar a la voluntad y a la libertad. en su concepto de la ley y del
derecho subjetivo, y en su doctrina del origen del Estado ". Es un voluntarismo complementario, es decir, un voluntarismo que nunca olvida
el papel de la razn y la previa "ordnatio ratioriis": un voluntarismo que
es la consecuencia del valor atribudo a los actos libres de las "causae
secundae" racionales. Que no haya en ello nada de voluntarismo ocamista se concluye bien de la doctrina de Surez sobre la inmutabilidad de
la ley natural. en la que va tan lejos, por lo menos, como Santo Toms.
En su Metafsica, Surez, corno es sabido, ha desechado la distincn real entre Essentia (Sosen ) y Esse (Dasein), y en vez de ella ha
seguido, entendida a su manera. la doctrina escotista de la "dstinctio
ratonscum fundamento in re". Pero para nuestro tema le la filosofa
poltica, y si se quiere metafsica social. es ms importante su opinin de
que el conocimiento intelectual alcanza, no slo a los universales, sino
tambin a los particulares, a los singulares. As. no slo hay ciencia de
los universales, sino tambin de los singulares. Naturaleza universal y
naturaleza singular, cosa individua, se distinguen con distincin de razn. Una ciencia de la "res" individua es posible. "Individuum est nefIabile" no debe ser interpretado como si el individuo fuera incognoscible. La historia, que se mueve en el plano de proposiciones singulares,
es una xienca. aun cuando admitamos que su conocimiento es siempre
incompleto. Surez, que gusta del mtodo positivo histrico, acusa una
clara sensibilidad para lo concreto histrico, que se manifiesta en el cuidado por subrayar los actos libres del hombre como una" causa secunda"
con inteligencia y voluntad informada y causativa que conscientemente
construye su mundo de formas sociales en la historia, "natura rationali duce",
La teora de Surez sobre el principio de individuacin .con sus derivaciones al campo social, no fcilmente perceptibles, acenta lo individual. es decir, tratndose del ser racional, lo personal. Santo Toms, como se admite generalmente 5, consider la materia como principio de individuacin para las cosas materiales y para el hombre corno un "compositum ". La estructura lgica del mundo se basa en el "qenus", "speces"
y nmero. Los individuos de una especie se .dstinquen slo "ratione materiae", como nmeros; el principio de individuacin es la "materia siqnata". Surez, despus de un penetrante estudio en el que resplandece su
portentosa lectura y su eminente dote de presentar con objetividad las
doctrinas y opiniones de otros maestros, se decide, tras de laboriosa discusin, a desechar el principio tomista de la individuacin. Para l "toda
entidad singular se individualiza por s misma, "per se"; no es preciso
'.
GRABMANN:
POLTICA DE SUREZ
-~. - - - - ~ - - - - -
~~- ~-----_._--- - - - - - ~ -
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nin qn principio de individuacin extrnseco a la entidad. TOldos los principios constitutivos de una entidad. de un "ens per se" singular, son, al
mismo tiempo sus principios de individuacin, en un compuesto materialespiritual por consiguiente, la materia, forma y su unin"". Toda entidad, concretamente todo ser creado personal, es, por tanto, no slo una
realizacin numricamente distinta de una naturaleza universal. sino que
es en s misma de un valor nsusttuble, verdaderamente singular y cualitativamente cliferente de toda otra entidad de la misma spece. G. Gundlach apunta' que la ltima razn de esta modalidad de unidad en la cosa concreta slo puede ser un factor voluntarista, una causalidad que
causa esta umidad y singularidad. en ltimo trmino el acto creativo de
Dios creador. Este "personalismo", "servats servands". es la base para
la "categora" histrica. para un equilibrado voluntarismo, en el sentido
de que se subraya la libre actividad de las personas humanas en
la historia y en 1" vida social y poltica, sin desconsiderar la omnipresente providencia y continuada creacin de Dios. Przywara en su luminoso artculo sobre "Toms como problemtico" muestra que Surez
en su teora de la individuacin no est en oposicin contradictoria con
Sante Toms, sino que avanza en la lnea del pensamiento que ya Santo
Toms apunt en el "Compendum Theoloqcum", su postrera obra. "La
diferencia de lascosas no se da "ratone materiae": porque la primera posicin de ellas es por la creacin." Claro que la obra sistemtica de Santo
Toms dej sin desenvolver este atisbo. Przywara est en lo cierto cuando dice que la teora de Surez es el desarrollo orqnico de una idea tomista (l. c. p. 194). Una consecuencia muy natural de este giro hacia lo
histrico. lo coritinqente. es la valoracin del querer, de la persona individual o de las colectividades, en la creacin de la historia, en la creacin del Estado y de las constituciones, que son todas "iure humano".
Igualmente ello preludia una determinada actitud crtica fretlte a las
formas sociales y jurdicas existentes, La amplia erudicin de Surez
en materia de derecho civil, cannico y nacional le l!eva a una precisa
distincin entre la ley positiva histrica y la ley natural. Nunca se ha
de identificar lo que existe, aun por un largo perodo de tiempo, ni aunque est sancionado por la tradicin, con la ley natural. La opinin corriente medieval de que la esclavitud es "natural" ,como una institucin
de! "jus fl,:,ntium" atenuarla traduccin del dicho de Aristteles de que
algunos son por naturaleza esclavos, es inaceptable; la esclavitud se da
meramente" jure humano"; por naturaleza, todos los hombres son libres.
Se puede tener por "suareciana" la filosofa social del Soliderismo
desarrollada por los PP. H. Pesch y G. Gundlach. S. J., y creo que la
crtica hecha por Gundlach a la obra de Welty, O. P., "Gemeinschaft
und Enzelmensch" (1935, Sa1zburg-Leipzig), y a su distincin entre
individualidad y personalidad, abre nuevos horizontes a la Iundamentacin de la metafsica social, que llevarn a primer plano el pensamiento
Dt.. M: t.. V, 5 y 6 initio. Cfr. SIEGMUND: Die Lebre lJm l ncoidi.eticmsbe! Snrc: (Fu1da, 1927), p. 41.
Zur Soziolooic dcr keth, l deetvelt etc. (Ereiburq, 1917), p. 62,
32
prin zip
t
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HEINRICH ROMMEN
III
Surez distingue sutilmente la ley como "regula cornmunis" de los
actos humanos, y en su naturaleza constante y ordenada a la perpetuacin (en oposicin al mandato individual de un superior a un inferior).
del "jus" (Derecho). El "jus" se define estrictamente como una "facultas
quaedam moralis, quam unusquisque habet vel circa rern suarn. vel ad
rem sibi debtam", Este es eT concepto del derecho subjetivo 9. Subrayar esta nocin, reteniendo siempre con su plena significacin la
idea del derecho objetivo no es precisamente una ruptura con la
tradicin, sino ms bien un ulterior desarrollo de un elemento de la
filosofa jurdica. Quedando en pie la reciprocidad entre los derechos naturales y la ley natural, y no considerndose la ley como un resultado de
la voluntad fundada en los derechos fundamentales exclusivos. hay gran
mrito en esta definicin, puesto que el "[ustum" objetivo corresponde
al "jus" subjetivo y viceversa.
8
Cfr. G. GUNDLACH (Gregocianuffi'. vol. XVII-1936. pp. 280. 284 Y ss.). Por
otra parte una comparacin de las aplicaciones prcticas del libro de Welty can las
de MARITAIN t'I'he permn and the common qood, 1947) parece indicar que la distincin personalidad-individualidad lleva a opuestas consecuencias prcticas en los dos
lbros, lo que no recomendara particularmente la distincin.
9
Surez ha sido censurado por esta "innovacin" por algunos escritores como
LAVANCHES (Le concept de droit selon Aristote et Sto Thomes, Montreal-Paris, 1933.
p. 400 Y ss.). Se objeta que sustituyendo esta nueva definicin. Surez ha hecho del
derecho (Jus) algo puramente subjetivo. una facultad moral de la voluntad, y asignndose a sta como fin suyo la libertad, vendra a constituirse la voluntad humana
y la libertad en regla de la moralidad. contra el concepto tradicional de "[us" como
el "[ustum" objetivo. Pero ni hay en esto algo verdaderamente nuevo en este concepto "subjetivo". ni habla Surez de una facultad de la voluntad; la definicin es familiar al derecho romano, la libertad como una "facultas naturalis", "[us utendi Iruendi. [us habere, transferre". [ust. L 3. Il, 2. 4. 5; Santo Toms mismo lo usa tambin, airnque con menos frecuencia en el sentido subjetivo, (Cfr. la nota al art. L
qu. 57 II-II de Santo Toms. Lethielleux Ed. 4 ed.)
499
IV
La principal idea de Surez es que la leyes obliqetio, "praeceptum
commune". Es sta tambin una nota de la ley natural? Surez quiere
precisar este punto con toda exactitud. Otros, como Vzquez, haban
dicho que la ley natural no es ley en sentido estricto, porque el acto oblgante de la voluntad de Dios no est necesariamente nclusdo en una ley
que es meramente indicativa. no preceptiva, que slo bajo la forma de
un juicio de razn dice que ciertos actos son buenos o malos e intrnsecamente tales porque convienen o disconvienen a la naturaleza racional
de! hombre. Por tanto n es necesario, al parecer. un acto preceptivo de
Dios para la ley natural que tiene como principio suyo suficiente la misma naturaleza racional humana. Otros contemporneos de Surez haban
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HEINRICH ROMMEN
v
El concepto de soberana, uno de los ms importantes y de los ms
problemticos de la teora estatal tiene una larga historia. Formalmente
significa "suprema potestas" y ha sido siempre referido a la facultad
legislativa, como tambin al "ius vitae ac necs" (Derecho penal) y al
..[us belli et pacis". La supremaca, la soberana, dice siempre relacin
a una colectividad, a un orden entre personas (si exceptuamos la soberana de Dios). La persona individual no es suprema en la vida monstica en el mismo sentido en que lo es la autoridad poltica en el Estado.
Tampoco es soberano e! "pater familias". Porque la soberana implica
"juris-dictio", determinacin de la ley y del derecho. Es distintivo peculiar de la autoridad pblica de una sociedad perfecta, una consecuencia necesaria de su auto-suficiencia, la relativa autonoma de limites de
esta ltima. Por esta razn en la Iglesia, sociedad perfecta espiritual,
10
Este escamoteo de la famosa clusula: "Etsi Dcus non daretur", no ha de ser
criticada con el argumento del ateo que observa la ley natural, es decir. que psicolgicamente esta obligacin no necesita estar presente en todas las circunstancias en
el entcndimento concreto. Mas filosficamente, Surez parece bien estar en lo justo
cuando arqumcnta que el Dios legislador es una parte esencial de la idea de la ley
natural como principio de la obligacin.
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Cetholtc Thouqht,
ROMMEN:
Statc in
502
10
Cul es, por tanto, e! campo propio del poder soberano ,del Estado?
El bien comn (poltico]. la "felicitas externa poltica". Estn, pues, excludas de la soberana todas aquellas materias que caen bajo la jurisdiccin
igualmente soberana del Papa. El Estado no tiene jurisdiccin originaria
en la esfera del Derecho cannico. Cualquier jurisdiccn que l pueda
tener, por ejemplo, la designacin para cargos eclesisticos, le viene a l
por una formal concesin libre, por un libre consentimiento del Papa.
Adems, el bien comn es la "felicitas externa". Consiguientemente, la
soberana alcanza slo a los actos externos, 1!10 a los actos internos del
hombre. La ley humana ha de quedar satisfecha con el "ut fat hoc". no
impera "hoc propter illud Her". Pues la ley humana, es decir, e! soberano,
no tiene poder para prescribir todos los actos buenos, todas las virtudes,
sino solamente aquellos que son necesarios para su fin, la "felicitas externa", la "qubernatio" externa (De Leg.. Il l, 29, 7 y ss.}. En tercer lugar.
e! bien comn es la "felicitas poltica". Esta toca al hombre como ciudadano, no como ser religioso, como miembro de una Iglesia; no penetra en
la "ultima soltudo" de su ntima vida personal, para usar una expresiva
locucin de Escoto. Surez distingue con ms agudeza que muchos de sus
predecesores y contemporneos esta esfera de la vida monstica de lapersona que hoy est legalmente comprendida en varios artculos de! moderno cdigo de derechos o en los famosos derechos de la Declaracin Americana de la independencia en orden a la vida, a la libertad y a la prosecucin de la felicidad. As se expresa Surez: la "Felicitas hornns" puede
significar la felicidad de esta vida o de la futura, las cuales se pueden
subdividir seqm el orden natural o sobrenatural. Ahora bien. al Estado
no le incumbe ni la felicidad espiritual en esta vida ni la felicidad eterna
en el otro mundo, ni siquiera, de suyo, la felicidad natural en la vida futura, ni aun, precisando ms, la propia felicidad natural de esta vida en
cuanto sta toca al hombre individuo como una "particulars persona".
(De Leg. IlI, c. 11, n. 4 y ss.). La soberana 1110 penetra en la esfera verdaderamente personal, porque el fin de la persona trasciende el "status"
de la vida poltica. Slo como miembro, es decir, no "totalter", es el hombre abarcado por el Estado, ni en su vida espiritual est subordinado al
Estado. El hombre vive en varios diferentes "status" y a cada 111110 de
ellos est vinculada una determinada "potestas": el poder de la autodeterminacin de la persona, el poder del pater-Iamlas en la "vita oeconomica" y el poder estatal en la "vita poltica". Este ltimo no se ordena
directamente ni tiene por qu interferir con la "vita oeconornica", y si lo
hace es slo en la medida en que con tal intervencin se protege o se promueve objetivamente el bien comn. Surez distingue siempre cuidadosamente al hombre como persona privada y como miembro de la comunidad poltica y concede gran atencin a lo que hoy denominamos la esfera libre de la persona. En numerosas discusiones bien ponderadas Surez seala los lmites ide la autoridad civil. Ms aI!1, toda limitacin de
la soberana es positivamente una concesin de libertad a la propia actvidad de la persona. a la libre independiente organizacin de la familia
y a la autonoma, de propoqobierno, de las varias asociaciones libres de
personas y familias reunidas en un inters coordinado. para procurarse
11
503 *
parciales bienes comunes suyos de anden vocacional, educacional o culrural. Con idntica direccin se destaca e! uso frecuente de! verbo "drgere" en vez de "imperare", y especialmente la doctrina de que la esencia
de la "lex" es "praecepturn comrnune", como se not anteriormente. Tiene
el mismo fundamento la opinin de Surez de. que e! "prvilequm" es
"lex" porque es slo justificable si es demandado por el bien comn, y su
denegacin de cualquier derecho absoluto de lo que hoy se llama "inters
vestido". Igualmente debe ser aqu de nuevo subrayada su doctrina de
que la esclavitud se da meramente "jure humano", que no se basa ni en
la naturaleza ni en la ley natural (la as llamada ley natural negativa),
ni en el "ius gentium"; as como su repetida tesis de que la libertad es
natural al hombre y constituye su mayor perfeccin. (De op., 6 dier., I. 5,
c. 7, n. 10). Si en todo caso se ha de aceptar la distincin de ley natural
positiva y negativa (permisiva), la libertad es de ley natural positiva,
porque la misma naturaleza da al hombre el dominio de su libertad (De
Leg .. JI. c. 9).
Con todos los respetos a la dignidad y a la supremaca de! bien cornn, Surez nunca omitir e! subrayar que existe una intrnseca nterdependencia entre el bien comn y e! bien particular personal o privado
de los ciudadanos como "singulares personae", en e! sentido de una Funcin mutua complementaria, en una coordinacin solidaria; no una mera
subordinacin radical de! bien privado al comn, porque e! ltimo "consurqt", como Surez atinadamente asienta, de los bienes particulares de
las personas individuales. As el Estado es en un sentido "conditio sine
qua non" de la perfeccin personal. y en otro asume un carcter de servicio en orden a sus trascendentales fines. La idea de un Estado "maxmsta" por el patrn socialista o el totalitario es tan inconciliablemente ajena
de Surez como la idea liberal de un Estado "minimista" de! "laisser-Iaire",
Una investigacin sobre e! concepto de soberana en: un autor ha de
tomar tambin en consideracin la respuesta a la cuestin candente de
si e! legislador, el soberano, est Iqado por sus propias leyes o es un
"leqbus solutus". Estn desde luego fuera de discusin las leyes que son
en su esencia meras declaraciones de la ley natural, porque de ellas no
puede darse ninguna dispensa por ley positiva o por la voluntad del soberano. Las "leqes'' que entran en cuestin son consiguientemente las "leqes humanae" en sentido estricto; precisando ms: son las leyes que son
comunes, es decir, para los que estn en autoridad como para los sbditos. De stas dice Surez. como todos los dems telogos y filsofos. que
obligan a la autoridad soberana. La principal razn para Surez es que
Dios. como creador de la naturaleza humana, no slo da, medatamente.
al legislador humano un poder abstracto 'de legislar, sino que le da poder
con obligacin universal para todos los que forman e! Estado, a saber: los
ciudadanos y la autoridad; aade adems que esta obligacin, bien que
en su raz es de derecho natural. tambin es de derecho positivo, es decir,
el soberano est tambin directamente liqado por su propia ley. "Patere
legem quarn ipse tulers". Porque en ltimo trmino se ha de decir con
Aristteles que la leyes soberana, debe regir en el Estado (De Leq., H,
e. 35). Otra razn para estar obligada la autoridad por su propia ley es
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HEINR1CH ROl\lMEN
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LA FILOSOFh ]U1'.J1!CA
POLTICA DE
suAra:z
tera. La nica causa de la legitimidad constitucional es as, pues, la actual realizacin del bien comn "hic et nunc".
Aqu, en filos-ofa poltica, el "voluntarismo" de Surez, su delicada
valoracin de la realidad, histrica individuaLes en verdad fructfera.
Carecen de fundamento todos los conatos (como lo han intentado Gercke, Windelband, Gotheim) de deducir la doctrina de Surez sobre el
origen del Estado y la teora poltica en la forma del "pactum" o "consensus" y la teora del traspaso de autoridad, de bases depresivas para
l Estado prenunciadoras de la teora anrquica del contrato social de
Rousseau. (Cfr. mi "State", p. 450, 419, Y para Gotheil1l Gundlach:
Soz .. p. 64, notas.)
VII
Surez seal el "consensus", es decir, los actos libres de los que se
unen en un "singulare corpus politicum" como el factor que da existencia e individualidad a este Estado "histrico"; aun en la medida que
"el" Estado es natural, y aquel consentimiento est impulsado por la
natural inclinacin de la naturaleza social del hombre, la intervencin
de los actos libres distinguen el estado de los hombres como organismo
moral de todos los estados animales, y la teora de Surez est tan lejos de Rousseau cmo de las de la "escuela organicista-biolgica". Igualmente se aparta de la concepcin d~ De Mastre. quien "historiciz" en
exceso al designar como factor del Estado individuo el destino nacional
providencialmente dirigido, con exclusin de los actos libres de los hombres en la formacin d el Estado.
En su doctrina del "[us gentium", Surez sigue una lnea parecida.
La comunidad: de naciones, es decir, el gnero humano, es una "quasrespublca", dice con Vitoria. Tiene, pues, su particular derecho, como
tiene su particular bien comn. Aunque los diferentes Estados en que
se divide el gnero humano constituyen agrupaciones sociales perfectas, son con todo al mismo tiempo miembros de una comunidad de naciones en razn de la comn naturaleza humana de sus ciudadanos, y esto
por necesidad moral, mutua interdependencia y en atencin a la perfeccin de la naturaleza social. Es esto una consecuencia lgica de la
naturaleza social y es reconocido por la razn natural. Ms todava: en
orden a concretar esta idea, u necesaria la intervencin de los actos
libres humanos baj la forma de leyes positivas introducidas por la costumbre y aprobadas por un "quasi-Ioedus'' 0 un convenio. El orden
ideal tuvo que ser individuado histricamente en este orden positivo del
derecho de gentes. Surez abandon el antiguo concepto del "[us gentum". herencia del Derecho romano y adoptado por los escolsticos, segn el cual aqul contiene prescripciones en materia de leyes e instituciones legales, que por ser conclusiones, ms remotas acaso, de los principios de la ley natural, son comunes a todas o casi todas las naciones;
de manera que son, en la forma, leyes positivas de las varias naciones,
y en el contenido. conclusiones necesarias del derecho natural. 'Tam-
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HEINRICH ROMMEN
14
poco utiliza grandemente Surez la idea die que es alqo intermedio entre
el "jus naturale" y las instituciones del "jus cvile" de las naciones individuales, porque muchas veces tales instituciones, como las 'varias clases de esclavitud o la institucin de la propiedad privada, son inclu das
en aquellas ltimas; y as quedan, en cuanto a su materia, como derecho
natural; pero en cuanto a su forma, derecho positivo. (Cfr. Summe Theol.,
1,11, q. 95, a. 4; la ley positiva se divide en "jus civile" y "jus gentium.)
Surez no quiere que se denominen materialmente pertenecientes o derivadas de la ley natural las formas de gobierno mi las diversas clases de
esclavitud; todo eso es derecho humano histrico y positivo. Por otra parte la institucin de la propiedad privada que escritores antiguos hicieron
una institucin del "jus gentium". por consiguiente no plenamente de derecho natural, Surez, dstnqundola del orden positivo del derecho de
propiedad (por ej., el feudal, o capitalista, o social-comunista}, la reconoce como de derecho natural coma lo hace Len XIII en la "Rerum Novarurn" siguiendo aqu a Surez. (Surez rara vez menciona la antigua
distincin de ley natural primaria y secundaria que sirvi a otro propsito
para la solucin de ciertos problemas teolgicos, tales como la explicacin
de la esclavitud.)
Surez llega consiguientemente a la conclusin de que lo que hasta
entonces se asignaba al concepto de "jus gentium", o bien pertenece al
derecho natural o contiene, estrictamente hablando, instituciones legales
comunes casi todos los pueblos, como el derecho contractual, o es materia del derecho convencional consuetudinario o expresamente establecido
entre las naciones, es decir, el "jus gentium strictissime .dctum ": derecho
pblico de las naciones que regula la comunidad de las naciones, establecido por un "quas-Ioedus", ya mediante un tcito convenio, ya por explcito y formal asentimiento, ya en la forma de aquellos actos positivos que
constituyen el derecho consuetudinario. Descansa sobre la autoridad de
todos los miembros de la comundad de las naciones y no puede ser cambiado, por consiguiente, unilateralmente, sino slo por el consentimiento
de todos. Tengo para m que es ste uno de los mayores mritos de Su rez: el haber distinguido el "jus gentium publcum" de todas las otras clases de derecho positivo, y puede bien por ello, ms que ningn otro. ser
llamado padre .del derecho internacional.
Habr cado Surez, al desenvolver este concepto del "jus gentium
strictissimedictum" en la errnea opinin de que es sta la nica ley que
rige la comunidad de las naciones? En modo alguno. Est comunidad es
regida. al igual que cualquiera otra, por el derecho natural, porque este
derecho rige la comunidad del gnero humano y cada una de sus individuales personas. As, pues. las fuentes del derecho internacional son: el
derecho natural, el derecho imternacional consuetudinario y el derecho
convencional; los dos ltimos como derecho positivo en su forma, es decir.
establecidos. siempre "nstqante natura", por actos histricos de los miembros individuales y aceptados por todos bajo la forma de tcito consentimiento o bien en explcitos tratados y convenios. Esto ofrece. entre otras
circunstamcias. la favorable consecuencia de que la guerra, por ejemplo.
slo puede ser una parte del derecho internacional positivo en su forma
507
* * *
El homenaje querantos juristas y filsofos tericos del Estado han
rendido en el pasado al gran hijo de Espaa, al humilde miembro de la
Compaia de Jess, al profundo y fiel, bien que independiente. idiscpulo
de Santo Toms, es un homenaje bien merecido, como lo es el homenaje
y profunda veneracin de la que son slo plida expresin las pginas
precedentes.
HEINRICH ROMMEN
(Traductor; Dr. A. Cane.)
13
Cfr. mi Steatslchre des Frene Surez, 1927, IH, 2. Todo lo que se ha publicado desde entonces en torno a la critica de la posicin de Surez 'no me ha llegado
a convencer de ningn error de fondo en el razonamiento suarecano. Cfr. tambin
The punitivc tlJar, por E. HULA, "Thouqht", 1946, Nueva York, Fordham University
Press,