La ecuanimidad no es indiferencia sino un estado de equilibrio emocional que permite reaccionar de manera no apresurada o extrema a los estímulos. Entrenar la ecuanimidad a través de la meditación zen no suprime las emociones sino que permite relacionarse con ellas de forma más libre y sana. La ecuanimidad implica no apegarse ni rechazar, sino contemplar los impulsos y deseos con tranquilidad para aceptar que todo cambia.
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La ecuanimidad no es indiferencia sino un estado de equilibrio emocional que permite reaccionar de manera no apresurada o extrema a los estímulos. Entrenar la ecuanimidad a través de la meditación zen no suprime las emociones sino que permite relacionarse con ellas de forma más libre y sana. La ecuanimidad implica no apegarse ni rechazar, sino contemplar los impulsos y deseos con tranquilidad para aceptar que todo cambia.
La ecuanimidad no es indiferencia sino un estado de equilibrio emocional que permite reaccionar de manera no apresurada o extrema a los estímulos. Entrenar la ecuanimidad a través de la meditación zen no suprime las emociones sino que permite relacionarse con ellas de forma más libre y sana. La ecuanimidad implica no apegarse ni rechazar, sino contemplar los impulsos y deseos con tranquilidad para aceptar que todo cambia.
La ecuanimidad no es indiferencia sino un estado de equilibrio emocional que permite reaccionar de manera no apresurada o extrema a los estímulos. Entrenar la ecuanimidad a través de la meditación zen no suprime las emociones sino que permite relacionarse con ellas de forma más libre y sana. La ecuanimidad implica no apegarse ni rechazar, sino contemplar los impulsos y deseos con tranquilidad para aceptar que todo cambia.
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Ecuanimidad no es indiferencia
Algunas personas confunden el estado de ecuanimidad emocional con el de
indiferencia cuando, en realidad, se trata de dos actitudes completamente distintas. La indiferencia impide una captacin clara del estmulo, ya que al haber sido clasificado de poco importante, la atencin no se enfoca sobre l. Por lo tanto, tampoco hay reaccin. Lo indiferente no nos hace reaccionar. Por el contrario, la ecuanimidad no es ausencia de reaccin. Lo que la ecuanimidad hace es impedir una reaccin apresurada, automtica y ciega. La ecuanimidad proporciona al sistema nervioso un mecanismo de verificacin y un sistema de autorregulacin que impide respuestas extremas y poco adapatadas a la realidad. Este estado de ecuanimidad generado por la meditacin zen no es de ninguna manera una falta de actividad emocional, sino un estado de equilibrio entre los dos polos opuestos de toda actividad emocional. Dokush Villalba (2007) Entrenar la ecuanimidad no suprime tus emociones, sino que te permite relacionarte con ellas de una manera ms libre y sana. ---------------------------------------------------------------------------------------------No rechazo, no apego, no indiferencia. Qu significa esto? Se entiende como ecuanimidad a la prctica del equilibrio emocional. Los humanos somos como funambulistas de circo, tratando de mantenernos erguidos y estables sobre el cordel de la mente (pensamiento, emociones, sensaciones) El meditador tiene en cuenta que los tres venenos (avidez, odio e ignorancia) son simples contaminaciones mentales que surgen de una mente inestable. Dnde est el secreto de la ecuanimidad? Ante nuestros propios ojos: es una cuestin de prctica continuada. Si estamos demasiado cerca de lo que est aconteciendo ante nosotros, nos podremos quemar; si estamos demasiado lejos, lo podremos perder. Apego y rechazo son dos movimientos emocionales condicionados e inconscientes, a veces, impulsados por instintos muy primitivos que an se manifiestan en nosotros. Por ello, se trata de contemplar tranquilamente cada uno de nuestros impulsos y deseos en cada rea de la vida. Veremos as que aquello que observamos, se manifiesta a veces como gozo y en otras ocasiones como fracaso; a veces como ganancia, a veces como prdida. Ya dijo Dgen zenji: Aunque ames la flores, stas terminan por marchitarse; aunque las odies, las malas hierbas, crecen. Les propongo que tomen como punto de partida, como hiptesis de trabajo, la experiencia de anatt (en pi:), esto es, la ausencia de identidad personal (Insustancialidad. No-yo. Carencia de un yo perdurable. Carencia de una existencia intrnseca) algo que ya realiz el mismo Budha, como bien
sabemos, otro ser humano, idntico a cualquiera de nosotros, que tambin
deambulaba entre sus idas y venidas. No es un dios para adorar, sino un orientador de la experiencia despierta. Otra de las claves de esta prctica de la ecuanimidad pasa por admitir la realidad de la impermanencia. Evidentemente, nos resistimos a ello, pero no nos queda otra salida, ms bien, es la nica alternativa que tenemos, si realmente queremos ser felices dentro de este universo en constante mutacin. Ya dijo Shakespeare: "Estamos hechos de la misma materia que los sueos y nuestra pequea vida termina durmiendo." Sin embargo, las resistencias forman parte del yo condicionado, son la herramienta ms poderosa que tiene el ego para perpetuarse a s mismo. Las resistencias, expresadas en sus ms variadas formas, son contrarias a la prctica de la ecuanimidad. Cualquier tipo de fijaciones no hacen ms que entorpecer el dinamismo natural de la vida. Por el contrario, si somos capaces de practicar la ecuanimidad en la que todo es visto y aceptado tal cual es, estaremos mucho ms cerca de sentirnos bien y mejor a cada instante. Se trata de aprender a fluir y adaptarse. Mantenemos una actitud de vigilancia relajada de nuestras pasiones-emociones y observamos el oleaje (a veces suave, a veces intenso) que entretiene nuestro corazn. Para que el equilibrio tenga lugar, el meditador no se detiene en ningn contenido, no alimenta la experiencia agradable o deleitosa, por mucho que sea sublime, no juzga bajo bien y mal, ni tampoco el rechazo, el rencor o la ira por mucho que surjan con fuerza. Ni tampoco la indiferencia, que es una emocin aunque no lo parezca. El practicante no se detiene. Si lo hace, caer, as caiga del lado de la luz o de la sombra. Es decir, as experimente estados placenteros o dolorosos. No obstante cuando caemos, lo reconocemos y sencillamente aceptamos (paciencia) que hemos cado, y sin orgullo ni humillacin nos levantamos y seguimos caminando por el cordel. Si te caes siete veces, levntate ocho. Cuando un ser humano se adiestra en esta prctica y se mantiene en equilibrio sobre el cordel de la mente, experimenta la emocin de la pura libertad, esto es, la ecuanimidad. La ecuanimidad es la sonrisa misteriosa que nos nace del fondo del ser cuando todo se ha perdido y seguimos caminando, no nos detenemos, hay otras vivencias que vivir. Fluir y adaptarse, una excelente receta para ser feliz. Esta emocionalidad sublime implica un grado de presencia y de observacin, de desidentificacin de todo lo que surge. Parafraseando al poeta Rumi: El sufismo es un sentimiento de enorme felicidad despus de una enorme decepcin. Upekkh es ver con imparcialidad que no es lo mismo que con suma frialdad. Es estar en el medio, no caer en el extremo del apego o deseo o caer en el extremo del odio o resentimiento. Vemos y observamos las cosas tal cual son desde el eje de la prctica, desde una distancia prudencial que nos permite
relacionarnos plenamente sin generar apegos, rechazos o indiferencias. No
posicionarse ni a favor ni en contra de nada ni de nadie, sino simplemente atestiguarlo. Mirar con calma, anotar sin prisas. Esta es la llave de la felicidad de todos los seres. Conclusin El Zen es una prctica integral y equilibrada de todas las vivencias a travs de las cuales podemos experimentar una sanacin absoluta de lo que somos y del qu y cmo lo estamos haciendo. Este es el camino de la luz donde caben todos los seres vivientes. Tienen la puerta abierta. Un paso adelante. Ahora. Denk Mesa Julio 2011