Introduccion y Conclusion

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1.

INTRODUCCIN (razonar la eleccin del libro)


La eleccin de este libro se bas sobre todo en dos factores: el primero, mi gusto personal
por la narrativa sudamericana, que redujo mi lista de opciones a dos: Ojos de perro
azul y La fiesta del Chivo. Acababa de leer Vivir para contarla, de Gabriel Garca Mrquez,
por lo que decid variar de autor y optar por el segundo.
Adems, ped opinin a mis padres, cosa que hago cada vez que debo elegir una lectura,
pues su gusto generalmente coincide con el mo. Opinaron que era una buena eleccin,
por lo que no lo pens ms.
A pesar de las recomendaciones, careca de informacin sobre el tema de la novela, y no
investigu demasiado porque creo que as siempre se mantiene por completo el misterio
de las obras. Y puesto que no posea una idea predeterminada de ella, no puedo decir que
me haya decepcionado o que haya satisfecho mis expectativas.
S es cierto que empec a leer con mucho entusiasmo, y que al principio me atrajo mucho
la historia y la forma de ser contada. Sin embargo, mis sensaciones variaron a medida que
continuaba la lectura. Hacia la mitad del libro haba partes que no lograban captar mi
atencin, quizs porque eran demasiado lentas, o demasiado detallistas en cuanto a
nombres, fechas y acontecimientos histricos. Los captulos finales, por otra parte, me
aterraron por el detalle con el que narra las torturas y el dolor de los prisioneros y la
humillacin de la nia Urania. Creo que estas descripciones me impidieron disfrutar
plenamente de la lectura mientras duraron los captulos que las recogen.
Me ha sorprendido la manera en que est estructurada la historia y el desarrollo de la
accin; me parece una tcnica original y atractiva, con mucho mrito por la complejidad de
la misma.
A pesar de los defectos que he encontrado, mi opinin sobre este libro es excelente, pues
creo que se trata de una buena novela, creada por un buen escritor.
2. ARGUMENTO
En el libro se narran nueve historias; nueve vidas marcadas por una nica figura: el
dictador dominicano Rafael Lenidas Trujillo.
Slo una est contada desde el presente: la de Urania Cabral, hija del ex-senador Agustn
Cabral cado en desgracia en los ltimos das del rgimen. Cuando sali de la Repblica
Dominicana, Urania era apenas una nia de catorce aos. Ahora vuelve sin una razn
clara, convertida en una mujer madura, fra, con una aversin profunda a los hombres y
centrada nicamente en un trabajo que no le apasiona: Mira que si, despus de todos
estos aos, descubres que, debajo de tu cabecita voluntariosa, ordenada, impermeable al
desaliento, detrs de esa fortaleza que te admiran y envidian, tienes un corazoncito tierno,
asustadizo, lacerado, sentimental. Se echa a rer. Basta de boberas, muchacha. (pg.
12).
Ya no siente ni siquiera odio por su padre, aquel hombre que la entreg al general Trujillo
en un ltimo intento desesperado de volver a conseguir sus favores. No siente odio, pero
tampoco es capaz de sentir nada ms. Nunca ha amado a nadie, no experimenta ni
nostalgia ni alegra al volver a su pas de origen, al entrar de nuevo en la casa de su

infancia; ignora la ternura mientras sus tas y primas lloran al verla despus de tantos
aos: S, s, ya s, tienen problemas, apuros, decepciones. Pero tambin, una familia, una
pareja, hijos, parientes, un pas. Esas cosas llenan la vida. A m, pap y Su Excelencia me
volvieron un desierto. (pg. 513).
Cuando encuentra a su padre viejo e invlido, se sienta indiferente a su lado y comienza a
recordar sus ltimos aos de carrera. De vez en cuando le echa en cara los errores
cometidos, escarba en los recuerdos ms dolorosos, sin que el pobre enfermo que se
estremece en su silln le produzca ni un atisbo de piedad.
Con los captulos de los recuerdos de Urania se entremezcla el resto de las historias,
todas ms antiguas, de la poca en la que ella huy a Estados Unidos.
El Generalsimo, causante de todas las desgracias acaecidas en el libro, pasa sus ltimas
semanas luchando con los problemas que atosigan al pas: las malas relaciones con el
resto del mundo (EEUU, Cuba y los comunistas, la Iglesia...), los eternos conspiradores
que traicionan a su propia patria, el cuidado de las relaciones con sus hombres de
confianza para que ninguno se sienta desatendido. Todo envenenado por la conciencia de
los primeros sntomas de vejez que le manchan los pantalones y que le humillaron delante
de la nia Uranita Cabral. En el camino a la Casa de Caoba, a donde se dirige para
demostrarle a su propia hombra que todava era capaz de todo, le esperan impacientes
varios hombres repartidos en dos coches. Es el grupo de conjurados que acabar con la
Bestia: Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhal, Antonio Imbert, Pedro Livio
Cerdeo??, Amadito y otros pocos ms. Cada uno tiene un motivo particular para estar all:
A Antonio de la Maza le roe el ansia de venganza por la muerte de su hermano. Desde que
Tavito fue asesinado, slo tiene un objetivo en la vida: matar a Trujillo. Esa idea se ha
convertido en una obsesin que le volvi violento, irritable; una obsesin que le ahoga:
Vendra? S, vendra. Y cesara el largo calvario que haba sido la vida de Antonio desde
la muerte de Tavito. (pg. 103)
El teniente Amado Garca Guerrero, Amadito, fue un ciego fiel de Trujillo hasta los
veintinueve aos. Fue entonces cuando comprendi la verdadera realidad del rgimen; le
impidieron casarse con la mujer amada por el hermano comunista de ella. Lo acept como
sacrificio a su Jefe. Despus de despedirse de su novia, le engaaron para que matara al
hermano. Le atormenta desde entonces aquel recuerdo, y quiere hacer pagar al verdadero
culpable.
El sentimiento de Antonio Imbert es menos individualista que el de sus compaeros. l
busca ante todo la liberacin de su pas, del pueblo dominicano de la opresin de "la
Bestia". sin embargo, tambin Antonio Imbert tiene, en cierto modo, alguien a quin
vengar: las hermanas Mirabal, activistas del Movimiento 14 de Junio. Su asesinato las
convirti en un smbolo de la lucha contra el trujillismo, y en ellas se inspira el ex-militar.
Para Salvador Estrella Sadhal, la fe y la espiritualidad son los aspectos ms importantes
de la vida, sin los que es incapaz de pasar. Profundamente catlico, al Turco le mueven los
mandatos de la Iglesia. Siempre tuvo dudas con respecto al rgimen, pero desde que el 25
de enero de 1960 el episcopado proclam abiertamente su oposicin a ste en la Carta
Pastoral y los obispos e iglesias comenzaron a sufrir maltratos, decidi que Dios aprobara
la solucin de acabar con el tirano. El suyo es un sentimiento liberador del pueblo, siente
que va a realizar una gran obra para la humanidad: Le rog que Trujillo viniera, que su
infinita gracia permitiera que ejecutaran de una vez al verdugo de los dominicanos, esa
Bestia que ahora se encarnizaba contra la Iglesia y sus pastores. (pg. 237).
Aparentemente, Pedro Livio Cerdea es un hombre de mal carcter, violento e impulsivo.
Pero en el fondo tiene un buen corazn, sensible e incluso a veces tierno: "Pobre Olga! El

embarazo le daba antojitos. La impresin le hara perder el bebe? No, Dios mo. ste
sera la hembrita que hara pareja con Luis Mariano, hijito de dos aos." (pg. 315).
Administra una de las empresas de la familia Trujillo. Tiene una buena situacin
econmica, una mujer embarazada y un hijo de dos aos; para el exterior, es un trujillista
sin motivo aparente para ir contra el rgimen. Sin embargo, la noticia del asesinato de las
hermanas Mirabal, a quienes no conoca personalmente, abri una profunda herida en su
interior y le convenci de los lmites a los que se estaba llegando. Desde entonces desea,
como Salvador Estrella, acabar con el sufrimiento de su patria de la nica manera posible:
matando a la Bestia.
El plan ha tenido xito, ya se ha producido el tiroteo y Trujillo est muerto. El general Jos
Ren Romn, jefe de las fuerzas armadas de la Repblica Dominicana debe preparar a los
militares y tomar el poder por la fuerza. Sin embargo, la fuerza dominante que ejerce
Trujillo en el general Romn, incluso despus de muerto, le impiden llevar a cabo su
misin. El coronel Abbes Garca, mano derecha del Benefactor, toma el control de la
situacin. Romn comienza a actuar al contrario de lo planeado, como inconsciente: ya no
hay vuelta atrs, todo ha fracasado. Su estado de confusin slo termina cuando es
detenido por la polica trujillista y llevado a la crcel para someterle a torturas inhumanas.
Cuando ya es incapaz de sentir ms dolor, entonces le dejan morir.
Ese mismo final es el que les espera a los dems conjurados y a sus familias. Antonio de
la Maza, Amadito, Pedro Livio, Salvador Estrella y Juan Toms Daz mueren, bien en la
huda desesperada, bien ajusticiados despus de meses de torturas.
Durante estos meses, Agustn Balaguer, el hasta entonces insignificante presidente
fantoche, consigue discretamente llenar el vaco que deja la muerte, y poco a poco, ir
ganando el poder de un verdadero presidente de Estado. Siempre sereno, calculador,
inocente en apariencia, logra echar a los hermanos de Trujillo del pas y comenzar a
instaurar una democracia. Y para demostrarlo al mundo exterior, recibe con todos los
honores a los dos nicos fugitivos que sobreviven tras un largo encierro: el doctor Amiama,
y Antonio Imbert.
3. LENGUA Y ESTILO
El decoro lingstico se observa sobre todo en los dilogos, que se adaptan perfectamente
a cada personaje y situacin. Por ejemplo, las conversaciones entre Antonio de la Maza y
sus compaeros durante la espera en los coches estn plagadas de repeticiones y
expresiones vulgares que reflejan la impaciencia y los nervios del momento.
-Vendr - repuso al instante Amadito, con impaciencia - se ha puesto el uniforme verde
oliva. Los ayudantes militares recibieron la orden de tenerle listo el Chevrolet azul. Por
qu no me creen? Vendr. (Pg. 40)
-No s por qu- insisti el teniente-. Pero, ir. Se ha puesto el uniforme verde oliva. Ha
ordenado el Chevrolet azul. Ir. (Pg. 41)
Asimismo, durante el tiroteo, y ms tarde, cuando huye cada uno por su camino, se nos
transmite la tensin y la angustia por medio de exclamaciones, tacos y expresiones muy
coloquiales, tpicas del espaol dominicano.
-Para, para! -ruga Antonio de la Maza-. Da riversa, coo! (Pg. 250)
... y alcanz a or a un exultante Antonio de la Maza - Ya este guaraguao no come ms
pollo... (Pg. 311)

-Que se vayan al carajo -dijo Amadito-. Que me maten. El Chivo est tieso y no lo van a
resucitar. Tu no te preocupes, mi hermano. (Pg. 358)
Las conversaciones que mantiene el general Trujillo con sus subordinados, sin embargo,
mantienen un tono correcto y respetuoso, incluyendo todas las formalidades posibles;
asegura as las distancias necesarias para crear a su alrededor una atmsfera de
grandeza que nadie osa invadir.
A algunos interlocutores se dirige de usted y a otros de t, obedeciendo al grado de
confianza o de respeto que le merezcan. A l, por el contrario, todos le llaman de usted,
aadiendo apelativos como Su Excelencia, o Jefe.
Trujillo: -Insiste usted en sacar al obispo Reilly del Colegio Santo Domingo -murmur-.
Sintese, srvase caf.
-Me permite usted, Excelencia? (Pg. 79)
Este decoro lingstico se observa no slo en los dilogos sino en el resto de la narracin,
ya que se basa siempre en los pensamientos de cada personaje. As pues, el registro de
Trujillo vara considerablemente de lo que pasa por su mente a lo que pronuncia. Cuando
leyendo su pensamiento, nos encontramos a menudo con adjetivos despectivos y
expresiones vulgares que omite a la hora de hablar: No tena huevos para eso. (pg. 29);
... una familia de parsitos, intiles, badulaques y pobres diablos... (pg. 229)
El registro de Balaguer por el contrario, es formal, sobrio, reflejo de su personalidad
calmada y calculadora.
Urania Cabral tambin utiliza un registro correcto tanto en sus pensamientos como en sus
dilogos, introduciendo a menudo palabras procedentes del ingls, testigos de los largos
aos pasados en Estados Unidos: ... pese a que las sisters haban prohibido... (pg.
137); ... regresaban tan exhausta al dormitory... (pg. 201); ...para entregar los papers.
(pg. 201).
En cuanto a la sintaxis, aunque depende de la situacin narrada, las frases suelen ser
largas; predomina la subordinacin, pero hay ocasiones donde el autor quiere representar
la velocidad y el caos del pensamiento: entonces las oraciones son simples o coordinadas,
y muy cortas. Esto ocurre, por ejemplo, cuando Urania llega a la Repblica Dominicana y
experimenta sentimientos confusos e inseguros. Tambin cuando Pedro Livio es herido en
la pierna durante el tiroteo a Trujillo. Entonces, en un estado de semi-inconsciencia, el
dolor se mezcla con la alegra del xito y la incertidumbre del futuro. En este caso las
frases cortas reproducen el ritmo agnico de su mente: El ardor en el estmago y el brazo
haba disminuido. Se senta dbil y no intentaba hablar. Estaba lcido, entenda a
cabalidad lo que decan. (Pg. 313) 315- el bebe, antojitos
El libro tiene un lxico muy rico y variado, complicado a veces por el constante uso de
palabras y expresiones caractersticas del espaol latinoamericano. Otras complicaciones
vienen por ciertos trminos no necesariamente hispanoamericanos sino simplemente de
significado desconocido para m. El siguiente glosario incluye ambos tipos de trminos:
Azogados (pg. 80)
Absceso (pg. 79)
Catafalco (pg. 117)

Olgrafa (pg. 116)


Luctuosos (pg. 119)
Volquete (pg. 177)
Debacle (pg. 197)
Prngana (pg. 201)
Cocuyos (pg. 229)
Elucubrar (pg. 241)
Renqueando (pg. 266)
Ignaro (pg. 267)
Refocilndose (pg. 268)
Chapetones (pg. 295)
La narracin en La fiesta del Chivo tiene un lugar preferente sobre la descripcin. Slo
interesan las acciones, los sucesos, mientras que se obvian todos los detalles poco
decisivos. As pues, hay una gran abundancia de verbos, mientras que los adjetivos,
siempre especificativos, aparecen slo cuando son verdaderamente necesarios para la
historia.
El autor se introduce siempre en cada personaje, busca en sus recuerdos y narra la
historia desde su punto de vista. En la historia de Urania mantiene un estilo bien
diferenciado del resto del libro. Para acentuar el efecto de que nos encontramos en el
interior de su mente, combina, sobre todo al principio, verbos en tercera persona y en
segunda, como si hablara consigo misma o con su padre: Por ms que te conserves
mejor que otras (pg. 19); Tuviste suerte, pap (pg. 17).
En sus reflexiones antes y durante la visita a su padre, se dirige constantemente a l, por
lo que a veces no sabemos si piensa o le habla en voz alta. Intercala sus recuerdos con
los pensamientos sobre el futuro y la descripcin del presente, valindose para ello de
verbos en pretrito perfecto simple, presente, y condicional y fututo simple. Cuntas
veces paseaste entre ellos, pap? (pg. 17); Camina deprisa, reconociendo los hitos.
(pg. 16); Entrars y le preguntars a la enfermera por el invlido... (pg. 17).
Con los dems personajes e incluso con la misma Urania cuando comienza a hablar con
su ta y con sus primas, se pierde el uso de los verbos en segunda persona, lo que sita al
lector ms alejado de la accin. Los tiempos usados entonces, (exceptuando los de los
dilogos, que estn en presente) son slo los pretritos y los condicionales, debido quizs
a que pretende diferenciar los distintos planos de accin, y la nica historia que se
desarrolla en un presente ms cercano al nuestro es la de Urania.
4. CREACIN (introduccin de un nuevo personaje que cambie el desenlace)
Cuando se dirige a los ascensores, una figura femenina la intercepta. Es una seora de
edad indefinida, elegante, alta, con grandes ojos verdes, y una sonrisa de oreja a oreja que
le hace parecer la mujer ms dichosa del planeta:

Uranita? Urania Cabral? Uranita querida, no puedes ser t! Qu alegra encontrarte,


qu alegra! Pero no has cambiado nada, me parece increble... grita, con una felicidad
sincera y espontnea.
Urania se queda inmvil unos segundos, desconcertada, sin saber cmo reaccionar.
Quin es sta? Si no la hubiera llamado por su nombre, la habra despedido tomndola
por una loca vagabunda. La seora no se molesta por la indecisin de Urania:
Uranita querida, no me reconoces? Pero claro, yo s me volv vieja y gorda; t, sin
embargo, muchacha, ests estupenda! Soy Celia, no te acuerdas? Celita Martn, tu
amiga del colegio! Ahora s? sigui gritando, feliz, moviendo las manos.
Entonces Urania se fija en los ojos. Esos un verde intenso que slo ha visto en una
persona. No puede ser. Celia, su amada Celita se haba esfumado por completo de su
memoria. Era hija de un buen amigo de su pap, cul era su nombre? lvaro Martn,
claro. Se conocan desde el nacimiento, y haban ido juntas al Colegio Santo Domingo.
Fueron las mejores amigas durante tantos aos que Celia pas a formar parte de la
familia. Jugaban siempre con Lucindita y Manolita en la casa que acaba de dejar atrs.
Llegaron a compartirlo todo, Celia haba sido su hermana, cmo es posible que la
hubieras olvidado? Fue en la huda, Urania, dejaste atrs tantas cosas que jams volviste
a recordar! Tantas cosas, s, pero, a Celia? Debi ser un mecanismo de defensa, borrar
de tu mente aquellas cosas que te haran sufrir. Y funcion bien, sin duda. Jams habras
reconocido a tu amiga del alma si ella no te hubiera hablado. De repente, todas las
lgrimas que no haba llorado durante treinta y cinco aos le empaan los ojos
irremediablemente.
Pero Urania, qu te pasa? Ya me reconociste? Nena, has debido tener demasiadas
emociones en este viaje, me dijeron que pasaste aos sin volver. Pero clmate mi hija!
Ven ac, dame un abrazo, qu bueno encontrarte Uranita. le alarga los brazos y la
abraza con ternura, sin dejar de sonrer.
Tras unos instantes, Urania se separa de Celia, secndose las lgrimas con la mano.
Claro, Celia, claro que te reconozco, cmo no. Qu sorpresa, amiga, tantos aos.
dice, riendo.
Y dime Uranita, cundo te regresas a New York, tengo tantas cosas que contarte que no
me dar tiempo. Celia parece apresurada, impaciente por empezar a hablar.
Maana temprano, justo iba a hacer la maleta. Pero Celia, yo tambin quiero que me
cuentes muchas cosas, no podemos charlar un ratito ahora en algn sitio?
Urania siente que nunca haba dicho nada con tanto entusiasmo. Una ilusin desconocida
le dibuja una sonrisa infantil en la cara. Qu te est pasando, Urania? Ya sabes lo que te
ha costado ser fuerte, conseguir que nada te importe demasiado, no lo eches todo a
perder por una sensiblera. Se acomodan en un saloncito escondido del hotel, iluminado
con velas blancas y ocupado slo por una pareja de turistas acaramelados. Celia la
somete a un interrogatorio agotador. Con mucho esfuerzo, consigue sonsacarle la historia
de la noche con Su Excelencia. Ya la has contado una vez, qu ms da otra, Urania.
Adems, ahora puedes ahorrarte los detalles. Por fin termina y mira a Celia, que parece
sorprendida:
Por eso no regresaste nunca? Pero Urania, te crea ms valiente. por fin ha dejado
de sonrer, y quien se sorprende ahora es Urania. Muchacha, no fuiste la nica en pasar
por eso, sabes? Acaso no recuerdas aquellos meses que pas encerrada en casa, sin
ver a nadie, ni a mi pap? Ay Urania, ramos todava muy nias para darnos cuenta de

nada, y t ms que nadie. Pues parece que al Jefe le gustamos las del Colegio Santo
Domingo, porque a m tambin me mand llamar. Mi pap, claro, no se atrevi a negarse,
imagnate, a pesar de los llantos de mi mam. Y conmigo Su Excelencia s funcion, mi
hija, te lo aseguro. No lo pas mejor que t, y a la maana siguiente tambin quise
morirme. Me puse enferma, me met en mi cama y no sal en varios meses. Despus, mi
mam consigui enviarme a la casa de una amiga en Washington durante el verano, qu
raro que no te acuerdes, Uranita. hace una pausa, y Urania puede fijarse en los rasgos
de su cara, que aun serios, conservan siempre una luminosidad que en todo momento la
hacen parecer alegre.
Sigue hablando durante horas, y a medida que contina su historia le transmite una
energa que es incapaz de ignorar. Celia haba podido huir como ella, dejar atrs todo lo
que le perteneca y comenzar una vida vaca como la suya. Pero no lo hizo. Volvi a su
casa, se enfrent a su padre, le odi durante muchos aos y despus ya no. No se
encontr nunca ms con el Benefactor, aunque vivi temindolo hasta despus de muerto.
Y cuando creci, quiso estudiar en Estados Unidos, como t, Uranita, pues nunca te
olvid; as que se traslad a Washington sin que nadie hubiera conseguido arrebatarle la
ilusin de la vida.
Yo tambin tengo un trabajo all, pero regreso a cada rato, Urania. Siempre extrao las
cosas de ac, y a la gente. Por eso me compre una casita, nada especial, pero muy linda y
suficiente para mi marido y para m. Justo al lado de la de tu pap, la viste seguro.
Vendrs a visitarme, Uranita? Por favor, te llamar y vendrs a visitarme, s? Me dio
tanta alegra verte, muchacha!
En la puerta del ascensor se despiden con abrazos y lgrimas vergonzosas. Mientras sube
hacia la habitacin ya no reprime el llanto. Ya puedes llorar, Urania.
"Si Marianita me escribe, contestar a todas sus cartas. Y si Celia me llama, acudir
corriendo a visitarla", decide.
5. SUGERENCIAS Y CRTICA
La mayora de las personas que han ledo este libro lo han hecho por el prestigio del autor,
no porque tuvieran un gran inters en el tema de la dictadura de Trujillo. A casi todos les
parece una novela excelente, con una historia interesante y bien contada. Sin embargo,
coinciden en que la crudeza de algunas descripciones hace muy desagradables ciertos
captulos. Para otros, ah est el mrito de Vargas Llosa, en saber contar algo tan cruel
con tanta fidelidad.
Otro defecto que algunos encuentran es la lentitud de la accin en determinados
momentos. Se detiene demasiado en hechos de la poltica de la Repblica Dominicana
que no siempre captan el inters del lector, ya que es algo lejano a l.
Quienes no han ledo esta novela no parecen muy interesados al conocer el tema de la
misma, pues no tiene mucha relevancia en Espaa.
En general, las opiniones son muy buenas, aunque todos encuentran posibles mejoras.
CONCLUSION
Vargas Llosa nos ilustra magistralmente a travs de este relato la psicologa de los dictadores, pues
pienso que todos son parecidos; de una manera ntima en su esfera personal, presentndonos al
personaje como un ser humano ms, con sus debilidades y miedos; no como el semidios que le gustaba
representar de cara a la galera.
De paso Vargas Llosa nos muestra lo que sucede despus del y fueron felices y comieron perdices que

en este caso es la muerte del tirano. Momentos de incertidumbre, de intrigas polticas, luchas por la
supervivencia. La suerte de los conspiradores est ntimamente ligada a su habilidad para elegir sus
amistades. Tan slo dos escogieron bien: Amiama e Imbert. Efectivamente, es en la situaciones de
extremada gravedad cuando se descubre con quin podemos contar y cuando nos llevamos sorpresas,
agradables o desagradables.
La triste y desagradable historia de Uranita Cabral tiene dos vertientes: por un lado sirve de nexo entre el
pasado y el presente, entre lo que fue y lo que es. La narracin acaba de manera agridulce. Ha
conseguido Urania librarse de su tortura? Ha recobrado familia, pas, races? Por otro lado nos muestras
hasta qu grado de bajeza se puede caer cuando uno pierde la libertad sobre s mismo, pues Agustn
Cabral es y permanece un esclavo voluntario de Trujillo.
Treinta aos de dictadura son muchos aos y hacen mucho dao a un pas. Las maneras de la dictadura
se cuelan en el imaginario colectivo. La sociedad civil se aniquila. En Espaa bien o sabemos. Conseguir
remontar eso es extremadamente difcil. Cmo est la Republica Dominicana hoy en da? Desde la
muerte de Trujillo sufrieron varios golpes de estado, siguen sufriendo una clase poltica corrupta y su
crecimiento econmico no revierte en el bienestar de la poblacin. Una pena.

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