Capítulo 5 - La Conducta de Enfermedad - 2c Rodríguez-Marín

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,1

CAPiTULO 5

LA CONDUCfA DE ENFEI~MEDAD
,

De acuerdo con Mechanic (1978, 249), la "conducta de enfermedad" hace re-


ferencia a cualquier conducta relevante respecto de cualquier condici6n que cause
o pueda causar habitualmente que una persona se preocupe por sus sntomas y bus-
que ayuda.
En la conducta de enfermedad se pueden distinguir varias fases. As, por ejem-
plo, Suchman (1965) distingui cinco estadios: inicial (incluyendo la percepcin e
-
interpretacin de los sntomas), asuncin del papel de enfermo, bsqueda de asisten-
. cia, asuncin del papel de paciente, y recuperacin. Estos estadios pueden comple-
tarse incluyendo algunos aspectos sefialados por Mechanic (1978): las necesidades
I personales, los tratamientos disponibles-y su costo. Mechanic seala, asmismo, que
estos aspectos, incluyendo la percepcin e interpretacin de los sntomas, se pue-
; den considerar en dos niveles: el "definido por otros" y el "definido por uno mis-
mo". El nivel de "definido por. otros" se refiere a situaciones en las que los snto-
I mas del sujeto .son evaluados (y muchas, veces percibidos) por otras personas
importantes para l ("referentes significativos"). Es el caso ms frecuente cuando.
I se trata de nios enfermos. El nivel de "definido por uno mismo" se refiere a situa-
ciones en las que la persona percibe y evala sus propios-sntomas. La conducta de
I enfermedad se ve, pues, determinada por las influencias culturales y del aprendiza-
je social.
I

S.l. Percepcin e interpretacin de sntomas

previa al dictamen profesional.

mo sntomas de una alteracin de la salud, es un proceso complejo. Percibimos los


94 Psicologa social de la salud

acin ue hace-

.reales. En suma, la percepcin de sntomas es un proceso que depende de rnu tI-


-pIes tactores: '.
En primer lugar, depende de la naturaleza o tipo de los stntomas que const.Itu-
yen el factor fundamental para que las personas los tomen en cuenta o los conside-
ren nada ms que como una molestia simplemente (Lipowski, 1975). As, una he-
, morragia o un dolor agudo, es difcil que sean ignorados, mientras que un dol~r de
cabeza o una irritacin de la piel posiblemente no sern considerados como snto-
mas de enfermedad.
En segundo lugar, la percepcin de sntomas depende de las diferencias. indivi- ,
duales, que pueden deberse, por un lado, a factores biolgicos como, por ejemplo,
las posibles diferencias en "umbrales sensoriales". Como sabemos el umbral repre-
senta el valor del estmulo que el sujeto detecta o discrimina con un promedio sig-
nificativamente mayor que el azar, y depende de mltiples factores fisiolgicos, psi-
colgicos y tambin sociales (Guirao, 1980). Por ejemplo, aunque no hay un
acuerdo general, el umbral de percepcin del dolor puede variar entre diferentes
personas, y, desde luego, las personas difieren en el grado de dolor que son capaces
. de soportar antes de tomar un analgsico, por ejemplo (Karoly, 1985; Melzack y
, Wall, 1982). Las diferencias individuales pueden deberse tambin a factores de la
historia de-aprendizaje o a pautas cornportamentales, como las "diferencias aten-
cionales crnicas" (por ejemplo, personas que se "escuchan" mucho; personas en
situacin de aislamiento; con patrones de-conducta como Tipo A que suprimen la
fatiga cuando trabajan duro no percibiendo los sntomas; etc.) (Pennebaker, 1983).
En tercer lugar; la percepcin de los sntomas depende de factores situacionales.
Todos conocemos historias sobre soldados heridos en el fragor de la batalla que no,
sienten-ningn dolor, y no perciben que han sido heridos hasta que la accin acaba.
Por el' contrario, en situacin-aburrida se atiende ms a los sntomas; la actividad f-
sica intensa distrae de los sntomas. La medida en que prestamos atencin a los es-
tmulos internos depende en gran parte de los estmulos externos que estemos reci-
biendo en ese momento. Cuanto mayor y ms intensa sea la estimulacin externa
menos sensaciones internas percibiremos (Pennebaker, 1983). '
En-euarto-lugar, la percepcin de sntomas depende de influencias psicos'ciales.
La percepcin de las sensaciones corporales est muy influida por factores cogniti-
vos, emocionales, y sociales (Skelton y Pennbaker, 1982). La influencia de los facto-
res cognitivos se ejemplifica bien con lo que se denomina el "relieve de 'los snto-
. mas", por ejemplo, un estudiante de medicina puede "diagnosticarse" una enfer-
medad cuando .e~tudia el correspondie~~e captulo de su ~urso de patologa mdica,
porque va percibiendo en' l todos los sntomas que estudia. Al adquirir los sntomas
un mayor relieve para l, determinan sus procesos atencionales, y acaba por "ver
donde no hay" (Mechanic, 1972). Los intereses habituales o momentneos son , cier-


Capitulr) 5: La conducta de la enfermedad 95

t~mente, uno de los factores que influyen en la persona para que preste o no aten-
cin a algo, al prepararla para ciertas clases de estmulos.

ge la ~~enclo~. Por-ejemplo, un estado de nimo depresivo determina la retirada de


at~nclon hacia muchos de los estmulos externos del contexto de la persona. El
miedo puede distorsionar la percepcin de la realidad. El influjo de las emociones
sob:e los procesos cognitivos en general, y sobre la percepcin en particular, es co-'
nocido desde hace mucho tiempo. Aristteles, por ejemplo, ya advirti, en su obra
Parva Naturalia, que la distorsin cognitiva tiende a ser congruente con las emocio-
nes y deseos de las personas .
.' Finalmente, cada grupo humano tiene su propia percepcin de lo que es la en-
ferrnedad, y por tanto, de los sntomas correspondientes, que no coinciden necesa-
namente entre los grupos. Por ejemplo, como sealan Prat, Pujadas y ComeIles
(1980, 46), "si se considera el proceso de envejecimiento, etc., habramos de cali-
ficar a este proceso como una enfermedad que nos deteriora progresivamente: ca-
da de pelo, encanecimiento, cada de dientes, y disminucin del vigor fsico e inte-
lectual. En cambio no lo calificamos de tal, a pesar de que contiene los mismos
factores que el proceso de enfermar." . .
Naturalmente, la percepcin supone un conjunto de procesos de organizacin, .
interpretacin o procesamiento de la informacin sensorial (Guirao, 1980). La in-
terpretacin de los sntomas es un proceso psicolgico que depende a su vez de va-
rios factores: .

1). La experiencia previa de la persona. El conocimiento, que la persona extrae


de sus experiencias previas juega un papel importante en su decisin de si
los sntomas que experimentan reflejan una enfermedad o no. Por ejemplo,
durante la crianza de su primer hijo las madres tienen experiencias que les

permiten tornar decisiones diferentes en el caso de su segundo hijo. Se trata


sencillamente de la influencia de la historia de aprendizaje de la persona so-
bre su conducta.
2) Las creencias, expectativas, actitudes y opiniones referidas a la enfermedad,
del grupo de pertenencia son otros factores influyentes en la interpretacin
de la enfermedad. Los grupos de pertenencia constituyen un "sistema lego
de referencia", es decir una red informal de personas no profesionales que
proporcionan sus informaciones y opiniones respecto de los sntomas. Los
miembros ms cercanos de la familia suelen ser los ms activos de la red,
ayudando' a-interpretar un sntoma, recomendando un remedio, recomen-
dando consultar a otra persona de la red, o aconsejando buscar ayuda mdi-
ca (Sanders, 1982). Las expectativas y creencias del grupo son, pues, muy
determinantes de la interpretacin y de Ia conducta personal respecto a la
posible enfermedad.
3) El nivel ae expectativas personales constituye otro de los factores importan-
tes en la 'percepcin e interpretacin de los sntomas.
4) La materialidad del sntoma, (si afecta a una parte del cuerpo valiosa o no),
determina
.
en gran medida su interpretacin, como de mayor o menor gra-
vedad.

96 Pslcologia social de /a salud

, a de enfermedad

medad, del contexto general, y del sistema social en que se encuentre me Ul o.


,

5.2. Asuncin del rol de enfermo

Una vez que la persona ha percibido los sntomas y los ha interpretado como
"sntomas de una enfermedad", reconocida por l, asume el "rol de enfermo". El
concepto de "rol de enfermo", papel social de enfermo, fue formulado por Parso ... ns
(1966; 1964), y permite describir la conducta de enfermedad sin centrarse en los SIn-,
tomas, sino en las conductas de rol. Parsons seal que en algunas ocasiones una
persona no puede cumplir sus papeles sociales adecuadamente, y que, cuando e~to
ocurre, la sociedad lo resuelve permitindole asumir el rol de enfermo. La premisa
bsica sobre la que se apoya el' concepto de rol de enfermo es la de que, aunque el
"estar enfermo" constituye una posicin social desviante, sin embargo, evoca un
conjunto de expectativas pautadas que definen las normas y conductas correspo~-
dientes y apropiadas a la nueva posicin social, tanto para el individuo como para
las personas que interactan con l. Para Parsons (1966), el papel social de enfermo
incluye las siguientes caractersticas:
, 1) Ausencia de responsabilidad. No se puede considerar a la persona respon-
sable de su condicin de enfermo, ya que se supone que tal situacin es in-
voluntaria, un acontecimiento que le sobreviene ms all de su capacidad de
control. Se considera que la persona no controla su incapacidad para repre-
sentar sus roles sociales, y que no puede decidir simplemente que est bien,

sino que necesita algn tipo de tratamiento o proceso curativo antes de
reincorporarse a su vida habitual.
2) Su enfermedad es-una-causa legtima para que no tenga que cumplir con sus
obligaciones habituales. Es decir, la persona queda exenta de la ejecucin
de las conductas de rol asociadas a otros roles sociales que le corresponden.
La naturaleza y extensin de la, exencin dependen de la gravedad y natura-
leza de la enfermedad, y se mantiene slo en la medida en que estn presen-
, tes las caractersticas tercera y cuarta, que siguen.
3) La persona debe reconocer-que el "estar enfermo" es una situacin indesea-
, ble, por lo que tiene la obligacin de buscar ayuda y cooperar para restable-
cerse lo antes posible.
4) El enfermo debe buscar la asistencia tcnica profesional competente (un
mdico a ser posible), y cumplir el rgimen teraputico que se le imponga.

El modelo parsoniano tiene muchas limitaciones. La mayora de los estudios


empricos relacionados con el rol de enfermo han ido poniendo de manifiesto que
los cuatro componentes del rol en ese modelo no reflejan la realidad social de la en-
fermedad (Rodrguez, 1987). Tal como seala Segall (1976); el modelo se basaba,
,

,
I
,
. ,

Captlllo 5: La conducta de la enfermedad 97

servaCI?n sIstemtica de la conducta humana. Dada la distincin 'entre aspectos


normat~vos y comportamentales del concepto de rol, el modelo de Parsons se pue-

portanca a una serie de variables: las posiciones y papeles sociales que la persona
ocupa y representa habitualmente, las tradiciones culturales que comparte, los fac-
tores
.. de su p li idiosi
ecu ~ar l. iosmcrasia que tienen que ver con su personalidad y su histo-
r~a ~I~al, la ~xperIencIa de una forma especfica de enfermedad. Todos ellos pueden
significar dimensicnes diferentes a la hora de asumir el papel de enfermo y de la
conducta como tal a lo largo de la enfermedad. El concepto parsoniano de "rol de
enfermo" se aiustaba, en todo caso, a la conducta de enfermedad de personas abs-
tractas pertenecentes a la clase media de una sociedad industrial como la de los
I Estados Unidos de su poca.. .
> P?r otro lado, es un concepto aplicable a problemas mdicos agudos o fcilmente
I identificables, pero no a enfermedades incurables, crnicas, o no 'fcilmente identifi- .
cadas, o sin base org.nica. Las expectativas del papel de enfermo pueden variar entre
~ pacientes con diferentes tipos de enfermedades. Por ejemplo, el enfermo crnico di-
fiere del modelo en muchos aspectos importantes. Naturalmente 'la enfermedad er- .
, mea es, por definicin, no-pasajera, no limitada en el tiempo, por tanto la obligacin
de rol de intentar ponerse bien cuanto antes y reasumir sus funciones habituales, es
~ claramente impertinente en este caso. Por otro lado, la exencin de las obligaciones
de los papeles sociales usuales puede ser simplemente parcial, por cuanto la mayora
i de los enfermos crnicos son ambulatorios. Como seala Rodrguez (1987), la enfer-
medad de tipo crnico pone de manifiesto aspectos no mencionados por Parsons. Por
r ejemplo, el papel del apoyo familiar y de otras redes sociales no profesionales ad-
quieren una relevancia muy significativa en el 'caso de la enfermedad crnica, as co-
mo la participacin del paciente en su tratamiento. El enfermo crnico debe asumir

en muchos casos el control de su tratamiento y rehabilitacin, aprender a automedi-


r carse, a organizar su dieta; utilizar su prtesis, o manejar y cuidar un equipo terapu-
tico. La conclusin es que los supuestos del modelo parsonianodeben modificarse .y
I . ampliarse. Segall (1976) ha sealado varios contextos en los que el modelo parsonia-
no no funcionara, y para adaptarse a los cuales. debe ser reformulado: el contexto
.geritrco, el de-los- retrasados mentales, el de los impedidos fsicos, el de los enfer-
.. mos.terminales, el de las embarazadas y el de los alcohlicos. La revisin de la litera-
l tuia que hizo Segall (1976) al fin~ de ~os ~etenta. indic. que, ~asta esa fec~a, po:~s
estudios haban intentado determinar SI existan diferencias socioculturales sstemt-
i cas en las expectativas del papel de enfermo. La tendencia general haba sido, segn
ese autor, operar sobre el supuesto de que la pa?ta institucionalizada descrita pc:r
r Parsons es igual para todos los miembros de la SOCIedad.Este era un supuesto, no so-
lo sin verificar, sino con bastantes datos en contra, aunque no muy consistentes.
I Parece razonable pensar que las diferencias sociocultura:les deben introducir factores
I de diferenciacin en las expectativas del papel de enfermo. Sin embargo, no hemos

anglo, mXlco-amencano, y mexicano. Es posible que eso se deba a la.eficacla nter-


t cultural de un modelo de relacin mdico-paciente estndar, que funcione de forma


98 Psicologa social de la salud

Rodrguez Mario,
slnular en todos los pases industrializados de occidente (Castro y

enfermo. Ese grupo puede variar con los estadios de la enfermedad. En los ~s~a lOS
- . endo
permanecer en l hasta que recupere su salud. Pero si la enfermedad se prol~nga en-
b ) '"
!Ia ajo y, finalmente, a la sociedad en su conjunto. Por tanto, todos esos. o ro ,
t s"
J~egan ,!n papel en la sancin del rol de enfermo de la persona en cuestin. AsI,
Pilowski define la conducta de enfermedad como las diferentes formas en que l~
personas reaccionan a aspectos de su propio funcionamiento que evalan en tITIlI-
nos de salud y enfermedad. Dando un paso ms, indica que, cuando la conducta de
enfermedad de una persona no sigue el rol de enfermo aceptado socialmente (como
por ejemplo, cuando no hay una aparente causa orgnica), entonces ese rol no se
considera adaptativo, y se le aplica la denominacin de "conducta anormal de enfer-
medad", 0, en-otras ocasiones, de "enfermo funcional".
En cualquier caso, y sea cual sea el valor del modelo parsoniano, o de cualquie-
ra de sus variantes o alternativas, cada sistema socio-cultural ofrece un diseo de
papel social de enfermo que la persona puede utilizar como recurso llegado el caso,
asumindolo y representndolo en funcin de sus rasgos personales, de la naturale-
za especfica de la enfermedad en concreto y del particular contexto sociocultural
. en que se encuentre ubicado .

5.3. La bsqueda de ayuda


Una vez que la persona ha asumido el papel de enfermo, su decisin-de buscar


ayuda, y de usar "los servicios sanitarios de cuidado de la salud o acudir a otra alter-
nativa "no, formal", depende. de factores muy diversos. Las investigaciones sobre
utilizacin de servicios sanitarios, han puesto de relieve que las pautas de uso de ta-
les servicios estn relacionadas por un lado con factores tales como la edad, el sexo,
la incidencia de la enfermedad, la educacin, la proximidad de los centros de salud,
los ingresos familiares, la tenencia de seguro mdico, y el lugar de residencia; y, por
otro, con las creencias acerca de la salud y con las percepciones de, y expectativas
sobre, el sistema sanitario, tanto de los usuarios como de los profesionales sanita-
rios (Andersen y Anderson, 1979). De forma ms concreta, las investigaciones rea-
lizadas desde la perspectiva de la planificacin de los servicios de salud, sugieren
que la presencia de sntomas agudos, la interferencia de los sntomas en la vida dia
ria, la presin del grupo social para acudir al sistema sanitario, la percepcin de efi
cacia del tratamiento posible o la persistencia de la sintomatologa, unida a expe
riencias previas con patologa similar, el miedo al dolor o a la incapacidad (o, inclu
so, a la muerte), y la satisfaccin con el sistema sanitario, explican gran parte de l
conducta de utilizacin de tales servicios. .

Capitulo 5: La conducta de la enfermedad 99

fluyen
. conJuntam t bre la decs , ,
en e so re a eCISIonque la persona toma de pedir ayuda profe-

nos "'! .los ancianos 'han sido identificados como los usuarios ms 'frecuentes de los
sn ". " , ,
rrespondIente.1?e cualquier modo, la mayor frecuencia de uso de esosdos grupos
la vida, . I

uso de lo~ servicios sanitarios. Las mujeres los utilizan significativamente ms que
los homb~es (Mechanic, 1978; Verbrugge, 1980; USDHHS, 1987). La diferencia de
uso no eXl~te durante la infancia. Aparece en la adolescencia y se mantiene en ade-
lante. L" fi~ura 5.~muestra la distribucin del uso de servicios sanitarios por edad y
. sexo. Esa diferencia de uso puede explicarse en gran parte por la atencin al emba-
razo, p~to y. crianza. Pero hay ms factores, porque, incluso si excluimos las consul-
tas debidas a tales procesos, las diferencias siguen a favor de las mujeres (Verbrugge,
1985). Las hiptesis explicativas para esas diferencias de Uso son poco claras, pero se
han dado varias. Una, muy obvia, es que las mujeres padezcan ms enfermedades
que requieren- atencin mdica; otra, que las mujeres sean ms sensibles a las disfun-
ciones corporales, que los hombres y que, por tanto, experimenten antes el dolor, los
cambios de temperatura, etc., (Leventhal, Nerenz y Strauss, 1980). Otra hiptesis
-posible sera el-hecho de que existen-diferentes normas sociales adscritas a los roles
masculino y femenino, que implican diferencias en la expresin del dolor, de la inco-
modidad y otros .sntomas. Los hombres estn ms compelidos a presentar una ima-
gen "viril", lo que implica que no deben-manifestar el dolor, las quejas, etc., mientras
que a la mujer se le "permite" ese tipo de conducta (Verbrugge, 1980). Por ello los
hombres dudan ms que las mujeres a la hora de admitir sntomas y de buscar ayuda
mdica. Una cuarta razn es que los costos econmicos de estar enfermo son mayo-
res en el caso del hombre que en el de la mujer (Marcus y Siegel, 1982) .
.lIsa clase social es otro de los factores sociodemogrficos que influyen en la deci-
sin de utilizar los servicios de salud. Las clases sociales bajas utilizan menos tales
servicios que las clases altas. _Ocurre tanto en .p.ases con ~n sistema I_lacionalpbli-
co de salud como en pases en los que la medicina es bsicamente pnvada. .Aunque

nivel de ingresos econmicos, el factor econmico, c0I_ltoda ~u mportanca, .no pa-


rece ser el factor "directamente'.' responsable de esa dlfere.ncla de uso entre las cla-
ses sociales (Crandall y Duncan, 1981; Rodrguez.y De Miguel, 1990; Durn, ~9~3;

aca en ep , . . . . ..
Clon e as , ... ..

VIda, etc. , a , ,
100 Psicologia social de la salud

. " por todo e,110 es me


" mente s en S

(Rodrguez y De Miguel, 1990).

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Edad en aos
- Figura 5.1. Media de consultas mdicas por persona y ao segn edad y sexo

. . (De USDHHS, 1987). '


\


Capttuto 5: La conducta de la enfermedad 101

sntomas
. que exper t 1 h h
unen an, en e ec o de que una persona busque un tipo u otro
es frecuente qu ~ "
.. ~ mmonas tncaments aisladas con una subcultura propia tengan
creenCIas '. . '

slon~l mdica, y 'usan los servicios sanitarios formalmente establecidos as como

sntomas y en sus respuestas al tratamiento.


E! tercer grupo de factores que determina el uso de los servicios sanitarios lo
C?nstltuyen los factores psicolgico sociales (McKinlay, 1972). Las actitudes y creen-
cias acerca .de los sntomas, de la salud/enfermedad en general y de los servicios de
salud contnbuyen en gran medida a la decisin de usar o no tales servicios. Uno de
los mo~elos que incorpora un conjunto relevante de factores psicolgico sociales pa"
ra explicar la conducta de uso de los servicios sanitarios es el "Modelo de creencias
sobre-la salud", al que ya me he referido. Como se recordar, la conducta de salud
correspondiente depende, segn ese modelo, de la amenaza percibida sugerida .por
los sntomas, que depende, a su vez, de la susceptibilidad y gravedad percibidas; de-
pende tambin de las claves para actuar, y de los costos y beneficios percibidos, refe-
ridos a la conducta de uso de los servicios sanitarios. .
En general, el modelo explica bastante bien, entre otras cosas, por qu las per-
sonas usan o no los servicios de salud (Becker, 1974; Rosentock y Kirscht, 1979;
Kirscht, 1983; Becker y Rosenstock, 1984). Sin embargo, el Modelo de creencias so-
bre la salud- tiene sus limitaciones al respecto, porque .gnora otros determinantes
de la conducta de uso de los servicios sanitarios, tales como la naturaleza y cualidad
de los sntomas, la amenaza que esos sntomas pueden suponer ...para las relaciones
interpersonales (crisis interpersonal), la interferencia que el reconocimiento de la
enfermedad puede producir en las actividades sociales de la persona (interferencia
social) y la presencia de "sancin social" en el reconocimiento de los sntomas, de
la enfermedad, y en la bsqueda de tratamiento (Zola, 1973). Por ejemplo, un horn-

tencia. La sancin SOCIalse produce, en este sentido, SIempre que creemos que otra

cordar lo mantenido por la 'Teora de la accin razonada .fambirr expuesta.


Finalmente, dentro de este grupo, un factor .relevante es la "posicin socia~"~de

SOCI
1 d al afectar-a ..la probabilidad b
de que tengamos noticias so re programas o servi-
CIOS s, .
'102 PSicolog(a social de la salud

cardiovascular
g ranla d e screening , si forma parte del program a de asistencia
. . de

, I

5.4. El mal uso de los servicios de cuidado de la salud


,

Usamos mal los servicios de cuidado de la salud cuando retrasamos la petici6n


de asistencia, es decir si no los usamos cuando deberamos hacerlo; pero tambin
los usamos mal cuando abusamos de ellos, es decir si 'los "hiperusamos", 'o los usa-
mos sin causa justificada. .

5.4.1. El retraso en la solicitud de atencin mdica



,

El tiempo que pasa desde que' una persona percibe por primera vez sus snto-
mas, hasta que conecta' con la atenci6n sanitaria es de la mayor importancia, sobre
todo en el caso de algunas enfermedades, como las cardiovasculares o el cncer.
Hay muchos sntomas serios como el ahogo, el cansancio excesivo, las palpitacio-
nes, el dolor en las pantorrillas al andar, etc., que son avisos para que la 'persona
busque asistencia mdica urgentemente, pero que, sin embargo, son ignorados fre-
cuentemente. Una persona puede vivir con uno o ms sntomas potencialmente se-
rios durante meses sin buscar ayuda. Ese lapso' de tiempo es lo que se denomina
"c~ndueta deY'dilaci6n" o retraso, y ese retraso ocurre en una secuencia de tres pa-
'505 (S afer, Tharps, J ackson y Leventhal, 1979): .

1) Retraso en la evaluacin, que es el tiempo que una persona tarda en inter-


pretar un sntoma como un signo de enfermedad, el tiempo que. tarda una
persona en decidir que un sntoma es serio .

2) Retraso en larasuncion del papel de enfimo, que es el tiempo que transcurre
desde el reconocimiento de los signos de enfermedad hasta la aceptacin de
que los sntomas reconocidos implicanuna enfermedad yla toma de deci-
sin de buscar atencin mdica.
3) Retraso en la utilizacin.usue es el tiempo que pasa desde la toma.de deci-
sin de buscar atencin mdica hasta que realmente se ejecuta la conducta
de uso de los servicios sanitarios.

La figura 5.2 muestra grficamente la secuencia de pasos mencionada.


Las razones para la "conducta de retraso o dilaci6n" se han estudiado bastante,
y el "perfil" de 'los "retrasados" se parece al de los que generalmente no utilizan los
servicios de salud. Durante el "retraso en la evaluacin", la experiencia-sensorial de
los sntomas tiene un impacto importante. En el segundo paso, el "retraso en la
asuncin del papel de enfermo", tienen importancia los pensamientos sobre los sn-
tomas :y la presin-social, o lo que antes he denominado "sancinsocia\". Por otro
lado, en este momento la experiencia previa de la enfermedad de que se trate tiene
tambin importancia. Si un sntoma es semejante a otro previo que se aclar6 como
poco importante, entonces la persona se retrasar ms que si el' sntoma es nuevo .


CaplLLLo 5: La conducta de La enfermedad 103

En
...~el ltimo cas 0, e Id"el retraso en la ..

.. a SI mIs

Pe rcepcon Necesito Compensa Entrada en


de sntomas Estoy cuidados consulta y
..........
enfermo? acudir a los
profesionales? servicios tratamiento
sanitarios

NO NO 1 NO

-
Retraso Retraso Retraso

Retraso en
Retraso en asumir el Retraso en la
papel de ~ ~ ~ utilizaci6n de I--_;
evaluaci6n
enfermo los servicios

Figura 5.2. Estadios en el retraso en la bsqueda de ayuda mdica


(Segn Safer, Tharps, Jackson y LeventhaI, 1979)

As, el retraso ser menor si la persona no est preocupada por los posibles cos-
tos del tratamiento, si tiene fuertes dolores, si piensa que su enfermedad puede cu-
rarse y/o sus sntomas pueden aliviarse, y si ha tenido experiencia previa reforzante.
en su contacto con el sistema sanitario. Por otro lado, la incidencia de aconteci-
mientos vitales estresantes (como divorcio o muerte de un familiar cercano) reper-
cuten en el retraso total de la conducta de uso de los servicios de salud.

5.4.2. El abuso de los servicios sanitarios


El segundo tipo de "mal uso de los servicios de cuidado de la salud es su hiperu-
tilizaci6n", es decir, utilizar los servicios de salud repetidamente cuando no es nece-
salio o no se tiene "causa justificada". Se estima que dos tercios del tiempo de las
104 Psicologa social de /a salud

" .
aturaleza psicOlog1ca

sonas que requieren atencin mdica se pueden calificar de "enferffl0S


(Bays, 1979; Tizn, 1988). :. cen po-

hipocondraco interpreta sensaciones corporales benignas o neutras como signos e

quejarse frecuentemente sin fundamento y a creer que se est enferm~ a p.esar .e


la opinin de los mdicos sobre la relevancia de tales sntomas, y de la lnexlste~cla
de una "base orgnica demostrable" (Pennebaker, 1982; Tizn, 1988; Sarafino,
1990). .
Por otro lado, hay personas que presentan "trastornos somatoforrnes", es de:lr
que presentan sntomas fsicos que no se explican adecuadamente a travs de algun '.
trastorno o lesin fsica y no son efectos secundarios de medicaciones, de drogas o
del alcohol (DSM-III). Tambin se han denominado "pacientes con trastornos
psicosomticos o pscofisiolgicos". Se trata de personas, con alteraciones de las
funciones corporales originadas por factores mentales (ICD-9). Por eje~plo, pers~-
nas con dolores abdominales, crisis de vmito (distintos del embarazo), ntoleranca
a la comida, dolor de espalda, dolores en las articulaciones, palpitaciones o dolores
. precordiales. Otro ejemplo tpico es el de la persona con molestias por gastritis, 9
dispepsia que tiene reactivaciones en perodos con niveles altos de ansiedad, o la
persona con crisis disneicas producidas por la misma razn (Tizn, 1988). La ansie-
dad puede producir diarrea, dificultades respiratorias, dificultad para tragar, dificul-
tad para dormir, para concentrarse, para la miccin, etc. La depresin puede produ-
cir fatiga, dificultad para llevar a cabo las actividades cotidianas, prdida del ape-
tito, trastornos del sueo, etc. Las personas pueden interpretar esos sntomas como
signos de una enfermedad fsica y buscar atencin mdica para ella (Costa y
McCrae, 1980).
Pero, adems, las personas perciben claramente que los servicios de cuidado de
salud responden fundamentalmente, en general y mucho ms en la atencin prima-
ria, cuando se acude con quejas fsicas, y tiende a dejar de lado a aquellos pacientes
que slo presentan quejas psicolgicas, siempre que no sean consideradas "psiqui-
tricas", en cuyo caso son atendidas por los servicios especializados de atencin
mental. Sin embargo, dado que la calificacin de "paciente psiquitrico" conlleva
un "estigma" social, las personas se niegan ellas mismas, en muchas ocasiones a

La enfermedad puede, en otros casos, proporcionar ganancias secundarias inclu-


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Capitulo 5: La conducta de la enfermedad 105

En suma, como hemos visto, hay una gran variedad de razones por las que las
personas usan, no usan o' usan mal, los servicios de cuidado de la salud. En cual-
quier caso, una vez que la persona ha ejecutado la conducta de uso del sistema se
convierte en "paciente", y un importante factor en el mantenimiento de esa con-
ducta, y de su repeticin en ocasiones futuras, ser la calidad de la relacin con el
personal sanitario engeneral, y con su mdico en particular,

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