Alan Barclay - Casi Estinguidos
Alan Barclay - Casi Estinguidos
Alan Barclay - Casi Estinguidos
Alan Barclay
Desde lo alto de una escarpada colina, Harrison, sentado sobre una roca, poda
ver, a intervalos, por entre los rboles, a la persona que se acercaba corriendo. No
se vea ni se oa an a los perseguidores. Las empinadas laderas del macizo
central surgan abruptamente de la planicie solamente a seis kilmetros de
distancia. Harinosa adivinaba el pensamiento del desconocido: la esperanza de
que, una vez entre las pendientes laderas y barrancos, de exuberante vegetacin,
que llegaban hasta la meseta, sera posible escapar de los perseguidores.
Cuando descubri esto dej de ser mero espectador y le embarg una gran
emocin. Se poso de pie lentamente, con la cabeza erguida, como un animal
grande. Harrison era realmente un animal, un animal inteligente y peligroso.
Mir al antiguo camino con los ojos muy abiertos y el odo alerta, por si se
acercaban los perseguidores.
La joven, que haba corrido velozmente, sin descanso, jadeaba y sudaba. Durante
la ltima media hora haba trepado por la ladera hasta llegar a la tierra
resquebrajada al pie de la meseta. De cuando en cuando, oa tras ella a sus
enemigos: una piedra que rodaba, una rama que se tronchaba, las voces agudas
de los perseguidores llamndose unos a otros. No estaban muy lejos. Una parte
de ella, la parte inteligente y civilizada, saba que su fin era seguro. A pesar de
esto, no tena la menor intencin de ceder, ni de estarse quieta esperando que la
cogieran. Estaba viva en este momento, solamente porque ella, y sus padres
antes que ella, haban sido buenos luchadores. En la raza humana, nicamente
haban sobrevivido los que tenan una furiosa y salvaje ansia de luchar y de
Correr, que eran los invencibles. Continuara corriendo, revolvindose, mordiendo
y pataleando hasta su ltimo aliento.
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Se adentr en un barranco estrecho y pas entre dos rocas salientes. Harrison
estaba all sentado en un tronco y ella se sobresalt al verle, y Se par en seco.
En su mano apareci un cuchillo de hoja larga y afilada.
Llevaba una chaqueta de cuero sin mangas, talones cortos de cuero y un par de
mocasines bien hechos. Tena el cabello y la barba su aspecto general era limpio
y cuidado. Un pesado cuchillo de monte con una hoja muy afilada, casi una
espada corta, colgaba de su cinto su mano sujetaba un arco. El arco era una
verdadera arma moderna, magistralmente hecha de acero y madera.
Ve por este lado - indic el hombre -. Por ese barranco de la izquierda y por aquel
pico y valle abajo. Despus sigue el arroyo hasta unas casas viejas. Me
entiendes?
***
Harrison march barranco abajo y sigui el camino real por el valle, andando sin
prisa, parndose a escuchar de cuando en cuando. Oy a los perros y rebuscar
por la maleza tras l cogi el machete y se prepar. No le preocuparon los perros.
Eran dos mastines de ganado de pelo negro. Esper tras un rbol a que se
aproximaran, y entonces salt y acuchill al primero que muri sin un gemido. El
otro no era un animal muy agresivo y al ver al hombre y la suerte que haba
corrido su compaero, debi de asustarse bastante.
Fuera, Fido, vete! Le grit Harrison y el perro meti el rabo entre las patas de un
modo muy cmico y sali corriendo.
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no reflej el sobresalto y la sorpresa que debi de sentir al encontrarse cara a cara
con Harrison, considerado como ms peligroso que un animal salvaje. En cuanto
Harrison le vio se lanz sobre l, atravesndole el cuello con su cuchillo. El otro
dio un grito y se derrumb sin vida.
Harrison saba que le era imposible subir por la montaa, pues habra hombres
emboscados para no dejarle llegar a ninguna cima. Trataran de rodearle para
cortarle la retirada.
Prepar su arco y cambi de sitio; pero, aunque tir muy rpidamente a un bulto
negro que vio moverse entre la maleza, err el blanco.
Media hora despus comprendi que estaba rodeado y que iban estrechando el
cerco. Levant la cabeza y mir hacia cl pico ms alto, por el cual deba de estar
subiendo ahora la joven. Una vez all estara a salvo; pero l deseaba con toda su
alma matar a otro de los perseguidores.
Levant los ojos hacia el pico de la montaa y mir hacia all con un deseo fiero.
***
La mujer, escondida tras un muro medio derrumbado, que haba sido parte de una
casa, sali de su escondite cuando vio a Harrison por lo que antes haba sido la
calle principal del pueblo.
Andaba tranquilamente con el arco al hombro mirando a los lados, fatigado, pero
no exhausto. La mir con admiracin. Comparndola con el tipo corriente de la
mujer antigua no era muy atractiva. Era tosca> con largas piernas y tan salvaje
como un gato monts.
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Ven conmigo.
Entres horas, andando y subiendo las laderas sin cesar, llegaron a un estrecho
valle.
Tuve que venir por el peor camino - gru Harrison -. Traje esta mujer. Los
Ranas la perseguan.
Bueno, Pop, tienes las manos llenas ahora, conforme; pero no s que
pasar cuando Ma la vea. Cmo te llamas? - pregunt a la joven.
De dnde eres?
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Tienes familia?
***
Echaron a andar, rodeando una roca, s metieron por una abertura natural del
terreno y s encontraron en una gran cueva. Estaba alumbrada con una luz tenue
y vacilante por varias lmparas colocadas en una especie de nichos en la roca.
Haba tres hogueras encendidas y un gran nmero de figuras, humanas al
parecer, se movan sin cesar de un lado a otro, mientras sus sombras se
proyectaban en las paredes y en el techo.
Vio dos mujeres, una de unos treinta y cinco aos v la otra de unos veinte. Esta
ltima estaba encinta. Tambin haba un hombre que pareca viejo, con el cabello
blanco y un brazo deforme. Y varios nios; calcul que deban de ser ms de diez.
Salvarla era tu deber - respondi la mujer -, pero traerla aqu no veo el porqu, Joe
Harrison. Por lo visto esperas que cargue tambin con esta.
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La mujer, de un modo poco afable, les puso dos platos de madera, echando un
trozo de carne en cada uno.
Magdalena, que no haba comido mucho los dos ltimos das, cogi la carne y
empez a partira con los dientes. La otra mujer le dio un fuerte pescozn.
- Eso est bien dicho - aadi Harrison -. Esta es Liz, mi mujer. Ella es la que
manda en esta casa.
***
Dio la vuelta sobre sus talones y se acerc al otro fuego donde estaba sentado el
viejo.
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Los Ranas casi me atraparon, no tengo familia ni dnde ir.
***
Ocurran all cosas difciles de creer. Magda no not nada extraordinario el primer
da. Por la maana le despert el ruido que hacan los nios rindose y charlando
y se levant enseguida. Liz estaba quitando las cenizas del fuego. A Harrison v a
los muchachos no se los vea por parte alguna.
Era Jim.
Ten cuidado de andar solo sobre las rocas, no queremos dejar huellas que
los Ranas puedan ver desde el aire.
Lis y la joven Lucy estaban sentadas fuera de la cueva con una fuente de madera
llena de bollos recin sacados del horno.
Magda empezaba a tener la impresin de que haba algo anormal en aquel lugar y
en aquella gente. EJ anciano, no tena ms que sesenta aos, pero era muy viejo
para un ser humano, ahora que los que quedaban de la raza se vean obligados a
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correr y a esconderse para conservar la vida. Sali de la cueva y los nios le
rodearon charlando.
Johnnie, que tena unos siete aos, mir hacia el picacho. Un momento despus
estaba en lo alto, y enseguida baj con un par de bollos, uno en cada mano.
***
Los otros nios: un muchacho y dos chicas fueron a buscar su desayuno del
mismo modo milagroso. A nadie le extra este procedimiento.
Son bollos de avena - le explic -. En ese bote hay mantequilla, y, en aquel otro,
miel.
Hasta ahora no haba visto nada igual - afirm la joven -. Mi padre me contaba
cosas maravillosas sucedidas en tiempos antiguos, pero en aquellos tiempos todo
eran mquinas y aqu no veo ninguna mquina.
Esto no son mquinas - asegur Liz -. Esto es todo nuevo. Est hecho por la
evolucin moderna.
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Claro que lo s. Ciudades llenas de gente, automviles, aviones. Antes que
vinieran los Ranas.
Est bien. Nunca comprend por qu nos odian tanto los Ranas. Ellos
destruyeron todas las ciudades, persiguen a los que hemos sobrevivido.
Mi padre dice que ya queda poca gente. Dice que dentro de cincuenta aos
estaremos totalmente extinguidos. Tiene razn. Antes vivan aqu varias familias,
ahora ya no quedamos ms que nosotros.
Muchos otros animales han sido extinguidos - objet Magda -. Me figuro que ellos
no se lo figuraban, pero el caso es que fueron extinguidos.
No eran animales racionales, como nosotros. Dudo que ellos fueran lo bastante
inteligentes para saber que iban a ser extinguidos. Pero Joe Harrison no es la
clase de persona que acepta tranquilamente esa idea. Me imagino que solo ese
pensamiento le revuelve el estmago.
Yo no, querida - contest Liz, sonriendo -. Joe si, y el padre de Joe y la mayor
parte de los nios. Y tambin podrn los tuyos cuando los tengas, no lo dudes.
Pero nosotras...?
***
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Liz era un alma amiga. Una hora despus pidi a Magda que fuera con ella a lo
alto de la montaa.
Los muchachos han ido a cazar - explic -. Esto les sienta bien, pero son jvenes.
Siempre es conveniente andar cerca de ellos. Si t te vas a quedar con nosotros lo
mejor ser que te ocupes de esto. Eres ms joven y ms ligera que yo. Ahora,
ven.
Magda y Liz treparon por las rocas hasta lo alto del monte con mucho trabajo. Liz
no cesaba de hablar. En la cumbre, donde haca ms calor v haba arbustos y
maleza, haba un grupo de cinco rboles. Cuando se acercaron sali Jim de detrs
de ellos.
Los tres empezaron a subir la pendiente de la montaa. Otros dos o tres nios
aparecieron por all, pero Jim era el que pareca conocer mejor el camino.
Despus de andar una milla, salt una liebre delante de Magda y desapareci a
gran velocidad. Ella pens que poda haber hecho algo y continu mirando la
liebre que pas al lado de un arbusto y apareci Jim justamente delante de ella. La
liebre reaccion violentamente, pero el muchacho cay sobre ella. Magda vio
como le puso la mano en el cuello con un movimiento rapidsimo.
Nos vendr muy bien para comer - dijo Magda en tono maternal -. Espero que Joe
traiga esta noche un gamo.
***
No era la primera vez que salan juntos. Cuando salan ni Liz ni nadie hacan
preguntas ni comentarios. Harrison no le haba instado para que sea quedara.
Magda pensaba que l tolerara que se fuese, aunque no lo deseaba. Pero
adnde iba a ir? El no era un hombre particularmente amable ni simptico.
Hablaba muy poco. Era evidente que no quera tener otra mujer, pero s ms
nios. Nios que pudiesen dar el salto en el espacio como l deca. Pero ella
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nunca haba conocido lo que era afecto ni amistad y con l senta una sensacin
de seguridad como nunca en su vida haba sentido.
All abajo, en otro valle, Magda vio un resplandor rojo. Cogi a Harrison por las
muecas v seal:
Es una expedicin de caza de los Ranas. Puede ser que desde que t me
libraste de ellos sepan que hay algunos de los nuestros viviendo en estas
montaas.
Voy a ir all abajo - le dijo a ella -. T vete a casa y dselo a Dad. Yo tengo que
irme escondiendo en sitios donde pueda verlos sin ser visto; por tanto no
esperarme hasta maana. Ve v dile a mi familia que tenga los nios preparados
para trasladarlos si llega el caso...
Las partidas de caza de los Ranas no estaban acostumbradas a luchar con los
humanos que se esconden en sitios ms difciles; cuando se ven perseguidos
huyen y se esconden y no presentan batalla ms que cuando se ven acorralados.
No tenan nocin de ningn ataque reciente, no provocado, por parte de los
humanos. De todos modos el ser humano era un animal astuto y peligroso y los
Ranas tomaron precauciones Mientras cuatro de ellos dorman, el quinto se
qued de guardia.
Harrison baj corriendo por el barranco desde lo alto del monte hacia donde se
vea el resplandor de la hoguera y aterriz muy cerca de ellos, silenciosamente
como una hoja, y se qued completamente inmvil. Escuchando atentamente
poda or los pequeos movimientos que haca el que estaba de guardia y
consigui distinguirlo bien para tenerle a tiro. Escogi su posicin con cuidado y se
fue acercando hasta que estuvo a un metro de distancia del Rana y
describiendo un crculo con la pesada hoja de su cuchillo, le degoll. No se oy
ms que un pequeo zumbido cuando cayo el cuerpo.
Los otros cuatro estaban tendidos alrededor del fuego envueltos en gruesos
capotes. Harrison se acerc con mucho cuidado para cerciorarse de que estaban
dormidos. De repente salt sobre el ms prximo y le cort la cabeza. El segundo
se movi y empez a despertarse mientras Harrison s abalanzaba sobre l y l
Rana no exhal ms que un leve gemido antes de morir. Mientras caa sobre su
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tercera vctima se dio cuenta de que el ltimo miembro de la banda se incorporaba
y buscaba sus armas. Rpidamente dio una cuchillada al
Rana que tena ms cerca y en seguida enfoc con la vista un rbol a medio
kilmetro de distancia y se plant en su copa en el tiempo de un suspir.
Permaneci all hasta el amanecer. El nico superviviente de la partida de caza se
qued alerta mirando a las sombras. Varias veces hizo fuego en cuanto vea
moverse los arbustos. Cuando amaneci examin los cadveres de sus
compaeros. El ltimo Rana que acuchill Harrison, viva an y su compaero
le dispar en la cabeza para rematarle. Haba muy poca compasin y muy poco
compaerismo entre los Ranas.
Harrison no dej de observar al Rana cuando este se diriga por la senda abajo
hacia el campo abierto; si hubiese tenido all su arco probablemente hubiera
acabado con l.
Uno de ellos se ha escapado explic -; tengo que alcanzarle antes que propague
la noticia.
Pero nunca pudo dar con l. Quiz encontr otra banda de Ranas que tena
vehculo. Quiz logr pedir ayuda. Los humanos saban muy poco sobre la tcnica
de los Ranas y sobre los medios que posean para comunicarse.
Bien; ellos saben ya que existen humanos en estos parajes y saben tambin que
somos luchadores y no siempre huimos y nos escondemos - deca Harrison a su
padre.
Oh - dijo Harrison moviendo la cabeza con obstinacin -; entre otras cosas hay
quien no puede moverse con tanta facilidad como los dems
y mir a Lucy -. Adems estas montaas son tan buenas como cualquier otro sitio.
Son salvajes. Hay comida, caza y buenos escondites. Necesitaremos un sitio
donde procrear.
Su padre insisti:
Cuando se den cuenta de que vivimos aqu unos cuantos humanos con mujeres
criando nios, caern sobre nosotros en expediciones bien organizadas.
Puede ser. Pero creo que los Ranas actualmente son muy distintos de como
eran cuando vinieron. Ahora ya son colonos y no conquistadores.
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Adems deben de estar muy seguros de que nos tienen va dominados. Creo que
si nos limitamos a no atacarlos si no suben ellos a las montaas, quiz se
convenzan que estas montaas son peligrosas para ellos y se abstengan de
intentarlo.
***
Era muy fcil para Harrison, su padre y Jim, vigilar los alrededores. Podan saltar
de lo alto de una colina a otra y tener bajo su vigilancia los valles.
Otra expedicin de caza, mayor que la anterior, apareci dos semanas despus.
Harrison solt a perros para que le siguieran el rastro y entre su padre y l,
turnndose a razn de cinco kilmetros por da, fueron trazando una senda hasta
la salida del distrito.
Tienen que reconocer que somos ms modernos y ms fuertes para la caza, Dad -
afirm Harrison -. Corremos delante de ellos sin parar, da y noche, dando vueltas
y revueltas, y de repente desaparecemos del todo.
Podra ser que los Ranas estuvieran preocupados. Lo ms probable sera que
tuvieran curiosidad por descubrir cmo se las arreglaban los humanos para
escapar.
Era un aparato grande que flotaba lenta y 51-lenciosamente sobre las montaas.
Les quedaban muy pocos de los conocimientos tcnicos que tenan antes los de
su raza v no saban cul era la fuerza motriz. Tan solo saban que era mortal para
ellos. Luego, volvi a pasar ms bajo, casi rozando las copas de los rboles. La
cabina era transparente y pudieron ver en su interior una docena de personas
negras.
Harrison, que los estaba observando detrs de un arbusto> rechin los dientes.
Crees que de un salto podramos meternos all, entre ellos?- pregunt al viejo.
Algo han visto - gru Harrison -. Me parece imposible tener a todos estos nios
corriendo por aqu fuera y por el ro, expuestos a que los vean y les disparen.
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***
Lo mejor es que los nios salgan ahora a dar unas carreras, antes que vuelvan - le
sugiri Harrison.
No haca ms que cinco minutos que estaban all, cuando el joven Jim lanz un
fuerte silbido.
La nave area vena muy baja, a lo largo del ro y luego dio media vuelta alrededor
del monte.
El aeroplano volaba cada vez ms bajo. Jim consigui que los nios
desaparecieran del ro. Desaparecieron como hacen las figuras de una pantalla de
cine, quedando inmviles de pronto. Harrison estaba de pie mirando la nave.
Deben de haber visto algo. Se conoce que nos han visto fuera. Ahora ya saben
que vivimos aqu una familia y vern que somos diferentes del resto de los
humanos.
Conforme repuso -. Dir la palabra mgica. Volvi su fiera y cruel cara hacia
arriba, mirando al aeroplano.
- Ahora - grit.
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Estaban en la nave.
***
Haba all ocho Ranas. Ocho criaturas tan negras que daba pnico mirarlas y
que no comprendan lo que haba pasado. Harrison y el viejo empezaron a cortar
piernas, brazos y cabezas. La nave era un vehculo largo y cmo do, con laterales
transparentes, amplias literas y mullidos tapices. En pocos minutos, los humanos
lo dejaron reducido a una cmara sepulcral llena de sangre, de miembros
destrozados y de cadveres yacentes.
Muy bien. Una de estas bestias me ha atravesado una pierna con su cuchillo, pero
estoy sin novedad.
Tenemos que cogerle. Si vuelve a su base les dir que tenemos nios y vendr
por nosotros con ms gente.
Este es el ltimo.
Mir hacia el saln. El trabajo all haba sido hecho a conciencia. Luego, mir a su
alrededor.
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La nave que, evidentemente haba sido puesta por el piloto en una ruta fija, se
dirigi hacia el Sur deprisa e iba subiendo.
Tienes que salir de aqu. Pon los ojos en el monte y salta. Ya te curaremos en
cuanto estemos en casa.
El viejo enfoc bien los ojos, hizo un esfuerzo visible para concentrarse, y
desapareci.
Harrison mir hacia afuera, hacia el monte, \ vio el cadver de su padre en mitad
del espacio, a unos cien metros de la nave, que caa dando vueltas sobre las
rocas, trescientos metros ms abajo.
La nave con su carga macabra flot suavemente, y se supone que sera recogida
ms tarde, tal vez a miles de kilmetros de all.
Harrison estaba tumbado sobre la roca ante la cueva mirando a lo lejos, ms all
del valle.
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Mir a las estrellas.
Dios proteja a los Ranas el da en que Joe Harrison y su prole lleguen hasta
ellos - coment Liz.
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