Sentencia Estructuracion Delito - Concusion Taller Penal

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Anlisis jurisprudencial sobre el tipo penal de Concusin

Con base en la sentencia:


1. Explique la estructuracin del tipo penal de concusin.

a. El sujeto activo debe ser un servidor pblico que abuse del cargo o
de sus funciones. Se da cuando al margen de los mandatos
constitucionales y legales concernientes a la organizacin, estructura y
funcionamiento de la administracin pblica, constrie, induce o
solicita a alguien dar o prometer una cosa. El delito se consuma
simplemente al ejecutarse cualesquiera de estas acciones en provecho
del servidor o de un tercero, independientemente de que la ddiva o la
utilidad hayan ingresado o no al mbito de disponibilidad del actor.

2. Cules elementos concurren para que se de este tipo penal?


El diseo del tipo delictivo exige la concurrencia de los siguientes
elementos:
a) Sujeto activo calificado, el servidor pblico.
b) el abuso del cargo o de las atribuciones.
c) la ejecucin de cualquiera de los verbos: constreir, inducir o
solicitar un beneficio o utilidad indebidas.
d) relacin de causalidad entre el acto del servidor pblico y la
promesa de dar o entregar el dinero o la utilidad indebidos.

El elemento material de la concusin esta (sic) representado por la


promesa o la entrega de dinero o cualquier otra utilidad. Como es un
delito de conducta alternativa se consuma con la ejecucin de
cualquiera de estas dos modalidades.

Por promesa se concibe el ofrecimiento de un beneficio futuro. El dinero


o la utilidad deben ser indebidos, esto es, no deberse a ningn ttulo.

No interesa la forma como se haga y si constituye por si misma un


negocio ilcito, pues este examen solo importara en el mbito civil y no
en el campo penal.1

1
BERNAL PINZN JESS, Delitos contra la administracin pblica, p.72.

1
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Tanto la promesa como la entrega de dinero pueden tener como


destinatario al propio funcionario o a un tercero, particular o servidor
pblico.

3. Explique en que consiste es el metus publicae potestatis.


el metus publicae potestatis que lleva a la vctima a rendirse a las
pretensiones del agente. Se ve obligada a pagar o prometer el dinero o
la utilidad indebidos por el temor del poder pblico.

4. Explique en que incide la idoneidad del medio utilizado para la


exigencia o solicitud de dinero o dadivas, para que se configure este
tipo delictivo.

Si el medio utilizado no es idneo por cuanto la vctima no comprende


fcilmente que no posee otra alternativa diferente a ceder a la ilegal
exaccin o asumir los perjuicios nacidos de su negativa, el delito no
alcanza su configuracin2.

La condicin de servidor pblico ha de existir al instante del


cumplimiento de la conducta. Es imposible atropellar una calidad de la
cual se carece, puede estar temporalmente alejado de ella por virtud
de licencia, vacaciones, permiso, etc.

Constreir es obligar, compeler o forzar a alguien para que haga algo.


Es ejercitar con violencia o amenazas una presin sobre una persona
alterando el proceso de formacin de su voluntad sin eliminarla,
determinndola a hacer u omitir una accin distinta a la que hubiese
realizado en condiciones diversas. Puede revelarse a travs de
palabras, actitudes o posturas, la ley no exige una forma precisa de
hacerlo.

Inducir es instigar o persuadir por diferentes medios a alguien a que


efecte determinada accin y solicitar es pretender, pedir o procurar
obtener alguna cosa.3

Desde esa perspectiva, la Corte viene divulgando que el


constreimiento se configura con el uso de medios coactivos que
subyuguen el consentimiento del sujeto pasivo, o con el uso de
amenazas abiertas mediante un acto de poder. En la induccin, el
resultado se obtiene por medio de un exceso de autoridad que va
oculto, en forma sutil, en el abuso de las funciones o del cargo, el
sujeto pasivo se siente intimidado, cohibido porque si no hace u omite
lo pedido, puede resultar perjudicado en sus derechos por el agente.

Para su consumacin basta con la exigencia, no requiere que el


desembolso se cause, o se entregue el objeto o la ddiva, por tratarse
de un punible de conducta o mera actividad. Basta con la
manifestacin del acto de constreir, inducir o solicitar dinero u otra

2
Radicado No. 21961 del 22 de septiembre de 2004.
3
C.S.J. Sala de Casacin Penal, Radicado No. 18.798 del 12202

2
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

utilidad indebida, independiente de que el sujeto pasivo est en


posibilidad de cumplirla, ha reiterado la Corte recientemente 4.

EYDER PATIO CABRERA


Magistrado Ponente

SP7830-2017
Radicacin n. 46165
Acta n.o 178

Bogot, D. C., primero (1) de junio de dos mil


diecisiete (2017).

I. VISTOS

4
Radicado No. 27703 del 8 de junio de 2011.

3
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Decide la Sala los recursos de apelacin interpuestos


por la delegada de la Fiscala y la defensa tcnica, contra la
sentencia proferida el 22 de enero de 2015 por la Sala de
Decisin Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Riohacha, mediante la cual, al doctor LEONELO RAFAEL
SIERRA GUTIRREZ, Juez Penal del Circuito Especializado de
la misma ciudad, absolvi por el punible de concusin, en
concurso homogneo y sucesivo, y lo conden, como autor
del delito de prevaricato por accin agravado.
II. HECHOS

En la sentencia de primer grado, se resumieron por el


Tribunal de la siguiente manera:

El seor RAFAEL DARIO PALOMINO SILVA, abogado de


profesin, instaur denuncia el 7 de julio de 2006, ante la
Fiscala 30 de la Unidad de Fiscalas de Derechos Humanos y
Derecho Internacional Humanitario, contra varios funcionarios de
la Rama Judicial Jueces Fiscales de la Costa Norte, en la que
dio a conocer presuntos actos de corrupcin; entre ellos seal al
doctor LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIERREZ quien para esa
fecha ostentaba el cargo de Juez nico Especializado de la
ciudad de Riohacha La Guajira, de quien dijo haba solicitado
la suma de treinta millones de pesos ($30.000.000) para proferir
sentencia absolutoria a favor del seor JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA dentro del proceso penal que se le segua
al precitado por el delito de Concierto para Delinquir, emitiendo la
providencia absolutoria contra la cual fue interpuesto el recurso
de apelacin que la Sala Penal del Tribunal Superior de Distrito
Judicial de Riohacha La Guajira, revoc en su integridad.

Igualmente manifest que el Juez SIERRA GUTIERREZ tambin


haba solicitado la suma de diez millones de pesos
($10.000.000), con la finalidad de proferir sentencia absolutoria
a favor de YESID ARANGO ARDILA, quien igualmente se
encontraba acusado ante el despacho judicial a cargo del
denunciado, emitindose la providencia con carcter absolutorio.

Posteriormente en ampliacin de denuncia manifest que no


haba visto la entrega del dinero pero que s tena certeza de que

4
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

SIERRA GUTIERREZ lo haba recibido por intermedio de un


abogado exjuez de la repblica llamado RAFAEL a quien
personalmente se le haba realizado la entrega del dinero en su
vivienda por parte del tambin abogado EVER DUARTE quien
retir dicha suma de dinero del banco Davivienda.

Indic adems que, el acusado le haba manifestado que


revisara (sic) determinados torcidos, entre los cuales se
encontraba el proceso seguido contra DELIO CONDE ACHIPIS y
un seor apodado El Grande procesados por los delitos de
Secuestro, Homicidio, Hurto, Porte Ilegal de Armas, y como
contraprestacin le solicit al denunciante personalmente la
suma de diez millones de pesos ($10.000.000) para que los
acusados fuesen escuchados en ampliaciones de indagatorias en
la audiencia de juzgamiento y pudiesen confesar pertenecer a las
autodefensas y as evitar una sentencia condenatoria y se
pudieran acoger a la Ley de Justicia y Paz.
III. ACTUACIN PROCESAL RELEVANTE

Los anteriores hechos llevaron a la Unidad Estructura


de Apoyo, Despacho del Fiscal General, a dar apertura a la
investigacin previa el 13 de febrero de 2007 5, fase dentro
de la cual, el 9 de abril de 2010 se escuch en versin libre 6
al doctor LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ y se
decretaron y practicaron varias pruebas.

El 13 de agosto de 2010, la Fiscala 46 Delegada ante


el Tribunal Superior de Bogot, adscrita al Grupo de
Trabajo para la Investigacin de Funcionarios de la Rama
Judicial y la Fiscala General de la Nacin, dict resolucin
inhibitoria7, abstenindose de iniciar instruccin contra el
doctor SIERRA GUTIRREZ, provedo frente al cual el agente
del Ministerio Pblico interpuso recurso de apelacin.

5
Folios 145 y 146, C.O. 1, Fiscala.
6
Folios 223 a 237, ib.
7
Folios 35 a 52, C.O. 2, Fiscala.

5
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Mediante auto interlocutorio8 fechado 8 de noviembre


de 2010, la Fiscala Cuarta Delegada ante la Corte Suprema
de Justicia, revoc la anterior decisin y orden la
reanudacin de la indagacin.

El 18 de enero de 2011, la Fiscala Trece Delegada


ante el Tribunal Superior de Bogot orden la apertura de
instruccin9 en adversidad del doctor LEONELO RAFAEL
SIERRA GUTIRREZ, como presunto autor del delito de
concusin, en concurso heterogneo con prevaricato por
accin y dispuso vincularlo mediante indagatoria 10, la que
se llev a cabo el 25 de febrero del mismo ao, diligencia
que fue ampliada11 el 22 de septiembre siguiente.

El 20 de octubre de 201112 fue resuelta la situacin


jurdica de SIERRA GUTIRREZ, abstenindose la Fiscala de
imponerle medida de aseguramiento.

El 30 de noviembre de 2012 se clausur 13 el apartado


investigativo y, el 23 de mayo de 2013, se profiri
resolucin de acusacin14 contra LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ por los delitos de concusin en concurso
homogneo y sucesivo y heterogneo con el de prevaricato
por accin agravado, decisin contra la cual fueron
interpuestos por la defensa, recursos de reposicin y en
subsidio de apelacin.

8
Folios 3 a 17, C. Segunda Instancia, Fiscala.
9
Folios 158 a 163, C.O. 2, Fiscala.
10
Folios 174 a 188, C.O. 2, Fiscala.
11
Folios 68 a 74, C.O. 3, Fiscala.
12
Folios 76 a 111, ib.
13
Folio 146, C.O. 4, Fiscala.
14
Folios 160 a 209, ib.

6
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

El primero de los medios de impugnacin aludidos fue


resuelto por la Fiscala Trece Delegada ante el Tribunal
Superior de Bogot el da 26 de septiembre de 2013 15, en el
sentido de no reponer la resolucin por la cual se calific el
mrito del sumario. La apelacin, por su parte,
correspondi a la Fiscala Octava Delegada ante la Corte
Suprema de Justicia, despacho que el 20 de diciembre de
201316, la confirm.

Recibido el proceso en el Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Riohacha el 22 de enero de 2014, al da
siguiente se dispuso correr el traslado del artculo 400 de la
Ley 600 de 2000. La audiencia preparatoria se adelant el
da 16 de mayo de la misma anualidad 17.

Luego de celebrada la audiencia pblica de


juzgamiento (sesiones del 8 de julio y 19 de agosto de
201418), la Sala Penal del aludido Tribunal Superior, el 22
de enero de 2015 emiti la sentencia n. 00119, por la cual
absolvi a LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ, de los cargos
de concusin en concurso homogneo y sucesivo, pero lo
conden por el punible de prevaricato por accin agravado,
imponiendo las penas de 50 meses y 15 das de prisin, 77
salarios mnimos legales mensuales vigentes de multa,
inhabilitacin para el ejercicio de derechos y funciones
pblicas por un perodo de 68 meses y 15 das y la prdida

15
Folios 243 a 259, ib.
16
Folios 25 a 88, C. Segunda Instancia, Fiscala.
17
Folios 99 a 106, C. 41, Tribunal.
18
Folios 193 a 196 y 246 a 251, ib.
19
Folios 320 a 411, C. 42, Tribunal.

7
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

del cargo pblico de Juez de la Repblica. Neg la


suspensin condicional de la ejecucin de la pena y le
concedi la prisin domiciliaria, providencia apelada por la
Delegada de la Fiscala y el representante judicial del
sentenciado.

IV. LA SENTENCIA RECURRIDA

Tras rememorar los antecedentes fcticos y procesales


relevantes y destacar lo argumentado por las partes en los
alegatos de clausura, el juzgador de primera instancia
abord el estudio de los delitos objeto de acusacin y de las
pruebas allegadas durante el debate oral, as:

IV.1 Sobre la acusacin por el delito de concusin,


en concurso homogneo y sucesivo

Record el fallador de primer nivel que, los cargos por


este punible se hicieron consistir en la exaccin dineraria,
que al parecer efectuara el procesado SIERRA GUTIRREZ,
cuando oficiara en el ao 2004 como Juez Penal del
Circuito Especializado de Riohacha, y en asuntos sometidos
a su trmite y resolucin.

As, el reato de concusin lo dedujo la Fiscala del


hecho de haber solicitado el Juez LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ, las sumas de: (i) treinta millones de pesos
($30000.000,00), a cambio de dictar sentencia absolutoria a
favor de JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, en proceso penal
que se le adelantaba por concierto para delinquir; (ii) diez

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

millones de pesos ($10000.000, 00), por proferir sentencia


absolutoria a JOS YESID ARANGO ARDILA, sindicado
igualmente de concierto para delinquir; y (iii) diez millones
de pesos ($10000.000, 00), para habilitar espacios procesales
y realizar diligencias de indagatoria en etapa de juicio,
dentro del proceso penal seguido contra DELIO CONDE
ACHIPIS y otros, por los delitos de homicidio agravado,
fabricacin, trfico o porte de armas de fuego o municiones,
hurto y concierto para delinquir, con la finalidad que los
sindicados confesaran pertenecer a grupos de autodefensas
y as acogerse a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz.

Expres el a quo que lo predicado por la Fiscala a


travs de su Delegada, para obtener condena por este
delito, constitua una peticin de principio, al dar por
probado algo que le corresponda probar, aferrndose a un
juicio subjetivo indemostrado. Precisa, adems, que
sofsticamente se funda la acusacin, con el argumento que
con la declaracin del abogado RAFAEL DARO PALOMINO
SILVA, ello se prob.

Se encarga luego de examinar el dicho del denunciante


en estas diligencias, para concluir que en los dos primeros
episodios de solicitud de dinero, ninguna referencia
contundente existe y, respecto del ltimo, cae en
inconsistencias, que desvirtan su aseveracin.

Explica que lo nico que puede darse por probado de


la versin del abogado denunciante, es que la entrega de
dinero se hizo en virtud de la comunicacin que efectuara el

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

juez suspendido RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO, pero ello


no puede configurar prueba directa de que el acusado
hiciera las referenciadas solicitaciones o que hubiera
recibido suma alguna.

Al verificar, segn su criterio, que el testimonio de


PALOMINO SILVA resultaba insuficiente para acreditar la
demanda de dineros indebidos, se encarg el Tribunal de
analizar la prueba indiciaria existente.

Para ello, expuso que los hechos indicadores de: (i) ser
RAFAEL DARO PALOMINO SILVA y EVERTH ALFREDO DUARTE
GMEZ, defensores en los procesos a cargo del juez SIERRA
GUTIRREZ; (ii) la relacin que DUARTE GMEZ sostena con el
juez suspendido SUREZ ROMERO, en cuyo escenario se hizo
entrega de dineros; (iii) las fechas relacionadas entre la
entrega de los dineros y las sentencias absolutorias; (iv) el
hecho de saber PALOMINO SILVA que SIERRA GUTIRREZ era el
Juez Especializado de Riohacha y que SUREZ ROMERO para
la poca estaba suspendido como juez; y, (v) la mencin que
el secretario del mismo despacho judicial efectu
requerimiento por la reparticin del dinero en el caso de
CARVAJAL TABORDA, no constituyen elementos suficientes
para edificar prueba de tal naturaleza, que arriben a la
certeza que el acusado de manera personal, directa e
inequvocamente fulmin solicitud concusionaria, en los
trminos advertidos por el testigo de cargo.

Destaca, as mismo, que la restante prueba


testimonial, entre la que se cuenta la de JAIME ALONSO

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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CARVAJAL TABORDA y DELIO CONDE ACHIPIS, tampoco


confirma la atestacin de PALOMINO SILVA, encargndose en
su lugar de restar credibilidad a su dicho.

Termina el anlisis correspondiente, advirtiendo que si


bien el acervo probatorio no indica en grado de certeza que,
en efecto, LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ, abusando de
sus funciones como juez, realiz el comportamiento
consistente en solicitar dinero a los abogados PALOMINO
SILVA y DUARTE GMEZ, o al juez suspendido SUREZ
ROMERO, tampoco se evidencia, en igual grado de
conviccin, que ello no sucediera, por lo que en el caso
concreto aplica la norma rectora consagrada en la parte
segunda del artculo 7 de la Ley 600 de 2000, que ensea
que toda duda debe resolverse en favor del procesado.

IV.2 Sobre la acusacin por el delito de prevaricato


por accin agravado

En relacin con la segunda conducta, el Tribunal la


encontr demostrada porque el acusado profiri decisin
manifiestamente contraria a derecho, al emitir la sentencia
de primera instancia calendada 11 de octubre de 2004,
dentro del radicado 44 001 31 07 01 2004 00021, por la
cual absolvi a JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, a quien le
haban imputado el delito de concierto para delinquir,
argumentando el a quo que las pruebas obrantes en ese
proceso lo que indicaban era que deba condenar, y nunca
absolver, solucin a la cual lleg el funcionario judicial al
tergiversar en forma dolosa la prueba aportada.

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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Explic que se acredit la condicin de servidor


pblico de SIERRA GUTIRREZ como Juez Penal del Circuito
Especializado de Riohacha, al igual que, en ejercicio de esas
funciones, profiri la sentencia cuestionada como
prevaricadora, quedando establecida la cualificacin que
exige el tipo penal.

Frente al proceso penal encomendado al aqu


enjuiciado, eran los artculos 232 y 237 de la Ley 600 de
2000 a los que estaba sujeto, en punto de su resolucin,
cuyo contenido no le era extrao pues as los invoca al
inicio de su providencia.

Confrontada la decisin cuestionada con el acervo


probatorio recaudado y presente ante el juez para el
proferimiento de decisin, observ el Tribunal que las
conclusiones a las que arrib fueron sesgadas y
contradijeron de manera manifiesta la realidad probatoria,
por lo que de haberse aplicado la preceptiva legal que
gobernaba el caso, la conclusin hubiera sido de condena,
con lo que adems de injusta, la decisin se torn
arbitraria, producto del querer torcido del juez.

Agreg que no se trat de una equivocacin, o una


errada interpretacin de los hechos o de las pruebas
aportadas, pues ellas nunca podan sealar el sentido dado
por el juez a las mismas.

Para lo anterior, explic que:

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

4.2.1 La existencia del Grupo Contrainsurgencia


Wayuu es un hecho notorio que la jurisprudencia, para esa
poca, como ahora, registraba; adems que, en la foliatura
exista prueba que as lo develaba de manera abundante y
en grado de certeza, por ejemplo, la orden de batalla Frente
Contrainsurgente Wayuu y las declaraciones de los
reinsertados FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y el adolescente
G.R.20, quienes afirmaban no slo la existencia del grupo,
sino su militancia, mxime que por la labor de juez
especializado que ostentaba el acusado, tena toda la
capacidad y posibilidad de analizar dicha situacin, pues
fue su quehacer rutinario judicial.

4.2.2 Exista la prueba que vinculaba a JAIME ALONSO


CARVAJAL TABORDA con el Grupo Contrainsurgente Wayuu,
de las Autodefensas Unidas de Colombia, representada en
las declaraciones de los testigos FRANCISCO ANTONIO
MADRIAGA y G.R., desmovilizados de ese grupo que dieron
cuenta, cada uno y por dos veces, en esa actuacin y en
prueba trasladada, que en efecto esa persona era integrante
del grupo armado ilegal, jefe de las milicias acantonadas en
20
El Cdigo de la Infancia y la Adolescencia (Ley 1098 de 2006), que desarrolla,
entre otros, los artculos 44 y 45 de la Constitucin Poltica, establece la prevalencia
de los derechos de los nios, nias y adolescentes, los cuales deben respetarse en
todo acto, decisin o medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza
(artculo 9). En consonancia con lo anterior, el mismo Cdigo establece una reserva
que se desprende de los artculos 20 numeral 19, 33 y 47 numeral 8, segn los
cuales los nios, las nias y los adolescentes tienen derecho a la intimidad
personal; adems, los medios de comunicacin, debern abstenerse de dar el
nombre o divulgar datos que identifiquen o que puedan conducir a la identificacin
de nios, nias y adolescentes que hayan sido vctimas, autores o testigos de
hechos delictivos. En virtud a que la Sala advierte la obligacin que incumbe a los
responsables de los medios de comunicacin (entre los cuales estn los mecanismos
de divulgacin de la jurisprudencia) de abstenerse de revelar datos que conduzcan a
identificar en comportamientos delictivos, a las vctimas, autores o testigos menores
de edad, en garanta de los derechos del menor de edad y en acatamiento de los
postulados legales, no se consignar en esta providencia su nombre.

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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Riohacha, versiones corroboradas con prueba documental


aportada por la oficina de inteligencia de la Polica Nacional,
que registraba como integrante de ese grupo al all
procesado CARVAJAL TABORDA, documento de carcter
pblico que el aqu acusado omiti apreciar.

4.2.3 Las valoraciones que hace el juez en su provedo


prevaricador no encierran una opinin propia de las reglas
de la sana crtica a la cual estaba obligado, y ms bien
reflejan un capricho personal que busca justificar una
decisin a todas luces manifiestamente contraria a derecho.

4.2.4 Los testimonios de los reinsertados son prueba


directa de cargos, quienes refirieron con lujo de detalles las
razones por las cuales afirman lo que dijeron, y relataron
por qu les consta que CARVAJAL TABORDA era jefe de las
milicias del Grupo Contrainsurgente Wayuu, al sealar las
veces que lo vieron en esa funcin y acreditar que lo saben
por cuanto mientras fueron patrulleros, lo observaron
cuando iba a los campamentos en donde estaban los jefes,
ejerciendo militancia activa, al punto que se dedicaba a la
orientacin estratgica del grupo.

4.2.5 El togado sindicado neg la credibilidad a estos


testigos bajo argumentos balades, pues no es cierto que
FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA no haya sido certificado como
miembro de grupo armado, pues milita en la foliatura un
certificado de la entidad gubernamental respectiva, aunado
a su propia confesin; soslay, as mismo, el hecho que el
joven G.R. tena para la poca 17 aos de edad y el

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LEONELO RAFAEL SIERRA
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tratamiento a la luz de la legislacin es diferente a la de los


adultos, y es probable que dicho menor de edad, en su
proceso de reinsercin, haya sido sometido a
procedimientos judiciales propios de su condicin de
minora de edad, por tanto, no es cierto que el adolescente
no haya aceptado los beneficios que el gobierno nacional
otorgaba y emprendiera la huida, pues ningn elemento de
juicio indica esa afirmacin.

4.2.6 Desconoci el juez que los reinsertados se


entregaron de manera voluntaria a la Polica Nacional, de lo
cual obra informe con el que se inicia la investigacin,
contrario a lo por l afirmado, en el sentido que no figuraba
constancia a qu autoridad lo haban hecho.

4.2.7 La contrariedad manifiesta de la decisin con el


acervo probatorio, llega al punto culminante cuando se
afirma que los testigos, en su calidad de desmovilizados, no
confesaron actividad dentro de ese grupo. En oposicin a
esa asercin, las declaraciones sealan cules fueron las
acciones y tareas realizadas en la organizacin, quines
fueron sus mandos, los lugares donde operaron, las armas
que usaron, los escenarios en los que participaron, las
personas con quienes interactuaron, todo lo cual evidencia
que la decisin del juez false la realidad para consolidar
una decisin ostensiblemente contraria a la que indicaba la
prueba.

4.2.8 Desconoci, tambin, la diligencia de


reconocimiento en fila de personas de que trata el artculo

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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303 de la Ley 600 de 2000, bajo el sofisma de que ya los


declarantes haban reconocido al por reconocer, con lo que
contradijo las reglas que gobiernan dicha diligencia y
muestra el inters del acusado de abrir caminos a una
decisin contraria a derecho, pues, si ello era as, tendra
que haber concluido que el reconocimiento acerca de la
identificacin fsica estaba dado a travs de las
declaraciones de cargo; el hecho de que quien se apresta a
reconocer, haya visto con anterioridad al susceptible de
reconocimiento, no implica ninguna invalidez de la
actuacin, simplemente era objeto de valoracin de
credibilidad de tal aserto, cosa de la cual tampoco se ocup
el acusado, cuando ello le era imperativo.

4.2.9 No resultaba posible la absolucin a partir de


las declaraciones de descargo, quienes aseguraron que
CARVAJAL TABORDA desempeaba sus labores y resida en el
municipio de Bello (Antioquia), a efecto de tornar imposible
que delinquiera en jurisdiccin de La Guajira, como quiera
que analizado en particular cada testimonio y en su
conjunto, se llegaba a la conclusin del inters de los
testigos en favorecer al acusado pues ninguno de ellos
coincide, ni da muestra fehaciente de que sus dichos sean
ciertos y afloran contradicciones no abordadas por el juez
en su providencia.

4.2.10 Con toda esa informacin que era del dominio


del juez acusado, otro funcionario en la misma situacin no
tena espacio para especular, conjeturar o maliciosamente
crear situaciones falsas, tendientes a lograr el estado de

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injusticia y arbitrariedad que implic la absolucin, que


fund en peregrinos argumentos, insostenibles de cara a la
prueba aportada.

4.2.11 Por las concretas circunstancias fcticas en las


que obr el servidor judicial, se advierte que lo hizo con
conocimiento y voluntad de lesionar con su comportamiento
el bien jurdico de la administracin pblica, aspectos que
se deducen de su formacin profesional como abogado y
Juez de la Repblica, con amplia experiencia en la
judicatura, en tanto que desde el ao 1992 ejerca dicho rol
y le era usual el trmite de asuntos penales en punto de la
sentencia judicial, habida consideracin que en la mayora
de sus cargos siempre tuvo competencia en la especialidad
penal, por lo que no puede decirse que todo haya obedecido
a la inexperiencia o ineptitud del funcionario.

4.2.12 No resulta comprensible suponer, en tanto


nunca fue alegado, que el comportamiento prevaricador fue
producto de una deficiente informacin o equivocada
comprensin de los supuestos fcticos sometidos a
conocimiento del juez.

4.2.13 La configuracin de algn error, tampoco fue


invocado por el acusado en sus diferentes intervenciones en
este proceso, ms bien sostuvo que su decisin se hallaba
conforme a la ley.

Por todo lo anterior, al estar probada la conducta


constitutiva de prevaricato por accin y habindose

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

lesionado con la decisin, el bien jurdico de la


administracin pblica y, adems, al tenerse conciencia de
la ilicitud por el juez, quien tena la posibilidad de obrar
conforme a derecho, en tanto jur defender la Constitucin
y la ley, el fallador de primer nivel declar penalmente
responsable al enjuiciado, del punible de prevaricato por
accin agravado por el que se le acus.

V. FUNDAMENTOS DE LAS IMPUGNACIONES

5.1 De la defensa

El procurador judicial del procesado, interpuso


recurso de apelacin contra la sentencia condenatoria
proferida en su contra.

En escrito de sustentacin21, hizo un recuento de la


situacin fctica y seal los motivos por los cuales, en su
sentir, la sentencia de primer grado debe ser revocada, en lo
que corresponde a la condena que por prevaricato por
accin se profiri en adversidad de su procurado. En
apretada sntesis, ellos pasan a condensarse:

De acuerdo con su deber de juzgar, el juez estaba


autorizado a decidir discrecionalmente entre rechazo y
condena, con relacin al asunto penal seguido en contra de
JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA y, en este caso, se
encontr frente a una dudosa incriminacin y, por ello,

21
Folios 431 a 460, C. 42, Tribunal.

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LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

reconoci el instituto jurdico del in dubio pro reo, con las


consecuencias favorables para el procesado.

La decisin del juez gener opiniones dispares, al


punto que la Fiscala 46 Delegada ante el Tribunal Superior
de Bogot se inhibi de abrir investigacin formal y orden
el archivo de las diligencias preliminares, decisin que fuera
revocada por un Fiscal Delegado ante la Corte Suprema de
Justicia, sin embargo, ste tampoco hall mrito para
ordenar la apertura formal de investigacin que haba
solicitado el Ministerio Pblico.

Se encarga el memorialista de sealar los contra


argumentos que esgrimi el Tribunal para apartarse de la
sentencia proferida por SIERRA GUTIRREZ, los que en su
concepto se contraen a: (i) no reconocer la existencia del
Grupo Contrainsurgencia Wayuu; (ii) negar la vinculacin
del acusado CARVAJAL TABORDA, con el mismo grupo; (iii)
dejar sin validez el reconocimiento en fila de personas; y (iv)
la absolucin tampoco resulta objetivamente posible, a
partir de los testigos de descargo, pues el inters de ellos
era favorecer al acusado.

El primer reproche lo considera infundado y explica


que es fruto de prejuicios, como quiera que las
consideraciones del juez en la sentencia no ofrecen noticia
alguna acerca de que ste hubiera tenido esa idea. Por
tanto, considera que el Tribunal hizo una falsa lectura del
fallo, en su afn por afirmar algo que no es cierto: que el

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GUTIRREZ

juez desconoci la realidad de la presencia en la regin del


mentado grupo contrainsurgente.

En cuanto al segundo contraargumento, expuso que


el juez SIERRA GUTIRREZ analiz la falta de credibilidad de
los testigos, aun aceptando la pertenencia de ellos a las
AUC, lo cual sera, en su concepto, lo importante y decisivo,
y para ello, reproduce apartes de la providencia absolutoria
en donde el juez recalc la falta de contra interrogatorio de
los declarantes por la ausencia de defensor en su prctica y
la insuficiencia de prueba que confirmara el dicho de los
informes policivos y de los testigos.

Manifiesta el censor que el Tribunal expone su


particular punto de vista de los deponentes y, frente a toda
opinin siempre puede oponerse algo, por ejemplo, que
exista sospecha en el dicho de los desmovilizados por
contar una historia, tal vez anticipada en el informe del
propio oficial de la polica que captur a CARVAJAL TABORDA.

Expone que al estar desprovistas las declaraciones de


valor probatorio, distinto a su propio contenido, el juez
consider indispensable que se hubiera procedido a la
verificacin por otros medios, de todo cuanto dijeron los
testigos y, como esto no se logr, no lleg al grado de
certeza de la vinculacin del capturado CARVAJAL TABORDA
con la organizacin delictiva.

Sin embargo aade, los razonamientos del a quo


para demeritar el fallo del funcionario judicial tampoco son

20
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

impecables, ni sus conclusiones inevitables, toda vez que


para absolverlo por el delito de concusin, se desacredit el
testimonio del denunciante por advertir contradicciones en
l, pero censura al togado enjuiciado al no darle
credibilidad a la declaracin rendida por G.R. por las
contrariedades que present; as, la argumentacin del
cuerpo colegiado no comprueba que el juzgador abandon o
contradijo las reglas de la crtica probatoria.

Para el apelante, el Tribunal acept los testimonios de


los reinsertados como un simple acto de fe y no de sana
crtica, cuando la valoracin de toda prueba no significa
repetir su contenido, y si es una declaracin debe
argumentarse respecto de las circunstancias en que se
emite, mxime, cuando se trata de manifestaciones a
iniciativa del propio testigo, lo que siempre ha merecido
reservas en la doctrina y la jurisprudencia, as como el
hecho de ser codelincuentes, pues los colaboradores suelen
ser sujetos con sus propios intereses, resentimientos y
clculos y la sola expectativa de obtener algn tipo de
ayuda por su condicin de desmovilizados, pone en reserva
que se le d credibilidad a ciegas.

Increpa tambin la defensa que el cuerpo colegiado de


primera instancia haya considerado el informe de
inteligencia de la Polica Nacional como documento pblico,
toda vez que en l se recogen entrevistas y exposiciones
realizadas, encaminadas al auxilio y orientacin de la
investigacin, como as lo dijo el juez en su sentencia; por
ello, no se le puede dar valor de prueba documental, pues

21
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

una cosa es que un informe en cuanto documento oficial


prueba su existencia, y otra muy distinta el contenido del
mismo. Concluye el apelante que los informes de polica que
se nutren de las afirmaciones de personas entrevistadas, en
el fondo no son ms que un testimonio de odas, rendido
bajo certificacin jurada, que no puede suplir a la fuente
original.

Por lo mismo, explica, no se puede pretender que un


documento reservado de la Polica, como la orden de batalla
Frente Contrainsurgente Wayuu, se deba presumir verdico
y drsele el valor de prueba documental.

En lo que concierne al tercer contraargumento,


elucida que el juez no dio validez al resultado de la
diligencia de reconocimiento en fila de personas, por haber
visto el testigo previamente al capturado, lo que nada tiene
de estrafalario y s de reflexin razonable, razn para que el
legislador la consagrara con posterioridad en el artculo
253, numeral 5 de la Ley 906 de 2004, como una regla de
la mentada diligencia.

Ante el ltimo fundamento del Tribunal (que la


absolucin no resultaba posible con los testimonios que
corroboraban la condicin de comerciante que aleg
CARVAJAL TABORDA), explica el impugnante que, aunque
puede ser cierto, es un argumento dbil porque no dice todo
lo que haba que decir.

22
Segunda Instancia N 46165
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Advirti que pas por alto, el juez plural, algunos


detalles que, si bien no aparecen en la sentencia, debi
tener en cuenta, como advertir que al juicio oral tan slo
asisti el testigo ROGER FELLIZOLA GARCA, quien baj la
gravedad del juramento declar escuchar a un Mayor,
haciendo un comentario a un Sargento, que haban trado a
unos reinsertados que le estaban dando dedo a varias
personas y a todo al que agarraban lo queran involucrar
como paramilitar, por lo que surge otra corriente probatoria
que pone en entredicho los testigos de cargo.

Por todo lo anterior, exterioriza que la ostensible y


grosera tergiversacin del acervo probatorio, producto del
proceder perverso del juez, no es obvia, ni pacfica. Que el
asunto estuviera mal decidido pasa a un segundo plano, es
secundario, pues no es la ilegalidad de la decisin, aun si es
manifiesta, lo que se reprime con el prevaricato; lo que
interesaba demostrar, y que considera no consigui el
Tribunal, era la plena conciencia y libre voluntad de
infringir la ley, es decir el dolo directo.

Para el recurrente, el a quo parte de una cadena de


apreciaciones subjetivas y arbitrarias sobre lo que, desde su
ptica particular, es relevante o irrelevante en la crtica del
testimonio, y aparece que lo que se deduce no pasa de ser
otra conjetura con base en premisas frgiles que no son
obvias, ni comportan un consenso pacfico y de ellas no se
puede deducir el dolo, dicho de otro modo, no se prob la
preconcebida finalidad de infringir la ley.

23
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Se ocupa tambin de mencionar el memorialista que,


el Tribunal resolvi revocar la decisin que absolvi a JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA en una sentencia brevsima, y
ninguna de las razones aducidas deja entrever que la
providencia impugnada fuera una decisin judicial atroz.
En esa ocasin, tuvo la conviccin de que el fallo
absolutorio no era constitutivo de delito alguno, porque no
dispuso la expedicin de copias para que se investigara
penal y disciplinariamente al funcionario judicial. El
juzgador colegiado se reafirma y apoya en su decisin
anterior, pero lleva sus argumentos mucho ms lejos.

Plantea tambin que, en el caso particular, el juez


SIERRA GUTIRREZ, desde su primera versin, manifest: mi
conviccin era que el proceso adoleca de pruebas para
condenar, lo que equivale a sostener, de forma implcita,
que actu con la conviccin de hacerlo dentro de los marcos
de la juridicidad, hiptesis de ausencia de responsabilidad
por error sobre el tipo, por ende, no puede deducirse
culpabilidad cuando entendi comportarse conforme a
derecho. Para la defensa, su prohijado actu sin el nimo
preconcebido de infringir la ley.

Solicita, como conclusin, que luego de analizado todo


el material probatorio, si se encuentra razonable, al menos
la postura de la falta de certidumbre del obrar doloso del
acusado, se revoque la condena y en su lugar se le
absuelva.

5.2 De la fiscala

24
Segunda Instancia N 46165
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En escrito de sustentacin22, centra su inconformidad


en tres aspectos:

5.2.1 Frente al anlisis del delito de concusin

Se aparta de la conclusin a la que arrib el fallador a


quo, que consider su solicitud de condena por este punible
como una peticin de principio, al indicar que la prueba
demostr que el sindicado s solicit una fuerte suma de
dinero para las tres eventualidades reseadas en los
hechos, prueba representada en los testimonios arrimados
al proceso y que obedecieron al principio de permanencia.

Se refiere a la declaracin del abogado RAFAEL DARO


PALOMINO SILVA, como constitutivo de cargo serio y digno de
credibilidad y no un sofisma, argumento del Tribunal en la
sentencia de primer grado.

Para ello, record que el mencionado letrado present


denuncia el da 6 de julio de 2006 en la que mencion que
el doctor LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ solicit en tres
oportunidades dinero para el ejercicio de su actividad como
juez: la primera tiene que ver con la exigencia de
$30000.000,00 para dictar sentencia absolutoria a favor de
JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, dinero que fue entregado
por EVERTH DUARTE GMEZ al doctor RAFAEL FEDERICO
SUREZ ROMERO, ex Juez Penal del Circuito de Riohacha y
quien se encontraba privado de la libertad en su lugar de
22
Folios 482 a 510, C. 42, Tribunal.

25
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

residencia; la segunda corresponde a requerimiento de


$10000.000,00 para emitir sentencia absolutoria a favor de
JOS YESID ARANGO ARDILA, bajo la misma modalidad de
entrega. Y, en la ampliacin de denuncia, expuso que
solicit otros $10000.000,00 para escuchar en indagatoria
ampliada a DELIO CONDE ACHIPIS y otro, a fin de que
confesaran su pertenencia a las autodefensas y acogerse a
los beneficios de la Ley de Justicia y Paz.

Indic la Delegada Fiscal que dadas las especiales


circunstancias en que PALOMINO SILVA dio sus
declaraciones, el aludido testimonio constituye prueba
directa de la materialidad de la conducta y la
responsabilidad del investigado, pues efectu una narracin
clara y precisa de las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que se produjeron las diversas solicitudes
econmicas.

Explic que en las dos primeras situaciones, el


deponente seal en forma directa, no producto de una
inferencia subjetiva, como lo consider el Tribunal, que la
exigencia econmica se hizo a travs de un tercero (actuar
lgico y razonable en este tipo de actividades delictivas),
adems, dijo que le constaba de manera personal que las
sumas fueron entregadas en la residencia del intermediario,
y que slo cuando escuch las conversaciones telefnicas
entre SUREZ ROMERO y SIERRA GUTIRREZ, confirm que el
destinatario del dinero requerido era este ltimo.

26
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Expuso la recurrente, que PALOMINO SILVA tuvo


conocimiento directo de diversas circunstancias
relacionadas con el acontecer delictual y fue testigo
presencial de la entrega de dinero, no en forma personal al
juez, sino por interpuesta persona conocida, cercana a l.

Resea que la prueba testimonial en estos dos


sucesos, se ve reforzada con prueba documental as: la
existencia de los procesos penales contra JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA y JOS YESID ARANGO ARDILA, la poca de
inicio de intervencin procesal y poca de captura (ao
2003), el desarrollo de la etapa de juzgamiento (ao 2004),
el trmino que, en ambos casos, transcurri entre la
audiencia pblica y el fallo (24 das), contemporaneidad
entre las fechas de las sentencias absolutorias.

En cuanto al tercer sealamiento, expresa que


PALOMINO SILVA conoci de primera mano las circunstancias
de tiempo, modo y lugar de la exigencia dineraria, al indicar
que la solicitud se la hizo a l en forma personal el doctor
LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ, razn por la que su
testimonio es prueba directa de la materialidad de la
conducta y la responsabilidad penal del enjuiciado.

En este caso, la suma de $10000.000,00 fue requerida


por el investigado de manera directa y en varias
oportunidades, dinero que jams se entreg, versin que es
conteste con el testimonio de CONDE ACHIPIS.

27
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

En cuanto al origen del caudal que PALOMINO SILVA


asegura se dio, aspecto que fue cuestionado por el a quo, el
denunciante afirm que fue proporcionado por integrantes
del grupo armado ilegal, versin corroborada en juicio oral
por el propio CARVAJAL TABORDA, quien seal cmo el grupo
de autodefensas a las que l perteneca, en cabeza del
comandante alias RAMIRO, envi $40000.000,00 con destino
al juez LEONELO, a fin de que lo exonerara de toda
responsabilidad, situacin que as sucedi al proferirse
sentencia absolutoria por $30000.000, 00. Los otros
$10000.000,00, ratific el testigo, fueron pagados al juez
acusado para que absolviera a JOS YESID ARANGO ARDILA.

Por consiguiente, considera la apelante que sta es


una sindicacin contundente, es el dicho de la persona que
fue absuelta por el juez acusado, su versin de los hechos
surge de su propio conocimiento y se expresa con el
lenguaje propio de su condicin personal y social, y no
refleja el seguimiento de un libreto, como lo consign el a
quo en la providencia que se impugna.

Luego de referirse a la prueba directa e indirecta en la


doctrina, manifiesta la recurrente que tanto el testimonio
del abogado PALOMINO SILVA, como el de CARVAJAL TABORDA,
pueden ubicarse en la clasificacin de directa, porque por s
mismos percibieron el hecho que el juez solicit una suma
de dinero para emitir decisiones contrarias a la ley.

A ello, suma la declaracin de CONDE ACHIPIS el 2 de


diciembre de 2010, quien asegur que conoci a los

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LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

abogados y que sus servicios eran pagados por alias


RAMIRO, que la obligacin de los defensores era obtener la
libertad de cualquier forma, y la de los capturados no
preguntar, agreg que en el proceso que se adelant en su
contra acept los cargos porque era la manera ms fcil de
acceder a la Ley de Justicia y Paz, segn le inform el
abogado DUARTE GMEZ y, por ltimo, dijo que ARANGO
ARDILA fue su comandante en el grupo armado ilegal,
persona cercana a alias RAMIRO, circunstancia que pudo
influir para que rpidamente obtuviera su libertad.

En criterio de la Fiscala, las pruebas testimoniales


reseadas confirman el origen de los recursos econmicos,
para el ejercicio de la defensa tcnica de las personas que
integraban el grupo contrainsurgente y fortalecen el dicho
del denunciante.

Contrario a la conclusin del fallador de primera


instancia, para la impugnante es claro que la actividad del
doctor SIERRA GUTIRREZ lleva implcito el efecto subjetivo
que integra el tipo penal de concusin, pues prevalido de su
condicin de funcionario judicial y abusando del cargo de
Juez Penal del Circuito Especializado de Riohacha, a travs
de un tercero solicit dinero a los abogados de JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA y JOS YESID ARANGO ARDILA,
ofreciendo a cambio una sentencia absolutoria en dos
procesos que estaba llamado a decidir. Adicionalmente,
pidi otra suma al abogado del seor DELIO CONDE ACHIPIS
esta vez de manera personal, para realizar una diligencia

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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judicial que posibilitara el acogimiento de aquel procesado a


la Ley de Justicia y Paz.

Termina su alegato en este apartado, en el sentido que


no se puede poner en duda la idoneidad de la conducta, a
partir de las calidades profesionales de quien recibi la
exigencia econmica, ni las calidades personales o sociales
de los procesados.

Por tanto, apartndose del criterio del juez plural de


primera instancia, considera que, en este caso, la prueba
recaudada, analizada en su conjunto y bajo las reglas de la
sana crtica, permite arribar a la certeza sobre la existencia
del hecho y la responsabilidad penal del enjuiciado en la
conducta punible de concusin, en concurso homogneo y
sucesivo y, por ello, depreca condena en dicho sentido.

5.2.2 Frente a la concesin de la prisin


domiciliaria

Para la apelante, en el caso concreto, no procede la


conmutacin de la prisin carcelaria, por domiciliaria, pues
si bien se cumple el requisito objetivo, no acontece lo mismo
frente a la exigencia subjetiva.

Explica que el juez no merece la prisin domiciliaria,


pues su conducta expresa un profundo sentimiento de
indignacin, al desconocer su condicin de administrador
de justicia, cohonestado con la delincuencia para

30
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

favorecerlos, razn para que el valor justicia hoy da tenga


los ms bajos ndices de aceptabilidad social.

5.2.3 En punto a la condena en perjuicios

De manera concreta, indic que no comparte los


argumentos frente a la no condena en perjuicios, en
consideracin a que la vctima Rama Judicial, sufri graves
perjuicios que deben materializarse.

VI. INTERVENCIN DE LOS NO RECURRENTES

La defensa tcnica, en relacin con el recurso


interpuesto por la Fiscala, solicita 23 a la Sala confirmar la
providencia impugnada, al encontrarla ajustada al recaudo
probatorio y el orden jurdico, en esencia, por cuanto:

6.1 Empieza por sealar una observacin en el


recurso de apelacin presentado por el ente acusador,
habida cuenta que la sentencia se notific de forma
personal, inicialmente a ANA MARA RODRGUEZ, sealando el
Tribunal que se trat de un error en el acto de notificacin,
pero sin saber si ella lo hizo en calidad de asistente de la
Fiscala Trece Delegada ante el Tribunal Superior de
Bogot, o que estuviera encargada de ese Despacho.

Con todo, luego se notific a la doctora MARA LEONOR


OVIEDO PINTO, y sta sustent apelacin como Fiscal Tercera
Delegada ante el Tribunal Superior de Bogot,
23
Folios 518 a 539, C. 42, Tribunal.

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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desconociendo si el proceso contra su procurado, fue


reasignado a esta ltima Fiscala.

As, indica, de haber estado encargada la servidora


judicial que primero se notific, o que no se hubiera
reasignado el proceso a la Fiscala Tercera, el recurso de
apelacin y la sustentacin de la Fiscala devienen
extemporneos24.

6.2 Frente a la pretensin de revocatoria de lo


decidido, en punto de la absolucin por el punible de
concusin en concurso homogneo, explica que la Fiscala
basa los hechos en el pattico relato del abogado RAFAEL
DARO PALOMINO SILVA, testigo de escabrosa reputacin.

Expres que el testimonio de PALOMINO SILVA puede


dividirse en dos partes: directo cuando dijo que el abogado
EVERTH ALFREDO DUARTE GMEZ fue quien le inform de la
solicitud de dinero y despus vio cuando ste entreg el
dinero al ex juez RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO; prueba
directa contra el ex juez, a quien supuestamente se le
entreg la suma dineraria, pero no contra el juez SIERRA
GUTIRREZ.

Aadi que, el denunciante incurre en imprecisiones,


cuando dice que escuch el cruce de llamadas entre el ex
24
Al respecto, la Corte observa del expediente (Folio 479, C. 42, Tribunal) que por la
Secretara General del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Riohacha, en
principio, se efectu un indebido trmite de notificacin del fallo al ente acusador,
situacin irregular que fue solucionada el da 7 de mayo de 2015, marco en el cual
dicho sujeto procesal present recurso de apelacin contra la sentencia de primer
grado. Frente a ello, el 26 de mayo de 2015, el Magistrado Ponente decidi conceder
los recursos de apelacin oportunamente interpuestos y sustentados por Fiscala y
defensa (Folio 541, ib.)

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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funcionario judicial y el procesado, como quiera que las


conversaciones telefnicas no eran un fenmeno audible a
cierta distancia, fuera de los dos interlocutores, en la
medida que el testigo nunca manifest que SUREZ ROMERO
mantuviera el telfono celular en modo altavoz.

Se convierte as en un testigo de odas, porque sus


recuerdos slo ofrecen lo que dijera SUREZ ROMERO, por
ende, lo nico que puede acreditar es la existencia de un
relato que otra persona le hizo sobre unos hechos. Luego,
en el episodio que involucra al acusado en el cruce de
llamadas que dice escuch, lo que puede creerse es que
declar con el convencimiento subjetivo de que as lo era,
ms no est en capacidad de demostrar que, en realidad, el
juez denunciado intervino en la pltica.

Indica que el slo testimonio de PALOMINO SILVA


pudiera dar a entender que tanto l como el abogado
DUARTE GMEZ fueron vctimas de engao por el ex juez
SUREZ ROMERO, situacin que no es extraa hoy da, pues
abogados inescrupulosos solicitan dinero a nombre de
funcionarios honestos que nada saben de la cuestin,
aspecto que incluso ventil PALOMINO SILVA en su
testimonio, respecto de otros servidores judiciales en la
ciudad de Barranquilla.

Agreg que la imputacin del abogado PALOMINO SILVA


es un testimonio directo en relacin con el procesado, slo
cuando, a los dos meses de su primera declaracin, record
con turbia vaguedad y de forma indeterminada, que

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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tambin SIERRA GUTIRREZ le pidi dinero personalmente


para revisar varios torcidos y, con la misma imprecisin, el
recuerdo ms grande que pudo ofrecer fue el de la solicitud
de dinero en el caso de CONDE ACHIPIS, sin estar convencido
de lo que dijo, por cuanto no record siquiera la suma
exacta.

Luego de referirse a la escasa idoneidad moral de


PALOMINO SILVA, manifiesta que resulta difcil creer que un
abogado sin fronteras morales o ticas en el ejercicio de la
profesin, no aceptara la propuesta del juez, si en realidad
hubiera ocurrido; por ello, califica la narracin del testigo
de increble e inverosmil, pues no precisa cundo y dnde
el juez le solicit el dinero a cambio de ampliar las
indagatorias para que sus clientes se favorecieran con la
Ley de Justicia y Paz (que slo vino a expedirse a finales de
julio de 2005), no entra en detalles y omite circunstancias
de tiempo, modo y lugar que rodearon la presunta
propuesta de varios torcidos.

Por otro lado, fustiga que a la Fiscala le pareci


suficiente argumentar que, la configuracin del delito de
concusin slo requiere probar como requisito
indispensable la solicitud de dinero por el sujeto activo, sin
que sea indispensable recibirlo. Y aade que, aunque no
ignora que el delito en cuestin es de mera actividad, en su
criterio, resulta indispensable que la solicitud sea
susceptible de alcanzar el resultado y debe existir una
relacin directa entre la solicitud de dinero y lo que debe

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Segunda Instancia N 46165
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decidir el funcionario, que atemorice al particular a acceder


a la entrega del mismo.

Indica, as mismo, que en el asunto concreto era


necesario establecer si la oferta del juez estaba dotada de la
entidad suficiente o idnea para colocar al abogado en una
posicin que se caracterizara por el temor o la sumisin a lo
establecido por el poder pblico y accediera a la entrega del
dinero.

Concluye, al decir que la escueta denuncia, en el


sentido que el juez acusado solicit en forma personal
dinero, no tiene por s sola la suficiencia para dar por
establecido en todos sus elementos el delito de concusin.

6.3 Frente a la concesin de la prisin domiciliaria a


su defendido, expone que ningn razonamiento se propuso
por la apelante, que contradiga o refute el discurso
dialctico contenido en la sentencia, limitndose a decir que
la necesidad de la pena obedece a la misma concepcin del
criterio de justicia.

Para la Fiscala, la nica sancin de acuerdo con


teoras absolutas de la pena es la prisin intramural,
carcelaria o penitenciaria, desconociendo que, en estricto
rigor, la prisin domiciliaria slo es un cambio de sitio de
reclusin de la pena privativa de la libertad. Por ende, en
contra de lo que cree la recurrente, la sola invocacin de
una compensacin justa, no sirve como fundamento de una

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Segunda Instancia N 46165
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apelacin, por lo que es claro que el ente acusador no


cumpli con la obligacin de sustentacin.

En su concepto, la Fiscala tampoco sustent, en


debida forma, su oposicin a la ausencia de condena en
perjuicios y la precariedad del texto mismo resulta
elocuente.

En conclusin, solicita a la Corte declarar desierta la


apelacin contra la decisin que concedi la prisin
domiciliaria, y se confirme, en su integridad, la absolucin
en relacin con los delitos de concusin.

VII. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Al tenor de lo dispuesto en el artculo 75, numeral 3,


de la Ley 600 de 2000, la Sala es competente para resolver
los recursos de apelacin interpuestos, por cuanto versan
sobre una sentencia proferida en primera instancia por un
Tribunal Superior de Distrito Judicial.

En virtud del principio de limitacin establecido en el


artculo 204 del estatuto procesal penal aludido, la labor de

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
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la Sala se concretar a examinar los aspectos sobre los


cuales se expresa inconformidad, estudio que puede
extenderse a los temas inescindiblemente vinculados al
objeto de la censura, segn lo autoriza la precitada norma.

VII.1De la estructuracin del delito de concusin


en el caso concreto

Del anlisis dogmtico y el trato jurisprudencial, que


la Corte ha efectuado con relacin a este tipo penal, se
recuerda (CSJ SP146232014, 27 oct. 2014, rad. 34282):

2.3.1. El diseo del tipo delictivo exige la concurrencia de los


siguientes elementos: a) Sujeto activo calificado, el servidor pblico; b)
el abuso del cargo o de las atribuciones; c) la ejecucin de cualquiera
de los verbos: constreir, inducir o solicitar un beneficio o utilidad
indebidas; y d) relacin de causalidad entre el acto del servidor
pblico y la promesa de dar o entregar el dinero o la utilidad
indebidos.

a. El sujeto activo debe ser un servidor pblico que abuse del cargo o
de sus funciones. Se da cuando al margen de los mandatos
constitucionales y legales concernientes a la organizacin, estructura y
funcionamiento de la administracin pblica, constrie, induce o
solicita a alguien dar o prometer una cosa.

La arbitrariedad puede referirse solamente al cargo del que est


investido, caso en el cual es usual su manifestacin a travs de
conductas por fuera de la competencia funcional del agente 25, posicin
aceptada por la jurisprudencia atendiendo la incontrovertible ofensa
sufrida por la administracin pblica. En suma, es susceptible de
realizacin por los servidores pblicos que en razn a su investidura o
a la conexin con las ramas del poder pblico, pueden comprometer la
funcin de alguna forma26.

Cualquiera que sea la modalidad ejecutada por el autor, es


indispensable la concurrencia del elemento subjetivo predicable de la
vctima, el metus publicae potestatis que lleva a la vctima a rendirse
a las pretensiones del agente. Se ve obligada a pagar o prometer el
dinero o la utilidad indebidos por el temor del poder pblico.

Si el medio utilizado no es idneo por cuanto la vctima no comprende


fcilmente que no posee otra alternativa diferente a ceder a la ilegal

25
BERNAL PINZN Jess, delitos contra la administracin pblica p. 61.
26
Radicado No. 29769 del 3 de junio de 2009.

37
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

exaccin o asumir los perjuicios nacidos de su negativa, el delito no


alcanza su configuracin27.

La condicin de servidor pblico ha de existir al instante del


cumplimiento de la conducta. Es imposible atropellar una calidad de la
cual se carece, puede estar temporalmente alejado de ella por virtud
de licencia, vacaciones, permiso, etc.

b. Constreir es obligar, compeler o forzar a alguien para que haga


algo. Es ejercitar con violencia o amenazas una presin sobre una
persona alterando el proceso de formacin de su voluntad sin
eliminarla, determinndola a hacer u omitir una accin distinta a la
que hubiese realizado en condiciones diversas. Puede revelarse a
travs de palabras, actitudes o posturas, la ley no exige una forma
precisa de hacerlo.

Inducir es instigar o persuadir por diferentes medios a alguien a que


efecte determinada accin y solicitar es pretender, pedir o procurar
obtener alguna cosa.28

Desde esa perspectiva, la Corte viene divulgando que el


constreimiento se configura con el uso de medios coactivos que
subyuguen el consentimiento del sujeto pasivo, o con el uso de
amenazas abiertas mediante un acto de poder. En la induccin, el
resultado se obtiene por medio de un exceso de autoridad que va
oculto, en forma sutil, en el abuso de las funciones o del cargo, el
sujeto pasivo se siente intimidado, cohibido porque si no hace u omite
lo pedido, puede resultar perjudicado en sus derechos por el agente.

Ello no solo teniendo en consideracin el contenido y alcance de los


verbos rectores, sino adems con arreglo al bien jurdico tutelado, la
administracin pblica, la cual se ve vulnerada con el acto de
constreir, inducir o solicitar, por resultar resquebrajada su estructura
y organizacin, generando en la colectividad sensacin de deslealtad,
improbidad y deshonestidad29.

Para su consumacin basta con la exigencia, no requiere que el


desembolso se cause, o se entregue el objeto o la ddiva, por tratarse
de un punible de conducta o mera actividad. Basta con la
manifestacin del acto de constreir, inducir o solicitar dinero u otra
utilidad indebida, independiente de que el sujeto pasivo est en
posibilidad de cumplirla, ha reiterado la Corte recientemente 30.

c. El elemento material de la concusin esta (sic) representado por la


promesa o la entrega de dinero o cualquier otra utilidad. Como es un
delito de conducta alternativa se consuma con la ejecucin de
cualquiera de estas dos modalidades.

Por promesa se concibe el ofrecimiento de un beneficio futuro. El dinero


o la utilidad deben ser indebidos, esto es, no deberse a ningn ttulo.

27
Radicado No. 21961 del 22 de septiembre de 2004.
28
C.S.J. Sala de Casacin Penal, Radicado No. 18.798 del 12202
29
C.S.J. Sala de Casacin Penal, Radicado No. 15910 del 19 de XII01
30
Radicado No. 27703 del 8 de junio de 2011.

38
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

No interesa la forma como se haga y si constituye por si misma un


negocio ilcito, pues este examen solo importara en el mbito civil y no
en el campo penal.31

Tanto la promesa como la entrega de dinero pueden tener como


destinatario al propio funcionario o a un tercero, particular o servidor
pblico.

Igualmente se ha advertido por la jurisprudencia de esta Sala


que para cometer el delito de concusin es presupuesto
indispensable que pueda deducirse, adems de los elementos
referidos, el abuso del cargo o de sus funciones. A este respecto,
se ha dicho (CSJ SP, 3 jun 2009, rad. 29769):

Como lo viene enseando la jurisprudencia de la Sala, se abusa del


cargo o de la funcin pblica cuando el servidor, al margen de las
normas constitucionales y legales a las cuales debe obediencia, es
decir aquellas que organizan y disean estructural y funcionalmente
la administracin pblica, constrie, induce o solicita a alguien dar o
prometer alguna cosa. El delito se consuma simplemente al
ejecutarse cualesquiera de estas acciones en provecho del servidor o
de un tercero, independientemente de que la ddiva o la utilidad
hayan ingresado o no al mbito de disponibilidad del actor.

Tal conclusin se desprende no slo del alcance y significacin de los


verbos rectores empleados por el legislador, sino igualmente del
hecho que la administracin pblica, que es el bien jurdicamente
tutelado, se ve transgredida con el acto mismo del constreimiento,
de la induccin, o de la solicitud indebidos, en cuanto cualquiera de
ellas rompe con la normatividad que la organiza y estructura,
derrumbndola y generando la sensacin o certeza de deslealtad,
improbidad y ausencia de transparencia dentro de los coasociados 32.
(destaca la Sala). [subrayado original del texto]

Como en el presente caso se atribuye al acusado la


solicitud indebida de dinero, tambin es preciso recordar lo
expuesto por la Sala acerca de esta especfica modalidad de
la conducta (CSJ SP, 7 nov. 2012, rad. 39395):

Ahora bien, en el caso que ocupa la atencin de la Sala, la conducta


ilcita que se le reprocha a la procesada por solicitar dinero
indebido, debe exhibir para que tenga relevancia penal, las
siguientes caractersticas: en primer lugar, que la peticin la haga un
servidor pblico; en segundo lugar, que sta sea idnea e
inequvocamente dirigida a obtener un provecho o utilidad indebidos,
ya para un tercero, ora en beneficio del servidor que hace la ilcita

31
BERNAL PINZN JESS, Delitos contra la administracin pblica, p.72.
32
Entre otros, rad. 15910 del 19 de diciembre de 2001.

39
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

solicitud; y, en tercer aspecto, que el servidor pblico, al hacerla,


abuse del cargo o de sus funciones. 33

En torno al verbo solicitar, que hace parte de la descripcin tpica


del comportamiento, la Corte ha precisado:

(La solicitud) puede ir acompaada de fuerza fsica o moral


(constreimiento) o simplemente mueva la voluntad del destinatario
por engao o justo temor, este ltimo en todo caso no generado por
violencia o amenazas (induccin).34

En otra oportunidad indic:

Dicha solicitud debe ser inequvoca, pues no toda expresin o


comportamiento del funcionario pueden ser tomados como delictuosos.
No debe quedar duda, por decirlo de otra forma, acerca de la
pretensin del funcionario de poner en venta su propia funcin o cargo
mediante el ofrecimiento directo, y sin necesidad de acudir al ardid o a
las amenazas.

Es importante sealar finalmente que, en tratndose de una


cualquiera de dichas formas de exteriorizar la exigencia, debe
permanecer subyacente el denominado metus publicae
potestatis como elemento subjetivo predicable de la vctima. De
modo que, si la investidura carece de la capacidad de persuadirla, en
el sentido de no llegar a comprender fcilmente que no tiene otra
alternativa que ceder a la ilegal exaccin o asumir los perjuicios
derivados de su negativa, la conducta no alcanza configuracin 35
[negrilla original del texto]

Corresponde, entonces, a esta Colegiatura,


determinar, de cara a las probanzas del plenario y a las
exigencias tpicas de la conducta que viene endilgada, si se
acredita o no su existencia, dentro del marco de censura
propuesto por la Delegada de la Fiscala en el escrito de
apelacin.

Sea lo primero indicar que, en este asunto no se


controvierte que LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ funga
como Juez Penal del Circuito Especializado de Riohacha
33
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casacin Penal. Sentencia de 7 de marzo de
2007. Rad. 23732.
34
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casacin Penal. Sentencia de 7 de marzo de
2007. Rad. 23732.
35
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casacin Penal. Fallo de 10 de septiembre de
2003. Rad. 18056.

40
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

para la poca de los hechos. As consta en el acta de fecha


cinco (5) de marzo de 2004, por medio de la cual tom
posesin del cargo, en virtud de la Resolucin n. 010 de
febrero 26 de 2004, expedida por la Sala Plena del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Riohacha, que lo nombr
en provisionalidad a partir del da seis (6) de marzo de ese
ao36.

Tampoco suscita discusin que, al entonces Juez


SIERRA GUTIRREZ, dentro de su mbito funcional, le
correspondi adelantar el juzgamiento de las causas
penales seguidas en contra de JAIME ALONSO CARVAJAL
TABORDA, por el punible de concierto para delinquir
(radicado 200400021)37, JOS YESID ARANGO ARDILA,
sindicado por igual conducta (radicado 200400022) 38, y
DELIO CONDE ACHIPIS y otros, por los delitos de homicidio
agravado, fabricacin, trfico o porte de armas de fuego o
municiones, hurto y concierto para delinquir (radicado
200400039)39, todos ellos, de acuerdo con lo que emerge de
la foliatura, pertenecientes al Grupo Contrainsurgencia
Wayuu, faccin de las AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA,
con influencia en la zona de La Guajira.

Ahora bien, a efecto de estudiar tanto la impugnacin,


como el reparo que a ella hiciera la defensa en el traslado de
rigor, resulta necesario partir por precisar, en detalle, lo que
dijeron los diferentes testigos de cargo respecto de la
ocurrencia de los hechos investigados, pues el reproche
36
Folios 135 y 136, C.O. 1 y 54 y 55, Cuaderno Anexo 1, Fiscala.
37
Cuadernos Anexos 3, 4 y 11, Fiscala.
38
Cuadernos Anexos 5 y 6, Fiscala.
39
Cuaderno Anexo 10, Fiscala.

41
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

exteriorizado por la recurrente tiene que ver con la


apreciacin que el a quo hizo de las plurales atestaciones.

Sin embargo, previamente conviene enfatizar que,


contrario a lo sostenido por el defensor de SIERRA
GUTIRREZ en la intervencin como no recurrente, dichos
testigos no tienen la condicin de referenciales o de odas,
sino de directos, pues sus declaraciones tienen por objeto
hechos que habran percibido o aprehendido por sus
propios sentidos, como se concluye con facilidad a partir de
su contenido.

De la extensa declaracin rendida por RAFAEL DARO


PALOMINO SILVA, gnesis de esta investigacin, por resultar
de capital importancia para la resolucin del caso concreto,
se extrae:

[] Con relacin a la defensa del seor JAIME CARVAJAL


TABORDA el DR. IVAN OTERO se presenta a mi casa
manifestndome que haban ochenta y ocho millones de pesos,
cincuenta de los cuales era (sic) para como se dice vulgarmente
para el torcido y el resto era de honorarios, los cuales haba que
partir entre los tres el DR. IVAN OTERO, EVER DUARTE Y mi
persona, yo me preocup porque yo no estoy acostumbrado a
estas situaciones pero ya estaba metido en el lo, a los pocos
das me manifiesta el DR. DUARTE que l era ntimo de un
abogado ah en Riohacha que haba conversado con la juez del
circuito especializado y que la seora Juez estaba en
disponibilidad de colaborar a cambio de una prestacin
pecuniaria, fue as como se pacto (sic) la suma de veinticinco
millones que le fueron entregados a ese abogado por el seor
EVER DUARTE, para buscar el acomodo yo presente (sic) un
control de legalidad, firmado por el DR. EVER DUARTE quien era
el abogado principal y al momento de resolverse el control me
enter que era pura mentira de estos seores y me di cuenta de
la magnitud del problema en que me haba metido. Viva en un
estado de pnico, a la vez me toc asumir la defensa de todas
las personas que tenan presas las autodefensas en la Guajira,
dando unos resultados muy positivos, entre estos la salida de los
procesados, FRAYSER BLANCO VARGAS alias el GRANDE,

42
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

sindicado de secuestro, homicidio agravado, hurto y porte de


armas, de EDGAR CARO PACHECO alias SIETE VIDAS, M []
una menor de edad, este proceso se encontraba en la fiscala
primera especializada de Riohacha, la libertad de estos seores
se obtuvo por vencimiento de trminos, una vez que ellos salieron
de la prisin recib una llamada del seor LUCAS jefe de
finanzas de las AUC de la Guajira, y me manifest que el patrn
necesitaba hablar con migo (sic) que le llevara los dos
muchachitos o sea los procesados que obtuvieron al (sic) libertad
en ese momento, yo me asuste (sic) muchsimo porque se
rumoraba que el jefe de las AUC o sea RAMIRO a quien no
conoca me iba a matar por falton (sic) ya que el dinero que se
iba a entregar para la salida del seor JAIME CARVAJAL
TABORDA se perdi y no se obtuvo resultado, muy a pesar de
esto me llene (sic) de valor, llegue (sic) al corregimiento de
palomino (sic) acompaado de los seores procesados y el DR.
EVER DUARTE, ah nos atendi el seor LUCAS, quien para esos
entonces haba estado hablando con migo (sic) por celular como
en cuatro oportunidades, yo llegue (sic) preso de pnico, nos
subimos a un atoyota (sic) de color caf y este seor manifest
que nos dirigamos al sitio donde se encontraba en ese momento
su patrn o sea RAMIRO, el trayecto lo hicimos en una hora hacia
la montaa [] el seor llego (sic) al Kiosco y se presento (sic)
como el comandante RAMIRO jefe de las AUC y muy
cordialmente nos atendi EL DR EVER DUARTE no daba para
explicar que (sic) haba pasado con la plata para sacar al seor
JAIME CARVAJAL e insisti que si era que nos haba robado, yo
asum la responsabilidad aclarndole que no se haba perdido y
que la tena en mi poder y que me comprometa en sacar al seor
JAIME CARVAJAL, eso fue APRA (sic) el mes de Agosto de 2004,
me dijo que mas o menos para qu da, le dije que como tarde en
Diciembre ya que el proceso estaba en etapa de juicio y me dijo a
bien ya tu sabes los riesgos, a la vez me felicit por haber
obtenido la libertad de estos muchachos que hacan parte del
grupo de seguridad del seor RAMIRO, fue el primer contacto que
tuve con el jefe de las autodefensas, a partir de ese momento mi
vida tomo (sic) otro rumbo ya que viva en un estado de pnico,
sumido en una soledad profunda en el municipio de riohacha
(sic) y no vea la forma como obtener la libertad del seor JAIME
CARVAJAL pues ya me haba comprometido para esta situacin,
yo tena fe que las poda hacer en derecho, este negocio se
encontraba en el juzgado (sic) nico (sic) especializado (sic) de
riohacha (sic) siendo juez el seor LEONELO SIERRA quien para
ese entonces asuma ese cargo en propiedad y que creo sigue
all mismo [] Das despus de la entrevista con el seor
RAMNIROP (sic) el D REVER (sic) DUARTE me manifiesta que
haba hablado con el DR. RAFAEL quien haba sido juez penal
del circuito en riohacha (sic) y que le haba manifestado que el
DR. LEONELO peda por la absolucin de CARVAJAL TABORDA
la suma de treinta millones de pesos, efectivamente hubo que
entregarle los treinta millones de peso (sic) as hubiera mrito o
no para la absolucin, esta plata la entrego (sic) el seor EVER

43
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

DUARTE al DR. RAFAEL quien tena medida de aseguramiento


con beneficio de detencin domiciliaria, yo en vista de tanta
atrocidad en lo que hace alusin a la corrupcin, honestamente
nunca pens que la plata fuera para el DR. LEONELO pero das
despus empec a escuchar el cruce de llamadas de los dos
jueces LEONELO Y RAFAEL haciendo nfasis el seor RAFAEL
en la garantizacin (sic) del resultado, repito este dinero fue
manejado en su totalidad por el dr EVER DUARTE, quien tiene
todas las conecciones (sic) para los torcidos en la ciudad de
riohacha (sic) y casi en toda la guajira (sic), conoce a todos los
funcionarios y en ese momento comienzo a darme cuenta el lio
(sic) en el que estaba metido. Hago esta afirmacin porque l
EVER DUARTE tena esta plata asegurada en Davivienda, la
saco (sic) y se traslado (sic) a la residencia DEL DR RAFAEL y yo
vi cuando le entrego (sic) la plata al DR RAFAEL. l viva en un
edificio de mucho cach en riohacha (sic), era en el centro pero no
recuerdo bien la direccin, el mejor edificio que hay ah, por el
banco BBVA a la vuelta del banco y del instituto Agustn Codazzi
que queda en diagonal, eso fue como en Septiembre de 2003,
este dinero lo entrego (sic) EVER DUARTE despus de la
audiencia pblica del seor CARVAJAL TABORDA y antes de
dictarse sentencia de primera instancia. Es tan cierto lo que
estoy manifestando, que el mismo abogado EVER DUARTE haba
hablado con el secretario del juez LEONELO SIERRA antes de
pactar con el exjuez RAFAEL Y una vez que se produce la
sentencia absolutoria el secretario del DRLEONELO (sic) SIERRA
le reclam airadamente en la puerta de mi apartamento del
barrio Paraso que era un torcido que le haba entregado la plata
al juez y a l no le haban entregado nada, este seor cuyo
nombre es JORGE, uno gordito l, rapado barrign, fcil su
identificacin por ser el secretario no hay mas varones en esas
dependencias. Es tan cierto lo que digo que el tribunal (sic)
superior (sic) de riohacha (sic) revoc la sentencia ordenando
inmediatamente la captura del seor CARVAJAL quien hasta lo
que se (sic) encuentra detenido en al (sic) crcel Bella vista de
Medelln, igual sucedi en el proceso que se adelanto (sic) a
JOSE (sic) YESID ARANGO ARDILA por el cual el seor EVER
DUARTE le entrego (sic) al mismo exjuez detenido la suma de
Diez millones de pesos, plata que le fue entregada a EVER por el
seor LUCAS jefe de las AUC, me entere (sic) o fui conocedor de
este hecho porque el seor abogado EVER llamo (sic) al seor
LUCAS que es el jefe de finanzas yo me traslade (sic) con este
seor a Palomino y fui testigo cuando le entregaron la plata, el
procedimiento de entrega fue muy parecido al anterior, el exjuez
recibe el dinero y llama por celular delante de nosotros al seor
LEONELO es decir informndole que ya recibieron, todo esto lo
haca el exjuez como si nosotros no estuviramos a su lado cada
vez que hablaba con LEONELO porque la condicin era que nadie
se enterara, el resultado se dio como se esperaba con resolucin
de absolucin, no fue apelada y por eso quedo (sic) en firme. La
obligacin ma era cada v3z (sic) que sacaba un preso llevarlo al
seor RAMIRO o sus lugartenientes, cave (sic) resaltar que en el

44
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

caso particular del seor CARVAJAL TABORDA este seor se


rehus ir donde RAMIRO argumentando que si iban lo pelaban
porque A RAMIRO le gustaba mas (sic) matar que comer y que l
se haba aprovechado de sus relaciones para ser comandante de
la guajira (sic) ya que quien deba ser el comandante era JAIME
CARVAJAL. [] Quiero resaltar una prueba trascendental que se
encuentra en el proceso de JAIME CARVAJAL TABORDA como
son dos declaraciones con respectivos sealamientos hechas por
dos exmiembros de las AUC quienes desafortunadamente
perdieron toda su familia por haber atestiguado y sealado al
seor JAIME CARVAJAL40 [] [sic]

En diligencia de ampliacin de denuncia 41, PALOMINO


SILVA, relat:

[] PREGUNTADO. En relacin con el doctor LEONELO SIERRA,


Juez nico Especializado de RioHacha (sic), srvase informar si a
usted le consta de manera directa que hubiera solicitado y
recibido los treinta millones de pesos para absolver a JAIME
CARVAJAL TABORDA? CONTESTO. Si bien no me consta de
manera directa, porque no vi cuando le entregaron el dinero, s
tengo la certeza de que el recibi el dinero solicitado por las
siguientes razones: en ms de una oportunidad su secretario
JORGE el apellido no lo recuerdo, un gordito bajito, un joven que
le colaboraba a este seor, de contextura alta, atltico, calvo, no
le conozco el nombre, mas otro seor que no le s el nombre
fornido, que deca ser miembro de las AUC y colaborador ntimo
de este juez, se mantenan en su carro, una toyota (sic) cuatro
puertas, color verdes (sic), vidrios ahumados, de placas de
Sabaneta, estos dos seores andaban con l permanentemente,
y en varias oportunidades me requirieron o me solicitaron que si
le entregaba la suma de treinta millones al seor juez LEONELO
SIERRA l absolva al seor JAIME CARVAJAL TABORDA, pero
fue a travs del que en una poca fue juez quien para esa poca
se encontraba en domiciliaria, se llamaba RAFAL (sic) el
apellido no lo recuerdo, era juez segundo penal del circuito, de
todas formas fue el juzgado que suprimieron y los trasladaron
para Maicao como juzgado promiscuo del circuito. A travs de ese
seor se hizo la negociacin, y a travs del abogado EVER
DUARTE GMEZ, abogado principal en el proceso de JAIME
CARVAJAL TABORDA donde se logr a cabo la negociacin del
torcido (sic), me consta que este seor le entreg la suma de
treinta millones de pesos al seor ex juez con detencin
domiciliaria, quien para esa poca estaba llamado a juicio por
una de las Fiscalas de Bogot, este dinero se le entreg en el
apartamento del mencionado juez, yo vi cuando el abogado

40
Folios 9 a 11, C.O. 1, Fiscala.
41
Aunque la mencionada diligencia no tiene fecha de suscripcin, por la calenda en
que aquella se continu, se infiere que se efectu el da 1 de septiembre de 2006.

45
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

desembols los treinta millones de pesos y fueron recibidos por el


aludido ex juez de la Repblica, e inmediatamente recibido el
dinero por parte de este ex funcionario, llam al seor Juez
LEONELO SIERRA para que (sic) confirmarle la entrega del
dinero y este le manifest que en el trmino de veinte a treinta
das sala la providencia que no se preocupara, como quiera que
en ese juzgado das despus se iba a realizar la audiencia del
seor YESID ARDILA, alias YIMMI, se visit al seor RAFAL ex
juez, que cuando (sic) sala la providencia y el llam nuevamente
al doctor LEONELO SIERRA quien manifest que no se
preocupara que todo iba a salir tal cual como lo pactaron y pidi
la suma de diez millones de pesos ms por la absolucin del
seor YESID ARDILA, alias YIMMI, dinero que se (sic) le fue
entregado de manera exacta como se hizo con la negociacin del
seor JAIME CARGVAJAL (sic) TABORDA, es decir, se le entreg
la plata al ex juez, este seor llam al seor LEONELO,
LEONELO dijo que s que todo estaba perfecto, todo sucedi en el
apartamento del ex juez [] Quiero recalcar aqu que si bien no
se vio la entrega del dinero, las otras pruebas que hay en ese
momento, ms las que la Fiscala recoger, demostrarn mi
certeza en mi dicho. Es ms en varias oportunidades este seor
LEONELO SIERRA, me solicit revisar determinados torcidos (sic)
a lo cual yo no acced. Por ejemplo en el proceso donde se
encuentra en curso contra DELIO CONDE ACHIP (sic) y el seor
uno que le dicen el grande, sindicado de secuestro, homicidio,
hurto, porte ilegal de armas, por realizar unas indagatorias
dentro de la etapa del juicio peda la suma de diez millones de
pesos, me los pidi a m personalmente, a efectos de que estos
muchachos confesaran de que (sic) pertenecan a las
autodefensas, ya que era una salida jurdica para evitar una
sentencia condenatoria y poderse acoger a la Ley de paz, justicia
y reparacin. Aclaro, estos seores haban sido llamados a juicio
en este momento procesal no les iba a cobijar el decreto
mencionado porque an no se conoca su texto, haba
ambigedad, cuando se sabe con claridad y se expide el decreto,
uno de los apartes del Decreto estableca que con la confesin de
ser miembro de las AUC, confesar determinados delitos se
lograba la rebaja de pena, no solamente la rebaja, sino que se l
(sic) estableca una pena inferior de la que iban a merecer,
entonces la nica salida era solicitando la ampliacin de
indagatoria, por esto el juez peda la suma de diez o quince
millones de pesos, no recuerdo, nunca se pagaron. No s si
alguien pag porque yo tuve que salir. [] PREGUNTA. Usted
afirma en la denuncia del 7 de julio que los diez millones para el
caso de JOS YESID ARANGO ARDILA, fueron entregados al
abogado EVER DUARTE por LUCAS jefe de las AUC, Quin es
Lucas? CONTESTO. LUCAS su nombre es ALEXANDER
CHARRIS SANTIZ, financistas (sic) el que maneja las finanzas de
las AUC acantonadas en la Guajira Grupo GUAYU (sic), en este
momento tiene orden de captura por la FISCALA 149 Penal
Militar de Antioquia, de la Polica d e (sic) Antioquia, con ese
nombre ALEXANDER CHARRIS SANTIZ; fue ex polica, ninguno

46
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

de ellos se ha entregado, el se encuentra entre MINGUEO y el


Corregimiento de PALOMINO. PREGUNTA. Como a usted no le
consta directamente la entrega del dinero al juez LEONELO
SIERRA, cmo puede asegurar que la plata finalmente s le fue
entregada por EVER DUARTE? CONTESTO. Seor Fiscal,
atinada su pregunta, si la plata no se le hubiere entregado al
seor Juez, con toda certeza le digo aqu en este momento, que
las sentencias hubieran sido condenatorias, tanto es as, que el
seor Fiscal [] de la ciudad de Riohacha, parte dentro del
proceso de JAIME CARVAJAL tuvo el valor civil de apelar la
sentencia por lo exabrupto del fallo dado en primera instancia
por el seor juez LEONELO y el Tribunal revoc la mencionada
providencia. As mismo otras circunstancias nos indican de
manera palmaria que si este seor no hubiera recibido la plata el
fallo hubiera sido otro, a contrario sensu, como se le dio el dinero
el resultado fue el que prometi: absolver. Es ms yo ira ms
lejos, si en el proceso de YESID ARDILA la fiscal hubiera apelado
la providencia, el Tribunal hubiera revocado por lo absurdo del
fallo. Aclaro que otro hecho relevante que confirma mi dicho es
que cuando el ex juez RAFAL (sic) reciba el dinero
inmediatamente este llamaba al titular del Despacho LEONELO
SIERRA para confirmarle que ya l haba recibido el dinero y
cuadraban la cita para su entrega. PREGUNTA. Sabe usted si
los dineros entregados salieron o fueron depositados en alguna
cuenta o realizada alguna clase de inversin CONTESTO. No, su
destino final no s. Esa plata era de narcotrfico, esa plata viene
en cajn bajo tierra. De todos modos yo di la ubicacin donde
est un computador manual donde estn todas las finanzas.
PREGUNTA. En relacin con EL FISCAL [] quien le dict
resolucin inhibitoria a CARLOS ALBERTO SOSA CASTRO
ALIAS RAMIRO, le consta a usted de manera directa si este
Fiscal recibi los quince millones de pesos de manos de JORGE
el Secretario del Juzgado Especializado de Riohacha?
CONTESTO. Como sucede en esta serie de torcidos, de manera
directa no me consta, pero como dije anteriormente tambin las
circunstancias envolventes de este hecho, y el tipo de providencia
emitida nos indican con certeza y sin lugar a equvocos que este
seor s recibi esta suma, ejemplo: das despus me encontr
con el Fiscal [] en uno de los pasillos que queda en la primera
de la Ciudad (sic) de Riohacha y me coment: que cuanto (sic) le
haban mandado de dinero con JORGE yo le dije que se le haba
entregado la suma de quince millones y dijo ah entonces est
bien, dando a entender que haba recibido el dinero. Otro hecho
que demuestra con exactitud que recibi esta suma es la
providencia emitida, el auto inhibitorio que se dict se hizo contra
personas desconocidas cosa que jurdicamente no se puede
realizar, salvo que haya un inters econmico o de otra
naturaleza para hacerlo y el inters no era otro que la suma
recibida, por palabras del mismo JORGE que manifest a las
once y media que se le entreg el dinero que se lo iba a llevar al
Fiscal, pues l hasta el da siguiente iba a estar encargado

47
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

porque al otro da ya regresaba el fiscal en propiedad o el


titular42. [] [sic] [negrilla y subrayado original del texto]

Ahora bien, en la vista pblica (sesin de fecha 19 de


agosto de 2014), fue escuchado en declaracin 43 el seor
JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, quien relat:

[...] PREGUNTADO POR EL TRIBUNAL: Cul fue la suerte de esa


actuacin, si lo condenaron, quin lo conden, qu juez?

JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA: El juez que me conden a m, el


que llevaba el caso mo era el doctor don LEONELO.

T: Recurdeme para qu poca fue esa sentencia?

JACT: Esa sentencia fue en el 2004.

[]

PREGUNTADO POR LA FISCALA: Seor JAIME, cuntele a esta


audiencia, si usted perteneci a las AUTODEFENSAS UNIDAS DE
COLOMBIA?

JACT: [inaudible]

F: Indique a qu grupo de las autodefensas perteneci?

JACT: Al grupo Wayuu

F: Dganos, dgale a la audiencia, cul era el rea de influencia


de operacin de este grupo?

JACT: [inaudible]

F: Qu sitios eran?

JACT: Palomino, Mingueo [inaudible]

F: Cul era el rea de influencia del grupo al que usted


perteneci?

JACT: Mingueo, Palomino y [inaudible]

F: Seor CARVAJAL, qu funciones usted cumpla en el grupo


Contrainsurgencia Wayuu?

JACT: Yo era el financiero


42
Folios 47 a 51, C.O. 1, Fiscala.
43
Folio 252 [CD] C. 41, Tribunal, minutos 00:27:43 a 00:47:14

48
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

F: Qu actividades realizaba como financiero usted en ese


grupo?

JACT: Recoger la plata y se la llevaba al comandante RAMIRO.

F: A quin le recoga la plata?

JACT: A comerciantes

F: Bajo qu periodicidad recoga ese dinero?

JACT: Por orden del comandante RAMIRO, para el sostenimiento


de la organizacin.

F: En qu condiciones usted conoci al comandante RAMIRO?

JACT: Lo conoc en Medelln, como l es de all, de la misma


tierra ma.

F: Cul era el nombre de ese comandante RAMIRO?

JACT: [inaudible]

F: Usted le contest al seor honorable Magistrado, que tuvo un


problema judicial, cierto? Cuntenos en qu consisti ese
problema?

JACT: El problema mo fue eh la condena ma fue por


concierto para delinquir [inaudible] organizacin de las
autodefensas.

[]

F: Finalmente, por qu delito lo juzgaron?

JACT: Por concierto para delinquir y porte.

F: Cuando fue capturado don JAIME CARVAJAL, el grupo


contrainsurgencia Wayuu, contact alguna autoridad judicial?

JACT: S a los abogados a EVERTH a EVERTH DUARTE.

F: A quin ms contactaron?

JACT: Y a PALOMINO

F: Ellos qu hicieron para su defensa don JAIME?

JACT: Para mi defensa ellos fueron los abogados mos, y el que


llevaba el caso mo era el doctor don LEONELO.

49
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

F: Qu hizo el doctor LEONELO?

JACT: A los catorce meses me exoner, el caso es que yo me fui


para Medelln y a los tres meses fui recapturado por eso.

F: Por qu fue recapturado?

JACT: Por el mismo proceso que llevaba el seor don LEONELO.

F: El juez LEONELO, por qu lo exoner a usted?

JACT: Por qu segn lo que me dijo el seor YIMMY, porque le


haban dado una plata, para que nos exonerara.

F: Cunto le dieron al juez LEONELO?

JACT: Lo que me dijo YIMMY, eran $40000.000,00.

F: Quin es YIMMY?

JACT: YIMMY era un muchacho que trabajaba con la organizacin.

F: YIMMY es el mismo JOS YESID ARANGO ARDILA?

JACT: S seora.

F: Qu le dijo exactamente YIMMY?

JACT: All en la crcel, lo que me coment fue que haban dado


$40000.000,00 para que nos exoneraran y nos soltaran.

F: A quines los deban exonerar?

JACT: Al preso [inaudible] YIMMY [inaudible]

F: La sentencia en contra de YIMMY tambin fue absolutoria?

JACT: S seora.

F: Cmo le pagaron al juez LEONELO?

JACT: No s cmo le pagaron el enlace con el comandante


RAMIRO era el abogado EVERTH DUARTE.

F: Y qu dijo el abogado?

JACT: El abogado lo que me dijo era que yo sala pronto, que


salamos pronto de la crcel, fue lo nico que me dijo.

F: Frente al dinero, qu dijo el abogado?

50
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

JACT: De dinero, l mencion a YIMMY de los $40000.000,00, fue


lo que alcanc a escuchar cuando l lleg all a la crcel.

F: Qu le escuch decir?

JACT: Yo estaba cerquita, yo escuch decir, que l le dijo a


YIMMY, que el patrn haba mandado $40000.000, 00.

F: Para quin? Para quin era el dinero?

JACT: El dinero que para el seor don LEONELO.

F: Cul fue la suerte de YIMMY, dnde est l, dnde se


encuentra?

JACT: Yo despus de que me volvieron a recapturar, no me volv


a dar cuenta de ms nadie, de ah perd s contacto con todo el
mundo, porque ya sal en el 2007, prcticamente perd contacto
con todo el mundo.

F: Cundo lo volvieron a recapturar por el mismo proceso, qu


autoridad haba decidido su caso?

JACT: El caso mo lo pasaron para Medelln.

F: Y lo condenaron?

JACT: Y me condenaron.

F: A cuntos aos?

JACT: Diez aos no recuerdo los meses, diez aos y pico

[]

F: Cuando el abogado DUARTE les informa a usted que haba


una plata para el juez, ustedes qu saban frente a eso, de
dnde vena esa plata?

JACT: Pues s del patrn.

F: Quin era el patrn?

JACT: RAMIRO

F: El comandante alias RAMIRO, dio $40000.000,00 para el caso


de ustedes?

JACT: S seora.

F: Usted conoce personalmente al juez LEONELO RAFAEL SIERRA?

51
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

JACT: S.

F: l se encuentra en esta audiencia?

JACT: S.

F: Dnde se encuentra?

JACT: Al frente mo.

[]

La Sala debe dejar constancia de que (sic) el testigo hace


sealamiento es al abogado, por favor al abogado se para y dice
su nombre, que recibi el sealamiento.

[]

F: Frente a su decisin, a la decisin favorable seor TABORDA,


usted sabe si se dio dinero para ello?

JACT: S.

F: Cunto dinero?

JACT: $40000.000,00.

F: Qu incluan esos $40000.000, 00?

JACT: Incluan que para el seor don Leonelo

F: Qu tipo y cuntas decisiones incluan esos $40000.000, 00?

JACT: Dos. Para YIMMY y para m.

F: Esas decisiones se dieron efectivamente?

JACT: S

F: De qu tipo fueron?

JACT: [inaudible] treinta para m y diez para Yimmy.

F: Qu decisin tom el juez, frente al caso de ustedes?

JACT: Nos exoneraron.

F: Usted dice que conoci al doctor EVERTH DUARTE, verdad?

JACT: S

F: Bajo qu condiciones conoci usted a este abogado?

52
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

JACT: Yo lo conoc porque cuando nos capturaron, l lleg all y


dijo que era el abogado de nosotros, que l iba a trabajar con
nosotros.

F: Quin lo contrataba?

JACT: RAMIRO mismo era el que lo contrataba.

[]

F: Sabe si el Grupo Contrainsurgencia Wayuu, le entreg otro


tipo de dineros al juez LEONELO RAFAEL SIERRA?

JACT: No, no me di cuenta porque yo despus de que [inaudible]


y me llevaron para la crcel de Itag despus de que me
exoner me fui para Medelln, y me capturaron en Medelln y me
dejaron en la crcel de Itag y de ah para ac no me volv a dar
cuenta de ms nada []

Estos son, en esencia, los principales testigos de cargo


en que se cimenta la acusacin por el punible de
concusin, en concurso homogneo, en adversidad del
doctor LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ, realidad que se
aviene a lo decantado por la Corte, en el sentido que el
delito en cuestin, la mayor de las veces, se presenta en un
entorno ntimo o privado entre el servidor pblico y la
persona constreida a darle dinero o cualquier otra utilidad
indebidas, suceso que dificulta su demostracin, dado que,
ante la ausencia de elementos objetivos de confrontacin, el
debate se centra en la credibilidad de las versiones que
ofrezcan denunciante y denunciado.

As, a pesar que la conducta concusionaria suele


cometerse en ausencia de testigos, ello no impide que la
vctima pueda brindar un relato preciso, claro y, en
trminos generales, coherente, que al no comportar
contradicciones internas en sus expresiones, ni externas en

53
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

relacin a otros medios de conviccin, pueda llevar al


conocimiento del juez, en grado de certeza, de los hechos y
circunstancias materia del juicio y la responsabilidad penal
del acusado.

La praxis judicial tambin se ha encargado de ilustrar,


y as lo tiene discernido la Sala, que resulta posible que el
servidor pblico no slo realice la solicitud o exigencia de
forma directa a la persona a quien va dirigida, sino que
acuda a un intermediario o tercero para trasmitir la peticin
ilcita44.

En este orden de ideas, oportuno se hace evocar que,


para efectos de emprender un ejercicio argumentativo, con
fundamento en la principal declaracin, sino la nica de
cargo existente en contra de SIERRA GUTIRREZ, vale decir,
la vertida por RAFAEL DARO PALOMINO SILVA, esta
Colegiatura tiene sentado, en relacin con el testimonio
nico, que de l perfectamente puede apuntalarse la
certidumbre de una sentencia, en los trminos del artculo
232 del CPP, si en cuenta se tiene que, lo que en puridad de
verdad interesa, es la credibilidad que irradie una vez
sometido a las reglas de la sana crtica.

El artculo 277 ibdem establece que para apreciar el


testimonio, el funcionario judicial tendr en cuenta los
principios de la sana crtica y, en especial, lo relativo a la
naturaleza del objeto percibido, al estado de sanidad del
sentido o sentidos por los cuales se tuvo la percepcin, las
circunstancias de lugar, tiempo y modo en que se percibi,
44
CSJ SP, 22 sep. 2004, rad. 21961; SP, 07 mar. 2007, rad. 23732.

54
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

la personalidad del declarante, la forma como hubiere


declarado y las singularidades que puedan observarse en el
testimonio.

En virtud de lo anterior, recurdese que, entre los


criterios objeto de anlisis por el fallador, al ponderar la
eficacia probatoria del testimonio, se encuentran algunos de
naturaleza subjetiva, los cuales dan lugar a establecer la
idoneidad del testigo para rendir su declaracin, aptitud
que debe valorarse, por un lado, a partir de la habilidad
fisiolgica del declarante para percibir los hechos y, por
otro, al ahondar en su idoneidad moral, peculiaridad que le
exige auscultar con mayor celo el dicho de quienes se hallen
en cualquier situacin, de la cual pueda avizorarse
proclividad a engaar o mentir.

Aunado a ello, existen otras condiciones que miran a


la forma de produccin de la declaracin, vale decir, al
modo y la oportunidad de la misma, criterios que
conducirn al juzgador a examinar, por ejemplo, el lenguaje
utilizado por el testigo y si ste recurri a un estilo
artificioso, lo que de suyo denotara un esfuerzo
premeditado por engaar; de igual modo, cuando ciertas
expresiones o precisiones se repiten en forma mecnica en
varios testimonios. Ello permite inferir inters de los
testigos en narrar un libreto preestablecido en el asunto
concreto, as lo aludi el Tribunal en el anlisis del
testimonio de JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, situacin
que podra restarles crdito, por lo lineal de la declaracin.

55
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Como de la foliatura se evidencia, y atrs se


transcribiera, el testigo de cargo PALOMINO SILVA rindi una
inicial declaracin, extensa por dems (en la medida que
denunci una cantidad indeterminada de conductas
susceptibles de reproche penal), que sirvi para que, con
posterioridad, de los hechos que interesan a este asunto,
ampliara aquellos aspectos en los cuales pudieron surgir
vacos o lagunas.

A propsito de ello, conforme al raciocinio de la Sala


en la materia, la apreciacin positiva de una determinada
prueba testimonial no se supedita a que las distintas
deposiciones exhiban absoluta y total concordancia y
uniformidad, sino a que posean consistencia en lo esencial
del relato, de suerte que permitan forjar el conocimiento
sobre el ncleo del mismo, con independencia de las
variaciones que se adviertan respecto de particularidades
tangenciales, que pueden variar o modificarse por el paso
del tiempo y otras circunstancias similares 45; igual
acontece, si se verifican contradicciones entre lo atestado
por dos o ms deponentes, toda vez que ello no conlleva su
irremediable desestimacin.

As, la jurisprudencia de esta Corporacin tiene dicho,


de tiempo atrs46, que las contradicciones en que incurra
un mismo testigo, o varios de ellos entre s, no constituye
razn de peso para desvirtuar su capacidad suasoria, pues,
justamente, el funcionario judicial tiene la carga de

45
Entre muchas otras, CSJ AP51472015, 9 sep. 2015, rad. 41666 y SP33402016,
16 mar. 2016, rad. 40461.
46
CSJ AP, 9 oct. 2013, rad. 40768 y CSJ AP, 6 abr. 2005, rad. 23154, entre otras.

56
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

examinar el contenido de las diferentes declaraciones y, con


apoyo en las reglas de la sana crtica, establecer los
segmentos que le merecen credibilidad y cules no 47.

En ese sentido, al descender al asunto concreto,


observa la Sala que en el anlisis de la prueba testimonial
de cargo, el razonamiento del a quo refleja situacin distinta
a la verificacin objetiva de esos contenidos y su
confrontacin con los restantes medios probatorios.

No le asiste razn al Tribunal, al sostener que las


imprecisiones o inconsistencias advertidas en las
declaraciones acopiadas, tienen la connotacin suficiente
para restarles credibilidad. Por el contrario, lo que se
avizora es que los testigos invocados como sustento del
pedido de condena, si bien pudieron incurrir en ciertos
aspectos, en una especie de zona gris, ellos son puramente
accidentales, lo que no impide tener por demostrado en el
grado de certeza exigido para proferir condena, la
materialidad de la infraccin investigada.

Para la Sala, resulta claro que el sentenciador de


primer nivel no apreci en su contexto los testimonios de
cargo, pues de haberlo hecho habra llegado a conclusin
opuesta.

Veamos, entonces, cules fueron con exactitud los


reparos que frente a la mentada prueba, exhibi el Tribunal
para restarle credibilidad:
47
CSJ SP174702015, 16 dic. 2015, rad. 41587.

57
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

(i) El abogado RAFAEL DARO PALOMINO SILVA, de manera


concreta, manifest que su colega EVERTH ALFREDO DUARTE
GMEZ compaero de bancada en la labor asesora al
servicio del Grupo Contrainsurgencia Wayuu de las AUC,
al hablar con RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO48, ste
expuso que el juez LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ
solicit la suma de $30000.000, 00 para absolver a JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA en el proceso penal que se le
segua en el Juzgado nico Penal del Circuito Especializado
de Riohacha. Igual proceder, ocurri en el caso de JOS
YESID ARANGO ARDILA, esta vez por la suma de
$10000.000,00, dinero que asegur PALOMINO SILVA, fue
entregado por DUARTE GMEZ a SUREZ ROMERO, en el
apartamento del servidor judicial sujeto a medida de
aseguramiento.

Asegur el Tribunal que,

Lo nico que fehacientemente puede darse por probado del dicho


del abogado denunciante es que la entrega de dinero se hace es
en virtud a la comunicacin que hace el seor juez suspendido
RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO; pero nunca la versin de
PALOMINO SILVA puede configurar prueba directa consistente en
que el aqu acusado hizo las solicitudes referenciadas y menos
que recibiera esas cantidades de dineros (sic)49.

A rengln seguido explica que el denunciante tuvo esa


inferencia subjetiva, debido a algn ejercicio de
rememoracin de su condicin de juez, que fue en otrora en
municipios del departamento de Bolvar y que por ello le
result creble que la peticin proviniera de SIERRA

48
Por entonces, funcionario judicial en detencin domiciliaria.
49
Folio 363, C. 42, Tribunal.

58
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

GUTIRREZ, aunque, en principio, no estuviera convencido


de ello, ms nunca fue testigo presencial de la solicitud y
posterior recepcin de dinero por el acusado.

Al respecto, sea lo primero indicar que, en puridad de


verdad no se entiende cul pueda ser la relacin que frente
a este hecho tiene, que el abogado PALOMINO SILVA fungiera
en poca distante como juez en el departamento de Bolvar.
El a quo dej ese enunciado como un simple encabezado, y
no se encarg de explicitar la influencia que ello tuvo en el
dicho del declarante, ms all de la etrea mencin en el
fallo, al concepto vaco de ejercicio de alguna
rememoracin.

Ahora, el hecho que el abogado PALOMINO SILVA no


observara de manera directa que SIERRA GUTIRREZ solicit
la suma de dinero y que en efecto la recibi, es aceptado por
l de manera franca y espontnea. Es ms, tambin con
aptitud sincera, admite que en un principio pens que el
dinero no ira a las manos del juez especializado, pues en
un anterior episodio, haba advertido la falacia de DUARTE
GMEZ, quien explic que se haba dado la suma de
$25000.000,00 para resolver un asunto (control de
legalidad) con otro individuo del grupo contrainsurgente, lo
que result negativo.

Sin embargo, ante puntual cuestionamiento efectuado


por el fiscal investigador, el denunciante se encarg de
explicar por qu le result creble que SIERRA GUTIRREZ
hubiera efectuado la solicitud y recibido el dinero:

59
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

a). Con antelacin, el secretario del Juzgado


Especializado, a quien slo identific como JORGE, pero que
se encarg de individualizar a la perfeccin, en compaa de
otros dos sujetos, uno de ellos, sealado miembro de las
AUC, ya le haban requerido en varias oportunidades, que si
entregaba la suma de $30000.000, 00 al juez SIERRA
GUTIRREZ, ste absolva a CARVAJAL TABORDA.

b). La intermediacin se hizo a travs de un amigo


comn de DUARTE GMEZ y SIERRA GUTIRREZ: RAFAEL
FEDERICO SUREZ ROMERO.

La presencia de este ltimo personaje se explica en la


foliatura, como quiera que era el Juez Segundo Penal del
Circuito de Riohacha desde el ao 1998 (suspendido para la
poca de los hechos), por ende, por la simple situacin de
colegaje en aquel circuito judicial, conoca al juez
especializado de la misma ciudad. De hecho, en declaracin
rendida el da 20 de mayo de 2010 50, SUREZ ROMERO revel
que saba de SIERRA GUTIRREZ haca ms de 20 aos:
primero conoci a su padre como Magistrado de la Sala
Penal del Tribunal de Riohacha por ms de dos dcadas 51 y,
luego, con l existi un cierto grado de amistad, situacin
que corrobor el propio acusado, quien aadi que los
padres de ambos, fueron vecinos hace ms de 30 aos 52.

50
Folios 282 a 288, C.O. 1, Fiscala.
51
Folio 94, C.O. 2, Fiscala.
52
Folio 227, C.O. 1, Fiscala.

60
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Pero tambin con DUARTE GMEZ, SUREZ ROMERO


explic su relacin de trato, bajo el entendido que fueron
compaeros de pregrado en la universidad; luego DUARTE
GMEZ fungi como litigante ante el Juzgado Primero Penal
Municipal de Maicao, del cual fue juez SUREZ ROMERO y,
con posterioridad, ante el Juzgado Segundo Penal del
Circuito de Riohacha, cargo en el que fue suspendido en el
mes de mayo de 2004.

Con DUARTE GMEZ, complement, lo unan unos


lazos, que para la Corte pueden considerarse en demasa
fuertes, como quiera que expuso que dicho abogado
constantemente, en el tiempo que estuvo bajo detencin
domiciliaria, lo buscaba para que le ayudara en la
elaboracin de alegatos de los casos que llevaba como
defensor, por lo cual reciba una retribucin econmica.
Tambin, saba que DUARTE GMEZ y PALOMINO SILVA eran
abogados de grupos paramilitares y que el primero haba
sido asesinado el 24 de julio de 2009 53.

c). Escuch a SUREZ ROMERO, llamar al juez LEONELO


RAFAEL, para indicarle que ya el dinero estaba en su poder,
recibiendo por respuesta que las decisiones, que no eran
otras que las sentencias absolutorias, se produciran en un
trmino mximo de treinta das, lapso que, en efecto, se
cumpli pues ambas providencias fueron expedidas
aproximadamente a los veinte das y conforme a lo
presupuestado: absolucin.
53
As tambin lo manifest el sindicado en diligencia de versin libre rendida el da
9 de abril de 2010, aportando para el efecto peridico regional (La Guajira) de fecha
27 de julio de 2009 que da cuenta de la noticia del delito de sangre (folios 223 a 237
y 259, C.O. 1, Fiscala).

61
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Con bastante nfasis, el Tribunal y la defensa, como


sujeto procesal no recurrente, se encargan de recriminar
que el denunciante hubiera manifestado que escuch las
conversaciones, cuando nunca se dijo que el aparato
telefnico hubiere estado en modo altavoz. Sin embargo, lo
dicho por PALOMINO SILVA, fue que eso era lo que daba a
entender SUREZ ROMERO cuando, al parecer hablaba con
SIERRA GUTIRREZ, mxime si suministraba una
informacin tan puntual, que slo el juez especializado
poda dar: lo relacionado con las fechas de las sentencias,
que coinciden en el tiempo relatado por el denunciante.

Si bien el Tribunal hace mencin que, de la prueba


tcnica practicada en juicio relativa al estudio o anlisis
link54 de la lnea telefnica que posea SIERRA GUTIRREZ,
no se desprende que existiera relacin o frecuencia de
llamadas con los telfonos portados por los abogados
PALOMINO SILVA y DUARTE GMEZ, y con SUREZ ROMERO, no
se percata el a quo que las llamadas entrantes y salientes
de los diferentes abonados telefnicos, se refieren a los aos
2005 y 2006, poca diferente a la aqu investigada: 2004,
aunado a que del informe nicamente se rescata el anlisis
de una lnea telefnica55 a cargo de SIERRA GUTIRREZ, la
que fuera activada el 18 de mayo de 2006 56, pero de las
otras lneas, el anlisis concluy que del expediente no era
posible ubicar sus titulares57. En suma, nada aport al
proceso la mentada prueba tcnica, ni para confirmar, ni
54
Folios 221 a 234, C. 41, Tribunal.
55
316 616 90 98.
56
Folio 192, C.O. 1, Fiscala.
57
Folio 224, C. 41, Tribunal.

62
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

para descartar el dicho del denunciante, mucho menos para


darle el alcance otorgado por el fallador colegiado de primer
nivel.

As, de la declaracin de PALOMINO SILVA, pueden


extractarse varias hiptesis respecto de lo acaecido en el
tema de las llamadas telefnicas: (i) SIERRA GUTIRREZ s las
recibi de SUREZ ROMERO, cuando a ste le eran entregados
dineros de manos de DUARTE GMEZ, para informarle el
cumplimiento de lo solicitado, a fin de expedir las
sentencias absolutorias; (ii) ocurrieron, pero se ocuparon de
forma exclusiva de asuntos personales; (iii) nunca
sucedieron.

La primera hiptesis es la que cobra mayor fuerza, si


se tiene en cuenta el resultado que a la postre se obtuvo y
en el tiempo esperado: la expedicin de las sentencias
absolutorias.

A ello se suman otras situaciones relacionadas por el


denunciante y que fueron menospreciadas por el Tribunal:
(i) la detallada descripcin del sitio donde se hizo la entrega
del dinero: en el apartamento de SUREZ ROMERO, aspecto
que coincide con el lugar de ubicacin que diera como de
residencia el juez suspendido en sus diferentes
declaraciones en este proceso58; (ii) la recriminacin que
58
Recurdese que PALOMINO SILVA en la denuncia ya transcrita, refiri: [] l viva
en un edificio de mucho cach en riohacha (sic), era en el centro pero no recuerdo bien
la direccin, el mejor edificio que hay ah, por el banco BBVA a la vuelta del banco y
del instituto Agustn Codazzi que queda en diagonal[] [sic]. Y a folio 48, C.O. 1,
Fiscala, en su ampliacin mencion: [] todo sucedi en el apartamento del ex juez
Queda cerca de un a (sic) una distribuidora llamada CARACAS venden licores y
artculos varios[] [sic]. Por su parte, RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO, en su
declaracin de fecha 16 de diciembre de 2010, vista a folios 96 y 97, C.O. 2 Fiscala,

63
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

hizo el secretario del juzgado especializado, JORGE ARTURO


ROMERO SUREZ, con posterioridad a la entrega,
circunstancia detallada por PALOMINO SILVA y que ocurriera
en su propio apartamento, en el que el secretario reclamara
de forma airada a DUARTE GMEZ, sealndolo de torcido
por no haberle proporcionado el dinero directamente a l,
sino al Juez SIERRA GUTIRREZ; (iii) el hecho que ya en otro
asunto haba estado involucrado el secretario ROMERO
SUREZ, cuando al comandante alias RAMIRO, o CARLOS
ALBERTO SOSA CASTRO, se le dict resolucin inhibitoria por
parte de un Fiscal Especializado de Riohacha, funcionario
judicial que le inquiri a PALOMINO SILVA cunto dinero le
haba suministrado al secretario (en ese caso, ste fue el
intermediario), respondindose por el abogado que
$15000.000,00, afirmacin que tranquiliz al Fiscal, dando
a entender que, entonces, s haba sido la suma pactada y
que, de todas maneras, el secretario entreg antes que el
aludido funcionario judicial saliera del cargo, habida cuenta
que estaba tan slo en calidad de encargado 59; (iv) el propio

indic: [] PREGUNTADO: Usted nos manifest que durante su detencin


domiciliaria vivi en el Edificio Santa Rita II de esta ciudad ubicado en la Calle 12 con
carrera 6 apt. 201 A, este Edificio es cercano o est ubicado en un Edificio del Banco
BBVA. CONTESTO: S es cierto, el Banco BBVA que anteriormente era el Banco
Ganadero, queda detrs del Edificio Santa Rita II [] era un Edificio muy cachetoso, y
an lo es, y aqu quiero hacer una confesin personal, por cometer el error de seguir
viviendo en ese Edificio, sin tener los ingresos que tena cuando era Juez, todava hoy
tengo deudas de arriendo de la poca en que viv en ese Edificio y si quiere corroborar
esto, seora Fiscal nada ms tiene que trasladarse usted al Edificio Santa Rita I que
queda al lado de Santa Rita II y en el Establecimiento Comercial denominado
Provisiones Caracas, pregunte por el Propietario de ambos Edificios Seor [], a quien
an hoy le debo [] [sic]
59
As se mencion en la diligencia de ampliacin de denuncia atrs transcrita.
Adase aqu, que en ampliacin de denuncia de fecha 5 de septiembre de 2006
(folio 66, C.O. 1, Fiscala), el denunciante refiri: [] le anexo el telfono de un
empleado del JUZGADO PENAL NICO ESPECIALIZADO DE RIOHACHA,
correspondiente a JORGE, quien se encuentra denunciado [] 3126481369, ste
telfono no lo facilit el mencionado muchacho o empleado para concretar lo
relacionado con el pedimento que hizo el juez LEONELO SIERRA para las
ampliaciones de indagatoria [] [sic]. Lo anterior, concuerda con el nmero
telefnico que JORGE ARTURO ROMERO SUREZ indic como suyo a folio 86, C.O. 2,
Fiscala.

64
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

SIERRA GUTIRREZ, posterior a esos hechos, le hizo solicitud


directa a PALOMINO SILVA, en lo concerniente al proceso de
DELIO CONDE ACHIPIS, slo que en ste ltimo caso no se
produjo entrega de dinero, lo que no desdibuja la solicitud,
y que ciertamente reforz en el denunciante la creencia que,
con anterioridad, el dinero s haba sido recibido por el juez
LEONELO RAFAEL.

Con todo lo relatado, la credibilidad del testigo se ve


asaz reforzada, en el entendido que si bien RAFAEL FEDERICO
SUREZ ROMERO fue la persona que recibi el dinero
($40000.000,00) su destinatario no era otro distinto al Juez
Penal del Circuito Especializado de Riohacha, LEONELO
RAFAEL SIERRA GUTIRREZ.

Adase aqu un tpico que pas por alto el a quo, y


que resulta apenas elemental: no se entiende, cmo puede
darse por probado en el fallo de primera instancia que
RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO s recibi el dinero de que
se habla, pero no cuestionarse siquiera a cuenta de qu,
un juez suspendido de su cargo y de sus funciones, percibe
$40000.000,00 por asuntos que no estaban bajo su
competencia funcional? As, era SIERRA GUTIRREZ el nico
que eventualmente poda garantizar un resultado favorable,
en caso de que la vctima accediera a la peticin ilegal.

(ii) Reparos tambin se exponen por el Tribunal, en lo


relacionado con, en su criterio, inconsistencias en el hecho
del recaudo de los dineros en las cuantas ya determinadas.

65
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Para ello, explica que, a pesar que se dice que la suma


fue sacada por DUARTE GMEZ del banco Davivienda, la
evidencia documental indica que la retirada fue mucho
menor a la inicial de $30000.000, 00, por lo que no justifica
de qu manera y dnde consigui el resto de metlico,
aunado al hecho que ya la organizacin criminal haba
entregado el dinero (en cuanta muy superior) que fuera
distrado por otro abogado, y que no era DUARTE GMEZ
quien deba responder por l, sino PALOMINO SILVA, pues as
asumi esa responsabilidad.

En cuanto a los $10000.000, 00 para el caso de ARANGO


ARDILA, reniega el Tribunal que no se seal, de dnde
salieron, toda vez que no fue de una entidad bancaria.

En este punto, dgase que si bien el denunciante


PALOMINO SILVA hizo manifestacin en el sentido que DUARTE
GMEZ efectu el retiro del banco Davivienda, para luego
dirigirse al apartamento de SUREZ ROMERO, la prueba
documental60 que emerge del paginario, en verdad, no
demuestra que ello hubiera sido as, razn para entender el
reparo efectuado por el Tribunal.

Con todo, lo que en trminos generales viene a ser una


inconsistencia, en esencia, confirma lo que la realidad
ensea en este tipo de asuntos: por regla de la experiencia,

60
A folios 39 a 49, C.O. 3, Fiscala, se hallan los extractos del banco Davivienda
correspondientes al seor EVERTH ALFREDO DUARTE GMEZ durante el perodo 1 de
mayo a 31 de diciembre de 2004. Conforme a anlisis financiero efectuado por
miembros del extinto DAS (folios 12 a 17 ibidem), a 31 de diciembre de 2003 se
tena un saldo de $5978.439,00; por crditos durante el ao 2004 fueron
$31803.477,00 y dbitos para el mismo ao $37772.855,00, siendo el mes de
octubre el de mayor crdito ($10522.028,00) y mayor dbito ($11691.126,00).

66
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

las organizaciones delincuenciales no se valen del sistema


legal financiero para el recaudo y manejo de sumas de
dinero.

No debe olvidarse que durante toda su declaracin,


PALOMINO SILVA hizo referencia a los grandes caudales
entregados a funcionarios y empleados judiciales en
diferentes despachos (fiscalas y juzgados) en los cuales
tenan algn sealamiento o vinculacin miembros del
Grupo Contrainsurgencia Wayuu, perteneciente a las AUC.
Por ende, tomar el insular asunto aqu investigado, sera
tanto como descontextualizar la totalidad de la declaracin
vertida (incluidas sus ampliaciones) por el denunciante.

La riqueza descriptiva que ella encarna, da cuenta de


las extravagantes sumas utilizadas por el grupo
delincuencial para satisfacer los deseos venales de
servidores judiciales. De hecho, en este asunto PALOMINO
SILVA mencion que, para el torcido de JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA, se haban dispuesto por el grupo
$50000.000,00, los cuales fueron distrados por otro
abogado.

Por lo anterior, no resulta extrao que, as como la


dinmica delincuencial no asume al sistema financiero
como el modelo a seguir en el manejo de sus finanzas, fuera
DUARTE GMEZ a hacer uso del mismo para consignaciones
o retiros de este tipo, como quiera que seran movimientos
fcilmente detectables por sospechosos.

67
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

PALOMINO SILVA, en su declaracin, hizo mencin a que


la organizacin delictiva obtena la mayora de sus ingresos
producto del narcotrfico, situacin que le fue confesada
por alias RAMIRO al indicar que una de las formas de
financiamiento de la tropa se haca con narcotrfico y que l
tena una cocina en el corregimiento de Palomino en la zona
rural por la zona montaosa la cual le produca grandes
dividendos61, a lo que aadi en juicio CARVAJAL TABORDA,
tambin provena de dinero de comerciantes, que de una u
otra forma financiaban o sostenan a la organizacin.

El jefe de finanzas del grupo fue descrito al detalle por


PALOMINO SILVA como alias LUCAS, de quien dijo tena un
computador62 en el que se registraban los movimientos
financieros y las actividades desplegadas por la
organizacin criminal, forma en la que usualmente los
grupos al margen de la ley llevan su propia contabilidad.

Tambin, PALOMINO SILVA, en su relato, expres la


forma en la que, en varias oportunidades, tuvo la necesidad
de cubrir con dinero de algn torcido, otro precedente en el
que ya se hubiere dado destinacin diferente o se llegare a
perder o distraer en la gran cadena de corrupcin
denunciada.

Por ltimo, revel la forma en la que la comandancia


del grupo les suministraba el dinero, bien porque era
entregado de manera directa por LUCAS, ora porque se
enviaba a un emisario para dicho menester.
61
Folio 18, C.O. 1, Fiscala.
62
Folio 13, C.O. 1, Fiscala.

68
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Con toda esa informacin, la mentada inconsistencia


en lo relacionado con el retiro de la cuenta de Davivienda,
no tiene el carcter de sustancial o relevante como para
minar la credibilidad del testigo PALOMINO SILVA, habida
cuenta que bien puede inferirse que la suma requerida, o
no estaba en aquella corporacin bancaria, o apenas lo era
en una proporcin, mientras que el faltante fue completado
con una de las tantas entregas dinerarias efectuadas a lo
largo de la labor asesora de DUARTE GMEZ.

Y a pesar que el Tribunal indica que no era DUARTE


GMEZ quien deba responder por el dinero, sino PALOMINO
SILVA, pues as se haba comprometido ante alias RAMIRO,
resulta lgico y por dems coherente el dicho de ste, como
quiera que era el primero, el que conoca y tena amistad
con SUREZ ROMERO, y fue DUARTE GMEZ quien realiz el
contacto con el juez especializado SIERRA GUTIRREZ,
sirviendo como intermediador el funcionario judicial
suspendido.

Por otro lado, no es cierto lo dicho por el Tribunal en el


sentido que no existe rastro de dnde salieron los
$10000.000,00 para solucionar el asunto de ARANGO ARDILA,
toda vez que de ello tambin se ocup el denunciante
cuando afirm:

[...] en el proceso que se adelanto (sic) a JOSE YESID ARANGO


ARDILA por el cual el seor EVER DUARTE le entrego (sic) al
mismo exjuez detenido la suma de Diez millones de pesos, plata
que le fue entregada a EVER por el seor LUCAS jefe de las AUC,
me entere (sic) o fui conocedor de este hecho porque el seor

69
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

abogado EVER llamo al seor LUCAS que es el jefe de finanzas


yo me traslade (sic) con este seor a Palomino y fui testigo
cuando le entregaron la plata [...].

As, reclamar, entonces, un vestigio que corrobore el


dicho del denunciante en el caso concreto, sera tanto como
pretender exigir una prueba documental de imposible
consecucin, amn que desvirta el principio de libertad
probatoria que regenta el procedimiento penal (artculo 237
CPP), en contraposicin a un sistema tarifado de prueba.

(iii) Razon tambin el Juez Colegiado respecto de la


existencia de prueba indiciaria, emparentada ella, as
mismo, con las declaraciones de cargo, y que en acpites
precedentes fuera abordada tangencialmente. Por tanto, se
referir ahora la Corte a aquella que no ha sido objeto de
anlisis.

Destaca el Tribunal que, la relacin entre DUARTE


GMEZ y SUREZ ROMERO no prueba ms que la indelicada
asesora de quien para la poca conservaba la dignidad de
juez, adems que los dineros fueron entregados a ste, pero
de ello no aflora prueba que indicara que SUREZ ROMERO,
estuviera cumpliendo misin encomendada por el acusado.

Frente a ello, dgase que, en efecto, las reglas de la


experiencia no ensean que las relaciones de amistad entre
los funcionarios judiciales y particulares siempre o casi
siempre sean utilizadas como instrumento para delinquir o
abusar de la funcin pblica, razn por la cual, la mencin

70
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

al lazo que una a DUARTE GMEZ con SUREZ ROMERO, no


deja de ser una inferencia indiciaria contingente y leve.

Sin embargo, lo revelado por PALOMINO SILVA, refuerza


el hecho que fue la cercana personal entre el juez
suspendido y su colega de bancada, lo que constituy
presupuesto necesario para la ejecucin del ilcito, porque
fue en razn de ese vnculo que se habra podido convenir lo
necesario para comunicar la solicitud econmica que
hiciera SIERRA GUTIRREZ, al tratarse SUREZ ROMERO de un
amigo comn, como atrs se explicara.

Quienes administran justicia, bien pueden llegar a


forjar relaciones de amistad, ms o menos cercanas, segn
cada caso, con litigantes y profesionales del derecho, lo cual
responde a una manifestacin propia del intercambio social.
Ms lo que se reprocha en el asunto concreto, es que ese
trato trascendi al mbito penal, al punto que no slo
SUREZ ROMERO sirvi de consultor y asesor al abogado
DUARTE GMEZ en la elaboracin de alegatos, como l mismo
lo admiti, sino que fungi como intermediador para
transmitir la pretensin ilcita.

As, entonces, para el caso concreto, el hecho


indicador sealado posee tal entidad demostrativa, que
conduce en alto grado de probabilidad a la corroboracin de
la incriminacin elevada contra LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ.

71
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Tambin seala el Tribunal, imprecisiones del testigo


PALOMINO SILVA en cuanto a las fechas relacionadas entre la
entrega de dineros y las sentencias absolutorias: la de
ARANGO ARDILA proferida el 24 de septiembre de 2004 y la
de CARVAJAL TABORDA, el 11 de octubre de la misma
anualidad, al paso que en la denuncia dijo que ello fue para
el mes de septiembre de 2013 (sic).

Pues bien, aunque en su declaracin inicial, PALOMINO


SILVA refiere que la entrega de dinero se produjo en
septiembre de 200363, con bastante probabilidad ello debi
ser un simple lapsus clavis al ser tomada su versin (lo que
ocurre con no poca frecuencia), error que no es dable
magnificar, so pretexto de restar credibilidad al testigo,
cuando del contexto total de su declaracin, de manera
difana advierte y describe que todos los hechos
denunciados, en cuanto a este asunto se trata, sucedieron
para el ao 2004.

Si es el Tribunal, quien en la serenidad de la


arquitectura de la sentencia, incurre en la inexactitud de
sealar el ao 201364, cuando lo dicho por el testigo fue
2003, cmo no aceptar que al tomar una declaracin, para
ese momento ya en su pgina 7, se puedan cometer ese tipo
de equivocaciones, las que por ningn motivo pueden
influir negativamente en el anlisis del testimonio.

La siguiente tacha del a quo se edifica sobre la que


considera una contundente contradiccin, cuando se
63
Folio 11, C.O. 1, Fiscala.
64
Folio 368, C. 42, Tribunal.

72
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

expresa por el ente acusador que el retiro de dinero de la


cuenta de DUARTE GMEZ se produjo el da 8 de octubre de
2004, entregndose ese da al intermediario SUREZ
ROMERO, quien de inmediato se comunica con el acusado y
en dicho acto se formula la solicitud de $10000.000, 00 por
exonerar a ARANGO ARDILA, fecha para la cual ya se haba
dictado sentencia absolutoria desde el 24 de septiembre de
2004.

Al examinar la Sala las providencias calificatorias de


primer y segundo grado, resulta evidente que en ellas se
hace mencin a que el da 8 de octubre de 2004, luego de
revisados los extractos del banco Davivienda,
correspondientes a la cuenta de ahorros de DUARTE GMEZ,
se registra un retiro en la ciudad de Riohacha en cuanta de
$9520.000,00 que el ente instructor consider como
bastante significativo en comparacin con las dems
transacciones del mismo mes o de los anteriores. De ello,
infiri que el retiro de dinero de Davivienda al que aludi el
testigo, pudo ser en la mentada fecha.

De lo anterior se destaca que, en esencia, lo que se


increpa es la inferencia a la que pudo llegar el ente
investigador, ms no que eso fuere lo atestado por PALOMINO
SILVA, por contera, no puede endilgarse a ste contradiccin
cuyo origen sea la declaracin.

Al volver, de nuevo, al dicho del testigo, en cuanto a la


mencin de la entrega de dinero, recurdese que ello se hizo
aproximadamente en septiembre de 2003 [entindase 2004,

73
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

conforme a la aclaracin efectuada en prrafo precedente],


lo que compagina en punto de temporalidad con las fechas
de: (i) terminacin del juicio de ARANGO ARDILA: 1 de
septiembre; (ii) culminacin de la vista pblica de CARVAJAL
TABORDA: 16 de septiembre; (iii) proferimiento de sentencia
en el caso de ARANGO ARDILA: 24 de septiembre; y, (iv) fallo
de CARVAJAL TABORDA: 11 de octubre, calendas todas del
ao 2004.

En tergiversacin de lo aseverado por PALOMINO SILVA


incurre el juez plural de primer nivel, cuando asegura en el
fallo que se examina, que el declarante mostr dos
versiones frente a un requerimiento que hiciera el secretario
del Juzgado Penal del Circuito Especializado, en la
reparticin del dinero en el caso de CARVAJAL TABORDA. A
regln seguido, explica que la primera consiste en el
reclamo que hizo el secretario a su colega DUARTE GMEZ; la
segunda, que fue el secretario y una comitiva del juez,
quienes de manera personal se lo hicieron a l.

Craso error del Tribunal, pues en el episodio del


reclamo del secretario a DUARTE GMEZ la versin es nica:
una vez que se produce la sentencia absolutoria el secretario
del DRLEONELO (sic) SIERRA le reclam airadamente en la
puerta de mi apartamento del barrio Paraso que era un
torcido que le haba entregado la plata al juez y a l no le
haban entregado nada (sic), aserto efectuado en la
denuncia fechada 7 de julio de 2006.

Ya en la ampliacin de denuncia, el testigo afirm:

74
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

[] en ms de una oportunidad su secretario JORGE el apellido


no lo recuerdo, un gordito bajito, un joven que le colaboraba a
este seor, de contextura alta, atltico, calvo, no le conozco el
nombre, mas otro seor que no le s el nombre fornido, que deca
ser miembro de las AUC y colaborador ntimo de este juez [] en
varias oportunidades me requirieron o me solicitaron que si le
entregaba la suma de treinta millones al seor juez LEONELO
SIERRA l absolva al seor JAIME CARVAJAL TABORDA, pero
fue a travs del que en una poca fue juez quien para esa poca
se encontraba en domiciliaria, se llamaba RAFAL (sic) el
apellido no lo recuerdo, era juez segundo penal del circuito [] A
travs de ese seor se hizo la negociacin []

Lo anterior se trae a colacin para denotar lo que en


puridad de verdad dijo el testigo, y no lo que le hizo decir el
Juez Colegiado en el fallo, esto es, que quienes primero
fungieron como intermediarios en la solicitud econmica,
fueron el secretario del juez y una comitiva (para utilizar la
misma terminologa del a quo), pero que en ltima instancia
con quien se hizo la negociacin fue con el juez suspendido
SUREZ ROMERO, debido a la cercana que tena con DUARTE
GMEZ, como ya se examinara. Eso, tambin explica la
relatada molestia del secretario y tiene la virtualidad de
hacer mucho ms creble la versin del denunciante.

Expone el Tribunal que resulta exagerado deducir


responsabilidad penal por actos de terceros (al referirse al
secretario JORGE ARTURO ROMERO SUREZ, lo cual puede
hacerse extensible al otrora funcionario judicial RAFAEL
FEDERICO SUREZ ROMERO), mxime cuando esos terceros
desmienten la versin del testigo PALOMINO SILVA.

Frente a ello, remrquese que integra el paginario los


testimonios de RAFAEL FEDERICO SUREZ ROMERO65 y JORGE
65
Folios 282 a 288, C.O. 1 y 91 a 98, C.O. 2, Fiscala.

75
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

ARTURO ROMERO SUREZ66 quienes, de una u otra forma, se


oponen a lo declarado por el denunciante, tildndolo de
mendaz.

La valoracin conjunta de las explicaciones ofrecidas


por SUREZ ROMERO y ROMERO SUREZ, indefectiblemente
debe hacerse teniendo en cuenta que provienen de quienes
tendran inters directo en la actuacin y, por lo mismo,
resulta apenas natural y obvio que hubiesen negado los
sealamientos efectuados contra SIERRA GUTIRREZ y, por
esa va, contra ellos mismos.

Los testimonios reseados resultan insuficientes para


descartar con certeza la credibilidad de las pruebas de
cargo y colegir, entonces, la mendacidad de los
sealamientos efectuados contra el enjuiciado.

La fiabilidad que se debe otorgar a los deponentes,


segn lo ensean la lgica y las reglas de la experiencia, se
mide, entre otros aspectos, por el beneficio o perjuicio que
puedan obtener de su testificacin. Dicho de otro modo, si
de lo declarado, el testigo puede percibir algn dividendo o
sospechar una desventaja, se patentiza el principio de que
todo hombre est inclinado a decir la verdad, excepto en
circunstancias especiales que pueden inducirlo a mentir.

Esto es predicable en el caso que se examina, con


relacin a los citados testigos, quienes no ofrecen
credibilidad a la justicia, por cuanto es indiscutible que de
66
Folios 86 a 90, C.O. 2, Fiscala.

76
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

haber aceptado los hechos relatados por el denunciante, se


habran visto comprometidos en la conducta criminal
imputada a SIERRA GUTIRREZ, razn por la cual negaron
cualquier conocimiento acerca de esa materia.

As, por ejemplo, mal poda el doctor SUREZ ROMERO


aceptar que por su conducto el acusado exiga dinero a los
abogados defensores de CARVAJAL TABORDA y ARANGO ARDILA
para obtener una sentencia absolutoria, si precisamente l
serva de intermediario, conducta contraria a derecho que,
en cualquier caso, deba poner en conocimiento de la
autoridad competente.

Igual crtica se extiende para el secretario ROMERO


SUREZ, quien de llegar a admitir el reclamo a DUARTE
GMEZ y el primer requerimiento que de dinero se hiciera en
el caso concreto, sera tanto como reconocer esa misma
labor de intercesor.

Puestas as las cosas, siendo la verosimilitud del


testigo un anlisis que se realiza desde diferentes aristas,
entre ellas, la existencia de algn inters u otro motivo de
parcialidad, encuentra la Sala que el Tribunal se sustrajo
de dicho examen, necesario en el ejercicio valorativo de la
prueba, pues su conclusin fue la de dar por sentado que la
versin de PALOMINO SILVA, haba sido desmentida con la del
juez SUREZ ROMERO y el secretario ROMERO SUREZ.

(iv) Ocup apartado especial, la crtica que el a quo


hizo de la restante prueba testimonial, para demeritar el

77
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

dicho del denunciante, en el sentido que en la crcel de


Riohacha era voz populi67 (sic) que el juez SIERRA
GUTIRREZ solicitaba dineros por asuntos tramitados en su
Despacho.

Se refiere, entonces a las declaraciones de EDGAR


MIGUEL CARO PACHECO68, FRAISER BLANCO VARGAS69 y PABLO
ANTONIO PEINADO PADILLA70, sujetos todos pertenecientes al
Grupo Contrainsurgente Wayuu, pues as lo aceptaron en
sus salidas procesales.

De CARO PACHECO se rescata que explanara que eran


los abogados defensores (PALOMINO SILVA y DUARTE GMEZ)
quienes en forma directa se relacionaban con el
comandante del frente, alias RAMIRO, para la entrega de
dinero por cualquier causa y que, de hecho fue el mismo
RAMIRO quien le mencion que l haba dado $40000.000, 00
a los abogados por su libertad, por vencimiento de
trminos, a la que el testigo considera no tena derecho
pues haba aceptado los cargos. Afirm que si supiera que
el fiscal o el juez solicitaron dinero por su libertad, no
dudara en instaurar una demanda. Respecto del juez
LEONELO RAFAEL, de quien dijo lleva su caso (para la fecha
de la declaracin), no sabe si se le dio suma alguna y si eso
fue as, lo hizo el comandante RAMIRO. Por ltimo, expres
que lo [que] PALOMINO diga con relacin a la
ORGANIZACIN cranle, porque l s tena conocimiento
[mayscula original del texto].
67
Folio 49, C.O. 1, Fiscala.
68
Folios 296 a 298, C.O. 1 y 107 a 118, C.O. 2, Fiscala.
69
Folios 20 a 22 y 99 a 106, C.O. 2, Fiscala.
70
Folios 149 a 152, C.O. 2, Fiscala.

78
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

FRAISER BLANCO VARGAS expuso no tener conocimiento


de la entrega de dinero a servidores judiciales o que sus
abogados PALOMINO SILVA y DUARTE GMEZ (pagados por la
comandancia del grupo), lo hubieren requerido para tal
efecto. Reconoce que el juez que lleva su caso (al momento
de la declaracin) es el aqu acusado, pero que de parte
suya no lo ha recibido, y explica que si ello sucedi, no
estuviera preso a la fecha de la diligencia.

PABLO ANTONIO PEINADO PADILLA se limit a decir que


sus abogados eran PALOMINO SILVA y DUARTE GMEZ y que
sus honorarios los pagaba el Frente Contrainsurgente
Wayuu, que fue condenado por el juez SIERRA GUTIRREZ
por el delito de concierto para delinquir y que si el juez
hubiera recibido dinero en su caso, l no estara preso,
adems que tampoco conoce si el togado recibi dinero por
otros asuntos adelantados a la organizacin delictiva.

Analizadas, entonces, estas deposiciones, bien puede


apuntarse que ellas no sirven para sustentar el dicho del
denunciante, esto es, aquello que todos conocan en la
crcel o que era sabido por toda la poblacin carcelaria: que
el juez LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ solicitaba
dineros por asuntos tramitados en su Despacho. Sin
embargo, dicha fisura en la declaracin, se refiere a un
asunto trivial y, si se quiere, perifrico, ms no medular de
la incriminacin y, por lo mismo, no tiene la suficiente
entidad como para derruirla.

79
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

En cuanto a la declaracin de JAIME ALONSO CARVAJAL


TABORDA, el Tribunal recrimina que: (i) el asunto del dinero
entregado a SUREZ ROMERO, no fuera de su conocimiento o
que de tan trascendente hecho no hiciera mencin; (ii) la
versin de los $40000.000,00 gener duda pues primero
apunt que lo escuch de ARANGO ARDILA, pero luego seal
que oy decirlo a DUARTE GMEZ, cuando lo comentaba con
ARANGO ARDILA; y, (iii) cuando se esperaba que l como jefe
de finanzas de la organizacin delictiva, contara en detalle
la forma como se hicieron los desembolsos, a quin se
entregaron, de dnde se sacaron y el estricto seguimiento y
registro de recursos, nada le consta y lo que sabe es porque
un subalterno se lo comento (sic); lo que de paso asesta la
estocada final al testimonio de PALOMINO SILVA, quien
haba afirmado que CARVAJAL TABORDA estaba al tanto de
las solicitudes y entrega de dinero71.

Como el testimonio (vertido en la audiencia de


juzgamiento) de CARVAJAL TABORDA ya fue objeto de
transcripcin por la Corte prrafos atrs, el mismo habr de
retomarse, para subrayar los mltiples errores que se
evidencian en el anlisis efectuado por el juez plural a quo.

Primero, la entrega del dinero a SUREZ ROMERO no fue


objeto de interrogatorio, razn por la que mal se procede en
reprobar al testigo que no hiciera mencin de ello, cuando
as no fue preguntado; la tcnica de interrogatorio utilizada
en la vista pblica, no fue la de una narracin abierta de los

71
Folio 368, C. 42, Tribunal.

80
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

hechos, sino dirigida a la concrecin de algunos muy


especficos.

Del audio correspondiente a la diligencia, ms que el


reflejo del seguimiento de un libreto, se advierte a un testigo
inexpresivo, que se limit a responder lo que se le pregunt,
pero no por ello es dable restar eficacia probatoria a su
deposicin, como as lo hizo el a quo.

Ya esta misma Corporacin, a travs de su Sala Civil


(CSJ SC, 5 may. 1999, rad. 4978), ha elucidado en detalle
la temtica que ahora ocupa la atencin de esta Sala:

[] es comn que los declarantes, por su escasa cultura, su poca


locuacidad, su misma discrecin, mesura o prudencia, sus
limitantes sicolgicos, el tiempo transcurrido entre la ocurrencia
de los hechos y el momento en que declara, tenga que ser
inquirido sobre el conocimiento de los hechos, en lugar de que
ste inicialmente haga un relato de los mismos. Por estas
circunstancias, se debe tolerar cierto margen sugestivo o
insinuante en el interrogatorio, como hoy lo acepta la doctrina,
mxime cuando es verbal, que, como norma general, no es
calculado ni viene hbilmente dirigido. En este mismo orden de
ideas y como se presentan declarantes que no son expresivos, o
porque su impreparacin los limita, o porque solo les consta lo
que contiene la pregunta, sus respuestas son igualmente cortas,
pero no del todo inexpresivas. De suerte que si el juez no dispuso
que el testigo hiciera un relato de los hechos objeto de su
declaracin, pero por otra parte en el interrogatorio y
contrainterrogatorio que le formulan las partes ha expuesto los
hechos por l conocidos, atinentes al litigio, con precisin y
claridad, aquella omisin no puede conducir a restarle toda
eficacia probatoria a tal prueba. Como tampoco cuando dentro de
un aceptable margen de tolerancia se formulan preguntas
sugestivas al declarante, o este responde en pocas palabras lo
que le consta, pero de manera clara y correcta. (Cas. Civ. de 30
de julio de 1980, 6 de julio de 1987 y 25 de julio de 1990)
(Sentencia del 30 de mayo de 1996)

81
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

El error del Tribunal radica, entonces, en no distinguir


que la inclinacin de CARVAJAL TABORDA por ceirse con
alguna fidelidad a la pregunta, ora por su escasa
locuacidad, bien por timidez, no conduce a restar peso
probatorio a su testimonio.

En lo referente a la entrega del dinero al juez SIERRA


GUTIRREZ, el testigo primero declar que JOS YESID
ARANGO ARDILA, alias YIMMY, le dijo que la suma de
$40000.000,00 haba sido suministrada para la
exoneracin de ambos, ms adelante, refiri que su
abogado DUARTE GMEZ se lo coment a alias YIMMY, sin
embargo, avanzada la deposicin, la Fiscala realiz
interrogante en el que involucr que la informacin haba
sido dada por DUARTE GMEZ a ambos internos (ARANGO
ARDILA y CARVAJAL TABORDA).

Con independencia de quin hubiere dado el mensaje,


o si fue que lo oy decir por el abogado a ARANGO ARDILA, lo
cierto es que la ciencia del dicho del testigo est dada en lo
que escuch de otro. Y no poda ser de otra manera, si en
cuenta se tiene que para el momento de la exaccin y
entrega dineraria, se encontraba en prisin y no tena
mayor acceso, en punto de informacin, a la que fuera
provista por su abogado EVERTH ALFREDO DUARTE GMEZ, de
quien dijo era el enlace con el comandante RAMIRO.
Entonces, al rompe se advierte que si CARVAJAL TABORDA
conoca que por su caso se haba pagado dinero para
exonerarlo, lo era en razn a lo que sus abogados le
comentaran.

82
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

El Tribunal desecha as el precitado testimonio, por


ser una versin que proviene de terceros. Con todo, no
repara en que ello, nuevamente, lo que refuerza es el dicho
del denunciante PALOMINO SILVA, quien relat: La obligacin
ma era cada v3z (sic) que sacaba un preso llevarlo al seor RAMIRO o
sus lugartenientes, cave (sic) resaltar que en el caso particular del
seor CARVAJAL TABORDA este seor se rehus ir donde RAMIRO

argumentando que si iban lo pelaban (sic). La nica forma en que

CARVAJAL TABORDA, se enterara de forma directa de la


entrega de dinero por la comandancia del grupo para
obtener su libertad, era escuchndolo de alias RAMIRO, pero
rehus entrevistarse con l, aspecto que coincide con lo
manifestado en juicio, cuando asegur que una vez liberado
se fue para Medelln, donde fue recapturado a los pocos
meses.

Yerra tambin el a quo, cuando le asigna al declarante


un rol que no cumpla en la organizacin criminal, al decir
que como jefe de finanzas, debi contar en detalle la forma
como se hicieron los desembolsos, a quin se entregaron, de
dnde se sacaron y el estricto seguimiento y registro de
recursos.

Sea lo primero indicar que, CARVAJAL TABORDA fue muy


preciso en explicar que su funcin era la de financiero y,
como tal, su actividad consista en recoger dinero de los
comerciantes y llevarla al comandante RAMIRO.

83
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

De lo tambin ya expuesto, ha quedado claro que el


jefe de finanzas del Grupo Contrainsurgencia Wayuu era
alias LUCAS, de quien se asegur por PALOMINO SILVA, tena
un computador (adems brind la ubicacin para hallarlo)
en el que se registraban los movimientos financieros y las
actividades desplegadas por la organizacin criminal; luego
entonces, no era CARVAJAL TABORDA el llamado a hacer
mencin de las circunstancias echadas de menos por el
Tribunal.

Por ltimo, no es que ARANGO ARDILA fuera subalterno


de CARVAJAL TABORDA, de hecho dentro del expediente se le
menciona repetidamente como comandante de las
autodefensas en el rea urbana de Riohacha y superior de
varios testigos en este asunto, entre ellos, EDGAR MIGUEL
CARO PACHECO y DELIO CONDE ACHIPIS, pues as fue referido
por stos en sus intervenciones procesales.

En suma, resultan infundados los reparos efectuados


por el a quo, respecto de la prueba testifical acabada de
considerar.

Ahora, lo que s advierte la Sala, es el desprendimiento


del juez plural, en la asuncin del rol protagnico que
estaba llamado a asumir en la vista pblica como director
de la audiencia y del proceso, especficamente en la prctica
del testimonio, como quiera que si una vez la Fiscala
termin con su interrogatorio (la defensa no interrog),
percibi que del mismo afloraban dudas que era necesario
despejar en averiguacin de la verdad, debi hacer uso de la

84
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

herramienta que la ley dispensa en el artculo 276 del CPP:


El funcionario podr interrogar en cualquier momento que lo
estime necesario.

Por lo mismo, ya se ha mencionado por la Corte (CSJ


SP, 1 jul. 2009, rad. 25606): De ah que no sea de extraar
que, en la doctrina nacional, se haya sostenido que [d]el
funcionario que recibe el testimonio depende
fundamentalmente sus resultados72.

Lo hasta ahora examinado, hace relacin a los dos


primeros cargos de concusin, pues del tercero se ocup el
fallador de primera instancia en acpite siguiente.

Recordemos que dicha incriminacin, conforme a los


hechos tempranamente relatados, se hizo consistir en la
solicitud de $10000.000,00 para habilitar espacios
procesales en las causas penales seguidas en adversidad de
DELIO CONDE ACHIPIS y de otro apodado EL GRANDE73, con
miras a que en las correspondientes audiencias de
juzgamiento, los procesados rindieran ampliacin de
indagatoria, aceptaran su pertenencia al grupo de
autodefensas y as acogerse a los beneficios de la justicia
transicional.

Veamos entonces cules fueron las crticas, que frente


a este cargo se hicieron.

72
Devis Echanda, Hernando, Teora general de la prueba judicial. Tomo segundo,
Temis, Bogot, 2006, p. 231.
73
De la lectura del expediente se advierte que dicho alias corresponde a FRAISER
BLANCO VARGAS, como as se menciona por ste en su declaracin de fecha 13 de
mayo de 2007, vista a Folios 20 a 22, C.O. 2, Fiscala.

85
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Indic el Tribunal que la afirmacin del denunciante


se muestra extica y contra evidente, en virtud a que la
dupla PALOMINO SILVA DUARTE GMEZ eran abogados
penalistas, egresados de prestigiosas universidades, lo que
pone en duda que la solicitud se haya realizado, pues para
los efectos pretendidos de defensa, no era necesario la
habilitacin de los espacios procesales mencionados.

Aqu, el desatino en el razonamiento descansa en


pensar que es la calidad o condicin de quien recibe la
exigencia, o lo absurda o no de la solicitud, lo que permite
delinear el punible de concusin, aspectos totalmente
ajenos a la estructura establecida por el legislador para este
tipo penal.

Recurdese lo dicho por la Sala (CSJ SP, 22 sep. 2004,


rad. 21961) en el sentido que lo requerido es que la
solicitud sea indebida, y

[] realizada con abuso del cargo o de la funcin, lo cual entraa


un acto arbitrario, que inculca en el destinatario de la exigencia,
la obligacin de dar o prometer dinero u otra prestacin que
legalmente ni debe ni tiene por qu prestar. No se requiere, es
cierto, que la persona que recibe la inslita solicitud (que no
necesariamente es la vctima de la exaccin, como ocurre cuando
el servidor pblico se vale de un intermediario o tercero para
trasmitir la peticin ilcita) se someta finalmente a la voluntad del
amedrentador, pues para la consumacin de esta modalidad
delictual basta con el impacto capaz e idneo para viciar o
alterar su voluntad por el desconcierto, la confusin, molestia o
repudio dada la desventaja en que resulta colocada la persona
que desea acceder a la justicia en condiciones de equidad []

Entonces, para utilizar parte del argumento del


Tribunal, como eran aquellos abogados, penalistas de

86
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

reconocidas universidades, y tenan claro que, para los


efectos pretendidos por la defensa, no eran necesarios los
espacios procesales que SIERRA GUTIRREZ proyectaba
habilitar a cambio de que se entregara la suma aludida, fue
que no accedieron a la indebida solicitud. Lo que no quiere
decir que la conducta punible no se hubiere consumado.

Por dems, PALOMINO SILVA explica por qu no se


accedi a pagar lo peticionado por el enjuiciado, as:

[] Aclaro, estos seores haban sido llamados a juicio en este


momento procesal no les iba a cobijar el decreto mencionado
porque an no se conoca su texto, haba ambigedad, cuando se
sabe con claridad y se expide el decreto, uno de los apartes del
Decreto estableca que con la confesin de ser miembro de las
AUC, confesar determinados delitos se lograba la rebaja de
pena, no solamente la rebaja, sino que se l (sic) estableca una
pena inferior de la que iban a merecer, entonces la nica salida
era solicitando la ampliacin de indagatoria [] (sic)

Obsrvese que lo anterior tambin puede ser


contemplado como apreciable tem, en punto de la verdad
del denunciante, para el caso de CARVAJAL TABORDA y
ARANGO ARDILA, habida cuenta que si el compromiso penal
de dichos procesados era de tal entidad, que se haca
previsible el advenimiento de una sentencia condenatoria,
la nica salida a la libertad, a la que se haba
comprometido ante la comandancia del grupo
contrainsurgente, era plegarse a la arbitraria exigencia que
se haca por parte del funcionario judicial a cargo.

Las siguientes objeciones del Tribunal, que consider


le restaban seriedad a la versin del denunciante, pueden
resumirse en: (i) no lograr precisar si lo requerido fueron

87
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

diez o quince millones de pesos; (ii) la exposicin surge de


una ampliacin de denuncia, cuando debi hacerse en la
inicial declaracin; (iii) falta de precisin en la fecha que se
hiciera la solicitud concusionaria.

Sea lo primero indicar que, poco o nada trascendente


resulta, que la incriminacin se hubiere efectuado en la
primigenia denuncia o en su ampliacin, cuando lo que se
trata es de verificar la verosimilitud del dicho del
declarante.

Y para ello, en el caso particular, debe mirarse el


contexto en el que se produjo el relato de PALOMINO SILVA,
para entender la magnitud de lo revelado. Basta con indicar
que, en virtud a lo que ensea el expediente, a la denuncia
se dio inicio el da 7 de julio 74, continundose los das 875 y
1376 del mismo mes, y amplindose los das 1 77, 478, 579 y
2680 de septiembre, diligencias todas del ao 2006.

Como atrs ya se anticipara, PALOMINO SILVA en su


inicial denuncia referenci una insondable cantidad de
desafueros, por decir lo menos, en punto de corrupcin de
servidores judiciales (seal a funcionarios y empleados en
diferentes despachos de fiscalas y juzgados), por lo que el
caso de SIERRA GUTIRREZ fue solo uno de los tantos
asuntos tratados, lo que se produjo a propsito del recuerdo

74
Folios 5 a 19, C.O. 1, Fiscala.
75
Folios 20 a 27, ib.
76
Folios 28 a 35, ib.
77
Folios 47 a 53, ib.
78
Folios 54 a 64, ib.
79
Folios 65 a 70, ib.
80
Folios 106 a 117, ib.

88
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

que hiciera de los procesos adelantados a CARVAJAL


TABORDA y ARANGO ARDILA.

Por lo mismo, hubo la necesidad de realizar tantas


ampliaciones, como la puntualidad y seriedad de la
sindicacin lo demandaban, y fue en una de ellas (la del 1
de septiembre), en la que se ahond lo concerniente a lo
reprochado al Juez Penal del Circuito Especializado de
Riohacha.

Fustigar, entonces, que en ese maremgnum inicial de


delaciones, no se hiciera mencin a la solicitud dineraria en
el especfico caso correspondiente a DELIO CONDE ACHIPIS y
de alias EL GRANDE y, a partir de ello, restar seriedad a la
versin del denunciante, constituye drstica censura por
parte del Tribunal.

Igual predicamento se tiene, cuando con severidad se


reprocha no recordar una fecha exacta de solicitud, o la
puntual cantidad exigida.

Retmese que la denuncia y sus ampliaciones,


hicieron mencin de innumerables episodios delictivos y
dieron cuenta de las plurales y estrambticas sumas
utilizadas por el Grupo Contrainsurgencia Wayuu para
complacer la corrompida avidez de servidores judiciales. Por
contera, por el contrario, sospechoso sera que hubiera
aludido a fechas especficas para un determinado asunto y
no resulta extrao, en el sub judice, que no recordara lo
exigido en este ltimo cargo de concusin.

89
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Err el fallador a quo, al desechar as la citada


declaracin, porque el testigo no evocara la suma
pretendida o porque no sealara una calenda de solicitud
concusionaria. No se puede perder de vista que dada la
dimensin de lo denunciado y la multiplicidad de sucesos
vivenciados, no era dable exigir que el recuerdo de unos
puntuales hechos, se vertiera en la diligencia con rgida
precisin, amn que esta clase de lagunas del deponente,
en lugar de mermar credibilidad a su versin, la acrecienta
cuando, como aqu acontece, permite inferir sinceridad y
espontaneidad en su relato, toda vez que son las
declaraciones prolijas en pormenores insubstanciales, las
que inversamente suelen indicar, adoctrinamiento previo
del testigo.

Ahora, lo testificado por DELIO CONDE ACHIPIS81, en


esencia, se contrae a que: (i) la asesora profesional de sus
abogados PALOMINO SILVA y DUARTE GMEZ, la pagaba la
comandancia del Grupo Contrainsurgente Wayuu al cual
perteneci; (ii) la labor de los abogados era sacar como
diera lugar a los integrantes del grupo que estuvieren
presos; (iii) no tuvo conocimiento directo que por su libertad
se hubiera dado dinero, ms all de lo que en la crcel as
se lo comentara otro de los integrantes del grupo, sin
embargo no cont con la fortuna de salir de prisin y fue
condenado al aceptar los cargos por los que fue acusado; y,
(iv) a lo largo de su declaracin, emiti una serie de
razonamientos, alejados de toda filigrana jurdica, propios
81
Folios 1 a 3 y 119 a 132, C.O. 2, Fiscala.

90
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

del lego en la materia, pero no por ello absurdos o ilgicos,


para tratar de explicar por qu consideraba, que los
abogados hacan uso del dinero ante los estrados judiciales,
para lograr su cometido. Vase a manera de ejemplo:

[] si hay una persona detenida por Homicidio y se sabe que


todas las pruebas lo acusan y sale en libertad uno sabe que de
por medio hay algo de por medio, yo entiendo eso, me doy cuenta
que hay mucha corrupcin dentro del Estado, cuando creamos
que estbamos haciendo lo correcto, le estbamos causando
perjuicio a las personas, pero entre las personas que
perjudicaban a las gentes tambin podan estar los abogados []
(sic)

[] PREGUNTADO: Se afirma en este proceso que para efectos de


que usted pudiera ampliar su indagatoria y que usted aceptara
los cargos, le pagaron al JUEZ LEONELO SIERRA. Que (sic) tiene
que decir sobre eso. CONTESTO: A mi (sic) me condenaron en el
momento en que yo confese (sic), a mi (sic) me condeno (sic) la
FISCALIA (sic) ESPECIALIZADA en ese tiempo el Juez era
LEONELO SIERRA, si le digo que me inmagino tengo duda,
certeramente no tengo el conocimiento, pero puedo inmaginarme
(sic) que s, porque imaginese (sic) usted y piense por un
momento que hombres culpables saliendo de la crcel, podra ser
que s que hubieran pagado plata, pero si hubieran pagado plata
yo estara por fuera []

Refirindose al conocimiento que tena de JOS YESID


ARANGO ARDILA como comandante de las autodefensas
urbanas y de su posterior situacin de libertad, as se
expres:

[] en las autodefensas a los comandantes en ese tiempo


cuando los cogan presos eran prioridad, ellos eran primeros (sic)
que uno, si era un comandante bueno enseguida los (sic)
sacaban, l fue agente del Ejercito (sic), era importante porque lo
que (sic) saba tcticas militares, era bastante amigo del seor
RAMIRO, por ah pienso yo que por eso lo sacaron ms rpido,
porque amigo del dueo del dinero en ese caso, en la
organizacin las influencias eran muy importantes, porque el que
tiene la batuta lleva la mejor parte, le perdonan ms la vida que
a uno [] PREGUNTADO: Usted sabe si el seor LEONELO
SIERRA haya recibido dinero por el caso de YESID ARANGO
ARDILA. CONTESTO: as de que yo haya tenido conocimiento o
que haya visto o me hayan dicho, porque ellos eran muy

91
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

prudentes para hablar con uno, como comandantes eran muy


prudentes, pero yo le dijo (sic) a usted algo, si una persona sale
y yo se (sic) que l es culpable, yo pensaba dentro de m, si este
hombre es culpable, como es que se va para la calle, a lo que me
refiero es que (sic) fue lo que sucedi ah porque este seor
YESID ARANGO se fue para la calle, tuvo que haber negociado la
libertad con aquella persona que llevaba el caso, no puedo juzgar
ni acusar a nadie porque no tengo prueba contundente [] DIOS
sabe que lo que he dicho aqu es verdad, para muchos de los que
pertenecimos a la organizacin lo que se dice es que los
abogados EVER DUARTE Y RAFAEL PALOMINO recibieron
mucha plata de las autodefensas, con destino a los procesos
jurdicos de nosotros, decan que para pagarle a los funcionarios
a Jueces y Fiscales, no se (sic) si el dinero era para Jueces o
Fiscales, pero de testimonios de muchas bocas se dice que si (sic)
le dieron mucho dinero a ellos []

De todo lo propalado por el anterior testigo, bien puede


inferirse que, la exaccin en el caso de CONDE ACHIPIS no fue
bien recibida por sus abogados y, a travs suyo, por la
comandancia del grupo en cabeza de alias RAMIRO, primero,
porque para los efectos de las pretendidas diligencias de
aceptacin de cargos, no se haca necesario entregar dinero
y eso lo saban los letrados defensores, segundo, por cuanto
no era claro para ese momento, el panorama jurdico en
punto de postulacin a justicia transicional, si en cuenta se
tiene que la Ley 975 tan slo se expidi para el ao 2005 y,
tercero, porque, a riesgo de cosificar al ser humano, para la
organizacin criminal, en el nivel de jerarqua por ella
establecida, la libertad de DELIO CONDE ACHIPIS y FRAISER
BLANCO VARGAS no era de tanta utilidad, como s la
representaba la de sus comandantes JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA y JOS YESID ARANGO ARDILA82.

82
Razn por la cual se entiende el dilatado proceso penal seguido a DELIO CONDE
ACHIPIS, al contrastarlo con el clere trmite procesal, incluido el proferimiento de
los fallos absolutorios, de JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA y JOS YESID ARANGO
ARDILA.

92
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Lo anterior supone concluir, en oposicin a lo decidido


en la primera instancia, que tambin se percibe creble y
verosmil el dicho del denunciante y el tercer cargo por
concusin encuentra acreditacin.

Ha tratado esta Colegiatura de examinar con esmero lo


sentenciado por el Tribunal y, de paso, responder los
argumentos esbozados por la defensa como sujeto procesal
no recurrente, bastando slo en este ttulo relativo al delito
de concusin, un apartado, si bien no explicitado en el fallo,
si evidente en el alegato defensivo, relativo a la pobre
idoneidad moral del testigo PALOMINO SILVA, fundamento
que permite aducir el por qu no puede ser creble o
verosmil su relato ante la justicia. Ante ello, la Corte dar
respuesta, reafirmando lo que ha sido criterio pacfico en la
jurisprudencia de la Sala.

Al respecto, reitrese que, bajo ninguna circunstancia


es dable sustentar a priori, que los antecedentes personales
del deponente, sean por s solos suficientes para negar
idoneidad testifical o valor suasorio a sus afirmaciones, en
la medida que ste estriba en la firmeza obtenida, luego del
anlisis que al tamiz de la sana crtica se haga.

Conforme al ya citado artculo 277 de la Ley 600 de


2000, uno de los criterios de valoracin de la prueba
testimonial es la personalidad del declarante. Bajo dicho
entendimiento, la personalidad de quien declara, constituye
factor preponderante a considerar, al momento de adjudicar
o menguar mrito probatorio a su deposicin.

93
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

[] Con todo, dicho criterio de valoracin probatoria, como lo ha


sostenido repetidamente la Sala, no puede tomarse de manera
desprevenida y prejuiciosa para sostener que toda declaracin
proveniente de un individuo con condiciones personales que
pueden reputarse negativas o censurables (condenas previas,
pertenencia a grupos delincuenciales, u otras similares) es
necesariamente mendaz83, ni para afirmar, en contrario, que toda
deposicin ofrecida por quienes gozan de cierto ascendiente
social es fatalmente verdica y debe ser creda por el Juzgador 84.
(CSJ SP33402016, 16 mar. 2016, rad. 40461).

Debe precisarse s, que los sealamientos de quien, de


una u otra forma, hizo parte de una organizacin
delincuencial (como era el rol de abogado defensor,
cumplido por el denunciante), deben ser apreciados con
mayor rigor, como quiera que la incriminacin de terceros
puede motivarse en sentimiento de animadversin, en un
fin retaliador o nimo vindicativo o, hacerse acreedor a
algn beneficio o, quizs mostrarse ajeno frente a hechos
que puedan perjudicarle.

Especial anlisis ha suscitado al interior de la Sala, el


testimonio de personas involucradas con grupos
paramilitares. Vase, a manera de ejemplo (CSJ SP, 17 ag.
2010, rad. 26585):

74. Teniendo como norte la realizacin de la justicia, tngase


presente que el hombre, por una tendencia natural de la
mente85, que hace ms fcil decir verdad que mentiras, es por
esencia verdico y por consiguiente inspirador de confianza entre
sus congneres, pues de otra suerte, sobre el pilar de falacias, no
sera dable ningn desarrollo personal ni social. En otras
palabras, no hay posibilidad alguna de progreso intelectual, si
no se toma como base y punto de partida la fe en los dems 86.
Por eso frente a los testimonios, el punto de partida es su
83
Entre muchas otras, Cfr. CSJ SP, 13 feb. 2013, rad. 28.465. CSJ AP, 23 may. 2012,
rad. 37.434.
84
Cfr. CSJ 7 may. 2014, rad. 35.346.
85
Framarino dei Malatesta, ibdem, p.15.
86
Ibdem, p.16.

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

veracidad, que en concreto se ve aumentanda (sic)


corroborada, disminuida o destruida por las condiciones
particulares que son inherentes al sujeto individual del
testimonio, o en su contenido personal, o tambin a su forma
individual87, o contrastada con los dems del acervo enfatiza la
Sala.

75. En este aspecto, insistiendo en que por lo general el hombre,


incluidos los paramilitares, percibe y relata la verdad, y [P]ara
que el testigo tenga derecho a ser credo, es, pues, menester: 1)
que no se engae; 2) que no quiera engaar 88, porque la
presuncin de veracidad puede ser destruida o menguada por
condiciones especiales que en concreto son inherentes al
sujeto,89 es preciso sealar que por ms que se trate de
desmovilizados, incursos en delitos atroces del pasado, esa
mcula del orden moral, aunque puede fijar rasgos de sospecha,
no implica per se descrdito absoluto, porque no le priva de
idoneidad para decir la verdad.

76. Sera equivocado sostener que los testigos desmovilizados,


slo a partir de su vida pasada o antecedentes, por muy
desadaptada que haya sido, quieren engaar o estn
interesados en falsear la verdad, ms si se trata de relatar
hechos ajenos. Bien podra decirse que es lo contrario, en cuanto
que su desmovilizacin supone el propsito de abandonar la
senda de la criminalidad por la que transitaron durante aos, y
ante la oportunidad de la pena alternativa ofrecida por el
sistema de justicia transicional, reencauzarse por el camino de la
legalidad para su propio bien y el de la sociedad. Estn
advertidos que resistirse a colaborar con la justicia, o cometer
nuevos delitos, les genera consecuencias negativas irredimibles
de suma gravedad.

77. En procesos surgidos o emparentados con la criminalidad


sistemtica y permanente, es virtualmente imposible hallar
testigos libres de sospecha, porque en medio del sentimiento
generalizado de miedo o inseguridad que por su naturaleza
intrnseca esos hechos provocan, siempre habr en ellos por lo
menos rodeos de inters propio, sea como vctimas o victimarios,
aquellas en la dimensin de su doble impacto, ya particular, ora
social. Ser difcil hallar testigos de esos casos en lugares
ascticos o de perfeccin espiritual, porque es que dichos sitios
de paz y concordia no son propensos a tales categoras
criminales. As es que no pueden buscarse en los monasterios
para exigir de ellos un corazn limpio, como en veces se quisiera,
sino en los escenarios del crimen e impregnados de sus efectos,
cuando no en las crceles; y en ese contexto hay que valorarlos
sin descartar su crdito a priori bajo sospecha.

87
Ibdem, p.18.
88
Ibdem, p. 47.
89
Ibdem, p. 41.

95
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Al descender al asunto concreto de PALOMINO SILVA,


siendo su papel al servicio del Grupo Contrainsurgente
Wayuu, prestar asesora jurdica en materia penal a los
integrantes de la organizacin vinculados a procesos
judiciales, conocedor como el que ms de la actuacin
irregular del comandante RAMIRO para lograr a cualquier
costo la libertad de sus lugartenientes y dems miembros
del grupo, se converta en testigo de excepcin para
desenmascarar la corruptela al interior de la administracin
de justicia y, en especial, en el trmite de los procesos
penales a l asignados, en compaa de su compaero de
causa EVERTH ALFREDO DUARTE GMEZ.

Asesinado este ltimo, nadie ms que PALOMINO SILVA


para saber la realidad de lo que pas y contar qu fue lo
que hicieron?; quines fueron los beneficiados?; de
quines se valieron?; cmo era el modus operandi para
lograr su cometido?; quines eran los servidores judiciales
involucrados?, cundo?, cmo?, dnde?, por qu?, etc.

Subryese, adems, que no interes que los hechos


relatados, incluso pudieran generarle a futuro compromiso
de carcter penal, pues lo que se vislumbra al inicio de su
denuncia es que, en lugar de perecer a manos de sus
mandantes, prefiri colocarse al resguardo de la justicia, y
asumir el riesgo que la misma se volviera en su contra, lo
que de suyo hace verosmil su atestacin y que, dicho sea
de paso, sirvi para que un Fiscal de Derechos Humanos
fuera condenado, como as obra en la foliatura 90.
90
A folios 46 a 145, C.O. 4, Fiscala, se puede leer la sentencia condenatoria emitida
el 22 de junio de 2012 por la Sala de Decisin Penal del Tribunal Superior del

96
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Si superando el temor producido por las amenazas de


muerte, o el del accionar de la justicia en perjuicio propio,
alguien asiste a rendir declaracin, muy seguramente
puede esperarse de l la verdad, pues el camino fcil sera
el de la evasin.

Surge innegable que el dicho de PALOMINO SILVA


entremezcla pormenores e intimidades, con un relato que
slo pueden hacer de manera coherente y precisa aquellos
que lo conocen91.

En suma, si el hecho de haber sido abogado del grupo


paramilitar no es impedimento para decir la verdad, porque
ello en s mismo no significa tendencia a engaar; si los
rasgos de sospecha anejos a su flexible sentido moral, se
disipan cuando decide acudir a la justicia, a efecto de
contar lo que sabe; si nadie ms idneo que aquel que
interactuaba con la comandancia, para saber qu fue lo que
hicieron, quines los beneficiados, de quines se valieron y
cul era el modus operandi para lograr su cometido; y si no
existe motivo distinto a la realidad, para que el citado
letrado haya declarado como lo hizo, concurren razones de
peso que enfatizan su presuncin de veracidad.

Distrito Judicial de Barranquilla, dictada en adversidad de LFBA.


91
A manera de simple ejemplo, identificar que el verdadero nombre del comandante
del Grupo Contrainsurgente Wayuu, alias RAMIRO, era CARLOS ALBERTO SOSA
CASTRO, y en su denuncia explicar por qu razn lo supo (folio 18, C.O. 1, Fiscala),
o sealar con claridad cul era el cuadro orgnico del mismo grupo, acantonado en
el corregimiento de Palomino, municipio de Dibulla en La Guajira (folios 31 y 33,
C.O. 1, Fiscala).

97
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

As las cosas, basta sealar que en el presente asunto


la prueba de cargo resulta suficiente para tener por
acreditada la certeza del punible de concusin, en concurso
homogneo y sucesivo y, la responsabilidad del enjuiciado,
por tanto, irremediable deviene la revocatoria de la
sentencia absolutoria.

7.2 Estructuracin de la conducta de prevaricato


por accin agravado

El presente ttulo se relaciona con la decisin de


condena que se profiriera en adversidad de LEONELO RAFAEL
SIERRA GUTIRREZ, al encontrar la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Riohacha, que la sentencia
dictada por el acusado el da 11 de octubre de 2004, en el
caso seguido a JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, dentro del
radicado 200400021, por el punible de concierto para
delinquir, constituy una providencia manifiestamente
contraria a la ley.

Recurdese que la tipicidad objetiva del delito de


prevaricato por accin, conforme a la hiptesis normativa
establecida en el artculo 413 del CP, reclama un sujeto
agente calificado, como que no puede ser otro distinto al
servidor pblico, un verbo rector: proferir, y dos ingredientes
normativos asaz diferenciados: (i) resolucin, dictamen o
concepto, y, (ii) manifiestamente contrario a la ley.

En cuanto a ste ltimo tpico, la Sala tiene como


criterio que su configuracin alberga la valoracin de los

98
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

fundamentos jurdicos que el servidor pblico expuso en el


acto judicial o administrativo (o la ausencia de ellos),
aunado al anlisis de las especficas circunstancias por las
cuales lo adopt y de los elementos de juicio con que
contaba al momento de ser proferido92.

Una decisin es manifiestamente contraria a la ley


cuando la contradiccin entre lo demandado por la ley y lo
resuelto sea notoria, grosera o de tal grado ostensible que se
muestre de bulto con la sola comparacin de la norma que
deba aplicarse93. Dicho de otro modo, no puede ser el
resultado de elocuentes y refinadas interpretaciones,
complejas disertaciones o intrincadas elucubraciones y
debe develarse coruscante con la sola comparacin de la
norma que deba aplicarse al momento de realizacin de la
conducta cuestionada.

Acerca del ingrediente manifiestamente contrario a la


ley nsito en la norma, la jurisprudencia ha entendido que
de l se vali el legislador para denotar la importancia de
que no sea la divergencia entre la ley y la decisin a
analizar el aspecto a cuestionar a travs del derecho
represivo; ms que eso, es la inmediatez con la que se
pueda detectar esa disonancia la que provoca la crtica,
pues si dicho descubrimiento se retarda porque involucra
una actividad intelectual de compleja estirpe, el

92
Cfr. CSJ SP, 8 nov. 2001, rad. 13956. Criterio reiterado en el mismo sentido en
sentencias de 25 abr. 2007, rad. 27062, 22 abr. 2009, rad. 28745, 16 mar. y 31 de
may. 2011, rads. 35037 y 34112, respectivamente, y 27 jun. 2012, rad. 37733,
entre otras.
93
CSJ, SP, 15 abr. 1993.

99
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

componente que aqu se trata de explicar carecera de


adecuacin al respectivo evento.

Es decir, si la deteccin se da apenas con breve y


desapasionado examen, sin recurrir ni siquiera a la media
medida de los anlisis que se utilizan en diferente escenario
para tratar de obtener un dato concluyente, la exigencia
legal surgir de manera irrebatible.

Mientras no suceda as, mal podra recaer sobre el


acto demandado el estigma de rutilantemente ilegal y, en
consecuencia, catalogar la accin de tpica. Por tanto, se
excluyen del objeto de reproche penal, todas aquellas
decisiones respecto de las cuales pudiere existir discusin
sobre su acierto o legalidad, diferencias de criterio,
interpretaciones o equivocaciones despojadas del nimo de
violar la ley.

Frente a ello, la Corte ha establecido que:

El delito de prevaricato no se tipifica por la ocurrencia de una


simple equivocacin valorativa de las pruebas ni por la
interpretacin infortunada de unas normas, como tampoco
puede proyectarse en el acierto o desacierto de la determinacin
que se investiga, tema restringido al estudio y decisin de las
instancias, constituyendo la verdadera esencia del tipo de
prevaricato activo tanto la ocurrencia de un actuar malicioso
dentro del cual el sujeto agente se aparta de manera consciente
del deber funcional que le estaba impuesto, como la existencia
objetiva de una decisin abiertamente opuesta a aquella que le
ordenaba o autorizaba la ley, lo que implica el anlisis
retrospectivo de la situacin fctica que deba resolverse 94.

De antao la jurisprudencia de la Sala ha entendido


que la simple contrariedad entre el acto jurdico y la ley no
94
CSJ SP, 5 dic. 2009, rad. 27290.

100
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

resulta suficiente, sino que se requiere una evidente


discrepancia entre lo decidido por un funcionario pblico y lo
que debi decidir, o como tantas veces se ha dicho, entre el
derecho que debi aplicar y el que aplic95.

De la misma forma, la Corte reitera que el anlisis de


contradiccin entre lo decidido y la ley debe hacerse
mediante un juicio de verificacin ex ante; por tanto,
imperioso resulta al fallador ubicarse al momento en que el
servidor pblico emiti la resolucin, el dictamen o el
concepto y examinar las circunstancias por l conocidas,
siendo, en consecuencia, improcedente un juicio ex post
con nuevos elementos y conocimientos.

Procede, entonces, la Sala, a realizar un recuento de


los hechos y de las pruebas adosadas a la actuacin, con
miras a determinar si en efecto est o no demostrado el
punible de prevaricato por accin agravado.

En este orden, la labor que ha de emprender la


Colegiatura reside en verificar, acorde con las pruebas legal
y oportunamente aportadas al proceso, si la conducta de
LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ, se adeca al
comportamiento tpico por el que fuera inculpado.

La Sala encuentra que las consideraciones del


Tribunal para condenar al procesado por el delito de
prevaricato por accin agravado, se ajustan a lo probado en

95
CSP, AP 25 oct. 1979.

101
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

el juicio oral, razn por la cual, se impartir confirmacin,


por las razones que a continuacin se expondrn.

El artculo 232 del CPP, advierte que no se podr


dictar sentencia condenatoria sin que obre en el proceso
prueba que conduzca a la certeza de la conducta punible y
la responsabilidad del procesado.

Contrastados los fundamentos de la sentencia


proferida por el aqu acusado el 11 de octubre de 2004, con
los medios de conocimiento que tuvo a su disposicin, salta
a la vista la ilegalidad de la determinacin adoptada, pues a
pesar de evidenciar los elementos materiales existentes en
el expediente, en sesgada apreciacin, se apart de criterios
de valoracin probatoria, para negar la demostracin de los
presupuestos procesales para condenar.

El fallo absolutorio proferido por SIERRA GUTIRREZ,


sintetiz los hechos all investigados, de la siguiente
manera96:

Se sabe de autos que el da 1 de julio del ao dos mil tres 2.003,


fue retenido el seor conocido con el alias Andrs, quien segn
informacin suministrada por una fuente humana, perteneca a
las Autodefensas Unidas de Colombia y lidera las AUC que
tienen su accionar en Riohacha. Una vez en las instalaciones de
la SIJIN fue reconocido por los seores FRANCISCO ANTONIO
MADRIAGA y [], menor de edad, quienes se entregaron
voluntariamente y se encuentran acogidos al programa de
reinsercin establecido por el Gobierno Nacional, quienes
manifestaron en forma verbal y voluntaria conocer a JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA, como miembro de las
Autodefensas Unidas de Colombia y jefe de las milicias urbanas
que operan en la ciudad de Riohacha, que lo conocen con el alias
de Andrs; que lo vieron en una reunin de jefes de las
autodefensas en el corregimiento de Palomino en el mes de

96
Folio 200, Cuaderno Anexo 4, Fiscala.

102
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

noviembre de 2.002, en una base escuela en el Alto de San Jorge


adems se le ha visto en repetidas ocasiones con el comandante
Fercho.

Como la sentencia tildada de prevaricadora no los


enuncia de manera concreta, as como tampoco lo hace la
providencia de primer grado que ahora se examina por va
de apelacin, la Sala habr de reparar en las pruebas
recaudadas al interior del proceso seguido en contra de
JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA. Ellas se concretan en:

1). Informe de polica judicial n. 0166 de fecha 02 de


julio de 2003, por medio del cual se deja a disposicin de la
fiscala de turno de disponibilidad de Riohacha, al
capturado CARVAJAL TABORDA, alias ANDRS, sealado de ser
miembro del grupo AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA y jefe
de milicias urbanas en la ciudad de Riohacha, al que se
anexa, entre otros, componente orgnico del Frente
Contrainsurgente Wayuu de las AUC97;

2). Declaraciones juradas de FRANCISCO ANTONIO


MADRIAGA y G.R., fechadas 03 de julio de 2003,
recepcionadas por la Fiscala Segunda Delegada ante los
Juzgados Municipales de Riohacha, en turno de
disponibilidad98;

3). Diligencia de reconocimiento en fila de personas, de


fecha 9 de julio de 2003, adelantada por la Fiscala Tercera
Delegada ante los Juzgados Especializados de Riohacha, en
la que los mencionados MADRIAGA y G.R., en presencia de
97
Folios 1 a 12, Cuaderno Anexo 3, Fiscala.
98
Folios 21 a 27, ib.

103
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Agente del Ministerio Pblico y abogado defensor, reconocen


al seor CARVAJAL TABORDA, como el jefe de la red urbana de
las autodefensas en la ciudad de Riohacha 99;

4). Registro decadactilar y fotogrfico del procesado


CARVAJAL TABORDA, existente en el archivo de personas
vinculadas judicialmente, Seccin Criminalstica del CTI de
Riohacha100;

5). Oficio n. 030902, fechado 03 de septiembre de


2003, expedido por la Oficina de Judicializaciones,
Departamento de Polica Guajira, que da cuenta que
FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R., los das 1 y 26 de
junio de 2003, respectivamente, se presentaron a dichas
instalaciones policiales manifestando su deseo de acogerse
al Decreto 128 de 2003101 102
;

6). Certificacin No. 111603 de fecha 14 de julio de


2003, expedida por el CODA 103, correspondiente a la
pertenencia de FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA a una
organizacin armada al margen de la ley, y su posterior
desmovilizacin y voluntad de abandonarla 104;

7). Declaraciones juradas de OLADIER DE JESS AREIZA


URIBE y HCTOR JAIME MESA MUETN, rendidas el 21 de
noviembre de 2003, relacionadas con la presunta actividad

99
Folios 44 a 48, ib.
100
Folios 69 a 72, ib.
101
Por el cual se reglamenta la Ley 418 de 1997, prorrogada y modificada por la Ley
548 de 1999 y la Ley 782 de 2002 en materia de reincorporacin a la sociedad civil.
102
Folio 75, ib.
103
Comit Operativo para la Dejacin de las Armas.
104
Folio 75, ib.

104
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

comercial a la cual se dedicaba CARVAJAL TABORDA en el


municipio de Bello (Antioquia)105;

8). Declaracin jurada de JESS MARA JARAMILLO


PRECIADO, rendida el 21 de noviembre de 2003, en la que
mencion que en el mes de junio del mismo ao, estuvo
detenido junto con CARVAJAL TABORDA en Riohacha, y en el
sitio de reclusin oy decir a los carceleros que a unos
pelaos que l conoca como GONZALO, y a otro del que slo
dijo su apodo, los estaban obligando para que declararan en
contra de JAIME CARVAJAL106;

9). Declaracin jurada de HCTOR GALN ANGARITA,


rendida el 21 de noviembre de 2003. En ella expres que a
finales del mes de junio del mismo ao, estuvo retenido,
junto con CARVAJAL TABORDA, en los calabozos de la polica
en Riohacha, y all escuch al Mayor de la Polica ROA
DUARTE, hablar con un agente de la misma institucin, en el
entendido que con los reinsertados JOS FRANCISCO
MARRIAGA y G.R. (sic), involucraran a JAIME CARVAJAL en
paramilitarismo, as como lo estaban haciendo con l.
Seal, adems, que no entiende cmo dichos sujetos
hacan esas sindicaciones si l los conoca aos atrs y
saba que eran unos simples viciosos o vagos, que no
pertenecan a la organizacin.

Imperioso resulta precisar que, de la foliatura se


desprende que a JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, la
Fiscala Primera Delegada ante los Juzgados Penales del
105
Folios 120 y 121 y 125 a 127, ib.
106
Folios 122 a 124, ib.

105
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Circuito Especializados de Riohacha y GAULA, tambin le


adelantaba investigacin por el punible de extorsin
agravada y concierto para delinquir, bajo el radicado
19.839, razn por la que en provedo de fecha 13 de enero
de 2004107, se orden que dicho expediente se integrara a la
investigacin seguida en la Fiscala Tercera Homloga.

Del entonces radicado 19.839, se desprenden nuevos


elementos probatorios, as:

1). Denuncia n. 128 de fecha 24 de diciembre de


2002, instaurada por el seor GUSTAVO JOS QUINTERO
CABARCAS ante la Subdireccin Antisecuestro GAULA
Magdalena por el delito de extorsin, y en el que se seala a
alias ANDRS como sindicado108;

2). Informe de polica judicial n. 0043 de fecha 10 de


marzo de 2003, referido, entre otros aspectos, a hacer
mencin que por labores de inteligencia, se conoci que el
alias de ANDRS corresponda a JAIME ALONSO CARVAJAL
TABORDA109;

3). Informe n. 0619 UPJ/CTI, calendado 24 de marzo


de 2003, cuyo objeto era lograr la posible individualizacin
de los autores o partcipes del punible de extorsin del cual
fuera vctima el seor GUSTAVO JOS QUINTERO CABARCAS,
establecindose que la descripcin fsica suministrada por
el denunciante, coincide con los registros que en la

107
Folio 114, Cuaderno Anexo 4, Fiscala.
108
Folios 3 y 4, ib.
109
Folios 7 y 8, ib.

106
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Seccional del CTI de Riohacha se tenan de JAIME ALONSO


CARVAJAL TABORDA, alias ANDRS110;

4). Diligencia de ratificacin y ampliacin del Informe


de Polica Judicial n. 0043, la cual fuera efectuada el da
21 de julio de 2003 por GEOVANNY ALEXANDER DUARTE
ROA111;

5). Declaraciones juradas de FRANCISCO ANTONIO


MADRIAGA y G.R., fechadas 23 de julio de 2003112.

En la vista pblica, adems del interrogatorio


practicado al sindicado CARVAJAL TABORDA, conforme a lo
previsto en el inciso 1 del artculo 403 del CPP, se escuch
en declaracin a ROGER FELLIZOLA GARCA113, quien, en lo
fundamental, expuso que para el tiempo (primeros das del
mes de julio de 2003) en que CARVAJAL TABORDA fue recluido
en los calabozos de la SIJIN, llevaba 2 meses preso y all
pudo or personalmente a un Mayor de apellido MEJA,
hacer un comentario al Sargento VERGARA, en el sentido que
haban trado unos reinsertados supuestamente y le
estaban dedo (sic) a varias personas ah a todo el que
agarraban lo queran involucrar como paramilitar, y acentu
que se rumoraba en los calabozos que a JAIME CARVAJAL lo
estaban implicando en paramilitarismo. Ms adelante, al
ser indagado por la defensa, indic que oy cuando le
estaban diciendo a esos muchachos que dijeran eso porque a
ellos los iban a llevar para no se (sic) donde (sic) y que le
110
Folios 13 a 15, ib.
111
Folios 52 y 53, ib.
112
Folios 60 a 62, ib.
113
Folios 188 y 189, ib.

107
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

iban a dar unos privilegios, y por ltimo, aadi que el


Teniente ROA tambin hizo ese comentario en la SIJIN.

Frente a la prueba as recaudada, SIERRA GUTIRREZ


se ocup de desestimarla, al hacer alusin a los siguientes
puntuales aspectos, a los que se referir con fidelidad la
Corte y que se derivan de la literalidad de la sentencia
motejada de prevaricadora:

7.2.1 Informe de polica judicial rendido por el


Teniente GEOVANNY ALEXANDER DUARTE ROA

Se refiere aqu el acusado al informe n. 0166, por el


cual se deja a disposicin de la Fiscala al detenido
CARVAJAL TABORDA, acotando que sobre estos informe (sic) el
legislador considera que solo servirn como orientadores de
la investigacin. Y a rengln seguido, aadi:

[] los informes de polica que primordialmente requieren de


apoyo testimonial son los que se producen dentro de la etapa pre
procesal de investigacin previa, ya que ellos se fundamentan
normalmente en labores de inteligencia, en pesquisas, en
informaciones que de terceros han llegado a odos de las
autoridades, que si bien muchas veces revelan situaciones
objetivas que han verificado sus agentes, en otras, son producto
de indagaciones con terceros, muchas veces indeterminadas, que
estructuran conjeturas o apreciaciones que materialmente no son
idneos para fundar una prueba. (sic)

En este tem, ese fue el exclusivo sustento del


enjuiciado en el fallo, lo que a no dudar corresponde a una
fundamentacin en demasa superficial, precaria o
incompleta, en la medida que las razones de orden

108
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

probatorio y jurdico argidas, no alcanzan a traslucir el


basamento del fallo.

Con evidente labilidad, se limit el juez a efectuar una


glosa (sin hacer la citacin) de lo dicho por la Corte
Constitucional en la sentencia C3922000, a propsito de
la decisin de constitucionalidad del artculo 50 de la Ley
504 de 1999, que adicion un inciso final al artculo 313 del
Decreto 2700 de 1991, preceptiva que mantuvo vigencia en
el artculo 314 de la Ley 600 de 2000.

Preciso resulta recordar que, la Sala tiene decantada


una consistente jurisprudencia (CSJ SP, 6 oct. 2005, rad.
21196; 23 ag. 2006, rad. 24898; 23 abr. 2008, rad. 24102;
28 may. 2008, rad. 22959; 5 nov. 2008, rad. 27508; 11
mar. 2009, rad. 23410; 17 jun. 2009, rad. 27816; 6 jul.
2011, rad. 32597; 30 jul. 2012, rad. 33461; SP144992014,
23 oct. 2014, rad. 39538, entre otras), en el sentido que de
acuerdo con la normatividad (Ley 600 de 2000, artculos
314, 315 y 316), las labores de Polica Judicial que en
estricto rigor carecen de poder suasorio son las entrevistas
o exposiciones recibidas por esos rganos a personas que
tengan conocimiento acerca de la ocurrencia de una
conducta punible, bien sea que esa actividad la ejecuten de
manera previa a la judicializacin del respectivo
comportamiento, o con posterioridad a ello.

En ese orden, la Sala reafirma que al tenor del artculo


314 de la Ley 600 de 2000, ciertamente, el legislador faculta
a los organismos de polica judicial, previo dar inicio formal

109
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

a la investigacin, realizar entrevistas y obtener


exposiciones de informantes, sin embargo, incorpora
restricciones a la aptitud probatoria de estos elementos de
juicio, al indicar que sern tenidos en cuenta slo como
criterio orientador de la investigacin, lo que en esencia
significa que pueden ser utilizados como gua o referente
para buscar nuevas pruebas, o lograr su autorizacin, mas
no como evidencia de la responsabilidad penal de la
persona implicada por ellos.

Por tanto, quizs se pueda entender (aunque as no se


explicit en el fallo absolutorio que se examina), que si
sobre el informe de fecha 02 de julio de 2003, en lo
relacionado con las entrevistas o exposiciones de los
desmovilizados FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R., pesaba
una prohibicin de valoracin probatoria, la sentencia no
poda ser elaborada con apoyo en el mismo, so pena de
incurrir en infraccin al principio de legalidad de la prueba,
pues al apreciarlo estando vedado hacerlo, se le conferira
una eficacia que la ley no le otorga (CSJ SP, 10 nov. 2004,
rad. 20429).

Por igual sendero se transita al hablar de su


documento anejo denominado Componente Orgnico Frente
Contrainsurgente Wayu (sic), al parecer elaborado con
base en la informacin obtenida por organismos de
inteligencia del Estado, como quiera que se trata de un
conjunto de datos y referencias, respecto de los cuales no
se conoce su fuente, as que no se los puede poner en pie

110
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

de igualdad con la informacin que ofrezca, por ejemplo, un


testigo.

Con todo, lo que no comparte la Sala, es que por esa


razn el acusado hubiese descartado de plano un cmulo
de pruebas que corroboraban las afirmaciones que se
hicieran en el informe.

Por ejemplo, siguiendo con la temtica de los informes


que se hallan en el paginario, pretermiti el tambin
informe de polica judicial n. 0043 de fecha 10 de marzo de
2003 (anterior al informe n. 0166), que como atrs se
relacion, se refera, entre otros aspectos, a hacer mencin
que por labores de inteligencia, se conoci que el alias de
ANDRS corresponda a JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA.

El citado informe que GEOVANNY ALEXANDER DUARTE


ROA rindi, previo iniciarse la investigacin, se introdujo al
proceso legalmente como prueba, pues as se advirti en
diligencia de ratificacin y ampliacin efectuada el da 21 de
julio de 2003, en la que adems de ratificarse en el
contenido del mismo, se le interrog sobre los resultados de
sus labores investigativas, explicando tambin la existencia
de dos desmovilizados de las AUC que podran corroborar
su aserto.

Ninguna mencin le mereci el informe n. 0619


UPJ/CTI, calendado 24 de marzo de 2003, elaborado por la
Investigadora Judicial I del CTI de Riohacha, SOFA LEONOR
GMEZ CARIAS, previa orden de trabajo n. 0370 dentro del

111
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

radicado 19.839, por el cual, a fin de lograr la


individualizacin de los autores o partcipes del punible de
extorsin del cual fuera vctima el seor GUSTAVO JOS
QUINTERO CABARCAS, se estableci que la descripcin fsica
suministrada por el denunciante, coincida con los registros
que en la Seccional del CTI de Riohacha, se tenan de JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA, alias ANDRS.

7.2.2 Declaraciones de los desmovilizados


FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R.

De ellos, manifest que sus deposiciones no tenan el


valor de prueba suficiente para demostrar la
responsabilidad de CARVAJAL TABORDA, puesto que:

[] no existe certificacin alguna dentro del informativo, que


demuestre que estos hacan parte de algn grupo armado en
especial Autodefensas, es decir no hay constancia a que (sic)
entidad judicial, gubernativa o religiosa se entregaron, si
presentaron al momento de su entrega cualquier clase de armas,
uniformes o insignias que lo relacionaran con este grupo al cual
pertenecan. No existe adems dentro del expediente, que estos
presuntos reinsertados hayan confesado alguna actividad dentro
de ese grupo. Solo existe una certificacin del CODA en donde se
deja constancia que solo uno es reinsertado y que perteneca a
un grupo al margen de la ley, sin especificar a que (sic) grupo.
Con todo esto, no puede el Despacho en este momento darle
credibilidad a los testimonios rendidos por los seores [] y
FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA, mxime si se tiene en cuenta
que a pesar de los beneficios prometidos por el Gobierno
Nacional el primero de los nombrados, en la primera oportunidad
decidi no aceptarlos, dndose a la huida; no puede este
Despacho tampoco darle credibilidad a esa declaracin rendida
por el seor [], puesto que la misma presenta contradicciones,
una de ellas en el sentido de que manifiesta que el seor
CARVAJAL TABORDA es de acento santandereano, cuando en
realidad su acento es antioqueo [] (sic)

Y, ms adelante, refiere una serie de interrogantes


que, en su criterio, no fueron respondidos por la Fiscala, ni

112
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

se le dio la oportunidad de hacerlo a la defensa, quien no


estuvo presente en las declaraciones, negndosele la
oportunidad de interrogar.

As, en el fallo se pregunta:

[] porque (sic) al momento de entregarse no manifestaron todo


lo que saban con respecto a este grupo?, porque (sic) no
denunciaron de inmediato y pusieron en conocimiento de las
autoridades quienes (sic) eran los jefes paramilitares encargados
de las milicias urbanas en Riohacha? Por qu tuvieron que
esperar ver a, segn ellos, alias Andrs para sindicarlo como jefe
paramilitar en Riohacha? Por qu si su lugar de residencia era
Perico Aguao en el Magdalena, se entregaron en la ciudad de
Riohacha?

La motivacin del fallo absolutorio en este tem se


muestra aparente, falsa o sofstica, en cuanto de manera
flagrante se aparta de la verdad, y arriba a una conclusin
jurdica distinta a la que objetiva y fidedignamente revelan
las pruebas.

La hiptesis del aqu acusado, conforme a la cual, no


existe prueba idnea para acreditar la militancia de los
declarantes en las filas del Frente Contrainsurgente Wayuu
de las AUC, constituye una afrenta directa contra el
principio de libertad probatoria.

Exigir, en tal sentido, una prueba especfica para


inferir la calidad de desmovilizado, trastoca el amplio
margen, en punto de libertad probatoria, del que dispone el
fallador, en orden a acreditar ese supuesto de hecho
concreto.

113
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

En el sistema procesal penal, el funcionario judicial


est autorizado para acudir a cualquier medio de
conocimiento que, habiendo sido practicado con el lleno de
los requisitos legales, resulte conducente, pertinente y til a
fin de demostrar el hecho materia de investigacin, sin ms
salvedad que la de valorarlo de forma singular y en
conjunto con los dems elementos de conviccin, siempre
bajo el sometimiento a las reglas de la sana crtica.

As, por ejemplo, si bien los certificados emitidos por el


CODA, a travs de los cuales se enlistan los miembros de
organizaciones delictivas que se han sometido a procesos de
desmovilizacin, pueden servir de prueba para demostrar
en los testigos la calidad de la que se duele el acusado en el
fallo por l proferido, tambin lo es que estos no pueden ser
tenidos como nicos medios suasorios para arribar a dicho
grado de convencimiento.

Por ende, es la propia declaracin del testigo, en tanto


resulte descriptiva, verosmil, coherente y congruente con
otros hechos constatados en el expediente, la que resulta
ser la ms til e idnea para otorgar o no credibilidad a los
acontecimientos descritos o, como en este caso, a los
sealamientos efectuados en contra de otro militante, del
que se dijo de forma categrica, era jefe de milicias urbanas
de las autodefensas en la ciudad de Riohacha.

De la temtica relacionada con la credibilidad de los


testigos pertenecientes a organizaciones delictivas, ya se
ocup a espacio la Sala, cuando se analiz la estructuracin

114
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

del punible de concusin en el caso concreto, razn por la


cual a dicha argumentacin habr de estarse.

Adase que no puede olvidarse que para conocer la


compleja estructura, funcionamiento y relaciones de
organizaciones al margen de la ley, como son las
denominadas autodefensas, la tarea se emprende
inicialmente a partir de la informacin que suministran sus
propios integrantes, al resultar obvio, que son stos los que
de primera mano conocen por dentro esas agrupaciones,
sus estructuras jerarquizadas, y dentro de ellas, a quienes
de alguna forma ejercen mando, como as lo describieron
con riqueza descriptiva, FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R.
en sus diferentes salidas, respecto de JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA.

Por otra parte, en el expediente obra certificacin No.


111603 de fecha 14 de julio de 2003, expedida por el
CODA para el caso de FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA, en la
que se hace constar su pertenencia a una organizacin
armada al margen de la ley y su posterior desmovilizacin y
voluntad de abandonarla.

El acusado SIERRA GUTIRREZ seal en el fallo


absolutorio que los reinsertados no precisaron o confesaron
actividad alguna al interior del grupo, y que no existe
constancia si al momento del acto de desmovilizacin
hicieron entrega de armas, uniformes o insignias. Si bien
esos aspectos, de haber obrado en el expediente, pudieran
ser importantes o relevantes para dar mayor credibilidad al

115
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

dicho de los declarantes, no puede olvidarse que sus


testimonios versaron, adems de un componente general
relacionado con la pertenencia al grupo, de uno especfico,
que no era otro que el sealamiento de JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA, como jefe de milicias de la misma
organizacin contrainsurgente y en ello se acentu el
interrogatorio respectivo.

Ahora, a pesar que en las deposiciones de fechas 03 y


23 de julio de 2003 no estuvo presente la defensa de
CARVAJAL TABORDA, como as lo menciona en la sentencia el
juez sindicado, soslay el mismo de forma deliberada, que
en la diligencia de reconocimiento en fila de personas de
fecha 09 de julio de 2003, s estuvo presente su abogado
defensor y en la misma tambin se tom declaracin a los
mencionados MADRIAGA y G.R., de nuevo sobre aspectos
relacionados con su pertenencia al grupo y sobre la forma
en que percibieron que CARVAJAL TABORDA se desempeaba
dentro de l como jefe de milicias urbanas.

Decir el funcionario judicial aqu investigado, que no


exista dentro del expediente constancia relacionada con la
entidad judicial, gubernativa o religiosa a la que se
entregaron MADRIAGA y G.R., es dejar en evidencia su
disposicin malintencionada de emitir decisin
manifiestamente contraria a la ley, habida cuenta que en el
sumario se puede avistar el oficio n. 030902, fechado 03
de septiembre de 2003, expedido por la Oficina de
Judicializaciones, Departamento de Polica Guajira, que da
cuenta que FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R., los das 1

116
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

y 26 de junio de 2003, respectivamente, se presentaron a


dichas instalaciones policiales manifestando su deseo de
acogerse al Decreto 128 de 2003.

Igual predicamento puede hacerse, en lo relacionado


con la falaz alusin de que G.R. no acept los beneficios
ofrecidos por el Gobierno Nacional dentro del plan de
desmovilizacin, dndose a la huida, si en cuenta se tiene
que ello no obra en ninguna parte del sumario y
desconociendo que, tratndose de un menor de edad 114, ms
que victimarios, de antao se les ha considerado vctimas
del conflicto armado vivenciado en el suelo patrio; por lo
mismo, la ruta para su rehabilitacin, desmovilizacin y
reintegracin resulta ser dismil a la establecida para los
mayores de edad. As se establece desde el ao 2003,
cuando en el Captulo V del propio Decreto 128 115, se
aborda lo relacionado con la proteccin y atencin de los
menores de edad desvinculados, y se refuerza con la Ley
833116 por medio de la cual se aprueba el Protocolo
facultativo de la Convencin sobre los Derechos del Nio
relativo a la participacin de nios en los conflictos armados,
adoptado en Nueva York, el veinticinco (25) de mayo de dos
mil (2000), legislacin ya vigente al momento en que se
dict la sentencia a favor de CARVAJAL TABORDA.

Por dems, en cuanto al tpico relacionado con los


interrogantes que efectuara el enjuiciado en la sentencia

114
Para el presente caso, adolescente de 17 aos de edad.
115
Expedido el 22 de enero de 2003, cuya publicacin se efectu en el Diario Oficial
n. 45.073 del 24 del mismo mes y ao.
116
Expedida el 10 de julio de 2003, publicada en el Diario Oficial n. 45.248 del 14
del mismo mes y ao.

117
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

prevaricadora y, la insular y anodina inconsistencia de G.R.


en su testimonio, cuando mencion que alias ANDRS tena
acento santandereano, cuando el mismo es antioqueo, el
Tribunal a quo con suma claridad as se refiri:

Hacer exigencias del tipo caprichosas e infundadas para restarle


credibilidad a la prueba testimonial, esgrimiendo apreciaciones
del por qu al momento de la entrega no dijeron todo lo que
saban respecto del grupo, no denunciaron de inmediato a los
jefes y esperar a ver a ANDRES para sindicarlo como jefe
paramilitar, y no entregarse en su lugar de residencia y hacerlo
en esta ciudad; lo que muestra es el afn protervo del juez de
consolidar una decisin totalmente apartada de la realidad
probatoria, pues esos temas resultan irrelevantes en la
valoracin de la prueba, y adems porque nada dice que eso no
se haya hecho en el escenario de los procedimiento (sic)
administrativos y judiciales adecuados en materia de
reinsercin; de cuya informacin es tributario el proceso penal y
no a la inversa.

Desde luego que la sindicacin a una persona a quien solo se


sabe el alias, ha de hacerse cuando se le ve nuevamente de
manera personal por videos o fotografas o por relacin de
caractersticas morfolgicas; que dado como se presentan aqu
los hechos, es como se produce la sindicacin. Adems encarna
una subjetividad extrema que se exija que la entrega de un
reinsertado se haga en su lugar de residencia y no en la ciudad
en donde ha delinquido, esto no es ms que una excusa pueril
del juez de su manifiesta intencin de prevaricar.

La contrariedad manifiesta de la decisin con el acervo


probatorio, se evidencia y llega a un punto culminante, cuando se
afirma que los testigos en su calidad de reinsertados no
confesaron actividad dentro de ese grupo; contrario a esa
afirmacin, las mentadas declaraciones sealan cuales (sic)
fueron las acciones y tareas realizadas por ellos en dicha
organizacin, quienes (sic) fueron sus mandos, los lugares en
donde operaron, las armas que usaron, los escenarios en los
cuales participaron, con las personas que interactuaron en los
mismos, todo lo cual deja evidenciado que la decisin del juez
falseo (sic) la realidad para consolidar una decisin
ostensiblemente contraria a la realidad que indica la prueba.

Por otro lado irrelevante, en punto de valoracin de la prueba


testimonial, resulta el hecho que el joven [] haya tenido la
imprecisin de que el acento de CARVAJAL TABORDA sea
santandereano cuando el que le corresponda era el antioqueo,
pues existe una plena identificacin e individualizacin a partir

118
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

de la cual lo que hay que concluir es (sic) se trataba de la


persona a quien le hacan los cargos, que adems corrobor en
diligencia de reconocimiento en fila de personas.

7.2.3 Del reconocimiento en fila de personas

La fundamentacin del aqu acusado en su


providencia, fue del siguiente tenor:

Ahora, con respecto al reconocimiento en fila de personas,


llevado a cabo por los dos presuntos reinsertados, estima el
Despacho que a este no puede drsele validez alguna, tal como
lo afirma la defensa, en virtud de que ya estos declarantes, con
anterioridad lo haban reconocido segn consta en el informe de
polica obrante a folio 1 y 2 del c. o., y ese reconocimiento
obviamente tena que arrojar resultados negativos para los
intereses del procesado.

Reza el artculo 303 del CPP, que todo aquel que


incrimine a una persona determinada podr reconocerla
cuando ello sea necesario, estableciendo, a continuacin,
los requisitos esenciales de la diligencia de reconocimiento
en fila de personas.

En relacin con dicha actuacin, la misma se


circunscribe a un acto por el cual se busca establecer la
identidad de una persona, singularizada de haber
participado en la comisin de un delito, a travs de quien
realiza la sindicacin y que es puesta en contacto visual con
ella.

Esta Corporacin ha sostenido de manera pacfica y


reiterada (CSJ SP, 22 jun. 2000, rad. 12304; 12 sep. 2002,
rads. 13571 y 16960; 10 abr. 2003, rad. 16485; 19 sep.
2003, rad. 15642; 10 mar. 2004, rad. 14444; 24 jun. 2004,

119
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

rad. 18831; 28 jul. 2008, rad. 29055; 22 jul. 2009, rad.


31614; AP57942014, 24 sep. 2014, rad. 40513; SP5281
2015, 29 abr. 2015, rad. 42072) que, si bien la diligencia de
reconocimiento en fila de personas es un acto procesal con
entidad jurdica propia, no tiene en la legislacin procesal
penal la categora de prueba autnoma, toda vez que se
reconoce su ntima ligazn con el testimonio y, por tanto, su
condicin de prueba derivada, complemento o
manifestacin de la prueba testimonial.

En el caso concreto, el acusado SIERRA GUTIRREZ


desech por invlido el reconocimiento en fila de personas
que FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R. hicieron de JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA el da 9 de julio de 2003, bajo la
llana manifestacin de que ellos con anterioridad ya lo
haban reconocido, segn consta en el informe de polica
judicial n. 0166.

Desoy as el juez, lo que ya la Corte haba advertido


en su jurisprudencia (CSJ SP, 12 sep. 2002, rad. 16960),
en el sentido que la circunstancia de haber visto al
imputado antes del reconocimiento, ya personalmente, ora
a travs de imgenes (fotografas o tomas de televisin, por
ejemplo), no afecta, de suyo, la validez jurdica del
reconocimiento, ni lo torna ineficaz.

En la sentencia acabada de citar, as se explic:

La prueba, cuando esta ltima situacin se presenta, ser


jurdicamente vlida, y el Juez podr valorarla, solo que deber
hacerlo con sujecin estricta a los postulados de la reglas de la

120
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

sana crtica, tomando en cuenta los antecedentes que pueden


incidir en su fuerza demostrativa, pues no es lo mismo que los
recuerdos del testigo permanezcan exentos de interferencias, a
que hayan sido reforzados con nuevas imgenes, capaces de
incidir en la percepcin del testigo.

Como as lo aludiera la primera instancia, ningn


esfuerzo valorativo realiz SIERRA GUTIRREZ en punto del
reconocimiento en fila de personas, quehacer que le era
imperativo conforme al postulado del artculo 238 del CPP.

Al momento de ponderar el contenido de la prueba


testimonial, y resaltar de ella su capacidad suasoria frente a
los hechos que se pretende demostrar, cada una de las
declaraciones vertidas por el testigo se integran en unidad
probatoria, a la que, como ya se dijera, se incorporan los
reconocimientos en fila de personas, por quien intervino en
ellos.

El reconocimiento en fila de personas, parte del


supuesto que a una persona determinada se le ha hecho
alguna incriminacin, tal como se desprende de la
redaccin gramatical del artculo 303 del CPP, y slo as es
posible practicar la referida diligencia, porque, de lo
contrario, si no se supiera a quien se pretende reconocer,
no habra lugar a su diligenciamiento.

As las cosas, a pesar que en el asunto sub examine los


testigos vieron en las dependencias de la SIJIN de Riohacha
a CARVAJAL TABORDA, pues as se desprende del informe n.
0166 (lo que de paso, permite colegir el actuar fuera de

121
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

sospecha en el procedimiento policial), este suceso,


conforme al contexto fctico que arroja el expediente, se
produjo en el momento en que ste fuera capturado el da
1 de julio de 2003, fecha para la cual, MADRIAGA y G.R. se
hallaban bajo proteccin del Estado, en razn a su
desmovilizacin los das 1 y 26 de junio de 2003.

En aquellas instalaciones, es donde logran distinguir a


quien solo conocan por su alias de ANDRS, pero del que no
tenan dudas, formaba parte de las autodefensas con zona
de influencia en La Guajira, por tratarse de un jefe de
milicias urbanas de Riohacha.

A pesar del avistamiento, los recuerdos de los testigos


permanecieron exentos de interferencias y no podra decirse
que sufrieron tropiezo por haber sido reforzados con nuevas
imgenes o sealamientos antes de la diligencia en fila de
personas, capaces de incidir en su percepcin, pues
bastante diciente result el hecho de que, habiendo dado al
inicio del reconocimiento, unas caractersticas comunes de
la persona a reconocer, verbigracia, su tez blanca, estatura
media a alta, contextura gruesa, cabello negro engajado,
entre otras, coincidieron en una faccin bien particular: el
ser bigotn, mostacho que para el momento de la diligencia
ya no tena, y aun as pudieron identificarlo como alias
ANDRS, el mismo que al decir su nombre, result ser JAIME
ALONSO CARVAJAL TABORDA.

Dicho de otro modo, de haberse efectuado una


intromisin en la percepcin de los testigos por los agentes

122
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

de polica judicial, por un sealamiento o reconocimiento


previo a la diligencia en fila de personas, esa caracterstica
del sujeto a reconocer, bien pudo ser omitida por los
testigos, para dar la apariencia de total coincidencia al
momento de sealar a la persona en el trmite establecido
en el artculo 303. Por el contrario, declararon lo que de l
recordaban en su fisonoma, y en cuanto lo vieron, dicha
peculiaridad pudo ser notada y as se plasm en el acta
correspondiente.

Lo cierto es que en el presente caso, el acusado


abiertamente dej de valorar el reconocimiento en fila de
personas que sucedi a la captura de CARVAJAL TABORDA,
diligencia a travs de la cual los testigos desmovilizados no
hicieron ms que reiterar la incriminacin que ya haban
efectuado en sus declaraciones anteriores, en contra de la
persona que identificaron como alias ANDRS, jefe de
milicias urbanas de las AUC en Riohacha; reconocimiento
que, por dems, se cumpli con el pleno de los
presupuestos establecidos para el efecto en la norma
procesal penal y en la que participaron el abogado
defensor117 del reconocido y agente del Ministerio Pblico 118.

Ahora, en lo que toca al argumento de la defensa como


sujeto procesal apelante, en el sentido de justificar la
conducta de su procurado al decir que lo esgrimido por l
en la sentencia, puede tenerse como reflexin razonable, al
punto que el legislador la consagr con posterioridad en el
117
Para aquel momento, el doctor CRISTIAN ARREGOCS PINTO.
118
Del acta vista a folios 44 a 48, Cuaderno Anexo 3, Fiscala, se desprende que
cumpli tal calidad el Procurador Judicial II Penal, WISTON DE JESS ARAUJO
RAMREZ.

123
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

artculo 253, numeral 5 de la Ley 906 de 2004, como una


regla en el reconocimiento en fila de personas, dgase que ni
siquiera por esa va podra tenerse como vlido su descargo;
primero, porque ya el tpico haba sido tratado por la Corte
(como atrs se viera), y si lo pretendido era exponer una
interpretacin que consideraba ms ajustada al rigor
jurdico, as debi explicarse. Y, segundo, porque lo que con
claridad establece la regla quinta del artculo 253 de la Ley
906 de 2004, es que tampoco podr el testigo observar al
indiciado, ni a los dems integrantes de la fila de personas,
antes de que se inicie el procedimiento [subrayado fuera de
texto], supuesto distinto al aqu examinado.

Pasando a otro plano, no puede pasar inadvertido por


la Sala, lo recaudado en el expediente como pruebas de
descargo, aspecto abordado por el Tribunal a quo, pues a
pesar que el juez SIERRA GUTIRREZ de ellas no se ocup en
su sentencia, dicho proceder slo refleja su palmario nimo
prevaricador, al ignorar prueba testimonial, que al ser
escrutada bajo el rigor que le era propio, haca ms creble
el dicho de los testigos de cargo, razn por la que omiti
deliberadamente su valoracin.

As, entonces, de haberse referido a dicha prueba,


hubiera podido percibir con facilidad que:

(i) JAIME ALONSO CARVAJAL TABORDA, a travs de sus


diferentes salidas procesales, siempre se mostr ajeno a los
hechos por los que era sindicado, sin embargo, en todas
ellas incurri en serias imprecisiones, como primero decir

124
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

que era un campesino, dedicado a la agricultura en una


finca de su padre, que no conoca Maicao, que de La
Guajira si acaso haba estado en Riohacha, donde se
encontraba de paso al momento de su captura 119, para
luego acomodar su versin de que se trataba de un
comerciante de Bello (Antioquia), que acostumbraba a
comprar ropa en Maicao y llevarla a Bello, era un empleado
que venda ropa en un almacn (del que no record el
nombre a pesar de llevar varios aos en dicha labor) del
Centro Comercial Bello120, para finalmente indicar que era
comerciante, pero llevando zapatos desde Maicao hasta
Medelln, que fue capturado en el ao 2001 en Maicao
cuando portaba una pistola, que su labor era la de cobrador
de cartera en el almacn de la seora NANCY y que a La
Guajira slo haba viajado en dos oportunidades 121.

(ii) Aunado a las contradicciones que a simple vista se


advierten, en el paginario tambin existe informacin que
da cuenta que CARVAJAL TABORDA fue capturado el da 19 de
agosto de 2002 por el punible de porte ilegal de arma de
fuego, y al da siguiente se le recibi en injurada, en la que
manifest residir en el barrio Coquivacoa, detrs de Texas,
en la ciudad de Riohacha 122.

(iii) Las declaraciones juradas de OLADIER DE JESS


AREIZA URIBE y HCTOR JAIME MESA MUETN, poco o nada
119
Diligencia de indagatoria de fecha 3 de julio de 2003, vista a folios 30 a 33,
Cuaderno Anexo 3, Fiscala.
120
Diligencia de ampliacin de indagatoria de fecha 22 de octubre de 2003, vista a
folios 98 a 101, ib.
121
Audiencia pblica celebrada en el Juzgado Penal del Circuito Especializado de
Riohacha el da 16 de septiembre de 2004, vista a folios 185 a 188, Cuaderno Anexo
4, Fiscala.
122
Folios 72 y 136 a 139, Cuaderno Anexo 3, Fiscala.

125
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

sirvieron para el propsito de CARVAJAL TABORDA, en el


entendido que el primero mencion que, ms que un
empleado, l era un socio de varios almacenes de ropa en
Bello y que estaba pendiente de la cartera, es decir, de
cobrar la mercanca que se fiaba, y el segundo, lo refiri
como un empleado suyo, recogedor de cartera, que en los
cinco aos que trabaj a su servicio, slo se ausent una
vez en el mes de junio de 2003 para realizar una diligencia
personal, pero no regres a trabajar y que nunca le compr
mercanca a JAIME CARVAJAL pues l era su empleado.

(iv) Sospechosos se muestran los testimonios de JESS


MARA JARAMILLO PRECIADO, HCTOR GALN ANGARITA y ROGER
FELLIZOLA GARCA, quienes manifestaron haber escuchado
decir que a CARVAJAL TABORDA lo queran involucrar en
paramilitarismo y para ello se serviran de los
desmovilizados FRANCISCO ANTONIO MADRIAGA y G.R.; el
dicho del primero de ellos, basado en rumores y los
restantes, bajo el supuesto de haber escuchado decirlo en
varias ocasiones y a diferentes agentes policiales en el sitio
de reclusin, situacin poco creble, pues si de lo que se
trataba era de realizar un procedimiento irregular por los
miembros de la polica judicial, rie con la lgica que ello se
comentara delante de personas capturadas y eventualmente
perjudicadas con el perverso plan, toda vez que la
experiencia ensea que, para tan protervo menester, lo ms
seguro era utilizar un entorno privado o ntimo.

Adems, tngase en cuenta que de GALN ANGARITA se


percibe nimo vindicativo ya que tambin haba sido objeto

126
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

de sealamientos por paramilitarismo y homicidio por parte


de los aludidos testigos, a pesar que con posterioridad
saliera bien librado en la Fiscala, al no lograr comprobarse
que a quien los desmovilizados sealaban como alias BETO
GALN era el mismo HCTOR GALN ANGARITA, pues,
curiosamente, en su caso nunca se realiz reconocimiento
en fila de personas, a fin de lograr individualizarlo e
identificarlo.

Tambin plasm el acusado en su fallo, que no


entiende cmo la Fiscala dej de practicar pruebas que
hubieran permitido la demostracin inequvoca de
responsabilidad de CARVAJAL TABORDA en el delito de
concierto para delinquir, por ejemplo, ordenar misin de
trabajo a los lugares donde fue visto segn los declarantes,
o inspeccionar los mismos a fin de verificar su existencia,
en especial, los campos de entrenamiento mencionados por
los desmovilizados.

Con todo, no repar el funcionario judicial en que, si


era del criterio que dichos medios de conviccin resultaban
trascendentes para la resolucin del caso concreto, al
extremo que podan obligarlo a mutar la sentencia
absolutoria, era su deber buscar la determinacin de la
verdad real mediante el decreto oficioso de pruebas, a efecto
de averiguar las circunstancias demostrativas de la
existencia de la conducta punible y la responsabilidad del
procesado, tal y como meridianamente lo refiere el principio
general probatorio establecido en el artculo 234 del CPP.

127
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Se haca imperativo en su caso, si consideraba tiles y


conducentes los soportes materiales probatorios echados de
menos en la labor de la Fiscala, que en la trayectoria
ignoranciadudacerteza, como bsqueda del saber, en
orden a determinar la verdad real, hubiera ejercido la
facultad oficiosa de prueba, pues segn su dicho, de
haberse allegado dichos elementos suasorios como hiptesis
verificadas, ello habra incidido sustancialmente en el
sentido de la sentencia.

Tampoco le mereci ninguna mencin, el coincidente y


gravsimo hecho, que el aparato telefnico marca Nokia
5125 serie No. 07406487631 123, incautado al sindicado
CARVAJAL TABORDA al momento de su captura en el mes de
julio de 2003, fuera hurtado junto con otros elementos de
diferentes procesos adelantados por Fiscalas
Especializadas de Riohacha, conforme a denuncia de los
hechos que hiciera en el mes de octubre de 2003 el Fiscal
asignado al caso124, dispositivo de particular importancia
como quiera que de l se haba ordenado practicar
experticia tcnica desde la apertura de instruccin.

Puestas as las cosas, la nica forma en que se


entiende el haber omitido o ignorado valorar por completo el
contenido material de los anteriores medios de conviccin
que hacen parte de la actuacin, es el hecho de no quedar
en evidencia ante la contundencia de la prueba
incriminatoria en adversidad de CARVAJAL TABORDA, que no

123
Folios 1 y 2 y 13 a 14, Cuaderno Anexo 3, Fiscala.
124
Folios 131 a 134, Cuaderno Anexo 4, Fiscala.

128
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

le sealaba el camino de la absolucin; en su lugar,


revelaba la condena como la decisin ajustada a derecho.

Es claro para la Sala que los argumentos forzadamente


hilvanados por LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ y que
cimentaron el fallo absolutorio cuestionado, lejos de
representar un desatino causado por el error o la
inadecuada valoracin probatoria, ensean una
tergiversacin y omisin grosera de las pruebas que
sustentaron la acusacin de la Fiscala, as como de las
reglas de la sana crtica.

Ante dicho panorama, la verdad se mostraba


irrebatible, por tanto, el Juez ahora procesado, no poda
concluir que haba razones para absolver a JAIME ALONSO
CARVAJAL TABORDA, cuando tal y como se desprende de los
elementos arrimados a la actuacin, la declaracin de
responsabilidad resultaba inconcusa.

La motivacin de las decisiones judiciales facilita


verificar su acierto y de contera demostrar que no fue
acomodada o arbitraria, y que se aviene al ordenamiento
jurdico. Por ende, la notoria contradiccin de la decisin
con la ley, no solo se configura cuando la argumentacin
jurdica arroja conclusiones manifiestamente opuestas a lo
que muestran las pruebas o al derecho bajo el cual debe
resolverse el caso, sino adems, cuando la providencia
carece de motivacin. En sentencia CSJ SP1342016, 20
ene. 2016, rad. 46806, as se seal por esta Colegiatura:

129
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

[] para que el acto, la decisin o el concepto del funcionario


pblico sea manifiestamente contrario a la ley, debe reflejar su
oposicin al mandato jurdico en forma clara y abierta,
revelndose objetivamente que es producto del simple capricho,
de la mera arbitrariedad, como cuando se advierte por la
carencia de sustento fctico y jurdico, el desconocimiento burdo
y mal intencionado del marco normativo.

En similar sentido se pronunci la Sala en sentencia del 23 de


febrero de 2006, radicado 23901125, al sealar:

La conceptualizacin de la contrariedad manifiesta de la


resolucin con la ley hace relacin entonces a las decisiones que
sin ninguna reflexin o con ellas ofrecen conclusiones opuestas a
lo que muestran las pruebas o al derecho bajo el cual debe
resolverse el asunto, de tal suerte que el reconocimiento que se
haga resulta arbitrario y caprichoso al provenir de una
deliberada y mal intencionada voluntad del servidor pblico por
contravenir el ordenamiento jurdico.

Recientemente (CSJ SP21812017, 15 feb. 2017, rad.


41240), se record que las providencias judiciales no pueden
ser una simple sumatoria arbitraria de motivos y argumentos,
sino que requiere una arquitectura de construccin
argumentativa excelsa, principal muestra de lealtad del juez
hacia la comunidad y hacia los sujetos procesales126. Y en la
misma providencia, se aadi que:

[] el deber de motivar no se entiende cumplido con la simple y llana


expresin de lo decidido por el funcionario judicial, pues constituye
exigencia infranqueable la indicacin clara, expresa e indudable de
su argumentacin, con soporte en las pruebas y en los preceptos
aplicados en cada asunto, como que no de otra manera se garantizan
los derechos de los sujetos procesales, a la vez que se hace efectivo el
principio de imperio de la ley, esto es, de sometimiento de los jueces al
ordenamiento jurdico127.

Es la motivacin, la que refleja el rigor jurdico con el


que el funcionario judicial enfrenta el asunto sometido a su

125
Pronunciamiento reiterado por la Sala en SP 28 feb. 2007, rad. 22185; SP 18 jun.
2008, rad. 29382; SP 22 ago. 2008, rad. 29913; SP 3 jun. 2009, rad. 31118; SP 26
may. 2010, rad. 32363; SP 31 ago. 2012, rad. 35153; SP 10 abr. 2013, rad. 39456;
SP 26 feb. 2014, rad. 42775. SP 21 may. 2014, rad. 42275, entre otras providencias.
126
Cfr. CSJ SP 23 may. 2012, rad. 32173.
127
Cfr. CSJ SP 7 mar. 2012, rad. 37047.

130
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

consideracin, y soporta la validez de la decisin, en tanto


reconozca el acervo probatorio recaudado. As, si se aparta
de lo que de forma razonada transmiten las pruebas, para
en su lugar darles un alcance abiertamente contrario a la
ley, o acude a inexistentes deficiencias, la actualizacin del
prevaricato es evidente.

Por ello, no se comparte por la Sala el planteamiento


defensivo en sede de apelacin, en el sentido que la decisin
absolutoria no era manifiestamente ilegal, dado que ms
all de una equivocacin, incorreccin o desacierto, lo que
se observa en la conducta del procesado, exteriorizada en la
motivacin del fallo, es el abierto desconocimiento de lo que
acusaba la foliatura, al realizar una valoracin caprichosa,
sesgada y arbitraria de la prueba, para favorecer a quien, a
no dudarlo, era responsable. Una decisin como aquella
que da cuenta este proceso, slo se entiende fruto del
propsito de hacer prevalecer su capricho, sobre el alcance
del derecho aplicable.

Corolario de lo anterior, es posible afirmar sin


hesitacin alguna, que la conducta de LEONELO RAFAEL
SIERRA GUTIRREZ, se adecua a los elementos objetivos del
tipo sub examine, pues del contenido de la sentencia
calendada 11 de octubre de 2004, se colige que es
ostensible y manifiestamente ilegal.

Ahora bien, en lo que corresponde a la imputacin del


tipo subjetivo, la ausencia de dolo en el proceder del juez
sindicado, pregonada por la defensa en su alegato de
impugnacin, no encuentra respaldo en la Sala por cuanto

131
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

la evaluacin de las circunstancias que abarcaron la toma


de la decisin absolutoria, y la precaria motivacin
expuesta en la misma, indican que el acusado conoci y
quiso proferir una determinacin palmariamente contraria a
la ley.

Razn le asiste al juez plural de primer grado, cuando


sostuvo que el comportamiento desplegado por el enjuiciado
fue doloso. Del anlisis conjunto de las pruebas recaudadas
en la actuacin, se concluye que su conducta estuvo
rodeada por el conocimiento y la voluntad que demanda
esta forma de actuacin, en virtud de lo sealado en el
artculo 22 del CP.

Frente al conocimiento, su constatacin en el caso


concreto del juez SIERRA GUTIRREZ, se predica de los
siguientes aspectos:

(i) Estaba informado a plenitud de las pruebas


recaudadas por el ente instructor en la etapa investigativa,
las que en razn al principio de permanencia, deba valorar,
sumadas a aquellas que se practicaron y recolectaron en el
juzgamiento, medios de conviccin que al ser analizados en
conjunto, no permitan considerar la adopcin de una
sentencia absolutoria.

(ii) Saba de las normas procesales y sustanciales que


gobernaban la resolucin del asunto puesto a su
consideracin, de manera principal las que incumban a la
prueba, su estimacin y valoracin.

132
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

(iii) Tena conocimiento de los elementos estructurales


del tipo penal de prevaricato por accin, no slo por su
condicin de abogado, sino por el constante ejercicio de la
prctica judicial como Juez de la Repblica en diferentes
reas del derecho (incluida lgicamente la penal donde
cometi el punible), y como Fiscal 128, por espacio superior a
los doce aos al momento de los acontecimientos.

Esas mismas condiciones profesionales y experiencia


acumulada, permiten sostener que el procesado era
consciente que al proferir una sentencia absolutoria
contrariando abiertamente las pruebas obrantes en el
proceso, y las disposiciones pertinentes de la Ley 600 de
2000, en punto de los principios generales que rigen la
valoracin probatoria en materia penal, repugnaba de forma
ostensible la ley, y no obstante ello, actu con voluntad.

(iv) Esta conviccin se obtiene del contextual anlisis


de todas las aristas de la decisin, en razn a que fueron
varias las exigencias pretermitidas por el funcionario, las
cuales no se explican en la ignorancia 129 o la inexperiencia,
sumado a que el lenguaje jurdico utilizado evidencia que
era conocedor del tema y estaba al tanto de sus variables.

128
As se avista en el Formato nico Hoja de Vida, folios 98 a 101, Cuaderno Anexo
1, Fiscala y en las mltiples certificaciones que en el mismo cuaderno militan,
expedidas por la Direccin Ejecutiva Seccional de Administracin Judicial de
Riohacha.
129
No se percibe un estado de ignorancia como cualidad negativa en grado mximo
en cabeza del acusado y, por tanto, slo se puede deducir de su actuar una
voluntad consciente en derivar una consecuencia no prevista por la ley.

133
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

El tipo subjetivo, emerge coruscante del hecho de


haber dominado el procesado, el conocimiento de la
situacin fctica probada, y teniendo la capacidad y el
deber jurdico de resolver el asunto de manera opuesta a
como lo hizo, decidi absolver al acusado CARVAJAL
TABORDA, otorgndole una condicin jurdica que no le
corresponda.

Las particulares circunstancias que se han reseado,


no dejan duda que al empecinarse el juez procesado en la
interpretacin jurdica caprichosa que plasm en el fallo,
gener un favorecimiento indebido al entonces acusado
CARVAJAL TABORDA, no obstante existir la prueba para
condenar, estructurndose as el dolo.

En estas condiciones, el comportamiento de LEONELO


RAFAEL SIERRA GUTIRREZ se caracteriza por ser tpico del
delito de prevaricato por accin agravado, no slo desde la
dimensin objetiva, sino tambin subjetiva, al haberse
desplegado con conocimiento y voluntad.

De la misma forma, se caracteriza por ser antijurdica


formal y materialmente, al lesionar efectivamente el inters
jurdico tutelado por el legislador, sin que se advierta
circunstancia que justifique su actuar, y culpable, pues
tratndose de una persona imputable (no padeca trastorno
mental que le impidiera comprender la ilicitud de sus actos
y comportarse conforme a derecho, de acuerdo a esa
comprensin), que conoca el carcter antijurdico de su
comportamiento y pudiendo actuar conforme al

134
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

ordenamiento jurdico vigente para ese momento, dada su


condicin de profesional dedicado a la administracin de
justicia, con amplia experiencia, estaba en condiciones de
optar por una decisin compatible con la ley y no por otra
manifiestamente contraria a la misma, como en efecto lo
hizo.

En suma, la Sala confirmar la sentencia condenatoria


emitida en adversidad de LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ en relacin con la conducta de prevaricato por
accin agravado examinada, en cuanto, como se desprende
del estudio precedente, no obran en la actuacin
argumentos suficientes que conlleven a la revocatoria de la
sentencia confutada conforme ha sido solicitado por el
apelante.

7.3 Dosificacin punitiva

Acreditada, como ha quedado, la estructuracin de los


elementos objetivo y subjetivo del delito de concusin en
concurso homogneo y sucesivo, y heterogneo con el
punible de prevaricato por accin agravado, atribuidos al
procesado en la acusacin, corresponde ahora adelantar el
respectivo procedimiento de individualizacin de las penas a
imponer en relacin con tales comportamientos delictivos.

Para establecer cul es el delito ms grave, en


principio, se deben tener en cuenta tanto la sancin mxima
como la mnima; sin embargo, tambin puede optarse por la
individualizacin concreta que cada uno de los

135
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

comportamientos merezca, bajo la ficcin de que se


estuvieran juzgando por separado.

Con estas advertencias, se individualizar paso a paso


la sancin que habra de corresponder para cada uno de
ellos, tal como lo sealan los artculos 60 y 61 del CP.

7.3.1 Escogencia del cuarto correspondiente para


cada delito y la pena respectiva dentro del
mismo

7.3.1.1 Frente al delito de concusin

En cuanto a los criterios para determinar la pena de


prisin contemplados en la Ley 599 de 2000, se tiene que
para este caso, la conducta desplegada por el agente
infringi el artculo 404 del CP, cuyos extremos punitivos
son los siguientes: un mnimo de setenta y dos (72) y un
mximo de ciento veinte (120) meses de prisin, multa de
cincuenta (50) a cien (100) salarios mnimos legales
mensuales vigentes, e inhabilitacin para el ejercicio de
derechos y funciones pblicas de sesenta (60) a noventa y
seis (96) meses.

As las cosas, los cuartos de movilidad se pueden


esquematizar de la siguiente forma:

CUARTOS DE MOVILIDAD
Cuarto Primer Cuarto Segundo Cuarto
Delito Pena Cuarto Mximo
Mnimo Medio Medio

136
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

72 84 meses, 1 da 96 meses, 1 da 108 meses, 1 da


Prisin a a a a
84 meses 96 meses 108 meses 120 meses

50 62,5 75 87,5
Multa
a a a a
Concusin (s.m.l.m.v.)
62,5 75 87,5 100
Inhabilitacin
en el Ejercicio 60 69 meses, 1 da 78 meses, 1 da 87 meses, 1 da
de Derechos y a a a a
Funciones 69 meses 78 meses 87 meses 96 meses
Pblicas

En cuanto a la individualizacin de la pena a imponer,


lo primero que se advierte es la inexistencia de
circunstancias de mayor punibilidad, y s, por el contrario,
concurre en favor del sentenciado la circunstancia de
atenuacin punitiva determinada por la carencia de
antecedentes penales artculo 55, numeral 1 de la Ley 599
de 2000, por manera que conforme al artculo 61 ibdem, el
mbito punitivo de movilidad es el comprendido en el
cuarto mnimo para las tres (3) conductas concusionarias.

Ahora bien, atendiendo el texto del inciso 3 del


artculo 61 del CP y en consideracin a la suma gravedad
que representa este tipo de conductas, en la medida que
generan un inconmensurable dao, no slo frente a la
imagen de la administracin pblica en general, sino, y
sobre todo, respecto a la administracin de justicia en
particular, cuando uno de sus servidores, prevalido de la
majestad de la justicia en su condicin acreditada de
funcionario judicial, comete abusos como el que aqu se
juzga, acentundose en consecuencia la falta de
credibilidad del conglomerado social en las personas y
organismos que detentan esa funcin, la Sala encuentra
razonable imponer el lmite superior del cuarto mnimo en

137
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

el caso de las sanciones consagradas para el comentado


injusto de concusin, vale decir, se parte de un mnimo,
para cada uno de los tres (3) delitos de concusin, de
ochenta y cuatro (84) meses de prisin, sesenta y dos punto
cinco (62.5) salarios mnimos legales mensuales vigentes y
sesenta y nueve (69) meses de inhabilitacin para el
ejercicio de derechos y funciones pblicas.

7.3.1.2 Frente al delito de prevaricato por accin


agravado

El reato de prevaricato por accin, de conformidad con


el artculo 413 del CP, contempla pena de prisin de treinta
y seis (36) a noventa y seis (96) meses, multa de cincuenta
(50) a doscientos (200) salarios mnimos legales mensuales
vigentes e inhabilitacin para el ejercicio de derechos y
funciones pblicas de sesenta (60) a noventa y seis (96)
meses.

Respecto de este delito, fue deducida la causal


especfica de agravacin prevista en el artculo 415 ibdem,
debido a que la accin prevaricadora se materializ en una
actuacin judicial adelantada por un delito de concierto
para delinquir, luego las aludidas sanciones deben
incrementarse hasta en una tercera parte, es decir, con
sujecin a la segunda regla del artculo 60 del CP, aqullas
quedan de la siguiente manera: prisin de treinta y seis (36)
a ciento veintiocho (128) meses, multa de cincuenta (50) a
doscientos sesenta y seis punto sesenta y seis (266.66)
salarios mnimos legales mensuales vigentes e

138
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

inhabilitacin para el ejercicio de derechos y funciones


pblicas de sesenta (60) a ciento veintiocho (128) meses.

As las cosas, los cuartos de movilidad se pueden


esquematizar de la siguiente forma:

CUARTOS DE MOVILIDAD
Cuarto Primer Cuarto Segundo Cuarto
Delito Pena Cuarto Mximo
Mnimo Medio Medio
36 59 meses, 1 da 82 meses, 1 da 105 meses, 1 da
Prisin a a a a
59 meses 82 meses 105 meses 128 meses

50 104,165 158,33 212,495


Prevaricato Multa
a a a a
por Accin (s.m.l.m.v.)
104,165 158,33 212,495 266,66
Agravado
Inhabilitacin
en el Ejercicio 60 77 meses, 1 da 94 meses, 1 da 111 meses, 1 da
de Derechos y a a a a
Funciones 77 meses 94 meses 111 meses 128 meses
Pblicas

Frente a este delito, tampoco en la resolucin de


acusacin, se imput circunstancia genrica de agravacin
punitiva, por el contrario, como circunstancia de menor
punibilidad se anot la prevista en el numeral 1 del
artculo 55 del CP, derivada de la ausencia de antecedentes
penales, lo que lleva a concluir que la pena debe tasarse en
el primer cuarto.

En ese mbito, de conformidad con los criterios


establecidos en el artculo 61 ibdem, los lmites mnimos se
aumentarn en una cuarta parte del margen de movilidad,
esto es: la prisin ser de cuarenta y un (41) meses y
veintids (22) das, la multa ser equivalente a sesenta y
tres punto cincuenta y cuatro (63.54) salarios mnimos
legales mensuales vigentes, y, por ltimo, la inhabilitacin

139
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

para el ejercicio de derechos y funciones pblicas quedar


fijada en sesenta y cuatro (64) meses y siete (7) das 130.

El aumento sobre los montos mnimos obedece a la


gravedad de la conducta prevaricadora realizada por el
funcionario judicial sentenciado, pues la decisin de absolver
a un peligroso individuo, sindicado del delito de concierto
para delinquir, en razn a su vinculacin a grupos
paramilitares, fue manifiestamente ilegal en s misma, pero,
adems, porque desatendi la encomiable labor a l
encomendada de administrar justicia, procediendo de
manera injusta a realizar un rol contrario al asignado.

El dolo del condenado se encuentra acentuado por el


capricho y la sinrazn prevalente en su accionar, pues en su
propsito de absolver, pas por encima preceptos jurdicos
basilares en un Estado Social de Derecho, como aqullos que
obligan a la motivacin de las decisiones de cualquier
autoridad pblica, siendo este el presupuesto mnimo de la
legitimidad de sus actuaciones frente a los particulares, dado
que garantiza la publicidad y debida controversia.

A su vez, la desatencin de los mnimos principios que


guan el correcto proceder de los funcionarios judiciales,
genera un colosal dao a la confianza de la ciudadana en las
instituciones estatales, especialmente frente a las que ms

130
Lo anterior, producto del siguiente ejercicio:
Prisin: cuarto de 36 a 59 meses, luego 59 36 = 23; 23 x 25% = 5,75; 36 + 5,75 =
41,75
Multa: cuarto de 50 a 104,165 smmlv, luego 104,165 50 = 54,165; 54,165 x 25%
= 13,54; 50 + 13,54 = 63,54
Inhabilitacin: cuarto de 60 a 77 meses, luego 77 60 = 17; 17 x 25% = 4,25; 60 +
4,25 = 64,25

140
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

legitimidad requieren, porque son las encargadas de resolver


los graves conflictos de la sociedad, como lo es la desbordada
criminalidad, lo que obliga a ofrecer respuestas ajustadas a
derecho, mxime tratndose del punible de concierto para
delinquir, en una zona por dems sometida a dicho flagelo,
como se evidenci en la totalidad del expediente.

7.3.2 Sobre el concurso de delitos

Dosificada la pena individualmente para cada uno de


los comportamientos y establecido que el delito de concusin
es el ms grave, pues la pena considerada es la ms alta (84
meses de prisin), se procede a dar cumplimiento al artculo
31 del CP y as incrementar el monto punitivo deducido para
este delito hasta en otro tanto, por razn de las restantes
dos conductas punibles de concusin concurrentes, sumado
al de prevaricato por accin agravado.

7.3.2.1 Determinacin de la pena de prisin

Tomando como base la sancin del primer delito de


concusin (84 meses), y atendiendo los criterios ya
sealados para los restantes delitos concursales dos
conductas de concusin y prevaricato por accin agravado,
esto es, la gravedad de las conductas en las circunstancias
de tiempo, modo y lugar ya referidas en captulos anteriores
y la modalidad en que las mismas se desarrollaron, se
incrementa ese monto punitivo en treinta y dos (32) meses, a
razn de doce (12) meses por cada uno de los punibles de
concusin y ocho (8) meses por el prevaricato.

141
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Esto arroja una sumatoria total de pena a cumplir de


ciento diecisis (116) meses de prisin.

7.3.2.2 Determinacin de la pena de multa

De acuerdo con lo establecido en el numeral 4 del


artculo 39 del CP, En caso de concurso de conductas
punibles [], las multas correspondientes a cada una de las
infracciones se sumarn, pero el total no podr exceder del
mximo fijado en este artculo para cada clase de multa. As
las cosas, debido a que en el caso de la especie dicha
sancin aparece para cada uno de los delitos imputados
como acompaante de la pena de prisin, no puede ser
superior a cincuenta mil (50.000) salarios mnimos legales
mensuales vigentes.

Por tanto, sumadas las multas previstas como


acompaantes de la pena de prisin para los delitos de
concusin en concurso homogneo y prevaricato por accin
agravado, por los que se encontr responsable al procesado,
se tiene que el total de la multa es de doscientos cincuenta y
uno punto cero cuatro (251.04)131 salarios mnimos legales
mensuales vigentes al momento de ocurrencia de los hechos.

131
Dicho guarismo surge de la operacin: 62,5 x 3 [multa por cada uno de los
punibles de concusin] = 187,5 + 63,54 [multa sealada para el prevaricato por
accin agravado] = 251,04

142
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

7.3.2.3 Determinacin de la pena de inhabilitacin


para el ejercicio de derechos y funciones
pblicas

Se tomar como punto de partida, en orden a su


tasacin, la prevista para el delito de concusin (69 meses),
por ser sta la que cuantitativamente reviste mayor
gravedad.

Dado que por razn del concurso de conductas


punibles, la pena de inhabilitacin se puede aumentar hasta
en otro tanto, atendiendo los criterios de gravedad de las
mismas, en las circunstancias de tiempo, modo y lugar ya
referidas en captulos anteriores y la modalidad en que ellas
se desarrollaron, se incrementa ese monto punitivo en
treinta (30) meses, a razn de diez (10) meses por cada uno
de los delitos.

Esto arroja una sumatoria total de pena a cumplir de


noventa y nueve (99) meses de inhabilitacin para el
ejercicio de derechos y funciones pblicas.

Como sancin accesoria, se impondr al acusado la


prdida del cargo pblico como Juez de la Repblica, toda
vez que el ejercicio y poderes discernidos por la funcin
pblica detentada tuvieron relacin directa con la ejecucin
de las conductas punibles atribuidas (Ley 599 de 2000,
artculos 43, numeral 2, 45 y 52).

7.4 Determinacin de la responsabilidad civil

143
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

Segn el artculo 56 de la Ley 600 de 2000, en todo


proceso penal en que se haya demostrado la existencia de
perjuicios provenientes de la conducta investigada, el
funcionario condenar al responsable al pago de los daos
ocasionados con el delito.

Dicha norma tambin dispone que no hay lugar a


condena de tal naturaleza cuando se establezca que el
perjudicado ha promovido de manera independiente la
accin civil y seala que el fallo debe contener el
pronunciamiento sobre las expensas, las costas judiciales y
las agencias en derecho, si a ello hubiere lugar.

En el caso concreto, el Tribunal a quo se abstuvo de


condenar al sentenciado en perjuicios derivados de las
conductas punibles, como quiera que dentro del paginario
no fue demostrada la causacin de daos materiales y
morales.

Frente a dicho tpico, la Delegada de la Fiscala


interpuso recurso de apelacin, de manera concreta, al
indicar que no comparta los argumentos frente a la no
condena en perjuicios, en consideracin a que la vctima
Rama Judicial sufri graves perjuicios que deben
materializarse.

De acuerdo con pacfico criterio de la Sala, quien


promueve un mecanismo de impugnacin para lograr que
una decisin judicial sea modificada o revocada, bien sea
por el funcionario que la profiri o por su superior

144
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

jerrquico, tiene la carga de precisar las razones del


disenso, no en trminos abstractos y genricos, sino
confrontando concretamente los soportes de la decisin
atacada, de modo tal que el funcionario al que corresponde
resolver sobre la impugnacin, pueda contrastarlos con las
alegaciones que soportan la inconformidad y llegar a una
conclusin sobre su correccin o incorreccin.

Desde esa ptica, sustentar con suficiencia el recurso


impetrado es una carga de la parte interesada, y si la
misma no se cumple, lo procedente es declararlo desierto
(CSJ SP112352015, 26 ag. 2015, rad. 45927).

En ese sentido, de acuerdo con el artculo 194 de la


Ley 600 de 2000, cuando no se sustente el recurso se
declarar desierto, mediante providencia de sustanciacin
contra la cual procede el recurso de reposicin;
consecuencia que puede ocurrir cuando el recurrente omite
absolutamente el deber de motivar la impugnacin, o
cuando lo hace de una manera insuficiente que hace
imposible comprender las razones de inconformidad y no
controvierte los fundamentos fcticos, jurdicos o
probatorios de la decisin atacada (CSJ SP, 29 mar. 2012,
rad. 38287).

Aplicadas las consideraciones precedentes al caso


examinado, la Sala concluye, coincidiendo aqu con lo
alegado por la defensa de SIERRA GUTIRREZ, que el recurso
de apelacin interpuesto por la Delegada de la Fiscala, no
fue suficientemente fundamentado, esto es, no permite

145
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

comprender los motivos por los cuales considera errado el


fallo de primer grado en la temtica que se examina.

El recurso presentado por la Fiscala dista mucho de


representar una verdadera controversia con lo decidido por
el Tribunal de primer nivel, habida cuenta que no expuso
las razones por las que, en su criterio, la valoracin
efectuada por el a quo es equivocada; as, la recurrente no
controvirti de ninguna manera los fundamentos de la
providencia objeto de disenso.

Por tanto, si la sustentacin del recurso irrumpe en el


ordenamiento como una carga procesal de ineludible
cumplimiento para el impugnante, su omisin conduce a
declarar desierto el recurso de apelacin interpuesto.

7.5 Mecanismos sustitutivos de la pena privativa


de la libertad

Estipula el artculo 63 del CP, vigente para la poca de


comisin de las conductas punibles, que la ejecucin de la
pena privativa de la libertad se suspender, por un periodo
de dos (2) a cinco (5) aos, siempre que la pena de prisin
impuesta no exceda de tres (3) aos, y que los antecedentes
personales, sociales y familiares del sentenciado, as como
la modalidad y gravedad de la conducta punible sean
indicativos de que no es necesaria la ejecucin de la pena.

Siendo ello as, no se cumple con el requisito objetivo


en el asunto sub judice, habida cuenta que la pena de

146
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

prisin irrogada a LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ,


supera el guarismo que acaba de mencionarse, negndose
por contera la suspensin condicional de la ejecucin de la
pena.

Ahora, al analizar el mentado subrogado, de


conformidad con lo dispuesto en el actual artculo 63,
modificado por el artculo 29 de la Ley 1709 de enero 20 de
2014, se tiene que la ejecucin de la pena privativa de la
libertad se suspender por un perodo de dos (2) a cinco (5)
aos, siempre que la pena de prisin impuesta no exceda de
cuatro (4) aos, nico requisito objetivo que debe
observarse cuando el condenado carezca de antecedentes
penales y no se trate de uno de los delitos contenidos en el
inciso 2 del artculo 68A132 ibdem.

En el presente asunto, tampoco se cumple con el


requisito objetivo, an con la reciente legislacin, como
quiera que la pena de prisin a imponer, excede el monto
previsto por el legislador.

Por otra parte, en lo que corresponde a la prisin


domiciliaria, al igual que el anterior mecanismo sustitutivo
de la pena privativa de la libertad, imperioso resulta
abordar su estudio, conforme a las previsiones anteriores y
posteriores a la expedicin de la Ley 1709 de 2014, que
modificaron lo concerniente a este subrogado.

132
Modificado por el: artculo 28 de la Ley 1453 de 2011, artculo 13 de la Ley 1474
de 2011, artculo 32 de la Ley 1709 de 2014 y artculo 4 de la Ley 1773 de 2016.

147
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

La primigenia literalidad del artculo 38 del CP,


establece como requisito objetivo para la procedencia de la
prisin domiciliaria, que la sentencia se imponga por
conducta punible cuya pena mnima prevista en la ley sea
de cinco (5) aos de prisin o menos. Por ello, en el asunto
concreto no es viable su concesin al no superarse el
requisito objetivo, si en cuenta se tiene que el punible de
concusin, como atrs se detallara, comporta una pena
mnima de seis (6) aos de prisin, superando as el tope
previsto por el legislador y haciendo innecesario descender
en el estudio del requisito subjetivo.

Por otra parte, si se trata del artculo 38B del Cdigo


Penal, adicionado por el artculo 23 de la Ley 1709 de 2014,
dgase que si bien se cumple con el primer presupuesto,
toda vez que se impone sentencia por conductas punibles
cuyas penas mnimas previstas en la ley son inferiores a
ocho (8) aos, conforme al criterio mayoritario de la Sala
(CSJ SP152732016, 24 oct. 2016, rad. 46892), se torna
inviable el subrogado al afrontar el segundo requisito, pues
las conductas aqu juzgadas se refieren a punibles incluidos
en el inciso 2 del artculo 68A del CP, en donde se
menciona a quienes hayan sido condenados por delitos
dolosos contra la administracin pblica, razn suficiente
para entender denegado el mecanismo sustitutivo de la
pena privativa de la libertad de que se habla.

Por lo mismo, innecesario se torna el estudio de la


impugnacin propuesta por la Delegada de la Fiscala,
frente a la concesin de la prisin domiciliaria que en su

148
Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

momento hiciera el Tribunal, al existir elemental


sustraccin de materia, por la fundamentacin acabada de
explicitar.

7.6 Cuestin final

Una consecuencia adicional que surge de la decisin


adoptada por la Corte, es la de librar la correspondiente
orden de captura con el fin de hacer efectiva la pena de
prisin que habr de imponerse al doctor LEONELO RAFAEL
SIERRA GUTIRREZ. Lograda ella, el condenado deber
permanecer en el establecimiento carcelario que determine
el INPEC, el cual no podr ser uno ordinario en atencin a
la previsin contenida en el artculo 29 de la Ley 65 de
1993.

En mrito de lo expuesto, la Sala de Casacin Penal de


la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la Repblica y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO: Revocar la sentencia de primera instancia


de fecha 22 de enero de 2015, por medio de la cual la Sala
de Decisin Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Riohacha, absolvi a LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ,
en su condicin de Juez Penal del Circuito Especializado de

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Segunda Instancia N 46165
LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

la misma ciudad, por el delito de concusin en concurso


homogneo.

SEGUNDO: En su lugar, declarar a LEONELO RAFAEL


SIERRA GUTIRREZ, de condiciones personales y civiles
conocidas, autor penalmente responsable de un concurso
homogneo de tres (3) conductas punibles de concusin.

TERCERO: Confirmar la sentencia de fecha y origen


indicados, por medio de la cual el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Riohacha conden a LEONELO RAFAEL
SIERRA GUTIRREZ como autor del delito de prevaricato por
accin agravado.

CUARTO: Como consecuencia de lo anterior, imponer


a LEONELO RAFAEL SIERRA GUTIRREZ las penas principales
de ciento diecisis (116) meses de prisin, multa de
doscientos cincuenta y uno punto cero cuatro (251,04)
salarios mnimos legales mensuales vigentes para la poca
de comisin de los hechos y noventa y nueve (99) meses de
inhabilitacin para el ejercicio de derechos y funciones
pblicas. Como sancin accesoria, se impone al sentenciado
la prdida del cargo pblico de Juez de la Repblica.
QUINTO: Declarar que LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ, no se hace acreedor al sustituto de la
suspensin condicional de la ejecucin de la pena, ni al de
prisin domiciliaria, conforme a lo expuesto en la parte
motiva de esta providencia.

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LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

SEXTO: Librar en contra de LEONELO RAFAEL SIERRA


GUTIRREZ, identificado con cdula de ciudadana n.
84.031.909 expedida en Riohacha (La Guajira) orden de
captura para hacer efectiva la pena de prisin que aqu se
impone, lograda la cual ser del resorte exclusivo del
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC
sealar el lugar de reclusin, teniendo en cuenta la
previsin contenida en el artculo 29 de la Ley 65 de 1993.

SPTIMO: Declarar desierto el recurso de apelacin


interpuesto por la Delegada de la Fiscala, contra la
decisin adoptada por la Sala de Decisin Penal del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Riohacha, en lo
correspondiente a la materia de condena en perjuicios.

OCTAVO: Confirmar el fallo impugnado en los dems


aspectos objeto de apelacin.

NOVENO: Informar a partes e intervinientes que


contra esta determinacin no procede recurso alguno.

Cpiese, notifquese y cmplase.

EUGENIO FERNNDEZ CARLIER

JOS FRANCISCO ACUA VIZCAYA

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LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

JOS LUIS BARCEL CAMACHO

FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO

LUIS ANTONIO HERNNDEZ BARBOSA

GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNNDEZ

EYDER PATIO CABRERA

PATRICIA SALAZAR CULLAR

LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO

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LEONELO RAFAEL SIERRA
GUTIRREZ

NUBIA YOLANDA NOVA GARCA


SECRETARIA

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