Nuestra Historia. Núm. 3
Nuestra Historia. Núm. 3
Nuestra Historia. Núm. 3
Número
Presentación
Julián Sanz Hoya 11
Miscelánea
Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el
franquismo (1966-1976)
Francisco Rojas Claros 103
Autora Invitada
Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala
y el órgano de prensa Mujeres de la Alianza Femenina
Guatemalteca
Anamaría Cofiño Kepfer 127
Debates
Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente
popular
José Luis Martín Ramos 142
Entrevista
Josep Fontana i Lázaro
José Gómez Alén 163
Nuestros clásicos
Presentación
Manuel Loyola 188
Ricos y pobres
Luis Emilio Recabarren 191
Nuestro Documentos
Presentación
José Babiano 214
Lecturas
Los cambios climáticos. La Pequeña Edad del Hielo en
España, de Armando Alberola Romá
José Luis Gasch Tomás 236
Encuentros
«Las otras protagonistas de la Transición. Izquierda
radical y movilizaciones sociales»
Eduardo Abad García 259
Memoria
Sobre la Querella Argentina
Pablo Martínez Corral 264
In Memoriam
Olga Ulianova
Rolando Álvarez 285
Fe de erratas
En la «Introducción al Memorial de Yalta» de C. Spagnolo, incluida en el nº 2 de Nuestra
Historia, se deslizó una errata en la traducción. Hablando de Togliatti al comienzo de la pág.
142, donde dice «pocas horas antes de que un ictus cerebral, del que ya no se recuperó, im-
pidiese su participación en un encuentro con jóvenes pioneros de Artek», debe decir «pocas
horas antes de sufrir un ictus cerebral, del que ya no se recuperó, después de su participación
en un encuentro con los jóvenes pioneros de Artek».
Presentación
Julián Sanz Hoya
Universitat de València
frente a las visiones de la historia que en- dictadura franquista como en la transición.
fatizan la democratización como resultado Dentro de este esquema, la transición sería
más o menos automático de la moderniza- «sólo un momento, una fase, de dicho pro-
ción económica y social, o a aquellas que la ceso», pero que no se entiende sin el com-
presentan como fruto de la decisión de unas bate antifranquista de las décadas previas y
elites virtuosas, resulta crucial devolver el la extensión de prácticas e ideas democrá-
protagonismo a la sociedad. Al desarrollo, ticas en crecientes sectores de la sociedad.
desde abajo, desde la experiencia de las cla- Y, segundo, en mi opinión tal deslinde debe
ses populares y de todas las personas que servir también para evitar un cierto teleo-
optaron por hacer frente a las desigualda- logismo que lleve directamente de las lu-
des y al aplastamiento de las libertades, de chas por la democracia a la consecución de
todo un conjunto de movimientos y prácti- un modelo concreto de democracia, equi-
cas sociales que se enfrentaron día a día a parando los objetivos —sin duda, diversos y
lo que significaba la dictadura. Esta opción plurales— por los que lucharon los sujetos
resulta coherente con una concepción de antifranquistas, individuales o colectivos,
la historia que apuesta por rescatar la vida con los resultados alcanzados en la Cons-
y las luchas de la mayoría trabajadora, al titución de 1978 o en el funcionamiento
tiempo que con la constatación del carácter concreto de la democracia española. En
central que desempeñó la contestación so- otras palabras, si el rescate de las liberta-
cial en el cuarteamiento de la fortaleza del des políticas, civiles y sindicales fue un lo-
régimen franquista y en la reconquista de gro evidente conseguido, en buena medida,
las libertades democráticas aplastadas por gracias a la movilización popular frente a la
los vencedores de 1939 [3]. dictadura, no es menos cierto que muchas
Asimismo, resulta importante atender de las organizaciones y las personas que
—como ha señalado Ismael Saz— al «ne- participaron de esa movilización aspiraban
cesario deslinde conceptual entre procesos a objetivos más amplios, a una democrati-
de democratización y de lucha por la demo- zación mayor, a un marco desde el que se
cracia desde abajo y la transición política». pensaba posible —e incluso, dado— avanzar
Y ello en al menos dos sentidos. Primero, hacia una democracia plena, de carácter so-
en la consideración de que lo fundamental cialista, o cuando menos se anhelaba con-
es el largo proceso de lucha por la recupe- quistar una sociedad más libre y más igual
ración de las libertades, en el que ocupa- de la que se configuró desde el final de los
ron un destacado lugar las movilizaciones años setenta. Una sociedad, en todo caso,
reivindicativas desarrolladas frente a la cuya evolución en absoluto quedó prefijada
dictadura y sus herederos tanto durante la por los resultados de la transición [4].
Manifestación de estudiantes contra el Tribunal de Orden Público por la Avenida de Portugal (Madrid)
a principios de los años setenta (Foto original: L’Humanité, fuente: AHPCE).
Como indica, estas luchas cotidianas por cracia, como es la Unión Sindical Obrera.
los derechos laborales y cívicos gestaron Precisamente, el artículo de José Alberto
el empoderamiento de sectores de la clase Gómez Roda presenta una contribución al
trabajadora y el progresivo aprendizaje de estudio de USO en los años de la transición,
la democracia desde abajo, en un proceso analizando la crisis que afrontó en su in-
directamente conectado con el posterior tento de consolidarse como fuerza sindical
desarrollo del sindicalismo agrario andaluz independiente a través de su trayectoria en
y con los apoyos conseguidos por el PCE en la importante comarca industrial alicanti-
diferentes comarcas rurales de Andalucía. na del Baix Vinalopó. Se trata de una apor-
La movilización por las libertades se am- tación relevante en el necesario esfuerzo
plió y enriqueció de manera decisiva con por conocer cómo enfrentó el movimiento
la creciente implicación femenina en los obrero los retos y los problemas que impli-
combates sociales y políticos. Claudia Ca- caron el cambio de marco político después
brero analiza en su artículo el Movimiento de 1977, la formación de organizaciones sin-
Democrático de Mujeres, a partir del caso dicales y los devastadores efectos de la crisis
de Asturias, prestando especial atención a económica sobre la clase trabajadora.
la implicación de las mujeres comunistas Como antes apuntábamos, este conjunto
en este movimiento unitario. Su investi- de artículos queda lejos de cubrir los dife-
gación muestra cómo el MDM resultó un rentes frentes de lo que fue la lucha con-
espacio de gran importancia para impulsar tra la dictadura y por la conquista de los
y visibilizar la implicación femenina en la derechos sociales y políticos, así como de
lucha antifranquista, favoreciendo el com- las muchas cuestiones que la historiografía
promiso y la concienciación política de mu- reciente, especialmente los investigadores
chas mujeres. A partir de ello, se constituyó e investigadoras jóvenes, está trabajan-
en un espacio de experiencia y lucha com- do. Junto a los principales partidos políti-
partida de gran relevancia para explicar el cos, el movimiento obrero, el estudiantil,
desarrollo del feminismo en la España de el feminista o el vecinal, la renovación de
los años setenta y la incorporación de las la agenda investigadora está permitiendo
demandas feministas, tanto específica- una mayor atención a la izquierda radical,
mente en el PCE, como más ampliamente las luchas por la autonomía o la indepen-
en la construcción de la nueva ciudadanía dencia, la reivindicación de los derechos de
democrática. homosexuales y lesbianas, el desarrollo del
Otro sujeto colectivo fundamental en el antifranquismo en diferentes ámbitos pro-
desarrollo de un renovado antifranquismo fesionales (abogacía y judicatura, militares,
fue el de la militancia católica progresista, docentes, etc.), las luchas ambientalistas,
expresada especialmente en el obrerismo el pacifismo o la contracultura. Y todavía
cristiano, que partiendo de la HOAC y la JOC queda un extenso margen de desarrollo en
alimentó extensamente el desarrollo de las los estudios sobre la clase trabajadora y el
Comisiones Obreras, del movimiento veci- movimiento obrero, pues es imprescindible
nal y de las organizaciones de la izquierda. profundizar en el análisis sobre las actitu-
Esta implicación de los cristianos antifran- des, las esperanzas y las ideas que expli-
quistas ha sido cada vez mejor estudiada caban la movilización obrera —o la falta
por la historiografía, pero sin embargo se de esta—, o sobre el grado y las formas de
ha prestado escasa atención a una de sus transmisión de la cultura militante en las
derivaciones más relevantes en la demo- familias, los barrios y las fábricas. Del mis-
mo modo, conocemos aún escasamente las sociedad española bajo la dictadura y cómo
formas de protesta y las actitudes sociales desde el seno de las clases populares que
en los entornos rurales de buena parte de el franquismo había tratado de someter se
España, o el cómo se relacionaron con la desarrollaron formas de conciencia, de pro-
crisis de la agricultura y la emigración ma- testa y de movilización que anticiparon e
siva. En suma, hay mucho por investigar impulsaron la recuperación de las prácticas
para conocer mejor cómo se desenvolvió la y de los derechos democráticos en España.
Resumen
Abstract
Since the mid sixties the Unified Socialist Party of Catalonia (PSUC, after its Catalan initials) was able
to promote and lead a broad movement to end the dictatorship, not only in the industrial area of the Great
Barcelona, but also beyond. Their willingness to galvanize the protest movements in rural areas —where,
due to the action of the social movements, to a large extent impelled by Communists, they found more and
more spaces to express their disaffection— led them to make a considerable effort to extend their influ-
ence far beyond from where they were already hegemonic. Work towards the peasantry, workers in small
industries or construction workers, which had been mere rhetoric until then, began to focus the debates
and actions of the PSUC in the countryside.
disputa— lo que marcó la agenda política que más atención merecieron a lo largo de
en los años setenta. Por un lado, el refor- las décadas del ochenta, noventa y prime-
mismo franquista, que aspiraba a superar la ros años del nuevo milenio han sido los es-
crisis en que se hallaba la dictadura durante tudios en torno al movimiento obrero, sin
sus últimos años mediante la ampliación de duda la punta de lanza del antifranquismo.
las bases sociales del régimen dentro de las En los últimos años, sin embargo, hemos
Leyes Fundamentales del Movimiento; y, asistido a una basculación del interés his-
por el otro, la oposición antifranquista, que toriográfico hacia otros movimientos que
si bien fracasaría en su pretensión de im- también alcanzaron una gran envergadura:
poner la ruptura tal como la había formu- el estudiantil y el vecinal. Algunos historia-
lado, sí logró, al menos, abortar los planes dores han visto el incremento de estudios
del reformismo franquista y hacer inviable en torno a los movimientos estudiantiles y
cualquier otra alternativa que no fuese la vecinales como producto de la imposibili-
apertura de un proceso democratizador. En dad, por parte de los jóvenes investigado-
cualquier caso, aquel proceso impulsado res, de establecer un vínculo afectivo entre
desde abajo estableció las condiciones para su experiencia vital y su objeto de estudio,
la democratización del país en 1977, que debido al largo proceso de desmantela-
debió de haberse profundizado en los años miento del tejido industrial-fabril acaecido
siguientes. en nuestro país desde los años ochenta [3].
Desde esta perspectiva, contamos con Durante los últimos años de la dictadura,
valiosas investigaciones que han amplia- todos estos movimientos tuvieron su máxi-
do nuestro conocimiento sobre los movi- mo desarrollo en los principales centros
mientos, diversos y multiformes, que con-
3.– Esta reflexión la planteó Xavier Domènech en el
tribuyeron a ir laminando las bases de la
dosier coordinado por él sobre el movimiento vecinal. Cfr.
dictadura y que coadyuvaron, de ese modo, Introducción. El movimiento vecinal y la historia social de
a poner fin al franquismo. Entre ellos, los la Transición», Historia del Presente, 16 (2011), pp. 5-8.
industriales del país, lo que ha trasladado postulados del PSUC se convirtieron en los
una imagen que, siendo en lo fundamen- hegemónicos entre la oposición democrá-
tal cierta, no expresa toda la verdad: que el tica y la de los comunistas catalanes fue la
antifranquismo fue esencialmente un mo- única organización en disposición de ga-
vimiento urbano. Si bien resulta innegable rantizar su presencia allende el territorio
—y no es el propósito de este artículo po- catalán, por lo que deviene un prisma privi-
nerlo en discusión— que fue la intensa mo- legiado desde el que observar la evolución
vilización social acometida por inmensas del antifranquismo en la Gran Barcelona,
minorías de antifranquistas la que puso en pero también más allá de ella.
jaque a la dictadura y forzó el cambio polí- Nacido en julio de 1936, el PSUC era el
tico, también es cierto que dicha moviliza- producto de la fusión de cuatro partidos
ción no se redujo a esos espacios ni a aque- marxistas que, tras la derrota republica-
llos movimientos. Dicho de otro modo, que na, ingresaría como sección catalana de la
el antifranquismo —o, si se quiere, la con- Internacional Comunista. Como organiza-
testación antifranquista— no fue un mo- ción de los comunistas catalanes, el PSUC
vimiento reducido a las grandes ciudades, era formalmente un partido independien-
sino que su impacto en términos sociales, te pero hermanado con el PCE. No eran, en
culturales y finalmente políticos se exten- palabras de Gregorio López Raimundo, dos
dió como una mancha de aceite por todo el gajos de una misma naranja, sino dos na-
territorio. Al menos, así lo fue de una ma- ranjas totalmente diferentes, pero comple-
nera especialmente intensa en Catalunya [4]. tamente iguales.
En este sentido resulta interesante traer Los motivos por los cuales llegó a con-
a colación el caso del Partit Socialista Uni- vertirse en «el partido del antifranquismo»,
ficat de Catalunya. Pero no desde una pers- como han explicado sobradamente Moli-
pectiva analítica interna, sino como una nero e Ysàs, pueden sintetizarse en los dos
forma de acercarnos a la sociedad antifran- ejes que marcaron su política [5]. Por un lado,
quista en Catalunya. No es para menos. Los el modus operandi de los comunistas de
ejercer la oposición política a la dictadura
4.– De entre las investigaciones que han abordado mediante la movilización social convirtió al
la conflictividad más allá de los principales centros PSUC en la organización más operativa del
industriales, pueden destacarse obras de referencia como
antifranquismo [6]. Ello se combinaba con
el de M. Teresa Ortega, Del silencio a la protesta. Explotación,
pobreza y conflictividad en una provincia andaluza. Granada, una amplia política de alianzas que perse-
1936-1977, Granada, UGR, 2003; Antonio Herrera, La guía aislar a los sectores dirigentes del fran-
construcción de la democracia en el campo (1975-1988). quismo del grueso de la población [7]. Estos
El sindicalismo agrario socialista en la Transición española,
serán los ejes sobre los que versará nuestro
Madrid, MAGRAMA, 2007; Óscar J. Martín, A tientas con la
democracia. Movilización, actitudes y cambio en la provincia análisis sobre el antifranquismo más allá de
de Albacete, 1966-1977, Madrid, Catarata, 2008; Claudio
5.– Carme Molinero y Pere Ysàs, Els anys del PSUC. El partit
Hernández Burgos, Franquismo a ras de suelo. Zonas grises,
de l’antifranquisme (1956-1981), Barcelona, L’Avenç, 2010.
apoyos sociales y actitudes durante la dictadura (1936-1976),
Granada, UGR, 2013; Ana Cabana, La derrota de lo épico, 6.– Para mayor detalle sobre la cuestión, cfr. Carme
València, PUV, 2013; Canela Fuentes y Francisco Cobo Molinero, «Una gran apuesta: la oposición política
Romero, La tierra para quien la trabaja. Los comunistas, la mediante la movilización social», en Manuel Bueno
sociedad rural andaluza y la conquista de la democracia y Sergio Gálvez (eds.), «Nosotros los comunistas».
(1956-1983), Granada, UGR, 2017. También hay buenos Memoria, identidad e historia social, Sevilla, Fundación de
ejemplos en la obra colectiva dirigida por Daniel Lanero Investigaciones Marxistas, 2009.
(ed.), Por surcos y calles. Movilización social e identidades en 7.– Giaime Pala, El PSUC. L’antifranquisme i la política
Galicia y el País Vasco (1968-1980), Madrid, Catarata, 2013. d’aliances (1956-1977), Barcelona, Base, 2011.
que ver con la gran movilidad poblacional A través de estos estudiantes politiza-
que se estaba dando en Catalunya. El prin- dos se produjo la traslación del compro-
cipal destino de los recién llegados desde miso antifranquista desde los epicentros
el sur peninsular fueron las ciudades del de la conflictividad hacia zonas hasta en-
cinturón industrial barcelonés, una provin- tonces escasamente movilizadas. Así pues,
cia que en aquellos años vio doblar su po- ese «poner en pie una gran red de comi-
blación, lo cual produjo graves problemas tés del Partido», como había pedido Josep
de acceso a la vivienda, masificación y de- «Román» Serradell en 1965, no solamente
sarrollo de áreas suburbiales desgajadas de atañía a la constitución de células comu-
los centros urbanos. Aunque no solamen- nistas sino, especialmente, a establecer
te ahí. Otras ciudades de menor entidad contactos personales con todo aquel sus-
como Reus, Tarragona, Girona, Olot, Ripoll ceptible de ampliar el antifranquismo a
o Lleida experimentaron equivalentes pro- través de su presencia en los movimientos
cesos migratorios y problemáticas análogas de amplio espectro. Y es que era «un deber
a las que se dieron en la Gran Barcelona y, de todo militante comunista de Barcelona
como aquellas, verían también desarrollar- y [de cualquier] otra gran ciudad, que por
se fuertes movimientos vecinales durante razones familiares o de relaciones de amis-
los años siguientes [14]. tad, tienen contactos o conocimientos con
Otro reflejo de los cambios sociales que otros lugares de Catalunya» [16], el esforzar-
se estaban produciendo tenía que ver con el se por organizar en sus poblaciones de ori-
acceso a los estudios superiores de sectores gen a los que vivían allí.
que, por primera vez, iban más allá de las Quien se encargaría de coordinar dicha
clases dirigentes. La revolución científico- labor sería el responsable del PSUC para las
técnica vino a alterar la naturaleza de la comarcas, Josep Pardell. Él fue precisamen-
universidad, debido a la creciente demanda te quien se encargó de reorganizar una serie
de profesionales bien formados. La educa- de comités locales con gente nueva entre
ción superior pasó de ser un espacio endo- 1964 y 1966; en su mayoría eran jóvenes,
gámico de unas pocas élites, a convertirse pero también cooptó a veteranos, tanto de
en un elemento que permitía el ascenso dentro como de fuera del partido. Tal es el
social para muchas gentes. Así, algunos caso mencionado de Ximenis en Lleida o del
hijos de empleados, trabajadores de cuello reenganchado Leandro Saún en Tarragona,
blanco o de payeses empezaron a obtener quien cumplía condena por haber estado
estudios universitarios. Para muchos de reorganizando el PCE en Aragón [17]. De he-
ellos la universidad fue una etapa de toma cho, a partir de 1968 la presencia de «Ro-
de conciencia política y de adquisición de mán» por las comarcas fue a menos. Desde
compromisos en el antifranquismo [15].
Noguera (PSUC), 10/12/2005, Fondo Memorial Democràtic
14.– Ivan Bordetas, «De la supervivencia a la resistència: la de Tortosa, Arxiu Comarcal de Terres de l’Ebre (ACTE).
gestació del moviment veïnal a la Catalunya franquista», 16.– Josep Román (Josep Serradell), «Informe de R. sobre
en Carme Molinero y Pere Ysàs (coords.), Construint la ciutat organització», II Congreso del PSUC, agosto de 1965, p.
democràtica. El moviment veïnal durant el tardofranquisme i 13, NR, Catalunya, c. 50, cp. 1/2, AHPCE. Todas las citas del
la transició, Barcelona, Icaria, 2010, pp. 35-112. texto han sido traducidas al castellano.
15.– Numerosas entrevistas que he realizado a lo largo de 17.– Sobre la labor desarrollada por él y su mujer Carme
mi investigación u otras depositadas en diversos archivos Casas durante los primeros años de franquismo en Aragón,
corroboran dicho itinerario: Josep Mª. Vericat Estellé cfr. Irene Abad e Iván Heredia, Leandro Saún y Carmen
(MSC), 26/7/2012; Eloi Toldà Andreu (JCC), 17/6/2013; Casas. Organización política clandestina en la Zaragoza de
Matías Vives March (PSUC), 10/2/2017. Entrevista a Julio los años 40, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2008.
Sant Quirze de Besora. Y en cuanto a las co- seguido que la organización gerundense
marcas centrales, las perspectivas también levantara cabeza y el movimiento antifran-
eran buenas después de los paros parciales quista en la ciudad estaba claramente es-
de medio millar de obreros en Manlleu [29]. tancado. La dirección no podía permitirse
Para intentar superar la crisis gerunden- tal desajuste en una ciudad donde existían
se se impulsaron reuniones conjuntas con las condiciones para desarrollar un potente
la HOAC a fin de coordinar acciones rela- movimiento de oposición y reclamaba «uti-
cionadas con la amnistía. Se creó una inter- lizar todas las vías que nos sean posibles»
comarcal, la Selva-Girona de Comisiones para reconducir la situación de crisis por la
Cívicas, que reunió en poco tiempo unas que atravesaban los comunistas gerunden-
seiscientas firmas de intelectuales gerun- ses [32]. Comenzaba la «Operación Girona».
denses a favor de la amnistía [30]. A pesar de Sin dilación, el partido envió allí a algunos
ello, la situación no mejoraba. Cuando es- de los despedidos de SAFA con la finalidad
talló el conflicto en SAFA en septiembre de de reorganizar el PSUC y dinamizar el mo-
1970 el PSUC de Girona ni siguiera reunió vimiento obrero. Miguel Agúdez era uno
fondos de resistencia para los trabajadores de ellos y recuerda que le dijeron: «os vais
de Blanes. La de SAFA fue una huelga dirigi- a encargar de la construcción. Olvidaros
da por los comunistas a través de CCOO. La ahora del tema de SAFA […] Blanes interesa
primera célula de empresa databa de 1962, pero interesa la provincia» [33].
pero hasta 1967 no se consiguió establecer De ese modo comenzaron a tejerse los
contactos con la plantilla de manera regu- núcleos existentes en las comarcas de Gi-
lar. En el fondo del conflicto de 1970 estaba rona: Figueres, Baix Empordà, Sant Feliu
la negociación de los convenios colectivos de Guíxols, La Bisbal, también en Anglès, la
de 1969, en los que se había conseguido el Garrotxa y Lloret de Mar. En Girona, con-
incremento salarial de un 20%. Una nego- trariamente, tardarían en levantar cabeza.
ciación que el gobierno desautorizó, fijan- Para agudizar la difícil situación que atra-
do el incremento en sólo un 11%. Este he- vesaban, los comunistas recibieron como
cho produjo una gran tensión dentro de la un jarro de agua fría el nombramiento del
colonia, hasta que en el mes de agosto el anticomunista Josep Pallach como profesor
obrero Manuel Ruiz fue despedido, hecho en un instituto de segunda enseñanza de
que marcó el inicio del conflicto abierto a Girona [34]. Temían que Pallach consiguiera
través de la huelga, que rápidamente reci- articular un núcleo opositor en torno a su
bió la respuesta violenta de la policía [31]. figura con un contenido político catalanis-
La huelga de SAFA se saldó con dieciséis ta de izquierdas y de un fuerte anticomu-
despidos, algunos de los cuales eran mili- nismo. Finalmente, el temor se demostró
tantes comunistas y la mayoría miembros infundado y la situación en Girona se fue
de la Comisión Obrera de la fábrica. La di- solucionando parcialmente con la autoex-
rección nacional del PSUC no había con- clusión de los responsables locales y la
reorganización del comité local.
29.– Josep Serradell, «Carta de Miró», 24 de enero de 1970,
NR, Catalunya, c. 59, cp. 3, AHPCE. 32.– Josep Pardell, «Carta de Serós», 25 de septiembre de
30.– Cipriano García, «Carta de Blas», 16 de febrero de 1970, NR, Catalunya, c. 59, cp. 2, AHPCE.
1970, NR, Catalunya, c. 59, cp. 1, AHPCE. 33.– Entrevista a Miguel Agúdez (PSUC), Banc Audiovisual
31.– Para un breve seguimiento de la huelga en SAFA cfr. de Testimonis (BAT), cinta 243, Memorial Democràtic (MD).
Francisco Martínez, «El naixement del sindicalisme a la 34.– Josep Pardell, «Carta de Serós», 25 de septiembre de
SAFA de Blanes», Revista de Girona, 182 (1997). 1970, NR, Catalunya, c. 59, cp. 2, AHPCE.
Si bien la recuperación del PSUC gerun- mista. Según la línea oficial del PCE y del
dense fue modesta, en comparación con PSUC, el estado de excepción confirmaba la
otras organizaciones, dos años después política de masas del partido. Aducían que
contaba con una base sólida de treinta y ello inauguraba una situación más favora-
nueve miembros que, juntamente con Cas- ble para la ruptura o que, como mínimo, se
sà de la Selva, Salt, Banyoles y Riudellots, había decantado la relación de fuerzas ha-
sumaban setenta y ocho militantes contro- cia los posicionamientos rupturistas. En tal
lados por el comité local de Girona. Pese a situación, Pardell apostaba por reforzar el
todo, sin duda Girona era la organización partido en las comarcas a través de movi-
local más retrasada de toda Catalunya, pues lizaciones por la amnistía, como las cele-
ni siquiera había conseguido impulsar un bradas en diversas poblaciones catalanas,
núcleo de la JCC en 1973 y el movimiento muy especialmente en Lleida [37]. Apuntaba,
obrero era todavía muy débil [35]. sin embargo, la perentoriedad de encontrar
A partir de aquellas fechas la fisonomía formas de organización más adecuadas a
del antifranquismo iría cambiando al ritmo las necesidades de los comunistas en las
que también lo hacía la sociedad gerun- comarcas. A pesar de las limitaciones que
dense. La progresiva apertura de centros se expondrán más adelante, el estado de la
de enseñanza vinculados a la Universidad organización en las comarcas era excelen-
Autónoma de Barcelona facilitaría el sur- te: unos mil seiscientos militantes, veinti-
gimiento de un movimiento estudiantil y, cinco comités locales con vida regular con-
especialmente, de profesores no numera- formados, presencia comunista en ciento
rios, que fueron los que mayoritariamente cincuenta pueblos, de los cuales sesenta
cubrían las vacantes en los nuevos centros. eran eminentemente campesinos [38]. Las in-
Si bien Girona estuvo lejos de presentar la tervenciones de Gregorio López Raimundo
conflictividad estudiantil que aquel mismo y Gabriel Arrom también giraron en torno a
proceso de descentralización universita- la exigencia de dotar de mayor autonomía
ria estaba produciendo en Lleida y en Ta- a las organizaciones locales y comités de
rragona, la aparición de activistas jóvenes zona del partido y Josep Serradell propuso
dispuestos a movilizarse dinamizó la vida estructurar las formas de dirección orgáni-
política de la oposición en Girona, que eclo- ca del partido a nivel de base [39].
sionaría con fuerza finalmente en 1976 [36]. Empezó entonces un dilatado proceso de
«territorialización» del partido. Una de las
1970: nueva fase y gran salto formas que tomó fueron las Comisiones de
cualitativo Pueblos. En 1970 se constituyó una en Tor-
tosa, la cual hacía las funciones de comité
Pese a todas las dificultades que sin duda comarcal de la zona del Baix Ebre-Montsià,
había, en el pleno del comité ejecutivo del a la que más tarde se le añadiría también la
PSUC de 1970 Pardell se mostraba opti-
37.– Anonieta Jarne y Pau Juvillà, El PSUC a les terres de
35.– Josep Roure (Josep Pardell), «Algunes Informacions Lleida, 1936-1986, Lleida, Pagès, 2014, pp. 110-113.
de les Organitzacions del Partit a Comarques», abril de 38.– Intervención de «Serós» en el Pleno del Comité
1973, NR, Catalunya, c. 63, cp. 1/1, AHPCE. Ejecutivo del PSUC (notas manuscritas), 3 de enero de
36.– Se da buena cuenta de ello en la «Memoria del 1970, NR, Catalunya, c. 51, cp. 1, AHPCE.
Gobierno Civil de Gerona de 1976», 1977, Ministerio de 39.– Intervenciones de «GLR», «Aribau» y «Román» en el
Gobernación, c. 32/11454, exp. 5, Archivo General de la Pleno del Comité Ejecutivo del PSUC (notas manuscritas),
Administración (AGA). 3 de enero de 1970, NR, Catalunya, c. 51, cp. 1, AHPCE.
Terra Alta. En inicio esta Comisión agrupa- comarcas [41]. Si bien carecemos de números
ba las organizaciones de Tortosa, Amposta, precisos sobre la militancia total en aquel
la Ràpita y la Sénia [40]. Este tipo de organi- período, los nuevos ingresos nos indican
zaciones de pueblos se aplicó por primera una tendencia de fondo en la que tres de
vez en Lleida. A finales de los sesenta la Co- cada cuatro nuevos ingresos se producían
misión de Pueblos de las tierras de Lleida en organizaciones de la Gran Barcelona.
estaba formada por las organizaciones de Quizá parece poco, pero era la misma pro-
Balaguer, Bellvís, Ponts y Pobla de Segur, porción que los habitantes en Catalunya,
bajo la dirección de un miembro del comité según datos estadísticos de 1970, cuando
local de Lleida. Pero la presencia del PSUC sólo uno de cada cuatro catalanes residía
no se circunscribía a estos municipios, pues fuera de la Gran Barcelona. Sin embargo, el
contaban con ciento treinta militantes re- auge de la movilización se dejó sentir con
partidos en treinta y ocho pueblos, de los fuerza y, para 1973, comarcas incorporaba
cuales estaban controlados de manera co- ya al 43% de los nuevos afiliados, mientras
lectiva por la Comisión de Pueblos. la tendencia poblacional seguía siendo pa-
Durante la campaña de reclutamiento recida [42]. Esto significó un salto espectacular
de 1969-1970, la llamada Promoción Lenin para muchas organizaciones en las comarcas.
con motivo del centenario del natalicio del
revolucionario ruso, fueron más de un cen- 41.– «La campanya per un Partit més fort i arrelat a les
tenar de nuevos militantes los que se incor- masses i el treball d’organització», 1970, Fondo PSUC, n.
407, c. 15, Arxiu Nacional de Catalunya (ANC).
poraron a las organizaciones del PSUC en
42.– Josep Román (Josep Serradell), «Algunos problemas
del trabajo de organización. Modificaciones a los
40.– Josep Pardell, «Carta de Serós», octubre de 1970, NR, Estatutos», III Congreso del PSUC, enero de 1973, p. 9, NR,
Catalunya, j. 2100, AHPCE. Catalunya, c. 62, cp. 6/3, AHPCE.
donde la presencia de los profesores comu- para continuar una vida política activa [51]. A
nistas Frederic Mauri y Fernando Torres en pesar de todo ello, existían también proble-
el principal instituto de la región del Ebro mas de índole interno, pues la composición
contribuyó a ampliar los límites del anti- eminentemente obrera del partido en Llei-
franquismo, incorporando a jóvenes ajenos da ocasionaba que algunos de sus dirigen-
a una tradición política determinada, algu- tes desatendieran las obligaciones partida-
nos de los cuales acabarían incorporándose rias por la intensidad de sus «jornadas de
al partido u otras formaciones políticas dis- trabajo de 14 y más horas diarias» [52].
tintas [49].
En Lleida, las movilizaciones contra el La multiplicación de los espacios de
Juicio de Burgos constituyen también una oposición
buena muestra de los cambios moleculares
producidos en el antifranquismo. La razón Las movilizaciones contra el Juicio de
era que aquella movilización potenció la Burgos no sólo habían marcado un antes y
unidad antifranquista en una zona donde un después en relación a la unidad de ac-
los grupos ferozmente anticomunistas de ción, sino también en términos de disputa
izquierda socialdemócrata tenían una con- del espacio público. Las manifestaciones y
siderable base militante. Eran los grupos las cargas policiales que se registraron am-
articulados en torno a las figuras de Josep pliamente en el territorio catalán abrieron
Pallach y Joaquim Arana, cuya capacidad una nueva fase en que el antifranquismo,
efectiva para establecer un cordón sanitario a medida que se dotaba de un organismo
alrededor del PSUC lo había aislado exitosa- unitario, también se esforzó por demostrar
mente del resto de la oposición —a excep- capacidad de convocatoria y de moviliza-
ción del FNC y de los católicos de la HOAC, ción. Como el PSUC, las nacientes instan-
cuya relación fue básicamente de colabora- cias unitarias consideraban la movilización
ción. La movilización conjunta no significa- como la mejor opción para hacer frente a la
ba todavía que ninguna de las desconfian- dictadura y presentar una alternativa via-
zas esgrimidas por los socialdemócratas ble para sustituirla [53].
se hubiera superado, sino que se habían Por otro lado, el movimiento campesino
iniciado los primeros contactos y, aquello, que impulsaron las CCPP desde la segunda
para una organización que en la práctica se mitad de los sesenta se vio truncado tras la
hallaba casi sola en su confrontación contra promulgación del estado de excepción de
el franquismo, ya era mucho [50]. 1969. A inicios de los setenta el movimien-
Por otro lado, el PSUC había dejado claro to diverso que representaban las CCPP en
que cualquier movilización contra la dicta- su primera fase se fue reduciendo a la ór-
dura debía contar con ellos y, a la vez, que, bita comunista, si bien seguían mantenien-
a pesar de la represión padecida —pues
51.– «Cuenta ingreso prisión siete detenidos», 15 de
siete de los principales dirigentes del par- diciembre de 1970, Fondo del Gobierno Civil, leg. 1793,
tido en las comarcas de Lleida habían sido Arxiu Històric Provincial de Lleida (AHPL).
detenidos por la policía— tenía capacidad 52.– Josep Pardell, «Carta de Serós, d’algunes
Organitzacions del P. a Comarques», 2 de abril de 1971,
NR, Catalunya, c. 59, cp. 3, AHPCE.
49.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quotidians, pp. 82- 53.– Giaime Pala, El PSUC, pp. 106-108. Antoni Batista
89. y Josep Playà Maset, La gran conspiració. Crònica de
50.– «Carta de Lleida», 1 de febrero de 1971, NR, Catalunya, l’Assemblea de Catalunya, Barcelona, Empúries, 1991, pp.
c. 59, cp. 3, AHPCE. 115-139.
do cierto pluralismo interno gracias a que poner sólo un ejemplo, contaba únicamen-
la facción liderada por Joan Reventós del te con 4.653 jornaleros pero sus cotizacio-
MSC apostó claramente por participar en nes a la SSA agregadas igualaban a las de
ellas [54]. Aunque en la mayoría de territorios Cádiz, donde había nada menos que 46.111
este hecho tenía escasa incidencia, pues la asalariados agrícolas [57].
presencia del MSC era muy reducida. Pese Precisamente en Girona —a pesar de la
a todo, las Comisiones como estructura debilidad orgánica de las fuerzas antifran-
orgánica continuaron existiendo, aunque quistas— se abonó con fuerza el boicot.
empezaron a explorarse otras fórmulas de Cuando el régimen le contrapuso la repre-
acción unitaria que eventualmente condu- sión para intentar la desmovilización de los
jeran a la constitución de una única estruc- campesinos, como había logrado en 1969,
tura orgánica del movimiento campesino. lo que obtuvo fue la solidaridad activa de
En las zonas de mayor concentración poblaciones enteras. Así ocurrió en Alba-
jornalera como el Montsià o el Baix Ebre, tàrrec, donde una extensa solidaridad, así
pero también en comarcas del cinturón in- como una campaña a través de la prensa,
dustrial barcelonés como el Baix Llobregat, impidió que 29 campesinos fueran deteni-
el Maresme, el Garraf y el mismo Barce- dos y sus bienes embargados tras haberse
lonès, los obreros agrícolas consiguieron negado a abonar los pagos de la SSA [58].
romper los techos salariales fijados por el Además, las elecciones sindicales de 1971
gobierno. En Amposta, además, las CCPP en muchos lugares fueron el inicio de una
organizaron una manifestación abierta por incorporación creciente de campesinos al
las calles de la capital del Montsià en abril movimiento antifranquista.
de 1971 [55]. Sin embargo, la campaña que Era evidente que la oposición ampliaba
insufló vida al movimiento campesino en la su influencia social y territorialmente. Una
nueva década fue el boicot contra las cuo- influencia que incrementó exponencial-
tas a la Seguridad Social Agraria. Campa- mente a medida que avanzaban los años
ñas similares contra la SSA venían produ- setenta. A la fundación de la Assemblea de
ciéndose desde 1968, impulsadas por CCPP Catalunya el 7 de noviembre de 1971 acu-
pero que fueron acogidas por multitud de dieron representantes de veinte comarcas
payeses que quedaban fuera de su estric- catalanas. La escasa representatividad real
ta zona de influencia [56]. Aquellas campa- de los fundadores se fue disipando a partir
ñas sirvieron como aglutinante del nuevo de 1972, cuando se dio inicio a la territoria-
movimiento campesino en un territorio, el lización y a la creación de asambleas locales
catalán, donde más del 70% del campesina- y, especialmente, con la profundización de
do estaba obligado a cotizar como grandes dicho proceso que logró tejer la totalidad
terratenientes. La provincia de Girona, por del territorio a partir de la X Permanente
de 1974 [59]. Con la previsiblemente cercana
54.– Andreu Mayayo, De pagesos a ciutadans. Cent anys muerte de Franco, se estimuló todavía más
de sindicalisme i cooperativisme agraris a Catalunya, 1893-
1994, Barcelona, Afers, 1995, p. 201. 57.– «Extractes de documents de la Coordinadora de
55.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quotidians, pp. 74- Comissions de Pagesos del Camp de Catalunya», s.f.
75. [1968], Fondo PSUC, n. 1552, c. 128, ANC.
56.– El caso gallego guarda grandes similitudes con el 58.– «Las cuotas de la Seguridad Social Agraria», La
catalán, cfr. Ana Cabana y Daniel Lanero, «Movilización Vanguardia Española, 10 de mayo de 1972.
social en la Galicia rural del tardofranquismo (1960- 59.– Antoni Batista y Josep Playà Maset, La gran conspiració,
1977)», Historia Agraria, 48 (2009), pp. 111-132. pp. 146-150.
nistía [64]. También en Tarragona las mani- como una maniobra de capitulación. Según
festaciones por la misma tuvieron una gran aducían los comunistas ilerdenses, el gru-
continuidad [65]. En la ampliación de los po socialdemócrata impulsado por Josep
márgenes del antifranquismo, que en gran Pallach y Joaquim Arana, el Bloc Popular
medida el PSUC había contribuido a en- de les Terres de Lleida, en connivencia con
sanchar, podemos encontrar un incipien- «católicos avanzados», estaba extendiendo
te movimiento ecologista favorecido por «una red por diferentes lugares de Catalun-
la tentativa de trasvase del río Ebro hacia ya para el momento de ir a unas eleccio-
las regiones industriales de Catalunya, así nes» amparados en la ley de asociaciones
como por la negativa de aquellas comarcas de 1974. Este grupo, según el PSUC de Llei-
a que se instalasen nuevos reactores nu- da, estaría actuando preferentemente en
cleares [66]. Era un engranaje que se movía «el campo al ver que la penetración entre la
independiente pero al unísono. También clase obrera les era mucho más difícil» [68].
CCOO hizo suyas las demandas antinuclea- El grupo de Lleida denunció que los comu-
res a través de paros y asambleas [67]. nistas estaban en minoría dentro del nuevo
En términos de política unitaria y de organismo ante los representantes del Bloc
construcción de una alternativa al fran- Popular y del Partido Carlista, frente a un
quismo, el PSUC consiguió un gran hito: representante del PCE(i) y otro del PSUC.
impulsar un sindicato campesino unitario. Pese a las reticencias del grupo de Llei-
En noviembre de 1974 se reunieron cam- da, la unidad sindical en el campo se con-
pesinos de dieciséis comarcas catalanas en sumó y la UP representó, especialmente a
Pontons para fundar la Unió de Pagesos. partir de 1976, la vertebración definitiva
Que el nuevo sindicato naciese en el Alt del antifranquismo en la Catalunya de co-
Penedès, una región donde el PSUC prác- marcas. El PSUC se erigió en la fuerza hege-
ticamente no tenía arraigo, mientras que mónica dentro de la UP, imponiendo parte
la mayor parte del antifranquismo con pre- de su discurso y sus concepciones sobre la
sencia allí era socialista, parece responder lucha política, el trabajo de masas, la cues-
a un gesto de deferencia de los comunistas tión nacional, las alianzas de clase, etc. En
hacia sus socios. La delegación campesina la capital del Segrià, precisamente, el grupo
de Lleida —que actuaba de manera autó- campesino adquirirá un desarrollo extraor-
noma desde hacía dos años— escribió al dinario durante los años siguientes y, jun-
comité central del partido con un tono de tamente con Amposta, se convertirá en la
claro enfado denunciando aquella reunión punta de lanza del nuevo movimiento cam-
pesino [69]. Pero no toda la conflictividad era
64.– «Manifestación pro amnistía», 9 de enero de 1976, campesina, ni siquiera la más importante.
Cultura, c. 42/9119, AGA.
El desarrollo de CCOO en Lleida permitió el
65.– «Desde el pasado martes, 20 jóvenes efectúan
reforzamiento del partido. A inicios de los
diariamente una sentada frente a la prisión provincial, en
petición de amnistía», Cultura, c. 42/9112, AGA. años setenta, el movimiento obrero lerida-
66.– Sobre el projecte de transvasament de les aigües de no protagonizó una dura conflictividad la-
l’Ebre», La Veu del Camp Català, n. 47, s.f. [1974]; «L’Ametlla boral que no paró de crecer. Especialmente
de Mar: ¡No a les nuclears!», La Veu del Camp Català, n. 48,
s.f. [1974]; cfr. Xavier García, La primera década de lluita 68.– «Informe de una reunión de campesinos de diversas
antinuclear a Catalunya (1970-1980), Torrotja del Priorat, comarcas de Cataluña», [noviembre] 1974, NR, Catalunya,
CCR la Unió, 2008. j. 2633, AHPCE.
67.– «Paros laborales», 6 de febrero de 1976, Cultura, c. 69.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quitidians, pp.
42/9112, AGA. 112-123.
Primera fiesta legal del PSUC, celebrada el 8 de mayo (había sido legalizado el día 2) de 1977 en
el Camping La Tortuga Ligera, en Gavà, Barcelona (Foto: Manel Armengol, fuente: flickr).
combativos fueron los obreros de la cons- ración de asambleas obreras en los lugares
trucción [70]. Pero no solamente. A medida de trabajo y el incremento de participantes
que avanzaban los años setenta irrumpie- en aquellas que se estaban produciendo en
ron nuevas formas de protesta muy vincu- los locales sindicales, supusieron un gran
ladas con el movimiento obrero, pero que salto adelante en el movimiento obrero
encontraban apoyo más allá de la clase tarraconense, que repercutió en el de toda
trabajadora, como el caso del movimiento la provincia. Entre enero y febrero de 1976
vecinal [71]. —el momento del «pulso» de la calle— se
Por otro lado, la conflictividad laboral en produjeron diversas huelgas en la cons-
Tarragona llegó a alcanzar grandes dimen- trucción que, en cierto modo, se convirtie-
siones, siendo también el de la construc- ron en un ensayo de huelga general a nivel
ción uno de los sectores más movilizados. local. Pese a no estarse negociando los con-
El gran resultado de CCOO en las eleccio- venios, CCOO impulsó la acción en Tarra-
nes sindicales de mayo de 1975, la prolife- gona con el fin de coordinarlas con las del
Baix Llobregat. Sesenta y siete empresas y
70.– Buena muestra de la conflictividad de la construcción más de 3.500 trabajadores participaron en
en Lleida queda patente en la correspondencia mantenida ellas. Tras una irregular vuelta al trabajo, la
entre el delegado provincial de la Organización Sindical huelga se reanudó y se extendió por todo el
Española, Guillermo Blanco, y el Ministro-Secretario
Camp de Tarragona, llegando a implicar a
General de la OSE, Rodolfo Martín Villa, conservadas en
el Fondo OSE, Secretaría General, c. 6540, cp. 3473, AGA. más de 6.000 trabajadores [72].
71.– Antonieta Jarne, L’oposició al franquisme a Lleida,
Lleida, Pagès, 1998, pp. 287-294. 72.– José Fernando Mota Muñoz, «Mis manos, mi capital».
les) devino una de las principales tareas de escasos pero influyentes grupos provenien-
los militantes comunistas en las comarcas. tes de los entornos profesionales de gran
La necesidad de ir más allá de ellos mis- prestigio social ocasionó que éstos —ge-
mos fue una constante en el PSUC durante neralmente personalidades de adscripción
el tardofranquismo. Los esfuerzos por no nacionalista, socialdemócrata o democra-
erigirse solamente como el partido de los tacristiana— no siempre se sumaran a los
comunistas en Catalunya, sino de conver- ámbitos de actuación propiciados por los
tirse en el partido nacional de las clases po- comunistas y que creasen otros propios.
pulares, llevó al PSUC a una amplia política Superar aquellos hándicaps y crear amplios
de alianzas que, si bien no tendría una plas- espacios de confluencia para acabar con la
mación específica en el ámbito estudiado, dictadura, así como no abdicar en su volun-
sí que le llevaron a afrontar unas dificulta- tad por incrementar la movilización social
des mayores para su realización, en compa- y hegemonizar los movimientos de protes-
ración con los entornos metropolitanos. La ta, devino el quehacer cotidiano de los mi-
animadversión hacia los comunistas de los litantes del PSUC en las comarcas.
Resumen:
Abstract
The study offers an overall view of the work accomplished by the Spanish Communist Party in
rural Andalusia during the 1960s and 1970s. Emphasis is placed on the evolution of the Commu-
nist discourse regarding the ‘agrarian issue’, the Agricultural Reform and the struggle for land; and
on the way in which the party managed to get involved in the everyday life of Andalusian rural
workers, who became gradually empowered to fight for their rights as workers and citizens. We
believe all of this certainly influenced the results of the 1979 local elections.
Asamblea de trabajadores del campo en Morón de la Frontera, Sevilla, en 1977 (Foto: José Julio
Ruiz Benavides - Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).
cia que tuvo lugar desde los años sesenta toda índole disponibles en el marco de la
en adelante [3]. El mundo rural de la etapa economía local, moviéndose más allá de los
del tardofranquismo fue el escenario de estrechos límites marcados por la legalidad
una gran variedad de movimientos socia- franquista y consiguiendo movilizar a un
les y actos de protesta colectiva dotados de considerable número de campesinos, jor-
un elevado potencial democratizador. Una naleros e integrantes de los sectores popu-
importante proporción de todos ellos recla- lares del mundo agrario a favor de la libre
maba la creación de sindicatos libres y una representatividad de los intereses contra-
gestión más democrática de los recursos de puestos y la convivencia política demo-
crática. Muchos de aquellos movimientos
3.– En esta línea interpretativa, véase por ejemplo Benjamin colectivos se constituyeron en auténticas
Isakhan y Stephen Stockwell (eds.), The Secret History of
experiencias de ciudadanía democrática
Democracy, Houndmills, Basingstoke, Palgrave MacMillan,
2011. La aplicabilidad de muchos de los nuevos marcos que, más allá de los beneficios económicos
interpretativos al caso andaluz ha sido desarrollada por que en el largo o medio plazo pudieran de-
el grupo de investigadores de la Universidad Pablo de rivarse de todos ellos, consiguieron socavar
Olavide. Entre sus recientes aportaciones destacaremos
las bases ideológicas, culturales o políticas
las siguientes: John Markoff y Antonio Herrera González de
Molina, «Another chapter from democracy’s secret history: sobre las que se había edificado el sistema
A research program on some small spanish towns» en franquista de dominación en el ámbito lo-
Barbara Wejnert (ed.), Voices of Globalization (Research in cal del mundo agrario.
Political Sociology, Volume 21), Emerald Group Publishing
Una de las propuestas teóricas funda-
Limited, 2014, pp. 31-49; y el dossier Antonio Herrera y
John Markoff (coords.), «Democracia y mundo rural en mentales sobre las que gira la presente
España», Ayer, 89. propuesta se inspira en una percepción
cional había entrado en crisis como conse- de los cincuenta asistimos a un lento pero
cuencia de la capitalización de la agricultu- progresivo proceso de reorganización de
ra, siendo la mecanización y el éxodo rural la estructura del PCE y resurgimiento de
los catalizadores de este proceso [7]. Vieron la protesta en el campo andaluz. Es este el
en la manifiesta situación de descontento, punto de partida en la labor de los comu-
desarraigo y sensación de frustración de nistas españoles: comenzaron a establecer
esos sectores sociales por la inexistencia de conexiones entre las experiencias asociati-
salidas ni oportunidades de tener una vida vas previas a la Guerra Civil protagonizadas
digna, un auténtico filón para la moviliza- principalmente por socialistas, anarquistas,
ción, la protesta, y la suscitación de acti- republicanos y católicos; con las sensibili-
tudes pro-democráticas que identificaran dades de rechazo tosco, burdo, que genera-
claramente al franquismo como un sistema ba la propia aplicación del capitalismo en la
económico depredador y principal culpable agricultura tras la autarquía. Consideramos
de sus penosas condiciones de vida. A tra- que catalizaron ese descontento recupe-
vés de un reajuste de posiciones en torno rando y pulsando las teclas de la memoria
a la «cuestión agraria», otorgaron al mito colectiva de jornaleros y pequeños campe-
de la Reforma Agraria un renovado impulso sinos acerca de esas experiencias asociati-
simbólico y erigieron a jornaleros y peque- vas de defensa de sus intereses económi-
ños propietarios en los protagonistas prin- cos, presentes hasta la Segunda República,
cipales de la construcción de la democracia creando poco a poco, un tejido nuevo [9].
en el mundo rural andaluz [8]. La celebración del III Pleno del Comité
Durante los años finales de la década Central del PCE en 1957 y la Huelga Nacio-
nal Pacífica de 1959 [10] constituyeron dos
7.– Acerca de la capitalización de la agricultura española hitos referenciales en este proceso. En vís-
puede verse Carlos Abad y José Manuel Naredo, «Sobre la peras de la celebración del mencionado III
‘modernización’ de la agricultura española (1940-1995):
Pleno aparecieron los primeros síntomas
de la agricultura tradicional hacia la capitalización agraria
y dependencia asistencial» en Cristóbal Gómez Benito y de descontento y movimiento contestata-
Juan Jesús González Rodríguez, Agricultura y sociedad en rio en el campo [11]. Se trata de una actitud y
la España contemporánea, Madrid, CIS, 1997, pp. 249-317
y José Manuel Naredo, La evolución de la agricultura en 9.– En este sentido adoptamos los planteamientos
España (1940-2000), Granada, Universidad de Granada, teóricos de Pamela Radcliff, considerando al PCE como
2004. uno de los agentes fundamentales en la constitución
y puesta en marcha de esos mismos movimientos de
8.– Sobre los orígenes del discurso comunista en torno
protesta. Pensamos que este partido en muchos casos
a la «cuestión agraria» y la Reforma Agraria puede
dotó a las incipientes organizaciones ciudadanas rurales
consultarse: Francisco Acosta Ramírez, Salvador Cruz
tanto de un capital social mediante el cual organizarse,
Artacho y Manuel González de Molina, Socialismo agrario,
como de instrumentos lingüísticos y discursivos, de ideas
conflicto rural y democracia en el campo español (1880-
disponibles, valores y redes sociales que proporcionaron
1930). Los orígenes de la federación de trabajadores de la
los cimientos para pensar y actuar colectivamente. Pamela
tierra, Madrid, Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural
B. Radcliff, Making democratic citizens in Spain. Civil society
y Marino, 2009. Para los planteamientos del PCE acerca
and the popular origins of the transition, 1960-78, Londres,
de esta cuestión a partir de los años cincuenta: Francisco
Palgrave-Macmillan, 2011.
Cobo Romero y Teresa Mª Ortega López, «El Partido
Comunista de España y la cuestión agraria en Andalucía 10.– La repercusión y el alcance de la Jornada de
durante el Tardofranquismo y la Transición política a la Reconciliación Nacional y la Huelga Nacional Política
Democracia, 1956-1983», en Historia Actual Online, núm. en la estructura comunista en España se explican con
7, primavera 2005, pp. 27-42; Santiago Álvarez, El Partido claridad en Jesús Sánchez Rodríguez, Teoría y práctica
Comunista y el campo. La evolución del problema agrario y democrática en el PCE (1956-1982), Madrid, Fundación de
la posición de los comunistas, Madrid, Ediciones de la Torre, Investigaciones Marxistas, 2004.
1977. 11.– Sobre el resurgir de la protesta en Andalucía, Harmut
Manifestación de mujeres en solidaridad con los trabajadores de Santana Motor. Linares (Jaén),
octubre de 1977 (Foto: Archivo Histórico de CCOO de Andalucía - Colección fotográfica).
país: el mundo rural. Los comunistas espa- mayoría de las acciones proyectadas tanto
ñoles entraron en los decisivos y convulsos por los trabajadores del campo organizados
años setenta respaldados por un último en torno a Comisiones Obreras Agrícolas y
impulso discursivo que defendía una vez Campesinas como por los que no lo esta-
más la realización de la Reforma Agraria y ban formalmente, giró en torno a estos dos
la consigna «la tierra para el que la trabaja» objetivos, que entroncaban con la petición
como condición inexcusable para la conse- de realización de una profunda Reforma
cución de la democracia en España. Un dis- Agraria que democratizase la estructura de
curso que fue paulatinamente perdiendo la propiedad de la tierra en Andalucía, y el
protagonismo en el seno del partido y en eslógan «la tierra para el que la trabaja».
el de CCOO del Campo, sin embargo, siguió Además, en sus repertorios de movilización
conservando toda su fuerza a la hora de y toma colectiva de decisiones, la centra-
movilizar a la población rural trabajadora, lidad del «asamblearismo» seguía siendo
dando a lo largo de esta década sus princi- esencial. El PCE fue capaz de integrar estas
pales frutos. reivindicaciones en el contexto general del
El paro y la tierra constituyeron las discurso comunista pretransicional, consi-
preocupaciones primordiales de los comu- guiendo que la política de pactos y alianzas
nistas españoles en su trabajo en el campo preconizada por ellos a partir de finales de
durante los años setenta. Algo que ya se los años sesenta —la Alianza de las Fuerzas
había empezado a dilucidar en los años fi- de la Cultura y el Trabajo y el Pacto para la
nales de la década de los sesenta. Una gran Libertad—, que incluía el establecimiento de
contactos entre lo que los comunistas de- Además, la organización comunista espa-
nominaron «la intelectualidad rural», gira- ñola continuó suscitando entre la población
se en torno tanto a la solución de esos dos rural toda una serie de actitudes marcada-
acuciantes problemas —y otros muchos—, mente pro-democráticas a lo largo de esta
como a la preparación del ámbito rural para década. Aparte de la protesta relacionada
la democratización de las estructuras de con los conflictos laborales y el mundo del
poder local rurales mediante el patrocinio trabajo, incitó a los habitantes de los pueblos
de comisiones locales democráticas, mesas a que comenzaran a ejercer su ciudadanía, re-
redondas y otro tipo de plataformas reivin- clamando sus derechos, haciendo partícipes
dicativas democráticas. Constituía todo ello de la construcción de la democracia y la ciu-
parte de un mismo objetivo: la construcción dadanía a extensas capas de la sociedad ru-
de la democracia en el campo andaluz. [23] ral y reinventando una nueva forma de sen-
El trabajo iniciado por el partido a finales tirse ciudadanos en el campo, algo que como
de la década de los cincuenta y sobre todo señalamos comenzó a desarrollarse durante
en los años sesenta, comenzó a dar sus fru- los años sesenta bajo la iniciativa comunis-
tos en forma de continuas protestas y mo- ta. [24] En este sentido, se confirma cómo el
vilizaciones, en cuya cabecera estaban casi proyecto pro-democrático que estaba des-
siempre las consignas y los objetivos mar- plegando el PCE en el campo desde la déca-
cados por el PCE. La reivindicación de la da anterior no trataba simplemente de mo-
realización de una profunda Reforma Agra- vilizar a la clase trabajadora del mundo rural
ria que democratizase las estructuras agra- por la consecución de una serie de objetivos
rias del campo español seguía estando pre- laborales vertebrados en torno a la reclama-
sente en el discurso comunista, pero en el ción de la Reforma Agraria y «la tierra para
ámbito de la acción concreta llevada a cabo el que la trabaja». El PCE daba muestras y así
por los trabajadores rurales, lo que verdade- lo podemos comprobar a través de su discur-
ramente estaba presente era la lucha por la so, de que su compromiso en el mundo rural
tierra en su versión de entregar la tierra sin era global. Sin el concurso de este sector de
cultivar o insuficientemente cultivada a los la sociedad, la construcción de democracia
trabajadores en paro, por el trabajo, contra en España no era viable. Ello pasaba por pre-
el paro y por un seguro de desempleo. parar a los habitantes del mundo rural para
ello, dotándolos de instrumentos propios y
23.– «Declaración del Comité Ejecutivo del Partido
Comunista de España, ¡Marchamos hacia el Pacto para la educándolos en valores democráticos y de
libertad! ¡Lucha de masas para acabar con la dictadura!» ciudadanía para el proceso que comenzaba.
en Mundo Obrero, año XL, n º 2, Madrid, 23 de enero de En estrecha relación con ello, el PCE incor-
1970; Santiago Álvarez, «Campo español y pacto para
poró la política aliancista, que estaba im-
la libertad», intervención ante el Pleno del Comité
Central del Partido Comunista de España, julio de 1973, pulsado la dirección general del partido en
Documentos del PCE: Documentos sueltos por años, aquella época, a la lucha por la construcción
Carpeta 54, 1973, AHPCE; Id., «El Partido Comunista de de la democracia en el campo, consiguien-
España y los campesinos. Intervención de Santiago Álvarez
en la conferencia de los PPCC de la Europa capitalista 24.– La Voz del Campo Andaluz, mayo de 1972; «Dos
sobre el problema agrario y la crisis», Dirigentes: Santiago Hermanas», en La Voz del Campo Andaluz, julio-agosto de
Álvarez, Caja 1, Carpeta 3, 1975, AHPCE, pp. 22 y ss; Id., 1974; Senda, Órgano del Comité Provincial de Sevilla del
«Manifiesto-Programa del Partido Comunista de España. Partido Comunista de España, agosto-septiembre de 1975:
La contradicción entre las exigencias de un desarrollo «Morón, por el agua y el pan’; El clamor de los pueblos
moderno para España y el régimen fascista. La lucha por de Sevilla», en La Voz del Campo Andaluz, septiembre de
las libertades», Documentos del PCE: Documentos sueltos 1975; «La enseñanza rural: reforma agraria y reforma
por años, Carpeta 56, 1975, AHPCE. educativa», en La Voz del Campo Andaluz, junio de 1975.
Mitin del PCE en Sevilla, junio de 1977 (Foto: Manuel Sanvicente - AHCCOOA).
do de este modo la implicación de amplios todo durante los años finales del franquis-
sectores de la sociedad rural andaluza. [25] mo, fue afianzada en la Transición. Ambas
Del mismo modo, continuó trabajando en la formaciones pudieron comprobar las con-
suscitación de la protesta por objetivos no secuencias de la penetración e influencia
estrictamente laborales, por la mejora de las efectiva de su discurso en extensas capas de
condiciones de vida en los pueblos y por la trabajadores rurales, mediante tanto su gran
necesidad de educar a los habitantes de los respaldo a las movilizaciones por ellos im-
mismos en valores democráticos. pulsadas en esta época, como su apoyo en
Finalmente, entre 1975 y 1983, el PCE y términos de afiliación al sindicato agrario y
las Comisiones Obreras del Campo —CCOO en las elecciones municipales de 1979. Unas
Federación Campo una vez legalizadas en elecciones donde el PCE consiguió un gran
1976— pudieron finalmente recoger los fru- número de alcaldías y concejales en muchos
tos de su trabajo desplegado a lo largo de pueblos de las provincias de Sevilla y Córdo-
los años sesenta y setenta, especialmente ba, lugares donde hemos podido documen-
en las provincias de Córdoba y Sevilla. La tar la presencia comunista desde la década
intensa labor de movilización, «sensibili- de los sesenta. Es el caso por ejemplo de las
zación democrática», «desperezamiento» y sevillanas localidades de Brenes, La Campa-
«empoderamiento» de una gran porción de na, Coria del Río, Dos Hermanas, Fuentes de
la población jornalera y campesina llevada Andalucía, Gerena, Los Palacios, San José de
a cabo por los comunistas españoles sobre la Rinconada; o las cordobesas poblaciones
de Aguilar de la Frontera, Castro del Río, Es-
25.– «Libertad y socialismo». Informe pronunciado por pejo, Montemayor, Montilla o Montalbán.
el camarada Santiago Carrillo en nombre del Comité Lo mismo sucedió en los municipios gadita-
Ejecutivo ante el Pleno Ampliado del Comité Central
nos de Sanlúcar de Barrameda y Trebujena.
del Partido Comunista de España (Septiembre de 1970),
Documentos del PCE: Documentos sueltos por años,
Carpeta 51, 1970, AHPCE.
Cuadro 1. Afiliados a CCOO de Andalucía por grandes ramas de actividad (Mayo de 1978)
Fuente: Primer Congreso de las CCOO de Andalucía (20 y 21 de mayo de 1978); Archivo Histórico de las
Comisiones Obreras de Sevilla. (*) A × B : 100. Elaboración propia.
Sierra de Se- – 53,41 35,00 4,73 – 6,86 41,00 – 56,64 2,11 0,25 –
gura (Jaén)
La Costa (Gra- 0,12 55,56 28,10 6,46 0,27 9,49 31,75 2,26 50,88 2,68 – 12,43
nada)
Alto Andarax 0,77 55,45 26,74 3,44 – 13,60 23,25 1,07 47,13 0,63 – 27,92
(Almería)
Campiña Baja 1,52 25,12 26,63 35,80 – 10,93 18,65 – 34,95 28,77 3,68 13,95
(Córdoba)
Fuente: Anuarios Estadísticos de Andalucía, Anuario «El País» e Instituto de Estadística de An-
dalucía: Elecciones Locales en Andalucía. (*) Porcentajes sobre el total de votos válidos emitidos.
Siglas utilizadas: CD. Coalición Democrática; AP. Alianza Popular; UCD. Unión de Centro Demo-
crático; CDS. Centro Democrático y Social; PSOE. Partido Socialista Obrero Español; PCE-PCA.
Partido Comunista de España/Partido Comunista de Andalucía; PSA-PA. Partido Socialista Anda-
luz/Partido Andalucista; Indep. Independientes. Elaboración propia.
Resumen:
En la larga Transición sindical, de la desaparición del sindicato único franquista en 1977 a la Ley
Orgánica de Libertad Sindical (LOLS) de 1985, la Unión Sindical Obrera (USO) intentó encontrar
un lugar como tercera fuerza entre los dos mayoritarios, CCOO y UGT, autónoma de las opciones
políticas que aquéllos tenían como referentes, el PCE y el PSOE. El intento se saldó con dos es-
cisiones, una primera a la UGT en el otoño de 1977 y otra a CCOO en la primavera de 1980, esta
última desencadenada por la firma del Acuerdo Marco Interconfederal (AMI) por Manuel Zaguirre,
Secretario General de la USO, escisión que en el caso valenciano encabezaron José Mª Corell y
Nicolás David y se llevó a buena parte de la militancia. Analizamos, a partir de la documentación
de la USO de la comarca de Elche y el Bajo Vinalopó de 1977-1980, conservada en el archivo de
CCOO del País Valenciano, los entresijos de esta crisis.
Palabras clave: transición sindical, Unión Sindical Obrera (USO), Comisiones Obreras (CCOO),
Unión General de Trabajadores (UGT), País Valenciano, Acuerdo Marco Interconfederal (AMI).
Abstract:
In the long union transition, from the disappearance of the single Francoist union in 1977 to the Organic
Law on Freedom of Association of 1985, the Unión Sindical Obrera (USO) attempted to find a place as the
third force between the two major unions, CCOO and UGT. It intended to be independent from the political
options the CCOO and the UGT had as reference: the PCE and the PSOE respectively. The attempt was com-
pleted with two splits, one affected the UGT in the fall of 1977 and another one affected CCOO in the spring
of 1980, triggered by the signing of the Interconfederal Framework Agreement (AMI) by Manuel Zaguirre,
Secretary General of USO. The one in Valencia, led by Jose María Corell and Nicolás David, caused a good part
of the militancy to leave. We analyze the ins and outs of this crisis from the documentation of the USO in the
region of Elche and Bajo Vinalopó of 1977-1980, which is kept in the archive of CCOO of the Pais Valenciano.
Keywords: trade union transition, Unión Sindical Obrera (USO), Comisiones Obreras (CCOO), Unión Gene-
ral de Trabajadores (UGT), País Valenciano, Interconfederal Framework Agreement (AMI).
Militantes de la USO en abril de 1978 (Foto: Archivo Histórico de CCOO del País Valenciano).
USO «el camino de la marginalización y de cobar [10]. Estos mismos, José Corell [11] y siete
la dispersión». La reacción no se hizo espe- más, miembros todos ellos del Secretariado
rar y un Congreso Extraordinario convocado elegido en el I Congreso, habían dirigido un
por las organizaciones contrarias, al que ya comunicado a la afiliación. En él explicaban
no acudieron ni Zufiaur ni otros 11 miem- que, bajo su responsabilidad, habían aban-
bros de los 23 de la ejecutiva del sindicato, se donado la reunión del Secretariado del 10
reafirmó el 2 de octubre en proseguir como de septiembre por no aceptar las propues-
USO. Zufiaur y los «fusionistas» celebraron tas de Zufiaur, entre otras la de «dar carác-
su congreso de unión socialista el 27 de no- ter oficial y público a las conversaciones
viembre. En su VI Consejo Confederal, el 10 con la UGT y propiciar que éstas se den a
de diciembre, la USO intentó poner término todos los niveles» [12]. La reacción de aban-
a la escisión y preparar las, entonces sí, in- donar el Secretariado trataría de impedir
minentes elecciones sindicales. el hipotético propósito de Zufiaur de abrir
En la reunión del Secretariado estatal a un proceso prolongado de debate a todos
finales de julio, ya se propuso la «Opción B: los niveles, para convencer y ganar a unas
Afirmar la USO como organización diferen- bases que serían refractarias a la «fusión»
ciada, adaptando su orientación al nuevo con la UGT [13]. Abrir un proceso así, para los
contexto sociopolítico, buscando su cohe- partidarios de la opción B, supondría me-
sión interna sobre nuevas bases», para ser terse en «un debate ya superado», en el que
debatida en pie de igualdad como alterna- la USO «quedaría atrapada en una situación
tiva a la Opción A. Ya entonces se declaró de inactividad y frenazo de la afiliación».
la división del Secretariado: doce de sus De ahí, según ellos, su rápida reacción para
miembros defendieron la Opción B contra la convocar un congreso extraordinario. Reu-
fusión que defendía Zufiaur y otros once [8].
10.– Dativo Escobar había nacido en 1940 en Ciudad Real,
La Opción A tenía por lema «Por la unidad trabajaba en el Banco Español de Crédito, en el que había
del sindicalismo socialista como un enclave sido elegido enlace y vocal del Jurado de Empresa en
importante en el proceso de definitiva uni- Madrid ya en las elecciones del vertical de 1966, hasta
que en 1972 fue expedientado y desposeído de cargos
dad sindical».
sindicales. Manuel Zaguirre y José M. de la Hoz, Presente
La convocatoria del Congreso extraor- y futuro del sindicalismo, Barcelona, Nova Terra, 1976, pp.
dinario del 2 de octubre lleva fecha del 24 21-25.
de septiembre y la firmó una Comisión Téc- 11.– José Mª Corell había hecho carrera eclesiástica,
nica de seis miembros, entre ellos Manuel que luego abandonó, y fue dirigente de HOAC y JOC en
Valencia. En representación de USO participó en 1975
Zaguirre [9], José Mª de la Hoz y Dativo Es-
en el Consell Democràtic del País Valencià (la plataforma
8.– Secretariado de la USO, Comunicado interno, 25 alternativa a la Junta promovida por el PCE), y en 1976
de julio de 1977, Fondo Unión Sindical Obrera del en la Taula de Forces Polítiques i Sindicals. Después de
Bajo Vinalopó, Archivo Histórico José Luis Borbolla de protagonizar la escisión de USO hacia CCOO en 1980, fue
Comisiones Obreras del País Valenciano (en adelante asesor de presidencia de la Generalitat cuando la presidía
USOBV, AHCCOOPV). el socialista Joan Lerma, y continuó en la administración
autonómica con Eduardo Zaplana. Falleció en 2002. Javier
9.– Manuel Zaguirre nació en Bacares (Almería) en 1947
Paniagua y José A. Piqueras (dirs.), Diccionario biográfico
y a los cinco años emigró con su familia a Barcelona.
de políticos valencianos, 1810-2006, Valencia, Fundación
Trabajó de aprendiz en ENASA y en 1965 ingresó en el
Instituto Hª Social - Institució Alfons el Magnànim, 2006,
Banco Ibérico de Barcelona, donde entró en contacto
2ª ed. corregida y ampliada, p. 181.
con militantes de USO que antes habían sido de la JOC,
y fue elegido miembro del Jurado de Empresa. En 1969 12.– «A todos los afiliados a la USO», 13 de septiembre de
se convirtió en el dirigente de la USO de Cataluña y en 1977, USOBV, AHCCOOPV.
1971 fue liberado para dedicarse al trabajo clandestino 13.– «Circular de uso personal: De la Hoz - Zaguirre nº3»,
de organización del sindicato. sin fecha, USOBV, AHCCOOPV.
nidos los avales de 652 federaciones locales, nal, se admitía que los «fusionistas» habían
más de los necesarios para su convocatoria, tenido más éxito que en el propio país. En
según los Estatutos, el Congreso debía de- diciembre se recibió con indignación el res-
cidir sobre dos opciones estratégicas: «afir- paldo internacional de la Confederación Eu-
mación de la USO como alternativa sindical ropea de Sindicatos (CES) a la escisión. Ha-
diferenciada o proceso de fusión con UGT». cía cuatro años que la USO había solicitado
En este congreso del 2 de octubre, en el que el ingreso en la CES sin obtener respuesta.
no participaron los escisionistas, que tenían Ciertamente, el monopolio por la UGT y sus
convocado el suyo de fusión con UGT para aliados del reconocimiento internacional,
el 27 del mismo mes, no podía ganar otra bloqueando el de otras opciones sindicales
opción que la de los convocantes. democráticas en España, fue un factor a te-
Tras el Congreso Extraordinario del 2 de ner en cuenta. Tuvo repercusiones políticas
octubre, la reafirmación de la USO indepen- y aún económicas no menores para aquellos
diente por todos aquellos que no siguieron sindicatos recién nacidos a la legalidad, sin
a Zufiaur en su camino de ingreso en la UGT locales propios y con una financiación por
se trasladó a las organizaciones territoria- afiliación por consolidar, en un momen-
les, que ratificaron los acuerdos, entre ellas to de lealtades aún muy volátiles y pronto
la del País Valenciano. La escisión abrió afectadas por la dura crisis económica.
heridas y una duradera animadversión a A la reafirmación de la USO en el congre-
la UGT por parte del sector que siguió fiel so del 2 de octubre siguió el VI Consejo, el
a las siglas de la USO, como se manifiesta 10 y 11 de diciembre de 1978 [16]. Prueba del
en el Comunicado de su ejecutiva del 25 estado aún embrionario de organización de
de noviembre, en el que se anunciaban im- la USO, en la legalidad desde hacía pocos
pugnaciones y denuncias por «divulgación meses, es que aquel VI Consejo, que buscó
sistemática de noticias falsas, el robo de recuperar la continuidad y normalidad, de-
documentos y ficheros, [...] la creación de bía tratar el anteproyecto de régimen inte-
directivas fantasmas, etc.» [14]. En una circu- rior y la carta financiera, además del presu-
lar previa dirigida a la afiliación, la Comi- puesto para 1978. El desgarro de la escisión
sión Ejecutiva [15] criticaba intervenciones en afectaba a las aún precarias estructuras del
prensa como la que se pudo leer en El País sindicato y pesaba la urgencia de preparar
que hablaba de dos USOs y llamaba «histó- las primeras elecciones sindicales de la de-
rica» a la facción escisionista. Para aseverar mocracia, convocadas por decreto del go-
que la organización seguía «prácticamente bierno del 6 de diciembre de 1977. Las elec-
intacta», la circular hacía balance de la si- ciones iban a ser similares a unas políticas,
tuación en cada territorio y urgía a consti- con 20 días de campaña. Había que pagar y
tuir y registrar legalmente todas las uniones distribuir propaganda, así como formar a
y federaciones de rama, a todos los niveles. los militantes sobre los procedimientos a
En el plano del reconocimiento internacio- seguir.
La crisis de 1977 radicalizó la adhesión
14.– Comisión Ejecutiva de la USO, Circular interna, 25 de de la USO a la autonomía obrera y al socia-
noviembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. lismo autogestionario, con el añadido de
15.– Comisión Ejecutiva de la USO, Circular interna, 26 de la crítica a los Pactos de la Moncloa, que
octubre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. Firmaban la circular
Manuel Zaguirre, José Mª de la Hoz, Ángel Otero, Rafael
Lacalle, José Mª Freire, José Corell, José L. Peñar e Isabel 16.– Consejo Confederal de la USO, Acta del VI Consejo, 10
Berenguer. y 11 de diciembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV.
19.– USO del País Valenciano, Primer Congreso, Informe 20.– Consejo Confederal de la USO, Acta del VI Consejo, 10
general, 22 y 23 de octubre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. y 11 de diciembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV.
Manifestación de mujeres en solidaridad con los trabajadores afectados por los expedientes de
ciris. Sevilla, agosto de 1977 (Foto: Manuel Sanvicente. Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).
raciones con sus nombres y pretender dar en lugar de la elegida por una asamblea ge-
un mitin en el Estadio del Elche trayéndose neral de afiliados el 16 de octubre anterior:
a Zufi de Madrid. La Unión Local de Elche Martín Carpena, Luis Mendicuti, Fernan-
realizará esta semana una Asamblea para do Huedo, Antonio Albadalejo, Francisco
dar a conocer estos hechos a todo afiliado y Baeza, Francisco Caballero y Antonio Can-
proceder contra esta gente». tos. Posteriormente, Mendicuti y Baeza no
acompañarían a sus compañeros en el pos-
El 8 de noviembre, la USO de Elche di- terior ingreso en CCOO de una mayoría de
rigió una carta al diario Información para la USO de Elche, en 1980.
desmentir una noticia publicada sobre ne- La crisis económica llamaba a la puerta
gociaciones locales de fusión entre la USO del nuevo sindicalismo. Sin apenas Estado
y la UGT, haciendo mención a seis personas social para paliar sus efectos, con formas
que decían ser la ejecutiva del sindicato [23], de hacer negocios obsoletas heredadas de
la dictadura y un empresariado sin cultura
23.– Dolores Mollá, Rafael Pérez, Juana Carrión, Pascuala
negociadora, el futuro del mundo del tra-
Amor, Pascual Baños y Antonio Gallud. USO del Bajo
Vinalopó / Elche, Carta del Secretario General al diario bajo se oscurecía con rapidez. La crisis de
Información, 8 de noviembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. Segarra, empresa modelo de la Vall d’Uixó
Según Beneyto y Picó, «a Zufiaur tan sólo le acompañaron
en el «Congreso de Unificación» algunos colectivos
de Euzkadi, Murcia, Asturias y Baleares, así como un afiliados a USO que pasaron a UGT, y solo en la ciudad de
número disperso de afiliados a título individual, difícil de Elx». Pere Beneyto y Jospe Picó, Los sindicatos en el País
cuantificar», y en el País Valenciano «fueron tan solo 6 los Valenciano (1975-1981), pág. 81.
social que la sostenía [25]. Este tema supera se había acordado convocar el XIV Consejo
el propósito y desbordaría la extensión de Confederal, en el que José María Corell se-
este artículo. El movimiento asambleario ría ponente en el debate sobre la negocia-
con motivo de la negociación en Madrid del ción y la adhesión o no del sindicato al AMI.
convenio del calzado sería, en los valles del El Consejo tuvo lugar en Madrid, del 8 al 9
Vinalopó, la más conseguida expresión de de enero de 1980. Al abordar el posiciona-
las aspiraciones a la unidad asamblearia y miento de la USO ante el AMI, Corell se re-
la autonomía obrera. Se llegó a la huelga mitía a la alternativa a la política económi-
indefinida y CCOO ha pasado a la historia ca del gobierno formulada en el II Congreso,
por cumplir el feo papel de desconvocar- de junio de 1979 en Castelldefells [27]. Según
la, una vez que por laudo el gobierno hizo la Resolución General entonces adopta-
concesiones que superaban los límites que da, el gobierno y la patronal se proponían
el mismo había establecido a la negociación enfrentar la crisis económica con políticas
colectiva [26]. de austeridad: contener los salarios empo-
breciendo a los trabajadores para elevar el
La segunda ruptura: el Acuerdo Marco margen de beneficio de las empresas, faci-
Interconfederal (AMI) y las estrategias litar la entrada en el Mercado Común con
sindicales en 1979-1980 la reconversión industrial y desarrollar un
programa nuclear que elevaría la inversión
La adhesión firmada por el secretario ge- por puesto de trabajo. A estos objetivos la
neral Manuel Zaguirre, en enero de 1980 al USO oponía su «alternativa de clase ten-
Acuerdo Marco Interconfederal (AMI), que dente [...] a una reducción importante del
habían suscrito la UGT y la patronal CEOE, volumen de paro, el mantenimiento y ele-
fue el motivo de la segunda crisis de la USO vación de los salarios, y a la reconversión de
en la Transición. La profunda división in- la economía en un sentido más favorable a
terna que se puso entonces de manifiesto los trabajadores» [28]. El Acuerdo Marco, que
venía de las estrategias adoptadas por Za- habían firmado la patronal CEOE y la UGT y
guirre para afianzar el sindicato después de había sido rechazado por CCOO y ELA-STV,
la crisis «fusionista», con la formación de en lugar de elevar salarios suponía, decía la
un sector crítico que adoptaría el nombre de ponencia redactada por Corell, la «condena
Corriente Socialista Autogestionaria. a una auténtica pérdida del poder adquisi-
En la reunión del Secretariado estatal de tivo». En lugar de repartir el trabajo exis-
la USO de principios de diciembre de 1979 tente, mantenía la jornada laboral vigente
«acomodándola a las exigencias de la em-
25.– Para Elda, véase José Ramón Valero Escandell y otros, presa», que podía decidir sobre la necesidad
Elda, 1832-1980: industria del calzado y transformación de horas extras. El AMI perseguía elevar
social, Elda, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, la productividad y combatir el absentismo
Ayuntamiento, 1992
apoyándose en el articulado del nuevo Es-
26.– Para la historia de este episodio y, en general, sobre
tatuto de los Trabajadores que facilitaba el
la historia de las CCOO en la provincia de Alicante y en
la comarca del Bajo Vinalopó, Justo Linde, Memorias de despido. Además, según el ponente, tendía
Justo Linde. Historia de Comisiones Obreras y el movimiento a centralizar la negociación colectiva, en
obrero en Elche y el Bajo Vinalopó, 1966-1982 (Valencia,
FEIS-CCOOPV, 2011) y Francisco Moreno Sáez y Manuel 27.– USO, XIV Consejo Confederal, Ponencia:
Parra Pozuelo, La resistencia antifranquista y las Comisiones Posicionamiento de la USO ante el AMI, 8 y 9 de enero de
Obreras en las comarcas del sur del País Valencià (1939- 1980, USOBV, AHCCOOPV.
1982), Alzira, Germania, 2007. 28.– Subrayados originales del texto
siquiera cumpliendo la resolución del Con- En su reunión ordinaria del 12-14 de fe-
sejo estatal». Se acordó que el Secretariado brero de 1980, el Secretariado estatal dejó
valenciano se pronunciase sobre el tema, en suspenso el acta de adhesión al AMI fir-
pero sin hacer público su posicionamiento. mada por Zaguirre, porque no garantizaba
Por 12 votos se adoptó el acuerdo de respal- «en absoluto la presencia de la USO en la
dar el comunicado emitido por la Ejecutiva negociación de todos los convenios con in-
estatal en su día, que trasladaba el acuerdo dependencia de su índice de representativi-
del Consejo de adhesión condicionada a que dad que el XIV Consejo consideró condición
la USO participase en toda negociación de imprescindible para la adhesión». Consta-
convenios. Ya existían noticias del «compor- taba que en la práctica, desde la firma del
tamiento de UGT en algunas zonas» impi- acta, la USO había quedado «marginada de
diéndolo. Pero el Secretariado valenciano se la negociación de los convenios de Quími-
mostró prudente y solo cuatro de sus miem- cas, Banca y Vidrio, y Cerámica, sectores en
bros votaron a favor de una moción que pro- los que las respectivas federaciones de la
ponía rechazar someterse al AMI y respaldar USO superan sobradamente el 10% de de-
«todas las plataformas que la USO defienda legados sindicales, debido a la obstinada
en los distintos convenios que se negocien». negativa de la UGT». En la misma reunión,
A continuación de este debate, volvió a tra- el Secretariado trató de mantener bajo con-
tarse la situación económica «extremada- trol las reacciones de contestación interna
mente grave», «de urgencia», al límite de la que se estaban multiplicando, aprobando
subsistencia, que sufría la USO del PV. A esta una resolución contra «las manifestaciones
situación no se hacía mención en el comuni- aisladas de indisciplina que se han produ-
cado de prensa que firmó Nicolás David [34]. cido por parte de algunas organizaciones y
34.– Secretariado de la USO del PV, Acta y comunicado de la reunión del 26 de enero de 1980, USOBV, AHCCOOPV.
personas» [35]. En su reunión del 16-17 de fe- neral Nicolás David, proponía desconfede-
brero, el Consejo Nacional de la USO valen- rar la USO valenciana de la estatal y abrir
ciana ratificaba el acuerdo del Secretariado un proceso de unificación con CCOOPV.
estatal de suspender la adhesión al AMI, Afirmaba que «la Autonomía de la USO ha
hasta que la UGT y la CEOE cumpliesen lo sido absolutamente hipotecada a UCD, que
acordado referente a la participación de es quien nos financia por la vía de los avales
USO en la negociación de convenios [36]. La con cargo al Patrimonio Sindical», y se re-
escisión de una parte de la USO hacia CCOO fería a «las condiciones impuestas por UCD
y en particular de casi toda la organización en algunas regiones del Estado para conce-
del País Valenciano estaba ya en marcha. der aval de varios millones con cargo a este
El 10 de Marzo, la Comisión Ejecutiva patrimonio». Las organizaciones fieles a la
estatal de la USO tomaba medidas contra línea de Zaguirre estarían recibiendo crédi-
los dirigentes encabezados por José Corell, tos generosos y a sus dirigentes no les fal-
seguido por Vicente Campos, Pablo Campos taba cobrar «bajo cuerda, todos sus sueldos,
y José Domingo Malea, que habían iniciado mientras nuestros compañeros socialistas
la escisión hacia CCOO, suspendiéndolos de llevan sin cobrar tres meses». En definitiva,
sus cargos en la misma. Hablaba de un nue- consideraba a la USO de Zaguirre «un sindi-
vo ataque a la autonomía sindical como el de cato dependiente de UCD», lo que contra-
1977 y Zaguirre cargaba contras «los llama- ponía a los principios fundacionales o señas
dos radicales de la USO», que ahora se iban de identidad, reiterados en el Congreso de
en su mayoría a CCOO o montaban «plata- Castelldefels de 1979, de sindicato de clase
formas y tinglados diversos». Y afirmaba: y de masas, autónomo, democrático y que
«Ahora tiene explicación tanta demagogia, se postulaba como instrumento para trans-
tanta indisciplina, tanto envenenamiento formar la sociedad. Eran principios que te-
interno» [37]. nían significados precisos para la corriente
La fronda en la organización de la USO socialista y que chocaban frontalmente con
del País Valenciano se extendió con rapidez ser «el sindicato de la UCD». Sindicato de
y entre el 3 y el 14 de marzo se reunieron clase quería decir anticapitalista y de masas
solicitudes suficientes de federaciones de significaba no ser una vanguardia de élites
rama, más uniones locales y comarcales, y despachos. La autonomía no era un valor
para pedir legalmente con arreglo a sus absoluto o doctrinal, sino un medio para la
Estatutos la celebración de un Congreso unidad, y debía afirmarse respecto al gobier-
Extraordinario, que tendría lugar el 22 de no y a la patronal, «de quien no podemos
marzo de 1980 [38]. El documento base para ser deudores agradecidos o indigentes a la
el debate, presentado por el secretario ge- espera de favores», pero también respec-
to a los partidos en el sentido de no tener
35.– Secretariado de la USO, Acta de la reunión del 12, 13
«padrino politico». Y una USO democrática
y 14 de febrero de 1980, USOBV, AHCCOOPV significaba admitir el pluralismo interno y
36.– Consejo Nacional de la USO del País Valenciano, la «participación real y control efectivo de
Acta de la reunión del 16-17 de febrero de 1980, USOBV, los afiliados». Estaría reñido con «caer en
AHCCOOPV.
un centralismo democrático y en la discipli-
37.– Comisión Ejecutiva de la USO, Acta de la reunión del
na de voto en los órganos». Su opuesto sería
10 de marzo de 1980, USOBV, AHCCOOPV..
la burocratización progresiva en la que los
38.– Congreso Extraordinario de la USO del País
Valenciano, Documento para el debate, 22 de marzo de líderes obreros serían sustituidos o conver-
1980, USOBV, AHCCOOPV. tidos en «profesionales del sindicalismo»,
que «deciden y negocian, en nombre de los ba en su informe que a lo largo del lunes
interesados; los que, a fin de cuentas, nada 3 de marzo, José Mª Corell, Dativo Esco-
se juegan, si no es su prestigio personal y bar y Manuel Alonso habían intentado sin
su carrera política». Y reafirmarse en la éxito negociar con Zaguirre una serie de
unidad, cuando en 1979 se consolidaba «el exigencias: que respetase las decisiones
pluralismo sindical en el Estado español», de los órganos de dirección, tanto de aqué-
significaba «el rechazo a dejarse integrar llos en los que tenía mayoría (la Ejecutiva
en la política de dos bloques». El documen- y el Consejo) como de aquéllos en los que
to, que claramente reflejaba el pensar de la tenía más peso el sector crítico (el Secre-
Corriente Socialista Autogestionaria como tariado y el Congreso); que abandonase su
oficial de la dirección de la USO valencia- propósito de destituir al Secretariado con-
na, afirmaba «haber llegado al límite de lo federal; que reconociese de forma expresa
no aceptable», en relación a la política de «la existencia de la corriente socialista [...]
Zaguirre. Después de denunciar una larga y de su derecho a permanecer» en la USO;
serie de actuaciones de expulsión del sector que respetase la mayoría socialista en las
crítico, el documento concluía: organizaciones donde ésta era dominante,
territoriales (el País Valenciano, Asturias) y
«[...] la política sindical de la USO-Zaguirre, sectoriales (federaciones de Construcción,
tiende claramente a situarse a la derecha de Banca, Textil, etc.), en lugar de duplicarlas
UGT, sea como «a la derecha» de ésta o como con estructuras y cargos fieles a Zaguirre;
central sindical «independiente», inmersa que desbloquease «las posibilidades de ob-
por completo en el espacio de referencia del tención de créditos, con carácter urgente
centro derecha que UCD representa». para aquellas organizaciones situadas ya al
límite del ahogo económico»; y que se rea-
Para llevar a cabo esta operación, siem- lizase, «sin más retrasos ni dilaciones», la
pre según el documento base de debate del afiliación a la CMT, que dificultaba la UCD
Congreso que acordó el pase de la USO del pero era un mandato del II Congreso.
PV a CCOO, Zaguirre habría dado Precisamente, la ponencia aventura-
ba una hipótesis de estrategia de la UCD
«[...] todos los «pasos precisos» que según de «cierre sindical a tres» del que las rela-
nuestro análisis anterior necesitaban para ciones internacionales en aquel momento
hacer el sindicato de UCD y barrer del mis- mostraba indicios en «los contactos man-
mo a la corriente socialista: descrédito de tenidos por USO-Cataluña con la AFL-CIO,
la izquierda, bloqueo de los órganos, ahogo la asistencia de militantes de USO-Zaguirre
económico, imagen de bloques «irreconci- [...] junto con otros de UCD, de la CGDT y
liables», entrada de «independientes» que de la DGB alemana a un seminario de la
vuelquen la relación de fuerzas, «toma» de Fundación Conrad Adenauer, etc.» A medio
ejecutivas de Federaciones y Uniones, etc.». plazo, la ponencia se atrevía a suponer una
fusión a medio plazo de la USO de Zagui-
Nicolás David planteaba la ruptura como rre con la UGT. Bien en esta hipótesis o en
última opción después de haber intenta- la de la USO como sindicato de la UCD, el
do la corriente socialista seguir dentro de giro a la derecha del sindicato de Zaguirre
la USO a pesar de las diferencias que con cuadraba con otra hipótesis coyuntural de
Zaguirre se habían ido acentuando desde aquel momento, la de un gobierno de coali-
hacía dos años, según verenos. Explica- ción UCD-PSOE.
Pomares, ya en septiembre de 1978, ante el tivo Escobar, Nicolás David, Vicente Olcina,
II Congreso que tendría lugar en junio del Jesús Molina y los secretarios generales de
año siguiente, empezaron «las escaramu- Químicas, Gloria Cavanna, y de Construc-
zas entre las dos líneas de la USO». Según ción, Pallarés), se alcanzó un acuerdo de
Pomares, Zaguirre y su grupo «moderado» principios y se nombró una comisión para
hicieron campaña para hacerse con la hege- seguir la negociación.
monía, mientras que los «críticos» habrían Francisco Baeza, en esta reunión del
intentado llegar a un acuerdo de síntesis Secretariado de la USO de Elche y su co-
para que tanto en la Ejecutiva como en el marca, quiso desmentir la explicación de
Secretariado estuvieran representadas «las Pomares en aspectos como el «espacio de
dos líneas por mitad». En el II Congreso, masas» o las expulsiones, y a él se unió Luis
al iniciarse las votaciones con victorias de Mendicuti. Del cómputo de las votaciones
los «críticos», los «moderados» se enroca- que siguieron sobre los pasos a seguir para
ron obligando a suspender las sesiones du- concretar el posicionamiento de la unión
rante unas horas. Para salvar la situación, comarcal, parece claro que de 11 votantes,
los «críticos» decidieron apoyar a Zaguirre siete siguieron las propuestas de la direc-
«votando una Ejecutiva de síntesis en que ción que encabezaban Martín Carpena y
estuvieran representadas las dos» tenden- Gaspar Pomares, alineada con la corriente
cias. Después el sector Zaguirre boicotearía socialista, mientras que cuatro votaron en
las reuniones de la Ejecutiva y expulsaría contra o se abstuvieron. Se deduce también
a miembros del Secretariado como el líder del debate posterior sobre la «situación de
de la federación textil y los representantes agobio» económico que sufría la Unión, que
de Galicia y Cataluña. Llegaríamos así a la los discrepantes llevaban meses apartados
reunión del 3 de marzo en la que Dativo de la actividad del sindicato. Uno no com-
Escobar, Corell y Nicolás David plantearon parecía por los locales, dejando de funcio-
a Zaguirre sus exigencias para continuar nar las comisiones de las que era miembro,
en la USO. No hubo respuesta, la policía a mientras que otro no había pagado en todo
petición de Zaguirre detuvo al secretario 1979 las cuotas de afiliado. Se acordó la
general de la USO de Madrid y se cerraron expulsión de los militantes no al corrien-
los locales de esta unión regional. Entonces te del pago de cuotas y la convocatoria una
la Corriente Socialista «legalizó el CEDES Asamblea de Delegados, Consejo y Con-
(Centro de Estudios y Debates Sindicales) greso para que la organización comarcal se
y se puso en contacto con Sartorius, de la pronunciase sobre la crisis del sindicato.
Ejecutiva de CCOO». En una reunión el 12 El Consejo Comarcal reunido el 25 de
de marzo, con una amplia representación marzo aprobó la celebración del I Congreso
por CCOO (Sartorius, Ariza, los secretarios comarcal con carácter extraordinario, para
generales de Andalucía, País Valenciano, debatir el ingreso en CCOO que proponía la
Murcia, Cataluña) y por la USO (Corell, Da- dirección, por 10 votos a favor, la oposición
de Luis Mendicuti y Francisco Baeza, más
surgieron grupos corporativos que se reivindicaron
como «independientes», en relación a las grandes dos abstenciones. Baeza, Mendicuti y Eva
confederaciones o sindicatos de clase, CCOO y la UGT. Medina abandonan el Consejo, que deci-
Esta declaración de independencia venía dada por dió entonces por unanimidad la expulsión
peculiaridades de su sector laboral pero, a veces también,
de Baeza «por tener pruebas evidentes de
por el rechazo de los grandes a integrarlos en sus filas
por proceder del verticalismo o ser opciones reconocidas que forma parte de una gestora paralela a
como «amarillas» en sus ámbitos locales.
Resumen
Como parte de la estrategia puesta en marcha desde comienzos de los años sesenta, el
PCE impulsó, en 1965, la creación de un movimiento unitario concebido sobre bases am-
plias y plurales, el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), que se convirtió, ya en los
setenta, en la principal vía a través de la cual se articuló la presencia de las comunistas en el
movimiento feminista. El MDM contribuyó a hacer visible la labor femenina en la oposición al
franquismo, impulsó la lucha en los barrios y fue una organización clave en el desarrollo del
feminismo en los años finales de la dictadura. Además, los planteamientos de mujeres comu-
nistas y de militantes feministas abrieron vías para el debate sobre la cuestión femenina en
las filas del PCE por lo que su trayectoria permite analizar el discurso comunista respecto la
organización política de las mujeres y la forma en la que las militantes lo asumieron, negocia-
ron o cuestionaron.
Abstract
As part of the strategy launched since the early 1960s, the Communist Party of Spain (PCE) promoted
in 1965 the creation of a unitary and plural movement called Women’s Democratic Movement (MDM).
This organization became, in the seventies, the main way through which the presence of communists
was organized in the feminist movement. The MDM contributed to give visibility to the role women
played in the opposition to Francoism, increased local mobilization and was a key organization in the
development of feminism in the final years of Franco’s dictatorship. In addition, the views of communist
women and feminist militants opened the debate on the woman question in the PCE. For this reason,
the evolution of the MDM allows an analysis of the communist discourse on the political organization
of women and the way in which the militants assumed, negotiated or questioned it.
Key words: Women’s Democratic Movement (MDM), Communist Party of Spain (PCE), feminism, anti-
Franco movement, Asturias.
En el proceso de desgaste que fue expe- guió vinculada al proyecto político de aca-
rimentando la dictadura durante los años bar con la dictadura, pero las dimensiones
del Segundo Franquismo fueron muchas y las expectativas de la lucha que protago-
y muy diversas las voces discordantes im- nizaron las mujeres fueron cambiando. Sus
plicadas y, entre ellas, las de las mujeres actitudes de resistencia se fueron diversifi-
resonaban cada vez con más fuerza. Fren- cando y dieron lugar a un amplio repertorio
te a la negación de derechos y la falta de de protesta que iba desde la colaboración
libertades a que las constreñía el régimen, en papeles considerados auxiliares a los de
en el nuevo contexto que se inició con la los varones hasta una actuación colectiva,
década de los sesenta un número crecien- más o menos independiente según los ca-
te de ellas empezó a incorporarse al mo- sos, con la que se irá avanzando en el cami-
vimiento obrero, a la lucha política, a la no hacia una lucha propia. La implicación
agitación universitaria y a la conflictividad cada vez más significativa de las mujeres
vecinal. Mujeres de generaciones y extrac- en el combate por la democracia y la hete-
ciones sociales diferentes confluyeron en rogeneidad cada vez más manifiesta de su
este proceso, y a militantes veteranas de la militancia llevó a las organizaciones de la
izquierda tradicional, que protagonizaron izquierda a hacer esfuerzos por adaptar sus
desde finales de los cincuenta las labores de esquemas teóricos y su práctica política a
apoyo al movimiento obrero, se sumaron, a la nueva realidad. El Partido Comunista fue
mediados de los sesenta, otras más jóvenes el que llevó a cabo un mayor esfuerzo en
procedentes del ámbito estudiantil o uni- este sentido aunque, a pesar de ello, en el
versitario. Mientras las primeras represen- tratamiento de la cuestión femenina el PCE
taban a una generación en la que la repre- siguió desarrollando, hasta bien entrados
sión y el parentesco habían desembocado los años setenta, un discurso ambiguo que
en la adopción de una ideología claramente se movía entre la defensa del igualitarismo
antifranquista, en el caso de las segundas en la teoría y la difícil aceptación de la dife-
la vinculación a la resistencia no estaba rencia en la práctica [2].
tan relacionada con la tradición familiar y La visión general que sobre la proble-
los lazos afectivos. Es más, como apuntaba mática de la mujer mantuvo el PCE en los
Carme Molinero, una parte de esta nueva años sesenta se puso de manifiesto en el VII
militancia femenina llegó a la política tam- Congreso del Partido, celebrado en 1965 y
bién como mecanismo de rebeldía respecto cuyas actas se publicaron en 1967 bajo el
al modelo vital ligado al ámbito domésti- título de Un futuro para España: la demo-
co que se les había asignado: inicialmente, cracia económica y política. En el apartado
más que igualdad, muchas buscaban mayor dedicado a «La emancipación de la mujer y
libertad y autoafirmación en la propia inte- las bases humanas de la nueva sociedad» se
ligencia y capacidad [1]. resaltaban las discriminaciones laborales y
En términos generales, hasta la década educacionales de la población femenina, el
de los setenta la movilización femenina si- relegamiento al hogar y el peso de la tradi-
ción, pero no se consideraba la cuestión de
1.– Carme Molinero, «Historia, mujeres, franquismo. Una
posible agenda de investigación en el ámbito político», la mujer como un problema distinto al resto
en Manuel Ortiz Heras (coord.), Memoria e Historia del
Franquismo: V Encuentro de Investigadores del Franquismo, 2.– Giaime Pala, «Entre paternalismo e igualitarismo. El
Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha, 2005, pp. 185- PSUC y la cuestión de la mujer en los años del tardofran-
186. quismo», Mientras Tanto, n° 97 (2005), pp. 133-148.
de los que presentaba la sociedad españo- creación de células de mujeres o con formas
la [3].También en 1967, la Resolución de abril más flexibles de integración; por otro, se
del Comité Ejecutivo del Partido incluía trató de fomentar el trabajo entre las ma-
una serie de consideraciones acerca del sas, especialmente entre las trabajadoras,
trabajo entre las mujeres y la actividad de las amas de casa y las asociaciones vecina-
militantes y cuadros al respecto. En primer les y culturales; y por último, con el objeti-
lugar, se hacía referencia a la importancia vo de insertar la lucha de las mujeres en la
de atraer a sus filas a las mujeres de los pre- más amplia lucha contra el franquismo, el
sos, que venían desarrollando una intensa PCE impulsó la creación de un movimien-
actividad en solidaridad con el movimiento to unitario concebido sobre bases amplias
obrero, y rentabilizar su influencia social. y plurales: el Movimiento Democrático de
Pero además, como parte de la estrategia Mujeres (MDM). En el MDM coexistieron
puesta en marcha en estos años, que bus- perfiles e intereses diferentes que en oca-
caba convertir al PCE en el primer partido siones se entrecruzaron y en otras se con-
de masas del antifranquismo, se planteaba frontaron. La convivencia de reivindicacio-
la necesidad de contar con las mujeres de nes que se ajustaban a los planteamientos
diversos grupos sociales que simpatizaban de género más tradicionales con la llegada
con la lucha y las ideas del Partido. En este de la nueva militancia femenina generó
sentido, empezaba a hacerse evidente que conflictos y tensiones. Pero al mismo tiem-
las estructuras estrictamente clandestinas po, esta convivencia favoreció la creación
no se adaptaban siempre a las posibilidades de un espacio de confluencia desde el que
de participación de las mujeres, por lo que se fue incorporando la cuestión femenina
era necesario rehuir toda rigidez, adoptan- al discurso del PCE y que se convirtió, ya
do en cada lugar las formas más apropiadas en la década de los setenta, en el principal
para su incorporación [4]. Este planteamien- vehículo a través del cual se articuló la pre-
to fue reiterado en el informe al pleno del sencia de un sector de las mujeres comu-
Comité Central del verano de 1967, que se nistas en el movimiento feminista.
publicó a finales del año como Nuevos enfo-
ques a problemas de hoy y en el que se asegu- Origen, objetivos y primeras estrategias
raba que una parte vital del movimiento de del Movimiento Democrático de
masas en marcha hacia la libertad era el na- Mujeres: entre la solidaridad, la lucha
ciente movimiento femenino. Esta elabora- política y la defensa de los derechos
ción teórica tuvo su plasmación práctica en femeninos
la orientación del trabajo del Partido entre
las mujeres en una triple dirección: por un El MDM fue la primera organización de
lado, se buscó favorecer su encuadramien- mujeres, tras la reconstrucción de las Agru-
to dentro del organigrama partidario con la paciones Femeninas Antifascistas de la
Guerra Civil (AFA), creada en los años de
3.– Santiago Carrillo (prol.), Un futuro para España: la de- dictadura. Ambas surgieron por iniciativa
mocracia económica y política, París, Colección Ebro, Édi- comunista y ambas lo hicieron dentro de la
tions de la Librairie du Globe, 1967, pp. 205-210. órbita identitaria de la cultura política an-
4.– Resolución del Comité Ejecutivo del Partido Comunis- tifascista aunque, a diferencia de las AFA,
ta de España, «Por un Partido Comunista de masas para
el MDM nació con vocación de convertirse
acelerar la transición hacia la democracia», 1967, Docu-
mentos del PCE: carpeta 48, Archivo Histórico del PCE (en en un movimiento autónomo, con instru-
lo sucesivo AHPCE). mentos de lucha propios. Para entender
Concentración del MDM en la Universidad de Sevilla, ca. 1977 (Foto M. Sanvicente - AHCCOOA).
gativas: la falta total de preparación y de luidas en la lucha política, sino saber que
claridad de ideas entre las mujeres de los el feminismo y el contexto político debían
camaradas. […] Con respecto al problema aunarse en ella [16]. En este sentido, desde su
concreto de la discriminación de la mujer, origen el MDM reconoció que la situación
ni una de nuestras insignes ‘cónyuges’ se de discriminación específica que sufría la
aclaraba, ante el regodeo de las compañeras mujer hacía necesario recurrir a métodos
católicas. La de Asturias incluso nos llamó igualmente específicos para el trabajo en el
a todas camaradas (fue espantoso) y alguna frente femenino y exigía, también, enfocar
más habló de las católicas con desprecio y la lucha hacia objetivos concretos. En pri-
diciendo ‘los nuestros’, ‘nosotras’, frente a mer lugar, era necesario contar con una or-
‘esos curas’, ‘esas santurronas’» [13]. ganización democrática y autónoma, unida
al resto de los movimientos de masas en lu-
A pesar de que las ideólogas del MDM cha. En segundo lugar, se imponía elaborar
ponían el énfasis en la necesidad de articu- un programa que abarcara todos los pro-
lar un movimiento femenino plural, lo cier- blemas, desde los más particulares y con-
to es que en sus primeros años éste siguió, cretos de la mujer hasta los más generales,
en términos generales, el planteamiento haciéndolos coincidir con la problemática
del PCE sobre la lucha contra el régimen. general del país. La promoción de cuadros
En sus propios documentos programáticos plenamente conscientes del protagonismo
se definía como un movimiento de masas de la mujer dentro de la lucha hacia el so-
cuyo campo específico de acción era la cialismo era otro de los objetivos del Movi-
masa femenina, pero cuyo trabajo estaba miento a los que se sumaba, por último, la
indisolublemente ligado a la lucha socio- necesidad de adaptarse «a las distintas con-
política general del país contra el franquis- diciones de la mujer de los distintos secto-
mo y por una sociedad sin clases, «única res de las diversas zonas», para poder uti-
sociedad en la que la mujer podrá reali- lizar todos los medios, tanto legales como
zarse plenamente» [14]. Consecuentemente, extralegales, posibles [17].
defendía la actuación conjunta de la clase Una de las primeras actividades que el
trabajadora hacia unos mismos objetivos MDM llevó a cabo fue la redacción de un
ya que, como afirmaba Sara Iribarren, co- documento titulado «Por los derechos de
munista y teórica del MDM, lo que era una la mujer española» que, en junio de 1967,
lucha social no podía plantearse como una fue presentado en la Vicepresidencia del
lucha de sexos [15]. El MDM entendía que la Gobierno con el respaldo de 1.518 firmas
liberación de la mujer exigía, para su con- de mujeres de diferentes estratos sociales
creción práctica en la lucha reivindicativa, e ideologías [18]. Este documento, en el que
unas condiciones políticas, económicas
16.– «¿Cómo surge el Movimiento Democrático de
y sociales que permitieran avanzar en su
Mujeres?», Programa del Movimiento Democrático de
camino. Esto no suponía dejar las reivin- Mujeres/Movimiento de Liberación de la Mujer, Madrid,
dicaciones femeninas postergadas ni di- octubre de 1976, citado en Amparo Moreno Sardá, Mujeres
en lucha. El movimiento feminista en España, Barcelona,
13.– «Informe de Amaya», 1970, Organizaciones de Muje- Anagrama, 1977, pp. 108-114.
res, MDM, Informes: caja 117, carpeta 2/3, AHPCE. 17.– «¿Qué es el MDM?», s/f, Organizaciones de Mujeres,
14.– «¿Qué es el MDM?», s/f, Organizaciones de Mujeres, MDM, Propaganda: caja 117, carpeta 2/1, AHPCE.
MDM, Propaganda: caja 117, carpeta 2/1, AHPCE. 18.– «Por los derechos de la Mujer Española», documento
15.– Sara Iribarren, La liberación de la mujer, París, Ebro, publicado en Realidad, revista de cultura y política del PCE,
1973, p. 126. n° 15, octubre de 1967, reproducido en Giuliana Di Febo,
se reclamaban cuestiones como la igualdad uso interno acerca de esta reunión asegu-
de oportunidades para acceder al mundo raba que la región ofrecía muchas posibi-
laboral, la creación de guarderías para los lidades, a pesar de que aún no había entre
hijos de las trabajadoras, el acceso total a sus integrantes una orientación homo-
la universidad, el control de la natalidad, génea y éstas actuaban «un poco a lo que
el divorcio o la reforma del Código Civil, sale, un poco a la espera de la consigna, de
sirvió de base para la elaboración, en 1968, la orientación de los camaradas». También
del primer programa del MDM [19]. El do- se constataba que los trabajos relaciona-
ble objetivo que marcará la trayectoria del dos con la solidaridad con el movimiento
Movimiento, es decir, la combinación de la obrero seguían ocupando el primer plano
lucha de las mujeres contra la dictadura y de la lucha. Aun así, se afirmaba que la re-
por sus derechos, quedaba ya claramen- presentante asturiana «era de lo más vivo
te definido en sus páginas. Poco a poco el y contestatario» y tenía capacidad para
MDM se fue extendiendo y organizándose impulsar un auténtico movimiento de ma-
en toda la nación y su carácter solidario se sas [21]. En este primer encuentro, mediante
potenció a través de comisiones como la un análisis del momento político y social de
que se creó en 1969 para conseguir medica- España, se destacó la necesidad de incorpo-
mentos, ropa y dinero con los que paliar la rar a la mujer a la lucha y se analizaron sus
situación de algunas familias represaliadas problemas en tanto que ser social afectado
por la dictadura. Ahora bien, si en un prin- por la carencia de libertades generales y
cipio los distintos colectivos actuaron de doblemente discriminado por su condición
forma no coordinada, a partir de 1970 y con femenina. Además, se concretaron los ob-
el objetivo de hacer balance de las distintas jetivos por los que debían luchar las mu-
actividades e intercambiar experiencias, jeres, que se podían dividir en tres grupos.
tuvieron lugar encuentros de ámbito nacio- En primer lugar, atendiendo a su discrimi-
nal que pusieron de manifiesto la intención nación específica dentro de la sociedad, se
de configurarse como una organización de contemplaba la necesidad de plantear rei-
carácter estatal [20]. vindicaciones centradas en la defensa de su
La I Reunión General del MDM tuvo lu- igualdad jurídica y social, pero sobre todo,
gar en Madrid, en febrero de 1970, y contó de su igualdad laboral. Así, como primer
con la asistencia de delegaciones de Alcoy, paso para alcanzar la emancipación feme-
Guipúzcoa, Madrid, Puertollano, Santan- nina, se exigía la aprobación de medidas
der, Tarrasa, Valencia, Valladolid, Vizcaya, que facilitaran la incorporación de la mujer
Zaragoza y también Asturias. Respecto al al trabajo, como la creación de guarderías
MDM de Asturias (MDMA), una reseña para y casas cuna, la abolición de leyes discri-
minatorias o el acceso a la educación a la
Resistencia y movimiento de mujeres en España, 1936-1976,
cultura en igualdad de condiciones que los
Barcelona, Icaria, 1979, pp. 219-224.
hombres. En segundo lugar, en un punto
19.– Asociación «Mujeres en la Transición Democrática»,
Españolas en la Transición. De excluidas a protagonistas intermedio entre lo concreto y lo general,
(1973-1982), Madrid, Biblioteca Nueva, 1999, p. 30; Merche se planteaban determinadas exigencias so-
Comabella, «Movimiento Democrático de Mujeres», en C. ciales que, a pesar de ser comunes a hom-
Martínez Ten, P. Gutiérrez López, P. González Ruiz, (eds.),
bres y mujeres, se consideraban más próxi-
El movimiento feminista en España en los años 70, Madrid,
Fundación Pablo Iglesias y ediciones Cátedra, 2009 p. 253.
20.– Vicenta Verdugo Martí, «El Movimiento Democrático 21.– «Carta de Ana», 1971, Organizaciones de Mujeres,
de Mujeres…», p. 118. MDM: caja 117, carpeta 2, AHPCE.
Asimismo, en 1969, el MDMA hizo un lla- Mundo Femenino buscaba llegar a un des-
mamiento a las mujeres gijonesas para que tinatario plural lo que, una vez más, remi-
convirtieran la celebración del Primero de tía al carácter de la lucha femenina como
Mayo en una jornada de protesta femenina, parte de un movimiento unitario y demo-
animándolas a concentrarse, con sus mari- crático. Su deuda con la visión tradicional
dos, padres o hermanos, en la céntrica calle estaba también presente en ese primer nú-
Corrida de la ciudad [30]. mero: «Los problemas del país nos atañen
En esta primera etapa las actividades lo mismo que al hombre, apoyémoslos y
del MDM coincidían con el planteamiento juntos démosles solución». En este senti-
tradicional de la militancia femenina impe- do, el MDM volvía la vista a la experiencia
rante en el PCE: partiendo de su papel de histórica de las mujeres en la República y
madres y esposas las mujeres llevaban sus la Guerra Civil y los referentes políticos,
reivindicaciones al ámbito público y ponían ideológicos y culturales que se ofrecían en
en marcha un repertorio de protesta en el sus páginas partían del modelo representa-
que lo político estaba directamente relacio- do por el Frente Popular y las Agrupaciones
nado con lo afectivo, con la ética del cuidado de Mujeres Antifascistas. Pero al mismo
y con la maternidad social [31]. El proyecto y tiempo el objetivo de incorporar mujeres
los objetivos de este primer MDM quedaron al Movimiento se asemejaba ahora al mo-
reflejados ya en la declaración de principios delo seguido por las recién creadas Comi-
del número uno de su boletín: «Las mujeres siones Obreras. El editorial de este primer
españolas, obreras, campesinas, estudian- número concretaba, además, un programa
tes, amas de casa, independientemente de con los «Fines por los que toda mujer debe
nuestra condición social o ideológica, tene- de luchar», en el que se incluían reivindica-
mos muchos problemas a los cuales debe- ciones laborales, culturales, económicas y
mos dar solución y no podemos esperar a políticas. Así, al tiempo que se daba cuenta
mañana, es hoy cuando debemos empezar, de las acciones de las mujeres contra la ca-
por nuestro porvenir, por el de nuestros restía de la vida o en protesta por las insufi-
hijos». Ya desde su momento fundacional, ciencias de los barrios, se insistía en que las
luchas de éstas debían comprender otras
30.– «A todas las mujeres de Gijón», 30 de mayo de 1969,
cuestiones como la reclamación de puestos
Boletín de Información del PCE, Tomo 28, n ª 1135, AHPCE.
La celebración del 1 de mayo en Gijón se saldó con un to- de trabajo en igualdad de condiciones y sin
tal de 16 detenidos, acusados de manifestación ilegal, de discriminación en la percepción del sala-
los que siete era mujeres, entre las que estaba la propia rio, la creación de escuelas de formación,
Amelia Miranda, muy activa en la Asociación de cabezas
«casas cuna» o guarderías, el derecho a la
de familia de El Llano (Gijón). «Expedientes de mujeres,
hijas y esposas de militantes del PCE, por intento de mani- atención médica en el embarazo y a permi-
festación ilegal el 1 mayo 1969 en Gijón», Gobierno Civil, sos remunerados antes y después del parto
Orden Público: caja 19516, AHA. o la existencia de colegios gratuitos hasta
31.– Temma Kaplan, «Luchar por la democracia: formas de los dieciséis años. Además, se manifestaba
organización de las mujeres entre los años cincuenta y
preocupación por sucesos internacionales
los años setenta», en Ana Aguado (ed.), Mujeres, regulación
de conflictos sociales y cultura de la paz, Valencia, Institut como la guerra de Vietnam o la interven-
Universitari d’Estudis de la Dona/PUV, 1999, pp. 89-107; ción soviética en Checoslovaquia, haciendo
Irene Abad Buil, «Movimiento Democrático de Mujeres. llamamientos a favor de la paz y contra el
Un vehículo para la búsqueda de una nueva ciudadanía
establecimiento de bases militares en Es-
femenina en la transición española», en Actes del Congrés
La Transició de la dictadura franquista a la democracia, Bar- paña. Junto a estos objetivos, se exponía el
celona, UAB, 2005, pp. 245-252. camino para lograrlos: «formar comisiones
de trabajo, de barrio, yendo a protestar a las lizados en las luchas de solidaridad con el
máximas autoridades de la provincia con movimiento obrero en las grandes huelgas
escritos, exponiendo nuestras razones» [32]. desde finales de los cincuenta, como la re-
Estas consignas se dirigían siempre al cogida de firmas y la formación de comisio-
conjunto de las mujeres, a las que se ins- nes para entrevistarse con las autoridades.
taba a actuar unidas, como quedaba refle- Así, cuando en 1968 en Langreo, en la ba-
jado en las páginas del segundo número rriada de Pando, las mujeres tomaron parte
del periódico: «Tengamos en cuenta que en las movilizaciones contra el Consorcio
nuestros intereses son comunes, nuestros de Aguas, la protesta, enmarcada en las ac-
problemas los mismos, sólo unidas podre- ciones contra el traslado de la metalurgia
mos poner fin a toda esa serie de injusti- del concejo a Gijón, fue examinada desde
cias que dañan nuestros intereses» [33]. En un punto de vista inhabitual en los medios
general, los temas de los que se hacía eco vinculados al PCE: el factor clave en la ex-
el periódico abarcaban desde la crítica a la plicación del boletín no era el coste eco-
falta de equipamientos sanitarios o la con- nómico o la situación particular del obrero
taminación a la carestía de los precios y la industrial, sino que la reivindicación se le-
escasez de escuelas dotadas adecuadamen- gitimaba como defensa contra un atentado
te. Así, en el número uno aparecía también a la salud de toda la comunidad. Se infor-
una referencia a la actuación de las muje- maba, desde esta perspectiva, de que había
res de La Rebollada (Mieres), que se habían barriadas, como Pando, donde no había lle-
movilizado para recoger firmas contra los gado el agua corriente y para remediar esta
problemas de abastecimiento de aguas de situación se hacía un llamamiento unitario
esta pequeña localidad y que se presenta- basado en el género [35]. Esta apelación a la
ron en el ayuntamiento con una comisión pluralidad generacional, de condición civil
elegida entre ellas. Mundo Femenino subra- e incluso de clase, acercaba el discurso de
yaba la valentía de las participantes, que no las mujeres democráticas a la práctica de
se habían dejado engañar por la palabrería los movimientos sociales que se estaban
técnica con la que trataban de abrumarlas gestando en la Asturias tardofranquista. Y
desde el consistorio. A este artículo seguían tanto esta pluralidad como el interclasismo
otros que denunciaban la falta de compro- entroncaban, asimismo, con los intereses
miso de los ayuntamientos de Gijón y Mie- de los pequeños y medianos comerciantes,
res (Santa Marina) con la recogida de basu- fomentando así un sentimiento de comu-
ras en los barrios populares, cuestiones que nidad local que los vinculaba a las luchas
serán parte fundamental del programa de obreras. También resulta de interés el tra-
las recién creadas asociaciones de cabezas tamiento dado a los nuevos modos de con-
de familia, embriones de las futuras asocia- sumo que se hallaban, según se deduce de
ciones de vecinos [34]. Pero las mujeres del algunas de sus páginas, al servicio de un
MDMA no sólo coincidirán con los movi- capitalismo feroz. Tomando la introduc-
mientos vecinales en las reivindicaciones, ción de electrodomésticos como ejemplo,
sino también en los modos de protesta, Mundo Femenino lanzaba algunas críticas
que habían sido los tradicionalmente uti- a la mistificación de las relaciones sociales
que estos cambios encubrían, asegurando
32.– Mundo Femenino, nº 1, enero de 1968. que eran «un telón que oculta la miseria
33.– Mundo Femenino, nº 2, marzo de 1968.
34.– Mundo Femenino, nº 1, enero de 1968. 35.– Mundo Femenino, nº 2, marzo de 1968
que arrastramos los que de verdad somos el periódico para la mujer que se publicó en
alma del progreso» [36]. En el último núme- Asturias no era, en sentido estricto, un pe-
ro de esta primera etapa, Mundo Femenino riódico feminista, ni un periódico dedica-
se mostró también abierto a abordar otros do a las trabajadoras, sino un instrumento
problemas específicamente femeninos, para movilizar a las mujeres en la lucha ge-
como los relacionados con la reproducción neral contra la dictadura.
y el control de la natalidad: Los resultados de este primer MDM no
fueron muy visibles, pero tanto la edición
«¿Cómo se puede ignorar la tragedia de esas fa- de un boletín propio como la penetración
milias archinumerosas en un hogar […] donde en las asociaciones de los barrios pueden
ni sitio para dormir tiene, donde el naci- considerarse ya un éxito. Además, la propia
miento de uno más equivale a estirar más existencia del Movimiento pone de mani-
un mismo plato? […] Y no olvidemos la fiesto un esfuerzo, por parte del PCE, por
intranquilidad y el desequilibrio de tantos reforzar su presencia entre las mujeres y
matrimonios ante la posible venida de un por operar un cambio de mentalidad res-
hijo más, una inquietud que acaba minando pecto a la militancia femenina. Significati-
las mismas relaciones matrimoniales. […] vo al respecto es el hecho de que la respon-
Consideramos pues el control de la nata- sable de este primer colectivo femenino de
lidad como una necesidad de hoy, una ne- la región, Amelia Miranda, fuera la primera
cesidad temporal, pero ineludible mientras mujer incorporada al Comité Provincial del
no logremos una sociedad donde un nom- Partido, en 1967. No obstante, también es
bre más no sea una carga sino una ayuda y cierto que iniciativas como ésta parecían
donde una colectividad trabajadora pueda responder a un intento de compensar la de-
proporcionarle todo para su relación como bilidad organizativa que el PCE asturiano
tal hombre: su trabajo, su formación inte- sufrió a partir de ese año [38]. En el fondo, el
gral humana y su integración en esta colec- núcleo del discurso de género continuaba
tividad con un futuro PARA TODOS» [37]. sin transformarse y el potencial subver-
sivo de las acciones de las mujeres seguía
Este artículo representa una excepción residiendo en aquéllas que se interpreta-
en esta etapa, al abordar una cuestión tan ban como expresión de sus «virtudes fe-
polémica como la de la conveniencia del meninas», es decir, las protagonizadas por
uso de la píldora anticonceptiva. Aun así, quienes, desde los conflictos huelguísticos
la manera en la que se concibe el control de principios de la década, venían desarro-
de la natalidad también es ilustrativa de la llando una labor de apoyo al movimiento
posición ideológica del MDM: lejos de ser obrero a través de su actuación en los fren-
un instrumento para lograr una sexualidad tes tradicionales de la militancia femenina.
femenina más libre, la píldora, con un cri- Sin embargo, desde finales de los sesen-
terio economicista, se contemplaba como ta se estaba produciendo en el conjunto de
un medio para evitar la «tragedia» de las fa- la resistencia antifranquista un relevo ge-
milias numerosas sin recursos. No se puede neracional que estaba favoreciendo la apa-
olvidar que, aunque en ocasiones llegara a rición de una nueva militancia femenina.
abordarse este tipo de cuestiones, el primer
38.– Dos de las protagonistas de las huelgas de 1962, Ana
Sirgo y Tina Pérez fueron también entonces incorporadas
36.– Mundo Femenino, nº 3, mayo de 1968 al Comité Central pero no pertenecían, sin embargo, al Co-
37.– Mundo Femenino, nº 4, septiembre de 1968. mité Provincial.
Ésta estaba integrada por mujeres jóvenes, de bien joven por organizar y sobre todo
en la mayor parte de los casos universita- formar a las mujeres, tanto a las de su mis-
rias, que aportaban una cultura militan- ma cultura política como a las de otras or-
te distinta a la de las más veteranas y un ganizaciones o a las amas de casa. En 1968
punto de vista más abierto en relación a las presiones policiales derivadas de su in-
movimientos de liberación que no se ate- tensa actividad en la agitación universita-
nían estrictamente a las luchas fabriles y ria forzaron su traslado temporal a Madrid,
a la definición clásica del concepto de cla- donde continuó su militancia, pero ya fuera
se obrera. La incorporación de esta nueva de la Universidad [41]. Fue precisamente du-
generación de mujeres llevó a la definitiva rante su estancia en la capital cuando sur-
transformación del MDM, que pasó de ser gió la idea de relanzar en Asturias el MDM.
concebido como el frente femenino de lu- Todo comenzó con su participación en la
cha contra la dictadura a convertirse en una Comisión de la Mujer del Comité Federal
organización específicamente feminista [39]. del PCE, que tuvo lo que ella misma cali-
En Asturias, tras un breve lapsus de inac- ficaba como «un tránsito psicodélico» por-
tividad, en el año 1970 reaparecieron tanto que inicialmente estaba encabezada por un
el Movimiento como su boletín. En esta hombre. El hecho de que en su propio par-
nueva etapa, que se extendió hasta 1979, tido no se las considerara capaces de crear
ambos pasaron a ser dirigidos por Marisa una Comisión específica para defender sus
Castro (1946), joven cuadro comunista que derechos sin la presencia de un hombre en
había formado parte del grupo de estudian- la dirección hizo reflexionar a algunas de
tes del PCE en la Universidad de Oviedo. las participantes, llevándolas a la conclu-
Castro pertenecía a esa segunda genera- sión de que el único camino para cambiar
ción de militantes que no habían vivido la las cosas era trabajar unidas con el conjun-
Guerra Civil, pero que desde muy jóvenes to de las mujeres. Esas mismas compañe-
habían tenido claro su compromiso con el ras de Partido fueron las que la animaron
antifranquismo. En su temprana toma de a poner en marcha nuevamente el MDM en
conciencia tuvo un papel determinante su Asturias. Según la propia Marisa Castro, ni
madre, una mujer anarquista con una fuer- ella ni el resto de las comunistas querían
te conciencia de solidaridad de género, que tutelas dentro del Movimiento sino que as-
se convirtió en su primera gran escuela [40]. piraban a la mayor autonomía posible: «Yo
Su «pre-feminismo», como ella misma lo he sido muy beligerante en estas cuestio-
definía, la había llevado a preocuparse des- nes porque éramos muy pocas las mujeres
feministas y teníamos que hacernos oír
39.– Vicenta Verdugo Martí, «El Movimiento Democrático mucho y ser muy pesadas y estar todo el día
de Mujeres: el compromiso político por una ciudadanía un poco haciendo entender que existíamos
democrática», en Ana Aguado y Luz Sanfeliu (eds.), Cami- las mujeres, que queríamos cambiar las co-
nos de democracia. Ciudadanías y culturas democráticas en
sas, que queríamos cargarnos a Franco, a la
el siglo XX, Granada, Comares, 2014, p. 117 y p. 126.
40.– En este sentido su trayectoria resulta un tanto ex- 41.– La implicación de Marisa Castro en la lucha política,
cepcional en comparación con la de sus compañeras del tanto en la universidad como en otros ámbitos vinculados
mundo universitario, ya que lo habitual, no sólo entre las al PCE, se remonta al curso 1965-66, participando en los
mujeres sino también entre los hombres, era la discon- años siguientes en diferentes protestas e iniciativas. «Su-
tinuidad respecto a la cultura política de sus padres. En mario 143/69. Informando del titulado Comité Universi-
el caso de las mujeres, además, lo más frecuente era que tario del Partido Comunista», 26 de marzo de 1969, Go-
rechazaran la experiencia de sus madres, que representa- bierno Civil, Secretaría Particular, Correspondencia: caja
ba, por lo general, lo contrario a sus propias aspiraciones. 22.631, AHA.
Protesta de mujeres y corte de tráfico en la calle principal de Triana. Sevilla, 1977 (Foto: M.
Sanvicente - Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).
mujeres… ¿por qué las mujeres sólo? […] preso», pero la división interna era mani-
Se estaban discriminando ellas, en el mo- fiesta [52].
mento en que tú te apartas, para mí te es- El cambio en el rumbo del Movimiento
tás discriminando tú misma [51]. También se vio reflejado también en la nueva línea
Eufrasia Albes, una de las veteranas de las editorial que adoptó su aparato de propa-
cuencas que en 1971 se había desplazado a ganda. Casi dos años después de que viera
vivir a Gijón, compartía esta visión sobre la la luz el último número de Mundo Feme-
falta de sentido del MDM, asegurando que nino, en agosto de 1970 reapareció el bo-
las Mujeres Democráticas y las comunistas letín, ahora con periodicidad bimensual y
eran básicamente las mismas y que la dife- con un cambio significativo en su subtítu-
rencia se limitaba al nombre. De hecho, ella lo: «Portavoz del Movimiento Democrático
misma recordaba cómo en una de las pri- de Mujeres». Si en la primera etapa la fal-
meras reuniones del MDM, que tuvo lugar ta de concreción respecto a las destinata-
en Langreo y que contó con la presencia, rias del periódico podía interpretarse como
por parte del Comité Provincial, de Hora- una forma deliberada de transmitir la idea
cio Fernández Inguanzo, Ángel León, Julio de que se trataba de un grupo reunido en
Gallardo y Amelia Miranda, la dirección del torno a cuestiones concretas y sólo indirec-
Partido les transmitió el mensaje de que tamente politizado, ahora se enfatizaba la
era mejor hablar de Mujeres Democráticas existencia de un proyecto político organi-
simplemente porque así no se «asustaba» a zado y de unas siglas propias. Otra llama-
la gente. Al margen de las distintas visiones da de atención sobre el cambio de rumbo
acerca del significado del MDM, las diferen- la proporciona la ilustración de la portada
cias entre las militantes que procedían de del boletín. En 1968 la viñeta representaba
las cuencas, como la propia Eufrasia Al- un perfil femenino mirando, esperanzada y
bes, Celestina Marrón, Anita Sirgo, Blanca anhelante, al horizonte. En 1970, dos bra-
Huarte o Carmen Cuervo, y las de Gijón se zos femeninos se alzaban al cielo, previsi-
pusieron de manifiesto también en cuestio- blemente para romper las cadenas que las
nes más concretas, como la organización sujetaban [53]. El nuevo Mundo Femenino te-
de las campañas en favor de los presos. El nía claramente definido el tipo de público al
problema estribaba en el hecho de que, se- que se dirigía: «Nuestro periódico pretende
gún las primeras, a ellas se les asignaban llegar a todas las mujeres de Asturias, nece-
los barrios más pobres, mientras el resto, y sitadas de una sana información, invitán-
especialmente Marisa Castro, hacía campa- dolas a que, a través de él, puedan plantear
ña entre los sectores más favorecidos, que sus problemas. Planteamientos que nos
a su vez eran los que más dinero aportaban. llevarán sin duda a buscar soluciones que
El enfrentamiento en torno a las formas nos acerquen a la conquista de una plena
de gestionar lo recaudado y de ponerlo en emancipación, que nos permita ya de for-
común terminó con Castro denunciando a ma progresiva, contribuir al progreso social
la dirección provincial que la habían acu- de nuestra época» [54]. El boletín compartía
sado de «ladrona» y Eufrasia Albes a punto con muchas de las publicaciones del PCE de
de ser expulsada del Partido. Finalmente, la
52.– Entrevista a Eufrasia Albes García, Gijón, 2012.
dirección decidió no hacerlo alegando que
53.– Carlos Gordon Rodríguez, Prensa política y sindical en
era «la mujer de un camarada que ha estado Asturias en el franquismo y la transición (1937-1982), Tesis
Doctoral inédita, Universidad de Oviedo, 2008.
51.– Entrevista a Honorina Álvarez Marrón, Gijón, 2005. 54.– Mundo Femenino, nº de agosto de 1970.
esta época el escaso cultivo de la memoria que se reclamaba, por ejemplo, la instala-
histórica. En esta etapa prácticamente no ción de depuradoras o la gestión municipal
había referencias al período de la Guerra de los servicios públicos, en algunos casos
Civil ni se aludía al ejemplo de Pasionaria con los primeros atisbos de denuncia ecoló-
tan abundante entre los materiales de pro- gica. La lucha contra el «consumismo», uno
paganda femenina hasta entonces. De he- de los puntos clave del movimiento vecinal,
cho, la única figura que discretamente se tuvo en las militantes del MDMA algunas de
proponía como ejemplo, aunque nunca con sus aportaciones más originales. De hecho,
las dimensiones de Dolores Ibárruri, era la la visión de la cuestión que adoptó Mundo
afroamericana Angela Davis. Además, el Femenino llama la atención por su lucidez a
nuevo estilo militante del MDM quedaba de la hora de analizar la dimensión cultural y
manifiesto también en la voluntad de Mun- cualitativa del fenómeno. Igualmente ori-
do Femenino de llegar a un sector de las mu- ginal es la intuición de que la lucha contra
jeres de clase obrera que, paradójicamente, el capitalismo incluía la necesidad de po-
había estado poco representado hasta en- ner límites al consumo. Entre las integran-
tonces: la mujer trabajadora, la asalariada. tes del Movimiento había, por ejemplo, una
Castro era la encargada de escribir prác- abanderada del ecologismo, vinculada al
ticamente todo el boletín, que también es- asociacionismo cultural, que para reducir el
taba abierto a colaboraciones del exterior, consumo de plástico hacía bolsas de basura
y de la parte técnica se encargaba Marisa juntando las de la leche del día [56]. En este
Escandón. Para la reproducción de los bo- terreno es precisamente donde las mujeres
letines se utilizaban las máquinas del Par- del MDMA acabarán convergiendo con una
tido y una vez elaborados los distribuían suerte de protoecologismo que resulta ex-
a través de las organizaciones del mismo cepcional en el conjunto de la prensa anti-
pero también fuera de ellas, en fábricas franquista. Así, por ejemplo, cuando se pu-
con mano de obra femenina como IKE o blicó la noticia de que cuatro mil toneladas
CRADY, o en grandes almacenes como Bo- de residuos radioactivos yacían en el Golfo
tas: «Había estanterías de productos, era de Vizcaya y empezaron a llegar los ecos de
el primer gran almacén de Asturias [Botas] las críticas del Sindicato de Turismo fran-
y entonces íbamos colocando el periódico cés a los gobiernos de Francia y España,
en los estantes, por debajo de una prenda, Mundo Femenino coincidió con éstos en la
para cuando una mujer viniera a coger algo, amenaza que el hecho suponía tanto para
o una trabajadora. Siempre con estrategias el ecosistema de la zona como para los pes-
muy diversas: el puerta a puerta hemos he- cadores y habitantes de la costa. Con tris-
cho, el buzoneo…» [55]. teza el periódico constataba que en España
Desde las páginas del nuevo Mundo Fe- no se conocía protesta alguna comparable
menino se planteaba una amplia tabla rei- a la de los sindicatos vecinos a pesar de
vindicativa: así, junto a artículos de carácter que los capitalistas europeos utilizaban las
político general —sobre los conflictos labo- aguas españolas como basurero radiactivo. Se
rales, la carestía de la vida, la represión, las aseguraba que se jugaba con la ignorancia de
bases americanas o la guerra del Vietnam—
aparecían denuncias relacionadas con las 56.– Marisa Castro no recuerda el nombre completo de
esta mujer a la que conocían como Conchita y de la que
condiciones de vida en los barrios, en las
recuerda que era esposa de López Cuesta, sobrino a su vez
del que fuera rector de la Universidad de Oviedo. Entrevis-
55.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. ta a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006.
la gente «llamando a las cosas por distinto ños y, tampoco en este caso, había razón
nombre», pero lo realmente grave era que alguna por la que discriminación de género
los atropellos alcanzaban ya la gravedad y reivindicación comunitaria no pudieran
de atentar «a nuestra propia existencia y a convivir en la misma protesta, como ocu-
la de nuestros hijos», algo que, a nivel lo- rrió, por ejemplo, en el caso de la supresión
cal, concretamente en el caso de Mieres, se del Colegio de La Rebollada en 1970 [58]. Ló-
materializaba en la pasividad con la que el gicamente, al lado de este tipo de artículos,
Ayuntamiento trataba la avería de la depu- los más habituales seguían siendo aquéllos
radora de agua, provocando brotes de tifus que insistían en denunciar problemas espe-
y colitis [57]. Más allá de una crítica teórica, cíficamente femeninos como la explotación
la reivindicación ecologista tenía su base de la mujer por el hombre, la necesidad de
en las condiciones de vida de la población una educación igual como base para una
obrera en general y la degradación ambien- plena emancipación o la importancia de la
tal se atisbaba como un posible banderín incorporación al trabajo para favorecer la
de enganche para la protesta y la acción co- independencia económica y la realización
lectivas. Por supuesto otro de los ejes de la personal de las mujeres. Además, cum-
crítica de Mundo Femenino, coincidente con pliendo una de las funciones clásicas de la
las preocupaciones del movimiento veci- prensa clandestina, Mundo Femenino trató
nal, eran las consecuencias de la carestía de también de ejercer de orientador del gusto
la vida. Las luchas contra el acaparamiento de sus lectoras ofreciendo una alternativa a
y la subida de precios habían formado parte la difusión de productos culturales de ma-
de las tareas asignadas por la oposición a sas y poniendo de manifiesto la necesidad
la militancia femenina desde los años cua- de acabar con los estereotipos que abunda-
renta, algo que, con otra perspectiva y en ban en la prensa oficial sobre el papel tra-
un contexto bien distinto, se va a mantener dicional que las mujeres debían asumir en
en este período y hasta las postrimerías de la sociedad y la familia. Ya en el primer nú-
la dictadura. Con frecuencia el periódico se mero de esta nueva fase se dejaba claro que
hacía eco de opiniones —reales o no— de el propósito del periódico era oponerse a la
amas de casa de barrios obreros que tenían degradación cultural y al «embrutecimien-
muy claro qué tipo de actuaciones había to» de las revistas femeninas habituales y
que llevar a cabo contra las condiciones de combatir la imagen de la mujer que predo-
vida que el sistema económico y político les minaba en la radio, la televisión, «las his-
había impuesto. Así, por ejemplo, al repro- torietas de reinas y príncipes», las «novelas
ducir una conversación en la cola de la com- rosas» y la publicidad [59].
pra en Gijón, se aseguraba que la pregunta La estrategia del boletín era, por tanto,
que circulaba entre las mujeres era: «¿Por partir de lo considerado femenino para mo-
qué no vamos a visitar al Alcalde, para ma- vilizar a las mujeres, combinando las rei-
nifestar nuestra protesta por la carestía de vindicaciones políticas y sociales con otras
la vida, exigiendo un mejor control sobre el relacionadas con problemas específicos que
precio de los artículos, sobre el mal estado cada vez iban adoptando un tono más rei-
de las calles, etc.?» Además, la lucha por la vindicativo. Es importante destacar que los
mejora de las condiciones de vida incluía,
evidentemente, la escolarización de los ni- 58.– Mundo Femenino, nº de agosto de 1970.
59.– Mundo Femenino, nº 1 (segunda época) de agosto de
57.– Mundo Femenino, nº de septiembre de 1971. 1970.
contenidos y la línea editorial del periódico níamos a debatir cosas concretas. Con las
no pasaban ninguna supervisión. Al con- mujeres de mi partido y con las mujeres de
trario, eran las propias mujeres, y especial- los presos. […] Las reuniones eran leyendo
mente Marisa Castro, quienes lo decidían: los artículos, leyéndolos y no exigiéndoles
«No te digo que no haya tenido intentos de a ellas el plus de «léetelo tú sola en tu casa»
supervisión, claro que había intentos de su- sino, primero, poniéndoselo fácil, sociali-
pervisión, con nombres y apellidos, pero… zándolo, haciendo que fuera algo diverti-
He de decir que tuve que actuar con inteli- do, que se sintieran cómodas y que vieran
gencia además de con prudencia para que que eso era interesante para que luego ellas
no me quitaran del medio, porque mi obje- ya tuvieran la curiosidad de hacerlo por su
tivo era estar allí el mayor tiempo posible, cuenta y de tratar de superarse» [61].
porque un periódico era para nosotras un
instrumento de poder tremendo, ¿no? En- Una de las cuestiones más delicadas
tonces yo he de decir que he tenido suerte, sobre las que el MDM a través de las pági-
pero en esos momentos eran sólo intentos nas de Mundo Femenino comenzó a gene-
de supervisión». A pesar de que el femi- rar debate fue la de la maternidad. Así, por
nismo de la cabeza visible del Movimiento ejemplo, en el número correspondiente a
generaba recelos entre los miembros del noviembre-diciembre de 1972, el boletín
Comité Provincial, hubo también líderes publicó una de las declaraciones feministas
del Partido que mostraron una total con- más abiertas que se pueden encontrar en
fianza en la labor del MDM, y en concreto sus páginas. El texto partía de la constata-
en la suya propia, como Horacio Fernández ción de que, dentro de la unidad familiar, la
Inguanzo o Juan Muñiz Zapico, lo que hizo crianza recaía exclusivamente en la mujer
más fácil su trabajo. De hecho, como ella mientras el hombre no tenía prácticamente
misma afirmaba: «ese instrumento de po- ninguna obligación legal de compartir esta
der que es un periódico lo pusieron en ma- tarea, lo que llevaba a considerar a la ley
nos de una feminista» [60]. que sancionaba este comportamiento como
En efecto, especialmente en esta eta- una herramienta que apuntalaba la vincu-
pa, además de un medio de comunicación, lación de la mujer al hogar. Para realizarse
Mundo Femenino se reveló como una valio- en lo personal y vencer el aislamiento que
sa herramienta para la formación política y suponía la rutina cotidiana del hogar, la
la cohesión interna de sus participantes. En mujer necesitaba acceder al trabajo asala-
este sentido, resultan sumamente intere- riado, pero en España éste se consideraba un
santes las lecturas colectivas que en el Gi- freno para la productividad y por eso se uti-
jón de comienzos de los setenta promovía lizaba la maternidad para apresar a la ma-
Marisa Castro: dre en una estructura familiar tradicional y
conservadora: «los niños suponen para ella
«Yo les leía los periódicos a las mujeres de una carga, un freno, una traba más para su
mi partido. Yo me reunía con las mujeres y desalienación específica como trabajadora
algunas no sabían leer, otras eran práctica-
mente analfabetas funcionales y entonces
yo les leía los periódicos en alto y les ex- 61.– Ibidem. También mujeres como Anita Sirgo, para quie-
nes leer exigía un gran esfuerzo, valoraban estas lecturas
plicaba. Primero se los leía y luego nos po-
colectivas y las discusiones que entre ellas generaban.
Entrevista a Anita Sirgo, Lada, 2006, Archivo de Historia
60.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. del Trabajo, Fundación 1º de Mayo.
y ser humano» [62]. A medida que avanzaba revelan divergencias que eran tanto de ca-
la década de los setenta no sólo la mater- rácter vertical, es decir, entre la dirección
nidad, sino cuestiones como los derechos y la base femenina, como horizontal, entre
sexuales y reproductivos de las mujeres o las mujeres decididamente feministas y las
incluso los malos tratos dentro del hogar, que no lo eran. Mientras para el PCE y para
empezaron a ocupar un lugar destacado las comunistas más veteranas la deriva fe-
tanto en las páginas de Mundo Femenino minista era una desviación de lo priorita-
como en los seminarios de trabajo que el rio, para una minoría, la dependencia de la
MDM había empezado a celebrar en Ovie- lucha antifranquista y la «manipulación»
do. En estas reuniones se analizaban las por parte del Partido de las acciones de las
estrategias del Movimiento, se diseñaban mujeres era la que lastraba sus objetivos [65].
sus acciones y se planteaban temas como Estos choques hicieron difícil el camino del
el aborto y el divorcio, ante la incomodi- Movimiento pero, en el caso asturiano, al
dad e incomprensión de las mujeres de las menos entre las propias mujeres, los deseos
comarcas mineras [63]. Pese a los esfuerzos de colaboración por ambas partes fueron
de las más jóvenes por dotar de contenido más fuertes que los conflictos:
político a estas reivindicaciones, aquéllas
seguían pensando que lo prioritario era la «Éramos pocas las mujeres que nos escapá-
resistencia política y la consecución de la bamos de la alienación machista, muy po-
democracia. Los debates relacionados con cas, pero también he de decir que [las mu-
la sexualidad provocaban rechazos y po- jeres de extracción obrera] fueron grandes
nían de manifiesto que causa social y causa colaboradoras del MDM, grandes militantes
sexual seguían entrando en contradicción y del MDM y que entendieron muy deprisa.
generando discrepancias en la cultura co- […] Entonces, de alguna manera yo siempre
munista [64]. me he sentido muy cerca de ellas, he apren-
Pese a los cambios que, desde comien- dido muchas cosas de ellas, muchas. Casi
zos de la década de los sesenta, se habían todo lo que sé lo he aprendido de ellas. Y
ido operando en la mentalidad y las acti- han sido generosas y han sabido defender
tudes de las y los comunistas asturianos, y respetar. Y yo puedo decir que me he sen-
pervivían vestigios de la vieja moralidad tido muy respetada por las mujeres de mi
militante que se hicieron ahora especial- cultura, que me siento muy respetada por
mente visibles. El nuevo giro que la pers- las mujeres de mi cultura. Y esa diferencia
pectiva feminista imprimió a los programas para mí es muy notable. Yo no puedo juz-
y objetivos del MDM provocó el rechazo gar igual a una mujer de los años 60 que
de un sector del Movimiento y del propio está en la represión, en la postguerra, en el
Partido y puso de manifiesto que cada vez duelo de tantos seres queridos que se que-
eran más insalvables las dificultades para daron en la cuneta, sobre todo en Asturias,
articular una organización unitaria de mu- yo no puedo juzgarla igual que la mujer que
jeres. Los testimonios de sus protagonistas ha tenido la oportunidad de ir a la univer-
Encierro de mujeres del MDM como acto de protesta contra la prohibición gubernativa de
celebración de un acto informativo sobre planificación familiar. Sevilla, noviembre de 1976 (Foto:
José Julio Ruiz Benavides - AHCCOOA).
sidad, por tanto, de entrar en contacto con tas acabó primando el entendimiento, este
una realidad más plural» [66]. propósito se complicó con los compañeros
de militancia. Aunque desde principios de
A pesar de las diferencias, mujeres ma- los setenta el PCE había dado muestras de
yores y otras más jóvenes compartían refe- un interés creciente por los problemas de la
rencias provenientes de su cultura política mujer, la práctica del Partido distaba aún de
comunista y, para estas últimas, aquéllas responder a las expectativas planteadas por
eran ejemplos a los que no estaban dispues- sus dirigentes entre los que, como afirmaba
tas a renunciar. También los testimonios de Marisa Castro en relación al caso asturiano,
las más veteranas ponían de manifiesto que era muy difícil encontrar complicidad [68].
los enfrentamientos debían interpretarse Cierto es que hubo excepciones como las de
simplemente como un problema relacionado Horacio Fernández Inguanzo, Juan Muñiz
con la existencia de dos estilos militantes Zapico o Vicente Gutiérrez Solís, quienes
diferentes, ambos válidos y ambos respeta- habían llegado a la conclusión de que, pese
bles y, de hecho, no fueron pocas las oca- las dificultades que todo cambio de menta-
siones en las que sus experiencias se vieron lidad implicaba, la adopción del feminismo
igualmente enriquecidas con la formación era un paso necesario para el Partido [69].
política y cultural de las más jóvenes. [67] Sin embargo, en tanto que organiza-
Ahora bien, si entre las mujeres comunis- ción plural, el MDM tuvo que hacer frente
66.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. 68.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006.
67.– Entrevista a Anita Sirgo, Lada, 2006, Archivo de Histo- 69.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006;
ria del Trabajo, Fundación 1º de Mayo; Entrevista a Eufra- Testimonio de Vicente Gutiérrez Solís recogido en F. Ro-
sia Albes García, Gijón, 2012. meu Alfaro, p. 85.
en estos años, además, a dificultades que criminaciones que pesaban sobre ellas [71].
procedían de las discrepancias entre mili- Si desde el comienzo de los años setenta
tantes del PCE y otros grupos de la nueva habían surgido en el seno del Movimiento
izquierda, como el PTE, la ORT o el MCE, fuertes tensiones, el nuevo giro adopta-
que empezaban a involucrarse en la lu- do agravará la situación. En el mismo año
cha de las mujeres y a generar escisiones 1976 las mujeres del PTE abandonaron el
en el seno del Movimiento [70]. Como con- MDM para crear, junto con las militantes
secuencia de estas tensiones, la composi- de la ORT, la Asociación Democrática de
ción del MDM experimentó importantes la Mujer. Posteriormente surgirán también
transformaciones, que se concretaron en problemas entre las mujeres de estos par-
la redacción, en 1976, de un nuevo pro- tidos políticos, y las militantes de la ORT
grama como Movimiento Democrático de formarán la Unión para la Liberación de la
Mujeres/Movimiento de Liberación de la Mujer. Por su parte, las mujeres socialistas,
Mujer (MDM/MLM). Éste, a diferencia del que en un momento dado y de forma mino-
definido en las reuniones de 1970 y 1971, ritaria habían militado en el MDM, a me-
consideraba la incorporación de la mujer dida que se aproximaba el fin de la dicta-
al trabajo remunerado como una premisa dura decidieron dedicarse prioritariamente
básica para su liberación y se mostraba a trabajar en el seno de su partido. Obvia-
mucho más tajante en las reivindicaciones mente, también en el propio PCE surgieron
relativas a la vida familiar. Se demandaba fuertes discusiones ideológicas, aunque
el matrimonio civil, la legalización de los las grandes divergencias se manifestaron
anticonceptivos y del aborto, y la amnistía sobre todo en la práctica política. Como
para los actos considerados delictivos por consecuencia de estas discusiones, se pro-
una legislación que discriminaba a la mu- dujo el abandono por parte de un grupo de
jer. Pero, además, en este nuevo programa, militantes del Partido del MDM de Madrid.
había una diferencia fundamental respec- Poco tiempo después, la dirección nacional
to al anterior. Mientras en el primero, aún del PCE consideró que el MDM había tenido
a la altura de 1974, se reconocía que el su importancia durante la dictadura, pero
MDM no propugnaba una forma de lucha que no tenía razón de ser en los albores de
específica reservada a las mujeres, en 1976 la democracia. Muchas comunistas se mos-
se definía al MDM/MLM como un Movi- traron contrarias a esta decisión y opta-
miento Feminista, puesto que su objetivo ron por seguir trabajando en el MDM, que
era luchar contra la discriminación de la durante esta época jugó también un papel
mujer. Se entendía que la lucha feminista importante en el conjunto del Movimiento
exigía una respuesta de masas ya que sólo Feminista [72].
la asunción por parte de la gran mayoría
de mujeres de su situación de oprimidas 71.–«Movimiento Democrático de Mujeres», julio de 1974,
Organizaciones de Mujeres, Movimiento Democrático de
haría posible eliminar, de hecho, las dis-
Mujeres, Propaganda, 1968-1975, Octavillas realizada por
el MDM: caja 117, carpeta 2/6, AHPCE; Programa del Movi-
70.– A nivel estatal, en 1971 un grupo de mujeres cristia- miento Democrático de Mujeres/Movimiento de Liberaci-
nas abandonó el MDM por considerar que el planteamien- ón de la Mujer, Madrid, octubre de 1976. Folleto publicado
to de éste era excesivamente feminista y que se estaba por el MDM/MLM, Organizaciones de Mujeres, Movimien-
olvidando el objetivo prioritario de la lucha de clases. En to Democrático de Mujeres, Programas 1976: caja 117, car-
1973 hizo lo mismo un reducido grupo de mujeres comu- peta 2/1, AHPCE.
nistas. Véase para estas cuestiones M. Comabella, «Movi- 72.– Carmen Suárez Suárez, Feministas en la Transición
miento Democrático de Mujeres», pp. 254-256. asturiana (1975-1983). La Asociación Feminista de Asturias,
Manifestación feminista a finales de la década de 1970 (Foto: Archivo Histórico del PCE).
acabaron integrándose en sus filas a través las mujeres ya no sólo obedecía al deseo de
de esta vía. Pero, además, la trayectoria del integrar en sus filas a un mayor número de
MDM refleja la evolución del discurso del ellas sino también a la presión de algunas
PCE respecto a la organización política de militantes y a la creciente importancia del
las mujeres y la forma en la que las comu- feminismo. Ya en septiembre de 1970 el Co-
nistas lo asumieron, negociaron o cuestio- mité Central había hecho público un mani-
naron [80]. Las contradicciones introducidas fiesto en que se reconocía el intenso trabajo
en el discurso tradicional por la nueva mili- del MDM y en 1972, en el VIII Congreso del
tancia femenina y la apertura de vías para el Partido, se enunció la necesidad de dar un
debate interno sobre el feminismo hicieron giro de 180 grados sobre el problema de la
que la cuestión de la liberación de la mu- mujer. En el informe presentado al Comité
jer fuera incorporándose cada vez con más Central, Santiago Carrillo hacía autocrítica,
fuerza a los programas del PCE, que empezó al tiempo que destacaba la labor del MDM
a ser consciente la necesidad de adaptar su asegurando que, pese a no haber tenido el
discurso y su práctica política a los nuevos camino fácil, había logrado en pocos años
retos que iba introduciendo la propia movi- resultados alentadores [81]. Un año después,
lización de las mujeres. De hecho, el interés
81.– Nuestra Bandera, nº 65, 3er trimestre de 1970; «Hacia
creciente que desde principios de los seten- la libertad. Informe del CC presentado por Santiago Car-
ta mostró el Partido ante los problemas de rillo», Actas VIII Congreso del Partido Comunista de España,
1972, pp. 71-72. También Ignacio Gallego, en su interven-
80.– Nadia Varo Moral, «La larga sombra del Movimien- ción en el Congreso, insistió en la necesidad de facilitar la
to Democrático de Mujeres. El PSUC y la organización de incorporación de mujeres al Partido y alabó la actuación
mujeres durante el franquismo», Historia, Antropología y del MDM. Ignacio Gallego, «Problemas de organización
Fuentes Orales, 47-48 (2012), pp. 48-49. y modificaciones a los estatutos», Actas VIII Congreso del
ordinación femenina, provocó a menudo el dad de género que en unos casos fortaleció
surgimiento de disputas y enfrentamientos un compromiso previo, en otros mostró el
entre ellas y que la difícil convivencia en- camino de la lucha política y en ocasiones
tre posiciones enfrentadas limitó conside- llevó a luchar por encontrar un lugar den-
rablemente las posibilidades de actuación tro del espacio político y por reivindicar el
del MDM durante los últimos años. Sin em- debate feminista en el ámbito público. De
bargo, esta misma coincidencia fue tam- hecho, el trabajo desarrollado por el MDM
bién la que favoreció la creación de lazos y su capacidad para divulgar entre las cla-
solidarios gracias a los cuales las experien- ses populares un feminismo moderado,
cias de unas mujeres se enriquecieron con dotaron al movimiento feminista de una
las de las otras. Fue así como los vínculos base social que le proporcionó visibilidad y
establecidos en movimientos informales capacidad de presión durante los primeros
como los motivados por la solidaridad y los años de la transición a la democracia. [86] El
consumos sirvieron a las mujeres más jó- camino que quedaba por recorrer era aún
venes para aplicarlos al MDM, mientras la largo, pero la labor que militantes de varias
presencia de activistas con mayor forma- generaciones llevaron a cabo en los años fi-
ción profesional o cultural, relacionadas nales de la dictadura desde el interior del
con el ámbito universitario, el mundo del Movimiento Democrático de Mujeres jugó
derecho o la reivindicación feminista, en- un importante papel en el cambio político y
riqueció la lucha de las más veteranas. El social iniciado en los años finales del fran-
trabajo en un espacio de actuación política quismo y fue determinante en el proceso
definido y dirigido por mujeres fomentó la de reelaboración de una nueva ciudadanía
aparición de una complicidad y solidari- democrática.
Resumen:
Abstract:
This article analyzes the publishing process of Karl Marx’s and Friedrich Engels’s books in Spain
during the period 1966-1976, drawing from bibliographical censorship collections of the Ministe-
rio de Información y Turismo of the Franco’s dictatorship.
* Este trabajo es complementario al estudio del autor de estas páginas Dirigismo cultural y disidencia editorial en España
(1962-1973), Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2013
«Hay que celebrar que la empresa de editar res trataron de aprovechar [3]. Como afirma
los clásicos del marxismo continúe abrién- Pedro Ribas, tras la victoria de Franco en
dose tenazmente un resquicio, por estrecho la Guerra Civil y hasta los años sesenta, el
que sea, en la muralla, dos veces ya bautiza- marxismo había sido duramente perseguido
da, de la censura franquista. Menos saluda- y sólo se permitió publicar sobre él desde
bles son algunos rasgos de la manera como posiciones específicamente antimarxistas [4].
a menudo se hacen estas ediciones [1]» A partir de ahí, la situación evidenció un
Manuel Sacristán Luzón en 1967. cambio. Entre 1962 y 1976 —desde los pri-
meros años del «aperturismo» cultural hasta
Introducción y cuestiones preliminares los primeros gobiernos de la monarquía— se
consiguió editar en España un acervo biblio-
El panorama del libro de lucha ideológica, gráfico de textos marxistas, impensable en
académico y cultural experimentó una im- los años cuarenta y cincuenta. Ello permitió
portante evolución durante el segundo fran- una recuperación y renovación del marxis-
quismo. En palabras de Juan Pablo Fusi: «El mo en distintas áreas —no sólo con propó-
marxismo, la filosofía más detestada por el sitos militantes, sino también culturales y
franquismo, se convirtió por unos años [des- académicos—, donde la edición y reedición
de mediados de los sesenta] en la subcultura de textos de Marx y Engels —que había esta-
dominante de la oposición» [2]. En un contex- do en pleno auge hasta la implantación del
to de institucionalización y modernización franquismo— resultó fundamental [5]. No es
de la dictadura para adaptarse a los nuevos el propósito de estas páginas entrar en los
tiempos sin cambiar en lo esencial, en pleno aspectos doctrinales e ideológicos de sus
auge del «desarrollismo» tras el abandono de obras, sino exponer el enfrentamiento dia-
la política autárquica, y con las miras pues- léctico entre la disidencia editorial y el diri-
tas en la Comunidad Económica Europea gismo cultural del régimen [6].
(CEE) y otros organismos internacionales, el
arranque de un tímido proceso de «apertu- 3.– Sobre las cuestiones esenciales de la política de aper-
tura cultural, véase la figura 1 del anexo.
ra» cultural (más cosmético y aparente que
4.– Pedro Ribas, «El marxismo español desde el final de la
real) por parte del dirigismo cultural del ré-
Guerra Civil hasta hoy», Pensamiento español y latinoame-
gimen propició el surgimiento de un impor- ricano contemporáneo, Editorial Feijóo, 2002.
tante movimiento de disidencia editorial. El 5.– Para conocer el alcance y la difusión de las obras mar-
punto de inflexión lo marcó la promulgación xistas en España, desde sus inicios hasta el final de la
de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 [en Guerra Civil, son de especial importancia los trabajos de
Pedro Ribas, en especial La introducción del marxismo en
adelante, LPI], una nueva normativa que, al
España (1869-1939), Ediciones de la Torre, Madrid, 1981,
contrario de lo proclamado por la propagan- y Aproximación a la Historia del Marxismo Español (1869-
da oficial, impuso unos márgenes de actua- 1939), Edymion, Madrid, 1990. Para el período posterior,
ción muy estrechos y arbitrarios y unos ni- reviste especial interés —además del artículo de Pedro Ri-
vas anteriormente citado— Álvaro Ceballos Viro, «El mar-
veles muy altos de control y represión, pero
xismo del régimen (1940-1960)», Revista de Hispanismo
con fisuras importantes que muchos edito- Filosófico n. 12, CSIC, Madrid, 2007, pp. 45-64. Así mismo,
puede verse una síntesis de la sucesiva introducción del
1.– Manuel Sacristán Luzón, Escritos sobre El Capital (y tex- marxismo en España (desde sus inicios hasta los años se-
tos afines) [Edición de Salvador López Arnal con prólogo tenta del siglo XX), en la tercera parte de la obra colectiva
de Alfons Barceló y epílogo de Óscar Carpintero], Madrid, Gian Mario Bravo et al., El Marxismo en España, Madrid,
FIM/El Viejo Topo, 2004, p. 42. Fundación de Investigaciones Marxistas, 1984, pp. 131-
2.– Juan Pablo Fusi, Un siglo de España. La cultura, Madrid, 199.
Marcial Pons, pp. 129-130. 6.– Sobre el mundo editorial y el dirigismo cultural del
Fraga y verdadero artífice de la LPI), último (Madrid), Equipo Editorial (San Sebastián),
intento «aperturista» cultural del régimen. Halcón (Madrid), ZYX/ZERO (Madrid), Fun-
Y una última fase del franquismo muy re- damentos (Barcelona), Grijalbo (Barcelona),
gresiva y represiva entre octubre de 1974 y Lur (San Sebastián), Fontanella (Barcelona),
julio de 1976, marcada por dos hechos fun- Castellote Castellote (Madrid), Ediciones de
damentales: la muerte de Franco en noviem- Cultura Popular (Barcelona), Comunicación/
bre de 1975 y la coronación de Juan Carlos Alberto Corazón (Madrid), Helios (Madrid),
I, con el Decreto Ley sobre prevención del Oikos-Tau (Madrid), Siglo XXI de España Edi-
terrorismo de 1975 como eje represivo prin- tores (Madrid), Ediciones Ibéricas (Madrid),
cipal (en vigor desde agosto de 1975 hasta Akal (Madrid), Laia (Barcelona), Tusquets
febrero de 1976) [8]. Ahora bien, téngase en (Barcelona), Martínez Roca (Barcelona), Crí-
cuenta que el sistema de dirigismo y control tica (Barcelona), Júcar (Gijón), Anagrama
cultural se mantuvo plenamente operativo (Barcelona) [10].
hasta, como mínimo, 1979 [9] (en el ámbito
bibliográfico al menos), aunque incapaz de Los años del «aperturismo» cultural.
hacer frente a las actitudes de la disidencia Primeros libros de Marx y Engels
editorial.
En cuando a las editoriales implicadas en En esencia, el primer gran logro en la
la publicación de textos de ambos autores edición de vanguardia de la década de los
durante el período especificado —o en su in- sesenta lo constituyó la publicación de El
tento, ya que no todas las que lo intentaron Capital de Karl Marx por parte de la edito-
lo consiguieron— la lista sería larga, aun- rial EDAF, en edición completa de lujo. Se
que cabría citar las siguientes: Ariel (Bar- presentó a consulta voluntaria a fines de
celona), Edicions 62/Península (Barcelona), marzo de 1967, con un prólogo de Jesús
Ciencia Nueva (Madrid), EDAF (Argentina/ Prados Arrarte titulado «La opinión de los
Madrid), EDIMA (Barcelona), ORBE/Ricardo economistas del presente », que tuvo inme-
Aguilera y Ayuso [que junto con Artiach for- diatamente el visto bueno de la censura por
maban un mismo grupo] (Madrid), Aguilar considerarse «(…) fundamentalmente de
carácter técnico con primacía absoluta de
8.– Cuyo artículo cuarto convertía en delito de terrorismo
los aspectos económicos sobre los políticos
la publicación de obras consideradas de propaganda de
grupos «comunistas, anarquistas, separatistas y aquellos en la interpretación de la obra». La edición,
otros que preconicen o empleen la violencia como instru- de 7000 ejemplares de tirada, constaba de
mento de acción política o social». BOE núm. 205, de 27 de dos volúmenes, de 1129 y 1338 páginas res-
agosto de 1975, pp. 18117 a 18120.
pectivamente, con un precio total de 1000
9.– El Decreto-Ley de 1 de abril de 1977 sobre libertad de
pesetas. Y en el margen del informe censo-
expresión —conocido en la época como «Ley Antilibelo»—
suavizó en cierto grado los aspectos más represivos de rial fue escrito a bolígrafo «puede autorizar-
la LPI, pero prohibiendo expresamente —junto a la por- se la edición», denotando que la orden fue
nografía— cualquier crítica a la Monarquía, a la unidad dada, bien por el Director General o por el
de España y a las Fuerzas Armadas. BOE n 87 de 12 de
abril de 1977, páginas 7928 a 7929. En definitiva, «puso de
manifiesto los límites políticos con los que se iniciaba el 10.– La lista más completa hasta el momento puede
tránsito de la dictadura a la democracia» según Marc Ca- consultarse en Pedro Ribas, «Documentación. Selección
rrillo, «El marco jurídico-político de la libertad de prensa bibliográfica hispánica de Marx/Engels (1960-1983)»
en la transición a la democracia en España (1975-1978)», y «Fuentes documentales sobre marxismo en España»,
Revista Electrónica de Historia Constitucional, n 2, 2001, Anthropos. Boletín de Información y Documentación n 33-
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/266771.pdf 34. Extraordinario: Marx en España, 100 años después, Ma-
[consulta: 20 de febrero de 2017]. drid, 1984, pp. 36-51 y 52-53 respectivamente.
propio Ministro. En resumidas cuentas, una más, la editorial se ofrecía a dialogar para
edición de lujo, con un precio de venta muy consensuar con la Administración cualquier
elevado y un prólogo introductorio donde modificación del texto. La censura aceptó el
se primaba el carácter de ciencia económi- recurso, al considerar que:
ca de la obra reduciéndolo a la categoría de
texto histórico, fueron factores que lo con- «[...] no tiene pues carácter de propagan-
figuraron como una edición, podría decirse, da de las ideas en la selección de pasajes
«a la medida » de la política de Fraga, de contenida, aunque no las critica tampoco,
gran trascendencia propagandística y evi- y más se pronuncia contra aquellos que, a
dente contenido simbólico, y además, lejos toda costa quieren cerrar los ojos y el paso a
del alcance de la mayoría, siendo aprobado este conocimiento. La presentación y notas,
finalmente en depósito en mayo de 1967 [11]. hechas con criterio liberal, son aceptables.
Este acontecimiento resultó también bene- Me parece válida la razón de que a Marx hay
ficioso para los editores de vanguardia. que conocerle y la forma como lo hace este
Como contrapartida, algunas editoriales libro es sustancia sana» [13].
consiguieron publicar, a lo largo de 1967,
textos de Marx y Engels a precios mucho Pero aun así el propio Carlos Robles Pi-
más económicos y, por ende, accesibles a quer dejó la decisión en manos del Ministro,
capas más amplias de la población. Así por que optó por la autorización [14]. Se publicó
ejemplo, Ediciones 62 logró publicar dos an- en marzo de 1967, con una tirada de 1500
tologías de Marx en catalán a cargo de Jordi ejemplares. La segunda antología de Marx
Solé Tura que venía intentando desde enero fue Sociología y filosofía social [15], también
de 1966. La primera, titulada Teoria econo- en catalán y presentada en la misma fecha
mica, aunque la censura dictaminó que no que la anterior, resultando igualmente de-
era obra proselitista, sino sólo apta para in- negada en primera instancia, si bien el cen-
telectuales (pese a ser una edición comenta- sor de turno había optado inicialmente por
da, para facilitar la comprensión de los tex- practicar tachaduras sin reparar en el factor
tos), fue denegada principalmente por estar idiomático: «Antología de textos de Marx
traducida al catalán [12]. La editorial recurrió, sobre sociología y filosofía social con las
presentando una serie de argumentaciones inevitables inclusiones de textos netamente
que, paradójicamente, surtieron efecto: era ideológicos o políticos. [...] Sería interesante
una obra de ciencia económica integrada autorizar esta obra antológica con notas
por textos históricos, sólo apta para espe- que ilustren y recuerden las contradicciones
cialistas pero a la vez importante para la y errores de Marx a la luz de la evolución
formación de los mismos, dotada de un pró- histórica posterior a la redacción de sus
logo que orientaba al potencial lector en ese textos [...]» [16]. La editorial interpuso recur-
sentido, en una colección muy minoritaria
y (aquí los editores le dieron la vuelta al 13.– «Informe del censor 21, Saturnino Álvarez de Turien-
principal argumento del MIT) en lengua ca- zo [fraile agustino, doctor en filosofía y teología, y catedrá-
tico de filosofía en la Pontificia de Salamanca]», 6/3/1966,
talana, idioma que dificultaba todavía más
AGA, Sección Cultura, Expediente 451-66.
su comprensión para el lector medio. Ade-
14.– Carlos Robles Piquer, «Nota para el EXCMO. Señor
11.– AGA, Sección Cultura, Expediente, 2485-67. Ministro», 14/3/1966. Ibídem.
12.– «Informe del censor 9, Manuel María Massa Toboso 15.– T.B. Bottomore y M. Rubel, Karl Marx: selected writings
[abogado y funcionario del sindicato vertical]», 31/1/1966, in sociology and social philosophy, London, Watts, 1956.
AGA, Sección Cultura, Expediente 451-66. 16.– «Informe del censor 34», 9/2/1966, AGA, Sección
so también esta vez con argumentos simi- autorizada. No autorizable» [17]. A pesar del
lares: se ofrecía a dialogar y colaborar con informe negativo, por decisión del Ministro
la Administración para poder publicar lo Fraga Iribarne se terminó considerando vá-
que en definitiva eran meros textos histó- lida la solución del prólogo y se acabó tole-
ricos pero fundamentales para la labor de rando la publicación, que fue presentada a
los especialistas, haciendo hincapié en que depósito en octubre de 1967, con una tirada
el idioma de la traducción le confería una de 1500 ejemplares.
difusión más restringida. Además, se ofre- Otra de las antologías pioneras sobre Karl
ció la inclusión de un prólogo que especi- Marx fue Formaciones económicas precapita-
ficara el carácter intelectual de la antolo- listas, de Ciencia Nueva. Su importancia era
gía. El informe censorial negativo sobre el doble como parte de los Grundrisse. Presen-
recurso muestra uno de los testimonios de tada a consulta voluntaria en septiembre
lo que constituía la esencia de la política de 1966, contó con la ventaja de la exis-
«aperturista » y las resistencias a la misma tencia de al menos dos textos similares ya
experimentadas por los propios censores, autorizados (aunque todavía no estuvieran
conocedores de la nueva realidad pero te- publicados), por lo cual las trabas ministe-
merosos a su vez frente a cualquier cambio riales para su autorización fueron mínimas:
o evolución: «Se contienen en esta obra, eliminación de cuatro párrafos del estudio
una serie de ensayos y trozos escogidos de introductorio desarrollado por Eric Hobs-
la obra de Marx. Naturalmente, sería inge- bawm y la inclusión de un prólogo a la edi-
nuo a estas alturas realizar una crítica de los ción española que incidiera en la naturaleza
trabajos de Marx. El que suscribe entiende exclusiva histórico-intelectual del libro, que
que la autorización o denegación de la pre- corrió a cargo de Juan Carlos Rey Martínez.
sente obra es un problema de oportunidad Finalmente se aprobó el depósito a mediados
política. Aunque es difícil que por la simple de julio de 1967, con una tirada de 3000 ejem-
lectura del pensamiento de Marx (por otro plares al precio de venta de 60 pesetas (con
lado, y aunque el recurrente diga lo contra- una segunda edición en diciembre de 1968).
rio, suficientemente expuesto, analizado, y Más importante si cabe resultó la
digámoslo también, desfasado) alguien se publicación de Las luchas de clases en Fran-
convierta al comunismo (cuerpo ideológico cia, también por Ciencia Nueva. Inicialmen-
muy distinto del marxismo químicamente te se pretendía incluir El 18 brumario de Luis
puro), por otro lado autorizar la presente Bonaparte en el mismo volumen, pero hubo
obra, nos llevaría mañana a autorizar todo que desistir. La obra se presentó a censura
el pensamiento marxista, o sus obras com- en enero de 1967, y la opinión de los cen-
pletas. Como Marx, dígase lo que se diga, no sores sobre la misma fue en principio casi
es en ciertos países todavía un «mero clá- unánime: era un texto clásico con una im-
sico del siglo XIX», en la autorización de portante carga de exaltación revoluciona-
este tipo de obras exegéticas, deviene, como ria, muy peligroso por tanto en el contexto
habíamos dicho, una cuestión de oportuni- de agitación estudiantil universitaria. Sobre
dad política, y no de mera censura. Con es- todo tratándose de una tirada de 3000 ejem-
tas salvedades el que suscribe entiende sin plares al precio de 150 pesetas. La editorial
embargo, que la presente obra no debe ser recurrió apelando directamente al «espíritu
de la LPI», y a que Marx y Engels estaban
Cultura, Expediente 452-66. 17.– «Informe del censor 32», 9/3/1966. Ibídem.
Socialista Obrero Español y autor de diver- ejemplares a 50 pesetas, dándose por acep-
sas obras de filosofía y política, entre ellas tado sin reparos: «[...] Al no sentar ningu-
Apuntes de psicología científica, Boceto de na teoría política y limitarse a criticar estos
ética científica, Deberes éticos y cívicos, De estamentos políticos centrados en Francia,
mi campo, Propaganda socialista y Contra la estimamos que no encierran ninguna peli-
guerra» [21]. grosidad, ni inciden en ninguna disposición
legal. Se confirma la autorización concedi-
El depósito se efectuó en abril de 1968, si da a esta obra [...]» [22]. El 18 brumario de Luis
bien, de una tirada inicialmente propuesta Bonaparte fue editado además por Ediciones
de 2000 ejemplares, se editaron 8000, a 100 Halcón, en diciembre de 1968, y aunque la
pesetas el ejemplar, siendo uno de los mayo- censura estimó aceptar el depósito, una vez
res éxitos de ventas de la editorial. El interés comprobado que ya había sido autorizado
(sobre todo histórico) de la obra en la épo- previamente se determinó resolver el expe-
ca de su publicación era doble: por un lado, diente bajo silencio administrativo [23].
se trataba era un texto fundamental para el En los meses de junio y julio de 1968,
estudio y la comprensión del marxismo en Ciencia Nueva presentó a censura Miseria de
toda su extensión, y por otro, el proceder de la Filosofía y Sobre arte y literatura, respecti-
una edición traducida y publicada en Espa- vamente. El primero constituía la respuesta
ña por José Verdes Montenegro y Montoro de Marx a la Filosofía de la miseria, de Prou-
en una época donde la terminología marxis- dhon. De los dos censores que examinaron
ta todavía no había sido aplicada al vocabu- el libro, tanto Pedro Borjes (fraile francisca-
lario de la economía política en castellano. no, americanista e historiador de la Iglesia
Así lo hicieron ver los editores en la nota y profesor de la Complutense) como Ma-
preliminar citada, al comentar la labor re- nuel María Massa Toboso coincidieron en
querida para su puesta al día, sustituyendo, su argumentación: se trataba de una obra
por ejemplo, el término «mercaderías» por técnica, donde primaban los aspectos eco-
«mercancías», «renta fundiaria» por «renta nómicos. Pero para ser autorizada había que
de la tierra», «repartición» por «distribu- eliminar un par de apartados en los que se
ción», o «supervalía» por «plusvalía». abogaba por el derecho a la huelga. Al final,
Pero la gran proliferación de ediciones se optó por solicitar el texto traducido, que
de estos textos comenzó a partir de mayo nunca llegó a entregarse [24]. Fue la editorial
de 1968. Durante ese mismo mes vieron la Aguilar la que, bajo el mismo criterio cen-
luz dos títulos. En primer lugar, la antología sorial, logró publicar la obra en 1969, tra-
Manuscritos de economía y filosofía, de Karl ducida y prologada por Dalmacio Negro Pa-
Marx, con traducción, introducción y notas vón. Aguilar había publicado Filosofía de la
de Francisco Rubio Llorente, publicado por miseria antes de la guerra: treinta años más
Alianza; en segundo lugar, El 18 brumario de tarde lograba así complementar su catálogo.
Luis Bonaparte, que había sido denegado a En cuanto a la antología Sobre arte y litera-
Ciencia Nueva algunos meses antes. Presen-
tado a depósito directo por Ariel, fue el pri- 22.– «Informe de censura [firma no identificada], 20/5/1968,
AGA, Sección Cultura, Expediente 4749-68.
mer texto de Marx publicado en la colección
23.– «Informe del censor Onofre Gómez Nisa [abogado]»,
«Ariel Quincenal» en una edición de 5000
02/12/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 10487-68.
24.– Informes de los citados censores, de 12/6/1967 y
21.– MIT, Orientación Bibliográfica. Contestación a la gale- 24/6/1967 respectivamente, AGA, Sección Cultura, Expe-
rada 150-68, AGA, Ibídem. diente 4964-67.
Panorámica temporal de las principales editoriales que publicaron textos de Marx y Engels en
España (Elaboración del autor).
tura, no hubo reparos en autorizarlo. No por «[...] A pesar de que sería útil esta obra para
su temática, que los censores identificaron conocer el pensamiento de los autores acer-
más próxima a la política que al arte y la li- ca de la religión (sin necesidad de recurrir a
teratura propiamente dichos, sino por estar las obras completas), el prólogo original de
integrada por textos previamente autoriza- los editores, la editorial española y la tirada
dos por el MIT (algo que la propia editorial de la misma [5000] obra dan a entender que
había indicado en nota manuscrita), y sin se trata más bien de una propaganda contra
una ilación apreciable [25]. La obra se entregó la religión. Por eso, creemos que no puede
a depósito finalmente en febrero de 1969, publicarse» [26].
con un prólogo de Valeriano Bozal.
A partir de agosto, la recién funda- En cuanto a Temas militares, se descono-
da Equipo Editorial de San Sebastián probó cen los pormenores ocurridos con la censu-
suerte con dos obras antológicas. Sobre la ra, porque su expediente no se ha conserva-
religión y Temas militares. La primera, Sobre do, pero los registros sugieren que la obra
la religión, propuesta en agosto, resultó de- se entregó a depósito directo, circulando
negada sin contemplaciones. El expediente probablemente bajo silencio administrati-
de censura es elocuente al respecto: vo, dado que no hubo denuncia inmediata
(pero sí problemas posteriores, durante el
25.– «Informes de los censores 41 y Antonio Iglesias Lagu-
na [crítico literario, historiador de la literatura, novelista y
poeta]» de 15/7/1968 y 31/7/1968 respectivamente, AGA, 26.– «Informe del censor 20», 02/9/1968, AGA, Sección
Sección Cultura, Expediente 6122-68. Cultura, Expediente 7083-68.
«[...] Aunque otros textos económicos de Motivo por el cual se determinó el silen-
Marx se han autorizado, parece a quien sus- cio administrativo. En diciembre de 1968
cribe que la elevada difusión del texto (5000 se presentó a depósito directo la edición de
ejemplares) y su mínimo coste (30 pesetas) ORBE/Ricardo Aguilera, 5000 ejemplares a
no hace aconsejable semejante difusión 30 pesetas el ejemplar, y en enero de 1969,
masiva de textos marxistas que llegan al la edición de Ediciones Halcón, con la misma
gran público y no sólo a los estudiosos de tirada a la mitad de precio, 15 pesetas. Am-
Marx, salvo mejor criterio» [27]. bas recibieron el silencio administrativo por
toda respuesta del Ministerio.
La misma obra le fue denegada a Edicio- Algo similar ocurrió con la edición de los
nes 62 en su versión catalana, Salari, preu i textos Del socialismo utópico al socialismo
profit, presentada a consulta en septiembre científico y Ludwig Feuerbach y el fin de la fi-
del mismo año. También se prohibió publi- losofía clásica alemana, presentados a depó-
carla a ZYX, «[…] por el carácter popular de sito directo en un único volumen por Equipo
la edición [5000 ejemplares a 20 pesetas] y Editorial en noviembre de 1968. Pese a las
ser en realidad el meollo de la doctrina co- discrepancias iniciales entre los censores
munista sobre la remuneración del trabajo que la examinaron, hubo que tolerarla bajo
[…]» [28]. Sin embargo, otras editoriales sí fue- silencio administrativo [30]. Y mientras que el
ron capaces de editar esa obra, utilizando la mismo texto de Del socialismo utópico al so-
estrategia más agresiva del depósito direc- cialismo científico fue denegado en consulta
to. Hubo hasta tres ediciones de la obra, lle- voluntaria a Ediciones de Cultura Popular en
diciembre de 1968, ORBE/Ricardo Aguilera
27.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
14/10/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 8066-68.
28.– «Informe del censor Francisco Fernández Jardón 29.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
[abogado municipal]», 2/12/1968, AGA, Sección Cultura, 5/11/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 9390-68.
Expediente 10374-68. 30.– AGA, Sección Cultura, Expediente 9392-68.
pudo publicar Ludwig Feuerbach y el fin de la zar un Marx completo, en obras completas
filosofía clásica alemana en enero de 1969, (con las debidas reservas) y otra muy dis-
por medio del depósito directo y bajo silen- tinta la proliferación de textos marxistas,
cio administrativo. A PRECIOS CADA VEZ MÁS POPULARES
Por otra parte, de la obra ya citada Tra- (hasta que llegue el carácter gratuito). Los
bajo asalariado y capital, aparte de la edi- precios decrecientes en progresión geomé-
ción de Equipo Editorial hubo otras en las trica, a juicio de quien suscribe, y salvo me-
que conviene detenerse, sobre todo las de jor criterio, revelan intención de difusión.
ORBE/Ricardo Aguilera y Ediciones Halcón. Salvo mejor criterio de la Superioridad, no
En la de ORBE/Ricardo Aguilera, presentada es aceptable el depósito [...]» [31].
a depósito en diciembre de 1968, el propio
editor Ricardo Aguilera López indicó en el Finalmente se optó por la fórmula habi-
formulario de depósito «Este título ha sido tual del silencio administrativo, tanto para
publicado por otra firma editorial española». Ricardo Aguilera como para Ediciones Hal-
El pequeño formato de la obra (11x18), su cón, cuya edición todavía resultó más bara-
elevada tirada (5000 ejemplares), pero sobre ta, al precio de 15 pesetas el ejemplar.
todo, su bajo precio (30 pesetas), puso a los Otro de los textos de gran repercusión
censores nuevamente en alerta, demostran- fue El Capital, desarrollo de la producción ca-
do una vez más que la política de supuesta pitalista en su versión resumida por Gabriel
«apertura», no era más que una operación Deville. Se presentó a depósito por Equipo
de propaganda política, contraria a la po- Editorial y, de forma casi simultánea, por
pularización de determinados textos. El Ediciones Halcón, ambas en diciembre de
informe elaborado al respecto es elocuente 1968. Los censores consideraron que, si bien
por sí mismo (las mayúsculas proceden del la obra original ya había sido autorizada en
original): edición de lujo, una edición sintética de
bolsillo y a bajo precio era accesible al gran
«[...] Esta obra, junto con otra de Marx, fue público y, por lo tanto, violaba la Ley de Re-
autorizada en régimen de depósito al pre- presión de la masonería y el comunismo de
cio de SETENTA pesetas, La otra obra de 1940, con lo que ambas ediciones fueron se-
Marx, a que se refiere el apartado anterior cuestradas de forma sistemática.
titulada Salario, precio y ganancia fue de-
negada por el lector que suscribe en base «[...] Tal resumen se hace con la clara y evi-
a su precio ULTRAPOPULAR de VEINTE dente intención de poner al alcance de las
pesetas. Trabajo asalariado y capital se pre- mentalidades poco cultivadas aquellos as-
senta ahora a depósito con nueva rebaja del pectos de la doctrina de Marx que exaltan
precio: a TREINTA PESETAS y CINCO MIL la explotación del proletariado por el capi-
EJEMPLARES, con una edición francamente talismo y la forzosa acumulación del capital
muy decente. Siguiendo este camino, cual- con el consiguiente aumento de la proleta-
quier otro equipo editor, puede presentar rización y el ineludible triunfo de la propie-
esta obra a depósito, por ejemplo, a DOCE dad comunista producida por la conciencia
pesetas (precio muy normal en la editorial de clase adquirida por los proletarios. Si la
ZYX). La intencionalidad de las editoras es obra completa de Marx, hoy, como obra ya
manifiesta (inserción de notas a la Adminis-
tración, señalando que ya se ha autorizado 31.– «Censor Antonio María Massa Toboso,» 16/12/1968,
la obra a otra editorial). Una cosa es autori- AGA, Sección Cultura, Expediente 11036-68.
trataba de un documento histórico, con edi- Sin embargo, declarado el estado de ex-
ciones por todo el mundo, útil tan sólo en el cepción de 24 de enero de 1969 (es decir, al
entorno académico, nada peligroso «frente a día siguiente), la Orden Ministerial de 25 de
la solidez evidente de los principios políticos enero de 1969 establecía específicamente la
vigentes en España», y cuya edición —como suspensión de cinco títulos de Marx y En-
medida de comprensión y tolerancia de la gels ya citados, en todas sus ediciones: Del
política ministerial— aumentaría la riqueza socialismo utópico al socialismo científico, Sa-
editorial española y su prestigio internacio- lario, precio y ganancia, Trabajo asalariado y
nal [38]. Pero la censura determinó que no era capital, Temas militares y El 18 brumario de
posible tolerar su publicación, por ser «un Luis Bonaparte (la versión de El Capital resu-
programa político y el punto de arranque mida por Gabriel Deville no entró en la lista,
de la acción comunista», y además una obra porque ya estaba secuestrada). Además, el
expresamente incursa entre las prohibidas Ministerio de Información y Turismo elabo-
por la ley: se consideraba un documento ró un informe a modo de pliego de cargos
con plena vigencia, y en ningún caso pieza explicando las razones que impulsaban al
de archivo ni curiosidad histórica [39]. Todavía régimen al secuestro de tales obras.
habría que esperar varios años hasta ver esta
obra publicada. «[…] Del socialismo utópico al socialismo
El extenso informe ministerial titulado científico: Síntesis de las bases del marxismo
«Aplicación de la Ley de Prensa e Impren- que han servido de modelo y pauta para la
ta. Informe sobre la producción editorial formulación, organización y desarrollo de la
española», de 23 de enero de 1969, ponía teoría del Partido Comunista.
de relieve algunas cuestiones interesantes Salario, precio y ganancia, y Trabajo asala-
sobre la censura de textos marxistas: riado y capital: Los textos de Marx son tanto
más peligrosos cuanto más breves sean. Así
«[…] Se ha procurado distinguir entre ocurre con Salario... y con Trabajo.... Se trata
la literatura marxista de propaganda de súmulas del pensamiento marxista en las
proselitista y subversiva (que se ha frenado que, sin embargo, está presente toda la retó-
fuertemente) y la que corresponde a zonas rica de la lucha de clases.
más informativas y expositivas, de cuyo Temas militares: Recopilación de artículos
conocimiento no puede privarse a los de Engels estudiando el aspecto militar de la
españoles sistemáticamente y a perpetuidad. revolución de 1848, de la Guerra de Crimea,
El prestigio de lo tan drásticamente vetado de las Campañas de Garibaldi... Pero queda
sería tremendo. No hay razón alguna para clara la antipatía del autor por el ejército y,
que ciertos textos de Marx no puedan ser con cualquier pretexto, se exalta la insu-
editados en España. La ceguera no parece rrección social y se elogia el comunismo.
el mejor procedimiento para combatir el El 18 Brumario de Luis Bonaparte: En esta
marxismo» [40]. breve obra, Carlos Marx agrupa todos sus tó-
picos contra las estructuras sociales, contra
los partidos y fuerzas del orden y contra la
38.– «Carta de Ricardo Aguilera al MIT», Madrid, 2/1/1969.
Iglesia. Exaltación y lucha de clases […]» [41].
Ibídem.
39.– «Informe del censor Miguel Piernavieja del Pozo [fa-
langista, historiador del deporte, antiguo espía en Londres
y divisionario azul]», 9/1/1968. Ibídem. 41.– «Títulos retirados de la circulación», enero de 1969,
40.– AGA, Sección Cultura, Gabinete de Enlace, Caja 587. AGA, Sección Cultura, Caja 21/19209.
Los libros fueron examinados por el fiscal La difícil etapa bajo el control de
del Tribunal Supremo Hernández Gil para Carrero Blanco
determinar qué obras podían ser encausa-
das judicialmente y prohibirlas de forma de- La obra Carlos Marx en testimonios pro-
finitiva. El fiscal estableció una clasificación pios y documentos gráficos, de Werner Blu-
según su contenido supuestamente delicti- menberg, no era una obra de Marx propia-
vo. Los libros de Marx y Engels entraban en mente dicha, sino un ensayo biográfico,
los considerados «no delictivos», la tercera apoyado sólidamente en algunos de sus
categoría. Respecto a las obras de Marx, el escritos. Fue presentada por Edicusa a con-
informe afirmaba: sulta voluntaria en noviembre de 1969. La
censura la consideró «un estudio científico
«[...] Sus contenidos son sumamente cono- sólido y objetivo sobre Marx», que además
cidos y contienen las ideas sobre economía «rompe el mito de Marx, haciéndole des-
y filosofía marxistas, pero son difíciles de cender a la categoría de un hombre, aunque
considerar delictivas en España por su sola extraordinario» [43]. No obstante, hubo que
publicación. Los propios servicios del Mi- modificar el texto en algunos puntos, sobre
nisterio de Información y Turismo aducen todo referentes a las citas bibliográficas:
que alguna de estas obras fue autorizada
al precio de 60 pts. y lo que desaconseja su «[...] En lo que respecta a la bibliografía
autorización ahora es el precio popular de presentada, hay que hacer notar que
20 pesetas que puede darles mayor difusión. muchas de las obras están publicadas
Esto es cierto, pero no podemos basar en en editoriales españolas, pero dudo que
ello una acusación formal [...]». todas estén aprobadas y otras muchas en
editoriales extranjeras muy sospechosas
En cuanto a las específicas de Engels, el y algunas ciertamente reprobables [como
informe también era claro al respecto: «[...] Ruedo Ibérico] que hacen suponer que no
Aunque sus doctrinas no se acomodan a las podrían autorizarse» [44].
estructuras de nuestro sistema político, se
trata de doctrinas en cierto modo clásicas, No sólo estaba prohibido publicar obras
prácticamente imposibles de incluir en pre- prohibidas: también estaba prohibido ci-
ceptos penales [...]» [42]. tarlas, y también citar obras de editoriales
Durante este bienio regresivo, la obse- prohibidas. La obra fue publicada final-
sión del dirigismo cultural fue establecer un mente en mayo de 1970.
rígido control sobre la disidencia editorial, No hubo problema, sin embargo, en la
con medidas que transgredían la propia LPI. publicación de Para una crítica de la econo-
Pero lo más llamativo lo constituyó el cierre mía política, de Marx, prologada por Mau-
administrativo de varias editoriales: Equipo rice Dobb y con un apéndice documental
Editorial, ORBE/Ricardo Aguilera (que tras interesante. Presentada a consulta por Co-
duras gestiones pudo reabrir), Halcón, EDI- municación/Alberto Corazón, en febrero de
MA y Ciencia Nueva. Con la amenaza adicio- 1970, la censura la consideró el preceden-
nal de que el cierre se extendiese a Edicusa, a te más directo de El Capital, orientada a la
ZYX (refundada como ZERO) y a Nova Terra.
43.– «Informe del censor Antonio Albizu Salegui»,
42.– «Nota sobre treinta libros elevados a consulta por 18/9/1969, AGA, Sección Cultura, Expediente 11092-69.
el Ministerio de Información y Turismo», 24 de marzo de 44.– Informe del censor anterior sobre las galeradas,
1969, AGA, Sección Cultura, Expediente 3017-68. 23/4/1970. Ibídem.
economía, con valor meramente histórico y lector no formado sólo puede ser portador
carente de propaganda [45]. Se entregó a de- de una mentalidad materialista y anticris-
pósito en septiembre de 1970 bajo el título tiana, sobre todo por el contexto ideológico
definitivo de Contribución a la crítica de la que implica su mismo autor [...]» [46].
economía política.
También se autorizó la edición catalana Como también fue denegada la edición
de La ideologia alemanya, de Marx y Engels, de Cartas a Kugelman por Ayuso, aun estan-
propuesta desde septiembre de 1968 por do autorizada la versión de Ediciones 62.
Edicions 62 y publicada en abril de 1970, si Los motivos, la inclusión de un prólogo de
bien la versión en castellano fue más pro- Lenin que constituía un verdadero «panfle-
blemática. La presentó Grijalbo en enero de to revolucionario» y, sobre todo, que fuera
1969, pero fue denegada en primera instan- edición de difusión popular, de 5000 ejem-
cia por culpa del estado de excepción. Fi- plares a 60 pesetas [47].
nalmente pudo ver la luz en abril de 1970. A partir de ese momento, las obras de
No pudo publicarse, sin embargo, un li- Marx y Engels fueron denegadas de forma
bro integrado por dos trabajos de Engels, casi sistemática, siguiendo criterios especí-
El papel del trabajo en la transformación del ficamente políticos y circunstanciales. Así
mono en hombre e Introducción a la dialécti- por ejemplo, la obra Historia del pensamien-
ca de la naturaleza, presentado por Ayuso en to económico clásico, propuesta por Ayuso
abril de 1970. El libro fue considerado poco para ser publicada en dos volúmenes a un
más que una mera curiosidad histórica, precio de 600 pesetas, resultó denegada por
donde las contradicciones con la Iglesia y dichos motivos:
el cristianismo —evidentes— podían «sub-
sanarse» mediante unas cuantas tachadu- «[...] Libro técnico para un público de
ras. Sin embargo, el haberse propuesto en la misma índole. Desde este punto de
edición barata (unas 40 pesetas), y cuantio- vista y dado su carácter científico sería
sa tirada (5000 ejemplares), motivó su de- autorizable. Sin embargo, el peso específico
negación: del autor y su significación política, hace
que HOY, su posible autorización quede
«[...] En ambos trabajos los asertos histó- sometida al CRITERIO POLÍTICO, a la
ricos y científicos de Engels están hoy am- DECISIÓN MERAMENTE POLÍTICA de la
pliamente desbordados, resultando algu- Superioridad» [48].
nos de ellos irrisorios. Esto da un carácter
acentuadamente histórico a estos docu- En octubre de 1970, Ayuso sufrió la de-
mentos. [...] Encuentro muy razonable que negación de El Origen de la familia, la pro-
esta obrita se publique en una edición mi- piedad privada y el Estado, de Engels [49]. La
noritaria para especialistas, particularmen- editorial Fundamentos, por el contrario,
te en Obras Completas o algo semejante, presentó su propia edición directamente a
por su interés para conocer el pensamiento
46.– «Informe del censor 15», 4/4/1970, AGA, Sección Cul-
de este artífice parcial del marxismo. Pero
tura, Expediente 3479-70.
no veo justificación para su publicación en
47.– «Informe censorial», 9/10/1970, AGA, Sección Cultura,
edición mayoritaria y barata, pues para el Expediente 9975-70.
48.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
45.– «Informe del censor Francisco Fernández Jardón», 30/7/1970, AGA, Sección Cultura, Expediente 7270-70.
2/2/1970, AGA, Sección Cultura, Expediente 223-70. 49.– AGA, Sección Cultura, Expediente 10717-70. 26-X-1970.
depósito, resultando una verdadera provo- cia del secuestro, poniéndose de manifiesto
cación para el MIT: que existía una edición previa circulando li-
bremente por las librerías, de la antigua edi-
«[...] Se atacan principios fundamentales torial Equipo Editorial de San Sebastián [52],
relativos a instituciones como la familia, el algo que no dejaba en buena posición al MIT
Estado y la propiedad privada, lo que desde ante la opinión pública. Sobre todo cuando
un punto de vista jurídico hace viable la el caso resultó sobreseído, para disgusto de
impugnación del contenido de la publicación. la Administración [53].
Es una aportación más a la infiltración No se permitió la publicación de El pro-
sistemática de la ideología marxista a través blema campesino en Francia y Alemania, de
de la vertiente de autores reconocidos, lo que Engels, propuesto por Ayuso en octubre de
obliga a la adopción de medidas enérgicas 1971, dado que, aunque estuviese conside-
por parte de la Administración para combatir rado como un texto ajeno a la problemática
tal escalada [...]» [50]. del régimen franquista de los años 70, era
preciso «[…] cortar la INUNDACIÓN (así,
Los censores elaboraron un informe so- con mayúsculas) de literatura marxista que
bre la trayectoria de la obra en cuestión. llena al país, o intenta al menos llenarlo» [54].
Desde su primera publicación en 1968 por Como también se denegó Las revoluciones
Equipo Editorial, hasta la edición de Funda- en Alemania, del mismo autor, que había
mentos, pasando por la propuesta denegada propuesto Ayuso en marzo de 1972.
de Ayuso. Se ponía así de manifiesto, por una Si bien como ejemplos más claros de de-
parte, la identificación de Ayuso como edi- negación sistemática por criterios políticos
torial potencialmente subversiva (y no de cabe citar dos propuestas de la editorial Si-
Fundamentos), y por otra parte, se reiteraba glo XXI. En primer lugar la edición de El ca-
la necesidad de poner freno a la difusión de pital, capítulo IV, libro I. Se trataba de un ca-
obras de temática marxista: pítulo de El capital no incluido en su versión
definitiva que se había mantenido inédito
«[...] Es de destacar la clara tendencia hasta 1933. La editorial propuso el texto en
ideológica de la editorial Ayuso que en su julio de 1971, y aunque la censura reconoció
producción editorial muestra últimamen- su carácter específicamente económico, los
te una dedicación casi exclusiva a obras de criterios circunstanciales de naturaleza po-
contenido y matiz marxistas [...] A fin de lítica establecieron su denegación: «[...] En
evitar esta escalada en la producción edito- los actuales momentos, parece lógico que,
rial de obras marxistas, parece aconsejable con independencia del carácter netamen-
impedir la difusión de la obra presente, pese te económico de la publicación, debe des-
a que en su favor pueda alegarse su carácter aconsejarse por la repercusión política que
clásico o técnico. Jurídicamente existe base
52.– «Confirmado por la autoridad judicial el secuestro de
para ello [...]» [51]. un libro», en Ya, 9/1/1971.
53.– «Te adjunto nota de sobreseimiento de una obra del
Con lo que la obra fue secuestrada y de- padre del socialismo doctrinario Federico Engels. Un so-
nunciada al TOP. En la prensa se dio noti- breseimiento más que añadir a los casi treinta que han
seguido la misma suerte». Nota para el Sr. Ministro de
50.– «Informe del censor 14», 15/12/1970, AGA, Sección Enrique Thomas de Carranza, Director General de Cultura
Cultura, Expediente 12687-70. Popular y Espectáculos, 3/3/1971. Ibídem.
51.– «Informe de los lectores de Ordenación Editorial», 54.– Informe del censor Manuel María Massa Toboso, 26-
Madrid, 15-XII-1970. Ibídem. IX-1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 10212-71.
siempre tiene el autor [...]» [55]. Propuesto y mía y dado que el precio de la edición, 300
denegado a su vez en junio de 1972, y en oc- pesetas, puede considerarse elevado para
tubre de 1972, la obra pudo ver finalmente una edición popular, si por parte de la Su-
la luz nada menos que en mayo de 1973. En perioridad no existiese criterio taxativo de
segundo lugar, es preciso citar Fundamentos prohibición de obras de este autor, podría,
de la crítica de la economía política, también CON RESERVAS, AUTORIZARSE LA PUBLI-
de Marx. Propuesta inicialmente por Helios CACIÓN [...]» [57].
en septiembre de 1970, resultó igualmente
denegada tanto para Helios como para Siglo Sin embargo, para el caso de Siglo XXI
XXI y Ariel. El expediente indica los motivos: una conversación «oficiosa» posterior entre
los editores y Alejandro Muñoz Alonso [58] —
«Obra clásica en el campo económico y fun- por aquel entonces Subdirector de Cultura
damental para el estudio del pensamiento y Popular y Espectáculos—, permitió la circu-
la historia de la economía [...] Sin embargo, lación de la obra bajo silencio administrati-
su proyección política es evidente, y desde vo en febrero de 1972, a cambio de eliminar
este punto de vista puede ser desaconseja- el estudio introductorio de Martín Nicolaus
ble en un régimen surgido del 18 de julio. que figuraba en las ediciones de México y
Políticamente, hay que inclinarse al nivel Argentina de la misma editorial.
meramente administrativo del lector por No tuvo tanta suerte la antología Materiales
desaconsejarla, salvo el más acertado crite- sobre América Latina, propuesta igualmente
rio de la Superioridad» [56]. por Siglo XXI en diciembre de 1972, pues
Por tanto, no se trataba de una edición «[…] aunque los textos son de una demago-
popular, ni de simple propaganda subversi- gia antañosa y decimonónica, repetitivos
va —al menos no en apariencia— pero sobre hasta la sociedad de conceptos ya un tanto
determinadas temáticas pesaba una prohi- «demodés» como la «burguería y el proleta-
bición ministerial específica, tal como indi- riado» [...] toda la teoría básica de la subver-
caba otro de los informes de la censura: sión marxista está presente en toda la obra y
las tachaduras, pese a ser numerosas [...] no
«[...] Considerando el aspecto científico de consiguen quitarle ese carácter de indoctri-
la publicación, puede afirmarse, que la obra nación de teorías políticas en plena virulen-
de Marx constituye uno de los análisis más cia tras una modernización actualizada de
profundos de la coyuntura económica, en conceptos. En consecuencia, se considera
general y de la particular de su época, ver- que su publicación debe ser DENEGADA» [59].
daderamente crucial y constitutiva del naci-
miento de todas las más modernas situacio-
nes de la economía, que hoy tiene e incluso
disfruta la humanidad y en algún modo, 57.– «Informe del censor Antonio Albizu Salegui»,
derivadas de las ideas difundidas por Marx. 6/8/1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 7630-71.
Por ello, como obra de consulta para erudi- 58.– «Carta de J. Ignacio Quintana de Siglo XXI a Alejandro
tos y estudiosos de la Ciencia de la Econo- Muñoz Alonso,» 11/2/1972. Ibídem.
59.– «Informe del censor Fernando Monzón de Altolagui-
55.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso», rre [coronel de aviación, experto en criptografía del Alto
5/8/1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 7575-71. Estado Mayor, miembro del Servicio de Espionaje y juris-
56.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso», ta]», 9/12/1972, AGA, Sección Cultura, Expediente 14420-
19/10/1970, AGA, Sección Cultura, Expediente 9495-70. 72.
60.– «Informe del censor Antonio Albizu Salegui», 62.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
29/9/1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 9289-71. 9/3/1972, AGA, Sección Cultura, Expediente 3038-72.
61.– «Informe del censor 20», 10/9/1971, AGA, Sección 63.– «Informe del Fiscal sobre Antología de Marx», Madrid,
Cultura, Expediente 8526-71. 20/3/1972. Ibídem.
El texto pudo así circular bajo la fórmu- lariado y capital, de Miguel Castellote Caste-
la del silencio administrativo, un verdadero llote, Textos sobre la producción artística, de
logro para Edicusa. Si bien otros textos de Comunicación/Alberto Corazón (versión ac-
interés, como la antología Escritos filosóficos tualizada por Valeriano Bozal de la antolo-
de juventud y La concepción materialista de la gía Sobre arte y literatura, de Ciencia Nueva),
historia, presentados por la editorial catala- y varias ediciones de La crítica del programa
na Fontanella en noviembre de 1973, resul- de Gotha, de ORBE/Ricardo Aguilera y Edi-
taron automáticamente denegados [64]. ciones 62, por sólo citar algunos ejemplos.
Hubo, sin embargo, una modalidad que Estas publicaciones eran claramente sus-
permitió a numerosas editoriales —aparte ceptibles de circular de forma clandestina,
de Siglo XXI y otras con filial en Latinoamé- aunque bajo la amenaza de fuertes sancio-
rica— la publicación de ciertas obras, decla- nes ministeriales.
rando que estaban «destinadas a la exporta- El caso más impactante y revelador de
ción». Obras como la edición abreviada de los niveles de retroceso cultural que pre-
El capital, de Ediciones Ibéricas, Trabajo asa- tendía el régimen fue la cuarta edición de
Revolución en España. Entregada a depó-
64.– Georgina Cisquella, José Luis Ervitit y José A. Sorolla,
sito directo por Ariel en abril de 1973 en
La represión cultural. Diez años de censura de libros durante
la Ley de Prensa (1966-1976), Barcelona, Anagrama, 2002, una tirada de 10.000 ejemplares, hubo que
pp. 187. destinarla a la exportación —salvo unos
cuantos ejemplares necesarios para cubrir bre de 1968 bajo el título Un fantasma reco-
a los suscriptores—. El informe de la censu- rre Europa, la siguiente tentativa tuvo lugar
ra no ofrece desperdicio: «[...] recopilación en julio de 1974, cuando la editorial Ayuso
de una serie de artículos de Marx y Engels entregó a depósito directo El Manifiesto del
comentando los acontecimientos en partido comunista, en una tirada de 3000
nuestro país de matiz revolucionario en el ejemplares a 200 pesetas. El libro incluía
siglo pasado. Es la cuarta edición de la obra una introducción histórica de Wenceslao
(la anterior se publicó en 1970). La visión Roces como traductor y unas extensas notas
de aquellos hechos por los citados autores aclaratorias del ruso David Riazanof, de for-
es puramente marxista. Hay que tener en ma que el texto del Manifiesto apenas ocu-
cuenta que varios de los trabajos están paba 18 páginas de un total de 196. Según
escritos después del Manifiesto Comunista, Jesús Ayuso, tanto el precio como la exten-
y llevan en sí fuerte carga de exaltación re- sión fueron imposiciones del MIT a través de
volucionaria. A juicio de este lector y aun conversaciones oficiosas al más alto nivel, lo
teniendo en cuenta que es una obra ya au- cual significaba retrotraerse a los criterios
torizada en anteriores ocasiones, dadas las censoriales impuestos durante la dictadura
circunstancias actuales y la creciente pro- de Primo de Rivera. Sin embargo, una vez en
liferación de propaganda de carácter mar- manos del Ministerio, los censores encon-
xista difundiendo este pensamiento con traron el texto intolerable en su conjunto:
cualquier pretexto, no es aconsejable que
aparezca una nueva edición de esta obra y «[...] Sobre el contenido del MANIFIESTO,
menos den una difusión tan amplia como nada comentamos. Simplemente que es
se la pretende dar lanzando la cifra de una sucinta, clara y sencilla exposición de
10.000 ejemplares. En consecuencia, esti- las ideas centrales del marxismo [...] Tanto
mamos que NO ES ACEPTABLE el depósito las notas de Riazanof como la introducción
o, en último caso, autorizar solamente una de W. Roces son, dentro de una exgénesis
edición sumamente reducida» [65]. Es decir, aparentemente aséptica, una apología tan-
trece años más tarde de su primera edición to de la doctrina comunista en sí, como de
en España (1960), el Gobierno de Carrero las luchas que históricamente se han veni-
Blanco prohibió publicar una cuarta. do desarrollando para ponerla en práctica.
Considero que hay base más que suficiente
El Manifiesto Comunista y los últimos para denegar la obra. Es, al mismo tiempo
conflictos con la censura. que una información doctrinal marxista de
primera mano, una obra concebida, por sus
Tras la muerte de Carrero Blanco, ape- notas e introducción, para facilitar la asimi
nas hubo conflictos con el MIT por textos lación de la doctrina marxista a un amplio
de Marx y Engels. Según indican los expe- sector del público» [66].
dientes de censura, las editoriales de la di-
sidencia lograron publicarlos con relativa De esa forma, bajo la amenaza de la de-
facilidad. El último logro era el Manifiesto nuncia y el secuestro, los editores solicita-
comunista. Fracasado el intento —anterior- ron la anulación del depósito de la obra el
mente descrito— de publicarlo en diciem- 1 de agosto de 1974. Ni siquiera se permitió
65.– «Informe del censor 24», 3/4/1973, AGA, Sección Cul- 66.– «Informe del censor J. Morán», 31/9/1974, AGA, Sec-
tura, Expediente 4239-73. ción Cultura, Expediente 8503-74.
mo (vigente hasta febrero de 1976) tuvo es- familia e incitación al homicidio [71]. Incluso
casa incidencia en la publicación de textos pensaron que era una forma de propagan-
de Marx y Engels, dado que el régimen los da destinada a los más jóvenes: «[…] hasta
había asumido ya como documentos histó- ahora la literatura comunista en España ha-
ricos, lo cual no significa que los censores bía respetado el campo de la infancia. Esta
bajaran la guardia en ningún momento. El obra, si se autoriza, puede dar estado legal
22 de septiembre, Ayuso presentó a depósi- a la introducción del comunismo en cómics
to directo una nueva edición de 119 páginas y fotonovelas […]» [72]. Tal como recogió la
más económica del Manifiesto comunista. prensa, el libro fue secuestrado y denun-
Tres mil ejemplares a 60 pesetas. El informe ciado por propaganda ilegal al TOP [73], que
de censura resulta clarificador: «[…] Pese a terminó sobreseyendo provisionalmente el
que puede considerarse como documento sumario antes de ser suprimido, si bien el
histórico, y por supuesto circulando con an- alzamiento del secuestro no tuvo lugar has-
terioridad, se somete a criterio de la Supe- ta el 23 de febrero de 1977 [74].
rioridad por si se estima conveniente la no
circulación de la presente edición en base a A modo de breve epílogo
la normativa del Decreto-Ley sobre preven-
ción del terrorismo» [70]. En palabras de Miguel Cruz Fernández
En realidad, el último gran conflicto con (último Director General del MIT encargado
el MIT relacionado con el asunto no fue de la censura bibliográfica), «Marx fue un te-
por un texto de Marx y Engels propiamen- rrorista en los años cuarenta y un clásico en
te dicho, sino por una adaptación libre del los setenta» [75]. Ahora bien, no se puede atri-
mismo. En noviembre de 1976, la editorial buir el mérito al dirigismo cultural del régi-
Tusquets entregó a depósito directo una men porque no hubo voluntad de establecer
edición de El manifiesto comunista conver- una liberalización cultural más allá de una
tido en novela gráfica por el dibujante ita- simple estrategia de propaganda. A pesar
liano Ro Marcenaro, en una tirada de 1.500 de ello, hubo un proceso de divulgación de
ejemplares a 250 pesetas. El informe del obras de lucha ideológica a una escala mu-
MIT no ofrece desperdicio: se trataba de cho mayor que la deseada por el franquismo.
«[…] una edición en cierto modo extracta- Y se debió precisamente a ciertas fisuras en
da del famoso Manifiesto comunista [...] pero la nueva normativa y a la tenacidad y per-
realizada a la forma de los cómics o histo- severancia de las empresas de la disidencia
rietas para una mejor comprensión del tex- editorial. Los resultados de ese proceso son
to, con aclaraciones al alcance de las men- evidentes: hubo una importante difusión de
tes menos dotadas para la lectura [...]» cuyo
contenido, en resumidas cuentas, atacaba la 71.– Informe del censor Francisco Fernández Jardón, 9-VI-
Ley de Principios del Movimiento Nacional, 1976, AGA, Sección Cultura, Expediente 12665-76.
el Fuero del Trabajo y el Fuero de los Espa- 72.– MIT, Nota «MANIFIESTO COMUNISTA. Dibujos y co-
ñoles, e incurría en delitos del Código Penal mentarios de Ro Mascerano», sin fecha ni firma [probable-
tales como escarnio de la religión católica, mente, noviembre de 1976], AGA, Sección Cultura, Ibídem.
73.– «Secuestrada la versión de El manifiesto comunista»,
propaganda de la subversión, ataque a la
El País, 12/2/1976.
74.– «Levantado secuestro», Diario 16, 17/3/1977.
70.– MIT, «Nota informatica acerca del libro EL MANIFIES- 75.– Miguel Cruz Fernández, «Del deterioro al desmante-
TO COMUNISTA de Marx y Engels», 22/9/1975, AGA, Sec- lamiento: los últimos años de la censura de libros», Diálo-
ción Cultura, Expediente 9828-75. gos Hispánicos de Amsterdam n 5, 1987, pp. 28-41.
una serie de obras de naturaleza cultural, nes completas de El Capital vieron la luz en
social y política de gran significación, entre aquellos años, como la de Akal de 1976, diri-
unos sectores mucho más amplios de la so- gida por Vicente Romano García, o la de Siglo
ciedad de los que el régimen tenía previsto, XXI de 1975, dirigida por Pedro Scaron. Pero
en una fase claramente ascendente de rei- sin duda fue OME (Obras de Marx y Engels)
vindicaciones estudiantiles y obreras. Las li- el proyecto más importante y ambicioso con
brerías «de izquierdas» se poblaron de títu- diferencia. Estuvo Dirigido por Manuel Sa-
los impensables hasta entonces. El coste, no cristán, primero desde la editorial Grijalbo y
obstante, fue muy alto. Con algunas excep- retomado poco después por editorial Críti-
ciones —tales como Alianza Editorial, EDAF ca. Según el propio filósofo, el problema era
y la veterana Aguilera, entre otras— la gran que «La literatura marxista, por regla gene-
mayoría estas editoriales fueron incluidas ral, está hecha de antologías. Lo que sue-
en las listas negras del régimen, siendo cas- le leer el público son pequeñas antologías
tigadas algunas con el temible cierre admi- entrecortadas. Tenía la intención, por tanto,
nistrativo, como fue el caso de Ciencia Nue- de presentar los clásicos enteros» [76]. Ahora
va, EDIMA, Equipo Editorial, Halcón, Estela bien, como aclaró años más tarde el editor
y ZYX, entre otras. Las denuncias y los se- Gonzalo Pontón (fundador de Crítica y an-
cuestros fueron también una constante que tiguo director), el proyecto de traducir todas
suponía un serio quebranto económico para las obras de Marx y Engels era algo que no
los editores. Como en otros ámbitos, el catá- había hecho ninguna editorial privada del
logo de publicaciones de Marx y Engels fue mundo porque precisaba de una inversión
fragmentario y con lagunas, porque el diri- desorbitada. La edición que se estaba tra-
gismo cultural del régimen no permitió que duciendo era la de Dietz Verlag, la editorial
fuera de otra manera. En cualquier caso, los del Partido Comunista de la República De-
textos de Marx y Engels fueron un símbolo mocrática Alemana, íntegramente financia-
de doble dirección. Un supuesto triunfo de da con fondos públicos. La realidad es que
la «apertura» cultural de Fraga y un símbolo apenas hubo presupuesto para una veinte-
de la disidencia editorial donde cada nuevo na de títulos, con lo que el proyecto acabó
título publicado suponía un hito. Pronto se fracasando. La edición de los OME se inte-
vio la certeza de lo segundo más que de lo rrumpió hacia 1980 por las nuevas exigen-
primero. cias del mercado. De El Capital únicamente
Durante los años finales de la dictadura aparecieron los libros I y II, y muchas de las
y el período de la Transición hubo distintos obras ya traducidas al castellano —como los
proyectos de traducción y edición de textos 12 volúmenes del epistolario— permanecen
y Marx y Engels. Monumentales traduccio- inéditas todavía hoy en día [77].
Fuente: Francisco Rojas Claros, Dirigismo cultural y disidencia editorial en España, Publicacio-
nes de la Universidad de Alicate, 2013.
Resumen:
Abstract:
This article is based on the contributions published by Mujeres (Women), a journal of the Alian-
za Femenina de Guatemala —AFG— (Guatemalan Feminine Alliance), an organization run and sup-
ported by communist militants and sympathizers to read and interpret their own words, to analyze
what they proposed, to give them a leading role in a crucial period for the future of their country.
The Revolutionary period initiated in 1944 was an exceptional moment in the history of the politi-
cal participation of women and one in which communist ones left their mark. In 1954, when the
revolutionary process was violently disrupted, democratic organizations and activities were sus-
pended and many leaders were forced to run into exile or go underground.
Este artículo tiene la intención de sacar cualitativo en sus vidas. Pudieron organi-
del silencio a las mujeres comunistas como zarse, plantear sus propias demandas y ha-
actoras de la historia social, como pioneras cerse escuchar. Estudiar en la universidad,
de la militancia política y como anteceso- trabajar fuera de casa y viajar, les posibilitó
ras de quienes posteriormente continuaron transitar por caminos que les habrían de
las luchas contra las dictaduras militares y deparar nuevas experiencias pero también
a favor de la justicia y por los derechos hu- consecuencias para sus vidas.
manos. Para encontrar a las mujeres en el pasa-
El comunismo como fenómeno sociopo- do, es fundamental la búsqueda de docu-
lítico, no se puede analizar ni comprender mentos, testimonios, que surjan desde ellas
de manera integral si se ignora a las mu- mismas. Esto plantea la necesidad de hur-
jeres como sujetas activas que, desde sus gar entre líneas, desenterrar y hacer visi-
propias experiencias, percepciones e inter- bles a quienes la historia ha dejado de lado.
pretaciones, contribuyen a construir una
historia en la que intervienen como actoras Las primeras comunistas de la etapa
y narradoras, con sus particulares formas fundante
de ver el mundo, en relación con sus entor-
nos sociales, temporales y espaciales. La revolución rusa marcó un hito inne-
A causa de la represión y violencia ex- gable en la historia de la humanidad. En
tremas desatadas contra personas y orga- Guatemala, los medios de comunicación
nizaciones que promovieran la justicia o transmitieron noticias e imágenes en torno
se opusieran al orden establecido, acceder a este suceso, desde perspectivas conserva-
a la historia del comunismo en Guatemala doras que enfatizaban las expropiaciones,
ha enfrentado varias dificultades. La censu- atemorizaban a la población con la amena-
ra, el silencio, la cautela, la clandestinidad, za de ser víctimas de los horrores del comu-
han sido obstáculos para conocer la histo- nismo. No obstante, versiones más apega-
ria de esta corriente política que dejó hue- das a las ideas socialistas lograron filtrarse
llas imborrables —para bien o para mal— en a través de los resquicios de las dictaduras,
la historia del siglo XX. Durante la segun- y de esa manera, sectores de la población
da década del siglo recién pasado, cientos urbana supieron que el proletariado había
de miles de personas fueron perseguidas, tomado el poder en Rusia, con la intención
desaparecidas y asesinadas por ser consi- de ponerle fin a la explotación e implantar
deradas o tildadas de comunistas. No obs- un orden donde no hubiera propiedad pri-
tante, en las últimas décadas ha surgido un vada de los medios de producción.
interés renovado en la academia por este Estas informaciones trajeron consigo
fenómeno y se han publicado documentos, ideas de emancipación social que presen-
testimonios e investigaciones que facilitan taban a las mujeres como una nueva fuerza
el trabajo. de trabajo que se incorporaba a la produc-
El periodo revolucionario que va de 1944 ción con derechos propios. El aumento del
a 1954, fue clave para el posterior desenvol- número de trabajadoras asalariadas, generó
vimiento de las ideas y las prácticas políti- la preocupación de que abandonaran la fa-
cas, cuando las mujeres daban sus primeros milia. La maternidad era prioritaria para la
pasos. Obtener la ciudadanía fue para quie- economía [1].
nes les fue concedido el derecho de votar
—porque sabían leer y escribir—, un salto 1.– Joan W. Scott, «La mujer trabajadora en el siglo XIX»,
Juan José Arévalo en la campaña electoral que le llevó a la presidencia de Guatemala en 1945
(Foto: autoría desconocida, fuente: Printerest).
del poder. La prensa conservadora las llamó 1932. Cerca de 25 mujeres que La Gaceta de
Rojas y registró sus datos, describiéndolas la Policía presenta y acusa de ser líderes bol-
como cómplices y simpatizantes de los bol- cheviques, cayeron presas de la represión,
cheviques, empleando un tono moralista y acusadas de poseer propaganda, dar hospe-
de crítica mordaz a sus supuestas liberta- daje a algunos comunistas, portar material
des sexuales [6]. La madre, suegra, esposa y subversivo, prestar domicilio para reunio-
cuñada de Obando Sánchez, fueron arresta- nes, dirigir y participar en huelgas, como la
das en las redadas mencionadas [7]. de las locatarias del Mercado Sur en 1931.
Al investigar ese periodo, se encuen- Entre ellas, Filomena Mungía (sic) Sibaja,
tra a varias mujeres que simpatizaron con acusada de encabezar la organización de
el comunismo. Eso no se puede demos- los festejos del Día de la Mujer Comunis-
trar con documentos, mas los relatos de la ta, el 8 de marzo, -fecha que corresponde al
prensa dan cuenta de su involucramiento, Día Internacional de la Mujer-, agregando
por cuanto a la hora de las capturas, les que era oradora, escritora y corresponsal de
encontraron papeles, manuscritos y hasta la «Sociedad del Nudismo» [8]. La prensa ofi-
mimeógrafos escondidos bajo su cuidado. cialista, conservadora y anticomunista, las
Es probable que las ideas socialistas hayan acusó de promiscuas, de ser liberales con
permeado a las mujeres, quienes a pesar sus cuerpos y de promover orgías y desma-
de estar formalmente excluidas del ámbi- nes. Esto no es casual, dada la cultura pro-
to público, eran sensibles a lo que sucedía vinciana y moralista que predominaba.
a su alrededor y padecían en carne propia En relación con lo anterior, es importan-
las consecuencias de las opresiones. Las te subrayar que el régimen ubiquista se dis-
mujeres, sea por parentesco o afinidad, se tinguió por las humillaciones y los abusos
vieron involucradas en las actividades de cometidos contra las mujeres. El dictador
sus compañeros, lo cual las llevó a adqui- aprovechaba su posición de poder para usar
rir experiencias en campos que salían de su sexualmente a jovencitas y mujeres que sus
ámbito doméstico, como las leyes, los juz- subalternos le «conseguían». En las fincas
gados, los medios de prensa, las protestas y plantaciones se ejerció impunemente,
en las calles. Ser señaladas como comunis- por parte de terratenientes y caporales, el
tas, no sólo les colocaba un estigma, sino derecho de pernada. Las maestras, gremio
que las llevaba a establecer estrategias de destacado por su combatividad anti-dicta-
sobrevivencia en situaciones desconocidas. torial, eran obligadas a abandonar sus pues-
Todo ello repercutió, sin duda, en sus vidas tos de trabajo al casarse o embarazarse. To-
y subjetividades. das estas formas de violencia, perpetradas
Temeroso de que en Guatemala pudie- con la tolerancia del Estado, son muestra
ra desatarse una insurrección como la que del sesgo patriarcal que todavía ostenta el
se estaba preparando en El Salvador, Ubico Estado de Guatemala, y que ha reproducido
tomó medidas drásticas para impedirlo, or- y adaptado con el paso del tiempo.
denando la persecución y captura de dece- La dictadura, con sus crímenes y violen-
nas de supuestos comunistas en enero de cia, concitó sentimientos populares de re-
chazo, odio e indignación que desemboca-
6.– Arturo Taracena Arriola y Omar Lucas Monteflores, Dic-
cionario Biográfico del movimiento obrero urbano de Guate- 8.– A. Taracena y O. Lucas, Diccionario biográfico del movi-
mala, 1877-1944, Guatemala, Flacso, 2014. miento obrero urbano de Guatemala, 1877-1944, pp. 51-359.
7.– E. Ruano, Comunismo y movimiento obrero, págs. 101, Asociarlas al nudismo era una estrategia para despresti-
117 y 119. giarlas y crispar a la sociedad conservadora.
El Presidente Jacobo Árbenz Guzman con campesinas gutemaltecas (Foto: autoría desconocida,
fuente: Printerest).
10.– Graciela García, Las luchas revolucionarias de la Nueva 11.– H. Alvarado, Apuntes para la historia del partido Gua-
Guatemala, México, (s.d.e), 1952, págs..42, 63 y 79. temalteco del Trabajo, p. 32.
Mujeres, órgano de divulgación de AFG, una nota sin firma, como casi todas las pu-
dirigida por Lily M. de Alvarado, responde blicadas, se informa que integrantes de AFG
en alguna medida a los lineamientos leni- conversaron con trabajadoras de la fábrica
nistas, aunque en el número uno, fechado de textiles Nueva York para compartirles
en septiembre de 1951, en su editorial acla- los objetivos e integrarlas al trabajo «por
ra que «no es una organización sectaria, las reivindicaciones de las mujeres» [19].
que pertenezca a una ideología determina- La revisión de una colección incompleta
da.» En otra nota de ese mismo ejemplar, ti- que se conserva de este periódico, ha permi-
tulada «Tareas organizativas que debemos tido observar elementos que aparecen con
realizar», convoca a las socias a «colocarnos frecuencia en sus números. En principio,
a la cabeza de la lucha por sus demandas, hay un apoyo irrestricto al proceso revolu-
para que las mujeres vean cómo lucha la cionario, en editoriales y notas se da infor-
AFG por sus intereses.» Más adelante dice mación sobre los avances logrados, sobre
que deben ver en AFG la organización que todo en relación con la Reforma Agraria:
lucha «por idéntico derecho al del hombre dan los nombres de las fincas denunciadas
de ocupar cargos electivos, ejecutivos y de para su expropiación; comentan sobre los
administración, por el cumplimiento del beneficios que ésta trae para la población,
principio: ‘a trabajo igual, salario igual’» [18]. manifiestan su rechazo a los abusos come-
Este primer número tiene un tono declara- tidos por la UFCO. Aparecen campos paga-
tivo, en el sentido de expresar los princi- dos por la Presidencia de la República, en
pios y dictar lo que debe hacerse. los que se convoca a apoyar al gobierno en
En portada del segundo número, el en- la implementación de la Reforma Agraria
cabezado publica la convocatoria para la impulsada por el gobierno de Jacobo Árbenz
Conferencia Nacional de la Infancia, misma como una solución económica para el país.
que está calzada por varios profesionales La infancia, su atención y protección,
especializados en el tema. En la misma pá- ocupan un espacio preponderante en es-
gina, en un recuadro se hace un «Llamado a tas publicaciones. En muchas portadas de
la mujer guatemalteca» en el que, apelan- Mujeres se aborda el tema, para la prepa-
do a su nobleza y sinceridad, atendiendo a ración de algún evento o dar información
sus papeles de madre, esposa y ciudadana, sobre la situación de la niñez en Guatemala
las invita a no ser indiferentes «ante la mi- y el mundo. La celebración de la Conferen-
seria y la explotación a que son sometidos cia Nacional de la Infancia, así como de la
sus semejantes», a continuación las invita Conferencia Internacional de Defensa de la
a incorporarse a AFG. En esa misma pági- Infancia, ocupan varias páginas de distin-
na, menciona a Hortensia Hernández Rojas tos números [20]. La AFG siempre puso én-
como una de las presentes en el homena- fasis en que su objetivo era luchar por los
je rendido a Dolores Bedoya, «patriota que derechos de las mujeres y de la niñez, con-
luchando contra los prejuicios de aquella
época, fue factor decisivo en el triunfo his- 19.– Mujeres, No. 2, Guatemala, octubre de 1951.
tórico del 15 de septiembre de 1821.» En 20.– Mujeres, No. 1, año I, Guatemala, 15 de septiembre de
1951; No. 2, Guatemala, octubre de 1951; No. 4, Guatema-
18.– Mujer, No. 1, año 1, Guatemala, 15 de septiembre de la, 20 de febrero de 1952, donde se publicó una «Carta de
1951. El titular de portada reza «Luchemos Contra la Ca- Defensa de la Infancia», donde se enumeran los principios
restía de la Vida» y como ilustración tiene la imagen de esenciales de acción; No. 7, Guatemala, 21 de mayo de
una madre abrazando a su niño, donde aparece la frase 1952, en el día de la madre dice «Honrémosla Luchando
¡Defendamos a nuestros hijos! por una Infancia Feliz», P. 04.
siderando que las mujeres estaban ligadas a transmitido por la radio nacional de Gua-
la maternidad y que era su responsabilidad temala, TGW.
en tanto madres, mejorar la situación de la En el ámbito internacional, dio a cono-
niñez. En un recuadro afirma: «El pueblo cer y planteó posiciones en torno a la de-
de Guatemala sólo podrá descansar cuando tención de mujeres como Olga Luzardo,
todos sus niños conozcan el bienestar y la opositora a la dictadura de Marcos Pérez
felicidad» [21]. Jiménez en Venezuela; exigió la liberación
En casi todos los ejemplares revisados, de mujeres salvadoreñas sometidas a tortu-
hallamos notas sobre conflictos labora- ras; denunció la situación de las mujeres en
les, como el de la Panamerican Airways Colombia y Centroamérica, donde se ejer-
—PAA—, en 1952, al que AFG le dio apoyo ce el negocio de la trata; y exigió justicia
y seguimiento, así como ayuda para las fa- por la pareja de Ethel y Julius Rosemberg,
milias de los huelguistas; escuchó y publicó acusados de espionaje en Estados Unidos, y
las demandas planteadas por las locatarias condenados a morir en la silla eléctrica en
del Mercado No. 2 de la capital, quienes se 1953, caso que ocupó las páginas de publi-
quejaban de malas condiciones para su tra- caciones socialistas en el mundo [23]. Trans-
bajo y presionó al alcalde para introducir mitió información y comentarios sobre la
mejoras; acompañó a las trabajadoras de la participación en eventos internacionales,
fábrica de textiles Nueva York, visitó a las como el Congreso de los Pueblos por la Paz,
campesinas de Escuintla y a las del Bene- que se llevó a cabo en Viena, con participa-
ficio de Café La Moderna, que al momento ción de una delegación de AFG, en diciem-
de escribir la nota, estaba manejada por el bre de 1953, así como de su conferencia
Estado [22]. El apoyo proclamado a sus de- preparatoria, celebrada en Pekín (Beijing).
mandas, el acompañamiento e intercambio También dio informaciones sobre su re-
personal y la invitación a incorporarse a lación con la FDIM, congratulándose por
la AFG, son presentados en Mujeres como haber sido aceptada como socia y formar
acciones inherentes a su quehacer como parte de la misma junto con millones de
organización que lucha por los derechos mujeres en el mundo, «para la conquista de
propios de las mujeres. Aquí es importante los derechos de la mujer y el niño, así como
detenernos para destacar cómo la AFG, si- para la conquista de la paz» [24]. El lengua-
guiendo buscó acercarse a las mujeres tra- je y tono, la selección de temas y la forma
bajadoras y expandió su trabajo fuera de la de abordarlos son similares a los de otros
ciudad donde tenía sus oficinas, acercándo- partidos comunistas, influenciados por el
se a las mujeres del campo para fortalecer stalinismo que predominaba en la época.
la lucha a favor de la Reforma Agraria. Las mujeres que trabajaron en la AFG, fue-
Mujeres contó también con una sección ron fieles a ese estilo en el que se exalta la
titulada «Panorama, mirando a Guatema- patria, la maternidad, los logros del gobier-
la», donde colocó notas cortas sobre dis- no revolucionario y el internacionalismo.
tintos asuntos de coyuntura que iban desde El que no aparezcan cuestionamientos a la
denuncias de abusos hasta realización de igualdad, ni se mencione la sexualidad, es
eventos político-culturales. También hizo propio de un tiempo en el que «el ser revo-
publicidad del programa radial de AFG,
23.– Mujeres, No. 16, Guatemala, febrero de 1953, p.2.
21.– Mujeres, No. 16, Guatemala, febrero de 1953, p. 4. 24.– Mujeres, No. 4, Guatemala, 20 de febrero de 1952, sin
22.– Mujeres, No. 14, Guatemala, enero de 1953, p.2. número de página.
lucionarios no significaba cuestionarse las nina del Comité Central del PGT se men-
desigualdades entre sexos [25]. ciona que la AFG cuenta con 1577 socias
Siguiendo el modelo de la prensa feme- ubicadas en los departamentos del país [26].
nina tradicional, publicó una «Sección del Algunas consignas que adornaron el local
Hogar» donde aparecieron consejos para el del pequeño teatro donde se llevó a cabo el
arreglo personal, el trabajo doméstico, re- evento, postulaban «Pidamos el voto para
cetas de cocina y, por supuesto, cuidado de la mujer analfabeta», «Defendamos la Paz
la niñez. y la soberanía nacional para asegurar la fe-
Es notorio que en ninguna de las notas licidad del pueblo», «Exijamos el cumpli-
aparece el nombre de la autora, como sí lo miento del salario igual a trabajo igual» [27],
pusieron en algunas piezas literarias escri- demandas avanzadas que no llegaron a
tas por hombres. Este detalle llama la aten- concretarse debido a que el proceso demo-
ción porque revela un anonimato asumido, cratizador fue abruptamente interrumpido
que riñe con su representación como suje- a los pocos meses de realizado este encuen-
tas, en contraste con el periódico Octubre tro nacional.
y Tribuna Popular, ambos del PGT, donde Irma Chávez, Secretaria de organización
los autores sí tienen nombre y apellido. En de AFG e integrante del Comité Central
la investigación sobre la prensa comunista del Partido, quien participó en el segundo
se puede observar que entre las dirigentes congreso del PGT en 1952, planteó la ne-
nombradas en las páginas de la publica- cesidad de fortalecer la organización de las
ción, se repiten con frecuencia los nombres mujeres e instó a los integrantes a brindar
de las integrantes de AFG como Dora Fran- su apoyo para que las mujeres pudieran de-
co y Franco, Esther Urrutia, Irma Chávez, sarrollar su trabajo y apoyar a la revolución
Victoria Moraga, Hortensia Hernández Ro- expresó: «Debe ser claro para los camara-
jas, Concepción de Mencos, quienes fue- das que nuestro partido tiene una concep-
ron integrantes de la Junta Directiva de la ción distinta de la mujer, que la respeta y
alianza. dignifica, que le da derechos iguales y por
En noviembre de 1953, AFG celebró su consiguiente lucha por sus demandas, por
primer Congreso Nacional, con el objetivo su liberación y por su felicidad» [28]. Cabe
de darle a la organización una estructura decir que, si bien su alocución tiene rasgos
realmente democrática, fijar claramente que podrían parecer feministas por recla-
sus objetivos como organización popular, mar sus derechos, en su conjunto es más un
aprobar los estatutos y elegir a su Comité mensaje de adscripción al trabajo partida-
Ejecutivo nacional. Entre los temas a tratar, rio de apoyo a la Revolución, similar al que
aparecen en la agenda: a) Derechos civiles
y políticos de la Mujer; b) Mujer y Reforma 26.– «Sobre el Congreso de Alianza Femenina Guatemal-
teca». Caja 6, documento Y-X 2, Guatemalan Documents
Agraria; c) Problemas de la Mujer Trabaja-
Collections, Manuscript Division, Library of Congress,
dora; d) La Mujer en la Lucha por la Paz y Washington, D.C.
la Defensa de la Soberanía Nacional contra 27.– Nuestro Diario, Guatemala, 27 de noviembre de 1953,
la intervención extranjera; e) Defensa y págs. 1 y 10.
Protección de los Derechos de la Infancia. 28.– «Intervención especial Sobre el Trabajo en el FREN-
En un documento de la Comisión Feme- TE FEMENINO a cargo de IRMA DE ALVARADO en el SE-
GUNDO CONGRESO DEL PARTIDO GUATEMALTECO DEL
TRABAJO (P.G.T.), Guatemala, Diciembre de 1952. En: Caja
25.– Marisa Silva Schultze, Aquellos comunistas (1955- 6, documento 8013, Guatemalan Documents Collections,
1973), Uruguay, Ediciones Santillana, 2009, p. 50. Manuscript Division, Library of Congress, Washington D. C.
relatos que me permitieron tener una mi- segada por la furia anticomunista. Mujeres
rada más íntima de lo que para ellas, co- jóvenes y de distintas edades, identifica-
munistas, implicó la revolución y su fatal das como comunistas fueron perseguidas,
interrupción. capturadas, torturadas, desaparecidas y
La militancia del PGT, pese a la desban- asesinadas [33].
dada hacia el exilio y las persecuciones, Las mujeres comunistas que militaron
continuó luchando desde la clandestinidad en ese tercer periodo de la vida partidista
por «Guatemala, la Revolución y el Socia- son sujetas de una investigación que, se es-
lismo» hasta los años ochenta, cuando se pera pueda arrojar luces sobre su militancia
desató la peor ola de violencia, durante la en el PGT, en el contexto de la guerra con-
guerra contra insurgente que duró 35 años. trainsurgente, y los efectos que ello tuvo en
La vida de cientos de sus integrantes fue sus vidas y en la del país.
Dolores Ibárruri durante un mitin de apoyo al Frente Popular. Madrid, primavera de 1936 (Foto:
Archivo HIstórico del PCE).
El primer capítulo del libro, una síntesis primacía indiscutible de los derechos in-
muy parcial del bienio que había empeza- dividuales. Pero no eran partidarios de un
do con la victoria de las derechas en 1933, régimen político que anulara las libertades
pone en evidencia el peculiar método dis- de expresión, reunión y manifestación; y ni
criminatorio, maniqueo, de uso de la docu- siquiera querían suprimir el Parlamento»
mentación y de exposición. Se nos presenta (pág. 17). La apostilla final ilumina el senti-
una imagen edulcorada de la CEDA, donde do de esa versión. ATV se basan para esa in-
se dice predominaba el sector más modera- terpretación en la presentación en Cortes,
do —ya se vio en el éxito que las propuestas en 1935, de las líneas generales de la refor-
de Giménez Fernández tuvieron en el seno ma constitucional pactadas con el Partido
de su partido— y de su líder Gil Robles. Radical, pero escamotean que el objetivo de
Edulcoración y maniqueísmo en el uso de la CEDA iba más allá, como lo confesó de
la documentación que se manifiesta en esa manera pública Gil Robles en los mítines
presentación de la propuesta de reforma organizados por las JAP: su objetivo era la
constitucional cedista tan inocente: «An- sustitución del parlamentarismo democrá-
helaban un sistema político más favorable tico (la democracia inorgánica) por un ré-
para los católicos, querían un modelo cor- gimen autoritario, similar al Estado Novo
porativo para las relaciones laborales, ha- de Salazar, en el que el Parlamento pasaría
blaban de reforzar el poder ejecutivo frente a ser un poder subordinado, las libertades
a la inestabilidad y la parálisis parlamen- individuales discutidas y los derechos de
taria y eran radicalmente antimarxistas y expresión y manifestación discriminados
enemigos de la visión liberal clásica de la de acuerdo con el contenido de las corres-
seguro que lo fueran por razones de violen- nio de 1936 con lo que como en un episodio
cia política, con lo que la cifra de compara- pueden haber diversos «actos» las cifras se
ción habría de ser 32. Pero eso no es lo más abultan; con una diferencia, mientras que
grave, falsean la comparación estadística al en el trabajo sobre la violencia anticlerical
obviar la diferente duración de ambas cam- la trampa era constatable al dar el detalle
pañas, que fue de 40 días en 1933 y de 47 de episodios y acciones, aquí no es posible
en 1936. Si hacemos la correlación, impres- porque sólo se nos proporciona el cuadro.
cindible, entre tiempo y víctimas mortales, El cuadro es materialmente insostenible
y solo consideramos las que en efecto ellos por la heterogeneidad de sus componentes
consideran como indudablemente fruto de y por las confusiones conceptuales que hay.
la violencia política, el coeficiente resultan- Los 487 «actos» que registran incluyen 25
te es de hecho el mismo: el 0,675 en 1933 que corresponden a detenciones guberna-
y el 0,680 en 1936. ¿Dónde está el salto sin mentales, lo cual sería muy discutible como
parangón? En la morbosa imaginación de «violencia política electoral», o en todo
ATV. La cifra en la que sí hay una diferencia caso tendría que discriminarse caso por
sustancial es la de los heridos, pero si no se caso; y mezclan razones políticas con razo-
nos da el detalle de las circunstancias en las nes sociales que nada tendría que ver, for-
que se producen es imposible de interpretar, zosamente, con la violencia electoral. Hay
más allá del juicio de intención; quizás solo dos filas definidas inadecuadamente: la de
se pueda suponer que en 1936 los inciden- «detenciones policiales con violencia (mo-
tes de grupo fueron más tumultuosos que en tivos socio-políticos)» que suman 19 actos y
1933, pero eso no es en sí mismo un indica- «atentados políticos o socio-laborales», 70;
tivo del nivel de violencia, puede serlo sen- en ninguno de ambos casos se tenía que ha-
cillamente del nivel de movilización. Y en ber hecho semejante suma de motivos polí-
esto último podemos estar de acuerdo, en la ticos, sociales y laborales en un cuadro que
campaña de 1936 hubo una mayor movili- pretende establecer la violencia política y,
zación; lo que no es malo, sino bueno desde además, en campaña electoral. Esa incorpo-
una perspectiva democrática. Por cierto que ración de actos sociales o laborales ponen
un supuesto también recurrente en su libro más que en entredicho que fueran violencia
es que no hubo más víctimas gracias a la política electoral las acciones atribuidas a
intervención policial; por más que las fuer- los anarquistas (4 muertos de una lista de
zas de orden causaron 8 de los 41 muertos, 41), con lo que la cifra de dudosos incluso
frente a 6 causadas por derechistas, 8 por podría ser superior a 9 (ATV solo reconocen
elementos del Frente Popular y 4 por anar- que de esos 9, dos lo fueron producidos por
quistas (ellos asignan 6 víctimas a la acción anarquistas). En las cuestiones de la vio-
de desconocidos que presuponen que sean lencia hay que ir con mucho más cuidado
en un caso de derechas y en 5 de izquierdas). en la cuantificación, la conceptualización y
La incorrecta manipulación estadísti- la interpretación. El vuelco de la violencia
ca para sostener eso de la violencia políti- «sin parangón» no queda demostrado; pero
ca «sin parangón» se manifiesta también la piedra ha sido lanzada.
en un cuadro de «Actos de violencia» en la
campaña electoral en el que, para empezar 3
reinciden en enumerar actos y no episo-
dios, como ya hicieron en su trabajo sobre El segundo supuesto vuelco en la inves-
la violencia anticlerical entre febrero y ju- tigación es el que sostiene, bajo un título
Propaganda del Frente Popular ante las elecciones de febrero de 1936 (Archivo Histórico del PCE).
algo peliculero —«cuatro días de febrero»— inequívoco: «en las horas previas se hizo
un desbordamiento general de las institu- evidente que no todos iban a aceptar una
ciones por la izquierda frentepopulista y posible derrota. El Socialista anticipaba en
particularmente la obrera; que habría ope- su editorial el mismo 16 que <en un juego
rado desde la misma tarde-noche del 16 de sucio, como el que se ha planteado ahora,
febrero en forma de manifestaciones, mo- jugamos tan solo a ganar>» y tanto el diario
tines en las cárceles y diversas formas de socialista como el republicano El Heraldo
«intimidación», palabra clave y repetida ponían en guardia ante los posibles puche-
de manera recurrente en la exposición de razos que produciría un control tan genera-
ATV. Desbordamiento que llevó al aban- lizado de los municipios por «gestoras mo-
dono precipitado del gobierno por parte nárquicas» (pág. 275). Deducir de todo eso
de Portela y al asimismo precipitado —y se que socialistas y republicanos se disponían
sugiere que injustificado— acceso del Fren- de entrada a desconocer el resultado si les
te Popular al poder, lo que validó el artero era adverso y sugerir que ya se preveía algu-
objetivo de aquellos desbordamientos de na acción contra los resultados electorales
masas y propició por un lado la celebración efectivos es una absoluta grosería de inter-
de las elecciones pendientes todavía en un pretación. ¿Es que no todos iban a ganar?
clima de coerción de la izquierda y por otro El Socialista y El Heraldo estaban llamando
los definitivos falseamientos de los escruti- a la participación e incluso a la vigilancia,
nios. Para predisponer al lector a entender lo que no era innecesario. Sólo una amplia
de una manera determinada la secuencia de participación les podía dar la victoria y con
los hechos ATV la inician con un mensaje las elecciones municipales sin hacer —es-
taban pendientes desde 1934— una gran 18 de julio de 1936» elaborado por el régi-
cantidad de municipios, sobre todo en la men franquista, que ATV dicen no compar-
España rural, estaban en manos de gestoras tir, pero que incluso utilizan en algún caso
nombradas primero por el gobierno radical- como prueba documental válida, sin más
cedista y luego por Portela, quien en una úl- (lo veremos más adelante).
tima maniobra removió todos los gobiernos La jornada electoral del 16 fue, salvo
civiles y los delegados gubernativos. A la excepciones —por graves que localmente
derecha no le preocupaba tanto esa cues- fueran—, aceptable. Lo han de reconocer
tión porque estaba absolutamente conven- ATV aunque no pueden ahorrarse un nuevo
cida de su victoria, que pregonaban como juicio de intención al afirmar que si resul-
cierta en su prensa antes de las elecciones. tó así fue por el extraordinario despliegue
¿Podrían considerar eso ATV también una de las fuerzas de seguridad; ignorando que
incitación al desconocimiento del resultado el Frente Popular y sus organizaciones lla-
si no se cumplía tal previsión? Una nueva maron a una votación tranquila. El Frente
doble vara de medir las fuentes. Popular, las izquierdas están siempre bajo
El sectarismo de ATV les lleva a ver en la sospecha en el trabajo de ATV; el resto, solo
movilización del frentepopulismo siempre en alguna ocasión, siempre que no afecte a
una amenaza a la democracia, una mani- Gil Robles al que libra de toda sombra de
festación de una mera ambición de poder y sospecha. Que tras conocerse la victoria en
de los instintos bárbaros de las turbas ¿No Madrid, que nadie discutió, y en Cataluña,
había razones para esa actitud de moviliza- también indiscutible, y la probabilidad de
ción? De sobra, entre ellas la amenaza del que fuera el Frente Popular el que mayores
golpismo que pendía sobre la república de- opciones tenía de ganar, se produjera una
mocrática, que no por generar rumores era concentración en Puerta del Sol no tiene
menos cierta; el río no sonaba porque sí. No la significación subversiva que le atribu-
voy a discutir que se produjeron inciden- yen ATV ¿Por qué las manifestaciones solo
tes, episodios de violencia en una situación han de tener significación subversiva y no,
de desconcierto por el comportamiento de también, de celebración? Como reconocen
Portela, pero hacer de eso el fantasma de los autores, el Comité del Frente Popular
una casi insurrección general es absolu- desautorizó una octavilla anónima que su-
tamente desproporcionado. Sin embargo, gería convertir la celebración en protesta y
esa desproporción es imprescindible en a pesar de todo se empeñan en afirmar que
el relato de ATV porque crea un clima de eran mucho más que celebraciones y que se
pre-asalto al poder de las masas populares, produjo «un goteo constante de episodios
que justifica su interpretación pero que en con distintos niveles de gravedad», que jus-
aquel momento no existió de ninguna ma- tificarían en su opinión las gestiones —pre-
nera. Ese relato de ATV no es tan novedoso, siones, digo yo— de Gil Robles, de Franco,
tiene sus antecedentes en bibliografía an- de Fanjul y de Goded para tomar decisiones
terior; desde las memorias de Gil Robles, extraordinarias, rozando lo extremo.
en la que la secuencia del desbordamien- «Más que incidentes» es el subtítulo con
to de las masas a Portela es también clave el que ATV juegan a desacreditar la imagen
para la consideración de la para él irregular de normalidad mayoritaria durante la jor-
y no justificada formación del gobierno de nada electoral. Lo que luego describen no
Azaña hasta el «Dictamen de la Comisión son otra cosa que incidentes, por más que
sobre ilegitimidad de poderes actuantes el exageren su trascendencia prejuzgando
que «sin bien no fueron generalizadas, sí ven obligados a añadir «pero no es menos
es cierto que la reiteración indica una vio- cierto que, antes de los disparos, se había
lencia latente significativa». Pero, ¿de qué entablado una fuerte discusión», en la que
están hablando? De diversos episodios dis- al representante cedista, que se quejaba
persos, en Andalucía, Galicia, Asturias, País ante la mesa de supuestas irregularidades,
Vasco, Aragón, la mayor parte de signo me- «se le propinó un fuerte golpe». El comen-
nor por muy lamentables que fueran (como tario es absurdo, en casi todos los enfrenta-
las coacciones a grupos de monjas para que mientos, excepto los atentados que sufrie-
no pudieran ir a votar, las peleas entre sim- ron militantes de izquierda —a un vendedor
patizantes, el apedreamiento de un candi- de prensa los falangistas le obligaron a be-
dato de la derecha) y algunos con conse- ber gasolina— hubo primero alguna fuerte
cuencias mayores, al aparecer las navajas, discusión, que fue a más porque alguien te-
las pistolas, o las fuerzas de orden público. nía pistola o navaja.
ATV citan una treintena de incidentes con- Esta peculiar exposición de sucesos sir-
cretos, de los que una docena larga se pro- ve a ATV para desacreditar la versión del
dujeron en Galicia y, sin precisar, «muertos gobierno de que la jornada fue tranquila y,
y heridos de diferente consideración» en las sobre todo, para concluir que «todo ello fue
provincias de Córdoba, Guipúzcoa, Navarra, un mal augurio y anticipó los desórdenes
Oviedo, Salamanca, Santander, Sevilla, To- que comenzaron a propagarse durante la
ledo y Zaragoza, de los que solo concretan tarde y noche del 16 de febrero». Estable-
media docena de ellos, los que tuvieron cen así una relación de continuidad abso-
consecuencia de muerte, por lo que hemos lutamente insostenible. Lo cierto es que el
de suponer que el resto fueron de carácter grueso de las elecciones tuvo un transcurso
tan menor que ni siquiera ATV han consi- normal y su resultado ya anticipó una vic-
derado oportuno señalarlos. Eso no descri- toria —ajustada, pero victoria— del Frente
be un cuadro de nada que sea «más que in- Popular, de la que sólo quedaba por conocer
cidentes», por más que los que produjeran si llegaría a mayoría absoluta y las dimen-
muertes resultaran irremediables. siones de ésta si se producía. El recuento
Por otra parte, la responsabilidad de los de las elecciones del 16 habría de ser algo
incidentes más graves correspondió a las largo y accidentado y la gestión informati-
derechas: de los 10 muertos reconocidos, 8 va que el gobierno Portela hizo del mismo
lo fueron de izquierdas, a manos de falan- resultó muy poco acertada; dominada como
gistas, japistas o cedistas y en un caso de la estaba por el conocimiento del estrepitoso
guardia civil, por un muerto cedista y otro fracaso de su Partido del Centro. Tenemos
cuya filiación política no se da. La propor- experiencias recientes de cómo gobiernos
ción es tan elocuente en perjuicio de la iz- perdedores alargan y enredan todo lo que
quierda que extraña que ATV, que señalan pueden los recuentos. A pesar de todo, en el
tantos detalles, no hayan subrayado éste de 1936 en ningún momento se invirtió de
y sacado conclusiones. Sí, en cambio, se manera clara la tendencia; por más que el
permiten comentarios increíbles, para ex- Gobierno Portela intentó reducir el impacto
culpar las agresiones perpetradas por ele- inmediato manteniendo por algunas horas
mentos derechistas: en Antas de Ulloa, los la expectativa de un triunfo, no de las de-
japistas malhirieron a tiros a un presidente rechas, sino de la problemática suma de las
de mesa y a un partidario de Portela y, como derechas y el centro (dicho sea de paso, ATV
quiera que no pueden negar que fue así, se recurren más de una vez a la improceden-
cia de sumar las fuerzas centristas a la de tarse que ATV están, una vez más, sumando
las poco avenidas de la derecha; no signi- contra el Frente Popular todo lo que no era
ficaban políticamente lo mismo, ni mucho Frente Popular.
menos, y además el portelismo estuvo más El 19, cuando se produjo el cambio del
cercano de las izquierdas que de las dere- gobierno, en el cuarto de aquellos días de
chas en muchas de las circunscripciones). febrero, Martínez Barrio y Azaña —y Alca-
En la madrugada del 17, gracias al voto lá Zamora lo aceptaba, a regañadientes—
de las grandes ciudades, el Frente Popu- consideraban que el Frente Popular tenía
lar iba por delante y en la mañana del 17, 217, a 20 de la mayoría absoluta (no de una
Portela anunció en el Consejo de Ministros cincuentena, como de vez en cuando se in-
que aquel ya podría estar contando con 193 sinúa en el libro). Azaña se quejó de tener
diputados. Ese es el dato que vale y no las que asumir el gobierno sin saber cuál era su
informaciones o intoxicaciones que ATV ci- mayoría definitiva, pero no rechazó formar
tan del embajador portugués que atribuía la gobierno —ATV citan la queja, pero no con-
victoria al «Bloque de derechas», o del can- sideran el valor de la aceptación— porque
didato granadino Melchor Almagro, según a pesar de todo, lo que había quedado claro
cuya versión Portela le había asegurado que a lo largo de esos días es que la formación
las derechas y el centro sumarían mayoría ganadora era el Frente Popular, que podría
(pág. 362); utilizar estas dos manifesta- llegar a la mayoría absoluta o que tenía
ciones como documentación firme, frente margen de negociación con otras forma-
a la del Consejo de Ministros es ridículo. ciones políticas para revalidar su gobierno
Como ATV reconocen, «los escrutinios del en las nuevas Cortes cuando se constituye-
17 solo eran terminantes en que el Frente ran. Y que la CEDA y Renovación Española,
Popular iba por delante en el escrutinio y que no tenían acordado ningún programa
en que sus adversarios sólo podían enco- de gobierno y cuya alianza era fundamen-
mendarse, para ganarle, a los votos de los talmente negativa (contra la «revolución»,
distritos rurales aún por ganar» (pág. 363); que nadie que fuera significativo proponía
el primer «solo» sobra, desde luego, pero no en ese momento) no estaban en condicio-
pueden evitar trufar los irremediables re- nes de formar un gobierno que pudiera te-
conocimientos de la realidad con fórmulas ner el apoyo final de la cámara.
adversativas. Siguiendo a ATV, los datos ya
indiscutiblemente definitivos, en la tarde 4
del 17 de febrero —los que correspondían a
las circunscripciones en las que el ganador Desde la tarde del 16 la sensación domi-
aventajaba claramente a sus competidores nante era la del triunfo del Frente Popular
y estaba por encima del 40% para llevarse o, si se quiere, la de la derrota de la CEDA y
los escaños por mayoría— daban al Frente sus aliados. Más allá de las manifestaciones
Popular 65 escaños, mientras que «la CEDA parciales a la prensa, de las exageraciones
y sus aliados» quedaban en 51 y el Partido de unos y otros, e incluso de las intoxica-
del Centro no tenía ninguno. Otra mani- ciones informativas, ésa era la situación
festación clara de cuál era la tendencia. En y produjo tres respuestas: la primera, que
la mañana del 18 la situación se mantenía sólo desde el sectarismo se puede conside-
con una ampliación de resultados definiti- rar improcedente, la celebración de los sim-
vos: 198 escaños para el Frente Popular y patizantes del Frente Popular; la segunda,
161 para «sus adversarios», pero ha de no- las presiones políticas y militares que muy
pronto se ejercieron sobre Portela; y final- lentos son señalados como una indicación
mente la espantada de Portela, que enturbió de esa voluntad de desbordar la situación,
la sucesión gubernamental, pero que nunca despreciando en la práctica las reiteradas
pudo ni poner en duda ni su legalidad ni su llamadas a la calma de los dirigentes del
legitimidad. Frente Popular. La retórica de los autores
Para ATV la respuesta fundamental, la exacerba el relato para subrayar la ima-
clave de todo, fue la primera, considera- gen que pretender dar de golpe de masas;
da no como una celebración sino como apostillando las manifestaciones de Madrid
una gran maniobra de intimidación, en la del 16 de febrero y el relevo de autoridades
práctica un movimiento de acoso al poder, en Cataluña —hecho con toda normalidad,
preludio del asalto. Los términos con que por cierto— concluyen: «de acuerdo con el
describen y califican las manifestaciones Gobierno, no pasaba nada, pero empeza-
reinciden en la ausencia de toda reflexión ba a pasar de todo» (pág. 286). ¿De todo?
social en su trabajo, y en un menosprecio ¿Qué todo es ese? Y siguen: «la noche del
de la manifestación popular. Todo es visto 16 […] comenzaron los desórdenes»; dan-
como una magna maniobra, dirigida —pues do una imagen de desorden general que no
se habla literalmente de instrumentaliza- correspondió a la realidad —sin negar que
ción— para forzar a Portela a abandonar el en efecto se produjeron incidentes disper-
poder antes de que se completaran las elec- sos—, que ATV necesitan para justificar, y
ciones con los comicios pendientes por no legitimar, la otra cara de la moneda de su
haberse podido celebrar y con el recuento relato: la reducción de las presiones de Gil
completo de votos. Y los incidentes vio- Robles, Franco y más adelante otros gene-
rales, a meras «solicitudes» (es el término había llegado ya la hora, reaccionó consi-
que utilizan, «solicitaron») de una respues- derando en firme la posibilidad de un golpe
ta enérgica de orden público, a la altura de militar. Las palabras de Gil Robles son bien
la supuesta generalidad y gravedad de esos claras, por más que se escudara en que la
desórdenes. ATV eluden considerar que un primera iniciativa le vino de Fanjul, que
factor de impulso de esas movilizaciones, y propuso sublevar la guarnición de Madrid,
no menor, no fue solo la celebración, y la cosa que según el propio dirigente de la
demanda del cumplimiento de la promesa CEDA rechazó no por estar en contra por
electoral de amnistía de manera inmediata, principio, sino porque «no me parece ade-
sino el temor a que una intervención mili- cuado el medio que me propone» añadien-
tar interfiriera lo que estaba pareciendo — do, al parecer, «hoy no se hacen los pronun-
por más que no se hubiese confirmado por ciamientos como en el siglo XIX, sobre todo
completo— una victoria del Frente Popular, cuando hay que contar con una fuerte reac-
relativa o absoluta. ción de las masas encuadradas en el par-
La indulgencia, la minimización de la es- tido socialista y en la CNT». Para ATV Gil
pada militar suspendida sobre la república Robles fue un modelo de demócrata, ¿es esa
democrática es uno de los puntos clave de la respuesta de un demócrata? Pero no solo
la obra. Minimización que pretende zanjar- respondió a Fanjul con argumentos que no
se a cuenta del término usado por González condenaban la intervención militar sino
Calleja de «golpe legal», sosteniendo que que se movían en consideraciones sobre su
eso es un oxímoron, porque, dicen, o es gol- éxito, sino que encima le dio un encargo:
pe o es legal y en cualquier caso nunca se «Ahora bien, si el Ejército, agrupado en tor-
planteó. Dejemos de lado la discusión sobre no a sus mandos naturales opina que debe
las palabras y vayamos a los hechos; no sin ocupar transitoriamente el poder con obje-
aclarar que en historia ese «golpe legal» no to de que se salve el espíritu de la Constitu-
fue ningún oxímoron y que, precisamente, ción y se evite el fraude gigantesco de signo
el fascismo se destacó por golpear a la de- revolucionario, yo no constituiré el menor
mocracia representativa desde la legalidad, obstáculo». Y con la condición de que la in-
para después, con el poder en sus manos sin tervención del ejército se «limitara riguro-
posibilidad de control popular democrático, samente a restablecer el normal funciona-
cambiar la legalidad en favor de un estado miento de la mecánica constitucional» (¿?)
totalitario que siguió basado en leyes. Lo le envió a consultar «inmediatamente con
hizo Mussolini y lo hizo Hitler; y de forma el jefe del Estado Mayor Central [Franco] y
más próxima en el tiempo, y a algunos ac- con los generales que más confianza le ins-
tores políticos de la España de la época, lo piren» para que «mañana mismo» le diera la
hizo Dollfuss. contestación. Gil Robles no durmió, dice él:
Conviene remontarse a un episodio an- «con ansiedad enorme aguardé el resultado
terior al de febrero de 1936, porque tuvo de las conversaciones mantenidas aquella
los mismos protagonistas y entre ellos se noche por los generales Franco, Fanjul, Va-
intercambiaron reflexiones semejantes. En rela y Goded»; y finalmente le comunicaron
diciembre de1935 y según sus propias me- que Franco consideraba «que no podía ni
morias, Gil Robles, desairado por la nega- debía contarse con el Ejército, en aquellos
tiva de Alcalá Zamora de encomendarle la momentos, para dar un golpe de Estado».
formación de un nuevo gobierno, para el Tras esa respuesta, «con amargura infini-
que el dirigente de la CEDA pensaba que le ta», abandonó Gil Robles el ministerio de
temiendo —no sin razones— desde hacía ra enfrentado a cualquier militar sublevado
tiempo: que una intervención de fuerza con la Guardia Civil y la Guardia de Asalto,
impidiera la consumación de la victoria po- poniendo en serio peligro la intervención
pular. En su exculpación de Gil Robles y los militar unilateral. No en vano, entre los ru-
generales que intervinieron en ambos epi- mores también empezó a circular aquellos
sodios se esgrimen argumentos formales días el del traslado de tropas de África a la
desprovistos del contexto: que la declara- península; estos sin fundamento, todavía.
ción del estado de guerra era una medida ATV, tan descuidados en su análisis de
prevista en la ley de orden público y que no los comportamientos militares, miran con
era por tanto el instrumento de un golpe de lupa todos las manifestaciones e incidentes
estado; eso es una banalidad, que obvia que de aquellos cuatro días, mezclando hechos
en julio de 1936 fue uno de los instrumen- ciertamente graves localmente con otros
tos formales de la sublevación. Un estado que no tendrían que estar presentes en una
de guerra general el 17 de febrero difícil- crónica de problemas de orden público,
mente no habría sido considerado, por unos como la petición de la Guardia Civil en la
y otros, como un desafío al Frente Popular. provincia de Cuenca para que les enviaran
El anuncio primero de la posibilidad de la refuerzos para controlar a los que se mani-
medida y la retirada después pudo incre- festaban con banderas rojas y puños en alto,
mentar los rumores sobre intervencionis- sin que se produjera más amenaza. Y aña-
mo militar. Pero no hubo solo rumores y al den los conflictos en las prisiones a la lista
día siguiente, según Arrarás en información de acciones de intimidación, sin caer en la
nunca desmentida, el 18 de febrero Fanjul, cuenta que éstos se produjeron en gran par-
Goded y Rodríguez del Barrio instaron una te por la absoluta falta de previsión del go-
vez más a Franco para promover un pro- bierno Portela, que se preocupó al detalle de
nunciamiento; no se produjo porque Fran- prever una jornada electoral en orden, pero
co volvió a considerar que no procedía. ATV no previó lo que habría de pasar en las ho-
se sienten satisfechos con Franco, porque ras y días siguientes. Convencido del triun-
consideró que el estado de guerra general fo de la derecha y del éxito suficiente de su
correspondía al gobierno, y deducen que se proyecto centrista, no había previsto el es-
mantuvo leal a éste, limitándose a secundar cenario contrario, el que se dio, y marchó
las iniciativas del gobierno. Cabe precisar, siempre por detrás de los acontecimientos.
no obstante, que esa lealtad nunca le llevó Eso, sin embargo, fue el demérito de Porte-
a poner en evidencia ante sus superiores a la, no el supuesto «mérito» de la moviliza-
los militares golpistas, a los que cuando me- ción social. ATV son incapaces de reconocer
nos cubrió; que el que correspondiera al go- el esfuerzo del Frente Popular por reducir al
bierno la declaración general del estado de mínimo los desórdenes mediante lo único
guerra no podía ser una opinión de Franco, que estaba a su alcance, los llamamientos
era una norma ineludible de la ley de orden a la calma; eso reduciría su hipótesis de las
público; y que una de las razones por las que manifestaciones «instrumentalizadas» y
Franco tuvo que dar marcha atrás fue tam- la intimidación subversiva, de manera que
bién el conocimiento de la posición contra- tienen que inventarse un nuevo juicio de
ria al estado de guerra general —y no diga- intención : «Con todo, la línea que separaba
mos a otras cosas— del Inspector General de las llamadas a la prudencia de la aspiración
la Guardia Civil, el general Pozas, y de la Di- a hacer caer al Gobierno, cambiar los ayun-
rección General de Seguridad, lo que hubie- tamientos y precipitar la salida de los pre-
sos de las cárceles era muy tenue. Porque demostrado como gobernante y su espan-
difícilmente podía resistirse una presión tada estimuló la de muchos de sus gober-
en forma de manifestación si los dirigentes nadores y de sus delegados gubernativos.
de la izquierda obrera no establecían como Fue entonces cuando el orden público que-
prioridad la desmovilización hasta que se dó por horas fuera de control, en la transi-
constituyeran las nuevas Cortes» (pág. 298). ción de un gobierno a otro y la instauración
Pretender esa prioridad es ilógico; la priori- por parte del Gobierno de una nueva red de
dad para la izquierda, obrera o no obrera, gobernadores y delegados, improvisado y
era que no se le escamoteara una victoria precipitados, incluido el Ministro de la Go-
que tenía al alcance de las manos por cual- bernación, Amós Salvador, que nunca había
quier maniobra militar y política. querido para sí esa responsabilidad.
Los problemas de orden público provo- Entre el 19 y el 20 se contaron 16 muer-
caron la marcha de Portela, insisten una y tos, aunque las dos terceras partes de ellos
otra vez ATV; no es cierto, y en el peor de lo fueron, una vez más, como consecuencia
los casos no fueron solo esos problemas. de acciones de las fuerzas de orden. Lue-
Portela marchó porque fue personalmente go, con las medidas políticas del gobierno
incapaz de superar su fracaso y las presio- Azaña, se inició el descenso de la violen-
nes que de inmediato recibió, porque no te- cia, pero a ATV les sigue costando recono-
nía ninguna autoridad (tenía ya bien poca cer lo evidente: «Comparada con la oleada
cuando recibió el encargo de gobierno, y de violencia que se había producido en los
conseguirla dependía del éxito que tuviera días 19 y 20, ciertamente el orden público
en su maniobra «centrista»); y las presiones mejoró algo las jornadas siguientes, si bien
más difíciles de superar no eran las de «las no regresó ni mucho menos a una situación
masas», sino las de los militares que des- normalizada» (pág. 343). Los cuatro días
preciaban la democracia, las de las derechas de febrero irían a enlazar en su relato con
que despreciaron las elecciones y sus resul- la imagen de una primavera de desorden y
tados, desde luego las monárquicas pero no sangre, que es la esgrimida por la derecha
pocas de los conmilitones del primero que para abonar y legitimar el camino de la sub-
empezó a presionar, antes que nadie, en la versión que definitivamente había tomado.
madrugada del 17 de febrero, Gil Robles. El Aquí acaba este supuesto segundo vuelco
18 los incidentes empezaron a remitir, aun- en la interpretación de la historia, en la que
que al mediodía al gobierno llegaron noti- el amontonamiento de episodios de movili-
cias de nuevos episodios; los que enumeran zación, confrontación, desorden, etc., en un
ATV tienen ya mucha menor intensidad y totum revolutum que solo tiene un culpable
gravedad que el día anterior, aunque eso no sirve para introducir una tesis fundamen-
obsta para que supongan que para Porte- tal: las izquierdas se habrían aferrado a las
la «eran sintomáticos de lo que estaba por primeras noticias incompletas de victoria
desencadenarse». Y, dejando siempre a sal- para «sacar al gobierno» ponerse ellas en el
vo a los militares cuando hay que concluir, poder y desde él manipular la continuación
insisten: «para nadie fue un secreto a voces del proceso electoral para atribuirse una
que el traspaso del poder a las izquierdas fraudulenta e ilegítima mayoría. No es una
fue anormal, fruto de una presión callejera tesis tan original, pero ya va siendo hora de
y mediática a la que Portela no había sabi- que repasemos las cuentas de los resultados
do resistir» (pag. 312). Portela mostró en su electorales y veamos si hubo tamaño fraude
abandono la misma incapacidad que había y tamaño escamoteo de resultado general.
Guardia municipal votando durante la jornada del 16 de febrero de 1936 (Foto: autoría desconocida).
etapa que era todavía de construcción de la es imposible entrar en esta cuestión porque
República. ATV no detallan qué corresponde al uso de
Y, en definitiva ¿cuál fue el resultado? la media aritmética (que también es discu-
Tras una exposición farragosa, fragmenta- tible) ni cuáles son las diferencias brutas
da en tiempos y repetitiva, a la que habría entre los datos de las fuentes.
convenido una sistematización final por Dejemos los votos y volvamos a los dipu-
distritos electorales en beneficio del lector, tados. Esos 259 del Frente Popular, que to-
la conclusión a la que se llega es que finali- davía podían verse aumentados por cuanto
zada la primera vuelta, el escrutinio adjudi- en segunda vuelta se disputarían una vein-
có al Frente Popular 259 escaños, veintidós tena y el Frente Popular tenía opciones de
por encima de la mayoría, en tanto que la mayorías en Castellón y alguna de minorías
suma de todas las derechas «antirrevolu- en las provincias vascas, ¿hasta qué punto
cionarias» quedaban cien escaños por de- correspondían a resultados «enturbiados»
bajo, si se incluían en ella los conseguidos por los sucesos posteriores al 16 de febre-
por la Lliga, que compartiendo posiciones ro? Es innegable que en las elecciones y en
«antirrevolucionarias» no formó un bloque el escrutinio se produjeron irregularidades,
claro con la CEDA y los monárquicos. Des- pero lo fundamental no es eso, sino si fue-
de luego la ley electoral había primado — ron de tal calibre como para darle al Frente
como se preveía— la formación de una cla- Popular la mayoría y la mayoría absoluta
ra mayoría parlamentaria, muy por encima sin haberlo merecido con el voto limpio.
de la proporcionalidad de los votos; había Haciendo el resumen de todas las inciden-
ocurrido en 1933 y volvía a ocurrir en 1936, cias descritas, resulta finalmente que las
con beneficiarios distintos. ATV establecen circunscripciones conflictivas, en las que se
una nueva cuantificación de votos, algo podrían haber producido pucherazo signifi-
distinta a la de Tusell, basada según dicen cativo en el voto o en el escrutinio son algo
en dos diferencias de criterios: que mien- más de una media docena. ATV incluyen
tras Tusell se basó sobre todo en datos de también en su relato de conflictos a Alican-
prensa y poco en los proporcionados por te, Badajoz, Córdoba, Sevilla, Jaén, Las Pal-
los boletines oficiales, ellos lo han hecho en mas, Murcia, Vizcaya y Málaga, pero en nin-
exclusiva sobre los datos documentados en guna de ellas hay realmente caso fehaciente
el Congreso de Diputados; que en la adju- de delito electoral. En las cuatro primeras lo
dicación de votos a candidaturas políticas que hubo fue pactos entre candidaturas del
(muy problemático en el sistema electoral Frente Popular y de los centristas, o de estos
de la República, en el que el votante podía y los «republicanos progresistas» en perjui-
mezclar votos de diferentes candidaturas) cio de la CEDA, orientando a sus electores
Tusell había optado por sumar los candi- al ejercicio del voto compuesto para mini-
datos más votados que aspiraban a mayo- mizar lo que pudieran sumar las listas de
ría, mientras que ellos han hecho una me- la derecha; eso puede ser motivo de debate
dia aritmética de los votos. El resultado es político, pero nada más, y además ese tipo
que los datos de ATV reducen la votación de pactos locales no era infrecuente. Ya que
del Frente Popular y aumentan la del resto, ATV reconocen que «deslealtad no equivale
haciendo todavía más apretado el resulta- a ilegalidad», tendrían que haber obrado en
do; no es una consecuencia jurídicamente consecuencia no incluyendo esas circuns-
trascendente —por la ley electoral— pero sí cripciones en el relato de la duda sobre la
en términos de imagen política, aunque no victoria del Frente Popular. En Jaén, pasa-
ra lo que pasase no tuvo suficiente entidad proponen se basa en dar por supuesto que
como para poner en cuestión el resultado la Junta tenía por ley que haber contado las
que se dio, hasta el punto que los propios certificaciones de los candidatos conserva-
candidatos de la CEDA lo aceptaron. En Las dores y no haber votado la aceptación de
Palmas, las denuncias no tienen más base las actas que venían en los sobres abiertos
documental que la de la prensa de derechas (ya se ha dicho que no existía tal obligación
y el conflicto que se produjo fue entre las legal, sino una facultad que la Junta por
derechas y no entre estas y el Frente Popu- mayoría decidió utilizar en un determinado
lar. En Murcia-provincia, ATV reconocen sentido); ATV contabilizan siempre los vo-
que las irregularidades que se produjeron tos en disputa adjudicándolos en beneficio
de haberse rectificado no habrían variado de la derecha (lo que es indemostrable); y
el resultado, que daban sin ninguna duda el esgrimen como argumento también el an-
triunfo al Frente Popular por mayorías y a tecedente de los datos electorales de 1933,
los centristas las minorías en perjuicio de la lo cual estadísticamente no se sostiene, por
CEDA. Tampoco hay caso. Como no lo hubo no hablar del contexto diferente. Como hi-
en Vizcaya, donde lo que se señala son pre- pótesis no es imposible que alguna correc-
siones de los nacionalistas sobre los tradi- ción de datos hubiera proporcionado tam-
cionalistas. También es más que discutible bién una corrección parcial de resultados,
que la elección por minorías en la ciudad de pero no es sostenible que esas correcciones
Málaga, a pesar de las manifestaciones y de hubiesen llegado a la corrección completa,
las irregularidades, hubiesen dado un resul- pasando el Frente Popular de 7 a 5 diputa-
tado diferente al que dieron; el contrincan- dos y sus antagonistas de 2 a 7.
te de la derecha se había retirado y el can- Algo similar ocurre en Valencia-provin-
didato del Frente Popular no necesitó más cia, donde a falta de algunos datos por in-
que la mitad de los votos que obtuvo para corporar, de unas ocho poblaciones, el re-
hacerse con el escaño. Ninguno de esos ca- sultado oficioso daba una ligera ventaja al
sos cuentan bajo el signo de interrogación, Frente Popular de 400 votos («empate téc-
incluirlos en el relato de la irregularidad es nico», lo llaman ATV, impropiamente dado
una distorsión de imagen absoluta; el lector que un solo voto decidía el reparto por ma-
no avisado o abrumado por tanta descrip- yoría o por minoría). Sin tener todos los da-
ción negativa podrá quedará con esa ima- tos de los cinco municipios que no se con-
gen, sin percibir su distorsión. tabilizaron, ni de tres mesas de otros tres
Donde pudo haber caso, siempre según municipios, y contando solo con los de tres,
el relato de ATV, fue en Cáceres, Santa Cruz ATV se aventuran —aunque lo hacen en
de Tenerife, Valencia-provincia y en gene- nota y no en cuerpo de texto, quizás porque
ral en Galicia, lo que, por cierto, era poca son conscientes del abuso— a una atribu-
novedad. En todos ellos las irregularidades ción diferente de escaños que les supondría
son indiscutibles. No obstante, su sustan- al Frente Popular la pérdida de dos escaños.
ciación, su evaluación y la realización de un Teniendo en cuenta que la diferencia entre
nuevo escrutinio y una nueva propuesta de el último de la CEDA al que ellos atribuyen
adjudicación de escaños, que es lo que hacen escaño y el primero del Frente Popular al
ATV, no deja de ser problemático y en algún que se lo niegan era de 75 votos, con solo
caso una especulación sin base suficiente. datos de tres pueblos —y encima sin hacer
Lo es de manera particular en el caso de Cá- en ellos ninguna discriminación— no es
ceres: el vuelco del reparto de escaños que procedente el intercambio de escaños (los
Manifestación en Madrid de celebración de la vitoria del Frente Popular (Foto: Alfonso, fuente: AGA).
tidismo de la Comisión de Actas no fue un lítico de unos y otros, también de los que
pecado de la izquierda, formaba parte del concluyeron después de febrero que el in-
diseño de la Cortes como cámara de ape- tento de contrarreforma desde la ley no era
lación de protestas; visto en la perspectiva posible y que había que ir ya a la solución
de hoy ese un grave problema del sistema, final de la sublevación, amagada con los
pero la perspectiva de entonces era la que intentos de golpes blandos que no habían
imponía el estado inicial de construcción llegado a materializarse. Y formó parte del
de un sistema democrático, como todavía nuevo curso político el incidente que más
no había existido en España, por más que empañó ese debate, que ya no era material-
muchos se empeñen en confundir parla- mente decisivo pero que tenía un valor polí-
mentarismo liberal con democracia y pre- tico trascendente para el futuro. El inciden-
tendan que ese estado democrático lo era te doble, de la retirada puntual de la CEDA
ya la Monarquía restaurada. El partidismo de la Comisión de Actas y de las Cortes, un
estuvo en el debate de la Comisión de Actas acto de irresponsabilidad política, como re-
por parte del Frente Popular y por parte de conocen ATV, perjudicando la imagen de
las oposiciones; las Cortes se constituían las Cortes y perjudicando al propio tiempo
sobre una base de representación partida- a la CEDA, y la dimisión de Prieto, que ATV
ria y difícilmente podría haber actuado de manipulan en favor de su exposición.
otra manera. Escriben ATV: «el problema de fondo era
Parte de lo que ocurrió discutiendo las que Prieto se oponía a afrontar la anulación
actas perteneció ya al nuevo discurso po- de Cuenca, Granada o Salamanca, sin hacer
lo propio con los triunfos izquierdistas en sión fue, sin duda, el peor fuego amigo que
Cáceres y La Coruña». No sé cuál es su fuen- recibió el Frente Popular. Tras la dimisión
te documental. Lo que reflejan las actas del de Prieto el debate siguió y concluyó en los
Grupo Parlamentario Socialista, del 26 y 31 asuntos más peliagudos de los que Prieto
de marzo (Archivo de la Fundación Pablo se apartó como figura principal: las actas
Iglesias), no es exactamente eso. El 26 Prie- de Galicia, las que implicaban los escaños
to comunicó a sus compañeros que consi- de Casares Quiroga, de Portela, y también
deraba «absolutamente indefendibles» las de Calvo Sotelo.
actas de La Coruña y las comparó con las de La mayor parte de las decisiones man-
Salamanca y en esa misma reunión se infor- tuvieron los resultados del escrutinio —sin
mó que Azaña era partidario de anular las que la mayoría absoluta de las Cortes inci-
de La Coruña, Granada y «si acaso Ciudad dieran, por tanto, de manera sustantiva en el
Real». La discusión que siguió en ningún resultado final— y solo se acordó la nulidad
momento introdujo la cuestión de Cáceres, general de dos distritos, Granada y Cuenca.
ni tampoco se puso en cuestión que las de Tusell ya sostuvo que había razones sufi-
Granada tuvieran que anularse; el debate cientes que abonaban la acusación de las
fue en torno a las elecciones gallegas. En izquierdas sobre las coacciones derechistas
la siguiente reunión Prieto dio cuenta de la en Granada y no en el caso de Cuenca. ATV
anulación de Granada y anunció que dimi- no me han dado argumentos para pensar
tía por oponerse a la validación de las actas que ese juicio de Tusell no fuese acertado.
de La Coruña, que suponía la elección de De cualquier forma, las elecciones de Gra-
Casares Quiroga, e insistió en ello, al tiem- nada y Cuenca ya no podían cambiar nada
po que ratificaba su acuerdo con todas las sustancial y en cualquier caso, su resulta-
actas firmadas. En el curso del debate que- do definitivo habría de salir de unas nuevas
dó claro que su dimisión era por negarse a elecciones, el 3 de mayo, en las que el Fren-
aceptar la presión republicana para la vali- te Popular llevaba las de ganar en Granada
dación de las actas de La Coruña y por la di- y las de perder en Cuenca. Lo que sucedió,
visión socialista, que estaba contaminando dando el triunfo general a las candidaturas
también la actuación de los representantes del Frente Popular, no tuvo ya nada que ver
socialistas en la Comisión de Actas. Actuó con las elecciones de febrero, sino con la
como lo haría meses más tarde, viéndose en decisión de la derecha de sumarse al carro
minoría y dispuesto a acatar la decisión de de la conspiración: dirigieron un mensaje
la mayoría, pero no a hacer de portavoz y negativo a sus partidarios, de desprecio de
defensor de una posición que no compar- la República, retirándose de las elecciones
tía. Ni Cáceres ni Granada estuvieron en el en Granada y confundiendo con sus listas
debate interno, y sí Salamanca, sobre cuya en Cuenca, en las que incorporaron a José
anulación general Prieto no encontró moti- Antonio Primo de Rivera y a Franco. Su
vos suficientes, aunque sí para alguna me- historia ya no pertenece a la historia de fe-
dida parcial. En cualquier caso, ese no era brero de 1936, sino a la de la conspiración
un problema de las «elecciones del 16 de que había empezado a reunirse en marzo en
febrero» sino de los socialistas, cuya divi- casa del diputado de la CEDA, José Delgado.
Introducción
1.–Giaime Pala, Cultura clandestina. Los intelectuales del PSUC bajo el franquismo, Colmares Historia, Granada, 2016 p.
43-108.
al final de ese año, protagonizó, junto con otros intelectuales, un sonoro enfrentamiento
epistolar con el entonces Ministro de Información, Manuel Fraga. Fontana firmaba las
cartas denunciando las torturas a los mineros y a sus mujeres, mientras Fraga justificaba
la actuación policial y, aunque reconocía los malos tratos sobre Constantina Pérez y Anita
Braña, restaba despectivamente importancia al hecho porque solo se trataba de un «corte
de pelo a esas damas» [2].
En ese tiempo, Fontana vivió los enfrentamientos entre la dirección del PSUC y el Co-
mité de intelectuales y los debates acerca del Problema Nacional Catalán y la «Declara-
ción Política de abril» (1967), cuando Carrillo propuso abrir la política de unidad demo-
crática a posibles aliados procedentes de los sectores del Régimen que no compartían el
inmovilismo de Carrero Blanco. La declaración fue duramente cuestionada por Fontana
porque suponía «pactar con los asesinos de Julián Grimau». Durante esta confrontación
con el responsable político, Antoni Gutiérrez, Sacristán criticó el autoritarismo del «Guti»
por someter a Fontana a una persecución política [3].
La actividad política de Fontana, también tendría consecuencias para su carrera acadé-
mica. Vigilado por la Brigada de Investigación Político Social, era considerado un profesor
«de matiz filo comunista» [4] y, en 1966, en el contexto de la formación del Sindicato Demo-
crático de Estudiantes, firmó un escrito contra el rector Francisco García Valdecasas por
el que fue multado y expulsado de su plaza de profesor. Trabajó entonces en la sección de
Historia de la Enciclopedia Larousse hasta que en 1968 volvió a la universidad como pro-
fesor ayudante de Jordi Nadal. Ese momento coincidió con la reactivación de la militancia
de los intelectuales y Fontana volvería a frecuentar las páginas de Nous Horitzonts si bien,
su independencia intelectual le ocasionaría incluso algún conflicto más con la dirección
del PSUC [5].
A comienzos de los años setenta intensificó su actividad historiográfica: participó en la
creación de «Recerqués» con Garrabou, Termes y Lluch; presentó su tesis; se integró en el
equipo editor de Ariel y en 1974 ganó por oposición la cátedra de Historia Económica de
la Universidad de Valencia. En 1977 se trasladó a la universidad Autónoma de Barcelona y
dirigió la colección de Historia de la Editorial Crítica desde la que fortaleció la presencia
de la bibliografía marxista en los medios académicos españoles. También, su libro «La His-
toria», se convertiría en una referencia reconocida en los movimientos para la renovación
didáctica de la Historia.
En 1991 accedió a la cátedra de Historia Contemporánea de la Universidad Pompeu Fa-
bra donde finalizaría su etapa docente como profesor emérito. Hoy, Fontana reconoce que
«los mejores años de mi militancia fueron posiblemente los primeros del posfranquismo,
cuando el partido recogía la herencia del buen trabajo que había hecho en la clandestini-
2.–El manifiesto del 25 de mayo de 1962 y la reproducción facsímil de las firmas en Ignacio Fernández de Castro y José
Martínez, España Hoy, Ruedo Ibérico, París, 1963, pp. 169-170; 329; 477-482. Le Monde publicaba las cartas el 3 de oc-
tubre de 1963 y la respuesta de Fraga en El Español, nº 52, 1963.
3.–Cartas de «Miro» y «Ricardo» (Sacristán). Sobre Luis (Gutiérrez Díaz)-Rosell (Fontana), 3/7/67 en AHPCE, Fondo PSUC
caja 47 y 57, citadas por Giaime Pala, 2015, o.c., pp. 133-133.
4.– Informe de la Guardia Civil en expedientes personales, Gabinete de Enlace, Ministerio de Información y Turismo,
Archivo General Administración, 42/ 08819.
5.–Una recensión de Ferran Costa (Fontana) sobre el libro de Gabriel Jackson, La Guerra Civil, fue criticada duramente
por Teresa Pamies mientras Manuel Sacristán defendía el rigor del historiador y la libertad crítica de los intelectuales
en Giaime Pala, 2016, o.c., pp. 98-100.
dad… Fue un tiempo en que todo parecía anunciar un futuro de democracia que al final no
pudo llegar a ser…». Pero también fue cuando, decepcionado con la evolución política del
PCE y PSUC, abandonó la militancia. Desde entonces se considera un militante sin partido
que mantiene el mismo compromiso intelectual y social que ha guiado su vida y que hoy
podemos percibir en entrevistas, artículos de prensa, conferencias o libros para continuar
definiéndose como la «clase de ‘rojo’ que soy y espero no dejar de ser» [6].
Fue catedrático de Historia Económica en la Universidad de Valencia y de Historia Con-
temporánea en la Autónoma de Barcelona y la Pompeu Fabra donde fundó y dirigió hasta
su jubilación el Institut d´Història Jaume Vicens Vives. Reconocido como maestro de his-
toriadores y premiado por diferentes instituciones de Cataluña, es Doctor Honoris Causa
por universidades como la Nacional de Comahue (Argentina); la Rovira i Vigil de Tarrago-
na, la de Valladolid, la de Gerona y la Universidad de Valencia.
Desde su primeros artículos en Nous Horitzons y su libro La quiebra de la monarquía ab-
soluta, 1814-1820 (1971), ha contribuido durante más de cuatro décadas, a la renovación
de la forma de pensar, estudiar y enseñar la Historia con una ingente obra desgranada en
multitud de revistas, obras colectivas y libros como La historia (1974); Historia: análisis
del pasado y proyecto social (1982); La historia después del fin de la Historia (1992); Intro-
ducción al estudio de la Historia (1999) o la Historia de los hombres (2000-2005). Su labor
como editor en Ariel y Crítica, facilitó la difusión en España de la historia que se hacía en
Europa, lo que sin duda supuso una importante contribución a la renovación de nuestra
historiografía. Otros títulos publicados son Hacienda y Estado en la crisis de final del Anti-
guo régimen, 1823-1833 (1973); La revolución liberal. Política y Hacienda 1833-1945 (1977);
De en medio del tiempo. La segunda restauración española 1823-1834 (2001); La época del
liberalismo (2007). También prestó atención historiográfica al estudio del siglo XX y la cri-
sis de comienzos del siglo XXI en libros como Europa ante el espejo (1994); Por el bien del
Imperio. Una historia del mundo desde 1945 (2011) o El futuro es un país extraño (2013). Sus
últimos libros son La formació d´una identitat (2014) y El siglo de la revolución. Una Historia
del mundo desde 1914 (2017).
6.– Josep Fontana, Por una sola vez, El Periódico, 4 de junio, 2014
Entrevista
[J. G. Alén] Disponemos de algunas no- despierta en un niño, que vive en el con-
tas biográficas, que de manera fragmentada texto de miseria económica y cultural de
has ido desgranado en las múltiples entre- la posguerra, el interés por la lectura y la
vistas concedidas durante las dos últimas pasión por los libros que se mantendría a lo
décadas y, aun siendo conocedor de tu es- largo de tu vida?; ¿estaba la historia entre
caso interés por la ego historia, me gustaría tus primeras lecturas?
plantearte algunas preguntas de carácter
biográfico y comenzar con una sobre tu re- [J. Fontana] La pasión por los libros surge,
lación con los libros y la Historia, ¿Cómo se de manera natural, por el hecho de vivir en
una librería, donde podía ver, escoger y hojear pe II. Este último examen, en unos momentos
todo lo que me apetecía. Y mi padre la alienta en que me sentía desesperado por haber de
al darme mis siete primeros libros, entre ellos luchar en aquel ambiente hostil, debió salvar
uno admirable de Soldevila destinado a los mi calificación final. Estuve a punto, además,
niños, y animarme a hacer mi propia biblio- de desistir de presentarme al «examen de es-
teca. Pero a pesar de la presencia entre ellos tado» que se hacía en la universidad. Cuando
del libro de Soldevila, no tenía por entonces fui a comprobar la nota que había obtenido,
un interés especial por la historia y he de me encontré con mi compañero de crisis en
decir que el tipo de enseñanza de la historia los Escolapios, que, al comprobar que estaba
que recibí hasta el bachillerato, con horrores suspendido, me pidió que le acompañara a la
como la memorización de la supuesta lista de casa del catedrático de filosofía de la Univer-
supuestos reyes godos, hubiera bastado para sidad de Barcelona al que había pagado para
desalentarme. que le garantizase que aprobaría. Debo acla-
rar que me quedé fuera de la casa, esperán-
Sabemos que estudias en los Escolapios dole.
y que fuiste expulsado del colegio, ¿por qué
se produjo esa expulsión y donde finalizas Llegas a la Universidad algo mas tarde
el bachillerato? de lo habitual, a comienzos de los años cin-
cuenta. ¿A qué se debe ese retraso?
Mi escasa disposición a prestarme a ha-
cer la corte a los frailes provocó que uno de En estos años de mi vida surge un hecho
ellos, que nos pilló a mí y a un compañero que la marcará por mucho tiempo: mi madre
bromeando en la capilla, nos echara de ella. enfermó de esclerosis múltiple y mi padre ne-
La diferencia posterior residió en que mi com- cesitaba toda la ayuda que pudiera prestarle
pañero, que era hijo de un pastor analfabeto para gestionar su pequeño negocio, que por
que se había enriquecido como dueño de unos entonces se había convertido en uno de venta
cuantos burdeles, fuese a pedir perdón al frai- de restos de edición por correspondencia. Por
le, porque temía la reacción que podía pro- eso no fui a la universidad en el primer año y
ducirse en su casa si le echaban, y yo me ne- si lo hice en el segundo fue porque, consciente
gase a hacerlo. El séptimo curso lo hice como de que no podía correr el riego de que en el
«libre» en una academia, donde una buena servicio militar me enviasen a África, opté por
profesora me contagió el gusto por las mate- la solución de las milicias universitarias, que
máticas. Lo malo fue examinarse de séptimo me garantizaban que no estaría mucho tiem-
como libre, ante un profesorado que te recibía po lejos de casa. Que fuese posteriormente a
como a un paria (una de las preguntas que Liverpool, regresando a casa en cada período
me hizo mi examinador de filosofía fue: «Di- de vacaciones y limitando mi estancia a uno
ferencias entre el pensamiento de san Grego- de los dos años que hubiese podido durar, se
rio Niseno y el de san Gregorio Nacianceno». debió al sacrificio que hizo mi padre, que me
Me salvaron mis conocimientos de griego, escribía cada día para contarme cómo iban
que eran superiores a la media, y el examen las cosas en la casa y en el negocio.
de Formación del Espíritu Nacional en que la
profesora, que era la secretaria del instituto, En la Universidad de Barcelona se pro-
me preguntó algo así como «La religiosidad duce tu contacto con la Historia oficial que
y el imperio español» y ante mi entusiasmo se enseñaba entonces. Dejando de lado la
nacional-católico no me dejase pasar de Feli- aportación de Vicens Vives, al que volvere-
mos más adelante, ¿Qué valoración haces marginado y olvidado cuando la militancia
de la docencia universitaria y de la Historia se convirtió en una carrera. La entrada se
que predominaba en el primer lustro de los confirmó en un viaje a París, donde conocí a
años cincuenta?. ¿Había muestras de des- Miguel Núñez, un tipo por el que he sentido
afección política como ocurría en Madrid estima toda mi vida, que aceptó sin protesta
y como se fue conformando tu conciencia que le dijera que alguno de los libros que me
progresista y antifranquista? habían dejado para que me formara, como
una obra de Konstantinov, eran ladrillos sin
No quisiera hacer sangre con un profeso- interés alguno. Fue también entonces cuando
rado de bajísima calidad, y prefiero recordar tuve mi única entrevista con Carrillo, que me
que encontré a excelentes profesores de li- recomendó que siguiera el ejemplo de Claudín
teratura, como Vilanova, o de arte, como el y antepusiera mis obligaciones políticas a mi
entonces joven José Milicua. El gusto por la trabajo profesional. Me cayó fatal y, por su-
historia me vino en los cursos que seguía pa- puesto, decidí no hacerle caso, consciente de
ralelamente con Ferran Soldevila en los clan- que era a través de mi trabajo que podía tener
destinos Estudis Universitaris Catalans. alguna influencia en la sociedad.
El antifranquismo lo respiraba en casa, Mi primer grupo de trabajo, a mi regreso
puesto que mi padre era de izquierdas, y esta- a Barcelona, fue el Comité de intelectuales,
ba implícito en la opción de seguir estos cur- donde encontré inicialmente a Manolo Sa-
sos clandestinos de los Estudis Universitaris cristán, Jaén, Vallverdú y algún otro que pre-
en los que, junto a Soldevila, conocí a otro fiero olvidar. Termes era todavía un estudian-
maestro de gran categoría, como Jordi Rubió. te y ni Vicens ni Solé Tura estaban ahí. Vicens
Mis años de universidad, de 1951 a 1956, son se había exiliado, no recuerdo si Solé Tura
de relativa calma en Barcelona; había acaba- también en este momento; en todo caso es-
do el período en que grupos falangistas agre- tos dos son personajes con los que tengo muy
sivos practicaban el terror y no había empe- escaso contacto. De los «pájaros» del exterior
zado aún la etapa de agitación universitaria que nos visitaban —este era el nombre que
que culminó en 1962. les dábamos— recuerdo a Ardiaca y, con un
cariño especial, a Gregorio López Raimundo.
Después de tu estancia en Liverpool Entre estos también había dos o tres persona-
como «assistant lecturer» te integraste en jes que prefiero no recordar, como el que pre-
el PSUC en 1957 ¿cómo se produjo tu en- tendía convencerme de que toda la sabiduría
trada y quién te abre las puertas de esa mi- del mundo estaba sintetizada en el manual de
litancia clandestina en el partido de los co- economía política de la Academia de Ciencias
munistas catalanes? de la URSS.
militante y también el final de esa expe- me iban a tomar más el pelo y me marché a
riencia. ¿Qué te llevó a abandonar el PSUC mi casa. Después he tratado de descifrar todo
y qué balance haces de aquel compromiso? este asunto de los pactos y pienso que ten-
Cuando llegamos a la transición, yo era go ya una imagen clara de lo sucedido, de la
consciente de que los objetivos que se plan- que puede deducirse que ni la clase obrera ni
teaban en los programas del partido, por la democracia social les importaban nada.
los cuales habíamos luchado en la clandes- Mi amigo Ernest Lluch, que sentía una gran
tinidad, no podían alcanzarse de momento, consideración por Carrillo, me dejó entender
pero esperaba, por lo menos, que mi partido que pensaba que había sacrificado delibera-
siguiese luchando por ellos, en la medida de damente el PCE para salvar la democracia.
sus posibilidades. Cuando descubrí que eso se Era una de tantas cosas en que discrepába-
había acabado, que, al igual que sucedió con mos. Expresé mi frustración por las ilusiones
el PSOE, el PCE decidió que ahora las cosas perdidas en el prólogo a un libro de carteles y
eran distintas y que la política no se hacía ya diseños, del que te he hecho una traducción al
en la calle, sino en el parlamento, me sentí castellano, que te envío adjunto [2].
estafado. El punto de ruptura se produjo el
día en que Carrillo vino a dar un discurso a Pasando a tu trabajo en el campo de la
Barcelona, tras un congreso del PSUC al que Historia, siempre has reconocido la in-
yo asistía como invitado y nos explicó aquella fluencia que ejercieron algunos historia-
fantasía de que los pactos de la Moncloa ga- dores sobre tu trabajo: Ferran Soldevila,
rantizaban grandes beneficios a la clase obre-
2.–Se refiere a Josep Fontana, Un temps que podía ser i que
ra y eran un camino hacia la conquista de una no va a arribar a ser en Barcelona, una iconografía urbana de
democracia social. Decidí entonces que ya no la Transició. La donació Villluendas+Gómez, Barcelona, 2014.
Vicens Vives, Pierre Vilar… ¿Qué aspectos De Vicens aprendí sobre todo dos cosas
destacarías de esa influencia, tanto histo- fundamentales, más importantes que los mé-
riográficamente como por su actitud ante todos y las teorías, que se pueden aprender
posibles «discípulos» como tú? y ¿en qué en los libros. Aprendí que este de historiador
sentido tu relación con ellos pudo influir en es un oficio difícil, que exige mucho trabajo:
la que has mantenido a lo largo de tu reco- un oficio en el que siempre somos aprendices
rrido profesional con alumnos y discípulos? y nunca llegamos a maestros (y el que crea
lo contrario, y piense que ya domina el oficio,
A Soldevila le encuentro el mismo año en está perdido sin remedio). Lo segundo, y mu-
que ingreso en la universidad, cuando la en- cho más importante, que lo que hacemos no
señanza de la historia que había recibido has- tiene sentido si le falta una dimensión cívica,
ta entonces era la lamentable del bachillerato una utilidad social. Su concepción de la uti-
o la no menos lamentable de un profesor de lidad del trabajo del investigador la formuló
primer curso de Letras, de cuyo nombre me brevemente en una carta en que me decía:
olvidaré por piedad. Me encuentro entonces, «Sigo pensando que hay algo más importante
fuera de las aulas, con un historiador que ha que la universidad, que es el país, y que más
regresado del exilio y que lucha por sobrevivir importante que la ciencia histórica es la uni-
con una gran dignidad, que me enseña a leer versidad, pero que se puede servir al país a
un documento o una crónica, a reflexionar través de la ciencia histórica».
sobre ellos y a tratar de entender a los seres Vicens sabía que yo era un rojo incorregi-
humanos a quienes estos textos se refieren. Y ble, y con una tendencia habitual a la imper-
por primera vez le encuentro gusto al estudio tinencia; pero no sólo lo toleraba sino que en
de la historia [3]. una de las cartas que me envió a Liverpool de-
cía: «Amigo Fontana, continúeme escribiendo
A Vicens lo conocí en el último curso de la con frecuencia y expresándose con tanta sin-
carrera, cuando ya había hecho camino por ceridad. Lo necesito; es un soplo de aire fresco
mi cuenta —ya estaba suscrito personalmente en nuestros ambientes, muchas veces enrare-
a Annales— y me costó poco entenderme con cidos». Parece que me destinaba a los cursos
él, aun dejando claro que mi posición política de historia económica de la recién creada fa-
era distinta a la suya —por más que no había cultad de Económicas de Barcelona; pero su
ingresado aun en el PSUC— y que esto nos se- muerte en 1960, a los cincuenta años de edad,
paraba. El hecho de que en el tiempo en que me dejó fuera del juego.
traté con él transcurrieran mi año de estancia Conocí a Pierre Vilar en 1957. Le había ex-
en Liverpool y los meses de alférez de com- plicado a Vicens la línea de trabajo que me
plemento en Mallorca dio lugar a que mantu- proponía seguir y este me recomendó que es-
viéramos una correspondencia que se publicó cribiera a Vilar, indicándole que era alumno
hace unos años (las cartas de él, naturalmen- suyo, y que le pidiese consejo. Lo hice y recibí
te; de las mías me proporcionó fotocopias la de él una larga y densa respuesta en que co-
familia, y las tengo por algún lado) [4]. menzaba tratándome de amigo, «como cata-
lán y como discípulo de Vicens», me daba una
3.–Véase Josep Fontana El meu Ferran Soldevila, en Per co- extraordinaria lección de método histórico y
neixer Ferran Soldevila, Publicacións L´Abadia de Montse-
acababa invitándome a visitarle cuando pa-
rrat, Barcelona, 1994 y Ferran Soldevila en su centenario en
Catalònia Cultura, 42, 1995. sase por París. Vilar me decía en esta carta
4.–En Josep Clara et al., Epistolari de Jaume Vicens Vives, que la historia era para él algo muy serio, por-
Cercle de Estudis Històrics, Girona, 1998. que la concebía sobre todo como un instru-
guirlo en su tiempo la Segunda República con aquellos historiadores mantuviste una re-
su política de escuelas y maestros, y se orga- lación especial ¿podrías decirnos quiénes
nizó una Guerra Civil para impedirlo. te impactaron más y en qué sentido?
Hablando de maestros e influencias, en Una cosa son los libros, que son los que di-
tus primeros libros está ya muy presente funden las ideas, y otra los autores. Y en este
la historiografía británica: E.P. Thompson; caso se dan paradojas como la de la escasa
Hobsbawn, Phillis Deane, G. Rude, ade- influencia personal que sobre mí tuvo alguien
más de Gramsci, A. Soboul o P. Vilar, lo que como Hobsbawm, al que he tratado en diver-
evidencia una temprana lectura de Past sas ocasiones, en contraste con Thompson,
and Present y de las ediciones de Lawren- con quien solo hablé en sus dos viajes a Bar-
ce &Wishart ¿Hasta qué punto la estancia celona, en uno de los cuales le hicimos una
en Liverpool como «assistant lecturer» y la entrevista que me impresionó vivamente. Mis
posibilidad de leer en inglés, algo poco fre- amigos historiadores han sido muy diversos, y
cuente en la España de los años cincuenta y no siempre son los autores de mis libros pre-
sesenta, te acercó a la historiografía británi- feridos. Dejando a un lado los españoles, que
ca y a tu gradual incorporación al marxismo? son muchos, mis amigos han sido gente como
John Lynch, con quien no sólo compartí en Li-
Aunque suene lo mismo que «profesor verpool la misma residencia, sino «parties»
ayudante», era un cargo con responsabili- que acababan en un elevado grado de intoxi-
dades y con un buen sueldo, que me permi- cación etílica, como Renato Zangheri, que fue
tió comprar, además de libros, mis primeros alcalde de la Bolonia roja, como Bohumil Ba-
discos… En Liverpool encontré una esplén- dura, un checo que en 1968 me enviaba una
dida biblioteca universitaria en la que pasé carta conmovedora sobre lo ocurrido en Pra-
muchas horas; pero a eso hay que añadir lo ga y a quien pude acoger en diversas ocasio-
que significaba descubrir las librerías de Lon- nes en Barcelona, o como Manfred Kossok, de
dres, las mejores que he visto en ningún lugar quien conservo textos impresionantes sobre
del mundo, donde había además una cadena la historia de la DDR. Junto a un gran núme-
de establecimientos izquierdistas, que fue el ro de latinoamericanos, comenzando por dos
lugar en que descubrí, además de los libros, cubanos, Juan Pérez de la Riva y, por encima
publicaciones como Marxism today y Our de todos, Manuel Moreno Fraginals, autor
History de las que todavía conservo los ejem- de aquella obra maestra que es El ingenio,
plares adquiridos hace sesenta años. Está y rebelde inadaptado hasta el fin de sus días,
claro que esto contribuyó a que, de regreso a a los que habría que añadir un buen número
Barcelona, buscase el contacto con el PSUC. de argentinos, chilenos, ecuatorianos, colom-
Fue un viaje posterior a Italia, en un coloquio bianos... Amistades nacidas en muchos casos
celebrado en Nápoles, el que me llevó a des- de la experiencia de conferencias y cursos en
cubrir a Gramsci y, con él, la cultura que se ciudades tan diversas como Quito, Ayacucho,
difundía en torno a las grandes editoriales Neuquén, Tunja, México o Valparaíso.
italianas influidas por la izquierda.
Como historiador comienzas centran-
Al frente de las colecciones de Historia do tu atención en el siglo XIX y en cues-
en Ariel y Crítica difundiste los trabajos de tiones como la relación entre los cambios
la amplia nómina que formaba el marxismo económicos y la quiebra del absolutismo;
historiográfico europeo y con algunos de el estudio de la Hacienda pública o la des-
amortización para pasar a interesarte en 1968, enviados por amigos que lo vivieron). El
el desarrollo histórico de siglo XX y ahora problema es que terminé Por el bien del im-
también en el XXI. ¿Qué es lo que determina perio cuando tan solo empezaban a sentirse
ese salto temporal? ¿Fue un cambio histo- los efectos de la crisis de 2008 y que el tiempo
riográfico o la voluntad de estudiar un pa- transcurrido desde entonces ha puesto en evi-
sado más inmediato? dencia que estamos en el inicio de una nueva
época, lo cual ha dado un nuevo sentido a lo
Comencé a trabajar en la España de co- ocurrido desde 1945. Pero una vez acabado
mienzos del siglo XIX porque quería investi- este nuevo libro, y aunque sigo manteniendo
gar el tránsito del Antiguo régimen al libera- abiertas las vías de información sobre lo que
lismo. Enfrentarse a una época como la de ocurre en el mundo, mi trabajo en este campo
Fernando VII me obligó a utilizar los mate- se va a reducir a articulillos ocasionales como
riales de la hacienda, porque eran los que los que publico en La Lamentable.
ofrecían una cobertura más amplia y conti-
nuada, y porque me daban pistas importan- Apuntas en tu respuesta la intención
tes sobre las relaciones entre el gobierno y la de volver a la primera mitad del siglo XIX,
sociedad. Pero que mi intención iba más allá ¿podemos entender que está ahí el foco de
lo demuestra el más trabajado de los libros atención de tu próximo libro?
que dediqué a esta época, De en medio del
tiempo, donde el relato estaba plenamente Una vez acabado el esfuerzo que me ha
imbricado en la historia europea de aquellos significado escribir El siglo de la revolución
años. Mi intención era ir a parar a una visión necesitaba mantener una disciplina de tra-
de conjunto de la historia europea entre 1814 bajo, aunque sólo fuera por razones de salud
y 1848, entre la derrota de Napoleón y el Ma- intelectual (la verdad es que trabajar en lo
nifiesto comunista. Nunca abandoné este mío me divierte). Pero mis condiciones físicas
proyecto, del que tengo muchos materiales a actuales, que me impiden trabajar normal-
medio elaborar. De hecho, una vez acabado mente en las bibliotecas, me limitaban las
el último libro sobre el siglo XX, empecé en- posibilidades. De manera que opté por recu-
seguida a retomar el viejo proyecto, y en ello perar un trabajo en que tenía mucho prepa-
estoy, aun siendo consciente de que es poco rado, partes ya escritas y en que conservaba
probable que me queden años suficientes en casa muchos de los libros, que no figuran
para completarlo. Pero hay ideas nuevas que entre los 35.000 que ya he dado a la bibliote-
me atraen y que quisiera desarrollar, aunque ca del Instituto de Historia de la Universitat
solo sea para mi consumo. Pompeu Fabra. Eso, que me ahorraba una
A la historia del siglo XX me había dedica- primera fase de erudición, me animó a volver
do como profesor en los cursos de la Universi- por este camino, aunque mi propósito actual
tat Pompeu Fabra, pero la necesidad de tra- es darle por completo la vuelta al viejo pro-
bajar con más profundidad vino determinada yecto: explicar primero la historia de los reyes
por la voluntad de tratar de encontrar un y los gobernantes y subvertirla después con la
sentido a la catástrofe de la segunda mitad de los campesinos, los trabajadores de fábri-
del siglo XX, que era algo que me había toca- ca y, no lo olvidemos, la persistencia de la es-
do vivir personalmente, y de manera indirec- clavitud en las plantaciones. Es un proyecto
ta por las experiencias de amigos míos (ten- muy ambicioso, que requeriría unos años de
go, por ejemplo, un buen archivo de papeles, los que no creo que disponga, pero lo que más
periódicos y octavillas de París en mayo de me estimula es lo que aprendo yo mismo tra-
sentido, como proponía Bujarin. Stalin optó erigido, paradójicamente, para salvar la re-
por la industrialización forzada, de acuerdo volución». Los diarios de Chernyaev me sir-
con un modelo que era posiblemente erróneo ven para ver desde dentro lo que sucede en
—por eso hice traducir, con escaso éxito, el un aparato gobernante que se limita a se-
libro de Loren Graham, El fantasma del in- guir una política de gran potencia [8], donde
geniero ejecutado. Por qué fracasó la indus- el marxismo se ha convertido en una liturgia
trialización soviética— y que exigió el uso de con la que los especialistas adornan las for-
la violencia desde el primer momento (fue el mulaciones de los políticos y en que un futuro
propio Stalin el que la inició en Siberia). Un ministro de cultura sostiene que es peligroso
motivo para ahondar en esta reflexión es la leer a Lenin porque da demasiadas cosas en
comparación con lo sucedido en China desde que pensar. De hecho Jruschov fue el último a
1978, cuando por iniciativa de Deng Xiaoping quien preocupó la transformación de la socie-
se rechazó volver al proyecto de industriali- dad; sus sucesores fueron burócratas que se
zación forzada, que con Mao había llevado al contentaban con sobrevivir.
desastre, y se inició un camino que podríamos
llamar de inspiración bujarinista. En pocos años aquel modelo, que pare-
cía tan sólido, se desmoronó sin grandes
En un libro anterior Por el bien del impe- convulsiones. Gorbachov y una parte de sus
rio, trazas un minucioso repaso del mundo colaboradores de los años ochenta fueron
de nuestro tiempo y de la evolución del mo- la primera generación que entraba en el
delo resultante de la revolución rusa hasta PCUS al calor del XX Congreso. Los aconte-
su desaparición. La revolución parecía abrir cimientos de Hungría y la evolución poste-
la posibilidad de construir un modelo alter- rior marcaron los límites de la desestalini-
nativo al liberalismo capitalista, pero esa zación y la rápida caída de Jruschov impidió
esperanza, finalizó en un sonoro fracaso. la posibilidad de renovación intelectual y
Un punto de inflexión en la historia de la política de unos cuadros y dirigentes libe-
URSS fue la etapa que se abrió con la muer- rados de la práctica política estalinista. La
te de Stalin y el proceso de desestaliniza- Perestroika parecía pues el primer intento
ción iniciado con el XX Congreso del PCUS real de desestalinización de la sociedad y
¿Había realmente condiciones internas en su fracaso interviene tanto la oposición
para que ese proceso fraguara después de interna de los «halcones» soviéticos como
los 30 años que Stalin se mantuvo en el po- los intereses de políticos oportunistas
der? ¿Qué factores influyeron en el fracaso como Boris Yeltsin. ¿Qué factores pueden
de la desestalinización que finalmente de- explicar su rápida desintegración política
cantó la lucha interna que se llevó por de- y la pasividad de los ciudadanos soviéticos
lante a Jruschov? ante el derrumbe del estado de los soviets?
en pateras el «paraíso europeo» y con pers- breza en el mundo. Ahí está el caso de África,
pectivas de transformación muy lejanas. a la que el cambio climático está afectando
¿Hacia dónde caminamos?. ¿Es posible en gravemente, que seguimos saqueando des-
este contexto un proceso revolucionario de piadadamente y que crece demográficamente
características similares al que se desarrolló de manera explosiva. Se prevé que Nigeria va
en la Rusia de comienzos del siglo XX? a tener en 2100 un total de 752 millones de
habitantes, que su territorio no parece que
La función del historiador no es anticipar pueda alimentar, cuando toda Europa no pa-
el futuro, eso forma parte del repertorio pro- sará de los 646 millones. Lo que ahora nos
fesional de economistas y políticos, sino la llega a través del Mediterráneo no es más que
de tratar de explicar el presente a la luz de un anticipo del futuro. Salvo que haya una
la evolución que lo ha configurado. Y en este transformación radical en nuestra organiza-
presente hay unos problemas que no podemos ción social, las previsiones deberían apuntar
pasar por alto: en los países desarrollados hay a largo término a una repetición de las gran-
una situación de estancamiento económico des invasiones del pasado. ¿Puede surgir una
que los economistas aseguran que va a durar revolución? Las revoluciones solo triunfan
largamente y hay una desigualdad creciente cuando surgen donde y cuando el orden es-
que todo el mundo reconoce, y que se supone tablecido no las espera y no está preparado
que representa un riesgo de fractura social, para reprimirlas. En febrero de 1917 el zar,
sin que nadie proponga remedios serios que que había marchado hacia el frente, se limi-
puedan frenarlo (Alex Nunn y Paul White han tó a ordenar a la policía que liquidase de in-
denunciado la hipocresía del Fondo Moneta- mediato los alborotos; no debía temer nada,
rio Internacional que hace declaraciones con- dado que los jefes de los partidos revolucio-
tra la desigualdad y promueve políticas que narios estaban o en el exilio o en Siberia. No
la favorecen) [10]. Lo cual ha provocado, como sabemos dónde o cuándo puede iniciarse una
consecuencia, la pérdida de confianza en el revolución, porque es imposible preverla.
sistema existente de una democracia parla-
mentaria en que unas élites, organizadas en La crisis económica financiera también
dos partidos —más o menos conservador y se ha utilizado para desarticular la nego-
socialdemócrata, pero con el mismo progra- ciación colectiva, vía reformas laborales
ma económico— se van alternando en el go- que impusieron una pérdida de derechos;
bierno. Con el agravante de que esto que se el avance de la precariedad y una sensible
ha dado en llamar «populismo» no tiene hoy disminución de los salarios. Ante esa rea-
una alternativa creíble de izquierdas, sino lidad los ciudadanos parecen desarmados
tan solo la de una derecha «nacionalista» que con las organizaciones sindicales sin recur-
carece de soluciones para atender estas de- sos de movilización social. ¿Qué ha ocurri-
mandas (no confundamos esto con el fascis- do para llegar a esa situación? ¿Es posible
mo, que se presentaba como una promesa de recuperar la capacidad de presión de unas
revolución). organizaciones sindicales desideologizadas
Y, suponiendo que consiguiéramos resolver y despolitizadas o es necesario comenzar
el problema en las sociedades desarrolladas, de nuevo con la mirada en el pasado, por
seguiría quedando el mucho mayor de la po- ejemplo en el espíritu de la 1ª Internacional?
10.–Alex Nunn y Paul White, The IMF and a new global
politics of inequality? en «Journal of Australian Political La operación de debilitación de los sin-
Economy» nº 78, 2016/17. dicatos se organizó en Estados Unidos y en
Gran Bretaña en los tiempos de Reagan y de tal vez haya más esperanza en los movimien-
la señora Thatcher (en Estados Unidos el nivel tos sociales que en los partidos tradicionales.
de afiliación a los sindicatos en las empresas El futuro hay que inventarlo todavía.
privadas es en la actualidad de poco más del
6 por ciento). La Europa continental, donde Afirmas, en tu respuesta que «es absur-
la tradición de asociación obrera era más só- do pensar que se pueden volver a librar las
lida, aguantó más; pero las políticas de aus- batallas perdidas con las misma armas. Al
teridad que surgieron tras la crisis de 2008 enemigo que te ha vencido le debes oponer
permitieron desmantelarlos con las reformas nuevas formas de combate…»¿No será que
laborales, que seguramente los encontraron también las organizaciones sindicales y
ya debilitados. El problema es que la progre- políticas entregaron o perdieron sus armas
siva destrucción de los sindicatos ha permi- en el camino o no las utilizaron convenien-
tido que se modifiquen en la realidad las for- temente y no acertaron con la estrategia en
mas de trabajo, que van en camino de lo que esas batallas perdidas?. ¿Es realmente po-
se llama la «gig economy», la contratación de sible inventar ese futuro de movilización
trabajadores autónomos para hacer trabajos social y encontrar nuevas formas de orga-
concretos [11]. El New York Times publicaba nización sin mirar críticamente los errores
el 23 de febrero de 2017 un trabajo con el tí- cometidos y sin recoger las ideas y la ex-
tulo de «The jobs Americans do», con una se- periencia de lucha e incluso lo útil de sus
rie de entrevistas con trabajadores, precedida formas organizativas que, en confluencia
de un texto donde se comenta la decadencia con lo nuevo, puedan funcionar como ins-
de «la vieja clase obrera» y se afirma que la trumentos de lucha?
nueva faz del trabajo no son ya las masas
de obreros ante las fábricas sino que ahora Me parece evidente que hay que mirar crí-
a los trabajadores se les paga no por hacer ticamente el pasado para aprender, pero lo
cosas sino por prestar servicios, como cuidar primero que advertimos entonces es que no
de los niños o de los viejos o limpiar la casa se puede repetir. Entre otras razones, porque
de otra familia. Hay que tener clara una cosa: cuando el orden establecido ha aprendido la
la ofensiva del capitalismo depredador contra lección, no permite repeticiones. Me gusta
las viejas formas de organización obrera aca- poner como ejemplo el triunfo del castrismo
bó con su victoria, y es absurdo pensar que en Cuba; pilló por sorpresa a los norteameri-
se pueden volver a librar las batallas perdi- canos, que lo habrían podido aplastar. Pero,
das con las mismas armas. Al enemigo que te una vez aprendida la lección, fue imposible
ha vencido le debes oponer nuevas formas de repetir otro triunfo semejante en América La-
combate que no sepa todavía cómo contra- tina, como lo experimentó Guevara en Bolivia
rrestar. Tengo más esperanzas puestas en el en 1967. Acabo de leer un trabajo de Barbara
activismo que nace de abajo, reaccionando a Ehrenreich que sostiene que, ante los cambios
problemas concretos, que en las prédicas que que han sufrido las formas de trabajo, hay
repiten viejas estrategias. Es posible que la que encontrar nuevas formas de organizarse
nueva Internacional salga de organizaciones en defensa de los derechos de los trabajado-
como «Vía campesina» y que entre nosotros, res [12]. Hay que ser consciente de la magni-
en este «mundo desarrollado» en decadencia, tud de los cambios a que nos enfrentamos. El
12.– Barbara Ehrenreich, Living with a Wild God? A
11.– Véase Josep Fontana, Gig Economic en «La Lamenta- nonbeliever´s Search for the Truth about Everything, Twelve,
ble», junio, 2016. 2014.
23 de febrero pasado The New York Times Tus observaciones sobre los sindicatos
publicaba un largo artículo sobre «The Jobs me llevan a reflexiones demasiado complejas
Americans do» que comenzaba con este esca- como para exponerlas con brevedad. Limi-
lofriante párrafo: tándome a los sindicatos europeos de filiación
comunista, está claro que sus estrategias es-
«Forget the images of men in hardhats taban condicionadas por las de los partidos
standing before factory gates, of men with comunistas, que desde 1945 habían recibido
coal-blackened faces, of men perched high instrucciones de Stalin de no embarcarse en
above New York City on steel beams. The intentos revolucionarios. Los partidos comu-
emerging face of the American working nistas europeos eran ahora semejantes a los
class is a hispanic woman who has never set socialdemócratas de 1914: organizaciones de
foot on a factory floor. That’s not the kind una praxis reformista que encubrían con re-
of work much of the working class does any- tórica revolucionaria. Podría justificárselos
more. Instead of making things, they are con el argumento de que no tenía sentido que
more often paid to serve people: to care for se lanzasen a enfrentamientos que no podían
someone else’s children or someone else’s ganar; pero pienso que su acomodación fue
parents; to clean another family’s home» [13]. más lejos. Entre diversos ejemplos que podría
citar me limitaré al de los Pactos de la Mon-
13.– Olviden las imágenes de hombres con cascos de seguri-
dad ante las verjas de las fábricas, de hombres con las caras Ese ya no es el tipo de trabajo que gran parte de la clase
ennegrecidas por el carbón, de hombres encaramados en lo trabajadora hace ahora. En lugar de fabricar cosas, con más
alto de vigas de acero sobre la ciudad de Nueva York. El ros- frecuencia se les paga por servir a otros: por cuidar de los
tro emergente de la clase trabajadora americana es el de niños de alguien o por los padres de alguien; por limpiar la
una mujer hispana que nunca ha puesto un pie en la fábrica. casa de otro
cloa de octubre de 1977. Podría considerarse entre ellos no parecen, salvo excepciones,
justificado que Carrillo aceptase acabar con implicados en la realidad que vemos a dia-
la combatividad que Comisiones Obreras rio, mientras en Iberoamérica o en el mundo
había demostrado en los últimos años; pero anglosajón existen muestras de un mayor
hay algo que no tiene perdón: que Carrillo y compromiso con los movimientos sociales,
los suyos se olvidasen de reclamar el cumpli- sirva como ejemplo el colectivo Historians
miento de las concesiones favorables que el Against War que viene haciéndolo en Esta-
gobierno de UCD había hecho en los pactos dos Unidos desde la guerra de Irak y que en
demuestra que lo único que les importaba era el 2011 apoyó el movimiento Occupy Wall
su propia promoción en el nuevo juego políti- Street. Entre nosotros, incluso cualquier
co de la transición. posición crítica con el pensamiento domi-
Y en cuanto a la situación actual: entre los nante, es tergiversada como tú mismo has
artículos que publica hoy sinPermiso hay uno podido comprobar después de participar en
terrible de Heiner Faessbeck que denuncia unas jornadas en Cataluña y con tu libro La
cómo los sindicatos alemanes hacen el juego formació d’una identitat. Entonces se utilizó
de los empresarios contra los trabajadores y tu antigua militancia en el PSUC para des-
presionan además sobre los sindicalistas en calificar tu posición política acusándote de
Bruselas en el mismo sentido [14]. saltar de un pasado estalinista y jacobino
Los mecanismos políticos que hicieron po- al nacionalismo radical. ¿Qué ha ocurrido
sible el estado del bienestar —el apoyo a la para llegar a esta situación de desarme in-
capacidad negociadora de los sindicatos y telectual y para descender a este nivel de
una fiscalidad exigente que permitía financiar debate?
los servicios sociales— se perdieron porque
la socialdemocracia se vendió a una políti- Es una pregunta que no puedo contestar,
ca de pactos que le era beneficiosa y cedió a porque siempre he tratado de vivir fuera de
las exigencias del poder económico. Una vez eso que se llama «la intelectualidad». Pero
desmantelado el sistema parece imposible conozco muchas voces independientes que
recomponerlo. Las estadísticas de huelgas de libran combates contra corriente. Entre no-
Estados Unidos y del Reino Unido demuestran sotros, por ejemplo, los que reivindican la Se-
hoy la impotencia de los sindicatos, y la eva- gunda República y la Guerra Civil contra el
sión de los impuestos por parte de las grandes predominio de un revisionismo alentado des-
empresas es un testimonio de un triunfo que de arriba y jaleado por los medios «liberales».
se ha alcanzado porque, como dicen Hacker y Yo os podría citar bastantes historias perso-
Pierson «la clase política e intelectual encon- nales de gente que han aceptado «no hacer
tró que le resultaba personalmente provecho- carrera» para conservar el derecho a seguir
so facilitarlo o mirar para otro lado» [15]. diciendo verdades incómodas. Tal vez no se
les ha hecho el caso que merecían.
Ante el paisaje que deja la crisis en Es- Este caso es distinto y necesita algunas
paña, la intelectualidad y los historiadores precisiones. Cuando acepté participar en un
ciclo sobre el tercer centenario de la derrota en
14.–Heiner Faessbeck, Los salarios alemanes, la eurocrisis y la guerra de Sucesión, nadie me dijo que iban
la suicida incompetencia económica del presente sindicalis-
a darle un título, «España contra Cataluña»,
mo europeo, Sinpermiso, marzo 2017.
que no solo era una provocación innecesaria,
15.– Jacob J. Hacker & Paul Pierson, Winner- Take –All poli-
tics: How Washington Made The Rich Richer and Turned its sino que era bien contrario a lo que muchos
back on the middle Class, Simon & Shuster, 2011. sostenemos, que es que quienes pelearon en
esta guerra hasta 1714 era precisamente los tervención en unas jornadas en la FIM,
que querían construir una nación española señalando que no se había agotado la ca-
en que pudiesen convivir y prosperar. En la pacidad de renovación del marxismo y que
monarquía española «nacional» fue una de- «ese capítulo de la historia de la historia no
nominación subversiva hasta más o menos era un capitulo en modo alguno cerrado».
1835, y sobre lo que se construyó después ha- Posteriormente, el «fin de la historia» y el
bría mucho que discutir. En cuanto a La for- triunfo definitivo del liberalismo capitalis-
mació d’una identitat la escribí para lectores ta que nos auguraba un mundo feliz, pro-
de cultura catalana por razones que creía, y vocaba una desbandada de intelectuales e
sigo creyendo, que lo hacían oportuno. Y me historiadores hacia espacios culturales más
negué a alguna oferta de traducirlo al cas- cálidos, mientras rechazabas las recetas
tellano porque a un lector de otras latitudes posmodernas y mantenías que, en la obra
culturales, que ha recibido una educación de- madura de Marx y en la tradición de pen-
terminada en la escuela y vive en un contexto samiento marxista, había aun herramien-
de patriotismo oficial, tenía que ofrecerle una tas teóricas útiles para seguir estudiando el
visión comparada —tenía que explicarle, por pasado y entender el mundo [16]. ¿Estamos
ejemplo, la diferencia que había entre las cor- hoy definitivamente instalados en la pos-
tes catalanas y las de Castilla, que no tenían modernidad y debe desaparecer todo rastro
una diputación permanente y no controlaban teórico del marxismo?
directamente la recaudación de los impuestos
y la gestión de la deuda pública. Y no me sen- Vamos por partes. Que yo sepa no hay
tía con fuerzas para meterme en esta batalla. ningún canon historiográfico establecido
Después he rehuido el debate con mis críticos por Marx, sino una variedad de tendencias
por una razón esencial: ninguno de ellos se ha y corrientes, como traté de explicar en una
molestado en leer previamente el caudal de conferencia en la FIM, a fines de 2014 [17]. Si
bibliografía que he empleado; casi ninguno hablamos de Hobsbawm, de Thompson, de
ha leído Cataluña en la España moderna de Ranahit Guha, de Chris Wickham o de Mc-
Vilar que es un libro del que partimos todos Cormick, hablamos de métodos y visiones
nosotros. ¿Qué vas a hacer? ¿Dedicarte a ir distintos, pero que tienen en común la vo-
combatiendo tópicos que se asientan más en luntad de aportar una mirada crítica al sa-
la fe que en la razón (soy un lector entusiasta ber académico construido para legitimar el
de George Lakoff)? En cuanto a mi conver- orden establecido y la conciencia del signifi-
sión al nacionalismo resulta tan ridícula que cado de las contradicciones de clase en la his-
no merece la pena replicar: en 1957 me afilié toria. No veo por qué habría de caducar un
a un partido, el PSUC, que reconocía en sus enfoque semejante. En estos momentos, por
estatutos el derecho de autodeterminación ejemplo, uno de los grandes problemas a los
(como lo reconocía el PCE y el PSOE cuando que hemos de enfrentarnos es el del aumento
andaba de juntas antes de aceptar el pacto desbocado de la desigualdad. Frente a él los
de la Transición). ¿Que todo esto me hace historiadores pueden dar respuestas acomo-
molesto y me evita ser bien aceptado por «la daticias, que son las que el orden establecido
intelectualidad orgánica»? Me parece muy
16.– Josep Fontana, Historia: El grupo de «Past and Pre-
bien; es un precio que acepto sin quejarme,
sent». Christopher Hill, V. Gordon Childe, etc. FIM, 1988 y La
porque yo mismo me lo he buscado. Historia después del fin de la Historia, Crítica, 1992.
17.– Josep Fontana, Para una historia de la historia marxis-
Hace más de 30 años finalizabas tu in- ta, 2014.
Hoy se están librando combates por la nadores y solo algunos responden con sus
memoria y has escrito que el trabajo del trabajos pero sin capacidad para ampliar
historiador tiene sentido si contribuye a sus lectores y sin influencia en los medios
entender el mundo y encontrar soluciones de comunicación. ¿Qué ha pasado desde la
a los problemas de la gente. Esas ideas esta- Transición para llegar a esta situación de
ban presentes entre los historiadores pero desarme social de los historiadores?
hoy parecen replegados en los cuarteles de
invierno y escriben para la «tribu» como Que no haya en estos momentos un clima
has señalado en alguna ocasión. Ese replie- de euforia colectiva como el de la transición,
gue ha facilitado el auge de un revisionismo alimentado por las esperanzas que daba la
historiográfico que centra en la II República salida del franquismo, que sirvieron para que
la responsabilidad de la Guerra Civil y mi- nos engañásemos acerca de la naturaleza
nimiza la importancia de la represión fran- real de los cambios que se estaban producien-
quista, mientras periodistas, publicistas o do, es natural. Como lo es que no haya euforia
historiadores universitarios monopolizan en un mundo marcado por el estancamiento
los medios de comunicación e inundan con económico y el reparto desigual. Pero el pa-
sus libros los estantes de las librerías para norama pesimista que montas sobre esto me
proyectar sobre la sociedad una determina- parece exagerado. No ha disminuido el inte-
da memoria que tergiversa la realidad his- rés del lector educado, que es el único que lee
tórica. Ante esa ofensiva, los historiadores libros, por la historia, como revelan las cifras
no han dado una respuesta colectiva para de edición, y no estoy tan seguro de que la ba-
contrarrestar esos revisionismos distorsio- talla por la memoria de la República y la Gue-
rra Civil la esté ganando un revisionismo que len a quien te lea a «pensar históricamente»,
tiene poco crédito científico —las últimas in- a entrenarse en un método de reflexión que
tentonas de Stanley Payne, por ejemplo, han le ayude a entender mejor los problemas de
acabado en un fracaso. Y si tal vez es verdad su tiempo y de su entorno. Esto plantea va-
que cuentan con el apoyo de la prensa escri- rios problemas. Hoy me escribía un profesor
ta, el peso que esta tenía en la formación de de instituto que es un excelente historiador y
opinión en los viejos tiempos tiene poco que un buen escritor, a quien le preocupa cómo
ver con el que ejerce en su decadencia actual. se puede llegar a muchachos como los de sus
clases que nunca leerán un libro por su propio
Entiendes que dibujo una situación muy gusto. Él pensaba en los recursos que ofrece
pesimista, pero las cifras reales de edición una buena narración. Algo puede haber de
(entre 2.000 y 5.000 ejemplares como mu- esto en casos como el suyo, que es el de al-
cho) y las ventas de libros de la calidad guien dotado para narrar.
científica que apuntas son pequeñísimas, En términos más generales, debemos
no pasan de unos cientos de ejemplares aprender a escapar del error de pensar que
o un par de miles en los mejores casos, tú la posesión de la verdad razonada nos da
eres una excepción entre los historiadores. una fuerza de convicción invencible. George
La batalla no está sólo en la calidad sino, Lakoff nos recuerda que una gran parte de lo
sobre todo, en la capacidad para penetrar que pensamos no procede del razonamiento,
en la sociedad y ganar espacio social en la sino de prejuicios, sentimientos y conviccio-
lucha ideológica. Es la clientela del PP y del nes, y que suele ser un error de los políticos de
resto de las derechas que pululan por nues- izquierda acudir a pedir el voto con la fuerza
tra geografía la que consume esa literatura. de la razón, cuando la derecha utiliza sobre
Los libros que no llegan a sus destinatarios todo la apelación a los sentimientos. Una ex-
pierden su utilidad social y de poco vale presion suya puede aclarar lo que digo: «Re-
que se lean dentro de la cofradía de histo- member that voters vote their identity and
riadores o que académicamente fracasen their values, which need not coincide with
«la últimas intentonas de Staley Payne» y their self-interest» [18]. Investigar es importan-
adláteres porque ellos no juegan ese par- te, pero comunicar lo es igualmente, o más. El
tido ni en ese campo. Sus objetivos no es- de historiador no es un oficio fácil.
tán tanto en el ámbito académico sino en
difundir otra historia y construir otra me- Volviendo al escenario incierto que di-
moria. Las numerosas reediciones de sus bujabas en El futuro es un país extraño, la
libros también explican hasta qué punto victoria electoral de Donald Trump, ha
esa visión contribuye a mantener la cohe- despertado la alarma en sectores intelec-
sión ideológica de una clientela conserva- tuales que perciben un grave peligro en sus
dora movilizada para proyectarla electoral- declaraciones y primeras medidas. Ven en
mente. De ahí mis preguntas ¿Qué historia Trump el retorno a fantasmas del pasado y
tenemos que hacer y para qué? y ¿cómo po- síntomas de un nuevo fascismo que puede
demos ganar espacio cultural y social para alterar la estabilidad internacional. En tus
contrarrestar las visiones revisionistas de
la historia? 18.– «Recuerden que los votantes votan su identidad y sus
valores, lo cual no tiene porque coincidir con su propio in-
terés personal», George Lakoff, Don´t Think of an Elephant
Pienso que hay que tratar siempre de know your values and frame The Debate, Chelsea Green Pu-
acercarnos a formas de trabajo que estimu- blishing, 2004.
avanzado o estamos en una ya larga fase de Cómo me considero todavía en activo, nun-
retroceso en lo que se refiere al contenido y ca se me ocurrió hacer balances del pasado.
orientación de los programas? Nunca me he considerado un buen docente,
pero me ha sorprendido encontrarme en oca-
Tuve este sábado pasado una sesión de se- siones con antiguos alumnos míos que me
minario con profesores de enseñanza media dicen: «Me acuerdo de aquel día en que nos
a quienes me tocó hablar de la destrucción dijiste…». Yo no lo recuerdo en absoluto, pero
del estado del bienestar. Es un seminario que me siento orgulloso de haber sembrado una
se fundó hace más de veinticinco años y que idea, de haber estimulado a alguien a pensar
todavía sigue. Más que preocuparme por lo por su cuenta, que es lo que explica que esta
que contienen los programas me importa que idea siga viva en la actualidad. Eso debe ser
los profesores enseñen lo que Vilar llamaba lo mejor que me ha pasado en este terreno. En
«pensar históricamente», porque la historia cuanto a los libros, no tengo quejas de la difu-
acaba apareciendo por todo, incluso cuando sión que han alcanzado (uno de 1994, Europa
enseñas matemáticas. Recuerdo que, cuando ante el espejo, que tenía ya diez traducciones
en los tiempos del franquismo, los estudian- a otras lenguas, me ha dado recientemente la
tes discutían qué debía contener un programa sorpresa de que lo vayan a traducir al ruso y al
progresista, yo les decía que no me importaba chino). Más que de mis libros me siento orgu-
lo que dijera el programa, que ya me encarga- lloso de los que he contribuido a difundir, como
ría yo de interpretarlo. los de Thompson, y me siento apenado por no
haber conseguido que el público se interesase
Por último, después de sesenta años de por otros que lo merecían como, por citar tan
dedicación a la Historia como profesor e solo dos ejemplos, los de Ranahit Guha o de
historiador ¿qué balance haces del trabajo Lev Gumilov, el hijo de la gran Anna Ajmátova.
realizado? y ¿cuál de las facetas de tu tra- Pero todavía me quedan fuerzas para escuchar
bajo te ha dado más satisfacciones? voces nuevas y ayudar a difundirlas.
Obreros castigados. Troncoso, Angostura (Chile), 1882 (Foto: Emilio Chaigneau, fuente: Biblioteca
Nacional de Chile).
El régimen carcelario es de lo peor que personal carcelario o judicial que podría in-
puede haber en este país. Yo creo no exage- fluir en la regeneración de los reos? Ningu-
rar si afirmo que cada prisión es la «escuela na respuesta satisfactoria podría obtener.
práctica y profesional» más perfecta para el Acerca de la crueldad moral que envuel-
aprendizaje y progreso del estudio del cri- ve en sí la prisión escribe un autor chileno
men y del vicio. Oh monstruosidad huma- en un librito titulado Palabras de un Mendi-
na! Todos los crímenes y todos los vicios se go lo que sigue:
perfeccionan en las prisiones, sin que haya
quien pretenda evitar este desarrollo! «El mudo carcelero me introdujo dentro
Yo he vivido cuatro meses en la cárcel de de una mazmorra helada, hizo rechinar la
Santiago, cuatro en la de Los Andes, cerca puerta del calabozo, y puso el férreo canda-
de tres en la de Valparaíso y ocho en la de do a la prisión a donde se me habla arras-
Tocopilla. Yo he ocupado mí tiempo de re- trado.
clusión estudiando la vida. carcelaria y me Luego después no había más que intensa y
he convencido que la vida de la cárcel es lo espantosa sombra a mi rededor. Era aquello
más horripilante que cabe conocer. Allí se el abismo abierto a un hombre que buscaba
rinde fervoroso y público culto a los vicios la luz, pero a quien se le encerraba en un
solitarios... La inversión sexual no es una sepulcro insondable para evitar que los ra-
novedad para los reos. Los delincuentes que yos vivificadores del astro rey llegaran has-
principian la vida del delito, encontrarían ta su pupila dilatada y profunda.
en las cárceles los profesores y maestros Yo no había pecado. A nadie había hecho
para perfeccionar el arte de la delincuencia. mal. Mis vestidos se habían desgarrado en
El personal de empleados de prisiones y medio de los zarzales punzadores del cami-
sus anexos es bastante numeroso. Pero, a no, mi sangre había corrido a raudales. Lle-
pesar de esto, yo no conozco un solo caso gué exánime a la prisión y caí desfallecido
de alguno que haya estudiado o propuesto en brazos de los primeros sayones que me
medios encaminados a buscar un perfec- oprimieron.
cionamiento en el sistema carcelario que ¿Por qué se me encerraba, oh Pueblo? Yo no
contribuyera a proporcionar una verdadera había delinquido, ni robado, ni asesinado.
regeneración entre tantos seres más des- Alguien murmuró a mis oídos cuando
graciados que delincuentes. entré en el fúnebre recinto, al sitio de la
Y el personal de los juzgados, ¿habrá perdición, al calabozo nauseabundo:
producido alguna idea en este sentido? Yo — ¡Otro bandido!
no conozco ninguna. Yo en un rapto de sagrado entusiasmo ha-
Yo creo que la prisión no es un sistema bía gritado: ¡Muera la Tiranía!
penal digno del hombre y propio para re- Y cuando el esbirro ensañado vació en mis
generarle. Hoy que se habla tanto de pro- oídos la bazofia brutal de su desvergüenza,
gresos y que se celebra como un gran acon- sentí en mi ser algo así como la lava hir-
tecimiento el haber llegado a los cien años viente de un volcán que amenazaba esta-
de vida libre, yo me pregunto, ¿ha progre- llar; y experimenté un agrupamiento de
sado en la República el sistema penal? ¿Ha ideas enloquecidas, terribles, impetuosas...
disminuido el número de delincuentes? Era la indignación que saben experimentar
¿Cuántas cárceles se han cerrado a impul- las almas buenas, que todavía no han en-
sos de la educación? ¿Ha mejorado o pro- tregado su conciencia al odioso mercader
gresado siquiera la condición moral del que suele comprarla a precios bajos.»
¡Cuánta amargura, cuánta ironía hay en ción, ¿cómo se pretende asociar al pueblo a
todo esto! ¡Pero sobre todo cuánta verdad! los regocijos del primer centenario?
¡Son palabras candentes que abrazan todo El conventillo y los suburbios, han cre-
el rostro de los privilegiados! cido quizás en mayor proporción que el de-
¿Veremos mejorarse el sistema carcelario sarrollo de la población. Y aun cuando se
y judicial ,en el sentido de producir una alegara que el aumento de los conventillos
disminución en la delincuencia, por la, ha ido en relación con el aumento de la po-
acción moral más que por la acción penal? blación, no sería este un argumento justi-
El porvenir lo dirá. ficativo ni de razón. El conventillo es una
La sociedad debe preocuparse de corre- ignominia. Su mantenimiento o su conser-
gir la delincuencia, creando un ambiente de vación constituyen un delito.
elevada moral, cuyo ejemplo abrace, pues Sintamos pesar por los niños que allí cre-
el sistema penal debemos considerarlo ya cen, rodeados de malos ejemplos, empujados
un fracaso. Estimo que el sistema penal al camino de la desgracia. Allí están, en abi-
generalmente atemoriza, pero no corri- garrado conjunto, dentro del conventillo, la
ge; detendrá la acción criminal, pero no la virtud y el vicio, con su corolario natural de
intención. La sociedad debe, por el propio la miseria que quebranta todas las virtudes.
interés de su perfección, convencerse que Si hubiera, habido progreso moral en la
el principal factor de la delincuencia existe vida social, debió detener el aumento de los
en la miseria moral y en la miseria material. conventillos, como debe detenerlo en lo su-
Hacer desaparecer estas dos miserias es la cesivo, pero esto ya no se operará por ini-
misión social de la Humanidad que piensa ciativa especial de la burguesía sino por la
y que ama a sus semejantes. acción proletaria que empuja la acción de la
Comprobar fehacientemente el progre- sociedad. Es necesario transformar el siste-
so que ha hecho el vicio, es bastante para ma de habitación para contribuir a perfec-
poner a la luz del día la verdad. La verdad cionar los hábitos del pueblo.
de que en cien años de vida republicana se Poco después de escrita esta conferen-
constata el progreso paralelo de dos cir- cia, algunos diarios emprendieron una dé-
cunstancias: bil cruzada contra los conventillos. Para
El progreso económico de la burguesía. reforzar mis argumentos he colocado al fi-
El progreso de los crímenes y de los vicios nal de la conferencia algunas publicaciones
en toda la sociedad. hechas al respecto por los diarios.
La vida del conventillo y de los subur- La clase media que se recluta entre los
bios no es menos degradada que la vida del obreros más preparados y los empleados,
presidio. ¿habrá hecho progresos? ¡Recorramos su
El conventillo y los suburbios son la es- condición y convenzámonos! Esta clase es
cuela primaria obligada del vicio y del cri- hoy mucho más numerosa que lo que lo era
men. Los niños se deleitan en su iniciación antes en proporción a cada época. Ha au-
viciosa empujados por el delictuoso ejem- mentado su número a expensas de los dos
plo de sus padres cargados de vicios y de extremos sociales. A ella llegan los ricos
defectos. El conventillo y los suburbios son que se empobrecen y que no pueden recu-
la antesala del prostíbulo y de la taberna. perar su condición y los que logran supe-
Y si a los cien años de vida republicana, rarse en la última clase.
democrática y progresista como se le quie- Esta clase ha ganado un poco en su as-
re llamar, existen estos antros de degenera- pecto social y es la que vive más esclavizada
II La situación intelectual y política del ser esto un motivo de alegría, pero la fi-
proletariado y la burguesía nalidad social que se busca como fruto del
progreso intelectual dista mucho aún y la
El desarrollo intelectual es una cir- labor del proletariado inteligente prosigue
cunstancia natural de la especie humana. vigorosamente su marcha. Cuando llegue a
En general hay siempre progresos. Podrá la meta entonces sí que habrá motivos de
encontrarse individuos que no progresen alegrías comunes.
intelectualmente, pero con dificultad se En cuanto a la situación política, es me-
encontrara una familia completa que no nester detenerse con alguna calma para
presente un caso de progreso. Pero en las estudiarla, para contemplarla. Esta confe-
sociedades que forman el género humano rencia escrita con ocasión del primer cen-
se ha constatado el progreso en una forma tenario de lo que se llama emancipación
natural empujado a un tiempo por los indi- política del pueblo, ha de dejar en sus pági-
viduos y por la sociedad. nas bien precisada la condición política del
Es el caso que un individuo alimenta a la país.
sociedad y que ésta alimenta al individuo. La burguesía por el conducto de sus es-
El individuo se forma intelectualmente del critores nos habla siempre de «los grandes
ambiente de la sociedad. Pero el ambiente hombres que nos dieron patria y libertad»
de la sociedad se ha formado del ambiente y esta frase ha pretendido grabarla en la
creado por los individuos. mente del pueblo haciéndole creer que es
La modificación de un ambiente social, propia para todos.
es obra del individuo pero obra paulatina, Yo mismo en torno mío... miro en tor-
lenta, gradual si se quiere. La modificación no de la gente de mi clase... miro el pasa-
del ambiente individual es obra propia y do a través de mis treinticuatro años y no
social y puede ser rápido su progreso o su encuentro en toda mi vida una circunstancia
transformación. que me convenza que he tenido patria y que
Es pues, el progreso intelectual del país he tenido libertad...
un hecho, y el regocijo que ello nos produce ¿Dónde está mi patria y dónde mi libertad?
se equipara al regocijo que sentimos por el ¿La habré tenido allá en mi infancia cuando
crecimiento y avance de la edad de nues- en vez de ir a la escuela hube de entrar al
tros hijos. El progreso intelectual está limi- taller a vender al capitalista insaciable mis
tado a las esferas en que se desarrolla y los escasas fuerzas de niño? ¿La tendré hoy
beneficios marchan en relación. cuando todo el producto de mi trabajo lo
Para las altas clases sociales el progre- absorbe el capital sin que yo disfrute un
so intelectual es un medio para conquistar átomo de mi producción?
mayor bienestar, porque poseen el dinero. Yo estimo que la patria es el hogar satis-
Para las bajas clases sociales ese mismo fecho y completo, y la libertad sólo existe
progreso no alcanza a producir bienestar, cuando existe este hogar. La enorme mu-
porque no tienen dinero. chedumbre que puebla campos y ciudades,
El progreso intelectual en esta época no ¿tiene acaso hogar? No tiene hogar...! No
es un progreso moral, pues, en muchos ca- tiene hogar... ! Y el que no tiene hogar no
sos la mayor capacidad conduce al indivi- tiene libertad! Todos los grandes creadores
duo, a la relajación. El progreso intelectual, y fundadores de la economía política han
creo decirlo sin pasión, se ha desarrollado afirmado este principio: «¡El que no tiene
notablemente en la clase media, y podría hogar no tiene libertad!»
A ver, ¿quién puede contradecirme? Esto que decimos, lo probamos con los
Acaso los que vencieron al español en los dos siguientes decretos que hemos copia-
campos de batalla, ¿pensaron alguna vez en do en las páginas veintiocho y veintinue-
la libertad del pueblo? Los que buscaron la ve de la colección de Leyes y Decretos del
nacionalidad propia, los que quisieron in- Gobierno de 1810 a 1823, edición ordenada
dependizarse de la monarquía buscaban por don Manuel Montt y revisada por don
para sí esa independencia, no la buscaron Domingo Santa María. He aquí los decretos:
para el pueblo.
¡Celebrar la emancipación política del «Ha sabido el gobierno que a pesar de lo pre-
pueblo! Yo considero un sarcasmo esta venido en auto del Supremo Congreso Na-
expresión. Es quizás una burla irónica. Es cional de 11 de octubre de 1811, en algunas
algo así como cuando nuestros burguesitos parroquias subsiste todavía la costumbre
exclaman: El soberano pueblo...! cuando de asentar en las partidas bautismales de
ven a hombres que visten andrajos, poncho los individuos que nacen de madres escla-
y chupalla. Que se celebre la emancipación vas, la nota de esclavos; y teniendo presen-
política de la clase capitalista, que disfruta te que este abuso, ya provenga de malicia o
de las riquezas nacionales, todo eso está de falta de reflexión compromete la suerte
muy puesto en razón. de aquellos infelices y ofende la autoridad
Nosotros, que desde hace tiempo ya es- del gobierno, decreto: que respecto a que
tamos convencidos que nada tenemos que desde la fecha citada quedó por regla in-
ver con esta fecha que se llama el aniversa- alterable abolida la esclavitud en todos los
rio de la independencia nacional, creemos que naciesen en lo sucesivo, todos los pá-
necesario indicar al pueblo el verdadero rrocos deban desde entonces poner la nota
significado de esta fecha, que en nuestro de esclavos en las partidas que se hubiesen
concepto sólo tienen razón de conmemo- asentado, omitiendo, ponerla en adelante.
rarla los burgueses, porque ellos, subleva- Este decreto se imprimirá, y teniéndose con
dos en 1810 contra la corona de España, esto por bastante circulado, los subalternos
conquistaron esta patria para gozarla ellos cuidarán de su cumplimiento y se transcri-
y para aprovecharse de todas las ventajas birá al Obispo gobernador para que quede
que la independencia les proporcionaba; archivado en su juzgado y uno de los prin-
pero el pueblo, la clase trabajadora, que cipales puntos que deban examinar los Dio-
siempre ha vivido en la miseria, nada, pero cesanos en sus respectivas visitas para el
absolutamente nada gana ni ha ganado con cumplimiento de este auto.— PÉREZ —IN-
la independencia de este suelo de la domi- FANTE.—EYZAGUIRRE.— AGUSTIN DIAZ,
nación española. Tal es así que los llamados SECRETARIO.»
padres de la patria, aquellos cuyos nombres
la burguesía pretende inmortalizar, aque- «Acta del Supremo Congreso Nacional
llos que en los campos de batalla dirigieron Sesión del día 11 de octubre
al pueblo-soldado para pelear y desalojar al Aunque la esclavitud, por opuesta al espíri-
español de esta tierra, una vez terminada la tu cristiano, a la humanidad y a las buenas
guerra y consolidada la independencia, ni costumbres, por inútil y aun contraria al
siquiera pensaron en dar al proletariado la servicio doméstico que ha sido el aparente
misma libertad que ese proletariado con- motivo de su conservación, debería desapa-
quistaba para los burgueses reservándose recer de un suelo en que sus magistrados
para sí la misma esclavitud en que vivía. sólo tratan de extinguir la infelicidad en
cuanto alcance sus últimos esfuerzos, con siquiera a titula de premio para los que da-
todo, conciliando estos sentimientos con ban libertad.
las preocupaciones, y el interés de los ac- En la expresión de esos decretos se ve
tuales dueños de esta clase de miserable claro el sentimiento que dominaba a la so-
propiedad; acordó el Congreso que desde ciedad en aquella época y de ello se des-
hoy en adelante no venga a Chile ningún prende claramente:
esclavo y que los que transiten para países Que la esclavitud era ya considerada in-
donde subsista esta dura ley, si se demoran útil en cuanto a las ventajas económicas o
por cualquier causa y permanecen seis me- sociales que pudieran esperarse. Que la es-
ses en el reino queden libres por el mismo clavitud se aboliría entonces por estas cir-
hecho. Que los (esclavos) que al presente cunstancias y no por espíritu de humanidad
se hallen en servidumbre, permanezcan ni cristiano. Que la esclavitud no la abolía
en una condición, que se le hará tolerable el nuevo Estado independiente porque
la habitual, la idea de la dificultad de en- consideraba herir los intereses de los amos
contrar repentinamente recursos de que y porque comprendía que lanzar a la calle
subsistir sin gravamen de la sociedad, el en libertad a los esclavos que nada poseían
buen trato que generalmente reciben de era un peligro social que les amenazaba.
sus amos, y sobre todo el consuelo de que El espíritu de mezquindad y la falta de
sus hijos que nazcan desde hoy serán libres, moral incapacitó, entonces, a la burguesía
COMO, expresamente se establece por re- para darle a la República, que nacía por el
gla inalterable. Para evitar los fraudes de la esfuerzo de sus esclavos, el brillo de una
codicia, y que nos prive de estos beneficios, verdadera grandeza que pudiera denotar a
a las madres que sean vendidas para fuera la vez que los fundadores de la patria eran
del país, se declararán igualmente libres grandes hombres. Qué pequeños les vemos
sus vientres y que deben serlo por consi- hoy!
guiente sus productos en cualquier parte y Hasta el año 1823, fecha en que Chile se
que así se anota por cláusula forzosa en las dio la primera Constitución, no se encuen-
escrituras que se otorguen, y en los pases tra ninguna ley que demuestre una acción
de la aduana, a cuyo fin, se hará extender generosa para el pueblo, que le reconozca
a los escribanos y administradores» (Esta algún derecho o que siquiera piense en él
ley aparece en la colección entre las del año ,como personas dignas de figurar en la so-
1813, pero parece que es la ley a que se re- ciedad.
fiere el decreto de la cabeza, octubre 11 de Todo lo que existe son esas leyes que
1811).» acabo de citar. Eso en cuanto a los prime-
ros actos de la independencia nacional. Y
Si leemos con detención los dos decre- ahí se ve la parte que le tocó al pueblo en
tos anteriores podemos ver en ellos que el triunfo de esa jornada revolucionaria que
la clase burguesa no abolió la esclavitud, entregó a la burguesía la administración de
ni siquiera para los esclavos que pelearon la riqueza natural y social de esta región del
en calidad de soldados, obligados por sus planeta, dejando al pueblo sumido en su ya
amos. Todo lo que hizo esa burguesía triun- larga era de miseria.
fante fue abolir la esclavitud para los hijos Y si esto es la verdad, ¿qué cosa es lo que
que nacían de padres esclavos después de celebra el pueblo en este aniversario? Lo
esa fecha, cosa que en rigor no tiene méri- que en realidad hace el pueblo en esta fe-
to, alguno ni expresa una acción generosa, cha, estimulado por la burguesía, es gastar
1º de Mayo en la Alameda, Santiago de Chile, en 1908 (Foto: Museo Histórico Nacional de Chile).
Si éste ha sido el criterio dominante, ex- Esta independencia que posee el lector
puesto en diversas ocasiones desde 1810 para vender su soberanía a quien le ofrece
hasta la fecha, no vemos razón alguna para más dinero, ¿será lo que se invita a festejar
que la clase popular sienta regocijo por el en cada aniversario patrio? El criterio po-
advenimiento periódico de esta fecha. lítico del pueblo es lo más pervertido que
La fecha gloriosa de la emancipación del hoy existe en Chile. El derecho de sufragio,
pueblo no ha sonado aún. Las clases popu- la facultad de elegir, la acción popular para
lares viven todavía esclavas, encadenadas formar el Congreso Nacional y los Munici-
en el orden económico, con la cadena del pios del país, la soberanía del pueblo, ¿son,
salario, que es su miseria; en el orden polí- por ventura, realidades honrosas y con-
tico, con la cadena del cohecho, del fraude y cientes en Chile ?
la intervención, que anula toda acción, toda Esta democracia pura creada por la ley,
expresión popular y en el orden social, con que da a la República su aureola de gran-
la cadena de su ignorancia y de sus vicios, deza, de grandeza nacida en el seno mismo
que le anulan para ser consideradas útiles a del pueblo, no es sino una ficción, una sim-
la sociedad en que vivimos. ple ilusión... ¿Llamaremos emancipación
Un pueblo que vive así sometido a los política del pueblo el cúmulo de corrupcio-
caprichos de una sociedad injusta, inmo- nes electorales que hoy se realizan?
ral y criminalmente organizada, ¿qué le Si en un pueblo cualquiera se agrupan
corresponde celebrar en el 18 de Septiem- cien electores sanos, que no trafican con su
bre? Nada. El pueblo debe ausentarse, debe voto, y este número es suficiente para obte-
negar su concurso a las fiestas con que sus ner, por ejemplo, una representación mu-
verdugos y tiranos celebran la independen- nicipal, le bastará a la burguesía comprar o
cia de la clase burguesa, que en ningún caso suplantar ciento diez electores para anular
es la independencia del pueblo ni como :in- esa agrupación de conciencias. Así tenemos
dividuo ni como colectividad. que la venalidad vence a la pureza, y la pu-
Hubo un tiempo en que las elecciones reza vencida por la venalidad ¿de qué podrá
del Congreso, se hacían a balazos, poco sentirse satisfecha?; ¿Podrá exclamar viva
después de la guerra de 1879, por ejemplo. la libertad?
El progreso desterró la barbarie — que era Las que podremos llamar clases inferio-
el corolario lógico de cada campaña electo- res de la sociedad, atrasadas, sin educación
ral. Pero no puedo dejar de decir que todos suficiente, sin moralidad, sin criterio, no
aquellos actos de barbarie político-elec- saben comprender el valor de toda nuestra
toral realizados por los partidos en lucha, legislación política democrática. Las clases
fueron realizados desde la infancia de la llamadas superiores, en posesión de una
República. ilustración mediana, a lo menos, con com-
Pero si hoy, cien años después, no te- pleta conciencia de sus actos, legisladora y
nemos el crimen sangriento en acción es fundadora de la ley ¿ qué han hecho ?
porque ha nacido y se ha desarrollado otro Ah ¡cuánta tristeza siento cuando re-
crimen, que ya es adulto, el crimen de la ve- memoro o cuando contemplo la obra de
nalidad, el crimen del cohecho, el crimen de la burguesía de este país! ¡Ella es la que
la compraventa de la conciencia. ¡El merca- ha degradado al pueblo! ¡Ella, la que lo ha
do de votos! La prostitución política! ¿Cabe corrompido políticamente! Ella, la que ha
desmoralización mayor? Será esto lo que se destrozado su dignidad ciudadana y ha en-
llama emancipación política? vilecido la soberanía. Ella ha sido la funda-
dora del comercio electoral y la que ha in- pueblo. De hoy en adelante, se procederá al
ducido al pueblo a este miserable comercio. castigo de estos perturbadores de la tran-
La burguesía de este país ha sido la que quilidad pública con aquel rigor que me-
ha creado ¡a prostitución política, la trata recen los malos efectos que causan con su
de blancos! Para ella toda la responsabili- imprudencia, o su malicia, aplicando a los
dad. Para ella toda la condenación. ¿ Acaso autores de estas especies doscientos azotes
alguno se atrevería a condenar al pueblo, si son gentes de baja esfera y extrañamien-
que miserable, andrajoso y hambriento, to de la Capital si pertenecen a otra clase
corrompido y vicioso acepte tina moneda más distinguida. Y para que llegue a noticia
en cambio de esa soberanía que él no com- de todos, y ninguno alegue ignorancia, pu-
prende, ni sabe para qué le sirve? blíquese por bando, fijándose en los lugares
La burguesía ha sido siempre la misma. públicos y acostumbrados e imprímase.
Su espíritu de clase privilegiada —aunque Hecho en la ciudad de Santiago de Chile a
ella misma haya creado y apropiado el pri- 23de marzo de 1814.—Antonio José de Iri-
vilegio— le ha hecho mirar a los demás se- zarri.— Agustín Díaz, escribano de gobierno.
mejantes, a los demás hombres, como se- Bando.— Todo aquel que no siendo oficial
res inferiores destinados por la naturaleza anduviese con armas de noche sin tener li-
—y por Dios, según algunos— a su servicio. cencia por escrito de esta intendencia para
Para convencernos de esto, veamos los tres cargarlas, sufrirá la multa de veinticinco
decretos o Bandos que siguen, porque ellos pesos por la primera vez, siendo persona
expresan el modo de ser de la burguesía en distinguida y si no lo fuere sufrirá la pena
los comienzos de la República, que muy de veinticinco azotes; reservándose este
poco difiere a lo que es hoy: juzgado las (penas) que crea necesarias
para los transgresores reincidentes.— Junio
«Santiago, enero 16 de 1818. 16 de 1819.José María de Guzmán, de orden
Estando ordenado por punto general que del señor Gobernador Intendente.— Jeróni-
todo individuo lleve un distintivo que des- mo Araos, escribano público y de la guerra.
cubra el cargo que ocupa en la sociedad,
no puede la corporación del ilustre cabildo Nacía la República con ideas democráti-
estar privada de esta divisa sin que sus in- cas, con ideas humanas, pero ello era en el
dividuos se expongan a ser privados de las nombre, en la práctica supervivía el espíri-
distinciones que merecen por su alto em- tu oligárquico, de superioridad y de clase.
pleo. Por este principio en lo sucesivo de- En estos tres decretos que acabo de citar
berán llevar indispensablemente, aun fuera fechados entre 1814 y 1819 se ve claro que
de las concurrencias del cuerpo, sombrero los gobernantes buscaban para ellos la de-
apuntado y bastón con borlas, la misma in- coración y la distinción y para el pueblo que
signia que es marcada al Tribunal de Apela- hizo la República, ¡para el pueblo que ven-
ciones.— Dios guarde a U. S. muchos años.— ció a la monarquía, para ese pueblo... los
Luis de la Cruz.— SS. del Ilustre Cabildo. azotes! Los azotes, el castigo que más de-
grada la dignidad. ¡Los azotes para la gente
Bando.— El gobierno ha visto con suma in- de baja esfera! ¡La multa para la gente dis-
dignación que algunos individuos parece tinguida! Ya veis cómo nació la República.
que se entretienen en andar inventando i Por esto yo no puedo asociarme a los en-
noticias funestas y especies terrosas con tusiasmos de la llamada alta clase, porque
que afligen a los espíritus pusilánimes del mientras ella tiene motivo de alegría, yo no
caria aún, pues, para esta clase, que ha pro- de distancia del pobre. Así la situación de
gresado en cultura, esta misma circunstan- la clase pobre es más miserable hoy que an-
cias hace que tenga mayores compromisos, tes, colocada al frente de la imponderable
mayores gastos que sus rentas no alcanzan riqueza de los poderosos.
a soportar. Para justificar en parte los progresos de la
Término medio, el más alto salario de los riqueza leamos lo que dice don Julio Zegers
obreros era en 1890 de cinco pesos al día, a en sus Estudios Económicos (pág. 6 y 7).
veintidós peniques por peso obtenía ciento La expansión de las industrias naciona-
diez peniques diarios. les que comenzó en 1904, se ha producido
Término medio, el más alto salario de los desgraciadamente acompañada de una fie-
obreros hoy día, en 1910, será de diez pe- bre ciega de negocios.
sos al día —que no es, pero hagamos esta Los grados de esa fiebre para organizar
concesión a los capitalistas—; al cambio de sociedades salitreras, mineras, ganade-
once peniques obtiene hoy un salario de ras, bancarias, de seguros, de transportes
ciento diez peniques diarios. ¿Ganará hoy, y otros negocios, espantan en los últimos
el obrero, más que 20 años atrás...? años.
El obrero pagaba en 1890 por el alquiler Presento en globo un cuadro de ellos, re-
mensual de una pieza —término medio— duciendo la moneda extranjera o nacional
siete pesos, o sea, ciento cincuenticuatro a razón de quince pesos por libra esterlina,
peniques; hoy paga dieciocho pesos, o sea, de fracciones.
doscientos peniques, todo en números re- Sociedades Anónimas
dondos. El saco de papas que se pagaba a
tres pesos, o sea, sesentiséis peniques, hoy Año Capital suscrito
vale doce pesos, o sea, ciento treintidós pe- 1900 37 millones
niques y en ciertos períodos del año a más 1901 23 id.
de dieciséis pesos, o sea, a más de ciento 1902 12 id.
setentiséis peniques. Así, en este orden, 1903 20 id.
marcha todo. Todas las gentes que viven 1904 74 id.
de salarios, de sueldos o de pequeñas y li- 1905 342 id.
mitadas rentas, viven en un estado inferior 1906 208 id.
al de antes. Pero, mírenlos bien; no ocurre
lo mismo con la clase rica; ella ha multi- Esto probará que la capacidad capitalis-
plicado el valor de sus rentas. Ella es más ta, en el espacio de esos seis años, se ha-
rica, mucho más que antes. Por ejemplo si bría aumentado en condiciones demasiado
al principiar su vida la República, la rique- asombrosas. Es decir, pudo comprometer
za social producía cien unidades, y de éstas, en 1905 un capital más de once veces supe-
noventa unidades eran para la clase rica y rior al de 1900.
diez para la clase pobre; hoy, cien años des- Pero algo tan fabuloso como eso o quizás
pués podemos apreciar la riqueza social en más, nos dice el mismo señor Zegers en sus
mil unidades, debido al progreso natural de páginas 308 y 309, dándonos los siguientes
la producción; de estas mil unidades ten- datos sobre la exportación del salitre, cu-
drán novecientas a los ricos y cien a los po- yos números sólo los tomo a partir del año
bres. En el primer caso el rico estaría a no- 1880.
venta unidades de distancia del pobre. En el
segundo caso está a novecientas unidades
todo su dinero. Así marchando con los pro- ¿Será sectarismo de nuestra parte cuando
gresos y haciendo marchar el progreso de sostenemos este hecho? Exponer la verdad
la educación en las masas proletarias, que no es sectarismo. Deducir la consecuencia
tanto sufren actualmente, se llegará un día, lógica de esa verdad no es sectarismo.
por fatal determinación de los inevitables De lo expuesto en el transcurso de esta
fenómenos sociales, a la abolición absoluta conferencia, se deduce que de todos los
de los actuales valores, a la desaparición de progresos, de que el país se ha beneficiado,
esa riqueza que se creó con fines de la más al proletariado no le ha correspondido sino
inmoral especulación. contribuir a él pero para que lo gocen sus
La fiebre que hoy devora a la clase ca- adversarios.
pitalista, la fiebre de amontonar millones y En el progreso de la producción indus-
millones hará crisis y crisis honda para feli- trial, artística o científica, el proletariado
cidad del bienestar futuro de la humanidad, no desempeña otro papel que el de ins-
sin que los poderosos ejércitos puedan in- trumento o herramienta forjadora de ese
tervenir en estos sucesos. progreso; pero el oro que se produce sabe
guardarlo muy bien el capitalista solo.
Resumen En el progreso de la arquitectura y de la
ornamentación y belleza de las ciudades y
No me parece muy sencillo poder re- de sus edificios, el proletariado ha contri-
sumir en una breve expresión todo lo ex- buido a él con su sudor y parte de su vida,
puesto anteriormente. Yo hubiera querido entregando ese progreso y sus frutos al ca-
amenizar esta conferencia adornando sus pitalista, mientras se reserva para si la cue-
pasajes. Pero la verdad, aunque árida, es va hedionda del pestilente conventillo, o el
grande en sí misma y no admite adornos, cuarto sobre las calles llenas de miasmas.
mucho menos cuando ella va destinada a En el progreso del comercio, el proleta-
buscar la solución del problema social que riado ha contribuido entregando a la clase
ha de poner término decoroso a la lucha comercial toda aquella parte que pudo aho-
fratricida de los seres humanos. rrar, quedándose en la miseria y en la pri-
Hay progresos evidentes en el siglo trans- vación para proporcionar el progreso a los
currido, ello no puede negarse. Pero esos comerciantes de todas las especies.
progresos corresponden a la acción de toda Alguien podrá decir que el trabajador ha
la colectividad y en mayor proporción, si se tocado su parte en la producción de esta ri-
quiere, a la clase proletaria que es el único queza, considerando tal el salario. Y lo nie-
agente de producción, de creación, de ejecu- go terminantemente. El salario no es parti-
ción de las ideas y de los pensamientos. cipación de la riqueza producida; es apenas
Pero esos progresos ostensibles, son el salario un medio para conservar algún
precisamente la causa de la miseria prole- tiempo la vida del productor y por lo tanto
taria. El progreso está construido, pues, con la fuerza productiva. El dinero invertido en
cuotas de la miseria. conservar la fuerza productiva, es lo mismo
Pretenderá la burguesía destruir estos que si fuera empleado en materiales; luego
hechos pero no conseguirá destruir la ver- no puede llamarse el salario participación
dad. Ante estos hechos, ante estas verdades, de la producción. El salario es para el obre-
¿puede haber entusiasmo y motivo espon- ro lo que es el aceite para las máquinas. El
táneo y justificado para que el proletaria- salario es el aceite de la máquina humana y
do se asocie a las festividades centenarias? nada más.
cuyos comentarios los hará cada lector. En «Una visita a los conventillos
todo caso esto prueba lo que hemos dicho Una madriguera muy oscura
en las páginas anteriores, esto es, que el Quisimos entrar a ella una vez que ya falta-
progreso del pueblo es muy insignificante. ba la luz del día. De súbito nos encontramos
He aquí lo que copiamos [1]: en un laberíntico corral. Está situado éste
en la calle de Bartolomé Vivar, entre San
«El problema de las habitaciones obreras Pablo y Sama. Ocupa una cuadra de largo
La cuarta parte de la población de Santiago por media de fondo. A primera vista se di-
vive en habitaciones insalubres e impropias visa incontable número de piezas. Las de la
para la vida humana. A esta conclusión, calle valen veinticinco mensuales. Siguen
profundamente desconsoladora y grave, en orden, divididos por unas especies de
llegamos agregando al total de habitantes zanjas, corredores, cuevas de dieciocho, die-
que figura en los 1251 conventillos mencio- ciséis, quince, catorce y doce pesos al mes».
nados en el Anuario Estadístico de 1909, la «Las piezas de dieciocho pesos
población que se alberga en ranchos, cuar- La señora Clara vive en una (le ellas, con su
tos redondos y conventillos no empadrona- marido, dos niñitas y una cuñada. Las dos
dos en este documento. niñitas estaban con la alfombrilla. Una bas-
Podemos decir, pues, que hay en Santiago tante demacrada, interrogaba con ojos sal-
cien mil personas que viven en un ambien- tones azules, rodeados de negras ojeras. La
te deletéreo, en medio de miasmas ponzo- otra tosía, lloraba, pedía algo a la mamá.
ñosas, respirando aires impuros y sufriendo Las pobres mujeres caminaban de aquí allá,
la influencia y el contagio de infecciones y afligidas, llorosas. La cosa no era para me-
epidemias. nos. Las dos criaturas se morían. Un médico
Cien mil personas que viven en habitacio- les había dicho en la mañana, que necesi-
nes, como inmundas mazmorras, estrechas, taban mudarse, que en ese cuarto se mori-
oscuras, sin ventilación, en que el organis- rían las niñas, que lo mejor seria llevarlas
mo se atrofia y degenera. Cien mil personas al campo. ¡Al campo! ¡Amargas ironías de
que viven en término medio, de a cuatro la ciencia! ¿Cómo salían, cuando no tenían
por pieza en veinticinco mil habitaciones, un centavo?
contándose a veces hasta ocho individuos Estaban algo atrasadas; más que algo; esta-
en cada una. Cien mil personas que viven ban en la ruina. Debían ya un mes al patrón
en el hacinamiento y la promiscuidad mas y éste las tenía amenazadas si no pagaban
repugnante. Cien mil personas para quie- en ocho días de embargarles las camas...
nes la santa palabra hogar es una expresión (¿Habrá miserias?)
vaga o sin sentido. Las mismas tristísimas escenas de costum-
Lo hemos dicho, y no cesaremos de repetir- bre, las mismas mujeres desamparadas, los
lo: la condición en que vive nuestro pueblo mismos hombres viciosos, la misma terri-
es el origen de los grandes males que lo afli- ble carestía de la vida... La misma inicua
jen y entristecen su existencia». falta de compasión».
1.–NOTA: Con satisfacción dejo copiadas estas expresiones «Los pobres del conventillo
de El Diario Ilustrado, que confirma todo lo que he dicho en A los infelices del conventillo, a aquella
mi conferencia anterior y que son un desmentido a expre- gente más miserable, y de más escasos re-
siones vertidas por el mismo diario en otras ocasiones en cursos, se le ha recluido al fondo del corral.
que ha sostenido nos quejamos sin razón. [Nota del Autor]
En piezas de tres varas de largo, dos y me- jan ocho caballos viven otras tantas fami-
dia de ancho y dos de alto se hacinan fa- lias. Son las últimas piezas. Por caridad el
milias, perros, zorzales, gallinas y hasta... patrón las arrienda en diez pesos al mes.
alojados. Con la mano se toca el techo, con A cuentas
las narices no se huele nada porque había ¿De quién era la propiedad que acabamos de
que precaver el desmayo... con los ojos no visitar? Una anciana llamada Elvira Amadora
miramos más que horrores, con los pies aun Solar nos dijo subarrendar las piezas a su
contra nuestra intención hollamos humil- propietario don Francisco Niquel. En total
dísimos jergones, nauseabundos harapos... son como cien piezas, a un término medio
¡Los pobres del conventillo! ¡últimos de veinte pesos, son dos mil pesos ($2 000)
restos deshechos del temporal de la vida, mensuales o sea veinticuatro mil pesos al
desperdicios lamentables de una sociedad año, suma que significa más o menos el va-
sin corazón, esos inútiles se revuelven sin lor total de todo lo construido. Habría que
protestas, sufren todos los rigores, todas agregar un modestísimo arriendo del suelo.)
las inclemencias, todos los desastres del ¡El ciento por ciento al año! ¡Nuestras
abandono, sin la conciencia siquiera de su leyes condenan la usura, y se habla de una
propio sacrificio! Sociedad que tiene moral!
Al lado de unas caballerizas donde se alo- ¡Inicuas y estupendas mentiras!».
Introducción
José Babiano Mora
Fundación 1º de Mayo
1976 fue el año clave de la Transición sin Franco. En este punto, ha de aclararse
política. La muerte de Franco amplió la es- que el protagonismo no correspondió a los
tructura de oportunidades políticas para la partidos de la oposición, sino a los movi-
acción colectiva. De manera que las movi- mientos sociales y, por encima de todo, al
lizaciones por la negociación de los con- movimiento obrero. Fueron ellos, en efec-
venios de finales de 1975 se extendieron to, los que tuvieron la capacidad de intimi-
exponencialmente durante el primer tri- dar a un Franquismo terminal [2].
mestre del año. Con una peculiaridad: la Durante el segundo semestre, a partir
exigencia de amnistía para los presos y los del nombramiento del nuevo Gobierno, el
exiliados políticos, así como la demanda de 5 de julio, Suárez tomó la iniciativa hasta la
las libertades se generalizaron en las pla- aprobación de la Ley para la Reforma Polí-
taformas reivindicativas aprobadas en las tica (LRP), mediante el referéndum del 15
asambleas de empresa. Hubo además huel- de diciembre [3]. Una ley que el paro general
gas generales de tipo local, como en el Baix de 24 horas del 12 de noviembre no pudo
Llobregat o en Euskadi, además de situa- frustrar. De todos modos, los derechos y li-
ciones de huelga generalizada en práctica- bertades democráticas no fueron el resul-
mente todos los sectores de la producción tado directo de la LRP. Como se ha señala-
y los servicios, como ocurrió en Madrid. El do, fue preciso presionar más y sostener la
volumen de la actividad huelguística, me- movilización [4]. Así por ejemplo, los planes
dido en número de huelgas y huelguistas, iniciales del Gobierno Suárez no preveían
así como en la cantidad de horas de trabajo la inclusión de los comunistas dentro del
perdidas, resultó desconocido desde 1936 [1]. sistema político. Fue la respuesta en térmi-
Junto al movimiento obrero, las asociacio- nos de movilización, dada a los asesinatos
nes de vecinos, el movimiento estudiantil,
los colegios profesionales, etcétera, ocupa- 2.– Véase en este sentido, «El historiador debe ayudar a
la gente a pensar. Entrevista a Josep Fontana», Mientras
ron el espacio público en el combate por las
Tanto, 10/XI/2016. En http://www.mientrastanto.org/
libertades. Fue esta enorme movilización la boletin-152/notas/el-historiador-debe-ayudar-a-la-
que hizo fracasar los planes del primer Go- gente-a-pensar [consulta: 21 de febrero de 2017].
bierno de la Monarquía, que consistían en 3.– Ley 1/1977 de 4 de enero, BOE, 5/I/1977.
una suerte de continuidad de Franquismo 4.– Pere Ysàs, «La Ley para la Reforma y la Transición
a la Democracia», Revista de Estudios y Cultura.
1.– Los cálculos, en Nicolás Sartorius y Alberto Sabio, Fundación 1º de Mayo, nº 79, noviembre-diciembre
El final de la dictadura. La conquista de la democracia en 1916, pp. 18-19. En: http://www.1mayo.ccoo.es/nova/
España, noviembre de 1975-junio de 1977, Madrid, Temas NBdd_ShwDocumento?cod_primaria=1185&cod_
de Hoy, 2007. documento=4895 [consulta: 21 de febrero de 2016].
de los abogados laboralistas que tuvieron Todavía en 1976 el proyecto unitario era
lugar la noche del 24 de enero de 1977 en la defendido desde CCOO. Y ello a pesar de
madrileña calle de Atocha, la que hizo in- que la celebración del congreso de la UGT
evitable la legalización del PCE así como de en abril de 1976, con la tolerancia del Go-
las organizaciones sindicales [5]. bierno Arias-Fraga, perfiló un claro y próxi-
Este fue, en síntesis, el contexto general mo horizonte de pluralidad sindical. Dadas
en el que se publicó el artículo de Nicolás las estrechas relaciones entre la socialde-
Sartorius «Dialéctica de la unidad en el mo- mocracia alemana y el PSOE-UGT, así como
vimiento sindical», en el número 7 de Zona el contexto de Guerra Fría, no era previsible
Abierta. La revista había aparecido en 1974, que los socialistas españoles accedieran a
aunque hasta dos años después no adquirió un modelo unitario, máxime teniendo en
una cierta regularidad, en un contexto de cuenta su posición de debilidad frente a
eclosión editorial de revistas de izquierda CCOO y al PCE [8]. En Portugal, de hecho, los
con ciertas pretensiones teóricas y que en socialistas crearon un pequeño sindicato
muchos casos no sobrevivirían más allá de frente a la Intersindical.
la propia Transición [6]. El caso es que CCOO solicitó autoriza-
No obstante, para situar el artículo de ción para celebrar su Asamblea General en
Sartorius, debemos referirnos también a un junio en Madrid. Pero ni Fraga, primero, ni
segundo contexto. Se trata del propio dis- Martín Villa, después, en su condición de
currir de las Comisiones Obreras a lo largo ministros de la Gobernación, la autoriza-
de 1976. Las Comisiones habían sido el eje ron. De manera que la Asamblea de Bar-
de la resistencia al Franquismo desde co- celona se celebró el 11 de julio, en la clan-
mienzos de los años sesenta y mantenían destinidad y todavía no hubo una decisión
esa posición hegemónica dentro del movi- clara en el sentido de comenzar a afiliar a
miento obrero. Ahora bien, como se sabe, los trabajadores y constituirse en sindicato,
nunca se definieron a sí mismas como una en competencia con la UGT o la USO. Di-
organización sindical, sino como un movi- cha decisión se aplazó hasta la vuelta del
miento sociopolítico de los trabajadores, verano y fue tomada en sendas reuniones
independiente de los partidos y del estado. del Secretariado y la Coordinadora General
Un movimiento que reivindicaba para si la de 17 de octubre [9]. De este modo, las orga-
pluralidad y la democracia en la toma de nizaciones territoriales se constituyeron
decisiones. Además, desde 1966 defendió muy avanzado el otoño y las federaciones
un proyecto de unidad sindical, articulado de rama lo hicieron en los primeros meses
en torno a una central sindical única que de 1977. El Congreso Confederal no tendría
nacería de un congreso sindical constitu- lugar hasta finales de junio de 1978. A todo
yente [7]. esto, en julio de 1976 CCOO, UGT y USO
habían llegado al acuerdo de constituir la
5.– Alejandro Ruiz-Huerta, La memoria incómoda. Los
abogados de Atocha, Córdoba, Utopía Libros, 2017.
6.– Son los casos de El Viejo Topo, En Teoría o Transición. el Secretariado de Comisiones Obreras (1971-1976)»,
Historia, Trabajo y Sociedad, nº 1, 2010, pp. 117-180.
7.– La definición que las Comisiones Obreras se daban a sí
mismas, puede seguirse en la recopilación de documentos 8.– Para las relaciones PSOE-SPD, véase Antonio Muñoz
efectuada por Miguel Ángel Zamora Antón y Fidel Sánchez, El amigo alemán. El SPD y el PSOE de la dictadura
Ibáñez, CCOO. Diez años de lucha (1966-1976), Zaragoza, a la democracia, Barcelona, RBA, 2012.
US de CCOO de Aragón, 1987. Véase también el dossier 9.– CCOO, «Comunicado de la Coordinadora General de
documental «CCOO, los papeles de la clandestinidad: CCOO», Madrid, 17 octubre 1977, en Historia, Trabajo y
documentos de la Reunión General, la Coordinadora y Sociedad, nº1, pp. 173-174.
homogéneo y heterogéneo en los que se del trabajo, etcétera, y otras de orden subje-
manifiesta la clase obrera radica su movi- tivo, como el desigual grado de conciencia
miento contradictorio hacia la unidad o la de clase, diferencias ideológicas y políticas,
división. Con otras palabras podríamos ex- etc. La resolución de éstas es el proceso
presar la misma idea: la contradicción an- sintético que llamamos unidad (en la di-
tagónica que la relaciona y enfrenta —como versidad). Mas esas contradicciones si son
un todo— a la clase capitalista deriva preci- verdaderas y no inventadas —y cada clase
samente de su esencia unitaria —como cla- obrera, dentro de cada Estado, tiene las su-
se explotada—, al mismo tiempo que en su yas específicas, y de ahí para abajo hasta la
seno se dan una serie de contradicciones — fábrica—, se debe a que están en la realidad
internas— que no son antagónicas, pero que y únicamente en la realidad (entendida ésta
puedan llegar, en su irritación a convertirse como la unión de lo objetivo y lo subjetivo),
en un poderoso obstáculo a la unidad (y en como praxis, pueden resolverse. Por ello,
su exacerbación, hasta el choque violento) aunque sea en cierto sentido adelantar re-
si no se tratan con el método adecuado o sultados, vamos a dejar sentado un primer
propio a ese tipo de contradicciones, inhe- aserto: el sindicato tradicional difícilmente
rentes a esa totalidad históricamente con- puede pretender con éxito realizar esa uni-
cretada que llamamos movimiento obrero, dad si tenemos en cuenta que es en su pro-
clase obrera en su movimiento (luego ha- pia constitución interna, una organización
blaremos de ese método). de clase, sustentada sobre una base inor-
gánica-ideológica-afiliativa y no es, por lo
Delegados y afiliados tanto, la propia clase en su movimiento, en
su fundamento orgánico-productiva-ex-
Así, pues, partimos de que en el seno de plotada. Y las contradicciones reales, como
la clase obrera se dan contradicciones y con es bien sabido, no pueden resolverse en el
ello no creemos descubrir nada nuevo. Unas plano de la «voluntad ideológica» —expre-
de carácter objetivo, como pueden ser las sión más o menos mistificada de lo real—,
diferencias salariales, regionales, división sino en la realidad misma, en el propio mo-
vimiento como praxis de la clase obrera, UGT-CNT mas ¿sobre qué bases realizar-
orgánicamente explotada y dirigida por su la; cómo lograrla para que el resultado no
vanguardia revolucionaria. Si de la afirma- fuera ya ni socialista ni anarquista? ¿Acaso
ción teórica nos trasladamos a la realidad era posible alcanzar una síntesis de ambas
de la empresa, de la fábrica, donde funciona a nivel «ideológico»? Nosotros creemos que
el susodicho sindicato tradicional, observa- no, que el socialismo y el anarquismo no
remos con claridad cómo es cierto lo que eran sintetizables, como tampoco lo son,
decimos. como correctamente señala Víctor Suárez,
El afiliado a un sindicato o el conjunto de entre nosotros una posición revolucionaria
ellos, que han sido elegidos solamente por y otra reformista. Así, en cierto momento,
los adheridos al mismo, y que forman una los libertarios plantearon que la solución
sección sindical de empresa, no represen- estaba en la disolución de la UGT y su en-
tan ni la clase en cuanto tal, en su unidad trada en la CNT. Normalmente nada se con-
esencial, sino una parte «ideológicamente» cluyó pues esa «solución», no era aceptable
organizada y determinada (en la historia, para la UGT, y estamos convencidos de que
los sindicatos siempre han estado más o de haber culminado la fusión, una de dos, o
menos dominados por una ideología: CNT, se habría quedado en simple acuerdo direc-
anarquista; UGT, socialista), que a través de tivo —quizá a través de un congreso de uni-
una mediación —cuando logran entroncar ficación— pero manteniendo cada cual sus
con el movimiento pretenden representarla, posiciones; o de conseguirse una verdadera
al lado y en pugna, generalmente, de otros unidad, la agrupación resultante no apare-
representantes y secciones que igualmente cería ya como la suma de ambas, sino algo
intentan la misma delegación. El afiliado o cualitativamente diferente, con fundamen-
activista sindical tradicional no es, pues, el tos igualmente diversos.
núcleo o pivote, o reflejo, o concentración En cambio, un delegado de fábrica, un
de la unidad de la clase, sino un compo- representante de Comisiones, elegidos por
nente, unilateral, no sintético, no unitario; todos los trabajadores en cuanto tales, en
un elemento de la variedad subjetiva que una sección o taller, y no como afiliados a
existe en la clase obrera; que intenta, eso este sindicato de esta o aquella tendencia,
sí, junto con otros, lograr esa unidad, pero refleja y sintetiza en él la unidad de la clase
que muy pocas veces lo consigue, y cuando en el acto de la explotación, y no de cual-
tal acontece —normalmente en la acción—, quier explotación, sino de aquella precisa,
se mantiene en precario, precisamente por concreta a que son sometidos en esa deter-
tratarse de un componente ideológico y no minada sección de aquella especifica fábrica
orgánico-productivo de la clase. Aun en el (que por supuesto participa de la universa-
supuesto de que en su persona coincida la lidad de la explotación capitalista pero con
calidad de afiliado a un sindicato y la de de- sus propias particularidades). El delegado,
legado directo del personal, la primera fun- en embrión, como célula primaria de todo
ción prima sobre la segunda por el hecho de el edificio, concentra en si mismo la posibi-
que también es más importante el papel del lidad de la resolución de la contradicción-
sindicato que del organismo electivo den- homogeneidad-heterogeneidad de la clase
tro de la empresa. En la historia del sindica- obrera en el plano sindical. Si se nos per-
lismo español esto se ha visto bastante cla- mite un parangón metodológico, simple-
ro. En varias ocasiones se llega a plantear mente ilustrativo, podríamos decir que así
la cuestión de la unificación organizativa como la mercancía, célula primaria de la
gente: dirigir es sintetizar, concretar, hacer rigir la historia», que es papel del partido
avanzar una realidad sobre sus contradic- (en el sentido leninista de partido dirigen-
ciones. Y esta tarea eminente la vanguardia te), sino «dominarla». En su artículo «El
la tiene que hacer con los trabajadores, en Partido y la revolución», afirma el dirigente
cada momento, en cada situación concreta, italiano: «Sería lastimoso si, debido a una
a diversos niveles de complejidad. La sínte- concepción sectaria del papel del partido
sis no la hace a priori la vanguardia y se la en la revolución, se pretendiese constre-
entrega hecha a las masas —esto no sería ñir el proceso revolucionario a las formas
dirigir, sino dominar, pretender dominar, del partido... se logrará con ello ‘dominar’
pretender suplantar el papel de aquéllas—, la historia, pero el proceso real revolucio-
sino que surge de la praxis, en la particular nario escapará al control y la influencia del
dialéctica entre vanguardia y masas. partido, convertido, inconscientemente, en
organismo de conservación». Esta distin-
Dominar. Dirigir ción es fundamental, y vamos a intentar
una breve incursión en la misma.
La diferencia es esencial, y, como luego No es lo mismo, pues, dominar que di-
veremos, en ella se asienta la crítica más rigir un movimiento, un Estado, etcéte-
importante que se puede hacer a la tesis de ra. En el primer caso, se establece entre el
la «correa de transmisión», y la necesidad partido o los partidos (en una concepción
de superarla por medio de la «síntesis uni- políticamente pluralista del proceso) y las
taria». Por lo tanto, ésta es el resultado de instituciones de que se trate una conexión
aplicar, por otra parte, del partido o parti- mecánica, burocrática, muerta; en el se-
dos, el método dialéctico en la práctica de gundo, una relación dinámica, democráti-
la democracia obrera con el fin de resolver ca, viva. En aquel, no se resuelven las con-
los problemas existentes, en cada momen- tradicciones reales, sino que se las ahoga,
to, en el seno del movimiento obrero, en su se las tapa o esconde; en el mejor de los
lucha permanente con la clase antagónica casos, se alcanzan «pasteleos», «arreglos»
capitalista. Surge, pues, de las verdaderas coyunturales; a la postre, la contradicción
contradicciones que se dan en el movi- vuelve a surgir agravada, con más aristas
miento real de las masas en el transcurso de que antes, por donde uno menos se lo es-
la lucha de clases, en la continua relación pera, descontrolada. En éste, se resuelven
dinámica entre el partido o partidos (sus los encontronazos de la única manera que
militantes y el colectivo político como tal) y pueden resolverse: por medio de la praxis
el conjunto de la clase, que se expresa a tra- del partido o los partidos con los trabajado-
vés de su movimiento organizado, en este res, el pueblo, los ciudadanos, etcétera. Así,
caso las Comisiones Obreras. Por eso, no es pues, esta nueva unidad que supone todo
justo afirmar qua la síntesis la hacen sólo proceso de comprensión-transformación
o principalmente las masas, o únicamente de la realidad no puede hacerse —aunque a
y sobre todo el partido; en el primer caso veces se intenta con resultados negativos—
estaríamos ante una visión espontaneista de antemano; es decir, en la cabeza de unos
e idealista (liquidadora) del papel insusti- hombres, sino que debe de conseguirse en
tuible de la vanguardia consciente organi- la propia realidad contradictoria. Son, de
zada en partido; la segunda nos conduciría esta forma, los trabajadores en su conjunto,
a una posición burocrática, anti-dialéctica, como clase, con la vanguardia, quienes lo-
de pretender, como decía Gramsci, no «di- gran la síntesis, quienes resuelven las con-
punto de partida es que los trabajadores se vimiento sindical, es cierto, tiene como si
encuentran con «problemas», es decir, con dijéramos, un «terreno privilegiado» de ac-
una realidad concreta que les aprieta, que tuación, en el que debe echar raíces y del
en cada momento pretenden resolver y su- que debe partir: el terreno de las reivindi-
perar. Ya sea conseguir un aumento de sala- caciones económico-sociales; más eso no
rios, la reducción de la jornada, la readmi- quiere decir que le esté vedado el campo de
sión de un despedido, la discusión de un la política, como si éste fuese un coto de los
convenio, oponerse al aumento del ritmo partidos; se lanza, de hecho, a incursiones
de trabajo, conquistar las libertades demo- en ese terreno, con sus propias posiciones y
cráticas o la amnistía, impedir un golpe a la actuaciones, en lo que afecta a los trabaja-
reacción, conseguir reformas de estructura, dores como clase, y ello es compatible con
etcétera, o cualquier otro de los mil proble- la unidad. Como, por otra parte, también
mas y necesidades —situaciones siempre hoy los partidos adoptan posiciones ante
nuevas—, que se presentan a la clase obre- los problemas económicos y sociales de los
ra en su lucha. Bien es cierto, que cuanto obreros. El problema no es, pues, de esferas
más general sea el objetivo de que se trate, exclusivas, sino de posición, de enfoque, de
cuanto mayor sea su ámbito, tanto espacial métodos, quizá de intensidad (a la relacio-
como de contenido, a medida que se aleja nes economía-política, en el movimiento
de la inmediatez «económica», tanto más sindical, se dedica la primera parte de este
complejo se hace el logro de la unidad. La ensayo).
coincidencia en la conquista de un salario Ante esta realidad problemática, siem-
más alto no suele ofrecer grandes compli- pre cambiante, la clase obrera no se mue-
caciones; cuajarla alrededor de utilizar los ve de una manera puramente espontánea,
cargos sindicales ya puede ser más compli- aunque a veces lo parezca al profano (con
cado, y si pasamos a la discusión sobre la cuánta ligereza suele oírse eso de que era
conveniencia o no de tomar posición ante «un movimiento espontáneo», etcétera).
un problema político que afecte directa- Por el contrario, siempre entra en juego,
mente al mundo obrero, la cuestión se hace con mayor o menor intensidad, con rasgos
más problemática todavía. Ello indica que más o menos precisos, la dinámica entre la
en el proceso de la unidad también hay que clase y su parte consciente, organizada y
ir de lo simple a lo complejo, de lo objeti- organizada a diferentes niveles; en nuestro
vamente unitario a lo subjetivo, etcétera. caso, al nivel de la comisión (como parte
Es decir, sentar los fundamentos en aquello organizada del movimiento), del partido o
que une como clase —manifestaciones di- partidos, e igualmente, sobre lodo en épo-
rectas de la explotación— para, a partir de cas de dictadura, consciente, aunque no
ahí solventar las diferencias y contradiccio- organizada en una concreta estructura, de
nes, que puedan darse a otros niveles. Hoy multitud de trabajadores. Las diferentes
el problema, como se ha explicado en otro instancias en las que se agrupa u organiza
lugar, no es que el movimiento sindical se la vanguardia —entendida ésta en su senti-
tenga que quedar en lo puramente «econó- do amplio (ya sea célula, comité o sección
mico» si quiere lograr la unidad; ésta es una de un partido)—; a otro nivel también, la
visión antigua y por lo demás reformista, ya comisión de empresa o rama, etcétera, in-
que lo «puramente económico», a la par de tervienen continuamente en los dos mo-
ser una abstracción como tal, en concreto mentos, si bien con papeles, distintos. Ante
es lo «económico» de la burguesía. El mo- todo, en las reuniones de militantes se in-
acuerdo de llamar a una determinada ac- información significativa, tanto la del pa-
ción —de huelga u otra—, no puede imponer sado como la del presente y su proyección
una disciplina por decreto; los trabajadores hacia el futuro); esto conduce a «ver más
harán suya la acción o la toma de posición y con más claridad que nadie» en la rea-
si está bien planteada, si les convence; con lidad. Para ello cuenta —en el caso de los
ellos rectificarán la justeza de esa posición. partidos comunistas— con la «herramien-
En caso contrario, la rechazarán o la modi- ta», con el instrumento más perfeccionado,
ficarán, y la minoría disconforme podrá cri- más científico, refinado, etcétera, de análi-
ticar la decisión que se adoptó; de repetirse sis, el marxismo leninismo, el materialis-
la inadecuada dirección, y hasta el propio mo dialéctico e histórico; «herramienta» o
transcurso de la acción, pueden llegar a instrumento que, por otra parte, se va a su
invertirse las posiciones, y la minoría con- vez desarrollando y perfeccionando en este
vertirse en mayoría, etcétera. En cualquier continuo «trabajo». Mas el partido no es úni-
caso, el único criterio sobre la justeza o el camente una inteligencia colectiva —cuando
error de una acción, de una política sindical Gramsci habla del partido como un «intelec-
determinada, será el de la práctica concreta tual colectivo», no concibe al intelectual sólo
de los propios trabajadores, y a ella habrá como pensante y analizante, sino también
que referirse; ese es uno de los criterios actuante—; es, por lo tanto, igualmente, un
fundamentales del buen funcionamiento instrumento de combate, un combatiente
de la democracia directa. Se podrían poner, colectivo, un organizador, desde luego in-
a este respecto, ejemplos muy notables, su- separable de la primera, con la que forma
cedidos en las propias comisiones obreras. un todo: el partido revolucionario, en cuan-
to no sólo comprende la realidad, sino que
El papel de los sindicatos igualmente la transforma. De esta manera,
el partido de vanguardia es aquel que más
Ahora bien, hay que intentar profundizar elementos de inteligencia, de combate, de
un poco más en esta dirección. ¿Pues cómo organización, de acción consciente, en una
ayuda, ilumina, dirige realmente el partido palabra, aporta a la construcción de la sín-
o los partidos?, ¿cuál es su aportación a esa tesis unitaria, a la praxis de las masas en el
síntesis unitaria, a esta constante solución acto de transformar la realidad. El partido
de las contradicciones reales? A mi enten- analiza, ilumina, generaliza la experien-
der —siguiendo la tradición leninista— son cia de las propias masas, mas esto lo hace
dos sus contribuciones esenciales en su la- organizando, accionando, luchando con la
bor dirigente. En primer lugar, aportando el clase, emulsionando con ella, pero sin con-
mayor número posible de elementos de la fundirse o diluirse en ella. Es el resultado de
realidad en el momento de análisis, a base la inseparabilidad de la teoría y la práctica,
de la acumulación de experiencias de las de lo espontáneo y lo consciente, del mo-
propias masas, su generalización y teori- vimiento y la organización, de lo objetivo
zación (aquí podríamos hablar del partido y lo subjetivo. Y esta función la cumple, en
como «memoria revolucionaria» de la cla- el caso del sindicalismo moderno (en nues-
se, como instrumento cibernético de las tro caso), a partir de la célula primaria del
masas); es decir, descubriendo la mayor movimiento obrero: el delegado y repre-
parcela posible de realidad —en extensión sentante. El delegado obrero, que además
y profundidad—, de contradicciones rea- reúne la condición de militante del partido
les (lo que hemos denominado masa de o de un partido, establece la primera rela-
Manifestación de las centrales sindicales en Sevilla, final de la década de 1970 (Foto: Manuel
Sanvicente - Archivo Histórico de CCOOO de Andalucía).
ción básica vanguardia-masas, pues si bien, esto lo hace el movimiento sindical con to-
por una parte, debe de reflejar fielmente las dos los partidos políticos.
aspiraciones e intereses de un determinado
colectivo obrero que le ha elegido (los re- Partidos. Comisiones
presentantes de taller, de la fábrica) y que
ha puesto en él su confianza, no recibe el Desde este punto de vista, las relaciones
mandato pasivamente (unilateralemente), entre los partidos y el movimiento organi-
sino que, a su vez, «insufla», aporta con- zado —en este caso, las Comisiones Obre-
ciencia de clase (razón, entre otras, de su ras— sufren una auténtica revolución con
elección), política, retórica, a dicho colec- respecto a la anterior relación —conoci-
tivo, evitando así el posible deslizamiento da— entre las fuerzas políticas y el sindi-
del movimiento hacia posturas puramente cato tradicional. Se pasa de una conexión
corporativas. Esta misma relación y ayuda y indirecta del partido y el movimiento, que
función del partido a través de sus militan- se verificaba a través de la organización
tes se verifica en todos los escalones de la sindical, en la que ésta aparece, quiérase
organización del movimiento. Sin embargo, o no, como una correa de transmisión de
no creemos que se agote aquí la aportación aquélla, a una relación directa del partido
de la organización política al movimiento con la clase obrera en un movimiento or-
sindical; además de su labor a través de sus ganizado, cuyo resultado es dicha síntesis
militantes en el seno de aquél, el partido, unitaria. Es normal que un concepto saca-
como tal organización (sus instancias diri- do de la mecánica, como es el de «correa de
gentes, comités, prensa, etcétera) estable- transmisión», no podía ni puede expresar
ce igualmente una comunicación dinámica felizmente un tipo de conexión como el que
con el movimiento organizado, en un plano debe de existir entre el partido y la clase,
de igualdad, de independencia mutua, mas eminentemente dialéctico. La mecánica y
también de clarificación y lucha común. Y la dialéctica no se llevan nunca bien, y hay
elegido, se participa o no en las asambleas, tos inevitables fallos, que puedan aparecer
etcétera. Vive en la práctica ese carácter de en uno u otro sitio y momento, no invali-
CCOO como un movimiento organizado, a dan la superioridad de la nueva relación, ni
pesar de los esfuerzos que hacen algunos impide que ésa funcione en la mayoría de
—desde posiciones que se creen ultrarre- los casos. La diferencia fundamental radi-
volucionarias— por convertirlas en una or- ca en lo siguiente: mientras en la concep-
ganización más y, para mayor «inri», clan- ción tradicional la organización sindical y
destinas, con lo que demuestran no haber el movimiento viven separados —aunque
comprendido absolutamente nada, precisa- en ocasiones conecten—, y aquélla no es
mente, del «lugar» en el que radica el carác- la emancipación orgánica de éste (con lo
ter renovador-revolucionario de las CCOO que el partido en su relación con las masas
con respecto a la situación anterior y a las se encuentra con un mediador «organiza-
experiencias actuales. do»), ahora, con la Comisiones y experien-
cias similares, movimiento y organización
Movimiento-Organización tienden a formar un todo inseparable —una
unidad dialéctica—, en la que el segundo
En las generalizaciones, todo parece es una segregación «cultural» del primero,
sencillo, mas cuando nos intentamos ele- y esto permite que ambos, como conjunto,
var a lo concreto, aparecen las complejida- como movimiento organizado, establezca
des. Decimos que con el nuevo movimiento una conexión diferente con el partido, sin
obrero —CCOO—, los partidos establecen mediador, directa, dialéctica. Precisamente,
una relación directa y dinámica, sin in- los problemas se presentan cuando la parte
termediarios. Mas ¿es ello realmente así?, organizada de Comisiones se despega o se
¿acaso la estructura del movimiento, lo separa, pierde contacto con el movimiento
que llamamos parte organizada de comi- real, cuando se convierte en organización
siones, no puede convertirse en un nuevo a secas (se clandestiniza), pues entonces se
intermediario entre el partido y las masas, transforma casi inevitablemente en inter-
jugando con ello el mismo papel que antes mediaria, en simple transmisor de lo que se
hacía la organización sindical tradicional y decide en la sede partidista (en el aspecto
concluir, por lo tanto, en una nueva edición malo de esta «transmisión», en su lado me-
de la supuestamente superada «correa»?, cánico). Un órgano de concisiones [sic] no
¿acaso las comisiones de fábrica, de zona, es un colectivo de miembros de diferentes
etcétera, no juegan a veces ese papel, se- partidos o de un partido, aunque todos sus
gún sea el partido que domine en su seno componentes militen en uno de estos par-
en cada momento?, ¿no caen en ese vacío tidos; son delegados del movimiento, re-
con exceso precisamente aquellas «van- presentantes de un determinado colectivo
guardias», que no han comprendido a fon- obrero —sección, fábrica, localidad—, que
do las Comisiones, que, llevadas de un ra- pueden o no militar en este o aquel partido.
dicalismo infantil, pretenden transformar Creo que puede verse claramente la dife-
estas en un «grupo» reducido? Sin duda, el rencia entre el papel que juega una organi-
peligro existe, y de hecho se cae a veces en zación tradicional y la estructura orgánica
ese error, especialmente en las condiciones del nuevo movimiento obrero. Diferencia
de la dictadura, en que la falta de liberta- fundamental, que sigue subsistiendo aún
des dificulta, queramos o no, la relación cuando en el futuro el sindicato esté com-
entre vanguardia y masas. No obstante, es- puesto por delegados elegidos, como base
entre ellas mismas— se establece una gama tar un nuevo tipo de relaciones bilaterales
de relaciones bastante complejas, variables y multilaterales, en un plano de igualdad e
de unos lugares a otros, que constituyen, independencia sobre las cuestiones de in-
en resumen, el entramado sobre el que se terés común. Vemos, pues, cómo la relación
desarrolla la lucha dentro de los lugares partidos-sindicato moderno es doble; de
de trabajo. Nuestra opinión es que sobre la un lado, interna al movimiento como tal a
base de este esquema, que refleja bastante través de los militantes; de otro, externa,
exactamente lo que llamamos el sindica- como corresponde a dos estructuras orga-
to tradicional, es fácil que la organización nizadas independientemente, aunque una
sindical (formada realmente por el militan- de ellas —la sindical— no pierda en ningún
te de los partidos y algunos más o muchos momento su carácter de movimiento.
más sin partido, extremo que no cambia el En el caso de las empresas españolas ac-
problema) funcione de hecho como una co- tuales el esquema es, ya hoy, distinto del
rrea de transmisión de la organización po- tradicional descrito anteriormente. El pro-
lítica y, en cambio, muy difícil que se logre blema es saber si seremos capaces, entre
una sólida unidad de clase. Tendencia, en el todos, de conservar los aspectos positivos
primer caso, que viene dada no solamente y desarrollarlos con la libertad, al tiempo
porque en el movimiento obrero predomi- que eliminamos los negativos derivados
ne esta concepción, por otra parte ya supe- de la situación de dictadura. De un lado
rada en teoría, sino porque en la práctica, impera la afiliación obligatoria, de corte
como hemos apuntado antes, la parte fun- corporativo-fascista, que todas las fuerzas
damental de la necesaria relación dinámi- obreras rechazan; de otro, en condiciones
ca entre los partidos y las masas se realiza de represión, funcionan en precario las or-
indirectamente, a través de la mediación ganizaciones clandestinas, ya sean sindica-
de la organización sindical (simple organi- les, ya políticas. Su presencia, lógicamente,
zación). Relación indirecta, cuya justifica- es francamente desigual, aleatoria y cam-
ción anterior —si la tuvo algún período— se biante, especialmente en el caso de las pri-
pierde cada vez más ante la actual vocación meras, aunque parezca paradoja, realmente
de los partidos a transformarse en forma- mínima; en el de los segundos, igualmente
ciones de masas. No entramos aquí en la variable, pero con predominio y abundan-
exposición de lo que eso significa, ni en sus cia universalmente reconocida del partido
consecuencias, pero nos parece claro que comunista. No obstante, en estos últimos
hoy en día el partido o partidos, instalados años, la clase obrera como tal, ayudada y
abundantemente en los centros de trabajo, dirigida por algunos partidos, ha logrado
no tienen necesidad de «intermediarios» segregar a nivel de movimiento dos órde-
para relacionarse con el movimiento obrero nes de realidades diferentes (pero en múl-
organizado, pues son plenamente capaces tiples aspectos inseparables), que tienen y
de establecer con él, con la base en su con- tendrán una trascendencia indudable; nos
junto —en las asambleas, organismos de referimos a la realidad de los miles de car-
delegación, coordinación, etcétera—, a tra- gos sindicales representativos (que no son
vés de sus militantes, la oportuna conexión una organización, sino expresión del mo-
dialéctica en busca de esa síntesis unitaria. vimiento) y a la realidad incontestable de
Por otro lado, esto es lo que permite que el las Comisiones Obreras (que son también
movimiento sindical (como estructura) y emanación del propio movimiento obrero).
cada uno de los partidos puedan implan- De esta manera, la dialéctica de la unidad
avanzar o retroceder. El problema, pues, ra- nes minoritarias»); un esfuerzo por apro-
dica en descubrir o aplicar el método ade- vechar todas las fuerzas reales, aun cuando
cuado que permita ir resolviendo los anta- no hayan discrepado de la opinión mayo-
gonismos y alcanzar esa síntesis de la que ritaria; el establecimiento de un clima de
venimos hablando. Y ese método propio no confianza mutua en el que todas las co-
es algo que pueda inventarse «desde fue- rrientes se sientan «cómodas» dentro del
ra» o por «analogía» y ser aplicado al fenó- organismo unitario y no porque ingenua-
meno de que se trate posteriormente; por mente pensemos que no debe haber pug-
el contrario, hay que deducirlo del propio nas y competencia, sino porque pensamos
movimiento en cuestión. Ya hemos dicho que esto puede y debe darse sin maniobras
cómo, por ejemplo, métodos propios de un disolventes, abierta y franca ante los traba-
partido político (centralismo democrático, jadores, con unas reglas democrática clara-
etc.) no son aplicables a un movimiento de mente establecidas y respetadas. Estos son
masas. ¿Cuál sería, pues, el método que se para mí los aspectos esenciales para que la
deduce de un movimiento de las caracte- concepción de un funcionamiento plura-
rísticas de Comisiones Obreras? Creemos lista de la participación de un movimiento
que no puede ser otro, repetimos, que el de obrero unitario se quede en meras palabras
la democracia directa de los trabajadores; y adquiera un basamento sólido de credi-
es decir, lo que en cada momento y lugar bilidad. Es evidente, repetimos, que nadie
acuerden los propios obreros a través de quiere ser satélite de otro, ninguna forma-
las asambleas, cualquiera que sea el nivel ción política acepta el padrinazgo de otras
en que éstas se desarrollan. Este tipo de o el hecho de que se pretenda una situación
democracia exige unos cauces reales de de privilegio.
participación, la posibilidad de una dis- Sin embargo, la respuesta a estas inquie-
cusión abierta donde todos los puntos de tudes, especialmente por lo que respecta
vista puedan expresarse y defenderse, y so- al movimiento obrero, quizá merezca una
lamente deben de ser eliminados aquellos exposición más explícita. Ante todo cuando
que los propios trabajadores rechacen en se parte, como lo hacemos nosotros, de la
cada momento; obliga igualmente a some- proposición de una vía pluralista en todas
terse —a respetar— la opinión de la mayo- las fases del proceso democrático, estamos
ría, como expresan numerosos documentos planteando varias cuestiones fundamen-
de Comisiones; evitar que se formen mayo- tales: la primera es la de que no existe un
rías burocrático—mecánicas que cristalicen partido dirigente por antonomasia, cuyo
en tendencias permanentes, con posiciones título de tal le venga dado por no se sabe
rígidas decididas de antemano; un esfuer- qué fuerza extraña, de una vez y para siem-
zo contante por parte de los sectores más pre; por lo tanto, ésta es una cualidad que
conscientes para que en la síntesis unitaria hay que ganársela a pulso todos los días en
—en el acuerdo práctico final— se recojan contracto vivo con los trabajadores, con el
todos los elementos válidos que han sur- pueblo, con los problemas del país, a base
gido en la discusión, todos los aspectos de de acertar en los planteamientos políticos,
la realidad que hayan sido desvelados por de ser capaces de organizar y movilizar, en
unos u otros en el proceso de elaboración cada momento, las fuerzas necesarias para
de las decisiones (lo que hemos llamado en lograr los objetivos que se pretenden. Y esta
otro lugar «incluir en la decisión final los posibilidad debe de tenerla toda formación
aspectos no contradictorios de las opinio- política en un plano de estricta igualdad.
no han tenido el arraigo suficiente en Es- toria nacen de preocupaciones del presente
paña como para cuajar en organizaciones es una obviedad, por mucho que algunos
políticas lo bastante sólidas como para historiadores e historiadoras aún (sorpren-
condicionar el sistema de partidos, cosa dentemente) se nieguen a aceptarlo. Las
que sí ha ocurrido en países del centro tendencias historiográficas nacidas alrede-
y noroeste de Europa, la historiografía dor de 1990 lo explicitan de forma muy cla-
ecologista tampoco ha tenido un impacto ra. El primer capítulo del libro de Alberola
tan notable como el de otras tendencias Romá así lo explica: la obra nace como un
historiográficas nacidas al calor del ago- intento de mirar al pasado, concretamen-
tamiento de las grandes tendencias his- te a un pasado en el que los seres humanos
toriográficas, como es el caso de la histo- sufrieron las consecuencias de un cambio
riografía feminista. Casos notables son los climático importante, precisamente porque
del economista Joan Martínez Alier, que ha las civilizaciones actuales están inmersas
influido notablemente en la historiografía en otro cambio climático relevante, quizás
ecologista latinoamericana y española, y el irreversible, en este caso por causas antró-
propio Alberola Romá, que lleva trabajando picas y caracterizado, entre otros elemen-
en el impacto de las variaciones climáticas tos, por un incremento de la temperatura
sobre el medio y las sociedades de la penín- del planeta. El segundo capítulo del libro
sula ibérica durante la Edad Moderna en los presenta una aproximación a la bajada de
últimos de veinte años. las temperaturas, el incremento del rigor
Los cambios climáticos es una aproxima- invernal, los temporales y el avance de gla-
ción muy completa y detallada a los princi- ciares alpinos, así como sus efectos sobre
pales cambios en la meteorología ocurridos las cosechas y, en consecuencia, la alimen-
entre mediados del siglo XIV y principios tación de las poblaciones en Europa. Cabe
del XIX en España, aunque teniendo en mencionar especialmente la consciencia de
cuenta el contexto europeo y mundial de las personas que vivieron entre mediados
tales cambios, sus efectos socioeconómicos del siglo XIV y principios del XIX de que
y las respuestas de las sociedades del mo- efectivamente estaban viviendo un periodo
mento. El libro, organizado en torno a seis climático distinto, así como el hecho de que
capítulos y una reflexión final, se ocupa del hubiera, dentro de la PEH, etapas que fue-
periodo conocido como Pequeña Edad del ron especialmente rigurosas, como el Míni-
Hielo (PEH), que consistió en una bajada ge- mo de Maunder, entre 1645-1715. Durante
neralizada de las temperaturas en el plane- el Mínimo de Maunder se produjo la práctica
ta con respecto a la Plena Edad Media, así desaparición de las manchas del Sol, lo que
como en un extremismo meteorológico que provocó una caída de su actividad y de las
provocó constantes inundaciones y sequías temperaturas, tal y como científicos de la
de consecuencias humanas catastróficas. propia época detectaron por medio de in-
Las bajas temperaturas y la ocurrencia de ventos como el telescopio. El tercer y cuar-
precipitaciones extremas fueron más acusa- to capítulos se ocupan de los efectos de la
das que en los periodos anterior y también PEH entre los siglos XIV a XVII en la pe-
posterior (los siglos XIX y XX), de ahí que nínsula ibérica, que como en otros espacios
merezca la pena un estudio sobre el tema y de Europa se tradujo en heladas, avance
sobre las reacciones de las sociedades huma- de los glaciares, combinación de veranos y
nas del momento en los territorios ibéricos. otoños húmedos y fríos con inviernos lar-
Que los enfoques del estudio de la his- gos y extremadamente fríos, y una fuerte
en la etapa comunista se inició un proceso nismo francés se relaciona con el alza del
revisionista dedicado a rechazar el pasado neofascismo del Front Nacional, que ha ido
y legitimar el nuevo orden democrático, moderando su discurso a la par que avanza-
exculpando de responsabilidades a sus eli- ba su influencia ideológica y su peso elec-
tes políticas y a sus ciudadanos. Se trata de toral. Vergnon se refiere sintéticamente al
construir una nueva Historia Nacional y de debate sobre el antifascismo relanzado en
rehabilitar aspectos anteriormente elimi- Francia en la década de los noventa desde
nados o distorsionados. Ese revisionismo, la posición de Vidal-Naquet a la de Furet
dirigido por el Estado desde el Instituto de con incursiones en Hobsbawm y en Giu-
Memoria Nacional, da forma a una inter- liano Procacci. Mientras que Forlin analiza
pretación unificada de la etapa comunista en la obra del israelí Zeev Sternhell el uso
como parte de la batalla política contra el político del término fascismo para indagar
peligro que supone la presencia de un sen- en sus orígenes y determinar su naturaleza.
timiento nostálgico de ese pasado, detecta- Sternhell ve en el siglo XIX el origen de la
ble hoy en algunas capas sociales de un país extrema derecha que apuesta por el nacio-
donde el Partido Comunista sobrevive con nalismo, el racismo y el antiparlamentaris-
un sustancial apoyo electoral [3]. mo para en «Ni droite ni gauche» establecer
El caso de Francia es tratado por Gilles los lazos de la confluencia entre extrema
Vergnon y Olivier Forlin en unas aportacio- izquierda y extrema derecha y explicar el
nes que entran en el tema del colaboracio- régimen de Vichy «aceptado por una mayo-
nismo y el antifascismo y la incidencia que ría de franceses». Esas ideas y la polémica
tiene en ese debate el anticomunismo de la que generaron fueron instrumentalizadas
historiografía liberal francesa. El negacio- por la extrema derecha para su emergen-
cia política y Forlin encuentra en ellas los
3.–Kristen Ghodsee, que en los últimos años ha realiza- argumentos para establecer un paralelismo
do aportaciones de gran interés al tema, sitúa esa guerra con Italia donde el debate sobre el fascismo
por la memoria en un escenario dominado por las conse-
trataba de legitimar el acceso al poder de la
cuencias sociales y económicas de la crisis actual del ca-
pitalismo. Ghosee pone de manifiesto la existencia de una derecha berlusconiana.
estrategia global en Europa con la firma de la Declaración Por su parte Xavier Tabet y Antonio Be-
de Praga en 2008 y la creación de la Platform of European chelloni tratan el revisionismo italiano, que
Memory and Conscience en el 2011 con miembros de 13
cuenta también con su correspondiente
países de la Comunidad Europea para desarrollar una po-
lítica memorialista común que promueva la equiparación cuota de periodistas y escritores para edul-
del nazismo con el comunismo. Así se exculpa a naciones corar el pasado fascista y difundir un men-
y personas que colaboraron con la Alemania Nazi al tiem- saje exculpador que recupera la memoria
po que se denigra como agentes del estalinismo a los que
de los vencidos con la mirada política en el
lucharon en la resistencia. Uno de los objetivos de esa
estrategia es frenar la crítica al capitalismo y combatir el presente. Tabet lo hace a través de la obra
auge del sentimiento nostálgico de un pasado que ga- del periodista Giampaolo Pansa quien se
rantizaba seguridad, empleo, sanidad, educación y dere- mueve entre la ficción y la historia para ar-
chos sociales y que hoy han perdido importantes sectores
ticular un discurso revisionista y neofascis-
de esas sociedades. Véase Kristen Ghodsee, «Tale of ‘Two
Totalitarism»: The Crisis of Capitalism and the Historical ta, mientras Bechelloni, partiendo del de-
Memory of Comunism», en History of the Present: a Journal bate que originó en su momento el libro de
of Critical History, nº 4, 2014 y «Red Nostalgia? Comunism, Renzo de Felice «Rosso e Nero», se centra
Women´s Emancipation and Economic Transformation in
en el origen y la caída del fascismo a través
Bulgaria» en L´Homme, 2004. Nuestra Historia publicará en
su próximo número un artículo de Kristen Ghodse sobre de la controversia que mantienen sobre sus
estas cuestiones. respectivas obras y visiones contrapuestas
el resistente e historiador Claudio Pavone y En la última parte del libro sobre los re-
el antiguo fascista Roberto Vivarelli. visionismos españoles, Ricardo Robledo in-
En este bloque Sergio Campos presenta cide en algunos aspectos que caracterizan
una panorámica comparativa de los casos la literatura revisionista publicada en la
portugués y español desde una perspectiva última década sobre el periodo 1931 a 1936
histórica que va desde el siglo XIX al XX; y rechaza la idea de la República excluyen-
y Enrique Fernández Domingo analiza el te manejada por el revisionismo universita-
debate sobre los revisionismos argentino y rio para realizar un repaso de sus plantea-
chileno con las implicaciones que también mientos generales, incidiendo en la escasa
tiene en estos casos el uso de la Historia en atención que estos revisionistas prestan a
las luchas políticas del presente. En el caso las investigaciones de otros historiadores
argentino, la creación del Instituto Dorre- en temas como el origen de la CEDA y su
go impulsado por el kirchnerismo y alen- práctica política, que contraponen al com-
tado por no profesionales se decanta por portamiento revolucionario de la izquier-
un neorrevisionismo histórico de carácter da; pone además en cuarentena el tipo de
nacionalista, popular y federalista, frente fuentes utilizadas y su parcialidad. Recha-
al que se sitúa una diversidad de historia- za las conclusiones que convierten a la iz-
dores profesionales. En el caso de Chile, quierda en culpable del uso de la violencia;
el debate sobre el golpe de Pinochet, sus el pretendido desorden de la República o la
causas y objetivos se reactivó con la deten- visión que ofrecen de la reforma agraria y
ción del dictador en Londres y con la pu- la defensa del régimen de la Restauración
blicación de sus justificaciones que fueron convertido por la literatura revisionista en
rechazadas en el «Manifiesto de historia- el paradigma de la democracia, si bien reco-
dores» que provocó un debate entre estos noce algunos aspectos positivos en los tra-
y el historiador Gonzalo Vidal, uno de los bajos de Fernando del Rey, al que el autor
autores del Libro Blanco que justificaba la separa del resto de autores revisionistas.
necesidad del golpe de 1973. Posteriormen- Alejandro Quiroga desbroza el discurso
te, la inauguración en el 2010 del Museo de conservador que niega el carácter demo-
la Memoria y Derechos Humanos creado crático a la II República para establecer la
con el objetivo de recuperar la memoria de equidistancia del periodo 1931 a 1936 con
las víctimas de la dictadura atrajo la críti- la dictadura franquista. Entiende que el re-
cas de los neopinochetistas que se oponen visionismo neofranquista fue alentado por
al movimiento por historiar esa memoria y el Partido Popular desde la segunda legisla-
se plantean crear también un Museo de la tura de Aznar y difundido por los medios de
Verdad que condene al Gobierno de Allende comunicación afines y que en la actualidad
y justifique el golpe de 1973 y la represión está siendo sustituido por una historiogra-
pinochetista [4]. fía neoconservadora universitaria repre-
sentada entre otros por Fernando del Rey
4.–En el combate por la Historia y la memoria en Chile los
o Álvarez Tardío, que tachan a los historia-
historiadores encuentran aliados en un activismo social
capaz de promover iniciativas como el Parque por la Paz dores vinculados a la izquierda y a los mo-
Villa Grimaldi donde se mantiene viva la memoria de los vimientos de recuperación de la memoria
desaparecidos y asesinados, presente también en el pavi- como frentepopulistas para colocarse en
mento del céntrico barrio París-Londres donde otro centro
una posición intermedia entre estos y los
de tortura de la DINA es un espacio para la memoria. La
presión política y social no fue ajena a la Declaración de
la Asociación de Magistrados de Chile pidiendo perdón por la complicidad de la judicatura con la represión.
aprenden rescatando nombres, voces, vi- guerra. La cárcel de la democracia está en-
das, historias y memoria». carnada por la prisión de Carabanchel con
Ha manejado una completísima biblio- el documental La otra orilla, realizado por
grafía, entre la que abunda la historiografía presos sociales en 1987 para Tele—Prisión,
que recoge testimonios de presas y pre- cadena de emisión interna que aprovecha-
sos. En 1976, recién enterrado el dictador, ba los nuevos vientos de la política peni-
se publicó el Libro blanco sobre las cárceles tenciaria del PSOE.
franquistas, pionero en la recopilación de Si bien con menor intensidad, no sólo
escritos de los protagonistas encarcelados, se analiza la cultura escrita carcelaria de
elaborado por el Colectivo 36, editado bajo nuestra historia de guerra y dictadura, sino
el seudónimo Ángel Suárez. Por su parte, también del periodo democrático de la II
La memoria de las presas de Franco, de Ali- República y del Carabanchel de la Transi-
cia Ramos (2011), representa los estudios ción y la Democracia. Como es lógico, pues,
más recientes. Fuente primordial son las en definitiva, se trata de seres humanos
memorias de las políticas como los clási- encarcelados, hay una línea de continui-
cos de Juana Doña, María Salvo o Dolores dad entre todos ellos, principalmente los
Botey Alonso, así como los de los hombres deseos unánimes de que los familiares y
entre los que destaca el literario y delicioso amigos del exterior no les olviden, les man-
Decidme cómo es un árbol de Marcos Ana. tengan informados de la vida que continúa
Los presos de la República también tienen sin ellos más allá de los barrotes que les re-
su espacio, representados por las memo- tienen.
rias publicadas recién finalizada la guerra A pesar de la diferente ideología que se-
(las únicas que se podían editar en España) paraba a los presos en ambas retaguardias
y utilizadas desde la dictadura para demo- durante la Guerra Civil, Verónica Sierra
nizar la democracia asesinada a través de identifica las percepciones comunes que
su represión carcelaria y las sacas de pre- sentían todos ellos: su incomprensión ante
sos. De igual manera, demuestra un cono- la injusticia de verse presos por sus ideas y
cimiento exhaustivo de la bibliografía in- la reafirmación en esas ideologías que les
ternacional, especialmente la centrada en ha costado tan caro defender. En el caso de
realidades carcelarias contemporáneas a los condenados a muerte, se aferran has-
la española como la Francia ocupada, los ta el final a sus convicciones políticas y/o
campos de concentración nazis o la Italia religiosas, escriben una especie de testa-
fascista. mento ideológico en el que dejan constan-
La bibliografía se complementa con la cia de su sentir más profundo. Reclaman a
reseña de dos documentales sobre inscrip- los familiares que mantengan su memoria
ciones y grafitis aparecidos en paredes u más allá del desenlace fatal y que les ha-
otros lugares no apropiados para un «dis- blen a los hijos sobre la injusticia que les
curso mural» aunque sí tradicionales mues- ha llevado a desaparecer, así como su rei-
tras de literatura espontánea. Representan vindicación como «buenas personas» y/o
dos momentos de la historia penitenciaria: «buenos» padres, hijos, maridos o herma-
la franquista queda reflejada en Memorial nos. No faltan los que piden perdón a sus
de Camposancos, dedicado al colegio jesui- seres queridos por las desgracias y el dolor
ta del mismo nombre situado en A Guar- ocasionado a causa de la militancia políti-
da (Pontevedra), utilizado como campo ca. Son especialmente sentidos los escritos
de concentración casi desde el inicio de la de los padres de familia que dejan de ser
el sustento económico de esposa e hijos; siados por las autoridades franquistas con
se hace necesario recordar que la mayoría las instancias de los presos presentadas
de las víctimas son trabajadores. Aparecen para recuperar la vida carcelaria «normali-
también otros sentimientos de los presos, zada» perdida cuando habían sido sancio-
como la decepción sentida al ser liberados, nados. Estos escritos se obligaban a rebosar
provocada por el desinterés de la gente de arrepentimiento, ese sentir tan propio del
la calle, los no ideologizados, no compro- catolicismo, que debían ejercitar los presos
metidos políticamente, quienes en el me- políticos republicanos, muchos de ellos no
jor de los casos, cuando llegan a conocer la practicantes. Suponía, pues, otro castigo
existencia de lucha contra la dictadura en añadido a la pena de prisión. La institución
las cárceles, muestran su desidia o se dis- celebraba como un triunfo lo que para los
tancian de los ex-presos. políticos representaba una humillación. La
A las comunicaciones de carácter per- muestra de arrepentimiento era condición
sonal, se añade la denominada «escritura sine qua non para obtener la cancelación del
impuesta», es decir, toda aquella elaborada castigo penitenciario (pérdida de recepción
por imposición de la institución peniten- de paquetes del exterior, de visitas familia-
ciaria. Era abundante y muy variada, pues- res, de salida al patio, prohibición de sali-
to que cualquier circunstancia requería una da al exterior de las manualidades realiza-
instancia del preso ante la autoridad de la das...).
cárcel. Por ejemplo, era necesaria la au- El mismo arrepentimiento se premiaba
torización para disponer de agujas, hilo u en el semanario Redención («elaborado»
otros utensilios para confeccionar manua- por los presos, bajo la «supervisión» de las
lidades, costuras, prendas y cualquier artí- autoridades penitenciarias para ensalzar
culo que poder vender y con el que obtener las bondades de las cárceles de Franco)
algunos ingresos para afrontar compras en con la concesión de visitas extraordinarias
el economato de la prisión que pudieran para aquellos presos que se atrevían a ha-
completar la alimentación deficitaria. Las cer pública su aversión a las ideas que an-
navajas de barbero cumplían una función tes habían dado sentido a sus vidas, aunque
similar para lograr metálico y poder inver- después les habían llevado a prisión. Estos
tir en salud. En este campo de la literatura arrepentimientos públicos causaban una
impuesta se hallan inmersos los escritos honda satisfacción al régimen que henchía
obligados a los recién ingresados en cam- de orgullo católico pues, con la recogida
pos de concentración donde debían relatar de las ovejas descarriadas, crecía, al menos
sus vicisitudes durante la guerra (militan- formalmente, el «rebaño» del Señor.
cia política/sindical previa al 18 de julio A través de los escritos de los prisione-
de 1936, alistamiento voluntario o forzoso ros y prisioneras de la Guerra Civil y del
al Ejército Popular o a las milicias previas, franquismo, la profesora Sierra pretende
ascensos militares,…). Como es lógico, en presentar los espacios de reclusión como
todos estos escritos «impuestos» debía pre- «universos gráficos» y vaya si lo consigue.
dominar el tono patriótico de exaltación a La prensa manuscrita supone una «fuente
Franco, con los «vivas» y «arribas» propios sin igual para sacar a la luz la vida secre-
de la dictadura. ta de la resistencia» (Claude Bellanguer,
El carácter nacional católico del fran- 1961). Debido a los condicionantes explica-
quismo impregnaba el universo peniten- dos anteriormente, la única escritura com-
ciario y vivía uno de los momentos más an- pletamente sincera era la «comprometida
zar al lector con los protagonistas de esta el silencio y el olvido de los que debían ser
historia. Cuidado hasta el último detalle, sus modelos venerados oficialmente. La ca-
las ilustraciones elaboradas por los presos rencia de memoria democrática del Estado
durante su reclusión culminan la ambien- se contrarresta con obras como ésta en la
tación de la triste e injusta realidad de pos- que cientos de defensores anónimos de la II
guerra de muchos de los defensores de la República adquieren relevancia. Sus nom-
legalidad republicana. bres, junto a sus escritos, quedan labrados
Se trata, en definitiva, de un gran ejerci- en las piedras de la Historia, se hacen pú-
cio de visibilización de las presas y presos blicos para siempre. Como escribe Verónica
silenciados y olvidados por la democracia Sierra, «nuestra historia no es, sino en gran
surgida en la Transición cimentada sobre medida, la historia de nuestra escritura».
van aumentando en extensión en cada nue- marcas de la región, ofreciendo gran canti-
va etapa respecto a la anterior y que mani- dad de datos a nivel local. Finalmente el ca-
fiestan el desarrollo del PCE en Cantabria. pítulo VII busca «recuperar la memoria de
El esquema seguido en estos cuatro capítu- muchos militantes comunistas» cántabros
los parte de la necesaria contextualización y para ello ofrece más de 250 breves biogra-
estatal para pasar al examen de la actuación fías de dirigentes y afiliados comunistas en
comunista en esta región. En este bloque estas tierras.
debe destacarse el capítulo dedicado a los Independientemente de que estemos de
años de la II República, donde se describe acuerdo o no con la estructura del libro (por
la labor de los comunistas cántabros en los ejemplo los capítulos V y VI podrían haber-
principales acontecimientos del quinque- se integrado en los dos anteriores), debe-
nio republicano (citas electorales, unidad mos destacar el enorme esfuerzo realizado
antifascista, Revolución de Octubre, etc.). por el autor a la hora de tratar la abundante
Asimismo, resulta de gran interés el capí- documentación archivística utilizada. Así,
tulo que examina el papel del PCE en Can- el lector podrá encontrar en este libro la
tabria durante la Guerra Civil, dentro del reproducción de un buen número de docu-
cual destacan en especial las páginas dedi- mentos originales de procedencia comunis-
cadas a su participación institucional, a «la ta, que se complementan con una impor-
cuestión campesina» y al deseado «Partido tante cantidad de fotografías que recogen
Proletario Único». tanto las actividades partidarias como los
El autor sigue un esquema similar en rostros de militantes comunistas y a ello
el capítulo V, dedicado a las denominadas se le añaden diversos listados de afiliados
«organizaciones de masas» auspiciadas por comunistas en diferentes organizaciones
el PCE y a las Juventudes Socialistas Uni- locales o en diversas instituciones.
ficadas. El desarrollo y acción del Socorro En definitiva nos encontramos ante un
Rojo Internacional, el Hogar Femenino An- interesante aporte a la historia del PCE en
tifascista o la Unión de Escritores y Artistas Cantabria que viene a enriquecer la ya con-
Revolucionarios ocupan ahora la atención solidada y científica bibliografía sobre la
del autor, que cierra este capítulo con un historia del Partido Comunista de España,
estudio de las JSU cántabras. El capítulo VI pero que además reduce los espacios vacíos
aborda con gran detalle la organización e en el ámbito territorial. Esperemos que en
implantación del PCE en las diferentes co- el futuro ese mapa se complete.
* Benito Díaz Díaz, Jesús Bayón: Un asturiano al frente del A primeros de junio de 2013 tuvo lugar
PCE. De la secretaría general aguerrillero en el centro de Es-
un emotivo homenaje a Jesús en su aldea
paña (1936-1946), Toledo, Almud / Ediciones de Castilla-La
Mancha, 2015. natal, Llanos de Somerón, organizado por
1.– Gregorio Morán, Miseria y grandeza del PCE. 1939-1985, el Ayuntamiento de Lena y en el que parti-
Barcelona, 1986, p. 60. El título de esta obra es un tanto cipó Benito Díaz, su «descubridor», a quién
engañoso; la grandeza del PCE, como el valor al soldado, definió como uno de los guerrilleros más
se le supone, pero de la miseria da cumplida cuenta, y de
sus aceradas críticas no se salva ni uno de los nombres
importantes en la lucha antifranquista.
propios mencionados en sus páginas. Interesado en ahondar en la trayectoria
del que fuera dirigente político y guerrille- batallones de trabajadores hasta que con-
ro de primer nivel en el PCE en los tiempos sigue la libertad en 1941, instalándose en
más duros de la clandestinidad, nos ofrece Madrid. Es entonces cuando Jesús, ya alias
ahora una densa biografía, hecha de reta- «Manolo», se incorpora al Buró Político del
zos, tras escudriñar hasta la última fuente PCE en el interior bajo la dirección de He-
susceptible de aportar el más mínimo de- riberto Quiñones; su posterior oposición a
talle sobre el personaje. El profesor Díaz los métodos de Quiñones así como su in-
recurre profusamente al Archivo Histórico tento de asesinato, son episodios apenas
del PCE, y desde luego a un amplio reperto- esclarecidos. De igual modo, la pertenencia
rio de fondos del Estado: Servicio Histórico a la dirección quiñonista, que supuesta-
de la Guardia Civil, Archivo General Histó- mente esgrimió el Partido para apearle del
rico de Defensa, Archivo del Tribunal Mili- pedestal de los héroes comunistas, está aún
tar Territorial Primero, Centro Documental por demostrar.
de la Memoria Histórica; sin olvidar, por En la misma línea argumental, se arguye
supuesto, archivos particulares y relevan- que Jesús habría sido apartado de la orga-
tes testimonios orales. nización tras haberse fugado de la cárcel de
A la profesionalidad de Benito Díaz al Carabanchel junto a su camarada Ramón
abordar su investigación se añade la que- Guerreiro sin contar con la venia del Par-
rencia por el biografiado que se trasluce tido. Únicamente será reincorporado, tras
en las páginas de una muy estimable obra, haber sufrido meses de ostracismo, cuan-
rigurosa, bien estructurada, y desenvuelta do el PCE intente organizar a los huidos en
con pluma ágil de grata lectura. un verdadero ejército guerrillero capaz de
El autor nos ofrece una semblanza del combatir con éxito a la dictadura y derro-
personaje rica en matices y le califica como tarla. Pero, en esos momentos, al mando de
«buen guerrillero, con tesón, honrado, algo la organización del interior estaban Gabriel
sobrio y falto de carisma», quien, sin em- León Trilla y Jesús Monzón, dos de los más
bargo, «trasmitía confianza, que en aque- preclaros «herejes» del PCE.
llos duros momentos, era una cualidad muy Ya con Carrillo controlando con puño de
valorada», habiendo logrado aglutinar «en hierro el Partido, se habría producido la úl-
un pequeño ejército guerrillero de poco tima humillación de la que fue víctima Jesús
más de cien hombres, a comunistas, socia- Bayón, esto es, su destitución en el mando
listas, libertarios y hombres sin partido». guerrillero, relegándole a la condición de
Aun así son muchas las sombras de la soldado raso; castigo absolutamente incom-
vida de Jesús Bayón; en Asturias su rastro prensible para Bayón pero que acató disci-
apenas dejó huella alguna incluso entre los plinadamente dada su fidelidad al Partido y
más cercanos, su familia, sus vecinos, sus la ortodoxia de sus posiciones. Quizás fue-
camaradas… Emigrado a la Argentina, pa- ra conveniente llegar a aquilatar y conocer
rece haberse politizado tras su regreso a mejor el complejo entramado de las relacio-
España una vez iniciada la guerra. Militan- nes en el seno de la guerrilla comunista.
te del PCE, combate en distintos frentes y En fin, con el laudable afán de reivindi-
desempeña cargos intermedios en la orga- car su figura, se deslizan aquí y allá veladas
nización cuando la resistencia republicana acusaciones a la dirección del PCE de haber
toca a su fin. maltratado a «Carlos» tanto en vida como
Bayón correrá la suerte de millares de en su memoria, y se le conceptúa como otro
vencidos pasando por campos, cárceles y más de los «malditos», ninguneado prime-
mayor impulso las revisiones críticas del Por esa razón, se resaltarán solo algunas de
periodo de la Transición a la democracia, las que destacaron por su especial relevan-
especialmente las que analizan los movi- cia, aunque esto sea exclusivamente según
mientos sociales y la izquierda revoluciona- el criterio de quien escribe estas líneas.
ria, aunque hasta el momento no tuvieran La mañana del viernes 24 comenzó con
un foro de debate común. Es por eso que las una muestra muy representativa de los
21 mesas del congreso se enmarcan dentro principales archivos públicos y privados,
de una nueva dinámica en la que predomina que expusieron pósteres sobre sus fondos
cada vez más un enfoque científico o acadé- referidos a la temática del congreso. Fue la
mico para pensar históricamente todos los única mesa dedicada a los archivos, que tan
actores de este periodo de nuestra historia importantes son para la comunidad inves-
reciente. El enfoque de los organizadores tigadora. Esa misma mañana también tuvo
buscaba dos objetivos: dar voz a las perso- lugar otro interesante encuentro sobre
nas protagonistas, es decir, a la militancia y los enfoques plurales en las huelgas, con
el activismo, pero al mismo tiempo contar especial peso de los conflictos en el País
con una visión rigurosa sobre el objeto de Vasco. Por la tarde, hubo otra mesa sobre
estudio, siempre desde una perspectiva crí- el movimiento obrero, pero más centrada
tica, multidisciplinar y abierta. Durante esos en la problemática de la propia organiza-
dos días se puso la guinda a todo un trabajo ción, con algunos puntos especialmente
previo que tanto comunicantes como orga- polémicos como el de los curas obreros o
nizadores fueron desarrollando durante los la organización del personal administrati-
últimos meses. Como ya viene siendo habi- vo. También destacaron los debates sobre
tual, los textos provisionales de las comuni- los jornaleros o el rol de género en el mo-
caciones y los testimonios fueron colgados vimiento libertario. La sesión de tarde del
en la página web del congreso, de cara a faci- primer día destacó especialmente por una
litar el debate posterior y agilizar las propias mesa sobre la experiencia militante, donde
presentaciones generando dinámicas más desde el respeto a la pluralidad, se produjo
participativas. un productivo intercambio de memorias y
La apertura corrió a cargo del periodis- relatos, entre el propio público y las per-
ta y escritor Guillem Martínez, impulsor sonas que componían la mesa. También se
del concepto Cultura de la Transición (CT) desarrolló otra sobre las distintas visiones
y guionista del conocido programa satírico del movimiento feminista en la Transición.
Polònia. Guillem realizó un recorrido perso- El sábado fue un día bastante intenso
nal por su visión de la Transición desde una en asistencia, que se incrementó respecto
perspectiva libertaria, aunque con ciertos a la del día anterior, moviéndose en todo
tintes presentistas que nutrieron el debate momento en unas buenas cifras de parti-
posterior. En cuanto a la propia estructura cipantes para un congreso de estas carac-
de las mesas, éstas se desarrollaron parale- terísticas. De la primera tanda la mesa que
lamente, coincidiendo siempre tres mesas mayor interés suscitó fue sin lugar a dudas
con temáticas bien distintas en dos espa- la que trataba sobre la vía armada, con una
cios diferenciados, lo que dificultaba lige- original combinación de testimonios y co-
ramente el seguimiento. Con este formato municaciones que abarcaban desde ETA (p-
resulta totalmente imposible acudir a todas m), hasta el FRAP, pasando por los Coman-
las mesas y tampoco habría espacio en es- do Autónomos Anticapitalistas. Más tarde,
tas páginas para analizar todo lo abordado. destacó la mesa sobre las «experiencia ra-
sente. Y eso sin abandonar el tono acadé- actuales, puede tal vez ayudarnos a romper
mico y sin poder obviar las interferencias los bloqueos del presente y a reflexionar
de la memoria, toda vez que algunos de los sobre el futuro: no tanto en clave de de-
ponentes fueron además participantes, más monización ahistórica de un proceso con
o menos destacados, de los sucesos y fenó- sus luces y sus sombras, como en términos
menos de los que se discutía. La presencia que nos permitan plantearnos si lo que en-
en el público de algunos otros protagonis- tonces no se pudo o no se supo hacer so-
tas contribuyó también a orientar a veces la mos capaces de abordarlo ahora en mejo-
discusión en ese sentido. res condiciones. Al fin y al cabo, las luchas
Hoy que las hipotecas de lo políticamen- por la igualdad y la libertad desarrolladas
te correcto han empezado a levantarse so- durante el franquismo no se acabaron con
bre el sistema de la Constitución de 1978 y la transición ni con la post-transición, y
las instituciones que lo sustentan (incluida siguen abiertas en una etapa en la que el
la monarquía), una reflexión histórica sere- neoliberalismo dominante sigue empeñado
na y a la vez implicada con los problemas en negar ambos objetivos.
En la cafetería de la plaza Carlos Lobo Penal del Tribunal Supremo acusó al juez
de Avilés esperan la llegada de los demás Baltasar Garzón de delitos de prevaricación
denunciantes. Los dos abuelos ya octoge- por considerarse competente para juzgar
narios están decididos a dar el paso, «para dichos crímenes. El auto del 27 de febrero
algo tiene que servir», comenta Aurelio a del 2012 cerraba la posibilidad de juzgar en
José Luis, los dos comparten el mismo pe- España estos crímenes apoyándose en la
sar, los dos son hijos de desaparecidos y lle- Ley de Amnistía de 1977.
van varios años buscando a sus padres víc- La nueva vía abierta en Argentina por
timas de la represión sublevada en el Avilés la jueza María Servini permitía ir más allá
de postguerra. Es su última carta para po- que la propia estrategia del Juez Baltasar
der encontrar algo de justicia, llevan años Garzón porque ampliaba el marco temporal
preguntándose donde están los restos de de la causa, ya que ésta tenía un recorrido
sus padres. La Querella parece convencer- cronológico más largo, mientras que el juez
los pero siguen recelando, como si estuvie- Garzón fijaba en la década de los cincuen-
ran condenados a un destino fatal. Los dos ta el final del proceso. La Querella avanza-
barruntan sus miedos y, aunque deciden ba hasta las postrimerías del franquismo
participar y dar su testimonio, en el fondo y esto abría la posibilidad de encausar y
se muestran pesimistas. tomar declaraciones a los represores aún
La Querella Argentina nace como una vivos. Casos cómo la Querella interpuesta
batalla más dentro de los movimientos de por el Chato Galante contra Billy el Niño,
memoria en España. Fue presentada el 14 Antonio González Pacheco, uno de los te-
de abril del 2010 en Buenos Aires a raíz del midos inspectores de la Dirección General
bloqueo por parte del Tribunal Supremo es- de Seguridad en el Madrid de los 70, abrían
pañol de juzgar los crímenes del franquis- una nueva vía dentro de la lucha contra la
mo. En los últimos siete años familiares, impunidad del franquismo. La jueza dictó
asociaciones y ayuntamientos han presen- en septiembre de 2013 una orden de cap-
tado más de 400 querellas y denuncias con tura internacional acusándole de crímenes
el apoyo de una coordinadora internacio- de lesa humanidad, pero la Audiencia Na-
nal (CEAQUA) que facilita a las personas cional volvía a defender los principios de la
interesadas la denuncia de los crímenes del transición española fallando que el delito
franquismo. La Querella venía a buscar lo había prescrito hacía ya treinta años, en
que en España se estaba negando, la po- abril del 2014. Este era un hecho insólito
sibilidad de juzgar los crímenes del fran- porque demostraba la negativa del Estado
quismo, en un momento en el que la Sala español a reconocer a las víctimas del fran-
quismo como delitos de lesa humanidad. do con las alegaciones basadas en la Ley de
La Querella Argentina siguió creciendo y Amnistía, la irretroactividad de la Ley y po-
en la actualidad la labor de los abogados si- niendo en tela de juicio la Querella tratán-
gue siendo frenética, puesto que las decla- dola de una «causa general» sin fechas y sin
raciones y los exhortos dictados por la jue- fundamento.
za a los jueces españoles abría también la Otra de las estrategias que ha ido cua-
posibilidad de tomar declaración in situ sin jando en estos últimos años es la apari-
la necesidad de desplazarse a Argentina. ción de querellas colectivas por parte de
El caso del histórico dirigente antifran- los ayuntamientos, caso importante es el
quista asturiano Gerardo Iglesias ejempli- de Pamplona, que presentó a principios del
fica la labor de los jueces y fiscales en Es- año 2017 una querella contra los crímenes
paña para con la Querella y los exhortos. contra la humanidad durante el franquismo
Detenido y torturado en la transición por en la ciudad. Otras ciudades gobernadas en
su militancia en el PCE y en CCOO, Gerar- la actualidad por los ayuntamientos auto-
do Iglesias acompañado por la abogada Ana denominados del «cambio» han impulsa-
Messuti, del equipo de abogados de CEA- do una red de Ciudades por la Justicia y la
QUA, pretendía declarar por los crímenes Memoria, aunque hay ausencias destacadas
sufridos por su persona y por su familia el como la del Ayuntamiento Madrid.
4 de octubre de 2016 en el Juzgado de Ins- A la hora de analizar los resultados que
trucción número 4 de Oviedo. Pero la jueza hasta hoy en día ha tenido la Querella hay
titular suspendió su declaración respon- que tener en cuenta primero el estado de
diendo a una petición del fiscal presentada los movimientos de memoria desde la Ley
minutos antes de su comparecencia en el de Memoria aprobada por el PSOE en 2007.
Juzgado. Los exhortos se han ido denegan- Esta ley parecía no cumplir las expectativas
1. Marzo-junio de 1939. Clasificación, 3.–López Rodríguez, A.D. Cruz, bandera y caudillo. El Campo
represión y aniquilación selectiva. de concentración de Castuera, Badajoz, CEDER La Serena,
2006, p. 253.
2.–La noticia tuvo una gran difusión, diario HOY: http:// 4.–González Cortés, J. R., «Orígenes y desarrollo de los
w w w.hoy.es/ ex t r e m a du r a / 2 0 1 6 1 2 / 1 3 / p o d em os - campos de concentración franquistas en Extremadura»,
denuncia-cargos-sido-20161213145347.html (consulta: Revista de Estudios Extremeños, n.º 1, Tomo LXII, 2006,
14 de abril de 2017) pp.257-288.
importantes monografías [5], explica lo que Campo [7]. Las muertes por enfermedad y los
ocurrió en los primeros tres meses de fun- asesinatos arbitrarios dentro de sus insta-
cionamiento del Campo. Junto a Navarrete laciones completan el panorama de un es-
actuó el Servicio de Información de Poli- pacio represivo del que se siguen recaban-
cía Militar (SIPM), con el también Guardia do datos importantes como los listados de
Civil Manuel Carracedo al frente. Como ya altas y bajas que aparecen en el fondo del
expresamos en otra publicación, la Comi- Tribunal de Cuentas, ahora depositado en
sión de Clasificación que actuó en el Cam- el Centro de Documentación de la Memoria
po de Castuera estuvo controlada por dicho Histórica en Salamanca. Aunque como ya
SIPM que practicó además «limpieza» de se ha expuesto reiteradamente por diversos
los pueblos recién ocupados por los rebel- autores sigue siendo escandalosa la dificul-
des llevando a cabo «un plan de represión y tad de acceso, incluso de nulo acceso, a la
exterminio» [6]. documentación histórica de la represión
Pero el listado provisional de «desapare- franquista [8].
cidos» no sólo se nutre de las sacas periódi-
cas realizadas desde los barracones de in- AMECADEC y la gestión de la Memoria
comunicados donde estaban hacinados los
oficiales del ejército republicano además En uno de los artículos que componen el
de políticos y sindicalistas que habían de- monográfico que dedicó la Revista de Estu-
fendido la legalidad republicana. Hubo bús- dios Extremeños al Campo de concentra-
quedas individuales y colectivas de prisio- ción de Castuera, se hace un recorrido por
neros por parte de elementos que llegaban los tres aspectos fundamentales que carac-
procedentes de distintos pueblos con lis- terizan en el presente el espacio represivo
tados preparados. Ya se documentaron los del que estamos hablando:
casos de Cabeza del Buey o de Valle de La 1. Su historia como espacio represivo.
Serena. Sin olvidar las extracciones indivi- 2. Su consideración como «lugar de me-
duales de prisioneros como lo ocurrido con moria».
el Alcalde de Zafra, José González Barrero, 3. Su consideración como recurso didác-
sacado del Campo por dos Guardias Civiles tico y museístico a la luz de su declaración
y entregado a unos falangistas de su pueblo, como Bien de Interés Cultural, denomina-
que lo asesinarían en las inmediaciones del ción «sitio histórico» [9].
Pero, para la configuración y desarrollo
5.–Valgan como ejemplos: Espinosa, Francisco, La columna de esos tres puntos ha sido fundamental la
de la muerte, El avance franquista de Sevilla a Badajoz,
creación en febrero de 2006 de la Asocia-
Barcelona, Editorial Crítica, 2003. Ibarra, Cayetano, La otra
mitad de la historia que nos contaron. Fuente de Cantos,
República y Guerra 1931-1939, Badajoz, Diputación de 7.–Lama Hernández, José María, Una biografía contra
Badajoz, 2005. el olvido: José González Barrero, Alcalde de Zafra en la II
República, Badajoz, Diputación de Badajoz, 2000.
6.–Barrero Arzac, F. «Historia de la 109ª BM en el Campo
de Zaldívar (Badajoz)». Publicado en la web Todos los 8.–Véase el resumen de la situación de los archivos
Nombres y en López Rodríguez, A. D., «Del Campo de referentes a la represión franquista en: Castro, Luis, Héroes
concentración y la Prisión al cementerio: breve introducción y caídos. Políticas de la memoria en la España contemporánea,
a la represión franquista en el Partido Judicial de Castuera», Madrid, Libros de la Catarata, 2008. pp. 294-319.
en Muñoz Encinar, L., Ayán Vila, X., y López Rodríguez, 9.–León Cáceres, G., López Rodríguez, A.D. y González
A.D. (Ed.), De la ocultación de las fosas a las exhumaciones. Cortés, J.R.. «El Campo de concentración de Castuera: del
La represión franquista en el entorno del Campo de olvido forzado a lugar de memoria y recurso didáctico».
Concentración de Castuera, Santiago de Compostela, Revista de Estudios Extremeños, n.º II, Tomo LXVI, 2011, pp.
AMECADEC-Ministerio de la Presidencia, 2013. 527-594.
cias bélicas para dar rienda suelta al ajuste republicana. El apoyo directo y abierto de la
de rencillas personales y móviles privados. jerarquía eclesiástica a la sublevación hizo
Aunque ambas represiones persiguieran que la misma se convirtiera en blanco de la
los mismos fines —asegurar las retaguar- violencia de retaguardia. Unos 6.000 miem-
dias y eliminar a los adversarios— vemos, bros del clero fueron víctimas directas de la
gracias a la exposición, que existen diferen- misma en un ejercicio represivo que desoyó
cias cualitativas y cuantitativas entre las de los llamamientos del gobierno republica-
ambas zonas. Así, mientras que el número no a parar dicha violencia. Los tribunales
de víctimas por la represión ejercida por los populares, las cárceles y las «checas», con
republicanos puede cifrarse en 42.582, en la sus «sacas» y «traslados», los campos de
zona franquista asciende a 144.755 (si in- trabajo —con sus condiciones de vida de-
cluimos las cifras de posguerra). Parece que plorables—, la depuración de desafectos, o
los números hablan por sí solos. el Tribunal de Responsabilidades Civiles,
Pero no es tan solo cuestión de cifras. son otros de los fenómenos del repertorio
Y es, acercándose a los diferentes paneles, represivo en la retaguardia republicana que
cuando el visitante percibe esas diferen- la exposición trata.
cias cualitativas entre una retaguardia y Paracuellos —«¿Y Paracuellos qué?»,
otra a la hora de ejercer la represión. Unos habremos oído cientos de veces— tiene su
paneles, a ojos del que escribe, ecuánimes propio panel. En el mismo se contextualiza
y justos, en caso de que algún lector esté y explican la sucesión de hechos que lle-
pensando en que la exposición se rige por varía al desgraciado episodio de los fusila-
principios partidistas. mientos de unas 2.000 personas en Torre-
Así, las piezas en las que se trata la repre- jón de Ardoz y Paracuellos del Jarama.
sión y la violencia en la retaguardia repu- La represión en la retaguardia suble-
blicana hablan de cómo ésta no fue unifor- vada adoptó, y así lo explican los paneles
me ni en todo el territorio que permaneció dedicados a la misma, unas características
fiel a la legalidad democrática, ni durante diferentes. Estaba prevista y planificada de
toda la guerra. Explican cómo no respondió antemano —por el general Mola en las «Ins-
a ningún plan sistemático de eliminación trucciones reservadas» de mayo del 36—,
de enemigos por parte de las autoridades, estuvo dirigida por las autoridades milita-
y señalan que hubo, incluso, voces discor- res, enfocada contra todos aquellos que se
dantes dentro del gobierno de la República. opusieron al golpe y que eran considerados
De este modo, concentrada principal- adversarios políticos —autoridades civiles,
mente en el verano de 1936 —los primeros dirigentes políticos, militantes republica-
compases de la contienda— la represión fue nos, socialistas, comunistas, anarquistas,
orquestada por toda una estructura paraes- etc.—, tuvo un marcado componente de
tatal dependiente de partidos y sindicatos. clase y, por el resultado de la contienda, se
Una violencia cuya dureza dependió en mu- prolongó en el tiempo hasta 1975.
chas ocasiones de la crudeza de la suble- Amparados en el Bando de Guerra del
vación, habiendo episodios represivos que 28 de julio, que se mantuvo en vigor has-
se produjeron como respuesta a diferen- ta 1948, se realizaron fusilamientos sin
tes bombardeos a objetivos civiles u otras procedimiento judicial alguno a manos de
agresiones por parte del ejército subleva- la Guardia Civil, del ejército y las milicias
do. La violencia anticlerical es otro de los nacionales (Falange, etc.), y ajusticiamien-
temas tratados al hablar de la retaguardia tos bajo el paraguas de una justicia mili-
Escuela Normal, ya que sus padres la ha- trolando el poder, boicoteando las medidas
bían animado para que fuera maestra. La progresistas, la reacción del bienio negro y la
carrera duraba cuatro años y el período de esperanza recobrada con el Frente Popular.
estudiante no pudo ser más ilusionante: de Lina Molina estaba ya muy implicada y se le
1931 a 1935. Ella misma se ha definido como puede reconocer en algunas fotos publica-
muy responsable: «[…] Estudiosa, seria, con das en la prensa malagueña: en un mitin en
deseos de no perder el tiempo, sacar mis la plaza de toros y citada en sus actividades,
cursos… supe encontrar dos o tres compa- como conferencias y escritos editados o, ya
ñeras que pensaban como yo. Juntas pre- en la guerra, inaugurando la radio del PCE.
parábamos nuestros trabajos ayudándonos Dicho partido en Málaga era relativa-
mutuamente» [1]. Tuvo su título de Maestra mente fuerte. En 1931, por un distrito de la
Nacional pero las oposiciones que debían capital, fue elegido el primer concejal comu-
celebrarse en 1936 no se convocaron a causa nista andaluz: Andrés Rodríguez, asesinado
de la guerra. antes del golpe de Estado de 1936. Por Mála-
El análisis que hacía la joven Lina de la ga, en noviembre de 1933 había sido posible
situación lo exponía así: configurar una candidatura unitaria con so-
cialistas y republicanos, el Frente único an-
«España era una monarquía y el poder es- tifascista, con la que consiguieron el primer
taba en manos del clero, los militares y los diputado del partido: Cayetano Bolívar [2] y
terratenientes. Esas clases dominantes eran en las elecciones de febrero de 1936 en to-
responsables de las miserias y los sufrimien- dos los distritos de la capital ganaron las
tos de la mayoría de españoles obreros y candidaturas del Frente Popular, lo que le
campesinos… La proclamación de la Repú- valió el apelativo de Málaga la roja, tan pre-
blica fue un momento mágico, las represio- sente, más tarde, a la hora de la represión.
nes, atropellos y abusos acumulados tantos El PCE consiguió publicar un periódico
y tantos años quedaron detrás del inmenso como órgano del comité provincial llama-
avance de esperanzas… una nueva vida más do Vanguardia, en el que escribió en varias
humana iba a comenzar en España…» ocasiones. El 10 de mayo de 1936 salió el
primer número y en él Lina firmó un ex-
La proclamación de la República la vivió tenso artículo titulado La mujer y la guerra,
con grandes esperanzas y recuerda cómo en que es un agudo análisis, bien redactado y
Málaga, la bandera tricolor desplegada en lleno de ejemplos del pasado y de la coyun-
el Ayuntamiento la marcó profundamente. tura de la primavera de 1936, destacando
Discutía a menudo con otros jóvenes acer- la carrera bélica alemana. El llamamiento a
ca de la situación política y social y uno de las mujeres para que se posicionaran por la
ellos le propuso algunas lecturas del PCE. paz y el antifascismo estaba lleno de argu-
Con su inquietud, su despierta inteligencia mentos. En el número del 22 de mayo, otro
y su formación no es extraño que ingresara titulado Acordaos de Asturias, analizaba los
pronto y, que a medida que avanzaba la Re-
2.– Encarnación Barranquero Texeira, Cayetano Bolívar.
pública, su trabajo fuera más activo. Se iban Su trayectoria política, Cedma, Málaga, 2006; Eduardo del
decepcionando bastante cuando observaban Rosal Fernández, Cayetano Bolívar, Málaga, Cedma, 2004;
que realmente las derechas seguían con- Encarnación Barranquero Texeira, «El Frente Único An-
tifascista de Málaga en 1933 como primera experiencia
1.– Las citas en cursiva forman parte de su autobiogra- del Frente Popular», en Varios Autores, Estudios sobre la II
fía escrita, cedida gentilmente por su hija Luisa González República en Málaga, Servicio de Publicaciones de la Dipu-
Molina, archivo particular de la familia González Molina. tación Provincial de Málaga, 1986, pp. 177-204.
problemas que tenía la República con las rando, aunque desconocían la envergadura
fuertes resistencias reaccionarias y la críti- de las conexiones, los concretos apoyos y
ca al gobierno tibio que miraba hacia otro otros datos. Tras el 18 de julio de 1936, Má-
lado sin enfrentar a una oposición podero- laga quedó para la República, pero la vida
sa que acabaría por destruir los proyectos y se tornó sumamente peligrosa y el frente
los objetivos previstos. Esa primavera Lina fue atenazando la capital en unos meses.
la vivió intensamente con las mismas en- Las dificultades de la ciudad en guerra au-
contradas emociones de ilusión y temor que mentaban: los bombardeos —224 muertos al
compartieron los sectores más progresistas. menos por esta causa en la capital—, la es-
Un tercer amplio artículo sobre La mujer y la casez de alimentos y medicinas y el miedo a
URSS [3] describía los avances para las mu- la muerte, a los emboscados o las tensiones
jeres tras la revolución socialista. Ya estaba entre los vecinos.
en el comité provincial del partido, por el El Comité de Enlace se reforzó y se con-
secretariado femenino, donde había otros troló mejor la situación. Lina reconoce que
compañeros también jóvenes y con una había grupos que cometían atropellos y
formación y madurez política extraordina- detenciones y hubo que dedicar medios y
rias. En Málaga, un comité de enlace de ju- energías también con ellos. La creación de
ventudes comunistas y socialistas funcionó comités que se ocuparan de cada problema
desde enero de 1936, en abril fue la unifica- fue marcando la situación y uno de los más
ción orgánica pero el congreso provincial de importantes fue el de los refugiados. A Má-
unificación fue suspendido por el estallido laga llegaban miles de personas que huían
de la guerra. Entre estos jóvenes de las JSU de la ocupación de sus pueblos del Campo
estaban Adolfo y Gonzalo Sánchez Vázquez, de Gibraltar, de la provincia de Sevilla y sur
Luis Abollado, Muñoz Zafra, Tomás García de Córdoba, de las comarcas de Anteque-
(que fue el primer diputado por Málaga en ra, Ronda o Marbella. «Málaga era un gran
la Transición), José Cerezo y algunas chicas centro de concentración», recordó siempre
como María Arrabalí o Carmen Gómez [4], en- Lina Molina, que fue nombrada presidenta
tre otros. del Comité de Alojamiento. Esa mujer tan
Sabían, porque contaban con algunos joven —solo tenía 24 años— y menuda ad-
compañeros dentro de los cuarteles que los quiría así una de las principales responsabi-
tenían al corriente, lo que se estaba prepa- lidades y el partido le pedía que procurara
representantes de otras organizaciones para
3.– Vanguardia era órgano del Comité Provincial del PCE. configurarlo y empezar a dar respuesta a tan
Algún número está en los fondos del Archivo del PCE, y
agudo problema. Ella como presidenta debía
al menos, otro, en un proceso sumarísimo de guerra. La
colección prácticamente completa está en la Hemeroteca asumir la tarea de facilitar techo a tantos
Municipal de Madrid. miles de refugiados que llegaban y queda-
4.– Carmen Gómez Ruiz escapó a Marruecos. Era compa- ban desamparados en las calles malagueñas.
ñera de Luis Campos Osaba, de la dirección del PCE, que El comité decidió incautar las casas vacías.
ingresó a España a fin de reconstruir el regional de Anda-
Lina escribió:
lucía, pero fue detenido y fusilado en Sevilla. Para conocer
su causa, véase: Alejandro Sánchez Moreno (Edición, in-
troducción, estudio preliminar y notas) ¿De qué se nos acu- «las mejores eran las abandonadas por los
sa?, Córdoba, FIM-Utopía, 2014; y para el epistolario entre huidos o detenidos de derechas y las reparti-
Carmen Gómez y Luis Campos, véase: Encarnación Lemus,
mos con equidad… después recurrimos a los
(Documentación, introducción y estudio preliminar), Cárcel
de amor. Una historia real en la dictadura franquista, Funda- conventos y a añadir camas y utensilios…
ción El Monte, Sevilla, 2005. después tuvimos que recurrir a la población
que fue generosa y dieron camas, comidas y tes y destrozaban la carretera. Si la primera
techo… finalmente tuvimos que ocupar va- noche transcurrió en las afueras de Málaga,
rias iglesias… pusimos nuestra voluntad en en la segunda vieron las luces de las fuer-
hacerlo lo mejor posible y, finalmente, la Ca- zas motorizadas italianas, que habían llega-
tedral…» do desde Vélez a la costa en Torre del Mar
y aceleraban por la carretera hasta Motril.
Igualmente el comité se ocupó, a través de El grupo de la familia de Lina fue alcanzado
la radio y los periódicos, del reagrupamiento y todos cayeron a un lugar inclinado hacia
de las familias, que se habían perdido. el mar donde era difícil retenerse y perma-
La situación era desesperada ya en enero necieron así toda la noche hasta que vieron
de 1937, en que se empezaban las primeras una especie de gruta y allí se metieron. Has-
maniobras para la batalla de Málaga. Unos ta que llegaron a sobrepasar Motril, en cu-
días antes del 8 de febrero, fecha en que con- yas cercanías quedó estabilizado el frente,
fluyeron las tropas antirrepublicanas, sobre fue una odisea, como la de tantas personas
todo italianas sobre Málaga, la población que han dejado sus testimonios de la huida.
refugiada, que debió ascender a unas 60.000 Un drama. Desde el 8 de febrero estuvieron
personas, y la malagueña comenzaron a huir escondidos, ayudados por algunos vecinos
por la única vía libre que había quedado: la con comida, tratando de llegar a zona repu-
carretera de Málaga a Almería. blicana, lo que no consiguieron hasta el 19
Lina salió el día 7 por la noche de forma de marzo de 1937. Para entonces, en Málaga,
que lo hacía con los últimos grupos de per- según fuentes oficiales franquistas, ya ha-
sonas, con sus padres y hermanos, con la bían fusilado a 1240 personas con responsa-
familia del que ya era su novio, Luis Gonzá- bilidad igual o menor de la que había tenido
lez y la madre y hermana de su compañero Lina Molina.
del comité y del PCE, Manrique. Casi todas A partir de entonces emprendieron un
las personas partieron en grupos familiares viaje menos agitado hacia Almería. Allí ha-
relativamente numerosos, que se ayudaban bía una casa del comité provincial del PCE
mutuamente a veces como única estrategia de Málaga donde estaban casi todos sus an-
frente a la desolada situación. Su salida tar- tiguos compañeros y su novio Luis, respon-
día y a pie demuestra que no es cierto que sable de organización del PCE de Málaga,
los responsables y dirigentes salieran los con el que se casó el 12 de mayo. Ella siem-
primeros y con los mejores vehículos: pre conservó la curiosa acta de matrimonio
«Cuantos ancianos y mujeres procurando comunista en la que se ponen los datos de
tener a los niños sujetos, no importa cómo, los comparecientes y las consideraciones
con sábanas, cuerdas, como rebaños… ma- expresadas por el secretario del partido, mo-
dres que buscaban enloquecidas, heridos, rales y materiales, como el respeto, la ayuda
ancianos empujados en carretillas, incluso mutua y la crianza de los hijos en las ideas
vi a una anciana que la llevaban sus hijas en de cultura, libertad y progreso. Se anotó la
un somier, gentes cargadas de bultos…, un conformidad de ambos así como la promesa
mar de gente cubriendo la carretera. En la de fidelidad, apoyo y asistencia. El secretario
oscuridad se oían nombres, nos llamábamos de organización del Comité Provincial del
con miedo de perder el contacto los miem- PC de Almería dio fe y todos firmaron.
bros de la familia…» Fueron a vivir a Espinardo (Murcia) y, más
Lina recordaba cómo los barcos cañonea- tarde, a Valencia. Como Luis, destinado en
ban a la población civil, destruían los puen- Lérida veía aproximarse el corte de Catalu-
Refugiadas de Romorantin 1939. Lina es la primera sentada por la derecha con su niño (Foto
proporcionada por la autora).
ña con el resto de la zona republicana, quiso los hombres y los miembros de familias que
que la familia fuera a Barcelona. De hecho, se habían perdido.
tomaron el último tren que se desplazaba Así supieron que Luis González había ido
entre Valencia y Barcelona, pero solamente a parar a Burdeos. Primero estuvo en Arge-
Lina, su madre y su hermana Pepita pues el lès, pero por ataques de asma fue llevado al
padre quiso esperar en Valencia la llegada hospital de Perpiñán, desde donde escapó
del hijo, que estaba movilizado en Silla, en la y tomó un tren para evitar ser llevado de
comarca de la Huerta Sur de esa provincia. A nuevo al conocido campo. En Burdeos fue
ellas las llevó Luis a un pueblo de Lérida, Pla acogido por una familia que estaba en una
del Cadí, y allí nació otro hermano de Lina, asociación de ayuda a España, que le buscó
José Luis, en septiembre de 1938. A las po- el contacto con su familia en Romorantín. El
cas semanas tuvieron que cruzar la frontera 8 de abril de 1939, apenas unos días después
su madre con el bebé, la hermana Pepita y de finalizar oficialmente la guerra, Lina tuvo
Lina embarazada, a través de Puigcerdá ha- a su hijo Luis.
cia la Tour de Carol y, desde allí en tren ha- En España, el padre y el hermano de Lina,
cia Blois. Pararon en el famoso castillo para cuando acabó la guerra volvieron a Mála-
partir hacia Romorantin, en cuyo hospital ga y fueron detenidos y juzgados. Al padre
fue alojado su grupo de unas 200 personas, le echaron 6 años y un día y lo llevaron a la
eran solamente mujeres y niños pero, con el cárcel de San Sebastián, por el único delito
comité de ayuda, algunas mujeres como Lina de ser padre de Lina Molina y al hermano lo
y una amiga llamada Virtudes, escribieron mandaron a una compañía disciplinaria y al
cientos de cartas a los campos de refugiados final tuvo que irse de legionario. Las auto-
y a todos los organismos para preguntar por ridades franquistas desde el principio tam-
Lina de pie, quinta por la izquierda, junto a su madre y su hermana en un acto del PCE en el exilio
francés (Foto proporcionada por la autora).
estar dos meses con ellos y a que el padre les bombardearon cuando huían por la ca-
consiguiera su pasaporte y se fuera a Paris rretera de Almería (un concejal del PCE en
con el resto de la familia. la Transición, Leopoldo del Prado promovió
En Ivry, el distrito parisino donde vivían, el cambio de nombre, que pasó a ser Manuel
había españoles exiliados y la presencia co- Altolaguirre). Sin embargo, Lina pudo saber
munista era muy significativa. El PCF era que en España, que en Málaga, había interés
fuerte allí y Lina participaba en sus activi- en recuperar aquella memoria, que se em-
dades. Además, cuando alguien del PCE iba pezaban a rememorar los aniversarios de la
a París paraba en su casa y hay bastantes fo- tragedia de la huida por la carretera de Al-
tografías que han plasmado esos momentos mería, y que ya su hija Luisa y su yerno Luis,
de hospitalidad y ayuda. El padre de Lina co- como sus nietos en París y Angulema han
noció a su hijo y a sus nietos cuando tenían venido participando en actos conmemora-
ya alrededor de 10 años. Para Lina lo más tivos. Cuando Lina Molina falleció el 11 de
importante ha sido la familia, el nacimiento mayo de 2006 se estaba preparando un ho-
de los nietos y los biznietos. menaje a las personas que vivieron aquellos
En los años setenta compró un piso en episodios dramáticos, de los que se conme-
Málaga y pasaba algún tiempo, como tam- moraban 70 años y parte del mismo fue la
bién sus hijos y los nietos lo siguen hacien- edición de un libro en el que se reivindicó su
do. Quizá fue doloroso que nadie la conocie- figura y se describió su labor en el comité de
ra, porque la ruptura del PCE de la República alojamiento [5].
y la Guerra con el de la Transición ha sido
5.– Lucía Prieto Borrego y Encarnación Barranquero Texei-
demoledora, y que su calle se llamara Cru- ra, Población y Guerra Civil en Málaga: caída, éxodo y refugio,
cero Canarias, que es uno de los buques que Cedma, Málaga, 2007.
Olga Ulianova
Rolando Álvarez Vallejos
Universidad de Santiago de Chile