Resumen Educación Como Praxis Política
Resumen Educación Como Praxis Política
Resumen Educación Como Praxis Política
Francisco Gutiérrez
Actividad político-pedagógica
La escuela como institución social, por su naturaleza, su estructura y sus funciones, cumple como
ningún otro con objetivos políticos. Históricamente el sistema escolar de cualquier sociedad siempre ha
sido el reflejo fiel de la política e ideología de los grupos gobernantes o de los partidos políticos que
ostentan el poder. En las sociedades capitalistas como en las socialista, siendo las dos sistemas políticos
diametralmente opuestos, sus sistemas educativos están orientados a controlar la socialización de los
niños y jóvenes bajo patrones clara y deliberadamente prefijados, en ese sentido Marx indicaba “ la
clase que detenta el poder, detenta también el control cultural y los aparatos educativos”.
La socialización y el control social son funciones netamente políticas y ambas son, reflejo de la ideología
y consecuencias de las demandas socioeconómicas de una determinada sociedad. Educar es por tanto
socializar, preparar individuos para una sociedad concreta e ideológicamente definida. En ese sentido
la socialización se cumple en una doble vía: por un lado satisfaciendo no sólo la necesidad de enseñar
las diferentes pautas, valores y formas de vida existentes en la sociedad, sino también la necesidad de
regular de este modo el comportamiento de los miembros de la misma.
Hoy por hoy muchos sociólogos siguiendo a Durkheim insisten en el aspecto socializador de la
educación, ejemplo de ello lo plantea Ortega y Gasset al definir la pedagogía como la ciencia para
transformar la sociedad. Así como el sistema educativo es el producto de una concreta y determinada
sociedad, de idéntica manera la sociedad encuentra en el sistema educativo la forma mas natural para
perpetuarse y reproducirse. Esa es la razón por la cual Durkheim indicaba que el sistema educacional
se impone a los individuos con una fuerza por lo general irresistible.
De acuerdo con el autor el interés de políticos e ideólogos es que los estudiantes salgan de la institución
escolar no sólo preparados para las funciones que habrá de desempeñar en el contexto social
(socialización funcionalista) sino que además, estén bien compenetrados con la concepción del mundo ,
el tipo de hombre y el sistema social más acorde con la ideología que sustentan, en ese sentido la
función prioritaria de la escuela es una función político social. En otras palabras dotar a cada individuo
de una ideología de modo que su inserción en la sociedad no signifique una contradicción o un conflicto.
Así ideologizado, el ciudadano podrá colaborar en la perpetuación y consolidación de la estructura
social imperante.
La escuela es el instrumento social por medio del cual se consolida la división de clases sociales, por un
lado están los que logran escalar peldaños en la pirámide social gracias a sus estudios y los otros que
están condenados a permanecer en las bases, en otras palabras están los que tienen estudios y los que
no los tienen, que confiere una marca indeleble para diferenciar a los buenos de los malos. Sin lugar a
dudas de acuerdo con el número de años de escolaridad consumida, habrá oportunidades para optar
por posiciones sociales relevantes en la política, la economía, y en la cultura, formalmente natural y
admitida por todos, que hace posible la perpetuación de las estructuras.
Pedagogía y política son partes constitutivas de un todo, la escuela hace política no sólo por lo que dice
sino también por lo que calla; no sólo por lo que hace sino por lo que no hace. La política es un práctica
totalizadora y diaria que impregna y matiza todo cuanto hacemos. Todos hacemos política
permanentemente, pero el educador hace de una manera privilegiada, ya que el estado pone a sus
órdenes un determinado número de futuros ciudadanos para que los “socialice”, es decir para que los
“politice”.
En los últimos años en América Latina han surgido diferentes experiencias y conceptos que de alguna
manera confirman el carácter político de la escuela, por ejemplo hablar de escuela democrática,
educación liberadora y educación para la justicia entre otras , es hacer referencia a diferentes aspectos
políticos de la educación.
La escuela es uno de los aparatos ideológicos del estado, no por lo que dijera Althusser, sino por que así
lo confirma la práctica diaria en todas las escuelas. Por ejemplo Lenin , Mao Tsetung, Hitler, Pinochet y
otros tantos concebían que mantener el control de la escuela es asegurarse la transmisión ideológica
dado que gracias al carácter persuasivo, insistente y repetitivo de la comunicación educativa se hace
posible la internalización de ideas, modos de hacer y pensar. Desde las ordenes del profesor, hasta el
desarrollo curricular, la selección de los libros , las metodologías y la práctica pedagógica, es suma , está
impregnada y saturada de ideología imperante. El currículo oculto conlleva igualmente una fuerte carga
ideológica.
La escuela lejos de preparar a las personas para que hagan historia , más bien prepara individuos
alienados, adaptados a la sociedad, reproductores y perpetuadores de sus esquemas y estructuras. El
quehacer educativo se enreda en un pedagogismo vacío y estéril que no conduce a una reflexión critica
de la sociedad. Es evidente en ese sentido que los objetivos de la escuela responden a los objetivos de la
sociedad, que conocemos como eficiencia, progreso y producción.
En el nivel escolar la ideología se manifiesta de varias maneras, por ejemplo una de ellas es la
selectividad, la igualdad de oportunidades y las relaciones pedagógicas. En cuanto a la primera es
evidente que el éxito escolar está condicionado por la capacidad económica del estudiante, sin embargo
aquí es importante precisar que una cosa es la igualdad formal y legal y otra muy diferente la igualdad
real. Confundir igualdad de oportunidades con igualdad de posibilidades es una manifestación
ideológica más. La escuela se hace servidora del sistema tratando a todos los alumnos desiguales en la
realidad, como iguales, el sistema escolar es conducido de tal modo que sanciona en la práctica las
diferencias iniciales ante la cultura. Nietzsche afirmaba que una expansión ilimitada de la educación
acabaría con los privilegios de los poderosos y el sistema no puede ser tan irracional como para cavar
su propia tumba.
Las escuelas rurales y las urbanas confirman y dan cuenta de la selectividad escolar. El mercadi de
empleo exige que el número de graduados del sistema escolar ( y en especial el de los profesionales)
esté cuidadosamente controlado. La selectividad está orientada a seleccionar los mejores, situación que
agudiza las desigualdades sociales, toda selección implica necesariamente exclusión y se excluyen en
primera instancia aquellos para quienes vivir y trabajar para seguir sobreviviendo es un imperativo
vital que está por encima de cualquier otra necesidad. Confundir selección natural, basada en los dones
del individuo (inteligencia, voluntad, capacidad), con selección social es parte del engaño ideológico al
que estamos sometidos.
Los exámenes de admisión en las universidades son en esencia exámenes de eliminación y son
utilizados para descartar y excluir a individuos, generalmente los que no pasan son los que están
condenados a trabajar en las bases. Sin embargo como muchos de esos oficios requieren cierto nivel de
preparación, para ello las estructuras discriminatorias del aparato escolar han preparado programas de
educación vocacional para que los hijos de obreros, campesinos y artesanos puedan ser entrenados
acordes con las necesidades del mercados y sirvan de mano de obra calificada para el sector industrial.
Pareciera ser que la selección es una exigencia de la división social del trabajo. La selectividad y la
exclusión se dan tanto en la sociedad capitalista como en la socialista. Lo grave de esta selectividad en
nuestra sociedad es que esté apoyada y tenga como meta las estructuras sociales injustas, las leyes del
mercado de la oferta y la demanda y los requerimientos de un desarrollo meramente económico.
En relación con la igualdad de oportunidades esa es otra de las falacias con las que se procura ocultar
la ideología del sistema escolar. Tenemos que reconocer que la escuela en su actual organización ,
estructura y métodos didácticos mantiene en plena vigencia las ley del mas fuerte y el “ sálvese quien
pueda” que, como se sabe , es uno de los nortes primordiales de la sociedad capitalista., sabemos que
por “uno que se salve” son muchos los condenados, esta voracidad de la clase dominante al succionar
los mejores de la clase inferior , la hace más vulnerable e impenetrable como clase social privilegiada.
Abusa de su poder para adueñarse de lo mejor de las otras clases, pero siempre dentro de reglas de
juego que ellos mismos han impuesto. Con ese ejercicio se quiere mostrar que se está dispuesto a tratar
a todos por igual, pero solo después de salvar los propios privilegios y jerarquías de poder. Se quiere
hacer creer que igualdad de oportunidades es sinónimo de igualdad social, siendo evidente que
igualdad de oportunidades en una sociedad intrínsecamente desigual es contradictorio. En una
sociedad de clases, la igualdad de oportunidades no deja de ser un espejismo ideológico para ilusionar
peligrosamente a muchos.
Frente a la relaciones pedagógicas que se dan dentro de la escuela son formas eficaces de inculcación
ideológica, las relaciones de autoridad llevan al maestro con frecuencia a un ejercicio autocrático y
hasta coercitivo. Las relaciones pedagogías son relaciones de poder, el estudiante tiene que someter sus
sentimientos, emociones, y autonomía a la relación autoritaria del maestro, se convierte así en un ser-
para-el-maestro y no para su desarrollo personal.
A través de diferentes ritos que se han generado en la escuela los estudiantes son sistemáticamente
castigados en su creatividad, autonomía, iniciativa, tolerancia de la ambigüedad e independencia. En
cambio son recompensados los buenos modales, por su paciencia y obediencia y por otros rasgos de
docilidad, laboriosidad y autocontrol. El maestro, en su afán de dominio, sanciona y castiga aquellos que
asumen una personalidad particular. El sistema escolar actual y sus relaciones pedagógicas dan cuenta
de una estructura empresarial burocrática y jerárquicamente organizada que busca la formación del
hombre orden, que incorpora elementos de control como la subordinación, la disciplina, la obediencia,
la paciencia. En un sistema en el que esos cuatro elementos son virtudes favoritas, uno se pregunta ¿
cómo se puede dar cabida a la necesidad de libertad , franqueza , honestidad, creatividad, afecto y otras
virtudes propias de los jóvenes, únicos que pueden garantizar la adquisición del perfil de un hombre
con la capacidad de revolucionar sistemas humanitariamente tan destructivos?
El docente, en la medida que haga de su profesión una opción política , recobrará su dimensión
educativa, ¿qué significa opción política? Ha de entenderse como una acción partidista, lo que significa
tomar partido frente a una realidad social. Todo educador en conciencia tiene que valerse de las
posibilidades que le brinda la acción pedagógica para inculcar en sus alumnos el espíritu de lucha
contra todas las formas de injusticia, de corrupción y de atropello. Hacer de la educación una militancia
es cuestionar con la propia vida las caducas estructuras del sistema de enseñanza actual es
desenmascarar las ideologías dominantes. La política en las instituciones deben permear a los
estudiantes, lo alumnos deben aprender a organizarse organizándose y tienen que aprender a ser
libres liberándose.
Sabemos que modificar la escuela actual – sin cambiar los objetivos- es hacerla más eficiente y en
consecuencia servidora más fiel de la estructura social. Por lo tanto el proyecto alternativo, es una
oportunidad para iniciar esa transformación, el proyecto nacerá cuando los educadores , convencidos
de que la educación más que un problema técnico es político, tomen la opción de resolverlo
políticamente.
El objetivo prioritario del proyecto alternativo es el hombre y lo es porque el hombre , como tal, es
proyecto que se explica y significa esencialmente como ser inacabado y dirigido a su plena realización.
Si nos proponemos alcanzar un hombre libre, justo y digno es porque sabemos que la mayoría de los
hombres, no viven en la libertad, la justicia y la dignidad, si anhelamos un hombre pleno y
humanamente realizado es porque muchos viven alienados e imposibilitados de comprender el por
qué de su existencia en este mundo.
Pero cuál es el perfil de ese nuevo hombre , meta de todo proyecto alternativo.
Un hombre que en íntima conexión con los problemas de su tiempo logra concientizarse en
contacto con su mundo. Es un hombre histórico que se concientiza al contacto con su
realidad, que se afirma dinámicamente en el proceso dialogal con su mundo, es siempre un
sujeto en devenir, haciéndose en la misma sociedad en la que el sujeto se hace. El proyecto no
tendrá validez si se fundamenta en la concepción de un hombre abstracto, de un hombre
preconcebido a priori, sino de un hombre como lo hemos dicho este encarnado en su propia
realidad. (cuatro obstáculos que se oponen al logro del rasgo perfil - afirmar que el hombre
vive en un sociedad de clases, hablar de un hombre oprimido, invasión y manipulación cultural
a través de los medios, por último la ideología que impide acercarse a la realidad)
Un Hombre social en devenir y en proceso creativo permanente. El hombre como ser en
devenir se trasforma constantemente, transformando su mundo. Este proceso creador es
dialéctico, de aceptación y rechazo , de construcción y destrucción, de subjetividad y
objetividad, de muerte y vida. El hombre es ser histórico en cuanto es creador. Por el acto
creativo va más allá de las metas ya logradas, se proyecta en el aquí y en el ahora. Por eso
ningún acto humano y social puede quedarse prefijado a objetivos y metas. El acto creativo es
una exigencia de la realidad y una libre determinación del yo, será tanto más rico cuanto
mayores sean los conocimientos, el compromiso personal y la capacidad imaginativa. El acto
creativo, gracias a la imaginación creadora, principia siendo “realidad posible”, sueño
imaginativo, utopía realizable. Poner fin a una sociedad del despilfarro.
Un hombre con capacidad y posibilidad de impulsar una sociedad justa y democrática, en la
cual se tenga la oportunidad real y efectiva de satisfacer las necesidades básicas. Una sociedad
no será justa y democrática si en ella se hace imposible la hominización y socialización del
hombre y de todos los hombres. No se trata de lograr individuos bien alimentados, bien
vestidos y fieles ejecutores de tareas sociales. A mas del disfrute de las tareas básicas,
proponemos que todo hombre viva creativamente un proceso socialmente productivo, en
libertad y con plena participación política. Tenemos que superar los valores establecidos por
la era industrial basados en el tener y pasar a unos auténticamente humanos.
Una nueva sociedad surgirá para el proyecto alternativo cuando se hayan superado las contradicciones
de la sociedad actual. En una sociedad opresora, ni opresores ni oprimidos pueden ser libres. Hablar de
una nueva sociedad mientras se mantenga una élite económica y políticamente dominadora, dueña del
armazón del sistema y acumuladora de beneficios sociales, es un engaño. Hemos de pasar de una
sociedad autócratica a una participativa y democrática, de una sociedad cerrada a una abierta.