La Población Del Paraguay 1974
La Población Del Paraguay 1974
La Población Del Paraguay 1974
LA POBLACI
DE
PARAGUA
CI.CR.E.D. Series
197 4
SERIE CICRED
LA POBLACIÓN DEL PARAGUAY
Publicación elaborada por el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos
con auspicios del Comité Internacional para la Coordinación de las Inves-
tigaciones Nacionales en Demografía (CICRED) por el Año Mundial de
la Población.
PRESENTACIÓN
Sin embargo, creemos que los diferentes capítulos —elaborados por ex-
pertos del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos— han de cumplir el ob-
jetivo básico que CICRED dio a esta serie: promover un conocimiento y u-
na vasta reflexión colectiva sobre los problemas demográficos y sobre la im-
portancia de la evolución contemporánea de las sociedades.
Asunción, 1.974.
Año Mundial de la Población
CAPITULO I
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN
CARACTERÍSTICAS Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL
LA ÉPOCA COLONIAL
Durante el período de la Conquista, los primeros registros se refieren
a la población asentada en Asunción, localidad que desde su establecimien-
to servía como centro principal del esfuerzo de colonización hispana en la
región- Fundada en el año 1537, como "Puerto y Casa Fuerte" (1) sobre la ri-
bera oriental del Río Paraguay, la ciudad cuenta en ese entonces con un
reducido número de población blanca, así como de indígenas incorporados
al servicio y dominio de los primeros contingentes de españoles comprome-
tidos en la Conquista.
Ateniéndose a los estudios relativos a la población que durante la Colo-
nia se asienta en lo que con posterioridad constituiría el territorio del Pa-
raguay, su evolución está signada por tres características relevantes: pri-
mero, el acelerado proceso de mestiza)e; segundo, el alto ritmo de crecimien-
to de la población mestiza emergente, y la paulatina disminución de la in-
dígena; y tercero, la sucesiva ampliación del área de ocupación territorial.
El Proceso de Mestizaje.
Del grupo inicial de población de origen hispánico — que según las re-
ferencias históricas (2) disponibles sumaban un total de 57 hombres — la ciu-
dad de Asunción y comarcas aledañas comienzan un proceso de rápido
crecimiento, resultante de una irrestricta y planeada relación con la parcia-
lidad indígena, único reducto asequible de mujeres. Así, para 1545, —según
el' Clérigo Francisco de Añdrada, ya existían en Asunción- "más de 100 niños
producto de la relación entre cristianos e indias". Otro cronista— como el Pa-
dre Jerónimo de Eyzaguirre (3), por ejemplo — señaló en un informe que "el
número de niños en dicho período oscilaba entre 500 y 600".
Fulgencio R. Moreno (4) atribuye el amancebamiento de españoles con
indias a una razón de orden político; ya que con el propósito de lograr un
apoyo a su tarea de gobierno, deliberadamente buscaron consolidar víncu-
los con las diferentes parcialidades guaraníes a través de las relaciones de
parentezco. En tal sentido, los españoles obraron con singular perspicacia
—consiente el mencionado autor— al aprovechar en su propio interés las prác-
ticas de servicio que acostumbraban los guaraníes en su propio grupo de pa-
rentezco. Así establecieron lo que Branislava Susnik denomina un "verdadero
yaconato", asentado en los vínculos sanguíneos. Al respecto, esta autora sos-
tiene que "él mismo sistema social del guaraní neolítico implicaba obliga-
ciones basadas en el parentezco; el vínculo por sangre y T>or parentezco po-
lítico entre los diferentes padres de los linajes de aldeas agrícolas; la an-
tigua práctica de 'saca de mujeres' por los jefes más poderosos de estas
aldeas significaba la subordinación de la respectiva parentela; las 'visitas'
en el sentido neolítico desempeñaban la función de 'trueque de servicios' y
una norma de reciprocidades" (5).
Es notorio pues que al interés inicial de control y organización de los
grupos locales además de la forma compulsiva, los españoles muy pronta-
mente, concibieron su integración con los indígenas como un requerimien-
to de sus múltiples necesidades de seguridad y subsistencia. Sin duda, el
aprovechamiento de la arraigada constumbre del servicio de parentezco vi-
gente en estos grupos nativos les permitió evitar como único medio de im-
posición la vía estrictamente forzada o violenta, de manera a lograr su su-
misión y aún cooperación en las duras tareas impuestas por una economía
sumamente rudimentaria. Así al anudar vínculos de esta naturaleza — sea
por la simple persuación o apelando al violento recurso de la "saca de mu-
jeres" — lograban, a más del aporte personal de la mujer en las tareas do-
mésticas agrícolas, el concurso y solidaridad de gran parte de su parentela.
Por otra parte, existen positivas evidencias sobre una deliberada polí-
tica de -los Capitanes y Gobernadores tendiente a promover la unión entre
españoles e indígenas, respondiendo a requerimientos tanto de orden per-
sonal como económico, demográfico y de defensa. En este sentido se han
logrado importantes indicios sobre privilegios establecidos para incentivar
la relación matrimonial entre miembros de ambos grupos, como por ejemplo,
la liberación de tributos al indio y exencios especiales a los españoles, que
llegaba hasta el límite de reconocer una única obligación: el servicio militar.
• Lo concreto es que los españoles establecieron relaciones muy íntimas
con las mujeres indígenas no solamente porque no disponían de otra opción
al arribar a estas regiones prácticamente carentes de mujeres, sino también
por la necesidad de servicios y de alianzas con las parcialidades nativas con
el fin de contar con una fuerza de trabajo para sus explotaciones agrícolas,
y, en el orden militar, para establecer alianzas defensivas contra los grupos
indígenas más belicosos que cercaban el incipiente núcleo poblacional con-
centrado en el fuerte de Asunción y sus alrededores.
Igualmente, también para los indígenas aledaños al fuerte, la alianza
con los españoles — cuyo eje constituían las relaciones de parentezco — re-
vestía una particular significación. Branislava Susnik señala que "la ambi-
ción de los guaraníes de contar con un aliado poderoso para aniquilar sus
enemigos 'guaicurues' y agaces, fueron motivos de constantes inquietudes" (6).
A su vez, otra influencia no menos relevante ha constituido la posición
de privilegio lograda por las mujeres nativas — así como por sus hijos y pa-
rientes — sea por el desempleo en el servicio de los españoles o por él
establecimiento de relaciones conyugales, sea de carácter estable o mera-
mente transitorio. La condición de mestizo — de "mancebos de la tierra" —
sin duda reportaba una ubicación de mayor consideración en ese difícil
medio social, y las mujeres indígenas cuyos hijos nacían en ese plano re-
cibían también ciertos beneficios y privilegios de los que carecía la pobla-
ción nativa, lo cual explica en gran medida la actitud favorable que fue
adquiriendo el nativo hacia la búsqueda de contactos y vínculos familiares
con los extranjeros.
En última instancia, lo definitorio es que el intensivo proceso de mes-
tizaje se inicia en estas zonas de la Conquista Hispana a través de la nece-
sidad de los españoles de un apoyo para cubrir los requerimientos de orden
personal, económico o de defensa. La mujer indígena era el medio más di-
recto — además de exclusivo e insustituible para ciertos menesteres — para
el logro de servicios personales y de la parentela así comprometida. Esto
lo sintetiza muy claramente B. Susnik al señalar que "la mujer guaraní era
criada, brazo agrícola y procreadora, una garantía para la mediocre econo-
mía doméstica que se implantaba en la época de Irala, y una invitación a
los futuros pobladores" (7).
Crecimiento Toblacional
9
En el transcurso del último cuarto del siglo XVII se concreta uno de
los informes poblacionales más completos efectuados hasta entonces. La eje-
cución de dicho recuento estuvo a cargo del Obispo Fray Faustino de Ca-
sas, quien — en cumplimiento de lo dispuesto en la Real Cédula del 24 de
Abril de 1679 — elevó el informe mencionado al Rey en el año 1684. El cen-
so fue realizado el 31 de mayo de 1682.
Un aspecto importante del citado informe — de acuerdo al estudio que
de dicho documento efectuara Rafael Eladio Velázquez (8) — es la presenta-
ción de la población desagregada según su asentamiento en pueblos de "es-
pañoles" (Asunción, Villa Rica del Espíritu Santo) o de indios (pueblos
periféricos al área poblada por los españoles: Itá, Yaguarón, Altos, Yois y
Tobatí; o pueblos lejanos a aquellos: Caazapá, Yuty... ). Igualmente, se espe-
cifica la condición de esclavos, indios encomendados, indios pertenecientes
a los pueblos de indios y los "españoles" que incluye los españoles propia-
mente a más de la población mestiza y criolla. Las cifras consignadas en el
informe comentado son las siguientes:
— Españoles 7.209
— Esclavos 1.134
— Indios (Encomiendas) 2.517
— Indios (localizados en los pueblos de indios) 27.806
38.666
— Españoles 55.616
— Indios originarios 2.971
— Indios de pueblos 8.088
— Indios de Misiones 19.115
— Pardos 10.840
96.630
10
almas la Provincia" (11). Según el listado de población por localidades que
ofrece Azara (12) sobre dicho Censo, el total alcanzaba a 97.480 habitantes.
EL PERIODO DE LA REPÚBLICA
Durante los años 1837 y 1838 — y por disposición del Dictador del Pa-
raguay Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia — fue realizado un Censo
de Población sobre el cual se hallan disponibles cifras solamente para algu-
nos pueblos, razón por la cual no ha sido posible estimar la cifra total del
país, a pesar de la presunción de que el empadronamiento tuvo que haber
sido cumplido muy estrictamente.
El Censo más completo de este primer medio siglo es el de 1846, dis-
puesto por el Obispo del Paraguay Basilio López y realizado por los curas
ele las villas, pueblos y parroquias. La cantidad de población censada fue
de 233.394 personas correspondientes a Asunción y un importante número
de localidades. Dado que en "la cifra ofrecida" para la Capital se carece
de los datos sobre la parroquia de San Roque, así como de algunos pueblos
•?n el interior, se estimó una omisión de 15.000 personas, con lo que el total
para dicho año quedaría en 248.394 habitantes. Existen otras estimaciones
para 1846 que atribuye al país una población aproximada a 300.000 habi-
tantes, que no se consignan dado la escasa fundamentación ofrecida para
avalar tales apreciaciones.
Un aspecto relevante relativo a este Censo es que se trata de la re-
ferencia poblacional más significativa disponible antes de la Guerra de la
Triple Alianza, que — como es sabido — tuvo un fuerte impacto demográ-
fico en la estructura poblacional del Paraguay.
Cuadro I
Grupos de Sexo
Edades Hombres Mujeres
MUJERES = 59.09%
HOMBRES = 40.91%
I 10.5 10.6
II 53.8 52.5
III 9.5 9.5
IV a) 6.5 5.9
b) 3.9 3.9
V 4.8 5.5
VI 1.2 1.4
VII a) 4.5 4.7
b) 5.3 5.8
Distribución actual
16
Según estimaciones efectuadas por la Dirección de Estadística para Di-
ciembre de 1939 - e n base a los datos censales' de 1936-1937— la población
total del país en dicha fecha ascendía a 987.824 personas distribuidas en las
dos grandes regiones de la siguiente forma: Región Oriental o Chaco, 47.713
habitantes (4.8)96 ) y Región Oriental 940.111 habitantes (95.2%).
En la última década, la forma tradicional de distribución espacial ha
venido sufriendo importantes modificaciones en razón a la incidencia de
las migraciones internas. La Zona noreste del país— específicamente los De-
partamentos de Caaguazú, Alto Paraná y Amambay— lo que de acuerdo a
la nueva división administrativo-política se denomina Región de Canendiyú—
ha sido el área de mayor afluencia migratoria, tal como puede apreciarse en
las cifras correspondientes a los dos últimos Censos de 1962 y 1972.
Cuadro III
Años
1962 1972
Regiones % %
17
LA, INMIGRACIÓN
Volumen de la Inmigración
18
Cuadro IV: PARAGUAY:
INMIGRANTES ENTRADOS AL PAIS DURANTE EL PERIODO 1881-1958
Año Número Año Número
1881 100 1921 510
1882 236 11922 212
1883 218 1923 108
1884 284 1924 483
1885 47 1925 292
1886 115 1926 302
1887 807 1927 422
1888 1.119 1928 304
1889 1.886 1929 302
1890 823
1930 383
1891 368
1892 512 1931 438
1893 458 1932 863
1894 205 1933 391
1895 270 1934 899
1896 200 1935 1.210
1897 187 1936 2.785
1898 400 1937 6.300
1899 320 1938 4.947
1900 140 1939 1.929
1901 471 1940 219
1902 584 1941 372
1903 316 1942 78
1904 350 1943 51
1905 599 1944 sin datos
1906 1.226 1945 39
1907 1.774 1946 12
1908 1.021 1947 1.672
1909 634 4.408
1910 418 1948
1949 701
1911 446
1912 704 1950 698
1913 1.512 1951 718
1914 1.616 1952 566
1915 366 1953 493
1916 298 1954 444
1917 326 1955 2.261
1918 270 1956 1.142
1919 350 1957 2.272
1920 329 1958 1.450
Fuente: "Datos Estadísticos sobre el Movimiento de Inmigración del Paraguay".
1882-1907, p. 7.
19
De acuerdo a los datos existentes, es posible además establecer el vo-
lumen de la población acumulada, según diferentes períodos. Estas cifras
se consignan en el cuadro siguiente:
Cuadro V
PARAGUAY: INMIGRACIÓN ACUMULADA
PERIODO 1881 -1920
Período Número de
Inmigrantes
1881 -1885 885
1886-1890 5.635
1891 -1895 7.448
1896 -1900 8.695
1901 -1805 11.015
1906 -1910 16.088
1911 -1915 20.732
1916 -1920 22.305
ruentes: "Datos Estadísticos sobre el movimiento de Inmigración al Paraguay".
"Anuario Estadístico de 1917" Dirección General de Estadística y Censos.
Asunción.
"El Paraguay..." Freiré Estevez, Luis y otros, Asunción, p. 162
21
LA POBLACIÓN DEL PARAGUAY EN DIFERENTES ÉPOCAS.
PERIODO 1682-1972.
1682 38.666 La Colonia. Fue realizado en cum- "La Población del Pa-
Informe del plimiento de la Real raguay en 1682" por
Obispo Fray- Cédula del 24 de abril Rafael Eladio Velaz-
Faustino de Ca. de 1G79. quez, en Revista Pa-
sas sobre la Po- 5e encuentra en el Ar- raguaya de Sociolo-
blación en el chivo General de In- gía, Año 9, N9 24, Ma.
Paraguay del 31 dias yO-Agosto 1972
de marzo de
1682
22
Año del Organización respon
Censo
Población Responsable
sable y alcance
Fuente
1972 2.354.071 Dirección Gene- E s t e último censo fue Censo Nacional de Po-
r a l de Estadísti- el 9 de julio de 1972. blación y Viviendas.
ca y Censos. 1972
(Cifras provisionales)
23
BIBLIOGRAFÍA
10. AZARA, Félix de Historia del Paraguay y del Río de La Plata. Asunción: Editora
A. de Uriburi y Cía. 1896. 2 tomos.
14. AYALA QUEIROLO, Víctor. Personalidad, Política y Diplomática del Mcal. Fran-
cisco Solano López. Trinchera: Asunción. V (1974) N? 55, 56.
24
CAPITULO II
FECUNDIDAD
Cuadro I
PARAGUAY: ESTIMACIÓN DEL SUB-REGISTRO OPORTUNO DE NA-
CIMIENTOS- AÑOS 1970-1972.
25
fecundidad del país, la Secretaría Técnica de Planificación (1) conjunta-
mente con el grupo asesor de Planificación y posteriormente Jorge Vidal (2)
—haciendo una revisión de las proyecciones de la población paraguaya— se vie-
ron obligados a utilizar métodos indirectos, en base a datos censales con el
propósito de estimar las tasas de fecundidad para los alrededores del
año 1960. Asimismo fueron utilizados los datos censales del año 1972 con el fin
de realizar las estimaciones mencionadas. En tales oportunidades se ha re-
currido a ciertos métodos que se comentan, brevísimamente, a continuación.
2do. supuesto: El método toma como índice del momento tasas referentes a
distintas generaciones de mujeres.
26
Método de Louis Henry (6)
Este método se basa en la cantidad de hijos tenidos por las mujeres que
terminaron su vida fértil, tomando en consideración las probabilidades de a-
grandamiento de las familias. El método de Henry fue empleado por Mellon
y Silvero para determinar el nivel de fecundidad dentro del período men-
cionado dando una tasa neta de reproducción inferior a la obtenida con
el método anterior.
Método de Thompson(7)
Cuadro II
27
Tasas Específicas de Fecundidad
Antes de entrar en el análisis de los datos censales del año 1972, con-
vendría traer a colación las estimaciones de las tasas de fecundidad, pues és-
tas nos servirían como elementos de comparación con las estimaciones nues-
tras.
Las tasas de fecundidad calculadas por Jorge Vidal, con una hipóte-
sis intermedia de la tendencia de dichas tasas, se presentan en el Cuadro
III.
Cuadro III
PARAGUAY: TASAS DE FECUNDIDAD POR GRUPOS DE EDADES.
1960-1985. TASAS POR MIL MUJERES.
Cuadro V
PARAGUAY: TASAS ANUALES DE FECUNDIDAD OBTENIDAS POR
EL MÉTODO DE MORTARA-LORIMER, A PARTIR DE
DATOS SUAVIZADOS POR AJUSTE GRÁFICO.
29
Como podrá apreciarse, la estructura general de la fecundidad y su
más alta cúspide (25-29 años) se asemejan a estimaciones hechas por Jor-
ge Vidal, lo que revelaría que no había ocurrido cambio significativo en el
comportamiento de la fecundidad.
Por otra parte, estas tasas anuales de fecundidad dan origen a una tasa
bruta de natalidad de 39.69 por mil. En este punto resulta interesante ha-
cer mención que esta estimación se aproxima a la realizada para el mismo
período por la Secretaría Técnica de Planificación, estimación calculada
por otro método.
Si bien las limitaciones que supone el método de Mortara, especial
mente en el sentido de la posible influencia de la emigración femenina con
patrón de fecundidad diferencial, que podría estar determinando una pro-
bable subestimación del nivel de fecundidad del país, se ha procedido a
estimarlo nuevamente utilizando el método de Thompson, procedimiento
que ha dado una tasa neta de reproducción de 2,56 superior a lo otenido
por el método anterior.
Asimismo como se ha señalado anteriormente, se optó por tomar el ni-
vel más alto de fecundidad, aceptando la composición por edad de la fe-
cundidad obtenida por el método de Mortara con una tasa neta de repro-
ducción de 2.38, pero corrigiendo dichas tasas específicas, tomando como
base la R de Thompson de 2,56. Para la estimación de la tasa neta de re-
producción por el método de Thompson se utilizó la población censada en
el año 1972 y la correspondiente al Nivel 80 de las tablas Modelo de las Na-
ciones Unidas (Manual III).
Las tasas corregidas de fecundidad por grupos quinquenales que se
observan en el Cuadro VI, originan una tasa bruta de reproducción (R') de
3,10 y una tasa bruta de natalidad de 42.73 por mil.
Cuadro VI
PARAGUAY: TASAS ANUALES DE FECUNDIDAD CORREGIDAS.
AÑO 1972. (TASA POR MIL MUJERES)
Grupos de Tasas anuales ajustadas.a Tasas anuales de fecundidad
Edad 5fx corregidas.b 5fx
15-19 126 136
20-24 240 258
25-29 300 323
30-34 - 250 269
35-39 170 69
40-44 64 183
45-49 30 32
a. Valores ]leídos en Gráfico
b. Tasas corregidas mediante la siguiente relación:
R(Thompson)
5lX^ "=. A LflA™
R(Mortara)
30
MORTALIDAD
Tal cual se ha precisado al estudiar la fecundidad, tampoco existe un
sistema de registros continuos aprovechables con relación a la mortalidad.
Así por ejemplo, durante el año 1962, en el Registro Civil ( 1) se hicieron 9.369
anotaciones de defunción, mientras que nuestra estimación de muertes para
aquel año es de 21.150, es decir, el sub-registro fue del orden del 56%. Igual-
mente se estima que el sub-registro correspondiente al año 1972 es de alre-
dedor del 50%.
Convendría aclarar que, además de ser deficiente, el sistema de registro
de eventos vitales en el Paraguay está orientado más bien a cumplir una
función administrativa que estadística, lo cual hace que su utilización cien-
tífica sea aún más dificultosa.
Tendencia de la Mortalidad: Esperanza de vida al nacer 1932-1962.
La esperanza de vida, al nacer en el Paraguay se incrementó casi 20
años en un período de 30 años (1932-1962), como podemos apreciar en el
siguiente cuadro.
Cuadro VII
PARAGUAY: ESPERANZA DE VIDA AL NACER 1932-1962
31
Por cierto, las cifras presentadas no fueron obtenidas en base a esta-
dísticas vitales, de acuerdo a lo ya señalado, sino que fue empleada la ta-
bla de mortalidad modelo desarrollada por E. Arriaga(2), que se basó
en la Teoría de la Población Estable para estimar la mortalidad de países
latinoamericnos que carecen de estadísticas oficiales confiables.
Diferenciales de Mortalidad
Empleando las probabilidades de defunción (nQx) dadas en las Tablas
de Mortalidad de Arriaga(3), se obtuvieron el número de defunciones y
las tasas de mortalidad por edad específica de los años 1950-1962. Las
cifras de 1972 fueron calculadas proyectando la tendencia perteneciente
al período 1950-1962, bajo el supuesto que el decrecimiento promedio anual
que existió a través del primer período se mantuvo constante durante el se-
gundo. El cuadro VIII nos dá las cifras así obtenidas.
Cuadro VIII
TASAS ESPECIFICAS DE MORTALIDAD POR GRUPOS DE EDAD Y
SEXO ESTIMADAS EN BASE A UNA TABLA DE MORTALIDAD
MODELO: 1950, 1962 y 1972.
1 9 5 0. A.
HO MB RE S
32
MUJERES
1 9 6 2 , B.
HO M BRE S
33
MUJ ERES
1 9 7 2 C.
H O M BRES
Población*
TOTAL 1166850 10125 8.7
0-4 185740 4109 22.1
5 - 9 183790 460 1.4
10 - 14 170040 230 2.5
15 - 19 128640 260 2.0
20 - 24 92510 265 2.9
25 - 29 72310 227 3.1
3 0 - 34 63670 209 3.3
35-39 51200 194 3.8
40-44 51390 251 4.9
45 - 49 40450 278 6.9
5 0 - E4 37000 372 10.1
55 - 59 26910 402 14.9
60-64 22660 508 22.4
65 - 69 14810 449 30.3
70 - 74 11630 581 50.0
75 y más 16830 1330 79.0
34
M U JERES
Grupos de N? estimado Tasas de morta-
Edad Población* de difuntos lidad (x 1,000)
TOTAL 1183470 9569 8.1
0 - 4 179790 3358 18.7
5 - 9 177970 420 2.4
10 - 14 157520 211 1.3
15 - 19 130010 239 1.8
20 - 24 98490 248 2.5
25 - 29 75500 214 2.8
30 - 34 65390 197 3.0
35 - 39 55990 186 3.3
40 - 44 .53510 214 4.0
45 - 49 44210 235 5.3
50-54 38430 287 7.5
,55 - 59 22190 309 11.0
60 - 6 4 25410 431 17.0
65 - 69 17770 481 27.1
70 - 74 13830 592 42.1
75 y más 21460 1947 90.7
TOTAL 235032C 19590 8.3
* Muestra del 10% de la población censada en 1972.
35
Por otra parte, puede notarse que el decrecimiento en la mortalidad
también tiende a ser mayor para las mujeres que para los hombres, como ya
se observó anteriormente (cuadro VII), y que las personas de más de se-
senta y cinco años han sido las menos favorecidas por esta tendencia.
Causas de Mortalidad
Mortalidad Comparada
37
lidad. A fin de hacer más exacta la comparación se tipificó la mortalidad
del Paraguay confrontándola con la población de los Estados Unidos, para
eliminar el efecto de la composición por edad en la diferencia entre las ta-
sas de mortalidad. La mortalidad así obtenida es de 14.4 por mil, o sea 34%
más elevada que la tasa de los Estados Unidos. En conclusión, esto indica
que la tasa bruta de mortalidad del Paraguay se vería reducida en casi el
20%, debido a la diferente composición por edad de ambas poblaciones.
38
N? de hijos
nacidos vivos
por mujer
Z T. E K 2T
BIBLIOGRAFÍA
FECUNDIDAD
M O R T A L I D A D
39
CAPITULO III
LA MIGRACIÓN EXTERNA
Relevancia
Aunque no se cuenta con estudios históricos sistemáticos referentes a los
aspectos — cuantitativos y cualitativos — de las migraciones externas en los
últimos años, se ha venido acumulando una serie importante de datos que
permiten percibir algunas de sus características más resaltantes.
Un primer aspecto de relevancia del proceso migratorio paraguayo es
el de su magnitud. La migración paraguaya ha experimentado modificacio-
nes sustantivas con relación a otras épocas, al punto que podría señalarse
este hecho como una de las características más peculiares de su evolución
histórica. El Censo Argentino de 1869, registra un total de 3.300 paragua-
yos, constituyendo en dicha época el grupo nacional minoritario entre los
procedentes de países limítrofes. En 1859, de acuerdo al Censo realizadc
dicho año, el número de paraguayos alcanza a 14.600 personas, cantidad
que asciende a 18.600 en 1914.
Conforme a estas cifras, es notorio que el volumen migratorio de los pa-
raguayos se mantiene a niveles inferiores al de los otros grupos proceden-
tes de países limítrofes a la Argentina, principal territorio de asentamiento
en la región (principalmente bolivianos, chilenos y brasileños).
Es desde mediados del presente siglo que la migración externa para-
guaya comienza a adquirir una creciente importancia. Así en 1947
siempre ateniéndonos a los datos censales — el total de paraguayos asciende
a un total de 94.000 personas. En 1960, fecha del siguiente censo, la po-
blación paraguaya estimada ya sobrepasa las 300.000 personas, en tanto que
en solo dos años — 1972/1973 — se incorporan al territorio argentino cerca
de 100.000 emigrantes de nacionalidad paraguaya.
Como puede apreciarse a través de los censos y registros mencionados,
la migración externa paraguaya no solo ha adquirido importancia por el
volumen acumulado de migrantes sino también por la regularidad que en
41
las dos últimas décadas han tenido estos desplazamientos. Esto convierte a
la migración extema en uno de los procesos de más relevancia del país, so-
bre todo teniendo en cuenta que la misma constituye solo una expresión de
los profundos impactos que ha venido experimentando el país en el orden
político, socio-económico y cultural.
En otro orden, una peculiaridad igualmente significativa del movimien-
to migratorio externo del Paraguay está relacionado con la dirección de ta-
les desplazamientos. En ese sentido es interesante recalcar, de que tanto
en el pasado como en la actualidad, la Argentina sigue siendo el área de
asentamiento preferencial de la migración paraguaya. Recién en los últi-
mos años se ha venido acrecentando la migración hacia territorio brasileño,
en tanto que la orientada hacia otros países latinoamericanos y los Estados
Unidos sigue manteniéndose a muy bajos niveles. Se estima que en el pre-
sente, de la totalidad de paraguayos residentes en el extranjero, aproxima-
damente el 9Q% está radicado en la República Argentina.
42
tivamente algunas de las cifras censales basándose más bien en los registros
de inmigración.
En el caso de Brasil, país que recién en los últimos años ha tenido ti-
na corriente emigratoria de importancia desde el Paraguay, la carencia de
datos proviene más bien de la falta de desagregación de las cantidades
correspondientes a migrantes de países limítrofes, que en relación a la in-
migración de origen europeo y asiático es muy ínfimo.
En el caso del Uruguay, la dificultad deriva directamente del hecho
de que este país no dispone de Censos desde el año 1908, en que se reali-
zó el tercer Censo Nacional de Población y las registros existentes no ofre-
cen datos directos sobre la inmigración paraguaya asentada en el país.
Total de la N? de Acumulación
Período emigración Años promedio /anual
1895/1914 14.430 19 759
1915/1947 65.256 32 1.977
1948/1960 62.021 12_ 4.770
Fuentes: Censos de la República Argentina. 1914, 1947 y 1960.
Aún cuando las cifras absolutas que se mencionan son muy restringidas
en razón al fenómeno mencionado de sub-enumeración, es bastante suges-
tivo en cuanto a revelar la tendencia de expansión creciente de la inmigra-
ción paraguaya en los diferentes períodos consignados. Aquí debe seña-
larse que — de acuerdo a las estimaciones realizadas en base a los registros
de inmigración — en el período 1961/1970, el promedio para el período
asciende a más aún, solo en el bienio 1972/1973, el saldo migratorio fue de
89.464 personas.
El total de la población paraguaya residente en la Argentina según el
Censo Argentino de 1960 es de 155.269 personas. Esta cantidad, así como
las registradas en los otros censos, ha sido muy cuestionada por las limitacio-
nes — variables para cada censo en particular — de su cubertura. De allí
que se lo utilice como una mera referencia, con la reserva de constituir
una cifra que sub-enumera la cantidad real de emigrantes paraguayos.
Dadas las dificultades que presentan las cifras censales — particular-
mente en términos de su cubertura — se han elaborado estimaciones diver-
sas, tendientes a establecer cifras más aproximadas de la población paragua-
44
ya inmigrante. Precisamente a este criterio responde el esfuerzo de cuan-
tificación que ha realizado la Dirección de Migraciones de la República
Argentina.
Las estimaciones de esta oficina utiliza dos categorías de datos para
la determinación del volumen migratorio: primero, la cantidad de residen-
tes paraguayos registrada, en el Censo Argentino de 1960, y, segundo, la
suma de los saldos migratorios anuales correspondiente al período 1961/1970.
En base a este criterio, en 1970, el número estimado de inmigrantes para-
guayos sumaría un total de 358.762 personas, resultante de la siguiente
agregación:
Tendencia migratoria
45
Cuadro I
46
Estructura por edad de los emigrantes
CUADRO 11
Bolivia 30.6
Brasil 43.2
Paraguay 34.3
Chile 33.3
Uruguay 51.2
Total limítrofe 36.3
Fuente: Oficina Sectorial de Desarrollo de Recursos Humanos.
''La Inmigración desde países limítrofes a la Argentina". Buenos Aires, 1973.
47
CUADRO III
ESTRUCTURA POR GRUPOS DE EDAD DE LOS MIGRANTES PA-
RAGUAYOS RESIDENTES EN LA ARGENTINA EN 1960 Y DE LA
PORLACION RADICADA EN EL PARAGUAY
Cuadro IV
50
•cq p co cq i n CO
o4
I •* CD
t- i—i i
¡SSô
oí OÍ
in
3
00 CO
Oí
QO r-j CD O> CD co
CM r^ o O en
si
1914
Canti dad
i
Oí
iS i 4!S
esiw t-CO IÓ OÍ
i
IO C-* O CO 00 oí
%
05 cd vi aó C35
8 S
1895
Gantidad
00
u
T3
S-
"3
.2
>—!
Q
I: I
Regio:
1§. §
s°
51
CAPITULO IV
COMPOSICIÓN POBLACIONAL
LA POBLACIÓN SEGÚN EL SEXO Y LA EDAD
53
mentó, bástenos dejar constancia de la trascendencia del problema a ser
dilucidado.
¿Cuáles serían los fenómenos que podrían ser calificados como estruc-
turales, o, por lo menos, como observables en períodos de tiempo más lar-
gos que los atribuibles a los hechos señalados? Existe uno que sin lugar a
dudas estaría reuniendo las características necesarias: la migración externa.
Al respecto, sin inmiscuirse en la evaluación exhaustiva de estas variables
(véase: Capítulo III), salta a la vista la notable disminución de las mujeres
que en 1972 estaban incluidas en el grupo de 25 a 29 años (Figura 3), las
mismas que en 1962 pertenecían al grupo de 15 a 19 años y que entonces
aún no ofrecían semejante retracción (Figura 2). En este supuesto, la in-
terpretación más aceptable parece consistir en relacionar dicho fenómeno
con la migración selectiva de las mujeres de este grupo de edad al extran-
jero.
En cuanto a la proporción existente entre ambos sexos, la tendencia
verificada en las dos décadas pasadas apunta a un paulatino aumento de lá
razón de masculinidad. Por cierto, si en 1950 el índice arrojaba un valor de
95.6, en 1962 ascendía a 96.7 y en 1972 llegaba a 98.6. ¿Cuáles serían los
factores básicos que estarían influyendo en la definición de la mencionada
tendencia? Situando el análisis a nivel de todo el país, un indicador de pri-
mer orden puede ser la progresión del índice de masculinidad operada des-
de 1962 a 1972 en la zona rural (101.5 y 104.6); progresión que, compara-
tivamente —dentro del mismo período de tiempo—, ha sido más marcada
que la habida en la zona urbana (1962: 88.5 y 1972: 89.4). El indicador en
cuestión estaría reflejando gruesamente los movimientos migratorios que
han tenido por escenario a las diverasas zonas rurales del país. En otra par-
te se analizará la migración selectiva por zonas y por sexo y entonces se
comprobará que el sexo masculino es el que prima en las zonas rurales de
destino (véase "Migraciones internas"). Una vez individualizada la zona
donde el índice de masculinidad ha demostrado el avance más substantivo, la
variable básica parece consistir en la emigración de las mujeres al extranjero,
cuya magnitud, en un sentido, adquiere connotación de selectividad en los
términos ya mencionados, y que, en otro, a más de originarse en la deno-
minada zona urbana, en los últimos años tiene también su punto de par-
tida en la zona rural, para que de esta forma pueda ser realidad la clásica
modalidad de la migración rural /urbana, aunque esta vez no al interior
de un pais sino en el escenario de la propia migración internacional.
Años
Grupos 1950 1962 1972
de edad % % %
EÏ estado conyugal
55
Figura 1
ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN POR SEXO Y EDAD. 1950
HOMBRES MUJERES
56
Figura 2
ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN POR SEXO Y EDAD. 1962
HOMBRES
7
To-x*
6S-C9
ÍO-f,
95-7»
ï MUJERES
JO-«
fr
«-»
50-34
i
f -\
JS: ZO-M
J
15-19 v
: k.
_
f
K 1, ^ .r
10- H
5-S
r 4.
-i
sdñ
0-4
1 I
«O 20 o o •"« so 8« 100 ' "M KO Ut> i II
(En miles)
57
Figura 3
HOMBRES MUJERES
(En miles)
58
Cuadro II
PARAGUAY: COMPOSICIÓN ABSOLUTA Y PORCENTUAL DE LA PO-
BLACIÓN DE 15 Y MAS AÑOS DE EDAD, SEGÚN ESTA-
DO CONYUGAL Y SEXO.
AÑOS 1950, 1962 Y 1972.
59
prende, en buena medida, porqué las uniones consensúales continúan man-
teniendo su importancia relativa.
Igualmente el censo de 1972 demuestra que la razón de unidos a
casados es más elevada en las edades jóvenes; así, de cada tres cónyuges
de 15 a 19 años uno era unido. La proporción se mantiene a un nivel bas-
tante alto hasta el grupo de 25 a 29 años (40.9 por cada 100 casados). En
consecuencia, el comportamiento resulta perfectamente definido: a mayo-
res edades, mayor es la tendencia a contraer matrimonio legítimo. Finalmen-
te, como una muestra de que las distintas situaciones socio-culturales pue-
dan condicionar ciertos márgenes de diferenciación, en atención a las áreas
de asentamiento poblacional, se trae a colación que la proporción entre
unidos y casados es superior en la zona urbana que en la rural para el grupo
de edad de 15 a 19 años; recién a partir de este límite emerge la supremacía
de la zona rural. Posibilitan las condiciones sociales y culturales de las ciu-
dades un más fácil acceso a las uniones libres por parte de los jóvenes?
Por lo demás, no surge ninguna peculiaridad en cuanto a la categoría
de viudos, ya que en ésta la supremacía de las mujeres es indubitable.
Por último, la débil significación cuantitativa de los divorciados, está
asimismo, en consonancia con lo observado en otros países latinoamerica-
nos, especialmente en aquellos donde esta alternativa del estado conyugal
aún es resistida hasta el presente.
INSTRUCCIÓN
Analffbetismo
60
Cuadro III
PARAGUAY: ANALFABETISMO POR 100 HABITANTES EN
CUATRO GRUPOS DE EDADES. 1950, 1962, 1972.
Figura 4
POBLACIÓN DE ANALFABETOS POR GRUPOS DE EDAD.
1950, 1962 y 1972
*1
j
1 i 1 i 1 r
61
En relación al sexo, existe una mayor proporción de mujeres analfabe-
tas que hombres, sobre todo en las edades adultas de 35 años en adelante.
En el tramo de edad más joven de 10 a 14 años, el sexo femenino arroja una
cifra menor que el sexo masculino; la inferencia es que — a pesar de ser el
cumplimiento de cierta edad un requisito obligatorio para asistir a los insti-
tutos de enseñanza primaria — los hijos varones entran a la escuela más tar-
díamente, debido a la ayuda que deben prestar en las tareas familiares en
las zonas rurales. En cambio, a partir de los 15 años ya va aumentando el
nivel de analfabetismo de la población femenina, como puede observarse
en el siguiente Cuadro:
Cuadro IV
PARAGUAY: ANALFABETOS POR CADA 100 HABITANTES DE 10
AÑOS Y MAS, POR SEXO Y EDAD. 1972.
Grupos de
edad 10-14 15-19 20-24 25-34 35-44 45-54 55-64 65 y más
Años años años años años años años años años
Varones 19.1 7.9 8.9 11.9 16.8 20.8 25.1 31.7
Mujeres 15.4 10.3 13.5 18.1 28.3 37.8 49.6 74.8
Fuente: Dirección Nacional de Estadística y Censos. Censo de Población y Vivienda
1972.
Crecimiento relativo de la matrícula escolar
Considerando el crecimiento relativo de la matrícula escolar con res-
pecto a la población total del país de 5 a 14 años de edad correspondiente
a los tres últimos censos, 1950, 1962 y 1972, encontramos que en el período
de tiempo del 50 al 62 ha habido un incremento del 54% al 63% de "cuber-
tura" o penetración del sistema educativo primario en la población total
del país.
Cuadro V
PARAGUAY: CRECIMIENTO RELATIVO DE LA MATRICULA
ESCOLAR. 1950-1972.
Año Matrícula Población de Matr. relativo anual
5-14 años % Pob. Tasa incremento
(%)
1950 195.607 363.700 53.78
1.36
1962 327.059 522.804 62.56
0.40
1972 448.153 689.320 65.01
Fuente: Dirección Nacional de Estadística y Censos. Censos de Población y Vi.
vienda, .1950, 1962 y 1972.
62
Es preciso aclarar en este punto que en la población escolar se inclu-
yen niños de 13 y 14 años que teóricamente ya podrían cursar el nivel se-
cundario; pero los consideramos, como pertenecientes al nivel primario pa-
ra los fines de éste análisis.
En el período 62 al 72, el incremento aumenta del 63% al 65%, siendo
este crecimiento menor que en el período anterior. Con respecto a la tasa
de incremento relativo anual, como puede observarse en el Cuadro ante-
rior, se dio un incremento de 1.36% para el primer período y de 0.40% para
el segundo período.
63
o h ö
o Î8 8
g
IE
<0 « o 00 fe ®
S IS
IÍ
iß CO O
'I
o
S co
8 o
oí
IES
I £35
O5
oo oo co
IÏ CO
s
i CO
1—1
in
S3 5?
rf
I I 3 8 8
IS
8
I I Sí S
« oo 00 eo
o
S S3
11
I
3 ce
o
64
Rendimiento del sistema educativo
Figura 5
«y«
100'
70"
eo-
65
' O •© C35 CX>
gl
g PS S
co co as
.37
i—r
co ai cq
S.Sb CD wS
,—|
co 3 cq
co
PS
C O
Z •1 « •S
CO 1>
8 PS'o
CS)
o'
CO
1
12 T3
O3
CO
o
O
•*
g ^
CO
2 CO
co
t-
o
H-1 bo
CO
d
as 00
*3
o o CO
co co
S cq 5
o M _ bO
ft
bo a> I CO. CO CD
CO
0>
CD
W
ci CO OÍ
co cq co
o ^I
bO o5
CD
i> cq
35.
cq ©
z
©
CD S O
2 3I
87.
bJD
t É
•3
S ^ © 00 p
D ni t^. CD
U CD-
<! S 8
U
cd
Ü
: S' ci
66
Obviamente, los resultados difieren notablemente para áreas urbanas
y áreas rurales y basta compararlas para ofrecer una idea de la magnitud
de tales diferencias.. A pesar de las deformaciones que da lugar la mera
comparación de matrículas del primer grado en relación al último por e-
fectos del crecimiento demográfico, tasas diferenciales de repetición, mor-
talidad, etc., las distancias entre los distintos resultados son muy significa-
tivas. . : . . • • •
Como puede observarse también se da una diferencia muy notable en-
tre el rendimiento del sistema educativo en el área urbana 35.0% y el área
rural con 11.9%, así como los porcentajes de matriculados en ambas áreas
a partir del cuarto grado. Tomando los matriculados en ambas matrículas
de cuarto grado en adelante, 70.0% • para la zona urbana y 32.3% para la
zona rural. La retención de la matrícula total del nivel primario del país
es de 48.7% para el área rural y el 14.0% para el rural.
67;
W
SS
S3 §3
& 8
Sï ^
1
en
2:
CO
8 3 S
si si sí
8" fe Î8
49.
S
o
cd •a
PS o 3 s
g g
c? ^ « 8 S
s â si a
z
§ S 2
CD CD O)
I §8
o
fe
ö
CD
00
00
Iß
I
I 3 $
le»
l!
00
Z o ob
u
z
H-1 si
I
S ¡s «j a S
od co t> od ai « II
©q rH
!!
ES ES
Ü
^ s
CO I!
8 ^ 8 38 . S,
'S
En general no se observan diferencias muy marcadas con respecto a las
cifras según sexo —en ambos períodos de tiempo— con la excepción del tra-
mo de edad comprendido entre 11 y 14 años, bajo la categoría de "trabaja".
Teniendo en cuenta que aproximadamente en dichas edades los niños, prove-
nientes de hogares con escasos recursos económicos, se incorporan en al-
gunos casos al trabajo familiar en las áreas rurales y al mercado ocupacio-
nal en otros, se observa que en 1962 era de 23.87% para el sexo masculino, y
12.91;% para el femenino entre los 13 y 14 años de edad. En 1972 la dife-
rencia más notable se da en el tramo de edad anterior —15.11;% para el
sexo masculino y 6.10% para el femenino—.
Son innumerables las causas de orden extra-institucional que inciden
en el gran porcentaje de inasistentes a la escuela primaria, entre ellas, se
puede citar: a) una excesiva dispersión de la población rural; b) las preca~
rías condiciones de salud y nutrición; c) exiguo ingreso económico fami-
liar; d) la disociación familiar y otros problemas derivados de los valores
sociales y culturales. A pesar de una cierta mejora del sistema educativo,
es conveniente tener presente el gran crecimiento poblacional.
Obviamente la situación se torna más grave si analizamos según el área
de residencia en sus categorías de urbana-rural, pero lamentablemente es im-
posible debido a la no comparabilidad de los datos pertenecientes a los censos
3e 1962 y 1972. Sin embargo, podemos obtener una idea aproximada de la
gravedad de la situación, si observamos el Cuadro de la inasistencia escolar
según sexo, edad y localización urbana-rural correspondiente al censo de
1972 (Cuadro IX).
En el tramo de edad de 11 a 12 años, los varones alcanzan un 85.71%
de inasistencia escolar en el sector rural, mientras que en el urbano sólo lle-
gan a 14.29%. Además de las causas mencionadas anteriormente como facto~
res de pérdida de matrícula del sistema educativo, es justamente desde esta
edad en que los niños comienzan a incorporarse al trabajo familiar en la ex-
plotación rural. Esta diferencia disminuye en las cifras correspondientes al
sexo femenino del área urbana en el grupo de los 13 y 14 años de edad, mo-
mento en que se inicia la migración a fin de su incorporación, en su mayoría,
al sector de empleadas domésticas en los centros urbanos.
Cuadro XI
70
CAPITULO V •
DENSIDAD .
Cuadro I
DISTRIBUCIÓN DE PAÍSES LATINOAMERICANOS SEGÚN SU
DENSIDAD DE POBLACIÓN
Bolivia : • •'. ;
. o ay menos
• 6 10 Paraguay y Argentina ...
11 a 25 Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Nicaragua,
Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela
26 a 50 Costa Rica y México
51 a 100 Cuba, Rea. Dominicana y Guatemala ;
Más ' de 100 Barbados,' El Salvador, Haití, Jamaica y Trinidad-Tobago
Fuente: Clasificación elaborada por el CPES en base a datos del Instituto Interame-
ricano de Estadstica. Washington 1972. . • ... •• . •
71
Cuadro Jl
PARAGUAY: DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN AÑO
1950, 1962 y 1972*
n
Densidad Global y Distribución Interna
Aunque los valores globales de densidad poblacional permite un nivel
de comparación de la relación población-territorio, son conocidas sus limi-
taciones como elementos indicadores de las formas internas de distribución
de la población de cada país en su respectivo espacio físico. El caso particular
de Paraguay es muy adecuado para ilustrar tales limitaciones, en razón a la
irregular distribución de la población. El Cuadro II ofrece un panorama de
la distribución espacial de la población del Paraguay en 1950, 1962 y 1972,
según las nuevas regiones en que ha sido dividido el país(l).
Como puede apreciarse, en líneas generales todavía se mantiene la forma
tradicional de distribución espacial de la población y cuyas características
se expuso anteriormente. Esto es el escaso volumen de la población asentada
en la Región Occidental o Chaco y la alta concentración de la población en
la Zona Central de la Región Oriental, cuyo centro es la capital del país.
Sin embargo, puede decirse que la configuración espacial mencionada
está experimentando cierto cambio en particular debido a los desplazamien-
tos — por migraciones internas y desde el exterior — hacia los Departamentos
fronterizos al Brasil, como Amambay, Alto Paraná y Caaguazú(2).
73
Figura N? 1
Boquerón
410ENTIN A
kuilisiw: :-c!^.<'-':ií:•,-•.-.
74
aproximadamente el 10% de la población total del país. Este incremento es
en parte resultado de recientes programas de colonización en el llamado Eje
Norte-
Región Central: Es la Región más altamente densificada desde la época
colonial. Es una región de predominante actividad agrícola y con una cre-
cida proporción de propiedad minifundiaria. Su centro de gravitación es la
capital con la que representa cerca del 60% de la población total del país
en una superficie aproximada de 29.000 km2 (7.1% de la superficie total
del país).
Región de Misiones: Antigua zona ganadera en el sur de la región orien-
tal. Su densidad ha tenido un ligero incremento sobre el valor medio nacio-
nal en el período 1950/1972. Su ubicación y características económicas ha-
cen que la región cuente con una fuerza de trabajo muy ligada al trabajo es-
tacional en la Rea. Argentina (braceros), en los períodos de cosecha princi-
palmente en las Provincias de Misiones (Argentina), Chaco y Formosa.
Región de Itapúa: Es la zona más antigua de colonización extranjera
del país habiendo desarrollado una próspera actividad de tipo agrícola-ga-
nadero de mediano tamaño, su ubicación frente a la Provincia de Misiones,
Argentina, constituye un factor de dinamización adicional muy importante,
sobre todo en la última década.
Región de Canendiyú: Es la zona donde han sido promovidos impor-
tantes programas de colonización, y, últimamente — en razón al proyecto de
construcción de la Central Hidroeléctrica de Itaipú — centro de una masiva
corriente de migración desde regiones interiores del país v desde el exterior.
75
era ligeramente superior que la habida en 1950 e igualmente mayor, esta
vez de modo más perceptible, que la hallada en 1972. Tendencialmente las
medidas apuntan a una mayor concentración desde 1950 a 1962 y a una des-
concentración desde 1962 a 1972. Todo ello, analizando el problema en su
conjunto. Esta misma qonckisión podrá obtenerse observando las áreas
sombreadas de las curvas de Lorenz respectivas. (Figuras 2, 3 y 4).
La conclusión propuesta debe ser correlacionada con la conformación
de la distribución espacial tal cua Ifué plasmándose en el transcurso de es-
tos 22 años, de acuerdo a lo ya señalado al estudiar la densidad y en consi-
deración a los cambios producidos en este sentido al interior de las Regiones
y de los Departamentos (véase "Migraciones internas"). Si la concentra-
ción ha sido más elevada en 1962 significaría que en aquel año la población
del país estaba asentada con preferencia en los Distritos de menor dimen-
sión espacial.
Ahora bien, tal afirmación debe ser matizada. El coeficiente de Gini
permite la comparación de los porcentajes de la población con los de la su-
perficie, definidos en base a una escala organizada de mayor a menor den-
sidad (habitantes por km2).
Por cierto, en 1972 los Distritos de 500 y más habitantes por Icm2 con-
tenían el 20% de la población de la Región Oriental, población que estaba
asentada en menos de l°/o sobre el total de km2. Esta relación es mayor que
la verificada en 1962 (18% de población y el mismo % de km2. ) y en 1950
(16% de población a igual % de Icm2). Esta proporción se mantiene para
los Distritos de 200 a 500 y de 140 a 200 habitantes por km2. La concen-
tración, sin embargo, es favorable al año 1962 en los Distritos con densida-
des intermedias; concretamente ello ocurre en los intervalos de 100 a 140,
de 60 a 100 y de 20 a 40 habitantes por km2.
Se conoce que los Distritos con tales densidades pertenecen a los De-
partamentos de la Región Central, específicamente: Cordillera, Guaira, Pa-
raguarí y Central excluyendo a Caazapá. Con ello se confirma que la
pérdida de la relativa importancia de estos Distritos en lo atingente a la con-
centración tiene su explicación fundamental en una de las tendencias bási-
cas de la distribución espacial tal cual ha ocurrido en el transcurso de las
dos últimas décadas, más notoriamente en la década del 60.
Es decir, mientras que en los Departamentos de-la Región Central han
disminuido marcadamente los ritmos de sus concentraciones demográficas
(véase Cuadro II), como consecuencia de las corrientes migratorias (in-
ternas y externas) originadas primoídialmente en la misma, los Departa-
mentos de otras Regiones han poseído avances más pronunciados, como ha
acontecido precisamente con los Departamentos de la Región de Canen-
diyú (Caaguazú, Amambay y Alto Paraná). Esto es: la concentración últi-
mamente tiende a aumentar en aquellos Distritos de preferente asenta-
76
CURVAS DE LORENZ: CONCENTRACIÓN DE LA POBLACIÓN (RE-
GION OCCIDENTAL). AÑOS 1950, 1962 y 1972
Figura N? 2 19.50
60 10 $0 »O 100
POBLACIÓN %
Figura N? 3 1962
POBLACIÓN
1972
Q) Estos han sido definidos a partir del crecimiento intercensal de toda la pobla-
ción, que para este período ha sido de 37%.
(2) Véase su significado conceptual en la nota al pié del Cuadro III. Lo mismo debe
hacerse con relación a las demás conceptualizaciones.
79
Cuadro III
PARAGUAY: INDICE DE CRECIMIENTO POR DISTRITO. PERIODO
1950-1962.
80
Parecida distribución se observa en la Región de Misiones, en la que
gran parte de los Distritos están comprendidos en el rango de "bajo de-
crecimiento relativo", a. pesar de que los correspondientes al Departamen-
to de Ñeembucú han acreditado mayoritariamente el rango de "alto decre-
cimiento relativo". ......
En la Región Norte están situados la mitad de los Distritos con "alto cre-
cimiento relativo". De esta forma, ya la década del 50 algunas zonas de es-
ta Región se convierten en puntos de destino migratorio prioritario, pues
entonces comienzan a ser instalados los centros de colonización en los Depar-
tamentos de San Pedro y de Caaguazú y ciertos centros urbanos empiezan
a crecer a ritmos inusitados, constituyendo Pedro Juan Caballero el fenó-
meno más notable.
81
al Sur de dicho Departamento (Irala y Ñacunday) aparecen situaciones
de decrecimiento absoluto, o lo que es igual, de éxodo. No obstante, pare-
ciera ser que tales situaciones solamente han operado coyunturalmente, pues
las mismas desaparecen en la década siguiente para dar salida a un crecimien-
to demográfico, esta vez de todo el Departamento, bajo el imperio de las cir-
custancias reinantes en los últimos años.
S2
Cuadro IV
Caaguazú 7 1 10
Amambay 2 1 — 3
Alto Paraná 3 3
1
R. Itapúa
Itapúa 4 1 2 4 11
R. Chaco
Pte. Hayes 1 — — — 1
Boquerón 1 1
Olimpo 1 1
33 11 27 51 20 142
Fuentes: Censo de 1962 y 1972 — Ciíras provisionales
• Se ha mantenido la división por distritos del período anterior a efectos de com-
parabilidad.
** Rango 1: Crecimiento de 45% y más en el período
Rango 2: Crecimiento de 30% a 45% en el periodo
Rango 3: Crecimiento de 15% a 30% en el período
Rango 4: Crecimiento de 0% a 15% en el período
Rango 5: Crecimiento por debajo del punto porcentual mínimo anterior.
Nota: A cada rango corresponde la misma conceptualización presentada al pie
cuadro precedente.
S3
En este orden, podrá observarse el número creciente de los Distritos con
"decrecimiento absoluto", es decir, que se están convixtíendo en áreas que
desde la perspectiva migratoria deben ser calificadas de éxodo. En dicha lí-
nea se hallan especialmente los Departamentos dé la Región Central, dis-
tinguiéndose el de la Cordillera ya que 7(1) de sus Distritos ocupan aquel
rango. A este estado de cosas se aproxima asimismo el Departamento de Pa-
raguarí, pues 5 (2) de sus 16 Distritos cuentan con "decrecimiento absoluto".
De esta.forma, se constata que, en la última década los mecanismos de ex-
pulsión han ido' emergiendo con mayor fuerza, justamente, en aquellas zonas
agrícolas cuyas condiciones de retención se han encontrado más indefensas
ante la actual coyuntura por la que atraviesa la estructura económica y so-
cio-cultural del país.
En conexión con el fenómeno anterior, los Distritos con más "alto cre-
cimiento relativo" se han ido engrosando cuantitativamente, tal cual se de-
duce del Cuadro IV. Tal hecho no siempre estaría implicando el trasvase
migratorio entre puntos de origen y de destino, ya que habría que consi-
derar, por un lado, la emigración al extranjero y, por otro, la inmigración
procedente de otro país, según se tuvo oportunidad de examinar ("Migra-
ción externa") y se tendrá ocasión de hacerlo en páginas sucesivas ('"Las
tendencias más recientes..."). Una vez controladas estas variables, es evi-
dente que una buena parte de las corrientes migratorias internas se inician
y se terminan en tales Distritos.
1) Los 7 que entre 1962 y 1972 han visto disminuida su población absoluta son: Arro-
yos y Esteros, Caraguatay, Santa Elena, Isla Pucú^ Valenzuela, Piribebuy y lro.
de marzo. ' . . - . .
(2) Estos son: Roque González, Ybytimí, Caballero, Sapucai y Escobar.
(3) Así también se ha de proceder al estudiar "las últimas tendencias de la. migra-
ción interna", intentando en esta circunstancia enfatizar éstas con relación a las
que se dieron en la primera mitad de este siglo.
84
RANGO DE ABSOLUTO DECRECIMIENTO RELATIVO
1962 - 1972 (POR DISTRITO)
Figura N? 5
85
RANGO DE ALTO DECRECIMIENTO RELATIVO:
1962-1972 (POR DISTRITO)
Figura N? 6
86
RANGO DE BAJO DECRECIMIENTO RELATIVO:
1962-1972 (POR DISTRITO)
Figura N? 7
87
RANGO DE BAJO DECRECIMIENTO RELATIVO
1962-1972 (POR DISTRITO)
Figura N° 8
RANGO DE ALTO DECRECIMIENTO RELATIVO:
1962-1972 (POR DISTRITO)
Figura N? 9
DISTRIBUCIÓN URBANA Y RURAL
El País.
Cuadro V
Años
Zonas 1950 1962 1972
Total % Total % Total %
(1) Se advierte que esta proposición está formulada en atención a la "inierencia"' que
los datos censales estarían posibilitando deducir de forma que la misma está
sujeta a los sesgos que dichos datos poseen desde el punto de vista conceptual y
pragmático. Este problema se analizará posteriormente.
90
Cuadro VI
PARAGUAY: POBLACIONES URBANA Y RURAL: CRECIMIENTO IN-
v ••••-'•. '• TERCENSAL • . . . . . .
(tasas de crecimiento promedio anual)
Población y Sexo
Períodos Población Urbana Población Rural
intercensales
AS H M AS H M
1950/1962 2.95 2.92 2.98 2.49 2.60 2.39
1962/1972 3.13 3.24 3.05 2.42 2.56 2.24
Fuentes: Censos de 1950, 1962 y 1972 — Cifras provisionales.
(1) Se aclara que para calcular la tasa correspondiente a este período sé han c'on-
- siderado los meses exactos en que fueron levantados lös censos de tal forma .que
•el mismo no comprende los 10 años justos, sino 9 anos y 9 meses.
(2) También, la selectividad de- la migración femenina interna a Asunción ' parece
perder la significación que tuviera en décadas anteriores, especialmente si el
análisis se refiere al quinquenio 1967/72 (Véase: ''Migraciones internas").'
91
"que habita en ciudades o pueblos, cabeceras de Departamentos y Distri-
tos, sin tomar en cuenta el volumen demográfico", unas veces por disposicio-
nes administrativas, y otras por arbitrios prácticos en el momento de le-
vantar los censos, se han introducido modificaciones respecto del perímetro
territorial base de asentamiento de la población urbana — el denominado
"casco urbano"— expediente que, en algunas situaciones, condujo a la asi-
milación de la población rural a la urbana; medidas que, en suma, vienen
a incidir en la confiabilidad de los datos, y, en consecuencia, en los requi-
sitos de la comparabilidad entre éstos, de un censo a otro(l).
La distribución regional-
(1) Por cierto, en virtud de la disjtosicion jurídica, en ocasión del levantamiento del
Censo de 1972, las poblaciones rurales de Fernando de la Mora y de Lambaré —
situadas de hecho en la zona del Gran Asuncón — fueron asimiladas a las poblacio-
nes urbanas. Citando a Lambaré, a manera de ejemplo, cabria señalar que en
1950 su población rural ascendía al 8Q% sobre el total y en 1962 al 60%. En cuan-
to a los arbitrios pragmáticos, está el caso de Pilar — situada al Sur de la Re.
gión Oriental en la frontera con la Argentina — donde en 1972 fue incluido como
población urbana todo un poblado que por los dos censos anteriores fue consi-
derado como población rural.
92
PS S <N in
g s ^ t¿
•* Tf o e»
i 3 S S S
OÍ S; S S S
O 1Ss
en
W
Z CO O) lO co O CO »O
O
o ^ S S I § f: i
w CO
ci
g S g g S S
| CO CD r-i
t- r-î
00 CÔ t^
'I Ê5
«3 s i CD 4)
O
S
Ü
22
•*#
os
r-t
o
—i
ri
Sî
t~! C0 ï^; «5
pq OÍ
1—1
00 s s s d
00 ¡-H i—I !
S3 _ Sß T3
s
§
s ion
pita
cd
I
rte
±)
I
tal
o cd o <u cd
H U U U
93
El proceso es diferente en el supuesto de Canendiyú. La población
rural de esta región representaba el 77.97;% en 1950, en 1962 la proporción
asciende al 81.02%, para luego descender al 79.21% en 1972. Ello daría
pié para pensar que se está en presencia de un proceso hasta cierto punto
contradictorio, sin entrar a considerar los factores metodológicos invalidan-
tes mencionados más arriba.
Los planteamientos anteriores adquieren sentido más nítido toda vez
que el análisis sea formulado desde la perspectiva diacrónica. Limitándonos
a las Regiones Central y Canendiyú (1), las tasas de crecimiento de las po-
blaciones urbana y rural de cada uno de los Departamentos integrantes de
las mismas posibilitan una caracterización más acabada de las tendencias
regionales-
Así, en la Región Central los Departamentos ofrecen ritmos de creci-
miento (o de decrecimiento) diferenciales, ya sea comparando las tenden-
cias de cada uno respecto a los períodos intercensales, como haciendo la
comparación de todos entre sí al interior de cada uno de tales períodos. En
este último sentido, mientras en los Departamentos Central y Cordillera
son las poblaciones urbanas las que más crecen en ambos períodos intercen-
sales, en los Departamentos de Paraguarí, Guaira y Caazapá, con la excep-
ción de este último para el período 1950/62, ocurre el proceso inverso. En
el primer sentido comparativo, resulta evidente que las tasas entrañan rit-
mos igualmente diferenciales de un período intercensal a otro para cada
uno de los Departamentos, tanto en el supuesto de que se mantengan las
tendencias de primacía de crecimiento (o decrecimiento) de una población
sobre otra, como en el supuesto ya mencionado de Caazapá en que la ten-
dencia, del mayor crecimiento pasa de la población urbana a la rural, tal
cual lo demuestran lös valores del Cuadro VIII.
(1) Se excluye a Misiones, porque los dos Departamentos que la integran — Misiones
y Ñeembucú — ofrecen comportamientos notablemente regulares en el transcur-
so de ambos períodos intercensales," en el sentido de un mayor crecimiento rela-
tivo de la población urbana. Igualmente^ se excluye al Chaco en consideración
a su escasa importancia demográfica, y por la razón de que los cambios de con.
ceptualizaeión de las categorías censales los datos no son del todo confiables,
sin perjuicio de señalar que probablemente el factor explicativo principal sea
la emigración de la población rural. Esta hipótesis debería formularse igual-
mente para la Región de Misiones.
94
Cuadro VIII
REGION CENTRAL: TASAS DE CRECIMIENTO PROMEDIO ANUAL
Poblaciones
De- 1950/62 1962/72 1950/62 1962/72
partamentos Urbana Rural
% % % % •
Cuadro IX
REGION CANENDIYU: TASAS DE CRECIMIENTO PROMEDIO ANUAL
Poblaciones
De- 1950/62 1962/72 1950/62 1962/72
partamentos Urbana Rural
% % % %
Caaguazú 2.84 5.67 5.18 5.62
Amambay • • 7.13 7.01 4.65 6.67
Alto Paraná 0.0 23-27 9.32 . 11.35
Fuentes: Censos de 1950, 1962 y 1972 —Cifras provisionales—.
95
por las tasas de crecimiento. Específicamente, aparte de ciertos condicio-
namientos demográficos — fecundidad y mortalidad — que hayan podido
influir en la dinámica de la distribución espacial de las poblaciones urbana
y rural, existen otros que son sociológicos, unas veces conectados con los
anteriores — migraciones —, y otras que constituyen los factores objetivos
condicionantes de la misma —la conformación, y funcionamiento de la es-
tructura socip-económica—, sin olvidar que también existen condiciona-
miento de orden político. En base a este planteamiento teórico es cuando
las diferenciaciones ínter e interrégionales debieran ser explicadas.
Remitiéndonos a los desarrollos concretos de tales condicionamientos
en este mismo capítulo o en otros de este estudio, acerca del problema plan-
teado cabría señalar que las diferenciaciones precedentemente anotadas in-
ducen a la conclusión que por debajo de la aparente regularidad de las ten-
dencias demográficas actúan procesos que hacen que éstas al interior de uña
región determinada adquieran caracteres dinámicos y contradictorios.
En esta perspectiva, parece evidente que el peso del crecimiento ur-
banístico de la Región Central se debe a los muy significativos porcentajes
de crecimiento anual perteneciente al Departamento del mismo nombre
(véase Cuadro VIII) en ambos períodos intercensales. Y ello, por que en las
dos últimas décadas los centros urbanos cercanos a la capital, (Lambaré,
Femado de la Mora y San Lorenzo) han experimentado crecimientos real-
mente considerables. Contrariamente, las tendencias de decrecimiento ne-
gativo de las poblaciones urbanas de los Departamentos de Paraguarí, Guai-
ra y Caazapá, especialmente en el período 1962/72 (-0.80%, 0.81% y -0.67%
respectivamente), están demostrando que en los mismos están localizados
los centros poblacionales con más alto grado de expulsión migratoria. Todo
lo anterior debe ser relacionado con el hecho de que justamente esta Región
"in totum" es la más importante zona de expulsión migratoria de la población
rural, según se tuvo ocasión de enfatizar más arriba ("Evolución demográ-
fica. • .") y según lo expresan las cifras del Cuadro VIII.
Por otra parte, a fin de completar las características de todas las Regiones
definidas en el Cuadro VII son las Regiones Nortè e Itapúa las que demues-
tran un aumento porcentual de la población rural más elevada respecto de
la urbana en el período 1962/72. De nuevo estamos ante tendencias dife-
renciales, y, por consiguiente, ante procesos, sino estrictamente demográ-
ficos, por lo menos sociales, definidos por circunstancias históricas concretas.
Cunero X
REGIONES NORTE E ITAPUA: TASAS DE CRECIMIENTO
PROMEDIO ANUAL
Poblaciones
Regiones
y Departa- Urbana % Rural ' %
mentos. 19.50/62 1962/72 1950/62 1962/72
I. H. Norte
Concepción 3.23 -0.46 2.42 3.68
San Pedro 2.41 1.90 3.12 4.77
II. R. ltapúa 3.13 1.26 2.31 3.76
Fuentes: Censos de 1950, 1962 y 1972 —Cifras provisionales—.
(1) Relativo, con relación a la tasa promedio anual del período intercensal preceden-
te. Esta aclaración, asimismo, es pertinente para todos los demás casos en los
que en este Capítulo fuera usado el término "decrecimiento" siempre que no
explique que no se trata de un "decrecimiento absoluto".
(2) En efecto, se trata de una medida poco sensible al crecimiento especialmente
cuando los perímetros superficiales son de gran tamaüo respecto a otros, como
acontece en el Cuadro comentado.
98
rapl^t-. eq i-j >-j iß ©J
' 55 n cq '
'Ia cq ' I
il
Si
¡H 13
8 (S C
•O if}
V)
O
O5
g
55 s t; •
O
ii
M 2
1:21
II
1^ Gti«
I PH
'1»
O
i'
9 00
nn o
ni Oï
55 •S" g
W
O w M O
1
2
99
La razón histórica del asentamiento preferencial de la población rural
en ..la Región Central está correlacionada lógicamente con la circunstancia
de que en ella se ha concentrado, y aún continúa concentrándose, el mayor
volumen de las explotaciones agrícolas minifundiarias del país.
Si consideramos como un todo a las Regiones Norte y Misiones podrá
comprobarse los niveles relativamente semejantes de densidad demográfica.
Tal fenómeno, en principio, vendría dado por la conformación de la estruc-
tura económica de ambas regiones: agricultura, predominantemente mi-
nifundiaria y ganadería extensiva (1). Ahora bien, el mayor dinamismo de
la Región Norte se debería al fenómeno ya planteado de la inmigración a
zonas de colonización situadas en el Departamento de San Pedro.
Las Regiones de Canendiyú e Itapúa contienen las principales zonas
de atracción migratoria, de ahí el repunte de ambas en sus índices de densi-
dad. Ahora bien, de nuevo en estos supuestos surgen problemas de orden
metodológico —la escasa sensibilidad de la densidad como medida esta-
dística para rescatar los ritmos de crecimiento—, pues en la Región
de Canendiyú existen divergencias entre los crecimientos pertenecientes a
cada uno de los Departamentos, siendo Caaguazú el que ofrece el ritmo más
acelerado. Parece evidente que, entre las condiciones de atracción, la aper-
tura de la frontera agrícola, mediante la constitución de los complejos de co-
lonización, cumple un papel de primer orden para el asentamiento pobla-
cional; antes, la actividad económica regional consistía preferentemente en
la explotación de la madera y de la yerba. En este orden de cosas, la cir-
cunstancia de que la densidad de la población rural en la Región Itapúa era
ya en 1950 mayor —a excepción de la Región Central— que las demás Regiones
(Cuadro XI) se comprende, pues que para entonces la misma ya se había
convertido en una de las regiones agrícolas más expansivas del país.
Finalmente, en el Chaco, a más de las razones que se verán, hasta el
presente no se ha logrado crear las condiciones de atracción poblacional. Si
bien ciertos núcleos de inmigrantes extranjeros —Mennonitas— han llegado
a constituir colonias agrícolas sumamente dinámicas, la principal fuente
ocupacional sigue siendo la ganadería, de ahí la escasa significación de la
densidad de la población rural en esta Región.
EVOLUCIÓN URBANA
Una peculiaridad del proceso urbanístico paraguayo representa, des-
de la óptica demográfica, el ritmo no explosivo de su crecimiento. Por una
parte, esta peculiaridad es una expresión cabal del proceso considerado en su
conjunto para las dos últimas décadas y en los términos que ya fueron enun-
ciados al principio, a pesar de que en éstas es cuando aparecen ritmos de
(1) Becién en la última década las explotaciones agrícolas dedicadas a la produc-
ción de cultivos de renta (trigo, soja, algodón) y algunas grandes explotaciones
ganaderas empiezan a organizarse como empresas capitalistas modernas.
100
crecimiento (o decrecimientos) realmente dinámicos en comparación a épo-
cas precedentes.
Enfocando el problema desde la independencia (1811) hasta 1950 o
más específicamente desde el término de la Guerra de la Triple Alianza
(1870), el único centro urbano que logra expandirse dentro de ciertos ni-
veles de significación viene a ser Asunción, mientras que los demás centros
apenas logran crecer, y si lo hacen serán al interior de márgenes excesiva-
mente reducidas.
En efecto, si bien Asunción, en el largo período de 1886 a 1950, consi-
gue crecer a una tasa anual de 2.4%, los tres centros más importantes lo-
gran mantener tasas muy reducidas: Villarrica, 0.5%; Concepción: 0.1%;
y Encarnación: 1.8% (1).
En concreto como lo señala un autor, en el período mencionado, los
casos de las ciudades más importantes del país, salvo el de Villarrica —ciu-
dad situada en la zona interior—, ilustran cómo la dependencia de la comu-
nicación exterior era el problema estratégico a enfrentar, pues los "encla-
ves urbanos constituían a lo más una red elemental cuyas tareas esenciales
implicaban el mantenimiento de nexos con el exterior". (2).
Es obvio que esta dependencia estaba —y lo sigue estando— en íntima
conexión con la conformación histórica del sistema económico nacional (3).
Las explotaciones agro-forestales orientadas a la exportación fueron
situándose, mayoritariamente, en zonas cercanas a las grandes vías de co-
municación férrea y fluvial, sin que estructúralmente hayan originado là
constitución de centros poblacionales de importancia.
Asimismo, las explotaciones agrícolas orientadas al auto-consumo se han
ido estableciendo en zonas de mayor densidad demográfica (Región Cen-
tral), fenómeno que históricamente ha posibilitado la constitución de un
complejo de pequeños poblados dependientes de la capital.
Por su parte, la industria, en un sentido, fue ligándose a la transforma-
ción de productos agropecuarios para la exportación (aceites, tabaco, azú-
car, derivados de la ganadería), que si en su mayoría se ubicaron en zo-
nas próximas a Asunción, casi todas fueron asentándose en zonas más bien
rurales; en otro sentido, aparecería una segunda línea vinculada al consumo
interior (textiles, imprentas, licores, productos panificados, etc.) en forma
de pequeña industria manufacturera y de artesanía simplemente, casi todas
asentadas en Asunción, o en la Región Central.
(1) Batinoff, L. "La urbanización en el Paraguay". Rivarola-Heisecke, en"Poblaclón,
Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay" CPES.
(2) Ibidem.
O) El hecho de que no se mencione a la ganadería, tiene su razón de ser de que
"per se" no acarrea mayores repercusiones desde el punto de vista urbanístico
(véase al respecto, la caracterización socio-económica de las regiones).
roí
En atención a esta estructuración es por lo que se puede proponer que
el comercio (interno o externo) y la pequeña manufactura, a más de la
artesanía, han sido los sectores económicos, en combinación a la amplia ga-
ma de servicios económicos, administrativos y educacionales, que mayor o
menor capacidad de atracción poblacional han ejercido durante la etapa
denominada pre-censal.
En este mismo orden de cosas, se comprende por qué el aspecto polí-
tico-administrativo no llegó a articularse de manera efectiva todas las zonas
del país, liste ultimo fenómeno recién comienza a encararse a partir de la
década del 50.
Se conoce que la conceptualización censal de la población urbana ya
comentada resulta excesivamente inclusiva, de manera que la misma puede
comprender tanto a Asunción (con 392.753 habitantes en 1972) como a los
pequeños villorrios campesinos con tal de que sean cabecera de alguna uni-
dad geográfica político-administrativa-
No es este el lugar para analizar críticamente la postura conceptual de
los censos. Sin embargo, la aclaración hecha nos brinda una plataforma para
señalar que justamente el caso paraguayo sería un ejemplo de la escasa di-
ferenciación socio-económica y cultural —y, en consecuencia, política— en-
tre el campo y la ciudad, y esto independientemente de adoptar criterios
tales como el número de habitantes o la distancia entre las casas por ejem-
plo. Inclusive tal vez el mismo criterio censal, en cierta medida, entrañe
significación sociológica, pues el hecho de considerar como "urbanos" a los
centros administrativos conlleva la implementación de ciertos servicios y
de operaciones comerciales que tendrían alguna capacidad de atracción po-
blacional, sino permanente —por lo menos periódica—; además, generalmen-
te se dá la circunstancia que estos centros suelen ser, al mismo tiempo, los
de mayor volumen demográfico en cada región.
Figura N? 10
10 20 SO 4O 50 CO 70 80 »0 100
POêLACIOH %
1972
Figura N? 11
10C
19 ¿O
POBLACIÓN %
de la población estaba concentrado en el 2% del número de ciudades, pro-
porción que aumenta al 62% en 1972 (1).
En 1950 las ciudades de 14.000 a 28.000 habitantes representaban el 5%
del total y el 8% de toda la población urbana (Figura 10). En 1972 estos
valores ascendían al 9% y al 11% respectivamente (Figura 11).
La misma tendencia, en cuanto al aumento del número de ciudades de
mayor rango, sigue dándose para la escala de 7.000 a 14.000 habitantes. Estas,
en 1950 constituían nada más que el 3% de las ciudades y el 4% de la po-
blación (Figura 10); en 1972 los datos expresan que las incluidas en este
rango significaban el 15% de las ciudades y el 10% de la población (Fi-
gura 11).
El número de ciudades de 3.500 a 7.000 habitantes se incrementa del 27%
al 38% desde 1950 a 1972. No acontece otro tanto con los porcentajes pobla-
cionales, pues en el 50 a este rango correspondía el 14% y en el 72 al 11%
(Figuras citadas).
Por fin, las tendencias pertenecientes a las pequeñas ciudades, esto es
aquellas que tenían de 2.000 a 3.500 habitantes, reflejan el proceso inverso
que el constatado para las de rango superior, como lógica consecuencia de
los rasgos descriptos. Por cierto, mientras en 1950 el 63% de las ciudades '
pertenecían a este estrato, las que contenían el 18% de la población (Fi-
gura 10), en 1972 las mismas comprendían el 36% de las ciudades, con una
población que solamente alcanzaba el 70/° del total (Figura 11).
Como conclusión, podría sostenerse que, en el transcurso de los 22 años
intercensales, la población urbana ha tendido a concentrarse en unas pocas
ciudades, las cuales, de esta forma, han podido aumentar de rango. Por el
contrario las pequeñas ciudades han experimentado disminución en sus ta-
maños o han escalado rangos superiores. En cualquier supuesto, y consi-
derando que la emergencia de nuevas ciudades prácticamente se ha veri-
ficado en escala reducida, resulta lógico pensar que por debajo de las ca-
racterísticas apuntadas han tenido lugar tendencias a veces coincidentes, a
veces contrapuestas. El proceso urbanístico paraguayo, por sus dimensiones
cuantitativas y cualitativas, permite el análisis prácticamente a nivel de ca-
sos. Veamos, a manera de esbozo, algunos.
Principales ciudades.
Un primer aspecto a considerar se refiere al reducido tamaño pobla-
cional de los "centros urbanos" del país. Con la excepción de Asunción, to-
(1) En el plano de la realidad, estamos en presencia del caso del Gran Asunción —
incluyendo a Lambaré y Fernando de la Mora—, el cual en el transcurso de los
22 años intercensales se lia constiutído en el principal punto urbano de destino
migratorio.
104
dos están por debajo de los 40.000 habitantes. Para más, recién en la dé-
cada del 60 algunos de ellos (4 en total, teniendo en cuenta a Lambaré y
Femando de la Mora) traspasan la barrera de los 20.000, fenómeno que de-
be ser interpretado como un indicador de que precisamente durante estos
años los procesos migratorios internos (rural-urbano y urbano -rural) consi-
guen generar expansiones demográficas inusitadas hasta entonces.
Cuadro XII
PARAGUAY: CENTROS URBANOS ENTRE 7.000 A 28.000 HABITAN-
TES EN 1972.
Población y Tasas
Centros Número de Tasa de crecimiento
Urbanos Habitantes Promedio anual (%)
1950 1962 1972 1950/62 1962/72
105
tiva, es una prueba fehaciente de que, a pesar de que se trata de un su-
puesto de retención apreciable de la población nativa en comparación a
otros supuestos según veremos, un cierto porcentaje de residentes encar-
nacenos se han encontrado ante la alternativa de emigrar probablemente en
mayor proporción hacia la Argentina —por tratarse de una ciudad ubicada
en el límite con este país— que hacia las zonas urbanas (o rurales) del Pa-
raguay.
En cuanto a las variables demográficas básicas, sí podemos compro-
bar que mientras en el período intercensal 1950/62 son las mujeres las que
presentan un crecimiento levemente más acelerado (hombres: 2.90% anual,
mujeres: 2.93% anual), en el período 1962/72 son los hombres los que cre-
cen con más celeridad, esta vez en términos más categóricos, aunque en por-
centajes menores que los del período anterior (hombres: 2.40% anual, mu-
jeres: 2.16% anual). Pues bien, la explicación debería formularse en orden
a la importancia de la emigración femenina, justamente en el transcurso
del último período intercensal.
La tendencia de decrecimiento experimentada por Encarnación en el
decurso del último período intercensal también puede comprobarse, respec-
to de las otras dos antiguas "grandes" ciudades regionales: Concepción y
Villarrica. La primera está situada en la Región Norte, según se ha adelan-
tado, a orillas del Río Paraguay y próxima a la frontera con el Brasil. Desde
la Guerra Grande (1870) hasta la fecha, se ha constituido en el centro ad-
ministrativo y comercial de la mencionada Región y de toda la Región cha-
queña ubicada frente a ésta- La segunda de las nombradas está situada en
la Región Central, siendo el típico ejemplo de ciudad administrativa-comer-
cial, nexo obligado, a través de la vía férrea, de comunicación económica y
cultural de toda una zona agrícola (El Guaira) hacia la capital o el exterior
—por la vía de Encarnación—.
El declive demográfico de ambas ciudades estaría correlacionado a tres
fenómenos coincidentes en el tiempo, aunque no necesariamente idénticos
entre sí, independientemente de la repercusión de variables estrictamente
demográficas —fecundidad y mortalidad—. Sabemos que el ocaso de Con-
cepción está relacionado, en medida apreciable, con el cierre p la dismi-
nución productiva de las plantas industriales procesadoras del tanino del
Chaco, acaecidos durante la última década tal cual se ha adelantado. Ade-
más, es menester poner de resalto que la ubicación de las zonas de coloni-
zación en la Región Norte, las que justamente en esta época se han de con-
vertir en las zonas de atracción de la migración interna e internacional, es-
capan a su radio de influencia. Por el contrario, el retroceso de Villarrica
tendría que ver, por una parte, con la expansión y el nuevo reordenamien-
to de la comunicación por carretera, en desmedro de la vía férrea, con lo
cual pierde el monopolio zonal de la intermediación, y, por otra, con la
posibilidad del asentamiento poblacional en las nuevas zonas de coloniza-
106
ción (de Caaguazú y de Alto Paraná) y en los centros poblados fronterizos
con el Brasil, con lo cual los mecanismos de expulsión rurales y urbanos
salen al desnudo.
En concreto, el bajo nivel de la tasa de crecimiento intercensal perte-
neciente a Villarrica durante el período (0.80%, en comparación a la per-
teneciente a Concepción: 1.85%, vendría explicado por la circunstancia
de que el mencionado reordenamiento del sistema de comunicaciones ya
se había iniciado a ejecutar en la década del 50, como asimismo a instalarse
las primeras colonizaciones de Caaguazú, procesos que eran coincidentes
con la ya notable expansión de Coronel Oviedo, situada dentro de un área
más bien próxima al Guaira.
Mientras que desde 1950 a 1962, en ambas ciudades, son las mujeres,
las que han crecido a una tasa mayor que los hombres —en Concepción,
hombres: 1.59% y mujeres: 2.07% en Villarrica: hombres: 0.73% y mu-
jeres: 0.93%—, desde 1962 a 1972 en Concepción se mantiene la misma re-
lación, aunque en esta ocasión dentro de un margen más estrecho — hom-
bres: 0.56% y mujeres: 0.70%—, y en Villarrica ya aparece la diferencia a
favor del sexo masculino —hombres: 100% y mujeres: 0.92%—. Es decir,
de nuevo nos encontramos, si bien no en términos categóricos, ante la posi-
bilidad de la emigración selectiva de mujeres.
Los casos de Coronel Oviedo y de Pilar obedecen a procesos diferen-
ciales. El primero de ellos, es un centro poblado que está situado a unos 50
kms. al norte de Villarrica, en la intercepción de las dos vías terrestres prin-
cipales que conducen a la frontera brasileña y, asimismo, a las dos grandes
zonas de colonización: el Eje Norte y el Eje Este. La característica de su
tasa de crecimiento intercensal durante el período 1962/1972 (3.93% anual)
ofrece una tendencia regresiva con relación al período anterior de 1950/62
(4.16% anual); tal hecho estaría indicado que la significación de Coronel
Oviedo como centro político-administrativo y comercial, y económico en
general, va perdiendo su peso en beneficio de otros centros poblados ubi-
cados en puntos geográficos más estratégidos repecto de las nuevas zonas
de colonización y más próximas a la frontera. Tal es el caso de Caaguazú
que, aún situado en el mismo Departamento, de un decrecimiento absoluto
en el período del 50 al 62 (-1.18% anual) en el subsiguiente —62/72— pre-
senta uno de los niveles más altos de crecimiento de todos los centros ur-
banos del país (13.27% anual), con lo cual viene a demostrarse que el mis-
mo llega a convertirse en un nuevo centro político-administrativo y comer-
cial. En este mismo sentido debe interpretarse los casos de Pedro Juan Ca-
ballero, cuya tasa de crecimiento es de 8.32% —anual— en 1950/62 y 7.54%
—anual- en 1962/72, de Remandarías que entre 1962 y 1972 llegó a sos-
tener una tasa anual de 7.45% y de Pto. Pte. Stroessner, que en el 62 no
fue registrado como centro urbano, pero que en el 72 aparece como cabece-
107
rá de distrito con 7.085 habitantes; los tres situados en la frontera con el
Brasil, y puntos de enlace preferential con este país.
A pesar de que la población masculina de Cnel. Oviedo durante el pri-
mer período intercensal ya posee una tasa ligeramente mayor que la feme-
nina —hombres: 4.18% y mujeres: 4.14% anuales—, durante el segundo
período es cuando esta última comienza a demostrar signos de retraimien-
to —hombres: 4.30% y mujeres: 3.62% anuales—, de tal forma que inclu-
sive en el supuesto de una inmigración a un centro urbano, como constitu-
ye el analizado, son los hombres los que crecen a un ritmo más acelerado,
probablemente debido a la particularidad de que no se trata de un punto
de destino migratorio permanente.
Por el contrario el caso de Pilar, centro situado en la Región Sur junto
al Río Paraguay en la frontera con la Argentina, se inscribe en un marco
histórico singular. Estamos ante uno de los centros poblados más antiguos
del país- En esta ciudad está localizada la planta textil más importante del
país; además, la misma lograría consolidarse como un dinámico centro po-
lítico-administrativo y comercial de toda una vasta zona, en la actualidad
mejor articulada especialmente en las vías de comunicación (1).
109
en cuestión (Ypacaraí, Pirayú, Sapucai —la Región Central— y Carmen del
Paraná —en Itapúa) son poblaciones asentadas en torno a la vía férrea, que
en otras épocas, con mayor o menor importancia, han sido centros político-
administrativos y comerciales en el ámbito de sus respectivas zonas. Pa-
rece evidente que el reordenamiento espacial-demográfico y la articulación
del mercado a escala nacional sobre otras bases mfraestructurales —carre-
teras— operados desde 1950, han requebrajado las condiciones de retención
de la población nativa y de atracción inmigratoria de los centros exami-
nados.
Respecto de las cinco poblaciones restantes (San Juan Nepomuceno,
Ybycuí, Quiindy, Yuty —Región Central- y Benjamín Aceval —Región Cha-
co) los factores explicativos básicos estarían dados por el deterioro ascen-
dente de la economía agrícola minàfundiaria aledaña y a los flujos socio-cul-
turales recibidos cada vez con mayor persistencia, a través de múltiples me-
canismos de comunicación, por parte de otros centros urbanos nacionales y
extranjeros.
110
CAPITULO VI
MIGRACIONES INTERNAS
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
111
Precisamente en este punto, es necesario anotar la imposibilidad de
desagregar condiciones que hayan obrado más específicamente sobre un
tipo u otro de migración. En el proceso de su desencadenamiento es obvio
que las causas fueron bastante comunes, y solo con posterioridad fueron
perfilándose aspectos más específicos causales de las diferentes corrientes
migratorias.
La gran crisis político-social —que culminó en la sangrienta Revolución
de 1947— fue uno de los hechos históricos decisivos en el inicio de la eta-
pa de masivo desplazamiento tanto interno como externo. A raiz de las
contingencias de la lucha armada —con la derrota de uno de los sectores
en pugna y el acceso al poder de la fracción victoriosa— parte importante
de la población se dirigió hacia los centros urbanos, particularmente la ca-
pital, así como al exterior. De esta forma fueron abriéndose varias direccio-
nes por las cuales se encauzaron los diferentes flujos migratorios en un rit-
mo que no declinaría hasta el presente, aunque sus condicionamientos y na-
turaleza se haya modificado progresiva y sustancialmente.
En relación a las migraciones internas cabe pues reconocer que histó-
ricamente el poder de atracción de la ciudad capital ha constituido una de
las fuerzas más importantes de movilización geográfica, aunque en situa-
ciones coyunturales — como fue el de la Guerra del Chaco o la Revolución
de 1947 — los desplazamientos se hicieron — por momentos — más expan-
sivos y erráticos.
Con respecto a la capital debe señalarse de que aún cuando la recep-
ción en lo que respecta a sus límites administrativos específicos no haya
sido sustantivamente alta, la incorporación de migrantes a los municipios
colindantes ha tenido un elevado incremento. Tal es el caso de Fernanado
de la Mora, San Lorenzo, Luque y Lambaré que lentamente se ha ido cons
tituyendo en un sistema cada vez más integrado de urbanización.
Puede señalarse que hasta fines de la década del cincuenta el factor
político tuvo una influencia importante como condicionante de los despla-
zamientos poblacionales. Con posterioridad, y prioritariamente en la época
actual, es perceptible que en las motivaciones de migrar existe un franco
predominio de los factores de orden económico, sea como explicitación de
decisiones individuales (personales o familiares) o de carácter público, co-
mo es el caso de los programas públicos o privados de colonización y las
políticas gubernamentales de redistribución espacial de la población.
Esta etapa se refleja en la emergencia de otras áreas de destino de la
migración interna. En la actualidad la corriente de desplazamiento hacia
el Este — cuyo destino son los Departamentos fronterizos al Brasil — cons-
tituven una de las expresiones más llamativas de la emergencia de nuevar
áreas de ocupación.
Respecto a este punto, es posible observar el nivel de incremento de-
mográfico de los mencionados departamentos, siguiendo las cifras censa-
les últimas:
112
Cuadro I
Años Censales
Departamentos 1950 1962 1972
Caaguazú 71.699 125.138 213.356
Amambay 18.160 34.505 65.527
Alto Paraná 9.531 24.067 78.037
MIGRACIÓN ÍNTER-REGIONAL
La forma peculiar de distribución espacial de la población paraguaya
—en cuya conformación histórica han incidido numerosos factores cultura-
les y sociales — constituye un condicionante muy significativo en las mo-
dalidades de desplazamiento inter-regional, en particular en lo que respecta
a la dirección, distancia y magnitud de los flujos migratorios.
Una caracterización en cuanto a la orientación de los desplazamientos
internos de población es posible a través del examen de los saldos migra-
torios por región, elaborados en base a los datos censales.
Con relación al Censo de 1950, la única información consignada en
las -publicaciones disponibles hace referencia a la región(l) de origen de
lá población migrante.
En base a tales informaciones se han elaborado los índices migratorios
respectivos, cuyos valores se consignan en el Cuadro II. Una limitación im-
portante de destacar en este caso es que las cantidades consignadas repre-
senta la población "inmigrante"(2) de por vida, es decir, acumulada hasta
la fecha del Censo. En tal circunstancia, los índices obtenidos tienen un va-
lor muy aproximativo, ya que resulta imposible ponderar el grado de inci-
dencia que han tenido factores tales como la mortalidad, los deslazamien-
113
tos inter-censales, etc. Sin embargo, en la imposibilidad de controlar tales
factores, y dada la nitidez y constancia histórica que se ha venido mante-
niendo en la dirección de las migraciones internas, es presumible que el
cuadro presentado refleje en gran medida la tendencia migratoria interna
en este último cuarto de siglo.
Cuadro II
Cuadro III
Capital y Saldo
Regiones Inmigrante Emigrante migratorio
Capital 53.810 27.770 31.9
Norte 26.460 28.360 -3.5
Central 35.520 63.520 -28.3
Misiones 2.750 9.040 -53.4
Alto Paraná 21.910 7.910 47.0
Chaco 6.260 10.110 -23.5
• Fuente: Censo de Población de 1972. Resultados de la Muestra del 1C%. Direc-
ción General de Estadística y Censos. Asunción. 1972.
116
Cuadro W
PARAGUAY: TASAS ANUALES DE MIGRACIÓN INTERNA, POR DE-
PARTAMENTOS. PERIODO 1967-1972.
Tasas*
Inmigración ( % ) Emigración ( %) Saldo
Migratorio (%)
De- 5 5 S s
parta- \/~p(5)~ 1/ PCO/5) \j P(0/5)
L
mentos » P(0) » P(0) V PÍO) » P(0)
y Regiones
Asunción 3.469 1.870 1.599
R. Norte
Concepción 1.164 1.934 -0.770
San Pedro 2.324 1.924 0.400
R. Central
Cordillera 0.684 2.632 -1.948
Guaira 0.807 1.712 -0.905
Caazapá 0.478 1.980 -1.502
Paraguarí 0.494 2.636 -2.142
Central 2.799 1.178 1.621
R. Misiones
Misiones 0.843 2.494 -1.651
Ñeembucú 0.460 0.989 -0.529
R. Canehdiyú
Caaguazú 1.768 1.934 -0.166
Amambay 1.657 1.374 0.283
Alto Paraná 5.943 1.601 4.342
R. Itapúa 1.069 0.732 0.337
R. Chaco
Pte. Hayes 2.550 2.822 -0.272
Boquerón 2.443 6.028 -3.585
Olimpo 8.170 4.816 3.354
Fuente: Población de 5 y más años, clasificada según residencia 1967 y 1972 (Direc-
ción de Estadística y Censos. Censo 1972. Muestra 10%)
• Basadas en una ley de población del tipo:
Nt = No [1 + (b—d) + (i—e) i + (i—e) n]t
P(o) = Población que declara haber residido en su respectivo Departamento en 1967.
P(0/5) = Población que reside en el Departamento en 1972 (que declara haber re-
sidido en el mismo en 1967.
P(5) = Población que reside en el Departamento en 1972 (excluida la que en 1967
residía fuera del país)
117
En la Región Norte los dos Departamentos que la integran ofrecen
saldos contrapuestos. Mientras que al de Concepción corresponde un sal-
do negativo, al de San Pedro corresponde uno positivo. A través de tales
tendencias se evidencia donde están ubicadas las zonas de expulsión de la
Región, que en conjunto muestra un saldo negativo, de acuerdo a lo ya se-
ñalado(l). El hecho sobresaliente consiste en el bajo valor del saldo migra-
torio perteneciente al Departamento de San Pedro, con lo cual se comprueba
que la atracción generada por los centros de colonización instalados en la
zonas apenas puede superar las tendencias regresivas que en el mismo in-
tervienen.
En la Región de Misiones, otras de las típicas zonas de origen migra-
torio según se ha visto, los saldos son negativos para los dos Departamen-
tos, con la salvedad de que en el quinquenio investigado la emigración es
más pronunciada para el Departamento de Misiones, y ello por la circuns-
tancia de que el Departamento de Ñeembucú, a pesar de reunir caracterís-
ticas socio-económicas relativamente similares al de Misiones — pequeña
explotación agrícola y gran explotación ganadera —, dentro de cierto mar-
gen, estaría ofreciendo mejores condiciones de atracción o de retención pc-
blacional; tal sería justamente el caso de Pilar que cuenta con la fábrica
textil más importante del país. Además, desde el punto de vista explicativo,
habría que considerar ciertas diferenciaciones de la estructura económica
imperante en ambos Departamentos. Por cierto, últimamente en Misiones
se están localizando medianas y grandes explotaciones agrícolas empresaria-
les, las que, unidas a la mayor modernización de las explotaciones ganade-
ras, en cierta medida pondrían en marcha el funcionamiento de los meca-
nismos de expulsión.
Se ha indicado que las dos Regiones (a más de la capital, de ciertos
centros urbanos del Departamento Central y del Departamento de San Pe-
dro) que pueden ser definidas como las áreas de destino migratorio son:
Canendiyú e Itapúa.
En cuanto a la primera, en atención a las tasas del Cuadro IV, es po-
sible puntualizar que el saldo negativo correspondiente al Departamento de
Caaguazú estaría indicando que el mismo, en su conjunto, deja de ser uno
de los puntos de destino migratorio preferentes, como lo fuera en épocas
pasadas, y que, en definitiva, los centros de colonización (Eje Este), y al-
gunos centros poblados — Oviedo(2) y Caaguazú —, ya no estarían atrayen-
do y reteniendo a las masas migratorias, las que en los momentos actuales
se estarían dirigiendo a los dos restantes Departamentos de la Región, ma-
yoritariamente al Alto Paraná, a juzgar por el alto valor de su saldo posi-
118
tivo migratorio(l). Con todo esta última tasa se queda corta, pues si a la
migración interna se sumara la externa la misma alcanzaría niveles consi-
derablemente más elevados (2). Este mismo fenómeno es el que explicaría
el valor reducido del saldo migratorio interno en el Departamento de Amam-
bay, ya que se conoce que en conjunto la inmigración — interna y externa —
ha sido sumamente importante(3).
El saldo migratorio positivo de la Región de Itapúa tampoco alcanza
un tope significativo, y esto porque en la misma — que con la nueva rede-
finición se reduce únicamente al Departamento del mismo nombre —, en un
sentido, han emergido algunas áreas de expulsión, y, en otro, las condi-
ciones de atracción ya no estarían operando con el mismo atractivo a como
lo hicieran otrora, sin que esta vez haga falta recurrir a la inmigración ex-
terna(4).
Ya se expuso que desde 1967 y 1972 el Chaco se había convertido en
una de las principales áreas de origen de los movimientos migratorios inter-
nos, en oposición a lo que fuera hacia 1950. Pues bien, tal cual se colige del
Cuadro IV, esta vez se puede especificar que son los Departamentos de Pte.
Hayes y Boquerón las zonas de expulsión, de modo más claro, por cierto,
el último de los nombrados, y esto por las razones ya mencionadas. Que el
Departamento de Olimpo aparezca con un saldo migratorio positivo muy
encumbrado se debe exclusivamente al escaso número de habitantes que
detenta(5).
(1) De los 14.620 inmigrantes internos que ingresaron en este Departamento entre
1967 y 1972, 3.090 eran residentes del Departamento de Caaguazú, siendo los mis-
mos el contingente mas numeroso de esta clase de inmigrantes.
(2) De los 30.320 inmigrantes internos y externos el 51.8% procedía del extranjero,
en su mayoría del Brasil.
(3) En el quinquenio hubieron 10.090 inmigrantes en total, de los cuales el 63.9%
había residido en el extranjero< predominantemente en Brasil.
(4) En verdad, la inmigración externa (1967/1972) equivale al 28.8% del total.
(5) En 1972 tenía 4.860 habitantes (muestra del 10%).
119
daciones básicas de los movimientos migratorios en cada una de las Re-
giones, para lo cual se ha distinguido la residencia urbana o rural —esto
es: zonas de destino — de los inmigrantes internos que entre 1967 y 1972
han arribado a cada uno de los Departamentos.
Cuadro V
PARAGUAY: IMPORTANCIA RELATIVA* DE LOS INMI-
GRANTES INTERNOS, POR ZONAS DE RE-
SIDENCIA Y DEPARTAMENTOS.
PERIODO 1967/1972.
Zonas de residencia
Depar Zona Zona
tamentos Urbana Rural
y Regiones (96) (%)
Asunción 15.42 45.12
R.Norte
Concepción 9.45 3.88
San Pedro 6.26 11.24
R. Central
Cordillera 6.41 2.62
Guaira 6.34 2.96
Caazapá 5.68 1.80
Paraguarí 5.82 1.86
Central 19.79 7.35
R. Misiones
Misiones 6.27 3.17
Ñeembucú 5.38 0.76
R. Canendiyú
Caaguazú 7.98 8.54
Amambay 8.84 5.26
Alto Paraná 26.75 18.52
R. Itapúa 5.79 4.90
R. Chaco
Pte. Hayes 4.98 14.03
Boquerón 13Í91 13.61
Olimpo 21.20 50.25
Fuente: Población de 5 y más años, clasificada según residencia 1967 y 1972 (Direc-
ción de Estadística y Censo. Censo 1972. Muestra 10%)
• Esta fue calculada tomando la proporción de los inmigrantes a cada zona sobre la
población total respectiva.
120
Las características, a ser inferidas del Cuadro V, serían éstas:
— Exceptuando el lógicamente comprensible supuesto asunceño, en la
mayoría de los Departamentos la zona urbana es el área de destino preva-
leciente, considerando la importancia relativa de la población inmigrante
respecto de la población total residente en dicha zona.
121
Las diferencias por sexo.
122
Cuadro VI
Proporciones y sexo
De
parta Respecto a los no migran- Respecto al total, cada
mentos tes, cada sexo* sexo
y Regiones Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Asunción 18.87 19.05 15.45 15.65
R. Norte
Concepción 6.90 5.33 6.36 5.02
San Pedro 13.31 10.25 11.62 9.21
R. Central
Cordillera 3.75 3.39 3.60 3.27
Guaira 4.46 3.90 4.23 3.74
Caazapá 2.92 2.04 2.81 1.98
Paraguarí 2.82 2.33 2.73 2.27
Central 14.81 15.17 12.77 13.08
R. Misiones
Misiones . 5.23 3.61 4.92 3.46
Ñeembucú 2.79 1.91 2.65 1.84
R. Canendiyú
Caaguazú 10.12 8.54. 9.08 7.78
Amambay 9.41 7.95 7.44 6.54
Alto Paraná 36.52 31.63 20.75 19.13
R. Itapúa 6.26 4.74 5.76 4.44
R. Chaco.
Pte. Hayes 17.35 11.11 14.63 10.00
Boquerón 19.39 7.73 15.44 6.85
Olimpo 65.45 35.29 38.71 26.08
Fuente: Población de 5 y más años, clasificada según residencia en 1967 y 1972 (Di-
rección de Estadística y Censo. Censo 1972. Muestra 10%).
123
jeros), sin que hayan conseguido dimanar las repercusiones que en el or-
den migratorio se atribuye a las nuevas colonizaciones. Por lo demás, la su-
perioridad de la inmigración masculina en cada uno de los Departamentos
induce a la conclusión de que las actividades agropecuarias, o por lo me-
nos las ubicadas en las zonas rurales, continúan primando en la economía
paraguaya.
La Migración a Asunción
Según el Censo de 1950, la población de Asunción en dicha fecha al-
canzaba un total de 206.634 personas, distribuidas de acuerdo a su condi-
ción migratoria de la siguiente forma: nacidos en Asunción 96.938 (46.9%);
nacidos en otras regiones del país 99.036 (47.9%) y nacidos en el extran-
jero 10.660 (5.2%).
Para 1972, los datos publicados hacen referencia específica a la pobla-
ción desplazada entre 1967 y 1972. En el año censal la distribución según
condición migratoria es la siguiente: residentes en Asunción durante todo
el período 1967/1972: 82.0%; residentes en otras localidades del país en
1967: 15.6% y residentes en otros países durante dicho año el 2.4%.
124
Composición de la Migración por Edad
Los datos disponibles sobre la composición por edad de la población
residente en Asunción proviene de una investigación realizada en 1972 so-
bre la Migración al Area de Asunción (1). De acuerdo con tales datos se
puede constatar la primacía de inmigrantes —en comparación a los nativos—
en los grupos superiores de edad. Así, mientras en la población nativa el
62% tienen edades inferiores a los 20 años, entre los inmigrantes —no in-
cluyendo los nacidos fuera del país — el porcentaje de individuos con me-
nos de 20 años es de solo 26.7%. En el siguiente cuadro se consigna la dis-
tribución por edades de acuerdo a la condición de residencia de la pobla-
ción radicada en Asunción:
Cuadro Vil
Condición de residencia
Edad Nativos Inmigran- Nacidos en
actual tes otros países
0 - 4 años 17.1 1.9 7.8
5 - 9 años 16.1 4.8 10.4
10 - 14 años 15.1 8.0 16.1
15 - 19 años 14.2 12.0 12.0
20 - 24 años 9.0 11.0 3.1
25 - 29 años 5.6 9.8 6.3
30 - 34 años 4.6 7.5 4.7
35 - 39 años 2.9 8.0 5.7
40 - 44 años 3.2 8.7 5.2
45 - 49 años 3.4 7.0 3.6
50 - 54 años 2.7 6.3 4.2
55 - 59 años 2.3 4.2 2.1
60 y más 3.8 10.8 18.8
100.0 100.0 100.0
* Fuente: "Estudio de la Migración Interna al Area de Asunción" Centro Paraguayo
de Estudios Sociológicos. 1973. p. 13.
(1) Este estudio fue realizado por el Centro f^raguayo de Estudios Sociológicos, en
el año 1973.
125
Como podrá observarse, entre los inmigrantes los más altos porcentajes
corresponden a los grupos de edades de 15 a 19 años ( 12.0% ) y de 20 a 24
años (11.0%). Si bien en tales supuestos no se controla el tiempo de llegada
como factor invalidante, probablemente la mayor importancia porcentual
de dichos grupos debiera ser interpretada en orden a la migración selectiva
por parte: de las mujeres que vienen a buscar empleo en el sector de ser-
vicios; de ambos sexos que arriban a la capital para completar sus estudios
—secundarios y universitarios— y, en fin, de aquel contingente —preferen-
temente hombres— que pertenece a las edades más jóvenes de la población
económicamente activa y que encuentra en Asunción al único mercado de
trabajo con capacidad —por muy reducida que sea— de absorción de este
tipo de mano de obra.
Cuadro VIII
Cuadro ÍX
MIGRACIÓN INTERNA A ASUNCION, SEGÚN
SEXO Y PERIODOS DE LLEGADA.
Sexo
Períodos Ambos sexos Hombres Mujeres
de llegada Cantidad %' Cantidad % Cantidad
Antes de 1950* .56.297 100 24.100 48.2 32.197 57.2
1952 a 1957* 20.247 100 8.833 43.6 11.414 56.4
1957 a 1961* 29.876 100 12.230 40.9 17.646 59.1
1961 a 1962* 13.648 100 4.992 36.6 8.656 63.4
1962 a 1967** — — — — — —
1967 a 1972*** 62.090 100 29.070 46.8 33.020 53.2
Fuente: Dirección General de Estadísticas y Censos: Censos 1950, 1962 y 1972 (Re-
sultados de la Muestra 1C|%)
* Población no nativa de Asunción según período de llegada y sexo
** Sin datos
*** Población Residente en Asunción en 1972 y Residente en otros Departamentos en
1967.
Procedencia
El Censo de 1950 ofrece datos sobre el origen de la población, residente
en Asunción según la región de su nacimiento. De acuerdo a dichas referen-
cias, en tal año la distribución por región de origen era la siguiente:
Chaco 3.6%
Norte 12.4%
Central 76.0%
Misiones 5.3%
A. Paraná 2.7%
127
Es resaltante que la principal corriente migratoria interna procede de
los Departamentos lindantes con la Capital y que conforman esta Región
(Cordillera, Central, Paraguarí, Guaira y Caazapá) que geográficamente
representa apenas el 7% de la superficie total del país. En contraste, la con-
centración de población en dicha Región es como se señaló anteriormente
bastante elevada — en 1950 representaba el 46.7% de la población total, en
1962 el 45.5% y en 1972, el 40.0%- (1).
El aporte diferencial de los distintos Departamentos fue uno de los as-
pectos determinados en el estudio sobre Asunción. De acuerdo a dicha in-
vestigación, los Departamentos con mayor emigración acumulada en Asun-
ción son: Paraguarí (22.0%), Central (20.2%) y Cordillera (16.9%).
Cuadro X
PROCEDENCIA DE LA POBLACIÓN INMIGRANTE
RESIDENTE EN ASUNCION. 1972.
(1) Fuente: Censos de Población de 1950, 1962 y 1972. Dirección General de Estadís-
tica y Censos. Asunción.
128
•-- Comparativamente existe.una>notable similitud, en cuanto al; origen de
los?migrantes internos a la capital,-entre los datos obtenidos a través deja
•mencionada investigación y los datos pertenecientes al Censo de ,1972., En
verdad, según esta última fuente de información son los Departamentos de:
Paraguarí (17.2%), Central (16.8%) y Cordillera .(15.5%) :en este orden,
.las principales-zonas de origen de la migración interna a Asunción.. Todo
. ello, sin desconocer que los datos de ambas fuentes no son. exactamente.com-
parables entre sí, pues mientras los del Censo abarcan únicamente los flujos
migratorios ocurridos en el quinquenio 1967/1972, los de la Encuesta com-
prenden la migración de por vida. . . .
130
w iS
en
H
o ¡8 §8 i Q rtu
«
Z
8? S3 ¡8? g8 3
g "H .8 i
si ¡8 S
c«
H ^ü
w
o
g f ¡S an
O
H-(
1
U "3 .. ci
O
z
8
z
o
w
X
p I—I lu Ü5S ö ö
Z 'S-SÍ a O
i—I O o
o c>
•§
JC
^
:S 8s
«S
ö d
I
g
P3PÍ
28
i i
cl 1 Ä .5P s a ^
en C3 §
« U ï a z I .
131
CAPITULO Vil
(1) Es verdad que en los cálculos realizados únicamente se ha tenido en cuenta los
asalariados permanentes y no los temporales, siendo esta última práctica la
más generalizada para el grado de desarrollo de la economía agrícola paraguaya.
133
de trabajo asentada en las explotaciones-; de'.l'a 9.9 hectáreas, que en las de
10 a 99.9 hectáreas en algunos casos ascendían hasta el 18%, que en las de
100 a 999.9 hectáreas en ciertas regiones alcanzaban al 32% y que recién
en las explotaciones de más de 1.000 hectáreas la fuerza de trabajo asalaria-
da superaba a la familia.
En definitiva, tales serían a grandes rasgos, las características más sig-
nificativas del proceso histórico al que estuvo sometida la PEA del país,
proceso que, en suma, debe ser interpretado teniendo en cuenta los fenó-
menos ya analizados —debilidad del sector industrial y ocupaciones urbanas
preferentemente en el sector terciario—.
Cuadro I
A pesar que desde 1950 a 1962 las tasas porcentuales de ambos sexos
presentan un levísimo aumento (51.86% y 52.45%) siendo los hombres los
que han participado en mayor proporción (83.92% y 84.80%) que las mu-
jeres (22.67% y 22.86%), en 1972 tiene lugar una disminución (50.75%)
correspondiendo a los hombres el mayor peso (81.71%) tal cual demues-
tran los guarismos del Cuadro I.
Partiendo del supuesto de que la definición censal considera como inac-
tivos a las amas de casa, a los estudiantes y a los jubilados, pensionados y
rentistas, fundamentalmente, cabría preguntarse por las variables que esta-
rían explicando él fenómeno déscriptó. Lo lógico sería pensar que el desa-
rrolló económico está posibilitando el engrosamiento de los agolpamientos
134
¡Is
la
Vi
O '-s'a
o «o
S ' 5 §8i8
' 's
2
5 ^Sâ s 's & Î8 S
a
?
'S 8S !8SS S8
'S •S'S'S â'S 1
O
I
135
sociales mencionados, por ejemplo;' en él .sentido, dé.ir liberando a los jóve-
nes de las actividades económicas para dedicarse al estudiaj o. bien, porque
debido a la creciente tecnificación de la producción, o en todo caso por un
aumento considerable de personas beneficiadas con e} seguro; social, la can-
tidad de jubilados, pensionados y rentistas igualmente habría aumentado.
Ahora bien, observando, las peculiaridades deL caso paraguayo, pareciera
que la hipótesis más plausible debiera ser formulada en orden a la reper-
cusión que en el supuesto analizado seguramente ha ejercido la migración
hacia el extranjero, tal cual se tuvo ocasión de estudiar en otro capítulo (véa-
se: Capítulo III), pues se, parte.de la realidad, que los procesos anotados
más arriba no habrían generado las consecuencias que.cabría asignara es-
te último.
Un nivel analítico de mayor desagregación.de la participación en lá ac-
tividad económica puede obtenerse en basé a las tasas calculadas por sexos
y grupos de edad.
La participación del sexo masculino. '
Una de las características más llamativas consiste en el aumento de
la participación de los hombres de 12 a 14 años en los años 1962 y 1972
(29.43% y 25.87%), con la salvedad que en éste la tendencia es decrecien-
te con relación a aquel. Este hecho, en principio, vendría a confirmar la
hipótesis propuesta respeto de la inexistencia' de disminución en la PEA pa-
ra este grupo de edad, por lo menos en el transcurso de los 22 años analiza-
dos, teniendo en cuenta que la participación del mismo era más baja en 1950
(15.26%). .. . . • -;
A partir del grupo de edad de 15 a 19-años la tendencia.es de una par-
ticipación decreciente en cada uno de los años mencionados —1950, 1962 y
1972— según podrá apreciarse con mayor exactitud en la Figura 1.
En consecuencia, la otra característica relevante comprende la dismi-
nución participativa desde el grupo de edad de 45 a 49 años (Figura 1),
ya sea en los años 1962 y 1972 respecto del año 1950, como, asimismo, en el
72 respecto del 62. Una mejor percepción del problema será factible obte-
nerla más adelante cuando se plantee; la ;diferen.ciación entre las poblacio-
nes económicamente activas urbana y rural. /
Finalmente, comparando las tasas correspondientes a los hombres de
20 a 24 años entre los .años 1962.-y.1972 la disminución (95.74% y 93.87%)
estaría reflejando probàblernente^la ij}cidència:/de la emigración externa.
136
se mantiene prácticamente en un mismo valor porcentual —7.61% y 7.97%—.
Para el grupo de edad siguiente —15 a 19 años— de hecho no se observa
ningún cambio perceptible -1950: 25.79%, 1962: 23.99% y 1972: 24.76%-.
Las variaciones porcentuales acontecidas en ambos grupos de edades no
son lo suficientemente significativas como para definir las tendencias en
orden a la mayor o menor participación, al menos para la última década,
de suerte que lo más admisible sería afirmar que desde el punto de vista del
tiempo dicha participación se ha mantenido casi a un mismo nivel, claro
está, con sus pequeños progresos o retrocesos.
En cuanto a los demás grupos de edades, dos serían las tendencias a
ser anotadas. Por una parte, la participación aumenta en los grupos de 20
a 24 años, de 25 a 29 años y de 30 a 34, tal cual puede deducirse de la Fi-
gura 2. Por otra en cambio, la participación disminuye a partir del grupo
de 35 a 39 años, disminución que resulta más marcada en 1972.
Figura N? 1
rrs:? 1950
' 1962
• • • 1972
137
Los niveles participativos de la mujer paraguaya en la actividad eco-
nómica se asemeja bastante a los de ciertos países subdesarrollados de Amé-
rica Latina. No obstante, la singularidad del caso radica en la retracción
experimentada por las tasas, fenómeno que viene a contradecir la experien-
cia de los países más desarrollados. Aunque, dentro de algunos grupos pro-
fesionales donde las mujeres son el segmento poblacional mayoritario, en
los últimos años las jubilaciones han sido concedidas en edades más tem-
pranas que en otras épocas (magisterio), tal fenómeno no reuniría las con-
diciones cuantitativas para influir en el declive anotado, como sí estaría
reuniéndolas las emigración femenina al extranjero.
Figura N? 2
». \ •-.
X \
rrrr 1950
— - ' 1962
**• 1972
138
Participación según poblaciones urbana y rural
141
3 O
3 SS Sg 88
co H "88
a"S
.2
o
I-Î ci ei ci eso
CO
¡"1 cqco
OO
S?c<j
Oi-Î
CM. o5
i-i P-Ï
o p
OÖ
H S
COCO
i
ä
%E S g S.% gS 8 2
OO i—i i-i oq oq i-îcq uil>
O
(SI CO
O
s
O o
8 1—1 i—i Si CO
o o o o o o o o
20
.57
+^ 25 1—1 CO
11
1 o o
i-I 1—( i—i
r-
i—i
O <M
i—( i—i
1—1
in
ci I!
COcÔ COCO
SS
c4(SI ¿1!
ais
•a a SS P8 SS
'S
o d
d od d d o
ll
CO
SS SS" SS III
LO <
142
S
—
i i
».
cq co
f>3 1
in 1 88
wP ó« i-i^* °! 88
PH
cq oo
o d
5
32
HP
I—( - w OO
^o
go on
o
•s :8
25
CD
i «a
SB
o
•c
o 5 >
q gs s in
p iq
t co
P os
all« oE5 o ö iri
- * S3
Pi o 50 5
U o
S
^
-g g S
3 op S3
O
cn
523 cô
11 11 57
ffl
O
-co
¡S i-l o
-IS
gs 8 § 8 S^~ 8§ oo-
P ^j O5
1
m
00 »"
PL, O co O
C0 " '
§ §5
43
C5 O
CO 1
PH
\ l al I
143
Por el contrario, en las demás ramas se han verificado crecimientos
más o menos significativos. El más importante es el producido en el co-
mercio, pues en el mismo los hombres logran aumentar en un 1.53% abso-
luto y en un 27.32% relativo. Este fenómeno viene a demostrar que en la
última década éste ha sido uno de los sectores más dinámicos de la econo-
mía nacional.
Demográficamente debe ser puntualizado que los mayores incremen-
tos, absolutos y relativos, corresponden a los dos primeros grupos de edad
(12 a 19 años, y 20 a 29 años) (véase: Cuadro IV. B.), excepto en la rama
de servicios, donde el tipo de ocupaciones y los regímenes institucionales
habrían posibilitado una más fácil absorción para las edades adultas.
cío
co io
cq
p©cq
OT t
cq co
cq co. £&
ai i oí iri
03
06 ai
CO
o o y
cío S S8p SIS SS ^8. ^^
©© ©©* ©© °°
11 Ö C5
r'~ a F
t—I 4-1 "
co 00
03
' 00
t 00
¡ 8 ¿M
CS1 CO -ni cq I D
o
Q
•-I Ol
p S3.
p p ©© '§
O ©
o t— i—l t
r-j ©
II
°3 tí
cq p cq p CSI ©
© ©
© © © © © Ô
Ü °
o
(M O5 © 00 Oí
en 3 c3 00 oq
ai di 02 co
| l l
•"! ^*- ^ I I II
p
tí 1 I ©
ai
cq co 05 '
CO CM '
CD CO CO CO có
CT>
H
Öcot s-
cq cq ZL cq N
Ä
gfe^o?ol
^ M «
E-H r-1 i-I
ta
<3-8
145
38
CO OÔ c<ia5
88
C<J
ü
S8 §S 3i Tt< Q
o o
C30 b -
cq oq
I
o
"o
S 5
• cq
Oco
• ^.
Oo> Ood
• S
J-' . '—•
o^co
o
U
-*© po 08 peo
III: 3
S Ö
S d
8 °'S
< CO CO O
CO oq CO
ig 88 f
fgg ?8S
Jl
1-1 cq o 1 rH CO O _;
'§3
1 -r 1 S
I I 03
98
la I r-í
P3
Ü O5
m
Í 7^ ig
>> o
0 0) -rt a
AM
Q S I
146
Finalmente, la poca significación de las demás ramas (minas y can-
teras, construcciones, electricidad y otros, transportes y comunicaciones,
véase: Cuadro V.A.), se debe no sólo a los niveles de desarrollo económico,
sino también a los tipos ocupacionales practicados en las mismas.
Desde la perspectiva demográfica, el grupo de edad predominante es
el de 20 a 29 años, correspondiendo el mayor peso porcentual al sector
de servicios, tal como lo demuestran los datos del Cuadro V.A. Ello signi
fica, en suma, que en esta sub-rama se produce una selección a favor de las
mujeres jóvenes (servicio doméstico y administración pública, fundamen-
talmente). Por el contrario, para las demás ramas esta selectividad no apa-
rece, pues el grupo mayoritario es el de 30 a 44 años (véase; Cuadro citado).
Situando el análisis en la óptica del crecimiento, lo más singular cons-
tituye la apreciable disminución de la rama agrícola, ya sea en términos
absolutos (—9.03%) como en términos relativos (—39.85%). De nuevo te-
nemos que recurrir a la inefable causa explicativa: la migración, aunque
esta vez el acento debe ser puesto con mayor énfasis, ya que la magnitud
del fenómeno así lo indica. En efecto, está comprobado (véase: "Migra-
ciones internas") el volumen cada vez mayor que la migración femenina
de origen rural ha venido adquiriendo en los últimos años (67-72) dentro
de las corrientes internas; igualmente esta misma tendencia se ha percibido
en las corrientes externas.
El decrecimiento en la rama industrial no alcanza la magnitud del fe-
nómeno anterior (—0.47% absoluto y —1.59% relativo), con la peculiaridad
de que los grupos de edad más afectados son Jos de 30 a 44 años (—1.20%
absoluto y -13.13% relativo) y de 45 y máscanos (-0.62% absoluto y -10.15
%relativo). Presumiblemente los factores que convergerían en la genera-
ción del problema serían: la selectividad en la absorción de la fuerza de
trabajo femenina en las ocupaciones mencionadas anteriormente, la vigen-
cia más estricta de las jubilaciones, y en todo caso, el acompañamiento a la
familia migrante hacia el extranjero. Por otra parte, se sabe que el impulso
que la rama de la construcción ha recibido últimamente ha tenido lugar en
las zonas rurales, de manera que la ya escasa participación femenina por
tal circunstancia aún se ha visto en mayor desmedro.
A más de los repuntes experimentados por las ramas de electricidad,
aguas y servicios sanitarios y de transporte y comunicaciones (Cuadro V.
B.), cuantitativamente no relevantes, son las ramas del comercio (2.94%
absoluto y 23.13% relativo) y de servicios (7.12% absoluto y 21.10% re-
lativo) las que han crecido a ritmos más acelerados en el período 62-72. La
participación selectiva del sexo femenino dentro de esta última rama en el
grupo de edad de 20 a 29 años ya ha sido señalada; en consecuencia, re-
sulta comprensible que sea justamente este el grupo de más elevado creci-
miento absoluto (3.37%) y relativo (28.04%). Igualmente las mujeres de
20 a 29 años son las que ofrecen un crecimiento absoluto más rápido al in-
147
terior del comercio (0.94%), si bien es el grupo de 12 a 20 años el de ma-
yor crecimiento relativo (78.00%); en concreto, estas cifras estarían expre-
sando que la importancia relativa de ambos grupos iría aproximándose a la
poseída por los grupos de edades adultas (30 a 44 años y 45 años y más:
véase Cuadro V.A.), sobre todo en lo que respecta al primero de los nom-
brados (1), lo cual, tal vez, estaría implicando la puesta en marcha de una
posible orientación hacia la selectividad de los grupos más jóvenes, a cau-
sa de una mayor demanda de fuerza de trabajo más calificada técnica y cul-
turalmente, condiciones que serían reunidas fundamentalmente por las mu-
jeres de 20 a 29 años.
(1) En efecto, las relaciones porcentuales son engañosas, pues dependen de las ci-
fras absolutas en las que operan. He aquí los incrementos absolutos ocurridos
para cada uno de los grupos de edh,J entre 1962 y 1972:
N? de mujeres
De 12 a 19 años 1.456
De 20 a 29 años 2.157
De 30 a 44 años 1.822
De 45 y más años 2.232
148
en los dos censos posteriores. En cualquier supuesto, en 1972 el mismo apa-
rece con un valor porcentual (5.01%) en una escala inmediatamente in-
ferior a los comentados más arriba, como indicador de la ya mencionada ex-
pansión por parte del sector de servicios, juntamente con el comercial, en
el transcurso de los dos últimos decenios.
En las posiciones porcentuales más bajas están los empleados y ofici-
nistas, los conductores de transporte, los profesionales y técnicos, los obre-
ros y jornaleros, y los gerentes y directivos, por este orden de acuerdo a los
valores pertenecientes al censo de 1972 (Cuadro VI.A.). Pretendiendo apun-
tar a las características más resaltantes; en primer lugar, la importancia
relativa de los empleados y oficinistas tiene su apoyo concreto en las insti-
tuciones públicas y en las organizaciones empresariales —públicas y pri-
vadas— que van emergiendo en los diversos sectores económicos, sobre to-
do en el comercial y en el financiero. En segundo lugar, recién en 1972 los
obreros y jornaleros aparecen con alguna importancia cuantitativa (Cuadro
VI.A.), sin que ello implique un progreso en el proceso de tecnificación
industrial, pues según la definición censal pertenecen a este grupo todos
aquellos "no ocupados en procesos de producción" y que, por consiguien-
te, no requieren mayor cualificación profesional. En tercer lugar, tanto la
importancia relativa de los profesionales y técnicos, como la de los geren-
tes y directivos (Cuadro citado) vienen a completar el cuadro de la estruc-
tura profesional examinado. Entre los primeros, hasta hoy los miembros de
las profesiones liberales siguen siendo los más numerosos. En cuanto a los
segundos, más adelante se ha de insistir acerca del relativo auge del fenó-
meno empresarial en ciertos sectores de la economía paraguaya.
•H ca r j o o TÍ cq' co t¿ r-i
U
2;
O. W
nvA
•¿1 «
i--\ cq
§1 <
•^i r-î ci ~* ci in"
CD
• t- U3 S
*§s
w§ H
PÍ
co»F—1
O oo
Ils Is Is is
10
<;
go H ci cq cd co" d cd ^
co •T
5SOI
t> in co CD S o 35 -—
i—I CD CD, 00 O t*-
cq
co <
I—»
írí rjî cd d co' d I
[CIO^
H
(t!
„^ ri P.
wg
co î
zg
^ 1—H
cq'
öS O o
U
go <
Ï
>^
<;
O
•a
cq cq cq il
8 35 tS os ]
Ü I
150
dos el de mayor significación cuantitativa, justamente por el hecho de que
en este agrupamiento están incluidas todas las empleadas y oficinistas ocu-
padas en la administración pública y en el empresariado público y privado.
S tí <u "3 5
CM •
co H S Pnfi<
<!
m 8 |
ö i—I f . CÔ
x r-H ^ O
w
co in
tí
(¿H ^ H
00 •~' CM
o •a a g- w
• ¡3 H o>
CM
•S S n . S
p
ü
o < oowcoö w oooo1
M O O CO W (D HQ1O
'CM
Q 0'- | c-i 1 -it¿rl có^od:
8 r-l ^ - " C 5 ~ — 3 ? ^ ^
CM CM • CO
CM ~—CM
I 2 tí
>> ci
CD -—-co '-^o r^
H O H W O P
co '~-o ^
coocoQ
£3
Ü i—I CM
00
g CM
1TD ^ - . t f O
U o a oo i co :
w HO l» oi H
•—'
cd H d
t CM
^ o ^
Q
O
> Gi S"t-l g p
i—i "f O CM O t -
w •s
tí in.
CD i
g cd in ' CM
S
2 o
C
s; 1
CD < 00 CO '
i n i-i ' ' CO
u oí ; -cort: -CO
tí ^
oí Ü
•^3
CM
O W
2
152
En cuanto a los grupos profesionales femeninos, los crecimientos rela-
tivos más importantes entre 1950 y 1972 han. correspondido a los grupos
de las empleadas y oficinistas, de las profesionales y técnicos, y dé las co-
merciantes y vendedoras, por este orden según íos datos del Cuadro VI. B.
Empero, una vez más las variaciones porcentuales no reflejan la exacta
proporción de los incrementos en números absolutos, pues en este orden
el incremento más considerable ha pertenecido al grupo de las que trabajan
en servicios personales, especialmente en el decurso del último período in-
tercensal —1962/72—. No hace falta insistir en los fenómenos condicionan-
tes de estas tendencias, pues los mismos ya han sido comentados, : si bien
cabría enfatizar, comparando los sexos entre sí, en la comprensible selecti-
vidad ocupacional en los servicios personales por parte de las mujeres y
en la muy llamativa superioridad, por .parte'de este mismo sexo, en el
grupo de profesionales y técnicos. '' '•
Esta vez los grupos sometidos a tendencias decrecientes son más nu-
merosos que en el sexo masculino (véase: Cuadro citado). Para ciertos
grupos la causa explicativa básica sería la migración interna y externa es-
pecialmente con relación a las mujeres ocupadas en la agricultura y en la
artesanía, aún suponiendo que existe la alternativa de la movilidad profesio-
nal, probablemente de limitada significación en la suerte de los mismos.
Finalmente, los decrecimientos experimentados por los restantes grupos"
se deberían o bien a cambios en las definiciones censales (gerentes y di-,
rectivos) o bien a la falta de absorción por el sistema socio-económico dé
las profesionales del sexo femenino (conducción de transporte y afines).j;
153
u
W
Cï •—i
Su
8
§
I-H
8
8
,-(
8
§
l-l
nu 8 "is- ' 8
s i-l i-H i—I
1
88
»-<
«
-*
r-t
2
^
^
"
©
CO
ci
i-H
¡g
S $ fc
Sa si. s? ^
'S «
S
I
eg 4)
CO
8
S 8 8
C*5 CT>
«*g o
O
Î8 8
o Ci CÍ
I
I I
154
latinoamericanos, cuyas economías se han visto sometidas a procesos socio-
históricos, sino exactamente coincidentes con fenómenos globales por lo
menos comparables en tanto en cuanto factores condicionantes (1). .
Resulta lógico comprender que la categoría de empleador sea la de me-
nor valor porcentual (1950: 5.059%, 1962: 2.55% y 1972: 2.08%), como
indicador de que las unidades económicas en su mayoría no están organi-
zadas bajo regímenes empresariales, es decir el sistema que prima es el
de la organización familiar y, en su defecto, unipersonal o con muy pocos
asalariados.
La categoría de empleador disminuye cuantitativamente entre 1950 y
y 1972 (Cuadro VIII), como expresión de una tendencia debida a una ma-
yor concentración empresarial a través del tiempo, fenómeno que vendría a
explicar hasta cierto punto el aumento considerable de las categorías de
empleados y obreros (se reconoce que en determinados sectores dicha ten-
dencia no posee requisitos objetivos de funcionamiento como en el caso del
servicio doméstico —de alguna relevancia en el país—, por ejemplo). Am-
bas tendencias^ en suma, convergen como causa explicativa principal (2), de
las dos restantes categorías: trabajador por cuenta propia y trabajador fa-
miliar.
Una caracterización mas completa tanto de la estructura como de evo-
lución de las categorías de ocupación nos permite la distinción por sexo.
Los datos del Cuadro VIII constatan que para el sexo masculino los tra-
bajadores por cuenta propia y los trabajadores familiares son los más nu-
merosos en los momentos en que fueron levantados los censos de 1962 y
1972, constituyéndose, para más, ambas categorías en las de mayor creci-
miento. A pesar de que la misma importancia relativa — de las categorías
señaladas — puede asimismo comprobarse para el sexo femenino en 1962,
táí hecho no acontece en 1972, pues en este momento las categorías de las
empleadas y obreras son las más importantes y, por consiguiente, son las
de más elevado crecimiento.
Los factores socio-económicos y los procesos sociales, en los cuales se
apoyan las características y las tendencias estudiadas, están relacionados
con la naturaleza organizativa del sistema económico, la cual ha sido esbo-
zada en términos indicativos.
1-55
8 8 8 8
I 88 88
1
¡*d 8 00
zo i1
3D »- »o co
oo sa
fe
Art
|I 8
s" á
Q
3
co ^ 5)
8 il
>
l "H. S
3
CM
8
4 I
' « (¿I
3
p
1
co
io
cî
cq
i—i
os
ö
I
o o
1 S
I. 2 3 ^
go 8; S? 8
8
S
1.1 135 os ^j <
156
Ahora bien, los datos del censo de 1972 (1) pueden ayudarnos, en un
primer análisis, a poner a prueba aquellas formulaciones. En la agricultu-
ra, evidentemente la categoría más relevante para el sexo masculino es la
de los trabajadores independientes —o por, cuenta propia—, ya que sola-
mente ella representa el 59.0% de toda la rama, la que, a su vez, agregada
a los trabajadoras familiares no remunerados (20.7%), viene a definir hasta
qué márgenes sigue aún operando la economía agrícola minifundiaria de
subsistencia o, en todo caso, de las pequeñas explotaciones en las que el
excedente destinado al mercado sigue manteniéndose por debajo de aque-
lla. Tal estado de cosas es el que explicaría que los asalariados agrícolas
solamente alcancen él 18.9%. No es este el lugar para insistir respecto de
la indiferenciación de las posiciones ocupíicionales de los minifundistas que
en unos meses del año aparecen como trabajadores independientes y que
en otro lo hacen como asalariados.
Este cuadro socio-económico resulta todavía más diáfano para el sexo
femenino, pues si los trabajadores independientes constituyen el 24.7% de
la rama, las mujeres familiares no remuneradas ascienden al 51.9%.
Se ha señalado que en los últimos años el sector comercial ha sido uno
de los más dinámicos. A esta altura, se pueden definir las singularidades de
tal fenómeno. Pues bien, en esta perspectiva es posible especificar que la
categoría ocupacional masculina más importante sigue siendo la de los
trabajadores independientes (50.2%), de tal forma que el pequeño comer-
cio o. bien sucedáneos (vendedores) son los agnroamientos más re-
presentativos numéricamente. Igual situación se aprecia en el caso de las
mujeres (trabajadoras independientes: 62.1%).
En la rama industrial, por el contrario, las tendencias apuntan a sen-
tidos relativamente contrapuestos atendiendo a la diferenciación por sexo.
Así, mientras que en lo referente al sexo masculino son los asalariados (em-
pleados y obreros) la categoría predominante (70.9%), en lo que hace
relación a las mujeres son las trabajadoras independientes la categoría mà-
yoritaria (70.3%). ¿Estamos asistiendo a la paulatina desaparición de la
artesanía, al menos en lo que respecta á la ocupación masculina?. Cómo
unidad productiva parecería admisible responder afirmativamente, pues re-
sulta indudable que la pequeña manufactura ha ido ganando terreno, sin
que ello implique un proceso muy avanzado de división del trabajo, con lo
cual quedaría a salvo la profesión del artesano, aunque esta vez ya depen-
diendo de un salario al interior de una unidad "empresarial" por muy pe-
queña que sea. La problemática, en principio, es diferente para el sexo fe-
menino. Decimos en principio, porque si bien de acuerdo a la definición
censal las artesanas pueden ser calificadas como trabajadoras independien-
tes, desde la óptica socio-económica ellas se hallan sumamente dependien-
157
tes de los rígidos resortes en los que están cristalizados la comercialización
de sus productos (intermediarios) o la financiación de la materia prima (usu-
réria), mecanismos que generalmente suelen ser operados por el mismo ac-
tor social: "el comerciante/usurero".
Finalmente, la aparente paradoja del mayor dinamismo de las muie-
res empleadas y obreras en comparación a los hombres (véase: Cuadro
VIII) se devela toda vez que el último censo (1972) confirma que tales
categorías están ocupadas fundamentalmente en el sector de servicios don-
de las empleadas constituyen el 31.2% — administración pública y co-
mercio^ y las obreras el 59.8% —servicio doméstico—.
LA DESOCUPACIÓN .
188
Cuadro IX
PARAGUAY: TASAS DE DESOCUPACIÓN (%) DE LA POBLACIÓN
ECONÓMICAMENTE ACTIVA, SEGÚN SEXO, GRUPOS
DE EDAD Y ZONAS. AÑO 1972.
Zonas y Sexo
Grupos Zona Urbana Zona Rural
de edad Hombres Mujeres Hombres Mujeres
bres y de las mujeres de la zona urbana son superiores respecto de las ve-
rificadas en la zona rural. Ello quiere dear que existen condicionamientos
diferenciales en los mecanismos de absorción de la fuerza' de trabajo en
una u otra zona. No obstante, los hechos indican que la situación favorable
de las áreas rurales hasta cierto punto resulta aparente, ya que "el proble-
ma fundamental de dichas áreas jes la sub-ocupación" (PREALC), y ésto
aún reconociendo la gran repercusión que los movimientos migratorios, in-
ternos (entre zonas rurales) y extemos (hacia la Argentina), hayan podido
tener en la solución del mismo, por lo menos hasta la fecha en que fueron
obtenidos los datos comentados.
Por otra parte, teniendo en cuenta la distinción entre las personas que
han trabajado antes y las que buscan empleo por vez primera se concluye
que no existen mayores desniveles porcentuales entré tales agrupamientos;
en efecto la muestra censal del 72 comprueba que en la zona urbana el
150
2.2% de la PEA masculina habría trabajado anteriormente y que el 1.9%
buscaba el primer empleo (1); la relación es favorable en el supuesto de
las'mujeres'a.las que buscaban el primer empleo (0.97%) en'comparación
a las que habían ' babajado antes (0.78%)'. La misma situación apareció
en el estudio PREALC para el área de Asunción, donde entre otras razones
de menor importancia, se atribuía —hipotéticamente— el hecho a la exa-
geración por parte- de los jóvenes en declarar estar buscando trabajo. Cual-
quiera sea la explicación, el fenómeno en sí venía a conformar una caracte-
rística que no se observaba en otras capitales latinoamericanas, en las que
los desocupados que ya habían trabajado era el tipo predominante:
(1) En el censo inclusive aparecen los que no trabajan y los que no- han especi-
ficado su condición de desocupado (por ej.: hombres que declaran quehaceres
domésticos y personas menores de 40 años que se declararon rentistas o pen-
sionados) grupo que viene a-complicar mas aún la • interpretación, pues en
total -r-sin distinción de sexo ni de zona— asciende al 1.4% de la PEA, es de-
cir más de una tercera parte de los desocupados.
12) PREALC/OIT. Ob. Ôit;
160
superado por el de las desocupadas que no han especificado su condición
(38.7%) (1).
Por otra parte, en la zona rural, los hombres que buscan empleo por
primera vez son, de nuevo, el grupo mayoritario (37.6%), siendo los gru-
pos de 15 a 19 años los más numerosos ( 1.680 sobre los 2.890 que constitu-
yen el grupo), aparte, claro está, de los no especificados (53.4%). Por fin,
también las mujeres que buscan el primer empleo, en esta misma zona, vie-
ne a ser el grupo de más peso (55.5%), guardando la misma pauta en cuan-
to a los grupos de edades (las de 15 a 19 años son 400 sobre las 760 que
conforman todo el grupo), a pesar de que en esta circunstancia el fenóme-
no pierde su dimensión cuantitativa comparativamente a los demás, lo cual
vendría a demostrar que el éxodo femenino del campo es un problema so-
cio-demográfico de primer orden.
Otra característica demográfica consiste en el hecho de que en los gru-
pos comprendidos entre los 50 a 64 años se observa la tendencia a una más
elevada desocupación, de manera más notoria respecto de los hombres que
de las mujeres y en niveles más pronunciados en la zona urbana que en la
rural. Probablemente la situación más favorable de las edades intermedias
esté conectada con la predisposición selectiva del mercado laboral hacia ta-
les grupos de edad, sin olvidar el efecto regulador que para los mismos haya
podido representar la emigración externa.
Finalmente, la tendencia de la no presencia de las mujeres en el ámbi-
to de la desocupación hacia los últimos tramos de edad —a partir de los 65
años— implica que las mismas ingresan a los sectores inactivos más tempra-
namente que los hombres.
(1) Ya se hizo la salvedad que los hombres desocupados "no especificados" ascen-
dían a cifras muy considerables, pues los 6730 calificados como tales represen-
tan el 46.3%, dándose la misma situación que en el sexo femenino.
101
al año—, y el. resto (53%) puede hacer sólo durante algunos meses del año,
debiendo buscar trabajo en actividades complementarias no agropecuarias,
incluyéndose en este grupo a las mujeres (5.7% de la PEA en la agricultura).
— El ingreso promedio rural es notablemente inferior al urbano (al-
canza a poco más de un cuarto del promedio de éste) y se distribuye en
forma desigual.
— Y, como consecuencia de los rasgos precedentes, la fuerza de traba-
jo humana es la tecnología básica, con alguna ayuda de tracción animal e
implementos sencillos, usándose aún en poca medida la fuerza mecánica y
los ihsumos modernos.
Por su parte, las características resaltantes del sub-empleo urbano (re-
duciendo la referencia exclusivamente a Asunción) serían éstas:
— En 1972, el sub-empleo en Asunción afectaba a alrededor del 52%
de la fuerza de trabajo en cifra absoluta.
— Existían grupos cuya condición de sub-empleo derivaba de las carac-
terísticas de sus ocupaciones: servicio doméstico, trabajadores familiares y
trabajadores ocasionales (estos en conjunto constituían el 14% de mano de
obra de Asunción).
— Otros grupos ingresaban a la categoría por los niveles de sus ingre-
sos —fluctuantes oT>ajos—, entre estos estaban: los que tenían un ingreso
fluctuante (80% del grupo) y los empleados a sueldo fijo (23% del grupo),
los que sumados representaban el 38% de la fuerza de trabajo de Asunción.
162
CAPITULO VIH
PROYECCIONES DE LA POBLACIÓN
FECUNDIDAD
Cuadro I
ESPERANZA DE VIDA AL NACER (AÑOS)
Quinquenio Hombres Mujeres
1960-65 55,4 59,3
1965-70 57,4 61,3
1970-75 59,4 63,8
1975-80 61,9 66,3
1980-85 64,4 68,3
Fuente: VIDAL, Ob. Cit.
MIGRACIONES
EMIGRACIÓN
A partir de la estimación de una tasa promedio para el período 1962
1971(1) y una ponderación por grupos de edad, en función de la composi-
ción por edad de los migrantes (2) (paraguayos residentes en la Argenti-
na) y la de los residentes en el país(3) se estimaron las tasas de emigración
para cada grupo de edad (ver Cuadro II); posteriormente para obtenerlas
Cuadro III
PARAGUAY: ESTIMACION DE LAS TASAS DE EMIGRACIÓN POR
GRUPOS QUINQUENALES DE EDAD*.
Grupos de Edades E.Kx; x+n
0- 4 0,00230
5 - 9 0,00550
10-14 0,00960
15 - 19 0,02021
20-24 0,02525
25-29 0,02080
30-34 0,01250
35-39 0,00850
40-44 0,00630
45-49 0,00520
50-54 0,00450
55-59 0,00357
60-64 0,00276
65-69 0,00214
70 - 74 0,00166
75 - 79 0,00104
80 y más 0,00064
* Lectura gráfica
(1) Instituto Nacional de Estadística y Censos. Argentina. Censo 1970 —Muestra
lCi%—.
(2) Dirección General de Estadística y Censos del Paraguay. Censo 1972.
165
por grupos quinquenales de edad se recurrió a la lectura gráfica (ver Cua-
dro III).
Las tasas promedio de emigración correspondiente al período 1950-1962
fue de 9,84%°, y la del período 1962-71 igual a 9,81%«.
Las tasas por grupos quinquenales de edad obtenidas, por el procedi-
miento antes indicado, se consideraron constantes durante el período que
comprende la proyección.
INMIGRACIÓN
El proceso inmigratorio no es un fenómeno nuevo en la historia demo-
gráfica paraguaya, tal como se ha planteado en el Capítulo I. A este res-
pecto, debe derivarse que en el transcurso del segundo quinquenio de la
década del 60 se estaría ante una nueva etapa en la evolución de este pro-
ceso migratorio.
La información censal correspondiente al año 1972 revela que en ese
año fueron empadronados más de 55.000 personas quienes en 1967? residían
en otros países o nacieron fuera del país. Dicha cifra relacionada con la po-
blación media del período quinquenal 1967-1972 (calculada en base a la
tasa de crecimiento intercensal 1962-1972) dio un porcentaje de 2,48, o sea
la inmigración media anual al país sería aproximadamente de 5%.
La falta de conocimiento de la composición por edad y sexo de los in-
migrantes determinó que en la proyección se asumiera que la misma ten-
dría una estructura semejante a la de la población paraguaya, ya que exis-
ten indicios de que en los últimos años, los extranjeros que ingresaron al
país estarían constituidos mayoritariamente por inmigrantes brasileños de
tipo familiar.
En la proyección se estimó que dicha tasa quinquenal de 2,48%, se
mantendría constante a partir de 1970 hasta el año 1985. Sin embargo, en
los años anteriores a 1970, la inmigración habría sido algo menor y, por con-
siguiente, para el año 1965 se redujo dicha tasa en un 50% aproximadamente.
166
i oo M in ln^co^in^ q co, oo^ ici, o^co^p,^.
z "O"O"Í>-" çg"o>o"t-"
"tf i—I <M « in >—i cq
O ^ CO î > i-l
w
CO
¡
ö
1,05,00 "3^
i 0 0 i—<" t — '
in oo o
• - ^ Tfi
i-i
CO Tj<
oo"^
•<}< 1—< i-i
co^in
'S?**0"
O CO
8^"
-I e 0 .
CO
î
PS
O
^»•„cqin ococqin ocooqin
CO .
1
Cd
ü
I czTc-f
W1>
co"cq co" Ir-
in t r O t~-
I «O
o
©.ln^o^in^ ©„rn^p.in.
CO CD
Ç ^ î 731 ^
to H © a
168
os,
cd" CD in" »* og" »n ço" t--" •- T lo"
C/5 §2
H
O
W
H
Q
C/3
1O
O
cu
D
tí
Ü
tí
O M M Oi H l i ^ c ^ N CO •* CO Iß <0 O H in
PH fe t>" i-T a¡ i-T in" ^ ?S" " ^ 's" e í oí1 " m" 001 - * " oí
en CO CO ÍN H H
en <*
N O)00 CO
co
oa cp" i>-" c i Mi" co"fcr00" co co Q " Q" OÍ 1 I-T CO" t-" c i co"
oScocsit>coOa5o(5t-coiJ5coeocNi—ii—i
O CM N H H H
g
I I í I I I I I I I II
o in o LO o ß o n o 10 o m
HntNcqcoco"*fiin
•:169
CO
CD"
CO §2
^ oq CD, I-H
" os" oi" of oo" " w" o f oo" co ccfos" co" t>" n"
" co" CD"
i—I I—l I—(
3
ml
_ 00 M CD iH CD CO i
fe I g Ü3 g g CO Ci Ci r-l rH B
Ci
s"
as* s s? s
13
11
ü
w
1 I M I M
S2aS
I I I I I I | I
S3gS
s
IÍ
170
Cd
CO
w
Q
<
Q
w
CD
a o N w
Ü 2
Pi
o
P
fd a c ii««" co
c o" TJ 3" os
JT 3" os"in"
os" in"t~t iß"
iß"i TTin" of " ci
1 o t> in M ot> coin "* ^ - n cq 1
is3 W
Si
o
CD CO Ö 00
eg £ J CO rH CO CM OS
m
co cq c^ r—i r-t
§
u
o
P
I •o
! I M I I I I I ! I M I
o
H
171
t - H O l O "* l> "*!>•„ t - O> CX <:
CD" cq" op" c»" og" in" eg t-- -*"oío"t- 't¿ . ^ Jg S'*j' 00
on eqincpcoO'SroOTi«,—icxoor-cowcocsii—i
1 00
cDin^cococN'—i 1—ii—i
O
W
H CO
Q oo03oowwincDooooo>!—t •*& t~ o> a to (jÇ '
co" o í o" CD" m" 3 " in" oo" in" co" i-T c i i>" ço" o" co" • CD"
lnt^Qcoocjinr—loaoooo^in^rcOi—i
i n "^ "^ co csi cq !••( r-^
g
I
g o
r - oo cq cq a> i-<ninncoKi> co - * «„ i/ í, T 'l, Tt l, i:c í,oo"'
ce I co" -rjT i>T r-T 02" i-T in" 03" CD" •<$" CD" O ÍOTt-- i n i n
P-Q^ocqt-cqosooooP-cD^i'cocqi-i
TJH ^ i co co cq 1—1 i-(
00 < ss
en <<
|§ £ i o cq CQ OÍ oo^ ^ c^co^in oo o CO
S u en I ÇÏ î î î C$ 00 1Î$ Ç> t^ CÎ (D
< OP
CD CO
• J cd t-."in" "cD" "CTrt--" co"0o cq " "
m>-i 'i i coin c q t i
COCO
N
^ ^
O N M M N (D (D W O O >-IC35CO
>-IC35CO t-^Tf 05 t~„ Iß, O5
>
" o " i " " " o " 5 >c5"05"H'co"i~
< s f t - " c Í h "i>"oo"oo"co"c5
COIN W
" çq oo"in*
,1"
8^
OÍS
PH I-I
I ! 1 I I ! I I I 1 I 1 ! I >,
CM O
172
in
•8 cortí'cd'cd't-cd 'i-i'eq iß os
05tinPcocococQi
ocqcqHHrt
en
w
p CD, i—j, ^ oo o , oo^ co, co, i—i cQ co, os^ cq^ " ^ C3, co, osn t-^ os
w i—T os" o í 03" os" o í oo" op" m" os" oo" co" co" os co" 1>" co" i—i
- " " (M S rM iH
g
en
2
p
g s"s" s"ss"5"3 s a"gis" 8*
g
P
cq -
cq
i r)^ co, o O^ Iß, tr-„ iß, 00, p , 00, t>_ eq, O5^ in, oq, >~i çq, CO
üo 00Tt—"
i-T T^T »^ r-T rrTOs"
rrT r-i S rfï r*T -»^f Oi" ÇO*
ÇO* Os" in" CO —
i H* co
Ç«,Z en l
J ZP Kl
53
1
2
3 OS
I I I 1 I I I I I I I I I I I i I
o« H
173
CO
8"
©_ c^ os i-i i csi OQ in
in ©"i-Tos"-
ço ö t > - * . CO
"*.oo, os os os os m oo t~ co >« o co co cq so
o 1 :
gj « c2"TjTTt<"o5"in !> 'in'i-í in'a5 co"t-"oí" ^ " -
cocoo5T)rco'r ?5 CO (M
t - Í75 (N O F- CO
-8
p. i i i i i i i i i i i i i i i i i >»
174
CAPITULO IX
IMPLICACIONES ECONÓMICAS
175
cíficos, como acontece, por ejemplo, con la migración. Así, en el estudio
realizado durante 1972 sobre la migración interna al área de Asunción(l),
se pudo comprobar que la condición de migrante implicaba un factor li-
mitante para el acceso a las escalas más altas de la distribución del in-
greso, pues, mientras en uno de los entremos, el 21% de los nativos asun-
ceños poseía más de 21.000 gs. de ingreso mensual —contra el 12% de los
migrantes—, en el otro extremo, el 28% de los migrantes contaba con me-
nos de 7.000 gs. de ingreso mensual —contra el 16% de los nativos—. El fe-
nómeno descripto debe ser interpretado atendiendo a lo analizado en el
capítulo VI ("Migraciones internas"), donde, entre otras características, se
ha enfatizado en la inserción preferencial de los migrantes internos a la
capital en los grupos pofesionales menos calificados, como, asimismo, en
los más bajos niveles educativos que los mismos acreditaban.
3. En último término, en el plano de las predicciones, las pautas del cre-
cimiento de la población económicamente activa, de acuerdo a la proyec-
ción estimada para el período 1975-1985(2), nos brindan la posibilidad de
apuntar a algunas de las implicaciones que el futuro proceso demográfico
"podría" conllevar para la suerte del desarrollo económico a ser verificado
en el transcurso de los próximos años, toda vez que se mantengan las ten-
dencias actuales y sean válidas, en cierta medida, los supuestos considera-
dos en nuestras proyecciones.
Cuadro I
. PARAGUAY: POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE AC-
TIVA Y TASAS GLOBALES DE PARTI-
CIPACIÓN, SEGÚN HIPÓTESIS DEL
CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN.
AÑOS 1975/1985.
1975 1980 1985
HIPÓTESIS I
Total 30:82 30.62 30.29
Masculino 48.78 48.40 47.78
Femenino 13.15 13.02 12.85
HIPÓTESIS II
total 30.91 30.94 31.05
Masculino 48.91 48.90 48.99
Femenino 13.18 13.16 13.17
176
La tendencia decreciente que se observa en la Hipótesis I, con res-
pecto a la verificada en la Hipótesis II, se debe fundamentalmente al he-
cho de que en la, primera la fecundidad se mantiene constante, mientras
que en la segunda se supone que ésta opera en un ritmo decreciente; con
lo oual en el primer caso la importancia relativa de los primeros grupos
de edad (0 a 12 años) es mayor que en el segundo.
Ahora bien, el rasgo sobresaliente, además de las tendencias apunta-
das, consiste en que las tasas globales de participación prácticamente se
mantendrían constantes en el decurso de los próximos 10 años. El principal
factor determinante en la posible conformación de dicha tendencia es la
emigración externa, ya que ésta ha sido uno de los supuestos manejados
para la realización del cálculo de las proyecciones de la población total
(Capítulo VIII). Decimos el factor determinante principal, pues en esta
proyección de la PEA se han mantenido constantes las tasas de participa-
ción correspondientes a los grupos quinquenales de edad del año 1972, y,
por consiguiente, no se han considerado las tendencias crecientes o decre-
cientes qup han correspondido a determinados grupos de edad en las déca-
das anteriores. De esta manera, si se tuviese en cuenta la participación de-
creciente del grupo de 15 a 19 años, tal cual ha sido analizado en el Capítu-
lo VII —debido probablemente al cada vez mayor número de jóvenes que
ingresan en el sistema educativo medio o superior—, presumiblemente las
tasas globales estimadas aún presentarían valores más bajos.
Desde el punto de vista estrictamente económico, no resulta fácil en-
juiciar las implicaciones que la tendencia comentada podría ejercer sobre
la dinámica del proceso económico venidero. ¿Qué consecuencias econó-
micas podría acarrear el hecho de que la emigración externa siguiese man-
teniendo la envergadura que ha poseído hasta el presente?; o bien, ¿qué
significación cabría atribuir si sucediera una disminución en el volumen de
los contingentes migratorios?. Es sabido que por debajo de las variables
demográficas operan un complejo de condicionamientos socio-económicos y
políticos. En este orden de cosas, por ejemplo, se ha estimado, por un lado, que
el 37% de la mano de obra agropecuaria solo tiene trabajo durante algunos
meses del año y que, por otro, el 16% de lá fuerza de trabajo permanente
está en condiciones de desempleo a lo largo de todo el año(l); esto impli-
caría, independientemente de la mayor o menor validez de las estimacio-
nes, que en el campo existiría todo un potencial de mano de obra que podría
ser utilizado de manera más eficiente, toda vez que dicho potencial fuese tras-
ladado a los sectores más dinámicos de la economía (industria manufacturera).
No obstante, en la actualidad el mercado de trabajo en el sector agropecua-
rio —si se nos permite el empleo un tanto abusivo de la categoría— segui-
ría, en cierta medida, presentando las características descriptas. Esta situa-
177
ción estaría demostrando que, hasta el presente, las corrientes migratorias
(internas y externas), originadas primordialmente en las zonas rurales más
pobladas del país, no se han constituido en auténticos mecanismos regu-
ladores del mercado del trabajo.
Justamente en los años que se avecinan se pondrán en marcha la cons-
trucción de grandes presas hidroeléctricas en el río Paraná; a través de
estos emprendimiento las instituciones estables esperan que una buena
parte de esta mano de obra sub-utilizada sea trasladada a sectores más pro-
ductivos y dinámicos. En cualquier supuesto, la vigencia de los condiciona-
mientos estudiados en los Capítulos V, VI y VII deberían ser considerados
como realidad con la cual habría que contar en la elaboración y ejecución
de los planes respectivos.
IMPLICACIONES SOCIALES
179
Cuadro II
Urbana
X de ocupan,
total 4.2 4.9 5.3 5.3 5.5 5.7 5.9 6.4 6.2 6.6
X de ocupan,
por pieza 4.2 2.5 1.8 1.3 1.1 1.0 0.8 0.8 0.7 0.6
Rural
X de ocupan,
total 5.2 6.0 6.5 6.3 6.6 6.4 6.3 5.9 5.9 6.4
X de ocupan,
por pieza 5.2 3.0 2.2 1.6 1.3 1.1 0.9 0.7 0.7 0.6
Fuente: Censo de 1972 — Muestra 10%.
180
4. En el Capítulo IV se han^exäminado algunas de las más sustantivas im-
plicaciones sociales generadas por la interrelation, en el transcurso de las dos
últimas décadas, que se había dado entre el proceso demográfico y el sis-
tema educativo.
De las dimensiones analizadas, insistiremos en dos consecuencias ín-
timamente conectadas entre sí, y que tienen su génesis común en la distin-
ción entre zona urbana y zona rural. Pues bien, la evidencia demuestra que,
por una parte, el rendimiento en el sistema educativo —primario— es mu-
cho mayor en la zona urbana que en la zona rural, y que, por otra, el cre-
cimiento de la matrícula desde el cuarto grado es más acelerado en la pri-
mera que en la segunda. Este último hecho lo podemos correlacionar con
el de la concentración de la matrícula de la enseñanza primaria en los cen-
tros urbanos. Según el censo de población dé 1972 —muestra del 10%— los
niños de 7 a 14 años, que son los que en principio están en edad escolar,
representan el 23.1% de la población total del país, proporción que en la
zona urbana significa el 21.6% y en la zona rural el 23.9%. Ahora bien, de
acuerdo a estadísticas oficiales(1), los porcentajes (con relación a la pobla-
ción total de la zona respectiva) de los alumnos del nivel primario matri-
culados en el sector urbano, de casi todos los Departamentos del país, se
sitúan alrededor del 30%, e inclusive, en algunos de éstos, los porcentajes
ascienden a topes más altos (Cordillera: 41.6%, Caazapá; 42.0% y Para-
guarí: 42.0%). Las razones del fenómeno habría que buscarlas, entre otras,
en la "no disponibilidad por parte de la población rural de escuelas de ciclo
completo y en la estructura del asentamiento de la población rural, pobla-
ción que mayoritariamente está, localizada en los alrededores —o a distan-
cias no muy alejadas— de los pueblos y ciudades, por aquello de que los
complejos minifundiarios suelen estar situados en dichas zonas. Esta últi-
ma circunstancia haría que el desplazamiento de los escolares rurales has-
ta las escuelas urbanas no constituya un problema insalvable y, al mismo
tiempo, vendría a dar sentido al hecho, puntualizado más arriba, del más
acelerado crecimiento de la matrícula en la zona urbana a partir del cuar-
to grado, en consonancia con la característica del funcionamiento de escue-
las incompletas en la zona rural.
LA POLÍTICA DEMOGRÁFICA
181
No obstante, en los últimos años las organizaciones estatales han de-
mostrado un creciente interés por uno de los procesos demográficos más
relevantes del país: la migración.
En esta perspectiva, la creación de centros de colonización, bajo la ini-
ciativa del Instituto de Bienestar Rural, tanto en la Región del Norte como
en la Región de Canendiyú, tiene como uno de los objetivos básicos el de
encauzar los movimientos migratorios. En efecto, con relación a la migra-
ción interna se ha procurado incentivar las corrientes desde las áreas más
densamente pobladas —principalmente desde aquellas más típicamente mi-
nifundiarias: Región Central —hacia las mencionadas colonizaciones, bus-
cando con ello dar respuesta al problema demográfico de la concentración
de la población en tales zonas y, asimismo, a la desocupación, o sub-ocu-
pación, tan visibles en las mismas. Este ha sido el proyecto desde el
punto de vista de la política económica. Concretamente, el proceso ha se-
guido sus cauces propios, a instancia de los condicionamientos demográfi-
cos, económicos y sociales, que han sido analizados en los capítulos ante-
riores.
Que el fenómeno migratorio es una cuestión de significación para el
Estado lo demuestra el interés asignádole a la reciente ley sobre migracio-
nes del 15 de noviembre de 1974. Por cierto, la ley regula tanto la inmigra-
ción de los extranjeros como la emigración y repatriación de los naciona-
les. Inclusive tiene un capítulo especial para los braceros paraguayos que
—como manifestación de un hecho histórico de larga data— suelen ir a tra-
bajar, en tareas agrícolas, temporalmente a los países vecinos, fundamental-
mente a la Argentina.
182
FUENTES DE DATOS SOBRE LA POBLACIÓN EN EL PARAGUAY
BIBLIOGRAFÍA:
ACEVAli, Benjamín. Apantes Geográficos e Históricos. Asunción, Ed. Democracia. 1893.
ÁGUIRRE, Juan Francisco. Diario del Capitán de Fragata... Buenos Aires: Biblioteca
Nacional. 1949-1951.
AMMATUNA CARRUBBA, Juan. Estadio Demográfico del Paraguay. Rev. del Centro
de Estudiantes de C. Económicas. Asunción: 5 (1944) N? 55 pp. 495-502.
Amplitud y Contenido del Próximo Censo Nacional de Población y Vivienda. Rev.
del Centro de Estudiantes de C. Económicas. Asunción: XII (1950) N? 103, pp. 98
ARDITI, Nesim. El Problema de la Población en el Paraguay. Migración y Colonización.
Rev. del Centro de Estudiantes de C. Económicas. Asunción: XII (1950) N? 105.
pp 47-77
ARRIAGA, Eduardo E. Paraguay: Tablas de Mortalidad. Revista Paraguaya de Socio-
logía. Asunción: 6 (1969) N? 15 mayo/agosto, pp 124-132.
ASHWELL, Washington. La Población del Paraguay y el Problema del Desarrollo.
Cuadernos Latinoamericanos de Economía Humana. Montevideo: 1962.
AYALA, Eligió. Migraciones. Santiago de Chile, 1941. 74 p.
AZARA, Félix de. Descripción e Historia del Paraguay y del Rio de la Plata. Madrid.
Ed. Boyel. 1847. 2 vols.
BAEZ, Cecilio. Resuman de la Historia del Paraguay. Asunción: 1926.
BECKER, Wilhelmus L. ASnálisis Social del Primer Proyectó Piloto Integral de De-
sarrollo Rural en el Eje Norte de Colonización. Revista Paraguaya de Sociolo-
gía. Asunción: 6 (1970) N» 14. Marzo, pp 70-101.
BECKER, Wilhelmus L. Análisis Socio-económico del Distrito de Atyrá. Asunción.
Secretaría Técnica de Planificación. 1971.
BENITEZ, Manuel. El Paraguay. Estudio Comparativo de su Población. Asunción
Ed. El País. 1901. 35 p.
BORDÓN, Arturo. La Población en el Paraguay. Asunción: 11 p. (sin otros datos).
BRAIDO, Jacyr Francisco. Inquiry Into Brazilian Settlers in Paraguay. Migration
News. Geneve (Suiza) 1972. N» 2. pp 12.20.
BRITO DE BARCHEL. Pedro Torcuato. Noticia Histórica, Geográfica y Estadística
de la República del Paraguay. Rio de Janeiro. Editorial Gamier. 1865.
183
CABEZA DE VACA, Alvar Núñez. Naufragio y Comentarios. Calpe N? 304. Colección
Austral España. 1957.
CAMPOS, Alfonso. La Mortalidad Infantil. Revista del Centro de Estudiantes de C.
Económicas. Asunción: X (195C0 N? 101. pp 10-14.
CARRÓN, Juan María. Planificación Familiar: Problema que debe.tomarse en serio.
Comunidad. Asunción: XI (1967) N? 511. 2 p.
CASTRO DE REY, Carlos. Las Clases Rurales del Paraguay. Asunción. 1903. Vol. 1183.
CARDOZO, Efraím. El Paraguay Colonial. Asunción. Nizza, 1959.
CENTRO PARAGUAYO DE ESTUDIOS DE POBLACIÓN. Población y Planificación
Familar. Asunción. C.P.E.P. 1971. 161 p.
CENTRO PARAGUAYO DE ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS. Estudio de la Migración
Interna Paraguaya. Utilización de una muestra Censal. 1962. Asunción. C.P.E.S.
1962. 70 p.
CERISOLA, Elsa. Fecundidad Diferencial en la República del Paraguay, según con-
dición de rnralidad y nivel de instrucción de la mujer, en: "Población, Urbani-
zación y Recursos Humanos en el Paraguay". Centro Paraguayo de Estudios So-
ciológicos. Asunción. 1969. pp. 64-83.
DA FONSECA NASCIMENTO, Ulpiano. La Población del Paraguay, su Evolución y
Composición en el Cuadro de su Economía. Asunción. Secretaría Técnica de Pla-
nificación. 1965.
DECOUD, Héctor F. Geografía de 1» República del Paraguay. Asunción. 2da. Edición.
1896. 170 p.
DEMERSAY, Alfred L. Histoire Pysique, Economique et Estaditique Du Paraguay.
París. Háchete et Co. 1860.
DU GRATY, Alfred. La Republique du Paraguay. Londres. 1862.
La Enseñanza de la Demografía en el Paraguay. Revista Paraguaya de Sociología.
Asunción: 6 (1969) N? 16, Setiembre/Octubre, pp. 134-136.
El Éxodo de los Médicos. Revista Diálogo. Asunción: (1972) N? 12. pp. 11-12.
EXPOSICIÓN UNIVERSALLE DE 1867. Republique du Paraguay Notice Statistique
et Catalogue. París. Exposición Universalle. 1867.
FERREIRA FRANCA, Mario. O Reconocimiento de Independencia do Paragual pelo
Imperio. La Misión de Pimenta Bueno. Rio de Janeiro. 1952.
FIAT: Direc. de Planificación y Estudios. Paraguay: Síntesis Económica y Financiera
N? 2. Buenos Aires: Fiat Concord. XII. 1965. 93 p.
FISCHER, Y QUELL. Anuario Estadístico de la República del Paraguay. libro Pri-
mero. 1886. Asunción: Oficina General de Estadística. 1888.
FLORES COLOMBINO, Andrés. Reseña Histórica de la Migración Paraguaya. Reviste
Paraguaya de Sociología. Asunción: IV (1967) N? 8-9. Enero/Agosto, pp. 89-107.
FLORES COLOMBINO, Andrés. La Fuga de Intelectuales. Emigración Paraguaya.
Prólogo de Carlos Pastore. Montevideo: Talleres Gráficos de la Comunidad del
Sur. 1972. 255 p.
184
FOGEL, Gerardo. Programa Integrado Urbano-Rural de Desarrollo de la Comunidad
en Encarnación-Itapúa (Paraguay). Revista Paraguaya de Sociología. Asunción:
VI (1969) N« 14. pp. 5-69.
FOGEL, Gerardo - SANTACRUZ GALEANO, Osear (y otros) Paraguay: Realidad y
Futuro. Ulna Aproximación al Presente del País y sus Perspectivas, Asunción:
I.D.I.A., 1970. 133 p.
FRETZ, Joseph Winfield. Inmigrant Group Settlements in Paraguay (a study in the
Sociology of Colonization) Editor: Bethel College North Newton, Kansas. 1967.
194 p. (Japanese colonization in Paraguay) p. 83.
GANDÍA, Enrique de. Indios y Conquistadores en el Paraguay. Buenos Aires: 1932.
GELLY, Juan Andrés. El Paraguay. Lo que Fue, Lo que Será. París. Editorial de In-
dias. 1926.
GONZALEZ, Natalicio. Geografía del Paraguay. México. Editorial Guarania. 1964.
816 p.
GUZMAN, Rui Diaz de Historia del Desarrollo, Conquista y Población del Rio de la
Plata. Buenos Aires. 1882.
GUEVARA, José Lozano, Pedro P. Historia de la Conquista del Paraguay. Rio de la
Plata y Tucumán. Buenos Aires. 1882.
GUTIERREZ, Julio C. Crecimiento Vegetativo de la Población del País en el Periodo
Comprendido entre 1936 >y 1949. Revista del Centro de Estudiantes de C. Eco-
nómicas. Asunción: XIII (1952) N* 112. pp. 33-39.
DE HOLANDA, Guy. Los Españoles y las Castas. Historia Paraguaya. N? 1. 1956.
HUGARTE PI, Renzo - CAMPOS, Jaime. Migrantes de Clase Baja en Buenos Aires.
Revista Paraguaya de Sociología. Asunción: X (1973) N' 27. Mayo/Agosto, pp.
101-117.
INTAL (Instituto Para la Integración de América Latina). Investigación Sobre las Con-
diciones de Vida y de Trabajo de la Familia Migrante Originaria de Países limítro-
fes a la República Argentina. Buenos Aires. I.N.T.A.L., Agosto, 1971. Estudio 5, 278 p
KOSTIANOVSKY, Olinda Massare de. Demografía del Paraguay Colonial. La Tribu-
na. Asunción. 20 abril 1969. p. 14.
KOSTIANOVSKY, Olinda Massare de. La Instrucción Pública en la Época Colonial.
Asunción: Ed. Don Bosco. 1968. 275 p.
KREIDER, Emil. Crecimiento de la Población. Un aspecto en la Educación Primaria
del Paraguay. Revista Paraguaya de Sociología. Asunción: 7 (1970) N? 18, Mayo
Agosto, pp. 129-142.
LEDERMAN, Esteban - SILVERO, Arnaldo. La Planificación de los Recursos Huma-
nos en el Paraguay, en: "Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Pa-
raguay". D.M. Rivarola - G. Heisecke Editores. Asunción. Centro Paraguayo de
Estudios Sociológicos. 2da. Edición. 1970. pp. 117-151.
LEDERMAN, Esteban - SILVERO, Arnaldo. Población y Fuerza de Trabajo, en: "Po-
blación, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay". D.M. Rivarola . G. Hei-
secke Editores. Asunción. Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. 2da. Ed.
1970. pp. 152-176.
185
LOPEZ, Bertha H. de Estudio de la »Migración Interna Paraguaya. Utilización de una
Muestra Censal. 1962. Revista Paraguaya de Sociología. Asunción: 9 (1972) N? 24.
Mayo/Agosto, pp. 73-127.
LONGCHAMPS, Roger. Dr. Francia. Asunción, 1882.
MASI, Domingo. A. Necesidad de una Política de Población. ABC. Asunción: 20-III-
1972. 2 p.
MELLON, Roger - SILVERO, Arnaldo. Proyección de la Población del Paraguay.
(1960-1970). en: "Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay".
D.M. Rivarola - G. Heisecke Editores. Asunción. Centro Paraguayo de Estudios
Sociológicos, 2da. Edición. 1970. pp. 47-86.
MELLON, Roger - SILVERO, Arnaldo. Evolución de los Censos de Población Levan-
tados en la República del Paraguay 1950-1962. Asunción. Secretaría Técnica de
Planificación. 1965.
MELLON, Roger - SILVERO, Arnaldo. La Población Económicamente Activa del Pa-
raguay. Revista Paraguaya de Sociología. Asunción: 3 (1966) N ? 7.
MENDARO, Ernesto. Paraguay. Asunción. Ministerio de Agricultura y Ganadería.
STICA. 1960.
MENDOZA, Raúl. Tendencias de la Población y Problemas Demográficos del Paraguay.
Asunción. Centro Paraguayo de Estudios de Población. Junio, 1968.
MENDOZA, Raúl. Desarrollo y Evolución de la Población Paraguaya, en: "Población,
Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay". D.M. Rivarola - G. Heisec-
ke Editores. Asunción. Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. 2da. edición
1970. pp. 11-46.
186
PARAGUAY: Secretaria Técnica de Planificación. Proyección de la Población del Pa- •
raguay. Estudio Demográfico N? 2. Asunción: Secretaría Técnica de Planifica-
ción. 1965. 35 p.
PEDISIC, Linus Migration Problems in Argentina Today. Migration News. Geneve
(Suiza) 1971. N9 2. pp. 11-16.
PELLEGRINI, Vicente - DE PAULA OLIVA, Francisco. La Inmigración Ilegal Pa-
raguaya. Una Minoría Condenada?. Revista del Centro de Investigación y Acción-
Social. XIX (1970) N» 192. pp. 5-23.
PEREZ ACOSTA, Juan Francisco. Migraciones Históricas del Paraguay a la Argen-
tina. Buenos Aires. Optimus. 1952.
PRIETO, Justo. Contribución al Estudio de las Migraciones Contemporáneas. (El Éxo-
do Paraguayo). Córdoba (Argentina) Universidad Nacional de Córdoba. 1963.
en: Comunicaciones al XX Congreso Internacional de Sociología, pp. 7-29.
La Población del Paraguay. Revista del Centro de Estudiantes de Ciencias Econó-
micas. Asunción: 3 (1941) N? 20. pp. 655-659.
La Población: Problema que debe Resolverse en primer Término. Paraguay Econó^
mico. Asunción: 1 (1945) N? 6. pp. 9-12.
QUEVEDO FANNEL, Roberto. La Asunción de 1600 en dos Padrones Inéditos. His-
toria del Paraguay^ 1963-64.
RAMALLO, Luís. La Planificación Familiar. Revista Paraguaya de Sociología. Asun-
ción: 3 (1966) N? 5. Enero/Abril, pp. 57-59.
RATINOFF, Luís A. La Urbanización en América Latina: el caso de Paraguay. Revis-
ta Paraguaya de Sociología. Asunción: 3 (1966) N? 6. Mayo/Agosto, pp. 17-42.
RAMOS, Antonio. Gestiones en Alemania para el Reconocimiento de la Independen-
cia del Paraguay. 1968.
RECLUS, Eliseo. Paraguay. Asunción: A. Uribe y Cía 1896.
RIVAROLA, Domingo M. La Migración Paraguaya. Aspectos Preliminares. Asunción.
Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. 1967. 49 p.
RIVAROLA, Domingo M. La Estratificación Social en Asunción. Revista Paraguaya
de Sociología. Asunción: 3 (1966) N? 5 Enero/Abril, pp. 23-38.
RIVAROLA, Domingo M. Las Migraciones. Aportes. París: (1967). N? 3. pp. 25-71.
RIVAROLA, Domingo M. Bases Preliminares para el Estudio de la Movilidad Social
en el Paraguay. Revista Paraguaya de Sociología. Asunción: 1(1964) N'-l. Setiem-
bre/Diciembre, pp. 9-29.
RIVAROLA, Domingo M. Estudios y Datos Sobre la Población en el Paraguay. Asun-
ción: Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. 1970. 27 p.
RIVAROLA. Domingo M. Apuntes para el Estudio de la Familia en Paraguay. Re-
vista Paraguaya de Sociología; Asunción: 8 (1971) N? 21 Mayo/Agosto, pp. 84-184.
RIVAROLA, Domingo M. - HEISECKE, Guillermo. (Editores) Población, Urbaniza-
ción y Recursos Humanos* en el Paraguay. Asunción: Centro Paraguayo de Estu-
dios Sociológicos. 1970. 263 p.
187
RIVAROLA, Domingo M. - HEISECKE, Guillermo. (Editores) Estimaciones de la Po-
blación en el Paraguay para 1968. Asunción: en: "Población, Urbanización y Re-
cursos Humanos en el Paraguay". 2da. edición. Centro Paraguayo de Estudios
. Sociológicos, pp. 198-205.
RIVAROLA, Domingo M. Factores Histéricos-Sociales en la Evaluación de la Pobla-
ción en el Paraguay, en: "Población, Urbanización y Recursos Humanos en el
Paraguay". Asunción. Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. 2da. Edición.
1970. pp. 23-46.
ROCHCAU, George. Bolivian, Chilean and Paraguayan Inmigrant in Argentina. Mi-
gration News. Geneve (Suiza): 1970. N? 1. pp. 3-8
ROMERO, Genaro. ¿Qué proporción existe entre el Extranjero y el Inmigrante Pa-
raguayo?. Asunción. La Paraguaya. 1934. 15 p.
ROMERO, Genaro. El Paraguay como País de Inmigración. Asunción, Departamen-
to de Tierras y Colonias. 1926.
ROMERO, Genaro. Repatriación. Asunción. Talleres Gráficos del Estado.
ROMERO, Genaro. Las Colonias Nacionales. Censo. Asunción. 1921.
ROMERO, Genaro. Memoria correspondiente al año 1927, presentado al Ministerio
de Hacienda por el Presidente de Tierras y Colonias. Asunción. Departamento
de Tierras y Colonias. 1928.
ROJAS, Alberto. Las Poblaciones en el Paraguay, su Origen y Progreso socio-econó-
mico. El Liberal. Asunción: 12.VII-1937. 3 p.
SILVERO, Arnaldo. Aspectos Demográficos del Paraguay. Revista Paraguaya de So-
ciología. Asunción: 3 (1966) N? 5 Enero-Abril, pp. 39-46.
SILVERO, Arnaldo. Paraguay Demográfico. Revista Hacienda Pública. Asunción:
10(1967) N? 128 pp. 12-14.
SILVERO, Arnaldo, Análisis de las Cifras Censales. Estudio de la Migración Inter-
nacional y Determinación de la Ley de Mortalidad del Periodo 1950-60. Santiago
de Chile. CELADE. 1964.
SILVERO, Arnaldo, Paraguay: Resumen Demográfico. Suplemento Antropológico de la
Revista del Ateneo Paraguayo. Asunción: 2 (1967))-N' 2. pp. 481-485.
SOARES DE SOUZA, José Antonio. A Misseo Bellegarde, Documentación. 1849-1852.
SOSA, Máximo. La Población del Paraguay. Algunas Características del Período In-
tercensal 1950-1962. ABC. Asunción. Noviembre 1938.
SOSA, Máximo. Población Urbana y Rural del Paraguay. ABC. Asunción. Noviembre
1968.
STEWARD, Julian de. El Pueblo Paraguayo. Historia del Paraguay. 1956.
SUSNIK, Branislava. El Indio Colonial del Paraguay. Asunción. Museo Andrés Bar-
bero. 1966.
TONESS, Odin. Migración adaguaron. Asunción. 1971. 6 p. (Inédito).
VELAZQUEZ, Rafael Eladio. La Fundación de la Villeta del Guarnipltán en 1714. y el
Poblamiento del litoral Paraguayo. Revista Paraguaya de Sociología. Asunción-
3 (1966) N? 5, Enero/Abril pp. 6C1-82.
188
VELAZQUEZ, Rafael Eladio. La Población del Paraguay en 1682. Revista Paraguaya
de Sociología. Asunción: 9 (1972) N? 24 Mayo/Agosto, pp. 128-149.
VELAZQUEZ, Rafael Eladio. La Población del Guaira por los Bandeirantes. La Tri.
buna. Asunción: 19 Abril 1970. Citado en Revista Paraguaya de Sociología, Asun-
ción: 9 (1972) N? 24.
VELAZQUEZ, Rafael Eladio. Ultimas Migraciones de la Villa Rica. La Tribuna. Asun-
ción 10 Mayo 1970.
VIDAL, Jorge L. Paraguay: Proyección de la Población, por Sexo y Grupos de Edades,
1960-2000. Revista Paraguaya de Sociología. Asunción: 7 (1970) N? 17, Enero/
Abril, pp. 80-106.
YAMPEY, Nassim. Expatriación y Salud Mental. Revista Paraguaya de Sociología.
Asunción: 2 (1965) N? 4. Setiembre/Diciembre, pp. 41-48.
INSFRAN, José V. Mortalidad. Asunción. Departamento de Higiene y Asistencia Pú-
blica. 1929.
189
PADRONES Y CENSOS DEL PARAGUAY
1. Padrón de las familias españolas y criados en esta ciudad hecho por el Señor
Don Hernandarias de Saavedra, Gobernador y Capitán genera] de esta Provincia.
Afio 1615, N? 232, Hojas 24.
En Anuario Historia Paraguaya, Buenos Aires 1966
Contiene la lista de vecinos de la ciudad de Asunción, con sus hijos, parientes y
otros discriminados por sexo. En algunos casos se manifiesta la edad de los em-
padronados. Dispuesto por Don Hernandarias de Saavedra, Gobernador y Cap.
general de la Provincia del Paraguay.
2. Padrón hecho por el Gral. Juan Resqufn. Año 1622.
Vol. 286, Sec. nueva encuademación, Archivo Nacional de Asunción. Ed. Academia
Paraguaya de la Historia, Bs. As., 1966.
Lista de vecinos de la Ciudad de Asunción. En algunos casos se menciona estado
civil y número de hijos. Dispuesto por el Gral. Juan Resquin, Alcalde Ordinario.
3. Población del Paraguay en 1682
En "La población del Paraguay en 1682" por Rafael Eladio Velázquez. Revista
Paraguaya de Sociología. Año: 9, N' 24, Mayo - Agosto 1972.
La población de la Ciudad de Asunción y de Villarrica del Espíritu Santo, ca-
tegorizada en vecinos feudatarios, moradores, varones solteros y solteras, así
como el número de esclavos e indios. Número de familias y de almas correspon-
dientes a: seis pueblos de indios a cargo de doctrinantes clérigos, tres a cargo
de religiosos franciscanos y siete a cargo de padres de la Cia. de Jesús. Dis-
puesto por Fray Faustino de Casas, Obispo del Paraguay.
4. Padrones de Encomiendas del Paraguay Colonial
"El Guaraní Colonial". En el Indio Colonial del Paraguay I por Branislava Sus-
nik, Bs. As. 1965.
Contiene cuadros de mitayos y yanaconas agrupados en encomiendas, catego-
rizados en: servicio nominal, real; fugitivos: solteros, viudos, casados, jubilados;
caciques; dones, Cacicazgo —parcialidad como unidad administrativa. Matrimo-
nios, Matrimonios sin hijos, matrimonios entre yanacones guaraníes, etc. Total
de la población mitaya o yanacona. Dispuesto por los gobernadores de la Pro-
vincia del Paraguay 1660-1785.
5. Padrones de Cacicazgos de los Pueblos guaraníes de las Misiones.
"Los trece pueblos guaraníes de las Misiones" En el Indio Colonial del Paraguay n
por Branislava-Susnik, Bs. As. 1966.
Contiene cuadros con el número de cacicazgos de los pueblos guaraníes que cons-
tituyeron las Misiones Jesuíticas, categorizadas por status cacical, jubilados, hom-
bres, hombres fugitivos, solteros, viudos fugitivos, casados fugitivos, etc. Matrimo-
nios, matrimonios sin hijos, familias fugitivas, etc. Dispuesto por los gobernado,
res del Paraguay del Período 1676-1803.
190
6. Poblacióü de los Pueblos de Misiones al Tiempo de la Expulsión de los Jesuítas.
Diario de Juan Francisco Aguirre, Tomo II, 1? parte, Ed. Biblioteca Nacional de
Buenos Aires, Bs. As. 1949.
Contiene datos sobre los 30 pueblos de indios de las Misiones Jesuíticas, cate,
gorizados del siguiente modo: familias, viudos, restos de los dos sexos, totales.
7. Estado de los ocho pueblos de las Misiones situadas al Norte del Río Paraná.
Diario de Juan Francisco Aguirre, tomo II, 1? parte Ed. Biblioteca Nacional de
Buenos Aires. Bs. As. 1949.
Contiene número de indios e indias de los ocho pueblos de las misiones je-
suíticas situadas al norte del río Paraná. Los pueblos son los siguientes: San Ig.
nació Guazú, Santa María de Fé, Santa Rosa, Santiago, San Cosme, Itápúá;
Trinidad y Jesus, Dispuesto por don Francisco Bucareti, Gobernador de Bs.
As.
8. Estado de la Población según los padrones concluidos en el año 1782
Diario de Juan Francisco Aguirre, tomo II, U parte Ed. Biblioteca Nacional de
Bs. As. 1949.
Contiene datos sobre 21 localidades con sus totales de adultos y párvulos. La po-
blación está categorizada por: españoles europeos, españoles americanos, indios
criollos, indios originarios, negros y mulatos libres, negros y mulatos esclavos.
Totales. Dispuesto por Don Pedro Meló de Portugal, Gobernador de la Provincia
del Paraguay.
9. Estado de los Pueblos de indios según los padrones de la visita del año 1782.
Diario de Juan Francisco de Aguirre, Tomo II, 1* parte. Ed. Biblioteca Nacio-
nal de Bs. As. 1949.
Datos de 12 pueblos de indios. La población está categorizada por: sexos, adul-
tos, párvulos. Los pueblos son los siguientes: Yutú, Caazapá, Itá, Yaguarón, Altos
Atyrá, Tobatí, Ypané, San Joaquín e Itapé. Dispuesto por Don Pedro Meló de
Portugal, Gob. de la Provincia del Paraguay.
10. Pueblos de las Misiones en el año 1784.
Diario de Juan Francisco Aguirre, Tomo II, 1? Parte. Ed. Biblioteca Nacional
de Bs. As. 1949.
Contiene datos sobre los 13 pueblos de indios de las misiones. La población se
halla clasificada por: Tributarios, adultos, párvulos, adultas, párvulas, total.
Los pueblos son: San Ignacio Guazú, Ntra. Se.íora de Fé, Santa Rosa, Santiago,
San Cosme, Itapúa, Candelaria, Santa Ana, Nstra. Señora de Loreto, San Ig.
nació Mini, Corpus, Trinidad y Jesús. Dispuesto por Don Pedro Meló de Portu-
gal, Gobernador Intendente del Paraguay.
11. Población de los Partidos y Pueblos de la Provincia del Paraguay en Diciembre
de 1785.
"Historia y Evolución de la población del Paraguay" por Olinda M. de Kostia-
novsky, en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed.
D.M. Rivarola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, 2? Ed.
Asunción, 1970.
Lista de pueblos y partidos de la Provincia del Paraguay con su población
de hombres y mujeres. La categorización es la siguiente: europeos, españoles
americanos, indios criollos, indios originarios, indios mitayos y negros mulatos.
No se conoce quien dispuso su relevamiento.
191
12. Forasteros existentes en Asunción. Año 1790
"Historia y Evolución de la población del Paraguay" por Olinda M. de Kostia-
novsky en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed. D.M.
Rlvarola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estiiiios Sociológicos, 2da. Edición,
Asunción, 1970.
Número de casas, individuos, aptos, esclavos, agregados y total de forasteros re.
sidentes en Asunción. No se conoce quién dispuso su relevamiento.
13. Estado de los Pueblos de indios en la visita de 1790.
Diario de Juan Francisco Aguirre, tomo II, 1? parte Ed. Biblioteca Nacional de
Buenos Aires, Bs. As. 1949.
Número de encomiendas y "total de aliñas" correspondientes a 13 pueblos de in-
dios, a saber: Yuty, Caazapá, Ytapé, Ytá, Guarambaré; Yaguarón; Ypané; Altes:
Atyrá, Tobatí (sic); Belén, San Joaquín y San Estanislao. Dispuesto por don Joa-
quín de Alós, Gob. Intendente de la Prov. del Paraguay. ,
14. Padrón de las parroquias en el año 1793. Bautizos, muertos y casados en un
año. Año 1792
Diario de Juan Francisco Aguirre, tomo II, 1? parte Ed. Biblioteca Nacional de
Buenos Aires, Bs. As. 1949.
Datos sobre 44 parroquias, incluyendo la de los pardos. Se dan totales de adultos
y párvulos, así como el año de fundación de las parroquias. Datos sobre bautis-
mos, muertos y casados correspondientes a un aâo. Para cinco parroquias se dan
cifras sobre el número de familias. Dispuesto por Don Felix de Azara.
15. Estado de los Pueblos de indios en la Visita de 1792
Diario de Juan Francisco Aguirre, tomo II, 1; parte Ed. Biblioteca Nacional de
Buenos Aires, Bs, As. 1949.
Datos correspondientes a 13 pueblos de indios. La población se halla categorizada
en adultos y párvulos, indios y españoles. Datos sobre el total de bautismos, muer-
tos y casados correspondientes a un año. Dispuesto por Don Joaquín de Alós, Gob.
intendente de la Provincia del Paraguay.
16. Padrones parroquiales en 1792 correspondiente a los 13 Pueblos de las Misione«
Año 1972.
Diario de Juan Francisco Aguirre, tomo II, 1* parte. Ed. Biblioteca Nac. de Bue-
nos Aires. Bs. A. 1949.
Datos sobre la población de los 13 pueblos de indios de las misiones jesuíticas que
habían sido incorporados a la Provincia del Paraguay. Dispuesto por el Gobierno
Eclesiástico de la Pvcia. del Paraguay.
17. Poblaciones del gobierno del Paraguay. Año 1792.
En Descripción e Historia del Paraguay y del Río de la Plata por Don Félix de
Azara, Tomo I, Nueva Edición, Asunción 1896.
Datos sobre 66 localidades, comprendido una ciudad, tres villas, 33 parroquias,
27 pueblos de indios y dos de "gente de color". Dispuesto por el Gob. Eclesiás-
tico de la Provincia.
18. Población de cinco pueblos del Paraguay. Años 1814-1817
"Historia y Evolución de la población en el Paraguay" por Olinda M. de Kos-
tianovsky en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed.
D. M. Rivarola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, 2* Edi-
ción, Asunción 1970.
192
Datos sobre: San Juan Nepomuceno, años 1814-1815-1816; Reducción Tagua ti,
año 1816; Emboscada, Atyrá y Caacupé, año 1817. La población de las dos pri-
meras localidades se halla categorizada por: hombres, mujeres, infieles, total.
No se conoce quien dispuso su relevamiento.
19. Lista de pardos Ubres de la Feligresía de Villeta. Año 1816
"Historia y Evolución de la población en el Paraguay" por O. M. de Kostianovsky
en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed. D. M. Riva-
rola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, 2? Edición Asun-
ción 1970.
Lista de pardos libres lie la feligresía de Villeta, correspondiente al año 1816, Los
partidos mencionados son: Partidos de Cumbarety, Estación Zabala, Villeta, Costa
de Guarambaré, Itacocné y Taguatí. No se conoce quién dispuso su relevamiento.
20. Censo de Habitantes del Paraguay. Años 1837-1838.
"Historia y Evolución de la población en el Paraguay" por O. M. de Kostianovsky
en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed. D. M. Ri-
varola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estuiüos Sociológicos, 2* Edición, Asun-
ción 1970.
Datos de población de las siguientes localidades: San Joaquín, Paraguarí, Pi-
rayú, Villa del Pilar, Pirïbebuy, Rosario de Ybytimí, Limpio, Quiindy; Vülarrica
y sus partidos. La población se halla categorizada en adultos, párvulos y totaj.
Dispuesto por el Dictador del Paraguay José Gaspar Rodríguez de Francia, reali-
zado a través de curas de parroquias, pueblos y villas.
21. Censo del Año 1846.
Historia y Evolución de la población en el Paraguay" por Olinda M# lie Kos-
novsky en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed. D.M.
Rivarola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, 2da. Edición,
« Asunción 1970.
Lista de villas, pueblos y parroquias. La población se halla clasificada en adultos,
párvulos y totales. En esta lista se encuentran datos del censo ordenado levan-
t a r por el Presidente de la República en el a5o 1847. Dispuesto por el Obispo del
Paraguay Basilio López.
22. Censo del año 1847
"Historia y Evolución de la población en el Paraguay" por Olinda M. de Kostia-
novsky en Población, Urbanización y Recursos Humanos en el Paraguay, Ed. D.
M. Rivarola y G. Heisecke, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, Asun-
cion, 1970.
Datos sobre varias localidades, categorizada en adultos, párvulos y totales. Los
datos de este censo se encuentran mezclados con los referentes al censo del año
1846. Dispuesto por Don Carlos Antonio López, Pte. de la Rea. del Paraguay.
23. Censo del año 1886
E n Anuario Estadístico de la República del Paraguay, Ed. Oficina general de Esta-
dística, Asunción, 1888.
Datos de población de 83 localidades, .categorizada por sexo, edad y nacionalidad.
Dispuesto por la Oficina general de Estadística.
24. Censo del año 1887
En Anuario Estadístico de la República del Paraguay. Libro segundo, Ed. Oficina
general de Estadística, Asunción, 1889.
Datos de población de 83 localidades ordenadas alfabéticamente dispuesto por la
OXicina general de Estadística.
193
25. Censo del año 1889
Ministerio del Interior, Memoria correspondiente al ejercicio de 1900-1901, pre-
sentada al Congreso de la Nación, Ed. Ministerio del Interior, Asunción, 19CÖ.
Besinnen de la población: absoluta y relativa de los departamentos en los años
1886 y 1899. Población nacional y extranjera por sexos, estallo civil, sexos, y nacio-
nalidades. Detalles de población por departamentos y colonias. Dispuesto por la
Oficina general de Estadística.
26. Censo de lä Ciudad de Asunción. Año 1899
Ministerio del Interior, Memoria correspondiente al ejercicio de 1900-1901, pre-
sentada al Congreso de la Nación, Ed. Ministerio del Interior, Asunción, 1902.
Población por distritos, por nacionalidades, por estado civil, edad, sexo, religión
nacionales y extranjeros por profesiones. Dispuesto por la Intendencia Muni-
cipal de Asunción.
27. Censo de Población y Vivienda. Alio 1950
En Boletín Informativo N? 1, Ministerio lie Hacienda, Dirección General de Esta-
dística y Censos, Asunción, 1950.
Datos distribuidos por departamentos: Población total, urbana y rural. Lugar
de nacimiento, nacionalidad, sexo, edad, estado civil, idioma; alfabetismo y anal-
fabetismo, nivel educacional, asistencia e inasistencia a la escuela, población
económicamente activa e inactiva, ocupación, familias, vivienda. Dispuesto por
la Dirección general de Estadística y Censos.
28. Censo de Población y Vivienda año 1962
Corso de Población y Viviendas, Ministerio de Hacienda, Dirección general de
Estadística y Censos, Asunción, 1965.
Datos por Departamentos: Población urbana y rural por sexos y distritos, lu-
gar de nacimiento, nacionalidad, estado civil ds la población, religión, idioma,
mujeres por grupo de edad y número de hijos nacidos vivos, nacidos vivos por
distritos, alfabetismo, asistencia a la escuela, nivel de educación, población eco-
nómicamente activa, viviendas, numero de ocupantes, viviendas urbana y ru
ral, etc. Dispuesto por la Dirección general de Estadística y Censos.
194
INDICE
Página
PRESENTACIÓN 5
I. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN. CARACTERÍSTICAS
Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL 7
1. La Época Colonial 7
2. El Período de la República 11
3. El Proceso de Ocupación Territorial 14
4. La Inmigración 18
5. Bibliografía 24
II. FECUNDIDAD 25
MORTALIDAD 31
1. Bibliografía 183
2. Padrones y Censos del Paraguay 190
Participaron en el presente estudio:
Grazziella Corvalán
Dora Caballero
Ramón Fogel
Luís A. Galeano
Raúl Nordio
Domingo M. Rivarola