JOHN STUART MILL 9 PG Causalidad Etc 24set 2014

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 9

J.S.

MILL

La causalidad en filosofía implica la idea de que todo suceso se origina


por una causa, origen o principio.

Condiciones

Para que un suceso A sea la causa de un suceso B se tienen que cumplir tres
condiciones:

 Que A suceda antes que B.


 Que siempre que suceda A suceda B.
 Que A y B estén próximos en el espacio y en el tiempo.

El observador, tras varias observaciones, llega a generalizar que puesto que


hasta ahora siempre que ocurrió A se ha dado B, en el futuro ocurrirá lo
mismo. Así se establece una ley: la ley de causalidad.

John Stuart Mill (1806-1873) estaba interesado principalmente en la


causalidad desde el punto de vista de la ciencia y de las múltiples
uniformidades que encontramos, a las que llamamos, según él, "Leyes de la
Naturaleza".

Mill quería establecer, en particular, la fundamentación del razonamiento


en las ciencias y estaba especialmente preocupado por lo que él llamaba el
proceso de inducción, a saber, por el procedimiento con el que se conocen
las leyes científicas a partir de la observación, los experimentos y otras
fuentes.

También estaba interesado en los procesos del razonamiento por los que se
deducen las conclusiones de esas leyes, así como en otros aspectos del
razonamiento que tienen lugar en la actuación de la ciencia.

Por eso, cree que la uniformidad de la naturaleza y la ley de la causa y del


efecto son, ambas, necesarias. Pero Mill nos dice explícitamente que no
tiene interés ni por las preguntas metafísicas ni por las inferencias basadas
en la causalidad. Sus comentarios ponen de relieve el cambio de énfasis
desde la pura especulación filosófica sobre la causalidad a una
comprensión de ella basada en el proceso y el resultado de la ciencia:

Yo no hago ninguna investigación sobre la causa última u


ontológica de ninguna cosa… las causas en las que me
involucro no son las causas eficientes, sino las físicas. Éstas
son causas en un solo sentido, según el cual se dice que un
hecho físico es la causa de otro. De las causas eficientes de los
fenómenos, o de si alguna causa de este tipo existe en
absoluto, no me es necesario dar una opinión. [Sistema de
lógica, Libro III, cap. V, 2, pág. 377]

Mill muestra su herencia empirista cuando también rechaza la idea de toda


fuerza o poder entre los objetos:

Se considera que la noción de la causalidad… implica un lazo


tan misterioso y poderosísimo que no puede existir o, al menos
no existe, entre ningún hecho físico y ningún otro hecho físico
del que es invariablemente consecuente, popularmente
llamado su causa. Y de esto se deduce la supuesta necesidad
de ascender más alto, hasta las esencias y la constitución
inherente de las cosas, para encontrar la verdadera causa, la
causa de la cual no sólo se sigue el efecto, sino que produce
realmente el efecto. Ninguna necesidad de este tipo existe para
los propósitos de la investigación presente… La única noción
de causa que la teoría de inducción requiere es la que puede
obtenerse a partir de la experiencia. [Sistema de lógica, Libro
III, cap. V, 2, pág. 377]

Mill atribuye esta noción a "esa invariabilidad de la sucesión… encontrada


por la observación que obtener entre cada hecho de la naturaleza y otro
hecho que lo ha precedido". En este punto, Mill rechaza la noción de
causalidad de Kant y vuelve a algo parecido al punto de vista de Hume, por
lo menos con respecto al origen de la creencia en cualquier conexión
causal.

Mill hereda de la filosofía clásica la creencia en que la regularidad causal


es el fundamento de todo saber racional. Por otro lado, a la luz de los
argumentos de Hume y de la crítica de Kant a Hume, no quiere implicarse
en una perspectiva empirista cerrada; sobre todo, porque hay demasiados
problemas con la teoría de Hume.

La pregunta importante para Mill es "¿qué es lo que necesito realmente de


la ley de la causalidad para hacer ciencia?" Para contestar esta pregunta,
nos dice, "la verdad de que cada hecho que tiene un principio, tiene una
causa es coextensiva a la experiencia humana". El reconocimiento de esta
verdad universal, asevera, "es el pilar principal de la ciencia inductiva".

Por eso el procedimiento de la ciencia es éste: por inducción, es decir, por


generalización a partir de la experiencia uniforme, se infieren las leyes
causales. Y puesto que cada evento debe tener una causa, estas leyes
pueden usarse después para hacer predicciones. La creencia de Mill en la
física estrictamente determinista de Newton se revela en su referencia a lo
que luego se conocería como "el demonio de Laplace":

Creemos que el estado del universo entero en cualquier


momento es la consecuencia de su estado en el momento
anterior; de suerte que alguien que conociera todos los agentes
que existen en el momento presente, su ubicación en el
espacio y todas sus propiedades, en otras palabras, las leyes de
su acción, podría predecir toda la historia subsecuente del
Universo… Y si cualquier estado particular del universo
entero pudiera repetirse una segunda vez en la vida, todos los
estados subsecuentes también volverían. [Sistema de lógica,
Libro III, cap. V, 8, pág. 401]

De este modo, para Mill, el último pensador mayor de la causalidad antes


de los cataclismos del siglo XX, la mayoría de los pilares principales de la
causalidad todavía permanecen intactos: el determinismo, la universalidad,
la contigüidad y la prioridad temporal. La causalidad es todavía
considerada como la base de nuestro conocimiento del mundo.

(Tomado parcialmente de http://www.zubiri.org (Conferencia 5, Fase


3: La crisis filosófica de la causalidad)

Los cánones de la inducción

Al igual que el principio de la uniformidad de la naturaleza, el principio


de la causalidad se confirma por medio de nuestra experiencia; de hecho,
el principio de la causalidad no es más que una forma más precisa de
enunciar el principio de la uniformidad de la naturaleza.

Para Mill, lo que en última instancia se desea en la ciencia es llegar a


proposiciones como la siguiente:

o A es la causa de a,
o bien existen eventos sin causa,

y como estamos seguros de que todos los eventos tienen causa,

entonces A es la causa de a.

Para lograr este formato, necesitamos métodos más elaborados que la


inducción aristotélica por enumeración simple, ya que sabemos que nos
puede conducir a proposiciones generales falsas.

Mill describió cuatro métodos, los famosos “cánones de la inducción“,


basados en la obra de Herschel. Hizo tal propaganda de estos métodos que
llegaron a ser conocidos como los “métodos de Mill” de la investigación
experimental.

Mill destacó la importancia de estos métodos en el descubrimiento de


leyes científicas. Además, llegó a proclamar que todas las leyes causales
científicas conocidas han sido descubiertas “mediante procesos reducibles a
uno u otro de esos métodos”. Veámoslos:

 Canon I. Método de la Coincidencia o del Acuerdo: Si dos o más


ejemplos de un fenómeno bajo investigación poseen una sola
circunstancia en común, esta única circunstancia, presente en todos
los ejemplos, es la causa (o el efecto) del fenómeno mencionado.
 Canon II. Método de la Diferencia: Si una situación en que ocurre
el fenómeno en investigación, y otra situación en que no ocurre, se
parecen en todo excepto en una circunstancia, que sólo se presenta
en la primera situación, entonces esta circunstancia, que es la única
diferencia, entre las dos situaciones es el efecto, la causa, o una parte
indispensable de la causa, del fenómeno mencionado.
 Canon III. Método de los Residuos: Cuando se resta o sustrae de
cualquier fenómeno la parte que por inducciones previas se sabe que
es el efecto de ciertos antecedentes, el residuo del fenómeno es el
efecto de los antecedentes restantes.
 Canon IV. Método de las Variaciones Concomitantes: Cuando un
fenómeno varía de alguna manera particular, es causa o efecto de
otro fenómeno que varía de la misma o de otra manera, pero
concomitantemente.

Mill sostuvo que de los cuatro métodos, el más importante era el canon II o
método de las diferencias, lo consideraba el instrumento más importante
para el descubrimiento de relaciones causales.
Sin embargo, para que este método funcionara, Mill reconoció que era
necesario que entre una observación y otra del mismo fenómeno sólo
hubiera una diferencia, que podría ser de tiempo o de espacio, pero nada
más. Mill admitía que la utilidad de la diferencia como método de
descubrimiento depende del supuesto de que, para una investigación
determinada, deban especificarse sólo un pequeño número de
circunstancias. Sin embargo, mantuvo que este supuesto se ve a su vez
justificado por la experiencia.

Puede que esto sea así. Pero entonces el descubrimiento de relaciones


causales lleva consigo algo más que la mera especificación de valores que
se ajustan al esquema. Para usar este método en la investigación científica,
debe hacerse una hipótesis acerca de qué circunstancias pueden ser
relevantes para la aparición de un fenómeno dado. Y esta hipótesis sobre
las circunstancias debe formularse antes de la aplicación del esquema. Por
tanto, la afirmación de Mill (el método de la diferencia es suficiente para
descubrir relaciones causales) debe ser rechazada. Por otro lado, una vez
que se ha establecido el supuesto de que una circunstancia se halla
relacionada con un fenómeno, el método de la diferencia especifica una
valiosa técnica para contrastar el supuesto mediante experimentos
controlados.

Respecto del método del acuerdo (Cánon I), éste es un instrumento útil para
el descubrimiento de leyes científicas; si bien Mill reconocía que este
método se halla sujeto a importantes limitaciones. Una es que el método es
eficaz en la búsqueda de las relaciones causales sólo en el caso de que se
haya efectuado un inventario exacto de las circunstancias relevantes. El
éxito en las aplicaciones del método del acuerdo —al igual que el de las
aplicaciones del método de la diferencia— es sólo posible sobre la base de
hipótesis previas acerca de las circunstancias relevantes. Una limitación
adicional del método del acuerdo surge de la posibilidad de que funcionen
una pluralidad de causas.

Mill reconoció que un tipo determinado de fenómenos puede ser el efecto


de diferentes circunstancias en diferentes ocasiones. Es función de la teoría
de la probabilidad el estimar la probabilidad de que se halle presente una
pluralidad de causas, e indicó que, para una correlación dada, esta
probabilidad puede disminuir por la inclusión de casos adicionales en los
que varíen aún más las circunstancias, manteniéndose, sin embargo, la
correlación.

La causalidad múltiple y el método hipotético-deductivo


En el tratamiento de la causalidad múltiple, Mill restringió mucho el
ámbito de aplicabilidad de sus métodos inductivos. Los casos de causalidad
múltiple son casos en los que hay involucrada más de una causa en la
inducción de un efecto. Mill subdividió los casos de causalidad múltiple en
dos clases:

 casos en los que diversas causas continúan produciendo sus propios


efectos separados, y
 casos en los que hay un efecto resultante distinto de los efectos que
se producirían separadamente. Subdividió a su vez esta última clase
en casos en los que el efecto resultante es la “suma vectorial” de las
causas presentes, y casos en los que el efecto resultante es de distinto
tipo que los varios efectos de las causas separadas.

Mill sostenía que la “coexistencia de efectos separados” puede analizarse


con éxito mediante los cuatro métodos inductivos. Sostuvo también que
sucede lo mismo con los “efectos resultantes de tipo diferente”. Señaló que
en este último tipo de situación el investigador puede relacionar el efecto
con la presencia o ausencia de circunstancias, y aplicar después los
métodos del acuerdo y de la diferencia.

En el caso de la “composición de causas” la situación era muy diferente.


Este tipo de causalidad múltiple no es susceptible de ser investigado
mediante los cuatro métodos inductivos.

Veamos un ejemplo, el movimiento causado por la acción de dos fuerzas


tiene como resultado un movimiento a lo largo de la diagonal de un
paralelogramo, cuyos lados tienen longitudes proporcionales a las
magnitudes de las fuerzas. Una consideración importante acerca de la
composición de fuerzas es que a partir de la información acerca del
movimiento resultante no puede determinarse la contribución de las
diversas fuerzas actuantes. Existe un número infinito de conjuntos de
fuerzas que podrían producir un movimiento resultante dado.

Mill tuvo conciencia de los problemas filosóficos generados por su postura


rígidamente inductivista y ofreció una opción alternativa para la generación
del conocimiento, que sólo debería emplearse cuando fracasaran los
métodos directos de la observación y la experimentación. Para esos casos,
Mill recomendó el uso de un método deductivo con tres niveles:

 Enunciado de una ley general,


 Deducción teórica de una consecuencia objetiva derivada de la ley,
 Verificación objetiva.
Mill aceptaba una hipótesis siempre y cuando fuera la única capaz de
explicar los hechos deducidos a partir de ella, o sea que la verificación
objetiva sirviera para excluir todas las demás hipótesis posibles. Prefería
que cada ley fuese inducida a partir del estudio de una causa relevante que
actúe separadamente, pero admitía el uso de hipótesis no incluidas a partir
de los fenómenos. Las hipótesis son suposiciones acerca de las causas que
el científico puede utilizar en los casos en que no es práctico inducir las
leyes por separado.

Mill estableció requisitos muy estrictos para la verificación completa de


una hipótesis. De una hipótesis verificada no sólo han de coincidir sus
consecuencias deductivas con las observaciones sino también que ninguna
otra hipótesis implicase los hechos por explicar. Mantenía que la
verificación completa de una hipótesis requiere la exclusión de todas las
hipótesis alternativas posibles.

Mill atribuía al método deductivo un importante papel en el descubrimiento


científico y estaba convencido de que la gran síntesis newtoniana fue fruto
del método hipotético-deductivo. Por eso deberíamos concluir que Mill no
mantuvo exclusivamente una posición inductivista acerca del contexto del
descubrimiento científico.

Relaciones causales y relaciones accidentales.

Mill mantenía que un importante objeto de la ciencia es la prueba de nexos


causales. Basó su discusión de este objetivo en un análisis de la posición de
Hume de que las relaciones causales son conjunciones secuenciales
constantes de tipos de acontecimientos. Mill distinguía entre dos tipos
secuenciales de eventos, secuencias causales y secuencias accidentales.
Una relación causal es una secuencia de acontecimientos que es a la vez
invariable e incondicionada, admitiendo, por tanto, la posibilidad de que
algunas secuencias invariables no sean causales.

Reconocía Mill que la relación entre secuencias causales y no causales sólo


tiene valor si puede encontrarse algún modo de establecer que algunas
secuencias son incondicionadas. Una secuencia incondicionada es una
secuencia que no sólo ha sido invariable en nuestra experiencia pasada,
sino que también continuará siéndolo “siempre que permanezca constante
la actual constitución de las cosas”. Por ejemplo, la rotación de la tierra es
la condición de la secuencia día-noche; por tanto, es ésta una secuencia
condicionada.

Mill estaba convencido de que las secuencias causales difieren de las


accidentales, y de que esta diferencia puede mostrarse en el ámbito de la
experiencia. Lo que se necesita es una teoría de la prueba que estipule la
forma de los argumentos inductivos válidos. Tal teoría capacitaría al
filósofo de la ciencia para determinar qué generalizaciones de la
experiencia establecen relaciones causales.

Justificación de la inducción.

Para establecer que, cualquier argumento que tenga la forma del método de
la diferencia, prueba la conexión causal, Mill tenía que mostrar que la
conexión es a un tiempo invariable e incondicionada.

Sin embargo, los filósofos de la ciencia están de acuerdo, en general, que


Mill no logró probar su tesis. Los argumentos de Mill para sustentar su
afirmación se basan en dos premisas, y no logró establecer como verdadera
ninguna de las dos.

1. Los casos positivos y negativos que se ajustan al esquema de la


diferencia difieren exactamente en una circunstancia relevante.
Pero al intentar demostrarlo, a lo más que llegó fue a mostrar que en
muchos casos se había observado que las secuencias eran invariables
a pesar del hecho de que sólo se había tenido en cuenta un pequeño
número de circunstancias. Y esto no es suficiente para probar que
ninguna otra circunstancia no pudiera ser relevante para que el
fenómeno tuviera o no lugar.
2. Principio de causalidad universal, que estipula que para cada
fenómeno existe un conjunto de circunstancias-antecedentes de las
que es invariable e incondicionalmente consecuente. Mill concedió
que su prueba parecía encerrar un círculo vicioso. Reconoció que no
podía probar la ley de la causalidad por medio de un argumento
inductivo usando el método de la diferencia. Hacerlo así seria
circular, ya que la ley de la causalidad es necesaria para justificar el
propio método de la diferencia. Concluía que debido a que cada
secuencia de acontecimientos es una prueba de la ley de la
causalidad, y debido a que todas las secuencias investigadas han
confirmado la ley, ésta ha de ser una verdad necesaria. Proclamó con
ello haber demostrado que un argumento inductivo por enumeración
simple a partir de premisas empíricas prueba que la ley de la
causalidad es una verdad necesaria. Con todo, la prueba de Mill no
logra el éxito. Ninguna apelación a la experiencia, al modo como las
cosas son, prueba que las cosas no puedan ser de otra manera.
Incluso si Mill pudiera garantizar su afirmación de que nunca ha
habido una excepción genuina a la ley de la causalidad, esto no
probaría que la ley fuese una verdad necesaria. Y Mill necesita que la
ley de la causalidad sea una verdad necesaria para justificar su
afirmación de que los argumentos que se ajustan al método de la
diferencia prueban conexiones causales.

Ni los filósofos contemporáneos de Mill ni sus sucesores hasta nuestros


días, han aceptado que la simple inducción enumerativa sirva como prueba
de la validez universal de la ley de la causalidad.

El argumento esgrimido por todos ellos es siempre el mismo: a partir del


análisis de las cosas como son, por más exhaustivo que éste sea, no es
válido concluir que ellas no podrían ser de otra manera. Ni siquiera el
postulado de Mill, de que nunca se ha demostrado una sola excepción a la
ley de la causalidad, si se aceptara, serviría para demostrar que la ley es una
verdad lógicamente necesaria.

En otras palabras, Hume no fue refutado por Mill, porque mientras Hume
basó sus argumentos en contra de la causalidad en la lógica, Mill se refugió
en la experiencia sin excepciones para apoyarla.

(Basado en Losse, J.)

También podría gustarte