Libro Laborum El Derecho Del Trabajo y de La Ss en La Encrucijada.
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Comité científico:
ISBN: 978-84-92602-99-5
Depósito Legal: MU 1453-2015
PRESENTACIÓN .................................................................................................................... 11
ISBN: 978-84-92602-99-5 7
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Capítulo XVI. La supresión del cumplimiento del servicio militar como causa
de suspensión del contrato de trabajo (¿se ha olvidado el legislador del
derecho a la libre circulación en Europa?) ............................................................... 233
PATRICIA PRIETO PADÍN
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Índice
Capítulo XXVIII. Los mecanismos de aplicación del convenio colectivo ............... 395
Mª INMACULADA BENAVENTE TORRES
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
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PRESENTACIÓN
El presente libro se enmarca dentro de las actividades científicas del Proyecto I+D
“Buenas Prácticas Jurídicas Para Reducir el Gasto Social” DER2012-32111 y de la Red
de Excelencia “Coordinación de los sistemas de Seguridad Social en la Unión Europea e
Iberoamérica” DER2015-69364-REDT.
Otra de sus metas es fomentar la divulgación de los resultados obtenidos por el equipo
investigador a través de monografías como la presente –financiada por el Ministerio de
Economía y Competitividad– y que a fin de resultar accesible a todos los operadores
jurídicos interesados, es posible descargarla gratuitamente a través de internet. De esta
manera se garantiza la transferencia a la sociedad de los avances en el estado del Derecho
y la jurisprudencia.
Especial mención merecen las coordinadoras de este libro, las profesoras Chocrón
Giráldez, Ramírez Bendala, Sierra Benítez y Cervilla Garzón, por la eficacia con la que
han desarrollado su cometido.
Y por último, pero no menos importante, hay que agradecer a la editorial Laborum
S.L. la confianza depositada y su generosidad al autorizar el acceso on line al contenido
íntegro de esta obra.
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PANEL I. REFORMAS DE LA LEGISLACIÓN DE
SEGURIDAD SOCIAL Y “CRISIS” DEL ESTADO
DEL BIENESTAR
Resumen
Aparentemente del año 2015 lo que nos llama la atención es la publicación de un nuevo
texto refundido, el tercero. Con independencia de la relevancia que quepa dar a ello y que
un análisis detallado del mismo nos lleva a dudar de si estamos ante un simple texto
refundido o se ha ido más allá, lo cierto es que las reformas llevadas a cabo en el sistema de
Seguridad Social han sido muy importantes afectando a los sujetos de las relaciones
jurídicas y a las relaciones jurídicas de afiliación, cotización-recaudación y de protección.
Abstract
2015 Apparently what catches our attention is the publication of a new revised text, the
third. Regardless of the relevance fit to give it and that a detailed analysis leads us to the
question of whether this is a single consolidated text or gone beyond , the fact is that the
reforms in the system Social security have been important subjects affecting legal relations
and legal relations affiliation, quote - collection and protection
1. Introducción
1
Véase su desarrollo reglamentario posterior en RD 1799/1995, de 2 octubre; RD 2621/1986, de 24
diciembre y OO. 20-7 y 30-11/1987; y RD 2364/1986, de 18 diciembre.
2
Véase su desarrollo reglamentario en RR.DD 356 y 357/1991, de 15 de marzo.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
¿Y qué pasa si hablamos de 2015? Pues parece que ha sido un año anodino y que lo
único digno de mención sería el nuevo texto refundido de la LGSS aprobado por
RD-legislativo 8/2015, 30 octubre, cuya entrada en vigor se ha fijado para el 2 de enero
de 2016. Normalmente la promulgación de un nuevo texto de la LGSS poco va a llamar
la atención por presuponer precisamente eso, que estamos ante un simple texto
refundido, es decir, una modalidad de norma jurídica en la que se refunden otras de
igual rango que han sido dictadas de forma aislada y sucesiva y regulan una misma
materia. Siendo su objeto, simplemente, facilitar el conocimiento de la regulación de la
materia refundida ya que llevará consigo la derogación de las normas refundidas.
3
Su desarrollo reglamentario se llevaría a cabo por RD 1300/1995, de 21 julio.
4
Véase el RD 1647/1997, de 31 de octubre.
5
Véase el RD 337/2004, de 27 de febrero.
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Sinopsis de las últimas reformas legislativas en el ámbito de la Seguridad Social Guillermo Rodríguez Iniesta
Aquí debe traerse a colación la reforma del marco jurídico de las entidades
colaboradoras en la gestión de la Seguridad Social introducida por la Ley 35/2014, de
26 de diciembre, que modifica el texto refundido de la LGSS/1994 en relación con el
régimen jurídico de las “Mutuas de Accidente de Trabajo y de Enfermedades
Profesionales de la Seguridad Social”. Se trata de una reforma importante cuyos
aspectos más relevantes a destacar fueron6:
6
La ley contiene además seis disposiciones adicionales, seis transitorias, una derogatoria y seis
finales. Entre las mismas destacan la disposición final primera, que modifica el artículo 32 de la Ley
31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, y la disposición final segunda,
que modifica la Ley 32/2010, de 5 de agosto, por la que se establece un sistema específico de
protección por cese de actividad de los trabajadores autónomos.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Las reformas que han afectado a las relaciones jurídicas de afiliación y cotización
vienen derivadas de las importantes novedades introducidas en la determinación de la
base de cotización (BC), derivadas de la reforma del art. 109 de la LGSS y
consecuentemente luego en su concreción reglamentaria en el art. 23 del RD 2064/1995,
de 22 diciembre, que aprueba el Reglamento General de Cotización y Liquidación de
otros Derechos de la Seguridad Social (RCL). Se trata en definitiva de las reformas
llevadas a cabo por El RD-ley 16/2013, RD 637/2014 en el ámbito de la BC y de la Ley
34/2014, de 26 de septiembre, en el sistema de liquidación de cuotas.
Mientras que la reforma de mayor calado estará recogida en el apartado 2º del art.
109 de la LGSS destinado a recoger las excepciones a la integración en la base de
cotización, viniendo a reducir al mínimo las percepciones exentas de la obligación de
cotizar. Se pasará de un sistema en que la mayoría de las percepciones de carácter
extra-salarial quedaban exentas de cotizar a otro en que prácticamente todas están
sujetas a la obligación de cotizar.
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Sinopsis de las últimas reformas legislativas en el ámbito de la Seguridad Social Guillermo Rodríguez Iniesta
El ajuste del art. 23 del RCL a la reforma introducida por el RD-ley 16/2013, se
llevará a cabo por RD 637/2014, 25 julio. El nuevo marco jurídico de la cotización se
caracterizará por lo siguiente:
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Y unas reglas especiales para las percepciones que se refieran a: servicios de educación, uso de
vivienda y préstamos concedidos por el empresario.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Por otro lado la reforma en gestión liquidatoria introducida por la Ley 34/2014, tenía
un efecto indirecto que era la necesidad de ajustar a ella determinados aspectos de la
LGSS y del RD-Legislativo 5/2000, de 4 agosto, texto refundido de la Ley de
Infracciones en el Orden Social (LISOS). De aquí las reformas de:
a) La gestión recaudatoria. Y así se modificaran los arts. 20, 27, 30, 31, 32 y 36 de
la LGSS, relativos a los aplazamientos, recargos por ingresos fuera de plazo,
reclamaciones de deudas, liquidación de cuotas, determinación de deudas por
cuotas, deber de información por entidades financieras, funcionarios públicos y
profesionales oficiales.
b) Las normas comunes a las entidades gestoras y servicios comunes. Como la
obligación de suministro de información a las entidades gestoras de las
prestaciones económicas de la Seguridad Social. Dándose en consecuencia una
nueva redacción al art. 66 bis de la LGSS.
c) Los procedimientos administrativos de determinadas prestaciones como la de
desempleo (Disp. Ad. 46 LGSS); notificaciones por medios electrónicos,
informáticos o telemáticos (Disp. Ad. 59 LGSS).
d) Y la LISOS, modificando diversos preceptos de la misma: arts. 21, 22, 23, 39 y 50.
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Véase Ley 48/2015, 29 noviembre y RD 1170/2015, 29 diciembre.
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El marco sustantivo de la IT también se verá afectado por una nueva reforma del art.
131 bis de la LGSS llevada a cabo por la disposición final 4.3 de Ley núm. 22/2013, de
23 diciembre, que consistirá básicamente en clarificar las causas de extinción, la
duración de la IT en casos de recaída y la actuación de la entidad gestora tras la
extinción una vez alcanzados los 545 días de duración de la IT.
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Sinopsis de las últimas reformas legislativas en el ámbito de la Seguridad Social Guillermo Rodríguez Iniesta
También la LPGE para 2016 dará una nueva redacción al art. 147 LGSS, modificando la
regla de compatibilidad de la pensión de invalidez en su modalidad no contributiva para los
casos de personas que tuvieran esa consideración antes de iniciar una actividad lucrativa. Y
así a partir de hora Así, a partir de 1 de enero de 2016, durante los cuatro años siguientes al
inicio de la actividad, la suma de la cuantía de la pensión de invalidez y de los ingresos
obtenidos por la actividad desarrollada no podrá ser superior, en cómputo anual, al importe,
también en cómputo anual, de la suma del IPREM, excluidas las pagas extraordinarias y la
pensión de invalidez no contributiva vigentes en cada momento (hasta ahora el límite anual
para la suma de pensión e ingresos se sitúa en el importe, también anual, del IPREM
vigente). En caso de exceder de dicha cuantía, se minorará el importe de la pensión en la
cuantía que resulte necesaria para no sobrepasar dicho límite. Hasta el 31 de diciembre de
2015 para los casos en que se sobrepasara la cuantía límite, se minoraba el importe de la
pensión en el 50 % del exceso sin que, en ningún caso, la suma de la pensión y de los
ingresos pudiera superar 1,5 veces el IPREM.
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Especial del Mar incluyendo ahora a las trabajadoras neskatillas y empacadoras como
una especialidad de la provincia de Vizcaya.
Un aspecto sobre el que se quiere advertir, sin perjuicio de que más adelante se
volverá sobre ellos, es el sentido y alcance que deba darse al art. 1 de la Ley 20/2014:
¿Es una simple refundición? o ¿se autoriza a ir más allá? bajo la excusa de aclarar y
armonizar el texto a refundir.
9
Salvo el denominado complemento por maternidad que entrará en vigor el día 1 de enero de 2016 y
la aplicación del factor de sostenibilidad que se aplicará a las pensiones de jubilación se causen a
partir del día 1-1-2019 (Disposición final única).
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El texto refundido de 1994 tenía en su redacción original 24 Disposiciones Adicionales (alcanzando
66 y otras más numeradas como bis); 13 Disposiciones Transitorias (alcanzando 22 y otras más
numeradas como bis); y 7 Disposiciones Finales.
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Título IV: Régimen especial de la Seguridad Social de los trabajadores por cuenta
propia o autónomos.
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- Además el texto refundido integra en un título específico para regular de todas las
prestaciones no contributivas las familiares (económicas), las pensiones no
contributivas de invalidez y jubilación; y unas disposiciones comunes a todas ellas.
De un breve examen de cada uno de los títulos del nuevo texto refundido pueden
apreciarse las siguientes novedades:
-Los arts. 129 y ss. introducen como novedad incorporar al texto de la Ley
normas relativas a los procedimientos y notificaciones. Quizás lo que más pueda
llamar la atención es el art. 132 “Notificaciones de actos administrativos por
medios electrónicos” –concretamente su apartado 1– y su encaje o no a lo previsto
en el art. 59.1 de la Ley 30/1992, 26 noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en lo
referente a la práctica de la misma.
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-En los apartados 2.d) y 2.e) se incluyen como trabajadores por cuenta ajena
y como asimilados, respectivamente, a los socios trabajadores de las sociedades
laborales.
Junto a estas inclusiones específicas también se recogen en el art. 137 LGSS las
exclusiones del campo de aplicación del R. General, incorporando como novedad las
relativas a:
El capítulo IV, en su art. 166 recoge las situaciones asimiladas al alta de la que se ha
eliminado la referencia a la suspensión del contrato de trabajo por Servicio Militar o
Prestación Social Sustitutoria. Ahora bien, no debería olvidarse que en realidad estas
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Ley Orgánica 13/1991, 2O diciembre.
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Es decir de la existente antes de la reforma introducida por la Ley 24/1997, de 15 de julio en el texto
refundido de 1994.
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Se incorpora la protección por cese de actividad (Título V), cuya regulación quedaba
fuera del anterior texto refundido en la Ley 32/2010, de 5 de agosto, por la que se
establece un sistema específico de protección por cese de actividad de los trabajadores
autónomos, que queda derogada salvo las disposiciones adicionales décima y undécima.
En este apartado podría destacarse la incidencia que han tenido dos Leyes relativas a
la protección a la Infancia y la Adolescencia recogidas en la Ley 26/2015, de 28 de
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- Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-administrativa.
- Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente.
- Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley del Estatuto de los Trabajadores.
- Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público.
- Ley 40/2003, de 18 de noviembre, de Protección a las Familias Numerosas
- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
- Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa.
- Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la mejora del crecimiento y del empleo.
- Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la autonomía personal y atención a las personas
en situación de dependencia.
- Ley General de la Seguridad Social, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio.
- Real decreto Legislativo 670/1987, por el que se aprueba la Ley de Clases Pasivas
- Ley de Enjuiciamiento Criminal.
- Ley 35/2011, de 10 de octubre, reguladora de la Jurisdicción Social.
- Ley de Clases Pasivas del Estado, aprobado por el Real Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril
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8. Consideración final
A tenor de lo noticiado no puede concluirse que este último año haya sido un año
anodino y que lo único reseñable sea la publicación de un nuevo texto refundido. Sin
olvidar la trascendencia de contar con una nueva Ley General de Seguridad Social en
2015, lo cierto es que las reformas en materia de Seguridad Social han afectado a los
sujetos de las relaciones jurídicas, en este caso al nuevo marco jurídico de las Mutuas; y
a las relaciones jurídicas de afiliación, cotización-recaudación y de protección.
Es muy pronto para valorar el resultado de las mismas ya que apenas si se ha puesto
en marcha. Es el caso de la nueva gestión de la IT que en la práctica ha entrado en vigor
diciembre de 2015, o del nuevo sistema de liquidación de cuotas con operatividad
todavía muy limitada.
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Capítulo II. Hacia una Desregulación Jurídica del Derecho de Seguridad Social
FERNANDO MORENO DE VEGA Y LOMO
Profesor Titular De Derecho Del Trabajo Y Seguridad Social
Universidad De Salamanca
Resumen
No es lo mismo hablar de Seguridad Social que de un Derecho de Seguridad Social. Esta
contribución tiene como objetivo una reflexión personal y crítica sobre las deficiencias en
la aplicación de la causa jurídica a esta realidad protectora, condición inexcusable para
reestructurar su modelo y materializar las expectativas de su cuestionada eficacia.
Abstract
It is not the same to talk about Social Security and Social Security Law. This article is a
personal and critical reflection about the deficiencies in the application of legal cases to this
situation of protection, an indispensable condition for restructuring its model and realizing
the expectations of its questioned effectiveness.
1. INTRODUCCIÓN
Sin embargo y de manera inversa a esta tendencia, en los últimos lustros se viene
apreciando que, junto al Derecho, son otros condicionantes los que inspiran y dominan
el abordaje de la cuestión; señaladamente dos: la Economía y la Sociología.
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Ya que toda construcción que se precie ha de estar asentada sobre unos firmes
cimientos, el metafóricamente hablando edificio jurídico debe enraizar su base en torno
a una declaración conceptual que obre como necesario punto de partida. He aquí, sin
lugar a dudas, una de las mayores complejidades del universo jurídico.
Así las cosas, el fundamento espiritual para legitimar una Seguridad Social y más
intencionalmente un Derecho de Seguridad Social, es claro y loable; los problemas
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Hacia Una Desregulación Jurídica Del Derecho De Seguridad Social Fernando Moreno De Vega Y Lomo
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En fin, la estructura del sistema se mantiene en dos de sus terceras partes. Pervive la
distinción entre modelos –obligatorio y complementario–, perdura igualmente la
separación en cuanto a niveles de cobertura –contributivo y asistencial– y tan sólo hay
novedades en la dimensión intermedia que materializan los regímenes de protección. El
problema es que dichas transformaciones vienen exclusivamente sustentadas en un
determinado plano interpretativo de la realidad social, echándose en falta la perspectiva
de la norma jurídica que es la que, en última instancia, legitima la articulación de
Derecho Natural a cuyo tenor a tal supuesto de hecho viene asociada tal consecuencia
jurídica; la que humaniza en última instancia el valor fundamental que representa el
Derecho, con mayúscula.
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meramente declarativos del bastión tuitivo que escuda a la relación de obra o servicio.
Hay quienes opinan que sí son absolutamente necesarios por cuanto su incumplimiento
viene tipificado como infracción –leve o grave– en el Real Decreto Legislativo 5/2000
por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Infracciones y Sanciones del
Orden Social (artículos 21 y 22), sin embargo la mayoría se decanta por su tenor
voluntarista, obra y gracia fundamentalmente del prototipo de alta presunta o de pleno
derecho que es garantía, en última instancia, del principio de automaticidad de las
prestaciones y evita, al final del camino, que la protección de un profesional quede
condicionada a la competencia actuarial de un tercero –el empresario– más que a la
constancia real de los pilares de hecho que identifican a un trabajador como tal.
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Hacia Una Desregulación Jurídica Del Derecho De Seguridad Social Fernando Moreno De Vega Y Lomo
no ante lo que, en última instancia, hubiera sido lo deseable, no otra cosa que una
presentación coordinada, armonizada, codificada; in fine, un verdadero Derecho de
Seguridad Social.
Sabemos que, en la actualidad, son dos las principales fuentes de suministro: las
aportaciones privativas a instancia de las partes contratantes y las de carácter público
mediante Presupuestos Generales del Estado. Ahora bien, ¿existe una meridiana
claridad de ideas respecto a la esencia jurídica que informa cada una de las mismas? En
el trasfondo de este interrogante late la clásica alternativa de separación absoluta de
brotes de financiación, implicando ello como principal novedad la limitación mediante
aportaciones privativas de las partes contratantes al nivel contributivo y reservando la
alimentación estrictamente pública al bloque asistencial, siempre en el marco de la línea
de ruta que representa la estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera; en otras
palabras, un reforzamiento del modelo BISMARCK (afiliados) para el ámbito profesional
y lo propio respecto al modelo BEVERIDGE (ciudadanía) para sufragar el presupuesto de
corte no contributivo.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Para finalizar este apartado y al efecto de que no todo sea negativo, una mención en
términos positivistas hacia un sector de las reformas arbitradas en cuanto a los sistemas
de recaudación. Hasta ahora, esta temática ha venido siendo citada en sus clases
magistrales por quien esto escribe como uno de los principales ejemplos de regulación
harto deficiente en materia de Seguridad Social; errores de sistematización en el antiguo
Texto Refundido de 1994, multitud de normas de desarrollo, etc. Pues bien y sin que
ello haya de ser considerado un prodigio de técnica jurídica, en los novedosos artículos
21 y siguientes del nuevo Texto Refundido de 2015 el legislador no sólo reordena
formalmente sino que arbitra jurídicamente el sota, caballo y rey de aquello que una ley
ordinaria, sin el opcional complemento de un reglamento ejecutivo, ha de prescribir al
respecto: sujetos protagonistas (activo y pasivo), modalidades y recibos de liquidación
así como periodos de ejecución más las consecuencias aplicables, en su caso, para cada
uno de los supuestos contemplados. Es cierto, sí, hay una novedad cualitativa en el
nuevo operativo de liquidación directa que parece lindar más con el interés político del
control económico y, por ende, de lucha contra la economía sumergida, sin embargo, no
creo que ello sea suficiente como para empañar la labor jurídica de asegurar el control
sobre posibles conflictos en una temática tan compleja como la presentada.
A. La Incapacidad Temporal
La prestación frente a la incapacidad temporal para la práctica laboral es una de las
más prominentes en nuestra experiencia doméstica y, por ende, una de las que mayor
atención presupuestaria exige. No resulta en consecuencia extraño el que el legislador
trate de aquilatar al máximo su régimen jurídico.
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Hacia Una Desregulación Jurídica Del Derecho De Seguridad Social Fernando Moreno De Vega Y Lomo
B. La Maternidad y la Paternidad
Acaso nos encontramos ante uno o dos, según se quiera mirar, de los presupuestos
temáticos en los que más crítica se pueda hacer al legislador, y ello no tanto bajo el
prisma de un déficit en su régimen regulador sino más bien un paso antes, esto es, en la
procedencia o no de tales prerrogativas en el Derecho de Seguridad Social. Si esta rama
del ordenamiento tiene finalidad protectora, ¿el hecho de convertirse en padre o madre
ha de ser técnicamente catalogado como de contingencia? Es más, si pensamos en un
exponente de filiación legal en régimen de adopción o acogimiento, ¿dónde cabe ubicar
la alteración de salud que imposibilita para una práctica laboral por causa física o de
cuidado de un menor y que requiere de asistencia sanitaria, máxime si tenemos presente
que estas prestaciones son generalmente reservadas en su integridad para el momento
ulterior a la filiación propiamente entendida?
Sinceramente, creo que estas prestaciones no tienen un asiento jurídico sino más
bien sociológico. Es cierto que a nivel de Derecho hay una causa de suspensión
obligatoria del contrato de trabajo por razón de maternidad, sin embargo, no comparto
que esta detracción temporal de ingresos salariales haya de ser neutralizada por el
Derecho de Seguridad Social por cuanto, siendo la voluntad propia de los sujetos
interesados la que ofrece carta de naturaleza a esta tesitura, no puede ni debe hablarse en
puridad de una situación de necesidad. No afirmo, en última instancia, que no deba
converger una ayuda, ya económica ya en especie, para tales potenciales interesados;
asevero que habrían de ser otras ramas del saber no específicamente jurídicas, como la
Sociología y el Trabajo Social, las que tomaran partido. Como prueba de ello, un
argumento semántico: se habla más de madre –no de trabajadora–, de padre –no de
trabajador–, de hijo –no de descendiente legal– y de familia –no de unidad económica
de convivencia–. Así las cosas, observo en este supuesto una nueva desconexión de
orden jurídico pero que no viene materializada en un error por defecto sino por exceso,
esto es, no se trata tanto de que el legislador obvie la regulación de ciertos contenidos
sino más bien que se excede al penetrar en según qué núcleos temáticos que,
exceptuando la opción de un previsible criterio sancionador, escapan a su ámbito de
influencia.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
En suma, se trata de una práctica ilícita por abuso pero donde la culpa no ha de
revertir en el Estado por una falta de regulación sino, en todo caso, por una cierta
desidia en la actualización, en aras de que este modus operandi de las partes
contratantes quede institucionalizado. La prueba está en que ciertas medidas puestas en
marcha para desincentivar estas actuaciones tienen un claro aroma economicista de
ahorro de costes más que jurídico de regulación de supuestos de hecho, control y
aplicación de consecuencias jurídicas en forma de sanción ante incumplimientos
probados mediante procedimientos de composición heterónomos, ya sea en vía judicial
o extrajudicial.
D. La Incapacidad Permanente
Sin lugar a dudas, la prestación estrella del sistema de Seguridad Social; el tratarse
de una pensión que concede una cuantía económica notable además de limpia en tanto
resulta exceptuada de tributación fiscal, así lo acredita. Sin embargo y al dictado de una
desdichada regla directamente proporcional, parece que cuanto mejor es la prestación
mayores son los problemas de falta de sintonía jurídica en la misma; a saber:
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Hacia Una Desregulación Jurídica Del Derecho De Seguridad Social Fernando Moreno De Vega Y Lomo
3.5.2. La Jubilación
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día, al menos en la generalidad de los casos. Frente al modelo de linaje nuclear propio
sobre todo de la segunda mitad del siglo XX en la que se erigía un cabeza de familia,
varón, del que dependían un cónyuge, mujer, así como una pluralidad de hijos hasta el
límite, casi mínimo, de aquello que hoy viene institucionalizado como familia numerosa
de grado general, actualmente las familias son bastante menos pobladas en lo que a la
línea descendiente se refiere y, sobre todo, no hay una dependencia absoluta entre
cónyuges o miembros de la pareja de hecho, con independencia de su género,
básicamente motivado por la progresiva incorporación de la mujer al mercado de
trabajo. En otras palabras, hoy en día a menudo no acrece la situación de necesidad que
prevé el legislador para dar de paso a esta tutela cuando fallece uno de los integrantes de
la familia y, sin embargo, el resto de tales alcanzan las prestaciones correspondientes.
Sea como fuere, no me resisto a la aportación de alguna que otra pequeña pincelada
sobre el carácter economicista, no jurídico, que mueve al legislador en las últimas
reformas y que, de alguna manera, contribuye al sentido y contenido de esta reflexión.
Una primera, ya un clásico, tiene que ver con el irrisorio Auxilio por Defunción en el
espectro de la actividad real presupuestaria que contemporáneamente impera en el
sector; es posible que desde un punto de vista estrictamente contable no resulte factible
incrementar esta cuantía, pero quizá sí jurídicamente el legislador debiera pensar en una
alternativa para cubrir esta contingencia sin por ello caer en lo que, a juicio totalmente
personal, resulta casi una humillación. Un segundo ejemplo, el retraso sine die de la
posibilidad de incrementar hasta un 60 por cien el porcentaje aplicable a la base
reguladora en ciertos supuestos de viudedad, prerrogativa que, recuérdese, debiera de
haber estado en vigor con efectos de 1 de enero de 2012.
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Hacia Una Desregulación Jurídica Del Derecho De Seguridad Social Fernando Moreno De Vega Y Lomo
3.5.5. Desempleo
4. CONCLUSIONES
Como jurista, siento la obligación de aportar mi visión personal sobre aquello que ha
de acometerse desde ahora mismo al amparo de lo que el Derecho comporta, es decir y
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
según la RAE, del conjunto de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y
de orden, que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia
puede ser impuesta de manera coactiva.
Desde un punto de vista de aquello que podríamos considerar la parte general de esta
rama del ordenamiento jurídico, el legislador debe aclarar los aspectos sobre
constitución de la relación jurídica y formalización de la relación protectora pues,
aunque constitucionalmente sea un Derecho Social, en la realidad empírica es más
inteligible como un derecho de personas. Complementariamente, creo que no debería
prestar tanto interés a la financiación del propio sistema pues, aun siendo una temática
fundamental, su atención mediante Presupuestos Generales del Estado y aportaciones
cuasi-impositivas de las partes contratantes lo aproximan más al Derecho Fiscal.
Seguramente sean malos tiempos para todo el controvertido mundo del Derecho, sin
embargo ello no es razón ni excusa suficiente para dejar de pelear por una debida y
adaptada instrumentalización jurídica. El Derecho, en suma, es lo que a todos nos afecta
y además nos une.
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Capítulo III. El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento
de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión1
CAROLINA GALA DURÁN
Profesora Titular (acreditada a cátedra) de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad Autónoma de Barcelona
Resumen
El impacto de las últimas reformas en materia de jubilación recogidas en las Leyes 27/2011
y 23/2013 supondrá, probablemente, una reducción progresiva del importe de la pensión de
jubilación. Ante tal situación será necesario planificar la futura jubilación y entre las
alternativas posibles alcanzan una especial importancia las vías que permiten compatibilizar
el trabajo y el cobro de la pensión de jubilación (la jubilación flexible, la jubilación
activa…). El objetivo de este trabajo es analizar, desde una perspectiva crítica, las medidas
que actualmente permiten esa compatibilidad así como proponer posibles reformas que
mejoren su eficacia.
Abstract
The impact of recent pensions reforms contained in the Laws 27/2011 and 23/2013 will
probably gradually reduced the amount of pension. In this situation it will be necessary to
plan future retirement and between possible alternatives achieve particularly important
pathways that allow combining work and collection of the retirement pension (retirement
flexible, active retirement…). The aim of this paper is to analyze, from a critical
perspective, measures that currently allow this compatibility and to propose possible
reforms to improve its effectiveness.
1. INTRODUCCIÓN
Obviamente, si las previsiones auguran una pensión de jubilación con una cuantía
más baja y una esperanza de vida que, como elemento muy positivo, sigue
incrementándose5, es necesario abrir vías para poder hacer frente a tal situación, con el
1
El presente trabajo forma parte de los resultados del proyecto “El impacto de las últimas reformas en
materia de jubilación: Envejecimiento activo, sostenibilidad financiera y planes de pensiones
(Perspectivas laboral y fiscal)”, financiado por la Fundación Mapfre en el marco de las Ayudas a la
Investigación Ignacio Hernando de Larramendi 2014.
2
De 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de Seguridad Social.
3
De 23 de diciembre, reguladora del factor de sostenibilidad y del índice de revalorización del
sistema de pensiones de la Seguridad Social. Al respecto, MONENERO PÉREZ, J.L. y
FERNÁNDEZ BERNAT, J.A., La sostenibilidad de las pensiones públicas, 2014, pág. 79 y ss.
4
En adelante TRLGSS.
5
En palabras de Desdentado Bonete: “… el nuevo sistema llevará a una reducción sensible del nivel
de protección: de una manera bastante inexorable, aunque a largo plazo, en la cuantía de las
(…)
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
objetivo de que los futuros pensionistas puedan “planificar” con el tiempo suficiente su
jubilación. En este sentido, cabe pensar en dos posibles alternativas, plenamente
compatibles, no obstante, entre sí:
En todo caso, cabe tener presente que esas vías se enmarcan dentro de lo que, a nivel
internacional6 e interno, se ha denominado fomento del envejecimiento activo,
entendido éste como el fomento, en los diversos campos, de la presencia social activa de
las personas mayores. En efecto, se pretende lograr una sociedad en la que las personas
mayores no quedan relegadas sino que, por el contrario, continúan activas en todos los
aspectos de su vida y, entre ellos, el laboral o profesional.
pensiones de jubilación, al minorar éstas en función del aumento de la esperanza de vida, y de forma
aparentemente más aleatoria… mediante la eliminación de la garantía de la revalorización por el
IPC…”, en SUÁREZ CORUJO, B.: El sistema público de pensiones: Crisis, reforma y
sostenibilidad, Lex Nova Thomson 2014, pág. 16. También DESDENTADO BONETE, A.:
“Reflexiones sobre el factor de sostenibilidad del sistema público de pensiones”, Documentación
Laboral, 2013, pág. 14.
6
Especialmente, a nivel de la Unión Europea, cabe citar el “Libro Blanco. Agenda para unas
pensiones adecuadas, seguras y sostenibles” de 2012, y el “Libro Verde. En pos de unos sistemas de
pensiones europeos adecuados, sostenibles y seguros” de 2010. Y en el marco de la OIT cabe
mencionar “Derechos, empleos y seguridad social: Una nueva visión para hombres y mujeres de
edad avanzada”.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
Esta medida se implantó, como decíamos antes, en enero del año 20029 y se
encuentra recogida actualmente en el artículo 213.1 párrafo 2º del TRLGSS. Se concreta
en que un pensionista de jubilación puede compatibilizar el cobro parcial de su pensión
7
De 26 de diciembre, de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones
Públicas. En este caso, el propio artículo 213.2 prevé que la percepción de la pensión queda en
suspenso por el tiempo que dure el desempeño del puesto de trabajo, sin que ello afecte a sus
revalorizaciones.
8
El efecto es el mismo, suspensión de la pensión durante el desempeño de ese puesto de alto cargo.
9
Figura incorporada por el RDL 16/2001, de 27 de diciembre, de medidas para el establecimiento de
un sistema de jubilación gradual y flexible, sustituido por la Ley 35/2002, de 12 de julio, y
desarrollada en el RD 1132/2002, de 31 de octubre, de desarrollo de determinados preceptos de la
Ley 35/2002, de 12 de julio, de medidas para el establecimiento de un sistema de jubilación flexible.
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con un trabajo a tiempo parcial, formalizado a través de un contrato a tiempo parcial con
una jornada de entre un mínimo del 25 por 100 y un máximo del 50 por 100. En
concordancia con ello, se minora la pensión en proporción inversa a la reducción
aplicable a la jornada de trabajo del pensionista en relación a la de un trabajador a
tiempo completo comparable definido en los términos del artículo 12.1 párrafo 2º del
Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores10.
10
En adelante TRET.
11
Disposición adicional 1ª del RD 1132/2002, que excluye a los regímenes especiales de funcionarios
civiles del Estado, Fuerzas Armadas y personal al servicio de la Administración de Justicia.
12
VIVERO SERRANO, J.B.: “La compatibilidad entre la pensión de jubilación y el trabajo lucrativo:
Todo por el envejecimiento activo”, Documentación Laboral, 2015, pág. 12.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
Asimismo, cabe tener presente que las cotizaciones efectuadas surten efectos para
mejorar la pensión de jubilación, una vez se cesa en el trabajo a tiempo parcial. De este
modo, una vez comunicado dicho cese al INSS, se restablece el cobro total de la
pensión de jubilación, resultando de aplicación las siguientes reglas:
13
Artículo 40.1.c) de la LISOS.
14
Artículo 6.3 del RD 1132/2002.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Todas esas reglas producen efectos favorables para el pensionista, lo que pretende
fomentar el recurso a esta vía de compatibilidad entre la pensión de jubilación y el
trabajo. Sin embargo, cabe tener en cuenta que en este ámbito no resultan de aplicación
los porcentajes adicionales establecidos en el artículo 210.2 del TRLGSS (que pueden
alcanzar hasta el 4 por 100 por año), vinculados exclusivamente con la jubilación
postergada más allá de la edad de jubilación ordinaria.
Y, 7º) desde una perspectiva práctica, cabe destacar que esta figura ha tenido un
muy escaso éxito, ya que en el ejercicio 2009 las altas de jubilación flexible fueron sólo
769, en 2010, 707 y en 2011, 78915. Ello se debe, muy probablemente, a que, hasta el
momento, la edad media de jubilación en el país no ha alcanzado siquiera los 65 años de
edad (más del 40 por 100 de los pensionistas se jubilan antes) y a que la tasa de
sustitución (importe de la pensión en relación con las últimas retribuciones) sigue
siendo elevada (supera el 80 por 100). A lo que cabe añadir que hasta ahora son pocas
las personas que optan u optarían de tener la oportunidad por continuar trabajando tras
alcanzar la edad ordinaria de jubilación: así, según los resultados del Módulo de
transición de la vida laboral a la jubilación de la Encuesta de Población Activa 201216,
sólo al 34,42 por 100 de las personas de 65 a 69 años que estaban cobrando una pensión
de jubilación les hubiera gustado seguir trabajando, lo que resulta perfectamente
comprensible desde el punto de vista humano. Ya se ha trabajado suficiente y es el
momento de jubilarse y dedicarse a otras actividades o a ninguna. Como ya adelantamos
páginas atrás, esa tendencia puede verse alterada, a medio o largo plazo, como
consecuencia del impacto de las últimas reformas en materia de jubilación.
Como una importante novedad incorporada por la Ley 27/201117 se sitúa esta
segunda vía de compatibilidad, regulada actualmente en el artículo 213.4 del TRLGSS y
carente todavía del correspondiente –y necesario– desarrollo reglamentario.
15
“Informe sobre la compatibilidad…” (2012), pág. 6.
16
www.ine.es
17
Disposición adicional 31ª.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
Esta figura, muy escasamente regulada (lo que resulta muy discutible) y que entró en
vigor en agosto de 2011, presenta las siguientes características:
a) Se puede acceder a esta vía con independencia de que se trate de una pensión
por jubilación anticipada, ordinaria, parcial o flexible, o postergada, y del
porcentaje aplicable a la correspondiente base reguladora. Durante esta situación
el pensionista continúa cobrando el total de la pensión de jubilación.
Y esta figura se aplica a todos los regímenes del sistema de Seguridad Social, no
sólo al régimen especial de los trabajadores autónomos.
b) Sólo es posible el trabajo por cuenta propia –con independencia del tipo de
actividad de que se trate–, siempre, eso sí, que los ingresos obtenidos no superen
el importe del salario mínimo interprofesional en cómputo anual (catorce pagas).
Esto último implica que la actividad desarrollada por el pensionista debe tener
un carácter marginal (desde una perspectiva económica)18, pero, dada la
amplitud de los términos legales, puede tratarse tanto de actividades ocasionales
(informes, conferencias, etc.) como habituales. Los ingresos a tener en cuenta
son los ingresos brutos (ingresos por rendimientos del trabajo, del capital, de
actividades económicas y ganancias patrimoniales…)19.
Asimismo, cabe tener en cuenta que esta figura permite no sólo la
compatibilidad de la pensión con la mera titularidad de un negocio, sino también
con cualquier actividad del pensionista en el mismo, ya se trate de un trabajo
material o físico o de las labores de gestión o administración20.
En definitiva, el elemento clave en esta figura es la cuantía de los ingresos
percibidos por el pensionista en su actividad profesional.
c) No existe la obligación previa de comunicar esta situación al INSS. Esa
comunicación sí es obligatoria cuando se supere el importe del salario mínimo
interprofesional, para que se proceda a suspender la pensión durante el resto del
ejercicio fiscal anual, con la consiguiente alta en el régimen especial
correspondiente. Cuando se produzca esa situación, si no se produce la
comunicación, debe reintegrarse el importe de la pensión percibido
indebidamente y se incurrirá en la correspondiente infracción leve por falta de
comunicación, conforme al, antes citado, artículo 24.1 de la LISOS. También
cabe la posibilidad de aplicar, en los términos ya vistos, la infracción grave del
artículo 25.1 de la LISOS.
18
SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA, Y.: “Trabajadores de edad avanzada: II. Compatibilidad trabajo-
pensión. Cuestiones prácticas tras la Reforma 2013”, La Ley 6894, 2013, págs. 2-3, quien señala
también que, con esta fórmula, el legislador asume el criterio de la jurisprudencia sobre el concepto
de habitualidad del trabajador por cuenta propia, ligado a un criterio puramente económico.
19
SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA, Y.: “Trabajadores…”, ob.cit., pág. 3, y MERCADER UGUINA, J.R.:
La compatibilidad de las prestaciones del sistema de Seguridad Social y el trabajo, Lex Nova, 2013,
págs. 153-154. Por el contrario, consideran que se trata de ingresos netos: LÓPEZ ANIORTE M.C.:
“Hacia el envejecimiento activo: Análisis crítico del nuevo régimen de compatibilidad entre el
trabajo y la jubilación”, Nueva Revista Española de Derecho del Trabajo, núm. 164, 2014, pág. 76,
y VIVERO SERRANO, J.B.: “La compatibilidad…”, ob.cit. pág. 7.
20
LOPEZ ANIORTE, M.C.: “Acerca de la compatibilidad entre la percepción de la pensión de
jubilación y el trabajo por cuenta propia”, Revista Española de Derecho del Trabajo, núm. 156,
2012, págs. 79-80.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
1ª) La reducción de la jornada debe ser de entre un mínimo del 25 por 100 y un
máximo del 50 por 100 en relación a la de un trabajador a tiempo completo comparable
definido en los términos del artículo 12.1 del TRET. Se concertará un contrato a tiempo
parcial (que no puede suponer la pérdida de los derechos adquiridos y de la antigüedad),
que se regirá a todos los efectos por lo establecido en el artículo 12 del TRET.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
jubilado parcial), su duración puede ser indefinida o anual. En este segundo supuesto, el
contrato se prorroga automáticamente por períodos anuales, extinguiéndose en todo
caso al finalizar el período correspondiente al año en que se produzca la jubilación total
del jubilado parcial.
En cuanto a los efectos que comporta la cotización, hay que diferenciar dos
situaciones, en función de si se ha celebrado o no un contrato de relevo. Si se ha
celebrado, para el cálculo de las futuras prestaciones (particularmente la pensión de
jubilación total y las prestaciones por muerte y supervivencia), el tiempo de la
jubilación parcial se cuenta como cotizado al 100 por 100 y, en consecuencia, tales
cotizaciones se computarán si mejoran la correspondiente base reguladora. De no
mejorarla, se mantiene la base reguladora inicial con las correspondientes
revalorizaciones.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
artículo 210.2 del TRLGSS, a pesar de haber alargado la vida laboral más allá de la
edad ordinaria de jubilación.
El paso a esta modalidad puede producirse de una forma inmediata una vez
cumplida la edad ordinaria de jubilación y reconocida la pensión o con posterioridad,
esto es, el caso del pensionista jubilado total que opta por esta vía para reiniciar su
actividad laboral o profesional.
En fin, este requisito implica que no pueden recurrir a esta figura las personas que
han accedido a una jubilación bonificada en cuanto a la edad24 o anticipada y aquéllas
que se jubilaron parcialmente antes de alcanzar la edad de jubilación ordinaria. Sí puede
acceder, en cambio, la persona que accede a la jubilación parcial a la edad ordinaria de
jubilación, cuando se jubila totalmente y, con posterioridad, acude a esta vía y cumple
22
Sobre esta vía, vid. SÁNCHEZ URÁN, Y.: “Trabajadores…”, ob.cit. págs. 1 y ss.; y CASAS
BAAMONDE, M.E., RODRÍGUEZ-PIÑERO, M. y VALDÉS DAL-RÉ, F., “La nueva regulación
de la jubilación en el RDL 5/2013, de 15 de marzo, de medidas para favorecer la continuidad de la
vida laboral de los trabajadores y promover el envejecimiento activo”, Relaciones Laborales, núm.
5, 2013, págs. 5 y ss.
23
De 15 de marzo, de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de
mayor edad y promover el envejecimiento activo. Constituye un desarrollo de la disposición
adicional 37ª de la Ley 27/2011.
24
Tampoco podrán acceder a esta vía las personas con discapacidad jubiladas conforme a su régimen
específico (artículo 206 del TRLGSS).
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
los requisitos previstos. Y también cuando tras la jubilación total se pasa a una situación
de jubilación flexible y, posteriormente, se opta por esta fórmula.
Sin embargo, cabe tener en cuenta que esta situación es incompatible con un puesto
de trabajo o de alto cargo en el sector público, conforme al artículo 213.2 y 3 del
TRLGSS. Y la misma solución se aplica en los supuestos de la jubilación flexible y de
la jubilación parcial.
En fin, si se trata de un trabajo por cuenta propia cabe suponer que sólo se
acudirá a esta fórmula cuando no se cumplan los requisitos de la vía prevista en el
artículo 213.4 del TRLGSS, por superar los ingresos percibidos el límite del salario
mínimo interprofesional en cómputo anual. Y únicamente podrá acudirse a aquélla
cuando no se trate de una jubilación ordinaria o postergada o bien, siéndolo, no se
alcance el 100 por 100 de la base reguladora.
25
Disposiciones adicionales 2ª y 3ª del RDL 5/2013. Al respecto, SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA, Y.:
“Trabajadores…”, ob.cit. págs. 10-11; y CASAS, RODRÍGUEZ-PIÑERO y VALDÉS.: “La nueva
regulación…”, págs. 22-24.
26
En adelante LPRL.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Asimismo, el pensionista que acude a esta vía mantiene tal condición a los
efectos de la asistencia sanitaria y otros beneficios.
En efecto, durante la realización del trabajo por cuenta ajena o por cuenta propia,
el empresario y/o el pensionista sólo cotizarán por incapacidad temporal y por
contingencias profesionales (en este último caso sin olvidar el carácter voluntario de la
cotización para la gran mayoría de los trabajadores autónomos no trades), si bien
quedan sujetos a una cotización especial de solidaridad del 8 por 100, no computable
para las prestaciones, tal y como ya hemos señalado, y que en los regímenes de
27
Al respecto, SELMA PENALVA, A.: “Posibilidades de compatibilizar pensión de jubilación con el
trabajo”, Revista doctrinal Aranzadi Social, núm. 2, 2013, págs. 13-15.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
h) El hecho de que la cotización sea tan baja puede inducir a un posible efecto
sustitución, ya que a la empresa, especialmente para determinados tipos de trabajo en
que la edad no supone ningún condicionante, le resultará menos costoso contratar a un
jubilado que a un no jubilado. Esta realidad (la competencia para el empleo entre los
jubilados y los no jubilados) –quizás poco presente en la actualidad pero que puede
incrementarse en el futuro si se reduce, como hemos señalado, el importe de la pensión
de jubilación como consecuencia de la aplicación combinada de las reformas recogidas
en las Leyes 27/2011 y 23/2013–, se pretende condicionar estableciendo dos límites
para evitar posibles fraudes28:
28
Sobre este requisito, vid. CASAS, RODRÍGUEZ-PIÑERO y VALDÉS.: “La nueva regulación…”,
págs. 17-19.
29
El término final a efectos de cómputo de los seis meses se produce en la fecha de declaración
judicial firme de improcedencia o fecha de reconocimiento de la improcedencia en evitación de
sentencia.
30
En caso de no estar delimitados los grupos profesionales se tomaría en cuenta el criterio de
funciones contratadas, así CASAS, RODRÍGUEZ-PIÑERO y VALDÉS.: “La nueva regulación…”,
ob.cit., pág. 18.
31
SÁNCHEZ URÁN AZAÑA, Y.: “Trabajadores…”, ob.cit., pág. 15.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
y especialmente el hecho de que no computen los despidos vía 52.c) del TRET
procedentes constituye una abierta invitación a las empresas para que sustituyan a los
trabajadores por pensionistas32.
Y, j) por último, cabe señalar que esta figura ha tenido un cierto éxito,
habiéndose recurrido a la misma tanto en el marco del trabajo por cuenta ajena
(particularmente para continuar desempeñando el mismo puesto de trabajo a tiempo
completo) como del trabajo por cuenta propia (siguiendo así al frente del mismo
negocio). Pero, como señalaremos en un apartado posterior, su carácter restrictivo,
plantea importantes interrogantes y debería reformarse.
Esta situación, muy favorable para dichos colectivos, se basa en la idea de que
dicha Mutualidad (privada) actúa como un régimen sustitutorio del sistema de
Seguridad Social y, en consecuencia, no se contradice la lógica de incompatibilidad
recogida en el artículo 213.1 del TRLGSS. Y también cabe recordar que esta
compatibilidad se eliminó durante un corto período de tiempo –Orden TIN/1362/2011,
de 23 de mayo–, lo que produjo un interesante debate judicial36, si bien fue rápidamente
32
CASAS, RODRÍGUEZ-PIÑERO y VALDÉS.: “La nueva regulación…”, ob.cit., pág. 19; también,
SUÁREZ CORUJO, B.: El sistema…, ob.cit., pág. 257.
33
Disposición adicional 22ª apartado 2 de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de
Universidades.
34
Disposición adicional 4ª de la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del personal
estatutario de los servicios de salud.
35
En relación con este colectivo vid LÓPEZ ANIORTE, M.C.: “Hacia el envejecimiento…”, ob.cit.
págs. 63-66, y “Acerca de…”, ob.cit. págs. 63-67.
36
Entre otras, SAN de 6 de junio de 2012 y STS de 4 de julio de 2012.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
Es más, junto al impacto directo de las Leyes citadas, cabe tener presente que, como
consecuencia de la complicada situación de nuestro mercado de trabajo, las
generaciones más jóvenes y las no tan jóvenes tendrán bastante más difícil cumplir los
requisitos necesarios para alcanzar algo relativamente común hasta el momento, como
es cobrar el 100 por 100 de la base reguladora de la pensión de jubilación, o que esa
base reguladora corresponda a un trabajo a tiempo completo y/o estable. En efecto, sin
entrar en más detalle, cabe citar aquí factores como: el elevado nivel de desempleo
juvenil, la más tardía inserción en el mercado de trabajo, el que la contratación temporal
sea muy habitual, la contratación a tiempo parcial (que aunque ha mejorado su
protección desde la perspectiva del acceso a las pensiones, sigue dando lugar a
prestaciones de una cuantía muy baja), el previsible incremento de las carreras laborales
y de cotización más inestables, las grandes dificultades de los desempleados mayores de
45 años para reincorporarse al mercado de trabajo, los períodos prolongados en
situaciones de desempleo sin cotización por jubilación (cabe criticar aquí la reforma
restrictiva llevada a cabo en el marco del subsidio por desempleo para mayores de 55
años), la forma en que se cubren ahora las lagunas de cotización, etc. A lo que cabe
añadir un factor de género, por cuanto algunos de esos factores están más presentes o de
una forma diversa en el caso de las mujeres, a los que cabe añadir, además, las
consecuencias negativas desde la perspectiva de la Seguridad Social que tienen las
medidas de conciliación de la vida laboral y familiar (en particular la reducción de la
jornada por el cuidado de hijos o familiares).
37
“El Gobierno presentará un proyecto de ley que regule la compatibilidad entre pensión y trabajo,
garantizando el relevo generacional y la prolongación de la vida laboral, así como el tratamiento en
condiciones de igualdad de las diferentes actividades. Mientras no se produzca esta regulación, se
mantendrá el criterio que se venía aplicando con anterioridad a la entrada en vigor de la Orden
TIN/1362/2011, de 23 de mayo”. Vid. también la Resolución de la Dirección General de Ordenación
de la Seguridad Social de 6 de noviembre de 1996.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Y el segundo motivo, más de tipo organizativo, consiste en que, tal y como hemos
visto, actualmente existen varias vías que permiten la mencionada compatibilidad,
creadas de forma sucesiva y sin ninguna coordinación entre sí, más allá de la
compatibilidad entre ellas. También, como hemos visto, se solapan entre sí y tienen
alcance y consecuencias distintas para los pensionistas. A nuestro entender, pues, se
trata de un sistema poco o nada coordinado.
b) El caso del trabajo por cuenta propia con ingresos escasos dado que, como ya
hemos señalado, puede constituir una vía de posible fraude a la Seguridad Social,
debería reformularse para establecer mayores condicionantes y controles o bien incluso
debería suprimirse, planteándose como alternativa la figura de la jubilación activa.
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El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
38
La única excepción sería la jubilación parcial a la que se accede a una edad anterior a la de la
jubilación ordinaria, regulada en el artículo 215.2 del TRLGSS, por su finalidad de fomento del
empleo.
ISBN: 978-84-92602-99-5 63
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
De este modo, en el caso de desempeñar una jornada a tiempo parcial del 60 por 100
o superior en relación a un trabajador a tiempo completo comparable (definido en la
misma línea del artículo 12.1 del TRET) se reduciría la pensión al 40 por 100 de su
cuantía inicial. Por debajo de ese porcentaje de jornada, la reducción de la pensión sería
directamente proporcional a la duración de la jornada en relación a la de un trabajador a
tiempo completo comparable.
Por otra parte, esta solución requeriría un control mucho más estricto en el caso del
trabajo por cuenta propia, ante las mayores dificultades de control de la jornada
efectivamente realizada; de no poder garantizarse ese control, sólo cabría el trabajo por
cuenta propia a tiempo completo. A estos efectos, cabe recordar que, como ya hemos
manifestado, aunque previsto legalmente, el trabajo por cuenta propia a tiempo parcial
todavía no está vigente en nuestro país.
No obstante, al tratarse de una cotización más baja no podría tener efectos en cuanto
a la modificación de la correspondiente base reguladora de la pensión o en el porcentaje
aplicable, ni tampoco a los efectos de reducir o suprimir el coeficiente reductor en el
caso de tratarse de una jubilación anticipada.
64 ISBN: 978-84-92602-99-5
El impacto de las últimas reformas de la jubilación en el fomento de la compatibilidad entre el trabajo y la pensión Carolina Gala Durán
Y, desde una perspectiva más general, resulta necesaria una nueva forma de
gestionar la edad en las empresas, evitando y eliminando los estereotipos negativos
vinculados en la actualidad a las personas de más edad. Debería modificarse la forma
como el mercado de trabajo, las empresas, los propios trabajadores y la sociedad valora
a los trabajadores de más edad. No podemos olvidar que el fomento del envejecimiento
activo sólo podrá ser cierto cuando los trabajadores de mayor edad tengan posibilidades
reales de empleo, lo que no se produce en nuestro mercado de trabajo y, menos en los
últimos años.
8) Este nuevo modelo de compatibilidad sería compatible con las otras figuras que
tienen como finalidad el favorecimiento de la prolongación de la vida activa a partir de
la edad ordinaria de jubilación, como la jubilación postergada o la exoneración de
cotizaciones prevista en el artículo 152 del TRLGSS.
Y, 9) por último, el cobro de la pensión reducida debería ser compatible no sólo con
el trabajo sino también con la percepción, en su caso, del correspondiente plan de
pensiones o figura alternativa. Es decir, el hecho de que se esté desarrollando un trabajo
no debería ser un impedimento para poder cobrar esa ayuda complementaria,
mejorándose así los ingresos que percibe el jubilado.
4. CONCLUSIONES FINALES
Sin reiterar lo ya señalado en las páginas anteriores sí cabe realizar tres últimas
conclusiones finales:
1ª) Dado el grave impacto que va a tener la aplicación conjunta de las reformas de la
pensión de jubilación recogidas en las Leyes 27/2011 y 23/2013 resulta urgente revisar
y, en su caso, reformular los elementos que pueden contrarrestar sus efectos, y entre
ellos, debería abordarse la reforma de las vías que actualmente permiten compatibilizar
el trabajo y la pensión de jubilación. Y también deberían revisarse aquellos otros
ISBN: 978-84-92602-99-5 65
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
elementos que, como los planes de pensiones y fórmulas análogas, siguen pensados más
como una vía de inversión o de desgravación fiscal que como un elemento que ayudará
a obtener unos ingresos más elevados en el momento de jubilarse.
Y, 3ª) por último, tal y como hemos señalado páginas atrás, resultaría recomendable
(y urgente) reformular el sistema vigente de compatibilidad entre el trabajo y el cobro
de la pensión de jubilación. Y también hemos citado el caso de los jubilados alemanes
que recurren a los minijobs para complementar su pensión. En nuestro país aún no
hemos llegado al estadio en el que nos planteemos ese tipo de situaciones, esto es, que
una persona siga cobrando el total de la pensión y trabaje con el objetivo de poder
subsistir dignamente, si bien cabe preguntarse si no habrá que pensarlo a medio o largo
plazo, cuando se hayan desplegado totalmente los efectos de las Leyes 27/2011 y
23/2013. A nuestro entender, por su gran impacto negativo, debería reformarse el factor
de sostenibilidad con el objetivo de poder compensar sus efectos con elementos como el
nivel de empleo y/o productividad, el incremento de los ingresos, etc., tal y como se ha
hecho en otros países.
66 ISBN: 978-84-92602-99-5
Capítulo IV. Papel de las Mutuas a la luz de su nueva ley y la reestructuración
de las mismas.
RAMÓN LÓPEZ FUENTES1.
Prof. Contratado-doctor DTSS.
Universidad de Sevilla.
Resumen
La Ley 35/2014, implica no sólo un cambio de denominación de las Mutuas colaboradoras
con la Seguridad Social, sino el reconocimiento de un campo de actuación que va más allá
de las contingencias profesionales. Ese cambio tiene una importante repercusión sobre el
número de profesionales que trabajan en las Mutuas, ya que existen diferentes límites
administrativos para el crecimiento del empleo en el sector público. A esto habría que
añadir la destrucción de empleo, justificada por la crisis económica. Como resultado de esa
realidad, se produce una importante reducción de empleo en dichas entidades.
Por otro lado, la ley permite apostar por un cambio de sentido, siempre y cuando se abran
nuevas líneas de acción, para lo que será necesario contar con profesionales cada vez más
especializados. Lo que no está tan claro es cuáles serán sus condiciones socio laborales en
relación a lo que tradicionalmente se daba en las Mutuas: niveles de empleo caracterizados
por su estabilidad y calidad.
Abstract
The law 35/2014, involves not only a change in the title of the cooperating Mutuals, but
also a wider scope of action which go further than the professional contingencies. In fact,
this change has also an important effect over the number of people working in the Mutuals,
since there are some administrative limits to the development of the public employment of
the sector. In addition to it, we should mention the lose of jobs, justified by the economical
crisis. As a result of this reality, it is produced a significant reduction in the employability
of these institutions.
On the other hand, the law permits a change of direction, as long as new lines of work were
opened, for which will be necessary even more and better specialized staff. In this sense,
what is not enough clear is which are going to be their new working conditions, since the
references have traditionally been high levels of quality and stability.
1. Cuestiones preliminares.
Se ha señalado que dicha reforma se centra más que nada en pequeños retoques
estéticos, pero, a nuestro juicio, en realidad es más importante de lo que aparenta o se ha
pretendido hacer ver. Y ello, porque no sólo hay un cambio de denominación, sino un
posicionamiento de estricta dependencia con el Sistema de Seguridad Social.
Ejemplo de lo anterior lo tenemos desde el enfoque que se quiere dar a cómo quedan
las Mutuas, en su consideración de entidades colaboradoras con la Seguridad Social y
no ya de la Seguridad Social. Además, ese cambio de denominación deja al margen las
referencias tradicionales a la naturaleza profesional de su campo de acción, para, a
1
Trabajo desarrollado dentro de la línea de investigación del grupo EURLAB SEJ103
ISBN: 978-84-92602-99-5 67
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
continuación enumerar las lista de funciones que han ido asumiendo en los últimos
años, algunas de las cuales venían cuestionándose a la luz de su inicial concepción.
Aspectos, todo ellos, que enlazan con la tendencia previa y necesaria para afrontar
esos cambios, y que obligaba a modificar –con diverso alcance, todo sea dicho– el
marco jurídico del empleo de los diferentes colectivos profesionales que prestan sus
servicios a través de dichas instituciones2. O lo que es lo mismo, y pese a lo que pudiese
pensarse, se facilita y continúa con un proceso de reducción de profesionales en el
sector3, como ya desde el anteproyecto de la ley de Mutuas había sido ampliamente
cuestionado por diferentes asociaciones empresariales y sindicales4.
En realidad, a nuestro juicio, estamos ante un nuevo ejemplo de como sobre la base
de mantener un proceso convergente con la realidad económica, es posible desarrollar
un sistema “parapúblico” de acceso restringido y beneficioso para determinados entes
empresariales. Pues no siempre se reduce el uso de servicios ajenos, sino que éste se
hace especialmente necesario para atender determinados servicios profesionales5, al
menos en determinados aspectos funcionales6, que normalmente presentan un coste
elevado, por la especialidad que presentan.
2
Se profundizaría así en un proceso de reestructuración del sector, que sobre el argumento de las
funciones que desarrollan los trabajadores que integran el colectivo de las Mutuas y la necesidad de
optimizar recursos, permitirá seguir reduciendo y especializando el número de dichas Entidades
Colaboradoras, con la consiguiente eliminación de masa laboral. En este sentido vid, López Gandia,
J. “La reforma de las mutuas y la sostenibilidad de la seguriada social”.Lex social: revista de los
derechos sociales, ISSN-e 2174-6419, nº 5, V2, 2015. págs. 153-179
3
Quizás no en los términos que señalan algunos informes sindicales, pero sin duda muy en la línea de
aquellos. Al respecto vid. el informe sobre e anteproyecto de UGT o CCOO, que hablan, cuanto
menos de una reducción de más de 10000 profesionales ante las reestructuraciones realizadas y por
realizar. Al respecto material interno sindical.
4
Al respecto, son numerosas las publicaciones que recoge AMAT y diferentes sindicatos, así como
artículos de opinión de diversos profesionales del sector respecto a los problemas que pueden
presentarse. cit recursos bibliográfico AMAT.
5
Como ya hacen numerosas direcciones provinciales de algunas Mutuas respecto de servicios
jurídicos y de asesoramiento, por más que los mismos puedan coordinarse con sus correspondientes
servicios centrales, amén de determinadas actividades sanitarias que por su especificidad han de
“subcontratarse”. En concreto cit documentos internos Mutua de referencia
6
Ante la imposibilidad de atender adecuadamente las tareas encomendadas. De manera que los
criterios de eficacia, eficiencia y calidad permiten justificar el rodillo absorbente en favor de
macroentidades colaboradoras “unificadas” que a su vez prestan servicios a los entes propios de la
colaboración con la Seguridad Social, dentro de un contexto de reestructuración del sector. Al
respecto vid en VVAA, dir. Tempere Navarro, A.V. Las mutuas colaboradoras con la seguridad
social : la nueva regulación y su acción protectora. Edit. Aranzadi. 2015. ISBN 978-84-9099-028-5.
7
Sirva al respecto, como ya hemos señalado, la presencia de numerosos documentos de trabajo de
rechazo al anteproyecto de Mutuas, tanto desde el ámbito empresarial, como sindical. Al respecto
(…)
68 ISBN: 978-84-92602-99-5
Papel de las Mutuas a la luz de su nueva ley y la reestructuración de las mismas Ramón López Fuentes
Administraciones Públicas e otros entes instrumentales del Sector Público. A tal punto
es así que, algunas de dichas actuaciones, incluso pueden cuestionarse a la luz de un
tema tan relevante –precisamente al reivindicar la naturaleza privada de dichas
instituciones– como es limitar el derecho de la competencia, por más que dichas
acciones se traten de justificar sobre el carácter finalista de dichas instituciones. Lo que
supone incurrir en graves incoherencias, que hacen pensar que antes se hacía mal, o
ahora se hace peor.
vid. Informes UGT, CEOE o AMAT, cuestionando la evolución del servicio en el sector e incluso la
posible vulneración del derecho a la salud, como ha llegado a publicar el sindicato ELA.
8
En adelante TRLCSP
9
En concreto, se indica que integran el Sector Público
a) La Administración General del Estado, las Administraciones de las Comunidades Autónomas y
las Entidades que integran la Administración Local.
b) Las entidades gestoras y los servicios comunes de la Seguridad Social.
c) Los organismos autónomos, las entidades públicas empresariales, las Universidades Públicas, las
Agencias Estatales y cualesquiera entidades de derecho público con personalidad jurídica propia
vinculadas a un sujeto que pertenezca al sector público o dependientes del mismo, incluyendo
aquellas que, con independencia funcional o con una especial autonomía reconocida por la Ley,
tengan atribuidas funciones de regulación o control de carácter externo sobre un determinado sector
o actividad.
d) Las sociedades mercantiles en cuyo capital social la participación, directa o indirecta, de
entidades de las mencionadas en las letras a) a f) del presente apartado sea superior al 50 por 100.
e) Los consorcios dotados de personalidad jurídica propia a los que se refiere el artículo 6.5 de la
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común (LRJAP), y la legislación de régimen local.
f) Las fundaciones que se constituyan con una aportación mayoritaria, directa o indirecta, de una o
varias entidades integradas en el sector público, o cuyo patrimonio fundacional, con un carácter de
permanencia, esté formado en más de un 50 por 100 por bienes o derechos aportados o cedidos por
las referidas entidades.
g) Las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social.
h) Cualesquiera entes, organismos o entidades con personalidad jurídica propia, que hayan sido
creados específicamente para satisfacer necesidades de interés general que no tengan carácter
industrial o mercantil, siempre que uno o varios sujetos pertenecientes al sector público financien
mayoritariamente su actividad, controlen su gestión, o nombren a más de la mitad de los miembros
de su órgano de administración, dirección o vigilancia.
i) Las asociaciones constituidas por los entes, organismos y entidades mencionados en las letras
anteriores
10
Al tratarse de trabajadores cuyos servicios se centran a la atención al ciudadano en ámbitos que van
más allá de los estrictamente sanitarios, con un importante volumen de empleo que, sin embargo, se
ha caracterizado por aplicar de muy diversa forma criterios estrictamente empresariales. En sentido
similar, si bien profundizando sobre el papel de dicha naturaleza pública, vidJ López Gandía, J y
Toscani Giménez, D. La reforma de las Mutuas. Edit. Bomarzo, 2015. ISBN 9788515923717 (ref.
contracub).
ISBN: 978-84-92602-99-5 69
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Dicho lo anterior, hay que justificar el porqué de dichas actuaciones. Por eso se
acude constantemente a la premisa sobre la naturaleza económica y funcional de las
Mutuas, de forma que la naturaleza pública de aquellas conlleva el peaje de verse
sometidas a determinadas normas y reglas de Derecho Administrativo, en términos
similares a la propia Administración –sobre todo en cuestiones de control y crecimiento
de plantillas dichas entidades–11. Quizás un ejemplo clave al respecto lo vemos en la
Ley de Presupuestos para 2013, extendida en sus efectos para 2014, cuando mantuvo la
denominada “moratoria” en materia de elección de Mutuas12; ya que dicha norma debía
significar el cese de la actividad comercial de las mismas, así como avanzar en la
concentración de recursos sanitarios y preparar definitivamente la segregación de las
sociedades de Prevención13….
11
De forma muy simple podríamos decir que están fuertemente administrativizadas y, por tanto, no
sólo sometidas a diferentes niveles de control interno por los propios órganos de la Mutua, sino a
todo un entramado de filtros y controles de vigilancia y tutela del Ministerio de Empleo y Seguridad
Social. Funciones que se ejercen fundamentalmente a través de la Secretaría de Estado de la
Seguridad Social, de la que depende la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social, a la
que corresponde ejercer el seguimiento en el orden económico de las Mutuas y coordinar y tutelar la
gestión que éstas realizan. Sin perjuicio de esa tutela, además, la actuación de la Mutua está también
sujeta a los siguientes controles externos:
Control financiero, a través de la Intervención General de la Seguridad Social.
Control del cumplimiento de la normativa de Seguridad Social, a través de la Inspección de Trabajo
y Seguridad Social.
Control del cumplimiento de la normativa en materia de Sanidad, a través de las Inspecciones de
Servicios Sanitarios correspondientes.
Un control Administrativo de las Mutuas que se asienta sobre la argumentación que gestionan
fondos públicos, como que justifica la necesaria remisión al art. 52 del ya antiguo RD 1993/95. Al
resepato, vid. VVAA. Reglamento general sobre colaboración en la gestión de las mutuas de
accidentes de trabajo y enfermedades de la Seguridad Social. MTSS, Edit. Cinca, 2010.
12
Vid la Disposición Transitoria Octava de la Ley 17/2012, de 27 de diciembre, por la que se aprobaron
los Presupuestos Generales del Estado para el año 2013, que establecía, de forma transitoria, el
mantenimiento de la asociación y adhesión a la Mutua que, a la fecha de entrada en vigor de la citada
Ley, se hubiera elegido, hasta la entrada en vigor de la norma por la que se actualice el régimen
jurídico de las Mutuas. Cuestión ésta que, como hemos anticipado, bien podría bien ser objeto de
análisis sobre su legalidad a la luz de la doctrina sobre derecho de la competencia en el seno de la UE,
partiendo de los fines que son propios a las Mutuas y del debate en torno a su naturaleza.
13
Como ya establecía el Real Decreto 688/2005, de 10 de junio, sobre la segregación de la actividad
preventiva de las Mutuas, diferenciando aquella desarrollada dentro del ámbito de la Seguridad
Social, de aquella correspondiente a la actuación voluntaria como Servicios de Prevención Ajenos.
La regulación del funcionamiento de las Mutuas como Servicios de Prevención Ajenos se refleja en
el artículo 13 del Reglamento General de Colaboración, en relación con el artículo 68 del Texto
Refundido de la Ley General de Seguridad Social y del citado Real Decreto 688/2005, pudiendo
llevarse a cabo a través de una persona jurídica distinta de la Mutua, llamada Sociedad de
Prevención, sociedad mercantil diferenciada de las funciones y actividades llevadas a cabo por la
Mutua en su función de colaboración en la gestión de la Seguridad Social, para preservar los medios
que proceden de ésta. Y que, curiosamente, ha implicado un nuevo marco regulador de cómo
afrontar la gestión sanitaria de los servicios de prevención, como regula el RD 901/2015, de 9 de
octubre, por el que se modifica el Real Decreto 843/2011, de 17 de junio, por el que se establecen
los criterios básicos sobre la organización de recursos para desarrollar la actividad sanitaria de los
servicios de prevención y, en su caso, respecto del Plan general de actividades preventivas de la
Seguridad Social, a aplicar por las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social en la planificación
de sus actividades para el año 2015, conforme a los criterios de la Resolución de 4 de mayo de 2015,
de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social.
70 ISBN: 978-84-92602-99-5
Papel de las Mutuas a la luz de su nueva ley y la reestructuración de las mismas Ramón López Fuentes
Con un panorama así, es claro que los empleados de las Mutuas, pese a que no
gozan del nivel de garantías administrativas que supondría su consideración como
Administración Pública, sí que estén sometidos a criterios de funcionamiento y de
condiciones laborales particulares, en base a esa funcionalidad Pública de las entidades
en las que desempeñan sus funciones14. Luego, y pese a que su marco regulador común
sea el Estatuto de los trabajadores15, determinados aspectos relacionados estrictamente
con política salarial y régimen de contratación están fuertemente “administrativizadas”
por cuanto están supeditadas a los criterios que año a año se ha ido aprobando por
nuestro legislativo16.
14
Incluido el diverso alcance que se ha introducido por parte de nuestros tribunales respecto a
determinadas normas en materia de despidos. vid. Kahale Carrillo, D.T.” El despido colectivo del
personal laboral al servicio de los Entes, Organismos, y Entidades que forman parte del Sector
Público. Revista General de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social 38/2014, p. 276, ISSN
1696-9626.
15
Que permite adaptar las necesidades económicas del sector a diferentes procesos de “elasticidad” en
el diseño de plantillas, por más que desde el ámbito de las Mutuas se “apueste por la estabilidad y
recolección de sus profesionales. En este sentido no podemos encontrar una única dirección de
acción, si bien si que podemos observar diversas acciones concretas en materia de reubicación de
personal y diseños de carreras profesionales.
16
Por poner ejemplos claros de esas medidas, baste citar cómo se han aplicado limitaciones
retributivas a su personal, o las novedades introducidas respecto al ejercicio de funciones y
condiciones de participación en sus órganos de dirección, dentro del programa de acción para la
Administración Pública.
17
Donde encajan todos aquellos aspectos que tienen que ver con el mantenimiento y crecimiento de
plantillas, tal y como se establece en el Reglamento de colaboración de las Mutuas y los Estatutos
propios de cada una de las mismas. En concreto el art. 7 del RD 1993/95, en su apartado 1.d) que
nos remite, tanto al art. 20, como al 24 del mismo texto y al papel que al respecto tengan los
correspondientes Estatutos
18
Y no siempre de la forma más adecuada, como demuestra el artículo 34.6, de la Ley de presupuestos
para 2015, relativo a los requisitos para la determinación o modificación de retribuciones del
personal laboral y no funcionario establece que, en el caso de las mutuas, “accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales de la Seguridad Social y sus centros mancomunados (...) será preceptivo
informe de la Comisión de Seguimiento de la Negociación Colectiva de las Empresas Públicas,
presidida por la Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, de conformidad con lo que
establezca la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos. Serán nulos de pleno
derecho los acuerdos adoptados en esta materia con omisión del trámite de informe o en contra del
informe de la Comisión de Seguimiento de la Negociación Colectiva de las Empresas Públicas.”
ISBN: 978-84-92602-99-5 71
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Ese cúmulo de circunstancias han tenido una incidencia dispar, según la propia
dimensión de las Mutuas y su situación económica20. Pero en términos globales,
suponen un adelgazamiento organizativo de las mismas, donde las previsiones del
Estatuto de los Trabajadores encajan perfectamente21 y justifican incluso despidos
colectivos de importancia22. Extinciones que, precisamente por lo anterior, justifican
una litigiosidad limitada al respecto y la posible percepción para conocer el verdadero
alcance de las extinciones realizadas23.
19
Al respecto vid. las consecuencias de aplicar la SENTENCIA nº 19 DE 2013 DE TRIBUNAL DE
CUENTAS - SALA DE JUSTICIA, 17 de Septiembre 2013, y lo ocurra ante una posible absorción
para parte de otras, como ha ocurrido con respecto a la no aplicación de código ético como causa de
despido por parte de FREMAP en base, precisamente al basarse la juez en un artículo de El Pais de
14 de Junio de 2014, sobre la nefasta gestión de la Mutua.
20
Que sin llegar a los términos de nuestro sector financiero, si que encuentran cierto parangón de
criterios comunes, como ocurre por acudir a términos de “territorialidad”, “sectorización” o
“racionalización” a la hora de integrar, coordinar o eliminar entidades, de manera que actualmente
podemos encontrar un número bastante más reducido de Mutuas. Y que en algunos casos, además,
funcionan como unidad. Vid al respecto info www.AMAT.es
21
En concreto por la aplicación de la Disposición adicional primera Medidas en relación con los
trabajadores de las empresas de servicios contratadas por la Administración. Que establece que los
entes, organismos y entidades que forman parte del sector público de acuerdo con el art. 3.1 del
texto refundido de la Ley de contratos del Sector Público, aprobado por el Real Decreto Legislativo
3/2011. de 14 de noviembre, dictarán en sus respectivos ámbitos de competencias las instrucciones
pertinentes para la correcta ejecución de los servicios externos que hubieran contratado, de manera
que quede clarificada la relación entre los gestores de la Administración y el personal de la empresa
contratada, evitando, en todo caso, actos que pudieran considerarse como determinantes para el
reconocimiento de una relación laboral, sin perjuicio de las facultades que la legislación de contratos
del sector público reconoce al órgano de contratación en orden a la ejecución de los contratos. A tal
fin lo citados entes, organismos y entidades dictarán antes del 31 de diciembre de 2012 las
instrucciones pertinentes para evitar actuaciones que pudieran considerarse como determinantes para
el reconocimiento de una relación laboral.
En el supuesto de que en virtud de sentencia judicial los trabajadores de las empresas se convirtieran
en personal laboral de la Administración, el salario a percibir será el que corresponda a su
clasificación profesional de acuerdo con el convenio colectivo aplicable al personal laboral de la
Administración, siendo necesario informe favorable de los órganos competentes para hacer cumplir
las exigencias de las leyes presupuestarias.
22
Al respecto pueden ser ilustrativos los procesos realizados en Cyclops o MAz, por poner sólo un par
de ejemplos de sobra conocidos.
23
Bien por el perfil de los profesionales despedidos, por la mejora sobre las indemnizaciones previstas,
por la propia externalización que ya existe de determinadas funciones, por acudir a fórmulas que han
permitido enlazar separadamente procesos colectivos a través de extinciones individuales…éct. Una
amplia casuística que, sin embargo, ha dado lugar a muy escasa doctrina judicial en relación a otros
sectores de actividad,
72 ISBN: 978-84-92602-99-5
Papel de las Mutuas a la luz de su nueva ley y la reestructuración de las mismas Ramón López Fuentes
Es cierto que ese panorama forma parte ya de una tendencia general de nuestra
economía, por más que en su momento no se destacase como una característica propia
del sector público. Por último, hay que mencionar la preocupación y temor previo a la
Ley de Mutuas sobre el impacto que sobre el empleo tendría desligar y, en su caso,
privatizar las sociedades de gestión de la Prevención que aún permanecen adscritas a las
Mutuas. Una materia que ha sido afrontada de diferente forma por las Mutuas, pero que
en términos generales ha implicado una reducción paulatina de profesionales que, a
nuestro juicio, no necesariamente se ha traducido en una mejora en la atención a la
Prevención de Riesgos de los trabajadores25, si no que ha supuesto verdaderas
oportunidades de negocios para determinados intereses corporativos26.
La Ley 35/2014, al suprimir la preposición de por la preposición con, nos parece que
pretende no sólo dejar clara la naturaleza privada de las Mutuas, si no poner coto
también a cualquier posible planteamiento de que las mismas puedan integrarse como
parte de una futura Agencia Nacional de la Seguridad Social e incluso garantizar su
viabilidad y pervivencia, pese a que pudiese plantearse una reforma en torno a la
unificación o simplificación de la naturaleza de las prestaciones, desapareciendo
cualquier referencia a la profesionalidad o no de las mismas. Quizás incluso puede
24
Sobre todo en el ámbito de las vacantes propias de los profesionales sanitarios, e incluso de la
contratación vía ETT o conveniando la realización de actividades, vía prestación de servicios
mercantiles. Ejemplos de lo anterior los tenemos en la presencia de mayor número de profesionales
sanitarios en régimen de residencia; o la presencia de diferentes procesos de formación que implican
la presencia de personal que realiza funciones y tareas profesionales bajo la cobertura de bolsas de
becas o prácticas, dentro de la multiplicidad de Convenios que dichas entidades firman con
Universidades o centros de Formación Profesional….y que, sin duda, permiten acomodo gracias a la
extensión del propio art. 82 del TRLGSS.
25
Al respecto son ejemplificativos los informes de UGT; o las denuncias realizadas contra alguna
Mutua al despedir a varios técnicos..… Un tema, que por sí mismo, sin duda, debiese ser objeto de
una valoración más crítica e integradora sobre la funcionalidad de las Mutuas, y el desplazamiento e
inclusión de funciones propias o no.
26
En esa línea podemos situar algunas de las indicaciones que se hacen en el auto, fechado el 3 de
junio de 2014, del juzgado de Barcelona que instruía el caso del fraude en Mutua Universal y el
papel de sus gestores.
ISBN: 978-84-92602-99-5 73
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
entenderse como una reivindicación del sector para mantener cierta grado de
independencia ante una cada vez mayor intervención y regulación de los diferentes
ámbitos de su actividad, pese a los factores que justifican su inclusión en el Sector
Público que podemos ceñir a un doble plano, por más que uno no se entienda sin el otro:
Desde las premisas indicadas creemos que hay margen para pensar que haya nuevas
atribuciones funcionales, que deben llevarnos a pensar en diseños de plantillas más
flexibles, con altos niveles de cualificación y especialización que, si es cierto, ya están
bastante presentes en las plantillas actuales. Sólo por poner algún ejemplo al respecto
pretendemos citar dos posibles ejes29 desde dónde pudiesen ampliarse esas funciones:
Sin duda estamos ante la mayor amplitud de funciones que han ido y pueden asumir
las Mutuas. Al ser el objeto esencial de su actividad el reconocimiento, seguimiento y
control de la mayoría de las prestaciones que están relacionadas con posible alteración
de la salud del trabajador –o incluso de sus familiares–30. Y decimos esto porque es
frecuente ver propuestas que abogan por ampliar los supuestos de intervención de las
Mutuas respecto a la gestión y asistencia en contingencias comunes que afecten a los
trabajadores incluidos dentro de su campo de aplicación. De hecho, cada vez es más
27
Al respecto vid. Fernández Domínguez, J.J y Fernández Fernández, R. Responsabilidades
empresariales en los actos de encuadramiento y responsabilidad de las mutuas. Edit. Tirant lo
Blanch, 2007. ISBN 9788484569688, en una linea que viene reiterando el papel de la
responsabilidad de la Mutua, sobre todo cuando se vinculaba a la exigencia de Servicios propios de
Prevención, cit. STS3071/2014, ref. Recurso 635/2013, base datos CGPJ.
28
Apartado f) del art. 80 TRLGSS.
29
Y dejando a salvo cualquier posible idea en torno a nuevas funciones relacionadas con la aplicación
del RD 708/2015, sobre todo respecto al control de la afiliación y correspondiente alta-baja de los
sujetos objeto de protección.
30
Esta materia es una de las piedras de toque en la evolución y ampliación de funciones que vienen
atribuyéndose a las Mutuas en los últimos años en torno a atribuirle un mayor elenco de prestaciones
sanitarias. Proceso que no siempre se han acompañado de funciones de reconocimiento y control de
las mismas, ni de mayor dotaciones presupuestarias; pues las mismas se condicionan por el papel de
las cuotas recaudadas y la necesidad de generar excedentes y reservas, así como, en su momento al
cumplimiento de las correspondientes obligaciones en materia de Prevención de Riesgos Laborales.
Vid. al respecto algunas de las primeras directrices que al respecto se marcan en el documento de
trabajo, Funcionamiento de las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en el
desarrollo de actividades de prevención de riesgos laborales. INSH, 2007.ISBN 9788423529643.
74 ISBN: 978-84-92602-99-5
Papel de las Mutuas a la luz de su nueva ley y la reestructuración de las mismas Ramón López Fuentes
frecuente ver especialidades sanitarias en los catálogos de servicios de las Mutuas que
tradicionalmente podrían considerarse propias del Sistema Público de Salud, amén de
una mayor coordinación en las relaciones con el resto de Administraciones Sanitarias,
especialmente en materia de gestión de IT31.
La pregunta es si con esas nuevas potestades que se les podrían atribuir a las Mutuas
no estaríamos creando un conflicto de competencias con las tareas propias de los
Servicios Públicos de Salud y, por ende, un nuevo paso en la intermediación y
justificación de un trasvase de “empleabilidad” de los profesionales de la salud desde la
Administración Pública al Sector Público32; que, cuanto menos, tendría difícil
justificación, por no decir que fuese ilícito.
Es quizás este el tema que pueda resultar más hipotético, novedoso e incluso
extraño. Pero como, a nuestro juicio, nada nos parece que impida que las Mutuas
asuman también funciones en materia de intermediación y colocación, sobre todo en
relación a “complementar” las prestaciones por cese de actividad de los autónomos33.
31
Piénsese cómo en los últimos años se ha incrementado el número de profesionales sanitarios en
materia de medicina familiar y general, más allá de la especialización propia de la siniestrabilidad
laboral, al ser necesario un perfil diverso que atienda materias tales como la ginecología, la
evaluación de diagnósticos pediátricos o el deslinde entre las contingencias comunes y profesionales
en las alteraciones de la salud de los trabajadores afectados. Todo ello, sin olvidar otros aspectos
complementarios y necesarios para un tratamiento integral de la salud, que va desde las
especialidades propias de la enfermería, la farmacia o las terapias recuperadoras, tanto físicas, como
mentales. Lo que ha provocado, en algunos casos, no sólo cambios en los perfiles profesionales de
los profesionales sanitarios, si no que incluso sea preciso mantener diferentes acuerdos de
externalización, de las mismas, en linea a una situación ya tradicional de muchas Mutuas, sobre todo
en orden a la imputación de responsabilidades y la posible prescripción o no de las mismas, cit. STS
3270/2015, REc. 703/2014, base datos CGPJ. En este sentido vid. yn trabajo clásico como es
VVAA, coord. Mercader Uguina, J. R. Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades
Profesionales. La Ley. 2007. ISBN 9788497258593.
32
Y la repercusión que estos temas tengan en cuanto a la relación que medie entre la Administración
de la Seguridad Social y los Servicios Públicos de Salud de las CCAA, máxime si partimos de cuál
sea el régimen que implique el desarrollo de una futura Agencia de la Seguridad Social y su relación
con los diferentes ámbitos y Entidades gestoras de la Seguridad Social, incluido el SEPE, por más
que él mismo quedeVid. DA 3ª Ley 27/2011.
33
Al menos así podría plantearse a falta argumentos en contra si conjugamos la redacción de la DA 32
de la Ley de contratos de trabajo, con el contenido de la Ley 18/2014 y el Plan Nacional de Empleo,
en cuanto a cómo y quiénes pueden crear agencia de colocación y la naturaleza pública o privada de
las mismas, así como el sentido de las mismas conforme al RD 1796/2010, de 30 de diciembre.
ISBN: 978-84-92602-99-5 75
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Precisamente, dado el cada vez mayor alcance de medidas incluidas en sus catálogos
de servicios complementarios, si conjugamos el art. 80.1. f) del TRLGSS, con el art. 43
del mismo TRLGSS, podemos encontrar un campo propicio al desarrollo de nuevos
encargos y facultades a las Mutuas, El de canalizar, gestionar y desarrollar prestaciones
complementarias al sistema. Ya que el art. 43 sólo establece limitaciones al desarrollo
de mejoras voluntarias sobre el hecho de su naturaleza vicontributiva, procedan éstas o
no de la negociación colectiva, por lo que si existe un previo mandato legislativo que así
lo habilitase, bien podrían gestionarse también por las Mutuas.
4. Conclusiones
Creemos que hay numerosos motivos para ser críticos con el proceso y desarrollo
que ha llevado a la actual Ley de Mutuas, pero especialmente en lo que atañe a su falta
de mejor previsión sobre el coste de personal que ello ha implicado. Quizás ello puede
justificarse ante una concepción política imperante, donde la destrucción de empleo del
Sector Público es perfectamente justificable, pues la calidad sólo se mide en términos de
control y rendimiento, dejando al margen otras apreciaciones, como la suficiencia o la
idoneidad del mismo.
Así, las Mutuas han pasado de caracterizarse por cierta tendencia de estabilidad y
crecimiento de sus plantillas, a encontrarse ante una mayor diversidad de tareas que ha
permitido justificar mayor movilidad y “volativilidad” en el número de sus trabajadores.
Con el agravante de no poder crecer siempre como sería deseable a la hora de diseñar su
estructura organizativa, pues la actividad desarrollada, las restricciones introducidas
respecto a cumplimiento de tasas de reposición, o el impacto sobre las plantillas de
procesos de concentración y desaparición de entidades suponen verdaderas líneas rojas
a nuevas contrataciones35.
34
Al respecto, vid. p.e memoria de actividades ASEPEYO, material exposición actividad formativa
conjunta.
35
No sólo por procesos de “reunificación” o “absorción” de entidades, que se han desarrollado tras la
simplificación del panorama de las Mutuas, sino por otras cuestiones estrictamente económicas y
organizativas en torno a la dimensión de las mismas, como ha ocurrido con la “liberalización” de las
sociedades de prevención e, incluso, con determinadas acciones judiciales por malas praxis
económicas, como señala López Gandia, J. “La reforma de las mutuas…” ob. cit.
76 ISBN: 978-84-92602-99-5
Papel de las Mutuas a la luz de su nueva ley y la reestructuración de las mismas Ramón López Fuentes
de los recursos para avanzar en una mejora de la gestión y del servicio. Pero, a nuestro
entender, hay tantas contradicciones que también podemos sospechar que haya otros
intereses ocultos. Y no es cosa nuestra sólo, sino que son numerosas las críticas a los
efectos que las políticas de contención del gasto están teniendo sobre la calidad de los
servicios y que son perfectamente extrapolares al tema que nos ocupa. De manera que
quedan en entredicho algunos de los argumentos que se han esgrimido no sólo para no
crear más y mejor empleo en el sector, ante la idea de que en realidad existan otros
intereses sectoriales de concentración económica a la hora de redimensionar las Mutuas
dentro del Sector Público. Lo que, obviamente, nos permite retomar una vieja demanda
en torno a definir claramente qué papel hayan de desempeñar las Mutuas en el contexto
de una más que anunciada y no desarrollada Agencia Nacional de Seguridad Social.
ISBN: 978-84-92602-99-5 77
Capítulo V. Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad
Social en el marco de una política coherente de bienestar social
BELÉN DEL MAR LÓPEZ INSUA
Profesora Ayudante Doctora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad de Granada
Resumen
Partiendo de una visión economicista de fomento de la conciliación de la vida laboral y
familiar, tal y como es la adoptada por el legislador español, aspiro con este trabajo a hacer
un estudio crítico y reflexivo acerca de las últimas medidas que se han incorporado al
ámbito social y de Seguridad Social. Todas ellas son reformas que han dado lugar al
empeoramiento de algunos problemas ya latentes y que, de hecho, han incidido desde una
perspectiva de género, a saber: la discriminación femenina, la disminución de la capacidad
de generar cotizaciones, la destrucción de empleo y caída del sistema de pensiones. Se
pretende ahora contribuir a que se facilite el ejercicio del derecho a la conciliación y de
fomentar una mayor corresponsabilidad entre mujeres y hombres en la asunción de
obligaciones familiares; pero también de hacerlo con apoyo directo en derechos y
principios constitucionales (dignidad personal y libre desarrollo de la personalidad,
derechos a la igualdad y al trabajo sin sufrir discriminación por razón de sexo, protección
de la familia, de personas con discapacidad y de mayores, etcétera: artículos 10.1, 14, 35.1,
39, 41, 47, 49 y 50 de la CE).
Abstract
From an economic point of view of reconciliation between work, private and family life
promotion, as it is understood by the Spanish legislator, I intend to do, in this document, a
critical and reflective study of the last measures integrated into the social and Health
Service scope. All of these political reforms have worsened some latent problems, in
particular those affecting to gender equality, namely; gender discrimination, decrease of
ability to generate National Insurance contributions, job losses, and pension system fall.
Now the aim is focus on the contribution to allow workers to exercise their right to
reconciling family and professional life and to encourage women and men to share a
balanced house hold chores responsibility. Moreover, these goals should be reached
through a direct support from constitutional rights and principles (human dignity and
freedom to personality development, rights to equality, work and not to be discriminated
because of the gender, rights to family, disabled and elder people care, and others: articles
10.1, 14, 35.1, 39, 41, 47, 49, and 50 from Spanish Constitution).
ISBN: 978-84-92602-99-5 79
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Las dificultades para conciliar las obligaciones familiares y las laborales no sólo han
acarreado un desequilibrio de la pirámide poblacional, sino lo que es aún peor, ha
colocado a la mujer en una situación de exclusión social. Las trabas para que ésta pueda
acceder al empleo, promocionar en su carrera profesional o incluso acceder a una
pensión digna de jubilación constituyen, hoy en día, un hecho más que frecuente. Es por
ello, que el riesgo de pobreza en las mujeres se haya incrementado hasta en un 12%
respecto de la de los hombres4. La menor participación de las mujeres en el mercado
laboral, su entrada tardía al mismo, el disfrute de excedencias y trabajos a tiempo
parcial (en el mejor de los casos) está provocando que el sistema de pensiones públicas
perpetúe, al tiempo que se amplía la brecha salarial. En este contexto, la Seguridad
Social se enfrenta ahora al reto de determinar cuál va a ser política a seguir para la
protección de las necesidades sociales, teniendo en cuenta que de cara al acceso y goce
en la cuantía de las distintas prestaciones no se tiene en cuenta el sexo, sino el historial
laboral previo5.
2
RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, E: Instituciones de conciliación de trabajo con cuidado de familiares,
Albacete, Bomarzo, 2010, página 21.
3
GRAU PINEDA, C y RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, S: Conciliación y Seguridad Social. La brecha
de género en el sistema de pensiones, Valencia, Tirant Lo Blanch, 2015, página 14.
4
VV.AA: Impacto de las pensiones en la mujer. Jubilación y calidad de vida en España, publicado
en abril de 2014. https://www.vidacaixa.es/uploads/files/impacto-de-las-pensiones-en-la-mujer-
jubilacion-y-calidad-de-vida-en-espana.pdf
5
Recuérdese que el sistema de pensiones español garantiza la igualdad de derechos entre hombres y
mujeres, pero no tiene en cuenta las responsabilidades en el ámbito familiar. Es por ello que las
mujeres resulten penalizadas, de cara al acceso a una pensión de jubilación, debido sus trayectorias
profesionales y a la atención que prestan al cuidado de familiares.
6
ALMEDROS GONZÁLEZ, M.A: La protección social de la familia, Valencia, Tirant Lo Blanch,
2005, página 84.
7
TORTUERO PLAZA, J.L: “Empleo, género y conciliación: hacia un nuevo contrato de trabajo” en
VV.AA., La presencia femenina en el mundo laboral: metas y realidades, Pamplona, Aranzadi,
2006, págs. 371-373. TORTUERO PLAZA, J. L., 50 Propuestas para Racionalizar la Maternidad y
Facilitar la Conciliación Laboral, Madrid, Ed. Civitas, 2006.
80 ISBN: 978-84-92602-99-5
Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad Social en el marco de una política coherente de bienestar social Belén Del Mar López Insua
concepción equivocada y errónea de la realidad que no debe confundirse con una mala
interpretación terminológica o semántica. Y es que, dado que la conciliación de la vida
laboral y familiar no es un tema femenino, lo lógico será que tanto el hombre, como la
mujer puedan decidir libremente cuál es el modelo de familia a adoptar.
La conciliación de la vida la vida laboral y familiar ha sido una de las materias que
más ha tardado en incorporarse al ordenamiento español debido a que en el ámbito
comunitario no se ha tocado esta materia hasta los años 909. Así pues, desde el ámbito
8
PERÁN QUESADA, S: Derecho Social y género. El camino hacia la igualdad efectiva en las
relaciones sociolaborales... op.cit., página 127.
9
Desde el ámbito internacional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya se refirió a la
conciliación de la vida laboral y familiar en el Convenio número 1 sobre “Las horas de trabajo” de
1919. A este respecto, la OIT insistía en la necesidad de limitar la jornada laboral a ocho horas
diarias a fin de que el tiempo que resta lo dedicará el trabajador/a a sus obligaciones personales y
familiares. Junto a este convenio la OIT ha publicado otros textos que también han incidido en este
campo, a saber: la recomendación nº123 de 1965 sobre el empleo de mujeres con responsabilidades
(…)
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
82 ISBN: 978-84-92602-99-5
Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad Social en el marco de una política coherente de bienestar social Belén Del Mar López Insua
Más allá de todas esas consideraciones formales o declarativas que enuncia la CE, se
observa como en la realidad el legislador español ha sido muy activo en materia de
igualdad, aunque también, y por el contrario, muy reacio a incorporar los derechos
ligados a la maternidad y al cuidado de menores en igualdad de posición para ambos
sexos. Constituye ésta muestra más que evidente del poco avance que ha experimentado
la legislación laboral. En este sentido, pareciera como si el legislador pensara en el
mítico relato griego descrito por Eurípides en el que Orfeo va a buscar a su amada ninfa
12
RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, E: Instituciones de conciliación de trabajo con cuidado de
familiares...op.cit., págs. 51-60.
13
Véase la Sentencia del Tribunal Constitucional de 25 de enero de 1983 (STC 3/1983).
14
CABEZA PEREIRO, J y FERNÁNDEZ PROL, F: “Principios de aplicación de las normas
laborales” en VV.AA., El modelo social en la Constitución Española de 1978, Madrid, MTAS,
2003, página 121.
15
LÓPEZ LÓPEZ, Mª.T y VALIÑO CASTRO, A: Conciliación familiar y laboral en el Unión
Europea, Madrid, CES, 2004, págs. 85-89.
16
ALMEDROS GONZÁLEZ, M.A: La protección social de la familia...op.cit., págs. 86-88.
ISBN: 978-84-92602-99-5 83
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Eurídice hasta el mismo Tártaro. Y es que, aun cuando escapar del inframundo pueda
ser una tarea dura y difícil, una empresa ímproba que pareciera eterna, lo importante es
que el viajero mantenga la vista fija en la luz del sol, esto es, el objetivo final.
Como fiel reflejo del marco promulgado a nivel comunitario, se han publicado en
España la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y la Ley 39/1999 para
Promover la conciliación de la vida laboral y familiar de las personas trabajadoras, las
cuales transpusieron al ordenamiento jurídico interno las Directivas del Consejo
92/85/CEE, de 19 de octubre, y 96/34/CE, del Consejo, de 3 de junio (modificada por la
Directiva 2010/18/UE del Consejo, de 8 de marzo de 2010). Debido a que la adaptación
española a las directivas europeas no ha sido completa y suficiente, habiendo pues de
atender de mejor manera al contenido y a la finalidad de la norma trasladada, se ha
publicado la Ley Orgánica 3/2007 de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres
(LOI). Normativa ésta última que ha logrado dar un paso más al frente en materia de
conciliación al posibilitar: el reconocimiento de nuevos riesgos, establecimiento de un
mejor sistema de protección y admisión de derechos exclusivos del trabajador (en
concreto, el permiso parental por nacimiento o acogimiento del recién nacido o menor).
El incremento del “ius variandi” del empresario, así como el ajuste en la cuantía de
las pensiones están determinando un retroceso significativo en los derechos de
conciliación laboral y familiar. Así pues, de un lado, la modificación de los derechos del
84 ISBN: 978-84-92602-99-5
Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad Social en el marco de una política coherente de bienestar social Belén Del Mar López Insua
artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores (ET)17 está provocando un claro efecto
expulsivo de aquellos trabajadores con cargas familiares, los cuales indefensos se ven
ahora incapaces de asumir responsabilidades familiares en un contexto de abstención
social y empresarial. El ataque frontal que con los derechos de conciliación laboral y
familiar ha provocado la Ley 3/201218, ha terminado por afectar negativamente al
fomento de la natalidad19. Interés, éste último, que debería sin embargo haberse
considerado prioritario de cara a la garantía del sistema de Seguridad Social20.
17
Actualmente, regulado mediante el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre por el que se
aprueba el Texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores.
18
Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral.
19
BALLESTER PASTOR, Mª.A: “De cómo la reforma operada por el RD Ley 3/2012 ha degradado
el derecho fundamental a la conciliación de responsabilidades”, Revista de Derecho Social, nº 57,
2012, págs. 99-100.
20
Siendo consciente el Gobierno de la brusquedad caída que ha experimentado la natalidad en España
se ha propuesto llevar a cabo algunas medidas de fomento de la maternidad. Así por ejemplo, con la
nueva “Ley 48/2015, de 29 de octubre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2016 (BOE
núm. 260 de 30 de octubre de 2015)” se ha introducido un nuevo artículo 50 bis en la Ley General
de la Seguridad Social (esto es, el Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre por el que se
aprueba el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social) y por el cual se regula un
complemento por maternidad para las pensiones contributivas. La finalidad de esta medida es
claramente premiar la contribución demográfica al sistema de Seguridad Social de las mujeres
trabajadoras que han compatibilizado su carrera laboral con la maternidad. Las beneficiarias serán
las mujeres que: 1) hayan tenido hijos naturales o adoptados o 2) sean beneficiarias en cualquier
régimen de Seguridad Social de pensiones contributivas de jubilación (salvo jubilación anticipada
por voluntad de la interesada y jubilación parcial), viudedad e incapacidad permanente causadas a
partir del 1 de enero de 2016 (Disposición Final 3ª LPGE/2016). El complemento consistirá en un
importe equivalente al resultado de aplicar a la cuantía inicial de las pensiones citadas, un porcentaje
que dependerá del número de hijos que se tenga antes del momento del hecho causante de la pensión
según la siguiente escala: 2 hijos: 5%; 3 hijos: 10% y 4 o más hijos: 15%.
21
Para el ámbito público téngase en cuenta la Resolución de 25 de noviembre de 2015, de la Secretaría
General de Estado de Administraciones Públicas, por la que se modifica la de 28 de diciembre de
2012 a fin de flexibilizar la jornada y horarios del personal al servicio de la Administración General
de Estado. Se pretende con esta medida, ampliar las posibilidades de flexibilización en materia de
jornada para atender mejor las necesidades personales y/o familiares de los empleados públicos, “sin
menoscabar” sus obligaciones profesionales. En esta línea, ver la sentencia del Juzgado de los Social
nº13 de Madrid, dictada a fecha de 22 de octubre de 2015, por la que se condena al Instituto de
Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) a reconocerle a un trabajador el derecho a flexibilizar en
un máximo de una hora el horario de entrada en el turno de mañana de lunes a viernes. De igual
modo, el Tribunal Constitucional en su sentencia de 15 de enero de 2007 (sentencia núm. 3/2007
–RTC 2007/3–) y del Tribunal Supremo de 13 de junio de 2008 (RJ 2008/4227).
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Por todo ello, entiendo que las formas actuales de fomentar la conciliación de la vida
laboral y familiar implican más que un coste para la Seguridad Social, una reducción en
la capacidad para generar ingresos adicionales22. No cabe afirmar que el impulso de
todas estas “supuestas” medidas de creación de política de empleo busquen aumentar el
número de cotizantes, sino por el contrario reducirlos, al tiempo que se promueve la
salida del mercado de trabajo.
22
GARCÍA NINET, J.I y RIVAS VALLEJO, P: “La protección de la familia”, en VV.AA.,
Comentario a la Constitución Socio-Económica de España, MONEREO PÉREZ, J.L; MOLINA
NAVARRETE, C Y MORENO VIDA, MªN (Dirs), Granada, Comares, 2002, págs. 1215 y siguientes.
23
Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de
Seguridad Social.
24
Ley 23/2013, de 23 de diciembre, reguladora del Factor de Sostenibilidad y del Índice de
Revalorización del Sistema de Pensiones de la Seguridad Social.
25
Ley 1/2014, de 28 de febrero, para la protección de los trabajadores a tiempo parcial y otras medidas
urgentes en el orden económico y social.
26
RAMOS QUINTANILLA, M.I: “La nueva Ley reguladora del factor de sostenibilidad del sistema
de Seguridad Social: impacto y consecuencias sobre las mujeres”, Revista de Derecho Social, nº 64,
2013, págs. 238-239.
27
VV.AA., LOUSADA AROCHE, J.F y MOVILLA GARCÍA, M (Coords): Derechos fundamentales
y contrato de trabajo, Granada, Comares, 1998.
28
PÉREZ DEL RÍO, T: “Discriminación por razón de género y negociación colectiva”, en VV.AA.,
SÁNCHEZ PÉREZ, J (Coord), Aproximación interdisciplinar al conflicto y a la negociación, Cádiz,
Universidad de Cádiz, 2005, págs. 273.
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Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad Social en el marco de una política coherente de bienestar social Belén Del Mar López Insua
La omnipresencia de los prejuicios de género queda así reforzada tras todo ese
elenco de carencias que actualmente manifiesta la negociación colectiva, lo que unido a
la dispersión característica propia de aquellos en los que reside ese poder de creación de
normas determina que, en la práctica, resulte cada vez más difícil superar la barrera que
separa ambos sexos en pro de una igualdad laboral. De ahí, que no resulte tan extraño
encontrar diferencias entre los convenios colectivos de empresas que se encuentran
dentro de una misma provincia.
29
PÉREZ DEL RÍO, T: “Discriminación por razón de género y negociación colectiva”... op.cit., p.
279. Como consecuencia de ello las organizaciones sindicales han adoptado el rol de no impulsar los
temas paridad, convirtiéndose así en portadores de intereses “machistas”. Ver AGRA VIFORCOS,
B: “Igualdad y discriminación por razón de género en el seno de las organizaciones sindicales”, en
VV.AA., LOUSADA AROCHE, J.F (Coord), El principio de igualdad en la negociación colectiva.
Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos, Madrid, Ministerio de Trabajo e
Inmigración, 2008, págs.745.
30
LOUSADA AROCHE, J.F: “El marco normativo de la negociación colectiva de medidas de
igualdad de mujeres y hombres”, en VV.AA., LOUSADA AROCHE, J.F (Coord), El principio de
igualdad en la negociación colectiva. Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos,
Madrid, Ministerio de Trabajo e Inmigración, 2008, págs. 29.
31
MOLINA HERMOSILLA, O: “De la conciliación a la corresponsabilidad: hacia una política de
productividad y flexibilidad”, en VV.AA., Negociando la igualdad en las empresas: estado de la
cuestión y estrategias para la implementación de una política de igualdad de género, Granada,
Comares, 2012, págs. 137-143.
32
Sobre este punto la doctrina científica opina que éste es uno de los derechos más difíciles de
articular en la práctica. Por ello resultará especialmente importante que la negociación colectiva
introduzca reglas de conciliación en sectores en donde exista una fuerte presencia masculina y una
más débil incorporación de la mujer. Ver CABEZA PEREIRO, J: “Los derechos de conciliación de
la vida personal, familiar y laboral de las personas trabajadoras”, en VV.AA., LOUSADA
AROCHE, J.F (Coord), El principio de igualdad en la negociación colectiva. Comisión Consultiva
Nacional de Convenios Colectivos... op.cit., págs. 215-286.
ISBN: 978-84-92602-99-5 87
EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
33
Artículo 23 de la Resolución de 14 de junio de 2013, de la Dirección General de Empleo, por la que
se registra y publica el Convenio colectivo estatal del sector de desinfección, desinsectación y
desratización.
34
Artículo 32.2, Resolución de 21 de mayo de 2014, de la Dirección General de Empleo, por la que se
registra y publica el Convenio colectivo estatal para las industrias extractivas, industrias del vidrio,
industrias cerámicas.
35
Artículo 33, Resolución de 20 de agosto de 2013, de la Dirección General de Empleo, por la que se
registra y publica el XV Convenio colectivo de la empresa ONCE y su personal.
36
Artículo 27 del Convenio Colectivo del sector de Contact Center.
37
Artículo 38, Resolución de 8 de abril de 2013, de la Dirección General de Empleo, por la que se
registra y publica el Convenio colectivo estatal de grandes almacenes.
38
Artículo 34 de la Resolución de 28 de abril de 2014, de la Dirección General de Empleo, por la que
se registra y publica el V Convenio colectivo estatal para las empresas de gestión y mediación
inmobiliaria.
39
Artículo 17 de la “Resolución de 4 de octubre de 2011, de la Dirección General de Trabajo, por la
que se registra y publica el II Convenio colectivo del Grupo de Empresas Zena”.
40
Artículo 9 y siguientes de la “Resolución de 27 de enero de 2014, de la Dirección General de
Empleo, por la que se registra y publica el Convenio colectivo del Banco de España” y artículo 16
de la “Resolución de 29 de octubre de 2014, de la Dirección General de Empleo, por la que se
registra y publica el VII Acuerdo marco del Grupo Repsol”.
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Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad Social en el marco de una política coherente de bienestar social Belén Del Mar López Insua
3. DE LA CONCILIACIÓN A LA CORRESPONSABILIDAD. LA
PROTECCIÓN SOCIAL DE LA FAMILIA Y LA COMPENSACIÓN
PÚBLICA DE CARGAS
El cambio en los estilos de vida y trabajo debe ser el principal motor que determine
la necesidad de plasmar la igualdad de género en el sistema de Seguridad Social. De
forma que se compensen las desigualdades entre hombres y mujeres a través de un
efectivo sistema de conciliación de la vida laboral y familiar. Hasta ahora los Estados
han ido introduciendo medidas enfocadas a aumentar el empleo femenino, ignorando
que con ello han ido paulatinamente propiciando el surgiendo de nuevas desigualdades.
“Y es que, en la medida que son vasos comunicantes y dado que apenas hemos
avanzado en corresponsabilidad de mujeres y hombres en la asunción de
responsabilidades familiares, cuando el Estado se retira de la provisión de servicios de
cuidado para personas mayores, dependientes o menores, el trabajo de cuidados que se
desaloja suele recaer sobre las mujeres, las cuales tienen a su vez dificultades para
externalizar este trabajo hacia otras empresas y otras mujeres empleadas de hogar...”44.
La existencia de escasos y caros servicios de atención a personas dependientes45,
41
Posteriormente modificado por el número 2 del artículo 9 de la Ley 3/2012, de 6 de julio, de
medidas urgentes para la reforma del mercado laboral.
42
GRAU PINEDA, C y RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, S: Conciliación y Seguridad Social. La brecha
de género en el sistema de pensiones...op.cit., págs. 95-100.
43
GRAU PINEDA, C y RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, S: Conciliación y Seguridad Social. La brecha
de género en el sistema de pensiones...op.cit., página 99.
44
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Mª.L: “Efectos de la crisis económica sobre el trabajo de las
mujeres”, Relaciones Laborales, nº1, 2014, página 6 en su versión electrónica.
45
Como regla general, en España la atención a la dependencia y al cuidado de familiares se desarrolla
a través de la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, Ley de Promoción de la Autonomía Personal y
Atención a las personas en situación de dependencia, la cual a su vez es completada por el Real
(…)
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
Por tanto, a pesar de la protección y ayudas que se dispensan por el sistema público, se
observa como la atención a las familias y a los cuidados de personas dependientes es
mínima. Es por ello que, dadas las dificultades existentes, entienda que deba el legislador
y los negociadores colectivos volcar todos sus esfuerzos en atender a los permisos
laborales de conciliación, pero eso sí desde una perspectiva de corresponsabilidad
(implicando, por tanto, también al varón). No se trata tanto de intercambiar tiempo por
dinero, sino de combinar tiempo por tiempo de trabajo. De forma, que ambos cónyuges
no experimenten lagunas de cotización que, posteriormente, repercutan negativamente de
cara al acceso a una pensión digna de jubilación.
4. CONCLUSIONES
Uno de los fenómenos más importantes que se produce en la segunda mitad del siglo
XX es la masiva incorporación de la mujer al mercado laboral. En España su
participación se ha ido incrementado, poco a poco, hasta pasar a ocupar el 53,3% de los
puestos de trabajo. Sin embargo y pese a estos avances, las diferencias salariales entre
90 ISBN: 978-84-92602-99-5
Conciliación de la vida laboral, personal y familiar versus Seguridad Social en el marco de una política coherente de bienestar social Belén Del Mar López Insua
hombres y mujeres sigue siendo todavía un problema que está latente en la UE. A pesar
de los esfuerzos legislativos que la Comunidad ha realizado en las últimas décadas
sobre igualdad de trato entre hombres y mujeres, las diferencias entre ambos sexos se
mantienen todavía latentes en todos los Estados europeos.
Por otro lado, las tensiones laborales y el hecho que se defienda el mantenimiento de
una profesión han propiciado una brusca caída de la natalidad, lo que unido al aumento
de la esperanza de vida han invertido considerablemente la pirámide poblacional. A
todo ello, hay que sumar el cambio demográfico y el progresivo envejecimiento de la
población que llevan a plantear su impacto sobre el Estado del bienestar y, en concreto,
sobre el sistema público de pensiones como uno de sus pilares básicos.
49
En este sentido, en una perspectiva general, MONEREO PÉREZ, J.L.: “La política europea de
“modernización” del derecho del trabajo: la reforma social desde el garantismo flexible frente a la
opción liberalizadora”, en Revista de Derecho Social, nº, 48, 2009, págs. 13-38.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
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Capítulo VI. Las Responsabilidades Familiares ante el Sistema de Protección
Social: Desafíos y Respuestas*
M. BELÉN GARCÍA ROMERO
Profesora Titular de Derecho del trabajo y de la Seguridad social
Universidad de Murcia
Resumen
El presente estudio se propone analizar la posible incidencia de las responsabilidades
familiares en el reconocimiento del derecho, cuantía y duración de distintas prestaciones de
Seguridad Social. De otro lado, se examinan las medidas adoptadas para reducir la brecha
de género prestacional, como el complemento de pensión por maternidad o los beneficios
por cuidado de hijos. Asimismo, son objeto de estudio las prestaciones económicas para la
cobertura de las interrupciones o reducciones de jornada relacionados con la maternidad o
la conciliación (maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo, riesgo durante la
lactancia, cuidado de menores con cáncer, etc.), y, por último, las prestaciones familiares no
contributivas, destinadas a cubrir el exceso de gastos consecuencia de la existencia de
responsabilidades familiares y el nacimiento o adopción de hijos.
Abstract
The current study aims to analyze the potential impact of family responsibilities in order to
give entitlement to Social Security benefits, their amount and duration. Furthermore,
measures which reduce the gender gap, like the maternity pension supplement or child
working hours related to maternity or conciliation (maternity, paternity, risk during
pregnancy, risk during breastfeeding, care of children with cancer, etc.), and, finally, non-
contributory family allowances, intended to cover the costs consequence of the existence of
family responsibilities and the birth or adoption of children are under study.
1. INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se enmarca en el Proyecto de Investigación DER 2013-47574-P, sobre “El futuro
del sistema español de protección social: análisis de las reformas en curso y propuestas para
garantizar su eficiencia y equidad” (IV), incluido en el Programa Estatal de Investigación Científica
y Técnica de Excelencia (2013-2016), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
1
CONSEJO DE EUROPA, “Informe sobre la Seguridad Social en una sociedad cambiante”,
Estrasburgo, 1989, en La Seguridad Social en una sociedad cambiante, MTSS (Colección Seguridad
Social, núm. 6), Madrid 1992, pág. 123; OIT, La Seguridad Social en la perspectiva del año 2000,
Ginebra 1984, pág. 43.
2
GARCÍA ROMERO, B. “La garantía de ingresos mínimos en la protección social española”, en
VV.AA: Crisis económica, Reformas Laborales y Protección Social, Homenaje al Profesor Jesús
María Galiana Moreno, CAVAS MARTÍNEZ, F. Y LUJÁN ALCARAZ, J. (Dir.), Editum-Munera,
Murcia, 2014, págs. 299-304.
3
REYNAUD, E., “Seguridad Social para todos: balance de la situación y retos a nivel mundial”,
Relaciones Laborales, núm. 15, Sección monografías, 2006, pág. 137, tomo 2, Editorial La Ley
(versión digital La Ley 2168/2006, págs. 2-7).
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
De otro lado, el carácter contributivo del sistema determina que tanto el derecho a
las prestaciones como su cuantía dependan de la aportación financiera de los
trabajadores al mismo. Por ello, las personas que tengan una carrera incompleta o que
trabajen a tiempo parcial, se verán reconocer derechos y prestaciones reducidos,
mientras que aquellas que no han accedido al mercado de trabajo, no tendrán ningún
derecho directo en materia de Seguridad Social. En ambos casos, el colectivo femenino
es el más afectado, lo que conduce a una creciente “feminización de la pobreza”4.
4
Ya en la década de los 90, el Parlamento Europeo, teniendo en cuenta el porcentaje que
representaban las mujeres entre las personas pobres, desempleadas o sin hogar de la Comunidad,
consideró que podía hablarse de una feminización de la pobreza, por lo que pidió a la Comisión que
abordara explícitamente este problema en el Cuarto Programa sobre la pobreza. (Cfr.
PARLAMENTO EUROPEO, Resolución legislativa que contiene el dictamen del Parlamento
Europeo sobre la propuesta de decisión del Consejo por la que se adopta un programa de acción a
medio plazo para luchar contra la exclusión social y promover la solidaridad: un nuevo programa
para apoyar y fomentar la innovación 1994-1999 (COM (93) 435 final-C3- 0522/93), DO núm C 77,
de 24 de febrero de 1994, págs. 43 y s.).
5
MARSAULT, H., “Droits propres contre droits dérivés: individualisation des droits sociaux comme
moyen d’améliorer la Sécurité économique d’existence individuelle et familiale”, Droit Soc., núm
12, 1985, págs. 875-885; ZAIDMAN, C., “L’individualisation des droits réduirait-elle les inégalités
hommes/femmes?”, Droit Soc., nº6, 1988, págs. 590 y ss.
6
Ver. Conclusiones del Consejo de 7 de marzo de 2011, sobre el Pacto Europeo por la Igualdad de
Género (2011-2020) [2011/C 155/02; DO 25.5.2011], en:
http://www.igualdadenlaempresa.es/recursos/normativa/docs/Conclusiones_del_Consejo_de_7_de_
marzo_de_2011_sobre_Pacto_Europeo_por_la_Igualdad_de_Genero.pdf; consultado el 22-12-2015)
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Las Responsabilidades Familiares ante el Sistema de Protección Social: Desafíos y Respuestas M. Belén García Romero
En las páginas que siguen, será objeto de análisis la posible incidencia de las
responsabilidades familiares en el nacimiento, cuantía y duración de las prestaciones, y
también el conjunto de medidas y prestaciones relacionadas con la natalidad.
Concretamente, las medidas adoptadas para reducir la brecha de género prestacional
(complemento de pensión por maternidad; beneficios por cuidado de hijos; asimilación
a periodos cotizados de los periodos de excedencia voluntaria por cuidado de hijos o de
otros familiares dependientes e incremento de cotizaciones realizadas durante la
reducción de jornada por motivos familiares, etc.); las prestaciones económicas para la
cobertura de las interrupciones o reducciones de jornada relacionados con la maternidad
o la conciliación (maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo, riesgo durante la
lactancia, cuidado de menores con cáncer, etc.) o en fin, las prestaciones familiares no
contributivas, destinadas a cubrir el exceso de gastos que produce, para determinadas
personas la existencia de responsabilidades familiares y el nacimiento o adopción de
hijos en determinados casos.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
solo la acreditación de las cargas familiares, sino también haber agotado previamente
una prestación contributiva por desempleo, rentas inferiores al tope establecido, etc. Por
ello, si pese a tener responsabilidades familiares y carecer de ingresos no se cumplen los
restantes requisitos para pedir un subsidio, no se puede reconocer esta prestación. La
única posibilidad de ayuda sería obtener el reconocimiento de una renta mínima de
inserción por parte de los servicios sociales de las Comunidad Autónoma de residencia.
1ª) Debe tener a su cargo al cónyuge (sin que esté asimilada la pareja de hecho),
hijos menores de 26 años o mayores de 26 incapacitados o menores de 18 años
acogidos.
2ª) y además, el conjunto de ingresos de la unidad familiar así constituida,
incluido el solicitante, dividida por el número de miembros que la componen, no
debe superar un determinado tope, que se fija todos los años en función del
Salario Mínimo Interprofesional. Concretamente, la media individual de los
miembros de la unidad familiar no debe superar el 75 por cien del SMI vigente
en cada momento, excluida la parte proporcional de dos pagas extraordinarias.
No se considerará a cargo el cónyuge, hijos o menores acogidos, con rentas de
cualquier naturaleza superiores al 75 por ciento del SMI, sin pagas extras.
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Las Responsabilidades Familiares ante el Sistema de Protección Social: Desafíos y Respuestas M. Belén García Romero
Los padres pueden alegar cada uno de ellos a su hijo común a la hora de pedir una
prestación o subsidio por separado.
3. Plan Prepara
Este Plan fue instaurado, en 2011, por el RDL 1/2011, de 11 de febrero, como medida
de carácter coyuntural, con el objetivo de mejorar la empleabilidad de las personas
beneficiarias de cara a poder incorporarse de nuevo en el mercado laboral. No obstante,
ha sido prorrogado en cuatro ocasiones y, finalmente, el RDL 1/2013, de 25 de enero,
establece una prórroga automática del programa por períodos de seis meses mientras la
tasa de desempleo, según la EPA, sea superior al 20 por ciento. La Resolución de 30 de
julio de 2015, ha prorrogado dicho Plan hasta el 15 de febrero de 2016.
Únicamente serán beneficiarios los parados de larga duración (más de doce de los
últimos dieciocho meses en desempleo) o parados con cargas familiares (tal como este
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
concepto viene definido en el art. 275.3 LGSS), que no han percibido esta ayuda u otra
de igual naturaleza (PRODI, RAI, Renta Agraria) con anterioridad.
El PAE fue aprobado por el RDL 16/2014, de 19 de diciembre. Este programa está
destinado a los trabajadores desempleados de larga duración con cargas familiares que
hayan agotado todas las ayudas existentes, y comprende políticas activas de empleo,
actuaciones de intermediación laboral y una ayuda económica de acompañamiento
gestionada por el Servicio Público de Empleo Estatal y vinculada a la participación en
las mencionadas políticas de activación para el empleo (art. 1).La ayuda del PAE se
puede solicitar desde el 15 de enero de 2015 hasta el 15 de abril de 2016.
La ayuda, de cuantía equivalente al 80 por cien del IPREM [art. 7.b)], se puede
recibir durante 6 meses, no prorrogables (art. 7.a).
Entre los requisitos exigidos –que han de concurrir durante todo el período de
percepción de la ayuda (art. 2)– se encuentran: tener responsabilidades familiares
(cónyuge, hijos menores de 26 años o con discapacidad…) y carecer de rentas, de
cualquier naturaleza, superiores al 75 ciento del SMI, excluidas las dos pagas
extraordinarias, tanto a título individual como familiar.
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Las Responsabilidades Familiares ante el Sistema de Protección Social: Desafíos y Respuestas M. Belén García Romero
Concretamente, podrán verse reconocer una pensión del 70 por ciento de la base
reguladora si se reúnen los siguientes requisitos: 1) Que el pensionista tenga cargas
familiares. Se entiende cumplido cuando el solicitante conviva con hijos menores de 26
años o mayores incapacitados, o menores acogidos. A estos efectos, se considera que
existe incapacidad cuando acredite una discapacidad igual o superior al 33%. Los
rendimientos de la unidad familiar, incluido el propio pensionista, divididos entre el
número de miembros que la componen, no superen, en cómputo anual, el 75 por cien
del salario mínimo interprofesional vigente en cada momento, excluida la parte
proporcional de las dos pagas extraordinarias; 2) Que la pensión constituya su principal
o única fuente de ingresos. Se entiende que se cumple este requisito cuando el importe
anual de la pensión sea superior al 50 por cien de los ingresos del pensionista; 3) Que
los ingresos anuales por todos los conceptos del pensionista no superen la cuantía que
resulte de sumar al límite –que anualmente se establezca– para el reconocimiento de
mínimos de las pensiones, el importe anual, que en cada ejercicio corresponda a la
pensión mínima de viudedad. Los requisitos deben de concurrir simultáneamente. La
pérdida de uno de ellos conlleva a que se aplique desde el día primero del mes siguiente
a que deje de concurrir el requisito el porcentaje del 52 por ciento.
En este ámbito, se privilegia a los titulares con cargas familiares, colectivo al que se
reconoce la pensión mínima más alta, seguido de dos colectivos de pensionistas de
viudedad que se hallan equiparados a estos efectos: Titulares con 65 años, y titulares
con discapacidad en grado igual o superior al 65 por 100.
De acuerdo con el artículo 8.2 del RD 1647/1997, se entenderá por cargas familiares
la convivencia del beneficiario con hijos menores de veintiséis años o mayores
incapacitados, o menores acogidos, cuando la renta del conjunto de la unidad familiar
así constituida, dividida por el número de miembros que la componen, no supere en
cómputo anual el 75 por 100 del salario mínimo interprofesional, excluida la parte
proporcional de dos pagas extraordinarias.
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EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA ENCRUCIJADA: RETOS PARA LA DISCIPLINA LABORAL
prestaciones, así como aquellos que se pruebe que no han de ser percibidos en el
ejercicio en que deban aplicarse los referidos complementos.
Está regulado en el nuevo art. 235 LGSS, el cual acoge, sin modificar, las
previsiones de la Disposición adicional cuadragésima cuarta de la LGSS (RD-Leg.
1/1994), titulada “Períodos de cotización asimilados por parto”, introducida por la L.O.
3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (DA 18ª,
apartado 23).
Este derecho, regulado en el art. 236 LGSS, consiste en computar como periodo
cotizado a todos los efectos, salvo para el cumplimiento del período mínimo de
cotización exigido, aquel en el que se haya interrumpido la cotización a causa de la
extinción de la relación laboral o de la finalización del cobro de prestaciones por
desempleo cuando tales circunstancias se hayan producido entre los nueve meses
Para que se aplique este beneficio es preciso que las interrupciones laborales estén
dentro de un periodo determinado. Concretamente, las producidas “entre los nueve
meses anteriores al nacimiento, o los tres meses anteriores a la adopción o acogimiento
permanente de un menor, y la finalización del sexto año posterior a dicha situación”.
Esta prestación fue incluida en el sistema de la Seguridad Social por la Ley 26/1990,
de 20 de diciembre, de Prestaciones no contributivas de la Seguridad Social [RCL 1990,
2644]. Hasta la entrada en vigor del nuevo texto refundido de la LGSS, se encontraba
regulada por el art. 180 LGSS, junto a las otras prestaciones familiares no contributivas
(art. 181-190).
De acuerdo con el art. 237 LGSS, pueden ser beneficiarios de esta prestación no
económica todos los trabajadores por “cuenta ajena”, tanto del sector privado como de
la Administración Pública, que disfruten del período de excedencia laboral para el
cuidado de cada hijo, de menor acogido o de otros familiares hasta el segundo grado de
consanguinidad o afinidad que, por razones de edad, accidente, enfermedad o
discapacidad, no puedan valerse por sí mismos y no desempeñen una actividad
retribuida. Quedan excluidos los trabajadores por cuenta propia de los Regímenes
Especiales de Trabajadores del Mar y de Trabajadores Autónomos.
Debe tenerse en cuenta que, en España, la excedencia laboral por cuidado de hijos y
de otros familiares es una medida laboral de apoyo a la conciliación de carácter no
retribuido y que, además, las excedencias son disfrutadas en un elevadísimo porcentaje
por mujeres7. Por ello, las personas trabajadoras con cargas familiares que hagan uso de
esta medida, deben asumir un importante sacrificio económico, puesto que su ejercicio
conlleva la pérdida del salario, que no es compensada por el sistema de Seguridad
Social. Algunas trabajadoras, con bajos salarios y puestos de trabajo poco cualificados
pueden considerar que la excedencia constituye una alternativa, máxime si para asegurar
la atención y cuidado de los hijos o familiares, tienen que recurrir a contratar los
servicios de terceros. Sin embargo, parece que la medida favorece en mayor medida a
7
De acuerdo con los datos estadísticos del INSS, en nuestro país se solicitaron en 2014 39.611
excedencias por cuidado de hijos, de las que el 92% son disfrutadas por mujeres, y 8.176
excedencias por cuidado de mayores u otros familiares, un 84 % de las cuales son disfrutadas por
mujeres. http://www.empleo.gob.es/es/estadisticas/anuarios/2014/PMA/PMA; fecha consulta:
28.12.2015)
8
FLAQUER, L. y ESCOBEDO, A. “Licencias parentales y política social de la paternidad”,
Cuadernos de Relaciones Laborales, Vol. 32, 2014, pág. 93.
9
MUÑOZ CAMPOS, J., “Reflexiones sobre la regulación por convenio colectivo de la excedencia
por cuidado de hijo”, Actualidad Laboral, núm. 1, 1987, pág. 8; PRIETO PADIN, P., “Excedencia
voluntaria por cuidado de hijos, trabajo en otra empresa y protección por desempleo: ¿fraude o
supervivencia? (A propósito de la STSJ Galicia de 20 noviembre 2014 –Rec. 747/2013–)”, en
AA.VV., La protección por desempleo en España, Ed. Laborum, Murcia, 2015, pág. 649.
Las cotizaciones realizadas durante los dos primeros años del período de reducción
de jornada por cuidado de menor de 12 años, en los términos del primer apartado del art.
37.6 del ET(reducción de la jornada de trabajo diaria, con la disminución proporcional
del salario entre, al menos, un octavo y un máximo de la mitad de la duración de
aquella), se computarán incrementadas hasta el 100 por cien de la cuantía que hubiera
correspondido si se hubiera mantenido sin dicha reducción la jornada de trabajo, a
efectos de las prestaciones por jubilación, incapacidad permanente, muerte y
supervivencia, maternidad y paternidad. Para el resto de supuestos de reducción de
jornada contemplados en el segundo párrafo del art. 37.6 ET (cuidado directo de un
familiar, hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad), dicho incremento estará
referido exclusivamente al primer año.
Las cotizaciones realizadas durante los periodos en que se reduce la jornada según lo
previsto en el tercer párrafo del artículo 37.6 ET (reducción de la jornada de trabajo, con
la disminución proporcional del salario de, al menos, la mitad de la duración de aquélla,
para el cuidado, durante la hospitalización y tratamiento continuado, del menor a su
cargo afectado por cáncer, o por cualquier otra enfermedad grave, que implique un
ingreso hospitalario de larga duración y requiera la necesidad de su cuidado directo,
continuo y permanente), se computarán incrementadas hasta el 100 por cien de la
cuantía que hubiera correspondido si se hubiera mantenido sin dicha reducción la
jornada de trabajo, a efectos de las prestaciones por jubilación, incapacidad permanente,
muerte y supervivencia, maternidad, paternidad e incapacidad temporal.
El art. 165.6 LGSS establece que será considerado como período de cotización
efectiva a efectos de las correspondientes prestaciones de la Seguridad Social por
jubilación, incapacidad permanente, muerte y supervivencia, maternidad y paternidad el
período por maternidad o paternidad que subsista a la fecha de extinción del contrato de
trabajo, o que se inicie durante la percepción de la prestación por desempleo.
Así, en primer lugar, a diferencia del subsidio de mayores de 45 años sin cargas
familiares que han agotado una prestación por desempleo [art. 274.1.b) LGSS], cuya
duración es de seis meses improrrogables, tratándose del subsidio por cargas familiares
En segundo lugar, en el caso del “subsidio contributivo” (art. 274.3 LGSS), cuando
los beneficiarios tienen responsabilidades familiares, la duración dependerá del período
cotizado (art. 277.2 LGSS), existiendo una correspondencia total entre período cotizado
(3, 4 o 5 meses cotizados) y duración del subsidio. Pero, a partir de los 6 meses
cotizados, se reconocen 21 meses de subsidio. En cambio, si los beneficiarios carecen
de responsabilidades familiares, y tienen al menos seis meses de cotización, la duración
será de 6 meses improrrogables.
Esta es una de las principales novedades del Plan Integral de Apoyo a la Familia
(PIAF), aprobado por el Gobierno el 14 de mayo de 2015, que fue incorporada
inicialmente como art. 50 bis a la LGSS/1994 por la Ley 48/2015, de Presupuestos
Generales del Estado, y que consiste en un incremento de las pensiones proporcional al
número de hijos.
De acuerdo con el art. 60 LGSS, solo podrán acogerse a la medida las mujeres con
pensiones reconocidas a partir del 1 de enero de 2016. No obstante, quedan también
excluidas aquellas mujeres que se jubilen anticipadamente de forma voluntaria y las que
se acojan a la jubilación parcial. No obstante, en este último caso, se asignará el
complemento de pensión cuando desde la jubilación parcial se acceda a la jubilación
plena, una vez cumplida la edad que en cada caso corresponda.
10
http://mcaugt.cat/informe-sobre-el-complemento-de-maternidad-en-las-pensiones-contributivas/
(consultado el 29.12.2015).
11
Por ejemplo, en Francia, existen dos tipos de incentivos basado en la contribución de las madres
trabajadoras a la demografía. De un lado, unos complementos que se reciben a partir de la
jubilación, bien por tener uno o varios hijos a cargo en el momento de la jubilación, bien por
haberlos tenido o criado con anterioridad. Se trata de un incremento que también beneficia a
perceptores de una pensión de viudedad que tienen derecho a un aumento de la pensión del
10% si han tenido, como mínimo, tres hijos. Además, si cumplen determinados requisitos,
recibirán un aumento por cada hijo a cargo, de 96,21 euros mensuales: Por otro lado, en
determinados supuestos (como madres trabajadoras manuales con al menos tres hijos), se
reconoce la pensión base completa, independientemente de los años cotizados.
(http://www1.seg-social.es/ActivaInternet/Panorama/REV_034805; fecha consulta: 22/12/2015
13:22). Asimismo, Cfr. Informe sobre el complemento de maternidad en las pensiones contributivas,
págs. 14-15 (http://mcaugt.cat/informe-sobre-el-complemento-de-maternidad-en-las-pensiones-contributivas/
[consultado el 29.12.2015]).
seis meses. Pero dicha ayuda se incrementa del 75 por 100 al 85 por 100 del IPREM,
para aquellos beneficiarios que acrediten tres o más personas a su cargo.
12
Según los datos estadísticos del INSS, en 2014, el número de procesos por maternidad reconocidos
fue de 281.411, de los cuales, 276.482 fueron disfrutados por la madre y 4.928 por el padre; en el
caso de la prestación por paternidad, se reconocieron 236.714 prestaciones
(http://www.empleo.gob.es/es/estadisticas/anuarios/2014/PMA/PMA.pdf; consultado el 28.12.2015)
Por su parte, las prestaciones por riesgo durante el embarazo y riesgo durante la
lactancia natural tratan de cubrir la pérdida de ingresos que se produce cuando la
trabajadora por cuenta ajena es declarada en situación de suspensión del contrato de
trabajo por tales causas, en los supuestos en los que, debiendo cambiar de puesto de
trabajo o de actividad por otro compatible con su estado, dicho cambio no resulte técnica
u objetivamente posible o no pueda razonablemente exigirse por motivos justificados. En
el caso de las trabajadoras autónomas, las situaciones protegidas están referidas al período
de interrupción de la actividad profesional durante el embarazo o durante el periodo de
lactancia natural, cuando el desempeño de la misma pudiera influir negativamente en la
salud de la trabajadora o en la del hijo, y así se certifique por los servicios médicos del
INSS o por la Mutua Colaboradora con la Seguridad Social competente14.
Su finalidad es compensar la pérdida de ingresos que sufren los interesados al tener que
reducir su jornada (como mínimo en un 50 por ciento), con la consiguiente disminución de
su salario, por la necesidad de cuidar de manera directa, continua y permanente a los hijos
o menores a su cargo, durante el tiempo de su hospitalización y tratamiento continuado de
la enfermedad, de acuerdo con lo previsto en el art. 37.6 del ET.
13
En este sentido, la Disposición transitoria séptima ET establece que “en tanto no entre en vigor la
Ley 9/2009, de 6 de octubre, de ampliación de la duración del permiso de paternidad en los casos de
nacimiento, adopción o acogida, la duración del permiso de paternidad a que se refiere el primer
párrafo del artículo 48.7 será de trece días ininterrumpidos ampliables en los supuestos de parto,
adopción, guarda con fines de adopción o acogimiento múltiples en dos días más por cada hijo a
partir del segundo”.
14
El número total de procesos en vigor en todos los regímenes a finales de 2015 fue de 21.182 por
riesgo durante el embarazo y de 408 por riesgo durante la lactancia natural: Fuente INSS:
(http://www.seg-
social.es/Internet_1/Estadistica/Est/Otras_Prestaciones_de_la_Seguridad_Social/Riesgo_durante_el
_embarazo/Riesgoduranteelembarazo2015/index.htm y http://www.seg-
social.es/Internet_1/Estadistica/Est/Otras_Prestaciones_de_la_Seguridad_Social/Riesgo_durante_la
_lactancia_natural/Riesgodurantelalactancia2015/index.htm; consultado 28.12.2015, 19:35).
Los trabajadores autónomos o por cuenta propia tendrán derecho a la prestación con
la misma extensión y en los mismos términos y condiciones que en el Régimen General
de la Seguridad Social con la particularidad siguiente: la situación protegida por la
prestación económica para el cuidado de menores afectados por cáncer u otra
enfermedad grave es el periodo de cese parcial en la actividad de, al menos, un 50 por
ciento de su duración. En este caso, el porcentaje de reducción de la jornada de trabajo
vendrá referido a una jornada de 40 horas semanales.
En relación con la primera de ellas, será sujeto causante cada hijo menor de
dieciocho años o mayor de dicha edad y que esté afectado por una discapacidad en un
grado igual o superior al 65 por ciento, a cargo del beneficiario, cualquiera que sea la
naturaleza legal de la filiación, así como los menores a su cargo en régimen de
acogimiento familiar permanente o guarda con fines de adopción, siempre que no se
supere, en su caso, el límite de ingresos establecido. El causante no perderá la condición
de hijo o de menor a cargo por el mero hecho de realizar un trabajo lucrativo por cuenta
propia o ajena siempre que continúe viviendo con el beneficiario de la prestación y que
los ingresos anuales del causante, en concepto de rendimientos del trabajo, no superen
el 100 por cien del salario mínimo interprofesional, también en cómputo anual. Tal
condición se mantendrá aunque la afiliación del causante como trabajador suponga su
encuadramiento en un régimen de Seguridad Social distinto a aquel en el que esté
afiliado el beneficiario de la prestación.
15
El límite en 2016, es de 11.576,83 euros anuales por un solo hijo. Este límite se aumentará en un 15
% por cada hijo o acogido a cargo a partir del segundo, éste incluido. Si se trata de familias
numerosas (según el concepto de Familia Numerosa de la Ley 40/2003: art. 13), el límite de ingresos
anuales se incrementa hasta 17.423,84 euros, en los supuestos en que concurran tres hijos a cargo,
incrementándose en 2.822,18 euros por cada hijo o acogido a cargo a partir del cuarto, éste incluido
[DA 25ª de la Ley 48/2015, 29 octubre, de Presupuestos Generales del Estado para 2016 (BOE de
30.10.2015)].
16
Si se trata de un menor de 18 años, debe acreditar un grado de discapacidad igual o superior al 33%,
mientras que en el caso de los mayores de edad, el grado de discapacidad debe ser superior al 65%.
17
En 2016, la cuantía de las asignaciones establecidas en el artículo 353 LGSS para los casos en que el
hijo o menor acogido a cargo tenga la condición de discapacitado será: a) 1.000 euros cuando el hijo
o menor acogido a cargo tenga un grado de discapacidad igual o superior al 33 por ciento; b)
4.414,80 euros anuales por hijo euros cuando el hijo a cargo sea mayor de 18 años y esté afectado
por una discapacidad en un grado igual o superior al 65 por ciento; c) 6.622,80 euros cuando el hijo
a cargo sea mayor de 18 años, esté afectado por una discapacidad en un grado igual o superior al 75
por ciento y, como consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesite el concurso de otra
persona para realizar los actos más esenciales de la vida, tales como vestirse, desplazarse, comer o
análogos [DA 25ª de la Ley 48/2015, 29 octubre, de Presupuestos Generales del Estado para 2016
(BOE de 30.10.2015)].
podría acogerse el límite de edad que se aplica para considerar la existencia de “cargas
familiares” a efectos de la prestación y subsidio por desempleo, de la pensión mínima
de viudedad y del porcentaje asistencial de viudedad.
En definitiva, la protección familiar constituye uno de los capítulos más débiles del
sistema español de Protección Social18, con un impacto muy débil en la reducción de las
tasas de pobreza de la población infantil y adolescente19.
Por otro lado, en relación con su objeto, estas prestaciones económicas familiares
únicamente atienden las necesidades económicas o de exceso de gastos derivadas del
cuidado de los hijos o menores acogidos a cargo (coste directo de los hijos), sin prestar
atención a otros sujetos (ascendientes o parientes próximos) que también pueden formar
parte de la unidad familiar y provocar situaciones de igual o mayor necesidad que las
propias de los hijos a cargo. No obstante, es cierto que esta laguna de cobertura ha sido
corregida tras la aprobación de la Ley de Dependencia (Ley 39/2006, de 14 de
diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en
situación de dependencia).
5. CONCLUSIONES
Por otro lado, reconociendo la importancia que tiene el incremento de las tasas de
natalidad para el sostenimiento del sistema de Seguridad Social, debe fomentarse la
misma a través de medidas de protección directa e indirecta a la familia, como son las
prestaciones económicas familiares, o las prestaciones de muerte y supervivencia, pero,
al mismo tiempo, es esencial reducir los perjuicios económicos y en materia de derechos
de protección social que comporta tener hijos en nuestro país, especialmente, en el caso
de las mujeres.
21
Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social
Europeo y al Comité de las Regiones: “Plataforma europea contra la pobreza y la exclusión social:
un marco europeo para la cohesión social y territorial, [Bruselas, 16.12.2010, SEC (2010) 1564 final
(COM/2010/0758 final; %2010DC0758].
Resumen
El análisis de las medidas de conciliación de vida familiar y laboral desde una perspectiva
de género exige tener en cuenta no solo la cuantía de la prestación, sino su posible
repercusión sobre hombres y mujeres teniendo en cuenta el diferente rol social que todavía
siguen desempeñando. De esta manera, hay que observar si tienen el efecto de fomentar que
sea la mujer la que interrumpa su vida profesional asumiendo el cuidado de los hijos o si
por el contrario inciden en un aumento de la corresponsabilidad y la asunción equilibrada
de responsabilidades familiares. En este sentido, la configuración de la excedencia paternal
(Elternzeit) y del Elterngelt (subsidio paternal) en Alemania vigente hasta junio de 2015 era
bastante cuestionable a pesar de ser generosa en su cuantía. En la práctica, y pese a que
teóricamente la titularidad era indistinta, estaba fomentando que fuese la madre la que
asumiese el cuidado de los hijos durante un amplio periodo de tiempo, abandonando
mientras tanto totalmente su carrera profesional. Corrigiendo las deficiencias de este
régimen, el Parlamento alemán ha reformado el sistema, con la creación de un nuevo
subsidio Elterngelt Plus y una nueva regulación del Elternzeit, que entró en vigor para los
hijos nacidos a partir del 1 de julio de 2015, y que fomenta una asunción más equilibrada y
la compatibilización entre trabajo parcial y cuidado de los hijos sin dejar de percibir el
subsidio. En esta comunicación se exponen las líneas generales de la reforma, como un
modelo a seguir por nuestra legislación, que adolece de los mismos defectos agravados por
el hecho de que se trata de un régimen que ofrece una prestación mucho menor.
Abstract
The analysis of measures to reconcile work and family life from a gender perspective
requires taking into account not only the amount of the benefit, but its possible impact on
men and women considering the different social roles that are still played. According to
this, it must be observed if they have the effect of encouraging the woman to be the one
who interrupts its professional life taking care of children. Or, on the other hand, they affect
to the increase of the co-responsibility and the balanced assumption of family
responsibilities. In this regard, the configuration of the parental leave of absence
(Elternzeit) and the Elterngelt (parental subsidy) in Germany, in force until June 2015, was
quite questionable despite being generous in amount. In practice, although theoretically the
ownership was indistinct, it was encouraged to be the mother who assumes the care of the
children for an extended period of time, while completely abandoning her professional
career. Correcting the defects of this regime, the German Parliament has reformed the
system with the creation of a new subsidy Elterngelt Plus and a new regulation of the
Elternzeit, which came into effect for children born on or after the 1st July 2015. It
encourages a more balanced assumption as well as a partial compatibility between work
and childcare while receiving the subsidy. In this communication, the outlines of the said
reform are exposed as a model for our legislation, which suffers from the same defects
aggravated by the fact that it is a regime that offers a much lower subsidy.
1
Trabajo realizado en el marco del Proyecto I+D “Buenas Prácticas Jurídico-Procesales en Derecho
Laboral y Comunitario para Reducir el Gasto Social con Coste Cero” financiado por el Ministerio de
Economía y Competitividad (DER 2012-32111).
18 de diciembre de 2014, Boletín del Estado I, p. 2325 (Gesetzes zur Einführung des
Elterngeld Plus mit Partnerschaftsbonus und einer flexibleren Eltern zeit im
Bundeselterngeld und Elternzeitgesetz)2.
La licencia por maternidad comienza seis semanas antes de la fecha prevista para el
parto, y se prolonga ocho semanas con posterioridad al nacimiento (prorrogables a doce
en caso de parto prematuro o múltiple).Durante este tiempo la trabajadora sigue
cobrando salario, para cuyo cálculo se toman como referencia la media de los tres
últimos meses. El seguro de enfermedad se hace cargo de hasta 390 euros netos de la
retribución del trabajador, y el resto debe ser satisfecho por el empleador. La
trabajadora goza de una protección especial frente al despido durante el embarazo y
durante un período de hasta cuatro meses después del parto. Su regulación es menos
compleja que la española, siendo la diferencia principal con el permiso de maternidad
configurado por nuestro ordenamiento el hecho de que el empresario tiene la obligación
de continuar pagando gran parte de salario.
2
Bundeselterngeld und Elternzeitgesetz, zuletzt geändert durch Artikel 1 des Gesetzeszur
Einführung des Elterngeld Plus mit Partnerschafts bonus undeiner flexibleren Elternzeitim
Bundeselterngeld und Elternzeitgesetz vom 18. Dezember 2014 (BGBl. I, S. 2325)
de edad. La solicitud debía ser realizada con un preaviso de siete semanas y el acuerdo
requería la forma escrita.
También es posible una reducción de jornada durante este periodo. Para tener
derecho a la reducción de jornada de 15 a 30 horas semanales es necesario tener seis
meses de antigüedad en la empresa, que ésta tenga una plantilla regular de más de 15
empleados, la reducción del horario semanal tiene que ser notificado al empleador como
mínimo 7 semanas antes de su inicio, si la reducción de jornada se va a ejercer durante
un permiso de educación entre el nacimiento y el tercer cumpleaños del hijo. Al vencer
el plazo del permiso de educación para padres, la relación laboral vuelve a ser efectiva
automáticamente en las mismas condiciones que antes de su ejercicio.
La excedencia es compatible con un trabajo por cuenta ajena de hasta treinta horas
semanales.
Además, los padres pueden dividir su excedencia parental en tres períodos en lugar
de los dos anteriores. En este caso tampoco será necesario obtener para ello el
consentimiento del empleador.
El subsidio estatal constituye una ayuda importante para familias en los primeros
meses de vida de su niño. Este subsidio compensa la falta de ingresos después del
nacimiento del niño. De esta manera resulta más fácil para el padre o la madre
interrumpir o limitar de forma transitoria su actividad remunerada, para dedicar el
tiempo a su hijo.
Para tener derecho al subsidio las madres y padres tienen que cumplir los siguientes
requisitos: cuidar y educar ellos mismos a sus hijos, no trabajar de forma lucrativa por
más de 30 horas semanales, vivir en el mismo hogar que sus hijos y tener su domicilio
en Alemania o residir en este país de forma regular.
También la pareja o el cónyuge que cuida del niño después de su nacimiento puede
percibir el subsidio para padres en las mismas condiciones que éstos, aunque no fuera su
propio hijo. En caso de enfermedad grave, minusvalía severa o fallecimiento de los
padres, los familiares hasta de tercer grado (bisabuelos, abuelos, tíos y tías así como
hermanos) y sus cónyuges o parejas tienen derecho al subsidio para padres. En el caso de
la adopción, el subsidio se concede desde el momento de la acogida del niño en el hogar.
Existe un límite de ingresos para tener derecho al subsidio, de manera que no podrán
solicitarlo los padres cuyos ingresos conjuntos antes de impuestos hayan superado los
500.000 euros en el año anterior al nacimiento del hijo. Si se trata de familia
monoparental, el límite de ingresos es de 250.000 euros.
El subsidio para padres sirve para compensar los ingresos del trabajo del padre o de
la madre que cuida del niño, que éste o ésta había tenido en el año anterior al nacimiento
del niño y que se pierden después del nacimiento del niño por dedicarse a su cuidado.
Su cuantía depende de los ingresos previos del progenitor que lo solicita, con arreglo al
siguiente baremo:
• 67% del salario neto para salarios comprendidos entre los 1.000 y los 1.200 euros.
Para personas con ingresos por debajo de 1000 euros antes del nacimiento del niño
el porcentaje aumenta de forma escalonada, hasta alcanzar el 100%. Cuanto más bajos
los ingresos, mayor es el porcentaje.
El subsidio mínimo son 300 euros (incluso para personas sin ingresos propios
anteriores al nacimiento del hijo), y el máximo 1.800 euros. En caso de parto múltiple,
el subsidio para padres es de 300 euros más por cada niño a partir del segundo. Si
Esta modalidad de subsidio, llamada como hemos dicho Elterngelt, era la única
posible para los padres de niños nacidos antes del 1 de julio de 2015. Para los
nacimientos posteriores los padres pueden elegir entre el Elterngelt básico o bien
acogerse al Elterngelt Plus, una nueva modalidad del subsidio que entró en vigor para
nacimientos posteriores a 1 de julio de 2015 y cuya regulación supone un importante
avance desde la perspectiva de género, pues por una parte fomenta la corresponsabilidad
y por otra permite la incorporación progresiva al trabajo, lo que facilita la
compatibilización entre carrera profesional y cuidado de hijos.
La novedad más importante es que los padres y madres que opten por trabajar a
jornada parcial mientras que perciben el subsidio parental (reduciendo de esta manera su
cuantía) podrán recibirlo durante el doble de meses.
El nuevo subsidio parental Plus (regulado en el art. 4 de la Ley del subsidio parental)
pretende ser de utilidad sobre todo para aquellas personas que quieran trabajar a jornada
parcial durante el período de percepción del subsidio parental. Se trata de una
ampliación de las posibilidades de configuración financiera para los padres. La
intención es que puedan decidir con mayor libertad en qué forma y con qué alcance
quieren asumir los cuidados de su hijo o hija durante los primeros años de vida, y eso se
hace a través de las siguientes medidas:
2. Los padres que compartan las tareas de educación y el trabajo remunerado durante
al menos cuatro meses de vida de su hijo/a reduciendo ambos su jornada obtienen una
ayuda financiera para este fin. Podrán percibir durante un periodo superior que hasta
ahora el subsidio parental Plus en forma de los nuevos meses de la bonificación de pareja.
La nueva ley del subsidio parental diferencia entre subsidio parental básico, subsidio
parental Plus y bonificación de pareja. Todas las nuevas variantes del subsidio parental
pueden combinarse entre ellas y permiten la percepción del subsidio durante un máximo
de 28 meses. Los padres que durante el período de percepción del subsidio trabajen a
jornada parcial obtienen con las nuevas normas una mejor prestación.
También hay que resaltar que la reforma ha aclarado el régimen a aplicar en el caso
de nacimientos múltiples. Para padres de gemelos, mellizos o nacimientos múltiples
queda aclarado en la nueva norma legal que por cada nacimiento se devenga sólo un
derecho a percibir el subsidio parental, extremo que había sido objeto de controversia
con la normativa anterior. El volumen de trabajo nítidamente superior para estos padres
queda compensado porque perciben por cada niño/a del parto múltiple un complemento
de 300 Euros.
Los cuatro meses en que comparten los cuidados tienen que ser consecutivos. El
requisito previo para los cuatro meses de bonificación de pareja es que por lo menos
uno de los progenitores perciba desde el 15º mes de vida del menor de forma continuada
el subsidio parental Plus. Sólo en este caso serán posible hacer uso de los cuatro meses
de bonificación de pareja hasta el 28º mes de vida del menor.
El cálculo del subsidio parental Plus se realiza, en principio, dividiendo entre dos el
subsidio parental básico (mínimo 300 Euros), aunque existen dos variantes. Para padres
que no tienen trabajo remunerado, la cuantía es la mitad del subsidio parental básico.
Para padres con ingresos de actividades laborales, la modalidad es un subsidio parental
complementario con imputación de los ingresos del trabajo a jornada parcial, pero que
se prolonga durante más meses de percepción.
Los ingresos laborales obtenidos con ocasión de las actividades a jornada parcial
siguen imputándose al subsidio parental, como ocurre con el subsidio básico. Los meses
de bonificación de pareja constituyen cuatro meses adicionales de subsidio parental
Plus, de forma tal que se amplía hasta los 28 meses de edad del niño el período máximo
posible de percepción del subsidio parental. En realidad, desde el punto de vista
económico, sólo es rentable para padres que tienen unos ingresos equivalentes.
El reparto mensual libre entre los padres de las distintas modalidades de subsidio
parental (subsidio parental básico), subsidio parental Plus y meses de bonificación de
pareja confiere un mayor margen para las decisiones familiares individuales.
A diferencia de lo que ocurre con el subsidio parental básico, los meses del subsidio
parental Plus son meses en los que la percepción del subsidio parental se limita al
máximo de la mitad del importe del subsidio parental básico. Con la nueva norma legal
es posible percibir el importe de un mes de vida del menor por el que se recibe el
subsidio parental básico en dos importes mensuales de subsidio parental Plus. De esta
manera, el período de percepción del subsidio parental asciende a un máximo de 24
meses para uno de los progenitores. Al hacer uso del subsidio parental Plus, por lo
tanto, se amplía el período de percepción del subsidio parental más allá del 14º mes de
vida del menor. Naturalmente es necesario cumplir los requisitos generales para la
percepción del subsidio parental en este caso también hasta el final de la percepción del
subsidio parental Plus. Esta es una diferencia con respecto a la norma anterior, que
permitía también la extensión del pago del subsidio parental dividiendo los importes
mensuales entre dos. La norma anterior, sin embargo, extendía únicamente el plazo de
abono, sin embargo el derecho a la percepción del subsidio ya no existía a partir del
momento en que el menor cumplía 14 meses. Ahora los padres pueden optar por
combinar el subsidio parental básico y el subsidio parental Plus entre ellos o decidirse
únicamente por una de las variantes.
El subsidio parental Plus existe en dos formas: subsidio parental Plus con ingresos
laborales adicionales y subsidio parental Plus sin ingresos laborales adicionales. El
subsidio parental Plus sin ingresos laborales adicionales supone únicamente los meses del
subsidio parental base divididos entre dos, con una duración más larga de la percepción.
El subsidio parental Plus con ingresos laborales adicionales significa que, aparte de
los ingresos laborales, se percibe adicionalmente subsidio parental. En este caso
aumenta el número de meses de percepción. La imputación de los ingresos laborales
adicionales y el abono de la parte correspondiente del subsidio parental se distribuyen
entre más meses de percepción que en el caso del subsidio parental básico. El importe
del subsidio parental abonado durante un mes de subsidio parental Plus no puede
exceder de la mitad de un importe del subsidio parental básico (sin ingresos laborales
imputables). En caso de ingresos laborales adicionales excesivos procede la imputación
o limitación del subsidio parental según el principio diferencial establecido.
4. CONCLUSIONES
Por tanto, desde el punto de vista de género es muy acertada la reforma, sobre todo
en lo relativo al fomento del ejercicio simultáneo por parte de la pareja de fórmulas de
trabajo parcial y percepción del subsidio.
5. BIBLIOGRAFÍA
3
Informe “Grado de aceptación de la prestación parental”, Revista Actualidad Internacional
Sociolaboral, nº 115-2008, pp. 126 y ss.
Resumen
Desde sus inicios la Unión Económica y Monetaria ha carecido de mecanismos de
estabilización para dar respuestas a shocks de desequilibrios fiscales, en particular ante
situaciones de crisis macroeconómicas. Una de las opciones más interesantes, tanto por su
viabilidad económica como por su clara vinculación con el objetivo del mercado único, es
la creación de un Seguro de Desempleo Europeo (SDE) a través del cual se solidarice, al
menos parcialmente, el coste que representa la cobertura de desempleo en situaciones de
crisis. Este trabajo pretende hacer un estado de la cuestión de las propuestas de SDE y
responder algunos retos a los que se enfrenta desde el punto de vista jurídico y de
implementación.
Abstract
Since the beginning, the Economic and Monetary Union lacks of stabilization mechanisms
in order to answer to fiscal imbalances, particularly during macroeconomic crisis. The
European Unemployment Insurance (EUI) is one of the most interesting options, both for
its economic viability and its clear link with the single market. It would be an instrument by
which the cost of unemployment coverage could be shared, at least partially, during
economic crisis times. This contribution aims to describe the state of the art of several
proposals of EUI that are being discussed and to answer some challenges that these
initiatives have from the legal and practical point of view.
1. INTRODUCCIÓN
La protección por desempleo, como gran parte del sistema de seguridad social, ha
nacido y se ha desarrollado en cada Estado miembro de la UE de manera diferente. La
UE, a la hora de atajar este inconveniente que repercutía directamente en una de las
cuatro libertades fundamentales del mercado interior como es la libre circulación de
trabajadores, marcó una estrategia de coordinación mínima de sistemas en caso de
efectos transfronterizos (primero a través del Reglamento 1408/71 y más recientemente
con el Reglamento 883/2004). La instauración de cualquier modelo de armonización
produce una fuerte oposición, especialmente en aquellos países con Estados bienestar
más generosos, que temen que la misma se haga “a la baja” e incluso en los que la
cobertura es menor, por miedo a perder competitividad por el incremento de los costes
laborales. Además siempre se ha descartado cualquier sistema de solidaridad o fondo
común que pudiese traspasar las cotizaciones de unos en beneficio de “otros”. Como
puede apreciase, el origen último del problema no está tanto en las divergencias de
modelos sino en la ausencia de una verdadera identidad europea que haga posible la
aplicación de esquemas de solidaridad. Como suele ocurrir, la solidaridad renace en
2. EL ORIGEN DE LA PROPUESTA
La tercera crisis, probablemente la menos comentada a nivel europeo pero con claras
consecuencias en la política nacional, es la de la deslegitimación del proyecto europeo.
No nos engañemos, la CEE nace para crear un mercado. Sin embargo a lo largo de los
casi 60 años de historia el proyecto europeo, en su afán de avanzar a una “unión más
estrecha entre los pueblos” había introducido guiños tendientes a ganarse el apoyo de la
ciudadanía. La libre circulación de personas, la política de protección de consumidores
y del medio ambiente, y los fondos estructurales son algunos ejemplos. Estas políticas
1
Para una discusión más en detalles sobre los problemas de diseño de la UEM ver, entre otros:
O’ROURKE, K. H. &. TAYLOR A.M.: “Cross of Euros” Journal of Economic Perspectives 27(3),
2012, pags. 167-192. KRUGMAN, P.: “Revenge of the Optimum Currency Area” en ACEMOGLU, D.,
PARKER J. & WOODFORD M. (eds.). NBER Macroeconomics Annual 2012. University of Chicago
Press, 2013, pags. 439-448. DE GRAUWE, P.: Design Failures in the Eurozone: Can they be fixed?
LSE Europe in Question Discussion Paper 57, 2013.
2
Estos se han resuelto parcialmente con la llamada “Unión Bancaria”. Para un estudio completo y
reciente ver HINOJOSA L. y BENEYTO J.M. (dirs.). Banking Union. The New Regime. Kluwer, 2015.
3
En relación con la vieja discusión económica sobre si la UEM necesariamente llevaría a la unión
fiscal ver el resumen presente en COMISIÓN EUROPEA: Paper on Automatic Stabilizers, informe del
grupo de trabajo presidido por Robert Strauss, Dirección General Empleo, Asuntos Sociales e
Inclusión, 4 octubre 2013.
Como no podía ser de otra manera, la propuesta no se origina por una razón social,
sino económica. Es parte del llamado “four presidents' report” de 20124 y del “Blueprint
for a deep and genuine Economic and Monetary Union”5 que propusieron generar
“capacidad fiscal” a nivel central. Uno de los instrumentos sería la creación de un SDE
que aliviase las cuentas de los países que estaban sufriendo un shock asimétrico en sus
economías, ya que uno de los efectos más visibles de estos impactos es el alza del
desempleo, y con ello del gasto público6.
4
VAN ROMPUY, H. 2012. Towards a Genuine Economic and Monetary Union. Informe para el
Consejo Europeo elaborado en colaboración con BARROSO, J. M., JUNCKER J.C. & DRAGHI M.
(conocido como el “four presidents' report”, 5 de diciembre de 2012. En este documento se
menciona la necesidad de crear mecanimos microeconómicos de transferencia fiscal que dependan
de “specific public function sensitive to the economic cycle, such as unemployment insurance”.
5
COMISIÓN EUROPEA: A blueprint for a deep and genuine economic and monetary union: Launching
a European Debate. COM (2012) 777 final/2, 30 de noviembre de 2012. En este documento no se
menciona específicamente el SDE pero sí que se menciona la necesidad de profundizar la
coordinación en materia de fiscalidad y empleo. La idea se retoma en el plan de acción de la
Presidencia Italiana del Consejo de la UE cuando dice: “Special attention will be paid to the issue of
automatic stabilisation through discussions on the possible establishment of an EMU-wide
unemployment benefit system as a tool for asymmetric shock absorption at central level”.
6
Las diferencias de gastos en políticas de desempleo en relación al PIB es sustancial. Según datos de
2010 Reino Unido gastaba aproximadamente un 0,5% de su PIB, mientras que España un 4%. Ver
CLAEYS G., DARVAS Z., WOLFF G. “Benefits and drawback of European Unemployment Insurance”
Bruegel Policy Brief 6/2014, pag. 1.
7
GARCIA DE CORTAZAR Y NEBREDA C.: “Desplazamientos al extranjero y trabajos realizados en la
UE. Las nuevas iniciativas europeas de protección a los desempleados” en AAVV La protección por
desempleo en España, Ed. Laborum, 2015, pags. 281-296, esp. pag.281.
3. EL DISEÑO
Sobre la base de estos condicionantes durante los últimos tres años10 han habido
varias propuestas que podrían clasificarse en dos grandes grupos: las que proponen un
8
En este trabajo analizamos los sistema contributivos y mixtos de proyección contra el desempleo,
dejando fueran los mecanismos no contributivos de tipo asistencial.
9
Ver los trabajos de la OCDE, del Mutual Information System on Social Protection and Social
Security (MISSOC) preparado por la Comisión Europea y del Social Policy Indicator Database que
elabora el Swedish Institute for Social Research.
10
Existen propuestas anteriores aunque no tenían como objetivo la creación de mecanismos de
estabilización macroeconómica. Ver MAJOCCHI A. & REY M. (1993), “A special financial support
scheme in EMU: need and nature” Rivista di diritto finanziario e scienza delle finanze 52(2), 1993,
(…)
SDE complementario al seguro de desempleo nacional (las más numerosas) y las que
proponen un reaseguro de los sistemas nacionales de desempleo.
Las propuestas confluyen en la idea de que el SDE sería un seguro básico que podría
ser mejorado por los sistemas nacionales de protección contra el desempleo tanto en la
cuantía como en la duración de la prestación. La mayoría proponen que esta última
quede cubierta por el SDE durante un período máximo de 12 meses (9 en el caso de Jara
& Sutherland que diseñan un esquema en el cual el SDE cubriría desde el 4to al 12vo
mes de desempleo, siendo los tres primero a cargo del sistema nacional).
Las propuestas asumen que las prestaciones se calcularán teniendo en cuenta los
ingresos del último mes previo a la situación de desempleo, con una tasa de reposición
del 40% o 50%. Para las condiciones de acceso, se mantendrían las vigentes en la
legislación nacional.
En cuanto a los costes del sistema se calcula que el mecanismo tendría un coste de
unos 50.000 millones de euros (Dullien, Dolls), con efectos muy dispares desde el punto
de vista de estabilización macroeconómica dependiendo de la estructura de los
mercados de trabajo. Así, teniendo en cuenta los niveles de desempleo de 2012 para
España y Grecia significarían una transferencia del orden del 1% o 2% del PBI.
En general todos los estudios concluyen que el SDE sería positivo para un número
importante de países, incluyendo a Francia, y para aquellos con un bajo nivel de
desempleo (Austria, Holanda, Alemania), los efectos negativos desde el punto de vista
fiscal se verían compensados por la garantía de estabilización de tipo macro-económico
y flujos migratorios.
3.2. El reaseguro
16
BEER C., KÖHLER-TÖGLHOFER W. & STIGLBAUER A. “A Common European Unemployment
Insurance - A Much Debated Route toward European Fiscal Union” Monetary Policy & The
Economy Q4/14, pags. 35-52, esp. pag. 45.
17
Por ejemplo, en el período que va desde 1980 a 2012 España presenta una intensidad de destrucción tres
veces superior a Portugal e Italia, y el doble que Irlanda, durante los períodos de crisis. BALL, L.M.,
LEIGH D. & LOUNGANI P.: “Okun’s Law: Fit at Fifty?” NBER Working Paper 18668, enero 2013.
18
Esto ya lo sugiere la Comisión Europea en su propuesta. Ver COMISIÓN EUROPEA: Paper on
Automatic Stabilizers... op.cit. nota 3.
19
BEBLAVÝ M., GROS D., MASELLI I. “Reinsurance of National Unemployment Benefit Schemes”
CEPS working Document 401/2015. La idea ya había sido adelantada como “opción 2” en el trabajo
preparado por BEBLAVÝ y MASELLI para el Parlamento Europeo. (ver supra nota 15)
corriendo a cargo de la primera los gastos del servicio de empleo y de los programas de
búsqueda activa de empleo; mientras que las prestaciones son pagadas por un fondo
federal cofinanciado por los cantones que, en caso de no poder cubrir los gastos, puede
recibir préstamos a corto plazo del gobierno confederal a condiciones de mercado. Para
evitar que estos préstamos generen un déficit excesivo del sistema, anualmente se
reajustan los porcentajes de cotizaciones. El sistema, aunque interesante, está muy
centralizado ya que tanto las cotizaciones, las condiciones de acceso como las
prestaciones están unificadas, y el fondo que paga las prestaciones es federal. Con lo
cual, la flexibilidad vendría más bien de la mano de cómo se gestionan las políticas
activas de empleo. Según los autores, la viabilidad política del sistema se explicaría por
motivos de solidaridad y necesidad de alcanzar una masa crítica suficiente para
distribuir riesgos.
A partir de estos dos modelos federales los autores se inspiraron para proponer un
sistema de reaseguro europeo según el cual un fondo común intervendría financiando los
sistemas nacionales únicamente cuando haya verdaderos shocks, es decir, variaciones en
los niveles de desempleo de corta duración (12 meses) mayores al 1% (tormentas), siendo
los cambios inferiores al 1% (“lluvias bruselenses”) a cargo de los esquemas nacionales,
todo ello en relación a la media de los últimos diez años. El fondo se financiaría con una
contribución en razón del PIB (0,1% anual) hasta alcanzar el 0,5% del PIB europeo. Sin
embargo, para evitar el riesgo moral, las contribuciones se multiplicarían por un
coeficiente en relación con la utilización del fondo durante los últimos diez años de modo
tal que aquellos países que hayan utilizado más de lo que haya aportado, con el paso del
tiempo y con cierto efecto retardado, terminarán teniendo que contribuir más al fondo.
Para evitar que los gastos se disparen, el fondo sólo cubre las prestaciones de hasta 12
meses y hasta un 40% de los ingresos previos.
20
Según datos de 2011, los impuestos estatales habrían recaudado 44.000 millones de dólares,
mientras que el federal 6.700 millones.
La propuesta, aunque interesante, deja varios cabos sueltos, como por ejemplo el del
desempleo estructural, o el de la necesaria armonización de los modelos nacionales de
desempleo para permitir que el sistema funcione. Además, aunque dice basarse en el
modelo americano, poco se ve el principio de solidaridad que éste manifiesta en
períodos de crisis ya que los pagos realizados durante los años de “tormenta” luego
tienen que ser compensados con mayores aportaciones al fondo. Tampoco se premia a
aquellos Estados que logran reducir significativamente su desempleo, ni prevé el caso
de los que comenzarían con niveles de desempleo de por sí muy altos (como el caso de
España). Eso sí, cumple bastante bien los requisitos del “four president's report”, en
especial el de evitar los flujos unidireccionales y el llamado “riesgo moral”.
Esto no impide que el SDE pueda tener otros efectos positivos más allá de los
puramente macroeconómicos. En primer lugar, su implantación sería un fuerte aliciente
para realizar reformas en los mercados de trabajo ya que liberaría recursos y esfuerzos
administrativos. El desempleo de corta duración estaría cubierto por el SDE, con lo que
las administraciones nacionales podrían centrarse en el desempleo de larga duración. En
segundo lugar, la implantación del modelo llevaría a una mínima armonización. Aunque
esta no sea obligatoria, simplemente por aprovechar todos los beneficios del sistema es
muy probable que los Estados tiendan a converger. Así, seguramente se intentará
ampliar los trabajadores cubiertos lo más posible, por ejemplo, incluyendo a
trabajadores autónomos, lo que llevaría a un verdadero sistema de cobertura universal.
Por esta misma razón incluso países donde la tasa de cobertura es muy modesta, como
por ejemplo Portugal, podrían decidirse aumentar las prestaciones. Estimamos que el
sistema obligaría a una verdadera armonización de conceptos tales como cotizaciones,
criterios de elegibilidad, duración y cobertura, ni qué decir la medición del desempleo.
Finalmente, todo ello tendrá un impacto positivo en la percepción que tienen los
ciudadanos de la UE. Al igual que en su día ocurrió con los agricultores con las ayudas
de la PAC, los ciudadanos volverán a sentir que Europa forma parte no del problema
21
FATTIBENE D. “Creating a Union with a 'human face': A European Unemployment Insurance”
Istituto Affari Internationali 15/13, mayo 2015.
5. A MODO DE CONCLUSIONES
Resumen
Aunque la asistencia social está expresamente excluida del Reglamento 883/2004 sobre
coordinación de los sistemas de seguridad social de los Estados miembros, la propia norma
regula unas prestaciones económicas que, por su naturaleza, participan de caracteres tanto
de asistencia social como de seguridad social. Respecto de las mismas, el principio de
igualdad de trato y no discriminación por razón de la nacionalidad va a encontrar serias
matizaciones o restricciones en combinación con los requisitos para disfrutar del derecho de
residencia en otro Estado miembro que contempla la Directiva 2008/34, en especial cuando
se trata de ciudadanos que sin estar realizando una actividad por cuenta ajena mantienen el
estatuto de trabajadores, o que son únicamente demandantes de empleo, incluso cuando
pierden esta condición.
Abstract
Although social assistance is specifically excluded of Regulation (EC) No 883/2004 on
the coordination of social security systems, however it regulates cash benefits which have
characteristics both of the social security and of social assistance. Related to those
benefits, the requirements to gain the right of residence in a different Member State
according Directive 2004/38, will restrict the principle of equal treatment and non-
discrimination on grounds of nationality. This happens especially for those citizens who
retain the status of worker despite not being workers, or those who are only job seekers
even if they lose this status.
1
MARTÍN MATEO, R. “Sobre el concepto de asistencia social”, Problemas fundamentales de
beneficencia y asistencia Social, AA.VV., Ministerio de Gobernación, col. Estudios 10, Madrid,
1967, p. 66.
2
MARTÍN MATEO, R., “Sobre el concepto de asistencia social”, op. cit., pp. 64 y 65; G. RUBIO
NOMBELA, “Caridad, beneficencia y asistencia social”, Problemas fundamentales de beneficencia
y asistencia social, AA.VV., Ministerio de Gobernación, col. Estudios 10, Madrid, 1967.
3
Un estudio interesante sobre los orígenes de los términos “seguridad social” y “asistencia social”, la
diferente consideración de la asistencia social en el entorno internacional e interno de cada país y, en
general, el debate doctrinal en torno a ambas nociones, se encuentra en SANCHEZ-RODAS NAVARRO,
C. La aplicación del Derecho comunitario a las prestaciones especiales no contributivas, ed.
Comares, Granada, 1997, pp. 104 y ss.
4
BIEBACK, K.J., La discriminationindirecte fondee sur le sexedans le droit social des Etatsmembres
des ce auregard de la Directive (CE) 79/7, ed. Comisión Europea, febrero 1996, p. 20.
5
La doctrina científica ha tratado de deslindar ambas nociones. Véase al respecto: RODRIGUEZ
PIÑERO, M.,La seguridad social de los trabajadores migrantes en las Comunidades Europeas,
IELSS, Madrid, 1981; PÉREZ DEL RÍO, T., “El concepto de prestaciones de asistencia social
establecido por la Corte de las Comunidades Europeas y la normativa española”, Revista andaluza
de trabajo y bienestar social, Junta de Andalucía, nº 7/1986, pp. 77 y ss; ALARCÓN CARACUEL,
R.M., “La integración de los servicios sociales y la asistencia social en la seguridad social”, Revista
andaluza de trabajo y bienestar social, Junta de Andalucía nº 7/1986, pp. 9 y ss.; SANCHEZ-RODAS
NAVARRO, C., “Las prestaciones no contributivas y el Reglamento 883/2004”, Revista del Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales, nº 64, 2006, p. 116.
6
Asuntos Fossi, 79/76, sentencia de 31 de marzo de 1977; Guillard, 9/78, sentencia de 6 de julio de
1978; Toia, 237/78, sentencia de 12 de julio de 1979.
7
Asunto Hughes, C-78/91, sentencia de 16 de julio de 1992.
8
Asunto Frilli, 1/72, sentencia de 22 de junio de 1972.
9
Asunto Dano, C-333/13, sentencia de 11 de noviembre de 2014.
10
España, por ejemplo, ha incluido en el Anexo X el subsidio de garantía de ingresos mínimos (Ley
13/1982, de 7 abril), las prestaciones en metálico de asistencia a personas de avanzada edad e
inválidos incapacitados para el trabajo (RD 2620/1981, de 24 de julio), el subsidio de movilidad y
compensación por gastos de transporte (Ley 13/1982, de 7 abril), las pensiones no contributivas de
invalidez y jubilación (art. 42.1 RD Legislativo 8/2015 por el que se aprueba el Texto Refundido de
la Ley General de Seguridad Social) y las prestaciones que complementan las anteriores pensiones
según disponen las legislaciones de las Comunidades Autónomas.
11
En este sentido, SANCHEZ-RODAS NAVARRO, C., “Las prestaciones no contributivas y el Reglamento
883/2004”, op. cit., p. 124.
Algunos ejemplos de este tipo de prestaciones han sido tratados por la jurisprudencia
comunitaria. Así, el “suplemento compensatorio” que, según la legislación austríaca, se
concede a los beneficiarios de una pensión de vejez, en caso de que su cuantía –más
otros posibles ingresos que tenga el interesado– no superen un determinado importe de
referencia (legalmente establecido) y siempre que tengan la residencia legal en Austria.
Este derecho de residencia está supeditado a contar con un seguro de enfermedad y
recursos suficientes, de tal manera que a priori no necesite solicitar prestaciones de
asistencia social ni un suplemento compensatorio. Es decir, al exigir la residencia legal
vinculada a no tener necesidad de una prestación compensatoria o de asistencia social,
la norma nacional parte de que el beneficiario de esa prestación cuenta con recursos
suficientes. La prestación compensatoria es para mejorar un nivel mínimo de rentas que,
no obstante, permite al individuo subvenir a sus necesidades; si es inferior a ese nivel,
se entiende que no puede tener la residencia legal porque carece de recursos suficientes,
en cuyo caso sería una carga para la asistencia social del país12.
12
Asunto Brey, C-140/12, sentencia de 19 de septiembre de 2013.
13
Asunto Alimanovic, C-67/14, sentencia de 15 de septiembre de 2015.
14
Asunto Saint Prix, C -507/12, sentencia de 19 de junio de 2014.
15
Asunto Brey, citado.
los principios básicos que rigen la coordinación de los sistemas nacionales de seguridad
social de los Estados miembros. Constituyen, en esencia, estos principios:
16
Asunto Dano, citado.
17
“La supresión del principio de exportabilidad de las prestaciones” ha sido calificada como “serio
obstáculo que impide el disfrute del derecho a tales prestaciones”. FERNÁNDEZ ORRICO, F.J., “La
coordinación de las prestaciones especiales no contributivas en los diversos Estados miembros de la
Unión, antes y después del Reglamento (CE) 883/2004, de 29 de abril”, Revista del Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, nº 64, 2006, p. 48.
18
Asunto Brey, citado.
19
En este sentido, LÓPEZ GARRIDO, D., Libertades económicas y derechos fundamentales en el sistema
comunitario europeo, Tecnos, Madrid, 1986, p. 41.
20
Asunto Antonissen, C-292/89, sentencia de 26 de febrero de 1991.
21
Según el considerando nº 16 de la Directiva 2004/38, el Estado miembro de acogida debe examinar
si el recurso a la asistencia social obedece a dificultades temporales, debe considerar la duración de
la residencia, las circunstancias personales y la cuantía de la ayuda concedida antes de poder decidir
si el beneficiario se ha convertido en una carga excesiva para su asistencia social y si procede su
expulsión. En esta línea, el TJUE ha precisado que “la ayuda concedida a un solo solicitante
difícilmente puede calificarse de «carga excesiva» para un Estado miembro (…), carga que podría
pesar sobre el Estado miembro interesado, no cuando se le hubiere presentado una solicitud
individual, sino necesariamente una vez sumadas las solicitudes individuales que se hubieran
presentado”. Asunto Alimanovic, citado.
22
La condición de disponer de recursos suficientes con objeto de no convertirse en una carga para la
asistencia social de dicho Estado miembro durante su período de residencia “parte de la idea de que
el ejercicio del derecho de residencia por los ciudadanos de la Unión puede estar subordinado a los
intereses legítimos de los Estados miembros”, como “la protección del erario” (asunto Brey, citado).
Lo que procede para comprobar tal requisito es efectuar un examen concreto de la situación
económica de cada interesado, sin tener en cuenta las prestaciones sociales solicitadas en su caso
(asunto Dano). Hay supuestos excepcionales en los que el derecho de residencia en el Estado
miembro de acogida no está supeditado al requisito de disponer de recursos suficientes; ocurre de
esta manera cuando se trata de un progenitor cuyo derecho de residencia está vinculado a la custodia
efectiva de un hijo que ejerce el derecho a cursar estudios y en virtud del cual tiene derecho a residir
en el Estado miembro de acogida (Asunto Teixeira, C-480/08, sentencia de 23 de febrero de 2010).
referencia, “pero no pueden imponer un importe de ingresos mínimos por debajo del
cual se presumirá que el interesado no dispone de recursos suficientes”23.
23
Asunto Brey, citado
24
Asunto Unger, 75/63, sentencia de 16 de marzo de 1964.
25
Asunto N., C-46/12, sentencia de 21 de febrero de 2013.
26
POCAR, F., Derecho comunitario del trabajo, civitas, Madrid, 1988, p. 61.
27
DASTISQUECEDO, A. M., “La libre circulación de trabajadores”, Estudios de derecho comunitario
europeo”, CGPJ, 1989, p. 294.
de residencia28. Debe reiterarse que si, pese a todo, se trata de una actividad real y
efectiva y no marginal o accesoria, entra en el concepto comunitario de “trabajador” y
en tal condición, la Directiva 2004/38 no condiciona su derecho de residencia a ningún
requisito. En este sentido, puede invocar el principio de igualdad de trato para acceder a
esas prestaciones en las mismas condiciones que los propios nacionales del Estado
miembro de acogida que se encuentren en la misma situación (ex art. 24.1 de la
Directiva 2004/38). Por tanto, ante el supuesto de un “trabajador comunitario” no se
plantea si dispone o no de recursos suficientes para ser titular del derecho de residencia,
aunque perciba un salario exiguo, siempre que obedezca a una actividad real y efectiva,
no marginal o accesoria.
28
Asuntos LawrieBlum, citado, Kemf, 139/85, sentencia de 3 de junio de 1986 y Levin, 53/81,
sentencia de 23 de marzo de 1982.
29
Asunto Caves KrierFrères, C-379/11, sentencia de 13 de diciembre de 2012.
30
Asunto Lair/Universität Hannover, 39/86, sentencia de 21 de junio de 1988.
Del análisis legal y doctrinal del TJUE practicado, puede deducirse que la libertad
de circulación queda condicionada, de alguna manera, por el derecho de residencia que
disfrute el ciudadano y, en concreto, el trabajador, cuando éste cumple los requisitos
preceptivos fijados en la Directiva 2004/38, que establece al efecto un sistema gradual
para el mantenimiento de la condición de trabajador, dirigido a conservar el derecho de
residencia y, derivadamente, posibilitar su acceso a prestaciones sociales. En este
contexto, el principio de igualdad de trato y no discriminación por razón de la
nacionalidad queda supeditado al cumplimiento de las reglas de estancia y residencia
establecidas por la propia Directiva; dicho de otra manera, sólo puede reclamar la
igualdad de trato respecto de los nacionales del país miembro de acogida el ciudadano
comunitario que cumple los requisitos de la repetida Directiva para disfrutar del derecho
de residencia.
Fuera de los supuestos contemplados en los apartados a) y b) del art. 7.1 indicado
(trabajador y ciudadano con recursos suficientes y seguro médico), entra en juego la
excepción al principio de igualdad establecida en el art. 24.2 de la repetida Directiva. En
síntesis, este precepto faculta a los Estados miembros para denegar a los nacionales de
otros países comunitarios el derecho a prestaciones de asistencia social durante los tres
primeros meses de residencia. Del mismo modo, puede rechazarse el reconocimiento de
tales prestaciones cuando, transcurridos los seis meses durante los cuales mantuvo la
condición asimilada a trabajador, es mero demandante de empleo que debe demostrar
que sigue buscando trabajo y que tiene posibilidades reales de ser contratado. Es una
excepción a la prohibición de discriminación por razón de la nacionalidad cuyo
fundamento estriba en evitar que personas que no cumplen las condiciones para
disfrutar del derecho de residencia, es decir, esencialmente disponer de recursos
suficientes, se conviertan en una carga excesiva para la asistencia social del Estado
miembro de acogida. Podría ocurrir de esta manera cuando se tratase de ciudadanos que
carecen de recursos bastantes porque no realizan una actividad económica, o que
ejercen su derecho a la libre circulación con el único propósito de obtener una ayuda
social de otro Estado miembro, puesto que tampoco disponen de recursos suficientes
para obtener al derecho de residencia. En estos casos, el Estado miembro de acogida
está legitimado para no aplicar el principio de igualdad de trato a esos ciudadanos de
otros países miembros que solicitasen una prestación de asistencia social, estando por
tanto facultados para denegarla, aunque concediesen tal prestación a los propios
nacionales que se encuentran en la misma situación33.
33
Asunto Dano, citado.
previene el art. 1.2 del Reglamento 492/2011, relativo a la libre circulación de los
trabajadores dentro de la Unión, lo que implica, para todo nacional de un país miembro,
beneficiarse en el territorio de otro Estado miembro de las mismas posibilidades que
disfruten los nacionales de dicho país en el acceso a los empleos disponibles. Se trata de
una garantía que pretende evitar la existencia de normas nacionales o prácticas
administrativas que limiten o subordinen la oferta y la demanda de trabajo, el acceso al
empleo y su ejercicio a condiciones no previstas para los propios nacionales, o que
tengan por efecto excluir a los nacionales de otros Estados miembros (art.3). La
igualdad de trato en esta materia conlleva que el ciudadano de un Estado miembro que
busque un empleo en el territorio de otro, recibirá de las oficinas de empleo de ese
Estado miembro la misma asistencia otorgada a los propios nacionales (art. 5).
Pasados los seis meses, resulta llamativo observar que el sujeto deja de mantener la
condición de trabajador y, en consecuencia, ya se presume que carece de medios o
ingresos bastantes para garantizar su manutención, situación que debilita sensiblemente
la efectividad del derecho de residencia, de tal modo que el Estado miembro de acogida
no vendría obligado a respetar el principio de igualdad de trato en caso de solicitarse
una prestación social de tal índole. Sobre la fijación de este período de seis meses, el
TJUE ha estimado que es “un plazo razonable que le permite llegar a conocer, en el
territorio del Estado miembro de que se trate, las ofertas de empleo que correspondan a
sus calificaciones profesionales, y adoptar, en su caso, las medidas necesarias para ser
contratado, de manera que tal plazo no menoscaba la eficacia del principio de libre
circulación. Sin embargo, si cuando se ha agotado dicho plazo el interesado prueba que
continúa buscando empleo y que tiene verdaderas oportunidades de ser contratado, no
podrá ser obligado a abandonar el territorio del Estado miembro de acogida”34.
34
Asunto Antonissen, citado.
35
Como antecedente de interés, la Directiva 68/360 relativa a la supresión de restricciones a la
circulación y a la residencia de los trabajadores de los Estados miembros y de sus familias en el
interior de la Comunidad, señalaba que los nacionales de un Estado miembro que se trasladasen a
otro para buscar empleo, disponían a tal fin de un plazo mínimo de tres meses, al término del cual, si
no habían encontrado empleo, se podría poner fin a su estancia en el territorio de ese Estado
miembro. Sin embargo, si durante el transcurso del plazo citado, esas personas fueron tomadas a su
cargo por la asistencia benéfica financiada con fondos públicos de dicho Estado, “podrían ser
invitadas a abandonar su territorio”. La situación de la persona demandante de empleo era
relativamente precaria porque si el derecho de residencia temporal en los Estados miembros era
reconocido en el TCEE con el fin de ejercer un empleo, subsistía el temor de que se instaurase “una
libre circulación de parados”. Transcurrido ese período, el Estado podía poner fin a la residencia del
nacional de otro Estado miembro que no hubiera encontrado empleo. RIBAS, J. J., JONCZY, M. J. Y
SECHE, J. C., Derecho Social Europeo, Instituto de Estudios Sociales, Ministerio de Trabajo,
Zaragoza, 1980, p. 87.
carga para la asistencia social del Estado miembro de acogida en el caso de que solicite
la prestación correspondiente, máxime cuando el transcurso del tiempo sin encontrar
ocupación o empleo parece estar agravando su situación. En estas circunstancias, se
debilita profundamente el principio de prohibición de discriminación por razón de la
nacionalidad hasta el punto que el Estado miembro interesado podrá aplicar la
excepción al principio de igualdad de trato prevista en el apartado segundo del art. 24 de
la Directiva de referencia, rechazando en consecuencia la solicitud de prestaciones de
asistencia social formulada por el ciudadano de otro Estado miembro que reside en su
territorio, a diferencia de lo que haría con los propios nacionales que se encontrasen en
la misma situación.
4. CONCLUSIONES
36
Asunto Brey, citado.
Resumen
La aplicación del Reglamento de coordinación de sistemas de Seguridad Social 883/2004
presenta reglas especiales para el personal a bordo de buques. Esta misma circunstancia se
manifiesta en el Convenio multilateral iberoamericano de Seguridad Social. Los criterios
previstos para establecer la ley aplicable a los trabajadores del mar, son distintos de los que
se establecen para otros trabajadores. Se trata de un sistema basado (con ciertas
excepciones) con la aplicación de la norma correspondiente al Estado de pabellón. El
presente trabajo pretende poner de manifiesto las posibles disfunciones que se pueden
ocasionar con la utilización de dicho criterio, basado en una ficción jurídica que, en la
actualidad, con el recurso cada vez más frecuente de la utilización de pabellones de
conveniencia, requiere de una revisión en profundidad.
Abstract
The Regulation (EC) No 883/2004 on the coordination of social security systems establish
special rules to employed persons who normally pursued on board a vessel at sea. The same
circumstances are clear in the Ibero-American multilateral Convention on Social Security.
Both Conventions provides special criteria to persons employed on board a vessel. The
person employed on board shall be subject to the legislation of the Flag’s Member State
(with some exceptions). This paper aims to draw attention about the problems originate
with the application of the abovementioned criteria, which is not very adequate because the
general use of Flags of convenience. This situation should lead us to think about the need of
a deep revision.
1. INTRODUCCIÓN
1
Trabajo realizado en el contexto del proyecto de investigación financiado por el MINECO titulado
“Problemas actuales y perspectivas de futuro del desplazamiento de trabajadores transnacional: el
caso de los trabajadores del transporte” (Ref. DER2013-43423-R), cuya investigadora principal es la
Dra. O. FOTINOPOULOU BASURKO.
2
Sobre las implicaciones terminológicas del término coordinación véase MIRANDA BOTO, J.M.,”El
estadio previo: algunos problemas terminológicos de la Seguridad Social Comunitaria”, en VV.AA.
(SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., coord.), El Reglamento Comunitario 1408/71. Nuevas cuestiones,
viejos problemas, Sevilla, Laborum, 2008, págs. 11-28.
3
STJCE de 24 de marzo de 1994, Van Pouque, asunto C-71/93.
4
Cfr. MIRANDA BOTO, J.M., “El estadio previo: algunos problemas terminológicos de la Seguridad
Social Comunitaria”, cit., pág.27.
5
El convenio se adoptó en noviembre de 2007 en la cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile.
6
Estamos ante un conjunto normativo diferente del Derecho Internacional de la Seguridad Social,
uniforme o multilateral, cuya finalidad es definir los derechos que deben garantizarse a los
trabajadores, como el Convenio 102 OIT, de norma mínima de Seguridad Social, o la Carta Social
Europea de 1961.
7
Cfr. VIDA SORIA, J., MONEREO PÉREZ, J.L., MOLINA NAVARRETE, C., QUESADA SEGURA, R.,
Manual de Seguridad Social, Madrid, Tecnos, 2010, pág. 57
Con carácter previo al tratamiento de las normas de conflicto en las que interviene un
elemento de internacionalización, es necesario referir las disposiciones previstas en las
normas españolas para encuadrar a los trabajadores en su régimen de Seguridad Social.
8
Aunque la Constitución Española habla de que es un derecho de todos los ciudadanos. Sin embargo,
al acudir al ámbito de aplicación del Texto Refundido de la Ley General de Seguridad Social
especifica que el principio que fundamenta el sistema es el de universalidad según su art. 2.
particulares circunstancias9, los trabajadores del mar cuentan con un régimen especial
de seguridad social. La Ley ordenadora, recientemente reformada, es la Ley 47/2015, de
21 de octubre, reguladora de la protección social de las personas trabajadoras del sector
marítimo-pesquero10, que incluye dentro de su ámbito, entre otros, a los trabajadores
que prestan servicios en buques de la marina mercante abanderados en España cuya
actividad, por su propia naturaleza, puede desarrollarse en otras localizaciones
diferentes del territorio español.
9
El preámbulo de la Ley 47/2015, de 21 de octubre, reguladora de la protección social de las personas
trabajadoras del sector marítimo-pesquero establece una serie de notas diferenciadoras basadas en el
espacio físico en el que se realiza la actividad, la dureza de sus condiciones de vida a bordo, el
aislamiento prolongado de las tripulaciones y el alejamiento del hogar familiar, así como las
elevadas tasas de morbilidad y siniestralidad.
10
BOE núm. 253, de 22 de octubre de 2015. Esta norma viene a derogar al hasta entonces vigente
Decreto 2864/1974, de 30 de agosto, por el que se aprueba el texto refundido de las Leyes 116/1969,
de 30 de diciembre y 24/1972, de 21 de junio, por el que se regula el régimen especial de la
Seguridad Social de los trabajadores del mar, BOE núm. 243 de 10 de octubre de 1974.
11
El otorgamiento de nacionalidad a un buque se realiza mediante el acto administrativo de
abanderamiento, lo que en España se realizará conforme a lo previsto en el Real Decreto 1027/1989,
de 28 de julio, sobre abanderamiento, matriculación de buques y registro marítimo, BOE núm. 194,
de 15 de agosto de 1989. Dicha norma establece que el abanderamiento, que conlleva la ficción de
que el buque forma parte integrante del Estado que le otorga bandera, se realiza mediante un acto
administrativo, por el cual y tras la tramitación prevista en el Real Decreto anteriormente citado, que
autoriza a que el buque arbole el pabellón nacional.
12
Sobre banderas de conveniencia vid. ARIAS DOMÍNGUEZ, A., “Problemática socio-laboral de los
pabellones de conveniencia”, Revista de Estudios Financieros, núm. 260, 2004, págs. 65-90; RUIZ
SOROA, J.M. y DÍAZ SÁNCHEZ, J., “Reflexiones sobre banderas de conveniencia y Derecho Marítimo
y Laboral Español”, Anuario de Derecho Marítimo, vol. IV, 1986, págs. 91-155. SEMPERE
NAVARRO, A.V., “Pabellones de conveniencia y Seguridad Social”, Revista Doctrinal Aranzadi
Social, núm. 6/2002 parte Estudio, BIB 2002/816, CARRIL VÁZQUEZ, X.M., “Aspectos laborales y
de seguridad social de los pabellones de conveniencia”, Revista Española de Derecho del Trabajo,
núm. 108, 2001, págs. 909-927. También puede consultarse en la página web de la ITF los 32
registros que han sido declarados como de conveniencia por el Comité de Prácticas Aceptables de la
ITF http://www.itfseafarers.org/foc-registries.cfm/languageID/4.
13
Artículo 6, que recoge lo establecido, en el art. 11.4 del Reglamento 883/2004, pero sin hacer
referencia, como aquí sucede, al pabellón del buque.
14
Sobre los convenios bilaterales de Seguridad Social firmados por España vid.
http://www.seg-social.es/Internet_1/Masinformacion/Internacional/Conveniosbilaterales/index.htm
15
Para hacer efectiva dicha inclusión, se introduce otra salvedad en la Ley respecto a los buques que
pueden estar inscritos como centros de trabajo y, por tanto, registrados en el Instituto Social de la
Marina (ISM). Hasta ahora únicamente se permitía la inscripción en el Registro de embarcaciones
del ISM a los buques inscritos en el Registro de Buques de Marina Mercante –y por tanto
abanderados en España–, sin embargo, desde ahora cabe inscribir también embarcaciones
extranjeras, cuando los tripulantes deban quedar encuadrados en nuestro Régimen de Seguridad
Social conforme al artículo 6 de la Ley 47/2015.
16
Real Decreto Legislativo 2/2011, de 5 de septiembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la
Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, BOE núm. 253, de 20 de octubre de 2011.
17
Apartado 7 de la Disposición adicional 16ª de la Ley de Puertos del Estado y la Marina Mercante.
18
En ese sentido, aunque para establecer la imposibilidad de optar para trabajadores españoles que
desempeñan actividades en buques de pabellones de conveniencia, CARRIL VÁZQUEZ, X.M.,
“Aspectos laborales y de seguridad social de los pabellones de conveniencia”, cit., págs. 927,
refiriendo la STSJ del País Vasco de 6 de mayo de 1997 (Ar. 2164) y STSJ de Galicia de 18 de
diciembre de 2000 (Ar. 4041).
19
No incluyen disposiciones específicas sobre marinos el Convenio de Seguridad Social entre España
y Andorra de 9 de noviembre de 2001 (BOE núm. 290, de 4 de diciembre de 2002); Convenio de
Seguridad Social entre España y Australia de 31 de enero de 2002 (BOE núm. 303, de 19 de
diciembre de 2002); Convenio de Social entre España y Filipinas de 20 de mayo de 1988 (BOE
núm. 244 de 11 de octubre de 1989).
20
Art. 5.3 Convenio de Seguridad Social entre España y USA de 30 de septiembre de 1986 (BOE
núm. 76 de 29 de marzo de 1988), art. 3.1 c) Convenio de Seguridad Social entre España y Ecuador
de 1 de abril de 1960 (BOE núm. 254 de 23 de octubre de 1962), art. 7 Convenio de Seguridad
Social entre España y Rusia de 11 de abril de 1994 (BOE núm. 48 de 24 de febrero de 1996), art. 7.3
Convenio de Seguridad Social entre España y Venezuela de 12 de mayo de 1988 (BOE núm. 162 de
12 de julio de 1990).
21
Así art. 6.4, párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre España y México de 25 de abril de 1994
(BOE núm. 65, 17 de marzo de 1995); art. 7.3, párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre
España y Brasil de 25 de abril de 1991 (BOE núm. 13, 15 de enero de 1996); art. 7.3, párrafo 2º
Convenio de Seguridad Social entre España y Chile de 28 de enero de 1997 (BOE núm. 72, 25 de
marzo de 1998); art. 7.1 c) párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre España y Uruguay de 1 de
diciembre de 1997 (BOE núm. 47, 24 de febrero de 2000); art. 7.d) párrafo 2º Convenio de
Seguridad Social entre España y Túnez de 26 de febrero de 2001 (BOE núm. 309, 26 de diciembre
de 2001); art. 6.1 e) párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre España y Marruecos de 6 de
noviembre de 1979 (BOE núm. 245, 13 de octubre de 1982), modificado el 27 de enero de 1998
(BOE 24 de noviembre de 2001); art. 7.1 c) párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre España y
Argentina de 28 de enero de 1997 (BOE núm. 297, 10 de diciembre de 2004); art. 8.1 f) párrafo 2º
Convenio de Seguridad Social entre España y Perú de 16 de junio de 2003 (BOE núm. 31, 5 de
febrero de 2003); art. 7.1, 3º párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre España y Paraguay de
24 de junio de 1998 (BOE núm. 28, 2 de febrero de 2006); art. art. 9.1, f) párrafo 2º Convenio de
Seguridad Social entre España y República Dominicana de 1 de julio de 2004 (BOE núm. 255, 12 de
junio de 2006); art. 8.1 f) Convenio de Seguridad Social entre España y Cabo Verde de 1 de
diciembre de 2013 (BOE núm. 255, 24 de octubre de 2013); art. 9.2 Convenio de Seguridad Social
entre España y Corea de 1 de diciembre de 2013 (BOE núm. 110, 8 de mayo de 2013); art. 8.1
Convenio de Seguridad Social entre España y Japón de 12 de noviembre de 2008 (BOE núm. 236 de
30 de septiembre de 2009 y BOE núm. 270 de 9 de noviembre de 2009);
22
Art. 7.4, párrafo 2º Convenio de Seguridad Social entre España y Ucrania de 7 de octubre de 1996
(BOE núm. 81, 4 de abril de 1998).
23
En el caso del art. 6.4 Convenio de Seguridad Social entre España y Canadá de 10 de noviembre de
1986, BOE núm. 287 de 1 de diciembre de 1987, que establece que cuando el marino pudiera estar
sometido tanto a la legislación española como al régimen de Pensiones de Canadá a causa de tal
trabajo, estará sometido, en relación con el mismo, únicamente al Régimen de Pensiones de Canadá
si esa persona tiene su residencia y es contratada en Canadá, y únicamente a la legislación española
si esa persona tiene su residencia y es contratada en España. De no darse estas circunstancias
quedará sometida únicamente a la legislación española si el buque enarbola bandera de España. Este
criterio se ha incorporado como consecuencia del Protocolo de 19 de octubre de 1995 (BOE núm.
34, de 8 de febrero de 1997).
24
El Reglamento (CE) Nº 1231/2010 extendió las disposiciones del Reglamento (CE) nº 883/04 a este
colectivo.
25
En Dinamarca los Reglamentos Comunitarios de Seguridad Social no son aplicables a los nacionales
de terceros países. En la relaciones con Reino Unido siguen siendo aplicables, a los nacionales de
terceros países, los Reglamentos (CEE) nº 1408/71 y 574/72.
26
Dichas normas conforman un paquete modernizador que vino a sustituir al Reglamento (CE) núm.
1408/1972 de 14 de junio, junto a su “norma instrumental” el Reglamento (CE) núm. 574/1972 de
21 marzo, que en su momento establecieron reglas de coordinación para solucionar la posible
concurrencia de legislaciones sobre Seguridad social, ocasionadas con el desplazamiento geográfico
de los sujetos protegidos. Sobre su origen vid. MONTOYA MELGAR, A., GALIANA MORENO, J.M. Y
SEMPERE NAVARRO, A.V. Derecho Social Europeo, Madrid, Tecnos, 1994, págs. 189-300. Sobre las
modificaciones sufridas en los Reglamentos, vid. SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., “Sinopsis de las
reformas en el ámbito de aplicación personal y material de los Reglamentos de Coordinación de
Regímenes de Seguridad Social”, en VV.AA. (SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., dir.), La
coordinación de los sistemas de Seguridad Social. Los Reglamentos 883/2004 y 987/2009, Sevilla,
Laborum, 2010, págs. 23-38, asimismo de la misma autora “El Derecho de Libre Circulación y la
Supresión de Cláusulas de Residencia”, Temas Laborales núm. 130/2015, págs. 395-417.
27
Vid. ASÍN CABRERA, M.A., “La dimensión exterior de la coordinación en materia de Seguridad Social
de la Unión Europea y su impacto en los acuerdos internacionales bilaterales concluidos por España
con terceros Estados africanos”, Documentación Laboral, nº 103, año 2015, vol. I, Ediciones Cinca.
Por tanto, la empresa o persona que abone la remuneración será considerada como
empresario, a efectos de dicha legislación. De esta forma, aunque se consagra el criterio
del lugar de prestación de los servicios a través de la ficción legal del pabellón del
buque, se permite el desplazamiento desde la lex loci laboris a la del Estado en el que
esté domiciliada la empresa, cuando coincida con el de residencia del trabajador30. Este
supuesto viene a consagrar una regla similar a la introducida en nuestras normas
nacionales de seguridad social para el encuadramiento del marino.
Pero supongamos que el marino es contratado por una empresa cuya sede está
Francia, él reside en España, y en su actividad es embarcado sucesivamente en buques
con pabellón alemán, italiano y belga. En esos casos, podríamos considerar aplicable
28
El derecho de libre circulación de trabajadores se encuentra consagrado en el artículo 3, apartado 2,
del Tratado de la Unión Europea (TUE), y el artículo 4, apartado 2, letra a), y los artículos 20, 26 y
45 a 48 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), y regulado mediante distintos
reglamentos como el Reglamento (UE) nº 492/2011 relativo a la libre circulación de los trabajadores
dentro de la Unión, así como, la Directiva 2004/38/CE relativa al derecho de los ciudadanos de la
Unión y de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en el territorio de los Estados
miembros. Sin las normas de coordinación estos derechos se verían gravemente afectados.
29
Vid. art. 11.4 del Reglamento 883/2004. Asimismo, aunque no se trata de una disposición al objeto
de establecer reglas para identificar la legislación aplicable en supuestos de conflicto, sino el ámbito
de aplicación material, y por tanto las ramas de Seguridad Social sobre el que se aplicará el
Reglamento, también el artículo 3 establece en su apartado 4 una especialidad sobre el trabajo a
bordo de buques, ya que las disposiciones del título III no afectarán a las disposiciones de la
legislación de los Estados miembros relativas a las obligaciones del armador, previsión igual a la
prevista en el anterior Reglamento 1408/1971, de 14 de junio. A tal efecto, lo que viene a significar
es que el armador o empleador, mantendrá aquellas obligaciones en materia de Seguridad Social y
protección social asignadas en virtud de su normativa nacional, sin que pueda eludirlas conforme a
las reglas de coordinación. Con mayor profundidad sobre esta cuestión VICENTE PALACIO, A., “El
Reglamento 883/2004 y las obligaciones de los armadores en el ámbito de la Seguridad Social”, en
VV.AA. (SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., dir.), La coordinación de los sistemas de Seguridad
Social. Los Reglamentos 883/2004 y 987/2009, cit., págs. 65-90.
30
Puede consultarse sobre el ámbito personal del Reglamento RODRÍGUEZ CARDO, I.A., “Problemas de
aplicación de la Seguridad Social en el espacio: el conflicto de leyes en el Reglamento 883/2004”,
en VV.AA. (SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., dir.), La coordinación de los sistemas de Seguridad
Social. Los Reglamentos 883/2004 y 987/2009, cit., págs. 39-63.
junto al artículo 11.4 lo previsto en el artículo 13 del Reglamento, que instituye reglas
para la determinación de la normativa aplicable para personal itinerante, es decir, en los
que la actividad se desenvuelva de forma simultánea en varios Estados31. La norma
remite, inicialmente, a la legislación del Estado miembro de residencia, siempre que el
trabajador ejerza una parte sustancial de su actividad en dicho Estado miembro, o si ha
sido contratado por dos o más empresas o empleadores, y al menos dos de ellos tienen su
sede o domicilio en Estados miembros diferentes distintos del Estado miembro de
residencia. Sin embargo, si no se cumplen estas condiciones, se reconducirá la regulación
a la legislación del Estado miembro en el que tenga su sede/s o domicilio/s la empresa o el
empleador que lo ocupa de forma prioritaria. En consecuencia, respecto al ejemplo
planteado, conforme a las reglas descritas, sería la legislación francesa la aplicable. Por
otro lado, el artículo 14 del Reglamento incorpora una regla correctora para el caso de que
esta actividad solo se realice de forma esporádica. A tal efecto, establece que la persona
que ejerza una actividad asalariada en un Estado miembro por cuenta de un empleador
que realiza sus actividades normalmente en él, y a la que este empleador envíe para
realizar un trabajo por su cuenta en otro Estado miembro, seguirá sujeta a la legislación
del primer Estado miembro, a condición de que la duración previsible de dicho trabajo no
exceda de veinticuatro meses y de que dicha persona no sea enviada en sustitución de otra
persona enviada. Igualmente, el marino embarcado en un buque de pabellón español que
sea enviado temporalmente a otro buque de distinto pabellón, siempre que sea
ocasionalmente, no verá modificada la legislación de seguridad social que debe ser
aplicable. Los distintos supuestos descritos pueden parecer rebuscados, pero lo cierto es
que la necesidad de disminuir los costes de explotación del transporte marítimo, ha hecho
que estas situaciones sean más frecuentes de lo que uno pueda imaginar.
31
La regulación prevista en este artículo se separa de la prevista en el Reglamento 1408/1971 donde se
diferenciaba la regulación para el personal itinerante de empresas de transporte internacional y los
que prestaban servicios en otras compañías, vid. art. 13 del Reglamento.
32
Se aplica a las personas (de cualquier nacionalidad) que estén o hayan estado sujetas en algún
momento a la legislación de Seguridad Social de dos o más Estados Parte del mismo, así como a sus
familiares, beneficiarios y derechohabientes, aplicándose a prestaciones económicas de la Seguridad
Social, por Invalidez, Vejez, Supervivencia, Accidentes de Trabajo y Enfermedad Profesional.
33
Sobre la génesis y significado del Convenio vid. SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., “El Convenio
Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social”, Revista General de Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social, núm. 26, 2011, Iustel, págs. 201-222.
34
Actualmente solo a España, Paraguay, Portugal, Uruguay, El Salvador, Brasil, Chile, Ecuador y
Bolivia, ya que son los únicos que han ratificado el Convenio y suscrito el Acuerdo de aplicación.
35
Vid. SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., “El Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social”,
cit. pág. 206. Dentro de las diferencias que se evidencian entre ambos sistemas de coordinación, hemos
(…)
En consecuencia, en las líneas que anteceden hemos podido comprobar la ley del
Estado de pabellón se toma como criterio preferente para determinar el encuadramiento
de trabajadores enrolados a bordo de buques dentro del sistema de seguridad social. Este
criterio se sigue tanto por las normas españolas, como para determinar la ley aplicable
de señalar que dentro del ámbito material del Convenio Multilateral presenta un inferior ya que se
limita a circunscribe a las prestaciones contributivas de Seguridad Social, a diferencia de los
Reglamentos comunitarios que comprenden los regímenes de Seguridad Social, contributivos y no
contributivos, generales y especiales, así como, los relativos a las obligaciones del armador, incluyendo
prestaciones de enfermedad; las prestaciones de maternidad y de paternidad asimiladas; las
prestaciones de invalidez; las prestaciones de vejez; las prestaciones de supervivencia; las prestaciones
de accidentes de trabajo y de enfermedad profesional; los subsidios de defunción; las prestaciones de
desempleo; las prestaciones de prejubilación y las prestaciones familiares.
36
Dificultad que ya se presentaba en su predecesor el Reglamento (CEE) 1408/71 del Consejo de 14
de Junio de 1971, relativo a la aplicación de los regímenes de seguridad social a los trabajadores por
cuenta ajena, a los trabajadores por cuenta propia y a los miembros de sus familias que se desplazan
dentro de la Comunidad. Dicho Reglamento ha sido calificado repetidamente por la doctrina como
instrumento endiablado por su complejidad y por las sucesivas modificaciones que sufrió, ninguna
de ellas destinada a clarificar su contenido. Vid. sobre esta concepción CARRIL VÁZQUEZ, X.M., “La
seguridad social de los trabajadores del mar en el Derecho internacional y comunitario”, en VV.AA.
(FOTINOPOULOU BASURKO, O., coord.), Jornada sobre la Seguridad Social de los Trabajadores del
Mar, Bilbao, Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2007, pág. 71.
37
Utilizando la técnica del “espigueo”, lo que previsiblemente dará lugar a litigiosidad a juicio de
SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C., “El Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social”,
cit. pág. 219.
38
Art. 9 del Convenio Multilateral que dispone “las personas a quienes sea aplicable el presente
Convenio estarán sujetas exclusivamente a la legislación de seguridad social del Estado Parte en
cuyo territorio ejerzan una actividad, dependiente o no dependiente, que dé lugar a su inclusión en el
ámbito de aplicación de dicha legislación”, si bien a continuación en el art. 10 establece una serie de
excepciones a dicha regla.
39
No está tan lejos de la realidad, en definitiva es una relación de hechos similar a la de la Sentencia
del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, 19 de marzo de 2015, L. Kik y Staatssecretaris van
Financiën, Asunto C-266/13, a la que se ha introducido una pequeña licencia de la autora.
40
Pueden consultarse los antecedentes históricos de las banderas de conveniencia en MARTÍNEZ
LANDALUCE, J.A., “De las banderas de conveniencia a los segundos registros”, Tribuna Social, núm.
49, 1995, págs. 36 y sig.
41
Sobre el efecto de utilización de banderas de conveniencia y su incidencia en el Derecho del Trabajo
y de la Seguridad Social, vid. entre otros, RUIZ SOROA, J.M., DÍAZ SÁNCHEZ, J., “Reflexiones sobre
las banderas de conveniencia y Derecho Marítimo y Laboral español”, cit., págs. 91-155, CARRIL
VÁZQUEZ, X.M., “Aspectos laborales y de Seguridad Social de los pabellones de conveniencia”, cit.,
págs. 909-927. También ARIAS DOMÍNGUEZ, A., “Problemática socio-laboral de los pabellones de
conveniencia”, cit.
Por tanto, si bien el criterio de la lex loci laboris es perfectamente válido para
actividades estables como las prestadas en tierra firme, se pone de manifiesto que el
recurso a la ley de pabellón permite eludir normas de Derecho nacional mucho más
exigentes respecto a las obligaciones de índole tanto laboral, como de seguridad social.
42
Cfr. RUIZ SOROA, J.M., DÍAZ SÁNCHEZ, J., “Reflexiones sobre las banderas de conveniencia y
Derecho Marítimo y Laboral español”, cit. pág. 101.
43
SEMPERE NAVARRO, A.V., “Pabellones de conveniencia y Seguridad Social”, cit.
44
Gente de mar es el término empleado en los convenios de la OIT para referirse a los trabajadores de
la marina mercante.
45
Todos estos convenios fueron revisados con el Convenio de Trabajo Marítimo, a excepción del C-71.
46
Vid. párrafo 2 de la Regla 4.5 CTM, 2006. Sobre las implicaciones de la aprobación del Convenio
de la OIT vid. CARRIL VÁZQUEZ, X.M., “El Derecho a la atención médica y a la protección de
Seguridad social y a las responsabilidades exigibles al armador por enfermedad, lesiones y muerte
por causas laborales de la gente de mar en el Convenio sobre el trabajo marítimo de 2006”, Revista
del Ministerio de Trabajo y Emigración, núm. 82, págs. 383-392. Del mismo autor, “La seguridad
social de los trabajadores del mar en el Convenio de Trabajo Marítimo 2006”, Revista General de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, núm. 36, 2014, Iustel, págs. 248-261.
47
Vid. CARRIL VÁZQUEZ, X.M., “Aspectos laborales y de seguridad social de los pabellones de
conveniencia”, cit., págs. 916-917.
Ahora bien, es el Asunto Kik el que a nuestro juicio introduce un nuevo enfoque de
especial interés, puesto que puso de manifiesto el problema de los pabellones de
conveniencia. El Sr. Kik es un nacional y residente neerlandés que trabajaba para una
sociedad establecida en los Países Bajos a bordo de un buque colocador de tuberías con
48
Aunque con motivo de la aplicación del Reglamento 1408/1972, antecesor del 883/2004 vigente.
Sobre la actuación del TJUE en estas cuestiones, véase MIRANDA BOTO, J.M., “La Seguridad Social
de los trabajadores del mar en los Reglamentos Europeos”, en VV.AA. (CABEZA PEREIRO, J.,
RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, E., coord.), El Trabajo en el Mar: los nuevos escenarios jurídico-
marítimos, Albacete, Bomarzo, 2015, págs. 265-278, del mismo autor “El trabajo en el mar en la
jurisprudencia comunitaria”, Revista del Ministerio de Trabajo y Emigración, núm. 82, págs. 417-
434.
49
Sentencia de 7 de junio de 2012, Asunto C-106/11, M.J. Bakker y Minister van Financiën.
50
Sentencia de 19 de marzo de 2015, Asunto C-266/13, L. Kik y Staatssecretaris van Financiën.
51
También alegaba que la draga no es un buque, cuestión descartada por el Tribunal ya que no se
establece nada en tal sentido en el Reglamento y porque están matriculadas e inscritas en el Registro
neerlandés de buques.
52
Este mismo criterio se había utilizado en la Sentencia de 29 de junio de 1994, asunto C-60/93, R.L.
Aldewereld y Staatssecretaris van Financiën.
Por tanto, la posición del Tribunal de Justicia de la Unión Europea nos permite
reflexionar sobre la problemática de aplicación de la norma del Estado de pabellón56, y
la necesidad de revisar los criterios, para la determinación de la normativa aplicable.
5. CONCLUSIONES
53
Vid. Sentencia de 30 de abril de 1996, asunto C-214/94, Ingrid Boukhalfa y Bundesrepublik
Deutschland.
54
Vid. Considerandos 48-49 Asunto Kik.
55
Véase considerandos 56, 59 y 60 de la Sentencia citada que aplica, como se ha referido, el
Reglamento 1408/1972.
56
En la misma línea vid. FOTINOPOULOU BASURKO, O., “¿Es necesario reformular el art. 7 de la LGSS
ante la decadencia del criterio de la ley del pabellón como criterio de conexión de los sistemas de
Seguridad Social de la gente de mar?”. Revista de Derecho de la Seguridad Social, núm. 5, 2015,
Editorial Laborum, págs. 63-96.
En nuestra opinión, el criterio del Estado de pabellón resulta adecuado cuando existe
conexión directa entre el buque y la bandera que enarbola y, en consecuencia, concurren
vínculos estrechos entre ellos. Por las mismas razones, conectar la normativa a la
residencia de empresario y trabajador cuando ambas se encuentran en el mismo Estado
entendemos que es apropiada pero sigue permitiendo eludir disposiciones que, de otra
forma, serían aplicables. En este sentido, la corrección, que figura en la Ley 47/2015,
reguladora del régimen especial de seguridad social para el sector marítimo pesquero,
sobre el principio de territorialidad, aunque adecuada, deviene insuficiente. Como se ha
señalado en páginas anteriores, los problemas surgen con los pabellones de
conveniencia, a los que no se hace extensiva la regla antecitada, ya que limita la
aplicación de nuestras normas de Seguridad social al trabajador -nacional o residente-
retribuido por empresa con sede en España, embarcado en buques de bandera de países
UE o de países con los que España hubiera firmado un convenio de seguridad social.
Por tanto, nos preguntamos si no sería más adecuado, en lugar de tomar como criterio
de determinación de la normativa aplicable el Estado de pabellón que, en definitiva, no
es más que una ficción legal, introducir con carácter general el recurso a los vínculos
más estrechos, en la línea señalada por el TJUE. Esta modificación de los criterios
existentes para el encuadramiento en las normas de Seguridad social, los Convenios y
los Reglamentos de coordinación, permitirán proteger adecuadamente a los trabajadores
del mar.
Resumen
Al ser el buque el centro de trabajo de la gente de mar se crea una ficción por la que se
entiende que aquel forma parte del territorio del Estado donde se registra. Este factor, entre
otros, ha dificultado la aplicación de las normas del Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social a las relaciones jurídicas marítimas; a la par que ha provocado el ser un punto de
confluencia de las leyes promulgadas por los distintos Estados. La movilidad laboral
marítima ha suscitado la problemática de conocer la normativa aplicable a las relaciones
jurídicas nacidas en este sector, que es sinónimo por antonomasia de movilidad. En tanto, la
Comunidad Internacional ha formulado diversos instrumentos para proteger los derechos de
los trabajadores. En este sentido, nuestra disciplina se enfrenta a una encrucijada, la de dar
una respuesta firme para atender la lamentable situación que padece la gente de mar.
Abstract
Since the vessel is the working place of seafarers, it is misunderstood that it is a part of the
country where it is registered. This factor, among others, has difficulties into the application
of Labour Law and Social Security regulations to the rules of the maritime relationship
between these workers and the ship-owners. At the same time, it has become a meeting
point of many laws enacted by different governments. Maritime labour mobility has raised
the necessity of researching the applied regulations to legal rules on this sector, which has
always been closely linked with mobility. Meanwhile, the International Community has
developed various instruments to protect the workers rights. Thus, we face a crossroads
where we have to give a determined response to the regrettable situation faced by seafarers.
La gente de mar queda sujeta al desarrollo de una actividad marcada por singulares
factores; entre ellos: la asunción del riesgo inherente al trabajo realizado, la penosidad
laboral o las largas estancias fuera del hogar. Unos factores que se tornan más intensos
cuando el marino se enrola en buque con bandera de conveniencia (BdC)1.
Pues bien la Comunidad Internacional ha reconocido que los Estados son libres para
recoger los requisitos de inscripción en su registro que conceden la nacionalidad al
buque5 pero, ha matizado esta libertad exigiendo que existiera una relación auténtica
entre ambos. La sujeción a este deber genuine link se concreta en el deber del Estado de
ejercer su jurisdicción y su autoridad sobre aquellos buques que enarbolen su pabellón.
Sin embargo, dada la vaguedad con la que está formulada, la respuesta ha sido ineficaz
2
En mayor profundidad, léase CARRIL VÁZQUEZ, XM., Aspectos laborales y de seguridad social
de los pabellones de conveniencia, Pamplona, Civitas SA, Revista española de Derecho del Trabajo,
108/2001, BIB/2001/1741.
3
En la industria marítima las empresas actúan con libertad y sin sujeción a injerencias externas
públicas en temas socio-laborales; así es el paradigma y la forma más perfecta del capitalismo
que exige propias reglas. Además, la industria marítima se anticipó en décadas en la
globalización económica con respecto a otros sectores. En: RUIZ SOROA, J:,
http://www.caffereggio.net/2006/05/28/un-caso-la-mar-de-instructivo-de-jose-maria-ruiz-soroa-en-el-pais-del-pais-vasco/
(Acceso: 12 de dic. de 15).
4
Es usual que un buque se construya en un astillero asiático, se registre bajo bandera de una isla
caribeña, se asegure en el Reino Unido, y se flete a un agente danés que contrata a oficiales
ucranianos y marineros filipinos con la intermediación de una agencia de colocación establecida en
Chipre. Además, que transporte productos fabricados en Alemania que tenga destino cualquier lugar
del mundo, y realizar la operación en un puerto español pero dentro de una terminal concesionada a
un operador coreano.
5
Principalmente la Convención de Ginebra de 29 de abril de 1958 sobre el alta mar y la CNUDM.
En este punto acudimos a la posibilidad que arbitra el CTM 2006 para cumplir con
la obligación de protección del Estado de residencia. De modo que faculta a éste a tomar
medidas acordes con sus circunstancias nacionales para proveer de protección social
complementaria. Esta responsabilidad puede venir determinada por la celebración de
acuerdos bilaterales o multilaterales o de sistemas basados en cotizaciones. Asimismo,
habilita a los Estados a determinar otras reglas sobre la legislación en materia de
6
Se adoptó en la 94ª reunión de la Conferencia Internacional de Trabajo el 23 de febrero de 2006 y
entró en vigor en agosto de 2013. Es considerado como el Código de Trabajo internacional de la
gente de mar.
7
Los Convenios Nº.164 sobre la protección de la salud y la asistencia médica, de 1987; Nº.147, sobre
normas mínimas en la marina mercante, de 1976; Nº.165, sobre la seguridad social de la gente de
mar, de 1987 se incorporaron en su versión actualizada al CTM 2006. Se actualizaron preceptos que
permiten condicionar el cumplimiento de las responsabilidades a la legislación y práctica de cada
Estado, o que prevén como opcional lo que antes era obligatorio. A modo de ejemplo, vid. Regla 4.1
y Pauta B.4.1 del CTM 2006 comparada con el Art. 13 del Convenio Nº 164.
8
Los Convenios Internacionales «aparecen como una especie de referentes áulicos, con escasa y muy
poco relevante aplicación práctica, de tal forma que más que aplicarse directamente, los convenios
devienen algo así como meros principios inspiradores, sin traslación efectiva y concreta, cuando no
son expresamente incumplidos». FALGUERA BARÓ, MG,: La normativa de la OIT y su
translación en el ordenamiento interno por la sala de lo social del Tribunal Supremo.
Algunas reflexiones de futuro tras la última reforma laboral,
http://www.juecesdemocracia.es/publicaciones/revista/nrevista.asp, Revista On-line de la Comisión
de lo Social de Jueces para la Democracia, Núm.123 agosto 2012 (Acceso: 12 de dic. de 15). De
hecho, los sindicatos denuncian a España por incumplir las obligaciones internacionales.
9
Un estudio detallado de las mismas por CARRIL VÁZQUEZ, XM.: La Seguridad Social de la gente
de mar en el Convenio sobre el Trabajo Marítimo de 2006, Revista General de Derecho del Trabajo
y de la Seguridad Social, 36, Madrid, Iustel, 2014, págs. 249-260.
10
Entiéndase en caso de accidente, enfermedad o muerte con el nexo causal en el trabajo. El CTM
2006 guardaba silencio sobre el deber de asumir las consecuencias del abandono de la gente de mar.
En este sentido, se pronunciará, tal y como veremos más adelante, las Enmiendas al CTM 2006.
Por otro lado, el abandono de la gente de mar puede devenir por diversas causas que
van desde la insolvencia del armador a la inmovilización del buque en el puerto por orden
de la autoridad competente ante el incumplimiento de medidas de seguridad, sanitarias o
laborales. Del estudio de las causas se ha vislumbrado por la doctrina que el abandono es
una consecuencia más del deterioro de las condiciones de trabajo; un deterioro que viene
provocado por el uso desmesurado de las BdC12. En este escenario los trabajadores se
enfrentan a situaciones infrahumanas, pues no solo están a expensas del cobro de sus
salarios, sino que conviven con unas condiciones de vida marcadas por no tener a bordo
del buque los medios necesarios para vivir con dignidad; tales como: agua, comida,
medicina, electricidad o medios de comunicación. Estos factores llegan a alterar la salud y
la integridad moral y física de los trabajadores, hasta tal punto que, tal y como
relataremos, podríamos configurar esta situación como un riesgo social específico de los
trabajadores del mar; riesgo que se materializa provocado por la concurrencia de una serie
de causas, cuyo origen versa en la prestación de servicios del marino.
En este punto nos planteamos si estamos ante una situación de necesidad; la doctrina
entiende que el abandono escenifica una situación de necesidad pues el marino no
recibe salario e incurre en gastos a bordo del buque, incluso hace frente a su propia
repatriación13. Pues bien, como cada país determina las concretas situaciones que se
11
Vid. Resolución A. 930 (22) de la OMI aprobada en el 2001 sobre Directrices sobre la provisión de
garantía financiera para los casos de abandono de la gente de mar Resolución, Artículo 2.1, párrafo
3º. Este instrumento se engendró en el seno de un Grupo creado entre la OMI y la OIT para atender,
entre otras, el problema del abandono; y al que haremos referencia más adelante.
12
Las BdC son un recurso consustancial al sistema capitalista y a la globalización, que exige a los
actores lidiar bajo una competencia feroz. Ante ello, los armadores presionan para que los poderes
públicos no intervengan en las relaciones laborales, por ende, apuesten por la desreglamentación
laboral en el mar.
13
Así lo entiende, y nos sumamos a este considerando, uno de los expertos en Seguridad Social
marítima del panorama español con su aportación a VV.AA.: Derechos del hombre y trabajo
marítimo: Los marinos abandonados, el bienestar y la repatriación de los trabajadores del mar,
FOTINOPOULOU BASURKO, O., (Dir.), En: CÁRRIL VÁZQUEZ, XM., El régimen jurídico
(…)
encuadran dentro del estado de necesidad, vamos a acudir a dos principios que informan
el sistema de Seguridad Social español: universalidad objetiva y generalidad objetiva.
español de protección social de los trabajadores del mar en casos de abandono, Vitoria, Eusko
Jaurlaritza, 2009, págs 224-229.
14
Cfr. ALARCÓN CARACUEL, MR.: La Seguridad Social en España, Pamplona, Aranzadi, 1999, pág. 72.
15
En este sentido, Cfr. ALARCÓN CARACUEL, MR.: La Seguridad Social en España, Op. Cit. pág. 81.
16
Tesis, a la que nos sumamos, mantenida por CÁRRIL VÁZQUEZ, XM.: El régimen español de la
protección social de los trabajadores del mar en casos de abandono, Op. Cit., pág. 227.
17
RD 869/2007, de 2 de julio, por el que se regula la concesión de prestaciones asistenciales en
atención a las situaciones especiales derivadas del trabajo en la mar para trabajadores y beneficiarios
del Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores del Mar y se establecen
determinados servicios a los trabajadores del mar. Publicado en BOE núm. 168 de 14 de Julio de
2007, con vigencia desde 15 de Julio de 2007; desarrollado reglamentariamente por la Orden núm.
TAS/29/2008, de 15 de enero.
El mecanismo del seguro privado no es una solución ajena a las intenciones de los
agentes marítimos; de hecho estuvo presente en las deliberaciones del Grupo Mixto
especial de expertos OMI/OIT sobre responsabilidad e indemnización respecto de las
reclamaciones por muerte, lesiones corporales y abandono de la gente de mar (Grupo
Mixto). Sobre la oportunidad y los trabajos de este Grupo Mixto volveremos más
adelante para conocer la prevalencia del seguro privado frente a la acción protectora de
la Seguridad Social como mecanismo de garantía financiera para cubrir el abandono20.
En este contexto nos interesa adelantar que la Enmienda al CTM 2006 incluye una
garantía financiera para cubrir el abandono de la gente de mar.
18
El art. 10 del RD contempla los sujetos que podrán ser beneficiarios de este tipo de servicios. El
Instituto Social de la Marina adelantaría el importe causado por estos gastos en base a la repatriación
y al manutención esencial de la gente de mar. La cuantía de los servicios y la documentación que
solicita el ISM están previstos en el art. 3 de la Orden TAS. Esa misma orden estipula el
procedimiento para la reclamación a determinados actores de los gastos ocasionados por la
prestación de los servicios al marino.
19
Soluciones aportadas por CÁRRIL VÁZQUEZ, XM.: El régimen jurídico español... Op.Cit., pág. 227.
20
El mecanismo de Seguridad Social siempre es peliagudo de negociar, así en el seno del Grupo
Mixto, los actores mostraron serias reticencias a esta opción, que sin embargo finalmente fue
incluida en el texto final de Enmiendas al CTM 2006, tal y como veremos en un epígrafe posterior.
21
La profesora FOTINOPOULOU BASURKO así lo ha venido defendiendo en sus últimas
publicaciones e intervenciones.
22
Téngase en cuenta que dada la multiplicidad de actores que pueden intervenir en la contratación de
la gente de mar, podrá ser responsable, sin el ánimo de ser exhaustivos, el armador, el agente de
colocación o el consignatario.
23
Un estudio sobre esta tendencia en: FALGUERA BARÓ, MA.: La normativa de la OIT y su
translación…, Op. Cit.
24
FALGUERA BARÓ, MA.: La normativa de la OIT y su translación…Op. Cit.
movimiento migratorio ha marcado que se traspase las fronteras nacionales. Siendo así,
los países han optado por aunar esfuerzos y superar el marco nacional para reconocer
derechos a los trabajadores migrantes. El objeto es que la migración no sea en sí misma
un obstáculo y es por ello, que en el marco de la Seguridad Social se está logrando
superar el marco territorial con la promulgación de instrumentos suparanacionales.
Desde luego, en la industria marítima la migración es consustancial, por lo que será
esencial contar con una adecuada política legislativa supranacional de cara a dilucidar la
diferente problemática que suscita el continuo trasiego de contrataciones de trabajadores
del mar. El objeto de los instrumentos supranacionales es la necesidad de proteger los
derechos de los marinos que pueden verse afectados por la confluencia de legislaciones.
En primer término nos ocuparemos del estudio del Reglamento comunitario. El art.
3.2 incluye dentro del campo de aplicación material las obligaciones del empleador o
del armador. Por su parte, el art. 3.4 implanta como excepción que «las disposiciones
del título III no afectarán a las disposiciones de la legislación de los Estados miembros
relativas a las obligaciones del armador». Tal y como se ha apuntado por la doctrina,
esta previsión es la prueba de la especialidad reguladora de la protección social de la
gente de mar; sin embargo, no es óbice para que el armador, como principal responsable
de las obligaciones laborales, quede excluido de la aplicación del Reglamento.
25
Sobre la evolución histórica de la formación de la Seguridad Social en Europa y en España, leáse,
ALARCON CARACUEL, MR.: La Seguridad Social en España, Op.Cit., pags. 21-44.
Pero, ¿cuáles serían las obligaciones que se disponen para el armador? En este
sentido, nos interesa acudir a un interesante estudio en el que se relaciona el
Reglamento comunitario con la problemática que suscita el abandono de la gente de
mar26. En este trabajo se acude a las actuaciones de la OIT en relación con el abandono;
donde se acordó enmendar el CTM 2006 con la constitución de una garantía financiera
para la protección de la gente de mar abandonada.
26
Es de obligado estudio las investigaciones de una gran estudiosa de la Seguridad Social marítima, y
es de referencia VV.AA.: La coordinación de los sistemas de Seguridad Social, SÁNCHEZ-
RODAS NAVARRO, C. (Dir.). En: VICENTE PALACIO, A.: El Reglamento 883/2004 y las
obligaciones de los armadores en el ámbito de la Seguridad Social, pág. 66.
27
Para conocer las reuniones y el proyecto final se puede acudir a: VV.AA. SÁNCHEZ RODAS
NAVARRO, MC., La coordinación de los sistemas…Op.Cit., pags. 66-82; VV.AA. PETIT LAVALL,
MC y PUETZ, A. (Dirs.), La eficiencia del transporte como objetivo de la actuación de los poderes
públicos: liberalización y responsabilidad. En: BERNAL SANTAMARÍA, F., Abandono de buques y
de gente de mar: La necesidad de un instrumento Internacional, Madrid, Marcial Pons, Ediciones
Jurídicas y Sociales S.A, 2015.
28
Con respecto a los salarios prevé en su punto I.A.9 a) que la asistencia proporcionada por el sistema
de garantía financiera deberá ser suficiente para cubrir los salarios y otras prestaciones pendientes en
virtud del acuerdo de empleo, convenio colectivo o legislación del Estado del pabellón; con un
límite de cuatro meses de salarios pendientes y cuatro meses del resto de prestaciones pendientes.
29
El punto I.A.c) del Texto de Enmienda del CTM 2006 comprende, entre otros, como necesidades
esenciales: alimentación, ropa, alojamiento, abastecimiento de agua, combustible, atención médica.
30
El punto I.A.10 del texto de la Enmienda del CTM 2006 expone que la repatriación comprenderá entre
otros, el viaje, el suministro de alimentos y alojamiento a la gente de mar desde el momento en que
deja el buque hasta la llegada a su hogar, la atención médica, el transporte de sus efectos personales.
31
Cfr. Enmiendas al Código para aplicar las reglas 2.5 y 4.2 y los anexos del Convenio sobre el trabajo
marítimo, 2006 (MLC, 2006), adoptadas por el Comité Tripartito Especial el 11 de abril de 2014,
I.A.3. Además, esta Enmienda proclama que todo Miembro deberá velar por que exista, para los
buques que enarbolen su pabellón, un sistema de garantía financiera que cumpla los requisitos
estipulados en la Enmienda, dando libertad al Miembro para determinar la modalidad del sistema,
previa consulta con las organizaciones de armadores y de gente de mar interesadas. Habría que
cuestionarse qué ocurriría con aquellos Estados que no cuenten con interlocutores sociales
facultados para esta labor.
entre estas modalidades nos interesa subrayar que la Enmienda abre la posibilidad a los
Estados a que la garantía derive del sistema de Seguridad Social sin que este limitado
por las reglas de nacionalidad o de residencia.
Un supuesto está regulado en el art. 10 párrafo primero que opta por mantener la ley
de pabellón como principio rector. De este modo, la vincula a las actividades,
dependientes o no, que se ejerzan a bordo de buque en el mar. Esto es, a la relación
jurídica se le aplicará la norma socio-laboral del Estado que de nacionalidad al buque a
través del acto de abanderamiento.
El otro supuesto está regulado en el segundo párrafo del art. 10 que declara una
salvedad eludiendo el principio de la ley de pabellón. Esta excepción sobreviene cuando
el trabajador ejerce su actividad de forma dependiente a bordo de un buque de un
Estado parte, pero que sin embargo, es remunerado por una persona, física o jurídica,
que tiene su sede o domicilio en el territorio de otro Estado parte. Si bien, exige que el
trabajador resida en ese último Estado. Sobre esta base, determina que la legislación
aplicable a estas relaciones será la legislación del último Estado, es decir, aquel donde
está ubicado el empresario que abona los servicios al trabajador del mar. Por ende, y
32
Por ello, «es preciso diferenciar el alcance del eventual régimen de Seguridad Social: cuando actúa
como propia garantía financiera sustitutiva de la que debe exigir a sus buques y cuando actúa en
grado de responsabilidad subsidiaria». Cfr. VV.AA.: CABEZA PEREIRO, J. y RODRÍGUEZ
RODRÍGUEZ, E. El trabajo en el mar: los nuevos escenarios jurídico-marítimos; En: VICENTE
PALACIO, A.: Garantías financieras en caso de abandono de gente de mar: las Enmiendas al
Convenio de Trabajo Marítimo (2006) y sus consecuencias para España y la Unión Europea,
Albacete, Bomarzo, 2015, pág. 224.
33
Vid. art. 4 del Convenio Multilateral Iberoamericano. Esta es la regla general reiterada en el art. 9.
Por cuanto al campo de aplicación personal, el art. 2 del Convenio anuncia que serán
quienes estén o hayan estado sujetos a la legislación de uno o varios Estados parte. En
tanto que para el campo de aplicación material, el Convenio se limita a contar con
instrumentos de coordinación para el tema de las pensiones y prestaciones económicas
por las siguientes ramas de actividad: invalidez, vejez, supervivencia accidentes de
trabajo y enfermedad profesional. Podemos apuntar que el Convenio ha optado por
excluir de su campo de aplicación las prestaciones médicas34. Por último, no realiza
previsión alguna sobre el riesgo de abandono de la gente de mar.
34
Estas categorías de prestaciones están desarrolladas en el Título II del Convenio.
35
El art. 94 de la CNUDM estipula la jurisdicción y el control a ejercer por el Estado pabellón.
36
Vid. art. 10 párrafo segundo del Reglamento Comunitario y art. 11.4 del Convenio Iberoamericano.
37
En este aspecto, nos interesa acudir a un estudio reciente de FOTINOPOULOU BASURKO, O.:
“¿Es necesario r formular el art. 7 de la LGSS ante la decadencia del criterio de la ley de pabellón
como criterio de conexión de los sistemas de Seguridad Social de la gente de mar?”, Revista de
Derecho de la Seguridad Social, Laborum, Nº. 5, 2015, págs. 63-73. Pues bien, esta Sentencia
conocida como el caso KIK, alborotará la hegemonía de la ley de pabellón.
38
Reglamento (CEE) nº 1408/71 del Consejo, de 14 de junio de 1971, relativo a la aplicación de los
regimenes de seguridad social; que fue sustituido por el Reglamento (CE) nº 883/2004 del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, sobre la coordinación de los sistemas de
seguridad social, y que es aplicable desde el 1 de mayo de 2010. Por tanto, desde esta fecha el
Reglamento 1408/71 está derogado, pero se mantienen para los asuntos ocurridos en el pasado.
pabellón. Sin embargo, el Tribunal descarta este principio y entiende que el trabajador
está comprendido en el ámbito de aplicación del Reglamento39. De este modo, interpreta
que la norma comunitaria puede aplicarse a las actividades realizadas fuera de su
territorio.
En sintonía con lo expuesto, entendemos que esta es la llave que opera para abrir el
retiro de la ley de pabellón. Por tanto, el Tribunal se ha encargado de desmitificar este
principio con elementos flexibilizadores. Con el camino trazado ha sorteado la CNUDM
para extender la legislación comunitaria a relaciones laborales que a priori deberían
estar sujetas a la ley de pabellón. Con esta extensión consigue dos propósitos: evitar la
acumulación de las legislaciones nacionales aplicables y las complicaciones que se
derivan de ello; y ser un reflejo del principio de no discriminación en el marco de la
libre circulación de trabajadores.
39
El trabajador es un nacional neerlandés y residente en los Países Bajos, que trabajó en un buque
colocador de tuberías que enarbola pabellón de panamá. Hasta el 31 de mayo del 2004 trabajó para
una sociedad establecida en los Países Bajos. Desde el 1 de junio ejerció la misma actividad para
una sociedad establecida en Suiza. Sin embargo, su sueldo siguió estando sujeto al impuesto
neerlandés sobre la renta. La pretensión del trabajador versa en desvincularse del régimen de seguro
obligatorio que preveía el régimen neerlandés de seguridad social, estando obligado al pago de las
cotizaciones. Ante este supuesto, el Tribunal se plantea si el Reglamento se podría aplicar al referido
trabajador teniendo en cuenta los caracteres específicos del buque, los lugares en los que ejerce su
actividad. Vid. Aparatado 25 Sentencia Kik para conocer la singularidad del asunto: ejercer su
actividad como tubero a la altura de las plataformas continentales adyacentes de los Países Bajos y
del Reino Unido. Otro apunte interesante será conocer los elementos que le guían al Tribunal para
conocer la existencia de una vinculación suficientemente estrecha del trabajador con algún territorio
comunitario. Vid. Apartado 27 de la referida Sentencia.
40
Vid. Apartado 14 y 15 de la Sentencia TJCE de 30 de abril 1996, Asunto: C-214/94, Boukhalfa.
41
Vid. Apartado 46 de las Conclusiones del abogado del Estado para la sentencia Boukhalfa.
42
Criterio mantenido también por la Sentencia asunto Aldewereld, C: 1994: 27. Véase punto 42.
Una vez que el Tribunal se declina por entender al trabajador incluido en el ámbito
de aplicación del Reglamento, obra conocer qué legislación entiende de aplicación a la
relación laboral. Los elementos de vinculación con la legislación comunitaria son el
lugar de establecimiento de la empresa, y accesoriamente, el lugar donde reside el
trabajador. Si bien matiza el Tribunal que esta vinculación podrá cambiar comparando
el carácter que prevea una y otra legislación. Así anuncia que el trabajador quedaría
sujeto al Estado que prevea el régimen de seguro obligatorio de Seguridad Social, en
detrimento del Estado que previera el seguro voluntario. Es decir, la pretensión del
Tribunal con esta interpretación ha sido elegir aquella legislación que otorgue un
régimen de protección obligatorio al trabajador, pues si optara por el régimen de
seguridad social voluntario se privaría al trabajador de una protección social adecuada43.
3. Conclusiones
Por otro lado, y al estar inmersos en una industria genuinamente globalizada como el
la marítima debe ser objeto de estudio los dos instrumentos estudiados: El Reglamento
comunitario y el Convenio Iberoamericano. Son dos ejemplos de la necesidad de
proveer mecanismos supranacionales para garantizar la igualdad de trato entre los
migrantes que se desplazan a escala global. Además, ambos regulan preceptos
relacionados con el sector marítimo, entendiendo con ello que esta previsión es una de
las pruebas de la especialidad reguladora de la gente de mar. En este sentido, los
instrumentos estudiados encajan en la escenificación y en la regulación del trabajo en el
mar. El objeto de estos instrumentos debe estar enfocado en garantizar la protección de
los derechos sociales a los trabajadores migrantes. En el imaginario de la migración y de
la globalización tiene una capital importancia la gente de mar por emplearse en una
industria que es sinónimo del movimiento de trabajadores y de mercancías. En este
contexto, el carácter del propio buque que ha dificultado la aplicación de la norma
socio-laboral y ha escenificado la confluencia de diversas normas ha justificado que los
diversos Estados hayan formulado instrumentos supranacionales con el fin de coordinar
sus respectivos regimenes y garantizar los derechos sociales de los trabajadores.
43
Los fundamentos están contenidos en los apartados 58 a 63 de la sentencia Kik.
Así, el Derecho sustantivo cabe emprender una andadura que plantee nuevas
fórmulas y principios que redunden en una mayor protección del colectivo. Esta gesta
que se está emprendiendo con pasos tímidos hacia la publificación del sistema de
relaciones laborales, requerirá de un protagonismo de las naciones y decretar el
deterioro de la ley de pabellón como principio que ha imperado en las relaciones
jurídicas marítimas. Este principio ya ha mostrado los perjuicios no solo para los
trabajadores que se ven expuestos a condiciones de trabajo lamentables, sino que
también conlleva desventajas para los armadores enfrentados a la competencia desleal
que supone las BdC y a los Estados que comprueban como sus registros tradicionales
reducen su tonelaje drásticamente.
Resumen
El Reglamento 883/2004 y el Convenio Multilateral tienen por finalidad la coordinación de
sistemas de Seguridad Social. Este último se caracteriza porque es el primer instrumento
internacional de estas características que se adopta en el seno de la comunidad
Iberoamericana.
Abstract
Regulation 883/2004 and the Ibero-American Multilateral Convention on Social Security
have both the same aim: the coordination on social security systems. The second one is the
first international instrument of its kind within the Ibero-American Community.
1.1. Antecedentes
En virtud de dicho mandato se aprobaron los Reglamentos 3/58 y 4/58 que fueron
sustituidos por los Reglamentos 1408/71 y 574/72, que a su vez quedaron derogados
con la entrada en vigor el 1.5.2010 del Reglamento 883/2004 sobre la coordinación de
los sistemas de seguridad social y su Reglamento de Aplicación 987/2009. Ambos
Reglamentos despliegan eficacia en todos los Estados en los que se aplica el Derecho de
la Unión Europea2.
1
Trabajo realizado en el marco del Proyecto I+D “Buenas Prácticas Jurídico-Procesales en Derecho
Laboral y Comunitario para Reducir el Gasto Social con Coste Cero” financiado por el Ministerio de
Economía y Competitividad (DER 2012-32111).
2
STS de 13.7.1991 (RJ.5985): “a partir del 1.1.1986, fecha en que entró en vigor el Tratado de
Adhesión, España asumió las mismas obligaciones que los demás Estados miembros”.
Entre las causas que propiciaron la promulgación del Reglamento 883/2004 hay que
destacar que las sucesivas y frecuentes reformas de que fue objeto el Reglamento
1408/71 a lo largo de las casi cuatro décadas en que estuvo vigente provocaron que el
articulado resultante fuera no sólo sumamente extenso sino extremadamente complejo y
de difícil comprensión.
Otro de los motivos que impulsaron la adopción del Reglamento 883/2004 fue la
necesidad de modernizar, clarificar, simplificar, reforzar la cooperación administrativa
entre los Estados e incrementar los derechos de los sujetos.
El proyecto del Convenio Multilateral se aprobaría dos años más tarde, con motivo
de la VI Conferencia Iberoamericana de Ministros y Máximos Responsables de
Seguridad Social celebrada en Chile en 2007. Siendo aprobado el texto definitivo ese
mismo año durante la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno
celebrada en Santiago de Chile.
3
Para la aplicación efectiva del Convenio Multilateral no es suficiente la ratificación del mismo sino
que es preciso que los Estados Parte firmen el Acuerdo de Aplicación (2009).
4
Cfr. ARELLANO ORTÍZ, P., “Reception of Social Security coordination in the Ibero-american
region. A process following the European Experience” en: C.Sánchez-Rodas Navarro (Dir.); Good
Practices in Social Law. Thomson-Aranzadi. Pamplona. 2015; pp.251-165.
5
JIMÉNEZ FERNÁNDEZ, A.; “Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social” en:
VV.AA.; “El Futuro de la Protección Social”. Laborum. Murcia. 2010; p.375.
6
Frente al clásico término de coordinación, Miranda Boto propone utilizar una nueva terminología
“articulación de sistemas de Seguridad Social”. Cfr. MIRANDA BOTO, J.M.; “El Estadio Previo:
Algunos Problemas Terminológicos de la Seguridad Social Comunitaria” en: VV.AA.; El Reglamento
Comunitario. Nuevas Cuestiones. Viejos Problemas. Laborum. Murcia. 2008; pp. 26-28.
como también hace el Reglamento 883/2004 (artículos 11-16), opta por el principio de
unicidad de la legislación aplicable.
Esto implica que los trabajadores migrantes estarán sometidas a una sola legislación,
que –por regla general– será la del Estado en cuyo territorio el trabajador preste
servicios por cuenta ajena o por cuenta propia (“lex locis laboris”).
b) Igualdad de trato
Mediante este principio se pretende evitar que los trabajadores migrantes –por el
simple hecho de no ostentar la nacionalidad del Estado cuya legislación les resulta
aplicable– puedan encontrase en una situación menos ventajosa que los propios
nacionales.
c) Totalización de períodos
De ahí que resulte esencial que todos los períodos de cotización acreditados bajo una
pluralidad de legislaciones nacionales puedan computarse, de ser necesario, para el
reconocimiento de la prestación de Seguridad Social solicitada. En tales casos, y por
regla general, la prestación económica se abonará por los respectivos Estados a prorrata
de los períodos cumplidos bajo las diferentes legislaciones.
Esta materia está regulada por el artículo 5 del Convenio Multilateral, y por el
artículo 6 del Reglamento 883/20048, respectivamente.
7
ROJAS CASTRO, M.; “Derecho Comunitario Social. Guía de Trabajadores Migrantes”. Comares.
Granada. 1993; p.97.
8
No resulta aplicable a las prestaciones de prejubilación coordinadas por el Reglamento 883/2004.
El Convenio multilateral se aplicará a las personas que estén o hayan estado sujetas
a la legislación de uno o de varios Estados parte, así como a sus familiares beneficiarios
y derechohabientes (art. 2 del Convenio Multilateral).
Por tanto, la conclusión obligada que debemos extraer es que el ámbito de aplicación
personal del Convenio Multilateral no se circunscribe a los nacionales de los Estados
Parte, sino que éste también resultará aplicable a los extranjeros nacionales de Terceros
Estados, refugiados y apátridas, que estén o hayan estado sujetos a la legislación de
Seguridad Social de alguno/s de los Estados Parte.
Cabría, por tanto, considerar que el texto del Convenio Multilateral es más
progresista que el del Reglamento 883/2004. Pero esta conclusión resulta errónea tras
una lectura sistemática del Convenio Multilateral: y es que aunque expresamente no se
mencione en el art. 2 del Convenio Multilateral, para que los extranjeros puedan invocar
las disposiciones de este Convenio será preciso que se trate de trabajadores “legales” o
“regulares”. Ello se infiere del hecho de que tal requisito resulta necesario para ser
sujeto protegido por los regímenes contributivos de Seguridad Social de los Estado
Parte a los que se aplica el Convenio Multilateral.
En segundo lugar, hay que recordar que las disposiciones comunitarias sobre
coordinación de sistemas de Seguridad Social contenidas actualmente en el Reglamento
883/2004 también son aplicables a extranjeros de Terceros Estados. Y ello en virtud de
lo expresamente dispuesto en el Reglamento 1231/2010, cuya aplicación a este
colectivo está subordinado a que “el interesado se encuentre previamente en situación
de residencia legal en territorio de un Estado miembro”. La legalidad de la residencia es,
por lo tanto, una condición previa a la aplicación del Reglamento 1231/2010.
9
SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C.; “La Nueva Regulación de las Prestaciones No Contributivas.
La Aplicación de Cláusulas de Residencia”. Noticias de la Unión Europea nº 157/1998.; pp.57-66.
Por el contrario, en ambos casos sí que será preciso que los sujetos causantes
ostenten la condición de migrantes en situación regular o legal.
En primer lugar cabría destacar que mientras el Reglamento 883/2004 coordina tanto
prestaciones contributivas y no contributivas de Seguridad Social, el Convenio
Multilateral sólo incluye a las contributivas.
Por su parte, el art. 3.5 dispone que “dos o más Estados Parte del presente Convenio
podrán ampliar el ámbito objetivo del mismo, extendiéndolo a prestaciones o regímenes
excluidos en principio. Los acuerdos bilaterales o multilaterales mediante los que se
10
SÁNCHEZ-RODAS NAVARRO, C.; “El Impacto de la sentencia Cabanis sobre la Protección
dispensada por el Derecho Comunitario a los Familiares del Trabajador Migrante”. Temas Laborales
nº 45/1997; pp. 167-180.
proceda a esa extensión y los efectos de la misma se inscribirán en el «Anexo III»”. Por
el momento, el citado Anexo III está vacío de contenido.
De conformidad con el art 3.3. del Convenio Multilateral “el presente Convenio no
será de aplicación a las prestaciones económicas reseñadas en el Anexo II, que bajo
ninguna circunstancia podrá incluir alguna de las ramas de seguridad social señaladas
en el apartado 1 de «este artículo»”. En dicho Anexo II España ha notificado el auxilio
por defunción.
10. CONCLUSIONES
Tanto uno como otro tienen por finalidad la coordinación de sistemas de Seguridad
Social.
Resumen
El análisis de los derechos fundamentales inespecíficos y, de forma más concreta, las líneas
de tendencia trazadas por los últimos pronunciamientos del Tribunal Constitucional
constituye el objetivo del presente trabajo. Los temas abordados en las Sentencias dictadas
(2014-2015) contraen el estudio a la libertad de expresión, en conexión al derecho de
defensa, la libertad ideológica, en especial en relación a la contratación de profesores de
religión católica, el principio de igualdad y no discriminación y la garantía de indemnidad.
En puridad, más que grandes cambios de doctrina, cabe apreciar una cierta contención del
TC en sus tradicionales tendencias expansivas y una interpretación más restrictiva de los
mecanismos probatorios que, como se sabe, resultan esenciales para desvelar las lesiones
empresariales ocultas bajo decisiones presuntamente legítimas.
Abstract
The analysis of the non specific fundamental rights and, more specifically, the trend lines
drawn by the latest Constitutional Court pronouncements is the objective of this work. The
issues covered in the judgments (2014-2015) contract the study on freedom expression in
connection to the right of defense, ideological freedom, especially in relation to the
recruitment of teachers in Catholic religion, the principle of equality and non-
discrimination and the indemnity guarantee. Strictly speaking, rather than major changes in
doctrine, it is seen some restraint of TC in it traditional expansionary trends and a more
restrictive interpretation of the evidence mechanisms which, as it´s known, are essential to
uncover hidden business lesions under allegedly legitimate decisions.
1
Aunque, como se ha sostenido, la nómina de los derechos incluidos es amplia y compleja, puede
verse, SANGUINETI RAYMOND, W., “Derechos fundamentales de la persona y poderes
empresariales”, Relaciones Laborales nº 21/22, 2012, pp. 15 ss.
2
Nos estamos refiriendo al Auto 43/2014, de 12 de febrero, que inadmite a trámite la cuestión de
inconstitucionalidad, y a las conocidas SSTC 119/2014, de 16 de julio (BOE 15 agosto) y 8/2015, de
22 de enero (BOE 24 febrero). Como es bien sabido, ambos recursos fueron desestimados, aunque
resultan interesantes, y en muchos aspectos compartibles, los prolíficos votos particulares que las
acompañan, firmados en ambos casos por Fernando Valdés Dal-Re y a los que se adhieren los
magistrados Luis Ortega Álvarez y Adela Asúa Betarrita. Una valoración bastante crítica de las
mismas en BAYLOS GRAU, A., “La protección de los derechos fundamentales por el Tribunal
Constitucional español: auge y declive de la función de tutela”, Revista de Derecho Social nº 69,
2015, pp. 12 ss. La solución del TC, como es lógico, ha despertado un notable interés doctrinal, por
todos, DE VAL TENA, A.L., “La constitucionalidad de la reforma laboral de 2012. Comentario a la
STC 119/2014, de 16 de julio, vol 17., n. 2, 2014, pp. 437 ss; DÍAZ AZNARTE, M.T., “Cuando la
crisis económica se convierte en argumento jurídico. La jurisprudencia constitucional avala la
reforma 2012”, Derecho de las Relaciones Laborales nº 2, 2015, pp. 195 ss.; MARTÍN VALVERDE,
A., “La reforma del mercado laboral de 2012 se ajusta a la Constitución: análisis de la Sentencia del
Tribunal Constitucional 119/2014, de 16 de julio (BOE de 15 de agosto)”, Actualidad Laboral nº 12,
2014, pp. 1 ss.; MONTOYA MELGAR, A., “La reforma laboral ante el Tribunal Constitucional”,
Nueva Revista Española de Derecho del Trabajo nº 180, 2015, pp. 15 ss.; SANGUINETI RAYMOND,
W., “La controvertida constitucionalidad de la reforma laboral”, Trabajo y Derecho: nueva revista
de actualidad y relaciones laborales, nº 4, 2015, p. 10 ss.; SEMPERE NAVARRO, A.V.,
Constitucionalidad de la Reforma Laboral de 2012: balance”, Revista Aranzadi Doctrinal nº 3, 2015,
pp. 11 ss.; SENRA BIEDMA, R., “El Derecho del Trabajo de la crisis y la crisis del Derecho del
Trabajo. El Recurso de inconstitucionalidad del parlamento de Navarra contra varios preceptos de la
Reforma Laboral de 2012. Comentario a la Sentencia del Tribunal Constitucional (Pleno) 119/2014,
de 16 de julio”, IusLabor 3/2014, pp. 1 ss.
3
Sobre algunas de las cuestiones que se plantean, en las que no hemos de entrar, entre otros, ABA
CATORIA, A., “La efectividad de los derechos de los trabajadores y del empresario desde la
implantación de las tecnologías en el ámbito laboral”, nº 18, 2014, pp. 79 ss; CARDONA RUBERT, M.B.,
“Intimidad del trabajador y comunicaciones electrónicas según el Tribunal Constitucional”, Revista
Jurídica de los Derechos Sociales, Lex Social vol. 5, num.2/2015, pp. 33 ss; FERNÁNDEZ ALLES, J.J. y
PIÑERO JIMÉNEZ, A., “Derechos fundamentales y uso extralaboral de internet en la relación de trabajo.
A propósito de las SSTC 241/2012 y 170/2013”, Relaciones Laborales nº 12, 2014, pp. 151 ss.; LÓPEZ
ANIORTE, C., “Límites constitucionales al ejercicio del poder directivo empresarial mediante el uso de
las TIC y otros medios de vigilancia y seguridad privada en el ordenamiento jurídico español”, Revista
Policía y Seguridad Pública, Año 4, vol. 1, Noviembre 2013-Junio 2014, pp. 1 ss.; LOUSADA
AROCHENA F., “Derecho fundamental a la protección de datos personales versus facultad empresarial
de video-vigilancia (acerca de la STC 29/2013, de 11 de febrero)”; MARTÍNEZ FONS D., “La doctrina
del Tribunal Constitucional sobre el uso y control del correo electrónico en la relación de trabajo”,
ambas en BORRAJO DACRUZ, E. (Dir.), Controversias vivas del nuevo Derecho del Trabajo, La Ley,
Madrid, 2015, pp. 391 ss.; RODRÍGUEZ COPÉ, M.L., “Facultades de control empresarial y circuito
cerrado de televisión. STC 29/2013, de 11 de febrero”, Temas Laborales n. 121/2013, pp. 189 ss;
RODRÍGUEZ ESCANCIANO, S., “El control empresarial de la mensajería electrónica como prueba de la
transgresión de la buena fe contractual. A propósito de la STC de 7 de octubre de 2013”, Diario La Ley
nº 8195, 2013, D-398; RODRÍGUEZ LAIN, J.L., “Reflexiones sobre los nuevos contornos del secreto de
las comunicaciones (Comentario a la STC 170/2013, de 7 de octubre)”, Diario La Ley nº 8271, 2014,
(…)
derecho a la vida e integridad física y moral o a la propia imagen y el aspecto físico del
trabajador4. Por el contrario, hay una serie de resoluciones de especial relevancia en el
terreno de los derechos de libertad de expresión e información, libertad ideológica y
garantía de indemnidad. Limitado de esta forma el objeto de análisis, no nos
detendremos, pese a su relevancia, en pronunciamientos que abordan en exclusiva el
tema de la indemnidad retributiva5, que conecta de modo natural con el derecho a la
libertad sindical, excluido del ámbito del estudio. Asimismo, como es lógico, no faltan
pronunciamientos en relación al derecho a la igualdad y no discriminación6. En este
último ámbito, no vamos a entrar, por lógicas razones temporales y espaciales y por su
especificidad, en el análisis de aquellos pronunciamientos, bastante numerosos,
procedentes de la reclamación de pensiones ocasionadas por parejas homosexuales o
casadas por ritos distintos al matrimonio civil legalmente reconocido, pese a su interés;
en especial, la STC 194/2014, de 1 de diciembre, que deniega el amparo y la
consiguiente pensión en base a la inexistencia de tertium comparationem7.
D-83; SANTIAGO REDONDO, K.M., “Intimidad, secreto de las comunicaciones y protección de datos de
carácter personal. El artículo 18 CE”, Relaciones Laborales nº 1, 2014, pp. 119 ss.
4
Cuestión, sin embargo, objeto de atención doctrinal, entre otros, ÁLVAREZ DEL CUVILLO, A., “Aspecto
físico del trabajador y prohibición de discriminación”, Trabajo y Derecho nº 10, 2015, pp. 57 ss.
5
No obstante, en este período se ha publicado la STC 100/2014, 23 de junio (BOE 22 julio), que
considera vulnerado el derecho fundamental a la libertad sindical y la no menos interesante STC
148/2015, de 6 de julio (BOE 14 agosto), a la que también acompaña un voto particular, que
aborda la fijación de complementos para un empleado público que tiene concedido permiso para
desarrollar labores sindicales que no vulnera el derecho de libertad sindical, en su vertiente de
garantía de indemnidad retributiva.
6
Dado que no es esta la sede para abordar en general la problemática suscitada por tan importante
derecho, permitimos remitir al lector a algunos trabajos recientes sobre la temática, por todos,
GARCÍA-CUEVAS ROQUE, E., “La igualdad constitucional y la interdicción de la discriminación”,
Revista de Derecho UNED, núm. 16, 2015, pp. 239 ss. En el ámbito laboral, NOGUEIRA
GUASTAVINO, M., “El principio de igualdad y no discriminación en las relaciones laborales:
perspectiva constitucional reciente”, LanHarremanak 25, 2012, pp. 19 ss.
7
En este mismo ámbito, la STC 188/2014, de 17 de noviembre, que considera existente la
vulneración del derecho a la igualdad ante la ley, en la denegación de la pretensión ejercitada en el
litigio social que trae causa de la aplicación de un precepto legal contrario al derecho a la igualdad
ante la ley al supeditar el derecho a la pensión de viudedad que en él se establece a que el causante y
el beneficiario hubieran tenido hijos comunes. En esta línea, también se han dictado las SSTC
92/2014, 93/2014, de 12 de junio y 98/2014, de 23 de junio, que deniegan el amparo por supuesta
vulneración de los derechos a la igualdad y a no padecer discriminación por razón de orientación
sexual, en la denegación de la pensión de viudedad al supérstite de una unión homosexual, a la que
acompaña un voto particular; la serie de sentencias 115/2014, de 8 de julio, 116/2014, de 8 de julio,
sobre la misma temática, también con voto particular. La STC 124/2014, de 21 de julio, acompañada
de votos particulares o la STC 157/2014, de 6 de octubre. Sobre la cuestión, TRUJILLO PONS, F.,
“Denegación de la pensión de viudedad al supérstite de una unión homosexual. Comentario a la
Sentencia del Tribunal Constitucional 115/2014, 8 de julio”, Revista General de Derecho del
Trabajo y Seguridad Social nº 39, 2014, www.iustel.com.
En general, esta cuestión es vieja conocida del TC, pues ha requerido en numerosas
ocasiones su atención10 partiendo siempre como premisa de la tradicional distinción
entre los derechos de información y la libertad de expresión11. Se afirma con reiteración
que si se trata de opiniones vertidas estaremos en el ámbito de actuación de la segunda.
En coherencia con la delimitación realizada, queda al margen del análisis el llamado
“derecho a la libertad de expresión sindical”, derivación del derecho reconocido en el
art. 28 CE, por tanto de corte plenamente laboral y sin autonomía propia12. De forma
más específica, para la STC 65/2015, de 13 de abril (sobre el derecho a la libertad de
expresión y el derecho de información y el derecho al honor de los jueces y
magistrados), la libertad de expresión no está exenta de límites fijados o fundamentados
en la Constitución y con ellos ha de ser consecuente su ejercicio, pues si bien el
ordenamiento no ha de cohibir sin razón suficiente la más amplia manifestación y
8
Es notorio el incremento del número de recursos inadmitidos, en especial a raíz de la reforma de los
requisitos para la admisión, de modo particular la “especial trascendencia constitucional” de la
demanda, que actúa como un importante filtro legal que deja amplio margen de maniobra al propio
Tribunal. Los datos pueden consultarse en BAYLOS GRAU, A., “La protección de los derechos
fundamentales...”, op. cit., p. 8. Según la Memoria de la actividad del TC para el año 2014 el TC
admitió a trámite únicamente el 1,08 de los recursos de amparo planteados, señalando las causas de
inadmisión, en especial pp. 46 ss. y 217 ss. Sobre dicha cuestión ESPINOSA DÍAZ, A., “El recurso de
amparo: problemas antes, y después, de la reforma”, InDret 2/2010, pp. 1 ss.
9
Una constatación, a partir de los datos de la Memoria 2013, de la disminución del peso específico de
los recursos planteados ante el TC en temas laborales en BAYLOS GRAU, A., “La protección de los
derechos fundamentales...”, op. cit., p. 2. Tendencia que se confirma en 2014. Pueden consultarse
los datos en http://www.tribunalconstitucional.es/es/tribunal/estadísticas/Paginas/default.aspx.
10
32 entre el 85 y el 2011, de los cuales en 24 se otorga el amparo, según los datos de ROJAS RIVERO,
G., “Libertad de expresión y de información”, en AA.VV. (BAYLOS GRAU, A. et altri, coords.), La
jurisprudencia constitucional en materia laboral y social en el período 1999-2010. Libro homenaje a
María Emilia Casas, La Ley, Madrid, 2015, pp. 380 y 384. Una visión menos clásica del tema en
DEL REY GUANTER S., “Nuevas perspectivas de la libertad de expresión e información en las
relaciones laborales: contrato de trabajo y redes sociales”, en BORRAJO DACRUZ, E. (Dir.),
Controversias vivas..., op. cit., pp. 303 ss.
11
Puede verse, BUADES FELIU, J., “Algunas consideraciones sobre el derecho al honor, la libertad de
expresión y de información”, Diario La Ley nº 8318, 2014, LA LEY 2993/2014; en el ámbito no
estrictamente laboral, en el período también se ha dictado la STC 177/2015, de 22 de julio, sobre
supuesta vulneración de la libertad de expresión en relación con la quema del retrato de los reyes,
acompañada de tres votos particulares discrepantes, donde el TC desestima el amparo y analiza los
límites del derecho que deben ser ponderados con exquisito rigor.
12
Ejemplo de esta doctrina se encuentra en la interesante STC 203/2015, de 5 de octubre y en la
anterior 100/2014, de 23 de junio, sobre la vinculación del representante unitario y el derecho de
libertad sindical, a través de la afiliación.
13
BOE de 30 de octubre.
14
Entre otros, vid. MONTES RODRÍGUEZ, M.P., “La libertad de expresión del abogado. Comentario a la
STEDH 4 de abril 2013 (TEDH 2013, 66). Caso Reznikc. Rusia”, Rev. Boliv. de derecho nº 18,
2014, pp. 340 ss.; SÁNCHEZ STEWART, N., “La libertad de expresión del abogado”, Diario La Ley nº
8572, 2015.
a cabo un análisis que no difiere excesivamente del realizado con carácter general y lo
que valora específicamente el TC son las expresiones vertidas. Es de destacar el
contexto en el que se lleva a efecto el ejercicio del derecho de defensa por el
demandante de amparo, que carece de la condición de letrado y cuya pericia profesional
–profesor de griego– no comprende conocimiento jurídico alguno. A ello se une que sus
afirmaciones, que no fueron objeto de difusión pública, no pueden considerarse
gratuitas o desconectadas de su defensa, antes bien, abundan directamente en los
motivos por los que solicita el archivo del expediente sancionador. Tampoco se trata de
manifestaciones insultantes o descalificadoras, conceptos éstos que exigen un plus sobre
lo que puede considerarse coloquial, inapropiado, inadecuado, molesto o hiriente.
15
Aunque no existe una doctrina completa del TC en relación a este derecho, sí hemos asistido a
algunos avances; interesante el estudio de MOLINA NAVARRETE, C., “Una gran innovación
constitucional: el deber de prevenir el riesgo de acoso laboral como imperativo de integridad”, en
AA.VV. (BAYLOS GRAU, A. et altri, coords.), La jurisprudencia constitucional..., op. cit., pp. 211 ss.
16
Comentada por REDONDO ANDRÉS, M.J., “La peculiaridad del régimen de los profesores de religión
examinada por el TEDH”, Actualidad Jurídica Iberoamericana n.3, 2015, pp. 331 ss.
A nuestro juicio, tras la lectura de la Sentencia, puede afirmarse que, a buen seguro,
se trata de una excelente oportunidad perdida por parte del TC para aclarar su doctrina,
a la luz del pronunciamiento del TEDH citado, pues se colige con facilidad la
inexistencia de consenso en el seno del propio Tribunal. En brevísima síntesis, como es
sabido, aun cuando la doctrina constitucional en este terreno contenida en la Sentencia
38/2007, de 15 de febrero y la serie de Sentencias 80 a 90/2007, de 19 de abril, viene
confirmada por la STEDH, existe también una Sentencia con una doctrina divergente
publicada en 2011 (STC 51/2011, de 14 de abril). Así, mientras la Sentencia de la
mayoría alude a esta última de forma tangencial, sin reparar mientes en su posible
contradicción con la doctrina europea, en los votos particulares encontramos tanto una
valoración parcialmente diferente de la Sentencia TEDH como un criterio discrepante
en relación a la doctrina correcta (de las dos emanadas del Alto tribunal). El primero de
los votos particulares estima inadecuada la alusión a la Sentencia de 2011 por parte de
la mayoría y la referencia retórica a la doctrina del TEDH y consideraría necesaria una
aclaración sobre el alcance efectivo de la doctrina, pese a coincidir en la desestimación
del amparo. Por su parte, los firmantes del segundo de los votos particulares, partidarios
de la concesión del amparo por existir una vulneración del derecho en liza, coinciden
con la tesis esbozada en la STC 51/2011.
Conviene recordar que en la STC 38/200717 y las sucesivas, se había afirmado que,
en concordancia con la labor de cada iglesia de definir el credo religioso, también las
confesiones tienen la competencia para el juicio sobre la idoneidad de las personas que
hayan de impartir la enseñanza de su respectivo credo, teniendo cabida en la
constitución que el mismo no se limite a la estricta consideración de los conocimientos
dogmáticos o las aptitudes pedagógicas del personal docente, sino que se extienda a los
extremos de la propia conducta, en la media en que el testimonio personal constituya
para la comunidad religiosa un componente definitorio de su credo, hasta el punto de ser
determinante de la aptitud o cualificación para la docencia, entendida en último término,
sobre todo, como vía e instrumento para la transmisión de determinados valores. Ello
hace que la declaración de idoneidad resulte conforme con el derecho a la igualdad de
trabajo y no discriminación, sin vulneración de las facetas individuales del derecho (art.
16.1 y 2 CE), que sólo se ven afectadas en la estricta medida necesaria para hacerlos
compatibles con el derecho de las iglesias a la impartición de su doctrina en el marco
del sistema de educación pública (arts. 16.1 y 16.3 CE) y con el derecho de los padres a
17
In extenso, MOTILLA, A., “Consideraciones en torno al status jurídico de los profesores de religión
católica (comentario a la STC 38/2007)”, Stato, Chiese e pluralismo confessionale,
www.statochiese.it, enero 2008, pp. 1 ss.; CARDENAL CARRO, M y HIERRO HIERRO, J., “La
evolución histórica de la regulación de los profesores de religión y moral católica como recurso para
el juicio sobre la constitucionalidad de la vigente (A propósito de la STC 38/2007, de 15 de febrero),
Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales nº 73, 2008, pp. 205 ss. En general sobre la
libertad religiosa en el contrato de trabajo, entre otros, SALAS PORRAS, M., “Ponderación y
modulación del ejercicio del derecho a la libertad religiosa en el contexto obligacional laboral: una
mirada a la jurisprudencia española”, Revista Crítica de historia de las relaciones laborales y de la
política social nº 9, 2014, pp. 43 ss. Un tratamiento más general en AGUILERA IZQUIERDO, R.,
“Libertad ideológica, de expresión e información en la doctrina constitucional”, Revista del
Ministerio de Empleo y Seguridad Social nº 108, 2014, pp. 165 ss.
la educación religiosa de sus hijos (art. 27.3 CE). Sujetando la mencionada libertad a
algunos límites, en especial, “la observancia...de los derechos fundamentales y
libertades públicas y del sistema de valores y principios constitucionales”. Salvando,
asimismo, el lógico e indispensable posible control por parte de los órganos judiciales
del Estado, que serán quienes ponderen, en su caso, los diversos derechos
fundamentales en juego, a fin de garantizar, en última instancia, la motivación
estrictamente religiosa de la decisión. Línea en la que también se mueve la STC
128/2007, 4 junio (avalada por el TEDH), en la que el Tribunal opta también por dar
prevalencia al derecho del empleador en orden a la selección de las aptitudes del
concreto trabajador que haya de prestar tan peculiar actividad. Pues bien, pese a esta
aparentemente consolidada línea de tendencia, asistimos a un importante cambio de
criterio en la STC 5/2011, de 14 de abril. En este caso, el pronunciamiento se muestra
mucho más flexible en su interpretación y otorga el amparo al trabajador, estimando
vulnerado el derecho fundamental, considerando la posición de la iglesia y la
declaración de no idoneidad de la trabajadora (casada por lo civil con divorciado), como
una discriminación por circunstancias personales, vulneración de la libertad ideológica
y de la intimidad personal y familiar. Por tanto, ésta parecía la nueva senda iniciada por
el TC, de ampliación de la tutela del derecho fundamental, que ha quedado en una
nebulosa tras la Sentencia del 2014, pese a la posición clara del TEDH.
La reclamación planteada es resuelta por la STC 140/2014 sin entrar en el fondo del
asunto, primero, porque se descarta la suficiencia de indicios entre las distintas
circunstancias alegadas (entre ellas, participación en huelga o interposición de
reclamación judicial), por su desconexión temporal y su no utilización en cursos
anteriores y, después, porque se deduce en relación al matrimonio contraído con una
persona previamente divorciada, que ni consta la fecha ni si el matrimonio previo del otro
contrayente era o no canónico e impeditivo de un subsiguiente matrimonio religioso ni si
el ordinario diocesano tuvo o no conocimiento de esa circunstancia. Por ello se estima
innecesaria la ponderación entre los derechos en juego que, no obstante, de realizarse,
habría que tomar en consideración la reciente STEDH de 12 de junio de 2014.
A nuestro juicio, de todo lo anterior se colige que el mayor interés deriva, como
hemos apuntado, de los votos particulares. Para el primero, firmado por el magistrado
Andrés Ollero Tassara, coincidente en el fallo pero discrepante en cuanto a la
argumentación, el TC debería haber examinado la influencia del pronunciamiento del
TEDH sobre su tradicional doctrina, en lugar de limitarse a aludirla de modo retórico,
pues visto que el matrimonio con divorciado contraviene las exigencias derivadas de la
doctrina católica a impartir por la docente, la presunta vulneración que justificaría el
amparo queda privada de todo fundamento. Pone especial atención, asimismo, para la
desestimación del amparo, en un aspecto prácticamente ignorado por la sentencia de la
mayoría, esto es, el derecho de los padres a que los escolares no reciban una formación
religiosa cuyo auténtico contenido se vea contradicho con el tenor de vida de quien la
imparte. En cuanto al segundo de los votos particulares, partidario del otorgamiento del
amparo, dado que se centra de forma específica en el mecanismo de la prueba indiciaria,
será tratado con más detalle infra.
4. IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN
18
Puede verse un adecuado repaso a esta doctrina en BALLESTER PASTOR, M.A., “Construcción y
tambaleo del principio antidiscriminatorio por razón de sexo en el Tribunal Constitucional: del
período 1999-2010 a la actualidad”, en AA.VV. (BAYLOS GRAU, A.et altri, coords.), La
jurisprudencia constitucional..., op. cit., pp. 141 ss.; FERNÁNDEZ PRIETO M., “La tutela del embarazo
en la jurisprudencia constitucional y de la Unión Europea”, Revista de Derecho Social nº 69, 2015,
pp. 209 ss.
19
In extenso, PALOMEQUE LÓPEZ, M.C., “Discriminación por razón de sexo y despido de trabajadora
embarazada (las ponencias constitucionales de la magistrada María Emilia Casas Baamonde en la
materia)”, en AA.VV. (BAYLOS GRAU, A. et altri, coords.), La jurisprudencia constitucional..., op.
cit., pp. 167 ss.
las razones alegadas por la empresa para justificar el criterio referente a la edad en los
despidos colectivos. De una parte, que la permanencia de los trabajadores más próximos
a la edad de jubilación era más gravosa, pues habían de cesar antes en su actividad
laboral, lo que determinaría la necesidad de nuevas contrataciones con la consiguiente
inversión en formación y aprendizaje; de otra, la entidad argumentó que esta medida era
la que menos perjuicio podría ocasionar a los propios trabajadores, pues los que
respondieran a aquel criterio se hallarían en una situación más próxima a la jubilación y
tal circunstancia determinaría que la empresa suscribiera el convenio especial
correspondiente con la Seguridad Social en los casos en que fuera preceptivo
legalmente. En cuanto a la primera, el TC considera que carece de envergadura para
justificar la diferencia de trato por razón de la edad. Por el contrario, estima que el
segundo de los argumentos esgrimidos por la empresa sí puede convertirse en un factor
objetivo y no arbitrario de selección de los trabajadores afectados por el despido
colectivo, siempre que se cumplan determinadas exigencias, en particular, medidas
efectivas para evitar o minimizar los daños que la extinción de los contratos de trabajo
produce en los afectados. En el caso enjuiciado se había suscrito el preceptivo convenio
especial con la Seguridad Social. Asimismo, la empresa estableció determinadas
mejoras voluntarias de la prestación de desempleo para los trabajadores de mayor edad,
que incrementaban su duración cuando mayor fuera la edad del trabajador.
Complemento que pretendía evitar que los trabajadores afectados sufrieran un perjuicio
desproporcionado respecto de su situación en activo. Esta contrastada existencia de
medidas efectivas llamadas a minimizar el perjuicio ocasionado al trabajador próximo a
la edad de jubilación lleva al TC a considerar proporcionado el criterio de la edad y a
desestimar la vulneración.
Con mirada crítica, cabe señalar que el pronunciamiento se aleja de los típicos
términos de interpretación impuestos por los derechos fundamentales, a pesar de girar
sobre el criterio de la proporcionalidad, puesto que la valoración aparece centrada de
forma casi exclusiva en la elección del colectivo para el que, a juicio del TC, la decisión
resulta en términos generales, menos gravosa. Aspecto que, a nuestro parecer, exigiría
mayores matizaciones. Es más, aunque el propio Tribunal considera que la protección
social para este colectivo es mayor, ello es debido, como expresamente ha resaltado
recientemente la SAN 100/2015, de 5 de junio (cláusula telefónica), a que “...el
legislador comprende que en un contexto económico recesivo, donde el desempleo se ha
convertido en el primer problema nacional, son un colectivo especialmente vulnerable,
puesto que la pérdida de su empleo comportará su inclusión en el grupo de parados de
larga duración, que no encontrará probablemente otro empleo”. Aspecto, seguramente,
minusvalorado por el TC que solamente contempla el menor perjuicio económico a
corto plazo para estos trabajadores sin valorar la situación de desventaja relativa en la
que ya se hallan situados. Quizás las mejoras estimadas por el pronunciamiento no son
suficientes para compensar el perjuicio sufrido y, como bien recuerdan los recurrentes,
los trabajadores de mayor edad no debieran ser los “paganos de la crisis”.
5. LA GARANTÍA DE INDEMNIDAD
20
Para los aspectos generales de la construcción nos permitimos una remisión a IGARTUA MIRÓ, M.T.,
La garantía de indemnidad en la doctrina social del Tribunal Constitucional, CES, Madrid, 2008.
Asimismo, ÁLVAREZ ALONSO, D., La garantía de indemnidad del trabajador frente a represalias
empresariales, Bomarzo, Albacete, 2005; MELLA MÉNDEZ, L., “Garantía de indemnidad: Sentencias
clave en la progresiva configuración autónoma de la misma (1999-2010)”, en AA.VV. (BAYLOS
GRAU, A. et altri, coords.), La jurisprudencia constitucional..., op. cit., pp. 843 ss.
21
No obstante, algunos autores valoran muy positivamente la clara tendencia del TC en la defensa de
los derechos fundamentales y consideran que el desbordamiento no es tal, sino la mayoría de edad y
autonomía para proteger el ejercicio de los derechos fundamentales de los trabajadores, MELLA
MÉNDEZ, L., “Garantía de indemnidad...”, op. cit., p. 872.
22
IGARTUA MIRÓ, M.T., “Una nueva vuelta de tuerca en la doctrina sobre la garantía de indemnidad:
de la represalia prohibida al perjuicio irrogado”, Relaciones Laborales nº 6, 2012, pp. 13 ss.
Esquema que se extiende de modo natural al supuesto analizado, de forma que, ante
un indicio de lesión, la carga de la prueba del empresario debe estar dirigida a demostrar
que su decisión de naturaleza económica no queda ni intencional ni objetivamente
asociada al factor protegido, se haya articulado o no correctamente en términos de
legalidad ordinaria y con independencia por tanto de su calificación jurídica.
Sentado lo anterior, es necesario recordar aunque sea en esta sede, que el tema de la
prueba indiciaria24 sigue ocupando la atención del TC y dando origen a un importante
grado de desacuerdo en su seno también en relación a otros derechos fundamentales. En
definitiva, y a pesar de los esfuerzos de construcción teórica por parte del Tribunal, en
la práctica la resolución va a depender de la aplicación concreta de este mecanismo
probatorio al supuesto enjuiciado. Como hemos visto con anterioridad, en relevantes
23
Voto particular que formula el magistrado Fernando Valdés Dal-Re y al que se adhieren los
Magistrados Adela Asúa Batarrita, Antonio Narváez Rodríguez y Juan Antonio Xiol Ríos.
24
En general, sobre la importancia de la prueba en la protección de los derechos fundamentales, puede
verse MARÍN ALONSO, I. y GUTIÉRREZ PÉREZ, M., “La práctica de la prueba en materia de derechos
fundamentales tras la ley de la jurisdicción social”, Relaciones Laborales nº 21/22, 2012, pp. 28 ss.
25
Entre otros, vid. IGLESIAS CABERO, M., “Extinción del contrato de trabajo y maternidad: supuestos
especiales (Comentario al hilo de la STC 173/2013, de 10 de octubre)”, Actualidad Laboral nº 1,
2014, pp. 50 ss.; MUNÍN SÁNCHEZ, C., “La trabajadora embarazada frente a las distintas extinciones
de su contrato de trabajo”, Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Coruña
(AFDUC) nº 18, 2014, pp. 257 ss.; RODRÍGUEZ COPÉ, L., “Inaplicación de la nulidad objetiva en los
casos de desistimiento empresarial durante el período de prueba de la trabajadora embarazada: la
¿evolución? de la jurisprudencia constitucional. Sentencia del Tribunal Constitucional 173/2013, de
10 de octubre”, Temas Laborales 123/2014, pp. 185 ss. BAJO GARCÍA, I., “Embarazo y nulidad
objetiva de la extinción del contrato durante el período de prueba”, Revista General de Derecho del
Trabajo y Seguridad Social nº 36, 2014, www.iustel.com.
Pues bien, aunque en el plano teórico la doctrina parece estar plenamente asentada,
sin fisuras ni matizaciones, su aplicación práctica no siempre resulta pacífica y esto es
lo que ha ocurrido en relación a la contratación de los profesores de religión. Junto al
voto particular ya reseñado en relación al fondo del asunto y a la doctrina ajustada en
esta materia, la Sentencia viene acompañada de un segundo voto particular, formulado
por el magistrado Fernando Valdés Dal-Re, al que se adhieren Adela Asúa Batarrita,
Luis Ignacio Ortega Álvarez y Juan Antonio Xio Ríos (los mismos que en el voto
particular de la STC 183/2015), que discrepan en la forma de aplicar la doctrina. Parten
de considerar, en contraste con el pronunciamiento de la mayoría, que ningún órgano
judicial ha estimado insuficientes los indicios aportados por la actora, desde el momento
en que el TSJ descartó la aplicación de esta doctrina cuando se articulan pretensiones
diferentes a las que se tramitan por la modalidad procesal de tutela de los derechos
fundamentales. Por tanto, al afirmar la sentencia que no hubo vulneración porque eran
insuficientes los indicios, no tiene en cuenta que el único órgano judicial que se ocupó
de este particular (el de instancia), cuya sentencia no ha sido impugnada, declaró que los
había y que existió vulneración del derecho fundamental sustantivo que daba soporte a
la pretensión. Para los magistrados disidentes, el TSJ al no aplicar la prueba indiciaria
vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva. Por tanto, una nueva muestra de esa
aproximación más restrictiva a los derechos fundamentales por parte del TC, en especial
a través del mayor peso específico que cobran los indicios, que no siempre pasan el
filtro de “suficiencia” y, de forma particular, el de la conexión temporal, cuestión que ya
hemos referido. Tendencia a cierta constricción, también presente en STC 203/2015, de
5 de octubre, donde se estima que la alegación del demandante de amparo es meramente
retórica, se descarta la vulneración de la garantía de indemnidad y se centra la atención
en el derecho de expresión e información sindical y la discriminación del mismo
carácter, ambas desestimadas por el pronunciamiento.
Ahora bien, el recorrido del TC no siempre es lineal, pues en esta misma Sentencia
se afirma, si bien tangencialmente, que las violaciones de los derechos fundamentales en
la empresa pueden provenir no sólo del empresario sino también de los restantes
trabajadores y que el empresario, en tanto que titular de la organización y parte en el
contrato de trabajo, tiene un deber de garante frente a las infracciones de derechos
fundamentales de los trabajadores que se produzcan con ocasión de la ejecución de la
relación laboral o en razón de ésta, lo que puede desembocar en actos de disciplina
laboral. En relación a la vigilancia del comportamiento respetuoso con los derechos
fundamentales de sus trabajadores, parece el TC mostrarse casi más exigente con el
empresario, puesto que tradicionalmente le atribuye una posición de neutralidad y de
“no agresión” pero sin progresar hacia la consideración de su posición de garante,
camino por el que sería más que conveniente seguir avanzando.
6. CONCLUSIONES
Las Sentencias anotadas traen su causa en conflictos originados por una decisión
empresarial (sanción, despido, no contratación y discriminación en las condiciones de
trabajo) que provoca una injerencia o una lesión en los derechos fundamentales que lleva
al trabajador a reclamar ante un acto limitativo de sus derechos. De las seis sentencias
citadas, en tres se otorga el amparo (SSTC 187/2015, 31/2014 y 66/2014, éstas dos
últimas en relación con el embarazo) y en otras tres se deniega (SSTC 66/2015, 140/2014
y 183/2015; a las que podemos sumar la 203/2015, citada si bien no comentada, en
relación a la garantía de indemnidad y, de modo especial, a la libertad sindical).
26
Dos acompañan a la STC 140/2014, como vimos, y uno a la STC 183/2015, firmado en este caso
por los mismos magistrados que el discrepante de la Sentencia anterior.
Resumen
La reforma laboral de 2012, en orden a favorecer la flexibilidad del mercado de trabajo y a
paliar los acuciantes datos de desempleo existentes, ha realizado importantes
modificaciones. Entre los mismos debe destacarse la creación de una nueva modalidad
contractual, el contrato indefinido de apoyo a los emprendedores. Es evidente que la
introducción de este tipo contractual en la Ley 3/2012 ha generado gran discusión y
polémica entre los iuslaboralistas, esencialmente a causa de una de las características de su
régimen jurídico, la admisión de un período de prueba con una duración de un año, con
independencia de la cualificación del trabajador. Es este aspecto en el que vamos a centrar
nuestro análisis, pues el mismo está siendo objeto de amplia controversia tanto en el seno
de la doctrina como de la jurisprudencia.
1. INTRODUCCIÓN
1
En este sentido, DEL REY GUANTER, S., “La ley 3/2012 y el “trienio reformador”, en AA.VV.,
coordinadores MARTÍNEZ FONS, D y SERRANO OLIVARES, R., La reforma del mercado de
trabajo y su impacto en el sistema de relaciones laborales, La Ley, Madrid, 2013, pág. 32 y ss.
2
Cfr, entre otros, AA.VV., La reforma del mercado laboral. Un análisis de la Ley 3/2012 y los
aspectos laborales del Real Decreto Ley 3/2012, Lex Nova, Valladolid, 2012; AA.VV., Reformas
estructurales y negociación colectiva, Coordinador DE PRADO REYES, F., CARL, Sevilla, 2012;
AA.VV., La reforma laboral en el Real Decreto Ley 3/2012, Tirant lo Blanch, Valencia, 2012 y
AA.VV., Políticas de austeridad y crisis en las relaciones laborales: la reforma de 2012, coord.
BAYLOS GRAU, A., Bomarzo, Albacete, 2012.
Esta modalidad junto a otras medidas, por ende, persigue tanto recuperar el empleo
perdido en los últimos años, como incrementar el peso de la contratación indefinida en
el mercado de trabajo español, con el objeto de evitar una excesiva segmentación del
mismo3. Sin embargo, si comparamos los datos de empleo de la Encuesta de Población
Activa (EPA) correspondiente a finales del año 2011 con los correspondientes al tercer
trimestre del año 2015 las diferencias no son ostensibles. A lo sumo, parece que la
reforma de 2012, tras casi cuatro años de vigencia, ha conseguido mantener el número
de empleados y desempleados, pero no, respectivamente, ampliarlo y disminuirlo. Así,
en la EPA de finales de 2011 había una población activa de 23.430.300 personas,
compuesta por 18.153.000 ocupados y 5.287.300 paradas –lo que correspondía a una
tasa de paro del 22, 56%–, mientras que en la del tercer trimestre de 2015 la población
activa asciende a 22.899.500 personas, de las que 18.048.700 son ocupados y 4.850.800
son parados –lo que corresponde a una tasa de paro del 21,17%–. Eso sí, en los años
transcurridos entre la reforma laboral y los primeros síntomas de recuperación de la
economía, se constata una mayor precarización del mercado de trabajo, dado que ha
aumentado el número de contratos temporales, pasándose de 3.756.000 contratos a
finales de 2011 a 3.909.700 en septiembre de 2015 (un 24,79% frente a un 26,15%),
mientras que los contratos indefinidos suponían en diciembre de 2011 un 75,2% del
total y en septiembre de 2015 constituyen un 73,84%. Además, es notorio que los
contratos a tiempo parcial, mayoritariamente con una duración determinada, presentan
una tendencia al alza, subiendo en estos años de 2.452.600 (13,5%) a 2.750.400
(15,23%). Si analizamos de forma concreta los datos estadísticos4 relativos al contrato
indefinido de apoyo a emprendedores, se constata que actualmente su número es muy
escaso, suscribiéndose un total 129.385 contratos de este tipo a lo largo de todo el año
2015; por consiguiente, se debe concluir que la creación de este tipo contractual, al
menos a día de hoy, no ha obtenido los resultados pretendidos.
Más allá de los datos cuantitativos señalados, es debido resaltar que la introducción de
este contrato, y fundamentalmente del período de prueba extraordinario vinculado al
mismo, es discutida doctrinal, sindical y jurisprudencialmente. Ello es así, porque se
considera que el período de prueba debe tener una duración razonable y proporcionada, y
3
Objetivo anunciado tanto en la reforma laboral de 2010, concretamente en la Ley 35/2010, como en
la de 2012.
4
Cfr. Al respecto,
https://www.sepe.es/contenidos/que_es_el_sepe/estadisticas/datos_estadisticos/contratos/datos/emprendedores.htm
no parece razonable un período de prueba de un año, pues de esta forma se produce una
potencial distorsión de la naturaleza jurídica del mismo, pudiendo conllevar la regulación
establecida en el artículo 4.3 de la Ley 3/2012, a mayor abundamiento, la existencia de
una lesión a la normativa internacional plasmada en la Carta de Derechos Fundamentales
de la Unión Europea (artículo 30), la Carta Social Europea (artículo 4.4) y el convenio
158 de la Organización Internacional del Trabajo (artículos 4 y 11); cuestión esta, relativa
a la jerarquía entre las fuentes del Derecho que, en primer lugar, ha sido dilucidada de
forma contradictoria en distintas sentencias de juzgados de primera instancia y tribunales
superiores de justicia y, en segundo lugar, ha sido abordada por varias sentencias emitidas
por el Tribunal Constitucional (TC) desde mediados de 2014, cuyos fundamentos de
derecho van a ser analizados y valorados en la presente ponencia.
La filosofía del contrato encaja con una de las propuestas de la Unión Europea
incluida en la Agenda de nuevas calificaciones y empleo de 23 de noviembre de 2010,
concretamente la consistente en “… ampliar el uso de acuerdos contractuales por
tiempo indefinido, con un período de prueba suficientemente amplio y un aumento
gradual de los derecho de protección del empleo…”5.
Como se ha indicado esta vía de contratación puede ser utilizada por pequeñas y
medianas empresas que tengan menos de cincuenta trabajadores en el momento de
celebrarse el contrato, siendo prohibido su uso a las empresas que hubieran adoptado
decisiones extintivas improcedentes en los seis meses anteriores, que no podrán utilizar
5
COM (2010) 682 final. El documento expone trece acciones clave destinadas a reformar los
mercados de trabajo, mejorar las capacidades y ajustarlas a la demanda de los mercados.
6
Vid GÓMEZ ABELLEIRA, F., “Medidas para favorecer el empleo estable: el contrato de apoyo a
emprendedores y la recuperación de la conversión en indefinido por reiteración de contratos
temporales”, en AA.VV., Reforma laboral de 2012, Directores Mercader Uguina, J y García Perrote
Escartín, I., Lex Nova, Valladolid, 2012, pág. 52.
7
Limitación añadida tras la tramitación parlamentaria de RDL 3/2012, incluyéndose la misma en la
Disposición Transitoria novena de la Ley 3/2012.
esta modalidad contractual para ocupar ni los puestos de trabajo vacantes por dichas
decisiones ni otros del mismo grupo profesional y del mismo centro de trabajo (art.4.6
Ley 3/2012), y a las que pretendan contratar con esta modalidad a trabajadores que
previamente hubieran desarrollado las mismas funciones en la empresa bajo cualquier
modalidad contractual (art.4.3 Ley 3/2012).
El contrato debe celebrarse por tiempo indefinido y por escrito, con una jornada
completa o parcial, y es destinatario de hasta tres tipos de ventajas económicas:
bonificaciones de cuotas a la Seguridad Social por la contratación de desempleados
inscritos en la oficina de empleo pertenecientes a determinados colectivos8, admisión de
la compatibilización del salario y el 25% de la prestación contributiva de desempleo
pendiente de percibir, siempre que el trabajador lo solicite dentro de plazo (15 días
desde el inicio de la relación laboral) y que hubiera percibido la prestación durante tres
meses como mínimo antes de celebrar el contrato y, finalmente, deducciones fiscales.
8
Jóvenes (16 a 30 años), mayores de 45 años y mujeres en ocupaciones en las que estén
infrarepresentadas. Vid MORENO CALIZ, S., “Contrato de apoyo a emprendedores”, en AA.VV.,
Coordinadores Martínez Fons y Serrano Olivares, La reforma del mercado de trabajo y su impacto
en el sistema de relaciones laborales, La Ley, 2013, pág. 129.
9
El artículo 14 ET establece lo siguiente “podrá concertarse por escrito un período de prueba, con
sujeción a los límites de duración que, en su caso, se establezcan en los convenios colectivos. En
defecto de pacto en convenio, la duración del período de prueba no podrá exceder de seis meses para
los técnicos titulados, ni de dos meses para los demás trabajadores. En las empresas de menos de
veinticinco trabajadores el período de prueba no podrá exceder de tres meses para los trabajadores
que no sean técnicos titulados”.
10
Convenio nº 158, adoptado el 22 de junio de 1982, ratificado por España el 18 de enero de 1985,
formando, por tanto, parte del ordenamiento jurídico nacional, que indica en su artículo 4 “No se
(…)
Nuevamente los sindicatos UGT y CC.OO. son los sujetos que instan de forma activa
la emisión de decisión en este caso por el Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS),
órgano encargado a nivel europeo de la vigilancia y correcta aplicación e interpretación de
la Carta Social Europea (CSE), solicitando, entre otros aspectos, que se declare “la
existencia de violación del artículo 4.4 de la Carta, por la aprobación de una modalidad
contractual (contrato de apoyo a emprendedores) con un período de prueba en todo caso,
sin garantías ni plazo de preaviso para la extinción del empleo”, apoyando esa solicitud
en la decisión de fondo de 23 de mayo de 2012 (reclamación nº65/2011), y en los
pronunciamientos de los órganos jurisdiccionales españoles que han aplicado el control de
convencionalidad respecto de la CSE en este aspecto concreto.
pondrá término a la relación de trabajo de un trabajador a menos que exista para ello una causa
justificada relacionada con su capacidad o su conducta o basada en necesidades de funcionamiento
de la empresa, establecimiento o servicio”.
11
Al mismo hay que adicionar el fallo de la sentencia emitida por el tribunal de casación francés, arret
nº1210 de 1 de julio de 2008, que declara contrario al Convenio de la OIT el régimen jurídico del
contrato; así como la decisión del consejo de Estado de 19 de octubre de 2005, que valida el período
mínimo de antigüedad para ser beneficiario de la protección plena frente al despido, tras concluir
que a la vista de la finalidad perseguida –reducción del desempleo, fomento del empleo en pequeñas
empresas– en un contrato indefinido el periodo de dos años en el que se permite la inaplicación de
las disposiciones comunes sobre despido puede ser considerado razonable.
Finalmente, el CEDS concluye que la ley griega transgrede el artículo 4.4 de la CSE
por las siguientes razones: 1) Por no establecer un plazo de preaviso ni indemnización
compensatoria en caso de finalización del contrato de trabajo y 2) Por fijar una duración
del período de prueba tan amplia, que no se puede inferir como razonable, que puede
proporcionar al empresario la capacidad para celebrar un contrato temporal acausal, que
puede ser extinguido sin formalidad alguna, desnaturalizándose la finalidad de la
institución del período de prueba.
12
Reclamación 65/2011 , presentada por la Federación General de los Empleados de las Compañías
Públicas de Electricidad (GENOP-DEI) y la Confederación de los Sindicatos de Funcionarios
Públicos (ADEDY) de Grecia contra la Ley 3899 de 17 de diciembre de 2010.
Con esta Decisión es evidente que los efectos de la crisis económica no deben ser un
pretexto para restringir los derechos sociales de los trabajadores y que una opción
legislativa como la griega, y probablemente la española, lesiona al artículo 4.4 de la
Carta Social Europea13. En este sentido, las Conclusiones XX-3, emitidas por el CEDS
en enero de 2015 destacan que “El Comité considera que las medidas que pretenden
consolidar las finanzas públicas, asegurar la viabilidad de los regímenes de pensiones
de jubilación o incentivar el empleo podrían estimarse legítimas en tiempos de crisis
económica, pero no deben traducirse mediante una reducción de los derechos
reconocidos en la Carta”, de modo que los Gobiernos deben adoptar las medidas
necesarias para lograr que “estos derechos sean efectivamente garantizados…”14.
El juzgador a quo considera que “no sólo estamos ante un período de prueba de
anormal duración en nuestra tradición jurídica, sino que además, el mismo se
encuentra esencialmente desnaturalizado al desligarse deliberadamente de las
características profesionales del empleado contratado, lo que entraña sin duda alguna
la paradoja de que, bajo el ropaje formal de un contrato indefinido, se oculta la
posibilidad de utilizar un contrato de duración determinada, de hasta un año de
vigencia, sin necesidad de estipular condiciones objetivas tales como una fecha
concreta, la realización de una obra o servicio determinado o la producción de un
hecho o acontecimiento determinado, un contrato con absoluta libertad de
13
Cfr. de forma amplia SALCEDO BELTRÁN, MC., “Jurisprudencia del Comité Europeo de
Derechos Sociales y período de prueba del contrato de apoyo a emprendedores: la aplicación del
control de convencionalidad en España”, Lex Social, nº2, 2014, pág. 38.
14
En las conclusiones emitidas en enero de 2015 el CEDS solicita informes a España sobre la
existencia de plazo de preaviso razonable e indemnización en el período de prueba vinculado al
contrato indefinido de apoyo a emprendedores, por lo que aún está pendiente la decisión de este
órgano sobre esta cuestión controvertida.
15
El auto de 4 de marzo de 2014 insiste en esta idea cuando señala que “esta modalidad contractual
ofrece flexibilidad a las pequeñas empresas, pero no otorga a cambio seguridad alguna a los
trabajadores, sino que precariza la contratación de quienes sean objeto de esta modalidad contractual,
al menos durante el primer año de su vigencia, pues durante ese período podrá producirse, como así ha
sucedido en el caso de la trabajadora que ha iniciado con su demanda el procedimiento que ha de
enjuiciarse, la resolución del contrato de trabajo a instancia del empresario, sin tener que acredita o
probar una causa objetiva o subjetiva relacionada con la conducta de la trabajadora, bastando
únicamente la alegación de que la trabajadora no ha superado el período de prueba”.
16
Vid GOERLICH PESET, JM., “La extinción del contrato de trabajo en el Real Decreto Ley 3/2012:
la culminación de una larga evolución”, en GARCÍA PERROTE ESCARTÍN, I., MERCADER
UGUINA, J., Reforma laboral 2012. Análisis práctico del RDL 3/2012, de medidas urgentes para la
reforma del mercado laboral, Lex Nova, Valladolid, 2012, págs.300 y ss. Tras las modificaciones
efectuadas por el RDL 3/2012 y la Ley 3/2012, el despido improcedente de un trabajador contratado
de forma indefinida podrá dar lugar a una indemnización de treinta y tres días de salario por año de
servicio, prorrateándose por meses los periodos inferiores a un año, y con un tope de veinticuatro
mensualidades, y, de conformidad con el artículo 49.1.c), a la expiración del tiempo convenido en
los contratos de duración temporal , o la finalización del contrato de realización de obra o servicio,
excepto en los contratos de interinidad y en los contratos formativos, el trabajador tendrá derecho a
recibir una indemnización de cuantía equivalente a la parte proporcional de la cantidad que resultaría
de abonar doce días de salario por cada año de servicio, o la establecida, en su caso, en la normativa
específica que sea de aplicación.
17
Entre otras, la Decisión 2010/70/UE de Consejo, de 21 de octubre de 2010, relativa a las
orientaciones para las políticas de empleo de los Estados miembros (DO L 308) o la Recomendación
del Consejo, de 12 de julio de 2011, relativa al Programa Nacional de Reforma de 2011 de España y
por la que se emite un dictamen del Consejo sobre el Programa de Estabilidad actualizado de España
(DO C 212) o la Recomendación del Consejo, de 10 de julio de 2012, sobre el Programa Nacional
de Reforma de 2012 de España y por la que se emite un dictamen del Consejo sobre el Programa de
Estabilidad de España para 2012-2015 (DO C 219).
Por todo ello, las cuestiones prejudiciales planteadas fueron las siguientes: 1) ¿Es
contrario al Derecho de la Unión y compatible con el derecho fundamental garantizado
por el artículo 30 de la CDFUE, la regulación nacional que somete a un período de
prueba de un año el contrato de trabajo indefinido de apoyo a emprendedores, durante el
cual se permite el libre desistimiento? y 2) ¿Lesiona los objetivos y la regulación de la
Directiva 1999/70/CE el período de prueba de un año a que se somete el contrato de
trabajo indefinido de apoyo a los emprendedores?.
18
El artículo 51.1 establece que “Las disposiciones de la presente Carta están dirigidas a las
instituciones, órganos y organismos de la Unión, dentro del respeto del principio de subsidiariedad,
así como a los Estados miembros únicamente cuando apliquen el Derecho de la Unión. Por
consiguiente éstos respetarán los derechos, observarán los principios y promoverán su aplicación,
con arreglo a sus respectivas competencias y dentro de los límites de las competencias que los
Tratados atribuyen a la Unión”.
19
Los Recursos de Inconstitucionalidad planteados contra algunos de los preceptos de la Ley 3/2012,
entre otros el artículo 4, son el nº5603-2012, formulado por el Parlamento Navarro, y el nº 5610-2012,
interpuesto por el Grupo Parlamentario Socialista y el de IU, ICV-EUiA, CHA, la Izquierda Plural.
20
El TSJ de Cataluña, en auto de 24 de abril de 2014, presentó cuestión de inconstitucionalidad sobre
la misma cuestión, que no ha sido admitida a trámite, a causa de su insuficiente fundamentación, por
el pleno del Tribunal de Constitucional en el auto 60/2015, de 17 de marzo.
supuestos en los que la extensión del período de prueba es amplia (un año), de
conformidad con lo previsto en convenio colectivo, y se han declarado abusivos21.
En sede del TC, tras la interposición de los recursos y la cuestión indicados son
varias los asuntos discutidos, sustentando hasta ahora el mismo la constitucionalidad de
la duración del período de prueba de un año en el contrato indefinido de apoyo a
emprendedores en las STC 119/2014, 8/2015 y 140/2015 en los siguientes argumentos:
1) La duración del período de prueba durante un año se concibe como una medida que
coadyuva a la creación de empleo, en un contexto de grave crisis económica y alto
desempleo que requiere la promoción de la creación de empleo estable, para constatar
no sólo la aptitud y capacidad del trabajador contratado, sino también la sostenibilidad
económica del puesto de trabajo; 2) El carácter coyuntural de este tipo contractual, hasta
que la tasa de paro en España se reduzca al 15%, vinculado a la reducción del
desempleo en pequeñas y medianas empresas, dado que sólo puede suscribirse en
empresas de menos de cincuenta trabajadores, y en conexión con el deber de los poderes
públicos de realizar una política orientada al pleno empleo (art.40.1 CE); 3) La
previsión de este período de prueba para todos los trabajadores por igual, con
independencia de su cualificación o categoría (art.14 CE); 4) La compatibilidad del
contrato y de su período de prueba con los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, argumentando para ello que se trata de un tipo contractual acotado en
el tiempo, que sólo se reconoce a determinadas empresas, cuyo régimen jurídico incluye
cautelas para evitar estrategias empresariales abusivas en la sustitución de trabajadores,
y que instaura bonificaciones y deducciones para disuadir a los empresarios de ejercer la
facultad de desistimiento antes de que transcurra el período de prueba de un año; 5) La
inexistencia de una violación del derecho a la negociación colectiva proclamado en el
artículo 37.1 CE, por vetar a la misma la posibilidad de regular de manera distinta a lo
dispuesto en la Ley el período de prueba previsto en este contrato, dado que la
Constitución no establece una reserva de regulación a favor de la autonomía colectiva
en materia laboral, existiendo primacía de la Ley sobre los convenios colectivos (STC
58/1985, de 30 de abril), justificándose esta restricción en el hecho de que si la
negociación colectiva aminora la duración del período de prueba en este contrato, se
puede reducir o eliminar el potencial incentivo a la contratación indefinida introducido
por el legislador, que pretende crear empleo estable a través de esta modalidad
contractual y su régimen jurídico; 6) La inexistencia de un abuso de derecho cuando se
regula un período de prueba con una duración tan amplia, no siendo el desistimiento
durante el período de prueba un despido, sino una institución distinta, lo que elude la
potencial existencia de una afectación al derecho al trabajo establecido en el art. 35 CE;
y 7) La no vinculación de resoluciones como la emitida por el CEDS el 23 de mayo de
2012, en relación al contrato griego con un período de prueba similar, a causa de que
España ha ratificado la Carta primitiva de Turín y el Protocolo de 1988, pero no la Carta
Revisada de 1996, lo que excluye a nuestro Estado de la competencia para el
conocimiento de las reclamaciones formuladas por entes colectivos.
21
STS de 20 de julio de 2011, rec. 152/2010, en la que el TS manifiesta que “el sometimiento al
período de prueba –para un puesto de promotor de ventas– de un año de duración parece a todas
luces excesivo, ya que el objeto de la prueba puede satisfacerse sobradamente en un lapso temporal
más reducido”.
22
En línea con esta argumentación economicista, la STC 119/2014, indica que el artículo 4.3 de la Ley
3/2012 no vulnera el artículo 35 CE, pues “en términos razonables y proporcionados pretende
favorecer el acceso de desempleados a un puesto de trabajo estable, en el marco de una excepcional
coyuntura de emergencia, caracterizada por elevadísimos niveles de desempleo, en ejecución del
mandato que a los poderes públicos dirige el artículo 40.1 CE”.
23
Artículo 30 CDFUE, artículo 4.4 CSE, artículo 4 convenio OIT. A lo que hay que añadir que el
CEDS entendió por unanimidad en Decisión de 23 de mayo de 2012, que el período de prueba de un
año incluido en los contratos aprobados por el Gobierno griego tras el rescate, se opone al artículo
4.4 CSE.
Por lo tanto, es evidente que, a pesar de que el TC ha dictado varias sentencias que
declaran la constitucionalidad del período de prueba vinculado al contrato indefinido de
apoyo a emprendedores, la cuestión sigue sin ser pacífica, de lo que resulta un efecto
reflejo que en el último año se hayan emitido varias sentencias en nuestros Juzgados de lo
Social y Tribunales Superiores de Justicia contradictorias sobre la materia, unas a favor24
de considerar el desistimiento durante de período de prueba de un año en un contrato de
este tipo como un despido improcedente, tras la reclamación del trabajador afectado
alegando la normativa internacional citada, la Decisión de Fondo emitida por el Comité
de Derechos Sociales de 23 de mayo de 2012 y los votos particulares emitidos por el
magistrado Valdés Dal Ré a las sentencias del TC 119/2014 y 8/201525.
4. CONCLUSIONES
Las sentencias del Tribunal Constitucional han utilizado la crisis económica como
parámetro de valoración constitucional de medidas limitativas de derechos
constitucionales ubicados en el capítulo II del título I CE, de modo que es este contexto
el que justifica la restricción de esta medida sobre el artículo 35.1 CE. Sin embargo, tal
y como indica el CEDS en sus conclusiones de enero de 2015, no es admisible la
reducción o supresión de derechos sociales básicos por motivos estrictamente
económicos, no pudiendo quedar al arbitrio del legislador, dependiendo de la coyuntura
económica, una materia tan sensible. El legislador ha atendido al dato cuantitativo, la
24
Sentencia Juzgado de lo Social de Barcelona, de 5 de noviembre de 2014 y Sentencia Juzgado de lo
Social de Gran Canaria, de 31 de marzo de 2015.
25
STSJ Castilla León (Valladolid), de 22 de abril de 2015 (rec. 164/2015).
Es difícil admitir que sea el período de prueba el que deba contribuir a verificar la
sostenibilidad económica del nuevo puesto de trabajo creado, a sabiendas de que el
despido sin causa no sería compatible con el artículo 35.1 CE, lo que conlleva la
desnaturalización del período de prueba. El período de prueba es una excepción a la
aplicación del principio de causalidad, y éste forma parte del derecho al trabajo
reconocido en el artículo 35.1 CE, por lo que no resultan admisibles las regulaciones
que no respondan a su función o que no respetan el principio de proporcionalidad. En
este sentido, la jurisprudencia ordinaria no ha dudado en calificar como abusivas y, por
ende, nulas cláusulas de convenios colectivos que instituyen períodos de prueba
desproporcionados y excesivos, y probablemente se seguirán dictando sentencias que
alegando la aplicación directa de la CSE, de la doctrina del órgano que la interpreta, del
convenio nº 158 de la OIT y la fundamentación expuesta en los votos particulares
emitidos por el magistrado Valdés Dal Ré a las STC 119/2014 y 8/2015, se
pronunciarán en contra de la aplicación de la normativa nacional, artículo 4.3 de la Ley
3/2012, declarando y calificando al desistimiento durante el período de prueba de un
año en el contrato indefinido de apoyo a emprendedores como un despido
improcedente, en tanto en cuanto no se derogue o modifique este aspecto del régimen
jurídico de este tipo contractual.
Resumen
Como se sabe, la jornada de trabajo representa, por diversos factores, una institución
sometida a frecuentes modificaciones. La cuestión es que, muy a menudo, el legislador
olvida la visión de conjunto con que debe observarse en esta materia y efectúa reformas
parciales, sin tener en cuenta los efectos derivados en otras facetas de esta institución. Ello
genera problemas aplicativos de no siempre fácil solución; tratándose éste, además, de un
fenómeno reiterado a lo largo de las distintas reformas.
Abstract
As known, the working time system is, because of different factors, an institution
suppressed by frequent modifications. The matter is that, so common, the legislator forgets
the global view and makes partial reforms, not considering the effects at other facets of this
institution. So generate legislative problems not always easily solvable and, moreover, this
is a repeated phenomenon since the earlier reforms until the latest ones.
1. INTRODUCCIÓN
Como se sabe, dentro del concepto amplio de jornada de trabajo confluyen distintas
instituciones que muestran un alto grado de interdependencia entre ellas. En efecto, las
intervenciones operadas sobre cada uno de los distintos elementos que la conforman
inciden, de un modo tanto directo como indirecto, en los demás.
Los problemas a este respecto se generan, por tanto, cuando, como ocurre con
demasiada frecuencia, las reformas legislativas pierden de vista esta perspectiva
omnicomprensiva y actúan parcialmente sobre las instituciones concretas; pero olvidan
los efectos que cada modificación produce en aquellas otras con las que se encuentra
indisolublemente conexa. Así, a través de este fatídico fenómeno, se provocan
indeseadas incongruencias jurídicas, fallos de sincronización y disonancias. Pero lo
realmente llamativo es que, al analizarlas en su conjunto, se aprecia que tales
deficiencias técnicas parten tanto de reformas ya consagradas hace décadas como de
otras acaecidas recientemente; lo que indica que se trata de un problema casi
característico o connatural a nuestro régimen de tiempo de trabajo. En el presente
trabajo de destacarán, primero, una deficiencia en la técnica legislativa presente en el
panorama normativo de nuestro país desde hace ya más de treinta años y, a
continuación, otra de reciente actualidad.
De un lado, numerosas son las voces de la doctrina que abogan por que el disfrute de
estos descansos, el diario y el semanal, se produzca separada y consecutivamente. De
manera que entre la última jornada de la semana en que se presten servicios y el inicio
del cómputo del descanso semanal medien las doce horas previstas por el art. 34.3 ET
para el descanso diario.1 La base argumental de esta regla de no superposición o
prohibición de solapamiento radica en el art. 5 de la Directiva 20003/88/CE, que
establece que al descanso semanal de veinticuatro horas ininterrumpidas se añadirán las
once de descanso diario. Desde luego, parece claro que el tenor literal del artículo
programa la acumulación consecutiva de ambos descansos.
1
Entre otros: SEMPERE NAVARRO, A. V.: “El artículo 37. Descanso semanal, fiestas y permisos”,
en V.V.A.A. Comentarios al Estatuto de los Trabajadores, Cizur Menor (Navarra) (Aranzadi), 2010,
pág. 428; GIL GIL, J.L.: “El descanso semanal”, en V.V.A.A. Estudios sobre la jornada de trabajo,
Madrid (ACARL), 1991, pág. 611; LÓPEZ AHUMADA, J.E.: “Descansos laborales y tiempo de
trabajo”, Madrid (CES), 2004, págs. 35-36.
2
En el mismo sentido: LÓPEZ AHUMADA, J.E.: “Problemas relativos al cómputo del descanso
semanal y diario: una visión cualitativa del tiempo de descanso”, en Aranzadi Social, nº 22-09,
2009, págs. 61-62.
3
SSTS de 10/10/2005 (Rec. 155/2004) y de 25/09/2008 (Rec. 109/2007).
En cualquier caso, es necesario referir que también cabe un análisis distinto sobre la
relación entre los descansos diario y semanal. Así, otro sector de la doctrina científica
cuestiona que la acumulación de ambos descansos deba producirse en todo caso pues,
siempre que al día de descanso principal se añadiesen la tarde del día anterior o la
mañana del día siguiente, el descanso mínimo de un día y medio programado por el ET
quedaría satisfecho.4 El pilar fundamental de esta línea doctrinal consiste en la idea de
que la previsión del art. 5 de la Directiva 2003/88/CE (recuérdese, veinticuatro horas de
descanso semanal a las que se añadirán las once de descanso diario) no exige acumular
necesariamente los descansos diario y semanal, sino unir a las veinticuatro horas de
descanso semanal las once de descanso diario para garantizar el descanso efectivo
durante un día completo. Por tanto, según esta postura, el art. 37.1 del ET ya integra (y
de hecho mejora) la previsión de la directiva en cuanto garantiza un descanso global de
día y medio a la semana, sin que sea necesario, pues, volver a añadir un descanso diario
que ya quedaba comprendido en ese día y medio.
4
NORES TORRES, L.E.: “Los descansos intra-jornada e inter-jornadas”, en V.V.A.A. El tiempo de
trabajo en la negociación colectiva, Madrid (Ministerio de Trabajo e Inmigración), 2008, págs. 113-115.
5
Lo que podríamos denominar como la regla de no yuxtaposición del descanso semanal y diario, en
la que tanto se ha insistido desde Italia. Y que implica, precisamente, que el descanso diario precede
necesariamente al semanal: LÓPEZ AHUMADA, J.E.: “Descansos…”, op. Cit., pág. 35-36.
6
SAN de 07/05/2007 (St. Num. 44/2007).
7
Como se sabe, el art. 1101 del CC exige la concurrencia de tres elementos para la procedencia de
dicha indemnización. Esto es, la existencia del propio daño (producido en los términos ya
expuestos), la negligencia (que, en este caso, se concreta en el ejercicio irregular del poder de
dirección en la elaboración del calendario laboral) y, por último, una relación de causalidad entre el
daño causado y la actuación empresarial (que, aquí, resulta obvia): SSTS de 14 de abril de 2014
(Recs. 1665/2013, 1667/2013 y 1668/2013) y de 10/10/2014 (Rec. 2792/2013).
8
GARCÍA ORTEGA, J.; MORENO CÁLIZ, S.: “Descanso semanal, fiestas y permisos (Art. 37
ET)”, en V.V.A.A. Salario y tiempo de trabajo en el Estatuto de los Trabajadores (de 1980 a 2005),
Madrid (CEF), 2005, pág. 441; a nivel jurisprudencial, véase la STS 10/10/2005 (Rec. 155/2004).
9
STSJ de Andalucía, Málaga, de 23 de septiembre de 2013 (Rec. 867/2013).
10
Señalando ese mismo origen del problema: ALARCÓN CARACUEL, M.R.: “La jornada ordinaria
de trabajo y su distribución”, en V.V.A.A. Tiempo de trabajo, Alicante (Bomarzo), 2007, pág. 45.
operatividad y coherencia plenas, pues existía una armonía perfecta entre la jornada
semanal de trabajo y el descanso semanal, que encajaba exactamente en aquélla parte de
la semana que no se trabaja. Sin embargo, este equilibrio perfecto se trunca con la Ley
4/1983 de 29 de junio, que reforma el ET y reduce la jornada ordinaria de trabajo a
cuarenta horas de trabajo a la semana. Como se ve, el esquema horario ideal de la
semana pasa de cinco días, a razón de ocho horas, y un medio día a, razón de cuatro, a
sólo cinco días de trabajo a la semana en los que se trabajarán ocho horas. Lo que
ocurre, es que esta modificación del art. 34 del ET no vino acompañada de la pertinente
sincronización del descanso semanal del art. 37.1 a la nueva jornada semanal de trabajo
y, por tanto, se produjo una disonancia entre la jornada semanal de trabajo y la duración
del descanso semanal. Lo cual supuso una fuente de problemas aplicativos e
interpretativos a la hora de combinar ambas figuras que todavía hoy se mantienen. Así,
de esta manera, queda patente que algunas de las disonancias y desajustes entre las
distintas instituciones que conforman la jornada de trabajo en sentido amplio tienen su
origen en reformas legislativas que llevan años, incluso décadas, consagradas en nuestro
sistema de relaciones laborales.
En fin, por todo cuanto se ha examinado, parece más que evidente la necesidad de
una revisión normativa del descanso semanal, que actualice y mejore la técnica
legislativa todavía presente. Pues estimo que tal debe ser la vía para esclarecer la
problemática actual y resolver las incógnitas que aún persisten sobre esta cuestión.
Concretamente, entiendo que la única solución consiste en especificar el número exacto
de horas que disfrutará el trabajador en concepto de descanso semanal. En efecto, como
se sabe, todas las instituciones que convergen dentro de la jornada de trabajo semanal se
estructuran temporalmente en base a un número concreto de horas; por lo que mientras
el descanso semanal se mantenga ajeno a este contexto resultará imposible lograr que
encaje con la debida precisión.
Como se sabe, la reforma laboral del año 2012 consagró en la propia Ley un modelo
de gestión del tiempo de trabajo que ya desde antes encontraba sustento en la
jurisprudencia: la distribución irregular y flexible o dinámica de la jornada ordinaria. Así,
a través de esta herramienta el empresario es capaz de programar la jornada de trabajo no
como algo monolítico e invariable, sino flexible y movible; que tenga en cuenta las
vicisitudes de la empresa y los cambios que se produzcan en el mercado11. De modo que
el empresario podrá concentrar las horas de trabajo de su plantilla en los periodos de
máxima exigencia productiva, incluso aunque tales aglutinaciones de trabajo no
estuviesen previstas desde un inicio en el calendario laboral. No obstante, debe tenerse
presente que una vez fijada la jornada máxima anual, el sistema de distribución irregular
de la jornada no puede sino recolocar esa jornada absoluta de manera desigual entre las
semanas que la integran. Pero, para que ello sea posible sin afectar a la esfera cuantitativa
de la jornada ordinaria, los excesos y defectos producidos por dicha distribución irregular
deberán ser objeto de compensación dentro del año correspondiente.
11
ROQUETA BUJ, R.: “La jornada de trabajo y su determinación”, en V.V.A.A. El tiempo de trabajo
en la negociación colectiva, Madrid (Ministerio de Trabajo e Inmigración), 2008, pág. 71.
Si nos encontrásemos ante una jornada distribuida de forma irregular, pero rígida, no
habría verdaderos problemas a este respecto. En efecto, si unas semanas del año se
trabajase mayor número de horas que otras, pero esas variaciones de jornada quedasen
perfectamente identificadas desde un primer momento en el calendario laboral, no
habría ningún peligro de vulnerar los máximos cuantitativos de la jornada anual. En
efecto, si fuese éste el panorama, se adaptaría el montante total de horas de trabajo del
año a las variaciones productivas, perfectamente conocidas, de la actividad; y el
equilibrio entre los periodos de mayor y menor actividad respetaría, sin presentar
problema alguno, el límite total de horas de trabajo anuales.
Pues bien, sobre este terreno vino a incidir el RDL 16/2013 de 20 de diciembre, de
medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los
trabajadores; que, con el objetivo de reforzar esta fórmula de flexibilidad interna como
alternativa a la destrucción de puestos de trabajo, añadió al final del art. 34.2 del ET el
siguiente párrafo:
Dos son los principales puntos controvertidos que exigen un análisis particularizado.
El primero se refiere a la especificación de que las variaciones de jornada objeto de
compensación serán aquellas producidas por exceso o por defecto. Hasta la entrada en
vigor de este RDL, se consideraba que la empresa no podía anticipar el descanso para
compensar un futuro incremento de esa jornada irregular, pero que aún no se había
producido. A no ser que, convencionalmente, se permitiese de un modo expreso tal
posibilidad, en cuyo caso sí sería viable.12 Sin embargo, parece que la redacción del
nuevo párrafo del art. 34.2 del ET revierte este análisis. Obsérvese cómo se equiparan
las variaciones de jornada en ambas direcciones (“la compensación de las variaciones
12
ROQUETA BUJ, R.: “Artículo 34”, en V.V.A.A. Comentarios al Estatuto de los Trabajadores 2ª
edición, Valladolid (Lex Nova), 2012, pág. 365, con apoyo en la STSJ de Andalucía de 18/06//2003
(Rec. 1308/2003).
Pero es que, además de todo lo anterior, puede afirmarse con total rotundidad que si
nos ciñésemos a su tenor literal, el nuevo párrafo 3º del art. 34.2 del ET contravendría el
espíritu y la letra de la Directiva 2003/88/CE. Concretamente, sería contrario a los arts.
6 y 19 del texto comunitario que, interpretados a la luz del TJUE en su Sentencia de
03/10/2000 (Caso SIMAP), confieren a los particulares un derecho a que el periodo de
referencia para el establecimiento de la duración máxima de su tiempo de trabajo
semanal no exceda de doce meses. De esta forma, la Directiva programa una jornada
máxima total de cómputo anual, que resulta irrebasable en todo caso. Por lo que no
habría cabida ninguna para posibles saldos interanuales de horas resultantes de una
distribución irregular de la jornada, que implicasen computar el tiempo de trabajo en
periodos superiores a doce meses.13
Por todo ello, considero que es necesario realizar una interpretación finalista el
precepto. Según ésta, los mencionados doce meses suponen el plazo máximo para
compensar las variaciones de jornada (lo que vendría a coincidir con el consabido
13
MONREAL BRINGSVAERD, E.: “La duración de la jornada y los saldos interanuales de horas. A
propósito de la última reforma normativa del tiempo de trabajo”, en Relaciones Laborales, nº 10,
octubre 2014, edición digital, pág. 6.
criterio de la anualidad como eje gravitatorio del tiempo de trabajo), pero ello no podría
suponer, en ningún caso, que las compensaciones de jornada, ya fuesen al alza o a la
baja, se efectuasen sobre el ciclo anual14 siguiente.15 Pese a todo lo anteriormente
razonado, la Audiencia Nacional sí ha admitido, recientemente, que el Convenio
Colectivo permita diferir las diferencias de jornada a la anualidad siguiente.16 Obviando,
así, todas las contradicciones que esta interpretación plantea frente al régimen general
de la jornada de trabajo. Amén de las diversas dificultades aplicativas que generaría.
En este punto resulta interesante contrastar la diferente realidad jurídica que, pese a
compartir los parámetros mínimos fijados por la citada Directiva, se aprecia entre
nuestro modelo de gestión de la jornada de trabajo y el de otros países de la Unión. Así,
llama poderosamente la atención que dos países tan cercanos, no solo en lo geográfico
sino también en lo económico y social, como España e Italia hayan transpuesto la
Directiva comunitaria sobre ordenación del tiempo de trabajo de un modo tan diverso.
Mientras tanto, España optó en su día por integrar la Directiva comunitaria dentro
del propio Estatuto de los Trabajadores que, ya desde 1980, recogía la regulación del
tiempo de trabajo y los descansos laborales. Ello pudo deberse, principalmente, a que
muchos de los mínimos impuestos por la UE ya se contemplaban, e incluso se
superaban, en el ordenamiento interno. Sin embargo, es esta inercia legislativa
conservadurista o inmovilista la que, probablemente junto a otros factores, ha
propiciado importantes defectos de transposición en la normativa nacional y, a su vez,
diversas disonancias e incompatibilidades aplicativas entre las instituciones que integran
la jornada de trabajo en sentido amplio; que como se ha visto, se reproducen de forma
continuada a lo largo del tiempo. Cuestiones, todas ellas, que, obviamente, no se
14
En efecto, al igual que sucede la jornada absoluta, las horas extraordinarias y cualquier otra
institución del tiempo de trabajo que tenga una dimensión anual, el periodo de devengo fijado para
su disfrute puede coincidir con el año natural o cualquier otro periodo de doce meses que se hubiese
fijado a tal efecto en el calendario.
15
En sentido contrario, defendiendo una interpretación literal del precepto que, por tanto, habilite la
compensación de los excesos de jornada sobre el ciclo anual siguiente: RODRÍGUEZ PASTOR, G.:
“Hacia una organización más flexible del tiempo de trabajo”, en Relaciones Laborales, nº 12,
diciembre 2014, edición digital, págs. 6-10.
16
SAN 04/07/2014 (St. Nº. 137/2014). Así, ha sido esta interpretación de la reforma operada por el
RDL 16/2013 en el art. 34 del ET la que ha precipitado este cambio interpretativo en la AN, que
apenas meses antes de su promulgación mantenía, sobre este punto, un criterio coherente con el
régimen general de la jornada de trabajo: SAN 24/05/2013 (St. Nº.147/2013).
5. CONCLUSIONES
Resumen
El nuevo Texto Refundido del Estatuto de los Trabajadores hace desaparecer el servicio
militar del elenco de causas de suspensión del contrato. El presente artículo pretende
aquilatar los principales problemas jurídicos que esta decisión conlleva para los nacionales
de otros Estados que han de realizar esta prestación obligatoria en su país de origen,
terciando en el debate que pudiera suscitarse entre la discriminación por razón de la
nacionalidad, la libre circulación de trabajadores cuando se trate de ciudadanos de la Unión
Europea y la potestad del legislador nacional para decidir sobre esta materia. Amén de la
valoración y alternativas provenientes de otras normas sectoriales, entre sus conclusiones se
ofrecen al lector posibles soluciones derivadas del propio Estatuto de los Trabajadores para
integrar un evidente vacío legal.
Abstract
The new revised text of the Workers' Statute eliminates the military service of the cast of
grounds for suspension of the contract. This article aims to appraise the main legal
problems that this decision entails for nationals of other States who have to make this
mandatory service in their country of origin, mediating in the debate: the discrimination
based on nationality, the free movement of workers in the case of citizens of the European
Union and the power of the national legislator to decide on this matter. Aside from the
valuation and alternatives from other sectorial rules, among the conclusions the article
provides the reader with possible solutions under the Statute of Workers to integrate an
obvious loophole.
1
Esta prerrogativa aparecía reconocida expresamente en diversas normas sectoriales: de un lado, a los
obligados al servicio militar (art. 55.1 LO 13/1991, de 20 diciembre, del servicio militar y art. 9.2.l)
RD 1410/1994, de 25 de junio); de otro, a los objetores de conciencia (art. 10 Ley 22/1998, de 6
julio, reguladora de la Objeción de Conciencia y de la Prestación Social Sustitutoria y art. 75.2 RD
700/1999, de 30 de abril).
omisión puede ser constatada en el art. 166 LGSS/2015 cuando enuncia los supuestos
que generan situación asimilada al alta (en contraste con lo establecido en el antiguo art.
125.2 LGSS/1994), así como en el art. 271 LGSS/2015, cuando regula la suspensión del
derecho a la prestación por desempleo (anteriormente redactado en virtud del art. 212.1.
b) LGSS/1994).
2
Añadiendo cómo “es indiscutible que hoy en día no puede producirse suspensión alguna de la
relación laboral debido a vinculación militar del trabajador (…) por cuanto se trata de un servicio
militar ‘voluntario’”, CRUZ VILLALÓN, J.: Compendio de Derecho del Trabajo, 3ª ed., Madrid,
Tecnos, 2010, pág. 360 y 8ª ed., 2015, pág. 361.
3
OJEDA AVILÉS, A., IGARTUA MIRÓ, Mª. T., y MARÍN ALONSO, I.: La suspensión del
contrato de trabajo y excedencias, Sevilla, Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, 2006, págs.
70 y 71, refiriéndose básicamente a las previsiones en convenios colectivos y apuntando cómo “el
proceso negociador suele centrarse en las cuestiones más cotidianas de los trabajadores (…), y dejan
inamovibles el resto de materias ya tratadas en otras ocasiones durante la negociación de convenios
anteriores”.
4
“Carece actualmente de sentido y debe entenderse tácitamente derogado”, SOLÁ MONELLS, X.:
“Art. 45. Causas y efectos de la suspensión”, en VV.AA. (DEL REY GUANTER, S., Coord.):
Estatuto de los Trabajadores. Comentado y con jurisprudencia, 2ª ed., Madrid, La Ley, 2007, pág.
927; o “No se entiende por qué el legislador mantiene el servicio militar o la prestación social
sustitutoria cuando han dejado de ser obligatorios”, PATRICIO JIMÉNEZ, D.: Manual de Derecho
del Trabajo y de la Seguridad Social, Madrid, ESIC, 2014, pág. 156.
5
“Siguiendo una lógica que debió llevar a su desaparición mucho antes, el nuevo TRET se ha
atrevido por fin a suprimir la letra e) del artículo 45.1 del viejo TRET”, en las contundentes palabras
de MOLINA NAVARRETE, C: “‘Mientras tanto…’: un ‘cosmético’ nuevo texto refundido del
Estatuto de los Trabajadores”, RTSS (CEF), núm. 392, 2015, pág. 96.
6
MINISTERIO DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL: Memoria del análisis de impacto
normativo: Proyecto de Real Decreto Legislativo por el que se aprueba el Texto Refundido de la
Ley del Estatuto de los Trabajadores, 30 junio 2015, en http://www.cve.es/cve/wp-
content/uploads/2015/06/MAIN-RD-LEG-ET.pdf.
suspensión del servicio militar obligatorio “se aprobó sin limitación de tiempo y sin una
previsión expresa de conclusión”, de forma que, en un contexto de “aparente vocación
de permanencia”, la eliminación de esta causa “contribuye a aclarar la redacción de[l]
precepto, ya de por sí muy extenso y complejo, armonizándolo con el resto del
ordenamiento jurídico”; todo ello sin perjuicio de que, a raíz de una “eventual
reinstauración” del servicio, pudiera “acometerse de nuevo la incorporación de estas
circunstancias [a la legislación laboral y de Seguridad Social]”7.
Si bien desde la suspensión del servicio militar obligatorio en 2001 –y pese a haber
existido algún planteamiento sobre su reanudación10– el reclutamiento en España es
voluntario, el criterio seguido por el CES no sólo aparece estrechamente unido a la
posibilidad atribuida al legislador en nuestra Carta Magna de reestablecer estas
prestaciones (“la Ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con
las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención
del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social
sustitutoria”, art. 30.2 CE); también asegura la protección del trabajador en aquellas
circunstancias en las cuales, aplicando una interpretación análoga, resulte exigible el
7
Dictámenes del Consejo de Estado, núm. 838/2015, de 8 de octubre de 2015, sobre el Proyecto de
Real Decreto Legislativo por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores, en https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=CE-D-2015-838, y núm. 1019/2015, de 15
de octubre de 2015, sobre el Proyecto de Real Decreto Legislativo por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley General de Seguridad Social, en https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=CE-D-
2015-1019.
8
De hecho, aún existe alguna previsión legal sobre esta materia para colectivos concretos. Un
ejemplo significativo el contenido en el todavía vigente art. 53.3 Ley 10/1990, de 15 de octubre, del
Deporte, a cuyo tenor “en orden al cumplimiento del Servicio Militar, el deportista de alto nivel
gozará (…) de los siguientes beneficios: a) Prórroga de incorporación al servicio en filas; b)
Elección del lugar de cumplimiento de dicho servicio, si hubiera guarnición de alguno de los
Ejércitos para facilitar su preparación de acuerdo con la especialidad deportiva; c) Opción del
llamamiento de incorporación a filas; [y] d) (…) se le facilitará la preparación y el entrenamiento
necesarios para el mantenimiento de su forma física y técnica, y se le permitirá la participación en
cuantas competiciones oficiales esté llamado a concurrir”.
9
Objeción realizada por el Consejo Económico y Social, tanto en el Dictamen núm. 12/2015, de 28
de julio de 2015, sobre el Proyecto de Real Decreto Legislativo por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, en
http://www.ces.es/documents/10180/2394234/Dic122015.pdf, como en el Dictamen núm. 14/2015,
de 23 de septiembre de 2015, sobre el Proyecto de Real Decreto Legislativo por el que se aprueba el
Texto Refundido de la Ley General de Seguridad Social, en
http://www.ces.es/documents/10180/2394234/Dic142015.pdf.
10
Frente a quienes pudieran pensar que el servicio ya no tiene sitio en la sociedad española, cabría
sopesar la propuesta manifestada en 2014, durante una conferencia pronunciada en el Fórum Europa
Tribuna Mediterránea, por el Teniente General Jefe del Cuartel General Terrestre de Alta
Disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia), Rafael Comas, quien, extrapolando el ejemplo
nórdico, es partidario de recuperar–convenientemente transformado– el servicio militar obligatorio
en España. La noticia en http://www.nuevaeconomiaforum.org/noticias/rafael-comas-partidario-de-
reimplantar-el-servicio-militar-obligatorio.
derecho y deber de los españoles de defender a España (art. 30.1 CE), conforme ocurre
con la incorporación a las Fuerzas Armadas de reservistas obligatorios11 cuando en
situaciones de crisis “no quedaran satisfechas las necesidades de la defensa nacional”
con los efectivos de militares obligatorios y reservistas voluntarios y de especial
disponibilidad (art. 50 RD 383/2011, de 18 de marzo, por el que se aprueba el
Reglamento de Reservistas de las Fuerzas Armadas), la imposición a los ciudadanos
–sin necesaria integración en cuerpos armados– de un “servicio civil12 para el
cumplimiento de los servicios de interés general” (art. 30.3 CE) en supuestos de grave
riesgo, catástrofe o calamidad pública; o, en fin, el requerimiento para cumplir
“prestaciones personales (…) de carácter público” (art. 31.3 CE), por más que en este
último caso la referencia lo sea a la contribución al sostenimiento de los gastos públicos.
En virtud del art. 4.2 TUE cada Estado Miembro es soberano para decidir la
organización de la defensa del orden público y seguridad nacional, incluida la opción
por un servicio militar obligatorio o no14. Las revoluciones democráticas en Europa
Central y Oriental de 1989, así como la aspiración en los países europeos de lograr una
paz duradera, representaron un primer paso en el cambio de las políticas de defensa
dentro de la UE: frente la línea dominante seguida tiempo atrás, algunos empezaron a
remplazar el servicio militar obligatorio por los ejércitos profesionales voluntarios.
11
Un análisis de esta situación especial en SEDANO LORENZO, A.: “El sistema de reservista y su
regulación jurídica”, Diario La Ley, núm. 8373, 2014, págs. 12-17.
12
Reparando que la aplicación de la causa suspensiva resulta operativa en “la situación de los
reservistas [obligatorios] y a los que presten el servicio civil del art. 30.3 de la Constitución”,
ALONSO OLEA, M. y CASAS BAAMONDE, M.A.: Derecho del Trabajo, 26ª ed. (revisada),
Madrid, Civitas, 2009, pág. 556.
13
Dando cuenta de tal realidad, DE LA PUEBLA PINILLA, A.: “Articulo 45. Causas y efectos de la
suspensión” y “Artículo 48. Suspensión con reserva de puesto de trabajo”, en VV.AA. (CRUZ
VILLALÓN, J.; GARCÍA-PERROTE ESCARTÍN, I.; GOERLICH PESET, J.M. y MERCADER
UGUINA, J.R., Coords.): Comentarios al Estatuto de los Trabajadores, Valladolid, Lex Nova,
2011, págs. 452 y 485; MERCADER UGUINA, J.R.: Lecciones de Derecho del Trabajo, 8ª ed.,
Valencia, Tirant lo Blanch, 2015, pág. 529 o MARTÍN VALVERDE, A.; RODRÍGUEZ-SAÑUDO
GUTIÉRREZ, F. y GARCÍA MURCIA, J.: Derecho del Trabajo, 24ª ed., Madrid, Tecnos, 2015,
pág. 765.
14
Sobre la imposibilidad de obligar al Estado Miembro de que se trate, “bien a extender a las mujeres
la obligación de efectuar el servicio militar, y por tanto, a imponerles las mismas desventajas en
materia de acceso al empleo, bien a suprimir el servicio militar”, STJCE 186/01, de 11 marzo 2003,
asunto Alexander Dory.
periodo de tiempo requerido en cada una de las fases y requisitos subjetivos de los
ciudadanos obligados (así como las exenciones y prerrogativas legales o poder de
negociación que ostentan ciertas personas para librar o aplazar el cumplimiento del
deber15); tampoco entrar a considerar de manera exhaustiva aquellos países en los
cuales, pese a no existir servicio militar obligatorio, el reclutamiento forzoso viene
contemplado como una opción legalmente posible en caso de emergencia nacional o
escasez de reservistas voluntarios, o no se descarta su reimplantación normal (al igual
que en España, tal acaece en Alemania, Croacia, Países Bajos, Portugal, República
Checa o Suecia). Baste con constatar la entidad del problema: en el ámbito de la Unión
Europea el servicio militar es obligatorio en Austria16, Chipre17, Dinamarca18, Estonia19,
Finlandia20, Grecia21 y Lituania22; igual ocurre en otros países europeos no integrados
en la Unión Europea pero si fuertemente imbricados en sus actuaciones (Noruega,
Suiza, Rusia o Turquía); por último, no cabe ignorar la situación de los nacionales de
multitud de países no europeos, en los cuales este deber público prevalece sobre la
actividad laboral desarrollada y una negativa a su cumplimiento les puede originar
serios conflictos, al poder conllevar persecución, delito o penas a su destinatario.
15
El colectivo más mediático viene dado por los deportistas profesionales. Basten algunos ejemplos: el
croata Robert Prosinecki, jugador de futbol del Real Madrid, tuvo que solicitar una prórroga para
realizar el servicio militar, http://elpais.com/diario/1991/01/17/deportes/664066802_850215.html; el
serbio Mateja Kezman, jugador de futbol del Atlético de Madrid también encontró el mismo
obstáculo, http://www.mediotiempo.com/futbol/mexico/noticias/2006/02/02/ministro-serbio-pide-
que-se-exima-a-mateja-kezman-del-servicio-militar; en fin, en el ámbito internacional, al serbio
VladeDivac, jugador de baloncesto de Los Ángeles Lakers, se le concedió una aplazamiento de tres
años para la prestación de su servicio militar, http://articles.latimes.com/1989-08-31/sports/sp-
2142_1_vlade-divac.
16
PERMANENT MISSION OF AUSTRIA TO THE OSCE: REPUBLIC OF AUSTRIA. Information
exchange on the Code of conduct on politico-military aspects of security, Viena, Organization for
Security and Co-operation in Europe, 2015, http://www.osce.org/fsc/152356?download=true, en
especial págs. 26 y 27.
17
PERMANENT MISSION OF THE REPUBLIC OF CYPRUS TO THE OSCE: REPUBLIC OF
CYPRUS. Information exchange on the Code of conduct on politico-military aspects of security,
Viena, Organization for Security and Co-operation in Europe, 2015,
http://www.osce.org/fsc/151091?download=true, en especial pág. 31.
18
PERMANENT MISSION OF DENMARK TO THE OSCE: DENMARK. Information exchange on the
Code of conduct on politico-military aspects of security, Viena, Organization for Security and Co-
operation in Europe, 2015, http://www.osce.org/fsc/179006?download=true, en especial págs. 23 y 24.
19
PERMANENT MISSION OF THE REPUBLIC OF ESTONIA TO THE OSCE: REPUBLIC OF
ESTONIA. Information exchange on the Code of conduct on politico-military aspects of security,
Viena, Organization for Security and Co-operation in Europe, 2015,
http://www.osce.org/fsc/150961?download=true, en especial pág. 22.
20
PERMANENT MISSION OF FINLAND TO THE OSCE: FINLAND. Information exchange on the
Code of conduct on politico-military aspects of security, Viena, Organization for Security and Co-
operation in Europe, 2015, http://www.osce.org/fsc/151256?download=true, en especial pág. 19.
21
PERMANENT MISSION OF GREECE TO THE OSCE: GREECE. Information exchange on the
Code of conduct on politico-military aspects of security, Viena, Organization for Security and Co-
operation in Europe, 2015, http://www.osce.org/fsc/150646?download=true, en especial pág. 11.
22
PERMANENT MISSION OF THE REPUBLIC OF LITHUANIA TO THE OSCE: REPUBLIC OF
LITHUANIA. Information exchange on the Code of conduct on politico-military aspects of security,
Viena, Organization for Security and Co-operation in Europe, 2015,
http://www.osce.org/fsc/152376?download=true, en especial págs. 9 y 10.
Si bien el obstáculo que para los trabajadores españoles pudiera derivar de una teórica
reanudación del servicio militar obligatorio cabría salvarlo con la incorporación de una
medida legal especifica destinada proteger el empleo durante ese tiempo en el ámbito
laboral, el problema derivado de tal decisión para los ciudadanos extranjeros o
comunitarios susceptibles de ser llamados a filas en su país de origen provoca un dilema
de mayor envergadura que requiere considerar dos posiciones diferentes y abiertamente
contradictorias. La lectura de algunas sentencias dictadas por el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea sobre este asunto proporciona varias pautas de interés en aval de ambas.
Así, de un lado, cabe reseñar aquellos pronunciamientos para los cuales resulta
conveniente garantizar la igualdad sin distinción de nacionalidad, y reconocer al
migrante que haya tenido que interrumpir su actividad en una empresa de otro Estado
miembro para cumplir sus obligaciones militares nacionales los mismos derechos que a
los nacionales del país donde presta servicios. Como tales cabe citar el derecho a
computar tal periodo pasado en filas en el cálculo de su antigüedad en la empresa28; o, a
efectos de Seguridad Social, conceder el beneficio de la prórroga del derecho a una
pensión de orfandad más allá de la edad de 25 años para los titulares de pensión cuya
formación haya quedado interrumpida debido a tal cumplimiento29.
Esta línea judicial (más razonable y equitativa) guarda, sin duda, sintonía con la
aplicación del derecho a la libre circulación y a la interdicción de toda discriminación
directa o indirecta por razón de nacionalidad30 recogido en el art. 18 TFUE [precepto
23
En un referéndum no vinculante celebrado en enero de 2013, cerca del 60% de los austriacos
votaron en contra de la propuesta de poner fin a la conscripción e introducir un ejército profesional,
http://www.bbc.com/news/world-europe-21110431.
24
Sobre la idea del Príncipe Harry de traer de vuelta el servicio nacional a Reino Unido,
http://edition.cnn.com/2015/05/17/europe/harry-national-service/.
25
Debido a la crisis de Ucrania y al mayor nivel de actividad de las fuerzas rusas,
http://euroviews.eu/?p=1577.
26
Aunque el servicio militar obligatorio fue suspendido el 15 de septiembre de 2008, el legislador
restableció el reclutamiento forzoso en marzo de 2015 por un período temporal de 5 años,
http://www.baltic-course.com/eng/legislation/?doc=104043.
27
Considerando que la obligatoriedad de este servicio debía estar en sincronía con el resto de la
sociedad y con el principio de igualdad de condiciones con los hombres,
http://www.norway.org.uk/norwayandcountry/Current-Affairs/Norwegian-Politics/Norway-Extends-
Compulsory-Military-Service-to-Women/#.VnMDJlUvdD9.
28
STJCE 15/69, de 15 octubre 1969, asunto Ugliola.
29
STJCE 131/96, de 25 junio 1997, asunto Mora Romero.
30
Un estudio actual sobre esta piedra angular y principio fundamental en SÁNCHEZ-RODAS
NAVARRO, C.: “El derecho a la libre circulación y la supresión de cláusulas de residencia”, Temas
Laborales, núm. 130, 2015, en especial págs. 404 y ss.
que puede ser invocado por “todo ciudadano de la Unión Europea (…) en todas las
situaciones comprendidas en el ámbito de aplicación ratione materiae del Derecho de la
Unión Europea”31], y especificado en el art. 45 TFUE para garantizar la libre
circulación de los trabajadores con oposición a “toda discriminación por razón de
nacionalidad entre trabajadores de los Estados miembros con respecto al empleo, la
retribución y las demás condiciones de trabajo” (apartado 2). Sus manifestaciones
concretas en el ámbito específico de las condiciones de empleo y trabajo aparece
también en el derecho derivado, concretamente en el art. 7.1 Reglamento nº 492/2011,
de 5 de abril de 2011, relativo a la libre circulación de los trabajadores dentro de la
Unión así como en las pautas proporcionadas por la Directiva 2014/54/UE, de 16 de
abril de 2014, sobre medidas para facilitar el ejercicio de los derechos conferidos a los
trabajadores en el contexto de la libre circulación de los trabajadores o por la Directiva
2004/38/CE de 29 de abril de 2004, relativa al derecho de los ciudadanos de la Unión y
de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en el territorio de los
Estados Miembros.
Los argumentos utilizados en aval del anterior criterio limitativo de derechos parten
del hecho de que el cumplimiento del servicio militar y cuantos beneficios pudieran dar
lugar son “cuestiones de Derecho Público y no de Derecho Laboral”34; a sus resultas, la
protección otorgada durante tal periodo no constituye una obligación derivada del
contrato, ni una ventaja social aplicable a los trabajadores de los otros Estados en las
mismas condiciones que a los nacionales35. Obviamente esta consideración –errónea
desde su planteamiento– resulta inapropiada para facilitar la movilidad dentro de la UE
y es evidentemente discriminatoria por razón de nacionalidad.
Todos los anteriores supuestos guardan dos diferencias fundamentales con el ahora
analizado: a) la petición no es el mantenimiento del puesto, sino otros derechos anejos
al mismo y, b) la pretensión no radica en aplicar una prerrogativa no recogida
expresamente en la ley para los propios nacionales, pero sí operativa a nacionales de
otros Estados, sino asimilar el servicio militar cumplido en otro país al ejecutado con
arreglo a su propia legislación, es decir, reconocer a los trabajadores de otros Estados
Miembros un derecho en las mismas condiciones que a los nacionales. Con todo, el
31
STJUE 46/12, de 21 febrero 2013, asunto L.N., o Conclusiones del Abogado General presentadas el
4 junio 2015 a la todavía pendiente STJUE 299/14 Asunto García Nieto y otros.
32
STJCE 315/94, de 14 marzo 1996, asunto Peter de Vos.
33
STJCE 372/02, de 11 noviembre 2004, asunto Roberto Adánez-Vega.
34
Alegación del empresario apuntada por las Conclusiones del Abogado General del TJCE
presentadas el 10 julio 1969 a la posteriormente dictada STJCE 15/69, de 15 octubre 1969, asunto
Ugliola.
35
Incluso aunque la obligación tuviera “origen convencional” pues fue “prevista sólo por razones de
técnica administrativa”, STJCE 315/94, de 14 marzo 1996, asunto Peter de Vos.
36
SSTJCE 131/96, de 25 junio 1997, asunto Mora Romero; 332/05, de 18 enero 2007, asunto Aldo
Celozzioy 507/06, de 21 febrero 2008, asunto Klöppel.
37
El art. 5 b) Recomendación núm. 166 de la OIT sobre la terminación de la relación de trabajo,
dispone que “no deberían constituir causa justificada para la terminación de la relación de trabajo
(…) la ausencia del trabajo debido al servicio militar obligatorio”.
38
Art. 9 CC Thyssenkrupp elevadores, S.L.U. (BOE núm. 94, de 19 abril 2013) y art. 69.1.e) CC
Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache y Patronato Municipal de Deportes (BOP Sevilla núm.
208, de 7 de septiembre de 2013).
39
Art. 21 CC industria siderometalúrgica de la provincia de Valladolid (BO Valladolid núm. 191, de
20 agosto 2015), art. 13.5 CC industria siderometalúrgica de la provincia de Sevilla (BOE núm. 227,
de 20 septiembre 2015), apartado V. 2. g) CC 3M España, S.A. (BOE núm. 181, de 30 julio 2013),
art. 11 CC Flex Equipos de Descanso, SA Unipersonal (BOE núm. 288, de 30 noviembre 2012), art.
36 CC CLH Aviación, S.A. (BOE núm. 236, de 30 septiembre 2011) y art. 40 CC Compañía
Logística de Hidrocarburos CLH, S.A. (BOE núm. 146, de 20 junio 2011); añadiendo “mientras este
sea obligatorio”, art. 9 CC sector del comercio de la madera y corcho de Navarra (BOP Navarra,
núm. 121, de 23 junio 2014); refiriéndose indistintamente a si se realiza “en forma voluntaria u
obligatoria”, art. 24.3 CC Compañía La Casera, S.A. (BOE núm. 234, de 28 septiembre 2011) y art.
21.3 CC Schweppes, S.A. (BOE núm. 174, de 21 julio 2012).
40
Concretamente en la modalidad de contrato en prácticas, “no podrán haber transcurrido más de 4
años, desde la obtención del título, interrumpiendo el servicio militar o social sustitutorio dicho
cómputo”, art. 32 CC comercio de automóviles, accesorios y recambios de la provincia de Santa
Cruz de Tenerife (BO Tenerife núm. 3 abril 2015).
41
Importante la coletilla “y otras de naturaleza análoga” en art. 9 e) CC jardinería (BOE núm. 199, de
19 agosto 2011) y apartado II.3.b) 2ª CC 3M España, S.A. (BOE núm. 181, de 30 julio 2013).
Apuntando cómo la movilidad funcional por razones del servicio acaecida a estos trabajadores
interinos puede ser superior a tres meses ininterrumpidos, art. 6.6.3 c) CC artes gráficas,
manipulados de papel, manipulados de cartón, editoriales e industrias auxiliares (BOE núm. 168, de
15 julio 2015).
42
Siempre que tengan una antigüedad de tres meses, art. 11 CC actividad de Garajes, Estaciones de
Lavado y Engrase, Aparcamientos y Parkings de la Comunidad Autónoma de La Rioja (BO La Rioja
núm. 126, de 2 octubre 2015), o cuatro meses, art. 24 CC empresa CLECE, S.A., del servicio de
limpieza del Hospital Comarcal de Melilla (BO Ciudad de Melilla núm. 24 marzo 2015) y anexo III,
apartado IV, CC sector de industria de hostelería de Navarra (BO Navarra núm. 69, de 8 abril 2014).
43
Art. 56 CC sector montajes y empresas auxiliares del Principado de Asturias (BO Principado de
Asturias, núm. 117, de 22 mayo 2014); en diferente sentido, estableciendo la suspensión (que no
extinción) del seguro de vida adscrito, anexo 10, Apartados 1.3 y 2.5, CC Robert Bosch España,
Fábrica Madrid, Sociedad Anónima Unipersonal (BO Comunidad de Madrid núm. 22, de 27 de
enero de 2014) o, contemplándolo como riesgo excluido en el seguro de accidentes, art. 53.1 c) CC
Distribución Integral Logística, S.A. (BOE núm. 59, de 9 marzo 2012).
44
Así lo apunta la disposición adicional 6ª CC aparcamientos, estacionamientos regulados de
superficie, garajes, servicio de lavado y engrase de vehículos de Cataluña (DO Generalitat de
Cataluña núm. 6979, de 25 mayo 2015), estableciendo que las mejoras previstas “no se aplicaran en
tanto la legislación vigente mantenga abolido tanto el servicio militar forzoso como la prestación
social sustitutoria, en caso contrario se reincorporará al articulado del presente convenio”. En
términos similares, el art. 32 CC comercio del mueble de Madrid (BO Comunidad de Madrid núm.
166, de 15 julio 2013) afirma que “los trabajadores afectados por el presente convenio no podrán
optar a ningún permiso relacionado con este asunto. No obstante, si en el futuro se implantase de
nuevo el Servicio Militar o similar, las partes firmantes del presente convenio se comprometen a
mantener el articulado anterior en términos similares”.
45
Art. 45 CC Petróleos del Norte, S.A. –Petronor– (BOE núm. 212, de 4 septiembre 2015), aun
cuando la denomina excedencia forzosa y lleva aparejada la percepción, durante el periodo de
permanencia en el servicio militar obligatorio o voluntario, del 50% de la retribución neta del nivel
que ostente.
46
Art. 65.1.e) CC industria salinera (BOE núm. 303, de 16 diciembre 2014), o por situación de
reservista voluntario mientras se encuentren activados, art. 56.2 CC personal laboral del Consejo de
Administración del Patrimonio Nacional (BOE núm. 306, de 23 diciembre 2013). En términos
similares, art. 35.e) CC Protección Castellana, S.L. (BOE núm. 88, de 13 abril 2011).
47
Únicamente “en caso de movilización, el personal tendrá derecho a percibir el sueldo íntegro si
trabaja media jornada en la empresa y medio sueldo en los demás casos”, art. 36 CC CLH Aviación,
S.A. (BOE núm. 236, de 30 septiembre 2011) y art. 40 CC Compañía Logística de Hidrocarburos
CLH, S.A. (BOE núm. 146, de 20 junio 2011); exclusivamente “los pilotos que sean requeridos con
carácter ineludible (…) les será abonado el 50 por 100 de su retribución con exclusión de la prima
por razón de viaje garantizada”, art. 50 CC Iberia, Líneas Aéreas de España, SA, Operadora, S.
Unipersonal y sus tripulantes pilotos (BOE núm. 128, de 27 mayo 2014).
48
Art. 18 CC industrias pimentoneras (BO Región de Murcia núm. 128, de 5 junio 2014); añadiendo el
adjetivo obligatorio al servicio militar, art. 16 CC Centro Cooperativo Farmacéutico, SCA (BOE
núm. 78, de 1 abril 2015) o, amparando también el voluntario, art. 27 CC Cargill, S.L.U. y
CargillOilPackers, S.L. (BOE núm. 156, de 1 julio 2011).
49
Art. 22 CC comunidad de regantes de la margen izquierda del pantano de rosarito (BOP Caceres
núm. 181, de 19 septiembre 2014).
50
Tanto si el trabajador se incorpora al servicio militar de manera obligatoria o voluntaria (o efectúa la
prestación social sustitutoria): art. 33 CC Grupo Cetelem (BOE núm. 303, de 19 diciembre 2013),
art. 10.3 CC estatal de pastas, papel y cartón (BOE núm. 202, de 23 agosto 2013), art. 29 B)
Interprovincial de la empresa Renault España, SA.(BOE núm. 93, de 18 abril 2013) o art. 29 CC
Canal de Isabel II (BOE núm. 201, de 19 de agosto 2010). Especificando que se concederá para el
servicio militar obligatorio o el voluntario, pero “para anticipar su cumplimiento por el tiempo
mínimo”, art. 15.4 CC industria de granjas y otros animales (BOE núm. 307, de 22 diciembre 2012).
51
Art. 22 CC comunidad de regantes de la margen izquierda del Pantano de Rosarito (BOP Caceres
núm. 181, de 19 septiembre 2014) o art. 33 CC Grupo Cetelem (BOE núm. 303, de 19 diciembre
2013).
52
Siempre que no se perciba por causa del servicio militar o social sustitutorio retribución alguna o, en
su caso, esta sea inferior a la acordada, en cuyo caso habría de ser complementada la diferencia
existente, “el 100 por 100 del salario base y antigüedad, cuando tengan cargas familiares incluidas
en la cartilla de la Seguridad Social [previa justificación] o el 50 por 100 del salario base y
antigüedad cuando no tengan cargas familiares”, art. 29 CC Canal de Isabel II (BOE núm. 201, de
19 de agosto 2010).
53
Art. 10.3 CC estatal de pastas, papel y cartón (BOE núm. 202, de 23 agosto 2013) o art. 29 B)
Interprovincial de la empresa Renault España, SA. (BOE núm. 93, de 18 abril 2013)
54
Art. 29 CC Canal de Isabel II (BOE núm. 201, de 19 de agosto 2010).
55
Este beneficio se contempla como una buena posibilidad a pactar en el contrato para la formación de
los deportistas profesionales, art. 4 RD 1006/1985, de 26 de junio, por el que se regula la relación
laboral especial de los deportistas profesionales.
56
STS 12 febrero 1985 (Recurso de casación por infracción de ley. Ponente Excmo. Sr. José María
Álvarez de Miranda y Torres).
57
De hecho, cabe constatar tal equiparación, mutatis mutandis, en el art. 134 Ley 39/2007 de 19 de
noviembre, de la Carrera Militar, el cual prevé que los periodos de formación militar, básica y
específica, y de formación continuada de los reservistas voluntarios y aspirantes a adquirir tal
condición, tienen la condición de permisos retribuidos –en este caso y por ejercerse de manera
voluntaria–, siempre y cuando medie previo acuerdo con la empresa [STS 26 mayo 2009 (Rec.
108/2008)]; exigencia que no resulta operativa si la iniciativa surge de un funcionario público [SJ
Contencioso-Administrativo, Sevilla, 3 octubre 2013 (Rec. 96/2012)].
Para una conjugación plena de ambas instituciones, así como la construcción de una
sólida base ordenada a salvaguardar el derecho del trabajador llamado a filas en su país
de origen a suspender la relación laboral por ese tiempo en España, menester resulta
disipar dos incidencias: 1) Aun cuando pudiera parecer que la concesión de esta
excedencia forzosa está amparada o atiende únicamente a un supuesto de hecho más
específico, situado en “la designación o elección para un cargo público que
imposibilit[a] la asistencia al trabajo”, ciertamente la circunstancia aquí analizada es
extrapolable al caso y subsanable por esta vía en cuanto comparte una razón parecida,
máxime cuando: a) esta obligación impuesta arrastra los adjetivos “inexcusable, de
carácter público y personal” del deber en cuestión, b) la ley dista de pretender una
identificación al detalle de esos deberes apremiantes, y c) la transformación en estos
casos del permiso laboral a la situación de excedencia está amparada por el legislador en
el art. 37.3.e) 2º ET cuando la situación revele “la imposibilidad de la prestación del
trabajo debido en más del veinte por ciento de las horas laborables en un periodo de tres
meses”. 2) El carácter potestativo para el empleador de pasar al trabajador afectado a la
situación suspensiva [art. 37.3.e) 2º ET] debe ceder en todo caso ante las normas de
derecho necesario inherentes a la libre circulación de trabajadores y a la prohibición de
discriminación, convirtiéndose en un acto debido y no discrecional previa oportuna
acreditación de la obligación militar.
58
Un ejemplo interesante viene dado por la sentencia sobre el despido de un trabajador que, estando
vigente su contrato de trabajo en España, fue privado de libertad de manera cautelar en Bélgica
durante 4 meses y no comunicó tal dato a la empresa sino un mes más tarde. El juzgador, en
suplicación, revoca el fallo de instancia y declara que causas fácilmente justificables, como el
desconocimiento del idioma o la detención en país extranjero, “no pueden dar lugar a su despido por
faltas injustificadas al trabajo, ni tampoco puede ser considerado como abandono”, STSJ
Andalucía/Sevilla 10 noviembre 2009 (Rec. 1276/2009).
59
VIDA SORIA, J.: “Suspensión del contrato de trabajo”, en VV.AA. (BORRAJO DACRUZ, E.,
Dir.): Comentarios a las Leyes Laborales. El Estatuto de los Trabajadores, Tomo IX-Vol.1º,
Madrid, Edersa, 1983, pág. 55 o FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ, J.J.: La fuerza mayor como causa
de extinción y suspensión del contrato de trabajo, Madrid, Civitas, 1992, pág. 158.
60
“Los reclutas no son capaces de predecir con exactitud cuándo exactamente serán llamados para el
servicio después de que hayan sido declarados aptos para servir. Debido a esta incertidumbre,
pueden encontrar dificultades para encontrar empleo ya que el empleador puede no estar seguro de
que su inversión en la ocupación específica pueda ser recuperada dado que el destinatario de la
inversión (el conscripto potencial) puede ser reclutado en cualquier momento”, PALOYO,
A.R.:”The impact of military service on future labor-market outcomes”, en VV.AA. (BELLAIS, R.,
Ed.): The evolving boundaries of defence: an assessment of recent shifts in defence activities
(…)
inevitable; de otro, pueden existir “sucesos que son imprevisibles al contratar pero que,
posteriormente, se revelan como previsibles”61 (caso de reinstaurarse el servicio militar
obligatorio en el país de origen después de iniciada la relación laboral).
(contributions to conflict management, peace economics and development), Vol. 23, Bingley,
Emerald Group, 2014, pág. 162.
61
FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ, J.J.: La fuerza mayor como causa de extinción y suspensión del
contrato de trabajo, cit., pág. 46.
62
ALONSO OLEA, M. y CASAS BAAMONDE, M.A.: Derecho del Trabajo, cit., pág. 551.
63
Dando cuenta de esta “importante novedad”, FERNÁNDEZ AVILÉS, J.A.: “La renovada
ordenación jurídica del voluntariado (A propósito de la Ley 45/2015, de 14 de octubre, de
Voluntariado)”, RTSS (CEF), núm. 393, 2015, pág. 9. Considerada “norma de derecho necesario
relativo mínimo, mejorable ya sea por autonomía individual ya sea por la colectiva”, STSJ Galicia
25 enero 2002 (Rec. 3053/1998).
64
Un análisis de su proyección en el ordenamiento laboral junto con el examen de otros principios
aplicables a este caso, tales como el de favor, el pro operario, el de igualdad o el de estabilidad en el
empleo, DE LA VILLA GIL, L. E. y LÓPEZ CUMBRE, L. (Dirs.): Los principios del Derecho del
Trabajo, Madrid, Centro de Estudios Financieros, 2003.
5. CONCLUSIONES
En este sentido, en aquellos casos donde no cabe subsanar el problema por mutuo
acuerdo de las partes, individual y/o colectivo –opción ahora sin duda más idónea–, la
solución en última instancia podría ser la aplicación por vía analógica de diversos
preceptos del Estatuto de los Trabajadores (tomados en conjunto o por separado) que
resultan pertinentes: el permiso laboral por ejercicio de un deber inexcusable de carácter
público [art. 37.3.e) ET], la excedencia forzosa amparada en el mismo motivo que
imposibilita la asistencia al trabajo en un periodo de tiempo más prolongado [art. 46.1
ET] o la suspensión del contrato por fuerza mayor temporal [art. 45.1 i) ET]; incluso,
ante el hecho de que el legislador no haya establecido una lista cerrada de causas
suspensivas, procedería hacer uso del principio de adecuación social, pues “la esfera de
la justicia es de radio infinito (‘sensu lato’) y más limitado el de la legalidad. Pero no
son conceptos contradictorios, sino que pueden y DEBEN coincidir”65.
65
“Deben ser esferas o círculos concéntricos”, VELA LUIS, S.J.: El Derecho natural en Giorgio del
Vecchio, Roma, Universidad Gregoriana, 1965, pág. 193.
Resumen
Las multinacionales tecnológicas están revolucionando y “deteriorando” el tradicional
trabajo dependiente, ya que permiten ofrecer servicios que aparentemente están dentro de la
llamada “economía colaborativa”. Éste sería el caso de Uber Pop, que ofrece transporte de
viajeros por particulares que usan sus vehículos privados para ello. Esto ha generado
multitud de conflictos con la industria del taxi dado que, en principio, operan sin la
correspondiente licencia y no pagan impuestos. Reino Unido ha autorizado su actividad,
mientras que en España ha sido suspendida y se ha planteado una cuestión prejudicial ante
el Tribunal de la Unión Europea. Ante esta situación, nos preguntamos qué consideración
tienen los conductores propietarios de vehículos privados que transportan a los particulares
que solicitan los servicios mediante una start-up, y qué función desempeña el Derecho del
Trabajo ante la existencia del empleo digital.
Abstract
The activity of technological multinationals has caused a revolution that somehow has
"deteriorated" the traditional dependent work, since they can offer services that are
apparently within the so-called "collaborative economy." This is the case of Uber Pop,
which provides transport of passengers by private individuals that use their own vehicles.
This has generated many conflicts with the taxi industry since, apparently, they operate
without a license and pay no taxes. UK authorized its activity, while in Spain it has been
suspended and a question has been raised to the Court of the European Union. In this
situation, we wonder if the owners of private vehicles who transport individuals seeking
services through a start-up can be considered as dependent workers, and what is the role of
Labor Law in relation to digital jobs.
1
Trabajo realizado en el marco del Proyecto I+D “Buenas Prácticas Jurídico-Procesales en Derecho
Laboral y Comunitario para Reducir el Gasto Social con Coste Cero” financiado por el Ministerio de
Economía y Competitividad (DER 2012-32111).
2
AZITA BERAR, A.: “Un breve perfil-Economía informal” (hoja de datos), OIT, 6 de noviembre de
2012, en http://www.ilo.org/employment/Whatwedo/Publications/WCMS_141396/lang–es/index.htm
Estas nuevas empresas se enfrentan a grandes obstáculos (como las reticencias del
colectivo de los camioneros al uso de las nuevas tecnologías, o la falta de iniciativa de
los distribuidores para asumir el riesgo), pero pueden ser eficaces en los casos de
entrega de mercancías a nivel local. En el caso de la entrega de pequeños paquetes
como, por ejemplo, la entrega de productos adquiridos a través del comercio
electrónico, Uber y otros suponen una fuerte competencia a gigantes como FedEx y
UnitedParcelService, dedicadas a la entrega de paquetería a domicilio. En el caso de
envíos más grandes y de larga distancia la start-up Rodie, pretende atraer a estudiantes
universitarios y a otros viajeros ofreciéndoles un dinero “extra” por la entrega de
algunos paquetes de camino a su destino4. En este sentido no nos cabe la menor duda
que estas start-ups están generando trabajos que, en principio cabe incluirlos dentro de
la economía informal. La start-up se ha definido como “una empresa de nueva creación
que presenta unas grandes posibilidades de crecimiento y, en ocasiones, un modelo de
negocio escalable” y cuyo término suele identificarse con las empresas tecnológicas
puesto que las posibilidades de crecimiento y las necesidades de capital son diferentes
de las de otras empresas jóvenes. Actualmente Google, Twitter, Facebook o Tuenti, que
3
Por ejemplo, en el seno de la OIT, Recomendación 204 sobre la transición de la economía informal
a la economía formal, 2015 adoptada en Ginebra, 104ª reunión CIT, 12 de junio 2015 y, en la UE, l
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema “Una estrategia de lucha contra la
economía sumergida y el trabajo no declarado” (Dictamen de iniciativa), DOUE, 11 de junio de
2014, C 177/9.
4
NICAS, J.; STEVENS L.: “Se busca el Uber del transporte de mercancías”, en
http://www.expansion.com/economia-digital/2015/10/29/5630ef8e46163f932a8b45d9.html
En nuestro estudio nos hemos centrado en UberPop, por entender que estamos ante
una nueva situación de anomia laboral dado que, mediante esta app, se ofrecen servicios
de transporte de pasajeros por conductores de vehículos privados no solo sin ningún tipo
de licencia administrativa ni pago de impuestos, sino también sin ninguna protección o
reconocimiento de la existencia de una relación laboral. No obstante, hace más de un
año que en España la actividad de UberPop, empresa de UberSytemsSpain (filial de
Uber International Holding BV), está en suspenso por el auto de un Juzgado de lo
Mercantil ante la demanda presentada por la Asociación Nacional del Taxi por
competencia desleal6. Esta suspensión levantó bastante polémica en cuanto que la
empresa alegaba que cabía incluir la actividad que desarrollaba dentro de la denominada
economía colaborativa, para más tarde cambiar de estrategia judicial ante un Juzgado de
Barcelona al afirmar que se trataba de una empresa de servicios de la información al
margen de cualquier actividad de transporte, solicitando al juez la consulta previa al
tribunal de la Unión Europea antes de llegar a un veredicto por la demanda presentada
por la Asociación profesional Élite Taxi7. En definitiva, tanto la Asociación Élite en
Barcelona como la Asociación Madrileña del Taxi han presentado sendas demandas
ante los Juzgados de lo Mercantil alegando, entre otras causas, competencia desleal de
UberPop. No obstante, en el Juzgado de Barcelona se presenta la demanda contra la
filial española (UberSystemsSpain), y no ante la matriz estadounidense o la compañía
con sede en Holanda, como es el caso de la presentada en Madrid. En el primer caso se
ha celebrado el juicio pero el magistrado no puede dictar sentencia sin que se resuelva la
cuestión prejudicial planteada ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En el
segundo caso no tenemos conocimiento de la celebración del juicio, sino de la
desestimación del recurso presentado por Uber Technologies contra las medidas
cautelares del Auto de 9 de diciembre de 2014, pero posibilitando el acceso a los
servicios de telecomunicación de la compañía que no estén relacionados con el servicio
denominado UberPop.
Con independencia de estos datos –en principio al margen del Derecho del Trabajo
pero importantes porque pueden servir para la determinación de estas start-ups como
empleadoras o no– existe un informe de la Inspección de Trabajo de Cataluña que
5
NOVOA, J.: ¿Qué es una start up?, El blog salmón, 15 de mayo de 2013,
http://www.elblogsalmon.com/conceptos-de-economia/que-es-una-startup
6
Auto del Juzgado de lo Mercantil núm. 2, Madrid 9 de diciembre de 2014, medidas cautelares
previas 707/2014. En concreto, se ordena: 1. La cesación y prohibición en España de la prestación y
adjudicación del servicio de transporte de viajeros en vehículos bajo la denominación de “Uber
Pop”, o cualquier otra que pueda denominarse con idénticos fines por la demandada; 2. La cesación
y prohibición de contenido, acceso y prestación del indicado servicio de transporte de viajeros
mediante la página web o cualquiera que pudiera utilizar en iguales términos; 3. La cesación y
prohibición de cualquier aplicación “app” o de cualquier otro soporte o sistema tecnológico o
informático para prestar el servicio de transporte de viajeros indicado en España.
7
Véase esta información publicada en el Diario El País, el 28 de mayo de 2015, en
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/05/28/catalunya/1432822456_478741.html
En el año 2001 un emprendedor canadiense, Garret Camp, decidió fundar una red
social para intercambiar páginas de interés en tiempo real (StumbleUpon). Esta
experiencia le sirvió para, ocho más tarde, lanzar en San Francisco la primera maqueta
de Uber y, junto a otros técnicos y emprendedores, poner en marcha un nuevo modelo
de negocio mediante una plataforma digital11. En la actualidad Uber es una gran
empresa con presencia en todo el mundo cuyo funcionamiento ha generado una elevada
conflictividad y debate dado el sencillo mecanismo que tiene para realizar operaciones
rápidas y rentables, tanto para la población de usuarios del transporte privado, como
para los particulares que ofrecen el servicio de transporte12. En concreto, Uber lleva a
cabo la actividad de transporte realizada por conductores cuya empleadora o
intermediadora, según los casos, tiene como objeto social dar soporte a otras sociedades
proveyendo servicio “ondemand” (según demanda) de solicitudes efectuadas mediante
aparatos móviles y por internet. A efectos formales, UberSytemsSpain (filial de Uber
International Holding BV) estaba inscrita como empresa constituida en Barcelona el 13
de marzo de 2014 para dar soporte a otras sociedades de consultoría de gestión
empresarial. Esta empresa o start-up tiene un sistema online que permite gestionar de
forma eficiente el riesgo comercial de la cartera de clientes, y lograr que todas sus
8
Posteriormente un Tribunal de San Francisco reconoció la existencia de relación laboral de la
conductora, http://www.02b.com/es/notices/2015/06/una-sentencia-fuerza-a-uber-a-reconocer-a-sus-
conductores-13185.php
9
RD 1057/2015, de 20 de noviembre, por el que se modifica el Reglamento de la Ley de Ordenación
de Transportes Terrestres, aprobado por Real Decreto 1211/1990, de 28 de septiembre, en materia
de arrendamiento de vehículos con conductor, para adaptarlo a la Ley 9/2013, de 4 de julio, por la
que se modifica la Ley 16/1987, de 30 de julio, de Ordenación de los Transportes Terrestres, y la
Ley 2172003, de 7 de julio, de Seguridad Aérea (BOE 21 de noviembre 2015); RD 1055/2015, de
20 de noviembre, por el que se modifica el Reglamento General de Conductores, aprobado por Real
Decreto 818/2009, de 8 de mayo (BOE 21 de noviembre 2015).
10
Véase la nota de prensa publicada por las organizaciones nacionales del taxi (UNALT, CTE y
FEDETAXI) declarando la finalización de dos años de inseguridad jurídica del sector con la
aprobación del RD para la regulación de la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor
(VTC), http://aemt-taxi.com/wp-content/uploads/2015/11/NP.-Aprobacion-ROTT-1.jpg
11
Véase RUBIRA, F.: ¿Qué es Uber y para qué sirve? En
http://www.elconfidencialdigital.com/opinion/tribuna_libre/Uber-sirve_0_2369763002.html
12
La mercantil Uber Technologies Inc. es titular de la marca Uber y del dominio www.uber.com
En Corea del Sur se ha acusado a 29 personas por operar un servicio de taxi ilegal;
en la India se le prohíbe el servicio por no comprobar los antecedentes penales de los
conductores tras la comisión de un delito por uno de los conductores. Esto provocó que
la app introdujera el botón del pánico. Igualmente, en varios estados de Estados Unidos
se han enfrentado a la suspensión del servicio por no respetar la legislación local del
transporte. Lo significativo es que la solución parece que pasa por regular la actuación
de esta plataforma para que sus conductores operen con licencia15. En la Ciudad de
México se llegó a un acuerdo con la multinacional para su regulación, en el que se
contemplan varios requisitos: que el servicio no reciba pagos en efectivo de sus clientes
y la no utilización de las paradas de taxis de la ciudad. La empresa se compromete a
pagar una tarifa anual por cada vehículo afiliado (unos 100 dólares), y a entregar un
1’5% por cada viaje realizado a un fondo de transporte para la ciudad, etc.16. La Ciudad
de México es una de las más habitadas del planeta y, por lo tanto, con necesidades
reales de transporte de pasajeros que han dado lugar a que proliferen los taxis sin
licencia y sin ningún tipo de control administrativo, y a que los particulares
(emprendedores) con altos ingresos se hagan con una flota de vehículos sin que tengan
que pagar permisos o impuestos.
13
http://www.empresia.es/empresa/uber-systems-spain/ El capital social está en el tramo 1.000-3.500
euros y la probabilidad de impago es del 6’60%.
14
RUBIRA, F.: “¿Qué es Uber y para qué sirve?”, Diario El confidencial, 27 de octubre de 2014 en
www.elconfidencialdigital.com.
15
http://www.xataka.com/aplicaciones/la-cruzada-de-medio-mundo-contra-uber.
16
Gaceta Oficial Distrito Federal Ciudad de México de 15 de julio de 2015, núm. 133 bis. Véase
Diario El País 9 de julio de 2015, sección economía en www.elpais.com.
vehículo es el que presta el servicio. En este país cabe resaltar que en septiembre de
2015 un juzgado de San Francisco admitió a trámite una demanda colectiva del caso
Uber, donde se espera un pronunciamiento a principios de 2016, que en el caso de que
sea favorable obligará a Uber a contratar a los conductores como empleados con todos
los derechos de los que están en plantilla17. La defensa de trabajadores cuyo modelo de
trabajo se desarrolla a través de aplicaciones móviles la lleva una popular abogada de
Silicon Valley, Shannon Liss-Riordan, que está planteando demandas judiciales para el
reconocimiento de los derechos laborales a conductores de vehículos privados que
ofrecen servicios de transporte mediante la aplicación de Uber18. Las condiciones que
Uber ha implantado para sus conductores son las siguientes: los conductores que hagan
menos de 20 viajes al mes obtendrán el 70% de la tarifa, un 75% en el caso de que
hagan entre 20 y 40, y un 80%, que es lo habitual, para los que rebasen los 40 servicios.
Los conductores por tiempo completo –que hacen más de 40 horas semanales de
conducción– no parecen estar satisfechos con las condiciones impuestas por la
“empleadora” Uber. Ésta tiene un sistema de valoración de la actividad realizada por los
clientes que mediante estrellas condicionan los ingresos de los conductores dado que
Uber les pide que tengan entre 4’6 y 4’8 puntos sobre cinco. Por debajo de esta
valoración les dejan de enviar clientes. Los gastos ocasionados por la realización del
servicio, como por ejemplo combustible o reparaciones, son sufragados por los
conductores. Los conductores no reciben las habituales propinas arraigadas en la
población de los EEUU (en torno al 20% de lo pagado), abaratando el coste del servicio
y, por lo tanto, el nivel de satisfacción de los usuarios del mismo. Estas condiciones, así
como las del resto de la compañía, han sido objeto de un estudio donde se cuestiona la
libertad de auto-organización atribuida al conductor de la que hace alarde la compañía.
17
United States District Court Northern District of California, O´Connor vs Uber Technologies, Inc,
Case No. 13-cv-04065-VC del 3 de noviembre de 2015.
18
Véase WEBER, L.: “La abogada que ha puesto a Uber contra las cuerdas”, diario Expansión de 11
de noviembre de 2015 en http://www.expansion.com/juridico/actualidad-
tendencias/2015/11/11/5643843fca4741b25c8b45b9.html
19
ROSENBLAT, A, STARK, L.:”Uber´s Drivers: Information Asymmetries and Control in Dynamic
Work”, octubre 15, 2015. Investigadores de Data&Society Research Institute y New York
University. Workshop Paper for the Winter School “Labour in the on-demand economy” at the
Centre for European Policy Studies (CEPS) in Brussels, Belgium November 23-25, 2015,
enhttp://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2686227
20
Véase SIERRA BENÍTEZ, E.M.: “El tránsito de la dependencia industrial a la dependencias digital:
¿qué derecho del trabajo dependiente debemos construir para el siglo XXI?, Ponencia presentada al
Congreso Internacional “La gran transformación del trabajo”, Bergamo, 6-7, noviembre 2015, en
prensa. http://moodle.adaptland.it/pluginfile.php/24547/mod_resource/content/4/bg_gtl_2015_es.pdf
21
Véase JIMÉNEZ CASTRO, R.: “Shannon Lis-Riordan. El terror de Uber”, diario El País, 22 de mayo
2015 en http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2015/05/22/actualidad/1432251435_575096.html
22
In The High Court of Justice Queen´s bench Division Administrative Court, Case No:
CO/1449/2015, Royal Courts of Justice, Strand, London, WC2A LL, 16/10/2015.
23
http://www.siliconnews.es/2015/10/05/reino-unido-afronta-un-nuevo-veredicto-sobre-la-regulacion-
del-servicio-de-uber/
24
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre “Consumo colaborativo o participativo: un
modelo de sostenibilidad para el siglo XXI”, (DOUE, 11 de junio 2014, C 177/1), p. 6.
25
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre “Consumo colaborativo o participativo: un
modelo de sostenibilidad para el siglo XXI”, (DOUE, 11 de junio 2014, C 177/1), p. 1.
26
CCOO, “Economía colaborativa y uso del coche compartido. Alguna repercusión en el ámbito
laboral”, Documento FSC-CCOO núm. 3, aprobado por la Comisión Ejecutiva federal, 29 de abril
de 2015, p. 8.
como advierte el Comité de las Regiones, “las empresas con ánimo de lucro a veces
utilizan de forma abusiva las plataformas de la economía colaborativa y, al mismo
tiempo, no proporcionan a sus trabajadores cobertura de la Seguridad Social, lo que
afecta, por una parte, al bienestar de los ciudadanos y, por otra parte, a los presupuestos
nacionales, regionales y locales”. Por ello se aboga por la necesidad de que la UE y de
sus regiones promocionen únicamente el desarrollo de las iniciativas o plataformas de
economía colaborativa que tengan una incidencia social, económica y medio ambiental
positiva27.Al respecto debemos entender que es necesario delimitar la posición de
UberPop, ya sea en la economía colaborativa, en la economía de mercado, o si cabe
atribuirle otro papel intermedio.
3. LA RELEVANCIA DE LA IDENTIFICACIÓN DE LA
NATURALEZA JURÍDICA DEL SERVICIO PRESTADO POR
UBERPOP
27
Dictamen del Comité de las Regiones, 3 y 4 de diciembre de 2015 “La dimensión local y regional de
la economía colaborativa” (ECON-VI/005).
28
Petición de decisión prejudicial presentada por el Juzgado Mercantil nº 3 de Barcelona (España) el 7
de agosto de 2015 –Asociación Profesional Élite Taxi/UberSystemsSpain, SL, Asunto C-434/15,
2015/C 363/27 (DOUE 3 de noviembre 2015, C 363/21), vid. también Juzgado Mercantil nº 3,
Barcelona, Asunto: 929/2014D2 (Ordinario), Providencia dando traslado a las partes del
planteamiento de una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 17 de
junio de 2015.
29
ROJO TORRECILLA, E.: “Uber (Uberpop): ¿Relación laboral entre la empresa y los conductores?
¿Economía colaborativa? Notas para un posible caso práctico del próximo curso académico (y II)”,
en El Blog de Eduardo Rojo. El nuevo y cambiante mundo del trabajo. Una mirada abierta y crítica
a las nuevas realidades laborales, lunes, 31 de agosto de 2015.
30
Denuncia presentada a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Barcelona por la
AssociacióAgrupació Taxi Companys, la Coordinadora metropolitana del Taxi y el Sindicat del Taxi
de Catalunya. Todos ellos integrantes de la Taula Técnica del Taxi, el 20 de octubre 201 en
http://www.stac.cat/wp-content/uploads/2014/10/Denuncia-contra-UBER.pdf
31
Ley 16/1987, de 30 de julio, de Ordenación de los Transportes Terrestres (modificado ley 9/2013, de
4 de julio).
32
SSTS 15 de junio 1998 (RJ 1998/5262), 19 de diciembre 2005 (RJ 2006/332), 22 de enero 2008 (RJ
2008/1978).
33
GOSSER, S.: “Trabajo dice que los chóferes de la firma son empleados de la firma”,
http://economia.elpais.com/economia/2015/06/12/actualidad/1434135569_865496.html
En este caso los indicios que se aportan son: a) los conductores son previamente
seleccionados; b) las rutas son fijadas por la compañía; c) se pone a disposición de los
chóferes un móvil para prestar los servicios, y un sistema de incentivos como forma de
retribución. En relación a esta nota hay una importante diferencia con respecto a otra
start-up como Blabla Car, donde la actividad consiste en que los usuarios comparten
los servicios (trueque) sin que medie un lucro personal34. Entendemos que estos datos
pueden ser suficientes para considerar que los conductores de UberPop son en realidad
trabajadores de esta compañía y, por lo tanto, deben estar dados de alta en la Seguridad
Social. No obstante, el acta de infracción por falta de alta y cotización a la Seguridad
Social se ha pospuesto hasta que los tribunales se pronuncien sobre la legalidad de la
actividad de Uber, de acuerdo con unos criterios operativos de actuación de la
Inspección cuando la realización de una actividad se lleve a cabo sin la correspondiente
autorización administrativa35. Sin embargo, sí se ha procedido a extender el acta de
infracción a cuatro trabajadores de la compañía por no estar dados de alta en la
Seguridad Social, y por contratar a un alto cargo extracomunitario de Uber en Europa
que carece de permiso laboral en España36. En definitiva, como denuncia el sindicato,
UberPop recibe por la intermediación una cantidad o porcentaje respecto de los
honorarios recibidos por el trabajador y abonados por el usuario. La compañía tiene una
verdadera actividad económica mediante la plataforma tecnológica desde el momento
en que sus usuarios deben inscribirse en la plataforma para pagar los servicios, y
posteriormente la compañía abona al conductor sus honorarios tras descontar el
porcentaje pactado.
En relación con la dependencia es donde habría que apreciar si realmente estamos ante
una relación laboral (los conductores son seleccionados por la plataforma sin que haya una
adscripción voluntaria; en principio parece que no tienen una organización o estructura
empresarial autónoma quedando insertos ab initio en la estructura y organización de Uber,
etc.)37. En la mencionada nota de prensa se afirma que en el informe de la Inspección de
34
VIGIL, A. “Uber y Amazon revolucionan la legislación laboral”, en Diario Expansión, 24 de junio
de 2014, www.expansion.com
35
ROJO TORRECILLA, E. “Uber (Uberpop): ¿Relación laboral entre la empresa y los conductores?
¿Economía colaborativa? Notas para un posible caso práctico del próximo curso académico (y II)”,
obra cit., criterio operativo 94/2014, de 5 de febrero sobre actuación de la ITSS respecto de actividades
de venta ilegal de loterías, es decir la realización de una actividad sin disponer de autorización para
operar en el tráfico jurídico (sustitúyase, pues, venta de lotería por actividad de transportes sin
autorización administrativa…) que procede a modificar el criterio 52/2007, de 3 de julio.
36
ROJO TORRECILLA, E.: Uber (Uberpop): ¿Relación laboral entre la empresa y los conductores?
¿Economía colaborativa? (…), obra cit.
37
En GOZZER, S. “Trabajo dice que los chóferes de Uber son empleados de la firma”, en Diario El
País, de 13 de junio de 2015, en www.elpais.com se citan algunos de los indicios señalados en el
(…)
5. CONCLUSIONES
Informe de la ITSS donde indica «(…) También se considera que asisten “de un modo regular y
continuado a un lugar determinado por la empresa” para “prestar un servicio”. El centro de trabajo
“lo constituye el mismo vehículo”, que circula por una zona fijada por Uber “de forma unilateral”»
(el área metropolitana de Barcelona).Igualmente se hace referencia a la libertad horaria pero estando
los conductores sujetos a unos pluses que condicionaban dicha libertad (entre 10 y 15 euros
adicionales por cada viaje realizado en ciertas franjas horarias o en determinadas áreas de la ciudad).
38
Entre otras, véanse SSTS 11 de abril 1990 (Ar. 1990/3460), la actividad de los profesionales
liberales puede organizarse en régimen laboral o por el contrario de forma autónoma; 11 de
diciembre 1989 (RJ 1989/8947) la calificación de los contratos no depende de la denominación que
le hayan atribuido las partes (…); 7 de junio 1986 (RJ 1986/3487) las obligaciones y prestaciones
del contrato de arrendamiento de servicios regulado en el CC no es incompatible con la del contrato
de trabajo propiamente dicho (…). Entre otros, en relación con los elementos indiciarios de la
dependencia SSTS 20 de septiembre de 1995 (Ar. 1995/6784); 21 de mayo de 1990 (Ar.
1990/4993); 6 de mayo de 1986 (Ar. 1986/2491) y los elementos indiciarios de la ajenidad SSTS 31
de marzo 1997 (RJ 1997/3578); 23 de octubre 1989 (RJ 1989/7310).
39
SIERRA BENÍTEZ, E.M.: “El tránsito de la dependencia industrial a la dependencias digital: ¿qué
derecho del trabajo dependiente debemos construir para el siglo XXI?”, obra cit., pp. 21 a 24.
40
Véanse los estudios realizados por DAGNINO, E.: “Uberlaw: perspectivas jurídico-laboral de la
sharing/on-demandeconomy, Revista Internacional y Comparada. Relaciones Laborales y Derecho del
Empleo, Vol. 3, núm. 3, julio-septiembre de 2015, pp. 1 a 35, en
http://www.adapt.it/EJCLS/index.php/rlde_adapt/issue/view/37 y TODOLÍ SIGNES, A.: “El impacto
de la “Ubereconomy” en las relaciones laborales: los efectos de las plataformas virtuales en el contrato
de trabajo”, IUSLabor·3/2015, pp. 1 a 25, en https://www.upf.edu/iuslabor/_pdf/2015-3/Todoli.pdf
41
Uber: La revolución del Smartphone: nuevas alternativas de transporte y oportunidades de empleo
en http://cd00.epimg.net/descargables/2015/11/12/eb705642e167824422e4125df3de39fa.pdf. En
este documento se anuncia el lanzamiento de UberPool, una plataforma para compartir coche
privado por varios usuarios que viajan en la misma dirección, por lo que la empresa no renuncia.
42
En el plano mercantil véase VELASCO SAN PEDRO, L.A.: “El consumo colaborativo en el
transporte de personas”, Diario La Ley, núm. 8601, 9 de septiembre de 2015, La Ley 5390/2015 en
www.laleydigital.laley.es; SERRANO CASTRO, M.D.: “Alojamientos privados convertidos en
turísticos, redes sociales y aplicaciones que poner en contacto a conductores…¿Competencia
desleal?”, Diario La Ley, núm. 8444, 18 de diciembre de 2014, La Ley 8910/2014, en
www.laleydigital.laley.es
43
Uber.: La revolución del Smartphone: nuevas alternativas de transporte y oportunidades de empleo
en http://cd00.epimg.net/descargables/2015/11/12/eb705642e167824422e4125df3de39fa.pdf
44
Véanse SSTS 11 de abril 1990 (Ar. 1990/3460), la actividad de los profesionales liberales puede
organizarse en régimen laboral o por el contrario de forma autónoma; 11 de diciembre 1989 (RJ
1989, 8947) en la calificación de los contratos no depende de la denominación que le hayan
atribuido las partes
45
SIERRA BENÍTEZ, E.M.: El contenido de la relación laboral en el teletrabajo, CES, Sevilla, 2010,
pp. 299 y 300.
46
TODOLÍ, SIGNES, A.: “El impacto de la “UberEconomy” en las relaciones laborales: los efectos de
las plataformas virtuales en el contrato de trabajo”, obra cit., p. 10.
47
TODOLÍ, SIGNES, A.: “El impacto de la “UberEconomy” en las relaciones laborales: los efectos de
las plataformas virtuales en el contrato de trabajo”, obra cit., p. 10.
48
OIT: Recomendación sobre la transición de la economía informal a la economía formal, 2015.
Resumen
Esta aportación tratará de exponer, a través del estudio de unos concretos y recientes
pronunciamientos jurisprudenciales, si las actuaciones de las Universidades públicas en
materia de contratación de Personal Docente e Investigador laboral, por lo que hace
concretamente a la figura de los Ayudantes y su posibilidad de colaborar en tareas
docentes, suponen un ejemplo de buenas prácticas o si, por contra, se impondrán a golpe
de sentencia limitaciones a la impunidad de la que tradicionalmente han venido gozando
las mismas.
Abstract
This contribution tries to analyse the hiring policy of public Universities regarding the
figure of the so–called "Ayudantes" (i.e. teaching assistants). Specific examples and
recent Case-law are considered in order to assess whether the participation of this
employees in general teaching duties stands as an example of good practice or whether
judicial decisions may establish some sort of limitation to a so –far arbitrary and
unbounded regime.
Según la primera versión de la LOU (artículo 49), los Ayudantes serían contratados
entre quienes hubiesen superado todas las materias insertadas en los estudios de
Doctorado, con la finalidad principal de completar su formación investigadora. La
contratación sería a tiempo completo, por una duración no superior a cuatro años
improrrogables, y se habilitaba a los Ayudantes para colaborar en tareas docentes en los
términos que estableciesen los Estatutos de la Universidad contratante.
La autora desea agradecer expresamente a los profesores Cristóbal Molina Navarrete y Josep
Moreno Gené tanto la documentación facilitada para la preparación de este estudio como sus
acertados comentarios y sugerencias, y poner de manifiesto que este trabajo ha sido realizado en el
contexto del grupo de investigación financiado por el Gobierno de Extremadura titulado “Derecho
del Trabajo y de la Seguridad Social”.
Como se ha adelantado, sin perjuicio del apoyo de las afirmaciones vertidas en otros
pronunciamientos jurisprudenciales, dos son las sentencias en las que se basa
fundamentalmente el estudio realizado: la Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal
Más allá de esta mera indicación recogida en uno de los escritos enviados por la
Universidad, no se recibió ninguna otra comunicación específica sobre la fecha de
finalización del contrato laboral que tenía suscrito como Ayudante, lo que hizo pensar
que se había accedido a la solicitud realizada de prolongar su vinculación docente hasta
el final del curso académico para no producir perjuicio a los alumnos de los que asumía
la responsabilidad docente en dicho momento. Así, a la llegada de dicha fecha, continuó
prestando sus servicios con normalidad como se demuestra con las firmas estampadas
en los partes de las correspondientes clases hasta que tuvo constancia de que se había
producido su baja en la Seguridad Social.
1) Por lo que hace al curso 2006/2007, período durante el que estaba en vigor la
versión original de la LOU, se comprueba que los créditos asignados superan el máximo
legal de 12 y que no se respetó la exigencia de que fueran fundamentalmente prácticos,
tal y como debería haber sido al tratarse del primer año de vigencia del contrato, según
establecía el artículo 91.1 de los Estatutos de la mencionada Universidad vigentes en
dicho momento (Decreto 324/2003 de 25 de noviembre) 1.
Desde nuestro punto de vista, y la Sala coincide, no puede tener acogida, pues parte
de una premisa errónea: no se está calificando al contrato de Ayudante como un
contrato de obra o servicio determinado, por lo que no se trata de la vulneración del
régimen jurídico de este último tipo de contrato, sino de la vulneración del régimen
jurídico del contrato de Ayudante propio de la LOU, la LOMLOU y el resto de
normativa y Convenio Colectivo de aplicación. Así, según dispone el artículo 48.2 LOU
tras la reforma operada por la LOMLOU, el régimen de las modalidades de contratación
laboral específicas del ámbito universitario en dicha norma recogidas será el que se
1
En la doctrina, hubo quien criticó la elevada carga docente atribuida a los Ayudantes en dicha norma
estatutaria, al considerar que la misma no se puede considerar como una mera “colaboración” que no
interfiera en la formación del Ayudante, así que figuremos qué crítica haría de su extralimitación y
sobre su nefasta incidencia sobre la investigación. Al respecto, NOGUEIRA LÓPEZ, A.: Régimen
jurídico de la selección del profesorado universitario, Atelier, Barcelona, 2004, página 91.
2
CAIRÓS BARRETO, D. M.: “El régimen jurídico del personal docente e investigador laboral de las
Universidades Públicas”, en VV.AA.: El Estatuto Básico del Empleado Público. XIX Congreso
Nacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social (volumen I), Ministerio de Trabajo e
Inmigración, Madrid, 2009, página 468.
3
SEMPERE NAVARRO, A. V. Y MARTÍN JIMÉNEZ, R.: “Profesores universitarios contratados y
jurisdicción competente”, en CARO MUÑOZ, A. I. Y DEL VALLE PASCUAL, J. M. (coords.): Jornadas
sobre el Profesorado Universitario Laboral, Universidad de Burgos, Burgos, 2004, página 135.
4
SALA FRANCO, T.: “Modalidades de contratación laboral temporal: la LOU y el Estatuto de los
Trabajadores condenados a entenderse”, en CARO MUÑOZ, A. I. Y DEL VALLE PASCUAL, J. M.
(coords.): Jornadas sobre el Profesorado Universitario Laboral, Universidad de Burgos, Burgos,
2004, páginas 76-77.
5
BAYLOS GRAU, A.: “El personal docente e investigador contratado en régimen laboral después de la
reforma de la LOU en 2007”, Revista de Derecho Social, núm. 44, 2008, página 51.
6
MOLINA NAVARRETE, C.: “Improvisación de la LOU, perversión de la práctica, ¿sabemos quién fija
el régimen del PDI contratado?, Revista de Derecho Social, núm. 25, 2004, página 100.
7
MOLINA NAVARRETE, C.: “Una nueva e inaudita relación laboral especial: la difícil reconstrucción
del sistema de fuentes reguladoras de los contratos de P.D.I.”, en MOLINA NAVARRETE, C.;
ÁLVAREZ DE LA ROSA, M. Y OJEDA AVILÉS, A.: Ordenación y gestión del personal docente e
investigador contratado: problemas y soluciones, Universidad de Jaén, Jaén, 2003, página 22.
8
La STSJ de Asturias de 23 de noviembre de 2007 (JUR 2008/75166) recoge entre los hechos
probados como régimen de los contratos de Ayudante la legislación vigente de aplicación y,
particularmente, los artículos 12 y 15 ET, la Ley 12/2001, el Real Decreto 2720/1998 y la LOU. La
(…)
En base a todo ello, se entiende que, al haberse superado los límites impuestos a la
colaboración docente del Ayudante y al no respetarse en ningún caso el carácter práctico
de la misma, se ha producido una vulneración del régimen jurídico de ese contrato, siendo
entonces de aplicación supletoriamente lo ordenado en el Estatuto de los Trabajadores
que, ante el fraude de ley de la contratación, ordena el carácter indefinido de los contratos
temporales. Así, lo prescrito en el artículo 15.3 ET resultaría de aplicación supletoria
frente a la vulneración de la norma contractual especial prevista para las Universidades
puesto que para resolver los problemas que se deriven de otro tipo de irregularidades en la
contratación temporal derivada de la LOU ha de recurrirse a la aplicación supletoria, con
las dificultades que conlleva, de los mecanismos previstos en relación con las
irregularidades en el ámbito del Derecho Laboral Común9.
STSJ de Asturias de 19 de marzo de 2010 (JUR 2010\175897) se expresa en los mismos términos
aunque el contrato al que se refiere sea el de Asociado. En el caso de la SJS núm. 3 de Pamplona de
9 de febrero de 2011 (AS 2011\943), una cláusula del contrato establecía que se regiría por la LOU;
por la legislación que pueda dictar el Estado en desarrollo de la misma; por la legislación de
desarrollo de la Comunidad Foral Navarra; por el ET en lo no previsto en la LOU, y en tanto no se
oponga a ella, y por los Estatutos de la Universidad Pública de Navarra.
9
PEDRAJAS MORENO, A.: “Las irregularidades de la contratación laboral temporal del profesorado
universitario: ¿indefinición contra su ley habilitante?”, en CARO MUÑOZ, A. I. Y DEL VALLE
PASCUAL, J. M. (coords.): Jornadas sobre el Profesorado Universitario Laboral, Universidad de
Burgos, Burgos, 2004, página 87.
Así, tras subrayarse que la actividad predominante de los Ayudantes no puede ser
otra que la investigación, y no la docencia, se hace necesario que las funciones a ellos
asignadas sean compatibles con la finalidad principal de completar su formación
investigadora (esto es, la elaboración y defensa de la tesis doctoral y el desarrollo de
otras actividades complementarias como la asistencia a eventos científicos o las
estancias en el extranjero, entre otras), circunstancia que se dificultaría sobremanera con
la asignación de un desmesurado número de créditos. En este sentido, MORENO GENÉ y
ROMERO BURILLO ponen de manifiesto que una excesiva carga docente supone un lastre
a la función formativa de este tipo de contratos y que ello es la razón de que la
LOMLOU, con la voluntad de garantizar la misma, haya limitado tanto cuantitativa
como cualitativamente la colaboración de estos contratados en las tareas docentes10,
puesto que “el carácter formativo de la figura de los Ayudantes se puede quedar en una
mera declaración programática muy alejada de la realidad cotidiana de nuestras
Universidades en las que los Ayudantes asumen muchas más obligaciones de las que
realmente les corresponden”11. Como sostiene BAYLOS GRAU, la colaboración docente a
veces es una excusa, puesto que se considera un instrumento de mejora y adquisición de
méritos en el desarrollo de la carrera universitaria, pero las Universidades lo han
utilizado como un elemento de sostén de la docencia regular de las materias impartidas
en las respectivas titulaciones, por lo que, con esta medida limitadora introducida a
10
MORENO GENÉ, J. Y ROMERO BURILLO, A. M.: “La contratación laboral del personal docente e
investigador en las universidades públicas”, en SEMPERE NAVARRO, A. V. Y CARDENAL CARRO, M.
(dirs.): El contrato de trabajo (volumen II): relaciones laborales especiales y contratos con
particularidades, Aranzadi, Cizur Menor, 2011, página 1441.
11
MORENO GENÉ, J.: “Las figuras contractuales del PDI en la negociación colectiva: clasificación
profesional y carrera académica”, en ROMERO BURILLO, A. M. Y MORENO GENÉ, J. (coords.): El
personal docente e investigador laboral de las Universidades Públicas: aspectos legales y
negociación colectiva, Bomarzo, Albacete, 2010, página 136.
Es por ello que, además del exceso ya reiterado de los créditos asignados (tanto de
naturaleza práctica como teórica), y debido precisamente a ello, se ha menoscabado
sobremanera la necesaria investigación en este tipo de contratos, no dándose
cumplimiento a su única finalidad (completar la formación investigadora, según la
original versión del artículo 49 LOU, aplicable durante el curso 2006/2007, en el que la
carga docente atribuida al Ayudante superó con creces la legalmente prevista) o a su
finalidad principal (la formación investigadora, frente a la formación docente, puesto
que, si bien ambas aparecen en la nueva versión de dicho artículo tras la LOMLOU,
aplicable a partir del curso 2007/2008, a nadie se le escapa que no se encuentran al
mismo nivel y/o proporción). De ello se desprende la aplicación supletoria del artículo
15.3 ET, que determina el carácter indefinido de la relación laboral. Y es que, ¿dónde
queda la formación investigadora del Ayudante cuando éste imparte un número de
créditos superior al exigido al personal que ya está formado en el ámbito investigador,
que tiene plena capacidad investigadora y que ya ha obtenido el título de Doctor? Apoya
esta idea de forma patente PEDRAJAS MORENO, quien entiende que una manifiesta
irregularidad durante la ejecución del contrato sería la constituida por desviaciones en el
cumplimiento de las exigencias del mismo. Así, poniendo como ejemplo el caso de los
Ayudantes, señala que de la exigencia a éstos de una docencia que exceda la prevista
para este tipo contractual resultaría de aplicación el fraude de ley (arts. 15.3 ET y 9.3
RD 2720/1998), convirtiéndose su contrato en indefinido15.
12
BAYLOS GRAU, A.: “El personal docente e investigador contratado en régimen laboral después de la
reforma de la LOU en 2007”, ob. cit., página 57.
13
ÁLVAREZ DE LA ROSA, M.: “Figuras legales de contratación laboral del profesorado de las
Universidades Públicas”, en MOLINA NAVARRETE, C.; ÁLVAREZ DE LA ROSA, M. Y OJEDA AVILÉS,
A.: Ordenación y gestión del personal docente e investigador contratado: problemas y soluciones,
Universidad de Jaén, Jaén, 2003, página 38.
14
NOGUEIRA LÓPEZ, A.: Régimen jurídico de la selección del profesorado universitario, ob. cit.,
página 90.
15
PEDRAJAS MORENO, A.: “Las irregularidades de la contratación laboral temporal del profesorado
universitario: ¿indefinición contra su ley habilitante?”, ob. cit., página 84. De la misma opinión, en
(…)
Por lo que hace al ámbito jurisprudencial, en esa misma línea se expresa la STSJ de
Castilla y León (Valladolid) de 26 de junio de 2013 (JUR 2013\252122), que al
enjuiciar el caso de un Ayudante que venía impartiendo un número de créditos superior
al previsto legalmente para dicha modalidad contractual, entendió que “nos hallamos
aquí, por tanto, ante un contrato temporal que no respondía en absoluto a la finalidad
para el que había sido concertado […]. En definitiva, que también este contrato
temporal ha de reputarse fraudulento, con lo que la declaración contenida en el fallo de
la sentencia impugnada respecto a la naturaleza indefinida de la relación laboral
mantenida entre las partes se ajusta perfectamente a lo dispuesto en el artículo 15.3 ET,
que establece que se presumirán por tiempo indefinido los contratos temporales
celebrados en fraude de ley”, puesto que el contrato temporal suscrito “no está previsto
para tareas docentes e investigadoras, sino para completar la formación de aquellas
personas que hayan sido admitidas o estén en condiciones de ser admitidas en los
estudios de Doctorado”. Así, se pone de manifiesto jurisprudencialmente lo que define a
la figura del Ayudante, la necesidad de completar la formación y los efectos del
incumplimiento de dicha finalidad, tal y como esgrimen la dos sentencias
primordialmente comentadas en este estudio.
4. A MODO DE CONCLUSIÓN
Resumen
El concepto “Empleado Público” no deja de presentar connotaciones diversas en función
del objeto de su existencia. Insertado en una Administración Territorial o en una
Institucional, su régimen jurídico ha sido cuestionado desde sus orígenes, si bien la
Constitución española los consolidó en la doble contradicción “funcionarios-laborales” que
ha conducido, en la praxis, hacía cierta confusión funcional en la medida en que personal
contratado laboral ha venido ejerciendo funciones de autoridad asemejadas a las funciones
administrativas propias reservadas a personal estatutario.
Más que el carácter responsable del puesto a desempeñar por el empleado público,
lo que define, en la realidad práctica, la “naturaleza jurídica de la relación de servicio
del empleado público” (art. 14. a) del EBEP) con la Administración contratante, es la
dependencia, prolongada o no en el tiempo entre ambas partes, puesto que la
diferenciación funcional, de tareas o funciones, ha sido superada hace tiempo por la
falta de claridad en el reparto de los puestos a ocupar por uno u otro tipo de personal.
1
Conceptualización, tomada prestada a GARCÍA DE ENTERRÍA, es mostrada por MONTOYA
MELGAR, A, en “Las relaciones laborales en el ámbito de la Administración Pública”. Revista del
Ministerio de Trabajo e Inmigración, nº 93. Año 2.011. Pp. 13 y ss.
Fue el EBEP la normativa que vino a recoger la unidad reguladora que la función
pública española requería, no obstante dejar bastantes aspectos relativos a relaciones
laborales públicas al posterior desarrollo normativo autonómico.
2
Al respecto Vid. el análisis que del personal vinculado profesionalmente con la Administración
Española realiza CORDERO SAAVEDRA, L., “Régimen de trabajo en las administraciones públicas”.
Ediciones Laborum. 2.003 y Montoya Melgar, A, en “Las relaciones laborales en el ámbito de la
Administración Pública”. Pp. 1.
3
Siguiendo, con ello, la doctrina de DEL SAZ, S. “Contrato laboral y función pública”. Madrid. Edit.
Marcial Pons. 1.995. P. 35. En el mismo sentido, GODINO REYES, M. “El contrato de trabajo en la
Administración Pública”. Madrid. Edit. Civitas. 1.996. Pp. 71 a 82. Opus. Cit. En MoleroMarañon,
Mª Luisa. “Acceso y clasificación profesional en las Administraciones públicas”. P. 15.
4
Igualmente, el Real Decreto 364/1.995, de 10 de marzo, regula los sistemas y procedimientos para la
selección del personal laboral de nuevo ingreso en la Administración del Estado (BOE núm. 85, de
10 de abril de 1.995).
En puridad, la evolución del empleado público, ha supuesto un avance, cada vez más
pronunciado, de la empleabilidad laboral, en favor de la agilidad tramitadora que una
contratación laboral pueda suponer en la aumentada funcionalidad de la administración,
prácticamente omnipresente en todos los aspectos atinentes al Estado del bienestar. La
excesiva burocratización que ha venido conllevando toda actuación administrativa,
potenció, junto con el apoyo constitucional a la injerencia pública en asuntos
económicos, la mercantilización de la actuación administrativa y, por ende, la aplicación
de la normativa privada, al sector laboral público.
Desde el primer Estatuto de López Ballesteros (1.828), pasando por los de Bravo
Murillo (1.852), O´Donell (1.866), Maura (1.917), el Reglamento de Funcionarios de la
Administración Local de 1952, y la Ley de Funcionarios de 1.964, se ha pretendido
introducir un modelo de función pública en la que se ha querido incorporar la realidad
de cada momento.
Fue, precisamente, la Ley de Funcionarios Civiles del Estado de 1964, la que debe
de ser considerada decisiva en la definición del régimen español de los empleados
públicos, más en concreto, del personal funcionario, como empleados públicos por
excelencia, suponiendo una ruptura pero sobretodo, una pretensión de modernización de
la, demasiado, arcaica normativa existente, en materia de profesionalidad pública.
Esta reforma debía de suponer una concreción del régimen del personal profesional
que necesitase la administración pública, debiendo de definir, tanto la tipología como
las condiciones profesionales de los prestadores públicos.
5
La Ley 109/1963, de Bases de los Funcionarios Civiles del Estado, estableció en su disposición final
primera que el Gobierno debería promulgar un texto articulado de la misma en el plazo de seis
meses. El Decreto 315/1964, Texto Articulado, Ley de Funcionarios Civiles del Estado, aprobado
por Decreto 315/1964, de 7 de febrero (BOE, nº 40 de 15 de febrero de 1.964), aprueba la Ley
articulada de Funcionarios Civiles del Estado, la cual, a su vez, ha sido modificada por el EBEP
(Ley 7/2007, de 12 de abril, por la que se aprueba el estatuto básico del empleado público (BOE, nº
89, de de 13 de abril de 2.007), quien deroga numerosos preceptos de esta Ley. En concreto los Arts.
1, 2, 3, 4, 5.2, 7, 29, 30, 36, 37, 38, 39.2, 40, 41, 42, 44, 47, 48, 49, 50, 59, 60, 61, 63, 64, 65, 68, 71,
76, 77, 78, 79, 80, 87, 89, 90, 91, 92, 93, 102, 104 y 105.
la Administración Civil del Estado, sin perjuicio de las normas especiales que les
pudieran resultar de aplicación y con exclusión expresa (art. 2. 2) “de los funcionarios al
servicio de las Administración de Justicia, los funcionarios de los Organismos
Autónomos, que se rigen por su Estatuto propio, y los funcionarios que no perciban
sueldos o asignaciones de personal de los Presupuestos Generales del Estado”.
A su vez, hay una exclusión parcial que se realiza en el art. 24 de la Ley y que se
refiere a los “Cuerpos Especiales”, esto es, “los que sus miembros ejercen actividades
que constituyen el objeto de una peculiar carrera o profesión”, quedando, a su vez, fuera
de la aplicación total de la Ley, “los militares, los funcionarios de las Cortes Generales”
y, aunque la ley nada dijo expresamente al respecto, dejó fuera también a los funcionarios
de la Administración de la Seguridad Social que se regían por sus propias normas, todo lo
cual contribuyó a no conseguir el objetivo informador, inicialmente propuesto.
Si bien, esta Ley está prácticamente derogada, hay, en las siguientes, una serie de
reminiscencias continuadoras de su espíritu conceptualista que las hace destacar en la
definición legal de tipología de empleado público pues contiene la única definición
legal, con independencia de la penal, existente en nuestro Ordenamiento Jurídico
respecto a la condición de funcionario público, rompiendo, así mismo, con la
exclusividad de presencia funcionarial en la administración, al permitir la incorporación
de personal sometido a derecho privado aunque limitado a aquellas funciones para las
que no existía personal funcionario apropiado destinado a funciones de mayor
cualificación y responsabilidad representativa, por lo que la contratación laboral
quedaba centraba en funciones manuales o de oficios ni siquiera destinados a personal
subalterno. De todas formas, esta regulación quiso zanjar la dualidad de profesionales
surgida mediante la consideración de simples cuestiones organizativas a determinar
discrecionalmente por la Administración contratante según sus necesidades funcionales
y, sobre todo, de prestación de servicio público, como determinantes de la elección de
una u otra tipología profesional6.
6
Doctrina del Consejo de Estado de su Dictamen de 14 de diciembre de 1960. En Opus. Cit.
CORDERO SAAVEDRA. Nota pié de página. Pág. 42.
7
AA.VV:.Libro Homenaje a Villar Palas. Los límites de la aplicación del derecho del trabajo a las
Administraciones Públicas. Alonso Olea, M. Madrid, 1.989. Pág. 49 a 61.
Desarrollo parcial de los Arts. 103 y 149. 1. 18, de la C. E. será el EBEP el que
intentará culminar, casi veinticinco años después, su completo desarrollo, no obstante,
no acabar de resolver la eterna dicotomía funcional entre personal funcionario y laboral
que conlleva la existencia de dos regímenes jurídicos diferentes, más bien, al contrario,
fortalecer su dualidad.
1.1.3. Ley 30/1.984, de medidas para la reforma de la Función Pública. Bases del
régimen estatutario
8
Sobre la disparidades doctrinales que la neutralidad constitucional planteó en su simplista
consideración de empleados públicos, vid. Opus. Cit. CORDERO SAAVEDRA. Pág. 44 y ss.
9
Como indica la Exposición de Motivos del EBEP puesto que la LMRFP hay que estudiarla en
relación a esta nomativa en lo que no esté expresamente derogado, erigiéndose como el
“actualizador” de la regulación laboral del personal empleado público y derogando expresamente
bastantes artículos de la mencionada Ley de 1.984. En concreto, establece la Disposición
Derogatoria única como derogados los arts. 3.2. e) y f): 6, 7, 8, 11, 12, 13.2, 3 y 4, 14.4 y 5, 16, 17,
18. 1 a 5, 19.1 y 3, 20.1, a-9, b-9 párrafo primero, c), e), y g) en sus párrafos primero a cuarto (sic), e
i), 2, y 3, 21, 22.1 a excepción de los dos últimos párrafos, 23, 24, 25, 26, 29, a excepción del último
párrafo de sus apartados 5, 6 y 7, 30.3 y 5, 31, 32, 33, Disposiciones Adicionales Tercera, 2 y 3,
cuarta duodécima y decimoquinta, Disposiciones Transitorias Segunda, Octava y Novena.
A imagen y semejanza del modelo organizativo estatal para la gestión del personal,
se fueron configurado los de las Comunidades Autónomas, estableciendo algunas de
ellas –art. 30 LFP Cataluña, art. 25.2 LFP Galicia; art. 12.2 LFP Andalucía; art. 82 LFP
Aragón10– regulaciones autonómicas con idéntico régimen al del art. 15.1.c. LMRFP,
destacando el mandato a las Autonomías para la regulación de su Función Pública, sin
perjuicio de las bases generales determinadas en la misma Ley general, que establecía la
10
Comunidades históricamente, autonormadas, en mayor o menor medida, situación que a nuestro
juicio, implica superar el carácter potestativo y establecer una verdadera prescripción de reserva de
puestos profesionales. Siguiendo a Opus Cit. BOLTAINABOSH, X. Los puestos de Trabajo del
personal laboral en las Administraciones públicas. Edit. Tirant Lo Blanch. Colección Laboral 167.
Valencia. 2.006” Pp. 57 y ss. En esta propuesta que planteamos, creemos igualmente necesario que
la reserva a favor del personal laboral debiera abarcar campos o áreas completas y no, únicamente,
funciones, evitándose así, la coexistencia de funcionarios y trabajadores sin razón alguna.
Por su parte, la Ley de Bases de Régimen Local de 1985 (BOE núm. 80, de 3 de
abril de 1.985), clasifica al personal al servicio de las Entidades locales en funcionarios
de carrera, contratados en régimen de Derecho laboral y personal eventual, sin que se
distinga dentro de éstos entre temporales e indefinidos, fijos o no fijos, por lo que se
posibilitan ambas opciones sin que el carácter sea condicionante para determinar el tipo
de trabajo o las distintas tareas.
Por su parte, el Texto Refundido de Régimen Local (BOE núm. 96, de 22 de abril de
1986) admite claramente la contratación laboral de personal sin delimitarla a tareas
determinadas. En su artículo 175.3, al referirse al “Personal de oficios”, dentro de la
Subescala de Servicios Especiales, señala que las “tareas de carácter
predominantemente manual” (Encargado, Maestro, Oficial, Ayudante y Operario) se
admiten sin perjuicio de que no tengan la consideración de funciones públicas,
pudiendo, determinar qué plazas se reservan al personal laboral, en función del marco
general establecido por las Comunidades Autónomas.
11
STC, nº 99/1987, de 11 de junio. (BOE nº 181, de 29 de julio de 1988. Aranzadi: RCL\1988\1643),
de 26 de junio de 1987.Recurso de inconstitucionalidad. Cuestión aún debatida con posterioridad, a
través de las Sentencias del TSJ de Andalucía de 25 de mayo de 2009 (Aranzadi. Sentencia nº
974/2009. RJCA: 2009/726) y de 25 de marzo de 2011 (Aranzadi. Recurso de Apelación nº
695/2009. JUR 2011\261076), respectivamente, y, particularmente, a través de la Providencia de
suspensión cautelar del protocolo de integración del personal dela Fundación andaluza Fondo
formación y empleo (FAFFE), dictada con fecha 15 de noviembre de 2011, por el Tribunal Superior
de Justicia de Andalucía (Sede de Sevilla. Sala de lo Contencioso-Administrativo. Sección Primera.
Recurso de apelación 466/2011, relativo a Derechos Fundamentales. Nº de Registro Auxiliar del
Gabinete Jurídico de la Consejería de la Presidencia, nº 42219, de 17 de noviembre).
12
Artículos 15 último inciso, 21.2.d; 22.2 y 3; 27.3 y 4; 29.2.1 y Disposición Adicional Novena 1.4 y
Disposición Adicional Decimoquinta.
13
La Providencia del TSJ de Andalucía de 15 de noviembre de 2011, (Sede de Sevilla. Sala de lo
Contencioso-Administrativo. Sección Primera. Recurso de apelación 466/2011, relativo a Derechos
Fundamentales. Registro Auxiliar del Gabinete Jurídico de la Consejería de la Presidencia, nº
42219), difiere de la concepción pública del personal contratado laboral por la administración
instrumental andaluza, por cuanto que mantiene que la contratación por el régimen de derecho
privado, así como, la carencia de potestades y funciones consideradas públicas, junto con la
modalidad de acceso a dicho puesto, en el que no se han respetado los principios de igualdad, mérito
y capacidad que establece el art. 23. 2 CE, determinan, de por sí, el alejamiento de su estatuto
jurídico del concepto de empleado público que contiene el artículo 8 del EBEP (Fallo Quinto).
14
En ese sentido, STSJA núm. 187/2004. Sede de Sevilla. Sala de lo Contencioso-Administrativo, de
22 de enero de 2005 (Aranzadi Social, 2005(/255); STC nº 130/2009, de 1 de junio (Aranzadi: RTC
2009/130), y un largo etc. En este mismo sentido, CORDERO SAAVEDRA, L., “Régimen de trabajo en
las administraciones Pp. 40, sienta el campo común de ambas ramas del derecho al reconocer la
permanente ósmosis existente entre las mismas, extensivas, unas hacia aspectos relativos al vínculo
privado (regulación salarial, clasificación profesional, regulación de la representación sindical, de la
negociación colectiva o de la situación del derecho de huelga) otras, hacia el ámbito público
(mecanismos de selección del personal laboral, principalmente, sometidos a los principios de
igualdad, mérito, capacidad y publicidad), aunque también existen materias concluyentes en ambos
regímenes jurídicos (esencialmente, la materia preventiva).
15
En este sentido, IZQUIERDO HERNÁNDEZ, F.J. y MOLINA GARCÍA, M, “La laboralización de los
funcionarios públicos”. Valencia. 1.996.
1.1.6. Ley 7/2007, de 12 de abril, por la que se aprueba el Estatuto Básico del
Empleado Público (modificada por Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30
de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto
Básico del Empleado Público)
Con ello, el personal laboral asalariado en cualquiera de los entes que componen la
administración serán considerados empleados públicos del sector instrumental
condicionados a existencia presupuestaria sin que la prolongación in tempore suponga
la adquisición directa y automática de la condición de funcionario público puesto que
esta condición sólo ocurrirá cuando estos trabajadores superen los procesos selectivos
pertinentes, celebrados ajustados a normativa, esto es, con el debido procedimiento
que contemple la correspondiente publicidad, evaluación de méritos y capacidades de
modo objetivo.
Esta doctrina se consolida en el año 1998, cuando el Pleno de la Sala de lo Social del
Tribunal Supremo dicta dos sentencias de 20 y 21 enero 1998 (rec. 317/1997 –EDJ
1998/1305– y rec. 315/1997 –EDJ 1998/1306–) en las que de forma expresa se
distingue entre el trabajador no fijo y el vinculado de forma temporal indefinida e
incondicionada, con la Administración pública. Los pronunciamientos judiciales
recaídos en la materia hasta nuestros días han respetado de forma unánime dicha
distinción llegándose a decir en la STS de 13/10/1998, rec. 1383/1998 (EDJ
1998/22094) que “la calificación de fijeza es una calificación que corresponde a la
posición subjetiva del trabajador en la empresa, mientras que la calificación del
carácter indefinido de la relación contractual está referida objetivamente al vínculo
contractual y no a la posición del trabajador”.
En la normativa específica pública actual del EBEP, el art. 8.2.c), sostiene los
términos “personal laboral fijo” y “personal laboral indefinido” referenciando, desde
esta contextualización, las funciones a desarrollar, en la medida en que impliquen
participación directa o indirecta en el ejercicio de potestades públicas o en la
salvaguarda de intereses generales del Estado que hagan necesaria la dotación de una
especial condición profesional que sólo la ostenta el personal funcionario estatutario o
interino. Teniendo en cuenta la ejecución de determinadas actuaciones marcadas por
una concreta y determinada temporalidad, el trabajador público indefinido no fijo se
presenta como resultado de haber formado parte de programas, generalmente de carácter
temporal, que prolongados en el tiempo, con mayor o menor justificación, han
continuado desempeñando su labor profesional sin atender al límite temporal
condicionado con el que surgieron.
Ahora bien, aunque de una lectura del precepto y del sentido literal de la norma
pudiera desprenderse que la administración puede, arbitraria y altruistamente contratar a
personal laboral para prestar sus servicios y obviar a conveniencia las condiciones
legales impuestas a cada tipo de contratación, nuestra jurisprudencia ha venido poco a
poco ordenando el acceso al empleo público, desechando la idea de la arbitrariedad.
Sirva de ejemplo la STS núm. 3469/2014, de fecha 07 de julio de 2.014, que vino a
establecer que la figura del personal indefinido recogido en el EBEP, no puede traer
causa de contratación directa, con carácter general, de trabajadores indefinidos, por lo
que si la administración decide prescindir de sus servicios deberá de acudir a los
procedimientos del despido objetivo previstos en el Estatuto de los Trabajadores para
amortizar estas plazas, bastando con aplicar la indemnización prevista para la extinción
de contratos temporales.
3. CONCLUSIÓN
En este sentido, consagra el modelo de empleo laboral en uno paralelo a todos los
niveles del funcionarial de carrera con posibilidad de que los contratados desempeñen
funciones que directa o indirectamente impliquen el ejercicio de autoridad o afecten al
interés general, pese a la prohibición constitucional y legal existente.
16
Ilustrativa es, en este sentido, la reflexión realizada por PARADA VÁZQUEZ, R., en “Derecho del
empleo público. Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público”. Edit.
Marcial Pons. Madrid. 2007. Pp. 61 y Ss., para quien “Si en la empresa privada la flexibilidad del
régimen laboral está compensada con la mayor atención y diligencia con que el gestor pone en la
selección, gestión, disciplina y despidos, en las Administraciones públicas, empresas sin amo, el
contrato laboral no siente esa presión empresarial, dado que, además, goza, no sólo prácticamente,
sino jurídicamente, de la misma inamovilidad que el funcionario”.
17
Al efecto, Vid. RAMÓN PARADA, “Derecho del Empleo ….”. Pp. 64.
1. Introducción
El art. 8 del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP, en adelante) señala que
el personal laboral, en atención a la duración del contrato puede ser: indefinido,
temporal o fijo. Este precepto recoge de manera confusa la doctrina sentada por la
jurisprudencia de mediados de los años noventa del siglo pasado que intentó establecer
un equilibrio entre la aplicación de la normativa laboral en casos de irregularidades en la
contratación temporal y el respeto a los principios constitucionales de mérito y
capacidad en el acceso a la Función Pública –arts. 14 y 23.2 CE– (entre otras, SSTS de
7 de octubre de 1996 –RJ 7497–, y de 20 y 21 de enero de 1998 –RJ 1000 y RJ 1138–;
esta doctrina se ha mantenido y consolidado en numerosos pronunciamientos
posteriores como puede verse, por ejemplo, en la STS de 22 de julio de 2013 –RJ 7657–
). Se instaló así en la Administración Pública la figura del trabajador indefinido no fijo,
cuyo contrato inicialmente temporal devenía indefinido como sanción al empleador por
cometer alguna irregularidad de la normativa laboral aunque permitía que el contrato se
extinguiera al producirse la cobertura de la plaza por el procedimiento reglamentario
oportuno (esta circunstancia ha llevado también a considerarlos “indefinidamente
temporales”). Se limitaba con ello, en cierta medida, la discrecionalidad de la
empleadora pública sobre la continuación de la relación laboral y se canalizaba la
extinción hacia el cumplimiento de una serie de requisitos que garantizaran, por un lado,
el derecho del trabajador a la estabilidad laboral y, por otro lado, el cumplimiento por
parte del empleador público del mandato constitucional que exige que el acceso a la
función pública se realice a través de un proceso de selección que evidencie el mérito y
capacidad del trabajador1. La existencia de esta figura se vio avalada, en el marco
comunitario, en las SSTSJCE de 4 de julio de 2006 –TJCE 2006, 181, asunto Adelener,
y de 23 de abril de 2009 –TJCE 2004, 94, asunto K. Angelidaki y otros2–.
Debe tenerse en cuenta que, al igual que ocurre en el sector privado, no todas las
irregularidades en la contratación temporal pueden transformar el contrato en indefinido
1
Señala la STSJ del País Vasco de 2 de diciembre de 2014 –AS 2015/342– que “las irregularidades
en la contratación temporal de las Administraciones Públicas no pueden determinar la adquisición
de la condición de fijeza, porque ello supondría la vulneración de las normas con relevancia
constitucional que garantizan los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad en el acceso
al empleo público. La Administración pública no puede atribuir a los trabajadores afectados por
estas irregularidades la pretendida fijeza en plantilla con una adscripción definitiva del puesto de
trabajo, sino que por el contrario está obligada a adoptar las medidas necesarias para la provisión
regular del mismo y, producida esa provisión en la forma legalmente procedente, existirá una causa
lícita para extinguir el contrato. El reconocimiento de la condición de indefinido no fijo responde a
estas exigencias porque preserva la cobertura del puesto de trabajo de acuerdo con los principios
constitucionales.
2
Con anterioridad, STSJ de 7 de septiembre de 1996 –TJCE 1996, 229, asunto Vassallo y Marrosu.
no fijo, sino que es preciso para ello que se trate de irregularidades cualificadas (STS de
30 de mayo de 2007 –RJ 6113–); así, la falta de forma escrita (art. 8.2 ET y art. 11
EBEP), la continuidad en la prestación de servicios expirada la duración máxima del
contrato temporal (art. 49 c ET), la ausencia del alta en Seguridad Social cuando haya
transcurrido un período igual al del período de prueba (art. 15.2 ET) o los contratos
celebrados en fraude de ley (art. 15.3 ET) transforman el contrato temporal en
indefinido no fijo3.
Especial referencia debe hacerse del contrato para obra o servicio determinado en la
Administración Pública pues como señala la Disposición Adicional 15ª del ET, éste
presenta algunas particularidades que incidirán, en definitiva, en la conversión de
contratos temporales en indefinidos no fijos. Así, dispone la mencionada Disposición
que la duración máxima del contrato para obra o servicio determinado que señala el art.
15.1 a) del ET será también de aplicación en el marco de las Administraciones Públicas
y sus organismos públicos dependientes o vinculados a las mismas, es decir, que la
duración será de tres años con posibilidad de ampliar el contrato doce meses más por
convenio colectivo sectorial. El transcurso de dicho plazo máximo transforma el
contrato temporal en indefinido no fijo. No obstante, se excepciona de esta regla de
indefinición a las modalidades contractuales contempladas en la Ley Orgánica de
Universidades o en otras normas con rango de ley referidas a proyectos específicos de
investigación o de inversión de duración superior a tres años.
Pero es, sin duda, el fraude de ley en la contratación temporal la causa que
mayoritariamente convierte en “indefinido no fijo” el contrato que inicialmente era
temporal; la STSJ de Cataluña de 9 de marzo de 2010 –AS 1121– considera que “el
fraude de ley es, sin género de duda, una irregularidad patológica que aqueja al sistema
de contratación laboral temporal” siendo claro que tal fraude acarrea el carácter
indefinido del contrato con carácter iuris et de iure, sin admitir, por tanto, prueba en
contrario. Al respecto debe recordarse que el fraude de ley “no implica siempre y en
toda circunstancia una actitud empresarial estricta y rigurosamente censurable desde una
perspectiva moral, social o legal (dolus malus), sino la mera y simple constancia de que
la situación legal contemplada no implica eventualidad alguna y sí una prestación de
servicios que es clara manifestación del desarrollo normal y habitual de la actividad
empresarial” (STS de 21 de marzo de 2002 –RJ 3818–). Añade, además, la STSJ de
Cataluña de 9 de marzo de 2010 –AS 1121– que cuando se suceden contratos
temporales sin causa justificativa de la temporalidad, la transgresión producida se
transmite al resto de la cadena contractual temporal posterior aunque el último haya sido
celebrado de forma correcta. Se produce así un efecto dominó provocado por un
contrato abusivo y fraudulento sobre los posteriores, acarreando ello la conversión de la
relación laboral temporal en indefinido no fijo, no perdiéndose dicho carácter ni por los
finiquitos firmados por cese de dichos contratos ni por posibles nuevos contratos
formalizados posteriormente (STS de 24 de abril de 2006 –RJ 3628–). Por otro lado, se
considera fraudulenta en la Administración Pública la contratación temporal de
trabajadores para realizar tareas permanentes y habituales pese a que su financiación se
encuentre sometida a subvenciones temporales: STS de 1 de abril de 2009 –RJ 3247– y
STSJ Andalucía de 10 de julio de 2014 –JUR 238340–, STSJ Madrid de 9 de enero de
3
Así, la STS 8 de abril 2009 –RJ 3248– advierte que no constituye una irregularidad cualificada, por
ejemplo, el error sobre la concreta modalidad contractual temporal a utilizar.
-Y, en tercer lugar, cuando se encadenen dos o más contratos temporales, con o
sin solución de continuidad, durante un plazo superior a 24 meses dentro de un período
de referencia de 30 meses (STS de 23 de abril de 2012 –RJ 623–), siempre que, como
señala el art. 15.5 ET, no se trate de contratos formativos, de relevo e interinidad o
contratos celebrados en el marco de programas públicos de empleo-formación o de
empresas de inserción. Advierte, no obstante, el apartado 3 de la Disposición Adicional
15ª del ET que para la aplicación del límite al encadenamiento de contratos en el sector
público sólo se tendrán en cuenta los contratos celebrados en el ámbito de cada una de
las Administraciones Públicas sin que formen parte de ellas, a estos efectos, los
organismos públicos, agencias y demás entidades de derecho público con personalidad
jurídica propia vinculadas o dependientes de las mismas. Tampoco se aplicará a las
modalidades particulares de contratos de trabajo contempladas en la Ley Orgánica de
Universidades o en cualquier otra norma con rango de ley.
inacción del empleador público en la provisión de las plazas. En concreto, afirma este
pronunciamiento que el contrato de interinidad por vacante deviene indefinido no fijo
cuando se supera el plazo máximo legal de tres años para que la Administración Pública
provea la cobertura de la vacante en los términos establecidos en el art. 70 del EBEP
Entiende, además, que aunque pueda plantearse que ello sólo ocurriría cuando la plaza
esté dotada presupuestariamente, esta circunstancia debe darse por supuesta en la
contratación de interinidad por vacante en la medida que dicha plaza dispone de fondos
públicos para el abono de los gastos salariales y de Seguridad Social de ese contratado
interino. Para el cómputo del plazo de tres años no ha de tomarse en consideración la
fecha de la contratación del interino por vacante, sino la fecha en que se produjo dicha
vacante, indicando que dicho cómputo deberá iniciarse el día primero del año natural
siguiente a la producción de la vacante que es cuando puede aprobarse la
correspondiente oferta de empleo público que incluya la plaza tras la aprobación de la
correspondiente ley de presupuestos.
Dicha similitud, sin embargo, no los hace totalmente equiparables pues, como señala
el Tribunal Supremo “el status jurídico del trabajador indefinido no fijo de la
Administración Pública se caracteriza por el hecho de que, durante la vigencia y
desarrollo de la relación laboral, no puede producirse ninguna consecuencia negativa
que pueda mermar sus derechos laborales, sindicales y/o de protección social con base
en una pretendida e inexistente temporalidad o irregularidad de la plaza (STS de 27 de
mayo de 2002 –RJ 9893–, STS de 20 de julio de 2007 –RJ 7600– y STS de 19 de
febrero de 2009 –RJ 1594–). Insisten estos pronunciamientos en que las diferencias
entre ambas figuras “no están en la extinción del contrato” sino en la “vigencia y
desarrollo del mismo”.5
Por otro lado, el carácter no temporal del contrato indefinido no fijo lo posiciona en
una situación diferente del contrato de interinidad por vacante en el marco de los
despidos objetivos o colectivo ya que, el primero, aunque sea de manera indirecta, es un
trabajador computable a todos los efectos para efectuar despidos objetivos o colectivos
en aplicación de la Disposición Adicional 16ª del ET y arts. 51 y 52 c) ET, mientras que
el contrato de interinidad por vacante, al ser un contrato temporal, debería quedar
5
En el mismo sentido, puede verse la STSJ de Cataluña de 9 de marzo de 2010 –AS 1121–.
excluido de dicho cómputo ex art. 51.1 ET, salvo que, como señala la STS de 24 de
junio de 2014 –RJ 4380–, la expiración del mismo no se produzca por la llegada del
tiempo convenido que exige el art. 49.1 c) del ET.
3.2. Extinción del contrato indefinido no fijo y del contrato de interinidad por
vacante.
Como ya se ha indicado, hasta hace relativamente poco tiempo, los tribunales de
justicia entendían que la extinción contractual del indefinido no fijo y del contrato de
interinidad por vacante eran equiparables pues, en ambos casos, la causa extintiva operaba
directamente sobre los contratos (STS 8 de junio de 2011 –RJ 5937–, STS de 29 de enero
de 2013 –RJ 1962– y STS de 22 de julio de 2013 –RJ 7657–). Según esta doctrina, ello
“responde a la propia naturaleza de la relación contractual de interinidad en cuanto
referida al desempeño, con carácter de provisionalidad, de un puesto de trabajo” (SSTS de
8 de junio de 2011 –RJ 5937– y de 27 de febrero de 2013 –RJ 4349–).
-Por la cobertura definitiva de la plaza que ocupa antes de que transcurran tres años,
en cuyo caso, la extinción opera directamente sobre el contrato de trabajo y el interino
no tendrá derecho a indemnización. Si la cobertura de la plaza se produce con
posterioridad a los tres años, el contrato de interinidad se extingue y se transforma en un
indefinido no fijo.
6
Señala el art. 4 del RD 2720/1998 que “en los procesos de selección llevados a cabo por las
Administraciones Públicas para la provisión de puestos de trabajo, la duración de los contratos
coincidirá con el tiempo que duren dichos procesos conforme a lo previsto en su normativa
específica”.
7
Conforme al art. 49.1.c) ET cuando expire dicho tiempo el trabajador interino no tiene derecho a
percibir ninguna indemnización.
-Por amortización de la plaza. Si dicha amortización tiene lugar antes del plazo de
los tres años que marca el art. 70 del EBEP, se produce un daño al trabajador que debe
ser indemnizado a través del procedimiento de despido objetivo o colectivo por causa
organizativa (STSJ de Madrid de 14 de noviembre –AS 2015/427–, STSJ Islas Baleares
de 6 de junio de 2014 –AS 1302– y STSJ Comunidad Valenciana de 17 de junio de
2014 –AS 2017–). Si la amortización se produce con posterioridad a los tres años, se
trataría entonces de un contrato indefinido no fijo que, en todo caso, requerirá del
procedimiento establecido en la Disposición Adicional 16ª del ET para aplicar el
despido objetivo o colectivo del trabajador, con derecho a indemnización (entre otras,
STS de 8 de julio de 2014, rec. nº 2693/2013, STSJ de Navarra de 5 de junio de 2014
–AS 2752–, STSJ de Galicia de 4 de octubre de 2013 –AS 3007–, STSJ de Islas
Canarias de 23 de noviembre de 2013 –AS 1168).
Resumen
Nuestro ordenamiento regula una serie de supuestos en los cuales el trabajador tiene
derecho a la reducción de su jornada de trabajo, con una reducción proporcional de la
retribución, y manteniendo el derecho a volver a su jornada original una vez transcurrido un
tiempo o desaparecida la causa que dio lugar al derecho. Se trata de un grupo importante
dentro de los derechos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral, que gozan de
un régimen de ejercicio muy privilegiado incluso con beneficios en materia de seguridad.
En el presente trabajo se parte de la exposición de las líneas generales del régimen de ejercicio
de los distintos supuestos, tanto en sede legal como en sede convencional y judicial, y se
cuestiona hasta qué punto las personas trabajadoras en general conocen y utilizan estos
derechos. En este sentido, se exponen los principales resultados de un estudio empírico que la
autora ha realizado sobre este tema, así como las conclusiones que de él se han obtenido y que
nos dan las claves de por dónde deben ir las futuras reformas de la figura.
Abstract
Our system regulates a number of cases in which the worker is entitled to a reduction of his or
her working day, with a proportioned reduction in the payment, and preserving the right to
return to his or her original working day after a time or once the cause which led to the right
has disappeared. This is an important group within the personal, family and work life
conciliation rights, which have a very privileged regime even with benefits in security affairs.
The present work starts with the exhibitionof the outlines of the regime of the different
cases, both legal and conventional and judicial aspects. Also, it is questioned to which point
workers generally know and use these rights. In this sense, the main results of the author’s
empirical study are shown, as well as the conclusions that have been obtained from it, that
give us clues to future reforms.
1. INTRODUCCIÓN
El artículo 37.5ET reconoce el derecho a una reducción de jornada para quien “por
razones de guarda legal tenga a su cuidado directo algún menor de 12 años o una
persona con discapacidad física, psíquica o sensorial, que no desempeñe una actividad
retribuida”. Tendrá el mismo derecho quien precise encargarse del cuidado directo de
un familiar, hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, “que por razones de
edad, accidente o enfermedad no pueda valerse por sí mismo, y que no desempeñe
actividad retribuida”.
Se está ante un auténtico derecho individual del trabajador o trabajadora (el cual
debe ser soportado por el empresario) pues su ejercicio no depende del acuerdo con la
empresa, aunque ésta pueda poner objeciones a los términos en que se ejercite.
Corresponde al trabajador o la trabajadora como titulares del derecho a la reducción de
jornada la elección del horario laboral en que disfrutarán la reducción de jornada que
permita el atendimiento y custodia de las personas a su cargo; por ser los trabajadores
los únicos capacitados para determinar cuál es el momento más adecuado para cumplir
las obligaciones encaminadas a su atención y cuidado.
Así pues, como regla general, se otorga la facultad de elección de horario para su
jornada reducida en favor del trabajador, si bien éste queda sometido a los principios de
buena fe contractual en el ejercicio de la citada concreción horaria (por aplicación de lo
dispuesto en el artículo 7 del CC que rige la relaciones jurídicas contractuales y los
artículos 5.a) y 20.2 ET para la relación jurídica laboral); dicho ejercicio no podrá ser
abusivo o contrario a tales exigencias derivadas del principio de buena fe1. Cuando las
circunstancias que concurran en cada caso y los términos de la concreción horaria
propuesta por el trabajador supongan un grave perjuicio para la subsistencia de la
empresa o afecten gravemente su producción no podrá ampararse judicialmente el
ejercicio de este derecho; tampoco si existe la posibilidad de satisfacer el derecho del
trabajador en otro horario compatible con el proceso productivo de la misma
1
STSJ de Cataluña de 21 febrero 2014 (AS 2014\786), STSJ de la Rioja de 10 de febrero de 2012
(AS 2012\575). La sentencia de 3 junio de 2013 (AS 2013\2503) que deniega la concreción horaria
solicitada por la trabajadora en aplicación de lo establecido en el CC para controladores de tránsito
aéreo en la entidad pública empresarial aeropuertos de España por no inexistencia de perjuicios que
se le ocasionaría a su derecho de conciliar su vida laboral y familiar.
El artículo 37, apartado 4 bis, del ET bis establece que “en los casos de nacimientos
de hijos prematuros o que, por cualquier causa, deban permanecer hospitalizados a
continuación del parto, la madre o el padre tendrán derecho a ausentarse del trabajo
durante una hora. Asimismo, tendrán derecho a reducir su jornada de trabajo hasta un
máximo de dos horas, con la disminución proporcional del salario”. Al indicar el texto
“la madre o el padre”, parece existir un solo derecho al permiso y un solo derecho a la
reducción de jornada, de manera que el disfrute se decidirá por ambos progenitores y se
tratará usualmente de un disfrute femenino. Por tanto, la concreción de quien disfrutará
el permiso o alternativamente la reducción será de difícil aplicación práctica cuando los
progenitores no lleguen a acuerdo.
Como hemos comentado anteriormente, una medida es más eficaz cuanto más
utilizada haya sido, por aquellas personas que se encuentran en la situación que da
derecho al uso de la misma, y mejor la valoren en cuanto a su utilidad para la
conciliación.
2
La validez hace referencia a que las preguntas sean entendidas por el encuestado, en el mismo
sentido que son formuladas por el investigador; la capacidad alude a que las escalas de las distintas
preguntas tengan la suficiente sensibilidad para detectar cambios de opinión o percepción entre los
distintos encuestados; y, por último, la fiabilidad indica que las escalas están libres de error
aleatorio.
3
Una pregunta era relativa a si alguna vez había estado en la situación que da derecho al uso de la
medida de conciliación, tomando el valor 0, si no lo había estado y el valor 1 en caso afirmativo.
Otra pregunta versaba sobre si había utilizado la medida tomando valor 1, si no la había utilizado y
2, en caso de que la hubiese utilizado; por último se le pedía que valorase en una escala de 5
posiciones en la que 1, es muy inútil y 5 muy útil, la medida en para la conciliación.
Iij = Sij*Dij*Vij
Donde:
El subíndice “j”, representa a cada una de las personas encuestadas, por lo que toma
valores desde 1 a 296, que es el número de encuestas válidas recibidas.
La muestra está compuesta por un total de 296 personas, de las cuales 157 son
hombres (54,5%) y 131 mujeres (45,5%), en ocho cuestionarios no contestaron a esta
pregunta; con edades que van desde los 25 años a los 69, con una edad media de casi 43
años (42,89) con edades que van desde los 25 años a los 69, con una edad media de casi
43 años (42,89).
El tamaño de las empresas en las que trabajan las personas que han contestado el
cuestionario es: 67 (23,8%) trabajan en micro empresas, 41 (14,5%) en pequeñas
empresas, 48 (17%) en mediana empresa y 125 (44,3%) en grandes empresas.
9 Reducción por cuidado de persona con discapacidad 139 47,0 147 49,7 10 3,4
Sí % No % N.C. %
Reducción por hijo menor de 12 años -
8 167 56,4 114 38,5 15 5,1
ambos
Reducción por cuidado de persona con
9 130 43,9 147 49,7 19 6,4
discapacidad - ambos
Reducción por cuidado de familiar -
10 119 40,2 158 53,4 19 6,4
ambos
El p-valor obtenido para todos los contrastes es 0,000, por lo que todas las hipótesis
se rechazan. Todas las medidas de reducción de jornada por conciliación son utilizadas
por menos del 50% de la población encuestada.
Como puede apreciarse, tres de las 5 subhipótesis planteadas han sido rechazadas, lo
que no nos permite afirmar que un mayor conocimiento de las medidas de conciliación
incida positivamente en el uso y disfrute de éstas.
misma”, podemos destacar que sólo el 2,2% de las personas encuestadas que han tenido
la necesidad de cuidar a una persona con discapacidad, han utilizado esta medida de
reducción de jornada. La utilización de la medida no está relacionada con el grado de
conocimiento de la misma. Más bien la no utilización pudiera estar más relacionada con
la reducción proporcional de salario o con la percepción que en la empresa pueda haber
respecto al uso de este tipo de medidas.
Tampoco ha sido aceptada la hipótesis H2.11. Del total de 73 personas que se han
encontrado en la situación de parto prematuro, únicamente 3 han hecho uso de la
medida de reducción de jornada. Se podría pensar que la eficacia de esta medida no es
alta. Al estar uno de los progenitores en licencia por maternidad o paternidad, podría
pensarse que el uso de esta medida tiene un menor atractivo.
Tabla 6: Aceptación/Rechazo de la tercera hipótesis sobre el sexo como factor de explicación de mayor
uso de las medidas de reducción de jornada por conciliación.
ⱷ coeficiente de Aceptar /
Hip. Denominación de las hipótesis H3X Significación
contingencia Rechazar
La reducción de jornada por cuidado de menor
H3.5 de doce años lo disfrutan más mujeres que 0,132 0,035 ACEPTAR
hombres
La reducción de jornada por cuidado de
H3.6 personas con discapacidad la disfrutan una 0,100 1 RECHAZAR
mayor proporción de mujeres que de hombres
La reducción de jornada por cuidado directo de
H3.7 familiar es disfrutada por mayor proporción de 0,066 0,298 RECHAZAR
mujeres que de hombres
La reducción de jornada por parto prematuro la
H3.8 disfrutan las mujeres en mayor proporción que 0,072 0,335 RECHAZAR
los hombres
La reducción de jornada por cuidado de menor
H3.9 con cáncer o enfermedad grave la utilizan más 0,080 0.501 RECHAZAR
las mujeres que los hombres
Fuente: Elaboración propia
Sin embargo, la hipótesis H3.5 sobre reducción de jornada por cuidado de menor de
doce años lo disfrutan más mujeres que hombres. La utilización de esta medida en
mayor grado por las mujeres, demuestra una vez más que las desigualdades entre ambos
sexos persisten como consecuencia de una socialización diferenciada que les hace
asumir unos roles u otros. La mujer sigue asumiendo la mayor parte de las cargas
familiares y el cuidado de los hijos. Esta falta de corresponsabilidad dificulta la
integración, la permanencia en el empleo y el desarrollo de la carrera profesional.
Cabe esperar que en aquellas empresas en las que esté mal visto el uso de las
medidas de reducción de jornada para conciliación, se inhibirá a la persona trabajadora
en el disfrute de las mismas. Se han establecido dos subhipótesis correspondientes a dos
grupos de medidas que relacionan la eficacia de las medidas de reducción de jornada
con la flexibilidad de la empresa en relación al disfrute de las mismas.
Como puede observarse, las dos subhipótesis han sido aceptadas, lo que confirma
que existe relación entre la eficacia de las medidas de reducción de jornada por
conciliación y la percepción que el trabajador tiene sobre la actitud de la empresa ante la
solicitud de estos instrumentos.
Por tanto, si se tiene la percepción de que en la empresa no está bien visto disfrutar
de este tipo de medidas, la persona trabajadora estará condicionada a la hora de
solicitarlos.
A pesar que lo que cabía esperar era que sí existiese relación entre el uso de las
medidas y la percepción de que el uso de estas medidas pudiera afectar al desarrollo de
su carrera profesional, esta hipótesis ha sido rechazada con una significación del 0,196.
No se puede confirmar esta relación.
La siguiente hipótesis que se formuló pone en relación la renta percibida por las
personas encuestadas y la eficacia de las medidas que implican reducción de jornada y
la correspondiente reducción de renta.
Tabla 8: Aceptar / Rechazar de la hipótesis sobre los ingresos mensuales como factor de explicación de la
eficacia de las medidas de reducción de jornada.
Aceptar /
Hip. Denominación de las hipótesis H7X t-Student Significación
Rechazar
Las personas con rentas altas valoran más la eficacia
H7.1 de las medidas de conciliación con reducción de 1,322 0,187 RECHAZAR
jornada por conciliación ordinaria
Las personas con rentas más altas valoran más la
H7.2 eficacia de las medidas de conciliación, con reducción 0,582 0,561 RECHAZAR
de jornada, por conciliación extraordinaria
Todas las hipótesis planteadas han sido rechazadas por lo que entendemos que la
eficacia de las medidas de reducción de jornada por conciliación no está relacionada con
el nivel de ingresos mensuales.
4. CONCLUSIONES
- En general, las mujeres no utilizan más las medidas de conciliación que los
hombres. La titularidad indistinta de estas medidas aumenta la eficacia de las
mismas, no siendo el sexo el factor de explicación de un mayor o menor uso de las
medidas. Sólo la medida de reducción de jornada por cuidado de un menor de 12
años es más utilizada por las mujeres que por los hombres.
Resumen
El estudio tiene como objetivo analizar el acoso laboral (mobbing) a través de la
jurisprudencia. El órgano judicial ha dictado un cúmulo de sentencias que aporta, entre
otros, su definición y las diferencias existentes entre el acoso laboral con otros síndromes
que los trabajadores suelen confundir. En el que se evidencian diferentes criterios entre los
diferentes Tribunales Superiores de Justicia, sobre todo a la hora de diferenciar el acoso
laboral con las tensiones arbitrarias del empresario o el abuso del poder empresarial. Por
tanto, se analizan las sentencias habidas para que el lector pueda entender las diferencias
existentes que engloba la figura de estudio, por ejemplo, con otros síndromes que el
trabajador suele confundir, y los elementos configuradores del acoso. Así como la
constatación de que el hostigamiento psicológico se presenta tanto en la Administración
Pública como en la empresa privada.
Abstract
The study aims to analyze mobbing through case law. The court has issued a host of
judgments which provides, inter alia, their definition and the differences between mobbing
with other syndromes that workers often confused. In which different criteria between
different High Courts, especially in differentiating workplace harassment with arbitrary
tensions entrepreneur or abuse of corporate power are evident. There foreit gotten sentences
so that there can understand the differences that figure includes the study, for example, with
other syndromes that workers often confused, and harassment configuring elements are
analyzed. And there realization that psychological harassment occurs in both public
administration and private enterprise.
1. INTRODUCCIÓN
El acoso laboral es una nueva situación social que afecta a un considerable número
de personas en términos considerados inconvenientes e injustos. Según una
investigación realizada en la Universidad de Alcalá (España), son más de un millón y
medio de trabajadores –ello supone un 11,4 % de la población activa española– los que
han sido víctimas de acoso laboral en la empresa, de modo que tanto las personas
afectadas como el resto de las personas del grupo social toman clara conciencia de que
pueden y deben hacer algo para corregirla a través de acciones individuales sea, sobre
todo, de medidas colectivas, a raíz de la emersión de un juicio de disvalor o reproche
por considerar la situación como socialmente indeseable1. La figura del acoso laboral ha
sido estudiada desde hace tiempo, desde varias ópticas, en el que no existe una
definición universal del mismo, comparándole con la violencia, e incluso se le ha
calificado como asesinato psíquico o psicoterror.
1
PIÑUEL Y ZABALA, I.: “La evaluación y diagnóstico del mobbing o acoso psicológico en la
organización: el barómetro Cisneros”, Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones,
Vol. 22, núm. 3, 2006, págs. 309 – 332.
Por tanto, para que pueda apreciarse la existencia de acoso laboral es necesario que
la actuación sea sistemática y prolongada en el tiempo. En este sentido, la incapacidad
temporal por estrés no acredita sin más la existencia de acoso. Sin embargo, la
5
«De tales hechos falta el elemento de hostigamiento entendido como actitud reiterada y mantenida a
través del tiempo en orden a minar la resistencia psicológica del trabajador». STSJ de Cataluña, de 17
de mayo de 2006. En este mismo sentido, se ha establecido que no toda situación de tensión en el
desarrollo de la relación laboral puede merecer la consideración de acoso moral. Debe distinguirse
entre una situación de verdadera hostilidad, vejación o persecución sistemática de lo que puede ser la
exigencia rigurosa de determinado comportamiento laboral. STSJ de Madrid, de 16 de mayo de 2006.
6
STSJ de la Comunidad Valenciana, de 7 de marzo de 2007.
7
STSJ de Madrid, de 15 de enero de 2010.
8
Periodo que señala el INSHT en la Nota Técnica preventiva núm. 476.
9
STSJ de Cataluña, de 27 de julio de 2006.
El acoso laboral, sin embargo, no se determina solo por la subjetiva vivencia del
trabajador, sino que requiere de datos objetivos. Una cosa es que el trabajador se sienta
acosado y otra muy distinta es que el acoso laboral se haya producido de forma objetiva,
para lo que es preciso que concurra la reiterada y maliciosa conducta de hostigamiento
que la define. Hay que destacar que el acoso laboral, como conducta empresarial
vulneradora de derechos fundamentales de los trabajadores es incumplimiento laboral
grave de las obligaciones de la empresa12.
se estaría ante un concepto legal definido por el resultado y no quedaría, por ende,
completado por la acción en sí misma14. En este sentido, en un supuesto en el que un
trabajador, miembro del comité de empresa, que solicita extinción de la relación laboral
por sufrir situación de acoso laboral. Es necesario que el trabajador aporte un principio
de prueba y no una simple conjetura. El hecho de que el trabajador hubiera estado en
situación incapacidad temporal por enfermedad común derivada de ansiedad, habiendo
causado alta por la inspección, no acredita el concurso de una situación de acoso
laboral15.
La existencia de una baja laboral por conflictos en el trabajo no puede integrar sin
más la situación de hecho de acoso laboral; asimismo, el que el trabajador haya tenido
éxito en algunas de las reclamaciones hacia la empresa no significa que la postura de la
misma suponga acoso laboral. Sostener lo contrario sería tanto como considerar que
siempre que se estima una demanda de un trabajador significa que la empresa ha
incurrido tal conducta19.
14
ESCUDERO MORATALLA, J. Y POYATOS I MATAS, G.: Mobbing: Análisis multidisciplinar y estrategia
legal, Bosch, Barcelona, 2004, pág. 163.
15
STSJ de Cataluña, de 24 de enero de 2012.
16
STSJ de Murcia, de 8 de julio de 2008.
17
Vid. VELASCO PORTERO, M.T.: “El despido del trabajador enfermo, ¿improcedencia o nulidad?”,
Revista General de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, núm. 39, 2014. VELASCO
PORTERO, M.T.: “Conciliación y flexiseguridad en el ejercicio de los derechos a la reducción de
jornada”, Documentación Laboral, 100-1, 2014, págs. 53-70. VELASCO PORTERO, M.T.: “El
conflicto entre conciliación y necesidades empresariales en la organización del tiempo de trabajo:
regulación legal, doctrina judicial e importancia de la negociación”, Revista General de Derecho del
Trabajo y de la Seguridad Social, núm. 41, 2015.
18
STSJ de Castilla-La Mancha, de 15 de noviembre de 2013.
19
STSJ de Extremadura, de 30 de abril de 2013.
Grosso modo el Alto Tribunal señala que «al mantener al funcionario durante la
jornada de trabajo de trabajo en un sótano sin ventilación ni luz natural, sin darle
ocupación de ningún tipo; porqué cuando el funcionario solicita la baja por enfermedad,
con apoyo en un certificado médico que acredita que procede la baja laboral, se le
contesta con un oficio en que el Presidente de la Corporación local rechaza la petición
20
STSJ de Valencia, de 6 de febrero de 2013.
21
STSJ de Galicia, de 4 de noviembre de 2003, 26 de noviembre de 2004, 23 de junio de 2006, 17 de
noviembre de 2006, 5 de febrero de 2007 y 22 de julio de 2008.
22
STS de 20 de septiembre de 2011.
23
STSJ de Cataluña, de 22 de julio de 2008.
24
Rec. 3715/1997.
con el escalofriante argumento de que “su actual situación en el trabajo pasa por la
inactividad absoluta”; porqué a cada certificado médico que presenta se le contesta
exigiéndole otro expedido por especialistas diferente, siendo así que cada certificado
corrobora al anterior; porqué se expedienta al funcionario por unos hechos cuya
producción había anunciado en varias ocasiones como inevitables dado el mal estado de
los filtros. Actuaciones (que) constituyen una forma de acoso moral sistemáticamente
dirigido contra el funcionario público reclamante, carentes de toda justificación»25.
25
Vid. El análisis de la sentencia en MOLINANAVARRETE, C.: “Una «nueva» patología de gestión en el
empleo público: el acoso institucional (mobbing)”, Diario La Ley, núm. 5436, año XXII, 10 de
diciembre de 2001, págs. 1-12.
26
ESCUDERO MORATALLA, J. Y POYATOS I MATAS, G.: Mobbing: Análisis multidisciplinar y estrategia
legal, op. cit., págs. 305-306.
27
STSJ de Castilla y León, de 30 de marzo de 2011.
empleado, valorables como constitutivos de acoso laboral, debe calificarse como una
«ofensa verbal». Dos circunstancias incrementan la gravedad de la conducta del
trabajador, por una parte, haberse realizado las imputaciones en un medio de prensa de
considerable circulación en el territorio insular, con la consiguiente alta repercusión de
las mismas, finalidad, a no dudar, buscada. Por otra, la condición de cargo público
sujeto a elección popular del afectado28.
28
STSJ de las Islas Baleares, de 7 de abril de 2006.
29
STSJ de Andalucía, de 3 de julio de 2014.
30
STSJ de Castilla y León, de 14 de noviembre de 2014.
31
STS de 12 de julio de 2007.
32
STS de 8 de febrero de 2001.
33
STS de 18 de abril de 2007.
34
STS de 12 de julio de 2007.
35
STS de 17 de abril de 2007.
36
STS de 14 de octubre de 2003.
37
STSJ de Andalucía, de 9 de junio de 2005.
Por consiguiente, «este asunto del acoso laboral o mobbing que no constituye una
novedad en el ámbito de las relaciones laborales en cualquiera de sus manifestaciones,
bien en la empresa o en la función pública, posee dos vertientes distintas de examen ya
sea desde el punto de vista médico o jurídico, pero que, en último término, ambas
necesariamente confluyen, de modo que han de coincidir las dos para que pueda
afirmarse que existe en el caso concreto esa situación objetiva de acoso. Desde esos dos
puntos de vista se define el acoso laboral –mobbing– como aquella conducta abusiva o
violencia psicológica a que se somete de forma sistemática a una persona en el ámbito
laboral, manifestada especialmente a través de reiterados comportamientos, palabras o
actitudes que lesionen la dignidad o integridad psíquica del trabajador y que pongan en
peligro o degraden sus condiciones de trabajo. Actitudes de hostigamiento que
conducen al aislamiento del interesado en el marco laboral, produciéndole ansiedad,
estrés, pérdida de autoestima y alteraciones psicosomáticas, y determinando en
ocasiones el abandono de su empleo por resultarle insostenible la presión a que se
encuentra sometido»39.
Existen otras figuras de parecido perfil, las cuales presentan, no obstante, diferente
naturaleza, provocadas por el desajuste entre el puesto de trabajo y la organización; así
sucede con el estrés, como respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento del
individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas. Detectado un
38
STSJ de Madrid, Sala Social, de 10 de diciembre de 2007.
39
STS de 16 de febrero de 2011.
40
STSJ de Galicia, de 14 de julio de 2014.
41
STSJ de las Islas Baleares, de 14 de mayo de 2014.
Por tanto, no puede confundirse el acoso laboral con los conflictos laborales que
puedan originarse. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad que padece el trabajador tiene
su origen en la situación laboral, pero no fruto de conductas incumplidoras del
empresario, sino propiciado por su percepción subjetiva que le produce la lógica tensión
emocional45.
42
STSJ de Madrid, de 11 de abril de 2007.
43
STSJ de Cataluña, de 13 de marzo de 2015.
44
STSJ de Castilla y León, de 18 de abril de 2013.
45
STSJ de Canarias, de 23 de julio de 2014.
46
STSJ de Castilla-La Mancha, de 13 de mayo de 2014. Vid. STSJ de Galicia, de 12 de septiembre de
2002, STSJ de Canarias, de 15 de octubre de 2007, STSJ de Cataluña, de 6 de septiembre de 2005.
47
STSJ de Castilla-La Mancha, de 4 de diciembre de 2006.
48
STSJ de Cataluña, de 19 de septiembre de 2008.
49
STSJ de Andalucía, de 8 de mayo de 2007.
50
STSJ de Cataluña, de 1 de octubre de 2008.
51
STSJ de Madrid, de 9 de julio de 2007.
Hay que resaltar que, con gran frecuencia, el acoso se realiza de una forma sutil o
enmascarada, a través de acciones que aparecen como aparentemente neutras, lo que
indudablemente dificulta su constatación y su calificación58. En todo caso, resulta
necesaria la identificación de la persona física que se considera que es la causante del
pretendido acoso, no bastando con una alusión o denuncia de índole genérica59.
Teniendo en cuanta que, al afectar a derechos fundamentales de la persona debe
diferenciarse de lo que pueda constituir un mero ejercicio defectuoso o inadecuado de
los poderes empresariales (de dirección, sancionador), que junto a perseguir una distinta
finalidad (el hostigamiento del trabajador en un caso, el interés empresarial en otro,
respectivamente), comportan también la existencia de unos distinta respuesta jurídica
frente a una y otra actuación60.
52
STSJ de Madrid, de 13 de diciembre de 2006.
53
STSJ de Cataluña, de 19 de septiembre de 2008 y STSJ del Principado de Asturias, de 24 de octubre
de 2008.
54
STSJ de Andalucía, de 15 de octubre de 2008, STSJ de Extremadura, de 19 de junio de 2008, y
STSJ de Galicia, de 26 de septiembre de 2008.
55
STSJ de Andalucía, de 13 de julio de 2008.
56
STSJ de Castilla-La Mancha, de 30 de abril de 2009.
57
STSJ de Murcia, de 22 de diciembre de 2004. «El conflicto y el acoso moral no son realidades
correlativas. Por un lado, todo conflicto no es manifestación de un acoso moral, de donde la existencia
de acoso moral no se prueba con la simple existencia de un conflicto. Por otro lado, la ausencia de un
conflicto explícito no elimina la existencia de acoso moral, al resultar factible su manifestación externa
en un conflicto larvado, aunque, unido a otros indicios, la existencia de conflicto explícito puede ser un
indicio ciertamente no determinante a la vista de la posibilidad de conflicto sin acoso moral de la
existencia de un acoso moral». STSJ de Galicia, de 8 de abril de 2003.
58
STSJ de Comunidad Valenciana, de 8 de enero de 2008.
59
STSJ de Galicia, de 21 de julio de 2008.
60
STSJ del País Vasco, de 26 de febrero de 2002.
trabajo como al personal directivo, el que incluso puede ser sujeto pasivo. Aunque, sin
duda, el más característico y usual es el que parte de una relación asimétrica de poder.
Pero, en todo caso, es claro que este fenómeno es radicalmente contrario al principio de
igualdad de trato, dado que vulnera el derecho a la integridad moral y la interdicción de
tratos inhumanos o degradantes que consagra el invocado artículo 15 de la Constitución
Española y –en el específico ámbito normativo laboral– desconoce sin duda el derecho
que a todo trabajador reconoce el artículo 4.2 e) del ET, para que se respeten su
intimidad y la consideración debida a su dignidad. Estos son indiscutiblemente derechos
básicos, cuya infracción por parte empresarial no puede sino ser calificada como un
grave incumplimiento de las obligaciones contractuales laborales. Es claro que este
fenómeno es contrario al principio de igualdad de trato, pues vulnera el derecho a la
integridad moral y la interdicción de tratos inhumanos o degradantes. Bien entendido
que una mera discrepancia, contrariedad o tensión generada en el trabajo o por el trabajo
no puede calificarse como acoso laboral. El conflicto y el acoso laboral no son
realidades correlativas61.
61
STSJ de Navarra, de 17 de octubre de 2012.
62
STSJ de Navarra, de 15 de diciembre de 2006.
63
STSJ de Cataluña, de 26 de noviembre de 2010.
64
STSJ de Galicia, de 18 de octubre de 2010.
65
STSJ de Extremadura, de 6 de marzo de 2007.
66
STSJ de Castilla y León, de 24 de septiembre de 2008.
67
STSJ de Madrid, de 15 de enero de 2010.
68
STSJ de Cataluña, de 22 de julio de 2009.
69
STSJ del Principado de Asturias, de 12 de diciembre de 2014.
70
STSJ de Andalucía, de 3 de octubre de 2013.
71
STSJ de Madrid, de 8 de enero de 2004.
72
STS de 21 de diciembre de 2001.
73
STSJ de la Comunidad Valenciana, de 21 de diciembre de 2004.
74
STSJ de Galicia, de 13 de abril de 2009.
hostigamiento a las personas que trabajan puede ser calificada como ofensas verbales o
físicas, esta última en su acepción que incluye las psíquicas75.
En definitiva, es necesario delimitar lo que constituye acoso laboral y lo que son las
tensiones ordinarias que subyacen en toda comunidad de personas, de las que no puede
decirse que se encuentren exentas del entorno laboral. Si se tiene en cuenta el
permanente dinamismo con que se desenvuelve el trabajo en general y que genera por sí
mismo tensiones físicas y psíquicas, desencadenantes de padecimientos para el
trabajador en atención a la propia sensibilidad que pueda tener. No toda manifestación
del poder empresarial, aunque se ejerza de forma abusiva, puede calificarse como acoso,
sin perjuicio de que tales prácticas abusivas encuentren respuesta a través de otras vías
previstas legalmente. Para recibir la consideración jurídica propia de acoso, ha de
envolverse la actuación empresarial desde el prisma de una presión que ha de ser
maliciosa y con cierta continuidad en el tiempo, con claro objetivo degradante para la
personalidad del trabajador afectado por la conducta77.
75
STSJ de Madrid, de 22 de abril de 2015.
76
STSJ de Madrid, de 14 de mayo de 2014.
77
STSJ de Cataluña, de 2 de noviembre de 2006.
78
STSJ del Principado de Asturias, de 6 de marzo de 2009. Si se define el acoso laboral como un
conjunto de conductas y prácticas que se caracterizan por la sistematización, la duración y la
repetición de ataques a la persona o a su personalidad, utilizando todos los medios relativos al
trabajo, sus relaciones, su organización, su contenido, sus condiciones, sus instrumentos,
desviándolos de su legítima finalidad y utilizándolos con la aviesa intención de destruir, podemos
apreciar que la distinción entre «conflicto laboral» y «acoso laboral» no se centra en lo que se hace o
en cómo se hace, sino en la frecuencia y duración de lo que se hace y, sobre todo, en la
intencionalidad de lo que se hace. STSJ de Murcia, de 22 de diciembre de 2004. En los mismos
términos, STSJ de Galicia, de 25 de enero de 2010.
6. LITISCONSORCIO
El trabajador acosado tiene varias opciones jurídicas para poder defender sus
derechos ante conductas de hostigamiento laboral, entre las que se destacan las
siguientes: a) Extinción del contrato de trabajo, b) Actas de inspección de trabajo, c)
Indemnización de daños y perjuicios, e) Vía penal, f) Tutela de los derechos contra la
libertad sindical y otros derechos fundamentales. Se hará referencia a este último por ser
un procedimiento que tiene por objeto ofrecer una respuesta rápida en los supuestos que
se violen los derechos fundamentales en las relaciones laborales.
79
STSJ del País Vasco, de 6 de julio de 2004.
80
STSJ de 30 de enero de 2008.
81
STS de 19 de junio de 2007.
Por último, hay que destacar que la razón de ser del litisconsorcio necesario radica
en dos cuestiones. Por una parte, el riesgo que se dicte una sentencia que afecte a un
tercero no llamado a la litis. Por otra, el peligro que se den resoluciones judiciales
contradictorias. Traspolando lo anterior al supuesto de acoso laboral el trabajador
hostigado debe llamar a juicio al empresario y al trabajador acosador. Con ello ganaría
celeridad en la sustanciación del procedimiento, evitando nulidades y reposición de la
causa al estado de configurar el litisconsorcio pasivo necesario.
82
STS de 30 de enero de 2008.
83
STSJ de Castilla-La Mancha, de 22 de marzo de 2012.
84
STSJ de la Comunidad Valenciana, de 19 de mayo de 2009.
85
SSTC 335/1994 y 165/1999.
Al ser una cuestión que afecta al orden público queda bajo la vigilancia de los
tribunales y obliga al juzgador a preservar el principio de contradicción y derecho a la
tutela judicial efectiva, sin indefensión de quienes deben ser llamados al proceso como
parte. Y no debe entenderse como una mera facultad, sino de una autentica obligación
legal del órgano judicial86.
Es, por tanto, una violación del derecho a la intimidad, que puede incluirse entre las
manifestaciones del acoso laboral y que determina la declaración de nulidad del despido
por aplicación del artículo 55,5 del ET, con la consecuencia de la readmisión inmediata
y abono de los salarios dejados de percibir.
86
SSTC 118/1987, 165/1999 y 87/2003.
87
STSJ del Principado de Asturias, de 17 de octubre de 2008.
Sin embargo, en caso contrario, hay criterios dispares, al señalar que no al regularse
de forma expresa en ninguna norma la obligación empresarial de prevención y tutela de
los riesgos psicosociales ni las medidas que deben observarse para que ese concreto
daño no se produzca. El riesgo de acoso, en este supuesto, no puede preverse y en
consecuencia no le son exigibles al empresario medidas preventivas al respecto89.
88
STSJ de Castilla-La Mancha, de 15 de diciembre de 2005.
89
STSJ de Cataluña, de 2 de marzo de 2011.
90
STS de 30 de enero de 2008. Vid. los comentarios de esta sentencia, en SEMPERE NAVARRO, A.:
“Litisconsorcio pasivo necesario en los supuestos de acoso”, Repertorio de Jurisprudencia
Aranzadi, núm. 10, 2008. DE SOTO RIOJA, S.: “Un fallido caso de mobbing, por razón de la
exigibilidad del litisconsorcio pasivo necesario de empresario y autor o responsable directo de la
conducta ofensiva”, Revista Española de Derecho del Trabajo, núm. 141, 2009, págs. 181-198.
91
NAVARRO NIETO, F.: La tutela jurídica frente al acoso moral laboral, Aranzadi, Navarra, 2007, pág. 148.
92
STC 250/2007.
93
«Y es evidente que las consideraciones expuestas son totalmente aplicables al caso de autos. Es más,
al tratarse aquí de un acoso moral en el trabajo, producido en el ejercicio de las actividades y
funciones propias del mismo, parece que la vinculación o conexión del acoso con el trabajo es aquí
más fuerte, si cabe, que en los supuestos de acoso sexual, aunque éste también se lleve a cabo en el
trabajo, pues afecta éste último a áreas más íntimas de la persona». STS de 30 de enero de 2008.
94
STSJ de Cataluña, de 27 de octubre de 2000.
95
STSJ de Navarra, de 5 de febrero de 1999.
Resumen
La reforma laboral operada por la Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la
reforma del mercado laboral, introduce el despido colectivo en el sector público español
fundamentado en causas económicas.
El sector público español se encuentra inmerso, al igual que la economía española en su
totalidad, en un contexto de reestructuración económica y social, de racionalización y
reducción del gasto público y de necesaria adopción de medidas de disciplina financiera y
presupuestaria.
¿Cómo determinar y evaluar las mismas, por parte del Poder Judicial, para justificar un
proceso de despido en el sector público?
Abstract
The reform of the Spanish labour market undertaken on 2012 introduces the collective
dismissal on public sector on economic reasons. The reform takes place within the
framework of the Spanish public sector social and economic restructuring and the binding
implementation of budgetary discipline and sound financial management covering all
public expenditure.
The specific regulation enacted on 2012 allows collective dismissal on economic reasons in
the Spanish public sector in a context of unexpected, persistent budgetary shortfall.
How do the judicial proceedings set out what is meant by “economic reasons”?
1. INTRODUCCIÓN
El despido colectivo objetivo del personal laboral del sector público español se
admite en el ordenamiento jurídico español tras la reforma del Texto Refundido del
Estatuto de los Trabajadores, operada por la Ley 3/2012, de 6 de julio, de Medidas
Urgentes para la Reforma del Mercado Laboral1. Esta Ley incorpora al Texto Refundido
la Disposición Adicional 20ª, que contempla las causas económicas, técnicas,
organizativas o de producción como fundamento del despido del citado personal al
servicio de los entes, organismos y entidades del sector público, tal como lo define el
artículo 3, apartado 2, del Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público2.
1
Ley 3/2012, de 6 de julio, de Medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, B.O.E. de 7 de
julio de 2012.
2
Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, aprobado por Real Decreto Legislativo
3/2011, de 14 de noviembre, B.O.E. nº 276, de 16 de noviembre de 2011.
3
Reglamento de los Procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de
jornada, aprobado por Real Decreto 1483/2012, de 29 de octubre, B.O.E. de 30 de octubre.
Ley de Reforma del Mercado Laboral, desarrolla en su Título III el despido de este
personal por las causas establecidas.
Entendemos que no basta a los entes del sector público con alegar que, de acuerdo
con sus presupuestos, que son públicos y de general conocimiento, van a sufrir una
merma de recursos que le obligue a prescindir de su personal laboral no fijo, o que
deben extinguirse por mandato de una ley de reordenación del sector público en el que
se incardine.
4
Sentencia TS (Sala 3ª, Sección 4ª) de19 de mayo de 2015, Rec. 836/2012.
5
Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por el Real Decreto
Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, B.O.E. nº 255 de 24 de octubre de 2015.
Sin embargo, como bien pone de relieve el punto 9 del Fundamento Jurídico noveno
de la sentencia, “la causa motivadora del despido colectivo no radica en la disminución
persistente del nivel de ingresos ordinarios o ventas, sino en la reducción real del
presupuesto de RTVM...”. Dicha reducción se enmarca en el necesario equilibrio
financiero que deben presentar los entes del sector público desde la aprobación de la
Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad
Financiera. Por tanto, señala la sentencia, “la situación económica negativa no puede
operar de forma abstracta.”
Añade la Sentencia tres elementos que deben concurrir para justificar el despido por
motivos económicos. Partiendo de la acreditación de una situación económica negativa,
ha de valorarse sus efectos sobre los contratos de trabajo hasta el punto de ser precisa la
amortización total o parcial de los puestos de trabajo. Y, por último, ha de existir una
adecuada proporcionalidad entre la medida de la extinción de los puestos de trabajo y la
necesaria respuesta a la situación económica a la que se expone el ente en cuestión. Pues
bien, es en este último punto en el que la sentencia considera que no se produce una
justificación adecuada por parte del ente.
Esta Sentencia fue objeto de dos votos particulares. El primero de ellos, formulado
por los Magistrados Desdentado Bonete y Gilolmo Pérez, al que se adhiere López
García de la Serrana, señala que la formulación legal de la causa económica es limitada
e insuficiente, estática y aislada de la relación causal. La causa ha de valorarse por su
capacidad para producir un determinado efecto, y una situación económica negativa no
es per se motivadora del despido de los trabajadores, sino que ha de probarse la
necesidad de reducir la plantilla o de cesar en la actividad que se venía realizando y que
para ello es preciso el proceso de despido. Menciona la doctrina de la Sala de lo Social
del Tribunal Supremo sobre la conexión de funcionalidad o instrumentalidad6. Admitir
esa conexión automática de la reducción presupuestaria con la consiguiente extinción de
puestos de trabajo supondría dejar en manos de una de las partes de la relación laboral,
la más fuerte, la decisión sobre su mantenimiento o no, conculcando así el artículo
1.256 del Código Civil, “La validez y el cumplimiento de los contratos no puede dejarse
al arbitrio de una de las partes”.
6
STS 14 de junio de 1996, STS de 29 de septiembre de 2008.
7
Ley 6/2012, de 1 de agosto, de Modificación de la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la
Comunicación Audiovisual, para flexibilizar los modos de gestión de los servicios públicos de
comunicación audiovisual autonómicos, B.O.E. nº 184 de 2 de agosto de 2012.
No niega este voto particular la legitimidad de esta decisión empresarial, pero desde
luego no cumple con el concepto de causa económica que el Estatuto de los
Trabajadores recoge como justificación de los despidos por lo que devienen nulos.
Es innegable la ardua tarea que para el control judicial supone analizar la causa
económica en el despido cuando es una empresa privada la que la alega, por el volumen
de su actividad de negocio, por la especializada documentación financiera y contable
que ha de estudiarse, y, en muchos supuestos, por la pertenencia de la empresa a un
grupo que dificulta la identificación de la titularidad del patrimonio de que disponga
para hacer frente a sus responsabilidades y obligaciones para con los trabajadores objeto
de despido.
8
STS Sala de lo Social, Sección 1ª, de 15 de abril de 2014, RJ/2014/4342.
9
STS Tribunal Supremo (Sala de lo Social, Sección 1ª) de 3 de diciembre de 2014. RJ/2015/867.
ente por su innecesariedad o duplicidad de sus funciones en el sector público para que
pueda admitirse la legitimidad de un procedimiento de despido colectivo.
10
STS (Sala de lo Social, Sección 1ª) de 24 de febrero de 2015, RJ/2015/1010.
11
STS de 25 de junio de 2014, RJ 2014, 4385, recurso 165/2013.
12
STSJ (Sala de lo Social, Sección 4ª) nº 473/2014, de 30 de mayo. AS/2014/2864.
13
Ley 23/2015, de 21 de julio, Ordenadora del Sistema de Inspección del Trabajo y Seguridad Social,
B.O.E. nº 174, de 22 de julio.
El Estatuto Básico del Empleado Público15 lo contempla sólo como una facultad, en
su artículo 69, apartado segundo, como marco para analizar las disponibilidades y
necesidades de personal, establecer previsiones sobre la organización del trabajo y las
modificaciones de la estructura de puestos, y medidas de movilidad y formación.
Sólo está previsto para las Administraciones Públicas, pero resultaría muy
conveniente su extensión al sector público. Las ventajas son diversas, para el propio
funcionamiento de estos entes, tanto cuando operan de manera autónoma como cuando
su personal comparte sede y funciones con el personal de la Administración Pública.
Asimismo, ante la eventualidad de un despido, facilitan a los órganos judiciales la
apreciación de las causas que han podido derivar en la necesidad de una medida
extintiva del empleo, o, al menos poder analizar con mayor claridad y agilidad la
estructura de personal del ente que pretende el despido.
14
LMRFP, B.O.E. nº 185, de 3 de agosto de 1984.
15
TRLEBEP, R.D. Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, B.O.E. de 31 de octubre.
16
STS Tribunal Supremo (Sala de lo Social, Sección 1ª) de 3 de diciembre de 2014. RJ/2015/867.
17
STSJ (Sala de lo Social, Sección 4ª) nº 473/2014, de 30 de mayo. AS/2014/2864.
6. CONCLUSIONES
Sería conveniente que los Tribunales pudieran paliar las dificultades con que se
encuentran en el desarrollo de su labor con un mayor refuerzo del personal de la
Inspección de Trabajo, por el acreditado valor de sus informes sobre a situación
económica, presupuestaria y financiera de los entes del sector público.
7. BIBLIOGRAFÍA
18
STS Tribunal Supremo (Sala de lo Social, Sección 1ª) de 18 de noviembre de 2014, RJ/2015/1252.
8. JURISPRUDENCIA
Resumen
Tras las reformas producidas sobre las modalidades extintivas del contrato de trabajo en
aras de su flexibilización, en el caso del despido por circunstancias objetivas y la carta por
la que se comunica, jurisprudencialmente, se ha venido a corregir la tendencia desde una
óptica garantista y protectora. El Tribunal Supremo, unificando doctrina, ha concretado en
el año 2015 el contenido que ha de tener la carta de despido con una doble finalidad: de una
parte, delimitar el ámbito del proceso y, de otra parte, evitar la indefensión del despedido.
Desde estos planteamientos, se analiza la doctrina y los criterios que la conforman a través
de un estudio técnico-jurídico y de política del derecho de su sentido y alcance.
Abstract
After the reforms produced on extinctive modalities of the employment contract for the
sake of their flexibility, in the case of dismissal for objective circumstances and the letter in
which it communicates, case law, has come to reverse the trend from a guarantor and
protector optics. The Supreme Court, unifying doctrine, has completed in 2015 the content
must have the dismissal letter with a double purpose: on one hand, define the scope of the
process and on the other hand, avoid helplessness fired. From this standpoint, the doctrine
and the criteria that shape it through a technical legal and political right meaning and scope
of study is analyzed.
Ahora bien, no se ha de obviar que esta flexibilidad en materia extintiva con carácter
general y, particularmente, con la objetiva, encuentra el límite del principio de
causalidad2. La empresa y el empresario o empleador ha de justificar la decisión
adoptada de prescindir de los servicios del trabajador justificadamente3. Un principio
que, desde una perspectiva de profundización o propósito garantista, viene a desarrollar
y esclarecer la doctrina reciente jurisprudencial sobre contenido de la carta o
comunicación escrita del despido por circunstancias objetivas establecida por la
Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Social, de 12 de mayo de 2015.
1
Vid., al respecto, MONEREO PÉREZ, J. L.:El despido colectivo y sus elementos configuradores tras
las recientes reformas, Tirant lo Blanch, Valencia, 2012, pp. 12-15.
2
Monográficamente, BAYLOS GRAU, A. y PÉREZ REY, J.:El despido o la violencia del poder privado,
Trotta, Madrid, 2009, passim.
3
Desde esta perspectiva, P ALOMINO SAURINA, P.: “Contenido de la carta de despido por
circunstancias objetivas. Comentario a la sentencia del TS de 12 de mayo de 2015”, Diario La Ley,
núm. 8632, passim.
2. El supuesto de hecho
La persona trabajadora codemanda a las dos empresas que forman parte del grupo.
Ambas comparten socios y administradores, estando confundidos los patrimonios al
tener una como principal cliente a la otra. Éstas, de una forma constante y progresiva en
el tiempo, habían ido reduciendo la plantilla a través de expedientes de regulación de
empleo hasta superar la reducción total más del cincuenta por ciento.
El artículo 53.1 b) del vigente Estatuto de los Trabajadores es el que fija como
requisito de forma de debida observancia para la procedencia de un despido por
circunstancias objetivas el que se ponga a disposición del trabajador la comunicación
escrita de la extinción por las causas que la originan. A sensu contrario, en el supuesto
de que el empleador no cumpla con este mandato legal, el despido será considerado
improcedente, ex artículo 53.4 del mismo Estatuto de los Trabajadores y ex artículo
122.3 de la Ley 36/2011, reguladora de la Jurisdicción Social4. Es decir, es requisito
legal el facilitar al trabajador la carta de despido o la carta en la que a éste se le
comunica la citada extinción contractual.
4
La reforma laboral de 2010 suprimió la nulidad del despido objetivo por incumplimiento de los
requisitos formales exigidos por el artículo 53.1 del Estatuto de los Trabajadores. Más
concretamente, por el incumplimiento de la entrega al trabajador de la comunicación escrita
expresando la causa del despido y la simultánea puesta a disposición de la indemnización
correspondiente. Se puso fin así al distinto tratamiento que en este aspecto concreto se estaba dando
al despido disciplinario. Al respecto, GALIANA MORENO, J. Mª: “Extinción del contrato de trabajo”,
en Comentario a la reforma laboral de 2010, AA. VV., MONTOYA MELGAR, A. y CAVAS MARTÍNEZ,
F. (dirs.), Thomson Reuters Aranzadi, Navarra, 2011, pp. 99-100.
5
En este sentido, MERCADERUGUINA, J. R.: “Artículo 53. Forma y efectos de la extinción por causas
objetivas”, en El nuevo Estatuto de los Trabajadores, AA. VV., MONEREO PÉREZ, J. L. (dir.),
SERRANO FALCÓN, C. (coord.), Comares, Granada, 2012, pp. 756-757.
6
FERNÁNDEZ AVILÉS, J. A. y CABALLERO PÉREZ, Mª J.: “Despido por circunstancias objetivas”, en
Modalidades de extinción del contrato de trabajo: análisis de su régimen jurídico, MONEREO PÉREZ,
J. L. (dir.), TRIGUERO MARTÍNEZ, L. Á. y GONZÁLEZ DE PATTO, R. Mª (coords.), Comares, Granada,
2014, p. 273.
2º) Los datos objetivos que constituyen la justificación de la causa por la que se
despide objetivamente han de quedar expresados formalmente en la carta, pudiendo
anexar documentación pertinente sobre hechos de los que se desprenda la causa alegada
empresarialmente. En este sentido, es necesario la concreción y particularización de
datos suficientes que demuestren y fundamenten de un modo efectivo el concepto de
causas económicas, técnicas, organizativas o de producción recogidas legalmente. En
lógica consecuencia, se excluye tanto el acudir a expresiones genéricas o abstractas que
no incluyan datos fácticos de la empresa como la posibilidad de remitir en blanco, sin
concreción, a datos o a acuerdos que no sean definidos ni documentados.
3º) Los hechos que figuren y formen parte del contenido de la carta de despido son
los que única y exclusivamente pueden ser objeto de prueba en el correspondiente
juicio. Prueba que, en todo caso, corresponde al empresario y al que no se le admitirán
en el acto de juicio otros motivos de oposición a la demanda que se le ha planteado.
6º) La carta de despido, para que sea válida, no es suficiente con que sea escrita. Es
requisito necesario adicional el permitir que la persona trabajadora conozca de una
forma clara, suficiente e inequívoca los hechos imputados o las causas consideradas
como constitutivas de la extinción a fin de que, desde su fácil comprensión, se permita
impugnar la decisión empresarial, pudiendo preparar así los medios de prueba
pertinentes para su defensa.
Por tanto, invalidará la carta la alusión a causas genéricas sin concreción alguna o el
establecimiento de indeterminaciones que induzcan a confusión. Es así porque éstas, sin
duda alguna, pueden afectar a la defensa y atentar al principio de igualdad de las partes.
Sin embargo, pese a la claridad y concreción exigida, se obvia en esta doctrina otro
aspecto que puede ser trascendental para la adecuada y completa formalidad de la
comunicación escrita de la extinción contractual: la fecha en la que ésta tiene efecto. En
tanto en cuanto no hay cita, ni remisión expresa a cuerpo jurisprudencial en el citado
pronunciamiento, ni tampoco en el artículo 53.1 del Estatuto de los Trabajadores se
establece previsión alguna al respecto, no considerándose, por tanto, contenido
necesario, esta circunstancia no impide a la persona trabajadora de que en la demanda
refleje la fecha en la que la extinción se hace efectiva, ex artículo 104 b) de la Ley
36/2011, reguladora de la Jurisdicción Social.
7
MERCADER UGUINA, J. R.: “Artículo 53. Forma y efectos de la extinción por causas objetivas”, en
El nuevo Estatuto de los Trabajadores, AA. VV., MONEREO PÉREZ, J. L. (dir.), SERRANO
FALCÓN, C. (coord.), cit., p. 757
Pero es que, dando un paso más, también de conformidad con la doctrina del Tribunal
Supremo pero, en este caso, en su Sentencia de 18 de abril de 2007, si no se cumple esta
exigencia de entregar copia de la carta de despido a la representación legal, se ha de
considerar que la extinción incurre en un defecto formal que, de conformidad con los
artículos 53.4 del Estatuto de los Trabajadores y 122.3 de la Ley 36/2011, reguladora de
la Jurisdicción Social, implica la improcedencia del despido objetivo9. Aparte de
constituir una infracción administrativa susceptible de ser sancionada de conformidad con
el artículo 7.7 de la Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social10.
8
MONEREO PÉREZ, J. L.: El despido colectivo y sus elementos configuradores tras las recientes
reformas, cit., pp. 23 y ss.
9
Ilustrativa y clarificadoramente, al respecto, vid., SEMPERE NAVARRO, A. V.: “Nulidad del despido
objetivo por dar copia de la carta”, en 160 Cuestiones sobre temas laborales, SEMPERE NAVARRO, A.
V. y MARTÍN JIMÉNEZ, R., Thomson Reuters Aranzadi, Navarra, 2011, p. 423.
10
Desde esta perspectiva, FERNÁNDEZ AVILÉS, J. A. y CABALLERO PÉREZ, Mª J.: “Despido por
circunstancias objetivas”, en Modalidades de extinción del contrato de trabajo: análisis de su
régimen jurídico, MONEREO PÉREZ, J. L. (dir.), TRIGUERO MARTÍNEZ, L. Á. y GONZÁLEZ DE PATTO,
R. Mª (coords.), cit., p. 274.
De esta forma, para esta cuestión concreta, gracias, en parte, también a su alusión
residual por la doctrina jurisprudencial referencial en este estudio, se están sentando las
bases para que la actitud de la representación legal transite desde una considerable
pasividad –en forma de recepción de información y control– hacia otra más activa de
forma evidente en la que sea parte decidida y clave en la defensa de la persona
trabajadora frente a la extinción contractual por circunstancias objetivas y sus causas
motivadoras11.
En este sentido, en los artículos 105, 120 y 122.3 de la Ley 36/2011, reguladora de la
Jurisdicción Social, se establece que es al demandado a quien corresponde la carga de la
prueba sobre la veracidad de los hechos que le son imputados a la persona trabajadora en la
carta de despido que recibe y que lo justifican, no admitiéndose en el acto de juicio otros
motivos de oposición a la demanda diferentes a los incluidos en la comunicación escrita.
11
Abogando por una reforma legal que recoja este planteamiento, PERALTA ORTEGA, R.: “Una larga
controversia judicial inacabada: la comunicación a la representación de los trabajadores de las
extinciones individuales consecuencia de un despido colectivo”, Revista Trabajo y Derecho, núm.
12, 2015, p. 143.
sólo pueden ser objeto de prueba los hechos alegados en la comunicación escrita,
constituyendo así su contenido.
12
DÍEZ-PICAZO, L. Mª: Sistema de derechos fundamentales, 3ª ed., Thomson Civitas, 2008, p. 428.
Ahora bien, queda concretado el modo en el que se han de hacer efectivos estos
criterios y lo que se puede considerar y no considerar a efectos de su eficacia. Recoge el
propio Tribunal que no se pueden tener en cuenta ni ser incluidos como parte del
contenido de la carta aquellos datos concretos fácticos, objetivos y suficientes que
fueron declarados como probados en la sentencia de instancia que, no siendo alterados
en suplicación, se conformaron como trascendentales para la decisión judicial de la
procedencia del despido.
13
En esta dirección, FERNÁNDEZ AVILÉS, J. A. y CABALLERO PÉREZ, Mª J.: “Despido por
circunstancias objetivas”, en Modalidades de extinción del contrato de trabajo: análisis de su
régimen jurídico, MONEREO PÉREZ, J. L. (dir.), TRIGUERO MARTÍNEZ, L. Á. y GONZÁLEZ DE PATTO,
R. Mª (coords.), cit., pp. 275-276.
En este sentido, puede ser interesante, a fin de cumplir con la regulación legal para
ajustar el despido objetivo a derecho, contextualizar muy sucintamente, en primer lugar,
a la empresa en el mercado o sector donde opera y la situación actual que esté
experimentando. En conexión, de una forma detallada, se ha de dejar constancia de que
la causa económica, técnica, organizativa o de producción afecta muy especialmente a
la totalidad de la empresa o del grupo de empresas de la que ésta forma parte, tanto
directa como indirectamente, aportando datos objetivos, veraces y claros.
En consonancia, es importante que todas y cada una de las causas concretas que se
aleguen, si quiera, se explique sobre ellas: en primer lugar, su origen, ofreciendo algún
dato paradigmático de la evolución reciente de la empresa en los últimos años; en
segundo lugar, sus consecuencias sobre la empresa, concretando sobre cada uno de los
aspectos alegados encuadrados en las causas técnicas, organizativas, económicas o
productivas mediante el relato de hechos particulares y comprobables, a priori, por las
personas trabajadores a la luz de los datos puntuales ofrecidos y de su explicación; y, en
tercer lugar, posibles medidas alternativas que se han ido adoptando por la empresa a fin
de revertir la situación en la que se encuentra inmersa y que ha conllevado la extinción
que se comunica, dejando, constancia, llegado el caso, de que ésta ha sido una medida
adoptada como último recurso.
Así, si son cumplidas estas pautas orientadoras a modo de buenas prácticas sobre el
contenido que se ha de incluir y que ha de tener la carta de despido, así como sobre su
modo de reflejo, se viene a manifestar implícitamente que, por parte empresarial, existe
un conocimiento profundo y detallado de la regulación legal y de la doctrina
jurisprudencial imperante sobre el contenido de la carta mediante la cual se comunica la
extinción por circunstancias objetivas. Y, en igual sentido, la voluntad manifiesta para
su cumplimiento.
7. REFLEXIÓN CONCLUSIVA
Resumen
Del contrato de trabajo se derivan prestaciones recíprocas para cada una de las partes,
empleador y trabajador y, es más, una de las características de esta relación negocial es que
nos encontramos ante un contrato intuitu personae. Pues bien, el objeto del presente trabajo
será poner de manifiesto como esa persona denominada trabajador debe llevar a buen
término su prestación conforme a las reglas de la buena fe. En caso contrario, el empleador
podrá instar la extinción del contrato de trabajo con fundamento en la transgresión de la
buena fe contractual como motivo de despido disciplinario.
En el sentido arriba enunciado, estudiaremos qué significa la buena fe contractual y, por
tanto, también su lado negativo que es la transgresión de esa buena fe contractual. Ésta
supone una gran variedad de comportamientos que hacen lícito que el empresario se ampare
en ellos para dar por concluida la relación laboral.
Con motivo de todo lo anterior, nuestra intención es ver cómo la jurisprudencia trata de dar
oportuna respuesta a la citada y compleja causa de despido disciplinario y, además,
intentaremos ver cuáles son los elementos básicos o comunes de la transgresión de la buena
fe contractual ante la disparidad de conductas que caen dentro del art. 54.2 letra d) del
vigente Estatuto de los Trabajadores.
1. INTRODUCCIÓN
El jurista ante los problemas ficticios o reales que se le presentan a diario está
siempre en continua búsqueda dentro del Derecho positivo de la norma aplicable al caso
concreto al objeto de darle una solución o, en otras palabras, llevar a cabo la tarea de
subsunción de nuestro supuesto fáctico imaginado o real en el supuesto de hecho de la
norma y ver cuál es su consecuencia jurídica.
La citada labor de subsunción sin dejar de ser una tarea cotidiana es a la par básica y
fundamental. En determinadas ocasiones puede presentarse sin especiales
inconvenientes, pero a veces, aparece con no pocas dificultades como, por ejemplo,
cuando estamos ante el reenvió de normas.
Para conseguir el objetivo propuesto, vamos a realizar un breve estudio de la buena fe,
tanto desde la óptica del Derecho Civil como desde la órbita del Derecho del Trabajo;
Realizadas las anteriores tareas, es decir, sabiendo qué es la buena fe, cuáles son sus
elementos y expuesta la noción y las zonas que tienen todos los conceptos jurídicos
indeterminados, también la buena fe, intentaremos dar cumplido término al objetivo
propuesto, que es –como hemos dicho– ofrecer unas pautas para determinar qué
conductas pueden subsumirse dentro de la transgresión de la buena fe contractual en
beneficio del trabajador y, dar cumplida respuesta, al principio constitucional de
seguridad jurídica.
1
BOE núm. 255, de 24 de octubre.
2
Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) en: http://dle.rae.es/?w=fe&o=h. Web visitada
el día 23 de noviembre de 2015.
3
BOE núm. 148, de 22 de junio.
expresado la doctrina más autorizada con las siguientes palabras: «…pocos conceptos
habrá tan necesitados de precisión en el campo del Derecho Civil como el de la buena
fe, dada la profusa aplicación que de este principio hace el propio ordenamiento»4. Sin
embargo, tras examinar los distintos preceptos legales en los que se hace referencia a la
bona fides [arts. 7.1, 1107, 1164, 1258 y 1473 Cc, entre otros], se extrae una doble
concepción de la misma. Una, de carácter subjetivo, como honradez ligada al
comportamiento de una determinada persona y, la segunda de sentido objetivo, como
forma de comportamiento general o regla objetiva de comportamiento en los negocios
jurídicos o, con otras palabras, estándar de conducta cuyo modelo era el bonus
paterfamilias5,o en otros términos más gráficos «…modelo de conducta social o, si se
prefiere, una conducta socialmente considerada como arquetipo, o también una
conducta que la conciencia social exige conforme a un imperativo ético dado»6 .
4
DE LOS MOZOS, J. L.: El principio general de la buena fe, Barcelona, Librería Bosch, 1963, pág. 7.
5
GARCÍA VALDECASAS, G.: Parte General del Derecho Civil Español, Madrid, Civitas, 1983, pág. 185.
6
DÍEZ-PICAZO, L., GULLÓN, A.: Sistema de Derecho Civil, Vol. I, Introducción, Derecho de la
persona, Autonomía Privada. Persona jurídica, 5.ª edic., Madrid, Tecnos, 1984, págs. 442-445.
7
STS, Sala Primera, de 15 de octubre de 2015, núm. rec. 2157/2013.
8
GARCÍA RUBIO, M.ª P.: «Comentario al artículo 7 del Código Civil» en DOMÍNGUEZ LUELMO, A.
(Dir.) Comentarios al Código Civil, Valladolid, Lex Nova, 2010, págs. 68-70.
9
SÁNCHEZ CALERO, F. J.: Curso de Derecho Civil I, Parte general y Derecho de la persona, 3.ª edic.,
Valencia, Tirant Lo Blanch, 2006, págs. 297-299.
10
DÍEZ-PICAZO, L.: Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial I, Introducción, Teoría del Contrato,
6.ª edic., Cizur Menor (Navarra), Civitas Thomson-Reuters, 2007, pág. 59.
caras de una misma moneda, por cuanto que no podemos entender la una sin la otra.
Cuando por ejemplo nos estamos refiriendo al ejercicio de cualquier derecho (aunque
más adelante nos centremos en los derechos y deberes laborales derivados del contrato
de trabajo) la ley debido a su generalidad y su alto grado de abstracción no puede
perfilar cada situación específica, sino que se verá individualizada, concretada y
limitada por el principio de buena fe.
Por ello la buena fe más que un criterio interpretativo, que lo es, pero no para buscar
la verdadera voluntad de los sujetos que participan en la constitución de la relación
jurídica, sino para desentrañar y poner de manifiesto la conducta que es esperada
conforme a los cánones éticos imperantes en cada momento en esa comunidad11.
Y por último, la buena fe es un principio general del Derecho al servir como
elemento integrador de todo el ordenamiento jurídico, en tanto que los tribunales
deberán buscar aquel derecho objetivo que trasciende a las partes de la relación
negocial, localizando aquello que realmente no está en el contrato pero sí se puede
deducir a través del precepto normativo que es la buena fe12.
3. LA BUENA FE EN EL ÁMBITO DEL DERECHO DEL TRABAJO
No cabe la menor duda que los arts. 7 y 1258 del Cc son de aplicación en el Derecho
del Trabajo; y es así porque, primero, el art. 7 está inserto en el Título Preliminar del
citado Cuerpo Sustantivo y, segundo, el art. 1258 está en el capítulo primero
(disposiciones generales) del Título II «De los contratos», normas que tienen –al
menos– una aplicación supletoria a las regidas por otras leyes (art. 4.3 Cc).
La noción de buena fe es una noción unitaria dentro de la dogmática contractual
común, siendo relevante a estos efectos –como ya hemos enunciado– los arts. 7 como
modelo de comportamiento ético y 1258 del Código Civil dentro de la dogmática
contractual, preceptos que el legislador consciente de su importancia ha optado por
adaptarlos a nuestra disciplina dada la «naturaleza» del contrato de trabajo13, siendo
expresión de ello los arts. 5 a) y 20.2 ET. De este modo, tanto del trabajador como del
empresario, se espera una actitud noble, veraz, carente de comportamientos simulados y
menos aún abusivos14, si bien es cierto, que hay una mayor exigencia al trabajador que
al empleador.
A lo que a nosotros nos interesa al examinar la transgresión de la buena fe
contractual como causa de despido disciplinario es no sólo que la buena fe sea un
criterio interpretativo e integrativo del ordenamiento y que a la par esté considerada
como principio general del Derecho, sino también, primero, que opere como límite de
los derechos subjetivos que pueda ejercer el empleador y, en su caso, incluso el
trabajador15 y, segundo, funcione como fuente de los deberes laborales a los que está
sujeto el trabajador por virtud del contrato de trabajo. Deberes laborales, que por otra
parte, también tiene el empresario al estar ante un contrato bilateral y sinalagmático.
11
DE CASTRO Y BRAVO, F.: El Negocio Jurídico, Madrid, Civitas, Reimpresión 1991, págs. 89-90.
12
YZQUIERDO TOLSADA, M.: «De nuevo sobre la buena fe», en Anuario de la Facultad de Derecho,
(Universidad de Extremadura), núm. 6, año 1988, pág. 649.
13
STEDH de 12 de septiembre de 2011, Asunto Palomo Sánchez y otros contra España.
14
Molero Manglano, C (Direc.), Sánchez-Cervera Valdés, J. M., López Álvarez, M.ª J., Matorras
Díaz-Caneja, A.: Manual de Derecho del Trabajo, 11.ª edic., Cizur Menor (Navarra), Civitas, 2011,
págs. 444-446.
15
STC 203/2015, de 5 de octubre de 2015.
Todas estas tareas de concreción de las prestaciones las lleva a buen fin el
empresario previo encuadramiento profesional del trabajador al desplegar el haz de sus
facultades directivas, y consecuentemente, asignando al trabajador las tareas concretas
que pueda desarrollar dentro de los márgenes perfilados al llevar a cabo el acto
clasificatorio, siempre conforme a las exigencias de la buena fe (art. 20.2 ET), es decir,
las prestaciones del trabajador no están plenamente determinadas en el momento de
manifestar el consentimiento contractual, sino que se irán especificando a lo largo de la
vida de la relación contractual según las necesidades organizativas pero dentro de los
límites del encuadramiento profesional y de las tareas que el mismo abarca, siempre en
consonancia con el principio de buena fe16.
18
STC 192/2003, de 27 de octubre de 2003.
19
STC 148/2014, de 22 de septiembre de 2014.
20
STC 170/2013, de 7 de octubre de 2013. En similar sentido descriptivo de qué conductas suponen
transgresión de la buena fe contractual pero no definen la misma, véanse v.gr.: STC 29/2013, de 11
de febrero, STC145/2013, de 11 de julio y STC 170/2013, de 7 de octubre.
21
STS de 20 de abril de 2012, núm. rec. 1274/2011.
No obstante lo anterior, hay alguna resolución del Tribunal Supremo que sí se atreve a
definir qué entiende por buena fe contractual. En este sentido, debemos remontarnos a
una resolución del TS de 2010 que realmente transcribe la definición dada por el Alto
Tribunal en una sentencia suya de 31 de enero de 1991 (dictada en infracción de ley);
siendo ello así, define la buena fe contractual en los siguientes términos: «…configurada
la buena fe contractual por la disposición personal en orden a la realización del contenido
propio de las prestaciones voluntariamente asumidas, por la probidad en su ejecución y
por la efectiva voluntad de correspondencia a la confianza ajena…»22.
Ante esta actitud del TS más descriptiva que conceptual sobre la buena fe contractual,
procedemos a estudiar la buena fe en el art. 54.2.d. del ET y, seguidamente, haremos una
breve relación de conductas que se incardinan como transgresoras de la buena fe
contractual y poner de manifiesto, si cabe, los puntos comunes a las citadas conductas.
22
STS de 19 de julio de 2010, núm. rec. 2643/2009.
23
RODRÍGUEZ-SAÑUDO GUTIÉRREZ, F.: «La transgresión de la buena fe contractual como causa de
despido», en MONTOYA MELGAR, A., MARTÍN VALVERDE, A., RODRÍGUEZ-SAÑUDO GUTIÉRREZ, F.:
Cuestiones actuales de Derecho del Trabajo. Estudios ofrecidos por los catedráticos españoles de
Derecho del Trabajo al profesor Manuel Alonso Olea, Madrid, MTSS, 1990, pág. 556.
Por tanto, aquí la buena fe desarrolla un papel fundamental y esencial como limitador de
los derechos subjetivos y, sobre todo, como deber ético24.
En este mismo sentido, para esta corriente jurisprudencial los actos o conductas
transgresores de la buena fe merecedores de la extinción del contrato de trabajo, no
quedaban desvirtuadas por la irrelevancia, inexistencia o escasa importancia del perjuicio
sufrido por la empleadora, lo determinante era que la vulneración de la buena fe
contractual era siempre grave por contravenir los valores éticos presentes en una
comunidad, no requiriendo el requisito objetivo del perjuicio material y efectivo30. De
igual manera cabe reseñar, a título de ejemplo y sin perjuicio real para la empleadora pero
con incumplimiento grave y culpable de la prestación laboral, el comportamiento de un
vigilante de seguridad que tardó más de quince minutos en presentarse en la puerta de
determinada factoría y, cuando lo hizo, no llevaba el uniforme reglamentario completo31.
24
STC 56/2008, 14 de abril de 2008.
25
Por todas, STS 805/1986, de 22 de mayo de 1986.
26
Salcedo Beltrán, M.ª C, García González, G.: «Extinción del contrato por despido disciplinario:
aspectos sustantivos y procesales», en Alfonso Mellado, C. L., Rodríguez Pastor, G. E., Salcedo
Beltrán, M.ª C. (coord): Extinción del Contrato de Trabajo, Valencia, Tirant Lo Blanch, 2013, págs.
351-352.
27
STS 742/1984, de 21 de enero de 1984, núm. rec. 1330/1984.
28
STS de 22 de mayo de 1996, núm. rec. 2379/1998.
29
Sirva de ejemplo STS 864/1987, de 5 de mayo de 1987.
30
STS 1001/1989, de 19 de octubre de 1989.
31
STS 799/1986, de 22 de mayo de 1986.
32
STS de 19 de julio de 2010, núm. rec. 2643/2009; resolución que nos sirvió para ofrecer una
definición de buena fe contractual.
33
STS de 20 de abril de 2012, núm. rec. 1274/2011.
34
PÉREZ REY, J.: El despido disciplinario, Albacete, Bomarzo, 2013, págs. 94-95.
35
STS de 13 de marzo de 2012, núm. rec. 1498/2011, RJ\2012\5442.
36
DÍAZ RODRÍGUEZ, J.: «El concepto de buena fe en la causa de despido del artículo 54.2.d
“transgresión de la buena fe contractual”», en Anales de la Facultad de Derecho. Universidad de la
Laguna, n.º 17, 2000, pág. 47-48.
37
ATS de 29 de abril de 2015, núm. rec. 3066/2014. Con profuso repertorio jurisprudencial en el
mismo sentido. Debido a ello, no hay gran número de resoluciones del TS en la materia que estamos
estudiando.
38
PARADA, R.: Derecho Administrativo I. Parte general, 17.ª edic., Madrid, Marcial Pons, 2008, págs.
107-109.
39
ENGISCH, K.: Introducción al pensamiento jurídico, Granada, Comares, 2001, págs. 127-130.
Este tercer círculo situado entre los denominados de «certeza positiva» y «certeza
negativa» es donde surge la «zona de incertidumbre», y será aquí, el campo abonado
para que los tribunales por medio de las pruebas practicadas, diluciden si esas conductas
se deben incluir en el círculo de la certeza positiva o negativa. O en palabras de un
eminente jurista «…el concepto [en nuestro caso, la buena fe] llega hasta donde ilumina
el resplandor de su núcleo»41.
Pues bien, ante las conductas que están situadas en la zona de incertidumbre,
aplicaremos el segundo filtro. Éste consiste en ver si el comportamiento dudoso, lo
podemos calificar como vulnerador de la buena fe contractual o no. Para ello, veremos
si cumple con los siguientes parámetros o elementos: a) Se ha producido un
comportamiento desleal, ha defraudado la confianza mutua, carece de honradez o falta
la probidad; b) La conducta puede ser calificada de grave y culpable; c) Carece de
relevancia que se hayan producido perjuicios para la empresa o no, y de igual forma, es
intrascendente que el trabajador haya buscado o no su lucro personal; d) No es necesario
un comportamiento consciente y voluntario, es suficiente la mera negligencia; y por
último, e) Será más exigible o será más imperdonable esa transgresión de la buena fe
contractual en función del puesto de trabajo en donde es relevante la confianza
depositada por el empleador en el trabajador.
40
GARCÍA DE ENTERRÍA, E., FERNÁNDEZ, T-R.: Curso de Derecho Administrativo I, 12.ª edic., Madrid,
Thomson-Civitas, 12.ª edic, 2004, pág. 465-471.
41
SANZ MORENO, F., en GARCÍA DE ENTERRÍA, E., FERNÁNDEZ, T-R.: Curso de Derecho Administrativo
I, op. cit., pág. 470.
la certeza positiva o negativa de la buena fe, con lo que habremos favorecido la claridad
y –en cierta medida– la seguridad jurídica a la hora de interpretar e integrar el concepto
jurídico indeterminado de buena fe siempre en beneficio del trabajador.
5. CONCLUSIONES
Ante ello es lógica y natural cierta inquietud, pues nos enseñaron que las
definiciones legales debían ser exactas y certeras para conseguir el fin último, que es la
realización de la Justicia.
Segunda.- Pero el Derecho no sólo es, que lo es, subsunción de un hecho real en el
supuesto fáctico descrito en la norma al que se le aplica la consecuencia jurídica
previamente prevista, es también –sobre todo– valoración de los hechos y circunstancias
concurrentes –debidamente probados– y, más si cabe, cuando estamos en presencia de
la buena fe como concepto jurídico indeterminado.
Valoración que podremos realizar cuando tenemos sentados unos pilares: qué
entendemos y para qué sirve la buena fe, cuáles son sus elementos y, además, como
concepto jurídico indeterminado saber localizar su núcleo conceptual. Cuando tomemos
conciencia de cómo conjugar adecuadamente todos y cada uno de estos parámetros,
podremos definir qué conductas transgreden la buena fe contractual, haciendo realidad
la seguridad jurídica y la Justicia.
Resumen
La Troika ha impuesto la reducción de las compensaciones en caso de extinción del
contrato de trabajo (por ejemplo, caducidad del contrato a plazo, despidos colectivos o por
amortización de puesto de trabajo). Como contrapartida, obligó a la creación de un sistema
de garantía parcial de pago de esas compensaciones. Se quedan fuera de este ámbito las
indemnizaciones por despido ilícito. En 2013, fueran creados dos fondos (fondo de
compensación de trabajo y fondo de garantía de compensación de trabajo) con la
posibilidad de opción por un mecanismo equivalente en alternativa al fondo de
compensación de trabajo. Este nuevo régimen de garantía parcial de la compensación
supone un coste mensual adicional para el empleador correspondiente a 1% sobre la
remuneración base y, cuando exista, sobre el subsidio de antigüedad (“diuturnidades”). Sin
embargo, a los dos años siguientes se puede hacer una evaluación del sistema y verificar
puntos de mejora del sistema.
Abstract
The Troika has imposed the reduction of the severance pay in case of termination of the
employment contract (for example, the expiry of the fixed-term employment contract,
collective dismissals or elimination of position). In return, has established the creation of a
partial guarantee system for the severance pay. The compensations for unfair dismissal
remain outside the scope of this system. In 2013, two funds have been created (work
severance pay fund and work severance pay guarantee fund) with the option of setting up
an equivalent mechanism as an alternative to the work severance pay fund. This new
system for partial guarantee of the severance pay implies an additional monthly cost for the
employer equivalent to 1% over the basic salary and, if applicable, over the seniority
allowance (“antiguidade”). Nevertheless, after two of experience it is possible to do an
assessment of the system and to identify aspects for improvement.
1. INTRODUCCIÓN
*
Profesor asistente invitado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa y en la Facultad
de Derecho de la Universidad Nueva de Lisboa, master en ciencias jurídicas (Derecho del trabajo),
abogado responsable del área laboral de Gómez-Acebo & Pombo en Portugal.
**
Abreviaturas: al.(s) (línea(s)), art.(s) (articulo(s)), BMSVG (Betrieblichen Mitarbeiter- und
Selbständigenvorsorgegesetz, Austria), cfr. (cónfer), CC (Código Civil), CT (Código del Trabajo),
FCT (Fondo de Compensación de Trabajo), FGCT (Fondo de Garantía de Compensación de
Trabajo), FGS (Fondo de Garantía Salarial), ME (Mecanismo Equivalente), MoU (Memorando de
Entendimiento sobre las Condicionalidades de Política Económica), IGFCSS (Instituto de Gestión
de Fondos de Capitalización de la Seguridad Social, I.P. (IGFCSS)), IGFSS (Instituto de Gestión
Financiera de la Seguridad Social.
***
La indicación de artículos sin especificaciones adicionales se refiere a la Ley de Garantía de la
Compensación, aprobada por la Ley n.º 70/2013, de 30 de agosto, y modificada por del Decreto-Ley
n.º 210/2015, de 25 de septiembre.
1
El Código del Trabajo, aprobado por la Ley n.º 7/2009, con la declaración de rectificación n.º
21/2009, de 18 de marzo, fue modificado por las Leyes n.º 105/2009, de 14 de septiembre, n.º
53/2011, de 14 de octubre, n.º 23/2012, de 25 de junio, con la declaración de rectificación n.º
38/2012, de 23 de julio, y por las Leyes n.º 47/2012, de 29 de agosto, n.º 69/2013, de 30 de agosto,
n.º 27/2014, de 8 de mayo, n.º 55/2014, de 25 de agosto, n.º 28/2015, de 14 de abril, y 120/2015, de
1 de septiembre. Un conjunto de nueve modificaciones en menos de seis años podría anticipar
alguna tranquilidad legislativa para el futuro. Todavía, el programa del nuevo Gobierno portugués
refiere más algunos potenciales cambios legislativos. La revisión de la legislación laboral es, cada
vez más, una “never ending story”.
2
Esta ley no es aplicable a las relaciones de trabajo con ejercicio de funciones públicas (art. 2.º, n.º5).
3
Se trata de una importante modificación introducida por el Decreto-Ley n.º 210/2015. De hecho, la
versión original excluya solo un tipo especial de contrato de trabajo: o de muy corta duración. Esto
contrato es aplicable a las actividades estacionales agrícolas o para la realización de eventos
turísticos de duración no superior a 15 días (art. 142.º, n.º1, CT); siendo que la duración total de los
contratos de trabajo de muy corta duración con el mismo empleador no puede ultrapasar los 70 días
en un año civil (art. 142.º, n.º2, CT). Al contrario de los contratos de trabajo especiales, este contrato
no está sujeto a forma escrita (arts. 142.º, n.º1). Sin embargo, la carga burocrática de los fondos que
veremos más adelante no se compatibilizaba también con otros contratos temporales de corta
duración. Es preciso señalar que el modelo austríaco exenta de contribución el primer mes de
ejecución del contrato de trabajo, salvo en caso de nuevo contrato de trabajo entre los mismos
empleador y trabajador se establezca en los 12 meses siguientes al término del primer contrato de
trabajo (§6.º, n.º1, BMSVG).
4
La comisión de servicio es un contrato de trabajo especial previsto en los arts. 161.º a 164.º CT que,
según PALMA RAMALHO, reconoce el carácter fiduciario de algunas situaciones jurídicas laborales,
notablemente en función del tipo de cargo desempeñado por el trabajador (administración o
equivalente, dirección o cargo de jefe directamente dependiente de la administración, director
general o equivalente, funciones de secretaria personal de los titulares de estos cargos, así como
otros previstos en instrumentos de reglamentación colectiva de trabajo que supongan especial
relación de confianza) (art. 161.º CT). La comisión de servicio es externa en caso de reclutamiento
de nuevos trabajadores, o sea, de personas que no tenían otro contrato de trabajo vigente con el
empleador. La comisión de servicio es interna cuando el empleador quiere, por ejemplo,
promocionar un trabajador a un puesto de trabajo de relevancia, pero no pretende hacerlo de forma
definitiva o irreversible (PALMA RAMALHO, M.R.: Tratado de Direito do Trabalho, Parte II,
Situações Laborais Individuais, 5.ª ed., Almedina, 2014, págs. 347-348). Sobre este tema, vide, aún,
MENEZES LEITÃO, L.:Direito do Trabalho, 4.ª ed., Almedina, 2014, págs. 495-498, ROMANO
(…)
c) Resolución del contrato de trabajo por parte del trabajador en caso de traslado
del local de trabajo que le cause un daño grave (art. 194.º, n.º5, CT);
d) Caducidad del contrato de trabajo temporal o a plazo (arts. 344.º, n.º2, y 345.º,
n.os 4 y 5, CT);
e) Caducidad del contrato celebrado entre la empresa de trabajo temporal y el
trabajador (art. 182.º, n.º6, CT);
f) Caducidad del contrato de trabajo por muerte del empleador, extinción de
persona jurídica o cierre de empresa (art. 346.º, n.º5, CT);
g) Resolución del contrato de trabajo por parte del administrador concursal (art.
347.º, n.os 2 y 5, CT);
h) Despido por amortización de puesto de trabajo por causas objetivas (art. 372.º
CT);
i) Despido por inadaptación (art. 379.º, n.º1, CT).
MARTINEZ, P.:Direito do Trabalho, 6.ª ed., Almedina, 2013, págs. 635-639, VIEIRA GOMES,
J.M.:Direito do Trabalho, Vol. I, Relações Individuais de Trabalho, Coimbra, 2007, págs. 752-754.
5
No se contabiliza cualquier otro incremento salarial, como por ejemplo, subsidio de comida,
subsidio de exención de horario de trabajo, remuneración por trabajo extra o nocturno, entre otros.
Por eso, el objetivo de alcanzar el nivel medio de las compensaciones en la Unión Europea es una
tarea complexa y exigente porque no se pueden analizar solo los topes legales de compensación, sin
tener en cuenta la base de cálculo, las prácticas de negociación colectiva, los usos de las empresas y
de los sectores de actividad. Además, en Portugal, el pago de la compensación tiene asociada una
garantía de no impugnación de la extinción del contrato de trabajo (art. 366.º, n.º4, CT) (LOBO
XAVIER, B.: Compensação por despedimento”, Revista de Direito e Estudos Sociais, n.os 1-2, 2012,
págs. 75-76).
6
Hay un intrincado régimen de derecho transitorio para los contratos firmados antes de 1 de octubre
de 2013: cfr. arts. 5.º y 6.º de la Ley n.º 23/2012, de 25 de junio, con la modificación introducida por
la Ley n.º 69/2013, de 30 de agosto.
7
En 2016, la retribución mínima mensual garantizada es de € 530,00 (art. 2.º del Decreto-Ley n.º 21-
B/2015, de 31 de diciembre).
año completo de antigüedad durante los primeros tres años y 12 días en los años
subsecuentes (arts. 345.º, n.º4, y 366.º, n.º6, CT)8.
El FCT e el FGCT son fondos para asegurar el derecho de los trabajadores al cobro
efectivo de mitad del importe de la compensación debida por la extinción del contrato
de trabajo, calculada en los términos previstos en el art. 366.º CT, siempre que esta
norma sea aplicable directamente o por remisión legal (arts. 2.º, n.º4, y 3.º, n.º1).
8
Estos importes son aplicables al contrato de trabajo celebrado entre la empresa de trabajo temporal y
el trabajador (arts. 182.º, n.º6, y 366.º, n.º6, CT).
9
Cuando sea trabajador miembro de una estructura de representación colectiva de los trabajadores, la
indemnización no puede ser inferior a 12 meses (art. 331.º, n.º 6, al. b), CT).
10
En caso de fracción de antigüedad, el importe es calculado proporcionalmente (art. 396.º, n.º2, CT).
Cuando sea un contrato temporal, la indemnización no puede ser inferior al importe de los salarios
por vencer (art. 396.º, n.º4, CT).
2. ANTECEDENTES
Como hemos referido en otro lugar: Las Reformas Laborales “de los años de la
troika” han demostrado la naturaleza de negociación y el carácter compromisorio de
la legislación laboral y de protección social en el sector privado. (…) La especificidad
del período de 2011-2014 se queda en la interposición de un tercero elemento – la
Troika – entre el Gobierno e los Interlocutores Sociales. En nuestra opinión, los
Interlocutores Sociales se han mostrado absolutamente esenciales por dos tipos de
razones: por un lado, permitieron acomodar las obligaciones internacionalmente
asumidas por el Estado portugués sin un nivel de conflicto social como fue observado
en otros locales; por otro lado, su peso “político” ha constituido un freno importante a
una mayor desregulación de la legislación laboral y más intensa erosión del derecho de
contratación colectiva13.
11
Cfr. http://www.bportugal.pt/pt-PT/EstabilidadeFinanceira/Documents/MoU_PT.pdf.
12
MONTEIRO FERNANDES, A.: “As primeiras estações da reforma laboral: tempo de trabalho, tempo de
não trabalho, compensação de despedimento”, Revista de Direito e Estudos Sociais, n.os 1-2, 2012,
págs. 101-102.
13
VV.AA.: Estudos dedicados ao Professor Doutor Bernardo da Gama Lobo Xavier, Vol. I,
Universidade Católica, 2015, pág. 615.
3. EL RÉGIMEN INSTITUCIONAL
El FCT y el FGCT son fondos autónomos, tienen personalidad jurídica (art. 3.º, n.os
2 y 4) y patrimonio proprio (art. 4.º, n.º1), son de adhesión individual y obligatoria – sin
prejuicio de elección alternativa entre el FCT y el ME (art. 3.º, n.º3) – y tratan de cubrir
el derecho del trabajador al cobro efectivo de mitad de la compensación por extinción
del contrato de trabajo (art. 3.º, n.º1).
Las entidades gestoras del FCT y del FGCT tienen un conjunto amplio de
atribuciones legales para desarrollar su actividad (art. 18.º, n.º3). La gestión del FCT
compete a un consejo compuesto por un presidente y 11 miembros, los cuales son
representantes de los miembros del Gobierno responsables por las áreas de la hacienda,
laboral y Seguridad Social, así como por un representante de cada una de las cuatro
Confederaciones de empleadores presentes en la Comisión Permanente de Concertación
Social y dos representantes de las dos Confederaciones sindicales presentes en la
referida comisión (art. 21.º, n.os 1 y 2). El consejo de gestión del FGCT tiene una
estructura idéntica (art. 37.º, n.os 1 y 2). Los presidentes de los Consejos de Gestión
tienen poderes propios distintos de los órganos de los cuales forman (arts. 22.º, 24.º, 38.º
y 40.º). Estos fondos FCT y FGCT se obligan por la firma de sus presidentes y de uno
de los otros miembros de los consejos de gestión (art. 27.º, n.º1). La importancia de los
interlocutores sociales en los órganos y las entidades de administración en el ámbito
laboral y de Seguridad Social está aquí bien identificada.
El FCT y el FGCT han iniciado su actividad en 15 de octubre de 2013 (art. 5.º, n.º1,
art. 26.º del Reglamento n.º 390-B/2013, de 14 de octubre, y art. 17.º del Reglamento n.º
14
Cfr. http://www.ces.pt/download/1022/Compromisso_Assinaturas_versao_final_18Jan2012.pdf.
15
Según MONTEIRO FERNANDES, el Acuerdo Social fue la verdadera pauta orientadora (y, al mismo
tiempo, legitimadora) de lo que fue la reforma laboral de 2012 (“A “Reforma Laboral” de 2012”,
Revista da Ordem dos Advogados, Vol. II-III, 2012, págs. 549-551).
Los fondos tienen los siguientes ingresos: a) las entregas mensuales hechas por los
empleadores (arts. 28.º, al. a), y 44.º, al. a)); b) los beneficios derivados de las inversiones
hechas (arts. 28.º, al. b), y 44.º, al. b)); c) los montantes resultantes de los cobros forzosos,
deducidos los costes (arts. 28.º, al. c), y 44.º, al. c)); d) otros ingresos resultantes de la
gestión de los fondos (arts. 28.º, al. e), y 44.º, al. e)). En particular, el FCT tienen incluso
derecho a la transferencia de los excedentes en el saldo anual del FGCT, cuando tenga
lugar (art. 28.º, al. d)). Por otra parte, el FGCT tiene como ingresos específicos: a) una
parte del importe cobrado por infracciones administrativas a las obligaciones previstas en
16
Sobre los principios de gestión de inversiones y sobre la composición del patrimonio, vide cuanto al
FCT los arts. 5.º a 8.º del Reglamento n.º 390-B/2013 y cuanto a el FGCT los arts. 5.º a 7.º del
Reglamento n.º 390-A/2013.
la Ley de Garantía de la Compensación (arts. 44.º, al. d), y 54.º)17; b) los intereses de
demora resultantes de situaciones de incumplimiento (art. 44.º, al. f)).
Los fondos tienen los siguientes gastos: a) los importes de los reembolsos pagados
en el caso del FCT (art. 29.º, al. a)) o de los valores pagados a título de compensación
en el caso de FGCT (art. 45.º, n.º1, al. a)); b) los costes de administración y gestión
(arts. 29.º, al. b), y art. 45.º, n.º1, al. c)); c) otros gastos previstos en el reglamento de
gestión (arts. 29.º, al. c), y art. 45.º, n.º1, al. c))18/19. En particular, el FCT puede tener
como coste importes pagados al FGCT (art. 29.º, al. d)); mientras el FGCT tiene el coste
asociado a la obligación de transferencia para el FCT o para los mecanismos
equivalentes, de un 50% del saldo anual excedentario (art. 45.º, n.º1, al. b)). Esta
transferencia de saldos solo tiene lugar tres años después de la constitución del FGCT,
sin prejuicio de verificación anticipada de saldos sustentables (art. 45.º, n.º2).
Según los datos disponibles relativos al ejercicio económico de 2014, el FGCT tiene
un resultado líquido positivo de € 1.822.950,80 y registró 95.387 empleadores y
464.374 contratos de trabajo. Al lado, en 31 de octubre de 2015, el FCT tenía un valor
de mercado de € 47.789.738,6920.
El ME es una alternativa al FCT que debe garantizar, por lo menos, lo mismo que el
FCT (arts. 3.º, n.º3, y 36.º, n.º1). De referir que el FGCT es responsable por la diferencia
entre el importe pago por el ME y por el empleador y el valor de la mitad de la
compensación legal debida al trabajador (art. 36.º, n.º5). En otras palabras, el FGCT no
es responsable por cualquier cuantía siempre que el ME o el empleador tengan pagado
un montante igual o superior a la mitad de la compensación legal (art. 36.º, n.º6). La
proximidad entre los dos instrumentos lleva a aplicar, con las necesarias adaptaciones,
el régimen del FCT al ME en todo que no sea incompatible con sus características
legalmente establecidas (art. 36.º, n.º10).
17
La Autoridad para las Condiciones del Trabajo conduce los procedimientos de infracción
administrativa y cobra las multas, retiene la mitad del importe percibido y transfiere trimestralmente
para el FGCT el valor restante (art. 54.º, n.os 1 y 2).
18
En particular sobre el FCT: (i) los costes de los servicios de guarda y apoyo a operaciones de
inversión; (ii) los encargos asociados a compra, a venta, a liquidación de operaciones, a recogida de
inversiones y demás actos relacionados con la gestión de activos del fondo; (iii) los honorarios del
auditor único y costes relacionados con el proceso de auditoría y certificación legal de cuentas (art.
20.º, n.º1, del Reglamento n.º 390-B/2013).
19
En particular sobre el FGCT, (i) los costes relacionados con el cobro de las contribuciones y el cobro
forzoso; (ii) los encargos asociados a compra, a venta, a liquidación de operaciones, a recogida de
inversiones y demás actos relacionados con la gestión de activos del fondo; y (iii) los honorarios del
auditor único y costes relacionados con el proceso de auditoría y certificación legal de cuentas (art.
10.º, n.º1, del Reglamento n.º 390-A/2013).
20
Cfr. el informe y cuentas de 2014 del FGCT y el prospecto informativo sobre el FCT, disponibles en
www.fundoscompensacao.pt.
“mecanismo equivalente” (art. 36.º, n.º7)21. En ese sentido, la modificación reciente del
régimen jurídico de constitución y funcionamiento de fondos de pensiones y de sus
entidades gestoras ha definido que el fondo de pensión puede estar afecto al
financiamiento de un ME (art. 2.º, al. c), del Decreto-Ley n.º 12/2006, de 20 de enero,
modificado por la Ley n.º 147/2015, de 9 de septiembre). Este diploma legal determina
que el ME puede ser financiado través de fondos de pensiones cerrados y de adhesiones
colectivas a fondos de pensiones abiertos (art. 5.º-A, n.º1, de esto Decreto-Ley).
4. EL RÉGIMEN MATERIAL
21
El ME no constituye ni tampoco sustituye la garantía específica para acceder a la actividad de
trabajo temporario (art. 36.º, n.º8), la cual corresponde a 100 meses de retribución mínima mensual
garantizada, añadida de las contribuciones para la seguridad social (€ 71.417,50) (art. 7.º, n.º1, del
Decreto-Ley n.º 260/2009, de 25 de septiembre, modificado por las Leyes n.º 5/2014, de 12 de
febrero, y n.º 146/2015, de 9 de septiembre). Esta garantía debe ser actualizada anualmente por
referencia a la retribución mínima mensual garantizada y a la dimensión de la empresa, sin prejuicio
de los refuerzos necesarios en caso de ser accionada (art. 7.º, n. os 2, 3 y , del mismo Decreto-Ley).
Este mecanismo garante el cobro de créditos laborales del trabajador temporario (en particular, la
remuneración y la indemnización o compensación por extinción del contrato de trabajo) y las
contribuciones para la seguridad social (art. 190.º, n.º1, CT); todavía, no cubre la compensación
calculada en los términos del art. 366.º CT en caso de contratos firmados a partir de 1 de octubre de
2013 (art. 190.º, n.º2, CT).
Las contribuciones para el FCT y el FGCT son debidas desde el momento que se
inicia la ejecución del contrato de trabajo hasta la fecha de su extinción, salvo en los
períodos en que no se contabilice la antigüedad (art. 11.º, n.º3). Una vez más, creemos
que en el caso del ME nada se opone a la libertad de estipulación de las partes, desde
que sea garantido el tope mínimo previsto en el art. 36.º, n.º1.
22
El sistema austríaco establece un 1,53% sobre la remuneración mensual del trabajador (§6, n.º1,
BMSVG).
4.3. Transferibilidad
Podemos identificar dos tipos de transferibilidad: a) entre instrumentos de garantía;
b) entre empleadores.
23
En el caso de incumplimiento ante el FGCT, vide art. 49.º, n.º1.
Las normas de los arts. 16.º, n.os 2 a 7, sobre la transmisión de la unidad económica,
son aplicables, con adaptaciones, a la transferencia de saldos (art. 15.º, n.º4).
24
CARVALHO MARTINS, D.:Da Transmissão da Unidade Económica no Direito Individual do
Trabalho, Almedina, 2013, págs. 167-311.
titularidad de la cuenta global que pertenecía al anterior empleador (arts. 16.º, n.º1, y
13.º de la Ordenanza n.º 294-A/2013).
Creemos que en estos casos, el anterior empleador debe informar de conformidad con
el principio de la buena fe el nuevo empleador sobre la situación de los trabajadores
afectos a la unidad económica, así como las entidades gestoras del FCT – o del ME – y
del FGCT. En el caso de que el nuevo empleador no reconozca la transmisión de la
unidad económica, las entidades gestoras deben, en principio, atribuir el saldo de la
cuenta de registro individualizado de los trabajadores involucrados al nuevo empleador.
Si el Tribunal declara que la transmisión de la unidad económica para el nuevo empleador
fue procedente, las entidades gestoras pueden cobrar forzosamente las contribuciones que
no tengan sido pagadas. Si no es ese el caso, el saldo debe regresar a la titularidad del
empleador originario.
Los casos de reembolso son notificados por el FCT al FGCT y a la Autoridad para
las Condiciones del Trabajo, en un plazo de 4 días a contar de su realización (art. 34.º,
n.º5).
25
Caso existan, deben ser transferidos para el FGCT en un plazo de 4 días a contar de la fecha de
pedido (art. 46.º, n.º7).
Por otro lado, siempre que el contrato, por cualquier motivo, no se extinga después
del reembolso, el empleador debe devolver al FCT el importe recibido en un plazo de 10
días a contar de la fecha de no verificación de término del contrato (art. 34.º, n.º6).
El accionamiento indebido del FCT o FGCT, por parte del empleador o del
trabajador, confiere la posibilidad de recusa de pago por parte de las entidades gestoras
(art. 14.º).
Del otro lado, cuando el empleador no entregue al trabajador el valor, total o parcial,
de la compensación reembolsado por el FCT o ME, cuando le sea debido, é punido por
delito de abuso de confianza (art. 56.º).
5. APUNTE FINAL
Las dudas son claras: un sistema dual que combina la capitalización con la
mutualidad y que se basa en una contribución de un 1% de la retribución base y, si
existe, del subsidio de antigüedad ¿puede, algún día, garantizar, de hecho, entre 6 y 9
días por año de antigüedad? ¿y, en caso afirmativo, el interés proseguido (la garantía de
la mitad de la compensación) justifica una tan significativa carga burocrática?
Resumen
El presente análisis trata de poner de relieve la forma en que el Sistema de Garantía Juvenil
ha quedado articulado en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Para ello, es preciso
situar su entronque y su concepción a nivel europeo, así como la trasposición en el ámbito
estatal, acometiendo las peculiaridades que en este segmento de población se presentan a
nivel regional. Ello va a suponer tres tareas consecutivas: la primera, una dación de cuentas
de la situación del mercado de trabajo en Castilla y León, con particular atención a la
posición de los jóvenes en el mismo; en segundo lugar, las medidas genéricas o comunes
que derivan de la iniciativa europea y española y su concreta articulación en el marco
estudiado; por último, las medidas específicas o peculiares adoptadas en la Comunidad
Autónoma y su sentido o justificación última.
Abstract
This paper analyzes how the youth guarantee system has been articulated in the
autonomous community of Castilla y Leon. It´s necessary to consider its inception at
European level and their transposition at the state level, taking into account regional
peculiarities.This will mean three consecutive tasks: first, a clearance of accounts of the
situation of the labor market in Castilla y Leon, with particular attention to the position of
young people in it; Second, generic or common measures arising from the European and
Spanish initiative and its concrete articulation within studied; Finally, specific or particular
measures in the region and its meaning or ultimate justification.
1. INTRODUCCIÓN
A las altas tasas de paro en este colectivo cabe añadir las elevadas cifras del
abandono escolar, factores que han convertido el problema en estructural, dado que la
empleabilidad depende, en gran medida, del nivel de cualificación alcanzado.
España ha sido uno de los países más afectado por esta situación, incrementando sus
niveles hasta un 25% en el año 2012 –en ligero descenso actualmente– y, a su vez,
presenta importantes diferencias regionales en cuanto a tasas de desempleo, en general,
y juvenil, en particular; concretamente, Castilla-León presenta un nivel de desempleo
del 16.6% (situado entre las ocho Comunidades Autónomas con menor nivel de paro) y
un 44.65% de paro juvenil, que afecta en mayor medida a mujeres que a hombres.
1
MOLINA, J.A. y BARBERO, E.: “El Desempleo Juvenil en Europa y España”, Acciones e
Investigaciones Sociales, núm. 21, 2005, págs. 135 a 155.
La necesidad de dar respuesta efectiva a este problema supone la adopción por parte
de la Unión Europea de unas medidas de intervención que en los Países Miembros se
van a plasmar en diferentes actuaciones a nivel interno.
2.1. Origen
Con el nacimiento de la Estrategia Europea de Empleo se llevan a cabo una serie de
procesos destinados a incrementar el nivel de empleabilidad en la Unión (Luxemburgo,
Cardiff, Bolonia, Colonia y Lisboa), llegando a ser numerosas las referencias a la alta
preocupación por las tasas de desempleo y, en concreto, de desempleo juvenil.
Sin embargo, en 2010, cuando aún no se había implementado esta medida en toda la
Unión, el Parlamento Europeo y el Foro de la Juventud abogaron con fuerza por el
establecimiento de la Garantía Juvenil mediante una estrategia diferenciada a través de
la Resolución de 6 de julio sobre “Fomento del acceso de los jóvenes al empleo,
refuerzo del estatuto del becario, del periodo de prácticas y del aprendiz”3, la cual
considera que la crisis económica ha provocado un acusado aumento de las tasas de
desempleo en los Estados miembros de la UE; tendencia que ha perjudicado de forma
desmesurada a los jóvenes, pues el porcentaje de desempleo entre éstos aumenta con
mayor intensidad con respecto al porcentaje de falta de ocupación media, mediando la
paradoja de que, debido al envejecimiento de la población, los jóvenes representan al
mismo tiempo un punto de apoyo necesario para los regímenes de Seguridad Social y el
mantenimiento del Estado de Bienestar.
A todo ello suma que existen pocas posibilidades de que los jóvenes encuentren un
empleo regular permanente, pues su acceso al mercado laboral tiene lugar
principalmente a través de formas de empleo atípicas, altamente flexibles, inseguras y
precarias (empleo marginal a tiempo parcial, temporal o de duración fija, etc.), y que la
probabilidad de que esto sea un primer escalón hacia un trabajo permanente es baja.
2
PALOMINO SAURINA, P.: “La garantía juvenil”, Revista de Información Laboral, núm. 6, 2015,
pág.61 y ss.
3
DOUE 2/11/2011. C 351 E/29.
4
Resolución de 24 de mayo de 2012 del Parlamento Europeo.
Fruto de este proceso han sido diseñadas unas directrices6 dirigidas a paliar el
abandono prematuro de los estudios, fomentar la empleabilidad y eliminar obstáculos de
orden práctico al empleo, adquiriendo los Estados de la Unión el compromiso en orden
a garantizar el éxito de la transición de los jóvenes al empleo.
5
Comunicación de la Comisión, de 5 de diciembre de 2012 “Promover el Empleo Juvenil”, COM
(2012) 727.
6
Recomendación del Consejo, de 22 de abril de 2013 sobre el establecimiento de la Garantía Juvenil.
7
MERCADER UGUINA, J.R.; ARAGÓN GÓMEZ, C.; NIETO ROJAS, P.; PÉREZ DE PRADO,
D.: Propuestas de medidas urgentes en materia de empleo juvenil, IRLE. Fundación Sagardoy,
Madrid, 2010.
A la hora de explicar el fenómeno del paro y las causas de las notables diferencias
existentes entre los países europeos, destaca la variable de la formación como elemento
clave para garantizar una mejor adaptación de la mano de obra y de la empresa a las
cambiantes circunstancias del mercado de trabajo.
Bajo este panorama descrito a grandes rasgos, cabe centrar un mayor interés en los
“ni-nis” como grupo específico que presenta una peor situación dentro de la ya precaria
situación juvenil.
Con éste término, utilizado genéricamente para denominar a aquellos jóvenes que ni
estudian ni trabajan, se trata de aquilatar también su creciente importancia la cual ha
llevado a la inclusión como fenómeno en la Estrategia “Europa 2020”, otorgándoles
especial tratamiento en cuanto a políticas de protección social y de empleo8.
El colectivo estaría así formado por aquellos jóvenes en una franja de edad de entre
16 y 24 años, desempleados o inactivos y que ni estudian ni trabajan, para los cuales
será necesario crear estrategias de reconocimiento a través de la cooperación con otras
entidades de diverso tipo (servicios sociales, asociaciones juveniles…). Cabe reseñar
que el término no sólo hace referencia a cuantos abandonan sus estudios de forma
precoz, sino que alude a un colectivo heterogéneo donde tienen cabida también aquellos
con formación superior pero carentes de experiencia laboral. Los datos en España
apuntan al bajo nivel de cualificación para el incremento de este segmento social.
8
PÉREZ DEL PRADO, D.: «Desempleo juvenil y formación en Europa: el problema de los “ninis”»,
Revista de Información Laboral, núm. 2, 2014, págs. 1603 y ss.
La Garantía Juvenil así presentada supondrá tener opción a una oferta adecuada de
empleo o acción formativa, educativa, de formación profesional continua, de
aprendizaje o prácticas, dentro de los cuatro meses a partir de la solicitud; objetivo muy
ambicioso y desarrollado parcialmente a través del RDL 8/2014, de 4 de julio,
(convalidado por la Ley 18/2014, de 15 de octubre), de aprobación de medidas urgentes
para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, que modifica algunas de las
normas laborales existentes para adaptarlas al nuevo modelo de políticas de empleo y
contempla, fundamentalmente, dos vías de actuación en favor de los jóvenes: por un
lado, sobre la mejora de la intermediación y de la empleabilidad, fomento de la
contratación y del emprendimiento; por otro, el apoyo de la contratación indefinida
mediante contratos bonificados9.
9
FERNÁNDEZ ORRICO, F.J.: “El Sistema Nacional de Garantía Juvenil: nuevo instrumento de
actuación y apoyo a la contratación de jóvenes”, Revista de Trabajo y Seguridad Social(CEF), núm.
377-378, 2014, pág. 143.
10
Resolución de 29 de julio de 2015, de la Dirección General del Trabajo Autónomo, de la Economía
Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas, por la que se amplía el ámbito de aplicación
del Sistema Nacional de Garantía Juvenil. Al tenor literal del apartado cuatro de la disposición final
duodécima de la Ley 25/2015, de 28 de julio, “se amplía la edad máxima de acceso al Sistema
Nacional de la Garantía Juvenil a los mayores de 25 años y menores de 30, que cumplan con los
requisitos recogidos en la Ley 18/2014, de 15 de octubre, de aprobación de medidas urgentes para el
crecimiento, la competitividad y la eficiencia, para beneficiarse de una acción derivada del Sistema
(…)
Nacional de Garantía Juvenil, dado que la tasa de desempleo para este colectivo se situó en 29,77
puntos de acuerdo con los datos de la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2014”.
En todo caso, cabe comprobar cómo la Garantía Juvenil se constituye a modo de una
extensión de los incentivos de contratación a los beneficiarios de la misma, más que
como sistema autónomo que dé a luz figuras contractuales o fórmulas novedosas.
Sin embargo, el impulso a las iniciativas de emprendimiento por parte del Gobierno
central y de las Comunidades Autónomas requiere una mejora de las políticas de
Todo ello pretende salvar una de las mayores dificultades a las cuales han de hacer
frente los jóvenes a la hora de canalizar sus ambiciones en este punto, como es el
desconocimiento de los recursos existentes, la sensación de no saber por dónde empezar
o dónde acudir en busca de información o la ayuda económica para poner en marcha
una idea o un proyecto.
La norma, en sintonía con lo regulado con carácter estatal y las directrices europeas,
es el resultado de la toma de conciencia del problema económico y social en que se ha
convertido el paro juvenil, donde el autoempleo, la creación del propio puesto de
trabajo, aparece como excelente alternativa para acceder al mercado laboral, si bien
conlleva unos riesgos, sobre todo al inicio de la actividad, razón por la cual es necesario
un sistema de subvenciones a fin de minimizarlos.
Las subvenciones dirigidas las personas físicas que hayan iniciado una actividad
económica por cuenta propia o se hayan incorporado como autónomos colaboradores, a
través del preceptivo alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos o
Mutualidad del Colegio Profesional correspondiente, siempre con la premisa de su
inscripción en el Fichero de Garantía Juvenil.
A tal efecto se consideran de interés general y social aquellas obras y servicios que
redunden en la satisfacción de las necesidades básicas de los ciudadanos en situación de
dependencia, marginación o exclusión social, promuevan el mantenimiento o desarrollo
del acervo cultural, se dirijan a la intervención en defensa de la naturaleza y medio
ambiente, u otras de utilidad pública, debiendo ser ejecutadas en régimen de
administración directa y con una duración de, al menos, 6 meses. Concepto laxo capaz
de proporcionar una referencia claramente beneficiosa frente a la general aplicable al
joven no incluido en el Sistema.
12
Resolución de 3 de junio de 2015, del Presidente del Servicio Público de Empleo de Castilla y León,
por la que se convocan las subvenciones, cofinanciadas por el Fondo Social Europeo, destinadas a la
contratación temporal de jóvenes incluidos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, por
entidades sin ánimo de lucro, para la realización de obras y servicios de interés general y social, en
la Comunidad de Castilla y León, para 2015.
13
Ley 11/2013, de 26 de julio, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y
de la creación de empleo. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ha editado una guía con
fecha de noviembre de 2015 en la cual se lleva a cabo un cuadro- resumen de las bonificaciones que
por la contratación de jóvenes podrán aplicarse las empresas.
14
Orden EYE/352/2015, de 27 de abril, por la que se establecen las bases reguladoras de las
subvenciones, cofinanciadas por el Fondo Social Europeo, dirigidas al fomento del empleo estable
por cuenta ajena de los jóvenes incluidos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, en la
Comunidad de Castilla y León, desarrollada mediante Resolución de 27 de mayo de 2015, del
Servicio Público de Empleo de Castilla y León, por la que se convocan subvenciones, cofinanciadas
por el Fondo Social Europeo, dirigidas al fomento del empleo estable por cuenta ajena de los
jóvenes incluidos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, en la Comunidad de Castilla y León,
para el año 2015.
la jornada de trabajo pactada sea igual o superior al 50% de la ordinaria, sin dar cabida a
otros formalizados bajo cualquier otra modalidad.
La intervención habrá de pasar así por dos líneas de actuación: de un lado, las
ayudas a jóvenes que han finalizado sus estudios universitarios dentro del marco del
Espacio Europeo de Educación Superior y precisan de una ulterior formación; de otro,
la puesta en marcha de un sistema de “repesca” de cuantos abandonaron los estudios a
edades tempranas.
El colectivo al cual va dirigido son los jóvenes incluidos dentro del Sistema de
Garantía Juvenil que cumplan los requisitos de acceso a la prueba de graduado en ESO
y se comprometan con una actitud positiva de consecución de los objetivos marcados; a
este propósito deben superar la prueba establecida al efecto para ingresar en el programa
y, posteriormente, graduarse en ESO, además de continuar dentro del sistema educativo
cursando un ciclo formativo de grado medio o bachillerato.
Sin embargo, para que algo así funcione, obviamente procederá disponer de unos
medios poco usuales al margen del sistema habitual de enseñanza, por cuanto estos
alumnos que en su día se mostraron desmotivados puede que hoy, tiempo después,
sientan una pereza atroz al tener que enfrentarse de nuevo al mismo sistema al cual no
consiguieron adaptarse.
5. Conclusiones
Al problema estructural del paro cabe añadir el desajuste que provoca la formación,
en unos caso ausente y en otros excesiva, con un resultado, sin embargo, muy similar:
jóvenes muy preparados que no consiguen tampoco insertarse en el mercado laboral y
optan por la movilidad, dejando situaciones regionales muy precarias y debilitando el
sistema de cotizaciones que sustenta el Estado de Bienestar.
Ello sugiere que detrás de una buena declaración de intenciones, perduran viejos
sistemas y modos de hacer que no aportan nada cualitativamente nuevo y cuyos
resultados siguen siendo muy limitados.
Más esperanzadores son los datos a nivel formativo cuando a titulaciones superiores
se refiere, pues la respuesta ante la oferta de Másteres para culminar la formación ha
sido altamente positiva, permitiendo cerrar el ciclo de estudios a jóvenes que no tenían
un fácil acceso a los mismos; de hecho, las estadísticas sobre los índices de desempleo
de jóvenes con formación superior son favorables en comparación con aquellos que
carecen de la misma.
Resumen
La STS 22-12-2014 resolviendo sobre los efectos del final de la vigencia ultraactiva del
convenio colectivo ha reabierto el debate sobre las consecuencias de la naturaleza
normativa del convenio estatutario y su dimensión de fuente del derecho. El estudio
pretende abordar los mecanismos de aplicación del convenio colectivo y contrastar la
doctrina tradicional con la que parece imponer la referida sentencia.
Abstract
The STS 22-12-2014 resolving on the effects of the end of the ultraactive force of the
collective agreement it has re-opened the debate on the consequences of the normative
nature of the statutory agreement and his dimension of source of the right. The study tries
to approach the mechanisms of application of the collective agreement and to confirm the
traditional doctrine with the one that seems to impose the above-mentioned judgment.
1. INTRODUCCIÓN
Hay que aclarar ya desde el principio que el Tribunal Supremo parte formalmente en
todo momento de la consideración del convenio colectivo estatutario como norma
jurídica, integrada en el sistema de fuentes del derecho, tal y como ha sostenido hasta la
fecha. Concretamente, declara que el convenio colectivo es una de las “normas
limitadoras” de la autonomía individual, junto a las derivadas de la actividad legislativa y
reglamentaria del Estado y de la normativa Internacional y de la Unión Europea. Por si
cabía alguna duda, recuerda expresamente que el art. 37.1 CE les reconoce a los actores
sociales “capacidad normativa” que vincula o equipara a “la fuerza vinculante” de los
convenios, y sitúa también expresamente el convenio colectivo del art. 3.b) ET entre las
fuentes en “sentido normativo” frente a las obligacionales que recoge la letra c).
Sin embargo, acto seguido pasa a declarar que las obligaciones y derechos, las
condiciones laborales de un trabajador, se encuentran reguladas –exclusivamente,
entiendo– en el contrato de trabajo. No se aplica el convenio, ni la Ley; aquéllas no se
regulan por ellos sino por el contrato. El contenido –normativo, entiendo– del convenio,
como el Estatuto de los Trabajadores –y demás normas jurídicas–, se contractualiza, se
integra en el contrato de trabajo desde su origen y al desaparecer el convenio se
mantienen como tales sin el apoyo tutelar de esa norma jurídica. Y ello por cuanto « las
normas estatales y convencionales juegan un papel nomofiláctico respecto a las cláusulas
contractuales», una “función depuradora”, que provoca una permanente adaptación del
contrato de trabajo a través del instituto de la nulidad parcial del art. 9.1 ET.
Es doctrina sostenida por el Tribunal Supremo que los convenios colectivos al ser
normas jurídicas no pueden ser fuente de condiciones más beneficiosas (vid. arts. 82.3 y
4, y 86.4 ET)1. Si, como viene considerándose desde la jurisprudencia y doctrina
judicial mayoritaria el comportamiento del convenio extraestatutario es el de un
contrato, y su aplicación se alcanza a través de su integración o incorporación en aquél,
entonces el convenio atípico sí sería un instrumento hábil de generación de aquéllas. Sin
embargo, el Tribunal Supremo también ha negado que el convenio extraestatutario
genere condiciones más beneficiosas habida cuenta de su carácter expreso temporal2.
También en esta línea, es doctrina sentada por el Tribunal Supremo que una vez
concluida la vigencia del convenio extraestatutario, el empresario podrá adoptar
decisiones unilaterales de carácter colectivo sin seguir el procedimiento previsto en el
art. 41 ET. Según esta jurisprudencia, dichas decisiones no serían modificaciones
sustanciales de las condiciones de trabajo pues la culminación de vigencia del pacto
libera a éste del cumplimiento de su obligación al no serles predicables la ultraactividad
1
SSTS. 8-7-2010, rec. 248/2009; 26-9-2011, rec. 149/2010
2
Por todas: SSTS 11-5-2009, rec 2509/2008 y 16-6-2009, rec 2272/2008.
del art. 86.3 ET, y sin que tampoco puedan aquéllos ser origen de condiciones más
beneficiosas de carácter colectivo3.
3
SSTS. 22-7-2013, rec. 106/2012; 14-5-2013, rec.285/2011; 9-2-2010, rec.105/2009.
4
BORRAJO DACRUZ, E, “Los convenios colectivos extraestatutarios. Base constitucional y casos
significativos”, en AAVV, “El régimen jurídico de la negociación colectiva en España”, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2006, pág. 630.
5
FERNÁNDEZ DOMINGUEZ, J.J., “Los convenios colectivos extraestatutarios”, en AAVV,
“Manual jurídico de la Negociación Colectiva”, La Ley, Madrid, 2008, pág. 1003 y 1004.
6
Por ejemplo: STS de 1 julio 1991, rec 86/1991: «No advierte la recurrente que el convenio colectivo
de 1990 silencia la regulación de los préstamos sociales, que sí lo estaban en los convenios
colectivos anteriores y en el pacto extraestatutario de 1988 y 1989. Son varias las condiciones de
trabajo que reguladas en el pacto extraestatutario con propósito y vocación de permanencia, han sido
silenciadas en el convenio colectivo de 1990; entre ellas, lo referente a los préstamos sociales. No
puede sostenerse, ante el silencio del convenio colectivo, que desde éste se haya pretendido volver al
régimen primitivo, anterior al pacto extraestatutario. Aquí no hay, como advierte el Ministerio
Fiscal, un conflicto de normas que conduzca a la aplicación de la más favorable; hay una sola norma
aplicable, regulada en el pacto extraestatutario y respetada en el convenio colectivo de 1990, que no
da un tratamiento nuevo y específico a dicha materia».
Por otra parte, considero que de la sentencia se desprende, tanto más si se parte del
convenio como norma, una confusión entre lo que es la función del Derecho y lo que es
consecuencia de un sistema jerárquico de fuentes reguladoras de una relación jurídica,
en este caso la laboral (art. 3 ET). En definitiva, se toma la parte por el todo. Por un
lado, porque tanto el Estatuto de los Trabajadores como el convenio colectivo pueden y
de hecho incluyen tanto normas imperativas como disponibles que, como en todo
contrato, integran y completan su contenido obligacional limitando la voluntad de las
partes (arts. 1089, 1255 y 1258 CCivil). De otra porque, precisamente, tanto el art. 3.5
como el art. 9.1 ET parten no sólo de la superioridad sino de la exterioridad de esas
normas imperativas respecto del contrato. Y parte también de que esa sustitución por los
preceptos jurídicos que correspondan y que completan al contrato es una situación
patológica que afecta al contrato pero no a la naturaleza de la norma o convenio, que es
lo que realmente parece estar en cuestión.
7
Así lo sostuvo el TS en sus sentencias de de 12-12-2008, rec. 538/08, cuya doctrina reiteran las
sentencias de 23/12/08, rec. 3199/07, de 25/2/09, rec. 1880/08 y 20/3/09, rec. 1923/08: «Pero de esta
naturaleza contractual del pacto extraestatutario no cabe obtener la conclusión que sostiene la
limitación temporal de las condiciones establecidas en el mismo, como ocurre en el caso de la sucesión
de convenios estatutarios. En el caso de las condiciones de trabajo establecidas por un convenio
extraestatutariono estamos ante una sucesión de normas, como ocurre en el supuesto de la sucesión de
los estatutarios, sino que se produce la coexistencia entre una regulación normativa, en este caso del
XVI y XVII Convenio Colectivo, y una regulación contractual... y no debe confundirse esta
subsistencia de las condiciones de trabajo derivadas del pacto extraestatutario con la ultraactividad que
para el convenio estatutario establece el art. 86.3.2º del Estatuto de los Trabajadores ....».
8
Vid: ASQUERINO LAMPARERO, MªJ., “La condición más beneficiosa: una visión general”, Revista
Doctrinal Aranzadi Social num.7/2011 parte Estudio, BIB 2011\1462, versión digital, págs. 19.
LAHERA FORTEZA9, entre nuestra doctrina científica cabe distinguir tres grandes
posturas respecto de la interpretación del art. 37.1 CE y, conexo a ella, de la naturaleza
y eficacia del convenio colectivo estatutario.
Frente a dicha línea doctrinal, se erigen las tesis contractualistas que defienden la
neutralidad de la Constitución en relación a la naturaleza del convenio que en ningún
momento se cataloga como fuente del derecho y, por consiguiente, mantienen su
carácter contractual habida cuenta de que tal es su origen. La discusión fundamental se
centra, por consiguiente, en el terreno de los efectos jurídicos y no en el de la naturaleza
del convenio11.
9
LAHERA FORTEZA, J, “La eficacia jurídica y personal de los convenios colectivos estatutarios”,
en AAVV –dir.Monereo Pérez, J.L y Moreno Vida, N.–, “El Sistema de Negociación Colectiva en
España”, Aranzadi, Pamplona, 2013, págs. 294 a 297.
10
Por todos: CORREA CARRASCO, M, “La negociación colectiva como fuente del derecho del
Trabajo”, Universidad Carlos III, BOE, Madrid, 1997.
11
Así, rechaza que la Constitución recoja un modelo cerrado de negociación colectiva admitiendo que
el legislador ordinario pueda elegir la posición del convenio en el sistema de fuentes: VALDÉS
DAL-RÉ, F, “El modelo español de negociación colectiva”, en AAVV –coords F. Pérez de los
Cobos y JºMªGoerlich–, “El régimen jurídico de la negociación colectiva en España”, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2006, págs. 47, 58-62. Con claridad, afirma la naturaleza contractual del convenio
colectivo a partir del art. 37.1 CE en: VALDÉS DAL-RE, F, “La negociación colectiva, entre
tradición y renovación”, Comares, Granada, 2012, págs. 93-95, 96.
12
Como señala DURÁN LÓPEZ, el carácter normativo del convenio no deriva de la Constitución,
sino, todo caso de la Ley. Por tanto, es necesario distinguir entre su valor como norma o como
contrato, que supone dos opciones legales constitucionalmente lícitas que permiten –ambas– la
articulación general o limitada de su eficacia, y la fuerza vinculante del convenio que impone la
Constitución, y que a su vez también es distinto de su ámbito subjetivo. La eficacia vinculante del
convenio colectivo, que por naturaleza es un contrato, implica desde el mandato constitucional que
aquél se aplique a las relaciones individuales incluidas en su ámbito subjetivo, general o limitado,
sin necesidad de que los contratos de trabajo lo incorporen expresamente o se remitan al mismo (F.
DURÁN LÓPEZ, F, “Los convenios colectivos”, en AAVV, “El modelo social en la Constitución
española de 1978”, MTAS, Madrid, 2003, págs. 175 y ss.). En similar sentido, por ejemplo:
VALDÉS DAL-RÉ, “El paradigma legal en la negociación colectiva”, RRLL, 1990-TI, págs. 270 y
ss. y en “El modelo español de negociación colectiva” en AAVV –coords. F. Pérez de los Cobos y
JMªGoerlich–, “El régimen jurídico de la negociación colectiva en España”, TB, Valencia, 2006,
págs. 47, 52, 58 a 62, 75 y 77.
Concretamente la eficacia real del convenio consiste en un doble efecto que garantiza la
función económico-social típica o causa del convenio colectivo que no es otra que la
reglamentación de las relaciones laborales individuales. Por un lado el efecto automático,
de manera que el contenido del convenio se impone directa e inmediatamente a las
relaciones individuales de trabajo de su ámbito de aplicación. Por otro, el efecto
imperativo, con lo que quedan prohibidas las derogaciones peyorativas del convenio por
la autonomía individual y, consiguientemente, la nulidad parcial y consiguiente
sustitución de tales cláusulas por las de los pactos convencionales13. La tesis de la eficacia
real del convenio salva, por consiguiente la naturaleza formal del convenio como contrato
pero identifica la eficacia real de aquél como una auténtica eficacia material normativa del
convenio, desplegando los efectos propios de una norma cogente14.
Es cierto que no hay obligación sin Ley y que las partes que contratan se obligan
también a lo dispuesto por aquélla (arts. 1089 y 1258 CCiv), pero eso no convierte a los
preceptos legales –o del convenio– en una obligación ni da lugar a su disolución en el
contrato. El convenio colectivo es un cuerpo jurídico, producto de la autonomía
colectiva y vinculado en gran medida a la libertad sindical, fuente característica de
nuestra rama laboral con dimensión propia, que trasciende al contrato de trabajo y es
independiente de aquél. Tanto, por ejemplo, que desvincular las cláusulas normativas de
13
VALDÉS (2006, págs.61 y 62); (2012, págs. 98-100).
14
VALDÉS, 2012, págs. 79-80, 110.
15
MC PALOMEQUE LÓPEZ, “Validez del contrato”, en AAVV –dir.E. Borrajo Dacruz–,
“Comentarios a las Leyes Laborales. El Estatuto de los Trabajadores”, Tomo III, Edersa, Madrid,
1985, págs. 39, 41, 43, 44.
las obligacionales del convenio podría suponer una ruptura del equilibrio interno del
pacto y ni tan siquiera todas las normativas son individualizables por subsistir
exclusivamente en una clara dimensión colectiva16.
16
Así, no pueden en el convenio extraestatutario materias como son la clasificación y promoción
profesionales, movilidad geográfica, creación del comité intercentros, etc (por todas: SSTS. 11-5-
2009, rec 2509/2008 y 1-6-2007).
17
“La eficacia jurídica y personal de los convenios colectivos estatutarios”, en AAVV, “El sistema de
negociación colectiva en España”, Aranzadi, Pamplona, 2013, págs. 303 y 304.
18
Por lo que se refiere a la extensión objetiva de la garantía constitucional de la “eficacia vinculante”
del “convenio colectivo” también las posturas doctrinales son plurales. Por una parte, tanto parte de
los sectores normativistas como de los contractualistas mantienen su referencia exclusiva al
convenio colectivo estatutario en atención a la remisión a la Ley que hace el art. 37.1 CE para la
configuración de la garantía (Por todos: F. DURÁN LÓPEZ, “Jurisprudencia constitucional y
Derecho del Trabajo”, MTSS, Madrid, 1992, págs. 191 y ss). Y por otra, partidarios tanto de una
como de otra postura sostienen la extensión objetiva de dicha garantía respecto tanto respecto del
(…)
Así, en la STC 58/1985, 30-4, declaró (como reiteró más recientemente la STC
119/2014, 16-7), que «la integración de los Convenios Colectivos en el sistema formal
de fuentes del Derecho, resultado del principio de unidad del ordenamiento jurídico,
supone, entre otras consecuencias … el respeto por la norma pactada del derecho
necesario establecido por la Ley, que, en razón de la superior posición que ocupa en la
jerarquía normativa»19. También dicha sentencia 58/19985 afirmó con claridad que « el
mandato que el art. 37.1 de la Constitución formula a la Ley de garantizar «la fuerza
vinculante de los Convenios» no significa que esta fuerza venga atribuida ex lege. Antes
al contrario, la misma emana de la Constitución, que garantiza con carácter vinculante
los Convenios, al tiempo que ordena garantizarla de manera imperativa al legislador
ordinario. La facultad que poseen «los representantes de los trabajadores y
empresarios» (art. 37.1 de la C.E.) de regular sus intereses recíprocos mediante la
negociación colectiva es una facultad no derivada de la Ley, sino propia que encuentra
su expresión jurídica en el texto constitucional. De otra parte la garantía constitucional
de la fuerza vinculante implica, en su versión primera y esencial, la atribución a los
Convenios Colectivos de una eficacia jurídica en virtud de la cual el contenido
normativo de aquéllos se impone a las relaciones individuales de trabajo incluidas en
sus ámbitos de aplicación de manera automática, sin precisar el auxilio de técnicas de
contractualización ni necesitar el complemento de voluntades individuales. Por ello,
resulta del todo ajeno a la configuración constitucional de la negociación colectiva la
exigencia de una aceptación individual de lo pactado, con independencia de que la
práctica, como sucede en ocasiones, haga aconsejable la participación de los propios
afectados en la negociación colectiva a través de las fórmulas que los negociadores
decidan y sin que, en ningún caso, puedan considerarse como jurídicamente
convenio colectivo extraestatutario como de los pactos colectivos; la garantía directa y contenido
esencial art. 37.1 CE por pura coherencia abarca a aquéllos, y si el carácter normativo o contractual
deriva de la Constitución por lógica debe ser común a tales pactos tanto aquél como su modo de
aplicación con independencia de que el ámbito subjetivo pueda ser diferente (erga omnes versus
eficacia limitada) o su contenido materialmente más reducido en la regulación de las relaciones
laborales: M. CORREA CARRASCO, La negociación colectiva como fuente del Derecho del
Trabajo, Universidad Carlos III/BOE, Madrid, 1997, págs. 254 y ss. Véase por ejemplo en: J. VIDA
SORIA, J. L. MONEREO PÉREZ, C. MOLINA NAVARRETE, Mª N. MORENO VIDA, Manual
de Derecho Sindical, Comares, Granada, 2004, págs. 171 y 172. Por los contractualistas: VALDÉS,
2012, pág. 102, 108, 110 y 111 –que además sostiene la aplicación de los arts. 3.1.b y c y 3.5, así
como, por ejemplo, el art. 82, 83.1 y 85.1 ET a los convenios extraestatutarios.
19
También ubican al convenio colectivo en el sistema de fuentes del derecho, por ejemplo: SSTC
210/1990, 20-12; STC 177/1988, 10-10 –y posteriormente reitera, por ejemplo, las SSTC 119/2002,
20-5 y 27/2004, 4-3–, reconoce al convenio colectivo, al menos en la más relevante de sus
manifestaciones reiterando que su aplicación se hace «… sin precisar el auxilio de técnicas de
contractualización ni necesitar el complemento de voluntades individuales (STC 58/1985,
fundamento jurídico 3.º).».
Por otra parte, es claro tanto para el Tribunal Constitucional como para el Tribunal
Supremo que no cabe duda de la eficacia limitada de los convenios colectivos
extraestatutarios. Y ello es asumido por el común de la doctrina. El debate doctrinal se
ha planteado fundamentalmente en torno a su naturaleza normativa o contractual de los
mismos. Su naturaleza jurídica será contractual, según la doctrina judicial indubitada del
Tribunal Supremo, y su fuerza de obligar se limitará a las partes y a los representados
directamente por éstas, y tendrá su fundamento en los arts. 1091 y 1254 a 1258 del
Código Civil20. Frente a ello, el Tribunal Supremo ha sostenido el carácter de
«verdadera norma jurídica», con «valor de auténtica fuente del Derecho» del convenio
estatutario, en términos mucho más claros y contundentes que el Tribunal
Constitucional. Y ésto de momento, y pese al debate doctrinal que, como hemos visto,
aún se mantiene, ha sido claro para nuestros tribunales21.
20
Por todas: SS. TSde 24 de enero de 1997; de 14 de diciembre de 1996; de 17 de octubre de 1994; de
21 junio 1994; 2 febrero 1994 y 22 octubre 1993.
21
Véase: GARCÍA MURCIA, J., Los convenios colectivos como fuente de la relación laboral: más
apuntes para un debate recurrente, RMTAS, nº 68, págs. 35 y ss.
22
S. TC 151/1994, de 23 de mayo. También parece partir de la eficacia normativa de efectos limitados
del Convenio Colectivo extraestatutario cuando señala que «la garantía constitucional de la fuerza
vinculante implica… la atribución a los convenios colectivos de una eficacia jurídica en virtud de la
cual el contenido normativo de aquéllos se impone a las relaciones individuales de trabajo incluidas
en sus ámbitos de aplicación de manera automática, sin precisar el complemento de voluntades
individuales» (S.TC 58/1985, de 30 de abril). Por el contrario, su postura en otras sentencias se
inclina por el sentido de las tesis que mantiene también el Tribunal Supremo (vid.: SS.TC 298/1993,
de 18 de octubre;4/1983, de 28 de enero, y 73/1984, de 27 de junio).
23
«El carácter estatutario o no del convenio es simple consecuencia de que se cumplan o no los
requisitos de mayoría representativa que el Estatuto de los Trabajadores exige para la regularidad del
convenio colectivo, al que se otorga en ese caso un plus de eficacia, por el carácter erga omnes del
llamado convenio colectivo estatutario».
24
«Todo el debate gira en torno a la figura del convenio colectivo extraestatutario, a cuya especie
pertenece el impugnado sin género de dudas; estos pactos, denominados también atípicos o de
eficacia limitada, son los celebrados al margen de los requisitos y formalidades del Título III del
Estatuto de los Trabajadores, que no están apoyados en nuestro ordenamiento positivo en una
(…)
normativa propia, aunque cuentan con el reconocimiento que les otorga el artículo 37.1 de la
Constitución y la fuerza obligacional propia de los contratos, si bien en este aspecto se diferencian
de manera nítida de los convenios colectivos, que están dotados de eficacia general o erga omnes, no
solamente respecto de todos los empresarios y trabajadores incluidos dentro de su ámbito de
aplicación en el momento de la suscripción del pacto, sino también de cuantos accedan al mismo
durante el tiempo de su vigencia, en tanto que los pactos atípicos no se aplican con la intensidad
prevista en el artículo 82.3 de la Ley estatutaria, de manera que carecen de eficacia “erga omnes”; su
campo de influencia se reduce, como declaran las sentencias de esta Sala de 22 de enero de 1994 (
RJ 1994, 3228) , 24 de enero de 1997 ( RJ 1997, 572) y 16 de mayo de 2002 ( RJ 2002, 7561) , a
quienes negociaron el pacto y al personal representado por ellos, esto es, a las representaciones
sindicales y empresariales pactantes y a sus afiliados, aunque con la posibilidad de que, mediante
adhesiones individuales, su ámbito subjetivo pueda resultar ampliado.
Puesto que no hay normas específicas que disciplinen estos pactos, habrá que estar a las
disposiciones que el Código civil dedica a los contratos, limitando sus efectos a las partes que los
otorgan, como señala el artículo 1257 del propio Código. No obstante aquella ausencia de normas
reguladoras, en algunos asuntos aparecen normativamente mencionados, como sucede con el
artículo 163 de la Ley de Procedimiento Laboral, que permite la impugnación en vía jurisdiccional
de los convenios colectivos, “cualquiera que sea su eficacia”. Acerca de la validez de los pactos
extraestatutarios se pronuncia la sentencia del Tribunal Constitucional de 8 de junio de 1989 ( RTC
1989, 108) , declarando que la negociación extraestaturaria está constitucionalmente protegida, al
menos cuando quien negocia es un sindicato. La naturaleza meramente contractual de estos pactos
implica su sometimiento a la jerarquía de las fuentes de la relación laboral establecida en el artículo
3 del Estatuto de los Trabajadores, debiendo respeto a la ley, a los reglamentos y a los convenios
colectivos estatutarios o de eficacia general.» (FJº 4º). «El concepto “contenido normativo” de los
pactos puede resultar equívoco si se le desvincula de su ámbito de aplicación; el término normativo
significa el efecto regulador aplicable a una determinada materia de un conjunto de disposiciones
que han sido previstas por la Ley o por los particulares; las cláusulas normativas de los convenios
están destinadas a regular los derechos y obligaciones de las personas y entidades afectadas por
dichos pactos, pues este es justamente el papel que han desempeñado las cláusulas de los contratos,
y el pacto colectivo extraestatutario lo es, que se conciertan con la finalidad de compatibilizar los
intereses contrapuestos de las partes, que se someten voluntariamente a una disciplina que ellos
mismos han instaurado, lo que permite afirmar que los convenios de eficacia limitada, en el ámbito
propio en el que son aplicables, tienen naturaleza y eficacia contractual y contenido regulador en el
sentido indicado, es decir, únicamente respecto de los sujetos afectados por el contrato, pues esa
fuerza la reciben del artículo 37.1 de la Constitución y del consentimiento de los negociadores, pero
sin que sus cláusulas sobrepasen ese ámbito en ningún sentido ni pueden ser calificados como
normativos en el puro sentido de la palabra, sino únicamente con el alcance al que nos hemos
referido, en cuanto regulan derechos y obligaciones de aquellos a quienes se extiende el concreto
contrato colectivo.» (FJ 5º). Véase el comentario de: RUIZ CASTILLO, Mª Mar, “Los límites de los
llamados convenios colectivos extraestatutarios”, Temas Laborales, núm. 98/2009. Págs. 175-199
25
F. Valdés Dal-Ré, “El paradigma legal en la negociación colectiva”, RRLL, T.I, 1990, págs. 272 y
276. Por todas: SSTC 23/1983, 25-3; TC 73/1984, de 27 de junio; 61/1989, 2-4; 105/1992,
208/1993, 28-6; 1-7; 127/1995, 25-7. También, por ejemplo: SSTC 98/1985, 29-7; 39/1986, 31-3;
187/1987, 24-11; y 108/1989, 8-6.
5. Conclusiones
Resumen
Los criterios de clasificación profesional, como núcleo fundamental de las relaciones
laborales, se caracterizan por su influencia directa tanto en el sistema de clasificación
profesional como en el sistema retributivo. En este sentido, son merecedores de especial
atención aquellos criterios de clasificación profesional que, aunque aparentemente son
neutros, encierran discriminaciones indirectas que solo son posibles de detectar a través de
un estudio transversal de los diferentes elementos que están interrelacionados con el
mismo, tales como su propia estructura, el lenguaje del nomenclátor, la definición de los
grupos profesionales, los complementos salariales, el número de trabajadores/as
empleados/as en cada grupo profesional y las medidas específicas en materia de igualdad.
Por lo tanto, el objetivo del análisis es proporcionar tanto una idea general sobre la
perspectiva de género que caracteriza los convenio colectivo más representativos del sector
de la industria, como elaborar una herramienta que facilite el análisis de la perspectiva de
género en los criterios de clasificación profesional y, consecuentemente, en el sistema de
clasificación profesional y en el retributivo.
1. INTRODUCCIÓN
1
Ley 8/1980, de 10 de marzo, del Estatuto de los Trabajadores (BOE del 14).
2
Al respecto, y como análisis doctrinal exhaustivo y pionero, vid. in extenso, PÉREZ DEL RÍO, T.: El
principio de igualdad: no discriminación por razón de sexo en el derecho del trabajo, Madrid,
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1984.
3
QUINTANILLA NAVARRO, B.: Discriminación retributiva. Diferencias salariales por razón de sexo,
Madrid, ed. Marcial Pons, 1996, p. 247.
4
VALDÉS, DAL – RÉ, F.: Igualdad de género y relaciones laborales: entre la ley y la negociación
colectiva, Madrid, Reus SA, 2010, pág.58.
5
Constitución Española, 1978 (BOE del 29).
6
Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (BOE del 23).
7
Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley del Estatuto de los Trabajadores (BOE del 24).
8
Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral (BOE del 7).
Una vez expuestos los preceptos legales que recogen la igualdad efectiva entre
hombres y mujeres en la negociación colectiva, y su concreción en el tema de análisis,
cobran especial relevancia las reglas de concurrencia a las que están sometidos los
diferentes convenios colectivos que conforman el escenario de la negociación colectiva
en el estado español. En este sentido, según el conjunto de reglas establecidas en el
artículo 83.2 TRET y el artículo 84. 3 y 4 TRET, el sistema de clasificación profesional
se considera materia reservada al nivel estatal de negociación, no siendo negociable en
el nivel autonómico si existe convenio colectivo sectorial estatal en el ámbito de
referencia. De igual forma, es importante indicar que, si no existe un convenio colectivo
estatal que regule la clasificación profesional en un sector productivo determinado, la
negociación colectiva de ámbito autonómico o, en su caso, provincial, sí está capacitada
para negociar el sistema de clasificación profesional correspondiente. Asimismo, es
imprescindible señalar que, según el artículo 84.2 d) TRET, cabe la posibilidad de que
tenga prioridad aplicativa la adaptación del sistema de clasificación profesional en el
ámbito de empresa frente al convenio colectivo sectorial estatal, autonómico o de
ámbito inferior. Por lo tanto, y en base a las reglas de concurrencia establecidas, se han
seleccionado cinco convenios colectivos estatales pertenecientes al sector de la industria
para realizar el citado análisis.
Por una parte, el universo estudiado viene constituido por los convenios colectivos
estatales pertenecientes a un sector productivo masculinizado9, como es el caso del
sector de la industria, y la muestra viene compuesta por los cinco convenios colectivos
de ámbito estatal que a continuación se detallan:
9
En este sentido,
http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259931459725&p=12547351106
72&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m3=1259924822888
10
VI Convenio colectivo del sector de derivados del cemento (Resolución de la Dirección General de
Empleo, de fecha 18 de marzo de 2014 –BOE n 76, de fecha 28 de marzo de 2014–).
11
XVII Convenio colectivo general de la industria química (Resolución de la Dirección General de
Empleo, de fecha 3 de agosto de 2013 –BOE n 198, de fecha 19 de agosto de 2015–).
12
Convenio colectivo del sector de la madera (Resolución de la Dirección General de Empleo, de
fecha 2 de noviembre de 2012 –BOE n 285, de fecha 27 de noviembre de 2012–).
4. Acta de los acuerdos de modificación del Acuerdo estatal del sector del
metal13.
5. V Convenio colectivo general del sector de la construcción 14 y Acta sobre
clasificación profesional del V Convenio colectivo general del sector de la
construcción15.
Como se puede observar, todos los convenios colectivos están vigentes y, además,
se han publicado con posterioridad a la LOI y al Real Decreto-Ley 3/2012, de medidas
urgentes para la reforma del mercado laboral16, con lo cual deberían integrar,
respectivamente, la igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres en su
contenido y, especialmente, contener sistemas de clasificación profesional basados en
grupos profesionales.
13
Acta de los acuerdos de modificación del Acuerdo estatal del sector del metal (Resolución de la
Dirección General de Empleo, de fecha 22 de abril de 2013 –BOE n 112, de fecha 10 de mayo de
2013–).
14
V Convenio colectivo general del sector de la Construcción (Resolución de la Dirección General de
Empleo, de fecha 28 de febrero de 2012 – BOE n 64, de fecha 15 de marzo de 2012–).
15
Acta sobre clasificación profesional del V Convenio colectivo general del sector de la construcción
(Resolución de la Dirección General de Empleo, de fecha 25 de junio de 2013 –BOE n 164, de fecha
10 de julio de 2013–).
16
Real Decreto-Ley 3/2012, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral (BOE del 11).
17
Real Decreto de 24 de julio de 1889 por el que se publica el Código Civil (BOE del 16).
4.1. Estudio estadístico sobre la población laboral afectada por los convenios
colectivos
Al igual que la CCNCC proporciona datos desagregados por sexo sobre el total de
trabajadores/as afectados, las comisiones negociadoras deberían facilitar
obligatoriamente los datos de población laboral afectada por cada convenio, y esta
información debería incluir, desagregado por sexos, el número de personas incluidas en
cada grupo profesional (y, si no han adaptado su sistema de clasificación profesional, en
18
http://explotacion.mtin.gob.es/regcon/pub/consultaPublica
cada categoría profesional). Además, sería recomendable que esta información estuviese
acompañada de otros datos numéricos de interés (también desagregados por sexos),
tales como el cómputo de cada tipo de contrato suscrito con el personal laboral y el
cómputo del tipo de jornada suscrita con el empresario. En este sentido, la finalidad de
proporcionar numéricamente tanta información sería generar un instrumento eficaz en la
detección de los sesgos de género presentes en los sectores productivos, eliminar la
discriminación por razón de sexo, tanto directa como indirecta, y, finalmente, conseguir
una presencia equilibrada entre hombres y mujeres en dichos sectores.
Cabe señalar que los criterios de clasificación profesional son el eje central de cualquier
relación laboral, es decir, un sistema de clasificación profesional, ya sea en grupos
profesional, categorías profesionales, puestos de trabajo o cualquier otro sistema funcional,
es fruto directo de dichos criterios, ya que se construye en base a los mismos. Asimismo, los
sistemas de clasificación profesional están directamente relacionados con el sistema
retributivo ya que, éste se establece, de ordinario, en relación con los aspectos funcionales
del trabajo y, habitualmente, el salario base se hace corresponder con los diversos grupos
profesionales establecidos. Por lo tanto, y dada la influencia del sistema de clasificación
profesional, el diseño de los criterios en que el mismo se base debe cumplir el artículo 22.3
TRET, consiguiendo que tanto el sistema de clasificación profesional como el sistema
retributivo carezcan de rasgos discriminatorios. De lo contrario, si los criterios de
clasificación profesional carecen de perspectiva de género, cabe la posibilidad de que
fomenten el anidamiento de sesgos sexistas tanto en los sistemas de clasificación
profesional como en los sistemas retributivos del sector al que pertenezcan.19
Una vez descritos los citados criterios de clasificación, procede el desarrollo de las
siguientes recomendaciones:
Por una parte, todos los convenios colectivos tienen que prever un listado de
criterios de clasificación profesional detallado y éste, en cumplimiento del artículo 22.3
TRET, tiene que ser neutro, con la finalidad de evitar discriminaciones, tanto directas
como indirectas, por razón de sexo.
En este sentido, cabe señalar, a modo de avance, que los sistemas de clasificación
profesional de cada uno de los convenios colectivos analizados se sitúa en los siguientes
preceptos reglamentarios: en el Convenio colectivo general del sector de la construcción
está regulado en el décimo anexo, en el Convenio colectivo general del sector de la
madera en el artículo 40, en el Acuerdo estatal para el sector del metal en el tercero
capítulo, en el Convenio colectivo para la industria química está regulado en el artículo 22
y, el Convenio colectivo general del sector de derivados del cemento en el artículo 23.
Por lo que se refiere a los que se estructuran mediante grupos profesionales se sitúan
el Convenio colectivo general del sector de la construcción y el Convenio colectivo
general para el sector de la industria química. En este sentido, ambos convenios colectivos
han ejecutado el precepto reglamentario establecido en el artículo 22.1 TRET.
Por lo que se refiere a los que emplean tanto grupos profesionales como categorías
profesionales, se sitúan el resto de convenios colectivos: el Convenio colectivo general
de derivados del cemento, el Acuerdo estatal para el sector del metal y el Convenio
colectivo general para el sector de la madera. En este sentido, se puede observar una
transición incompleta, al adaptarse, por una parte, a los grupos profesionales y, por otra
parte, acarrear consigo las antiguas categorías profesionales. A título de ejemplo, cabe
señalar que, el Convenio colectivo general del sector de la madera se encuadra en ocho
grupos profesional, los cuales están denominados numéricamente del cero al ocho, en
función de la exigencia de los criterios de clasificación profesional y definidos a través
de vocablos tales como trabajador y trabajadora. Asimismo, también cabe apuntar que, a
los grupos profesionales seis y siete, correspondientes al personal operario, se les
requiere la aportación de esfuerzo físico.
20
Fuente: Elaboración propia.
De igual forma, se ha elaborado una tabla que engloba las categorías profesionales
sexistas características de los convenios colectivos analizados y, consiguientemente, se
han redactado en su forma no sexista. El resultado ha sido el siguiente:
21
ANTÓN FERNÁNDEZ, E.: Guía de buenas prácticas para el uso de un lenguaje no sexista en la
negociación colectiva, Madrid, Secretaría Confederal de la Mujer de CCOO, 2007, pág. 8.
Asimismo, el artículo 26.3 TRET señala que la estructura del salario es el salario
base junto con los diferentes complementos salariales establecidos. En este sentido, y en
base a la interrelación de ambos artículos, es de especial relevancia analizar cómo es la
regulación del sistema de retribución en los convenios colectivos analizados. Por una
parte, y por lo que se refiere al salario base, todos los convenios colectivos coinciden,
tanto los que clasifican el personal laboral en grupos profesionales como los que los
clasifican en grupos profesionales junto a categorías profesionales (a excepción del
Acuerdo estatal para el sector del metal, que no prevé un sistema retributivo en su
regulación), en desarrollar una tabla salarial en la que indican el salario base que le
corresponde a cada grupo profesional. En este sentido, y a primera vista, no se puede
deducir que existan discriminaciones por razón de sexo. Por otra parte, y por lo que se
refiere a los complementos salariales, a causa de la gran diversidad de complementos
salariales regulados en las cláusulas convencionales22, requieren especial mención los
complementos salariales que recompensan tanto la disposición del personal laboral en
prologar su jornada laboral como los días efectivamente trabajados, ya que estos pueden
ser de difícil acceso para las mujeres.23
Por una parte, y por lo que se refiere a las cláusulas convencionales que retribuyen la
prolongación de la jornada, requiere especial mención el artículo 69 del Convenio
colectivo general para el sector de la construcción, ya que, en él, se especifica que el
personal que realice funciones de mantenimiento y reparación de instalaciones o
maquinaria y el personal encargado del arranque y cierre de las mismas, podrá estar
sujeto a una ampliación de su jornada, sin que el exceso sobre la jornada ordinaria se
compute como horas extraordinarias, y abonándose, como mínimo, por el valor
correspondiente a las horas extraordinarias.
Por otra parte, y por lo que se hace referencia a la retribución de los días afectivamente
trabajados, es importante destacar el artículo 62 “Plus de asistencia” del Convenio
22
Cabe señalar que también hubiese sido importante comentar complementos salariales tales como la
disponibilidad, la responsabilidad u otros complementos salariales similares pero no se han
encontrado cláusulas que regulasen dichas materias en los convenios colectivos analizados.
23
SECRETARÍA CONFEDERAL DE LA MUJER DE CC.OO: Crisis y discriminación salarial de género,
Madrid, 2012, págs. 39-40.
Por lo que se refiere a los convenios colectivos que no tratan la igualdad en sus
cláusulas, se sitúa únicamente el Acuerdo estatal del sector del metal. Por lo que se
refiere a los convenios colectivos que tratan la igualdad en sus cláusulas, se pueden
dividir en dos grandes bloques: por una parte, el Convenio colectivo general del sector
de la industria química es el único que prevé, en su artículo 18, medidas de acción
positiva, estableciendo que tendrán preferencia, en igualdad de idoneidad, las personas
Tal y como se puede observar en todos los convenios colectivos analizados, aunque
cada uno de ellos emplee cláusulas diferentes, todos coinciden en un aspecto: se limitan
a recordar el contenido de las leyes en materia de igualdad establecidas tanto por la LOI
como por el TRET. Este recordatorio puede tener un carácter informativo para los/as
trabajadores/as pero, sin embargo, no son suficientes porque no cumplen la función para
la cual fueron diseñados: fomentar la igualdad de trato y oportunidades entre hombres y
mujeres y, consecuentemente, eliminar la discriminación, tanto directa como indirecta,
presente en las relaciones laborales. En este sentido, para la consecución de la finalidad
citada, dichas cláusulas convencionales deberían prever medidas específicas para las
materias señaladas, las cuales deban poderse aplicar y, consecuentemente, poder
apreciar sus efectos a corto o medio plazo.
5. CONCLUSIONES
Por una parte, se observa una falta de eficacia legislativa sobre los preceptos
reglamentarios encomendados a la negociación colectiva, ya que, las disposiciones
jurídicas reguladas tanto por los artículos 22 y 28 TRET como por los artículos 43 y 45
TRET carecen de una suficiente y efectiva repercusión real.
percibido una falta de información sobre las funciones reales que atañen a cada grupo
profesional en concreto, ya que, en su definición, se sirven de expresiones ambiguas que
no facilitan una comprensión confortable sobre el contenido de los mismos.
2 … … … … … … … … …
3 … … … … … … … … …
4 … … … … … … … … …
5 … … … … … … … … …
En este sentido, y a modo de cierre, cabe señalar que esta herramienta debería ir
acompañada de los pertinentes mecanismos de control, tutelados, por una parte por la
Comisión de Igualdad oportuna y, por otra parte, y en base al artículo 90.5 TRET, por la
Autoridad laboral, para su correcta utilización en las siguientes fases:
7. BIBLIOGRAFÍA
ANTÓN FERNÁNDEZ, E.: Guía de buenas prácticas para el uso de un lenguaje no sexista
en la negociación colectiva, Madrid, Secretaría Confederal de la Mujer de CCOO,
2007.
PÉREZ DEL RÍO, Mª T.: “Diálogo social, negociación colectiva y género“, en AA.VV.
(coord. por Miguel Rodríguez-Piñero Royo, María Luisa Pérez Guerrero):
Veinticinco años de Estatuto de los Trabajadores: balance y perspectivas para un
nuevo Estatuto, 2006.
PÉREZ DEL RÍO, Mª T.: “Discriminación por razón de género y negociación colectiva”,
en AA.VV. (coord. por José Sánchez Pérez): Aproximación interdisciplinar al
conflicto y a la negociación, 2005.
PÉREZ DEL RÍO, Mª T.: El principio de igualdad: no discriminación por razón de sexo en
el derecho del trabajo, Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1984.
VALDÉS, DAL – RÉ, F.: Igualdad de género y relaciones laborales: entre la ley y la
negociación colectiva, Madrid, Reus SA, 2010.
Resumen
Los convenios colectivos regulan retribuciones extraordinarias que, en determinados casos,
pueden considerarse, desde la perspectiva tributaria, como rendimientos del trabajo
irregulares cuya tributación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es
beneficiosa.
Para ello, si posible, estas retribuciones extraordinarias deben estar configuradas atendiendo
a ciertas directrices tributarias relativas a su periodo de generación o a su forma de pago.
1. INTRODUCCIÓN
Para poder aplicar la mencionada reducción del 30% deben concurrir en las
retribuciones extraordinarias una serie de presupuestos relativos, fundamentalmente, al
periodo en que las mismas se generan y a cómo se pagan.
Con todo lo anterior, el objeto de este trabajo se limita a relacionar una serie de
directrices que, quizá, podrían tenerse en cuenta en la negociación colectiva a la hora de
1
Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
El IRPF, como impuesto periódico que es, se exige respecto a las rentas que la
persona física obtiene durante un determinado plazo –el año natural, salvo defunción–
(artículo 12. 1 y 13. 1 LIRPF). Así, y centrando ya el discurso en los RT, se entiende
que, a estos efectos, un RT es obtenido dentro de un año natural cuando el mismo es
exigible, que no necesariamente pagado, en tal anualidad (artículo 14. 1 letra a) LIRPF).
Este aspecto temporal del IRPF no crea problema, lógicamente, en relación con aquellos
RT que se generan y/o resultan exigibles dentro de un mismo año natural, las
denominadas rentas regulares, pero sí crean inconvenientes respecto a aquellos otros RT
que se generan en varias anualidades.
Junto a las rentas irregulares por periodo de generación se sitúan las denominadas
rentas notoriamente irregulares, rentas éstas últimas que reciben el mismo tratamiento
tributario –la reducción del 30%– por el mero hecho de dárseles tal naturaleza por
Reglamento del IRPF3 (en adelante, RIRPF), sin necesidad de contar las mismas con
periodo de generación. A los efectos que interesan, es el artículo 12. 1 RIRPF el
precepto que enumera los distintos RT notoriamente irregulares –entre otras, las
cantidades satisfechas por traslado a otro centro de trabajo (artículo 12. 1 letra a)
RIRPF), las cantidades satisfechas por modificación de las condiciones de trabajo
(artículo 12. 1 letra e) RIRPF), las cantidades satisfechas por la resolución de mutuo
acuerdo de la relación laboral (artículo 12. 1 letra f) RIRPF), etc.–.
Con todo lo anterior, se resume lo dicho sobre las rentas irregulares en el siguiente
esquema y se remite al siguiente apartado para ver los concretos presupuestos que
tienen que concurrir, en nuestro caso, en los RT irregulares para disfrutar la reducción
del 30% a la que viene haciendo referencia.
2.2. Presupuestos para la reducción del 30% de los rendimientos del trabajo
irregulares
Expuesto el concepto de renta irregular, visto que los RT irregulares no son sino una
especie de este género, dentro de esta última categoría hemos distinguido entre RT
generados en varias anualidades y RT notoriamente irregulares, distinción necesaria
pues los presupuestos que han de concurrir en uno y otro tipo de RT irregular para
aplicarle la reducción del 30% son distintos. Por tal razón, en los subapartados que
siguen afrontamos el análisis de estos presupuestos separadamente, en relación con los
RT generados en varias anualidades y en relación con los RT notoriamente irregulares
respectivamente.
2
En este sentido, y aunque refiriéndose a rendimientos de actividades económicas irregulares, véase
lo dispuesto en el Fundamento de Derecho Cuarto de la STS de 23 de abril de 2015:
“Es patente que la reducción del 40% tiene como finalidad reducir los efectos de la progresividad
derivada de la aplicación de una escala progresiva de tipos de gravamen a una renta que se imputa a
un solo ejercicio, pese a que el esfuerzo para obtener aquella se ha prolongando por un período
superior a dos años”.
3
Real Decreto 439/2007, de 30 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento del Impuesto sobre la
Renta de las Personas Físicas.
Un segundo requisito que han de conocer los RT generados en más de dos años para
poder aplicar la reducción del 30% es el relativo a la periodicidad con la que se perciben
los mismos4; quiere decirse, con el fin de evitar que estas retribuciones extraordinarias
se conviertan en una fórmula retributiva normal –y por tanto no merecedora de
beneficio fiscal alguno–, el párrafo Tercero del artículo 18. 2 LIRPF obsta la aplicación
de la reducción del 30% a un determinado RT generado en más de dos años si, en los
cinco años naturales anteriores al año en que resulta exigible, el trabajador hubiera
obtenido otros RT de este tipo y hubiera aplicado a los mismos la reducción del 30%5.
4
En la anterior redacción del artículo 18. 2 LIRPF, este presupuesto sobre la no periodicidad de los
RT generados en más de dos años para poder aplicar la reducción, entonces, del 40% era más
conflictivo que el que se verá, pues, para tal fin, el precepto exigía que los mismos “no se obtengan
de forma periódica o recurrente”, lo que generaba una importante conflictividad sobre qué es
periódico o recurrente.
En este sentido, diversas resoluciones de la DGT advertían que “Esta valoración de la periodicidad o
recurrencia del rendimiento obtenido podrá efectuarse tanto a priori, si las retribuciones ya están así
inicialmente fijadas, como a posteriori, si una vez percibidas las retribuciones, los hechos
demuestran que éstas se repitieron en el tiempo, sin más límite temporal que la existencia de un
plazo suficientemente dilatado” (entre otras, las resoluciones de la DGT de 5 de mayo de 2015 y de
1 de agosto de 2014, en respuesta a las consultas número V1382-15 y V2101-14 respectivamente).
5
Dispone el párrafo Tercero del artículo 18. 2 LIRPF que “esta reducción no resultará de aplicación a
los rendimientos que tengan un período de generación superior a dos años cuando, en el plazo de los
cinco períodos impositivos anteriores a aquél en el que resulten exigibles, el contribuyente hubiera
obtenido otros rendimientos con período de generación superior a dos años, a los que hubiera
aplicado la reducción prevista en este apartado”.
Algo más sencillo resulta el análisis de los presupuestos que han de concurrir en los
RT notoriamente irregulares para que éstos puedan aplicar la reducción del 30%.
Con todo, se resume nuevamente en el siguiente esquema los presupuestos que han
de concurrir para que un RT notoriamente irregular pueda aplicar la reducción del 30%.
6
En este sentido, el artículo 70 del Convenio Colectivo de Thyssenkrupp Elevadores (BOE de 16 de
octubre de 2015) se limita a señalar que “Cuando el trabajador/a cumpla 25 años de servicios
ininterrumpidos en la Empresa, percibirá una paga extraordinaria consistente en tres mensualidades
[…] Igualmente, cuando se cumpla 45 años de alta, la paga consistirá en seis mensualidades”, sin
especificar cuándo serán exigibles tales pagas extraordinarias.
Algo similar sucede con el artículo 27 del Convenio Colectivo de Allianz (BOE de 13 de febrero
de 2015) o con el artículo 67 del Convenio Colectivo de Iberdrola Grupo (BOE de 25 de
septiembre de 2015).
calendario de pagos, podría considerar, ante la indefinición del convenio colectivo, que
el “premio por antigüedad” no es imputable a un único año natural y que, por tanto, no
puede reducirse en un 30% su cuantía.
7
Por ejemplo, el artículo 20 del Convenio Colectivo de Grupo Santander Consumer Finance (BOE de
5 de noviembre de 2015), tras sentar que se gratificará a los trabajadores “que acrediten 30 años de
servicio reconocidos en la Empresa”, especifica que “Este importe […] se abonará en la nómina del
mes en que se cumplan los 30 años de antigüedad reconocida”.
En términos similares puede verse el artículo 29. 4 del Convenio Colectivo de Fertiberia (BOE de 6
de agosto de 2015).
8
Se trata del artículo 42 del Convenio Colectivo de Philips Ibérica (BOE de 6 de agosto de 2015),
precepto que, al ordenar el premio que concede por 35 años de servicios en la empresa, contempla
una gratificación monetaria y, junto a la misma, “un regalo consistente en productos de la gama
«Philips», a elección del interesado, con un valor de 3.000 €”.
Pues bien, en relación con esta última gratificación en especie y ante la posibilidad de que el
trabajador pueda materializarla pasado un tiempo, se cuida el convenio colectivo de recalcar que “La
imputación fiscal de su valor como pago en especie se repercutirá mensualmente al afectado a lo
largo del ejercicio fiscal correspondiente”, previsión que interesa a la empresa a efectos de la
práctica de ingresos a cuenta pero que, al mismo tiempo, puede ser también útil para que tal
retribución extraordinaria pueda acceder a la reducción del 30%.
9
A título meramente informativo, fue el artículo Primero. Diez de la Ley 26/2014, de 27 de
noviembre, por la que se modifican la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la
Renta de las Personas Físicas el precepto que dio nueva redacción al referido artículo 18. 2 LIRPF,
regulador de la reducción del 30% de los RT irregulares.
En su caso, léase el pie de página número cuatro de este trabajo donde reflejamos los términos de la
objetivización del presupuesto de la no periodicidad.
10
Artículo 35 del Convenio Colectivo de Mapfre Grupo Asegurador (BOE de 21 de agosto de 2015).
Para finalizar con este apartado quiere señalarse una última peculiaridad relativa a la
aplicación de la reducción del 30% a los “premios de antigüedad”.
11
En palabras de la DGT, “resultará aplicable la reducción del 30 por 100 si se imputa en un único
período impositivo y siempre que, en el plazo de los cinco períodos impositivos anteriores a aquél
en el que resulten exigibles, el contribuyente no hubiera obtenido otros rendimientos con período de
generación superior a dos años, a los que hubiera aplicado la reducción del artículo 18.2 de la Ley
del Impuesto” (resolución de la DGT de 24 de noviembre de 2015, en respuesta a la consulta
número V3669-15).
La citada resolución de la DGT se ocupa de una cuestión elevada por el contribuyente relativa a un
premio muy similar que “se percibe de una sola vez en la nómina de diciembre a los 30, 35 y 40
años de servicio” y, aunque el Centro Directivo sienta lo anterior, finalmente no concluye la
previsible inaplicabilidad de la reducción del 30% quizá por no conocer de los hechos pasados
acaecidos.
No obstante lo dicho, la resolución de la DGT de 4 de julio de 2013, en respuesta a la consulta
número V2199-13, coadyuva a la previsible conclusión apuntada, pues la misma, pronunciándose
sobre un premio similar de periodicidad quinquenal y en vigencia del anterior presupuesto de no
periodicidad, sienta que “el artículo 18 de la Ley del Impuesto exige también que los rendimientos
no se obtengan de forma periódica o recurrente, requisito que tampoco se cumple en el caso
consultado debido a la periodicidad quinquenal del premio: a los 10, 15, 20 y 25 de antigüedad en la
empresa”.
12
Resolución de la DGT de 15 de julio de 2015, en respuesta a la consulta número V2175-15.
En idéntico sentido, sobre el doble requisito que comporta el presupuesto de la generación en más de
dos años, pueden verse numerosas resoluciones de la DGT de 22 de abril de 2010, de 27 de enero de
2014, de 26 de junio de 2015, en respuesta a las consultas número V0784-10, V0169-14 y V1997-15
respectivamente).
13
Salvo error por nuestra parte, el primer precedente de esta conciliadora postura de la DGT fue la
resolución de este Centro Directivo de 30 de octubre de 2014, en respuesta a la consulta número
(…)
V2913-14, en la que, ocupándose de la reducción o no de un premio por jubilación tras ciertos años de
servicio en la empresa, se dispone que “el Convenio colectivo que establece el premio de vinculación
se suscribe el 13 de junio de 2013, se publica el 6 de agosto de 2013 y extiende su vigencia desde el 1
de enero hasta el 31 de diciembre de 2013, con prórroga tácita y automática de año en año, siendo
según parece el primer convenio propio del sector en Cataluña, por lo que no se cumpliría la existencia
de ese período respecto al convenio donde se establece el premio. No obstante, parece ser que el
Convenio colectivo de colectividades de Cataluña para el año 2013 viene a sustituir al Convenio
colectivo para la industria de hostelería y turismo de Cataluña, convenio colectivo que ya incluía en su
articulado y con la misma redacción el premio de vinculación, por lo que si este último convenio fuera
el aplicado con anterioridad en la relación laboral que unía al consultante con la empresa que le
satisface el premio cabría afirmar que la regulación que lo establece sí superaría también el período
superior a dos años exigido por la normativa del Impuesto”.
En idéntico sentido, véase la resolución de la DGT de 15 de julio de 2015, en respuesta a la consulta
número V2175-15.
14
En este sentido, el artículo 27. 2 del Convenio Colectivo de Grupo Santander Consumer Finance (BOE
de 5 de noviembre de 2015) se limita a señalar que “Cuando la decisión de traslado adoptada por la
Empresa obligue al trabajador a cambiar su residencia éste percibirá, además del resarcimiento de los
gastos de viaje propios y los de los familiares a su cargo que pudieran corresponderle, de acuerdo con
el artículo 40 del Estatuto de los Trabajadores, una indemnización a tanto alzado de cuantía equivalente
a 3.000 euros”, sin especificar cuándo se satisfará tal indemnización, si en pago único o fraccionado.
En términos similares puede verse el artículo 18. 4 del Convenio Colectivo para las empresas
integradas en la unidad de negocios Abertis Autopistas de España (BOE de 27 de septiembre de 2014).
Por su cuantía, más relevante serían las consecuencias en relación con la gratificación prevista en el
artículo 59 del Convenio Colectivo del Grupo Endesa (BOE de 13 de febrero de 2014), precepto
que, para los casos de traslado, contempla la percepción por parte del trabajador de los denominados
gastos de primera instalación, de los gastos de mudanza y de una indemnización por traslado de
55.000 euros, sin aclarar nuevamente cuándo y cómo se satisfarán tales cantidades.
Por ello, no queda sino reiterar lo dicho en el párrafo anterior y, en relación ahora
con las “compensaciones por movilidad geográfica”, renovar la sugerencia de que en la
configuración de estas retribuciones extraordinarias se incluya una cláusula o expresión
que vincule la exigibilidad de las mismas a la anualidad en que se produce la movilidad
geográfica del trabajador, práctica que sí es observada por otros convenios colectivos
consultados15.
Algún convenio colectivo llega a regular una misma “compensación por movilidad
geográfica” en sendas modalidades, incluyendo en relación con una la cláusula o
expresión apenas comentada y no en relación con la otra, involuntaria diferenciación
que responde al motivo (extratributario) que se dirá y que, sin embargo, debiera derivar
en que en el primer caso pueda aplicarse la reducción del 30% y en el segundo no16.
15
Estamos pensando en el artículo 23. 3 del Convenio Colectivo de Repsol Lubricantes y
Especialidades (BOE de 9 de noviembre de 2015), precepto que recoge distintas cantidades a
percibir por los trabajadores en los supuestos de traslados, expresando en referencia a la denominada
prestación por traslado que es “Cantidad a fondo perdido, a percibir en el momento del traslado. La
cuantía total de determinará de acuerdo con los siguientes criterios: Trabajador: 10.494,58 euros.
Cónyuge o pareja de hecho: 3.148,32 euros. Hijo: 1.574,17 euros”.
16
Concretamente, el artículo 15. 2 del Convenio Colectivo de Mapfre Grupo Asegurador (BOE de 21
de agosto de 2015) prevé para los casos de traslado una ayuda cuya “cuantía se establece en 480
euros brutos mensuales, durante el primer año de traslado”, especificándose más adelante que “En
aquellos casos en que el empleado justifique que destina esta ayuda a la adquisición de una vivienda,
podrá solicitar el devengo de dicha ayuda en un solo pago”.
17
Algo así sucede con el referido artículo 23. 3 del Convenio Colectivo de Repsol Lubricantes y
Especialidades (BOE de 9 de noviembre de 2015), disposición que tras describir algunas de las
cantidades a percibir por los trabajadores en los supuestos de traslados (gastos de traslado, prestación
de traslado apenas vista, etc.) regula otra gratificación cual es la ayuda de vivienda que, en su
modalidad de alquiler, comporta “Ayuda de alquiler de 419,78 euros mensuales durante 7 años”.
Con lo cual, un trabajador de esta mercantil, en caso de traslado, puede optar por percibir la prestación
por traslado, de pago único, y la ayuda del alquiler, a satisfacer durante siete años y, por tanto, no
imputable a un sólo año natural... y ello con las (negativas) consecuencias tributarias que se dirán.
18
Esta discutible posición del TEAC es desarrollada en el Fundamento de Derecho Cuarto de su
resolución de 10 de septiembre de 2015, en la que este Centro Directivo sienta que “en el caso
concreto que se analiza, las cantidades satisfechas por la empresa al trabajador con motivo del
(…)
4. CONCLUSIONES
SEGUNDO-. Para que tales RT irregulares puedan aplicar la reducción del 30% que
prevé el artículo 18. 2 LIRPF (o lo que es lo mismo, llevar tales rentas a la declaración
no por el 100% de su cuantía, sino sólo en el 70% de la misma), es necesario que éstos
conozcan de los presupuestos individualizados para cada tipo de RT irregular.
traslado y que tiene su origen en éste, son tanto una indemnización por el traslado que se percibe de
una sola vez, como una compensación mensual por vivienda, teniendo ambos conceptos su origen o
encontrando su motivo en el traslado del obligado tributario y por ello ambas cantidades deben ser
consideradas conjuntamente a efectos de apreciar si su imputación se realiza en un único período
impositivo o en más de uno, de forma tal que como las cantidades satisfechas por la empresa con
motivo del traslado se abonan en más de un período impositivo, no considera este Tribunal Central
que sean rendimientos del trabajo obtenidos de forma notoriamente irregular en el tiempo de
conformidad con lo preceptuado en el artículo 11 del reglamento de IRPF, no resultando pues de
aplicación la reducción del 40 por ciento prevista en el artículo 18.2 de la LIRPF”.
19
Más allá de nuestra opinión en contra, mayor autoridad tiene en este sentido la del Tribunal
Económico-Administrativo Regional de la Comunidad Valenciana que en la instancia, en su
resolución de fecha 16 de diciembre de 2013, recalcó que, habiendo percibido el trabajador una
indemnización y una ayuda de vivienda consecuencia del traslado, “la ayuda de vivienda se concede
única y exclusivamente para compensar al empleado de los gastos en que deberá incurrir para
arrendar una vivienda en la localidad de destino, sin que este hecho pueda modificar el carácter
irregular de la indemnización por traslado percibida de una sola vez, ni perjudicar su fiscalidad
negando la aplicación de la reducción que reglamentariamente se contempla”.
Resumen
La Ley 23/2015, de 21 de julio, Ordenadora del Sistema de la Inspección de Trabajo y
Seguridad Social crea un sistema con una estructura, organización y funcionamiento que se
adecúan a los cambios producidos en los últimos años. Una de las novedades que presenta
es la creación del Cuerpo de Subinspectores Laborales, con dos Escalas, una de ellas con
dedicación exclusiva a cuestiones sobre prevención de riesgos laborales. Si bien esta
novedad merece una valoración positiva, por lo que implica de cara a garantizar la
protección de la seguridad y salud de los/as trabajadores/as, lo cierto es que la
configuración de sus competencias, así como la titulación universitaria requerida para poder
acceder a dicha Escala, plantean la duda de si dicha protección va a abarcar todos los
ámbitos de la prevención de riesgos laborales, e incluso sobre su neutralidad desde el punto
de vista de género.
Abstract
The Law 23/2015, 21th July, organises the System of Labour Inspection and creates a new
structure in the Labour Inspection, with a new Assistant Inspection who has two Scales: the
Scale of Employment and Social Security and the Scale of Occupational Safety and Health.
This novelty is viewed favourably, because this change means that workers’ health and
safety will be protected. But if we look at the competences of those new assistant inspectors
and the university degrees required to work as assistant inspector of the Scale of
Occupational Safety and Health, doubts appear: does that protection include all the parts of
Occupational Safety and Health? And, is the Law 23/2015 a neutral law from a gender
point of view?
1. INTRODUCCIÓN
1
Trabajo realizado en el marco del Grupo de Investigación GIU 15/04 de la Universidad del País Vasco /
Euskal Herriko Unibertsitatea
2
El traspaso de funciones y servicios en materia de Función Pública Inspectora a la Comunidad
Autónoma de Cataluña se llevó a cabo mediante el Real Decreto 206/2010, de 26 de febrero, sobre
traspaso de funciones y servicios a la Generalitat de Cataluña en materia de Función Pública
Inspectora de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (BOE de 1 de marzo), y a la Comunidad
Autónoma Vasca por medio del Real Decreto 895/2011, de 24 de junio, sobre traspaso de funciones
y servicios a la Comunidad Autónoma del País Vasco en materia de Función Pública Inspectora de
la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (BOE de 30 de junio).
Las novedades que introduce la Ley 23/2015 respecto de la norma de 1997 son,
como se sabe, varias y de distinto alcance. Sin embargo, por razones de extensión, he
decidido centrar este trabajo en el análisis de aquellos aspectos novedosos relacionados
con la prevención de riesgos laborales y, fundamentalmente, en el que hace referencia a
la nueva Escala de Seguridad y Salud, dentro del Cuerpo de los Subinspectores
Laborales y a las funciones que la Ley 23/2015 les atribuye. Con ello, mi objetivo es
determinar si la inclusión de esa Escala –que merece una valoración positiva por la
relevancia que se da a la necesidad de actuar en el ámbito de la prevención de riesgos
laborales, con el fin último de que se garantice la protección de la seguridad y salud de
las personas trabajadoras− da lugar a un control más o menos uniforme de todas las
normas que hay que cumplir en este ámbito o, si por el contrario, favorece de alguna
manera que algún tipo de medidas, como las relativas a los riesgos de carácter
psicosocial, o incluso los ergonómicos, queden sin control. Además, expondré el
problema a que ello puede dar lugar desde el punto de vista de la igualdad entre mujeres
y hombres en el ámbito de la prevención de riesgos laborales.
2. LA FUNCIÓN INSPECTORA
Las normas que son objeto de vigilancia y exigencia del cumplimiento se agrupan en
torno a seis ámbitos4, entre los que se encuentra la prevención de riesgos laborales5. En
ese sentido, serán objeto de vigilancia y exigencia del cumplimiento tanto las normas en
materia de prevención de riesgos laborales6, como las normas jurídico-técnicas que
3
Tal y como señala el Preámbulo de la Ley 23/2015, en su apartado I.
4
Se contempla la posibilidad de ampliar el marco de actuación de la Inspección de Trabajo y
Seguridad Social a “cualesquiera otros ámbitos cuya vigilancia se encomiende legalmente” (art. 12.
1. g Ley 23/2015).
5
Los otros cinco ámbitos son: Sistema de relaciones laborales, Sistema de Seguridad Social, Empleo,
Migraciones y Cooperativas y otras formas de economía social.
6
El art. 1 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante,
LPRL) establece cuáles son las normas que integran la normativa sobre prevención de riesgos
laborales. Así, señala que “La normativa sobre prevención de riesgos laborales está constituida por
la presente Ley, sus disposiciones de desarrollo o complementarias y cuantas otras normas, legales
(…)
incidan en las condiciones de trabajo en dicha materia7 (art. 12.1.b 1º Ley 23/2015); lo
cual no implica diferencia alguna respecto a la regulación anterior (art. 3.1.2 Ley
42/1997).
Sin embargo, en el art. 12.1.b Ley 23/2015, esto es, dentro del cometido de
vigilancia y exigencia del cumplimiento de las normas en materia de prevención de
riesgos laborales, se añade un segundo punto que, literalmente, hace referencia al:
“Ejercicio de las funciones de investigación de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales”. Se trata, como es visible, de un nuevo cometido, dentro de la más
genérica función inspectora y no de la vigilancia del cumplimiento normativo. Por ello,
entiendo que no debería haberse previsto dentro de las labores de vigilancia y exigencia
del cumplimiento de las normas, apartado 1 del art. 12 Ley 23/2015, sino como un
nuevo apartado, en un nivel equivalente al apenas citado, a la asistencia técnica y a la
conciliación, mediación y arbitraje. Aunque, al parecer, se ha seguido la técnica
empleada en el art. 9 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos
Laborales (en adelante, LPRL), en el que se regulan las funciones que debe llevar a
cabo la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para dar cumplimiento a la misión de
“vigilancia y control de la normativa sobre prevención de riesgos laborales” (art. 9.1
LPRL), funciones que van más allá de la vigilancia y control8.
Otro de los ámbitos que está sometido a la vigilancia y exigencia del cumplimiento
es el denominado sistema de relaciones laborales, entre cuyas normas encontramos las
relativas a la tutela y promoción de la igualdad de trato y oportunidades y no
discriminación en el trabajo. En este sentido, creo conveniente destacar la relación
existente entre la prevención de riesgos laborales y algunas normas sobre igualdad de
trato y oportunidades y no discriminación por razón de sexo. De esta forma, hay que
recordar que determinadas situaciones como el acoso sexual y el acoso por razón de
sexo, además de constituir actos discriminatorios por razón de sexo9, son riesgos
laborales de carácter psicosocial.
En ese sentido, entiendo que para poder cumplir de forma efectiva esa función de
asesoramiento técnico, los/as funcionarios/as que integran el Cuerpo Superior de
Inspectores de Trabajo y Seguridad Social y el Cuerpo de Subinspectores Laborales
deben estar en posesión de la formación adecuada.
3.1. La especialización
10
En sustitución del anterior Cuerpo de Subinspectores de Empleo y Seguridad Social.
11
A finales de 2014, 25 provincias contaban ya con una unidad especializada para realizar las funciones
de vigilancia de la normativa de prevención de riesgos laborales y algunas Comunidades Autónomas
cuentan con Técnicos Habilitados para realizar actuaciones comprobatorias en materia preventiva,
Informe anual de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2014, Ministerio de Empleo y
Seguridad Social, Madrid, 2015 (disponible en http://www.empleo.gob.es/itss/ITSS/ITSS_Descargas/
Que_hacemos/Memorias/Memoria_2014_2.pdf), pág. 18.
12
Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2015-2020, INSHT, abril 2015, pág. 20.
13
Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2015-2020, op. cit., pág. 20.
Si bien es cierto que el art. 14.2 Ley 23/2015 contempla alguna novedad respecto de
la normativa anterior (art. 8 Ley 42/1997) en las materias sobre las que pueden actuar
los/as Subinspectores/as pertenecientes a la Escala de Empleo y Seguridad Social16 −en
los términos que se establezcan reglamentariamente−, no lo es menos que la novedad
más importante la constituyen las actuaciones que se regulan para los/as
Subinspectores/as que integran la Escala de Seguridad Salud Laboral y que están
reguladas en el art. 14.3 Ley 23/2015.
La primera novedad a la que hay que hacer referencia es la relativa al hecho de que
las funciones en materia de prevención de riesgos laborales han pasado de estar
exclusivamente en manos de los/as funcionarios/as pertenecientes al Cuerpo Superior de
Inspectores de Trabajo y Seguridad Social (art. 3 Ley 42/1997), a poder ser ejercidas
por los/as Subinspectores/as Laborales pertenecientes a la Escala de Seguridad y Salud
Laboral, creada al efecto, si bien es cierto que bajo la dirección y supervisión técnica
del/a Inspector/a de Trabajo y Seguridad Social y en los términos que
reglamentariamente se establezcan (art. 14.3 Ley 23/2015).
14
“Este parámetro relaciona el número de accidentes que se produce en un periodo determinado (un
año) con la población susceptible de padecerlos, expresándose por cada 100.000 trabajadores
afiliados con la contingencia de accidente de trabajo y enfermedad profesional cubierta”, DE LA
ORDEN RIVERA, Mª V.; ZIMMERMANN VERDEJO, M.: Informe anual de accidentes de trabajo en
España 2014, INSHT, Madrid, octubre 2015, pág. 4.
15
Datos extraídos de DE LA ORDEN RIVERA, Mª V.; ZIMMERMANN VERDEJO, M.: Informe anual de
accidentes de trabajo en España 2014, op. cit., págs. 5-7.
16
Son dos las novedades principales: la inclusión de la comprobación de las normas relativas a la
prohibición de la admisión al trabajo de los menores de dieciséis años, por un lado, y la de la normas
sobre modalidades contractuales, contratos de duración determinada y temporales, por otro lado.
Para poder contestar a esa cuestión, estimo oportuno dedicar unas líneas de este
trabajo a intentar aclarar qué se considera condición material de trabajo y qué no, es
decir, qué es una condición no material de trabajo.
En ese sentido, son varias las interpretaciones que podemos encontrar sobre lo que
debe entenderse como condición material de trabajo.
17
Esta función de informar y asesorar a empresas y trabajadores/as sobre la mejor forma de cumplir
con los previsto por la normativa sobre prevención de riesgos laborales ya estaba recogida en el art.
9 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales, por lo que, en realidad,
no se trata de una nueva función.
18
FERNÁNDEZ LÓPEZ, F.: Función del mando intermedio en la prevención de riesgos laborales,
Logroño, Tutor Formación, 2015, pág. 58.
19
PIZARRO GARRIDO, N.; SÁNCHEZ RIVERO, J. M.; ENRÍQUEZ PALOMINO, A.; GONZÁLEZ BARRIGA, J.
Mª: Seguridad en el Trabajo (2ª edición), Madrid, Federación Confemetal, 2007, pág. 133;
HERNÁNDEZ PATERNA, J.: Manual de Seguridad y Salud en la Edificación. Obra industrial y civil,
Barcelona, JHP, 2005, pág. 4.
Una segunda interpretación es la que incluye dentro del concepto condición material
de trabajo, además de las condiciones relativas a lugares de trabajo, instalaciones,
equipos, herramientas…, las condiciones ambientales, es decir, las relacionadas con la
presencia de agentes físicos, químicos o biológicos en el ambiente de trabajo. Según
esta segunda opción, no serían condiciones materiales de trabajo, los aspectos
organizativos del mismo22 o los aspectos relacionales23.
Una tercera posibilidad consistiría en hacer una interpretación amplia y entender que
dentro de las condiciones materiales de trabajo están incluidas todas a las que me he
referido anteriormente, es decir, las condiciones de los lugares de trabajo, equipos y
herramientas de trabajo…, las condiciones ambientales e, incluso los aspectos
organizativos del trabajo. Sin embargo, de haber sido la pretensión de la Ley optar por
esta interpretación, no habría sido necesaria la utilización del adjetivo “materiales” en el
art. 14.3 a) Ley 23/2015, ni siquiera la concreción “en los aspectos que afecten
directamente a las condiciones materiales de trabajo”; habría sido suficiente con la
mención de la normativa de prevención de riesgos laborales. En este sentido, podría surgir
la duda de la lectura del Preámbulo de la Ley 23/2015, en el que se indica que “las
funciones relativas a la comprobación de las condiciones materiales de trabajo u otras
análogas en materia preventiva,… , podrán ser también desempeñadas por los
Subinspectores…”; sin embargo, creo que la expresión “otras análogas en materia
preventiva” se está refiriendo a las funciones y no a las condiciones materiales de trabajo.
20
Definición de accidente de trabajo que encontramos en BESTRATÉN, M. et altri: Seguridad en el
Trabajo. Guía del monitor, INSHT, 1995, Capítulo I (www.insht.es).
21
Las otras tres son la Higiene Industrial, la Ergonomía y Psicosociología Aplicada y la Medicina
del Trabajo.
22
MARTÍNEZ, Mª V.; LUCAS MARÍN, A.: La construcción de las organizaciones: la cultura de la
empresa, Madrid, UNED, 2001, pág. 339.
23
LLANEZA ÁLVAREZ, F. J.: Ergonomía y Psicosociología: manual para la formación del especialista,
13ª edición, Valladolid, Lex Nova, 2009, pág. 370.
24
CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL: Dictamen 4 sobre el Anteproyecto de Ley Ordenadora del Sistema
de Inspección de Trabajo y Seguridad Social (sesión ordinaria del Pleno de 25 de marzo de 2015),
pág. 14.
Por otro lado, si atendemos a los requisitos formativos que la Ley 23/2015 exige, en
su Disposición adicional quinta, para el ingreso en la Escala de Seguridad y Salud del
Cuerpo de Subinspectores Laborales, podemos observar que las titulaciones
universitarias requeridas –“Graduado adscrito a la rama del conocimiento de las
ciencias, ciencias de la salud o ingeniería y arquitectura”− se ajustan a esa segunda
interpretación, porque se trata de titulaciones de carácter científico y técnico, que hace
de estas personas los/as profesionales más adecuados/as para comprobar el
cumplimiento y control de la normativa preventiva en los aspectos que directamente
afecten a las condiciones de trabajo relativas a lugares de trabajo, equipos de trabajo,
herramientas, agentes físicos, químicos, biológicos… incluso, a la adecuación de la
vigilancia de la salud –cuando procedan de la rama de ciencias de la salud−. Sin
embargo, estos/as profesionales no son los más indicados/as o apropiados/as para
comprobar el cumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos laborales en
cuanto a cuestiones relacionadas con los riesgos ergonómicos y/o psicosociales, es
decir, con los aspectos que apenas acabo de mencionar.
25
De esta opinión, GONZÁLEZ LABRADA, M.; VALLEJO DACOSTA, R.: “Las condiciones no materiales
de trabajo y su incidencia en los poderes empresariales”, en XIV Jornadas Universitarias Andaluzas
de Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales, Carl, 1996, pág. 190.
26
LÓPEZ RUBIA, M. E.: Regulación jurídica y preventiva de la seguridad y salud de la mujer
trabajadora, Cizur Menor, Thomson Reuters Aranzadi, 2015, págs.289-292.
Otra cuestión que se debe tener en cuenta es que los/as Subinspectores/as de esta
Escala también tienen atribuida la función de información y asesoramiento a
empresarios/as y trabajadores/as, “con ocasión del ejercicio de su función inspectora,
sobre la forma más efectiva de cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos
laborales” (art. 14.3 d) Ley 23/2015). Al hacer referencia la norma a que dicha función
de información y asesoramiento se llevará a cabo “con ocasión del ejercicio de su
función inspectora” y si entendemos que esa función inspectora se ha visto limitada a
los aspectos que afectan directamente a las condiciones materiales de trabajo, lo cierto
es que la información y el asesoramiento sobre la forma más efectiva de cumplimiento
de la normativa de prevención de riesgos laborales también se verá limitada, de forma
que la información y el asesoramiento no alcanzará a otras cuestiones distintas a las
relacionadas con las condiciones materiales de trabajo.
Llegados a este punto, cabría preguntarse si la Ley 23/2015 ha previsto que las
cuestiones sobre prevención de riesgos laborales relativas a la Ergonomía y
Psicosociología Aplicada sean objeto de control por parte de los/as Subinspectores/as
Laborales de la Escala de Empleo y Seguridad Social o de los/as propios/as
Inspectores/as de Trabajo y Seguridad Social.
Respecto a los/as Inspectores/as, hay que recordar que son ellos/as los/as que tienen
atribuidos, en primera instancia, todos los cometidos que forman parte de la función
inspectora y que, consecuentemente, a ellos/as les corresponde la vigilancia y exigencia
del cumplimiento de las normas legales, reglamentarias y del contenido de los acuerdos
y convenios colectivos también en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, en su
totalidad, es decir, en todos los ámbitos que la componen. Por tanto, el control del
cumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos laborales, en todos sus
aspectos, en relación con todo tipo de riesgo, debería estar cubierto por la actuación de
los/as Inspectores/as de Trabajo y Seguridad Social.
Sin embargo, teniendo en cuenta que las funciones inspectoras pueden ser
desarrolladas por los/as Subinspectores/as Laborales de la Escala de Seguridad y Salud
Laboral, bajo la dirección y supervisión técnica del/a Inspector/a de Trabajo y
Seguridad Social (art. 14.1 Ley 23/2015), habrá que esperar a ver cómo se organiza y
coordina la actuación inspectora entre Inspectores/as y Subinspectores/as Laborales de
la Escala de Seguridad y Salud Laboral en materia de prevención de riesgos laborales,
para poder determinar si, en la práctica, todo lo relativo a los riesgos psicosociales
recibe la misma atención y control que el resto de los riesgos laborales.
Todavía hoy, una de las cuestiones que influye en la distinta exposición a los riesgos
laborales entre hombres y mujeres es la segregación que se produce en el empleo.
Por todas esas razones, las mujeres están más expuestas a riesgos derivados de los
factores psicosociales del trabajo, en definitiva, a los riesgos psicosociales.
A todo ello hay que añadir por un lado, el hecho de que son las trabajadoras las
principales víctimas del acoso sexual y el acoso por razón de sexo −riesgos
psicosociales−, desde el mismo momento en el que se incorporan al mercado laboral; y,
por otro lado, que la primera medida que se prevé cuando la evaluación de riesgos
laborales ha puesto de manifiesto la existencia de riesgos para la trabajadora
embarazada, el feto o el/la lactante, es precisamente la adaptación de las condiciones y
del tiempo de trabajo (art. 26.1 LPRL), condición esta última, por lo menos, no
material.
Por otro lado, no podemos olvidar que las cuestiones de desigualdad entre mujeres y
hombres en materia de prevención de riesgos están indudablemente asociadas a la
desigualdad que existe en el mercado laboral y en la propia sociedad28. Por esa razón,
entiendo que las políticas preventivas para la consecución de la igualdad en materia de
prevención de riesgos laborales, es decir, para la consecución de un mismo nivel de
protección de la seguridad y salud en el trabajo para mujeres y hombres, deben ir de la
mano de las políticas en materia de igualdad de trato y de oportunidades entre hombres
y mujeres. Y en este sentido, poco ayuda el hecho de que la función inspectora de
vigilancia y exigencia del cumplimiento de las normas en materia de tutela y promoción
de la igualdad de trato y oportunidades y no discriminación en el trabajo (art. 12.1 a) 3.º
Ley 23/2015) haya quedado, de forma exclusiva, en manos de los/as Inspectores/as de
Trabajo y Seguridad Social.
27
Al parecer la segregación, lejos de disminuir, va en aumento, EUROPEAN RISK OBSERVATORY: New
risks and trends in the safety and health of women at work, Luxembourg, European Agency for
Safety and Health at Work, 2013, págs. 17 y 22.
28
Sociedad en la que persisten los roles de género y en la que las mujeres siguen asumiendo
mayoritariamente las obligaciones familiares.
4. CONCLUSIONES
A tenor de lo previsto por la Ley 23/2015 sobre las actuaciones que en materia
preventiva pueden desempeñar los/as Subinspectores/as Laborales de la Escala de
Seguridad y Salud Laboral y, mientras no se apruebe la norma que desarrolle
reglamentariamente esa Ley, entiendo que no todos los ámbitos preventivos van a
recibir la misma atención cuando se trate de la comprobación del cumplimiento y
control de la aplicación de la normativa de prevención de riesgos laborales. Así, en el
ejercicio de ese cometido, se tendrán en cuenta los aspectos que afecten a las
condiciones relativas a la Seguridad en el Trabajo y la Higiene Industrial, y tal vez,
parte de las condiciones relativas a la Ergonomía, pero quedarán fuera del control de la
actuación inspectora de los/as Subinspectores/as todos los aspectos psicosociales del
trabajo, que dan lugar a los riesgos psicosociales, cuyo análisis, evaluación y control
forma parte de la denominada Psicosociología Aplicada.
Si los aspectos psicosociales del trabajo que pueden dar lugar a riesgos psicosociales
quedan fuera del ámbito de actuación de los/as Subinspectores/as Laborales de la Escala
de Seguridad y Salud Laboral, el problema que se plantea es doble, porque al ser las
trabajadoras las que mayoritariamente están expuestas a los riesgos psicosociales y a los
riesgos ergonómicos relacionados con los trabajos monótonos y repetitivos, el riesgo de
que no reciban la misma protección de su seguridad y salud es real. Por tanto, junto con
la discriminación que ya padecen en el ámbito laboral –en el acceso al empleo, en el
mantenimiento del mismo, en las condiciones de trabajo…−, ahora se añade una más, la
discriminación en materia de prevención de riesgos laborales que, si bien no es una
cuestión nueva29, en este caso puede ser propiciada por una la ley, la Ley 23/2015, que
ha superado el análisis de impacto de género30 y que además prevé que “se garantiza la
efectividad de los principios de igualdad de trato y no discriminación en el ejercicio de
la actividad inspectora de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social mediante una
aplicación homogénea de la normativa del orden social” (art. 20.2 Ley 23/2015).
En mi humilde opinión, la solución a los problemas que plantea la redacción del art.
14.3 a) Ley 23/2015 puede darse por tres vías, si bien como se dirá a continuación, sólo
dos de ellas –las primeras– me parecen factibles. La primera sería vía desarrollo
reglamentario, en el que se clarifique esta cuestión. La segunda consistiría en una
adecuada organización de la actuación inspectora, de forma que aquellos cometidos
sobre prevención de riesgos laborales que no puedan ser asumidos por los/as
Subinspectores/as Laborales de la Escala de Seguridad y Salud Laboral, los asuman
los/as Inspectores/as de Trabajo y Seguridad Social. Y, por último, cabría la posibilidad
de que, en virtud de lo establecido por el art. 14.3 e) Ley 23/2015, los/as responsables
de la unidad, grupo o equipo a la que estén adscritos/as los/as Subinspectores/as, les
29
Véase LÓPEZ RUBIA, M. E.: Regulación jurídica y preventiva de la seguridad y salud de la mujer
trabajadora, Cizur Menor, Thomson Reuters Aranzadi, 2015, págs. 87-155.
30
CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL: Dictamen 4 sobre el Anteproyecto de Ley Ordenadora del Sistema
de Inspección de Trabajo y Seguridad Social (sesión ordinaria del Pleno de 25 de marzo de 2015),
pág. 1.
Resumen
Partiendo de la necesidad de concretar la idea de calidad de la enseñanza-aprendizaje
universitario desde la perspectiva de los estudiantes como usuarios de un servicio, en este
trabajo se critica como falso el planteamiento de que la aplicación del Plan Bolonia incide
positivamente en la calidad de la enseñanza universitaria, al menos en lo relativo a la
implicación de los profesores que desarrollan proyectos de innovación docente, en no pocas
ocasiones, para rellenar apartados en una aplicación informática de promoción
universitaria. Esta lectura crítica se apoya en el análisis de diversos datos estadísticos
recientemente publicados y en la necesidad de cambiar la cultura de la resignación por la de
la excelencia, de manera que la formación universitaria sirva para impulsar el talento de los
estudiantes a fin de que éstos puedan sacar lo mejor de ellos mismos durante su proceso
formativo y que esa experiencia sea significativa para el resto de sus vidas.
1
En 2018 Francia organizará la próxima Conferencia Ministerial.
2
http://www.eees.es/es/documentacion Visitado el 12/12/2015.
3
http://www.ehea.info Visitado el 12/12/2015.
4
http://www.eees.es/es/documentacion-noticias/masteres-nuevos-reinos-de-taifas Visitado el
12/12/2015.
5
BOE nº 302 de 18 de Diciembre de 2015, págs. 119063 y ss.
acreditación que hubieran introducido su solicitud antes del 31 de diciembre, que serían
evaluado conforme al Real Decreto 1312/2007.
Para poder valorar el alcance real de estas medidas que directamente nos afectan
como profesores universitarios, debemos partir de una situación de facto: hoy día,
quince años después de su creación, el plan Bolonia es una experiencia sociológica
única en Europa –la adhesión al mismo se hace de manera voluntaria y aunque
auspiciadas desde la Unión Europea, incluye en la actualidad a 47 Estados (recuérdese
que la Unión Europea cuenta sólo con 28)–, que se enmarca en un contexto a escala
global representado desde antes de 1999 y hasta la fecha en la labor de la UNESCO
sobre una educación para el Siglo XXI6, y que pese al tiempo transcurrido desde su
inicio –quince años– no está exenta de polémica, contando con firmes defensores y
detractores.
Entre las razones en contra y a favor de Bolonia esgrimidas por los docentes7,
pueden citarse las siguientes:
En contra:
6
Recientemente, el pasado 4 de Noviembre de 2015, los representantes de los Estados Miembros de
la UNESCO adoptaron la Nueva Agenda Global para la Educación en el Siglo XXI con un marcado
énfasis en los objetivos del desarrollo sostenible, la justicia social y el respeto por la vida y dignidad
humana. Además de en la página de la UNESCO (www.unesco.org) puede encontrarse información
de interés sobre la cumbre de París en la web de Education International (http://www.ei-
ie.org/en/news/news_details/3780)
7
El 10 de mayo de 2008, Federico Fernández-Crehuet, publicaba un artículo en el diario Ideal.es
manifestando hasta diez razones en contra de Bolonia
(http://www.ideal.es/granada/prensa/20080518/opinion/razones-favor-bolonia-20080510.html),
siendo contestado cinco días después en ese mismo periódico por José Miguel Zugaldia Espinar e
Inmaculada Ramos Tapia (http://www.ideal.es/granada/prensa/20080518/opinion/razones-favor-
bolonia-20080518.html) Fecha de visita 12/12/2015.
- Cada vez más la financiación de las universidades públicas se lleva acabo con
fondos privados y son las empresas privadas las que establecen los criterios de
calidad de éstas.
- En este sistema de Bolonia, en conclusión, se potencia un mercado de doble
circulación de alumnos: los más favorecidos –la minoría– que habrán accedido a
universidades “de prestigio” y el resto –la mayoría– integrada por un cuerpo de
diplomados medios formados en universidades carentes de recursos para la
investigación y formación de postgrado como las primeras.
A favor de Bolonia, por el contrario, encontramos entre otras razones las siguientes:
Ahora bien, ¿qué suponía Bolonia en su planteamiento original para los docentes?
La Ley Orgánica 6/2001, de 21 de Diciembre, de Universidades modificada por la Ley
Orgánica 4/2007, de 12 de abril, señalaba en su Exposición de motivos número I,
párrafo 7º, cuál ha de ser la función de la Universidad española en el siglo XXI:
8
Igualmente, en su artículo 1º se especifica que: “La Universidad realiza el servicio público de la
educación superior mediante la investigación, la docencia y el estudio. 1. Son funciones de la
Universidad al servicio de la sociedad: a) la creación, desarrollo, transmisión y crítica de la ciencia,
de la técnica y de la cultura. b) La preparación para el ejercicio de actividades profesionales que
exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos y para la creación artística. c) La
difusión, la valorización y la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de
(…)
la vida y del desarrollo económico. La difusión del conocimiento y la cultura a través de la extensión
universitaria y la formación a lo largo de toda la vida.”
9
B.O.E. nº 258, de 4 de octubre.
10
LINAZA IGLESIAS, J. I., “Cambios en la concepción de la educación”, LAPORTA, F. J.,La
Enseñanza del Derecho, Universidad Autónoma de Madrid y Boletín Oficial del Estado, Madrid,
2003, pág. 107.
11
GARCÍA SAN JOSÉ, D., “Algunas reflexiones sobre el enfoque cognitivo en clases prácticas de
Derecho Internacional Público en la Universidad de Sevilla.” Revista de Enseñanza Universitaria,
Núm. Extraordinario 1998, pp. 236-237.
5. Para que el aprendizaje sea significativo es preciso contar con una actitud
favorable por parte de los alumnos para aprender, para lo cual –como
defienden las Teorías humanistas del aprendizaje– es fundamental buscar su
motivación.
12
Para conocer en detalle cómo funciona el aprendizaje significativo a partir del conflicto cognitivo
puede verse, entre otros: BACAICOA GANUZA, F., Conflicto cognitivo y aprendizaje, Universidad
del País Vasco, Bilbao, 1998.
España es uno de estos países. Con más ilusión que medios (el mantra español ha
sido y sigue siendo “a coste cero”) se fomentó desde las autoridades nacionales y
autonómicas un cambio de mentalidad pedagógica en los centros de enseñanza superior
de nuestro país aprovechando, en mi opinión, dos circunstancias coyunturales:
A esta situación coyuntural hay que añadir otro dato de especial gravedad, de nuevo
bajo mi opinión: nunca antes se había llegado a un grado de politización de la
Universidad Española como el alcanzado en los años 90, de modo que el número de
universidades públicas creadas en nuestro país por los Gobiernos autonómicos con
independencia de su color político, en el ejercicio de sus competencias en materia de
educación, sólo parecía ser superado por el afán constructor de autopistas y aeropuertos
de dudosa utilidad bajo la ratio coste/beneficio.
En un mundo globalizado como el que vivimos desde los años 90, se hizo más
evidente que antes que la ley milenaria de la oferta y la demanda, comenzaba a dejar
“sin futuro laboral” a un elevado porcentaje de titulados universitarios españoles. La
crisis económica cerró bruscamente las expectativas de inserción laboral –desde antes
de que manifestara sus más nefastos efectos a comienzos del 2000– a una generación de
estudiantes que estaban culminando sus estudios universitarios.
De igual manera que es más fácil despedir a un árbitro que a los jugadores de un
equipo de fútbol cuando los resultados no acompañan, se encontró preferible
responsabilizar del excesivo número de titulados que no encontraban hueco en el
mercado laboral con su título bajo el brazo. La generación mejor preparada de la
Historia no estaba siendo preparada adecuadamente para el mundo laboral, es decir, de
una manera que demandaba el mercado: “centrando su formación en competencias más
que en recursos nemotécnicos.” “¿De qué sirve memorizar datos que están accesibles a
golpe de ratón?” “Hay que trabajar las competencias que les permitan adquirir nuevos
conocimientos a lo largo de su vida,” son algunas de las frases repetidas en multitud de
seminarios celebrados en los primeros años de este Milenio. En estos años no recuerdo
que el énfasis se pusiera en la escasa calidad de la formación preuniversitaria de los
estudiantes –de lo cual es fiel testimonio su elevado índice de faltas de ortografías– ni
en el hecho de que el número de estudiantes en algunas carreras de Universidades
españolas fuera muy elevado, excediendo la cantidad de plazas que la sociedad española
–y europea– demandaba. Una cantidad de plazas ofertadas que contraviene la ley de la
oferta y la demanda, y que conlleva la elección para la reducida oferta de puestos de
trabajo a los mejores de entre los posibles candidatos.
Nada induce a creer que esta situación haya cambiado en los últimos años y, lo que
es peor, nada hace pensar que los propios estudiantes sean conscientes de la magnitud
del problema al que se enfrentan. Se trata de jóvenes que escogen sus estudios
atendiendo a criterios emotivos más que racionales y que no tiene dificultad –gracias al
apoyo económico de sus familias– en emplear algunos años más de los previstos en
completar sus estudios de Grado o de Postgrado.
13
http://noticias.universia.es/educacion/noticia/2015/09/11/1131049/52-espanoles-elige-estudios-
vocacion.html Visitado el 12/12/2015.
14
http://buscarempleo.republica.com/formacion/el-75-de-universitarios-espanoles-cree-que-el-2016-
sera-un-mejor-ano-laboral.html Visitado el 12/12/2015.
Las cifras de titulados universitarios en paro o desempeñando tareas para las que no
se precisan los estudios realizados, en España o en otros países europeos (el clásico
ejemplo del titulado empleado en un McDonald en Londres) se atribuía con frecuencia a
que su formación no había sido buena (“su paso por la Universidad no les ha servido
para nada”). En ese discurso establecido en la sociedad, el profesorado universitario era
el “entrenador” al que atribuir los malos resultados del “equipo universitario” y para ser
sinceros, nosotros hemos sido responsables de ser el eslabón más débil de la cadena, y
por ello, el primero en romperse: ningún otro cuerpo de la Administración del Estado o
de la Administración Autonómica está tan desunido como el nuestro, sin conciencia de
colectivo profesional, como el profesorado universitario. No sólo está sometido a la
distinción entre funcionarios y no funcionarios, sino además, cada uno de estos dos
grupos conteniendo sus propios “primeros y segundos espadas”: Catedráticos,
Profesores Titulares, de Universidad y de Escuelas Universitarias, Profesores
Asociados, Ayudantes, Sustitutos, Contratados, Ramón y Cajal, Becarios con o sin
grado de Doctor. No es de extrañar que sólo recientemente se haya manifestado la
conciencia de colectivo, si bien, aún de manera fragmentaria: los “anecables”, los
“asociados que quieren dedicarse de pleno a la Universidad”, los “Ramón y Cajal
retornados”, etc.
general sino los propios estudiantes universitarios. Son ellos los que acuden a formarse
en las aulas con el fin de acceder más tarde a una condiciones laborales mejores que las
que podrían tener en caso de no haber pasado por la Universidad. Si esto es así, y yo así
lo creo, la rentabilidad de los estudios universitarios debería ser medida desde y para sus
usuarios. Ahora bien, éstos deben ser conscientes de que están empleando un servicio
–en gran medida subvencionado con fondos públicos– cuya calidad están en relación
directa con el precio pagado a cambio del mismo. Nadie cuestiona que el ancho de los
asientos de avión en clase business sea mayor que la del resto de asientos, siempre que
el precio de uno y otro lo justifique. Sin embargo, en mis años de docencia y de
conversación con mis sucesivos alumnos, he percibido su incomprensión frente a este
hecho y he escuchado sus quejas de falta de calidad de sus estudios en Derecho. ¿Cómo
pueden pretender que una Universidad pública como la de Sevilla, cuya matrícula es
ridículamente inferior para el alumno con respecto a otra privada, como por ejemplo la
Loyola también en Sevilla, tengan índices similares de calidad entendida ésta como
proponemos desde estas páginas, como rentabilidad de sus estudios en orden a encontrar
un trabajo bien remunerado acorde a su preparación? A mayor abundamiento, en un
excelente trabajo de investigación recién publicado en España sobre la enseñanza del
Derecho en las Facultades de Derecho de los Estados Unidos, los Profesores Martínez
Girón y Arufe Varela desvelan que, por paradójico que pueda resultar, nadie discute en
los Estados Unidos que estudiar Derecho deba resultar caro15. No resulta sorprendente,
en consecuencia, que en el listado de las mejores Facultades de Derecho
norteamericanas –según la ABA (Asociación Americana de la Abogacía)– el 41% de
ellas sean públicas16, desmintiendo así, el falso mito de que lo privado tiene mayor
calidad que lo público y poniendo de manifiesto que a similar inversión económica, los
resultados en términos de calidad no difieren de una universidad pública a otra privada.
15
MARTÍNEZ GIRÓN, J. y ARUFE VARELA, A., La enseñanza del derecho en las Facultades de
Derecho de los Estados Unidos, Atelier, 2015, Barcelona, pág. 172.
16
MARTÍNEZ GIRÓN, J. y ARUFE VARELA, A., La enseñanza del derecho en las Facultades de
Derecho de los Estados Unidos, Op. cit., pág. 169.
Este arriesgado enfoque de la innovación docente exige que se tome mucho más en
serio de lo que ha venido siendo hasta ahora mediante una regulación que someta a
evaluación previa y posterior las distintas iniciativas de innovación docente que
potencien el talento de los estudiantes, de una forma más seria que las típicas memorias
que –cumplido el trámite administrativo de su presentación formal en plazo–, nadie que
tenga una capacidad real de evaluar los objetivos, la metodología y los resultados
alcanzados, llega a leer.
17
Coincido con el planteamiento del Profesor Wagner cuando sostiene que un estudiante debe
aprender a pensar de manera crítica y que, en este sentido, el buen profesor se asemeja a un
instructor que instruye a los alumnos para alcanzar sus mejores resultados. Sobre la esencia de sus
ideas pedagógicas puede verse la reciente entrevista de 17/12/2015 disponible en internet:
http://one.elmundo.es/que-educacion-necesitan-nuestros-hijos-para-afrontar-el-futuro? Visitado el
17/12/2015
18
Cfr. http://www.crue.org/Documents/Informe%20Encuesta%20ITC%20RedOTRI_2012y2013.pdf
Visitado el 12/12/2015.
Resumen
Desde que en 2010 se produjera la implantación definitiva de los grados en los planes de
estudio universitarios españoles, adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior
(EEES), se ha producido una sustancial redefinición de los contenidos de las asignaturas,
que se han visto condensados ante la necesidad de adecuarse al diseño minimalista de los
grados. En este sentido, un paradigma del efecto que la reforma auspiciada desde el Plan
Bolonia ha producido en el diseño clásico de los estudios superiores nos lo proporcionan
los grados en Derecho, en los que han sido simplificadas (si no prácticamente erradicadas)
las materias de naturaleza propedéutica. En el presente estudio se realiza un análisis crítico
sobre la realidad actual en la que se encuentran esas disciplinas jurídicas básicas –pero
centrales en la formación del futuro jurista– y se proponen algunas soluciones alternativas
en las que sea posible combinar los objetivos del EEES con los fundamentos y los fines de
la enseñanza del Derecho.
1. Transmisión de la cultura
Enseñar y aprender una ciencia no es lo mismo que usarla ni aplicarla, por lo que
tampoco es preciso que el profesor encargado de enseñar una asignatura científica sea
necesariamente un científico. Porque, según este pensador, la ciencia es creación,
mientras que la docencia universitaria entraña una acción pedagógica que se propone
transmitir esa creación a través de la enseñanza. Por eso, frente al talento integrador del
profesor universitario, que es un profesional de la cultura, Ortega opone el alto grado de
especialización del saber científico que posee el investigador que pasa la vida entre las
cuatro paredes de un laboratorio. Por consiguiente, concluye Ortega, la Universidad
debería intervenir en la vida pública ejerciendo un “poder espiritual” y un papel crítico
que en la actualidad, como antaño, está exclusivamente en manos de la Prensa, y para
ello debe tratar los grandes temas de nuestro tiempo desde su propia triple perspectiva
cultural, profesional y científica (pero no cientificista)1.
Por lo que se refiere a la Universidad española del siglo XXI, plenamente integrada
en el proceso de armonización europea de las enseñanzas universitarias (dentro del
EEES), la cuestión capital sigue planteándose en términos similares a los de hace un
siglo, esto es, decidir si la Universidad debe asumir la enseñanza y la investigación de
todos los campos del conocimiento del nivel superior que requiere el buen
funcionamiento de una sociedad avanzada o si, por el contrario, existe un determinado
tipo de conocimiento propio de la institución universitaria que ésta deba cultivar y
transmitir de manera exclusiva2.
1
http://www.esi2.us.es/~fabio/mision.pdf
2
PALAO TABOADA, C., “La enseñanza del Derecho en la Universidad: presente y futuro”, Anuario
de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid (AFDUAM), nº 6, 2002, p. 131.
ejemplo en el caso de los Másteres, ambas instancias han pasado a competir tanto en la
oferta de títulos de especialización como en la demanda de profesorado de prestigio.
Las Facultades de Derecho no son una excepción, de hecho han ido adaptando sus
planes de estudios no solo a las exigencias homogeneizadoras del EEES, sino también
se les demanda que oferten grados que acrediten conocimientos requeridos por el
mercado de trabajo. En este sentido, puede comprobarse como la labor de formación de
profesionales asumida hasta ahora por las universidades va cediendo cada vez mayor
espacio a la tarea de especialización del estudiante que se complementa, a su vez, con la
adquisición de experiencia a través del desarrollo de prácticas en las empresas. En
última instancia, como se ha observado oportunamente, este giro tecnicista-mercantilista
de la enseñanza universitaria genera un lucrativo negocio que tiene como últimas
beneficiarias de la transferencia de conocimiento a las empresas privadas. Obviamente,
esta pérdida de la original misión universitaria va en detrimento de la calidad de la
enseñanza recibida en las universidades, muchas de las cuales –como ha denunciado
Arnd Morkel– se han convertido poco menos que en escuelas técnicas de grado medio
(Fachhochschule)3.
3
MORKEL, A., Die Universität muss sichwehren, WissenschaftlicheBuchgesellschaft, Darmstadt,
2000, pp. 17 y ss.
4
PALAO TABOADA, C., “La enseñanza del Derecho en la Universidad: presente y futuro”, cit., p. 133.
5
http://dle.rae.es/?id=UNPqWxg
Como es sabido, en las últimas reformas de los planes de estudio de las Facultades
de Derecho, la mayor parte de las asignaturas pertenecientes a las ciencias
propedéuticas se comprimen en los dos cuatrimestres del primer curso del grado en
Derecho, compartiendo este reducido espacio de tiempo con asignaturas de Derecho
positivo; mientras que ya en el segundo y el tercer año del grado las materias de las
ciencias jurídicas aplicadas junto a las asignaturas de Derecho positivo ocupan
–prácticamente en su totalidad– el plan docente de la carrera, sin dejar espacio ni a las
asignaturas formativas en cultura jurídica, ni a las materias que invitan a entender,
reflexionar y razonar en torno al Derecho (por ejemplo, la oratoria, la metodología, la
argumentación y la interpretación jurídica). Este es, grosso modo, el sombrío panorama
actual de las disciplinas propedéuticas. En el siguiente epígrafe trataré de justificar la
continuidad de estas materias en los planes de estudios de Derecho.
6
DILTHEY, D., GesammelteSchriften. Band I, Einleitung in die Geisteswissenschaften, B. G.
TeubnerVerlagsgesellschaft/Vandenhoeck&Ruprecht, Stuttgart/Göttingen, 1883/1962.
7
PÉREZ LLEDÓ, J. A., “Teoría y práctica en la enseñanza del derecho”, Academia. Revista de
Enseñanza del Derecho, nº 9, 2007, pp. 87-106.
Las propuestas realizadas por este autor en aras del remedio de algunos de estos
males parten de un postulado clave: “la enseñanza del Derecho debe encaminarse,
principalmente, a la formación de buenos profesionales del Derecho”8. Por “buen
profesional” –aclara Pérez Lledó– debe entenderse un jurista técnicamente competente
que, además, está política y moralmente bien orientado. A este respecto, propone una
enseñanza integradora de buenos profesionales articulada en tres niveles
complementarios (teórico, práctico y axiológico) que se dirigirían a una triple finalidad:
cognoscitiva (enseñanza de conocimientos), práctica (capacitación argumentativa) y
crítica (educación en fines y valores)9.
La propuesta de Pérez Lledó me parece digna de ser tenida en cuenta, tanto por su
vocación integradora, como por su visión omnicomprensiva y pluridimensional del
Derecho como objeto de estudio. En efecto, la experiencia jurídica, forma parte de la
experiencia humana y se halla compuesta por tres dimensiones unidas por vínculos
indisolubles, es decir, planos que interactúan entre sí mediante una relación de
reciprocidad. Estos tres rasgos constitutivos del Derecho, que se encuentran y se agotan
en el horizonte tridimensional de la experiencia jurídica, son concretamente: la norma,
el hecho y el valor10.
La dimensión normativa, fáctica y axiológica del Derecho debe ser tenida en cuenta
tanto en la teoría como en la praxis del Derecho, y en la formación de los profesionales
del Derecho para que los juristas no se conviertan en meros leguleyos que se limitan a
memorizar datos legislativos y jurisprudenciales sin ningún sentido crítico, ejerciendo y
aplicando el Derecho de manera mecanicista, desde una percepción del mismo acultural
y deshumanizada. De ahí la necesidad de combinar en los planes de estudios los tres
niveles teórico, práctico y axiológico apuntados por Pérez Lledó.
8
Ibid., p. 107.
9
Ibid., p. 108.
10
REALE, M., Liçoes Preliminares de Direito, Livraria Almedina, Coimbra, 1982, pp. 64-67.
Resumen
Esta publicación de innovación docente se refiere a las actividades de “simulación de
juicios” aplicadas a las enseñanzas jurídicas en general y al área de Derecho del Trabajo y
de la Seguridad Social en particular. Partiendo de las enormes potencialidades pedagógicas
de la actividad (puestas de manifiesto en la bibliografía), se reflexiona sobre cómo las
distintas limitaciones que puede imponer el contexto (infraestructura, número de alumnos,
tiempo disponible, conocimientos previos, etc.) pueden limitar estas potencialidades,
obligando al profesor a poner énfasis en determinados aspectos en detrimento de otros. Para
ilustrar esto, se exponen tres actividades concretas de simulación de juicios y una de
simulación de mediación, en las que se tomaron distintas opciones para adaptarse a
contextos de limitaciones y preferencias diversas
Ahora bien, el hecho de que la simulación de juicios sea una actividad tan
provechosa y tan completa implica un riesgo de que el docente pretenda abarcar al
mismo tiempo todas estas posibilidades, sin tomar conciencia de las limitaciones de
todo tipo impuestas por la realidad. En la práctica, el diseño de una actividad de
simulación de juicios exige tomar una serie de decisiones que implican poner énfasis en
determinados conocimientos, competencias o actitudes en detrimento de otros, tomando
en consideración los aspectos que se pretende potenciar en función del contexto en el
que cada actividad se enmarca. Así, por ejemplo, es necesario determinar si la dinámica
es cooperativa o competitiva, si los participantes tienen que improvisar o pueden
atenerse a un guion preestablecido elaborado por ellos, si los alumnos asumen siempre
el papel de partes o pueden representar otros roles (juez, testigo, perito...), si los casos
deben ser reales o hipotéticos6, etc.
A la hora de tomar estas decisiones es muy importante asumir las limitaciones del
contexto académico en el que la actividad de simulación se desarrolla. Este trabajo es
una reflexión sobre el modo en el que cada actividad debe adaptarse a estos límites. Para
ello se analizarán cuatro casos concretos procedentes de la auto-observación de la
experiencia del autor en varias titulaciones. Tres de estos casos son de simulación de
juicios y uno es de simulación de actos de mediación que, aunque no se refiere
directamente a la materia objeto de este trabajo, puede proporcionar algunas pautas de
interés para programar simulaciones de juicios o experiencias más complejas que
abarquen diversos modos de resolver conflictos.
2. PRINCIPALES LIMITACIONES
Infraestructura
La actividad de simulación de juicios requiere de un lugar apropiado, en el que
pueda recrearse la distribución del espacio de las salas de los juzgados. A menudo las
aulas normales de clase no reúnen las condiciones necesarias para cumplir esta función,
aunque en algunos casos podrían prepararse previamente para la actividad (por ejemplo,
situando dos pupitres en posiciones de demandante y demandado). En cualquier caso, el
aula normal en el que los alumnos tienen sus clases regulares es un espacio del que los
alumnos ya se han apropiado simbólicamente, lo que no facilita que se asuman roles
totalmente distintos de los habituales.
Todas las experiencias que se detallan en el punto siguiente tuvieron lugar en una
sala-seminario de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la UCA, concebida para
actividades prácticas diversas. El aula se preparó con antelación emulando la sala de un
juzgado (mesa para el juez y, en su caso, el secretario, mesas para las partes, sillas para
el público). Es interesante destacar que estas simples modificaciones del espacio a
menudo provocaban reacciones de sorpresa de los alumnos cuando entraban en el aula y
facilitaban la creación de una cierta atmósfera. En algunos casos, los alumnos aportaban
voluntariamente elementos que contribuían a este ambiente general (como unas
“puñetas” para el juez o una fotografía del Rey); estos pequeños detalles cargan la
actividad de emociones positivas, lo cual facilita la interiorización de los contenidos de
aprendizaje. Por supuesto, cabe plantearse la posibilidad de que las simulaciones se
produzcan en una sala de juicios real en lugar de en un escenario ficticio, aunque esto
no se ha producido en las experiencias que se relatan.
Más allá de las necesidades de espacio, este tipo de actividades no tienen grandes
necesidades de infraestructura. Ciertamente, resulta muy oportuno contar con algún
espacio virtual que permita la organización del evento on line, pero eso actualmente es
bastante sencillo, tanto con medios de la Universidad (plataformas virtuales) como
incluso utilizando servicios de acceso libre como googledrive, que, como se verá, ha
tenido un papel importante en la organización previa de la mayoría de las actividades
que se describen.
Número de alumnos
Uno de los problemas más importantes que pueden plantearse a la hora de organizar
simulaciones de juicios es que el número de alumnos resulte muy elevado. Esta
dificultad se planteará de manera muy frecuente en asignaturas troncales u obligatorias
Límites de tiempo
7
Así se establece en la actividad relatada en ZÚÑIGA, O.; SAN CRISTÓBAL, S., Op. Cit., pp. 201-203.
Ninguna de estas limitaciones impide que la simulación de juicios sea una actividad
provechosa. Simplemente, estos problemas habrán de ser tenidos en cuenta a la hora de
programar y evaluar los objetivos de la actividad. Por supuesto, el tiempo disponible
afectará también a la intensidad con la que puedan abordarse estos problemas.
3. EXPERIENCIAS CONCRETAS:
Las tres experiencias de simulación de juicio han sido muy distintas, porque en cada
una de ellas se pretendía priorizar una serie de competencias respecto a otras. En la
enunciación de cada una de estas experiencias se incorpora al título la competencia que
en cada caso se consideró más relevante.
Los alumnos debían sentarse por sí mismos en el lugar que corresponde a cada parte
y traer sus propios documentos simulados, testigos y peritos, en función de la estrategia
procesal que siguieran. El papel de juez lo desempeñaba el profesor, que además
tomaba notas para la posterior evaluación.
8
Vid. ÁLVAREZ DEL CUVILLO, A., “Derecho Procesal Laboral”, 2008, en el Repositorio Rodín de la
Universidad de Cádiz http://rodin.uca.es/xmlui/handle/10498/6871 o en Curso OCW, 2009,
https://ocw.uca.es/course/view.php?id=35[últimos accesos el 25-11-2015].
La principal disfunción de esta actividad fue que su formato dejaba poco espacio
para la retroalimentación (puesto que los juicios se hacían uno detrás de otro y no había
un momento para el análisis). En cualquier caso, a los alumnos que lo solicitaron se les
hizo una crítica constructiva en función de las anotaciones que se habían hecho durante
su actividad.
Así pues, se decidió construir un ejercicio de simulación basado en los cuatro casos
que se plantean en esta sentencia. En este ejercicio, no se pretendía en absoluto obtener
ninguna familiaridad respecto a la aplicación de la normativa procesal o a la práctica
real del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sino que el énfasis estaba en la
aplicación efectiva de técnicas de argumentación. Así pues, el “juicio” se presentaba de
una manera descontextualizada, como un debate jurídico al estilo de los Moot Court, sin
una normativa procesal determinada. De hecho, se permitían utilizar argumentos
relacionados con el derecho interno. De este modo, ni el déficit de conocimientos sobre
Derecho Procesal Laboral (que en el nuevo plan se estudia fundamentalmente en el
segundo cuatrimestre) ni el desconocimiento de la normativa procesal interna del TEDH
influyeron negativamente en la experiencia.
9
Vid.ÁLVAREZ DEL CUVILLO, A., “Derechos Fundamentales en la Relación de Trabajo”, Curso OCW
(2013-2014), https://ocw.uca.es/course/view.php?id=57 [último acceso el 25-11-2015]
En este caso se decidió que los alumnos eligieran los roles de manera voluntaria,
apuntando su nombre en un documento de googledrive (la prioridad se basaba en el
orden en el que los alumnos se habían apuntado). De este modo, podían escoger el caso
que les pareciera más interesante y optar por el papel en el que se sintieran más
cómodos, dado que los alumnos no estaban especialmente entrenados en técnicas de
debate; en este contexto, esta decisión tiende a facilitar el desarrollo de la competencia
de argumentación en detrimento de la adquisición de familiaridad con los retos que
pueden plantearse en un juicio, que en este caso no se había decidido enfatizar.
La actividad fue valorada muy positivamente por los alumnos. Curiosamente, varios
de ellos manifestaron espontáneamente que les había sido más útil para mejorar la
capacidad de argumentación escrita que los ejercicios escritos que se habían hecho
durante el curso. Probablemente esto se debe a que el medio oral se encuentra mucho más
próximo a su experiencia real y cotidiana de argumentación, pero también porque la
dinámica de la actividad facilitaba la retroalimentación colectiva. En este contexto, los
parámetros que se habían dado anteriormente sobre invención de los argumentos, orden y
disposición del discurso y elocución se entendían mucho más claramente cuando se
intentaban proyectar sobre la argumentación realizada verbalmente por las partes. Por otra
parte, de acuerdo con estas impresiones cualitativas de los alumnos, la simulación se
había mostrado muy apropiada para facilitar la comprensión de la materia teórica10. Por
todo ello, aunque la actividad había surgido, como se ha dicho, de una circunstancia
anecdótica, se ha incorporado al cronograma de la asignatura para el curso siguiente.
En este caso concreto, las limitaciones del contexto eran muy significativas: el
número de alumnos era extremadamente alto, el tiempo para los juicios muy reducido,
los conocimientos procesales eran escasos (porque aún estaban cursando la única
asignatura de su titulación donde se ven aspectos procesales) e incluso se detectaron
fallos importantes en la asimilación del derecho sustantivo, probablemente porque el
despido, a pesar de su enorme importancia, tiende a explicarse al final del curso en la
asignatura de Derecho del Trabajo.
La opción del profesor, una vez más, que todos los alumnos participantes pudieran
tener al menos algún papel en el juicio simulado, más allá del rol de espectador pasivo,
aunque ello implicara sacrificar en alguna medida la profundidad de la experiencia.
Para ello se hizo necesario expandir el horario en el que los juicios se podían
desarrollar (lógicamente, a costa de una ampliación del trabajo del profesor). Esto se
10
En este sentido, Vid.MC ELROY, L. T., “From grimm to glory: Simulated oral argument as a
component of legal education’s signature pedagogy”, Indiana Law Journal, vol. 84, n.º2, 2009, pp.
589-636.
hizo para permitir que la mayor parte de los alumnos pudieran participar si así lo
deseaban. A partir de esta expansión del horario, quedaron disponibles 22 franjas de 20
minutos cada una, lo que permitía desarrollar hasta 22 juicios. Durante todo este
período, la audiencia era pública, por lo que los alumnos podían asistir libremente a los
juicios como oyentes; en este caso era habitual que los alumnos que vinieron a los
juicios se quedaran a ver a los de sus compañeros de las franjas más inmediatas.
El número de alumnos potenciales seguía siendo muy alto para este número de
juicios, por lo que se decidió que estos se inscribieran en grupos de hasta cinco personas
(de modo que los participantes potenciales pudieran llegar hasta 110). La inscripción se
realizó a través de un enlace abierto de googledrive, en donde los alumnos escribían los
nombres de los miembros del grupo en la franja horaria que consideraran más oportuna.
En esta experiencia de simulación, las limitaciones eran bastante grandes, por lo que
los objetivos fueron más modestos que en las actividades anteriores.
Las asignaturas de Tutela presentan una gran dificultad para los alumnos del Grado
en Relaciones Laborales y Recursos Humanos, porque estas son las únicas en las que se
trabaja con contenidos de Derecho Procesal. Estos contenidos resultan especialmente
difíciles de comprender para los alumnos, porque son muy abstractos y utilizan un
lenguaje especializado y aparentemente alejado de la vida cotidiana. En efecto, los
conceptos de derecho sustantivo (como las modalidades contractuales, las prestaciones
de seguridad social o la jornada de trabajo) están mucho más conectados con la
experiencia vital de los alumnos y, por tanto, son más fáciles de comprender. En
cambio, los conceptos de Derecho Procesal pertenecen a un “sistema experto”11 muy
singular y especializado. Por este motivo, resultan más difíciles de interiorizar por parte
de los alumnos que, a menudo, intentan memorizar la materia mecánicamente sin éxito.
11
Sobre el concepto de “sistema experto”, Vid. GUIDDENS, A., The Consequences of Modernity, Polity
Press, 1991, p. 27.
Por estos motivos, no se consideró oportuno recrear determinados retos que plantea
la intervención oral en juicio, como el hecho de que el caso venga dado o la necesidad
de reaccionar de manera improvisada ante las alegaciones y pruebas presentadas por la
parte contraria.
En este contexto, los grupos se definieron de manera cooperativa. Cada grupo tenía
que preparar un juicio de despido y repartir los roles entre los participantes,
responsabilizándose del resultado global. Al contrario que en la actividad descrita en
3.1, donde los participantes siempre actuaban como partes, en este caso resultaba
interesante que también asumieran otros papeles como el de juez, testigo o perito, para
facilitar la comprensión global del funcionamiento de los juicios laborales. La
interacción entre las partes podía estar predeterminada por una suerte de guion del juicio
elaborado por el grupo, puesto que en este caso la clave era la demostración de
conocimientos y no el desarrollo de la capacidad de reacción.
En esta actividad los alumnos no recibían un expediente dado (como en 3.1), sino
que tenían libertad para inventar el caso según sus preferencias. En todo caso, puede ser
interesante combinar esta actividad con otras, de modo que puedan utilizarse cartas de
despido o demandas.
El balance de esta actividad fue relativamente positivo, dado que los objetivos eran
más modestos que en las anteriores. Ciertamente, la baja participación de los alumnos es
un dato negativo, pero, por otra parte, esto permitió la liberación de franjas horarias para
que el profesor proporcionara retroalimentación a los alumnos interesados en conocer
los errores procesales y de retórica que habían podido cometer. No obstante, cabe
plantearse un modelo diferente para este contexto, en el que se limite el número de
juicios y de alumnos participantes activos en la simulación, para permitir una mayor
profundización. En este caso, los demás alumnos participantes en la actividad podrían
asumir el rol de observadores y redactar un informe crítico sobre determinados aspectos
contemplados en el juicio, como problemas de aplicación de la norma procesal (por
ejemplo, que se llame a una de las partes como testigo o que una parte pida el
interrogatorio de sí misma), defectos en la retórica o elementos de estrategia procesal.
Otra posibilidad adicional sería que algunos alumnos quedaran liberados de la
representación elaborando los materiales necesarios para preparar el juicio, como las
cartas de despido o las demandas.
12
ÁLVAREZ DEL CUVILLO, A., “La influencia del Derecho Laboral en la mediación aplicada a
conflictos individuales de trabajo: estudio cualitativo en el ámbito del SERCLA”, Temas laborales,
nº 129, 2015, pp. 13-54.
13
Los “juegos de rol” son actividades lúdicas cooperativas o parcialmente competitivas en las que un
grupo de jugadores, normalmente guiados por un narrador, director o coordinador de juego
(“máster”) interpretan personajes con objeto de desarrollar una ficción compartida o historia
colectiva en un contexto imaginario. Vid. SOARES, A. N.; GAZZINELLI, M. F.; DE SOUZA, V.; LOBATO
ARAÚJO, L. H., “The Role Playing Game (RPG) as a pedagogical strategy in the training of the
nurse: an experience report on the creation of a game”, Texto&Contexto - Enfermagem, vol. 24,
2015, scielo, p. 601. Los juegos de rol más tradicionales se desarrollan en torno a una mesa, donde
los participantes van interpretando sus personajes o construyendo la historia de manera oral; esta
historia normalmente incluye elipsis o saltos temporales como los que se plantean en la literatura o
el cine. En cambio, los juegos de rol “en vivo” se escenifican en tiempo real, de un modo similar a
lo que sucede en las improvisaciones teatrales, pero con unas “reglas” para determinar los resultados
de actividades sometidas a incertidumbre.
14
Sobre los usos educativos del “rol en vivo” en el ámbito escolar, Vid. MOCHOCKI, M., “Edu-Larp as
Revision of Subject-Matter Knowledge”, International Journal of Role-Playing, vol. 1, n.o 4, 2013,
pp. 55-75. Por otra parte, en el ámbito jurídico (para reflexionar sobre la prohibición de tortura en el
marco de una asignatura de análisis económico del Derecho), Vid. FERREIRA RIBEIRO, G., “Role-
Playing Games as an Alternative Method for the Crisis in Legal Teaching: the Case of the
Prohibition of Torture and L&E”, Economic Analysis of Law Review, 2010, pp. 179-187.
caso. A las partes y a los mediadores no se les daba especial conocimiento jurídico para
poder observar las diferencias que podían producirse en la interpretación de la realidad.
Por otra parte, en esta actividad se siguió expresamente una pauta extraída del teatro
improvisado, que es la llamada regla “Sí, y...” (“Yes... and”)15. En el teatro
improvisado, la historia no está predeterminada, sino que se construye en el momento
de la representación a partir de una situación de conflicto entre los personajes. La regla
“Sí, y...” implica que los actores deben respetar la realidad creada por sus compañeros,
añadiendo lo que resulte oportuno, para que la ficción compartida no pierda sentido y al
mismo tiempo se enriquezca. En este caso, se consideró oportuno incorporar esta regla,
porque la información sobre el conflicto proporcionada en las “fichas de personaje”
nunca podía ser completa. La pauta es difícil de explicar en abstracto, pero los alumnos
la aplicaron de manera muy apropiada gracias a su esfuerzo por sostener la historia
compartida. Ciertamente, es posible que una de las partes niegue radicalmente los
hechos afirmados por la contraria, pero resulta más realista –y, por otra parte, más
apropiado para desarrollar las habilidades propias de la profesión del mediador–, que
simplemente se proporcione una perspectiva o interpretación distinta sobre lo que la otra
parte ha dicho. Aplicar esta regla al ámbito de la simulación de juicios parece más
complicado, por diversos motivos, pero merece la pena reflexionar sobre ella para poder
reaccionar a posibles problemas que puedan producirse por la introducción de hechos
nuevos en el proceso (debe recordarse que, por ejemplo, en los juicios sociales la
contestación a la demanda se realiza en el acto del juicio oral).
4. CONCLUSIONES
15
MOSHAVI, D., “«Yes and...»: Introducing Improvisational Theatre Techniques to the Management
Classroom”, Journal of Management Education, vol. 25, n.º 4, 2001.
Resumen
El objeto de este capítulo reside en profundizar en posibles metodologías activas didácticas
en la disciplina jurídico-laboral, exponiendo algunos ejemplos de experiencias recientes.
Los métodos didácticos basados en la transmisión del conocimiento acumulado no parecen
ser suficientes en la actualidad. De ahí la necesidad de implantar metodologías que
promuevan la aplicación práctica de los contenidos teóricos y aseguren en la medida de lo
posible el aprendizaje autónomo del alumnado. A este respecto, una de las más notorias
metodologías didácticas se concreta en el “aprendizaje basado en problemas”,
fundamentado en la utilización de un conjunto de actividades alrededor de una situación
concreta, con la finalidad de que el estudiante desarrolle activamente estrategias de
búsqueda, análisis y uso de la información, además de integrar el conocimiento adquirido.
Dos son las razones que han llevado a escoger el “aprendizaje basado en problemas”
(en adelante, ABP) como parte del contenido de esta presentación. En primer lugar, la
propia relevancia de la metodología didáctica en sí misma considerada. Ésta supone una
inversión en la tradicional estrategia de transmisión de conocimiento acumulado, en la
cual, es la exposición de información la que antecede a su aplicación práctica. En el
ABP, por el contrario, la presentación de un problema constituye el punto de partida, a
partir del cual, se suceden la búsqueda y análisis de información y la resolución del
problema inicialmente planteado. En segundo lugar, no está de más advertir que ha sido
la ABP la metodología empleada en uno de los grupos de la asignatura “Derecho
administrativo laboral” del Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos de la
Universidad de Granada durante el segundo cuatrimestre del pasado curso académico
2014/2015. Es por ello que se ha considerado oportuno explicar una experiencia
reciente a la luz de los resultados obtenidos. Señaladamente, cabría resaltar la
promoción del trabajo autónomo del estudiante, la adquisición de competencias
profesionales, así como la adopción de una mayor implicación del alumnado en su
propio proceso de aprendizaje. El planteamiento de esta categoría insertable en las hoy
denominadas “metodologías activas” resulta, así, coherente con lo sentado en el
Documento Marco (MEC) sobre la integración del sistema universitario español en el
EEES, según el cual, en el entorno del Espacio Europeo de Educación Superior, el
diseño de los planes de estudio y las programaciones docentes se llevan a cabo teniendo
como eje de referencia el propio aprendizaje de los alumnos.
1
RESTREPO GÓMEZ, B.: “Aprendizaje basado en problemas (ABP): una innovación didáctica para
la enseñanza universitaria”, en Educación y educadores, núm. 8, (2005), págs. 9-20.
2
Véase VIZCARRO, C. Y JUÁREZ, E: “¿Qué es y cómo funciona el aprendizaje basado en
problemas?”, en AA. VV.: El aprendizaje basado en problemas en la enseñanza universitaria,
GARCÍA SEVILLA, J. (Coord.), Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones, Murcia, 2008,
págs. 17-36.
3
MOLINA ORTIZ, J. A.; GARCÍA GONZÁLEZ, A.; PEDRAZ MARCOS, A. y ANTÓN NARDIZ,
M. V.: “Aprendizaje basado en problemas: una alternativa al método tradicional”, en Revista de la
Red Estatal de Docencia Universitaria, núm. 2 (2003), pág. 80.
Los alumnos deben acudir a clase con la respuesta preparada con el objetivo de
proceder a un posterior debate donde se identifica el problema subyacente, al tiempo
que se defiende y argumenta públicamente la solución a la que se ha llegado y se
resuelven las posibles dudas que puedan surgir. Tales debates son un impulso al
desarrollo de las competencias comunicativas, argumentativas e incluso persuasivas.
Con carácter más específico, han sido varias las funciones asignadas al docente en el
marco del ABP5:
4
FERNÁNDEZ AVILÉS, J. A.: “Los retos de la educación universitaria: ¿formar profesionales o
formar ciudadanos?”, en AA.VV: Cómo comunicar y ser competente: habilidades comunicativas y
competencias profesionales, SÁNCHEZ PÉREZ, J.,
ORTEGA PÉREZ, N., TRIGUERO
MARTÍNEZ, L. A. y ALCÁZAR CAMPOS, A. (Eds.), Atelier, Barcelona, 2015, pág. 24. Señala el
autor que “se requiere la formación de juristas menos dogmáticos (menos «legalistas») que los que
se requieren en sistemas (o situaciones) jurídicos más cerrados y estables”, esto es, “se requiere de
un jurista capaz de comprender un Derecho cada vez más flexible —como mecanismo adaptable de
regulación de contrastes sociales— en el marco del Derecho propio de las sociedades complejas del
capitalismo avanzado. De ahí la creciente importancia también de atender en su formación a las
cuestiones relativas a la composición e intervención en conflictos sociales, donde el «método
jurídico» estricto pasaría a un segundo plano”.
5
MOLINA ORTIZ, J. A.; GARCÍA GONZÁLEZ, A.; PEDRAZ MARCOS, A. y ANTÓN NARDIZ,
M. V., loc. cit., págs. 82 y 83.
El aprendizaje cooperativo fomenta, por tanto, la posición activa del alumno, que
abandona así la posición meramente pasiva de la enseñanza tradicional. También
6
FERNÁNDEZ MARCH, A.: Nuevas metodologías docentes. Disponible en:
www.usal.es/~ofeees/NUEVAS_METODOLOGIAS/nuevas_metodologias_docentes. doc
Cronograma
MARCO
FASE DEDICACIÓN OBJETIVOS
TEMPORAL
- Presentación e introducción al curso.
Semana 1 - Metodología y evaluación.
9 horas (20% del - Planificación de las actividades a realizar.
1
total) - Enseñanza sobre la utilización de los diferentes
Semana 2-3 servicios que ofrece la Universidad y los medios
informáticos disponibles en materia bibliográfica.
La nota final de la asignatura será la resultante de aplicar una media ponderada a las
notas obtenidas en las prácticas, el trabajo en grupo y el examen final de la asignatura.
Las prácticas tendrán un peso del 30 por ciento, el trabajo en grupo del 20 por ciento y
el examen final del 50 por ciento.
Con el objetivo de asegurar un seguimiento completo a cada una de las etapas, para
superar la asignatura será necesario sacar al menos 4 puntos sobre 10 en cada una de las
partes.
7
FERNÁNDEZ MARCH, A. (2005): Nuevas metodologías docentes. Disponible en:
www.usal.es/~ofeees/NUEVAS_METODOLOGIAS/nuevas_metodologias_docentes.doc
Resumen
La calidad de la enseñanza universitaria es uno de los ejes claves del proceso de Bolonia.
Dicha calidad se consigue con mejoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje, a través de
nuevos métodos de enseñanza, aprendizajes basados en competencias y nuevo rol del
profesorado. La innovación docente se entiende como una mejora de la calidad de la
enseñanza como consecuencia de la necesidad de introducir mejoras en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Pero para que la innovación sea de calidad y tenga efectos a largo
plazo exige apoyo institucional, formación del profesorado y mejora en el impacto que la
docencia tiene en el currículo profesional del docente.
La Universidad está inmersa desde finales de la década de los noventa del siglo
veinte en un profundo cambio, debido a circunstancias socio-culturales ligados a la
sociedad del conocimiento y a las circunstancias socio-políticas y económicas de
nuestro entorno, que ha apresurado la necesidad de un cambio cultural o de modelo de
Universidad, hacia una más moderna, tanto en el plano educativo, como investigador y
de gestión2, para adaptarla a la sociedad globalizada y tecnológica del siglo veintiuno.
1
Actualmente es Coordinadora Específica del Proyecto “Implantación de nuevas técnicas de
enseñanza-aprendizaje relacionada con la gestión práctica y el desarrollo de las competencias en las
aulas universitarias”, dentro del Programa de la Universidad de Córdoba de Proyectos Coordinados
de la Titulaciones (PICETOS), para el curso 2015/2016 (Res. Del Consejo de Gobierno de la UCO
de 30-10-2015). Dicho proyecto se está desarrollando en la Facultad de Ciencias del Trabajo desde
el curso 2013/2014. Ha sido Coordinadora de diversos proyectos de innovación docente en la
Universidad de Córdoba: “Herramientas informáticas para la enseñanza del Derecho del Trabajo: un
nuevo sistema de autoevaluación para el aprendizaje cognitivo de la rama social del derecho” (curso
2012/2013); “El aprendizaje autónomo a través de mapas conceptuales interactivos para el estudio
del derecho individual del trabajo” (curso 2010/2011).
2
RODRIGUEZ-MORENO, M.L. “Las demandas sociales y el mercado laboral ante la integración
europea del conocimiento universitario”. Cuadernos de Investigación Europea. Vol. 2, 2005, pág. 5.
3
Declaración de La Sorbona. Declaración conjunta para la armonización del diseño del Sistema de
Educación Superior Europeo (a cargo de los cuatros ministros representantes de Francia, Alemania,
Italia y el Reino Unido). La Sorbona, París, 25 de mayo de 1998. Disponible en la dirección web:
http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/15.pdf (consultado el 22/12/2015).
4
“Educación Superior Europea” Comunicado de la Conferencia de Ministros responsables de la
Educación Superior, mantenida en Berlín el 19 de Septiembre de 2003. Disponible en la dirección
web: http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/3.pdf (consultado el 22/12/2015).
5
“Hacia el Área de la Educación Superior Europea”. Declaración del encuentro de los Ministros
Europeos en funciones de la Educación Superior en Praga, 19 de mayo del 2001. Disponible en la
dirección web: http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/11.pdf (consultado el 22/12/2015).
- “Educación Superior Europea”. Comunicado de la Conferencia de Ministros responsables de la
Educación Superior, mantenida en Berlín el 19 de Septiembre de 2003. Disponible en la dirección
web: http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/3.pdf (consultado el 22/12/2015)
6
“El Espacio Europeo de Educación Superior-Alcanzando las metas”. Comunicado de la Conferencia
de Ministros Europeos responsables de Educación Superior. Bergen, 19-20 de Mayo de 2005.
Disponible en la dirección web: http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/2.pdf (consultado
el22/12/2015).
7
EUROPEAN MINISTERS RESPONSIBLE FOR HIGHER EDUCATION (2009). “The Bologna
Process 2020-The European Higher Education Area in the new decade”. Leuven and Louvain-la-
Neuve, 28-29 april. Disponible en la dirección web:
http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/8.pdf (consultado el 22/12/2015).
Las prioridades de la educación superior para esta década, hasta el 2020, siguen
siendo la lucha por la excelencia en todos sus aspectos, lo que supone un enfoque
constante en su calidad. Todos los estudiantes y el personal de las Instituciones de
educación superior deben estar equipados para responder a las cambiantes demandas de
la sociedad en rápida evolución9. Aspiración plenamente aplicable a nuestro país,
inserto desde 1999 en el Plan Bolonia10.
Pero ¿qué se entiende por calidad?. Resulta necesario entender su significado para
entender qué elementos determinan su obtención y cuáles se han alcanzado ya.
8
Tema ya abordado en un trabajo anterior: “La cualificación profesional como elemento esencial para
mantener la empleabilidad de los jóvenes: líneas de actuación seguidas por la Unión Europea”.
XXXII Jornadas Universitarias Andaluzas de Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales. Retos
del Derecho del Trabajo frente al desempleo juvenil. Consejo Andaluz de Relaciones Laborales.
Junta de Andalucía. 2014. Disponible en la dirección web:
https://www.juntadeandalucia.es/empleo/carl/carlportal-portlets/documentos?nombre=33_1449_3.pdf
9
EUROPEANMINISTERS RESPONSIBLE FOR HIGHER EDUCATION (2009). “The Bologna
Process 2020-The European Higher Education Area in the new decade”. Leuven and Louvain-la-
Neuve, 28-29 april. Disponible en la dirección web:
http://tecnologiaedu.us.es/mec2011/htm/mas/2/21/8.pdf (consultado el 22/12/2015).
10
En España, la adhesión al Proceso de Bolonia se llevó a cabo en 1999. La aprobación de la Ley
Orgánica de Universidades (LOU), primero, a través d el a LO 6/2001, de 21 de diciembre y su
posterior modificación en 2007, por la LO 7/2007 (LOM), supuso la asunción de los principios y
objetivos del Espacio Europeo de Educación Superior. De este modo, la garantía de calidad de la
enseñanza universitaria se concreta en el Título V de la LOU, a través de la creación de una Agencia
Evaluadora de la Calidad (art. 32 LOU), evaluaciones positivas de la actividad a todos los niveles
(arts. 50 y 52 LOU) y exigencia de acreditación por parte de los sujetos implicados en el proceso de
enseñanza aprendizaje (art. 57, 59 y 60 LOU).
11
FIDALGO REDONDO, R./ GARCIA SERRANO, J.N. “Las directrices del EEES en el Marco
legislativo del sistema universitario español”. Aula Abierta, vol. 35, núms. 1 y 2.2007.
12
ANTUNEZ, S. “La autonomía de los centros escolares, factor de calidad educativa y requisitos de
innovación”. Revista de educación, nº 204. 1994, págs.92-93.
13
BLANCO, R. “Innovación educativa y calidad de la educación”. Curso Taller: Investigación y
Sistematización de Innovaciones Educativas 2005-2006. Disponible en la dirección web:
http://www.innovemosdoc.cl/publicaciones/1Modulo%20de%20Formacion.%20Calidad%20de%20l
a%20educacion.pdf (consultado el 15/12/2015).
14
ALVAREZ MENDEZ, J.M. “La ética de la calidad”. Cuadernos de Pedagogía, nº 199. 1992, pág.8.
15
CARR, W. “Calidad de la enseñanza e Investigación- Acción”. Sevilla. Diada. 1993, pág.7.
16
AGUILAR HERNANDEZ, L. “las definiciones de calidad en educación: ubicuidad, ambigüedad,
discurso”. Tarbiya, nº 32, pág 36.
17
UNESCO. Informe de seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo. El imperativo de la
calidad. París. 2005.
18
En esta línea se mantiene también AGUILAR HERNANDEZ, L. Op. Cit. Pág. 39
19
OCDE. “Educationat a Gonce.OCDE Indicators”. Paris. 1993, pág.15.
20
VAN GRIEKEN, R. “Innovación educativa en las Universidades españolas”. Disponible en la
dirección web:
http://www.um.es/documents/1277604/1815913/La+innovaci%C3%B3n+educativa+en+las+univers
idades+espa%C3%B1olas.pdf/5187920f-a575-44a6-ab32-d91319e88226 (consultado el
01/01/2016).
21
ZABALZA, M.A. “Innovación en la enseñanza universitaria”. Contextos educativos, nº. 6-7. 2003-
2004, pág.115.
22
BARTRA GROS, F. “Innovación y calidad de la docencia universitaria: hacia un desarrollo docente
universitario en la PUCP”. Educación. Vol.VI. Nº 11. 1997, pág. 32.
23
ZABALZA, M.A. “Innovación en la enseñanza universitaria”. Op. Cit. Pág. 127.
24
PORTO CASTRO, A.M. “La comercialización de los resultados de la innovación”, en (Cajide, J.
Coord.) Innovación y transferencia: reflexiones desde la universidad y la empresa. Santiago de
Compostela. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Santiago de Compostela. 2011, pág.73,
En nuestra opinión, la clave para entender qué debe entenderse por “innovar” en
educación se centra en la finalidad de dicha innovación: innovar es introducir cambios,
pero no necesariamente introducir novedades. Cambios que deben ser planificados,
justificados26. Innovar para cambiar, para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje,
introduciendo aquellos cambios justificados que permitan alcanzar los objetivos y los
resultados que se han pretendido desde el inicio del proceso. Esta diferenciación entre
cambio y novedad, creemos que es clave para entender qué ha de entenderse por
innovación en el campo educativo. Innovar no es hacer solo cosas distintas, sino cosas
mejores, planificadas. Para que una innovación sea considerada como tal necesita que
sea duradera, tener un alto índice de utilización, estar relacionada con la práctica
profesional y generar o implicar un verdadero cambio. Estos elementos son los que
permiten diferenciar las simples novedades de la auténtica innovación27.
Opinamos con Zabalza28, que para innovar en docencia es necesario aplicar tres
condiciones en todo ejercicio profesional: apertura, actualización y mejora.
De entre todos, creemos que son fundamentales aquellos parámetros que tienen que
ver con la práctica innovadora realizada por el docente, que constata que el cambio
introducido ha permitido obtener los resultados de aprendizaje pretendidos, tales como
la realización de innovaciones que sean viables y prácticas, que no se queden en meras
palabras, sino que den lugar a resultados tangibles; la documentación y evaluación de
25
RIVAS, M. Innovación educativa. Teoría, procesos y estrategias. Madrid. Síntesis. 2000, citado por
PORTO CASTRO,A.M./ MOSTEIRO GARCIA, M.J. “Innovación y calidad en la formación del
profesorado universitario”. Revista electronica interuniversitaria de formación del profesorado. 17
(3), pág.144.
26
ZABALZA, M.A. “Innovación en la enseñanza universitaria”. Op. Cit. Pág. 120.
27
BARREIRO, F./ ZAMORA, E.T. “ Innovación en la Universidad”, en (Cajide, J. Coord.)
Innovación y transferencia: reflexiones desde la universidad y la empresa. Santiago de Compostela.
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Santiago de Compostela. 2011, pág. 41.
28
ZABALZA, M.A. “Innovación en la enseñanza universitaria”. Op. Cit. Pág. 120.
Para la OCDE, las áreas clave en el empeño de la calidad abarcan desde el currículo
a los profesores, pasando por la organización de la escuela (o de los centros educativos
en general), la evaluación y los recursos30. Es precisamente respecto del profesorado
sobre el que ha recaído una de las labores más ingentes a la hora de contribuir a la
implantación del EEES, dado que se le coloca en una posición clave a la hora de hacer
realidad las aspiraciones del proceso de Bolonia. Concretamente, las implicaciones
directas que el EEES tiene respecto de la función pedagógica del profesorado, son31:
29
ZABALZA, M.A. “Innovación en la enseñanza universitaria”. Op. Cit. Pág. 120.
30
OCDE. Op. Cti. Pág.73-ss.
31
FIDALGO REDONDO, R./ GARCIA SANCHEZ,J.N. “Las directrices del EEES en el marco
legislativo del sistema universitario español”. Aula Abierta vol. 35, nums. 1 y 2. 2007, pag. 45.
32
BARTRA GROS, F. Op.Cit. Pág. 32.
Tejada Fernández identifica tres tipos de roles en los que el profesor debe destacar,
cuales son33: a) Programador, Director y Coordinador de procesos de aprendizaje con
medios interactivos; b) Transmisor de información e impulsor de la ejercitación de
conocimiento, procedimientos y actitudes; c) Motivador y lazo de conexión entre los
objetivos a alcanzar y el alumno.
33
TEJADA FERNANDEZ, J. “El docente universitario ante los nuevos escenarios: Implicaciones para
la innovación docente”. Acción pedagógica. Vol. 11, nº 2.2002. Pág. 35.
34
TEJADA FERNANDEZ, J. Op. Cit. Pág. 36.
35
SANGRA A. “Enseñar y aprender en la virtualidad”. Educar. 28. 2001, pág. 117.
36
MADRID IZQUIERDO, J.M. “La formación y la evaluación docente del profesorado universitario
ante el espacio europeo de educación superior”. Educatio, nº. 23. 2005, pág.60.
Toda esta amplia gama de competencias deben partir de una sólida formación del
profesorado, unas buenas condiciones laborales y un constante proceso de evaluación
del mismo para detectar en qué medida está cumpliendo con el trabajo que se le ha
encomendado37; de eso no cabe duda. Pero, el problema actual con el que se enfrentan
las Universidades que, actualmente hay fallos importantes en materia de formación y
condiciones laborales de los docentes, que, sin embargo, están sometidos a
permanente evaluación.
Sin perjuicio de lo dicho, creemos que debe resaltarse, que la relación entre la
calidad total del sistema de enseñanza universitaria y la calidad docente pasa, no solo
por una capacitación del profesorado basado en criterios de excelencia, sino por la
conjunción de otros factores, tales como la elevación de los niveles de calidad del
proceso de enseñanza-aprendizaje y por las funciones, recursos y estructuras que
conlleva su desarrollo39. Hacer recaer sobre el profesorado todo el peso de la calidad de
la enseñanza nos parece, cuanto menos, titánico e inalcanzable, por su complejidad y
por no tener en cuenta los factores intrínsecos y extrínsecos aplicables al propio proceso
de enseñanza-aprendizaje que dificultan alcanzar la meta pretendida desde Bolonia.
39
BARTRA GROS, F. Op. Cit. Pág. 33.
Resumen
En los últimos años, además de la formación de profesionales y el desarrollo y creación de
nuevo conocimiento a través de la investigación, ha tomado auge la denominada tercera
misión de las universidades que implica la contribución al desarrollo socioeconómico del
entorno a través de la transmisión y transferencia de dicho conocimiento a la sociedad, del
desarrollo tecnológico, la innovación y el emprendimiento. La creación de spin-offs
universitarias se presenta como una oportunidad de desarrollo profesional para las mujeres,
que presentan tasas inferiores a los hombres en la creación y participación en dichas
empresas. La mayoría de las spin-offs tienen una base tecnológica, con origen en estudios e
investigación dentro del ámbito de las tecnologías, áreas en las que tradicionalmente las
mujeres tienen menos presencia. Se hace necesario, por tanto, fomentar la creación de
empresas con alto valor añadido por parte de las mujeres en el ámbito universitario, así
como desde aquellas disciplinas más alejadas de los campos de investigación tecnológicos.
1. INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas las universidades se han ido posicionando como agentes
fundamentales en el desarrollo de la economía del conocimiento1. Así, a las que han
venido siendo las actividades nucleares sobre las que tradicionalmente las universidades
han estado más centradas, esto es, la docencia e investigación, en los últimos años ha
tomado gran auge la tercera misión, la transferencia de conocimiento a la sociedad que
permita un mejor y mayor desarrollo económico y social a través de la creación de
valor2. Esto ha contribuido a la generación de un debate público sobre el papel de las
universidades en la sociedad3, en un contexto en el que la transferencia y difusión del
conocimiento ha adquirido tanta importancia como la generación de dicho
conocimiento4. Algunos autores apuntan una doble vertiente de esta tercera dimensión,
una primera cultural y social y una segunda de explotación económica del
conocimiento5. Surge así un nuevo marco donde conceptos como el de universidad
1
COMISIÓN EUROPEA: Entrepreneurship Education: A road to success. A compilation of evidence on
the impact of entrepreneurship education strategies and measures, Final Report, 2015.
2
BUENO CAMPOS, E.: “La tercera misión de la universidad”, Boletín Intellectus, vol. 12, 2007, págs.
9-17; SHANE, S.A.: Academic Entrepreneurship: University Spinoffs and Wealth Creation,
Cheltenham UK, Edward Elgar, 2004; VESPERI, W., REINA, R. Y GENTILE, T.: “Academic
Knowledge Vs Entrepreneurship: The Spin off way”, 16ª European Conference on Knowledge
Management, Udine, Italia, 3-4 septiembre 2015.
3
WRIGH, M., CLARYSEE, B., MUSTAR, P. Y LOCKETT, A.: Academic Entrepreneurship in Europe,
Cheltenham UK, Edward Elgar, 2007.
4
Bueno Campos, E., 2007, op.cit.
5
Vesperi, W., Reina, R. y Gentile, T., 2015, op.cit.
6
CLARK, B.: Creating Entrepreneurial Universities: Organizational Pathways of transformation, UK,
Elseiver Science, 1998; ETZKOWITZ, H.:MIT and the rise of entrepreneurial science, London,
Routledge, 2002; ETZKOWITZ, H.: “Innovation in innovation: the Triple Helix of university-industry-
government relations”, Social Science Information, vol. 42, nº 3, 2003(b), págs. 293-337.
7
BAINS, W.: “How Academics can Make (Extra) Money out of their Science?”, Journal of
Commercial Biotechnology,vol. 11, nº 4, 2005, págs. 353-373; JONES-EVANS, D.: Universities,
technology transfer and spin-off activities – academia entrepreneurship in different European
Regions,Final Report, Targeted Socio-economic Research Project No. 1042, University of
Glamorgan y ComisiónEuropea, 1998; LANDRY, E., AMARA, N. Y RHERRAND, I.: “Why are some
university researchers more likely to create spin-offs than others? Evidence from Canadian
universities”, Research Policy, vol. 35, nº 10, 2006, págs. 1599-1615; NILSON, A.S., RICKNE, A. Y
BENGTSSON, L.: “Transfer of academic research: uncovering the grey zone”. JournalTechnology
Transfer, Vol. 35, 2010, págs.617-636.
8
BRUNETICART, I. Y RODRÍGUEZ SOLER, J.: “Empresas spin-off y género: diferencias entre hombres y
mujeres en la creación de empresas de base tecnológica”, Comunitaria Revista Internacional de
Trabajo Social y Ciencias sociales, nº 6, 2013, págs. 9-36; FERNÁNDEZ LÓPEZ, S., RODEIRO PAZOS, D.,
RODRÍGUEZ GULÍAS, M. Y VIVEL BÚAS, M.: ¿Mujeres emprendedoras en la Universidad?, LÓPEZ
DÍAZ, A.J. (COORD.):Emprender, Una perspectiva de género,A Coruña, Servizo de Publicacións da
Universidade da Coruña, 2013, págs. 111-126; GLOBAL ENTREPRENEURSHIP MONITOR(GEM):Informe
GEM España 2014, Santander, Editorial de la Universidad de Cantabria, 2015b.
9
INSTITUTO DE LA MUJER Y PARA LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES (IMIO): Personal Docente e
Investigador Universitario, Estadísticas Educación, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, Madrid, 2015.
10
COMISIÓNEUROPEA: She Figures 2012. Gender in Research and Innovation, Statistics and
Indicators, Luxembourg, Publications Office of the European Union, 2013.
11
Fernández López, S., Rodeiro Pazos, D., Rodríguez Gulías, M. y Vivel Búas, M., 2013, op.cit.
12
COMISIÓNEUROPEA: Meta-analysis of gender and science research, Synthesis Report, Luxembourg,
Publications Office of the European Union, 2012.
13
Vesperi, W., Reina, R. y Gentile, T., 2015, op.cit.
14
Wrigh, M., Clarysee, B., Mustar, P. y Lockett, A., 2007, op.cit.
15
ETZKOWITZ, H.: “The norms of entrepreneurial science: cognitive effects of the new university–
industry linkages”, Research Policy, vol. 27, nº 8, 1998, Págs. 823-833; SHANE, S.A., 2004, op.cit.
16
SHANE, S.A., 2004, op.cit.
17
SHANE, S.A., 2004, op.cit.
18
ETZKOWITZ, H.: “Research groups as ‘quasi-firms’: the invention of the entrepreneurial university”,
Research Policy, vol. 32, nº 3, 2003(a), págs. 109-121; SAMSOM, K.J. Y GURDON, M.A.: “University
scientists as entrepreneurs: a special case of technology transfer and high-tech venturing”,
Technovation, vol. 13, nº 2, 1993, págs. 63-71.
19
SHANE, S.A., 2004, op.cit.
20
ETZKOWITZ, H., 2002, op.cit.
21
Landry, E., Amara, N. y Rherrand, I., 2006, op.cit.
22
COMISIÓN EUROPEA: Entrepreneurship in Higher Education, especially within non-business studies,
Final Report of the Expert group, 2008; ETZKOWITZ, H., 2003(b), op.cit.
23
ROTHAERMEL, F., AGUNG, S. Y JIANG, L.: “University Entrepreneurship: a Taxonomy of the
Literature”, Industrial and Corporate Change, vol. 16 nº 4, 2007, págs.691-791.
24
BERAZA GARMENDIA, J.M. Y RODRÍGUEZ CASTELLANOS, A.: “Conceptualización de la spin-off
universitaria. Revisión de la literatura”, Economía Industrial, nº 384, 2012, págs. 143-152; PIRNAY,
F., SURLEMONT, B. Y NLEMVO, F.: “Toward a Tipology of University Spin-offs”, Small Business
Economics, vol. 21, nº 4, 2003, págs.355-369; VESPERI, W., REINA, R. Y GENTILE, T., 2015, op.cit.
25
Beraza Garmendia, J.M. y Rodríguez Castellanos, A., 2012, op.cit.
26
Beraza Garmendia, J.M. y Rodríguez Castellanos, A., 2012, op.cit.; Vesperi, W., Reina, R. y
Gentile, T., 2015, op.cit.
27
Pirnay, F., Surlemont, B. y Nlemvo, F., 2003, pág. 356, op.cit.
28
Beraza Garmendia, J.M. y Rodríguez Castellanos, A., 2012, op.cit.
29
Pirnay, F., Surlemont, B. y Nlemvo, F., 2003, pág. 356, op.cit.
30
OCDE (ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICO): “Special issue on
fostering high-tech spinoffs: a public strategy for innovation”, Science technology industry review,
nº 26, París, OECD Publications Service, 2001.
31
OCDE, 2001, op.cit.
A su vez, las spin-offs académicas pueden ser tipificadas en función del vínculo que
tengan con la institución y del prestigio y calidad del grupo de investigación, el modelo
de negocio seguido y de la configuración de recursos que posea32. Nicolau y Birley33las
clasifican en tres tipos: ortodoxas, híbridas y tecnológicas. Las spin-offs ortodoxas son
aquellas creadas por uno o varios académicos que dejan la institución para dedicarse a la
gestión de la empresa y llevan consigo la tecnología desarrollada. En las spin-offs
híbridas, se transfiere la tecnología fuera y algunos académicos pueden permanecer en
la universidad y desempeñar algún cargo en la empresa, mientras que otros abandonan
la universidad y se dedican completamente a la misma. Por último, las spin-offs
tecnológicas son aquellas en las que se externaliza la tecnología y los investigadores
siguen en su trabajo en la institución de origen y no mantienen relación con la gestión
de la nueva empresa creada, aunque pueden participar como socios o actuar como
consultores de la misma.
3. MUJERES Y EMPRENDIMIENTO
32
Wrigh, M., Clarysee, B., Mustar, P. y Lockett, A., 2007, op.cit.
33
NICOLAU, N. Y BIRLEY, S.: “Academic Networks in a trichotomouscategorisation of university
spinouts”, Journal of Business Venturing, vol. 18, 2003, págs. 333-359.
34
AUDRETSCH, D.B., LEHMANN, E.E. Y WARNING, S.: “University Spillover and new firm location”,
Research Policy, vol. 34, 2005, págs.1113-1122.
35
ETZKOWITZ, H., 2003(a), op.cit.
36
FERNÁNDEZ-ALLES, M., CAMELO-ORDAZ, C. Y FRANCO-LEAL, N.: “Key resources and actors for the
evolution of academic spin-offs”, Journal of Technoloy Transfer, vol. 40, nº 6, 2015, págs. 976-
1002; VOHORA, A., WRIGHT, M. Y LOCKETT, A.: “Critical junctures in the development of university
high-tech spinout companies”, Research Policy, vol. 33, nº 1, 2004, págs. 147-175.
37
Vohora, A., Wright, M. y Lockett, A., 2004, op.cit.
38
ETZKOWITZ, H., 2003(a), op.cit.
39
JUSTO, R.: “La mujer emprendedora”, DE CASTRO, J. O., JUSTO, R. Y MAYDEU, A. (EDS):La
naturaleza del proceso emprendedor en España en el contexto internacional, cap. 7, Bilbao,
Fundación BBVA, 2008, págs. 191-202.
40
GLOBAL ENTREPRENEURSHIP MONITOR (GEM):Women’s Entrepreneurship, SpecialReport, 2015a.
OCDE(ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICO):Women in Business -
Policies to supportwomen'sentrepreneurshipdevelopment in the MENA region, OECD Publishing, 2012.
41
ATHAYDE, R.: “Measuring enterprise potential in young people”, Entrepreneurship, Theory and
Practice, vol. 33, nº 2, 2009, págs. 481-500; MOEN, J.A., RAHMAN, I.H.A. Y SALLEH, M.F.: “A study
on entrepreneurial attitudes among youths in Malaysia. Case study: Institute KemahiranBelia
Negara, Malaysia”, Journal of American Academy of Business, vol. 4 ½, 2004, págs. 192-197.
42
CRANT, J.M.: “The proactive personality scale as a predictor of entrepreneurial intentions”, Journal
of Small Business Management, vol. 34, nº 3, 1996, págs. 42-49; GUPTA, V.K., TURBAN, D.B.,
WASTI, S.A. Y SIKDAR, A.: “The role of gender stereotypes in perceptions of entrepreneurs and
intentions to become an entrepreneur”, Entrepreneurship, Theory and Practice, vol. 33, nº 2, 2009,
págs. 397-417; MINNITI, M. Y LANGOWITZ, N.: “The entrepreneurial propensity of women”,
Entrepreneurship, Theory and Practice, vol. 31, nº 3, 2007, págs. 341-364; RUIZ-NAVARRO, J.
CAMELO-ORDAZ, C. Y CORDURAS-MARTÍNEZ, A.: “Mujer y desafío emprendedor en España:
características y determinantes”, Economía industrial, No 383, 2012, págs. 13-22.
43
GEM, 2015b, op.cit.
44
GEM, 2015b, op.cit.
45
GEM, 2015a, op.cit.
46
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
47
GEM, 2015b, op.cit.
motivaciones para emprender, por lo que en algunos países las mujeres se encuentran
con trabas importantes mientras que en otros apenas existen48.
48
GEM, 2015a, op.cit.; Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
49
CHELL, E. Y BAINES, S. (1998): “Does gender affect business performance? A study of
microbusiness in business services in the UK”, Entrepreneurship and Regional Development, vol.
10, 1998, págs. 117-135; KALLEBERG, A.L. Y LEICHT, K.T.: “Gender and organizational
performance: determinants of small business survival and success”, Academy of Management
Journal, vol. 34, nº 1, 1991, págs. 136-161; STOREY, D.J.: Understanding the small business sector,
UK, Thomson, 2004.
50
BRUSH, C.G.: “Research on women business owners: past trends, a new perspective and future
directions”, Entrepreneurship Theory and Practice, vol. 16, nº 4, 1992, págs. 5-30.
51
GEM, 2015a, op.cit.; Kalleberg, A.L. y Leicht, K.T., 1991, op.cit.; Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz,
C. y Corduras-Martínez, A.,2012,op.cit.; Storey, D.J., 2004, op.cit.
52
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
53
Kalleberg, A.L. y Leicht, K.T., 1991, op.cit.
54
GEM, 2015a, op.cit.; Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
55
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
56
JUSTO, R., 2008, op.cit.
57
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit; Storey, D.J., 2004, op.cit.
58
Brush, C.G., 1992, op.cit.
59
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
60
ROSTI, L. Y CHELLI, F.: “Gender discrimination, entrepreneurial talent and self-employment”. Small
Business Economics, vol. 24, 2005, págs. 131-142.
61
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
62
GEM, 2015a, op. cit.; MARLOW, S. Y PATTON, D. (2005): “All credit to men? Entrepreneurship,
finance, and gender”. Entrepreneurship, Theory and Practice, vol. 29 (6), pp. 717-735.
63
Marlow, S. y Patton, D.: 2005, op.cit.; Storey, D.J., 2004, op.cit.
64
Rosti, L. y Chelli, F., 2005, op.cit.; Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A.,
2012, op.cit.
65
GEM, 2015a, op. cit.; COPE, J., JACK, S. Y ROSE, M.B.: “Social capital and entrepreneurship. An
introduction”, International Small Business Journal, vol. 25, nº 3, 2007, págs. 213-219.
66
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op. cit.
67
STOREY, D.J., 2004, op.cit.
68
BENNETT, R.: “Business lecturers’ perceptions of the nature of entrepreneurship”, International
Journal of Entrepreneurial Behaviour and Research, vol. 12, nº 3, 2006, págs. 165-188.
69
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op. cit.
70
GEM, 2015a, op.cit.
4. MUJERES Y UNIVERSIDAD
Una vez analizadas las figuras de las spin-offs en la universidad y el papel de las
mujeres en el fenómeno emprendedor, el objetivo de este punto es analizar la presencia
de la mujer en los distintos ámbitos universitarios así como su contribución e
implicación en la creación de spin-offs académicas.
En primer lugar, en España, según los datos ofrecidos por el Instituto de la Mujer y
para la Igualdad de Oportunidades (IMIO)72, el porcentaje de mujeres entre el personal
docente investigador (PDI) de la universidad española durante el curso 2013-2014,
como se muestra en la tabla 2, es del 39,9%, frente al 60,1% de hombres. No obstante,
dicho porcentaje baja al 35,37% en el caso de funcionarias y sube al 43,21% en el caso
de personal contratado. Los datos muestran una leve tendencia ascendente de la
presencia de mujeres en las distintas categorías profesionales, excepto en el caso de las
Catedráticas de Escuela Universitaria y Titulares de Escuela Universitaria que son
figuras en extinción. La menor presencia de mujeres en la investigación se constata
también a nivel europeo. En la Europa de los 27 (EU-27) sólo el 33% del total de
investigadores son mujeres73. No obstante, el crecimiento en la proporción de
investigadoras en el periodo 2002-2009 ha sido mayor en las mujeres que en los
hombres, situándose en el 5,1% anual frente al 3,3% de los hombres. Sin embargo, el
porcentaje es bastante más bajo en la máxima categoría profesional, representando las
mujeres sólo el 20,66% del total de catedráticos de universidad. Según la Comisión
Europea74, no son razones de conciliación de la vida laboral y familiar las que expliquen
esta segregación vertical por género ya que ni el matrimonio y los hijos parecen tener
influencia sobre la productividad científica de las mujeres, sino que las razones estarían
más bien en la falta de apoyo informal a la promoción profesional que las conduce al
desaliento, y el sesgo o prejuicios en los procedimientos de evaluación del rendimiento
de las mujeres.
71
Ruiz-Navarro, J. Camelo-Ordaz, C. y Corduras-Martínez, A., 2012, op.cit.
72
IMIO, 2015, op. cit.
73
Comisión Europea, 2013, op.cit.
74
Comisión Europea, 2012, op.cit.
También existe una diferencia importante cuando el análisis se realiza por edad
según muestran los datos recogidos en la tabla 3. Excepto en el rango de edad inferior a
29 años, en el que el porcentaje de mujeres es del 59,01%, lo que indica una mayor
incorporación de mujeres jóvenes a las plantillas de PDI en las universidades españolas,
en el resto de rangos de edad el porcentaje de mujeres es menor que el de los hombres,
ya que en ningún caso superan el 50%. Dichos porcentajes, además, van disminuyendo
hasta el 25,92% del rango de edad superior a 60 años. También puede observarse un
incremento de la presencia de mujeres en todos los rangos de edad desde el curso 2005-
06 hasta el curso 2013-1478. Además de un “efecto generacional” que pueden explicar
estos datos79, hay que señalar que las mujeres jóvenes afrontan muchas dificultades para
progresar en una carrera académica que implica un proceso de formación largo, con
altas exigencias de productividad y movilidad, en edades en las que las necesidades
personales familiares y de maternidad están muy presentes, terminando por creer que la
ciencia es incompatible con la vida familiar y optando por abandonar el mundo
académico80. En el contexto europeo, existe una mayor presencia de mujeres
investigadoras en los rangos de edad correspondientes a menores de 35 años y mayores
75
IMIO, 2015, op. cit.
76
IMIO, 2015, op. cit.
77
Comisión Europea, 2013, op.cit.
78
IMIO, 2015, op. cit.
79
Comisión Europea, 2013, op.cit.
80
Comisión Europea, 2012, op.cit.
de 5581. Sin embargo, al utilizar rangos de edad distintos en España y en Europa, resulta
difícil la comparación de los datos aportados.
En los puestos de dirección universitaria, las mujeres tienen todavía una presencia
menor. Sólo el 8% de los rectores de las universidades españolas en el año 2014 eran
mujeres83, porcentaje por debajo de la media de la UE-27 que en el año 2010 se situaba
en el 10%84.
En cuanto a los distintos campos de investigación hay que señalar que el 45% de los
que obtuvieron el grado de doctor en el año 2010 en la UE-27 fueron mujeres,
superando en porcentaje a los hombres en todos los campos científicos excepto en las
ciencias, matemáticas y computarización (40%) y en las ingenierías, producción y
construcción (26%)85, áreas que suponen un importante nicho de creación de spin-offs86.
Por el contrario, donde encontramos los mayores porcentajes de mujeres entre el
profesorado a tiempo completo es en las áreas de humanidades (28,4%) y ciencias
sociales (19,4%) y las menores en ingenierías y tecnología (7,9%)87.
81
Comisión Europea, 2013, op.cit.
82
IMIO, 2015, op. cit.
83
IMIO, 2015, op. cit.
84
Comisión Europea, 2013, op.cit.
85
Comisión Europea, 2013, op.cit.
86
BOBILLO VARELA, M.: Mujeres Emprendedoras en la Universidad Iberoamericana: casi todo por
hacer, Informe RedEmprendia, Santiago de Compostela, 2015.
87
Comisión Europea, 2013, op.cit.
88
Bobillo Varela, M., 2015, op. cit.; BrunetIcart, I. y Rodríguez Soler, J., 2013, op.cit.; Fernández
López, S., Rodeiro Pazos, D., Rodríguez Gulías, M. y Vivel Búas, M., 2013, op.cit.
89
Fernández López, S., Rodeiro Pazos, D., Rodríguez Gulías, M. y Vivel Búas, M., 2013, op.cit.
90
Bobillo Varela, M., 2015, op. cit.
91
Fernández López, S., Rodeiro Pazos, D., Rodríguez Gulías, M. y Vivel Búas, M., 2013, op.cit.
5. CONCLUSIONES
Para terminar, se plantean en este último epígrafe las principales conclusiones que
pueden ser extraídas de este trabajo. En primer lugar, como está sucediendo en el
ámbito internacional, parece irreversible el proceso de orientación de las universidades
españolas hacia el emprendimiento como una de las vías de transferencia del
conocimiento generado a la sociedad, como consecuencia de la toma de conciencia de la
importancia de este fenómeno y del debate generado al respecto. Cada vez son mayores
los esfuerzos realizados por las instituciones universitarias en este sentido. En segundo
lugar, la mayor parte de las spin-offs académicas creadas tienen una importante base
tecnológica. No obstante, las investigaciones realizadas en el ámbito universitario tienen
un espectro mucho más amplio y comprende otras muchas áreas de investigación que,
sin embargo, tienen infraexplotado el conocimiento generado. En un mismo sentido
puede plantearse una reflexión relativa al género. Al igual que entre la población
general, las mujeres investigadoras muestran tasas de emprendimiento mucho más bajas
que los hombres debido, además de a su menor presencia en los porcentajes entre el PDI
universitario y a su mayor presencia en áreas de conocimientos no tecnológicas, a
distintos condicionantes económicos, sociales y personales que dificultan su carrera
académica. Por tanto, serían necesarios mayores esfuerzos por parte de los distintos
agentes implicados para conseguir una difusión del fenómeno emprendedor a aquellas
áreas de investigación no tecnológicas y al colectivo de mujeres investigadoras. Sin
duda, la creación de spin-offs académicas puede suponer una nueva vía de desarrollo
profesional para las mujeres universitarias investigadoras.
92
Bobillo Varela, M., 2015, op. cit.; Comisión Europea, 2013, op.cit.
93
BRUSH, C.G., 1992, op.cit.
94
BrunetIcart, I. y Rodríguez Soler, J., 2013, op.cit.
Resumen
La emergencia de universidades privadas en un escenario que hasta hace apenas cuarenta
años estaba monopolizado por las universidades estatales, junto a la vinculación laboral que
por definición éstas tienen con su profesorado, supuso algunos problemas de encaje que aún
no están resueltos. Uno de ellos es el de la clasificación y promoción profesional de su
profesorado, que los convenios colectivos del sector no resuelven ni de forma homogénea
ni satisfactoriamente. Queda por resolver una cuestión nada baladí en el mundo académico,
como la de una nomenclatura común para las categorías académicas de los profesores de
universidades de titularidad privada, y para el sistema universitario español. El sistema de
acreditación nacional para el acceso a los cuerpos de funcionarios docentes universitarios,
previsto en la Ley Orgánica 4/2007 e introducido por el Real Decreto 1312/2007, abría la
puerta al establecimiento de criterios homogéneos y rigurosos en el sistema de clasificación
y promoción promocional de los profesores de universidades de titularidad privada. Sin
embargo, algunas interpretaciones –a nuestro juicio voluntaristas– que se están haciendo
del Real Decreto 415/2015 ponen en peligro esa además vulnerar de derechos
fundamentales.
Abstract
The emergence of private universities in a scene that until just forty years ago was
monopolized by state universities, with the employment relationship by definition they
have with their professors, caused some problems that are unresolved. One of them is the
profesional classification and the career ladder of its professors, that collective agreements
don´t just solve. It must be resolved an important issue, like a common nomenclature for
academic categories of professors of private universities, and for the spanish university
system. The national accreditation system for access to the corps of university educational
civil servants, established by the Organic Law 4/2007 and the Royal Decree 1312/2007,
opened the door to homogeneous and rigorous rules in the system. However, some
interpretations about the Royal Decree 415/2015 endanger the possibility, and involve the
violation of fundamental rights.
1. Introducción
Junto a las universidades públicas existen otras de titularidad privada. Nos referimos
tanto a las universidades privadas en sentido estricto, a las que se refiere el artículo 4 de
la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de noviembre, de Universidades, como a las
universidades de la Iglesia, nacidas al amparo de los acuerdos entre la Iglesia y el
Estado Español. A su vez, entre las universidades de la Iglesia hay que distinguir entre
universidades eclesiásticas, que están ordenadas a la “investigación de las disciplinas
sagradas o de otras relacionadas con éstas, y a la instrucción científica de los estudiantes
en estas materias” (canon 815 Código de Derecho Canónico), y universidades católicas,
que son creadas por la Iglesia para contribuir “al incremento de la cultura superior y a
una promoción más plena de la persona humana, así como el cumplimiento de la
función de enseñar de la misma (canon 807)1.
1
Sobre la tipología de universidades privadas, MALDONADO MONTOYA, J. P.: El contrato de trabajo
del profesor de universidad, Cizur Menor (Navarra), Civitas, 2008, págs. 35-47.
2. Clasificación profesional
Hay que destacar dos convenios colectivos: el XIII Convenio de ámbito estatal para
los Centros de Educación Universitaria e Investigación (XIII CCUUPPsin)2, que “afecta
a todo el personal en régimen de contrato de trabajo que preste sus servicios en Centros
de Educación Universitaria, oficialmente reconocidos, sin finalidad de lucro, que no
sean de titularidad o participación pública, y sus centros de investigación” (art. 2 XIII
CCUUPPsin), y el VI Convenio colectivo nacional de Universidades Privadas, Centros
Universitarios Privados y Centros de Formación de Postgraduados (VI CCUUPPcon)3,
que es “de aplicación en las universidades y centros universitarios privados que no estén
creados o dirigidos por entidades sin ánimo de lucro”, así como “en centros de
formación de postgrado que formen parte de aquéllas y, en los centros universitarios
extranjeros privados reconocidos, cuyas titulaciones sean automáticamente
homologadas o convalidadas en el territorio español” (art. 2 VI CCUUPPcon).
2
Publicado en BOE de 21 de julio de 2012, por Resolución de la Dirección General de Empelo de 4
de julio de 2012.
3
Publicado en BOE de 22 de abril de 2010, por Resolución de la Dirección General de Trabajo de 13
de abril de 2010.
Es cierto que el artículo 83.1 del Estatuto de los Trabajadores establece que “los
convenios colectivos tendrán el ámbito de aplicación que las partes acuerden”, como lo
es que la Sentencia del Tribunal Constitucional 136/1987, de 22 de julio, entiende que
“el principio de igualdad no obliga (…) a perfilar la unidad de negociación con todos
los trabajadores de una Empresa o de un ámbito geográfico y funcional determinado y,
por lo mismo, no impide que determinados grupos de trabajadores que cuenten con
suficiente fuerza negociadora pacten por separado sus condiciones de empleo” (FJ 5).
Pero también es cierto que –como esa misma sentencia indica– no es posible romper el
ámbito normal de la negociación colectiva para introducir una desigualdad
discriminatoria entre quienes realizan el mismo trabajo (STC 136/1987, FJ 6). Habida
cuenta que no se aprecian diferencias entre el trabajo del personal docente (como del no
docente) de centros con o sin ánimo de lucro, para llegar a una conclusión habría que
cotejar las condiciones de trabajo establecidas en uno y otro convenio colectivo.
A nuestro juicio, la única división del sector que cobraría sentido sería entre centros
con ideario y centros sin ideario, a fin de introducir previsiones específicas en relación
con el mismo (en el escaso margen que parece posible)4, pero no en los aspectos
patrimoniales de la relación laboral. El origen de tan extraña división seguramente hay
que buscarlo en la dificultad de aceptación en el sistema universitario que en un primer
momento tuvieron las entidades con ánimo de lucro.
4
Hemos desarrollado esta posibilidad en MALDONADO MONTOYA, J. P.: “Significación laboral del
ideario de una institución educativa”, Revista Española de Derecho del Trabajo, núm. 142, págs.
339 a 373.
profesionales. Por si quedara alguna duda, expresamente advierte que “no quedará
dentro de la movilidad funcional establecida en el artículo 39 del Estatuto de los
Trabajadores la que se produzca entre personal del mismo grupo profesional” (art. 10
XIII CCUUPPsin).
El artículo 11 del XIII CCUUPPsin enumera las funciones del personal docente e
investigador: a) La docencia y creación, desarrollo, transmisión y crítica de la ciencia,
de la técnica y de la cultura, b) La preparación para el ejercicio de actividades
profesionales que exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos y para la
creación artística; c) La investigación, la difusión, la valorización y la transferencia del
conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida y del desarrollo
económico; d) La difusión del conocimiento y la cultura a través de la extensión
universitaria y la formación a lo largo de toda la vida, y e) Las tareas de gobierno,
dirección, representación y gestión que cada Centro asigne a su profesorado, tengan o
no reconocido complemento o plus económico por cargo.
Por otro lado, según el mismo precepto, los trabajadores del subgrupo III, “profesorado
de enseñanzas no oficiales”, esto es, el encargado de impartir mayoritariamente las
enseñanzas conducentes a la obtención de títulos o diplomas que no tienen la
consideración de títulos oficiales y con validez en todo el territorio nacional, puede
tener, a título enunciativo, las siguientes categorías:
Y los del subgrupo IV, “profesores eméritos, visitantes e invitados”, las siguientes:
Nótese cómo este convenio, aunque solo con efectos enunciativos, evita las
categorías de “catedrático” y “profesor titular”, para acudir en su lugar a las de
“profesor director” y “profesor agregado”. No obstante, nada impide que las normas
internas de una universidad de titularidad privada con ánimo de lucro emplee esas otras
categorías de “catedrático” y “profesor titular”, pues como el artículo 9 del VI
CCUUPPcon advierte, “las categorías laborales especificadas en los distintos Grupos y
Subgrupos son meramente enunciativas y no implica obligación de tener todas ellas
establecidas”.
3. Promoción profesional
Se ha de entender por tanto que para que un centro tenga un sistema de promoción
propio, éste ha de ser negociado y pactado con los representantes de los trabajadores. En
ese caso, hay que tener presente que además el artículo 24.1 del Estatuto de los
Trabajadores ordena que “en todo caso los ascensos se producirán teniendo en cuenta la
formación, méritos, antigüedad del trabajador, así como las facultades organizativas del
empresario”. Hay que resaltar esa llamada a las facultades organizativas del empresario,
lo que parece excluir sistemas de promoción automáticos que neutralicen el poder de
dirección del empresario. En ese contexto hay que situar la aclaración que el artículo 13
XIII CCUUPPsin hace: “La posesión de títulos o diplomas académicos no modifica por
sí solo la clasificación profesional de quienes los ostentan o posean”. Desde luego el
centro puede restringir ascensos por razones organizativas y económicas, siempre que
no responda a un móvil discriminatorio.
Ese mismo precepto, artículo 27 del XIII CCUUPPsin, establece que, en defecto de
sistema de promoción propio (este será el caso cuando no se haya negociado y pactado
con los representantes de los trabajadores), los puestos que deban cubrirse en las
categorías superiores del Grupo I, “personal docente e investigador”, serán cubiertos
preferentemente entre el personal de categorías inferiores del mismo subgrupo,
combinando la capacidad y aptitud con la antigüedad en el Centro. De no existir, a
juicio del titular del Centro, personal idóneo, dichas vacantes podrán ser cubiertas
libremente por el Centro. En este caso los Centros procurarán que accedan a dichas
plazas profesores con contrato de duración determinada o a tiempo parcial y quienes
estén contratados como interinos, siempre que reúnan las condiciones requeridas.
Reiteramos aquí el imperativo establecido en el inciso final del el artículo 24.1 del
Estatuto de los Trabajadores: “En todo caso los ascensos se producirán teniendo en
cuenta la formación, méritos, antigüedad del trabajador, así como las facultades
organizativas del empresario”.
Estando así las cosas, la Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, vino a establecer un
mecanismo que en apariencia permitiría poner cierto orden en el asunto de las
categorías académicas dentro del sistema –de todo el sistema– universitario español. La
Ley Orgánica 6/2001, de Universidades, estableció un sistema de habilitación nacional,
que se hacía depender de un número previo de plazas, en función de las necesidades de
cada universidad pública. Este sistema no tenía pues por finalidad evaluar la existencia
de una capacidad determinada, sino de seleccionar a los mejores candidatos. La Ley
Orgánica 4/2007, modifica el texto de la Ley Orgánica de Universidades para sustituir
ese mecanismo de habilitación por un sistema de acreditación, que ya no se hace
depender de un número de plazas concreto. Se establece por lo tanto ya no un
mecanismo de selección del mejor para integrar los cuerpos de catedráticos y profesores
titulares de universidad, sino de selección previa. Como el Preámbulo del Real Decreto
1312/2007, de 5 de octubre, por el que se establece la acreditación nacional para el
acceso a los cuerpos docentes universitarios, aclara, “se pretende con ello una previa
valoración de los méritos y competencias de los aspirantes que garantice su calidad, a
fin de que la posterior selección del profesorado funcionario se lleva a cabo en las
mejores condiciones de eficacia, transparencia y objetividad”.
mismo (lo que por otro lado afecta también a profesores de universidades públicas), el
funcionamiento del procedimiento de acreditación nacional ha sido razonable. Por dicho
motivo, algunas universidades privadas han modificado el sistema de clasificación y
promoción profesional de su profesorado, de tal manera que la acreditación nacional se
valora como mérito o incluso se exige como requisito, según los casos.
significativas alteraciones en el texto del artículo 13 del RD 1312/2007, que establece los
requisitos para optar a la acreditación nacional al Cuerpo de Catedráticos de Universidad.
Por otra parte, ahora, el artículo 13.4 del RD 1312/2007, en la redacción dada por el
RD 415/2015, dispone:
Esta nueva redacción es cuanto menos equívoca. También aquí, una apresurada lectura
podría llevar a la conclusión de que la exención de pertenencia al Cuerpo de Profesores
Titulares de Universidad no alcanza a profesores que presten servicios en universidades
españolas de titularidad pública.
A nuestro juicio, una interpretación literal hace pensar que el requisito introducido
en el nuevo artículo 13.2 del RD 1312/2007 reza tan solo para doctores con al menos
ocho años de antigüedad que no hayan alcanzado en una universidad de la Unión
Europea una posición equivalente a la de profesor titular. Cualquier otra interpretación
se apartaría de la finalidad de la norma a interpretar y resultaría además contraria al
resto del ordenamiento jurídico y a la misma Constitución.
Si bien los preámbulos de las leyes no tienen valor de fuente del derecho, sí sirven a la
interpretación de las normas, muy especialmente al interpretar las normas conforme a
un criterio teleológico. Como su preámbulo deja claro, el RD 415/2015 responde a tres
finalidades, que obviamente condicionan la interpretación de la norma: igualdad
(“criterios semejantes y estándares análogos”), simplificación y valoración ponderada
de méritos. Nada de esto se cumpliría en una interpretación distinta a la que de lectura
de la norma deducimos. Una interpretación teleológica, a la luz del preámbulo del Real
Decreto, lo impide. Si el propósito del legislador era dificultar excepcionalmente el
acceso al Cuerpo de catedráticos de universidad a los profesores procedentes de
universidades privadas, desde luego el preámbulo del Real Decreto no lo confiesa. Una
motivación de ese porte sería por otra parte inconfesable.
Con claridad, el artículo 60 de la LOU dice que “quedarán eximidos del requisito de
pertenecer al Cuerpo de Profesores Titulares de Universidad quienes acrediten tener la
condición de Doctor con, al menos, ocho años de antigüedad y obtenga el informe
positivo de su actividad docente e investigadora, de acuerdo con el procedimiento que
establezca el Gobierno”. La exigencia de una calificación “excelente” de la actividad
investigadora que el RD 415/2015 introduce parece exigir bastante más que la ley. Sólo
cobra sentido en casos en los que el candidato no ha desarrollado actividad docente, es
decir, ha estado exclusivamente dedicado a la investigación. En ese caso, sí, la ausencia
de actividad docente a valorar se suple y queda compensada con una actividad
investigadora excepcional. De otra forma, el Real Decreto estaría restringiendo y
vulnerando el artículo 60 de la LOU.
5. CONCLUSIONES
Para que un centro universitario tenga un sistema de promoción propio, éste ha de ser
negociado y pactado con los representantes de los trabajadores. En su defecto hay que
estar al menos a los establecido –más bien poco– en los convenios del sector. Lo que sí
puede hacer unilateralmente el empresario universitario –y forma parte de su natural y
legítimo poder de dirección– es establecer planes de promoción o desarrollo profesional
para sus trabajadores que faciliten e incentiven su progreso personal y profesión.