Producción de Textos
Producción de Textos
Producción de Textos
Producción de textos
Las exigencias de la vida cotidiana demandan que estemos en la capacidad de
traducir en forma escrita lo que pensamos o sentimos. Las actividades escolares,
laborales y profesionales y nuestra relación con los demás requieren que
desarrollemos la habilidad de escribir. La redacción de un informe, una carta, un
oficio u otros textos de carácter funcional constituyen una práctica habitual en
nuestra actividad diaria. La escuela tiene la función de desarrollar esta capacidad,
partiendo de los textos que sean más cercanos a los estudiantes, pero
considerando, además, los textos de elaboración más compleja, como informes
académicos, ensayos, monografías, entre otros.
Textualizacion
Es el acto mismo de poner por escrito lo que se ha previsto en el plan. Lo que se ha
pensado se traduce en información lingüística, y esto implica tomar una serie de
decisiones sobre la ortografía, la sintaxis y la estructura del discurso. La segunda
etapa consiste en expresar por escrito las ideas o conceptos bosquejados en la guía
ya preparada. La redacción es la codificación de las ideas: el ponerlas en el código
idioma escrito. En esta etapa no debe ser necesario pensar en que decir sino en
cómo decirlo. Si ya hemos bosquejado los temas o conceptos en el orden más
convenientes, la etapa de redacción consiste solamente en ampliar estas ideas y
exponerlas en oraciones completas.
8. Durante la etapa de redacción se debería escribir lo más rápido posible, sin
preocuparse de la corrección ni del estilo. Lo que se está escribiendo es
simplemente un borrador. Mientras más rápido escriba más natural y espontáneo
resultara el escrito; será más agradable y “fresco”. No debe preocuparse por la
palabra exacta; si duda de la conveniencia de algún término y preferiría encontrar
un sinónimo subraye la palabra sospechosa y continué escribiendo. En la etapa de
la revisión se ocupara de buscar un sinónimo de la palabra marcada. El tiempo
dedicado a la etapa de la redacción es muy valioso; uno suele entrar en un trance y
se alcanza un ritmo que no hay que interrumpir para buscar un sinónimo. Durante
la textualización se consideran algunos aspectos como: Tipo de texto: estructura.
Lingüística Textual: funciones dominantes del lenguaje; enunciación (signos de
personas, espacio, tiempo); coherencia textual (coherencia semántica, progresión
temática, sustituciones, etc.) Lingüística oracional (orden de las palabras o grupos
de palabras, relaciones sintácticas, manejo de oraciones complejas, etc.)
Revisión
Orientada a mejorar el resultado de la textualización. Se cumplen tareas como la
lectura atenta y compartida de lo escrito para detectar casos de incoherencia, vacíos
u otros aspectos que necesiten mejoramiento. Se da respuesta a interrogantes,
como: ¿Hay coherencia entre los diferentes apartados del texto? ¿Las palabras
empleadas están escritas correctamente? ¿Sintácticamente las expresiones
están bien construidas? ¿Hay casos de impropiedad y ambigüedad? ¿Los
pronombres y artículos mantienen la referencia? ¿Hay unidad en la presentación
de las ideas? ¿Se cumple con el propósito comunicativo?
La etapa de revisión incluye también la reflexión sobre el proceso de producción
textual. En realidad, la metacognición (capacidad de atribuir pensamientos e
intenciones a otras personas) abarca las diversas etapas, pues en todo momento
tenemos necesidad de corroborar si estamos haciendo bien las cosas o no. Durante
las tres etapas, el escritor tendrá que estar preparado para afrontar problemas de
tipo lexical o gramatical, problemas de organización textual y problemas de tipo
temático. La planificación, la textualización y la revisión son importantes, pero
también lo son el propio autor, el lector y las variables sociales que condicionan el
proceso de producción. Cobra relevancia, pues, la afirmación de que un texto es la
creación compartida entre el autor y el lector.
Aprendizaje corporativo
El aprendizaje y el trabajo cooperativo es un enfoque que trata de organizar las
actividades dentro del aula para convertirlas en una experiencia social y académica
de aprendizaje. Los estudiantes trabajan en grupo para realizar las tareas de
manera colectiva.
El aprendizaje en este enfoque depende del intercambio de información entre los
estudiantes, los cuales están motivados tanto para lograr su propio aprendizaje
como para acrecentar los logros de los demás. Uno de los precursores de este
nuevo modelo educativo fue el pedagogo norteamericano John Dewey, quien
promovía la importancia de construir conocimientos dentro del aula a partir de la
interacción y la ayuda entre pares en forma sistemática.
Si bien en la literatura pedagógica tiende a verse la relación aprendizaje colaborativo
- cooperativo como sinónimos, según autores como Panitz "La diferencia esencial
entre estos dos procesos de aprendizaje es que en el primero los alumnos son
quienes diseñan su estructura de interacciones y mantienen el control sobre las
diferentes decisiones que repercuten en su aprendizaje, mientras que en el
segundo, es el profesor quien diseña y mantiene casi, por completo el control en la
estructura de interacciones y de los resultados que se han de obtener".1
En el aprendizaje cooperativo intervienen los diferentes tipos de canales de
aprendizaje. Se puede indicar que los canales que prevalecen en este tipo de
aprendizaje son el canal visual, auditivo y kinestésico.
Aprendizaje basado en proyectos secuencias didácticas
El Aprendizaje Basado en Proyectos se ha posicionado en cabeza del cambio de
modelo educativo. Actualmente, parece que no existe una metodología más
adecuada para la adquisición de las competencias del siglo XXI. No obstante, al
igual que ocurre con la implantación de las tecnologías en la escuela, no depende
tanto del nombre de la herramienta sino del uso que se dé de ella. Para que estos
cambios se conviertan de verdad en innovaciones pedagógicas necesitan un
cambio mucho más profundo, un cambio desde el punto vista político y filosófico.
Los cambios necesarios para que el Aprendizaje Basado en Proyectos sea de
verdad una metodología adaptada a los tiempos deben realizarse no sólo en la fase
interactiva donde el docente está en contacto con el alumnado. A veces, los
procesos más entorpecedores del cambio se dan en la fase preactiva,
especialmente en la programación y en tantos otros documentos anclados en un
sistema educativo obsoleto.
El actual modelo de programación general anual no es más que un mero documento
burocrático que tal y como está manejado por las instituciones educativas es
contrario a la propia definición de programar. Ni es un documento flexible ni ayuda
al docente a establecer un camino que satisfaga las necesidades del alumnado. Al
contrario, es un documento cerrado que marca unas metas redactadas en forma de
objetivos, contenidos y criterios de evaluación que responden más a las demandas
legislativas que a la realidad de los estudiantes.
Y esto no sólo ocurre con la programación general anual sino que también sucede
con niveles más concretos como las programaciones de unidades didácticas o la
programación de las sesiones.
Pero, si los documentos que hemos utilizado siempre no sirven para el diseño del
Aprendizaje Basado en Proyectos, ¿cómo se programan? ¿Cómo podemos
responder a los requisitos que nos demanda la inspección educativa? ¿Cómo
sabemos que estamos cumpliendo con los contenidos mínimos que establece la
ley?
Una posible solución es la programación mediante secuencias formativas. Una
secuencia formativa es un guión donde se exponen las tareas generales divididas
en las fases que requiere el proyecto: fase inicial o de apertura, fase de desarrollo
y fase final o de síntesis. Dentro de la secuencia formativa, las tareas se relacionan
con las competencias específicas a adquirir, que a su vez están relacionadas con
los objetivos y contenidos de la materia.
¿Cómo se programa un proyecto mediante una secuencia formativa?
La programación de los proyectos mediante secuencias formativas tienen las
siguientes características:
Se programan partiendo del resultado final. Es muy importante para los alumnos y
para el profesor tener el final en mente. Da cierta inseguridad hacer un viaje en el
que no se conoce el destino. La enseñanza tradicional hace a los alumnos viajar sin
saber muy bien dónde hay que llegar. El resultado final será el hilo conductor del
proyecto y nos hará tener claro en todo momento qué queremos conseguir. Este
resultado final tiene que ver con un tema que parte de los intereses del alumno y
que le motiva a aprender.
Primero se deciden las tareas y luego se relacionan con el currículo. La
programación de unidades didácticas tradicionales parten de la selección de
objetivos y contenidos del currículo para después planificar qué actividades nos
ayudan a transmitir esos contenidos. En la programación del Aprendizaje Basado
en Proyectos partimos del producto final y de las tareas que me encaminan hacia él
y luego lo relacionamos con los elementos curriculares. Una vez hemos programado
las tareas y establecido sus relaciones podemos ver si añadimos nuevas tareas
para completar los objetivos o contenidos que hayamos podido dejar olvidados.
El alumno participa en la programación. Utilizamos un documento visible y
compartido donde los alumnos participan en la planificación de los plazos, en la
selección de tareas a realizar, o en los procesos de evaluación.
La programación es abierta. La programación de un proyecto es flexible y
susceptible de cambio. Los plazos y las tareas previstas deben suponer una ayuda
y no un obstáculo.
Hay conexión entre las sesiones como si todo el proyecto fuese una sola sesión. En
la enseñanza tradicional las sesiones se pueden programar el día anterior sin tener
conexión unas con otras puesto que el hilo conductor de las actividades es el
currículo y este es un elemento “invisible” para el alumno. En el Aprendizaje Basado
en Proyectos esto no es posible. Es necesario tener un guión con las tareas
generales a llevar a cabo durante todo el proyecto puesto que todas deben tener
una relación con el tema que hace de hilo conductor. El tema es visible para los
alumnos y las tareas deben tener un sentido para ellos.
En próximas entradas mostraremos algún ejemplo de secuencia formativa aplicada
al Aprendizaje Basado en Proyectos, veremos las características de cada una de
las fases y el rol del profesor y el alumno en cada una de ellas.
Programación y actividades
Al clarificar objetivos y prioridades la capacidad de administrar el tiempo mejora en
gran medida, sin embargo, para que resulte verdaderamente exitosa requiere de
una programación cuidadosa y regular de actividades y tiempo.
Programar las actividades que se deben realizar es determinar qué debe de llevarse
a cabo, cómo, quién, cuánto, con qué, y en donde deben efectuarse para poder
lograr los objetivos del puesto que desempeña.
Programar es una disciplina mental que requiere de organización y control.
Programar el uso eficiente del tiempo es poner en práctica los siguientes pasos:
Clarificar objetivos.
Definir todas las actividades prioritarias de acuerdo con las tareas que sean más
importantes para el logro de los objetivos.
Enumerar todas las actividades del día y designarles dos códigos, uno que se refiera
al valor de la actividad y otro a la urgencia con que debe realizarse.
Evaluar todas las actividades que parezcan urgentes.
Cuestionar las actividades que alteren el plan diario.
Desarrollar el hábito de atender las actividades más importantes y valiosas.
Las programaciones son el conjunto de unidades didácticas, o unidades de
programación, en las que se planifican y distribuyen los contenidos de aprendizaje
y se temporalizan las actividades de aprendizaje y evaluación, correspondientes al
curso escolar.
Una programación debe basarse siempre en los aspectos decididos por el equipo
en el Proyecto Curricular, y se subdivide en Unidades didácticas o unidades de
programación.
Características de la programación.
Es un instrumento de trabajo en manos del educador, es un documento que refleja
el trabajo en un aula de cara al equipo educativo, la Dirección, los padres y la
admón.
Consiste en hacer una hipótesis de trabajo con los niños antes de entrar en el aula,
nunca es un producto acabado sino una guía flexible que se adapta a la práctica
educativa.
Sirve para planificar y a la vez permitir ir reajustando constantemente la propia
intervención, se programa y evalúa continuamente.
Es esencial que las decisiones estén relacionadas con el Proyecto Curricular de
Centro, al ser el tercer nivel de concreción estará en consonancia con los otros dos.