Z en Números Enteros: Número N Último Número de Una Sucesión Muy Larga Serie de Números Extensa
Z en Números Enteros: Número N Último Número de Una Sucesión Muy Larga Serie de Números Extensa
Z en Números Enteros: Número N Último Número de Una Sucesión Muy Larga Serie de Números Extensa
una sucesión muy larga. Así, si se quiere indicar que hay una serie de
números tan extensa que llevaría demasiado tiempo acabarla, se ponen unos
cuantos y se termina en n: 1,3,5,7… n.
Del número n nace la expresión enésimo, que significa un número alto de veces.
Es habitual decir que algo está “elevado a la enésima potencia” cuando tiene un
valor muy alto. Por ejemplo: “sabiduría elevada a la enésima potencia” quiere decir
que hay mucha sabiduría. La frase “es la enésima vez que te lo digo” significa que
te han repetido un montón de veces lo mismo.
Z en números enteros
Desde hacía mucho tiempo, los chinos utilizaban bastoncillos de bambú o de madera para
representar los números y realizar, en especial, cálculos comerciales de una manera práctica, pero
también para tratar cuestiones relacionadas con los aumentos y disminuciones de magnitudes, o
con distancias recorridas en sentidos opuestos; esos bastoncillos eran negros o rojos según que
representaran cantidades positivas o negativas, de acuerdo con una atribución del color que es
justamente la opuesta a la empleada en la contabilidad occidental.
Los matemáticos hindúes del siglo VI mencionan también el uso de números negativos para tratar
este tipo de problema. Los antiguos griegos, por el contrario, rechazaron que pudieran existir tales
números.
En Europa medieval, los árabes dieron a conocer los números negativos de los hindúes, que en el
siglo XII se utilizaban ya ocasionalmente para designar las pérdidas en el análisis de cuestiones
financieras. Durante el Renacimiento, el manejo práctico de esos números en la contabilidad y
otros contextos ayudó a su lenta introducción en las matemáticas.
El alemán Michael Stifel (1487-1567), monje agustino convertido al protestantismo y amigo
personal de Lutero, fue uno de los primeros en admitir el uso de coeficientes negativos para el
estudio de las ecuaciones cuadráticas y divulgó el uso del signo menos “―“ para designar la resta;
de hecho, los signos + y ― estaban ya en uso entre los comerciantes alemanes del siglo XV para
indicar el exceso o el defecto de mercancías en los almacenes. Con todo, la consideración de las
cantidades negativas como correspondientes a números matemáticamente legítimos alcanzó
aceptación general hasta el siglo XVIII, cuando los números negativos empezaron a ser entendidos
como opuestos de los positivos.
En la matemática moderna el conjunto de los números enteros (Z) abarca todos los enteros tanto
negativos como positivos, y llega hasta el infinito hacia ambos lados de una recta numérica, por
tanto, en rigor no existe un comienzo , salvo que como tal se considere el CERO (el cual
agregado al conjunto de los números naturales forma el conjunto de los Cardinales).
exacta usando su definición algebraica (por ejemplo, " ") en vez de su respectiva
aproximación decimal.
Los matemáticos usan el símbolo (o, de otra forma, , la letra "R" en negrita) para