Bitacora Ceramica
Bitacora Ceramica
Bitacora Ceramica
Hay distintos tipos de arcillas según la composición de las rocas originales y de los productos
añadidos a lo largo de su proceso de formación. Cada una poseerá unas propiedades
particulares. Además de cambiar el color y la textura, también se diferenciarán en su plasticidad,
porosidad y punto de fusión.
La arcilla es un material natural abundante en nuestro planeta que ha sido utilizada por el hombre
desde la prehistoria; tiene diferentes características y propiedades, que al mezclarse con agua se
convierte en una pasta plástica moldeable, semejante a una plastilina, y se relaciona directamente
con el sentido del tacto.
Para poder utilizar la arcilla, esta debe de estar libre de impurezas y dependiendo que tipo de
trabajo cerámico vamos hacer se le van adicionando aditivos para mejorar su resistencia y
plasticidad.
Al empezar debemos amasar la arcilla y quitarle las burbujas de aire. Si quedara alguna burbuja
se correría el riesgo de que la pieza explotara en el horno cuando se esté haciendo el sancocho.
Es importante jugar con el factor tiempo y la humedad que necesitamos para trabajar en nuestra
pieza, si aún debemos trabajar en la pieza esta debe ser cubierta con una bolsa plástica.
Hay 4 reglas que no debemos olvidar:
Después de preparar la arcilla debemos dejarla en reposo unos días,
manteniéndola con la humedad adecuada.
El envejecimiento hace más plástica la arcilla.
El correcto amasado ayuda a aumentar la plasticidad.
POROSIDAD
El material arcilloso mantiene su forma cuando el agua desaparece; esa pérdida de agua se
produce a través de finísimos y múltiples poros. La arcilla durante el secado y la cocción se contrae,
disminuyendo su tamaño, entre un 10% o un 15%.
VITRIFICACIÓN
Las arcillas, pastas, engobes y vidriados cerámicos llevados a su temperatura de madurez (entre
800º C y 1.300º C), producen un cambio químico en los materiales que lo constituyen y unas
variaciones físicas que determinan las características definitivas del material.