Diferencias Entre Igba Iwa Odù e Igba Odù
Diferencias Entre Igba Iwa Odù e Igba Odù
Diferencias Entre Igba Iwa Odù e Igba Odù
ODÙ también fue la que inventó la ropa de Egúngún y por extensión el culto. Dicho
culto más tarde pasaría a ser dominado por los hombres a causa de un ardid del rey
de los òrìsà (Obàrìsà) más conocido como Obàtàlá, quien logra la sumisión de Odù
como mujer al poder masculino; este momento sería recordado siempre a través del
OSUN (un bastón de metal con un pájaro en la punta) que representa la autoridad
masculina dentro del culto a los Ancestros. Igualmente Odù más tarde creó la
sociedad GELEDE con tendencia a mostrar la superioridad femenina.
ODÙ es además una divinidad asociada con la Tierra, como madre fecunda, como la
Gran Madre, también culturada a veces bajo el nombre de Onilè. Es en la tierra
donde se ponen sus ofrendas.
El culto de ODÙ y su asentamiento material es una incumbencia únicamente de los
babaláwòs oluwos tradicionalistas-africanistas. En la tradición de Ifá afro-cubana
esta deidad no es conocida ni entregada…¡aunque últimamente muchos babalawos
de la línea tradicional afrocubana de Ifá, le han cambiado el nombre a su ‘Olofin’ y
ahora le llaman Odu..! Cosas de la vida…
Odù como divinidad se mezcla con otros Òrìsà como Obàtálá o Yemoja, pasándo a
ser un camino de éstos: Yemoja-Odùa y Òósà-nlà-Odùa, en este último caso
considerado un Òósà-nlà (oxalá) femenino. Considerándose una Entidad anciana,
que se presenta caminando apoyada en un cayado y se le asocia con el barro,
siendo la mayoría de las veces confundida con Naná Buruku. Pero en estos casos
no es realmente considerada como Odù sino como un tipo de Obatálá o Yemoja,
siendo sus asentamientos los de éstos y pudiendo ser hechos por un babalórisà o
una iyalórisà competentes.
ODÙ significa O = Tú; DÙ = andar a la rabatiña; esto es: "Tú andas buscando a los
demás"; dicho nombre revela el carácter celoso y egoísta de Odù, con respecto a su
calabaza, pues no quería que nadie la tocase ni la mirase diciendo: "si alguien mira
dentro que le estallen los ojos". Los babaláwos también le llaman ODÙA u ODÙWA,
expresión que significa: "Nuestra Odù" y ODÙWA 'REMÚ ( Nuestra Odù atrapa la
bendición).
El otro tipo de fundamento de esta deidad que se entrega es la IGBA ODÙ, la cual
representa a la deidad en sí. Este fundamento consiste en una sola calabaza grande
sellada conteniendo carga mística.
Quienes reciben este fundamento reciben la investidura de Oluwos Ifá del más alto
nivel, por ser este el mayor secreto de los yorubas. Este fundamento se entrega
solamente en especiales circunstancias y a muy pocas personas elegidas por sus
virtudes, cualidades, madurez, experiencia y Asè.
De esta diferenciación entre IGBA IWA ODÙ e IGBA ODÙ regularmente no hablan
los Babalawos yorubas, prefiriendo por regla general que se mantenga la confusión
de identidades entre la una y la otra entre los devotos del mundo occidental. Con
esto intentan preservar celosamente el gran secreto de la deidad, por considerarse
que es el mayor de los secretos de la tradición Orisa-Ifa. Por lo tanto, si se le
increpara a un Babalawo yoruba al respecto, casi siempre –y, salvo muy raras
excepciones-, responderá que ambos términos se refieren a la misma deidad…¡Y,
no es así!
Un Oluwo Ifá en posesión de IGBA IWA ODÙ tiene plena autorización para
consagrar en Itefa a otros Babalawos, así como en IGBA IWA ODÙ a otros Oluwos,
entregando a estos últimos un fundamento similar. Sin embargo, un Oluwo en
posesión de IGBA ODÙ además de los poderes y autoridad que poseen los
primeros, posee todo el poder mágico y transformador de Iyami Osoronga (Ajè), así
como todo el Asè que un ser humano puede llegar a poseer sobre la tierra…
Es por ello que se considera que cualquier lucha a nivel mágico que se establezca
con un Oluwo de esta última categoría, siempre trae la derrota de sus enemigos.
Adicionalmente, a este tipo de Oluwos la posesión de IGBA ODÙ les otorga el poder
de la sanación considerada como milagrosa, por los resultados que pueden llegar a
conseguir en la cura de aquellas enfermedades consideradas como incurables y
terminales.
O dabo,
En nuestra religión –como todo en la vida-, todo tiene su precio (como forma de
sacrificio), no se hace nada sin demostrar disposición al sacrificio, porque así ha sido
establecido desde el cielo... Para algunos esto podrá ser un motivo para el
desacuerdo, pero es una Ley establecida que debe ser cumplida.
Palabras de Ifá:
<<Ti o yoo fun ireti ni lati gba>> / <<Quien da, esperanzas tiene de recibir>>.
<<Ti o tobi rẹ ẹbọ, ti o tobi rẹ ireti lati gba>> / <<Mientras mayor sea tu sacrificio,
mayor serán tus esperanzas de recibir>>.
<<Awọn ẹbọ fun awọn mimọ ọtun ni ko owo fun bẹ ibukun, ti o ba ko, awọn ami ti
awọn ife, ìrẹlẹ àti ìgbàgbọ ti o kigbe fun nkankan ti o le tabi ko le gba>> / <<El
sacrificio por el derecho sagrado no es el pago por las bendiciones imploradas, si no,
la muestra de la voluntad, la humildad y la fe de quien clama por algo que podrá o no
recibir>>.
<<Ẹbọ bi owo fun awọn ọtun ni a ifihan ti ìrẹlẹ àti ìgbàgbọ>> / Sacrificar como pago
del derecho es una demostración de humildad y fe>>.
Esto nos enseña que quienes esperan bendiciones por parte de nuestras deidades,
inexorablemente deberá estar dispuesto(a) a ofrecer en calidad de sacrificio… Y, a
ofrecer lo que más le cuesta, lo que más valora, porque cumplir con el ‘derecho’ de
Orisa es imperativo y una obligación sagrada de toda aquella persona que implora
bendiciones… Y, mientras más doloroso sea ese sacrificio, la voz de quienes
imploran se escuchará con más fuerza en el cielo… Esto es dar lo que se tiene a
cambio de la ‘esperanza’ de recibir…
Quienes se pasan la vida ‘llorando miserias’ a la hora de sacrificar para satisfacer los
‘derechos sagrados’ por las bendiciones que va a buscar al pie de Orisa, solo
recibirán como respuesta las mismas imprecisiones e inseguridades que ellos/ellas
han demostrado a la hora de pagar por sus ‘derechos’… ¡Por los Orisas saben las
realidades de cada quien..! Ellos son justos cuando deben serlo, y severos cuando
alguien intenta absurdamente engañarles.
Dice Ifá:
<<Ma ṣe gbiyanju lati parq si mi, nitori mo ti mọ nyin ati ohun ti o balau>> / <<No
intentes mentirme, porque te conozco y se lo que mereces>>.
<<Ibinu mi yoo ko wa ni o dara fun o, nigba ti mi rere nilo>> / Mi ira no será buena
para ti, mientras mi bondad la necesitas>>.
“Vosotros teneis que enseñar a la gente que, pagar por el bien que se recibe no es
retribuir al pie de la letra; es agradecer, apreciar, respetar, sacrificar y corresponder
en alguna medida a los Orisas y a ustedes, sus sacerdotes y sacerdotisas...”
‘Antes de que Orunmila emitiera a sus hijos el mensaje que acabo de citar, los
babalawos predicaban y practicaban el bien a la humanidad gratuitamente, vivían en
la más absoluta pobreza y desposeídos totalmente de bien material alguno… Se
sustentaban, o al menos lo intentaban, de la caridad publica, y se conformaban con
lo que ésta, cada vez más miserablemente, les concedía en reciprocidad por el
incalculable bien recibido. Sin embargo, llegó un momento en el cual los babalawos
comenzaron a padecer la miseria, el hambre, el frío y la muerte prematura, mientras
que para la mayoría de la gente el holocausto de estos seres humanos les fue
indiferente... Aún así, los babalawos prosiguieron en el cumplimiento de su noble y
sagrada misión, hasta que casi llegaron a extinguirse por inanición. Ya sus fuerzas
habían tocado fondo’.
“Porque hasta hoy he visto con gran tristeza, cómo muchos seres humanos, tan
rápidamente olvidan el bien que reciben. Es menester entonces, ante tan abusivo
egoísmo, que vosotros no vivan a expensas de la buena voluntad, la iniciativa
humanitaria y la caridad de quienes cada vez más, demuestran con sus actitudes, la
indiferencia y el desprecio que sienten por todo aquello que consiguen fácilmente. La
mayoría de los hombres han aprendido equivocadamente a darle valor material a
todo lo que les concierne. La mercadería que ustedes ofrecen no tiene un valor
material, porque ella misma, en sí, no es material… pero, sin embargo, les puedo
asegurar que, la salud, el amor, la paz, el equilibrio, la vida misma y la salvación que
a través de ustedes ellos obtienen, no puede ser valorado materialmente, porque
ningún ser humano puede pagar el verdadero valor que estos aspectos tienen en
sus vidas”.
“Por todo lo que les he dicho hasta aquí, a partir de estos momentos toda acción
vuestra, a título personal o a favor de terceras personas, que implique una
participación directa o indirecta de algún Orisa o ancestro, sea cual fuere ésta,
tendrá que ser recompensada materialmente siempre, mediante la ofrenda de
animales u objetos valiosos de cambio, que obliguen al beneficiario de nuestros
favores, a demostrar en todo momento, una acción reciproca que nos demuestre su
disposición al sacrificio, cualquiera que este sea, a cambio de la caridad incalculable
que recibe”.
“El ser humano ha recibido de nosotros los Orisas la vida y la naturaleza para que
crezca, se desarrolle y se engrandezca mediante el sacrificio, la honestidad, la
justicia y el amor a sus semejantes. Grandes cosas hemos hecho previamente para
ellos a fin de facilitarles el camino, pero una vez más ahora se hacen los
desentendidos y se auto-consideran con el derecho a recibir gratuitamente vuestro
sacrificio unido a nuestros favores. Sin embargo, ante tales actitudes, a partir de
ahora nuestros favores y vuestro trabajo tendrán que ser recompensados
materialmente por todo aquel que les requiera”.
“Cada babalawo deberá exigir siempre el `derecho´ por su trabajo y el nuestro, que
puede ser un valor material o inmaterial, previa o posteriormente a la consumación
de su trabajo, según sea el caso. Y, dejará claro con cada cual, que el pago de esos
derechos, en ningún momento significará que se ha comprado el favor de los Orisas
o ancestros. El pago de los mencionados ‘derechos’ siempre será una
representación material o inmaterial que simbolizará el espíritu de sacrificio de la
persona que solicite vuestros servicios, pero a nosotros los Orisas nos
corresponderá siempre la última palabra, con respecto a si concedemos o no, el
favor solicitado, solamente después de haber valorado si esa persona ha hecho lo
suficiente ‘en sus vidas pasadas y actual’ para merecer nuestra ayuda”.
“Los hombres deben dedicar sus vidas a labrar la madera, a cultivar los campos, a
cazar, a pescar, a curar enfermos, a enseñar a los niños, a cuidar los animales, a las
labores artísticas, a extraer las riquezas naturales...pero también hay quienes tienen
la sagrada misión de servir de intermediarios entre los hombres y sus deidades,
dedicando su tiempo y su vida a tan noble y encomiable labor...¡y por ello tienen
tanto derecho a recibir lo mismo que los demás!. La labor de ustedes, es una labor
tan socialmente importante como cualquier otra, y por ello deben recibir lo necesario
para vivir dignamente entre sus semejantes. Por tanto, si la gente no es capaz de
reconocer en toda su magnitud el valor de vuestro trabajo, entonces que a partir de
ahora aprendan que la caridad hay que merecerla, que ésta requiere acción y
trabajo, que ello también tiene un precio, y que a quienes son aptos por sus
consagraciones y Asé para tramitarla -vosotros-, también tendrán que pagarles, en
su justa medida, por su trabajo”.
“No habrá acción vuestra, ni nuestra, que quede libre de ‘derechos’, excepto cuando
previamente nosotros dispongamos lo contrario. Ello significa que, la caridad y su
justa administración será cuestión exclusiva de vuestros Orisas, y en ningún
momento de alguno de vosotros. Si una persona, por sus actitudes en vidas pasadas
o en la presente, merece ser premiada con una caridad, librándola de ‘derechos’,
será exclusivamente un asunto a determinar por nosotros, vuestros Orisas...”
A partir del momento en que el mensaje de Orunmila fue recibido por los sacerdotes
las cosas cambiaron mucho para éstos. La gente aceptó y se adaptó rápidamente al
“derecho”. Por ello, cualquier olorisa o babalawo, donde quiera que se encuentre,
esta obligado a cobrar los “derechos” de Orisa para que sus rogaciones y trabajos
tengan la bendición y el Asé suficiente; de lo contrario, y sobre todo si la situación se
repite, puede llegar a perder el Asé y el privilegio que le ha sido otorgado por
nuestras deidades.
No hay motivos lógicos y razonables para pensar que un sacerdote y/o sacerdotisa
Orisa, por el simple hecho de ser un religioso(a), está obligado(a) al
altruismo...entonces, ¿quién le brindaría el sustento a este sujeto?. ¿Cómo se
calzaría y se vestiría?. ¿Cómo cubriría sus gastos más elementales?. ¿Cómo y
dónde viviría?. ¿Cómo podría acceder a la salud pública, a los hospitales, a la
asistencia médica en general…?
A pesar de que el propio Orunmila ya lo reconoció una vez, ¿creen vosotros que
nuestro sacerdote y/o sacerdotisa, de verdad, podría vivir a expensas de la voluntad
y la caridad pública..? ¡Claro que no es posible!
Mientras todo esto es una realidad, a mucha gente no se le ocurre pensar que un
sacerdote nuestro también dedica toda su vida a estudiar y a prepararse para
ayudarles de muchas maneras. Es como la ley del embudo; lo ancho para unos y lo
estrecho para otros. ¿Y, por qué..? Piénsenlo vosotros mismos y verán que es una
total injusticia social. Tal vez algunos piensen que sacerdote y/o sacerdotisa puede
ser cualquiera, y que detrás de estas ocupaciones se encubren muchas formas de
fraude y engaño; ello es cierto también, pero, ¿acaso no hay también muchos
profesionales malvados e inescrupulosos en nuestra sociedad..?
Para mucha gente es muy fácil pensar que por un bien recibido del más allá, por
mediación de un sacerdote, el pago por los servicios de éste corre exclusivamente a
cargo de los dioses. Aquí se aplica estúpida y egoístamente la relación patrón y
empleado; estiman que como el sacerdote ‘es empleado de las deidades’, son éstas
las que deben recompensarle por su trabajo... Y, ¡nada más absurdo!.
Los sacerdotes y/o sacerdotisas Orisa-Ifa también son seres humanos; nacen, viven
y mueren como todos los seres humanos; básicamente tienen las mismas
necesidades materiales de vida que los demás, y el servicio social que prestan a la
humanidad, lo realizan en la tierra, entre los seres humanos, por tanto, también
tienen que vivir como seres humanos…
Pero, si el legítimo derecho a la remuneración por sus servicios debe ser respetado y
reconocido a nuestros sacerdotes y sacerdotisas Orisa-Ifá, quienes deben percibir ‘lo
justo’ por sus servicios, ello tampoco debe ser confundido con el abuso, la
especulación y el lucro desmedido y abusivo que muchos demuestran en su acción
cotidiana...
Ifá y Orisa no son instrumentos para obtener riquezas… Y, aquellas personas que
viven en carencias y miserias siempre tendrán derecho a recibir las mismas
bendiciones que los que sí tienen para pagarse los ‘derechos’ por las bendiciones
que requieren, porque El Cielo siempre será justo con los desposeídos… pero, ¡con
los verdaderos desposeídos, no con quienes dicen serlo..! Es por ello que cuando
alguien llega al pie de Orisa en busca de bendiciones, y expresa estar agobiado(a)
por las carencias materiales y económicas, dependerá únicamente de Orisa para
reconocer su condición y para concederle o no, las bendiciones que necesita…
CONCLUSIONES
Este artículo podrá ser polémico, incluso, injusto para muchos, pero es La Ley…y es
La Ley que debemos cumplir todos… Es una Ley como la Ley que decreta nuestra
Muerte, una Ley asumida por todos… ¡Y, así deben ser asumidas las Leyes que
emanan de lo alto..!
Incluso, algunos dirán que bajo esta Ley se amparan los abusadores, estafadores y
todos aquellos personajes que buscan el lucro, ¡es cierto..! Pero, acabar con esa
plaga no le corresponde al Cielo, si no, a nosotros mismos…¡recuérdenlo..! No le
echemos la culpa a nuestras deidades por lo que debemos hacer nosotros y no
hacemos… El oportunista, el abusador, el estafador y el ladrón viven entre nosotros,
y solo a nosotros corresponde acabar con ellos…
<<Ofun aplica la medicina y mira si la come o no la come (si hace efecto o no), fue lo
profetizado para los 165 tipos de hierbas>>.
En el Odu Ogunda Meji, después que Olodumare creó a las 401 deidades entre
masculinas y femeninas, solo faltaba el que pudieran engendrar y enterados todos
de que Orunmila había hecho sacrificio para Aiye y que esta era ya capaz de tener
hijos no perdieron tiempo para ir donde el gran adivino y testigo de la creación para
que les realizase adivinación con el mismo objetivo.
Solo Iku y su esposa Arun enojados con Orunmila porque este obstaculizaba en
Orun su trabajo no acudieron a él, hasta que un día, por su propia parte, Arun fue
donde Orunmila pues ella deseaba tener hijos de Iku.
De estos cuatro nacieron 603 nietos y bisnietos de Iku y Arun. Todos ellos en Orun
eran inofensivos. Pero un día en que todas las deidades por turno iban
descendiendo a Aiye, Esu por mandato de Olodumare trajo a la tierra a todos los
hijos de Iku y Arun introduciéndolos dentro de un inmenso animal.
Por otra parte había un cazador llamado Atapa Olori Ode que al llegar a tierra venia
con ambiciones desmedidas y fue donde adivinación y Orunmila le dijo que debía
ser precavido y no ser avaricioso, pues esto le acarrearía un gran desastre a él y a
toda la humanidad. Orunmila le hizo sacrificio a Atapa Olori Ode y a partir de
entonces este comenzó a cazar en abundancia todo tipo de animales.
Un día Atapa Olori Ode se encontró con el gran animal traído por Esu pastando en
un llano y fue a lanzarle su flecha cuando el animal comenzó a hablarle y le dijo: no
me mates, ¿qué es lo que deseas? Atapa Olori Ode le dijo: quiero un palacio y
mucho dinero. El animal le respondió: regresa a casa que tus deseos serán
cumplidos. Cuando Atapa Olori Ode regreso se encontró todo lo exigido al extraño
animal, por lo que regreso a amenazarlo nuevamente para exigirle más dinero y
poder. Sucedió lo mismo que la vez anterior y así lo hizo varias veces. Unos días
después fue a adivinación donde Orunmila y este le indico que cesara en sus
peticiones que ya era demasiado, que ya el era un rey y que tenía suficiente para
vivir sin temores.
Orunmila entonces dictamino a que fueran al bosque recogieran los restos de lo que
había quedado de Atapa Olori Ode, que esto lo metieran dentro de una cazuela de
barro y le taparan dejándole algunos orificios solamente, que le hicieran un trono, le
sacrificaran obuko ko epon si y lo adorasen como Obaluwaye o Shopono pues era el
titulo que antes de morir le había sido conferido y que a partir de entonces las
enfermedades azotarían la humanidad.
Fue entonces que en el Odu Ogbetumako que Orunmila salió a buscar al dios
Osanyin, el dueño de la flora, la fauna, de los Ofo (encantamientos) que les daban a
estos la fuerza curativa para que le ayudase a vencer las enfermedades junto con
Obaluwaye.
En aquel entonces nadie podía acercarse a Osanyin so pena de ser quemado con
su carbón encendido. Orunmila viéndose este Odu tomo varias plantas confecciono
un omiero y salió en su búsqueda. Al encontrarlo, Osanyin, como les hacía a todos
los que osaban introducirse en su reinado le lanzo el carbón encendido a Orunmila y
este puso delante su cazuela de omiero y el carbón cayó dentro y se apago,
quedando entonces Osanyin sin defensa ante Orunmila. Fue entonces que Osanyin
pacto con Orunmila y accedió a ayudarlo en su empeño y como conmemoración a
ese pacto, cuando se preparara un omiero debería echarse un carbón encendido
para confirmarle su Asè.
A través de los tiempos la medicina natural ha sido sustituida por la medicina integral
moderna y se ha ido olvidando los remedios y curas que nos legaron nuestros
antepasados. En todas partes del mundo la medicina natural ha existido durante
siglos, pero debe destacarse que la más completa y exacta conocida es la medicina
yoruba. La medicina yoruba esta resaltada por su carácter científico, por su amplia
diversidad, su lógica y por la belleza poética que le dan los llamados Ofo o
encantamientos que son los que le dan el poder vital y mágico a las mismas.
<<El cazador abre su bolso y saca el veneno, Aroni (Osanyin) desato su bolso y
saco la medicina o antídoto>>.
Esto significa que cada enfermedad tiene su cura. Y esta estará específicamente
basada en el principio de la polaridad de las leyes herméticas y que en este caso
pudieran afirmar categóricamente que del mismo veneno se elaborara el antídoto o
la medicina como es el caso de las vacunas.
Los yorubas creen que las enfermedades están contenidas en unas pequeñas
bolsitas dentro del cuerpo (al parecer se refieren a los cientos de glándulas que se
encuentran diseminadas por todo el cuerpo) y que debido a varios factores como
son: consumo excesivo de alcohol, el azúcar, la exposición entre sí de vectores
humanos , vectores animales y además el exceso sexual, hacen rebasar los límites
permisibles de capacidad de dichas bolsitas y estas se abren esparciéndose el virus
o los gérmenes por todo el torrente sanguíneo comenzando así la fase de
enfermedad.
Aquí es donde comenzaría a actuar la medicina tradicional y esta haría que una
cantidad determinada de gérmenes muera y salga del cuerpo a través de las heces
fecales y la orina y que el resto que formaba parte de la cantidad inocua del sistema
vuelva a ubicarse en su respectivo contenedor natural, volviendo la persona a sanar.
Ellos plantean que para que esto suceda deben emplearse sustancias amargas(o
koro), picantes (o ta), y agrias(o kon) ya sean aplicadas al cuerpo, olidas o ingeridas
según el caso, pues las sustancias utilizadas que tengan estas características matan
los gérmenes.
Es muy común que se utilicen en combinación con estos tipos de medicinas algunos
otros ingredientes como son el huevo, el azúcar o el alcohol, pues estos ingredientes
agrupan a los virus y les atraen, por lo que sería como una especie de trampa para
que consuman esos medicamentos y puedan ser exterminados. Al mismo tiempo
cada medicina tradicional irá acompañada con alguna sustancia purgativa que
provoque rápida y abundante evacuación intestinal y urinaria para que los virus en
exceso y los ya muertos salgan al exterior.
Se hace notar que casi todas las preparaciones medicinales de los yorubas incluyen
obi kola, orogbo pues al principio su sabor es dulce y después se torna en sabor
amargo. También utilizan la pimienta (atare) para junto con su sabor dulce-picante
darle fuerza a las preparaciones, así como también utilizan mucho la cebolla, los
llamados clavos y otras muchas especias con el mismo objetivo.
Sangre blanca.
Reino animal: Saliva y semen de humanos y animales, masa gris del Cerebro,
fluidos glandulares, huesos y medula ósea de mamíferos, peces, aves y reptiles.
Sangre roja.
Reino Vegetal: aceite de palmera (epo), polvo del árbol irosun (osun),
inflorescencias, plantas de tallo rojizo, semillas, etc.
Reino mineral: Polvos de piedras amarillas, metales amarillos y rojos (bronce, cobre,
oro).
Sangre negra:
La poesía yoruba incluye una rima fonética al igual que los llamados mantras de los
hindúes y rezos de una infinidad de religiones. Esa rima fonética lleva la fuerza de
realización o Asè y es inducida por la vibración mental del adivino o curandero para
activar las energías que se necesitan para la preparación de las medicinas. Estas
rimas fonéticas serán rezadas rítmica y pausadamente o simplemente cantadas
durante el proceso de confección de la medicina en cuestión.
Una visión casi generalizada que los yorubas tienen de Esú allá en Yorubaland, o
mejor dicho, en tierras yorubas de África, es la que expongo a continuación… Aclaro
que esta visión de Esu es ancestral, pero permanece vigente, por lo tanto, es actual.
ELEGBARA (el dueño de La Fuerza) descendió a Ile-Ife del cielo con los 256 Odus…
Él es Osetura (Odu nº 248), que es el mensajero de los Odus; por lo tanto cuando un
ofrecimiento está listo, el Babalawo reza al Odu como sigue:
Uno de sus más poderosos hechizos es el llamado Oga… Éste es una vara
magnética con la que él atrae cosas hacia él desde distancias de dos, tres o cinco
días de viaje, o sea, de 60 a 150 millas de distancia, en unas pocas horas de un día.
Y él puede viajar a esa misma distancia al mismo tiempo… Él hace travesuras contra
aquellos que no se crean el hábito de hacer sacrificios a los Orisas.
No solamente aflige a los hombres que no hacen sacrificios a los Orisas, sino que
castiga también a los que no acumulan conocimientos y sabiduría, o los que no son
laboriosos ni virtuosos. Actuando así, Él cumple la orden de Orunmila… Él es el más
estrecho colaborador de Orunmila y ésta es la razón de que su fetiche (como Esu
Odara) esté colocada junto a la de Orunmila.
Elegbara es una deidad “recogedora” que lleva los sacrificios enviados allí por los
sacerdotes de Orunmila, los Babalawos y los sacerdotes de otros Orisas hacia la
morada de Olodumare y los demás Orisas… Sólo una parte de los sacrificios es
conservada por el sacerdote, el resto es generalmente enviado al altar de
Elegbara/Esù, para ser llevado luego por Él hasta Olodumare (Dios).
Pobres y mendigos van a sus templos y bosquecillos a recoger dinero, artículos para
alimentarse y ropas y otras cosas que son sacrificadas a la deidad, porque Él
comparte sus cosas con estas personas.
Se dice que él sale con un nudoso garrote, conocido como ‘Agongo ogo’, con el que
ataca a sus enemigos o a los que le deshonran o agravian.
En algunas partes del país (ej. Ondo), él es adorado muy activamente. La adoración
que le es ofrecida por sus devotos no parece surgir enteramente del miedo. Más
bien, está a veces inspirada por sentimientos de admiración por su gran fuerza,
como consecuencia de los cuales, le son ofrecidos oraciones y regalos, no sólo para
evitar su malevolencia, sino también para asegurar su activo favor, especialmente
contra los enemigos… Hay una fuerte creencia en su poder y su presteza en dar
beneficios a sus adoradores, y esto justifica el hecho de que los siguientes nombres
sean llevados por muchos yorubas como una manera de ganar la gracia del Orisa:
IMÁGENES
‘Gigun Esu’
‘clavando la piedra de Esu en tierra’
Las imágenes de Esu para uso casero están generalmente hechas de barro o
madera (en occidente se usa el cemento como sustituto del barro), y están
colocadas sobre ‘orupo’ o lechos de arcilla…pero, sea de barro o de cemento, si el
Esù es de línea tradicional yoruba, no lleva ‘carga mística’ o ‘secretos’ en su
interior… porque la activación mágica de ese fundamento no radica en la carga, si
no, en el OFO o ENCANTAMIENTO que se le hace al prepararlo… Sobre ests
fundamento le son hechas ofrendas de sangre o aceite de palma. La deidad está
generalmente representada como un ser humano desnudo, sentado sobre sus pies
con las rodillas flexionadas y los brazos cruzados o, sentado con las manos
descansando sobre sus rodillas…o simplemente como una cabeza humana.
Las imágenes portátiles de Esu están también hechas con forma humana. Dos
clases de tales imágenes describo aqui:
Una muestra a Esu en postura arrodillada, sosteniendo con sus manos, pechos de
tipo femenino. La idea expresada es la de que esta deidad da alimento. Hay que
hacer notar que las figuras de Esu son siempre peinadas según la forma femenina”.
La segunda imagen es una muy pequeña, de sólo tres pulgadas de alto; pero tiene
un especial interés por las marcas grabadas sobre ella. Esta imagen, debajo del
pecho no es de forma humana, pero se une dentro de una columna cuadrada. En su
parte posterior y en dos lados está grabada una tabla exactamente similar a una
tabla (Opon) de de Ifa (wala)”.
Los números cinco y siete grabados a los lados son importantes ya que son impares;
el número siete significa ‘perfección’ en la maldad, y el número cinco, que es el
número de días que forman un ciclo completo de una semana Yoruba, contiene una
referencia a la idea de que la malevolencia de Esu es operativa cada día de la
semana.
LA ADORACIÓN
ORIGEN HISTÓRICO
“Pero otros han descrito el término ‘Orisa’ como derivado de las circunstancias de
una gran diferencia en una especial circunstancia entre dos amigos, sobre un tiesto,
‘Isha’, que uno ha hecho un regalo al otro, pero una devolución que el donador
exigió después por envidia, y que después de la devolución, fue considerado
sagrado se convirtió en objeto de adoración; y ellos dicen que desde esto, todo
objeto de adoración ha sido llamado ‘Oriha’ (Ori-isa), una alusión al tiesto sobre el
cual había habido una gran diferencia”.
Mr. Dennett conjetura que ello significa “el difunto beatificado”… El reverendo D.
Onadele Epega (Padre de mi segundo Padrino Afolabi Epega) cree que el término
contiene una referencia a la práctica de hundir una olla para marcar el altar de una
deidad.
Perom estimo que todo lo de arriba, siendo una interpretación fantástica y mitológica
del término, no tiene fundamento histórico.
(III) Algunas de sus imágenes le representan como una deidad masculina, otros
como femenina. El primer dibujo de una imagen portátil de la deidad descrita arriba
es la de una hembra, mientras que el segundo es la de un macho… Sorprendido por
estas contradictorias características, el Dr. Farrow comentaba de esta manera sobre
las características femeninas del primer dibujo:
“Esto (el pelo peinado a la moda femenina) podría llevar a la suposición de que Esu
está considerado como un personaje femenino, o de que es una entidad macho y
hembra (andrógina). La verdad es, sin embargo, de que es considerado como el
primer y único ser, y se le nombra siempre como ‘Él’, pero esto no le impide a Él el
poseer ciertas características femeninas”…
Aparte de cualquier otra consideración, el error que acarrea el uso del pronombre
masculino ‘él’ es suficiente para anular el valor de esta explicación. Yoruba es un
lenguaje del Sudán; no está por lo tanto modificado al efecto del sexo. La palabra
Yoruba para el pronombre de tercera persona para todos los géneros es ‘O’ u ‘On’
(forma nasalizada). No hay nada en la forma de la palabra que exija ser traducido ‘él’
y no ‘ella’ o ‘ello’.
Los esfuerzos para resolver las dificultades citadas no han tenido éxito hasta ahora.
Sin embargo, ellas serán resueltas si la teoría de una relación íntima entre la religión
de los Yorubas y la del Antiguo Egipto, es también aplicada aquí.
El primer indicio para la solución de las dificultades está en el proverbio Yoruba: ‘Esu
li ota orisa’, ‘Esu es el enemigo de Orisa’. Esto implica la existencia de una actitud de
antagonismo entre Esu y Orisa… La concepción de Esu afecta de hecho a un
dualismo en el cual Esu, el supremo poder del mal, está en ‘supuesta’ oposición a
Olorun, la deidad más benefactora. Con la transferencia de la adoración de Olorun a
las deidades menores, el antagonismo es también transferido a esas deidades…
Debe señalarse que la palabra Orisa es usada en lugar de Olorun. Esto exige una
explicación… En el caso de la Antigua Religión Egipcia la oposición que existía
originalmente entre el Horus mayor y Osiris, y consecuentemente entre el Horus más
joven por un lado y Set en el otro. Así también, en el caso de la religión Yoruba, la
oposición se transfiere de Olorun a las deidades menores conocidas como Orisas.
¿Cuál es, entonces, el origen del término ‘Orisa’..? Primero de todo, debe notarse
que hay tres formas del término: Orisa, Oyisa y Orise, cada una de las cuales
significa un ídolo, una deidad o un dios. La palabra ‘Orisa’ puede ser dividida en dos
partes: ‘ori’ y ‘sa’. La primera parte es una forma modificada de la palabra del
Antiguo Egipto ‘horu’. La supervivencia de esta palabra en Yoruba ha sido señalada
en el capítulo anterior. La conclusión de que la palabra ‘ori’ está relacionada con la
palabra ‘horu’ esta muy fortalecida por el hecho de que el dios egipcio Horus-Bakhu,
‘el dios de la montaña’ del Este, sobrevive en Yoruba como ‘Orisa-Beku’, que
significa ‘el dios de la montaña’.
Cuando las coronas de los dos reinos fueron unidas, se originó una doble adoración
de Horus-Set, y ciertos distritos persistieron en esta doble adoración hasta los
últimos tiempos del paganismo… Los Yorubas tienen que haber emigrado de uno o
más de tales distritos.
Una mayor evidencia en apoyo de la identificación de Esu con Set es dada por el
hecho de que Esu es representado por una piedra, que es a menudo adorando por
transeúntes como ‘Oluwa mi’, ‘mi señor’. Set fue también representado por una
piedra. Según Wieldemann, “otro dios Egipcio que fue ocasionalmente considerado
como incorporado a una piedra fue Set”… Esu también es representado por
columnas; así también fue Set.
Es muy posible también que la palabra ‘Orisa’ se derive de Horus, la forma griega de
la palabra del Antiguo Egipto ‘Horu’. La derivación, entonces sería como sigue:
‘Horus’; ‘h’ se suprime, y la consonante final recibe una vocal que es una ‘a’ o una
‘e’. La palabra se convierte así en ‘O-ri-sa’ u ‘O-ri-se’.
Debería ser notado aquí que hay varias palabras en lenguajes del África Occidental
que denotan deidades y que son localizadas como del mismo origen. Por ejemplo,
las palabras ‘O-ri-se’ (lenguaje Sekiri), Arose, A-lu-si, A-ru-si (lenguaje Ibo) son
modificaciones genéticas de Horus-Set y Horus.
El origen del término Set es así dado por el Dr. Tiele: “El nombre Set esta quizás
relacionado con... Sati-ray del sol y Phallos”.
Es probable que la idea raíz de esta palabra ha sobrevivido en unas pocas imágenes
de Esu que están hechas con un desproporcionado y largo falo. Como consecuencia
de estas imágenes, el Coronel Ellis ha descrito a Esu como un dios fálico. El que
esto escribe ha visto algunas de las imágenes, pero él está convencido de que Esu
no es una divinidad fálica, y que las representaciones de piedra de la deidad no son
crudas imitaciones del falo. Sin embargo, las imágenes llevan a un soporte indirecto
de la teoría de una gran conexión entre Esu y Set. Debe admitirse, sin embargo, que
algunas tribus degeneradas dan una indebida atención al falo de las imágenes.
De lo cual, una vez que la teoría mencionada es aceptada, es fácil resolver las
restantes dificultades. Según la mitología Egipcia había un dios llamado Shu que
surgió de las aguas primitivas. Sibu, el dios de la tierra, separado por la fuerza de
Nuit, la diosa del cielo estrellado. Así llegó a ser el dios del espacio entre el cielo y la
tierra. Su representación era la de un dios en postura arrodillada sujetando el cielo
con ambas manos. Más adelante se fusionó con Ra el dios-sol, y de esta manera se
convirtió en dios-sol. Como un dios-sol, fue considerado como una deidad benéfica y
como personificación del poder. El fue el dador de la vida, ‘el principio que anima la
materia’. A causa de su benigna influencia, reinan la justicia y la verdad.
La derivación del nombre Shu es como sigue: la raíz de donde deriva su nombre
tiene un doble significado, primero la del abrasador, y secundariamente la del
alargamiento, crecimiento. Las consideraciones de arriba nos muestran que Shu es
considerado tanto como una deidad benévola como malévola.
El parecido entre el carácter del dios Egipcio Shu esbozado arriba y el del dios
Yoruba Esu (E-shu) nos ayudará a desenredar el misterio que rodea al último. Está
claro que la concepción de Esu es una fusión de la concepción de Set y la de Shu.
La palabra Yoruba ‘su’ (shu) significa ‘extender sobre algo’ y de aquí ‘cubrir,
oscurecer’. Por ejemplo, la expresión Yoruba ‘Orun su’ significa ‘el cielo está
completamente cubierto’ esto es, con nubes; en otras palabras, ‘las nubes se han
extendido sobre el cielo’. El verbo Yoruba que significa ‘caer’ es ‘su-bu’ (shu-bu), que
es ‘extenderse’ o ‘cubrir completamente un lugar’ (‘bu’, ‘un lugar’, tanto en el
lenguaje del Antiguo Egipto como en el Yoruba).
La deidad Yoruba deriva así, tanto su nombre como el carácter de Set, el enemigo
de Osiris, y de Shu el dios-sol, considerado originalmente como una deidad
benefactora y más tarde como el temible dios-sol íntimamente unido a Set. La razón
por la que Esu está atribuido con las opuestas cualidades de beneficencia y
malevolencia se hace así clara… Su beneficencia y malevolencia son fáciles de
encontrar en la concepción de Shu, mientras que su malevolencia es también fácil
de encontrar en Set.
“Al entrar observa la figura de un hombre sin piernas (Oke), el portero; entonces
girando a la izquierda, verás una figura de arcilla vestida con una cota de malla como
en los días de Isabel, montando un caballo. Él es llamado ‘Okakwu’ o un oficial…
Pasando por la pared de la izquierda, encontramos una figura vestida como un
primer ministro o ‘Iyase’. Luego en el espacio al aire libre del centro del cuadrado
hay dos figuras, una a tu derecha y otra a la izquierda según permaneces con tu
espalda a la puerta que enfrenta ‘Ake’. La de la izquierda representa a ‘Oyisa’ (dios)
y la de la derecha a Esu, el demonio. Esu está vestido como un esclavo con
sombrero y telas, llevando un cuchillo en su cintura y un palo llamado ‘Ukpopo’
(garrote nudoso), en su derecha. ‘Oyisa’ por otro lado, está vestido como un rey.
Nosotros ahora mantenemos el trono de Ake, que vestido como un rey estaba
sentado con una esposa (Irebu) con su bebé a cada lado de él”.
Debe hacerse notar de paso que la práctica de simbolizar a un dios por medio de un
hacha o por medio de una figura parecida en su forma a un hacha, es bien conocida
en otras partes de Benin y del país Yoruba en general. El nombre se da a veces al
centro de adoración de una deidad o al distrito habitado por un rey que es
considerado como el que ejerce la suprema autoridad en nombre de la deidad.
El nombre de Elegbera, Elegbara, Elegba o Legba (las dos últimas son modificadas
formas de las dos primeras) muestra claramente que se deriva de Khepera. Esta
afirmación es más profundamente confirmada por el hecho de que la adicional
palabra ‘Ba-ra’ significa ‘el alma de Ra’, una palabra que muestra una íntima
conexión entre Elegbara y Ra, y por eso entre Elegbara y Khepera.
Esta identidad de Elegbara con Khepera explicará el por qué a Esu se le atribuyen
características femeninas. Khepera es un dios, y no una diosa. El por qué los griegos
eligieron dar a su nombre una terminación femenina es desconocido. El hecho de
que él era representado por imágenes femeninas probablemente condujo a los
griegos a preferir la forma femenina a la masculina del nombre.
"Niño por dios por qué en el tobillo, que falta de respeto es esa; que va"
El Idèfá es una "pulsera ó brazalete" compuesta por cuentas color marrón con verde
y regularmente en Occidente son de color amarillo con verde. Estas cuentas son
llamadas en Yorùbá Otutu Upon (cálido y fresco).
Una de las grandes enseñanzas que he tenido con mi Baba Ifá es esta misma; que
el Idèfá es mejor aún si está compuesto por piedras naturales.
En el sagrado Odù Ogunda Otura nos habla de los beneficios del Idèfá, entre tantas
podemos citar protección contra las enfermedades, atracción de la buena suerte,
riqueza, hijos, salud, estabilidad, larga vida, éxitos y paz mental.
Otro signo que nos habla del mismo es el sagrado Odù Okanran Ogbe, avalando las
propiedades y virtudes que el Idèfá trae a nuestras vidas. La abundancia, el regreso
de las cosas perdidas, el buen proceder, respuesta a las preguntas de la vida,
posición aparte de protección contra la gran madre ancestral (Iyami Osooronga),
contra los àjogún y el robo por mencionar otras tantas.
Este mismo Odù avala que el Idèfá puede ser utilizado en las muñecas, en los
tobillos y en la cintura; y una vez puesto jamas quitarse.
En Occidente los colores más utilizados son el verde y amarillo, pero en realidad
estos colores representan a nuestra gran madre Osún (Oshun). Pero de igual forma
respetamos la ideología de nuestros hermanos de la práctica afrocubana. No es
punto de discusión, solo una nota aclaratoria y para compartir del linaje Isese; ya
que muchas veces hay quien las porta muy lujosas y no saben mínimo grado de
significado.
<<Un eslabón de una cadena se une a otro, una cadena cuelga sobre sus cuellos,
fue la profecía de Ifá que se lanzó para los animales cuando ellos venían al
mundo…>>
<<A asopọ ni a parapo miran, a adiye lori wọn, je awọn asotele ti Ifa ti o dó fun awọn
eranko nigbati nwọn wá si aiye" ...>>
Por todos es conocido que el hombre logra subsistir utilizando, básicamente, a los
animales y a las plantas, toma de ellos su carne, pieles, corteza, raíces, tallos, hojas
y frutos y se vale además de materiales diversos, obtenidos de su propia iniciativa o
de la industria, como las telas para cubrir su cuerpo; sin embargo, el hombre yorubá
emplea también todos estos elementos, que Olodumare le brinda, para ofrendar a
las divinidades y alejar así, de su placentera estancia en la Tierra, todas las
perspectivas de peligro que lo amenazan.
El Odu de ¡fa EJIOGBE nos dice acerca de la importancia del sacrificio lo siguiente:
<<Para aquel que vino del Cielo a la Tierra con su ofrenda en las manos su camino
no fue oscuro, para aquel que llegó a la Tierra con su ofrenda en las manos su
caminar fue seguro>>.
<< Fun ọkan ti o wá lati ọrun wá apakan Earth pẹlu ọwọ rẹ ẹbọ ni ọna rẹ o je ko
dudu, fun awon ti o wá si aiye pẹlu ọwọ rẹ laimu rẹ rin je ailewu>>.
Un ese Ifá también tomado del odu Ejiogbe, manifiesta cómo Esu lo ayudó a
convertirse en el rey de los olodús gracias al sacrificio que este realizó por
prescripción de la adivinación. El Ese del que hablo nos cuenta que ya entre los
dieciséis olodús en la Tierra, era hora de nombrar un jefe entre ellos… Aunque
hayan aprendido lo contrario, Ejiogbe no fue el primer olodú que vino a la Tierra,
muchos otros llegaron primero…
Antes que él, Oyekún Meji, el rey de la noche, había reclamado la antigüedad, el
grupo recurrió a Obatala, para que nombrara al rey de los olodús. Obatalá los invitó
a todos y les dio una rata del bosque para que compartieran entre sí… Oyekun Meji
cogió una pata, Iwori Meji cogió la segunda, ¡di Meji la tercera y Obara Meji la cuarta,
las demás partes fueron distribuidas en orden de antigüedad convencional. Ejiogbe
por ser muy joven recibió la cabeza…
En orden de secuencia Obatalá les dio posteriormente un pescado, una gallina, una
paloma, una guinea y por último, un chivo. Todos fueron compartidos de acuerdo
con el orden establecido con la rata del bosque. En cada caso, Ejiogbe recibió la
cabeza de todos los animales sacrificados.
Finalmente, Obatalá les dijo que regresaran después de tres días para comunicarles
su decisión. Ejiogbe se consultó de regreso a su casa, e Ifá le dijo que ofrendara un
macho cabrío a Esu… Después de comerse su macho cabrío, Esu le dijo que en el
día señalado él debía asar un ñame y echarlo en su bolso junto con un calabacín
lleno de agua. Esu también le dijo que llegara tarde a la reunión de los olodús en el
palacio de Obatalá.
El día señalado, los olodús vinieron a buscarlo para ir a la reunión, pero él les dijo
que asaba un ñame al fuego para comer antes de partir.
Al irse ellos, Ejiogbe sacó el ñame, lo peló y lo guardó en su bolso junto con el agua.
Rumbo a la reunión se encontró con una anciana, exactamente, como le había
pronosticado Esu y, en consecuencia con lo que le había aconsejado, liberó a la
anciana de la carga de leña que llevaba, ya que estaba tan cansada que apenas
podía caminar.
La anciana al verlo apurado, le preguntó hacia dónde iba con tanta prisa, y él le
respondió que ya estaba retrasado para ir a la reunión en la que Obatalá iba a
nombrar al rey de los olodús. Agregó que se había tomado su tiempo, no obstante,
porque sabía que era demasiado joven para aspirar a ser rey de los dieciséis
discípulos de Orúnmila.
Al responder, la mujer le aseguró que él sería declarado rey de los Olodús… Cuando
llegaron a la casa, la anciana le dijo que dejara la leña en el fondo. Fue entonces
que Ejiogbe reconoció la casa de Obatalá y comprendió que la mujer que había
ayudado era, nada más y nada menos, que la propia madre de este. Con ello,
exhaló un suspiro de alivio. La mujer le pidió que le siguiera al interior de la casa. Allí
sacó dos pedazos de tela blanca y ató uno al hombro derecho y otro al hombro
izquierdo de Ejiogbe.
Después le insertó una pluma roja de loro en la cabeza y le puso una cascarilla
(ofun) en la mano derecha. Acto seguido, le mostró las mil cuatrocientas sesenta
piedras, dispuestas delante de la casa de Obatalá, y le dijo que se parara sobre la
piedra blanca en el centro. Con sus nuevas prendas, Ejiogbe se paró sobre la piedra
mientras los demás aguardaban en la antesala de Obatalá. Transcurrió un tiempo,
cuando Obatalá le preguntó a los demás a quién esperaban y todos respondieron
que esperaban a Ejiogbe… Obatalá les preguntó el nombre del hombre que se
encontraba parado afuera. Ellos no reconocieron a Ejiogbe y Obatalá les dijo que
fueran a rendirle tributo, uno tras otro, y a tocar el suelo con su cabeza a los pies de
Ejiogbe… A partir de entonces, Obatalá proclamó oficialmente a Ejiogbe rey de los
olodús de Orúnmila.
Casi al unísono, todos los demás olodús refunfuñaron disgustados y no ocultaron su
descontento con el nombramiento de un olodú joven como el jefe de ellos, entonces
Obatalá les preguntó cómo habían compartido los animales que les había dado
durante los días del período de prueba. Ellos le explicaron y Obatalá les preguntó
quién había recibido la cabeza de cada uno de los animales y confirmaron que en
cada caso, se la habían dado a Ejiogbe. Obatalá les explicó que fueron ellos quienes
nombraron de manera inconsciente rey a Ejiogbe, ya que cuando la cabeza está
fuera del cuerpo el resto no tiene vida, dicho esto, se marcharon, pero al salir de la
casa de Obatalá, todos decidieron mantener a Ejiogbe a una distancia prudencial…
También decidieron no reconocerlo, ni servirle, ni visitarlo. Antes de dispersarse,
Ejiogbe compuso un Ese especial para neutralizar todas las maquinaciones
malévolas en contra suya; el Ese en cuestión es el siguiente:
<<Oya ni ki owo won yaa Owuwu oni koo wo won deenu Ikpe akiko kiiga akika
deenu Ikpe orire I gun orire deenu Etuu kii olo tu won ni mo Inu lo otin ¡re efo ebire
waa>>
Después de este incidente, los olodús le dijeron que para ellos aceptarlo como rey
tendría que hacerles una fiesta con: doscientas güiras de puré de ñame, doscientas
ollas de sopa preparadas con diferentes tipos de carnes, doscientos güiros de vino,
doscientas cestas de semillas de cola...... Y le dieron siete días para organizar la
fiesta.
A simple vista huelga decir que parecía una tarea imposible porque ellos sabían que
Ejiogbe no tenía con qué costear una fiesta de tal magnitud. Este se sentó a
lamentar su desgracia y la perspectiva de seguir siendo un pastor sin ovejas.
Ejiogbe hizo lo que dijo Esu, mientras tanto, los olodús se burlaban de él porque
sabían que no había forma de que Ejiogbe pudiera costear dicha fiesta. Al séptimo
día, los olodús fueron uno por uno a visitarlo para preguntarle por la fiesta. Como no
escucharon los ruidos del mortero desde la cocina pensaron que no había fiesta.
Mientras, los recipientes vacíos se encontraban en fila… Esu fue al cuarto de la
fiesta y le ordenó al único plato de cada alimento multiplicarse y llenar todos los
recipientes vacíos. Instantáneamente todas las güiras, las ollas y las cestas se
llenaron de comida recién elaborada… Y la fiesta estuvo lista.
Cuando Oyekú Meji llegó a la fiesta, se asombró de ver todo lo que estaba listo. Sin
esperar la invitación formal se sentó a comer. Los siguientes: Iwori Meji, ¡di Meji,
Obara Meji, Okanrón Meji, Irosun Meji, Owonrin Meji, Ogundá Meji, Osá Meji, Oturá
Meji, Irete Meji, Iká Meji, Oturupón Meji, Osé Meji y Ofún Meji, antes de darse cuenta
de lo sucedido, habían comido y bebido a su antojo.
Ningún problema en la vida puede resistir la eficiencia del sacrificio siempre que este
sea hecho con prontitud. Aquellos que se niegan o se retardan inicialmente a realizar
los sacrificios deberán estar dispuestos a hacerlos dobles.
ORI no pide sacrificios a menos que tenga necesidad de utilizarlo con el objetivo de
apaciguar a otras deidades a las que su pupilo no puede tener fácil acceso y obtener
su apoyo en el logro de los diferentes objetivos de la vida de este. Aquellos que
dejan de hacer semejantes sacrificios en el Cielo, son los que se encuentran con
insalvables obstáculos en la vida.
Los sacrificios que nosotros hacemos a través de nuestro ORI antes de partir del
Cielo, se acercan a la semilla que sembramos, que al igual que el día sigue a la
noche, produce el beneficio que más tarde cosechamos en el mundo. Es una
parodia de la justicia divina. La pobreza no es sinónimo de virtud, porque a nadie
que se le da la opción de escoger entre la abundancia y la penuria escogerá lo
último…
Un punto significativo a tener presente es que nadie recuerda sus deseos en el Cielo
al llegar a la Tierra. Esu usa los períodos de gestación e infancia para borrar todos
los recuerdos de lo que fuimos en el Cielo y de lo que planeamos hacer en la Tierra,
todo el mundo desea tener éxito en cualquier cosa que haga, pero su éxito depende,
grandemente, de los sacrificios que llegue a realizar… En igual medida, si al llegar a
la Tierra un individuo tiene la suerte de conocer a través del oráculo a su divinidad
guía lo suficientemente pronto, se le proporciona su Ifá lo suficientemente temprano
y realiza los sacrificios prescritos en su odu patrón, puede vivir una vida
confortable… Si, por el contrario, la persona pierde su camino y decide, digamos una
religión que lo mantendrá a distancia de su divinidad guía y no realiza los sacrificios
pendientes, la persona se convertirá en víctima de todas las dificultades creadas por
los enemigos jurados.
Nadie viene al mundo con un destino estropeado. Es irreal imaginar que Olodumare
discriminará en ordenar a algunos convertirse en exitosos y a otros convertirse en
fracasados en la Tierra.
La función psicológica del sacrificio entre los yorubás se tiene en muy alta estima, y
aseguran que el sacrificio ayuda a unir tanto a las fuerzas naturales como a las
sobrenaturales. La función esencial del sacrificio es lograr que estas fuerzas nunca
lleguen a oponerse.