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Como siempre las prácticas educativas son enriquecedoras, permiten la adquisición
de conocimientos y experiencias que no se logran en ninguna otra parte, solo en el
contexto escolar. Cuando fuimos a la institución y tuvimos el primer contacto nos recibieron muy bien, hablamos con la rectora, el coordinador, el profesor de educación física, y les solicitamos el espacio para orientar las clases prácticas de capacidades coordinativas, es decir, conocieron todos los elementos necesarios que les permitieran tener claridad acerca del trabajo que íbamos a realizar allí, a pesar de tener varios practicantes desarrollando procesos en su institución nos brindaron la oportunidad de poder trabajar con 4 grupos los miércoles por las tardes. En la primer clase que orientamos los estudiantes nos recibieron muy bien, el profesor siempre estaba pendiente de cómo se portaban los estudiantes, cuando alguno no estaba realizando las actividades, o si estaba hablando mucho, o si no prestaba atención, etc. Él le llamaba la atención, si seguía portándose mal en la clase el profesor se lo llevaba para el salón, igualmente al principio de todas las clases nosotros les solicitábamos su disposición para el desarrollo de las diferentes actividades a lo cual en términos generales acataban la recomendación. Siempre va a ser complejo que los alumnos de esas edades (básica primaria) estén concentrados y prestando atención durante toda una hora, la atención por momentos se iba, sin embargo cuando nosotros como practicantes empezábamos a ver eso, inmediatamente cambiábamos las actividades, realizábamos rondas, actividades lúdicas, dinámicas y de su agrado, con eso volvíamos a captar su atención, en ciertos momentos y con determinadas actividades permitíamos que los estudiantes estuvieran en la posición de dirigir una actividad, eso despertaba mucho interés, todos querían hacerlo, cada uno tenía la oportunidad en cierto momento de hacerlo, fue una buena estrategia para mantenerlos motivados, pues quien se portara bien lo podía hacer. En algunas actividades que exigían contacto físico los niños eran muy bruscos con las niñas por lo cual teníamos que optar por dividir el grupo en dos equipos, uno de niños y otro de niñas, así la actividad se desarrollaba mucho mejor y las niñas estaban contentas. Al inicio de todas las clases lo primero que nos preguntaban era que si los íbamos a dejar jugar futbol, nosotros les respondíamos que si se portaban bien los dejábamos, esto era otra razón adicional para que ellos trabajaran adecuadamente durante la clase, incluso en la mayoría de las clases sonaba la campana y los estudiantes ni cuenta se daban de que la hora había transcurrido tan rápido, pues las actividades eran buenas y permitían que no estuvieran aburridos casi nunca. En una actividad una estudiante se lastimo una pierna, estuvo llorando un rato pero al rato se reintegró nuevamente, no tuvimos ningún percance en temas de accidentalidad. Estos grupos se encariñaron muy rápido con nosotros, siempre nos recibían con abrazos y con una sonrisa en sus rostros, eso es satisfactorio, pues realmente es una forma de agradecernos el trabajo que realizamos con ellos, aunque para ellos no son más que juegos, nosotros como docentes entendemos la trascendencia que representan las actividades para el desarrollo del ser humano, no solo motrices, sino también intelectuales, es decir, la clase de educación física no debe ser vista desde el simplismo, el activismo y el tradicionalismo sino desde una óptica que se circunscribe al desarrollo integral del ser humano, una asignatura que permite un desarrollo multidimensional (cognitivo, afectivo, motor, etc.)