Crítica y Emancipación
Crítica y Emancipación
Crítica y Emancipación
yEMANCIPACIÓN
Crítica y Emancipación
Año VI Nº 11 / Publicación semestral / Primer semestre de 2014
Director
Pablo A. A. Gentili
Editor
Marín Granovsky
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Fernanda Saforcada | Sara Victoria Alvarado | Pablo Vommaro | Dominique
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CRÍTICA
yEMANCIPACIÓN
Revista latinoa merica na de ciencias sociales
A ño V I N º 11
P r i m e r s e m e s t r e 2 0 14
Área de Producción Editorial y Contenidos Web de CLACSO
Secretario Ejecutivo
Pablo Gentili
Directora Académica
Fernanda Saforcada
Coordinador Editorial
Lucas Sablich
Coordinador de Arte
Marcelo Giardino
Diseño Editorial
Fluxus estudio
Arte de Tapa
Detalle de Marché rural, Micius Stephane,1938. Museé Nader, Port-au-
Prince.
Impresión
Gráfica Laf SRL
11 Presentación
El trabajo de pensar
Martín Granovsky
Sur -Sur
Memoria
55 Stuart Hall
Karina Bidaseca
Perspectivas
Dossier Cuba
Cada vez más en América Latina y el Caribe, tanto las políticas públi- CyE
cas como la investigación de las ciencias sociales sobre los desafíos de Año VI
Nº 11
la vida cotidiana tienen un ámbito: las grandes ciudades. Sucede con la Primer
seguridad, o con la inseguridad, o con la discusión sobre las estrategias Semestre
2014
de seguridad ciudadana. Ocurre con los planes de vivienda o la inexis-
tencia de ellos. Con la cultura. Con la comunicación masiva mediante
redes sociales o en 3 D, es decir cara a cara y en la calle. Y, sin duda,
también con el transporte público. Sería reduccionista pensar que las
grandes manifestaciones de Brasil a mediados de 2012 respondieron
solo a reivindicaciones relacionadas con el transporte deficiente. Sin
embargo, el primer instrumento público de agrupación de ciudadanos
en protesta se llamó Movimiento Pase Libre. El gobierno, a través de
la propia presidenta Dilma Rousseff, resolvió encontrarse con los lí-
deres del MPL en Brasilia. El Partido de los Trabajadores y las centra-
les sindicales tomaron la reivindicación sobre transporte como válida
y decidieron participar de varias manifestaciones. Los paulistas, por
ejemplo, llegaron a discutir la velocidad promedio de un autobús desde
las afueras de San Pablo hasta el centro. No era un debate vano. Viajar
mal, como vivir hacinado, equivale a ser más pobre, más vulnerable.
A disponer de menor tiempo libre para acceder incluso a los derechos 11
CyE habilitados por los procesos políticos que en el continente comenzaron
Año VI hace ya más de una década. Por eso Crítica y Emancipación dedicó uno
Nº 11
Primer
de sus dossiers de este número a la discusión sobre las ciudades.
Semestre La clave urbana está presente también en Cuba, donde se
2014
despliega el llamado proceso de actualización, que apunta a lograr que
un porcentaje mayor del Producto Bruto Interno surja del sector priva-
do cooperativo a expensas del abrumador peso actual del Estado como
generador de la producción de bienes y servicios. Cuba es, precisamen-
te, el tema de otro de los dossiers de esta edición. En los investigadores
cubanos en ciencias sociales puede detectarse, como en todo buen in-
vestigador, un tono conjetural. Quizás lo nuevo sea, esta vez, que ése
ese es el tono predominante entre los cubanos y las cubanas de a pie y
entre los líderes políticos. Un nivel tan fino de sintonía tal vez pueda
explicarse por el nivel de los desafíos futuros. Como está reflejado en
los artículos de Crítica y Emancipación, esos desafíos tienen que ver
con los niveles de igualdad futura a preservar o a incrementar, con la
solución de contradicciones sobre el uso de la web en favor de una ma-
yor productividad social, con cambios en el régimen de empleo que
garanticen aterrizajes suaves y con altos niveles de reflexión tanto a
nivel masivo como de los especialistas. La falta de límites preestable-
cidos para esa reflexión es otro de los asuntos importantes. Lo prueba
el caso del racismo. Aceptar el racismo remanente, aun con 55 años de
Revolución, supone un ejercicio sistemático de curiosidad social que
puede ayudar a comprender qué sucede sin velos ni preconceptos.
Como la vida en las grandes ciudades o las transiciones po-
líticas, las migraciones ocupan buena parte de la producción de nuevos
conocimientos en los últimos años. No se trata solo de los millones de
refugiados y desplazados que deambulan por el mundo forzados por
las crisis políticas, las guerras civiles o la acción de paramilitares. Se
trata, por un lado, del movimiento normal de un mundo globalizado
y, por otro, de fenómenos que solo un positivismo fuera de época po-
dría llamar “catástrofe humanitaria”. Ni el colonialismo o las políticas
neoliberales, ni las formas de perpetuación del viejo colonialismo en
la falta de reparaciones de fondo y tampoco, por cierto, la xenofobia,
son fenómenos naturales. No es natural el calentamiento del planeta.
Menos natural todavía es la fijación de cupos y el estímulo de guetos, o
la discriminación y la administración restrictiva de las migraciones al
interior de los países.
El poscolonialismo es otro de los temas que aborda este
número de Crítica y Empancipación, que recuerda a Suart Hall y,
otra vez, se compromete en la colaboración Sur-Sur del modo en
12 que lo hace el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales en
cada una de sus actividades: realizándola en concreto, mostrando la CyE
producción intelectual reciente. Lo contrario de poner un ancla en Año VI
Nº 11
un discurso que solo enuncie cuán necesaria resultaría esa colabo- Primer
ración para mejorar este mundo. El pensamiento crítico va siempre Semestre
2014
más allá de las buenas intenciones. Si no, ni es pensamiento ni es
crítico. Y menos que menos emancipador.
La publicación que les acercamos tiene, además, un valor
especial, porque sus materiales son el resultado de la dinámica diaria
de una institución en crecimiento. Las producciones sobre Cuba y so-
bre las ciudades fueron realizadas por investigadoras e investigadores
que recibieron becas de CLACSO. El dossier acerca de las migraciones
es el producto del Grupo de Trabajo que investiga sobre estos temas,
que en su período 2013-2016 está coordinado por la mexicana Liliana
Rivera y el argentino Eduardo Domenech.
Las ciencias sociales no crean la realidad pero pueden anti-
cipar cuáles serán los escenarios y adelantar los fundamentos para un
debate profundo.
Martín Granovsky
Editor de Crítica y Emancipación
13
sur-sur
El presente sombrío
y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
17
CyE
Año VI
Nº 11 Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
Primer Doctor en Estudios históricos por la PhD in Historical Studies at University
Semestre
2014 Universidad de Zimbabwe. Máster en of Zimbabwe. MA in African History
Historia africana por la Universidad de at University of Zimbabwe. Associate
Zimbabwe. Profesor adjunto de Estudios Professor of Development Studies,
del Desarrollo, Universidad de Sudáfrica. University of South Africa. Associate
Investigador asociado del Instituto Researcher, South African Institute of
Sudafricano de Asuntos Internacionales y International Affairs, and Associate
del Centro Ferguson de Estudios Africanos y Researcher, Ferguson Centre for African
Asiáticos, Universidad Abierta, Reino Unido. and Asian Studies, Open University, United
Publicó más de veinte obras de trabajo Kingdom. He has published over twenty
académico sobre estudios poscoloniales, pieces of academic work on postcolonial
derechos humanos y democracia, así como studies, human rights, and democracy as
sobre estudios de seguridad. well as security studies.
El presente sombrío y el futuro misterioso
Palabras clave
1| África 2| Colonialismo / Poscolonialismo 3| Incertidumbre 4| Estudios del desarrollo
5| Proyecto nacional 6| Política
Keywords
1| Africa 2| Colonialism / Postcolonialism 3| Uncertainty 4| Development Studies
5| National Project 6| Politics
Introducción
Lo que recorre este trabajo es el tema complejo de la fenomenolo-
gía de la incertidumbre humana. La cuestión de la incertidumbre
humana en este siglo es obvia, incluso, para los historiadores que
suelen sentirse más cómodos con la familiaridad de los pasados de
la humanidad que con el presente sombrío y el futuro misterioso.
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
Becker (1994: xii-xiv) explicó que la “fenomenología de la incerti-
dumbre” está caracterizada por manifestaciones de convergencia e
intersección de épocas que causan inestabilidades y dudas acerca de
las adecuaciones del orden normativo existente de la vida, falta de
confianza en las cosmovisiones existentes, fragmentación de identi-
dades, ruptura de los valores conocidos de sociabilidad y civilidad, y
signos visibles de la vacuidad de las nociones sobre el Estado nación.
Esta incertidumbre engendra una nueva búsqueda de certeza y for-
mas alternativas de organización de la vida humana superadoras de
las ideas westphalianas que ponen al Estado nación en el centro de
vida humana.
Wole Soyinka en sus Conferencias Reith trasmitidas por la
Radio 4 de la BBC en 2004, comentó un aspecto de la incertidumbre
humana que llamó el “clima de miedo”. Sus palabras:
La incertidumbre intelectual y la
crisis de creencia en el progreso se
remontan a los años noventa. Fue
abiertamente encapsulada en las
distintas versiones de pensamiento
posmoderno y el auge de las
nociones de la sociedad del riesgo.
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
nes poscoloniales africanos están entre los más recientes del mundo
y tienen un vigoroso potencial para lograr el desarrollo económico y
reclamar el siglo XXI.
Entre los signos positivos del potencial económico de
África, Lopes citó el ejemplo de Sudáfrica que no tiene deudas, un he-
cho anómalo en África. En segundo lugar, citó el caso de las potencias
emergentes como Brasil, India y China que invierten cada vez más en el
continente africano, con la China como principal inversora. En tercer
lugar, citó el crecimiento de relaciones Sur-Sur que están a punto de
eclipsar las relaciones de explotación Sur-Norte previas dominadas por
el compromiso del donante/receptor que no contribuyeron al desarro-
llo económico africano.
Para Lopes, por lo tanto, los países en vías de desarrollo
del Sur aprendieron una buena lección sobre cómo trabajar junto a
grupos estratégicos del Sur como BRIC (Brasil, India y China) y G22,
que les permitió ganar espacio dentro del gobierno mundial para ar-
ticular intereses comunes. Estos grupos robustos y articulados de los
países en vías de desarrollo convirtieron con éxito las mesas redondas
Doha y las cumbres de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
en lugares de lucha. Ellos consolidaron una voz y un espacio en la 21
CyE política y economía mundial y África se beneficia de este espacio po-
Año VI lítico abierto. Lopes habló sobre el surgimiento de lo que él denomina
Nº 11
Primer
“la Agencia del Sur” capaz de abrir un espacio político para los países
Semestre en vías de desarrollo dentro de los principales burós mundiales donde
2014
se toman las decisiones económicas y políticas, tales como el FMI y el
Banco Mundial.
Lopes también sostuvo que lo que se escribía en la pan-
talla global estaba aumentando la renovación africana que a menudo
se ve eclipsada por concentrarse en puros casos de teatralismo políti-
co, de líderes como el presidente Robert Mugabe de Zimbabwe, que
luego fueron exagerados para mostrar que África estaba condenada al
fracaso. Para él, las tendencias positivas en África han superado con
creces las tendencias negativas en los ámbitos económicos de la vida.
Hubo una marcada reducción de la escalada de las guerras civiles que
comprometían el potencial económico y las iniciativas del continente
(Lopes, 2010). Lopes señaló que África sobrevivió perfectamente a la
crisis financiera mundial porque sus bancos no estaban plenamente
integrados a la banca occidental global. De hecho, en lugar de entrar
en crisis como otros países, África mantuvo el crecimiento económico
El presente sombrío y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
Pero lo “real” existe en oposición a lo que Lacan (1977) de-
nominó “realidad”, que fue la creación o el resultado de un conjunto
específico de prácticas discursivas y mecanismos de poder histórica
y sociológicamente condicionados (Zizek, 2001: 66). Lo “real” se con-
vierte en ese límite externo (ese presente que está ausente) tomando
prestada la terminología de Ernesto Laclau, que existe más allá de las
experiencias humanas vividas. Zizek (2001: 166) considera lo “real”
como una “ilusión” que existe persistentemente contra la presión de la
realidad. Este análisis lacaniano y zizekiano de la “realidad” y lo “real”
ayuda al nuestro, al comprender cómo los seres humanos se enfrentan
con la realidad durante momentos hostiles, traumáticos e inciertos en
la historia a través de la producción de registros utópicos como nacio-
nalismo, democracia, liberalismo, derechos humanos, socialismo, ca-
pitalismo, sociedad civil y esfera pública, etc., ya que intentan reducir
la brecha entre la realidad y lo “real”. Lo que los seres humanos hacen
sin tregua y sin descanso es tratar de conocer y capturar lo “real” a tra-
vés de la simbolización, representación, denominación y otras formas
de ingeniería social y política (Stavrakakis, 1999: 74). Esto es parte de
cómo los seres humanos luchan por trascender la fenomenología de la
incertidumbre. Jean Hillier dijo lo siguiente: 23
CyE Este es el “juego” que lleva a la aparición de políticas entre pun-
Año VI tos de vista simbólicos diferentes acerca de cómo debería ser el
Nº 11
Primer
“mundo”, y a la institución política de una nueva fantasía (deci-
Semestre sión/opinión aceptada, etc.) en lugar de una dislocada (Hillier,
2014
2003: 46).
El filósofo inglés John Gray (1994) sostuvo que una de las característi-
cas fundamentales de los seres humanos es su rechazo de la contingen-
cia de la humanidad. Esto se realiza a través de mediaciones religiosas y
filosóficas. La otra característica común de la humanidad es la creencia
de ser una especie exclusiva capaz de dominar su propio destino a di-
ferencia de las vacas, perros y gatos. Según Gray (2004: 4), la creencia
humana en el progreso es mera fe y superstición.
Para los africanos y los no africanos, en todo el mundo,
sobrellevar la fenomenología de la incertidumbre implicó el despliegue
creciente del registro utópico de la democracia, que asumió un signifi-
cado cobertor de varias demandas y anhelos humanos articuladas en
lenguajes de libertad, reforma, igualdad, fraternidad, gobernabilidad,
convivencia ética, bienestar material, justicia social, liberación, reco-
El presente sombrío y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
lucionaria radical de Zimbabwe que se basa en cuatro temas: la
tierra; la raza; la dicotomía entre “traidores” y “patriotas”; y el
rechazo a la interferencia occidental basada en lo que se percibe
como “ideales occidentales” como el de los derechos humanos
(Tendi, 2010: 1).
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
repensar el desplazamiento de la “procedencia del Estado nación y sus
fetiches, el surgimiento de nuevas formas de encantamiento y la ex-
plosión de los discursos neoliberales de la sociedad civil” (Comaroffs,
2000: 293). Se comprometieron con lo que denominan “nuestro dilema
actual”. Se esforzaron por entender por qué las políticas de consumis-
mo, derechos humanos y civiles coincidían con nuevos patrones de la
violencia, la exclusión y por qué hubo este desconcertante y extraño
acoplamiento de “legalista y libertario; constitucionalidad y desregu-
larización; híperracionalización y la proliferación exuberante de prác-
ticas ocultas innovadoras y magia monetaria; esquemas piramidales
y evangelios de prosperidad; los encantamientos, en sí, de una econo-
mía decididamente neoliberal cuyas especulaciones –más inescruta-
bles que nunca– parecen invocar en su despliegue a nuevos espectros
(Comaroffs, 2000: 292).
Sin embargo, es necesario tamizar cuidadosamente a tra-
vés de lo que los letrados de orientación occidental abogaron como
la solución a la incertidumbre en África. Reflexionar un poco en las
ideas de Zizek revelará un incómodo eurocentrismo propuesto como
la solución a los problemas mundiales. Leído detenidamente, el pen-
samiento marxista lacaniano ofrece ideologías regresivas como signos 27
CyE de innovación y esperanza de salvación mundial. Maldonado-Torres
Año VI (2003) analizó exitosamente el pensamiento de Zizek y reveló lo que
Nº 11
Primer
realmente representa en la época actual de crisis ideológica mundial.
Semestre El programa de Zizek es rescatar el marxismo a través de
2014
una apelación a la ortodoxia, es decir, volver a arraigar la esperanza
comunista en la cristiandad occidental después del colapso de la Unión
Soviética (Maldonado, 2003). Zizek está aportando al mundo una lec-
tura materialista del cristianismo como parte de una causa perdida,
aunque digna, de emancipación humana. Maldonado-Torres (2003;
2004) es muy crítico del eurocentrismo abierto de Zizek con que de-
fiende al cristianismo y fustiga religiones y espiritualidades no occi-
dentales que también prometen la salvación a sus adherentes. Zizek, en
sus postulados aparentemente radicales no logró “ocultar la cantidad
de racismo epistémico” arraigado en la Ilustración (Maldonado-Torres,
2003). Su crítica radical de la modernidad occidental falla porque es
parte del intento de salvar la misma modernidad. Uno puede leer la
defensa de Zizek del cristianismo y sus intentos de rescatar el marxis-
mo, que son parte de las ideologías del eurocentrismo, en The Fragile
Absolute (2000) y Puppet and the Dwarf (2003).
El presente sombrío y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
entre el nacionalismo represivo del imperialismo y el naciona-
lismo progresista de la resistencia anticolonial; entre el naciona-
lismo que lidera el control, la conquista y el genocidio y aquellos
que buscan la descolonización y la emancipación de las naciones
oprimidas y las comunidades; entre luchas por la dominación y
luchas por la liberación; entre los objetivos reaccionarios, refor-
mistas o revolucionarios de nacionalismos diferentes (Zeleza,
2003: vi).
Esto fue cierto en el caso de los padres fundadores de los Estados nacio-
nes africanos como Jomo Kenyatta de Kenia, Leopoldo Sedar Senghor
de Senegal, Kwame Nkrumah de Ghana y Kamuzu Banda de Malawi.
Zeleza (2002) señaló que estos africanos cultos soñaron tanto en lenguas
africanas como en europeas. Sufrieron de una crisis terrible: se les enseñó
a odiar al África que los produjo y a admirar a la Europa que los rechazó.
Estas “mentiras andantes” se convirtieron en líderes nacio-
30 nalistas y en los padres fundadores de los Estados naciones africanos.
No es de extrañar que nacionalismo africano se viera limitado en su CyE
capacidad de generar y reproducir ciudadanos autónomos, de sujetos Año VI
Nº 11
coloniales africanos, desde el principio. Esa importante tarea del na- Primer
cionalismo, como alcanzar la autodeterminación nacional de las ex Semestre
2014
colonias, rehacer las colonias en Estados naciones soberanos, iniciar
un desarrollo económico beneficioso para los africanos previamente
colonizados y e instalar la democracia, la dignidad humana y los dere-
chos humanos que fueran negados bajo el colonialismo, se tornó cada
vez más confusamente articulada (Mamdani, 1996; Zeleza, 2003).
Lo que está fuera de duda es que nacionalismo africano
tuvo una misión redentora y una trayectoria progresiva, aunque fuera
muy complicada, comprometida, incompleta y problemática. El na-
cionalismo, sin embargo, no puede ser totalmente descartado como si
fuera “shibboleths de geografías e historias desacreditadas” y un pro-
veedor de “patologías primordiales” (Zeleza, 2003). El hecho de que
sus aspectos redentores y liberadores permanecieran sumergidos den-
tro de las complejas matrices coloniales del poder, y que no lograra
la plena descolonización de África, no justifica el repudio y descarte
completos. Como Moyo y Yeros (2007) argumentaron, el nacionalismo
africano aún tiene algunos atributos revolucionarios y progresistas, a
pesar de sus crisis reincidentes de autoritarismo y violencia. Moyo y
Yeros aportan un estudio de caso detallado, el del nacionalismo zimba-
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
bwense, que fue capaz de entregar terrenos a los campesinos sin tierra
en un ambiente restrictivo neoliberal de Posguerra Fría. Moyo y Yeros
reconocen el logro de Zimbabwe de defender con valentía y sin ayuda
de nadie la causa africana:
Zimbabwe, efectivamente, declaró el default de la deuda exter-
na e impuso fuertes controles sobre su cuenta patrimonial y sus
bancos; Zimbabwe fue uno de los actores principales en las alian-
zas a nivel mundial que frenaron las negociaciones de la OMC en
Seattle, le dijo sus verdades al poder en Doha; y rechazó la refor-
ma oportunista de las Naciones Unidas; Zimbabwe socavó sin
ayuda a la NEPAD y reiteradamente confrontó al subimperialis-
mo sudafricano y al imperialismo estadounidense, incluyendo a
la República Democrática del Congo (RDC), a un costo elevado
para sí (Moyo y Yeros, 2007b: 178).
Pero ese “costo elevado para sí” es lo que hizo que algunos investi-
gadores dudaran del poder revolucionario y redentor del activismo
nacionalista de inspiración estatal como una salvación para África
(Ndlovu-Gatsheni y Muzondidya, 2011). A menos que el nacionalismo
africano logre superar completamente las principales contradicciones 31
CyE que fueran legadas por el colonialismo, que incluye tendencias represi-
Año VI vas, autoritarias e intolerantes, seguirá siendo repudiado por algunos
Nº 11
Primer
de sus antiguos partidarios y fundadores. El estado actual del nacio-
Semestre nalismo africano es que, por más que intente disociar sus ideologías y
2014
prácticas de la epistemología colonial, “el autoritarismo de la época co-
lonial [continúa] reproduciéndose a sí mismo dentro de los movimien-
tos nacionalistas” (Mair y Sithole, 2002: 23). Incluso la esfera pública
africana actual representa su interpelación a la esfera pública colonial,
que existió como un sitio sagrado reservado para el grupo colonial de
burgueses blancos que condujo el discurso público colonial y que “pen-
só” y “habló” en nombre de los “sujetos” coloniales africanos desprote-
gidos y subalternizados, en términos condescendientes y paternalistas.
Esta vez, los roles paternalista y maternalista coloniales son jugados
por las ONG locales e internacionales junto con organismos financie-
ros internacionales como la Fundación Westminster, DFID y otros.
Una de las principales realidades de la vida africana bajo el
colonialismo fue el exhaustivo y sistemático silenciamiento de los afri-
canos. Austin Bukenya definió la “oralidad productiva” como la impli-
cación de “autodefinición, autoafirmación, negociación de relaciones,
El presente sombrío y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
(ex) centros imperiales en lugar de valores, preocupaciones e intereses
africanos. Es en este contexto que los africanos recayeron en el nativis-
mo, mientras siguen resistiendo el confinamiento forzoso de su histo-
ria, valores e identidades a los márgenes bárbaros del mundo (Ndlovu-
Gatsheni, 2008; 2009).
Lo que termina siendo representado como nativismo, co-
mienza como un nacionalismo redentor, centrado en permitir que los
africanos intenten tomar el control de la esfera pública con el fin de
expresar públicamente sus preocupaciones comunes. El nativismo
también comienza como una forma de discurso inverso y un intento
de desafiar la hegemonía occidental. El desafío principal sigue siendo
cómo articular los problemas africanos en una auténtica voz africana
sin caer en el nativismo. Cómo hablar y pensar sobre la democracia sin
imitar la democracia liberal occidental. Cómo hablar de esfera pública
africana sin repetir las nociones de la esfera pública articuladas y deli-
neadas por Jurgen Habermas.
Habermas definió la esfera pública como una “esfera donde
los individuos del ámbito privado se reúnen como público y debaten
cuestiones de interés común” y este sitio no es “gobernado ni por la
intimidad de la familia, ni la autoridad del Estado, ni el intercambio 33
CyE del mercado, sino por la razón pública de los ciudadanos particulares”
Año VI (Habermas, 1989: 27). Habermas entendió la importancia de esta esfera
Nº 11
Primer
en el contexto de la transición emancipadora clásica liberal del feuda-
Semestre lismo al capitalismo en Europa, junto con la consiguiente aparición de
2014
la burguesía como clase revolucionaria crítica de la del régimen mo-
nárquico basado en la herencia y la religión.
En términos generales, Habermas se refiere a la etapa ini-
cial en que el desarrollo de la democracia liberal estaba ligado al surgi-
miento de la clase burguesa en Europa y los discursos de la Ilustración
que sustentaron la modernidad (Peters, 1993: 542). Pero África, que
experimentó el lado más oscuro de la modernidad, que incluso im-
pidió la formación y el surgimiento de una clase burguesa negra, no
puede seguir el mismo camino que Habermas señala para arribar a su
esfera pública.
Una conjunción de fases “negativas” de la modernidad cul-
minó en el nacimiento de lo que Mahmood Mamdani describió como
Estados coloniales bifurcados, que segregaban a su población en linea-
mientos raciales de “ciudadanos” y “sujetos” (Mamdani, 1996). Esta
configuración colonial del Estado tuvo consecuencias en el largo plazo
El presente sombrío y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
de la realización dolorosa de que el ethos cultural nacionalis-
ta, los reflejos y el vocabulario que llegaron para estructurar
el pensamiento filosófico, político y desarrollista africano, no
solo arrastró a África y al modo de pensar africano a la trampa
afrocéntrica paralizante, sino que también enturbió la mayoría
de los proyectos de modernización de África. El posafricanis-
mo fue propuesto, primero, como un intento de deconstruir el
sentimentalismo propenso al desastre, orgullo y paranoias in-
herente a la mayor parte de ideologías de la africanidad tanto en
arte, política o discurso de desarrollo y, segundo, para buscar
condiciones nuevas y frescas para un compromiso intelectual
africano más performativo con África, la modernidad y occi-
dente (Ekpo, 2010: 181-182).
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
beración africana y las formas de conocimiento. El nativismo odiado
surgió de este entorno, de la psicología del colonialismo como un dis-
curso inverso que procura subvertir y socavar las ideologías coloniales
a través de la movilización de la identidad y la cultura africanas des-
plazadas. Al escribir sobre el registro utópico de la liberación, Benita
Parry expresó:
Cuando consideramos la narrativa de la descolonización, nos
encontramos con retóricas en las cuales el “nativismo” de una
forma u otra es evidente. En lugar de corregir estas teorizacio-
nes fustigadoras, como un catálogo de errores epistemológicos,
de mistificaciones esencialistas, como una apropiación chauvi-
nista del disenso, como algo más que un racismo antirracista,
etc.; yo quiero considerar lo que podría ganarse con preguntas
no sentenciosas a las articulaciones que, aunque con frecuencia
impulsadas por una pasión negativa, no se puede reducir al mero
mancillar de injusticias o a la repetición de los términos canóni-
cos del trabajo del imperialismo (Parry. 2004: 40).
Epistemologías de la libertad
Walter D. Mignolo subrayó que formas de análisis y del habla están
siempre influenciadas por la posición particular de los analistas en las
estructuras de poder, y que los modos de conocer y percibir el mun-
do están siempre situados (Mignolo, 2000). Para África, dos lugares
[loci] epistémicos dominantes de enunciación de historias, discursos
y desarrollos son fácilmente discernibles, aunque no son mutuamente
excluyentes.
La primera es la que intentó contar la historia de África
desde la perspectiva de la modernidad occidental y la interpretación de
38 la historia africana de manera análoga. La segunda es la que comienza
la historia de África desde la perspectiva de la colonialidad, y que está CyE
vinculada a las perspectivas epistémicas subalternas que critican el Año VI
Nº 11
planeo de una única versión de verdadero conocimiento universal Primer
de la filosofía occidental (Mignolo, 2000: 721-748). La primera es, en Semestre
2014
general, una narración de la historia del proyecto emancipatorio mo-
dernista, cuyo punto de partida fueron los discursos de la Ilustración
que se opuso a los monarcas feudales con sus nociones hereditarias del
poder, las iglesias conservadoras que privilegiaban las creencias al co-
nocimiento, y la superstición basada en la religiosidad ciega sostenida
por la ignorancia y el miedo.
El discurso neoliberal posmoderno está impregnado com-
pletamente por el pensamiento intelectual burgués de la Ilustración,
arrogancia intelectual que incluye la celebración de la violenta con-
quista de África en eufemismos coloniales tales como: “pacificación”,
“misión civilizadora”, “oprobio del hombre blanco” y “modernización”
(Crong, 1984; Rostow, 1960; Roper, 1965; Ndlovu-Gatsheni, 2001;
2006). Este paradigma asumió el universalismo y pretende no solo ser
universalista, sino también ser un punto de vista neutral y objetivo.
Mientras que el segundo paradigma narra la historia com-
pleja e inconclusa de la liberación del colonialismo, el neocolonialismo,
el imperialismo neoliberal y la globalización hegemónica; el primero
cuenta la historia humana desde el punto de vista de la modernidad
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
occidental que “reclama a la homogeneidad del planeta desde arriba
–económica, política y culturalmente” (Mignolo, 2000: 721). Esto está
respaldado por lo que Wallerstein (1991: 1) denominó “paradigmas de
las ciencias sociales del siglo XIX” que se consumieron holus bolus en la
academia africana, que limitaron bárbaramente el desarrollo del pen-
samiento intelectual africano autónomo y original, y la imaginación
del mundo. Wallerstein señaló que:
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
de empoderamiento económico, justicia social y control autónomo del
destino africano.
Sin embargo, el Estado poscolonial siguió sirviendo a los
intereses del capital mundial en lugar de a los intereses de los pueblos
de África, debido a las astucias de las matrices de poder coloniales.
El Estado africano debe servir a los intereses de las masas populares
en lugar de a los del capitalismo mundial (Nyong’o, 1987: 25). Esta no
es una tarea fácil de lograr debido al poder disciplinador del capital
mundial y la mirada vigilante de instituciones multilaterales pode-
rosas como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la
Organización Mundial de Comercio, ajustadas a los intereses de las
naciones ricas del Norte.
Una de las preguntas difíciles que siguen palpitando den-
tro de las narrativas decoloniales-liberadoras es: ¿cómo reestructurar
el Estado poscolonial africano en consonancia con las demandas popu-
lares africanas? Ake (2000: 167) ofrece dos opciones para la transfor-
mación del Estado africano:
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
En 1992, Ekeh amplió su tesis sobre los “dos públicos” pues se com-
prometió con el carácter de la sociedad civil de África poscolonial.
Identificó cuatro tipos básicos de organizaciones de la sociedad civil,
a saber: organizaciones cívicas públicas (laborales, asociaciones pro-
fesionales y estudiantiles, medios de comunicación); organizaciones
cívicas desviadas (sociedades secretas, movimientos religiosos funda-
mentalistas); asociaciones públicas primordiales (asociaciones étnicas y
comunales); y asociaciones de desarrollo indígena (asociaciones de agri-
cultores y tradicionales de la mujer) (Ekeh, 1992: 187-212).
Lo que está claro acerca del civismo en la categorización
cuádruple de Ekeh, es que reflejó la fundación histórica única de las
experiencias africanas, en particular las experiencias formadas por el
colonialismo y el nacionalismo. Reveló cómo la civilidad africana fue
mediada por imperativos profesionales, religiosos, étnicos, indígenas y
de género, diseñados por la modernidad colonial.
Mamdani parece reforzar el argumento básico de Ekeh,
acerca de cómo la herencia del colonialismo legó un tipo particular de
sociedad civil en las sociedades poscoloniales. Analizó el carácter ex-
cluyente de la sociedad civil colonial fundada en la jerarquía racial de
nativos y colonos. En esta configuración colonial, los nativos excluidos 43
CyE seguían humillados en la esfera principal marcada por clasificaciones
Año VI étnicas fosilizadas y fragmentadas.
Nº 11
Primer
Por tanto, el nacionalismo africano y las luchas anticolo-
Semestre niales apuntaban en parte a la desracialización y la africanización de la
2014
sociedad civil dominada por los blancos, así como a la apertura de sitios
para la deliberación pública de los africanos, más allá de la vigilancia
del Estado colonial. Mamdani (1996: 21) estaba en lo cierto al afirmar
que, hacia el ocaso del colonialismo, las iniciativas de desracializar la
sociedad civil surgieron simultáneamente con su creciente tribaliza-
ción. Esto fue inevitable para un pueblo emergente de un ardid discur-
sivo colonial bifurcado, en que raza y etnia eran los principales vecto-
res en la organización social de la población colonial.
Al final del régimen colonial, la sociedad civil desarrolló
una compleja relación con el Estado poscolonial, ya que el Estado se
convirtió en el fenómeno regulador más ubicuo de la vida de las perso-
nas. En consecuencia, para los nacionalistas poscoloniales triunfantes
a cargo del Estado los objetivos de las nuevas luchas que se encontra-
ban en la sociedad civil eran incomprensibles. ¿Se trata de sustituir al
Estado o, simplemente, hacer que sea más abierto al pluralismo y la
El presente sombrío y el futuro misterioso
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
pueblo (The Herald, 19 de abril de 2008).
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
bias tales como nativismo y xenofobia, que devoró a aquellos africanos
considerados el Otro tóxico, para utilizar la terminología zizekiana.
Los demás registros utópicos, como la sociedad civil y las preciadas no-
ciones de esfera pública, donde se dice que reina el pensamiento racio-
nal, aun son parte de la “política aspiracional” que surge en el contexto
de la fenomenología de la incertidumbre.
Los desafíos globales y locales actuales son muy complejos,
y algunos ilustrados se declararon xenófobos, como lo revela Samuel
Huntington en su libro Who are We? The Challenge to America’s National
Identity (2004), en el que identificó a quienes consideraba no estadouni-
denses, en particular a la creciente presencia hispana en Estados Unidos,
como la constitución de una amenaza para la identidad nacional. Tales
publicaciones indican una confusión ideológica de primer orden, donde
el culturalismo fue convertido en una herramienta de análisis hasta el
punto de singularizar múltiples lenguas y culturas como constitutivas
del terrorismo cultural. Es paradójico que un país como Estados Unidos
que es, básicamente, una nación de inmigrantes y colonos pueda virar
y alarmarse por la inmigración y el multiculturalismo en el siglo XXI.
¡Tenemos el terror medieval a los bárbaros en puerta! Este argumento se
ve reforzado por Francoise Verges, quien sostuvo que: 47
CyE La xenofobia está de vuelta en Europa. El extranjero es, una vez
Año VI más, el objetivo de los ataques, la explicación a todo lo que va
Nº 11
Primer
mal: pérdida del empleo, inseguridad, criminalidad. Personifica
Semestre el temor de estar atestado en el propio país, de perder los valores
2014
“nacionales”, la identidad “nacional”, de ya no sentirse “en casa”
(Verges, 2011).
Pero desde el lado africano está claro que otro mundo no podrá ser
posible mientras el continente y sus pueblos no estén completamente
descolonizados, y las astucias del mundo poscolonial neocolonizado
sean destruidas. Esto requerirá una rebelión epistémica que logre que
aquellos previamente colonizados tengan confianza en sí mismos,
permitiéndoles volver a imaginar otro mundo libre de la tutela oc-
cidental y los dictadores africanos que gozan de protección occiden-
tal. Es necesaria una nueva imaginación que libere al colonizador y al
48 colonizado simultáneamente. Esto significará eliminar las jerarquías
raciales creadas por la modernidad colonial, así como el fundamen- CyE
talismo creado por diferentes nacionalismos. Se debe otorgar más es- Año VI
Nº 11
pacio a las perspectivas desde el Sur, dado que promete otro mundo, Primer
libre de pensamiento occidental hegemónico que fue construido sobre Semestre
2014
los valores de explotación y opresión de la esclavitud, el imperialismo
y el colonialismo.
Los recientes acontecimientos revolucionarios y popula-
res que comenzaron en Túnez, obligando al dictador Zine El Abidine
Ben Ali a huir del país el 14 de enero de 2011, y que se extendieron a
Egipto obligando a Hosni Mubarak a dejar del poder después de 30
años como presidente, proyecta esperanzas acerca del poder de la gente
común para decidir sobre su propio destino y liberarse de las autocra-
cias (Arieff, 2011: 1-23). La región del Magreb sobrevivió a los cambios
democráticos de los noventa con gobiernos autocráticos que mantu-
vieron su control del poder. Pero lo que comenzó en Túnez sacude no
solo la región del Magreb, sino también al Medio Oriente y al resto de
África. Los levantamientos populares, que atemorizaron a los líderes
dictatoriales en todo el mundo, aportan esperanza de que la gente co-
mún todavía esté preparada para reclamar y dar forma a los destinos
de sus naciones. Pero permítanme que termine este libro con las pre-
guntas lúcidas de Santos (2007: 49) como una indicación para la futura
investigación y dirección intelectual en el Sur global:
Sabelo J. Ndlovu-Gatsheni
¿Cómo podemos identificar la perspectiva de los oprimidos en
las intervenciones en el mundo real o en cualquier resistencia?
¿Cómo podemos traducir esta perspectiva en prácticas de
conocimiento? En la búsqueda de alternativas a la dominación
y la opresión ¿cómo podemos distinguir entre alternativas al
sistema de opresión y dominación y alternativas dentro del
sistema o, más concretamente, cómo podemos distinguir
entre las alternativas al capitalismo y alternativas dentro del
capitalismo? En suma ¿cómo podemos luchar contra las líneas
abisales utilizando instrumentos conceptuales y políticos que
no los reproduzcan? Y finalmente, una pregunta de especial
interés para los educadores: ¿cuál sería el impacto de una
concepción pos-abisal del conocimiento (como una ecología
de saberes) sobre nuestras instituciones educativas y centros
de investigación?
La lucha debe continuar. ¡Aluta continua –esta vez bajo la forma de una
resistencia epistemológica comprometida contra la violencia epistémi-
ca que había impedido las imaginaciones alternativas del mundo y la
libertad de los saberes y cosmologías del Sur global! 49
CyE Bibliografía
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51
memoria
Stuart Hall
Karina Bidaseca
Palabras clave
1| Estudios culturales 2| Políticas públicas 3| Racismo 4| Democracia 5| Capitalismo
Keywords
1| Cultural Studies 2| Public Policies 3| Racism 4| Democracy 5| Capitalism
Karina Bidaseca
Negro”, llegó al centro imperial de Gran Bretaña en 1951 y pudo mirar
Jamaica desde el otro lado.
Se instaló en la Universidad de Merton (Oxford) con
una beca de Rhodes para estudiar literatura en inglés. El viaje
a Inglaterra significó un compromiso con la política de las “Indias
Occidentales”: «Llegué como estudiante anticolonial, por así decirlo,
con un apasionado compromiso por la independencia de Jamaica y la
lucha contra el colonialismo en general. Pero yo no sabía mucho acer-
ca de política. Y yo no había estado profundamente comprometido en
la política jamaiquina debido a mi cultura familiar (…). Mi padres,
básicamente, pensaban que el fin del imperio era el final del mundo.
(...) Tuve una relación muy conflictiva con lo que yo creo es la cultura
de Jamaica (...), la política jamaiquina.” (Critical...) Confesaba que, ape-
nas tres meses en Oxford “me convencieron de que no era mi casa. No
soy inglés y nunca lo seré. La vida que he vivido es una existencia de
desplazamiento parcial. Vine a Inglaterra como un medio de escape, y
se trataba de un fracaso”. (Critical...).
Karina Bidaseca
feminismo y la cuestión de la raza:
“Para los estudios culturales (…), la intervención del feminismo
fue específica y decisiva. Fue un rompimiento. Reorganizó el
campo en formas concretas. Primero la apertura de la cuestión
de los personal como político y sus consecuencias para cambiar
el objeto de estudio en los estudios culturales fue completamente
revolucionaria de forma práctica y teórica. Segundo, la expan-
sión radical de la noción de poder, que hasta el momento ha-
bía sido desarrollada dentro del marco de la noción de lo público
(…); tercero, la centralidad de las nociones de género y sexuali-
dad para entender el poder mismo; cuarto, la apertura de muchas
preguntas que habíamos eliminado en torno a las áreas peligro-
sas de los subjetivo y el sujeto (…); quinto, la “re-apertura” de
la frontera cerrada entre teoría social y teoría del inconsciente-
psicoanálisis” (Stuart-Hall, 2010: 57).
Bibliografía
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Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador).
“An interview with Stuart Hall” 2007 Critical Quarterly 50 (1-2): 12-42.
Stuart Hall
60
Perspectivas
Mundos (pos)coloniales
Consideraciones sobre la
raza, género/sexo, agencia/
tiempo y ensayo sobre el
Tercer feminismo
Karina Bidaseca
Palabras clave
1| Pensamiento poscolonial 2| Tercer feminismo 3| racismo colonial 4| género/sexo
5| narrativas
Keywords
1| Postcolonial Thought 2| Third Feminism 3| Colonial Racism 4| Gender/Sex 5| Narratives
I. Mundos (pos)coloniales
Tiempo al tiempo.
“La revolución: no es limpia, ni bonita, ni veloz”
Pat Parker, feminista afroamericana
Karina Bidaseca
2004) constituye su acta fundacional, fundamental para desempolvar
al imperialismo y al colonialismo del “destierro intelectual”. A propó-
sito solía decir que la situación “inusual” de su pueblo, es que “somos
las víctimas de las víctimas […]. Estamos sujetos a un colonialismo
único” (Said, 2001: 53-54).
Sobre cuestiones afines, conversé hace tres años en Buenos
Aires con quien lo recuerda con admiración, la socióloga palestina Elise
Aghazarian, a quien invité a brindar una disertación sobre el intelec-
tual árabe en la sociedad del conocimiento. Elise me dijo: “Observé tan-
to aquí como en India, mucha gente hablando sobre post-colonialidad
tiana del choque de civilizaciones, fue una de las razones que, cuenta
Said en el prólogo, de que ese libro no lograra atraer el suficiente inte-
rés editorial. Allí discute esa tesis oponiendo la interdependencia de
las culturas. Su obra funda hacia 1980 un zeitgeist en que confluyen
proyectos intelectuales provenientes de distintos sures: el Grupo de
Estudios Subalternos en el sudeste asiático cuyo propósito es devolver
a la historia las voces bajas de los campesinos indios; en Bolivia, don-
de su obra fue traducida al castellano por Silvia Rivera Cusicanqui y
Karina Bidaseca
la corriente saidiana de estudios culturales hasta el debate histo-
riográfico más reciente. Cuando fenómenos como el descrito se
observan desde un país como Bolivia, resulta paradójico descubrir
que los ecos de muchos debates generados en el Sur acaban llegan-
do mediatizados por la reflexión académica del Norte […]. Con la
publicación de esta colección de artículos queremos situar los ecos
del debate postcolonial iniciado en la India al lugar de su primera
emisión, restituyendo así la idea de relaciones Sur- Sur algo de su
concreción geográfica y experiencial, así como de su peculiar tex-
tura y especificidad historiográficas. […] Pensamos que la reflexión
y el debate lanzados por colegas de la India permitirá conectar mu-
chas de estas cuestiones con nuestra propia reflexión, retomando
temáticas ya esbozadas en los círculos latinoamericanos desde los
años setenta, pero también enfrentando nuevas preguntas y reali-
dades como las que se han venido dando en los ochenta y noventa y
a lo largo del continente (Rivera Cusicanqui y Barragán, 1997: 15).
Ese “dialogo horizontal” entre intelectuales del Sur que las autoras ubi-
can hacia el fin del texto en el lugar del anhelo, señala desafíos y límites
propios de la política imperialista.
67
CyE “Creo que es difícil hacer una teoría en un espacio global. Porque
Año VI cada uno de estos espacios y los tiempos se han construido de
Nº 11
Primer
manera diferente. También son el producto de la manera en que
Semestre los movimientos de protesta se están organizando. Ciertamente,
2014
el lenguaje de la ciencia social no será uno, serán varios. Esto no
quiere decir que hay una cierta relatividad. Lo que estoy sugi-
riendo es que el significado del lenguaje de las ciencias sociales
será diferente. Esto va a tener que competir y luchar contra los
modelos hegemónicos. Y esta historia tiene que ser entendida y
debe ser contextualizada. Si bien es imposible reconstruir que la
teoría social se aparte del contexto, es posible adaptarse a diferen-
tes contextos. Es difícil para mí entender los estudios subalternos
sin entender su crítica de la historiografía nacionalista. Pero no
hace falta saber aquí la crítica de la historiografía nacionalista
India para aplicar ese conocimiento a América Latina. Al igual
que el marxismo creativamente encontró un camino en el mun-
do sin necesidad de adaptarse a los debates europeos. Tenemos
que pensar entonces la contextualización mientras puede surgir
la adaptación” (Entrevista a Sujata Patel, 2 de noviembre 2011).
Karina Bidaseca
titución de conocimiento social dominante. “Este colonialismo coloniza
las mentes […]. El Oeste está en todas partes, dentro y fuera de Occidente,
en las estructuras y en la mente” (Nandy, 1983: ix). El colonialismo cons-
truye el conocimiento de los demás a través del espacio y la lengua y cual-
quier teoría del imperialismo tiene que discutir las geografías de poder6.
4 “Una vez dicho esto, hay un libro que se llama Teoría del Sur escrito por Connell
en la Universidad de Sydney [Australia], que utiliza la teoría de la dependencia
para argumentar que se puede crear una teoría del Sur”, prosigue.
5 “Provincializar Europa”, el gesto reclamado por Chakrabarty (2008: 20), “era
precisamente descubrir cómo y en qué sentido las ideas que eran universales
habían surgido de tradiciones intelectuales e históricas muy particulares, las
cuales no podían aspirar a ninguna validez universal”. Desde A. Latina, Dussel
(1993) sostiene que la modernidad aparece cuando Europa se afirma como el
“centro” de una historia del mundo que se inaugura; la “periferia” es el afuera. En
consecuencia, el examen de la genealogía de la modernidad es parcial y provincial,
los intentos de la crítica o la defensa de ella unilateral y en parte falso.
6 “Y no tenemos ese idioma, sin embargo, porque el marxismo clásico que habla
del imperialismo en el exterior de las geografías del saber y del poder, incluyendo
a Lenin. Entonces, ¿cómo nos organizamos en términos de conocimientos
de geografía y de poder? Y entonces, ¿cómo deconstruir estas estructuras de
conocimiento y poder tener un diálogo? Creo que la única manera es a través de
estos viajes, el aprendizaje de estas rutas entre los continentes”, (Entrevista con
Sujata Patel en Buenos Aires, 30 de octubre de 2010). 69
CyE En el caso del pensamiento poscolonial que surge hacia la
Año VI mitad del siglo XX en el marco de las experiencias de luchas anticolo-
Nº 11
Primer
niales en Asia y África, se consolida en lengua inglesa, principalmente
Semestre en la India, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Es notable la ausen-
2014
cia de producciones poscoloniales en lengua francesa7 que contrasta
con la importancia de la literatura y el ensayismo africano-francófono
(Fanon, Césaire y Senghor, Glissant)8 9.
luchas antiimperialistas y anticapitalistas del tercer Mundo aun a pesar que ‘soy
consciente de hecho que esta es una perspectiva limitada por el eurocentrismo’”
(citado por Said, 1996: 430). Todorov, Deleuze y Derrida, en Francia, y Stuart Hall y
Williams en Inglaterra, conforman para Said los teóricos de la excepción.
9 Por otro lado, las críticas de Homi Bhabha (2002) van dirigidas a la “construcción de
la modernidad” de Foucault, en tanto modernidad occidental. “La eurocentricidad de
la teoría foucaultiana de la diferencia cultural se revela en su insistente espacialización
del tiempo de la modernidad” (p. 293). Se deja fuera de la modernidad el espacio de
la experiencia colonial de los siglos XIX y XX y ubica a la “raza” (el racismo) fuera
de la modernidad, como una “ensoñación arcaica” presente en la shoah. Recordemos
que, para Foucault, la raza es el fundamento de la producción del biopoder, la forma
moderna de poder. El tema aparece en Historia de la sexualidad ([1975] 2002) y en
Defender la sociedad ([1976] 2000) donde pone en relación la raza y el colonialismo:
El racismo va a desarrollarse, en primer lugar, con la colonización, es decir, con el
genocidio colonizador; cuando haya que matar gente, matar poblaciones, matar
civilizaciones […]. Destruir no solamente al adversario político, sino a la población
rival, esa especie de peligro biológico que representan para la raza que somos,
quienes están frente a nosotros […]. Podemos decir que lo mismo con respecto a la
criminalidad. Si ésta se pensó en términos de racismo, fue igualmente a partir del
momento en que, en un mecanismo de biopoder, se plantó la necesidad de dar muerte
o apartar a un criminal. Lo mismo vale para la locura y las diversas anomalías. En
líneas generales, creo que el racismo atiende a la función de muerte en la economía
del biopoder, de acuerdo con el principio de que la muerte de los otros significa el
fortalecimiento biológico de uno mismo en tanto miembro de una raza o población
70 (Foucault, 2001: 232-233).
La propia Gayatri Chakravorty Spivak suma la crítica CyE
que dispara en su texto “¿Puede el subalterno hablar”? (1988) con- Año VI
Nº 11
tra Foucault y Deleuze10: “[…] algunos de los más radicales enfoques Primer
críticos nacidos en Occidente hoy en día provienen del deseo inte- Semestre
2014
resado de conservar cómo está al sujeto de Occidente a conservar a
Occidente como el único sujeto y tema (subject, en inglés como suje-
to y tema)”. Entonces la idea de congelamiento del Sujeto es funda-
mental. La teoría de los efectos de sujeto/tema pluralizados provoca
la ilusión de socavar la soberanía del sujeto mientras a menudo lo que
hace es servir de cobertura para la supervivencia de ese mismo suje-
Karina Bidaseca
tema está narritivizada en la ley, en la economía política y la ideolo-
gía occidentales, ese Sujeto tema omnipresente y latente pretende no
poseer “determinaciones geopolíticas”11. ¿Puede realmente hablar el
10 Esta crítica que es parte de una crítica general al imperialismo, se basa en el texto de
dos filósofos postestructuralistas, Michel Foucault y Gilles Deleuze “Los intelectuales
y el poder, una conversación entre Michel Foucault y Gilles Deleuze” (1977). Spivak
construye un argumento crítico que consiste básicamente en ignorar la cuestión de la
ideología, la división internacional del trabajo. La alusión a la clase obrera es inocente
dado que es incapaz de enfrentar al capitalismo global, esto es: la producción de un
sujeto de los obreros y los desocupados dentro de las ideologías del Estado nación, el
estatuto estructural heterogéneo de la agricultura en los países periféricos, etcétera).
11 Spivak precisa más su argumento afirmando que el nexo de la lucha obrera
aparece así simplemente ubicado en el deseo: “el deseo no carece de nada, no carece
de su objeto. Es más bien el sujeto lo que le falta al deseo, o el deseo que carece de
sujeto fijo; no existe sujeto estable más que por medio de la represión” (2003: 264).
En otras palabras, el fracaso de Deleuze y Guattari al considerar las relaciones
entre deseo, poder y subjetividad, hace a estos autores incapaces de articular una
teoría del interés, como está presente en Marx. En este contexto, su indiferencia
frente a la ideología (instancia que está en la base de la comprensión del interés)
es llamativa pero coherente. Y allí cita a Foucault (1979: 217) “Nunca deseamos
en contra de nuestro interés, pues el interés siempre va detrás, encontrándose
siempre donde el deseo lo ha colocado”. A Spivak le interesa problematizar la
crisis de la representación partiendo de la afirmación de Deleuze: “Ya no existe
la representación, no hay nada más que acción/acción de la teoría y acción de la 71
CyE subalterno haciendo emerger su voz desde la otra orilla, inmerso
Año VI en la división internacional del trabajo promovida por la sociedad
Nº 11
Primer
capitalista, dentro y fuera del circuito de la violencia epistémica
Semestre de una legislación imperialista y de programa educativo que viene
2014
a complementar un texto más temprano? […] El sujeto subalterno
colonizado es irrecuperablemente heterogéneo (1998: 192).
En suma, las disímiles tradiciones de pensamiento es
uno de los motivos por los cuales autores como Mbembe no conside-
ran apropiado denominarlo “teoría” poscolonial. Según este pensa-
dor grandes momentos distinguen la constitución de esta corriente.
Primero, la reflexión que precedió y acompañó las luchas anticolonia-
les en África, centradas en textos novelísticos, poéticos y militantes
producidos por la diáspora africana y negra de habla francesa (Fanon,
Senghor, Césaire, Glissant). El colonizado reflexionaba sobre sí mismo,
articulando la discusión sobre clase y raza. “El discurso está centrado,
entonces, en lo que puede ser llamado la política de la autonomía […]
para adquirir la condición de ciudadano y, por tanto, a participar en
lo universal” (Mbembe, 2008: s/d; traducción propia). El segundo mo-
mento nos ubica en la década del ochenta y es el calificado por Mbembe
(2008) como de “alta teorización”, cuando el pensamiento poscolonial
se moldea junto a la historiografía y la crítica literaria.
“Entendida así, las tesis poscoloniales o decoloniales, como una
permanente traducción entre diferencias contextuales, o por de-
cirlo de otra manera, como ‘Sartre subyaciendo en la politicidad
Mundos (pos)coloniales
Karina Bidaseca
“El feminismo francés en un marco internacional” (1981)
y “Draupadi” de Mahasweta Devi (1981), que se encuentran en el libro
citado, son dos textos coetáneos que fueron escritos a pedido de Yale
French Studies y Critical Inquiry. Dice Spivak sobre ellos que “reflejan
el comienzo de algo que luego fue llamado poscolonialismo” (p. 12).
Por entonces estaban naciendo: “Textos de tres mujeres y una crítica
del imperialismo”, y su más reconocido “¿Puede el subalterno hablar?”
que forman parte de su libro Crítica de la razón poscolonial (1999).
En “El feminismo francés…”, se encuentra la crítica a la
relación entre “Occidente” y “Oriente”, y al grupo que define como “las
feministas del Primer Mundo”, en el círculo de intelectuales interesados
ocasionalmente en “rozar al otro de Occidente” (p. 234). En especial, el
texto “Sobre las mujeres en China” de Julia Kristeva (1977), refiere a
las especulaciones que, sin base en trabajos de archivo, pasan a ser un
hecho histórico. Spivak refiere a la “solución” que ofrece Kristeva a las
mujeres francesas sobre las “mujeres sin nombre” del Tercer Mundo,
las campesinas de la Plaza Huxian descriptas por Kristeva en este rela-
to: “Una enorme multitud está sentada al sol; nos esperan en silencio,
completamente inmóviles. Miradas calmas, ni siquiera curiosas, pero
levemente divertidas o ansiosas: en todo caso, penetrantes y seguras de 73
CyE pertenecer a una comunidad con la que nunca tendremos nada que ver
Año VI […]” (citado por Spivak, 2013: 234). En realidad la “operación colonia-
Nº 11
Primer
lista” que subyace en el texto se encuentra develada por Spivak en este
Semestre (auto) interrogante: “¿Quién está hablando, pues, ante la mirada de las
2014
campesinas de Huxian?”. Para Spivak el foco debe ser cambiado:
“no meramente ¿quién soy? Sino también ¿quién es la otra mujer?
¿Cómo la nombro? ¿Cómo me nombra ella? ¿Forma esto parte de la
problemática que analizo? La ausencia de estas preguntas impracti-
cables pero cruciales, es lo que hace que la ‘mujer colonizada como
sujeto’ vea a las investigadoras como criaturas amables y compasivas
provenientes de otro planeta […] vean el feminismo como estableci-
do en una clase vanguardista y sus luchas como luchas por lujos fi-
nalmente identificables con el ‘sexo libre’ de uno u otro tipo” (p. 254).
la idea de “envidia del útero como algo que interactúa con la idea de
Karina Bidaseca
envidia del pene para determinar la sexualidad humana y la producción
de la sociedad” (p. 144), como lo que llama el “discurso del clítoris” que
ha provocado sendas polémica del feminismo lésbico estadounidense
sobre el privilegio de las mujeres heterosexuales. Su crítica a las teorías
psicoanalíticas implica la constitución del sujeto sexuado en la familia
nuclear y el lugar del colonialismo en este campo. Propone así al rees-
cribir los textos de Marx y Freud “acuñar una nueva moneda” que se
complemente con la investigación genealógica sobre la escritura de las
mujeres y sus condiciones de vida en el pasado.
Karina Bidaseca
plica Graciela Speranza (2012) al interpretar la obra visual “Un logo
para América” del artista chileno Alfredo Jaar (1987) montada en el
Times Square de Nueva York, “salvo en el mapa fantástico borgiano
de un imperio que coincide puntualmente con el imperio, la repre-
sentación cartográfica es una abstracción irreductible a su referente
geográfico y está claro que el mapa de los Estados Unidos no es los
Estados Unidos” (p. 49).
Si nos movemos en torno de los puntos cardinales que nos
orientan en el mundo, la perspectiva hegemónica representada por la
idea de “Occidente” recorta la mitad de Europa, a lo que se suma la por-
ción Norte de América. Pero aún esa otra porción llamada la América
del Sur también pertenece al hemisferio occidental. Entonces, “Estados
Unidos no es América”. Y “América Latina no está completa en América
Karina Bidaseca
atribuidas nuevas identidades geoculturales. No obstante, necesita
completarse conñimcir que ,ncide con l por Si. la de Fanon donde
encontramos espacios de iluminación sobre la exclusión de la raza del
marxismo en términos de la discusión sobre infraestructura y super-
estructura o sobre la conciencia. O en la zona de indeterminación del
No Ser en Fanon.
Menciono porque permiten repasar las cuestiones contra-
dictorias, complejas y perplejas que se encuentran en el origen de los
estudios poscoloniales y que son su propia fibra: la Modernidad/colo-
nialidad como dos caras de la misma moneda y el racismo –traducido
en violencia, guerras difusas y “ficción de paz” (Zizek), los procesos de
racialización actuales fuera de las fronteras europeas– la temporalidad
Karina Bidaseca
color. Cuando el subalterno es mujer, como sostiene Gayatri Spivak, “su
destino se encuentra todavía más profundamente a oscuras” (1988: 199).
Para este feminismo poscolonial la mujer es el punto de
intersección entre colonialismo, imperialismo, nacionalismos y funda-
mentalismos culturales. Es el punto de sutura del capitalismo globaliza-
do, racista y sexista: en el Sur en las cadenas de montaje de las maquilas
donde ellas, las “nuevas subalternas” (Spivak) son la mano de obra más
barata, descartable, y en el Norte donde la presencia de las subalternas in-
migrantes, “sin papeles”, trabajadoras sexuales... provenientes de Europa
del Este, África o América Latina, dispuestas a realizar los trabajos
(trabajo sexual, empleo doméstico, cuidado) que las mujeres blancas no
realizarían, han transformado la cartografía de las metrópolis del norte.
Me animo a decir que “El mapa legal de los movimientos
femeninos marca el mapa racial del mundo” (Mbembe).
Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, frontera Norte de
México con El Paso, Texas. Desembarco de las maquiladoras21. “La
América para las políticas racialistas del llamado con Santiago Castro-
Karina Bidaseca
Gómez “racismo colonial”.
La especificidad de las guerras contemporáneas difusas
y la “guerra contra el terrorismo”, declarada el 11 de setiembre, tie-
ne implicancias decisivas en la racialización de los cuerpos de las
mujeres. Las estadísticas muestran una diferencia entre la Primera
Guerra Mundial –en que el 80 o 90% de las bajas fueron militares–
y en los conflictos actuales cerca del 90% de las bajas corresponden
a población civil, de la cual la mayoría son mujeres y niña/os. Las
violaciones hechas a las mujeres se traducen en “armas de guerra”.
“Hay pruebas de que en los conflictos postcoloniales la agresión
sexual sucedió a gran escala. Durante la subdivisión del subcon-
tinente indio entre la India y Paquistán en 1947, se calcula que 100
23 Ver: Bidaseca, Karina 2011 “‘Mujeres blancas buscando salvar a las mujeres
color café de los hombres color café’. O reflexiones sobre desigualdad y
colonialismo jurídico desde el feminismo poscolonial”. En Bidaseca, Karina
(co-comp.) Feminismos y Poscolonialidad. Descolonizando el feminismo desde y
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edu.mx/andamios>. 83
CyE mil mujeres fueron violadas, raptadas y casadas a la fuerza […]”
Año VI (UNRISD, 2006: 250).
Nº 11
Primer
En 1992 la violación se reconoció como un arma de guerra,
Semestre cuando en los medios de comunicación de masas se dio atención a ni-
2014
vel mundial, a la violación masiva de mujeres en Bosnia y Herzegovina,
seguida por la de entre 250 mil y 500 mil mujeres durante el genocidio
de 1994 en Rwanda” (UNRISD, 2006: 250).
“Como el eco del silencio seré” (2010: 14), escribe la poeta
mapuche Liliana Ancalao (Comodoro Rivadavia, 1961) en su poemario
Mujeres a la intemperie - Pu zomo wekun tu mew. Silencio que no ne-
cesariamente es ausencia. Las voces de las mujeres indígenas han sido
excluidas de los relatos de la nación argentina; también de las carto-
grafías racialsexualizadas de la globalización y de la política del femi-
nismo blanco urbano. Sin embargo, estas palabras logran articular el
silencio; recreando una escritura amasada de dos lenguas/memorias
(mapuzungun y castellano) (que se asemeja a la forma de escritura ba-
rrada de la chicana Gloria Anzaldúa -castellano/inglés/náhuatl-). “El
mapuzungun es el idioma de recuperación del orgullo, el idioma de la
reconstrucción de la memoria”, escribe Ancalao en El idioma silencia-
do (2010a: 1). La poesía de Ancalao es metáfora de la casa. La de “las
mujeres a la intemperie”. De: El frío - Wutre / La lluvia - Mawün / El
viento - Kürüf. Su libro, separado en cuatro secciones, se correspon-
de “con la concepción del Meli Witran Mapu, las cuatro direcciones y
aspectos en que están organizadas la cosmovisión y el territorio ma-
Mundos (pos)coloniales
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Mundos (pos)coloniales
86
Investigaciones
Dossier Ciudades
Impacto de la política
habitacional sobre la
segregación espacial
y la formación de
guetos urbanos en la
ciudad de Panamá
Azael Carrera Hernández
89
CyE
Año VI
Nº 11 Azael Carrera Hernández
Primer Sociólogo panameño. Magíster en Panamanian Sociologist. Master in
Semestre
2014 Ciencias Sociales por el Programa Social Sciences at Central America
Centroamericano de Posgrado. Es Post-graduate Program. He is a
investigador del Centro de Estudios researcher in the Latin American
Latinoamericanos (CELA). Ha trabajado Studies Center (CELA). He worked as
como consultor para el Ministerio de government assessor at Ministerio de
Vivienda y Ordenamiento Territorial Vivienda y Ordenamiento Territorial
(MIVIOT), y realiza trabajos de (MIVIOT), and at present realizes
Impacto de la política habitacional sobre la segregación espacial y la
Palabras clave
1| Panamá 2| Ciudades 3| Planificación urbana 4| Desigualdades 5| Políticas públicas
Keywords
1| Panama 2| Cities 3| Urban Planning 4| Inequalities 5| Public Polices
I. Introducción
Después de la invasión militar de 1989 surge un nuevo gobierno plena-
mente comprometido con la ejecución de las políticas neoliberales. Se
procede a privatizar los activos del Estado, a flexibilizar las relaciones
obreros/patronales, a privatizar la seguridad social y, en términos ge-
nerales, a liberar las fuerzas del mercado como el único mecanismo de
distribución del excedente social. Como consecuencia de este nuevo
modelo, concentrador y excluyente, se produce una agudización de las
desigualdades y la polarización social. Los cambios que experimentó
la estructura económica de la formación social panameña tienen sus
Urbanización y dependencia
Desde la década de 1960 comienzan a realizarse los primeros esfuer-
zos críticos dirigidos a comprender la implosión urbana bajo la égi-
da del capitalismo. Lefebvre y posteriormente Castells dedicaron
sesudas reflexiones para comprender la naturaleza del proceso urbano 95
CyE experimentado tanto por los países desarrollados como por aquellos en
Año VI vías de desarrollo.
Nº 11
Primer
Una de las premisas fundamentales que pueden derivarse
Semestre de estos esfuerzos es que las leyes que rigen el desarrollo capitalista son
2014
las mismas que operan para el proceso de urbanización. La dinámica
de este modo de producción se fundamenta en contradicciones que se
expresan a nivel territorial a escala local, regional y planetaria. Esto es
lo que explica la naturaleza diferenciada de la urbanización que expe-
rimentan los países centrales y periféricos.
En los países centrales el desarrollo del capitalismo ero-
Impacto de la política habitacional sobre la segregación espacial y la
En el proletariado marginal, la
inestabilidad de la imagen paterna, la
obligación de la madre de conseguir
recursos necesarios, la movilidad
impuesta a todos los miembros de
la familia en el espacio ecológico
urbano, son hechos que contribuyen
fuertemente a la realización de una
organización familiar diádica.
go, estos también pueden ser divididos en dos: puros e impuros, de-
pendiendo del nivel de accesibilidad. Un tipo especial de bien público
impuro es el de la localización. La localización de un servicio público
en una zona significa que la población no se beneficia toda de la misma
manera. La mayoría de los bienes y recursos públicos en un sistema ur-
formación de guetos urbanos en la ciudad de Panamá
El mismo mercado del suelo arroja hacia la periferia, hacia los asenta-
mientos informales o zonas degradadas dentro de la ciudad a aquellos
segmentos del polo marginal que no pueden pagar este impuesto.
Lo anterior contrasta con la teoría liberal del mercado del
suelo donde los determinantes de la localización de las distintas acti-
vidades es fruto de una lógica racional típica del individualismo meto-
dológico que conduce a algo difícil de sostener: un equilibrio general,
único, óptimo y estable, con las repercusiones que ello implica sobre los
aspectos de política, ya que su conclusión más general es que el funcio-
namiento espontáneo del mercado es el mecanismo más eficiente de la
distribución de las actividades urbanas en el espacio.
La renta diferencial también tiene un papel protagónico
sobre el ambiente construido y es eficaz para explicar el crecimien-
to vertical que presentan algunas ciudades latinoamericanas como
Panamá. Según Jaramillo (2010), el crecimiento vertical solo se pre-
senta en ciertas zonas de la ciudad y algunos utilizan las normas ur-
banísticas para explicar este crecimiento. El autor plantea que esto
puede influir, pero que no es la explicación correcta del fenómeno,
tampoco lo es la coexistencia de capitales de distinta envergadura en
el sector de la construcción. Lo que determina el crecimiento vertical/
horizontal es la renta primaria diferencial tipo II y su articulación con
los precios del suelo. La construcción en altura implica costos más
elevados que la construcción horizontal. “La diferencia entre el precio
del espacio en una determinada localización y el precio de producción
genera una ganancia extra que se convierte en renta. La producción
en altura permite multiplicar la cantidad de espacio construido que
110 se puede vender en un lugar específico, lo que hace crecer la ganancia
extra, pero implica también costos mayores, lo que hace disminuirla” CyE
(Jaramillo, 2010: 1970). Año VI
Nº 11
El análisis costo-beneficio determina decisión económi- Primer
ca de los promotores y desarrollistas: si el precio de venta no es su- Semestre
2014
ficientemente elevado para compensar los costos proporcionalmente
mayores de construir en altura, se construye en baja densidad. Si por
el contrario, este precio es lo suficientemente elevado como para ab-
sorber el mayor costo, se utiliza la técnica de construcción en altura.
Pero, eventualmente, el uso de la técnica en altura hace aumentar la
ganancia extra más que proporcionalmente, y el precio del suelo sufre
un impacto adicional al alza del precio. De esta manera, la relación
entre costos de producción y precios de venta del espacio construido
determinan, simultáneamente, la densidad de construcción utilizada
y el precio del suelo.
Antecedentes
El primer intento por intervenir en el mercado del suelo urbano y
redistribuir de alguna manera las enormes ganancias por la revalo-
rización de la propiedad territorial fue propuesto por el ministro de
Hacienda Eusebio A. Morales, quien consideraba que existía un grave
desequilibrio entre las ganancias inmobiliarias y las contribuciones al
fisco. Esto provocaba una incapacidad del Estado de poder financiar
mejoras públicas. Así se propuso una reforma fiscal que impuso una
carga positiva a los dueños de las casas de inquilinato, pero éstos lo
transfirieron a los inquilinos aumentando los alquileres. El resultado
fue que los afectados se organizaran en la llamada Liga de Inquilinos
y la Subsistencia, cuya lucha desembocaría en los hechos conocidos
como Huelga Inquilinaria (1925). Esta situación de sobreexplotación
se sostendría gracias al aplastamiento militar del movimiento efectua-
do por las tropas norteamericanas. Los altos alquileres, junto con los
efectos de la crisis económica capitalista a nivel mundial, llevarían a un
nuevo estallido social en 1932, a partir del cual se introducen tímidas
regulaciones estatales sobre el negocio rentístico.
Un intento más atrevido por establecer una política de vi-
vienda ocurre durante el boom económico que se generó en el Istmo
como efecto de una mayor presencia de tropas militares a raíz de la
Segunda Guerra Mundial. Se contrató al urbanista Karl Brunner para
que elaborara un Plan de Desarrollo Urbano para la ciudad de Panamá.
132 El informe proponía que el Estado expropiara las fincas suburbanas a
cambio de indemnizaciones y que regulara la relación propietario-in- CyE
quilino. Aunque este plan nunca se llegó a ejecutar, surgieron algunas Año VI
Nº 11
consecuencias positivas como la Ley 78 del 23 de junio de 1941, que re- Primer
glamentaba las urbanizaciones del país y el papel que desempeñaría el Semestre
2014
Ministerio de Salubridad y Obras Públicas. Durante la década de 1950
se crea el Instituto de Vivienda y Urbanismo (IVU), que se desprende
del Ministerio de Salud y con la función específica de atender el proble-
ma de la vivienda precaria.
No fue sino hasta la llegada de los militares que la inten-
ción estatal en participar solucionando el problema de vivienda tuvo
pago fueron capturados por la banca privada sin ningún tipo de control
sobre la tasa de interés; el segundo que disminuyó aún más la cobertura
para programas asistencialistas emprendidos por el Estado que de por sí
nunca fueron suficientes para subsanar los déficits de vivienda.
PROFINCO establece que “la Política Nacional de
Vivienda se debe adelantar a través de la acción concertada del sector
público y privado”. Por concertación se entiende que el Estado debe
dedicarse a regular cambios de zonificación y a la facilitación de la
tramitación de los permisos de construcción y la construcción de in-
fraestructura para la urbanización (acueductos, calles), mientras que
el capital privado se dedicaría a la construcción de los conjuntos habi-
tacionales. Esta ley responde a la presión de los sectores empresarios
ligados con el negocio de la construcción, que al igual que el resto de
la burguesía panameña tiene una débil vocación empresarial y nece-
sita del aparato del Estado para acumular y expandir su capital. Las
medidas asistencialistas que antes eran ejecutadas en su totalidad por
el aparato estatal ahora son ejecutadas en colaboración con la empre-
sa privada, quienes les reportan grandes dividendos. Sin embargo, es
importante destacar que las empresas constructoras actuaron en cola-
boración con el capital financiero.
Se creó la Comisión Nacional de Vivienda, cuyo objeti-
vo era buscar las estrategias para solucionar el déficit habitacional
que presentaba el país luego de la crisis económica provocada por la
presión norteamericana sobre el gobierno de Noriega. Esta comisión
estaba integrada por representes del gobierno —a través del MIVI y
el Ministerio de Planificación y Política Económica—, representan-
134 tes de la Asamblea Legislativa, de las cooperativas y de las centrales
obreras. Sin embargo, el éxito de la comisión y del Fondo de Ahorro CyE
Habitacional fue escaso. Año VI
Nº 11
La primera acción ejecutada por esta concertación durante Primer
el gobierno de Endara (1990-1994) fue un plan para albergar a la po- Semestre
2014
blación desalojada ante la destrucción, por efectos de la invasión, del
barrio del Chorrillo (Plan Chorrillo). Sin embargo, el resultado causó
mucha frustración, sobre todo por lo reducido de los lotes y la baja ca-
lidad de las viviendas, que se convirtió popularmente en el paradigma
de lo ridículo. Las “cajas de fósforos”, que era como se conocía a las
unidades habitacionales construidas en este plan, se ubicaron en áreas
periurbanas que anteriormente formaban parte de los asentamientos
campesinos organizados por el régimen militar, o en zonas de la pe-
riferia donde el precio del suelo era muy bajo. Esta acción pionera sir-
vió para replicar el modelo de segregación y potenciar la formación de
guetos en la periferia urbana. El caso más conocido es el del barrio de
San Joaquín. Hasta principios de 1990 se trataba de una comunidad de
campesinos que la ciudad incorporó, en el cual sus habitantes practica-
ban la agricultura urbana y poseían características socioculturales dis-
tintas a las de los habitantes del centro de la ciudad. Con la construc-
ción de conjuntos habitacionales multifamiliares que fueron ocupadas
por personas desalojadas del centro, se irrumpe de manera brusca en
el estilo de vida de estas comunidades. Actualmente, estos barriadas
de propiedad.
diza la segregación:
El conjunto de infraestructura
construido por las empresas privadas
generalmente son de baja calidad y
no tienen una capacidad suficiente
para atender a las demanda.
tan lugares atractivos. Estos no son casos aislados puesto que muchas
barriadas al noreste de la ciudad cuya intervención estatal solo ha sido
la regulación de la tierra y la construcción de equipamiento comunita-
rio, presentan estos mismos rasgos.
Esta no es la suerte de la mayor parte de los asentamien-
tos informales que al final terminan guetizándose. La tendencia de las
acciones estatales de desalojar del centro a la población del polo mar-
ginal y densificar la periferia crea las condiciones para que se inicie un
proceso de descomposición social. Esta política responde a los intere-
ses del capital inmobiliario, los barrios que tradicionalmente reciben
inversión para la construcción de apartamento de lujo (Bella Vista, el
Carmen, Paitilla y San Francisco) se encuentran saturados, se nece-
sitan nuevos espacios donde construir condominios, por lo tanto los
viejos barrios obreros y la construcción de rellenos sobre el mar son las
dos únicas opciones. Sumado a lo anterior, la gentrificación del casco
histórico es otro elemento que obliga al Estado panameño a buscar me-
canismos de desalojos (subsidios, represión policial y supresión de ser-
vicios como escuelas, etc.). La Dirección de Asentamientos Informales
del MIVIOT (2008) afirma que de los antiguos barrios obreros se ha
reubicado a un total de 4.000 familias en un período de tres años.
Las intervenciones realizadas por el MIVIOT en la perife-
ria generan descontento entre la población de los asentamientos, pues
implica una transformación de la morfología del barrio. El proceso es
el siguiente: se amenaza con el desalojo, luego se llega a negociar (don-
de el MIVIOT y las empresas son los únicos que pueden proponer). A
cambio de tener acceso a un título de propiedad, de pavimentar las ca-
146 lles y crear equipamiento comunitario, los pobladores deben aceptar
una reducción de sus lotes cuyo tamaño máximo permitido es de 200 CyE
m2 —cuando en promedio un lote en la periferia oscila entre los 700 Año VI
Nº 11
y 800 metros cuadrados— y aceptar la llegada de vecinos reubicados Primer
desde el centro de la ciudad. Presionados por la policía, y después del Semestre
2014
derrumbe de un par de casas como efecto demostrativo de lo que les
espera, la población termina aceptando. Algunas veces los nuevos ve-
cinos son pocos y terminan incorporándose a la vida del barrio, en
otros casos la migración forzada supera a los habitantes locales y ter-
minan trastocando las relaciones vecinales e incluso fagocitándose
el barrio. Una zona de baja densidad termina convirtiéndose en área
densamente poblada.
El conjunto de infraestructura construido por las empre-
sas privadas generalmente son de baja calidad y no tienen una capaci-
dad suficiente para atender a las demanda. Es frecuente ver los servi-
cios de alcantarillado rotos, tanques sépticos que no funcionan y poca
capacidad de las plantas de tratamiento de agua pocos meses después
de haberse construido. Pronto todo el equipamiento comunitario entra
en un proceso de degradación y lo que en maqueta se les presentó a
los habitantes como algo hermoso e ideal para vivir, termina convir-
tiéndose en un infierno. Otro tanto ocurre con los servicios de salud
y educación, el incremento de la densidad no se ve acompañado por
aumento de los cupos escolares o el nombramiento de médicos y demás
Antecedentes
Desde la década de 1970, Villa María se encontraba habitada por
familias organizadas en asentamientos campesinos, pero no es sino
148 hasta 1985 cuando empieza a urbanizarse de manera masiva por la
población proveniente de San Miguelito. Desde entonces inician CyE
una lucha por la tierra que culmina con la legalización de lotes a Año VI
Nº 11
través del Programa Mejoramiento de Barrio (PROMEBA). Con la Primer
eliminación de los asentamientos campesinos, mediante los prime- Semestre
2014
ros planes de ajustes estructurales, la propiedad pasa a manos del
Banco Hipotecario Nacional. Al darse la toma de tierra, el Estado
intenta un fallido desalojo, luego procede a la privatización. Las
vende a la Familia Ameglio1, ligada al partido Panameñista, a 1,25
dólares la hectárea para —diez años más tarde— volver a adquirir-
las a 45.000 por hectárea.
Sobre la intervención
El mejoramiento del barrio se inició con una nueva lotificación, pavi-
mentación de las calles y la construcción de áreas deportivas, un centro
de salud y una escuela. El conflicto surge desde el momento en que el
MIVI desintegró las organizaciones de base comunitaria por conside-
rar que estaban integradas por elementos desestabilizadores e impuso
una que respondía a sus intereses cuya mayoría de integrantes no resi-
dían en el asentamiento.
Otro elemento de disputa fue la nueva lotificación, aunque
los viejos pobladores estaban al tanto de la reducción de sus parcelas, el
acuerdo original era que debían ser indemnizados por sus cultivos. En
el área se practicaba una agricultura a pequeña escala que representa-
ba ingresos en determinadas épocas del año, dependiendo del ciclo de
cultivos temporales como guandú, plátanos y yuca. Un acuerdo llevado
Conclusión
El proceso de urbanización en Panamá se concentró en su región intero-
ceánica. Aquí se agrupa la mayor cantidad de la población en una ciudad
que muestra niveles sostenidos de crecimiento económico, pero también
de desigualdades sociales. Estas se expresan a nivel del espacio urbano
donde se puede apreciar la polarización del territorio: un centro de la
ciudad que concentra cada vez más a sectores medios y altos, expulsando
a la población marginal; y una periferia caracterizada por la persistencia
de la miseria y la reproducción de las desigualdades sociales.
Esta situación se genera a partir de las aplicaciones de los
154 Planes de ajustes estructurales que obligaron al Estado panameño a la
desregulación del mercado y a dedicarse a una función facilitadora de CyE
los mecanismos que rigen su circulación y reproducción ampliada. En Año VI
Nº 11
términos urbanísticos, a la ya débil función de regulación de los meca- Primer
nismos que rigen el uso del suelo urbano, se sumó la presión al poder Semestre
2014
central para que se retirara y dejara liberada a las fuerzas del mercado la
gestión del suelo urbano. En este contexto regulativo y débil, la ciudad
de Panamá fue objeto de un boom inmobiliario, en parte estimulado
por la serie de subsidios que brindaba el gobierno, que se concentró en
la construcción de viviendas de lujos (apartamento PH, urbanizaciones
cerradas, etc.) en barrios como Bella Vista, San Francisco, Betania, etc.
Paralelamente a esto, los espacios públicos fueron degradados, experi-
mentando un deterioro ambiental, las tasas de pobreza aumentaron a
la par de la criminalidad. Esto provocó la agudización de la fragmenta-
ción urbana (surgimiento de barrios cerrados, ciudades enclaves, para
las clases altas y medias, pero también la proliferación de asentamien-
tos informales y enclaves de pobreza).
Ante la necesidad de más suelo urbano, los dos espacios
disponibles para la construcción de torres de apartamento y oficina
son los viejos barrios obreros que datan de los inicios de la República,
habitados por población marginal, y los rellenos sobre el mar. Mientras
esto ocurre en el centro, la falta de una política de vivienda conlleva
a tomas sistemáticas de tierras en la periferia. De hecho, éstos son los
habitantes. Algunas veces los nuevos vecinos son pocos y terminan in-
corporándose a la vida del barrio, otras la migración forzada supera a
los habitantes locales y terminan trastocando las relaciones vecinales
e incluso fagocitándose el barrio. Una zona de baja densidad termi-
na convirtiéndose en área densamente poblada, donde comienzan a
formación de guetos urbanos en la ciudad de Panamá
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159
Políticas de
transporte público
y su efecto sobre la
equidad
Avances y desafíos en la
reforma del sistema de la
ciudad de Montevideo
Diego Hernández
161
CyE
Año VI
Nº 11 Diego Hernández
Primer Sociólogo uruguayo (Universidad Católica Uruguayan Sociologist (Catholic
Semestre
2014 del Uruguay), Magíster en Ciencia Política University of Uruguay). Master in
(Universidad de Carolina del Norte, Politic Science (University of North
Chapel Hill), Doctor en Estudios Urbanos Carolina at Chapel Hill). PhD in Urban
(Universidad Católica de Chile). Profesor Studies (Catholic University of Chile).
Asociado del Departamento de Ciencias He is Associate professor at the Social
Sociales y Políticas de la Universidad and Political Sciences Department at
Católica del Uruguay. Especialista en the Catholic University of Uruguay and
políticas de transporte público, movilidad specialist in public transport policies
cotidiana. and everyday mobility.
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Palabras clave
1| Uruguay 2| Políticas públicas 3| Transporte público 4| Estado 5| Desmercantilización
Keywords
1| Uruguay 2| Public Policies 3| Public Transport 4| State 5| Desmercantilization
1. Introducción
Al igual que otras políticas relacionadas con el bienestar —como la sa-
lud, la vivienda o la educación— el transporte público ayuda o dificulta
a los hogares en la obtención de nuevos —o regeneración de ya exis-
tentes— recursos valiosos. Sobre esta política sería posible pues rea-
lizar varias preguntas que refieren a la capacidad de las personas para
obtener el bien que éstas proveen o que, al menos, deberían ayudar a
proveer. En este caso, dicho bien hace referencia a la accesibilidad, a la
capacidad de las personas para superar las distancias geográficas entre
un punto y otro de la ciudad para aprovechar las oportunidades y re-
Diego Hernández
cursos que ésta despliega en su territorio. Por esto, son pertinentes las
preguntas sobre el proceso de provisión y la dimensión de la equidad
tales como quién paga por el servicio y quién recibe los beneficios, cuál
es su cobertura y con qué calidad lo reciben quienes están cubiertos.
Esta reflexión hace referencia a uno de los obstáculos bá-
sicos y transversales para el acceso al transporte y la accesibilidad en
general: la capacidad de pago. Esta variable es central para entender la
movilidad, en tanto el dinero es parte del capital físico que cualquier
persona debe activar para acceder a las estructuras de oportunidades
de transporte. Un individuo puede residir en una zona con excelente
acceso a la red de transporte público, pero si no puede pagar la tari-
fa para utilizarla no podrá aprovecharla. Si bien no existe un número
muy significativo de estudios regionales sobre la materia, esta variable
es todavía más relevante para América Latina, con altos porcentajes de
viajeros cautivos pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos.
Lo anterior describe el puzle central que se pretendió ar-
mar en la investigación: la forma en que las políticas de transporte
público en Montevideo impulsan o no mayores niveles de equidad
y mejora de calidad de vida de los ciudadanos. Concretamente, la
investigación arroja resultados para dos dimensiones básicas: la
163
CyE primera es la capacidad de pago (pagabilidad o affordability en su
Año VI original en inglés) por servicios de transporte. Abordar esta dimen-
Nº 11
Primer
sión requiere de una detenida discusión conceptual y operativa para
Semestre lograr evidencia empírica que refleje conceptualmente de manera
2014
efectiva el fenómeno que se desea describir. La segunda dimensión
se refiere a los mecanismos de financiamiento de la operación del
sistema, esto es por un lado las tarifas que pagan los usuarios, que es
definida como un sistema que establece costos determinados y/o di-
ferenciales por distintos servicios que redunda en que dos personas
puedan llegar a pagar lo mismo o costos diferenciados. Por el otro
lado, se encuentra el esfuerzo financiero por parte de las autoridades
para apuntalar el funcionamiento del sistema, los subsidios. En este
punto será de especial interés el análisis de algunas innovaciones ta-
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
desmercantilización, utilizado principalmente para las políticas socia-
les “tradicionales” pero que, como se argumenta aquí, encuentra una
adecuación perfecta para una política como el transporte público. En
ese marco se discutirá brevemente acerca de algunas nociones de equi-
dad relacionadas al transporte que serán tenidas en cuenta en ocasión
de la discusión empírica.
La segunda sección introduce el capítulo empírico de la
investigación, comenzando por una descripción del caso de estudio, el
sistema de transporte de Montevideo. Posteriormente en esa sección se
presentan los resultados sobre la pagabilidad por transporte, que surge
de la consideración de varias metodologías y formas de medición y que
darán una idea precisa del estado de situación de los “pagos de bolsillo”
del transporte en la ciudad.
La tercera sección aborda la estructura tarifaria y de sub-
sidios del sistema. Allí se analizan los principales rasgos de la oferta
tarifaria, cuáles han sido los mecanismos implementados para afrontar
la tarifa y qué innovaciones tarifarias tienen además efectos sobre ella.
Aquí la estrategia elegida —muy condicionada por la disponibilidad
de datos— es la de describir la distribución de estos beneficios para
especular sobre los efectos de equidad de cada dispositivo. Es en esta 165
CyE sección donde además se dejarán caer varios dilemas en los que pueden
Año VI caer algunos instrumentos de políticas cuya racionalidad y objetivos
Nº 11
Primer
pueden ser valiosos pero que desde el punto de vista económico están
Semestre marcadas por la regresividad.
2014
La cuarta y última sección discute los hallazgos empíricos
a la luz de las reflexiones teóricas y de las preocupaciones desde la óp-
tica de las políticas públicas. Allí se reseñan los principales hallazgos,
se los discute en términos de aportes teóricos desde la literatura sobre
movilidad y, finalmente, se deducen los potenciales desafíos y oportu-
nidades para el transporte público como factor de mejora u obstaculi-
zación de las capacidades de las personas.
2. Esquema conceptual
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
blemas relacionados a la red de transporte público —si son usuarios
cautivos de ella— o de sus propias características individuales. Si un
individuo cuenta con una densa red de autobuses alrededor pero no
puede pagar la tarifa para usarlo, enfrentará serios problemas para
acceder a lugares distantes1.
Las formas en que dicho vínculo ha sido abordado son
múltiples. Kaufmann et al. proponen el concepto de motilidad, al
que definen como “…la capacidad de ser móvil en el espacio social
y geográfico o cómo la manera en que las entidades, de acuerdo a
sus circunstancias, acceden y se apropian de la capacidad de movi-
lidad socioespacial…” (2004: 750). Para estos autores la motilidad,
este potencial de movilidad, se transforma pues en un capital de las
Diego Hernández
y si éste sigue algún tipo de pauta de estratificación. Este contraste,
ajuste o adaptación es el que define la vulnerabilidad de los hogares
(Kaztman y Filgueira, 2006; Kaztman, 2009, 1999).
Los recursos que pueden ser movilizados por parte de
los hogares (convirtiéndose en capitales) responden a la tradicio-
nal clasificación en capital físico (por ejemplo, ingresos), capital
humano (por ejemplo, nivel educativo) y capital social (participa-
ción en redes de reciprocidad). Para esta investigación, la mirada
estará puesta en el primer tipo de capital, en tanto el pago de la
tarifa está estrechamente correlacionado con los ingresos de los
hogares. Para ello es necesario pensar en la accesibilidad desde la
definición provista con anterioridad: como el grado de ajuste entre
los recursos de los hogares y las estructuras de oportunidades en
la materia. Al conceptualizarla de esta forma, surge el esquema
que se presenta a continuación, que justamente enumera los ele-
mentos de esas dos órbitas. Debe tenerse en cuenta que mientras el
extremo superior es el que escapa de la voluntad de los hogares, el
extremo inferior presenta aquellos recursos cuya movilización sí
se encuentra bajo el control de sus miembros.
169
CyE Figura 2.1. Esquema de activos y estructuras de oportunidades
Año VI de accesibilidad
Nº 11
Primer
Semestre
2014
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
ción su capacidad de movilidad motorizada es prácticamente nula. De
hecho, en este extremo donde obviamente no existen elementos regu-
latorios de la tarifa, se podría incluso argumentar que no existen opor-
tunidades de movilidad desde el estado más allá de la infraestructura
vial básica. En el escenario opuesto, la “pagabilidad” no sería un dato
relevante en tanto el uso no le demandaría gastos de su bolsillo. Bajo
máxima desmercantilización o decomodificación, el financiamiento
de la provisión del bien provendría de rentas generales del Estado, por
lo que buena parte de la financiación estará relacionada al régimen im-
positivo vigente y a las estructuras de subsidio y focalización. En la hi-
pótesis de máxima, nos encontraríamos con un sistema de transporte
público gratuito en el que las personas pueden subir y bajar libremente
sin pago alguno de tarifa.
Por supuesto que esta definición de desmercantilización
debe complementarse con aspectos sobre la calidad del bien que se
provee y su cobertura. De nada serviría el sistema de la hipótesis de
máxima si presentará frecuencias poco razonables, baja velocidad y
niveles insostenibles de inseguridad. Lo mismo si el sistema consta-
rá únicamente de dos líneas que solo conectaran una quinta parte del
territorio de la ciudad. No obstante, a los efectos de esta investigación 171
CyE la dimensión financiera es protagonista3. Entre otras cosas, porque en
Año VI la realidad es poco frecuente —o imposible— encontrar los extremos
Nº 11
Primer
descriptos en el párrafo anterior. En efecto, buena parte de los matices
Semestre y puntos intermedios tienen que ver con la estructura tarifaria y de
2014
subsidios. Más específicamente, con la carga diferencial que impone
a las personas de distintos estratos la utilización del sistema así como
con la forma en que los beneficios de algunos dispositivos compensa-
torios se distribuyen entre estos estratos. Justamente, la combinación
e intensidad de los distintos mecanismos para intentar disminuir los
gastos impactan en la capacidad de pago de las personas y, en buena
medida, su capacidad última de obtener el bien.
Los estudios disponibles en la región reflejan esta situa-
ción y ponen de relieve la capacidad de pago como nudos significativos
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
¿Cómo se manifiesta la
desmercantilización? En un escenario
de máxima desmercantilización la
capacidad de pago del individuo es
prácticamente indiferente respecto a
la capacidad de utilizar el sistema.
Diego Hernández
repasar algunos antecedentes.
4 Sobre los rasgos distintivos del transporte y la movilidad en los países en desa-
rrollo, ver Vasconcellos (2012).
5 Del original inglés affordability, que no presenta una traducción unívoca al
español. 173
CyE momento de requerir atención, que se conocen como “gastos de bol-
Año VI sillo”, los que vienen a financiar parte de los gastos de la operación
Nº 11
Primer
del sistema y que en muchos casos es complementado por esquemas
Semestre aseguradores que cubren el costo total de la atención. Con el trans-
2014
porte público sucede algo similar cuando la persona paga la tarifa que
le permite viajar. Más allá de su condición cotidiana e históricamente
presente, de alguna manera estos son los gastos de bolsillo de la accesi-
bilidad, que no necesariamente cubrirán todos los gastos de operación
del sistema de transporte. Más allá de que en la región han predomina-
do esquemas que buscan la sustentabilidad financiera de la operación
en base casi exclusivamente a la recaudación por tarifas (Cervero, 2000;
Figueroa, 2005; Lupano y Sánchez, 2009), sí existen algunos casos en
los que desde la autoridad se complementan los ingresos para cubrir el
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
vidad del gasto o desde la eficiencia del sistema (Asensio et al., 2002;
Buehler y Pucher, 2011; Estache y Gómez-Lobo, 2003; Gómez-Lobo,
2007; Matas, 2004; Pucher, 1983; Pucher et al., 1983; Serebrisky et al.,
2010; Vasallo y Pérez, 2008). En muchos casos, la discusión última tie-
ne que ver con la conveniencia o no de contar con subsidios para el
transporte público.
Uno de los estudios más detallados sobre este tema es el de-
sarrollado por Serebrisky et al. (2010) en el que se discute directamente
la noción de capacidad de pago así como el efecto distributivo para tres
ciudades latinoamericanas. Desde este enfoque, centrado en cuánto del
beneficio va a los sectores más pobres, los autores señalan que los subsi-
dios a la oferta —a los operadores— aparecen como los menos efectivos
en tanto aquellos dirigidos a la demanda —a los usuarios o grupos de
usuarios— si bien no generan redistribución de ingresos son más efec-
tivos en términos de a quiénes va dirigida la inversión.
Es este tipo de investigaciones donde surgen considera-
ciones algo más institucionales acerca de cómo debe organizarse un
sistema de transporte para ser más eficiente y equitativo. Si bien esa
discusión trasciende este artículo, sí es relevante rescatar un aspecto
central. Se trata del supuesto detrás del estudio de la distribución de 175
CyE beneficios que implica que el subsidio efectivamente constituye un
Año VI beneficio real para el viajero y no es subsumido en otras instancias
Nº 11
Primer
como cubrir ineficiencias del sistema o ganancia de operadores. En
Semestre palabras de Pucher, lo que verdaderamente vemos es el “assignment
2014
of subsidy amounts by income class instead of true benefits (…) sub-
sidies are only a proxy of actual benefits” (1983: 41). Si bien en mu-
chos casos ni siquiera es posible alcanzar ese proxy por la falta de
información, debe tenerse en cuenta el supuesto de trabajo con que
la información es analizada.
Por último —aunque no menos importante— tanto cuan-
do se considera la carga financiera desigual como cuando se analiza
la distribución de los beneficios a partir de dispositivos compensato-
rios o con ambición redistributiva, la dimensión subyacente es la de
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
cercana alcanzaría el 18%. La otra zona con alta atracción de viajes es la
región costera hacia el este (la centralidad de Pocitos y Punta Carretas
y hacia el norte de esta región), que concentran un 7% de los despla-
zamientos totales, los que, sumados al territorio correspondiente a la
Unión y zonas aledañas se incrementarían hasta el 15% (Intendencia
de Montevideo, 2008). En cuanto al principal motivo de los viajes —y
sin tener en cuenta el regreso al hogar— en el año 2009 podría desta-
carse que el 39% de ellos es el trabajo, 23% compras y tareas de cuidado
como acompañar a niños al centro educativo, 14% el estudio, 12% acti-
vidades de ocio y 4% por razones de salud (Hernández, 2012c).
El sistema de transporte público urbano está compuesto
por cinco empresas operadoras que actúan como permisarias de la
explotación de los recorridos, cuya propiedad detenta la Intendencia
de Montevideo (IM) que es la entidad pública encargada de supervi-
sar y regular el funcionamiento del sistema. Entre sus potestades más
importantes se cuentan justamente la adjudicación de líneas, recorri-
dos y permisos y la fijación de tarifas. Adicionalmente, y como se verá
más adelante, junto a otros entes públicos (como los Ministerios de
Transporte y Economía) se encarga de los subsidios a sectores especí-
ficos (por ejemplo, jubilados y estudiantes). En el sector se encuentran 177
CyE empleadas alrededor de 6.400 personas y se operan aproximadamente
Año VI 1.500 autobuses. Uno de los operadores (la empresa CUTCSA) ocupa
Nº 11
Primer
un lugar dominante en relación a las restantes compañías, concentran-
Semestre do el 61% del total (Urse y Márquez, 2009).
2014
Uno de los desafíos más importantes que enfrenta el sis-
tema refiere a su velocidad comercial, que aparece como uno de sus
flancos más débiles (Banco Interamericano de Desarrollo, 2008a,
2008b). Algunos documentos la ubican en 16 km/h (8 en la zona cén-
trica) y desde el gobierno departamental se pretende llevarla a 18 km/h
y a 22 en los carriles exclusivos. De acuerdo al Banco Interamericano
de Desarrollo (2008b), uno de los indicadores de Impacto del Plan de
Movilidad Urbana a desarrollarse en Montevideo es justamente la ve-
locidad comercial del servicio en los corredores exclusivos de transpor-
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
6 Cuando se comenzó con la intervención en infraestructura y reorganización de
recorridos el plan se enfrentó a una multiplicidad de dificultades y contratiempos
que generó una creciente sensación de fracaso en la opinión pública. Esto se asocia
a la puesta en funcionamiento de un corredor exclusivo (“corredor Garzón”) en las
zona noroeste de la ciudad. Si bien no se cuenta con información sistemática para
evaluar su performance, el impacto mediático y político que generó este corredor
es fácilmente advertible. Entre otros, algunos de los indicadores más notorios de
sus efectos fue la reciente remoción del director del Departamento de Movilidad,
el reconocimiento público por parte de la intendente de Montevideo sobre sus pro-
blemas y, en el último trimestre de 2013, la lisa y llana reformulación del plan en el
área de infraestructura. Esto implicó ralentizar obras de un segundo corredor (y
finalmente se presume que será más corto en su trazado) y la suspensión de obras
previstas en otros corredores. Este impacto también llegó a tener una fuerte pre-
sencia en uno de los termómetros socioculturales más relevantes de la ciudad que
son las representaciones de murgas durante el carnaval. Éstas constituyen sátiras
acerca de temas de coyuntura del año que pasó y el corredor y su “lentitud” fue
tema recurrente en los libretos humorísticos. En cuanto al impacto propiamente
dicho, la realidad es que no existe información sistemática pública al respecto.
Desde las autoridades, parece existir consenso en que efectivamente no terminó
constituyendo un ahorro de tiempo significativo lo que se tradujo vía imposición
de transbordos en un punto de intercambio en aumentos de tiempo de viaje. Parte
de ello es atribuido a la falla en la sincronización de semáforos a lo largo del co-
rredor de unos 6 km de longitud. En este panorama, si bien varios aspectos de la
integración tarifaria ya se encuentran consolidados, el rol de la Intendencia como
rector de esta política pública ha quedado en entredicho. Probablemente esto tam-
bién impacte en la relación con los operadores. 179
CyE que tiene que ver con la elección de modos de mayor o menor calidad.
Año VI Entre los estratos más pobres, el componente “obligado” tiene un peso
Nº 11
Primer
mayor y se asocia a su cautividad respecto a los modos colectivos.
Semestre El costo asumido por las familias aporta pistas sobre la capa-
2014
cidad de los hogares para pagar por el transporte público así como sobre
la forma en que se distribuyen dichos costos entre los estratos sociales y
usuarios de distintos modos (Carruthers et al., 2005). Y permite aproxi-
marse empíricamente a la definición presentada con anterioridad, esto es
la pagabilidad como la capacidad de personas y hogares de consumir el
transporte público que necesitan sin sacrificar viajes u otros bienes básicos.
Ahora bien, ¿cómo es posible captar este concepto desde la
realidad? ¿cuál es el indicador que nos permitiría afirmar que en una
ciudad determinada nos encontramos frente a problemas de pagabi-
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
Diego Hernández
sona, generalmente se trata de dos tickets por día durante los días hábiles
de un mes. Esta información se presentará como el porcentaje del ingreso
per cápita de los hogares, y c) datos de encuestas de gasto e ingresos: esta
es la metodología que se encuentra más frecuentemente en la literatura y
en general es la que permite mayor nivel de precisión y reflexión a la hora
de estudiar la capacidad de pago en tanto permite cuantificar el lugar de
los gastos de transporte en el marco de los presupuestos de los hogares.
Antes de repasar esta batería de indicadores, vale la pena
observar el comportamiento de Montevideo en relación a otras ciu-
dades. Para eso se recurre a continuación a datos del Observatorio de
Movilidad Urbana, que constituye para América Latina un ejemplo
seminal de construcción de estadísticas comparadas en materia de
movilidad. Como en todo esfuerzo de esta naturaleza, las limitantes
nacionales y cruzadas conspiran contra la riqueza de la información,
obteniéndose generalmente las expresiones mínimas de las variables7.
22 350000
20 300000
250000
16
Diego Hernández
200000
14
12 150000
10 100000
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Fuente: elaboración propia en base a datos de la Intendencia de Montevideo deflactadas con datos
del IPC del Instituto Nacional de Estadística.
NOTA: cuando la tarifa modificó el valor a lo largo del año, éste se obtuvo a partir de una media de
los valores ponderada por la cantidad de días que cada valor estuvo vigente.
9 Así por ejemplo, Carruthers et al. (2005) plantea una canasta de 60 viajes de 10 km,
asumiendo que incluye viajes al trabajo y otros con terceros propósitos. En Falavigna
et al. (2011)the advantages and problems of using the ratio of family costs spent on pu-
blic transport and the\naverage household income as an indicator for assessing equi-
184 ty are reviewed. It was made a practical application\nof the indicator by comparing
Una vez que se define dicho paquete, es posible de- CyE
ducir los efectos diferenciales del ingreso y la cantidad de per- Año VI
Nº 11
sonas que se deben atender con dicho ingreso sobre el consumo Primer
de transporte en el hogar. Uno de los intereses fundamentales de Semestre
2014
este índice radica en observar el comportamiento diferencial por
estratos. Esa es la información que se presenta en el siguiente grá-
fico, una vez más observando la evolución de la variable en este
caso para un conjunto de años hasta el último dato disponible del
año 2012.
Diego Hernández
común según quintiles de ingresos (años 2001, 2005, 2010 y 2012). En
porcentaje sobre ingreso per cápita.
45
40
35
% de ingreso per cápita
30
25
20
15
10
0
2001 2005 2010 2012
1 2 3 4 5 Total
Diego Hernández
que sigue expone la estructura de gastos de los hogares de Montevideo
sobre sus ingresos totales discriminando por el quintil de ingresos
per cápita al que pertenecen. En ella se destacan individualmente
los rubros de vivienda y alimentación básica, que excluye bebidas
Diego Hernández
miliar ya que no pueden dejar de consumirse. Entre los dos quintiles
inferiores —en particular en el primero— la prioridad de los bienes
alimentarios sumado a los gastos en vivienda (en este caso con peso
muy similar para todos los estratos) es muy marcada. Por supuesto,
las razones para esto pueden encontrarse en la propia magnitud de
los ingresos sobre los que se dividen los gastos y, en el caso de la
alimentación especialmente, en el hecho de que es en los quintiles
inferiores donde se concentran los hogares más numerosos. Todo
esto hace que los bienes básicos presionen significativamente y “ri-
gidicen” el presupuesto, en tanto buena parte de los ingresos serán
consumidos en forma de alimentos. Expresado de otra forma, en los
hogares más pobres el ingreso disponible al deducir los gastos en
comida, alquiler y mantención de la vivienda es muy reducido. Y es
este el espacio donde debe acomodarse el gasto en transporte, por
lo que si es alto competirá con los bienes básicos mencionados. Esta
situación no es nueva y resulta muy similar a la ya registrada en la
década del noventa.
La única diferencia se manifiesta en el rubro salud y edu-
cación, en el que el último dato disponible permite entrever la marca
de los servicios públicos que benefician en materia de ingresos a los 189
CyE hogares más pobres11. El caso del transporte escapa a esa lógica ya que
Año VI su participación aparece como estable a lo largo de todos los quintiles,
Nº 11
Primer
especialmente en los datos de 2006.
Semestre El rubro transporte, sin desagregar, admite en realidad
2014
varios ítems que escapan ampliamente de la noción de transporte ur-
bano. Así por ejemplo, en este rubro podrán encontrarse otros ítems
que en realidad no traslucen movilidad cotidiana sino por ejemplo
esparcimiento (el caso de los viajes al exterior). Este subconjunto de
gastos presenta una relación lineal con ingreso, son cada vez mayores
entre los estratos más pudientes. Por eso es relevante considerar una
definición más estrecha de transporte urbano, que se presenta en el
gráfico que sigue12 (ver gráfico 3.3.).
Este gráfico permite apreciar en mayor detalle la estabili-
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
3,1 4,4
1,7 5,3
4 2,9 6,5 4,2 5,3
4,8
3
5,1
2 4,4
3,4 3,4 3,3
2,5 2,7
1 1,7 1,9
1,3 1,2
0,6
0
Diego Hernández
1 2 3 4 5 Total 1 2 3 4 5 Total
1995 2006
Fuente: elaboración propia en base a Encuesta Nacional de Gastos e Ingreso de los Hogares
(ENIGH) 1994-1995 y ENIGH 2005-2006.
28,5
30,0
24,8
22,4 23,3
25,0
20,2 19,5 19,1 19,0 18,9
20,0
15,2
15,0
10,0
5,0
0,0
1 2 3 4 5
1995 2006
Fuente: elaboración propia en base a Encuesta Nacional de Gastos e Ingreso de los Hogares
(ENIGH) 1994-1995 y ENIGH 2005-2006.
Los datos del gráfico dan cuenta del ingreso posterior al gasto en
transporte ajustado por la cantidad de personas a las que se tiene que
mantener con él. Si bien este dato podría tener que ver con que en los
hogares más pobres haya más personas para transportar13, el efecto de
13 En ese caso a un costo de transporte per cápita –como proporción de los ingre-
sos– mucho más barato que en los hogares más ricos, lo que redundaría en una
192 misma proporción de gastos sobre ingreso total.
esta mayor demanda es limitado en tanto estos hogares, además de ser CyE
más grandes, concentran mayor número de niños cuyas necesidades de Año VI
Nº 11
transporte en general se dan a través de medios no motorizados. Primer
Al observar la distribución de este indicador por quin- Semestre
2014
tiles, se advierte una pauta regresiva que es más acentuada que al
considerar el ingreso total. El gasto sobre ingreso per cápita en los ho-
gares del primer quintil dobla al del quinto en el año 2006, donde el
nivel de regresividad es marcadamente superior que diez años antes.
En otras palabras, el lugar que ocupa el transporte es mucho más im-
portante entre los hogares pobres cuando se considera la cantidad de
Diego Hernández
al gasto en transporte.
Para finalizar el análisis de la capacidad de pago por
transporte, es necesario intentar dar cuenta de la “competencia” que
se desata entre distintos rubros por la asignación presupuestaria. Esta
competencia es, claro está, mucho más intensa en presupuestos limi-
tados. Para capturarla, se presenta a continuación la noción de dispo-
nibilidad competitiva, que refleja cuánto “amenaza” su presupuesto
el actual gasto en transporte o un aumento de éste. El razonamiento
es sencillo, cuanto mayor porción del presupuesto esté cubierta para
bienes básicos, menor margen de maniobra tendrán los hogares para
integrar su consumo de transporte. El supuesto que subyace es que el
consumo en bienes básicos es un indicador de la inflexibilidad del gas-
to y, en última instancia, de la probabilidad que los hogares obtengan
una provisión deficitaria de transporte. Ella podría adoptar la forma
de suspensión de actividades que requieran erogaciones o recurrir a
alternativas activas aun cuando las distancias debieran ser abarcadas
en medios motorizados.
Concretamente, esta medida representa cuántas veces el
gasto en transporte entra en la categoría “Otros” de la estructura de
gastos. Esta categoría viene a representar un tipo de gasto de mayor 193
CyE disponibilidad, no significa que éste se encuentre disponible, pero sí
Año VI que su asignación es más flexible como no lo es, por ejemplo, el gas-
Nº 11
Primer
to en alimentación. En un hogar donde la categoría “Otros” —que re-
Semestre presenta entonces el ingreso disponible luego de haber cubierto bienes
2014
básicos— es cinco veces mayor que el gasto en transporte, se podría
afirmar que su disponibilidad competitiva es alta, esto es que el trans-
porte no aparece compitiendo de forma intensa con gastos básicos y el
riesgo de ser recortado es más bajo.
8,0 7,2
7,0
5,7 5,5
6,0 5,4
4,7
5,0 4,4 4,6
3,9
3,6 3,6
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
1 2 3 4 5
1995 2006
Fuente: elaboración propia en base a Encuesta Nacional de Gastos e Ingreso de los Hogares
(ENIGH) 1994-1995 y ENIGH 2005-2006.
Diego Hernández
vadas y de mejor calidad, lo que se refleja en una proporción mayor de
gasto en relación a sus ingresos. En el caso del transporte esto era me-
ridianamente cierto en el año 1995 y ya no sucede en 2006. Si bien los
sectores medios y altos también acceden a opciones privadas de mejor
calidad (y seguramente mayor cantidad de desplazamientos a destinos
diversos en la ciudad), en términos proporcionales usan menos de sus
ingresos (o lo mismo) que los restantes hogares.
Indudablemente estas medidas constituyen un insumo
muy relevante para informar las políticas públicas y señalar posibles
direcciones a seguir o echar luz sobre la efectividad de medidas ya im-
plementadas. Pero, como se comentó antes, estas medidas tienen li-
mitaciones a la hora de intuir la equidad del sistema. No da cuenta de
los déficits que, dada una estructura de consumo, los hogares deben
enfrentar ya sea en materia de transporte o de otros consumos básicos.
Sin una correcta contextualización y conocimiento del caso, una mis-
ma información puede tener lecturas distintas. Hay quienes afirman
que en realidad la información que debe utilizarse para enriquecer el
debate sobre política pública tiene más que ver con la distribución de
impactos más que la de las cargas financieras. Esto es, conocer cabal-
mente quién paga y quién se beneficia por las medidas relacionadas a 195
CyE la estructura tarifaria y de servicios. De acuerdo a esta óptica, conocer
Año VI la distribución de los impactos es lo que permitiría saber si se está en el
Nº 11
Primer
camino correcto o habría que corregirlo.
Semestre En enfoque asumido en este trabajo es el de la complemen-
2014
tariedad, en tanto como se mostró hasta aquí las variables sobre paga-
bilidad sí permiten inferir conclusiones con cierto grado de seguridad.
Pero también es cierto que éstas reflejan el resultado de una configura-
ción de variables, entre las que se cuenta con un rol protagónico la es-
tructura tarifaria y de subsidios que son las que “dan y quitan” ingresos
en materia de transporte.
Diego Hernández
una combinación de factores (p. ej. si se subsidia desde la oferta o desde
la demanda) así como a la racionalidad que esté operando detrás de
cada iniciativa. Puede suceder, por ejemplo, que el único objetivo no
sea beneficiar a los más pobres sino mantener una tarifa baja para no
terminar de convencer a sectores medios de pasarse al automóvil. De
todas formas, la sola existencia de medidas que podrían denominarse
como compensatorias dan cuenta de cierta preocupación u orientación
hacia la desmercantilización del transporte público y de la movilidad
en general. Claro está que todo esto es cierto siempre y cuando existan
mínimas garantías de que ese dinero llega a los usuarios de alguna ma-
nera y no termina licuando costos asociados a ineficiencia, ganancia
excesiva de operadores, corrupción u otras desviaciones. De ser así, no
podría sostenerse uno de los supuestos de trabajo para este análisis:
que el dinero asignado a un grupo equivale a mejorar el bienestar de
sus miembros.
Esta sección se centrará entonces en la identificación y
cuantificación de esos mecanismos en Montevideo. En primer lugar
se presentará nuevamente información comparada proveniente del
Observatorio de la Movilidad Urbana (OMU) para contextualizar la
discusión respecto a otras ciudades de la región. Posteriormente se 197
CyE describirán los dispositivos utilizados para luego analizar cómo se
Año VI distribuyen los beneficios que éstos generan14. En cuando a esto últi-
Nº 11
Primer
mo, primero se repasarán los subsidios clásicos a la tarifa general y a
Semestre determinados colectivos, especialmente estudiantes. Luego se evalua-
2014
rán algunas innovaciones tarifarias de los últimos años, sobre las que
se argumenta que tienen un efecto muy valioso en materia de equidad
y sustentabilidad.
Para introducir el tema, se presenta a continuación el es-
tado de situación de las 15 ciudades cubiertas por el OMU. Allí se ex-
ponen el porcentaje de la operación cubierto a partir de la recaudación
tarifaria y el porcentaje que es aportado a partir de tarifas.
100%
90%
80% 36 40
70%
60% 76
88 89
50% 96 97 100 100 100 100 100 100 100 100
40%
30% 64 60
20%
10% 24
12 11
0% 4 3
San José
Río de Janeiro
Porto Alegre
Lima
Santiago
Guadalajara
Caracas
Belo Horizonte
Curitiba
Buenos Aires
Ciudad de México
Montevideo
Bogotá
León
São Paulo
Recaudación Subsidios
14 Dos precisiones sobre el alcance de esta sección. La primera es que dada la mul-
tiplicidad de fuentes de financiamiento y la falta de información al respecto, está
fuera del alcance de la investigación analizar la progresividad y regresividad del
financiamiento de estas medidas para llegar a los efectos netos de los subsidios e
innovaciones tarifarias. La segunda es que se trabaja sobre los subsidios operati-
vos, aquellos que hacen a la operación cotidiana del sistema, y no a las inversiones
198 en infraestructura.
con un subsidio que apoye las operaciones. De acuerdo a los datos del CyE
OMU, en 2007 11 de cada 100 pesos de la operación del sistema eran Año VI
Nº 11
aportados por el Estado. En el año 2009, y considerando un subsidio Primer
al combustible dirigido al transporte público, dicha cifra trepa al 29% Semestre
2014
de los ingresos totales del sistema (Intendencia de Montevideo, 2008).
Estas cifras dan cuenta de que se trata de una inversión considerable en
relación a las dimensiones del sistema montevideano15. En los siguien-
tes párrafos se intentará desentrañar qué incidencia puede estar tenien-
do esta inversión en materia de bienestar por grupos socioeconómicos.
En relación a la estructura tarifaria de Montevideo, podría
construirse una clasificación basada en los parámetros de clasificación
utilizados por Serebrisky et al. (2010). Estos autores mencionan tres
ejes: el destino formal del subsidio (a la demanda o a la oferta), cuál es
el mecanismo de selección y cuál es la fuente de financiamiento16. Para
el análisis de la realidad montevideana, se definieron tres tipos para
cuya descripción se utilizarán estas dimensiones.
Diego Hernández
se remite a todos los usuarios del transporte público, incluyendo aque-
llos que obtengan beneficios a partir de otros mecanismos. Su financia-
miento es estatal, tanto subnacional como nacional.
Concretamente, la tarifa general se encuentra subsidiada
por dos mecanismos, uno es el de subsidio a la tarifa de la propia inten-
dencia, que surge de la diferencia entre el resultado de una paramétrica
que determina una tarifa técnica con la tarifa que efectivamente paga
el pasajero, que será menor. La tarifa técnica se calcula a partir de una
función paramétrica en la que se tiene en cuenta inflación, salarios,
tipo de cambio y valor del combustible. En éste último caso aparece el
segundo mecanismo asociado a la tarifa general: un fondo de estabi-
lización de la tarifa de combustible, que absorbe las fluctuaciones de
100
90
80
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
70
Acumulación inversión
G=10,46
60
50
40
30
G=22,05
20
10
0
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Suma de personas
17 Vale destacar que en la medida que las restantes tarifas (estudiantes, jubilados,
etc.) también se calculan sobre el resultado de la paramétrica a lo que se le resta el
200 subsidio a la tarifa, todos los usuarios reciben este beneficio.
Esto indica que, como todo subsidio que depende de la intensidad de CyE
consumo del bien, la progresividad en el subsidio a la tarifa general Año VI
Nº 11
es limitada. Primer
De todas formas, si se realizará la misma operación para Semestre
2014
viajeros en transporte privado el resultado sería inverso y con mayo-
res niveles de concentración. En términos de estadísticas sintéticas,
el índice de gini marca esa concentración progresiva moderada en el
caso del transporte público. La concentración es mucho mayor —en
términos regresivos— en el caso del transporte privado (10,46 progre-
sivo para transporte público contra 22,05 regresivo para el transporte
Diego Hernández
usuarios, resulta claro que cada peso invertido en transporte público
alcanzará en mucho mayor medida a personas vulnerables que el in-
vertido en transporte privado.
En términos de redistribución, sería posible realizar dos
especulaciones. La primera es que es muy probable que la distribu-
ción de la carga impositiva sea efectivamente más progresiva o al
menos neutral, por lo que el resultado neto del subsidio general a
la tarifa sea positivo para los sectores más pobres. Por otra parte, el
financiamiento proveniente del impuesto al combustible probable-
mente arroje un resultado neto aún mayor en tanto quienes pagan
por ello es muy probable que sean hogares que cuentan con motori-
zación privada19.
18 El índice de gini aquí utilizado indica concentración y varía entre 0 y 100, sien-
do 0 una distribución completamente equitativa y 100 una completamente con-
centrada. No se utilizan signos para indicar su dirección sino que el valor absoluto
(cuando está por encima de la línea de equidad) se trata de signo progresivo.
19 De todas formas esta aseveración debe ser relativizada ya que a este impuesto
lo pagan tanto vehículos particulares como aquello de uso laboral o productivo. 201
CyE Mecanismo con selección por categoría socioeconómica
Año VI En esta categoría se concentran los subsidios o bonificaciones más
Nº 11
Primer
clásicos a la oferta, los de estudiantes y jubilados que deben cumplir
Semestre requisitos de edad o actividad o una combinación de ambos. Su finan-
2014
ciamiento una vez más es estatal y proviene tanto de fuentes nacionales
como subnacionales. Dependiendo del nivel educativo y la edad, este
mecanismo bonifica la tarifa en un 100% a estudiantes de enseñanza
media que cumplen con criterios etarios (dependiendo del ciclo), en un
50% (enseñanza media superior que no reúnen requisitos etarios), 50%
(enseñanza terciaria pública con requisitos etarios) y 30% (enseñanza
terciaria pública sin requisitos etarios)20.
Debido al tamaño de la muestra de la encuesta origen des-
tino del año 2009, se va a optar por testear la distribución de los benefi-
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
100
90
80
70
Acumulación inversión
G=20,07
60
50
40
30
G=7,22
20
10
0
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Diego Hernández
Suma de personas
Diego Hernández
público que usaron tarifa plana temporal y de base geográfica, año
2009. En porcentajes acumulados.
100
90
80
G=54,97
70 G+2149
Acumulación inversión
60
50
40
30
20
10
0
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Suma de personas
23 Cada punto corresponde a una parada del transporte colectivo. Debe recordar-
se que el valor de cada ticket es la mitad de una tarifa regular y pudo ser utilizada o
bien en un servicio local (ese es su valor) o en un servicio regular, con la condición
206 de que la persona lo utilizara dentro de los límites del “tercer anillo”.
Figura 3.1. Montevideo: intensidad de adquisición de ticket zonal (anillo CyE
3) según nivel socioeconómico del territorio, año 2011. En cantidad de Año VI
Nº 11
boletos y porcentaje de hogares en el quintil 1. Primer
Semestre
2014
Diego Hernández
Las tarifas de base temporal, en cambio, presentan una distribución
territorial en su intensidad de uso que prácticamente replica las esta-
ciones del transporte público en la ciudad24. Esto refuerza la idea de
que este tipo de tarifas pueden constituir al mismo tiempo un factor
de distribución progresiva de beneficios (que en este caso no implican
erogación directa al Estado) pero también un factor de cambio modal,
o al menos de permanencia de sectores medios en el transporte público
porque lo vivan como una mejora en la calidad del sistema.
4. Discusión final
A lo largo de este informe, se repasaron un conjunto de indicadores
que dieron cuenta de la capacidad de pago por transporte de los ho-
gares montevideanos así como de la distribución de beneficios de una
serie de mecanismos tarifarios. En todo momento la mirada se enfocó
Diego Hernández
tarifaria que reconoce varios mecanismos compensatorios.
El estudio de estos mecanismos habla de un efecto progre-
sivo respecto al subsidio a la tarifa general. En efecto, los beneficios que
generan estas transferencias se concentran de forma diferencial entre
los estratos más bajos, con excepción de los sectores extremos que no
hacen uso intensivo del transporte. Entre los subsidios específicos con-
siderados a la luz de la composición socioeconómica, el único que pre-
senta una distribución regresiva es el proxy de estudiantes universita-
rios. Operan allí factores de autoselección bien claros: quienes realizan
estudios terciarios provienen de hogares de altos ingresos. Es entonces
que si el objetivo último es maximizar la equidad, este tipo de subsidio
a la oferta no parece el camino más acertado en tanto reparte benefi-
cios de forma concentrada entre la población más pudiente. Cuando se
analizó el boleto estudiantil del nivel medio también hay indicios de
escasa progresividad ya que el índice indicaba sesgo progresivo, pero al
observar la distribución era clara una fuerte incidencia de los sectores
medios. Sin embargo, en este caso la lectura debe ser muy cuidadosa y
tener en cuenta el potencial efecto del factor acceso. No queda claro si
la baja concentración de sectores bajos como potenciales usuarios de la
tarifa estudiantil no tendrá entre sus causas la propia falta de capacidad 209
CyE de pago. En ese caso, este tipo de subsidios coadyuvaría a la partici-
Año VI pación de estos sectores en la educación, convirtiendo el beneficio en
Nº 11
Primer
genuino aumento de su bienestar.
Semestre Párrafo aparte merecen los mecanismos surgidos a partir
2014
de innovaciones tarifarias cuya fuente de financiamiento son los pro-
pios usuarios. Este tipo de iniciativas pueden cumplir múltiples roles
en tanto podrían ser percibidas como una mejora en la calidad del sis-
tema por parte de sectores medios y, al mismo tiempo, presentan una
interesante concentración de signo progresivo. En particular las tarifas
de base territorial son un buen ejemplo de autoselección positiva en
materia de equidad. Este tipo de medidas colaboran decididamente a
ampliar las posibilidades de movilidad motorizada de sectores que en
muchos casos tienen estructuras de actividades con fuerte anclaje en el
Políticas de transporte público y su efecto sobre la equidad
territorio cercano.
Para finalizar, quedan pendientes dos asuntos que mere-
cen mayor investigación. El primero tiene que ver con el mencionado
problema del acceso. Es necesario contar con información más precisa
sobre los niveles reales de deprivación en materia de transporte. Los
índices de pagabilidad aportan pistas bastante claras sobre las proba-
bilidades de provisión deficitaria de transporte, pero no aportan infor-
mación clara sobre la suficiencia o no del transporte consumido por el
hogar. El otro tema que emerge a la hora de discutir capacidad de pago
y estructura tarifaria —especialmente la segunda— es cuál es el poten-
cial de cambio modal a partir de su modificación. En otras palabras,
contestar a la pregunta de cuán elástica es la opción modal, en este
caso la del transporte público. Es imperioso conocer con mayor certe-
za si algunas medidas como bajar el precio del boleto pueden llegar a
tener algún efecto sobre el modo de transporte elegido. Si la respuesta
fuera positiva, la leve progresividad sería uno de varios argumentos
para defender la profundización de los subsidios dirigidos a abatir la
tarifa general. De lo contrario, si el objetivo a priorizar es el de la redis-
tribución, lo prioritario debería ser encontrar mecanismos similares a
los de la autoselección territorial generados por los boletos del tercer
anillo. Claro está que uno de los riesgos de ir por ese camino es que se
descuiden aspectos de calidad o se castiguen a los sectores medios, que
encontrarán más razones para pasarse al automóvil (o la motocicleta)
en cuanto tengan la primera chance.
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214
Inovações
participativas nas
políticas habitacionais
para população de
baixa renda
Um estudo de caso sobre
o Programa Minha Casa,
Minha Vida - Entidades
Luciana F. Tatagiba, Ana Cláudia
Chaves Teixeira, Karin Blikstad
y Stella Zagatto Paterniani
Luciana F. Tatagiba
Profesora del Departamento de Ciencias Professor of the Department of Political
Políticas de la Unicamp (Brasil) y Science at Unicamp (Brazil) and
coordinadora del Núcleo de Investigación coordinator of the Research Group
“Participación, movimientos sociales y “Participation, social movements and
acción colectiva” (NEPAC-Unicamp). collective action” (NEPAC-Unicamp).
Karin Blikstad
para população de baixa renda
216
CyE
Año VI
Nº 11
Primer
Semestre
2014
Palabras clave
1| Programa “Minha Casa, Minha Vida - Entidades” 2| Vivienda social 3| Movimientos
sociales 4| Participación popular 5| Ciudadanía
Keywords
1| Program “Minha Casa, Minha Vida - Entidades” 2| Social Housing 3| Social Movements
4| Popular Participation 5| Citizenship
Introdução
Segundo dados oficiais, o déficit habitacional brasileiro é hoje de 5,8 mi-
lhões de unidades habitacionais e as estimativas são de uma demanda fu-
Inovações participativas nas políticas habitacionais
tura de 1,5 milhão de moradias por ano (Ministério das Cidades, 2013)1.
O enfrentamento dessa situação encontrou um cenário propício no con-
texto da crise econômica internacional de 2008 quando, buscando aque-
cer a economia e superar a tendência de crise, o governo Lula lançou o
Programa Minha Casa, Minha Vida, que teve imediato impacto no setor
da construção civil. O Minha Casa, Minha Vida (MCMV) é um progra-
para população de baixa renda
* Equipo de investigación: Adriana Cattai Pismel, Flávio Coutinho, Alexandra Giménes Salas
1 Postado em maio de 2013: <www.cidades.gov.br/index.php/o-ministerio/noticias/2744-9minha-
casa-minha-vida-e-tema-de-apresentacao-do-ministro-aguinaldo-ribeiro-em-barcelona.html>,
acesso em 30/10/2013.
2 De acordo com o próprio site do PAC: “Criado em 2007, no segundo mandato do presidente
Lula (2007-2010), o Programa de Aceleração do Crescimento (PAC) promoveu a retomada do
planejamento e execução de grandes obras de infraestrutura social, urbana, logística e energética
218 do país […]. Pensado como um plano estratégico de resgate do planejamento e de retomada dos
investimentos previstos no Programa duplicaram, e a meta de atendi- CyE
mento específico à demanda de famílias da Faixa 1 aumentou em relação Año VI
Nº 11
à versão de 20093. No ano de 2012, o MCMV atingiu a meta de 2.863.384 Primer
unidades habitacionais, sendo 1.311.154 unidades contratadas para Faixa Semestre
2014
14. Nesse sentido, como aponta Bonduki5, o Programa acabou por ado-
tar, na prática, o cenário mais otimista proposto pelo Plano Nacional de
Habitação (PlanHab)6 no que se refere aos recursos, elevando o patamar
orçamentário em habitação — como há décadas reivindicam os grupos
que defendem a efetivação da moradia digna (Bonduki, 2009). Por isso,
o Programa representa um grande passo em direção ao amplo acesso à
autogestão e da participação.
Trata-se, assim, de uma modalidade inovadora, cujo foco
principal não é responder ao problema do déficit habitacional — o
que seu caráter residual não permitiria realizar — mas fortalecer
os movimentos sociais de luta por moradia e a rede associativa em
torno da reforma urbana de uma forma mais ampla. É fundamental
para população de baixa renda
9 Para outras pesquisas que exploram essa relação entre movimentos sociais e Estado nos governos
Lula e Dilma, conferir Abers, Serafim e Tatagiba (2011) e Abers e Tatagiba (2013).
10 No caso específico da moradia, podemos citar o caso da Entrevistada 10, militante histórica do
movimento de moradia da Zona Leste de São Paulo, que em 2011 assumiu o cargo de Consultora da
222 Presidência da Caixa Econômica Federal, função que desempenha atualmente.
Diante dessa centralidade da lógica de mercado no dese- CyE
nho e operacionalização do MCMV, os movimentos que operam via Año VI
Nº 11
MCMV-E enfrentam uma verdadeira saga para conseguir comprar Primer
o terreno (o qual disputam nas mesmas condições de mercado com Semestre
2014
as grandes construtoras) e aprovar o projeto na Prefeitura e na CEF.
Ou seja, a criação de uma modalidade “Entidades” não significou
a alteração de uma lógica de atuação de mercado. É por esse moti-
vo que, desde a criação do MCMV-E, os movimentos vão buscando
alterar as normas do Programa para conseguir atuar nesse cenário
altamente adverso.
13 O Residencial Novo Mundo II localiza-se no bairro Novo Mundo que, por sua vez, compõe a
226 região do Campo Grande. Falaremos mais sobre o Campo Grande na Parte II deste artigo.
e MCMV-E. O levantamento e análise documental foram realizados CyE
entre os meses de junho a outubro. Año VI
Nº 11
Por fim, realizamos uma ampla revisão bibliográfica, de Primer
teses, dissertações e artigos, versando sobre os seguintes temas: a) aná- Semestre
2014
lise do Programa Minha Casa Minha Vida e Minha Casa Minha Vida
- Entidades; b) análise sobre trabalho técnico social e sobre a participa-
ção na implementação de políticas sociais; c) ações coletivas em torno
da moradia na cidade de Campinas.
A partir da associação desse conjunto de ações, busca-
mos compreender a dinâmica, natureza e a qualidade da participa-
15 O Programa Crédito Solidário (PCS) foi aprovado em abril de 2004 pelo Ministério das Cidades e
foi o primeiro programa habitacional do governo Lula. Seu funcionamento é similar ao do MCMV,
dessa forma as entidades devem submeter projetos habitacionais e são responsáveis por geridos até
o final das obras e organizar a demanda de beneficiários. Contudo, apesar de ambos receberem
financiamento do Fundo de Desenvolvimento Social (FDS), o PCS é um programa de financiamento,
no qual os beneficiários devem retornar integralmente o valor do investimento em até 20 anos; o
MCMV-E, por ser um programa subsidiado, tem o valor da prestação do financiamento baseado na
renda familiar do beneficiário, cujas parcelas de financiamento correspondem a 5% de sua renda
familiar mensal. “Entre 2007 e 2010, o Programa Crédito Solidário realizou 21.223 contratos com
associações e cooperativas, com investimento de R$381 milhões” (Lago, 2011: 08). 229
CyE iniciamos com uma apresentação dos processos de urbanização e da
Año VI ocupação do território da cidade de Campinas e seguimos com a ava-
Nº 11
Primer
liação do Minha Casa Minha Vida - Entidades na cidade a partir do
Semestre caso do empreendimento Novo Mundo II.
2014
16 O projeto habitacional desse governo, chamado Projeto Moradia, foi elaborado em 2000 por
uma equipe que reunia diferentes segmentos da sociedade interessados no tema (acadêmicos,
230 movimentos sociais, ONGs, empresários, sindicatos, gestores públicos) (Bonduki, 2009).
Com esse objetivo, em 2003, foi criado o Ministério das CyE
Cidades com a proposta de garantir a gestão e o controle social e
17
Año VI
Nº 11
coordenar a articulação institucional entre os três entes da fede- Primer
ração (União, estados e municípios) (Bonduki, 2009). Esse novo Semestre
2014
Ministério teve como desafio condensar os programas habitacio-
nais e projetos de gestão das cidades que se encontravam, até en-
tão, dispersos em outros ministérios e secretarias, passando a pen-
sá-los de forma mais ampla e direcionada para perfis diferentes da
demanda por habitação, priorizando os projetos de interesse social
(Rodrigues, 2013: 08).
17 O Ministério das Cidades não atuaria apenas na coordenação da política habitacional, mas
também na articulação das políticas setoriais urbanas (Saneamento, Mobilidade Urbana,
Programas Urbanos, além da Habitação).
18 Referimo-nos as denúncias de corrupção envolvendo membros do governo e do Partido dos
Trabalhadores conhecidas como “mensalão”, em 2005. 231
CyE na cadeia produtiva do setor construtivo, o governo buscou reaquecer
Año VI a economia interna e estimular a geração de emprego. É nesse contexto
Nº 11
Primer
que surge o Programa Minha Casa, Minha Vida (MCMV).
Semestre O MCMV foi criado em abril de 2009 pelo Governo Federal
2014
com o propósito de viabilizar a produção e a compra de novas unidades
habitacionais, visando suprir o déficit habitacional no país. Sua ope-
radora é a Caixa Econômica Federal (CEF), um banco público, fisca-
lizado pelo Banco Central e subordinado ao Ministério da Fazenda19.
O MCMV subsidia a aquisição de imóveis para as famílias com renda
de até R$1.600,00 (US$712,12) e facilita as condições para acesso ao
imóvel para famílias com renda de até R$5.000,00 (US$2.225,39). O
MCMV identifica três faixas de renda para as famílias beneficiárias:
• Faixa 1. Famílias com renda mensal bruta de até R$1.600,00
(US$712,12).
• Faixa 2. Famílias com renda mensal bruta de até R$3.275,00
Inovações participativas nas políticas habitacionais
(US$1.457,63).
• Faixa 3. Famílias com renda mensal bruta acima de
R$3.275,00 (US$1.457,63) até R$5.000,00 (US$2.225,39).
Para a Faixa 1, que é onde se concentra o déficit habitacional, o MCMV
prevê três modalidades com subsídio parcial ou total da União:
para população de baixa renda
19 Por gerenciar e administrar recursos públicos, a Caixa Econômica Federal é considerada agente
fundamental nas políticas públicas do governo federal.
20 O Cadastro Único (CadÚnico) é um cadastro coordenado pelo Ministério do Desenvolvimento
Social e Combate à Fome (MDS) e é utilizado para identificar e caracterizar as famílias de
baixa renda que fazem parte dos Programas Sociais do Governo e seus dados podem ser usados
na elaboração de políticas públicas que visam à redução da vulnerabilidade social. Os governos
estaduais e municipais também podem ter acesso às informações socioeconômicas das famílias
inscritas. No caso do MCMV, as prefeituras municipais tem liberdade para organizar a demanda de
seus empreendimentos. Após selecionados os nomes de seus futuros moradores, ela deve cadastrá-
los no CadÚnico para que sejam analisado pela Caixa e, caso não haja nenhum impedimento,
232 estejam aptos a integrar a lista oficial de beneficiários.
• Modalidade Entidades: São organizações como coopera- CyE
tivas habitacionais ou mistas, movimentos sociais, asso- Año VI
Nº 11
ciações e demais entidades privadas sem fins lucrativos que Primer
realizam o projeto e indicam a demanda. Aqui também a Semestre
2014
maior parte do subsídio é da União e o percentual e valores
da parcela paga pelo beneficiário continuam os mesmos,
ou seja, 5% da renda e mínimo de R$25,00 (US$11,13) men-
sais, com duração de 10 anos. O beneficiário deve estar in-
cluído no Cadúnico, mantido pela Prefeitura.
• Municípios com até 50 mil habitantes: destina-se a municí-
pios com população de até 50 mil habitantes, que não in-
tegrem as regiões metropolitanas das capitais estaduais. O
subsídio é também da União21.
As condições de entrada na Faixa 1 do MCMV são mais elásticas do
que em outros programas de política pública de habitação, pois não
restringe o acesso das famílias com restrições cadastrais, que partici-
pam de outros programas sociais do governo ou que não possuam com-
provação de renda. Segundo dados divulgados pela Caixa Econômica
Federal, até o ano de 2012, o MCMV tinha alcançado a contratação de
um total de 2.863.384 unidades habitacionais no país, considerando as
três faixas de renda22. Ainda segundo os dados oficiais, o percentual de
21 Para além dessas três modalidades, o MCMV também prevê a aquisição por meio do uso do
Fundo de Garantia do Tempo de Serviço (FGTS), para renda de até R$5.000,00; e a modalidade
Rural, destinada a agricultores e familiares e trabalhadores rurais com renda anual bruta de até R$15
mil, para o Grupo 1, de R$15 mil a R$30 mil para o Grupo 2 e de R$30 mil a R$60 mil para o Grupo 3.
22 Fonte: <www2.planalto.gov.br/imprensa/noticias-de-governo-saiba-como-funciona-e-como-
participar-do-programa-minha-casa-minha-vida>.
23 Fonte: Portal Planalto com informação do Ministério das Cidades, <www2.planalto.gov.br/
imprensa/noticias-de-governo/saiba-como-funciona-e-como-participar-do-programa-minha-
casa-minha-vida>.
24 Fonte: Portal Planalto com informação do Ministério das Cidades, <www2.planalto.gov.br/
imprensa/noticias-de-governo/saiba-como-funciona-e-como-participar-do-programa-minha-
casa-minha-vida>. 233
CyE na política habitacional, especialmente ao contemplar, em sua formu-
Año VI lação, recomendações do Estatuto da Cidade e algumas reivindicações
Nº 11
Primer
de movimentos populares: a alocação de um volume de recursos ja-
Semestre mais visto em um programa habitacional de interesse social e o acesso
2014
de famílias de baixa renda — que não conseguiam acessar o mercado
habitacional — à casa própria por meio de subsídios que podem chegar
até 99,9% do valor total da moradia. Contudo, como o próprio Bonduki
(2009) e um conjunto de outros analistas apontam, reconhecer os
avanços em termos de recursos para a habitação subsidiada e inclusão
de famílias de baixa renda não significa ignorar os sérios problemas
desse Programa habitacional, conforme já adiantamos na Introdução.
As principais críticas em relação ao MCMV destacam: a)
a desconsideração dos canais institucionais e participativos na ela-
boração e operacionalização do Programa; b) a desconsideração de
questões relativas à reforma fundiária; c) a reprodução do padrão de
segregação sócio espacial na localização dos novos empreendimentos;
Inovações participativas nas políticas habitacionais
27 O decreto que regulamenta a lei de criação do MCMV prevê que órgãos e entidades da
administração pública federal direta ou indireta podem ser convidados a participar do comitê pelo
Ministério do Planejamento, e que dados e informações serão disponibilizados pelo comitê ao
ConCidades. Não há referência à administração estadual ou municipal (Decreto 7499 de 2011). 235
CyE incumbidos de implementar essa política. O que se vê no caso do
Año VI MCMV é que os estados e municípios não assumem a função de ges-
Nº 11
Primer
tão. Para além da assinatura do termo de adesão, sua atribuição fun-
Semestre damental é a realização do cadastro, seleção e indicação à CEF das fa-
2014
mílias que serão atendidas pelo Programa 28. Depois de feito isso, quem
deve tomar a iniciativa na proposição de uma intervenção habitacional
não é o município, mas sim as empresas construtoras, que se dirigem
à CEF, apresentam propostas de intervenção e executam os projetos
aprovados pela CEF, estabelecendo ou não parcerias com estados e mu-
nicípios. Como avalia Regina Ferreira:
É um programa dos governos Lula e Dilma que responde a uma de-
manda do empresariado da construção civil, desconsiderando o papel
que os governos municipais e estaduais podem (e devem) ter na formu-
lação e implementação de uma política habitacional mais ampla, que
inclua produção de novas moradias, estoque de terras, urbanização,
Inovações participativas nas políticas habitacionais
28 Cabe ainda aos municípios e estados oferecer contrapartidas na forma de ações que facilitem a
execução dos projetos, como a doação de terrenos em áreas urbanas, implementação de desoneração
tributária, implementação (pelos municípios) de instrumentos do Estatuto da Cidade, viabilização
de infraestrutura adequada entre outras medidas correlatas.
29 E nesse sentido fica claro como a disponibilidade do município e do estado em oferecer
melhores condições para o setor privado da construção (mais desonerações, mais terrenos, mais
236 complementações) cria um campo de competição cujos maiores beneficiários são as empresas.
Não é possível uma política de fôlego que não se baseie em ações CyE
concretas do poder público para dar acesso à terra urbanizada e Año VI
Nº 11
bem localizada para os mais pobres. Deixar isso para o merca- Primer
do imobiliário é premiar a especulação e se omitir numa ques- Semestre
2014
tão central para o futuro — e o presente — de nossas cidades.
(Mineiro e Rodrigues, 2013: 43)
30 “A Compra Antecipada é vista como uma ferramenta importante que, ao mesmo tempo,
reconhece as dificuldades das entidades no mercado imobiliário, colocando alguma vantagem em
suas mãos e também faz, pela primeira vez, um contrato com a associação ou cooperativa, que será
individualizado somente na segunda etapa do processo, rompendo o formato de financiamento
somente ao beneficiário. Está na agenda atual do movimento de moradia a regulamentação de
240 modalidade que contrate também a obra em nome da entidade” (Lago, 2012: 35).
empresas para serviços específicos e utiliza a mão de obra das famílias CyE
pra realização de serviços que exigem pouca qualificação, como limpe- Año VI
Nº 11
za do canteiro de obra. Primer
É importante esclarecer que a modalidade Entidades foi Semestre
2014
criada para responder à demanda de movimentos sociais de luta por
moradia que se sentiram excluídos do processo de elaboração e execu-
ção do MCMV — cujo protagonismo, como vimos, é do setor privado.
Como relata Evaniza Rodrigues:
No final de 2008 e início de 2009, os movimentos e o Fórum
Nacional da Reforma Urbana realizam diversas atividades de
mobilização, como a Jornada de Lutas pela Reforma Urbana, em
novembro de 2008, com ocupações e manifestações em diver-
sos estados. Dessas mobilizações são reabertos alguns canais de
negociação, que culminam com uma audiência pública com o
Presidente da República e outra com a então Ministra da Casa
Civil, Dilma Roussef, no início de 2009, quando os movimentos
apresentam propostas para serem incluídas ao “pacote habitacio-
nal” e reivindicam que parte das 1 milhão de casas fosse cons-
truída por autogestão. (Rodrigues, 2013: 72)
botou 850 mil à vista, botou 50 mil a mais e a gente perdeu aquele
31 Com isso não estamos querendo dizer que o fato de estar vinculado a uma dessas redes nacionais,
signifique que esses valores automaticamente se traduzam em prática nas experiências concretas.
para população de baixa renda
Afinal, como no caso do Novo Mundo II, a principal liderança da Cooperativa Araras, o Carlão, foi
um dos fundadores da CMP, e nem por isso o princípio da cogestão se traduziu em dinâmicas mais
participativas no processo de construção das moradias.
32 O Trabalho Técnico Social (TTS) é obrigatório a todos os programas federais de interesse social
subvencionados pela Caixa Econômica Federal. No caso do MCMV, em que todo o processo de
produção habitacional fica a cargo das construtoras privadas, a responsabilidade de realizar o
TTS é das Prefeituras Municipais, enquanto que, no MCMV-E a responsabilidade é da entidade
organizadora (Ministério Das Cidades, s/d: 17) e para garantir sua realização o valor do TTS foi
estipulado em 1,5% do valor total do projeto (CEF, 2012). No Caderno de Orientação Técnico-
Social (COTS), publicado pela CEF (2012), o Trabalho Técnico Social é definido como “o
conjunto de ações que visam promover a autonomia e o protagonismo social” (CEF, 2012: 4). O
TTS é considerado um processo pedagógico que tem como objetivo o fortalecimento de valores
políticos e o incentivo à participação e à organização coletiva, que potencialmente refletirão no
desenvolvimento local e na inclusão social desses grupos. Nos documentos oficiais que descrevem
o TTS, há uma grande expectativa no que se refere aos ganhos provenientes da participação
dos beneficiários. Uma leitura atenta dos documentos COTS (CEF, 2012), “Curso à Distância,
Trabalho Social em Programas e Projetos de Habitação de Interesse Social” (Ministério das
Cidades, 2011) e “Trabalho Social e Intervenções Habitacionais Reflexões e aprendizados sobre
o Seminário Internacional” (Ministério das Cidades, 2010) evidencia a forte carga normativa
conferida ao conceito de participação, o qual aparece associado às ideias de emancipação,
cidadania, democracia e direitos. Quanto à natureza dessa participação se afirma nos documentos
referidos que ela propicie (e se nutra de) o desenvolvimento do sentimento de cidadania e
reconhecimento de si como portador de direitos. Nesse caso, a participação aparece como um
processo pedagógico de construção da cidadania. Da mesma forma o processo participativo
aparece fortemente vinculado à organização comunitária, ao fortalecimento de vínculos com o
território e a formação de novas lideranças. Ao lado dessa forte dimensão emancipatória, os textos
que debatem o TTS também chamam a atenção para seus efeitos mais pragmáticos e de curto
244 prazo, associados à sustentabilidade do empreendimento, ou seja, a permanência das famílias.
dos movimentos de moradia, que têm um histórico de mobilização e CyE
engajamento das famílias a obrigatoriedade de realização do Trabalho Año VI
Nº 11
Técnico Social acabou de certa forma favorecendo a realização de uma Primer
atividade que eles já desenvolviam e para a qual agora podem contar Semestre
2014
com recursos financeiros adicionais. Mas, ao contrário, entidades que
não atuam sob a premissa da participação como organização da comu-
nidade, o TTS pode ser reduzido a uma atividade formal, destinada a
cumprir uma obrigatoriedade contratual. É claro que no caso das EOs
com histórico de atuação em redes movimentalistas o desafio da par-
ticipação também está presente. Afinal, sabemos das dificuldades que
os movimentos enfrentam para promover e engajar as pessoas em pro-
cessos participativos em territórios marcados pela violência e desigual-
dades extremas, permeados por uma cultura individualista. Ou seja, o
fato de querer e saber como fazer, não significa automaticamente que se
consiga produzir processos participativos. O que buscamos destacar é
que a autogestão não é uma ideia igualmente valorizada pelo conjunto
dos atores que assumem os empreendimentos no âmbito do MCMV-E
e que isso tem impacto sobre os resultados das habitações e também da
participação como processo de organização popular.
Aliás, cabe dizer que a autogestão expressa uma compre-
ensão sobre a democracia e sobre o papel dos movimentos sociais que
está longe de ser consensual na sociedade brasileira. Recentes deba-
Para garantir a participação das famílias, o TTS exige a eleição de uma comissão de representantes
de obras e de uma comissão de finanças, formada pelos futuros moradores.
33 “Militância vira critério para receber moradia do Minha Casa, Minha Vida”. Estado de São Paulo,
28 de setembro de 2013, disponível em: <www.estadao.com.br/noticias/cidades,militancia-vira-
criterio-para-receber-moradia-do-minha-casa-minha-vida,1079892,0.htm>, acesso em 30/10/2013. 245
CyE A reportagem gerou uma reação da União dos Movimentos
Año VI de Moradia (UMM) de São Paulo34, que veio a público no dia seguinte,
Nº 11
Primer
alegando que a crítica baseava-se na prática de criminalização dos mo-
Semestre vimentos sociais. O comunicado da UMM também argumentava que
2014
o MCMV-E seria o resultado bem-sucedido de décadas de luta dos mo-
vimentos sociais por reforma urbana, acolhido por diferentes governos
de diferentes partidos e “matizes políticos-ideológicos”35. No mesmo
documento também é lembrada a agência Habitat, o Programa das
Nações unidas para os Assentamentos Humanos e sua recomendação
de produção habitacional “com a participação das famílias, através de
suas legítimas organizações”. Urbanistas do campo da reforma urbana
também se posicionaram em defesa dos movimentos e da autogestão,
como na declaração de Nabil Bonduki: “o Programa MCMV-E é uma
excelente forma de produção de habitação a baixo custo, com qualida-
de, e com participação da comunidade. […] Como um programa ba-
seado na autogestão, sistema que defendo desde a década de oitenta,
Inovações participativas nas políticas habitacionais
34 A UMM inicia como uma organização municipal que tem como objetivo agregar, conforme as
lutas se intensificam, aqueles que participam das ocupações generalizadas no período; em 1992,
porém, adquire caráter estadual e começa a desenvolver vínculos com a Central dos Movimentos
Populares (CMP), de caráter nacional. Como entidade articuladora no nível estadual, a UMM
organiza uma espécie de federação de entidades e movimentos locais e regionais aglutinados em
torno de lideranças políticas fortes e segmentadas espacialmente. Dentro de cada macrorregião
existem grupos menores, denominados grupos de origem, cujo referencial geográfico mínimo são
os bairros em que atuam os coletivos menores: são as unidades elementares de toda a estrutura,
e fortemente autorreferenciadas pelos próprios militantes. Atualmente, a UMM organiza-se
internamente em Movimentos e Secretarias. Só na capital, a União congrega quinze Movimentos
— os quais, por sua vez, aglutinam grupos de base e associações locais —, que somam, segundo
dados oficiais da entidade, mais de vinte mil famílias cadastradas. Há coordenações de nível
estadual e regional, bem como Secretarias que discutem temas transversais — como formação
política, mulheres, LGBTT, juventude, etc. A UMM integra redes nacionais (União Nacional Por
Moradia Popular, Fórum da Reforma Urbana) e internacionais de luta pela moradia (Habitat
International Coalition América Latina, Secretaria Latinoamericana Vivienda Popular, Rede
Mulher e Habitat).
35 “Comunicado ao público em geral”. Site da UMM, 01 de outubro de 2013, disponível em <www.
sp.unmp.org.br/index.php?option=com_content&view=article&id=666%3Anota-publica-da-
246 umm-sp&catid=41&Itemid=94>, acesso em 30/10/2013.
dados e fatos distorcidos, sem citar convenientemente as CyE
fontes e, assim, não contribuem para a informação. Ao con- Año VI
Nº 11
trário, os fatos parecem intencionalmente organizados para Primer
comprometer a imagem de lideranças populares e do único Semestre
2014
programa público de produção habitacional em escala nacio-
nal que não é operado diretamente por empresas da cons-
trução civil 36.
38 “No início do século XX, a cidade de São Paulo já tinha assumido posição hegemônica na
exportação do café, ‘sobrepondo-se ao estado do Rio de Janeiro, quando [em 1890] o porto
de Santos passou a exportar mais do que o porto do Rio de Janeiro’ (Libâneo, 1989: 22)”
(Paterniani, 2013: 59). 249
CyE migrantes foram ocupando as regiões periféricas da cidade, com con-
Año VI juntos habitacionais e assentamentos precários, como favelas e lotea-
Nº 11
Primer
mentos clandestinos.
Semestre Essa urbanização dispersa contribuiu para reforçar o pa-
2014
drão de segregação que aumenta as distâncias geográficas entre ricos
e pobres, e contribui para a invisibilidade dos pobres (Caldeira, 2000).
As indústrias em Campinas, desde a década de setenta, foram se esta-
belecendo ao longo dos eixos rodoviários principais, também eixos de
dispersão: das rodovias Dom Pedro I, Anhanguera, Campinas/Mogi e
Santos Dumont (Freitas, 2008). A princípio, quando da vinda dos mi-
grantes (isto é, de 1950 a 1970), os eixos de dispersão concentravam a
população de baixa renda, num processo conhecido como periferização
metropolitana (Freitas, 2008; Baeninger, 2002). No entanto, a partir dos
anos oitenta Campinas viveu uma dinâmica que se repete também em
São Paulo, Recife e outras grandes centros urbanos brasileiros: se, his-
toricamente e a princípio, os centros dessas cidades são marcados por
Inovações participativas nas políticas habitacionais
uma “conflitualidade” (cf. Frúgoli Jr., 2000), a partir dos anos oitenta:
O centro intensifica-se como região para a elite, intensificando,
também, o processo de segregação e expulsão dos moradores de
baixa renda e do comércio popular para zonas mais afastadas.
Mas, também historicamente, essas mesmas elites não ocupam o
centro; fazem dele lócus para a prática da especulação imobiliá-
para população de baixa renda
39 A COHAB é uma empresa de economia mista, que tem a Prefeitura municipal como acionista
majoritária. A lista da COHAB é um cadastro, administrado pelo poder público, de pessoas a serem
beneficiadas por moradia. Como, no geral, essa lista excede em número absurdo a demanda, uma
prática comum utilizada pela Prefeitura é a realização de sorteios para definir os beneficiários
quando são construídos novos empreendimentos. 253
CyE Interesse Social de Campinas (2011), estima-se que exista na cidade um
Año VI total de 234 áreas irregulares, entre favelas, ocupações e loteamentos,
Nº 11
Primer
somando 53.365 domicílios.
Semestre Em contrapartida, a área total não utilizada ou subutiliza-
2014
da representa aproximadamente um terço do perímetro urbano do mu-
nicípio. O último Censo da cidade, realizado pelo Instituto Brasileiro
de Geografia e Estatística (IBGE), aponta para 26.677 imóveis vazios na
cidade. O Plano Habitacional (2011) revela que as áreas não utilizadas
ou subutilizadas dentro do perímetro urbano poderiam solucionar o
problema de necessidade de terra urbanizada para o fornecimento de
Habitação de Interesse Social (HIS) em Campinas e, além de resolver
a situação atual, ainda restaria terra para atender a demandas futuras
(Plano Habitacional, 2011).
Contudo, diante desse déficit habitacional, as respostas do
poder público têm sido tímidas. Segundo dados da COHAB, até 2013
o Programa Minha Casa, Minha Vida entregou apenas 7.430 unida-
Inovações participativas nas políticas habitacionais
45 Segundo Oão (2013) aproximadamente 74% dos entrevistados afirma que precisa pegar até três
ônibus para chegar ao local de trabalho.
46 Ver: <http://globotv.globo.com/eptv-sp/jornal-da-eptv-1a-edicao-campinaspiracicaba/v/
moradores-do-jardim-bassoli-reclamam-de-apartamentos-entregues-em-campinas/2332726/>,
acesso em 30/10/2013.
47 Para ver a reportagem na íntegra ver: <http://globotv.globo.com/eptv-sp/jornal-da-eptv-1a-edicao-
campinaspiracicaba/v/moradores-do-jardim-bassoli-reclamam-de-apartamentos-entregues-em-
campinas/2332726/>, acesso em 01/10/2013. 257
CyE MCMV-E e o conjunto habitacional Novo Mundo II
Año VI O Novo Mundo II é o único conjunto habitacional construído pelo
Nº 11
Primer
MCMV-E em Campinas. Foi nele que realizamos nosso estudo de
Semestre caso. Ele está localizado em bairro homônimo, que faz divisa com os
2014
bairros Jardim Maracanã e Jardim Nova Esperança. Todos compõe a
região do Campo Grande, que tem início há cerca de 20 km do centro
da Campinas e é uma das maiores regiões da cidade (Carmo Roldão,
2011: 21). Junto com a região Ouro Verde, compõe o quadrante sudoes-
te da cidade de Campinas (Plano Habitacional, 2011: 230). A região do
Campo Grande foi avaliada pelo poder público como uma região “ca-
rente de obras de infraestrutura, serviços e transporte público” (Plano
Habitacional, 2011: 231), com uso do solo predominantemente residen-
cial, caracterizado por loteamentos populares, conjuntos habitacionais
e ocupações. Seu funcionamento aproxima-se do funcionamento das
“regiões-dormitório”, nas quais as pessoas deslocam-se para trabalhar
fora da região e só retornam à sua região de moradia no fim do dia,
Inovações participativas nas políticas habitacionais
48 Sobre o papel das Comunidades Eclesiais de Base na formação dos movimentos sociais no Brasil,
258 cf. Ana Maria Doimo, 1995.
jovens, pastoral da criança, […] passeatas, mobilizações, campanhas CyE
políticas e muitos outros” (Beozzo, 2011: 10) como espaços fundamen- Año VI
Nº 11
tais de luta social e organização das famílias moradoras nessa região de Primer
penúria em termos de infraestrutura. Faltava água, luz, esgoto, asfalto, Semestre
2014
transporte, creche, escola, postos de saúde.
Assim, a região do Campo Grande é uma região predo-
minantemente habitacional de baixa renda, e reforça o argumento
apresentado de que o território brasileiro é historicamente ocupa-
do de modo que as populações de baixa renda sejam sistematica-
mente expulsas para as periferias sem infraestrutura e isoladas,
Em Campinas, os favelados
constituíram-se como categoria
política e conseguiram se organizar
e ganhar força política com a
criação do movimento de favelados
da Assembleia do Povo
49 Hoje, “baixa renda” caracteriza-se por uma renda de zero a três salários mínimos.
50 Dentre as pessoas que entrevistamos, apenas uma participou da ocupação do terreno em 1988.
262 Os outros começaram a participar do processo já durante a construção dos imóveis.
A Vila União consistiu na construção de 5.214 unidades CyE
habitacionais — um total bem maior do que a demanda inicial —, Año VI
Nº 11
distribuídas entre lotes, casas e apartamentos, e recebeu inscrições Primer
de futuros moradores de todas as partes da cidade. Os futuros mo- Semestre
2014
radores acompanharam o processo de construção dos imóveis sem
participar dele: eram expectadores. Em 1991, a obra já estava pronta;
só faltava o acabamento final, que não acontecia. A obra ficou para-
lisada por quase dois anos e as construtoras responsáveis pela obra
faliram51. Nesse ínterim, os futuros moradores receberam mais um
carnê, com quatro prestações, que deveriam pagar — mas isso não
51 Em 1990, foi eleito presidente do Brasil Fernando Collor de Mello, primeiro presidente eleito
por voto direto do povo após o regime militar no país (1964-1985). Seu governo foi marcado pelo
Plano Collor, que acabou por aprofundar a recessão econômica, o desemprego e a inflação. Uma das
medidas do plano foi o congelamento da caderneta de poupança dos cidadãos. O governo Collor
é conhecido, na memória dos brasileiros, como um governo repleto de escândalos de corrupção
e desvio de dinheiro. Segundo o Entrevistado 08 as construtoras responsáveis pela Vila União
estavam em nome de “laranjas”, não sendo possível posteriormente encontrar os responsáveis pelas
obras. Há suspeitas de que a Vila União tenha feito parte de um esquema de desvio de verba por
meio de programas habitacionais.
52 Em conjuntos habitacionais, é prática comum escolher quem ficará com qual imóvel
mediante sorteio. 263
CyE Então, em 10 de outubro de 1993, os futuros moradores da
Año VI Vila União decidem ocupar suas moradias53. É o início de uma lon-
Nº 11
Primer
ga e intensa história de negociação entre os moradores e a Caixa. Os
Semestre moradores argumentavam que tinham o direito de receberem suas
2014
chaves e que não eram “invasores”. Com os imóveis prontos, eles fi-
nalmente conquistaram suas chaves: contrataram os serviços de um
chaveiro para trocar as fechaduras de cada imóvel e asseguram-se de
que somente futuros beneficiários, constantes nos registros da Caixa,
fizessem parte da ocupação. A Entrevistada 07, ao nos contar sobre
o tempo da ocupação, lembra: “Só tinha água na rua, não tinha luz,
fomos na porta da Sanasa [companhia de abastecimento de agua de
Campinas] pra ter água, pra ter luz fizemos a passeata à luz de vela…”.
E afirma que a opinião pública ficou do lado dos moradores — a ten-
dência era ver sua luta como legítima, afinal eles eram os reais pro-
prietários daqueles imóveis — e que saiu “muita matéria sobre a gente
no Correio [Popular], no Diário [do Povo]” (ambos jornais da época
Inovações participativas nas políticas habitacionais
de circulação na cidade).
Ela também lembra da organização dos moradores, que fa-
ziam assembleias na vila, “na [rua] 48 tinha um QG [quartel-general]:
uma casa que um morador cedia para fazer reuniões” (Entrevistada
07). Conta que tudo era decidido em assembleia e que uma vez por mês
ou a cada quinze dias tinham assembleias gigantes, com 2 mil, 3 mil
para população de baixa renda
264 53 Ver em anexo o Boletim Informativo dos Moradores da Vila União, Nº 01, outubro de 1993.
baixos e mais próximos do aceitável, no entendimento dos moradores. CyE
Outro grupo de moradores, no entanto, considerava essa proposta ina- Año VI
Nº 11
ceitável — por conta dos juros muitos altos que, ao final do pagamen- Primer
to, somavam dupla ou triplamente o valor do imóvel —, formou um Semestre
2014
comitê de esclarecimento e convenceu a esmagadora maioria de que a
proposta era inaceitável. O convencimento foi registrado em um ple-
biscito, realizado em 9 de abril de 1995, sobre aceitar ou não a proposta
da Caixa. Dos 1.276 votantes, 1200 disseram “não” para a proposta.
Após esse evento, a comissão foi alterada: os antigos membros saíram
e formou-se a segunda comissão.
Essa segunda comissão tinha fortes vínculos com o Partido
dos Trabalhadores (PT) e fundou também a Associação de Moradores
da Vila União. Ainda no mesmo ano de 1995, a segunda comissão pro-
pôs aos moradores, que aceitaram, a criação de uma poupança vincu-
lada à Caixa, a poupança Azul. Em outubro, os moradores entraram
com uma ação civil contra a Cooperativa Araras e as construtoras que
trabalharam na obra: BMH, Soma e Santa Bárbara Engenharia. Em
junho de 1996, é aprovada uma auditoria na Vila União, fruto das acu-
sações de superfaturamento das obras. A auditoria foi requerida pelo
então deputado Luciano Zica, do PT.
As negociações com a Caixa não pararam. Em junho de
1997, após reunião com Zica em Brasília, a Caixa aceitou um valor ain-
55 A coordenação da Cooperativa Araras nos permitiu o acesso aos dados cadastrais dos 110
beneficiários do MCMV-E, a partir dos quais geramos a análise que apresentamos nesse item. Os
270 dados estavam em um banco de dados no Access.
Gráfico 3. Escolaridade dos beneficiários CyE
Año VI
Nº 11
Primer
Semestre
2014
56 O técnico social do Novo Mundo II, já havia atuado no Novo Mundo I. Trata-se de uma pessoa
com vínculos anteriores com o grupo e com um bom conhecimento sobre a área de moradia em
272 Campinas.
Pela leitura dos relatórios de TTS e pelas entrevistas CyE
(Entrevistado 01 e 09) podemos aferir que, no inicio, o tema das reuni- Año VI
Nº 11
ões giravam principalmente em torno de dúvidas sobre a construção e Primer
o bairro — construção de um parque nos arredores, rede de esgoto —, Semestre
2014
mas também sobre as expectativas da liberação dos documentos pela
CEF e, às vezes, sobre gestão financeira. Nessas reuniões também foram
eleitas as comissões de acompanhamento de obra e de gestão finan-
ceira, previstos no TTS e obrigatórias pelas normativas do MCMV-E.
Os Entrevistados 17 e 18 contaram que nas reuniões o pessoal da
Cooperativa incentivava as pessoas a se organizarem para exigir mais
57 Contudo, é importante salientar que talvez explicitar que parte da documentação se perdeu, 273
CyE estavam programadas para ocorrer trimestralmente, mas aparente-
Año VI mente, ocorreram em março, junho, novembro e dezembro de 2012.
Nº 11
Primer
As assembleias de março e junho tiveram o intuito de repassar às famí-
Semestre lias informações técnicas: na assembleia de março foi apresentada uma
2014
proposta de custos e foi formada a Comissão de Acompanhamento de
Obra (CAO), prevista na normativa do MCMV-E; na de junho, os fu-
turos moradores foram informados do pedido de suplementação que
a Cooperativa solicitou à Caixa — caso não fosse atendido, o valor te-
ria de ser dividido entre os moradores e resultaria no pagamento de
R$900,00 por morador. A assembleia de novembro deliberou a cons-
trução de calçadas em regime de mutirão com adesão unânime dos
moradores. Em janeiro, foi realizado um Seminário Ambiental que
abordou questões de vivência em comunidade, cuidados com o bairro,
importância da arborização, produção e descarte de lixo.
Ou seja, parece ter havido da parte da Cooperativa in-
teresse em envolver os moradores em algum processo participativo
Inovações participativas nas políticas habitacionais
mais efetivo, mas os atores envolvidos não pareciam dispor das fer-
ramentas necessárias para produzir um engajamento efetivo numa
situação que era, no geral, de baixa organização social prévia. Nas
nossas conversas no Novo Mundo II tentamos provocar os moradores
a falar sobre como foi esse processo de participação, mas não obtive-
mos muito êxito. Os únicos poucos relatos mais vívidos remetiam aos
para população de baixa renda
274 devido a um roubo na sede da Cooperativa, o que nos impede de saber o número exato.
separação da pessoa amada, uma doença na família, etc. A casa era CyE
mais um acontecimento dentre tantos imponderáveis cotidianos e Año VI
Nº 11
sua força dramática. Primer
Enquanto caminhávamos pelas ruas do Novo Mundo II Semestre
2014
e conversávamos com as pessoas, o que víamos era o quanto a con-
quista da casa apenas atenuava um cotidiano marcado pela impre-
visibilidade, incerteza e precariedade. Quando perguntamos a uma
moradora procedente de uma região de favela (Entrevistada 14) sobre
como tinha sido entrar na casa própria pela primeira vez, ela disse:
“Professora, não é como a gente vê nas propagandas”, se referindo às
peças de marketing das grandes construtoras para, em seguida, come-
çar a narrar os problemas no pós-ocupação — dos quais também tra-
taremos adiante. Se a conquista da casa resolveu o problema imediato
da moradia e deu mais segurança quanto ao futuro, ela trouxe novos
desafios e incertezas no presente.
O primeiro deles dizia respeito ao acesso à cidade e as suas
comodidades, como as ofertas de emprego e o atendimento nos equi-
pamentos públicos. O Novo Mundo, como já dissemos, é um território
afastado do centro da cidade e com um serviço de transporte público
bastante precário. Principalmente no caso de moradores que vieram de
condições de moradia também precárias, mas com boa localização em
relação ao centro, a casa nova significou, na prática, perda de qualidade
preendimento, em 2008, e fez todos os trâmites foi seu filho, que ouviu
falar da Cooperativa durante uma greve na empresa onde trabalhava.
Moravam em Hortolândia (cidade próxima a Campinas) e ela estava
muito feliz em se mudar com ele, porque iam sair do aluguel. Ser lon-
ge não era um problema, ela nos contou, porque ele tinha um carro,
então quando não desse para ir trabalhar de ônibus, ele poderia ir de
carro. Mas ele faleceu repentinamente, em um acidente, e morar no
Novo Mundo II perdeu o sentido para ela. Ela se sente muito só e quer
ir embora para o Nordeste, voltar para perto da família. Diz que no
Novo Mundo II as pessoas abusam dela por ser idosa, mulher e sozi-
nha. “Mulher sozinha é difícil, mas não dou moleza”. Acha terrível o
local e a vizinhança; tem boa relação só com um vizinho, o de trás,
que a ajuda. “O povo só se aproxima com interesse”. Chama os vizi-
nhos da frente de “favelados”, “a casa não tem nem reboco, o reboco é
a veste da casa, você pode imaginar o tipo de gente que mora em uma
casa sem reboco”.
A Entrevistada 17 ficou sabendo do empreendimento há
mais de seis anos. Decidiu se inscrever porque queria sair da casa dos
pais. Foram cinco anos de espera da data de entrega dos documen-
276 tos até receber a chave. Mora sozinha na casa, mas não é a primeira
moradora — embora desde sempre a casa estivesse no seu nome. CyE
Antes, morava no DIC (construído pela COHAB), onde morou por Año VI
Nº 11
27 anos. De lá, morou no centro da cidade e voltou para a casa dos Primer
pais no DIC, fez uma cirurgia e, nesse período, foi avisada de que a Semestre
2014
casa do Novo Mundo II seria entregue. Como estava se recuperando
da cirurgia e, desempregada, não tinha dinheiro para construir o
portão, “não ia morar sozinha numa casa sem portão!”58, resolveu
esperar um tempo, ficar mais um pouco na casa dos pais. Foi quan-
do uma mulher invadiu sua casa no Novo Mundo II, e ela descobriu
algum tempo depois, quando, já recuperada da cirurgia, chegou lá
Reflexões finais
O Minha Casa Minha Vida - Entidades tem como linha mestra o ideá-
rio da participação como forma de fortalecer a organização popular.
A expectativa é que a participação dos movimentos, como entidades
organizadoras, e dos futuros moradores no processo de construção da
moradia resulte em uma obra de melhor qualidade, com moradores
mais integrados entre si, e, em geral, mais sensíveis ao associativismo e
à defesa dos direitos de cidadania. A atuação da entidade organizadora
no sentido de organizar a demanda e promover o engajamento das fa-
mílias é visto como uma dimensão central para o sucesso da experiên-
cia. A novidade do MCMV-E é essa centralidade conferida à ideia de
autogestão, associada ao subsídio conferido às famílias de baixa renda
para compra da casa própria. Cabe lembrar, contudo, que a autogestão
não é obrigatória, mas uma possibilidade que o Programa abre e que
encontra diferentes níveis de adesão no conjunto das entidades que
280 participam do Programa.
Como demonstramos ao longo do texto, o MCMV-E, CyE
como uma modalidade do MCMV, é uma adaptação parcial que Año VI
Nº 11
não extingue a centralidade do setor privado na lógica do sistema Primer
habitacional. O MCMV-E não enfrenta a lógica de produção do es- Semestre
2014
paço urbano calcado na especulação imobiliária e na segregação
sócio territorial. Pelo contrário, empurra os movimentos à com-
petição por terras no mercado imobiliário, como qualquer outra
construtora, e acaba por gerar uma nova pressão sobre as terras, ao
mesmo tempo em que empurra os novos empreendimentos para a
periferia, realimentando a lógica da segregação. Além disso, como
287
Investigaciones
Dossier Cuba
La hora de los
desconectados
Evaluación del diseño
de la política de “acceso
social” a Internet en Cuba
en un contexto de cambios
Milena Recio Silva
291
CyE
Año VI
Nº 11 Milena Recio Silva
Primer Cubana, Profesora de la Facultad de Cuban. Professor at the Communication
Semestre
2014 Comunicación de la Universidad de La Faculty, La Habana University and
Habana y en el Instituto Internacional at the International Press Institute
de Periodismo “José Martí”. Autora del “José Martí”. She wrote the book
libro Periodismo digital: el límite de lo Periodismo digital: el límite de lo
posible (La Habana: Editorial Pablo de la posible (La Habana: Editorial Pablo de
Torrriente Brau, 2006). la Torrriente Brau, 2006).
La hora de los desconectados
Palabras clave
1| Cuba 2| Comunicación 3| Internet 4| Políticas públicas 5| Acceso social
Keywords
1| Cuba 2| Communication 3| Internet 4| Public Policies 5| Social Access
en un contexto de cambios
Pecka Himanen1
miento y la innovación7.
4 Ídem.
5 El punto de vista más extendido es el de Estados Unidos, que ha impuesto la
noción de embargo comercial en el marco de una relación bilateral, lo que es en
realidad una estrategia de guerra sostenida de desgaste: un bloqueo económico,
financiero, comercial, político, militar, informativo, un cerco que ejerce un país
sobre otro, implicando y sometiendo a terceros países en esa misma política. No
se trata de una “medida”, sino de toda una política que tiene asiento en múltiples
iniciativas legales que se complementan unas a otras para acosar a la población
cubana y que buscan el derrocamiento, desde hace 54 años, del gobierno y su
sistema político socialista.
6 La población cubana alcanza un promedio de 10,2 años de escolarización y tiene
una esperanza de vida de 79,3 años. Estos dos indicadores influyen bastante en
el lugar 59 en el Índice de Desarrollo Humano que elabora el PNUD. A pesar de
su deficiente economía, la población cubana reclama estándares educacionales e
infocomunicacionales de alto valor agregado (ver PNUD, 2012).
7 La exportación de servicios profesionales es hoy la mayor fuente de ingresos
del país. “En los últimos tiempos Cuba muestra una mayor promoción de las
exportaciones de servicios, principalmente en las áreas de salud, educación y
deportes, que ya representan el 70 por ciento de los ingresos por exportaciones de
294 la isla, de acuerdo con datos oficiales” (EFE, 2012a).
Perfil estadístico del acceso en Cuba CyE
Un acercamiento estadístico al panorama de las telecomunicaciones Año VI
Nº 11
en Cuba señala una realidad bastante singular en relación con las ten- Primer
dencias regionales sobre todo en lo relativo al acceso a Internet y la Semestre
2014
dinámica de crecimiento de ese indicador. Cuba es, en 2013, uno de
los países peor conectados en América Latina. Más del 75 por ciento
de la población todavía no ha tenido contacto directo o frecuente con
Internet, y un número considerable ni siquiera ha podido ser usuario
de redes nacionales que faciliten información y servicios fundamen-
tales. La insuficiente conectividad hace que predominen resultados
internacional, los que navegan por la Red Cuba o quienes acceden plenamente a
Internet”. Ver Juventud Rebelde 2009. 297
CyE la huella de lo digital/virtual/global encarnado en toda su amplitud en
Año VI Internet, aunque el acceso a esta red esté diferido, sea limitado o inclu-
Nº 11
Primer
so imposible. En todo caso la desconexión física no es causa forzada de
Semestre la desconexión cultural, tampoco en la sociedad cubana que de muchas
2014
maneras es osmótica en relación con las más diversas redes que la cir-
cundan, en sus múltiples fronteras subjetivas y materiales.
Tabla 3. Comparación entre indicadores de telecomunicaciones 2012
(por cada 100 habitantes)
Indicador Cuba América Latina Países en En el mundo
y el Caribe desarrollo
Abonados a la telefonía fija 10,1 18,2 11,6 17,3
Abonados al servicio móvil-celular 16 106,9 77,8 85,7
Abonados a la banda ancha fija s/d 7,3 4,9 8,5
(alámbrica)
Abonados a la banda ancha móvil s/d 10,6 8,0 15,7
activa
Usuarios de Internet (%) 25,7* 38,8 24,4 32,5
Hogares con Internet (%) s/d 28,6 20,5 34,1
Hogares con computadora (%) 7,4 35,9 24,8 38,4
Ancho de banda internacional de s/d 8.009 3.531 10.976
Internet (en bit/s) por usuario
Fuentes: ONEI, 2013b y UIT, 2012b. Elaboración propia.
s/d - sin datos. *usuarios combinados.
El bloqueo, y en general la
agresividad de la política hacia
Cuba –incrementada mientras
más débil fue el país, o el gobierno
estadounidense así lo percibió– le
impusieron también un sello a la
visión política sobre Internet desde
Cuba donde abundó el recelo
14 Office of Foreign Assets Control (OFAC), agencia del Departamento del Tesoro
de Estados Unidos encargada de vigilar y perseguir el cumplimiento de las
restricciones que impone el bloqueo. 303
CyE Gráfico 1. Mapa de cables submarinos. Región del Caribe
Año VI
Nº 11
Primer
Semestre
2014
Una verdadera malla de cables rodean a la isla mayor del Caribe. De todos ellos solamente el Alba-
1, proveniente de Venezuela, toca tierra cubana. En el gráfico está representado por la línea más
gruesa. Fuente: TeleGeography.com.15
Este fue un cambio radical porque por primera vez el país consiguió te-
ner soltura, arbitrio para desarrollar o retardar el incremento del ancho
de banda, y con esto el conjunto de las consecuencias que se derivan. A
nivel discursivo, las autoridades deben, a partir de ese momento, relati-
La hora de los desconectados
vizar la influencia del bloqueo como la causa única del estado de cosas.
Y pasa a un primer plano la disponibilidad de recursos financieros, que
si bien puede ser afectada por el bloqueo, no está impedida del todo por
este. Se refuerzan en la correlación de elementos concurrentes aquellos
que derivan directamente de una política nacional, gestada y geren-
ciada desde Cuba respecto a este tema específico del acceso a Internet.
A principios de 1999 el ancho de banda total de Cuba era
de 832 Kbps de entrada, y a finales de 2012 era de 458 Mbps y 229 Mbps
de salida, aproximadamente. Una conexión asimétrica propia del en-
lace satelital. Considerando en cada momento el desarrollo de las tele-
comunicaciones, estas cotas han resultado más que insuficientes, in-
comparablemente más bajas que los niveles estándares de cada época.
Un hotel de cinco estrellas en una capital europea podría actualmente
prestar servicios a sus huéspedes con un ancho de banda similar al que
tenía toda Cuba en la época previa a la instalación del cable submarino
proveniente de Venezuela.
¿Pendiente? La infraestructura
A principios de la década del noventa, cuando sobrevino la gran crisis
económica (sistémica) en Cuba, el país carecía de la infraestructura
20 CUP: Peso cubano. Es la moneda en que se pagan salarios, y en que opera parte
del mercado y las empresas. Existe en Cuba una doble circulación monetaria.
La otra moneda que circula es el CUC: peso cubano convertible, que es una
representación de las divisas, pues mantiene una tasa de cambio con el USD (dólar
americano) de 1 a 1. A su vez, un CUC equivale a 24 CUP. Así, la tarifa fija de 6,25
308 CUP representa aproximadamente 0,26 USD.
que cobija arbitrariedades potenciales, simulaciones y en muchos casos CyE
enmascaramientos de relaciones mercantilizadas. Año VI
Nº 11
Tener un teléfono se convirtió entonces en un nuevo mo- Primer
tivo de distinción, tanto mayor mientras más desprovisto estaba el en- Semestre
2014
torno de esa “facilidad”. Una distinción de nuevo tipo en la que no
comandaba el mercado, no definía excluidos y dejaba siempre abierta
la posibilidad. En estas condiciones, con tan pocos teléfonos, se mul-
tiplicó la práctica de utilizar la telefonía pública, los teléfonos de los
centros de trabajo, para llamadas privadas y hasta “el del vecino”, una
especie de derecho tácito adquirido y conformado en la sociedad del
igualitarismo en el que se daba por entendida la solidaridad y se busca-
ba explícitamente borrar las diferencias: “todos somos iguales”.
Durante al menos los primeros treinta años de la
Revolución estos fueron grosso modo los perfiles, las premisas y las
prácticas de una política de desarrollo de telecomunicaciones —es-
pecialmente centrada en la telefonía— que funcionó con cierta cohe-
rencia, aún en condiciones poco propicias y bajo un esquema de ges-
tión empresarial que hizo agua al comenzar la crisis de los noventa:
“Problemas organizativos y de financiamiento ocasionaron un serio
perjuicio a la telefonía, por lo cual no estaba a la altura de las exi-
gencias del desarrollo del país. Por ello se decidió crear una empresa
que integrara todas las actividades de telecomunicaciones, frenara el
La formulación de la política
Gestionar la escasez
La política que estamos analizando pone énfasis en gestionar la esca-
sez del recurso conectividad. Su proyección principal, como suele ocu-
rrir en sociedades de similar rango de desarrollo, no está dirigido a la
inclusión social de sectores desfavorecidos, o al cierre de las brechas 337
CyE —entre clases o grupos sociales, entre la ciudad y el campo, o entre ge-
Año VI neraciones—, sino que prioriza poner en contacto la mayor capacidad
Nº 11
Primer
posible de hacer uso estratégico del recurso con su disponibilidad.
Semestre Las declaraciones públicas emitidas en un lapso de trece
2014
años por autoridades del Ministerio de Comunicaciones, órgano rec-
tor de la política de telecomunicaciones en Cuba, permiten observar la
persistencia en comprender el acceso social hasta ahora como:
44 ¿Cómo acceder a Internet en Cuba? (La Habana: Editora Política, 1998, p. 18). 341
CyE Personas provenientes del ámbito académico, de las cien-
Año VI cias, o a su servicio, que trabajaron con cierto “espíritu hacker”45 el
Nº 11
Primer
acercamiento a las innovaciones tecnológicas en este campo, funda-
Semestre ron un revolucionarismo cubano en el terreno de la investigación y el
2014
desarrollo de la electrónica, la computación y las telecomunicaciones,
cuya base conceptual estaba centrada en la información como recurso
para el desarrollo. Cuando, gracias a la World Wide Web de 1993 de
Tim Berners-Lee y al Mosaic de Andressen, Internet pudo nacer en
1995 “para la gente, para las empresas y para la sociedad en general”
(Castells, 2001: 31), Cuba ya había avanzado un camino muy promete-
dor, en su escala, en cuanto a conectividad, de modo que los cimientos
estuvieron preparados de manera temprana.
“Cuba estuvo a la vanguardia con respecto a redes de computa-
doras, entre los países caribeños de la época pre-Internet. La pe-
queña comunidad de técnicos de las redes en Cuba fue parecida a
las de otros países durante esa época. Eran inteligentes, creativos,
originales y sumamente motivados. Creían, correctamente, que
las redes y el Internet era importante y que tendría un profundo
impacto en los individuos, organizaciones y la sociedad entera.
Se sentían miembros de la comunidad internacional de los pio-
neros del Internet” (Press, 2011b)46.
352 55 Solo como uno de los ejemplos más actualizados de esta postura ver Kelly (2012).
resultados son el fruto de la ineficiencia estatal y de la apatía por estos CyE
factores modernos que implicarían un tipo de gobierno más ligero, flexi- Año VI
Nº 11
ble y plural. Ambas posiciones, además, suelen ocultar o minimizar la Primer
política de guerra no convencional norteamericana contra Cuba y su in- Semestre
2014
fluencia sobre el alcance que ha tenido Internet en el país (Suárez, 2013).
Estos sectores han protagonizado durante años un tipo de
diatriba muy ideologizada, que no reconoce mérito alguno a las auto-
ridades cubanas, que considera a la sociedad cubana como un contin-
gente de descerebrados incapaces de elegir por sí mismos sus opciones,
y que no busca incidir negociadamente sino por la fuerza, identificando
57 La red Cubarte llega ya a más de 800 instituciones, cuenta con más de 400 enlaces
dedicados, más de 300 están en las provincias. Tiene un canal de 6 megabytes para la
conexión internacional, y uno de 2 megabytes para el tráfico nacional. La demanda
sería de 18 megabytes. De los 11.000 usuarios de la red, unos 4.000 se conectan por
acceso conmutado: “se trata de dedicar esos accesos conmutados fundamentalmente
a los artistas, los creadores, a los intelectuales, porque no tienen una sede, o sea, no
es una institución, que están sentados en un lugar, lo tienen que hacer desde su casa,
desde donde puedan hacerlo, y la única forma en estos momentos es darles el acceso
conmutado”, con las dificultades que implica por la calidad de la última milla. Ver
Rafael de la Osa. Programa Mesa Redonda de la Televisión cubana: “Cuba. Internet
y las redes nacionales”, 7 de agosto de 2013. Transcripción de la autora.
58 Rafael Hernández. Entrevista con la autora. 355
CyE que las desmesuradas tarifas que tendrá el servicio (lo cual
Año VI se reconoce autocríticamente como si eso resolviera algo) res-
Nº 11
Primer
ponden a la débil infraestructura de telecomunicaciones del
Semestre país, y se sugiere con sutileza que esas tarifas privilegian a la
2014
navegación nacional para educar a la gente en el consumo de
lo propio, con lo cual se le echa leña a la costumbre de decirle a
uno lo que tiene que hacer, o lo que es bueno y lo que es malo,
como si uno fuera mongo o descerebrado” (Rodríguez, 2013).
356 59 Parte de esta saga se puede seguir en Pérez Pérez, Arián Jesús (2013).
tráfico desde Cuba indicaban que “el misterioso cable estaba activa- CyE
do” (Madory, 2013a y b). Año VI
Nº 11
Plazos que no se cumplen, informaciones incoherentes, rumo- Primer
res acerca de corrupción (Martínez, 2011), sustitución de ministros y vice- Semestre
2014
ministros, la prensa guardaba silencio y las fuentes institucionales se atri-
buyeron el derecho de ser parcas. Desde enero hasta el 28 de mayo de 2013
no hubo ninguna nueva información que diera cuenta de cómo se estaba
utilizando una inversión de entre 60 y 70 millones de dólares. Ese día, la
Gaceta Oficial publicaba el anuncio del servicio Nauta, el primer servicio de
acceso público a Internet en Cuba, que nacía con unas tarifas prohibitivas.
Un importante acervo de
opiniones se puede encontrar en
intervenciones artísticas –desde la
literatura, la plástica o la música–
la investigación social y el cotidiano
corrillo de la cada vez más
concurrida blogosfera cubana.
Una muestra de caricaturas de Lázaro Saavedra60, artista plástico cubano que ha dado un segui-
miento en clave de humor a la imposibilidad de los cubanos de tener acceso a Internet. En el Cuadro
1 (izquierda) se representa al conquistador español en un estatus de superioridad por tener acceso
60 Lázaro Armando Saavedra González (La Habana, 1964) Vive y trabaja en Cuba,
graduado en el Instituto Superior de Arte de La Habana en 1988. Ha sido, a su vez,
profesor de Pintura de la Facultad de Educación Artística del Instituto Superior
Pedagógico y del Departamento de Pintura del ISA entre 1992 y 2006. Es “uno
de los más importantes artistas plásticos cubanos contemporáneos. Cultiva la
pintura, la fotografía, el dibujo, así como el performance, la animación digital, la
instalación, el video y el arte en la red”. Ver En Caribe. Enciclopedia de Historia y
Cultura en el Caribe. 357
a Internet, mientras los “indios” cubanos, apocados y en desventaja, valoran entre ellos confirmar
CyE
su propia historia en los contenidos de la web. Según la narración histórica, Hatuey fue un líder taíno
Año VI
Nº 11 que se rebeló contra los colonizadores y fue quemado en la hoguera. El poderoso controla el canal
Primer de comunicación; es el único que puede buscar. En el Cuadro 2 (derecha) el sujeto autoritario im-
Semestre
2014 pone un canon valorativo sobre Internet y trata de hacerlo pasar como consenso, pero el “publico”
no puede disentir, no tiene el recurso expresivo (el brazo).
“Ahí hay una falacia, ahí hay una cosa que no está clara. […] Una
de las cosas increíbles que a mí me han llegado a decir es: ‘No, no,
pero cuando esté el cable que no se embulle la gente porque de to-
das maneras hay que pagar lo que se debe’, lo cual es un enfoque
que en el fondo está escondiendo… […] Eso paga y repaga todo,
pero con otro enfoque de utilización del canal, y sin renunciar a
la soberanía nacional ni al concepto de espacio informativo na-
cional. […] Para mí, básicamente, es un tema político”61.
62 Dirigentes.
63 Melchor Gil fue Director Nacional de Informática del Ministerio de la Industria
Sideromecánica y Electrónica (SIME), Viceministro de la Informática y las
Comunicaciones, Rector de la Universidad de Ciencias Informáticas y actualmente es
asesor del Ministerio de Comunicaciones. Entrevista con la autora, septiembre de 2013. 359
CyE Existe una sospecha compartida por muchos observadores: no todas las
Año VI instituciones estatales, y sus respectivos agentes, líderes, etc. han estado
Nº 11
Primer
igualmente persuadidos de la necesidad de la infocomunicación y el acce-
Semestre so a las redes dentro de un posible modelo de desarrollo cubano. Algunos
2014
pueden haberlo visto como un problema antes que como una oportu-
nidad, sobre todo aquellos que sobredimensionaron a Internet como un
entorno no seguro, no solo en cuanto al control de los datos y los sistemas,
sino también por los “riesgos” ideológicos que entraña la relación de in-
tercambio informacional fluido con un espacio básicamente desregulado.
Un analista como Juan Fernández, del MINCOM, sostiene
que la sociedad cubana no ha tenido listos todos los elementos de un
ecosistema de innovación capaz de brindar un ambiente propicio para la
extensión de las redes en función del desarrollo económico, empresarial:
Son miembros del ecosistema tanto aquellos que generan como
los que consumen la innovación; por ejemplo, en el campo de la
informática tanto los que generan la informática como los que la
consumen [
]; son también las condiciones del entorno, las fuen-
tes de financiamiento o de suministros, las regulaciones, el marco
regulatorio, todo eso forma parte del ecosistema. Ahora, ¿en Cuba
qué faltaba en ese ecosistema? Los usuarios, los que lo usaban [
]
en aquellos sectores donde nosotros tenemos usuarios es donde ha
florecido el sector. El sector de la salud, ¿por qué Cuba puede man-
La hora de los desconectados
Acerca del estadío actual hay algunos consensos entre los grupos críti-
cos. Se cuestionan el mantenimiento de restricciones cuya eficacia ade-
más está siendo puesta en tela de juicio por la práctica (la imposibilidad
de importación de equipos para redes LAN wireless, cuando existen por
todas las ciudades de Cuba redes locales creadas en barrios, con muchas
de ellas inalámbricas); la dilación de soluciones que implican descen-
tralización y una visión del entramado de redes distinto en el país (la
utilización de WiFi para servicios públicos); el mantenimiento de los
precios del servicio público; la resistencia a replantearse los objetivos de
la política (el modelo de negocios basado en el cobro por la conexión y
no por los contenidos/servicios informacionales, o el mantenimiento de 363
CyE la controvertida Resolución 127); la falta de publicidad y transparencia
Año VI de a gestión de las instituciones implicadas; la resistencia a enrolar a
Nº 11
Primer
los nacientes sectores cooperativo y privado para gestionar parte de los
Semestre tramos de acceso (cibercafés) y de los posibles servicios; el cobro por el
2014
acceso a la red nacional desde los Telepuntos, entre otras…
La crítica está cada vez más acompañada de sugerencias
(de la Osa, 2013) que, en condiciones de mayor diálogo podrían ser
canalizadas o por lo menos evaluadas, pero que hoy quedan soterra-
das por la incomunicación y la falta de diálogo que ha predominado y
que hasta las propias autoridades han comenzado a detectar como un
factor de riesgo.
Solo habría que recordar la inédita reunión que sostuviera
el actual viceministro de Comunicaciones Wilfredo González con un
grupo de blogueros en la sede del Ministerio el mismo día en que se
dieron a conocer las Resoluciones 197/2013 del MINCOM y la 182/2013
del Ministerio de Finanzas, que establecían el servicio Nauta con unos
precios muy cuestionados por excesivos66. Esa misma tarde, a pocas ho-
ras de que la Gaceta Oficial comenzaba a circular en papel y se publica-
ba en su versión digital, González invitó a blogueros “revolucionarios”
para darles explicaciones de primera mano, seguramente considerando
la capacidad de comunicación emergente de estos actores en Internet
(López, 2013) y anticipándose al aluvión de críticas previsibles.
La política de acceso social ha sido enunciada por diversas
La hora de los desconectados
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377
La reconfiguración de
la Política de Empleo
y Seguridad Social
Horizontes para pensar
la relación igualdad-
ciudadanía en el contexto
cubano actual
Ángela I. Peña Farías y Rosa
María Voghon Hernández
379
CyE
Año VI
Nº 11 Ángela I. Peña Farías
Primer Cubana. Socióloga y Profesora auxiliar Cuban. Sociologist and Assistant
Semestre
2014 e investigadora del Departamento de Professor and researcher at the Sociology
Sociología de la Facultad de Filosofía e Department, Philosophy and History
Historia de la Universidad de La Habana. Faculty at La Habana University.
Palabras clave
1| Cuba 2| Políticas de empleo 3| Ciudadanía 4| Seguridad social 5| Desarrollo
Keywords
1| Cuba 2| Employment Policies 3| Citizenship 4| Social Security 5| Development
igualdad-ciudadanía en el contexto
cubano actual
Introducción
Durante largo tiempo, la discusión sobre la naturaleza de los modelos
de desarrollo social existentes tuvo como bases las políticas activas de
empleo y la regulación de la Seguridad Social, constituyéndose ambos
ejes en el centro del campo de las “políticas sociales”. Dentro de esas
concepciones, la ciudadanía social y económica fue anclada en las re-
laciones salariales, mayormente urbanas. De allí que las instituciones
encargadas de garantizar ciertos niveles de seguridad a los ciudadanos
dependieran fuertemente de los vínculos de cada individuo con el em-
mo social.
Sociológicamente, pueden destacarse dos hechos relacio-
nados con este proceso, que marcaron una reorientación sustantiva de
las lógicas de ordenamiento y estructuración social: por una parte, la
emergencia de una marcada heterogeneidad estructural; y por otra, la
aparición y/o acentuación de brechas de desigualdad, que han tensio-
nado las bases y resultados del modelo de desarrollo social (Espina,
2008; Iñiguez, 2004; Ferriol et al., 2006).
Ante esta situación, agravada por las condiciones interna-
cionales luego de 2008, la propuesta de “Lineamientos de la Política
Económica y Social (LPES) lanzada en 2010 por el Partido Comunista
(PCC), y aprobada por discusión popular en 2011, refuerza algunas
tendencias existentes ya en la sociedad, plantea nuevos retos a la in-
tegración de las políticas económica y social, y con ellos a la propia
concepción del modelo en sus distintos componentes. Entre los cam-
bios planteados destacan los de la política de empleo y Seguridad Social
como medidas ya en implementación.
Es reconocido por un grupo de académicos cubanos (Pérez
y Vidal, 2012; Espina, 2012; Triana, 2012) que la propuesta de cambios
contenida esencialmente en los LPES plantea “a grosso modo qué se
pretende hacer hasta el año 2015, pero no explicita cómo, ni se define
un cronograma y secuencias de acciones para alcanzar los objetivos
planteados” (Pérez y Vidal, 2012: 10).
Los LPES plantean transformaciones económicas, y polí-
ticas, que tienen entre sus ejes básicos el impulso a un programa de
mayor eficiencia del gasto fiscal, en pos del alcance de una mejor ar-
ticulación entre política económica y gasto social. Ese objetivo ma-
crosocial pretende alcanzarse a través de la reducción del tamaño y la
reorganización de funciones de las estructuras del aparato estatal, del
382 gobierno y del partido.
El punto de partida es que aunque en ese documento no se CyE
plantean todos los elementos de cambio dentro del modelo de manera Año VI
Nº 11
explícita o directa, es posible delimitar cómo se producen variaciones en Primer
el alcance de los mecanismos institucionalmente organizados, los que in- Semestre
2014
ciden en una reestructuración del espacio laboral, donde se cristalizan
diferentes actores en categorías ocupacionales diversas. Se parte del su-
puesto de que los nuevos escenarios que se crean con los cambios generan
y/o profundizan las brechas de desigualdad, con lo cual también se trans-
forman los escenarios de protección y Seguridad Social, y los imaginarios
y sentidos que construyen estos actores respecto a esos procesos.
Estrategia metodológica
La investigación estuvo basada en una estrategia metodológica que
permitió moverse en dos niveles de análisis: un nivel empírico, en el
que se recopiló información a partir de los actores sociales involucra-
dos en los cambios, y fueron analizadas las legislaciones y resoluciones
que dan sustento al diseño institucional de las transformaciones en to-
das sus dimensiones. 383
CyE En un segundo nivel, se le dio sentido teórico a la infor-
Año VI mación generada, pretendiendo mover la discusión acerca de hasta qué
Nº 11
Primer
punto se han implicado transformaciones medulares en la concepción
Semestre teórica del modelo de desarrollo cubano, a partir de los LPES y su im-
2014
plementación concreta en las políticas de empleo y Seguridad Social,
considerando su apropiación subjetiva por los sujetos interpelados en
la investigación.
El primer nivel se inspiró en un enfoque de evaluación de
política, con una concepción de investigación no experimental y ex-
ploratoria de carácter externo (las evaluadoras no formaban parte del
diseño institucional de la política), de proceso (la política está en de-
sarrollo, no es un proyecto aplicado y concluido, ni existen objetivos
La reconfiguración de la Política de Empleo y Seguridad Social
Las políticas de empleo son el puente entre las políticas sociales en ge-
neral y las políticas productivas (CEPAL, 2010: 91), o lo que es lo mismo
son el mecanismo integrador de las dimensiones sociales y productivas
de un modelo de desarrollo. Por este rol que ocupan, sobre todo en
términos de su modulación del mundo del trabajo y sus repercusiones
en la desigualdad social, las brechas sociales no pueden explicarse sin
entender la desigualdad en la calidad y productividad de los puestos de
trabajo, en y entre los distintos sectores de la actividad económica. Las
transformaciones tanto al interior de las políticas económicas como de
las sociales, desafían la reflexión teórica en torno a la situación de las
personas en relación a la estructura social y los sistemas de proteccio-
nes, quiénes son reconocidos como trabajadores, qué tipos de cobertu-
ras, qué condiciones para el trabajo, etc.
Se involucran así cuestiones como el diseño institucional
de las políticas de empleo y Seguridad Social, los cambios que se esta-
blecen según las desigualdades en la inserción al mercado de trabajo, y
al carácter de las relaciones sociales que del mismo se derivan.
Por Seguridad Social nos referimos a los mecanismos que
son regulados por vía política para el amparo de los ciudadanos ante
y contra los riesgos a su bienestar socioeconómico. Los diseños ins-
titucionales de las políticas de empleo y Seguridad Social comparten
aspectos centrales que permiten tratar ambos sistemas como un todo
que otorga o niega seguridad en el trabajo y ante los riesgos sociales
para los ciudadanos.
Es por esto que el análisis de las percepciones permi-
396 te indagar en la apropiación subjetiva (imaginario) que sobre las
condiciones y transformaciones relativas al empleo y la Seguridad CyE
Social se producen en términos de oportunidades y limitaciones en Año VI
Nº 11
los distintos escenarios. También es posible encontrar en las percep- Primer
ciones construcciones simbólicas (culturales) que aluden a la existen- Semestre
2014
cia de un patrón de desigualdad aceptada en la implementación de
los procesos, expresando transformaciones e institucionalizaciones
político-culturales.
Acotado ya al mundo del trabajo y la Seguridad Social, los
aspectos que sus políticas regulan atienden aspectos como el acceso es-
table y seguro al sustento por vía del trabajo o pensión; acceso al poder
y la propiedad; posición en los procesos productivos; condiciones para
el trabajo y calidad de los ingresos para la reproducción de la vida de
los trabajadores y sus familias. Igualmente, las garantías ante la incapa-
cidad temporal o permanente para el trabajo y el derecho al descanso y
al permiso por maternidad/paternidad, entre otros aspectos.
Ante la cobertura o retracción concebida e implementada
por parte de los Estados, en dichas regulaciones los actores se sitúan
en posiciones más o menos desventajosas, o exitosas. En este juego de
práctica sociales se desarrollan estrategias que hacen referencia a los
mecanismos y medios que utilizan las personas para la movilidad la-
boral y sus resultados: reconversión del empleo o perfil ocupacional,
movilidad ascendente o descendente en la estructura social tradicional
empleo se espera que para 2015 1,8 millones de cubanos pasen del sector
viene dada sobre todo por la necesidad de controlar de una manera más
efectiva las relaciones ambiguas de este sector con el sector informal, la
ilegalidad y la corrupción.
Por otra parte, dentro de los temas de Seguridad Social
—y asociado directamente con la implementación de los actuales li-
neamientos— está el proceso de disponibilidad iniciado en el país en
2010. Al respecto, el Consejo de Ministros, en fecha 30 de septiembre
de 2010, acordó el tratamiento diferenciado de Seguridad Social para
estos trabajadores, el reglamento resultante fue emitido en fecha 8 de
octubre de 2010 (Resolución 35 de 2010, de MTSS). Esta resolución fue
modificada a su vez con otras disposiciones transitorias o resoluciones
que se adaptarían a los primeros procesos de disponibilidad y la expe-
riencia que de ellos fueron apreciándose.
En este caso, las transformaciones no están en el cambio
de regulaciones para normar actividades que ya existían como en el
caso del cuentapropismo o los regímenes de seguridad de otros sec-
tores especiales, sino en la aparición de un fenómeno nuevo en la so-
ciedad cubana que era necesario normar y atemperar por una parte
con las necesidades de eficiencia económica que exige el desarrollo
económico del país, pero por otro no caer en oleadas masivas de des-
pidos de trabajadores excedentes. Asociado a esto está el hecho de que
no se utilice el concepto de trabajador desempleado, sino disponible,
denotando así la concepción de que es un trabajador a ser reubicado
en otro puesto de trabajo, empresa o sector, y no un expulsado perde-
dor del mercado laboral.
El proceso de disponibilidad ya iniciado hasta agosto de
2013, muestra en el comportamiento general de la provincia los si-
guientes datos:
408
Gráfico 1. Disponibles en porcentajes y por sexos CyE
Año VI
Nº 11
Primer
Semestre
2014
Fuente: Elaboración propia, con datos de la Dirección Provincial del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social (MTSS).
Es por esto que las resoluciones se han centrado en regular los pro-
cedimientos, las garantías y derechos laborales de estos trabajadores.
Se persigue que el proceso de racionalización del empleo se desarrolle
dentro de los marcos legales de los principios de Seguridad Social
afirmados en la Ley 105 de 27 de diciembre de 2008. Con la aparición
del Padrón).
Estos criterios refuerzan el análisis emanado de los docu-
mentos, de que el Reglamento de aplicación del proceso de disponi-
bilidad en sí mismo contiene vacíos en el tratamiento a trabajadores
que por su desempeño, años de trabajo u otras condiciones persona-
les, ameritarían un tratamiento especial. Sin embargo, cuando estos
trabajadores resultan declarados no idóneos y pierden sus puestos de
trabajo, sus tramitaciones de quejas no tienen resultado, pues efectiva-
mente esas son las razones que están contempladas para que sean de-
clarados disponibles. La cuestión entonces está en la propia concepción
de la regulación, a lo cual se le añade luego el factor de interpretación y
aplicación que siempre implica un grado de distorsión y/o realización
determinado en su ajuste a la legislación.
Obviamente, todo este proceso ha complejizado el esce-
nario laboral cubano actual, pero los cambios y sucesivos controles
al trabajo por cuenta propia (TPCP) también ha acarreado un es-
fuerzo superior por parte de las instituciones municipales y provin-
ciales de trabajo. Al respecto, una especialista afirma que “los dis-
ponibles es algo que generalmente se resuelve a nivel de la entidad,
pero el TPCP sí es algo que nos da mucho qué hacer. Esto se debe
sobre todo a que en la aplicación de lo legislado para este sector han
quedado lagunas que hacen que la gente no sepa bien cómo obrar y
nosotros mismos no tenemos un documento que nos indique cómo
hacer cumplir la ley, porque la propia ley tiene lagunas y la propia
población cuentapropista es la que paga las consecuencias de eso y
11 Aclarar que eso quiere decir que los fallos del Comité de Justicia Laboral en las
instancias municipales han estado a favor de la Administración, alegando que los
procesos se han desarrollo en conformidad con lo reglamentado en la legislación
412 que norma la disponibilidad.
vienen aquí a resolverlo” (Subdirectora de Empleo Municipio San CyE
Miguel del Padrón). Año VI
Nº 11
A todo lo anterior se añade, en términos normativos, la Primer
discusión en los últimos meses del año (entre agosto-octubre 2013) de Semestre
2014
un nuevo Código del Trabajo, con el objetivo de regular los nuevos
procesos de retracción formal del Estado en las condiciones de actuali-
zación del modelo, y sumado a ello la ampliación del espacio no estatal
de la economía12. Sin embargo, este último aspecto prácticamente no
recibe atención de manera detallada en el documento, lo que se traduce
en el no reconocimiento de una personalidad jurídica al trabajo por
cuenta propia.
El documento, en esencia, no responde a los cambios en
curso. Se concentra prácticamente en su totalidad en regular las re-
laciones y la gestión del empleo en el sector estatal, con cierto mar-
gen para la apertura también a la emergencia de relaciones preca-
rias en la formalización del vínculo laboral —fundamentalmente en
los contratos por tiempo determinado—, la escasa identificación y
explicitación de los criterios de idoneidad sobre los que se basa el
proceso de disponibilidad; una indefinición entre cómo se van a ma-
nejar dentro de la actualización del modelo económico y social, las
diferencias entre la idea precedente que dominó el modelo de pleno
empleo y el tránsito hacia un mayor predominio de la garantía de
12 Entre las cuestiones preocupantes de ese Código del Trabajo para el sector no
estatal de la economía resulta la posibilidad de otorgar siete días de vacaciones como
mínimo para esos trabajadores a diferencia del sector estatal donde se mantiene
el otorgamiento obligatorio de un mes; la posibilidad de “optar libremente” los
empleadores por aquellas personas que van a contratar sin regulación de ningún
tipo que impida la ocurrencia de “discriminaciones múltiples” en esa elección;
se le otorga al “contrato verbal” cierto estatus de legalidad y la no declaración
de instituciones intermedias para estos trabajadores que tengan facultades y les
permitan reforzar/defender mediante mecanismos legales y normativos derechos
y garantías de manera efectiva. 413
CyE Como consecuencia de ello, viene ocurriendo un proceso
Año VI de reajuste paulatino de las normas y regulaciones de los dos secto-
Nº 11
Primer
res que marcan dicha reforma laboral actual: los cuentapropistas y los
Semestre trabajadores disponibles, aunque otras reformas más generales como
2014
la nueva ley tributaria, las expansiones de cooperativas no agropecua-
rias y los regímenes de seguridad especiales de otros sectores también
son importantes.
A continuación entonces son presentados los resultados
relacionados con los sujetos interpelados en los municipios de San
Miguel del Padrón y Plaza de la Revolución de las diferentes categorías
ocupacionales en estudio, centrándonos en cómo se han posicionado
frente a todo este escenario de reconfiguraciones legales, pero también
La reconfiguración de la Política de Empleo y Seguridad Social
415
CyE Gráfico 2: Color de la piel en la muestra general por municipios
Año VI
Nº 11
Primer
Semestre
2014
La reconfiguración de la Política de Empleo y Seguridad Social
cia. Es decir, aun en estos casos la asociación viene dada no por contra-
les condiciones en ese sentido entre los mismos, ya que las personas
suelen descansar al menos un día, aunque este día no coincida con el
fin de semana.
Sin embargo, en cuanto a los tipos y condiciones de acti-
vidad, algunos comportamientos resultaron interesantes: las personas
entrevistadas en San Miguel del Padrón que realizan actividades in-
formales como la venta ambulante, se encuentran expuestas a mayores
riesgos desde el punto de vista de la penalización, debido a que deben
pregonar sus productos en la calle. Los entrevistados en Plaza dentro de
este mismo sector, sin embargo, aunque realizan actividades que están
en la misma esfera de la comercialización y los servicios, la naturaleza
propia de la actividad las expone a menos riesgos desde el punto de vista
penal, esto debido a que la diversidad de las actividades a que se dedican
incluye la renta de vivienda o las labores domésticas remuneradas.
De manera general, lo trabajadores informales, en su ma-
yoría, consideran que las condiciones de trabajo no se corresponden
con las exigencias de su actividad. Aunque llama la atención cómo en
Plaza estas valoraciones se matizan con tres casos que valoran dichas
condiciones como “adecuadas”. Sin embargo, de los 15 entrevistados
en este sector, sólo uno no señaló que este tipo de trabajo fuera ines-
table e inseguro.
Los niveles de inseguridad en este sector van más allá de las
percepciones de quienes lo practican o de quienes lo juzgan desde otras
posiciones, sino que se aprecia en las propias consideraciones que sobre el
sector manejan los funcionarios de las instituciones encargadas de velar
por la Seguridad Social de los trabajadores: “en primer lugar ese sector
no lo consideramos trabajadores, porque son ilegales, porque son perso-
nas que pueden hasta perjudicar a aquellos que sí pagan su licencia y su
aporte, porque les limitan la clientela, y el desarrollo de las actividades
424 que están registradas. Por tanto no tenemos ningún registro, ni ningún
procedimiento en relación a esas personas, como MTSS no hay protocolo CyE
de trabajo con esas personas, salvo el informar a la Dirección integral de Año VI
Nº 11
supervisión y control, que también está en dependencia de la ilegalidad que Primer
se cometa” (Subdirectora de Empleo Municipio San Miguel del Padrón). Semestre
2014
Con este escenario de fondo, en todo este grupo de traba-
jadores informales fueron entrevistadas dos mujeres en San Miguel del
Padrón: jóvenes, negra y mestiza respectivamente, de bajo nivel educa-
tivo (primaria), en edad laboral y madres de familia. Las condiciones
que impone el tipo de actividad a la que se dedican las mantiene en un
nivel de vulnerabilidad permanente, a lo cual se le puede adicionar que
llevan 15 años en el mismo sector, lo que expresa una situación de nula
movilidad laboral.
Estos casos hacen reflexionar en los diferentes niveles de
informalidad que se expresan en el mercado laboral, donde la varie-
dad de situaciones que llevan a practicar esta modalidad de empleo, así
como de condiciones para permanecer en él y desde las que se ejerce,
marcan posiciones desiguales aún dentro del propio sector, que son
más evidentes en éste que en ninguno de los otros.
En este mismo sentido, en el cuentapropismo —entre los
entrevistados de ambos municipios— existe un predominio de perso-
nas de raza blanca, y las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas
en aquellas actividades que reproducen su rol femenino. Sobre esto se
hace referencia entre los cuentapropistas a que les gustaría que se ins-
titucionalizaran mayores derechos y garantías para el cuentapropismo.
Al valorar qué les resulta más ventajoso o positivo de su sec-
tor, estas personas cuentapropistas refieren que lo que más aprecian es el
proceso mismo de relacionarse con personas en su actividad (ya que la
mayor parte se dedica a los servicios), la flexibilidad de los tiempos de-
dicados al trabajo y las posibilidades de mejorar sus ingresos y por tanto
su consumo. En Plaza resulta interesante que dos personas marcaran la
independencia o la creatividad que aprecian en el sector. Por otra par-
te, los criterios negativos están relacionados con dos factores también:
inestabilidad del sector que tiene que ver con el entorno-resoluciones
que se van tomando y las que se relacionan con la naturaleza de la pro-
pia actividad que se rige por las leyes de competencia del mercado.
Es diferenciado el agrupamiento de los argumentos positi-
vos respecto a lo que aprecian del cuentapropismo según el territorio.
En San Miguel del Padrón, las tres personas que alegan como positivo
la satisfacción de las relaciones sociales que se asocian a su actividad
son mujeres, mientras que los hombres refieren más el beneficio eco-
nómico, así como la flexibilidad que otorga en el tiempo y poder de-
sarrollarlo en su casa. Mientras que en Plaza, las personas también se
mueven entre lo económico y las relaciones que permite, pero no hay
una segregación en cuanto a sexo, siendo interesante que las mujeres
refieran que el sector les permite cierta independencia reforzada por los
ingresos que obtienen. Pudiera estar sucediendo que en Plaza el cuen-
tapropismo resulta un espacio económico más ventajoso para ellas.
A modo de resumen, resulta común —a pesar de las dife-
rencias descritas en los sectores cuentapropia e informal— que respec-
to a lo que más les preocupa en el trabajo, ambos grupos señalan la in-
certidumbre y la inestabilidad por los controles a que se ven sometidos
426 ambos debido a las nuevas y sucesivas regulaciones.
Pareciera entonces que los trabajadores estatales, a dife- CyE
rencia de estos dos grupos anteriores, manejaran valoraciones positi- Año VI
Nº 11
vas respecto a las condiciones de trabajo y seguridad en su sector, sin Primer
embargo estos trabajadores refieren que dichas condiciones tienen en Semestre
2014
cuenta los riesgos laborales físicos, pero no de manera adecuada. Este
criterio recibe una ligera acentuación en el municipio Plaza. Las res-
puestas acerca de qué es lo que más aprecian en su ocupación, 13 de
los 21 trabajadores en esta categoría manifiestan una satisfacción con
lo que hacen mientras que las cuestiones de lo que más les preocupa
tienen que ver con las condiciones de trabajo y los bajos salarios.
tía satisfacer sólo las necesidades básicas, siendo ésta la valoración más
que estaba pensionado, tuvo que hacerse cargo del pago de una deuda
con el banco que había sido adquirida por ella mientras aun trabajaba.
No obstante estos casos puntuales, lo que más llamó nues-
tra atención fueron las sensaciones de pérdida que acompañaron al
proceso, en aquellos trabajadores que dedicaron toda su vida a un mis-
mo puesto laboral, criterios como “Duele mucho porque fueron 30 años
de trabajo, quedar en la calle no es fácil, fue algo frío”; “Toda una vida
en la misma empresa con mucha disciplina. No hubo respuesta a una
carta que envié, fue un proceso brusco”.
Con este tipo de casos, que fue la mayoría, la ley solo con-
sidera un pago de hasta 5 meses del 60% del salario como ya fue visto,
y esto motiva la reflexión acerca de que el Reglamento no valora ade-
cuadamente los impactos personales, emocionales y prácticos, de su
aplicación para estas personas, que han dedicado toda su vida laboral a
una empresa, como fundadores incluso: “Acabaron con mi vida, trabajé
en ese organismo del que fui fundador, empecé como ayudante y llegué
a ser Mecánico A. No sabía qué hacer. ¿Y ahora con qué mantengo a
mi familia? ¿Cómo dejar de hacer lo que hice toda mi vida?”. En total,
9 de los 19 encuestados en este grupo aludieron al tiempo de trabajo
dedicado a su labor anterior, y los años de experiencia en su puesto, en
correspondencia con la construcción subjetiva de quedar disponible.
Otras cuestiones a revisar son las irregularidades en la
aplicación de los procesos, los cuales en muchos casos a la reducción de
plantillas o eliminación de plazas le sucede la declaración de disponi-
ble del trabajador con menor calificación o nivel de escolaridad. Solo en
San Miguel del Padrón, a 4 de las 9 personas entrevistadas les ofertaron
plazas de reubicación que exigían como requisito para su desempeño
una calificación que los trabajadores no tenían, cuando precisamen-
te habían sido declarados disponibles por su falta de calificación: una
434 entrevistada planteó que “estaba estudiando para coger el doce grado,
así y todo me sacaron del trabajo, porque no tenía nivel educacional ter- CyE
minado, y me ofrecieron una plaza de un puesto que requería más edu- Año VI
Nº 11
cación, lo cual fue una contradicción”. Otro de los disponibles, esta vez Primer
un hombre, manifestó lo siguiente: “me ofrecieron tres opciones, pero Semestre
2014
lo que me ofrecieron con 38 años como chofer no lo podía coger porque
pedían grados de escolaridad y ya no me dieron más opción”.
Volviendo al tema de las arbitrariedades, y de cómo las
regulaciones al dejar al máximo dirigente de la entidad la responsa-
bilidad de determinar quiénes quedan disponibles, dan lugar a que en
muchos casos tales arbitrariedades se cometan o al menos a que las
Correspondencia ingresos-consumo en la
situación laboral actual: resultados desiguales
para trayectorias laborales divergentes
Iniciando por el grupo de los informales, en relación a sus ingresos en
el municipio San Miguel los 9 informantes se encuentran en el rango
de menos de 100 CUP diarios (y de ellos 7 ganan menos de 50 CUP al
día). En todo este estrato, el promedio de los ingresos son de 40 pesos
diarios y se sitúan por debajo del municipio Plaza, donde además de re-
cibir ingresos superiores, declaran que lo hacen en ambas monedas in-
distintamente (5 personas de un total de 6). Aquí se expresa una cierta
correspondencia de la desigualdad territorial entre ambos municipios
y las potencialidades del sector informal en cada uno de ellos.
En este sentido, los informales de Plaza se acercan más al
grupo de los cuentapropistas, los que se mueven en ingresos de ambas
monedas. Es justo aclarar que este tipo de información suele ser im-
precisa, ya que las personas no suelen declarar los ingresos reales que
perciben, sobre todo en el sector cuentapropista, donde el temor a la
hacer lo que les gusta. En San Miguel, la mayor parte de las personas
cuentapropistas (5 de 8) plantearon que no tienen dinero para hacer
otras cosas, y las personas en Plaza (6 de 9) se mueven en que lo hacen
porque es lo que les gusta hacer y también porque es el tiempo que
tienen para hacerlo.
Los informales en San Miguel dedican su tiempo libre a ver
televisión y realizar labores domésticas (7, de ellas 6 son mujeres). En
Plaza, la dispersión de los datos en este aspecto muestra la variedad de
actividades que se hacen en ese tiempo. Esta variedad, aunque resulta
difícil de explicar, puede estar relacionada con los niveles educativos
presentes en este sector en el municipio Plaza, y los propios condiciona-
mientos de vivir en un municipio de alto desarrollo. Cualitativamente,
cuando se les pregunta acerca de las razones por las cuales realizan
las actividades señaladas, aunque en ambos municipios hay un criterio
mayoritario de que lo hacen porque es lo que les gusta hacer, en Plaza
se muestra una variedad de la naturaleza de ese gusto, mientras en San
Miguel lo que les gusta hacer se limita a esas dos actividades mencio-
nadas con anterioridad.
Mientras, en el sector estatal las personas realizan labores
domésticas con mayor frecuencia en su tiempo libre, o se dedican a ver
televisión (13 de las 21 personas entrevistadas), y también organizar
reuniones/paseos con familia (con un ligero predominio de Plaza), 9
de 21 emplean este tiempo de ese modo porque no tienen dinero para
hacer otras cosas.
Por su parte, los trabajadores disponibles en San Miguel
del Padrón refieren que casi no tienen tiempo libre, y ubican la reali-
zación de las labores domésticas en primer lugar en su distribución del
tiempo, lo cual es seguido de ver televisión como forma de recreación
principal. En Plaza, las personas refieren también la realización de la-
440 bores domésticas, ver televisión, leer un libro y escuchar música como
las más importantes que realizan en su tiempo libre. Las razones para CyE
estas distribuciones en este grupo de trabajadores son en el caso de San Año VI
Nº 11
Miguel no tener dinero para hacer otras cosas o en Plaza porque es lo Primer
que les gusta hacer. Semestre
2014
Existe una unidimensionalidad en el tiempo libre de modo
general, aunque en Plaza se evidencien algunas dispersiones sobre todo
en el sector cuentapropista. El comportamiento de estas cuestiones
tiende a priorizar el ver televisión como la forma de recreación más
general, ya que 44 personas del total (el 61% de la muestra) refieren
dedicar parte de su tiempo libre a esa actividad. Le sigue en orden de
prioridad realizar labores domésticas, con un 58% de la muestra. Y fi-
nalmente, en cierta proporción leer libros o escuchar música (33% de la
muestra), y la referencia a que no tienen casi nunca tiempo libre (29%
de la muestra). Al establecer un análisis global, destacó como dato in-
teresante que en San Miguel ninguna persona se dedicase a asistir a
centros recreativos, visitar museos y utilizar la computadora, aunque
esto último prácticamente tampoco fue marcado en Plaza.
El gráfico siguiente muestra la distribución del tiempo li-
bre en cada uno de los municipios de modo general.
que afirma que con sus ingresos algunas veces puede pasear. En el caso
de los trabajadores estatales, 16 personas señalan que sus ingresos le
sirven sólo para sobrevivir y ninguno marca las opciones de pasear al-
gunas veces, vacacionar o ahorrar para el futuro. En el cuentapropismo,
10 marcaron que les permite sólo sobrevivir y 11 mantener a su familia.
En este escenario de movilidades, algunos aspectos se
observan como comportamientos generales. Entre ellos, el tránsi-
to mayoritario del sector estatal hacia otros sectores laborales como
el cuentapropismo y el sector informal. Dicho movimiento, como se
ha indicado, parece una resultante natural de la recomposición en la
estructura ocupacional del mercado laboral cubano, en la que se ha
transitado globalmente de una estructura estadocéntrica o estatista del
empleo a una en la que la apertura a nuevos espacios deseados o inde-
seados propicia la movilidad exógena al sector.
En segundo lugar, las estrategias de movilidad que se apre-
cian tienden a utilizar de manera prioritaria los recursos asociativos
de las personas, sea para gestionar nuevos empleos estatales o para
agenciarse otros recursos necesarios para la apertura o sostenimiento
de negocios privados formales o informales, y en menor medida pero
igualmente importante se ubican los saberes y capacidades personales,
junto a la tenencia de capitales financieros propios como conjunto de
requisitos de éxito en dicha movilidad fuera del sector estatal.
En estos procesos de movilidad laboral, los resultados en
términos de salarios suelen ser ventajosos para los que han transitado
hacia el cuentapropismo, y en menor medida para los que se han mo-
vido a la informalidad. Aunque en estos últimos casos las incertidum-
bres laborales están asociadas a los controles y sucesivas regulaciones
que ponen coto al desarrollo de las actividades a desarrollar, y en la
informalidad la ausencia de amparos que ofrezcan garantías laborales
442 de otro tipo.
Resulta interesante que en el caso de los trabajadores esta- CyE
tales dicha movilidad no siempre se realiza hacia puestos de mejores Año VI
Nº 11
retribuciones, llamando así la atención acerca de las razones extrasa- Primer
lariales que motivan dicho movimiento. En este sentido, un último as- Semestre
2014
pecto de interés estuvo en el caso de los disponibles, que si bien algunas
de estas personas han mejorado salarialmente lo más importante para
este grupo es haber experimentado una movilidad laboral forzosa su-
jeta al proceso de disponibilidad.
Como colofón de estas trayectorias laborales, se sitúan las
aspiraciones que las personas construyen en términos de dónde y en
El sector informal
Se refuerza en el sector informal en ambos municipios el sobredi-
mensionamiento de las responsabilidades del Estado en los diferen-
tes ítems de la Seguridad Social. Se sigue reforzando el empleo como 447
CyE responsabilidad del Estado, pero en San Miguel hay un reforzamien-
Año VI to de la responsabilidad del Estado ante la incapacidad permanente
Nº 11
Primer
para trabajar.
Semestre En cuanto a sus condiciones laborales, manifiestan que no
2014
se corresponden con las exigencias de la actividad que realizan. Sin
embargo en San Miguel, a diferencia de Plaza, en este sector nunca
aparece una valoración positiva en este aspecto.
Se reconoce como forma de contribución prioritaria en
el sector el pago de impuestos sobre el salario (9 de 15 personas).
Otras formas mencionadas están relacionadas con la contribución
que se realiza cuando se consumen productos en la red de tiendas
del Estado y también ahorrando dinero para garantizar su propia
La reconfiguración de la Política de Empleo y Seguridad Social
El sector estatal
Dentro de este sector, el reforzamiento de las concepciones del rol
central del Estado se da en casi todos los rubros, excepto en el de
tener ingresos suficientes para vivir bien y asistir a las personas
dependientes.
Respecto a sus condiciones actuales de trabajo, refieren
que tiene en cuenta los riesgos laborales físicos, pero no de manera
adecuada, con una ligera acentuación del municipio Plaza en esta afir-
mación. Manifiestan en su gran mayoría (15 de los 21 entrevistados)
contribuir a la Seguridad Social, pero expresan un desconocimiento de
las cuantías que realizan mediante esa contribución. No obstante, tie-
nen noción de que el mecanismo mediante el que se realiza es el pago
de impuesto sobre el salario (12 personas).
Las valoraciones que las personas dentro de este sector ma-
nifiestan respecto a la contribución que hacen a la Seguridad Social
se mueven entre razones que señalan su importancia porque permite
asegurarse ante los riesgos del trabajo (7), y también que es algo formal
que ha establecido el Estado y las personas cumplen (5).
También concuerdan en que la escala actual de pagos es
baja, y resulta interesante que de los 21 entrevistados 15 —cuando se les
pregunta cómo valoran el actual régimen de Seguridad Social— hacen
referencia a que el salario es muy bajo y por tanto las pensiones tam-
448 bién lo serán.
El sector de los disponibles CyE
El sector atribuye un mayor peso al Estado como responsable en las Año VI
Nº 11
garantías respecto a la Seguridad Social, teniendo de manera marcada Primer
una menor importancia en los ítems considerados como parte de las Semestre
2014
responsabilidades individuales y/o familiares y las corresponsabilida-
des entre el Estado y esos otros actores del bienestar.
Se reafirma el desconocimiento respecto a lo relacionado
con la contribución a la Seguridad Social y cuál es la cuantía de lo que
aportan/aportaron, para el caso de los que aún no encontraron empleo.
No obstante reconocen varias formas de contribución a la Seguridad
Social existentes actualmente: a través del impuesto sobre el salario (10
veces); otros manifiestan que se encargan de su seguridad ahorrando
dinero (7 veces) y otros aluden a que lo hacen cuando consumen pro-
ductos en la tiendas comercializadoras del Estado (6 veces).
En síntesis, respecto al análisis de este rubro es posi-
ble afirmar que a pesar de que dentro de la propuesta de cambios el
Estado está apostando por una menor implicación en el acceso al em-
pleo estable y seguro, 56 veces (de las 72 posibles respuestas) las perso-
nas lo señalaron en el primer lugar como responsabilidad del Estado
y también la Licencia de maternidad/paternidad (58 veces de las 72
posibles respuestas).
Sin embargo, atravesando esta tendencia considerando las
pues 31 plantearon que ahora las personas valorarán más sus empleos
y 25 personas expresaron que los cambios permitirán que las personas
encuentren más lugares donde emplearse.
Sin embargo, otra de las cuestiones que unifica a las
personas entrevistadas en diferentes ítems relacionados con las
transformaciones en curso destacan la existencia de una valoración
relacionada con la incertidumbre y la inseguridad ante los cambios:
27 de los 72 entrevistados manifestaron no saber qué impactos ten-
drán los cambios actuales para su vida en particular (37,5% del to-
tal de la muestra). No obstante, 18 personas tienen una opinión
positiva acerca de éstos, reforzada esencialmente por el sector de
los cuentapropistas.
El sector cuentapropista
El dominio de la información sobre los LPES y los canales para gestio-
narla tienen una marcada diferenciación territorial. En sentido gene-
ral, en Plaza los cuentapropistas tienen algún conocimiento sobre el
documento y las regulaciones que este introduce, lo que se atribuye a
que 5 de los 9 encuestados pudieron mencionar y explicar algunas de
las regulaciones puestas en vigor, destacando aquellas que tienen que
ver con la flexibilización del cuentapropismo.
Mientras, los cuentapropistas de San Miguel por su parte
manifestaron en su mayoría (7 de 8) conocer los LPES, sin embargo
solo un trabajador declaró conocer cuáles de las nuevas regulaciones
podían estar marcando cambios en el ámbito del empleo y la Seguridad
Social, siendo incapaces prácticamente todos ellos de identificar cuál
452 era dicha nueva norma.
Respecto a los principales impactos de los cambios, los CyE
cuentapropistas señalaron como más importante que éstos deben traer Año VI
Nº 11
como resultado más relevante una mayor remuneración para los que Primer
más trabajan y la imposibilidad de subsistir para aquellos que no quie- Semestre
2014
ran trabajar.
Sin embargo en Plaza, a diferencia de San Miguel (sólo
una mujer mayor de 60 años expresó una valoración positiva), las
opiniones sobre los cambios tienden a reconocer el impacto positivo
para sus vidas en particular, reforzado porque señalaron la impor-
tancia de los cambios para dinamizar la economía, mientras que en
San Miguel se apuntó más el patrón de desigualdad que los LPES in-
troducen en comparación con la realidad cubana de veinte años atrás
y su menor desigualdad.
En este sector, resultó interesante además que en San
Miguel las personas se mueven entre remarcar el desconocimiento y
un impacto negativo respecto a los cambios para su vida en particu-
lar, unido a que ninguno de los del grupo joven (menores de 35 años)
entrevistados en ese municipio hicieron referencia a las transforma-
ciones positivas.
Por último señalar que las desigualdades que ambos muni-
cipios evidencian respecto a su posicionamiento ante los cambios y sus
“posibles” impactos, pueden estar tributando en la delimitación de un
El sector informal
Las personas en este sector tienen un escaso dominio e información so-
bre los lineamientos y las nuevas regulaciones que introducen (12 per-
sonas de los 15 entrevistados). Ello puede estar vinculado con el hecho
de que operan en un mercado al margen de la legalidad y a su vez puede
estar incidiendo como causa y resultado en su no inserción en los espa-
cios económicos alternativos a la gestión estatal. A su desconocimiento 453
CyE se adiciona la escasa gestión de esa información y la percepción de que
Año VI no ha tenido una amplia divulgación.
Nº 11
Primer
En este sector, el principal impacto de los cambios es que
Semestre habrá cada vez más personas en situación de vulnerabilidad y aunque
2014
no se ubica en el primer lugar, es el que más presencia tiene entre los
impactos (9 de los 15 entrevistados). Los otros impactos señalados con
mayor recurrencia son que los cambios permitirán dinamizar la eco-
nomía y que ahora Cuba es más desigual que hace veinte años (7 perso-
nas). No obstante, con una frecuencia de 16 veces las personas dentro
de este sector refuerzan como impacto del cambio la desigualdad y la
vulnerabilidad social.
Respecto a los informales, refieren una preocupación gene-
La reconfiguración de la Política de Empleo y Seguridad Social
El sector estatal
A partir de la discusión popular del documento que contenía los LPES
en los centros de trabajo de todo el país, es posible que el grupo de
los disponibles y los trabajadores en el sector estatal hayan tenido un
mayor acercamiento a la información sobre las transformaciones que
éstos introducen.
Ese hecho resulta evidente porque en el grupo de los 21
entrevistados en este sector, 17 personas manifestaron conocer los li-
neamientos, sólo 13 dominaban las nuevas regulaciones y 17 afirmaron
que en su trabajo se produjo la discusión del documento. Sin embargo,
respecto a la pregunta de si sus criterios fueron recogidos en el docu-
mento final, las opiniones estuvieron divididas entre aquellos que lo
afirmaron y los que negaron alguna inclusión de sus criterios. En sus
respuestas también hicieron referencia a la búsqueda de información
sobre los lineamientos para conocer deberes y derechos.
En el sector, las personas refieren que a partir de la imple-
mentación de los lineamientos, la búsqueda de trabajo se ha vuelto muy
difícil (11 personas), le sigue en orden de importancia que actualmente
hay más trabajadores por cuenta propia que trabajadores en otros sec-
tores (9 personas). Otras lecturas señalan en el mismo orden, pero con
454 menor importancia que a partir de que el esfuerzo es mayor, esperan
tener incrementos salariales; la existencia de un mayor volumen de tra- CyE
bajo y menos personas para hacerlo, y también de más control. Año VI
Nº 11
Respecto a sus opiniones sobre los actuales cambios, ellos Primer
señalaron como resultado más importante una valoración mayor del Semestre
2014
empleo que se tiene (12 personas) y con menor relevancia apuntaron
a la necesidad de hacer esos cambios y que éstos permitirán que más
personas encuentren empleo. Entre los principales impactos de las
transformaciones en curso, hicieron mención a que en estos momentos
Cuba es más desigual que hace veinte años y que deben traer como
resultado que los que más trabajan vivan mejor.
La reestructuración laboral
marca el tránsito de un espacio
laboral marcadamente estatal hacia
una diversificación de posiciones
en los espacios socioeconómicos
formales/informales.
con anterioridad.
En relación con la apropiación subjetiva de los cambios, en
segundo lugar las personas ya tienen asimilada en sus mentes la trans-
formación y se van adaptando a ella, pero con cierto nivel de resistencia
en cuanto a los espacios tradicionales de protección social garantiza-
dos por el Estado, y que sostenían y aseguraban ciertos niveles de con-
fianza institucional comienzan a moverse, y con ellos también empieza
a emerger con mayor fuerza un patrón de desigualdad estructural.
Sin embargo, respecto al mundo del trabajo y las repercu-
siones que la implementación que los cambios deben traer como re-
sultados en el largo plazo, comienza a desarrollarse en las percepcio-
nes de las personas una aceptación tácita de la desigualdad, que pasa
por la construcción de la idea de que los cambios deben revertirse en
una (re)valorización del trabajo y su traducción en beneficios consta-
tables para aquellos que en esto contribuyen a través de su esfuerzo y
aporte laboral.
Por último la discusión que más interesa a partir de la rea-
lización de la presente investigación es que en este trayecto ya iniciado
debemos alejarnos de las perspectivas pragmáticas que promulgan una
visión de desarrollo fragmentada: primero lo económico, después lo
social, esto último además con una visión que se va sedimentando y
es la que propone “proteger personas y no productos”, a través de una
mayor acción focalizada del Estado para aquellos grupos que se van
quedando fuera o “perdedores” en el juego.
El objetivo último no debiera ser la redistribución per se,
sino la ampliación del espacio socializado para la producción de bienes
y servicios, bajo la premisa del logro de la plena integración social en
clave emancipatoria, lo que pasa indiscutiblemente por los posiciona-
mientos diversos en el mundo del trabajo. Ello si queremos construir
464 una sociedad donde tanto éste como el bienestar y la justicia social se
realicen como verdaderos valores de la existencia humana y de la legi- CyE
timación de una plena ciudadanía social en los marcos de un proyecto Año VI
Nº 11
socialista aún posible. Primer
Como idea que concluya esta primera aproximación a los Semestre
2014
cambios en curso, podemos plantear que las transformaciones en el
mundo del trabajo, en la medida en que se entienden como centro es-
tructurador de gran parte de los derechos ciudadanos y su comporta-
miento, como manifestación de las dinámicas del ejercicio de la ciuda-
danía, nos están mostrando un momento de inflexión en el modelo de
desarrollo cubano, en el cual resulta crítica la profundización entre las
relaciones de los procesos macroestructurales y formales, y su realiza-
ción práctica en la vida real de las personas. A fin de cuentas, si un nú-
cleo duro e invariable puede atribuirse al socialismo es el de transitar
hacia mayores espacios de equidad y desarrollo humano.
Bibliografía
Álvarez, Sonia 2005 “Introducción” en Álvarez, Sonia (coord.) Trabajo y producción de
la pobreza en Latinoamérica y el Caribe: estructuras, discursos y actores
(Buenos Aires: CLACSO-CROP).
Antunes, Ricardo 1998 “La centralidad del trabajo hoy” en Revista Herramienta Nº 8
(Buenos Aires: Ediciones Herramienta).
Anteproyecto Ley del Código de Trabajo, CTC (2013) en <www.granma.co.cu>.
468
Brechas en el silencio
Ciencias sociales,
conflictos y políticas
públicas en el problema
racial en Cuba
Roslin Bayona Mojena
469
CyE
Año VI
Nº 11 Roslin Bayona Mojena
Primer Cubana, Licenciada en Sociología y Magíster Cuban. Sociologist and Master in Social
Semestre
2014 en Desarrollo Social, FLACSO- Cuba, Development at FLACSO-Cuba, La
Universidad de La Habana. Investigadora Habana University. Auxiliary researcher
agregada en el Instituto Cubano de at the Cuban Institute of Cultural
Investigación Cultural Juan Marinello y Research Juan Marinello and Assistant
profesora asistente (Facultad Filosofía e Professor (Philosophy and History
Historia) de la Universidad de La Habana. Faculty) at La Habana University.
Brechas en el silencio
Palabras clave
1| Cuba 2| Ciencias Sociales 3| Racialización 4| Políticas públicas
Keywords
1| Cuba 2| Social Sciences 3| Racialization 4| Public Policies
La sobrerrepresentación de elementos
distintivos que somete a los segmentos
negros y mestizos a una desventaja
social es favorecida por la presencia
de condicionamientos sociales que
gravitansobre su cultura
En el problema de la discriminación
racial confluyen los escenarios
objetivos e históricos con las respuestas
de las personas hacia ese contexto.
La eliminación de la discriminación
racial se expresa. en el texto de la
II Declaración de La Habana, lo que
mostraba la importancia política
de la cuestión.
6 En los años sesenta se produjo una cierta paradoja. Se fue creando una conducta
cultural asentada en un error. Asentada en la creencia de que la cultura de los
patrones políticos y jurídicos constitucionales de la racialidad, es decir el rechazo
a aceptar la racialidad, incluso la asunción doctrinal de la tesis martiana de que
hombre es más que negro, más que blanco, más que mulato, hizo pensar que
todo lo que se venía haciendo daba la condición de superación del fenómeno.
Entonces no se tenía la mirada lo suficientemente clara en la configuración de la
sociedad que se estaba desarrollando, ni siquiera de la sociedad de clases que se
había heredado, aquella sociedad de clases era incluso una sociedad urbanizada
racialmente separada. Se determinaba así la reproducción de la racialidad y el
racismo en condiciones de vida, en condiciones y posibilidades de educación, es
decir, el porcentaje de mulatos pobres era más alto que el porcentaje de blancos
pobres. El porcentaje de negros pobres era mayor que el porcentaje de blancos
pobres. Había una desigualdad en desfavor de población no blanca que era
minoritaria antes de 1959, pero que en la actualidad se sigue dando en el acceso
a las carreras universitarias. Los mecanismos ya no atenidos a normas raciales,
sino a los patrones antirracistas establecidos por la Revolución, los mecanismos de
repoblamiento urbano no favorecían a una disipación de esta diferencia, de esta
subalternación de las personas no blancas, porque además se sigue concentrando
en los sectores económicamente menos favorecidos en la población. 489
CyE donde también se diviertan, jueguen y disfruten de las ventajas
Año VI de nuestra naturaleza, y disfruten de la alegría a que todo niño
Nº 11
Primer
tiene derecho a disfrutar, juntos como en las escuelas, el niño
Semestre blanco y el niño negro, para que después, también juntos y como
2014
hermanos, se ganen la vida en los mismos centros de trabajo, el
hombre blanco y el hombre negro (Castro Ruz, 1959).
7 Vale la pena aclarar que para la fecha el marxismo comprensible con los teóricos
nacionales era exiguo. Y el marxismo aplicado a la cuestión cultural era más
492 escaso todavía.
Se inauguró entonces un programa que defendía una po- CyE
lítica social que iba en profundidad contra las causas que generaban Año VI
Nº 11
la pobreza y las desigualdades. La máxima dirigencia del país pensó Primer
la supresión de la discriminación racial como un problema político Semestre
2014
mediante la construcción de una sociedad igualitaria para todos los
cubanos, independientemente de su procedencia social, género y edad,
otorgando especial importancia al acceso a bienes y servicios públicos
y a niveles básicos de bienestar social por igual.
El diseño de políticas dirigido a erradicar las prácticas y
las estructuras conducentes a la desigualdad social buscaba incluir y
otorgar ante la ley los mismos deberes y derechos para todos sus ciuda-
fuera de Cuba por Herman Puig los que, como hemos visto hasta
ahora, eran las excepciones.
Son prácticamente inexistentes las investigaciones cuba-
nas que aborden la relación entre conflictos raciales y políticas sociales.
No ha sido mucha la atención que por las ciencias sociales ha recibido
la estimación de las políticas que representen y fortalezcan la situación
racial en el país. Con certeza, estas ausencias revalidan reiteradamente
el distanciamiento que existe entre ambos campos. Solo por nombrar
algunos factores que explican esta realidad, basta hacer referencia a la
casi nula participación de los investigadores en la elaboración y diseño
de políticas que tributen al tema racial y su restringido acceso a los es-
critos referentes a estas, y la distancia que en lo concerniente al asunto
han impuesto las instituciones que en el país se encargan de diseñar las
políticas y orientar su puesta en práctica.
El papel de las ciencias sociales es primordial para el di-
seño, implementación y evaluación de políticas sociales en los dife-
506 rentes ámbitos de estudio. Los resultados alcanzados en las diferentes
áreas de estudio deben hacerse llegar a los decisores, colaborando con CyE
informaciones no solo presentes sino con informaciones de carácter Año VI
Nº 11
prospectivo sobre demandas que el tema racial acoge. Igualmente las Primer
investigaciones pueden aportar elaboraciones al diseño de políticas Semestre
2014
que representen al tema racial en sus vínculos con la realidad de las
diferentes instituciones y grupos de trabajo, así como con programas y
políticas que se ejecutan en el país en otros ámbitos.
Si lo examinado hasta aquí no fuese suficiente para ofrecer
un panorama objetivo de la situación del asunto en la Cuba actual, el
affaire producido a partir de la publicación el 28 de marzo del presente
año en el New York Times de un artículo del intelectual y activista so-
cial Roberto Zurbano, titulado “Para los negros cubanos la Revolución
aún no ha comenzado”, generó una inmediata ola de respuestas de otro
grupo de pensadores y escritores atacando el mencionado texto. Más
de dos decenas de artículos surgieron a la palestra electrónica en cues-
tión de quince días, un centenar de cuartillas ora defendiendo (los me-
nos), ora criticando el texto de Zurbano. Es tal la importancia de este
suceso para el debido examen de la cuestión racial insular que necesita
de una valoración, aunque sea somera, del mismo.
Desde luego, y lo aclaro antes de comenzar el análisis, no
interesa precisar de qué lado estuvo la razón —si es que estuvo perma-
nentemente en alguno—, sino más bien extraer un grupo de conclusio-
2013 en <http://www.lajiribilla.cu/articulo/4160/nota-de-la-asociacion-
de-escritores-de-la-union-de-escritores-y-artistas-de-cuba>.
Pérez Castillo, Ernesto 2013 “Para los negros, la Revolución no ha terminado, ni para
nadie de este lado” en <http://www.lajiribilla.cu/articulo/4156/para-los-
negros-la-revolucion-no-ha-terminado-ni-para-nadie-de-este-lado>.
Pérez-Sarduy, Pedro 2013 “¡Edita tú, que yo titulo!” Londres, 10 de abril 2013
“Posición de la Articulación Regional de Afrodescendientes de Latinoamérica
y el Caribe, en su Capítulo Cubano (ARAC)” en <http://www.
lajiribilla.cu/articulo/4247/posicion-de-la-articulacion-regional-de-
afrodescendientes-de-latinoamerica-y-el-caribe 5 de abril 2013>.
Prieto, Alfredo 2013 “The New York Times” La Habana 7 de abril 2013.
Romay Guerra, Zuleica 2013 “Cuba tiene la obligación moral de librar
esta batalla” en <http://www.lajiribilla.cu/articulo/4248/
cuba-tiene-la-obligacion-moral-de-librar-esta-batalla>.
Rodríguez, Andrea 2013 “Roberto Zurbano acusa al NYT de ‘manipulaciones y
violaciones éticas’” en <http://www.lajiribilla.cu/articulo/4251/roberto-
zurbano-acusa-al-nyt-de-manipulaciones-y-violaciones-eticas>.
Rodríguez Rivera, Guillermo 2013 “Sobre Zurbano. Una opinión” <http://www.
lajiribilla.cu/articulo/4164/una-opinion>.
514
-------------------------------------- 2013 “Un comentario a Víctor
Fowler, y un poco más” <www.lajiribilla.cu/articulo/.../ CyE
un-comentario-a-victor-fowler-y-un-poco-...>. Año VI
Nº 11
Valdés, Nelson P. 2013 “La controversia en torno a raza y el artículo de Roberto Primer
Zurbano: más allá de un título” en Temas (La Habana) en <www.temas. Semestre
cult.cu/catalejo/politica/Nelson_Valdes2.pdf>. 2014
Zurbano, Roberto 2013 “Para los negros en Cuba la revolución no ha comenzado aún”
en <www.lajiribilla.cu/2013/n621 _03/new_york_times.htm>.
--------------------- 2013 “Roberto Zurbano responde: Mañana será tarde: Escucho,
aprendo y sigo en la pelea” en <http://negracubanateniaqueser.
wordpress.com/2013/04/15/roberto-zurbano-mañana-sera-tarde/>.
515
Aportes
Itinerarios migratorios
de familias bolivianas
en América y Europa
entre mediados del
siglo XX y la primera
década del siglo XXI
Roberto Benencia
519
CyE
Año VI
Nº 11 Roberto Benencia
Primer Magíster argentino en Ciencias Sociales Argentinian Master in Social Sciences at
Semestre
2014 por FLACSO-Argentina. Docente de la FLACSO-Argentina. Professor at Buenos
Universidad de Buenos Aires. Investigador Aires University (UBA). Researcher at
del CONICET, Argentina. CONICET, Argentina.
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
mediados del siglo XX y la primera década del siglo XXI
Palabras clave
1| Bolivia 2| América Latina 3| Europa 4| Migración 5| Crisis
Keywords
1| Bolivia 2| Latin America 3| Europe 4| Migration 5| Crisis
Roberto Benencia
corrientes migratorias intrarregionales en América Latina. Estos
flujos, que tradicionalmente se dirigían a las regiones de frontera,
comienzan a orientarse a partir de los años cincuenta hacia las zo-
nas urbanas y, fundamentalmente, hacia el área de influencia de la
ciudad de Buenos Aires, donde se concentraba el desarrollo indus-
trial y los servicios (Pellegrino, 2000). En el caso de Bolivia, aunque
los movimientos de población hacia los países limítrofes tienen si-
glos de historia,1 no será hasta los años cincuenta cuando los flujos
migratorios hacia el exterior adquieran cierta importancia. En ese
momento, los cambios introducidos por la revolución de 19522 y el
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Proyecto IMILA (CELADE), CIRCA 2000 (OCDE),
Anuario Estadístico y Padrón Municipal de Habitantes, INE.
Roberto Benencia
del noventa y principios del nuevo siglo, cuando las crisis econó-
micas por las que atravesaron la mayoría de los países latinoame-
ricanos —especialmente aquellos que habían servido de destino de
las corrientes intrarregionales— provocaron que sus clases medias
se sumaran a los flujos migratorios internacionales hacia Europa
(Pellegrino, 2003). Al igual que sucedió con el flujo hacia Estados
Unidos, Bolivia se incorpora a la corriente migratoria a Europa más
tarde que otros países latinoamericanos. En el caso de España, el
principal destino de la migración boliviana interregional, esta co-
rriente comenzó a crecer a partir del año 2000 y se ha mantenido
elevada hasta 2007, año en que entró en vigor la exigencia de visado
para ingresar en el país.
Roberto Benencia
de que coincidimos con diferentes autores en que los datos sobre canti-
dad de personas que cruzan la frontera y sobre la migración temporaria
a la Argentina son muy deficientes, ya que las estimaciones presentan
amplias variaciones y pocas veces se basan en cómputos efectivos,5 los
datos existentes —provenientes de distintas fuentes—, analizados por
los especialistas en el tema permiten bosquejar ciertas tendencias que,
en general, se van corroborando en la realidad.
Los estudios más generales realizados por Alfredo Lattes
(1990), tratando de evaluar la inmigración extranjera a la Argentina a
partir de diversas fuentes, para el período 1945-1988 —en el caso espe-
cífico de los limítrofes— detectan un flujo importante de ingresantes
el patrón esperado, ya que a pesar de que este país ofrecía aún meno-
res posibilidades de empleo que Paraguay —por tener mayores tasas
de desempleo y subempleo urbanos, así como un alcance mucho más
limitado de su proceso de colonización agrícola— la alternativa mi-
gratoria externa frente a la interna no era superior, y lo explicaban di-
ciendo que la frontera que Bolivia comparte con la Argentina es mucho
más reducida que la de los otros dos países, por lo que sólo una fracción
de la población boliviana está expuesta en forma directa a la atracción
argentina; es precisamente esa población contigua la que constituye el
grueso del flujo hacia este país.
En este sentido afirmaban que podría pensarse entonces
que el proceso de incorporación de otras regiones como fuente de emi-
gración se desarrolla con cierta inercia y que el ámbito en que la opción
a migrar al exterior se constituye en real alternativa frente a la migra-
ción interna no es todo el país, sino solamente algunas regiones, y qui-
zá las que son cercanas a la frontera o se encuentran bajo el radio de la
influencia de ésta (Marshall y Orlansky, 1980). Otro elemento que estas
autoras consideran contribuye a aumentar el grado de difusión del pro-
ceso migratorio es la antigüedad de inicio de la emigración, en relación
Roberto Benencia
(FIAT OECEI, 1969). Este último factor ha constituido un impedimen-
to fundamental para el desarrollo del proceso de movilidad de la fuerza
de trabajo que, de este modo, permaneció retenida por sus condiciones
tradicionales de existencia hasta la década de 1950. La aceleración de la
migración interdepartamental en los últimos tiempos demuestra que
el proceso migratorio está atravesando recién hoy por una etapa que
Chile y Paraguay habrían recorrido más tempranamente (el 41% de la
migración interdepartamental boliviana tuvo lugar entre 1971 y 1976;
sobre la base de datos del Ministerio de Planeamiento, 1980)”.
A través del tiempo, la inserción de los migrantes en el
mercado de trabajo argentino se ha ido adecuando a las demandas co-
yunturales: áreas limítrofes y trabajos temporarios en cosechas en un
principio, para pasar posteriormente a zonas urbanizadas y al área me-
tropolitana del Buenos Aires a desempeñar actividades básicamente en
la construcción, los hombres, y en el trabajo doméstico las mujeres; la
temporalidad por una cosecha se fue extendiendo en el tiempo, hasta
alcanzar en algunos casos la permanencia. A partir de la década de
1960, considerando cada corriente nacional y cada contexto regional
separadamente, puede afirmarse que la inmigración proveniente de
los países limítrofes va adquiriendo un carácter residual, perdiendo 527
CyE posiciones relativas en los mercados de trabajo; esta pérdida se acentúa
Año VI en las provincias que, en cada contexto, se caracterizan por una mayor
Nº 11
Primer
expansión del empleo.
Semestre La localización de fuerza de trabajo inmigrante en la es-
2014
tructura del empleo es altamente concentrada en pocos sectores (ge-
neralmente agropecuario, minero, manufactura o construcciones), y
muy selectiva en comparación con la inserción económica de los tra-
bajadores nativos, tanto locales de la provincia como migrantes inter-
nos (Marshall y Orlansky, 1983). Comparando datos de la inmigra-
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Roberto Benencia
cional de los bolivianos en Buenos Aires. Los hombres bolivianos han
trabajado mayoritariamente en la construcción desde antes de la dé-
cada de 1960 —especialmente los cochabambinos, chuquisaqueños y
potosinos—, pero es cada vez mayor la proporción de bolivianos en el
sector (Ardaya, 1978), alcanzando a más de la mitad de los hombres bo-
livianos, incluyendo las actividades en la fabricación de ladrillos (“los
hornos ladrilleros”). Los siguen los obreros calificados —sobre todo de
Tarija, La Paz y Santa Cruz—, los empleados de comercio y servicios —
de Tarija y La Paz— y los que se ocupan en oficios como la carpintería
—de Cochabamba y Santa Cruz.
Las mujeres bolivianas en el mercado de trabajo de Buenos
Aires, por su parte, declaran una mayor participación, trabajando más
7 Nos basamos en las tendencias que sugieren los datos analizados por Ardaya, a
partir de la muestra del decreto 87/74.
8 Considerando las dificultades de registro asociadas con ciertas actividades
“informales”, el altísimo porcentaje de “amas de casa” debe encubrir ocultamiento
de otras actividades: contrabando, comercio intraregional, venta ambulante sin
permiso, trabajo como “cuarta” (trabajadora no remunerada) en las fincas de
tabaco o azúcar. 529
CyE que sus paisanas del interior en el servicio doméstico, en la industria
Año VI de la confección y en la industria (Ardaya, 1978). También en este caso
Nº 11
Primer
debe haber existido un importante subregistro de inserciones labora-
Semestre les. La escasa información disponible sugiere que todavía hacia fines de
2014
la década del setenta los trabajadores inmigrantes en el Gran Buenos
Aires proseguían concentrándose en los mismos sectores económicos
habituales. La información con que se cuenta —datos sobre radicacio-
nes otorgadas, Dirección Nacional de Migraciones— muestra que los
inmigrantes (hombres) se ubican en ocupaciones que pueden atribuirse
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Roberto Benencia
que llegan en este período provienen, por un lado, de una corriente de
migración directa desde Cochabamba, que comienza a definirse cla-
ramente; y por el otro, de origen diverso —pero mayoritariamente po-
tosinos y tarijeños—, que desde 1960 habían comenzado a desplazarse
desde el noroeste hacia el área metropolitana y Buenos Aires (Ardaya,
1978). Es en esa época cuando en las calles del Gran Buenos Aires y la
Capital Federal comienza a verse más frecuentemente la imagen hoy
característica de “la boliviana que vende ajo y limones” en las puertas
de ferias y mercados.
La inserción de la población boliviana en actividades agrí-
colas es claramente posterior. Estudios más cercanos en el tiempo
permiten afirmar que los bolivianos en la Argentina participan de la
característica general de migrantes indocumentados y de baja califica-
ción, lo cual ha hecho que se inserten en la franja del mercado de mayor
precariedad, donde predominan el trabajo a destajo y la baja remune-
ración; allí se encuentran a expensas de “la explotación o a los abusos
por parte de los empleadores, quienes les pagan menores salarios y no
les reconocen las cargas sociales, a la vez que no les otorgan los benefi-
cios de la seguridad social, según lo dictaminan las leyes vigentes para
los trabajadores” (Sassone, 1987). 531
CyE De esta manera, establecen una competencia con el traba-
Año VI jador nativo o con el trabajador extranjero con residencia permanente,
Nº 11
Primer
los cuales cuentan con el pleno amparo de las normas legales propias.
Semestre Por lo tanto, al quedar al margen de la ley y decretos específicos, los
2014
migrantes indocumentados están expuestos a vivir en condiciones de
marginalidad, situaciones que lógicamente inhiben toda posible agre-
miación como forma de defensa.
Entre los extranjeros limítrofes, y en especial entre los boli-
vianos, se advierte una altísima proporción de personas en edad activa,
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Roberto Benencia
retorno, “…los pobladores de Cochabamba tienen siempre presente
a Buenos Aires debido a la frecuente llegada de emigrantes de retor-
no que les cuentan sus éxitos o les llevan pruebas de los mismos…”
(Dandler y Medeiros, 1991).
La migración de bolivianos se intensificó durante la últi-
ma década del siglo pasado, al mismo tiempo que se produjeron cam-
bios en el perfil de estos migrantes. La comparación entre las pirámides
de población boliviana residente en Argentina nos muestra una ligera
En tanto que los datos del CNP de 2001 muestran que más del 50% se
encuentra ubicado en dicho área, habiéndose reducido notablemente la
proporción de los ubicados en las áreas colindantes a su país. Esta ma-
yor visibilidad en la capital del país sumada a la existencia de una fuer-
Roberto Benencia
esta población, a la que se culpabilizaba de los elevados índices de des-
empleo, provocados por el fracaso de la política económica neoliberal
aplicada en la Argentina durante la década del noventa.
Durante aquella última época, los migrantes bolivianos se
incorporaron en determinados nichos laborales como la industria tex-
til, la horticultura periurbana y la construcción, donde a partir de la
conformación de enclaves étnicos en dichos sectores pudieron ubicarse
laboralmente con ciertas ventajas en el mercado de trabajo metropoli-
tano. La crisis de 2001-2002 aceleró la partida de algunos de estos in-
migrantes, con suficiente experiencia en la inmigración después de su
paso por la Argentina, hacia otros destinos como por ejemplo España e
Italia en la Unión Europea.
14 Estos datos coinciden con los obtenidos por la Encuesta Nacional de Inmigrantes
(2007), según la cual sólo el 1,8% de los bolivianos residentes en España habría
536 llegado al país antes de 1997, mientras el 85% lo habría hecho entre 2002 y 2007.
Tabla 5. España: Extranjeros procedentes de Latinoamérica, CyE
principales nacionalidades (2000-2008) Año VI
Nº 11
Ecuador Colombia Bolivia Argentina Perú Primer
Semestre
2000 20.481 25.247 2.117 23.351 27.422 2014
2001 139.022 87.209 6.619 32.429 34.975
2002 259.522 191.018 13.517 56.714 44.752
2003 390.297 244.684 28.432 109.445 55.915
2004 475.698 248.894 52.345 130.851 68.646
2005 497.799 271.239 97.947 152.975 85.029
2006 461.310 265.141 139.802 150252 95.903
2007 427.099 261.542 200.496 141.159 103.650
2008 420.110 280.705 239.942 145.315 120.272
2011 306.380 244.670 184.706 108.390 121.851
Roberto Benencia
a| El primero de estos aspectos internacionales tiene que
ver con el surgimiento y consolidación de nuevos mer-
cados laborales que demandan det erminada mano de
obra (básicamente en las áreas de servicios y cons-
trucción), es decir que el crecimiento económico experimen-
tado por España en los últimos decenios por su ingreso a la
Comunidad Europea lo convirtió en un nicho laboral im-
portante de mano de obra latinoamericana, sobre todo
de los países andinos.
b| En segundo lugar, un hecho importantísimo que marcó
el nuevo itinerario de los bolivianos hacia España: la crisis
económica que afectó a la República Argentina a finales del
año 2000 y que produjo un fuerte impacto en las familias mi-
grantes bolivianas, llevando a muchas de ellas a convertirse
en pioneras de la migración hacia España y a activar las re-
des sociales y familiares en esta nueva dinámica. Este aspecto
(migrantes bolivianos que salen de la Argentina en este perío-
do con destino a España) podría ser un elemento clave al mo-
mento de explicarnos la magnitud y rapidez de este proceso. 537
CyE c| Finalmente, el tercer aspecto tiene que ver con los aten-
Año VI tados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas
Nº 11
Primer
en Nueva York; este hecho no sólo endureció las medidas
Semestre migratorias para ingresar en los Estados Unidos sino
2014
que también definió las políticas de seguridad nacio-
nal en referencia a sus fronteras. Hay que recordar que
para los potenciales migrantes bolivianos (sobre todo
de Cochabamba), los Estados Unidos de América cons-
tituyen el ícono de la migración internacional.
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Roberto Benencia
internas como internacionales.
Hace una década, la inmigración boliviana mostraba un
patrón de asentamiento con una fuerte concentración en Madrid y
Cataluña, donde residían el 43,2% y el 19,3%, respectivamente, del to-
tal de bolivianos asentados en España. En la actualidad, aunque estas
dos comunidades siguen siendo las que aglutinan mayor porcentaje de
bolivianos, es evidente su dispersión geográfica hacia otras zonas de
la península, especialmente en las regiones mediterráneas y el sur.16 El
fuerte crecimiento económico que durante la primera parte de esta dé-
cada han experimentado estas zonas, vinculado a la agricultura inten-
siva y la construcción, unido al establecimiento de cadenas migrato-
rias, explican en buena medida la distribución geográfica del colectivo
boliviano en España.
Las características socio-demográficas de la migra-
ción boliviana son similares a las que presentan otros colectivos
Roberto Benencia
en buena medida su acceso a los procesos de regularización extraor-
dinaria y por arraigo. Lo que resulta indudable es que la irregularidad
constituye una limitación importante para la inserción normalizada
en todos los ámbitos y, de manera especial, en la vivienda y el empleo.
Respecto al primero de estos ámbitos, la Encuesta
Nacional de Inmigrantes aporta datos sobre la composición de los
hogares inmigrantes, aunque la información no está desagregada por
países, sino agrupada por áreas de procedencia. Bolivia se incluye,
junto con Ecuador, Colombia y Perú, en el grupo de países andinos,
donde el tipo de hogar más frecuente es el formado por una pareja
21 La encuesta señala que entre los migrantes que han llegado en el periodo 2003-
2007, como es el caso de la mayoría de la población boliviana, “la proporción de
hogares menos estructurados es mayor y lo contrario también es cierto, los hogares
compuestos por parejas con o sin hijos son proporcionalmente más cuanto más
temprano han llegado sus miembros” (ENI, 2007: 48).
22 No debemos olvidar, sin embargo, que estos datos se refieren únicamente al
empleo regulado y que, por tanto, no reflejan el trabajo en la economía sumergida.
Aunque no es posible determinar la participación de este colectivo en el trabajo
irregular, cabe suponer que su presencia es importante, dado el alto número de
542 indocumentados entre la población boliviana.
de empleados del hogar (23,7%)23 y en el agrario (7,1%), donde pre- CyE
sentan tasas superiores al conjunto de trabajadores procedentes de Año VI
Nº 11
América Latina. Primer
En segundo aspecto a destacar es su concentración en de- Semestre
2014
terminados sectores de actividad y ocupaciones, un fenómeno que por
otro lado es común al resto de colectivos inmigrantes y donde existen
diferencias significativas en función del sexo. Los varones bolivianos se
concentran en la construcción, el sector que más ha contribuido al cre-
cimiento del empleo desde finales de los años noventa y que, en la ac-
tualidad, se está viendo más afectado por la crisis económica (Pajares,
2008). Las mujeres, sin embargo, tienen mayor presencia en los servi-
Roberto Benencia
cios, principalmente en el servicio doméstico y, en menor medida, en
la hostelería. En estos sectores, los trabajadores bolivianos se ocupan
en las categorías laborales más bajas, con una fuerte presencia en la
de “trabajadores no cualificados”, que en 2006 suponía el 51,4% de los
contratos registrados para este colectivo.
Esta inserción tan selectiva responde más a una segmen-
tación étnica del mercado laboral español que a las cualificaciones
de estos migrantes y a sus trayectorias laborales en origen. Según la
Encuesta Nacional de Inmigrantes, el 56,4% de los bolivianos se encon-
traba trabajando en el momento de migrar a España, principalmente
en ocupaciones relacionadas con el comercio, la actividad manufactu-
rera y la construcción.
La siguiente tabla, donde se muestra la distribución de
los trabajadores bolivianos por rama de actividad en origen y destino,
23 Los bolivianos son los trabajadores que más concentrados están en el régimen
de empleados del hogar, aunque se ha producido una evolución en el último año:
en enero de 2006 el 44,6% de los bolivianos afiliados a la Seguridad Social lo
estaban como empleados del hogar y dos años después ese porcentaje ha bajado al
23,7% (Pajares, 2008: 54). 543
CyE muestra claramente una inserción laboral más diversificada en el país
Año VI de origen y una importante participación en ocupaciones con un estatus
Nº 11
Primer
laboral medio. En destino, lo que encontramos de nuevo es una fuerte
Semestre concentración en dos ramas de actividad (los servicios a los hogares y
2014
la construcción), donde se ocupan más de la mitad de los trabajadores y
una ausencia en las ramas de actividad de mayor estatus laboral.
Los trabajadores bolivianos se han insertado, de manera
preferente, en los puestos con menor cualificación de la construcción y
los servicios, precisamente aquellos donde la temporalidad y la preca-
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Roberto Benencia
2001. Si incluimos en el análisis estimaciones del año 2006 y prin-
cipios de 2007 considerando a la Argentina, tenemos que un 10% de
la población de Cochabamba ha salido del país en los últimos siete
años. En esto también hay que contabilizar los retornos; sin embargo
estos retornos, sean voluntarios o forzados (deportaciones), no dejan
de afirmar el hecho de la fuerte movilidad socio-espacial que se da en
el Departamento de Cochabamba.
En el Cuadro N° 1 se explicita con mayor claridad y de-
talle para el presente siglo esta diáspora que se vive en Cochabamba
con una diversidad de destinos. En orden de importancia tenemos
a España (56,6 %), Brasil (17,6%), México-Estados Unidos (8,1%)
e Italia (7,4%). Más de un 10% de los emigrantes de Cochabamba
prefieren otros destinos tanto en América (Chile, Perú, Venezuela)
como Europa (sobre todo Inglaterra, Suecia, Francia y Alemania). Es
fundamental subrayar que en este Cuadro destinos importantes
como la Argentina están subrepresentados, ya que la fuente para
la elaboración del mismo son los registros de vacunación con-
tra la fiebre amarilla, requisito indispensable para viajar a países
de Europa, EE.UU., Brasil y otros pero no así para la Argentina,
Chile o Perú. 545
CyE Tabla 7. País de destino emigración internacional
Año VI Cochabamba 2000-2005
Nº 11
Primer País Año Total
Semestre
2014 2000 2001 2002 2003 2004 2005 %
España 739 1.175 5.435 10.921 18.321 11.741 48.332 56,6
Brasil 2.230 2.078 2.346 2.156 2.551 1.996 13.537 15,6
México-EE.UU. 1.566 1.288 1.187 1.007 988 951 6.987 8,1
Italia 243 405 971 1.477 1.727 1.475 6.318 7,4
Otros América 380 516 621 543 991 1.122 4.173 4,9
Otros Europa 185 263 765 877 1.184 944 4.218 5,0
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Fuente: Elaboración de Alfonso Hinojosa (2008b) sobre la base de registros de vacunación contra
la fiebre amarilla.
mediados del siglo XX y la primera década del siglo XXI
Roberto Benencia
cuestados afirma tener a alguien que espera su llegada. Cuando se
pregunta “quién espera su llegada”, el 28,7% indica que la persona
que espera su llegada es un hermano o hermana; otro familiar no
especificado representa el 27,2%; una persona amiga (no familiar)
el 16,6%; 13% el esposo o esposa y un 8,5% la madre (reunifica-
ción familiar). Cuando indagamos sobre el tiempo de estadía de
los famil iares y/o conocidos en España, encontramos que el 38,8%
se halla entre uno y tres años; el 24,8% entre cuatro y seis años; y
el 11,6% menos de un año. Estos datos señalan la importancia de
la familia (sobre todo de algunos miembros, como los hermanos)
y las redes que se establecen a partir de ella en los actuales f lujos
migratorios, al mismo tiempo que evidencian que se trata de mo-
vimientos recientes.
548
CyE
Año VI
Nº 11
Primer
Semestre
2014
Roberto Benencia
su equipo, se menciona que la madre emigrada riñe a sus hijos por
teléfono por cuestiones de la vida cotidiana (como modo de indi-
car su participación en el día a día transfamiliar) y cómo las
familias invierten en tecnología para mantener el contacto.
Lo mismo sostiene Hinojosa en su investigación para el caso
de los migrantes cochabambinos en España 25 .
7. La crisis en España
¿Cómo influyó sobre la población inmigrante la crisis económica
que se desató en España a inicios de la nueva década? Según Arango
8. ¿Pegando la vuelta?
A pesar de lo expuesto en el punto anterior, y de acuerdo con los úl-
timos datos del Padrón INE (enero 2012), puede apreciarse que entre
2008 y fines de 2011 se produce una caída de la población de inmigran-
tes latinoamericanos en España, y los mayores descensos se registran
entre los ciudadanos de Ecuador (-54.330), Colombia (-28.506) y
Bolivia (-14.374), de tal manera que el cuadro que se podría ofrecer
en la actualidad en relación con el pico alcanzado en 2008 por los
550 inmigrantes latinoamericanos, sería el siguiente:
Tabla 8: Inmigrantes latinoamericanos en España entre 2008 y 2011 CyE
Año VI
Ecuador Colombia Bolivia Argentina Perú Nº 11
2008 420.110 280.705 239.942 145.315 120.272 Primer
Semestre
2011 306.380 244.670 184.706 108.390 121.851
2014
En % -37,1 -12,8 -12,0 -30,7 +1,3
Roberto Benencia
fueron pocos.
Ratificando esto último, y reafirmando en parte las con-
jeturas de Arango (2012) expuestas párrafos más arriba, un retornado
boliviano en la Argentina —Freddy Heredia, argentino hijo de bolivia-
nos26—, nos comentaba recientemente que en 2002, durante la crisis
económica en la Argentina,27 vivía en el Barrio Charrúa,28 y decidió
irse a Europa,29 en particular a España, como lo hicieron después tan-
9. Conclusiones
La migración boliviana hacia la Argentina adquiere relevancia a par-
tir de mediados del pasado siglo y se ha mantenido como uno de los
flujos más importantes de migrantes limítrofes hasta la crisis que su-
552 frió el país en 2001. Históricamente, esta migración inicialmente se
articuló con mercados de trabajo agrícolas en empleos transitorios, y CyE
adquirió la forma de un ida y vuelta a Bolivia al finalizar la cosecha; Año VI
Nº 11
con posterioridad, entre fines de los ’80 e inicios de los ’90 —con la Primer
implementación de un programa económico de carácter liberal, rela- Semestre
2014
tivamente exitoso en sus inicios en la Argentina—, empezó a adqui-
rir cada vez más relevancia y centralidad la migración de bolivianos
hacia centros urbanos y la ocupación en la horticultura periurbana,
la producción en pequeños talleres textiles, la venta de ropa en ferias
callejeras y el empleo en la construcción como sus principales mer-
cados de trabajo.
Desde los inicios de la década de 2000 —a partir de la
grave crisis económica de la Argentina—, la migración boliviana se
inserta en un nuevo sistema migratorio construido a través de la mi-
gración latinoamericana hacia España, lo que diversifica sus destinos
tradicionales (Argentina, Brasil y Estados Unidos). En este caso, se
trata de un flujo que comparte las características de las nuevas mi-
graciones latinoamericanas hacia Europa, como son la feminización
de los perfiles, el carácter familiar de la migración y la mayor hete-
rogeneidad en el origen socioeconómico de los migrantes (Herrera y
Yépez, 2007). En cuanto a su inserción, los inmigrantes bolivianos
participan de las condiciones que caracterizan a otros colectivos lati-
noamericanos que llegaron con ellos o antes que ellos, como el ecua-
Roberto Benencia
toriano y el colombiano.
La migración de bolivianos a España debe entenderse en el
marco de la creciente globalización de la economía y la política, don-
de los flujos se redefinen y se amplían, modificando los perfiles y las
conexiones migratorias entre diversas regiones. La crisis que padeció
Argentina a principios de siglo, las restricciones de la política migra-
toria estadounidense tras los atentados de septiembre de 2001 y a las
transformaciones de la economía española, con la creación de un mer-
cado laboral segmentado étnicamente, han convertido a España en un
destino preferencial para la migración boliviana.
La rapidez con la que esta alternativa se convirtió en reali-
dad para un volumen creciente de bolivianos nos obliga, además, a mi-
rar más allá de los aspectos puramente económicos y centrar nuestra
atención en las cadenas y redes migratorias, como elementos que sirven
de anclaje a una cultura migratoria que, al menos desde mediados del
pasado siglo, se ha ido consolidando a través de las migraciones inter-
nas, fronterizas e internacionales.
De la misma manera, en la actualidad —ante una nueva
crisis económica como la que sufre Europa—, las mismas herramientas
que les sirvieron para migrar les resultan útiles para resistir. 553
CyE 10. Bibliografía
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Dandler, J. y Medeiros, C. 1991 “Migración temporaria de Cochabamba, Bolivia, a
Itinerarios migratorios de familias bolivianas en América y Europa entre
Roberto Benencia
555
Migração, segurança
e governabilidade
migratória
O papel dos Organismos
Internacionais
Guilherme Mansur Dias
Palabras clave
1| Organizaciones internacionales 2| Gobernanza migratoria 3| Control poblacional
4| Justicia penal 5| Unión Europea
Keywords
1| International organizations 2|| Migration Governance 3| Population Control
4| Criminal justice 5| European Union
Introdução
Este artigo retoma algumas discussões de minha tese de doutorado1,
na qual investigo a articulação entre os campos migratórios e de segu-
rança/criminalidade, tendo como foco a reprodução de políticas inter-
nacionais e a noção de tráfico de pessoas. É no escopo deste trabalho
que analisei a atuação de determinadas Organizações Internacionais,
relacionando seu papel na reprodução de mecanismos de governabili-
dade migratória contemporâneos.
A pesquisa etnográfica foi conduzida de 2011 a 2013 nas
cidades de Viena e Brasília e contou com a análise extensiva das prá-
ticas e representações das seguintes iniciativas e organizações de ca-
ráter internacional: UNODC (United Nations Office on Drugs and
6 Desse dinheiro, África e norte da África recepcionaram cerca de 47,9% dos re-
cursos, enquanto Ásia e Oriente Médio (36,7%), América Latina e Caribe (10,8%),
Leste da Europa (5,7%) e países do Pacífico (2%) (Fonte: ICMPD, 2013).
7 Segundo uma funcionária do ICMPD, “A maior parte de nosso financiamento
vem de processos seletivos, competições públicas e abertas nas quais a gente ganha
os projetos. Não há uma linha perene de financiamento. Então, por um lado, isso
exige que se tenha projetos de ótima qualidade e, por outro, te coloca em uma
situação mais instável […] Por outro lado, também as agências da ONU trabalham
cada vez mais assim […] É um ambiente competitivo, as organizações competem
pelos mesmos fundos. Essa é, cada vez mais, a forma de se receber recursos. A
chave é você aliar conhecimento técnico a uma temática relevante e o domínio e
a arte de manipular prazos, formulários, que exigem um conhecimento à parte”
562 (Entrevista, Viena, 23/12/2011).
— é resultado da difusão de ideias neoliberais e do posicionamento e CyE
readequação dessas instituições no cenário global8. Año VI
Nº 11
Uma segunda questão bastante cara ao campo de atua- Primer
ção das organizações internacionais é a ideia de desenvolvimento. Semestre
2014
Essa noção tem sido a catalisadora permanente dos discursos que
circunscrevem a atuação das mais distintas agências de cooperação
técnica e organizações internacionais. “Desenvolvimento” tem se
tornado o próprio mote de existência destes atores e, em conjunto
com a noção de “segurança”, configura o esteio conceitual para boa
parte de suas intervenções.
É impossível dissociar a noção de “desenvolvimento” de
sua “matriz cultural do Ocidente” e sua vinculação à tradição iluminis-
ta, por meio do industrialismo, do secularismo, da racionalização e do
individualismo (Ribeiro, 2008)9. Por outro lado, é cada vez mais cres-
cente o número de autores que propõem a superação desta ideia, por
estar ancorada em concepções de progresso que não se desvinculam
de seus pressupostos evolucionistas originais, como as noções de “de-
senvolvimento alternativo” ou “sustentável” (Gudynas e Acosta, 2011;
Gudynas, 2011; Quijano, 2000).
De todo modo, nas representações dos Organismos
Internacionais, o referido conceito segue incólume. No que se refere à
questão migratória, em particular, o evento mais importante ocorrido
8 Segundo Herz e Hoffman, “O novo ativismo da ONU e de suas agências foi uma
característica marcante do período pós-Guerra Fria […] Nesse período, as organi-
zações internacionais foram muito criticadas pela sua ineficiência, em particular
pela alocação de recursos sem a maximização dos benefícios […] Em resposta a
essas pressões, muitas organizações adotaram práticas administrativas análogas
àquelas das empresas privadas, inclusive buscando consultar grupos de interesse
específicos” (Herz e Hoffman, 2004: 38).
9 Segundo Dias Duarte (2011), a noção de “desenvolvimento” é um alvo privilegia-
do da observação crítica da antropologia por ser herdeira direta da racionalidade
iluminista, tendendo a reforçar disposições universalistas da governamentabili-
dade moderna. Além da crescente institucionalização de uma “antropologia do
desenvolvimento” (Schroeder, 2004), dedicada a entender ações voltadas para o
progresso material de populações humanas em situações desprivilegiadas, o autor
faz referência a um conjunto enorme de pesquisas antropológicas não propria-
mente direcionadas a este campo específico, mas que acabariam tangenciando ou
refletindo a ideia de desenvolvimento: “Esses trabalhos não se pensam, no entanto,
prioritariamente como voltados para uma problemática do ‘desenvolvimento’ em
si. Constituem, assim, não uma especialização disciplinar, mas um foco, a que se
pode chamar de ‘antropologia e desenvolvimento’” (Dias Duarte, 2011). 563
CyE benefícios das migrações para o desenvolvimento dos países de origem
Año VI dos migrantes”10, tendo por base uma hipotética trajetória linear dos
Nº 11
Primer
países “pouco desenvolvidos” em direção ao “desenvolvimento”.
Semestre Finalmente, uma terceira questão a se salientar é o fato da
2014
ampliação temática e numérica dos Organismos Internacionais corres-
ponder à aposta de Estados-nacionais e supra-nacionais em modelos
descentralizados de gestão cada vez mais difundidos. No que se refere à
questão migratória e tomando por base a articulação entre este grande
financiador que é a União Europeia e as diversas instituições que so-
brevivem de projetos adjacentes a este campo, o que está em jogo exata-
mente? O que embasa essa dinâmica burocrática que envolve Estados-
nacionais, supranacionais e Organismos Internacionais na execução de
projetos e políticas que tangenciam o campo migratório?
A meu ver, a reprodução de conceitos relacionados ao
campo das políticas migratórias — na qual as práticas dos Organismos
Internacionais estão visceralmente implicadas — corresponde a propó-
Migração, segurança e governabilidade migratória
As organizações internacionais
massivamente financiadas pela
UE que atuam com a questão
migratória mesclam noções de
“humanitarismo”, “liberalismo”,
“segurança” e “desenvolvimento”,
que são bem caras às políticas
migratórias do bloco regional.
Organizações Internacionais e
governabilidade migratória
Para compreender o papel das Organizações Internacionais na gestão
dos fluxos migratórios, é interessante observar uma organização como
a Organização Internacional para as Migrações (OIM). Nascida em
1951 em um momento caótico do pós-guerra europeu, a Organização
Internacional para as Migrações foi concebida inicialmente como um
Comitê Intergovernamental Provisório destinado a auxiliar o deslo-
camento de migrantes da Europa. Diferente do ACNUR, fundado no
mesmo ano, a OIM baseou sua atuação em princípios econômicos — e
não humanitários — e não se incorporou à ONU como uma de suas
agências (Andrijasevic e Walters, 2010: 979).
No decorrer dos anos, a organização foi se estabelecendo
enquanto uma instituição de caráter internacional e atuação em outras
regiões. Atualmente, ela conta com o suporte de 146 membros e 98
observadores, incluindo 13 Estados e 85 organizações internacionais
e não governamentais nos níveis mundial e regional, e se tornou um
566 ator importante na “gestão ordenada e segura dos fluxos migratórios
globais”13. A organização está presente em mais de 440 localidades CyE
através de escritórios e bases locais, contando com cerca de 7.300 fun- Año VI
Nº 11
cionários trabalhando em mais de 2.900 projetos. Em 2010, seu orça- Primer
mento ultrapassou o valor de US$ 1,4 bilhão. Semestre
2014
A OIM tem crescido de maneira exponencial nos úl-
timos anos e funciona fundamentalmente por meio de projetos que
lidam com a assistência e retorno voluntário de migrantes, mas tam-
bém com temas afetos a “migração & desenvolvimento”, “tráfico de
pessoas”, “migração forçada” e “migração regular”. De acordo com a
Coordenadora do Escritório Regional para o Sudeste da Europa, Leste
da Europa e Ásia Central, 80% dos fundos da instituição decorrem de
projetos acordados entre Estados-membros ou ganhos por meio de
competições e editais. Ao contrário de impedir o crescimento da orga-
nização, essa dinâmica de funcionamento orientada por projetos tem
alicerçado sua expansão de maneira significativa14.
O que me interessa é apontar como o crescimento da OIM
nos últimos anos se relaciona a um perfil de atuação adequado a mo-
delos descentralizados de gestão relativos ao mundo dos projetos.
Embora sua ampliação também decorra de estratégias organizacionais
específicas, ela só toma forma num contexto onde a “gestão ordenada
dos fluxos migratórios” transforma-se em pauta prioritária para os pa-
íses do norte global (que financiam a grande parte dos projetos sobre o
20 Segundo sua página eletrônica, “In various forms, ICMPD is tasked with su-
pport and secretariat functions for several migration dialogues, connecting Europe,
its Eastern Neighbors and Asia (Budapest Process and Prague Process on the one
hand, and Europe, Africa and/or the Middle East (MTM Dialogue, Rabat Process,
EUROMED Migration III and MME Partnership) on the other. Each migration dia-
logue has its own operative framework, agenda and thematic priorities, as well as
geographic coverage and participation”. Retirado de <www.icmpd.org/Migration-
Dialogues.1527.0.html>, acesso em 28/11/2012. 573
CyE Humanos, Administração de Fronteiras e Vistos; Asilo; Migração e
Año VI Desenvolvimento e Migração Legal e Integração. Enquanto o departa-
Nº 11
Primer
mento de “Administração de Fronteiras” recebe recursos diretamente
Semestre da UE para ações específicas ligadas à gestão fronteiriça, os demais de-
2014
partamentos precisam se ajustar à concorrência e disputa de fundos de
editais públicos. Ou seja, a maneira mais ou menos perene de recebi-
mento de recursos também corresponde às priorizações sub-temáticas
estabelecidas pela Comissão.
Este departamento é atualmente coordenado por um poli-
cial de carreira que participou previamente em um projeto do ICMPD
no Leste Europeu, na época do último alargamento do bloco regio-
nal, em 2004. Esse dado se repete em outros departamentos, já que,
com ele, quatro ou cinco ex-policiais fazem parte da atual equipe de
funcionários, todos contratados a partir de projetos anteriormente
conduzidos em seus países de origem. A aproximação dos campos de
migratório e de segurança ganha materialidade, neste caso, no próprio
Migração, segurança e governabilidade migratória
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Domenech, Eduardo 2011 “La gobernabilidad migratoria en la Argentina: hacia la
Migração, segurança e governabilidade migratória
579
La construcción
racializada del
migrante en el
norte de Chile
Carolina Stefoni
Palabras clave
1| Movimientos migratorios 2| Políticas públicas 3| Burocracia 4| Integración 5| Estado
Keywords
1| Migratory Movements 2| Public Policies 3| Bureaucracy 4| Integration 5| State
Introducción
La presencia histórica de migrantes fronterizos en el norte de Chile
permite pensar que el arribo de nuevos inmigrantes provenientes esta
vez de países del Cono Sur pero no necesariamente de países vecinos,
encontraría ciertas continuidades con la tradición migratoria que han
tenido las principales ciudades del norte (Arica, Iquique y Antofagasta).
Sin embargo, los altos índices de discriminación que se observan en la
ciudad de Antofagasta —documentados en la encuesta de opinión de la
Universidad Santo Tomás (2013) y que adquirieron notoriedad públi-
ca el 19 de octubre de 2013, cuando organizaciones sociales y vecinos
convocaron a una marcha contra la migración—, plantea una pregun-
ta relevante: ¿Qué de nuevo y qué de viejo tiene la actual migración
colombiana respecto de los tradicionales grupos migratorios que lle-
Carolina Stefoni
garon a la ciudad de Antofagasta? ¿Es similar la forma en que se ha
construido a este sujeto migrante respecto de los grupos históricos de
migración en esa ciudad?
El argumento que desarrollaré en este artículo es que los
nuevos movimientos migratorios que se superponen a la migración
histórica de origen peruano y boliviano, se desarrollan en un contexto
de expansión y crecimiento económico de la ciudad, basado en una
agresiva inversión de capitales extranjeros, exportación de materias
primas (cobre) y escasa inversión estatal en obras públicas. El modelo
de desarrollo de la gran minería ha llevado a un crecimiento desigual en
las ciudades y una precarización de los trabajos subcontratados. La au-
sencia de inversión pública en áreas tan relevantes como vivienda, hos-
pitales y colegios, genera condiciones de extrema vulnerabilidad para
una población que llega a la ciudad en busca de mejores oportunidades
de vida. La lentitud del proceso administrativo para obtener residencia
definitiva, el acceso limitado a servicios públicos y la disponibilidad de
Carolina Stefoni
en el número de personas peruanas y bolivianas en el país y en la región
de Tarapacá y Antofagasta, las que de acuerdo al censo de 1885 llegaron
a representar el 51,9% y 55,7% de sus respectivas poblaciones locales
(censos históricos, Instituto Nacional de Estadísticas).
En los años venideros el desarrollo del salitre generará una
fuerte atracción de migrantes, esta vez provenientes no solo de países
vecinos, sino también de la zona central y sur de Chile, así como de
lugares más lejanos (Inglaterra, China, entre otros). De este modo, el
norte grande se perfila desde muy temprano como una sociedad multi-
nacional y multicultural (González, 2012), aunque ello no significa que
estos colectivos encontraron a una población abierta y receptiva. De he-
cho, en los primeros veinte años del siglo XX se produjo una de las eta-
pas más amargas en la relación Chile-Perú: el proceso de chilenización
y la entrada en juego de las llamadas “ligas patrióticas”, organizaciones
armadas que persiguieron deliberadamente a personas de origen perua-
no que vivían en el territorio anexado, bajo el silencio y complicidad de
los gobiernos chilenos de la época. La persecución fue tal, que muchos
optaron por irse del territorio chileno (González, 2002).
Resulta interesante observar, tal como señala Tapia (2012),
que los extranjeros de origen fronterizo mantuvieron una presencia 585
CyE constante durante todo el siglo XIX y XX, incluso en épocas de decli-
Año VI ve migratorio a nivel nacional. Esta presencia obedece a las dinámicas
Nº 11
Primer
fronterizas sensibles a factores económicos estacionales, comercio y
Semestre políticas de integración trinacionales. Así, en el caso de Chile la activi-
2014
dad comercial impulsada por la creación en 1975 de la Zona Franca en
la ciudad de Iquique (ZOFRI), el acuerdo Tacna-Arica como zona de
integración, y la necesidad de cubrir mano de obra en zonas agrícolas,
han sido factores de atracción constante de la migración de origen bo-
liviano y peruano en el norte.
El segundo momento que describe Tapia (2012) se produce
a partir de los años noventa, y se caracteriza por un incremento a nivel
nacional en el número total de extranjeros residentes en el país y que da
La construcción racializada del migrante en el norte de Chile
Carolina Stefoni
un incremento en la producción a manos de capitales privados: si en
1990 CODELCO generaba el 77% de la producción nacional de cobre,
en 2000 su producción se redujo al 33%, pese al aumento absoluto en
la producción de dicha empresa estatal. En el mismo período, la pro-
ducción privada aumentó cuatro veces y la inversión extranjera directa
pasó de U$S 5.000 millones (1974-1989) a U$S 11.000 millones (1990-
1998) (Cademartori, 2008: 95).
La inversión sostenida ha llevado a esta región a te-
ner índices de crecimiento y desarrollo económico por sobre la me-
dia nacional. Así, el informe Regions at a glance de la Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 2013) sitúa a
Antofagasta como la región de mayores ingresos, con un per cápita de
U$S 45.110 en 2010, cifra nueve veces superior a la Araucanía —región
con menores ingresos del país, con un PIB per cápita de U$S 5.240—
(La Tercera, 5/12/2013).
Frente a un escenario de crecimiento sostenido, se han
identificado una serie de consecuencias no siempre positivas para los
habitantes de esta ciudad, especialmente para aquellos que quedan fue-
ra del circuito minero. La llegada de Minera Escondida Ltda. —propie-
dad de BHP Billiton—, ha generado un incremento en la contratación 587
CyE de profesionales altamente capacitados, provenientes en su mayoría de
Año VI la región metropolitana. También han llegado personas de la zona cen-
Nº 11
Primer
tral del país, así como migrantes de países vecinos y cercanos, atraídos
Semestre por oportunidades de empleo en sectores que se ven afectados en for-
2014
ma indirecta por la expansión de la minería, tales como construcción,
aseo, restaurantes y comercio minorista, entre otros.
Los requerimientos en mano de obra calificada y especia-
lizada por parte de las mineras, han generado un incremento en los
salarios ofertados y —como un efecto en cadena— aquellos sectores
no vinculados con la minería han debido comenzar a competir por
aquellos trabajadores capacitados que buscan un espacio en las gran-
des compañías. La escasez de mano de obra genera un encarecimiento
La construcción racializada del migrante en el norte de Chile
dos quienes terminan por resolver con sus propios medios estos pro-
Carolina Stefoni
blemas, debido a la ausencia o lentitud de las políticas públicas para
responder a los nuevos requerimientos. Así, las “tomas” de terreno,
los campamentos y también la reutilización de partes de la ciudad que
estaban abandonadas producto de éxodos de la población local, han
sido algunas de las estrategias por parte de los pobladores para resolver
problemas urgentes como el de vivienda.
En este escenario, no es de extrañar que los migrantes ha-
yan encontrado en el subarriendo y los campamentos las únicas posibi-
lidades para resolver el problema habitacional, lo que sin duda los deja
en una situación de extrema vulnerabilidad, pues se trata de soluciones
altamente precarias, que los sitúa en una situación de riesgo constante
(posibles incendios y hacinamiento, entre otros). Uno de los entrevis-
tados del Servicio Jesuita Migrante de Antofagasta reconoció la exis-
tencia de dos campamentos donde viven mayoritariamente migrantes
peruanos, y sectores en el centro de la ciudad donde vive un número
importante de colombianos. Es tal la falta de viviendas que en este sec-
tor han comenzado a arrendar camas para poder dormir.
La presencia de migrantes en el centro de la ciudad tie-
ne muchas similitudes con lo que ocurre en otros centros de otras
ciudades. Se trata de lugares que han concentrado en el pasado una 589
CyE importante actividad comercial y de servicios como oficinas, institu-
Año VI ciones públicas y comercio, sin embargo han tendido a quedar desocu-
Nº 11
Primer
pados debido al desplazamiento de la población hacia otros sectores de
Semestre la ciudad. Así, esas casas antiguas se transforman en una oportunidad
2014
para los migrantes, quienes encuentran posibilidades de vivir en sec-
tores que tienen una buena infraestructura y accesibilidad. La concen-
tración de connacionales en territorios específicos genera condiciones
propicias para el desarrollo de un enclave en la medida en que se genera
una demanda por servicios y productos que el mercado local no ofre-
ce: centros de llamadas, oficinas para enviar encomiendas y remesas,
productos para cocinar, restaurantes, venta de comida, etc. (Garcés,
2011). El hecho de habitar espacios públicos genera nuevos significados
La construcción racializada del migrante en el norte de Chile
del lugar, que entran en disputa con los significados más tradicionales
otorgados por la comunidad local.
Carolina Stefoni
Antofagasta”, la que buscaba demostrar “la preocupación” de la po-
blación respecto de la presencia de extranjeros en la ciudad. Al revisar
algunos de los comentarios vertidos por autoridades y candidatos en
medios de prensa, van emergiendo ciertos estigmas basados en pre-
juicios que crecen a una velocidad peligrosa cuando hay ignorancia y
desconocimiento de por medio.
Sobre los migrantes colombianos se dijo que habían incre-
mentado los niveles de violencia, pues habría mayor número de robos
y peleas callejeras, lo que redundaría en un aumento de la inseguridad.
De las mujeres dijeron que rompen matrimonios, traen enfermedades
sexuales, asociándolas a un incremento en la prostitución. Otras opi-
niones apuntan a que los extranjeros le quitan a los locales las ayudas
sociales que entrega el Estado.
La alcaldesa Karen Rojo señaló en una entrevista a Radio
Cooperativa: “Se está dando un proceso migratorio en nuestra ciudad
y está generando muchos problemas en la comunidad. Hay que poner
punto final a esta situación, por ello esta mesa (de trabajo en migra-
ción) tiene el propósito de generar integración, pero respetando las
leyes que acá tenemos” (<www.radio cooperativa.cl>, 17 de octubre
de 2013). 591
CyE El intendente de la región, Waldo Mora, señaló que era
Año VI contrario a una manifestación de este tipo, sin embargo resultaba ne-
Nº 11
Primer
cesario revisar la Ley de Extranjería, porque se trata de “una ley muy
Semestre ambigua, y yo creo que hay que actualizarla porque no es posible que
2014
una persona llegue a Chile y pida visa de turista y se la den por 90
días sin acreditar cuánto dinero traen, si traen pasajes de ida y vuelta
o dónde van a alojarse. Mucha gente que se queda más allá de los 90
días está infringiendo la ley y más encima trabajando, o sea que hay
una doble infracción”. Agregó que los extranjeros “causan problemas
de convivencia y quiebres matrimoniales” (El País, Colombia, 18 de
octubre de 2013).
Estas citas muestran la construcción social del migrante
La construcción racializada del migrante en el norte de Chile
2 Para un análisis sobre la racialización del mercado del sexo, ver el trabajo de
Jorge Pavez “Afecciones afrocolombianas. Transnacionalización y racialización
del mercado del sexo en las ciudades mineras del norte de Chile” (Trabajo aceptado
592 para ser publicado en LARR 2014).
integrarse, las mujeres son prostitutas. En todos los lugares, las socie- CyE
dades encuentran un grupo de extranjeros de alguna nacionalidad o Año VI
Nº 11
etnia en particular para asignarle la condición de paria y concentrar allí Primer
todas las formas de discriminación, segregación y exclusión posibles. Semestre
2014
Para considerar que ciertos extranjeros son una amenaza a
la tranquilidad y la “normalidad”, es necesario asignarles un lugar ex-
tremo, fuera de los límites de lo permitido (prostitutas, narcotrafican-
tes, violentos, de una sexualidad descontrolada, incapaces de respetar
las normas del lugar donde llegan, incapaces en el fondo de ser parte de
una construcción social llamada “nosotros”). El elemento que permite
Carolina Stefoni
esas construcciones discursivas, esas formas de ser del otro, se natura-
lizan, “es que ellos son así”, es decir no pueden desprenderse de aquello
que los sitúa como parias, pues encarnan esa condición. Cuando ello
ocurre, estamos frente a la construcción racializada del migrante, y es
lo que ha sucedido en Antofagasta.
El problema se vuelve más complejo, pues funciona como
profecía autocumplida. La exclusión social de la que es objeto el mi-
grante, finalmente termina por construir exclusión. Las mayores difi-
cultades para obtener mejores trabajos, las mayores dificultades para
conseguir arriendos, la serie de problemas administrativos que en-
cuentran para poder regularizar los papeles y la situación de irregula-
ridad que afecta a un número importante de personas, los catapultan a
una marginalidad aún más severa que la pobreza.
La construcción racializada adquiere distintas caras. En
muchos casos las sociedades entienden que los necesitan, que su mano
de obra es fundamental para cubrir una serie de trabajos que se han
ido precarizando (Leiva, 2009). Allí hablamos de una construcción
social que sitúa al migrante en una condición de subordinación. El
caso de los colombianos en Antofagasta es una forma más extrema
de rechazo. Es fundamental estar alerta a estas situaciones, porque 593
CyE hechos puntuales que incluso podrían ser anecdóticos, o “casos parti-
Año VI culares” como decía la gobernación frente a los “rallados” en las calles
Nº 11
Primer
contra los colombianos, responden a expresiones más profundas que
Semestre buscan excluir al extranjero.
2014
Si las políticas públicas de los gobiernos regionales y cen-
trales no toman medidas más profundas para generar mecanismos de
inserción y convivencia, entonces sólo quedará intentar aportar datos
que permitan desmontar los mitos que se construyen: que las peleas de
fútbol son tan antiguas como el fútbol mismo (si no, pregúntenle a los
hooligans y recordemos por qué ha sido necesaria la ley de los estadios
para evitar el choque de los hinchas); que las tasas de divorcio han au-
mentado a nivel nacional y que en ello nada tienen que ver las mujeres
La construcción racializada del migrante en el norte de Chile
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595
Instituciones precarias,
democracia en crisis
y sujetos emergentes
Apuntes para pensar
los flujos migratorios
América Latina-Europa
desde una mirada política
Luis Eduardo Thayer Correa
597
CyE
Año VI
Nº 11 Luis Eduardo Thayer Correa
Primer Chileno, Doctor en Sociología. Docente e Chilean. PhD in Sociology. Professor and
Semestre
2014 investigador en la Universidad de Artes y researcher at University of Arts and Social
Ciencias Sociales de Chile (UARCIS). Sciences of Chile (UARCIS).
Instituciones precarias, democracia en crisis y sujetos emergentes
Palabras clave
1| Migración 2| Globalización 3| Europa 4| América Latina 5| Democracia
Keywords
1| Migration 2| Globalization 3| Europe 4| Latin America 5| Democracy
Presentación
Quisiera comenzar por advertir al lector que incurriré en ciertos re-
duccionismos en función de exponer algunos argumentos generales
que permitan abordar el problema de los flujos migratorios desde una
mirada política. Específicamente quisiera explicitar que me voy a refe-
rir a las sociedades de destino, a las de procedencia y a los migrantes
como si fueran agentes homogéneos, aún cuando sabemos que son tre-
mendamente heterogéneos, complejos e internamente contradictorios.
1994: 100, t.p.). Lo que está en juego aquí por lo tanto es, para los mi-
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612
La libre circulación
de las personas
debería ser considerada
como una utopía
Bela Feldman-Bianco
Palabras clave
1| Migraciones 2| Capitalismo 3| Derechos Humanos 4| Justicia Social 5| Movimientos
sociales
Keywords
1| Migration 2| Capitalism 3| Human Rights 4| Social Justice 5| Social Movements
Bela Feldman-Bianco
voy a situar mi argumento en contra de las construcciones en cur-
so aparentemente contradictorias de mundos con y sin fronteras.
Como el capital financiero, los signos y la comunicación virtual pa-
recen disolver las fronteras, el número de personas desplazadas se
intensificó, alcanzando casi 300 millones en todo el mundo, según
una evaluación de las Naciones Unidas del año 2011. Los números
son aún mayores si añadimos unos 740 millones de migrantes inter-
nos, algunos de los cuales también sufrieron desplazamientos como
consecuencia de los intereses de los grandes proyectos de desarrollo
y del sector inmobiliario. Por consiguiente, las cuestiones relacio-
nadas con la circulación de las personas, en particular migrantes
transnacionales, refugiados y solicitantes de asilo se han vuelto
prioritarias tanto en la agenda pública de los organismos multilate-
rales (ONU, Banco Mundial y OIM), como así también en la de los
gobiernos nacionales.
* Presentado en el Debate Plenario The Free Movement of People around the world
would be viewed as utopian (IUAES, 2013). Universidad de Manchester, 5-10 de
agosto de 2013.
** Traducción: Eugenia Cervio 615
CyE Colocando la moción en debate contra las luchas actua-
Año VI les, la imagen que viene a mi mente es la de la frontera como un cam-
Nº 11
Primer
po de batalla dramático. Por un lado, los movimientos de personas a
Semestre través de las fronteras fueron sometidos a programas y políticas de
2014
movilidad y migración discriminatoria. Sumado a un mayor control
selectivo en la emisión de visas y pasaportes, las clasificaciones y cate-
gorías duales que distinguen entre los inmigrantes denominados “le-
gales/normales” e “ilegales/anómalos” han zanjado una construcción
social de la ilegalidad, pertrechada en las actuales políticas draconia-
nas europeas y estadounidenses que equiparan migración y delito.
Como parte de la actual “guerra” contra el tráfico, la migración ilegal
y el terrorismo, las agencias multilaterales han exportado mundial-
mente concepciones que vinculan la migración a la trata de seres hu-
La libre circulación de las personas debería ser considerada
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como una utopía
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Año VI
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Por otro lado, la lucha contra las fronteras —todo tipo de fronteras— se CyE
convirtió en una metáfora de los actuales movimientos sociales a favor Año VI
Nº 11
de la libre circulación de personas y, por tanto, de justicia social. La ex- Primer
pansión de estos movimientos sociales originó la creación en 2004 del Semestre
2014
Foro Social Mundial sobre Migración, con sus reclamos de ciudadanía
universal y un mundo sin fronteras.
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como una utopía
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Bela Feldman-Bianco
en lo correcto ni equivocados. Sin embargo, coincido en que la libre
circulación de personas es fundamentalmente una cuestión de justicia
social y derechos humanos. Incluso agrego que mientras la utopía co-
bija los sueños, las esperanzas y los proyectos de migrantes, refugiados
y solicitantes de asilo, las visiones utópicas son intrínsecas a los movi-
mientos sociales.
Sin embargo, para una mejor comprensión de los procesos
sociales actuales, deberíamos situar la moción dentro de un contexto
histórico más amplio, ya que si bien la movilidad humana es milenaria,
el movimiento de personas por el mundo fue desde el siglo XV parte
de la formación del capital y, por lo tanto, se ha entreverado con la
racialización, el colonialismo, la expansión del capitalismo y el corola-
rio de las estructuras de dominación y las desigualdades. Si los siglos
XV y XVI evocan la época de la navegación y exploración y, al mismo
tiempo, del tráfico transcontinental de los esclavos africanos y la in-
vención de la racialización (principalmente de negro e indio), y luego
de la fuerza de trabajo migrante libre. El siglo XVII también señala la
Bela Feldman-Bianco
Aunque en el momento en que los músicos de Raíces de América se
vieron obligados a exiliarse en diferentes partes del mundo, en sus dis-
locaciones políticas se interconectaron con contingentes provenientes
de las antiguas colonias que comenzaron sus itinerancias por Europa
y Estados Unidos como respuesta a las crisis en sus países de origen
generadas por las políticas neoliberales, la flexibilización de la rela-
ción entre capital y trabajo. Después de la crisis económica mundial
de 2008-2009 hubo un nuevo direccionamiento migratorio del Norte
Global al Sur Global.
Desde una perspectiva histórica, ya que estamos aquí en
Manchester, esta ciudad —puerta de entrada simbólica de inmigran-
tes— alguna vez a la vanguardia del capitalismo industrial, vale la pena
recordar que: 1) la histórica migración masiva de europeos al Nuevo
Mundo también siguió las turbulencias de la economía política mun-
dial; 2) aquellos inmigrantes se enfrentaron con las políticas guber-
namentales europeas que intentaron cerrar las fronteras para evitar la
emigración y, por lo tanto, separar a las familias para que el Estado
se beneficiara con las remesas enviadas por los migrantes, como fue
el caso de Portugal; 3) las políticas de inmigración nacional siempre
seleccionaron quiénes son los extranjeros deseables y quiénes no; 4) en 623
CyE la década del veinte los migrantes hacia Estados Unidos, provenientes
Año VI de Europa y otros lugares, afrontaron la deportación, las fronteras ce-
Nº 11
Primer
rradas y la preferencia estadounidense por la migración temporaria; 5)
Semestre en los Estados Unidos los migrantes internacionales fueron considera-
2014
dos ciudadanos de segunda y tercera clase tanto en el país como en las
localidades de asentamiento; 6) las luchas entre el capital y el trabajo
del pasado abarcaron una movilización internacional que alentaba a
los trabajadores del mundo a unirse por la justicia social y contra las
precarias condiciones laborales.
Hoy en día, la yuxtaposición de las políticas neoliberales,
las ideologías multiculturales y la flexibilización del capital y el tra-
bajo condujeron a la pérdida de las conquistas de las movilizaciones
laborales de principios del siglo XX, y aumentaron nuevamente la
La libre circulación de las personas debería ser considerada
Bela Feldman-Bianco
localidad. Estos nuevos inmigrantes estuvieron expuestos a razias de
seguridad nacional en 2004 y 2007, que atrajo la cobertura periodística
nacional en 2007, cuando los agentes de seguridad locales detuvieron
a 300 mujeres y hombres —en su mayoría de Guatemala, Nicaragua y
México—, y ocasionó la separación de varias madres de sus hijos peque-
ños e incluso su deportación. ¿Cómo logra la gente vivir y transformar
sus vidas en situaciones tan dramáticas, cuando les negaron las condi-
ciones básicas de existencia (como migrantes indocumentados) mien-
tras que su trabajo es explotado? ¿Cómo podemos comprender la con-
dición humana sin tener en cuenta las subjetividades, los sueños y las
esperanzas que nos guían y transforman nuestras vidas, y que incluso
nos llevan a movilizaciones sociales contra el statu quo?
Conclusiones
1| Traté de demostrar que, según el ángulo tomado, pode-
mos estar de acuerdo o no con la moción de que la libre
626
Misión de la revista
y sistema de revisión
por pares
Misión CyE
Crítica y Emancipación es una revista destinada a promover el debate, Año VI
Nº 11
la investigación y el pensamiento crítico en el campo de las ciencias so- Primer
ciales y las humanidades. La misión de la revista consiste en la produc- Semestre
2014
ción y divulgación de conocimiento social para intervenir activamente
en los procesos de transformaciones democráticas y en la construcción
de sociedades más justas e inclusivas en América Latina y el Caribe. De
manera crítica, autónoma y plural, la revista aborda diferentes temas
y problemas de la historia y la coyuntura latinoamericana y caribeña
para aportar enfoques, análisis, debates y perspectivas que permitan
la interpretación crítica de nuestra contemporaneidad y los desafíos
que se abren en las luchas emancipatorias de una región donde las des-
igualdades, las injusticias y la violencia contra los más pobres persisten
más allá de las conquistas alcanzadas. Así, Crítica y Emancipación es
un canal de divulgación y circulación de producciones académicas de
intelectuales del Sur.
628
Pautas para la
presentación de
originales de la
Revista Crítica y
Emancipación
CyE
La Revista Crítica y emancipación es una publicación semestral que
Año VI
promueve el debate crítico y riguroso en las Ciencias Sociales desde Nº 11
una perspectiva pluralista y democrática, en vinculación con las Primer
Semestre
necesidades de nuestros pueblos latinoamericanos. 2014
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