Mayéutica

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Mayéutica (del griego μαιευτικός, experto en partos).

La mayéutica era el método


socrático de carácter inductivo que se basaba en la dialéctica (que supone la idea de que la
verdad esta latente en la mente de cada ser humano), se le preguntaba al interlocutor acerca
de algo, y luego se procedía a rebatir esa respuesta por medio del establecimiento de
conceptos generales, demostrándole lo equivocado que estaba, llegando de esta manera a un
concepto nuevo, diferente del anterior, el cual era erróneo.

Consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque Sócrates


nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las siguientes fases en
este método:

1. Se plantea una cuestión que, en el caso del uso que Sócrates hizo de este método,
podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la
ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?.
2. El interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente discutida o rebatida por
el maestro.
3. A continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en
confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que
antes del diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el
aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los dolores que siente la parturienta antes
de dar a luz.
4. Tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse
progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que
se investiga (la belleza, la ciencia, la virtud).
5. La discusión concluye cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue
alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga
(aunque en muchos diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la discusión queda
abierta e inconclusa).

La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al
alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el
que se puedan introducir las distintas verdades. Para Sócrates es el discípulo quien extrae
de sí mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas: los sofistas
daban discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen. Sócrates,
mediante el diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a alcanzar
por sí mismo el saber.

La mayéutica sigue utilizándose como método educativo que funciona haciendo preguntas
al alumno para que este llegue por sí mismo a las conclusiones. Los profesores saben que lo
razonado se aprende mejor que lo memorizado y este método de aprendizaje no ha perdido
vigencia con el paso de los siglos.

La dialéctica es un método de razonamiento, de cuestionamiento y de interpretación que ha


recibido distintos significados a lo largo de la historia de la Filosofía.

Algunos de estos significados son:


Arte del diálogo y la discusión

Técnica de razonamiento que procede a través del despliegue de una tesis y su antítesis,
resolviendo la contradicción a través de la formulación de una síntesis final.

Arte de ordenar los conceptos en géneros y especies

Modo de elevarse desde lo sensible hacia lo inteligible, es decir partiendo de la certeza de


los sentidos hacia el desarrollo de conceptos de un mayor grado de universalidad y
racionalidad

Para Hegel: "Llamó dialéctica al principio motor del concepto, que disuelve pero también
produce las particularidades de lo universal. (...) La más elevada dialéctica del concepto
consiste en no considerar la determinación meramente como límite y opuesto, sino en
producir a partir de ella el contenido positivo y el resultado, único procedimiento mediante
el cual la dialéctica es desarrollo y progreso inmamente. No es por lo tanto la acción
exterior de un pensar subjetivo, sino el alma propia del contenido lo que hace crecer
orgánicamente sus ramas y sus frutos" Fundamentos de la filosofía del derecho, parágrafo
31.

La dialéctica, en todos estos casos, designa un movimiento propio del pensamiento (y del
ser en general en el caso de Hegel).

La dialéctica en la Antigüedad

Dialéctica, en filosofía, método que investiga la naturaleza de la verdad mediante el


examen crítico de las percepciones y teorías, cada una de las cuales pretende referirla, por
su parte.

Para el Hinduismo, la diversidad de cosas y eventos contradictorios que nos rodean, no son
sino diferentes manifestaciones de la misma realidad última, llamada Brahman. Así, a los
diversos aspectos de lo Divino, dieron en la India antigua distintos nombres de variados
dioses que no son más que reflejos de una única realidad última, de manera que, por
ejemplo, la fuerza destructora y la fuerza creadora son dos manifestaciones de esa misma
realidad.

Heráclito de Efeso formuló dos proposiciones que fueron incorporadas como pilares de la
estructura del pensamiento dialéctico: 1) todo fluye, todo está en movimiento y; 2) todo
está formado por opuestos que siempre están en estado de tensión dinámica, de manera que
cualquier forma determinada es el resultado del equilibrio entre fuerzas opuestas.

Unos de los primeros ejemplos aplicación del método dialéctico lo ofrecen los Diálogos del
filósofo griego Platón, quien además reflexiona sobre el funcionamiento y el alcance de
este procedimiento, notablemente en sus obras Gorgias y Teetetes.
El examen usualmente lo lleva a cabo Sócrates, quien dirige a su interlocutor una serie de
preguntas para explorar si hay inconsistencias en las opiniones de éste. Estas preguntas son,
pues, críticas y comprometedoras, y puede considerarse que equivalen a objeciones; pues
naturalmente, una teoría que muestra ser contradictoria no puede aceptarse como verdadera.
Por otra parte, en muchos diálogos de Platón puede constatarse cómo los interlocutores de
Sócrates se defienden de sus objeciones. El procedimiento de preguntas y respuestas da
lugar así a una discusión o controversia racional. En cualquier caso, mediante la detección y
eliminación de errores, el procedimiento tiende a la identificación de la verdad -o al menos,
de lo que racionalmente puede aceptarse como tal. La refutación (en griego: elenchô) se
convierte en un método de prueba.

Casi todos los filósofos presocráticos habían escrito como profetas iluminados, sin pensar
siquiera en hacer el intento por dar alguna prueba de la validez de sus puntos de vista. Una
excepción importante es Zenón de Elea, quien introduce en la filosofía la idea de refutar
racionalmente las teorías de sus adversarios, mostrando que conducen a paradojas. Este es
el antecedente del que parten Sócrates y Platón, el último de los cuales lleva la idea un paso
más lejos. Es notable que en el Parménides Platón haya utilizado el procedimiento de
preguntas comprometedoras, para poner a prueba teorías de su propia factura
(concretamente, la teoría metafísica de las Formas), convirtiéndose así en el primer filósofo
que practica la autocrítica. Tal vez Platón intenta mostrar así cuánto más le interesa la
búsqueda de la verdad, que la defensa de sus posiciones. En todo caso, la dialéctica (i.e., la
controversia, y más fundamentalmente, la exposición a la crítica) queda perfilada por él
como un procedimiento de investigación. A este gesto del clásico puede atribuirse el que la
filosofía sea hoy un campo de investigación académica, y no una rama de la mitología o de
la literatura fantástica.

Para Aristóteles, la búsqueda de la base filosófica de la ciencia (y de la propia filosofía)


requiere un ejercicio dialéctico. En la Metafísica, Libro IV (Gamma), Cap. 4, Aristóteles
explica por qué la búsqueda de una prueba de los "principios" debe hacerse mediante una
demostración refutativa, y en cambio sería imposible dar una prueba, digamos, positiva de
ellos. (Aristóteles también trata de la dialéctica en los Tópicos.)

Esta clase de justificaciones, que la actividad dialéctica permite conseguir según los
clásicos, sólo pueden desarrollarse gracias a la confrontación de puntos de vista opuestos.
Sin embargo, a partir de la Ilustración se difundió ampliamente, sin mucha discusión de por
medio, un juicio contrario, de David Hume, quien en la Investigación sobre el
Entendimiento Humano Cap. 4 , afirma sin más que todo razonamiento humano es
inductivo (en sus términos, "probable", o "moral") o deductivo ("demostrativo"); en suma,
monoléctico. Es decir que toda prueba científica o filosófica debe ser construíble en su
integridad desde un único punto de vista. Esta idea no ha sido suficientemente discutida, y
puede considerarse como una hipótesis (tanto como la idea contraria)

Parece que a los estoicos se debe el uso posterior (concretamente, medieval) del término,
con el que 'Dialéctica' pasa a referirse al conjunto de la lógica. Junto con la Gramática y la
Retórica, constituye el Trivium.
El filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel aplica el término dialéctica a su sistema
filosófico. Hegel pensaba que la evolución de las ideas se produce a través de un proceso
dialéctico, es decir, un concepto se enfrenta a su opuesto y como resultado de este conflicto,
se alza un tercero, la síntesis. La síntesis se encuentra más cargada de verdad que los dos
anteriores opuestos. La obra de Hegel se basa en la concepción idealista de una mente
universal que, a través de la evolución, aspira a llegar al más alto límite de autoconciencia y
de libertad.

El filósofo alemán Karl Marx aplicaba el concepto de dialéctica a los procesos sociales y
económicos. El llamado materialismo dialéctico de Marx, con frecuencia considerado como
una revisión del sistema hegeliano, afirma que las ideas sólo son el resultado del
determinismo de las condiciones materiales dadas.

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La dialéctica de la teología cristiana

El misterio de la Trinidad, tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo y un solo
Dios verdadero; el misterio de la encarnación del Hijo de Dios, Dios y Hombre, que se
humilla para alcanzar la salvación y la gloria; y el misterio del sentido de la historia, son
asuntos inmensamente contradictorios y por lo mismo esencialmente dialécticos.

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La dialéctica de Hegel

El acto mismo del conocimiento es la introducción de la contradicción. El principio del


tercero excluido, algo o es A o no es A, es la proposición que quiere rechazar la
contradicción y al hacerlo incurre precisamente en contradicción: A debe ser +A ó -A, con
lo cual ya queda introducido el tercer término, A que no es ni + ni - y por lo mismo es +A y
-. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma
ella misma en otra cosa. Esto significa la superación de la lógica formal y el
establecimiento de la lógica dialéctica.

Todas las cosas son contradictorias en sí mismas y ello es profundo y plenamente esencial.
La identidad es la determinación de lo simple inmediato y estático, mientras que la
contradicción es la raíz de todo movimiento y vitalidad, el principio de todo
automovimiento y solamente aquello que encierra una contradicción se mueve.

La imaginación corriente capta la identidad, la diferencia y la contradicción, pero no la


transición de lo uno a lo otro, que es lo más importante, como lo uno se convierte en lo
otro.

Causa y efecto son momentos de la dependencia recíproca universal, de la conexión y


concatenación recíproca de los acontecimientos, eslabones en la cadena del desarrollo de la
materia y la sociedad: la misma cosa se presenta primero como causa y luego como efecto.
Es necesario hacer conciencia de la intercausalidad, de las leyes de conexión universal
objetiva, de la lucha y la unidad de los contrarios y de las transiciones y las
transformaciones de la naturaleza y la sociedad. La totalidad, de todos los aspectos del
fenómeno, de la realidad, de los fenómenos y de sus relaciones recíprocas, de eso está
compuesta la verdad.

La realidad es la unidad de la esencia y la existencia. La esencia no está detrás o más allá


del fenómeno, sino que por lo mismo que la esencia existe, la esencia se concreta en el
fenómeno. La existencia es la unidad inmediata del ser y la reflexión. Posibilidad y
accidentalidad son momentos de la realidad puestos como formas que constituyen la
exterioridad de lo real y por tanto son cuestión que afecta el contenido, porque en la
realidad se reune esta exterioridad con la interioridad en un movimiento único y se
convierte en necesidad y así lo necesario es mediado por un cúmulo de circunstancias o
condiciones.

La cantidad se tranforma en calidad y los cambios se interconectan y provocan los unos


con los otros. Las matemáticas no han logrado justificar estas operaciones que se basan en
la transición, porque la transición no es de naturaleza matemática o formal, sino dialéctica.

Las determinaciones lógicas anteriormente expuestas, las determinaciones del ser y la


esencia, no son meras determinaciones del pensamiento. La lógica del concepto se entiende
ordinariamente como ciencia solamente formal, pero si las formas lógicas del concepto
fueran recipientes muertos, pasivos, de representaciones y pensamientos, su conocimiento
sería superfluo; pero en realidad son como formas del concepto, elespíritu vivo de lo real y
por tanto se requiere indagar la verdad de estas formas y su conxión necesaria.

El método del conocimiento no es una forma meramente exterior, sino que es alma y
concepto del contenido. Por lo que se refiere a la naturaleza del concepto el análisis es lo
primero, porque debe elevar la materia dada a la forma de abastracciones universales , las
cuales luego mediante el método sintético son puestas como definiciones. El análisis
resuelve el dato concreto, aisla sus diferencias y les da forma de uiversalidad o, deja lo
concreto como fundamento y por medio de la abstracción de las particularidades que
aparentan ser inesenciales, pone de relieve un universal concreto o la fuerza y la ley
general. Esta universalidad también es determinada mediante la síntesis del concepto en sus
formas, en definiciones.

La actividad humana une lo subjetivo con lo objetivo. El fin subjetivo se vincula con la
objetividad exterior a él, a través de un medio que es la unidad de ambos, esto es la
actividad conforme al fin. Así, con sus herramientas el hombre posee poder sobre la
naturaleza exterior, aunque en lo que respecta a sus fines se encuentra con frecuencia
sometido a ella.

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El materialismo dialéctico
La más simple e influyente formulación del materialismo dialéctico se halla en Engels, que
creyó con ello no desviarse de Marx o, en todo caso, creyó completar a Marx. La
formulación de Engels se ha incorporado al marxismo calificado de «ortodoxo», de la
Filosofía Soviética. Esto no quiere decir que sólo los marxistas «ortodoxos» sean
materialistas dialécticos. Es posible sostener el materialismo dialéctico dentro de formas de
marxismo «no ortodoxo» –cuando menos no ortodoxo respecto al marxismo ortodoxo
aludido–. Ello puede ocurrir de varios modos, entre los cuales sobresalen dos: como un
intento de suplementar y sistematizar el marxismo en forma distinta del conglomerado hoy
tradicional «Marx-Engels-Lenin», o «marxismo-leninismo»; o bien como una posibilidad
para el futuro, cuando se haya «absorbido» por completo la razón analítica y positiva que se
supone caracteriza aún las ciencias y éstas puedan constituirse dialécticamente, o
materialística-dialécticamente.

Engels desarrolló el materialismo dialéctico en la obra "La transformación de las ciencias


por el Sr. Dühring" (Herrn Dühring Umwälzung der Wissenschaften, 1878; publicada como
una serie de artículos en Vorwärts, 1877), conocida con el nombre de Anti-Dühring, y
también en una serie de [2148] manuscritos procedentes de 1873-1883 y publicados por vez
primera en 1925 con el nombre Dialektik der Natur (hay posteriores ediciones, más
fidedignas; trad. esp. con introducción por Manuel Sacristán). Aunque Engels se opuso al
idealismo, incluyendo el idealismo de Hegel, encontró en este autor apoyo para una
«filosofía de la Naturaleza» que descartara y superara el materialismo mecanicista,
característico de gran parte de la física (mecánica) moderna y en particular de las
interpretaciones filosóficas de la ciencia moderna que proliferaron en el siglo XIX por obra
de Ludwig Büchner y otros autores. Este materialismo es, según Engels, superficial y no
tiene en cuenta que los modelos mecánicos no se aplican a nuevos desarrollos científicos,
tales como los habidos en química y en biología, y especialmente tal como se manifiestan
en la teoría de la evolución de las especies. El materialismo «vulgar» mecanicista no tiene
tampoco en cuenta el carácter práctico del conocimiento y el hecho de que las ciencias no
son independientes de las condiciones sociales y de las posibilidades de revolucionar la
sociedad.

Mientras el materialismo mecanicista se apoya en la idea de que el mundo está compuesto


de cosas y, en último término, de partículas materiales que se combinan entre sí de un modo
«inerte», el materialismo dialéctico afirma que los fenómenos materiales son procesos.
Hegel tuvo razón en insistir en el carácter global y dialéctico de los cambios en los procesos
naturales, pero erró en hacer de estos cambios manifestaciones del «Espíritu». Hay que
«invertir» la idea hegeliana y colocar en la base la materia en cuanto que se desarrolla
dialécticamente. La dialéctica de la Naturaleza procede según las tres grandes leyes
dialécticas: ley del paso de la cantidad a la cualidad, ley de la interpenetración de los
contrarios (u opuestos) y ley de la negación de la negación. Negar que hay contradicciones
en la Naturaleza es, según Engels, mantener una posición metafísica; lo cierto es que el
movimiento mismo está lleno de contradicciones. Son contradicciones «objetivas» y no
«subjetivas». Sin la constante lucha de los opuestos no pueden explicarse los cambios.

El carácter de lucha y oposición de contrarios es, según Engels, universal. Se manifiesta no


sólo en la sociedad y en la Naturaleza, sino también en la matemática. La negación de la
negación se manifiesta en que de un germen procede una planta que florece y muere,
produciendo otro germen que vuelve a florecer. También se manifiesta en que la negación
de una cantidad negativa da una positiva. El materialismo dialéctico no es, según Engels,
contrario a los resultados de las ciencias; por el contrario, explica, justifica y sintetiza estos
resultados. A despecho del ejemplo citado en la matemática se ha preguntado a menudo
hasta qué punto las ciencias formales, y específicamente la lógica, son dialécticas y están
sometidas a las leyes enunciadas por el materialismo dialéctico. Engels se expresó al
respecto de un modo un tanto ambivalente, pues mientras las leyes de referencia tienen, a
su entender, un alcance verdaderamente universal, por otro lado las leyes dialécticas
mismas constituyen un elemento invariable. Puesto que la lógica misma es dialéctica,
parece que no cabe preguntar si la propia lógica dialéctica es o no dialéctica; no parece que
se pueda negar la lógica dialéctica por otra lógica no dialéctica. Por otro lado, la negación
de la negación de esta lógica dialéctica daría una lógica dialéctica supuestamente
«superior». Son muchas las discusiones sobre la autonomía o heteronomía de la lógica
formal dentro del materialismo dialéctico.

Muchos autores después de Engels han seguido a este autor en el camino del materialismo
dialéctico, si bien han modificado éste de varios modos. Tal sucede con Lenin, con quien se
inicia una tradición de materialismo dialéctico llamada «marxista-leninista». Para él la
dialéctica es la doctrina del desarrollo en su forma más completa, profunda y libre de
unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo del conocimiento humano, que nos da un
reflejo de la materia en perpetuo desarrollo.

Lenin insistió inicialmente menos que Engels en la noción de «materia» como realidad
sometida a cambios de acuerdo con un proceso dialéctico, porque le interesaba defender el
realismo materialista contra el idealismo y el fenomenismo de los que seguían a autores
como Mach y Avenarius. En Materialismo y empiriocriticismo, de 1909, Lenin equiparó la
realidad material con la realidad del mundo real «externo», reflejado por la conciencia, la
cual «copia» este mundo mediante las percepciones. Éstas no son símbolos o cifras, sino
reflejos de «la realidad (material) misma». Esto no quiere decir que las percepciones, o las
sensaciones, describan el mundo real físico tal como éste es. El verdadero conocimiento de
este mundo es el conocimiento científico, pero la percepción no es incompatible con este
conocimiento. El materialismo dialéctico y la epistemología «realista» y «científica» que lo
acompaña es, según Lenin, la doctrina que debe adoptarse para luchar en favor del
comunismo. Esto parece convertir el materialismo dialéctico en una ideología cuya verdad
depende de la situación histórica. El materialismo dialéctico es, en suma, «partidista». Sin
embargo, este partidismo no puede equipararse al de las ideologías no proletarias y no
revolucionarias; si es una ideología, es una que contribuye a traer al mundo la «teoría
verdadera», que es la que corresponde a la sociedad sin clases.

En las discusiones entre los materialistas dialécticos ha surgido con frecuencia el problema
de si, y hasta qué punto, hay que destacar el aspecto materialista o el dialéctico. En escritos
posteriores al citado antes, y especialmente en los Cuadernos filosóficos (1915), Lenin
subrayó considerablemente el aspecto dialéctico y, con ello, lo que interpretó como el
verdadero método hegeliano, pero ello no equivale aún a dejar de lado el materialismo, sin
el cual se desembocaría en un idealismo:
"La dialéctica como conocimiento vivo, multilateral (con el número de aspectos
siempre en aumento), de innumerables matices en el modo de abordar, de
aproximarse a la realidad (con un sistema filosófico qué, de cada matiz, se
desarrolla en un todo): he aquí el contenido inconmensurablemente rico, en
comparación con el materialismo 'metafísico', cuya desgracia principal es la de no
ser capaz de aplicar la dialéctica a la 'Teoría de Reflejo', al proceso y desarrollo
del conocimiento."

Así, mientras la dialéctica en el materialismo dialéctico pone de relieve aspectos


«idealistas» y «hegelianos», el materialismo en la misma doctrina pone de relieve, o puede
terminar por poner excesivamente de relieve, aspectos puramente «mecanicistas» o
«superficiales». El equilibrio entre dialéctica y materialismo en el materialismo dialéctico
es por ello uno de los desiderata de muchos de los autores adheridos a esta tendencia.

En ocasiones se ha procurado resolver el conflicto entre los dos componentes del


materialismo dialéctico acentuándose los aspectos «prácticos». Así sucede, por ejemplo,
con el maoísmo y con varías tendencias políticas más interesadas en la realización de un
programa que en discutir las bases filosóficas subyacentes en el mismo. Mao escribió en
1937 el ensayo Sobre la Contradicción, que además de partir de la universalidad de la
contradicción y las particularidades de cada contradicción, se centra en determinar la
contradicción principal y el aspecto principal de una contradicción, así como el
antagonismo, la lucha y la identidad de contrarios, de manera que los militantes
revolucionarios tuvieran un manual e lógica para la solución de los problemas políticos
concretos.

Crítica de la dialéctica
Crítica de la dialéctica, título abreviado por el que es más conocida la Crítica de la razón
dialéctica, precedida de Cuestiones de método, obra del filósofo francés Jean-Paul Sartre.
Fue publicada en 1960 con el título original de Critique de la raison dialectique (précédé
de Questions de méthode).

A lo largo de sus páginas, Sartre se preguntaba cómo constituir una antropología estructural
e histórica, que no sacrifique la concreción del objeto estudiado en un sistema fijo de
conceptos. Subrayaba entonces que sólo la antropología marxista puede servir para tal
propósito, pero con la condición de que ésta se fundamente en la comprensión de lo
humano que supone el existencialismo, la dialéctica fenomenológica del Ser y la Nada. No
obstante, si el materialismo histórico de Karl Marx es cierto, entonces la historia es
dialéctica, una totalización: ¿pero hay una razón dialéctica? ¿O bien la racionalidad
positivista de las ciencias es suficiente para estudiar al hombre y a la existencia humana?
Estas son las preguntas fundamentales planteadas por Sartre en Crítica de la razón
dialéctica. Aunque el "ejercicio dialéctico" entendido a la manera clásica, como aquéllo que
pertenece a un debate o controversia, no fue el objeto de su estudio, Sartre fue ante todo un
polemista y un defensor de la importancia de la confrontación de opiniones como condición
del conocimiento y de las transformaciones concientes de la vida y la sociedad.
En sentido estricto, el inicio de la Historia de la Filosofía occidental se sitúa en Grecia
hacia el siglo VII adC, en las colonias de Jonia y suele considerarse como primer filósofo a
uno de los Siete sabios de Grecia, Tales de Mileto, que fue además astrónomo y
matemático.

Los grandes períodos en los que se suele dividir la Historia de la Filosofía occidental no son
absolutamente precisos, ya que el pensamiento filosófico no ha seguido una evolución
lineal, sino en bucle; con avances y retrocesos. La filosofía griega abarca desde el siglo VII
adC hasta el siglo III adC; pero su influencia se ha prolongado hasta nuestros días, debido
sobre todo al pensamiento y la escuela de Platón y Aristóteles (siglo IV adC). La principal
característica de la filosofía griega es el esfuerzo de la razón humana por explicar todos los
fenómenos cósmicos y humanos mediante análisis y argumentos racionales sin acudir a
explicaciones de carácter mítico o religioso. El período del pensamiento cristiano dominó
en Occidente desde el siglo I hasta el Renacimiento (siglo XV). Las figuras principales del
pensamiento cristiano y católico que más han influido en la cultura han sido Agustín de
Hipona y Tomás de Aquino. La característica principal de este período fue la subordinación
del pensamiento filosófico a la Teología católica, poniendo toda la cultura humana al
servicio del catolicismo y de la Iglesia.

El período de la Filosofía moderna se inaugura con Descartes en el siglo XVI y se centra,


sobre todo, en la reflexión sobre el conocimiento y sobre el ser humano. La revolución
científica que propició la aparición de la filosofía moderna y que va desde el siglo XV al
XVII fue uno de los impulsos renovadores más importantes de la historia cultural de
Occidente y de toda la Humanidad. Otro de los movimientos filosóficos más importantes
fue la Ilustración de los siglos XVII y XVIII en Europa. Los filósofos ilustrados que más
contribuyeron a la evolución filosófica de Occidente fueron Hume y Kant, que situaron el
esfuerzo de la razón humana dentro de los límites del empirismo y del racionalismo.

Los orígenes
Si entendemos filosofía en su acepción etimológica de amor por el saber, entonces es
altamente probable que todos los seres humanos sean filósofos, en el sentido de que todos
nos planteamos las grandes preguntas sobre la vida. Sin embargo, la filosofía entendida
como un conjunto de escuelas o de pensamientos más o menos abstractos, encuentra lugar
en varias regiones y culturas distintas. De esta manera, en antigua China destacan las
figuras de Confucio, Lao Tzu y Mencio, mientras que en la India son importantes Buda y
Mahavira. Antes de ello, puede considerarse a la astrología babilónica como una escuela
filosófica, en tanto es una suerte de respuesta a la naturaleza del Universo. También existe
una cierta vena filosófica en ciertos escritos hebreos, como por ejemplo en el Libro del
Eclesiastés, en la Biblia. {hay que reescribirlo}

El mundo griego anterior a la aparición de la filosofía vivía instalado en la actitud mítica. A


través de los mitos el hombre conseguía dar una explicación a los distintos acontecimientos
de su vida. Y aunque los dioses son arbitrarios en su conducta, se pueden controlar
mediante ritos y plegarias.
El gran acontecimiento espiritual que inician los griegos entre los siglos VII-VI a. C.
consiste en intentar superar esta forma de estar ante el mundo con otra forma revolucionaria
que apuesta por la razón como el instrumento de conocimiento y de dominio de la realidad.

No obstante no hay que creer que la actitud mítica no desaparece completamente a partir de
esta fecha, más bien ocurre que son unas pocas personas las que viven en el nuevo y
revolucionario modo de pensar, y que éste poco a poco se va haciendo más universal. Aún
más la actitud mítica todavía no ha desaparecido en nuestra época.

Así, pues, frente a la explicación mítica del mundo aparece en el año 625 a. de C. la actitud
racional.

Los griegos descubren que las cosas del mundo están ordenadas siguiendo leyes. El mundo
es un COSMOS, no un Caos, por lo que un cuerpo no se manifiesta primero de una manera
y luego de otra completamente distinta, sino que en su manifestación hay cierto orden,
según su Esencia o Naturaleza.

Así, pues, la filosofía nace con el paso del mito al logos”

MITO------IMAGINACIÓN-----ARBITRARIEDAD----CAOS LOGOS-----
RAZÓN-----------NECESIDAD------COSMOS

Con los griegos aparece por primera vez el pensamiento en todas sus manifestaciones
(ciencia, filosofía, matemática). Las cuestiones filosóficas fundamentales, y las posibles
soluciones que se pueden dar a ellas, ya se encuentran en la filosofía griega, y en gran
medida en Platón. Lo característico de la filosofía griega fue su preocupación por
comprender el ámbito de la Naturaleza, el cual podemos alcanzar o por el uso de los
sentidos, o mediante el uso de la razón. Los primeros filósofos, que son anteriores a
Sócrates, se les llama presocráticos y descubren el carácter ordenado, legal y racional del
mundo, y en el hombre un instrumento que ha de servir tanto para el conocimiento como
para la vida práctica (moral y política): la razón.

Filosofía griega
Filosofía presocrática

I. FILOSOFÍA COSMOLÓGICA' (presocráticos): preocupación por el tema del arché


(VII-V a. C.)

A. FILÓSOFOS MONISTAS: Los filósofos monistas consideran que a la base de toda la


realidad se encuentra un único principio. En este grupo habría que incluir a los filósofos de
Mileto (Tales, Anaximandro y Anaxímenes), Heráclito y Parménides;

1. Escuela milesia (también milésica o jónica)


a) Tales (fundador:625 a. C.): agua
b) Anaximandro (610-547 a. C.): ápeiron
c) Anaxímenes (586-528 a. C.): aire
2. Escuela de Éfeso:
Heráclito (504 a. C.): fuego, reivindicación del devenir

3. Escuela de Elea:
a) Jenófanes de Colofón (530 a. C.): crítica al antropomorfismo
religioso
b) Parménides (540-450 a. C.): defensa del ser como inmutable y
eterno
c) Zenón de Elea (450 a. C.): aporías en contra de la multiplicidad y
el cambio

B. FILÓSOFOS PLURALISTAS:

1. Escuela pitagórica
Pitágoras (fundador del pitagorismo)
Alcmeón
Filolao
Hipaso
Hipócrates de Quíos
Arquitas de Tarento
2. Empédocles: (450 a.C.): agua, aire, tierra y fuego; Amor y Odio

3. Anaxágoras (499-428 a. C.): homeomerías; Noûs

4. Escuela atomista: los átomos; mecanicismo


a) Leucipo (440 a. C.)
b) Demócrito (460-370 a. C.)

II. FILOSOFÍA ANTROPOLÓGICA: el hombre como preocupación básica (V a. C.)

A. Movimiento sofista: escepticismo y relativismo

1. Protágoras de Abdera (485-410 a. C.)


2. Gorgias de Leontini (485-380 a. C.)

B. Sócrates (469-399 a. C.): intelectualismo moral y objetivismo

III. FILOSOFÍA GLOBALIZADORA Y SISTEMÁTICA: preocupación por todos los


temas filosóficos, por la realidad en su conjunto (IV a. C.)

A. Platón (427-347 a. C.): las Ideas y el conocimiento objetivo

B. Aristóteles (384-322 a. C.): la Physis; eudemonismo

IV. FILOSOFÍA HELENÍSTICA: preocupación por los temas morales, búsqueda de la


manera de ser feliz (finales del siglo IV al siglo II a. C.)
A. Estoicismo: la virtud como bien supremo; la apatía

Zenón de Citio (341-261 a. C.)

B. Epicureísmo: hedonismo

Epicuro de Samos (341-270 a. C.)

C. Escepticismo: escepticismo

Pirrón de Elis (365-275 a. C.)

Filosofía clásica

Filosofía correspondiente al llamado Siglo de Pericles, momento en que esta disciplina


llega a su máximo apogeo en el mundo griego.

 Sócrates

 Platón (realista y fundador de la Academia)

 Aristóteles (fundador del Liceo)

Filosofía helenística

También llamada alejandrina o posaristotélica. Se trata de la filosofía que florece durante


el Período helenístico.

 Académicos Continuadores de la Academia platónica.

Sócrates

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Sócrates (en griego, Σωκράτης, sōkrátes) (Atenas, 469 adC - 399 adC)

Sócrates

Filósofo ateniense, hijo de Sofronisco, de profesión cantero, y de Fainarate, comadrona.


Cuando Sócrates nació, su padre recibió del oráculo el consejo de dejar crecer a su hijo a su
aire, sin reprimirle sus impulsos.

Desde muy joven llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus
razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus
tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a los que les preguntaba sobre
su confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna
enseñanza.

Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular, y al conocimiento de los


que se decían sabios. Él no se consideraba a sí mismo sabio, aún cuando al consultar al
oráculo de Delfos éste le respondió "Sócrates es el más sabio de los mortales". Su más
grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a sus
alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban, por medio de hábiles
preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. El conocimiento y el autodominio
habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza, era lo que
pensaba.

No dejó nada escrito, las tres fuentes de que disponemos para acercarnos a la persona de
Sócrates son los diálogos de Platón como material más importante, los escritos de Jenofonte
en los que habla de Sócrates, los cuales, no obstante, contienen errores históricos, y la
comedia de Aristófanes <<Las Nubes>> que fue escrita cuando Sócrates tenía solamente 41
años, ridiculizándolo y colocándolo en el lugar de los sofistas. Murió a los 70 años de edad,
en el año 399 adC aceptando serenamente la condena e ingiriendo la cicuta, como método
elegido de entre los que el tribunal, que lo juzgó, le ofrecía para morir, por no reconocer a
los dioses atenienses y por, según ellos, corromper a la juventud. A su muerte surgen las
escuelas socráticas, la Academia Platónica, las menores, 2 de moral y 2 de dialéctica, que
tuvieron en común la búsqueda de la virtud a través del conocimiento de lo bueno.

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La mítica fealdad de un maestro


De pequeña estatura, vientre promeniente, ojos camaleónicos y nariz exageradamente
respingona, la figura de Sócrates era motivo de chanza. Alcibíades lo comparó con los
silenos, los seguidores ebrios y lascivos de Dioniso. Platón consideraba digno de ser
rememorado el día que se lavó los pies y se puso sandalias, y Antifón, el solista, decía que
ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. LLevaba siempre la
misma capa, y comía y bebía lo más barato. Pero lo sorprendente es que un hombre así
acabara siendo considerado por los griegos -que creían que la belleza del alma armoniosa se
reflejaba en la armonía del cuerpo- como modelo del decoro filosófico. Tras Sócrates, el
primer heleno que fue feo, admitieron que un cuerpo silénico puede estar dirigido por un
alma hermosa.

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El otro Sócrates
Sócrates se llamaba también un futbolista brasileño de la década del 80, que era un genio
pateando tiros libres. Tras fracasar con su selección en la semifinal del Mundial de 1986, a
manos de los franceses, fue condenado por el pueblo de Brasil a morir bebiendo cicuta.

Biografía
Platón, que realmente se llamaba Aristocles Kodros, y cuyo seudónimo Platón significa el
de los hombros anchos era hijo de una familia que pertenecía a la aristocracia ateniense,
concretamente a la familia denominada Glaucón. Su padre se llamaba Aristón y su madre
Perictione. Durante su juventud vivió las consecuencias de las guerra del Peloponeso. A los
21 años pasó a formar parte del círculo de Sócrates, el cual produjo un gran cambio en sus
orientaciones filosóficas. Tras la muerte de Sócrates en el 399 adC, Platón se refugió en
Megara durante un breve espacio de tiempo, donde comenzó a escribir sus diálogos
filosóficos.

Sus conocimientos y habilidades eran tales que los griegos lo consideraron como hijo de
Apolo y decían que en su infancia las abejas habían anidado en sus labios como profecía de
las palabras melosas que salían de sus labios.

Platón fue discípulo de Sócrates en su juventud y de acuerdo a sus propias palabras, estuvo
presente durante su juicio, pero no en su ejecución. El trato que Atenas dio a Sócrates
afectó profundamente a Platón y mucho de sus primeros trabajos registran la memoria de su
maestro. Se dice que mucho de sus escritos sobre la ética estaban dirigidos a evitar que
injusticias como la sufrida por Sócrates no volvieran a ocurrir. Después de la muerte de
Sócrates, Platón viajo extensamente por Italia, Sicilia, Egipto y Cirene en busca de
conocimientos.

En el 396 adC emprendió un viaje de diez años por Egipto y diferentes lugares de África e
Italia. En Cirene conoció a Aristipo y al matemático Teodoro. En Magna Grecia se hizo
amigo de Arquitas de Tarento y conoció las ideas de los seguidores de Parménides.

En el 388 adC viajó a Sicilia y en Siracusa, donde quiso influir en la política de Dionisio I y
aprendió mucho de las formas de gobierno que plasmaría después en La República. Sus
manifestaciones políticas, que en algunos casos eran irreverentes con la clase dominante, lo
llevaron a prisión . Aníceris de Círene reconoció a Platón en la venta de esclavos y le
compró para devolverle la libertad.

En el 361 adC, tras recobrar su libertad, Platón compró una finca en las afueras de Atenas,
donde fundó un centro especializado en la actividad filosófica y cultural, al cual llamó La
Academia. El nombre procede del anterior dueño de la finca llamado Academo y dicha
academia funcionó ininterrumpidamente hasta su clausura por Justiniano I en el 529 dC,
pues veía en esta una amenaza para la propagación del cristianismo. Muchos filósofos e
intelectuales estudiaron en esta academia, incluyendo a Aristóteles.

Platón también fue influenciado por otros filósofos, tal como Pitágoras cuyas nociones de
armonía numérica se hacen eco en la noción de Platón sobre las Formas; también
Anaxagoras quien enseñó a Sócrates y que afirmaba que la mente o la razón penetra o llena
todo; y Parménides que argüía acerca de la unidad de todas las cosas y quien influtó sobre
el concepto de Platón acerca del alma.

Platón murió en el 347 adC dedicándose en sus últimos años a la academia.

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Obra
La obra de Platón está escrita en forma de diálogos y puede dividirse en cuatro etapas:

1. Primeros diálogos o
diálogos socráticos o
de juventud. Se
caracterizan por sus
preocupaciones éticas.
Están plenamente
influidos por Sócrates.
Las más destacadas
son: Apología de
Sócrates, Critón,
Protágoras, Cármides
y Eutifrón.
2. Época de transición.
Esta fase se caracteriza
también por cuestiones
políticas, además,
aparece un primer
esbozo de la Teoría de
la Reminiscencia y
trata sobre la filosofía
del lenguaje. Destacan:
Gorgias, Menón,
Crátilo, Menéxeno,
Eutidemo, Hipias
Menor e Hipias
Mayor.
3. Época de madurez o
diálogos críticos.
Platón introduce
explícitamente la
Teoría de las Ideas
recién en esta fase y
desarrolla con más
detalle la de la
Reminiscencia.
Igualmennte se trata de
distintos mitos.
Destacan: El Banquete,
Fedón, La República y
Fedro.
4. Diálogo de vejez o
diálogos críticos. En
esta fase revisa sus
ideas anteriores e
introduce temas sobre
la naturaleza y la
medicina. Destacan:
Teeteto, Parménides,
Sofista, Político,
Filebo, Timeo y Leyes.

Los personajes de los diálogos son generalmente personajes históricos, como Sócrates,
Parménides o Gorgias, aunque a veces también aparecen algunos de los que no se tiene
ningún registro histórico aparte del testimonio platónico. Cabe destacar, además, que si bien
en muchos diálogos aparecen discípulos de Sócrates, Platón no aparece nunca como
personaje. Solamente es nombrado en Apología de Sócrates y en Fedón, pero nunca
aparece discutiendo con su maestro ni con ningún otro.
En la actualidad se cree que Platón escribió cuarenta y dos diálogos, recopilados por sus
discípulos y otros escritores contemporáneos (que también escribieron sobre él). Además de
los diálogos, se conservan algunas cartas que Platón supuestamente escribió en sus años de
vejez. Si bien el carácter de algunas de ellas es apócrifo, otras, como la Carta Séptima, son
consideradas auténticas y resultan muy importantes para reconstruir parte de la vida y el
pensamiento ulterior de Platón.

Su teoría más conocida es la de las ideas. En ella se sostiene que todos los entes del mundo
sensible son imperfectos y deficientes y aspiran teleológicamente a entes perfectos y
autónomos (ideas), de carácter ontológico muy superior, los cuales no son perceptibles
mediante los sentidos. Cada idea es única e inmutable, mientras que, las cosas del mundo
sensible son múltiples y cambiantes. La contraposición entre la realidad y el conocimiento
es descrita por Platón en el célebre y bellísimo mito de la caverna, en La República. Para
Platón, la única forma de acceder a la realidad inteligible era mediante la razón y el
entendimiento, el papel de los sentidos quedaba relegado al simple recuerdo de las ideas
que habían sido conocidas en ocasiones anteriores.

Es importante resaltar que la dicotomía Mundo Inteligible / Mundo de las Ideas es un


recurso pedagógico que suele usarse para ilustrar el correlato que existe entre los entes
inteligibles y los sensibles, pero de ninguna forma debe ser interpretada literalmente y
suponer que Platón creyera en la existencia de dos mundos.

En el Timeo menciona también lo que ahora conocemos como los sólidos platónicos.

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Temas

A diferencia de Sócrates, Platón escribió profusamente acerca de sus puntos de vista


filosóficos, dejando un considerable número de manuscritos.

En los escrituras de Platón se pueden ver conceptos acerca de la mejor forma de gobierno,
incluyendo la aristocracia, democracia y monarquía. Un tema central de su obra es el
conflicto entre la naturaleza y las creencias de la época concernientes al rol de la herencia y
del medio ambiente en el desarrollo de la personalidad y la inteligencia del hombre mucho
antes que el debate sobre la naturaleza y la crianza comenzara en la época de Thomas
Hobbe y John Locke.

Otro tema que Platón trato profusamente fue la dicotomía entre el saber y la opinión, que
anticipaba los debates mas modernos entre David Hume y Inmmanuel Kant y que
posteriormente trataron los post-modernistas y su oponentes al argüir sobre la distinción
entre objetivo y subjetivo.

Inclusive la historia de la ciudad o continente perdido de la Atlántida nos llegó como una
historia ilustrativa de Platón en su obra “Timaeus” y “Critias”.
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Formas y bases

Platón escribió principalmente en forma de diálogo. En sus primeros diálogos, diferentes


caracteres discuten un tópico haciendo preguntas el uno al otro. Sócrates figura
prominentemente de aquí que se denominen los Diálogos Socráticos.

La naturaleza de estos diálogos cambió sustancialmente en el curso de la vida de Platón. Es


reconocido generalmente que las primeras obras de Platón estaban basadas en el
pensamiento de Sócrates, mientras que las posteriores se van alejando del las ideas de su
antiguo maestro. En los últimos diálogos, que más bien tienen la forma de tratados,
Sócrates está callado o ausente, mientras que en los inmediatamente anteriores la figura
principal es Platón y los interlocutores se limitan a responder “si”, “por supuesto” y “muy
cierto”. Se asume que si bien los primeros diálogos están basados en conversaciones reales
con Sócrates, los subsecuentes son totalmente la obra e ideas de Platón.

La ostensible puesta en escena de un diálogo distancia a Platón de su lectores de la filosofía


que se esta discutiendo; uno puede elegir dos opciones de percepción; una es participar en
el diálogo y las ideas que se discuten o simplemente leer las respuestas de las
personalidades que intervienen en el diálogo.

El formato del diálogo le permitió a Platón expresar opiniones impopulares en la boca de


caracteres antipáticos, tal como es Thraysymachus en ‘’’La República’’’

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Metafísica
Se ha interpretado tradicionalmente el Platonismo como una forma de dualismo metafísico,
a veces referido como Realismo Platónico o Exagerado. De acuerdo a esto, la metafísica de
Platón divide al mundo en dos distintos aspectos; el mundo inteligible y el mundo que
vemos alrededor nuestro en forma perceptiva. El mundo perceptivo consiste en una copia
de las inteligibles formas e ideas. Estas formas no cambian y solo son comprensibles a
través del intelecto o entendimiento – es decir, la capacidad de la mente que no incluye la
simple percepción o la imaginación.

El los Libros VI y VII, Platón utiliza diversas metáforas para explicar sus ideas metafísicas.
Las metáforas del sol y la muy conocida alegoría de la caverna y la mas explícita, la línea
dividida.

En su conjunto estas metáforas transmiten teorías complejas y difíciles; está, por ejemplo,
la forma de Dios a quien atribuye el máximo objeto de conocimiento y que emana la luz
hacia todas la otras formas. La Forma de Dios realiza esto en la manera similar que el sol
emana luz y permite la visión de las cosas y la generación de estas en el mundo perceptivo
(ver la alegoría del sol).

En el mundo perceptivo, los objetos que vemos a nuestro alrededor no son tienen sino una
ligera resemblanza con las formas mas reales y fundamentales que representa el mundo
inteligible de Platón. Es como si viéramos una sombra de los objetos, sin ver los objetos
mismos y que no son sino una representación de la realidad, pero no la realidad misma (ver
la alegoría de la cueva).

Podemos imaginarnos que todo en el universo representa una línea donde la realidad va
apareciendo gradualmente. La primer parte de la línea representa la diferencia entre el
mundo perceptivo y el inteligible. A su vez el mundo perceptivo esta dividido en segmentos
representado por cosas reales y también sombras, reflejos y representaciones de éstos.
Similarmente, el mundo inteligible esta divido en segmentos que representan los principios
y formas generales y por otra parte, formas más derivativas o reflejadas.

La metafísica de Platón y particularmente el dualismo entre lo inteligible y lo perceptivo


inspiró posteriormente a los pensadores Neoplatónicos, tales como Plotinus y Gnostis, a
otros realistas metafísicos.

Si bien las interpretaciones de las escrituras de Platón (particularmente la República) han


tenido una inmensa popularidad en la larga historia de la filosofía occidental, también es
posible interpretar sus ideas en una forma más conservadora que favorece la lectura desde
un punto de vista epistemológico mas que metafísico como sería el caso de la metáfora de
la Cueva y la Línea Dividida. Existen obvios paralelos entre la alegoría de la Cueva y la
vida del maestro de Platón, Sócrates, quien fue ejecutado en su intención de abrir los ojos a
los atenienses. Este ejemplo revela la dramática complejidad que frecuentemente se
encuentra bajo la superficie de los escritos de Platón (no hay que olvidar que en la
República, quien narra la historia es Sócrates).

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Epistemología
Las opiniones de Platón también tuvieron mucha influencia en la naturaleza del
conocimiento y la enseñanza las cuales propuso en el Meno, el cual comienza con la
pregunta acerca de si la virtud puede ser enseñada y procede a exponer los conceptos de la
memoria y el aprendizaje como un descubrimiento de conocimientos previos y opiniones
correctas que son correctas pero no tienen una clara justificación.

Platón afirmaba que el conocimiento estaba basado esencialmente en creencias verdaderas


justificadas; una creencia influyente que llevó al desarrollo mas adelantes de la
epistemología. En el Theaetetus, Platón distingue entre la creencia y el conocimiento en
base a la justificación. Muchos años después. Edmund Gettier demostraría los problemas de
las creencias verdaderas justificadas en el contexto del conocimiento.
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El Estado
Las ideas filosóficas de Platón tuvieron muchas implicaciones sociales, particularmente en
cuanto al estado o gobierno ideal. Hay discrepancias entre sus ideas iniciales y las que
expuso posteriormente. Algunas de sus más famosa doctrinas están expuestas en la
República.

Platón decía que las sociedades debieran tener una estructura tripartita de clases la cual
respondía a una estructura según el apetito, espíritu y razón del alma de cada individuo.


o Productores –
Los
trabajadores
correspondían a
la parte de
“apetito” del
alma.
o Protectores –
Los guerreros
aventureros,
fuertes,
valientes y que
formaban el
“espíritu” del
alma.
o Gobernantes –
Aquellos que
eran
inteligentes,
racionales,
apropiados para
tomar
decisiones para
la comunidad.
Estos formaban
la “razón” del
alma.

De acuerdo con este modelo, los principios de la democracia ateniense, como existía en
aquella época, eran rechazados en esta idea y muy pocos estaban en capacidad de gobernar.
En lugar de retórica y persuasión, Platón dice que la razón y la sabiduría son las que deben
gobernar. Esto no equivale a tiranía, despotismo u oligarquía. Como Platón decía:
Hasta tanto los filósofos gobiernen como reyes o aquellos que ahora son llamados reyes y
los dirigentes o líderes puedan filosofar debidamente, es decir, hasta tanto el poder político
y el filosófico concuerden, mientras que las diferentes naturalezas busquen solo uno solo de
estos poderes exclusivamente, las ciudades no tendrán paz, ni tampoco la raza humana en
general.

Platón describe a estos “reyes filósofos” como aquellos que “aman ver la verdad” y soporta
su idea con la analogía de un capitán y su navío o un médico y su medicina. Navegar y
curar no son prácticas que todo el mundo esté calificado para hacerlas por naturaleza. Gran
parte de La República está dedicada a indicar el proceso educacional necesario para
producir estos “filósofos reyes”.

Se debe mencionar, sin embargo, que la idea de la ciudad que se describe en La República
la califica Sócrates como una ciudad ideal, la cual se examina para determinar la forma
como la injusticia y la justicia se desarrollan en una ciudad. De acuerdo a Sócrates, la
ciudad “verdadera” y “sana” es la que se describe en el libro II de La República, que
contiene trabajadores, pero no tiene los reyes-filósofos, ni poetas ni guerreros.

Platón (en griego Πλάτων) (ca. 427 adC – 347 adC) fue un filósofo griego, alumno de
Sócrates y maestro de Aristóteles; su influencia como autor y sistematizador ha sido
incalculable en toda la historia de la filosofía, de la cual se ha dicho con frecuencia que
alcanzó identidad como disciplina con sus trabajos. Entre sus obras más importantes se
cuentan los diálogos La República (en griego Πολιτεια, politeia, "ciudad"), en la cual
elabora la filosofía política de un estado ideal; el Fedro, en el que desarrolla una compleja e
influyente teoría psicológica; el Timeo, un influyente ensayo de cosmología racional
influida por las matemáticas pitagóricas; y el Teeteto, el primer estudio conocido sobre
filosofía de la ciencia. Las narraciones alegóricas de algunas de sus obras, entre ellas el
Timeo y el Critias, dieron origen al mito de la Atlántida.

Platon fue también fundador de la Academia de Atenas, donde estudió Aristóteles.

Platón participó extensivamente en la enseñanza en la Academia y escribió sobre muy


diversos temas filosóficos, especialmente los que trataban de la política, ética, metafísica y
epistemología. Las obras mas famosas de Platón fueron sus diálogos. si bien varios
epigramas y cartas también han sobrevivido. Se cree que todos los diálogos de Platón que
se conocen son auténticos.

Los diálogos de Platón tienen mucha vitalidad y frecuentemente incluyen humor e ironía.
Se considera que Platón es el filósofo más ameno de todos.

A Sócrates lo menciona frecuentemente en los diálogos. Cuanto del contenido y de los


argumentos es obra de Sócrates o de Platón, es difícil decir, por cuanto Sócrates no dejó
evidencia escrita de sus enseñanzas; esta ambigüedad es la que se conoce como el
“problema socrático”. No hay duda, sin embargo, que Platón fue influenciado
profundamente por las enseñanzas de Sócrates; de hechos sus primeras ideas y ensayos
lucen como adaptaciones de las de Sócrates.
Influencias Recibidas
El punto de partida fue Platón, pero pronto adoptó una actitud crítica frente al platonismo.
No dejó de lado las enseñanzas de Platón, sino que "ató los cabos sueltos" y desarrolló las
ideas de Platón. La idea de participación platónica no explica la verdadera realidad de la
fysis (el movimiento).

Aristóteles admite como Platón y Sócrates que la esencia es lo que define al ser, pero la
diferencia en que la esencia es la forma, que está unida inseparablemente a la materia y
juntos constituyen el ser, que es la sustancia. La afirmación de la importancia del
conocimiento sensible, del conocimiento de lo singular para llegar a lo universal, abrió
posibilidades a la investigación científica.

 Heráclito y Parménides
hicieron una
explicación muy
parcial mediante la
unidad y la pluralidad.
 De Anaxágoras
Aristóteles recogió el
nous (idea de
inteligencia).
 De los pitagóricos
valora su dedicación
por las matemáticas.

En definitiva, Aristóteles construyó un sistema filosófico propio.

Aristóteles fue discípulo de Platón pero esto no significó que no criticase su teoría de las
Ideas. Para intentar solventar las diferencias entre Heráclito y Parménides, Platón propuso
la existencia de dos mundos: el Mundo Sensible y el Mundo Inteligible. Sin embargo, su
discípulo (Aristóteles) no estaba de acuerdo. Para Aristóteles sólo hay un mundo y esta
teoría le parece absurda por varios motivos:

En primer lugar, se muestra conforme con la idea que la ciencia ha de basarse en conceptos
universales pero no encuentra explicación a por qué éstos han de estar representados en otra
esfera de la realidad. Aristóteles considera absurdo utilizar el Mundo de las Ideas al juzgar
que el Mundo Sensible es suficiente. Como las Ideas no están en las cosas mismas, no
pueden ofrecer ninguna clave explicativa de éstas. Las Ideas son estáticas, por lo tanto, no
se pueden utilizar para explicar el movimiento. Para Aristóteles las Ideas son inmanentes a
las cosas particulares y concretas, que son las que forman la verdadera realidad. Por último,
hace una crítica del concepto de participación empleado por Platón.

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Metafísica, más allá de lo físico


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El problema del cambio

Para empezar hay que recordar que Aristóteles era un hombre puramente empirista, es
decir, fundamenta los conocimientos humanos en la experiencia.

Una de las primeras preocupaciones de los filósofos fue encontrar una explicación racional
para lo que nos rodea.

 Los presocráticos se
percataron de que lo
que nos rodea es una
realidad diversa que
se halla en continua y
perpetua
transformación.
 Heráclito recogía que
todo se halla en
perpetuo cambio y
transformación; el
movimiento es la ley
del universo.
 Parménides, al
contrario, opina que el
movimiento es
imposible, pues el
cambio es el paso del
ser al no ser o la
inversa, del no ser al
ser. Esto es
inaceptable, ya que el
no ser no existe y nada
puede surgir de él.
 Platón, supone una
especie de síntesis, es
decir, una unión o una
suma de estas dos
concepciones
opuestas: la de
Heráclito y
Parménides. Por un
lado tenemos el
mundo sensible,
caracterizado por un
proceso constante de
transformación y, por
el otro, tenemos el
mundo abstracto y
perfecto de las ideas,
caracterizado por la
eternidad y la
incorruptibilidad.

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La realidad sustancial

La realidad, es y existe, es lo que Aristóteles denomina sustancia.

Sustancia: es el principio constitutivo del ser en su totalidad, lo que permanece, lo que no


cambia a pesar de los cambios. Las sustancias es el inhilo (esencia), la forma, los
accidentes...

Las sustancias son los individuos concretos que nos rodean. Todo lo que nos rodea: este
gato, esta casa, son sustancias y constituyen la única y auténtica realidad.

Toda sustancia forma parte del mundo sensible y material. La realidad sustancial constituye
una síntesis de los dos mundos platónicos.

El hinduísmo es una religión de la India. Su número de fieles, dentro y fuera de ese país,
abarca a más de 700 millones de personas. En el hinduismo hay diversidad de creencias,
pero básicamente los hindúes creen que por detrás del universo visible (maya), al que le
atribuyen ciclos sucesivos de creación y destrucción, hay otra existencia eterna y sin
cambios. Abandonar el ciclo de reencarnaciones (samsara) y sumirse en el universo
espiritual constituye el mayor de todos los logros para los hindúes.

Al que profesa la religión hinduísta se le denomina hindú. Originariamente la palabra


proviene del idioma persa hindû, que era la manera en que los persas pronunciaban el
nombre del río Sindhu (en español el río Indo, que antiguamente era la frontera de
Indostán). Según la Real Academia Española, la palabra en castellano proviene del francés
hindou.

También se le llama hindú al indo o natural de India ( para evitar la confusión con los
indígenas de América que hace ya medio milenio son llamados "indios").

Se dice que el hinduismo es la religión más antigua del mundo, pero sus raíces se
encuentran en el animismo. Éste, a su vez, se originó en el monoteísmo que estuvo presente
en la Creación. Sería, entonces, más exacto decir que es la más antigua religión con
nombre.

Origen
No tiene fundador; es más bien la combinación de las creencias de los pueblos de tales
regiones junto con las que trajeron los arios que se establecieron en el valle del Indo.

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Doctrina
Creen en un ser supremo eterno, pero impersonal. Éste es denominado Brahmán; no tiene
pasado ni presente ni futuro y es infinito. Todos los demás seres del universo son su
expresión, por lo que se le considera principio del universo. Esta visión merece ser llamada
panteísta. Sin embargo, la complejidad del hinduismo es tal, que difícilmente puede
etiquetarse o dársele un descripción lata. La multiplicidad de dioses es una de sus
características, y la tríada llamada trimurti está muy extendida en la adoración
popular.Muchos hinduistas adoran a Shiva, Vishnú y a Durga (conocida por algunos por
uno de sus aspectos como Kali), pero también a un gran número de otros dioses, incluidos
dioses comarcales y familiares.

Así, en el hinduísmo conviven quienes creen que Dios es una persona, adoradores de
ídolos, monoteístas (creyentes en un solo Dios), adweitas (filósofos que creen en un Dios
abstracto, o en un Dios energía), nihilistas (que creen que Dios es el vacío o la nada),
politeístas (que creen en varios dioses) porque como las demás religiones de la India
profesan el sincretismo.

Hay prácticas que todos respetan, como reverenciar a los bráhmanas (sacerdotes) y a las
vacas, no comer la carne de éstas y casarse sólo con una persona de la misma varna (el
hinduísmo establece el sistema social de castas). Fuera de esto, no existen preceptos
rigurosos acerca de cuándo deben formularse las oraciones y realizarse los ritos, ni
propiamente una jerarquía eclesiástica.

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Textos sagrados
Los hindúes aceptan como textos sagrados los Vedas, o mejor dicho la literatura védica, que
abarca gran cantidad de textos antiguos.

El más antiguo es el Rig-Veda, escrito en una de las formas más arcaicas del sánscrito,
probablemente antes del 1000 a.C. Consta de 1028 himnos. El Yajur-Veda es el libro de los
sacrificios, el Āyur Veda habla de los conocimientos en medicina, el Sama-Veda también
contiene himnos y el Atharva-Veda es el libro de los hechizos.

Los Upanisad, meditaciones místico-filosóficas escritas hacia el 600 a.C., integran con los
Vedas el cuerpo de textos que se consideran «revelados» (en sánscrito shruti: ‘escuchados’),
y que no pueden ser alterados.
El Mahabhárata, el Ramayana y los Puranas son los libros épicos del hinduísmo.

El hinduísmo se conforma como lo conocemos en la actualidad a partir del siglo III adC,
combinando doctrinas brahmánicas de castas con antiguas creencias dravídicas y
posteriormente budistas.

Brahman

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Para el concepto religioso hindú véase el artículo: Brahman.

Ternero Brahman.

La raza de ganado Brahman tiene su origen en el ganado cebú llevado originariamente a


los Estados Unidos de América proveniente de la India. Se ha cruzado extensivamente con
el Bos taurus, el ganado europeo. Ambos son miembros de la familia de los bóvidos.

El Brahman se caracteriza por una joroba en su lomo y por sus orejas blandas largas. Los
colores más comúnes son blanco, gris y rojo. El Brahman posee una capacidad notable de
adaptación y supervivencia. Puede alimentarse con pastos inadecuados y es muy resistente
a pestes de insectos, parásitos, enfermedades y a climas extremos.

El ganado Brahman puede desplazarse grandes distancias para obtener agua. El Brahman se
desarrolla donde otro tipo de ganado apenas pueda sobrevivir.

Heráclito (544 adC - 484 adC) (en griego Ηρακλειτος, Herakleitos), llamado ο σκοτεινος,
ho skoteinos, "el oscuro"; hijo de Blosón, natural de Éfeso, fue un filósofo griego.
Heráclito. Detalle de La Escuela de Atenas, de Rafael Santi.

Lo que se conoce de su vida y los pocos fragmentos que se conservan de su obra, son
testimonios o citas en obras de otros autores. Se dice que fue discípulo de Jenófanes y que
fue ermitaño durante un tiempo. También se dice que, al enfermar de hidropesía, untó su
cuerpo con estiércol y luego permitió que el sol lo secara; y estando así, se aproximaron
algunos perros y lo despedazaron. Sin embargo, Kirk y Raven creen que esta es una
interpretación de mala fe dada por algunos doxógrafos a partir de algunos de sus
fragmentos.

Se puede decir que el legado de la obra de Heráclito es netamente aforístico. Su estilo


remite a las sentencias del Oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa
que explica, usando el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio
(en Vidas..., IX 1-3, 6-7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περι φυσος),
que estaba dividido en tres secciones: "Cosmológica", "Política" y "Teológica". No se posee
mayor certeza sobre este libro. (I. Bywater ha hecho un reacomodo de los fragmentos
conforme a la indicación de Laercio, traducida al español por José Gaos)

Heráclito por Johannes Moreelse

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοι, como los llamó
Aristóteles), que pensaban que el principio de todas las cosas era algo material (como el
agua para Tales, el aire para Anaxímenes), y este error se debe a que para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora. El
principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el
mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas. Todo este fluir está regido por una ley
que él denomina λογοσ (logos). Este Lógos no sólo rige el devenir del mundo, sino que le
habla (indica, da signos, fragmento B93DK) al hombre, aunque la mayoría de las personas
"no saben escuchar ni hablar" (fragmento B73DK). El orden real coincide con el orden de
la razón, una "armonía invisible, mejor que la visible" (B54DK) , aunque Heráclito se
lamenta que la mayoría de los hombres vivan relegados a su propio mundo, incapaces de
ver el real. Si bien Heráclito no despecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree
indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es
igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera
que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños
que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos;
cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos'. —en Diels-Krantz, Fragmente der
Vorsokratiker, 22B56

Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e
indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para
Heráclito lo sabio es "uno y una sola cosa", esto es, la teoría de los opuestos. Quizás el
fragmento más conocido de su obra dice:

ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε En el mismo río
entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos] —en Diels-Kranz, Fragmente der
Vorsokratiker, 22B12

El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces en el
mismo río, siguiendo a la versión que da Platón en el Cratilo) ejemplifica la doctrina
heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha cambiado sin embargo
casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cambia, hay otra (el
cauce, que también debe interpretarse y no tomarse en un sentido literal) que es
relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua. Algunos autores
ven en el cauce del río el logos que "todo rige", la medida universal que ordena el cosmos,
y en el agua del río, el fuego. A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe
recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una
unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el
fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos.

A pesar de que existen ciertas similitudes entre Heráclito y Parménides, las doctrinas de
ambos siempre han sido contrapuestas (con cierto margen de error), ya que la del primero
suele ser llamada "del devenir" o (con cierto equívoco) "del todo fluye", mientras que el Ser
parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil.

Heráclito (544 adC - 484 adC) (en griego Ηρακλειτος, Herakleitos), llamado ο σκοτεινος,
ho skoteinos, "el oscuro"; hijo de Blosón, natural de Éfeso, fue un filósofo griego.
Heráclito. Detalle de La Escuela de Atenas, de Rafael Santi.

Lo que se conoce de su vida y los pocos fragmentos que se conservan de su obra, son
testimonios o citas en obras de otros autores. Se dice que fue discípulo de Jenófanes y que
fue ermitaño durante un tiempo. También se dice que, al enfermar de hidropesía, untó su
cuerpo con estiércol y luego permitió que el sol lo secara; y estando así, se aproximaron
algunos perros y lo despedazaron. Sin embargo, Kirk y Raven creen que esta es una
interpretación de mala fe dada por algunos doxógrafos a partir de algunos de sus
fragmentos.

Se puede decir que el legado de la obra de Heráclito es netamente aforístico. Su estilo


remite a las sentencias del Oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa
que explica, usando el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio
(en Vidas..., IX 1-3, 6-7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περι φυσος),
que estaba dividido en tres secciones: "Cosmológica", "Política" y "Teológica". No se posee
mayor certeza sobre este libro. (I. Bywater ha hecho un reacomodo de los fragmentos
conforme a la indicación de Laercio, traducida al español por José Gaos)

Heráclito por Johannes Moreelse

Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοι, como los llamó
Aristóteles), que pensaban que el principio de todas las cosas era algo material (como el
agua para Tales, el aire para Anaxímenes), y este error se debe a que para Heráclito, este
principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora. El
principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el
mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas. Todo este fluir está regido por una ley
que él denomina λογοσ (logos). Este Lógos no sólo rige el devenir del mundo, sino que le
habla (indica, da signos, fragmento B93DK) al hombre, aunque la mayoría de las personas
"no saben escuchar ni hablar" (fragmento B73DK). El orden real coincide con el orden de
la razón, una "armonía invisible, mejor que la visible" (B54DK) , aunque Heráclito se
lamenta que la mayoría de los hombres vivan relegados a su propio mundo, incapaces de
ver el real. Si bien Heráclito no despecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree
indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es
igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera
que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños
que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos;
cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos'. —en Diels-Krantz, Fragmente der
Vorsokratiker, 22B56

Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e
indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para
Heráclito lo sabio es "uno y una sola cosa", esto es, la teoría de los opuestos. Quizás el
fragmento más conocido de su obra dice:

ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε En el mismo río
entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos] —en Diels-Kranz, Fragmente der
Vorsokratiker, 22B12

El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces en el
mismo río, siguiendo a la versión que da Platón en el Cratilo) ejemplifica la doctrina
heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha cambiado sin embargo
casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cambia, hay otra (el
cauce, que también debe interpretarse y no tomarse en un sentido literal) que es
relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua. Algunos autores
ven en el cauce del río el logos que "todo rige", la medida universal que ordena el cosmos,
y en el agua del río, el fuego. A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe
recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una
unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el
fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos.

A pesar de que existen ciertas similitudes entre Heráclito y Parménides, las doctrinas de
ambos siempre han sido contrapuestas (con cierto margen de error), ya que la del primero
suele ser llamada "del devenir" o (con cierto equívoco) "del todo fluye", mientras que el Ser
parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil.

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