Enfoque Funcionalista Cristiane Nord
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Enfoque Funcionalista Cristiane Nord
Procedimientos de traducción
1
Tras comentar la importancia de una concepción global
del texto en la que cada elemento adquiere una pertinencia y
una función como resultado de sus relaciones con los demás
elementos que lo rodean, veremos en este capítulo algunas
estrategias con las que el traductor intenta hacer
corresponder y recrear en su traducción las fuerzas y los
equilibrios que estructuran el texto original.
Para ello pararemos de la obra publicada en 1958 por
Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stylistique comparée du
françáis et de l'anglais, donde se definieron una serie de
procedimientos técnicos de traducción y se clasificaron los
siete básicos según un orden creciente de elaboración
discursiva. Nosotros utilizaremos esos siete procedimientos
básicos, de carácter morfosintáctico, además de otros tres,
que estos autores mencionan sobre todo al referirse al plano
semántico.
Como hemos visto en el capítulo 7, estos "procedimientos
de traducción" han suscitado, entre otras, dos importantes
críticas: la de constituir simples constataciones a
posteriori más que reglas de traducción a priori y el énfasis
que conceden a la lengua en detrimento del discurso.
Estas críticas tienen su parte de razón: pero si bien es
cierto que, ante un problema determinado, saber —en caos de
que se sepa— que tiene que llevarse a cabo una transposición
o una modulación no garantiza en absoluto el resultado de la
traducción, también lo es que el hecho de establecer ciertos
paralelismos, ciertas conexiones, entre las lenguas ayuda a
arrojar una luz sobre las posibles soluciones a los problemas
concretos. La comparación en el plano más abstracto de las
lenguas constituye un paso previo para la transferencia en el
plano más específico de los textos y las situaciones y sirve
para poner de manifiesto todo lo que separa los diferentes
sistemas lingüísticos.
El hecho es que, a partir de Vinay y Darbelnet, estos
conceptos han pasado a formar parte de la reflexión sobre
la traducción. Se ha discutido mucho si algunos de ellos
(en especial, los llamados procedimientos de traducción
directa) pueden o no ser considerados procedimientos de
traducción. Algunos autores no consideran traducción la
conversión de «I've left the book on the table» en «He
dejado el libro sobre la mesa». Creemos que se trata de un
problema de nomenclatura que, en todo caso, pone de
manifiesto una noción demasiado reduccionista de lo que es
la traducción.
Otros autores, por su parte, han añadido procedimientos
nuevos o desglosado los antiguos; Peter Newmark, por ejemplo,
2
reseña una veintena, aunque juzga aprovechables por parte del
traductor unos catorce.214
En cualquier caso, nosotros hemos aprovechado los
procedimientos enumerados por Vinay y Darbelnet para, a
partir de la definición original, reflexionar sobre algunas
nociones teóricas relacionadas con ellos, comentar la
pertinencia de su aplicación práctica y proponer algunas
soluciones para determinados escollos que parecen presentarse
de modo recurrente en las traducciones.
Préstamo
Definido por Vinay y Darbelnet como «palabra que se
toma de una lengua sin traducirla 215 », el préstamo da fe de
un vacío léxico en la lengua de llegada; por ejemplo, en el
caso de una técnica o un concepto nuevos. Con frecuencia,
estos términos extranjeros entran en la lengua a través de
obras traducidas. Una distinción útil es la que se ha hecho
entre «extranjerismo» y «extranjerismo naturalizado»
(préstamo). La palabra extranjera tiende, en un primer
momento, a permanecer inalterada y puede sufrir luego una
adaptación fonética y morfológica. Respecto al préstamo
naturalizado, cuando dicha naturalización se produce ante
una laguna lingüística en la lengua receptora, no cabe duda
de que constituye una forma de enriquecimiento del idioma.
Por lo que debe hacerse también la distinción entre
préstamo necesario y préstamo innecesario.
En el ámbito de la terminología informática abundan los
ejemplos de anglicismos puros y anglicismos adaptados. Por
ejemplo, «bit», «byte», «chip», «pixel» o «plotter» han
pasado claramente al castellano, sin que hayan arraigado las
respectivas alternativas; en cambio, «diskette» o los verbos
«forma», «initialize» y «reset», se han asimilado en
«disquete», «formatear», «inicializar» y «resetear»..
Encontramos también en este ámbito terminológico todo
tipo de situaciones intermedias. Con « interface», se oscila
entre «interface» e «interfaz»; con «sort», entre «ordenar,
clasificar», «hacer un sort» y «sortear»; con «indent», se
tiende más hacia el préstamo innecesario, «indentar,
indentado» a pesar de la existencia de «sangrar, sangrado»;
con «software» y «hardware», las formas propuestas en
214
Peter Newmark,.A Textbook of Translation, Nueva York/Londres, Prentice Hall, 1988, pp. 68-93.
215
Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stlylistique comparée du franjáis et de l'anglais, París, Didier, 1977. ed. rev. y
corr., p. 8: «mot qu'une langue emprunte á une autre sans le traduire».
3
castellano («soporte lógico» y «soporte físico, entre otras)
han tenido algo más de éxito, aunque ninguna de ellas figura
en la edición de 1992 del diccionario de la Academia216.
Pero no sólo en el campo científico y técnico: en muchos
otros, el traductor puede encontrar una multitud de
situaciones en las que el anglicismo, puro o adaptado, con
mayor o menor grado de corrección lingüística, constituye una
opción válida, a veces la mejor o, a veces, la única. Sin
embargo, lo cierto es que los anglicismos se toleran mejor en
un texto que se lee como si no fuera una traducción. Hay, de
hecho, un doble rasero en cuanto a la lectura de los textos:
lo que se permite como licencia en un texto original se
percibe como incorrecto si se sabe que el texto es una
traducción.
Un caso límite en la introducción de extranjerismos,
puros y adaptados, sería la creación de una lengua híbrida y
críptica, pertinente en el marco de su contexto específico,
aunque no por ello deje de producir reacciones encontradas,
como el ejemplo de crónica deportiva de un diario cubano
citado por Emilio Lorenzo:
216
Véase, para el caso de la terminología informática. Guadalupe Aguado, Diccionario comentado de terminología
informática. Madrid. Paraninfo, 1994.
217
Emilio Lorenzo, «El anglicismo en la España de hoy», en El español de hoy, lengua en ebullición, Madrid, Gredos,
1980, 3a ed., p. 97.
218
Valentín García Yebra, Teoría y práctica de la traducción, Madrid, Gredos, 1982, vol. 1, p. 340.
4
posible recurrir a algún tipo de explicitación, ya sea en
forma de nota o de aclaración en el propio texto, aunque
siempre teniendo en cuenta los conocimientos del lector a los
que se dirige el texto.
El siguiente paso del extranjerismo puro en la lengua
que lo acoge es la naturalización. Muchos extranjerismos son
fáciles de naturalizar, como «quasar», «cuásar», o «Big
Bang», «Gran Explosión». En este último caso, si bien el
anglicismo está muy extendido, la versión traducida del
término tiene la ventaja de corresponderse perfectamente con
«Big Crunch», «Gran Implosión», un término menos extendido y,
por lo tanto, menos comprensible.
En ocasiones se producen adaptaciones erróneas en el
proceso de naturalización, y el resultado es un cruce léxico.
Las causas suelen ser la familiaridad con el idioma
extranjero, los hábitos lingüísticos de una comunidad
determinada, la semejanza morfológica o la simple ignorancia:
«automation», «automación» en lugar de «automatización»;
«deconstruction», «deconstrucción» en lugar de
«desconstrucción».
Son muchos los traductores (como también muchos los
autores) que utilizan los extranjerismos y los préstamos para
proporcionar al texto una nota de color local. Esta opinión
es la postulada de modo radical por George Moore, tal como la
recoge Alfonso Reyes:
219
Alfonso Reyes, «De la traducción», en La experiencia literaria, Barcelona, Bruguera, 1986. p, 155.
5
No era ingenioso, ni campeón de croquet, ni poseía
poderes hipnóticos, ni sabía cómo organizar un teatro
amateur
Tanto en «folklore», como en «bridge» y en «croquet»,
las cursivas son completamente innecesarias: esas palabras
estaban asimiladas al castellano en el momento (principio de
los ochenta) de la traducción de los cuentos de Saki de los
que están extraídos estos ejemplos (Cuentos de humor y
horror). En el caso de «amateur», parecen preferibles otras
soluciones que eviten el extranjerismo («una función de
teatro de aficionados», «una función improvisada de teatro»).
El intento de resaltar el tono local de un texto se
lleva a cabo aumentando la distancia entre la obra y el
lector de la traducción, pero se trata de una distancia, como
acaba de verse, que hay que mantener en los lugares
adecuados. Si bien podría llegarse a un relativo acuerdo
sobre si el hecho de mantener las millas o las pulgadas en
tal o cual texto inglés constituye o no una opción válida por
parte del traductor, ¿qué ocurriría si nos encontráramos con
un personaje que tuviera 104 grados de fiebre o estuviera a
180 sobre 110 de presión?
Todo traductor traza una línea imaginaria que separa los
rasgos socioculturales foráneos que mantiene en una
traducción determinada y los que no mantiene. Así, si bien es
raro que alguien se dedique a cambiar sistemáticamente en las
novelas norteamericanas la numeración de las plantas de los
edificios con el pretexto de que en Estados Unidos la planta
baja es el primer piso, no lo es tanto que se modifiquen, por
ejemplo, los nombres comerciales de medicamentos que tienen
diferente denominación a ambos lados del Atlántico.220
Por otra parte, suele verse en algunas traducciones del
inglés un caso especial de uso desafortunado de los
extranjerismos. Nos referimos a aquellos que proceden de una
tercera lengua extranjera, sobre todo, del francés. En
efecto, es posible encontrar con cierta frecuencia en los
textos ingleses palabras o expresiones del estilo de «béte
noire», «coup d'état», «coup de grâce», «engagé», «en
masse», «en passant», «fin-de-siècle», «naïf», «nouveau
riche», «par excellence» o «petit bourgeois», entre muchas
otras. Aparecen en las traducciones en cursiva: el traductor
ha pasado sobre ellas sin tocarlas, opinando sin duda que su
labor se refería únicamente al inglés. Nada más lícito que
recurrir a todos los medios posibles para dotar al texto de
220
El libro de Ramón Sol, Manual práctico de estilo, Barcelona, Urano, 1992, ofrece en varios lugares algunas pautas
sobre este delicado tema de las adaptaciones y las aclaraciones.
6
su sabor local; ante determinadas palabras en un tercer
idioma —en este caso, el francés—, el traductor puede
exclamar, como hace Enrique Jardiel Poncela en sus Lecturas
para analfabetos: «y conste que dejo los nombres en francés
para hacer ambiente». El caso es que algunas palabras o
expresiones, como las que acabamos de citar, producen en
castellano un efecto perverso. Las relaciones entre idiomas
no son intercambiables. El peso de la lengua francesa en el
seno de la inglesa es muy diferente del que tiene en la
castellana. Y, si bien es cierto que el uso en inglés de
palabras o locuciones como las citadas no está exento de
cierta carga de pedantería, esta carga es mucho mayor en
castellano, por lo que muchas veces se corre el riesgo de
superar el umbral de lo aceptable.
la tarea anual de justificar la raison d'étre de la agencia de
una manera convincente
7
irónica fuera de ese contexto, el efecto puede ser notable.
En el siguiente ejemplo, procedente (como los cinco
anteriores) de la traducción de la novela La fundación
musical de Paul Micoux, el cónsul francés descubre en el
curso de una recepción diplomática a sus dos hijas
adolescentes en la cama con el protagonista, 0'Connor, de
quien se afirma:
0'Connor estaba a merced de una constitución emocional que
llegaba a paralizarse al menor faux pas, y mucho más en el caso
del Gotterdammerung de un paso en falso como el que acababa de
dar.
Calco
221
Aquí se plantea un problema adicional, el de elegir género gramatical en castellano para una palabra extranjera.
¿Debe mantenerse el género del idioma original? (Y, ¿qué hacer entonces con las palabras neutras procedentes de idiomas
que permiten esa distinción?) Una solución coherente parece ser elegir el género de la traducción más ajustada al
castellano de la palabra o expresión en cuestión En el caso de «Gotterdammerung», pues, por más que en alemán todas las
palabras acabadas en «-ung» sean femeninas, habría que optar en la traducción por el masculino («el crepúsculo de los
dioses»)
En relación con la elección del género gramatical, también pueden surgir dudas ante marcas o nombres propios
lexicalizados. De nuevo, lo más sencillo parece ser aplicar el género del sustantivo elidido: los (fusiles) Kaláshnikov, las
(sondas) Voyager.
8
Para Vinay y Darbelnet, el calco es una clase de
préstamo en la cual «se toma prestado de la lengua extranjera
el sintagma, pero se traducen literalmente los elementos que
lo componen». 222 Vinay y Darbelnet distinguen entre el «calco
de expresión», cuando so respetan las estructuras sintácticas
de la lengua de llegada (week-end, «fin de semana»), y el
«calco de estructura», cuando la construcción sintáctica es
novedosa en la lengua de llegada (science-fiction, «ciencia
ficción»).
El calco es uno de los recursos para evitar el
extranjerismo y contribuye tanto como el préstamo
naturalizado a enriquecer la lengua que lo recibe. Hablando
de la función enriquecedora de la importación de palabras,
Emilio Lorenz o cita una frase de Unamuno: «Meter palabras
nuevas, haya o no haya otras que las remplacen, es meter
nuevos matices de ideas».223
A diferencia del préstamo, que es usa adaptación fónica
y morfológica, el calco es una construcción. Así, «football»
sería un extranjerismo puro: «fútbol», un préstamo o
extranjerismo adaptado); y «balompié», un calco. Se trata de
una distinción útil, aunque no es seguida de un modo general,
y muchas obras utilizan el concepto general de anglicismo.
Por otra parte, en el ámbito específico de la traducción
se utiliza el término «calco» con otro significado, que ya le
dieron Vinay y Darbelnet. Para los traductores, el calco,
como el célebre personaje de Robert Louis Stevenson, tiene un
segundo aspecto que hay que evitar a toda costa, puesto que
puede representar «la expresión más concreta de la
abominación de la desolación»224
Nos referiremos a esta última categoría, una fuente
constante de quebraderos de cabeza para quienes, de un modo u
otro, están relacionados con la práctica de la traducción. En
realidad, considerado como importación de elementos foráneos
que resultan discordantes en la lengua receptora, el calco
puede producirse en todos los niveles, desde el tipográfico
hasta el sintáctico. Trataremos a continuación los calcos
léxicos, los calcos ortográficos, los calcos tipográficos y
los calcos sintácticos.
222
Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stylistique comparée du français et de l'anglais, París, Didier, 1977, ed. rev. y
corr., p. 47: «on emprunte a. la langue etrangére le syntagme, mais on traduit littéralement les éléments qui le composent».
223
Emilio Lorenzo, «EI anglicismo en la España de hoy». en El español de hoy, lengua en ebullición. Madrid, Gredos,
1980, 3ª ed., p. 99.
224
Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stylistique comparée du francais et de l'anglais, París, Didier. 1977, ed rev. y
corr. , p 48: l'expression la plus concrete de l'abomination Ge la désolation»; es decir, citando el Evangelio de Mateo
(24.15), el summum de los males.
9
El calco léxico o paronímico 225 es el resultado de una
correspondencia equivocada entre dos palabras que tienen una
forma o una etimología similares, pero que han evolucionado
diferentemente en sus respectivas lenguas hasta adquirir
significados muy distintos. Este fenómeno de desplazamiento
semántico no sólo se manifiesta en el trasvase entre lenguas,
también ocurre diacrónicamente dentro de una misma lengua, a
lo largo de su proceso de evolución.
La ilusión de correspondencia puede ser total («candid»,
«franco»; «celebrated», «célebre»; «deposition»,
«destitución; descendimiento»; «disarray», «desorden»;
«fastidious», «puntilloso»; «intoxicating», «embriagador»;
«petrol», «gasolina»; «renovations» «reformas»; «silicon»,
«silicio»; «trampoline», «cama elástica»)o parcial («actual»,
«actual/real»; «área», «área/zona»; «assist»,
«ayudar/asistir»; «assume», «suponer/asumir»; «cavity»,
«cavidad/caries»; «concrete», «concreto/hormigón»; «copy»,
«copia/ejemplar»; «dramatic», «dramático/drástico»; «drug»,
«droga/fármaco, medicamento»; «evidence», «evidencia/pruebas,
señal» «law», «ley/Derecho»; «misery», «miseria/sufrimiento»;
«publican», «publicano/tabernero»; «rare», «raro/escaso»;
«real», «real/verdadero»; «tutor», «tutor (profesor de
universidad)/preceptor»).
Supera por completo los límites de esta obra ofrecer una
relación, aunque sea sucinta, de las principales palabras que
pueden dar lugar a calcos paronímicos. 226 De todos modos,
presentamos continuación algunos ejemplos para dejar
constancia de la magnitud de los peligros que entrañan estas
«amistades peligrosas».
Positioning the lips is a problem that recurrently challenges
the ingenuity of the embalmer.
10
La colocación de los labios es un problema que desafía una y
otra vez la habilidad del embalsamador.
11
Un caso más problemático de lo que habitualmente se cree
es el de las palabras «billion» y «trillion», respecto a las
cual suele indicarse su diferente significado en el uso
norteamericano (10 9, mil millones; l012, un billón) y el uso
británico (1012, un billón; 1018, un trillón). Cuando el
traductor encontraba una de estas palabras, desconocía el
origen del texto y el análisis semántico no le permitía
llegar a ninguna conclusión clara, solía buscar marcas
ortográficas que revelaran su procedencia. Sin embargo, a
partir de los años setenta, se ha ido unificando el uso
británico con el uso norteamericano y, aunque las antiguas
acepciones siguen estando muy extendidas (sobre todo, en el
uso popular), es cada vez más frecuente encontrar en textos
británicos el uso estadounidense. Recientemente la Academia
ha admitido la voz «millardo» como equivalente de «mil
millones».
Aprovecharemos este caso de divergencia en la norma del
inglés de Estados Unidos y Gran Bretaña para insistir, esta
vez con ayuda de un ejemplo, en el peligro que encierran para
el traductor estas variaciones, que pueden dar lugar a
errores de consideración; sobre todo, si al desconocimiento
de la variación lingüística se añaden las prisas o la falta
de conocimientos enciclopédicos.227 El siguiente ejemplo es un
caso claro que contiene la posibilidad de un error
monumental.
227
La primera vez que, en una traducción para un periódico, el autor de estas líneas se encontró con la diferencia
semántica de «billion», estaba tan sumergido en el «modo británico» que tradujo «billions» por «billones», sin atender al
nivel semántico ni percatarse de la magnitud del error, puesto que el texto hablaba de la población mundial.
12
suele aparecer en la transcripción de antropónimos, topónimos
y gentilicios. A menudo se copian irreflexivamente
convenciones de transcripción de la lengua de partida que
carecen de sentido en la lengua de llegada. Se trata de una
de esa clase de problemas donde el traductor tiene que
consultar varias fuentes, analizarlas críticamente y extraer
conclusiones acerca de su grado de exhaustividad y
fiabilidad.
En lo referente a los antropónimos,228 el libro de estilo
de El País proporciona una serie de pautas para nombres
propios procedentes de diversos idiomas. La división
fundamental es la que debe hacerse entre las lenguas que usan
el alfabeto latino y las que no lo usan. En el primer caso,
los nombres se transcriben igual, pero con las siguientes
excepciones: a) personajes históricos y autores clásicos que
tienen una traducción tradicional; b) nombres de familias
reales y de la nobleza; y c) nombres de papas y santos. En el
segundo caso, el de los nombres procedentes de alfabetos no
latinos, como el griego, el hebreo, el árabe, o el ruso, hay
que emplear una transcripción castellana y evitar, la
transcripción fonética procedente de otro idioma. El caso del
chino merece mención aparte, pues en este idioma se utiliza
actualmente un sistema que unifica las tr anscripciones a
todas las demás lenguas, el pinyin (de ahí la diferencia
entre las formas tradicionales en castellano y las modernas:
Mao Tse Tung, Mao Zedong).
Por lo que hace a los topónimos, los manuales de estilo
suelen dar listas con algunos de los más problemáticos; como
por ejemplo, en sus equivalentes en francés, inglés y
castellano, Aix-la-Chapelle/ Aachen/Aquisgrán,
Anvers/Antwerp/Amberes, Bále/Basle/Basilea,
Gênes/Genoa/Génova, Genève/Geneva/Ginebra o Livourne/Leghorn/
Livorno. El Manual de español urgente de la Agencia Efe
distingue tres tipos de topónimos: a) nombres con una
arraigada tradición en castellano (como los que se acaban de
citar); b) nombres con una correspondencia castellana que ya
no se utiliza, por haber caído en desuso o por motivos
políticos (al estilo de Mastrique o Ceilán); y c) nombres sin
correspondencia castellana que, si proceden de una lengua con
alfabeto latino, se dejan igual y que, si proceden de otros
228
Hacemos referencia aquí a los nombres propios de personas reales. En los casos de personajes ficticios, el contexto (es
decir, las pautas del género en que se inscribe la obra, un aspecto especialmente influyente en las obras de literatura
infantil y juvenil, y la relevancia connotativa del original) es el que tiene la última palabra en la decisión de traducir o no
estos nombres. Un método propuesto por Peter Newmark en los casos en que el nombre propio está cargado de
connotaciones en la lengua original ( Approaches to Translation, p. 71;A Textbook of Translation, p. 215) es traducir la
palabra latente a la lengua receptora y luego extranjerizarla. Y cita el caso de un personaje de Resurrección de Tolstói,
Nabátov («alarma»), transformado en Alármov. De todos modos, este método quizá funcione mejor con otras
combinaciones lingüísticas y no sea todo lo útil que puede ser en el trasvase del inglés al castellano.
13
alfabetos, se hispanizan. 229 El Diccionario de usos y dudas
del español actual de José Martínez de Sousa contiene
abundantes topónimos en diferentes lenguas. Este autor
también aborda con cierta extensión el problema general de la
transcripción de los nombres propios procedentes de otras
lenguas en su Diccionario de ortografía técnica. Por último,
en relación con los gentilicios, la norma general que da
Andrés Bello es derivarlos del latín; sin embargo, este
consejo no resulta de mucha ayuda. En realidad, ni las
gramáticas ni los libros de estilo suelen hablar mucho de
este tema. Como mucho, ofrecen una breve lista de los más
usuales. La mayúscula inicial, por supuesto, debe evitarse.
La obra de referencia aquí, por desgracia pendiente todavía
de reimpresión, es el Diccionario de gentilicios y topónimos
de Daniel Santano y León (Paraninfo, 1981).
Otro tipo de calco frecuente en obras traducidas del
inglés es el calco tipográfico, que se produce cuando se
trasladan a la lengua de llegada convenciones tipográficas
que sólo rigen en la lengua de partida. Un ejemplo sería el
mal uso de las mayúsculas iniciales en castellano debido a la
influencia del inglés: por ejemplo, en los gentilicios.
También se produce este tipo de calco cuando se copia la
convención del inglés de utilizar las cursivas como muestra
de énfasis. En la versión en castellano, esta cursiva
desaparece (si se considera que la pérdida del rasgo es
irrelevante) debe compensarse con otros medios (como la
alteración del orden sintáctico, la repetición de palabras o
la expansión).
229
Un problema que se presenta aquí es averiguar cuál es la pronunciación correcta de un nombre en una lengua que
desconocemos con el fin de colocar los acentos que en inglés no aparecerán. En tales ocasiones, sólo cabe el recurso a una
obra de probada autoridad o a la ayuda de un conocedor de la lengua en cuestión.
14
marca polifónica o intertextual sean también pertinentes en
castellano. En el siguiente ejemplo, «'new worlds'» remite a
la expresión «Nuevo Mundo», por lo que el uso de las comillas
está intrínsecamente ligado a la anteposición del adjetivo en
castellano, sin la cual éstas pierden todo sentido.
Of all the 'new worlds' investigated by spaceprobes in the
past 25 years, Io is by far the strangest.
De todos los «nuevos mundos» investigados por las sondas
espaciales en los últimos 25 años, lo es, con mucho, el mas
extraño.
15
Este tipo de calco es especialmente grave, pues
constituye un atentado contra la lengua en un nivel mucho más
profundo que los anteriores. El resultado es la creación,
para utilizar la expresión de Alan Duff, 230 de una tercera
lengua, una suerte de mutante de piel transparente que no
deja de producir ciertos escalofríos. Las siguientes dos
frases están extraídas de la publicidad de un famoso
diccionario inglés-castellano.
230
Alan Duff, The Third Language, Oxford/Nueva York, Pergamon Press, 1981.
16
poniendo de manifiesto un uso chapucero, incoherente y
contradictorio de los recursos léxicos, sintácticos y
estilísticos de la lengua materna. El resultado también es
inaceptable. Es posible que a ello se añada una lectura
defectuosa o apresurada del original, con la consiguiente
aparición de errores referenciales y semánticos que no han
sido detectados en la revisión de la traducción.
231
Para las abreviaturas y los símbolos más usuales, pueden verse el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua
española de Manuel Seco o alguna obra de José Martínez de Sousa, como el Diccionario de redacción y estilo, Madrid,
Pirámide, 1993, o el Diccionario de ortografía técnica, Madrid, Pirámide, 1987.
17
Una redacción más aceptable de este inicio podría ser la
siguiente:
18
Quizá se considere poco apropiado o extemporáneo hablar de
estos temas en un manual de traducción, pero lo cierto es que
la gran masa de las obras traducidas se traduce siguiendo los
criterios de la industria, que son, en última instancia,
económicos. En realidad, el traductor profesional no suele
plantearse el tiempo que tarda en escribir una página de
traducción —prefiere no hacerlo—, lo que sí sabe es que tiene
que producir un mínimo de 50 páginas semanales, al margen de
la cantidad de horas que tenga que dedicar a ello. El
resultado es que, además de ser muchas veces un destajista,
el traductor se ve convertido, de hecho, en un estajanovista,
pero sin los incentivos de una mayor remuneración o de otras
posibles ventajas; es decir, acaba siendo un.
«destajanovista». Seguramente son contados los casos de
profesiones en que sea tan grande el abismo entre la
importancia social y cultural de la labor realizada y el
grado de reconocimiento (de cualquier tipo) recibido por
ella.
Con esto no pretendemos excusar la existencia de errores
en las traducciones ni justificar la presencia de ese híbrido
que es la tercera lengua, sino intentar que se tomen en
cuenta factores que no suelen considerarse en la valoración
de las traducciones y repartir las responsabilidades entre
todos los actores que intervienen en el proceso de una
traducción. El traductor profesional hace lo que puede y, en
el mejor de los casos, no hay que olvidar, como dice Duff,
que es
a traveller, moving constantly back and forth from one world to
another, and like all travellers, he is exposed to fatigue,
'jet-lag', and confusion at having to switch perpetually from
one reality to another.232
232
Alan Duff, The Third Language, Oxford/Nueva York, Pergamon Press, 1981, pp. 121-122.
233
Esta ausencia convierte en aún más irracional en términos económicos el comportamiento del traductor, puesto que
muchas editoriales incluyen en su tarifa la corrección de unas galeradas. Es cierto que el traductor profesional es muchas
veces el primer interesado en tener acceso a las posibles correcciones efectuadas en su trabajo; de hecho, consideramos
que la revisión de la corrección de estilo es algo imprescindible: por un lado, porque le sirve para darse cuenta de sus
errores y descubrir posibles vicios de expresión de los que puede no ser consciente y, por otro, para pulir la traducción y
supervisar la labor del corrector, que, con cierta frecuencia, identifica un error pero no da tampoco con una solución
plenamente satisfactoria.
19
Traducción literal
Según Vinay y Darbelnet, es el trasvase palabra por
palabra de una lengua a otra respetando las servidumbres
lingüísticas de la lengua de llegada:
La traducción literal o palabra por palabra designa el
paso de la lengua de partida a la lengua de llegada que da lugar
a un texto que es al mismo tiempo correcto e idiomático, sin que
el traductor haya tenido que preocuparse más que de las
servidumbres idiomáticas.234
234
Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stylitique comparée du françáis et de 1'anglais, París, Didier. 1977, ed. rev. y
corr., p. 48: «La traduction littérale ou mot à mot désigne le passage de LD à LA aboutissant à un texte à la fois correct et
idiomatique sans que le traducteur ait eu à se soucier d'autre chose que des servitudes idiomatiques».
20
Las selvas tropicales de todo el mundo han proporcionado ya al
mundo desarrollado muchos medicamentos importantes, desde el
curare, la pilocarpina, la quinina y los esteroides hasta los
fármacos anticancerosos. Sin embargo, en las selvas, los
indígenas, los chamanes y las tribus utilizan una gran cantidad
de plantas para tratar sus enfermedades. Dado que el 50 por
ciento de las especies vegetales del mundo crece en las selvas
tropicales, cabe esperar que descubramos un arsenal de
sustancias químicas con muchos usos diferentes.
21
para las plantas»), b) por no obtenerse ningún sentido («red
herring», no un «arenque rojo», sino una «pista falsa»; »to
go Dutch», no «volverse holandés», sino «ir a escote»), c)
por no ser posible debido a razones estructurales («'she ran
out screaming», «salió corriendo y gritando»), d) por una
falta de correspondencia metalingüística (»rubbish!», «¡no
digas tonterías!») y e) por darse, a pesar de existir una
correspondencia, un cambio en el registro de lengua («sister-
in-law», más «cuñada», que «hermana política»). 235 A ellos
Henri van Hoof ha añadido un sexto motivo: f) por
imposibilidad fónica («What do you know about nitrates? They
are cheaper than day rates!»). 236
Ahora bien, como norma general a quienes se inician en
la traducción cabría recomendar que se intentara realizar una
traducción literal y luego que se efectuaran los ajustes
correspondientes si el texto resultante no funciona, ya sea
por motivos lingüísticos o extralingüísticos, o si el texto
de partida está mal escrito. Se trataría de seguir un
criterio de economía, al estilo de la famosa «navaja de
Occam», y no multiplicar de modo innecesario las
modificaciones. En realidad, ésta es la cuestión más
importante a la que se enfren tan quienes comienzan a traducir
¿cuándo alejarse del texto y cuando no?
Muchas veces tiende a fomentarse de modo más o menos
general el alejamiento del texto original de acuerdo con la
idea de que lo importante es la transmisión de «lo que dice
el texto». Como escribe Peter Newmark:
the present excessive emphasis in linguistics on discourse
analysis is resulting in the corresponding idea in translation
theory [ ] that almost any deviation from literal translation
can be justified in any place by appealing to the text as an
overriding authority. 237
235
Jean-Paul Vinay y -Jean Darbelnet, Stylistique comparée du françáis et de 1'anglais, París, Didier, 1977, ed. rev. y
corr-, p. 49.
236
Henri van Hoof, Traduire l'Anglais, París/Lovaina, Duculot, 1989, pp. 103-104. En casos como éste, en que el propio
lenguaje se convierte en objeto de juego lingüístico, el traductor tiene que decidir qué es lo más importante y actuar en
consecuencia. Aquí, por ejemplo, si hubiera que mantener el juego, cabría preguntarse si, en función del contexto, el juego
de palabras debería referirse a los nitratos, a las tarifas telefónicas o podría hacer alusión a cualquier otra cosa.
237
Peter Newmark, A Textbook of Translation, Nueva York/Londres, Prentice Hall, 1988, p 68.
22
dos veces la palabra «tristeza», el traductor, ofuscado por la
repetición (considerada un atentado contra la elegancia
estilística obligada), sentirá la tentación, la segunda vez, de
traducirla por «melancolía» Hay más: esta necesidad de
sinonimización se ha incrustado tan hondamente en el alma del
traductor que elegirá enseguida un sinónimo, traducirá
«melancolía» si en el texto original hay «tristeza», traducirá
«tristeza» allí donde hay «melancolía».
Admitamos sin ironía alguna la situación del traductor es
extremadamente delicada debe ser fiel al autor y al mismo tiempo
seguir siendo el mismo ¿cómo hacerlo? Quiere (consciente o
inconsciente mente) conferir al texto su propia creatividad,
como para darse valor, elige una palabra que aparentemente no
traiciona al autor pero que, no obstante, es de su propia
cosecha [ ]. Esta práctica sinonimizadora parece inocente, pero
su carácter sistemático embota inevitablemente el pensamiento
original. 238
238
Milán Kundera, Los testamentos traicionados, trad Beatriz de Moura, Barcelona, Tusquets, 1994, p 116.
239
Louis G. Kelly, The True Interpreter, Oxford, Basil Blackwell,. 1979, pp. 206-207.
240
Peter Newmark, Paragraphs on Translation, Clevedon, Multilingual Matters, 1993. pp. 36-39.
23
en la valoración que (consciente o inconscientemente) hace el
traductor. Sin entrar a discutir si los dos conceptos son
separables con la facilidad con la que algunos autores
parecen hacerlo, quizá podría convenirse, de modo menos
problemático, siguiendo a Newmark, en que cuanto más serio o
importante sea un texto, cuanto más peinado o mejor escrito
esté, más poderosa se vuelve esa unidad y, por lo tanto, más
cuidadoso deberá ser con ella el traductor. La siguiente
cita, procedente del inicio de la novela Midnight's Children
de Salman Rushdie, permite poner de manifiesto la perspicacia
y la sensibilidad de un traductor, en este caso Miguel Sáenz:
I was born in the city of Bombay... once upon a time. No, that
won't do. there's no getting away from the date: I was born in
Doctor Narlikar's Nursing Home on August 15th, 1947. And the
time? The time matters too. Well then: at night. No, it's
important to be more ...On the stroke of midnight, as a matter
of fact. Clock-hands joined palms in respectful greeting as I
carne. Oh, spell it out, spell it out at the precise instant of
India's arrival at independence, I tumbled forth into the world.
There were gasps. And, outside the window, fire-works and
crowds. A few seconds later, my father broke his big toe; but
his accident was a mere trifle when set beside what had befallen
me in that benighted momenf, because thanks to the occult
tyrannies of those blanding saluting clocks I had been
mysteriously hand-cuffed to history, my destinies indissolubly
chained to those of my country.
Nací en la ciudad de Bombay hace mucho tiempo No, no vale, no
se puede esquivar la fecha: nací en la Clínica Particular del Dr
Narlikar el 15 de agosto de 1947 ¿Y la hora? La hora es también
importante. Bueno, pues de noche. No, hay que ser más... Al dar
la medianoche, para ser exactos. Las manecillas del reloj
juntaron sus palmas en respetuoso saludo cuando yo llegué.
Vamos, explícate, explícate en el momento mismo en que la India
alcanzaba su independencia, yo entré dando tumbos en el mundo.
Hubo boqueadas de asombro y, al otro lado de la ventana, cohetes
y multitudes. Unos segundos más tarde, mi padre se rompió el
dedo gordo del pie, pero su accidente fue una simple bagatela
comparado con lo que había caído sobre mi en ese momento
tenebroso, porque, gracias a la oculta tiranía de aquellos
relojes que saludaban con suavidad, había quedado
misteriosamente maniatado a la Historia, y mi destino
indisolublemente encadenado al de mi país.
24
que se habría perdido la referencia anafórica. Sin embargo,
en la traducción castellana, la sutileza del traductor
consigue mantener ese efecto de eco recurriendo a la raíz
misma de la palabra (Y responde con su práctica a la
exigencia de una literalidad máxima para transmitir un rasgo
—de sentido— que ha juzgado pertinente.)
Ahora bien, el traductor profesional, sobre todo si
trabaja para agencias o si se enfrenta a cierto tipo de
literatura poco exigente con los parámetros formales,
encuentra con frecuencia textos originales que dejan mucho
que desear en cuanto a su nivel de corrección. Lo que tiene
delante en estos casos es una contradicción entre la
intención del texto y sus medios expresivos. En realidad - hay
en esos casos un modelo invisible de formalidad, aceptado por
la comunidad de lectores, que el original no logra seguir —o
como mínimo, que es más laxo para los lectores originales—, y
es en última instancia, a las convenciones que rigen los
modos de lectura de los receptores de la traducción a las que
debe remitirse el traductor.
Este fenómeno es especialmente patente en la traducción
de la literatura popular, un subgénero de grandes ventas y
escaso cuidado formal, donde el traductor debe actuar en gran
medida como colaborador del autor si quiere volver a
conseguir un nuevo encargo de la editorial.
Transposición
La transposición consiste en la modificación de la
categoría gramatical de una parte de la oración sin que se
produzca ninguna modificación del sentido general. Según
Vinay y Darbelnet: «Denominamos así al procedimiento que
consiste en sustituir una parte del discurso por otra, sin
cambiar el sentido del mensaje». 241 Es lo que ocurre, por
ejemplo, cuando se traduce «after she left» por «tras su
partida» o «out of order» por «no funciona».
La transposición puede ser obligatoria, exigida por las
servidumbres de la lengua, o facultativa, resultado de una
elección estilística por parte del traductor. Las obras de
referencia suelen contener listas de las transposiciones más
241
Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stylistique comparée du français et de l'anglais, París, Didier, 1977. ed. rev. y
corr., p. 50: «Nous appelons ainsi le procede qui consiste à remplacer une partie du discours par une autre, sans changer le
sens du message».
25
frecuentes. 242 En lugar de ofrecer un catálogo que sería
necesariamente incompleto debido a la imposibilidad de
abarcar toda la riqueza de la multiplicidad discursiva;
presentamos a continuación, como venimos haciendo, una serie
de ejemplos comentados.
Two hundred years ago, as the eighteenth century was drawing
to a close, observers of social and political trends in Europe
were deeply troubled. A revolutionary tide, which had first
surged in France in 1789, was spreading to neighboring states,
bringing down regimes from Italy to the Netherlands.
Hace doscientos años, en las postrimerías del siglo XVIII, los
observadores de las corrientes sociales y políticas de Europa
estaban muy preocupados. Una marea revolucionaria, surgida por
primera vez en Francia en 1789, se extendía por los Estados
vecinos y derribaba regímenes desde Italia hasta los Países
Bajos.
242
Véase, por ejemplo. Gerardo Vázquez-Ayora, Introducción a la Traductología, Washington (D.C), Georgetown
University Press, 1977, pp. 266-289.
26
mi país, la antigua colonia centroafricana británica
de Njoiland, se enriquecería habría sido el
hazmerreír de todos.
243
Peter Newmark. A Textbook ofTranslation, Nueva York/Londres, Prentice Hall, 1988, p. 85.
27
epígrafes. Es frecuente encontrar desaguisados del estilo:
«Inicializando el ordenador» o «Rompiendo el hielo». En estos
casos es preferible la utilización de un sustantivo o de una
paráfrasis («Preparing for the Twenty -First Century», «Hacia
el siglo XXI»).
Al catálogo de usos desafortunados del gerundio debe
añadirse, en castellano, el llamado gerundio de posterioridad
(«las tropas asaltaron la ciudad rindiéndose los
habitantes»), que es una forma sobre cuya incorrección
insisten todas las gramáticas.
Un caso especial de transposición es la transposición
cruzada, en la que se produce una permutación de las
categorías gramaticales de dos elementos. En «the idea was
incoherently delightful», «la idea era deliciosamente
descabellada», adjetivo y adverbio intercambian sus papeles.
Se trata de un tipo de transposición que se presenta con
bastante frecuencia, puesto que el inglés suele seguir en la
descripción el orden de las imágenes («he headed away the
ball»), mientras que el castellano presenta primero el
resultado de la acción y luego los medios para llevarla a
cabo («desvió la pelota con la cabeza»). La estructura
inglesa verbo más partícula facilita enormemente este tipo de
presentación de la realidad. Esta transposición se hace
especialmente necesaria ante verbos de movimiento. En
castellano, la partícula deberá transformarse en verbo y el
verbo en complemento. Aunque a veces puede suceder que la
transposición quede incompleta por sobreentenderse el segundo
elemento («The dolphin swam across the pool», «el delfín
cruzó la piscina»). El siguiente ejemplo pertenece a la
traducción de María Luisa Balseiro de la obra My Family and
Other Animals de Geraid Durrell.
28
de un salto, volcó la silla y empezó a descargar servilletazos a
diestro y siniestro, uno de los cuales mandó al escorpión
rodando por el mantel en dirección a Margo, quien prestamente
dio un alarido que cualquier locomotora se habría sentido
orgullosa de producir.
29
Modulación
La modulación, tal como la definen Vinay y Darbelnet,
consiste en «una variación del mensaje, obtenida por medio de
un cambio en el punto de vista en la perspectiva» 244 También
se ha definido como una transposición en el plano del
mensaje, en la medida en que opera con categorías de
pensamiento en lugar de hacerlo con categorías
gramaticales. 245 Si en los apartados anteriores las
dificultades en la traducción se producían por las
diferencias estructurales entre los dos sistemas lingüísticos
en contacto, aquí se suman a ellas unas dificultades de
carácter más amplio, derivadas de las características
específicas de tipo lingüístico y cultural.
Como en el caso de los otros procedimientos, la
modulación puede ser obligada u optativa y revestir una
multitud de formas. A continuación, presentamos las más
frecuentes, clasificadas en siete categorías.
1) En algunos casos se establece una transferencia
metonímica, puesto que el vínculo entre el original y la
traducción implica una relación de contigüidad espacial,
temporal o causal («Puzzle», «rompecabezas», «to pull one's
leg», «tomar el pelo [a alguien]»).
2) En otras, el cambio constituiría una sinécdoque,
puesto que la relación sería de inclusión, al ser uno de los
miembros de mayor extensión que el otro. Esta transformación
es especialmente frecuente por la particularidad del inglés
de construir descripciones más directas, concretas y
tangibles de la realidad. («Raw materials», «materias
primas», «moon blindness», «ceguera nocturna», «from head to
toe», "de los pies a la cabeza»; «the decision-making
machinery», «el mecanismo de la toma de decisiones».)
3) Asimismo, puede producirse una inversión de términos,
en la que uno de ellos se convierte en su opuesto. («Health
insurance», «seguro de enfermedad»; «to stand in one's
light», «hacerle sombra [a alguien]»; «it's beyond price»,
«no tiene precio»: «positive action», «discriminación
positiva».)
4) Otra posibilidad es la conversión de una doble
negación en una afirmación (o viceversa). Ya se ha hablado en
el capítulo 3 de la preferencia del inglés por la atenuación
(lítotes). La versión con la doble negación es, en principio,
menos rotunda: por ello, cuando la modulación no sea
obligatoria, su conveniencia dependerá del contexto. Debe
244
Jean Paul Vinay y Jean Darbelnet, Stylistique compareé du françáis et de l'anglais, París, Didier, 1977, ed rev y cor. p
51 "une variation dans le message, obtenue en changeant de point de vue, d'eclairage»
245
Henri van Hoof, Traduire 1'anglais, París/Lovaina, Duculot, 1989, p 126.
30
utilizarse cuando exista un vacío léxico o cuando la
traducción suene forzada, («It seems not unlikely, «es muy
probable»; «I'd like you to keep it quiet», «me gustaría que
no dijeras nada».)
5) Otra modulación muy usual es el cambio de voz pasiva
en activa. La predilección del inglés por el uso de la voz
pasiva y la tendencia del castellano a evitarla se han
comentado en el capítulo. 5. («You are wanted on the phone»,
«le llaman al teléfono»; «the meeting was held», «la reunión
se celebró»; «she went to the corrida to be given tragic
sensations», «fue a la corrida para experimentar sensaciones
trágicas»; «if such women exist, we should be spared the
knowledge of them», «si tales mujeres existen, debería
ahorrársenos conocerlas»; «we must do what we are told»,
«debemos hacer lo que nos ordenan».)
6) Puede producirse también un cambio de símbolos. El
análisis de las metáforas o las comparaciones de uso
corriente pone de manifiesto las diferencias entre los
sistemas simbólicos del inglés y el castellano. El cambio de
símbolos permite evitar el efecto de extrañamiento, de
desfamiliarización, que se produciría al transformar lo que
es una fórmula estereotipada en una lengua en una fórmula
novedosa en la otra. («Iron curtain», «telón de acero»,
aunque también, en América Latina, «cortina de hierro»; «to
burn one's bridges», «quemar las naves»; «to get blood out of
a stone», «sacar agua de las piedras»; «as clean as a new
pin»; «más limpio que una patena»; «to push up daisies»,
«criar malvas».)
7) Y, por último, es muy usual en el paso del inglés al
castellano el cambio de una forma usual por otra culta, lo
que podría denominarse un cambio de alótropo. La tendencia
del inglés a preferir una descripción más precisa de la
realidad, más cercana a lo concreto, tiene un correlato, bien
patente en los campos científico y técnico, en un vasto
corpus léxico formado por palabras procedentes del lenguaje
cotidiano; el castellano, en cambio, se inclina por el
término más culto, derivado generalmente del latín o del
griego y a veces del nombre de un científico. («Fish farm»,
«piscifactoría»; «food chain», «cadena trófica»; «cold-
storage chamber», «cámara frigorífica»; «man-eater»,
«antropófago»; «nose job», «rinoplastía»; «breathalyser
test», «prueba de alcoholemia»; «colour blindness»,
«daltonismo»; «light meter», «fotómetro»; «wind speed
indicator», «anemómetro»; «spindle-shaped», «fusiforme»;
«fan-shaped», «fabeliforme»; «wormlike», «vermiforme».)
31
Estas modulaciones, en la medida en que están
lexicalizadas, se encuentran en los diccionarios. Presentamos
a continuación algunos ejemplos comentados.
Not long after his tenth birthday he was entrusted with the
mission of taking his seven-year-old sister, Kate, to school.
Poco después de su décimo aniversario, se le encomendó la tarea
de llevar al colegio a su hermana de siete años, Kate.
32
La anemia falciforme es una enfermedad recesiva producida por
una forma anómala de hemoglobina, el pigmento que transporta el
oxígeno y da color a los glóbulos rojos. Esta hemoglobina
anómala hace que los hematíes, en vez de tener forma de disco,
la tengan de hoz, y los destruye: los homocigotos afectados
suelen morir en la infancia debida a una deficiencia aguda de
glóbulos rojos.
33
preposición: «nose to the ground», «sin despegar el hocico
del suelo». Hay además una transposición doble («wended our
way through», «íbamos serpenteando») y la transposición del
gerundio («galloping») que, atenuado semánticamente
(«trotaba»), inicia una oración de relativo. Razones
estilísticas han dado lugar a la desaparición de las uniones
asindéticas.
She was saved from the wrath of the man by the timely arrival
of Spiro. He lumbered in, sweating profusely, soothed Mother,
calmed the Customs man, explained that we had not had any new
clothes for years, and had the luggage shifted outside on the
quay almost before anyone could draw breath.
La llegada oportunísima de Spiro la salvó de la cólera del
hombre. Entró a la carrera, sudando abundantemente, tranquilizó
a Mamá, calmó al aduanero, explicó que hacía años que no
comprábamos ropa nueva, y en un abrir y cerrar de ojos hizo
sacar al muelle todo el equipaje.
34