Aprender A Quererse A Uno Mismo
Aprender A Quererse A Uno Mismo
Aprender A Quererse A Uno Mismo
La clave para poder amar a las demás personas es, primero de todo, querernos a nosotros
mismos. Es imposible ofrecer a los demás lo que a nosotros nos falta: si no somos capaces de
sentir amor por nosotros mismos, será imposible que podamos tener una relación de pareja
sana.
Quererse a uno mismo está muy ligado a saber darse la oportunidad de sacar la mejor versión
de cada uno, descubriendo el potencial que tenemos a todos los niveles: afectivo, romántico,
espiritual… Quererse a uno mismo también significa ser honestos con nosotros mismos y con
los demás, y comprometernos con la vida y el bienestar propio y ajeno.
Además, quererse a uno mismo también implica estar atento a nuestras necesidades vitales y
aceptarnos, respetarnos y amarnos por ser quienes somos.
Quererse a uno mismo también pasa por dejar de exigirnos más de lo que realmente somos.
Aspirar a mejorar en la vida y como personas es un proyecto noble, pero no debe llevarnos a la
ansiedad y a infravalorar cómo somos actualmente. Debemos aprender a romper con las falsas
creencias que condicionan nuestro presente y nuestro futuro, además de perdernos cosas
valiosas de nuestra vida actual y de nuestra personalidad.
Quererse a uno mismo significa mostrarse tal cual somos en los distintos ámbitos en que nos
movemos. Debemos afrontar la realidad, con sus obstáculos y dificultades. Siendo concientes
de nuestro potencial podemos conectar mejor con las personas y enfocarnos hacia nuestros
objetivos personales.
3. Quererse a uno mismo es ser capaz de amar a los demás
Aprender a querernos a nosotros mismos nos va a reportar una mayor capacidad para amar a
otras personas. ¿Por qué? Cuando cuidamos nuestro bienestar psicológico, estamos labrando
una larga lista de buenos hábitos y actitudes que afectan positivamente a cómo nos
enfrentamos al mundo. Desde una buena base de autorrespeto estamos en sintonía con las
demás personas que también se quieren a sí mismas, y podemos entablar relaciones
saludables que nos permiten relacionarnos desde la sinceridad y poder crecer y madurar
juntos.
Cuando estamos preparados para asumir quiénes somos conseguimos amarnos a nosotros
mismos. Entonces nos liberamos de la presión por fracasar, y es cuando se produce el máximo
desarrollo personal de nuestras habilidades y capacidades. Amarse a uno mismo implica
también un mejor conocimiento sobre uno mismo. ¿Sabes cómo puedes lograr encontrarte a ti
mismo para ser más feliz?
Amarse a uno mismo es, como hemos visto en el segundo punto, despojarnos de máscaras y
convencionalismos. No debes agradar a todo el mundo: si te muestras tal como eres, muchos
sabrán apreciar tu honestidad y gustarán de compartir buenos ratos contigo.
Nadie es perfecto, nadie. Para quererse a uno mismo no es necesario tener aspiraciones y
ambiciones irreales, sino más bien luchar día a día por mejorar en lo posible, pero dentro de
nuestras posibilidades y en una medida racional. Habrá cosas de la vida que nos gustarán más
o menos, y por tanto hay que saber escoger las que nos hacen felices y profundizar en ellas.
8. Quéjate menos y disfruta más
9. Desarrolla tu potencial
La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner nos explica que cada uno de nosotros posee
instintos y talentos naturales que pueden mejorarse si nos lo proponemos. Una de las claves
para desarrollarnos como personas es realizarnos en base a actividades que nos supongan un
reto divertido y apasionante. Tenemos que dejar fluir nuestra creatividad e ingenio para ser
concientes del gran potencial que atesoramos.
¿Sabes cuántas personas tienen una vida gris por el simple hecho de no tomar las riendas de
su vida? Ver pasar los días sin salir de la rutina es una de las maneras de tener una autoestima
nefasta. Hay que aprender a arriesgar, sea en el plano sentimental, laboral, o en cualquier
otro. Arriesgar implica liberarse de muchos temores que acarreamos. Este punto es
imprescindible para que nuestra fuerza interior despierte de una vez por todas.
En ocasiones, aprender a amarse a uno mismo y a valorarse no es tan fácil como parece. Esto
puede ser debido a varios factores, pero uno de los más habituales es una autoestima algo
debilitada.