Sonido de Lo Propio
Sonido de Lo Propio
Sonido de Lo Propio
www.inbadigital.bellasartes.gob.mx
Volumen 1
POR
Ricardo Miranda
e
CENIDIM
Diseño: Sergio Vega C.
Impreso en México
Printed in Me.xico
ISBN 968-29-5806-7
La evocación constante de mi rancho y pueblo jaliscienses
me obliga a repetir lo propio y lo cercano
en vez de lo lejano y ajeno
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS 13
INTRODUCCIÓN 15
EPISTOLARIO 21
De Moritz Moszkowsky 23
De Nadia Boulanger 23
De Paul Dukas 24
De José Rolón a Refugio Villalvazo 25
De Paul Dukas 26
De Nadia Boulanger 27
De Paul Dukas 28
De Paul Dukas 29
De Paul Dukas 30
De Nadia Boulanger 31
De Paul Dukas 32
De Nadia Boulanger 33
De Emest Ansermet a José Rolón 34
De Salvador Azuela y José Barros Sierra 36
De Emest Ansermet a José Rolón 37
De Claudio Arrau 37
De Nadia Boulanger 38
De José Rolón a Nadia Boulanger 39
De Carlos Chávez a María Luisa Rolón de Sotomayor 40
TEXTOS DE JOSÉ ROLÓN 41
TEXTOS DNERSOS 43
La misa solemne de Beethoven 43
La Sonata Pre-Beethoviana 45
Claude Achille Debussy 50
El punto de vista del arte
musical en los principios del siglo xx 55
El problema de la enseñanza
del solfeo en las escuelas primarias 61
Los problemas del Conservatorio Nacional 65
Cómo puede realizarse prácticamente una
labor de acercamiento entre los pueblos de América
por medio de la música 68
El porvenir de la música latinoamericana 70
Sobre música americana 72
A propósito de un concurso de música nacionalista 74
No existe el Manuel M. Ponce de las canciones mexicanas 77
Organización musical en México 81
La música contemporánea en México 85
La música autóctona mexicana y la técnica moderna 87
LOS PIANISTAS 90
Cómo conocí a Hofmann en París 90
Walter Gieseking 91
Los conciertos Brailowski 92
La probidad artística de José Iturbi 93
Arturo Rubinstein 94
Claudia Arrau 96
LA DIRECCIÓN DEL CONSERVATORIO 97
Nota preliminar 97
Los sucesos del Conservatorio Nacional 97
Memorándum: Capítulo de cargos que me hacen 99
Respuestas 100
Cargos administrativos 104
Capítulo de cargos que yo formulo 105
LA POLÉMICA 117
Nota preliminar 119
Crítico y cronista por José Rolón 119
¿Es posible ser crítico musical sin saber de música? por José Rolón 124
Pro domo sua (el caso José Rolón) por Salomón Kahan 126
Aclaraciones por José Rolón 132
8
-
LA MÚSICA 141
Nota preliminar 143
Carta de Samuel Ramos 144
INTRODUCCIÓN 145
Panorama de la música en México a principios del siglo xx 145
Principales recursos de cultura musical en nuestro medio 148
Las Orquestas Sinfónicas 148
La Orquesta del Conservatorio 148
La Orquesta Sinfónica Beethoven 149
La Orquesta Sinfónica Nacional 150
La Orquesta Sinfónica de México 151
Otras orquestas 154
Orquesta Sinfónica Universitaria 154
Segunda época de la Orquesta Sinfónica Nacional 154
Orquesta Filarmónica 155
Orquesta Sinfónica de la Asociación Alemana de Música 155
Orquesta Sinfónica de Guadalajara 156
Orquesta Sinfónica de Puebla 157
Orquesta Sinfónica de Xalapa 157
Las bandas militares 157
Los orfeones 158
El Coro del Conservatorio 158
El Coro de Madrigalistas 159
El Coro Bach 159
La música de cámara 160
9
José Guadalupe Velázquez 170
Julián Carrillo 170
Rafael]. Tello 171
Aurelio Barrios y Morales 172
Estanislao Mejía 172
Arnulfo Miramontes 172
Alfredo Carrasco 172
Juan A. Aguilar 173
Alfonso de Elías 173
Juan D. Tercero 173
Fausto Gaitán 173
Ramón Serratos 174
José F. Vázquez 174
Pedro Michaca 174
Miguel Meza 174
Rafael Adame 175
J. Jesús Estrada 175
Los últimos compositores 175
Blas Galindo 176
José Pablo Moncayo 176
Daniel Ayala 177
Salvador Contreras 178
Armando Montiel Olvera 178
OTROS MEDIOS DE CULTURA MUSICAL 179
La ópera 179
Introducción 179
Tata Vasco 179
Las compañías 179
El ballet 180
El cine y los compositores mexicanos 181
CONCLUSIÓN 186
10
FORTUNA CRÍTICA (selección) 187
CRONOLOGÍA 215
11
AGRADECIMIENTOS
13
de diversos materiales, al igual que Ana Montaña. Durante la última etapa de
mi trabajo, la entusiasta participación de Adriana Pérez Soto fue de gran
ayuda. A Esperanza y Armando Miranda debo, entre otras cosas, el apoyo para
emprender ésta y otras diversas aventuras musicológicas. Por último, pero no
la última, mi esposa Claudia colaboró de manera entusiasta en innumerables
aspectos de la producción de este trabajo. A todos ellos, mi profundo
agradecimiento.
14
INTRODUCCIÓN
15
EL SONIDO DE LO PROPIO
16
INTRODUCCIÓN
17
EL SONIDO DE LO PROPIO
18
INTRODUCCIÓN
Ricardo Miranda
San Jerónimo, mayo de 1993.
19
EPISTOLARIO
EPISTOLARIO
DE MORITZ MOSZKOWSKY
¡Qué extrañas son a veces las casualidades! Mi sirvienta iba justamente a pedir
noticias suyas cuando llegó su carta, misma que dispersó mis inquietudes.
Estoy contento de saber que ya está completamente reestablecido y entonces
lo esperaré como de costumbre el viernes por la mañana.
Moritz Moszkowsky
DE NADIA BOULANGER
¡Qué gusto me ha dado recibir noticias suyas! Con qué tristeza pienso que ya
no regresará sino hasta más adelante. Uno se va acostumbrando, se encariña
el uno con el otro, y después ya no se puede soportar la idea de no volverse
a ver. Pero solamente quiero acordarme de la esperanza que deja su carta y
voy a esperar con impaciencia el resultado del concurso 1 y el anuncio de su
llegada. Dígale a su mujer que le envío mi más fiel simpatía. Perdóneme que
le escriba otra pobre carta, estoy totalmente saturada de trabajo y espero que
sabrá encontrar en ella todo lo que no escribo, toda mi más sincera amistad,
sin olvidar los mejores recuerdos de mamá.
Nadia Boulanger
23
EL SONIDO DE LO PROPIO
DE PAUL DUKAS
Paul Dukas
24
EPISTOLARIO
Mucho me he acordado que hizo un año que nos dejó María y ya me imagino
cómo habrás pasado el aniversario. Pero no hay más que conformarse con lo
que el destino ordena y... ¡adelante! que también nosotros tendremos que
pagar nuestro tributo, andando el tiempo, a nuestra madre tierra, que al fin
es lo mejor, viéndolo serenamente, que la naturaleza discurrió.
Vamos a ver cómo nos pinta este famoso 30, que después de todo es un
número muy simpático, y que te deseo te sea propido en salud y... en "morlacas".
Nosotros ya comenzamos a trabajar con 12 alumnos lo que es notable,
según se dice, por ser casi llegando.
Me han recibido los compañeros con mil atenciones que contrastan con el
simpático proceder de aquellas "celebridades" tapatías que muy cristianamente
se habían empeñado en que yo era un cadáver que apestaba a varias leguas de
distancia. Afortunadamente para mí, y quizá a su pesar, de cuando en cuando
les llegan notidas de que estoy todavía "vivito". Vamos a ver más allá.
Ya te imaginarás qué bien me caería el último éxito7 cuando inicio mis
trabajos en ésta. Eso me ha hecho un reclamo magnífico, y, como pienso no
dormirme en mis laureles, espero Dios mediante, hacer algo en lo porvenir.
Ayer me decía Carlos Chávez, que es el Director actual del Conservatorio y
que fue presidente del jurado que me otorgó el primer premio: "Maestro Rolón
déme Ud. un abrazo, pero que sea únicamente por su obra tan interesantísima,
pues en el Concurso realmente no tuvo 'gallo' Ud.". Y luego me mostró las
cinco partituras que jugaron aparte de la mía, y me quedé verdaderamente
asombrado del atraso técnico en que se encuentran. Aparte de la de Tello
había una de Gabrielli, de Miramontes, de Mariscal y una sin nombre que
atribuyen a Carrillo (pues en la parte de las violas se encuentran 1/4 de tono)
sólo que según la costumbre no puso nombre. 8
Ana te saluda y recibe mis deseos porque este año sea lleno de
prosperidad para ti,
Tu hermano que te quiere,
]osé
6 Esta carta nunca menciona el nombre de su destinatario, al que Rolón se dirige como su
"hermana". El compositor fue hijo único pero seguramente la carta está dirigida a Refugio
Villalvazo, hermana de Mercedes, primera esposa de Rolón. Refugio Villalvazo fue la cuñada
más cercana a Rolón y por ello Rolón la llama así.
7 Rolón se refiere al triunfo en el certamen de composición convocado por el periódico El
Universal, y en el que Rolón resultó vencedor con su Poema Sinfónico Cuauhtémoc. El
segundo lugar correspondió a Rafael J. Tello.
8 Por S]¡! puesto, Rolón se refiere a Eduardo Gabrielli, Arnulfo Miramontes, Juan León Mariscal,
y Julián Carrillo.
25
EL SONIDO DE LO PROPIO
DE PAUL DUKAS
¡He recibido con mucho placer las buenas noticias que me ha enviado acerca
de sus éxitos como compositor y como profesor! Así pues, el trabajo asiduo
y serio que hicimos juntos habrá dado frutos de los que estoy muy feliz de
haber contribuido a su maduración. Estoy muy contento de este resultado y
espero que por su parte obtendrá excelentes resultados en la clase de
composición que usted ha aceptado a condición que tenga alumnos muy
dotados y trabajadores? Es indispensable que los alumnos sean tan buenos
como el profesor y todo está en eso para que el maestro llegue a algo. De no
ser así, todo mundo pierde su tiempo.
Espero sinceramente que sus alumnos le darán satisfacción y que
conseguirá con ellos todo lo que los métodos de trabajo que experimentamos
juntos le han permitido a usted mismo conseguir. Si, como se lo deseo, llegase
a conocer en México a un alumno de élite, quizás también logre decidirlo a
acompañarlo a París cuando tenga el gran placer de volverlo a ver por aquí ...
el año próximo a lo mejor.
¿La ejecución de su poema lo ha dejado satisfecho? ¿La orquesta logró
rendir su movimiento y su color?10 Según mis recuerdos, la preparación no
debió ser de las más fáciles y el matiz muy modernista de su armonía tuvo que
sorprender a los intérpretes o de lo contrario quedaría muy sorprendido. Pero
imagino también la sonoridad potente de su orquesta y la impresión de
novedad que tuvo que suscitar en el público mexicano, sin lugar a dudas
menos hastiado que el nuestro.
¡Qué feliz ha de ser para usted poder abrir brecha en estos terrenos
vírgenes de la sensibilidad auditiva! La vieja Europa, por desgracia, ya ni
siquiera reacciona a la flagelación musical y nuestros snobs ya no escuchan
otro deleite que el de la silla eléctrica. ¡Qué bueno que todavía quedan
algunos escuchas menos ávidos de sensaciones fuertes! Sin usted, y sin
algunos artistas que por suerte son ingenuamente músicos, ¡la música estaría
bastante enferma por todos lados!
Paul Dukas
9 Subrayados en el original.
1O Dukas se refiere a la ejecución de Cuauhtémoc por la Orquesta Sinfónica de México dirigida
por Carlos Chávez el 10 de enero de 1930.
26
EPISTOLARIO
DE NADIA BOULANGER
Nadia Boulanger
P.D. ¡Qué muchacho tan encantador y que buen músico es este Uuan D.]
Tercero!
27
EL SONIDO DE LO PROPIO
DE PAUL DUKAS
Paul Dukas
11 Romeo Alexandresco, compositor rumano, compañero de Rolón junto con Manuel M. Ponce,
Joaquín Rodrigo, Tudor Ciortea y Lubo Pipkoff en la clase de Dukas en la Escuela Normal.
28
EPISTOLARIO
DE PAUL DUKAS
Paul Dukas
29
EL SONIDO DE LO PROPIO
DE PAUL DUKAS
Estoy muy feliz de todas las buenas noticias que me trae su carta y de los
deseos de año nuevo que las acompañan. Primero quisiera felicitarlo
sinceramente por su nominación como Director General de la enseñanza del
canto y del solfeo en todas las escuelas de México. Es una consagración
brillante de sus méritos además de una posición excepcional cuyo privilegio
le garantiza, a mi parecer, toda su seguridad para el futuro.
Comparto de todo corazón la felicidad que le ocasiona este reconoci-
miento oficial de su saber y de su talento, ¡y también me regocijo de los buenos
prospectos de este poema sinfónico del que guardo el más interesante de los
recuerdos cuando me lo hizo leer en la clase!
De Berlín a Filadelfia se trata ya de una maravillosa etapa 15 y espero que
París la completará, ya sea bajo la batuta de [Alfredl Cortot o la de [Pierre]
Monteux y espero también que en esa ocasión usted vendrá a juzgar su efecto
en la Sala Pleyel.
Aquí la vida continúa más o menos como en la época en la cual la
compartíamos. Por supuesto, hay alumnos nuevos en mis clases de la Escuela
Normal y varios antiguos se fueron: Pipkoff, para empezar, está actualmente
en Sofía. Monsieur Pon ce todavía está entre nosotros pero no viene muy a
menudo al Boulevard Malesherbes. Cuando lo vea, le transmitiré sin falta sus
recuerdos así como a los señores Mangeot y Lamagueille. 16
También estoy contento de saber que gracias a la cura de altura que ha
seguido necesariamente en México, su salud se halla totalmente restablecida.
Le envío mis deseos para que se mantenga excelente en 1933.
En lo que se refiere a mí, estoy en este momento en un buen periodo y
por otra parte veo tantas miserias fisiológicas a mi alrededor, entre gente
joven, que realmente no tendría caso quejarme de una salud todavía suficiente
aunque los años la hayan alterado. ¡Esto es demasiado natural para que tenga
el derecho a reclamar!
Crea como siempre, estimado amigo, en mis saludos más cordiales.
Paul Dukas
30
EPISTOLARIO
DE NADIA BOULANGER
Nadia Boulanger
31
EL SONIDO DE LO PROPIO
DE PAUL DUKAS
84 rue de Ranelagh,
París, 16eme.
15 de enero de 1935
Estimado amigo:
Paul Dukas
32
EPISTOI.ARIO
DE NADIA BOULANGER
Valkan Ward,
11 de junio de 1935
Estimado amigo:
Su carta tan llena de corazón, me toca más que lo que sabría decirle. Es una
prueba tan dificil de soportar, nada es una consolación. Nada puede ni debe
serlo. Pero la sensación de que nuestros amigos nos rodean es una gran ayuda.
Mamá era todo para mí -a pesar de la vejez, de la enfermedad, de los
sufrimientos y de su corazón desconsolado-, ella había guardado el alma
joven de aquellos que no pueden reprocharse nada, y la casa resplandecía con
su presencia.
Cada día que pasa vuelve más cruel el atroz vacío que Ella dejó al irse,
y... estoy muy infeliz y descorazonada ante esta vida donde ya no quedan más
que las sombras de lo mejor.
Por favor crea que pienso fielmente en usted a pesar de todo y que deseo
profundamente la felicidad que se merece en todas circunstancias. A su mujer
y a usted, estimado amigo, con afecto.
Nadia Boulanger
33
EL SONIDO DE LO PROPIO
Acabo de recibir su carta del 20 de febrero por lo cual le doy muchas gracias.
Lo que anuncia usted lo he sabido de Chávez mismo, quien me escribió que
por distintas razones la Sinfónica este año no quería contratar director-
huésped. Pero supongo que ahora la situación es tan clara para usted como
lo es para mí. Desde dos años [antes], bajo la influencia del Lic. Bassols, se
ha concedido una subvención de 50,000 pesos a la Sinfónica con la condición
no explícita pero si "implícita" que contractan [sic] a un director-huésped.
Mientras estaba el Lic. Bassols en el gobierno, Chávez no podía sino cumplir
con este propósito, y hacía buena figura a nuestra colaboración. Pero ahora
que el Sr. Bassols está afuera, y en una situación que no le permite intervenir
en los asuntos de México, Chávez ha echado la máscara, y quiere aprovechar
por sí solo la situación creada por otros. Es una buena ilustración para el libro
de Samuel Ramos Elpeifil del hombre enMéxicoy para mí la justa recompensa
de mi buena fe con Chávez. Ahora bien, la cuestión es saber si la Orquesta
Sinfónica de México es Carlos Chávez o una institución destinada a los fines
personales de él o si es una institución de cultura en la cual hay otros intereses
que los suyos, y en la cual él tiene que servir y no sólo aprovechar. En otros
términos, ¿es Chávez único dueño del uso de la subvención, o va la
subvención a una entidad en la cual el Comité y los músicos tienen su palabra
de decir?
Sobre este punto no me parece caber duda, y, en ausencia del Sr. Bassols
(que por otra parte, hubiera podido consultar) los señores Quijano y Montes
de Oca (sobre todo este último, en la situación que nos ocupa), si no por las
palabras formales que me dieron a mí la salida, 21 a lo mejor por la
responsabilidad y autoridad que tienen como miembros del Comité, hubieran
podido recordar a Chávez lo oralmente ocurrido. Probablemente que no se
dieran esta molestia porque no tienen bastante interés en el asunto. Es una
situación altamente cómica y cuya comicidad merece ser bien saboreada: la
subvención es dada por el gobierno, pero ningún ministro está interesado en
ella y por consiguiente ningún ministro verificará su buen cumplimiento, pues
ha sido dada bajo la influencia de una persona ahora ajena del gobierno -
quien sabe muy bien a qué fin la ha hecho otorgar, pero no puede más
intervenir-. Chávez mismo lo sabe, y el mismo comité de la Sinfónica. Pero
Chávez, muy vivo, ha aprovechado la oportunidad, y como la subvención va
a la Orquesta Sinfónica formalmente e incondicionalmente, y que el Comité,
en ausencia del Sr. Bassols se deja guiar por él, él se la come. Muy bien hecho.
Hay que admirar el golpe.
21 Subrayado en el original.
34
EPISTOLARIO
No creo que Revueltas pueda hacer algo, pues Chávez tiene el dinero. Lo
que puede hacer _Revueltas es esperar. ¡Porque 24 conciertos de Chávez es un
golpe de locura! El olvida, como siempre, que los conciertos son hechos para
el público y no el público para los conciertos. Y aunque con su dinero Chávez
pudiera contratar solistas muy atractivos (y al mismo tiempo hacer buen
negocio en Estados Unidos), no basta. Al fin del año, según toda probabilidad,
no habrá más subvención por el, y el porvenir será para Revueltas y la
Orquesta Sinfónica Nacional. Así que, como usted ve, me parece inútil
emprender cualquier trámite y, por mi parte, ya me he dado cuenta de que
mi situación en México está terminada.
Como usted ha tomado tan ami cal [sic] interés en este asunto, he querido
explicarle que me había dado cuenta perfectamente de lo [que] había
sucedido. Pero no hay nada que hacer y le ruego guardar esas líneas por su
propia información y no difundirlas de ningún modo. No quiero intervenir ni
directamente ni indirectamente en los asuntos de la Orquesta Sinfónica. Los
interesados saben perfectamente lo que estaba ocurriendo: han dejado actuar
a Chávez como le ha dado la gana. Muy bien. Hay que aceptar las cosas -y
las gentes- como son.
Espero que todo ande bien para usted. Le ruego presentar mis más
cordiales saludos al Maestro Ponce y a su esposa, a Samuel Ramos y sus
amigos, a Revueltas -si lo ve-, a su esposa de usted también y quedo su
agradecido y sincero amigo,
E. Ansermet 22
35
EL SONIDO DE LO PROPIO
Muy atentamente,
36
EPISTOLARIO
Después de la carta que le mandé hace pocos días, me permito mandar hoy
una copia de las críticas del concierto que acabo de dar en Berlín. Muy a
menudo, mis amigos mexicanos me pidieron darles noticias de mi actividad
por acá. He tenido buenos conciertos en todas partes, este invierno
especialmente en Amsterdam (Concertgebow) y Londres. Pero el de Berlín ha
sido un acontecimiento y por eso le mando la crítica. El Sr. Kahan, quien
entiende el alemán, se las podrá comunicar -al mismo tiempo que mis
saludos- y así darlas a conocer a los que en México tienen interés en mí.
Le mando otra vez mis agradecimientos y mis saludos más cordiales,
E. Ansermet
DE CLAUDIO ARRAU
Recién hoy puedo contestar a sus líneas del28 de marzo, debido a que su carta
me ha seguido en mis viajes por Europa y ha llegado a mi poder hace muy
poco.
Hoy le confirmo mi intención de aceptar su proposición para dar una
master class en el Conservatorio de esa ciudad. El curso podría durar más o
menos un mes y el número de discípulos convendría que no fuese más de
veinte.
Respecto al estreno de su Concierto para piano y orquesta en México,
puedo decirle que me interesa mucho hacerlo. Le daré contestación definitiva
una vez que haya visto y tocado su obra. En algunos días regresaré a Berlín,
donde espero encontrar el manuscrito de dicha obra, que entre tanto habrá
llegado a mi domicilio.
Mi nueva dirección en Berlín es: Berlín-Haleusee, Kurfürsterdamm 75.
Lo saluda a Ud. y a su distinguida esposa con sincero afecto su amigo de
siempre,
Claudia Arrau
37
EL SONIDO DE LO PROPIO
DE NADIA BOULANGER
Nadia Boulanger
P.D. Quisiera tener también algunas sugerencias para los programas -fre-
cuentemente es al intercambiar ideas que se llega a un buen resultado-. Usted
sabe, ¿verdad?, que muy a mi pesar, no hablo español.
23 Nadia Boulanger hace una broma sobre la famosa frase: "¡Ver Nápoles ... y después morir!".
38
EPISTOLARIO
23 de septiembre de 1938
Mi estimada señorita:
]osé Rolón
39
EL SONIDO DE LO PROPIO
Carlos Chávez
40
TEXTOS DE JOSÉ ROLÓ N
TEXTOS DE JosÉ RoLóN
TEXTOS DIVERSOS
43
EL SONIDO DE LO PROPIO
que esto debió de significar en su vida espiritual y, por ende, en las obras
gestadas y nacidas en semejantes condiciones anímicas? Quienes han
estudiado a fondo la producción beethoviana de ese fecundo periodo y se han
compenetrado, a la vez, del estado psicológico del gran compositor en sus
últimos años de vida, están acordes en afirmar que, por una extraña paradoja,
sin aquella inmensa desgracia, causantes de tantos dolores y de tantas
rebeldías al grande artista, su producción final no hubiera alcanzado el grado
de sana alegría, de serenidad y grandeza al par que de profundidad y
perfección a que llegó; porque sólo un ser tan profundamente atormentado
por el supremo sufrimiento y reducido a la completa separación del mundo
material, es capaz de escalar tal grado de sublimidad.
A esa producción pertenece, justamente, la Gran Misa Solemne y si
nosotros veneramos en Beethoven al más grande maestro de la música
instrumental moderna, no por eso admiramos menos al creador de obras
corales entre las que figuran un Fidelio y una Misa Solemne, que no ceden,
en nada, a su producción instrumental pura. "Si, por una parte, el sentimiento
religioso, dice Riemann, ha revestido su más perfecta expresión en la obra de
un Juan Sebastián Bach, por otra, el elemento puramente humano, en su más
alta elevación, hecho de alegría y de dolor y que habla el lenguaje del corazón,
ha encontrado en Beethoven su más grande y acabado intérprete."
Ya lo he dicho, Beethoven planeó su Misa en re mayor de 1815 a 1818,
y una vez realizada, por largo tiempo la consideró como su obra más
completa. Así lo expresa en una carta dirigida a Luis XVIII, para darle las
gracias por una bella medalla de oro que el monarca francés le envió por un
ejemplar de la Misa, que obtuvo de él: "Mon oeuvre la plus accomplie", dice
textualmente. Durante los referidos tres años estuvo completamente absorbi-
do por su trabajo. Schindler refiere que jamás vio a su grande amigo en trance
semejante. "En ciertos momentos, dice, pateaba el suelo, en otros marcaba el
compás y aplaudía. A veces acontecía que regresaba sin sombrero bajo una
lluvia torrencial, mojado hasta los huesos, sin darse cuenta de nada que no
fuera su idea."
Seguramente esta obra, según cuentan quienes vivieron, entonces, en su
intimidad, le costó más pena y trabajo que cualquiera otra de las anteriores;
esto quizás se debió a que Beethoven estaba menos entrenado en la música
vocal que en la instrumental, pues, por ese tiempo, la música coral de iglesia
le era totalmente desconocida, por lo cual se sumergió con furor en el estudio
de los viejos maestros; especialmente se consagró a Palestrina, del cual decía:
"la música vocal, sin acompañamiento, de Palestrina, es la única conveniente
para la iglesia". Sin embargo, nunca quiso Beethoven hacer un calco de
música litúrgica, y al escribir la Misa en re, con orquesta, lo hizo siguiendo su
temperamento dramático, exclusivamente. Pero la obra, lejos de ser teatral,
es profundamente religiosa, mas no mística, grave, pero no abstraída, más
bien expresiva a ultranza y llena de ímpetus gigantescos hacia el cielo y de
ardientes plegarias. No es, por último, nada litúrgica, pero acusa una profunda
belleza.
44
TEXTOs DE JosÉ RoLó N
LA SONATA PRE-BEETHOVIANA
Señoras, señores:
Santo Tomás de Aquino en su magnífica obra la Summa [Teológica] expone
como un axioma irrefutable lo siguiente: que en todas las cosas hay que
considerar dos elementos primordiales: la materia y la forma.
¿Hay algo más cierto que esto? Sobre todo en arte, en que esos dos
elementos organizados según ciertas condiciones, a manera de complemen-
tarse el uno al otro, constituyen así el organismo vital de toda obra humana.
Que la materia sea piedra o mármol (arquitectura, escultura), línea o color
(pintura), sonido o timbre (música), debe, para poder existir, revestir una
forma precisa, adecuada a su naturaleza y justificadora de su empleo.
Es por lo que toda concepción de arte debe estar sujeta a un corte
determinado.
En música, por forma debemos entender el plan general de una obra, su
arquitectura en grandes líneas, dejando a un lado los detalles meramente
ornamentales que pertenecen al dominio de la armonía y del contrapunto.
La forma, comprendida en tal sentido, es la grande armadura, el esqueleto
musical, digamos así, y, al insistir en esta definición, es que la creo
indispensable para la buena inteligencia de lo que va a seguir.
Exactamente como el corte de un soneto puede concretarse así: dos
cuartetos seguidos de dos tercetos, lo que en nada mengua la dimensión del
verso al dejarlo en libertad para la disposición de los ritmos, así el de la sonata
ditemática tipo "temario", que es la derivación de toda una estética, puede
45
EL SONIDO DE LO PROPIO
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TEXTOS DE JosÉ RoLóN
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EL SONIDO DE LO PROPIO
canto) a una forma que distaba mucho de la verdadera sonata tal como la fijó
Carl Philip Emmanuel Bach hacia mediados del siglo XVIII, y más bien se
refiere a la elección de instrumentos ejecutantes, que a la forma de
composición propiamente dicha.
Aquella acepción etimológica es hoy día de tal manera olvidada en la
práctica, que seria a la vez inútil y pedante insistir en su uso.
Con razón o sin ella, se ha convenido en dar el nombre de sonata, a la
forma de composición que acabamos de detallar, sin preocuparse a qué
instrumento está destinada, sólo distinguiéndose de nombre, aunque la
estructura es idéntica de aquéllas en que intervienen varios instrumentos, los
que según su número se denominan trias, cuartetos, quintetos, etc., o
sinfonías para la oprquesta.
Antes de Philip Emmanuel Bach, Giovanni Legrenzi, el padre de la sonata
italiana (nacido en 1625 y muerto en 1690) ya había compuesto algunas obras
llamadas por él "Sonatas da Camera': que no obstante no presentar ni
siquiera huellas de la construcción ternaria, comportaban una innovación de
alguna importancia: la reducción del número de piezas de la antigua suite a
tres o cuatro.
Su célebre Benivoglia Op. 8 No. 1 (1667) sirvió de modelo a todas las
sonatas italianas posteriores, y su división es en síntesis más o menos la misma
que después siguieron todos los sinfonistas, aun los de nuestros días. Hela
aquí:
Tiempo primero: Allegro.
Tiempo segundo: Adagio.
Tiempo tercero: Allegro.
Tiempo cuarto: Presto.
Bajo ese orden de ideas escribieron sus sonatas Corelli, Geminiani,
Tartini, Locatelli, Pescetti, Galuppi, Nardini y Pugnani en Italia; Kuhnau,
Mattenson, Telemann, Graupner, Haendel y J. S. Bach, en Alemania. Desde ese
momento, seria la nación alemana la que debería guardar casi exclusivamente
el pendón de la música sinfónica hasta llegar al siglo XX.
Hemos visto cómo la forma llamada sonata por los compositores
anteriores a Philip Emmanuel Bach, su mismo ilustre padre inclusive, había
sido unitemática, a pesar que este inmenso genio Juan Sebastián, había ya
esbozado el corte temario en su quinta sonata para clavecín con dos teclados
y pedalier, compuesta en 1727 con objeto de preparar a su primogénito
Guillermo en el juego de tres teclados independientes, cuyo primer movi-
miento contiene una reexposición perfectamente neta de la tónica, y el
segundo movimiento, largo, en 6/8, es un verdadero lied en tres secciones.
Su quinta sonata para violín, tan fecunda en preciosas enseñanzas para los
violinistas, comienza por un largo en forma de lied de expresión tan profunda,
que no volveremos a encontrar más ejemplo sino mucho después en los
grandes andantes de Beethoven.
El advenimiento de Philip Emmanuel Bach marcará una fecha gloriosa
en la música sinfónica, puesto que, gracias a su maravilloso instinto musical,
48
TEXTOS DE JosÉ ROLóN
49
EL SONIDO DE LO PROPIO
50
TEXTOS DE )OSÉ ROLÓN
romanticismo; poetas, músicos, pintores, etc., y cuyo objetivo fue, entre otros,
el de reemplazar el llamado único de la razón por una continua serie de
choques sobre los nervios. Weber, Schumann, Schubert, Chopin, Liszt, Berlioz
y Verdi expresan maravillosamente esa propensión que en Wagner llega al
paroxismo; sensibilidad, sentimentalismo, intelectualidad, misticismo... El
genio de Wagner es la síntesis de todos los elementos, desde los más triviales
hasta los más puros, capaces de producir en el auditor una sacudida,
cualquiera que fuese.
De idéntica manera se opina sobre los pintores y literatos, y se piensa que,
durante un siglo, se ha hecho un uso, o mejor dicho un abuso, un derroche
increíble de la fuerza nerviosa humana y que nuestra sensibilidad ha sido
provocada sin interrupción, al perseguir en toda obra de arte la búsqueda de
elementos emotivos más y más profundos, elementos que, al final del siglo
XIX, se convierten en una verdadera histeria musical. Y la preocupación casi
constante de los artistas modernos ha sido la oposición sistemática no a la
sensibilidad, entendámoslo bien, sino al' sentimentalismo nacido al calor del
romanticismo germánico, y repito que no contra la sensibilidad, porque ésta
es y será siempre el motor irresistible que se encargue de impulsar a toda
creación de arte, la fuerza propulsora que la reanime, el factor esencial que
la renueve. Esta noche, amable auditorio, tendremos pues que luchar contra
el romanticismo. Hablemos un poco sobre él.
El romanticismo, señoras, señores, es un crecimiento del lado meramente
subjetivista del ideal clásico; un desprendimiento absoluto, exclusivo de la
individualidad única.
La primera voluntad del romanticismo es la de levantar, elevar digamos,
todos los elementos que acentúen el lado fortuitamente personal del
individuo.
Lo único y lo extraordinario son los puntos de partida; el fin es la ilusión,
el deseo de transformar el conjunto por medio de lo único. La imposibilidad
de realizar esta ilusión es la causa del carácter trágico y pesimista de la época.
Las manifestaciones del romanticismo llevan como características: la
violencia de los conflictos, el descontentamiento de la vida, la separación del
mundo, la búsqueda de soledad absoluta. En el romanticismo, señores, hay
un crecimiento de los elementos patológicos. El elemento patológico era
absolutamente necesario a la creación artística del siglo XIX. Además, repito,
la música romántica está sujeta al lado excepcional de la personalidad y esto
determina el carácter de su estilo. El romanticismo lleva tan lejos lo individual,
que acaba por tomar, como he dicho, un carácter verdaderamente patológico.
La concepción romántica ve pues, en la música, un lenguaje sonoro; un
lenguaje capaz de seguir los movimientos del alma, hasta en sus más íntimos
acentos. Pero este lenguaje no tiene un fin absoluto como todo lenguaje, sino
que está hecho para, está obligado a, expresar y a formular algo, algo que en
sí mismo está fuera de la música. Este algo es un movimiento violento, rápido,
del sentimiento, y el carácter de este movimiento decide el principio que
organiza a la fom1a musical. El carácter del movimiento sentimental es el que
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TEXTOS DE José RoLóN
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EL SONIDO DE LO PROPIO
ser traducido en otra forma de arte. Así el amor, la ternura, el ensueño poético,
en una palabra, todo lo que expresaba una cahción de Schubert o un drama
de Wagner, ha sido proscrito, de hecho, del moderno concepto del arte
musical. ¿Es esto una regresión o un avance? No, no es ni una ni otra cosa:
Es una de tantas evoluciones que ha sufrido el arte, que, en su infinito
dominio, busca diferencias para manifestarse, y nada más.
Veamos ahora quiénes han sido los precursores y los realizadores de ese
intenso movimiento que ha sacudido hasta la médula el admirable y robusto
sistema técnico que sirvió de base a los hoy llamados clásicos, creando esa
nueva estética, cimentada en un concepto más abstracto y más irreal a que
antes hadamos mérito.
Fue al principio Mussorgsky, el que, con talento indiscutible, abrió esa
nueva vía que debería conducir a los buscadores de nuevas ideas, cristalizadas
en nuevas y extrañas sonoridades, por senderos desconocidos hasta arribar
al impresionismo, del que deberían ser sus más eminentes representantes
Ravel y Debussy.
Erik Satie, naturaleza extraña y compleja, carácter desconcertante y raro,
burlón lleno de originales y sugestivas ideas con respecto al arte y a la vida,
de quien se cuentan anécdotas de lo más ingeniosas y espirituales, fue el
primero en escribir en sus Sarabandas, por el año de 1887, algunos de esos
acordes extraños, tormento de ciertos tratadistas de inteligencia enjuta y
negativa de aquel tiempo, y fuente de renovación para los elegidos, por lo que
ocupará un lugar prominente en la historia del arte ultramodemo. Todo en
ese hombre acusa una extraordinaria originalidad e independencia de
carácter. Su obra denominada Lesfllles des etoiles, que data de 1891, fue escrita
en tono de do, sin división de compás, y en las indicaciones de los aires hizo
a un lado la terminología italiana acostumbrada siglos atrás por todos los
compositores de Europa, e introdujo locuciones de carácter ambiguo. En el
preludio del1er. acto dice: "En blanco e inmóvil". En el2°· dice: "En la cabeza";
y en el3°·: "Valerosamente fácil y complacientemente solitario". Satie era un
conversador de un gracejo y un ingenio inagotables y esmaltaba sus pláticas
con multitud de observaciones inesperadas. Cuéntase que cuando la primera
ejecución de El mar de Debussy, todo mundo se extasiaba en la belleza de
la primera parte de dicha obra, intitulada "Del alba al medio día sobre las olas",
y Satie mezclándose al coro de elogios de los que por tal motivo felicitaban
a Debussy, le dijo: "Ah, viejo, hay sobretodo un pequeño instante entre las
diez y media y las once menos cuarto que yo encuentro despampanante.".
En una autocaricatura puso la siguiente inscripdón, llena de una sutil
ironía: "Yo he venido al mundo muy joven, en un tiempo muy viejo".
En un principio a sus pequeñas composiciones -a las que no acordaba
mayor importancia-, las revestía de títulos humorísticos que afligían a sus
admiradores y desconcertaban a los no conocedores de su carácter; sea por
su lado cómico netamente fantasista como el siguiente: "Croquis de un
hombre gordo de madera" o "Capítulo volteado en todos sentidos"; sea por
su aparienda un poco sibilina, como las anotaciones de "aire" en su obra Les
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TEXTOS DE JosÉ RoLó N
JU!es des etoilesya mencionada. ¡Entre esos títulos hay algunos tan evocadores!
¡Viejos zequines, viejas corazas/Otros en que se percibe fácilmente el sentido
como éste: Sonatina burocrática, oponiéndose a aquéllos de los cuales es
necesario conocer la razón secreta, como Tres piezas en forma de pera, o
como las denominadas Verdaderos preludios flojos para un perro.
He hecho hincapié en todas estas características de Satie, para que este
ilustrado auditorio se forme una idea exacta de la profunda originalidad que,
hasta en sus más pueriles detalles distingue al que debería ser el padre del
llamado impresionismo musical.
"No os dejéis sorprender por el sabor particular de esos títulos -dice
Koechelin-, sino pensad ante todo, en ese despertar del arte familiar, en un
tiempo en que, -salvo raras excepciones- los músicos se orientaban, unos
hacia un resto del sublime wagnerianismo o franckismo, y los otros hacia el
refinamiento nostálgico, lejano, nocturno y profundo de Verlaine y de Gabriel
Fauré. Y es demasiado curioso que Satie haya parecido prever y aun
preparado a su manera esta nueva concepción del arte post-guerra, que si bien
es cierto, no es todo en el Arte de ahora, sí ha creado movimientos de bastante
importanda."
Otro gran precursor de la música de hoy día es sin duda alguna
Mussorgsky. Este genial compositor ocupa un lugar aparte en la música
contemporánea. Músico más por instinto que por estudio, pues descuidó de
una manera lamentable la técnica de su arte, en cambio, llevó muy lejos sus
investigaciones sobre los medios de expresión, enriqueciendo la música con
procedimientos desconoddos hasta entonces.
Su influenda ejercida sobre los compositores de la escuela impresionista
es manifiesta, pero quizá menos efectiva que la de Satie.
En efecto, basta hojear las Sarabandas de este último, antes mencionadas,
para encontrar en ellas toda la génesis de la técnica ultramoderna.
Por vez primera en la historia del arte musical, aparecen las appogiaturas
sin resolución; los "escapados" libres; los acordes de novena manejados por
grados conjuntos; el empleo definitivo de la disonancia de segunda, ese
intervalo que parece hipnotizar a los modernos compositores; también ese
misterioso acorde de treceava, compuesto por los armónicos naturales 1, 5,
6, 7, 9, 11 y 13, ¡que Scriabin llama hoy consonancia perfecta! Con tales
procedimientos, ¡cuántas maravillas debería crear el espíritu más exquisito y
refinado, más suave, sutil y armonioso que ha producido la música en los
últimos cincuenta años, Claude Achille Debussy!
Quien haya seguido atentamente las diversas transformaciones técnicas
del arte y sus distintas tendencias estéticas, convendrá en que, todas esas
evoluciones una vez llegadas a su plenitud, han necesitado una "oposición",
que en todos los órdenes de la vida es periódica, y aquello que, al
advenimiento del impresionismo pareció a los conservadores y retrasados una
regresión o decadencia del arte no fue sino un hecho perfectamente lógico
y justificado, la natural y necesaria "oposición" al romanticismo cuyo pontífice
máximo, Wagner, había dicho ya, hacía tiempo, su última palabra mágica.
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TEXTOS DE JosÉ RoLóN
EL PROBLEMA DE LA ENSEÑANZA
DEL SOLFEO EN LAS ESCUELAS PRIMARIAS
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TEXTOS DE ]osÉ ROLÓN
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TEXTOS DF. JOSÉ ROLÓN
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sistema de "manga ancha", en tal aspecto. Pero hay más aún: no solamente
se ha favorecido el libre acceso a quienes carecen de facultades artísticas, sino
que, hasta uno de los artículos más acertados del referido ordenamiento, o
sea, el que establece un año preparatorio -uno de los escasísimos y débiles
medios de investigación relativa a la aptitud de los alumnos con que cuenta
el Conservatorio--, ha sido continuamente transgredido, lo que aparte de
fomentar desde el principio la irregularidad de los alumnos, ha determinado que
las clases de instrumentos o las de canto, siempre hayan estado congestionadas
de elementos heterogéneos en cuanto a capacidad, por la falta de selección al
grado que, en las de piano, por ejemplo, cuya enseñanza es individual, algunas
hay con un promedio de treinta y cinco a cuarenta alumnos, atendidos por un
solo profesor con seis horas semanarias de trabajo. Es decir, más o menos diez
minutos de clase para cada alumno. ¿Es posible concebir un sistema más
antipedagógico? ¿Cómo poder exigir responsabilidades a un profesor, cuando
todavía tiene que aplicar buena parte de este tiempo, tan exiguo de por sí, a la
ingrata labor de desbrozar una clase cuando un porcentaje elevadísimo de los
componentes de la misma carecen de dotes necesarias para seguir carreras tan
escabrosas como son la artística y la magisterial? Y este desbroce, ya difícil de
suyo, se complica enormemente a causa de otro vicio existente en el
Conservatorio (que es el segundo aspecto pedagógico a que me refiero al
principio de este artículo) y propio también de algunas academias particulares:
hablo de la benevolencia y de la debilidad con la que se llevan a cabo los
reconocimientos y los exámenes, que más bien dan a tales actos el sello de
amables y compladentes simulaciones, que de un efectivo balance de valores.
Tal vicio pedagógico es quizá más pernicioso que el anterior, porque por
razones sentimentales o de otra orden, se concede el "pase" a alumnos malos
perezosos e indisciplinados, con lo cual, a sabiendas se van dotando las
clases de mediocridades: mediocridades que al fin de la jornada -no olvidar
que aquella benevolencia y el programa sin ningún seccionamiento les da
todo el derecho de llegar a la meta- serán como ya he presenciado yo en
innumerables casos, verdaderos bochornos para el profesor y para el plantel
mismo. Ese procedimiento antipedagógico por excelencia, puede ser, y de
hecho ha sido ya en muchas ocasiones, el causante de que hasta jóvenes bien
dotados fracasen rotundamente en sus estudios; porque el halago torpe e
inmoderado, las calificaciones elevadas sin el respaldo del mérito y del
esfuerzo continuado, pueden hacerlos inconscientes de su propio valer,
estimulando en ellos, además, esa proclividad presuntuosa y negligente que
fatalmente los conduce al aniquilamiento de sus mejores cualidades. ¿Qué
decir ahora de tal método aplicado a los no dotados y medianamente
dispuestos? Que la cosa se agrava mucho más aún, pues se contribuye a torcer
el camino de aquellos ilusos que se lanzan por tan espinoso sendero, impulsados
por el señuelo de la fama, de la gloria y del bienestar material, cuando lo menos
pudiese ser encontrado por aquéllos en la industria, en el comercio, en la
mecánica, etc. ¿Cuál es el porvenir que semejante organización pedagógica
puede brindar a éste último tipo de alumnos faltos de dotes musicales? Helo aquí:
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TExros DE JosÉ RoLó N
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EL SONIDO DE LO PROPIO
Señoras, señores:
Atendiendo a una gentil invitación se me
conscientemente interesadas en problemas
tener el gusto de presentar a la consideración de esta "'"<""'-"'"'·"·
crítico-histórico del folklore musical panamericano, ni tan1pcx:o
del panorama que presenta en nuestro continente la música
ambas cosas serían necesarios varios volúmenes de innúmeras
más bien, una serie de sugestiones encaminadas a contribuir a
realización de la ardua, pero loable tarea, que la UFIA ha '-"''~-'''"'"·"'-'·V
del efectivo acercamiento espiritual entre nuestros pueblos hermanos.
Premeditadamente no he querido exponer una porque la
experiencia nos convence de que los congresos o convenciones son en
algunas ocasiones almacenamiento de trabajos eruditos y pero
cuyas conclusiones, por desgracia, aguardan casi siempre, en sueño eterno
su realización; y segundo, porque sería ocioso subrayar ante el
auditorio que me escucha la importancia del folklore bien sea
tomado en su prístina pureza o sirviendo de base a edificios sonoros de
envergadura, como fuerza activa y fecunda de un en que se
concentran todas las potencialidades sensitivas y creadoras de una raza.
Por desgracia, tanto Europa como América han emprendido solamente
estudios parciales sobre la música indígena, mestiza y culta 1atmclan1er1cam
pero un ensayo serio de conjunto no se ha llevado a cabo hasta hoy, que
yo sepa. ¿Por qué semejante laguna? Porque han faltado, en general, para
el caso, datos, documentación, interés por parte de gobiernos y de misiones
diplomáticas, medios propicios de difusión, verbigracia: libros """IJ'C'-"•'-v,,,
ediciones musicales de todos géneros, revistas musicales permanenltes,
pues apenas de manera esporádica han aparecido en algunas de las
urbes latinoamericanas ciertas revistas consagradas es¡oe<;laJ,m(;me
música, cuyo material en muchos casos excelente, no ha sin """''n.<,,....""
verdaderos rendimientos prácticos a causa de la vida efímera de la casi
totalidad de tales publicaciones. En cuanto a la edición de obras sean
serias o folklóricas auténticas, en México, cuando menos, ha casi
insignificante, pues los señores editores están en su negocio,
consistente en lanzar al mercado copiosas ediciones de música comercial de
calidad detestable.
En el horizonte de nuestra miseria continental en relación con ~-''-"'-'"''-""
dones y ediciones musicales, se destacan, sin hechos de
servir de ejemplo: el caso insólito del BoletínLatinoAmericanodeMúsícade
Montevideo, publicación importante, desde de vista que se
le examine y, en lo que a ediciones musicales se las
publicaciones de la Universidad de Río y las no menos .,,_.,,uu.,,_,,u v
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TEXTOS DE JOSÉ ROLÓN
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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EL SONIDO DE LO PROPIO
sino hechos ~..-u,,ul-l"'"'""'u"'' cuajados que nos hacen asistir a los ubérrimos
brotes de una que, dentro de las diversas modalidades de una misma
las más diversas latitudes condiciones cl1Jmatoióg:tca:s,
será el asiento una escuela -no me atrevo a
conoce ni razas ni fronteras-- latinoamericana que
risticas <>tn•r.ar.,
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TEXTOS DE ROLÓ N
alemán Oskar
Pnmi;eres. y el coJ:nposltor
franco-americano acaloradamente el magno
escándalo musical noches antes en la sala
motivo del estreno en Paris del sinfónico Américas de dicho""'"''""''""
Stokowski se de cómo el de tan
acostumbrado a las mayores excentricidades tan amante de lo nuevo y lo
de sus en tanto
rn~>!'-'!lrlri"'\IU''-'1 mirada hada el tftf.,>fU,f!H-t.
Lude Delarue la célebl·e
continuaré venerando al
c<:>Jcu¡..te"'ua.creacton, sino caer de rodillas .. .?"
"'"""'"''-'""• conforme el criterio de cada uno
de Villa-Lobos sonreía
mundo
lnt•en:)reltacíón extraordinaria
exuberante suelo del
sólo a un reducido
.u..,,-,...,_,LA_,., escuchaba conmo-
interesado en el
esrnel101<aa, el
eK)gt~loa la
~···~~.• ,.,.J,
un una claridad
de su estructura y lo
no se encuentre en otro
Brasil de la in.fluencia europea, y
-acordaos dicho contiene un aore<:.iaiJle porc~~ma1e
también la música autóctona de mi
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EL SONIDO DE LO PROPIO
ya sea en sus ritmos, como en sus melodías. Si echamos una ojeada, veremos
cómo Argentina y el Uruguay están completamente italianizados; Chile
semiitalianizado y semigermanizado, y sólo el país de los Incas se conserva
algo más distante de cualquier influencia. En cuanto a México, cuando el
centenario de la Independencia de mi país, tuve el gusto de oír una magnífica
banda de su patria, en Río de ]aneiro; pero, créame que tuve la desilusión de
no oírle nada original. Me dicen, sin embargo, que hay cosas extraordinarias
entre los indígenas de México, y mi más vehemente deseo es de visitarlo y
compenetratme de su alma traducida en su música; pero, en caso de realizar
ese deseo, no quiero ir a las ciudades; quiero remontarme en los montes más
alejados, en las selvas más intrincadas, ahí donde la cultura europea jamás
haya penetrado. ¿Quisiera usted, amigo Rolón, acompañarme, si algún día
logro ir allí?" Asentí, asegurándole que sería un verdadero placer para mí.
Después se habló de los valores musicales de la América, conviniendo
todos en que actualmente hay un gran movimiento interesante, el cual es
tomado en consideración en todo el mundo y que el porvenir artístico de la
América latina será brillante, mencionándose como fuertes exponentes de su
alta cultura a los chilenos Lavín, Allende y Cotopos, a los argentinos Pedrell
y López Buchardo; al uruguayo Brogua; a los cubanos Roldán, Lecuona, y a
los mexicanos Ponce y Carlos Chávez.
La conversación fue interrumpida por la señora de Villa-Lobos, que
invitaba a pasar al comedor donde el té estaba servido.
A PROPÓSITO DE UN CONCURSO
DE MÚSICA NACIONALISTA
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TEXTOS DE JosÉ RoLó N
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EL SONIDO DE LO PROPIO
de los siglos XVI y XVII: los "retardos" en forma rítmica de dactylo, por vJ"-'"1-"'"'·
No es mi :idea, ni mi propósito, hacer critica de la manera de expresarse
musicalmente de dichos estimables señores, a que reconocer su
legítimo derecho de decir su mensaje como les conforme a su
gusto personal y a la estética más les acomoda. que, en este caso,
por tratarse de un hecho vital y inmensa para la orientación
de nuestra música futura, folklórica o no, creo que todos los músicos
mexicanos tenemos el deber ineludible de aport.ar
establecer premisas, etc., por lo que he querido señalar el error en que, en
mi concepto, caeríamos al pretender cimentar nuestra música sobre bases
inconsistentes y deleznables, como pasaría si recurriéramos al formulismo
armónico y rítmico europeo de los siglos pasados, que ha servido de norma
a las expresadas composiciones, porque aparte de lo ese
formulismo tiene una fisonomía tan peculiar y acusada que en vano se
esforzaría el compositor que usara de él, por conservar a una aún
prevista de fuertes lineamientos nacionales, su sello especial, pues al fin aquél
la dominaría y le su estilo propio.
Por otra parte, hay más infecundo dentro del terreno de la creación
artística que las fórmulas, sean cuales limitan la matan
o, cuando menos, entorpecen el espíritu son tanto más
peligrosas y atractivas, cuanto que cor1stituyen un medio para evitar el
esfuerzo para llenar huecos y encubrir son, en suma, verdaderas
recetas de cocina al alcance de todas las
En música el formulismo ha sido siempre un escollo; los músicos han
luchado por apartarse de él; pero SU fuerza de atracción es tan Of"',tiPrA<l'l
el mismo Juan Sebastián Bach, no pudo substraerse a ella, y así emn1e:o
"marchas armónicas" que, como dice Vincent d'Indy, son el
débil de sus fugas admirables, a pesar de que su
En la actualidad la preocupación constante y conocidos
artistas, de las más diversas razas y latitudes, 1-J'CH>c;¡.;;o.nvvu:<> del nacionalismo
musical, son los resabios que aún dci formulismo
armónico y ritrnico-"cuadratura", etc.- de escuelas que como
el más grande obstáculo la realización de sus •uc'"''"'"·
Así opinan lo mismo checo el n; __ , ___ ,.,.
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ni
como afrrma Dunton
de una fonna clara y seilSilDle
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TEXTos DE JosÉ RotóN
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TEXTOS DE JosÉ RoLó N
Algunos de entre ellos, espíritus dotados de más clara visión, se esfuerzan por
llevar a su conciencia la idea de que él, el músico, constituye nada menos que
una "unidad orgánica social"; de darle noción de lo que significa su "vida
social", subrayándole la parte potencial que el músico retiene en sí, en los
tiempos modernos y la necesidad imperiosa de organizarse gremialmente,
pero sólo se logra de él una conformidad tibia que traduce los síntomas de
una abulia de alarmantes caracteres.
Faltaría sin embargo a la verdad, si no consignase en estas líneas, que
actualmente, en contra de lo que he expresado más arriba, algunos músicos
se han agrupado con fines sociales, y aun se han constituido en organismos
sindicales. Tal es el caso del Sindicato de Filarmónicos del Distrito Federal,
de la Unión de Filarmónicos, y, recientemente, el del Sindicato de Profesores
de la Sección de Música de la Secretaría de Educación Pública, y de la Unión
de Profesores del Conservatorio Nacional, asociaciones que cuando menos,
luchan porque el músico logre un real mejoramiento artístico y económico,
aunque sea en forma lenta pero segura. Mas, por desgracia, aun dentro de
agrupaciones como ésas, se encuentran sedimentos morbosos que los
separan y dividen. Y esa resistencia incomprensible para unirse ¿no es el más
evidente síntoma de desorganización gremial? En México no existe aún una
organización musical que se haya preocupado por hacer una clasificación de
sus componentes según sus méritos y sus aptitudes, con el fin de que quién
más merezca más tenga. Si el siglo XX puede caracterizarse según Doubresse
por la fórmula: "De la búsqueda y producción intensiva de valores" que,
felizmente, impera en otras latitudes, México podría en ocasiones caracteri-
zarse en esta época por la antítesis: "De la búsqueda y producción intensiva
de los sin valer". La culpa de esta lamentable aberración es, precisamente, el
estado de no organización de los valores positivos; del aislamiento, a veces
egoísta o perezoso, de éstos, de sus mutuas rencillas, ocasionadas, casi
siempre, por razones pueriles de amor propio lastimado, o por antagonismos
ideológicos de poca monta.
Atendiendo pues, a todo lo expuesto, tenemos que convenir en que,
dentro del aspecto social, apenas hemos franqueado la etapa primaria de
organización, aquélla en que los principios inmediatos se hallan simplemente
asociados, sin forma ni estructura determinadas.
Estudiemos ahora el segundo elemento: la pedagogía de la música. Dos
son las principales fuentes educativo-musicales superiores con que cuenta la
Nación, ambas de carácter ofidal y son: el Conservatorio Nacional de Música
y la Escuela Universitaria de Música. Dichos centros educativos, que en un
tiempo fueron, más bien, antagónicos, tanto por sus orientaciones artísticas,
como por sus puntos de vista pedagógicos, se encuentran hoy en día más
afines una de la otra, al grado de que puede decirse que están ya unificados,
cuando menos, en los puntos esenciales de su criterio artístico. Bueno o malo
que sea éste, es evidente que constituye un progreso muy apreciable en
cuanto a la organización musical nuestra. No quiero, ni es posible dentro del
marco de este estudio, entrar en detalle ni minucias que, si en ocasiones sirven
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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TEXTOS DE )OSÉ ROLó N
Pocos temas habrá en el sector del arte en México que sean tan apasionantes
y llenos de instructivas sorpresas y de útiles enseñanzas a la par que propias
para sacar deducciones fecundas, como el referente al movimiento musical
contemporáneo en nuestro país, o, para ser más concretos y precisos, al de
la ciudad de México.
Para comprender su alcance e importancia y poder percibir con claridad
el proceso de su evolución, es necesario remontamos a sus orígenes -el lustro
comprendido entre 1913 y 1918- y analizar el estado que tal movimiento
revestía por aquella época en nuestra patria.
Quienes vivieron en el principio del segundo decenio de este siglo
recordarán cómo los últimos residuos del atrayente romanticismo musical
germánico, o del no menos prestigioso, entre nosotros, romanticismo operístico
italiano, absorbían totalmente la atención y el interés de nuestro público.
Ciertos iniciados o contados profesionistas se esforzaban por compren-
der, gustar y asimilar, determinados procedimientos técnicos propios del
novedoso y entonces casi incomprendido estilo creado por aquel singular
artista, llamado por antonomasia Claudio de Francia. Mas aquel movimiento,
acogido en México con las reservas y la timidez peculiares de la desconfianza
y de la incomprensión, sólo tuvo cabida dentro de contados cenáculos; la gran
masa del público capitalino, poseído de esa indiferencia e inercia caracterís-
ticas en toda multitud, que se siente complacida cuando sus necesidades
artísticas están ya satisfechas, permanecía insensible a cualquier intento de
reforma o de evolución que viniese a perturbar su criterio musical, secularmente
encauzado por las solas corrientes estéticas antes señaladas.
Así nos encontrábamos cuando fuimos sorprendidos por dos tremendos
sucesos, casi coincidentes entre sí en tiempo y en trascendencia. Uno de ellos
venía a sacudir hasta la médula los resortes de la vida nacional, toda; y el otro,
aunque indirectamente y sólo por reflejo, debía también de repercutir
poderosa y decisivamente en nuestros destinos: la gran Revolución de 1910
y la primera Guerra Mundial.
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TEXTOS DE JosÉ ROLó N
lo mismo, más propicio para caer en lugares comunes. Pero de cualquier manera,
todas esas modalidades están acordes, no importa sea esto en proporciones
modestas, pero no por eso menos acusadas y características, con lo expresado
por Bourgault Ducoudray, cuando, al hablar del nacionalismo ruso dice:
Ningún esfuerzo de los músicos mexicanos sería más loable en los actuales
momentos que aquel que tendiese a unificar un estilo en nuestra música; un
estilo propio, fiel reflejo del alma nacional y encaminado hacia una artística
y definitiva realización.
Hasta ahora todas nuestras tentativas se han concretado a espigar cantos
populares, unos bellos, otros triviales y sin carácter, para en seguida forjar con
su contenido una "rapsodia" -la forma, no sé por qué, más cara a nuestros
compositores- o hacer estilizaciones de determinada "canción".
Semejante labor ha sido, sin duda, meritoria desde el punto de vista
nacionalista que los autores han tratado de perseguir; pero por desgracia, los
resultados no han correspondido la mayor parte de las veces a ese esfuerzo.
Un amigo mío, profano en música, pero dotado en cambio de un marcado
instinto natural me decía una vez: "¿Por qué será que me impresiona mucho
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EL SON!OO DE LO PROPIO
más una canción "ranchera", dicha, de seguro, sin las menores reglas y
rudamente acompañada, pero cantada por campesinos, que otras que he oído
en salones elegantes entre gente "bien" por músicos profesionales de
reputación? ¿Será una simple sugestión mía -pues el caso hasta tiene visos de
paradoja- o realmente existirá alguna causa musical impenetrable para mí,
lego en la materia?"
He aquí una cuestión que no carece de interés y que suscita serias
reflexiones sobre el particular.
Desde luego, creo que mi amigo tendría razón, y, confieso que yo mismo
he sentido en muchas ocasiones la misma impresión.
Es esto lo que ha dado margen a que escriba este estudio.
¿En qué radican las causas por las cuales las llamadas estilizaciones de
nuestras melodías populares pierden ese perfume, ese sabor de las cosas
nuestras al grado de ser perceptible aun para oídos no ejercitados?
En mi concepto, dos son los factores principales responsables de ello: la
viciosa traducción de su rítmica, a veces mistificada hasta no conocerse
-ejemplo exclusivo de la "cuadratura" clásica-, y el inadecuado léxico
armónico empleado: acordes clásico-románticos, y por colmo escolásticamente
realizados.
La rítmica es de tal importancia en nuestros "mariachis" y "sones" que, no
digamos un cambio en su parte esencial como a menudo pasa, sino cualquiera
omisión de sus "acentos a contratiempo" le hacen perder por completo sus
características.
La casualidad me llevó últimamente a uno de los pueblos inmediatos a
Guadalajara, donde había una fiesta popular y entre la abigarrada multitud
que discurría por la plazita del lugar, tuve la fortuna de encontrar un grupo
de músicos ambulantes indígenas y escuchar varios "sones", entre los cuales
uno me llamó en particular la atención. Verdaderamente maravillado quedé
al oírlo. Su melodía bella y sencilla, encomendada al principio a los violines,
con sus imprescindibles "terceras" continuas, sello inconfundible de nuestro
folklore, mezcla feliz de ironía melancólica y serena resignación tan peculiar
en la música popular mexicana, iba desarrollándose con esa persistencia terca
y testaruda que todos conocemos. Una guitarra hacíase cargo de la parte del
acompañamiento, en tanto que un arpa subrayaba sus encontrados ritmos.
Inútil es decir que ese acompañamiento, armónicamente hablando, era de lo
más rudimentario y primitivo: los tres acordes perfectos mayores de la escala
al estado fundamental, pero, en cambio, ¡qué interesante y complejo por su
rítmica completamente libre de toda cuadratura y sujeción!
Poco a poco sus acentos volvíanse más intensos; multiplicábanse sus
posibilidades y recursos; en ese momento intervienen las voces; la guitarra,
el arpa, los violines, todos, bajo un mutuo impulso, acrecientan extraordina-
riamente su dinamismo, para estrechamente ceñidos ir, al fin, a fundirse en
lujuriosa y deslumbrante orgía de sonoridades y de ritmos...
He aquí, me dije, la verdadera fuente de perenne belleza. Quien logre asir
fielmente esa rítmica y encuentre un vocabulario armónico, que, conservando
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TEXTOS DE ]OSÉ ROLÓN
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EL SONIDO DE LO PROPIO
caber dogmas, y como todos esos preceptos y reglas que muchos consideran
erróneamente inmutables, no son en realidad más que simples fórmulas
convencionales al seiVicio de determinada necesidad estética.
Claro, esa emancipación que preconizo, como primordial en la formación
de nuestro propio estilo musical y de nuestra evolución artística, se dirige sólo
a los músicos ya fuertemente nutridos, pues aquélla no debe ser prematura,
ni mucho menos irreflexiva, sino el fruto de largos y pacientes estudios; del
concienzudo y constante comercio con las grandes obras de los grandes
maestros de todos los tiempos, hasta llegar naturalmente a lo que Paul Dukas
llama l 'ignorance acquise, frase admirable que sintetiza la verdadera situación
de la música actual: ignorancia aparente en un fondo de profunda sabiduría.
LOS PIANISTAS
Más de cinco lustros hace, y lo recuerdo como si fuese ayer, una mañana en
que tenía mi clase reglamentaria de piano con Moszkowsky, me presenté en
su domicilio de la rue Neuvelle, encontrándole de excelente humor. Una vez
que hube terminado mi trabajo, Moszkowsky, que estaba dotado de un gran
ingenio, y, por lo mismo, era un gran conversador, como de costumbre inició
su amenísima charla sobre los diversos aspectos de la vida artística parisiense.
De pronto con visible interés me pregunta: "¿Ha oído usted a Hofmann?". A
lo cual, reprochándome interiormente mi ignorancia de no conocerle, ni
siquiera de nombre, respondí que no. "Es necesario -continuó diciéndome-
que ahora que va a venir a París le escuche usted cuántas veces le sea posible,
pues en mi concepto, de la nueva generación de pianistas --esto pasaba en
1906-- es el único genial, verdaderamente". Y en seguida me relató cómo se
había maravillado algunos años antes en Berlín, cuando Hofmann, que
todavía era un niño, de la manera más extraordinaria se puso a improvisar
sobre un tema que el mismo Moszkowsky le había proporcionado.
Pocos días después recibía yo una carta de Pedro Luis Ogazón fechada
en Nueva York, en la cual me participaba que Hofmann embarcaría en esos
días rumbo a Europa, que daría una serie de recitales en París, y al expresarme
su admiración sin límites por el grande artista, me exhortaba, de la manera
más cálida, para que no perdiese ninguno de sus conciertos, pues para él no
había un modelo mejor en el mundo.
Esas dos opiniones de personas para mí tan autorizadas forjaron en mi
mente una especie de obsesión por conocerle y escucharle. Pronto se realizó
mi deseo y jamás olvidaré la impresión que desde la primera obra que le oí,
90
TEXTOS DE JosÉ RoLóN
me causo. Era ésta el Preludio y fuga para Órgano de Bach, transcrita por Liszt.
Han transcurrido, de entonces acá, veintiocho largos años, en el curso de
los cuales, la humanidad atónita, ha presendado enormes catástrofes que han
trastornado por completo el mundo, acontedmientos trascendentales que han
operado manifestadones radicales en el concepto de la vida, y creado, como
consecuenda, una mentalidad nueva, y un modo de sentir también nuevo.
Esos trascendentales sucesos, que yo comprendo han abierto profunda-
mente mi espíritu, al grado de cambiar, en buena proporción, los derroteros
de mis gustos artísticos actuales, debido a todo lo que [de] substancial han
aportado a mi acervo emocional las nuevas ideas y tendencias musicales, no
han logrado, sin embargo, tales hechos, no digamos destruir, pero ni siquiera
ligeramente esfumar la visión de aquellas perspectivas que, en el dominio de
la estética musical, nos dio entonces a conocer Hofmann. ¡Cuán vivas vienen
aún a mi memoria las extraordinarias interpretaciones de la Sonata en Mi
bemol Op. 31 Núm. 3 de Beethoven, que yo estudiaba entonces, y la de la
Overtura de Tannhauser, con su increíble caudal de sonoridades!
La juventud musical mexicana tendrá no poca fortuna de escuchar,
dentro de poco, en Hofmann, al pianista por excelencia, al virtuoso extraor-
dinario en todos sus aspectos, cuyo arte esencialmente robusto y profundo
posee, como ningún otro, las características de absoluto equilibrio y pondera-
ción, atributos éstos que sólo se encuentran en los auténticos grandes artistas.
WALTER GIESEKING
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EL SONIDO DE LO PROPIO
92
TEXTOS DE JosÉ ROLÓN
Uno de los aspectos menos apreciados y en que pocas veces se hace hincapié
al aquilatar la labor de un virtuoso, es el que se refiere a su honradez personal
integral: es decir, a ese estado psicológico de verdadera conciencia artística,
que consiste en la voluntaria y completa renunciación al "ego", tan dificil de
dominar, para modestamente convertirse en un respetuoso y fiel traductor del
texto y de la emoción estética que de él dimana.
Esa cualidad inapreciable, que por ningún motivo se concibe inexistente,
cuando de grandes artistas se trata -como que hasta paradójico resulta
suponer tal carencia en ellos- es, sin embargo, poco común de encontrarse
en los virtuosos que discurren por el mundo.
Por eso, cuando se tiene el privilegio de encontrar en la ruta de la vida
a uno de esos raros y completos ejemplares de probidad artística, debemos
regocijarnos de ello, y recoger con todo esmero el caudal de sus magníficas
enseñanzas.
Éste es el caso de José Iturbi, a quien basta escucharle cualquier obra, de
no importa qué escuela o tendencia -hay que subrayar su multiforme
comprensión y asimilación de los estilos más diversos- para en el acto
convencerse de la cantidad de atención y meticulosidad puestas por su parte
al servido de aquéllas, tanto durante el proceso de preparación, como en la
realización delante del público. ¿Quién podrá negar esta verdad después de
oírle las encantadoras sonatinas de Scarlatti o las sonatas de Mozart, con la
interpretación seria y respetuosa de los "trinos", "mordentes", "grupetti", etc.,
usados por aquellos ilustres maestros? ¿Quién podría poner en duda su
afectiva honradez artística después de oírle el Capricho a ia partida de mi
hermanopredilecto, de J .S. Bach, que tantos otros, y no de los menos grandes,
desfiguran con trinos inadecuados y con adornos fuera de lugar? Por eso
admiraré tanto su versión de la Campanella que, a la inversa de la mayoría
de sus colegas, quienes ponen tanto de su cosecha para hacerla aún más
epatante, fue presentada por él rigurosamente apegada al manuscrito del
autor. De la parte técnica de esta temida obra, que todos sabemos que es
trascendente, ni siquiera mención hago, ya que de todo el mundo es conocida
la increíble perfección alcanzada por Iturbi, y de la cual jamás se ufana, pues
como estupendo intérprete que es, no le da otra importancia que la que se
concede a un medio para alcanzar un fin. He ahí uno de los secretos de su
propiedad. "No soy pianista, dígalo usted en su periódico ... ", decía un día en
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EL SONIDO DE LO PROPIO
ARTIJRO RUBINSTEIN
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TEXTOS DE JosÉ RoLó N
decir notoria aversión, por toda clase de solistas. Sector, aquel, cuya pequeñez
estaba en contraposición justamente con su agresividad inaudita. Solista que
se atrevía a presentarse en no importa qué orquesta, solista que se exponía
irremisiblemente a afrentar las iras de messieurs les si.fjleurs, quienes al grito ~
"assez de piano", "assez de víolon", etc., armaban una gresca endemoniada.
Y no es que aquellos fanáticos enemigos del "concierto" desconocieran o no
apreciaran en lo que valían los merecimientos de los grandes artistas que,
generalmente, se producían [sic] como solistas. No; lo que pretendían era
hacer una tenaz campaña con el fin de eliminar de los conciertos sinfónicos
todo aquello que no fuera exclusivamente orquestal. Época aquella, aciaga
no sólo para los debutantes, como era el caso de Rubinstein, sino aun para
los artistas de larga e ilustre ejecutoria que tenían la mala ocurrencia de actuar
como solistas en los grandes conciertos de París.
En tales condiciones, y con la certeza absoluta de un seguro "meneo", me
dirigía aquella noche al Nouveau-Théatre. Y grande fue mi sorpresa cuando
me percaté que salía a la escena un adolescente, mejor dicho un niño, quien,
con su seguro y erguido porte y con la simpatía que de su figura juvenil se
desprendía, no sólo había logrado desde luego quebrantar la actitud
acostumbrada de los escandalosos, sino que era recibido por ellos, primero,
con complaciente curiosidad, y al final del concierto con tronadores aplausos.
Y a fe que había razón de sobra para que aquellos señores intransigentes
observaran tal actitud, si tenemos en cuenta dos circunstancias: el hecho
insólito, primeramente, de que un joven de quince a diez y seis años de edad,
hubiese tenido la audacia y el valor suficientes para afrontar, a sabiendas, la
hostilidad de quienes defendían porfiadamente un punto de vista muy
especial, y, en seguida, un factor decisivo para justificar aquella cordial
acogida: los méritos indiscutibles del debutante, quien, de buenas a primeras,
se había revelado como un virtuoso de raza, con todas las cualidades
inherentes a tal postura, a saber: completa comprensión artística, mecanismo
capaz de resolver los más arduos problemas de la técnica trascendente,
perfecto sentido de las proporciones y un temperamento desbordante.
Pocos días después confirmaba Rubinstein, en una serie de recitales
dados, si mal no recuerdo, en la Sala des Agriculteurs, las eminentes
cualidades antes apuntadas. Aún recuerdo con toda claridad su manera de
interpretar en aquella ocasión, la Sonata en Si menor, el primer Scherzo, el
Estudio Op. 12 y la Mazurka en La menor, Núm. 51, de Chopin. Versiones,
todas ellas, notables por todos conceptos. Pero nada comparable a su
ejecución absolutamente extraordinaria para un joven de su edad.
Sería superfluo pretender hacer la exégesis de lo que es actualmente
Rubinstein, después de haber alcanzado su máximo desarrollo técnico e
intelectual, pues en México hay infinidad de personas que presenciaron sus
éxitos clamorosos, en dos distintas ocasiones en que ha visitado nuestra
capital. ¿Quién no recuerda, entre otras cosas, su estupenda interpretación de
la Navarra de Albéniz, que ponía al público en delirio? En el capítulo de la
música española es, sencillamente, inimitable.
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EL SONIDO DE LO PROPIO
CLAUDIO ARRAU
NOTA PRELIMINAR
Con toda intención he dejado pasar algunos días antes de referirme a los
acontecimientos que se desarrollaron en el curso del mes pasado en nuestra
vieja institución musical.
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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TEXTOS DE JosÉ RoL6N
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RESPUESTAS
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TEXTOS DE JosÉ RoLóN
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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TEXTos DE JosÉ RoLóN
programa ni las bases a que dichas enseñanzas están sujetas (no obstante
habérselo ordenado el Consejo por conducto de la Dirección), los señores
sinodales no han podido formarse un juicio exacto del programa del Sr.
Mariscal y por lo mismo no han calificado hasta la fecha a los alumnos
reprobados en aquella ocasión.
Ahora yo pregunto, ¿si el hecho de no atender hasta el presente una orden
que el Consejo le daba por mí conducto, no es una rebeldía del Sr. Mariscal,
que se me diga qué palabra debe usarse en este caso? Por lo tanto el problema
está en píe, ya que el dictamen nofue favorable, como se asienta dolosamente
en este cargo que se me hace, sino completamente transitorio en obvio a [sic]
graves perjuicios para los alumnos afectados.
Apoyo mis declaraciones al respecto en esta documentación.
6Q. Continúo creyendo que el Sr. Fraga no está capacitado aún para ser
profesor, ni menos aún profesor del Conservatorio. Para tal aseveración me
apoyo en los boletines de sus estudios y en su actuación como alumno, pues
tiene de matriculado, según constancia que aquí presento, 15largos años, sin
haber logrado en todo ese tiempo, hacer siquiera una carrera mínima de seis
años, cosa que, según el Reglamento del Conservatorio, en su Art. 25 lo
incapacita para seguir siendo alumno de dicho plantel. (Suplico al Sr.
Secretario dé lectura al Art. 25 del Reglamento del Conservatorio.) Pero como
actualmente, por haber quedado desligada la Escuela Nocturna de Música, del
Conservatorio, ya el Sr. Fraga no puede llamarse propiamente profesor del
Conservatorio, no tiene para mí importancia que sea o no profesor de una
escuela que no está bajo mi responsabilidad.
Así, pues, en tanto que el Sr. Fraga no pruebe mediante un examen su
capacidad artística y pedagógica, mí criterio personal respecto a su
ímpreparación será el mismo.
En cuanto a mi extralimitación de funciones administrativas, no sé realmente
en que consistan, ya que, desde el momento en que la Escuela Superior Nocturna
fue anexada al Conservatorio, quedó bajo mí responsabilidad y jurisdicción.
Los documentos que comprueban lo anteriormente expuesto son éstos.
7Q. El cese del empleado José E. Guerrero no fue ordenado ni pedido por
mí. Éste se debió a una consulta que la Dirección del Conservatorio hizo a la
Superioridad, en vista de la cantidad de retardos diarios en que incurría el
mencionado empleado. Su cese fue ordenado por la Superioridad.
Aquí están los documentos correspondientes al caso.
Justino Camacho Vega, empleado de la Sección de Música, pasó a
petición mía como comisionado al Conservatorio a ayudar a los profesores de
Solféo, quienes al principio del año tenían una cantidad exorbitante de
alumnos, en uno de los ramos de dicha materia. Tal cosa no constituye, en
mi concepto, una lesión a los intereses de los maestros, sino más bien una
ayuda, pues sólo los desembaraza de uno de los aspectos que constituyen la
materia, sin que pierdan el derecho a disponer de sus alumnos en casos dados,
como aconteció al Prof. Michaca, quien para ilustrar una conferencia que dio,
dispuso de su grupo de alumnos de canto coral.
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EL SONIDO DE LO PROPIO
cargos administrativos
1 º·Jamás he ordenado que no se cite a los alumnos a las Juntas académicas
de profesores o de alumnos, y las citas, si en los últimos tiempos no se hacen
con regularidad, culpa de la Dirección no es. Por otra parte, el cargo de "creer
sin validez la opinión del alumnado dentro de ellos" es perfectamente gratuito
y malévolo, pues nadie más que yo estima el criterio del mismo y sabe de sus
demandas musicales y sociales, ya que hace mucho más tiempo que estoy en
contacto con los alumnos que los signatarios de los cargos motivos de esta
refutación, y sé mejor que ellos la trascendencia de mis deberes de maestro
para con los educandos.
2º. El cargo de haber designado como sinodales en los reconocimientos
trimestrales a personas ajenas al Conservatorio, y no hijos de él, es aún más
pueril, pues en vano se buscará en tal ordenamiento un artículo que proluoa
la participación en los exámenes a personas extrañas al plantel.
Es más, hay ya incontables precedentes de años atrás. Durante la gestión
administrativa de Carlos Chávez en el Conservatorio, yo mismo y mi hija, la
Sra. Martínez Sotomayor, fuimos en algunas ocasiones jurados, sin ser
entonces profesores del plantel ni la Sra. mi hija, ni yo. Por otra parte, la
transitoria modificación del artículo de referencia fue acordada por el
Consejo de Profesores según se verá en el acta que presento y que obtuvo
la previa autorización del C. Jefe de Bellas Artes, para que, con carácter
experimental, se instituyera el jurado único, propuesto por la Dirección,
durante este año, para ver si era adaptable a nuestro medio y a nuestras
necesidades. Si tal violación existe, no fue culpa exclusivamente mía sino
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TEXTOS DE JosÉ RoLóN
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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TEXTOS DE )OSÉ RoLó N
codo con codo, durante años y años, por la lucha del mejoramiento material
y espiritual del plantel, dirijo mi exhortación: No permitamos que una pandilla
de audaces, seudosocialistas, venga a estropear, digo mal, a convertir en
escombros el sólido monumento levantado por aquellos espíritus superiores
que dieron su preciosa existencia a la juventud estudiosa, los Morales, los
Meneses, los Castro, los Campa, y tantos otros. Enorme responsabilidad
entraña para nosotros el esclarecido recuerdo de aquellos paladines del
desinterés del orden y del respeto.
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José Rolón a los cinco años de edad.
El compsositor a los 18 años.
NOTA PREilMINAR
El14 de agosto de 1937, José Rolón publica una crítica fuerte y severa contra
el cronista Salomón Kahan, autor de la columna "Música" de El Universal
Gráfico.
La crítica se torna en una polémica interesante, no tanto por la respuesta
airada de Kahan -Pro Domo Sua- como por las muestras de apoyo a Rolón
que toman diversas formas: Manuel M. Ponce dedica varias páginas de su
revista Cultura Musical a defender a Rolón, músicos como Carrasco y
Saloma le escriben cartas de apoyo, y otros como Gomezanda continúan la
polémica en un estilo sarcástico, incrementando el fuerte ataque de Rolón
contra Kahan.
Sin embargo, más que la polémica misma, lo que interesa de todo este
asunto son precisamente los conceptos sobre la crítica musical del compositor
jalisciense, vertidos principalmente en su artículo "Crítico y Cronista". En
nuestros días, como se dijo en la Introducción, tal polémica podría parecer
superflua. Sin embargo, es imposible negar que algunas ideas de Rolón
podrían aplicarse de manera similar a nuestro medio. La actitud de Rolón y
el apoyo de sus colegas en ese asunto nos recuerda que esfuerzos como los
de ellos son todavía necesarios.
En vista de lo anterior, no se han incluido aquí todos los materiales que
conforman esta discusión, sino únicamente los más importantes, quedando
fuera algunos textos en favor de Kahan ("Por el ojo de la llave"). Por último,
en una época en la que el racismo y la xenofobia vuelven a ser elementos
cotidianos de nuestra existencia, la lectura de ciertos conceptos despectivos
sobre Kahan parecería apuntar hacia una actitud alarmante en Rolón. Pero no
se olvide que Rolón estudió con Moszkowsky, Dukas, y Boulanger; que
admiraba a Rubinstein, a Ansermet y a los españoles exiliados en México,
Salazar y Bal y Gay. Bien lo explica el propio compositor: "hay calidades de
calidades y extranjeros de extranjeros".
CRíTICO Y CRONISTA
por José Rolón
Muy común y frecuente es entre nosotros pensar que la crítica musical es algo
de lo más fácil y abordable que existe. Algunos creen que es suficiente mal
conocer las notas, armarse de un lápiz o ponerse frente a una máquina para
sentirse ya austeros y temibles aristarcos, y no falta gente de letras que llegue
a afirmar de manera categórica, que al crítico le basta y le sobra que con su
sapiencia musical esté a la altura de la inmensa mayoría, es decir, del vulgo,
a condición de que maneje con más o menos destreza la pluma. Empero, ¡qué
cosa tan compleja y difícil es la verdadera crítica de arte en cualquiera de sus
aspectos! ¡Cuánta responsabilidad encierra!, y ¡de qué cantidad de conoci-
mientos y de cualidades de todo orden necesita estar provisto quien se lance
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LA POLÉMICA
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LA POLÉMICA
Méxíco,D.F. El Universa/27/VIII/1937.
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LA POLÉMICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
El Universal, 14 /IX/1937.
Con motivo de los acontecimientos de reciente fecha, que los lectores de esta
sección conocen y que no es necesario volver a exponer aquí, el señor José
Rolón, profesor del Conservatorio Nacional de Música, publicó hace dos
semanas un escrito en el que abarcó diversos temas pero cuyo tenor general
es y cuyo encabezado debería ser "¡Abajo Salomón Kahan!".
Tomando el encargado de la sección de "Música" de El Universal Gráfico
en cuenta la estimación que siempre le mereda el compositor de El festín de
los enanos, quiere también esta ocasión ser cortés con él. No cometerá, pues,
la descortesía de pasar por alto los conceptos vertidos por el maestro Rolón
en su escrito de marras. Así es que dedica el espacio de sus columnas a hacer
algunas consideraciones pro domo sua y a analizar el caso José Rolón.
Los cinco puntos de José Rolón.- De la lectura del escrito del maestro,
se desprenden los siguientes cinco puntos:
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LA POLÉMICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA POLÉMICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
por otra parte, pública y notoria la actitud de guerra que este último -con
motivo de su desafortunada actividad reciente como organizador de tempo-
radas sinfónicas- ha tomado contra el crítico de El Universal Gráfico, todo el
mundo tiene derecho a atribuir el espíritu tan combativo que repentinamente
se apoderó del siempre apacible y aun flemático maestro Rolón a una de las
siguientes dos posibles causas: Al eventual deseo de "hacer méritos" frente a
su superior, o también a la posible circunstancia de haberse visto el maestro
obligado a obsequiar los -nada imposibles- deseos de ese mismo señor
director, expresados probablemente en forma de una amistosa sugestión
(para no confundir con una orden oficial).
Ya que se trata de este punto, en el caso de su escrito de marras, sería
una brillante revelación de ética profesional de parte del maestro Rolón, la
previa renuncia al empleo que tiene en el Conservatorio, para así, desligado
de todo eventual compromiso, y libre de toda eventual presión de parte del
factor que he mencionado, lanzarse a la guerra santa contra "el cronista de
referencia".
Otra brillante prueba de ética profesional daría el maestro Rolón si,
recordando lo de "no se puede ser juez y parte", se abstuviese por completo
de hablar de Ansermet, por el simple hecho de que su señora esposa actuó
como solista en uno de los conciertos de reciente memoria, bajo la batuta del
director-huésped suizo.
130
LA POLÉMICA
(La conferencia de que en ella se habla es sobre "El valor social de la crítica
musical" que forma parte del libro La emoción de la música, y el artículo a que
se refiere es "Despedida a Emest Ansermet", que fue publicado en forma de
carta abierta, en estas columnas, como resumen crítico de la actuación del
director suizo durante la segunda visita al país.)
La carta de Ansermet, escrita de su puño y letra, es de una elocuencia tan
grandeque bace innecesario todo comentarlo. Hela aquí (dejando sin cambio
alguno el estilo y la ortografia, y subrayando nosotros).
Ginebra, 20 de octubre
Muy estimado don Salomón:
E. Ansermet.
De la sección "Música" de
El Universal Gráfico, 27/VIII/1937.
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EL SONIDO DE LO PROPIO
ACLARACIONES
por ]osé Rolón
Como réplica a mi artículo: "¿Es posible ser crítico musical sin saber música?",
el señor Salomón Kahan publicó en la sección "Música" del Gráfu;oun escrito
intitulado "Pro domo sud', en el cual dicho señor, sin abordar de frente la
cuestión única, se concreta a interrogarme sobre asuntos de carácter personal,
desconectados en lo absoluto del punto a discusión: ¿Es posible ser crítico
musical sin saber música?
Como necesaria aclaración al público diré que sólo acepto contestar los
puntos a que se refiere dicho señor por evitar falsas interpretaciones, pues el
tenor de aquéllos, .como antes digo, en nada concuerda con lo que interesa
al elemento musical de México, que es la pregunta antes expresada.
I. Es exacto que invité al señor Kahan a mi concierto; no especialmente,
como él asegura, sino en la misma forma en que lo hice, cuando menos, con
den personas más a quienes por diversas causas podían interesar mis obras.
Es exacto que, posteriormente, le di las gradas por la opinión personal que
tuvo de mi trabajo, misma cosa efectuada, también, con todo aquel que se
sirvió expresármela en cualquier forma. Pero sería cándido pensar que de
aquellos actos simples y amigables debiera deducirse nada menos que mi
tácito acuerdo de calidad de crítico musical a quien, es voz general en México,
no conoce un ápice de la materia.
Sin embargo, como por aquel tiempo había aún en el trato del referido
señor cierta mesura y circunspección las cosas, por lo que a mí respecta, quizá.
hubiesen permanecido en statu quo, si la actitud asumida por dicho señor no
se hubiera vuelto en los últimos tiempos, de más en más inflada e
insoportable, al grado de colmar la paciencia no a "cierto sector musical
capitalino", como él dice, sino a todo el gremio musical de México, sin
distinción de categorías, como lo demuestran los innumerables testimonios
de adhesión y de respaldo que obran en mi poder, de asociaciones y de
profesores particulares, con relación al artículo que dio origen a la réplica que
hoy contesto. Tal postura determinó "que viera yo la luz de repente" y que
saltara en defensa de nuestro decoro profesional. Además, creo pertinente
aclarar que mi actitud de ataque al referido señor no se debe -como algún
ingenuo cronista lo ha creído- a susceptlbilidap personal creada por "críticas
adversas", de parte del mencionado señor al que esto escribe, ni por
animosidad de ninguna clase, pues hasta ahora sólo he tenido de él crónicas
elogiosas en demasía. Todo esto pone de relieve la honestidad con que he
procedido al atacar resueltamente a un advenedizo a quien, sin· haberme
molestado jamás, he sido, sin embargo, el primero en desenmascarar.
II. La "dictadura" del referido cronista, que su "democracia" condena con
tanta energía, pero que su vanidad y su mala fe prohíjan con grande empeño,
consiste -ya él lo sabe bien- en estar emitiendo, regularmente y en letras de
molde, "juicios" no razonados y torpes, los que, por la fuerza natural del
periódico donde aparecen, y no por la particular del señor Kahan, que nada
132
LA POLÉMICA
representa, todo mundo, no músico, está dispuesto a creer a pie juntillas, con
grave menoscabo de la reputación artística y de los intereses de los afectados.
III. No sabía yo que desde 1932 el señor Kahan hubiese condenado ya
a Stravinsky pues ni leo regularmente sus crónicas, ni conozco tampoco su
libro La emoción de la música a que se refiere. No me di cuenta de su
"veredicto" sino hasta hace algunos días que alguien me mostró el periódico
en que el señor Kahan hablaba de la "decadencia" del pobre músico ruso. Es
obvio que a tal "veredicto" de un simple aficionado, no agrega, en mi
concepto, consistencia alguna ni los elogios en que, según su propio y
modesto decir, se deshizo "toda la prensa" al tratar de su obra, ni, tampoco,
el juicio favorable de Tbe New Yorle Times pues me he vuelto muy escéptico,
y temo que también en el periódico neoyorkino se haya colado otro "sastre".
Y si he calificado de peligrosa e irrespetuosa "su afirmación", es, precisamen-
te, por eso mismo: porque afirma una cosa que no está al alcance de su
comprensión de iletrado en música; porque no le regateo el derecho de decir:
"ya no me gusta Stravinsky" pero no lo tiene de afirmar que está en decadencia
"a causa de la degeneración de sus ideas", cosa que sólo un músico fuerte
estaría, en caso dado, en condiciones de precisar.
IV. En este punto el cronista de marras ha estado un poco perspicaz y
malicioso; quizá en sus andanzas por el mundo en más de una ocasión hubo
de "hacer méritos" y de "recibir amistosas sugestiones", y piense que ahora
estoy yo en esas mismas condiciones. Por mi fortuna hasta el presente, solo
"he hecho méritos" con mi trabajo y con mi solvencia profesional, y en todo
tiempo he tenido como norma invariable declinar las "sugestiones" por
"amistosas" que sean, que no vayan de acuerdo con mi convicción y con mi
dignidad vengan de las fuentes que vinieren. Por otra parte, yo creo que el
señor Kahan, por un estrabismo mental muy explicable en su actual situación,
vio las cosas torcidamente cuando quiso atribuirme a mí una disyuntiva que
le corresponde por derecho: Callarse o renunciar su empleo, pues tal renuncia
sí se impone por elemental ética, ya que la Secretaría de Educación le ha dado
el pan desde hace mucho tiempo y sistemática y gratuitamente ha venido
atacando a uno de sus propios departamentos.
V. Este capítulo es de la exclusiva incumbencia del señor Ansermet, por
lo que sólo lo tocaré de manera incidental.
Desde luego hay que felicitar muy calurosamente al señor Kahan porque
una personalidad de tal relieve haya dado su anuencia para "posar" con él y
es de aconsejarle guarde dicha fotografía con cuidado, pues le honra.
En cuanto a la carta posiblemente el señor Kahan no paró mientes en un
párrafo muy interesante: Que la crítica, actuando con objetividad, puede tener
una acción decisiva, misma cosa que, justamente, desean los músicos
mexicanos, esto es, que la crítica sea objetiva. ¿Sabrá el referido señor lo que
esto quiere decir... ?
En resumen: el artículo motivo de estas rectificaciones es puramente
sofiStico, y, en la imposibilidad de poder refutar, menos destruir, mis
argumentos, como al principio expresé, el señor Kahan sólo se mete en
133
EL SONIDO DE LO PROPIO
El Universal, 18/IX/1937.
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LA POLÉMICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA POLÉMICA
ANÉCDOTAS DE UN CRON1STA
Alfredo Carrasco
Mérida 71. K.
lV<\..Jl.lLIJ, D.F.
15 de de 1937
Sr. Profesor ]osé Rolón
Presente
137
EL SONIDO DE LO PROPIO
invectiva como arma de defensa; pero esto no debe atribularte y si este enjant
terrible te provoca a una polémica, sosténsela con valor y bríos, que no serán
pocos sino todos, los que estaremos a tu lado en defensa de nuestros ideales
del engrandecimiento musical nuestro eternamente lastimado por ese inde-
seable que vive a la sombra y protección de nuestro gobierno, pregonando
su ciudadanía de mexicano y sólo se preocupa de nulificar a nuestros valores
musicales sólo por ser mexicanos.
Acepta, pues, ésta mi sincera felicitación y mi voz de aliento, que van
acompañadas con mis vehementes deseos de tu rotundo triunfo, ya que tu
autorizada opinión de maestro y de mexicano han lanzado la clarinada de
alerta a nuestros dejados compañeros.
Alfredo Carrasco
Respetable Maestro:
Como amante de la buena música todas las cuestiones que se relacionan con
ella me interesan, por eso leí con detenimiento su artículo "¿Es posible ser
crítico musical sin saber música?", publicado el día 14 de agosto actual en El
Untversal. Lo felicito a Ud. porque tiene el doble mérito de estar escrito con
virilidad y plantear, con conocimiento de causa, uno de los problemas
fundamentales para el estímulo y crecimiento del arte musical en México, el
de la crítica musical, que en estos últimos años por falta de valores efectivos,
se ha convertido en una pseudo-crítica con perjuicio del ambiente artístico en
México ya que ha venido a desorientar a un buen sector del público y a
desalentar a muchos de nuestros noveles artistas; esta pseudo-crítica la han
soportado pacientemente la mayoría de nuestros músicos por esa idiosincracia
que tenemos llena de apatía y de temor, dejamos hacer, dejamos pasar, por
eso la actitud de Ud., de protesta, es gallarda, con ella ha tratado de despertar
del marasmo en que se encuentran sumidos los interesados. Dice Ud. y es
verdad, que muchos jóvenes músicos mexicanos han supeditado su destino
artístico, con mengua y quebranto de sus intereses y reputación artística, al
capricho de un pseudo-crítico, que Ud. denomina "sastre", nombre que me
parece muy acertado, pero no tanto por la analogía que le encuentra con cierta
costumbre de Jalisco, sino porque los artículos que escribe, me dan la
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LA POLÉMICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA MÚSICA
NOTA PREliMINAR
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA MÜSICA
LA MÚSICA
INTRODUCCIÓN
¿Cuáles eran las realidades artísticas nuestras al despedirse el siglo XJX? Punto
de referencia es éste, indispensable para poder apreciar en toda su extensión
y magnitud aquello que después tendrá que deparamos el porvenir.
145
EL SONIDO DE LO PROPIO
Hagamos un poco de historia. Nos encontramos entre los años 1898 y 1900.
Políticamente, estamos en pleno apogeo del porfirismo. El anciano gran dictador
absorbía todos los resortes que movían el total mecanismo de la vida social,
económica y administrativa de nuestra patria. Los hombres que colaboraban con
él e intervenían en la cosa pública, eran personajes pertenecientes a una "élite";
hombres, en general bien preparados y quienes, por razones del ambiente .
político reinante, en achaque de arte y de cultura, estaban influidos en absoluto
por las corrientes estéticas que nos llegaban de París, foco entonces, de todas
las grandezas humanas. Una ola de inmensa franco filia desbordaba de un confin
al otro de nuestra metrópoli y, naturalmente, se reflejaba más o menos en el resto
del país. La grande y absorbente civilización gala ejercía •Jn predominio
completo y avasallador; nuestra capital se embellecía a ojos vistas; pero sus
modernas avenidas, con sus nuevos edificios y palacios, provistos de imprescin-
dibles mansardes, imprimían a aquélla un aspecto más bien parisiense que
tradicional. La severa y bella arquitectura colonial nuestra, que por siglos había
sido el arquetipo de nuestras construcciones nacionales, poco a poco iba
perdiendo su sello especial y era substituida por construcciones cuyo estilo
acusaba, a leguas, los gustos y las tendencias arquitectónicas de quienes
poblaban las risueñas riberas del Sena. Los poetas y los literatos, los músicos y
los pintores nuestros, complacientemente se saturaban aún de las ideas
románticas, que aquel glorioso país sustentó en tiempos ya pretéritos, pero aún
vigentes en esa época entre nosotros. Nuestras inclinaciones artísticas y literarias,
con relación al movimiento contemporáneo europeo de aquel tiempo, no iban,
ni con mucho, paralelas y de acuerdo con aquel, sino que acusaban un retraso
de más o menos 50 años. Eran los tiempos en que las siluetas ilustres de los
Sainte-Beuve, de los Gautier y de los Víctor Hugo, proyectaban aún su luz de
ocaso, ciertamente, pero con tonalidades bastante intensas, todavía, para influir
en lo relacionado con el pensamiento y la cultura nuestra. Y, por reflejo natural,
esta tendencia romántica, tan afin a nuestra sensibilidad y nuestra idiosincracia,
encontraba fácil acomodo, también, en nuestra música culta, absorbiéndola casi
por completo.
Claro está que tal concordancia, dentro del concepto estético reinante,
debía de tener sus repercusiones en la producción musical. Y así fue; la
influencia ejercida por el romanticismo en nuestros dos genuinos represen-
tativos musicales de fin de siglo -Ricardo Castro y Gustavo E. Campa- fue
manifiesta. Su obra estuvo siempre subordinada a tal postura estética. Obra
de caracters francamente europeizantes de prosapia gálica, en vano buscaría-
mos en ella la menor huella de elementos musicales nacionales. Pero hay más;
ni siquiera vestigio alguno encontraríamos, tampoco, de las nuevas ideas que
por aquel tiempo, se incubaban ya, 1 con gran vitalidad, en aquella misma y
admirable Francia. Sin embargo, tal observación no entraüa el menor
reproche, ni implica una subestimación, ni, mucho menos, una aplicación
Por supuesto, Rolón ignora obras como los Aires nacionales o la Suite para piano de Castro.
(N. del E.)
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LA MÚSICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA MÚSICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA MÚSICA
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EL SONIDO DE LO PROPIO
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LA MÚSICA
2 Al parecer, Rolón incluía aquí una lista cuya enumeración se vuelve innecesaria. Para conocer
el repertorio de la Orquesta Sinfónica de México basta cosultar el libro 21 años de la Orquesta
Sinfónica de México, 1928-1948, elaborado por Francisco Agea (México, 1948).
153
EL SONIDO DE LO PROPIO
Para terminar este capítulo diremos que, aparte de las eminentes cualidades
musicales que Chávez posee, está dotado de un sentido político y social
extraordinario. Tal conjunción de valores ha hecho que el organismo a él
confiado se haya convertido en el principal factor nacional de progreso artístico
en nuestro país. Mención aparte amerita la gestión administrativa tan atinada que
ha desarrollado Ricardo Ortega, gerente de la Orquesta en los últimos años.
Otras orquestas.
Entre las orquestas que, de manera ocasional, han actuado en México, hay que
hacer mención de aquella que, transitoriamente, dirigió Gaetano Bavagnolli.
Compuesta de elementos extraídos del Sindicato de Filarmónicos, ya varias
veces señalado, esa organización en determinado momento, fue la sola
manifestación artística de valía con que se contaba en México. Esto sucedía
más o menos por el año de 1922, cuando siendo regente de la ciudad el señor
Prieto Laurens, a iniciativa del mismo, se organizó una serie de conciertos
motivada por unos festejos de primavera de aquel año.
Aunque su faena no se prolongó por mucho tiempo, esa orquesta, ya lo
hemos dicho, cumplía con una misión importante en su época.
Cabe destacar que entre los años 1924 a 1927 no hubo ninguna sinfónica
organizada oficialmente en México.
154
LA MÚSICA
Orquesta Filarmónica
De muy reciente fundadón y con el nombre de Orquesta Filarmónica,
comenzó sus actividades hace poco un nuevo organismo orquestal.
Compuesto por elementos diversos, ha quedado integrado este conjunto
cuya independiente actividad ha sido confiada a los cuidados de los
eminentes maestros Erich Kleiber y Otto Klemperer, quienes han hecho dos
cortas temporadas en extremo brillantes. El primero en un ciclo beethoveniano
(las nueves sinfonías) con un éxito clamoroso. Algo menos resonante fue el
alcanzado por el segundo, quien asociado con el pianista Borowsky dio varios
conciertos, en mayo de este año. Tales conciertos estuvieron auspiciados por
la Sociedad Musical Daniel A.C.
155
EL SONIDO DE LO PROPIO
Las cosas siguieron su curso normal hasta 1933. Entre tanto -en 1930- se
había incorporado a la Asociación el Conjunto Coral dirigido por la Sra. Paula
Bach-Conrad, cuya cooperación fue de gran valía para los propósitos
exclusivos que perseguían los fundadores de la organización: cultivar
desinteresadamente la buena música. A la vez, estos mismos habían conse-
guido de la Legación de Alemania en México un subsidio anual que permitiera
asignar honorarios más o menos decorosos al director de la orquesta. Pero
contrariamente a lo que, de manera expresa, estipulaban los estatutos al
triunfo del nazismo en Alemania, el partido, por medio de sus filiales de aquí,
emprendió una campaña política, tendiente a controlar cualquier actividad
que fuera, lo mismo las sociales que las artísticas o educativas. Esto creó en
el seno de la Asociación, rencillas y desacuerdos que determinaron, al fin, la
disolución de la primitiva orquesta. Esto aconteció el 15 de septiembre de
1939, fecha en que los representantes del nazismo en México pretendieron
adueñarse de la orquesta; mas el golpe falló pues los miembros de la misma
-entre los cuales se contaban mexicanos, alemanes de todos los matices,
franceses y otros- prefirieron cesar en sus actividades artísticas, antes de
plegarse ante semejante consigna. Ahora la orquesta se reorganiza conforme
nuevas bases y ha sido llamado a la dirección Aurelio Fuentes.
Para formarse una idea de la importancia que tuvo esa organizaqón, basta
echar una ojeada a los programas que ejecutó, en los cuales sólo tenían cabida
obras de calidad: 7a. sinfonía de Schubert, 3a. sinfonía de Schumann, la. y 3a.
sinfonías de Brahms, sinfonía Militarde Haydn, sinfonía en Si 6 de J.C. Bach;
varios poemas sinfónicos de Smetana, De Elias, overturas de Brahms, conciertos
de Bach, Mozart y Schumann y festivales de Bach, Haendel y Wagner.
1S6
LA MÚSICA
Desde fines del siglo pasado, las bandas militares han representado un papel
muy importante en el desenvolvimiento de nuestro gusto musical, al grado
que, en algunas regiones del país, han sido ellas el solo vehículo de difusión
artística con que se ha contado. Con especialidad, las clases laborantes le son
deudoras, en una muy sensible proporción, de que obras de diversos matices,
tendencias y estilos, les sean ahora familiares y que, sin el auxilio de aquéllas,
hubiesen permanecido ignoradas.
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EL SONIDO DE LO PROPIO
LOS ORFEONES
158
LA MÚSICA
El Coro de Madrigalistas
Este coro, de relativa reciente fundación, pues data de septiembre de 1939,
se debe a la iniciativa personal del maestro Luis Sandi, quien desde el principio
ha sido su animador y director. Las principales actividades de este organismo
son pedagógicas y artísticas, pues estando integrado el coro, casi en su
totalidad, por profesores dependientes de la Secretaría de Educación
se ha dispuesto que, no menos de tres veces a la semana, dé el coro audiciones
a los niños de las escuelas oficiales del Distrito Federal. En tales
se ejecutan obras "a capella" del repertorio contrapuntistico neerlandés, sin
detrimento de otros estilos europeos, ni mucho menos del estilo popular
nuestro y del universal.
La agrupación ha efectuado giras artísticas en diversos lugares de nuestro
territorio. Aquí y allá ha actuado con éxito creciente y no es aventurado
predecir que llegará el día en que su existencia será una positiva necesidad
en la vida artística metropolitana.
El Coro Bach
La aparición del Coro Bach data del 12 de noviembre de 1928, fecha en que
dio un festival Schubert en la antigua Sala Wagner, hoy Sala Schieffer, festival
al que siguieron dos más en los días 19 y 26 del mismo mes dedicados al
mismo compositor. El Coro Bach, bajo los cuidados y dirección personal de
la Sra. Paula Bach-Conrad ha sido un organismo sui generls dentro de las
agrupaciones similares nuestras. Un absoluto desinterés y el solo amor por el
arte coral y por la gran música, han normado siempre la actitud de su directora
y de sus miembros. Con una constancia digna de la causa que ellos han
perseguido, nunca el cansancio ni el desfallecimiento han dado señales de
vida. Sin la menor interrupción, año por año, encontramos al Coro Bach
participando en la vida musical mexicana, siempre de manera brillante. Así,
se han sucedido los conciertos de manera continua: festival Beethoven 0931)
El callejón del Ave María de Elías 0932), Requiem de Brahms 0933), Festival
159
EL SONIDO DE LO PROPIO
LA MÚSICA DE CÁMARA
16o
LA MÚSICA
LOS COMPOSITORES
161
EL SONIDO DE LO PROPIO
Así como entre las distintas modalidades que, en el dominio del arte, la
Revolución mexicana prohijó y amamantó, se encuentra en lugar preferente
el nacionalismo al que nos hemos referido, y cuya base de sustentación se
encuentra en el amplio y sistemático uso de lo que W.I. Thomas llamó allá
por el año de 1896 folklore, en sustitución del antiguo nominativo de popular
antiques; la misma Revolución, en contraposición a tal postura y en razón de
la amplitud misma de sus miras y designios, dio también cabida en su regazo
a ideas y tendencias conservadoras y a añosos sistemas estéticos. Por todo
aquello que-artísticamente- denota tradición, no fue rechazado por ella, sino
también prohijado y admitido.
Por razones varias, de educación y de ambiente, algunos de nuestros más
altos representativos musicales optaron, al principio, unos de manera
transitoria y otros definitiva, por el tradicionalismo puro, al que rindieron
parias absolutamente todos los compositores mexicanos del fin del siglo XIX.
A ese linaje de compositores pertenece una pléyade de autores, entre los
que figuran Gustavo E. Campa, Pbro.]. Guadalupe Velázquez, Julián Carrillo,
Rafael J. Tello, Estanislao Mejía, Arnulfo Miramontes, Alfredo Carrasco, Juan
A. Aguilar, Alfonso de Elías, Juan D. Tercero, Fausto Gaitán, José F. Vázquez,
Pedro Michaca, Miguel Meza,]. Jesús Estrada, Miguel BemalJiménez, Ramón
Serratos, Rafael Adame, Alberto Flachebba, Hugo Conzatti, Jesús Haro y
Tamariz, Juan León Mariscal, Aurelio Barrios y Morales, Alejandro Cuevas,
Agustín González, Rafael Ordóñez, y otros más. En determinado momento de
su vida artística no pudieron substraerse a esa corriente nacionalista ni Carlos
Chávez, ni Silvestre Revueltas, ni Candelaria Huízar, Manuel M. Ponce se
apegó también por largo tiempo a ella.
162
LA MÚSICA
COMPOSITORES NACIONALISTAS
Manuel M. Ponce
Es necesario hacer hincapié en un hecho histórico de irrefutable veracidad;
en un suceso por demás significativo y revelador: Manuel M. Ponce, músico
mexicano, ya en 1905, con visión clara y precisa, se enfrentaba con valentía
a la situación artística de la época y se convertía en el verdadero precursor
de nuestro nacionalismo musical. En efecto, al seguir Ponce el ejemplo y las
teorías nacionalistas sustentadas por el músico español Felipe Pedrell,
comprendió que algo debía hacerse también en México, por reivindicar un
arte popular que, no obstante el menosprecio de que era objeto, contenía, en
potencia, un enorme caudal de características y de rasgos genuinos, propios
para diseñar poderosamente el perfil estético de nuestra nacionalidad.
Ponce comenzó por arreglar algunas canciones populares del bajío:
Marchita el alma, A la orilla de un palmar, Serenata mexicana, Soñó mi
mente loca... , etc. El éxito alcanzado por ellas en determinado sector musical
superó a todo lo previsto, y pronto encontró Ponce prosélitos e imitadores;
pero este experimento nacionalista no obtuvo en todas las esferas sociales una
franca acogida. Fue necesario que la conmoción revolucionaria llegase, para
lograr no sólo una aclimatación, sino su triunfo definitivo.
Por algún tiempo siguió cultivando Ponce ese género, tan propio de su
sentir de entonces, y también creó un tipo de piezas para piano: rapsodias y
baladas en el estilo nacionalista. Su primer viaje a Europa no interrumpió su
labor. Allá compuso una gran cantidad de canciones hasta completar 150,
infinidad de las cuales han sido editadas. Entre este acervo figuran algunas
originales, como su famosísima Estrellita.
Ponce es el músico mexicano más fecundo que ha existido en los últimos
tiempos. Tal postura la reclaman los varios centenares de obras, en todos los
géneros, por él escritas durante su larga y fructuosa vida artística.
Tradicionalista en un principio, como lo han sido, sin excepción, todos
los músicos mexicanos contemporáneos suyos, su vasta producción se
significa por una singular vena melódica que lo hace distinguir entre todos
sus pares. Abominamos de las comparaciones caseras tan en uso entre
nosotros; pero aceptamos, por atinada, la que alguien hizo una vez al decir:
"Pon ce es el Schubert mexicano".
Músico nato, engalanado de dones muy especiales, Pon ce podría resistir
con honra tal confrontación. Su Trio y su Concierto para piano, obras son de
romántica y fresca inspiración y creemos que en ese concepto, pueden ocupar
tales obras un lugar de honor entre nuestra producción tradicionalista.
Romántico por naturaleza y músico por irresistible vocación, desde los 6
o 7 años, Ponce ya se ensayaba en la composición de pequeñas obras. Sus
autores favoritos en aquella época eran Chopin y Mendelssohn. Pero, según
confesión propia, los que mayor influencia ejercieron sobre él fueron el
mismo Chopin, Liszt y Schumann, ¡los grandes románticos!
A su primera época, es decir, en tanto estuvo bajo tal influjo, pertenece
163
EL SONIDO DE LO PROPIO
Mi querido amigo, después de tanto tiempo considero que cualquier consejo que
pueda darle se dirige más a un colega que a un alumno. Prefiero que más adelante
me extrañe como escucha de sus obras y no que me resienta como profesor.
164
LA MÚSICA
Candelario Huízar
Otro de los distinguidos afiliados al nacionalismo nuestro fue, desde hace
tiempo, Candelaria Huízar. Muchas de sus obras orquestales están concebidas
y realizadas conforme a ese punto de vista, tales como Pueblerinas, Surco, etc.
Todas ellas están saturadas del saludable perfume de la campiña y del
ambiente embalsamado de la provincia; en todas, también, se observa,
invariablemente, la habilidad del maestro. Recientemente dio a conocer la
Orquesta Sinfónica de México, con gran éxito, su última obra de esa
tendencia: su 4a. Sinfonía.
Candelaria Huízar comenzó sus estudios musicales a los diez años de
edad, sin pensar jamás que la música debía, al fin, ser su carrera definitiva;
porque hay que anotar una cosa curiosa e interesante: Huízar no fue el
producto de una tarea atávica o de un imperativo hereditario irresistible, sino
muy por el contrario; su padre -quien no fue músico, ni en su ascendencia
había habido ninguno- se oponía tenazmente a que siguiera tal profesión, y
había hecho todo lo posible por impedírselo. Pero pudo más la vocación y,
al irse a Zacatecas, capital de su estado natal, con el fin de aprender el oficio
de platero o joyero, casi de ocultis, en sus ratos de ocio, se entregaba a cultivar
con todo empeño y amor su arte favorito: la música. ¡Con cuánta complacen-
cia añoraba entonces los años mozos en que iba a la plaza pueblerina y oía
tocar a la pequeña banda militar que había en su tierra natal...! Poeta y
campesino, La Dama de Espadas y otras overturas de Suppé muy en boga
entonces, ¡cómo perduraban aún en su memoria tales ejecuciones! Fueron
ésas sus primeras impresiones musicales, y éstas las que, de manera
avasalladora, habían determinado su porvenir.
Así pasó plácidamente los primeros tiempos en su nueva residencia, hasta
que aquella paz fue conturbada por la ola revolucionaria. Sus simpatías,
reales, o supuestas, por Villa, le crearon la reputación de ser partidario del
famoso guerrillero, lo que le valió, al venir la definitiva derrota de éste, ser
sañosamente perseguido por los del bando contrario. Entonces hubo de
emigrar en busca de mejores y más tranquilos horizontes. Ningunos más
propicios ni más adecuados que los que le ofrecía la capital de la República.
Esto acontecía por el año de 1917, época todavía incierta y en que la
turbulencia revolucionaria estaba aún en su apogeo. Al año siguiente, esto es,
en 1918, ingresaba al Conservatorio Nacional, como alumno a la clase de
composición del maestro Estanislao Mejía, y después, abordaba la composi-
ción con el maestro Gustavo E. Campa. Bajo la férrea disciplina de este ilustre
maestro, Huízar adquirió todos los conocimientos indispensables para
convertirse en el notable técnico que hoy en día es.
Entre tanto hacía sus estudios, con muy buen sentido, sentaba plaza en
la Orquesta Sinfónica Nacional, que acababa de fundarse, e ingresaba a ella
en calidad de 2o. Como.
165
EL SONIDO DE LO PROPIO
Carlos Chávez
Uno de los pontífices máximos del nacionalismo musical nuestro es Carlos
Chávez. Inició su carrera musical con su hermano Eduardo a la edad de ocho
años. A los once se apoderó de él tal pasión por la técnica de la instrumentación
que llegó a saberse de memoria, página por página, el pequeño tratado de
instrumentación de Guiraud. Es más o menos por ese tiempo cuando aborda
sus estudios de piano bajo la dirección de Manuel M. Pon ce, con quien trabaja
algunas obras de avanzada contextura, de Debussy especialmente.
Empero, su irresistible vocación por la composición se acrecienta día por
día. Arrastrado por ella y con la sola ayuda del instinto de algunos
conocimientos de armonía que había obtenido, primero del maestro Juan B.
Fuentes y en seguida, de los adquiridos por sí mismo -Carlos Chávez es, en
realidad, un autodidacta-, se pone en obra y produce sus primeros ensayos
de composición, cuando contaba apenas trece años de edad.
Años más tarde comienza en México la inquietud por el nacionalismo en
el sector del arte, cuya gestación coincide con la renovación técnica universal,
creada por los artistas de vanguardia de aquel tiempo. Pintores, como nuestros
coterráneos Diego Rivera y José Clemente Orozco, con sus geniales creacio-
nes murales, marcaban la pauta que, en su opinión, había de seguirse en ese
nuevo concepto. Fue el momento en que Chávez conoce a Pedro Henríquez
Ureña, circunstancia a la que él concede inmensa importancia en su definitiva
orientación artística. Henríquez Ureña no deja de excitarle para que todo su
esfuerzo creador sea dirigido resueltamente a la prístina fuente: el indíanismo
puro, con su robustez etnológica y sus recios y bien delineados contornos,
tan opulentos en motivos, como exuberantes en matices. Convencido Chávez
de que ese arquetipo de belleza cimentada en la fuerza, en la energía, en los
lineamientos pétreos y macizos era el que más convenía a su temperamento,
lo adoptó desde luego, eludiendo sistemáticamente toda tendencia musical
anterior a la gran guerra -salvo, claro está Petroushka y Le Sacre- por
considerarlos funestos a la creación de una escuela de caracteres netamente
nacionales. Proscribe entonces de su ulterior producción cualquier residuo
del romanticismo germano; con todo empeño busca luego el perdido
entronque en las limpias fuentes aborígenes, para captar el precioso líquido
en el manantial mismo; vive en las serranías tlaxcaltecas, donde en continua
y total promiscuidad con los indígenas de la región, participa de sus fiestas,
166
LA MÚSICA
167
EL SONIDO DE LO PROPIO
Silvestre Revueltas
No podría hablarse del nacionalismo musical mexicano sin exaltar el nombre
de Silvestre Revueltas. Este singular artista nace en Santiago Papasquiaro el
31 de diciembre de 1899 e ingresa al Conservatorio Nacional donde estudia
violín con José Rocabruna y armonía y contrapunto con Rafael J. Tello.
La naturaleza de Revueltas, una de las más pródigas que hayan existido
aquí, y su carácter profundamente inquieto, pronto le hacen comprender que
su destino le llama a otra parte. Y emigra a los Estados Unidos, radicándose
en Chicago. Ahí estudia el violín con eminentes profesores; en cuanto a la
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LA MÚSICA
169
EL SONIDO DE LO PROPIO
Jul.ián carrillo
Ha sido seguramente uno de los músicos mexicanos más discutidos. Autor de
varias obras sinfónicas y de música de cámara, entre las cuales figuran dos
sinfonías, y tres suites para grande orquesta, algunos cuartetos de cuerda y
un Sexteto que fueron el producto, entendemos nosotros, de sus estudios
170
LA MÚSICA
Rafael}. Tello
Uno de nuestros compositores más distinguidos y prestigiados, pertenece a
esa generación de músicos nuestros, en los cuales se puede advertir indicios
acusadores de un deseo manifiesto de evolucionar; pero que, sin embargo,
el fundamento de su cultura musical, de fuerte cepa clásica, les induce, a pesar
de todo, a permanecer fieles y continuar tradicionalistas. Artista bien
preparado, técnicamente, ha dedicado toda su vida a la nobilísima tarea de
producir y de enseñar. A él se le deben obras de diversos estilos y matices,
reveladoras, todas ellas, de una gran sinceridad y de un real saber. Entre su
producción más idónea debemos colocar aquella de carácter sinfónico como,
por ejemplo, Patria mía, Sonata trágica y otras más.
Tello ha producido, más o menos, en todos los géneros musicales
conocidos y lo ha hecho c;on éxito halagador. Lo mismo ha abordado el estilo
sinfónico, o el de música de cámara, que el religioso o el teatral. A Tello se
171
EL SONIDO DE LO PROPIO
le deben varias óperas, entre las cuales figuran Dos amores, Nicolás Bravo y
ahora mismo se ocupa de una nueva ópera en un acto llamada El oidor.
Rafael]. Tello nació en México, D.F., el 5 de septiembre de 1872.
Estanis.lao Mejia
Hizo sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional con los maestros
Tello, Campa y el padre Velázquez. Fue director del Conservatorio y, antes,
había sido director de la Escuela de Música Universitaria. Durante su gestión
como director del Conservatorio tomó mucho empeño en la reorganización
de la Orquesta Sinfónica Nacional, lo cual logró.
Su producción musical es, más o menos, la siguiente: una sinfonía en
estilo romántico, una suite para grande orquesta (sobre temas tradicionales),
un ballet sinfónico coreográfico y una suite para orquesta de cuerdas en el
estilo clásico. Además, tiene varias obras didácticas en preparación, entre las
cuales están un tratado de contrapunto; otro de fuga y canon y uno de formas
musicales. Prepara también un ensayo de psicología musical.
Estanislao Mejía nació en San Ildefonso Hueyotlipa, Tlaxcala, el 3 de
noviembre de 1882.
Arnulfo Miramontes
Hizo sus estudios musicales en Guadalajara, donde trabajó el órgano con don
Francisco Godínez. Posteriormente fue a Berlín donde fueron sus maestros
Krause y Roeffer. De regreso al país se consagró a la enseñanza y a la
composición.
Es autor de un centenar de composiciones de diversos géneros: música
sinfónica, música de cámara, música para piano, óperas, etcétera.
Amulfo Miramontes nació en Tala, Jalisco, el 18 de julio de 1882.
Alfredo Carrasco
Comenzó sus estudios musicales en el Orfanatorio de Guadalajara con D.
Andrés Tenorio, quien le enseñó el solfeo y algunos instrumentos. Más tarde
fue uno de los discípulos predilectos del notable organista don Francisco
Godínez. Con él estudió piano, órgano y armonía.
Carrasco es un músico nato, de reales dotes musicales que lo colocan en
un lugar especial entre los músicos e su generación. Como compositor ha
172
LA MÚSICA
Juan A. ""ll>""......:u
Discípulo de solfeo de Candelaria Rivas, y de Amulfo Miramontes de piano.
Trabajó la composición con Benigno de la Torre, en Guadalajara. Más tarde,
a causa de la Revolución, hubo de emigrar, yendo a radicarse a Los Angeles,
California, lugar donde ha vivido dedicado por completo a su profesión.
Aguilar es un músico muy bien dotado, serio y provisto de una seria
preparación musical. Es autor de varias obras para piano, de música religiosa,
de un Concierto para piano y orquesta, y de una Suite morisca ejecutada en
el Hollywood Bowl bajo la dirección de Henry Wood con gran éxito.
Alfonso de Ellas
Nació el 30 de agosto de 1902 en la ciudad de México, Distrito Federal. Fue
alumno del Conservatorio Nacional, donde trabajó la armonía con el profesor
Aurelio Barrios y Morales, el contrapunto y la fuga con el maestro Gustavo E.
Campa y el piano con ]osé F. Vázquez. Su acervo musical es de ocho o diez obras,
muy correctamente escritas: Suitepara orqL!Rsta de cuerda, Eljardín encantado
(Tríptico sinfónico), la. Sinfonía, Variaciones sobre las mañanitas, El Callejón
del Ave María, 2a. Sinfonía, Cacahuamilpa, todo esto para grande orquesta.
Juan D. Tercero
Nacido en Ciudad Victoria, Tamaulipas, ellO de diciembre de 1895. Comenzó
sus estudios musicales en su ciudad natal. Años después fue alumno del
Conservatotio Nacional, siendo su maestro de armonía, contrapunto y
Gustavo E. Campa. Más tarde hizo un viaje de estudio a Europa, fijando su
residencia en París, donde fue alumno de l'Ecole Normale de Musique.
También realizó estudios de armonía, contrapunto y fuga con la célebre Nadia
Boulanger. Sus principales obras son Tres danzas indígenas para orquesta,
El afilador, para soprano y orquesta, y ocho o diez composiciones más.
Actualmente es profesor de armonía del Conservatorio Nacional.
Fausto Gaitán
Originario de Matehuala, San Luis Potosí, donde nació el 6 de septiembre de
1899 y murió el 23 de febrero de 1940.
Desde niño, mostró una gran inclinación por la música, cuyo estudio
abordó a la edad de cinco años. En 1941 ingresó al Conservatorio Nacional.
Ahí estudió armonía, contrapunto y fuga, respectivamente, con los maestros
Mejía, Carrillo y Campa. En 1922, y después que hubo terminado sus estudios
académicos, el Gobierno de México lo pensionó a Europa para
los mismos. En mayo de ese año ingresó al Conservatorio Stern de
173
EL SONIDO DE LO PROPIO
donde trabajó con los profesores Kwast, y Von Fielitz. Viajó después por
Francia e Italia. De regreso a América, actuó como profesor en Memphis,
Estados Unidos, lugar en que estableció una Academia de Música. Después
volvió a México y fue profesor de la Escuela de Música de la Universidad. Allí
profesaba cuando lo sorprendió la muerte.
Ramón Serratos
Hizo sus estudios académicos en la Escuela Normal de Música de Guadalajara,
con el entonces director de la misma, José Rolón. Con él trabajó el piano, la
armonía y el contrapunto, habiéndose graduado ellO de octubre de 1915.
Después, becado por el gobierno de Jalisco, hizo un viaje de estudios a los
Estados Unidos, donde trabajó el piano, por algún tiempo, con Joseph
Lhevine. De regreso a Guadalajara atendió de lleno una academia de música
por él fundada y que, con su nombre, subsiste aún.
Como compositor ha producido varios líeder, un Requiem, algunas piezas
para piano y actualmente escribe una Sutte para instrumentos de arco.
Ramón Serratos nació en Tepic, el 13 de febrero de 1895.
José F. Vázquez
Nacido en Guadalajara, Jalisco, el4 de octubre de 1895. Hizo sus estudios en
el Conservatorio Nacional y fue su maestro Julián Carrillo en composición y
en la armonía.
Entre sus composiciones, que abarcan varios géneros, se encuentran
doce obras para orquesta, cinco óperas, ochenta l ieder, nueve obras para
conjuntos de cámara, cinco de música religiosa y cuarenta para piano.
Fue fundador de la Escuela Libre de Música, de la cual es ahora director.
Y lo es, también, con carácter de titular, de la Orquesta Sinfónica de la
Universidad Nacional Autónoma.
Pedro Michaca
Nació en Canatlán, Dgo., el 26 de noviembre de 1897. Sus estudios de
compositor los efectuó en el Conservatorio Nacional, bajo la dirección de los
maestros Mejía y Barrios y Morales (armonía) y Campa (contrapunto y fuga).
Actualmente profesa en dicho plantel. Además ha especializado sus investi-
gaciones en la pedagogía, en la revolución de la armonía y en el nacionalismo
musical. A ese respecto ha escrito una interesante obra intitulada La evolución
de la annonfa a través del pn·ncípio cfclico-tonal
Sus obras musicales son: El Zarco, poema sinfónico para grande orquesta,
y una Sonata para órgano. Ha escrito también varios trozos para canto y otros
para orfeón.
Miguel. Meza
Nació en San Luis Potosí el 29 de septiembre de 1903. Estudió solfeo y teoría
con el Sr. Santos Beltrán. Después pasó al Conservatorio Nacional, donde
estudió contrapunto y fuga con los maestros Mejía y Campa. Después trabajó
174
LA MÚSICA
Rafael Adame
Nació en Autlán, Jalisco. Estudió composición con el maestro Julián Carrillo.
Sus principales obras son: Sinjoníajolklórica, tres Concertinos para violoncello
y orquesta, dos cuartetos de cuerda y algunas obras más.
J. Jesús Estrada
Nació en Teocaltiche,Jalisco, ellO de diciembre de 1898. Sus estudios los hizo
en la Escuela Normal de Música de Guadalaja!·a, con José Rolón, con quien
estudió piano, armonía, contrapunto y fuga, se graduó en marzo de 1919 y
después fue a Roma, donde fue alumno del Instituto Pontificio. Ahí estudió
órgano con Rafael Manari; polifonía con Casimiri y contrapunto y fuga con
Dobice, profesor de la Real Academia de Santa Cecilia. Años más tarde radicó
en Viena y en París, donde, respectivamente, estudió con Fteurmann y con
Isidor Phillipp. Sus obras principales son: Siete palabras para voces y grande
orquesta, una suite, un Concertino para órgano y orquesta, variaciones sobre
temas de autores antiguos italianos, dos misas y otras piezas diversas.
175
EL SONIDO DE LO PROPIO
Blas Galindo
Recibió las enseñanzas de los maestros Candelaria Huízar (análisis), José
Rolón (armonía, contrapunto y fuga), Carlos Chávez (creación musical y
dirección de orquesta). Pronto se distinguió en todas estas disciplinas y se hizo
apreciar y estimar de sus maestros. Desde los albores de sus
manifestó un decidido empeño en cultivarse y no perder su tiempo.
Sus progresos fueron tan rápidos y eficientes, que más o menos cinco
años después de su entrada al plantel, había terminado ya sus estudios
académicos y se hacía cargo de una de las clases de análisis musical, como
titular de la misma. Creemos que éste es uno de los casos más extraordinarios
acaecido en los anales pedagógicos del Conservatorio Nacional, desde su
fundación.
Ya en sus primeras producciones se advertían sus decididas inclinaciones
por la música de caracteres nacionales. Su armonía y su rítmica poseían
notoriamente esa calidad. Por otra parte, no obstante que sus estudios y su
cultura musicales habían sido, medularmente, clásicos, ambos denotaban que
se estaba frente a un sujeto dotado de un espíritu independiente y emanci-
pado. Especialmente sus diseños rítmicos eran de tal naturaleza que inmedia-
tamente delataban la invariable y constante preocupación del estudiante por
buscar y encontrar su cabal autonomía.
Sus primeros ensayos en el dificil arte de la composición fueron a su
instrumento favorito: el piano. Algún tiempo después abordaba, con la
orquesta; pero sin olvidarse, sin embargo, del piano, al cual trató en forma
concertante. Hasta ahora ha producido un Concierto y un Mariachi ejecuta-
dos por la Orquesta Sinfónica de México y dirigidas ambas obras por Carlos
Chávez.
Posteriormente, Blas Galindo ha recibido las enseñanzas y consejos de
Aaron Copland en el Berkshire College, fundado bajo los auspicios de
Koussevitsky.
Blas Galindo es oriundo de San Gabriel, Jalisco, donde nació en 1910.
176
LA MÜS!CA
Daniel Ayala
Entre los jóvenes distinguidos del grupo dedicado al movimiento musical
mexicanista hay que aludir, de manera personal, a Daniel Ayala. Nacido en
Abalá, Yucatán, alguien ha dicho de su tierra natal:
177
EL SONIDO DE LO PROPIO
del que ya hemos hecho memoria con anterioridad. Pronto trabaron íntima
relación ambos jóvenes y planearon formalizar lo que ya ebullía en sus
cerebros, es decir, la formal organización de la agrupación antes mencionada.
Por algunos años subsistió ésta, hasta que perentorias obligaciones
forzaron a Ayala a emigrar por diversas provincias, donde de varias maneras
cultivó su profesión. Actualmente es Director del Conservatorio de Mérida, de
muy reciente fundación.
Daniel Ayala ha producido bastantes obras, muy especialmente de
orquesta sinfónica, que han sido ejecutadas lo mismo en México que en el
extranjero.
Salvador Contreras
Es éste el último miembro del grupo de los llamados "cuatro" que varias veces
hemos mencionado. Como sus camaradas, Contreras ha producido diversas
obras en distintos estilos, pero, de preferencia, ha cultivado el nacionalismo,
muy especialmente el orquestal.
Educado en el Conservatorio Nacional, a ese plantel debe sus primeros
éxitos de compositor, pues, entiendo que fue en algún concierto organizado
por la dirección del establecimiento, donde en tal sentido, se dio a conocer.
Salvador Contreras fue discípulo del profesor José Rocabruna, con quien
hizo sus estudios violinísticos; por lo que respecta a los de compositor, los
comenzó con Gerónimo Baqueiro Foster, después los continúo con Carlos
Chávez y al fin trabajó un poco con Rodolfo Halffter.
178
LA MÚSICA
LA ÓPERA
Introducción
El género operístico ha gozado, siempre, de gran prestigio en México. Muchos
compatriotas nuestros hasta han creído encontrar en tal género la más alta y
genuina expresión de la música. Desde el siglo pasado, ya lo hemos dicho,
fue uno de los mejores vehículos de cultura musical que hemos poseído. La
ópera italiana ha sido, digamos, la reguladora del medio musical nuestro. Es
ésta la razón por la cual, la casi totalidad de los compositores líricos mexicanos
de la pasada centuria, jamás pudieron substraerse a la fuerte influencia del
teatro italiano, especialmente del romántico de mediados del siglo XIX;
influencia que, aún hoy en día, se percibe de vez en cuando, en las obras
producidas en nuestros días. En una cosa hay que hacer hincapié: en que la
influencia wagneriana, que tan absorbente fue a fines del siglo pasado en
Europa, jamás se encontrará en nuestra producción. La italiana primero, y algo
de la francesa después, sirvieron de estímulo a nuestros compositores. Por tal
tamiz han pasado Castro, Campa, Tello, Cuevas, Vázquez, Miramontes,
Flachebba, etcétera.
Tata Vasco
La última recién venida, Tata Vasco, de Miguel Bernal]iménez, obra plena de
promesas, estrenada con gran éxito, es, creemos nosotros, el más feliz ensayo
lírico que se ha intentado en todo lo que va del siglo en México, y por sus
reales méritos, uno de los más destacados en América Latina.
Tata Vasco inaugura, seguramente, entre nosotros, una época de naciente
nacionalismo teatral. A pesar de ciertas escenas como aquéllas en que está
basado el primer acto, donde se perciben determinadas analogías que hacen
recordar -no musicalmente, nos apresuramos a consignar- a algún cuadro
contenido en conocida ópera italiana, en general, su trama, su ambiente y, en
fin, su música, nos hacen pensar que el camino elegido por Berna! Jiménez
no sólo no está errado, sino que tal obra constituye un positivo acierto, que
será menester renovar para contribuir a la formación de un teatro lírico
auténticamente nuestro.
Miguel Berna! Jiménez es, sin duda, uno de los músicos mexicanos
actuales más bien dotados, provisto de una muy sólida y vasta preparación
musical, y está llamado a grandes destinos.
Las compañías
Tres son los intentos, llevados a cabo en México durante esta centuria, por
compañías netamente nacionales, que es preciso señalar. En primer término
haremos especial mención de la que en vida llevó el sugestivo nombre de
Compañía Impulsora, fundada por ]osé Pierson. La gestación de esta
179
EL SONIDO DE LO PROPIO
EL BALLET
180
LA MÚSICA
181
EL SONIDO DE LO PROPIO
182
LA MÚSICA
183
EL SONIDO DE LO PROPIO
PLANTELES EDUCATIVOS
El Conservatorio Nacional
La escuela musical máxima, en México, ha vívido muchas etapas y pasado por
muchas épocas, en las que vicisitudes de todas clases, incluyendo las del
periodo de la Revolución tan pródiga en hechos extraordinarios y desconcer-
tantes, no han sido ni extrañas ni escasas. Pero en compensación, también los
acontecimientos plausibles no han sido raros.
Por el Conservatorio han pasado los músicos más eminentes y represen-
tativos de México, en él han profesado y algunos de ellos ahí se han formado.
Gustavo E. Campa, Ricardo Castro, Carlos]. Meneses, Rafael J. Tello, Julián
Carrillo, Eduardo Gariel, Carlos del Castillo, Carlos Chávez, Silvestre Revuel-
tas, Manuel M. Ponce, Estanislao Mejía, José Rolón y Salvador Ordóñez Ochoa
han sido, respectivamente, directores del plantel durante lo que va de este
siglo. La mayor parte de ellos han profesado o profesan en él. Pedro Luis
Ogazón, Alberto Víllaseñor, Pedro Valdés Fraga, José Rocabruna, Luis G.
Saloma, · Higinio Ruvalcaba, Ezequiel Sierra, Francisco Contreras, Aurelio
Fuentes, Luis Moctezuma, Alba Herrera y Ogazón, Candelaria Huízar, José F.
Vázquez, José F. Velázquez, Vilma Erenyi, Francisco Agea, Manuel Rodríguez
Vizcarra, Juan D. Tercero, J. jesús Estrada, Joaquín Amparán, Esperanza Cruz,
Consuelo Escobar, Lupe Medina de Ortega, Lamberto Castañares, David Silva,
Berta González Peña, Fanny Anitúa, María Bonilla, Sonia Verbitzky y muchos
otros eminentes profesores han impartido ahí su enseñanza.
184
LA MÚSICA
LOS CONCERTISTAS
Durante este siglo México ha producido, en los diversos aspectos del arte
musical, notables virtuosos, ejecutantes capacitados para figurar con honor en
el escenario artístico internacional. Los pianistas Alberto Villaseñor, Ricardo
Castro, Pedro Luis Ogazón, Carlos Lozano, Manuel M. Ponce, Salvador
Ordóñez Ochoa, Angélíca Morales, Jeanette de Gellen, Esperanza Cruz, Otilía
Figueroa y Pablo Castellanos; los violinistas Manuel Luna, Julián Carrillo,
Rafael Galindo, Aurelio Fuentes, Higinio Ruvalcaba; los cantantes de ópera
Fanny Anitúa, Chucha Magaña, María Luisa y Consuelo Escobar, José Mojica,
Evangelína Magaña y, posteriormente, Irma González. Todos ellos han
actuado con gran éxito en el extranjero. Lo mismo ha sucedido a los cellistas
Rubén Montiel y Domingo González. Debemos hacer, además, mención muy
especial a las liederistas Lupe Medina de Ortega, Sonia Verbitzky y Maña
Bonilla, a quienes se debe, en gran parte, el desarrollo del gusto por el cultivo
del lied, ese género de música tan fino y tan depurado. Por otra parte, una
pléyade de jóvenes músicos se inician ahora en el concertismo con éxito
halagador y no es aventurado predecirles un lisonjero porvenir.
185
EL SONIDO DE LO PROPIO
CONCLUSIÓN
José Rolón
186
FORTUNA CRÍTICA
(SELECCIÓN)
FORTUNA CRÍTICA
Gran entusiasmo reina en los centros artísticos y culturales con motivo del festival
que se celebrará el domingo(...) en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria,
a las once horas, en punto. Se han de desarrollar números de un interés
extraordinario para el elemento cultural de la dudad de México que se precia
de comprender y gustar de las más elevadas manifestaciones del arte en general.
Aparte de los números que forman el programa, debido a que numerosas
personas así lo han solicitado, la Orquesta del Conservatorio Nacional, bajo la
fogosa batuta del maestro don José Rocabruna, ejecutará el Poema sinfónico
titulado El festín de los enanos, obra que obtuvo el primero premio en el
Concurso de Composición y que tanto éxito alcanzara al ser oída por vez primera
en el gran concierto sinfónico que se efectuó el pasado domingo.
Aparte de la ejecución de esta obra maestra que no sólo prestigia a su
autor, el maestro José Rolón, sino al arte nacional, se desarrollará el siguiente
programa, el domingo 11 a las 11 horas: I. Suite para Orquesta de Cuerda, José
F. Vázquez. Diploma conmemorativo, Orquesta del Conservatorio. II. Breves
palabras por el secretario general de la Comisión Permanente del Primer
Congreso Nacional de Música. III. La Loreley, F. Líszt. Canto: señorita Carmen
Corona, Segundo Premio. Orquesta del Conservatorio. Instrumentación del
profesor Juan D. Tercero. IV. Fragmentos del Poema sinfónico Imágenes. C.
Huízar. Tercer premio de la primera sección de música folklórica. Orquesta
del Conservatorio. V. Concierto No. 1 en Mi bemol, para piano y orquesta. F.
Liszt. Piano, señorita Ma. Luisa Terrazas. Segundo Premio. Orquesta del
Conservatorio. VI. Distribución de premios por el C. Rector de la Universidad
Nacional a los vencedores en los concursos. VII. Andante de la Sinfonía
folklórica para música militar. R. Adame. Diploma Conmemorativo. Banda de
Música del Estado Mayor. VIII. Rapsodia meXicana.]. Corona. Instrumentación
del maestro Velino M. Preza. Primer Premio. Director Mayor Ramón Hernández.
Terminado este acto, en el que hubo muchos aplausos para todos los
premiados, la orquesta del Consetvatorio nos hizo oír por segunda vez y a
petición, el Poema Sinfónico de José Rolón titulado El festín de los enanos,
obra que coloca a su autor a una altura envidiable, para escalar la cual
requiérese ser, ante todo, un gran músico.
189
EL SONIDO DE LO PROPIO
Música de la Revolución.
El concurso convocado por la Escuela de Música, Teatro y Danza lo
patrocinó El Universal.
Fuero recibidas varias composiciones.
Las que merecieron el premio a juicio del jurado fueron "Patria mía" y
"Protágoras".
190
FoRTUNA CRITICA
191
EL SONIDO DE LO PROPIO
El autor se refiere al uso del sprechtgesang. Mientras la orquesta toca, el coro habla el entreacto
de La suave patria de López Velarde. En el último movimiento de Cuauhtémoc, la situación
se invierte y el coro canta sin texto alguno.
2 Baqueiro habla de Pierrot Lunaire.
192
FORTUNA CRÍTICA
LA CARCAJADA SIMBÓLICA
ENHEBROS MUSICALES
193
EL SONIDO DE LO PROPIO
OBRA NACIONALISTA
El jestfn de los enanos, poema sinfónico del maestro jalisciense ]osé Rolón,
encontró en Ansermet al mejor transmisor del fuego nacionalista que en tal
obra campea, luciendo en toda su esplendidez, la que nos habla del
ennoblecimiento de temas folklóricos llevados serena y sabiamente a la sala
de conciertos, con tal mesura y talento, como sólo es dable hacerlo a un
auténtico valor como lo es el maestro Rolón. Ansermet, como si conociese la
obra de mucho tiempo atrás, nos la presentó con esa naturalidad y
desenvolvimiento lógico con que satura sus versiones.
194
fORTUNA CRÍTICA
(...) Fue el maestro Rolón con su obra El festín de los enanos, compuesta en
1925, el encargado de representar la prÓducción sinfónica nacional en este
concierto. El autor no pudo ser elegido con más acierto, pues conocida es la
importancia que entraña la obra de Rolón, quien junto con Manuel M. Ponce,
constituye el baluarte más sólido del arte sinfónico nacional, frente al
entusiasmo todavía un poco desordenado de los nuevos compositores y la
tendencia hacia el estancamiento que caracteriza a algunos de nuestros
músicos.
Dentro de un ambiente donde, a nuestro juicio, se advierte ya cierta
comunidad de tendencias con la producción de Dukas -en El aprendiz de
brujo- de quien Rolón recibió después provechosas enseñanzas, el compo-
sitor mexicano realizó un trozo sinfónico lleno de interés. El contraste de los
temas, uno humorístico, serio el otro, ofrece al músico experimentado una
serie de situaciones que Rolón resuelve con singular acierto. La obra toda
respira homogeneidad; todo en ella es orgánico, hallándose ya presidida por
el propósito constante de evitar lo superfluo, que es también característica de
la nueva música de Ponce.
Ansermet dio a esta obra una lectura llena de interés, en consonancia con
la categoría del poema sinfónico. Significativa en alto grado fue la merecida
ovación de que fue objeto el maestro Rolón, por patte del público que no
tardó en descubrirlo en el lunetario de la sala ...
FESTNAL ROLÓ N
195
EL SONIDO DE LO PROPIO
Jesús Estrada
Cultura Musical, Vol. 2, V/1937.
3 Los títulos y y sus respectivos creadores son Cuadro, poesía de Xavier Villaurrutia, Dibujos
sobre un puerto, ciclo de canciones sobre poemas de José Gorostiza, Breve romance de la
ausencia y junto a tu cuerpo, poesía de Salvador Novo.
4 Todos los entrecomillados en español en el original.
196
FoRTIJNA cRITICA
Frank E. Hobden
The Dalias Courier, 8/XII/1941.
NOTAS
5 Bal y Gay repite un error común. La fecha correcta del nacimiento de Rolón es el22 de junio
de 1876 (ver sección "Otros documentos").
197
EL SONJDO DE LO PROPIO
198
FoRTUNA CRÍTICA
Cuando por una de esas cosas extrañas de los vaivenes de la vida, Carlos
Chávez invitó a Ordóñez a tocar en la presente temporada de la Orquesta
Sinfónica de México, éste le propuso dicha obra.
No se estremedó el público con ella porque se descuidó la información
previa.
Es de muy mala suerte Ordóñez para estas cosas y también Rolón.
La ejecudón del Concierto por parte de Carlos Chávez y la intepretación
de Salvador Ordóñez fueron soberbias.
Nunca los estrenos de estas obras se han hecho con el cuidado que en
el Concierto en Mi se puso. Sin embargo, el público se mostró muy reservado.
¿Fue culpable de ello?
No, sin duda. La trascendencia de las primeras ejecuciones de grandes
obras, particularmente de mexicanos, no la admite ese público erudito, que
no sabe la música pero afirma sí, con eficiencia enfática, que percibió
influencias múltiples de todos los compositores modernos en la obra.
Nadie habló del extraordinario vigor rítimico que Rolón puso en su
creación magnífica, ni del fuego que el concertista puso para hacerlo sentir.
Negar la mexicanidad de ellos es de ignorantes, de desconocedores de
lo que es ese Jalisco de embeleso volcándose musicalmente en sus
"mariachis".
Por pescar un diseño conocido de la música de compositores europeos,
los eruditos cerraron los oídos y no pudieron oír nada de lo que mañana el
extranjero consagrará, sin duda.
Pronto tendrá Ordóñez la oportunidad de tocarlo en los Estados Unidos
o en otra parte y entonces se conocerá el valor de esta obra maestra moderna
llena de expresiones quintaesenciadas de mexicanidad selecta que no
supimos estimar oportunamente.
Pero, quiéranlo o no los indiferentes, la noche del 4 de septiembre de
1942 se recordará siempre en los fastos de la música como aquella en que por
primera vez se tocó una hermosa obra que no fue comprendida.
¿No ha sucedido así con tantas composiciones hoy célebres?
199
EL SONIDO DE LO PROPIO
de Ravel y de Bartók. "Pues menos mal-le contesta Carlos Chávez-, así tocarás
tres conciertos en uno."
El Concierto tiene, en efecto, una gran exuberancia, cromatismo
impresionista y salvajismo disonante. No obstante, el mexicanismo de José
Rolón aporta una nueva nota muy original al panorama del nacionalismo
musical contemporáneo. Los complejos ritmos populares, fragmentados y
contrapuestos continuamente están realizados en una orquesta de timbres
oscuros y de sonoridades tremendas que tienen toda la virilidad del "sonajero"
danzante de Jalisco, tierra natal del compositor. La orquestación maciza del
primer movimiento se aligera en el último, donde adquiere gran belleza
elocuente, sobre todo en su pasaje central, estilización seductora de un son
mariachí. Su parte pianística es de efecto brillante y de gran virtuosismo.
200
FoRTUNA CRITICA
porque el público encontró algo que, sin discernirse, tocó las fibras más
sensibles y comunes a todos: "las fibras mexicanas". Por lo tanto, todos
abandonamos el Teatro seguros de haber escuchado algo serio, personal y
propio, aunque muchos se rebelaran contra el medio de expresión.
La orquestación de tradición rusa, que fue tal vez elegida
subconscientemente por Rolón para una expresión mexicana, fue una
elección feliz, por haber grandes semejanzas entre nuestra plástica popular
y la rusa. No se puede tachar, pues, de forzada, máxime cuando el trabajo
orquestal es claro y tan simple como permitía la complejidad esencial.
Una nota especial de esta obra es la de prescindir de virtuosismos
malabaristas en la parte del solista, cosa muy peligrosa en esta clase de obras.
La partitura del Concierto está plásticamente contrastada pero sin
arbitrariedades. Pinta lo nuestro, con una base original de claroscuro de luz,
colores, vida y energía. Indudablemente el último tiempo es el más homogé-
neo y completo. Su estructura "jazzística" le infunde una gran fuerza sugestiva
y permite gran naturalidad en el desarrollo ideológico. Este tiempo tan sobrio,
es tal vez, el más sincero. El primer tiempo tiene valor de preámbulo, tal vez
demasiado expositivo para ser preludio, pero fija certeramente el juego
rítmico y armónico del compositor. Sus motivos son revolucionarios y
antitéticos, amasados por unidad rítmica y una gama de colores y valores
netamente mexicano-populares.
El segundo tiempo es el más inquietante, su ambiente es más lírico y
expresa franca pasión criolla. Tiene ironías efectistas. Caprichoso.
La ejecución, digna del elogio y la dirección del maestro, como autor que
ha escrito lo que ordena. El público escuchó una orquesta afinada, discipli-
nada en forma desusada y sorprendente. Esperamos que este Concierto del
maestro Rolón sea escuchado muy pronto en México y Europa y que se le
consagre justamente como obra representativa de nuestra patria.
201
EL SONIDO DE LO PROPIO
202
FoRTUNA cRITICA
""'"'u"'"' regiones de Jalisco suelen ser las mujeres muy bravías, y los
nomb,res muy introvertidos. De muy pocas palabras, pero como vulgarmente
se "muy bragados". José Rolón era de ese tipo. Hablaba poco, pero casi
siempre decía cosas muy importantes y profundas. Si tuviera que buscar un
carácter semejante al suyo, creo que no podría hallar otro mejor que el de Juan
Rulfo, como él, hermético, enjundioso.
Del maestro Rolón conservo muy vivos recuerdos. Siempre he tenido la
impresión de que, durante largas etapas de su vida, fue solitario. Su primera
esposa había muerto muchos años atrás. Casó en segundas nupcias conAnita
de la Cueva, mujer muy hermosa, radiante, joven, de simpatía y talento. Muy
203
EL SONIDO DE LO PROPIO
fina. Para entonces Ro Ión ya era bastante grande; ya estaba cansado. Anita fue
muy feliz con él, y él con ella, que supo también ser compañera admirable,
tanto en lo musical cuanto en lo personal; que supo darle un afecto sincero
que él mucho necesitaba. Pero por uno de esos malhadados imponderables
hubieron de separarse, y Rolón volvió a quedar solo.
Tuve la oportunidad de estar cerca de él durante algunos años. Entre 1935
y 1938 estudié, bajo su dirección, la armonía, el contrapunto, la orquestación
y las formas musicales. Era un maestro muy positivo. Nunca se dejaba arrastrar
por los excesos metódicos, y aparentemente carecía de sistema. Creo estar en
lo justo al afirmar que en los grados superiores de cualquier tipo de
enseñanza, nada tiene que hacer el rigor pedagógico, y el mejor maestro es
el más liberal, el más alejado de lo que podríamos llamar disciplina cuartelaria.
Esto me parece mucho más válido cuando lo que se enseña es arte.
Para mí, Rolón fue mucho más que un guía musical. Fue el primero que
me aconsejó, con toda claridad, algunas cosas esenciales para la vida, muchas
de las cuales con toda seguridad no he sabido seguir. Alguna vez, viendo que
yo podía llegar a destacar, pero al mismo tiempo la pasaba bastante mal por
falta de recursos, me dijo: "Amárrese la tripa. Tenga fe en usted mismo y en
su carrera". En otra ocasión me espetó: "¡Hágase líder! Usted tiene madera,
subáseles a todos éstos".
Aunque nunca penetré en su intimidad de creador musical, estoy
convencido de que Rolón era un trabajador tranquilo. No era el hombre que
caía en trance para componer y, es más, se divertía haciéndolo.
Como músico, Rolón va evolucionando a través de los años de lo que puede
considerarse un academismo, al estilo más libre, más personal. Pero en él -a
diferencia de otros-, ese derrotero es perfectamente natural; nada forzado.
Muy interesante es el nacionalismo de Rolón, que a mi modo de ver puede
asimilarse más al de un Tchaikovsky que al de un Rimsky-Korsakoff, o sea,
que es mucho menos intencional· que natural. Sin embargo, creo que su
postura es deliberada. Normalmente, todo nacionalismo hace dar pasos atrás
a quienes lo practican. El caso de Rolón es distinto. Trata de asumir un
lenguaje local, asimilándolo a las corrientes mundiales de su época. Nunca se
nos muestra conservador en este sentido, y permanece en contacto con la
armonía más avanzada. Desde cierto ángulo, puede parecer paradójico,
porque realiza la amalgama de lo antitradicional, con el típico sabor de la
canción mexicana.
No me parece aventurado afirmar que en el Concierto para piano y
orquesta Rolón llegó a lo más adelantado de su pensamiento. La armonía de
esta obra, a base de cuartas o de terceras superpuestas, está manejada casi a
la manera de Ravel. Desgraciadamente era orquestador poco hábil y mucho
se ha señalado que en el Concierto hay demasiada orquesta, muchas
duplicaciones que, a pesar del trabajo que hizo Eduardo Hemández Moneada
sobre la partitura, no alcanzaron a eliminarse. También hay algunos pasajes
que quedaron en duda, porque era un compositor que gustaba de elaborar
largamente sus obras y dejaba pendientes algunos retoques finales que en más
204
FoRTUNA cRíTICA
El Dfa, 1/III/1975.
LA OBRA DE ROLÓN
por Silvestre Revueltas
Es redundante hablar de Rolón como uno de los contados artistas que con más
sólida preparación y más clara conciencia laboran tenazmente por el
mejoramiento de nuestro medio musical. La serena actuación de Rolón, en un
ambiente esencialmente agitado como es éste, constituye alto ejemplo para
nosotros los músicos jóvenes.
Una costumbre carente por completo de fundamento hace que en México
se aplique muchas veces el nombre de "Maestro" a falsos apóstoles que nada
tienen que ver con la tarea de guiar y orientar a las juventudes. ]osé Rolón
encarna el tipo de verdaderG maestro y es acreedor por múltiples títulos a ese
honroso nombre. Maestro es, no sólo porque practica con sabiduría la función
docente, sino porque lo hace con criterio actual, nuevo. Maestro es porque
sustenta una convicción propia que no se doblega ante consignas, y es
maestro porque al correr del tiempo ha ido acumulando una obra represen-
tativa, rica en realizaciones que están destinadas a sobrevivirle. Como ejemplo
de lo que significa ya la obra de este gran músico jalisciense, está esa joya que
él ha intitulado Zapotlán, así como toda su obra para orquesta, obra fuerte,
maciza y llena de excelencias, obra que está llamada a figurar entre las mejores
de nosotros, músicos mexicanos.
20S
EL SONIDO DE LO PROPIO
JOSÉ ROLóN
por Manuel M. Ponce
206
FoRTIJNA cRITICA
207
OTROS DOCUMENTOS
ÜTROS DOCUMENTOS
de
.ua- 1~--''-""''"'' el grande
Apartado 15
Ciudad Guzmán, ]al.
Que en el libro de bautismos números 60, en el folio 139, frente, se halla una
partida que a la letra dice:
Al margen: "José Paulino de Jesús Rolón.- P. M. 2-Dentro: "En veintinueve
de Julio de mil ochocientos setenta y seis. Yo el Presbo. Br. D. Franco. M.
Valdéz, Ministro de esta parroquia de Zapotlán, y como padrino de pila por
expreso convite, bautisé solemnemente, puse santo óleo y crisma a José
Paulino de Jesús de ocho días de nacido, hijo legítimo de Don Feliciano Rolón
y Doña Eduviges Akaraz; sus abuelos paternos Don Romualdo Rolón y Da.
Jesús del mismo apellido: maternos; Don Ignacio Alcaráz y Verduzco y doña
María Gertrudis Sandoval; sus padrinos El Señor Don ]osé Lauro García, Da.
Modesta Brambila cónyuges a quienes advertí su obligación y parentesco. Y
para la debida constancia lo firmé con el Sr. Cura".- Firmados: "Antonio
Zúñiga". Rúbrica. "Franco M. Valdéz". Rúbrica.
211
EL SONIDO DE LO PROPIO
CONCURSOS DE COMPOSICIÓN
Primera sección
Para la prueba de este concurso se señaló el 29 de octubre, habiéndose
efectuado en la Dirección del Conservatorio Nacional de Música, y calificando
como Jurados los señores profesores Eduardo Gabrielli, Pedro Valdés Fraga,
Aurelio Barrios Morales, Alberto Flacebba y Jesús M. Acuña. Asistieron como
representantes de la Permanente los señores profesores Estanislao Mejía e
ingeniero Daniel Castañeda.
El número de obras consignadas a la primera sección fue de cuatro cuyos
nombres y lemas respectivos son los siguientes:
212
OTROS DOCUMENTOS
213
EL SONIDO DE LO PROPIO
del mismo; y que ese acuerdo había recaído en tal sentido, en virtud de haber
considerado que ese asunto competía más bien a aquella institución -la
Universidad Nacional Autónoma-.
Tal vez en razón de la brevedad de nuestro escrito no pudo llevar éste
a la mente de ese H. Seminario, una imagen exacta de como pasaron los
hechos y, por eso, nos permitimos enviar ahora los datos precisos relaciona-
dos con el curso de referencia, datos que, pensamos nosotros, aclararán
perfectamente la situación creada en tomo del mismo.
El Conservatorio Nacional de música, promotor y convocador del
mencionado Concurso, ha funcionado siempre, subordinado a alguna de las
dependencias o Departamentos de la Secretaria de Educación Pública.
Actualmente está bajo la autoridad de la Dirección de Educación Extra-escolar
y Estética y anteriormente estuvo adscrito al Departamento de Bellas Artes
como también lo estuvo a la Universidad Nacional antes que ésta obtuviese
su autonomía. Pero durante su ya largo historial, jamás el Conservatorio ha
dejado de pertenecer, íntegra y totalmente, ya sea con su nombre primitivo
que es el que actualmente ha vuelto a llevar o con el de la Escuela de Música
y Danza que, a propuesta de su entonces director Sr. Carlos Chávez,
transitoriamente llevó, jamás, repetimos, el Conservatorio Nacional de Música
ha dejado de pertenecer un solo instante a la Secretaría de Educación Pública.
Por lo que respecta [al la Universidad Nacional No autónoma, en la ciencia
de todos está que no era sino una simple dependencia de la misma Secretaria
de Educación, a la que estaba substancialmente subordinada.
Una vez establecida la entidad juridica que representaban, respectiva-
mente, la Universidad Nacional, no autónoma y el Conservatorio Nacional de
Música (una pequeña dependencia dentro de una grande que gravitaban,
ambas, alrededor de un solo y único dueño y responsable, que no era otro
que la Secretaria de Educación Pública), pasemos ahora a tratar sobre algunos
hechos relacionados con el Concurso en cuestión:
En el momento que el Jurado del mismo -del cual fue miembro, en
calidad de Presidente, el propio Director del Conservatorio Nacional, maestro
Carlos Chávez-, en el momento, decimos, que el Jurado rendía su fallo -27
de diciembre de 1929-, o sean once meses después de la convocatoria, cuyas
bases no fueron nunca modificadas en sus puntos esenciales, el Conservatorio
Nacional dependía de manera franca y ostensible, del Departamento de Bellas
Artes, es decir, de la Secretaria de Educación Pública, lo cual aclara
perfectamente su posición verdadera.
Todo esto nos hace volver a ocupar la atención de ese H. Seminario y
suplicarle, de la manera más atenta y respetuosa, se sirva acoger a nuestra
necesaria aclaración y pedir a la Secretaría de Educación Pública haga justicia
que hemos solicitado.
Atentamente,
214
CRONOLOGÍA
(Todas las fechas corresponden a la composición de la obras
a menos que se indique p.e. ejecución]).
CRONOLOGÍA
1897 DukasE/aprendizde
brujo
217
EL SONIDO DE LO PROPIO
1913 Stravinsky: La
Consagración de la
primavera
218
CRONOLOGíA
219
EL SONIDO DE LO PROPIO
1929 Regreso a México Trois Me/odies, Ponce: Cuatro Piezas Villa-Lobos: Cboros
Chávez dirige Scberzo Cuaubtémoc para Piano
Sinfónico
220
CRoNOLOGlA
1935 Ansermet dirige El Concierto para piano, Revueltas: Redes Stlllvinsky: Concierto
Festín de los Enanos Estudios parn piano, Carrillo: Xocbimilco parn dos pianos
Cuarteto de cuerdas Chávez: Sinfonía India Berg: Luluy
Moncayo: Amatzinac Concierto para violín
Halffter: Don Lindo de
Almería
1938 Director del C.N.M. Piñatas Huízar: 3a. Sinfonía Prokofiev: Ak.xander
(renuncia en Revueltas: Sensemayá Nevsk:y
septiembre) Revueltas
dirige Zapotlán
221
EL SONIDO DE LO PROPIO
1943 Suite All 'Antica Ponce: Concierto para Bartók: Concierto para
vio! in orquesta
1945 Rolón muere el3 de Galindo: Sonata para Britten: Peter Grimes
febrero en el D.F. violin Villa-Lobos: 5a.
H. Kindler dirige El Moncayo: Sinfonietta Bachiana Brasileira
Festín de los Enanos. Bartók: 3er. Concierto
para piano
Honegger: Sinfonía
Litúrgica
222
ÍNDICE DE FUENTES
ÍNDICE DE FUENTES
AClARACIÓN
CORRESPONDENCIA
225
EL SON!OO DE LO PROPIO
l. "El punto de vista del arte musical en los principios de siglo XX", origina~ 1925.
2. "Algo acerca de la música moderna", Revista de Revistas, 14/III/1926.
3. "Algunas consideraciones sobre la enseñanza del piano", por I. Phillipp, trad de J.
Rolón. Paris, Durand, 1928.
4. "No existe el Manuel M. Ponce de la canciones mexicanas", Revista de Revistas,
4/XI 1928.
226
ÍNDICE DE FUENTES
5. "El Porvenir de la música latinoamericana", Música, Revista Mexicana, vol. 1., no.
2, 15/V/1930.
6. "La música autóctona mexicana y la técnica moderna", Música, Revista Mexicana,
VID 1930.
7. "Prontuario de modulación analítico", original, 1930.
8. "Glosas armónicas", Música, Revista Mexicana vol. II, nos. 3 y 4, 15/XII/1930.
9. "Glosas Armónicas", Música, Revista Mexicana vol. II, nos. 11 y 12, 15/II/1931.
10. "Diversas modalidades de la enseñanza de la composición", Música, Revista
Mexicana, vol. 1, no. 4 15/VII/1930.
11. "A propósito de un concurso de música nacionalista", El Universa~ 1/VII/1931.
12. "El problema de la enseñanza del solfeo en las Escuelas Primarias", El Universal,
24-V 1932.
13. "Organización musical en México", Boletín latinoAmericano de Música, vol. 3,
no. 3. III/1937.
14. "Algunas reflexiones acerca de la modulación", Cultura Musical, vol. 1, no. 8,
V1'1937.
15. "Algunas reflexiones acerca de la mutación en la fuga tonal", Cultura Musical,
vals. 8 y 9, Vi-VII/1937.
16. "¿Es posible ser crítico musical sin saber de música?" El Universal, 14/Vill/1937.
17. "Crítico y Cronista", El Universal, 27 /VIIl/1937.
18. "Aclaraciones", El Universal, 18/IX/1937.
19. "El hijo de David y su defensor", Cultura Musical, vol. 10, IX/1937.
20. "Los Problemas del Conservatorio Nacional", El Universal, 8/V/1938.
21. "Los sucesos del Conservatorio Nacional", m.s. XIV1938.
22. "Zapotlán, Suite Sinfónica 1895", notas al programa de la Orquesta Sinfónica de
Mexicanos, Palacio de Bellas Artes, 15/XII/1938.
23. "Memorandum" (sobre la renuncia a la dirección del Conservatorio Nacional de
Música), original, 1938.
24. "La música contemporánea en México", la Cultura en México, vol. 1, no. 3,
V-V1'1942.
25. "La música", m.s. 1944.
26. "El Maestro Francisco Godínez", RevistaMusica/Mexicana, vol. 5, 7/IJ1945.
27. "Sobre música Americana", Occidente, V-Vl/1945.
28. "Arthur Rubinstein", El Universal, s/f.
29. "Causas del estancamiento de la enseñanza profesional de la música", original s/f.
30. "Claudia Arrau", El Universal, s/f.
31. "Como conocí a Hofmann en París", El Universal, s/f.
32. "Como puede realizarse prácticamente una labor de acercamiento entre los
pueblos de América por medio de la música", original, s/f.
33. "La misa solemnis de Beethoven", original, s/f.
34. "La probidad artística de José Iturbi", El Universal, s/f.
35. "La sonata pre-Beethoveniana" original, s/f.
36. "Los conciertos de Brailowsky", El Universal, s/f.
37. "Walter Gieseking", El Universal, s/f.
38. "La evolución del contrapunto", original incompleto s/f.
39. "Algunos apuntes sobre el arte musical en Jalisco", original incompleto, s/f.
40. "La evolución de la ciencia armónica", original incompleto, s/f.
41. "Proyecto de programa de composición", original incompleto, s/f.
2Z7
EL SON!DO DE LO PROPIO
MATERIAL BIBIJOGRÁFICO
(fodos los materiales publicados en la Ciudad de México, a menos que se indique lo
contrario)
228
ÍNDICE DE FUENTES
Herrera y 0., A. "Notas al programa del Cuarteto Clásico del Conservatorio", México,
1942.
Jiménez, G. "Zapotlán", notas al programa de la Orquesta Sinfónica de Mexicanos,
Palacio de Bellas Artes, 15/XII/1938.
Kahan, S. "La Carcajada Simbólica", El Gráfico de la Mañana, 8/XI/1932.
- . "Música", El Universal Gráfico, s/f. (VIIV1935).
-."Algunas obras de Ro!ón", El Universal, 27/XI/1936.
Lear, O. "Notas musicales", El Informador, Guadalajara, s/f.
- . "Un nuevo triunfo del maestro Rolón", El Informador, Guadalajara, s/f, (1927).
- . "El N concierto de la orquesta sinfónica", El Informador, Guadalajara, s/f. (I/1936).
- . "Cronista musical", El Informador, Guadalajara, s/f. (I/1936).
Mayer-Serra, O. "Concierto para Piano y Orquesta de José Rolón", transcripción
mecanográfica, f/d., s/f.
M.L. "José Rolón y el nacionalismo musical", Bandera de Provincia, Jalisco, s/f.
Moneada, F. 'José Rolón, pianista, compositor y pedagogo", notas al recital de Ma.
Luisa Rangel, Auditorio Julián Carrillo, 3/X/1983.
Mori, A. "Escenario", f/d., s/f. (IX/42).
Núñez y D., J. "Palabras al viento" f/d. s/f.
Ordóñez, S. "José Rolón, Concierto para Piano y Orquesta", en "Notas al programa de
la Orquesta Sinfónica de Guadalajara", Teatro Degollado, 11/XIV1953.
Paliares, E. "Impresiones musicales", f/d., s/f., (XV1942).
Palomar, C. "Sinfónica Nacional", Excélsior, 21/XI/1966.
Pérez, A. "A la Memoria del maestro José Rolón", texto de la conferencia dictada en la
Casa de Jalisco, 11/XI/1946.
Pérez, E. "El Séptimo Concierto de la Sinfónica de México", Revista de Revistas,
5/XI/1937.
Pomar, J. "Enhebros Musicales", El Universa~ 5/XI/1932.
Ponce, M. Notas al programa de "Música de Cámara de México", Sala Schiefer,
18/N/1945.
Revueltas, S. "El Excepcional Caso de José Rolón", notas al programa de la Orquesta
Sinfónica de Guadalajara, Teatro Degollado, 3/IV1961.
Rodríguez, A. "El hombre y su obra", f/d., s/f.
Rolón, M. Testimonio sobre fosé Rolón, México, U.N.A.M. 1969. (Cuadernos de Música
3).
-."Directores de la Obra de José Rolón", lista de directores de orquesta que han
interpretado alguna obra de Rolón, 1961.
- . "La Orquesta Sinfónica de México y el Maestro José Rolón", carta abierta al
periodista 'Jacobo Dalevuelta", s/f.
Romero, J. "Biografías de Músicos Mexicanos; José Rolón, Revista Musical Mexicana
7/IIV1945.
Rosefield, J. "Hands Across Border as Jap Bombs Crash", Tbe Dalias Morning News,
Dalias 7/XIV1941.
Robalo, A. "Música y Cantantes", El Naciona~ 14/V1932.
- . "Segundo concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional", El Nacional, 9/XV1932.
Ruiz, J. "Concierto para Piano y Orquesta de José Rolón", transcripción del artículo
homónimo publicado en El Informador de Guadalajara, I/1936.
Salas, A. "Música y Músicos Mexicanos" Mexican Folkways VII-IX/1932.
Salazar, A. "El concierto sinfónico" Así, 12/IXI1942.
-."En la Orquesta Sinfónica de México", 12/IXI1942.
- . "Concierto para Piano y Orquesta de José Rolón", notas al programa de la
Orquesta Sinfónica de Guadalajara, Teatro Degollado, 3/II/1961.
Salmerón, A. "Notas musicales", f/d., 31/Vl%1.
Samazehuil, G. "Audition d'Oeuvres des éleves de la classe de composition de M. Paul
Dukas" (Ecole Normale de Musique), la Revue Musicale, París, IIV1928.
229
EL SONIDO DE LO PROPIO
230
ÍNDICE DE FUENTES
DocUMENTOS DIVERSOS
231
EL SONIDO DE LO PROPIO
OTROS MATERIALES
232
CONSEJO NACIONAL
PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
Rafael Tovar y de Teresa
PRESIDENI'E
Ignacio Toscano
SUBDIRECTOR DE BEllAS ARTES
Martín Díaz
SUBDIRECTOR DE EDUCACIÓN
Carlos Reygadas
SUBDIRECTOR DE ADMINISTRACIÓN