INTERVENCIÓN en Infertilidad PDF
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INTERVENCIÓN
PSICOLÓGICA EN
INFERTILIDAD: PROTOCOLOS
PARA LAS UNIDADES DE
REPRODUCCIÓN Y EN LA
CONSULTA CLÍNICA
CARMEN MORENO-ROSSET
Profesora Titular del Dpto. de Psicología de la
Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos.
Universidad Nacional de Educación a Distancia
ROSARIO ANTEQUERA JURADO
Profesora Titular del Dpto. de Personalidad, Evaluación y
Tratamiento Psicológicos. Universidad de Sevilla
ALEJANDRO ÁVILA ESPADA
Catedrático del Dpto. de Personalidad, Evaluación y
Psicología Clínica.
Universidad Complutense de Madrid
CRISTINA JENARO RÍO
Profesora Titular del Dpto. de Personalidad, Evaluación y
Tratamiento Psicológicos. Universidad de Salamanca
FRANCISCO JAVIER DE CASTRO PITA
Médico ginecólogo. Jefe del Servicio de la Unidad de
Reproducción Humana Asistida. Hospital Universitario
Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares)
YOLANDA GÓMEZ SÁNCHEZ
Catedrática de Derecho Constitucional
Universidad Nacional de Educación a Distancia
ISSN 1989-3906
Contenido
DOCUMENTO BASE............................................................................................ 3
Intervención psicológica en infertilidad: Protocolos para las unidades
de reproducción y en la consulta clínica
FICHA 1............................................................................................................ 22
¿Cómo atender un caso de infertilidad en consulta clínica o
en atención primaria?
FICHA 2 ................................................................................................................................. 33
Programa de apoyo psicológico (PAPI) para su aplicación en las unidades
de reproducción humana
Documento base.
Intervención psicológica en infertilidad: Protocolos para
las unidades de reproducción y en la consulta clínica
¿POR QUÉ ES NECESARIO EL PSICÓLOGO EN LAS UNIDADES DE REPRODUCCIÓN HUMANA?
Con la reproducción venimos a la vida, nacemos y cuando nos convertimos en adultos pretendemos la continuidad de
la misma a través de la descendencia. Los tiempos han cambiado y las mujeres y hombres del siglo XXI priorizan la
formación y la profesión, posponiendo el momento de tener hijos. Sin embargo, aunque la salud, calidad de vida y
longevidad han ido aumentando en este siglo, los procesos vitales siguen el mismo ritmo que antaño. Aunque la
pubertad se presenta a una edad cada vez más temprana y la menopausia cada vez más tarde, las mujeres siguen siendo
más fértiles a los veinte que a los treinta o que a los cuarenta años. Tanto la fertilidad como la infertilidad han estado
presentes en todos los siglos y civilizaciones. El deseo de un hijo es innato en el ser humano y tarde o temprano puede
convertirse en la mayor creación que éste puede hacer y dejar como herencia.
Estamos en un momento sociosanitario en el que el psicólogo poco a poco va introduciéndose en el sistema de salud
para atender a usuarios con enfermedades crónicas, a grupos sociales específicos, a personas mayores, etc. Su
incorporación en los equipos interdisciplinares es necesaria porque en los procesos de salud-enfermedad cuerpo y
mente van unidos y en muchos casos, el apoyo, consejo e intervención psicológicos permiten instaurar nuevas
conductas de salud en las personas que padecen enfermedades, facilitan el afrontamiento positivo de los tratamientos
médicos y sus resultados e incrementan la calidad de vida tanto de los enfermos como de sus cuidadores formales e
informales.
La infertilidad es una enfermedad crónica que, desde nuestro punto de vista, debe ser atendida en todas sus facetas,
física y emocional, individual y en la pareja. Pero también es cierto que a pesar de ser considerada una enfermedad
crónica posee unas características propias y distintivas: no impone limitaciones físicas a quienes la padecen, no suele
cursar con sintomatología y dolor asociado a la misma, no afecta a la funcionalidad del sujeto, no existe una amenaza
real a la propia vida y las parejas pueden elegir libremente tratamiento o no ya que su evolución no amenaza su
supervivencia (Antequera, Moreno-Rosset, Jenaro y Ávila, 2008) (Ver figura 1).
El dolor que sufren estas personas es, la mayor parte de las veces, más emocional que físico. La dificultad o
imposibilidad de tener hijos es un dolor “del alma”
que como tal, debe ser atendido por una nueva FIGURA 1
vertiente de la Psicología de la Salud que
empezamos denominando “Psicología de la
Reproducción” en el primer simposio que
organizamos en el año 2000 en el Congreso
Hispano-Portugués que se celebró en Santiago de
Compostela (España).
La literatura publicada hasta el año 2000, tanto
anglosajona como española, ya demostraba que la
infertilidad y/o su tratamiento se relacionaban con
alteraciones emocionales como la ansiedad y
depresión y que los tratamientos de reproducción
asistida suponían un impacto y proceso estresante
que se sumaba a la experiencia de la infertilidad
(Ávila, 1993).
Las primeras revisiones de los estudios realizados
en el anterior milenio señalaban, además de los
aspectos anteriormente citados, los principales
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Formación Continuada a Distancia
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déficits metodológicos, a saber: a) una mayor tendencia a centrarse en el estudio de las mujeres, en detrimento del
estudio de los hombres; b) un elevado uso de autoinformes; c) los instrumentos utilizados habían sido creados, en su
mayoría, para población general o clínica, pero no para la población infértil; d) las muestras eran reducidas y, a veces,
poco representativas (Greil, 1997).
Fue así como nos propusimos, hace una década, estudiar desde una perspectiva biopsicosocial las consecuencias
psicológicas, psicosociales y neurobiológicas de la infertilidad y sus tratamientos (Moreno-Rosset, 2003, 2007) a través
de la realización de dos proyectos I+D+I. Además, entre las convocatorias 2000-2001 y 2005-2006 impartimos el curso
de pos-grado de Especialista Universitario en La Reproducción Asistida: aspectos psicológicos médicos y legales (un
nuevo futuro profesional) que ofreció una formación interdisciplinar orientada a psicólogos, ginecólogos, biólogos,
juristas y enfermeras especialistas en reproducción humana, con el fin de intercambiar conocimientos y promover la
atención integral de las personas infértiles. Actualmente y ampliando horizontes se imparte en el Master de
Investigación de la Facultad de Psicología de la UNED, perteneciente a los nuevos estudios de pos-grado de la EEES,
la línea de investigación sobre “Evaluación y tratamiento psicológico de los trastornos asociados al ciclo reproductivo”.
En esta labor docente e investigadora han participado especialistas de distintas disciplinas como la psicología, la
ginecología, la embriología y el derecho, conformando finalmente un equipo interdisciplinar que es el que suscribe el
presente curso de formación a distancia. Algunas de las principales aportaciones profesionales en este nuevo campo
de la Psicología de la Salud son: 1) la creación de un nuevo y específico instrumento de evaluación psicológica para
aplicar a parejas infértiles “Cuestionario de Desajuste Emocional y Recursos Adaptativos en infertilidad” (DERA;
Moreno-Rosset, Antequera y Jenaro, 2008) que recibió el XII Premio TEA Ediciones, 2007; 2) un monográfico en
Papeles del Psicólogo sobre “Infertilidad y Psicología de la Reproducción” (Moreno-Rosset, 2008); 3) un Manual
Práctico titulado “Infertilidad y Reproducción Asistida. Guía práctica de intervención psicológica” dirigido a los
psicólogos para que puedan atender parejas infértiles en sus consultas clínicas o en atención primaria (Moreno-Rosset,
2009a); 4) una Guía de autoayuda dirigida a las parejas (Moreno-Rosset, 2009b) que sirve, asimismo, al psicólogo
como material complementario al haber incorporado ejercicios psicoterapéuticos y un CD de relajación específico para
casos de infertilidad; y 5) la descripción del “Programa de Apoyo Psicológico en Infertilidad” (PAPI; Moreno-Rosset,
Ávila, Antequera, Jenaro, de Castro y Gómez, 2007) de aplicación específica en Unidades de Reproducción Humana
que ha sido publicado en una serie de Guías de Intervención en psicología clínica (Moreno-Rosset, 2010a). En todas
estas publicaciones se incluyen ejemplos prácticos y reales sobre los que se ha llevado a cabo la evaluación, apoyo,
orientación e intervención psicológicas, así como los materiales psicoterapéuticos correspondientes (protocolos de
entrevista, ejercicios psicoterapéuticos, CD de relajación, registros, pautas de consejos y asesoramiento, etc.).
En este curso de Formación continuada a distancia se ofrece una síntesis de todo cuanto el psicólogo debe conocer
para atender casos de parejas infértiles, tanto en las consultas clínicas y de atención primaria (ver ficha 1) como en las
Unidades de Reproducción Humana (ver ficha 2), si bien para una mayor información y formación conviene el estudio
de las publicaciones anteriormente mencionadas que han sido elaboradas por el mismo equipo interdisciplinar que
suscribe el presente curso.
En nuestros trabajos empíricos hemos constatado tanto la necesidad de apoyo psicológico de las parejas, como el
beneficio del mismo. Ofrecer apoyo, consejo, orientación o tratamiento psicológico a las parejas infértiles requiere por
parte del psicólogo una formación específica en distintos aspectos: a) conocimientos básicos sobre la infertilidad,
realización del estudio diagnóstico y del proceso de tratamiento con técnicas de reproducción asistida (TRA); b) la Ley
sobre Técnicas de Reproducción Asistida, especialmente, en lo que concierne a los derechos de los usuarios de dichas
técnicas; c) saber los procesos psicológicos que atraviesan hombres y mujeres durante las distintas fases de estudio y
tratamiento médico, así como las necesidades que tienen en cada uno de los distintos momentos; d) aprender qué tipo
de apoyo, consejo o tratamiento psicológicos son los más adecuados cuando las personas solicitan ayuda al psicólogo
(ver ficha 1) y finalmente, desde una perspectiva interdisciplinar, e) disponer de un protocolo de evaluación y apoyo
psicológico específico para aplicar en las Unidades de Reproducción Humana (ver ficha 2).
Por ello, los contenidos de esta formación se han organizado de la siguiente forma. Primero se presentan los conceptos
de infertilidad y esterilidad seguidos de la descripción del proceso de diagnóstico y su tratamiento con TRA. A
continuación se describen los procesos psicológicos en infertilidad, los derechos que tienen las usuarias de las TRA y
cómo se debe evaluar e intervenir psicológicamente en casos de infertilidad. En la Ficha 1 se especifican los pasos a
seguir cuando una pareja solicita ayuda al psicólogo clínico o a los centros de salud pública (atención primaria) y en
la Ficha 2 se describe un protocolo a seguir en las Unidades de Reproducción Humana.
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4 Formación Continuada a Distancia
¿QUÉ ES LA INFERTILIDAD?
Se habla de infertilidad cuando una pareja después de un año de relaciones sexuales sin utilizar anticonceptivos
consigue la gestación sin completar el embarazo, mientras que la esterilidad es la imposibilidad de concebir. Por tanto
los abortos serían característicos de la infertilidad ya que se produce la gestación pero no llega a término el embarazo.
Aunque existan diferencias entre los términos infertilidad y esterilidad, coloquialmente e incluso médicamente se suele
aludir de forma más generalizada a la “infertilidad”, motivo por el que después de hacer la distinción entre ambos
vocablos, utilizaremos a partir de ahora dicho término.
Existen determinadas enfermedades de los órganos genitales femeninos (como la endometriosis o el síndrome de
ovarios poliquísticos) que se relacionan con la infertilidad. La pronta detección de estas alteraciones puede facilitar a
la pareja información acerca de su capacidad reproductora. En algunos de estos casos, por ejemplo en la endometriosis
que está relacionada con la actividad de los ovarios, el ginecólogo puede sugerir a las mujeres que se planteen el
embarazo cuanto antes ya que por un lado la gestación puede llegar a curar la endometriosis y por otro ayuda a
prevenir la infertilidad. Esta información ha de interpretarse con cautela ya que existen diversos tipos y grados de
endometriosis y cada caso se trata de forma individualizada, por lo que no siempre es válida la misma recomendación.
Así pues, y aunque existen enfermedades que pueden asociarse con la infertilidad, ésta en sí misma no suele dar
síntomas ni signos a través de los cuales las personas puedan saber que la padecen.
A pesar de que existe mucha información sobre la sexualidad, la planificación familiar y la anticoncepción, en pocas
ocasiones las personas se cuestionan o se plantean la posibilidad de no ser fértiles. La capacidad de controlar la
anticoncepción no implica controlar la fertilidad y por tanto, las parejas optan por algún método anticonceptivo sin
saber si son fértiles o no. Se supone que cuando dejen de utilizarlo conseguirán el embarazo, pero cada vez existen
más parejas a las que les resulta difícil conseguir el embarazo ya que aunque el derecho a dar vida a otro ser parece
innato, no siempre es dado.
En realidad, conseguir un embarazo no es algo fácil. De hecho, en las personas fértiles, sólo unos pocos días al mes
es posible la fecundación y cuándo ésta se consigue, no siempre anidan los óvulos fecundados ni se produce la
gestación. Como indica Kervasdoué (1995) para que se produzca el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo,
ambos deben estar el día D a la hora H en el tercio externo de la trompa y los dos tienen su propia historia. El folículo
maduro libera al óvulo el día de la ovulación, la trompa debe acogerlo y hacer que se encamine a su interior para evitar
que se pierda en el abdomen. Por otra parte, el recorrido del esperma es más largo que el del óvulo, únicamente
algunos centenares de los millones de espermatozoides producidos llegarán hasta el óvulo y, finalmente, sólo uno será
elegido; todos los demás morirán o se perderán por el camino. Inmediatamente después de un contacto sexual los
espermatozoides se encuentran en el fondo de la vagina, tratando de huir de la acidez vaginal; se sienten
irresistiblemente atraídos por el moco cervical que
los guía hacia el cuello protegiéndolos de las FIGURA 2
agresiones microbianas; gracias a él penetran en el
interior del cuello y atraviesan la cavidad uterina y
sólo los más rápidos llegan a la trompa.
Para que se produzca un embarazo se precisa un
contacto sexual en el momento adecuado, es decir,
durante el período fecundo, teniendo en cuenta que
el óvulo puede ser fecundado el día de la ovulación
y el siguiente. También se precisa un óvulo de
buena calidad, un cuello abierto y acogedor, un
moco cervical abundante, una buena cavidad
uterina, una trompa ligera, móvil y permeable y que
no presente obstáculos ni estrechamientos. Por otra
parte, es necesario un esperma rico en
espermatozoides móviles y de buena calidad,
capaces de desplazarse rápidamente y de sobrevivir
lo suficiente antes de la llegada del óvulo. Si el coito
se adelanta demasiado a la ovulación, los
espermatozoides tienen que esperar la llegada del
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óvulo; ni siquiera los más resistentes aguantarán más de 4 o 5 días por termino medio. Si la relación se retrasa
demasiado tiempo después de la ovulación, pueden perder al óvulo porque ya haya desaparecido; éste es vulnerable
y sólo permanece vivo en la trompa un día.
Cuando se produce el encuentro o fecundación, el huevo permanecerá todavía entre 3 y 4 días en la trompa. Mientras
va progresando lentamente hacia el útero va dividiéndose y creciendo. Una vez ha llegado a la cavidad uterina, el
huevo debe anidarse en la mucosa que tapiza el interior del útero que deberá ser blanda y rica en vasos sanguíneos.
Si el huevo es de buena calidad segregará una hormona, la HCG (hormona coriónica gonadotrófica) que es la que se
detecta en las pruebas de embarazo, en la sangre o en la orina de la mujer embarazada. (Ver figura 2.)
Dada la complejidad de los mecanismos para la fecundación de un óvulo con un espermatozoide, podemos decir que
el embarazo es un milagro de la naturaleza. Además, dependiendo de la edad de la mujer, varía la capacidad de
fecundidad. Esta alcanza su nivel más alto alrededor de los 25 años, después va decreciendo muy ligeramente hasta
los 35, momento en el que las ovulaciones empiezan poco a poco a disminuir su calidad y por otro lado, son más
probables los abortos. Las estadísticas sobre la fertilidad femenina indican que una mujer sana entre 20 y 24 años
necesita un promedio de hasta 3 o 4 meses para concebir, mientras que entre los 35 y 40 años se puede necesitar hasta
12 o 13 meses. Por ello, el estudio de fertilidad se suele llevar a cabo cuando la pareja lleva al menos un año
manteniendo relaciones sexuales sin anticonceptivos. No obstante, en edades cercanas a los 40, suele acortarse el
tiempo para iniciar el estudio diagnóstico, debido a que la fertilidad es menor y cuanto antes se sepa si existe un
problema independiente de la edad, más probabilidades se tendrán de conseguir un embarazo a través de las TRA.
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b) Determinaciones hormonales de la mujer en el 2º/3º día del ciclo y en el 10º.
c) Seminograma o análisis del semen del hombre.
En función de los resultados obtenidos en estas pruebas básicas, se realizan otras pruebas con el fin de confir-
mar o descartar la presunción de diagnóstico, por lo que no se realizan de manera indiscriminada, ni se realizan
en todos los casos:
d) En la mujer:
1. Histerosalpingografía para conocer la permeabilidad de las trompas.
2. Laparoscopia que suele ser el último paso del examen debido a que se trata de una prueba quirúrgica, por lo
que de no ser imprescindible, no suele aplicarse.
3. Estudio genético (cariotipo), en casos de menopausia precoz, abortos de repetición o si se sospecha alguna al-
teración genética
d) En el hombre: (sólo en el caso de que tres seminogramas consecutivos hayan arrojado resultados patológicos)
1. Determinaciones hormonales
2. Ecografía-Doppler testicular, prostática y de vías seminales
3. Estudio genético (cariotipo) en los casos en que en el seminograma se haya constatado azoospermia (ausencia
de espermatozoides), que no sea debida a obstrucción de vías seminales, o con oligospermia severa (concen-
tración de espermatozoides inferior a una cifra límite).
4. Biopsia testicular para detectar la presencia de espermatozoides testiculares (sólo si hay capacidad de criopre-
servar los espematozoides que se encuentren)
3) Entrega de los resultados o diagnóstico: las pruebas aplicadas permiten conocer el diagnóstico que puede ser de
origen femenino, masculino, mixto o de origen desconocido. El factor masculino agrupa los casos en los que hay
alguna alteración del semen y ausencia de factores femeninos. Por el contrario, en el factor femenino, hay ausen-
cia de factores masculinos y el origen de la infertilidad se debe a alteraciones tubáricas, uterinas u ováricas de la
mujer. La infertilidad de etiología mixta incluye casos en los que se observa una o más alteraciones en ambos
miembros de la pareja. La infertilidad de origen desconocido o idiopática engloba todos los casos en los que no se
ha podido comprobar ninguna causa física o fisiológica que impida la fertilidad.
Queremos destacar que en el estudio y tratamiento de la infertilidad el avance es constante. Determinadas pruebas
diagnósticas que hasta hace poco eran habituales, han sido abandonadas. Por ejemplo el Test postcoital que valoraba
la interacción entre el semen y el moco cervical o la Biopsia de endometrio para el estudio funcional. Por tanto, el
psicólogo deberá estar atento a los mismos. Constantemente se está investigando nuevos procedimientos para el
diagnóstico de la infertilidad. Bonilla (2010) explica alguno de los avances para conocer la reserva ovárica, es decir el
futuro reproductivo de la mujer. Hasta el presente se utilizan numerosas exploraciones (la clínica, exámenes
ecográficos), análisis hormonales (FSH, LH, PRL, Estradiol…), pruebas (clomifeno, gonadotropinas, agonistas,
antagonistas…) etc, que al parecer pueden sustituirse por otros marcadores (la HAM –hormonas antimüllerianas- y el
RFA –recuento de folículos antrales-) que no sólo informarán de la reserva y estimulación ovárica, sino también de la
transición a la menopausia, pudiendo ser predictores de la hiper-respuesta y pronóstico en FIV, etc.. Repitiendo sus
propias palabras, los nuevos avances pueden “evitar hacer tratamientos de TRA casi condenados al fracaso,
ahorrándose preocupaciones, ansiedad, depresiones y dinero”.
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✔ En IA las variantes dependen:
✔ de que intervengan gametos de la propia pareja o de donantes,
✔ del lugar donde se deposite el semen y
✔ de la combinación de los dos aspectos anteriores.
✔ En FIV las principales variantes están en función de que:
✔ se realice la fecundación in Vitro de un gameto femenino y uno masculino o
✔ se realice una microinyección de un espermatozoide en un óvulo, lo que se denomina FIV-ICSI (IntraCitoplas-
mic Sperm Injection); y
✔ cada una de estas dos variantes (FIV o FIV-ICSI), a su vez, pueden conllevar más variantes en función de que
intervengan gametos propios o de donantes.
Como puede observarse, las TRA son amplias, aunque no lo son en la misma amplitud los porcentajes de éxito de las
mismas. Tampoco resulta sencillo llevar a cabo los tratamientos con TRA, puesto que cada TRA requiere la consecución
de una serie de fases para poder ser aplicada. El tiempo para llevar a cabo un tratamiento de infertilidad puede variar
dependiendo del tratamiento que consideremos. Para la IA la duración desde el comienzo de la regla hasta que se
realiza el diagnóstico de embarazo es de, aproximadamente, treinta días, mientras que una FIV o ICSI precisa alrededor
de sesenta días.
Resumiendo, una vez se conocen las causas de la infertilidad, se prescribe la mejor técnica de reproducción asistida
para cada caso particular y el tratamiento para aplicar la TRA requiere seguir unas pautas o fases concretas y que son
distintas en función de que se aplique la IA o la FIV o cualquiera de las variantes de cada una de ellas. A modo de
orientación en http://www.allatmedica.com al introducir el diagnóstico de infertilidad se obtiene la orientación del
tratamiento más adecuado, así como se ofrecen respuestas a las preguntas más frecuentes. Esta información, aunque
correcta, sólo debe utilizarse como guía ya que el tratamiento más adecuado siempre será el que el especialista sugiera
teniendo en cuenta toda la información y resultados de las pruebas diagnósticas realizadas a la pareja.
El proceso de tratamiento con cualquiera de las TRA podría dividirse en cuatro momentos fundamentales: 1)
Estimulación ovárica; 2) Aplicación de la TRA; 3) Espera de resultados y 4) Resultados del tratamiento. Conocer en qué
consisten los tratamientos de TRA es absolutamente necesario para que el psicólogo comprenda a las parejas, sus
discursos y sus estados físicos y emocionales. Recomendamos para ello la lectura complementaria de De Castro y
Moreno-Rosset, 2009 en la que se ofrece de forma pormenorizada las pautas de los diversos tratamientos de infertilidad.
Los procesos emocionales relacionados con el diagnóstico y tratamiento de TRA se exponen en el siguiente apartado.
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parejas pueden haber estado centradas en intentar tener un hijo es de alrededor de seis años. Además ¿a partir de qué
edad se suman “los tiempos” antes mencionados? Según Bonilla (2010) son minoría las mujeres que, por motivos
profesionales, quieren tener hijos antes de los 30-35 años, por lo que la edad se ha convertido en el principal motivo
de infertilidad femenina. Como añade Bonilla “sabemos que un 25% de las mujeres con 37 años jamás tendrán hijos.
Sus causas son la pérdida de la reserva ovárica y la mala calidad de los ovocitos restantes”. Por otro lado, cabría añadir
que la infertilidad masculina ha ido aumentando en la última década, motivo por el que en este nuevo milenio se han
realizado en España los primeros estudios que han permitido conocer las zonas geográficas en las que habitan hombres
con mejor calidad de semen.
Durante este tiempo las parejas se sumergen en un proceso psicológico de “esperanza-desesperanza” “ánimo-
desánimo” “ilusión-desilusión” “fuerza-debilidad”, etc. Como ocurre en otras enfermedades crónicas, la mayor parte
de las personas suelen hacer frente a la situación por sus propios medios y fortalezas, intentando aprovechar las
dificultades para un crecimiento personal. Sin embargo, cuando la suma de los “des” supera a sus contrarios, pueden
aparecer desajustes emocionales de origen ansioso y/o depresivo (Antequera, Moreno-Rosset, Jenaro, y Ávila, 2008; del
Castillo, Moreno-Rosset, Martín y Ramírez-Uclés, 2009; Moreno-Rosset y Martín, 2009; Moreno-Rosset, 2010b).
Existe un punto de inflexión en este proceso psicológico, motivo por el que estamos hablando de “procesos
psicológicos en infertilidad”, ya que en la primera cita a la Unidad de Reproducción, se inicia un nuevo recorrido, es
decir un nuevo proceso psicológico con connotaciones distintas. Por un lado es el punto de partida hacia la posible
solución del problema y por otro, se deberá hacer frente al éxito o fracaso del tratamiento o tratamientos médicos. Este
nuevo recorrido consta de los siguientes pasos (ver figura 3) 1) 1ª cita a la Unidad de Reproducción; 2) Estudio de la
fertilidad: proceso diagnóstico; 3) Entrega de resultados: diagnóstico; 4) Tratamiento de TRA; 5) Espera de Resultados;
6) Resultados. Para ampliar información puede consultarse (Moreno-Rosset, 2000, 2009c). En Moreno-Rosset y Ávila
(2009) pueden consultarse los principales consejos psicológicos para ofrecer a las parejas en cada una de los distintos
momentos del tratamiento médico.
1) La primera visita a la Unidad de Reproducción suele ser inquietante, aunque permite abrir una puerta a la esperan-
za de conseguir por medio de la reproducción artificial el hijo deseado. La mayor parte de parejas se han informa-
do previamente a través de distintos medios telemáticos y escritos de los avances en las TRA y generalmente,
suelen tener la creencia de que conseguirán su hijo a través de las técnicas de reproducción artificial. Por supues-
to, la esperanza es una de las mejores emociones para propiciar un buen funcionamiento fisiológico del organis-
mo, sin embargo, en el éxito de los tratamientos de TRA, pueden influir muy diversos factores y sus tasas de éxito
real no siempre coinciden con las elevadas expectativas con que las parejas acuden a las Unidades de Reproduc-
ción.
2) Durante el estudio de la fertilidad son varias las
situaciones estresantes por las que pueden atra- FIGURA 3
vesar cada parte de la pareja. Mientras que algu-
nas pruebas pueden resultarles habituales, como
por ejemplo los análisis de sangre y orina, otras
seguramente es la primera vez que se las reali-
zan, como por ejemplo, el seminograma al
hombre o la histerosalpingografía a la mujer.
Aunque el seminograma es aparentemente fácil
y nada doloroso, puede resultar para el hombre
inquietante y estresante por la implicación emo-
cional que su resultado puede conllevar. Lo mis-
mo puede ocurrir cuando los análisis de sangre
de la mujer son para conocer los niveles hormo-
nales o la reserva ovárica, aspectos asimismo
determinantes del diagnóstico de infertilidad.
3) El diagnóstico de infertilidad está clasificado como
un acontecimiento vital estresante, si bien deter-
minados autores identifican a la infertilidad como
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un estresor de sobrecarga crónica debido a que se convierte en una preocupación constante y de larga duración. La in-
fertilidad significa mucho más que una dificultad física o fisiológica puesto que implica la pérdida de lo invisible “la fer-
tilidad” y el deseo no alcanzado de “un hijo”. Conocer el origen del problema puede provocar distintas emociones:
shock debido a que resulta, a veces, difícil su aceptación; negación aunque se lleve mucho tiempo sin conseguir el em-
barazo; enfado o impotencia por no poder controlar la situación o aceptación al conocer la causa. Como siempre, todo
va a depender de los diversos estilos de personalidad y de las estrategias de afrontamiento de cada persona.
Una vez aceptada la situación de infertilidad y valorados los costes-beneficios de las alternativas posibles (adop-
ción, vivir sin hijos, o las TRA) es el momento de aceptar la realidad, recolocar las emociones y tomar decisiones.
Un porcentaje elevado de parejas optan por los tratamientos de TRA como primera alternativa, si bien algunos, no
descartan acudir a la adopción en el caso de no conseguirlo. Pocos son los que deciden a priori vivir sin hijos.
4) En cuanto al tratamiento con TRA existe una amplia variedad de tratamientos médicos complejos que para las per-
sonas implicadas emocionalmente, pueden conllevar dificultades tanto de comprensión como de aceptación, valo-
ración y afrontamiento. Especialmente, en aquellos casos en los que es necesario tomar la decisión de aceptar una
TRA con donante anónimo.
En cada uno de los distintos momentos o fases de los tratamientos, los sujetos se enfrentan a estímulos que les
pueden provocar estrés, con manifestaciones en distintas áreas de funcionamiento: emocional, intelectual, com-
portamental, social, laboral, de relaciones en la pareja, etc. Veamos a continuación el proceso psicológico en ca-
da uno de ellos:
1. Fase de estimulación ovárica
El inicio de los tratamientos de TRA genera emociones como esperanza, ilusión y optimismo, también puede
aparecer incertidumbre y temor hacia lo desconocido. Las visitas repetidas a la Unidad de Reproducción para
realizar los pertinentes controles pueden generar, en algunos casos, adicción al tratamiento médico. Se trata de
un momento de impaciencia por conseguir el objetivo final del tratamiento.
2. Aplicación de la TRA
Algunos procedimientos de TRA comportan mayores niveles de ansiedad que otros. Por ejemplo, la IA es me-
nos estresante que la FIV que es un método más largo y complejo. Se ha demostrado que las punciones y trans-
ferencia de embriones al útero provocan, en algunas mujeres, niveles de ansiedad elevados y similares a los
que sufren mujeres que pasan por técnicas o intervenciones ginecológicas graves. No obstante, la FIV finaliza
con la transferencia de embriones lo que genera esperanzas y expectativas en las parejas, así como esperanza,
optimismo e ilusión.
Cuando se requieren donantes de gametos (en IA o FIV) o de embriones (solo en FIV), el proceso psicológico
puede resultar más tenso y difícil para las parejas. En estos procedimientos juega un papel muy importante el
equilibrio y ajuste psicológico tanto individual como en conjunto. En el caso de conseguir un bebé su material
genético será ajeno a la pareja en parte o en su totalidad. Aunque se seleccionan donantes con características
físicas parecidas a la pareja, será importante que la pareja comprenda que el donante sólo es el instrumento a
través del cual puede hacer realidad su deseo y que ellos serán los únicos padres. Sin embargo, resulta habitual
que en estas parejas aparezcan temores o dudas, motivo por el cual, el apoyo, consejo u orientación psicológi-
ca es todavía más necesario.
5) En la espera de resultados, se espera el embarazo y aumenta la impaciencia. Durante los siguientes quince/dieci-
siete días tras la aplicación del procedimiento de TRA desaparece el contacto médico, y pueden aparecer conduc-
tas ansiosas/obsesivas, sobre todo, en las mujeres debido a que prestan mayor atención a los posibles signos de
embarazo como hinchazones, pinchazos abdominales, flujo vaginal, etc. Las expectativas de logro o éxito del tra-
tamiento están a flor de piel, por lo que la percepción del paso de los días hasta conocer si ha habido o no gesta-
ción se hace interminable y angustiosa.
6) Resultados Sólo una media de alrededor del 30% de la población que se somete a técnicas de TRA consigue la ges-
tación. A pesar de que esta media no difiere demasiado de las posibilidades reales que tiene una pareja al mes pa-
ra conseguirlo por medios naturales, la ausencia de embarazo se experimenta como una pérdida invisible (Read,
1995) y por lo tanto conlleva un momento de duelo y pena profunda. Aparece la desesperanza, la rabia, la tristeza
y la desilusión. El coste físico, económico y psicológico resulta sumamente elevado comparado con los resultados
obtenidos. Por el contrario, cuando el embarazo se consigue, se experimenta júbilo y alegría, pero a la vez apare-
cen los miedos al aborto, es decir a la posible pérdida del bebé.
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Por otro lado, debido al bajo porcentaje de embarazos, las parejas suelen repetir los tratamientos varias veces. Si bien
el estrés suele disminuir en determinados momentos debido al conocimiento y experiencia del proceso terapéutico, sin
embargo, aumentan las sensaciones de fracaso, de inseguridad, de desesperanza, y de desesperación si no se consiguen
resultados.
La Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida ha regulado los derechos de las usuarias de dichas técnicas y de otras
personas también implicadas en estos procesos. Según Gómez (2009a) el Derecho camina detrás de la realidad social
y no hay que lamentar esta circunstancia, pues sólo así podrá recoger la voluntad general, los problemas y el sentir de
los que serán receptores de las normas. Añade la autora que de esta forma podrá el Derecho intentar acercarse a lo que
debe ser su fin: regular la sociedad tal y como sea querida por aquellos que la componen. De esta forma el derecho a
la reproducción humana se convierte en una opción libre y la medicina debe atender a dicha reproducción cuando no
sea posible de forma autónoma.
El psicólogo precisa conocer, por tanto, los aspectos legales de la reproducción asistida ya que si bien su función no
será la de transmitirlos, si es necesario que pueda esclarecer en determinados momentos cualquier duda básica que se
le plantee a la pareja. En este sentido los textos de Gómez 2009a y b son de gran utilidad. En el primero la Dra. Gómez
describe tanto las TRA contempladas en la Ley de 2006 (IA, FIV, FIV-ICSI y Transferencia intratubárica de gametos),
como los derechos reconocidos a las mujeres receptoras de las TRA que garantizan su libertad de decisión y protegen
su salud y que de forma resumida citamos a continuación:
a) Requisitos: La Ley establece que podrá ser receptora o usuaria de las TRA toda mujer mayor de 18 años y con plena
capacidad de obrar que haya prestado su consentimiento escrito de manera libre, consciente y expresa, con inde-
pendencia de su estado civil y orientación sexual.
b) Derecho a la información: Las mujeres receptoras de las TRA tienen derecho a la información y asesoramiento de
sus necesidades asistenciales, sobre los posibles riesgos para su salud física o psíquica o para la posible descen-
dencia.
c) Libertad de decisión: La aceptación de la aplicación de las TRA quedará reflejada en un formulario de consenti-
miento informado, en el que se hará mención expresa de todas las condiciones concretas de cada caso.
d) Suspensión de las técnicas: Las mujeres receptoras de estas técnicas tienen derecho a solicitar que se suspenda su
aplicación en cualquier momento de la realización de las mismas, siempre que sea anterior a la transferencia em-
brionaria.
e) Intimidad y confidencialidad: La Ley también presta atención al derecho de intimidad y confidencialidad de los da-
tos y condiciones de las mujeres receptoras o usuarias de las TRA, así como de la identidad de los donantes y de
las circunstancias que concurran en el origen de los hijos así nacidos.
f) Edad de la mujer: La Ley no establece ningún límite de edad para ser receptoras de las TRA. Sí establece la Ley que
la mujer será informada de los riesgos para ella y para la posible descendencia que pudieran derivarse de la aplica-
ción de las TRA a una edad clínicamente inadecuada.
g) Derecho de acceso a material donado: La Ley permite que la mujer receptora pueda tener acceso a material dona-
do si su caso así lo requiere.
h) Derecho de filiación: La filiación de los hijos nacidos mediante TRA se regula por las leyes civiles, por lo que el hi-
jo nacido será legalmente de la mujer que lo gestó y, en su caso, de su pareja.
Además de los derechos de las mujeres, Gómez (2009a) detalla los derechos de las parejas de las mujeres receptoras
de las TRA, indicando que cuando la mujer esté casada, el cónyuge deberá prestar su consentimiento para que se le
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apliquen las TRA que la situación clínica de la mujer requiera. El consentimiento no será necesario cuando el
matrimonio esté separado legalmente o de hecho y así conste fehacientemente.
En los casos de aplicación de tratamientos con donantes, la pareja no podrá impugnar la filiación matrimonial del
hijo nacido, que será a todos los efectos, hijo del matrimonio. También el varón o pareja no casado puede aceptar que
su compañera sea receptora de material biológico donado, de esta forma el documento firmado por la pareja ante el
centro médico sirve como documento indubitado a los efectos previstos en el artículo 49 de la Ley del Registro Civil,
que permite que el hijo nacido pueda ser inscrito como hijo de la receptora y de su compañero sin perjuicio de la
acción de reclamación judicial de paternidad. Además, Gómez 2009a, también describe los derechos y obligaciones
de los donantes cuya información puede ser de gran utilidad en casos de parejas que precisen ayuda de terceros.
En cuanto a las parejas homosexuales, la reforma del Código Civil de 2006 introdujo en el ordenamiento español el
matrimonio entre personas del mismo sexo y se incluyó la previsión de que todas las normas deberían interpretarse de
acuerdo con este nuevo derecho. Por este motivo, y aunque la Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida sólo se
refiere a marido y varón no casado, debe entenderse que los derechos contenidos en dicha Ley deben extenderse a los
matrimonios entre personas del mismo sexo en la medida en que ello sea posible (por ejemplo, en relación con la
aportación biológica, la información o el consentimiento).
Por otra parte, es importante saber otros aspectos que contempla la Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida, tales
como:
✔ Las situaciones en que la Ley permite la selección de preembriones, siempre con fines terapéuticos, como en los
casos en que se hayan observado en la pareja enfermedades hereditarias graves o en la detección de otras altera-
ciones que puedan comprometer la viabilidad del embrión.
✔ La posibilidad de la maternidad post-mortem que acontece después de haber fallecido el compañero o marido
de la mujer a la que se le han aplicado las TRA, reconociéndose la relación jurídica entre el hijo nacido con la
TRA y el padre, siempre y cuando en el momento de su fallecimiento el material genético del fallecido se hallase
en el útero de la mujer.
✔ La gestación por sustitución. La Ley española prohíbe tajantemente la maternidad de alquiler a través de la cual
una mujer gesta un hijo y renuncia a la filiación a favor de otra mujer o pareja.
Como decíamos al principio, la Ley siempre va por detrás de los avances y en este sentido, ya están reguladas técnicas
terapéuticas en el preembrión, investigación con gametos y preembriones humanos y los casos en que puede realizarse
la crioconservación de gametos o preembriones: a) para su utilización posterior; b) para donación a otra mujer o pareja;
c) para donación con fines de investigación y d) para descongelación sin ningún otro fin posterior. Finalmente,
queremos destacar que la Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida incluye un amplio elenco de infracciones y
sanciones graduadas desde leves a muy graves.
Todos estos aspectos de la Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida han sido, por otro lado, expuestos por la Dra.
Gómez en forma de respuesta a preguntas más frecuentes realizadas por las parejas que se someten a las TRA. El
psicólogo en su labor de apoyo informativo puede recomendar la lectura de Gómez 2009b que con un lenguaje
totalmente comprensible y sin pérdida del rigor jurídico responde a las siguientes cuestiones:
1) ¿Puede cualquier persona solicitar las técnicas de reproducción asistida?
2) ¿Qué pasa si soy mayor de 40 años?
3) ¿Qué pasa si soy soltera?
4) ¿Qué pasa si soy homosexual?
5) ¿Podría elegir el sexo del posible bebé?
6) Si tengo gametos o preembriones crioconservados, ¿cuánto tiempo puedo tenerlos congelados?
7) ¿Cómo se utilizan en el caso de que los ofrezca para investigar?
8) ¿Puedo ser donante de embriones a otras parejas?
9) Si yo necesitase donantes de gametos ¿cómo se eligen?
10) ¿Se puede conocer a los donantes?
11) ¿Podrá saber mi hijo quienes fueron sus donantes genéticos?
12) ¿Puede hacerse un diagnóstico preimplantacional?
13) ¿Podría tener un hijo para emplear parte de su material biológico para curar a otro hijo enfermo?
14) ¿Puedo utilizar el semen de mi marido fallecido o los preembriones que teníamos congelados antes de su falleci-
miento?
15) ¿Podría acudir a un útero de alquiler si no pudiera llevar a cabo la gestación?
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¿CÓMO, CUÁNDO Y QUÉ EVALUAR EN INFERTILIDAD?
¿Cómo debemos evaluar?
La evaluación psicológica es un proceso constituido por una serie de fases, que han de cumplimentarse
independientemente del ámbito en el que se realice. Aunque estas fases son de sobra conocidas y pueden consultarse
en distintos manuales de evaluación psicológica (Fernández-Ballesteros, 2005; Forns, Abad, Amador, Kirchner y Roig,
2002, Moreno-Rosset, 2005, Muñoz, 2003), las mencionaremos someramente:1) evaluación psicológica inicial, 2)
formulación de hipótesis sobre el caso, 3) comprobar las hipótesis 4) establecer el diagnóstico, comunicar los resultados
y proponer el tratamiento adecuado, 5) formular hipótesis de tratamiento, 6) aplicación del tratamiento, 7) valorar el
tratamiento y comprobar las hipótesis de tratamiento, 8) comunicar los resultados y orientar el seguimiento del caso y
9) realizar el seguimiento, comunicar los resultados y finalizar el proceso. En la ficha 1 se desarrollan cada una de estas
fases y se detallan en un caso práctico.
Pero si como acabamos de exponer existen unos elementos comunes que guían toda evaluación psicológica, también
debemos poseer los conocimientos y la formación necesaria para poder ajustar este proceso a las características y la
idiosincrasia de los sujetos a evaluar. Es por ello necesario conocer cuáles suelen son los problemas que, como
enfermedad crónica, suelen presentar quienes son diagnosticados de infertilidad y que hemos analizado en los
apartados anteriores. Al mismo tiempo, y junto a la planificación del proceso de evaluación y la selección de áreas
afectadas por la enfermedad crónica, debemos también de ser capaces de planificar la evaluación de aquellos otros
aspectos que sólo son relevantes para el caso concreto que tenemos delante.
Quizás una de las peculiaridades de la evaluación psicológica en infertilidad es el propio concepto de “caso”, esto
es, el objeto de la evaluación. Como hemos venido exponiendo la infertilidad es la única enfermedad crónica en la
que no está implicada una sola persona, sino que generalmente constituye, un problema de pareja (a excepción de los
aún reducidos casos en que una mujer sola decide someterse a las técnicas de reproducción asistida). Por tanto, es
siempre recomendable que la evaluación se dirija a los dos miembros de la pareja, independientemente de si es homo
o heterosexual. Ciertamente, en la actualidad, esta evaluación está dirigida básicamente a la orientación de la
intervención psicoterapéutica que, como veremos posteriormente, se destina a mitigar las alteraciones emocionales, las
consecuencias de la infertilidad y sus tratamientos y a incrementar la calidad de vida. Pero constituye objeto de
polémica, la necesidad u obligación de realizar una evaluación psicológica destinada a valorar el estado de salud
mental de quienes se van a someter a las técnicas de reproducción asistida. De hecho, la ley 35/1988 de 22 de
Noviembre, sobre Técnicas de Reproducción Asistida afirma que “Las técnicas de reproducción asistida se realizarán
solamente…. en mujeres mayores de edad y en buen estado de salud psicofísica…”, concepto que quedó modificado
en la posterior Ley 14/2006 de 26 de mayo, sobre Técnicas de Reproducción Asistida, que es la norma vigente, en los
siguientes términos: “Las técnicas de reproducción asistida se realizarán solamente cuando… no supongan riesgo grave
para la salud, física o psíquica, de la mujer o la posible descendencia…”. Consideramos que en ambas leyes se hace
referencia explícita a la valoración de la salud psíquica de quienes se van a someter a tratamientos de reproducción
asistida. No se trata de utilizar la evaluación psicológica para decidir quién puede y quién no puede ser sometido a
TRA, sino tan sólo para detectar a aquellos sujetos (para la mujer o posible descendencia, especifica la Ley) que podrían
presentar especial vulnerabilidad psicológica o que ya presentan alteraciones psicopatológicas y que necesitan
tratamiento o asesoramiento psicológico no sólo durante el proceso de tratamiento sino, incluso, antes de someterse a
los mismos.
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subsidiarios de ayuda psicológica. El poder realizar esta evaluación depende del equilibrio existente entre las demandas
de las parejas y la posibilidad del psicólogo o equipo psicológico de satisfacerla. En casos de una excesiva demanda
sería necesario seleccionar a los sujetos o parejas a evaluar. Algunos de estos casos “prioritarios” serían (Klock, 1999):
✔ Cuando hay donantes. Como decíamos, las parejas pueden presentar especiales dificultades para aceptar que el
niño fecundado no procede del material genético de uno o ambos progenitores, por lo que sería aconsejable va-
lorar el grado en que estos conflictos han sido elaborados y resueltos por las parejas.
✔ Cuando hay problemas o alteraciones psicopatológicas previas que pueden incrementar la vulnerabilidad de las
parejas o disminuir sus recursos de afrontamiento ante el estrés que suponen los tratamientos.
✔ Cuando se sospecha que existen problemas psicopatológicos actuales.
✔ Cuando existen síntomas psicosomáticos indicativos de la existencia de elevados niveles de estrés y de dificulta-
des para controlarlos y superarlos de manera positiva y que pueden interferir en el éxito de los tratamientos de
reproducción asistida.
✔ Cuando existen problemas de pareja.
✔ Si se detectan expectativas irreales sobre el tratamiento.
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Psicológica de Anamnesis en Infertilidad (EPAI), la Entrevista después del Diagnóstico de Infertilidad (EDDI) y las
Entrevistas durante y después del tratamiento de reproducción asistida (ETRA-1 y ETRA-2).
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5) Alteraciones y Desajuste emocional
Como hemos ido analizando, la infertilidad y sus tratamientos puede convertirse en un acontecimiento vital estresante
que desborde los recursos de afrontamiento de las parejas y genere alteraciones emocionales. Son varias las
consideraciones que al respecto debemos realizar y que ya hemos desarrollado en publicaciones anteriores (Antequera,
Moreno-Rosset y Jenaro, 2008):
A. Las parejas con problemas de infertilidad no constituyen un grupo homogéneo. De hecho su impacto puede variar
en función del
a. Género ya que hombres y mujeres ni vivencian ni afrontan de la misma manera el problema de infertilidad.
b. La edad, ya que las parejas son conscientes de que conforme se incrementa la edad, disminuye la fertilidad
biológica. De esta manera, la edad y el estrés mantienen una relación directamente proporcional: a más edad,
mayor nivel de estrés.
c. La presencia de otros hijos, que puede amortiguar las reacciones emocionales consecuentes al diagnóstico.
d. Las características y la naturaleza de la enfermedad y del proceso de tratamiento. El que la causa de la infertilidad
sea masculina, femenina, mixta o idiopática modula el impacto del diagnóstico en hombres y mujeres. Asimismo
el nivel de estrés varía en función del tiempo que la pareja lleva implicada en el proceso de diagnóstico y
tratamiento. Dentro de las parejas con problemas de infertilidad, constituyen un grupo con características y
dinámica propia el de aquellas que consiguen la gestación pero no alcanzan “el niño en casa”, lo que significa
que se suceden los abortos.
B. Las reacciones y el estado emocional de estas parejas van evolucionando conforme se van sucediendo los ciclos
de tratamiento, de tal forma que la cualidad del estado emocional no es la misma cuando reciben el diagnóstico
que cuando comienzan los tratamientos.
C. No siempre estas alteraciones emocionales cumplen criterios clínicos que permitan considerarlas entidades clínicas. Por
ello consideramos que la sintomatología que aparece durante el proceso de reproducción asistida, y especialmente
aquella de características ansiosa y depresiva, se encuadra dentro del concepto de “Desajuste Emocional” que ha
constituido el fundamento teórico sobre el que se ha creado el Cuestionario de Desajuste Emocional y Recursos
Adaptativos en Infertilidad” (Moreno-Rosset, Antequera y Jenaro, 2008). Como se indica en el manual de la prueba, su
principal objetivo es valorar las posibles alteraciones que pueden presentarse a nivel emocional, fruto de la necesidad de
hacer frente a un hecho estresante, pero que no reúnen las características ni los criterios que nos permitan etiquetarlos
como un cuadro psicopatológico. Más allá de esta consideración clínica y a pesar de que el cuestionario es útil para la
detección precoz de las mismas, la sintomatología ansiosa y/o depresiva puede ser entendida como la primera fase de un
proceso normal de adaptación. Esta perspectiva unida al hecho de que ha sido creado y validado para población infértil,
que dispone de una versión aplicable tanto a hombres como a mujeres, permitiendo en una sola gráfica establecer la
comparación entre los dos miembros de la pareja y que además también ofrece información sobre otra de las áreas a
evaluar, los recursos adaptativos, tanto personales como interpersonales, la convierten en una prueba básica dentro de la
evaluación psicológica de parejas con problemas de infertilidad.
Disponemos también del Inventario de Problemas Psicológicos en Infertilidad (IPPI; Llavona y Mora 2006) que a
través de 14 ítems valora los problemas psicológicos percibidos por las personas en situación de infertilidad tales
como presencia de alteración emocional, autopercepción distorsionada, miedos sobre la salud, funcionamiento en
la vida cotidiana, relación de pareja y relaciones con los demás.
Lógicamente y desde una perspectiva psicopatológica se pueden utilizar otros cuestionarios más clásicos y
tradicionales tales como:
✔ Escala de Afecto Positivo y Negativo (PANAS; (Watson, Clark y Tellegen, 1988) (Adaptación española de San-
dín et al., 1999)
✔ Escala de Alexitimia de Toronto (TAS-20; Bagby, Parker y Taylor, 1994) (Adaptación española de Martínez-
Sánchez 1996).
✔ Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI; Spielberger, Gorsuch y Lushene 2002). TEA Ediciones, S.A.
✔ Inventario de depresión estado/rasgo (IDER; Spielberger, 2008) (Adaptación española Buela-Casal, Agudelo y
Spielberger, 2008). TEA Ediciones, S.A.
D. Y, por último, no debemos olvidar que a pesar de lo hasta aquí comentado, existen también parejas que disponen
de los recursos adaptativos necesarios y que afrontan el proceso diagnóstico, el tratamiento y sus resultados sin
presentar alteraciones emocionales.
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6) Recursos Adaptativos y de Afrontamiento
Como decíamos, la aparición de malestar o desajuste emocional depende del equilibrio que se produzca entre el estrés
derivado de la infertilidad y sus tratamientos y los recursos de los que dispongan las parejas para afrontarlos. De ahí la
necesidad de que la evaluación se centre en estos recursos o estrategias de afrontamiento, no sólo para determinar el
estado de la pareja sino también para el diseño del tratamiento psicológico.
Como instrumentos evaluativos, además del DERA citado anteriormente, podemos utilizar otros cuestionarios de
afrontamiento que se utilizan en el área de la Psicología de la Salud, como por ejemplo el Cuestionario de Estrategias
de Afrontamiento (CEA; Rodríguez-Marín, Terol, López-Roig y Pastor, 1992), adaptado del original WCCL (Ways of
Coping Checklist) de Folkman y Lazarus (1980, 1985), uno de los cuestionarios más utilizados en estudios
anglosajones.
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3. Cuando finalizan los tratamientos sin conseguir la gestación o el “niño en casa”
✔ Realizar una clarificación de valores vitales que ayuden a ubicar la figura del “posible hijo” dentro de un contex-
to más génerico y comprensivo.
✔ Elaboración y superación del duelo por la “pérdida” del hijo deseado.
✔ Elaboración de nuevos planes de futuro individuales y como pareja.
4. Cuando se consigue el “niño en casa”
✔ Ayudar a eliminar miedos y temores sobre el desarrollo de una adecuada paternidad o maternidad o sobre la se-
guridad e integridad del/de los hijo/s.
Son varios los programas terapéuticos para población infértil que desde los distintos modelos teóricos se han
desarrollado. Así, desde la perspectiva psicodinámica debemos destacar el trabajo de Bayó-Borrás, Cánovas y
Sentís (2005) dirigido a los profesionales de salud mental, atención primaria o centros de reproducción asistida
y en el que proponen destinar un tiempo previo a los tratamientos para la información, reflexión y elaboración
de los efectos emocionales que conlleva la situación de infertilidad. Dentro de este mismo paradigma, cabe
resaltar los trabajos realizados por Tubert (1991, 1996) centrados en los distintos discursos sobre la maternidad y
la paternidad y el deseo de procrear así como el análisis de las distintas figuras de la madre. Asimismo en cuanto
al estudio de los discursos de las parejas infértiles cabe citar la investigación realizada por Yago, Segura e Irazábal
(1997).
Existen también programas de counseling entre los que cabe destacar la aportación realizada por Tirado y Dolz
(2007) sobre el apoyo en pacientes que precisan donación de gametos, que como decíamos al principio del
apartado de evaluación, constituye un grupo diana sobre el que dirigir la intervención psicológica. Como suele
ocurrir en otras áreas de la Psicología de la Salud, la orientación que ha dado lugar al desarrollo de un mayor
número de programas de intervención concretos, es la cognitivo conductual.
Desde el pionero programa Mente-Cuerpo desarrollado por Domar y Dreher (1996), en España podemos
encontrar varios grupos que han creado diversos paquetes psicoterapéuticos. Así, Dolz y García (2002) proponen
el programa PAP (Programa de Apoyo Psicológico) dirigido a la reestructuración cognitiva, habilidades de
autocontrol, relajación y preparación emocional para los momentos más críticos. LLavona y Mora (2003) hacen
una propuesta compuesta de 6 sesiones centradas en el impacto de la infertilidad en la vida de las parejas las
áreas afectadas y cómo afrontar el proceso de tratamiento. El equipo dirigido por la profesora Moreno-Rosset ha
diseñado igualmente un programa, que ha mostrado su eficacia a la hora de disminuir las alteraciones
emocionales e incrementar el bienestar y la calidad de vida de la pareja. Es el programa PAPI que consta de
cuatro módulos: 1) Conceptual, 2) evaluación, 3) Intervención y 4) Seguimiento y Psicoprofilaxis (Ávila y Moreno-
Rosset, 2008). El desarrollo del mismo lo pueden encontrar en la ficha 2, en la cual se expone un caso de una
Unidad de Reproducción en el que se detallan los distintos pasos de la aplicación del mismo.
Para finalizar, nos gustaría compartir con quienes lean estas páginas, esta última reflexión. La Medicina y
Biología de la Reproducción avanzan rápidamente. Los avances se van sucediendo a un ritmo cada vez más
rápido. Al igual que Gómez (2009a) considera que el derecho “camina por detrás de la realidad social” hemos
de reflexionar si la sociedad avanza e introyecta estos avances al mismo ritmo que se van produciendo o si
también “camina o caminará por detrás”. El futuro parece una novela de ciencia ficción al más puro estilo de
Aldous Huxley en “Un mundo feliz”. Cada día aparecen nuevos métodos para conocer con mayor precisión la
reserva ovárica, la calidad, cantidad y morfología espermática; se descubren nuevas formas de criopreservación
embrionaria y ovocitaria, etc. ¿Llegaremos a reproducirnos sólo artificialmente? ¿Se crearán bancos de ovocitos
y semen destinados a que los adolescentes guarden su material genético para poder tener descendencia en la
etapa adulta por medio de las TRA? ¿Hasta qué edades llegarán a engendrar hijos las futuras generaciones? ¿Se
volverá a tener hijos en edades jóvenes de mayor fertilidad? ¿Qué cambios sociales, económicos, políticos,
personales y científicos se producirán? ¿A qué velocidad se irán modificando las actitudes sociales? ¿Cambiará el
significado de la maternidad y de la paternidad? De tal manera que la Psicología y sus profesionales tendrán que
tener la suficiente sensibilidad como para ir captando e incorporando estos cambios e ir también modificando sus
objetivos y estrategias de intervención psicoterapéutica. Sirvan pues estas páginas como ayuda y orientación a
todos aquellos que empiezan a trabajar en el ámbito de la Psicología de la Reproducción, aceptando que no
debemos dar nada por definitivo.
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FOCAD
Formación Continuada a Distancia
21
Ficha 1.
¿Cómo atender un caso de infertilidad en consulta
clínica o en atención primaria?
Cuando una pareja infértil solicita ayuda al psicólogo clínico suele ser porque se siente desbordada emocionalmente
sin saber como actuar o afrontar la situación de infertilidad. Como es de suponer, frente a cualquier dificultad o trau-
ma, las personas ponen en marcha el repertorio de habilidades, estrategias, recursos y fortalezas propias para combatir
y afrontar positivamente aquello que está alterando su equilibrio emocional. Sin embargo, cuando los estímulos estre-
santes se mantienen y los recursos adaptativos decaen, es útil solicitar ayuda psicológica. Así nos lo ha expresado una
paciente después de haber realizado varios intentos de reproducción asistida: “…estamos buscando un psicólogo que
nos pueda ayudar en esta etapa tan dura que estamos atravesando tanto mi marido como yo, la verdad es que no po-
día imaginar que el deseo de ser padres llegase a convertirse en algo tan estresante y difícil. Es cierto que cuando de-
cides introducirte en toda esta historia no te puedes imaginar lo sinuoso y complicado que puede ser, ojalá
consigamos nuestro deseo y esperemos que con la ayuda psicológica podamos enfrentarnos mejor a toda esta dura
batalla que es la de la reproducción asistida”.
Prestar apoyo o intervención psicológicos a las parejas infértiles requiere los conocimientos que a lo largo de este curso
hemos ido describiendo. Situar en qué momento se halla la pareja es de vital importancia, así como también lo es conocer
el camino recorrido hasta la actualidad. Como en toda evaluación psicológica, la técnica de la entrevista es la que guiará
el proceso desde la primera hasta la última fase. La entrevista nos permite al principio obtener la información necesaria pa-
ra formular hipótesis y seleccionar variables y los instrumentos de evaluación correspondientes. También nos permite en
fases más avanzadas orientar la ayuda adecuada a cada caso y comprobar los resultados de nuestra intervención.
En Psicología de la Reproducción ya contamos con entrevistas e instrumentos específicos válidos y fiables para apli-
car a población infértil. Seguidamente pasamos a detallar el proceso, instrumentos, técnicas y tácticas más utilizadas
en este campo, si bien, será en función de cada caso que el psicólogo deberá elegir y aplicar las que considere más
oportunas. Para ampliar información tanto del proceso como de los procedimientos de evaluación e intervención,
consúltese Moreno-Rosset, 2009a.
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22 Formación Continuada a Distancia
✔ Entrevista Psicológica en Infertilidad y Reproducción Asistida (EPSIRA; Moreno-Rosset, 2001), publicada en Mo-
reno-Rosset, 2009a.
Se trata de una entrevista a partir de la cual se obtiene información tanto de aspectos generales como específicos
de la infertilidad. Asimismo evalúa el proceso psicológico en parejas que se han sometido a Técnicas de Repro-
ducción Asistida, desde la información diagnóstica hasta los posibles tratamientos y sus resultados. Ha sido cons-
truida como un árbol con distintas ramas de preguntas de las que el psicólogo puede escoger aquellas pertinentes
al caso concreto. Al contener distintos apartados que cubren las posibles casuísticas en las que se pueden encon-
trar las parejas infértiles, permite cumplimentarse a medida que la pareja recorre su historia de infertilidad. Está
pensada para aplicarse a la mujer y al hombre y desde el modelo biopsicosocial del que se ha creado, evalúa
conductas y procesos emocionales, cognitivos, fisiológicos, así como reacciones, recursos y estrategias de afron-
tamiento.
✔ Cuestionario de Desajuste Emocional y Recursos Adaptativos en infertilidad (DERA; Moreno-Rosset, Antequera
y Jenaro, 2008). TEA Ediciones, S.A.
Este cuestionario permite conocer el grado de ajuste emocional tanto de la mujer como del hombre y ofrece un
perfil de comparación entre ambos miembros de una pareja ya que dispone de baremos para ambos géneros. No
sólo se centra en los aspectos deficitarios sino también en los recursos y fortalezas lo que permite orientar la ayu-
da necesaria. Su aplicación es breve y de fácil corrección ya que las hojas de respuesta son autocopiativas (ver fi-
gura 8). Se trata de un instrumento válido y fiable. La consistencia interna Alfa de Cronbach para el Desajuste
Emocional es de 0,90 y para los Recursos adaptativos de 0,74.
El DERA completa la información obtenida a través de la entrevista y sirve en distintos momentos del proceso
de evaluación psicológica. En esta primera fase sirve de la línea base y facilita la elaboración de hipótesis sobre
el caso.
✔ Autorregistros:
✔ Autorregistro durante el Proceso de Estudio de la Fertilidad (APEF; Moreno et al., 2007)
✔ Autorregistro durante el tratamiento de Inseminación Artificial (AIA; Moreno-Rosset et al., 2007)
✔ Autorregistro durante el tratamiento de Inseminación in Vitro (AFIV; Moreno-Rosset et al., 2007)
Estos autorregistros publicados en Moreno-Rosset, 2010, han sido elaborados para que los puedan cumplimentar
tanto el hombre como a la mujer, incluyen todas las fases del proceso diagnóstico o de los tratamientos de TRA.
Sirven para recoger información sobre las emociones, pensamientos, síntomas o incomodidades así como la for-
ma de resolverlos y el grado de tensión o nerviosismo frente a cada uno de los distintos momentos por los que
atraviesan las parejas. Son útiles para la evaluación psicológica y para programar el apoyo, consejo o interven-
ción psicológica correspondiente.
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Formación Continuada a Distancia
23
utilizando la entrevista que es la técnica que guía todo el proceso de principio a fin, y se seleccionarán cuestionarios espe-
cíficos en función de las hipótesis establecidas. Por supuesto que cada psicólogo deberá aplicar aquellas pruebas con las
que se sienta más familiarizado y tenga adquirida una mayor práctica profesional, siempre y cuando sean válidas y fiables.
4. Establecer el diagnóstico, comunicar los resultados y proponer el tratamiento adecuado. Tercera cita
En esta fase el psicólogo deberá llevar a cabo de nuevo tareas de corrección de las pruebas específicas aplicadas y re-
flexionar sobre los resultados obtenidos tanto cuantitativos como cualitativos y de observación directa con el fin de es-
tablecer el diagnóstico y la correspondiente orientación terapéutica que se propondrá en la siguiente cita.
En esta tercera cita es importante tanto para el psicólogo como para la pareja ya que se le va devolver información
comunicándoles los resultados y ofreciéndoles una propuesta terapéutica con indicación aproximada del calendario
de puesta en marcha y valoración de los resultados. Se trata de realizar un informe oral y si es necesario también por
escrito en el que se detallen el motivo de la consulta, los instrumentos aplicados, los resultados cuantitativos y cualita-
tivos obtenidos y las conclusiones en las que se realizará una integración de todos los datos obtenidos sobre el caso.
En nuestra opinión no conviene etiquetar a cada persona con un tipo u otro de diagnóstico, sino ofrecerle una expli-
cación comprensiva de su malestar junto a las soluciones para superarlo.
Esta tercera cita conviene finalizarla con alguna tarea psicoterapéutica que vaya a formar parte del Programa pro-
puesto. Para ello pueden seleccionarse alguno de los ejercicios o técnicas incluidos en la Guía práctica de interven-
ción psicológica en Infertilidad y Reproducción Asistida de Moreno-Rosset, 2009a. Por ejemplo, la técnica de
relajación que es útil desde el inicio de las sesiones psicoterapéuticas. Para su puesta en práctica conviene que la pa-
reja disponga de la Guía para pacientes Moreno-Rosset 2009b (Infertilidad ¿por qué a mí? Un problema o un reto en
la pareja), en la que encontrarán el CD de relajación y los registros correspondientes, así como información y materia-
les relevantes tanto de cara al apoyo psicológico como al tratamiento médico de la infertilidad.
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24 Formación Continuada a Distancia
EJEMPLO PRÁCTICO APLICADO A UN CASO DE INFERTILIDAD
El caso que a continuación se describe está basado en la comunicación oral presentada en el Simposio sobre “Ansie-
dad y estrés en infertilidad” celebrado en el VII Congreso Internacional de la Sociedad Española para el Estudio de la
Ansiedad y el Estrés (Calles, Moreno-Rosset y Ávila, 2008). Seguidamente se presenta un Informe sobre el caso inclu-
yendo datos de evaluación e intervención psicológicas aplicados y en el que subyace el proceso de evaluación psico-
lógica antes descrito.
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Formación Continuada a Distancia
25
✔ Informan que se apoyan entre ellos cuando alguno de los dos se encuentra mal pero que no se paran a pensar en
como se sienten cada uno de ellos de forma individual, “no tenemos tiempo ni de pensar”. (No hay tiempo para
pensar en ellos pero el pensamiento de no tener hijos está presente todo el tiempo).
Nunca han consultado por un problema psicológico, pero dado que esta situación les desborda, han decidido buscar
ayuda.
En cuanto al apoyo social-familiar, les cuesta compartir sus dificultades para conseguir el embarazo con su familia y
amigos, aunque no les molesta que les pregunten por el tema, dependiendo de quien sea. Ella agradece que la gente
se interese por ellos pero revela que en algunas ocasiones se cansa de esa atención y de repetir la misma historia una
y otra vez.
Mientras que al principio ella estaba muy optimista en cuanto al éxito de las TRA, después de los fracasos de insemi-
nación, se siente más pesimista, aunque si no funcionasen los siguientes tratamientos, no le importaría adoptar.
Él se niega en rotundo a adoptar un niño si los tratamientos no saliesen bien ya que “no sería hijo suyo”.
Ella piensa que dejando de fumar y no obsesionándose con la situación puede contribuir a la probabilidad de que-
darse embarazada. Manifiesta rabia por no quedarse embarazada. Está muy ilusionada con la posibilidad de ser madre
y todos sus pensamientos se centran en el bebé. Lo que más le preocupa del tratamiento es la punción y el dolor que
pueda sentir en los tratamientos de FIV.
Él por su parte, tiene una actitud más pesimista y se siente más afectado por la situación. Su preocupación aumentó
cuando le dijeron que la causa de infertilidad residía en él.
Comentan que, como pacientes, les ayudaría mucho que todo fuese más rápido y hacen especial hincapié en la ne-
cesidad de una atención personalizada y directa ya que en la clínica que visitaron anteriormente se sintieron muy mal
atendidos y eso les desmoralizó.
En cuanto a su escala de valores:
Ella indica por este orden lo más importante en su vida: su felicidad, su pareja, su futuro hijo, sus padres, la econo-
mía, sus amigos y su trabajo.
Para Él lo más importante en su vida es: su futuro hijo, su pareja, sus padres, su felicidad, su economía, su trabajo y
en último lugar sus amigos.
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26 Formación Continuada a Distancia
✔ Cuestionario de 90 síntomas (SCL-90-R; Derogatis, 2002)
✔ Escala de Bienestar Psicológico de la pareja (EBP; Sánchez-Cánovas, 2007)
RESULTADOS OBTENIDOS
Las puntuaciones del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 2008) revelan baja
ansiedad estado y rasgo en ambos. Ella se muestra más relajada que habitualmente y sin embargo el estado de él es de
mayor nerviosismo que el que muestra su rasgo.
CONCLUSIONES
La evaluación psicológica de la pareja ha dejado patente el desajuste emocional de la pareja a través de las puntua-
ciones obtenidas en el DERA, con ausencia de patología depresiva y ansiosa comprobado a través de los resultados
obtenidos del STAI y BDI, por lo que se confirma la hipótesis de que el desajuste emocional no alcanza niveles psico-
patológicos.
A través del SCL-90-R se ha constatado que en ambos existe Sensibilidad Interpersonal, aspecto relacionado con el
desajuste emocional y por otro lado Ideación Paranoide que podría relacionarse con la presencia de ideas irracionales
y recurrentes. En él, además, hemos encontrado puntuaciones en psicoticismo y obsesión-compulsión que puede rela-
cionarse con su característica de personalidad controladora, metódica, perfeccionista. Por tanto, hemos comprobado
nuestras hipótesis.
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Formación Continuada a Distancia
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Por otro lado, la pareja no dispone de suficientes recursos adaptativos, especialmente ella medidos con el DERA y se
confirma a través del EBP que la satisfacción en la relación de pareja y sexual es baja, lo que confirma nuestra última
predicción.
Por último, recordemos que el primer objetivo en la vida de él es tener un hijo y que precisamente el diagnóstico es
de origen masculino, lo que significa que no pueden tener hijos por dificultades de fertilidad en él. Por todo ello y te-
niendo en cuenta que solicitaban ayuda para afrontar el cambio de tratamiento de TRA, se establecieron objetivos te-
rapéuticos encaminados a:
✔ Reducir el desajuste emocional de la pareja y aumentar los recursos adaptativos para afrontar con eficacia el pro-
ceso reproductivo.
✔ Reducir pensamientos negativos que contribuyen a la ansiedad y al malestar psicológico en general (obsesión,
paranoia...).
✔ Mejorar la relación de pareja y su sexualidad entrenando en habilidades de comunicación entre ellos, así como
en técnicas para incrementar su satisfacción afectivo-sexual.
✔ Reducir los niveles de estrés procedente de su vida cotidiana, como el relacionado con el tratamiento médico.
✔ Contribuir a facilitar una mejor adaptación al tratamiento médico.
Técnica de Relajación
Se comenzó con el entrenamiento en respiración con bastante éxito ya que la paciente percibió de inmediato los be-
neficios de la técnica y la rapidez con la que descendía su activación.
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28 Formación Continuada a Distancia
El entrenamiento en relajación fue un poco costoso al principio ya que no lo practicaban suficientemente aunque
cuando lo hacían les ayudaba bastante. A lo largo de las semanas aumentaron la práctica manifestando serles muy útil
y beneficiosa.
Esta técnica es primordial en el tratamiento de la infertilidad ya que es muy importante conseguir una adecuada de-
sactivación fisiológica de cara a las fases del tratamiento médico, además, era necesario reducir la activación ante si-
tuaciones ansiógenas y dotarles de una herramienta con la que pudieran controlar esa activación. Los registros de
relajación mostraron efectos positivos en la dirección esperada al disminuir los niveles de tensión y aumentar los de
relajación.
Reestructuración Cognitiva
Para trabajar la identificación de la relación pensamiento-emoción-acción, se tomaron ejemplos cotidianos y se mos-
tró la relación en consulta. Como tarea para casa, la paciente realizó autorregistros donde aprendió a ver de forma
clara que sus emociones y sus conductas dependen del pensamiento que haya tenido en ese momento. Se muestra
bastante contenta tras ver que de 20 cosas que le molestan, solo 5 tienen importancia o merecen la pena y que, aún
así, siempre se puede encontrar un pensamiento o una actitud alternativa que descargue de negativismo la visión ini-
cial de esa situación problema.
Se utilizó mucho el diálogo socrático para el cuestionamiento de ideas irracionales a través de preguntas centradas
en la falta de lógica e inconsistencia empírica. Se intentaba fomentar el auto-descubrimiento de las alternativas racio-
nales para animarla a la reevaluación de sus creencias irracionales. Los registros “Piensa las cosas de otro modo y las
sentirás diferente” mostraron el logro esperado, en el transcurso de las sesiones.
En cuanto a los sentimientos de infravaloración, tras entrenar la observación de situaciones y refuerzos que obtenía
de los demás, se dio cuenta de que obtenía más refuerzos de los que ella pensaba ya que su atención sólo se dirigía a
los aspectos negativos o a todo aquello que confirmaba su desconfianza o pensamientos negativos. “Solo nos fijamos
en aquello que queremos ver”.
El marido por su parte, se mostró algo más reticente a la modificación de sus pensamientos obsesivos aunque sí se
trabajó la reestructuración en consulta con las situaciones que planteaban cada día jugando con “lo posible y lo pro-
bable” ya que sus pensamientos eran bastante rígidos y le producían gran malestar, tanto a él como a su pareja. Se le
propuso que improvisara para que viera que su vida no se descontrolaría y se le dieron una serie de pautas para
aprender a manejar sus emociones ante las situaciones que no salían como él había planeado o las cosas no se hacían
como él esperaba, sobretodo de cara a su relación de pareja.
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Formación Continuada a Distancia
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DERA. Desajuste Emocional y Recursos Adaptati-
vos (Pc)
A la vista de los resultados podemos afirmar que en
ella se ha reducido notablemente su desajuste emo-
cional y han aumentado sus recursos personales,
interpersonales y adaptativos. En cuanto a él pode-
mos ver también como su desajuste emocional ha
descendido notablemente al igual que han aumen-
tado sus recursos a nivel interpersonal y adaptati-
vos. Los recursos personales se mantienen
invariables.
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30 Formación Continuada a Distancia
EBP Pre-tto Post-tto El resto de las dimensiones se han mantenido con
ELLA 50 55 la misma puntuación que la que se registró en la
ÉL 40 50 evaluación inicial.
CONCLUSIONES FINALES
Como se ha explicado la intervención psicológica se llevó a cabo antes del tratamiento de FIV con el objetivo de con-
seguir un ajuste emocional y de pareja que les permitiera afrontar eficazmente la nueva técnica de reproducción asis-
tida.
Se puede afirmar, a la vista de los resultados obtenidos tanto en la evaluación post-tratamiento como de seguimiento,
que se han conseguido los objetivos terapéuticos fijados previamente, constatándose: aumento del ajuste emocional y
de los recursos adaptativos, reducción de la intensidad de la interferencia emocional de cara al tratamiento de repro-
ducción, ha habido una muy buena adherencia a los tratamientos médicos, se consiguió reducir la activación fisioló-
gica en situaciones de estrés cotidiano o relacionado con las pruebas médicas (punción y transferencia de embriones),
se redujeron los pensamientos negativos que generaban malestar psicológico y aprendieron a buscar y modificar pen-
samientos alternativos, su relación de pareja mejoró y aumentaron sus habilidades de comunicación favoreciendo el
bienestar de la pareja.
El contenido y la secuencia del programa produjo cambios significativos en la evaluación post-tratamiento y de se-
guimiento, lo que confirma la pertinencia, importancia y eficacia de la intervención psicológica en este nuevo campo
profesional.
Finalmente, tras el tratamiento de reproducción asistida por el método de FIV-ICSI, esta pareja consiguió el embara-
zo que tanto deseaban.
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32 Formación Continuada a Distancia
Ficha 2.
Programa de apoyo psicológico (PAPI) para su aplicación
en las unidades de reproducción humana
Cuando la pareja acude a una Unidad de Reproducción Humana se introduce en un proceso médico y psicológico.
En la Primera visita a la Unidad se abren muchas expectativas de logro del hijo deseado por lo que el estado general
es de optimismo. Esta situación emocional va cambiando a medida que van realizándose las pruebas diagnósticas, se
les informa del diagnóstico de infertilidad e inician el tratamiento médico con la aplicación de la técnica de reproduc-
ción asistida (TRA) más adecuada a su etiología de infertilidad. Recordemos que el tiempo es un factor estresante en el
sentido de que conocer el diagnóstico puede llevar, al menos, entre uno y tres meses y que los tratamientos se inician
cuando comienza un ciclo menstrual de la mujer y se llevan a cabo a lo largo del mismo y que no siempre se consi-
gue el embarazo en el primer intento. Las parejas saben que pueden repetir la misma TRA varias veces e incluso una
vez concluido un número determinado de intentos, pueden aplicarles la siguiente técnica de más complejidad, como
en el caso presentado en la Ficha 1.
La atención psicológica que se realiza en la misma Unidad de Reproducción debe adecuarse a la médica con el fin
de rentabilizar los desplazamientos de la pareja a dicha Unidad. Los objetivos del psicólogo en estos casos deben
orientarse a realizar una labor más preventiva que interventiva, lo que debe ser explicado a las parejas tanto por el gi-
necólogo como por el psicólogo. Se trata de comentarles que tanto el diagnóstico, como el tratamiento de infertilidad
conlleva un proceso tanto físico como emocional y que se les va a atender en ambos aspectos con el fin de mantener
un estado de salud y bienestar psicofísico que sin duda les beneficiará tanto si consiguen el hijo como si no. Así, el
psicólogo se convierte en un profesional más del equipo de la Unidad con unos objetivos a cumplir de cara a la mejor
calidad de vida de las parejas.
Cada uno de los profesionales de la Unidad de Reproducción va a dedicarles la atención necesaria: el ginecólogo les
atenderá desde el primer día, abriendo la historia clínica y aplicando y controlando los tratamientos médicos; las en-
fermeras les explicarán cómo deben realizarse correctamente las pruebas diagnósticas, como deben aplicarse los fár-
macos para el tratamiento, etc., los embriólogos cuidarán de su material genético (esperma, óvulos) y velarán por el
adecuado crecimiento de los embriones que se gesten en el laboratorio; en toda esta labor los técnicos de laboratorio
realizarán la preparación de los gametos y los controles pertinentes; finalmente, el psicólogo les acompañará en todo
el proceso de principio a fin ofreciéndoles técnicas y recursos al inicio del proceso para que puedan aplicarlas duran-
te el diagnóstico y tratamiento de TRA. En definitiva el equipo interdisciplinar permitirá cubrir prácticamente todas sus
necesidades, si bien siempre se les debe transmitir que el resultado final podrá ser o no un embarazo y que incluso
dándose el embarazo, no se les podrá garantizar el hijo en casa.
Trabajar en equipo requiere de madurez personal y profesional, requiere que las distintas disciplinas a las que pertene-
cemos cada profesional reconozcan a las otras como válidas y eficaces. Significa establecer lazos de cooperación, respe-
to y reconocimiento de la labor de los otros. Este tipo de madurez es el que debemos alcanzar en equipo. El psicólogo
está introduciéndose poco a poco en las Unidades de Reproducción Humana, y se irá integrando conforme muestre pro-
fesionalidad y competencia en su labor diaria. Por ello es tan importante la formación, los conocimientos y el buen hacer
profesional que permita aumentar la calidad de nuestro trabajo a la vez que aumente la calidad personal. Ser un buen
psicólogo no depende solamente de todas las técnicas y conocimientos adquiridos, sino también, de cultivar aptitudes y
actitudes profesionales que, sin duda, interconectan con el crecimiento de la persona y su profesión.
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la fertilidad?) y que determina el estudio básico que deberán realizarse ambas partes de la pareja. Por tanto, debe ser
también el ginecólogo quién les explique que el proceso de diagnóstico y tratamiento médico de la infertilidad con-
lleva un proceso psicológico y que a continuación van a ser atendidos por el psicólogo de la Unidad.
En consecuencia, la ubicación de la consulta psicológica debe situarse lo más cerca posible a la ginecológica, esta-
bleciendo de esta forma un enlace profesional desde la primera visita de la pareja. En los casos que la consulta no
pueda ubicarse cerca, la enfermera podrá servir de enlace al acompañarles hasta el despacho del psicólogo.
Una vez en nuestro despacho, será imprescindible explicarles en primer lugar que en los problemas de fertilidad se
entremezclan muchas emociones, deseos, expectativas e ilusiones que son importantes saber manejar con el fin de
conseguir el mejor estado de salud. Mantener un equilibro psicofísico es necesario para poder seguir los tratamientos
médicos con TRA. Además, que duda cabe que mente y cuerpo están interconectados y que estar en las mejores con-
diciones psicofisicas beneficiará la salud y un posible embarazo.
En segundo lugar, será importante exponer que con el fin de rentabilizar los tiempos que van a tener que pasar en la
Unidad de Reproducción, se establecerán los contactos en los mismos días que se desplacen a la misma. De esta for-
ma recibirán asistencia médica y también psicológica.
Como se ha comentado en el apartado ¿por qué es necesario el psicólogo en las Unidades de Reproducción Humana?
hemos desarrollado un Programa de Apoyo Psicológico en Infertilidad (PAPI; Moreno-Rosset et al, 2007) cuya eficacia ha
sido probada empíricamente y que pasamos a resumir a continuación, si bien para una información más amplia recomen-
damos consultar (Ávila y Moreno-Rosset, 2008) y la Guía de intervención INFERTILIDAD (Moreno-Rosset, 2010).
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ORGANIZACIÓN DEL PAPI
El PAPI debe organizarse en función de cada caso en particular y del proceso de estudio y tratamiento de infertilidad
que se aplique en cada Unidad de Reproducción Humana, sin embargo y dado que se trata de realizar una actuación
psicológica preventiva presentamos a continuación un esquema del protocolo que este grupo de investigación que
suscribe este curso ha constatado más eficaz, práctico y de mayor utilidad (ver figura 9).
Como se ha descrito en la Ficha 1, evaluación e
FIGURA 9 intervención psicológicas deben ser un continuo en
las ciencias de la salud. Por tanto, en la primera vi-
sita a la Unidad de Reproducción se deberá realizar
la primera evaluación psicológica para obtener una
línea base de los aspectos psicológicos de la pareja.
La evaluación pre-tratamiento médico y psicológico
es de enorme utilidad para conocer las condiciones
con las que llegan las parejas y determinar los re-
cursos y principales necesidades de cada una de
ellas. Esta primera evaluación servirá para detectar
aquellas parejas con riesgo de desarrollar alteracio-
nes emocionales o las que llegan con trastornos clí-
nicos previos. En estos casos, el psicólogo deberá
realizar una labor psicológica más específica, ya
que se trataría de ejercer una labor más interventiva
que preventiva.
En la mayoría de los casos no es habitual encon-
trar psicopatologías y por tanto el PAPI servirá a la
mayor parte de la población que acude a las Unidades de Reproducción.
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Aplicación de sesiones de Apoyo Psicológico durante las pruebas diagnósticas
Las sesiones de Apoyo psicológico se aplicarán, preferentemente, durante la realización de las pruebas diagnósticas o en el
espacio de tiempo disponible antes de iniciar los tratamientos médicos de la infertilidad. Se trata de dotar a las parejas de
los recursos necesarios para su adaptación y afrontamiento al tratamiento de la infertilidad. Como comentado, las sesiones
de apoyo deberán coincidir con los desplazamientos de la pareja para la realización de las pruebas diagnósticas. De esta
forma se irá avanzando en el PAPI que contempla cuatro bloques de técnicas distintas: 1) relajación, 2) dirigidas a la solu-
ción de problemas y control de las cogniciones, 3) dirigidas a adquirir habilidades sociales y de funcionamiento adaptativo
y 4) las orientadas al asesoramiento de apoyo emocional y consejos prácticos para los momentos difíciles. En cada caso
concreto, y en función de los resultados obtenidos en la primera evaluación psicológica, el psicólogo deberá elegir aque-
llas técnicas preferentes, el orden de aplicación más conveniente o la combinación más adecuada.
A continuación se describen resumidamente los contenidos específicos de dichas técnicas incluidas en el PAPI. Para
mayor información consúltese Moreno-Rosset, 2010:
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como en la fecundación in vitro existe un periodo de reposo posterior a la aplicación de la TRA durante el cual será
útil pasar a verles, comprobar que estén tranquilos, acompañarles emocionalmente y calmar cualquier temor o ansie-
dad que pueda aparecer, así como darles las indicaciones para los siguientes fases de proceso, especialmente, para los
días de espera de resultados del tratamiento de TRA, durante el que deberán seguir con la relajación y otras técnicas
distractoras, aplicar la programación de tareas previstas, etc.
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A lo largo del tratamiento médico existen momentos clave en los que pueden precisar más apoyo psicológico y que
anotamos a continuación con indicación de las técnicas o recomendaciones psicológicas más adecuadas a cada mo-
mento.
REFERENCIAS
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Madrid: Ed. Pirámide (Manuales prácticos).
Moreno-Rosset, C. (2009b) (Coord). La Infertilidad ¿Por qué a mí? Un problema o un reto en la pareja. Madrid: Ed. Pi-
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Moreno-Rosset, C., Antequera, R., Jenaro, C., Ávila, A., Gómez, Y. y de Castro, F.J. (2007). MAMI. Materiales de Apli-
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Moreno-Rosset, C. y Ávila, A. (2009). ¿Necesito ayuda psicológica durante el tratamiento con técnicas de reproduc-
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a mí? Un problema o un reto en la pareja, pag. 53-73. Madrid: Ed. Pirámide.
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