MFP 1 Clase 5

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La urticaria es una enfermedad de la piel caracterizada por lesiones cutáneas edematosas, de

contornos delimitados y con un halo eritematoso, generalmente evanescentes y cambiantes. La


urticaria va acompañada, generalmente, de prurito, conocido también como picazón.

Las lesiones se denominan habones y son la consecuencia de vasodilatación y edema de la


dermis superficial. La duración de los habones oscila entre 2 y 6 horas desde su inicio, y pueden
desaparecer espontáneamente para aparecer de nuevo en el mismo u otro lugar horas o días
después. No dejan ninguna marca o lesión en la piel como secuela.

Se considera urticaria aguda cuando las lesiones tienen una duración menor a 6 semanas y
urticaria crónica cuando su duración es mayor. Las causas de la urticaria no están totalmente
aclaradas, se desencadena por fenómenos inmunitarios que en ocasiones son la consecuencia
de un proceso alérgico a algún alimento o medicamento. Uno de los mediadores químicos que
provoca los síntomas es la histamina.1

Es una enfermedad frecuente que puede aparecer a cualquier edad, pero diversos trabajos
muestran mayor tendencia en adolescentes y adultos jóvenes. Entre niños y adolescentes la
urticaria aguda es más común que la crónica y esta última es dos veces más frecuente en
mujeres que en hombres.2

Índice

1 Tipos de urticaria

2 Epidemiología

3 Causas

3.1 Inmunológicas

3.2 No inmunológica

4 Tratamiento

5 Referencias

6 Enlaces externos
Tipos de urticaria

Urticaria acuagénica

Urticaria a frigore o al frío

Urticaria por contacto

Urticaria autoinmune

Urticaria colinérgica

Vasculitis urticariana

Urticaria a Pucse.

Epidemiología

Se estima que entre el 15 y el 25% de la población ha sufrido en algún momento un cuadro


urticaria aguda. En el caso de urticaria crónica la prevalencia se estima en torno al 0.5-1% y hay
estimaciones conservadoras que afirman que un 1.3% de la población en Europa sufre urticaria
crónica.3

En cuanto a la edad, la urticaria puede aparecer a cualquier edad, aunque el grupo más afectado
tiene entre 20 y 40 años. Respecto al sexo, afecta a dos mujeres por cada hombre
aproximadamente.3

Causas

Las causas que pueden desencadenar el episodio de urticaria son muy variadas y pueden
dividirse en dos grupos: inmunológicas y no inmunológicas.

Inmunológicas

Suelen estar provocadas por alergia a algún medicamento, alimento o ingredientes específicos:

El nitrito sódico, es uno de los ingredientes que contienen los alimentos que más causan
urticaria, en los enfermos con urticaria crónica y además es cancerígeno, figura en el libro de
Toxicología Avanzada.

Estos ingredientes son conservantes que se emplean en productos cárnicos para darle un color
más rojizo y apetecible, se encuentran en productos tan corrientes de algunas marcas de
salchichas y jamón cocido.

Otros ingredientes que se enumeran en toxicología avanzada causantes de la urticaria son:

sacarina, aspartame, ciclamatos, BHA, BHT, benzoatos, sulfitos.

Alergias a medicamentos, frecuentemente antibióticos del grupo de la penicilina como la


amoxicilina y analgésicos del grupo de las pirazolonas como la dipirona.

Alergia a alimentos, principalmente huevo, mariscos, trigo, frutos secos y soja.

Picaduras de insectos.

contacto: plantas (aloe vera, etc.),4 cosméticos, látex, etc.

Urticaria autoinmune. Más de la mitad de todos los casos de urticaria idiopática crónica (de
causa no conocida) son en realidad el resultado de un mecanismo autoinmune. Los pacientes a
menudo presentan otros trastornos autoinmunes, tales como la tiroiditis autoinmune, la
enfermedad celíaca, la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren o el lupus
eritematoso sistémico.5

No inmunológica

En este grupo se incluyen las urticarias físicas, provocadas por diversas circunstancias, entre ellas
el frío, la sudoración, ejercicio físico, o el roce o contacto con la piel.

También se incluyen las urticarias infecciosas asociadas más frecuentemente a infecciones virales
(virus de Epstein-Barr, etc.), bacterias (estreptococo, etc.)6

Tratamiento

Para el tratamiento se emplean medicamentos antihistamínicos y corticoides en los casos


severos, los cuales facilitan la desaparición de los síntomas en la urticaria aguda y mejoran la
urticaria crónica. Estos tratamientos deben ser prescritos por un médico, pues tienen
contraindicaciones y efectos secundarios, por lo que previamente a su administración es precisa
una valoración por profesionales sanitarios.

Existen algunos alimentos que en determinadas circunstancias pueden provocar un episodio de


urticaria en personas no alérgicas o bien favorecer su mantenimiento, ello se debe a que son
liberadores de aminas vasoactivas o de histamina, debe comprenderse que este mecanismo es
diferente al de la alergia. Dichos alimentos deben intentar evitarse en el episodio de urticaria
aguda por favorecer su persistencia, algunos de los más habituales son el atún, cacao, clara de
huevo, fresas, frutos secos, mariscos, cítricos, quesos fermentados y pimentón.
La urticaria es una enfermedad de la piel caracterizada por lesiones cutáneas edematosas, de
contornos delimitados y con un halo eritematoso, generalmente evanescentes y cambiantes. La
urticaria va acompañada, generalmente, de prurito, conocido también como picazón.

Las lesiones se denominan habones y son la consecuencia de vasodilatación y edema de la


dermis superficial. La duración de los habones oscila entre 2 y 6 horas desde su inicio, y pueden
desaparecer espontáneamente para aparecer de nuevo en el mismo u otro lugar horas o días
después. No dejan ninguna marca o lesión en la piel como secuela.

Se considera urticaria aguda cuando las lesiones tienen una duración menor a 6 semanas y
urticaria crónica cuando su duración es mayor. Las causas de la urticaria no están totalmente
aclaradas, se desencadena por fenómenos inmunitarios que en ocasiones son la consecuencia
de un proceso alérgico a algún alimento o medicamento. Uno de los mediadores químicos que
provoca los síntomas es la histamina.1

Es una enfermedad frecuente que puede aparecer a cualquier edad, pero diversos trabajos
muestran mayor tendencia en adolescentes y adultos jóvenes. Entre niños y adolescentes la
urticaria aguda es más común que la crónica y esta última es dos veces más frecuente en
mujeres que en hombres.2

Índice

1 Tipos de urticaria

2 Epidemiología

3 Causas

3.1 Inmunológicas

3.2 No inmunológica

4 Tratamiento

5 Referencias

6 Enlaces externos
Tipos de urticaria

Urticaria acuagénica

Urticaria a frigore o al frío

Urticaria por contacto

Urticaria autoinmune

Urticaria colinérgica

Vasculitis urticariana

Urticaria a Pucse.

Epidemiología

Se estima que entre el 15 y el 25% de la población ha sufrido en algún momento un cuadro


urticaria aguda. En el caso de urticaria crónica la prevalencia se estima en torno al 0.5-1% y hay
estimaciones conservadoras que afirman que un 1.3% de la población en Europa sufre urticaria
crónica.3

En cuanto a la edad, la urticaria puede aparecer a cualquier edad, aunque el grupo más afectado
tiene entre 20 y 40 años. Respecto al sexo, afecta a dos mujeres por cada hombre
aproximadamente.3

Causas

Las causas que pueden desencadenar el episodio de urticaria son muy variadas y pueden
dividirse en dos grupos: inmunológicas y no inmunológicas.

Inmunológicas

Suelen estar provocadas por alergia a algún medicamento, alimento o ingredientes específicos:

El nitrito sódico, es uno de los ingredientes que contienen los alimentos que más causan
urticaria, en los enfermos con urticaria crónica y además es cancerígeno, figura en el libro de
Toxicología Avanzada.

Estos ingredientes son conservantes que se emplean en productos cárnicos para darle un color
más rojizo y apetecible, se encuentran en productos tan corrientes de algunas marcas de
salchichas y jamón cocido.

Otros ingredientes que se enumeran en toxicología avanzada causantes de la urticaria son:

sacarina, aspartame, ciclamatos, BHA, BHT, benzoatos, sulfitos.

Alergias a medicamentos, frecuentemente antibióticos del grupo de la penicilina como la


amoxicilina y analgésicos del grupo de las pirazolonas como la dipirona.

Alergia a alimentos, principalmente huevo, mariscos, trigo, frutos secos y soja.

Picaduras de insectos.

contacto: plantas (aloe vera, etc.),4 cosméticos, látex, etc.

Urticaria autoinmune. Más de la mitad de todos los casos de urticaria idiopática crónica (de
causa no conocida) son en realidad el resultado de un mecanismo autoinmune. Los pacientes a
menudo presentan otros trastornos autoinmunes, tales como la tiroiditis autoinmune, la
enfermedad celíaca, la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren o el lupus
eritematoso sistémico.5

No inmunológica

En este grupo se incluyen las urticarias físicas, provocadas por diversas circunstancias, entre ellas
el frío, la sudoración, ejercicio físico, o el roce o contacto con la piel.

También se incluyen las urticarias infecciosas asociadas más frecuentemente a infecciones virales
(virus de Epstein-Barr, etc.), bacterias (estreptococo, etc.)6

Tratamiento

Para el tratamiento se emplean medicamentos antihistamínicos y corticoides en los casos


severos, los cuales facilitan la desaparición de los síntomas en la urticaria aguda y mejoran la
urticaria crónica. Estos tratamientos deben ser prescritos por un médico, pues tienen
contraindicaciones y efectos secundarios, por lo que previamente a su administración es precisa
una valoración por profesionales sanitarios.

Existen algunos alimentos que en determinadas circunstancias pueden provocar un episodio de


urticaria en personas no alérgicas o bien favorecer su mantenimiento, ello se debe a que son
liberadores de aminas vasoactivas o de histamina, debe comprenderse que este mecanismo es
diferente al de la alergia. Dichos alimentos deben intentar evitarse en el episodio de urticaria
aguda por favorecer su persistencia, algunos de los más habituales son el atún, cacao, clara de
huevo, fresas, frutos secos, mariscos, cítricos, quesos fermentados y pimentón.
Eritema es un término médico dermatológico para un enrojecimiento de la piel condicionado
por una inflamación debida a un exceso de riego sanguíneo mediante vasodilatación. El eritema
es un signo de distintas enfermedades infecciosas y de la piel. Con estos últimos, figura dentro
de las eflorescencias primarias.

La histamina es una amina idazólica involucrada en las respuestas locales del sistema
inmunitario. También regula funciones normales en el estómago y actúa como neurotransmisor
en el sistema nervioso central.1 Una nueva evidencia indica que la histamina también
desempeña una función en la quimiotaxis de glóbulos blancos como los eosinófilos.2

Desde la década de 1950 se sabe que la histamina está en el cerebro, pero hasta hace poco se
desconocía su función. Las funciones fuera del sistema nervioso han sido un impedimento para
pensar que era un neurotransmisor. Es sintetizada y liberada por neuronas del sistema nervioso,
que usan la histamina como neuromodulador. Fuera del sistema nervioso central es un mediador
de procesos fisiológicos. Se encuentra fundamentalmente en células cebadas del tejido
conectivo; en los leucocitos basófilos y en las células ECL.3

Eosinofilia

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Eosinofilia

WBC eosinophil.jpg

Célula de eosinófilo

Clasificación y recursos externos

Especialidad Hematología

CIE-10 D72.1

DiseasesDB 4328

eMedicine med/685

MeSH D004802

Wikipedia no es un consultorio médico Aviso médico

[editar datos en Wikidata]


La eosinofilia es la presencia de una cantidad anormalmente alta de eosinófilos en la sangre.

Los eosinofilos son leucocitos (glóbulos blancos, encargados de la defensa inmunitaria) que se
diferencian visualmente del resto en que si se colorean antes de observarlos al microscopio
tienen apetencia por un colorante ácido llamado eosina que les da un color rojo-carmín, al igual
que se llaman basófilos los que son apetentes por el colorante básico, en buena lógica los
eosinófilos podrían llamarse acidófilos.

Los eosinófilos se suelen cuantificar de forma rutinaria en los análisis de sangre, dentro del
hemograma, que es una cuantificación morfológica de la celularidad sanguínea.

Llamamos eosinofília a un aumento porcentual de eosinofilos, es decir que su porcentaje dentro


del total de leucocitos aumenta y no es eosinofilia el aumento global y no porcentual que ocurre
en las leucocitosis no neutrofílicas, pero algunos autores denominan también eosinofilia a un
aumento absoluto superior a 0,5 *10/l.

Si los eosinofilos superan la cifra considerada normal ello no constituye una enfermedad, pero
puede orientarnos sobre patología subyacente pues es una respuesta inmunitaria.

Esa patología delatada por ellos suele ser la mayoría de las veces intrascendente. La eosinofilia
es un hallazgo muy frecuente y casual pues el hemograma se suele pedir de forma rutinaria casi
siempre que se pide una analítica sanguínea.

La eosinofilia habitualmente indica una respuesta ante parásitos (lo más frecuente en niños),
alergia (asma, dermatitis etc.), o mucho más raramente frente a la presencia de células
anormales, entre otras causas.

Fisiopatología

Médula ósea, en la esquina derecha se puede observar un eosinófilo.

Una vez que los eosinófilos se han originado en la médula ósea, entran en el flujo sanguíneo
pero permanecen allí sólo unas pocas horas antes de emigrar a los tejidos del organismo.
Cuando una sustancia extraña entra en el cuerpo, es detectada por los linfocitos y neutrófilos,
que liberan sustancias que atraen a los eosinófilos a dicha área. Luego los eosinófilos liberan
sustancias tóxicas que atacan a los parásitos y destruyen a las células humanas anormales.

Etiología de la eosinofilia

Múltiples causas pero las graves suelen dar previamente otros síntomas o signos:

Infecciosas

Hay predominio eosinófilo pero con leucocitosis desviada a la izquierda

Incubación del sarampión

Escarlatina

Gonococia (más en mujeres por cronicidad asintomática)

Parotiditis

Lepra

Meningitis tuberculosa

Chlamydia trachomatis

Infecciosas parasitarias

Quiste hidatídico

Triquinosis

Toxoplasmosis

Fascioliasis

Esquistosomiasis

Paludismo

Neurocisticercosis

Infecciosas micóticas
Coccidioidomicosis pulmonar

Pneumocistis jiroveci

Alérgica

Urticaria aguda, no en la crónica.

Asma bronquial

Colitis pseudomembranosa

Picaduras de insectos

Intolerancia a la lactosa

Intolerancia al gluten

Intolerancia a productos con sulfito (ej: Acesulfamo-k)

En dermopatias autoinmunes

Pénfigo

Psoriasis

Esclerodermia

En hemopatías

Leucemia mieloide crónica

Policitemia vera

Paraneoplásica

Suele ser en casos avanzados que por lo tanto han dado ya otros síntomas

Por ello no sirve la determinación de eosinófilos para descartar o buscar un cáncer incipiente.

Es corriente en carcinomas mucosecretores, linfoma T periférico y en el Hodgking.

Iatrogénica
Estreptomicina

Sulfamidas

Sales de oro

Salicilatos

Radioterapia

En colagenosis

Sarcoidosis

Dermatomiositis

Periarteritis nodosa

En las diálisis

Idiopática

Es típico que tengan pocas granulaciones.

Familiar

Síndrome de Wiskott-Aldrich

Síndrome de hiper-IgE

Déficit de IgA

Intoxicaciones

Ingesta de L-triptofano

Ingesta de Aceite Tóxico (Aceite de colza alterado con oleyl-anilida y DEPAP: 3-(N-phenylamino)-
1,2-propanediol): España 1981

Otras

Después de trasplante

Síndrome hipereosinofílico idiopático

(artículo principal: Síndrome hipereosinofílico) El Síndrome hipereosinofílico idiopático es un


trastorno en el cual la cantidad de eosinófilos aumenta a más de 1500 células por microlitro de
sangre durante un periodo mayor a 6 meses sin una causa evidente.
Aparición y consecuencias

El Síndrome hipereosinofílico idiopático puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente
en los varones mayores de 50 años. Una cantidad elevada de eosinófilos pueden dañar al
corazón, los pulmones, el hígado, la piel y el sistema nervioso. Por ejemplo, el corazón se inflama
en una enfermedad llamada endocarditis de löffler, que ocasiona la formación de coágulos de
sangre, insuficiencia cardiaca, ataques cardíacos o mal funcionamiento de las válvulas del
corazón.

Síntomas

los síntomas son dolor de cabeza, dolor del pie, dificultad para respirar y sibilancias

Diagnóstico

Gran cantidad de eosinófilos.

El síndrome se diagnostica cuando se detecta el incremento persistente de los eosinófilos en


quiénes presentan estos síntomas. Antes de empezar el tratamiento, debe asegurarse que la
eosinofilia no está causada por una infección parasitaria o una reacción alérgica.

Tratamiento

Algunas personas no precisan tratamiento y sólo requieren control durante 3 a 6 meses, pero la
mayoría necesita un tratamiento con prednisona o hidroxiurea. Si este tratamiento no es eficaz,
pueden utilizarse otros medicamentos, combinados con un procedimiento que elimina los
eosinófilos de la sangre (leucaféresis).

Véase también

Eosinófilo

Eosinopenia

La inmunoglobulina G (IgG) es una de las cinco clases de anticuerpos humorales producidos por
el organismo. Se trata de la inmunoglobulina predominante en los fluidos internos del cuerpo,
como son la sangre, el líquido cefalorraquídeo y el líquido peritoneal (líquido presente en la
cavidad abdominal).

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