Los Hermanos Licantropos
Los Hermanos Licantropos
Los Hermanos Licantropos
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Oli su aroma al instante en que entré en el edificio.
Entró en la gran sala, ricamente decorada, con el pecho agitado, los puños
apretados, intentando hacerse con el control de su bestia. Probablemente
un centenar de cuerpos, bien vestidos, pululaban alrededor de la
habitación, donde había sido colocada unas mesas con abundante buffet y
bebidas. Una gran lámpara de cristal hizo que el cuarto chispeara y brillara.
El sonido de las risas, de las conversaciones, y de la sensual música, que
provenía de una orquesta pequeña que tocaba en vivo; flotó a través de la
habitación y del pasillo.
¡Mía!
Quería alejarla de cualquier hombre que le hablara, que la mirara. Ella era
exquisita… y era suya.
***
Los ojos del hombre mayor, de mala gana abandonaron sus tetas para
dirigirla hacia él.
Había muy pocos hombres que podrían hacer a Grace Marin sentirse
pequeña… pero este hombre lo hizo. Con su metro ochenta de altura, y
tacones de ocho centímetro, ella todavía tenía que subir la cabeza para
mirarlo. Dios… él era enorme. Completamente sólido y alto. Sus ojos se
encontraron cuando llegó a su lado, sosteniendo su mirada. Ella podría
ahogarse en sus profundos ojos azules. Sabía que debería apartar la
mirada… pero ella no podía. La tenía totalmente cautivada.
— ¿Sra. Marin? Soy Noah Lancaster. Es agradable finalmente conocerla, —
le dijo en una profunda, baja e intima voz. Era como si no hubiera nadie
más en la habitación.
Oh. Mierda. Debe haber sido raro, pero Grace estaba prácticamente
temblando, aturdida por la sensación de su lengua en su piel caliente.
— Sí, por supuesto. Si nos excusa Sr. Whiting. — Asintió con su cabeza al
anciano caballero, que nunca notó el extraño comportamiento del Sr.
Lancaster, porque sus ojos todavía estaba pegados a sus pechos. Él parecía
decepcionado, pero no protestó, cuando ella se alejó con el Sr. Lancaster.
El poco aliento que tenía fue tomado, cuando sus labios aterrizaron en los
suyos. Su beso no fue gentil o tierno. Él la capturó, tomando su boca 9
posesivamente, mientras que sus manos vagaban ásperas sobre su cuerpo.
Él la apoyó contra el mostrador del tocador y la fijó con su cuerpo, mientras
sus manos se movían sobre ella, moldeando sus curvas, como un amante
que proclamaba su propiedad.
Su cuerpo entero tembló y ella cerró los ojos. Su cuerpo estaba listo para
venirse y no podía mirarlo más. Era demasiado. Estaba en sobrecarga por
la sensación, lista para entrar en fusión total.
Grace se deslizó del mostrador y fue sobre sus rodillas. El cuarto de baño
tenía un piso de mármol y se sentía duro y frío en sus piernas, pero ella no
lo reconoció realmente.
Noah se vino con un aullido estridente, que envió escalofríos por su espina
dorsal. Su semilla caliente, abrasadora fluyó por su garganta y ella lo tragó,
feliz, disfrutando del calor y del gusto de él. Él era delicioso, degustando el
sexo y el pecado, el poder y la furia.
Grace podía oír a Noah jadear, mientras alejaba su boca de su polla. Ella 13
quería conseguir que sus piernas temblorosas la levantaran y caminaran
hacia una silla, así podría sentarse. Tiró del cuello halter de su vestido
detrás de su cabeza y alisó su falda sobre sus piernas. No sabía qué le
sucedió a sus bragas, pero sabía que él las rasgó de todos modos.
Oh. Mi. Dios. El hombre estaba loco. Un loco delirante. Ella extrajo sus
manos de las suyas y las cruzó sobre su pecho. — Soy una veterinaria,
Noah. Amo a todos los animales. Soy un científico. No hay existe tal cosa 14
como un cambiaformas. —
Sus ojos se abrieron tan anchos como los platos y ella retrocedió. Grace
tenía un saludable respeto por los lobos, y éste era un animal hermoso, era
casi totalmente blanco a excepción de un pequeño parche negro bajo su
barbilla. Sus ojos eran los de Noah. Azules profundos, y en ese momento,
muy suplicantes. Se movió más cerca a ella, lentamente, empujando su
suave pelaje contra sus brazos cruzados.
¿Un hombre lobo? ¡Mierda! Ella no podría creer que era verdad, pero no
podía negarlo. Acariciaba la prueba real.
— Tienes que decidirte, Grace. No será una vida feliz para cualquiera de
nosotros, si no lo haces. Si necesito presionar… presionaré. —
Grace, seguía de pie allí, en shock. ¿Qué acababa de suceder? Era como
una pesadilla realmente mala… pero sabía que estaba despierta.
*****
Tenía empleados bien entrenados que cuidaban a los animales, pero ella
todavía pasaba la mayor parte de su tiempo libre allí y era la fundadora así,
como la veterinaria residente.
*****
Hoy era su plazo y Grace estaba agitada. Era domingo y ella tenía el día
libre. Quería ir al santuario, pero por primera vez en su vida, algo más tenía
prioridad sobre sus animales queridos.
Había poco que ella no supiera sobre él. Su hombre lobo podía ser un alfa,
pero él no era un bastardo. Tenía un buen corazón. Podría sentirlo. Sabía de
su pasión por los animales que protegía y muchas otras cosas sobre él, que
la intrigaban, que la atraían hacia él. Compartían tantos intereses comunes,
que era casi aterrador.
Porque realmente estamos destinados el uno al otro.
Sabía qué lo que él dijo era verdad. Ningunos de ellos, tendría una vida feliz
sin el otro. Noah era el único que podía llenar todos los agujeros vacantes
en su solitaria vida.
Le echó un vistazo al reloj. Las cuatro. Tenía cuatro horas para decidir.
Las lágrimas fluyeron de sus ojos cuando miraba el reloj, borroso por la
inundación de humedad que no parecía tener fin. Cinco minutos más. 20
Noah abrió la puerta antes de que ella pudiera golpear, y fue casi lanzada
por dos grandes pastores alemanes. Ella rió mientras que se deslizaban
alrededor de su amo y se apresuraron para saludarla. Les murmuró
suavemente mientras les dejaba su esencia, acariciando sus cabezas.
Gruñó mientras la levantó en sus brazos. Subió las escaleras de tres en tres,
una acción que la tenía en su dormitorio en segundos.
Grace alcanzo su top sin mangas y tiro de él, sobre su cabeza. Le dio un
tirón a los lazos de sus pantalones cortos y meneando sus caderas, los dejó
caer al suelo. Sus sandalias se deslizaron fácilmente. Se colocó delante él
con un sujetador y una tanga negros antes de contestar.
— No estoy a punto de cambiar de opinión. — Abrió el clip de su pelo y lo
dejó caer al piso. —Fóllame, Noah. Te necesito. No tengo miedo de tu lobo
nunca más. —
Se arrastró sobre la cama, aterrizando en el otro lado. Noah le dijo una vez,
que en la fase de apareamiento nada ponía a un lobo cambiaformas, más
loco, que la emoción de la caza.
Ella rió mientras que él rodó sobre la cama y ella correteó alejandose al
otro lado.
Estaba desesperada por él. Apartó su boca de la suya y agarró su polla dura.
— Por favor, Noah. Fóllame. — Ella sabía que botón empujar… y ella los
empujó sin remordimiento. Su necesidad lo volvió loco y su suplica hizo que
se deshiciera. 24
Los movimientos de Noah eran profundos, reuniéndose con su piel con una
fuerza violenta. Ella lloriqueó su nombre, mientras que cerró de golpe las
caderas detrás, contra las de él. Sus puños apretaron la almohada, su
cuerpo oscilaba con cada potente entrada.
Grace podía sentir su clímax construyéndose. Un grito atrapado en su
garganta, salió como un gemido ronco, cuando su orgasmo la golpeo con
todas sus fuerzas. Las paredes del canal se apretaron cuando inundó la
polla de Noah, con su crema caliente. Podía sentirse contrayéndose y
liberándose, dándole masajes a su polla, que furiosamente bombeaba.
Noah aulló y lanzó su cabeza hacia atrás. Su grito era largo y ruidoso,
proclamando su victoria y su entrega. Empujó sus caderas a ras contra la
suya mientras lanzó su semilla caliente profundamente dentro de su matriz
con un gruñido, — Mía. —
— Te amo, Noah. — Ella coló las palabras que cayeron de su boca sin
pensar.
La abrazó con fuerza, temblando entre sus brazos. — Te amo tanto que
puede ser que me mates, Grace. —
Ella sonrió suavemente y se apartó para mirarlo a los ojos. — Pienso que
no. Te quiero conmigo para siempre. Aunque puede ser que te desafíe de
vez en cuando. —
Cayeron dormidos con una sonrisa en sus labios y envueltos en los brazos
del otro. El hombre lobo y su compañera, dos mitades de un todo, estaban 26
finalmente completos.
~El Fin~
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ENCUENTROS CAMBIAFORMAS DE J. S. SCOTT COPYRIGHT
© 2012 POR J. S. SCOTT
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Si esto le hubiera sucedido a uno de los hermanos de Rafe Lancaster, supo
que se hubiera partido de la risa por la estupidez de su hermano.
Ser atrapado fuera y durante el día fue una estupidez, y él lo sabía. Tenía
trescientos cincuenta años y nunca había sido atrapado
fuera, durante las horas de luz. Fue un estúpido error de joven
cambiaformas, un tabú que le había sido enseñado cuando era niño.
— Estás herido,— ella lo arrullo cuando pasó su mano sobre la mancha roja
en su flanco. — Y frío— Él sabía que temblaba de debilidad. Si hubiera
estado en forma humana habría suspirado mientras ella lo metió bajo su
chaqueta abrigada. Su cuerpo era cálido y felizmente estaba a oscuras.
Sintió la forma ágil femenina que le abrazaba bajo su chaqueta moviéndose
rápidamente. Él no estaba seguro de a dónde iba, pero seguro como el
infierno que esperaba que estuviese en un lugar oscuro... o por lo menos
fuera de la luz directa del sol
1 ATV´S:
Ella estaba corriendo. Rafe podía sentir la sacudida de cada paso
retumbando mientras corría rápidamente por los accidentados caminos de
tierra. Su mente estaba confusa, pero sabía que era rápida y cubría el
terreno a un ritmo veloz. .
Rafe abrió lentamente los ojos, al comprender que estaban dentro de una
casa que tenía persianas en las ventanas y en las puertas. Sin luz solar
directa.
Pues no. Es una muy mala idea. ¡Horrible idea! Que acabaría con un
cachorro de lobo frito.
Rafe sabía que no podía oírlo en realidad, pero esperaba que fuera lo
suficientemente sensible para captar sus señales.
Vio como ella fue a recoger su teléfono y marcar a lo que él suponía era la
oficina del veterinario. Había oído lo suficiente de la conversación para
deducir que el veterinario no estaba en la oficina hoy. ¡Gracias a Dios!
Bueno... al menos pensó que podría... hasta que ella empezó a limpiar la
herida. Mierda... ¿qué estaba haciendo ella... tratando de matarlo? Todo lo
que estaba usando quemaba como el fuego del infierno.
— Ahí está. Todo listo, lo hiciste bien— ella comentó mientras que frotaba
ligeramente
su piel, como si ella acariciara a un niño. Él se preguntaba si conseguiría
unas pegatinaso una piruleta por ser un buen muchacho.
— Veamos si eres un niño o una niña.— Ella lo puso sobre su espalda y Rafe
tuvo que sufrir la humillación de que mirara los genitales del ―cachorro‖.
— Oh... tienes un pequeño wee wee. Sin duda un muchacho— ella
comentó cuando lo rodo y lo cubrió con una manta.
Zoey Hall ladeó la cabeza mientras miraba hacía la gran manta que cubría al
adorable cachorro blanco. Ella absoluta y positivamente no quería otro
perro. Perder al último casi la había matado.
Pero… era la cosita más linda. Ella seguía tratando de saber su raza, pero no
podía identificarlo con seguridad. Casi parecía un híbrido de lobo. Tenía la
estructura y las características del lobo, pero no había lobos en esta parte
del país. Tal vez alguien criaba cachorros, para después solo deshacerse de
ellos. 35
Iba a ser un hermoso perro cuando fuera adulto con todo ese pelaje blanco
puro, las características imponentes y los ojos azules inteligentes. Si esas
grandes patas eran una indicación, él también iba a ser enorme.
Ella se había trasladado a esta área aislada, hace un mes para huir lejos del
dolor, no para terminar adquiriendo un cachorro que a la larga la dejaría y
rompería su corazón una vez más.
Ella le dio la espalda al cachorro, decidida a trabajar un poco. Se había
levantado temprano para trabajar en sus ilustraciones para una comisión y
necesitaba ponerse a trabajar.
Trabajó hasta la puesta del sol, sin dejar su silla más que para ir al baño u
obtener más café y de vez en cuando cedió a la tentación de comprobar a
su huésped canino.
Rafe despertó justo cuando el sol descendía, el flameante globo se
encontró con la tierra y desapareció, dejando las tierras boscosas en las
sombras.
¡Mi compañera!
–Soy Rafferty Lancaster. Rafe– él tocó sus sedosos y finos rizos, mientras
continuaba. –Soy tu cachorro, Zoey.–
Él sabía que ella necesitaría antes pruebas, si es que iban a llegar a alguna
parte… y él necesitaba conseguir llegar a alguna parte y muy pronto.
Retrocedió y cambió a la forma más pequeña de su lobo, el diminuto
cachorro que ella había cuidado la mayor parte del día. Corrió hacia ella y
lamió con delicadeza su tobillo.
Ella se lanzó hacía atrás tan rápidamente que aterrizó sobre su trasero.
Ella no entendía lo que le estaba ocurriendo. Rafe le hizo hacer una locura
con una necesidad nunca había experimentado y que era a la vez
aterradora y erótica.
Él gruñó cuando le extendió sus piernas y se sumergió entre sus piernas sin
dudarlo.
— Sí. follame. Tengo que venirme.— Ella no sabía nada, sino el hecho de
que él estaba su interior y su necesidad inmediata de un orgasmo.
Era casi insoportable y se retorció con cada pedacito de placer que tenía en
su cuerpo.
Se deslizó por su cuerpo con la gracia de un bailarín, deteniéndose para que
su lengua atormentara sus pezones duros como guijarros.
— Mía— -gruñó él, hiperventilando en su oído. Él la tomó de sus muñecas,
sacándola de su cabello y anclándolas sobre su cabeza.
La besó, poseyéndola como si le perteneciera, marcándola antes de que
explotara y le dijo en una voz áspera, — formas parte de mí, Zoey.
Emparejate conmigo.— Ella abrió los ojos, que no se había dado cuenta,
que los había cerrado y se reunió con su feroz mirada azul. Estaba
hipnotizada por su mirada. Ella se estaba ahogando y no había nada que
pudiera hacer para salvarse a sí misma.
Alargó la mano para tocar su hermosa polla, pasando sus manos sobre la
sedosa superficie. Deslizó un dedo birlando una gota de humedad de la
punta y se la llevó a la boca. Ella saboreó el sabor de su sexo, queriendo
más.
Zoey sabía que ella estaría de acuerdo con cualquier cosa si él solo la
tomara.
–Sí. Sí. –Su cuerpo se estiró para adaptarse a su tamaño, las paredes de sus
músculos se expandieron. El la llenó con su longitud y circunferencia con
tanta fuerza, tan perfectamente, que casi llegó con su primer golpe.
Quería tocarlo, tan mal, pero sus manos todavía estaban atrapadas por
encima de su cabeza como si tuviera miedo, que ella se fuera. Como si ella
pudiese ir a cualquier parte con su cuerpo en éxtasis por su frenética 43
dominación, la cautivó de tal manera que la dejó sin escapatoria. Sin deseos
de escapar.
Noah y Rafe se parecían tanto que no había duda de que eran hermanos,
aunque ella pensaba que Rafe era el más guapo de los dos. No tenía la
menor duda de que Grace pensaba exactamente lo mismo de Noah.
En los dos últimos meses Rafe muy lentamente, había neutralizado sus 46
defensas, hasta que no le quedo ninguna. Adoraba al hombre con cada
pedacito de su corazón y su alma. Rara vez se separaban, pasaban todas sus
noches juntos. El horario de sueño de Zoey había cambiado gradualmente
para que coincidiera con el de él, su cuerpo adaptándose a un ritmo
diferente. Ella había aprendido a amar a la noche y todos sus encantos. Uno
de ellos en particular, que estaba a menos de veinte metros e hizo que su
corazón subiera al séptimo cielo cada vez que lo veía.
También follaban hasta dejarla sin sentido como si él nunca pudiera tener
suficiente. Su cuerpo se tensó cuando pensaba en la noche anterior...
Pensamientos traviesos, amor. No me pongas duro aquí en frente de mi
hermano. Voy a tener que llevarte al bosque y hacer algo al respecto.
Te amo, Rafe.
Se dio vuelta y sus ojos azul intenso se reunieron con los suyos. Tiró su caña
de pescar y la sacó del suelo, balanceándola en sus brazos. — Dímelo de
nuevo. Dilo en voz alta.— Su voz era baja y ronca.
~El Fin~
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Encuentros de Cambiantes por J.S. Scott Copyright ©2012 de
J.S. Scott
Todos los derechos reservados
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Después de ser abandonada por su novio, después de que robara
su tesis doctoral y terminara perdiendo el trabajo que tanto había
codiciado, Faith Prescott no parece tener espíritu festivo. Con los
ánimos tan bajo como su saldo en banco, ella va a una venta de
Black Friday para tratar de obtener un equipo que necesita
urgentemente para mejorar su situación. Por desgracia, se entera
de que su suerte no es mejor cuando pierde el último en venta al
precio de ganga... a manos de un inquietante guapo, seductor
hombre. Es grande, es intenso y está totalmente fuera de su liga.
¿Por qué un millonario precioso podría interesarse en una simple
mujer como ella que pasa más tiempo con los animales salvajes
que las personas? Y Faith no estaba realmente interesada. Ella 52
Por desgracia, sólo es fin de noviembre, el día después del Día de Acción de
Gracias.
Por lo tanto, ¿por qué estaba aquí en el centro comercial, a las ocho de la
noche, en el día más malditamente ajetreado del año? ¡Sin duda no era
porque estaba buscando ofertas o tenía que buscar buenas ofertas.
Maldición! Él es un millonario, capaz de comprar todo lo que deseaba a un
precio regular y razonable. En su opinión, Black Friday es para masoquistas,
personas que disfrutan torturándose a sí mismos.
Por favor, Gavin. Realmente quiero este equipo y se van a quedar sin ellos
si no tengo uno ahora.
El perfume de su compañera.
Mía!
Hermosa!
Ella era pequeña, curvilínea, vestía vaqueros y una sudadera que fue
rematada por un chaleco guateado rosa. Gruesas gafas asentadas en el
puente de una adorable, pequeña nariz. Su piel estaba sonrosada, y Gavin
podía sentir su malestar. Ella nerviosamente empujó un mechón lacio, de
sedoso cabello castaño claro detrás de su oreja. Precioso pelo que rozaba 56
sus hombros, que él quería alcanzar y tocar, enterrar su mano en el,
acariciar con la nariz, hasta que todo lo que pudiera sentir fuera a ella.
Mía!
Gavin tuvo que apretar los puños para evitar llegar a ella, tomar lo que
le pertenecía. Su mirada se topó con la suya, fue su expresión aterrorizada
la que lo detuvo. Cristo! La estaba asustando. Sin duda su gruñido y su
expresión posesiva eran un poco demasiado, incluso si era Black Friday.
—Uh... no, gracias. Consérvalo. Parece que lo quieres más que yo. —
Para. No corras.
Mierda! Noooo!
Gavin retrocedió, permitiendo que los dos hombres sujetando sus brazos
lo llevaran de vuelta a la tienda. Tendría que tratar con ellos, y lo haría, tan
pronto como él pudiera apartar su mirada de la imagen desapareciendo de
su compañera, cada vez más pequeña y más pequeña en la medida en que
huía más y más lejos de él.
Era peor esta vez, mucho más intensa. Las únicas cosas que lo retenían
eran su ser humano y sus emociones, es decir su miedo. El miedo es un
motivador poderoso, una excelente razón para ignorar a su lobo. El
problema era que no sólo su lobo la deseaba. Era un Cambiaformas , y casi
todas las células de su cuerpo la querían, dolían por ella para que lo
completara, y él no estaba tan seguro que sólo el miedo podría ganar esta
guerra.
Estrechando los ojos, su mirada regresó hacia atrás en el último lugar que
la había visto , necesitando conectar con ella de alguna manera,
desesperado por conseguir algo, lo que sea, que calme la tempestad que se
desarrolla dentro de su cuerpo y su mente.
Dos años de mi vida por el desagüe, robados por un pedazo de mierda sin
conciencia.
Ella había pasado los dos últimos años de su vida como una nómada,
estudiando el oso grizzli, grabando su hallazgos, poniendo todos sus
conocimientos en su tesis. Ella conoció a James durante su último viaje a
Alaska hace varios meses. ¿Por qué ella no sospechó, fue desconfiada?
¿Desde cuándo un atractivo chico le prestaba atención? Ella era una ratonil
mujer con características normales, unos pocos kilos de más en su culo y
caderas, gafas que no hacen nada para mejorar su apariencia y los ojos
grises que se añadieron a su exterior gris. Sin embargo, James había llegado
a ella caliente y firme, enganchándola con sus palabras, pretendiendo ser
un profesor de biología de la fauna silvestre. Pasaron varias semanas juntos
en Alaska, James siguiéndola como un cachorro perdido, haciendo que se
fijara en él por su interés en su proyecto y por su sonrisa de buena 60
apariencia.
Dos años perdidos. Dos años más para escribir otra tesis. En otro tema.
Todo porque un hombre me dio un poco de atención, que puso un mínimo
de interés. ¿Qué patético es eso?
Faith no tenía que mirar hacia su rostro para saber que era él, el intenso
chico de la tienda de artículos de electrónica. Ella podía tocarlo , sentir las
vibraciones que pulsaban en torno a ella mientras sus cuerpos hacían
contacto. Era la misma sensación que había recorrido, que la mantuvo
momentáneamente cautiva, por el simple toque de su mano sobre la de él.
Escapa.
Acércate más!
Corre!
Lo necesito!
Luchó, tratando con su mente liberarse de él, pero él sólo la sujetó más
fuerte, tirando su cuerpo contra el sólido músculo de su pecho y abdomen,
la espalda a su parte delantera, su cálido e irregular aliento acariciando en
su oreja mientras él doblada la cabeza. —No te lastimaré. — Su voz era
dura, pero de alguna manera reconfortante.
Al igual que la mujer que tenía en sus brazos, Lena había sido humana,
probablemente con un linaje Cambiaformas muy débil. Muchos
compañeros Cambiaformas eran humanos con un Cambiaformas
antepasado en alguna parte de su historia familiar. Pero, aun así, ellos eran
humanos, incapaces de aceptar la existencia de los Cambiaformas . Noah y
Rafe habían tenido suerte, sus mujeres aceptándolos, uniéndose a ellos. 65
Por desgracia, él no había sido tan afortunado, y habían tenido que borrar
de la memoria de Lena su existencia, realizar la ceremonia de romper la
conexión entre él y Lena porque ella lo rechazó. Fue un proceso doloroso, y
uno que no estaba ansioso por repetir pronto. En realidad, él no quería
repetirlo hacerlo - nunca! Había sido muy feliz permaneciendo sin
compañera, habiendo pasado por el dolor del rechazo una vez.
Mía!
¡Nunca!
¡Mía!
Gavin luchó contra sus instintos, al escuchar la ira, pero también el miedo
en su voz.
No puedo asustarla.
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Protegerla. Velar por su seguridad. Comodidad.
Sus ojos sobre ella, codiciando cada centímetro de ella, su control en el filo
del cuchillo, balanceándose precariamente.
Ella era perfecta. Él amaba todo de ella, desde su ronca voz a su feroz
mirada echando chispas en su dirección a través de un par de espejuelos
que la hacían ver como una furiosa, pequeña y adorable lechuza. Ella era
inteligente, midiéndolo.
Mía!
Gavin gruño.
—Ese soy yo. Por eso estas aquí. — Porque su seductor, irresistible olor
hace que mi polla se ponga dura, rogando que la entierre profundamente
en tu interior.
¿Ilusión óptica?
¿O es verdad?
¡Sus ojos!
Eran los mismos magníficos ojos azules medianoche del extraño que
estaba sentado en el sofá momentos antes.
Sí. Sí. Por el amor de Dios follame. Tómame duro y sin piedad. —Sí. Por
favor, Gavin. — Poso su boca sobre la suya sin vacilar, su lengua
caliente invadiendo su boca, haciéndola suya con fuertes, audaces embates
con el propósito de marcarla, conquistarla.
Faith sintió que su núcleo se cerró con profundos potentes espasmos que 72
la tenía empujando sus caderas hacia arriba, gimiendo en la boca de Gavin
mientras su lengua la reclamaba implacablemente.
—Gavin. Por favor. — Faith no sabía muy bien lo que ella estaba
pidiendo; sólo sabía que necesitaba... algo. Su polla. Su lengua. Su cuerpo.
Su beso. Algo... más.
Faith cayó hacia atrás, dejando su cabeza descansar sobre el brazo del
sofá, temblando ligeramente, no de frío, sino de miedo. Estaba desnuda, su
73
cuerpo ante él en todo su esplendor. La habitación estaba bien iluminada,
probablemente mostrando cada fallo evidente. Sus generosas caderas,
vientre suavemente redondeado. Ella estaba en buena forma después de
dos años de interminables caminatas, pero ella tenía un cuerpo , con unos
kilos de más.
—Increíble. Eres toda suave. — Sus manos se deslizaron hacia arriba por
los muslos, la parte de atrás de su mano rozo su montículo, haciendo que
la carne entre las piernas se inundara con su crema, cuando su mano
acarició su vientre. —Tan exuberante, tan suave. Mía. Malditamente mía!
— Él se movió entre sus piernas. —Hueles como el deseo y la pasión, tan
malditamente lista a ser complacida. —
Él extendió sus piernas, una mano grande en cada uno de sus muslos,
mientras el la abría para él. Acarició sus manos hacia arriba y hacia abajo en
la parte interior de los muslos. Él inhaló profundamente, como si estuviera
capturando su aroma, moviendo la cabeza entre sus piernas, bajando a su
coño necesitado.
—No, Gavin. No . No lo he hecho antes–
—Seré el primer hombre que te de placer que esta forma, hacerte gritar
de placer. — Su voz era posesiva, llena de satisfacción masculina.
—Oh, Dios. Gavin —, ella gimió, todo su cuerpo estremeciéndose con las
sensaciones.
Sí. Eres mi compañera. Podemos leer, hablar con nuestras mentes. Tu ex-
novio era un imbécil.
—Lo sé. Dos años de mi vida perdidos. — Ella hablo en voz alta, todavía no
estaba segura como enviarle mensajes o pensamientos. Ella no podía
leerlo.
Lo siento por tu madre. Y no tienes que tomar otros dos años para escribir
tu tesis. Puedes estudiarme.
Su madre había sido una madre soltera, su padre un perdedor que nunca
había tenido ningún interés en ella. Perder a su madre por cáncer hace
cinco años la había casi destruido. —Gracias. Fue un momento bastante
difícil para mí. —
Yo no siempre me tengo que salir con la mía. Pero quiero que estés
segura.
Duerme.
Los ojos de la Faith se ampliaron y dejó caer la quijada. Buen Señor, uno
de los hermanos Lancaster? Había vivido en esta zona toda su vida, a pesar
de que había pasado un tiempo fuera por sus estudios, y tendría que ser un
ermitaño para no saber sobre los Lancasters. —Eres muy rico. — La
declaración salió de su boca antes de que ella pudiera pararla.
*****
Sabía que esta vez, estaba doblemente jodido. No sólo fueron sus
instintos de apareamiento tan fuertes que le hicieron dudar de que Lena
nunca había sido verdaderamente la compañera correcta para él, pero él
estaba luchando contra sus sentimientos, el amor por Faith era tan fuerte
que lo tenía todo revuelto dentro de él.
Así es como debería ser, cómo debe ser el acoplamiento. Por último, el
entendía a Rafe y Noah. Entendió el completo éxtasis de tener una
compañera. Sólo podía imaginarse lo que sería si Faith realmente se uniera
a él. Se sentiría como el más afortunado bastardo en el mundo.
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Gavin se duchó y vistió casual con un par de jeans y una camiseta. Él pasó
la habitación de Faith, en su camino abajo. Al menos tuvo el consuelo de
saber que estaba durmiendo en su habitación, su cama. Su polla vibró
dolorosamente, pensando en ella rodando desnuda en su cama. Bueno, tal
vez no era un consuelo, pero le dio cierta satisfacción masculina.
Fa la la la la la la la la.
Gavin caminó inmediatamente al equipo estéreo, golpeando el botón
para detener la molesta canción, golpeando el botón de apagado con más
fuerza de la necesaria.
Al igual que Lena. Al igual que Lena. Era la misma expresión que había
visto hace veinte años de su compañera, sólo que esta vez, en lugar de la
punzada de decepción que había experimentado cuando Lena le rechazó,
estaba completamente destruido de ver esa misma mirada en la querida
cara de Faith. Él sacudió la cabeza, incapaz de mirarla.
¡Me odia!
Oh, Dios, cómo su Gavin había sufrido, cómo todavía lo hacía. Todo por
culpa de una perra débil que no había podido manejar lo que era, quien
era.
Quitándose sus lentes, ella los puso en la mesa de café. La frente apoyada
en sus rodillas, lloró abiertamente, sollozando el dolor que ella sabía que
Gavin nunca haría.
Él piensa que lo estoy rechazando. Que tiene que pasar por esa pesadilla
de nuevo.
Ella descartó sus gafas, pero todavía podía ver la intensidad ardiendo en
los ojos, el anhelo en su preciosa cara.
—No he tratado de leer tus emociones acerca de mí. Tal vez no quería
saber. — Su voz sonaba ronca. —Supongo que pensé que mientras no
supiera, había esperanza. —
Faith se preguntó cómo pudo pensar Gavin que ella no lo podía amar. 85
Habían pasado muchas horas juntos, su deseo de ayudarla con su tesis era
totalmente genuino. La dejó pinchar, aguijonear, examinar y tomar
muestras de su lobo sin protestar. Ella le había hecho interminables
preguntas, tanto sobre el comportamiento del lobo ibérico y sobre los
Cambiaformas ,a las cuales había respondido con paciencia, renunciando a
su tiempo libre sólo para ayudarla. Gavin era amable, inteligente, sexy,
precioso, y él tenía el cuerpo más caliente en los cincuenta estados. En
resumen... el perfecto modelo de hombría. Una mujer tendría que ser una
loca para no quererlo. Y ella definitivamente no estaba demente.
Ella sonrió, sabía que estaba minimizando sus acciones. —Me di cuenta
de que no protestaste por el pensamiento de cuerpo caliente. —
Levantó la cabeza y encogió los hombros. —Si piensas eso, ¿por qué
tendría que argumentar? — Le disparó una sonrisa lobuna.
—Lo siento por el pasado, Gavin. Siento mucho que hayas perdido tu
compañera — le acarició el cabello de su frente, su corazón todavía
dolorido por lo que había pasado.
—Yo no. La conexión nunca fue correcta. Lo supe tan pronto como te
conocí. Si me aceptas, el dolor de romper la conexión anterior habrá valido
la pena. ¡Tú lo vales! — Él murmuró, sus ojos centelleando fuego.
¡Olvida los cincuenta estados! Gavin era el chico más caliente de todo el
planeta.
Ella levantó su mano para tocar su increíble polla, su boca se hacía agua
por probarlo. Envolviendo su mano alrededor de su vara, suavemente
acarició la piel aterciopelada, cayendo a sus rodillas para probar el pre-
semen que cubría la cabeza.
—Tienes que correrte. — -gruñó él, mientras deslizó su mano entre sus
cuerpos, bajando lentamente por su vientre y entre sus muslos. —Ábrete a
mí. — Agarró uno de los muslos, abriendo sus piernas más amplia. Sus
dedos acariciaban mientras se trasladaba su mano a la delicada piel del
interior del muslo, sobre el pelo cortado de su montículo.
—Quiero que me necesites. Quiero que te vuelvas loca por tenerme. Tan
enloquecida como estoy yo por follarte. — Sus dedos se burlaron,
sumergiéndose en sus caliente profundidades acariciando su saturada
carne, abriendo sus pliegues, pero sólo circulando su palpitante clítoris.
—Oh, Dios. Gavin. Por favor. — Ella no podía más. Su cuerpo estaba en
llamas, preparado para quemarse.
Faith necesitaba llegar al clímax tan mal que sus ojos se nublaron, todo
su cuerpo en agonía. Ella sabía que Gavin necesitaba controlar este
apareamiento, pero ella no estaba segura de que iba sobrevivirlo.
Faith era incapaz de formar las palabras, pero sabía que podía oír sus
pensamientos. Envolviendo sus brazos alrededor de su espalda,
desesperada por su acoplamiento, ella gemía mientras hundió su polla dura
como una roca dentro de ella, llenando su canal, estirando a su capacidad.
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Salía y la llenaba de nuevo, sus ojos salvajes e indomables.
Abrumada por puro instinto carnal, ella hundió sus dientes en su hombro,
clavó sus uñas en su espalda. —Mío —, gritó su mente.
—Espero que sí. Podría matarme, pero maldita sea me moriré feliz, —
dijo en voz alta, su voz baja y ronca. Le acarició la espalda con una mano y
su cabello con la otra. —Gracias por ser mi compañera. Prometo
asegurarme de que nunca te arrepentirás. Te voy a amar cada día, cada
momento por el resto de mi existencia en la tierra. Nunca desearás otra
cosa. —
—Gavin ... no. Te molesta. Puedo estar sin eso —, Faith respondió
precipitadamente, con pánico.
Faith envolvió sus brazos alrededor de él, poniendo cada onza de amor
que ella sentía por él en su beso, tratando de mostrar exactamente cuánto
su regalo de amor significaba para ella.
Dos personas que estaban destinados a estar juntos, cada uno pensando
en tener una temporada de vacaciones muy deprimente, encontrándose
uno al otro, justo cuando necesitaban desesperadamente amor.
Ho Ho Ho!
~El Final~
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