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Trabajo práctico

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 TEMA : ABUELAS DE PLAZA DE MAYO


 NOMBRE Y APELLIDO : Enriquez Oriana
 CURSO : 4°2
 PROFESORA : Teresita
 AÑO : 2017
Asociación Civil Abuelas de Plaza de
Mayo

Tipo organización

Fundación 1977

Sede central Virrey Cevallos 592 PB


Ciudad de Buenos Aires
Argentina

Presidenta Estela B. de Carlotto

Vicepresidenta Rosa Tarlovsky de Roisinblit

Filiales Córdoba, La Plata, Mar del


Plata, Rosario, Ayacucho

La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo es una organización


de derechos humanos argentina que tiene como finalidad localizar
y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados-
desaparecidos por la última dictadura militar (1976-1983), crear
las condiciones para prevenir la comisión de ese crimen de lesa
humanidad y obtener el castigo correspondiente para todos los
responsables. Está presidida por Estela de Carlotto y tiene su sede
central en Buenos Aires. Hasta octubre de 2017 las Abuelas han
recuperado la identidad original de 125 nietos. Han sido
nominadas en cinco ocasiones al Premio Nobel de la Paz: entre el
2008 y el 2012.23 El 14 de septiembre de 2011 recibieron el
premio Félix Houphouët-Boigny, otorgado por la Unesco, por su
trabajo en materia de Derechos Humanos.

El 24 de marzo de 1976 se instala en Argentina una dictadura


autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-
1983), que estableció una metodología de eliminación masiva de
opositores, que ha sido considerada judicialmente como un
genocidio, durante el cual fueron detenidas-desaparecidas miles
de personas,con utilización en gran escala de centros clandestinos
de detención (CCD) donde se procedía a su tortura, asesinato y
desaparición de los cuerpos.

En ese contexto los hijos de las detenidos-desaparecidos fueron


tratados por las fuerzas represivas como "botín de guerra",89
para lo cual se planificó detalladamente, incluso por escrito, un
sistema de detención de embarazadas, partos clandestinos,
falsificación de identidades y simulación de adopciones, con el fin
de apropiarse de los niños. De esa manera alrededor de
quinientos niños fueron apropiados y privados de su identidad, y
en muchos casos llevados a vivir con personas que creían sus
padres y que en realidad fueron autores, partícipes o
encubridores del asesinato de sus verdaderos padres.

El pañuelo blanco, símbolo de las


Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. La foto reproduce el
dibujo realizado en el área de la ronda a la pirámide de Plaza de
Mayo, declarado sitio histórico.
En esas condiciones un grupo de madres, padres y familiares de
desaparecidos iniciaron un movimiento de resistencia no violenta.

El inicio de las Abuelas de Plaza de Mayo


El golpe de estado del 24 de marzo de 1976 estableció un régimen
terrorista que tuvo como eje la desaparición forzada de los
opositores y la imposición de un sentimiento generalizado de
miedo destinado a paralizar cualquier reclamo; el sólo hecho de
preguntar por el paradero de un familiar detenido-desaparecido
era riesgoso y podía resultar a su vez en la detención-desaparición
propia. En ese momento la situación de indefensión e impotencia
de los familiares de las personas desaparecidas era extrema, ya
que ninguna democracia del mundo, ni la Iglesia Católica, de gran
influencia en el país, o las organizaciones internacionales
humanitarias, estaba dispuesta a condenar al régimen militar y,
por el contrario, en algunos casos cooperaban con la represión
ilegal. Tampoco era posible recurrir al sistema judicial, ya que los
jueces argentinos rechazaban sistemáticamente los recursos de
hábeas corpus

Tenemos que ir directamente a la Plaza de Mayo y quedarnos allí


hasta que nos den una respuesta.

El 30 de abril de 1977 comenzaron a marchar cada jueves


alrededor de la Pirámide de Mayo, en la plaza del mismo nombre,
situada frente a la casa de gobierno. Inicialmente se reconocían
entre sí llevando un pequeño clavo; luego las mujeres decidieron
cubrirse el cabello con un pañal de tela blanco. El grupo recibió
rápidamente el nombre de Madres de Plaza de Mayo y por su sola
presencia comenzó a ejercer presión nacional e internacional con
el objeto de conocer el destino de las personas que desaparecían
en la Argentina.

Casi al mismo tiempo, el 15 de mayo, María Eugenia Casinelli


(consuegra del poeta Juan Gelman) y otras once abuelas firmaban
un hábeas corpus colectivo en forma de carta, dirigida a la justicia
de Morón, en el que hacían saber la existencia de bebés
desaparecidos y solicitaban que se suspendiesen todas las
adopciones. La carta ha sido considerada documento histórico y
antecedente inmediato de la constitución de las Abuelas de Plaza
de Mayo a fines de ese año. Un fragmento de la misma dice:

(…) los bebés de nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos


últimos dos años. Algunas de estas criaturas han nacido de sus
madres en cautiverio. Otra fue sacada de su hogar, que fue
destruido. Hasta ahora todos nuestros esfuerzos han sido vanos.
Las criaturas no han sido reintegradas a sus hogares, a sus familias.
No sabemos ya qué hacer... Últimamente ha llegado a nuestro
conocimiento que algunos abuelos han podido localizar a sus
nietos en tribunales de menores o por su intermedio. Por eso nos
permitimos rogarle quiera tener a bien interesarse en la lista de
bebés desaparecidos que adjuntamos, por si ustedes tuvieran
noticias de alguno de ellos.17
En septiembre Alicia Zubasnabar de De la Cuadra, "Licha",
comenzó a asistir junto con su esposo y Hebe de Bonafini a las
rondas de las Madres de Plaza de Mayo, buscando a un hijo, una
hija embarazada, su nuera y su yerno.18 Al mismo tiempo, otra
madre-abuela, María Isabel Chorobik de Mariani, "Chicha", había
comenzado a buscar a otras madres de desaparecidos que, como
ella, tuvieran también nietos pequeños desaparecidos. Mariani
había sido impulsada a agruparse con otras abuelas por Lidia
Pegenaute, una abogada que se desempeñaba como asesora de
menores en los tribunales de La Plata y que le entregó la dirección
de Alicia de De la Cuadra para que fuera a verla.19 La Dra.
Peganaute, fue uno de los casos excepcionales de funcionarios del
poder judicial, que colaboraron genuinamente con los familiares
de desaparecidos.20 En los últimos meses del año, Chicha Mariani
fue a buscar a Licha de De la Cuadra a su casa de La Plata:

El día que conocí a Alicia ella estaba con un salto de cama rosado
y ordenaba su casa. Empezamos a charlar y perdimos la noción del
tiempo. Ese día empecé a descubrir lo que realmente estaba
pasando y a entender que la búsqueda debía hacerse de otra
manera, que no había un solo niño desaparecido sino por lo
menos dos. Y si había dos, ¿cuántos más podrían ser? Por primera
vez tuve la horrorosa sensación de que no encontrábamos a los
niños porque no nos los querían entregar.
Chicha Mariani21
Ese día Alicia de De la Cuadra invitó a Chicha Mariani a sumarse a
la acción que las Madres de Plaza de Mayo estaban preparando
con motivo de la visita a la Argentina del Secretario de Estado de
los Estados Unidos Cyrus Vance.22 Simultáneamente, De la
Cuadra comenzó a preguntar, entre las Madres de Plaza de Mayo,
quienes buscaban también nietos, para comenzar a una acción
conjunta destinada a recuperarlos.23 El 21 de noviembre las
Madres de Plaza de Mayo irrumpieron en la ceremonia oficial para
entregarle al alto funcionario estadounidense, cada una un
resumen de sus hijos y nietos desaparecidos. Fue la primera vez
que estuvieron juntas las doce abuelas consideradas
fundadoras.22

Licha (Alicia de De la Cuadra) buscó a las otras abuelas que ya


conocía de la Plaza de Mayo, nos reunimos y decidimos empezar
a trabajar juntas. Éramos 12 en ese momento. A mi me asombró
verlas con tanta serenidad; yo era un guiñapo, un llanto continuo,
las veía a ellas tan serenas y decía ’tengo que ser como ellas’.
Primero nos dimos a conocer como «Abuelas Argentinas con
Nietitos Desaparecidos». Pero fuimos creciendo, la gente empezó
a conocernos y a llamarnos las "Abuelas de Plaza de Mayo".
Chicha Mariani23

Las doce primeras[editar]

Estela Barnes de Carlotto y Néstor Kirchner en Casa Rosada,


Buenos Aires (2006).
Las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo fueron doce
madres-abuelas de desaparecidos, que tenían entonces una edad
entre los 50 y los 60 años:

1. Mirta Acuña de Baraválle


2. Beatriz H. C. Aicardi de Neuhaus
3. María Eugenia Casinelli de García Irureta Goyena
4. Eva Márquez de Castillo Barrios
5. María Isabel Chorobik de Mariani
6. Delia Giovanola de Califano
7. Clara Jurado
8. Leontina Puebla de Pérez
9. Raquel Radio de Marizcurrena
10.Vilma Delinda Sesarego de Gutiérrez
11.Haydee Vallino de Lemos
12.Alicia Zubasnabar de De la Cuadra

Inicialmente adoptaron el nombre de Abuelas Argentinas con


Nietitos Desaparecidos y Alicia de De la Cuadra fue reconocida
como la primera presidenta del grupo; en 1980 terminaron
aceptando la denominación por la que ya eran conocidas, Abuelas
de Plaza de Mayo.

Este subgrupo de Las Madres comprendió que la situación de los


niños apropiados por las fuerzas de seguridad, era diferente de la
de sus progenitores desaparecidos y que se precisaban estrategias
y metodologías específicas para recuperarlos. «Buscar a los nietos
sin olvidar a los hijos», fue la consigna que las agrupó.

Una de las características esenciales de Las Abuelas de Plaza de


Mayo, al igual que Las Madres, fue la de organizarse básicamente
como grupo de mujeres. Eso no significó que los abuelos, y en
general otros varones y mujeres no colaborasen con la Asociación,
pero la dirección y la representación recayeron siempre sobre
mujeres que tenían nietos desaparecidos.

La constitución de Las Abuelas de Plaza de Mayo no tuvo un


momento preciso ni un acto formal. Fue un proceso de
confluencias entre mujeres buscando nietos. Así se formó un
núcleo inicial de doce abuelas, que comenzaron a reunirse de
manera sistemática, desde fines de 1977. Las Abuelas de Plaza de
Mayo han adoptado como fecha de su creación, el lunes 21 de
noviembre de 1977.

Actuación durante la dictadura


Terror local, indiferencia mundial
Las abuelas se fueron constituyendo progresivamente como una
organización. En los primeros meses hubo arduas discusiones
entre las Madres de Plaza de Mayo sobre la conveniencia o no de
que las abuelas se organizaran formalmente como grupo
diferenciado.22 Sin embargo la búsqueda de los nietos requería
una serie de actividades específicas (recorrida de casas-cuna y
orfelinatos, trámites antes los jueces de menores, investigación
de los casos de adopción conocidos) que las llevó naturalmente a
reunirse, coordinar acciones y, finalmente, a presentarse como
Abuelas.

Comenzaron a reunirse en iglesias o confiterías tradicionales de


Buenos Aires, como la “Richmond”, la “London”, “Las Violetas”
o el “Tortoni”, aparentando ser mujeres mayores tomando el té
o celebrando el cumpleaños de alguna. También mantuvieron
algunos encuentros en la parada "El Palenque" del Parque
Pereyra Iraola, en la ruta de Buenos Aires hacia La Plata,
simulando realizar picnics, en un lugar de esparcimiento masivo
popular.8 Se trataba de personas sin ninguna experiencia en
actividades políticas u organizativas, ni conocimientos sobre los
mecanismos institucionales nacionales e internacionales, que
intentaban actuar prácticamente sin apoyos internos ni
externos, en un medio en el que no existía el más mínimo respeto
a los derechos humanos.

La tarea inicial, como ya venían haciendo las Madres de Plaza de


Mayo, fue armar un resumen escrito presentado en carpetas, de
cada uno de sus familiares desaparecidos, destacando la
condición de embarazada de sus hijas o nueras, o la desaparición
de sus nietos. Algunas, que habían recibido noticias sobre el
nacimiento de sus nietos, pusieron también las fechas estimadas
de nacimiento, el sexo y en algunos casos, los nombres y hasta las
fotos de los bebés desaparecidos, para ser presentadas a
organizaciones nacionales e internacionales, con el fin de solicitar
ayuda humanitaria.

Pero probablemente lo más notable de las Abuelas de Plaza de


Mayo haya sido la tarea investigativa directa que encararon y
organizaron, para establecer la suerte y paradero de sus nietos.
Actuando como si fueran detectives, ellas mismas organizaron sin
medios, un sistema de inteligencia coordinado, recorriendo los
juzgados de menores, orfelinatos y casas cuna, buscando
incoherencias en las adopciones o "nacimientos" extraños de la
época, observando a las familias sospechosas de haberse
apropiado de sus nietos, tomando fotos de los niños en jardines
de infantes y escuelas, etc. Toda esa información era compartida,
analizada de manera sistemática en grupo y registrada. Poco a
poco comenzaron a recibir también —y siguen recibiendo—
denuncias y datos que la población les hacía llegar, como una
manera de colaborar en la tarea de ubicación de los pequeños. Las
Abuelas (y las Madres) crearon así una amplísima red de
recolección informal de datos que llegó hasta los lugares más
imprevistos.

Entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977 fueron secuestradas y


desaparecidas doce personas vinculadas a la Madres de Plaza de
Mayo, entre ellas su fundadora Azucena Villaflor y las monjas
francesas Alice Domon y Léonie Duquet;30 la mayoría de ellas
fueron secuestradas directamente de la Iglesia de la Santa Cruz.
En una investigación que llevó décadas, se descubrió que las
mismas fueron llevadas a La Esma, torturadas y arrojadas vivas al
mar desde un avión.31

En ese marco la mayoría de los jueces adoptaron una actitud de


colaboración con el secuestro y desaparición de los niños y la
supresión de su identidad, omitiendo investigar sus orígenes y
facilitando las adopciones. En uno de los casos más extremos, la
jueza Delia Pons recibió al niño Emiliano Ginés, y aún conociendo
la identidad del menor, decidió no informar a la familia sobre su
situación y ordenó internarlo en la Casa Cuna donde murió el 1 de
septiembre de 1978.

Las Abuelas solicitaron apoyo a todos los líderes de los principales


partidos políticos de Argentina, entre ellos Ricardo Balbín de la
Unión Cívica Radical, Ítalo Luder del Partido Justicialista y Oscar
Alende del Partido Intransigente, quienes en los dos primeros
casos evitaron comprometerse atribuyendo la responsabilidad al
accionar de los grupos guerrilleros, y en último se negó a
recibirlas.32

Ante la evidencia de que se habían anulado todos los


procedimientos e instituciones capaces de proteger a los niños,
las Abuelas de Plaza de Mayo decidieron recurrir a la ayuda
humanitaria internacional. El primer pedido de ayuda humanitaria
fue dirigido a la Iglesia Católica. En enero de 1978 las Abuelas le
solicitaron al Papa Pablo VI su intervención humanitaria en la
cuestión de los bebés desaparecidos; el Papa, sin embargo, no
respondió la solicitud ni realizó gestión alguna.33 Solicitudes
similares fueron luego realizadas a la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, la Conferencia Episcopal Argentina, UNICEF y la Cruz
Roja.34 En todos los casos esas instituciones guardaron silencio o
rechazaron la petición y permanecieron inactivas.
En noviembre de 1977 las Abuelas presentaron su petición ante la
Organización de Estados Americanos (OEA) y por primera vez se
dio curso al reclamo, dando intervención a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ese mismo mes y
pese al terror imperante, el tradicional diario de la comunidad
británica en la Argentina, el Buenos Aires Herald, dirigido por
Robert Cox, publicó una carta de lectores de las Abuelas de Plaza
de Mayo, dando a conocer que había niños desaparecidos en el
país.34 Las organizaciones de derechos humanos siempre han
reconocido el valor que demostró Cox en aquel momento y la
importancia que tuvieron sus publicaciones en un momento en
que nadie en el mundo estaba dispuesto a denunciar las
violaciones de derechos humanos en la Argentina.3536 También
en abril de 1978, las Abuelas tomaron la costumbre de concurrir a
la localidad de San Miguel, en el conurbano de Buenos Aires,
donde se realizaban anualmente las reuniones la Conferencia
Episcopal Argentina. Durante varios años le otorgaron máxima
prioridad a buscar el apoyo de la Iglesia Católica, hasta que
finalmente concluyeron que la cúpula de la misma estaba
relacionada estrechamente con el gobierno militar y en
conocimiento de las apropiaciones ilegales de bebés.8 Pocos años
después, las Abuelas llegaron a criticar severa y formalmente la
actitud de la Iglesia Católica Argentina, en una carta dirigida a la
Conferencia Episcopal

El sábado 5 de agosto de 1978, víspera del Día Del Niño, apenas


un mes después del triunfo en la Copa Mundial de Fútbol jugada
en Argentina, el diario La Prensa aceptó publicar la primera
solicitada en la que se reclamaba por los niños desaparecidos. El
texto, que fuera llamado en Italia el Himno de las Abuelas, fue un
factor decisivo para comenzar a movilizar a la opinión pública
internacional:

Apelamos a las conciencias y a los corazones, de las personas


que tengan a su cargo, hayan adoptado o tengan conocimiento
de dónde se encuentran nuestros nietitos desaparecidos, para
que en un gesto de profunda humanidad y caridad cristiana
restituyan esos bebés al seno de las familias que viven la
desesperación de ignorar su paradero. Ellos son los hijos de
nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos últimos dos
años. Nosotras, Madres-Abuelas, hacemos hoy público nuestro
diario clamor, recordando que la Ley de Dios ampara lo más
inocente y puro de la Creación. También la ley de los hombres
otorga a esas criaturas desvalidas el más elemental derecho: el
de la vida, junto al amor de sus abuelas que las buscan día por
día, sin descanso, y seguirán buscándolas mientras tengan un
hálito de vida. Que el Señor ilumine a las personas que reciben
las sonrisas y caricias de nuestros nietitos para que respondan
a este angustioso llamado a sus conciencias.
Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos.

También en agosto de 1978 las Abuelas salieron por primera vez


de la Argentina, aprovechando que Chicha Mariani debía viajar a
Italia por razones familiares. Debido a que Mariani tenía en Roma
un pequeño apartamento vacío, las Madres de Plaza de Mayo,
también aprovecharon la ocasión, para dirigirse a Roma,
permaneciendo todas juntas. Allí se entrevistaron con el diputado
socialista Sandro Pertini y el cardenal argentino Eduardo Pironio,
con escasas consecuencias.

Hasta 1985 realizaron en total unos 40 viajes, casi sin recursos;


ellas mismas han relatado que, para todo un viaje, podían contar
con unos 200 dólares.

Uno de los primeros y más importantes resultados de los viajes


internacionales, fue la relación que establecieron con el Comité
de Defensa de los Derechos Humanos para los Países del Cono Sur
(CLAMOR), dependiente del Arzobispado de São Paulo y dirigida
por el cardenal Paulo Evaristo Arns. Aunque Brasil también se
encontraba gobernado por una dictadura, coordinada con las
demás dictaduras sudamericanas por medio del Plan Cóndor, la
Arquidiócesis de São Paulo, adoptó una posición humanitaria
activa frente a la violación de derechos humanos en la región.
Precisamente, el 31 de julio de 1979, CLAMOR, con la
colaboración de las Abuelas de Plaza de Mayo, localizó por
primera vez a dos niños desaparecidos, los hermanos Anatole y
Victoria Julien Grisonas, de nacionalidad uruguaya y argentina
respectivamente, secuestrados en Buenos Aires por militares
argentinos y uruguayos y trasladados primero a Montevideo y
luego a Chile, por entonces bajo la dictadura de Pinochet, régimen
que también coordinaba las acciones terroristas internacionales a
través del Plan Cóndor. Los niños habían sido abandonados en una
plaza de Valparaíso y adoptados de buena fe por una familia
chilena. Las Abuelas se reunieron con la familia adoptiva,
verificaron su honestidad y aceptaron que los niños
permanecieran con sus padres adoptivos en estrecho contacto
con su familia biológica.

Las Abuelas le aportaron a la CIDH 5.566 casos documentados


de desapariciones, a pesar de las condiciones represivas en las
que debían desarrollar sus actividades.34 El 14 de diciembre la
CIDH presentó un extenso informe en el que por primera vez, un
organismo oficial cuestionaba a la dictadura argentina por las
"numerosas y graves violaciones de fundamentales derechos
humanos", estableciendo el deber del gobierno argentino de
informar sobre cada una de las personas desaparecidas. En su
informe, la CIDH también dio cuenta de "la desaparición de
recién nacidos, infantes y niños, situación ésta en que la
Comisión ha recibido varias denuncias", ubicando como caso
testigo el de Clara Anahí Mariani.45

Dos décadas. Los chicos se hacen jóvenes :¿vos sabés


quién sos?
Al cumplir dos décadas en 1997, los nietos desaparecidos ya no
eran niños, sino adolescentes y jóvenes, que ya habrían adquirido
cierta autonomía en sus vidas, donde sea que se encontraran. Las
Abuelas decidieron entonces modificar su línea de acción, para
emprender acciones masivas que involucraran a toda la sociedad,
con el fin de permitir que los jóvenes con dudas sobre sus orígenes
pudieran acercarse libremente y en un ambiente de contención.
Simultáneamente la justicia argentina decidió que no se puede
obligar a una persona mayor de edad a sacarse sangre para
determinar su filiación, con el argumento de que ello afectaría su
derecho a la intimidad.

Con ese objetivo, en su 20º aniversario, en octubre de 1997


lanzaron la campaña «¿Vos sabés quién sos?». La campaña se
inició con un recital de rock en la Plaza de Mayo, presidido por el
cartel y la consigna. También con ese fin, crearon junto a la
CONADI, la Red por la Identidad, que se extendió por todo el país
promoviendo el derecho a la identidad. Fue el comienzo de una
nueva aproximación al problema. Ya no era una cuestión de
buscar a sus nietos por medios indirectos; ya era posible dirigirse
a ellos directamente. "De hecho, hicieron que una generación
entera se preguntara por su historia".66

También, junto a las demás organizaciones de derechos humanos,


impulsaron los juicios por la verdad, obligando al Estado argentino
a seguir investigando, a partir de la decisión de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso Lapacó (1999)

La tarea actual de las Abuelas


La presidenta Kirchner con Estela de Carlotto, y nietos
recuperados.
Con el fin de localizar los niños desaparecidos, Abuelas de Plaza
de Mayo trabajan en cuatro niveles:

 reclamos y propuestas ante los organismos


gubernamentales nacionales e internacionales;
 denuncias y presentaciones ante la Justicia;
 acciones destinadas a involucrar a la sociedad;
 investigaciones propias.
Para su trabajo, la asociación cuenta con equipos técnicos
integrados por profesionales en los aspectos jurídico, médico,
psicológico y genético.

Cada uno de los niños que fueron apropiados tiene una causa
abierta en la Justicia a la que se agregan las denuncias que se van
recibiendo con el correr del tiempo y que conforman elementos
probatorios que determinan su verdadera identidad y la de los
responsables de su secuestro o tenencia ilícita.

Para asegurar en lo sucesivo la validez de los análisis de sangre


han implementado un Banco Nacional de Datos Genéticos, creado
por la Ley Nacional Nº 23.511, donde figuran los mapas genéticos
de todas las familias que tienen niños desaparecidos.

Las Abuelas actúan en el campo internacional promoviendo


normas y acciones internacionales destinadas a proteger a la
niñez. La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de
1989, incorporó tres artículos (7, 8 y 11) directamente propuestos
por ellas con el fin de garantizar el derecho a la identidad.

Desde 2007, las Abuelas integran el directorio de los organismos


de Derechos Humanos del Espacio Memoria y Derechos Humanos,
en donde funcionara la Escuela de Mecánica de la Armada.

Las Abuelas de Plaza de Mayo en la cultura


 Música
 "Las golondrinas de Plaza de Mayo", Invisible
 "Victoria Clara", Bersuit Vergarabat
 "Lágrimas de nana", de Marta Susana Pizzo
 "Deseos de cosas imposibles" , de La oreja de Van Gogh
 "Cueca Solas", de Sting
 "Las Madres del Amor", de León Gieco
 "A las madres de Mayo", de Ismael Serrano
 "Madres", de Caballeros de la Quema
 Literatura
 "A veinte años, Luz", de Elsa Rosario
 Televisión
 Montecristo
 Televisión por la identidad
 Cine
 La historia oficial
 La amiga
 Teatro
 Teatro por la identidad
 "Hija de la dictadura"
 Pintura
 Exposición “Sucesos ilustrados de Abuelas de Plaza de Mayo”,
por Lucas Nine, Pablo Bernasconi, Martín Kovensky, Mirian
Luchetto, Daniel Roldán y Mariano Lucano.
 Serie "Identidad", por Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya
Baglietto, Remo Bianchedi, Diana Dowek, León Ferrari, Rosana
Fuertes, Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Luis Felipe
Noé, Daniel Ontiveros, Juan Carlos Romero y Marcia Schvartz.
 Ballet.
 Guerra y el Ballet del Mercosur. Homenaje a las Abuelas. [1]
 "Memoria, para que no suceda nunca más" por la coreógrafa
Argentina Melina Seldes
 Deporte
 Deporte por la identidad, 2002.
 Monumentos
 Jardín de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en París,
Francia.
 Biblioteca del Colegio Nacional Rafael Hernández con el
nombre de Abuelas De Plaza de Mayo, inaugurada el martes
21 de mayo de 2013

Eso fue un poco de la historia de las ABUELAS DE PLAZA DE MAYO.

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