Bronquiectasias Resumen
Bronquiectasias Resumen
Bronquiectasias Resumen
3
Disminución del Obstrucción
aclaramiento bronquial
mucociliar
Retención
de moco
Disminución
Inflamación Colonización de las
bronquial / infección defensas del
bacteriana huésped
Daño
bronquial
progresivo
Desarrollo de bronquiectasias
Hipótesis del círculo vicioso
6
El adenovirus (ADV) es un importante agente etiológico de ITRI en los niños. Las
infecciones pueden ser graves y los pacientes graves tienen un alto porcentaje de
secuelas pulmonares (25-30%)34. La infección por adenovirus, sobre todo el tipo 7, se
ha asociado a secuelas pulmonares graves como BQ34. En Sudamérica se ha
comunicado presencia de BQ en el 50% de niños que sufrieron ITRI grave por ADV26.
La tuberculosis sigue siendo una causa importante de BQ en niños de países
donde es endémica y en niños con VIH25. El complejo Mycobacterium avium
intracelular, infección oportunista habitualmente asociada a inmunodeficiencias como
el VIH, puede dar lugar a patología pulmonar como BQ, aunque en niños no es muy
fecuente35.
Las causas de las BQ también se pueden clasificar según la fisiopatología
subyacente. En la tabla 1 se recogen las causas de BQ según su fisiopatología y el
abordaje diagnóstico según la causa subyacente.
9
En niños no son frecuentes los síntomas de hipoxemia crónica como disnea o
signos como cianosis, dedos en palillo de tambor o pectus carinatum
(hiperinsuflción pulmonar). Pueden aparecer en casos de larga evolución y/o
graves.
Hemoptisis, en cantidad variable, aunque es menos frecuente que en adultos.
Suele haber anorexia y escasa ganancia póndero-estatural.
Otros síntomas relacionados con la causa subyacente de las BQ (ej. otitis media
crónica y sinusitis de repetición en el caso de disfunción ciliar, anomalías
congénitas, etc).
10
organismos encerrados en ellos de las respuestas inmunitarias del huésped y del efecto
de los antibióticos.
La recogida de muestras mediante lavado broncoalveolar (LBA), debido a que es
una técnica invasiva, su coste y disponibilidad, se reserva para para los casos de
diagnóstico inicial y ante la falta de respuesta al tratamiento e incapacidad de producir
esputo o cultivos de esputo negativos 28,35.
Técnicas de imagen
Radiografías de tórax. Se debe realizar una Rx de tórax basal AP y lateral inicial en
todos los pacientes. Puede ser normal en estadíos tempranos y no sirve para la
confirmación diagnóstica ya que no es muy sensible ni muy específica10,11,44. Los
hallazgos sugestivos de BQ son bronquios periféricos dilatados y engrosados (en vías
de tranvía o líneas paralelas en cortes longitudinales, o sombras en anillo en cortes
transversales), atelectasias lineales y opacidades irregulares periféricas (tapones de
moco purulento). En los casos avanzados se puede encontrar un patrón en “panal de
abeja”44. La distribución de las BQ puede dar pistas sobre la la enfermedad
subyacente. Una única área focal de bronquiectasias sugiere cuerpo extraño bronquial
o defecto pulmonar congénito.
Tomografía computarizada de alta resolución de tórax (TACAR). Es el método de
imagen más sensible para la detección de bronquiectasias y actualmente se considera
la técnica de elección para su diagnóstico. Se debería realizar tras la radiografía de
tórax en un paciente con sospecha clínica de bronquiectasias10,11,44. La sensibilidad de
la TACAR para la detección de bronquiectasia es del 82-97% comparada con el patrón
oro, la broncografía (actualmente en desuso)44. Los hallazgos en la TACAR no son
específicos de ninguna etiología y se deben correlacionar con los hallazgos clínicos y de
laboratorio.
Los signos directos de BQ son10,11,44:
Dilatación bronquial: el bronquio es mayor que la arteria adyacente: índice
broncoarterial >1.
Falta de afilamiento bronquial (ausencia de reducción del calibre bronquial
desde la división dicotómica)
Anormalidades del contorno bronquial:
o Signo del anillo de sello o quistes arracimados en cortes verticales.
o Raíl de tranvía o ristra de perlas en cortes horizontales.
Visualización de bronquios en la periferia del pulmón o en contacto con la
pleura mediastínica (habitualmente no suelen observarse a menos de 1-2 cm
de la pleura costal o del mediastino ya que sus paredes son demasiado
finas).
Signos indirectos de las BQ son: pérdida de volumen, tapones de moco y
atrapamiento aéreo44. La TACAR también puede ser útil para la identificación
12
de la etiología de las bronquiectasias, como signos de FQ, cilio inmóvil,
micobacterias oportunistas, anomalías anatómicas congénitas
(traqueobroncomegalia) o compresión extraluminal por un ganglio linfático,
masa o vasos sanguíneos aberrantes.
Estudios de laboratorio.
Se deben realizar para identificar la causa de las bronquiectasias, dirigidas por la
historia, la exploración física y los estudios de imagen. En AP se pueden realizar
pruebas de primer nivel como: hemograma y bioquímica general, inmunoglobulinas,
alfa-1-antitripsina, cloro en sudor, Mantoux y cultivo de esputo. Se debería investigar
FQ en todos los niños con BQ 10 por ser la causa más frecuente de BQ. (Ver tabla 1 y
algoritmo diagnóstico. Para ver investigaciones a realizar en caso de sospecha de IDP
ver documento del GPI El niño con infecciones frecuentes).
13
En niños mayores (edad escolar). Útil para evaluar la severidad de la enfermedad
pulmonar y su progresión a largo plazo. En niños la función pulmonar suele ser normal,
al menos en estadíos iniciales. Su disminución indica severidad. Cuando está alterada
el hallazgo más frecuente es la obstrucción al flujo aéreo, con FEV1 disminuído. Si hay
fibrosis y cicatrices puede haber un componente restrictivo13,19.
Broncoscopia
En niños la broncoscopia no está indicada de rutina. Puede ser necesaria para
realizar el diagnóstico etiológico en algunos casos (ver tabla 1). Está indicada cuando
las BQ afectan a un solo lóbulo para descartar un cuerpo extraño y extraerlo. También
puede ser necesaria en algunos niños con enfermedad aguda grave que no responden
al tratamiento o si los cultivos de esputo son negativos para proporcionar muestras
para microbiología, citología o biopsia o si el TACAR sugiere infección por
micobacterias atípicas10,11.
Broncografía
Es una técnica en desuso ya que ha sido sustituida por la TACAR de tórax, que es
menos invasiva, tiene menos efectos secundarios y aporta más hallazgos diagnósticos.
La broncografía puede estar indicada previa al tratamiento quirúrgico para la
localización exacta de las BQ10,11.
Tratamiento médico
Los tres pilares del tratamiento de las BQ son11,45:
Tratar la causa cuando sea posible
Facilitar el drenaje de las secreciones
Tratar las exacerbaciones infecciosas
Tratamiento antibiótico
Exacerbaciones respiratorias agudas:
El tratamiento precoz de las exacerbaciones infecciosas con antibioterapia se
considera una de las piedras angulares del tratamiento de las bronquiectasias10.
Reduce los síntomas, previene las recurrencias, preserva la función pulmonar, mejora
la calidad de vida relacionada con la salud y la superviviencia46. Es necesario el
tratamiento antibiótico para romper el "círculo vicioso" de inflamación-infección-
retención de moco.
Antes de iniciar el tratamiento antibiótico, se debe recoger el esputo siempre que
sea posible. En niños pequeños que no pueden producir esputo, los cultivos se pueden
obtener de frotis profundos de la faringe tras inducir la tos45. El hallazgo aislado de un
gérmen en un cultivo de esputo o la existencia de expectoración aislada no son
necesarimente indicación de tratamiento antibiótico10. Se considera exacerbación que
requiera tratamiento antibiótico el deterioro agudo y mantenido durante varios días (72
horas) con empeoramiento de los síntomas locales (aumento de tos, aumento en el
volumen o cambios en la viscosidad del esputo, aumento de la purulencia del esputo),
aumento de la disnea, las sibilancias, presencia de hemoptisis y/o afectación del estado
general (fatiga o fiebre)10.
Con respecto al cultivo de esputo, además de la detección el gérmen, se debe
solicitar el recuento de colonias, ya que la carga bacteriana se relaciona con el riesgo
de exacerbaciones y la severidad de los síntomas respiratorios 47. Monitorizar la
microbiología del esputo ayuda a guiar el tratamiento antimicrobiano en las
exacerbaciones41.
Hay pocos ensayos clínicos randomizados (ECR) que evalúen el efecto o la
duración necesaria del tratamiento antibiótico en las exacerbaciones de las BQ y casi
todas las recomendaciones actuales están extrapoladas del tratamiento de las BQ
asociadas a FQ10,41. Los antibióticos deben individualizarse según factores de los
propios antibióticos (seguridad, eficacia, facilidad de administración) y del paciente
(edad, comorbilidades, extensión de las BQ, severidad de la exacerbación) así como
según los perfiles locales de susceptibilidad, el uso reciente de antibióticos y los
resultados del cultivo de esputo si están disponibles48,49.
15
Por convención, la duración habitual del tratamiento son 14 días25,49, aunque 10
días pueden ser suficientes y algunos necesitan pautas más largas (4-8 semanas). El
tratamiento puede ser oral o intravenoso. Los antibióticos intravenosos pueden ser
necesarios para exacerbaciones graves o que no respondan al tratamiento oral. En
cualquier caso, el tratamiento será el indicado por la unidad especializada que controle
al paciente28,49. Está indicado el tratamiento hospitalario en niños si existe10: disnea con
taquicardia y aumento del trabajo respiratorio, fiebre >38ºC, incapacidad para tomar el
tratamiento oral, pacientes que no han respondido a tratamiento oral o si existe
cianosis, fallo respiratorio o circulatorio.
En ausencia de los resultados del cultivo, es razonable usar antibióticos que
cubran los gérmenes más habituales: H.influenzae, S.pneumoniae y
M.catarrhalis3,13,28,37 como amoxicillina-ácido clavulánico, a dosis altas en nuestro
medio, para exacerbaciones leves a moderadas (80 mg/kg/d) o una cefalosporina de
segunda o tercera generación i.v. en caso de exacerbaciones graves. No se debe
realizar tratamiento empírico para P.aeruginosa si no ha habido una colonización o
infección previa10.
Recientes evidencias50 sugieren que las infecciones virales probablemente
contribuyen a la patogénesis de las exacerbaciones, aunque el papel de las
interacciones vírico-bacterianas no está claro. Hasta que no se disponga de más
información, estos hallazgos no cambian las recomendaciones actuales del tratamiento
y la mayoría de los expertos recomiendan tratamiento antibiótico en todas las
exacerbaciones significativas, incluso aquéllas con un desencadenante viral 2.
16
que sea posible, el régimen de antibiótico a largo plazo debería estar determinado por
la microbiología del esputo10.
Los antibióticos que más se han usado a largo plazo para el tratamiento de las
BQ son los macrólidos28. Los macrólidos son antibióticos con propiedades
antiinflamatorias e inmunomoduladoras además de antibacterianas. Se acumulan en el
interior de los leucocitos permitiendo que se concentren en el lugar de la infección. Son
bacteriostáticos para los estafilococos, estreptococos y Haemophilus spp, pero no son
bactericidas frente a P.aeruginosa. El mecanismo de acción antiinflamatorio no se
conoce bien. Pueden aumentar el aclaramiento del moco, reducen la inflamación
crónica, modifican la función de los macrófagos y neutrófilos y reducen la producción
de citoquinas proinflamatorias51. Otras actividades antimicrobianas son inhibición de la
adherencia bacteriana a las células epiteliales y disminución en la formación de
biofilms51.
La azitromicina es el macrólido más ampliamente estudiado. Se acumula más
efectivamente que otros macrólidos en los fagocitos, alcanzando niveles hasta 200
veces más elevados que en los fluidos extracelulares 52. También es mejor tolerado y
tiene menos interacciones que otros macrólidos y su prolongada vida media permite su
administración una o varias veces a la semana. Sin embargo, su vida media prolongada
y las concentraciones extracelulares subinhibitorias mantenidas también aumentan el
riesgo de aparición de resistencias bacterianas52,53.
Sólo hay 2 ensayos clínicos que evalúen en tratamiento a largo plazo con
macrólidos en niños con BQ no-FQ. El más reciente53, se realizó en 2013 en Australia y
Nueva Zelanda con niños indígenas a los que se les administró azitromicina (30
mg/kg/d [máx 600mg]) frente a placebo, una vez a la semana durante 1-2 años. Fue
bien tolerada, se redujeron las exacerbaciones y los portadores de H.influenzae y
M.catharralis, pero aumentaron las bacterias resistentes a macrólidos.
Dadas las preocupaciones por los potenciales efectos adversos del tratamiento
con macrólidos a largo plazo, la BTS10 recomienda un uso juicioso de los mismos, para
lo que es necesario identificar qué pacientes son los que más se beneficiarían de su
uso y cuál sería el antibiótico, la dosis y la duración óptimas. No se recomiendan dosis
elevadas para minimizar los efectos adversos10. Recomienda su uso solo en caso de
exacerbaciones frecuentes (>3 /año)10,41, durante no más de 12-24 meses y siempre
que no haya evidencia de infección por micobacterias atípicas. No se recomiendan en
pacientes con factores de riesgo de QTc largo 54 ni en pacientes con una audición
alterada para su edad55 (riesgo aumentado aunque bajo de aumento del QTc en el ECG
y de disminución de la audición asociados al tratamiento con azitromicina).
Aunque también se han usado tratamientos a largo plazo o de forma rotatoria
con otros antibióticos no macrólidos (cotrimoxazol, amoxicilinaclavulánico,
cefalosporinas), no se recomiendan de rutina dado que hay limitada evidencia de una
eficacia modesta. Las quinolonas no se deben usar a largo plazo10,28,56.
17
ANTIBIOTERAPIA INHALADA
En la actualidad no está claro el papel del tratamiento con antibióticos inhalados
a largo plazo en los pacientes con BQ. Han sido beneficiosos en pacientes con BQ-FQ.
En pacientes con BQ no-FQ, a pesar de que disminuyen la carga bacteriana en el
esputo, no se han repetido de forma consistente los beneficios y con frecuencia han
sido mal tolerados, por los que no se recomiendan de rutina en los pacientes con BQ
no-FQ28. Se puede considerar su uso, de forma individualizada, en caso de colonización
por P.aeruginosa, en caso de exacerbaciones frecuentes (>3 /año) y cuando los
macrólidos orales no hayan sido efectivos o estén contraindicados10,28,41.
Los antibióticos más usados son los aminoglucósidos. Los aminoglucósidos
inhalados presentan efectos adversos, como broncoespasmo, disnea o dolor torácico
que hacen que sean mal tolerados. Para disminuir estos efectos se utilizan agonistas
β2-adrenérgicos inhalados previos a la administración del antibiótico. Por ello, la
elección del antibiótico deberá tener en cuenta la tolerabilidad, las políticas locales de
prescripción de antibióticos y la disponibilidad.
Fisioterapia respiratoria
Se recomienda fisioterapia respiratoria rutinaria para mejorar el aclaramiento
mucociliar, aunque esta práctica se basa en escasa evidencia19. Las técnicas que se
usan son variadas: drenaje postural y percusión torácica, técnicas de respiración y
expectoración, aparatos de oscilación bronquial, flutter, chalecos de percusión externa,
etc. Basado en estudios de pacientes con FQ, ninguna de estas técnicas es superior a
las otras, aunque puede haber diferencias en la disponibilidad, coste y adherencia del
paciente45. El tratamiento se lleva a cabo en servicios especializados de rehabilitación-
fisioterapia, donde se enseñan las técnicas adecuadas, y en el domicilio, realizado por
el paciente o su familia. Se debe fomentar en los pacientes el autocuidado y la
autonomía con respecto a la técnica de aclaramiento bronquial elegida10.
18
Broncodilatadores
Los broncodilatadores β-2 adrenérgicos pueden mejorar la obstrucción bronquial
y facilitar el aclaramiento del moco, pero se deben seleccionar los pacientes que se
beneficiarían de este tratamiento mediante la respuesta a una prueba de función
pulmonar. Las metilxantinas no están indicadas en las BQ10,45.
Antiinflamatorios
ORALES
El tratamiento crónico con ibuprofeno oral se ha usado algunos pacientes con
BQ-FQ, pero no hay suficiente información para apoyar su uso en pacientes sin FQ. El
papel del tratamiento con azitromicina a largo plazo se ha mencionado anteriormente.
TÓPICOS:
Hay escasa evidencia para la recomendación del uso crónico de corticoides
inhalados en pacientes con bronquiectasias, por lo que no se recomienda su uso de
forma rutinaria en niños con BQ no-FQ45. Sí están recomendados en el caso de BQ
asociadas a asma, y se deberían usar dependiendo de la severidad y control del asma.
No hay evidencias para el uso de leucotrienos en el tratamiento de las BQ por lo que
no se recomiendan10.
Inmunización
En los niños con BQ, las vacunas deben estar al día (especialmente sarampión,
tosferina) y se deben mantener con rigor con la periodicidad adecuada. Se
recomiendan las vacunas de la gripe anual y antineumocócica conjugada 13-
valente a cualquier edad. Tras la vacuna antineumocócica conjugada deben recibir la
vacuna antineumocócica polisacárida 23-valente45, a partir de los 24 meses de edad y
separadas ambas al menos por 2 meses. Las vacunas vivas virales pueden no ser
apropriadas para pacientes con algunos tipos de inmunodeficiencias.
19
¿CÚANDO ESTÁ INDICADA LA CIRUGÍA EN PACIENTES CON
BRONQUIECTASIAS?
En los países desarrollados, en los últimos años ha disminuído la necesidad de
cirugía para el tratamiento de las BQ. La cirugía puede estar está indicada en pacientes
con bronquiectasias localizadas que dan lugar a síntomas severos como fallo de medro,
infección recurrente o hemoptisis severa. De forma menos frecuente, también puede
estar indicada en pacientes con BQ generalizadas, pero con complicaciones localizadas
y resecables, como un foco de infección o fuente de hemorragia10,45. El último recurso
para los pacientes con BQ puede ser el trasplante de pulmón.
20
mortalidad de las BQ haya mejorado con respecto a hace décadas debido a las mejoras
de la salud y ambientales, sugiere que con la implementación de factores preventivos,
se puede frenar la progresión de las BQ en muchos niños2.
CONCLUSIONES
o Las BQ son una una entidad patogénica que supone la vía final común de
diversos procesos en los que se produce un círculo vicioso de retención de moco-
infección-inflamación, con daño final morfológico irreversible en los bronquios
afectados.
o Aunque son poco frecuentes, su prevalencia está aumentando, sobre todo en
adultos de más edad, pero también en niños.
o Algunos autores las consideran infradiagnosticadas y son frecuentes los retrasos
diagnósticos. La causa fundamental del retraso en el diagnóstico es la ausencia
de sospecha.
o Se deben sospechar ante procesos respiratorios crónicos o recurrentes,
fundamentalmente tos productiva o húmeda prolongada (> 4 semanas).
o También se debe sospechar su existencia en los pacientes con síntomas
compatibles y enfermedades predisponentes (FQ, IDP, ID secundarias, DCP,
déficit de α1-AT, RGE, etc.)
o El pediatra de AP tiene un papel fundamental en la sospecha diagnóstica. El
diagnostico de confirmación corresponde a atención especializada y el manejo
posterior también, en equipos multidisciplinares, en el que se incluyen, además
del neumólogo pediátrico, el rehabilitador-fisoterapeuta, inmunólogo clínico,
infectólogo pediátrico, radiólogo, microbiólogo, etc. y en colaboración con el
pediatra de atención primaria.
o Clínicamente a veces no es posible distinguir la BBP de la EPSC o incluso las BQ,
ya que se consideran procesos de un espectro continuo y a veces se solapan.
o El diagnóstico de BQ mediante técnicas de imagen (TACAR) está extrapolado de
estudios de adultos y tiene limitaciones importantes en niños.
o Es fundamental el tratamiento antibiótico precoz de las exacerbaciones para
evitar la progresión de la enfermedad.
o El tratamiento debe cubrir los gérmenes hallados en el esputo y en su ausencia
los gérmenes más frecuentes: H.influenzae, S.pneumoniae y M.catharralis, en
nuestro medio, amoxicilina-clavulánico a 80 mg/kg/d.
o El tratamiento debe ser prolongado, unos 14 días, debido a la existencia de
biofilms que impiden la llegada con facilidad del antibiótico a las bacterias.
o En algunos casos puede ser necesario el tratamiento crónico con antibióticos
orales (macrólidos) o inhalados (aminoglucósidos).
21
Figura 2. Algoritmo diagnóstico-etiológico de las bronquiectasias en niños.
Modificado de 8
SOSPECHA CLÍNICO-RADIOLÓGICA
Sospecha radiológica de BQ o enfermedades predisponentes
Presencia de enfermedades predisponentes
Tos crónica húmeda/productiva, persistente entre infecciones respiratorias agudas virales o con cultivos de esputo bacterianos positivos.
Asma que no responde a tratamiento.
Cultivo único de esputo de S. aureus, H. influenzae, P. aeruginosa, micobacterias no tuberculososas o B. cepaci asociados a síntomas respiratorios crónicos.
Un episodio de neumonía grave, especialmente si hay una resolución incompleta de los síntomas, signos o cambios radiológicos.
Tos pertusoide que no se resuelve en 6 meses.
Neumonía recurrente.
Signos físicos persistentes e inexplicados o alteraciones en la Rx de tórax.
Obstrucción bronquial localizada.
Síntomas respiratorios en niños con alteraciones estructruales o funcionales del esófago y del tracto respiratorio superior.
Hemoptisis inexplicada.
Síntomas respiratorios con alguna característica de fibrosis quística (FQ), discinesia ciliar primaria (DCP) o inmunodeficiencias.
Rx de tórax (orientadora)
Malformaciones congénitas Cultivo esputo (bacterias, micobacterias, hongos)
Traqueobroncomegalia Mantoux
Situs inversus Pruebas funcionales respiratorias
Obstrucción bronquial Analítica
TACAR de tórax (diagnóstico definitivo)
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