La Filosofia de La Educacion en La Etapa de Formacion Del Estado Mexicano

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LA FILOSOFIA DE LA EDUCACION EN LOS PROYECTOS

EDUCATIVOS DEL ESTADO MEXICANO


La filosofía de la educación en la etapa de formación del Estado
mexicano
La ilustración manifestaba el momento en que la humanidad había dejado de ser
menor de edad. Ser ilustrado significaba, también acceder a la posibilidad de
dirigirse por sí mismo, es decir, lograr el gobierno del hombre por su propia razón.
Ser autónomo significaba, gobernarse a sí mismo, no solo en la intimidad de la
conciencia, sino en otras palabras, consistía en autonormarse en la vida civil; la
autonomía era el núcleo del contrato social que representaba el fin del antiguo
régimen.

En el contexto rousseauniano, gracias al pacto social el individuo pierde su libertad


natural y gana, a cambio, la libertad civil y la libertad moral, consistente en la
obediencia a la ley. Autonomía significaba, libertad e igualdad fundadas en la ley e
implicaba la negación del despotismo. En el orden político la autonomía connotaba
el rechazo al coloniaje si todos los pueblos, como los hombres son iguales.

La autonomía fue un valor que adquirió especial relevancia en los primeros años
de la vida independiente de México.

Las clases sociales estaban divididas: la primera la formaban los terratenientes y


burgueses, la alta burocracia virreinal poseedora de grandes propiedades. La
iglesia dueña de una gran cantidad de propiedades. Entre la clases medias, los
dueños de talleres comercios o parcelas pequeñas y medianas, que trabajaban
ellos mismos, destaca la pequeña burguesía. Por último estaban las clases
trabajadoras constituidas por los campesinos, los artesanos, los trabajadores
asalariados y los esclavos.

Los bloques que se disputaban el poder son:

 La reacción colonialista que incluye a la alta burocracia virreinal, a los


grandes comerciantes y a un sector privilegiado del alto clero.
 Las corrientes conservadoras cuyo núcleo principal lo compone la
aristocracia criolla y un sector del clero con intereses ligados al desarrollo
de esa aristocracia.
 La corriente liberal cuya base social es la pequeña burguesía urbana y
algunos sectores de la burguesía.
 La corriente popular revolucionaria en la que las clases trabajadoras.
Libertad, igualdad, soberanía y nación. La autonomía con respecto de la corona
significo una amenaza para la reacción colonialista cuya hegemonía estaba ligada
a la independencia de la Nueva España. El grupo conservador aspiraba a la
independencia pero sin revolución social que afectara a la gran propiedad y al
sistema de explotación vigente. Su actitud era simplemente reformista y la
autonomía no significaba para ellos, inicialmente, libertad de hacer patria, sino
libertad de manejar y dirigir la sociedad ya hecha.

La educación se convertiría, a los ojos de los hombres cultos de la época, en


elemento clave para consolidar la independencia política.

La educación en la Nueva España se caracterizaba en la confianza en la


potencialidad de la razón humana: apoyados en su razón, los miembros de una
sociedad podían hacerla avanzar lenta pero continuamente hacia la felicidad
secular el resultado necesario de la naturaleza del hombre y no de una voluntad
externa.

En las escuelas de primeras letras, además de enseñar a los niños a leer, escribir
y contar, y el catecismo de la religión católica, se les ofrecería una breve
explicación de las obligaciones civiles. En todos los pueblos de la Monarquía se
establecieron escuela de primeras letras. El plan general será uniforme en todo el
reino.

La concepción de la educación vuelve a adquirir un sentido. La ilustración es el


origen de todo bien individual y social.

El criterio axiológico, que orienta la educación corresponde teóricamente al ideario


liberal e ideológicamente a los intereses de la clase dominante y se vinculo con la
necesidad de consolidar la independencia.

El proyecto civilizatorio. Se despojaba a las comunidades indígenas de sus


tierras y las clases trabajadoras eran sobreexplotadas a la manera precapitalista y
cada vez más, a la manera capitalista. La riqueza social permanecía como un
proyecto no cumplido y las necesidades radicales seguían insatisfechas.

Las clases dominadas abrigaban la esperanza de que la sociedad evolucionara


hacia las metas anheladas. El proyecto de las clases dominantes giro en torno a
una creencia: el ansiado progreso habría de lograrse si todas las acciones se
encaminaban al logro de la civilización.

El proyecto civilizatorio, la igualdad ante la ley, la libertad sin desorden, la paz sin
opresión, la justicia sin rigor, la clemencia sin debilidad. Los progresos de la
civilización exigen grandes sacrificios y un religioso respeto a lo moral, obediencia
a las leyes y a las autoridades, un profundo patriotismo y la actividad conducente a
consolidar las instituciones.

La libertad de enseñanza fue una medida tendiente, objetivo que se vio fortalecido
por otros dos principios: la obligatoriedad y la gratuitidad de la educación pública.
En las naciones civilizadas la educación constituía el medio primero y más
esencial para mejorar las costumbres y el bienestar de los ciudadanos.

La libertad de enseñanza, para muchos liberales era abolir el monopolio del clero
en la enseñanza, los conservadores pretendieron utilizar tal libertad para mantener
la influencia del clero en la educación. La libertad de enseñanza pone de
manifiesto las divergencias en torno al concepto de educación: para algunos se
trataba de un proceso de adoctrinamiento para otros era un proceso liberador que
incluía instrucción y formación cívica.

Para Baranda la instrucción pública era el medio para lograr, el desarrollo de la


inteligencia y los progresos de los conocimientos, cuya influencia benéfica
repercutiría en el bienestar y libertad de las naciones.

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