Principio de Inmediatez y Razonabilidad en La Reclamación Del Acto Hostil

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 17

Principio de inmediatez y razonabilidad en la reclamación del acto hostil.

2. “Que, si bien en nuestra legislación no existe un plazo, desde iniciados los actos considerados de
hostilidad, para que el trabajador opte por acusarlos a su empleador, este debe determinarse
aplicando los principios del derecho, y en especial los que inspiran el derecho laboral, como son los
de inmediatez y razonabilidad, aplicables tanto al empleador como al trabajador en la cautela de sus
respectivos derechos, pues si el actor consideraba que era víctima de actos de hostilidad debió
inmediatamente reclamar de ello e interponer las acciones judiciales correspondientes en forma
oportuna; pues el no haber actuado oportunamente, luego de efectuado el descargo por parte de la
emplazada, y haber aceptado la entrega de boletas en las que se consignaba la misma categoría
cuestionada, durante los meses de noviembre y diciembre de mil novecientos noventiséis y enero de
mil novecientos noventisiete, hace interpretar la conducta del demandante como un consentimiento
tácito, o una satisfacción por el descargo efectuado por la demandada, no pudiendo argumentar
luego el mismo motivo, para acusar nuevamente actos de hostilidad.”

CAS. Nº 2443-97 LIMA


(El Peruano: 10-09-1999)
Lima, quince de diciembre de mil novecientos noventiocho.
VISTOS; en audiencia pública Llevada a cabo en la fecha, la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de justicia de la República integrada por los señores Vocales: Buendía Gutiérrez, Beltrán Quiroga,
Seminario Valle, Zegarra Zevallos y Villacorta Ramírez; verificada la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia:
MATERIA DEL RECURSO
Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Humberto Marcelo Acevedo Portugués, mediante escrito de
fojas ciento treintiséis, contra el auto de vista de fojas ciento veintinueve, su fecha dieciocho de julio de mil
novecientos noventisiete, expedida por la Tercera Sala Laboral de la Corte Superior de justicia de Lima; que
confirmando el auto apelado de fojas treintiuno, su fecha veintidós de abril de mil novecientos noventisiete, declara la
caducidad de la acción; en los seguidos con Telefónica del Perú, Sociedad Anónima sobre Cese de Hostilidad.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO.
Que de acuerdo con la ejecutoria de calificación de fecha dieciséis de junio de mil novecientos noventiocho, el
Recurso de Casación ha sido declarado procedente únicamente por causal de contradicción jurisprudencial existente
entre la resolución impugnada y otros fallos emitidos por otras Salas en los que se ha considerado que el plazo de
treinta días para accionar judicialmente el cese de hostilidad, previsto en el Artículo cincuentisiete del Decreto
Supremo número cero cero uno - noventiséis -TR Reglamento de la Ley de Fomento del Empleo, se inicia desde el
día siguiente de vencido el plazo otorgado al empleador para que efectúe su descargo o enmiende su conducta (no
menor de seis días, y previsto en el último párrafo del Artículo sesentitrés del Decreto Supremo número cero cinco
noventicinco -TR).
CONSIDERANDO:
Primero.- Que, mediante el auto de fecha veintidós de abril de mil novecientos noventisiete, se declara la caducidad
de la acción (hostilidad), considerando que el plazo de treinta días naturales se computan desde el día siguiente de
vencido el plazo otorgado al empleador para que efectúe su descargo o enmiende su conducta, y que el
emplazamiento a que se hace referencia no puede realizarse en cualquier momento ya que así no se produciría en
ningún caso la caducidad de los treinta días, y además se transgrediría el principio de inmediatez.
Segundo.- Que, el auto cuestionado, refiere el hecho de que el demandante luego de verificar en sus boletas de
pago una rebaja en su categoría, desde el mes de setiembre de mil novecientos noventiséis, y en aplicación del
Artículo sesentitrés del Decreto Supremo número cero cinco - noventicinco -TR, debe emplazar por escrito a su
empleador imputándole el acto de hostilidad; y si bien tal comunicación no establece un plazo para que la empresa
realice su descargo o rectifique su conducta, se entiende que el empleador tenía un plazo razonable no menor de seis
días naturales para que efectúe su descargo o enmiende su conducta, según sea el caso.
Tercero.- Que, la empresa demandada optó por hacer su descargo por escrito, mediante carta notarial cursada el
veintiséis de noviembre de mil novecientos noventiséis y que obra a fojas cinco, en la que pone de manifiesto que "...
el cargo que aparece en su boleta de pago es el que ostentaba en la estructura anterior, lo cual no le significa
perjuicio alguno" con lo que, no enmendaba su conducta (que se hubiera verificado en su boleta del mes de
noviembre) por considerar que no se estaba hostilizando de modo alguno al trabajador.
Cuarto.- Que, ante la falta de plazo razonable, prevista por el trabajador en su carta de acuse, se entiende que éste
culmina, cuando el empleador opta por realizar su descargo, esto es el veintiséis de noviembre de mil novecientos
noventiséis, pues se produce antes de que pueda verificarse su opción de enmendar su conducta (en caso hubiere
considerado tal posibilidad), y es desde esa fecha en que el trabajador tenia expedito su derecho para hacerlo valer
en la vía judicial (treinta días posteriores).
Quinto.- Que, sin embargo, el trabajador no accionó en el plazo indicado y tratando de justificar la falta de inmediatez
en su reclamo, vuelve a cursar otra carta de acuse el diez de febrero de mil novecientos noventisiete, esta sin
embargo, no enerva los efectos de la primera;
Sexto.- Que, si bien en nuestra legislación no existe un plazo, desde iniciados los actos considerados de hostilidad,
para que el trabajador opte por acusarlos a su empleador, este debe determinarse aplicando los principios del
derecho, y en especial los que inspiran el derecho laboral, como son los de inmediatez y razonabilidad, aplicables
tanto al empleador como al trabajador en la cautela de sus respectivos derechos, pues si el actor consideraba que era
víctima de actos de hostilidad debió inmediatamente reclamar de ello e interponer las acciones judiciales
correspondientes en forma oportuna; pues el no haber actuado oportunamente, luego de efectuado el descargo por
parte de la emplazada, y haber aceptado la entrega de boletas en las que se consignaba la misma categoría
cuestionada, durante los meses de noviembre y diciembre de mil novecientos noventiséis y enero de mil novecientos
noventisiete, hace interpretar la conducta del demandante como un consentimiento tácito, o una satisfacción por el
descargo efectuado por la demandada, no pudiendo argumentar luego el mismo motivo, para acusar nuevamente
actos de hostilidad.
Sétimo.- Que, siendo así no existe contradicción con las resoluciones emitidas por otras Salas ya que estas refieren
igualmente el plazo de treinta días para accionar judicialmente y que son posteriores al plazo otorgado al empleador
para realizar su descargo o enmendar su conducta; sin embargo no recogen el principio de inmediatez y
razonabilidad al que se ha hecho referencia en los acápites anteriores, pues el mismo ha de ser verificado por los
magistrados, según sea el caso, y siempre que no se vulnere derechos del trabajador, circunstancia que no se ha
dado en las ejecutorias acompañadas; por cuyas consideraciones:
Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ciento treintiséis por don Humberto Marcelo
Acevedo Portugués, contra el auto de vista de fojas ciento veintinueve, su fecha dieciocho de julio de mil novecientos
noventisiete; ORDENARON la publicación del texto de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los
seguidos con Telefónica del Perú, Sociedad Anónima, sobre Cese de Hostilidad; y los devolvieron.
SS. BUENDIA G.; BELTRAN Q.; SEMINARIO V.; ZEGARRA Z.; VILLACORTA R.

EXP N.º 03707-2009-PA/TC


LIMA
FLOR EDITH
SALAS GONZALES

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 28 días del mes de abril de 2010, el Pleno del Tribunal Constitucional, integrado por
los magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos, Eto Cruz y Álvarez Miranda,
pronuncia la siguiente sentencia, con el voto singular del magistrado Vergara Gotelli, que se agrega

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan Gómez Carvajal contra la resolución de
la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 64 del
segundo cuadernillo, su fecha 15 de enero de 2009, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la
demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 31 de octubre de 2007, doña Flor Edith Salas Gonzales interpone demanda de amparo
contra el Procurador Público encargado de los asuntos del Poder Judicial, los vocales integrantes de la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica y el titular del Juzgado Especializado Laboral de Pisco, por
violación a la tutela procesal efectiva, al debido proceso y a la inmutabilidad de la cosa juzgada, atributos
lesionados por la Resolución Judicial N.º 49, de fecha 24 de abril de 2007, y por la Resolución de Vista N.º
55, de fecha 31 de julio de 2007, que confirmando aquella, declara nula la Resolución N.º 42, mediante la
cual se daba por aceptada la actualización pericial presentada por Telefónica del Perú S.A.A., y que,
reponiéndose las cosas al estado anterior a la violación de sus derechos, se ordene la aprobación de la
liquidación pericial presentada por la empresa demandada en todos sus términos y, consecuentemente, se
dicte la sentencia respectiva, por ser este el estado de la causa. Asimismo, solicita que en aplicación del
artículo 8.º del Código Procesal Constitucional se sancione a los responsables de la agresión que la afecta.
Refiere haber promovido el proceso laboral N.º 200-2003 contra Telefónica del Perú S.A.A., sobre
reintegro de beneficios laborales, y que su demanda se declaró fundada en ambas instancias; añade que en
ejecución de sentencia ambas partes presentaron sus pericias respecto a la actualización de los adeudos
laborales que ordenaba la sentencia de vista; aduce que mediante Resolución N.º 42, el juzgado emplazado
expresamente aceptó y validó la liquidación pericial que formuló la empresa ejecutada, para luego declarar
su nulidad en primer grado por Resolución N.º 49, pronunciamiento que impugnó por encontrarlo contrario a
ley; empero los vocales emplazados lo confirmaron en segundo grado mediante Resolución N.º 55, hecho
que afecta los derechos constitucionales invocados, toda vez que la Resolución N.º 42, cuya subsistencia
solicita, ostenta la calidad de cosa juzgada.

La Sala Mixta Permanente de Pisco, con fecha 8 de abril de 2008, rechazó liminarmente la demanda
por considerar que los hechos y el petitorio no están referidos en forma directa al contenido
constitucionalmente protegido por los derechos invocados.

A su turno, con fecha 15 de enero de 2009, la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República confirma la resolución apelada por fundamentos similares.

FUNDAMENTOS

1. La demandante cuestiona el pronunciamiento judicial que en doble instancia declara nula la resolución
mediante la cual se acepta la actualización pericial de adeudos que formuló la empresa ejecutada en la
causa que promovió contra esta. A su juicio, tal decisión afecta sus derechos a la inmutabilidad de la
cosa juzgada y a la tutela procesal efectiva.

Improcedencia, contradictorio y pronunciamiento de fondo en el amparo

2. Como se ha señalado, las instancias judiciales precedentes consideraron manifiestamente improcedente


la demanda y procedieron a su rechazo liminar, pronunciamientos constitucionales sobre todo el
expedido en segundo grado, que este Tribunal no comparte, porque, como es sabido, el debido proceso
y la tutela procesal efectiva no solo son atributos reconocidos por la Constitución, sino que constituyen
parámetros de control que limitan el ejercicio de la función jurisdiccional.

Asimismo, porque la inmutabilidad de la cosa juzgada es un tema de relevancia constitucional, de


gravitante importancia en la seguridad jurídica y de manifiesta trascendencia dentro de un debido
proceso.

3. De otro lado, al igual que en anterior oportunidad -Cfr. 4587-2004-AA/TC-, es posible emitir
pronunciamiento de fondo en el amparo, aun cuando la demanda haya sido declarada improcedente de
plano, siempre que existan todos los recaudos necesarios para emitir un pronunciamiento sobre el fondo,
y que el rechazo liminar de la demanda no afecte el derecho de defensa de los emplazados, presupuestos
que se encuentran presentes en el caso de autos, toda vez que los anexos proporcionados por la recurrente
aportan los elementos de juicio necesarios para ello de una parte y de otra porque si bien los magistrados
emplazados no participaron directamente en el presente proceso, sí lo hicieron mediante el Procurador
Público encargado de los asuntos judiciales del Poder Judicial, quien en sede constitucional evacuó el
informe oral correspondiente, en ejercicio de los derechos de quienes representa, con lo que se constata
que la parte emplazada tuvo la posibilidad de conocer del proceso y ejerció su derecho de defensa.

4. Más aún, es innegable la importancia y trascendencia del caso por las cuestiones que conlleva,
particularmente en lo relativo a la seguridad jurídica y predictibilidad de las decisiones, y respecto de la
vigencia efectiva de los principios y valores que informan la función jurisdiccional.

5. Por tanto, atendiendo al deber jurisdiccional de adecuar la exigencia de las formalidades al logro de los
fines de los procesos constitucionales que dispone el tercer párrafo del artículo III del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, este Colegiado es competente para resolver el fondo del asunto.
La garantía jurisdiccional de la cosa juzgada

6. Este Colegiado ha sostenido que “[M]ediante la garantía de la cosa juzgada se instituye el derecho de todo
justiciable, en primer lugar, a que las resoluciones que hayan puesto fin al proceso judicial no puedan ser
recurridas mediante nuevos medios impugnatorios, ya sea porque estos han sido agotados o porque ha
transcurrido el plazo para impugnarlas; y, en segundo lugar, a que el contenido de las resoluciones que
hayan adquirido tal condición no pueda ser dejado sin efecto ni modificado, sea por actos de otros
poderes públicos, de terceros o, incluso, de los mismos órganos jurisdiccionales que resolvieron el caso
en el que se dictó” (Cfr. 4587-2004-AA/TC).

Asimismo, que “[E]l derecho a la tutela jurisdiccional (art. 139, inc. 3, Const.) garantiza, entre otros
aspectos, que una sentencia con calidad de cosa juzgada sea cumplida en sus términos. Como
consecuencia de ello, se desprende, por un lado, un mandato de que las autoridades cumplan lo ordenado
o declarado en ella en sus propios términos y, por otro, una prohibición de que cualquier autoridad,
incluida la jurisdiccional, deje sin efecto las sentencias y, en general, resoluciones que ostentan la calidad
de cosa juzgada (art. 139º, inc. 2, Const.)” [Cfr. 1569-2006-AA/TC, Fundamento 4].

7. En este orden de ideas, este principio que rige la función jurisdiccional le otorga al fallo judicial la
calidad de indiscutible ya que constituye decisión final y la certeza de que su contenido permanecerá
inalterable, independientemente de que el pronunciamiento expedido haya sido favorable o desfavorable
para quien promovió la acción.

Así, el derecho a la cosa juzgada guarda íntima relación con la ejecución de las resoluciones judiciales
firmes; ambos atributos consagrados expresamente y de manera autónoma en el artículo 139. 2 de la
Constitución.

Ejecución de resoluciones judiciales y tutela procesal efectiva

8. El Código Procesal Constitucional –por su parte- consagra el derecho a la ejecución de las resoluciones
judiciales entre otros como expresión del derecho a la tutela procesal efectiva cuando en el tercer párrafo
de su artículo 4.° prescribe que “se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una
persona en la que se respeten, de modo enunciativo, su[s] derechos a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales (...)”.

9. En tanto que la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional ha comprendido que el derecho a la
ejecución de resoluciones constituye parte inseparable de la exigencia de efectividad de la tutela judicial.
En efecto, en la Sentencia 0015-2001-AI, 0016-2001-AI y 004-2002-AI este Colegiado ha dejado
establecido que “[e]l derecho a la ejecución de resoluciones judiciales no es sino una concreción
específica de la exigencia de efectividad que garantiza el derecho a la tutela jurisdiccional, y que no se
agota allí, ya que, por su propio carácter, tiene una vis expansiva que se refleja en otros derechos
constitucionales de orden procesal (...). El derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales garantiza
que lo decidido en una sentencia se cumpla, y que la parte que obtuvo un pronunciamiento de tutela, a
través de la sentencia favorable, sea repuesta en su derecho y compensada, si hubiere lugar a ello, por el
daño sufrido” [Fundamento 11]. En esta misma línea de razonamiento, hemos precisado en otra sentencia
que “la tutela jurisdiccional que no es efectiva no es tutela”, reiterando la íntima vinculación entre tutela y
ejecución al establecer que “el derecho al cumplimiento efectivo y, en sus propios términos, de aquello
que ha sido decidido en el proceso, forma parte inescindible del derecho a la tutela jurisdiccional a que se
refiere el artículo 139.3 de la Constitución” (STC 4119-2005-AA/TC, fundamento 64).

10.En este contexto, analizaremos si efectivamente la decisión jurisdiccional de declarar nula la


actualización de adeudos laborales formulada por la ejecutada Telefónica del Perú S.A.A. expedida en
doble instancia terminó por vulnerar la inmutabilidad de la cosa juzgada y la tutela procesal efectiva que
le asisten a la accionante, quien por ser la demandante en la causa laboral sobre reintegro de beneficios
sociales, ostentaba la condición de ejecutante.
Dilucidación de la controversia

11.Como se señaló precedentemente, el proceso laboral N.º 200-2003 se encuentra en ejecución de


sentencia, siendo su estado, específicamente, el de actualizar los adeudos laborales por concepto de
derechos accesorios. Ello, en cumplimiento de lo ordenado mediante sentencia.

12.La Ley Procesal de Trabajo N.º 26636 -que regula la potestad jurisdiccional del Estado en materia laboral
al normar la ejecución de las resoluciones, específicamente establece que “[L]os derechos accesorios a
los que se ejecutan, como las remuneraciones devengadas, los intereses y otros similares se liquidan por
la parte vencedora con el auxilio pericial respectivo de ser necesario. La otra parte puede observar dicha
liquidación sólo si sustenta su observación en una liquidación de similar naturaleza. El Juez decide cuál
es la liquidación correcta, recurriendo sólo si fuera indispensable a los peritos contables con los que
cuenta el juzgado o los que designe” (Cfr. artículo 78).

13. Sobre el particular, de autos se advierte que la recurrente presentó liquidación pericial de actualización
de adeudos (f. 48), peritaje que fue observado por Telefónica del Perú S.A.A., entidad que argumentando
el incorrecto cálculo de las gratificaciones, presentó a su vez el examen pericial de observación y
actualización de adeudos que corre a fojas 57; siendo que, al encontrarse los autos en despacho para
determinar el monto de los adeudos, la recurrente presentó escrito aceptando el peritaje contable
formulado por el empresa ejecutada, petición que fue admitida mediante Resolución N.º 42, decisión
judicial que fue declarada nula en ambas instancias por las resoluciones judiciales cuestionadas, en
primer grado por la N.º 49 (ff. 80-81) y en segundo por la de vista N.º 55 (ff. 93-97).
14.Empero, es de subrayar que a tenor de la ley procesal acotada, el cuestionamiento de un peritaje está
basado en una de igual naturaleza y es el juez de la causa quien decide y aprueba cuál de las
liquidaciones periciales que formulan las partes es la correcta, recurriendo para ello, -si considera
necesario- a los peritos contables con los que cuenta el juzgado o designando aquellos en caso de no
contar con éstos.

Por otra parte y al promoverse la observación de la liquidación presentada por la demandante,


corresponde a la judicatura y no al justiciable determinar cuál de los peritajes formulados se encuentra
arreglado a ley, y en el presente caso, al haberse producido dicho incidente, corresponde a la judicatura
pronunciarse al respecto, aun cuando la demandante convenga en aceptar la observación formulada por
la empresa ejecutada, toda vez que es facultad exclusiva del juez dilucidar las controversias que se ponen
a su conocimiento, tanto más si por mandato legal dicha atribución judicial no es facultativa.

Es más, llama poderosamente la atención del Tribunal que sea la propia demandante quien otorgue
mayor validez a la pericia de parte presentada por la empresa ejecutada que a la suya propia, al punto de
considerar lesivo a sus derechos constitucionales la decisión judicial de determinar la liquidación
correcta y ello en aplicación de la ley procesal de la materia.

15.De ello se colige que las resoluciones materia de cuestionamiento constitucional no afectan las
situaciones jurídicas ya resueltas mediante las sentencias dictadas; mucho menos alteran la intangibilidad
e inalterabilidad que le asiste a estas; por el contrario, honrando el carácter de cosa juzgada que le asiste
a los fallos favorables a la demandante encauza la ejecución de los mismos conforme a su naturaleza,
materializando la tutela procesal efectiva a que tiene derecho la recurrente.

Más aún, de autos se advierte que la cuestionada Resolución N.º 42, a petición del demandante, da por
aceptada la pericia de actualización de adeudos presentada por la empresa ejecutada.

16. Por consiguiente, al acreditarse en autos la plena constitucionalidad de las resoluciones judiciales
cuestionadas, debe desestimarse la demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución Política
del Perú
HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda de amparo porque no se ha acreditado la vulneración de los derechos


alegados.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
EXP N.º 03707-2009-PA/TC
LIMA
FLOR EDITH
SALAS GONZALES

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente voto singular por las siguientes consideraciones:

1. La recurrente interpone demanda de amparo contra el Procurador Público encargado de los asuntos del
Poder Judicial, los vocales integrantes de la Sala Civil de la Corte Superior de Ica y el Titular del
Juzgado Especializado Laboral de Pisco, con la finalidad de que se declare la nulidad de las
Resoluciones N.os 49, de fecha 24 de abril de 2007, y 55, de fecha 31 de julio de 2007, que confirmando
la apelada declaró nula la Resolución N.° 42, puesto que considera que con ellas se le está vulnerando
sus derechos a la tutela procesal efectiva, al debido proceso y a la inmutabilidad de la cosa juzgada.

Refiere que en un proceso laboral sobe pago de beneficios laborales seguido en contra de la empresa
Telefónica del Perú S.A.A. se declaró fundada su pretensión y en ejecución de sentencia ambas partes
presentaron sus pericias respecto a la actualización de adeudos laborales, habiéndose aceptado por
Resolución N.° 42° la liquidación pericial que formuló la empresa demandada, y que posteriormente ésta
fue declarada nula y confirmada por el superior, sin tener presenta que la resolución que validó la
liquidación ostentaba la calidad de cosa juzgada.

2. Las instancias precedentes rechazaron liminarmente la demanda considerando que los hechos y el
petitorio no están referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido por los derechos
invocados.

3. Entonces tenemos que el tema de la alzada trata de un rechazo liminar de la demanda (ab initio), en las
dos instancias (grados) precedentes, lo que significa que no hay proceso y por lo tanto no existe
demandado (emplazado). Por ello cabe mencionar que si el Superior revoca el auto venido en grado para
vincular a quien todavía no es demandado porque no ha sido emplazado por notificación expresa y
formal, corresponde entonces revocarlo y ordenar al inferior a admitir la demanda a trámite y correr
traslado de ella al demandado. Lo que se pone en conocimiento es “el recurso interpuesto” y no la
demanda, obviamente, mandato que tiene el propósito de vincular al pretenso demandado con lo que
resulte de la intervención de este tribunal en relación especifica al auto cuestionado. Cabe mencionar que
el articulo 47º del Código Procesal Constitucional es copia del articulo 427º del Código Procesal Civil en
su parte final que dice: “Si la resolución que declara la improcedencia fuese apelada, el Juez pondrá en
conocimiento del demandado el recurso interpuesto. La resolución superior que resuelva en definitiva la
improcedencia, produce efectos para ambas partes.”, numeral que precisamente corresponde al rechazo
in limine de la demanda y las posibilidades que señala para el superior (confirmar o revocar el auto
apelado).

4. Debo manifestar que al concedérsele al actor el recurso extraordinario de agravio constitucional, el


principio de limitación aplicable a toda la actividad recursiva le impone al Tribunal Constitucional
(Tribunal de alzada) la limitación de sólo referirse al tema del cuestionamiento a través del recurso de
agravio constitucional, y nada mas. Por ello es que el recurso de apelación concedido y notificado al que
debería ser considerado demandado si la sala superior revoca el auto cuestionado, produce efectos para
ambas partes.

5. Por cierto si el Superior revoca el auto venido en grado, para vincular a quien todavía no es demandado,
tiene que ponérsele en su conocimiento “el recurso interpuesto” y no la demanda, obviamente.

6. En atención a lo señalado se concluye en que es materia de la alzada el pronunciamiento de este tribunal


respecto del rechazo liminar, estando en facultad sólo para pronunciarse por la confirmatoria del auto
recurrido o su revocatoria; sin embargo este colegiado ha venido considerando que excepcionalmente
podría ingresar al fondo, para darle la razón al demandante, en casos de suma urgencia cuando se
verifique la existencia de situaciones de hecho que exijan la tutela urgente, es decir cuando se evidencie
estado de salud grave o edad avanzada del demandante.

7. En el presente caso quiero expresar mi rechazo ante una sentencia en mayoría que resuelve declarar
infundada la demanda; señalo esto porque considero que la pretensión extrañamente está circunscrita a
que se valide la liquidación presentada por la empresa perdedora en el proceso laboral y no la suya,
buscando que este Colegiado se convierta en supra revisor de lo resuelto en el proceso ordinario y
califique si la declaratoria de nulidad de la resolución que aprobó la liquidación presentada por
Telefónica del Perú es valida o no, lo que implica actuar como juez ordinario para calificar qué
liquidación debe calificar el juzgador lo que es inaceptable.

8. Por lo expuesto considero que el auto de rechazo liminar debe ser confirmado por improcedente, puesto
que los jueces constitucionales no pueden suplantar las funciones de los jueces ordinarios, ingresando a
resolver temas para determinar qué liquidación debe ser aprobada, por lo que resulta un error que la
resolución en mayoría ingrese a resolver el tema de fondo, no sólo por el hecho de existir un auto de
rechazo liminar sino porque el tema de fondo está relacionado con competencias del juez ordinario y no
del juez constitucional.

Por las consideraciones expuestas mi voto es porque se confirme el auto de rechazo liminar de la demanda y
en consecuencia se declare IMPROCEDENTE la demanda de amparo propuesta.

Sr.

VERGARA GOTELLI

EXP. N.° 01538-2010-PA/TC


LIMA
TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.A.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 19 días del mes de agosto de 2010, el Pleno Jurisdiccional del Tribunal Constitucional
con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos, Vergara Gotelli, Eto Cruz y
Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia, con los votos singulares de los magistrados Vergara Gotelli y
Álvarez Miranda, que se agregan.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por Telefónica del Perú S.A.A., a través de su
apoderado, contra la resolución de fecha 8 de abril del 2009, a fojas 423 del primer cuaderno, expedida por
la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, que
declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 21 de setiembre del 2007 la recurrente interpone demanda de amparo contra el juez a
cargo del Segundo Juzgado Laboral de Chiclayo, Sr. Juan Ismael Rodríguez Riojas, y contra los vocales
integrantes de la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, Sres. Marco Antonio Pérez
Ramírez, Lucía Esther Deza Sánchez y Juan De La Cruz Ríos, solicitando se deje sin efecto: i) la resolución
de fecha 8 de abril del 2007 que desestimó su pedido de deducción de leyes sociales e impuestos sobre las
remuneraciones ordenadas a pagar; ii) la resolución de fecha 16 de julio del 2007 que confirmó la
desestimación de su pedido; y iii) la resolución de fecha 21 de agosto del 2002 que ordena cumplir con lo
ejecutoriado. Sostiene que fue vencida en el proceso judicial sobre pago de remuneraciones devengadas
(Exp. Nº 2003-115) seguido por doña María Zapata Carranza en contra suya, proceso en el cual se le ordenó
el pago de la suma de S/. 36,149.91 nuevos soles, monto dinerario que aduce ha sido cumplido en su
integridad con el Depósito Judicial Nº 2006002102866 (S/. 27,070.99 nuevos soles) y con la liquidación de
las sumas deducidas por concepto de leyes sociales e impuesto (S/. 9,088.92 nuevos soles). Sin embargo
refiere que, a pesar de ello, el órgano judicial le ha requerido para que cumpla con depositar la suma de S/.
9,088.92 nuevos soles, requerimiento que vulnera sus derechos al debido proceso, a la tutela jurisdiccional, a
no ser desviado de la jurisdicción predeterminada por ley y a la propiedad, toda vez que todo empleador está
obligado a descontar, retener y depositar los porcentajes por prestaciones de salud, ONP o AFP y pagos por
impuesto a la renta de sus trabajadores.

El demandado Juan Ismael Rodríguez Riojas contesta la demanda solicitando que sea declarada
infundada o improcedente, al argumentar que las deducciones efectuadas por la recurrente fueron hechas a su
cuenta y riesgo, apartándose de la autoridad de cosa juzgada y soslayando lo dispuesto por el artículo 4º de a
Ley Orgánica del Poder Judicial, pues en el caso de autos la relación laboral de la demandante del proceso
laboral ya no se encontraba vigente y siendo así la recurrente debió ejecutar el mandato judicial en sus
propios términos.

La demandada María Zapata Carranza contesta la demanda solicitando que sea declarada
improcedente, afirmando que los montos económicos que se ha ordenado abonar a su favor, dentro de un
proceso laboral regular y ordinario, deben ser cancelados en ejecución de sentencia en su integridad por la
recurrente, sin descuento alguno, en tanto que estos son ordenados y requeridos por mandato judicial.

El Procurador Público del Poder Judicial contesta la demanda solicitando que sea declarada
improcedente, al argumentar que en el caso materia de análisis no ha existido vulneración constitucional
alguna, ya que no se ha podido comprobar la afectación del derecho directamente protegido por la
Constitución.

El Procurador Público de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT)


propone la excepción de falta de legitimidad para obrar pasiva, aduciendo que la SUNAT no ha participado
en la relación jurídica existente entre la recurrente y su trabajadora. Asimismo, señala que toda persona que
pague remuneraciones se constituye por mandato legal en agente de retención, estando obligada a retener los
tributos de ley y entregarlos a la SUNAT.

La Sala de Derecho Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, con resolución


de fecha 24 de setiembre del 2008, declara infundada la demanda por considerar que del análisis minucioso
de los actuados no se aprecia elemento de prueba que acredite que a la recurrente se le haya desviado de la
jurisdicción predeterminada por la ley; además que no resulta aceptable la nueva posición adoptada por la
recurrente para negarse a cumplir con la decisión recaída en los autos.

La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la


República, con resolución de fecha 8 de abril del 2009, confirma la apelada por considerar que el órgano
jurisdiccional se ha limitado a ordenar el cumplimiento estricto de lo ordenado en la sentencia recaída en el
proceso laboral.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. El objeto de la demanda es dejar sin efecto la resolución de fecha 8 de abril del 2007, la resolución de
fecha 16 de julio del 2007 y la resolución de fecha 21 de agosto del 2002. Así expuestas las
pretensiones, este Colegiado considera necesario determinar a la luz de los hechos expuestos en la
demanda y de los recaudos que obran en ella si se ha vulnerado los derechos de la recurrente al debido
proceso, a la tutela jurisdiccional, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada por la ley y de
propiedad, al haberse desestimado su pedido de deducción (S/. 9,088.92 nuevos soles) por concepto de
prestaciones de salud, ONP o AFP, y pagos por impuesto a la renta sobre las remuneraciones ordenadas
a pagar (S/. 36,149.91 nuevos soles), o si por el contrario dicho pedido fue correctamente desestimado
al pretenderse con él incumplir la sentencia expedida en el proceso laboral subyacente.

Sobre el contenido constitucionalmente protegido del derecho a que se respete una resolución que ha
adquirido la calidad de cosa juzgada.

2. Sobre el particular este Tribunal ha señalado en forma reiterada que “mediante el derecho a que se
respete una resolución que ha adquirido la autoridad de cosa juzgada se garantiza el derecho de todo
justiciable, en primer lugar, a que las resoluciones que hayan puesto fin al proceso judicial no puedan
ser recurridas mediante medios impugnatorios, ya sea porque éstos han sido agotados o porque ha
transcurrido el plazo para impugnarla; y, en segundo lugar, a que el contenido de las resoluciones que
hayan adquirido tal condición, no pueda ser dejado sin efecto ni modificado, sea por actos de otros
poderes públicos, de terceros o, incluso, de los mismos órganos jurisdiccionales que resolvieron el caso
en el que se dictó” (STC 4587-2004-AA/TC, fundamento 38). Más precisamente, este Tribunal ha
establecido que “(...) el respeto de la cosa juzgada (…) impide que lo resuelto pueda desconocerse por
medio de una resolución posterior, aunque quienes lo hubieran dictado entendieran que la decisión
inicial no se ajustaba a la legalidad aplicable, sino tampoco por cualquier otra autoridad judicial,
aunque ésta fuera de una instancia superior, precisamente, porque habiendo adquirido el carácter de
firme, cualquier clase de alteración importaría una afectación del núcleo esencial del derecho” (STC
0818-2000-AA/TC, fundamento 4).

3. Al respecto, la recurrente alega que al haberse desestimado su pedido de deducción ascendente a S/.
9,088.92 nuevos soles por conceptos de prestaciones de salud, ONP o AFP, e impuesto a la renta sobre
las remuneraciones ordenadas a pagar en la sentencia que ascienden a un total de S/. 36,149.91 nuevos
soles se ha vulnerado sus derechos al debido proceso, a la tutela jurisdiccional, a no ser desviado de la
jurisdicción predeterminada por la ley y de propiedad. A efectos de verificar si lo resuelto en el pedido
de deducción vulnera o no los derechos constitucionales alegados por la recurrente, conviene remitirnos
a la literalidad de lo ordenado en la sentencia, que tiene la calidad de cosa juzgada, expedida en el
proceso judicial subyacente (pago de remuneraciones devengadas).

4. Al respecto, a fojas 20 del primer cuaderno obra la sentencia de fecha 4 de mayo del 2005 expedida en
primera instancia en el proceso judicial subyacente sobre pago de remuneraciones devengadas, en la
cual se declara “FUNDADA EN PARTE la demanda (…) en consecuencia ORDENO que la demandada
pague a la actora, en el plazo de cinco días la suma de TREINTISEIS MIL CIENTO CUARENTINUEVE
NUEVOS SOLES CON NOVENTIUN CENTIMOS (S/. 36,149.91) de los cuales por remuneraciones
devengadas corresponden Veintiséis Mil Novecientos Sesenta y Nueve Nuevos Soles con treinta y cuatro
céntimos (S/. 26,969.34) y por reintegro de utilidades la suma de Nueve Mil Ciento Ochenta Nuevos
Soles con cincuentisiete céntimos (S/. 9,180.57); asimismo ORDENO que la demandada, en el mismo
plazo, DEPOSITE en la entidad bancaria o financiera elegida por la trabajadora la suma de Dos Mil
Doscientos Cuarenta y siete Nuevos Soles con tres céntimos (S/. 2,247.03) por compensación por
tiempo de servicios (…)”. Asimismo a fojas 23 del primer cuaderno obra la sentencia de fecha 12 de
agosto del 2005 expedida en segunda instancia, la cual “CONFIRMA la sentencia de fecha 4 de mayo
del 2005 (…) que resuelve declarar fundada en parte la demanda, con lo demás que contiene (…)” .

5. De las sentencias recaídas en el proceso judicial subyacente sobre pago de remuneraciones devengadas,
se aprecia que ninguna de ellas admite excepción alguna a su cumplimiento total en los propios términos
en que ella misma se expresa. En razón de ello, el pedido de deducción de la recurrente sobre las
remuneraciones ordenadas a pagar en la sentencia constituye un acto procesal que tiene como finalidad
última frustrar el cumplimiento cabal y total de lo ordenado en la sentencia (pago de S/. 36,149.91
nuevos soles), de modo tal que la desestimatoria de dicho pedido bajo ningún concepto conlleva a la
vulneración de los derechos constitucionales alegados por la recurrente, máxime si lo ordenado en la
sentencia no establece hipótesis alguna de excepción para su cumplimiento total. Y es que las sentencias
judiciales se ejecutan en sus propios términos y no dejan margen de acción para que su cumplimiento
sea pensado, merituado y/o evaluado por la parte encargada de ejecutarla, no existiendo en el caso de
autos motivos razonables para proceder a su incumplimiento toda vez que el pedido de deducción (pago
por concepto de prestaciones de salud, ONP o AFP, y pagos por impuesto a la renta) constituye un
asunto cuya dilucidación está íntimamente vinculada con el fondo de la cuestión controvertida en el
proceso judicial subyacente; por lo que debía ser discutida en el mismo proceso judicial y no en la etapa
de ejecución de sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución Política
del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda de amparo, al no haberse acreditado la vulneración de los derechos al


debido proceso, a la tutela jurisdiccional, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada por la ley y de
propiedad de la recurrente.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS

ETO CRUZ
EXP. N.° 01538-2010-PA/TC
LIMA
TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.A.

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente voto singular por las siguientes consideraciones:

1. Con fecha 21 de setiembre de 2007 la empresa recurrente interpone demanda de amparo contra el
Segundo Juzgado Laboral de Chiclayo, juez señor Rodríguez Rioja, y los vocales integrantes de la Sala
Laboral de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, señores Pérez Ramírez, Deza Sánchez y De la
Cruz Ríos, con la finalidad de que se deje sin efecto las Resoluciones Judiciales de fecha 9 de abril de
2007, que desestimó su pedido de deducción de leyes sociales e impuestos sobre remuneraciones
ordenadas a pagar, de fecha 16 de julio de 2007, que confirmó la desestimación de su pedido y de la
resolución de fecha 26 de agosto de 2007, notificada el 28 de agosto de 2007, considerando que se está
afectando sus derechos constitucionales.

Refiere que se estimó la demanda laboral sobre pago de remuneraciones interpuesta por doña María
Zapata Carranza en su contra, disponiéndose como consecuencia el pago de la suma de S/. 36, 149.91
nuevos soles, monto dinerario que según afirma la empresa demandante ya se canceló con el Depósito
Judicial Nº 2006002102866 (27, 070.99 nuevos soles) y con la liquidación de las sumas deducidas por
concepto de leyes sociales e impuesto (S/. 9, 088.92 nuevos soles). En este contexto el órgano judicial le
ha requerido el pago de S/. 9, 088.92 nuevos soles, lo que afecta sus derechos al debido proceso, entre
otros, puesto que todo empleador está obligado a descontar, retener y depositar los porcentajes por
prestaciones de salud, ONP o AFP y pagos por impuesto a la renta de sus trabajadores.

2. Revisados los antecedentes del proceso subyacente del que deriva la presente contienda de tipo
constitucional, encuentro entonces que la empresa demandante fue vencida en un proceso laboral sobre
pago de remuneraciones devengadas. Es así que la empresa sostiene que en ejecución de sentencia
cumplió con el deposito del pago que le correspondía y que los emplazados a pesar de ello le han
requerido para que realice el pago por concepto de leyes sociales e impuestos, lo que considera
atentatorio a sus derechos.

3. Previamente debo señalar que el presente caso trae a mi memoria el proceso constitucional de amparo
N.º 0665-2007-PA/TC resuelto por este Colegiado, en sesión de pleno con fecha 12 de marzo de 2007,
en el que el demandante también era la empresa transnacional TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.. En
dicho proceso la empresa demandante cuestionaba resoluciones emitidas en un proceso sobre ejecución
de sentencia considerando que la suma impuesta por concepto de intereses legales era irrazonable, por lo
que sostenía que los jueces habían vulnerado su derecho al debido proceso y su derecho de propiedad,
puesto que las resoluciones carecían de una debida motivación –pretensión similar a la que el
demandante trae ahora al proceso de amparo. En dicho proceso el Tribunal Constitucional ingresó al
fondo señalando que “…los demandantes no tienen otra vía para corregir la lesión a sus derechos
fundamentales, puesto que nos encontramos frente al cuestionamiento de una resolución judicial firme.
Por ello tienen expedita la vía del amparo. Asimismo, este Colegiado comprueba que la urgencia de
tutela de sus derechos fundamentales se justifica por cuanto, de concretarse la violación de sus
derechos y no repararse la lesión, el daño sería irreparable. ”. Además agregó que “el Tribunal
Constitucional es competente para verificar si en el presente caso se evidencia una amenaza del derecho
a la propiedad de la empresa demandante.” (Se refiere al derecho de propiedad de la empresa
TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.).

En este caso el Colegiado realiza un análisis respecto al derecho de propiedad y señala en sus
fundamentos 6 y 7 que: “El Tribunal observa que, en el presente caso, la recurrente debe pagar por
mandato judicial la suma de S/. 2´309,545.89, por concepto de intereses derivados de la deuda de
beneficios sociales ascendente a S/. 317,282.36, a favor de don Berto Ferrer Tello.

Tal resolución constituye una intervención en el ámbito, prima facie, garantizado por el derecho a la
propiedad, puesto que la empresa deberá afectar su patrimonio para pagar tales intereses. Por tanto, es
preciso que el Tribunal indague acerca de los criterios de justificación que puedan existir, o no, en el
caso concreto.”

Finalmente, este Colegiado resolvió declarar fundada la demanda considerando que “La demandante
alega que existe una supuesta vulneración del derecho constitucional a la motivación de las
resoluciones judiciales por cuanto la Sala demandada efectuó un indebido cálculo del interés legal de
la deuda que mantiene con el litisconsorte. Al respecto, este Colegiado estima que si bien el Juez
constitucional no puede subrogarse en las funciones del juez laboral en materia de liquidación de
intereses legales derivados de una deuda de beneficios sociales, ni convertirse en una nueva instancia
de revisión, toda vez que corresponde a la justicia ordinaria efectuar los cálculos y determinar el monto
exacto de los intereses, el Tribunal sí es competente cuando se comprueba una manifiesta vulneración
de algún derecho constitucional.
(…)
Siendo que en el presente caso se comprueba una falta de razonabilidad y legalidad al momento de
calcular los intereses de una deuda laboral, conforme a los fundamentos expuestos supra, este Tribunal
también comprueba una violación de los derechos al debido proceso y a la tutela jurisdiccional, en su
manifestación de derecho a la motivación de las resoluciones judiciales fundadas en Derecho.

Finalmente, y constatándose que la flagrante amenaza de violación del derecho a la propiedad de la


empresa demandante, así como la violación de las garantías del debido proceso se han generado a
consecuencia del actuar arbitrario de los órganos jurisdiccionales que han tenido bajo su dirección el
proceso en el que fue emitida la resolución impugnada, y en atención a las denuncias públicas
difundidas en la prensa sobre el actuar cuestionable de los participantes en dicho proceso, este
Colegiado se encuentra en la obligación de solicitar al Ministerio Público, a la Oficina de Control de la
Magistratura, al Consejo Nacional de la Magistratura a los Colegios Profesionales respectivos que
inicien las investigaciones correspondientes al Juez del Segundo Juzgado Mixto de Pasco y a los
Vocales de la Sala Mixta Descentralizada de la Corte Superior de Justicia de Huánuco y Pasco, así
como a los peritos y abogados del litisconsorte intervinientes en el proceso judicial de donde emana la
resolución que se cuestiona.”

4. En el referido proceso emití un voto singular en el que manifesté “que la Constitución Política del Perú,
en concordancia con las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la
enumeración citada nos hace recordar que el artículo primero, inciso dos, del Pacto de San José,
consigna que “para efectos de esta convención, persona es todo ser humano”, texto que modula el
artículo primero de nuestra Carta Magna pues es evidente que la persona jurídica demandante en el
presente caso acciona en defensa de derechos debidamente establecidos y necesariamente relacionados
con el aludido interés patrimonial que considera violado por un organismo público a través de decisión
judicial evacuada dentro de su competencia. Es evidente también que el proceso constitucional
conducido por los cauces del proceso urgente precisa la legitimidad para obrar activa en atención a
la persona humana que recurre frente a hechos concretos que acusa violatorios de alguno de sus
derechos fundamentales, no pudiéndose aceptar que dentro de estos naturales condicionamientos se
traiga a discusión en sede constitucional la prolongación interesada de un conflicto exclusivamente
patrimonial visto dentro de un proceso regular que concluyó con decisión final que favoreció al
adversario de la recurrente, ex trabajador a su servicio, decisión que impuso al recurrente el pago de
una deuda de trabajo. Es cierto que las personas jurídicas tienen también derechos considerados
fundamentales, esgrimidos bajo esta etiqueta cada vez que ellas ven afectados sus intereses
patrimoniales, sin importarles la ruptura del orden que preserva el proceso para poder así prolongar
sus conflictos ingresando forzadamente a la sede constitucional, derechos cubiertos también por el
ancho mandato protector de la Constitución Política del Estado, pero no por ello cobertura que permita
reabrir todo debate sobre cualquier pretensión traída a la tutela urgente en sede constitucional,
“amparizando” todo reclamo y con ello cancelando el proceso ordinario y hasta cerrando el Poder
Judicial. Lo concreto resulta entonces que la diferencia entre estos dos intereses se defina privilegiando
los intereses de la persona humana y no los de la persona jurídica que, como queda dicho, son de
exclusivo carácter patrimonial”.

En atención a ello concluí en que la demanda debía ser declarada improcedente.

En el mismo voto singular también señalé que “En el proyecto que se presenta a mi vista se afirma,
contrariamente, que la resolución cuestionada no ha sido sustentada debidamente, interfiriéndose con
ello un proceso regular que permitió la defensa cabal del demandado, puesto que dicha resolución
amplia en su texto y solvente en su contenido, definió con suficiente claridad el conflicto, lo que
significa que la versión del proyecto desconoce la autonomía y discrecionalidad propias de todo juez,
afectando atribuciones conferidas por la Constitución, por lo que al ingresar a un proceso judicial
regularmente llevado por juez que actuó de manera correcta permitiendo el contradictorio, es vulnerar
la facultad exclusiva que tienen los juzgadores para que según el análisis que ellos realizan se pueda
evacuar la sentencia sujeta solo a su convicción. Siendo esto así no hay como establecer competencia
de este Tribunal, ya que no somos una instancia supra revisora de todo lo actuado en sede ordinaria.
En la demanda de autos se tiene que tener en cuenta que no se le imputa al juez la falta de motivación,
o que ésta no concuerda con los hechos materia del conflicto, lo que tal vez sí podría ser factible de
atención en sede constitucional, sino que la motivación del juez es calificada interesadamente por el
recurrente de "indebida", lo que significaría que éste ha razonado de manera inadecuada al
fundamentar su fallo, posición absolutamente impertinente desde que con este criterio toda
argumentación del juez llamado a solucionar el conflicto ha de ser arbitraria para la parte que resulte
vencida.

Cabe agregar también que en el fundamento 7 del proyecto se expone que la resolución cuestionada
"constituye una intervención en el ámbito prima facie garantizado por el derecho a la propiedad, puesto
que la empresa deberá afectar su patrimonio para pagar tales intereses." siendo esta afirmación
incongruente, desigual y peligrosa ya que con la inclinación en defensa del patrimonio de una persona
jurídica se podría afectar el patrimonio de una persona natural, cada vez que la empresa deudora
niegue el pago a que está obligada, privándosele a una el derecho que se le entrega a la otra. La
doctrina ha denominado "Hipoteca General" a la garantía constituida por la totalidad de los bienes de
propiedad de una persona cuando ésta realiza la celebración de contratos con terceros a través de los
cuales adquiere obligaciones. Esta garantía permite en la practica diaria la viabilidad de la
contratación, puesto que para que una parte sea aceptada por la otra en relación a las obligaciones
que asume, ésta accederá al crédito atendiendo especialmente a su solvencia lo que significa en alguna
medida compromiso patrimonial. Entenderse como se pretende en el proyecto que dentro de este cauce
normal y ordinario se afecta el derecho a la propiedad, es convertir en impedimento dicha expresión
racional en la que todos caemos día a día pues nadie podría celebrar contratos ni adquirir obligaciones
porque al hacerlo estaría afectando su patrimonio, constitucionalmente protegido, dando pie a toda
alegación cada vez que un "tramposo", después de haber celebrado un contrato en expresión de entera
libertad, sea exigido por juez competente en proceso regular y en ejecución de sentencia a pagar lo que
debe bajo amenaza legal de venta de un bien de su dominio para satisfacer el derecho del acreedor, ya
que éste siempre y en todo caso alegaría que con esto se está violando su derecho a la propiedad. Es
natural pues que para venir al amparo en su demanda tenga el demandante que afirmar todas las
monstruosidades procedimentales propias de su imaginación cuando el proceso ha concluido, como en
este caso, con sentencia final en largo iter procesal en el que el deudor ha tenido la condición de
demandado ejercitando a plenitud su derecho a la contradicción y defensa que incluye impugnaciones y
revisión por el Tribunal Superior competente, en instancia final. Tratándose pues de un proceso debido
que ha finalizado dentro de un devenir regular, no le queda al perdedor sino cumplir con lo decidido en
forma terminal e irremovible, quedándole tal vez, según el caso, la posibilidad de recurrir al proceso de
responsabilidad civil de los jueces ante la eventualidad de que se trate de un fallo irregular a los
efectos de que se puede llevar al que lo expidió a la indemnización por el daño causado. Podría
también, siendo el caso de fraude procesal, demandar la nulidad de lo actuado dentro de la revisión
permitida por el artículo 178 del Código Procesal Civil. Lo contrario sería admitir que los procesos
nunca terminan, que los justiciables están condenados a nacer para litigar hasta su muerte, solo porque
los jueces son humanos y como tales limitados hasta la equivocación. Admitir la demanda en el
presente caso, cuando ya todo está dicho significaría que después de la decisión final el perdedor
seguiría alegando todo lo que alega el recurrente y mucho más, especialmente la vulneración al debido
proceso, a la tutela jurisdiccional efectiva, a la propiedad, y siempre tendría la posibilidad de abrir un
nuevo frente para debatir lo que ya ha sido debatido.

A manera de conclusión no se debe confundir la vulneración del debido proceso por una resolución que
carece de motivación, con una con fundamentación amplia pero que no satisface los intereses del
perdedor, ya que esto constituiría violación a la autonomía propia del juzgador, siendo aberración aún
mayor pretender decirle al juez en qué forma debe sentenciar y bajo qué criterios, estableciéndole los
parámetros a los que se debe sujetar su decisión”.

5. En el presente caso llega el cuestionamiento de una resolución también emitida en un proceso laboral en
el que la empresa realiza el cuestionamiento del monto que se le requiere pagar considerando errado el
cobro de dicho concepto, buscando en puridad burlar el cumplimiento cabal de una resolución judicial
que afecta sus intereses económicos, lo que definitivamente es una pretensión inadmisible.

6. Es por ende que advirtiéndose en este caso no sólo una demanda de amparo incoada por una empresa
(sociedad mercantil) sino también el cuestionamiento de resoluciones judiciales emitidas regularmente
con la finalidad de burlar lo resuelto en un proceso laboral a favor de un trabajador, corresponde
reafirmar mi posición referida a que los procesos constitucionales están destinados exclusivamente a la
defensa de los derechos fundamentales de la persona humana y no a la defensa de intereses
patrimoniales de grandes empresas que como en este caso colisionan contra los derechos del trabajador.

En consecuencia, mi voto es por la IMPROCEDENCIA de la demanda.

Sr.

VERGARA GOTELLI
EXP. N.° 01538-2010-PA/TC
LIMA
TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.A.

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA

Con el debido respeto por la opinión vertida por el resto de mis colegas magistrados, emito el siguiente voto
singular, por cuanto no concuerdo con los argumentos ni con el fallo de la resolución de la mayoría.
1. En el presente caso, el asunto litigioso radica en determinar si corresponde deducir del pago por
remuneraciones y participación en las utilidades devengadas decretadas mediante Resolución Judicial
firme, el impuesto a la renta de quinta categoría, y las aportaciones a la AFP legalmente establecidas
(conforme se aprecia de la Liquidación Pago por Mandato Judicial obrante a fojas 47).

2. Durante la ejecución de dicha Sentencia en el proceso de ejecución ordinario se tiene que:

 El Segundo Juzgado Laboral de Chiclayo mediante Resolución Nº 46 (foja 42), declaró


improcedente el pedido de dar por cumplido el mandato de pago requerido mediante
Resoluciones Nº 33 y 39 por cuanto según lo decretado en el Acuerdo Nº 08-99 del Pleno
Jurisdiccional Laboral, no es competente para determinar las retenciones a cargo del empleador
del Impuesto a la Renta y de aportaciones sobre los reintegros de remuneraciones ordenados
pagar a favor del trabajador.

 La Sala Laboral de Lambayeque a través de la Resolución Nº 2 (foja 43), confirmó lo resuelto por
el A-quo debido a que dicha solicitud debe ser canalizada por la vía correspondiente.

3. Empero, ambas instancias del proceso ordinario subyacente no han merituado que parte de dicha
deducción es una renta de quinta categoría, y por consiguiente, objeto de retención en la fuente de
acuerdo con el criterio de lo percibido conforme a lo establecido en los literales “a” y “c” del artículo
34º, el literal “g” del artículo 67º, el “a” del 71º y el 57º del Texto Único Ordenado de la Ley del
Impuesto a la Renta, y que lo dispuesto en tales normas es imperativo, y por consiguiente, de
obligatorio cumplimiento tanto para empleadores como para ciudadanos/contribuyentes.

4. Del mismo modo, han obviado que de acuerdo con los artículos 34º, 35º y 36º del Texto Único
Ordenando de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondos de Pensiones y los artículos
47º, 48º, y 49º del Reglamento de dicha Ley, los aportes correspondientes a AFP Horizonte deben ser
retenidos por el empleador a fin de que éste los deposite en dicha AFP.

5. Por tanto, el hecho que ambas instancias judiciales del proceso subyacente hayan obviado mención
alguna respecto de tales descuentos, no enerva la obligatoriedad del cumplimiento de tales deberes
tanto para María Zapata Carranza (sustantivos por cuanto es quien va a asumir la carga económica de
tales erogaciones) como para Telefónica del Perú (formales en tanto es quien va a colaborar en el
proceso de recaudación de tales conceptos de carácter tributario y no tributario).

6. De ahí que, en mi opinión, lo solicitado por la recurrente durante la etapa de ejecución de Sentencia
no puede entenderse en modo alguno como un acto dilatorio tendiente evitar el cabal cumplimiento
de dicho mandato judicial en tanto su actuar se encuentra ajustado a lo previsto legalmente, razón por
la cual, corresponde amparar su pretensión, mas aún cuando la razón por la que se rechazó lo
solicitado obedece a una interpretación errónea de lo dispuesto en el Acuerdo del Pleno
Jurisdiccional dado que en el caso de autos, la controversia no gira en torno a la determinación de un
tributo sino sobre si lo devengado debe estar afecto a las retenciones legalmente establecidas
conforme ha sido indicado supra. Es más, lo retenido incluye descuentos de carácter no tributario,
como son las aportaciones a la referida AFP.
Por tales consideraciones, mi VOTO es porque se declare FUNDADA la presente demanda.

Sr.

ÁLVAREZ MIRANDA

También podría gustarte