Zona Este de Tijuana. Imaginarios Del Crecimiento Urbano (CIEC 2011) PDF
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Zona Este de Tijuana. Imaginarios Del Crecimiento Urbano (CIEC 2011) PDF
Rectora
Mtra. Paloma Ibáñez Villalobos
Secretario
Ing. Darío Eduardo Guaycochea Guglielmi
ISBN: 978-607-477-674-4
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(Rebeca Herrera).
siones discursivas que nos permiten explo- los últimos treinta años. En primera ins-
rar los diferentes mecanismos que inciden tancia, este espacio es un espacio que
construyen la complejidad del fenómeno más allá de los limites conocidos conce-
grafo catalán Joan Nogué (2007) al ex- consecuencias que tiene este creci-
bólico y patrimonial”. Nos referiremos a urbana. Nos habla además, del desco-
“La Zona Este”, que permite englobar sos socioculturales que tienen lugar en
1 El presente artículo forma parte de los resultados del proyecto de tesis de maestría Paisaje e ima-
ginario. La Zona Centro de Tijuana, realizado entre 2006 y 2011 dentro del programa de maestría en
Geografía Humana, en el Centro de Estudios en Geografía Humana del Colegio de Michoacán.
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cío, pero que en buena medida se con- dichos centros, salvo para actividades
cibe como ajeno a la estructura urbana concretas que terminan dándole identi-
no, hemos de observar dos fenómenos policéntrica es la ciudad jardín del ur-
gración que la ciudad ha recibido desde siglo XIX, una ciudad construida con
los años cuarenta, así como los progra- varios centros de población. Le Corbu-
en parte al caso que nos ocupa. sus propuestas (Pérez, 2011). Seña-
Los modelos y teorías sobre la ciudad orden jerárquico de los centros de po-
la vivienda que actualmente se presen- ya en los inicios del siglo XXI, los pa-
crece, la distancia entre los distintos ciudad, señalando dos modelos extre-
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dependiendo de la fuerza de los víncu- de 1970 manifiestan una clara nece-
los entre cada uno de los centros o sub- sidad por controlar un crecimiento
urbana desarrollados en México des- de paso como la que tiene como desti-
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no a la propia ciudad. En los años se- El mismo Alegría (1991) señala que des-
senta la ciudad dará un giro hacia las de principios de la década de los seten-
teriza (1965). Este fenómeno se inten- lo que toca a las vías de comunicación,
entró en vigor en 1994. Ambos proce- miento fue promovido, sobre todo, por
sos, pero sobre todo el segundo, tuvie- los gobiernos federal y estatal, quienes
del crecimiento urbano hacia el orien- lidades para incidir en el desarrollo ur-
des industriales pasó en tres décadas sión de la estructura urbana con nuevas
(1960-1990) del 20% al 37% a prin- centralidades, subcentros les llama él,
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tensión la forma en que la estructura juana es una ciudad que se articuló res-
del siglo XIX hasta los años setenta, Ti- y remozamiento, tuvieron lugar desde
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los años noventa al este de la ciudad. y Rosarito, hacia donde se ha orienta-
da (años ochenta) y tercera etapas (en últimas dos décadas (1990-2010). Con
desarrollo desde los años noventa), en el crecimiento de las tres últimas dé-
Centro hasta las periferias, plazas co- abarca los municipios de Tecate, Tijua-
servicios públicos como hospitales, es- A esto, hay que agregar el ambicio-
Desde finales de los ochenta, pero con millón de habitantes que pueda abaste-
total claridad a medida que avanza la cerse a sí misma. Los planes incluyen la
océano Pacífico. Esta área abarca cinco Este crecimiento produce tensiones
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con colonias, fraccionamientos o pri- Desde la subjetividad, grupos e indivi-
exigencia de servicios (educación, sa- rico que debe ser estudiado “desde la
resto de la estructura urbana, además lar (2006) coinciden en señalar que es-
de una mayor conexión con otras cen- tas construcciones son una abstracción
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Al igual que Hiernaux (2002), concebi- nera, un tangible geográfico y su inter-
ocupa la parte de la traducción non re- Se recurre a Gorelik (2002) para asumir
ta en imagen del espíritu, sino creativa, ral (por lo general, académica) sobre las
poética en el sentido etimológico del más diversas maneras en que las socie-
tegral de paisaje tanto como una en- una forma de análisis de la cultura y la
paisaje es, a la vez, una realidad física Al igual que Nogué (2007), Silva (2006)
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lo simbólico por medio de representa- Siendo así, vemos en el imaginario:
ciones que van del mapa a la tecnolo- 1) una forma de abordar un territorio
micas territoriales a las que está sujeta de información, un territorio que es in-
división social del espacio y la presen- digamos en las calles o en los hogares,
no olvida que las lecturas del territo- construcción del significado de la ciu-
son distintas dependiendo del grupo de una cultura urbana compleja, y mu-
la ciudad, Silva las llama “lenguajes ín- El papel del imaginario en la interpreta-
moda (por citar algunos ejemplos), po- la siguiente manera: 1) El paisaje pue-
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En el imaginario caben tanto el sentido mento de reconstruir la historia del
la medida que es apropiado por los suje- elementos que han determinado su
tura. Esto es, el sustento del imaginario duales como valoraciones cualitativas
primer nivel, se mezclan los otros dos con respecto al o los grupos de los que
campos (cualitativo y simbólico) al mo- participa, de los que concibe como “los
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otros” y en relación a su papel histórico la representación de una zona apa-
guientes preguntas:
espaciales como un acto integral de lo genera el tejido social? ¿Cuáles son las
dad y los matices en imaginarios que ción, fenómeno del que, en los discur-
recogido como ciertas o erróneas, en- gración. Si la percepción es que las vías
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para acudir a puntos distantes que a los y privados que requieren también se tra-
Tijuana tiene que crecer para el cha codicia, con un deseo de sacar
para donde crecer. Para el ponien- con los fraccionamientos, los Urbi,
está poblada ya la zona rio y las do por espacios bien reducidos. Sin
al Río, mucho menos al Centro. Ya te. Son colonias sin nada, casas y
los uniformes, las dimensiones del es- comercial sobre el Bulevar 2000. En Ti-
pacio, el impacto ambiental que produ- juana, las plazas comerciales tienen un
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ye una plaza que tiene todo, tiene ci- esta zona como uno de los escenarios
nes, tiene mercados: el acceso a la mo- de la violencia local, Por ello resulta in-
dernidad a través del status que puede evitable que el tema se haga presente
taciones que los usuarios hacen para de cadáveres en la vía pública, perso-
corporamos este indicador pues inevita- Nos planteamos como objetivo identifi-
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crecimiento urbano reciente en la ciu- menos es lo que me parece más impor-
dad. Consideramos relevante plantear tante, es que sus habitantes han cons-
una serie de preguntas que nos permi- truido un modo de vida en aquel sector
del imaginario. Partimos de dos rasgos de intervenciones que parten del seña-
cia tangible del espacio y el peso de las lidades y advertencias. La ciudad sigue
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