Crónica de Indias

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© [Gepitulo 1 Cuestiones literarias El contacto cultural En la cronica de Indias y en la nueva narrativa latinoamericana ‘+ Cuestiones de literatura: El contacto cultural * Géneros literarios: La cronica de Indias La nueva narrativa latinoamericana * Textos: Relatos de la conquista del Rio de la Plata ‘y Paraguay, de Ulrico Schmidel *Chac Mol’, de Carlos Fuentes + Actividades de lectura y escritura nR Se denomina “cultura” al conjunto de los conocimientos, el grado de de- urollo cientifico ¢ inclustrial, el estado social, las ideas, el arte y las rela- Giones humanas, entre otras cosas, de un pais 0 una €poca. Asi, €s posible referirse tanto a la cultura clisica y a la cultura moderna como a la cultura indigena y a la oriental, para dar solo algunos ejemplos. ‘Ahora bien: ;qué sucede cuando dos culturas diferentes, alejadas en el spacio, se ponen en contacto por algén hecho en particular; ges posible que una de ellas permanezca inalterable frente al encuentro con la que le es extrana? A lo largo de la historia, ha quedado demostrado que cuando dos culturas distintas entran en contacto inevitablemente se producen im- portantes transformaciones en ambas, Desde el desarrollo de las actividades humanas y las organizaciones sociales hasta las costumbres, las creencias y la lengua de cada una de ellas se van modificando mediante un proceso cto que una cultura provoca en otra 5 que haya entre ellas y del tipo de que puede ser brusco o gradual. El imp: depende, precisamente, de las diferenc! contacto que establezcan. Para la historia occidental, y en particular para Latinoamérica, el contac- to cult aun en la actualidad ha sido el producido por la conquista y la colonizacién del tertitorio america~ no que realizaron los espafoles y los portugueses desde finales del siglo XY, cuando comenzaron el proceso de sometimiento y exterminio de los indios que habitaban las tierras denominadas “nuevo mundo” por los europeos. Los primeros testimonios del contacto cultural se difundieron a través de Jos relatos que los conquistadores europeos de los siglos XV y XVI realiza- ron de su experiencia en tierra indigena. La aproximacion inesperada entre dos geogratias completamente extrafas entre si fue el nticleo de las llama- das “crOnicas de Indias’, textos que hoy forman parte no solo de la histo- ria, sino también de la literatura, y en los cuales aparecen las primeras pis- tas para comprender las formaciones culturales latinoamericanas. Las consecuencias de este primer contacto se han sentido a lo largo de los siglos, pero fue solo a mediados del siglo XX cuando un grupo de ensayistas yy narradores revisaron las rekaciones entre las pervivencias de la cultura indi- gena y la cultura latinoamericana contemporinea, especialmente en paises co- mo México, el Perit o el Paraguay. De esas nuevas reflexiones surgi6 el con- cepto de transculturaci6n. (a transculturaci6n es, en lineas generales, la selec- G6n y reelaboracién que los grupos culturales subordinados realizan a partir de Jos materiales que les son transmitidos por la cultura dominante| A media- dos del siglo XX, gran parte de los nuevos narradores latinoamericanos, co- mo Gareia Marquez, Vargas Llosa, Cortazar, Fuentes y Rulfo, tomarfan en mu- cchos de sus cuentos novelas algunos aspectos del contacto cultural entre in- dios y europeos, asi como del proceso de transculturacin en América Lati ral mas fuerte y de mayores consecuenc El contacto cultural en la crénica de Indias Cuando en octubre de 1492, el navegante genovés Crist6bal Colén lleg6, enviado por los reyes de Espafa, a las tierras que se encontraban mas allé del Océano Atlintico y que despues se Ila- marfan América, la idea que los hombres tenfan del mundo se transformé completamente. EI mundo no terminaba donde se ha- bia creido hasta entonces. Del otro lado del océano, no solo hi bia mds tierras, sino individuos diferentes de los que habitaban Europa y Oriente: en América estaban los indios, quienes tenian un modo de vida y unas costumbres totalmente distintas de las co- nocidas. El impacto de ese conocimiento —llamado generalmen- te “descubrimiento” 0, en los tiltimos fos, “encuentro de dos mundos'— modificé la historia, la economia, las costumbres y las relaciones humanas, pero también modificé el modo de mirar aquello que era desconocido. Cristobal Col6n escribio un relato de sus cuatro Viajes a las tierras americanas que ponen en eviden- cia un gran esfuerzo por nombrar, describir y relatar lo nuevo. El primer registro de la llegada a tierra y del encuentro con los in- dios, es la narracién que hace Colon ese mismo dia en su diario de viaje, es la primera escena de intercambio cultural entre los Don Cristébal europeos y los indios: Colén, grabado veneciano de 1621. Yo, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conoci que cera gente que mejor se libraria y convertiria a nuestra fe con amor que no por fuerza, les dia algunos de ellos unos bonetes colorados ¥y unas cuentas de vidrio que se ponian al pescuezo, y otras muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tan nuestros que era maravilla. Los cuales después venian a las bar- cas de los navios donde estabamos, nadando, y nos traian papa- ‘gayos € hilo de algodén en ovillos y azagayas y otras cosas muc! ¥¥ nos las trocaban por otras cosas que les dibamos, como cuente- cillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aque- Io que tenian de buena voluntad, mas me pareci muy pobre de todo. que era gente ‘Américo Vespucio, el navegante italiano que reconocié que las tierras a Jas que habia llegado Colén no eran las Indias Orientales como se habia creido y a cuyo nombre se debe la denominacién de América, también es- cribi6 unas cartas en las que narra sus impresiones. En una de elas, escri- ta aproximadamente en 1503 y en la que se refiere por primera vex a las tierras descubiertas por Colon como “Nuevo Mundo”, puede observarse el esfuerzo realizado por Vespucio para encontrar una explicacion a las dife- rencias entre europeos ¢ indios: © Estrada ~ Lengua y Literatura 2B 4 En aquellos paises hemos encontrado tal multitud de gente que nadie po- dria enumerarla, como se lee en el Apocalipsis: gente, digo, mansa y trata- ble; y todos de uno y otro sexo van desnudos, no se cubren ninguna parte del cuerpo. Tienen cuerpos grandes y membrudos, bien dispuestos y pro- porcionados y de color tirando al rojo, lo cual pienso les acontece porque andando desnudos son teiiidos por el sol Con el paso de los afios, y cuando la sorpresa ante la “maravilla” ameri- cana se vio sustituida por el afan colonizador, la mirada del europeo frente a los indios seré menos benigna y sensible: las diferencias dejaron de causar asombro y la cultura indigena fue sometida a los objetivos de conquista de los europeos. De este proceso han quedado huellas en los diversos géneros usados por muchos de los viajeros para dejar testimonio escrito de su expe- riencia en América: relatos y diarios de viaje, cronicas, relaciones, cartas Algunas caracteristicas de la cronica de viajes El encuentro del viajero con personas y elementos desconocidos lo lle- va a adoptar nuevos modos de mirar aquello que le es ajeno y, por consi- guiente, al relatar su experiencia crea también nuevos modos de nombrar, la necesidad de traducir los elementos de una cultura extrafa a la propi deja fuertes marcas en las crénicas de Indias, que van desde la traducci6n imprecisa de ciertas palabras hasta el uso frecuente de comparaciones entre las costumbres observadas en los indios y las propias. Pero, ademas, tanto en el modo de describir al hombre y la mujer indigenas como en algunas anécdotas narradas, los cronistas han dejado las huellas de la relacién que una cultura entabla con otra cuando su objetivo es la conquista territorial Los motivos que tenian los viajeros europeos para escribir relatos de su viaje fueron variados: satisfacer la curiosidad de los europeos por América rendir cuentas a la corona espafiola o portuguesa, exigir el pago por los servicios prestados, defenderse de las calumnias de otros conquistadores 0 colonizadores. Desde el simple interés por testimoniar los sucesos maravi- Ilosos ocurridos del otro lado del océano hasta el deseo personal por re- cordar el pasado, son muchisimas las variantes que aparecen como causa de la escritura. Por eso, pese a que hoy en dia leemos estos relatos como literatura de viajes, ninguno de los llamados “cronistas de Indias” eran es- critores en el sentido estricto del término Esos textos escritos por los conquistadores y colonizadores de América, ya fueran capitanes de las expediciones, simples soldados o religiosos que venian a evangelizar a los indios, fueron recibidos, en su tiempo, como tes- timonio y justificacion de las aventuras en tierra de indios Actualmente, en cambio, son leidos de distintas maneras: © como fuentes de la época de la conquista y la coloni cin, que sirven para recabar informaci6n histéric: como literatura, es decir, como textos que pueden leerse por su valor estético; © como fragmentos de la cultura europea en los que se po- nen de manifiesto las primeras estrategias de la coloniza rrotero y viaje a Espaiia y las In latos de la conquista del Rio de la Plata y Paraguay, Ulrico Schmidel Hacia 1536, siguiendo la costumbre de muchos europeos que deciden sturarse en busca de riquezas en nombre de la corona espafola, el es- Pedro de Mendoza organiza una expedicién para llegar a las tierras icanas del sur, a la altura del Rio de la Plata, que ya habian sido des- tas pero atin no conquistadas. Un alemén llamado Ulrico Schmidel, habia llegado a Espana en busca de trabajo como marino, participa de aventura y se embarca a las drdenes de Pedro de Mendoza, junto con 500 espafoles y 150 alemanes distribuidos en mas de diez naves. Una vez en tierra, después de varias semanas de navegacion, Mendoza 2 la primera fundacién de Buenos Aires, que pocos meses mas tarde ‘arrasada por los indios que habitaban el lugar, quienes se resistieron de ‘modo a la conquista espafiola. La lucha con los indios, el hambre y nbién las ansias de encontrar oro y plata, llevan a un grupo de hombres fnternarse por el rio Parand, hacia el norte de la region. Llegan finalmen- ‘2 un asiento del rio en el cual fundan la ciudad de Asuncién, que es ente la capital del Paraguay, y que estaria a cargo de Domingo Mar- ez de Irala, quien después de muchas desventuras queda al frente de los mbres que fan residencia en la ciudad. Asi, entre las peripecias en Bue- Aires y las expediciones alrededor de las tierras cercanas a Asunci6n, ‘alemin Schmidel —extranjero entre espaioles y mucho mais entre in- s— pasa en el continente americano veinte aos de su vida. En 1567, década después de su regreso a Europa y ya de vuelta en su pais, de- escribir, en su lengua natal, el relato de su experiencia con los indios. ‘ese modo, nacen los Relatos de la conquista del Rio de la Plata y Para- . que conocemos por diversas traducciones a nuestro idioma, s condiciones del viaje y de la escritura Las condiciones en las que Schmidel recuerda su estada en América y es- su texto son bastante particulares, porque no era espaftol y, ademas, que no ocupaba un cargo jerirquico dentro de la expedicion. Esto hace Schmidel viva de un modo singular la experiencia americana: es el tes- 5 de una aventura que no compromete ni su fortuna personal ni su na- silidad; es un simple lansquenete, es decir un soldado raso, al servicio espaol que quiere conquistar una porcion de América y sacar prove- ‘econémico de la empresa, Por eso, Schmiel cuenta con particular cru- ‘ciertos hechos que otros cronistas de Indias deben suavizar para cuidar en 0 realzar los objetivos y resultados de la accion conquistadora la vez, el hecho de haber llegado a la regién del Rio de la Plata le nuevas particularidades al viaje. A diferencia de otras zonas de ca como México o el Pert, tierras en las que las riquezas eran abun- el Rio de la Plata no hay metales preciosos. En lugar de explo- regi6n en busca de oro, los espaioles deben ir primero en busca de da para paliar el hambre y después, ya en tierras paraguayas, poner ‘su ingenio para sostener la fundacién de la ciudad de Asunci6n sin so y el esplendor que caracterizaban a otras ciudades americanas. 75 Preparativos del viaje de Ulrico Schmidel (ilustracién de una edicion alemana de 1597). 76 El registro de los hechos: observacién y experiencia El relato de Ulrico Schmidel comienza con una advertencia al lector en la que destaca haber presenciado y vivido los hechos descriptos y narrados: El afio de nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil quinien- tos treinta y cuatro, yo, Ulrico Schmidel, de Straubing, pasé por mar desde Amberes a Espafia y recorri las Indias y varias islas, con grandes peligros de guerra, el cual viaje (desde el dicho aito de 1534 hasta ef de 1554, que Dios quiso que volviese) he descrito y recopilado aqui, con lo que experiment y sufri con mis compafieros en todo el vi En esa advertencia inicial, el narrador anticipa algunas caracteristicas de su texto: © €5 un texto autobiogrifico: son las memorias de una parte de su vida; ‘© e8 un relato de viajes: narra una travesia, un desplazamiento entre dos regiones geogrificas lejanas y describe lo que en ella observa; © es una crénica: registra la sucesi6n temporal de los hechos narrados Justamente, si hay en el relato de Schmidel alguna omisi6n, error o con- fusion, se debe a que se trata del recuerdo de una experiencia ocurrida muchos afios antes del momento de la escritura y a que se basa en la ob- servaci6n personal, es decir subjetiva, de los hechos Les presentamos dos capitulos de los Relatos de la conquista del Rio de {a Plata y Paraguay. E| primero es el capitulo 17, en el que Schmidel narra la travesia por el rio Parana tras abandonar Buenos Aires y el encuentro con algunos pueblos indigenas. El segundo es el capitulo 44, en el cual cuenta los preparativos y la travesia de una expedicion en busca de oro que orga- niza el capitin Domingo Martinez de Irala en la ciudad de Asuncion © Estrada — Lengua y Literatura I Relatos de la conquista del Rio de la Plata y Paraguay La serpiente fabulosa, representacién indigena de la época. Capitulo 17 Seguimos adelante y Iegamos a la nacion de los quiloazas, que son cer ca de cuarenta mil guerreros, que se sustentan de pescados y de carne, y tienen también dos piedrecillas en las narices. Hablan la misma lengua que los timbiies y viven a treinta leguas de la isla de los curendas, a orillas de una laguna de seis leguas de largo y cuatro de ancho, en la margen iz: quierda del rio Parana, Nos quedamos cuatro dias con ellos, y compartian con nosotros Jo que tenian, al igual que hicimos con ellos también. Luego continuamos dieciocho dias sin que encontrisemos a ningtin otro pueblo. Después dimos con una nueva corriente que nos Hlevaba tie: ra adentro, y en esta parte hallamos a un gran pueblo que se Llama mo coretaes, que no se alimentan de otra cosa sino de pescado y de poca car ne, Son unos dieciocho mil guerreros, con muchas canoas. Nos recibieron bien a su manera y nos dieron de buena gana lo que tenian. Viven al otro lado del Parana, en la orilla derecha, Hablan una lengua distinta, tienen piedrecillas en Ins narices y son altos y bien parecidos. Las mujeres, en cambio, son feisimas. Viven a sesenta y cuatro leguas de los quiloazas. Fs tando alli cuatro dias detenidos, descubrimos en tierra una serpiente gran- disima y monstruosa que media veinticinco pies de largo y tenia el grosor de un hombre, con manchas negras y amarillas. La matamos de un dispa ——_ Ulrico Schmidet Nacié en Alemania, en la regién de Baviera, hacia 1510. Poco se sabe de su vida con excepcion de los hechos entre 1534 1554, desde que sali de su ciudad natal para ira Espavia a embarcarse hacia ‘América, hasta que regresé a su pais después de vivir veinte afios en el Rio de la Plata y el Paraguay.Se supone que su viaje fue ocasionado por la curiosidad yee afan de aventuras, y no por motivos econémico, ya que parece provenir de tuna familia con recursos e influencia. Tras su experiencia en las tierras americanas del sur, habiendo perdido en el accidentado Viaje de vuelta los pocos bienes que habia acumulado en América, regres6 a su pueblo, Ali escibié, a modo de auto- biografiay relato de viajes, sus Relatos de la conquista de! Rio dela Plata y Paraguay, publicado en aleman en 1567.A partir de entonces, se pierden sus rastrosy se cree ‘que murié entre 1579 y 1581. 7 10. Los indios que la vieron se admiraron, porque no habian visto nunca nin- guna tan grande. Decian que esta serpiente les habia causado grandes dafios, pues cuando se encontraban bafindose en el rio, habia envuelto con su cola a los hom bres, y, hundiéndolos en el agua, los habia comido luego, de modo que a me: nudo no supieron ad6nde habia ido a parar mas de un indio. Yo mismo me- icon mucho cuidado el largo y grueso de esta serpiente. Los indios la des- ccuartizaron para llevarla a sus chozas y comérsela. Capitulo 44 Por ende regresamos a nuestra ciudad de Asunci6n, y alli permanecimos dos afios enteros. Como en todo este tiempo no vinieron ningin navio ni nuevas de Espafia, nuestro capitin general Domingo Martinez de Irala hizo decir a la gente que, si les parecia, él con algunos hombres queria entrar en la tierra y ver si habia oro y plata, contestindosele que fuera en el nombre de Dios. A esto mand6 reunir trescientos cincuenta espafioles y les pregunt6 si querian marchar con él, que les facilitaria indios, caballos, ropas y los basti- _mentos necesarios, a lo que se ofrecieron gustosos para acompafiarle. Incon- tinenti, nuestro capitin general, mando juntar a los principales de los carios, requiriéndoles que le acompaiiasen con dos mil hombres, y también ellos se ofrecieron dispuestos y obedientes. En vista de la buena voluntad de la gente, nuestro capitin general se pw: so en marcha dos meses mis tarde, y el aiio 1548 subié por el rio Paraguay con siete bergantines y doscientas canoas. Los que no cupicron en los bar- cos fueron por tierra con ciento treinta caballos, hasta que nos volvimos a reunir cerca de un cerro alto y redondo llamado San Fernando, donde viven los dichos payaguaes. Alli nuestro capitan general mand6 regresar a nuestra ciudad de Asunci6n cinco de los bergantines y las canoas. Los otros dos los dejo en San Fernando con cincuenta espaiioles, poniéndoles por capitan a Don Francisco de Mendoza, Les dejé también bastimentos y otras cosas ne- cesarias para dos afios, y les ordeno que le esperasen hasta su regreso y que tuviesen cuidado que no les sucediese lo que les ocurri6 con el buen sefior Juan de Ayolas muerto por los payaguacs. Después nuestro capitin general prosiguié con trescientos cristianos, ciento treinta caballos y dos mil carios, y caminaron ocho dfas en que no ha- laron ninguna nacién. Al noveno dia dimos con una nacién cuyos pueblos se llaman naperus, que no tienen otra cosa de comer que pescado y carnes. Es un pueblo de gentes robustas y altas. Sus mujeres cubren sus partes. Del ccerro San Fernando hasta alli hay treinta y seis leguas. En este lugar nos que- amos para pasar la noche. Luego emprendimos de nuevo la marcha y a los © Sstrade - Lengua y Literature I cuatro dias legamos a una naci6n cuyos pueblos se llaman maipais, que és ‘una nacién muy populosa y los que les estan sujetos tienen que trabajar pa- ra ellos, pescar y hacer todos los dems trabajos que son menester hacerse, igual que nuestros rsticos que estn sujetos a un sefior noble. sta nacion tiene gran acopio de maiz, mandiotin, mandiocx-pepira, man- dioca-poropi, batatas, mani-cazabe, y otras raices que sirven para comer. Ti nen también ciervos, ovejas indianas, avestruces, patos, gansos, gallinas y otras aves. Los bosques estan lenos de miel, dela cual hacen vino, y tambien sirve para otras necesidades, Cuanto mas se entra en el pais, tanto mas fér- tiles la tierra, Asi tienen todo el afio maiz en las rozas" y las dichas raices Tas ovejas, que llaman “amida’, y de las cuales hay dos géneros, las do- mésticas y las montaraces, las usan como bestias de carga y como monturas. En esta jornada, yo mismo, por estar enfermo de una pierna, anduve mis de ‘cuarenta leguas a lomos de una de estas ovejas. En el Perti se transportan so- bre ellas las mercancias, como nosotros hacemos con las acemilas. Estos maipais son altos, gallardos y belicosos. Todos sus esfuerz0s y aft: nes estan fijados en cosas de la guerra. Sus mujeres son hermosas y cubren sus partes, No trabajan en las rozas, ya que el hombre se ocupa del susten- to, y ells en casa no hacen otra cosa que hilar y tejer el algodon, guisar la ‘comida y lo que place al marido, 0 a otros buenos compafieros, si son reque- ridas, pero no quiero hablar mas de ello. Quien no lo crea, que vaya y ved, ‘que no encontrara otra cosa. ‘Cuando nos aproximamos a media legua de esta nacion, salieron de su ltr gar, viniendo a nuestro encuentro, a un pequetio poblado, A nuestro cap tin dijeron que nos quedésemos alli durante la noche para descansar, que nos traerian toda clase de comida, Sin embargo, lo hicieron por bellaqueria yy engafio, y para inspirarnos mas seguridad le dieron a nuestro capitin ge eral cuatro coronas de plata que se colocan en la cabeza, ademas de seis planchas de plata, cada una medio palmo de largo y otro de ancho, que Pi ragala se atan en la frente, como ya se dijo. También le regalaron tres muje- res que no eran viejas. Y descansando en este lugar pusimos centinelas después de cenar, para que la gente estuviese segura del enemigo y nos fuimos a dormir. Poco des pués de medianoche, nuestro capitan general habia perdido sus tres moa, tal vez porque no pudo contentarlas a las tres, pues era un hombre de unos sesenta afios. Quizais no se hubieran escapado, si nos las hubiese dejado a los peones. Por ello hubo un gran alboroto en el real, y tan pronto que amane- ci6, nuestro capitén general mando que nos presentisemos todos con nues- tras armas en su cuartel. Ulrico Schmidel Telatos dela conquista del Rio de la Plata y Paraguay, Alianza Editorial (Traduccion de Klaus Wagner) * Roza: tierra libre de su vegetaci6n natural ‘para sembrar en ella 80 El narrador: un testigo de vista Asi como en muchas cronicas de la época los narradores contaban en tercera persona las costumbres de los distintos grupos de indios a partir de lo que alguien a su vez les habia contado 0 de los relatos orales que cit culaban por entonces, hay un amplio conjunto de crénicas que estin es- critas en primera persona, por los mismos protagonistas de los hechos. Se dice que el narrador de las cronicas de Indias es un “testigo de vista” cuan- do se trata de alguien que relata sus propias experiencias como viajero. Ese es justamente el caso del narrador de los Relatos de la conquista del Rio de la Plata y Paraguay, quien fundamenta la veracidad de su relato por haber estado ahi, Observemos el siguiente pasaje extraido del capitulo 44 Las ovejas, que llaman “amida”, y de las cuales hay dos géneros, las domésticas y las montaraces, las usan como bestias de carga y como ‘monturas. En esta jornada, yo mismo, por estar enfermo de una pier na, anduve mas de cuarenta leguas a lomos de una de estas ovejas. En el ejemplo, Ulrico Schmidel corrobora la informacién que da sobre 1 uso que de las ovejas hacen los indios de la region contando su propia experiencia con estos animales. El momento de la escritura; el tiempo de la enunciacion En algunos textos, como las memorias y los relatos de viaje, el narrador cuenta los hechos del pasado en los que intervino, pero también deja regis- tro, en distintas oportunidades, del momento del recuerdo y de la escritura Bsa referencia se denomina tiempo de la enunciaci6n, es decir, el preciso momento en que el narrador enuncia o manifiesta, a través de la escritura, aquello que recuerda Esto puede observarse en un fragmento del texto de Ulrico Schmidel que leyeron, cuando se refiere a la vida doméstica de las mujeres indias to, y ellas en casa no hacen otra cosa que hilar y tejer el algod6n, guisar la comida y lo que place al marido, o a otros buenos compa- fieros, si son requeridas, pero no quiero hablar mas de ello. | No trabajan en las rozas, ya que el hombre se ocupa del susten- Como es posible ver, el narrador comenta las costumbres femeninas de los maipais que observ6 afios atras en su viaje, pero al final de la oracién hace referencia al acto mismo de escribir el relato. Esa referencia recuer- da al lector la distancia entre el tiempo de los hechos y el tiempo de la enunciacion. El contacto 4 Una de las diferencias fundamentales entre espafoles e indios esti en idioma, como puede observarse en las reiteradas menciones a las distin- Jenguas usadas por los indios que realiza Ulrico Schmidel en el capitu- 17. De ahi, la necesidad de elegir algunos indios que aprendan el es para servir de intérpretes, es decir para traducir de una lengua a otra ‘Ademds de usar seftas y de comunicarse a través de intérpretes, los es- +s toman en préstamo ciertos términos indigenas y los adaptan para abrar aquellos elementos nuevos que no tienen traduccion al castellano, ese modo se explica el numeroso vocabulario proveniente de las len- indigenas que ha pasado al espaiiol Veamos un fragmento del capitulo 44 del texto de Ulrico Schmidel: En el fragmento, se mencionan alimentos tipicos de América, que los europeos no conocian, y aparecen, en consecuencia, palabras nuevas de origen indigena: Esta nacion tiene gran acopio de maiz, mandiotin, mandioca- pepiri, mandioca-poropi, batatas, mani-cazabe, y otras raices que sirven para comer. maiz: es la adaptacion de “mabis' nombre que le daban los indigenas de la isla de Haiti a esta planta mandioca: es la adapiacion del guarani “mandiog”, usado por fos indios de la regién de Paraguay. “Pepina” y ‘poropi” son los nombres guaranies de dos variedades de mandioca batata: e! nombre proviene de la ‘adaptacion del castellano “patata para designar una hortaliza tipica de América mani-cazabe: es el nombre indoamericano usado para nombrar tuna comida propia de los indies, a tortilla de mani La fiesta del maiz, de Diego Rivera. «episodio del primer capitulo leido en el cual el narrador _cantidad de atributos positivos? Menciénenlos. strar la superioridad de los europeos frente alos indios? = Resuman el episodio del capitulo 44 en el que los indiogson manifesta en este mismo capitulo la presencia del _representados como traicineros. {Qué opin les merece la Jos hechos que cuenta y describe? Identifiquen una _valoracin que realiza Schmidel de ese episodio? la posicin de testigo de vista de Schmidel. Realicen un comentario personal acerca de la relacién entre los ‘encuentran en la descripcin de ls indios en el europeos yosindios que plantea Ulric Schmidel en los ds captulos y 1442 (En cual de los dos el narrador les otorga mayor lefdos. 81

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