NARDELITO

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

P

g
i
n
a
1

Cuento n1
NARDELITO

En los alrededores de una gran ciudad, viva cierta vez una mujer viuda que se llamaba Gretonia.
Si bien era de escasa cultura, no le faltaba inteligencia y criterio para desenvolverse en cada una de las oportunidades de
su laboriosa existencia.

Habitaba en una modesta casita un tanto aislada. Viva con ella su nico hijo llamado Nardelito, muchacho obediente y
respetuoso, pero muy tonto.

La pobre mujer pensaba a menudo: Cmo se las arreglar Nardelito cuando yo muera? Cree todo lo que le dicen y es
muy fcil engaarlo. Si por lo menos furamos ricos!

Un da, Gretonia dijo a su hijo:

Nardelito: debo ir al mercado de la ciudad para vender esta pieza de tela. En el corral he dejado la clueca, que esta
empollando. Llvale de comer; pero evita que se entretenga mucho tiempo fuera del nido. De otro modo, los huevos se
enfriarn y se echarn a perder. Si haces todo como es debido, la prxima vez iras t a la ciudad.

Nardelito se puso contento por la promesa de la madre. Asegur que cumplira el encargo con diligencia y atencin y que
en ello pondra sus cinco sentidos. . .
Efectivamente a eso del medioda, el jovencito entro en el corral con un puado de maz. La clueca abandon el nido y se
puso a comer con avidez. Como quedo con hambre, sigui buscando granos por todo el corral, dejando en descubierto los
huevos de su nido.

Nardelito, de acuerdo con la recomendacin de la madre, se dirigi a la gallina y le grit:

Vamos! Basta ya de comer! Los huevos se enfran!
La clueca sigui buscando comida por el corral, y el joven intento conducirla al nido. Con cautela, se le aproxim
cantando:

Gallinita, gallinita.
No me hagas enojar.
Vuelve, vuelve a tu nidito!
Vamos, vulvete a empollar!

La desobediente huy en cuanto Nardelito se le acerc, y ste empez entonces a perseguirla. Despus de varios intentos
de alcanzarla, el perseguidor tuvo una idea desdichada. Para atemorizar al ave y obligarla a volver al nido, se le ocurri
arrojarle un leo. El tiro fue tan certero que la pobre gallina muri del golpe.

Qu hago ahora? se dijo Nardelito; sin la cuecla, los huevos estn perdidos. Para que no ocurra lo mismo con la
gallina muerta, la desplumare y la enfilar en el asador. Por lo menos, cuando vuelva mam encontrar preparada una
buena cena.

Promediaba la tarde cuando un olorcito a carne asada se expanda por todo el mbito de la casa. Nardelito, orgulloso del
asado que estaba atendiendo, pens recibir plcemes y elogios de su mam. Extendi el mantel de los domingos sobre la
mesa, acomod los platos y los cubiertos y, cuando consider que la gallina estaba a punto, la sac del asador y la coloc
en una fuente.

Esta cena debe estar acompaada de una jarra de vino.se dijo Nardelito, y, ni corto ni perezoso, tom una jarra y bajo al
stano. Abri la canilla del vino tinto y esper que el recipiente se llenara. En ese instante oy un ruido de platos rotos.
Qu habr pasado? Ah, debe ser el gato! Seguramente se ha encaramado sobre la mesa y se ha apoderado de la gallina
asada.

Mientras pensaba en todo esto y lo deca en voz baja, Nardelito corri escaleras arriba. En efecto, el gato se haba
apoderado de la gallina y ya se dispona a devorarla.
Con tono persuasivo, Nardelito dijo al ladrn:

Ladronzuelo, ladronzuelo:
T no debes devorar
La gallina de la cena

P

g
i
n
a
2

Que yo estoy por preparar.

Antes de que el joven quitara la presa al pequeo felino domstico y volviera a colocarla en otra fuente cubierta, pasaron
algunos minutos.

Cuando Nardelito baj de nuevo al stano encontr con que est estaba inundado, pero no de agua, sino de vino tinto.
Qu haba ocurrido? Cuando subi de prisa a rescatar la gallina de las garras del gato, haba dejado abierta la canilla del
tonel.

Qu hacer ahora? se dijo el infeliz, y al pronto se le ocurri remediar tanto el desastre echando aserrn sobre el vino.
Subi de nuevo y volvi con un saco, cuyo contenido vaci sobre el piso en la penumbra del stano.
Cuando se dispuso a plegar el saco vaco, Nardelito advirti que ste no era el de aserrn sino el de harina. Su
desesperacin fue grande. Se ech de bruces sobre la cama y llor amargamente. Al cabo de media hora se qued
dormido.

Cuando volvi la madre, al sentir tan fuerte olor de vino y al ver al hijo dormido en pleno da, crey que ste se haba
emborrachado. Lo sacudi violentamente y advirti que el jovencito haba estado llorando.

Qu te pasa, hijo? pregunt asustada, la buena mujer.
Todo me sale mal, mamita. Di de comer a la gallina y sta no quiso volver al nido. Quise obligarla y le arroj un leo,
con tan mala suerte que la mat. Ya que se perdieron los huevos que estaba empollando, trat de aprovechar la gallina. La
desplum y la enfil en el asador. Pens prepararte una rica cena y tend el mantel. Coloqu la gallina asada en una fuente,
entr dos platos. Baje al stano a llenar una jarra de vino tinto. Mientras sta se llenaba o un ruido de platos rotos. Era el
gato qu se haba encaramado sobre la mesa y, al arrastrar la gallina, haba roto la fuente. Mientras persegua al gato y le
quitaba la presa, la canilla del tonel segua abierta. Me haba olvidado de cerrarla. Al bajar al stano vi que ste estaba
inundado. Vine a buscar el saco de aserrn para echar el contenido sobre el piso mojado por el vino. Despus me di cuenta
que haba tomado el saco de la harina en lugar del saco de aserrn.
!Bueno, hijo; no es para desesperarse! Una desgracia puede ocurrirle a cualquiera.
Pero es que son muchas desgracias juntas, mamita! Yo quiero morirme! Todo me sale mal!

La madre trat de consolar a aquel hijito de buen corazn, pero no tuvo xito. En efecto ste insista en que quera
morirse. En un descuido de la buena mujer se introdujo el en horno, de modo que cuando ella meti ramas en l para
calentarlo, advirti que el joven estaba all con el propsito de dejarse quemar. El corazn de la pobre madre se conmovi
al comprobar el mal efecto que los desaciertos producan en su hijo. Para animarlo, le propuso comer la gallina, y mientras
cenaban, le habl del mercado de la ciudad.

Hoy he vendido a buen precio la pieza de tela que llev. Maana podras ir t a vender la otra pieza que he tejido, Qu
te parece?

Nardelito salto de contento y corri a besar a su mam.

Al da siguiente, la madre entreg a Nardelito una pieza de tela y le dijo:
Pon atencin que se te acerquen en el mercado. Debes saber hijo mo, que hay buena gente y tipos embrollones. Los
deshonestos y engaadores son los que hablan mucho. Cudate de ellos. Hay refrn que dice: Quien mucho habla mucho
engaa.

No temas, mam; nadie me engaar. Me alejar de los charlatanes.

Al da siguiente el nio se levant temprano y parti.
Una vez en el mercado de la ciudad, Nardelito anunci su tela entre la multitud:

Vendo una pieza de tela! Quin me compra esta hermosa tela tejida a mano?
Un hombre se le acerc y le pregunto:

Es realmente una tela tejida a mano la que vendes? Cunto mide? Qu precio tiene?
Amigo mo respondi Nardelito, hablas demasiado. Quien mucho habla mucho engaa.

El hombre crey que se trataba de un loco y se alej.

Una seora que oy pregonar una tela tejida a mano pregunt:

P

g
i
n
a
3


Me permites examinarla? Cunto mide? Cul es el preci?
Mucha charla, seora, la suya. No quiero relaciones con charlatanes.

Durante todo el da, Nardelito estuvo ofreciendo su mercadera y alejando, luego, a los posibles compradores. Haba
interpretado las recomendaciones de su madre de tal manera que todos le parecan excesivamente habladores, y, en
consecuencia, engaadores.

Desilusionado por su fracaso como vendedor, al anochecer el joven emprendi el regreso. Al pasar por un palacete
rodeado de un parque, se sent a descansar sobre el muro bajo que lo separaba del camino. Al cabo de un rato distingui
entre unos arbustos del parque a un hombre que permaneca quieto y mudo. Lo mir largamente y pens:

Este hombre debe ser muy honesto. No habla si no es interrogado. Decidi ofrecerle la tela y se acerc a los arbustos.
Quieres comprarme una pieza de tela?

Como no obtuvo respuesta, Nardelito confirm su opinin de que se trataba de un hombre de pocas palabras.

Se trata de una tela tejida a mano

Insisti el joven, ya convencido de la honestidad de aquel posible comprador.
Pero la oferta tampoco mereci respuesta. Es que no se trataba de un hombre si no una vieja estatua, a la que la humedad
haba cubierto de musgo.

Ya que demuestras ser hombre de pocas palabras, considero que eres el cliente que me conviene dijo el vendedor.

Como tampoco obtuvo respuesta, al buen Nardelito se le ocurri la idea de dejar a aquel cliente la pieza de tela, para que
pudiera examinarla.

Comprendo dijo, colocando la tela sobre un brazo de la estatua. Querrs, seguramente, examinarla a la luz del da. Y
bien, te la dejo. Maana vendr a tratar el precio.

Cuando Gretonia vio llegar a su hijo sin tela y sin dinero, exclam:

Lo tengo merecido! Este hijo mo no hace nada a derechas.
No creas, mam replic Nardelito; te aseguro que aquel hombre era de tan pocas palabras que ni siquiera respondi a
todas mis preguntas. Estoy seguro de que es un hombre honesto y justo. Maana ir all y seguramente me pagara un buen
precio por la tela.

A la maana siguiente, el jovencito se levant temprano y, sin despedirse de la madre, que dorma aun, se dirigi al
palacete en cuyo parque se hallaba el cliente mudo. Se acerc a la estatua y advirti que la tela no colgaba de su
brazo. Claro!: un viandante se la haba llevado en cuanto Nardelito se alej de all.

Veo que la tela te gusta dijo ste a la estatua, ya que la guardaste. Como no recibi respuesta, insisti:
Si es as como yo creo, debes pagarme un justo precio por ella.

Al ver que aquel cliente segua sin responder, Nardelito perdi la paciencia. Recogi una gruesa piedra, y en tono
amenazador, agrego:

Si no pagas o no me devuelves la tela, te costar muy caro,
En el colmo de la irritacin, el joven lanz con fuerza la piedra contra la estatua. Esta, que estaba sostenida por un dbil
pedestal carcomido, se derrumb, dejando un hueco en la base. Dentro de ste hueco Nardelito vio una pequea tinaja.
Levant la tinaja y exclam:

Cuntos botones dorados! Y son parecidos a los que guarda mi madre en el cajoncito secreto del armario! Mam se
pondr contenta al recibir tantos botones. Ella los aprecia mucho. Ya deca yo que este hombre de pocas palabras deba
ser un buen comprador!
Al llegar a su casa, Nardelito entreg la tinaja a la madre diciendo:

Aqu tienes, en este cantarillo, un montn de esos vistosos botones dorados que tanto te gustan. No te parece que he
obtenido un buen precio por la pieza de tela? Tengo la impresin de que esta vez no tendrs ningn motivo para quejarte
de m, como lo has hecho otras veces. . .


P

g
i
n
a
4

Cuando Gretonia vio aquel montn de monedas de oro, pens que la tinaja debi haber sido enterrada tiempo atrs. Por el
relato de su hijo se dio cuenta de que se trataba de un tesoro oculto. Por fin Nardelito haba sido favorecido por la suerte!

La buena mujer guard en el cajoncito secreto aquellas monedas que su hijo crea que eran botones, pero enseguida pens
que el hallazgo se difundira por la vecindad. Intil aconsejar discrecin a aquel hijo suyo, tan tonto. Qu hacer? Se le
ocurri una idea: orden a Nardelito que se apostara delante de la puerta para llamar al vendedor de requesn cuando ste
pasase. Ella subi al techo de la casa y empez a lanzar puados de higos secos y pasas de uva.

Llueve, mam! Caen higos y pasas de uva! exclamo el joven.
Bajo enseguida para ayudarte a recogerlos respondi Gretonia

Das despus dos hombres se pusieron a discutir la posesin de una moneda de oro que haban encontrado frente a la casa
de Nardelito. Este vio que se trataba de uno de los botones dorados que l haba trado en la tinaja repleta, y grit:

Tanta alharaca por un botn dorado! Yo halle una tinaja llena!
Dnde encontraste esa tinaja?
Pregunto uno de los hombres
Me la dio un caballero. Creo que es el dueo del palacete de las afueras. La tinaja estaba enterrada. . .

Nardelito iba a completar su relato, pero vio que los dos hombres se alejaban apresuradamente.

Al da siguiente el joven fue citado por el juez. Los dos hombres lo haban denunciado. Deba dar cuenta del tesoro que
deca haber obtenido de un caballero.

Es verdad que un caballero te dio una vasija con monedas de oro?
Pregunto el juez, mirando con severidad al amedrentado Nardelito.
No, seor juez respondi ste con un murmullo, slo fue una tinaja con botones amarillos.
Botones? Cundo sucedi eso?
En vsperas de la lluvia extraa.
Qu lluvia?
La tremenda lluvia de higos y uvas pasas, que se produjo hace varios das, nunca he visto otra igual. Cayeron tantos higos
ese da, y tantas uvas pasas del cielo, que mi madre y yo tuvimos que abrir el paraguas. . .
Basta! grit el juez. Este muchacho es tonto de remate. Y vosotros dijo a los denunciantes seris multados por
denuncia falsa y por traer cuestiones que implican una falta de respeto a la justicia.

Nardelito no comprendi; pero la astuta Gretonia, que haba entendido demasiado bien, sali del juzgado arrastrando a su
hijo de un brazo, felicitndose por el inesperado final del juicio.


Cuento n2 Aladino y la lmpara maravillosa

Aladino era un joven que viva en Oriente Medio. Al morir su padre, su madre tuvo que trabajar sin descanso mientras
su hijo creca en las calles sin oficio.
Un da en el mercado, un anciano le pregunt por su padre, y al saber de su muerte llor y le dijo:
- Soy tu to Salim hermano de tu padre. Llvame ante tu madre.
Salim haba mentido, no era to de Aladino, sino un mago africano.
Aladino lo llevo a su humilde casa y su madre no tena qu darles de comer. El mercader les dio unas monedas y les
ofreci ayuda porque deca ser muy rico.
-Que oficio tienes? - le pregunt al muchacho y este no supo que decir; entonces su mam contest:
- No sabe nada, solo anda por las calles con sus amigos.
-Pero esto no est bien! Ven conmigo a la India y te ayudar a poner una tienda de ricas telas.
Por la maana, partieron en camellos. Viajaron hasta la noche y el mago pidi a Aladino que recogiera lea para el
fuego:
-Ve y luego te revelar un secreto. - dijo el viejo.
Al rato frente a una enorme fogata el mago comenz a pronunciar palabras mgicas y extraas... De repente del
fuego, sali una puerta de loza amarilla! Aladino atemorizado quiso huir pero el mago le orden:

P

g
i
n
a
5

-Abre la losa, no te pasar nada y sers recompensado! Baja y atraviesa un jardn. Al final hallars una lmpara de
aceite colgada. Tremela! Pero no toques nada ms. Aladino encontr la lmpara y dentro de ella un anillo que se puso
en el dedo. Al regresar se llen los bolsillos de piedras preciosas que pendan de los arbustos del jardn. Cuando quiso
salir del pozo el mago no quiso ayudarlo, solo quera que le d la lmpara. Aladino le suplic que lo sacara, pero el mago
se puso furioso y le dijo que antes de sacarlo prefera perder los poderes de la lmpara y de un golpe cerr la pequea
puerta. Entonces todo fue oscuridad y fro y el pobre joven comenz a frotarse las manos para darse calor y como una
nube de luz sali del anillo; era un genio que le dijo:
- "Amo har lo que me ordenes" y sin pensarlo mucho Aladino le pidi que lo llevara a la casa de su mam. En pocos
segundos aparecieron all y le cont lo sucedido a su madre, sta muy triste dijo:
- Hijo no s qu hacer, ya no queda dinero ni para la comida... El genio del anillo que estaba oyendo todo se disculp:
- No puedo hacer nada al respecto, solo puedo llevarte de un sitio a otro.
La madre entonces decidi vender la lmpara y comenz a frotarla con un pao para limpiar la suciedad. De repente
apareci un horrible genio que con una voz espantosa dijo:
-Soy el esclavo de la lmpara .Ordenen y obedecer. A partir de ese da a Aladino y su madre no les falt nada.
Aladino comenz a aprender el oficio de comerciante y un da paseando por el mercado vio pasar a la hermosa hija del
sultn quien lo enamor con solo una mirada. Al llegar a su casa el joven pidi a su madre que llevase las piedras
preciosas que haba recogido en el jardn y que le pidiese la mano de su hija para poder casarse con ella. La mam trat
de convencer al sultn pero este le propuso: - Si tu hijo construye antes de maana un esplndido palacio, consentir
esta boda. Aladino ansioso le pidi al genio de la lmpara que levantara un palacio de mrmol y piedras preciosas, con el
jardn ms bello de todos. Al da siguiente el sultn qued impresionado al ver tal palacio y
concedi la mano de su hija al muchacho. En pocos das se casaron y comenzaron una vida muy
feliz.
Pero en frica el viejo mago se enter de que Aladino no haba muerto y furioso emprendi su
regreso para buscar la lmpara maravillosa. Al llegar compr lmparas nuevas y las llev al
palacio:
- Quin cambia lmparas nuevas por viejas? - iba gritando por las calles. La princesa que estaba
en el balcn ofreci la vieja lmpara de Aladino al anciano. Al anochecer el mago hizo aparecer al
genio y le orden:
- Deseo que me lleves, junto al palacio y la princesa, al frica. El genio arranc el palacio y lo llev en sus brazos
rpidamente.
El sultn al enterarse sospech de Aladino, entonces este tuvo que contarle a su suegro su desgraciada aventura:
- Te perdonar la vida si antes de cuarenta das y cuarenta noches me traes a mi hija. - le dijo el sultn. El joven estaba
desesperado, pero se acord del genio del anillo y lo hizo aparecer y le orden que lo llevara junto a la princesa. Casi sin
darse cuenta, aparecieron en frica. El joven encontr a su esposa llorando. Lleg hasta ella y le cont lo sucedido.
- Dnde est la lmpara ahora?- pregunt a la princesa.
Y ella respondi que el malvado mago no se separaba ni un segundo de ella.
Entre los dos elaboraron un plan: ella se puso hermossima e invit al mago a cenar y cuando este se entretuvo
tomando una copa de vino Aladino aprovech para recuperar la lmpara y lanz al viejo por el balcn. Luego hizo
aparecer al genio y le orden que los devuelva a Oriente junto al palacio.
El sultn y la mam de Aladino abrazaron felices a sus hijos al verlos llegar.
Organizaron una semana entera de festejos...Aladino lleg a reinar en Oriente y fue feliz con la princesa por mucho
tiempo.





P

g
i
n
a
6

Consignas de trabajo:
1- Lean los dos cuentos y luego realicen estas actividades en sus carpetas.
2- Escriban brevemente la historia de Nardelito.
3- Relean lo dictado en la carpeta y respondan si es un cuento popular porque: (marcar Verdadero o Falso)
V F
a- No precisa el tiempo ni el lugar donde ocurren los hechos:
b- Se usan frmulas y repeticiones
c- Es un relato annimo
4- El narrador est en 1 o 3 persona? Den un ejemplo del cuento.

5- Acciones: respondan si en el cuento de Aladino se dan estas acciones y quines las realizan.
Uno de los miembros de la familia se aleja de la casa: quin?
Recae una prohibicin sobre el protagonista: qu se prohbe?
El agresor daa a uno de los miembros de la familia: a quin daa el agresor?
Uno de los miembros de la familia tiene ganas de poseer algo: qu objeto se desea y quin lo desea?
Se consigue el objeto deseado qu objeto se consigue?
Se vuelve a buscar el objeto deseado qu objeto se recupera?
El dao es reparado cmo se repara el dao?
El protagonista se casa y asciende al trono quin se casa y asciende al trono?

También podría gustarte