Citrus Tristeza Virus - 2011 PDF
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En México, uno de los síntomas característicos del CTV es la pérdida de vigor del árbol (Fig. 4c), en estudios realizados por
el GIIIC en el 2003 en Tamaulipas, se diseñó una escala diagramática para medición de severidad en árboles a causa de
CTV bajo las condiciones de México. La escala consta de seis niveles que van de sano hasta 100% de severidad por pérdi-
da de vigor (Fig. 5).
Figura 5. Escala diagramática nominal para diferentes grados de severidad de Citrus Tristeza Virus (CTV) en naranjo dulce cv. Va-
lencia/naranjo agrio. Tamaulipas, 2003. GIIC-CP. No publicado.
Detección A este anticuerpo adsorbido se le agregará un antígeno al
cual atrapará y será detectado por otro anticuerpo conjuga-
Caracterización de aislamientos del CTV do y marcado con una enzima. El diagnóstico se hará con
la adición de un sustrato específico a la enzima y un cam-
A partir de que se demostró que la tristeza de los cítricos es bio de color revelará la presencia del virus objetivo (Fig. 6).
causada por un virus, se estableció la teoría de la existen-
cia de diferentes aislamientos en el campo, sobre todo Caracterización molecular
cuando en 1948, Grant y Costa tomaron material infectado El estudio en la variabilidad de los virus es de particular
pero sin síntomas aparentes de cinco árboles de un mate- importancia en el manejo y entendimiento de la enfermedad
rial tolerante (Caipira) e inocularon plantas injertadas sobre puesto que determina entre otras cosas la tasa de disper-
patrones tolerantes y susceptibles. Los materiales toleran- sión y el resultado del proceso patológico. Dada la necesi-
tes no mostraron síntomas, mientras que los susceptibles dad de identificar aislamientos que puedan pertenecer a
manifestaron diversas alteraciones a excepción de algunos, una variante específica, se han generado métodos molecu-
lo cual llevó a suponer la existencia de aislamientos seve- lares que estudian el genoma del virus.
ros y no severos. Posteriormente, estas mismas plantas
establecidas sobre patrones susceptibles que no mostraron A continuación se enlistan algunos métodos empleados
síntomas fueron infectadas recurrentemente con áfidos y para la detección de CTV a nivel molecular:
con material con síntomas severos a pesar de lo cual no Extracción de RNA
mostraron síntomas, por ello, se sugirió un efecto de pro-
Reacción en cadena de la polimerasa (PCR)
tección cruzada hasta entonces desconocido (Grant y Cos-
ta, 1950). Los resultados de este trabajo fueron la base pa- Análisis de la cadena doble de RNA (dsRNA)
ra que Olson (1956), demostrara con mayores fundamentos Análisis de la conformación polimórfica de la cadena
la existencia de diferentes aislamientos del CTV, además sencilla de DNA (SSCP)
de establecer que este virus no guarda relación alguna con Hibridación con sondas
la cachexia, exocortis y psorosis.
SSCP (Análisis de la conformación polimórfica de cade-
El estudio de la variabilidad es uno de los aspectos más na sencilla)
importantes en la virología, debido a que los aislamientos
difieren en su severidad y agresividad, también que dichos Durante muestreos realizados por el GIIIC en 2010, se co-
aislamientos pueden mutar para romper la resistencia de un lectaron 87 muestras de árboles positivos a CTV por inmu-
cultivo a la infección y desarrollo de la enfermedad. Para la noimpresión, se descortezaron y se conservan en congela-
caracterización de los aislamientos, se utilizan criterios es- ción a -80oC, hasta su procesamiento para la extracción de
tructurales, biológicos, serológicos y moleculares en los que RNA total y RT-PCR para amplificar parte del gen P25 de la
se emplean diferentes elementos. capa proteica.
Figura 7. Electroforesis en gel de agarosa de productos de PCR de parte del gen P25 de la capa proteíca del CTV (273 pares de
bases-pb) amplificadas a partir de muestras de cítricos previamente detectadas positivas por inmunoimpresión, originarias de la Penínsu-
la de Yucatán (GIIIC, 2010).
Figura 8. SSCP de aislamientos de CTV originarios de Yucatán 2009-2010. a) Carriles: 1: Control positivo (C+), 2: Aislamiento severo
(T-36), 3: Aislamiento moderado (T-30), 4: 76, 5: 75,6: 45, 7:44, 8: 43, 9: 42 10: Marcador Molecular (MM) 50 pb. Poliacrilamida 12% 200
v 150 min. b) Carriles: 1: C+, 2: T-36, 3: T-30, 4: 74, 5:73, 6: 3, 7: 71, 8:70, 9: MM 50 pb, 10: 69. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min.. c)
Carriles: 1: C+, 2: T-36, 3: T-30, 4: 31,5: 30, 6: 29, 7:28, 8: MM 50 pb, 9: 53, 10: 79. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min. d) Carriles: 1: C+,
2: T-36, 3: T-30, 4: 2, 5: 65, 6: 62, 7: MM 50 pb, 8: 61, 9: 49, 10:48. Poliacrilamida 12% 200 v 150 min ().
Morfología y una helicasa (Fig. 9). Otros dos ORF producen proteínas
de la capa proteica (CP1 y CP2) traducidas vía RNA sub-
El CTV pertenece a la familia Closteroviridae, mide 2 000 genómico (RNAsg), una que regula la acumulación de ca-
nm de largo por 10 a 12 nm de diámetro. Es el virus más denas positivas de RNA (p23) y varias de función descono-
largo que se conoce en la naturaleza. Su presencia en las cida. Además de los ORF hay dos regiones no traducibles
plantas está limitada a los tejidos del floema (Febres et al., de 107 pb y 273 pb en las regiones terminales 5’ y 3’, res-
1996; Matthews et al., 1997, Mehta et al., 1997). pectivamente. El extremo 3’ es el más conservado con más
del 97% de similaridad entre aislamientos de diferente pro-
Genoma del CTV cedencia, mientras que el extremo 5´ es de 44 % (Karasev
El CTV está constituido por una cadena molecular simple et al.,1995; Ayllón et al., 1999; Karasev, 2000; Ayllón et al.,
de ácido ribonucleico (RNA) de 19.3 kilobases (kb), de for- 2001; Satyanarayana et al., 2002).
ma filamentosa, con 12 marcos de lectura abierta (ORF),
los cuales pueden codificar al menos 17 proteínas. Los
ORF 1a y 1b son traducidos directamente del RNA genómi-
co por un mecanismo de cambio de marco de lectura y pro-
cesamiento de la poliproteína viral, generando una polime-
rasa dependiente de RNA, dos proteasas tipo papaína, una
metiltransferasa
Figura 6. Organización y mecanismos de expresión genómica del CTV, los rectángulos a diferente altura indican marcos abiertos de
lectura (ORF), las flechas verticales indican puntos de corte de la poli-proteína, mientras que la flecha horizontal indica el punto de cam-
bio de ORF. P-PRO= Proteinasa tipo papaína, MTR-1= Metiltransferasa. (Basado en: Doljia et al., 1994; Karasev, 2000).
Figura 13. Sistema epidemiológico de interacción planta, patógeno, vector y manejo y clima (GIIIC-CP, G. Mora).
Procesos espacio-temporales dependencia espacial de 168 m en el sentido de la hilera y
de 24 m entre hileras (Fig.14), estudios posteriores realiza-
Estudios formales de epidemiología se iniciaron en México dos por Ruiz-García et al. (2005), así como por Góngora-
en huertas comerciales de cítricos en Tamaulipas. Loeza- Canúl et al. (2004) encontraron resultados similares de
Kuk (2003) ha generado aportaciones importantes, relacio-
agregación, con una dependencia espacial en el sentido de
nadas con el comportamiento de las epidemias de la triste-
za de los cítricos. Se identificó el patrón de dispersión espa- la hilera de primer orden y discontinua hasta el orden 86 y
cial del CTV en ausencia de T. citricida, mismo que corres- entre hileras, continua de orden cuatro y discontinua hasta
pondió a una forma agregada (Cuadro 2), con una el orden 50.
Cuadro 2. Índices de agregación y resultados de análisis autocorrelativos para un lote de 2477 árboles de naranja valencia (C. sinen-
sis)/naranjo agrio en un tamaño óptimo de 16 árboles por cuadrante (8x2 en dirección del surco NO-SE).
En Nuevo León, Silva-Vara et al. (2001), realizaron un siendo A. spiraecola el áfido más abundante y en ausencia
muestreo en tres huertas comerciales en 1995, detectando de una estrategia de erradicación (Silva et al., 2001).
47 árboles positivos a CTV distribuidos al azar, que fueron
erradicados en 1996, de un total de 18,950 árboles evalua- Mecanismos de movimiento o dispersión
dos (0.25% de incidencia). En los tres años posteriores, se
encontraron cinco árboles positivos adicionales. De los 52 Al igual que todas las especies del género Closterovirus, el
árboles positivos al virus 35 se identificaron como severos CTV únicamente es transmitido en forma natural por áfidos
por su reacción positiva al anticuerpo MCA13. en una forma semipersistente y arficialmente mediante in-
jerto. Aunque varios de los closterovirus son transmisibles
Loeza-Kuk (2006) identificó que la incidencia inicial (Y0) y por inoculación mecánica, en el caso del CTV este método
la incidencia de nuevos árboles infectados (Y1) fue diferen- da pocos resultados.
te en cada huerta. La huerta TH1 tuvo valores de
Y0=2.22% y Y1=2.66% con incremento mensual (r) de Las formas de trasmisión más importantes de este virus
0.0493%, mientras que en TH2 Y0=2.54%, Y1=3.35% y son por injerto y por áfidos, siendo esta última la que opera
r=0.0675, la mayor aparición de nuevos árboles infectados en el incremento absoluto de la intensidad de la enferme-
(Y1) observada en TH2, podría deberse a las especies de dad en campo. La transmisión del virus por Toxoptera citri-
pulgones presentes y su abundancia, así como a la mayor cida (Kirk.) fue demostrado por primera vez por Meneghini
proximidad de los árboles (8x6), ya que Y0 fue similar entre en 1946 y desde entonces se ha reportado su transmisión
ambos huertos al inicio del estudio. La dispersión de la en- por otras cinco especies de áfidos T. aurantii (Fonsc.), Ap-
fermedad a partir de los árboles infectados en la huerta his gossypii (Glover), A. craccivora (Koch), A. spiraecola
TH1, es ligeramente similar a la observada en huertas del (Patch.) y Uroleucon (Dactinotus) jacae (L.) (Raccah et al.,
estado de Nuevo León, con incidencia inicial de 4.34% y un 1976; Bar-Joseph et al., 1977; Hermoso de Mendoza et al.,
incremento de 0.27% después de tres años de dispersión, 1984; Yokomi et al., 1989; Yokomi et al., 1994).
A B C
Figura 14. Cambios en la distribución y dispersión de árboles positivos al Citrus Tristeza Virus (CTV) en huertas de Tamaulipas (TH1
y TH2) y Yucatán (YH1). (A) TH1 (octubre 2001 a junio 2002) y B) TH2 (febrero 2003 a enero 2004); c) YH1 (mayo 2003 a marzo 2006).
Estas especies ya se han reportado en las principales re- Por ser de transmisión semipersistente, el tiempo mínimo
giones citrícolas de México (Mora et al., 1997; Cisneros- para la adquisición del virus por áfidos no virulíferos es de
Hernández, 2003; Villegas, 2003). T. citricida posee un lu- una hora, capacidad que aumenta al incrementarse el tiem-
gar especial en las epidemias de CTV, ya que se menciona po de alimentación. En el caso de T. citricida, la capacidad
como el vector más eficiente de varios aislamientos del máxima de transmisión se logra con cuatro horas de ali-
CTV, además de tener la capacidad de seleccionar aisla- mentación; mientras que para A. gossypii se requieren seis
mientos severos (Rosner et al., 1986; Broadbent et al., horas (Bar-Joseph et al., 1977). Para trabajos experimenta-
1996; Halbert et al., 2003); sin embargo, también A. gossy- les se recomienda un período de alimentación de 24 a 48
pii ha mostrado ser un vector eficiente, incluso para algu- horas utilizando 100 individuos para asegurar la transmi-
nos aislamientos severos (Raccah et al., 1976; Roistacher sión, se menciona que después de alimentarse por 24
et al., 1984; Ballester-Olmos et al., 1993; Yokomi et al., horas en una planta sana, los áfidos pierden la capacidad
1994). de transmisión. Por otro lado, es necesario un periodo míni-
mo de 5 días después de la transmisión para que una plan-
ta sirva como fuente de inóculo (Hermoso de Mendoza et
al., 1984).
Tasas epidemiológicas IMPORTANCIA DE LA PLAGA
La dispersión primaria de CTV en una región o país, gene- El CTV es considerada la enfermedad de mayor importan-
ralmente se debe al empleo y movimiento de material vege- cia económica, ya que ha causado la eliminación de más
tal infectado, llevado a cabo por el hombre, mientras que la de 116 millones de árboles a nivel mundial (Sánchez-
secundaria, una vez que el virus se ha establecido, ocurre Anguiano, 2003). Esta enfermedad provoca diferentes gra-
principalmente por la áfido-fauna de la región (Mora et al., dos de afectación, que depende de la combinación injerto/
1997; Mora et al., 2003). portainjerto que se presente (Garnsey et al., 1987). La gam-
ma de síntomas incluye: declinamiento de árboles y muer-
La velocidad de dispersión secundaria, su efecto en las te, picado de tallo (formación de hileras longitudinales en
tasas de infección aparente (procesos temporales) y en las las ramas y tronco del árbol), amarillamiento de las plántu-
tasa de dispersión y patrones espaciales varía entre hospe- las, característico de inoculaciones efectuadas en inverna-
dantes y sus combinaciones, así como entre aislamientos. dero, aclaración de nervaduras y enanismo (Garnsey et al.,
No obstante, también está determinada por la especie del 1987).
vector predominante en el área. Se ha observado que T.
citricida necesita de dos a seis años para producir una inci- a. Importancia de la citricultura en México
dencia del 95% de la enfermedad (Gottwald et. al., 1997).
Por el hábito colonizador del pulgón, la infección ocurre en Los cítricos, con la predominancia de la naranja, limón per-
los árboles adyacentes o inmediatos a un individuo inicial- sa y limón mexicano, representa uno de los hospederos
mente infectado. Cuando el vector es A. gossypii, la misma cultivados de alto riesgo de inducción epidémica, indepen-
incidencia se alcanza a los 8-15 años y el patrón de distri- dientemente del agente causal,debido a su abundancia y
bución no se da necesariamente al árbol adyacente, pues distribución nacional, desarrollo en diversas condiciones
esta especie generalmente es migratoria y no forma colo- climáticas, condición perenne y propagación vegetativa.
nias en los árboles (Marcus et al., 1984; Gottwald et al., Fuera de México, a nivel continental, los cítricos también
1997; Mehta et al., 1997). Con base a este comportamiento tienen una alta presencia a nivel comercial, traspatio y or-
espacial, principalmente para las condiciones de España, namental. Todo lo anterior favorece la disponibilidad y pre-
se ha generalizado la idea de que las epidemias progresan valencia de inóculo potencial y eventualmente la inducción
en forma aleatoria en ausencia de T. citricida. de procesos epidémicos. En términos socio-económicos,
con estimaciones del 2008-2009, el valor de la producción
Para los estudios espaciales se utilizan parámetros que citrícola global en México fue de $ 10,206,000,000.00 obte-
indican la distribución y direccionalidad de la enfermedad nidos de un total 536,831 ha y la generación de empleos
en la población como son: directos fue de 57,975,400 jornales (IICA, 2010). Los cítri-
cos poseen mas de 8 plagas de interés regulatorio de los
Indices de agregación. Índice de Morisita (Ig) e índice cuales 4 estan presentes en México. A partir de 2000, con
de Lloyd la detección de Toxoptera citricida, el ingreso, dispersión y
Análisis autocorrelativos. establecimiento de estas plagas se sido acelerado lo cual
sugiere que factores climáticos, comerciales y productivos
El movimiento de T. citricida en el continente americano es son favorables para la movilidad de estas plagas lo que
de Sudamérica hacia el norte, llegando a México en el año justifica su vigilancia.
2000 a los estados de la península de Yucatán. La presen-
cia de este áfido presupone un riesgo para la citricultura b. Estrategias de manejo
mexicana, puesto que es más eficiente en la transmisión de
algunos aislamientos severos de CTV comparado con A. Exclusión
gossypii. Además, por sus altas tasas de reproducción, al Bajo el principio exclusión existe un conjunto de normas
establecerse desplaza fácilmente al resto de las especies (NOM’s) que regulan los procesos en materia de sanidad; a
que comúnmente colonizan a los cítricos (Lee et al., 1996). continuación se enlistan las acciones emprendidas por SE-
NASICA-DGSV correspondientes a la normatividad aplica-
ble en material de cítricos en general o específicamente
aplicable al CTV (Cuadro 3).
Cuadro 3. Acciones coordinadas por SENASICA-DGSV en materia del principio de exclusión de plagas de interés regulatorio en
México. .
7. Riesgo Fitosanitario
REPORTE EPIDEMIOLOGICO
A nivel nacional, la dispersión del CTV en México presenta
dos focos o frentes principales, la región de la Península de
Yucatán y la región del Pacífico. En estos dos frentes se
concentran el 63% del total de los positivos reportados por
el sector oficial (Fig. 18).
Los estados que conforman estas regiones cuentan con Figura 19. Gráfico de número de positivos (CTV) anuales a nivel nacio-
una superficie considerable de la especie citrícola de mayor nal de 1999 a 2008. (GIIIC-CP, 2011 con datos de SENASICA).
susceptibilidad reportada en la literatura, naranja dulce. Sin
embargo, esta consideración no aplica para el caso de Ve- En 2009 el GIIIC estudia los procesos de dispersión del
racruz, quien ocupa el primer lugar en producción de naran- CTV en la Península de Yucatán, como parte de los traba-
ja a nivel nacional y solo reporta hasta el 2007 un total de jos de regionalización realizados anteriormente. Con infor-
123 árboles positivos al virus. mación histórica generada por los Comités Estatales de
Sanidad Vegetal, se realiza un mapa de riesgo por métodos
interpolativos, en los que se ubica a los municipios de ma-
yor riego potencial por CTV, como parte de la primera fase
del estudio de regionalización (Fig. 20).
Figura 22. Huerta San Manuel 2, Mpio. Kinchil Yucatán: a) mapa de dispersión espacial de árboles positivos
a CTV; b) mapa de isolíneas; c) tasa de incidencia de árboles positivos a CTV en Yucatán (2005-2011).
En términos de árboles positivos por detecciones confirma- En general, las epidemias de CTV han sido variables (Fig.
das, los reportes muestran en el 2006 un mayor número de 24) en las diferentes zonas en las que se ha reportado en
árboles positivos a CTV (1,430) que corresponden al 49.4% cuento a su comportamiento y dependen en gran medida
del total de los positivos reportados (2,973 árboles positi- de la eficiencia de los vector para transmitir el virus, de las
vos). Mientras que el 2007, que en términos de incidencia a condiciones del hospedante y del clima y manejo como fac-
nivel municipio representó el año de mayor dispersión, los tores que permiten el movimiento o dispersión de la enfer-
datos reportan sólo 173 árboles positivos (6%) (Fig. 23). medad.
Figura 23. Municipios con CTV en la península de Yucatán de 1999 a 2007 (GIIIC-CESV’s
península).
Anexo 1. Detecciones históricas y positivas a CTV en entidades citrícolas de México desde 1999 a 2008.
Estado 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Total
Baja California N 115 - - 6 134 18 22 - - - 295
Baja California S - - - - - - - 11 - - 11
Colima 1 - - - 13 - 3 6 102 75 200
Campeche - 19 22 23 4 257 122 - - - 447
Guerrero - - - - 1 - 4 710 - 45 760
Hidalgo - - - 16 4 - 9 354 199 15 597
Jalisco - - - 8 36 188 899 96 2,051 121 3,399
Michoacán 9 8 37 18 - 5 9 - 57 - 143
Morelos - 5 - - 3 43 - 36 842 158 1,087
Nayarit - - - 6 2 23 8 29 1,034 50 1,152
Nuevo León 48 17 460 58 3 33 2 4 - 12 637
Oaxaca - - - - 6 39 169 50 121 376 761
Puebla - - - 9 1 114 394 43 266 478 1,305
Quintana Roo 18 20 - - - - 43 16 29 5 131
San Luis Potosí - - - - - - 85 16 - 8 109
Sonora - - - 8 3 62 1 16 219 144 453
Tabasco - - - - - 8 122 100 22 - 252
Tamaulipas 1 - 1 21 237 327 30 4 225 24 870
Veracruz 53 1 7 15 11 1 3 - - 35 126
Yucatán - 25 5 2 - 7 19 - 1,676 1,779 3,513
Total 245 95 532 190 458 1,125 1,944 1,491 6,843 3,325 16,248
Fuente: Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) 2011.