Apuntes Unidad 2

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Prevención y protección: bases

estadísticas aplicadas a la prevención


Resultados de aprendizaje previstos
B - Comprender los principios de la prevención y protección.
Definición de los contenidos

Prevención y protección: bases estadísticas aplicadas a la prevención.

Texto claves
2.1. Introducción a la prevención y protección

La prevención de los riesgos laborales ha sido y es una preocupación para los poderes
públicos a lo largo de la historia. Como consecuencia de ello, se han acumulado una
serie de normas, de muy diverso rango y orientación, que han regido las diferentes
acciones preventivas.

Además, la incorporación de España a la Unión Europea, los compromisos contraídos


con la Organización Internacional del Trabajo, así como el mandato constitucional
recogido en el artículo 40.2 de la Constitución Española, que encomienda a los poderes
públicos a velar por la seguridad e higiene en el trabajo, exigen una visión unitaria de la
cuestión, actualizar regulaciones desfasadas y regular situaciones nuevas no
contempladas con anterioridad.

Esta situación quedó solventada con la publicación de la Ley 31/1995, de 8 de


noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Esta Ley, constituye el marco
legal mínimo, a partir del cual, y en coherencia con las Directivas comunitarias, las
normas reglamentarias y otras disposiciones, Decretos y Normas Técnicas de
Prevención, se irán desarrollando y concretando los aspectos más técnicos de las
medidas preventivas.

En cuanto a las diferencias más significativas entre prevención y protección es que, la


primera, actúa sobre el causante, evita o reduce el riesgo. Así, a través de distintas
medidas, se elimina o reduce el riesgo en su punto de origen y, si no es posible, se
adoptan medidas en la vía de transmisión del peligro. La segunda, es decir, la
protección, difiere de la prevención en que no evita el riesgo, sino que trata de reducir
sus consecuencias. Como medidas de protección, se encuentra, por ejemplo, el Equipo
de Protección Individual (EPI) que actúa sobre el trabajador.

Para ejemplificar esto último señalado, podemos utilizar el siguiente enunciado y


medidas a aplicar desde ambos puntos de vista.

Una máquina sobre la que se sienta un trabajador para manejarla, produce un nivel de
vibración superior al máximo permitido:
 Medida de prevención que consigue eliminar el riesgo por completo: sustituir la
máquina por otra que no produzca ninguna vibración. Se actúa sobre el agente
causante de las vibraciones, (la máquina), atacando el riesgo en su origen.
 Medida de prevención, que actúa sobre la vía de transmisión del riesgo: aislar la
máquina, colocando un revestimiento con elementos elásticos que impidan la
propagación de la onda vibratoria, a modo de filtro.
 Medida de protección: proporcionar a los trabajadores EPI: muñequeras, cinturones
lumbares, ropa acolchada, calzado aislante o guantes antivibraciones. No se elimina, ni
se reduce el ruido, sino que se actúa sobre el trabajador y las consecuencias que
puede producir el ruido sobre él.

2.2. La prevención de riesgos laborales

En el ámbito laboral, nos vemos expuestos a una serie de riesgos ante los cuales, se
deben tomar medidas de prevención.

Establecer una política de prevención que permita reducir al máximo las posibilidades
de sufrir un accidente o de contraer una enfermedad derivada del trabajo es uno de los
pilares para garantizar un entorno laboral seguro.

El objeto de la LPRL es promover la seguridad y la salud de los trabajadores, mediante


la aplicación de medidas y desarrollo de actividades necesarias para la prevención de
riesgos derivados del trabajo.

2.2.1. ¿Quién debe aplicar la prevención?

El objetivo que persigue la LPRL se logra a través del conjunto de actuaciones que
deberán realizarse basándose en los principios de eficacia, coordinación y participación
de las diferentes partes implicadas en el tema:

 Empresarios.
 Trabajadores.
 Fabricantes, importadores, suministradores de maquinaria, equipos, productos y útiles
de trabajo.
 Administraciones Públicas (Estado, Comunidades Autónomas).

Además, esta ley no pretende establecer únicamente los derechos y obligaciones de las
distintas partes que intervienen en la relación laboral, sino que persigue fomentar una
auténtica cultura preventiva a toda la sociedad, a través de la promoción de la mejora de
la educación en dicha materia en todos los niveles.

El cumplimiento de las obligaciones de cada uno de estos colectivos, así como el


ejercicio de los derechos de los mismos, que están establecidos por la Ley, supondrá
elevar el nivel de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores.

2.2.2. Empresarios y la prevención de riesgos

El empresario, en materia de prevención de riesgos, está obligado a realizar una serie de


acciones para garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores a su servicio, que se
concretan en:
 Evitar los riesgos
 Evaluar los riesgos
 Planificar y aplicar la prevención

2.2.2.1. Evitar los riesgos

Evitar los riesgos supone proceder a la eliminación de todos aquellos riesgos que sean
eludibles. Esta obligación legal va más allá de la simple actuación a posteriori de
situaciones de riesgo ya manifestadas. El empresario debe planificar la prevención
desde el mismo momento del diseño del proyecto empresarial.

2.2.2.2. Evaluar los riesgos

El segundo paso a realizar por el empresario en su actuación preventiva es evaluar los


riesgos que no se puedan evitar. Para ello, es necesario que responda a las siguientes
cuestiones:

¿En qué consiste?

La evaluación de los riesgos laborales, consiste en el proceso dirigido a estimar la


magnitud de los riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo la información
necesaria para poder tomar una decisión apropiada sobre la necesidad de adoptar
medidas preventivas y, en tal caso, sobre el tipo de medidas que deben aplicarse.

En todo caso, estas medidas preventivas deberán establecer aquellas situaciones en que
sea necesario:

 Eliminar o reducir el riesgo.


 Controlar periódicamente las condiciones, la organización y los métodos de
trabajo y el estado de salud de los trabajadores.

¿Qué se debe evaluar?

A la pregunta de qué se debe evaluar, la respuesta es sencilla: se deben evaluar el


conjunto de las condiciones de trabajo existentes o previstas en cada puesto de trabajo
con riesgo, incluidos aquellos que vayan a ser ocupados por trabajadores de Empresas
de Trabajo Temporal, como:

 Las características de los locales.


 Las instalaciones.
 Los equipos de trabajo existentes.
 Los agentes químicos, físicos y biológicos presentes o utilizados en el trabajo.
 La propia organización y ordenación del trabajo, en la medida que influyan en la
magnitud de los riesgos.
 La posibilidad de que el trabajador que ocupe ese lugar de trabajo sea
especialmente sensible a alguna de dichas condiciones.
¿Cuándo se debe efectuar?

A continuación, en cuanto a la periodicidad de la evaluación de riesgos del puesto o


puestos de trabajo, resulta necesario señalar los siguientes puntos:

 Al inicio de la actividad.
 Cuando haya riesgos que no hayan podido evitarse.
 Cuando se empleen nuevos equipos, tecnologías, preparados o sustancias
químicas, o se modifique el acondicionamiento de los puestos de trabajo.
 Cuando varíen las condiciones de trabajo.
 Cuando se incorpore un trabajador especialmente sensible.
 Cuando se hayan detectado daños en la salud de los trabajadores.
 Cuando se detecte que las actividades de prevención son inadecuadas o
insuficientes.
 Cuando se conozcan nuevas informaciones técnicas o epidemiológicas que
afecten al puesto de trabajo.

¿Quién debe realizar la evaluación de riesgos?

 Empresario
 Trabajador
 Servicio de prevención propio
 Servicio de prevención ajeno

La evaluación de los riesgos deberá ser realizada, en función de la complejidad de la


organización de los recursos preventivos de la empresa, por: el propio empresario, el
trabajador o trabajadores designados por el propio empresario, el servicio de prevención
propio o mancomunado o el servicio de prevención ajeno.

En todo caso, quienes realicen la evaluación deberán tener una formación adecuada.
Así, quienes realicen evaluaciones elementales han de tener una formación básica,
quienes realicen evaluaciones de mayor entidad deberán tener una formación de nivel
intermedio y para evaluaciones más complejas se requiere una formación superior.

Los requisitos de estas calificaciones se contemplan en el Real Decreto 39/1997


(modificado por el), que aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención. Esta
norma fue modificada por el Real Decreto 337/2010, con el fin de simplificar los
requisitos exigibles a las empresas de hasta 50 trabajadores, que no se dediquen a
actividades de especial riesgo (contenidas en el Anexo I del RD 39/1997).
2.3. La protección de riesgos laborales

Según, el artículo 15 de la LPRL, una vez se ha realizado la evaluación de riesgos, si


ésta pone de manifiesto situaciones de riesgo, habrá que planificar la implantación de
las medidas de protección que sean precisas para eliminarlos o prevenirlos.

Estos métodos de protección o de control deberán seleccionarse teniendo en cuenta los


siguientes principios:

 Eliminar los riesgos en su origen.


 Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la concepción de los
puestos de trabajo y a la elección de los métodos de trabajo y de producción, con
miras a atenuar el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo
sobre la salud.
 Tener en cuenta la evolución de la técnica.
 Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
 Adoptar las medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
 Dar las debidas instrucciones a los trabajadores

2.3.1. Equipos de protección 

La implantación de un plan de control de riesgos incluye la adopción de medidas de


protección para los trabajadores. Esto supone que cada empresa deberá proporcionar a
sus trabajadores una serie de equipos de protección.

Un equipo de protección se define como cualquier instrumento, instalación o medida que sirva
para proteger al trabajador o a la trabajadora de los riesgos derivados de su trabajo. Estos
equipos de seguridad pueden ser colectivos o individuales.

A la hora de adoptar medidas de protección hay que tener en cuenta que, siempre que
sea posible, se dará prioridad a la protección colectiva respecto a la protección
individual.  

En efecto, merced al artículo 15 de la LPRL, se debe anteponer la protección colectiva


frente a la individual.

2.3.1.1. Equipos de protección colectiva

Los equipos de protección colectiva deben actuar sobre las instalaciones, las máquinas y
los equipos de trabajo, para prevenir de forma global los riesgos que pueden afectar a un
conjunto de personas.

Como protección de las instalaciones, cabe decir que, las medidas de protección sobre
las instalaciones actúan en los siguientes puntos:

 Salidas de emergencia.
 Iluminación de emergencia.
 Barandillas de protección.
 Espacios de trabajo adecuados.
 Suelos.
 Instalaciones eléctricas.
 Conducciones de agua y gas.
 Ventilación.
 Equipos de extinción de incendios.
 Detectores de humo.

Mientras que, como protección de máquinas y equipos de trabajo, señalar que, se


entiende por equipo de trabajo cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación
utilizado en el trabajo.

Lectura: Protecciones colectivas

El Real Decreto 1215/1997, de 18 de julio, por el que se establecen las disposiciones


mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de
trabajo, establece que es el empresario quien debe adoptar las medidas necesarias para
que los equipos de trabajo que se pongan a disposición de los trabajadores, sean
adecuados a la tarea que deba realizarse y garanticen la seguridad y la salud de los
trabajadores.

Es también obligación del empresario, realizar las tareas periódicas de mantenimiento


de los equipos de trabajo de manera que se conserven en las condiciones óptimas de
utilización.

Las máquinas tienen que contemplar elementos de seguridad para proteger a todas las
personas que pueden entrar en contacto con ellas, tanto en el punto dónde se realiza la
operación, como en sus órganos de transmisión (elementos móviles utilizados para la
transmisión de energía o movimiento), y en los elementos de trabajo y piezas móviles,
que ejecutan el trabajo.

2.3.1.2. Equipos de protección individual

El Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, es el que fija las disposiciones mínimas de


seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección
individual.

Al amparo de esta normativa, un equipo de protección individual es cualquier equipo


destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios
riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento
o accesorio destinado a tal fin.

En congruencia con este punto, conviene señalar, igualmente, las características de los
EPI’s.

 Deben proporcionar una protección eficaz frente a los riesgos y no ocasionar,


por sí mismos, riesgos adicionales, ni molestias innecesarias.
 Se revisarán sus características y su elección cuando se produzcan cambios o
cuando evolucione la técnica.
 Deben estar homologados con la marca CE.
 Solo podrán utilizarse para los usos previstos y durante el tiempo que indique el
fabricante, salvo en casos excepcionales.
 Serán de uso personal.
 La utilización, almacenamiento, mantenimiento, limpieza, desinfección y
reparación de los EPI deberán efectuarse según las instrucciones del fabricante.
 En caso de riesgos múltiples que exijan la utilización simultánea de varios EPI,
estos deberán ser compatibles entre sí y mantener su eficacia.

Luego, en línea con la definición de EPI señalada en líneas anterior, conviene subrayar
que, quedan excluidas de la misma:

 La ropa de trabajo corriente y los uniformes.


 Los equipos de servicio de salvamento.
 Los equipos de protección individual de los militares y policías.
 Los equipos de protección individual de los medios de transporte por carretera.
 El material de deporte.
 El material de autodefensa.
 Los aparatos portátiles para la detección y señalización de los riesgos y de los
factores de molestia.

http://raquelmartinquintial.blogspot.com/p/equipos-de-proteccion-individual.html

En todo caso, ha de recordarse que, los equipos de protección individual solo se


utilizarán cuando existan riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores, que no
se hayan podido evitar o limitar mediante equipos de protección colectiva.

En todo caso, estos EPI’s han de cumplir una serie de condiciones:

 Proporcionar una protección eficaz. Para ello, deberán ser los adecuados para
cada puesto de trabajo, y tener en cuenta las condiciones anatómicas,
fisiológicas y el estado de salud del trabajador, para adaptarse a cada persona.
 Si se ha de utilizar más de un equipo a la vez, estos deberán ser compatibles
 Cumplir los requisitos de diseño y fabricación establecidos en las disposiciones
legales.

2.4. Introducción a la estadística

Como técnicas de prevención de riesgos laborales, que se ocupa la especialidad o


disciplina denominada como seguridad en el trabajo, existen distintas técnicas de
seguridad que se clasifican en analíticas y operativas. Las primeras, que se centran en la
detección, análisis y valoración de los riesgos pueden ser previas al accidente de trabajo
como posteriores al accidente.

Así, en este sentido, el análisis estadístico de la siniestralidad laboral en la empresa


puede ser una técnica de seguridad tanto previa como posterior al accidente de trabajo,
ya que el análisis estadístico nos puede dar una idea de sucesos para prever accidentes.
Todos los datos derivados del estudio de riesgos pueden aprovecharse a través de un
método estadístico. Ello obliga a codificaciones, tabulaciones, tablas de frecuencias,
índices y tasas, líneas de tendencias, etc. Como muchas veces la experiencia de
accidentes es imposible, la estadística suple esta dificultad y permite conocimientos
científicos aproximados.

A este respecto, a continuación, se va a analizar la utilización de distintos índices que, la


empresa, puede servirse para comparar accidentes de un año a otro.

Lectura: NTP 1: Estadísticas de accidentabilidad en la empresa

Con carácter previo al estudio de los distintos índices estadísticos, cabe señalar que la
estadística recoge, organiza, resume y analiza datos, obteniendo conclusiones válidas.
En prevención de riesgos laborales la estadística tiene diversas y variadas aplicaciones.
En el campo de la seguridad en el trabajo se utiliza para el seguimiento de la
accidentalidad. En los distintos campos de la higiene se utiliza para el establecimiento
de valores límites ambientales, para la determinación de la relación causa-efecto y para
el muestreo ambiental. Por último, en el campo de la medicina preventiva, se utiliza
para la realización de estudios epidemiológicos.

2.4.1. Índice de frecuencia

Núm. total de accidentes

I.F.: ------------------------------------------- x 106

Núm. horas total-hombre

En este índice no debe incluirse los accidentes in itinere ya que se han producido fuera
de las horas de trabajo. Conviene señalar que, el accidente in itinere es el que sufre el
trabajador al ir al trabajo o al volver de este. De conformidad con la jurisprudencia, se
considera accidente laboral cuando:

 Ocurre en el camino de ida o vuelta del trabajo.


 No se produzcan interrupciones.
 Se realice por el itinerario habitual.

Las horas trabajadas deben ser las de realmente de exposición al riesgo, se excluyen
bajas por enfermedad, accidentes, vacaciones, permisos, etc.

Dado que el personal de administración, comercial, oficina técnica, etc., no está


expuesto a los mismos riesgos que el personal de producción, se recomienda calcular los
índices para cada una de las distintas unidades de trabajo

2.4.2. Índice de gravedad

I.G. = (Nº jornadas perdidas o no trabajadas / Nº horas trabajadas) x 103

Este índice representa el número de jornadas perdidas por cada mil horas trabajadas.
Las jornadas perdidas o no trabajadas son las correspondientes a incapacidades
temporales, más las que se fijan en el baremo para la valoración del IG de los accidentes
de trabajo según la pérdida de tiempo inherente a la incapacidad causada.

En las jornadas de pérdida deben contabilizarse exclusivamente los días laborales.

2.4.3. Índice de incidencia

I.I. = (Nº accidentes en jornadas de trabajo con baja / Nº de trabajadores) x 103

En este caso representa el número de accidentes ocurridos por cada 1000 trabajadores.

Este índice es un parámetro claro e intuitivo para la dirección y trabajadores de una


empresa, sin embargo, no permite comparación directa con periodos diferentes (mes,
trimestre, año).

2.4.4. Índice de duración media de las bajas

IDM = Jornadas no trabajadas por accidentes en jornadas de trabajo / accidentes en


jornadas de trabajo con baja

Para finalizar, esté índice representa el promedio de duración de cada accidente. Para el
cálculo de las jornadas perdidas son válidas las mismas consideraciones que para el
índice de gravedad.

Texto Referencial

El estudio de esta unidad debe completarse con la lectura de la siguiente obra. Esta obra
y las páginas específicas está disponible en:

Páginas 33 a 48. Protectores auditivos, como equipos de protección individual.

"PRL avanzado. Equipos de protección individual” Editorial Vértice, 30 nov. 2010

Audiovisual
Prevención y protección: bases estadísticas aplicadas a la prevención

Caso práctico 3: cálculo de índices estadísticos

La muerte de 2 médicas y 2 enfermas en los últimos 4 años han producido alarma en el


Hospital donde trabajaban. La primera muerte hace 4 años y la causa fue un proceso
gripal que se complicó hasta la muerte de la médica. La segunda, al año siguiente,
empezó con unos síntomas gripales similares y terminó con el fallecimiento.

En un primer momento se estima que es una mera casualidad y no se prestó más


importancia al no establecer un nexo entre el trabajo y los fallecimientos. Con las dos
muertes siguientes se ha pensado que se podría establecer una causa debida al medio
ambiente laboral ya que todos los fallecidos trabajan en la misma planta hospitalaria y
coincidieron durante numerosos años en el lugar de trabajo.
Por otra parte, partiendo de los accidentes ocurridos en el hospital durante el año
anterior tenemos:

 Número de trabajadores: 284


 Nº de horas trabajadas: 505.520
 Nº de accidentes: 25
 Accidentes sin baja: 12 leves
 Accidentes con baja: 11 leves, 1 in itinere y 1 mortal
 Jornadas perdidas según baremo: 6.000
 Jornadas perdidas: 240

 
Cálculo de índices estadísticos

Caso práctico 4: jóvenes emprendedores

Juan, Santi y Toñi son tres jóvenes emprendedores que están intentando levantar un
antiguo negocio de reparación de coches. Se conocieron el primer año que estudiaban.

Automoción en un centro de Formación Profesional y, desde entonces, han compartido


estudios, aficiones y trabajo. Cuando salió la oportunidad de establecerse por su cuenta,
no lo dudaron. Los antiguos dueños de la empresa les cedieron el viejo taller con todas
sus pertenencias: material, herramientas, pequeñas máquinas e, incluso, los equipos de
protección individual que usaban. Ellos no dijeron que no a nada, porque cualquier cosa
era valiosa para empezar. Lo que sí hicieron fue cerciorarse de que tuvieran las
garantías de seguridad y el marcado CE. Comprobaron que no era así en varios casos,
pero valoraron que los equipos estaban “pasables” y que los utilizarían igual.

El local era pequeño y solo disponía de dos pequeñas ventanas por las que entraba un
poco de luz natural. Le limpiaron una poco “la cara” al taller, lo ordenaron y se pusieron
a trabajar enseguida.

Hace poco, ficharon a Hans, un chico emigrante que provenía de Alemania del Este. El
joven no se desenvolvía bien con el idioma español, pero demostró ser muy “manitas” y
para ellos esto era lo importante.

En estos momentos, Toñi se dispone a pintar la chapa de un coche ya reparado. Hace un


gesto con la boca y lanza un potente silbido. Inmediatamente, Juan y Santi, que están
realizando otras tareas de reparación, levantan la cabeza hacia ella y se echan a reír.
Toñi les dice en voz alta, como si fuera una orden: ¡A cubrirse, que voy a pintar! Juan y
Santi se dirigen hacia un pequeño armario, cogen dos mascarillas, se las colocan en la
cara y continúan haciendo sus respectivos trabajos.

Hans observa sorprendido la escena y le pregunta a Santi que qué pasa. El chico le
explica que el silbido de Toñi es la señal de que va a empezar a pintar y entonces ellos
se ponen la protección. Le recomienda a Hans que haga lo mismo porque respirar aquel
ambiente no es nada bueno. El chico va a buscar otra mascarilla al armario que le ha
indicado Santi, pero allí no la encuentra. Mientras tanto, Toñi ha empezado a pintar y el
local se inunda de un fuerte olor a pintura. Hans vuelve a preguntar por la mascarilla y
sus compañeros le indican que mire por el taller porque tiene que haber dos más. Por
fin, Hans encuentra una dentro de un carro de herramientas.

Intenta ponérsela, pero le queda grande y no sabe cómo sujetarla a la cara. Al chico le
da un poco de apuro preguntar más al respecto y regresa hacia el armario de los EPI
para ojear el folleto informativo, pero no consigue resolver el problema porque está
escrito en español. Por no resultar pesado, decide continuar puliendo la chapa del
utilitario verde y tratar el tema más tarde con sus compañeros. Al cabo de un rato, Juan
observa que el joven alemán está trabajando sin la mascarilla y que está muy pálido.
Otro vistazo rápido le indica que las ventanas están cerradas y la puerta de entrada de
los coches, también. De un salto se coloca al lado de Hans y, sujetándole por un brazo,
le acompaña hacia el exterior del local.

 
Jóvenes emprendedores

Documentos

Material adicional del curso

 Protecciones colectivas
 NTP 1: Estadísticas de accidentabilidad en la empresa

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