Requisitos de Planificación en Prevención

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LA PLANIFICACIÓN DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS

1. PRINCIPIOS DE LA ACCIÓN PREVENTIVA.

Los trabajadores tenemos derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y


salud laboral. Este derecho supone la existencia de un correlativo deber del empresario
de proteger a los trabajadores frente a los riesgos derivados del trabajo.

En cumplimiento del deber de protección, el empresario deberá garantizar la seguridad


y la salud de todos los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con
la prestación laboral.

La idea sobre la que se asienta la promoción de la salud de los trabajadores es la


de prevención, entendida como el conjunto de actividades o medidas adoptadas o
previstas en todas las fases de actividad de la empresa con el fin de evitar o disminuir
los riesgos derivados del trabajo.

El objetivo que se persigue es la eliminación de los riesgos, antes de que éstos puedan
llegar a materializarse. La prevención debe nacer en el mismo momento del diseño del
proyecto empresarial y extenderse durante toda la vida y actividad de la empresa.

Es muy importante la idea de anticipación que aporta, pues no se espera a la aparición


de los daños para corregirlos, ni se limita a la mera utilización de equipos de protección,
ya sean individuales o colectivos. La prevención de riesgos laborales incluye la
identificación y detección de los factores de riesgo, su análisis y evaluación, la adopción
de las medidas necesarias y el control de la efectividad de las mismas.

Así, el empresario realizará la prevención de los riesgos derivados del trabajo


desarrollando una acción permanente para perfeccionar los niveles de protección
existentes y adaptando las medidas de prevención que se hayan adoptado a las
modificaciones que puedan experimentar las circunstancias que afectan a la realización
del trabajo.

La obligación empresarial de adoptar todas las medidas que integran este deber general
de prevención debe articularse con arreglo a los siguientes principios generales (art. 15
de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales):

 Evitar los riesgos.


 Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
 Combatir los riesgos en su origen.
 Adaptar el trabajo a la persona.
 Tener en cuenta la evolución de la técnica.
 Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
 Planificar la prevención.
 Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
 Dar las debidas instrucciones a los trabajadores.
2. LA PLANIFICACIÓN DE LA PREVENCIÓN.

El conjunto de actuaciones que se desarrollan en la empresa para proteger a los


trabajadores frente a los riesgos derivados del trabajo exige que el empresario vaya más
allá del simple cumplimiento formal de un conjunto predeterminado de obligaciones o
de la mera corrección de situaciones de riesgo ya manifestadas.

El nuevo enfoque que plantea la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se sustenta


sobre los siguientes elementos básicos:

 La planificación de la prevención desde el momento mismo del diseño del


proyecto empresarial.
 La evaluación inicial de los riesgos derivados del trabajo.
 La actualización periódica de esta evaluación a medida que se alteren las
circunstancias.
 La ordenación de un conjunto coherente y globalizador de medidas de acción
preventiva adecuadas a la naturaleza de los riesgos detectados.
 El control de la efectividad de dichas medidas.

Este enfoque no puede entenderse sin la necesaria información y formación de los


trabajadores en materia preventiva, dirigidas a un mejor conocimiento tanto del alcance
real de los riesgos laborales como de la forma de prevenirlos y evitarlos, de manera
adaptada a las peculiaridades de cada centro de trabajo, a las características de las
personas que desarrollan allí su prestación laboral y a la actividad concreta que
desarrollan.

El conjunto de acciones preventivas que debe realizar el empresario se planificará a


partir de una evaluación inicial de los riesgos para la seguridad y la salud de los
trabajadores.

Esta evaluación es imprescindible para obtener información sobre el alcance, naturaleza


e importancia de los factores de riesgo que existen en el ámbito de trabajo, lo cual
permitirá decidir la implantación de las medidas preventivas más adecuadas.

La planificación de la prevención es el proceso a través del cual se marcan los


objetivos, criterios y procedimientos necesarios para implantar la política de prevención
de riesgos laborales en una empresa o centro de trabajo determinado.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales recoge, como uno de los principios de la


acción preventiva, la obligación empresarial de planificar la prevención, buscando un
conjunto coherente que integre:

 La evolución de la técnica.
 La forma de organización del trabajo.
 Las condiciones de trabajo.
 Las relaciones sociales.
 La influencia de los factores ambientales en el trabajo.

El empresario debe realizar todas aquellas actividades preventivas necesarias para


garantizar la protección de la seguridad y salud de los trabajadores. Estas actuaciones
deberán integrarse en el conjunto de las actividades de la empresa y en todos los niveles
jerárquicos de la misma.

La planificación de la actividad preventiva incluye, en todo caso, los medios humanos y


materiales necesarios, así como la asignación de los recursos económicos precisos para
la consecución de los objetivos preventivos previstos.

En la planificación de la prevención se integran todas las obligaciones empresariales: la


necesaria información y formación de los trabajadores en materia preventiva, la
vigilancia de la salud, las medidas de emergencia, o la coordinación de todos estos
aspectos.

La actividad preventiva tiene que planificarse para un período determinado de tiempo,


estableciendo las fases y prioridades de su desarrollo en función de la magnitud de los
riesgos y del número de trabajadores expuestos a los mismos, así como su seguimiento
y control periódico. En el caso de que el período en que se desarrollen las actuaciones
programadas sea superior a un año, deberá establecerse un programa anual de
actividades.

El plan de prevención es el documento escrito que describe el conjunto de acciones


organizadas que tienen por objeto la eliminación o reducción de los riesgos derivados
del trabajo en el ámbito de la empresa o centro de trabajo.

3. LA EVALUACIÓN DE RIESGOS LABORALES.

El empresario tiene la obligación de planificar la acción preventiva en la empresa a


partir de una evaluación inicial de los riesgos para la seguridad y la salud de los
trabajadores.

Dicha evaluación no es fin en si misma, sino un medio a través del cual el empresario
puede decidir cuales son las medidas y actividades más adecuadas para eliminar o
disminuir los riesgos derivados del trabajo.

3.1. CONCEPTO.

La evaluación de los riesgos laborales es el proceso dirigido a estimar la magnitud de


aquellos riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo la información necesaria para
que el empresario esté en condiciones de tomar una decisión apropiada sobre la
necesidad de adoptar medidas preventivas y, en tal caso, sobre el tipo de medidas que
deben adoptarse.

El empresario debe consultar a los representantes de los trabajadores (específicamente


a los delegados de prevención), o a los propios trabajadores en ausencia de
representantes, acerca del procedimiento de evaluación que se vaya a utilizar en la
empresa o centro de trabajo e incluso consensuar con éstos los criterios objetivos de
valoración de los riesgos.

La evaluación inicial de los riesgos deberá extenderse a cada uno de los puestos de
trabajo en que concurran dichos riesgos. Para ello se tendrán en cuenta:
 Las condiciones de trabajo existentes o previstas en la empresa.
 La posibilidad de que el trabajador que ocupe o vaya a ocupar un determinado
puesto de trabajo sea especialmente sensible, por sus características personales o
estado biológico conocido, a alguna de dichas condiciones de trabajo.

Esta evaluación se realizará:

 Con carácter general: teniendo en cuenta la naturaleza de


la actividad de la empresa y los posibles riesgos
especiales a los que puedan estar expuestos los
trabajadores.
 Con motivo de la elección de equipos de trabajo,
sustancias o preparados químicos, introducción de nuevas
tecnologías o de la modificación del acondicionamiento
de los lugares de trabajo.
 Cuando cambien las condiciones de trabajo.
 Cuando se incorpore un trabajador cuyas características
personales o estado biológico conocido lo hagan
especialmente sensible a las condiciones del puesto de
trabajo.

La evaluación es siempre un proceso dinámico, y será actualizada cuando cambien las


condiciones de trabajo y se revisará, si fuera necesario, con ocasión de los daños para la
salud de los trabajadores que se hayan producido o si aparecen indicios, con ocasión de
la vigilancia de la salud, de que las medidas adoptadas son insuficientes o inadecuadas.
En ambos casos se llevará a cabo una investigación al respecto para detectar las posibles
causas de estos hechos.

La evaluación inicial debe revisarse también con la periodicidad que se acuerde entre
los representantes de los trabajadores y la empresa, teniendo en cuenta especialmente el
deterioro que sufren las distintas instalaciones, equipos de trabajo,... que integran el
proceso productivo.

3.2. PROCEDIMIENTO.

El procedimiento para la evaluación de los riesgos laborales parte de la información


obtenida sobre la organización, características y complejidad del trabajo, sobre las
materias primas y los equipos existentes en la empresa, sobre el estado de salud de los
trabajadores, la información y formación recibida por estos y sobre todas aquellas
cuestiones que puedan afectar a la seguridad y la salud de los trabajadores.

Una vez obtenidas y analizadas esas informaciones se procederá a la determinación de


los elementos peligrosos y a la identificación de los trabajadores expuestos a los
mismos, valorando a continuación el riesgo existente en función de criterios objetivos
de valoración, según los conocimientos técnicos del momento, o consensuados con los
trabajadores, de forma que se pueda llegar a una conclusión sobre la necesidad de evitar
o de controlar y reducir el riesgo.
El procedimiento de evaluación utilizado debe proporcionar confianza sobre los
resultados. En caso de duda, deberán adoptarse las medidas preventivas más favorables
desde el punto de vista de la prevención.

Las evaluaciones de riesgos pueden agruparse en varios tipos:

 Evaluación de riesgos según los criterios establecidos por la normativa


específica:

 Normativa sobre seguridad industrial: por ejemplo, el


Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (D. 2413/73 )
establece los requisitos que han de cumplir este tipo de
instalaciones en cuanto a su instalación, puesta en servicio
o mantenimiento. El estricto cumplimiento de esta norma
supondría que los riesgos derivados de la utilización de
estos equipos están controlados.
 Normativa sobre prevención de riesgos laborales: algunas
de estas normas establecen el procedimiento de
evaluación y control, por ejemplo el R.D. 1316/89, sobre
protección de los trabajadores frente a los riesgos
derivados de la exposición al ruido durante el trabajo
establece las formas de medición del ruido, el proceso de
evaluación de la exposición y su periodicidad, o los
métodos de control en función de la exposición.

 Evaluación de riesgos para la que no existe legislación específica: cuando no


exista normativa que indique los métodos que deben emplearse, se podrán
utilizar los criterios recogidos en:

 Las Normas UNE.*

 Las guías técnicas que editen:

 el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el


Trabajo.
 el Instituto Nacional de Silicosis.
 el Ministerio de Sanidad y Consumo.
 las Instituciones competentes de las Comunidades
Autónomas.

 Las normas internacionales.


 En ausencia de los anteriores, guías o criterios de otras entidades de reconocido
prestigio en la materia que proporcionen un nivel de confianza equivalente sobre
el resultado de la evaluación (por ejemplo guías sobre contaminantes químicos
de la Asociación de Higienistas Americanos -ACGIH-).
3.3. EVALUACIÓN GENERAL DE RIESGOS.

A continuación os presentamos un modelo práctico de evaluación general de riesgos


propuesto en una guía del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.

Los pasos para realizar una evaluación general de los riesgos laborales son los
siguientes:

 Clasificación de las actividades de trabajo: se trata de agrupar todas las


actividades que se desarrollen en la empresa o centro de trabajo de forma
racional y manejable para obtener más sencillamente todas las informaciones
precisas sobre cada una de ellas.
 Análisis de riesgos: es la utilización sistemática de la información obtenida para
identificar los posibles peligros y estimar los riesgos para la seguridad y la salud
de los trabajadores En primer lugar describimos las variables (probabilidad y
consecuencias) que nos permitirán una vez cruzados sus resultados obtener una
valoración del riesgo (trivial, tolerable, moderado, importante e intolerable).
 Plan de control de riesgos: será después de evaluar cuando estableceremos el
plan de actuaciones preventivas concretas, incluyéndose en el mismo quién será
el responsable de ejecutarlo y cuando se prevé finalizar tales acciones.

Una vez realizada la clasificación de las actividades de la empresa, el procedimiento que


debe seguirse para la evaluación general de riesgos es el siguiente:

Identificación de los factores de riesgo.

Una vez clasificadas las distintas actividades que se desarrollan en la


empresa o centro de trabajo se trata de realizar un análisis sistemático
para detectar los posibles factores de riesgo y los trabajadores expuestos
a ellos.

Esta identificación se realizará a través de las mediciones, análisis o


ensayos que se consideren necesarios, salvo que se trate de instalaciones,
actividades o procesos en los que la observación directa del profesional
acreditado permita llegar a conclusiones fiables.

Estimación del riesgo.

Para cada posible peligro detectado debe estimarse el riesgo, determinando la potencial
severidad del daño (consecuencias para la seguridad y la salud de los trabajadores) y la
probabilidad de que ocurra el hecho.

 Severidad del daño: para determinar la potencial severidad del daño, debe
tomarse en consideración: la naturaleza del daño, graduándolo desde ligeramente
dañino a extremadamente dañino.

 Ligeramente dañino:
Daños superficiales: cortes y magulladuras pequeñas,
irritación de los ojos por polvo... Molestias e irritación:
dolor de cabeza, disconfort...

 Dañino:

Heridas graves, quemaduras, conmociones, torceduras


importantes, fracturas menores... Sordera, dermatitis,
asma, trastornos, músculo-esqueléticos, enfermedad que
conduce a una incapacidad menor...

 Extremadamente dañino:

Amputaciones, fracturas mayores, intoxicaciones, lesiones


múltiples, lesiones fatales. Cáncer y otras enfermedades
crónicas que acorten severamente la vida.

 Probabilidad de que ocurra el daño: la probabilidad de que ocurra el daño se


puede graduar, desde baja hasta alta, con el siguiente criterio:

 Alta: el daño ocurrirá siempre o casi siempre.


 Media: el daño ocurrirá en algunas ocasiones.
 Baja: el daño ocurrirá raras veces.

A la hora de establecer la probabilidad de daño, se debe considerar si las medidas de


control ya implantadas son adecuadas. Los requisitos legales y los códigos de buena
práctica* para medidas específicas de control, también juegan un papel importante.

La siguiente tabla ofrece un método sencillo para estimar los niveles de riesgo según su
probabilidad estimada y sus consecuencias esperadas.

CONSECUENCIAS

LIGERAMENTE EXTREMADAMENTE
DAÑINO
DAÑINO DAÑINO

P BAJA Riesgo
Riesgo trivial Riesgo moderado
R tolerable
O
B Riesgo
Riesgo tolerable Riesgo importante
A MEDIA moderado
B
I L
ID Riesgo
ALTA Riesgo moderado Riesgo intolerable
A importante
D
Valoración de riesgos.

Los niveles de riesgos indicados en el cuadro anterior, sirven de base para adoptar las
decisiones sobre la mejora de los controles existentes o la implantación de otros nuevos,
así como la temporización de las acciones.

En el siguiente cuadro se sugieren algunos criterios como punto de partida para la toma
de decisiones

RIESGO TIPO DE ACCIÓN Y DISTRIBUCIÓN TEMPORAL

Trivial No se requiere acción específica

No se necesita mejorar la acción preventiva. Sin


embargo se deben considerar soluciones más
rentables o mejoras que no supongan una carga
Tolerable
económica importante. Se requieren comprobaciones
periódicas para asegurar que se mantiene la eficacia
de las medidas de control.

Se deben hacer esfuerzos para reducir el riesgo,


determinando las inversiones precisas. Las medidas
para reducir el riesgo deben implantarse en un
período determinado.

Moderado Cuando el riesgo moderado está asociado con


consecuencias extremadamente dañinas, se precisará
una acción posterior para establecer, con más
precisión, la probabilidad de daño como base para
determinar la necesidad de mejora de las medidas de
control

No debe comenzarse el trabajo hasta que se haya


reducido el riesgo. Puede que se precisen recursos
considerables para controlar el riesgo. Cuando el
Importante
riesgo corresponda a un trabajo que se está
realizando, debe remediarse el problema en un
tiempo inferior al de los riesgos moderados.

No debe comenzar ni continuar el trabajo hasta que


se reduzca el riesgo. Si no es posible reducir el
Intolerable
riesgo, incluso con recursos ilimitados, debe
prohibirse el trabajo.
Control del riesgo.

El siguiente paso, después de identificar y valorar los riesgos, consiste en la


adopción de decisiones sobre las acciones preventivas prioritarias que se van a
desarrollar en la empresa o centro de trabajo para controlar los riesgos
detectados.

4. EL PLAN DE PREVENCIÓN.

El establecimiento de una acción preventiva integrada en la empresa supone la


implantación de un plan de prevención de riesgos que incluya la estructura
organizativa, la definición de funciones, las prácticas, los procedimientos, los
procesos y los recursos necesarios para llevar a cabo dicha acción.

La puesta en práctica de toda acción preventiva requiere, en primer término, el


conocimiento de las condiciones de cada uno de los puestos de trabajo, para
identificar y evitar los riesgos y evaluar los que no se puedan evitar.

A partir de los resultados de la evaluación de los riesgos, el empresario


planificará las actividades preventivas necesarias para hacer frente a los
distintos riesgos.

El Plan de Prevención es el documento escrito que describe el conjunto de


acciones organizadas cuya finalidad es la eliminación o reducción de los
riesgos laborales en el ámbito de la empresa o centro de trabajo.

Dentro de la planificación se deben documentar los procedimientos y


actuaciones necesarias para implantar una política eficaz de control de los
riesgos laborales. Este proceso comprende:

 Identificar y establecer los objetivos para su consecución.


 Implantar métodos y procedimientos para medir y valorar las acciones
necesarias para desarrollar, mantener y mejorar la cultura preventiva de
la empresa y el control sobre los riesgos derivados del trabajo.

El Plan de Prevención debe tener una vigencia temporal determinada, de


acuerdo con la programación preventiva de la empresa, indicándose las fases,
prioridades y forma de realización de las actuaciones preventivas. En todo
caso, el plan contará con un desarrollo temporal por años de todas las
actividades implantadas o previstas.

El Plan de Prevención es el documento escrito que describe el conjunto de


acciones organizadas cuya finalidad es la eliminación o reducción de los
riesgos laborales en el ámbito de la empresa o centro de trabajo.

Con carácter general todo Plan de Prevención debe incluir, como mínimo, los
siguientes apartados:
Diagnóstico de la situación.

No es posible desarrollar la planificación de las actuaciones


preventivas sin conocer el estado de la situación sobre la que hay
que actuar, por tanto es imprescindible que se realice la
evaluación de las condiciones de trabajo en la empresa.

El diagnóstico de la situación se consigue mediante la evaluación


inicial de los riesgos derivados del trabajo, teniendo en cuenta
todos los aspectos que vimos en el apartado anterior.

Definición de los objetivos.

Una vez conocido el estado de las condiciones de trabajo, deben


marcarse los objetivos, realistas y bien definidos, que pretenden
alcanzarse a través del plan de prevención. Se suele distinguir
entre objetivos generales y específicos.

 Objetivos generales: son los fines comunes del


proyecto preventivo y constituyen su razón de ser.
Constituyen una declaración de principios de la
dirección de la empresa en materia preventiva. No
tienen carácter evaluable dentro del período de
vigencia del Plan, ya que son más una orientación
estratégica que una meta concreta que se deba
alcanzar.
 Objetivos específicos: se establecen para cada una
de las áreas preventivas (seguridad, higiene,
ergonomía, ciencias de la salud y psicosociología).
Son evaluables y deberán cumplirse en su totalidad
a lo largo de la vigencia del Plan.

Asignación de los recursos necesarios.

Para la consecución de cada uno de los objetivos planteados es


necesaria la asignación de los recursos humanos, materiales y
económicos para poner en marcha todas las actividades
preventivas en la empresa.

Asignación de tareas. Funciones y responsabilidades.

Las actuaciones preventivas deben integrarse en el conjunto de


las actividades de la empresa y en todos los niveles jerárquicos
de la misma. Así, las funciones y responsabilidades en materia
preventiva se distribuirán siguiendo la línea jerárquica empresarial
(la dirección, la línea de mandos intermedios, los técnicos...).
Programa de actuaciones.

Elaborado según las necesidades detectadas en la evaluación de


riesgos y las prioridades establecidas por la dirección de la
empresa, comprenderá aspectos como:

 Asignación y organización de los medios


económicos, humanos y materiales.
 Actualización y revisiones de la evaluación inicial.
 Investigación, comunicación y registro de accidentes
e incidentes.
 Procedimientos y cauces de información y
participación.
 Programas de formación generales y específicos.
 Vigilancia de la salud de los trabajadores.
 Planes de emergencia y autoprotección.
 Protección de los trabajadores especialmente
sensibles a determinados riesgos.
 Coordinación de actividades empresariales (centros
compartidos, subcontratas,...).

Programa de seguimiento.

Consiste en realizar una evaluación periódica de las actuaciones


previstas. Una vez llevadas a cabo las medidas contempladas en
el plan de prevención, debe evaluarse la eficacia del mismo,
comprobando si se han alcanzado o no los objetivos prefijados.
Estas evaluaciones periódicas se realizarán a través de
inspecciones técnicas y/o metodologías participativas.

Para controlar el cumplimiento, al finalizar la programación


temporal establecida, de los objetivos marcados en el plan., se
deberá realizar una evaluación final de los resultados obtenidos.

La formulación del Plan de Prevención debe realizarse en el


ámbito del Comité de Seguridad y Salud, o con los Delegados de
Prevención en las empresas de menos de 50 trabajadores, ya
que entre las competencias de dicho Comité se encuentran:

 Participar en la elaboración, puesta en marcha y evaluación de los


planes y programas de prevención de riesgos en la empresa. En su seno
se debatirán los proyectos en materia de:

planificación, organización del trabajo, introducción de nuevas


tecnologías.
organización y desarrollo de las actividades preventivas.
organización de la formación en materia preventiva.
 Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la prevención
de riesgos, proponiendo a la empresa la mejora de las condiciones de
trabajo.
Por tanto, como delegados de prevención debemos participar en la
determinación de las fases descritas anteriormente, fijando conjuntamente con
el empresario: objetivos, acciones preventivas, recursos necesarios, calendario
y evaluación del plan.

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