Métodos Matemáticos de La Física (Oscar A. Reula) PDF
Métodos Matemáticos de La Física (Oscar A. Reula) PDF
Métodos Matemáticos de La Física (Oscar A. Reula) PDF
matemáticos
para la Física
Oscar A. Reula
OSCAR REULA
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AGRADECIMIENTOS
3
4
ÍNDICE GENERAL
2. Álgebra Lineal 27
2.1. Espacios Vectoriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.1.1. Covectores y Tensores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.1.2. Complexificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.1.3. Espacios cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.2. Normas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
2.2.1. Las normas inducidas en V ⋆ . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.3. Teoría de Operadores Lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.3.1. Representación Matricial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
2.3.2. Subespacios Invariantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.3.3. Forma Canónica de Jordan . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
2.3.4. Relación de Semejanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
2.4. Operadores Adjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
2.5. Operadores Unitarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
2.6. Problemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
3. Geometría 65
3.1. Variedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
3.2. Funciones Diferenciables en M . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.3. Curvas en M . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
3.4. Vectores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
3.5. Campos Vectoriales y Tensoriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
3.5.1. El Corchete de Lie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
5
3.5.2. Difeomorfismos y la Teoría de las Ecuaciones Dife-
renciales Ordinarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
3.5.3. Campos de Covectores y Tensores . . . . . . . . . . . . . 77
3.5.4. La Métrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
3.5.5. Notación de Índices Abstractos . . . . . . . . . . . . . . 81
3.6. Derivada Covariante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
6. Estabilidad 131
6.1. Problemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
6
9. Distribuciones 185
9.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
9.2. La derivada de una distribución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
9.3. Nota sobre la completitud de D y su dual D ′ . . . . . . . . . . . 193
9.4. Convergencia y Compacidad Débil . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
7
15.5.1. El grupo SO(3). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
15.6. Cosets . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
15.6.1. Espacios Homogéneos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
15.7. Subgrupos Normales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
8
ÍNDICE DE FIGURAS
9
8.4. El espacio perpendicular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
8.5. Ley del paralelogramo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
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PREFACIO
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dato producía una solución totalmente distinta. Recién a mediados del siglo
pasado se logró un avance sustancial al problema, encontrando que habían
distintos tipos de ecuaciones, hiperbólicas, elípticas, parabólicas, etc. que se
comportaban de manera distinta y esto reflejaba los distintos procesos físicos
que las mismas simulaban. Debido a su relativa actualidad, este conjunto tan
importante de conceptos no forman parte del conjunto de herramientas con
que cuentan muchos de los físicos en actividad ni tampoco se encuentran en
los libros de texto usualmente utilizados en las carreras de grado.
Como el anterior hay muchos ejemplos, en particular la teoría de ecua-
ciones diferenciales ordinarias y la geometría, sin la cual es imposible com-
prender muchas de las teorías modernas, tales como la relatividad, las teorías
de partículas elementales y muchos fenómenos de la física del estado sólido.
A medida que avanza nuestra comprensión de los fenómenos básicos de la
naturaleza más nos damos cuenta que la herramienta más importante para su
descripción es la geometría. Ésta, entre otras cosas, nos permite manejar una
amplia gama de procesos y teorías sin mucho en común entre sí con un con-
junto muy reducido de conceptos, lográndose así una síntesis. Éstas síntesis
son las que nos permiten adquirir nuevos conocimientos, ya que mediante
su adopción dejamos espacio en nuestras mentes para aprender nuevos con-
ceptos, los cuales son a su vez ordenados de manera más eficiente dentro de
nuestra construcción mental del área.
Estas notas fueron originalmente pensadas para un curso de cuatro me-
ses de duración. Pero en realidad se adaptaban más para un curso anual o dos
semestrales. Luego, a medida que se fueron incorporando más temas a las mis-
mas, resultó más y más claro que deben darse en dos cursos semestrales o uno
anual. Básicamente un curso debería contener los primeros capítulos que in-
cluyen nociones de topología, espacios vectoriales, álgebra lineal, finalizando
con la teoría de las ecuaciones en derivadas ordinarias. La tarea se simplifica
considerablemente si los estudiantes han tenido previamente un buen curso
de álgebra lineal. La correlación con las materias de física debería ser tal que
el curso sea previo o concurrente con una mecánica avanzada. Haciendo hin-
capié en la misma sobre el hecho de que en definitiva uno está resolviendo
ecuaciones diferenciales ordinarias con cierta estructura especial. Utilizando
los conceptos del álgebra lineal para encontrar modos propios y la estabilidad
de puntos de equilibrio. Y finalmente utilizando la geometría para describir
aunque más no sea someramente la estructura simpléctica subyacente.
El segundo curso consiste en desarrollar las herramientas para poder dis-
cutir aspectos de la teoría de ecuaciones en derivadas parciales. Debería dar-
se antes o concurrentemente con un curso avanzado de electromagnetismo,
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donde se debería hacer hincapié en el tipo de ecuaciones que se resuelven (elíp-
ticas, hiperbólicas), y el sentido de sus condiciones iniciales o de contorno,
según corresponda. Usando además en forma coherente el concepto de dis-
tribución, que lejos de ser un concepto matemático abstracto es en realidad
un concepto que aparece naturalmente en la física.
Nada del contenido de estas notas es material original, sí algunas formas
de presentarlo, por ejemplo algunas pruebas más simples que las usuales, o
la forma de integrar cada contenido con los anteriores. Mucho del material
debería ser pensado como una primera lectura o una iniciación al tema y el
lector interesado en profundizar debería leer los libros citados, de los cuales
he extraído mucho material, siendo éstos excelentes y difíciles de superar.
13
14
CAPÍTULO 1
1.1. Introducción
La noción de conjunto, si bien nos dice que ciertos objetos –los elemen-
tos que lo conforman– tienen algo en común entre sí, no nos da ninguna idea
de la cercanía de entre estos elementos, mientras que por otro lado si consi-
deramos por ejemplo los números reales esta noción está presente. Sabemos
por ejemplo que el número 2 está mucho más cercano al 1 que lo que lo está
el 423. El concepto de una topología en un conjunto que definiremos a con-
tinuación trata de captar con precisión esta noción de cercanía la cual, como
veremos admite muchas gradaciones.
2. Sea Oλ , λS
∈ I , una familia monoparamétrica de subconjuntos de X en
T , luego I Oλ está también en T .
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Ejemplo: a) Sea T = {;, X }, es decir que los únicos subconjuntos abiertos de
X son el subconjunto vacío y el subconjunto X . Es claro que esta colección
de subconjuntos es una topología, ya que satisface las tres condiciones reque-
ridas, a esta topología se la denomina indiscreta. Podemos decir que en esta
topología los puntos de X están arbitrariamente cerca entre sí, ya que si un
abierto contiene a uno de ellos los contiene a todos.
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X y un mapa d : X × X −→ lR, llamado usualmente distancia, satisfaciendo
las siguientes condiciones:
1. d (x, x ′ ) ≥ 0, = 0 ⇒ x = x ′ .
2. d (x, x ′ ) = d (x ′ , x).
3. d (x, x ′ ) + d (x ′ , x ′′ ) ≥ d (x, x ′′ ).
Ejercicio: Pruebe que este espacio posee una topología inducida por su métri-
ca en forma similar a lR en el ejemplo anterior.
1.1.1. Terminología
Damos a continuación un resumen de la terminología usual en esta área,
la misma es una generalización directa de la usada comúnmente.
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Ejercicio: Sea (X , d ) un espacio vectorial métrico, pruebe que:
a) C x1 = {x ′ |d (x, x ′ ) ≤ 1} es cerrado y es un entorno de x.
b) N xǫ = {x ′ |d (x, x ′ ) < ǫ}, ǫ > 0 es también un entorno de x.
c) I n t (N xǫ ) = N xǫ
d) C l (N xǫ ) = {x ′ |d (x, x ′ ) ≤ ǫ}
e) ∂ N xǫ = {x ′ |d (x, x ′ ) = ǫ}.
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Definición: Un mapa φ : X → Y entre un conjunto X y otro Y es una
asignación a cada elemento de X de un elemento de Y .
Esto generaliza el concepto de función usual, note que el mapa está definido
para todo elemento de X , mientras que en general su imagen, es decir el
conjunto φ(X ) ≡ {y ∈ Y | ∃x ∈ X y φ(x) = y}, no es todo Y . En el caso
que lo es, es decir que φ(X ) = Y , diremos que el mapa es suryectivo. Por
otro lado si se cumple que φ(x) = φ(x̃) =⇒ x = x̃ diremos que el mapa es
inyectivo. En tal caso existe el mapa inverso a φ entre el conjunto φ(X ) ⊂ Y
y X . Si el mapa es además suryectivo entonces su inverso está definido en
todo Y y en este caso se denota por φ−1 : Y → X . Es de utilidad considerar
también los conjuntos φ−1(O) = {x ∈ X | φ(x) ∈ O}
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Esta segunda definición está mucho más cerca del concepto intuitivo de
continuidad.
Topología Inducida:
Ejemplo:
a) Sea X = Y = lR con la topología usual y sea φ : lR → lR la función φ(x) =
17 ∀ x ∈ lR. Esta función es claramente continua con respecto a las topologías
de X e Y , las de la línea real. Sin embargo T φ , la topología inducida en X
por este mapa es la indiscreta!
b) Sea X e Y como en a) y sea φ(x) un mapa invertible, luego T φ coincide
con la topología de la línea real.
20
1.2.2. Compacidad
La otra generalización corresponde al concepto de Compacidad. Para
ello introducimos la siguiente definición: Sea X un conjunto, A un subcon-
junto de éste y {Aλ } una colección de subconjuntos de X parametrizados por
una variable continua o discreta λ. Diremos que esta colección cubre A si
A ⊂ ∪λ Aλ .
21
constituiría una contradicción. ♠
Veamos ahora la relación entre los dos conceptos derivados del de To-
pología, es decir el de la continuidad de mapas entre espacios topológicos y
el de compacidad. El hecho de que un mapa entre espacios topológicos sea
continuo implica que este mapa es especial, en el sentido de que tiene o lleva
información sobre las respectivas topologías y preserva las propiedades topológi-
cas de los conjuntos que asocia. Esto se ve en la siguiente propiedad, la cual
–como se desprende del ejemplo que sigue– es muy importante.
Teorema 1.2 Sean X e Y dos espacios topológicos y φ un mapa continuo entre
ellos. Luego si A es un subconjunto compacto de X , φ(A) es un subconjunto
compacto de Y .
22
Teorema 1.3 Sea A compacto. Luego toda sucesión en A tiene un punto de acu-
mulación.
Ejercicio: Pruebe que los conjuntos compactos en la línea real son los cerra-
dos y acotados.
Nos podemos hacer ahora la pregunta inversa: ¿Si A ⊂ X es tal que toda
sucesión tiene puntos de acumulación, es cierto entonces que A es compac-
to? Una respuesta afirmativa nos daría una caracterización alternativa de la
compacidad, y ésta es afirmativa para el caso de la línea real. En general la res-
puesta es negativa: hay topologías en las cuales toda sucesión en un conjunto
tiene puntos de acumulación en él, pero este no es compacto. Sin embargo to-
das las topologías que nosotros veremos son numerables de segunda especie
[Ver recuadro] y en éstas la respuesta es afirmativa.
En la línea real es cierto que si x ∈ lR es un punto de acumulación de
una sucesión {xn } entonces existe una subsucesión, {x̃n }, –es decir una res-
tricción del mapa definiendo la sucesión a un número infinito de números
naturales–, que tendrá a x como punto límite. Esto tampoco es cierto en la
generalidad de los espacios topológicos, pero sí lo es si consideramos solo
aquellos que son numerables de primera especie [Ver recuadro]. Todos los
espacios que veremos en este curso lo son.
23
*Numerabilidad de espacios topológicos.
Ejemplo:
a) X con la topología indiscreta es numerable de primera especie.
b) X con la topología discreta es numerable de primera especie. Y de segunda
especie si y solo si sus elementos son numerables.
24
*Separabilidad de espacios topológicos.
Ejemplo:
a) X con la topología indiscreta es Hausdorff.
b) X con la topología discreta no es Hausdorff.
Ejercicio: Encontrar una topología tal que los enteros sean Hausdorff y com-
pactos.
25
26
CAPÍTULO 2
ÁLGEBRA LINEAL
1.b) Existe en V un único elemento llamado cero y denotado por 0, tal que
0 + v = v ∀v ∈ V . (2.2)
1v = v.
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3.a) Para cualquier par de números reales a y a ′ y cualquier vector v se
cumple que,
(a + a ′ )v = av + a ′ v.
Las primeras son condiciones que involucran solo la regla de la suma. Las
siguientes solo involucran a la regla del producto, mientras que las dos últimas
tratan de la relación entre estas dos operaciones.
Ejemplo: El conjunto de todas las n–tuplas de números reales con las ope-
raciones usuales de suma y multiplicación tupla por tupla. Este espacio se
denomina lRn .
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En lo que sigue de este capítulo solo consideraremos espacios vectoriales de
dimensión finita.
Problema 2.1 Sea S un conjunto finito, S = {s1, s2, . . . , sn }, encuentre una base
del espacio vectorial de todas las funciones de S en lR. Encuentre la dimensión de
este espacio.
θ i (v j ) = δ ij . (2.4)
29
que al actuar sobre un covector cualquiera ω da el número ω(v). Note que
x v actúa linealmente en los elementos de V ∗ y por lo tanto es un elemento de
V ∗∗ . ¿Hay elementos de V ∗∗ que no provengan de algún vector en V ? La res-
puesta es no, ya que el mapa x v : V → V ∗∗ es inyectivo [x v (ω) = 0 ∀ ω =⇒
v = 0] y por lo tanto 2 dim x V = dimV . Por otro lado dimV ∗∗ = dimV ∗
ya que V ∗∗ es el dual de V ∗ y así dimV = dimV ∗ = dimV ∗∗ , lo que indica
que el mapa en cuestión es también suryectivo y por lo tanto invertible. Es-
to nos permite identificar V y V ∗∗ y concluir que dualizando no podremos
construir más espacios vectoriales interesantes.
∗
V · · × V} ×V
| × ·{z | × ·{z· · × V }∗ → lR.
k veces l veces
El conjunto de estos mapas (para cada par (k, l ) dado) es también un espacio
vectorial, –con las operaciones obvias– y sus elementos son llamados tensores
de tipo (k, l ) .
Ejercicio: ¿Cuál es la dimensión de estos espacios como función del par (k, l )?
Nota: En dimensión finita se puede demostrar que cualquier tensor de tipo
(k, l ) se puede escribir como combinación lineal de elementos del producto
cartesiano de k copias de V ∗ y l copias de V –donde hemos identificado a V
con V ∗∗ –. Por ejemplo si t es de tipo (0, 2), –o sea un mapa que tiene como
argumentos a dos covectores–, entonces dada una base {v i } de V habrá n × n
números reales t i j , i = 1, . . . , n tales que
X
n
t (σ, ω) = t i j v i (σ)v j (ω), ∀σ, ω ∈ V ∗ . (2.5)
i, j =1
30
∗ ∗
V
| ⊗ V {z ⊗ · · · ⊗ V }∗ ⊗V · · ⊗ V} .
| ⊗ ·{z
k veces l veces
Por lo tanto también se los puede considerar a los tensores como elementos
de estos productos externos.
v , . . . , |{z}
ǫ(. . . , |{z} v , . . .)
u , . . . , |{z}
u , . . .) = −ǫ(. . . , |{z} (2.6)
i j i j
ǫ(u1, . . . , un ) 6= 0. (2.7)
31
es totalmente antisimétrico en los {ui } y por lo tanto proporcional a sí mis-
mo;
2.1.2. Complexificación
Otra manera de obtener campos vectoriales a partir de uno dado, diga-
mos V , es extendiendo el campo donde está definida la operación de multi-
plicación, si esto es posible. El caso más común es la complexificación de un
espacio vectorial real en ese caso simplemente se extiende el producto a los
números complejos resultando un campo vectorial de la misma dimensión.
Una manera de obtenerlo, por ejemplo es tomando un conjunto de vectores
linealmente independientes del espacio inicial, es decir una base, y conside-
rando todas las combinaciones lineales con coeficientes complejos arbitrarios.
El espacio así obtenido se denota por V C . Si las componentes de los vectores
en V en la base original eran n-tuplas de números reales, ahora son n-tuplas
de números complejos. Como la base es la misma, la dimensión también es
la misma. Estas extensiones de espacios vectoriales aparecen a menudo y más
adelante veremos otras.
32
conjunto de clases equivalentes en V , donde diremos que dos vectores de V
son equivalentes si su diferencia es un vector en W . Este espacio se denota
como V /W .
2.2. Normas
Ejemplos: En lR2 :
33
2v Wv ′
v
v′
Wv
Ejercicio: Pruebe que |t (u, v)|2 ≤ ||u|| t ||v|| t . Ayuda: Considere el polino-
mio: P (λ) := t (u + λv, u + λv).
Ejercicio: Pruebe que los ejemplos dados son en realidad normas. Grafique
las curvas de nivel de las cuatro primeras normas, es decir los conjuntos Sa =
{(x, y) ∈ lR2 / k(x, y)k = a} y las “bolas de radio a", es decir Ba = {(x, y) ∈
lR2/k(x, y)k ≤ a}.
34
un número positivo cualquiera, a, existe un único número α > 0 tal que
kαxk = a. Esto indica que las superficies de nivel de la norma, es decir las
hiper-superficies Sa = {x ∈ V /kxk = a}, a > 0 forman una familia suave de
capas una dentro de la otra y cada una de ellas divide a V en tres conjuntos
disjuntos, el interior4 de Sa –conteniendo el elemento x = 0– , Sa y el exterior
de Sa . El interior de Sa es un conjunto convexo, es decir si x e y pertenecen
al interior de Sa luego αx + (1 − α)y, α ∈ [0, 1] también pertenece [ya que
kαx + (1 − α)yk ≤ αkxk + (1 − α)kyk ≤ αa + (1 − α)a = a]. Una curva
de nivel caracteriza completamente una norma en el sentido que si damos
un subconjunto N de V , tal que N tiene la propiedad radial, es decir dado
x 6= 0 existe α > 0 tal que α x ∈ N , y su interior es convexo, luego existe una
única norma tal que N es la superficie de nivel S1. Esta norma se define de la
siguiente forma: dado x habrá un α > 0 tal que αx ∈ N y entonces la norma
de x será kxk = α1 .
Teorema 2.1 Sea V un espacio vectorial de dimensión finita. Luego todas sus
normas son equivalentes entre sí, en el sentido que dadas k · k y k · k′ existen
constantes positivas M1 y M2 tal que para todo x ∈ V se cumple M1 kxk ≤
kxk′ ≤ M2kxk.
P
Prueba: Mostraremos que todas son equivalentes a la norma kxk1 = ni=m |a i |,
donde los a i son las componentes de x, con respecto a una base {e i } que su-
pondremos dada, x = a i ei . Sea y = b i ei y k · k otra norma cualquiera, luego
35
Esto demuestra que la norma k · k es una función continua con respecto a
la norma k·k1. Sea S1 la superficie de nivel de radio 1 con respecto a la métrica
k · k1. S1 es un conjunto cerrado y acotado y por lo tanto compacto5. Por lo
tanto, por continuidad, k · k tiene un valor máximo, M2, y un mínimo, M1,
que dan la desigualdad buscada.
Notas:
i) En esta prueba es crucial el hecho de que S1 es compacto. Si V es de dimen-
sión infinita esto no es así y hay muchas normas no equivalentes.
i i ) Para nuestros propósitos cualquier norma es suficiente –ya que si por
ejemplo, f : V → lR es diferenciable con respecto a una norma lo es tam-
bién con respecto a cualquier otra equivalente a ésta– y por simplicidad de
ahora en más usaremos la Euclídea.
i i i) En este sentido las normas de espacios vectoriales son equivalentes a la
generada por cualquier elemento simétrico-positivo del producto exterior de
su dual consigo mismo.
i v) Como normas equivalentes generan una misma topología, vemos que en
los espacios vectoriales de dimensión finita existe una única topología asocia-
da con todas sus posibles normas. Esta usualmente se denomina la topología
fuerte .
36
y además A · B (el operador que a x ∈ V lo envía a A(B(x)) ∈ V ) también
pertenece a L . Debido a esta propiedad podemos además definir funciones
no lineales de L en lR y mapas de L en L . Para estudiar la continuidad
y diferenciabilidad de estos mapas introduciremos una norma en L , la más
conveniente es la siguiente norma inducida de la usada en V ,
37
esta función se llama la traza de A y se denota t r (A).
Entre los mapas de L en L consideremos el mapa exponencial, definido
como,
∞ Ai
X A2
eA = = I +A+ + ··· (2.13)
i =0 i! 2
n Ai
X
Prueba: Considere la sucesión de Cauchy {enA}, donde enA ≡ . Esta
i=0 i!
sucesión es de Cauchy ya que, tomando m > n, tenemos
kAk n kAi k
X
Donde em L ≡ L y la última implicación sigue del hecho que
i=0 i!
kAk
la serie numérica e L converge. Pero por completitud 7 de L toda su-
cesión de Cauchy converge a algún elemento de L que llamaremos e A. La
P
diferenciabilidad de e t A sigue del hecho de que si una serie ∞ f (t ) es con-
i =0 i
P d fi d P∞
vergente y ∞ i=0
es uniformemente convergente, luego dt i=0 i
f (t ) =
P∞ d d t
f (t ) ♠
i=0 d t i
38
a) e (t +s)A = e t A · e s A,
b) Si A y B conmutan, es decir si AB = BA, luego e A+B = e A e B .
c) d e t (e A) = e t r (A)
d
d) e t A = Ae t A.
dt
Ayuda: Para el punto c) use que e A se puede definir también como,
A
e A = lı́m (I + )m .
m→∞ m
Pn
Ejercicio: Ver, a partir de su definición (ecuación (2.12)), que t r A = i=1
Ai i .
39
2.3.2. Subespacios Invariantes
(A − λI )u = 0 (2.16)
Prueba:
Una solución de esta ecuación consiste así de un escalar λ, llamado au-
tovalor del operador A y de un vector u, llamado autovector del operador
A. El subespacio de V C dado por {αu | α ∈ C } es el subespacio invariante
buscado.
Es claro que el sistema tiene solución si y solo si det(A − λI ) = 0. Pero
este es un polinomio en λ de orden igual a la dimensión de V y por lo tanto,
por el Teorema Fundamental del álgebra tiene al menos una solución o raíz,
(en general complejas), λ1, y por lo tanto habrá, asociada a ella, al menos un
u 1 solución de (2.16) con λ = λ1 ♠
40
La necesidad de considerar todas estas soluciones es lo que nos lleva a
tratar el problema para espacios vectoriales complejos.
(A − λI )u = 0. (2.18)
Como ya vimos este problema siempre tiene al menos una solución no trivial
y por lo tanto tenemos un par (λ1, u 1) solución del problema. Tomamos u 1
de norma unidad y como primer elemento de la base a determinar. Tenemos
entonces A j 1 = θ j (A(u 1)) = θ j (λ1 u 1) = λ1δ j 1.
Consideremos ahora el espacio
Vn−1 = {u ⊥
1
} := {u ∈ V |(u 1, u) = 0}
y el operador de Vn−1 → Vn−1 dado por (I − u 1θ1)A. Note que como forma-
remos una base orto-normal conocemos ya el primer miembro de la co-base,
41
θ1 = (u 1, ·). Para este operador, en este espacio, podemos plantear también la
ecuación de autovalores-autovectores,
((I − u 1θ1)A − λI )u = 0. (2.19)
Obtenemos así un nuevo par (λ2, u 2), con u 2 perpendicular a u 1 y ade-
más, Au 2 = λ2 u 2 + u 1θ1(A(u 2)). Por lo tanto
42
o sea,
X
m−1
0= c i (λ m − λi ) u i . (2.22)
i=1
43
det(A − λI ) = ǫ((A − λI )e 1, (A − λI )e 2)/ǫ(e 1, e 2)
= ǫ(−e 2 − λe 1, e 1 − λe 2)/ǫ(e 1, e 2)
= 1 + λ2 . (2.23)
Wλi p = {u ∈ V | (A − λi I ) p u = 0} (2.24)
Note que estos son espacios invariantes: AWλi p ⊂ Wλi p . Además Wλi p ⊂
Wλi p+1 y por lo tanto, para un p suficientemente grande ( p ≤ n) tendremos
que Wλi p = Wλi p+1 tomando el mínimo entre los p’s donde esto ocurre
definimos Wλi := Wλi p . Note que si para algún λi , p = 1 entonces el subes-
pacio Wλi está compuesto por autovectores. Estos son los máximos espacios
invariantes asociados con el autovalor λi , en efecto tenemos:
44
Teorema 2.3 (Ver capítulo 5, Teorema 5.3) Dado un operador A : V → V ,
con autovectores {λi }, i = 1...m el espacio V C admite una descomposición di-
recta en subespacios invariantes Wλi , donde en cada uno de ellos A tiene solo a
λi como autovalor.
Prueba:
Los Wλi son independientes. Sea v 1 + . . . + v s = 0, con v i ∈ Wλi , luego
debemos probar que cada v i = 0. Aplicando (A − λ2 I ) p2 . . . (A − λ s I ) ps a la
suma anterior obtenemos, (A − λ2 I ) p2 . . . (A − λ s I ) ps v 1 = 0, pero como λi ,
i 6= 1 no es un autovalor de A en Wλ1 el operador (A − λ2 I ) p2 . . . (A − λ s I ) ps
es invertible 9 es ese subespacio y por lo tanto v 1 = 0. Continuando de esa
forma vemos que todos los v i se deben anular.
Los Wλi generan todo V C . Supongamos por contradicción que este no es
el caso, y consideremos V C /W , donde W es el espacio generado por todos
los Wλi , es decir el espacio de todas las combinaciones lineales de elementos
en los Wλi . El operador A actúa en V C /W [A{u} = {Au}] y por lo tanto
tiene allí un par autovalor-autovector. Esto implica, que para algún elemento
ζ de V C en alguna clase equivalente de V C /W se cumple:
Aζ = λζ + u 1 + . . . + u s (2.25)
(A − λ j I )ζ̃ = u i (2.26)
45
lo tanto solo puede ser que V C /W sea el espacio trivial y los Wλi generan
todo V C ♠
Vemos así que solo necesitamos estudiar ahora cada uno de estos subes-
pacios Wλi para encontrar todas sus partes irreducibles (de ahora en más su-
primiremos el subíndice i). Pero en estos subespacios el operador A actúa en
forma muy sencilla!
En efecto, sea ∆λ : Wλ → Wλ definido por ∆λ := A|Wλ − λI |Wλ , luego ∆
tiene solo al 0 como autovalor y por lo tanto es nilpotente , es decir, existe
un entero m ≤ n tal que ∆λm = 0.
P
Note que si n = dimW luego n = di=1 pi . Cada uno de estos conjuntos
formados por repetidas aplicaciones de un operador se llama un ciclo . En
este caso la base está formada por los elementos de d ciclos. Note que no
necesariamente los ciclos son entes únicos, en efecto, si tenemos dos ciclos
con el mismo número de elementos, entonces cualquier combinación lineal
de los mismos será también un ciclo. Note que cada ciclo contiene un solo
autovector.
46
Prueba: Lo probaremos por inducción en la dimensión de W . Si n = 1 toma-
mos cualquier vector para generar la base, ya que en este caso ∆ = 0. Supo-
nemos ahora que es cierto para toda dimensión menor que n. En particular,
como ∆ tiene un autovalor nulo dim(ker ∆) ≥ 1 y por lo tanto tenemos que
W ′ (= ∆(W )) tiene dimensión menor que n, digamos n ′ y por la hipótesis
inductiva una base de la forma
′ p′ ′
{{v ′1, ∆v ′1, . . . , ∆ p1 v ′1}, . . . , {{v ′d ′ , ∆v ′d ′ , . . . , ∆ d v ′d ′ }}.
′
d pX
X i
+1
0= C i j ∆ pi v i (2.27)
i=1 j =0
′
d pX
X i
+1
0 = ∆ C i j ∆ pi v i
i=1 j =0
pi ′
X
d′ X
′
= Ci j ∆ pi v ′i , (2.28)
i=1 j =0
47
′
donde hemos usado que ∆ pi +1 v ′i = 0. Pero esta es la relación de ortogonali-
dad de la base de W ′ y por lo tanto concluimos que Ci j = 0 ∀i ≤ d ′ , j ≤ pi′ .
La relación inicial queda entonces reducida a
X
d
′
0 = Ci p ′ +1∆ pi +1 v i
i
i=1
X
d′ X
d
pi′
= Ci p ′ ∆ v ′i + Ci1 z i , (2.29)
i
i=1 i=d ′ +1
48
entonces cada uno de los coeficientes Cim , Cim−1, C j debe anularse. Multi-
plicando la expresión anterior por ∆ obtenemos,
X X
0= Cim−1∆v im−1 = Cim−1 v im , (2.32)
i i
Ejercicio: Muestre que los ciclos obtenidos son subespacios invariantes irre-
ducibles de A.
X
n X
n
i
A= λ uiθ + u i θ i−1 ≡ λI + ∆ (2.34)
i =1 i =2
49
Es decir, en esta base las componentes de A forman una matriz A j i dada
por
λ 1 0 ··· 0
0 . . . . . . . . . ...
A=
λ 1 0
(2.35)
0 λ 1
λ
Note que la matriz ∆ es n-nilpotente, es decir ∆n = 0.
No es cierto que todo operador sea del tipo Jordan –encuentre uno que
no lo sea– pero es claro que la restricción de cualquier operador a uno de sus
subespacios invariantes irreducibles (ciclos) lo es. Esto se puede ver numeran-
do los elementos de la base generada por el ciclo convenientemente.
Este teorema nos dice que dado A existe una base, en general compleja,
tal que la matriz de sus componentes tiene forma de bloques diagonales cua-
drados de ni × ni , donde ni es la dimensión del subespacio Cλk , cada uno con
i
11
Recordemos que un espacio vectorial V se dice que es suma directa de dos espacios vecto-
riales W y Z, y lo denotamos como V = W ⊕ Z si cada vector en V puede ser obtenido de
una única manera como la suma de un elemento en W y otro de Z.
50
la forma dada en 2.35. Esta forma de la matriz se llama forma canónica de
Jordan.
Ejercicio: Muestre que las raíces, λi , que aparecen en los operadores Ai son
invariantes ante transformaciones de semejanza, es decir λi (A) = λi (PAP −1).
51
Sea A : C 2 → C 2. En este caso el polinomio característico d e t (A − λI )
tiene solo dos raíces las que supondremos coincidentes, λ1 = λ2 = λ. Nos en-
contramos aquí ante dos posibilidades, o existen dos autovectores linealmen-
te independientes u 1 y u 2, en cuyo caso V = B1 ⊕ B2 y A es diagonalizable
(A = d ia g (λ, λ) = I λ), o existe solo un autovector ũ 1. En tal caso sea ũ 2
cualquier vector linealmente independiente de ũ 1, luego Aũ 2 = c 1 ũ 1 + c 2 ũ 2
para algunos escalares c 1 y c 2 en C. Calculando el determinante de A− λ̃I en
esta base obtenemos (λ − λ̃)(c 2 − λ̃), pero λ es una raíz doble y por lo tanto
c 2 = λ.
Reordenando y re-escaleando las bases u 1 = ũ 1 , u 2 = c 1 ũ 2 obtenemos
Au 1 = λ u 1 + y
(2.41)
Au 2 = λu 2 + u 1,
y por lo tanto
A = λ(u 1 ⊕ θ1 + u 2 ⊕ θ2) + u 1 ⊕ θ2, (2.42)
A = P BP −1. (2.43)
Ejercicio:
a) Probar qué semejanza es una relación de equivalencia.
b) Probar que las funciones y los mapas definidos anteriormente lo son en las
52
distintas clases equivalentes, es decir,
53
Relaciones de Equivalencia.
1. Reflexiva: Si x ∈ X , luego x ≈ x.
2. Simétrica: Si x, x ′ ∈ X y x ≈ x ′ , luego x ′ ≈ x.
3. Transitiva: Si x, x ′ , x ′′ ∈ X , x ≈ x ′ y x ′ ≈ x ′′ , luego x ≈ x ′′ .
Note que la primer propiedad nos asegura que cada elemento de X cumple
una relación de equivalencia con algún elemento de X , en este caso consigo
mismo. Relaciones de equivalencia aparecen muy a menudo en física, esencial-
mente cuando usamos para describir algún proceso físico un ente matemático
que tiene partes superfluas en lo que respecta a este proceso y que por lo tan-
to querríamos ignorarlas. Esto se logra declarando dos entes que describen el
mismo fenómeno entes equivalentes.
54
La propiedad fundamental de las relaciones de equivalencia es la siguiente.
55
A ω(A(v))
V W
A′
V ′
W′
A′ (ω)(v)
= sup {k(A(v))kW }
k v kV =1
= kAk. (2.48)
56
tiene componentes
X
n X
n X
n
i i
( 1
A iv , 2
A iv ,..., Am i v i )
i=1 i =1 i=1
en la base {û i }
Veamos ahora las componentes de A′ . Por definición tenemos,
i i
(A′ )i j := A′ (θ̂ )(u j ) = θ̂ (A(u j )) = Ai j .
O sea las mismas componentes, pero ahora la matriz actúa por izquierda en
las componentes (ω1, ω2, . . . , ω m ) de un elemento ω de W ′ en la co-base
i
{θ̂ }. Las componentes de A′ (ω) en la co-base {θ i } son,
X
m X
m X
m
i i
( A 1ωi , A 2ωi , . . . , Ai n ωi ).
i=1 i=1 i=1
(A⋆ (v), u) = (φ−1(A′ ((v, ·)), u) = A′ ((v, ·)), (u) = (v,A(u)). (2.51)
A⋆ j i = ti l Al k (t −1)k j ,
57
A
V V
( , )−1 (, )
A⋆
V′ V′
A′
58
Consideremos ahora la restricción de A a S pan{u 1, u 2}⊥ allí también tene-
mos A : S pan{u 1, u 2}⊥ → S pan{u 1, u 2}⊥ y por lo tanto un autovector de
A, u 3 con u 3 ⊥ u 1, u 3 ⊥ u 2. Continuando de esta manera llegamos a tener
n = dim H autovectores todos ortogonales entre sí ♠
Este teorema tiene varias extensiones al caso donde el espacio vectorial es
de dimensión infinita. Más adelante en el capítulo 12 veremos una de ellas.
Notemos que en esta base A es diagonal y por lo tanto tenemos
Corolario 2.2 Todo operador autoadjunto es diagonalizable
Notemos también que si u es un autovector de A autoadjunto, con autovalor
λ luego,
λ̄(u, u) = (A(u), u) = (u,A(u)) = λ(u, u) (2.53)
y por lo tanto λ̄ = λ, es decir,
Ā j i = Ai j (2.55)
o sea que la matriz transpuesta es la complejo conjugada de la original. En el
caso de matrices reales vemos que la condición es que en esa base la matriz
sea igual a su transpuesta, lo que usualmente se denota diciendo que la matriz
es simétrica.
Una propiedad interesante de los operadores autoadjuntos es que su nor-
ma es igual al supremo de los módulos de sus autovalores. Como la cuenta
59
demostrando esto será usada más adelante en el curso damos una demostra-
ción de este hecho a continuación.
Lema 2.9 Si A es autoadjunto luego kAk = sup{|λi |}.
Prueba: Sea F (u) := (A(u),A(u)) definida en la esfera kuk = 1. Como dicho
conjunto es compacto (aquí estamos usando el hecho que el espacio es de
dimensión finita) tiene un máximo que denotaremos u 0. Notemos entonces
que F (u 0) := kAk2. Como F (u) es diferenciable en la esfera se debe cumplir
que
d
F (u 0 + λδ u)|λ=0 = 0, (2.56)
dλ
a lo largo de toda curva tangente a la esfera en el punto u 0, es decir, para todo
δ u tal que (u 0, δ u) = 0. Ver figura.
u0
δu
Pero
d d
F (u 0 + λδ u)|λ=0 = (A(u 0 + λδ u),A(u 0 + λδ u))|λ=0
dλ dλ
= (A(δ u),A(u 0)) + (A(u 0),A(δ u))
= 2ℜ(A⋆Au 0, δ u)
= 0 ∀δ u, (u 0, δ u) = 0 (2.57)
Como δ u es arbitrario en {u 0}⊥ esto simplemente implica
A⋆A(u 0) ∈ {δ u}⊥ = {u 0}⊥⊥ = {u0 }. (2.58)
60
y por lo tanto que existirá α ∈ C tal que
A⋆A(u 0) = αu 0. (2.59)
El caso más típico de operador unitario es una transformación que envía una
base ortonormal en otra. Ejemplos usuales son las rotaciones en lRn .
Observemos también que kU k = supkv k=1{kU (v)k} = 1.
Notemos que
o sea,
U ⋆U = I (2.64)
61
y por lo tanto,
U −1 = U ⋆ . (2.65)
Veamos cómo son los autovalores de un operador unitario U . Sea v 1 un
autovector de U (sabemos que al menos tiene uno), luego,
2.6. Problemas
62
a)
3 5
(2.69)
4 1
b)
3 5 2
4 1 7 (2.70)
8 3 2
Problema 2.7 Sea V un espacio vectorial cualquiera y sea k·k una norma Euclí-
dea en dicho espacio. La norma H i l b e r t − S c h mi d t de un operador se define
como:
X n
2
kAkH S = |A j i |2. (2.71)
i, j =1
Problema 2.9 Lleve a forma triangular superior las siguientes matrices: Nota:
De la transformación de las bases.
a)
3 4
(2.75)
2 1
63
b)
2 4 2
4 1 0 (2.76)
3 3 1
c)
1 4 3
4 4 0 (2.77)
3 3 1
Notas bibliográficas: Este capítulo está basado en los siguientes libros: [1],
[3], [5] y [18]. También son de interés los siguientes, [11] y [12]. El álgebra
lineal es una de las áreas más grandes y más prolífica de las matemáticas, so-
bre todo cuando trata de espacios de dimensión infinita, lo que usualmente
se llama análisis real y teoría de operadores. En mi experiencia personal la
mayoría de los problemas terminan reduciéndose a un problema algebraico y
uno siente que ha hecho un avance cuando puede resolver dicho problema.
64
CAPÍTULO 3
GEOMETRÍA
3.1. Variedades
Hay dos motivos principales que justifican el estudio del concepto de va-
riedad, o más generalmente de la geometría diferencial por parte de los físicos.
Uno es que en física aparecen naturalmente las variedades y por lo tanto no
las podemos eludir. Solo en los cursos elementales se logra esquivar a éstas
por medio del cálculo vectorial en lRn . Así es que, por ejemplo, para estudiar
el movimiento de una partícula restringida a moverse en una esfera la imagi-
namos a esta última embebida en lR3 y usamos las coordenadas naturales de
lR3 para describir sus movimientos.
El segundo motivo es que el concepto de variedad es de gran utilidad
conceptual, ya que por ejemplo en el caso de una partícula moviéndose en lR3
este nos permite discernir claramente entre la posición de una partícula y su
vector velocidad como entes matemáticos de naturaleza diferente. Este hecho
se enmascara en lR3 ya que este tipo especial de variedad tiene la estructura
de un espacio vectorial.
Una variedad es una generalización de los espacios Euclídeos lRn en la
cual uno preserva el concepto de continuo, es decir su topología en el sentido
local pero descarta su carácter de espacio vectorial. Una variedad de dimen-
sión n es en términos imprecisos un conjunto de puntos que localmente es
como lRn , pero que no lo es necesariamente en su forma global.
Un ejemplo de una variedad en dos dimensiones es la esfera, S 2. Si mira-
mos un entorno suficientemente pequeño, Up , de un punto cualquiera de S 2
vemos que es similar a un entorno del plano, lR2, en el sentido que podemos
definir un mapa continuo e invertible entre ambos entornos. Globalmente
el plano y la esfera son topológicamente distintos, ya que no existe ningún
mapa continuo e invertible entre ellos. [Ver figura 3.1.]
Como dijimos antes, se podría objetar la necesidad, en el ejemplo ante-
65
Figura 3.1: Un atlas de la esfera.
[
1. Los Ui cubren M , (M = Ui ).
i
66
φ j (Uj ) φ j (Ui ∩ Uj ) φi (Ui ∩ Uj )
lRn
lRn
φ j ◦ φ−1
i
φi (Ui )
φj φi
Uj Ui
φi
lRn
pk Ui
p
φi ( p)
67
la diferenciabilidad de estos mapas.
Diremos que un atlas {(Ui , ϕ i )}, es C p si los mapas ϕ j ◦ϕ −1
i
son p-veces
diferenciables y su p-ésima derivada es continua.
Uno estaría tentado a definir la variedad M como el par que consiste del
conjunto M y un atlas {(Ui , ϕ i )}, pero esto nos llevaría a considerar como
distintas variedades, por ejemplo, el plano con un atlas dado por la carta
(lR2, (x, y) → (x, y)) y el plano con un atlas dado por la carta (lR2, (x, y) →
(x, −y)).
Para subsanar este inconveniente introducimos el concepto de equivalen-
cia entre atlas.
68
q ∈ Uj y Ui ∩ Uj = ;, lo que también implica que tienen entornos disjun-
tos. Esta es una propiedad en la topología de M que esencialmente dice que
podemos separar puntos de M . Un ejemplo de una variedad no–Hausdorff es
el siguiente.
I1 p
I3
I2
69
Definición: Diremos que f es p-veces continuamente diferenciable en el
p
punto q ∈ M , f ∈ Cq si dada (Ui , ϕ i ) con q ∈ Ui , f ◦ ϕ −1
i
: ϕ i (Ui ) ⊂
n
lR → lR es p-veces continuamente diferenciable en ϕ i (q).
Note que esta propiedad es independiente de la carta empleada [ mientras
consideremos solo cartas de la clase compatible de atlas ]. Diremos que f ∈
p
C p (M ) si f ∈ Cq ∀ q ∈ M . [Ver figura 3.5.]
f ◦ φ−1
i
n
lR
lR
φi
q
Ui M
Figura 3.5: Composición del mapa de una carta con una función.
Ejercicio: El círculo, S 1, se puede pensar como el intervalo [0,1] con sus ex-
tremos identificados. ¿Cuáles son las funciones en C 2(S 1)?
70
M φi
lR
fi
Ui
φ j ◦ φ−1
i
Uj
φj fj
3.3. Curvas en M
lRn
φi ◦ γ
φi (Ui )
I
t0
γ φi
I t0
Ui
M
γ (t0)
71
Ejercicio: Demuestre que la definición anterior no depende de la carta usada.
3.4. Vectores
v : C ∞ (M ) → lR
satisfaciendo: ∀ f , g ∈ C ∞ (M ) , a, b ∈ lR
i) Linealidad; v(a f + b g )| p = a v( f )| p + b v( g )| p .
i i ) Leibnitz; v( f g )| p = f ( p) v( g )| p + g ( p) v( f )| p .
72
Sea T p el conjunto de todos los vectores en p. Este conjunto tiene la
estructura de un espacio vectorial y es llamado el espacio tangente al punto
p. En efecto, podemos definir la suma de dos vectores v 1 , v 2 como el vector,
es decir el mapa, satisfaciendo i) y i i ), (v 1 + v 2)( f ) = v 1( f ) + v 2( f ) y el
producto del vector v por el número a como el mapa (av)( f ) = a v( f ).
Como en lRn , la dimensión del espacio vectorial T p , (es decir el número
máximo de vectores linealmente independientes), es n.
Note que estos mapas satisfacen i) y i i ) y por lo tanto las x i son real-
mente vectores. Note además que el lado derecho de 3.1 está bien definido ya
que tenemos las derivadas parciales usuales de mapas entre lRn y lR. Estos x i
dependen de la carta (U , ϕ) pero esto no importa en la prueba ya que T p no
depende de P carta alguna. Estos vectores son linealmente independientes, es
decir si x = ni=1 c i x i = 0 luego c i = 0 ∀ i = 1, . . . , n. Esto se ve fácilmente
considerando las funciones (en rigor definidas solamente en U ), f j = x j ◦ ϕ,
j
ya que x i ( f j ) = δi y por lo tanto 0 = x( f j ) = c j . Solo resta mostrar que
cualquier vector v puede ser expresado como combinación lineal de los x i .
Para ello usaremos el siguiente resultado cuya prueba dejamos como ejercicio.
Lema 3.1 Sea F : lRn → lR, F ∈ C ∞ (lRn ) luego para cada x0 ∈ lRn existen
funciones Hi : lRn → lR ∈ C ∞ (lRn ) tales que ∀ x ∈ lRn se cumple
X
n
F (x) = F (x0) + (x i − x0i ) Hi (x) y (3.2)
i=1
además, ∂ F
= Hi (x0). (3.3)
∂ xi x=x0
73
Continuamos ahora la prueba del Teorema anterior. Sea F = f ◦ ϕ −1 y
x0 = ϕ( p), luego ∀ q ∈ U tenemos
X
n
f (q) = f ( p) + (x i ◦ ϕ(q) − x i ◦ ϕ( p)) Hi ◦ ϕ(q) (3.4)
i=1
Usando i) y i i ) obtenemos,
Pn
i i
v( f ) = v( f ( p)) + i=1(x ◦ ϕ(q) − x ◦ ϕ( p)) v(Hi ◦ ϕ)
P q= p
+ ni=1(Hi ◦ ϕ) v(x i ◦ ϕ − x i ◦ ϕ( p))
p (3.5)
Pn
= i=1(Hi ◦ ϕ) v(x i ◦ ϕ)
Pn p
i
= i=1 v x i ( f )
Ejercicio: Si (Ũ , ϕ̃) es otra carta tal que p ∈ Ũ , entonces ésta definirá otra
base coordenada { x̃ i }. Muestre que
n ∂ x̃ i
X
xj = x̃ i
i =1 ∂ xj
d
t(f ) = ( f ◦ γ )| t =t . (3.6)
dt 0
74
lR lR
f ◦γ
f
γ
d d
(f ◦ γ) = ( f ◦ ϕ −1 ◦ ϕ ◦ γ )
dt dt
d
= ( f ◦ ϕ −1(x i (t )))
dt
Xn ∂ −1
d xi
= ( i ( f ◦ ϕ ))
i=1 ∂ x dt
Xn d xi
= xi(f ) (3.8)
i=1 d t
75
dados dos campos vectoriales (C ∞ ) nos da un tercero:
Ejercicio:
1) Muestre que [x, y] es en realidad un campo vectorial.
2) Vea que se satisface la identidad de Jacobi:
76
diferenciales ordinarias, –que será el objeto de nuestro estudio en los capítu-
i
los siguientes– ya que consiste en resolver las ecuaciones ddxt = v i (x j ) con
condiciones iniciales x i (0) = ϕ i ( p) ∀ p ∈ M . Como veremos la respues-
ta es afirmativa pero solo localmente, es decir podremos encontrar solo g t
definidos en I (⊂ lR) × U (⊂ M ) → M .
Ejercicio: Grafique en un entorno del origen lR2 las curvas integrales y por lo
tanto g t de los siguientes sistemas lineales.
ẋ 1 0 x
= (3.12)
ẏ 0 k y
77
Ejemplo: Sea f ∈ C p∞ . Un vector en p ∈ M es una derivación sobre funciones
en C p∞ , v( f ) ∈ lR. Pero dados v 1 y v 2 ∈ T p (v 1 + v 2)( f ) = v 1( f ) +
v 2( f ) y por lo tanto f define una funcional lineal d f | p : T p → lR, llamada
la diferencial de f , es decir un elemento de T p∗ . De esta forma la diferencial
de una función d f es un co-vector que al actuar sobre un vector v nos da el
número la derivada de f en el punto p en la dirección de v.
Considere el subconjunto S de M tal que f (M ) = cte. Esta será una sub-
variedad de M , es decir superficies embebidas en M , de dimensión n − 1. La
condición d f | p (v) = 0 en vectores de T p con p ∈ S significa que estos son en
realidad vectores tangentes a S, es decir elementos de T p (S). Por el contrario,
si d f (v)| p 6= 0 entonces en ese punto v pincha a S.
3.5.4. La Métrica
Sea M una variedad n-dimensional. Hemos definido anteriormente en M
las nociones de curvas, campos vectoriales y co-vectoriales, etc. pero no una
noción de distancia entre sus puntos, es decir una función d : M × M → lR
que toma dos puntos cualquiera, p y q de M y nos da un número d ( p, q)
satisfaciendo,
1. d ( p, q) ≥ 0.
2. d ( p, q) = 0 ↔ p = q.
3. d ( p, q) = d (q, p).
4. d ( p, q) ≤ d ( p, r ) + d (r, q).
Esta, y en algunos casos una noción de pseudo-distancia [donde 1) y 2)
no se cumplen], es fundamental si queremos tener una estructura matemáti-
ca que sea útil para la descripción de fenómenos físicos. Por ejemplo la ley
78
de Hooke, que nos dice que la fuerza aplicada a un resorte es proporcional
a la elongación (una distancia) de éste, claramente necesita de este ente. A
continuación introduciremos una noción de distancia infinitesimal, es decir
entre dos puntos infinitesimalmente separados, la cual responde a la noción
Euclídea de distancia y permite desarrollar una noción de distancia global, es
decir entre dos puntos cualesquiera de M .
La idea es entonces tener un concepto de distancia (o seudo-distancia) en-
tre dos puntos infinitesimalmente cercanos, es decir dos puntos conectados
por un desplazamiento infinitesimal, es decir conectados por un vector. La
noción que necesitamos es entonces la de norma de un vector. Como una
variedad es localmente como lRn , en el sentido de que el espacio de vectores
tangentes a un punto p, T p M es lRn , es razonable considerar allí la noción
de distancia Euclídea, es decir que la distancia entre dos puntos x0 y x1 ∈ lRn
es la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de las componentes (en algún
sistema de coordenadas) del vector conectando estos dos puntos. El inconve-
niente con esto es que dicha noción depende del sistema coordenado que se
esté usando y por lo tanto habrá tantas distancias como sistemas coordenados
cubriendo el punto p. Esto no es más que una indicación que la estructura
que hasta este momento tenemos no contiene una noción de distancia privi-
legiada o natural. Esta debe ser introducida como una estructura adicional.
Una manera de obtener distancias infinitesimales independientes del sistema
coordenado (es decir geométricas) es introduciendo en cada punto p ∈ M un
tensor de tipo (2,0), simétrico [g(u, v) = g(v, u)∀u, v ∈ T p M ] y no degene-
rado [g(u, v) = 0∀v ∈ T p M ⇒u = 0]. Si además pedimos que este tensor sea
definido positivo [g(u, u) ≥ 0(= ⇔ u = 0)] se puede ver fácilmente que es-
te define un producto escalar en T p M (o seudoescalar si g(u, u) = 0 para algún
u 6= 0 ∈ T p M ). 2 Si hacemos una elección para este tensor en cada punto de
M de forma suave obtendremos un campo tensorial suave que se denomina la
métrica de M . Esta estructura extra, un campo tensorial con ciertas propieda-
des es lo que nos permite construir las bases matemáticas para luego edificar
gran parte de la física sobre ella.
Sea g una métrica en M , dado un punto cualquiera p de M existe un
sistema coordenado en que sus componentes son
gi j = δi j
79
componentes dependerán allí de las coordenadas. Note que esto es lo que
queríamos hacer en un comienzo, pero ahora al definir esta norma vía un
vector le hemos dado un carácter invariante.
Restringiéndonos ahora a métricasp definidas positivas definiremos la nor-
ma de un vector v ∈ T p como |v| = | g (v, v)|, es decir como la distancia
infinitesimal dividida por ε entre el p y el punto γ (ε) donde γ (t ) es una curva
d γ (t )
tal que γ (0) = p, d t | t =0 = v. Análogamente podemos definir la longitud
de una curva suave γ (t ) : [0, 1] → M por la fórmula,
Z 1Æ
L(λ) = g(v, v) d t , (3.13)
0
d γ (t )
donde v(t ) = d t . Vemos entonces que definimos la longitud de una curva
midiendo las longitudes infinitesimales entre puntos cercanos de ésta y luego
integramos con respecto a t.
d g ( p, q) = in f |L(γ )| (3.14)
{γ (t ) : γ (0)= p,γ (1)=q}
Ejercicio: Encuentre un ejemplo de una variedad con dos puntos tales que el
ínfimo de la definición anterior no es un mínimo. Es decir en la que no haya
ninguna curva conectando los dos puntos con la mínima distancia entre ellos.
80
Ejercicio: c) La métrica de la esfera es (d θ)2+sin2 θ (d ϕ)2. ¿Cuál es la distancia
en este caso? ¿Para qué puntos p, q existen varias curvas γ i con L( γ i ) =
d ( p, q)?
g (g −1 (θ, ), ) = θ (3.15)
para todo campo co-vectorial θ. Esto indica que cuando tenemos una varie-
dad con una métrica se hace irrelevante distinguir entre vectores y co-vectores
o por ejemplo entre tensores tipo (0,2), (2,0) o (1,1).
81
decir no dependen del sistema de coordenadas y ni siquiera toman valores
numéricos, es decir l a no significa la n–tupla, (l 1, l 2, . . . , l n ) como si fuesen
índices. De esa forma l a denotará al vector l , θa al co-vector θ y gab a la
métrica g . Una contracción como por ejemplo g (v, ) se denotará gab v a y a
este covector lo denotaremos por v b , es decir la acción de gab es la de bajar
el índice a v a y dar el covector v b ≡ v a gab . Del mismo modo denotaremos a
g −1 (la inversa de g ) como g ab , es decir g con los índices subidos.
La simetría de g es entonces el equivalente a gab = g b a .
a ···a a ···a a ···a a ···a
∇c αAb1 ...bk + B b 1...bk = α∇c Ab1 ...bk + ∇c B b 1...bk (3.16)
1 l 1 l 1 l 1 l
i i ) Leibnitz:
a1 ···ak c1 ...c m a1 ···ak c1 ...c m a1 ···ak c ...c
∇e Ab ...b Bd ...d = Ab ...b ∇e Bd ...d + ∇e Ab ...b Bd1 ...dm (3.17)
1 l 1 n 1 l 1 n 1 l 1 n
3
Note que son una extensión de las que se pide para definir derivaciones.
82
Es decir si primero contraemos algunos índices de un tensor y luego tomamos
su derivada obtenemos el mismo tensor que si tomamos primero la derivada
y luego contraemos.
i v) Consistencia con la diferencial: Si l a es un campo vectorial y f un campo
escalar, luego
l a ∇a f = l ( f ) (3.19)
v) Torsión cero: Si f es un campo escalar luego
∇a ∇ b f = ∇ b ∇a f (3.20)
¯
las cuales no son, en general, las componentes de la derivada covariante ∇ c
que estas nuevas coordenadas definen, en efecto
l Pn Pn ∂ x̄ l
¯ la ∂ l¯l ∂ xj ∂ i
∇ c ≡ = j =1 i=1
l =
k ∂ x̄ k ∂ x̄ k ∂ xj ∂ xi
Pn Pn
∂ x̄ l ∂ xj ∂ li ∂ xj ∂ 2 x̄ l
= i , j =1
+ i, j =1 ∂ x̄ k
li (3.24)
∂ xi ∂ x̄ k ∂ xj ∂ x j ∂ xi
i Pn
∂ xj ∂ 2 x̄ l
= ∇c l a j + i, j =1 ∂ x̄ k
li,
∂ x j ∂ xi
83
lo que muestra claramente que son dos tensores distintos y que su diferencia
es un tensor que depende linealmente y no diferencialmente de l a . ¿Es esto
¯ , ¿es su diferencia
cierto en general? Es decir, dada dos conexiones, ∇c y ∇ c
un tensor (y no un operador diferencial)? Veremos que esto es cierto.
b
algúntensor C ca . Probemos primero que dado cualquier p ∈ M ,
para
∇¯ − ∇ w | depende solo de w | y no de su derivada. Sea w ′ cualquier
c c a p a p a
otro co-vector tal que en p coinciden, es decir (wa − wa′ )| p = 0. Luego da-
da una co-base suave {µai } en un entorno de p tendremos que wa − wa′ =
P i i i
i f µa con f funciones suaves que se anulan en p. En p tenemos entonces
P ¯ i i P
∇¯ w − w′ − ∇ w − w′ = ∇ f µ − ∇ f i i
µ
c a c a
a a Pi ic ¯ ai i c a
= µ ∇ f −∇ f i =0
i a c c
(3.27)
¯
ya que por iv) ∇c y ∇c deben actuar del mismo modo en escalares –y en
particular en las f i –. Esto muestra que
¯ − ∇ w′ = ∇
∇ ¯ −∇ w (3.28)
c c a c c a
y por lo tanto que ∇ ¯ − ∇ w depende de solo w | y obviamente en for-
c
c a
a p
¯
ma lineal. Pero entonces ∇c − ∇c debe ser un tensor de tipo (1,2) que está
esperando comerse una forma para darnos el tensor de tipo (0,2) ∇¯ −∇ w .
c c a
¯ b
Es decir ∇c − ∇c wa = C ca w b , lo que prueba el teorema.
84
Note que condición v) nos dice que ∇a ∇ b f = ∇ b ∇a f , tomando wa =
∇a f obtenemos
¯ ∇¯ ¯ ∇ f
∇ a bf = ∇ a b
= ¯ w
∇ a b
c (3.29)
= ∇a w b + Cab ∇c f
c
= ∇a ∇ b f + Cab ∇c f .
Ejercicio: Sea Ab ,...,z un tensor totalmente antisimétrico. Muestre que ∇[a Ab ,...,z] ,
es decir la antisimetrización total de ∇a Ab ,...,z , no depende de la derivada co-
variante empleada.
b
∇c wa = ∂c wa + Γca wb . (3.30)
85
Teorema 3.3 Sea gab una métrica (suave) en M , luego existe una única derivada
covariante ∇c tal que ∇c gab = 0.
o sea
¯ g
Ccab + C b ac = ∇ (3.32)
a bc
pero también
a↔b Cc b a + Cab c ¯ g
= ∇ b ac (3.33)
c↔b C b ca + Cac b ¯
= ∇c gab .
Sumando estos dos últimos, sustrayendo la primera y usando la simetría de
los dos últimos índices obtenemos
¯ g +∇
2Cab c = ∇ ¯ g −∇¯ g (3.34)
b ac c ab a bc
o
1
Cabc = ¯ g +∇
g ad {∇ ¯ g −∇¯ g } (3.35)
b dc c db d bc
2
Nótese que la existencia de una métrica no es equivalente a la existencia de
una conexión. Hay conexiones ∇c para las cuales no existe ninguna métrica
gab tal que ∇a g b c = 0, es decir hay tensores C a b c para los cuales no hay
ninguna gab que satisfaga (3.35).
86
Ejercicio: La métrica Euclídea de lR3 en coordenadas esféricas es
87
88
CAPÍTULO 4
4.1. Introducción
89
parciales de estos fenómenos, o ciertas aproximaciones en donde sí es posible
una descripción en término de estos sistemas. Esto no se debe a un capricho
o empecinamiento, sino al hecho de que nuestro conocimiento de las EDO,
y en menor medida de las EDP, es bastante profundo, lo cual nos permite
manejarlas con relativa facilidad y comodidad. Por otro lado, y es importante
remarcarlo, nuestro conocimiento del tipo de ecuaciones que aparecen en las
teorías de campos cuánticos no-lineales es, en comparación, prácticamente
nulo.
90
x
t
Figura 4.1: Interpretación geométrica de la ecuación f (x) = x 1/2.
Ejemplo: De hecho la ecuación ẋ = x 1/2 tiene dos soluciones que pasan por
(0, 0) ,
t2
ϕ(t ) = 0 y ϕ = (4.3)
4
dx 1/2
En efecto, supongamos x(t ) 6= 0 entonces = d t o 2(x 1/2 − x0 ) =
x 1/2
t − t0 , tomando x0 = t0 = 0
2
t
x= (4.4)
2
La otra es trivialmente una solución.
91
O sea que f (x) vaya a cero cuando x → x0 a lo sumo tan rápidamente
como una función líneal. Esta condición se llama condición de Lipschitz. De
ahora en más supondremos que f (x) es diferenciable y por lo tanto Lipschitz.
Ejercicio: Vea que esta condición es más débil que pedir que f sea diferencia-
ble en x0.
Solución: La función f (x) = x sin( x1 ) es Lipschitz en x+0 pero no es diferen-
ciable.
Así llegamos a nuestro primer teorema sobre ecuaciones ordinarias.
Prueba:
Si f (x0) = 0 luego ϕ(t ) = x0 es una solución.
Si f (x0) 6= 0 luego por continuidad existe un entorno de x0 donde f (x) 6=
0 y por lo tanto 1/ f (x) es una función continua, esto implica que la integral
en 4.29 es una función diferenciable de sus extremos de integración, los que
llamaremos ψ(x) − ψ(x0) .
Por lo tanto tenemos,
t − t0 = ψ(x) − ψ(x0) (4.8)
O sea dado x obtenemos t y además esta relación se cumple automáticamente
que cuando x = x0, t = t0. Queremos ahora despejar x de esta relación, es
decir encontrar φ(t ).
Pero
d ψ 1
= 6= 0 , (4.9)
dx x=ζ
f (ζ )
92
Por lo tanto el teorema de la función inversa nos asegura que existe un I t0 y
una única ϕ(t ) diferenciable, definida para todo t ∈ I t0 y tal que ϕ(t0) = x0 y
t − t0 = ψ(ϕ(t )) − ψ(x0). Formando su derivada obtenemos,
dϕ d ψ−1 1 −1
= = = f (ϕ(t )) (4.10)
dt d t x=ϕ(t ) f (x)
x=ϕ(t )
Lema 4.1 Sean f1 y f2 funciones reales en U ⊂ lR tal que f1(x) < f2(x) ∀ x ∈
U y sean ϕ 1 y ϕ 2 respectivas soluciones a las ecuaciones diferenciales que éstas
generan, definidas en un intervalo I ∈ lR y tal que ϕ 1(t1) = ϕ 2(t1) para algún
t1 ∈ I . Luego
ϕ 1(t ) ≤ ϕ 2(t ) ∀ t > t1 ∈ I (4.11)
Prueba: Trivial, el que corre más rápido en cada sector del camino gana! Sea
el conjunto S = {t > t1 ∈ I |φ1(t ) > φ2(t )}. Sea T ≥ t1, T ∈ I la mayor de las
cotas inferiores de S. En este instante ϕ 1(T ) = ϕ 2(T ), pero
d ϕ 1 d ϕ 2
< (4.12)
d t t =T d t t =T
Por lo tanto existe ǫ > 0 tal que para todo t ∈ [T , ǫ), ϕ 1(t ) < ϕ 2(t ) lo que es
una contradicción, a menos que sea el último valor en I .
Con la ayuda de este Lema probaremos la unicidad de la solución. Sea
ϕ 1(t ) una solución con ϕ 1(t0) = x0 pero distinta de la solución ϕ(t ) = x0 ∀ t .
Supongamos entonces que existe t1 > t0 tal que ϕ 1(t1) = x1 > x0, los otros
casos se tratan similarmente. [Ver figura 4.3.]
Si elegimos x1 bastante próximo a x0 se cumple
y por lo tanto que ϕ 2(t ) < ϕ 1(t ), ∀ t0 ≤ t ≤ t1, donde ϕ 2(t ) es la solución
de la ecuación ẋ = k(x − x0) con condición inicial ϕ 2(t1) = x1. Pero ϕ 2(t ) =
93
x
φ1
x1
φ2
x0
t0 t1 t
x
φ2
φ1
U
t0 t
94
x0 +(x1 − x0) ek(t −t1) que tiende a x0 sólo cuando t → −∞. Por lo tanto ϕ 1(t )
no puede tomar el valor x0 para ningún t < t1 finito y por lo tanto tenemos
una contradicción ♠
La solución cuya existencia y unicidad acabamos de demostrar no sólo se
puede pensar como un mapa entre I t0 y U sino también como un mapa g xt
entre Ux0 × I t0 y U (Ux0 entorno de x0). El mapa g xt lleva (x, t ) al punto ϕ(t )
donde ϕ es la solución de 4.1 con condición inicial ϕ(0) = x.
Estos mapas, o difeomorfismos locales, se denominan flujos de fase lo-
cales, (ya que en general no se pueden definir en todo I t0 × U ) y satisfacen la
siguiente importante propiedad de grupo; si t , s ∈ I0 luego g s+t
x
= g s o g xt .
Por la forma en que aparecen las condiciones iniciales en el Teorema an-
terior es fácil ver, usando nuevamente el teorema de la función inversa, que si
f (x0) 6= 0 luego g xt es diferenciable también con respecto a x.
Del uso del Teorema de la función inversa en el Teorema 4.1 también si-
gue que si consideramos el conjunto de las soluciones distinguiendo cada una
por su condición inicial, [ϕ(x0, t0, t ) es la solución que satisface ϕ(t0) = x0],
luego la función ϕ(x0, t0, t ) : U × I × I → U es diferencible con respecto a
todos los argumentos. Es decir que si cambiamos levemente las condiciones
iniciales, luego la solución solo cambiará levemente. Más adelante daremos
una prueba de todas las propiedades, incluyendo el Teorema 4.1 para los sis-
temas generales, o sea la ecuación 4.30.
95
extinción. Aplicando el Teorema 4.1 sabemos que la ecuación nos permite,
dado el número de bacterias x0 al tiempo t0, conocer el número de éstas para
todo tiempo. En efecto la solución de 4.14 es
dx
=a dt (4.15)
x
x
ln = a (t − t0) o; x(t ) = x0 ea (t −t0) (4.16)
x0
a
ẋ = a x − b x 2 b= . (4.17)
375
Si x es pequeña el primer término domina y x comienza a crecer, como
ya vimos, en forma exponencial hasta que el segundo término comienza a ser
importante y la velocidad de crecimiento decrece tendiendo a cero cuando
x = x s tal que a x s − b x s2 = 0 o a− b x s = 0 o x s = a/b ≃ 375 bacterias. Como
ϕ(t ) = x s es una solución , debido a la unicidad, la solución que tiende a x s
que describimos arriba no puede alcanzar el valor x s en un tiempo finito. Si el
número de bacterias presentes es mayor que 375 la velocidad de crecimiento
será negativa y la solución nuevamente tenderá asintóticamente a x s
La solución general de 4.17 puede ser obtenida de forma análoga a la
de 4.14 y es,
a/b
x(t ) = (4.18)
1 + ( bax − 1)e−a(t −t0)
0
96
x
a/b
97
4.2.2. Extendiendo la Solución Local
Si nos olvidamos del modelo físico que describimos con 4.17 y tomamos
a/b −z
zo < 0, to = 0, por ejemplo, habrá un tiempo máximo, td = a1 ln[ −z o ],
o
finito para el cual la solución diverge, es decir,
98
φ1
x
φ2
U
x0
t0 τ t
φ φ̂
φ′
Uc
φ φ̃
I2
I1 T −ǫ τ T
99
dado cualquier ẑ ∈ U , existen ε ẑ > 0 y un entorno de ẑ, V ẑ ⊂ U tal que
para cualquier z ∈ V ẑ existe una solución con condiciones iniciales ϕ(to ) = z
definida para todo t en |t − to | < ε ẑ . Como USc es compacto podemos elegir
un número finito de puntos ẑi tal que Uc ⊂ V ẑi . Sea ε > 0 el mínimo de
los ε ẑi . Como T es la cota superior mínima existe τ entre T − ε y T tal que
ϕ(t ) ∈ Uc ∀ to ≤ t ≤ τ, pero como ϕ(τ) ∈ Uc está en alguno de los V ẑi existe
una solución ϕ̂(t ) definida para todo t en |t − τ| < ε con condición inicial
ϕ̂(τ) = ϕ(τ). Usando ϕ̂(t ) podemos ahora extender ϕ, cuya extensión llama-
remos ϕ̃, al intervalo to ≤ t < τ + ε. Pero ϕ̃(θ) ∈ Uc ∀ to < θ < T ya que
ϕ̃(θ) = ϕ(θ) ∈ Uc , y de otro modo T no sería una cota superior mínima.
Por continuidad ϕ̃(T ) ∈ Uc y como por definición de T para todo intervalo
abierto, IT , conteniendo T , ϕ̃[IT ] 6∈ Uc concluimos que ϕ̃(T ) es un extremo
de Uc ♠
100
dτ 1
τ dado por, dt
= h(t )
,o
Z t dt
τ − τo = . (4.23)
to h(t )
Una vez que se obtiene t (τ) [Ver el Teorema 4.1] debemos resolver,
dz
= g (z(τ)), (4.24)
dτ
[Usando nuevamente el Teorema 4.1], obteniendo ϕ(τ). La solución con res-
pecto al parámetro original se obtiene definiendo ϕ(t ) = ϕ(τ(t )).
Ejemplo: La EDO F (x, x (1) , t ) = ((x (1) )2 −1) = 0 implica una de las siguientes
EDO en nuestro sentido:
x (1) = 1
o (4.27)
x = −1
(1)
2
En realidad para definir correctamente 4.25 se deben dar los abiertos Ũ i para la i -ésima
derivada con respecto a x donde F está definida.
101
Si conocemos los valores de x y sus derivadas hasta el (m − 1)-ésimo or-
den en un punto t0 entonces la ecuación 4.26 nos permite conocer la m-ésima
derivada en dicho punto. Si suponemos que f es continua entonces esto nos
permite conocer x y sus derivadas hasta el (m − 1)-ésimo orden en un punto
t0 +ǫ suficientemente cercano (el error en que incurriremos será del orden de
ǫ× derivadas de f ), pero entonces podemos usar nuevamente la ecuación 4.26
y así conocer aproximadamente la n-ésima derivada de x en t0 +ǫ. Prosiguien-
do de este modo podemos lograr una solución aproximada en un intervalo
dado. Al menos intuitivamente, parecería que haciendo el intervalo ǫ cada
vez más pequeño deberíamos obtener una solución. ¡Esto en realidad es así!
Y lo probaremos más adelante en el curso. Lo importante por el momento
es el hecho de que para obtener una solución debemos dar en un punto t0
el valor de todas las derivadas de la variable incógnita de orden menor de la
que determina el sistema, es decir de la que aparece en el lado izquierdo de la
ecuación 4.26.
donde hemos denotado con un punto sobre la función su derivada con respec-
to al parámetro t . Por lo tanto 4.26 es equivalente a una ecuación de primer
orden para el vector de vectores ũ ⊂ U ⊂ lRn×m ,
u̇ = V (u) , (4.30)
102
un mapa entre U ⊂ lRn×m+1 y lRn×m+1.
Así es que arribamos al siguiente teorema.
Prueba: Claramente dada una solución del sistema 4.26 suficientemente dife-
renciable podemos escribir con ella un vector u y éste satisfará (porque así lo
construimos) el correspondiente sistema 4.30. Por lo tanto toda solución del
sistema original es solución del sistema de primer orden asociado a él.
Para probar el inverso, es decir que toda solución u(t ) del sistema 4.30
da origen a una del sistema 4.26, solo es necesario tomar repetidas derivadas
de las primeras componentes, x(t ) = u 1(t ), e ir usando las ecuaciones en
el correspondiente orden hasta obtener el sistema original satisfecho por la
enésima derivada de x(t ) ♠
Este teorema es importante pues nos permite abarcar toda la teoría gene-
ral de las ODE a partir del estudio de la ecuación 4.30, la cual como veremos
tiene un sentido geométrico claro. Sin embargo se debe tener en cuenta que
muchas veces en física aparecen subclases de ecuaciones muy especiales con
propiedades particulares de mucha importancia física que la teoría general no
contempla.
ẍ = k x u 1 = x , u 2 = ẋ
d u1 0 1 u1
= (4.32)
dt u2 k 0 u2
103
Debido a esto de ahora en más tomaremos to , el punto donde daremos la
condición inicial, igual a cero.
d xi
= v i (x j ) i = 1, . . . , n. (4.34)
dt
∂ ∂
Aquí el campo vectorial es z − sin θ
,
∂θ ∂z
note que el diagrama en el plano se repite cada 2π según el eje θ. En realidad
la ecuación tiene sentido físico en un cilindro, siendo θ la variable angular, o
sea la variedad es un cilindro. Las curvas integrales, o sea las imágenes de los
mapas γ (t ) que son soluciones, se construyen siguiendo los vectores de tal
modo que éstas sean siempre tangentes a las curvas.
104
x2
B B
x1
A
B
105
Del ejemplo queda claro que en general si damos un punto de M siguiendo
los vectores, a partir de éste, podremos encontrar una solución γ (t ) que pasa
por este punto. Si tenemos dos soluciones γ1(t ), γ2(t ) éstas no se pueden
cruzar –sin ser tangentes– en los puntos donde el campo vectorial es distinto
de cero [ya que de otro modo sus tangentes darían dos vectores distintos en
el punto]. Si se supone que el campo vectorial es diferenciable luego se puede
ver que distintas curvas nunca se pueden tocar y por lo tanto las soluciones
son únicas.
Por supuesto, como se ve por ejemplo en la figura 4.8, una misma curva
si se puede intersectar (note que esto solo puede suceder si el sistema es autó-
nomo, ya que de lo contrario, la inclusión de la variable temporal hace que
ninguna curva se pueda intersectar). En tal caso se puede probar que esa solu-
ción es periódica, es decir que existe T > 0 tal que γ (t + T ) = γ (t ). Note en
particular que esto implica que γ está definida para todo t en lR.
Ejemplos–Problemas
106
en el toro (obtenido identificando los puntos (x1, x2) y (x1 +n, x2 +m) de lR). ¿Pa-
ra cuáles valores de k1 , k2 existe una integral primera y para cuáles no? Ayuda:
ídem 1).
∂H
q̇i = (4.36)
∂ pi
∂H
ṗi = − (4.37)
∂ qi
Los ejemplos anteriores muestran que hay sistemas de EDO que global-
mente no son derivables de un principio variacional.
Así como el conocimiento de la energía de un sistema Hamiltoniano es
una ayuda inestimable para conocer la forma cuantitativa de su movimien-
to, el conocimiento de una integral primera de un sistema general de EDO
también brinda una gran ayuda ya que sabemos que las curvas de fase están
restringidas a sus superficies de nivel ( f = cte.) lo que nos permite reducir
efectivamente el orden de la ecuación en uno: solo tenemos que considerar el
problema en la variedad dada por los puntos f = c t e.
107
iv) Sea U una región compacta (acotada) de M , v ∈ C 1 y p ∈ U luego γ p (t )
puede ser extendida (hacia adelante y/o hacia atrás) hasta la frontera de U . En
particular si M es compacta y v ∈ C 1(M ), luego γ p (t ) existe globalmente (para
todo t ∈ lR).
108
Resta entonces encontrar la ecuación que satisface γ1(t ). Esta se obtiene
diferenciando con respecto a λ la ecuación diferencial en λ = 0,
d d γλ (t )
= v λ (γλ (t )) , (4.40)
dλ dt
λ=0
= A j i (t ) γ1i + b j (t ).
o sea la ecuación para γ1(t ) –usualmente llamada ecuación de variaciones–
es una ecuación líneal inhomogenea no-autónoma. Como tomamos como
condición inicial γλ (0) = p ∀ λ, la condición inicial que consideraremos
para 4.4.3 es γ1(0) = 0.
t2
x0(t ) = xi + v i t − g , (4.44)
2
109
donde xi y vi son respectivamente la posición y la velocidad inicial, mientras
que la ecuación de variaciones es
110
Si F (E) es positiva la energía aumenta y el sistema realiza oscilaciones
crecientes.
Si F (E) es negativa las oscilaciones disminuyen en amplitud y el sistema
tiende eventualmente a un punto de equilibrio.
Si F (E) cambia de signo, digamos en E = E0, se puede probar entonces
que cerca de este círculo hay una curva de fase Γǫ cerrada.
Si F ′ (E)E=E es negativa Γ es un ciclo límite estable –cualquier curva de
0
fase cercana se aproxima asintóticamente a ésta– . Si F ′ (E) E=E0
es positiva Γ
es inestable.
Problema 4.7 Muestre que si hay dos ciclos límites estables luego debe haber
también al menos uno que es inestable.
4.5. Problemas
dx 3
= x 2/3. (4.50)
dt 2
Ayuda: hay infinitas y éstas se obtienen a partir de segmentos de algunas solucio-
nes particulares. Grafique algunas de estas soluciones.
Problema 4.10 (Kiseliov) Resuelva las siguientes ecuaciones, en todos los casos
dé las soluciones generales en función de un dato inicial x0 para el tiempo inicial
t0 .
a) t ẋ + x = c o s(t ). (Use integral primera de la parte homogénea.)
b) ẋ + 2x = e t . (Use variación de constantes.)
111
c) (1 − t 2)ẋ + t x = 2t . (Resuelva primero la homogénea y luego sume una
inhomogénea particular.)
d) x ẋ = t − 2t 3.
Problema 4.11 (Kiseliov) Resuelva las siguientes ecuaciones apelando a un cam-
bio de variable en la variable independiente (t).
a) ẋ x = −t . (t = cos(s).)
b) ẋ t − x = 0.
c) ẋ + e ẋ = t .
Problema 4.12 (Kiseliov) Grafique las isoclinas (líneas de igual pendiente en
el plano (t , x)) y luego trace las soluciones de las siguientes ecuaciones:
a) ẋ = 2t − x.
b) ẋ = sin(x + t ).
c) ẋ = x − t 2 + 2t − 2.
x−t
d) ẋ = x+t .
112
Problema 4.16 Sea la ecuación:
dz f (z) |z| < 1
= (4.53)
dt iz |z| ≥ 1
Problema 4.17 Sea un cuerpo afectado por una fuerza central, es decir,
d 2~x
m = f (r )~x r := |~x |. (4.54)
d t2
a) Encuentre un sistema equivalente de primer orden.
b) Compruebe que dado un vector cualquiera (constante) ~c , luego F (~x , ~p) :=
~c · (~x ∧ ~p), donde ~p := d~
x
dt
, es una integral primera.
Para los datos iniciales (x1(0) = 1, x2(0) = 0). Investigue ahora la solución cerca
de ǫ = 0 obteniendo los coeficientes en la serie de Taylor de la misma con respecto
al parámetro ǫ. Encuentre qué ecuaciones satisfacen estos coeficientes.
113
Problema 4.21 (Arnold) Considere la ecuación del péndulo físico:
d 2x
2
= − sin(x).
dt
Vea cómo varía la frecuencia en función de la amplitud para soluciones pequeñas.
Ayuda: suponga una solución en serie de Taylor en la amplitud y resuelva hasta
encontrar la primera contribución no trivial a la solución linealizada. Encuentre
el período ubicando los puntos de retorno (velocidad cero).
114
CAPÍTULO 5
SISTEMAS LINEALES
Teorema 5.1 Sea A(t ) continua en I ⊂ lR, cerrado. Luego existe una única
solución x(t ) : I → V de la ecuación,
d x(t )
= A(t ) x(t ), (5.1)
dt
con condición inicial x(t0) = x 0 ∈ V , t0 ∈ I .
115
Consideremos el conjunto de las soluciones de 5.1 definidas en un único
intervalo I ⊂ lR cerrado, S o l (A, I ). Este conjunto tiene la estructura de un
espacio vectorial. En efecto, si x(t ) e y(t ) son dos soluciones de 5.1, luego
x(t ) + αy(t ) , α ∈ lR, es también una solución. ¿Cuál es su dimensión? El
siguiente teorema responde a esta pregunta y muestra que cualquier solución
de 5.1 puede ser expresada como combinación lineal de un número finito
(n) = d i m V de soluciones.
116
serán combinaciones lineales de las {u i (t )}. La dependencia con los datos
iniciales es también lineal, es decir si x(t ), y(t ) ∈ S o l (A, I ) y x(t0) = x 0
e y(t0) = y 0 luego x(t ) + αy(t ) , α ∈ lR, es la solución con dato inicial
x 0 + αy 0 y por lo tanto el mapa g tt –que en este caso llamaremos X tt – que
0 0
lleva datos iniciales dados en t = t0 a soluciones con esos datos, al tiempo t es
un operador lineal de V en V . En efecto si {θ0i } es la c o-base de la base {u i },
j j P
i.e. θ0(u 0i ) = δi . Luego X tt = ni=1 u i (t ) θ0i . Debido a la independencia
0
lineal de los {u i (t )} como elementos de V se puede ver que el mapa X tt :
0
V → V es inyectivo y por lo tanto invertible, para cada t ∈ I . Su inversa, que
denotaremos (X tt )−1 lleva la solución en t a su dato inicial en t = t0, o sea
0
t
(X tt )−1 = X t0 .
0
t
Ejercicio: Pruebe que (X tt )−1 = X t0 .
0
117
Prueba:
De donde vemos que para que ϕ(t ) sea una solución c(t ) debe satisfacer la
ecuación X tt ddt c(t ) = b(t ).
0
118
t
Pero como X tt es invertible y su inversa es X t0 obtenemos
0
d t
c(t ) = X t0 b(t ). (5.13)
dt
Integrando obtenemos
Z t
t
c(t ) = X ˜0 b( t˜) d t˜ + c(t0) (5.14)
t
t0
o Z
t
t
ϕ(t ) = X tt X ˜0 b( t˜) d t˜ + X tt ϕ(t0), (5.15)
0 t 0
t0
dx
= A x, (5.16)
dt
119
de 5.16. De hecho, hemos demostrado que la familia monoparamétrica de di-
feomorfismos lineales g t = e At está definida globalmente [∀t ∈ lR, ∀x 0 ∈ V ]
y es la generadora del campo vectorial v(x) = Ax. [Con la definición dada en
5.1 en este caso X tt = g t −t0 = e A(t −t0) .]
0
d xi X
n
= Ai j x j , (5.17)
dt j =1
d x n−1
= An−1 n−1 x n−1 + An−1 n x n (5.19)
dt
= λn−1 x n−1 + An−1 n e λn t x0n . (5.20)
Z t
n−1 λn−1 t
x (t ) = e x0n−1 + e λn−1 t e −λn−1 s (An−1 n e λn s x0n ) d s (5.21)
0
120
Z t
λn−1 t
= e x0n−1 + e λn−1 t e (λn −λn−1)s d s An−1 n x0n , (5.22)
0
Ejercicio: Pruebe esta última afirmación por inducción en el grado del po-
linomio y el uso de integración por partes, es decir, use que e at P m (t ) =
d eat eat d
(
dt a
P m (t )) − P (t ) y que ddt P m (t ) es un polinomio de orden m − 1.
a dt m
X
m
x(t ) = e λi t v i (t ) (5.23)
i=1
Eλ := { f (t ) : lR 7→ V C | f (t ) = e λt P m (t ), con P m (t ) un polinomio}
Prueba: Debemos probar entonces que si tenemos una suma finita de elemen-
tos de los Eλi , {u i } y esta se anula, luego cada uno de estos vectores se debe
121
anular idénticamente. Es decir
X
m
u i = 0, u i ∈ Eλi λi 6= λ j ⇒ u i = 0. (5.24)
i=1
X
m
u i = 0, u i ∈ Eλi , λi 6= λ j , u i 6= 0. (5.25)
i=1
X
m X
m
−λ1 t
0 = S(t ) := e u i = P m1 (t ) + e (λi −λ1)t P mi (t ). (5.26)
i=1 i=2
d m1+1 X
m
0= m1 +1
S(t ) = e (λi −λ1)t P̃ mi (t ). (5.27)
dt i=2
donde es fácil ver que los polinomios P̃ mi (t ) son del mismo grado que los
originales. Estamos así bajo la hipótesis inductiva y por lo tanto como estos
polinomios son no-nulos tenemos una contradicción ♠
Veamos ahora que en realidad cada uno de los términos en esta suma es
una solución de la ecuación 5.16. Dado λ ∈ C cualquiera consideremos el
espacio vectorial de funciones de lR → V C de la forma e λt w(t ), donde w(t )
es un polinomio 1 en t . Este espacio es invariante bajo la acción de ddt , ya que
tomando su derivada obtenemos una expresión similar, es decir el producto
de la misma exponencial por otro polinomio. Por otro lado es invariante
ante la acción de A, ya que como A no depende de t su acción en cualquier
e λt w(t ) nos da otra expresión semejante. Por lo tanto, la acción de ddt − A
también nos mantendrá en el mismo espacio. Vemos así que si tenemos una
suma de términos con esa estructura y con distintos valores de λ, como es
1
Es decir una combinación lineal de vectores en V C con coeficientes polinómicos en t .
122
d
el caso en la ecuación anterior, 5.23, luego si la aplicación de dt
− A nos da
cero esto significa que la aplicación de ddt − A a cada término de la suma debe
dar cero. Es decir cada término es una solución de la ecuación 5.16! Es así
que concluimos que cada término en la suma 5.16 es de la forma e At v 0 para
algún v 0 ∈ V C . Consideremos ahora el subconjunto Wλ de V C , tal que si
v 0 ∈ Wλ luego e At v 0 = e λt v(t ). Está claro que los únicos subespacios no
triviales serán aquellos con λ = λi , donde {λi }, i = 1..d son los autovalores
de A. Por lo tanto debemos considerar solo estos subconjuntos. Como esta
relación es lineal, Wλ es un subespacio de V C . Como e At Av 0 = Ae At v 0 =
e λt Av(t ) = e λt v ′ (t ) y v ′ (t ) es también polinomial en t , vemos que Wλ es
un subespacio invariante de A. Mientras que usando una base de Wλ en la
que la restricción a ese espacio de A es triangular superior vemos que λ es
el único autovalor que dicha restricción puede tener. Finalmente, como toda
solución de 5.16 tiene la forma 5.23 el teorema de existencia de soluciones nos
asegura que cualquier dato inicial, es decir cualquier elemento de V C , puede
ser expresado como combinación lineal de elementos en Wλi . En efecto, sea
v 0 un elemento cualquiera de V C cualquiera, del teorema de existencia de
soluciones, tenemos entonces una única solución de 5.16 x(t ) con x(0) = v 0.
Pero entonces
X
m
x(t ) = e λi t v i (t )
i=1
Xm
= e At v 0i , (5.28)
i=1
123
Teorema 5.3 Dado un operador A : V C → V C existe un conjunto de subespa-
cios invariantes de A, {Wλi }, donde λi son los autovalores de A tales que:
A = λi + ∆i , (5.29)
e t λi I +t ∆i = e t λi I e t ∆i , (5.30)
m
t λi I t λi t ∆i
X i −1 (t ∆i ) j
pero e =e I ye = , es decir una suma finita.
j =0 j!
k
0
k1
e tA =
..
(5.31)
.
kp
124
con cada ki una sub-matriz cuadrada, la k0 = d i a g (e t λ1 , . . . , e t λn ) y si i 6= 0
1 t t 2/2 · · · · · · t n−1/(n − 1)!
..
1 t ··· ··· .
..
tλ 1 ··· ··· .
ki = e , (5.32)
..
. ··· t 2/2
..
0 . t
1
125
tal que kx(t )k < C .] Si además todos tienen parte real negativa luego todas
las soluciones tienden asintóticamente a la solución trivial [ lı́m x(t ) = 0 ].
t →∞
x i (t ) = x0i e λi t , (5.34)
con λi = αi + i wi .
Vemos que la acción del operador e At es en este caso la de dilatar los
vectores por un factor e αi t y la de rotarlos un ángulo wi t .
126
5.4. Problemas
127
c)
d x1 1 1 x1
= (5.42)
dt x2 0 1 x2
d)
d x1 −1 0 x1
= (5.43)
dt x2 1 −1 x2
e)
d x1 0 1 x1
= (5.44)
dt x2 1 0 x2
f) (compare las soluciones con las del punto b)
d x1 0 −1 x1
= (5.45)
dt x2 1 0 x2
g)
d x1 i 0 x1
= (5.46)
dt x2 0 i x2
h)
d x1 1+ i 0 x1
= (5.47)
dt x2 0 1− i x2
i)
d x1 1+ i 0 x1
= (5.48)
dt x2 1 1− i x2
128
Problema 5.7 Estudie el siguiente sistema
129
130
CAPÍTULO 6
ESTABILIDAD
131
es estable y además si σ(0) ∈ V p luego lı́m σ(t ) = p.
t →+∞
Vp
Up
Ejemplos:
a) La ecuación del crecimiento bacteriano ẋ = a x − b x 2 tiene como solucio-
nes estacionarias x(t ) ≡ 0 y x(t ) ≡ ba . Como la solución general es,
x(0)e at
x(t ) = , x(0) ≥ 0 (6.1)
b x(0) at
1+ a
(e − 1)
132
parte real. Esto es claro ya que la solución general es x(t ) = e At x(0) y la
condición mencionada implica que ke At kL < C , C > 0 ∀t ≥ 0. En este
caso podemos tomar como Up=0 = {x ∈ lRn | |x| < ε} y por V p=0 = {x ∈
lRn | |x| < Cε }. Si además se cumple que ℜ(λi ) < 0 ∀i = 1, ..., n luego x(t ) ≡ 0
es asintóticamente estable.
El siguiente teorema nos brinda una herramienta muy práctica para co-
nocer cuando una solución estacionaria es estable o no.
d
Ax ≡ v(σ x (s))| s=0, (6.2)
ds
Ejercicios:
a) Muestre que A es realmente un operador lineal.
b) Muestre que Ax = [v, x̃]| p , donde x̃ es cualquier campo vectorial tal que
x̃| p = x. Ayuda: no olvide que v| p = 0.
Ejemplos:
a) Considere la ecuación del crecimiento bacteriano en x = 0 y x = ba . Para el
primer caso tomamos σδ x (s ) = δ x s y obtenemos,
d
Aδ x = (aδ x s − b (δ x)2 s 2)| s=0 = aδ x, (6.3)
ds
lo que muestra que x = 0 es una solución inestable ya que a > 0. Para el
segundo caso tomamos σδ x = ba + δ x s luego
d a2 a
Aδ x = ( + aδ x s − b ( + δ x s)2)| s=0 = aδ x − 2aδ x = −aδ x, (6.4)
ds b b
lo que muestra que es asintóticamente estable.
133
b) Péndulo físico con fricción: θ̈ = −s e nθ − k θ̇, k > 0. El campo vectorial
en este caso está dado por,
θ̇ = z
(6.5)
ż = −s e nθ − k z,
es decir el vector con componentes (z, −s e nθ − k z) en el espacio de las fases
que es este caso es un cilindro, z ∈ [−∞, +∞], θ ∈ [0, 2π].
134
p
−k ± k2 + 4
con autovalores λ± = , lo que implica ℜ(λ± ) > 0 y así inesta-
2
bilidad.
De los ejemplos se ve que este teorema es de aplicación amplia. Como es-
tabilidad es una noción local para facilitar la demostración tomaremos M =
lRn y un sistema coordenado cartesiano con origen en la solución estable
a considerar. Usaremos varios resultados previos que probamos a continua-
ción.
Teorema 6.2 (de Lyapunov) Sea A : lRn → lRn un operador lineal cuyos au-
tovalores tienen parte real negativa. Luego existe un tensor de tipo (2, 0), ρ(·, ·),
simétrico y positivo definido [ ρ(w, v) = ρ(v, w) y ρ(w, w) ≥ 0 (= s i i w =
0)] tal que,
Ax( ρ(x, x)) < 0 ∀ x 6= 0,
es decir la derivada de ρ(x, x) en la dirección Ax es negativa.
~ · ~x
A
~x
Prueba: Si todos los autovalores de A son distintos luego existe una base de
Jordan {u i }, i = 1, ..., n y la correspondiente co-base {θ i }, i = 1, ..., n (con
P P i
θ i (u j ) = δ ji ) tal que A = ni=1 λi u i θ i . Sea en este caso ρ = ni=1 θ i θ̄ .
135
P P P ′
Si z = ni=1 z i u i e y = ni=1 y i u i ∈ C n , luego ρ(z, y) = ni=1 z i y i +
P(n−n ′ )/2 i i
′ (z ȳ + z̄ i y i ) donde hemos separado la suma en la de los autovec-
n +1
tores reales y en la de los complejos conjugados. Es fácil ver que el ρ( , )
obtenido al restringir z e y a lRn es la norma cartesiana usual en la base real
correspondiente. Calculemos ahora Ax( ρ(x, x)).
ρ(x + ǫAx, x + ǫAx) − ρ(x, x)
Ax( ρ(x, x)) = lı́mǫ→0
ǫ
= ρ(Ax, x) + ρ(x, Ax) (6.10)
P
= 2 ni=1(ℜλi )x i x i < 0.
Lema 6.1 Dado ε > 0 existe una base {u i } tal que en esa base
con ∆ una matriz con componentes distintas de cero (e igual a uno) a lo sumo en
la diagonal inferior, es decir,
λ1 0 0 . . . 0
ǫ λ 0 . . . 0
2
A= . . . . . . . . (6.11)
0 . . . . . 0
0 . . . . ǫ λr
136
ũ 1 λũ 1 ũ 2 ũ 1 + λũ 2
[Au 1 = A = = λu 1, Au 2 = A = = εu 1 + λu 2, etc.].
ε2 ε2 ε ε
Lema 6.2 El conjunto de tensores simétricas positivas es abierto en el conjunto
de formas simétricas, es decir si ρ0 es simétrica y positiva y ρ1 es simétrica luego
existe ε > 0 tal que ρ0 + ε ρ1 es también positiva.
Prueba: Sea B1 la esfera unidad con respecto a alguna norma en lRn y conside-
remos ρ0(x, x) : B1 → lR+ . Como B1 es compacta ρ0 alcanza allí su mínimo,
α mi n . Análogamente ρ1 alcanza allí su máximo, que llamaremos β max . To-
α mi n
mando ǫ < se cumple lo requerido.
β max
Ejemplo: En lR2 sea ρ0((x1, y1), (x2, y2)) = x1 x2+y1 y2 y ρ1((x1, y1), (x2, y2)) =
x1 y2 + x2 y1, luego ρ0 + ǫ ρ1 es positiva si |ǫ| < 2.
137
Este es el resultado que utilizaremos para la prueba del teorema de estabilidad
que damos a continuación.
Prueba del Teorema de Estabilidad: Hemos visto que si ℜ(λi ) < 0 luego exis-
te una constante γ > 0 y una forma simétrica positiva definida ρ( , ) tal que
Sea entonces ϕ(t ) una solución con dato inicial suficientemente cercano
a x = 0, es decir ϕ̇(t ) = v(ϕ(t )), |ϕ(0)| < C . Definiendo 2
138
lo que implica que ϕ(t ) → 0 y concluye la demostración del teorema. 3
t →∞
6.1. Problemas
ẋ1 = (a − b x2)x1
ẋ2 = −(c − f x1)x2, (6.23)
a, b , c, f ≥ 0.
a) Haga una trasformación de coordenadas y tiempo que lo lleve a la forma,
ẋ1 = (1 − x2)x1
ẋ2 = −(e − x1)x2 (6.24)
b) Grafique el campo vectorial y vea que no hay integrales primeras no tri-
viales en los cuadrantes donde al menos una de las coordenadas es negativa.
c) Encuentre las soluciones de equilibrio y determine cuáles son estables y
cuáles no.
d) Examine el cuadrante positivo mediante la transformación: x1 = e q1 ,
x2 = e q2 y vea que allí la cantidad f (q1, q2) := e q1 + q2 − (e q1 + e q2 ) es una
integral de movimiento. Utilice esta información para inferir que en ese cua-
drante las trayectorias permanecen en regiones acotadas.
e) Examine las ecuaciones linealizadas alrededor de la solución de equilibrio
en el cuadrante positivo y determine cuál sería la frecuencia de oscilaciones de las
variaciones cercanas a equilibrio que tendría el sistema.
Nota, esta ecuación describe la población de dos especies en competencia. Lo
que acabamos de ver es que las especies no crecen indefinidamente ni desaparecen.
Esto último nos dice que la aproximación no es muy buena... Note que x2 repre-
senta un predador que depende exclusivamente para su subsistencia de la presa
x1, ya que si ésta se extingue el predador lo sigue.
3
En realidad debemos probar además que si |ϕ(0)| < C luego ϕ(t ) existe para todo t .
Pero la última desigualdad probada nos dice que ϕ(t ) no puede abandonar la región compacta
{x| ρ(x, x) ≤ ρ(ϕ(0), ϕ(0))} y por lo tanto el teorema de extensión nos asegura que ϕ(t ) existe
para todo t ∈ [0, +∞).
139
Problema 6.2 Si en el sistema anterior las especies tienen otros medios alterna-
tivos de subsistencia entonces las ecuaciones resultantes son:
ẋ1 = (1 − x1 − a x2)x1
ẋ2 = (1 − x2 + b x1)x2 (6.25)
ṙ = f (r )
θ̇ = −1. (6.27)
ẋ = y
ẏ = x − 2x 3 (6.28)
140
Problema 6.5 (Verhulst) Encuentre las soluciones de equilibrio (y analice su
estabilidad) del sistema:
ẋ = x 2 − y 3
ẏ = 2x(x 2 − y) (6.29)
ẋ = −x
ẏ = 1 − (x 2 + y 2) (6.30)
141
142
CAPÍTULO 7
Estos vectores se pueden escribir también como {xi } = (x1, x2, x3, . . .) con
lo que se ve que es la extensión de lRn con n → ∞. Claramente los u 1 =
(1, 0, 0, . . .); u 2 = (0, 1, 0, . . .); u 3 = (0, 0, 1, . . .); son linealmente independien-
tes e infinitos en número.
143
n
El conjunto PMun =n x n , n ∈ N , esn linealmente independiente
PM den vectores
e infinito ( n=0 c un = n=0 c x = 0 =⇒ c = 0 ∀ n ≤ M ) ya que un
polinomio de grado M tiene a lo sumo M raíces.
A los espacios de dimensión infinita también se les puede asignar nor-
mas, pero en este caso éstas no son equivalentes y por lo tanto habrá que ser
cuidadoso en no confundir las estructuras resultantes. Para ello asignaremos
distintos nombres a los espacios con distintas normas.
Ejemplos: a) El espacio vectorial normado l 2 es el espacio de sucesiones infi-
s
X∞
nitas con la norma k{xi }k2 = xi2 < ∞.
i =1
b) El espacio vectorial normado l ∞ es el espacio de sucesiones infinitas con
la norma k{xi }k∞ = s u pi {|xi |}. Es decir el espacio de todas las sucesiones
acotadas.
c) El espacio vectorial normado C [a, b ] es el espacio de funciones continuas
con la norma k f kc = s u p x∈[a,b ] {| f (x)|}. Es decir el espacio de funciones
continuas acotadas en [a, b ].
Ejercicios:
1) Muestre que las normas definidas en el ejemplo anterior son en realidad
normas.
2) Muestre que existen sucesiones en l ∞ que no pertenecen a l 2. Ayuda: En-
cuentre una de ellas. Æ P∞
3) Muestre que k{xi }kn := n |x |n
i =1 i −→
s u pi {|xi |}.
n→∞
144
Ejemplos: lRn con cualquiera de sus normas, l 2 y l ∞ son espacios de Banach.
Prueba: Sea { fn (x)} una sucesión de Cauchy en C [a, b ], es decir cada fn (x) es
una función continua y acotada en [a, b ] y se cumple que dado ǫ > 0 existe
N > 0 tal que ∀ m, n > N k fn − f m kc = s u p x∈[a,b ] | fn (x) − f m (x)| < ǫ.
Pero entonces para cada x ∈ [a, b ] la sucesión de números reales { fn (x)}
es de Cauchy. Pero los números reales son completos y por lo tanto para
cada x ∈ [a, b ] { fn (x)} converge a un número que llamaremos f (x). Pero
entonces dado ǫ > 0 para todo N tal que m, n ≥ N implique k fn − f m kc < ǫ,
tenemos que
145
Ejemplos: ¦x ©
a) El mapa lineal en l 2; A{x i } = i+1i .
b) El Mapa de lR2 en lR2 que manda al punto (x, y) en el punto (x0 +
x/2, y/2).
c) Una función Lipschitz cualquiera de lR en lR con módulo de continui-
dad (k) menor que uno.
kT m (u) − T n (u)k
= kT m (u) − T m−1(u) + T m−1(u) − T m−2(u) + · · · T n (u)k
m
≤ kTP (u) − T m−1(u)k + kT m−1(u) − T m−2(u)k + · · ·
≤ d nm λ m .
P
Como ∞ n=0
λn converge {T n (u)} es una sucesión de Cauchy. Pero V es
completo y por lo tanto existe v ∈ V tal que lı́mn→∞ T n u = v.
Como toda contracción es continua tenemos que
Ejercicio: Sea T : BR,x0 → BR,x0 , BR,x0 ∈ V una bola cerrada de radio R alrede-
dor de x0, una contracción 1. Probar para este caso las mismas afirmaciones
que en el teorema anterior.
146
p ∈ U y por simplicidad ϕ( p) = 0 ∈ lRn . Usando este mapa podemos trasla-
dar el campo vectorial v en M a un campo vectorial ṽ definido en un entorno
del cero en lRn . Allí trataremos el problema de encontrar sus curvas integrales
g (t , x) que pasan por el punto x ∈ ϕ(U ) al tiempo t = 0. Luego por medio
del mapa ϕ −1 obtendremos en M las familias monoparamétricas de difeomor-
fismos g t (q) , q ∈ U , que serán tangentes en todo punto al campo vectorial
v.
Con esto en mente, solo resta por ver que para R > 0 y ǫ > 0 sufi-
cientemente pequeños existen curvas integrales, g (t , x) : [0, ǫ] × BR = {x ∈
lRn | kxkV < R} → lRn , del vector ṽ, es decir mapas satisfaciendo
d g (t , x)
= ṽ( g (t , x)) , g (0, x) = x, (7.5)
dt
con g (t , x) continua con respecto al segundo argumento, es decir con respec-
to a la condición inicial. Por la suposición de que v es Lipschitz 2, tenemos
que existe k > 0 tal que ∀ x, y ∈ BR
Para que este mapa esté bien definido supondremos R lo suficientemente pe-
queño como para que ṽ esté definido y satisfaga la condición de Lipschitz en
B2R y ǫ menor que R/C , donde C = máx x∈B2R |ṽ(x)|, de
modo que si khkC < R luego kx + h(τ, x)kV < 2R ∀τ ∈ [0, ǫ] y por lo tanto
kT (h)kC < R en todo C ([0, ǫ] × BR ). [Ver figura 7.1.]
147
h
2R
Prueba:
Z t
kT (h1) − T (h2)kV = kṽ(x + h1(τ, x)) − ṽ(x + h2(τ, x))kV d τ
0
Zt
≤ k kh1(τ, x) − h2(τ, x)kV d τ
0
≤ k ǫ kh1 − h2kC
y por lo tanto
kT (h1) − T (h2)kC ≤ k ǫ kh1 − h2kC ∀ h1, h2 ∈ C ([0, ǫ] × BR ).
Tomando ǫ < 1/k completamos la prueba del Lema.
Este Lema y el Teorema 7.2 nos aseguran que existe un único mapa h(t , x)
–el punto fijo de T – satisfaciendo
Zt
h(t , x) = T (h(t , x)) = ṽ(x + h(τ, x)) d τ. (7.9)
0
148
t vemos que g (t , x) satisface la ecuación (7.5) y su condición inicial, lo que
completa la prueba de los puntos i) y i i ) del Teorema Fundamental. ♠
7.1. Problemas
Problema 7.1 Vea que l 2 la bola unidad no es compacta. Ayuda: encuentre una
sucesión infinita en la bola unidad que no tiene punto de acumulación.
Problema 7.3 Sea f : [a, b ] → [a, b ] una función Lipschitz con constante
menor que la unidad en todo el intervalo [a, b ]. Demuestre usando el teorema
del punto fijo para contracciones que la ecuación f (x) = x siempre tiene una
solución. Grafique en un diagrama (y = f (x), x) la sucesión dada por xi =
f (xi−1) para el caso de f con pendiente positiva y menor que uno en todo punto.
¿Qué sucede cuando la pendiente se hace mayor que uno en algún intervalo?
149
150
CAPÍTULO 8
8.1. Introducción
151
permitimos la multiplicación de sus elementos por números racionales!). El
espacio engordado es en este caso el de los reales. La respuesta es afirmativa y
está dada por el siguiente teorema.
Prueba: Los detalles de esta pueden ser encontrados en, por ejemplo [Y], pag.
56. Aquí solo daremos las ideas. Si W es completo entonces tomamos V = W
y ϕ = i d . Por lo tanto supondremos que W no es completo. Entonces habrán
sucesiones de Cauchy {wn } en w que no convergen a ningún punto de W . La
idea es tomar estas sucesiones como nuevos puntos con los cuales engordar
W . Como muchas sucesiones distintas podrían tender a un mismo punto, a
los efectos de no engordar demasiado a W , todas ellas deberán ser conside-
radas como un solo elemento. Esto se logra tomando clases equivalentes de
sucesiones como elementos de V . Diremos que dos sucesiones, {wn }, {wn′ },
son equivalentes si su diferencia tiende al elemento cero,
lı́m kwn − wn′ kW = 0. (8.2)
n→∞
152
El teorema anterior nos dice que siempre podemos completar un espacio
vectorial normado y esto de una manera esencialmente única. De esta forma
entonces se puede hablar de completar un espacio normado W en uno V .
Como W es denso en V y el mapa ϕ es continuo todas las propiedades que
son continuas en W valen automáticamente en V . El teorema anterior nos
dice también que los elementos del espacio completado pueden tener un ca-
rácter muy diferente al de los elementos del espacio original. Debido a esto
es que en la práctica uno debe ser muy cuidadoso al momento de atribuirle
propiedades a los elementos de un dado espacio de Banach. Como ejemplo de
lo anterior veremos la integral de Lebesgue.
153
1/4
1
0
1/4 1/2 3/4
1/n
154
la integral de esta función es de esperar que sea cero, y de hecho lo es ya que
Z1
lı́m | fn (x)| d x = 0. (8.8)
n→∞
0
155
f (x)
m+1
n
m
n
f −1 [( mn , m+1
n
)]
156
Ejercicio: Muestre que:
1. X ∈ M
\
2. Si Ai ∈ M , i = 1, 2, ... luego Ai ∈ M . Esta es la razón por la cual se
i
\ P
pide ii), ya que esperaríamos que µ Ai ≤ i µ (Ai ).
i
157
Sea X = lR, M̄ todo subconjunto de X y µ̄ : M̄ → lR∗ dada por,
µ̄(A) = in f (m(I ))
I ∈I (8.11)
A⊂ I .
Es decir, dado un subconjunto de lR, A, consideramos todos los elementos de
J tales que A está contenido en éstos, calculamos su medida y tomamos el
ínfimo sobre todos los elementos de J .
Ejemplos:
1. Sea A = (0, 1), luego un candidato es I1 = (−1, 1) ∪ (3, 5), m(I1) = 2 +
2 = 4, pero también tenemos I2 = (0, 1) con m(I2) = 1 y claramente
µ̄(A) = 1.
2. Sea B = 1 ∪ 2 ∪ 3 ∪ . . . luego µ̄(B) = 0 ya que podemos cubrir B con
I = (1 − ǫ, 1 + ǫ) ∪ (2 − ǫ, 2 + ǫ) ∪ . . . .
Como vemos esta terna (lR, M̄ , µ̄) parece tener las condiciones deseadas
para ser la medida que buscamos, pero en realidad ni siquiera es un espacio
medible!
158
a alguna de las clases equivalentes en que hemos separado a S 1, pero entonces
existe a ∈ A y r ∈ Q tal que a + r = x, o sea x ∈ Ar .]. Como por hipótesis
µ(Ar ) = µ(A) = α entonces,
[ X X
∞
1
1 = µ(S ) = µ
Ar = µ(Ar ) = α, (8.12)
r ∈Q r ∈Q
Intuitivamente vemos que los conjuntos medibles son aquellos que cuan-
do usados para separar otros conjuntos en dos partes dan una división que es
aditiva con respecto a µ̄.
Como en general solo tenemos que µ̄(E) ≤ µ̄(A ∩ E) + µ̄((X − A) ∩ E)
vemos entonces que los conjuntos no-medibles son aquellos cuyos puntos están
distribuidos en X de tal forma que cuando uno trata de cubrir A∩E y (X −A)∩E
con abiertos éstos se superponen tanto que en realidad uno puede obtener un
ínfimo menor cubriendo directamente E con abiertos.
Existe un gran número de teoremas que nos dan información acerca de
cuáles son los conjuntos medibles. Bastará decir que todos los conjuntos abier-
tos de lR (y muchos más ) están en M y que si f : lR → lR es una función
continua luego f −1[M ] ∈ M .
Retornamos ahora a la integral de Lebesgue. Naturalmente diremos que
f es medible si f −1[(a, b )] ∈ M para todo intervalo abierto (a, b ) ∈ lR.
159
c) Sea { fn (x)} una sucesión de funciones medibles que convergen punto a
punto a f (x), es decir lı́mn→∞ fn (x) = f (x), luego f (x) es también me-
dible.
160
i) (x, y + c z) = (x, y) + c(x, z),
(x + c y, z) = (x, z) + c̄(y, z)
para cualquier x, y, z en V y c en C .
i i) (x, y) = (y, x)
i i i) (x, x) ≥ 0 (0 sii x = 0).
La primera parte de la condición i) indica que el mapa producto escalar
es lineal con respecto a su segundo argumento. La segunda parte indica que
es lineal en el primer argumento, excepto por el hecho de que se toma el
complejo conjugado del escalar. Se dice que este mapa es anti-lineal con res-
pecto al primer argumento. La condición ii) nos dice que el mapa es todo lo
simétrico que puede ser, dado que en el primer argumento es anti-lineal. Esta
condición nos garantiza que (x, x) es un número real y , junto con i i i), que
es no-negativo.
Ejercicio: Pruebe que dando un tensor de tipo (2, 0), t (·, ·), simétrico, real y
positivo definido, entonces (x, y) ≡ t (x̄, y) es un producto escalar.
161
Lema 8.2 (Desigualdad triangular) : kx + yk ≤ kxk + kyk.
Prueba:
kx + yk2 = kxk2 + kyk2 + 2Re (x, y)
≤ kxk2 + kyk2 + 2|(x, y)|
≤ kxk2 + kyk2 + 2kxk kyk
≤ (kxk + kyk)2 ,
Lo que nos da la desigualdad buscada.
Ejemplos:
1. C n , el espacio vectorial de n-tuplas de números complejos.
Sea x = (x1, x2, ..., xn ) e y = (y1, y2, ..., yn ), luego
X
n
(x, y) = x̄ j y j .
j =1
Prueba: Sea {{xi }N } una sucesión de sucesiones. Que esta sea de Cau-
chy significa que dado ǫ > 0 existe N̄ tal que
X
∞
k{xi }N − {xi }M k = 2
|xiN − xiM |2 < ǫ2 ∀ N , M > N̄ ,
i=1
162
pero eso implica que para cada i
X
k
|x jM − x̄ j |2 < ǫ2
j =1
Pero esta es una sucesión (en k) de números reales que es acotada (por
ǫ2) y por lo tanto, tomando ahora el límite k → ∞ vemos que {{xi }N }−
{x̄i } ∈ l 2 y que si {x̄i } ∈ l 2 luego {{xi }N } → {x̄i } en norma. Pero
163
donde las derivadas parciales son con respecto a un sistema cartesiano
de coordenadas en lRn . Definiremos el espacio de Sobolev de orden m
como, H m (Ω) = { Completamiento del espacio de funciones m veces
diferenciables en Ω ⊂ lRn con respecto a la norma k kH m }
Es obvio cuál es el producto escalar correspondiente, además note que
por definición H m es completo. H 0 coincide con el definido en el ejem-
plo anterior, ya que las funciones continuas son densas en L2.
Ejemplos:
164
El concepto definido anteriormente no usa del producto escalar y por lo
tanto también es válido para espacios de Banach en general (un subespacio
cerrado de un espacio de Banach es también un espacio de Banach).
El producto escalar nos permite introducir el concepto de ortogonalidad
y así definir el complemento ortogonal de M , es decir el conjunto,
M ⊥ = {x ∈ H | (x, y) = 0 ∀ y ∈ M }, (8.18)
que tiene la siguiente propiedad,
H = M ⊕ M⊥ (8.19)
Prueba:
Es inmediato que M ⊥ es un subespacio vectorial y que es cerrado. [Si {xi }
es una sucesión en M ⊥ convergiendo a x en H luego |(x, y)| = |(x − xi , y)| ≤
kx − xi k kyk → 0 ∀ y ∈ M y por lo tanto x ∈ M ⊥ .] Solo debemos probar la
complementaridad. Para ello, dado x ∈ H , buscaremos el elemento z en M
más próximo a x, ver figura.
M⊥
~y
~x
~z
z~2
z~1
165
Luego
zn
(zn − x) + (z m − x)
(zn − x) − (z m − x)
zm
x
Esto nos dice que {zn } es Cauchy y por lo tanto que converge a un único
z en M .
Sea y = x − z, solo resta ver que y está en M ⊥ , es decir que (y, v) =
0 ∀ v ∈ M . Sea v ∈ M y t ∈ lR, luego
y por lo tanto −2t Re(y, v)+t 2 kvk2 ≥ 0 ∀ t lo que implica que Re(y, v) = 0.
Tomando i t se obtiene que I m(y, v) = 0 y se completa la prueba ♠
166
Muestre que una norma la satisface si y solo si ésta proviene de un producto
escalar. Ayuda: Utilice la denominada identidad de polarización para definir un
producto interno a partir de la norma,
1
(x, y) = {[kx + yk2 − kx − yk2] − ℑ[kx + ℑyk2 − kx − ℑyk2] (8.22)
4
Corolario 8.1 (M ⊥ )⊥ = M
Prueba:
Probaremos éste mostrando que M ⊂ (M ⊥ )⊥ y que (M ⊥ )⊥ ⊂ M .
La primera inclusión es obvia ya que (M ⊥ )⊥ es el conjunto de vectores
ortogonales a M ⊥ el cual a su vez es el conjunto de vectores ortogonales a M .
La segunda inclusión sigue de que si descomponemos cualquier vector
x ∈ (M ⊥ )⊥ en su parte en M y en parte en M ⊥ , x = x1 + x2, x1 ∈ M , x2 ∈ M ⊥ ,
la primera inclusión nos dice que x1 ∈ (M ⊥ )⊥ pero (M ⊥ )⊥ y M ⊥ son también
complementarios y por lo tanto x2 = 0 ♠
Este nos dice que tomando complementos no obtendremos más que un
solo espacio de Hilbert extra.
Para formular el siguiente corolario es necesario introducir un nuevo con-
cepto, el de espacio dual de un espacio de Hilbert. Podríamos definir el dual
de un espacio de Hilbert de la misma forma que lo hicimos para espacios vec-
toriales de dimensión finita, es decir como el conjunto de mapas lineales de
H en C. El espacio vectorial así obtenido no hereda H ninguna propiedad
interesante por ser éste un espacio demasiado grande. Para lograr un espacio
más pequeño y con propiedades atractivas restringiremos los mapas lineales
a aquellos que sean continuos. Es decir el espacio dual a H , H ′ será el con-
junto de mapas lineales continuos de H en C. ¿Qué mapas están en H ′ ? Note
que si y ∈ H luego el mapa ϕ y : H → C definido por ϕ y (x) = (y, x) es lineal
y como |ϕ(x)| ≤ kykH kxkH también es continuo. Este mapa nos da una co-
rrespondencia inyectiva (no canónica, ya que depende del producto escalar)
entre los elementos de H y los de su dual. Vemos así que H está contenido
naturalmente en H ′ .
Ejercicio: Medite sobre cuál es la norma natural en H ′ . Pruebe que con esa
norma tenemos kφy kH ′ = kykH .
167
Problema 8.2 Sea φ : H → C un mapa lineal. Muestre que la continuidad del
mapa en el origen asegura la continuidad del mapa en todo punto.
168
Ejemplo: En l 2 sea e1 = (1, 0, 0, ...), e2 = (0, 1, 0, ...), etc.
Pi
Ejercicio: Muestre que si a ∈ l 2 luego ka − n=1
(a, en )en k l 2 −→ 0.
i→∞
Este resultado, como el anterior, es muy poderoso ya que nos dice que
siempre podemos aproximar distintos elementos de H usando una dada base.
No probaremos este Corolario pues para ello se necesitan herramientas que
no se verán en este curso. Pero sí otro resultado más simple, para lo cual
introducimos la siguiente definición.
Este teorema nos dice que entre los espacios de Hilbert separables esen-
cialmente no hay más estructura que la ya presente en C N o l 2.
169
subcolección el procedimiento de Gram-Schmidt para obtener la base orto-
normal. Para probar el resto del teorema necesitamos los siguientes lemas.
X
N X
N
kxk2H = 2
|(xn , x)| + kx − (xn , x)xn k2 ∀ x ∈ H . (8.23)
n=1 n=1
P PN
Prueba: Sea v = N n=1
(x n , x)x n y w = (x − (x , x)xn ). Es fácil de ver
n=1 n
que v ∈ V , el subespacio de Hilbert generado por los {xn }N n=1
y w ∈ V ⊥,
pero entonces
kxk2H = (x, x)
= (v + w, v + w)
= (v, v) + (w, w)
XN
= |(xn , x)|2 + kwk2H .
n=1
170
donde la primera igualdad significa que la suma converge con respecto a la norma
de H a y ∈ H . La última igualdad es llamada relación de Parseval y los
2
coeficientes
P (xn , y) los coeficientes de Fourier de y. Inversamente si {cn } ∈ l
luego n cn xn ∈ H .
X
N X
N
kyN − yM k2H =k (x j , y)x j k2H = |(x j , y)|2 = aN − aM
j =M +1 j =M +1
X
N
′
(y − y , xn ) = lı́m (y − (x j , y)x j , xn )
N →∞
j =1
(8.28)
= (y, xn ) − (y, xn ) = 0
171
Si la base es finita, con dimensión N este es claramente un mapa en C N . Si la
base es infinita la imagen de H por ϕ está incluida en el espacio de sucesiones
complejas infinitas, pero usando el Lema 8.6 vemos que ,
X
∞
kϕ(y)k22 = |(xn , y)|2 = kyk2H (8.30)
l
n=1
El teorema anterior, entre otras cosas sirve para dar una caracterización
que diferencia los espacios de Hilbert de dimensión finita de los de dimensión
infinita. (En realidad esta caracterización es válida para espacios de Banach en
general).
B1(H ) = {x ∈ H / kxkH ≤ 1}
gente ♠
172
1
Ejercicio: Muestre que los elementos de L2(0, 2π) de la forma fn (x) = p e inx ,
2π
n = 0, ±1, ±2, ..., forman un conjunto ortonormal.
Note que por Lema 8.6 esto es equivalente a asegurar que si f ∈ L2[0, 2π]
luego fN (x) converge (en la norma de L2[0, 2π]) a f cuando N → ∞.
1 X N
SN ( g )(x) := p gn e i n x → g (x) (8.31)
2π n=−N
punto a punto y uniformemente si g (x) ∈ Li p p ([0, 2π]). Luego por densi-
dad, dada cualquier función f (x) ∈ L2([0, 2π]) y ǫ > 0 existirá fǫ ∈ Li p p ([0, 2π])
tal que k f − fǫ kL2 < ǫ/3 y por lo tanto tendremos,
k f − SN ( f )kL2 = k f − SN ( f ) − fǫ + SN ( fǫ ) + fǫ − SN ( fǫ )kL2
≤ k f − fǫ kL2 + k fǫ − SN ( fǫ )kL2 + kSN ( f − fǫ )kL2
pero
X
N
kSN ( f − fǫ )kL2 = |( f − fǫ )n |2
n=−N
≤ k f − fǫ k2
≤ ǫ/3 (8.32)
ǫ , lo que sigue de
y por lo tanto eligiendo N tal que | fǫ (x) − SN ( fǫ )(x)| < 6π
nuestra suposición anterior (todavía no probada), tenemos que k fǫ −SN ( fǫ )kL2 <
ǫ y por lo tanto concluimos que para dicho N , k f − S ( f )k 2 < ǫ ♠
3 N L
173
Vemos así que solo resta probar nuestra suposición de convergencia uni-
forme de SN ( f ) a f para funciones Lipschitz periódicas. La prueba de esta
afirmación es muy instructiva y nos muestra como trabaja la serie de Fou-
rier. Preparatoriamente para este resultado probamos una serie de lemas:
Prueba:
e inx
| fn | = |( p , f )|
2π
Z 2π
1
≤ p |e −i n x f (x)|d x
2π 0
Z 2π
1
≤ p | f (x)|d x (8.34)
2π 0
♠
e inx
fn = (p , f )
2π
Z 2π
1
= p e −i n x f (x)d x
2π 0
Z 2π
1 1
= p e −i n x f ′ (x)d x − p e −i n x f (x)|2π
0
i n 2π 0 i n 2π
Z 2π
1 1
= p e −i n x f ′ (x)d x − p [ f (2π) − f (0)]
i n 2π 0 i n 2π
y por lo tanto
1
| fn | ≤ p [k f ′ kL1 + | f (2π) − f (0)|], (8.35)
n 2π
174
con lo que el lema queda demostrado ♠
Este lema y su generalización a un número mayor de derivadas nos indica
que cuanto más diferenciable es una función más rápido decaen sus coeficien-
tes de Fourier (asintóticamente).
Ejercicio: Pruebe un lema similar que dé una mejor cota para fn si la función
es periódica y es m veces diferenciable.
lı́m f =0 (8.36)
n→∞ n
e inx
| f n − fǫ n | = |( p , f − fǫ )|
2π
Z 2π
1
≤ p | f (x) − fǫ (x)|d x
2π 0
1
≤ p k f − fǫ kL1
2π
≤ ǫ/2 (8.37)
tenemos que
| fn | ≤ | fn − fǫn | + | fǫn | ≤ ǫ/2 + | fǫn |. (8.38)
Aplicando el lema anterior y notando que fǫ es diferenciable vemos que
fǫn → 0 y por lo tanto, dado ǫ > 0 puedo elegir N tal que para todo n > N
| fǫn | < ǫ/2 con lo que | fn | < ǫ para todo n > N y por lo tanto concluimos
que fn → 0 cuando n → ∞ ♠
Ahora estamos en condiciones de probar el teorema sobre convergencia
puntual de funciones Lipschitz.
1 X N
SN ( f )(x) := p fn e i n x (8.39)
2π n=−N
converge puntualmente y uniformemente a f (x).
175
Prueba: Probaremos solo la convergencia puntual, la uniforme sigue fácil-
mente y la prueba de ello no agrega nada nuevo. Comenzamos con el si-
guiente cálculo,
1 X N
SN ( f )(θ) := p fn e i n x
2π n=−N
1 X N Z 2π
′
= e i nθ f (θ′ )e i nθ d θ′
2π n=−N 0
Z X N
1 2π ′
= ′
f (θ )( e i n(θ−θ ) )d θ′
2π 0 n=−N
Z 2π
= f (θ′ )DN (θ − θ′ )d θ′ (8.40)
0
1 X
N −i
= [ [e i n(θ−2π) − e i nθ ] + 2π]
2π n=−N , n6=0
n
= 1. (8.42)
X
N
2πDN (θ) = e i nθ
n=−N
X
N
= (e iθ )n (8.43)
n=−N
176
X
N
= qn
n=−N
X
N X
N
n
= q + q −n − 1
n=0 n=0
N +1
q −1 q −(N +1) − 1
= + −1
q −1 q −1 − 1
(q N +1 − 1)(q −1 − 1) + (q −(N +1) − 1)(q − 1) − (q − 1)(q −1 − 1)
=
(q − 1)(q −1 − 1)
= (q N +1/2 − q −1/2)(q −1/2 − q 1/2) + (q −(N +1/2) − q 1/2)(q 1/2 − q −1/2)
− (q 1/2 − q −1/2)(q −1/2 − q 1/2) /(q 1/2 − q −1/2)(q −1/2 − q 1/2)
q N +1/2 − q −N −1/2
=
q 1/2 − q −1/2
e iθ(N +1/2) − e −iθ(N +1/2)
=
e i θ/2 − e −iθ/2
sin((N + 1/2)θ)
= . (8.44)
sin(θ/2)
Por lo tanto
1 sin((N + 1/2)θ)
DN (θ) = . (8.45)
2π sin(θ/2)
Tenemos por lo tanto,
Z 2π
SN ( f )(θ) = f (θ′ )DN (θ − θ′ )d θ′
0
Z 2π
= f (θ − θ′ )DN (θ)d θ′
0
Z 2π
1 sin((N + 1/2)θ′ )
= [ f (θ − θ′ ) − f (θ)] d θ′ + f (θ)
2π 0
′
sin(θ /2)
′
| f (θ − θ′ ) − f (θ)|
gθ (θ ) := (8.46)
sin(θ′ /2)
177
es continua en (0, 2π) y acotada en los extremos, por lo tanto integrable.
Aplicando ahora el Lema de Riemann-Lebesgue concluimos entonces que la
integral tiende a cero con N y por lo tanto que lı́mN →∞ SN ( f )(θ) = f (θ) en
todo punto donde f (θ) es Lipschitz. ♠
Para probar que S es completo solo tenemos que ver que si (e i n x , g ) =
0 ∀ n luego g = 0. Sea f ∈ C p1[0, 2π] y cn sus coeficientes de Fourier con
respecto a S, luego
!
XM e inx
( f , g ) = lı́m cn p , g = 0 (8.47)
M →∞ 2π
−M
∂T ∂ 2T
=k (8.48)
∂t ∂ θ2
con k una constante positiva. Supondremos T (θ, 0) = T0(θ). Suponiendo
además que T (θ, t ) admite una descomposición en serie de Fourier,
X
∞ e i nθ
T (θ, t ) = Tn (t ) p (8.49)
n=−∞ 2π
y que se puede pasar las derivadas dentro de la sumatoria infinita obtenemos,
∂T ∂ 2T
0 = −k
∂t ∂ θ2
X∞ d Tn (t ) 2
e i nθ
= ( + k n Tn (t )) p (8.50)
n=−∞ d t 2π
e i nθ
y tomando el producto escalar con p vemos que se debe cumplir,
2π
d Tn (t )
= −k n 2Tn (t ) ∀ n (8.51)
dt
178
o sea,
2
Tn (t ) = Tn (0)e −k n t . (8.52)
Si la temperatura inicial era
X
∞
0
e i nθ
T0(θ) = Tn p (8.53)
n=−∞ 2π
2
vemos entonces que Tn (t ) = Tn0 e −k n t y
X
∞
2 e i nθ
T (θ, t ) = Tn0 e −k n t p (8.54)
n=−∞ 2π
nos da la solución del problema.
Notemos que: a) La distribución de temperatura en la barra solo depende
de la distribución inicial. b) El hecho de haber podido reducir un problema
en derivadas parciales en un problema en derivadas ordinarias de debe a que
hemos elegido representar a las funciones en una base de autovectores del
operador derivada. En efecto, lo que hemos usado fundamentalmente es que
∂ i nθ
∂θ
e = i nθd i nθ . c) No importa cuan mala (no diferenciable) es la distribu-
ción inicial T0(θ), mientras esté en L2(S), la solución se suaviza para tiempos
positivos. En efecto si por ejemplo la distribución inicial es solo Lipschitz
luego para todo t > 0 la solución es infinitamente diferenciable, tanto en t
como en θ. Para ver esto, por ejemplo tomemos,
∂ p T (θ, t ) X
∞ e i nθ
= Tn0(−k n 2) p e−k n 2 t p , (8.55)
∂ tp n=−∞ 2π
2
pero como para t > 0, n 2p e −k n t → 0 rápidamente cuando n → ∞ la serie
converge absolutamente. Por el contrario, para dato inicial genérico, aun infi-
nitamente diferenciable, la solución no existe para tiempos negativos, ya que
en ese caso los coeficientes de la serie crecen rápidamente con n.
Problema 8.3 : Use Gram-Schmidt para obtener una base ortonormal a partir
de los monomios
1, x, x 2, . . . , x n , . . . , (8.56)
con respecto a los espacios de Hilbert obtenidos a partir de los siguientes productos
escalares:
179
R1 ¯
1. ( f , g ) = −1
f g d x (En este caso obtendrá los polinomios de Legendre.)
R ∞ ¯ −x 2
2. ( f , g ) = −∞
f ge d x (En este caso obtendrá los polinomios de Hermi-
te.)
R ∞ ¯ −x
3. ( f , g ) = 0
f g e d x (En este caso obtendrá los polinomios de Lague-
rre.)
El hecho de que los polinomios de Legendre son una base sigue del Teore-
ma de Aproximación de Weirstrass y del hecho de que las funciones continuas
son densas en L2.
X
i −1 yi
yi = xi − (u l , x i )u l , u i = .
l =1
ky i k
Note que la segunda operación está bien definida ya que y i 6= 0. Esta aseve-
ración sigue del hecho de que el lado derecho en la definición de y i es una
combinación lineal de los x j , j = 1, ..., i y hemos supuesto que estos son li-
nealmente independientes.
Veamos ahora que (u i , u j ) = δi j . Para ello probaremos por inducción que
dado i, (u i , u j ) = 0 ∀ j < i positivo. Esto es cierto para i = 1 [ya que no hay
j ]. Supongamos entonces que es cierto para i − 1 y veamos que también lo es
para i . Pero, dado j < i tenemos,
j −1
X
(u j , y i ) = [(u j , x i ) − (u l , x i )(u j , u l )] = [(u j , x i ) − (u j , x i )] = 0.
l =1
180
8.6. Problemas
Vea que esta es una norma y pruebe que la norma inducida en V ′ por ésta está
dada por,
Xn 1
kωkq ≡ ( |ωi |q ) q , (8.59)
i=1
donde
1 1
+ =1 ( p, q ≥ 1); (8.60)
p q
Ayuda: Exprese ω(x) en componentes con respecto a la base/co-base dada y luego
use (pruebe) la desigualdad:
X
n X
n 1 X
n 1
i i p
| x ωi | ≤ ( |x | ) ( p |ωi |q ) q . (8.61)
i=1 i=1 i=1
181
Ayudas: Note que dado un elemento de l1, {ω} = (ω1, ω2, . . .), tenemos un fun-
cional lineal dado por,
X∞
ω({x}) ≡ xi ωi . (8.64)
i =1
de lo cual se concluye que las normas son las mismas. Solo resta ver que para cada
elemento del dual de c0, ω, existe un elemento de l1, {ω} = (ω1, ω2, . . .) tal que
la ecuación 8.64 valga. Para ello construya una base de c0 y la respectiva base de
su dual. Atención: en algún punto tendrá que usar que las funcionales lineales
consideradas son continuas.
X
∞ 1
2
= π2/6 (8.68)
n=1 n
X
∞ 1
πc ot h(πs)/s = 2 2
(8.69)
n=−∞ s + n
182
Problema 8.11 Sea Sn : L2 → L2 el mapa que envía f ∈ L2 en la serie parcial
de Fourier,
X
n 1
Sn ( f ) := cm e i m x , c m := (e i m x , f (x)). (8.70)
m=−n 2π
Z
1 2π sin2((n + 1)x/2)
S Sn ( f )(θ) = f (θ + x) dx (8.72)
2π(n + 1) 0 sin2(x/2)
sin2 ((n+1)x/2)
c.- Sea Kn (x) = pruebe que para todo δ > 0,
2π(n+1) sin2 (x/2)
Kn (x) → 0 uniformemente en [δ, 2π − δ].
d.- Pruebe que S Sn ( f )(θ0) → f (θ0) si f es acotada y continua en θ0.
e.- Probar que si f es continua y periódica, entonces S S Ln ( f )(θ) → f (θ)
uniformemente en θ. Ayuda: recuerde que si f es continua en [0,2π] entonces f
es uniformemente continua.
f.- Mostrar que k f − Sn ( f )k ≤ k f − S S Ln ( f )k y concluir que Sn ( f ) → f en
2
L si f es continua.
183
Problema 8.14 Considere la expansión en serie de Fourier para la siguiente fun-
ción:
−1 0 < x < π
f (x) := (8.73)
+1 π < x2π
f (θ + 2π) = f (θ). La suma de los primeros n términos produce una función
que tiene un máximo absoluto en las cercanías positivas de 0 de altura 1 + δn .
Mostrar que lı́mn→∞ δn ≈ 0,18. Esto se conoce como fenómeno de Gibbs.
Notas bibliográficas: Estas notas están basadas en los siguientes libros: [9],
[10], [13], [1] y [14]. Ésta es una de las áreas mas bellas y útiles de las mate-
máticas, básica para casi todo, en particular la mecánica cuántica. No deje de
profundizar un poquito en ella, sobre todo recomiendo los libros [9] y [1] de
lectura placentera.
184
CAPÍTULO 9
DISTRIBUCIONES
9.1. Introducción
185
¿Cuál de ellos estudiar? La respuesta es: El que más convenga al trata-
miento del problema para el cual se las quiere usar. Aquí trataremos aquellas
obtenidas a partir de un subespacio bastante pequeño con lo cual se obtiene
una generalización lo suficientemente amplia como para abarcar con ella la
mayoría de los problemas de la Física. Es necesario remarcar que el concepto
de distribución que introduciremos no es una necesidad física, en el sentido
que las teorías físicas se pueden enunciar usando simplemente funciones infi-
nitamente diferenciables1 , pero sí es una herramienta muy útil que permite
una formulación más “condensada"de algunas de estas leyes. El subespacio
de L2(lR) que usaremos es de las funciones infinitamente diferenciables y de
soporte compacto C0∞ (lR). [Recuerde que el soporte de una función clásica
f (x) está dado por el subconjunto de lR,
C l { f −1 [lR − {0}]},
no obtendríamos un espacio completo ya que en este hay sucesiones de Cauchy que tienden a
funciones infinitamente diferenciables pero cuyo soporte no es compacto.
186
Definición: Diremos que una sucesión {ϕ n }, ϕ n ∈ C0∞ (lR) converge a ϕ ∈
C0∞ (lR) si:
1. Existe K ⊂ lR compacto tal que s o p o r t e(ϕ n ) ⊂ K ∀n.
( p)
2. Las sucesiones {ϕ n } de sus derivadas de orden p convergen uniforme-
mente en K a ϕ ( p) para todo p = 0, 1, 2, . . . ,, es decir dado p y ǫ > 0
existe N tal que para todo n > N se cumple
s u p x∈K |ϕ (np) (x) − ϕ ( p) (x)| < ǫ. (9.1)
Ejemplos:
a) Sea f continua y sea la funcional lineal
Z
T f (ϕ) = f ϕ d x. (9.3)
lR
187
Como Z
|T f (ϕ)| ≤ |f | dx s u p x∈K |ϕ| (9.4)
K
c) Sea Ta : C0∞ (lR) → lR, a ∈ lR, dada por Ta (ϕ) = ϕ(a), este mapa es clara-
mente lineal,
y continuo
|Ta (ϕ)| = |ϕ(a)| ≤ s u p x∈lR |ϕ(x)|
y por lo tanto una distribución. Esta es llamada la delta de Dirac en el punto
a. ¿Hay alguna función continua, f , tal que Ta = T f ? Supongamos que sí,
y que f (r ) 6= 0 con r 6= a. Eligiendo ϕ distinto de cero solo en un entorno
suficientemente pequeño de r que no contenga a a y con el mismo signo que
f (r ) obtenemos ϕ(a) = 0 y T f (ϕ) 6= 0 lo que implica que f (r ) = 0 ∀r 6= a
pero por continuidad concluimos entonces que f ≡ 0 y por lo tanto que
T f (ϕ) = 0 ∀ ϕ ∈ C0∞ (lR). Vemos entonces que esta distribución no provie-
ne de ninguna función continua y se puede ver que en realidad no proviene
de ningún elemento de L1(lR), es así una distribución irregular. Estos son
los elementos extra que nos da la generalización definida. Usualmente, en
188
manipulaciones formales se pretende que esta distribución proviene de una
función, denominada delta de Dirac y denotada por δ(x − a). Con ella se
escriben cosas como
Z
δ(x − a) ϕ(x) d x = ϕ(a). (9.6)
lR
Como hemos visto en realidad no existe ninguna función para la cual esta
expresión tenga sentido por lo tanto ésta es solo formal y debe considerársela
con precaución, es decir siempre como un mapa lineal y continuo del espacio
de funciones de prueba.
¿Qué estructura tiene D ′ (lR)? Por ser un espacio dual ésta es un espacio
vectorial con la suma de sus elementos y el producto de éstos por núme-
ros
realesdefinidos en la manera
obvia, es decir si T , T̃ ∈ D, α ∈ lR, luego
T + αT̃ (ϕ) = T (ϕ) + α T̃ (ϕ) . Estas operaciones generalizan las opera-
ciones definidas sobre funciones integrables ya que T f + α T g = T f +α g .
¿Está definido el producto de distribuciones? La respuesta es que en ge-
neral no lo está –así como tampoco lo está entre funciones integrables–. Sí lo
está si una de ellas proviene de una función de prueba, es decir
donde hemos usado que los elementos de D forman un álgebra. Note que
ésto generaliza la operación definida sobre funciones integrables:
Z
Tϕ T f (ψ) = f ϕψ = T f (ϕψ) = Tϕ f (ψ) (9.8)
lR
ya que si f ∈ L1 luego f ϕ ∈ L1 si ϕ ∈ D.
189
donde el lado derecho está bien definido ya que si ϕ ∈ D luego ϕ ′ ∈ D. Note
que esta operación satisface las condiciones que uno esperaría ya que son las
mismas que satisface la derivada usual, teniendo en cuenta que ahora estamos
en este espacio más amplio donde el producto de funciones no está definido
en general. En efecto esta operación es lineal.
′
T + αT̃ (ϕ) = − T + αT̃ (ϕ ′ ) = − T (ϕ ′ ) + αT̃ (ϕ ′ )
(9.11)
= T ′ (ϕ) + αT̃ ′ (ϕ)
Pero estas son las condiciones que definen una derivación. Vemos por lo tan-
to que ésta es una extensión de la derivada de una función en D. Note que
al generalizar la noción de función en la de distribución la hemos ampliado
tanto que ahora objetos como la derivada de funciones discontinuas (incluso
en todos sus puntos!) están incluidas entre éstas e incluso son a su vez infini-
tamente diferenciables [(T )(n) (ψ) ≡ (−1)n T (ψ(n) )].
190
en O si T [D(O)] = 0, es decir si se anula para toda función de prueba con
soporte en O. Llamaremos el soporte de T al complemento de la unión de
todos los abiertos donde T se anula. Por ser el complemento de un conjunto
abierto este conjunto es cerrado.
Ejercicio: Sea
x, x ≥ 0
g (x) =
0, x ≤ 0
x ∈ lR. Claramente g (x) es continua pero no diferenciable (en el sentido
clásico). Encuentre las 3 primeras derivadas de g en el sentido de las distribu-
ciones.
−T (ϕ ′ ) = S(ϕ) ∀ ϕ ∈ D. (9.13)
191
Esta es una generalización a distribuciones de la más simple de las ecuaciones
diferenciales ordinarias ya estudiadas y la respuesta al problema planteado
es afirmativa. Note que dada T la ecuación (9.13) nos define S, es decir su
derivada, pero si damos S luego (9.13) no define T completamente ya que
esta fórmula nos dice solamente cómo actúa T sobre funciones de prueba
(ϕ ′ ) cuya integral (ϕ) es también una función de prueba. Esto es de esperar ya
que en el caso de funciones la primitiva de una función está sólo determinada
hasta una constante. Esta indeterminación se remedia dando valores iniciales
generalizados lo cual se logra pidiendo que T (θ) tenga un dado valor, Tθ ,
para alguna
Z θ ∈ D que no sea la primitiva de otra funciónZen D, es decir que
x
ϕ(x) = θ(x̃) d x̃ no tenga soporte acotado (o sea que θ(x̃) d x̃ 6= 0).
−∞ lR
R
Teorema 9.1 Dada S ∈ D ′ , θ ∈ D tal que lR θ d x 6= 0 y Tθ ∈ lR, existe una
única T satisfaciendo
−T (ϕ ′ ) = S(ϕ) ∀ϕ∈D
(9.14)
T (θ) = Tθ
luego la condición para que ϕ ψ tenga soporte compacto (y por lo tanto sea
una función de prueba) es que
Z∞ Z∞
0= (ψ − λψ θ) d x̃ = ψ d x − λψ = 0 (9.15)
−∞ −∞
o sea Z ∞
λψ = ψ d x. (9.16)
−∞
Sea entonces
T (ψ) = λψ Tθ − S(ϕ ψ ), (9.17)
esta distribución satisface las ecuaciones del enunciado del teorema. Note que
λψ Tθ es una distribución,
192
Z
λ ψ Tθ = Tθ ψ d x,
lR
y que,
−δT (ϕ ′ ) = 0 ∀ ϕ ∈ D
(9.18)
δT (θ) = 0.
Como hemos visto que cualquier función de prueba ψ se puede escribir co-
mo, ψ = λψ θ + ϕ ′ψ tenemos,
δT (ψ) = λψ δT (θ) + δT (ϕ ′ψ ) = 0.
193
Definición: Diremos que la sucesión {Tn }, Tn ∈ D ′ converge a T ∈ D ′ si
Tn (ϕ) → T (ϕ) para todo ϕ ∈ D 3.
Ejemplos:
2
a) Sea Tn la distribución asociada con la función e −|x−n| . Luego Tn converge
a la distribución cero. Esto muestra lo débil que es este tipo de convergencia.
b) Sea Tn la distribución asociada con alguna función fn satisfaciendo
f
{xn }→x si lı́m kxn − xkH = 0.
n→∞
d
{xn }→x, si σ(xn ) → σ(x) ∀ σ ∈ H ′ .
3
Nuevamente estamos introduciendo una topología de manera indirecta, esta vez en D ′ .
194
Si H es un espacio de Hilbert (lo que supondremos de ahora en más) el Teo-
d
rema de Representación de Riez nos dice que {xn }→x sii (xn , y) → (x, y)
∀ y ∈ H.
Claramente esta noción de convergencia es la más débil tal que los ele-
mentos de H ′ son funcionales continuas [En el sentido que f es continua
en x si dada cualquier sucesión {xn } convergiendo a x luego lı́m f (xn ) =
n→∞
f (x).], donde decimos que una noción de convergencia es más débil que otra
si toda sucesión que converge con respecto a la segunda también lo hace con
respecto a la primera y hay sucesiones que convergen con respecto a la pri-
mera pero no con respecto a la segunda. Veamos, a manera de ejemplo, que la
convergencia en norma, o fuerte, es en realidad más fuerte que la llamada dé-
f
bil. Supongamos entonces que {xn }→x es decir lı́mn→∞ kx −xn kH = 0, luego
como los elementos de H ′ son funcionales lineales acotadas (⇐⇒ continuas)
se cumple que
y por lo tanto,
lı́m |σ(x) − σ(xn )| = 0, (9.20)
n→∞
d
o sea {xn }→x. El siguiente es un ejemplo de una sucesión que convergen
débilmente y no fuertemente.
Ejercicio: Muestre que la sucesión {xn = (0, ..., 0, 1 , 0, ...)} converge débil-
n
Prueba: Sólo probaremos el caso en que H es separable. Sea {xn } con kxn kH ≤
1 y S = {y m } una base ortonormal numerable de H . Construiremos, usando
195
inducción, una subsucesión {xn∞ } tal que,
n→∞
(xn∞ , y m ) → α m ∀ y m ∈ S. (9.21)
Sea m = 1, luego |(xn , y1)| ≤ kxn kH ky1kH ≤ 1. Vemos entonces que {(xn , y1)}
es una sucesión acotada en C. Pero la bola de radio unidad en C es compacta
y por lo tanto habrá alguna subsucesión (xn1 , y1) convergiendo a algún α1 en
C. Supongamos ahora que tenemos una subsucesión {xnm−1} tal que
(xnm−1, y p ) → α p ∀ 1 ≤ p ≤ m − 1. (9.22)
Notas bibliográficas: Recomiendo leer: [10], [1] [9]. A pesar de que fue
un físico, Dirac, el que introdujo el concepto de distribución muchos físicos
las desdeñan como algo matemático y las usan como una abreviación útil para
hacer cálculos. Usualmente la persona que las manipula conoce lo que está ha-
ciendo y no comete errores, pero es bastante fácil cometerlos si no se siguen
cuidadosamente las reglas y se pierde de vista lo que son. Esto por ejemplo
lleva a errores tales como asignarle significado al producto de dos distribucio-
nes arbitrarias. No es difícil entender el concepto básico de distribución ni
tampoco que no hay que salirse de las reglas operativas, sígalas siempre y no
se equivocará.
196
CAPÍTULO 10
L A TRANSFORMACIÓN DE FOURIER
10.1. Introducción
∂ 2f
= ρ. (10.1)
∂ θ2
Una manera
n deoresolver este problema es utilizando la base ortogonal de Fou-
rier, p1 e i nθ de L2(S 1). Sea F : L2(S 1) → l 2 el mapa entre estos espacios
2π
generado por esta base, es decir,
¨ «
1 i nθ
F (f ) = p e ,f ≡ {cn } . (10.2)
2π
Luego
n o
∂ 2f 1 d2 f
F −ρ = p e i nθ , −ρ
∂ θ2 2π d θ2 (10.3)
2
= −n cn − an
197
n 6= 0 satisface (10.4). El mapa inverso F −1 : l 2 → L2(S 1) nos define f (θ) =
X∞ cn i nθ
p e , el cual al menos formalmente1 es una solución de (10.1).
n=−∞ 2π
Note que en esta aplicación no hemos usado directamente el hecho de que
1 d i nθ
las funciones { p e i nθ } forman una base ortogonal sino solo que e =
2π dθ
i n e i nθ y ciertas propiedades del mapa F generado por dicha base. En parti-
cular esta propiedad de la base se induce en el mapa en el sentido que si f ∈ L2
df
es diferenciable y F ( f ) = {cn } luego F ( ) = {+i n cn }.
dθ
Estas observaciones son muy útiles pues existen casos, como el de L2(lR),
en los cuales no se conocen bases ortogonales interesantes, pero sí mapas si-
milares a F con propiedades interesantes. Uno de ellos es la transformación
de Fourier que estudiaremos ahora. El problema en L2(lR) es que desearía-
d
mos tener una base {ϕ n } cuyas funciones satisfagan ϕ = i cn ϕ n , pero
dx n
las soluciones a esta ecuación son ϕ n = an e i cn x , las cuales no son funciones
de cuadrado integrable cualquiera sea cn o an ∈ lR (excepto por supuesto
que tomemos an ≡ 0). Sin embargo aunque estas funciones no formen una
base ortogonal si generan un mapa F , esta vez de L2(lR) en otra copia (con-
siderada como distinta) de L2(lR), con propiedades similares a las del mapa F
considerado anteriormente.
X
∞
1
El mapa define un elemento de L2 pues ρ ∈ L2 y por lo tanto |an |2 < ∞ lo que
−∞
an
implica que {c0 arbitrario, cn = − 2
, n 6= 0} es también un elemento de l 2. Restaría ver que
n
f = F −1 {cn } es dos veces diferenciable.
198
b) Su inversa está dada por
Z
1
ǧ (x) = F −1
(ĝ ) = e i x·λ ĝ (λ) d λ. (10.6)
(2n)n/2 lRn
Este teorema nos dice que esta transformación tiene todas las propiedades
que tenía la generada por la base de Fourier y por lo tanto será tan útil como
aquella en aplicaciones similares, pero ahora en lRn .
La prueba de este teorema usa varias de las técnicas más comunes y pode-
rosas del análisis funcional y por lo tanto es recomendable una lectura atenta
y no automática de la misma.
199
Z
= | f (x)|2 d n x
Cǫ
X ǫ 2
= ( )n/2 e i k·x , f (x)
2
k∈Kǫ
X
= | fˆ(k)|2 (πǫ)n . (10.9)
k∈Kǫ
ya que f ∈ C ∞ (lRn ). Vemos entonces que las derivadas de fˆ(k) están acotadas
y por lo tanto que fˆ es continua. Este resultado no solo completa la demos-
tración de que F preserva la norma sino también, ya que fˆ(k) es continua,
que la serie de Riemann en el lado derecho de la ecuación (10.8) converge a
la integral y por lo tanto que F −1(F ( f )) = f (x) ∀ f ∈ C ∞ (lRn ).
Si f ∈ C ∞ (lRn ) luego la identidad del punto c) se muestra trivialmente.
Solo resta entonces extender estos resultados para f arbitraria en L2(lRn ),
pero C ∞ (lRn ) es una subespacio denso de L2(lRn ), es decir todo elemento
f ∈ L2(lRn ) puede obtenerse como límite (con respecto a la norma L2(lRn ))
de una sucesión { fn } de funciones en C ∞ (lRn ), esto nos permite extender la
acción de F a todo elemento de L2(lRn ). En efecto, sea f ∈ L2(lRn ) arbitraria
y sea { fn } → f ∈ C ∞ (lRn ) luego la sucesión fˆn (k) = F ( fn ) satisface,
200
vemos que F −1(F ( f (x))) = f (x) ∀ f (x) ∈ L2(lRn ) lo que demuestra que
F es invertible, que su inversa es F −1 y es continua. El mismo argumento
muestra que la fórmula en c) también es válida para todo f tal que su gradien-
te también está en L2(lRn ). Esto completa la prueba del teorema ♠
Note que la estrategia ha sido primero tomar un espacio (C ∞ (lRn )) donde
todas las propiedades valen obviamente, luego tomar un espacio que contie-
ne al anterior y donde este es denso, ver que el mapa es allí continuo (con
respecto a la noción de continuidad del espacio mayor) y finalmente tomar la
extensión que esta continuidad nos brinda.
¿Hay otras extensiones posibles? La respuesta es sí y ahora veremos una
de ellas que nos permitirá usar la transformación de Fourier en distribucio-
nes. Lo haremos en forma de un problema dividido en varios ejercicios.
Ejercicios:
1) ¿Cómo definiría la noción de sucesión convergente en este espacio?
2) Muestre que si {ϕ n } → ϕ luego {ϕ n } converge en el sentido anterior.
3) Muestre que D está estrictamente contenido en S . Ayuda: Encuentre ϕ ∈
S con s o p(ϕ) = lRn .
Las propiedades de este espacio que nos interesan son las siguientes:
201
Lema 10.1 Con la noción de convergencia correspondiente el espacio S (lRn )
es completo.
Ejercicio: Pruebe el Lema 10.3. Ayuda: Pruebe que dado enteros p y q existen
p̃ y q̃ y c > 0 tales que para todo ϕ ∈ S se cumple
2 /2
Ejercicio: Encuentre F (e −αx ).
202
Ejercicio: Calcule F (δ a ) y F (δ ′a ).
Prueba: Una vez probado el punto b ) los otros siguen trivialmente. Asegú-
rese! Probaremos entonces b ). Como ya vimos (ϕ, ψ) = (ϕ̂, ψ̂) ∀ ϕ, ψ ∈
S (lRn ). Aplicando esta identidad a e i y·x f¯(x) y g (x) obtenemos (e i y·x f¯, g ) =
×
(e i y·x f¯, ĝ ). pero
Z
(e i y·x f¯, g ) = e −i y·x f (x) g (x) d n x = (2π)n/2 Ó
fg (10.17)
n
lR
3
En realidad el argumento anterior nos dice que si s o p( f ) es compacto luego D α fˆ ∈
L2(lRn ) ∀ α ∈ I+n . Como veremos más adelante esto implica que es infinitamente diferen-
ciable.
203
y
× i y·x ¯
R R −i λ·x+i y·x ¯ n
(e f , ĝ ) = lRn (2π) −n/2
lRn e f (x) d x ĝ (λ) d n λ
R
= lRn fˆ(y − λ) ĝ (λ) d n λ
= fˆ ∗ ĝ .
(10.18)
−1
La otra fórmula se obtiene aplicando F a la anterior ♠
Otra propiedad interesante de la convolución se obtiene al notar que co-
mo S (lRn ) es cerrado con respecto a la operación de convolución ( f , g ∈
S (lRn ) =⇒ f ∗ g ∈ S (lRn )) podemos definir la convolución de una distri-
bución temperada con una función en S (lRn ) como,
(T ∗ f )(ϕ) = T ( f˜ ∗ ϕ) donde f˜(x) := f (−x). (10.19)
204
es decir las funciones f (x) ∈ H m (lRn ) son aquellas que su transformada
v de
uX
u m
Fourier f decae lo suficientemente rápido como para que f (λ)t
ˆ ˆ |λ|2k sea
k=0
de cuadrado integrable.
Esto nos sugiere generalizar los espacios permitiendo índices no enteros
y aún negativos por medio del siguiente producto escalar,
X
m
Note que para s = m en vez del polinomio |λ|2k , ahora tenemos (1 +
k+0
2 m
|λ| ) . Como existen constantes positivas c1 yc2, tales que
X
m
2 m
c1(1 + |λ| ) ≤ |λ|2k ≤ c2(1 + |λ|2) m (10.23)
k=0
este cambio en la norma es trivial en el sentido de que estas normas son equi-
valentes entre sí. En realidad, como veremos en un caso especial, incluso el 1
en el polinomio se puede ignorar y aún así obtener una norma equivalente.
La primera propiedad que veremos es el siguiente lema:
′
Lema 10.5 Si s ′ > s luego H s ⊂ H s .
Prueba: Trivial ♠
ĝ
Ψ g ( f ) := (ĝ , fˆ)H 0 = ( , fˆ(1 + |λ|2) s /2)H 0 .
2 s/2
(1 + |λ| )
Este mapa es lineal, está bien definido ∀ f , g ∈ C0∞ y puede ser extendido a
todo H s (y H −s ) por continuidad, ya que,
|Ψ g ( f )| ≤ || g ||H −s || f ||H s .
205
Por lo tanto tenemos un mapa entre H −s y el dual de H s , que preserva la
norma, es más, se puede probar que este mapa en un isomorfismo (o sea que
además es invertible) entre estos espacios.4 Por lo tanto podemos identificar
a H −s con el dual de H s .
Prueba: Basta con probarlo para m = 0, el resto sigue por inducción. Basta
también probar la desigualdad. k f kC 0 < C k f kH s , s > n2 para alguna cons-
tante C > 0 independiente de f y para toda f ∈ C ∞ (lRn ), el resto sigue por
la continuidad de la norma. Pero
Z
k f kc 0 = s u p x∈Rn | f (x)| = s u p x∈Rn e iλ·x fˆ(λ) d n x
n
Z R
1
≤ n/2 | fˆ(λ)| d n λ
(2π)
Rn
Z
1
| fˆ(λ)|(1 + |λ|2) s/2
≤ d nλ
(2π)n/2
Rn (1 + |λ|2) s/2
1 ˆ 2 s/2 1
≤ n/2 k f (λ)(1 + |λ| ) kL2 k k 2
(2π) (1+kλ|2 ) s/2 L
≤ C k f kH s .
(10.24)
1
donde hemos usado que s > n/2 para probar que k kL2 < ∞ ♠
(1 + |λ|2) s/2
Este lema nos dice que si f ∈ H m (lRn ) para m suficientemente grande
luego f puede ser identificada con una función ordinaria, continua e incluso
diferenciable.
n
Sea f una función continua en lR+ = {x ∈ lRn xn ≥ 0} y sea τ f la res-
tricción de esa función al hiperplano xn = 0 es decir (τ f )(x1, x2, . . . , xn−1) =
f (x1, x2, . . . , xn = 0). Claramente τ es un mapa lineal y si f es continua en
4
Por el teorema de Representación de Riez cada Ψ : H s → C puede además ser escrito
como Ψ( f ) = ( g̃ , f )H s , g̃ ∈ H s . Si tomamos g = F −1 ((1 + |λ||2) s F ( g̃ )) ∈ H −s entonces
Ψ( f ) = Ψ g ( f ).
206
n
lR+ luego τ f es continua en lRn−1 = {x ∈ lRn / xn = 0}. ¿Se puede extender
este mapa a funciones más generales? La respuesta es el siguiente lema que nos
muestra además el porqué de la necesidad de extender los espacios de Sobolev
a índices no enteros.
Lema 10.7 (Traza) Sea m > 0 entero, luego:
n
i) τ : H m (lR+ ) → H m−1/2(lRn−1) es continuo.
ii) es suryectivo.
Prueba: Por el mismo argumento que en el lema anterior para probar i) basta
probar que existe c > 0 tal que
n
kτ f kH 1/2(Rn−1/2) < C k f kH 1(Rn ) ∀ f ∈ C0∞ (lR+ ) (10.25)
+
Z
kτ f kH 1/2(Rn−1 ) = | fˆ(λ′ , 0)|2 d n−1λ′
n−1
R
Z Z∞ ˆ ′
∂ f (λ , t ) ˆ ′
= 2 ′
(1 + |λ | )2 1/2
f (λ , t ) d t d n−1
λ
′
Rn−1 0 ∂ xn
2 1/2
Z Z
∞ ∂ fˆ
≤ 2 ′
(λ , t ) d t d n−1 ′
λ ×
Rn−1 0 ∂ xn
Z Z∞ 1/2
′ 2 ′ 2 n−1 ′
× (1 + |λ | ) | f (λ , t )| d t d λ .
Rn−1 0
(10.27)
2 2
Usando que |2a b | ≤ a + b y la identidad de Plancherel obtenemos
R ¦ P ©
kτ f k2 1/2 n−1 ≤ Rn | f (x)|2 + n−1 |∂
k=0 k
f | 2
+ |∂ n f | 2
dnx
H (R ) +
(10.28)
= k f kH 1(Rn ) .
+
207
Para probar suryectividad debemos ver que dada g ∈ H 1/2(lRn−1) existe al
n
menos una (en realidad infinitas) f ∈ H 1(lR+ ) tal que τ f = g . Nuevamente
basta definir una anti-traza K en C ∞ (lRn ) y probar que existe C > 0 tal que
′ 2 1/2 n
Sea K( g ) = F −1(e −(1+|λ | ) x F ( g )) y notando que el argumento de F −1
está en S (lRn−1) dejamos la prueba de la desigualdad anterior como ejercicio.
En las aplicaciones tendremos que considerar funciones definidas solo en
abiertos de lRn , Ω y sus bordes ∂ Ω. Supondremos que Ω es tal que su borde,
∂ Ω = C l Ω − Ω, es una variedad suave.
Sea H m (Ω) el espacio de Sobolev obtenido tomando la integral en el pro-
ducto escalar simplemente sobre Ω y completando el espacio C0∞ (Ω) con res-
pecto a su norma y sea H0m (Ω) el obtenido con la misma norma pero com-
pletando el espacio C ∞ (Ω). Si m = 0 o si Ω = lRn luego estos espacios coin-
ciden. Pero si m ≥ 1 y ∂ Ω es no vacío entonces son distintos (obviamente
H0m ⊂ H m ) ya que como se controlan derivadas en la norma las sucesiones
de funciones de soporte compacto no pueden converger una función no nula
en el borde. ¿Cómo extenderemos los resultados obtenidos en lRn a Ω? El
lema clave para ello es el siguiente.
γ : H m (lRn ) → H m (Ω)
es continuo y suryectivo.
208
por lo tanto existirá c > 0 tal que k f (x)kH m (Rn ) < C k f kH m (Ω) ∀ f ∈ C0∞ . El
caso general es técnicamente más engorroso la idea básica es la de usar cartas
tales que mapeen regiones conteniendo parte del borde de Ω en lRn + ma-
peando borde con borde. En cada una de estas cartas sabemos cómo probar
la desigualdad correspondiente. La desigualdad global se prueba suponiendo,
por el absurdo, que ésta no vale ♠
Este lema nos permite inmediatamente generalizar los lemas anteriores.
Definición: Diremos que f ∈ H s (Ω) si admite una extensión f˜ a lRn tal que
f˜ ∈ H s (lRn ) [Note que esto concuerda con lo probado para s entero positi-
vo].
′
Es inmediato entonces que si s ′ > s luego H s (Ω) ⊂ H s (Ω), que si m < s −
n/2 luego H s (Ω) ⊂ C m (Ω) y que si m > 0 entero τ : H m (Ω) → H m−1/2(∂ Ω)
es continuo y suryectivo. En la última afirmación usamos H m−1/2(∂ Ω) don-
de en general ∂ Ω 6= abierto en lRn−1 y por lo tanto no se encuadra en la
definición anterior. En el caso en que ∂ Ω sea compacto diremos que f ∈
H m−1/2(∂ Ω) si, dado cualquier cubrimiento abierto {Ui } de ∂ Ω lo suficien-
temente pequeño como para que exista ϕ i , tal que (Ui , ϕ i ) sea una carta de
∂ Ω entonces f ∈ H m−1/2(Ui ) ∀ i.
Finalizamos este capítulo con dos lemas. El segundo de ellos, consecuen-
cia del primero, es de gran importancia en la teoría de ecuaciones en derivadas
parciales.
Lema 10.9 Sea Γd un cubo en lRn con lados de longitud d > 0. Si u ∈ H 1(Γd )
luego,
Z
2 n 2
nd 2 Xn
kuk 0 −n
≤d | u d x| + k∂ j uk2 0 . (10.31)
H (Γd ) 2 j =1 H (Γd )
Γd
209
Integrando con respecto a todos los x j e y j obtenemos,
Z 2
X n
n 2 n n+2
2 d kuk 0 ≤2 u d x + n d k∂ j ukH 0(Γ ) , (10.34)
H (Γd ) Γ j =1
d
d
Lema 10.10 Sea Ω ⊂ lRn compacto con borde suave. Si una sucesión {u p } en
H01(Ω) es acotada, luego existe una subsucesión que converge (fuertemente) en
H 0(Ω). Es decir el mapa natural 5 H01(Ω) → H 0(Ω) es compacto.
j
Si aplicamos a cada Γd el lema (10.9) y sumamos sobre j obtenemos que ∀ p
y q > N,
n P n 2n
2 D M ǫ D n D 2
k ũ p − ũq k 0 ≤ M j =1 2 M
+ 2 M (2k 2)
H (Ω)
≤ ǫ+ǫ (10.36)
2 2
≤ ǫ.
210
Notas bibliográficas: Recomiendo los libros: [15] y [9]. Los espacios de
Sobolev permitieron comprender gran parte de la teoría de ecuaciones no
lineales y previamente la teoría de ecuaciones lineales pero a coeficientes no
suaves. No son ideas complejas, pero muy útiles e imprescindibles para la
investigación en ecuaciones en derivadas parciales.
211
212
CAPÍTULO 11
11.1. Introducción
Ejemplos:
∆u ≡ g ab ∇a ∇ b u = 0 (11.2)
∂ 2u ∂ 2u ∂ 2u
∆u = + + . (11.3)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2
b) La ecuación de Poisson,
∆u − ρ = 0, (11.4)
donde ρ es una función dada.
213
c) La ecuación de onda en lRn+1. Esta tiene la forma de la ecuación de Laplace
Xn
pero para una métrica de la forma −(d x0) +2
(d x i )2. Por ejemplo en lR2,
i =1
gab = −(d t )2ab + (d x)2ab ,
ab
∂ 2u ∂ 2u
g ∇a ∇ b u = − + . (11.5)
∂ t2 ∂ x2
∇a F ab = j b
(11.6)
∇[a F b c] = 0
donde M es lR4, la métrica (usada tanto para subir los índices de Fab como
para definir ∇c ) es la de Minkowski, gab = −(d x 0)2 +d x 1)2 +(d x 2)2 +(d x 3)2,
Fab es un campo tensorial antisimétrico en M , y y b es un campo vectorial (la
cuadricorriente) en M .
∂ 2ua
ρ 2
= µ ∆u a + (λ + µ) ∇a (∇c u c ), (11.7)
∂t
∂u
= k ∆u, k >0 (11.8)
∂t
∂ ψ ħh 2
i ħh =− ∆ ψ + V ψ, (11.9)
∂t 2m
214
h) La ecuación de Navier-Stokes para un fluido viscoso e incompresible (ejem-
plo agua) en lR3(Euclídeo)×lR
∂ ua 1
+ u b ∇b u a + ∇a p − γ ∆u a = 0 (11.10)
∂t ρ
∇a u a = 0, (11.11)
215
estas clases se comportan en forma muy similar mientras que lo hacen en for-
ma radicalmente diferente a las soluciones a ecuaciones en las otras clases. Por
otro lado estas son las ecuaciones más usadas en física y aparecen en multitud
de problemas diferentes, incluso como casos particulares de las ecuaciones en
los ejemplos d), e), f) y g)!
donde u es una función en alguna variedad M . Esta ecuación puede ser ataca-
da con mucho éxito y resulta en ecuaciones ordinarias, cuya teoría ya cono-
cemos. Por simplicidad aquí consideraremos solo el caso cuasi-lineal y en lR2,
es decir una ecuación de la forma,
donde u x = ∂∂ ux y uy = ∂∂ uy .
Por motivos geométricos es útil representar las soluciones de esta ecua-
ción en lR3 o más precisamente en una región Ω de lR3 donde a, b y c estén
definidos, eso es asociar una solución u(x, y) de (11.13) con la hiper-superficie
de lR3 dada por τ = z − u(x, y) = c t e. Estas hiper-superficies se denominan
superficies integrales de la ecuación (11.13). El gradiente de τ es en estas
coordenadas es (∇a τ) = (−u x , −uy , 1), por lo que vemos que la ecuación
(11.13) es simplemente la condición que τ sea constante a lo largo del campo
vectorial (l a ) = (a(x, y, z), b (x, y, z), c(x, y, z)), es decir l a ∇a τ = 0, lo que
es equivalente a decir que l a es tangente a las superficies integrales. Note que
si l a ∇a τ = 0 luego ( f l a )∇a τ = 0 o sea que lo que determina la ecuación
(11.13) no es l a sino su dirección. Este campo de direcciones se llama de di-
recciones características, y sus curvas integrales curvas características. 1 La
teoría de EDO nos dice entonces que por cada punto de Ω pasa una única
curva característica. El conocimiento de estas curvas es fundamental ya que
1
Recuerde que una curva integral es la “imagen” de una curva γ (t )(en este caso =
(x(t ), y(t ), z(t )) solución de una EDO, en este caso
d γ (t ) d x a(x, y, z)
= y = b (x, y, z) . (11.14)
dt dt z c(x, y, z)
216
si formamos una superficie S tomando la unión de ciertas curvas característi-
cas luego claramente S será una superficie integral de (11.13), pero por otro
lado, dada una superficie integral S y cualquier p ∈ S la curva característica
que pasa por p será tangente a S en todo punto y por lo tanto será una sub-
variedad de S con lo que se ve que S estará formada por la unión de curvas
características.
curva característica
la
y τ = c t e.
217
Figura 11.2: Intersección de soluciones.
218
ordinaria que determina l a y resolviendo esta obtenemos para cada s la curva
característica que pasa por γ (s). (Ver figura.)
la
con x(s, 0) = x0(s ), y(s, 0) = y0(s) y z(s, 0) = z0(s) y donde a s fijo se cumple,
d γ (s, t )
= l a (γ (s, t )). (11.17)
dt
219
tenemos,
∂ x ∂y
∂ s (s ,0) ∂ s (s ,0)
∂x ∂y
0 0
J = ∂ x ∂y = (s0) b0 − (s0)a0 6= 0, (11.19)
∂s ∂ s
∂ t (s ,0) ∂ t (s ,0)
0 0
a)
∂u ∂u
+c =0
∂y ∂x
u(x, 0) = h(x).
b)
∂u ∂u
+u =0
∂y ∂x
u(x, 0) = −x.
c) ¿Por cuánto tiempo (y = t ) se pueden extender las soluciones de b)?
220
11.3. Clasificación de ecuaciones en derivadas parciales
∂ 2φ ∂ 2φ
+ = ρ, (11.20)
∂ x2 ∂ y2
221
a u A como en gran arreglo vectorial de campos escalares. Hemos usado ín-
dices con y sin primar para dejar en claro que el espacio (co-vectorial) de los
índices primados no tiene la misma dimensión que el espacio vectorial de los
índices sin primar.
El tipo de sistema que acabamos de definir se llama cuasi–lineal, pues las
derivadas aparecen en forma lineal. Esta no es una pérdida de generalidad
desde el punto de vista de la física:
222
Up
Σ
xn = 0
¿Qué requisitos debe satisfacer la ecuación para que esto sea posible? Usan-
do el sistema de coordenadas mencionado se puede ver que
Está claro entonces que podremos resolver para ∂n u A sólo si M (ΦC , q)n ′ es
AB
invertible. En general (como en el ejemplo que dimos) el espacio de llegada
del mapa M n′ no tiene la misma dimensión que el espacio de partida y por
AB
lo tanto el mapa no es en general invertible, por lo tanto solo pediremos que
el rango de dicho mapa tenga la dimensión máxima (es decir la dimensión
del espacio de partida –la de los vectores u A–). En particular esto implica
que estamos suponiendo que la dimensión del espacio de llegada es mayor o
igual que la del espacio de partida. Estamos pidiendo la posibilidad mínima
de tener soluciones.
Si esto no sucede entonces es claro que la ecuación será una relación entre
términos determinados a partir de los datos dados y en general no se satis-
fará. En ese caso los datos a dar libremente serán un número menor al de la
dimensión del espacio de partida, solo se podrán dar algunas componentes de
u A.
¿Qué es geométricamente la condición de maximalidad del rango de M a ′
AB
en lo que hace a las coordenadas elegidas?
Si la superficie x n = 0 es una superficie suave entonces podemos suponer
que ∇a x n existe y es distinta de cero, en este caso la condición anterior es
simplemente la condición que M a ′ ∇a x n tiene rango máximo, pero esta es
AB
independiente del sistema coordenado y solo depende de Σ, ya que aquí x n
es simplemente una función en M que es constante en Σ y cuyo gradiente no
se anula. Las superficies en donde la condición anterior se viola en todos sus
223
puntos se llaman superficies características. Clasificaremos a las ecuaciones
de acuerdo al número de superficies características que se intersecten en un
dado punto. Note que la clasificación solo depende del tensor M a ′ y no de
AB
a B
los términos de menor orden. M ′ ∇a u es llamada la parte principal de la
AB
ecuación. Note también que como M a ′ es un campo tensorial no necesaria-
AB
mente constante, la condición definiendo las superficies características puede
ser muy distinta de punto a punto, por lo tanto la clasificación que introdu-
ciremos vale en general solo para el punto en cuestión. Por fortuna en las
aplicaciones muy pocas veces aparecen ecuaciones donde su tipo cambia de
región en región. Note también que para sistemas no–lineales la condición
depende también de la solución que uno esté considerando! Como nuestra
clasificación solo se basa en la parte principal de la ecuación ésta debe tener
toda la información sobre la ecuación, es por eso que en el ejemplo anterior
agregamos la última fila en el sistema de ecuaciones, sin ella y considerando
el sistema principal no podríamos saber que las dos últimas componentes de
u A debían ser las componentes de la diferencial de una función.
Diremos que una ecuación es elíptica en p ∈ M si p no es intersectado
por ninguna superficie característica. Es decir si Rango M a ′ ka no es maximal
AB
entonces ka = 0 [como estamos en un punto la condición de que ka sea un
gradiente es vacía].
2
Ejercicio: Considere la ecuación anterior en lR × lR, ∂ t u = ∂ u2 . Reduzca
∂x
dicho sistema a primer orden y encuentre las superficies características de
esta ecuación.
224
Diremos que una ecuación es hiperbólica en p ∈ M si es intersectado por
más de una superficie característica.
El ejemplo canónico en este caso es la ecuación de onda en M
∆u = g ab ∇a ∇ b u, (11.25)
225
226
CAPÍTULO 12
ECUACIONES ELÍPTICAS
lRn con la misma métrica. Los resultados que obtendremos que no dependan
de funciones especiales se pueden generalizar para ecuaciones elípticas de la
forma (12.45) si se asume que c ≤ 0.
Como ya mencionamos, el programa de Cauchy, es decir formular el pro-
blema de obtener soluciones dando como dato u A en una hipersuperficie Σ
no funciona en general, solo lo hace para ecuaciones hiperbólicas. Si consi-
deramos datos no-analíticos, y los datos físicos son en general no-analíticos,
no hay en general ni siquiera soluciones locales. ¿Cuál es la manera apropiada
entonces de dar datos para la ecuación de Laplace? Obtendremos la respuesta
a esto considerando un fenómeno físico descripto por esta ecuación.
Consideremos un tambor e imprimamos una fuerza (pequeña) sobre su
membrana (o parche) en forma perpendicular a ésta.
227
Figura 12.1: La membrana de un tambor.
1. ∆u = f en Ω,
2. u|∂ Ω = φ0.
Más adelante reafirmaremos nuestra intuición viendo que este problema siem-
pre se puede resolver.
Supongamos ahora que permitimos que los bordes de la membrana se
pueda deslizar verticalmente pero en el borde ponemos resortes verticales
con una constante de Hooke que depende de la posición, k : ∂ Ω → lR y
dispuestos de tal forma que la posición de equilibrio antes de aplicar f sea
u = 0. Cuando apliquemos f la membrana se moverá hasta que nuevamente
228
en el interior tengamos,
∆u = f en Ω (12.3)
y en el borde
(k u + n a ∇a u)|∂ Ω = 0, (12.4)
donde n a es la normal a ∂ Ω. Este Problema Mixto también se puede resol-
ver.
∆u = f en Ω (12.5)
n a ∇u|∂ Ω = φ1, en el borde, (12.6)
Z Z Z Z
con φ1 d S = n a ∇a u d S = f dV = ∆u dV . (12.7)
∂Ω ∂Ω Ω Ω
12.1.1. Existencia
A continuación veremos que el problema de Dirichlet siempre tiene una
única solución (suponiendo que f , φ0 y ∂ Ω son lo suficientemente suaves).
Los otros problemas se resuelven en forma similar.
Supongamos que existe u ∈ H 2(Ω) satisfaciendo, ∆u = f en Ω y u|∂ Ω =
0 –lo que implica u ∈ H01(Ω)–. Luego usando el teorema de la divergencia
obtenemos la primera identidad de Green, ∀v ∈ C ∞ (Ω).
229
Z Z Z Z
v f¯d n x = n
v∆ ū d x = − ab
e ∇a v∇ b ū d x + n
v(n a ∇a ū)d n−1 x,
Ω Ω Ω ∂Ω
(12.8)
Si suponemos que v ∈ H01(Ω) la identidad todavía es válida y en este caso se
reduce a,
Z Z
ab
e ∇a v∇ b ū d x = − n
v f¯d n x, ∀ v ∈ H01(Ω). (12.9)
Ω Ω
Pero note que esta identidad todavía es válida si suponemos simplemente que
u ∈ H01(Ω) –no necesariamente en H 2(Ω)– y que f ∈ H −1(Ω).
Tenemos así el Problema Débil de Dirichlet (con φ0 = 0): Encuentre
u ∈ H01(Ω) tal que dada f ∈ H −1(Ω) se satisfaga (12.9).
Si el lado derecho (12.9) fuese un producto escalar este daría origen (por
completamiento) a un espacio de Hilbert H y entonces (12.9) tendría la for-
ma Z
(u, v) = Φ (v) ≡ − f¯v d n x, ∀v ∈ H 1(Ω).
H f (12.10) 0
Ω
Teorema 12.1 (de existencia y unicidad) Dada f ∈ H −1(Ω) existe una úni-
ca u ∈ H01(Ω) satisfaciendo el problema débil de Dirichlet.
∆u = f ∈ H −1(Ω),
(12.11)
τu = φ0 ∈ H 1/2(∂ Ω),
es un isomorfismo 1.
1
Siempre entendiendo estas ecuaciones en su forma débil o distribucional
230
Prueba: Es claro que el mapa es continuo –ya que es lineal y acotado–. Es
también inyectivo ya que si φ0 = 0 luego u ∈ H01(Ω) y si f = 0 el teorema
anterior (unicidad) nos dice entonces que u = 0. Veamos que es suryectivo.
Sea φ0 ∈ H 1/2(Ω), luego existe w ∈ H 1(Ω) tal que su restricción a ∂ Ω, τw =
φ0 y sea f ∈ H −1(Ω). Como también ∆w ∈ H −1(Ω) el teorema anterior nos
garantiza que existe ū ∈ H01(Ω) tal que
∆ ū = f − ∆w en Ω. (12.12)
Lema 12.1 (de Poincaré-Hardy) Existe C > 0 tal que para todo u ∈ H01(Ω),
se cumple, Z Z
|u| d x ≤ C e ab ∇a ū∇ b u d n x.
2 n
(12.13)
Ω Ω
Por lo tanto,
Z d /2 Z d /2
2 1 2
|u(x)| d x ≤ d |∂1 u|2 d ξ 1, (12.15)
−d /2 −d /2
y
Z Z Z
|u|2(x)d n x ≤ d 2 |∂1 u|2 d n x ≤ C ∇a ū∇a u d n x, (12.16)
Γd Γd Γd
231
con C = d 2. Esto prueba el lema y concluye la prueba de existencia y unici-
dad ♠♠
Tanto el teorema de existencia y unicidad como el de regularidad (que
damos a continuación) pueden ser generalizados a ecuaciones elípticas con
coeficientes no constantes mientras éstos sean suaves, se cumpla que c ≤ 0
y que a ab la l b > k g ab la l b , donde k es una constante y g ab es una métrica
positiva definida tal que el volumen de Ω con respecto a esta métrica es fi-
nito. La prueba que dimos es válida solo si V o l g (Ω) < ∞, ya que en esta
usamos el lema de Poincaré-Hardy. Si Ω = lRn entonces la prueba es todavía
válida si sustituimos al espacio H01 por el espacio H11, es decir el espacio de las
funciones que decaen al infinito, con norma
Z
| f |2
2
|| f || 1 n = 2
+ e ab ∇a f¯∇ b f .
H1 (R )
Rn r
En este caso se puede probar que la solución del problema no solo será
suave sino también que decaerá asintóticamente como 1/r .
Definición:
u(x 1, ..., x i + h, ...x n ) − u(x 1, ..., x i , ..., x n )
∆ih u(x 1, ..., x i , ..., x n ) ≡ .
h
Lema 12.2 Si u ∈ H 1(Ω) y Ω′ ⊂⊂ Ω (contenido estrictamente, ∂ Ω ∩ Ω′ = ;)
luego,
k∆ih ukH 0(∂ Ω) ≤ k∂i ukH 0(Ω) . (12.17)
232
Prueba: Es suficiente considerar el caso u ∈ C 1(Ω). Si h < d i s t (∂ Ω, Ω′ ),
luego
Z h
1
∆ih u(x) = ∂i u(x 1, ..., x i + ξ , ..., x n )d ξ ∀x ∈ Ω′ , (12.18)
h 0
Lema 12.3 Sea u ∈ H0(Ω) (y por lo tanto ∆ih u ∈ H0(Ω′ )) y supongamos existe
k < 0 tal que k∆ih ukH0(Ω′ ) ≤ k ∀ h > 0 y Ω′ ⊂⊂ Ω, con h < d i s t (∂ Ω, Ω′ ).
Luego la derivada débil ∂i u existe y satisface, k∂i ukH0(Ω) ≤ k.
233
Prueba: (Teorema de Regularidad): Nos contentaremos con probar que u
es regular en cualquier Ω′ contenido estrictamente en Ω, la extensión de la
prueba a todo Ω no agrega ningún concepto nuevo. Probaremos el enunciado
para k = 0, el resto sigue por inducción en k. Como u es una solución débil
tenemos que
Z Z
a n
∇ ū∇a v d x = f¯v d n x, ∀v ∈ C01(Ω). (12.24)
Ω Ω
o sea,
k∆ih ∇a uk2H ≤ k f kH0 k∆ih ∇a ukH0 , (12.28)
0
234
de temperatura T (t , x). Para ello supondremos una distribución inicial T0(x)
y que los extremos de la barra están conectados con un reservorio infinito de
calor a cero grado. Debemos resolver entonces el problema matemático,
d d2
T = − 2T, t ≥ 0
dt dx
T (t0, x) = T0(x), (12.30)
T (t , 0) = T (t , 2π) = 0 t ≥ 0.
d n2
Cn (t ) = − Cn (t ), (12.32)
dt 4
la cual tiene como solución,
n2
t
Cn (t ) = Cn (0)e − 4 . (12.33)
Por lo tanto si damos como condición inicial T0 ∈ L2(0, 2π), ésta determinará
una sucesión {Cn0 = (T0, s e n( n2x ))L2 } en l 2 que usaremos como condición
inicial y así obtendremos T (t , x). Como
X
∞ X
∞
n 2 X
∞
2
|Cn (t )| = |Cn0|2 e − 2 t ≤ |Cn0|2 < ∞ (12.34)
n=1 n=1 n=1
235
¿Qué hemos usado para construir estas soluciones? Hemos usado que
cualquier función que se anula en los extremos puede ser expandida en tér-
mino de su serie de Fourier, es decir de las funciones s e n( n2x ) y además que
,
d2 nx n2 nx
s e n( ) = − s e n( ) (12.35)
d x2 2 4 2
En analogía con la teoría de operadores entre espacios vectoriales de dimen-
sión finita llamaremos a la ecuación de arriba la ecuación de autovectores-
2
autovalores del operador lineal d 2 . Dado un operador lineal L : D ⊂ L2 → L2
dx
el problema de encontrar sus autovalores y autovectores con condiciones de
contorno dadas se llama problema de Sturn-Liouville. Como veremos a conti-
nuación existe una gran cantidad de operadores para los cuales este problema
tiene solución. ¿Es una casualidad que el conjunto de autovalores del opera-
dor en el ejemplo sea una base de L2? 3 El siguiente teorema y su corolario
nos dicen que no lo es, si el operador en cuestión satisface ciertas condiciones.
λ0 = i n f J (u) . (12.37)
u∈H01 (Ω)
236
diferenciable debemos tener que
d
J (u0 + s v)| s=0 = 0 ∀ v ∈ H01(Ω). (12.38)
ds
Pero
Z
d 1
J (u0 + s v)| s=0 = R n
[ (∇a v̄∇a u0 + ∇a ū0∇a v)d n x
ds ū u d x Ω
Ω
Z
− λ0[ (v̄ u0 + ū0 v)d n x]] (12.39)
Ω
ũ p − ũq 1 ũ p + ũq
Q( ) ≤ (Q( ũ p ) + Q( ũq )) − λ0k k2 0 → λ0 − λ0 = 0.
2 2 2 H (Ω) p,q→∞
(12.41)
ũ p + ũq
Donde hemos usado que como { ũq } → u0 en H 0(Ω), { 2
} también lo
ũ p + ũq
hace y por lo tanto {k 2 kH 0(Ω) } → 1. Pero como la norma Q(u) es equi-
valente a la de H01(Ω) vemos que { ũ p } es también de Cauchy en H01(Ω) y por
lo tanto que u0 ∈ H01(Ω). Usando el teorema de regularidad con f = λ0 u0
vemos que u0 ∈ C ∞ (Ω) ∩ H01(Ω) y por lo tanto que u0 es un autovalor en el
sentido clásico (∆u0 + λ0 u0 = 0). Probemos ahora la existencia de los otros
autovalores-autovectores. Sea H (1) = {u ∈ H01(Ω)|(u, u0)H 0(Ω) = 0}. Este es
un subespacio vectorial y es cerrado, por lo tanto es un espacio de Hilbert 4,
4
Note que H (1) 6= espacio perpendicular a u0 en la norma H01 (Ω).
237
por lo tanto existirá λ1, tal que
λ1 = in f J (u). (12.42)
u∈H (1)
(u j , ui )H 1(Ω) = 0. (12.44)
0
Vemos entonces que este conjunto es ortogonal en H01(Ω) y que por cons-
trucción su subespacio perpendicular es 0 lo que implica que este conjunto
es una base de H01(Ω) ♠
L(u) = a ab ∇a ∇ b u + b a ∇ b u + c u, (12.45)
238
c1 y c2 tales que
Z Z Z
(u, −L(u))H 0(Ω) = − ū L(u)d n x ≤ c1 g ab ∇a ū∇ b u d n x − c2 |u|2 d n x.
Ω Ω Ω
(12.46)
es acotada por debajo. La condición de que Q(u) ≡ (u, −L(u))H 0(Ω) satisfaga
la regla del paralelogramo. Aunque no sea positiva definida es mucho más
restrictiva, y es equivalente a pedir que L satisfaga
L(u) = ∇a (a ab ∇ b u + b a u) − b a ∇a u + c u, (12.49)
d2
L(u) = 2
u + c x 2 u. (12.50)
dx
Llegamos así a la siguiente generalización:
239
Ejercicio:
a) Pruebe el siguiente corolario:
Si L elíptico y autoadjunto es tal que sus autovalores son distintos de cero
luego el problema de Dirichlet
L(u) = f , (12.51)
240
CAPÍTULO 13
ECUACIONES SIMÉTRICO–HIPERBÓLICAS
13.1. Introducción
c.) En un entorno de cada punto existe una función τ tal que si llamamos
a
a su diferencial por ta (= ∇a τ), el mapa HAB := MAB ta es positivo
A B A
definido. (Es decir HAB u u ≥ 0 (= 0 sii u = 0).)
Note que esta última condición implica que HAB es una métrica en el espacio
de las variables independientes. Esta y su inversa, que denotaremos por H AB
serán usadas para subir y bajar índices.
Esta tampoco en una restricción importante desde el punto de vista de
la física, ya que todos los sistemas físicos que conocemos son simétrico–
hiperbólicos.
También, pero solo por simplicidad en la exposición ya que así evitaremos
algunas complicaciones técnicas, solo consideraremos sistemas lineales.
Comenzaremos este capítulo con un ejemplo simple que ilustra las carac-
terísticas básicas de esta clase de ecuaciones.
241
13.2. Un ejemplo
∂ 2u ∂ 2u
− + = f (x, t ), (13.1)
∂ t2 ∂ x2
donde f (x, t ) es la densidad de fuerza que se ejerce sobre la cuerda y que
suponemos no depende de la posición de la cuerda con respecto a la coorde-
nada y.1 Tenemos así el problema matemático de encontrar las soluciones de
la ecuación,
u = g ab ∇a ∇ b u = f , (13.2)
en M = lR2 con métrica pseudo-euclídea gab = −(d t )2 + (d x)2. Para tratar
esta ecuación es conveniente introducir un sistema coordenado apropiado a
esta métrica, es decir uno que tiene sus líneas características como ejes,
ξ = x + t = c t e.,
(13.3)
η = x − t = c t e.
η = c t e.
ζ = c t e.
1
De otro modo deberíamos considerar f (x, t , u) lo que complica el problema.
242
tenemos entonces que
ξ +η
x = 2
ξ −η (13.4)
t = 2
y
1
gab = −(d t )2 + (d x)2 = 4
[{−(d ξ )2 − (d η)2 + d ξ
⊗ dη + dη ⊗ dξ }
2 2
+{(d ξ ) + (d η) + d ξ ⊗ d η + d η ⊗ d ξ }]
= 12 [d ξ ⊗ d η + d η ⊗ d ξ ]
(13.5)
ab
Notando que g = 2[∂ ξ ⊗∂ η+∂ η⊗∂ ξ ] y que los símbolos de Christoffel
se anulan debido a que la métrica tiene componentes constantes tenemos,2
∂ 2u
u = 4 = f (η, ξ ). (13.6)
∂ η∂ ξ
u(x, t ) = uI (x + t ) + uI I (x − t ). (13.8)
Por ejemplo,
( 1
2
Note además que g (∂η , ∂η ) = g (∂ ξ , ∂ ξ ) = 0, es decir estos vectores coordenados tienen
norma nula.
243
U
t =1
∂u
u1(x) = (x, 0) = uI′ (x) − uI′ I (x). (13.11)
∂t
Diferenciando (13.10) con respecto a x y resolviendo el sistema lineal así
obtenido tenemos,
u0′ (x) + u1(x)
′
uI (x) =
2 (13.12)
u0′ (x) − u1(x)
uI′ I = ,
2
e integrando,
Z x
u0(x) 1
uI (x) = + u1(x̃)d x̃ + CI ,
2 2 0
Z (13.13)
u0(x) 1 x
uI I (x) = − u1(x̃)d x̃ + CI I .
2 2 0
244
Para que (13.10) se satisfaga debemos tener CI = −CI I y por lo tanto
Z x+t
1 1
u(x, t ) = (u0(x + t ) + u0(x − t )) + u1(x̃)d x̃. (13.14)
2 2 x−t
Vemos entonces que si damos como dato u0(x) ∈ C 2(lR) y u1(x) ∈ C 1(lR)
obtenemos una solución u(x, t ) ∈ C 2(lR×lR). Por construcción esta solución
es única.
(x, t )
x−t x+t x
245
t
(η, ζ )
η̃
ζ = η̃ η=ζ x
Z Z !
t x+(t − t˜)
v(x, t ) = f (x̃, t˜)d x̃ d t˜, (13.16)
0 x−(t − t˜)
que
∂v
v(x, t )| t =0 = (x, t )| t =0 = 0, (13.17)
∂t
y que v(x, t ) satisface (13.1).
246
Esta región se llama dominio de dependencia del punto (x0, t0), solo lo que
acontece en esta región puede afectar el valor de u en dicho punto. Simi-
larmente se define el dominio de influencia de un punto (x0, t0) como el
conjunto de puntos en los cuales se puede cambiar el valor de u si se cambia
el valor de u, de su derivada o de f en (x0, t0). En este caso este viene dado
por: {(x, t )|t ≥ t0, |x − x0| ≤ t − t0}.
El comportamiento de las soluciones de las ecuaciones hiperbólicas es en
general el mismo que el de este simple ejemplo: Dados datos de Cauchy gené-
ricos habrá una única solución (tanto hacia el futuro como hacia el pasado).
En el caso de las ecuaciones lineales esta solución se puede extender indefini-
damente en ambas direcciones temporales, en el caso no-lineal las soluciones
tienen solo validez en un intervalo temporal finito y es un problema físico
interesante ver si las ecuaciones físicas no-lineales pueden o no ser extendi-
das indefinidamente y que significa físicamente la aparición de singularidades
en las soluciones. 3 Una cantidad de gran importancia física y matemática
relacionada con la ecuación de onda es la energía de las soluciones. En dos
dimensiones ésta está dada por,
Z
1 ∂u 2 ∂u 2
E(u, t0) = [( ) +( ) ]d x. (13.20)
2 t =t0 ∂ t ∂x
Observe que la energía es positiva y su tasa de variación está dada por,
Z
dE ∂ u ∂ 2u ∂ 2u ∂ u
(u, t0) = ( 2
+ )d x
dt t =t0 ∂ t ∂ t ∂ t∂ x ∂ x
Z
∂ u ∂ 2u ∂ 2u ∂ ∂u∂u
= [ ( 2− 2
) + ( )]d x (13.21)
∂ t ∂ t ∂ x ∂ x ∂ t ∂ x
Z t =t0
∂u
= [ f ]d x,
t =t0 ∂ t
∂u∂u
donde en la última igualdad hemos usado (13.1) y supuesto que lı́m =
∂t ∂x x→∞
0. Si f = 0 luego la energía se conserva y esto nos da una prueba alternativa
de la unicidad de las soluciones.
Teorema 13.1 (de Unicidad) A lo más existe una única solución u(x, t ) a la
ecuación de onda entre las funciones en u(x, t ) ∈ H 1(lR), ∂∂ ut (x, t ) ∈ H 0(lR)
(donde lR es la superficie t = c t e) para un dado dato de Cauchy.
3
Una singularidad es un punto donde u deja de ser lo suficientemente diferenciable como
para que la ecuación tenga sentido o peor aún donde u deja de tener sentido incluso como
distribución.
247
Prueba: Supongamos existen dos soluciones u1 y u2 con los mismos datos
de Cauchy en, digamos t = 0. Luego δ u = u1 − u2 satisface la ecuación
homogénea y tiene dato de Cauchy igual a cero. Por lo tanto E(δ u, t = 0) =
0, pero la energía de δ u es conservada y por lo tanto E(δ u, t − t0) = 0 ∀t0.
Esto implica que k ∂∂δtu (x, t )| t =t0 kH 0(R) = 0 y por lo tanto ∂∂δtu (x, t )| t =t0 = 0
en casi todo punto. Análogamente tenemos que k ∂∂δxu (x, t )| t =t0 kH 0(R) = 0 y
por lo tanto ∂∂δxu (x, t )| t =t0 = 0 o δ u = c t e. Pero las constantes no son de
cuadrado integrable en lR y por lo tanto δ u(x, t ) = u1(x, t ) − u2(x, t ) = 0
como elemento de H 1(lR) ♠
248
tn τ=t
S
Γt
Ω
na
Σ0
tn
Γ τ=0
ΣT t =T
Σ0
t =0
249
donde el signo negativo del segundo término de la izquierda es debido a que
en la definición de E(u A, 0) tomamos la normal entrante a la región Ω(0, t ).
El último término representa la integral de la energía sobre una superficie S
que supondremos dada por la ecuación σ = s donde σ es una función suave
y s ∈ lR. Este término representa la energía que escapa de la región a través
de la superficie S.
Usando la ecuación 13.22 en el miembro derecho obtenemos,
Z
E(u A, t ) − E(u A, 0) + E(u A, s) = [(∇a MABa
)u A u B + 2IA u A] (13.25)
Ω(0,t )
Z tZ
a
≤ {|(∇a MAB )u A u B | + 2|IA u A|}d t˜
0 Σ t˜
Z tZ
≤ {|C HAB u A u B |
0 Σ t˜
Æ Æ
+ 2 |IA IB H | |HAB u A u B |}d t˜
AB
Zt
≤ [(C + 1)E(u A, t˜) + D( t˜)]d t˜,
0
250
Con esta suposición podemos ignorar dicho término en la desigualdad
anterior y obtener,
Z t
A A
E(u , t ) − E(u , 0) ≤ [(C + 1)E(u A, t˜) + D( t˜)]d t˜. (13.28)
0
d
E(u A, t ) ≤ (1 + C )E(u A, t ) + D(t ), (13.29)
dt
251
Prueba: Sea δ A := u A − ũ A. Luego δ A satisface,
a
MAB ∇a δ A = 0. (13.32)
y por lo tanto es importante determinar cuáles son las posibles regiones don-
de esto pasa. En particular, dada una región Γ, la mayor región Ω donde te-
nemos unicidad de las soluciones con idénticos datos iniciales en Γ se llama
el dominio de dependencia de Γ, es la región que depende completamente
de los datos iniciales dados en Γ, o sea dando datos iniciales en Γ podemos
controlar completamente el valor de la solución en cualquier punto de su
dominio de dependencia.
Veamos primero que este dominio de dependencia no es vacío. Para ello
a
tomemos Γ compacto en Σ0 y consideremos HAB = ta MAB . Sea ahora σ =
τ − δξ con ξ una función suave en un entorno de Γ positiva en dentro de
este conjunto y negativa en Σ0 − Γ (o sea que se anula en su frontera) y δ un
número real que supondremos pequeño. [Ver figura 13.7.]
τ = c t e.
σ = c t e.
252
suficientemente pequeño tal que
a
(ta + ǫwa )MAB = HAB + ǫwa M a AB es también positiva definida. Como Γ
es compacta dado un wa en ella habrá un ǫ mínimo y positivo tal que el
tensor definido arriba será positivo4 Por el mismo argumento de continuidad
habrá una región compacta alrededor de Γ y un ǫ > 0, un poco menor que el
a
anterior tal que allí ∇a σ MAB será positiva definida. Hemos logrado así tener
una región Ω entre las superficies de nivel τ = 0 y σ = 0, es decir, una pequeña
ampolla donde la integral de la energía saliente por S = { p ∈ M |σ( p) = 0} es
positiva para toda solución u A.
¿Cuán grande podemos hacer esta ampolla, es decir cuánto más podemos
inclinar la superficie S y todavía mantener positividad? Esta pregunta tiene
mucho que ver con la siguiente: ¿cuánto podemos inclinar a ta en cada punto
a
y todavía tener positividad de ta MAB en dicho punto?
a a
Obsérvese primero que si ta MAB es positivo luego αta MAB , α > 0 también
lo es, con lo que el conjunto de los ta para los cuales tenemos positividad
forman un cono. Esto también nos asegura de que no todos los co-vectores
están en este cono, ya que si ta lo está, (−ta ) no lo está.
Segundo obsérvese que si ta y t˜a están en el cono, [es decir cada uno de
ellos da una métrica positiva definida] también lo están todos los co-vectores
de la forma, αta + (1− α) t˜a , α ∈ [0, 1] ya que (αta MAB
a
+ (1− α) t˜a MAB
a
)u A u B
es positivo si los coeficientes de α y (1− α) lo son. Es decir el conjunto de los
co-vectores que dan métricas positivas definidas forman un cono convexo de
T p∗ , en cada punto p ∈ M . Este cono se denomina cono característico. [Ver
figura 13.8.]
¿Qué pasa con los co-vectores en la frontera de dicho cono? Allí la con-
dición de positividad definida debe fallar, es decir dado un co-vector ta en
dicha frontera habrá algún u A tal que ta MAB
a
u A u B = 0. Esto implica que allí
a
el rango de ta MAB deja de ser máximo.
253
tn
una función σ = 0 tal que σ|Σ0 = σ0. Para encontrar la ecuación que esta
función deberá satisfacer es conveniente introducir un sistema apropiado de
coordenadas, el mismo que usamos en nuestra clasificación de las ecuaciones
en derivadas parciales. Una de estas coordenadas será t = τ y llamaremos a
∂σ ∂σ
las otras x i , también por conveniencia definiremos σ t = ∂ t y σi = i . Con
∂x
estas coordenadas obtenemos que,
X
a t i
∇a σ MAB = σ t MAB + σi MAB
i
X
i
= σ t HAB + σi MAB . (13.34)
i
254
aquella que nos dé la frontera del menor cono conteniendo a ta , es decir la
mayor raíz. Tendremos así para esta raíz una ecuación de la forma:
σ t + H (σi , x i , t ) = 0. (13.37)
La función H tiene una propiedad muy importante, note que si (σ t , σi ) es una
solución también lo es (ασ t , ασi ) y por lo tanto H debe ser homogénea de
primer grado, es decir H (ασi , x i , t ) = αH (σi , x i , t ). Estas ecuaciones, con
H homogénea de primer grado se llaman ecuaciones eikonales y son casos
particulares de la ecuación de Hamilton–Jacobi que se estudia en mecánica.
Este tipo de ecuaciones, que en principio son ecuaciones en derivadas par-
ciales pueden ser resueltos transformándolos a un problema equivalente en
derivadas ordinarias proveniente de un Hamiltoniano. En efecto, considere
el sistema de ecuaciones ordinarias Hamiltonianas:
d xi ∂H
=
dt ∂ pi
d pi ∂H
= − i, (13.38)
dt ∂x
donde H ( pi , x i , t ) := H (σi , x i , t )|σi = pi . Integrando este sistema con condi-
ciones iniciales:
x i (0) = x0i
pi (0) = σ0i , (13.39)
y luego restringiendo las curvas integrales obtenidas en el espacio de fase
(x i , p j ) al espacio de configuración x i , obtenemos una serie de curvas en
nuestra variedad emanando de la superficie Γ. Llamaremos a estas curvas,
curvas características ya que tienen la importante propiedad de que a lo
largo de ellas la función σ que andamos buscando es constante! Para pro-
bar esto primero veamos que con las condiciones iniciales elegidas pi (t ) =
σi (x i (t ), t ) ∀ t . Pero tomando la derivada con respecto a x i de la ecuación
13.37 obtenemos:
∂ σi ∂ 2σ
=
∂t ∂ t∂ xi
∂ 2σ
=
∂ xi∂ t
X∂H ∂ σi ∂ H
= − (σk , x k , t ) j
− i
(σk , x k , t ), (13.40)
j ∂ σj ∂x ∂x
255
y por lo tanto
d ( pi − σi ) ∂H X ∂ σi d x j ∂ σi
k
= − i
( pk , x , t ) − −
dt ∂x j ∂ xj dt ∂t
∂H X ∂ σi ∂ H
k
= − i
( p k , x , t) − ( pk , x k , t )
∂x j ∂ x j ∂ pj
X∂H ∂ σi ∂H
+ (σk , x k , t ) j
+ i
(σk , x k , t )
j ∂ σj ∂x ∂x
∂H ∂H
= − i
( pk , x k , t ) + i
(σk , x k , t )
∂x ∂x !
X ∂ σi ∂H ∂H
− ( pk , x k , t ) − (σk , x k , t ) ,(13.41)
j ∂ xj ∂ pj ∂ σj
donde en la segunda igualdad hemos usado las ecuaciones 13.38 y 13.40. Esta
última ecuación, con las condiciones iniciales elegidas tiene solución trivial,
pero el teorema de unicidad de las soluciones de ecuaciones ordinarias nos ga-
rantiza que esta es la única y por lo tanto la igualdad buscada. Por lo tanto de
ahora en más no deberemos distinguir en el argumento de H si está evaluada
en σi o en pi .
Pero entonces note que la derivada a lo largo de una curva característica
de σ es,
dσ X d xi
= σi + σt
dt i dt
X∂H
= σi − H (σk , x k , t )
i ∂ σi
= 0, (13.42)
donde en la última igualdad hemos usado que por ser H homogénea de pri-
P
mer grado en σi se cumple la igualdad H (σk , x k , t ) = i ∂∂ σH σi .
i
Hemos demostrado entonces que σ será constante a lo largo de las líneas
integrales de la ecuación 13.38 con condiciones iniciales dadas por 13.39. Por
lo tanto conocemos S, esta será la superficie reglada por las curvas caracterís-
ticas emanando de ∂ Γ5. [Ver figura 13.9.]
5
En general las curvas características se cruzan entre sí y por lo tanto aún dando una región
256
σ0 = 0
Γ Σ0
σ0 > 0
σ0 < 0
∂ρ ∂ρ ∂v
− v0 − ρ0 = 0
∂t ∂x ∂x
∂v ∂v 1 ∂p
− v0 − = 0. (13.43)
∂t ∂x ρ0 ∂ x
dp
Si c 2 := |
d ρ ρ0
> 0, (c es la velocidad del sonido en el medio) entonces el siste-
a
ma es simétrico–hiperbólico con MAB obtenido reescribiendo las ecuaciones
Γ con frontera suave luego de un cierto tiempo la superficie reglada desarrollará singularidades
y σ será multivaluada. Sin embargo estas singularidades se conocen perfectamente bien y se
sabe cómo descartar regiones hasta obtener dominios de dependencia con frontera continuas.
257
como:
c2 0 ρ −c 2 v0 −c 2ρ0 ρ
+ = 0, (13.44)
0 ρ20 v t
−c 2ρ0 −ρ20 v0 v x
∂p ∂ p ∂ρ
donde hemos usado que ∂x
= ∂ρ ∂x
.
El determinante que debemos estudiar es entonces:
σ t c 2 − σ x c 2 v0 −σ x c 2ρ0
det , (13.45)
2 2
−σ x c ρ0 σ t ρ0 − σ x ρv
σ+ σ−
0 1 x
258
∂φ ∂φ ∂φ
y usando u A = (φ, , , )
∂t ∂x ∂y
el sistema se puede escribir como,
1 1 1
1 0 0 0 u 0 0 0 0 u 0 0 0 0 u −u 2
2 2
0 1 0 0 u 0 0 1 0 u 0 0 0 1 u2 −ρ
− − 3 =
0 0 1 0 u3 0 1 0 0 u3 0 0 0 0 u 0
0 0 0 1 u4 t 0 0 0 0 u4 x 0 1 0 0 u4 y 0
∂ u1 ∂ u1
Ejercicio: Pruebe que si los datos iniciales son tales que u 2 = ∂x
y u3 = ∂y
,
luego u 1 satisface 13.47.
0 σy 0 σ t
o sea q
σt = (σ x )2 + (σy )2 := −H (σ x , σy ). (13.49)
dx ∂H −σ x
= =q
dt ∂ σx (σ x )2 + (σy )2
dy ∂H −σy
= =q
dt ∂ σy (σ x )2 + (σy )2
d σx ∂H
= − =0
dt ∂x
d σy ∂H
= − = 0, (13.50)
dt ∂y
259
−σ0y
y(t ) = q t + y0 . (13.51)
2 2
(σ0 x) + (σ0y )
260
CAPÍTULO 14
ECUACIONES PARABÓLICAS
14.1. Introducción
t =T
L
Ω
t =0
261
Usando el Teorema Espectral, 12.2, descomponemos u, f y u 0 en auto-
funciones del Laplaciano en S en H01(S) y obtenemos,
X
∞
j
u(t , x ) = un (t )vn (x j ),
n=0
X∞
f (t , x j ) = fn (t )vn (x j ),
n=0
X
∞
u 0(x j ) = un0 vn (x j ),
n=0
∆vn (x j ) = λn vn (x j )
vn (x j )|L = 0.
u̇n + λn un = fn
(14.2)
un | t =0 = un0 .
262
de la mecánica y que en ellos debe haber alguna clase de información de tipo
termodinámico.
Para ver esto retomemos el ejemplo dado en la introducción al Teorema
Espectral, 12.2
d 2u
u̇ − = 0 en [0, 1], (14.5)
d x2
donde vimos que las autofunciones vn (x) con vn (0) = vn (1) = 0 son vn (x) =
sin(πn x) con autovalor λn = π2 n 2.
0
P∞ (−1) n−1 2
Tomando como dato inicial u (x) = n=1 2 s e n(πn x), la cual es
P∞ 1 n
acotada en [0, 1] ya que n=1 2 < ∞, obtenemos,
n
n−1 2n2 t
X
∞ (−1) 2 e −π
u(t , x) = 2
s e n(πn x).
n=1 n
P∞ 2
e −π (2n−1)
2t
Pero u(t , 1/2) = n=1 (2n−1)2
la cual es finita ∀ t ≥ 0 e infinita para
cualquier t < 0 ya que el enésimo
P∞ término tiende a infinito con n. Por otro
0 0
lado dada cualquier u (x) = n=0 un s e n(πn x), continua obtenemos
X
∞
2n2 t
u(t , x) = un0 e −π s e n(πn x) (14.6)
n=0
máx u = máx u
S̄ ∂S
263
lo que es una contradicción. Para el caso ∆u ≥ 0 usamos v = |x|2. Como
∆v > 0 en S luego
∆(u + ǫv) > 0 en S ∀ǫ > 0 (14.7)
y así
máx(u + ǫv) = máx(u + ǫv)
S̄ ∂S
y por lo tanto
máx u + ǫ mı́n v ≤ máx u + ǫ máx v
S̄ S̄ ∂S ∂S
mı́n u = mı́n u
S̄ ∂S
∆u = f en S
(14.8)
u|∂ S = u0 ,
y
mı́n δ = mı́n δ = 0
S̄ ∂S
Ejercicio: ¿Para qué otras ecuaciones elípticas vale esta prueba de unicidad?
264
Teorema 14.3 (Unicidad para la ecuación del Calor) Existe a lo más una úni-
ca solución u ∈ C 1[0, T ] × C 2(S) del problema,
u̇ − ∆u = f en S
u| t =0 = u 0, (14.9)
u|L = u 1,
u 0 y u 1 continuas.
máx u = máx u
Ω̄ ∂ ′Ω
donde ∂ ′ Ω = S0 ∪ L.
t =T
∂˜ Ωǫ = ST −ǫ
S0 ∩ L
S0
t =0
265
tendiendo ǫ → 0 obtenemos el resultado buscado.
Para tratar el caso u t − ∆u ≤ 0 en Ω, consideramos v = u − k t , k > 0.
Luego v t − ∆v = u t − ∆u − k < 0 y por lo tanto
∂u
Ejercicio: Probar que si ∂t
− ∆u ≥ 0 luego mı́nΩ̄ u = mı́n∂ ′ Ω u.
266
CAPÍTULO 15
GRUPOS
15.1. Introducción
Asociatividad: g ( g ′ g ′′ ) = ( g g ′ ) g ′′
ge = e g = e ∀ ∈ G
g g −1 = g −1 g = e
267
Ejemplo: Sea el conjunto Z de números reales, incluidos los negativos y el
cero. Sea el producto dado por la suma, Ψ(n, m) = n + m. Esta operación
es claramente asociativa, Ψ(n, Ψ(m, l )) = Ψ(n, m + l ) = n + m + l = Ψ(n +
m, l ) = Ψ(Ψ(n, m), l ). En este caso la identidad es el número cero, Ψ(0, n) =
Ψ(n, 0) = n y la inversa del elemento n es el número −n.
e g
g e
Ejemplo: Veamos el caso siguiente, sea S = {1, 2, 3}. En este caso tenemos los
siguientes mapas: e(1, 2, 3) = (1, 2, 3), f1(1, 2, 3) = (1, 3, 2), f2(1, 2, 3) = (3, 2, 1),
f3(1, 2, 3) = (2, 1, 3), g (1, 2, 3) = (3, 1, 2), g ′ (1, 2, 3) = (2, 3, 1). Su tabla de mul-
tiplicación es la siguiente:
268
Cuadro 15.2: Tabla de multiplicación de P (1, 2, 3)
e g g′ f1 f2 f3
g g′ e f3 f1 f2
g′ e′ g f2 f3 f1
f1 f2 f3 e g g′
f2 f3 f1 g′ e g
f3 f1 f2 g g′ e
Ejemplo: Considere el grupo de todos los mapas lineales de lR2 7→ lR2 que
preservan un triángulo equilátero.
Ejercicio: Considere el espacio todos los mapas lineales de lR2 7→ lR2 que
preservan un cuadrado. Compare su tabla con la de P (1, 2, 3, 4).
15.2. Isomorfismos
Ψ( g )Ψ( g ′ ) = Ψ( g g ′ ).
Ejercicio: Encuentre el mapa que hace P (1, 2) y grupo de todos los mapas
lineales de lR2 7→ lR2 que preservan un triángulo equilátero.
269
15.3. Subgrupos
270
Teorema 15.1 Dado un grupo G existe un conjunto S tal que G es isomórfico
a un subgrupo de P (S).
Ejemplo: Sea el grupo cuyo conjunto es R − {0} con multiplicación dada por
el producto. Este grupo puede ser obtenido como el conjunto de los mapas
invertibles de la línea real en sí misma dados por, Ψ x : lR 7→ lR dados por
Ψ x (y) := x y. Estos mapas son llamados dilataciones.
〈U x, U y〉 = 〈U ′ x, U ′ y〉 = 〈x, y〉,
271
su producto también es unitario,
Ejercicio: Vea que U (1) tiene como subgrupo a P (1, 2, 3). U (1) aparece en
física como un grupo de simetría asociado a la conservación de la carga eléc-
trica.
Ejercicio: Vea que S U (2) es igual a SO(3). S U (2) aparece en física como
uno de los grupos principales del modelo estándar de partículas, al igual que
S U (3).
Ejercicio:
272
1 0 0
0 cos θ sin θ
0 − sin θ cos θ
Donde hemos elegido los ejes coordenados de manera que el eje z coincide
con la dirección de la rotación. Vemos así que la rotación por π es la misma
rotación que por −π. Podemos unir la dirección de rotación con el ángulo
de la misma y formar un vector de forma que su dirección coincida con la
dirección de rotación y su magnitud con el ángulo de la misma. Vemos en-
tonces que SO(3) consta de todos los puntos en una bola de radio π, cada
diámetro de la misma consiste en todas las rotaciones sobre un eje fijo. Pero
este conjunto tiene una peculiaridad, debemos identificar cada punto de la es-
fera exterior, de diámetro π, con su antípoda. Logramos así una variedad que
no tiene frontera. Si trazamos una curva que pretende salir de ella, cuando
llega al diámetro π aparece en el punto opuesto de dicha esfera ingresando al
interior de la bola por dicho punto. En particular si comenzamos una curva
de este tipo en un punto p en el interior de la bola, vamos hacia el diámetro
π y la continuamos hasta alcanzar nuevamente el punto inicial p tendremos
una curva cerrada que no puede ser deformada a la curva identidad! 1 Es de-
cir, como variedad, SO(3) no es simplemente conexa. El siguiente ejemplo
también muestra que no es un toro.
Ejercicio: Muestre gráficamente que una curva que recorre dos veces el ca-
mino de la anterior es deformable a la identidad.
Esta propiedad de SO(3) tiene importantes consecuencias en física. Es la
que permite la existencia matemática de los espinores, es decir el modelo que
describe todos los campos fermiónicos, en particular el electrón. Esto se debe
a que los espinores cuando son rotados por un ángulo de 2π, es decir a lo
largo de uno de los ejes de SO(3), éste cambia de signo, (sabe de las curvas
no deformables). Mientras que si lo rotamos por un ángulo de 4π vuelve a su
estado original.
15.6. Cosets
273
de equivalencia:
Diremos que g1 ≈ g2 si existe g ∈ G tal que g1 = g h1 y g2 = g h2. Con
h1, h2 ∈ H .
Las dos primeras condiciones que definen una relación de equivalencia se
satisfacen trivialmente. Veamos la tercera:
Debemos ver que si g1 ≈ g2 y g2 ≈ g3, entonces g1 ≈ g3. Las dos primeras
condiciones nos dan, g1 = g h1 y g2 = g h2 para algún g ∈ G y g2 = g̃ h̃2 y
g3 = g̃ h̃3 para algún g̃ ∈ G. Usando las dos relaciones para g2 vemos que
g̃ = g h2 h̃2−1. Por lo tanto, g3 = g̃ h̃3 = g h2 h̃2−1 h̃3 = g h2 h̃2−1 h̃3. Lo que prueba
la afirmación ya que h2 h̃2−1 h̃3 ∈ H .
Definimos así, L = G/HL , el conjunto de clases equivalentes con respecto
a esta relación de equivalencia. El subíndice L se refiere a que hacemos equi-
valencias multiplicando los elementos de H por la izquierda. El otro espacio
cociente se obtiene por multiplicación por la derecha.
¿Cómo están constituido los elementos de L? Sea g ∈ G, luego podemos
considerar el conjunto,
g H := { g h, h ∈ H }.
Note que g ∈ H ya que e ∈ H y que todos los elementos de g H son equi-
valentes entre sí y no hay ningún elemento fuera de g H que sea equivalente
a g . Por lo tanto estos son los elementos de L. Note que ya que estas son
clases equivalentes, cada elemento de G está en una y solo una de estas clases
equivalentes.
Ejercicio: Constate para el caso de P (1, 2, 3) que los cosets por derecha corres-
pondientes a tomar P (1, 2, 3) como su propio subgrupo son las columnas de
la tabla de multiplicación. A que corresponden las filas? Esto indica que cada
fila y columna está constituida por elementos distintos entre sí.
Sean A y B dos elementos de L. Tomando dos elementos cualesquiera de
G en cada una de estas clases equivalentes, gA y gB , tenemos que A = gA H y
B = gB H . Con lo cual B = gB H = gB gA−1A y vemos que dados dos elementos
cualesquiera de L, existe un mapa invertible que envía todos los elementos de
uno en el otro. Es decir todas las clases equivalentes son isomorfas entre sí.
Note que esto tiene la siguiente implicación. Sea G un grupo con p elementos
y H un subgrupo del mismo. El espacio cociente tendrá n elementos, clases
equivalentes, cada uno con q elementos, el número de elementos de H . Co-
mo las relaciones de equivalencia dividen al conjunto G en clases disjuntas.
Debemos tener que p = nq. Es decir el número de elementos de un subgru-
po divide al número de elementos del grupo! En particular, si el número de
274
elementos de un grupo es primo, podemos concluir inmediatamente que este
solo tendrá los subgrupos triviales, la identidad y el grupo completo.
Ejemplo: Sea P (1, 2, 3) = {e, g , g ′ , f1, f2, f3}, este grupo tiene los siguientes
subgrupos, H0 := {e, g , g ′ } y Hi := {e, fi }. Como H0 tiene 3 elementos,
(P (1, 2, 3)/H0)L tendrá dos elementos, L1 = H0 y L2 = { f1, f2, f 3}.
Ψ g oΨ g ′ (A) = Ψ g ( g ′ A) = g ( g ′ A) = ( g g ′ )A = Ψ g g ′ (A),
275
15.7. Subgrupos Normales
Una clase particular de subgrupos son los llamados grupos normales. Es-
tos son los grupos donde los cosets por derecha e izquierda coinciden, es
decir, N ∈ G es subgrupo normal si es un subgrupo y además,
gN = N g ∀g ∈ G
la propiedad importante que tiene los cosets generados por subgrupos nor-
males es que tienen una operación de multiplicación cerrada que convierte
al conjunto de los mismos en grupos. De hecho, debido a la relación que los
define,
g N g ′N = g g ′N N = g g ′N
C := { g g̃ g −1 g̃ }
Ejercicio: Sea P (S) el grupo de permutaciones sobre S. Vea que las transfor-
maciones que dejan todos los elementos de S invariantes, excepto un numero
finito de elementos en un subgrupo normal.
Ejercicio: Muestre que un subgrupo dando origen a solo dos cosets en nece-
sariamente normal.
276
Ejercicio: Sea Z el conjunto de elementos de G tales que si z ∈ Z luego g z =
z g ∀ g ∈ G. Muestre que Z es un subgrupo normal.
277
278
CAPÍTULO 16
Problema 16.1 Sea S un conjunto finito. Considere el espacio de todas las fun-
ciones de S en lR. Vea que éste es un espacio vectorial. Encuentre una base y diga
cual es su dimensión.
Problema 16.2 Pruebe que dimV = dimV ∗ y que existe un mapa invertible
natural entre V y V ∗∗ .
Problema 16.4 Vea que en dimensión finita todas las normas son equivalentes.
Problema 16.6 Sean A y B dos tensores de tipo (1, 1) actuando sobre un espacio
vectorial normado. Defina la norma inducida en estos operadores. Muestre que
||AB|| ≤ ||A||||B||
Problema 16.9 Vea que dado un mapa lineal A, el conjunto de todos los mapas
lineales de la forma e t A, t ∈ lR, forman un grupo.
279
Problema 16.11 Vea que si {ui } son un conjunto de autovectores tales que λi 6=
λ j , luego estos son linealmente independientes.
||A′ || = ||A||.
Problema 16.15 Vea que los autovectores de un operador autoadjunto son per-
pendiculares entre sí si sus autovalores son distintos. Vea que los autovalores son
reales. Vea que todo operador autoadjunto es diagonalizable.
Problema 16.20 Dado un punto p de M y una curva γ (t ) que pasa por ese
punto a t = t0, encuentre las componentes del vector tangente a dicha curva en
ese punto en una carta cualquiera. Exprese la derivada a lo largo de t de una
función definida en un entorno de p en dicha base.
280
Problema 16.24 Pruebe el teorema de completamiento de espacios normados.
De ejemplos de espacios de Banach.
Problema 16.34 Use y entienda el teorema del máximo para probar la unicidad
del problema de Dirichlet.
281
Problema 16.37 Use el teorema del máximo para probar la unicidad del pro-
blema de valores iniciales y contorno para la ecuación del calor.
Problema 16.38 Encuentre todos los subgrupos de P (1, 2, 3). Cuales de ellos son
normales?
282
BIBLIOGRAFÍA
[3] Ordinary Differential Equations, Arnold, V. I., The MIT Press, 1987.
[6] General Relativity, Wald, R., The University of Chicago Press, 1993.
[12] Linear Algebra, Lax, P., Pure and applied mathematics, Wiley, 1996.
[14] Introductory Rela Analysis, A.N. Kolmogorov, and S.V. Fomin, Dover,
1970.
[15] Basic Linear Partial Differential Equations, Treves, F., Academic Press,
1975.
283
[16] Partial Differential Equations, John, F., Springer-Verlag 1982.
[21] Modern Differential Geometry for Physicists Isham C., World Scientific
Lecture Notes in Physics - Vol. 61 World Scientific, Second edition,
1999.
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Se terminó de imprimir
en marzo de 20012
CORDOBA – ARGENTINA
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