Amparo Directo en Revisión 2293/2013 QUEJOSA: : Visto Bueno Sr. Ministro

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

2293/2013
QUEJOSA: **********

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIA: MARÍA DOLORES IGAREDA DIEZ DE SOLLANO

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, en sesión correspondiente al veintidós de octubre de dos mil
catorce, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el amparo directo en revisión 2293/2013,


interpuesto en contra de la sentencia dictada por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Quinto Circuito, en el amparo
directo 240/2013 relacionado con el 241/2013, con apoyo del Segundo
Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta Región
(expedientes auxiliares 338/2013 y 339/2013).

El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación consiste en analizar, en caso de que se cumplan los
requisitos procesales correspondientes, si los alimentos deben retrotraerse
a la fecha del nacimiento del menor, en el caso de reconocimiento de un
menor mediante sentencia judicial, como alega la quejosa.

I. ANTECEDENTES DEL CASO

1.De la información que se tiene acreditada en el expediente, consta que


**********, por sí y en representación de su menor hijo, demandó en la vía
ordinaria civil a ********** ─tercero perjudicado en el presente asunto─ el
reconocimiento de paternidad del menor **********, así como la orden de
inscripción al registro civil del menor, el pago de alimentos no pagados
durante los nueve años de vida del menor y los sucesivos, el cuarenta por
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ciento de pensión alimenticia en favor del menor y el pago de gastos y


costas.

2.Tocó conocer del asunto al Juzgado Tercero de Primera Instancia de lo


Familiar del Distrito Judicial de Hermosillo, Sonora, cuya titular por auto de
dieciocho de septiembre dos mil siete lo admitió a trámite bajo el número
**********, designó a los tutores y curadores del menor, previno al
demandado para que se abstuviera de gravar, dilapidar u ocultar sus
bienes, así también ordenó las anotaciones marginales correspondientes;
por último, ordenó emplazar a juicio al demandado.

3.Mediante auto de ocho de noviembre de dos mil siete, se tuvo al


demandado contestando la demanda instaurada en su contra, con la cual
se le dio vista a la actora y se ordenó la apertura de la dilación probatoria.

4.En auto de veinte de noviembre de dos mil siete se tuvo por desahogada
la vista, se acusó la rebeldía de la parte demandada, con el fin de que no
exhibiera documentos esenciales más lo que ya ofreció en su escrito
inicial. Inconforme con dicha determinación, el apoderado del demandado,
interpuso recurso de revocación, el que fue declarado procedente en
interlocutoria de veintiocho de febrero de dos mil ocho, la cual se dejó sin
efectos el auto impugnado, se dictó otro en el que se le acusa la rebeldía
al demandado, salvo con los documentos que bajo protesta de decir
verdad manifestara que tuvo a su disposición, los cuales a juicio del juez
iban a ser admitidos.

5.En proveído de diecisiete de diciembre de dos mil siete, la jueza admitió


las pruebas ofrecidas por el demandado, con excepción de la pericial en
ADN bajo el argumento que estuvo mal ofrecida. Por auto de ocho de
enero de dos mil ocho, la jueza admitió las documentales ofrecidas por la
actora y desechó la admisión de la prueba pericial en ADN, también bajo
el argumento que estuvo mal ofrecida.

6.Inconforme con dicha determinación, la actora, por conducto de su


apoderado legal, interpuso recurso de revocación que fue admitido en auto

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de dieciséis de enero de dos mil ocho. Sin embargo, en proveído de


veintidós de enero siguiente, fue revocada esa determinación y denegada
su admisión por la jueza de conocimiento. Por auto de uno de febrero de
dos mil ocho no se acordó de conformidad la petición del apoderado de la
actora de admitir a trámite el recurso de apelación preventiva, interpuesto
en contra del auto de veintidós de enero de dos mil ocho.

7.En auto de tres de marzo de dos mil ocho, se ordenó abrir el periodo de
alegatos. Seguido el procedimiento, el veintidós de abril de dos mil ocho,
la jueza de primera instancia dictó sentencia, en la que se declaró
improcedente la acción intentada. En contra de dicha resolución, la ahora
quejosa, interpuso recurso de apelación que fue del conocimiento de la
Primera Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Sonora, con sede en Hermosillo, en el toca **********, la cual ordenó la
reposición del procedimiento a partir del auto de tres de marzo de dos mil
ocho, para que la jueza responsable resolviera respecto de la pericial de
genética.

8.En cumplimiento a lo anterior, la autoridad responsable dejó sin efectos


dicho auto y admitió el desahogo de la prueba pericial en genética. Una
vez desahogadas las demás etapas procesales, el ocho de noviembre de
dos mil diez la jueza responsable declaró procedente la acción, por lo que
condenó al demandado al pago de una pensión de **********.

9.Inconforme con lo anterior, las partes interpusieron sendos recursos de


apelación, de los que conoció la Primera Sala Mixta del Supremo Tribunal
de Justicia del Estado de Sonora, con sede en Hermosillo, quien dictó
sentencia el veintiséis de mayo de dos mil once en la que revocó el fallo
apelado y ordenó la reposición del procedimiento para que se desahogara
la pericial en materia genética.

10.En auto de dos de agosto de dos mil once, en cumplimiento al fallo de


alzada la jueza ordenó la reposición del procedimiento para los efectos
ordenados. El dos de mayo de dos mil doce, la jueza responsable dictó
sentencia en la cual se declaró procedente la acción, se determinó que el

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demandado es el padre del menor, por lo que se le condenó a una pensión


alimenticia de **********. Por otra parte, la jueza del conocimiento dejó a
salvo los derechos de la quejosa respecto de las pensiones anteriores a la
presentación de la demanda y no hizo condena en costas.

11.Inconformes con lo anterior, las partes promovieron sendos recurso de


apelación y la Primera Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado de Sonora, con sede en Hermosillo, que conoció el asunto dictó
sentencia el quince de octubre de dos mil doce en la que resolvió lo
siguiente:

PRIMERO. Se modifica la sentencia definitiva, de dos de mayo de


dos mil doce, dictada por la Jueza Tercero de Primera Instancia
Familiar de esta Distrito Judicial de Hermosillo, Sonora, dentro del
expediente número **********, relativo al juicio de reconocimiento
de paternidad y filiación, promovido en la vía ordinaria civil por
**********, en ejercicio de la patria potestad y representación de su
hijo, el niño **********, en contra de **********.

SEGUNDO. Ha sido procedente la acción de reconocimiento de


paternidad y filiación, ejercitada por **********, en ejercicio de la
patria potestad y representación de su hijo, el niño **********, en
contra de **********, al existir pruebas plenas e indiscutibles que
acreditaron los extremos de la acción incoada; en consecuencia:

TERCERO. Se declara que **********, es el padre biológico del


niño **********, con todas las consecuencias legales que implica tal
reconocimiento; por tal motivo, de conformidad con lo dispuesto
por el artículo 555 del Código Civil para el Estado de Sonora, se
declara que el niño ********** (**********), tiene los siguientes
derechos:
a) A llevar el apellido del que lo reconoce, o respecto del cual
haya acreditado su filiación.
b) A ser alimentado por su progenitor, y;
c) A percibir la porción hereditaria que fija la ley, o en su caso los
alimentos correspondientes, si no fuere instituido heredero en el
caso de la sucesión testamentaria.

CUARTO. Se declara que ********** tiene los derechos y


obligaciones que implica el ejercicio de la patria potestad, entre
los que se encuentra la convivencia, el cuidado, protección y
educación del menor, así como la correcta administración de sus
bienes y la obligación de proporcionarle los alimentos que
legalmente le corresponden, en términos de lo dispuesto por el
artículo 580 del Código Civil para el Estado de Sonora.

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QUINTO. Por los motivos expuesto (sic) en el cuerpo del presente


fallo, se fija como pensión alimenticia a favor del menor **********
(**********) y a cargo de su progenitor **********, la cantidad de
$********** mensuales, pagaderos por quincenas adelantadas de
$**********, en la forma y términos previstos en la presente
resolución.

SEXTO. Se condena al DEMANDADO **********, a pagar a favor


de su menor hijo ********** (**********),todas y cada una de las
pensiones atrasadas, a razón de la cantidad fijada en el presente
fallo, a partir de la fecha de presentación de la demanda, al
tratarse el fallo de alimentos de una sentencia de condena cuyos
efectos se retrotraen hasta el día de la presentación de la
demanda, con el apercibimiento que de no hacerlo así, se
procederá al aseguramiento de bienes que garanticen el pago
correspondiente.

SÉPTIMO. Se determina que la guarda o custodia del niño


********** (**********), quedará a cargo de su madre, la señora
**********.

OCTAVO. Se reservan los derechos a las partes para que


respecto de las cuestiones relativas al derecho de convivencia y
visitas, los planteen en la vía incidental o en la vía y forma que
consideren pertinente, con el objeto de que en tal procedimiento
se escuche a las partes, en especial al niño ********** (**********) y
se alleguen los medios de prueba necesarios para que el juzgador
se encuentre en aptitud de establecer un régimen de convivencia
o no, con o sin la asistencia de un profesional de la salud mental,
atendiendo para ello al interés superior del niño, que busca su
desarrollo armónico e integral.

NOVENO. Para dar cumplimiento a lo anterior, una vez que cause


ejecutoria la presente sentencia, se ordena girar atento oficio al
Oficial Quinto del Registro Civil de esta ciudad de Hermosillo,
Sonora, a fin de que cancele el acta de nacimiento número
**********, libro ***********, de fecha **********, relativa al nacimiento
del niño ********** y expida una nueva con el nombre del padre
biológico del niño y el apellido paterno que le corresponde, en la
inteligencia de que el niño ********** a partir de la expedición de su
nueva acta de nacimiento deberá quedar registrado con el nombre
de **********, debiéndose asentar íntegramente los datos de la
familia materna que se encuentran en el acta cancelada así como
los datos de la familia paterna que se proporcionen al momento
del registro; asimismo, deberá girarse atento oficio al Director del
Archivo del Registro Civil en el Estado de Sonora para los mismos
fines.

II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

12.Juicio de amparo directo. Mediante escrito presentado el veintinueve


de octubre de dos mil doce en la Secretaría General de Acuerdos del

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Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sonora, con sede en


Hermosillo, Sonora, **********, por su propio derecho, solicitó el amparo y
protección de la Justicia Federal contra la autoridad y actos que a
continuación se precisan:

Autoridad responsable:
La Primera Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Sonora.

Acto reclamado:
La resolución dictada el quince de octubre de dos mil doce, en el toca
civil **********, que confirma la sentencia en el juicio ordinario civil
**********.

13. La parte quejosa invocó como derechos violados los contenidos en los
artículos 1, 4, 8, 14, 16, 17 y 33, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y señaló como tercero perjudicado a **********.

14.Por razón de turno correspondió conocer de la demanda al Segundo


Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Quinto Circuito. El
Presidente de dicho órgano, mediante auto de uno de marzo de dos mil
trece, ordenó su registro bajo el número 240/2013 relacionado con el
diverso 241/2013, tuvo como tercero perjudicado a **********, dio al
Ministerio Público de la Federación la intervención que le corresponde y
admitió a trámite el asunto.

15.Por auto de nueve de abril de dos mil trece, el Magistrado Presidente del
Tribunal Colegiado del conocimiento, en cumplimiento al oficio STCCNO/
2525/2012 de veinte de agosto, suscrito por el Secretario Técnico de la
Comisión de Creación de Nuevos Órganos del Consejo de la Judicatura
Federal, ordenó formar cuaderno de antecedentes y remitió los autos al
Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta
Región, con residencia en Culiacán, Sinaloa, para su resolución.

16.Por auto de dieciséis de abril de dos mil trece, el Magistrado Presidente


del Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar del conocimiento,
tuvo por recibidos los autos y los registró con el número 338/2013,

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relacionado con el 339/2013; y, en sesión de dieciséis de mayo de dos mil


trece, el Pleno del Tribunal auxiliar dictó sentencia, terminada de engrosar
el veintitrés de mismo mes y año, la cual concluyó con el punto resolutivo
siguiente:

ÚNICO: La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********,


contra el acto y autoridad precisados en el resultando primero de
esta ejecutoria, por las razones expuestas en el último
considerando de la misma.

17.Recurso de revisión. Inconforme con dicha sentencia, la quejosa,


mediante escrito presentado el veintiuno de junio de dos mil trece,
interpuso recurso de revisión en la Oficialía de Partes del Segundo
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Quinto Circuito; en
consecuencia, por acuerdo de veinticuatro de junio de dos mil trece, el
Magistrado Presidente del Tribunal Colegiado del conocimiento ordenó
remitir el expediente a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.

18.Por acuerdo de tres de julio de dos mil trece, el Presidente de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió el recurso de revisión, con
reserva del estudio de importancia y trascendencia que en el momento
procesal oportuno se realizare, radicándolo con el número 2293/2013.
Asimismo, ordenó que se notificara por oficio a la autoridad responsable y
que se diera vista a la Procuraduría General de la República, por conducto
del Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a este Máximo
Tribunal, para que formulara el pedimento respectivo. De igual manera,
determinó que se turnaran los autos al Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena para la formulación del proyecto de resolución.

19.Mediante acuerdo de once de julio de dos mil trece, el Presidente de la


Primera Sala ordenó que ésta se avocara al conocimiento y resolución del
asunto, así como la devolución de autos al Ministro Ponente.

20.El Agente del Ministerio Público de la Federación, adscrito a la Suprema


Corte de Justicia de la Nación no formuló pedimento alguno.

III. COMPETENCIA

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21.Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de
lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos. Cabe destacar que el artículo Tercero
Transitorio de la Ley de Amparo Reglamentaria de los artículos 103 y 107
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en
el Diario Oficial de la Federación el dos de abril de dos mil trece dispone,
en relación con su entrada en vigor, que los juicios de amparo iniciados
con anterioridad al tres de abril del mismo año seguirán tramitándose
hasta su resolución final conforme a las disposiciones aplicables vigentes
a su inicio.

22.Luego, de conformidad con lo dispuesto en el artículo transitorio citado y


toda vez que la demanda de amparo fue presentada el veintinueve de
octubre de dos mil doce, en la Secretaría General de Acuerdos del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sonora, con sede en
Hermosillo, Sonora, el presente recurso de revisión será resuelto de
conformidad con las disposiciones contenidas en la Ley de Amparo
vigente hasta el dos de abril de dos mil trece.

23.Sobre la base anterior, la Primera Sala de la Suprema Corte es


legalmente competente para conocer de este asunto, en términos de los
artículos 84, fracción II, de la Ley de Amparo; 21, fracción III, inciso a) de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y en relación con los
puntos primero y tercero del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno
de este Alto Tribunal, de trece de mayo de dos mil trece, publicado en el
Diario Oficial de la Federación el veintiuno del mismo mes y año. Lo
anterior, en virtud de que el presente recurso fue interpuesto en contra de
la sentencia dictada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y
de Trabajo del Quinto Circuito con apoyo del Segundo Tribunal Colegiado
de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta Región, lo que por su
naturaleza civil corresponde a la materia de especialidad de esta Sala.

IV. OPORTUNIDAD

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24.La presentación del recurso de revisión resultó oportuna, ya que fue


interpuesto dentro del término de diez días previsto en el artículo 86 de la
Ley de Amparo. En efecto, de las constancias del juicio de amparo directo
240/2013, del índice del Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y
de Trabajo del Quinto Circuito, se advierte que la sentencia aquí recurrida
se notificó a la quejosa personalmente el diecinueve de junio de dos mil
trece1, por lo que tal notificación surtió sus efectos el día hábil siguiente,
es decir, el veinte de junio; en consecuencia, el plazo de diez días
mencionado transcurrió del veintiuno de junio al cuatro de julio de dos mil
trece, debiendo descontarse de tal cómputo los días veintidós, veintitrés,
veintinueve y treinta de junio, por haber sido inhábiles, en términos de los
artículos 23 de la Ley de Amparo; 163 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación; 74 de la Ley Federal del Trabajo; y, el Acuerdo
General 10/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal; por tanto,
si la interposición del presente recurso de revisión se hizo el veintiuno de
junio de dos mil trece2, es inconcuso que tal presentación resultó
oportuna.

V. LEGITIMACIÓN

25.Esta Primera Sala considera que la ahora recurrente está legitimada


para interponer el presente recurso de revisión, pues queda probado que
en el juicio de amparo directo se le reconoció la calidad de quejosa; ello,
en términos del artículo 5º, fracción I, de la Ley de Amparo; por tanto, la
decisión adoptada en la sentencia de amparo directo sí pudiera afectarle o
perjudicarle de forma directa.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

26.A fin de resolver el presente asunto y analizar si es procedente la


revisión del amparo directo en términos de la fracción IX del artículo 107
de la Constitución Federal, en relación con la fracción V del artículo 83 de
la Ley de Amparo, se reseñarán los argumentos esgrimidos en la

1 Cfr. Cuaderno de amparo240/2013, página 284 vuelta.

2 Ibídem, página 311.

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demanda de amparo, las consideraciones sustentadas por el tribunal


colegiado para emitir la sentencia recurrida y los agravios aducidos en
contra de dicha resolución, precisando que sólo se efectuarán en relación
con la materia de la revisión, sin abarcar temas de legalidad.

27.Demanda de amparo. La parte quejosa argumentó en sus conceptos de


violación lo que en los párrafos subsecuentes se sintetiza.

Primer concepto de violación


a) La parte quejosa aduce que la sentencia reclamada le causa agravio
porque determina correcto fijar una pensión alimenticia por el monto de
**********, sin tomar en cuenta los principios de equidad y justicia, el
espíritu del legislador y, en especial, el tercero transitorio de la Ley para
la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para el
Estado de Sonora, y los artículos 3, 6, 7, y 8 de la Convención sobre los
Derechos del Niño (en adelante “la Convención”); pues considera que la
cantidad de ********** es injusta, inequitativa y vulnera derechos
humanos por insuficiente, y que en la demanda se solicitó una pensión
de ********** o el cuarenta por ciento de los ingresos del demandado.

b) Agrega que las constancias del juicio de origen revelan que el


demandado tiene una capacidad económica excelente, ya que cuenta
con ingresos suficientes al probarse legalmente que tiene dos
automóviles de lujo, que según facturas su valor asciende a la cantidad
de ********** y que además posee tres bienes inmuebles, que equivalen
a un nivel de clase alta al estar situados en zonas estratégicas. Por
tanto, señala la quejosa, la sala responsable estaba obligada a tomar en
cuenta el nivel de vida o estatus, así como ponderar el binomio
necesidad-posibilidad para establecer el monto de una pensión de
alimentos, especialmente en asuntos que para fijar ese quantum,
tratándose del supuesto en que no son comprobables el salario o los
ingresos del deudor alimentario, se debe atender la capacidad
económica y el nivel de vida del deudor y de sus acreedores
alimentarios, por lo que tacha de subjetiva la determinación de la sala

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responsable de establecer la cuantía de ********** de pensión alimenticia,


al tratarse de una suma inequitativa, injusta e irrisoria.

c) Manifiesta que la sala responsable estaba obligada a acatar y aplicar el


principio constitucional del interés superior del menor en favor del niño
**********, los artículos 1, 4, 8, 14 y 16, 17, 33, de la Constitución
Federal; 3, 6, 8, 18, 27 de la Convención; 1, 3, 4, 5, 7, 12, 34 de la Ley
para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
para el Estado de Sonora; así como diversos artículos del Código Civil y
del Código de Procedimientos Civiles de dicha entidad.

d) Sostiene que la importancia de esos derechos fundamentales no sólo


radica en la posibilidad de que el menor conozca su origen biológico,
sino también que de ese conocimiento deriva el derecho a que sus
ascendientes satisfagan sus necesidades de alimentación, salud,
educación, vestido, casa donde vivir decorosamente y sano
esparcimiento para su debido desarrollo integral. De ahí que la quejosa
señale que en el caso a estudio se debe atender el interés superior del
menor, el principio pro persona y los tratados que México ha firmado
respecto de los derechos humanos a favor de los niños, para lo cual
solicita al tribunal colegiado que haga una interpretación con base en el
control difuso y con base al principio pro persona, aun desaplicando la
legislación interna y aplicando los tratados internacionales.

e) Por lo anterior, solicita que se le conceda la tutela constitucional a fin de


que se le imponga una pensión de **********, y añade que no aceptará
una menor a la ya establecida, porque esto le traería perjuicio a un
derecho ya adquirido por el menor violándosele sus derechos humanos.

Segundo concepto de violación


a) En este apartado la quejosa aduce, en esencia, que le causa agravio la
determinación de la sala responsable en el sentido de no condenar al
demandado al pago de los alimentos retroactivos a favor del menor
desde su nacimiento, y transcribe las partes conducentes del fallo
reclamado para después afirmar que la autoridad responsable no debió
aplicar el contenido de los artículos 18, fracción II, y 19, fracción IV, del

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Código de Procedimientos Civiles del Estado de Sonora, ya que, en el


caso, se debe velar por el interés superior del menor y el principio pro
persona.

b) Asimismo, se duele de la determinación de la sala responsable en la que


declara que existe la presunción legal de que el acreedor alimentista no
los necesitó y, al no haber acreditado que se adquirieron deudas por ese
motivo, no era procedente el pago, lo que la quejosa considera ilegal,
ofensivo y subjetivo, en virtud de que el derecho del menor a los
alimentos surge desde el nacimiento, por lo que en el caso no se está
atendiendo una norma de orden público, citando para apoyar su dicho
diversos artículos de la Convención que establecen que los tribunales
judiciales deben velar por el interés superior del niño, e invoca también
el artículo 22, incisos a) y c), de la Ley para la Protección de los Niños,
Niñas y Adolescentes del Estado de Sonora para evidenciar que se debe
velar por el interés del menor de edad.

c) En otro apartado del segundo concepto de violación, la quejosa refiere


que se debe hacer un análisis de control difuso, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano de que se trate; que por
el asunto en cuestión se debe realizar un control de convencionalidad y
que se deben desaplicar las normas inferiores que fueron aplicadas por
la sala responsable a fin de otorgar una protección más amplia en favor
del menor de edad, atendiendo el interés superior de éste reitera que la
autoridad responsable debió considerar el derecho a los alimentos del
menor surge desde el nacimiento, para lo que invoca diversos criterios
jurisprudenciales.

Tercer concepto de violación


a) Finalmente, se duele de que la sala responsable no fundó ni motivó la
absolución del demandado respecto del pago de gastos y costas, y
agrega que no se analizó la temeridad o mala fe conforme a las
actuaciones del juicio de origen, de las que se advierte que el
demandado ha realizado una conducta dolosa tipificada penalmente,

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ante la mentira de que no sostuvo relación con la actora, mientras que


se demostró que es progenitor del menor de edad.

b) Que tampoco se analizó que se dio vista al ministerio público por parte
del juez de origen, ya que el demandado en el expediente **********
realizó un cambio de régimen matrimonial donde dona todas sus
propiedades a su actual esposa; por lo que concluye que el tercero
perjudicado sí actuó de mala fe y solicita se conceda el amparo y se
supla la deficiencia de la queja en favor del menor de edad, atendiendo
el interés superior de éste.

28. Sentencia de amparo. Por su parte, tribunal colegiado de circuito al


resolver el amparo realizó las consideraciones que a continuación se
sintetizan.

a) Precisó que no advertía queja deficiente que suplir al no asistir la razón


a la quejosa sobre el derecho alegado, no obstante que el asunto tratara
sobre una acción de reconocimiento de paternidad a favor de un menor
de edad. Consideró que, en el caso, no se desatendía el interés superior
del menor puesto que “el artículo 4° constitucional señala la obligación
del Estado de velar y cumplir con ello, así como a garantizar el ejercicio
de los derechos de los menores incluidos los de rango internacional,
entre ellos, los contenidos en la Convención Sobre los Derechos del
Niño, pues no se debe perder de vista que ésta, según lo dispuesto en
su artículo 3, párrafo 1, también se sustenta en ese principio, y que la
reforma que lo elevó a rango constitucional, tuvo como propósito directo
reconocer los ideales que en materia de los derechos de los niños han
sido reconocidos a nivel internacional, para de esta forma cristalizar la
obligación asumida por el Estado Mexicano al suscribir la Convención
sobre los Derechos del Niño, en la que se comprometió a dar prioridad a
los derechos del menor, a fin de asegurar que tales derechos no fueran
atropellados”.

b) De este modo el órgano colegiado concluyó que “el interés superior de la


niñez, además de ser un principio de rango constitucional, es un

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principio rector del marco internacional de los derechos del niño; por esa
razón, y en concordancia con ello, en el ámbito interno, éste principio
también ha sido expresamente reconocido en diversas legislaciones
entre ellas, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes”.

c) Ahora bien, por lo que respecta al primer concepto de violación, estimó


que resultaba inatendible el argumento por el cual la quejosa combatía
el monto de la pensión alimenticia, en virtud de que dicho punto había
sido resuelto en el diverso amparo 339/2013 relacionado y promovido
por el demandado en el juicio natural, **********. Así, el órgano colegiado
determinó que se encontraba impedido para abordar el estudio de esos
aspectos, porque implicaba atentar contra la inmutabilidad de la cosa
juzgada, pues ya se había pronunciado sobre ellos al resolver el diverso
amparo relacionado, en donde, mediante un estudio integral sobre la
fijación de la pensión alimenticia del menor, y atendiendo al interés
superior del menor y a la no afectación de sus derechos humanos,
determinó que el monto de ********** fijado por la sala responsable como
pensión alimenticia resultaba justo y equitativo en beneficio del menor de
edad, sin que con ello se vulneraran sus derechos humanos, ya que
para tal determinación se atendió a las circunstancias personales del
deudor, a su capacidad económica, así como a las necesidades del
acreedor.

d) En suma, el juzgador de amparo consideró que en dicho amparo


relacionado ya se había realizado un estudio integral sobre la fijación de
la pensión alimenticia del menor “no sólo atendiendo los motivos de
disenso enderezados por el tercero perjudicado sino atendiendo en
mayor medida que no se afecten los derechos humanos del menor de
edad, pues al realizar el análisis se atendió el interés superior del niño;
por lo que sobre el particular, existe pronunciamiento expreso, de ahí
que no sea procedente atender dichos planteamientos”.

e) Asimismo, el tribunal colegiado explicitó que no obstante la quejosa


había solicitado que se realizara un control de convencionalidad y que

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se supliera la deficiencia en la queja, el monto de la pensión alimenticia


no afectaba los derechos humanos del menor, pues sí se había atendido
al interés superior del niño acorde con el marco constitucional e
internacional, para lo cual invocó diversos criterios jurisprudenciales
sobre el derecho de alimentos y la suplencia de la queja tratándose de
menores, ya que los criterios jurisprudenciales citados por la quejosa en
la demanda de amparo fueron los que sirvieron de base al órgano
colegiado para negar el amparo al demandado “y realizar un estudio
integral sobre la fijación del monto de la pensión alimenticia en beneficio
del menor de edad, de lo cual se constató que no hubo afectación a sus
derechos humanos”.

f) Al responder al segundo concepto de violación, el tribunal colegiado


calificó de infundados los argumentos expresados pues, contrario a lo
aducido por la quejosa, determinó que las consideraciones expresadas
por la sala responsable resultaban ajustadas a derecho en virtud de que
“uno es el derecho que tiene el menor de edad de recibir alimentos,
mismo que –desde luego– surge desde su nacimiento; sin embargo, el
punto central de análisis no era si el menor tenía derecho o no a que se
le ministraran alimentos desde el nacimiento para su supervivencia, sino
si el demandado estaba obligado o no a pagar dichos alimentos de
forma retroactiva, antes de que hubiera un reconocimiento de paternidad
respecto de éste hacia el menor de edad”.

g) Por ello, el tribunal colegiado estimó correcta la resolución de la sala


responsable en el sentido de que conforme al numeral 18, fracción II, del
Código de Procedimientos Civiles de Sonora los efectos de esa
sentencia se retrotraen al día de la presentación de la demanda en
acciones de condena, como lo es, el pago de alimentos, porque el
reconocimiento de la paternidad del demandado en relación con el
menor de edad surgió con motivo de la declaración hecha en la
sentencia definitiva, en la que una vez analizada la prueba idónea del
ADN se llegó a la conclusión del lazo filial.

"15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

h) En este aspecto abundó en torno a que “el derecho a los alimentos


surge desde que se adquiere el carácter de acreedor alimentario, esto
es, el nacimiento de ese derecho surge con motivo de que se adquiere
la calidad de padre, hijo o cónyuge, de ahí que en la sentencia de
alimentos sólo se declare el derecho a percibirlos; sin embargo, su pago
debe decretarse a partir de que se reclama tal derecho, pues sólo
cuando se incumple con tal obligación es lo que da derecho al reclamo,
pues el demandado en el caso no estaba obligado a dar alimentos antes
de que reconociera la paternidad en relación con el menor de edad, sino
que ese reconocimiento surgió con motivo de la emisión de la
sentencia”, invocando para ello la tesis de la extinta Tercera Sala de esta
Suprema Corte, de rubro “ALIMENTOS, EXIGIBILIDAD DE LOS”3.

i) De igual manera, el órgano colegiado se pronunció sobre la petición de


la quejosa por la cual solicitó que se desaplicaran los artículos 18,
fracción II, y 119, fracción IV, del Código de Procedimientos Civiles de
Sonora, con base en los cuales la responsable concluyó que el
demandado no estaba obligado a pagar los alimentos de forma
retroactiva tomando en cuenta el nacimiento del menor de edad. En este
aspecto, el tribunal colegiado consideró que “para que ello sea
procedente, tendría que evidenciarse que dichas normas secundarias
son contrarias a los derechos humanos consagrados en la Constitución
y los Tratados Internacionales, aspecto que no ocurre en el caso, pues si
bien estos últimos contienen un amplio catálogo de derechos en favor
del menor, el hecho de que en la ley secundaria se declare el nacimiento
de la obligación del demandado a pagar alimentos con motivo de la

3 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, Tesis aislada, Séptima Época, Volumen 8, Cuarta Parte,
página 13, registro 242421, de texto: “Cuando una persona que crea tener derecho a una pensión
alimenticia, demanda a su deudor, con el objeto de que se declare la existencia de esa obligación y
se fija su monto tomando en cuenta las circunstancias especiales de los deudor y acreedor
alimentista, éste no tiene derecho para pretender que se le cubran las pensiones que
corresponden a la época desde la cual pudo haber exigido esos alimentos, porque la doctrina
admite que si no demandó oportunamente y a pesar de su demora pudo subsistir, con ello se
demuestra que no necesitaba los alimentos, a menos que pruebe que contrajo deudas
precisamente para ese fin, que es el caso de excepción; pero si la pensión se cuantificó por causa
de una estipulación contractual, en forma precisa y como antecedente de una situación jurídica que
habría de fincarse por virtud de una sentencia de divorcio que declare la culpabilidad del marido,
entonces el pago de las pensiones vencidas a partir de la fecha del contrato y de la sentencia de
divorcio en que debía comenzarse a cumplir, no está incluido en la situación antes definida y deben
pagarse todas las pensiones que se dejaron de satisfacer, sin que sea necesario demostrar si se
tuvo o no necesidad de ellas, o de contraer deudas para subsistir”.

"16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

declaración de paternidad en relación con el menor de edad, no deja a


este último en estado de indefensión, en virtud de que no se le
desconoce su derecho superior a ser alimentado desde el nacimiento,
como de hecho lo fue a través de su progenitora”.

j) En definitiva, el tribunal colegiado recalcó que la obligación del


demandado surgió con motivo de la sentencia que decretó el
reconocimiento de la paternidad de éste en relación con el menor, y que
no se puso en evidencia que las normas secundarias aplicadas por la
responsable sean contrarias a la Constitución, ni a los tratados
internacionales.

k) Por lo que se refiere al tercero y último concepto de violación, el tribunal


colegiado estimó que eran infundados debido a que la sala responsable
sí se había pronunciado de manera fundada y motivada respecto de la
condena de gastos y costas, ya que precisó que no era procedente al no
existir temeridad ni mala fe; además, citó el precepto legal que estimó
aplicable al caso concreto, a saber, el artículo 81 del Código de
Procedimientos Civiles de Sonora.

29. Recurso de revisión. De la lectura integral del escrito de revisión se


desprenden los siguientes motivos de disenso:

a) Sostiene que el tribunal colegiado desatendió y omitió hacer un estudio


de los principios constitucionales de interés superior del menor y
suplencia de la queja, ya que al negar el amparo “inadvirtió la ausencia
(sic) de pruebas tangibles, objetivas y concretas, que permitieran
verdaderamente establecer como acreditado que los alimentos
retroactivos se otorgan desde el nacimiento del menor y la
responsabilidad del padre de otorgarlos y además desatendió y omitió e
hizo una interpretación incorrecta al realizar el análisis de los derechos
humanos denunciados en específico los consagrados en el artículo 4
constitucional que consagran el interés superior del menor”.

"17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

b) Asimismo, agrega que el órgano colegiado omitió estudiar los conceptos


de violación expresados en la demanda de amparo y explicar por qué
consideró que no existía violación a los derechos humanos del menor,
toda vez que en la demanda de amparo solicitó el aumento de la
pensión alimenticia y la desaplicación de los preceptos locales por ser
contrarios a la Constitución y a la Convención, pero que el tribunal
colegiado calificó de ineficaz el primer concepto de violación y en
respuesta solamente expresó que en el juicio de amparo 241/2013
relacionado hizo un estudio integral sobre la fijación de la pensión
alimenticia del menor, atendiendo al interés superior del menor y no sólo
a los motivos de disenso del tercero interesado y concluyó erróneamente
que existía un pronunciamiento expreso sobre la fijación de la pensión
alimenticia; pero, argumenta la quejosa, el órgano colegiado omitió
estudiar el concepto de violación, suplir la deficiencia de la queja y
explicar por qué consideró que no existía violación a los derechos
humanos del menor, y transcribe el primer concepto de violación.

c) Aduce que el tribunal colegiado omitió estudiar el segundo concepto de


violación, pues no explicó por qué consideró que no existía violación a
los derechos humanos del menor, ya que en respuesta sólo los califica
de infundados y transcribe lo que la sala responsable expresó en la
resolución combatida.

d) Sin embargo, contrario a lo argumentado por el órgano colegiado, la


quejosa considera que sí se puso en evidencia y se denunció la
violación de derechos humanos en contra del menor, se expresaron los
motivos de por qué la ley secundaria es contraria a la Constitución y a
los tratados internacionales, y que le obligaba la figura de la suplencia
máxima de la queja en favor del menor, por lo que reproduce lo
manifestado en su segundo concepto de violación.

e) Finalmente, arguye que el tribunal colegiado omitió estudiar el tercer


concepto de violación y que sólo lo calificó de infundado, pero que en la
demanda de amparo sí dijo que la ley secundaria es inconstitucional y
violatoria de los tratados internacionales, pues se denunció que se

"18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

cometieron conductas delictivas en perjuicio del menor, como lo es el


fraude de derechos de acreedores alimentarios que el órgano colegiado
no estudió, y, para poner en evidencia lo anterior, la quejosa inserta las
consideraciones de su tercer concepto de violación.

VII. ESTUDIO DE PROCEDENCIA DEL RECURSO

30. En primer lugar, debe analizarse si el presente asunto reúne los


requisitos de importancia y trascendencia a que hacen alusión los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 83, fracción V, de la Ley de Amparo; así como el
punto Primero del Acuerdo General Plenario 5/1999, publicado en el
Diario Oficial de la Federación de veintidós de junio de dicho año.

31. De conformidad con lo dispuesto en los artículos 107, fracción IX, de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 83, fracción V,
de la Ley de Amparo, para la procedencia del recurso de revisión en
amparo directo, se requiere que se reúnan los siguientes requisitos,
para verificar si es o no procedente el recurso de revisión que nos
ocupa:

a) Que en la sentencia recurrida se haya hecho pronunciamiento sobre


la constitucionalidad de una ley, tratado internacional o reglamento, o
se establezca la interpretación directa de un precepto constitucional, o
que, habiéndose planteado alguna de esas cuestiones en la demanda
de amparo, se haya omitido su estudio.

b) Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un criterio


jurídico de importancia y trascendencia, a juicio de la Sala respectiva.

32. Por lo que se refiere al segundo de los requisitos antes mencionados, el


propio Punto Primero del Acuerdo 4 en cita señala que, por regla

4 PRIMERO. Procedencia. (…)


II. Por regla general, se entenderá que no se surten los requisitos de importancia y trascendencia
cuando:
a) Exista jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad planteado;
b) Cuando no se hayan expresado agravios o cuando, habiéndose expresado, sean ineficaces,
inoperantes, inatendibles o insuficientes, siempre que no se advierta queja deficiente que suplir;
c) En los demás casos análogos a juicio de la Sala correspondiente.

"19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

general, se entenderá que no se surten los requisitos de importancia y


trascendencia cuando exista jurisprudencia sobre el problema de
constitucionalidad hecho valer en la demanda de amparo, así como
cuando no se hayan expresado agravios o, en su caso, éstos resulten
ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes y no haya que suplir
la deficiencia de la queja, o bien, en casos análogos.

33. Sobre el particular, resulta aplicables las jurisprudencias 1ª/J. 101/2010


de esta Primera Sala5, de rubro “AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN.
REQUISITOS DE PROCEDENCIA QUE DEBEN SER REVISADOS
POR EL PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN O DE SUS SALAS”, así como la tesis jurisprudencial 2ª/J

5 Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª/J. 101/2010, Novena Época, Primera
Sala, Tomo XXXIII, enero de 2001, página 71, registro 163235, de texto: “Conforme al artículo 90
de la Ley de Amparo, corresponde al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
calificar la procedencia del recurso de revisión, admitiéndolo o desechándolo. Por su parte, los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83, fracción
V y 93 de la Ley de Amparo; 10, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación
y el Acuerdo número 5/1999, de veintiuno de junio de mil novecientos noventa y nueve, del Pleno
de este alto tribunal, disponen que los requisitos de procedencia que deben calificar el Presidente
de la Suprema Corte o los de sus Salas son aquellos que pueden ser advertidos de una inmediata
apreciación, como son: I. La oportunidad del recurso; II. La existencia de un planteamiento de
inconstitucionalidad de una ley o interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal
(ya sea que se haya planteado en la demanda de amparo directo o que en la sentencia a revisar se
hubiera omitido su estudio o se hubiera realizado de manera oficiosa por el tribunal colegiado de
circuito); y, III. La falta de legitimación procesal del promovente del recurso de revisión intentado.
Lo anterior, en virtud de que tales aspectos son susceptibles de apreciarse inmediatamente, en
tanto que aspectos como la calificación de los agravios propuestos y el cumplimiento de los
requisitos de importancia y trascendencia requieren forzosamente un estudio profundo del
planteamiento realizado, por lo que en tal supuesto corresponde al Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación o a las Salas respectivas, la realización del tal estudio.”

"20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

64/20016, sustentada por la Segunda Sala y que esta Sala comparte,


cuyo rubro es “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA
SU PROCEDENCIA”.

34. En este contexto, el recurso de mérito sí cumple con los requisitos para
su procedencia, exigidos por el artículo 107, fracción IX, de la
Constitución Federal, ya que, en primer lugar, fue interpuesto de
manera oportuna, como se anotó en párrafos precedentes; y, en
segundo lugar, en la demanda de amparo, la quejosa planteó que la
sala responsable realizó una interpretación incorrecta del artículo 4º
constitucional, toda vez que determinó la retroactividad de los alimentos
a la fecha de presentación de la demanda y no a la fecha del nacimiento
del menor, lo que a juicio de la quejosa resulta contrario al principio
constitucional de interés superior del menor; de tal manera que, en aras
del principio pro persona, solicitó la inaplicación de los artículos 18,
fracción II, y 19 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Sonora al considerar que trasgreden lo dispuesto en el artículo 4º de la
Constitución y en el artículo 2.2 de la Convención sobre los Derechos
del Niño.

VIII. ESTUDIO DE FONDO

6 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 2ª/J. 64/2001, Novena Época, Segunda Sala,
Tomo XIV, diciembre de 2001, página 315, registro 188101, de texto: “Los artículos 107, fracción
IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 83, fracción V, 86 y 93 de la Ley
de Amparo, 10, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y el Acuerdo
5/1999, del 21 de junio de 1999, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que
establece las bases generales para la procedencia y tramitación de los recursos de revisión en
amparo directo, permiten inferir que un recurso de esa naturaleza sólo será procedente si reúne los
siguientes requisitos: I. Que se presente oportunamente; II. Que en la demanda se haya planteado
la inconstitucionalidad de una ley o la interpretación directa de un precepto de la Constitución
Federal y en la sentencia se hubiera omitido su estudio o en ella se contenga alguno de esos
pronunciamientos; y III. Que el problema de constitucionalidad referido entrañe la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia a juicio de la Sala respectiva de la Suprema Corte; en el
entendido de que un asunto será importante cuando de los conceptos de violación (o del
planteamiento jurídico, si opera la suplencia de la queja deficiente) se advierta que los argumentos
o derivaciones son excepcionales o extraordinarios, esto es, de especial interés; y será
trascendente cuando se aprecie la probabilidad de que la resolución que se pronuncie establezca
un criterio que tenga efectos sobresalientes en materia de constitucionalidad; por el contrario,
deberá considerarse que no se surten los requisitos de importancia y trascendencia cuando exista
jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad planteado, cuando no se hayan expresado
agravios o cuando, habiéndose expresado, sean ineficaces, inoperantes, inatendibles o
insuficientes, siempre que no se advierta queja deficiente que suplir y en los demás casos
análogos a juicio de la referida Sala, lo que, conforme a la lógica del sistema, tendrá que
justificarse debidamente”.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

35. En primer término, para abordar el estudio de la cuestión constitucional


planteada se hará referencia de los rasgos esenciales del principio de
interés superior del menor así como del principio de igualdad y no
discriminación, que sirven de marco hermenéutico para abordar el
derecho controvertido, y, a la luz de dichos principios se analizarán los
elementos principales del derecho de alimentos y su conceptualización
como derecho humano, supliendo la deficiencia de la queja en términos
del artículo 76 bis, fracción V, de la Ley de Amparo vigente hasta el dos
de abril de dos mil trece, toda vez que se trata de un asunto en el que
se encuentra involucrado un menor7.

36. Como se desprende de la síntesis de los conceptos de violación


expresados en la demanda de amparo, de la sentencia del tribunal
colegiado, así como de los agravios expresados en el escrito de
revisión, el problema cardinal a resolver por esta Suprema Corte
consiste en determinar si, atendiendo al artículo 4º constitucional y a lo
dispuesto en la Convención, el pago de los alimentos debe retrotraerse
al nacimiento del menor y no a la presentación de la demanda de
reconocimiento de paternidad, y, por tanto, los artículos 18, fracción II, y
19, fracción IV, del ordenamiento adjetivo civil de Sonora son violatorios
del interés superior del menor. Los artículos del Código de

7 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, Novena Época, 1ª/J. 191/2005, Tomo XXIII, mayo de
2006, página 167, registro 175053, cuyo texto es: “MENORES DE EDAD O INCAPACES.
PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA
NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE.
La suplencia de la queja es una institución cuya observancia deben respetar los Jueces y
Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es decir, no se limita a una sola instancia, ni a
conceptos de violación y agravios, pues el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial
de demanda de garantías, hasta el periodo de ejecución de la sentencia en caso de concederse el
amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando esté de por medio, directa o
indirectamente, la afectación de la esfera jurídica de un menor de edad o de un incapaz, sin que
para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en controversia o el
carácter de quien o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su caso, el recurso de revisión,
ello atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico en las controversias susceptibles de
afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no corresponde exclusivamente a los
padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación de los hijos quede definida para
asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del incapaz. Se afirma lo anterior,
considerando la teleología de las normas referidas a la suplencia de la queja, a los criterios
emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como a los compromisos
internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan proteger en toda su amplitud los
intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su beneficio la suplencia de la
deficiencia de la queja, la que debe operar desde la demanda (el escrito) hasta la ejecución de
sentencia, incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de violación y de
agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los actos que integran el desarrollo del
juicio, para con ello lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz”.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

Procedimientos Civiles del Estado de Sonora impugnados por la


quejosa son del tenor siguiente:

Artículo 18. En las acciones de condena tendrán aplicación las


siguientes reglas: (…)
II. Los efectos de las sentencias que se dicten respecto de las
acciones de condena, se retrotraen al día de la demanda, salvo
rectificaciones impuestas por situaciones particulares.
Artículo 19. En las acciones declarativas tendrán aplicación las
siguientes reglas: (…)
IV. Los efectos de la sentencia podrán retrotraerse al tiempo en que
se produjo el estado de hecho o de derecho sobre que verse la
declaración.

37. Los artículos transcritos fueron impugnados por la quejosa al considerar


que contravienen el principio de interés superior del menor y lo
dispuesto por la Convención, pues, con base en ellos, la sala
responsable determinó que los alimentos eran debidos al menor desde
la presentación de la demanda de reconocimiento de paternidad y no
desde el nacimiento del menor.

A) Interés superior del menor

38. En primer término es preciso realizar un somero análisis del contenido y


alcances del principio de interés superior del menor que esta Primera
Sala ha ido desarrollando a través de criterios jurisprudenciales 8. Así,
esta Corte ha delineado los principales aspectos y dimensiones del
interés superior del menor reconociendo que tiene su asidero en la
Constitución y en el derecho internacional, en específico en la
Convención.

39.Esta Suprema Corte ha reiterado que el interés superior del niño es uno
de los principios rectores más importantes del marco internacional de los
derechos del niño9, y ha enfatizado que se encuentra implícito en la

8 En el proyecto se alude indistintamente al interés superior del menor como proyecto, pauta
interpretativa o clave eurística, términos que, si bien no son idénticos, sí expresan dimensiones de
una misma realidad.

9 Sobre el principio de interés superior del menor la Primera Sala se ha expresado en diversas
resoluciones, véanse, por ejemplo, los amparos directos 12/2010 y 1187/2010, entre otros.

"23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

regulación de los derechos de los menores previstos en el artículo 4º


constitucional10.

40. El principio de interés superior del menor no sólo es mencionado


expresamente en varios instrumentos internacionales, sino que es
constantemente invocado por los órganos encargados de aplicar esas
normas. Así, el artículo 3.1 de la Convención establece que en cualquier
medida que tomen las autoridades estatales debe tenerse en cuenta de
forma primordial el interés superior del niño11. Por su parte, los artículos

10 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, tesis aislada 1ªXLVII/2011, Novena Época, Tomo
XXXIII, abril de 2011, página 310, registro 162354, de rubro y texto siguientes: “INTERÉS
SUPERIOR DEL NIÑO. ES UN PRINCIPIO DE RANGO CONSTITUCIONAL IMPLÍCITO EN LA
REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS MENORES PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 4o.
CONSTITUCIONAL. De acuerdo a una interpretación teleológica, el interés superior del niño es
principio de rango constitucional, toda vez que en el dictamen de la reforma constitucional que dio
lugar al actual texto del artículo 4o., se reconoce expresamente que uno de los objetivos del
órgano reformador de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los compromisos
internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos del niño. En
este sentido, el interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del
marco internacional de los derechos del niño. En el ámbito interno, el legislador ordinario también
ha entendido que el interés superior es un principio que está implícito en la regulación
constitucional de los derechos del niño, ya que es reconocido expresamente en la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes como un principio rector de los
derechos del niño.”
11Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas
de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. (…)”

"24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

9, 18, 20, 21, 37 y 40 también lo mencionan de forma expresa 12,


enfatizando con ello su importancia y trascendencia.

41. En este sentido también se ha expresado el Comité para los Derechos


del Niño al señalar que “el principio del interés superior del niño se
aplica a todas las medidas que afecten a los niños y exige medidas
activas, tanto para proteger sus derechos y promover su supervivencia,
crecimiento y bienestar como para apoyar y asistir a los padres y a otras
personas que tengan la responsabilidad cotidiana de la realización de
los derechos del niño” 13.

42. Así pues, la protección integral del menor constituye un mandato


constitucional que se impone tanto a los padres como a los poderes

12 Artículo 9
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de
éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el
interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo,
en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando
éstos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño. (…)
Artículo 18
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de
que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés
superior del niño. (…)
Artículo 20
1. Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo superior interés
exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia especiales
del Estado. (…)
Artículo 21. Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que
el interés superior del niño sea la consideración primordial y: (…)
Artículo 37. Los Estados Partes velarán por que: (…)
c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto que merece la dignidad
inherente a la persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las necesidades de las
personas de su edad. En particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a
menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá derecho a mantener
contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias
excepcionales; (…)
Artículo 40. (…)
2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos
internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular: (…)
iii) iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial competente,
independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor
jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere contrario al
interés superior del niño, teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o
representantes legales; (…)

13 Observación General Nº 7 (2005), párrafo 13.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

públicos14, bajo la premisa de que el menor de edad está necesitado de


especial protección por el estado de desarrollo y formación en el que se
encuentra durante esa etapa vital. Consecuentemente, al decidir
cualquier cuestión familiar en la que se estén involucrados menores, ya
sea de modo directo o indirecto, debe valorarse siempre el beneficio del
menor como interés preponderante15.

43. Esta Primera Sala ha destacado que la aplicación del principio del
interés superior del niño cumple con dos funciones normativas 16: a)
como principio jurídico garantista y, b) como pauta interpretativa para
solucionar los conflictos entre los derechos de los menores 17. En tanto
principio normativo, el interés superior del niño tiene funciones
justificativas y directivas18. Por un lado, sirve para justificar todos los
derechos que tienen como objeto la protección de los menores; por otro
lado, constituye un criterio orientador de toda producción normativa,
entendida en sentido amplio, relacionada con los derechos del niño, lo

14 Con la reforma constitucional de doce de octubre de dos mil once se incorporó expresamente el
interés superior del menor en el artículo 4 constitucional, quedando el texto como sigue:
Artículo 4. (…)
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés
superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen
derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano
esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución,
seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de preservar y exigir el cumplimiento de
estos derechos y principios. (…)

15 Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª/J. 25/2012, Novena Época, Tomo 1,
diciembre de 2012, página 334, registro 159897, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR DEL
NIÑO. SU CONCEPTO. En términos de los artículos 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada por México y
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de enero de 1991); y 3, 4, 6 y 7 de la Ley para
la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, los tribunales deben atender
primordialmente al interés superior del niño, en todas las medidas que tomen concernientes a
éstos, concepto interpretado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (cuya
competencia aceptó el Estado Mexicano el 16 de diciembre de 1998 al ratificar la Convención
Interamericana de Derechos Humanos) de la siguiente manera: ‘la expresión ‘interés superior del
niño’… implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser
considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en
todos los órdenes relativos a la vida del niño”.

16 Sobre la función normativa del principio de interés superior del menor véase la tesis aislada 1ª
CXXII/2012 (10ª), de rubro: “INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU FUNCIÓN NORMATIVA
COMO PRINCIPIO JURÍDICO PROTECTOR”; así como la diversa tesis 1ª CXXI/2012 de rubro:
“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR, SUS ALCANCES Y FUNCIONES NORMATIVAS”

17 En este aspecto es relevante el contenido de la tesis jurisprudencial 1ª/J. 18/2014, de rubro:


“INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. FUNCIÓN EN EL ÁMBITO JURISIDICCIONAL”.

18 Véase, por ejemplo, el amparo directo en revisión 12/2010.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

que incluye no sólo la interpretación y aplicación del derecho por parte


de los jueces, sino también todas las medidas emprendidas por el
legislador y las políticas públicas, programas y acciones específicas
llevadas a cabo por las autoridades administrativas.

44. En el ámbito jurídico interno, el principio de interés superior del niño


implica que todas las autoridades mexicanas están obligadas a
proporcionar un resguardo especial a la situación de los menores. Es
por eso que al juzgador se le exige que cuando dirima controversias
jurisdiccionales que, directa o indirectamente, afecten situaciones de
menores tome todas las medidas necesarias que le permitan priorizar y
proteger los derechos e intereses de los niños para asegurar la
efectividad de sus derechos, potencializando así el paradigma de
protección integral del menor.

45. Por tratarse de un principio rector e inspirador de todas las actuaciones


de los poderes públicos relacionadas con el niño, además de su
carácter tuitivo, el principio de interés superior del menor constituye un
elemento hermenéutico de primer orden para delimitar el contenido y
alcance de los derechos humanos de los menores y coloca al menor
como sujeto prevalente de derechos.

46. El principio de interés superior del menor está centrado en el respeto de


los derechos humanos del menor, y, en consecuencia, cualquier
actuación pública debe evitar a toda costa que se lesionen tales
derechos. Se trata, entonces, de considerar la especial situación en que
se encuentran ciertos derechos humanos cuando el titular es un menor,
tomando en cuenta que el derecho básico de los menores de edad es el
de ser atendidos con pleno respeto a sus derechos fundamentales.

47. Desde esta óptica, el menor es destinatario de un trato preferente, en


razón de su carácter jurídico de sujeto de especial protección, lo que
significa que los menores son titulares de un conjunto de derechos que
deben ser valorados de acuerdo con sus circunstancias específicas. Por
tanto, el interés superior de niño tiene un contenido de naturaleza real y

"27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

relacional, que demanda una verificación y especial atención de los


elementos concretos y específicos que identifican a los menores.

48. De lo ya expresado se colige que el interés superior del niño demanda


de los órganos jurisdiccionales el realizar una labor interpretativa que
encuentre la forma de proteger de forma especial a la niñez, por lo que
el escrutinio que debe realizarse en controversias que afecten intereses
de menores, de forma directa o indirecta, es mucho más estricto que el
de otros casos de protección a derechos fundamentales; en otras
palabras, se requiere que el juzgador realice un examen minucioso en
relación con la necesidad y proporcionalidad de la medida en cuestión19.

49. Particularmente, en el ámbito jurisdiccional el interés superior es tanto


un principio orientador como clave eurística de la actividad interpretativa
relacionada con cualquier norma jurídica que tenga que aplicarse a un
niño en un caso concreto o que pueda afectar los intereses de algún
menor. El interés superior del menor ordena la realización de una
interpretación sistemática que tome en cuenta los deberes de
protección de los menores y los derechos especiales de éstos previstos
en la Constitución, tratados internacionales y leyes de protección de la
niñez, para darle sentido a la norma cuestionada; de este modo, el
principio de interés superior del menor se consagra como criterio
orientador fundamental de la actuación judicial.

50. En consonancia con lo anterior, el interés superior del menor conlleva


ineludiblemente que el juzgador tome en cuenta, al emitir sus
resoluciones, algunos aspectos que le permitan determinar con mayor
precisión el ámbito de protección requerida, tales como: la opinión del

19 La Corte Constitucional de Colombia ha emitido varios precedentes en los que ha determinado


que “una medida que restrinja el esquema de protección del menor, porque limita el goce de sus
derechos fundamentales prevalentes, debe ser sometida a un examen de constitucionalidad de
mayor rigor que establezca si el sacrificio al que se someten dichas garantías se justifica
necesariamente en aras de la satisfacción de los intereses que se le contraponen. En otros
términos, el juicio de ponderación debe dirigirse a establecer si el sacrificio infligido a los derechos
de los menores es rigurosamente necesario frente al beneficio perseguido por la norma. En otros
términos, el juicio debe certificar que “cuanto mayor es el grado de insatisfacción o afectación de
uno de los principios, tanto mayor debe ser la importancia de la satisfacción del otro, lo cual
impone tener en cuenta que el sacrificio de los derechos de los menores de 18 años que ya
cumplieron los 12 sólo se justifica cuando razones decididamente imperiosas impiden conferirles
un tratamiento más favorable.” Sentencia C-154/07.

"28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

menor; sus necesidades físicas, afectivas y educativas; el efecto sobre


él de un cambio; su edad, sexo y personalidad; los males que ya ha
padecido o en que puede incurrir y la posibilidad de que cada uno de
sus padres responda a sus necesidades20.

51. En suma, el principio del interés superior del niño debe informar todos
los ámbitos de la actividad estatal que estén relacionados directa o
indirectamente con los menores, por lo que necesariamente implica que
la protección de los derechos del niño se realice a través de medidas
reforzadas o agravadas, ya que los intereses de los niños deben
protegerse siempre con una mayor intensidad.

52. Esta Suprema Corte ha reconocido en varios precedentes la


importancia del interés superior del menor en la interpretación y
aplicación de las normas relacionadas con los derechos del niño21. En
este sentido, ha sostenido que el interés superior implica incluir –como
criterios rectores tanto para la elaboración de normas como para su

20 Cfr. Children Act 1989, Parte 1, Sección 1.

21 Al respecto, véase la tesis P. XLV/2008, publicada en el Semanario Judicial de la Federación,


Novena Época, Tomo XXVII, junio de 2008, página 712, registro 169457, de rubro y texto siguiente:
“MENORES DE DIECIOCHO AÑOS. EL ANÁLISIS DE UNA REGULACIÓN RESPECTO DE
ELLOS DEBE HACERSE ATENDIENDO AL INTERÉS SUPERIOR Y A LA PRIORIDAD DE LA
INFANCIA. De la interpretación del artículo 4o., sexto párrafo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en relación con la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas,
Niños y Adolescentes, reglamentaria de aquel precepto y con la Convención sobre los Derechos
del Niño, se advierte que el principio del interés superior de la infancia junto con el derecho de
prioridad, implican que las políticas, acciones y toma de decisiones del Estado relacionadas con los
menores de 18 años deben buscar el beneficio directo del infante y del adolescente a quienes van
dirigidas, y que las instituciones de bienestar social, públicas y privadas, los tribunales, las
autoridades administrativas y los órganos legislativos, al actuar en sus respectivos ámbitos,
otorguen prioridad a los temas relacionados con dichos menores. De ahí que para el análisis de la
constitucionalidad de una regulación respecto de menores de 18 años, sea prioritario, en un
ejercicio de ponderación, el reconocimiento de dichos principios”.

"29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

aplicación – aspectos que lleven a garantizar y proteger el desarrollo del


menor y el ejercicio pleno de sus derechos 22.

53. Por la razones apuntadas, cualquier interpretación que se haga del


artículo 4º constitucional tiene que hacerse a la luz de las normas de
derecho internacional en materia de derechos del niño, en
consonancia con los criterios de los distintos órganos encargados de
su interpretación y bajo la premisa interpretativa de que el interés
superior del menor es la cúspide de todo el sistema de protección de
menores.

54. Ahora bien, no puede dejarse de advertir que la Primera Sala también
ha dejado en claro en diversas resoluciones que los derechos
fundamentales de los niños no son exclusivamente los enumerados
expresamente en el artículo 4º constitucional, sino que también pueden
derivarse de la propia Constitución o de otros ordenamientos, ya sea
que integren el orden jurídico interno o tengan carácter internacional23.

22 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, Tesis 1ª CXI/2008, Novena Época, Tomo XXVIII,
diciembre de 2008, página 236, registro 16833, de rubro y texto siguientes: “DERECHOS
DERIVADOS DE LA PATRIA POTESTAD (CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE MÉXICO) Esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación reiteradamente ha destacado la importancia de tomar en
cuenta el interés superior del niño que implica entre otras cosas tomar en cuenta aspectos relativos
a garantizar y proteger su desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos, como criterios rectores
para la elaboración de normas y aplicación en todos los órdenes relativos a la vida del niño, de
conformidad con lo establecido en el texto constitucional y la Convención sobre Derechos del Niño.
De ahí que de un análisis correlativo entre los artículos 4.96, 4.98 y 4.205 del Código Civil del
Estado de México, se entiende que el establecimiento y definición de los derechos derivados de la
patria potestad no sólo se refiere al derecho del niño a convivir con ambos padres o su
representación legal, sino también se refiere a la protección integral del menor en sus aspectos
físico, moral y social, su guarda y su custodia, la administración de los bienes y el derecho de
corrección”.

23 Así, por ejemplo, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que
se encarga de desarrollar los derechos contemplados en el artículo 4 constitucional. Esta Ley, en
su artículo 3, establece que el interés superior es uno de los principios rectores de los derechos del
niño, además de hacer mención expresa de él en los artículos 4, 24 y 45.
Artículo 3. La protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, tiene como objetivo
asegurarles un desarrollo pleno e integral, lo que implica la oportunidad de formarse física, mental,
emocional, social y moralmente en condiciones de igualdad.
Son principios rectores de la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes:
A. El del interés superior de la infancia. (…)
Artículo 4. De conformidad con el principio del interés superior de la infancia, las normas aplicables
a niñas, niños y adolescentes, se entenderán dirigidas a procurarles, primordialmente, los cuidados
y la asistencia que requieren para lograr un crecimiento y un desarrollo plenos dentro de un
ambiente de bienestar familiar y social. (…)
Artículo 24. Las autoridades establecerán las normas y los mecanismos necesarios a fin de que,
siempre que una niña, un niño, una o un adolescente se vean privados de su familia de origen, se
procure su reencuentro con ella. Asimismo, se tendrá como prioritaria la necesidad de que niñas,
niños y adolescentes, cuyos padres estén separados tengan derecho a convivir o mantener
relaciones personales y trato directo con ambos, salvo que de conformidad con la ley, la autoridad
determine que ello es contrario al interés superior del niño.

"30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

55. De igual manera, ha sostenido que el interés superior del niño es un


principio que tiene que interpretarse en conexión con los deberes
constitucionales que el artículo 4º constitucional impone a los
ascendientes, tutores y custodios de los menores: si la Constitución
otorga a los menores el “derecho a la satisfacción de sus necesidades
de alimentación”, debe entenderse que los sujetos obligados en primera
instancia a satisfacer ese derecho son precisamente aquellas personas
que tienen con los menores la relación descrita por el artículo 4º
constitucional. En esta línea ha dicho que cualquier interpretación de
disposiciones legales o infralegales que estén relacionadas con
medidas tendientes al aseguramiento de los derechos de los menores,
debe procurar no reducir los correlativos deberes constitucionales al
rango de meras recomendaciones.

56. Finalmente, es preciso resaltar que en atención al interés superior del


menor es posible suplir la deficiencia de la queja al extremo de decidir
lo que es mejor para el menor, aún ante la ausencia de agravios.
Incluso dicha suplencia tiene el alcance de modificar situaciones
decididas en juicios previos cuando cambien las circunstancias que
afecten el ejercicio de la acción que se dedujo en el juicio
correspondiente 24.

57. En términos de la doctrina expuesta en los párrafos que anteceden, el


interés superior del menor servirá como principio orientador y marco
interpretativo para la resolución del caso que en esta instancia se
revisa, ya que en él se dirimen derechos en los cuales está
involucrado directamente un menor de edad.

B) Principio de igualdad y no discriminación

Artículo 45. fin de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo anterior, las normas establecerán
las bases para asegurar a niñas, niños y adolescentes, lo siguiente: (…)
C. Que la privación de la libertad sea aplicada siempre y cuando se haya comprobado que se
infringió gravemente la ley penal y como último recurso, durante el periodo más breve posible,
atendiendo al principio del interés superior de la infancia. (…)
K. Que quienes sean privados de su libertad tengan derecho a mantener contacto permanente y
constante con su familia, con la cual podrá convivir, salvo en los casos que lo impida el interés
superior de la infancia. (…)
24 Similares consideraciones sostuvo la Primera Sala al resolver el amparo directo en revisión
1243/2012.

"31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

58. Una vez que se ha quedado manifiesta la función del interés superior
de menor se abordará, en términos generales, el principio de igualdad
y no discriminación de tal manera que sirva como marco referencial e
interpretativo. El principio de igualdad ha sido descrito por esta
Primera Sala como uno de los valores superiores del orden jurídico,
pues sirve de criterio básico tanto para la producción de normas como
para la interpretación y aplicación de las mismas 25. De este modo, el
principio de igualdad y no discriminación se entiende como subyacente
en todos los derechos humanos convirtiéndose en un lente
interpretativo de todo el sistema jurídico, que sirve como válvula para
que no se introduzcan distinciones injustificadas y no razonables que
menoscaben el goce y ejercicio de los derechos humanos.

59. El derecho humano a la igualdad jurídica como principio adjetivo está


reconocido en el artículo 1°, párrafos primero y quinto, de la
Constitución Federal 26. Asimismo, ha sido reconocido en una

25 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 81/2004, Novena Época, Tomo XX, octubre de
2001, página 99, registro 180345, de rubro y texto: “IGUALDAD. LÍMITES A ESTE PRINCIPIO. La
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que todos los hombres son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacionalidad, raza,
sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de manera que los
poderes públicos han de tener en cuenta que los particulares que se encuentren en la misma
situación deben ser tratados igualmente, sin privilegio ni favor. Así, el principio de igualdad se
configura como uno de los valores superiores del orden jurídico, lo que significa que ha de servir de
criterio básico para la producción normativa y su posterior interpretación y aplicación, y si bien es
cierto que el verdadero sentido de la igualdad es colocar a los particulares en condiciones de poder
acceder a derechos reconocidos constitucionalmente, lo que implica eliminar situaciones de
desigualdad manifiesta, ello no significa que todos los individuos deban ser iguales en todo, ya que
si la propia Constitución protege la propiedad privada, la libertad económica y otros derechos
patrimoniales, está aceptando implícitamente la existencia de desigualdades materiales y
económicas; es decir, el principio de igualdad no implica que todos los sujetos de la norma se
encuentren siempre, en todo momento y ante cualquier circunstancia, en condiciones de absoluta
igualdad, sino que dicho principio se refiere a la igualdad jurídica, que debe traducirse en la
seguridad de no tener que soportar un perjuicio (o privarse de un beneficio) desigual e injustificado.
En estas condiciones, el valor superior que persigue este principio consiste en evitar que existan
normas que, llamadas a proyectarse sobre situaciones de igualdad de hecho, produzcan como
efecto de su aplicación la ruptura de esa igualdad al generar un trato discriminatorio entre
situaciones análogas, o bien, propicien efectos semejantes sobre personas que se encuentran en
situaciones dispares, lo que se traduce en desigualdad jurídica.”

26 Artículo 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
(…)
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

"32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

multiplicidad de instrumentos internacionales, entre los que destacan


los artículos 1, 2 y 7 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos27; 2 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos 28; 2.2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales 29; II de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre 30; 1.1 y 24 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos31, y, el artículo 2 de la
Convención sobre los Derechos del Niño 32, entre otros.

60. La Primera Sala de la Corte, en el amparo directo en revisión


1464/2013, ha delineado los rasgos esenciales del principio de

27 Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del
país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país
independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a
cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 7. Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y
contra toda provocación a tal discriminación.

28 Artículo 2.1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a
garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción
los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento
o cualquier otra condición social.
Artículo 26. Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual
protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las
personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

29 Artículo 2.2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el ejercicio
de los derechos que en él se enuncian, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.

30 Artículo II. Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los derechos y deberes consagrados
en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna.

31 Artículo 1. Obligación de Respetar los Derechos. 1. Los Estados Partes en esta Convención se
comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
Artículo 24. Igualdad ante la Ley. Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia,
tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.

32 Articulo 2. (…)
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea
protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las
actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus
familiares.

"33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

igualdad –consideraciones que se reproducen en este apartado–


enfatizando que el derecho humano a la igualdad consiste en que toda
persona debe recibir el mismo trato y gozar de los mismos derechos
en igualdad de condiciones que otra u otras personas, siempre y
cuando se encuentren en una situación similar que sea jurídicamente
relevante 33.

61. De acuerdo con el marco convencional y constitucional, es criterio de


esta Sala que el derecho a la igualdad se expresa normativamente a
través de distintas modalidades o facetas y una de ellas es la
prohibición de discriminar. Así pues, el principio de no discriminación
radica en que ninguna persona podrá ser excluida del goce de un
derecho humano, ni deberá ser tratada de manera distinta a otra que
presente similares características o condiciones jurídicamente
relevantes; especialmente cuando tal diferenciación tenga como
motivos el origen étnico, nacional o social, el género, la edad, las
discapacidades, las preferencias sexuales, el estado civil, la raza, el
color, el sexo, el idioma, la religión, las opiniones –sean políticas o de
cualquier otra índole– la posición económica o alguna otra
diferenciación que atente contra la dignidad humana y que tenga por
objeto menoscabar los derechos y libertades de las personas.

62. En otras palabras, dado que todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y, por ende, gozan en igualdad de circunstancias
de los mismos derechos humanos, sin que sea posible aceptar una
diferenciación injustificada en el ordenamiento jurídico, la única forma
de acatar y dar una verdadera efectividad a este derecho humano es
reconocer que todas las autoridades se encuentran vinculadas al
mismo.

63. Asimismo, esta Suprema Corte ha sostenido que la igualdad es un


derecho primigenio en el ordenamiento jurídico e inherente a la

33 En torno al principio de igualdad véase el amparo directo en revisión 1464/2014, resuelto el 13


de septiembre de 2013, por unanimidad de cinco votos, bajo la Ponencia del Ministro Gutiérrez
Ortiz Mena.

"34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

persona, y que debe entenderse como un principio que exige tratar


igual a los iguales y desigual a los desiguales. Por tanto, para
ajustarse a dicho principio, en algunas ocasiones estará vedado hacer
distinciones, pero, en otras, estará permitido, o incluso
constitucionalmente exigido.

64. Los rasgos anteriores ponen en evidencia que la igualdad es un


principio complejo que otorga a las personas no solamente la garantía
de que serán iguales ante la ley, sino también en la ley, la cual tendrá
que ajustarse a las disposiciones constitucionales sobre igualdad para
ser constitucional 34.

65. En ese tenor, la igualdad jurídica debe traducirse en la seguridad de no


tener que soportar un perjuicio (o privarse de un beneficio) desigual e
injustificado, pues el valor superior que persigue este principio consiste
en evitar que existan normas que, llamadas a proyectarse sobre
situaciones de igualdad de hecho, produzcan como efecto de su
aplicación la ruptura de esa igualdad al generar un trato discriminatorio

34 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 55/2006, Novena Época, Tomo XXIV, septiembre
de 2006, página 75, registro 174247, de rubro y texto: “IGUALDAD. CRITERIOS PARA
DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA ESE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL. La igualdad
en nuestro texto constitucional constituye un principio complejo que no sólo otorga a las personas
la garantía de que serán iguales ante la ley en su condición de destinatarios de las normas y de
usuarios del sistema de administración de justicia, sino también en la ley (en relación con su
contenido). El principio de igualdad debe entenderse como la exigencia constitucional de tratar
igual a los iguales y desigual a los desiguales, de ahí que en algunas ocasiones hacer distinciones
estará vedado, mientras que en otras estará permitido o, incluso, constitucionalmente exigido. En
ese tenor, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación conoce de un caso en el cual la ley
distingue entre dos o varios hechos, sucesos, personas o colectivos, debe analizar si dicha
distinción descansa en una base objetiva y razonable o si, por el contrario, constituye una
discriminación constitucionalmente vedada. Para ello es necesario determinar, en primer lugar, si la
distinción legislativa obedece a una finalidad objetiva y constitucionalmente válida: el legislador no
puede introducir tratos desiguales de manera arbitraria, sino que debe hacerlo con el fin de
avanzar en la consecución de objetivos admisibles dentro de los límites marcados por las
previsiones constitucionales, o expresamente incluidos en ellas. En segundo lugar, es necesario
examinar la racionalidad o adecuación de la distinción hecha por el legislador: es necesario que la
introducción de una distinción constituya un medio apto para conducir al fin u objetivo que el
legislador quiere alcanzar, es decir, que exista una relación de instrumentalidad entre la medida
clasificatoria y el fin pretendido. En tercer lugar, debe cumplirse con el requisito de la
proporcionalidad: el legislador no puede tratar de alcanzar objetivos constitucionalmente legítimos
de un modo abiertamente desproporcional, de manera que el juzgador debe determinar si la
distinción legislativa se encuentra dentro del abanico de tratamientos que pueden considerarse
proporcionales, habida cuenta de la situación de hecho, la finalidad de la ley y los bienes y
derechos constitucionales afectados por ella; la persecución de un objetivo constitucional no puede
hacerse a costa de una afectación innecesaria o desmedida de otros bienes y derechos
constitucionalmente protegidos. Por último, es de gran importancia determinar en cada caso
respecto de qué se está predicando con la igualdad, porque esta última constituye un principio y un
derecho de carácter fundamentalmente adjetivo que se predica siempre de algo, y este referente
es relevante al momento de realizar el control de constitucionalidad de las leyes, porque la Norma
Fundamental permite que en algunos ámbitos el legislador tenga más amplitud para desarrollar su
labor normativa, mientras que en otros insta al Juez a ser especialmente exigente cuando deba
determinar si el legislador ha respetado las exigencias derivadas del principio mencionado.”

"35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

entre situaciones análogas, o bien, propicien efectos semejantes sobre


personas que se encuentran en situaciones dispares, lo que se
traduce en desigualdad jurídica.

66. Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos también


ha sido enfática en la importancia y trascendencia del respeto y
protección del derecho humano a la igualdad jurídica a lo largo de su
jurisprudencia. Concretamente, en la Opinión Consultiva OC-4/84 35
sostuvo que la noción de igualdad se desprende directamente de la
unidad de naturaleza del género humano y es inseparable de la
dignidad esencial de la persona; sin embargo, precisó que no todo
tratamiento jurídico diferente es discriminatorio, porque no toda
distinción de trato puede considerarse, por sí misma, ofensiva de la
dignidad humana, salvo cuando carezca de una justificación objetiva y
razonable.

67. Esta Primera Sala ya ha afirmado que las violaciones al principio de


igualdad jurídica dan lugar a actos discriminatorios directos, cuando la
distinción en la aplicación o en la norma obedece explícitamente a un
factor prohibido o no justificado constitucionalmente, o a actos
discriminatorios indirectos, que se dan cuando la aplicación de la
norma o su contenido es aparentemente neutra, pero el efecto o su
resultado conlleva a una diferenciación o exclusión desproporcionada

35 Opinión consultiva OC-4/84, del 19 de enero de 1984, Sobre la propuesta de modificación a la


constitución política de Costa Rica relacionada con la naturalización.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

de cierto grupo social, sin que exista una justificación objetiva para
ello 36.

68. Este derecho fundamental a no ser discriminado por algunas de las


categorías que se incluyen en el artículo 1º constitucional conlleva dos
reglas: la primera es la prohibición de discriminaciones directas, o sea,
de toda norma o acto jurídico público que dispense un trato diferente y
perjudicial en función de tales categorías, y la segunda es la
prohibición de la discriminación indirecta, o sea, de aquellos
tratamientos jurídicos formalmente neutros o no discriminatorios, pero
de los cuales se derivan consecuencias desiguales y perjudiciales por
el impacto diferenciado y desfavorable que tiene sobre las personas.

36 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª XLIV/2014 (10ª), Décima Época, Libro 3, febrero de
2014, Tomo I, página 645, registro 2005529, de rubro y texto siguiente: “DERECHO HUMANO A LA
IGUALDAD JURÍDICA. DIFERENCIAS ENTRE SUS MODALIDADES CONCEPTUALES. El citado
derecho humano, como principio adjetivo, se configura por distintas facetas que, aunque son
interdependientes y complementarias entre sí, pueden distinguirse conceptualmente en dos
modalidades: 1) la igualdad formal o de derecho, y 2) la igualdad sustantiva o de hecho. La primera
es una protección contra distinciones o tratos arbitrarios y se compone a su vez de la igualdad ante
la ley, como uniformidad en la aplicación de la norma jurídica por parte de todas las autoridades, e
igualdad en la norma jurídica, que va dirigida a la autoridad materialmente legislativa y que
consiste en el control del contenido de las normas a fin de evitar diferenciaciones legislativas sin
justificación constitucional o violatorias del principio de proporcionalidad en sentido amplio. Las
violaciones a esta faceta del principio de igualdad jurídica dan lugar a actos discriminatorios
directos, cuando la distinción en la aplicación o en la norma obedece explícitamente a un factor
prohibido o no justificado constitucionalmente, o a actos discriminatorios indirectos, que se dan
cuando la aplicación de la norma o su contenido es aparentemente neutra, pero el efecto o su
resultado conlleva a una diferenciación o exclusión desproporcionada de cierto grupo social, sin
que exista una justificación objetiva para ello. Por su parte, la segunda modalidad (igualdad
sustantiva o de hecho) radica en alcanzar una paridad de oportunidades en el goce y ejercicio real
y efectivo de los derechos humanos de todas las personas, lo que conlleva a que en algunos casos
sea necesario remover y/o disminuir los obstáculos sociales, políticos, culturales, económicos o de
cualquier otra índole que impidan a los integrantes de ciertos grupos sociales vulnerables gozar y
ejercer tales derechos. Por ello, la violación a este principio surge cuando existe una discriminación
estructural en contra de un grupo social o sus integrantes individualmente considerados y la
autoridad no lleva a cabo las acciones necesarias para eliminar y/o revertir tal situación; además,
su violación también puede reflejarse en omisiones, en una desproporcionada aplicación de la ley o
en un efecto adverso y desproporcional de cierto contenido normativo en contra de un grupo social
relevante o de sus integrantes, con la diferencia de que, respecto a la igualdad formal, los
elementos para verificar la violación dependerán de las características del propio grupo y la
existencia acreditada de la discriminación estructural y/o sistemática. Por lo tanto, la omisión en la
realización o adopción de acciones podrá dar lugar a que el gobernado demande su cumplimiento,
por ejemplo, a través de la vía jurisdiccional; sin embargo, la condición para que prospere tal
demanda será que la persona en cuestión pertenezca a un grupo social que sufra o haya sufrido
una discriminación estructural y sistemática, y que la autoridad se encuentre efectivamente
obligada a tomar determinadas acciones a favor del grupo y en posibilidad real de llevar a cabo las
medidas tendentes a alcanzar la igualdad de hecho, valorando a su vez el amplio margen de
apreciación del legislador, si es el caso; de ahí que tal situación deberá ser argumentada y probada
por las partes o, en su caso, el Juez podrá justificarla o identificarla a partir de medidas para mejor
proveer.”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

69. Es importante poner de manifiesto que igualdad y no discriminación


son dos conceptos complementarios37: en tanto que el primero implica
que debe garantizarse que todas las personas sean iguales en el goce
y ejercicio de sus derechos, el segundo alude a que las personas no
sean sujetas a distinciones arbitrarias e injustas. Acorde con la
importancia que este principio tiene en el sistema jurídico, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos lo ha vinculado al ius cogens
especificando que acarrea obligaciones erga omnes de protección que
vinculan a todos los Estados38..

70. Como conclusión de lo expuesto, cabe acentuar que el principio de


igualdad y no discriminación es considerado como uno de los pilares
centrales e inspiradores en la mayor parte de los instrumentos
internacionales de protección a los derechos humanos, y que dicha
concepción implica que todas las personas sujetas a la jurisdicción de
un Estado podrán disfrutar de los mismos derechos reconocidos en
estos textos. En otras palabras, es una constante que en la mayor
parte de los instrumentos internacionales de protección a derechos
humanos, tanto a nivel universal como regional, se encuentra presente
el principio de igualdad y no discriminación como base fundadora de
los derechos que se reconocen en sus textos.

37 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ªCXLV/2012 (10ª), Libro XI, agosto 2012, Tomo 1,
página 487, registro 2001341, de rubro y texto: “IGUALDAD ANTE LA LEY Y NO
DISCRIMINACIÓN. SU CONNOTACIÓN JURÍDICA NACIONAL E INTERNACIONAL. Si bien es
cierto que estos conceptos están estrechamente vinculados, también lo es que no son idénticos
aunque sí complementarios. La idea de que la ley no debe establecer ni permitir distinciones entre
los derechos de las personas con base en su nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social es consecuencia de que todas las personas son
iguales; es decir, la noción de igualdad deriva directamente de la unidad de naturaleza del género
humano y es inseparable de la dignidad de la persona, frente a la cual es incompatible toda
situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con privilegio o
que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier forma lo discrimine
del goce de derechos que se reconocen a quienes no se consideran en tal situación de inferioridad.
Así pues, no es admisible crear diferencias de trato entre seres humanos que no correspondan con
su única e idéntica naturaleza; sin embargo, como la igualdad y la no discriminación se desprenden
de la idea de unidad de dignidad y naturaleza de la persona, no todo tratamiento jurídico diferente
es discriminatorio, porque no toda distinción de trato puede considerarse ofensiva, por sí misma,
de la dignidad humana. Por tanto, la igualdad prevista por el artículo 4o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y en diversos instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos, más que un concepto de identidad ordena al legislador no introducir
distinciones entre ambos géneros y, si lo hace, éstas deben ser razonables y justificables.”
38 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Condición jurídica de los migrantes
indocumentados, Opinión consultiva OC-18/03, 17 de septiembre de 2003.

"38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

71. Particularmente, los menores tienen derecho a la no discriminación, lo


cual significa que todos los niños y niñas sin excepción deben disfrutar
de su derecho a la protección eficaz y que ningún niño o niña debería
ser víctima de actos discriminatorios por motivos de raza, religión,
color de piel, idioma, nacionalidad, origen étnico o social, condición
económica, discapacidad o de cualquiera otra índole.

72. La Convención – específicamente en el artículo 2 – retoma el principio


de igualdad y no discriminación y establece para los Estados la
obligación de garantizar todos los derechos para las niñas y niños sin
distinción alguna; principio general que, junto al de interés superior del
menor (artículo 3), deben tenerse en cuenta para interpretar, aplicar y
hacer respetar todos los demás derechos de la Convención39.
Claramente la Convención reafirma el principio general de no
discriminación, el cual se proyecta en dos ámbitos: la no
discriminación por cualidades de los menores y la no discriminación
por cualidades de los padres, aspectos que implican la obligación de
los Estados de evitar prácticas discriminatorias dirigidas hacia niños o
niñas y , entre otras, que pretendan fundamentarse en las
características de sus padres o tutores 40.

C) El derecho de alimentos

73. Una vez expuesto en qué consiste el interés superior del menor y el
principio de igualdad y no discriminación, el siguiente paso de nuestro
análisis debe dirigirse a determinar su relación con el derecho de
alimentos, por lo que es preciso, en primer lugar, exponer de manera
sintética los aspectos generales de la obligación alimentaria, sobre
todo por lo que se refiere a su contenido y a las particularidades que

39 Cfr. GARCÍA CHAVARRÍA Ana Belem, La Convención sobre los Derechos del Niño, CNDH, 2012.

40 Artículo 2
1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y
asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna,
independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra
índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el
nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales.
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea
protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades,
las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares.

"39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

entraña en el caso de que la deuda alimenticia se configure de los


ascendientes para con los descendientes.

74. La doctrina ha definido a los alimentos como el derecho que tienen los
acreedores alimentarios para obtener de los deudores alimentarios
aquello que es indispensable no sólo para sobrevivir, sino para
desarrollarse y vivir con dignidad y calidad de vida. El derecho de
alimentos tiene origen en el deber de solidaridad que existe entre
familiares, razón por la cual dicha obligación suele derivarse del
parentesco. En virtud del derecho de alimentos una persona puede
exigirle a otra el suministro de los bienes necesarios para su
subsistencia que la misma no puede proveerse por cuenta propia; de
tal manera que puede afirmarse que la obligación alimentaria es un
deber jurídico impuesto a una persona para asegurar la subsistencia
de otra.

75. Es comúnmente admitido que el derecho de alimentos abarca


obligaciones que van más allá de la estricta alimentación. Así se ha
recogido en los ordenamientos jurídicos y en los diversos tratados
doctrinales que sobre la materia existen. De este modo, el derecho de
alimentos incluye todo lo indispensable para el sustento, habitación,
vestido, asistencia médica, pero también comprende –en el caso de
los menores– la educación e instrucción 41.

76. Más aún, el derecho de alimentos alcanza un conjunto de prestaciones


cuya finalidad no sólo es la estricta supervivencia, sino que también se
busca una mejor reinserción en la sociedad. Acorde con lo anterior, los
elementos de la obligación alimentaria es posible derivarlos del artículo
4º constitucional, ya que cuando en su párrafo octavo determina que
los niños y las niñas tiene derecho a la satisfacción de sus

41El artículo 473 del Código civil para el Estado de Sonora establece lo siguiente: “Los alimentos
comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad.
Respecto de los menores, comprenden, además, los gastos necesarios para su educación, hasta
proporcionarles un oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. Esta
obligación se prorroga después de la mayoría de edad, si los acreedores alimentarios estudian una
carrera técnica o superior, hasta el término normal necesario para concluir los estudios, si realizan
los mismos sin interrupción.

"40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento,


está delineando los elementos esenciales del derecho de alimentos,
que, además, tiene como objetivo central el desarrollo integral de los
menores.

77. Sin menoscabo de lo ya señalado, es claro que el contenido último de


la obligación alimentaria es económico pues se traduce en un pago en
dinero o en la incorporación a la familia, pero la finalidad a que se
atiende es personal: aunque patrimonial es el objeto de la prestación,
la obligación se encuentra conexionada con la defensa de la vida del
acreedor y el desarrollo de su personalidad. En otras palabras, tiene
un contenido económico que permite al ser humano obtener su
sustento en los ámbitos biológico, psicológico, social, etcétera42.

78. Es importante recordar que la obligación alimentaria puede consistir en


una obligación de dar o de hacer, ya que se cumple mediante la
asignación de una pensión o la realización de actividades
determinadas con la finalidad de proporcionar una vida digna al
acreedor alimentista. En el caso de los menores, también implica el
brindarles la educación y capacitación para que posteriormente
puedan valerse por sí mismos. Tomando en cuenta lo anterior, el
objeto de la obligación alimentaria está formado tanto por la cantidad
de dinero asignada mediante una pensión, como por los medios
necesarios para satisfacer los requerimientos ya aludidos del acreedor
alimentista 43.

79. Esta Suprema Corte en diversas resoluciones ha sostenido que los


alimentos son materia de orden público e interés social, hasta el punto
de conceder la suspensión contra el pago de alimentos, entre otras
razones, porque de no otorgarse se impediría al acreedor alimenticio
recibir la protección necesaria para su subsistencia44.

42 Cfr. DIEZ PICAZO Luis, Sistema de derecho civil, Tecnos, Madrid, 2012.

43 Cfr. PÉREZ DUARTE Alicia, La obligación alimentaria, Porrúa, México, 1998.

44 Cfr. Contradicción de tesis 126/2004.

"41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

80. Una vez expuestos los rasgos generales del derecho de alimentos,
debe señalarse que la obligación de los alimentos se da, en primer
lugar, en la relación paterno-filial, de ahí que los alimentos sean
normalmente considerados como un derecho de los hijos y como un
deber de los padres, independiente de que ostenten o no la patria
potestad, y sin que importe si los hijos han nacido fuera o dentro del
matrimonio: la obligación de los progenitores de prestar alimentos a
sus hijos queda integrada en la relación de patria potestad, pero la
fuente no es la patria potestad sino la paternidad y/o maternidad en los
casos de los alimentos que derivan del reconocimiento de paternidad,
de tal manera que esa situación comienza para el menor desde el
instante que marca el inicio de su vida. Sobre este aspecto conviene
precisar que la obligación alimentaria recae no sólo sobre el progenitor
que convive con su hijo menor de edad, sino también sobre el
progenitor no conviviente, porque –como ya se dijo– el origen es el
vínculo paterno-materno-filial.

81. A diferencia de los alimentos entre parientes, la obligación alimentaria


de los padres para con los hijos reviste una fisonomía particular y se
rige por normas específicas que contemplan su singularidad, como es
el que no debe acreditarse la necesidad del alimentado, pues ésta se
presume: el menor no necesita probar el elemento de necesidad para
pedir alimentos, configurándose así una situación especialísima que
marca una nítida diferencia con la obligación entre parientes; es decir,
tratándose del derecho de alimentos cuyo titular es un menor de edad
no se requiere la conformación del requisito de necesidad, sino que
basta la mera existencia del vínculo familiar.

82. Por otra parte, la obligación alimentaria posee características


especiales que la diferencian de las obligaciones originadas por la
voluntad negocial, lo que hace que las normas que la regulan se
aparten de los principios generales del derecho netamente crediticio y
se rijan por normas específicas, lo cual debe tenerse siempre
presente, especialmente cuando se trata de resolver situaciones que
involucren el derecho de alimentos de un menor. Aunado a lo ya dicho,

"42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

es importante enfatizar que la obligación de suministrar alimentos no


sólo incluye los bienes indispensables para la subsistencia del menor,
sino aquellos necesarios para su desarrollo integral armónico, de tal
manera que todos estos son aspectos deben ser evaluados por el
juzgador al momento de determinar el monto de la cuota alimentaria.

83. El siguiente paso en el análisis consiste en esclarecer cuál es el origen


de la obligación de los padres de ministrar alimentos a sus
descendientes, para estar en condiciones de fijar los términos de la
cuestión alimenticia en el caso de un menor de edad reconocido por su
padre mediante sentencia judicial, como es el caso que se revisa en
esta instancia.

84. El derecho de alimentos tiene como fundamento la relación paterno-


filial, pues, como ya se dijo, los padres deben prestar asistencia a sus
hijos45. Esta obligación se vincula directamente con el desarrollo
armónico de los menores, en virtud de su relación estrecha con la
conservación de la vida y la dignidad de la persona del menor. Así
pues, tomando en cuenta que los alimentos tienen su fundamento en
razón de la generación, la única condición para la existencia de la
deuda alimenticia –en los casos de los alimentos que derivan del
reconocimiento de paternidad– reside en que exista el lazo o vínculo
entre padres e hijos derivado de la procreación. Por tanto, la existencia
del nexo biológico es el fundamento del derecho alimentario y no el
reclamo judicial, instancia posterior que no define el nacimiento de la
obligación. Sentado lo anterior, queda manifiesto que la sentencia que
admite el estado de hijo es declarativa de estado: sólo reconoce una
situación jurídica anteriormente existente y, por lo tanto, su efecto
propio es la retroactividad al momento en que quedó constituida la
relación o situación jurídica a la cual se refiere; es decir, la

45 La denominación “derecho de alimentos” ha tenido tradicionalmente un corte marcadamente


civilista, heredado de la tradición jurídica, que recogen los diversos códigos civiles. Cabe señalar
que también se le denomina deber de manutención o asistencia en el derecho internacional de los
derechos humanos y en diversos tratados doctrinales, pero los elementos que lo comprenden no
difieren entre sí independientemente de cómo se le nombre en el derecho, en la doctrina y en los
tratados internacionales.

"43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

adjudicación de la paternidad es un requisito previo para el


cumplimiento del deber alimentario, pero no crea la obligación46.

85. Desde una perspectiva armónica no puede sino arribarse a la


consecuencia lógica de que el nacimiento de la obligación de prestar
alimentos a los menores desde que nacen resulta una prerrogativa de
éstos, y deber imprescriptible e insustituible de ambos progenitores,
pues no es voluntad de los progenitores ser titulares de la patria
potestad y, con ello, deudores alimentarios47: así pues la obligación
alimentaria ineluctablemente nace desde el momento del nacimiento
del menor. Por consiguiente, la obligación alimentaria, en virtud de su
causa y naturaleza, así como por ser de orden público, no puede
renunciarse ni ser delegada, sino que recae directamente y en
primerísimo lugar en los padres; esto es, pesa tanto en el padre como
en la madre porque de esa manera se garantiza el máximo desarrollo
posible del menor, acorde con lo dispuesto en el artículo 18 de la
Convención que reconoce el deber de ambos progenitores en el
cuidado y la crianza de los menores de edad, quienes deben
asegurarle, dentro de sus posibilidades, las condiciones de vida
necesarias para su desarrollo.

86. Por último, y no por ello menos importante, la cuestión alimenticia


excede la legislación civil proyectándose como un derecho humano. Si
bien es cierto que todo reclamo alimentario tiene apoyo en artículos
precisos de los códigos civiles aplicables, el derecho de alimentos ha
trascendido el campo del derecho civil tradicional involucrando
derechos humanos para que todo menor pueda ver satisfechas sus
necesidades básicas, como se observa en el artículo 4º constitucional

46 Véase al respecto lo resuelto en Rubright v. Arnold, 973 P.2d 580 (Alaska, 1999), Skinner v.
Hagberg, 183 P.3d 486 (Alaska, 2008)

47 El derecho-deber de criar a los hijos en pos de su pleno desarrollo se encuentra en las


legislaciones civiles, concretamente en la institución de la patria potestad, determinándose así el
momento en que nace la obligación alimentaria: el nacimiento del menor, porque es la patria
potestad la fuente de la obligación

"44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

y en diversas disposiciones legales48: los niños y las niñas tienen el


derecho fundamental a recibir alimentos, los cuales se presumen
indispensables para garantizar su desarrollo integral. En otras
palabras, el derecho de los menores a recibir alimentos es en sí un
derecho fundamental, de tal manera que los elementos esenciales que
integran el derecho a los alimentos se corresponden con varios de los
derechos consagrados en el artículo 4º de la Constitución.

87. Por ello, no es de extrañar que el derecho de alimentos haya sido


comprendido en diversos instrumentos internacionales49. En concreto,
el artículo 18, inciso 1, de la Convención es específico en ordenar a los
Estados poner el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del
principio por el que ambos padres tiene obligaciones comunes en lo
que respecta a la crianza y el desarrollo del niño, enfatizando que su
preocupación fundamental será el interés superior del niño 50.

D) Análisis de la cuestión planteada

88. Esta Primera Sala advierte que las normas impugnadas deben ser
analizadas a la luz de los principios de interés superior del menor y de
igualdad y no discriminación –expuestos líneas antes–, ya que su
aplicación incide sobre un derecho garantizado por la Constitución y
por la Convención, se proyecta directamente sobre su configuración, y,
al mismo tiempo, en el caso concreto, produce un efecto diferenciador
discriminatorio en razón de la filiación del menor.

48 Así lo establece, entre otros, el Código Civil para el Estado de Sonora en su artículo 468: “Los padres
están obligados a dar alimentos a sus hijos. A falta o por imposibilidad de los padres, la obligación recae
en los demás ascendientes por ambas líneas que estuvieren más próximos en grado.”

49 Véase, por ejemplo, el artículo 30 de la Declaración Americana de los derechos y deberes del
hombre, en el que se reconoce que toda persona tiene el deber de asistir, alimentar, educar y amparar a
sus hijos menores de edad. Actualmente, las Naciones Unidas consideran el derecho de todo individuo a
los alimentos como uno de los derechos inherentes a la persona humana.

50 Artículo 18
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que
ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño.
Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la
crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño. (…)

"45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

89. Por tanto, para abordar el planteamiento de fondo resulta


indispensable establecer como premisa interpretativa el derecho a la
igualdad y no discriminación de los menores por razón de su
nacimiento, en el marco hermenéutico del interés superior del menor,
que implica que se debe atender primordialmente a ese interés en
todas las medidas relacionadas con los menores que tomen los
órganos jurisdiccionales. Desde esta perspectiva, que no cabe obviar,
el menor es reconocido como un sujeto cuya protección debe
maximizarse sin anular su personalidad plena, puesto que es
destinatario de un trato preferente en razón de su carácter jurídico de
sujeto de especial protección.

90. Esta Corte estima, entonces, que el suministro de alimentos a los


menores y los mecanismos para hacer efectiva la obligación
alimentaria, a partir de las normas sobre derechos humanos, son
asuntos que cuentan con un elevado nivel de protección en el
ordenamiento que perdería todo su empuje y desarrollo si las
autoridades de cualquier índole, incluidas las jurisdiccionales, pudieran
alterarlo, incluso con el objeto de hacer prevalecer otros principios y
valores constitucionales.

91. El artículo 2 de la Convención garantiza los derechos de todos los


niños y las niñas, sin discriminación alguna, lo cual trae como
consecuencia que no deben ser discriminados por ningún motivo. El
Comité de los Derechos del Niño ha manifestado que los niños y las
niñas –especialmente los menores de ocho años– corren un riesgo
especial de discriminación porque se encuentran en una posición de
relativa impotencia y dependen de otros para la realización de sus
derechos 51. El Comité ha hecho hincapié en que no se debe
discriminar a grupos específicos de niños y niñas aclarando que dicha
discriminación puede consistir, entre otras, en menores oportunidades
y expectativas pocos razonables.

51 Observación General Nº 7 (2005) “Realización de los derechos del niño en la primera infancia”.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

92. De igual manera, el Comité de los Derechos del Niño ha enfatizado


que los niños y las niñas pueden sufrir las consecuencias de la
discriminación de que son objeto sus padres, por ejemplo si han
nacido fuera del matrimonio o en otras circunstancias que no se
ajustan a los valores tradicionales; tomando en cuenta lo anterior, el
hecho de que el nacimiento se produzca dentro o fuera del matrimonio
no puede implicar diferencias de trato jurídico de ninguna especie y,
menos aún, en una materia directamente implicada con un derecho
humano.

93. Uno de los aspectos del derecho a la igualdad en el marco de las


relaciones familiares es que los menores no sean sometidos a tratos
discriminatorios; así pues, esta Corte observa con especial atención el
contexto de discriminación sistemática y estructural a la que se somete
a los hijos nacidos fuera del matrimonio y hace énfasis en que en
materia de filiación rige un principio absoluto de igualdad, porque, en
relación con los hijos, no cabe aceptar ningún tipo de distinción,
diferenciación o discriminación, específicamente en razón de su origen
matrimonial o no matrimonial 52. Debe subrayarse que un contexto
discriminatorio es aquél en el que existe una patrón de conducta
mediante el cual a un menor, por razón del origen de su filiación, se le
excluye de beneficios y oportunidades, o es relegado o marginado o
destinatario de decisiones que tienen un impacto negativo sobre sus
derechos humanos, limitándoselos o restringiéndoselos a causa –ya
sea directa o indirecta– de su condición filial.

94. Históricamente, una de las fuentes más importantes de discriminación


ha sido por razón del origen de la filiación, lo cual se vincula
estrechamente con la condición social, que constituye una de las
categorías prohibidas por el artículo 1º constitucional. Ahora bien, el
que el trato diferente o la exclusión se funde en un criterio
sospechoso, si bien no es razón suficiente para considerar que hay

52Este deber ya se advierte en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 que, en su


artículo 25-2, establece que “todos los niños, nacidos del matrimonio o fuera del matrimonio, tienen
derecho a igual protección social”, y en el Principio X de la Declaración de los Derechos del Niño
(Proclamada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 20 de
Noviembre de 1959), según el cual “el niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan
fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole”.

"47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

discriminación, sí es un indicador de mucho peso de que existe un


contexto discriminatorio.

95. Es pertinente aclarar que el derecho a la igualdad entre los hijos no


garantiza que a todos se les deba dar exactamente el mismo trato y
acceso a oportunidades idénticas, lo que ese derecho resguarda es
que a ninguno de los hijos, sistemáticamente, se le dé un trato inferior
al de los demás o se le excluya, total o parcialmente, de las
oportunidades a las que éstos tienen acceso. En esa tónica, lo que
está vedado en aras del derecho a la igualdad es imponer tratos
discriminatorios y excluir sistemáticamente a un hijo, por ejemplo, con
base en su sexo, raza o a si fue concebido dentro de un matrimonio o
no 53.

96. Como ya se ha mencionado, el artículo 4º de la Constitución obliga a


dispensar una protección integral a los menores sin aludir en modo
alguno al origen de su filiación. Así, en atención al mandato
constitucional los padres deben prestarles asistencia con
independencia del origen matrimonial o extramatrimonial de su
nacimiento, pues su filiación y su condición es el resultado de
decisiones ajenas a los mismos 54. Por tanto, con base en lo dispuesto
por el texto constitucional, no puede dejarse al margen de la
protección constitucional a los hijos no matrimoniales sin incidir en una
discriminación por razón de nacimiento, ya que toda norma que
establezca una discriminación basada en el origen familiar es contraria
a la Constitución.

53 En este sentido se ha pronunciado la Corte Constitucional de Colombia en la resolución


T-288/03.

54 En torno a este aspecto véase People ex rel. B.W., 2000 WL 1509952 (Colo. Ct. App. 2000)

"48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

97. Por su parte, la Convención reconoce el derecho de los menores a ser


cuidados por sus padres desde que nacen55, establece el principio de
que ambos padres tiene obligaciones comunes respecto de la crianza
y desarrollo del menor56, reconoce a ambos padres en pie de igualdad
así como la responsabilidad de asistencia de los padres 57,
conformándose de este modo una hermenéutica mínima en
correlación con el artículo 4º constitucional para abordar el derecho
fundamental de los menores a ser alimentados por sus padres –ambos
padres– independientemente de su origen o filiación 58.

98. Bajo el prisma del interés superior del menor y del principio de
igualdad y no discriminación, el derecho de alimentos, como derecho
humano del menor incluido en el artículo 4º constitucional y en el
artículo 18 de la Convención, no admite distingos en cuanto al origen
de la filiación de los menores. Es por eso que la deuda alimenticia es
debida a un menor desde el momento de su nacimiento con
independencia del origen de su filiación. Desde esa óptica, esta
Primera Sala considera que el derecho de alimentos de los hijos
nacidos fuera de matrimonio es el mismo que el de los nacidos dentro
de matrimonio, pues como ya se dijo, es el hecho de la paternidad o la
maternidad, que no del matrimonio, de donde deriva la obligación
alimentaria de los progenitores. Desde esta perspectiva, el

55 Artículo 7.
1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que
nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus
padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad con su
legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los instrumentos
internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo
apátrida.

56 Artículo 18.
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de
que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés
superior del niño. (…)

57 Artículo 27. (…)


3. Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con arreglo a sus medios,
adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas responsables por el
niño a dar efectividad a este derecho y, en caso necesario, proporcionarán asistencia material y
programas de apoyo, particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda.

58 Estas ideas han sido expresadas por el Comité de los Derechos del Niño en la Observación
General Nº 7 (2005).

"49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

reconocimiento de paternidad es meramente declarativo, no atributivo,


esto es, no crea la obligación alimentaria sino que la hace ostensible.

99. Cuando la Convención especifica el deber de atención económica de


los niños no establece plazos dentro de los cuales deben hacerlo
efectivo en detrimento de la existencia misma del derecho humano;
sino que, por el contrario, establece que el menor posee derechos
desde que nace y, específicamente, desde ese momento debe ser
cuidado por sus padres. Por tanto, establecer limitaciones en el
derecho interno, cuya razonabilidad no se encuentra claramente
justificada, implica de suyo una restricción al derecho humano de
alimentos que no se condice con la aplicación del principio pro
persona.

100. Por ello, tomar en cuenta –ya sea explícita o implícitamente– el origen
de la filiación de un menor para determinar desde cuando le son
debidos los alimentos por sus progenitores es claramente una
discriminación en razón del origen de la filiación que atenta contra
artículo el 1º de la Constitución, en virtud de que restringe un derecho
humano sin un motivo razonable y proporcional; más aún, no es
posible sostener que el fundamento de la restricción a un derecho
humano sea una norma de carácter procesal, como lo son los artículos
18 y 19 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Sonora.

101. Como ya se ha definido en los apartados anteriores, el derecho de


alimentos nace en razón del vínculo paterno-materno-filial, por lo que
la deuda no se genera con la iniciación de la demanda, sino que tiene
un origen biológico. Desde esta perspectiva, no es posible sostener
que la obligación y la deuda no nacen con el nacimiento del menor, ya
que la sentencia de filiación es únicamente declarativa y nunca
constitutiva de la misma; consecuentemente, el padre y la madre
deben alimentos a causa de ese vínculo, esto es, desde el nacimiento

"50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

del menor59. Asimismo, la obligación alimentaria corresponde tanto a la


madre como al padre en razón del vínculo que tienen con el menor, sin
importar si existe o no matrimonio entre ellos: ese aspecto no incide
para modificar la deuda alimenticia.

102. Si no se admitiera que los alimentos le son debidos al hijo nacido fuera
de matrimonio desde el momento mismo de su nacimiento, como en el
caso a estudio, se atentaría contra el principio de interés superior del
menor en relación con el principio de igualdad y no discriminación;
pues, como ya se dijo, es el hecho de la paternidad el que da origen al
nacimiento de la obligación alimentaria. En este sentido, debe
reconocerse una presunción iuris tantum a favor de que el derecho de
alimentos debe retrotraerse al momento del nacimiento de la
obligación, esto es, desde el nacimiento del menor.

103. Ahora bien, teniendo en cuenta que el juicio de amparo es un proceso


cuya finalidad principal es la protección de los derechos
fundamentales, esta Suprema Corte entiende que la mejor manera de
cumplir con esa función en este caso concreto es realizar una
interpretación de los artículos impugnados del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Sonora que sea conforme con la
Constitución y la Convención y a lo expuesto en los párrafos
precedentes de esta ejecutoria, de tal suerte que en este caso se evite
realizar una declaración de inconstitucionalidad de los preceptos
analizados.

104. En efecto, el artículo 18 del código procesal sonorense si bien


determina que en las acciones de condena los efectos de las
sentencias se retrotraen al día de la demanda, también lo es que acto
seguido establece una salvedad, a saber “salvo rectificaciones
impuestas por situaciones particulares”; esto es, no siempre y en todo
momento los efectos de las sentencias en las que se condena al pago
de algo se retrotraen indefectiblemente al momento de la demanda,

59 Interpretar de otra manera dicha obligación conlleva el riesgo de que el padre procure retrasar la
adjudicación de la paternidad y con ello su obligación alimentaria, en detrimento de los derechos
del menor.

"51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

sino que dicha regla admite excepciones impuestas por determinadas


condiciones que deben interpretarse a la luz de los principios
constitucionales, como a juicio de esta Primera Sala se actualiza en el
caso que se resuelve en esta instancia.

105. En esta tesitura, esta Primera Sala considera que dado que el derecho
de alimentos nace en razón del vínculo paterno-materno-filial y que por
ello la deuda alimenticia no se genera con la iniciación de la demanda
de reconocimiento de paternidad, retrotraer los alimentos al momento
del nacimiento del menor es la única interpretación compatible con el
interés superior del menor y el principio de igualdad y no
discriminación, en definitiva, con la naturaleza del derecho alimentario
de los menores establecido en el texto constitucional y en la
Convención, actualizando plenamente la salvedad consagrada en el
numeral impugnado.

106. Esto es, el juzgador debió advertir al momento de aplicar los artículos
impugnados que en el caso no se está ante una sentencia
condenatoria sin más, sino que debió ponderar los derechos en juego
y, con base en ellos, interpretar la norma del modo más favorable para
los intereses del menor salvaguardando la integridad de sus derechos
humanos.

107. Luego entonces, como el hecho de la paternidad y/o maternidad


concatenada e inseparablemente origina el derecho de alimentos del
menor, no puede condicionarse el pago de la obligación a supuestos
que modifiquen sustancialmente ese derecho humano –como es una
norma procesal del tenor de la fracción II del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Sonora–, y cuya restricción no
está incoada en modo alguno ni en Constitución ni en la Convención,
pues con ello se menoscaba el principio de interés superior del menor
y el principio de igualdad y no discriminación por el origen de la
filiación. En ese contexto, esta Corte reitera que la existencia del nexo
biológico es el fundamento del derecho de alimentos y no el reclamo
judicial – en el supuesto de los alimentos que derivan del

"52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

reconocimiento de paternidad – instancia posterior que no define el


nacimiento de la obligación.

108. Así las cosas, esta Primera Sala estima que la pensión alimenticia
derivada de una sentencia de reconocimiento de paternidad debe
retrotraerse al momento en que nació la obligación misma, esto es, al
momento en que se generó el vínculo y que es precisamente el
nacimiento del menor, porque la sentencia únicamente declara un
hecho que tuvo su origen con el nacimiento del menor y, por tanto,
esta premisa debe tenerse en cuenta por el juzgador al momento de
determinar el momento a partir de cuándo se deben los alimentos
derivado del reconocimiento judicial de la paternidad.

109. Desde una perspectiva teleológica, no es acorde con el interés


superior del menor ni con el principio de igualdad y no discriminación
considerar que el padre no tenga las obligaciones derivadas de la
paternidad mientras no exista sentencia que así lo determine, pues, se
reitera, una norma procesal –como lo son los artículos impugnados–
carece de potestad para modificar tanto la naturaleza de un derecho
sustantivo como sus consecuencias. La inexistencia del vínculo
matrimonial no es causa suficiente para desconocer o limitar los
derechos de los hijos.

110. Desde este orden de consideraciones, y contrariamente a lo afirmado


por el colegiado, no basta con el cumplimiento de la deuda alimentaria
por uno de los progenitores, ya que, se insiste, la obligación es de
ambos: pesa tanto en el padre como en la madre porque de esa
manera se garantiza el desarrollo posible del menor, además de que
es un derecho del menor el ser cuidado por sus padres desde que
nace. Así, el incumplimiento de la obligación alimentaria por uno de los
progenitores obligados supone una vulneración de los derechos del
menor, entre otros aspectos no sólo porque implica la falta de recursos

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materiales para que éste pueda crecer y desarrollarse 60, sino que
también puede llegar a ocasionar un daño psíquico, ya que la
conducta omisiva de alguno de sus progenitores –en este caso del
padre– se percibe como un desinterés hacia la persona del menor.

111. Sin embargo, esta Primera Sala considera que no obstante el pago de
alimentos debe retrotraerse al momento del nacimiento del menor, el
quantum de la obligación debe ser modulada por el juzgador al tenor
de ciertos elementos que justifiquen que no existió voluntad de
incumplir con la obligación alimentaria, sino que dadas las
circunstancias particulares del caso no fue posible atenderla
debidamente; en otras palabras debe buscarse un prudente equilibrio
de los factores relevantes.

112. En los casos en que se ventile el pago de alimentos derivado del


reconocimiento de paternidad, el juzgador debe valorar y ponderar
tales elementos a la luz el interés superior del menor y del principio de
igualdad y no discriminación para verificar su pertinencia, y, en caso de
que se advierta su actualización, debe tomarlos en cuenta al momento
de dictar su resolución para modular el monto retroactivo de la pensión
alimenticia de tal manera que sea razonable y no llegue a ser abusivo.

113. Así, esta Primera Sala estima que el juzgador al momento de realizar
el ejercicio de ponderación debe tomar en cuenta, en cada caso
concreto:

i) Si existió o no conocimiento previo


ii) La buena o mala fe del deudor alimentario

114. Por lo que se refiere al conocimiento previo, el juzgador debe ponderar


si el deudor alimentario tuvo o no conocimiento del embarazo o del

60 Debe entenderse el concepto de desarrollo del menor en sentido integral, esto es, la dimensión
física, intelectual, social y emocional, que incluyen la habilidad de moverse y coordinar, de pensar y
razonar, de relacionarse con otros, la confianza en sí mismo y la habilidad de experimentar
emociones. Sobre este aspecto véase GROSSMAN Cecilia, “Alimentos a los hijos en los hogares
monoparentales encabezados por la madre” en La familia monoparental, Editorial Universidad,
Buenos Aires, 2008.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

nacimiento del menor, ya que el conocimiento del hecho generador es


una condición esencial al momento de ponderar el quantum: si el
padre no tuvo conocimiento en ningún momento de la existencia del
menor, y ese desconocimiento no es atribuible a él, no podrá asumirse
que no quiso cumplir con las obligaciones alimentarias, sino que, dado
que desconocía la existencia del menor, no podía cumplir con una
obligación que ignoraba.

115. Dicho de otro modo, el juez debe tomar en cuenta si el embarazo y/o
nacimiento del menor no le fue ocultado restringiendo con ello los
derechos tanto del menor como del padre; por ejemplo, los derechos
del menor que se refieren a conocer su origen biológico, a tener un
nombre, una familia y a garantizar su protección integral, derecho de
alimentos, derecho a la calidad de vida y ambiente sano, etcétera; o,
por lo que se refiere al padre, privándole de sostener una relación con
el menor, además de que, tal vez, hubiera estructurado su vida de
modo distinto si hubiese conocido de la existencia del menor.

116. Una vez delimitado si existió o no conocimiento previo, el juez debe


considerar la actuación del deudor alimentario en el transcurso del
proceso para determinar la filiación y los alimentos. En estos casos el
juzgador debe tomar en cuenta si el progenitor ha actuado con buena
o mala fe durante la tramitación del proceso, si se ha mostrado en todo
momento coadyuvante y con afán de esclarecer la situación o si, por el
contrario, se ha desempeñado negligentemente o se ha valido de
artimañas con el objeto de obstaculizar el conocimiento de la verdad.

117. Como se advierte, la mala fe alude a la actuación del deudor


alimentario, es decir, a la valoración que se realice del hecho de que
por causas imputables a él no puede definirse la paternidad; o bien, si
por el contrario existe buena fe de su parte y, por ejemplo, en todo
momento se presta a colaborar en el proceso con la finalidad de
esclarecer la paternidad del menor. En este sentido, el juez debe tomar
en cuenta que no le basta al demandado con adoptar una actitud de
simple negación, sino que hay un deber de colaborar dentro del

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proceso en atención a su posición privilegiada o destacada con


relación al material probatorio, pues se encuentra en mejor condición
para revelar la verdad y su deber de colaboración se acentúa al punto
de atribuirle una carga probatoria que en principio no tenía o, mejor
dicho, se le atribuyen las consecuencias de la omisión probatoria 61. Lo
expuesto indica con elocuencia que de ningún modo puede aceptarse
que el padre resulte beneficiado como consecuencia de haber
mantenido una conducta por entero disfuncional y opuesta a derecho.

118. Ahora bien, sentado lo anterior, es sobre el padre en quien recae la


carga de probar la existencia de razones justificadas por las que deba
ser relevado de la obligación de contribuir al sostenimiento del menor a
partir de la fecha de nacimiento del niño o niña62; es decir, corresponde
al padre la prueba de que tuvo como causa un motivo objetivo y
razonable, ajeno a toda discriminación63, y, por tanto, esos motivos
deben ser tomados en cuenta al momento de determinar el quantum
de la obligación alimentaria.

119. Además de los criterios expuestos en los párrafos precedentes,


lógicamente el juzgador debe tomar en cuenta para la fijación del
quantum los demás elementos que tradicionalmente han servido como
marco de referencia para su determinación (como la capacidad
económica del acreedor alimentario), pues son instrumentos para
sopesar la situación y decidirla con equilibrio.

120. En otro orden de ideas, esta Suprema Corte ha sostenido que todo
órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una

61 Cabe destacar que en la actualidad ha ido adquiriendo enorme relevancia en el proceso civil la
doctrina de las cargas probatorias dinámicas, quedando atrás el principio de que todo el que alega
un hecho debe probarlo. Sobre este tema véase PEYRANO Jorge, Cargas probatorias dinámicas,
Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2004, y BARBERIO Sergio, “Cargas probatorias dinámicas: ¿qué
debe probar el que no puede probar?” en Cargas probatorias dinámicas, Rubinzal-Culzoni, Buenos
Aires, 2004.

62 Véase WM v. DSC, 591, A. 2d 837 (DC, 1991) y McKenzie v. Thomas, 678 So. 2d 42 (La. Ct.
App. 1st Cir. 1996).

63 En este sentido se ha pronunciado la Corte Suprema de Argentina en el caso Pellicori, el 15 de


noviembre de 2011.

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perspectiva de género 64, aun cuando las partes no lo soliciten; de tal


manera que el juzgador debe verificar si existe una situación de
violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida
impartir justicia de manera completa e igualitaria. Así pues, la
introducción de la perspectiva de género en el análisis jurídico
pretende combatir argumentos estereotipados e indiferentes al
derecho a la igualdad 65. En consecuencia, la Primera Sala ha
determinado que en este aspecto es obligación del juzgador, entre
otras, identificar si existen situaciones de poder que por cuestiones de
género den cuenta de un desequilibrio entre las partes de la
controversia, así como cuestionar los hechos y valorar las pruebas
desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, a fin de

64 Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ªXCIX/2014 (10ª), Décima Época, Libro 4,
marzo de 2014, Tomo I, página 524, registro 2005794, de rubro y texto siguientes: “ACCESO A LA
JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. TODOS LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES
DEL PAÍS DEBEN IMPARTIR JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. De los artículos 1o. y
4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2, 6 y 7 de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, "Convención de
Belém do Pará", adoptada en la ciudad de Belém do Pará, Brasil, el 9 de junio de 1994, publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 19 de enero de 1999 y, 1 y 16 de la Convención de las
Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer,
adoptada por la asamblea general el 18 de diciembre de 1979, publicada en el señalado medio de
difusión oficial el 12 de mayo de 1981, deriva que el derecho humano de la mujer a una vida libre
de violencia y discriminación es interdependiente del derecho a la igualdad; primeramente, porque
este último funge como presupuesto básico para el goce y ejercicio de otros derechos y porque los
derechos humanos de género giran en torno a los principios de igualdad y no discriminación por
condiciones de sexo o género. Así, el reconocimiento de los derechos de la mujer a una vida libre
de violencia y discriminación y de acceso a la justicia en condiciones de igualdad, exige que todos
los órganos jurisdiccionales del país impartan justicia con perspectiva de género, que constituye un
método que pretende detectar y eliminar todas las barreras y obstáculos que discriminan a las
personas por condición de sexo o género, es decir, implica juzgar considerando las situaciones de
desventaja que, por cuestiones de género, discriminan e impiden la igualdad. De ahí que el juez
debe cuestionar los estereotipos preconcebidos en la legislación respecto de las funciones de uno
u otro género, así como actuar con neutralidad en la aplicación de la norma jurídica en cada
situación; toda vez que el Estado tiene el deber de velar porque en toda controversia jurisdiccional
donde se advierta una situación de violencia, discriminación o vulnerabilidad por razones de
género, ésta sea tomada en cuenta a fin de visualizar claramente la problemática y garantizar el
acceso a la justicia de forma efectiva e igualitaria.”

65 Véase el Protocolo para juzgar con perspectiva de género, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, México, 2013.

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visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones


de sexo o género 66.

121. En consonancia con el criterio anterior, se precisa que la perspectiva


de género en la administración de justicia obliga a leer e interpretar
una norma tomando en cuenta los principios ideológicos que la
sustentan, así como la forma en que afectan, de manera diferenciada,
a quienes acuden a demandar justicia, pues sólo así se puede aspirar
a aplicar correctamente los principios de igualdad y equidad67. Así, en
el caso el juzgador debe ponderar la especial situación de
vulnerabilidad de una madre soltera y el contexto social discriminatorio
que habitualmente rodea tanto a la mujer como al menor cuyo
nacimiento es extramatrimonial.

66 Sobre estas consideraciones fue resuelto el amparo directo en revisión 2655/2013, bajo la
Ponencia del Ministro Gutiérrez Ortiz Mena, del que derivó la tesis 1ª C/2014(10ª), publicada en el
Semanario Judicial de la Federación, Libro 4, Marzo 2014, Tomo I, página 523, registro 2005793,
de rubro y texto siguientes: “ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD.
ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. Del reconocimiento de los
derechos humanos a la igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva que todo
órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una perspectiva de género, para lo cual,
debe implementarse un método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo soliciten,
a fin de verificar si existe una situación de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género,
impida impartir justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en
cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si existen situaciones de poder que por cuestiones
de género den cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii) cuestionar los
hechos y valorar las pruebas desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, a fin de
visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o género; iii) en caso
de que el material probatorio no sea suficiente para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad
o discriminación por razones de género, ordenar las pruebas necesarias para visibilizar dichas
situaciones; iv) de detectarse la situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto diferenciado de la solución
propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de derechos humanos de todas las
personas involucradas, especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el método exige
que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje basado en estereotipos o prejuicios, por lo que
debe procurarse un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la justicia sin
discriminación por motivos de género”.

67 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ªXXIII/2014 (10ª), Décima Época, Libro 3, febrero
2014, Tomo I, página 677, registro 2005458, de rubro y texto: “PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. SU SIGNIFICADO Y ALCANCES. El artículo 1o., párrafo último,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que queda prohibida toda
discriminación motivada, entre otras, por cuestiones de género, que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas. En
este sentido, el legislador debe evitar la expedición de leyes que impliquen un trato diferente e
injustificado entre hombres y mujeres. A su vez, los órganos jurisdiccionales, al resolver los asuntos
que se sometan a su conocimiento, deben evitar cualquier clase de discriminación o prejuicio en
razón del género de las personas. Así, la perspectiva de género en la administración de justicia
obliga a leer e interpretar una norma tomando en cuenta los principios ideológicos que la
sustentan, así como la forma en que afectan, de manera diferenciada, a quienes acuden a
demandar justicia, pues sólo así se puede aspirar a aplicar correctamente los principios de
igualdad y equidad, ya que a partir de la explicación de las diferencias específicas entre hombres y
mujeres, se reconoce la forma en que unos y otras se enfrentan a una problemática concreta, y los
efectos diferenciados que producen las disposiciones legales y las prácticas institucionales.

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122. En esos términos, no es posible obviar al valorar el presente asunto


que, precisamente, la defección total o parcial del padre pone en
cabeza de la madre una doble carga: la prestación de servicios para el
cuidado personal del hijo y la búsqueda de los recursos económicos
para su manutención; de manera que al recaer sobre la mujer ambas
exigencias se produce un deterioro en el bienestar personal de la
madre y se lesiona su derecho a la igualdad de oportunidades y al libre
desarrollo de su persona, obstaculizando sus planes de vida. Se trata
entonces de un sistema injusto donde la mujer cumple con exigencia
extrema ambos roles, con el consiguiente deterioro de su bienestar
personal y el de sus hijos.

123. Además, el menor solamente obtuvo una satisfacción parcializada de


lo que le hubiera correspondido y aún le corresponde, pues en el caso
–se trata de un hogar monoparental– no puede admitirse que la madre
haya aportado por ambos, y, desde luego, no puede cargarse sobre la
madre unilateralmente el deber de manutención68, pues el cuidado
conjunto no sólo significa incremento de la calidad de posibilidades de
los hijos, sino la igualdad de oportunidades entre los padres 69, de
modo que el incumplimiento de su obligación por el padre reduce el
caudal alimentario del hijo, perjudicando sus posibilidades de
desarrollo y crianza. A través de la conducta del padre renuente queda
patentizado un menoscabo en aspectos sustantivos y en el proyecto
de vida del menor, no pudiendo exigirse que la madre, además del
esfuerzo individual que importa la crianza de un hijo, asuma como
propio un deber inexcusable y personalísimo del padre.

68 En otras palabras, se aplica un régimen más gravoso para la mujer porque ha gestado al niño o
niñas y, entonces, la obligación pareciera tener más fuerza cuanto más proximidad se tiene con el
menor; en consecuencia, si bien la madre puede haber atendido parcialmente las necesidades del
menor en forma decorosa, ello no exime al padre que no dio cumplimiento al deber que le impone
la ley.

69 Sobre este tema véase GROSMAN Cecilia, “El cuidado compartido de los hijos después del
divorcio o la separación” en Nuevos perfiles del Derecho de Familia, Rubinzal-Culzoni, Buenos
Aires, 2006. Así, por ejemplo, si el menor concurrió a un establecimiento educativo de
determinadas características cabe la posibilidad de que hubiera concurrido a alguno donde la
enseñanza fuese cualitativa o cuantitativamente superior brindándole una más completa formación.

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124. Al mismo tiempo, en la mayoría de los casos se priva a los menores


del cuidado personal a cargo de la madre, quien, ante esta omisión
paterna se halla conminada a redoblar esfuerzos a través del
despliegue de diversas estrategias de supervivencia para obtener los
recursos mínimos que todo menor necesita70. Dicho lo anterior, cabe
afirmar que la construcción conjunta de derechos humanos de
mujeres, niños y niñas se observa de manera transparente en el
problema alimentario, como es el caso que se revisa en esta instancia.

125. Por otra parte, no puede pasar desapercibido que en numerosas


ocasiones la madre no se atreve a demandar judicialmente en razón
de la condición social del deudor alimentario, ya sea porque teme las
gestiones y gastos de un pleito, etcétera. En suma, la falta de
asistencia paterna atenta contra la vida y la salud del menor y, a la vez,
lo despoja de la atención materna y el disfrute de una adecuada vida
familiar, pues el incumplimiento de la obligación alimentaria conlleva
una vulneración de derechos, tanto de la madre como de los hijos, que
el juzgador no puede soslayar al momento de resolver.

IX. EFECTOS

126. Así, a juicio de esta Primera Sala, los artículos 18 y 19 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Sonora no resultan contrarios al
artículo 4º constitucional ni a lo dispuesto por la Convención, siempre y
cuando sean interpretados acorde con lo establecido en esta
sentencia, esto es, el juez, al aplicar las normas impugnadas, ha de
considerar que la obligación alimentaria a cargo de los progenitores –
en el supuesto de reconocimiento de paternidad– nace en razón del
vínculo paterno-materno-filial, por lo que la deuda no se genera con la
demanda de paternidad y los padres deben alimentos a causa de ese
vínculo, esto es, desde el nacimiento del menor.

70 Por ejemplo, contar con dos empleos, lo que implica ausentarse del hogar durante muchas
horas, con el riesgo de quedar el menor expuesto a contingencias peligrosas.

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127. Por lo anterior, procede conceder el amparo a la parte quejosa para


que la sala responsable revoque la sentencia que constituye el acto
reclamado y emita otra en la que, siguiendo la interpretación realizada
en esta ejecutoria de los artículos 18 y 19 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Sonora, determine la
retroactividad de los alimentos al momento del nacimiento del menor,
y, conforme al estándar establecido en el apartado VIII, determine el
quantum que debe pagarse al determinarse la retroactividad de los
alimentos.

X. DECISIÓN

128. En atención a las consideraciones anteriores, esta Primera Sala,


concede el amparo para el efecto de que la sala responsable deje sin
efectos la sentencia reclamada y, en su lugar, emita otra en la que
interprete los artículos 18 y 19 del Código de Procedimientos Civiles
del Estado de Sonora en consonancia con lo dispuesto en esta
ejecutoria, en el entendido de que los alimentos deben retrotraerse al
momento del nacimiento del menor; una vez hecho lo anterior,
tomando en cuenta el estándar establecido en el apartado VIII de esta
sentencia, analice las circunstancias del caso y determine el monto de
la pensión alimenticia adeudada.

Por todo lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a **********, por sí y


en representación de su menor hijo, en contra del acto reclamado, en los
términos precisados en esta ejecutoria.

TERCERO. Devuélvanse los autos a la Primera Sala Mixta del Supremo


Tribunal de Justicia del Estado de Sonora, con sede en Hermosillo, Sonora,
para los efectos precisados en la parte considerativa de esta ejecutoria.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto concluido.

Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, por mayoría de tres votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Ponente y
Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en contra de los emitidos por los
señores Ministros José Ramón Cossío Díaz y Jorge Mario Pardo Rebolledo,
quienes se reservaron el derecho de formular voto particular.

Firman el Presidente de la Sala y Ponente con el Secretario de Acuerdos,


que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA Y PONENTE

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013

EN TÉRMINOS DE LO PREVISTO EN LOS ARTÍCULOS 3, FRACCIÓN II, 13, 14 Y 18 DE LA LEY


FEDERAL DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA GUBERNAMENTAL, EN
ESTA VERSIÓN PÚBLICA SE SUPRIME LA INFORMACIÓN CONSIDERADA LEGALMENTE COMO
RESERVADA O CONFIDENCIAL QUE ENCUADRA EN ESOS SUPUESTOS NORMATIVOS.

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