Amparo Directo en Revisión 2293/2013 QUEJOSA: : Visto Bueno Sr. Ministro
Amparo Directo en Revisión 2293/2013 QUEJOSA: : Visto Bueno Sr. Ministro
Amparo Directo en Revisión 2293/2013 QUEJOSA: : Visto Bueno Sr. Ministro
2293/2013
QUEJOSA: **********
VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIA: MARÍA DOLORES IGAREDA DIEZ DE SOLLANO
SENTENCIA
4.En auto de veinte de noviembre de dos mil siete se tuvo por desahogada
la vista, se acusó la rebeldía de la parte demandada, con el fin de que no
exhibiera documentos esenciales más lo que ya ofreció en su escrito
inicial. Inconforme con dicha determinación, el apoderado del demandado,
interpuso recurso de revocación, el que fue declarado procedente en
interlocutoria de veintiocho de febrero de dos mil ocho, la cual se dejó sin
efectos el auto impugnado, se dictó otro en el que se le acusa la rebeldía
al demandado, salvo con los documentos que bajo protesta de decir
verdad manifestara que tuvo a su disposición, los cuales a juicio del juez
iban a ser admitidos.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
7.En auto de tres de marzo de dos mil ocho, se ordenó abrir el periodo de
alegatos. Seguido el procedimiento, el veintidós de abril de dos mil ocho,
la jueza de primera instancia dictó sentencia, en la que se declaró
improcedente la acción intentada. En contra de dicha resolución, la ahora
quejosa, interpuso recurso de apelación que fue del conocimiento de la
Primera Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Sonora, con sede en Hermosillo, en el toca **********, la cual ordenó la
reposición del procedimiento a partir del auto de tres de marzo de dos mil
ocho, para que la jueza responsable resolviera respecto de la pericial de
genética.
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Autoridad responsable:
La Primera Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Sonora.
Acto reclamado:
La resolución dictada el quince de octubre de dos mil doce, en el toca
civil **********, que confirma la sentencia en el juicio ordinario civil
**********.
13. La parte quejosa invocó como derechos violados los contenidos en los
artículos 1, 4, 8, 14, 16, 17 y 33, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y señaló como tercero perjudicado a **********.
15.Por auto de nueve de abril de dos mil trece, el Magistrado Presidente del
Tribunal Colegiado del conocimiento, en cumplimiento al oficio STCCNO/
2525/2012 de veinte de agosto, suscrito por el Secretario Técnico de la
Comisión de Creación de Nuevos Órganos del Consejo de la Judicatura
Federal, ordenó formar cuaderno de antecedentes y remitió los autos al
Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta
Región, con residencia en Culiacán, Sinaloa, para su resolución.
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III. COMPETENCIA
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IV. OPORTUNIDAD
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V. LEGITIMACIÓN
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b) Que tampoco se analizó que se dio vista al ministerio público por parte
del juez de origen, ya que el demandado en el expediente **********
realizó un cambio de régimen matrimonial donde dona todas sus
propiedades a su actual esposa; por lo que concluye que el tercero
perjudicado sí actuó de mala fe y solicita se conceda el amparo y se
supla la deficiencia de la queja en favor del menor de edad, atendiendo
el interés superior de éste.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
principio rector del marco internacional de los derechos del niño; por esa
razón, y en concordancia con ello, en el ámbito interno, éste principio
también ha sido expresamente reconocido en diversas legislaciones
entre ellas, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes”.
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3 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, Tesis aislada, Séptima Época, Volumen 8, Cuarta Parte,
página 13, registro 242421, de texto: “Cuando una persona que crea tener derecho a una pensión
alimenticia, demanda a su deudor, con el objeto de que se declare la existencia de esa obligación y
se fija su monto tomando en cuenta las circunstancias especiales de los deudor y acreedor
alimentista, éste no tiene derecho para pretender que se le cubran las pensiones que
corresponden a la época desde la cual pudo haber exigido esos alimentos, porque la doctrina
admite que si no demandó oportunamente y a pesar de su demora pudo subsistir, con ello se
demuestra que no necesitaba los alimentos, a menos que pruebe que contrajo deudas
precisamente para ese fin, que es el caso de excepción; pero si la pensión se cuantificó por causa
de una estipulación contractual, en forma precisa y como antecedente de una situación jurídica que
habría de fincarse por virtud de una sentencia de divorcio que declare la culpabilidad del marido,
entonces el pago de las pensiones vencidas a partir de la fecha del contrato y de la sentencia de
divorcio en que debía comenzarse a cumplir, no está incluido en la situación antes definida y deben
pagarse todas las pensiones que se dejaron de satisfacer, sin que sea necesario demostrar si se
tuvo o no necesidad de ellas, o de contraer deudas para subsistir”.
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5 Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª/J. 101/2010, Novena Época, Primera
Sala, Tomo XXXIII, enero de 2001, página 71, registro 163235, de texto: “Conforme al artículo 90
de la Ley de Amparo, corresponde al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
calificar la procedencia del recurso de revisión, admitiéndolo o desechándolo. Por su parte, los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83, fracción
V y 93 de la Ley de Amparo; 10, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación
y el Acuerdo número 5/1999, de veintiuno de junio de mil novecientos noventa y nueve, del Pleno
de este alto tribunal, disponen que los requisitos de procedencia que deben calificar el Presidente
de la Suprema Corte o los de sus Salas son aquellos que pueden ser advertidos de una inmediata
apreciación, como son: I. La oportunidad del recurso; II. La existencia de un planteamiento de
inconstitucionalidad de una ley o interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal
(ya sea que se haya planteado en la demanda de amparo directo o que en la sentencia a revisar se
hubiera omitido su estudio o se hubiera realizado de manera oficiosa por el tribunal colegiado de
circuito); y, III. La falta de legitimación procesal del promovente del recurso de revisión intentado.
Lo anterior, en virtud de que tales aspectos son susceptibles de apreciarse inmediatamente, en
tanto que aspectos como la calificación de los agravios propuestos y el cumplimiento de los
requisitos de importancia y trascendencia requieren forzosamente un estudio profundo del
planteamiento realizado, por lo que en tal supuesto corresponde al Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación o a las Salas respectivas, la realización del tal estudio.”
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34. En este contexto, el recurso de mérito sí cumple con los requisitos para
su procedencia, exigidos por el artículo 107, fracción IX, de la
Constitución Federal, ya que, en primer lugar, fue interpuesto de
manera oportuna, como se anotó en párrafos precedentes; y, en
segundo lugar, en la demanda de amparo, la quejosa planteó que la
sala responsable realizó una interpretación incorrecta del artículo 4º
constitucional, toda vez que determinó la retroactividad de los alimentos
a la fecha de presentación de la demanda y no a la fecha del nacimiento
del menor, lo que a juicio de la quejosa resulta contrario al principio
constitucional de interés superior del menor; de tal manera que, en aras
del principio pro persona, solicitó la inaplicación de los artículos 18,
fracción II, y 19 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Sonora al considerar que trasgreden lo dispuesto en el artículo 4º de la
Constitución y en el artículo 2.2 de la Convención sobre los Derechos
del Niño.
6 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 2ª/J. 64/2001, Novena Época, Segunda Sala,
Tomo XIV, diciembre de 2001, página 315, registro 188101, de texto: “Los artículos 107, fracción
IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 83, fracción V, 86 y 93 de la Ley
de Amparo, 10, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y el Acuerdo
5/1999, del 21 de junio de 1999, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que
establece las bases generales para la procedencia y tramitación de los recursos de revisión en
amparo directo, permiten inferir que un recurso de esa naturaleza sólo será procedente si reúne los
siguientes requisitos: I. Que se presente oportunamente; II. Que en la demanda se haya planteado
la inconstitucionalidad de una ley o la interpretación directa de un precepto de la Constitución
Federal y en la sentencia se hubiera omitido su estudio o en ella se contenga alguno de esos
pronunciamientos; y III. Que el problema de constitucionalidad referido entrañe la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia a juicio de la Sala respectiva de la Suprema Corte; en el
entendido de que un asunto será importante cuando de los conceptos de violación (o del
planteamiento jurídico, si opera la suplencia de la queja deficiente) se advierta que los argumentos
o derivaciones son excepcionales o extraordinarios, esto es, de especial interés; y será
trascendente cuando se aprecie la probabilidad de que la resolución que se pronuncie establezca
un criterio que tenga efectos sobresalientes en materia de constitucionalidad; por el contrario,
deberá considerarse que no se surten los requisitos de importancia y trascendencia cuando exista
jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad planteado, cuando no se hayan expresado
agravios o cuando, habiéndose expresado, sean ineficaces, inoperantes, inatendibles o
insuficientes, siempre que no se advierta queja deficiente que suplir y en los demás casos
análogos a juicio de la referida Sala, lo que, conforme a la lógica del sistema, tendrá que
justificarse debidamente”.
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7 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, Novena Época, 1ª/J. 191/2005, Tomo XXIII, mayo de
2006, página 167, registro 175053, cuyo texto es: “MENORES DE EDAD O INCAPACES.
PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA
NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE.
La suplencia de la queja es una institución cuya observancia deben respetar los Jueces y
Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es decir, no se limita a una sola instancia, ni a
conceptos de violación y agravios, pues el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial
de demanda de garantías, hasta el periodo de ejecución de la sentencia en caso de concederse el
amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando esté de por medio, directa o
indirectamente, la afectación de la esfera jurídica de un menor de edad o de un incapaz, sin que
para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en controversia o el
carácter de quien o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su caso, el recurso de revisión,
ello atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico en las controversias susceptibles de
afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no corresponde exclusivamente a los
padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación de los hijos quede definida para
asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del incapaz. Se afirma lo anterior,
considerando la teleología de las normas referidas a la suplencia de la queja, a los criterios
emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como a los compromisos
internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan proteger en toda su amplitud los
intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su beneficio la suplencia de la
deficiencia de la queja, la que debe operar desde la demanda (el escrito) hasta la ejecución de
sentencia, incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de violación y de
agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los actos que integran el desarrollo del
juicio, para con ello lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz”.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
39.Esta Suprema Corte ha reiterado que el interés superior del niño es uno
de los principios rectores más importantes del marco internacional de los
derechos del niño9, y ha enfatizado que se encuentra implícito en la
8 En el proyecto se alude indistintamente al interés superior del menor como proyecto, pauta
interpretativa o clave eurística, términos que, si bien no son idénticos, sí expresan dimensiones de
una misma realidad.
9 Sobre el principio de interés superior del menor la Primera Sala se ha expresado en diversas
resoluciones, véanse, por ejemplo, los amparos directos 12/2010 y 1187/2010, entre otros.
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10 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, tesis aislada 1ªXLVII/2011, Novena Época, Tomo
XXXIII, abril de 2011, página 310, registro 162354, de rubro y texto siguientes: “INTERÉS
SUPERIOR DEL NIÑO. ES UN PRINCIPIO DE RANGO CONSTITUCIONAL IMPLÍCITO EN LA
REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS MENORES PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 4o.
CONSTITUCIONAL. De acuerdo a una interpretación teleológica, el interés superior del niño es
principio de rango constitucional, toda vez que en el dictamen de la reforma constitucional que dio
lugar al actual texto del artículo 4o., se reconoce expresamente que uno de los objetivos del
órgano reformador de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los compromisos
internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos del niño. En
este sentido, el interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del
marco internacional de los derechos del niño. En el ámbito interno, el legislador ordinario también
ha entendido que el interés superior es un principio que está implícito en la regulación
constitucional de los derechos del niño, ya que es reconocido expresamente en la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes como un principio rector de los
derechos del niño.”
11Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas
de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. (…)”
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12 Artículo 9
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de
éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el
interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo,
en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando
éstos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño. (…)
Artículo 18
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de
que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés
superior del niño. (…)
Artículo 20
1. Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo superior interés
exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia especiales
del Estado. (…)
Artículo 21. Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que
el interés superior del niño sea la consideración primordial y: (…)
Artículo 37. Los Estados Partes velarán por que: (…)
c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto que merece la dignidad
inherente a la persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las necesidades de las
personas de su edad. En particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a
menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá derecho a mantener
contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias
excepcionales; (…)
Artículo 40. (…)
2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos
internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular: (…)
iii) iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial competente,
independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor
jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere contrario al
interés superior del niño, teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o
representantes legales; (…)
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
43. Esta Primera Sala ha destacado que la aplicación del principio del
interés superior del niño cumple con dos funciones normativas 16: a)
como principio jurídico garantista y, b) como pauta interpretativa para
solucionar los conflictos entre los derechos de los menores 17. En tanto
principio normativo, el interés superior del niño tiene funciones
justificativas y directivas18. Por un lado, sirve para justificar todos los
derechos que tienen como objeto la protección de los menores; por otro
lado, constituye un criterio orientador de toda producción normativa,
entendida en sentido amplio, relacionada con los derechos del niño, lo
14 Con la reforma constitucional de doce de octubre de dos mil once se incorporó expresamente el
interés superior del menor en el artículo 4 constitucional, quedando el texto como sigue:
Artículo 4. (…)
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés
superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen
derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano
esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución,
seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de preservar y exigir el cumplimiento de
estos derechos y principios. (…)
15 Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 1ª/J. 25/2012, Novena Época, Tomo 1,
diciembre de 2012, página 334, registro 159897, de rubro y texto: “INTERÉS SUPERIOR DEL
NIÑO. SU CONCEPTO. En términos de los artículos 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada por México y
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de enero de 1991); y 3, 4, 6 y 7 de la Ley para
la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, los tribunales deben atender
primordialmente al interés superior del niño, en todas las medidas que tomen concernientes a
éstos, concepto interpretado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (cuya
competencia aceptó el Estado Mexicano el 16 de diciembre de 1998 al ratificar la Convención
Interamericana de Derechos Humanos) de la siguiente manera: ‘la expresión ‘interés superior del
niño’… implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser
considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en
todos los órdenes relativos a la vida del niño”.
16 Sobre la función normativa del principio de interés superior del menor véase la tesis aislada 1ª
CXXII/2012 (10ª), de rubro: “INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU FUNCIÓN NORMATIVA
COMO PRINCIPIO JURÍDICO PROTECTOR”; así como la diversa tesis 1ª CXXI/2012 de rubro:
“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR, SUS ALCANCES Y FUNCIONES NORMATIVAS”
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
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51. En suma, el principio del interés superior del niño debe informar todos
los ámbitos de la actividad estatal que estén relacionados directa o
indirectamente con los menores, por lo que necesariamente implica que
la protección de los derechos del niño se realice a través de medidas
reforzadas o agravadas, ya que los intereses de los niños deben
protegerse siempre con una mayor intensidad.
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54. Ahora bien, no puede dejarse de advertir que la Primera Sala también
ha dejado en claro en diversas resoluciones que los derechos
fundamentales de los niños no son exclusivamente los enumerados
expresamente en el artículo 4º constitucional, sino que también pueden
derivarse de la propia Constitución o de otros ordenamientos, ya sea
que integren el orden jurídico interno o tengan carácter internacional23.
22 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, Tesis 1ª CXI/2008, Novena Época, Tomo XXVIII,
diciembre de 2008, página 236, registro 16833, de rubro y texto siguientes: “DERECHOS
DERIVADOS DE LA PATRIA POTESTAD (CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE MÉXICO) Esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación reiteradamente ha destacado la importancia de tomar en
cuenta el interés superior del niño que implica entre otras cosas tomar en cuenta aspectos relativos
a garantizar y proteger su desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos, como criterios rectores
para la elaboración de normas y aplicación en todos los órdenes relativos a la vida del niño, de
conformidad con lo establecido en el texto constitucional y la Convención sobre Derechos del Niño.
De ahí que de un análisis correlativo entre los artículos 4.96, 4.98 y 4.205 del Código Civil del
Estado de México, se entiende que el establecimiento y definición de los derechos derivados de la
patria potestad no sólo se refiere al derecho del niño a convivir con ambos padres o su
representación legal, sino también se refiere a la protección integral del menor en sus aspectos
físico, moral y social, su guarda y su custodia, la administración de los bienes y el derecho de
corrección”.
23 Así, por ejemplo, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que
se encarga de desarrollar los derechos contemplados en el artículo 4 constitucional. Esta Ley, en
su artículo 3, establece que el interés superior es uno de los principios rectores de los derechos del
niño, además de hacer mención expresa de él en los artículos 4, 24 y 45.
Artículo 3. La protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, tiene como objetivo
asegurarles un desarrollo pleno e integral, lo que implica la oportunidad de formarse física, mental,
emocional, social y moralmente en condiciones de igualdad.
Son principios rectores de la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes:
A. El del interés superior de la infancia. (…)
Artículo 4. De conformidad con el principio del interés superior de la infancia, las normas aplicables
a niñas, niños y adolescentes, se entenderán dirigidas a procurarles, primordialmente, los cuidados
y la asistencia que requieren para lograr un crecimiento y un desarrollo plenos dentro de un
ambiente de bienestar familiar y social. (…)
Artículo 24. Las autoridades establecerán las normas y los mecanismos necesarios a fin de que,
siempre que una niña, un niño, una o un adolescente se vean privados de su familia de origen, se
procure su reencuentro con ella. Asimismo, se tendrá como prioritaria la necesidad de que niñas,
niños y adolescentes, cuyos padres estén separados tengan derecho a convivir o mantener
relaciones personales y trato directo con ambos, salvo que de conformidad con la ley, la autoridad
determine que ello es contrario al interés superior del niño.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
Artículo 45. fin de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo anterior, las normas establecerán
las bases para asegurar a niñas, niños y adolescentes, lo siguiente: (…)
C. Que la privación de la libertad sea aplicada siempre y cuando se haya comprobado que se
infringió gravemente la ley penal y como último recurso, durante el periodo más breve posible,
atendiendo al principio del interés superior de la infancia. (…)
K. Que quienes sean privados de su libertad tengan derecho a mantener contacto permanente y
constante con su familia, con la cual podrá convivir, salvo en los casos que lo impida el interés
superior de la infancia. (…)
24 Similares consideraciones sostuvo la Primera Sala al resolver el amparo directo en revisión
1243/2012.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
58. Una vez que se ha quedado manifiesta la función del interés superior
de menor se abordará, en términos generales, el principio de igualdad
y no discriminación de tal manera que sirva como marco referencial e
interpretativo. El principio de igualdad ha sido descrito por esta
Primera Sala como uno de los valores superiores del orden jurídico,
pues sirve de criterio básico tanto para la producción de normas como
para la interpretación y aplicación de las mismas 25. De este modo, el
principio de igualdad y no discriminación se entiende como subyacente
en todos los derechos humanos convirtiéndose en un lente
interpretativo de todo el sistema jurídico, que sirve como válvula para
que no se introduzcan distinciones injustificadas y no razonables que
menoscaben el goce y ejercicio de los derechos humanos.
25 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 81/2004, Novena Época, Tomo XX, octubre de
2001, página 99, registro 180345, de rubro y texto: “IGUALDAD. LÍMITES A ESTE PRINCIPIO. La
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que todos los hombres son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacionalidad, raza,
sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de manera que los
poderes públicos han de tener en cuenta que los particulares que se encuentren en la misma
situación deben ser tratados igualmente, sin privilegio ni favor. Así, el principio de igualdad se
configura como uno de los valores superiores del orden jurídico, lo que significa que ha de servir de
criterio básico para la producción normativa y su posterior interpretación y aplicación, y si bien es
cierto que el verdadero sentido de la igualdad es colocar a los particulares en condiciones de poder
acceder a derechos reconocidos constitucionalmente, lo que implica eliminar situaciones de
desigualdad manifiesta, ello no significa que todos los individuos deban ser iguales en todo, ya que
si la propia Constitución protege la propiedad privada, la libertad económica y otros derechos
patrimoniales, está aceptando implícitamente la existencia de desigualdades materiales y
económicas; es decir, el principio de igualdad no implica que todos los sujetos de la norma se
encuentren siempre, en todo momento y ante cualquier circunstancia, en condiciones de absoluta
igualdad, sino que dicho principio se refiere a la igualdad jurídica, que debe traducirse en la
seguridad de no tener que soportar un perjuicio (o privarse de un beneficio) desigual e injustificado.
En estas condiciones, el valor superior que persigue este principio consiste en evitar que existan
normas que, llamadas a proyectarse sobre situaciones de igualdad de hecho, produzcan como
efecto de su aplicación la ruptura de esa igualdad al generar un trato discriminatorio entre
situaciones análogas, o bien, propicien efectos semejantes sobre personas que se encuentran en
situaciones dispares, lo que se traduce en desigualdad jurídica.”
26 Artículo 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
(…)
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
27 Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del
país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país
independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a
cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 7. Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y
contra toda provocación a tal discriminación.
28 Artículo 2.1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a
garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción
los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento
o cualquier otra condición social.
Artículo 26. Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual
protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las
personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
29 Artículo 2.2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el ejercicio
de los derechos que en él se enuncian, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.
30 Artículo II. Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los derechos y deberes consagrados
en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna.
31 Artículo 1. Obligación de Respetar los Derechos. 1. Los Estados Partes en esta Convención se
comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
Artículo 24. Igualdad ante la Ley. Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia,
tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.
32 Articulo 2. (…)
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea
protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las
actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus
familiares.
"33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
62. En otras palabras, dado que todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y, por ende, gozan en igualdad de circunstancias
de los mismos derechos humanos, sin que sea posible aceptar una
diferenciación injustificada en el ordenamiento jurídico, la única forma
de acatar y dar una verdadera efectividad a este derecho humano es
reconocer que todas las autoridades se encuentran vinculadas al
mismo.
"34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
34 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª/J. 55/2006, Novena Época, Tomo XXIV, septiembre
de 2006, página 75, registro 174247, de rubro y texto: “IGUALDAD. CRITERIOS PARA
DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA ESE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL. La igualdad
en nuestro texto constitucional constituye un principio complejo que no sólo otorga a las personas
la garantía de que serán iguales ante la ley en su condición de destinatarios de las normas y de
usuarios del sistema de administración de justicia, sino también en la ley (en relación con su
contenido). El principio de igualdad debe entenderse como la exigencia constitucional de tratar
igual a los iguales y desigual a los desiguales, de ahí que en algunas ocasiones hacer distinciones
estará vedado, mientras que en otras estará permitido o, incluso, constitucionalmente exigido. En
ese tenor, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación conoce de un caso en el cual la ley
distingue entre dos o varios hechos, sucesos, personas o colectivos, debe analizar si dicha
distinción descansa en una base objetiva y razonable o si, por el contrario, constituye una
discriminación constitucionalmente vedada. Para ello es necesario determinar, en primer lugar, si la
distinción legislativa obedece a una finalidad objetiva y constitucionalmente válida: el legislador no
puede introducir tratos desiguales de manera arbitraria, sino que debe hacerlo con el fin de
avanzar en la consecución de objetivos admisibles dentro de los límites marcados por las
previsiones constitucionales, o expresamente incluidos en ellas. En segundo lugar, es necesario
examinar la racionalidad o adecuación de la distinción hecha por el legislador: es necesario que la
introducción de una distinción constituya un medio apto para conducir al fin u objetivo que el
legislador quiere alcanzar, es decir, que exista una relación de instrumentalidad entre la medida
clasificatoria y el fin pretendido. En tercer lugar, debe cumplirse con el requisito de la
proporcionalidad: el legislador no puede tratar de alcanzar objetivos constitucionalmente legítimos
de un modo abiertamente desproporcional, de manera que el juzgador debe determinar si la
distinción legislativa se encuentra dentro del abanico de tratamientos que pueden considerarse
proporcionales, habida cuenta de la situación de hecho, la finalidad de la ley y los bienes y
derechos constitucionales afectados por ella; la persecución de un objetivo constitucional no puede
hacerse a costa de una afectación innecesaria o desmedida de otros bienes y derechos
constitucionalmente protegidos. Por último, es de gran importancia determinar en cada caso
respecto de qué se está predicando con la igualdad, porque esta última constituye un principio y un
derecho de carácter fundamentalmente adjetivo que se predica siempre de algo, y este referente
es relevante al momento de realizar el control de constitucionalidad de las leyes, porque la Norma
Fundamental permite que en algunos ámbitos el legislador tenga más amplitud para desarrollar su
labor normativa, mientras que en otros insta al Juez a ser especialmente exigente cuando deba
determinar si el legislador ha respetado las exigencias derivadas del principio mencionado.”
"35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
"36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
de cierto grupo social, sin que exista una justificación objetiva para
ello 36.
36 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ª XLIV/2014 (10ª), Décima Época, Libro 3, febrero de
2014, Tomo I, página 645, registro 2005529, de rubro y texto siguiente: “DERECHO HUMANO A LA
IGUALDAD JURÍDICA. DIFERENCIAS ENTRE SUS MODALIDADES CONCEPTUALES. El citado
derecho humano, como principio adjetivo, se configura por distintas facetas que, aunque son
interdependientes y complementarias entre sí, pueden distinguirse conceptualmente en dos
modalidades: 1) la igualdad formal o de derecho, y 2) la igualdad sustantiva o de hecho. La primera
es una protección contra distinciones o tratos arbitrarios y se compone a su vez de la igualdad ante
la ley, como uniformidad en la aplicación de la norma jurídica por parte de todas las autoridades, e
igualdad en la norma jurídica, que va dirigida a la autoridad materialmente legislativa y que
consiste en el control del contenido de las normas a fin de evitar diferenciaciones legislativas sin
justificación constitucional o violatorias del principio de proporcionalidad en sentido amplio. Las
violaciones a esta faceta del principio de igualdad jurídica dan lugar a actos discriminatorios
directos, cuando la distinción en la aplicación o en la norma obedece explícitamente a un factor
prohibido o no justificado constitucionalmente, o a actos discriminatorios indirectos, que se dan
cuando la aplicación de la norma o su contenido es aparentemente neutra, pero el efecto o su
resultado conlleva a una diferenciación o exclusión desproporcionada de cierto grupo social, sin
que exista una justificación objetiva para ello. Por su parte, la segunda modalidad (igualdad
sustantiva o de hecho) radica en alcanzar una paridad de oportunidades en el goce y ejercicio real
y efectivo de los derechos humanos de todas las personas, lo que conlleva a que en algunos casos
sea necesario remover y/o disminuir los obstáculos sociales, políticos, culturales, económicos o de
cualquier otra índole que impidan a los integrantes de ciertos grupos sociales vulnerables gozar y
ejercer tales derechos. Por ello, la violación a este principio surge cuando existe una discriminación
estructural en contra de un grupo social o sus integrantes individualmente considerados y la
autoridad no lleva a cabo las acciones necesarias para eliminar y/o revertir tal situación; además,
su violación también puede reflejarse en omisiones, en una desproporcionada aplicación de la ley o
en un efecto adverso y desproporcional de cierto contenido normativo en contra de un grupo social
relevante o de sus integrantes, con la diferencia de que, respecto a la igualdad formal, los
elementos para verificar la violación dependerán de las características del propio grupo y la
existencia acreditada de la discriminación estructural y/o sistemática. Por lo tanto, la omisión en la
realización o adopción de acciones podrá dar lugar a que el gobernado demande su cumplimiento,
por ejemplo, a través de la vía jurisdiccional; sin embargo, la condición para que prospere tal
demanda será que la persona en cuestión pertenezca a un grupo social que sufra o haya sufrido
una discriminación estructural y sistemática, y que la autoridad se encuentre efectivamente
obligada a tomar determinadas acciones a favor del grupo y en posibilidad real de llevar a cabo las
medidas tendentes a alcanzar la igualdad de hecho, valorando a su vez el amplio margen de
apreciación del legislador, si es el caso; de ahí que tal situación deberá ser argumentada y probada
por las partes o, en su caso, el Juez podrá justificarla o identificarla a partir de medidas para mejor
proveer.”
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
37 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ªCXLV/2012 (10ª), Libro XI, agosto 2012, Tomo 1,
página 487, registro 2001341, de rubro y texto: “IGUALDAD ANTE LA LEY Y NO
DISCRIMINACIÓN. SU CONNOTACIÓN JURÍDICA NACIONAL E INTERNACIONAL. Si bien es
cierto que estos conceptos están estrechamente vinculados, también lo es que no son idénticos
aunque sí complementarios. La idea de que la ley no debe establecer ni permitir distinciones entre
los derechos de las personas con base en su nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social es consecuencia de que todas las personas son
iguales; es decir, la noción de igualdad deriva directamente de la unidad de naturaleza del género
humano y es inseparable de la dignidad de la persona, frente a la cual es incompatible toda
situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con privilegio o
que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier forma lo discrimine
del goce de derechos que se reconocen a quienes no se consideran en tal situación de inferioridad.
Así pues, no es admisible crear diferencias de trato entre seres humanos que no correspondan con
su única e idéntica naturaleza; sin embargo, como la igualdad y la no discriminación se desprenden
de la idea de unidad de dignidad y naturaleza de la persona, no todo tratamiento jurídico diferente
es discriminatorio, porque no toda distinción de trato puede considerarse ofensiva, por sí misma,
de la dignidad humana. Por tanto, la igualdad prevista por el artículo 4o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y en diversos instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos, más que un concepto de identidad ordena al legislador no introducir
distinciones entre ambos géneros y, si lo hace, éstas deben ser razonables y justificables.”
38 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Condición jurídica de los migrantes
indocumentados, Opinión consultiva OC-18/03, 17 de septiembre de 2003.
"38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
C) El derecho de alimentos
73. Una vez expuesto en qué consiste el interés superior del menor y el
principio de igualdad y no discriminación, el siguiente paso de nuestro
análisis debe dirigirse a determinar su relación con el derecho de
alimentos, por lo que es preciso, en primer lugar, exponer de manera
sintética los aspectos generales de la obligación alimentaria, sobre
todo por lo que se refiere a su contenido y a las particularidades que
39 Cfr. GARCÍA CHAVARRÍA Ana Belem, La Convención sobre los Derechos del Niño, CNDH, 2012.
40 Artículo 2
1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y
asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna,
independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra
índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el
nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales.
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea
protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades,
las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
74. La doctrina ha definido a los alimentos como el derecho que tienen los
acreedores alimentarios para obtener de los deudores alimentarios
aquello que es indispensable no sólo para sobrevivir, sino para
desarrollarse y vivir con dignidad y calidad de vida. El derecho de
alimentos tiene origen en el deber de solidaridad que existe entre
familiares, razón por la cual dicha obligación suele derivarse del
parentesco. En virtud del derecho de alimentos una persona puede
exigirle a otra el suministro de los bienes necesarios para su
subsistencia que la misma no puede proveerse por cuenta propia; de
tal manera que puede afirmarse que la obligación alimentaria es un
deber jurídico impuesto a una persona para asegurar la subsistencia
de otra.
41El artículo 473 del Código civil para el Estado de Sonora establece lo siguiente: “Los alimentos
comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad.
Respecto de los menores, comprenden, además, los gastos necesarios para su educación, hasta
proporcionarles un oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. Esta
obligación se prorroga después de la mayoría de edad, si los acreedores alimentarios estudian una
carrera técnica o superior, hasta el término normal necesario para concluir los estudios, si realizan
los mismos sin interrupción.
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42 Cfr. DIEZ PICAZO Luis, Sistema de derecho civil, Tecnos, Madrid, 2012.
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80. Una vez expuestos los rasgos generales del derecho de alimentos,
debe señalarse que la obligación de los alimentos se da, en primer
lugar, en la relación paterno-filial, de ahí que los alimentos sean
normalmente considerados como un derecho de los hijos y como un
deber de los padres, independiente de que ostenten o no la patria
potestad, y sin que importe si los hijos han nacido fuera o dentro del
matrimonio: la obligación de los progenitores de prestar alimentos a
sus hijos queda integrada en la relación de patria potestad, pero la
fuente no es la patria potestad sino la paternidad y/o maternidad en los
casos de los alimentos que derivan del reconocimiento de paternidad,
de tal manera que esa situación comienza para el menor desde el
instante que marca el inicio de su vida. Sobre este aspecto conviene
precisar que la obligación alimentaria recae no sólo sobre el progenitor
que convive con su hijo menor de edad, sino también sobre el
progenitor no conviviente, porque –como ya se dijo– el origen es el
vínculo paterno-materno-filial.
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46 Véase al respecto lo resuelto en Rubright v. Arnold, 973 P.2d 580 (Alaska, 1999), Skinner v.
Hagberg, 183 P.3d 486 (Alaska, 2008)
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88. Esta Primera Sala advierte que las normas impugnadas deben ser
analizadas a la luz de los principios de interés superior del menor y de
igualdad y no discriminación –expuestos líneas antes–, ya que su
aplicación incide sobre un derecho garantizado por la Constitución y
por la Convención, se proyecta directamente sobre su configuración, y,
al mismo tiempo, en el caso concreto, produce un efecto diferenciador
discriminatorio en razón de la filiación del menor.
48 Así lo establece, entre otros, el Código Civil para el Estado de Sonora en su artículo 468: “Los padres
están obligados a dar alimentos a sus hijos. A falta o por imposibilidad de los padres, la obligación recae
en los demás ascendientes por ambas líneas que estuvieren más próximos en grado.”
49 Véase, por ejemplo, el artículo 30 de la Declaración Americana de los derechos y deberes del
hombre, en el que se reconoce que toda persona tiene el deber de asistir, alimentar, educar y amparar a
sus hijos menores de edad. Actualmente, las Naciones Unidas consideran el derecho de todo individuo a
los alimentos como uno de los derechos inherentes a la persona humana.
50 Artículo 18
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que
ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño.
Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la
crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño. (…)
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51 Observación General Nº 7 (2005) “Realización de los derechos del niño en la primera infancia”.
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54 En torno a este aspecto véase People ex rel. B.W., 2000 WL 1509952 (Colo. Ct. App. 2000)
"48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
98. Bajo el prisma del interés superior del menor y del principio de
igualdad y no discriminación, el derecho de alimentos, como derecho
humano del menor incluido en el artículo 4º constitucional y en el
artículo 18 de la Convención, no admite distingos en cuanto al origen
de la filiación de los menores. Es por eso que la deuda alimenticia es
debida a un menor desde el momento de su nacimiento con
independencia del origen de su filiación. Desde esa óptica, esta
Primera Sala considera que el derecho de alimentos de los hijos
nacidos fuera de matrimonio es el mismo que el de los nacidos dentro
de matrimonio, pues como ya se dijo, es el hecho de la paternidad o la
maternidad, que no del matrimonio, de donde deriva la obligación
alimentaria de los progenitores. Desde esta perspectiva, el
55 Artículo 7.
1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que
nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus
padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad con su
legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los instrumentos
internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo
apátrida.
56 Artículo 18.
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de
que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés
superior del niño. (…)
58 Estas ideas han sido expresadas por el Comité de los Derechos del Niño en la Observación
General Nº 7 (2005).
"49
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100. Por ello, tomar en cuenta –ya sea explícita o implícitamente– el origen
de la filiación de un menor para determinar desde cuando le son
debidos los alimentos por sus progenitores es claramente una
discriminación en razón del origen de la filiación que atenta contra
artículo el 1º de la Constitución, en virtud de que restringe un derecho
humano sin un motivo razonable y proporcional; más aún, no es
posible sostener que el fundamento de la restricción a un derecho
humano sea una norma de carácter procesal, como lo son los artículos
18 y 19 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Sonora.
"50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
102. Si no se admitiera que los alimentos le son debidos al hijo nacido fuera
de matrimonio desde el momento mismo de su nacimiento, como en el
caso a estudio, se atentaría contra el principio de interés superior del
menor en relación con el principio de igualdad y no discriminación;
pues, como ya se dijo, es el hecho de la paternidad el que da origen al
nacimiento de la obligación alimentaria. En este sentido, debe
reconocerse una presunción iuris tantum a favor de que el derecho de
alimentos debe retrotraerse al momento del nacimiento de la
obligación, esto es, desde el nacimiento del menor.
59 Interpretar de otra manera dicha obligación conlleva el riesgo de que el padre procure retrasar la
adjudicación de la paternidad y con ello su obligación alimentaria, en detrimento de los derechos
del menor.
"51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
105. En esta tesitura, esta Primera Sala considera que dado que el derecho
de alimentos nace en razón del vínculo paterno-materno-filial y que por
ello la deuda alimenticia no se genera con la iniciación de la demanda
de reconocimiento de paternidad, retrotraer los alimentos al momento
del nacimiento del menor es la única interpretación compatible con el
interés superior del menor y el principio de igualdad y no
discriminación, en definitiva, con la naturaleza del derecho alimentario
de los menores establecido en el texto constitucional y en la
Convención, actualizando plenamente la salvedad consagrada en el
numeral impugnado.
106. Esto es, el juzgador debió advertir al momento de aplicar los artículos
impugnados que en el caso no se está ante una sentencia
condenatoria sin más, sino que debió ponderar los derechos en juego
y, con base en ellos, interpretar la norma del modo más favorable para
los intereses del menor salvaguardando la integridad de sus derechos
humanos.
"52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
108. Así las cosas, esta Primera Sala estima que la pensión alimenticia
derivada de una sentencia de reconocimiento de paternidad debe
retrotraerse al momento en que nació la obligación misma, esto es, al
momento en que se generó el vínculo y que es precisamente el
nacimiento del menor, porque la sentencia únicamente declara un
hecho que tuvo su origen con el nacimiento del menor y, por tanto,
esta premisa debe tenerse en cuenta por el juzgador al momento de
determinar el momento a partir de cuándo se deben los alimentos
derivado del reconocimiento judicial de la paternidad.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
materiales para que éste pueda crecer y desarrollarse 60, sino que
también puede llegar a ocasionar un daño psíquico, ya que la
conducta omisiva de alguno de sus progenitores –en este caso del
padre– se percibe como un desinterés hacia la persona del menor.
111. Sin embargo, esta Primera Sala considera que no obstante el pago de
alimentos debe retrotraerse al momento del nacimiento del menor, el
quantum de la obligación debe ser modulada por el juzgador al tenor
de ciertos elementos que justifiquen que no existió voluntad de
incumplir con la obligación alimentaria, sino que dadas las
circunstancias particulares del caso no fue posible atenderla
debidamente; en otras palabras debe buscarse un prudente equilibrio
de los factores relevantes.
113. Así, esta Primera Sala estima que el juzgador al momento de realizar
el ejercicio de ponderación debe tomar en cuenta, en cada caso
concreto:
60 Debe entenderse el concepto de desarrollo del menor en sentido integral, esto es, la dimensión
física, intelectual, social y emocional, que incluyen la habilidad de moverse y coordinar, de pensar y
razonar, de relacionarse con otros, la confianza en sí mismo y la habilidad de experimentar
emociones. Sobre este aspecto véase GROSSMAN Cecilia, “Alimentos a los hijos en los hogares
monoparentales encabezados por la madre” en La familia monoparental, Editorial Universidad,
Buenos Aires, 2008.
"54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
115. Dicho de otro modo, el juez debe tomar en cuenta si el embarazo y/o
nacimiento del menor no le fue ocultado restringiendo con ello los
derechos tanto del menor como del padre; por ejemplo, los derechos
del menor que se refieren a conocer su origen biológico, a tener un
nombre, una familia y a garantizar su protección integral, derecho de
alimentos, derecho a la calidad de vida y ambiente sano, etcétera; o,
por lo que se refiere al padre, privándole de sostener una relación con
el menor, además de que, tal vez, hubiera estructurado su vida de
modo distinto si hubiese conocido de la existencia del menor.
"55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
120. En otro orden de ideas, esta Suprema Corte ha sostenido que todo
órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una
61 Cabe destacar que en la actualidad ha ido adquiriendo enorme relevancia en el proceso civil la
doctrina de las cargas probatorias dinámicas, quedando atrás el principio de que todo el que alega
un hecho debe probarlo. Sobre este tema véase PEYRANO Jorge, Cargas probatorias dinámicas,
Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2004, y BARBERIO Sergio, “Cargas probatorias dinámicas: ¿qué
debe probar el que no puede probar?” en Cargas probatorias dinámicas, Rubinzal-Culzoni, Buenos
Aires, 2004.
62 Véase WM v. DSC, 591, A. 2d 837 (DC, 1991) y McKenzie v. Thomas, 678 So. 2d 42 (La. Ct.
App. 1st Cir. 1996).
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
64 Cfr. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 1ªXCIX/2014 (10ª), Décima Época, Libro 4,
marzo de 2014, Tomo I, página 524, registro 2005794, de rubro y texto siguientes: “ACCESO A LA
JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. TODOS LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES
DEL PAÍS DEBEN IMPARTIR JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. De los artículos 1o. y
4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2, 6 y 7 de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, "Convención de
Belém do Pará", adoptada en la ciudad de Belém do Pará, Brasil, el 9 de junio de 1994, publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 19 de enero de 1999 y, 1 y 16 de la Convención de las
Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer,
adoptada por la asamblea general el 18 de diciembre de 1979, publicada en el señalado medio de
difusión oficial el 12 de mayo de 1981, deriva que el derecho humano de la mujer a una vida libre
de violencia y discriminación es interdependiente del derecho a la igualdad; primeramente, porque
este último funge como presupuesto básico para el goce y ejercicio de otros derechos y porque los
derechos humanos de género giran en torno a los principios de igualdad y no discriminación por
condiciones de sexo o género. Así, el reconocimiento de los derechos de la mujer a una vida libre
de violencia y discriminación y de acceso a la justicia en condiciones de igualdad, exige que todos
los órganos jurisdiccionales del país impartan justicia con perspectiva de género, que constituye un
método que pretende detectar y eliminar todas las barreras y obstáculos que discriminan a las
personas por condición de sexo o género, es decir, implica juzgar considerando las situaciones de
desventaja que, por cuestiones de género, discriminan e impiden la igualdad. De ahí que el juez
debe cuestionar los estereotipos preconcebidos en la legislación respecto de las funciones de uno
u otro género, así como actuar con neutralidad en la aplicación de la norma jurídica en cada
situación; toda vez que el Estado tiene el deber de velar porque en toda controversia jurisdiccional
donde se advierta una situación de violencia, discriminación o vulnerabilidad por razones de
género, ésta sea tomada en cuenta a fin de visualizar claramente la problemática y garantizar el
acceso a la justicia de forma efectiva e igualitaria.”
65 Véase el Protocolo para juzgar con perspectiva de género, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, México, 2013.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2293/2013
66 Sobre estas consideraciones fue resuelto el amparo directo en revisión 2655/2013, bajo la
Ponencia del Ministro Gutiérrez Ortiz Mena, del que derivó la tesis 1ª C/2014(10ª), publicada en el
Semanario Judicial de la Federación, Libro 4, Marzo 2014, Tomo I, página 523, registro 2005793,
de rubro y texto siguientes: “ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD.
ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. Del reconocimiento de los
derechos humanos a la igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva que todo
órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una perspectiva de género, para lo cual,
debe implementarse un método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo soliciten,
a fin de verificar si existe una situación de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género,
impida impartir justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en
cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si existen situaciones de poder que por cuestiones
de género den cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii) cuestionar los
hechos y valorar las pruebas desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, a fin de
visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o género; iii) en caso
de que el material probatorio no sea suficiente para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad
o discriminación por razones de género, ordenar las pruebas necesarias para visibilizar dichas
situaciones; iv) de detectarse la situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto diferenciado de la solución
propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de derechos humanos de todas las
personas involucradas, especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el método exige
que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje basado en estereotipos o prejuicios, por lo que
debe procurarse un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la justicia sin
discriminación por motivos de género”.
67 Cfr. Semanario Judicial de la Federación, 1ªXXIII/2014 (10ª), Décima Época, Libro 3, febrero
2014, Tomo I, página 677, registro 2005458, de rubro y texto: “PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. SU SIGNIFICADO Y ALCANCES. El artículo 1o., párrafo último,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que queda prohibida toda
discriminación motivada, entre otras, por cuestiones de género, que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas. En
este sentido, el legislador debe evitar la expedición de leyes que impliquen un trato diferente e
injustificado entre hombres y mujeres. A su vez, los órganos jurisdiccionales, al resolver los asuntos
que se sometan a su conocimiento, deben evitar cualquier clase de discriminación o prejuicio en
razón del género de las personas. Así, la perspectiva de género en la administración de justicia
obliga a leer e interpretar una norma tomando en cuenta los principios ideológicos que la
sustentan, así como la forma en que afectan, de manera diferenciada, a quienes acuden a
demandar justicia, pues sólo así se puede aspirar a aplicar correctamente los principios de
igualdad y equidad, ya que a partir de la explicación de las diferencias específicas entre hombres y
mujeres, se reconoce la forma en que unos y otras se enfrentan a una problemática concreta, y los
efectos diferenciados que producen las disposiciones legales y las prácticas institucionales.
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68 En otras palabras, se aplica un régimen más gravoso para la mujer porque ha gestado al niño o
niñas y, entonces, la obligación pareciera tener más fuerza cuanto más proximidad se tiene con el
menor; en consecuencia, si bien la madre puede haber atendido parcialmente las necesidades del
menor en forma decorosa, ello no exime al padre que no dio cumplimiento al deber que le impone
la ley.
69 Sobre este tema véase GROSMAN Cecilia, “El cuidado compartido de los hijos después del
divorcio o la separación” en Nuevos perfiles del Derecho de Familia, Rubinzal-Culzoni, Buenos
Aires, 2006. Así, por ejemplo, si el menor concurrió a un establecimiento educativo de
determinadas características cabe la posibilidad de que hubiera concurrido a alguno donde la
enseñanza fuese cualitativa o cuantitativamente superior brindándole una más completa formación.
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IX. EFECTOS
126. Así, a juicio de esta Primera Sala, los artículos 18 y 19 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Sonora no resultan contrarios al
artículo 4º constitucional ni a lo dispuesto por la Convención, siempre y
cuando sean interpretados acorde con lo establecido en esta
sentencia, esto es, el juez, al aplicar las normas impugnadas, ha de
considerar que la obligación alimentaria a cargo de los progenitores –
en el supuesto de reconocimiento de paternidad– nace en razón del
vínculo paterno-materno-filial, por lo que la deuda no se genera con la
demanda de paternidad y los padres deben alimentos a causa de ese
vínculo, esto es, desde el nacimiento del menor.
70 Por ejemplo, contar con dos empleos, lo que implica ausentarse del hogar durante muchas
horas, con el riesgo de quedar el menor expuesto a contingencias peligrosas.
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X. DECISIÓN
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SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA
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