A Puerta Cerrada. La Perspectiva Fenomenologica Sartreana Desde El Teatro
A Puerta Cerrada. La Perspectiva Fenomenologica Sartreana Desde El Teatro
A Puerta Cerrada. La Perspectiva Fenomenologica Sartreana Desde El Teatro
teatro
Resumen
Abstract
The next article is about the phenomenology conception of french philosopher Jean
Paul Sartre since his existentialist vision of the world. The place At closed door is the
principal reference, in that philosophical-literature place Sartre make one´s essential
idea of his theory, the phenomenology ontology, for him this question begin the
conscience intentionality.
Introducción
Luego de Lambert el término fue empleado por filósofos como Inmanuel Kant y
Georg Willhem Friedrich Hegel. El primero utilizó la palabra fenomenología como teoría
de la materia en tanto que fenómeno del sentido externo. Mientras Hegel la definió
como la teoría del devenir de la ciencia en proyección a su identificación con el espíritu
absoluto (Fenomenología del espíritu, 1807).
Por tanto, hablar de fenomenología significaba una ciencia de las ciencias capaz
de postular la existencia de una intuición que se utilizaba para llegar al principio de las
cosas. Husserl para demostrar su postulado desarrollo el método fenomenológico, que
tenía como punto de partida la suspensión del juicio, la cual llamo epojé, cuya finalidad
era la de establecer la posibilidad de una vivencia despojada de cualquier supuesto, es
decir, una vivencia pura. Para esto dividió el método fenomenológico en dos partes:
La primera parte (1) era la reducción eidética: la cual tenía como finalidad
describir la esencia de las cosas (eidos) una vez dada la epojé o suspensión del juicio.
1
VV.AA. Enciclopedia Visor, Tomo 10 (ESTA-FLOT). Editorial Visor E.A.S.A. Argentina. 1997. s/p.
2
Ibid.
El fenomenólogo realiza esto mediante la reducción de todo lo individual que se
aparece en la intuición empírica (imaginación) a través de la descripción de la esencia
del fenómeno. El segundo paso (2) era la reducción trascendental: aquí se suspendía
el juicio existencial respecto al sujeto empírico de la vivencia. Todo esto ocasiona que
se descubra la conciencia pura, es decir, la intuición que la conciencia tiene de sí
misma. Husserl pone de manifiesto que el fundamento de todos los actos intencionales
está en la conciencia (fuente originaria de todo lo que ante ella se presentaba), por
consiguiente, es ella el fundamento y sentido de todos los objetos.
La vida y el pensamiento de Jean Paul Sartre es uno de los más ricos e interesantes no
sólo de la filosofía del siglo XX sino de todos los tiempos. Su extenso trabajo abarca
desde escritos filosóficos (El Ser y la Nada, La trascendencia del ego, El
existencialismo en un humanismo, etc.) hasta obras de carácter filosófico-literario (La
náusea, Las moscas, A puerta cerrada, etc.). Todos estos escritos van forjando la
doctrina filosófica sartreana, el existencialismo ateo. Para dar rienda suelta a sus ideas
Sartre va a utilizar el método fenomenológico.
Si bien ya hemos dicho que es con la llegada del alemán Edmund Husserl que la
fenomenología se establece como disciplina filosófica de relevancia a partir del siglo
XX, también es cierto que anterior a él hubo filósofos quienes se preocuparon por el
problema del fenómeno como tal, y ciertamente no le dieron a sus planteamientos
fenomenológicos la fuerza que le imprimió Husserl, es necesario considerarlos como
los antecesores de este. Uno de esto autores que se preocupo por el problema del
fenómeno y que ejerció cierta influencia en Sartre (La trascendencia del ego) fue
Inmanuel Kant.
La crítica a Husserl
Ahora bien, Sartre nota que la noción de sujeto trascendental propuesto desde la
fenomenología de Husserl, saca al hombre de su realidad, es por esto que el pensador
francés sostendrá que “el yo” no es un habitante de la conciencia y por tanto no está en
la conciencia sino fuera, en el mundo. “El yo” se convierte así en un ente del mundo
igual que “el yo del otro”, esta concepción va a arrojar nuevamente al hombre al mundo
devolviéndole todo su peso a sus angustias, sus sufrimientos y también su rebeldía.
3
VV.AA. Atlas Universal de Filosofía. Editorial Océano. Barcelona. 2006. p, 424.
La noción de intencionalidad implicaba por tanto que la conciencia siempre era
conciencia de algo, pero de algo que no era, a su vez, conciencia. El ser-en-sí, los
objetos que van a trascender la conciencia, no eran en definitiva la conciencia misma.
La conciencia al ser pura intencionalidad, era en sí misma un vacio, una pura nada,
mientras que el ser-en-sí era una realidad que yacía fuera de la conciencia.
A través de la trama de la obra teatral “A puerta cerrada” Sartre nos conduce por
el análisis fenomenológico que realiza partiendo de la psicología y que deja expresado
en los personajes principales de la obra (Garcín, Ines, Estelle), quienes mediante su
estancia en el infierno tratan sus problemas existenciales, entre ellos el de la libertad y
la falta de ella, que es lo que constituye la náusea en el ser humano, en otras palabras,
cuando mediante la intencionalidad de la conciencia el hombre reconoce su angustia
producida por reconocer y desconocer su libertad.
Desde la perspectiva propia los seres humanos están profundamente solos pero
en el mundo reconoce múltiples conciencias. De forma dialéctica, la libertad parte del
reconocimiento mutuo de las personas. Voy a ser libre porque el otro (desde su
libertad) me reconoce, pero eso a su vez se convierte en condición de mi libertad, en
un obstáculo e inclusive en una negación de ella.
Para Sartre, cada ser humano existe gracias a la libertad ajena, sin embargo, al
darse esto ningún ser humano posee alguna seguridad ya que su libertad es
dependiente. La única forma de liberarse era aniquilando al otro, pero en las relaciones
humanas esto es prácticamente imposible a pesar de que continuamente estamos
tratando de someter al prójimo. Todo esto nos lleva a afirmar y negar la libertad a partir
del “otro”, es por esto, que bien lo expresa Garcín en uno de sus diálogos (A puerta
cerrada):
“La estatua... (La acaricia.) ¡En fin! Este es el momento. La estatua está ahí; yo la
contemplo y ahora comprendo perfectamente que estoy en el infierno. Ya os digo
que todo, todo estaba previsto. Habían previsto que en un momento..., este..., yo
me colocaría junto a la chimenea y que pondría mi mano sobre la estatua, con
todas esas miradas sobre mí... Todas esas miradas que me devoran... (Se vuelve
bruscamente.) ¡Cómo! ¿Solo sois dos? Os creía muchas más. (Ríe.) Entonces
esto es el infierno. Nunca lo hubiera creído... Ya os acordaréis: el azufre, la
hoguera, las parrillas... Qué tontería todo eso... ¿Para qué las parrillas? El infierno
son los demás.”4
4
SARTRE, Jean Paul. A puerta Cerrada.www.rojosobreblanco.org/descargas/A%20puerta%20cerrada.pdf. Fecha de
consulta: 18/08/2013. p, 35.