A Puerta Cerrada. La Perspectiva Fenomenologica Sartreana Desde El Teatro

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A puerta cerrada: La perspectiva fenomenológica sartreana desde su

teatro

At closed door: The phenomenology perspective of Sartre since his theater

Resumen

El siguiente artículo tiene la finalidad de mostrar la concepción fenomenológica del


filósofo francés Jean Paul Sartre desde su visión existencialista del mundo. Para tratar
esta cuestión se tomara como referencia principal su escrito A puerta cerrada, una obra
teatral donde Sartre deja plasmado una de las ideas primordiales de su pensamiento
como lo es la ontología fenomenológica, para él a partir de la intencionalidad de la
conciencia.

Palabras clave: Fenomenología, existencialista, ontología, intencionalidad de la


conciencia.

Abstract

The next article is about the phenomenology conception of french philosopher Jean
Paul Sartre since his existentialist vision of the world. The place At closed door is the
principal reference, in that philosophical-literature place Sartre make one´s essential
idea of his theory, the phenomenology ontology, for him this question begin the
conscience intentionality.

Key words: Phenomenology, existentialist, ontology, conscience intentionality.

Introducción

La fenomenología en sentido extenso se define como el estudio descriptivo de un


conjunto de fenómenos, manifestados dentro del espacio y el tiempo. “El termino al
parecer, fue empleado por primera vez por Lambert (1764), en el título de la cuarta
parte de Neues Organon, Phenomenologie, oder lebre des Sheisns (teoría de la
apariencia).”1

Luego de Lambert el término fue empleado por filósofos como Inmanuel Kant y
Georg Willhem Friedrich Hegel. El primero utilizó la palabra fenomenología como teoría
de la materia en tanto que fenómeno del sentido externo. Mientras Hegel la definió
como la teoría del devenir de la ciencia en proyección a su identificación con el espíritu
absoluto (Fenomenología del espíritu, 1807).

Sin embargo, es a partir del siglo XX cuando la fenomenología se fundamenta


como método y sistema filosófico mediante su principal figura, el filósofo alemán,
Edmund Husserl. Él la va a concebir “como investigación filosófica de la vida de la
conciencia trascendental”2, es decir, se convierte en un intento por poner de relieve la
importancia de la conciencia a pesar de no ser esta una realidad observable y
cuantificable.

Husserl, pretendía con este nuevo enfoque superar el dualismo sujeto-objeto,


asignándole a la filosofía la tarea de proveer el verdadero conocimiento de la realidad,
al captar la conciencia el fenómeno en toda su pureza. La fenomenología se va a
convertir en una especie de metaciencia, capaz de comprender la realidad en su
totalidad a diferencia del conocimiento científico quien sólo estudia una parte de la
misma.

Por tanto, hablar de fenomenología significaba una ciencia de las ciencias capaz
de postular la existencia de una intuición que se utilizaba para llegar al principio de las
cosas. Husserl para demostrar su postulado desarrollo el método fenomenológico, que
tenía como punto de partida la suspensión del juicio, la cual llamo epojé, cuya finalidad
era la de establecer la posibilidad de una vivencia despojada de cualquier supuesto, es
decir, una vivencia pura. Para esto dividió el método fenomenológico en dos partes:

La primera parte (1) era la reducción eidética: la cual tenía como finalidad
describir la esencia de las cosas (eidos) una vez dada la epojé o suspensión del juicio.

1
VV.AA. Enciclopedia Visor, Tomo 10 (ESTA-FLOT). Editorial Visor E.A.S.A. Argentina. 1997. s/p.
2
Ibid.
El fenomenólogo realiza esto mediante la reducción de todo lo individual que se
aparece en la intuición empírica (imaginación) a través de la descripción de la esencia
del fenómeno. El segundo paso (2) era la reducción trascendental: aquí se suspendía
el juicio existencial respecto al sujeto empírico de la vivencia. Todo esto ocasiona que
se descubra la conciencia pura, es decir, la intuición que la conciencia tiene de sí
misma. Husserl pone de manifiesto que el fundamento de todos los actos intencionales
está en la conciencia (fuente originaria de todo lo que ante ella se presentaba), por
consiguiente, es ella el fundamento y sentido de todos los objetos.

La fenomenología de Husserl influenció en gran manera a los posteriores filósofos


del siglo XX, entre ellos Martín Heidegger y el francés Jean Paul Sartre, quien utiliza el
método fenomenológico y la intencionalidad de la conciencia como punto de partida
para la posterior concepción de su pensamiento, sin embargo realiza una crítica a la
noción del sujeto trascendental (la reducción trascendental) sostenida por Husserl.

La fenomenología en Jean Paul Sartre.

La vida y el pensamiento de Jean Paul Sartre es uno de los más ricos e interesantes no
sólo de la filosofía del siglo XX sino de todos los tiempos. Su extenso trabajo abarca
desde escritos filosóficos (El Ser y la Nada, La trascendencia del ego, El
existencialismo en un humanismo, etc.) hasta obras de carácter filosófico-literario (La
náusea, Las moscas, A puerta cerrada, etc.). Todos estos escritos van forjando la
doctrina filosófica sartreana, el existencialismo ateo. Para dar rienda suelta a sus ideas
Sartre va a utilizar el método fenomenológico.

La inquietud del pensador francés se da en el campo de la psicología, aquí comenzó el


análisis de las emociones como ejemplo de las experiencias prerreflexivas, hasta ese
momento no aporta nada nuevo, el gran descubrimiento es que Sartre entiende que en
las propias emociones existe un grado - mínimo – de conciencia, es decir, en la
estructura psicológica de la emoción, los sujetos no van a aparecer ajenos a la realidad
exterior. Por tanto, estas reacciones emocionales eran evidencia de que el sujeto
compone una unidad con el mundo, en la emoción entonces va a estar implícito todo mi
mundo presente.
Del planteamiento fenomenológico sartreano (que parte desde la psicología) se
obtienen dos conclusiones, la primera es que el ser humano, en tanto que existe, es un
ser-en-el-mundo. El segundo aspecto (y el más intrigante), la conciencia constituía una
negación de la realidad como tal, es decir, el hombre reacciona ante un riesgo tratando
de pasar desapercibido, y su conciencia le va a servir para negar la realidad presente
en la cual se desenvuelve.

En la imaginación se van a dar procesos de negación para anular la realidad, incluso


en la percepción, la conciencia es capaz de negar la realidad, pues los procesos de
percepción proceden selectivamente. La mente se va a encarga de seleccionar la
realidad que quiere percibir, es por esto, que cuando se percibe algo la conciencia
omite o niega la realidad de otros objetos.

A nivel fenomenológico la percepción percibe el objeto en su totalidad en cuanto el


propio ser humano, es decir, es como una especie de interés de la conciencia – del ser
humano – hacía el objeto lo que le va a permitir analizarlo completamente más si la
conciencia lo desecha entonces no puede existir análisis fenomenológico. La esencia
de la conciencia es la negación, este es el principal descubrimiento en el desarrollo
posterior de la filosofía sartreana.

La influencia de la fenomenología anterior a Husserl

Si bien ya hemos dicho que es con la llegada del alemán Edmund Husserl que la
fenomenología se establece como disciplina filosófica de relevancia a partir del siglo
XX, también es cierto que anterior a él hubo filósofos quienes se preocuparon por el
problema del fenómeno como tal, y ciertamente no le dieron a sus planteamientos
fenomenológicos la fuerza que le imprimió Husserl, es necesario considerarlos como
los antecesores de este. Uno de esto autores que se preocupo por el problema del
fenómeno y que ejerció cierta influencia en Sartre (La trascendencia del ego) fue
Inmanuel Kant.

La adhesión y crítica a Husserl

La relación con Husserl


Edmund Husserl al igual que en Heidegger ofrece gran influencia en Jean Paul
Sartre, quien toma la noción de la intencionalidad de la conciencia y el método de
investigación husserliano, la fenomenología, la cual busca separarse de las ciencias
positivas (que dan la realidad como dada), en cambio, a través de el método
fenomenológico el mundo es puesto entre paréntesis, en duda (epojé). Junto con esto,
se encuentra la reducción eidética, donde entra en juego la conciencia, pero en esta
representación el objeto va a estar desprovisto de todo lo que es ocasional y no
necesario (prejuicios) porque cada elemento variable subjetivo se ha eliminado.

Un ejemplo de la reducción eidética, son las ideas de carácter abstracto


(divinidad, amor, justicia, etc.) que a la luz de la ciencia positiva parecen indefinibles
pero mediante la introducción del método fenomenológico pueden pasar a convertirse
en reales y fácilmente intuibles.

“La existencia de la conciencia, de sus contenidos esenciales y de su


intencionalidad, es una realidad que reside todos los ataques de la reducción
fenomenológica. Todo se puede poner entre paréntesis (incluso, como hacía ya
Descartes, la existencia misma del mundo), pero no la evidencia de que se esté
realizando un acto de conciencia intencionalmente dirigido a conocerlo. La
realidad de la conciencia puede ser afirmada con absoluta certeza más de cuando
lo pueden ser las verdades propuestas por la ciencia.”3
Al convertirse el método fenomenológico el principal referente para convertir en real lo
que hasta ese momento era considerado producto de la abstracción y utilizar la
intencionalidad de la conciencia, entonces es el que le va a permitir a Sartre, partiendo
de la misma, construir su teoría existencialista del mundo.

La crítica a Husserl

Ahora bien, Sartre nota que la noción de sujeto trascendental propuesto desde la
fenomenología de Husserl, saca al hombre de su realidad, es por esto que el pensador
francés sostendrá que “el yo” no es un habitante de la conciencia y por tanto no está en
la conciencia sino fuera, en el mundo. “El yo” se convierte así en un ente del mundo
igual que “el yo del otro”, esta concepción va a arrojar nuevamente al hombre al mundo
devolviéndole todo su peso a sus angustias, sus sufrimientos y también su rebeldía.

3
VV.AA. Atlas Universal de Filosofía. Editorial Océano. Barcelona. 2006. p, 424.
La noción de intencionalidad implicaba por tanto que la conciencia siempre era
conciencia de algo, pero de algo que no era, a su vez, conciencia. El ser-en-sí, los
objetos que van a trascender la conciencia, no eran en definitiva la conciencia misma.
La conciencia al ser pura intencionalidad, era en sí misma un vacio, una pura nada,
mientras que el ser-en-sí era una realidad que yacía fuera de la conciencia.

Esto lo traducía Sartre en un sentimiento de náusea que invade al hombre cuando


descubría la radical contingencia y absurdo de todo lo real. Tal experiencia surge
cuando las cosas se presentan a la conciencia sin la acostumbrada intensidad, debido
al tedio vital que hacía que la vida humana se presentaba sin un objeto existencial
claro.

La conciencia era la encargada de darle sentido a las cosas a través de la


intencionalidad, para esto era necesario aniquilar el ser-en-sí, solamente así lograba
constituirse la conciencia, es decir, la conciencia entendida fenomenológicamente
como pura intencionalidad, definida por Sartre ontológicamente como un ser-para-sí
(un ser de pura libertad).

La libertad y “el otro” como mi infierno

A través de la trama de la obra teatral “A puerta cerrada” Sartre nos conduce por
el análisis fenomenológico que realiza partiendo de la psicología y que deja expresado
en los personajes principales de la obra (Garcín, Ines, Estelle), quienes mediante su
estancia en el infierno tratan sus problemas existenciales, entre ellos el de la libertad y
la falta de ella, que es lo que constituye la náusea en el ser humano, en otras palabras,
cuando mediante la intencionalidad de la conciencia el hombre reconoce su angustia
producida por reconocer y desconocer su libertad.

Desde la perspectiva propia los seres humanos están profundamente solos pero
en el mundo reconoce múltiples conciencias. De forma dialéctica, la libertad parte del
reconocimiento mutuo de las personas. Voy a ser libre porque el otro (desde su
libertad) me reconoce, pero eso a su vez se convierte en condición de mi libertad, en
un obstáculo e inclusive en una negación de ella.
Para Sartre, cada ser humano existe gracias a la libertad ajena, sin embargo, al
darse esto ningún ser humano posee alguna seguridad ya que su libertad es
dependiente. La única forma de liberarse era aniquilando al otro, pero en las relaciones
humanas esto es prácticamente imposible a pesar de que continuamente estamos
tratando de someter al prójimo. Todo esto nos lleva a afirmar y negar la libertad a partir
del “otro”, es por esto, que bien lo expresa Garcín en uno de sus diálogos (A puerta
cerrada):

“La estatua... (La acaricia.) ¡En fin! Este es el momento. La estatua está ahí; yo la
contemplo y ahora comprendo perfectamente que estoy en el infierno. Ya os digo
que todo, todo estaba previsto. Habían previsto que en un momento..., este..., yo
me colocaría junto a la chimenea y que pondría mi mano sobre la estatua, con
todas esas miradas sobre mí... Todas esas miradas que me devoran... (Se vuelve
bruscamente.) ¡Cómo! ¿Solo sois dos? Os creía muchas más. (Ríe.) Entonces
esto es el infierno. Nunca lo hubiera creído... Ya os acordaréis: el azufre, la
hoguera, las parrillas... Qué tontería todo eso... ¿Para qué las parrillas? El infierno
son los demás.”4

Está frase de Garcín, resume la angustia humana en cuanto al problema de


libertad, el cual encontramos en toda la obra cuando tanto él como Inés y Estelle
quienes van descubriéndose entre sí, en una especie de ejercicio fenomenológico. En
otras palabras, el fenómeno de la cuestión de la libertad es mostrado en su totalidad
pero partiendo de la concepción psicológica de los protagonistas.

Un ejemplo del planteamiento Sartreano

Imaginemos al igual que en la obra teatral a dos personajes o “x” cantidades de


personajes comienzan a analizar al otro, aquí comienza el análisis mediante el método
fenomenológico, donde vamos mostrando el fenómeno en su totalidad (la persona
analizada), el problema con el método propuesto por Sartre es que no parece eliminar
los prejuicios en cuanto “yo” como individuo, sino que mediante el análisis de los “otros”
dejo mostrado mi ser como tal.

4
SARTRE, Jean Paul. A puerta Cerrada.www.rojosobreblanco.org/descargas/A%20puerta%20cerrada.pdf. Fecha de
consulta: 18/08/2013. p, 35.

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