TESIS CUENCA CALAMA - U Barcelona - NBLANCO-2008
TESIS CUENCA CALAMA - U Barcelona - NBLANCO-2008
TESIS CUENCA CALAMA - U Barcelona - NBLANCO-2008
Universidad de Barcelona
CONTENIDO
RESUMEN..................................................................................................................................................... 3
1.- INTRODUCCIÓN...................................................................................................................................... 5
2.- ESTRATIGRAFÍA..................................................................................................................................... 7
EOCENO
2.1.- Formación Calama Ec..................................................................................................................... 8
OLIGOCENO-PLIOCENO
2.2.-Grupo El Loa.................................................................................................................................... 16
2.2.1.- Formación Yalqui OMy....................................................................................................... 17
2.2.2.- Formación El Yeso My........................................................................................................ 20
2.2.3.- Formación Jalquinche Mj.................................................................................................... 22
2.2.4.- Formación Lasana Ml......................................................................................................... 25
2.2.5.- Gravas antiguas Mga......................................... ................................................................ 29
2.2.6.- Ignimbrita Artola Msia......................................................................................................... 30
2.2.7.- Formación Chiquinaputo MPch........................................................................................... 31
2.2.8.- Ignimbrita Sifón Msis........................................................................................................... 36
2.2.9.- Depósitos de piedemonte MPg........................................................................................... 37
2.2.10.- Formación Opache MPo................................................................................................... 38
PLIOCENO-PLEISTOCENO
2.3.- Formación Chiuchiu PPlch……………………………………………………………..............……... 41
PLEISTOCENO-HOLOCENO
2.4.- Depósitos aluviales antiguos PHa………………………………………..................…………… 43
2.5.- Depósitos fluviales o de ciénagas antiguas PlHf………………………...........………………… 43
7.- CONCLUSIONES..................................................................................................................................... 64
AGRADECIMIENTOS................................................................................................................................... 65
REFERENCIAS............................................................................................................................................. 66
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RESUMEN
Este trabajo se origina como parte de un estudio de geología y cartografía regional de detalle, de
cinco cuadrángulos, escala 1:50.000, a través de un convenio de cooperación entre el Servicio Nacional
de Geología y Minería Chile (SERNAGEOMIN) y la Corporación del Cobre de Chile (CODELCO Chile),
durante el lapso 2003-2006. El objetivo de dicho convenio fue obtener un marco actualizado de la
geología regional del distrito minero de Chuquicamata y su relación con el emplazamiento de sitemas de
pórfidos cupríferos en la zona.
Durante la elaboración de este trabajo, se utilizó como base cartográfica fotografías aéreas
blanco y negro, escala 1:30.000 del año 1981 (SAF) y Aero Service, escala 1:60.000 del año 1961.
Además, se realizaron levantamientos de columnas estratigráficas y sedimentológicas, toma de
muestras para estudios petrográficos y 48 determinaciones radiométricas 40Ar/39Ar y K-Ar efectuadas en
el laboratorio de geocronología de SERNAGEOMIN. Adicionalmente, se tuvo a disposición numerosos
sondeos en la cuenca Calama, proporcionados por CODELCO (sector central y occidental de la cuenca)
y NAZCA SA, a través de la cooperación con el geólogo J. Houston. Por otra parte, para el
reconocimiento a mayor escala de la estructura y arquitectura del subsuelo de la cuenca, se contó con
diversas líneas sísmicas facilitadas por la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP). La interpretación de
las estas últimas se realizó en conjunto con T. Jordan y publicadas en Jordan et al (2006).
La cartografía geológica que cubre gran parte de la cuenca Calama está representada en los
cuadrángulos Calama, Chichiu y Conchi. El margen oriental de la misma no fue cubierto con cartografía
sistemática debido a las condiciones del convenio entre CODELCO y SERNAGEOMIN. Sin embargo,
para el reconocimiento de este margen se levantaron numerosas columnas estratigráficas, muchas de
las cuales corresponden a secciones tipo de las unidades más adelante descritas y un pequeño mapa
geológico del área de la confluencia de las quebradas Yalqui y Yeso.
Corresponde a una cuenca de ante arco situada entre otras dos cuencas cenozoicas: al oeste, la
Cuenca Quillagua-Llamara (Sáez et al., 1999) y al este, la cuenca del Salar de Atacama (Jordan et al.,
2007). Otras cuencas cenozoicas se localizan al sur del área de este estudio, tales como la cuenca del
Salar de Punta Negra (Mpodozis, com. oral) y, en una posición de intra arco, la Cuenca del Salar de
Arizaro (Jordan y Mpodozis, 2006) ubicada en el NO de Argentina (Fig. 1).
Fig. 1. Mapa morfológico de los Andes Centrales donde se muestra las cuencas cenozoicas
principales, de ante-arco, y la ubicación de la Cuenca Calama en esta parte del orógeno
andino.
El área donde se localiza la Cuenca Calama forma una franja más o menos alargada en sentido
N-S, entre la Precordillera y la Cordillera Principal de los Andes (Fig. 1) con características geológicas y
estructurales particulares. Está constituida por un núcleo predominantemente de rocas volcánicas y
plutónicas del Carbonífero Superior-Pérmico, sobre el cual se depositaron las secuencias marinas y
continentales mesozoicas del márgen oriental de la Cuenca de Tarapacá (García, 1967). En este núcleo
se emplaza el arco margmático Eoceno-Oligoceno Inferior con sus exponentes efusivos y plutónicos, al
cual se asocian los distritos cupríferos más importantes del mundo (Fig. 2). Esta zona de unidades del
Paleozoico, Mesozoico y eocenas, que corresponde a la continuación septentrional del bloque de la
Cordillera de Domeyko, se caracteriza por presentar fallas transcurrentes de rumbo norte-sur, Sistema de
Fallas de Domeyko (SFD), que es una zona de cizalla maestra, la cual ha concentrado movimientos
laterales mayores entre los bloque estructurales (Tomlinson et al., 2001). El extremo nororiental de la
zona de estudio corresponde a parte del Cordón Volcánico del Terciario Superior-Cuaternario (Zona
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Volcánica Central de Los Andes), constituida por estratovolcanes e ignimbritas, con escasa o nula
deformación tectónica, que ocupan el sector limítrofe entre Chile y Bolivia.
Durante el Eoceno Medio al Eoceno Superior (ca. 42-35 Ma) tiene lugar en la región una
importante fase tectogenénica (fase Incaica) (Tomlinson et al., 2001) que genera la exhumación de
grandes bloques de basameto paleozoico y de unidades pre-eocenas (Andriessen y Reutter, 1994;
Maksaev y Zentilli, 1999), lo que origina prominentes relieves y cuencas asociadas a estos bloques
alzados (Arriagada et al., 2000; Blanco et al., 2003; Blanco y Tomlinson, 2006). Contemporáneamente, el
segmento en esta región del SFD registra desplazamientos de rumbo dextral (Tomlinson y Blanco,
1997a). En dicho lapso, el arco magmático se estaba emplazando a lo largo de esta franja, lo que facilitó
la debilitación térmica de la corteza y la generación del SFD (Maksaev, 1990; Maksaev y Zentilli, 1999).
Durante el Oligoceno-Mioceno Inferior se registra una fase extensional, documentada en las cuencas del
Salar de Atacama y Calama, que determinan los depocentros de sedimentación aluvial (Pananont et al.,
2004; Jordan et al., 2007). Durante la extensión, el segmento del SFD, situado al occidente de la cuenca
Calama, registraba desplazamiento de rumbo sinistral (Tomlinson y Blanco, 1997b). En este lapso, el
volcanismo se encuentra casi ausente a excepción de erupciones piroclásticas de reducida extensión
(Blanco y Tomlinson, 2006). La evolución durante el Mioceno Medio y Superior, se caracteriza por
deformaciones de pequeña magnitud, con rectivaciones menores del SFD. Sin embargo, en algunos
sectores (Sierra de Moreno) se registra la reactivación de fallas eocenas que producen una discordancia
angular local entre depósitos aluviales de 25 y 6 Ma (Tomlinson et al., 2001).
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Fig. 3. Cuadro cronoestratigráfico de las unidades terciarias que rellenan la Cuenca Calama.
EOCENO
Definición y relaciones estratigráficas. La Formación Calama fue definida por Naranjo y Paskoff
(1981) para designar a gravas que forman una colina sobresaliente en el curso medio del río Loa (Cerro
Calama), aledaño a la ciudad homónima. Estos autores le asignaron un rango de edad Mioceno Inferior-
Medio por una posible correlación con la unidad Gravas de Atacama (Mortimer, 1973). Posteriormente,
May (1997) y May et al (2005) modifican sustancialmente la edad de esta unidad sobre la base de una
datación de 30,15 ± 0,26 Ma (40Ar/39Ar en biotita) obtenida en conglomerados expuestos
aproximadamente 50 km al ENE de la localidad tipo, en las nacientes de quebrada Yalqui, donde
subyacen, discordantemente, a una secuencia clástica (Formación Lasana sensu May, 1997; May et al.,
2005) que contiene una toba de 19,62 ± 0,36 Ma (40Ar/39Ar en biotita). Estos conglomerados los
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correlaciona y asigna a la Formación Calama, situando así a dicha formación en el rango Oligoceno-
Mioceno Inferior.
Observaciones posteriores realizadas en la localidad tipo por el presente autor, indican que en
las lavas andesíticas expuestas en la base de la formación no constituyen su basamento si no que se
encuentran intercaladas en ella. Las edades absolutas obtenidas en la localidad tipo de esta formación
(Fig. 4) la sitúan en el Eoceno, lo cual difiere substancialmente con la asignación de edad propuesta por
May (1997) y May et al (2005) y su correlación con la unidad expuesta en quebrada Yanqui, cuyos
depósitos en este trabajo se separa como otra formación (Fm. Yalqui).
Distribución y litología. Los restringidos afloramientos de esta unidad se exponen en cerro Calama, a
través de un suave pliegue anticlinal, de eje este-oeste, alcanzando manteos de hasta 53º
aproximadamente a 1 km al oeste de la localidad de Jalquinche. En el sector de cerro Milagro afloran los
niveles basales de la formación, esto es, conglomerados con lavas andesíticas intercaladas, a través de
un sistema de pliegues de interferencia con ejes ortogonales que se orientan al NE-SW y NW-SE,
pliegues que muestran una progresiva disminución de su longitud de onda hacia una falla inversa,
vergente al sur, que la pone en contacto con basamento granítico paleozoico. En el área de los Morros
los Cerrillos, sector suroccidental del cuadrángulo Conchi, conglomerados asignados a esta unidad,
sobre la base de criterios morfoestratigráficos (superficies altas y abandonadas por sobre gravas mio-
pliocenas, MPg) y sedimentológicos se apoyan, discordantemente, sobre rocas volcánicas triásicas, con
suave manteo al sureste. Afloramientos expuestos inmediatamente al sur de Pampa Moctezuma,
extremo austral de la cuenca, se asignan a esta formación por la similitud de facies y su grado de
deformación. Allí, con manteo de 60-45º al norte y con un espesor aproximado de 250 m, se apoya, en
discordancia angular, tanto sobre rocas sedimentarias del Triásico Superior como en calizas marinas
liásicas, y subyace con igual relación (d1) a gravas medianamente consolidadas, en capas delgadas
tabulares (sheetfloods) , inclinadas 25º al noroeste asignadas a la Formación Brechas y Limos de Yalqui.
Miembro Topater Ec1: este miembro tiene un espesor de 105 m expuestos en la localidad
homónima, en el área del cerro Calama, y en el sector de cerro Milagro. Las facies diferenciadas en este
miembro son (Fig. 4):
Ec1(a): en la sección tipo expuesta en el área de Topater, afloran andesitas macizas, de color
café grisáceo y café rojizo (Fig. 5a), con espesores individuales de 7-10 m, cuyo techo se encuentra
brechizado y relleno con vetillas de yeso y halita. Petrográficamente corresponden a andesitas porfíricas
de piroxeno (hiperstena, augita) y hornblenda (con coronas de oxidación), incluidos en una masa
fundamental de plagioclasa y piroxeno. La unidad se encuentra fuertemente fracturada y diaclasada, con
relleno yeso, halita y carbonato. Su base no se encuentra expuesta y se interestratifica con brechas
volcano-sedimentarios (Ec1b). Otros afloramientos de esta facies se encuentran en el área de cerro
Milagro, aproximadamente 10 km al noreste de Calama. Allí se exponen los niveles basales de la unidad,
equivalentes a los descritos en el sector de Topater. Consisten en lavas andesíticas de piroxeno
(hiperstena) y hornblenda, de color café, y daciandesitas negras de igual mineralogía máfica incluidos en
una masa fundamental pilotaxítica fluidal y vidrio intersticial, con vesículas orientadas al flujo. Estas lavas
se intercalan en conglomerados gruesos de color marrón, en cuya base se disponen grandes bloques
(30-60 cm de diámetro) erodados de las lavas subyacentes.
Ec2(a): sucesión de ruditas, de color marrón claro (mitad inferior) y marrón anaranjado (mitad
superior), medianamente consolidados, expuestos inmediatamente al sur de la localidad homónima. Los
afloramientos expuestos alcanzan un espesor aproximado de 205 m. Se compone de conglomerados
gruesos y de bloques, clasto soportados, de color pardo claro, polimícticos, con moderada a buena
consolidación. Incluye ortoconglomerados gruesos y de bloques, de color marrón muy claro,
medianamente estratificados a masivos, con niveles de 0,6-1,5 m definidos por cambios granulométricos
(de grava de bloque a grava gruesa). Son mal seleccionados (trimodales, de 1-3 cm; 3-7 cm y 10-30 cm),
con cantos subredondeados a redondeados, ocasionalmente subangulares, con matriz intersticial de
arena gruesa limosa (3-5%) parcialmente cementada por yeso. Se componen de clastos de andesitas de
variada textura y en parte propilitizadas y frescas 65%, dacitas silicificadas con textura porfírica relicta
con alteración de jarosita-goethita (10%), pórfido dacítico gris oscuro con ojos de cuarzo y escasas
plagioclasas (5%) calizas fosilíferas del Jurásico (4%), conglomerado con clastos de cuarzo blanco y
esquisto cuarzo-muscovítico incluidos en matriz de arena gruesa de cuarzo y iatos ta detrítica, no
córneos (10%), ignimbrita fuertemente soldada de color marrón pálido (3%) y areniscas laminadas
pardas y bandeadas con limolitas, bien litificadas (3%). En otras localidades incluyen clastos de
monzodioritas cuarcíferas (10%), conglomerados de cuarzo y esquistos micáceos, de color café rojizos
(5%), brechas volcánicas propilitizadas (10%) y andesitas frescas y alteradas, de variada textura (75%).
La base de esta sección incluye abundantes bloques de ignimbrita dacítica, cuyos diámetros varían entre
0,5 y 2 m. La apariencia de los coglomerados, vistos de lejos, es la de paquetes tabulares masivos, con
escasas variaciones granulométricas. Sin embargo, a escala del afloramiento, los paquetes
conglomeráticos muestran dominatements estratificación en capas plano-tabulares delgadas (flujo en
lámina, sheetfloods), y en menor medida estratificación cruzada en artesa. En la parte alta del miembro
se encuentran intercalaciones de niveles canalizados, de base cóncava erosiva y techo plano, de 0,5-1
m de espesor y de continuidad lateral a escala métrica, internamente con estratificación en artesa. Hacia
arriba, también, se reconoce una mejor estratificación debido a una mayor variabilidad de granulometría
y al desarrollo de estructuras tractivas (estratificación en artesa).
También incluye, en forma subordinada, areniscas gruesas de guijarro ya sea con estratificación
en artesa (facies St) o laminación plana paralela (facies Sh), en niveles de 15-35 cm de espesor.
En algunas localidades, la base de esta unidad muestra direcciones de paleoflujo que varían entre N60-
95ºE, con promedio en N76ºE (n= 30 medidas). En el sector de cerro Milagro, las paleocorrientes
(imbricación de clastos) en estos niveles indican flujos hacia el NE (N50-53ºE, n= 50 medidas). Sin
embargo, la mayor parte de los datos colectados en estas facies, las paleocorrientes indican un flujo
promedio dirigido hacia el N (N3ºE) (n= 227 medidas), el que se compone de dos modas principales: una
dirigida hacia el NNW (N15ºW, n = 143 medidas) y otra hacia el NNE (N30ºE, n= 84 medidas).
En términos generales, esta litofacies presenta estratificación masiva con fábrica imbricada
(facies Gm), estratificación horizontal (facies Gh) y estratificación cruzada en artesa con fábrica
imbricada (facies Gt) (Fig. 6). En esta última facies, se reconocen cuerpos canalizados, con base
cóncava erosiva, de 1-3 m de espesor, siendo lateralmente contínuos a escala métrica-decamétrica y
frecuentemente gradan (verticalmente) a conglomerados de grano medio con estratificación horizontal,
formando una secuencia granodecreciente. Este tipo de secuencias se encuentran principalmente en la
base de esta unidad (Ec2a), que culmina con niveles lenticulares de limolitas laminadas, con extensión
lateral de no más de 30-40 m.
Fig. 6. Facies características del Mb. Chorrillos (Ec2). Destacan conglomerados canalizados con
estratificación en artesa de bajo ángulo (a) y conglomerados masivos, clasto soportados con laminación
gruesa plana y cóncava de bajo ángulo (b). En esta última, destaca discontinuidad erosiva de magnitud
desconocida, que representa, probablemente, la coalescencia de lóbulos de abanico. Cerro Calama,
vista al E.
Finalmente, los conglomerados expuestos en el área de los Morros los Cerrillos (sector SW
cuadrángulo Conchi) asignados tentativamente a esta formación, consisten en conglomerados clasto
soportados, de color marrón amarillento, mal seleccionados (trimodal: 5, 10 y 20-40 cm de diámetro), con
cantos suredondeados a subangulares aunque aquellos menores a 5 cm son redondeados a
subredondeados. Se componen de andesitas verdosas finas propilitizadas (30%), monzogranito de
biotita (tipo Granito Bayo, 40%), pórfidos riolíticos rosados (10%), daciandesitas gris rosáceas de
hornblenda (15%) y diorita gruesa de hornblenda gris oscura (5%). Estos conglomerados rellenan una
marcada paleosuperficie labrada en las rocas triásicas que los subyacen. Direcciones de paleocorrientes
en estas facies indican flujos dirijidos hacia el SSW (S15°W, para n= 10 medidas).
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Fig. 7. Sucesión de Pampa Moctezuma asignada a la Fm. Calama (Ec2), en la que destacan
discordancias progresivas con estratos de crecimiento, sedimentación sintectónica al diastrofismo
Incaico. Vista al W.
Edad y correlaciones. Para la Formación Calama se disponen cinco edades radiométricas por los
métodos K/Ar y 40Ar/39Ar efectuadas en el Miembro Topater (Ec1a). En una de las capas de lava andesítica
intercalada hacia la base de la formación, expuesta en el sector homónimo, se efectuó una datación K-Ar
en roca total obteniéndose una edad de 51,9 ± 1,7 Ma que corresponde al Eoceno Inferior (Blanco et al.,
2003). En este mismo sector, se dató un clasto de andesita (de idéntica petrografía a las lavas
intercaladas) tomado de un nivel de conglomerado que sobreyace a una lava andesítica y que subyace a
la lava antes datada, y se obtuvo una edad de 51,8 ± 0,5 Ma (40Ar/39Ar en hornblenda, plateau de 68% en 6
pasos; Blanco et al., 2003). Esta última edad, por una parte, confirma y valida la edad K/Ar del flujo lávico
suprayacente y, por otra parte, indica que el clasto datado fue erodado de las lavas infrayacentes, y en
consecuencia, esta edad representa la edad más antigua de depositación de la unidad.
Similar situación se registra en el sector de cerro Milagro, situado al noreste de Calama. Allí, en un
nivel de lava andesítica intercalado en conglomerados de la porción basal del Miembro Topater, se obtuvo
una edad de 51,0 ± 0,6 Ma (40Ar/39Ar en hornblenda, isócrona) y 52,8 ± 0,8 Ma (40Ar/39Ar en plagioclasa,
plateau de 100% en 8 pasos), mientras que un clasto de andesita del conglomerado que sobreyace a las
lavas estratigráficamente más altas expuestas en esa sección se obtuvo una edad de 46,9 ± 0,5 Ma (Ma
(40Ar/39Ar en hornblenda, plateau de 99,3% en 8 pasos; Blanco et al., 2003). Este último valor indica que el
clasto datado proviene de una lava depositada en la unidad y que, posteriormente, fue completamente
erodada por las facies aluviales. Además, indica que la sedimentación del Miembro Topater (Ec1a) se
extendió, al menos, hasta los 46,9 Ma.
La edad del miembro Chorrillos se desconoce con precisión, pero su posición estratigráfica sobre
el Miembro Topater indica una edad máxima de 46,9 Ma. Adicionalmente, se disponen dos edades máximas
obtenidas en clastos de esta unidad. En una de ellas se obtuvo una edad de 44,9 ± 0,8 Ma (40Ar/39Ar en
biotita; sondaje DG-5549, a 157 m de profundidad; este trabajo) y la otra, situada en la parte alta de este
Miembro, en el área del cerro Calama, es de 36,7 ± 0,3 Ma (40Ar/39Ar en hornblenda, CODELCO, datos no
publicados). Por otra parte, sobre la base de datos sedimentológicos (direcciones de paleocorrientes y
composición de clastos) es posible inferir una edad eocena media-alta para este miembro. Las direcciones
de paleocorriente estan dirigidas dominantmente hacia el norte, en conjunto con la composición de los
clastos, que entre otros incluye entre el 20 y 35% de rocas volcánicas ácidas y granitoides gruesos, de
probable edad paleozoica y rocas sedimentarias triásicas que erosionan basamento paleozoico
metamórfico, sugieren en su conjunto que la zona fuente de sedimentos fue una similar a aquella situada
en la actualidad al S y SE de Sierra de Limón Verde (SERNAGEOMIN, 2002). Adicionalmente,
discordancias progresivas registradas en los afloramientos de Pampa Moctezuma (Blanco et al., 2003),
los cuales fueron asignados al Miembro Chorrillos por dichos autores, indican que parte de esta
sedimentación tuvo un carácter sintectónico. Esta deformación habría ocurrido con posterioridad a los
46,9 Ma, que es la edad más moderna registrada en el Miembro Topater y, además, habría sido
responsable del alzamiento del bloque “Limón Verde”. Diversos trabajos regionales han documentado la
existencia de una fase compresional durante el Eoceno Medio-Superior en la región (Maksaev, 1990;
Mpodozis et al., 1993; Marinovic et al., 1996; Tomlinson y Blanco, 1997a; Arriagada et al., 2000) y datos
de trazas de fisión en apatita indican un alzamiento y denudación importantes de los bloques paleozoicos
en la precordillera durante esta fase de deformación (Andriessen y Reutter, 1994; Maksaev y Zentilli,
15
1999). Más aún, eventos de exhumación datados directamente en el “bloque Limón Verde” indican
edades de alzamiento alrededor de los 40 Ma (Olivares, 2001). Dicho alzamiento se habría originado
durante la transcurrencia siniestral eocena en este segmento del Sistema de Fallas de Domeyko (SFD),
la cual se habría iniciado en la zona entre los 43-40 Ma (Mpodozis et al., 1993). De este modo, se puede
establecer una buena correlación entre esta deformación y la sedimentación del Miembro Chorrillos,
deformación que ha sido ligada al Sistema de Fallas de Domeyko y asociada a la Orogénesis Incaica
(Maksaev, 1990; Reutter et al., 1991; Mpodozis et al., 1993; Tomlinson y Blanco, 1997a). Dicha fase en
la región se habría desarrollado entre los 43-35 Ma (Tomlinson y Blanco, 1997a; Tomlinson et al., 2001),
por lo que se interpreta que el miembro Chorrillos se habría depositado en ese lapso.
En síntesis, los elementos antes expuestos permiten señalar que los dos miembros diferenciados
en la Formación Calama representan dos fases de acumulación desarrolladas durante el Eoceno. La
primera, de carácter volcánico y volcanoclástico (Miembro Topater) habría ocurrido entre los 52-47 Ma,
mientras que la segunda fase, de origen sedimentario clástico (Miembro Chorrillos) se habría
desarrollado en el lapso 43-¿35? Ma y estaría estrechamente ligada al diastrofismo incaico.
La Formación Calama puede correlacionarse en la región con los Estratos de Loma Amarilla
(Arriagada et al., 2000; 2002), materiales que quedan expuestos a lo largo del borde occidental del Salar
de Atacama. Parcialmente, el Miembro Topater se correlaciona con la Formación Icanche (Maksaev,
1978) y es también, en parte (sus miembros Medio y Chorrillos), con la Formación Sichal (Maksaev,
1978; Tomlinson et al., 2001).
Interpretaciones. Las facies descritas en la Fm. Calama reflejan en general un ambiente aluvial en
condiciones de semiaridez, asociado, en sus inicios, a un volcanismo andesítico, probablemente
acumulado en una depresión volcano-tectónica. La primera fase de acumulación (Miembro Topater,
Ec1a,b) se inicia en el Eoceno Inferior (ca. 52 Ma), y sugiere condiciones proximales a intermedias a
centros de emisión volcánicos, como lo indicaría la asociación de facies lávicas interestratificadas con
facies laháricas.
El lapso en el que tuvo lugar la primera fase de sedimentación (Miembro Topater), esto es,
contemporáneo al extendido volcanismo andesítico expuesto hacia el norte de Calama (Fm. Icanche, 53-
43 Ma, Maksaev, 1978; Tomlinson et al., 2001) e inmediatamente antes de la compresión Incaica, y en
16
concomitancia con el tipo de relleno de la cuenca (asociación de lavas y sedimentos volcanoclásticos),
se infiere tentativamente la existencia de una depresión volcanotectónica para hospedar los depósitos de
esta etapa. La segunda etapa en cambio (Miembro Chorrillos), indica la activación de un sistema aluvial
con una paleopendiente regional dirigida hacia el norte. Este sistema habría estado controlado por el
alzamiento del bloque “Limón Verde”, el cual se habría exhumado durante la transcurrencia siniestral
eocena en este segmento del Sistema de Fallas de Domeyko y asociado a la Orogénesis Incaica
(Maksaev, 1990; Reutter et al., 1991; Mpodozis et al., 1993; Tomlinson y Blanco, 1997), fase orogénica
documentada en la región entre los 43-35 Ma (Tomlinson y Blanco, 1997a; Tomlinson et al., 2001). Dicho
bloque alzado limitaría una zona deprimida que actuó como depocentro en el entorno de cerro Calama,
mientras que los afloramientos más septentrionales de esta formación (sector Morros los Cerrillos)
podrían corresponder a las facies del bloque pasivo de este sistema tectónico, aportando sedimentos
hacia el S. Por otra parte, el patrón de plegamiento de interferencia que muestran los afloramientos de
esta unidad se pueden atribuir a dos componentes principales de acortamientos desarrolladas durante el
Eoceno: una en sentido E-W, de carácter regional (Tomlinson y Blanco, 1997a) y la otra, en sentido N-S
y de carácter local, atribuible al alzamiento de Sierra Limón Verde, la que en parte fue responsable de la
sedimentación sintectónica en ella.
OLIGOCENO-PLIOCENO
2.2.- GRUPO EL LOA Oligoceno Plioceno Superior; May, 1997 enmend. Blanco et al, en prep.)
El mapeo detallado de las unidades que rellenan la Cuenca Calama, ha permitido proponer
(Blanco et al., en prep.) una redefinición del Grupo El Loa, sobre la base de nuevos antecedentes
geocronológicos, litoestratigráficos y sedimentológicos. En efecto, las rocas basales de la cuenca,
expuestas en su margen oriental (eg. quebradas. Yanqui y Tuina) fueron asignadas por May et al. (2005)
a la Fm. Calama. Sin embargo, los antecedentes geocronológicos, litofacies y sedimentológicos aquí
presentados no permiten sustentar dicha correlación, por lo que esas rocas se agrupan bajo la nueva
denominación: Formación Brechas y Limolitas de Yalqui. De igual modo, lo que May (1997) y May et al.
(2005) definieron como “sección inferior” de la Formación Lasana, expuesta en quebrada Yalqui, y que
cronoestratigráficamente la situan debajo de la “sección superior” de la misma, definida en la localidad de
Lasana, ubicada 30 km al NW de quebrada Yalqui, no se considera como argumento sólido para incluirla
en dicha formación, por cuanto no tiene continuidad lateral ni contacto con la sección expuesta en la
localidad de Lasana y tanto sus litofacies como edades son muy diferentes. Debido a que la sección de
quebrada Yalqui aflora a lo largo de gran parte del margen oriental de la cuenca, donde si se puede
seguir su continuidad lateral y mapear, ha sido separada de la Formación Lasana bajo la denominación
de Formación Yesos y Limolitas de El Yeso (Blanco et al., en prep.), cuyo contexto cronoestratigráfico y
paleogeográfico es discutido más adelante. Por otra parte, a consecuencia de lo anterior y
fundamentalmente sobre la base de cartografía geológica regional, la Formación Lasana (ahora
Formación Conglomerados de Lasana) se redefine con la diferenciación de dos miembros, Lloradero y
Talabre, y se ha precisado su rango cronoestratigráfico.
En consecuencia, en el presente trabajo el Grupo El Loa queda constituido por las formaciones
Yalqui, El Yeso, Jalquinche, Lasana, Chiquinaputo y Opache, abarcando, en su conjunto, desde el
Oligoceno al Plioceno Superior. La arquitectura estratigráfica de este grupo está conformada por tres
conjuntos de formaciones separados por dos discordancias angulares (d2 y d3): una, en el Mioceno
Inferior, y otra en el Mioceno Superior (ca. 10 Ma). El conjunto inferior está constituido por la Formación
Yalqui, expuesta en el sector norte, oriental sur y suroeste de la cuenca. El conjunto medio, por las
formaciones El Yeso, aflorada en el margen oriental de la cuenca, la Formación Jalquinche, que ocupa el
sector central y suroccidental de la cuenca, y que, a su vez, engrana lateralmente hacia NNE con la
Formación Lasana y al SW con depósitos aluviales de piedemonte (Gravas antiguas, Mga). El conjunto
superior en tanto, lo conforman la Formación Opache, que se sitúa en la porción centro occidental de la
cuenca, y engrana, lateralmente hacia el E con la Formación Chiquinaputo y al W con depósitos aluviales
de piedemonte (Depósitos de Piedemonte, MPg).
2.2.1.- Formación Brechas y Limolitas de Yalqui OMy (Oligoceno Inferior-Mioceno Inferior bajo;
Blanco et al., en prep.)
Litología. Las litofacies de esta unidad, en su localidad tipo, se estructuran en tres ciclos grano-estrato
decreciente de escala decamétrica. El primer ciclo de esta formación (60%), localizado preferentemente
en la mitad inferior de ésta, se registra una una leve discordancia angular con aparente desarrollo de
estratos de crecimiento sobre ella (Fig.9b). Litológicamente, corresponde a brechas sedimentarias café
rojizas, de grano medio, no litificadas pero fuertemente compactadas. Se componen por clastos
planares, con cantos angulares a subangulares, de 0,5-5 cm de diámetro, constituidos por dacitas y
riolitas moradas (70%), pórfidos riolíticos rosados (10%), andesitas gris oscuras (20%), y,
subordinadamente, areniscas y calizas (1%). Presentan estratificación maciza o forman bancos de 0,35-
2 m de espesor cuando se interestratifican con otras facies. Internamente, forman dobletes de capas
planas, con espesores variables de 5-40 cm, donde alternan niveles de grava media a gruesa, con
fábrica clasto soportada y medianamente imbricada, y niveles de grava fina o arenisca gruesa de
18
guijarro, con laminación plana paralela a ligeramente cóncava. Hacia el término de este primer ciclo se
intercalan, en forma subordinada, limolitas guijarrosas y areniscas limosas de guijarro, de color marrón
claro, en cuerpos lenticulares de 0,3-1 m de espesor y extensión lateral a escala métrica-decamétrica.
Presentan fábrica matriz sostén, sin ordenamiento interno, con escasos clastos angulares de 5-20 cm
sostenidos por la matriz. El segundo y tercer ciclo grano decreciente, representan el 40% de las facies
existentes en la mitad superior de la formación y están constituidos por litofacies de grano fino, con un
característico color marrón rojizo claro y conglomerados subordinados en la base de ambos. Predominan
en estos limolitas y arcillolitas laminadas, en ocasiones con grietas de desecamiento mal preservadas,
con intercalaciones centimétricas de areniscas finas que con laminación plana y, localmente, estructuras
de raíces y nódulos carbonáticos. En estrecha relación con estas pelitas se asocian areniscas finas a
gruesas, y de guijarro, marrón claro, en capas planas de 0,15-1 m de espesor, con laminación plana y
cruzada en artesa, y localmente muestran bioturbación de organismos excavadores. Dentro de las facies
arenosas, aunque de distribución subordinada, se desarrollan areniscas de grano medio, bien
seleccionadas con una conspicua laminación cruzada tabular de base festoneada, en sets de 30-60 cm
de espesor, incinadas al E, de origen eólico. Los conglomerados del inicio del segundo ciclo, aunque
reducidos en potencia, son de grano grueso, de color gris verdoso claro, con estratificación cruzada en
artesa, cuyos clastos son redondeados, compuestos por andesitas (70%), pórfidos dacíticos (25%) y
granitoides (5%). Los del tercer ciclo por su parte son similares a las brechas basales de esta formación.
Una de las facies más conspicuas, aunque representa sólo el 11% de la columna, es una brecha de
bloques y meso bloques (Fig. 9d), de color gris claro, constituida por clastos de andesitas de hornblenda
y piroxeno, de 10-40 cm de diámetro y mesobloques de hasta 4 m de diámetro constituido por brecha
volcánica gradada cuyos clastos presentan diaclasamiento prismático. Los bloques se encuentran
soportados por una matriz de limo rosado con deformación plástica sinsedimentaria (Fig. 9e).
Los afloramientos expuestos en el cañón del río Loa (cuadrángulo Conchi), están formados por
conglomerados masivos, marrón rosáceo, con estratificación en láminas planas de 3-20 cm de espesor,
alguna de las cuales presentan estratificación en artesas de bajo ángulo y, ocasionalmente pequeños
cuerpos de excavación de cauce. Los clastos son subangulares a subredondeados, mal seleccionados,
de 2-10 cm de diámetro (promedio en 5 cm), con esporádicos bloques angulares de 15-25 cm. Se
componen por granito de hornblenda (70%), andesitas gris verdosas propilitizadas (15%), pórfidos
dacíticos rosados (10%) y andesitas moradas (5%). Indicadores de paleocorrientes señalan flujos
dirigidos hacia el S y SSW (n= 78 medidas) y, junto a la composición de éstos, la zona fuente de los
sedimentos fue el área situada entre Cerro Bayo-Estación Conchi. En pampa Moctezuma en tanto,
corresponden a conglomerados finos (0,5-2 cm de diámetro), con cantos angulares y formas planares,
estratificados con una característica laminación plana paralela a ligeramente en artesa de bajo ángulo,
cortadas por cuerpos lenticulares de pequeña amplitud (15-30 cm) y extensión lateral decimétrica (40
cm) que incluyen guijarros mayores (5-10 cm). Los clastos se componen de granitos rosados gruesos
(40%), pórfidos riolíticos (30%), cuarcitas blancas (20%) y esquistos micáceos (10%), todos ellos
procedentes del bloque palezoico de Sierra de Limón Verde. Sus direcciones de paleocorrientes así lo
confirman, señalando flujos dirigidos hacia N20°W ( n= 20 medidas).
Edad. Para esta formación se disponen dos edades radiométricas. Una de ellas, localizada en la mitad
de la unidad, fue tomada de una toba retrabajada en la que se obtuvo una edad de 30,15 ± 0,23* Ma
(May,1997; May et al., 2005, 40Ar/39Ar en biotita, media ponderada de fusión total en 4 granos
individuales, (*) error recalculado a 2σ). La otra edad se localiza en la mitad superior de la formación, en
facies laharicas situadas aproximadamente a 16 m bajo el techo de la formación. En esta facies, se dató
un clasto volcánico obteniéndose una edad de 22,7 ± 0.28 Ma (40Ar/39Ar en hornblenda, isócrona, este
trabajo), la cual indicaría, en rigor, una edad máxima para el depósito. Sin embargo, el carácter exótico del
mismo, con características de evento único y catastrófico respecto de las otras facies en la columna, en
conjunto con la génesis de los mesobloques incluidos en el nivel datado (depósito volcánico de bloque y
ceniza), sugieren que el origen de la facies laharica habría sido originado por un evento volcánico
contemporáneo y marginal a la cuenca de sedimentación. En tal caso, se considera que la edad del clasto
corresponde también a la edad del depósito que lo contiene. Sobre la base de estimaciones del índice de
sedimentación para esta unidad, se estima que el techo de la formación podría aproximarse a los 21 Ma
de edad. En consecuencia, la Formación Yalqui queda comprendida entre el Oligoceno Inferior y el Mioceno
Inferior bajo.
19
La Formación Yalqui puede correlacionarse litoestratigráficamente con el Grupo Paciencia (Flint,
1985), que incluye las formaciones Tambores (Dingman, 1963) y San Pedro (Bruggen, 1942) expuestas en
la aledaña cuenca del Salar de Atacama.
Fig. 9. Afloramientos de la Fm. Yalqui (OMy) en su localidad tipo. En (a) se apoya, discordantemente,
sobre volcanitas paleozoicas (Fm. Tuina, Pzt) y sedimentitas cretácicas rojas (Fm. Purilactis, Kp), (b) el
intervalo basal brechoso presenta discordancia intraformacional, posiblemente progresiva (¿estratos de
crecimiento? línea punteada), (c) paso gradacional de brechas a limos de playa aluvial en secuencias
granodecrecientes, (d) porción superior que conforma el tercer ciclo grano decreciente, discordante bajo
Fm. El Yeso, que destaca la intercalación de un flujo lahárico datado en 22,7 Ma, (e) detalle de las facies
laharicas con deformación sinsedimentaria por carga (ds) de los mesobloques de origen volcaniclásticos.
Interpretaciones. Las facies descritas en la Fm. Yalqui reflejan en general un ambiente aluvial
desarrollado bajo condiciones climáticas de aridez. La mitad inferior de esta formación, fue construida
por facies proximales de abanico aluvial, donde la sedimentación estuvo dominada por flujos tractivos no
confinados, de alta energía, originados por crecidas en manto (‘sheetflood deposits’). En menor medida,
se desarrollaron flujos de detritos que alternan con los depósitos de crecidas en manto en las zonas
cercanas al borde de la cuenca. La existencia de una leve discordancia angular en la porción basal,
20
sugiere que hubo tectonismo activo durante la sedimentación de estas facies. La progresiva disminución
del tamaño de las gravas junto con el espesor de las capas que las contienen y la interestratificación
gradual de éstas con facies arenosas y limosas sugieren la distalización de las facies hacia ambientes de
abanico medio y distal. Esporádicos pulsos de crecidas en manto alcanzan estas zonas. El retrabajo
eólico de los depósitos de grano fino en las zonas distales da origen a dunas que migran hacia el E,
debido probablemente a la ausencia de vegetación y/o a la aridez climática. La actividad volcánica
contemporánea es muy restringida y sólo se expresa por un nivel de tobas retrabajadas y un evento
catastrófico local manifestado con la depositación de un flujo laharico en el margen oriental de la cuenca.
Las áreas que alimentaron la cuenca en esta etapa fueron los sectores oriental, constituidos por la
Formación Tuina (Paleozoico Superior), su márgen nornoroccidental, formado por volcanitas paleozoicas
y plutones triásicos y el extremo sur (Pampa Moctezuma) con aportes del bloque paleozoico de Sierra
Limón Verde.
Fig. 10. Columna estratigráfica del margen oriental de la cuenca Calama expuesta en quebrada Yalqui,
con las formaciones Yalqui, Yeso y Chiquinaputo, cuyo conjunto alcanza un espesor aproximado de 175
m.
2.2.2.- Formación Yesos y Limolitas de El Yeso My (Mioceno Inferior; Blanco et al., en prep. )
Litología. Esta formación forma una secuencia grano decreciente, de potencia decamétrica, con brechas
en la porción basal, seguidas de areniscas, y una sucesión de limonitas y yeso masivo, con
intercalaciones subordinadas de tobas (Fig. 9b). En detalle, la sucesión se inicia con un paquete de
brechas, de grano medio a grueso, clasto soportadas, de color morado grisáceo oscuro, de 6-14 m de
espesor. Presenta clastos angulares y tabulares, mal seleccionados, de riolitas y pórfidos dacíticos, de 1-
10 cm de diámetro, con promedio en 4 cm. Internamente, las capas se estructuran en dobletes de grava
gruesa alternadas de grava fina laminadas planoparalelamente, ya sea en cuerpos tabulares o
rellenando superficies cóncavas, de 20-40 cm de espesor, con continuidad lateral decamétrica. También
incluye cuerpos cóncavos de conglomerados con estratificación en artesa y cuerpos tabulares de
areniscas gruesas de guijarro con laminación plana paralela. El paso a las litofacies finas superiores es
gradual a través de una sucesión granodecreciente de aproximadamente 1,5 m de espesor. La sucesión
continúa con areniscas medias a gruesas de 4 m de potencia, estratificadas en capas planas de 5-25 cm
de espesor, con laminación plano paralela y ocasionales lentes centimétricos de guijarro fino. Se
intercala en estos depósitos una capa de toba de ceniza blanca, de 40 cm de espesor, finamente
laminada (Fig. 11a, 11c). Esta sucesión da paso a un itervalo marrón claro, constituido por limonitas
laminadas, limonitas con nódulos aislados de yeso, limonitas con delgados lentes de areniscas de grano
medio, de 0,5-1 cm de espesor o hasta 10 cm, con laminación plana paralela. Los nódulos de yeso
desplazan por crecimiento al limo que los rodea, tienen 0,3-1 cm de diámetro y aumentan
progresivamente en frecuencia, llegando a formar niveles lenticulares o tabulares de yeso nodular
masivo, con impurezas relictas de limo (Fig. 11c, 11d, 11e). Así, estos niveles forman estratos planos de
0,1-1,5 m de espesor, de gran continuidad lateral alternando con bancos de limonitas nodulares de yeso
de 0,2-1,2 m de potencia. Hacia el techo de la suseción, se intercalan dos niveles de tobas de ceniza
blanca, de 20 y 50 cm de espesor; en el segundo caso, está estratificada en capas planas de 2-10 cm,
con biotitas de bordes redondeados e intercalaciones de láminas de arena lítica, lo que le confiere el
carácter de toba retrabajada. Mediciones de paleocorrientes en esta formación indican flujos dirigidos
hacia el W (N96°W, para n= 10 medidas) procedentes del cordón cerros de Tuina-Aiquina como área
fuente, consistente con los datos de May et al. (2005).
Fig. 11. Localidad tipo formación El Yesos y Limolitas de El Yeso (Qda. El Yeso), discordante a las
formaciones Yalqui y Chiquinaputo (a y b) estructurada en secuencia granodecreciente (b). En (c y d) se
destacan capas de tobas de caída (t), niveles de yeso nodular y nódulos (yn), yeso cristalino (yc) y yeso
nodular maciso (ynm) entrecrecidos en limos, (e) yeso nodudar maciso con guías irregulares de limo
desplazado (L).
2.2.3.- Formación Jalquinche Mj (Mioceno Inferior-Mioceno Superior bajo; May et al., 2005)
Definición y relaciones estratigráficas. La Formación Jalquinche fue definida por May (1997) y May et
al. (2005) como una sucesión interestratificada de areniscas finas y limolitas con evaporitas, de color
23
rojizo, expuesta en la localidad homónima (5 km al este de la ciudad de Calama) a lo largo del cañón del
río Loa. Allí se deposita, discordantemente (d1) sobre la Formación Calama y subyace, con igual relación
(d3), a las sedimentitas calcáreas de la Formación Opache (Fig.12). A través de sondajes, se ha podido
determinar que esta unidad presenta amplia distribución en el subsuelo de la cuenca, alcanzando
espesores de más de 250 m.
Fig. 12. (a) Formación Jalquinche expuesta en sulocalidad tipo en el cañón del río Loa, discordante a las
formaciones Calama y Opache. (b) Formación Jalquinche en un sondaje, ‘Chuca 4’, entre los 101 y 109
m de profundidad , aproximadamente 7 km al SW de cerro Calama; se muestra el detalle de sus facies
caracterizadas por limolitas rosadas dominantes, con nódulos de yeso aislados (yn) y niveles delgados y
restringidos de yeso nodular masivo (ynm).
Esta unidad aflora en el sector norte de cerro Milagro, en el extremo sur de cerro Negro y en una
depresión situada al noroeste de Pampa Talabre. En el sector de cerro Milagro (NE de Calama) engrana
lateralmente con gravas del Mioceno Medio, mientras que al sur de cerro Negro subyace,
concordantemente a la Ignimbrita Artola (ca. 10 Ma). Los afloramientos situados al noroeste de Pampa
Talabre subyacen, concordantemente, al Miembro Lloradero de la Formación Lasana.
Litología. Los afloramientos expuestos en el cañón del río Loa, de acuerdo a May (1997), corresponden
a una sucesión interestratificada de areniscas de grano fino a medio, con laminación cruzada en artesa o
24
plana paralela y limolitas macizas o pobremente laminadas planoparalelamente. Se estratifican en capas
planas de 10-50 cm de espesor, definiendo secuencias granodecrecientes de areniscas a limolitas, a
menudo con una cubierta de arcillolita. Cristales de yeso se desarrollan en ambas litologías.
Ocasionalmente, se presentan cuerpos canalizados de areniscas de guijarro de hasta 1 m de espesor
por 40 m de ancho, de base cóncava y erosiva, que en conjunto con las limolitas forman secuencias
granocrecientes de menos de 20 m de espesor.
En cerro Milagro se exponen 4 m de limolitas rosadas mal preservadas, con algunos niveles
bioturbados por raíces que evidencian el desarrollo de paleosuelos temporales. Las limolitas alternan con
intercalaciones decimétricas (10-25 cm) de areniscas de grano medio y grueso, con laminación plana
paralela o cruzada en artesa de bajo ángulo y, esporádicamente, areniscas gruesas de guijarro, grises,
con laminación cruzada en artesa, en niveles granodecrecientes de 60 cm de espesor; los clastos son
angulares compuestos de granitoides paleozicos derivados del cerro Milagro. Ocasionalmente presenta
intercalaciones delgadas (10-20 cm) de areniscas tobáceas gris claro, con fina laminación en artesa, y en
parte con desarrollo de pequeños cauces de erosión.
Edad y correlaciones. Para esta formación se dispone de cinco edades radiométricas. Una de ellas,
obtenida de un sondaje (TL-19D) localizado en el sector de Salinas de Agua Verde (sector central de la
cuenca), a los 250,5 m de profundidad, dio una edad de 19,25 ± 0,14 Ma (40Ar/39Ar en biotita, edad
plateau de 100%, este trabajo). Aproximadamente 10 km al WSW de la ciudad de Calama, May (1997) y
May et al. (2005) obtuvieron una edad de 16, 23 ± 1,18* Ma (40Ar/39Ar en biotita, media ponderada de
fusión total en 10 granos individuales; (*) error recalculado a 2σ). Al WNW del pueblo de Chiuchiu, sector
centro norte de la cuenca, se dató una toba ignimbrítica intercalada y se obtuvo una edad de 15,8 ± 0,6
Ma (40Ar/39Ar en biotita, edad isócrona, este trabajo). Finalmente, en una toba de ceniza intercalada en
los afloramientos expuestos entre cerro Negro y Calama (margen suroccidental de la cuenca), se obtuvo
una edad, envejecida, de 10,6 ± 0,3 Ma (K/Ar en biotita, este trabajo) y 10,0 ± 0,18 Ma (isócrona 40Ar/39Ar
en biotita, este trabajo). Todas estas edades indican que la Formación Jalquinche se depositó en el lapso
Mioceno Inferior-Mioceno Superior bajo.
Definición y relaciones estratigráficas. La Formación Lasana fue definida por May (1997) y May et al.
(2005) como una unidad clástica conformada por dos secciones tipo: una inferior, expuesta en quebrada
Yalqui, y una superior, localizada en el poblado de Lasana. En el presente trabajo, se enmienda esta
definición con la redefinición de dos nuevos miembros, expuestos al SW de la sección de Lasana, los
cuales incluyen su ‘sección superior’, ahora denominada Miembro Lloradero, y se excluye la ‘inferior’,
esta última redefinida en este trabajo como Formación El Yeso, antes descrita. Hacia el centro de la
cuenca, inmediatamente al este del Salar de Talabre, aflora de modo restrigido la unidad superior
propuesta en este trabajo como Miembro Talabre. La Formación Lasana sobreyace, discordantemente
(d2), a brechas sedimentarias asignadas a la Formación Yalqui (Oligoceno-Mioceno Inferior), expuestas
en el cañón del río Loa (en la localidad de Sandía, cuadrángulo Conchi), como también a basamento
volcánico triásico, y subyace, con igual relación a la Formación Chiquinaputo del Mioceno Superior-
PliocenoSuperior bajo, al este del salar de Talabre. Lateralmente, en sentido meridional, engrana con la
Formación Jalquinche del Mioceno Inferior-Superior bajo.
Distribución y litología.
Miembro Lloradero Ml1: se agrupa con este nombre a una sucesión de conglomerados y areniscas
gruesas gris oscuras, de aproximadamente 100 m de espesor (Fig. 13), que afloran desde la localidad de
Mamadero (4,5 km al sur de Estación Conchi) por el norte, hasta el salar de Talabre por el sur. Se
reconocen fundamentalmente tres litofacies principales correspondientes a conglomerados de bloques,
areniscas gruesas y, subordinadamente, limolitas rosadas. Los conglomerados son de bloques (20-70
cm de diámetro), mal seleccionados, con clastos de formas subesféricas a oblongas y cantos bien
redondeados, constituidos por basaltos vesiculares de olivino y piroxeno (30%), andesitas de piroxeno y
hornblenda (60%) y volcanitas alteradas indiferenciadas (10%). Internamente, muestran estratificación
cruzada en artesa y una fábrica clasto soportada e imbricada. Conforman cuerpos canalizados de
extensión lateral métrica (3-7 m) y amplitudes de 0,4-1m de espesor, con base fuertemente erosiva. Las
areniscas por su parte, son color gris a gris claro, y corresponden a volcarenitas de grano medio a
grueso, en parte de guijarro medio, cementadas por carbonato. Se estratifican en capas planas de base
levemente cóncava, de extensión lateral métrica a decamétrica (5-20 m), con espesores variables entre
20-40 cm. Internamente presentan estratificación cruzada en artesa y también plano paralela, con
moderada a mala selección. Además, ocurren capas de areniscas finas a medias, muy bien
seleccionadas, de granos subesféricos, ya sea en capas planas con laminación plana paralela o
inclinada de base festoneada (tipo epsilon). Las limolitas se exponen en niveles planos, con espesores
de 5-40 cm, con laminación plano-paralela y, ocasionalmente, presentan grietas de desecamiento y
trazas de raíces, en ocaciones hasta 1 cm de diámetro. De modo muy subordinado, e intercalado con las
facies limosas y arenosas, afloran diatomitas laminadas, en capas planas de 10-25 cm de espesor,
frecuentemente como término de ciclos grano decrecientes de 30-60 cm de espesor.
Lateralmente, las intercalaciones de limolitas rosadas se hacen más potentes desde el Salar de
Talabre hacia el SW, y las litofacies de conglomerados y areniscas grises desaparecen por completo a la
latitud del cañón del río Loa en su curso W-E y meridionalmente a la latitud de la confluencia de los ríos
Loa y Salado.
Fig. 13. Sección parcial del Mbro. Lloradero en la localidad de Lasana (río Loa). Aflora, en discordancia
(d3), debajo de la Igta. Sifón (a) y su aspecto general se muestra en (b).
27
Fig. 14. Columna del Miembro Talabre de la Fm. Lasana expuesta en el salar homónimo, discordante
(d3) debajo de la Fm Chiquinaputo. En (a) vista general Miembro Talabre inclinado al E, (b) facies
conglomerádicas cementadas por carbonatos alternados con limos rojizos y (c) facies de calizas
micriticas con trazas de raíces, gastrópodos ocasionales y niveles de diatomitas reemplazadas por ópalo,
localmente con laminación algácea y estromatolitos como término de ciclos subacua
Miembro Talabre Ml2: se asigna este nombre a una sucesión clástica y carbonática, bien estratificada,
de color marrón claro, constituida por limolitas, conglomerados finos, areniscas, areniscas tobáceas,
tobas y carbonatos palustres, de aproximadamente 150 m de espesor (Fig. 14). La unidad se apoya,
concordantemente, sobre el Miembro Lloradero y subyace, en discordancia angular (d3), a la Formación
Chinquinaputo (MPch). Las rocas de este miembro afloran entre el Salar de Talabre y la carretera que
une la ciudad de Calama con la localidad de Chiuchiu, y alcanzan una superficie expuesta de
aproximadamente 6,5 km2. La porción basal de la sucesión está constituida por 12 m de limolitas
rosadas, laminadas planoparalelamente, con intercalaciones de 10 a 30 cm de tobas de ceniza fina, en
ocasiones parcialmente retrabajadas, y areniscas líticas con laminación plano paralela dispuestas en
28
cuerpos lenticulares de 10-30 cm de espesor y extensión lateral de 5 a 10 m. Sobre ella, se dispone una
sucesión de aproximadamente 150 m (Fig. 14a) constituida por una alternancia de limolitas rosadas,
areniscas líticas gruesas y conglomerados finos a medios. Las limolitas se presentan en niveles planos,
de 0,3-1,5 m de espesor, masivos o con laminación plana y con frecuente bioturbación por estructuras de
raíces recubiertas por carbonato de calcio. Las areniscas afloran en capas de 20-35 cm de espesor, de
base cóncava erosiva y techo plano, internamente con laminación cruzada en artesa; localmente se
encuentran cementadas por carbonato de calcio. Las facies rudíticas corresponden a conglomerados
finos a medios, con formas canalizadas, de 15-40 cm de espesor y 5-8 m de extensión lateral (Fig.14b).
Internamente se estructuran con laminación cruzada en artesa y fábrica clasto soportada e imbricada;
presentan clastos bien redondeados constituidos por riolitas porfíricas rosadas, de probable edad
paleozoica (30%), basaltos gris oscuros (50%) tobas ignimbríticas (20%). Con relativa frecuencia y hacia
la parte superior de esta sucesión clástica, aparecen intercalaciones centimétricas de tufas y travertinos
(10-25 cm) cubiertos por capas de carbonatos (5-10 cm) con bandeamiento coloidal, y niveles de 20 cm
de carbonatos con laminación gruesa ondulada parcialmente reemplazados por ópalo. Con menor
frecuencia, se intercalan tufitas claras en capas de 20 cm de espesor, laminadas plano paralelamente y
en ocasiones cementadas por carbonato de calcio. Los 238 m restantes de este miembro corresponden
a un intervalo esencialmente carbonatado, de color gris claro, bien estratificada, con niveles clástico-
carbonatados intercalados. Secciones levantadas en el intervalo carbonatado evidencian la depositación
de secuencias de 35 a 60 cm, que de abaja a arriba muestran los siguientes términos: (1) limolitas
arenosas parcialmente cementadas por yeso, con nódulos centimétricos de carbonato de calcio (2)
carbonatos en capas centimétricas (2-5 cm) de calizas micríticas finamente laminadas, con abundantes
estructuras de raíces recubiertas por carbonato (Fig. 14c), con esporádicas intercalaciones (2-3 cm) de
diatomitas parcial a totalmente reemplazadas por sílice opalina, (3) calizas micríticas con laminación
plana a ondulante, de probable origen estromatolítico y, (4) calizas con estructuras estromatolíticas,
estratificadas en niveles de 7-15 cm de espesor. En todos los términos de calizas se encuentran trazas
de raíces finas y ocasionalmente gastrópodos.
Edad y correlaciones. La Formación Lasana está restringida al Mioceno Medio-Superior bajo, por
cuanto sobreyace, concordantemente, a la Formación Jalquinche, que en su techo tiene una toba de
15,8 Ma de edad, y subyace, en discordancia angular (d3), a la Formación Chiquinaputo que en su base
tiene una toba de 10 Ma. En en pómez de una de Ignimbrita pumicítica intercalada en el Miembro
Lloradero, al este del sector Morros los Cerrillos (cdglo. Conchi), se obtuvieron dos edades, una de 11,59
± 0,12 Ma (40Ar/39Ar en hornblenda, edad plateau 100%, este trabajo) y otra de 11,5 ± 0,7 Ma (K/Ar en
biotita). Para el Miembro Talabre en tanto, en una toba de ceniza intercalada en la porción basal
limolítica, se obtuvo una edad de 12,7 ± 0,6 Ma (K/Ar en biotita, este trabajo) y, en la misma muestra,
una edad de 12,6 ± 0,2 Ma (edad integrada 40Ar/39Ar en biotita, este trabajo). Por otra parte, en una toba
retrabajada intercalada en la porción media de este miembro, se obtuvo una edad de 11,3 ± 0,4 Ma (K/Ar
en biotita, este trabajo), la que se interpreta como edad máxima.
Los miembros Lloradero y Talabre, hacia el SSW, engranan lateralmente con la Formación Jalquinche.
Este último miembro, corresponde a un equivalente lateral de la sección superior descrita por May
(1997). Regionalmente, la Formación Lasana corresponde a un equivalente cronoestratigráfico de la
Formación Altos de Pica (Galli y Dingman, 1967) y a la Gravas de Atacama (Mortimer, 1971).
Litología. A lo largo del borde oriental de Cerro Negro consiste en una ortobrecha gruesa y de bloques,
de color marrón verdoso claro, con estratificación maciza mal definida (por sutiles cambios
granulométricos), bien consolidada. Presenta un nivel de paleosuelo yesífero de 40-70 cm de espesor, y
en sectores con grietas contraccionales curvas, rellenas con areniscas cementadas por yeso y laminadas
en forma paralela a sus paredes. En el borde oriental de cerro Negro consiste en una brecha gruesa y de
bloques, muy mal seleccionada (0,5-3 cm; 3-7 cm; 7-20 cm; 20-60 cm), con cantos subredondeados en la
moda menor, subangulares en modas mayores y angulares en los tamaños máximos, y sus formas varían
de tabulares a prismáticas, con fábrica clasto soportada e imbricada. Matriz intersticial (3-6%) de arena
media a gruesa (0,5-1 mm) parcialmente cementada por yeso. Los clastos son de: andesitas y brechas
andesíticas finas gris verdosas (70%), areniscas y conglomerados finos propilitizados (10%), dioritas a
monzodioritas cuarcíferas de bt (5%), granodiorita de bt y hb con alteración propilítica (clorita-hematita
especular) (10%) y cuarzo blanco con boxwork rellenos con goethita pulverulenta (2%), pórfido
granodiorítico de bt y hb tipo Sn. Lorenzo (2%), dacita fina gris rosácea con laminación de flujo y escasos
fenocristales de plagioclasa (1%). Direcciones de paleoflujo promedio medido en este sector indican
direcciones dirigidas hacia N56°E, N75°E y, en el e xtremo norte se dirigen hacia S30-75°E (n= 30
medidas), lo que indica un área fuente localizada en la Sierra de San Lorenzo.
Los afloramientos expuestos en el sector de Loma Negra corresponden a una grava gris oscura, angular,
de 0,5-15 cm, compuesta por areniscas de guijarro y conglomerado fino córneos y epidotizados (50%),
andesitas negras córneas (40%) y granodioritas de biotita tipo Antena (10%). En otras partes de esta
localidad, la grava es de color marrón claro rosácea, pobremente consolidada, gruesa y mal seleccionada,
trimodal (0,5-2cm; 2-5 cm; 7-10 cm), con clastos angulares a subangulares de cuarzo blanco (15%),
aplitas graníticas rosadas de bt (70%) y andesitas porfíricas medias propilitizadas (10%). Contiene matriz
intersticial de arena gruesa a media, lítica. Tal variación de composición clástica sugiere una zona de
coalescencia de abanicos aluvials con procedencia desde el N y del W, lo que indica un área fuente
procedente desde los cerros de Chuquicamata y de Sierra San Lorenzo, respectivamente.
Edad y correlaciones. Para esta unidad no se disponen dataciones radiométricas directas en ella, por lo
que su edad queda definida sobre la base de sus relaciones de contacto, esto es, engrana lateralmente
con la Formación Jalquinche y está cortada por los Depósitos de Piedemonte (MPg), quedando así
restringida al rango Mioceno Inferior-Superior bajo.
2.2.6.- Ignimbrita Artola Msia (Mioceno Superior; ca. 10 Ma; Ramírez, 1979)
Aflora exclusivamente en el borde suroccidental de la cuenca, en las nacientes del río San
Salvador, entre cerro La Cruz y el extremo sur de Cerro Negro. Se encuentra cubierta, en contacto
erosivo, por los Depósitos de Piedemonte (MPg) y se deposita, concordantemente, sobre la Formación.
Jalquinche (Mj). En este sector alcanza un espesor de aproximadamente 2 m mientras que,
aproximadamente 1 km al SE de esta localidad y en subsuperficie (sondajes) se le ha reconocido una
potencia de hasta 9 m (CODELCO, datos no publicados)
En esta ignimbrita se ha efectuado una datación por el método K/Ar en biotita obteniéndose una
edad de 10,0 ± 0,5 Ma. Adicionalmente, se dispone una datación en subsuperficie de esta unidad
(muestra de sondaje), en la cual se obtuvo una edad de 9,6 ± 0,4 Ma (K/Ar en biotita, CODELCO, datos
no publicados). Ambas edades son concordantes dentro del rango de error y sitúan a este flujo
piroclástico en el Mioceno Superior bajo.
31
Fig. 15. Afloramientos de la unidad Gravas aluviales antiguas (Mga) de cerro Milagro (a). Destaca su
estratificación en láminas (b y c) apoyadas sobre la Fm. Jalquinche (Mj) y (b) un nivel de paleosuelo
yesífero (psy) asociado con grietas de contracción-expansión (gce). En esta última, se muestra (d) un
nivel de gravilla intercalado en los limos yesíferos de igual composición y forma que las gravas Mga.
Figura 16: Relaciones de contacto, discordantes de la Fm. Chiquinaputo, en su techo con la Fm.
Chiuchiu (d4) (a) y en su base con la Fm. Lasana (d3) (b), curso inferior del río Salado y Salar de
Talabre, respectivamente.
Litología. La formación está conformada por tobas ignimbríticas, tufitas, conglomerados medios y finos,
de color gris oscuro, areniscas finas a medias, grises y marrón claro, limolitas rosadas y, en forma
subordinada y local, diatomitas y travertinos. Esta formación se ha dividido en tres miembros y, entre los
miembros 1 y 2 se intercala la Ignimbrita Sifón:
Miembro Inferior MPch1. Esta unidad está conformada por una toba ignimbrítica de color blanco,
tufitas grises a gris claro, conglomerados medios y finos, areniscas finas a medias y limolitas rosadas
que subyacen directamente a la Ignimbrita Sifón (Fig. 16b).
En la base de este miembro, inmediatamente al este del Salar de Talabre, aflora una toba ignimbrítica, de
composición dacítica, medianamente soldada, de color rosado pálido-blanquecino, de 50 cm de espesor.
Está constituida por un agregado de esquirlas vítreas, con escasos cristales (∼15%) de plagioclasa,
cuarzo y biotita. Sobre ella, se dispone un nivel de 30 cm de espesor, de una tufita con laminación
cruzada en artesa, de similares características, correspondiente al retrabajo parcial de la ignimbrita
subyacente. Los conglomerados afloran en niveles de 0,35-1 m de espesor, con estratificación cruzada en
artesa, base erosiva y granodecrecencia hacia el techo de cada capa. Presentan frecuentes
intercalaciones de cuerpos de areniscas con guijarros, con estratificación lenticular, de reducida extensión
lateral. Los conglomerados, presentan fábrica clásto soportada e imbricada, con escasa matriz arenosa
intersticial, moderada selección, clastos redondeados a bien redondeados, de 0,5-10 cm de diámetro,
constituidos por riolitas y porfidos dacíticos gruesos de probable edad paleozoica (70%), andesitas de
hornblenda (25%) y tobas ignimbríticas (5%). Las areniscas afloran en capas de 10-40 cm de espesor,
con base cóncava y erosiva, en parte con guijarro fino a medio, internamente con estratificación cruzada
en artesa de bajo ángulo a plana paralela. Forman cuerpos lateralmente extensos a escala decamétrica,
por lo general alternando con facies limolíticas. Estas últimas aparecen en niveles de 15-40 cm de
espesor, ocasionalmente hasta 2 m de potencia, parcialmente cementadas por yeso y, localmente, con
grietas de resecamiento. Presentan laminación plano paralela, frecuentemente destruida por intensa
bioturbación, ya sea por raíces o por organismos excavadores. Localmente se intercalan niveles
centimétricos (5-20 cm) de diatomitas con estratificación convoluta y abundantes estructuras de raíces.
De igual modo, se interestratifican pequeños y delgados cuerpos canalizados de areniscas gruesas con
33
guijarros, laminación cruzada en artesa de bajo ángulo. Direcciones de paleoflujo medidas en el áea del
Salar de Talabre indican flujos dirigidos hacia el W (n= 25 medidas) y, en el área del cañón del río Loa
inmediatamente al norte de Chiuchiu, se dirigen hacia el WSW (n= 50 medidas), lo que sugiere un área
fuente localizada en el sector de Cerros de Aiquina.
Miembro Medio MPch2. En el área del Salar de Talabre, esta unidad se deposita, concordantemente
sobre la Ignimbrita Sifón (Msis) y subyace, concordantemente, y al mismo tiempo engrana lateralmente
con las facies carbonáticas de la Formación Opache (MPo). Está constituida por limolitas rosadas,
conglomerados medios a gruesos, areniscas gruesas y de guijarro y, localmente, diatomitas cementadas
parcialmente por carbonatos.
Fig. 17. Aforamientos del Miembro Inferior de la Fm. Chiquinaputo (MPch1) expuestos en quebrada
Yalqui. Se destaca su arquitectura en canales entrelazados cortando capas con estratificación plana (a)
e, internamente, presentan arreglos con estratificación en artesa (b). Las flechas blancas indican una
dirección de paleoflujo hacia el NNE. El techo de esta sección está cubierto por la Ignimbrita Sifón.
Miembro Superior MPch3. Se denomina así a una sucesión sedimentaria clástica expuesta
inmediatamente al sur de la confluencia de los ríos Loa y Salado, extremo sureste de la Carta Calama.
Se deposita, concordantemente, sobre la Formación Opache, y subyace, en discordancia angular (d4), a
la Formación Chiuchiu (Fig. 16a), y alcanza un espesor aproximado de 70 m. Consiste en
conglomerados gruesos, de color gris oscuro, medianamente litificados, con intercalaciones
subordinadas de areniscas cuarzo-feldespáticas gruesas, cementadas por carbonatos. Los
clonglomerados presentan fábrica clasto soportada e imbricada, medianamente seleccionados, con
clastos bien redondeados, de formas subesféricas a oblongas, de 1-20 cm de diámetro, constituidos por
basaltos de olivino (45%), andesitas grises de hornblenda (25%), dacitas porfíricas rojizas (20%) y tobas
ignimbríticas de biotita y hornblenda (10%). Presentan intercalaciones de areniscas calcáreas y
carbonatos palustres en niveles de 0,6-1,5 m de espesor, de colores gris claro.
Las paleocorrientes, medidas en clastos imbricados, indican flujos dirigidos hacia el SW (S52ºW,
n= 20 medidas) y un área fuente de los depositos situada en el área de Cerros de Aiquina.
Adicionalmente, se observa que desde los afloramientos más nororientales de esta unidad (norte de la
confluencia de la quebrada Yalqui con el río Salado) hacia el suroccidente (pampa Los Salares) hay una
disminución progresiva del tamaño máximo de los clástos (desde 25 cm a 12 cm de diámetro), mejora la
redondez y se registra un aumento progresivo en la esfericidad de los mismos, lo cual indica una
distalización de las facies hacia el SW, en concomitancia con el sentido de los paleoflujos medidos.
35
Fig. 18. Miembro Medio Fm. Chiquinaputo (MPch2) expuesto en quebrada Yalqui. Descacan las facies
multiepisodicas de canales fluviales efímeros (a), ortogonales al flujo sedimentario, con episodios de
sedimentación eólica que rellenan canales abandonados (eol), y una sección paralela a la dirección de
flujo (b), que en ambos casos cortan capas plana de limolitas y areniscas sedimentados por flujos en
lámina de llanura aluvial media a distal.
Edad y correlaciones. La posición estratigráfica que ocupa la Fm. Chinquinaputo indica que se depositó
en el lapso Mioceno Superior-Plioceno Superior bajo. Por otra parte, en la toba ignimbrítica situada en la
base de la formación (Miembro Inferior), dispuesta inmediatamente sobre la discordancia angular que la
separa de la Formación Jalquinche, se obtuvo una edad de 9,4 ± 0,7 Ma (K-Ar en biotita, este trabajo,
edad mínima) y, en la misma muestra, 10,3 ± 0,5 Ma (isócrona 40Ar/39Ar en biotita, este trabajo)
considerada como edad de enfriamiento del flujo por el método empleado.
Por el hecho que el Miembro Medio engrana lateralmente con la parte superior de la Formación
Opache, en la cual se obtuvo una edad 40Ar/39Ar de 3,37 ± 0,06* Ma (biotita, May, 1997; May et al., 2005,
media ponderada de fusión total en 10 granos individuales; (*) error recalculado a 2σ), su techo
alcanzaría al Plioceno Superior bajo (May, 1997). Por otra parte, la posición estratigráfica que ocupa el
Miembro Superior, indica que ella se depositó mayormente durante el Plioceno Superior.
En otro conjunto de facies (quebrada Yalqui) corresponde a canales fluviales que cortan a través
de los depósitos de llanura aluvial constituida por arenas y limos. Dichos canales tienen una morfología
linear y no muestran evidencia de acreción lateral (May, 1997; May et al.,1999). Alguno de estos canales
presentan relleno multiepisódico o acreción vertical en los mismos, lo cual sugiere períodos de cierta
estacionalidad del curso de agua antes del abandono definitivo del cauce. Al oriente de Chiuchiu (fuera
de los límites de la Carta), facies eólicas se asocian a cuerpos canalizados, lo que indica que los flujos
de agua fueron efímeros y de actividad periódica (ver Fig. 18a).
Tanto la arquitectura y el patrón de distribución de los canales incisos en los depósitos de llanura
aluvial como la cierta estacionalidad, rectitud y la escasa o ausencia de acreción lateral en los mismos,
sugieren que el sistema fluvial que dio origen a los depósitos habría sido del tipo anastomosado (Miall,
1996).
La zona fuente de los sedimentos, de acuerdo a los datos de paleocorrientes, que indican flujos
provenientes desde el ENE, y la composición de los clástos, que incluyen una componente (70%) de
riolitas de probable edad paleozoica, además de lavas e ignimbrita frescas, de probable
contemporaneidad, sugieren que dicha zona se encontraría en el área de Cerros de Aiquina-nacientes
de quebrada Yeso, aproximadamente 40 km al oriente de Chiuchiu, muy probablemente transportados al
depocentro de la cuenca en este período (sector Salar de Talabre) por el paleo río Salado.
En la Carta Calama, la Ignimbrita Sifón se incluye como una unidad de flujo dentro de la
Formación Chinquinaputo, pues se encuentra intercalada aproximadamente en la porción media de dicha
unidad, alcanzando un espesor de 15 m, con variaciones locales de 5-8 m de potencia. Aflora en el
cañón del río Loa y su entorno, desde el sector Pallinga por el norte hasta el borde oriental del Salar de
Talabre por el sur y en afloramientos aislados situados al norte del río Salado. Es de color gris verdoso
claro o rosáceo claro, con un característico nivel rojizo en su techo, de aproximadamente 1-1,5 m de
espesor, dado por la oxidación de los minerales máficos. Corresponde a una sola unidad de
enfriamiento, constituida por una toba de cristales mediana a fuertemente soldada, con cristales de
cuarzo redondeado, plagioclasas zonadas, hornblenda, biotita y ortopiroxeno (hiperstena), incluidos en
una masa de esquirlas vítreas frescas. Presenta, además, líticos andesíticos (∼1%) de 0,4-2 cm de
diámetro, pómez (<1%) de 0,3-3 cm de diámetro y cavidades miarolíticas de 2-10 cm de diámetro,
ligeramente aplastadas.
Edad. En la Ignimbrita Sifón se han realizado más de 30 dataciones por el método K-Ar en biotita,
hornblenda y plagioclasa por diversos autores, los que indican un rango entre 7,8 y 9,1 Ma, con un
promedio ponderado de 8,3 Ma. Dentro de la carta, estas edades K-Ar consisten en: 8,13 ± 0,44 Ma en
37
hornblenda; 8,21 ± 0,21 Ma en biotita (De Silva, 1989) y 8,5 ± 0,3 Ma y 8,7 ± 0,5 Ma en biotita (Baker,
1977, recalculadas). Análisis 40Ar/39Ar en biotita y hornblenda indican la presencia de exceso de argón, lo
que dificulta la determinación de su edad en biotita. Sin embargo, se determinó una edad isócrona en
hornblenda, bien definida, de 7,65 ± 0,1 Ma (Tomlinson et al., 2004), que se considera como la edad más
confiable para la Ignimbrita Sifón. Estudios de paleomagnetismo efectuados en ella, al norte de Chiuchiu,
muestran que posee una dirección de magnetización remanente anómala, consistente con un período de
cambio de polaridad magnética o una excursión en el campo magnético (Somoza et al., 1999). De
acuerdo a la edad 40Ar/39Ar en hornblenda obtenida, la dirección magnética anómala podría corresponder
a un cambio de polaridad magnética documentado a los 7,65 Ma (Cande y Kent, 1992; 1995). Datos
geocronológicos, paleomagnéticos y petrológicos indican que esta unidad es correlacionable con la
Ignimbrita Vilama, expuesta en el NW de Argentina y SW de Bolivia.
Distribución y relaciones estratigráficas. Estas gravas afloran en los margenes occidental y oriental
de la cuenca, cerrándose hacia el norte en el área del cuadrángulo Cochi. En el borde oriental, el entorno
de quebrada Tuina, forman suaves promontorios con superficie pedimentada, que sobresalen de las
llanuras conformadas por la gravas de la unidad Depósitos aluviales antiguos (PHa). Además, se
encuentra disecada por los cauces aluviales activos (Ha). En el borde occidental en tanto, afloran como
superficies sedimentadas como piedemontes seccionados en los cerros Quetena, Genoveva, Negro,
Sierra San Lorenzo y Cerros de Chuquicamata. En este margen disecan a las Gravas Aluviales Antiguas
(Mga), mientras que al sur de Cerro Negro, engranan con la Fm. Opache. Se encuentran cortadas por
los Depósitos Aluviales antiguos (PHa) en la zona occidental y en el área NE cubren al Complejo
Plutónico y Metaplutónico de Cerros de Chuquicamata. Hacia el norte, en el carta Conchi y al oeste del
río Loa, disecan a conglomerados de bolones asignados a la Formación Calama (Ec) y se encuentran
afectados por la Falla Cere, levantando el bloque sur. Al este del mencionado río, forman extensas
superficies sedimentadas, cortadas por los Depósitos Aluviales antiguos (PHa) y escasos aluvios activos
(Ha), y afetados por fallas normales de orientación meridional.
Edad. En la Carta Calama esta unidad engrana lateralmente con la Formación Opache (MPo) y en esa
zona se han encontrado intercalaciones de cenizas volcánicas datadas entre 10 y 7 Ma (Tomlinson y
otros, 2001), mientras que para una toba intercalada en el techo de la unidad, al NW del yacimiento
Radomiro Tomic (fuera de el limite occidental de la cuenca), se obtuvo una edad de 2,8 ± 0,9 Ma (K-Ar
38
biotita, Cuadra et al., 1997). Estos antecedentes sitúan a esta unidad en el rango Mioceno Superior alto-
Plioceno Superior bajo.
2.2.10.- Formación Opache MPo (Mioceno Superior-Plioceno Superior bajo; May, 1997; May et al.,
2005)
Litología. Esta unidad está constituida por rocas clásticas cementadas por carbonatos y carbonáticas
puras y, en forma subordinada, margas diatomiticas (Fig. 19).
Fig. 19: Columna de litofacies de la Fm. Opache levantada en la quebrada homónima (W de Calama)
(Tomado de May et al., 2005).
Fig. 20. Afloramientos de la formación Opache (MPo) en el sector SO de la cuenca. Se detaca canales
fluviales (a) compuestos de conglomerados y areniscas de guijarro cementadas por carbonato, que
alternan con limolitas (L); (b) facies de conglomerados de base erosiva, con clastos de calizas (cc) y
líticos volcánicos (Li); (c) zona de engrane lateral entre Fm. Opache y los Depósitos de piedemonte
(MPg), con conglomerados y brechas de color grs oscuro, cementados por carbonatos, y lentes de
calizas lacstres con gastrópodos (cl); (d) sucesión de canales de areniscas de guijarro (c) y areniscas
laminadas (al) que erodan a limolitas (L) y calizas lacustres laminadas (cl).
Asociado a las facies arenosas calcáreas, aparecen en algunas zonas cuerpos aislados de
travertinos de hasta 10 m de espesor por varias decenas de metros de ancho. Están formados por una
alternancia de margas con laminación ondulatoria y bancos constituidos por un agregado de tubos
calcáreos tanto verticales como oblicuos a la estratificación, de 5 cm de longitud por 5 mm de diámetro
(May, 1997). En algunos afloramientos, los tubos calcáreos de disposición oblicua muestran una
inclinación recurrente en una determinada dirección, probablemente inducida por corriente.
La Fm. Opache se correlaciona, litoestratigráficamente, con la Fm. Vilama (Moraga et al., 1974
enmend. Blanco et al., 2000), expuesta en la mitad norte de la Cordillera de la Sal y, en la porción
septentrional de dicha cordillera, se correlaciona, cronológicamente, con la Fm. Campamento (Brügggen,
1942 en Ramírez y Gradeweg, 1982). De igual modo, se correlaciona con la Formación Quillagua (Rieu,
1975 en Jensen 1992), cuyos afloramiento se exponen en la localidad homónima (extremo sur de la
Pampa del Tamarugal).
PLIOCENO-PLEISTOCENO
2.3.- Formación Chiuchiu PPlch (¿Plioceno Superior alto?-Pleistoceno; Naranjo y Paskoff, 1981)
Definición y relaciones estratigráficas. La Formación Chiuchiu fue definida como una susesión de
limos y arcillas multicolores, bien estratificada, dispuesta horizontalmente y expuesta en las
inmediaciones del poblado homónimo (Naranjo y Paskoff, 1981). Se deposita discordantemente (d4)
sobre las formaciones Opache (Mpo) y Chiquinaputo (MPch3) (Fig. 16a) y en ella se encuentran incisos
los Depósitos Fluviales y ciénagas antiguos (PlHf). La formación aflora a lo largo del río Loa, entre
Chichiu y el sector de Angostura y, además, en el curso inferior del río Salado. Sus espesores son
variables entre 5-20 m de potencia.
Fig. 21. Alternacia de depósitos fluviales y lacustres de la Fm. Chiuchiu en la confluencia de los ríos
Loa y Salado.
Edad. No existen dataciones directas en esta formación que permitan precisar su edad. Su rango esta
determinado por la edad más moderna documentada en la Formación Opache (3,37 ± 0,06 Ma; May,
1997; May et al., 2005) como edad máxima y su techo está determinado por los depósitos fluviales y de
ciénagas antiguos con edades mayores a 45 ka, por lo que su rango queda comprendido entre el
¿Plioceno Superior alto?-Pleistoceno.
Se diferencian, además, facies de playa aluvial (p) compuestas por arenas, limos, arcillas, yeso y,
localmente, diatomitas, cuyo conjunto engrana lateralmente con la Fm. Chiuchiu.
2.5.- Depósitos fluviales o de ciénagas antiguas PlHf (Pleistoceno ¿superior? - Holoceno superior)
Constituyen depósitos aterrazados incisos en la Fm. Chiu-Chiu. Esta unidad está expuesta,
morfológicamente, en terrazas situadas en los ríos Loa y Salado. Cada terraza está conformada, de
base a techo por: gravas, arenas, limos, arcillas, situados en la mitad inferior y de origen fluvial, y en la
mitad superior por alfombras orgánicas, diatomitas y tufas, semiconsolidados y bien estratificados, con
abundantes trazas de raíces y bioturbación por organismos excavadores (Fig. 22). Se han diferenciado
dos grupos de terrazas: 2 y 2a, terrazas cortadas por los cursos actuales (8-0,5 ka; Rech et al., 2002) y,
1 y 1a, terrazas disecadas por los depósitos de terrazas 2, 2a y cursos actuales (>45 ka; Rech et al.,
2002).
Cerca de la confluencia de la quebrada Yalqui con el río Salado, se reconocen varias terrazas
aluviales ligadas al sistema aluvial de quebrada Yalqui, que tienen equivalentes en las terrazas fluviales
del río Salado. Las terrazas aluviales están compuestas principalmente por limos de ambiente de playa
aluvial, y engranan lateralmente con gravas, limos y diatomitas de ambiente fluvial y de ciénaga del
cañón del río Salado. Conspicuamente, cada terraza aluvial tiene en su techo una grava aluvial de grano
grueso, y de 0,5 a 2 m de espesor, lo cual contrasta con el carácter dominantemente limoso de las
terrazas aluviales. Interpretamos que cada techo gravoso puede reflejar el comienzo de la época de
desecación que sigue a la agradación de la terraza. Tentativamente, se propone que la degradación
climática representada por la desecación resultó en la liberación y transporte de abundante material
suelto contenido en suelos que se desarrollaron en el sistema aluvial durante la época húmeda.
44
Fig. 22. Depósitos fluviales de ciénagas antiguas (PlHf) dispuestos en terrazas abandonadas incisas en la Fm.
Chiuchiu y cortada por el curso actual del río Salado. Destaca una sucesión inferior de areniscas y conglomerados
subordinados, de color rojizo, con canales bien desarrollados, que representan el estadio fluvial. La mitad superior,
la constituyen diatomitas (capas claras) y tapices orgánicos (capas negras), finamente estratificadas y abundante
bioturbación principalmente por raíces, los que representan los estadios de humedal.
45
3. Arquitectura de la Cuenca Calama
Fig. 23. Distribución de líneas sísmicas realizadas a mediados de los años ochenta por la Empresa
Nacional del Petróleo (ENAP).en la cuenca Calama consideradas en este trabajo (SFD: Sistema de
Fallas de Domeyko).
46
Para la definición de unidades sismoestratigráficas se utilizó la continuidad en subsuperficie de
las unidades litoestratigráficas expuestas en la cuenca, a través de la correlación de reflectores
distintivos con rasgos notables expuestos en superficie, tales como discordancias o contrastes litológicos
destacados. Además fueron identificadas distintas facies sísmicas atendiendo a la forma, continuidad y
amplitud de los reflectores. Este proceso se inició en el sector oriental de la cuenca (quebradas Yalqui y
Yeso) donde afloran las unidades más antiguas y se progresó hacia el oeste donde se exponen las
unidades más modernas. Los espesores de las unidades sísmicas principales fueron calculados
utilizando las velocidades de stacking del registro sísmico y sondajes someros, con profundidades
menores a 450 m, que permitieron controlar los límites de las unidades más modernas y superficiales.
1) la Fm. Tuina, que corresponde principalmente a rocas volcánicas riolíticas y andesíticas del
Paleozoico Superior, y que afloran en el margen oriental de la cuenca.
2) conjunto integrado por: (a) los ‘Estratos del Observatorio’, (b) las rocas sedimentarias clásticas
del Triásico Superior, (c) las rocas sedimentarias marinas del Jurásico del Grupo Caracoles, que junto al
Triásico afloran en el extremo SSO de la cuenca (extremo norte de la Sierra Limón Verde), (d) el Grupo
Purilactis, del Cretácico Superior, que aflora en el margen oriental de la cuenca y, (e) la Formación
Conglomerados de Calama (Eoceno), expuesta en el área homónima y extremo norte de Sierra Limón
Verde.
5) la Fm. El Yeso, compuesta por conglomerados, limolitas y yeso, del Mioceno Inferior, que
aflora solo en el borde oriental de la cuenca, y
Estas unidades se presentan en la interpretación de las líneas sísmicas Z1F006, 91-06, Z1F007,
91-07+91-08 (Fig. 24a, b, c y d; Jordan et al., 2006; Jordan et al., 2006).
Las discordancias con mayor angulo y extensión se reconocen entre las unidades 1 y/o 2 y las
unidades que le sobreyacen, mientras que las discordancias con carácter erosivo local se desarrollan
entre las unidades 3-6. Por otra parte, las unidades 1 a 3 presentan escasa continuidad lateral mientras
que las unidades 4 a 6 presentan mejor continuidad lateral.
Fig. 23a.
Sección Z1F006
48
Fig. 23b.
Sección 91-06
NW SE
Figura 18C:
49
Fig. 23c.
Sección Z1F007
NE
SW
50
Fig. 23d.
Sección 91-07+91-08
SW NNE
51
En el extremo sur de la línea sísmica Z1F007 (Fig. 23c) se observa que la unidad sísmica 2
(Triásico continental, Jurásico marino y Fm. Calama del Eoceno) muestran una fuerte inclinación hacia el
norte, probablemente asociada a la deformación de la Fase Incaica que produce el alzamiento y empuje
hacia el norte del ‘bloque de Limón Verde’. Así mismo, se registra una falla que afecta a la Fm. Calama y
unidades más antiguas pero que se encuentra sellada por la unidad sísmica 3-4 (Fm. Yalqui, del
Oligoceno-Mioceno Inferior), lo que también podría atribuirse al empuje hacia el norte del ‘bloque Limón
Verde’, por cuanto la Fm. Calama presenta evidencias de deformación sintectónica en esa localidad (Fig.
7).
53
Esta etapa se inicia en el Eoceno Inferior (ca. 52 Ma) con una primera fase de volcanismo
andesítico cuyo registro se extiende aproximadamente hasta los 47 Ma. Los materiales volcánicos
probablemente se acumularon en una depresión volcano-tectónica de disposición y orientación mal
conocida a esta latitud, debido a lo reducido de sus afloramientos y a la actividad del segmento del SFD
que secciona y desplaza esta unidad en el Oligoceno. Las asociaciones de facies de este lapso sugieren
un ambiente proximal a intermedio a centros de emisión, como lo indicaría la asociación de lavas, flujos
piroclásticos y depósitos laháricos.
De este modo queda configurada la cuenca con un margen oriental (‘Alto de Tuina-Cerros de
Aiquina’), uno occidental (‘Alto de Sierra San Lorenzo) y un limite sur (‘Alto Sierra Limon Verde’), que
controlan la red hidrográfica y le confieren un carácter endorreico a la misma. La terminación norte no
parece extenderse más allá de los 22°S como lo evid encia la drástica reducción de espesores
interpretados de la línea sísmica 91-08 (Fig. 23d). El centro de la cuenca estuvo ocupado por los
depositos finos distales de los tres sistemas aluviales (Fig. 27a).
En esta etapa la cuenca se expande respecto a la etapa anterior pero su configuración general
se mantiene. Sin embargo la estructura que genera el hemigaben de la etapa antecedente se encuentra
inactiva y la sedimentación sobrepasa los limites del hemigraben, ampliando el área depositacional. La
sedimentación en los margenes de la cuenca es de sitemas aluviales de abanicos retrogradantes bajo
condiciones climáticas áridas. En una fase inicial, los sistemas aluviales son de baja eficiencia en todos
los margenes que pasan rápidamente a facies de playa-lake evaporítico con el desarrollo de zonas
lacustres locales, alguno de los cuales se encuentran controlados por estructuras activas de orientación
NNE. Estas fallas levantan parcialmente bloques de basamento y escalonan el tercio oriental de la
cuenca (Fig. 28). El tipo de facies y su disribución aun indican condiciones endorreicas en la cuenca.
4.4.- Etapa 4: Mioceno Medio (Fms. Lasana, Jalquinche, Gravas antiguas Mga)
La cuenca en esta etapa se expande en su extremo SW, se retrotrae su margen sobre el Alto de
Sierra San Lorenzo y se contrae en su extremo S, uniéndose las áreas elevadas de Sierra de Limón Verde
con Cerros de Tuina. El borde oriental se retrotrae en parte entre el alto de Aiquina y la localidad de Cupo.
En estas expansiones locales de los márgenes se desarrollan sistemas aluviales medianamente eficientes
(Gravas Mga) (Fig. 29).
56
Desde el extremo norte se activa un sistema de abanico fluvial de actividad periodica que sigue en
parte el curso actual del río Loa (Miembro Lloradero, Fm. Lasana). El área fuente de sedimentos se
encontraría al NE de la cuenca, donde se emplazan edificios volcánicos de 15-12 Ma que constituyen la
fuente detrítica para este sistema fluvial. En el sector Salar de Talabre se desarrollan lóbulos terminales de
este abanico afluvial sobre una llanura aluvial de pendiente muy suave, donde el nivel freático se encuentra
cercano a la superficie y es de composición carbonatada. Entre la zona terminal de los canales se
desarrollan pequeñas lagunas palustres, efímeras con sedimentación carbonática (Miembro Talabre, Fm.
Lasana). Estos ambientes pasan distal y lateralmente, a una llanura aluvial limolítica (Fm. Jalquinche) cuya
fuente de drenaje provendría del NNE. En el extremo SW de la cuenca, los depósitos del Eoceno actúan
como altos topográficos sin desarrollo de sistemas aluviales y la depositación de los limos de llanura aluvial
onlapa estos paleorelieves heredados de la fase tectogenética Incaica, depositándose preferentemente en
depresiones estructurales (sinclinales) que afectan a la Fm. Calama.
4.5.- Etapa 5: Mioceno Superior (Fms. Chiquinaputo, Ignimbrita Sifón, Gravas MPg)
Esta etapa se caracteriza por un fuerte retrotraimiento del margen occidental de la cuenca,
generando un sistema de abanicos aluviales de alta eficiencia (Depósitos de piedemonte MPg),
fuertemente expansivos (Fig. 30). En este borde se generan bloques-islas tanto de basamento como de
sustrato terciario de las etapas anteriores. De igual modo, los sistemas aluviales del sector N y NNE (fuera
del mapa de la Fig. 30) también se expanden por retrotraimiento de su margen, generando grandes
sistema aluviales de alta eficiencia. En consecuencia, se inicia la gran expansión de la Cuenca Calama en
esta etapa.
El sistema de abanico fluvial meridional desarrollado en la etapa anterior (Fm. Lasana) ahora se
encuentra ocluido por la progradación de grandes abanicos fluviales conglomeraticos procedentes del
margen oriental de la cuenca (Fm. Chiquinaputo, MPch1). Tal progradación se atribuye a un alzamiento
del sustrato paleozoico-mesozoico que conforman el Alto de Tuina-Aiquina por una falla inversa vergente
al E que se sitúa en el borde noroccidental de la Cuenca del Salar de Atacama (fuera del mapa).
Producto de esto, el margen SE se expande respecto de la etapa anterior con la formación de abanicos
fluviales conglomeráticos, separando los altos de Sierra limón Verde del alto de Tuina.
57
Una mega erupción volcánica asociada a la generación de caldera, situada en el área fronteriza
de Argentina y Bolivia (Caldera Vilama), genera un flujo piroclástico de enorme extensión y que cubre
más de la mitad de la Cuenca Calama (Ignimbrita Sifón), alcanzando sus facies coignimbríticas al borde
occidental de la misma.
El manto ignimbrítico que cubre gran parte de la región, modifica sustancialmente el sitema de
drenaje de la cuenca y el estilo de abanicos fluviales desarrollados. Así, se activa un sistema fluvial que
ocupa la actual red de drenaje del río Salado y que prograda hacia el SW con una marcada incisión de
sus cauces sobre una llanura aluvial semi-árida con depósitos eólicos asociados distribuidos localmente
que migran al NE.
4.6.- Etapa 6: Mioceno Superior-Plioceno (Fms. Opache, Chiquinaputo, Ignimbrita Pelón, Gravas
MPg)
Este lapso se caracteriza por la máxima expansión que se documentada en la cuenca Calama,
con un retrotraimieto de sus margenes aun mayor que la etapa anterior, generando abanicos de margen
de alta eficiencia (Depósitos de piedemonte MPg). El sistema de abanico fluvial septentrional se reactiva
(Fm. Opache) y coexiste con el sistema proveniente del ENE (Fm. Chiquinaputo, MPch2) (Fig. 31).
El sistema de abanico fluvial N-S, se caracteriza por una estructuración en canales entrelazados
de bajo gradiente que cortan una llanura aluvial, donde el nivel freático, con aguas cargadas en
carbonato, se encuentra cercano a la superficie. Entre los canales terminales se desarrollan lagunas
palustres, efímeras con sedimentación carbonática (Fm. Opache). Este sitema fluvial engrana
lateralmente con los abanicos aluviales de margen y con el sistema fluvial proveniente desde el ENE.
En este lapso el volcanismo en la Cordillera Principal se encuentra muy activo, con la formación
de estrato-volcanes a lo largo del todo el arco, y calderas situadas al NE de la cuenca que generan flujos
piroclásticos que alcanzan a esta depresión (Ignimbritas Pelón, Carcote, Puripicar).
4.7.- Etapa 7: Plioceno Superior-Pleistoceno (Fm. Chiuchiu, Depósitos aluviales antiguos PHa)
Este lapso se caracteriza por una fuerte contracción de la cuenca, reduciendo notablemente el
espacio de sedimentación. La contracción está controlada por una flexura monoclinal (‘Monoclinal de
Lasana’) que genera una zona deprimida en el entorno de Chiuchiu y al sur de esta localidad (Fig. 32).
Ahora el margen occidental de la cuenca lo forma los depósitos de la Fm. Opache y unidades más
antiguas y por el margen oriental un alto de la Fm Opache y, más al este, las unidades pre-Mioceno
Superior.
La sedimentación fluvial de este lapso no solo se restringe al área de influencia del ‘Monoclinal
de Lasana’ si no que, además, se encuentra ya encajada en el cañón del río Loa onlapando a la Fm
Calama en el cerro homónimo y como un derrame lateral en la ciudad misma, lo cual indica que el
sistema hidrológico de la Cuenca Calama se encuentra abierto y cambia de un regimen endorreico a uno
exorreico en esta etapa.
En las fases más modernas, los encajamiento de los ríos Salado y Loa se suceden y acentúan al
mismo tiempo que su confinamiento, marcado por una sucesión de terrazas fluviales del Pleistoceno
¿superior?-Holoceno superior, marcan episodios de descenso del nivel de base de la cuenca (Rech et
al., 2002) hasta llegar a la condición actual de un canal fluvial único y su planicie de inundación activa y
vegetada (Fig. 33).
59
N
1 km
Fig. 33. Mapa de detalle del curso inferior del río Salado (E de Chiuchiu) en el que se puede reconocer la
evolución de encajamiento del río Salado en un sistema hidrológico abierto. La línea negra gruesa limita
las terrazas del Pleistoceno superior-Holoceno superior. El verde claro corresponde a la Fm. Chiuchiu
(¿Plioceno Superior alto?-Pleistoceno). En amarillo y área vegetada contigua, canal único y planicie de
inundación asociada respectivamente.
60
5.- EVOLUCIÓN TECTONO-SEDIMENTARIA DE LA CUENCA CENOZOICA DE CALAMA
Fig. 34. Esquema evolutivo tectono-sedimentario para la cuenca cenozoica de Calama, configurada por
cuatro grandes secuencias constructivas y expansivas, y una contraccional con encajamiento y apertura
del sitema hídrico.
El segundo estadio (Etapa 2, Fig. 27) está separado del anterior por una discordancia angular
mayor (d1) y evoluciona durante el Oligoceno-Mioceno Inferior. En este estadio se configura la cuenca
con sus cuatro margenes. Esta estructuración está controlada por una fase tectónica extensiva
generadora de un hemigaben que hospeda un gran depocentro (ca. 2.500 m) relleno con una secuencia
aluvial granodecreciente, con influencia evaporítica en su parte superior, con una muy alta tasa de
sedimentación, estimada con un máximo de 228 m/Ma en su depocentro y un mínimo de 9 m/Ma en el
margen oriental de la cuenca.
El tercer estadio (Etapa 3, Fig. 28 y Etapa 4, Fig. 29) queda delimitado a su base por una
discordancia angular de menor envergadura (d2) y corresponde a un período de nula o escasa actividad
61
tectónica. En este estadio se inicia la expansión de la cuenca y la deposición de secuencias aluviales
granodecrecientes en sus margenes por retrotraimiento erosivo de los bordes de cuenca. Las tasas de
sedimentación alcanzan valores intermedios de 20-27 m/Ma. En el centro de la cuenca, sin embargo, y
como consecuencia de la iniciación del sistema hidrológico N-S, se desarrolla un sistema de abanico
fluvial cuya tasa de sedimentación es mayor que la de los margenes de cuenca, del orden de 43 m/Ma.
El cuarto estadio evolutivo, abarca desde el Mioceno Superior al Plioceno (Etapa 5, Fig. 30 y
Etapa 6, Fig. 31) y se separa del anterior por una discordancia angular de distribución regional (d3), que
se originó por una fase de compresión entorno a los 10 Ma. Este período se caracteriza por la expansión
máxima de la sedimentación cuenca, con fuerte retrotraimiento de sus márgenes y la acumulación de
secuencias aluviales granodecrecientes en ellos. Los depósitos aluviales fueron transportados por
sistemas de abanicos fluviales originados por una red hidrológica similar a la actual (ríos Loa y Salado)
que convergen en el centro de la cuenca y cuyas tasas de sedimentación tienden a ser bajas, entre 17-
27 m/Ma. Por otra parte, este estadio está marcado por numerosos pulsos piroclásticos (ignimbritas
Artola, Sifón, Pelón, Carcote y Puripicar), que refleja el paroxismo volcánico del arco en la Cordillera
Principal, localizado al oriente de la Cuenca Calama.
El quinto y último estadio evolutivo (Etapa 7, Fig. 32 y Etapa actual) diferenciado de la Cuenca
Calama se caracteriza por una fuerte contración de sus margenes. Esta contracción está determinada
por la generación de una flexura monoclinal de reducida extensión que afecta a las unidades pre
mioceno-pleistocenas (discordancia d4) y que restringe considerablemente el espacio de sedimentación
en la cuenca. Al mismo tiempo, se produce la apertura hidrológica del sistema fluvial que la drena hacia
la Cuenca de Quillagua, iniciándose el encajamiento del sistema hídrico (ríos Loa y Salado). En las
etapas más tardías (Pleistoceno ¿superior?-Holoceno superior), estos dos cauces fluviales generan una
sucesión de terrazas fluviales encajadas en los depositos de la Fm. Chiuchiu, y también desarrollan un
proceso de abarrancamiento en sus margenes, que erosiona principalmente los depósitos de la
Fm.Opache.
Un primer evento tectónico mayor correlacionado aconteció entre el Eoceno Medio a Oligoceno
Inferior bajo y corresponde fase tectogénica Incaica (discordancia d1, Fig. 34). Produjo el alzamiento
de bloques paleozoicos y mesozoicos y dió origen a cuencas aluviales en este lapso. Tales cuencas
corresponden a las formaciones Calama (Calama), Loma Amarilla (Salar de Atacama) y Geste (Salar de
Arizaro).
Un segundo evento tectónico correlacionado a escala regional se documenta ca. 10 Ma, con una
discordancia angular que separa el Mioceno Superior del Mioceno Medio. Dicho evento se conoce como
fase Quechua (discordancia d3, Fig. 34) y está registrado en las cuencas Lauca, Calama, Salar de
Atacama y Salar de Arizaro (Fig. 35). En la cuenca Quillagua no se registra esta fase como una
discontinuidad angular, probablemente porque el registo disponible (Sáez et al. 1999) se encuentra una
posición muy distal respecto de la ubicación del frente de deformación, que en ese tiempo se encontraba
en el ámbito de la Precordillera-Cordillera Principal. Esta fase tectogénica se encuentra particularmente
bien acotada en tiempo en la Cuenca Calama. En efecto, en el Salar de Talabre (ver Fig. 14)
inmediatamente encima de la discordancia, se encuentra una toba ignimbrítica en la Fm. Chiquinaputo,
datada en 10,3±0,5 Ma (este trabajo), mientras que debajo de ella, en la parte superior de la Fm. Lasana
se dató una toba en 11,3±0,4 Ma (este trabajo).
Finalmente, el tercer episodio lacustre registrado a escala regional y mejor definido (Fase
húmeda 3, Fig. 35)., denotando una fase paleoclimática húmeda, acontece durante el Mioceno
Superior-Plioceno y se documenta en las cuencas Lauca (Stage 2, Gaupp et al. 1999), Quillagua (Fm.
Quillagua), Calama (Fm. Opache) y Salar de Atacama (Fm. Vilama). En los dos últimos, prevalecen
ambientes de abanico fluvial con lagunas temporales localizadas entre canales o lóbulos terminales de
canales, con sedimentación y cementación carbonática predominante y diatomítica subordinada. En la
cuenca Quillagua, predomina las facies diatomíticas en las partes de lago somero abierto y carbonática
en las partes deltáicas (Sáez et al., 1999), mientras que en la cuenca Lauca es variada, tanto diatomítica,
carbonática y yesífera y se ha interpretado como lagos someros efímeros con episodios evaporíticos
(Gaupp, 1999).
63
Fig. 35. Correlación de eventos tectónicos y episodios lacustres entre cuencas cenozoicas de los Andes Centrales. Tres episodios lacustres se atribuyen a fases
paleoclimáticas relativamente húmedas. Dos de las discordancias más extensas correlacionan con fases tectogenéticas conocidas en los andes Centrales (fase
Incaica y Quechua)
64
7.- CONCLUSIONES
Un tercer estadio de evolución (Mioceno Inferior a Superior bajo), se caracteriza por un período
de escasa o nula actividad tectónica. En esta etapa se inicia la expansión de la cuenca por
retrotraimiento erosivo de sus bordes, las tasas de sedimentación son intermedias (20-27 m/Ma, Fms
Yeso, Lasana y Jalquinche) en los márgenes y de 43 m/Ma (Fms. Yeso, Jalquinche y Lasana) en el
centro de la cuenca.
La Cuenca Calama registra al menos dos eventos tectónicos mayores que pueden
correlacionarse con aquellos documentados en otras cuencas cenozoicas de los Andes Centrales. Estas
son: la fase Incaica (Eoceno Medio a Oligoceno Inferior bajo) y la fase Quechua, del Mioceno Superior
bajo (ca. 10 Ma).
La correlación con las cuencas cenozoicas andinas vecinas permite también identificar tres
periodos o fases de desarrollo de condiciones lacustres de clima relativamente húmedo, reconocibles a
escala regional: (1) durante el Oligoceno-Mioceno Inferior, dominada por ambientes lacustres efímeros y
evaporíticos (playa lake) (Fm. Yalqui en Calama), (2) en el Mioceno Medio (insuficientemente definida),
con abanicos fluviales que terminan en lagos someros y efímeros o lagunas inter canales o inter lóbulos
terminales de abanico fluvial (Fm. Lasana en Calama) y, (3) durante el Mioceno Superior-Plioceno, con
ambientes de abanico fluvial con lagunas temporales localizadas entre canales o lóbulos terminales de
canales, con sedimentación y cementación carbonática predominante y diatomítica subordinada (Fm.
Opache en Calama).
65
AGRADECIMIENTOS
El autor expresa sus agradecimientos a las siguientes instituciones y personas que hicieron
posible la realización y materialización de este estudio.
En Segundo término, a los colegas A. Tomlinson, C. Mpodozis y T. Jordan con quienes compartí
numerosas campañas de campo, con interesantes y fructíferas discusiones que aportaron al desarrollo
de la cartografía de las unidades, al entendimiento de sus relaciones estratigráficas, ambientes
sedimentarios y tectónica regional, y quienes, además, me impulsaron permanentemente a realizar una
síntesis sobre la evolución de la Cuenca Calama. Así mismo, agradezco a las geólogas P. Cornejo, por
apoyar incondicionalmente la materialización de este estudio, y a R. Wall por el patrocinio otorgado al
mismo.
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