Galatas 5.16-25 Obras de La Carne VS Fruto Del Espiritu y La Vida Cristiana

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OBRAS DE LA CARNE VS FRUTOS DEL ESPIRITU Y LA VIDA CRISTIANA

Gálatas 5:16-25
16 
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es
contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne,
que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca
de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones
y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Intro:
1. Algunas palabras en cuanto la confusión alrededor del texto y su importancia.
Mi primer recuerdo en cuanto a este texto se remonta a aproximadamente 18 años atrás. Debido a una mala
interpretación de lo que realmente está diciendo el texto, una pregunta esclavizadora surgió en mi mente, y me
acompañó por varios años de mi vida, a demás fue, desgraciadamente, apoyado y alimentada por los
incontables sermones que escuché acerca del texto. La pregunta es: ¿Qué debo hacer para desarrollar estos
frutos del Espíritu e mí? Si, frutos, en plural, y así muchas veces se lanzó desafiadoramente la pregunta desde
los pulpitos: ¿En cuál de esos frutos tienes que trabajar más? Llegué a preguntar qué quería decir el texto, a
algunas personas que eran un referencial para mí. Me acuerdo de una respuesta en concreto en la cual me apoyé
durante toda mi vida. La respuesta fue algo así: “Algunas personas tendrán unos, y otros tendrán otros de estos
frutos, no es que tengas que tenerlos todos”… Quizás confusión fue mía, puede que haya entendido mal, pero
este fue el concepto con el cual crecí acerca del texto. Esta interpretación es una muy moldeada por la
psicología, toma cada característica del fruto del Espíritu y lo interpreta como si de rasgos distintivos del
temperamento de una persona se tratara. Unos son amorosos, otros pacíficos, otros extrovertidos, otros
pacientes y etc. Debido a la amplia gama de referentes en cuanto al texto, a los cuales fui expuesto a lo largo de
mi vida, me acerqué desconfiado al texto, no por el texto sino por mí, no quería simplemente rechazar lo que
me enseñaron, y no quería tampoco asumir como correcto lo que me fue inculcado. En el proceso de estudiar el
texto me di cuenta que algunos puntos remontan a todo el contexto de la carta a los gálatas, por eso se hace
necesario un repaso sobre algunos conceptos.
El mensaje de este pasaje es muy importante porque viene a abundar a la consistencia del mensaje del evangelio
que no se limita a animar a vivir de forma livianamente despreocupada, sino que también es claro al decir que
quienes realmente han creído al evangelio de Cristo y recibieron el Espíritu de adopción, el Espíritu Santo,
nacieron de nuevo, son nuevas criaturas, y eso se hace evidente por la obra santificadora del Espíritu en sus
vidas. Aquellos que en sus obras no es evidente el obrar del Espíritu, sino el de la carne, éstos, apelen a la
obediencia religiosa, o una supuesta libertad libertina, no son herederos del Reino de Dios. El texto hace
evidente que, a pesar de que no somos salvos por obras, quien es salvo tiene obras.
2. Puntos a aclarar - Repaso contextual.
 La carta a los gálatas es un mensaje directamente dirigido a las Iglesias, tratando su relación
individual con Dios, y las relaciones interpersonales entres los miembros del cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia. Pablo se está dirigiendo a en primera persona a creyentes Gálatas 1:1-2, 4:28, 4:31; 5:11,13.
 La idea unificadora en toda la carta es que ninguna persona es justificada por sus buenas obras, sino
solamente por fe en la suficiente obra de redención llevada a cabo por Cristo Jesús. Gálatas 2:16
 Todos los que creen, sin acepción de personas, son declarados justos ante Dios, son libres de la
condenación de la ley, son adoptados como hijos de Dios y reciben el Espíritu Santo Gálatas 3:2; 3; 5-
7; 3:14; 4:4 - 7.
 Todos los redimidos, los que tienen el Espíritu Santo, fueron hechos libres por Cristo, y son
llamados a disfrutar de esta libertad en amor sirviendo unos a otros. 5:1; 13 - 14 (“Necesidad percibida,
necesidad atendida”).
 Aun los hijos de Dios, pueden caer en prácticas pecaminosas que reflejan el conflicto continuo que
existe en su interior entre la naturaleza pecaminosa y el Espíritu Santo, por eso mutuamente debemos,
guiados por el Espíritu, restaurar unos a otros, y llevar las cargas unos de los otros. Gálatas 5:16, 6:1-2

Aquellos que son dirigidos por el Espíritu (5:18) son los mismos que andan por el Espíritu (5:16), y vice versa.
Volviendo un poco más atrás, notamos que a su vez éstos son los que han sido libertados (5:1; 4:30, 31), los
que pertenecen a Cristo (3:29), y que son “de la fe” (3:9). Por lo tanto, todos los verdaderos creyentes son
dirigidos por el Espíritu. William Hendriksen
Romanos 8:9,14 
9
Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en
vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él. 14 Porque todos los que son guiados por
el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
3. Lo que no está diciendo el texto:
 El texto no presenta una lista de impulsos y obras inmorales las cuales debemos evitar y
suprimir para heredar el Reino de Dios.
 El texto no presenta una lista de impulsos y obras inmorales las cuales debemos evitar
sino perderemos la salvación.
 El texto no presenta una lista de principios morales que debemos esforzarnos en sentir y
cumplir para ser de Cristo – hijos de Dios.
 El texto no habla de frutos del Espíritu sino del fruto- singular – del Espíritu.
 El texto no dice que ambas listas son estrictamente auto excluyentes, en el sentido que
en una persona solo es posible que se manifieste uno de los dos grupos de características u
otro.
 El texto no dice que cada parte del fruto se desarrolla perfectamente en una persona a
partir del momento que esta es unida a Cristo.
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Cuerpo del sermón. Ahora sí, veamos qué no está diciendo la palabra de Dios a través de estos versículos:
Vs 17: La carne y el Espíritu se oponen continuamente. El Espíritu guía al cumplimiento de la
ley, mientras la carne guía a la transgresión de la ley.
17 
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre
sí, para que no hagáis lo que quisiereis (para que no prosigáis haciendo). Un pasaje que se puede tomar como
apoyo es el de Romanos 7:14-23  Porque sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido a la
esclavitud del pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo
que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero hacer, eso hago, estoy de acuerdo con la ley, reconociendo que
es buena. 17 Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. 18 Porque yo sé que en mí, es
decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. 19 Pues
no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico. 20 Y si lo que no quiero hacer, eso hago,
ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley
de que el mal está presente en mí. 22 Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios, 23 pero veo otra
ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del
pecado que está en mis miembros.
Como la carne se opone al Espíritu, los hombres no pueden hacer lo que quieren de acuerdo al deseo del
Espíritu, y como el Espíritu se opone a la carne no pueden hacer lo que quieren según la carne. Si el hombre
elige el mal, el Espíritu se le opone; si elige el bien, la carne se lo impide… Esta es la tensión de no poder ser lo
santo y puro que desearíamos ser, al mismo tiempo que somos constantemente sometidos a la tentación de los
deseos pecaminosos de nuestra naturaleza caída. Así que empezamos viendo que el texto afirma que en un
cristiano hay un conflicto continuo en su interior. Ambos, la carne y el Espíritu forcejean por tomar el control
de su vida.
Vs 16: Quienes andan guiados por el Espíritu, mientras lo hacen, no satisfarán los deseos de la carne.
Quien de los dos esté al mando, la carne o el Espíritu, prevalecerá en mi forma de vivir, y eso porque nunca
están de acuerdo.
16 
Digo, pues – esto es lo que estoy diciendo:
Como comentábamos Penélope y yo al final de la prédica pasada, considerando el amor sacrificial,
incondicional, servicial con el que se nos insta a servirnos mutuamente, esto es muy difícil, pero más que
difícil, es imposible de conseguirlo por nuestra inclinación natural y fuerzas propias – F. F. Bruce comenta:
“No hay ninguna fuerza externa o mandamiento que pueda obligar a amar al prójimo como a uno mismo: ese
amor a de generarse desde dentro, por el Espíritu Santo”.
La palabra de Dios ahora nos comunica más luz aun, para que no quede duda… Empieza Pablo, esto es lo que
estoy diciendo, les aclaro, y en seguida nos da la formula sobrenatural para vivir la verdadera vida cristiana 
Andad en el Espíritu - Andar implica proseguir por un camino constantemente hacia una meta. LBLA lo
traduce diferente – Andad por el Espíritu… está pequeña diferencia – “andad en el”, y “andad por el”, es de
suma importancia. Andad en el, denota la obligación de colocarnos en el camino del Espíritu. Andar “por el”,
denota la fuerza vital, motriz que nos debe conducir a andar, a vivir con el fin de lograr la aplicación
consecuente que se sigue. “Y no satisfagáis los deseos de la carne” - LBLA y no cumpliréis el deseo de la
carne. Comenta F.F. Bruce: Los términos, “en su original”, expresan más bien una promesa que se realizará e
quienes caminan por el Espíritu. La traducción de LBLA está más de acuerdo al contexto de manera que lo
que se nos dice aquí es que nuestra vida como un todo, de forma continuada, debe ser dirigida, guiada,
propulsada, por el Espíritu Santo, y solo así podremos no vivir satisfaciendo a la carne (…)
Por lo tanto podríamos leer este versículo de la siguiente manera: Lo que les estoy diciendo es que ustedes
deben vivir movidos, guiados, propulsados por el Espíritu Santo, la tercera persona de la trinidad, Dios Espíritu
Santo, y entonces ustedes no vivirán para satisfacer los deseos pecaminosos de vuestra naturaleza caída.
La santidad y la pureza en la vida cristiana no es el resultado de cumplir una lista de deberes morales por un
lado, y suprimir una lista de deseos y tendencias pecaminosas por otro. La pureza y la santidad cristiana son el
resultado de la obra soberana del Espíritu Santificador de Dios. En el versículo 1 de este mismo capítulo se nos
ordena mantenernos firmes en la libertad con la que Cristo os hizo libre, en el versículo 13 se nos insta a no
usar esta libertad como ocasión para entregarnos a nuestros deseos e impulsos carnales, aquí en el versículo 16
se nos ordena vivir bajo la dirección del Espíritu Santo para no entregarnos a los deseos pecaminosos de la
carne. Solo por el poder sobrenatural y regenerador del Espíritu Santo es que podemos recibir vida eterna, y
solo por el poder sobrenatural y soberano del Espíritu Santo es que podemos vencer nuestras inclinaciones
carnales. Por lo tanto es nuestro deber posicionarnos en crédula dependencia de la guía santificadora del
Espíritu de Dios. Romanos 8:13  “Porque si vivís conforme a la carne, habréis de  morir; pero si por el
Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”.
Vs 18: Quienes están siendo guiados por el Espíritu no están sometidos a la ley. El Espíritu guía a los hijos
de Dios a una vida santa, en conformidad a la santa ley. Los hijos de Dios no están bajo el ayo y la condena de
la ley.
18 
Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley  Estar bajo la ley aquí se refiere al sentido negativo
de estar sometido bajo la ley – lo que implica no estar unido a Cristo todavía. Es el mismo uso que se da en
Gálatas 3:10, 22 - 25 Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito
está: MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA
HACERLAS. (…) 22 Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en
Jesucristo fuera dada a todos los que creen. 23 Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley,
confinados para la fe que había de ser revelada. 24 De manera que la ley ha venido a ser nuestro ayo para
conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. 25 Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos
bajo ayo…
El resultado de la obra del Espíritu guiando, direccionando, a una persona es el cumplimiento de la ley
mediante el amor. Cada gajo del fruto del Espíritu es una expresión del amor, según el Vs14 el cumplimiento de
la ley es el amor. F.F. Bruce comenta: Ser guiados por el Espíritu equivale a caminar por el Espíritu, a tener la
capacidad de rechazar el deseo de la carne, de transformarse cada vez más a imagen de Cristo (2 Corintios
3:18), a no estar bajo la ley. Estar bajo la ley no ofrece protección alguna contra el deseo de la carne.
Colosenses 2:23  Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana, en la
humillación de sí mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la
carne. Ser guiado por el Espíritu trae al mismo tiempo la liberación del deseo de la carne, de la esclavitud de la
ley y del poder del pecado. Estar bajo la ley es ser esclavo; paralelamente, ser guiado por el Espíritu es ser un
hijo o una hija libre, disfrutar la libertad de la gloria de los hijos de Dios ( Romanos 8:21), libertad a la que
han sido llamados (V. 13), como Pablo acaba de decir a los gálatas.
Vs 19 -21: Las obras de la carne son evidentes – lista descriptiva. Los que son guiados por la carne no son
herederos de Dios – no son sus hijos. Esta lista muestra las evidentes obras típicas de una persona que no tiene
al Espíritu de Dios y que es guiada por la carne.
19 
Y manifiestas son las obras de la carne (Los que se podría traducir como: Las obras de la carne se están
manifestando, lo que indica características que de forma continua se hacen manifiestas), que son:

1º) Practicas referentes a abusos e inmoralidad sexual: fornicación o inmundicia, inmoralidad o impureza,
lascivia o sensualidad, borracheras y orgías = relacionadas a un contexto en común de ciertas festividades de la
época. Adulterio  (LBLA) No nombra adulterio ya que en los mejores manuscritos no aparece.

2º) Practicas referentes a la expresión espiritual y religiosa ajenas a Dios: idolatría, hechicerías.

3º) Practicas referentes a las relaciones interpersonales y comunitarias: enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías - sectarismos, y envidias. Homicidios (LBLA no lo incluye en base a
manuscritos más antiguos, sin embargo es obvio que se incluye en amplio listado de las obras de la carne).
(…) “Y cosas semejantes a estas… Esta lista no es exhaustiva, es un ejemplo de un listado mucho más amplio y
variado. (…) Acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes… No era nada nuevo lo que está
diciendo Pablo, pero a pesar de ello, a lo largo de la carta podemos notar muchas de estas obras de la carne
manifestándose entre las iglesias en Galácia, y eso porque, habiendo empezado por el Espíritu, ellos se
inclinaron a la insensatez de proseguir su peregrinaje cristiano por las fuerzas de la carne cap. 3: 1-3. Nuestros
esfuerzos por agradar a Dios en nuestras propias fuerzas sólo causan comportamientos pecaminosos cap. 5:15
Nuevo comentario Bíblico Siglo XXI.
(…) Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Quienes son caracterizados por vivir en la
práctica normal, habitual de estas cosas no son herederos de Dios. No son hijos de Dios, jamás fueron salvos.
Vs 22 -23: El fruto que resulta de la obra interna del Espíritu Santo en los hijos de Dios. La ley no
condena lo que produce el Espíritu. Esta lista, contraria a la anterior, muestra la evidente obra del Espíritu
Santo en la vida del creyente, tanto en su vivir interno como en su andar externo. Si la lista anterior habla de las
obras naturales de nuestra naturaleza caída, la presente lista nos habla de la obra natural del Espíritu Santo en la
vida de los hijos de Dios.

Mas el fruto del Espíritu es amor – nosotros amamos porque Él nos amó primero (Juan 4:19), gozo -
22 

Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo ( Romanos
14:17), paz - La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da (Juan 14:17) – Justificados
pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1)…
Aquí la expresión externar de la obra interna del Espíritu, que se hace manifiesta en las relaciones
interpersonales: paciencia, benignidad = dulzura, delicadez y cuidado, bondad = generosidad, buena voluntad
para con los demás, fe = fidelidad, ser confiable, fiel, mansedumbre = denota una fortaleza humildemente
controlada, templanza o dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
Es importante observar que el fruto del Espíritu aquí detallado consiste principalmente de actitudes y acciones
que fortalecen las relaciones interpersonales, precisamente la gran debilidad de los gálatas. Las cualidades de
gozo y paz probablemente no se refieran a emociones subjetivas, sino a la forma en que nos relacionamos con
los demás. Aun la palabra fe podría ser entendida como “fidelidad”, una vez más, en las relaciones
interpersonales. También se subraya la bondad y la paciencia. Comentario Bíblico Siglo XXI

El verdadero fruto del Espíritu siempre crece junto. Son uno. Pensemos en una mandarina. Sería muy raro que
fueras a un árbol de mandarina, vieras a una que parece estar madura y muy sabrosa, la cogieras, y al abrirla te
dieras cuenta que le faltan gajos, aun que faltara solo uno, sería algo totalmente raro. Que unos estuvieran más
desarrollados que otros ya sería algo raro, pero faltaran gajos sería algo del todo inesperado. Timothy Keller
comenta: Jonathan Edwards lo escribió así: “Existe una concatenación de las gracias del cristianismo”. Es
decir, no logras que una parte del fruto del Espíritu crezca sin que todas los demás componentes crezcan.
Estas características son parte esencialmente natural de la nueva vida y el crecimiento que da el Espíritu a
quienes han nacido de nuevo.

Vs 24 -25: Los que son de Cristo ha condenado a muerte a la carne. La nueva vida que el Espíritu
infunde transforma la forma de vivir. Los que son de Cristo tiene una esperanza viva de victoria sobre los
deseos pecaminosos de la carne, porque mientras la carne esmorece mortificada, el cristiano está seguro en la
labor continua, progresiva y cierta del Espíritu Santo. Aquel que empezó la buena obra en ellos la
perfeccionará, ellos son conformados a la imagen de Jesús, porque son coherederos con Cristo.
24 
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Gálatas 2:20  Con Cristo he
sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la
vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
En la cruz nuestra vieja naturaleza fue unida con Cristo, y crucificada fue con Él… Los que son nueva criatura
en Cristo, en el Cristo resucitado y victorioso, deben abandonar su naturaleza pecaminosa a que se desangre
hasta la muerte, y deben vivir como vivos en Cristo, por medio de su Espíritu, resistiendo a los impulsos del
viejo hombre que trata de tomar el control, sometiéndose humilde y voluntariamente contantemente al guía
divino, el Espíritu Santo.
25 
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. La NEB lo transcribe de la siguiente manera: Si
el Espíritu es la fuente de nuestra vida, que el Espíritu sea también el que dirija nuestro curso.
Caminar por el Espíritu es la manifestación externa, en palabras y hechos, de vivir por el Espíritu. Vivir por el
Espíritu es la raíz, caminar por el Espíritu es el fruto, y este fruto no es más que la copia del carácter, y por lo
tanto de la conducta, de Cristo en la vida de su pueblo. Siguiendo su costumbre habitual, palo extrae una
exhortación de su doctrina. Si el Espíritu de Dios vive en nosotros, dejemos que Él gobierne todas nuestras
acciones – Comentario de la carta a los Gálatas por Juan Calvino.
1 Corintios 1:30 
30 
Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y
justificación, y santificación, y redención… La santificación es la obra del Espíritu Santo imprimiendo,
infundiendo en el cristiano el carácter de Cristo. Lo que hace evidente el carácter sobrenatural, milagroso de la
conversión. Ser cristiano no es simplemente simpatizar, y afirmar una serie de doctrinas y atender a una iglesia
cristiana todos los días de culto. Ser cristiano es ante todo ser literalmente transformado en una nueva persona,
y progresivamente conformado a la persona de Cristo. La conversión es una obra soberana de Dios que no
puede ser replicada por esfuerzos humanos. “Una vid no produce uvas por un decreto del parlamento; las uvas
son el producto de la vid; del mismo modo, la conducta que se ajusta al modelo del reino no es el producto de
ninguna exigencia, ni siquiera de Dios, sino que es el fruto de la naturaleza divina que Dios da, como
resultado de lo que ha hecho en y por medio de Cristo” S. H. Hooke – ¿Qué es el Cristianismos? En palabras
de Jesucristo: “Por sus frutos los conoceréis”… Somos salvos por fe, no por dar fruto; pero no somos salvos
por una fe sin fruto. Una persona salvada por fe será una persona en quien el fruto del Espíritu crezca.
Timothy Keller.
Una visión legalista y carnal de la conversión, interpreta la vida cristiana como un estado posterior a una decisión
religiosa de comprometimiento a nuevas reglas y nuevo estilo de vida caracterizado por el cumplimiento de ciertos
preceptos morales y religiosos, y la supresión de los impulsos carnales inmorales y visibles. Según esta perspectiva, a la
vida cristiana se entra al escuchar un mensaje evangelístico, asumirlo intelectualmente como verdadero y someterse a las
diferentes demandas que le acompañen. La santidad cristiana se logra obedeciendo un código de conducta moral, y la
salvación es asegurada por el continuo esfuerzo en mantenerse lo más integro posible a la luz de esta nueva perspectiva
asumida. La doctrina biblia de la regeneración afirma que la vida cristiana, la santidad cristiana, y la perseverancia
cristiana son resultados de la obra soberana, sobrenatural del Dios trino en la vida de una persona que por sus fuerzas lo
único que logra es apartarse de Dios cada vez más y sumar peso a su condenación. Pero la palabra de Dios afirma que los
verdaderos hijos de Dios recibieron vida cuando estaban muertos en sus delitos y pecados, fueron salvados por el
generoso amor y la misericordiosa gracia de Dios, habiendo sido regenerados por el poder vivificador del Espíritu Santo.
No solamente dependieron del Espíritu Santo para empezar su peregrinaje hacia la ciudad celestial, sino que lo necesitan
como su guía, protector, consolador, y fortaleza por todo el camino.
¿Qué significa, entonces, la dirección del Espíritu? Significa santificación. Es aquella constante, efectiva y
benéfica influencia que el Espíritu Santo ejercita dentro del corazón de los hijos de Dios, y por la cual son
dirigidos y capacitados más y más para vencer el poder del pecado que aún queda en ellos y para caminar por
la senda de los mandamientos de Dios, libremente y gozosamente. William Hendriksen

Conclusión:
1. Qué está diciendo el texto:
*El texto dice esencialmente tres cosas:
1º) Los deseos pecaminosos de la carne son contrarios al deseo del Espíritu Santo.

2º) Quienes tienen el Espíritu Santo viven por medio del Espíritu Santo, por ello necesariamente deben andar
sometidos en su peregrinaje, guiados y propulsados por el Espíritu Santo, solo así no cederán a la carne. Aquí se
apela a la responsabilidad de responder con sumisión y dependencia al Espíritu Santo.

3º) Los que no tienen el Espíritu Santo, no son herederos de Dios, por eso sus vidas son caracterizadas por el
pecado. Viven en transgresión de la ley y están bajo la maldición de ley.

En resumen: Quien realmente es hijo de Dios, tiene al Espíritu Santo, el cual gradualmente, en el transcurso
del caminar de la vida cristiana, produce virtudes que son pertenecientes a Cristo. En quienes está obra no es
evidente, se hace evidente las obras de la carne lo que demuestra que no son hijos de Dios. La carne y el
Espíritu son contrarios, y por el estilo natural de vida de cada persona se hace evidente si son guiados por la
carne o si vive por el Espíritu. Las obras de la carne son todas contrarias al Amor a Dios y al prójimo. Todas
son expresiones egoístas del corazón. El fruto del Espíritu, por otro lado, como un todo fluye del amor, de la
paz y del gozo, e igualmente se revela en expresiones del amor a Dios y al prójimo que es resultante de la obra
interna del Espíritu Santo. Los que son guiados por la carne no son herederos de Dios, por otro lado, los que son
guiados por el Espíritu están libres de la oposición de la ley. Quienes viven por medio del Espíritu, andan por
medio del Espíritu.
*El texto dice que hay dos evidencias de que una persona tiene al Espíritu Santo y por lo tanto es un hijo de
Dios:
1º) Existe un conflicto interno contante entre los deseos pecaminosos y la voz correctiva del Espíritu Santo
actuando en nuestros corazones. Resisto a los deseos carnales, y cuando no lo hago y cedo, el Espíritu Santo
me reprende, y me conduce al arrepentimiento.
2º) El Espíritu Santo continuamente me está conformando a la imagen de Cristo. En la vida del hijo de Dios el
carácter de Cristo se va haciendo más evidente debido a la obra interna del Espíritu Santo, desde mi condición
interior, mis sentimiento y motivaciones, los nuevos afectos del corazón, hasta la forma como me relaciono con
el prójimo, y como crezco en fortaleza y dominio sobre mí.
2. ¿Cómo debemos responder a las verdades presentadas en el pasaje?
* Debemos examinar nuestras vidas, como un todo, como un constante caminar, buscando averiguar quién es el
guía de nuestras vidas, la naturaleza pecaminosa caída, o el Espíritu Santo.
* Debemos vivir con esperanza a pesar de los tropiezos y caídas, si podemos ver que realmente el Espíritu
Santo está produciendo su fruto en nosotros. Él perfeccionará su obra en los hijos de Dios.
* Debemos también insistir en permanecer bajo la guía del Espíritu en nuestro caminar diario, resistiendo por el
Espíritu a los deseos de la carne, sometiéndonos continuamente al poder transformador del Espíritu de Dios en
humilde suplica y dependencia, en sumisión y obediencia a lo que la palabra de Dios ya nos ha revelado,
restaurando también unos a otros, con mansedumbre según nos guía el Espíritu Santo, cuando alguno sea
hallado cediendo a los impulsos de la carne cap. 6:1-2.
“La parte del Espíritu Santo” es mantenernos en el camino y llevarnos al fin hasta la meta. Pero somos
nosotros los que damos cada paso en el camino; nuestros miembros que se cansan con el trabajo; nuestros
corazones que se desmayan, nuestro valor que decae nuestra fe que revive nuestras fuerzas caídas, nuestra
esperanza que inyecta nuevo valor a nuestras almas—mientras que subimos paso a paso trabajosamente”
Warfield – El poder de Dios en la Salvación.

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