Fuentes Del Derecho Administrativo

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LAS FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO. LA JERARQUÍA DE LAS FUENTES.

LA
CONSTITUCIÓN. LA LEY. EL REGLAMENTO. EL ORDENAMIENTO DE LA UNIÓN EUROPEA
LAS FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
El concepto técnico-jurídico de las fuentes del Derecho tiene dos acepciones:
 Material: Es fuente del Derecho cada fuerza social con potestad normativa
creadora.
 Formal: Identificada por la doctrina como las formas en que se manifiestan las
normas.
Así, dispone el artículo 1.1 CC que las fuentes del ordenamiento jurídico español son la
ley, la costumbre y los principios generales del derecho.
Dentro de las fuentes del Derecho Administrativo estatal, hay que hacer dos
distinciones:
1. Fuentes directas:
 Fuentes escritas: La Constitución, la ley (orgánica u ordinaria) y otras normas con
fuerza de ley, los Tratados Internacionales y los reglamentos estatales y los
dictados por otras entidades públicas.
 Fuentes no escritas: La costumbre y los principios generales del derecho.
2. Fuentes indirectas: La jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la
doctrina que, de modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar
la ley, la costumbre y los principios generales del derecho (artículo 1.6 CC).
Cabe hacer al respecto las siguientes precisiones:
 Hay que destacar la significación en el campo administrativo de la llamada
jurisprudencia menor de determinados órganos de la Administración con
potestades de juzgar: Resoluciones de la Audiencia Nacional o del Tribunal
Económico- Administrativo Central.
 La doctrina científica ha alcanzado un lugar preeminente como instrumento de
descubrimiento y facilitación normativa en beneficio de las verdaderas fuentes
del Derecho Administrativo.
 Debe destacarse también el papel del Tribunal Constitucional en cuanto
legislador negativo, al equivaler la declaración de inconstitucionalidad de una ley
a su salida del ordenamiento jurídico.
 Precedente administrativo: Se plantea a nivel doctrinal si la adopción de un
criterio por la Administración en un supuesto concreto vincula a ésta a resolver
casos similares que posteriormente se planteen con arreglo al mismo criterio,
coincidiendo la generalidad de la doctrina en reconocer al precedente fuerza
vinculante, siempre que se dé identidad subjetiva y objetiva sustancial entre los
supuestos comparados.
LA JERARQUÍA DE LAS FUENTES
A la hora de establecer la jerarquía de fuentes, existen dos criterios fundamentales:
 Primacía del Derecho escrito.
 Jerarquía del órgano del que emana la norma (primacía de la Constitución y
subordinación de las disposiciones administrativas a las del Poder Judicial).
En aplicación de dichas reglas, en una enumeración jerárquica de las fuentes del derecho
en sentido estricto, las fuentes directas escritas, antes enumeradas, se consideran
primarias y las no escritas, subsidiarias.
Por último, señalar que en Derecho Administrativo el Reglamento es la fuente más
importante, la costumbre tiene una actuación reducida y los principios generales del
derecho cobran cada vez mayor importancia sobre todo como límite al ejercicio de la
actividad discrecional.
LA CONSTITUCIÓN
La Constitución juega un triple papel:
 Es una norma jurídica de carácter abstracto, dirigida a regular una situación
jurídica general.
 Constituye la superlegalidad formal, al establecerse especiales dificultades para
su reforma o modificación (artículos 166 a 169 CE) y la superlegalidad material,
en cuanto que su rango es superior al de las demás leyes, indicando su carácter
de Lex Superior que cuando una ley ordinaria entra en conflicto con ella, la
Constitución debe prevalecer.
 Establece la jerarquía de las fuentes del Derecho: Los ciudadanos y los poderes
públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico
(artículo 9.1 CE).
La Constitución, como norma jurídica, tiene aplicabilidad directa, esto es, invocabilidad
ante los Tribunales y aplicación directa por éstos, con excepción de lo previsto en el
artículo 53.3 CE, según el cual los principios reconocidos en el Capítulo tercero (De los
principios rectores de la política social y económica) del Título I (De los derechos y
deberes fundamentales) CE sólo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de
acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen.
Asimismo, la parte orgánica de la Constitución vincula a los órganos constitucionales por
ella señalados, que diseñan la estructura básica del Estado.
Otras veces, la Constitución incorpora el sistema de valores esenciales que ha de
constituir el orden de convivencia política e informar todo el ordenamiento jurídico. En
este sentido, según el artículo 1.1 CE, España se constituye en un Estado social y
democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Añade al respecto el
artículo 9.2 CE que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para
que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales
y efectivas, remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la
participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.

En última instancia, la Constitución es fuente de interpretación del resto del


ordenamiento jurídico, cuyos principios, conforme al artículo 53.3 CE antes citado,
informarán la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes
públicos.

LA LEY

Ley en sentido formal es toda norma jurídica dictada por los órganos estatales a los que
el ordenamiento jurídico atribuye el poder legislativo. GARCÍA DE ENTERRÍA y TOMÁS
RAMÓN FERNÁNDEZ la definen como el acto publicado como tal en el BOE, que expresa
un mandato normativo de los órganos que tienen constitucionalmente atribuido el
poder legislativo superior.

Respecto a las leyes orgánicas, establece el artículo 81 CE que lo son las relativas al
desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben
los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la
Constitución. Su aprobación, modificación o derogación exigirá mayoría absoluta del
Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto.

Así pues, dos son las notas que las caracterizan: Ámbito a que se refieren (nota material)
y procedimiento de elaboración (nota formal).
En cuanto a su posición en el sistema de fuentes, para un grupo de autores encabezados
por GARCÍA DE ENTERRÍA, las leyes orgánicas no tienen rango superior a las leyes
ordinarias, ya que entre ellas no cabe hablar de relación de jerarquía, sino de separación,
por tener un distinto ámbito competencial.
Frente a esta opinión, GARRIDO FALLA, partiendo del especial régimen de aprobación y
modificación y del hecho de que la regulación de las materias de mayor trascendencia
esté reservadas a la ley orgánica, defiende la superioridad jerárquica de estas normas
sobre las leyes ordinarias.
Por su parte, las leyes ordinarias se aprueban por la mayoría de los miembros de las
Cámaras (artículo 79 CE), generalmente por el Pleno, pudiendo delegar aquellas en las
Comisiones Legislativas Permanentes la aprobación de proyectos o proposiciones de ley,
conforme establece el artículo 75 CE, el cual excluye de esta delegación la reforma
constitucional, las cuestiones internacionales, las leyes orgánicas y de bases y los
Presupuestos Generales del Estado.
El procedimiento de elaboración de las leyes puede iniciarse por las propias Cámaras
(proposición de ley), cuya tramitación se regulará por los Reglamentos de las Cámaras,
o bien por el Consejo de Ministros (proyecto de ley), en cuyo caso, se enviará al Congreso
para su estudio, elaboración y, en su caso aprobación (artículo 88 CE).
En este proceso debe destacarse la prioridad que el artículo 89 CE concede a la iniciativa
legislativa del Gobierno sobre la de las Cámaras y la del Congreso sobre el Senado, cuya
función se reduce a una mera labor de revisión.
En relación con la potestad legislativa de las Comunidades Autónomas, cabe señalar que,
aunque de manera indirecta, la CE la reconoce en el artículo 152.1 CE, al hablar de la
Asamblea Legislativa de la Comunidad Autónoma, y, más explícitamente, en el artículo
153 a) CE, cuando remite al Tribunal Constitucional el control de la constitucionalidad
de sus disposiciones normativas con fuerza de ley.
Son caracteres de las leyes de las Comunidades Autónomas los siguientes:
 Tienen idéntica fuerza vinculante y están sometidas al mismo control que las
leyes del Estado.
 Su relación con las leyes del Estado es de separación pura y simple, ya que los
campos en los que unas y otras pueden actuar están separados según la
distribución de competencias establecida en los artículos 148 y 149 CE.
Para concluir, debe hacerse mención a las leyes de conexión con los subsistemas
autonómicos:
 Ley Marco: Las Cortes Generales, en materia de competencia estatal, podrán
atribuir a todas o a alguna de las Comunidades Autónomas la facultad de dictar,
para sí mismas, normas legislativas en el marco de los principios, bases y
directrices fijados por una ley estatal. Sin perjuicio de la competencia de los
Tribunales, en cada ley marco se establecerá la modalidad del control de las
Cortes Generales sobre estas normas legislativas de las Comunidades
Autónomas (artículo 150.1 CE).
 Leyes de Transferencia o Delegación: El Estado podrá transferir o delegar en las
Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a
materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de
transferencia o delegación (artículo 150.2 CE).
 Leyes de Armonización: El Estado podrá dictar leyes que establezcan los
principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las
Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la
competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general, correspondiendo a
las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la apreciación de
esta necesidad (artículo 150.3 CE).
LOS DECRETOS-LEYES
Pueden definirse como toda norma con rango de ley que emana, por vía de excepción,
de un órgano que no tiene el poder legislativo, como es el Gobierno o Consejo de
Ministros.
Según el artículo 86 CE, en caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno
podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos-
leyes y que no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a
los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos regulados en el Título I, al régimen
de las Comunidades Autónomas ni al Derecho electoral general.

Los Decretos-leyes deberán ser inmediatamente sometidos a debate y votación de


totalidad al Congreso de los Diputados, convocado al efecto si no estuviere reunido, en
el plazo de los treinta días siguientes a su promulgación, debiendo pronunciarse
expresamente aquél dentro de dicho plazo, durante el cual, las Cortes podrán
tramitarlos como proyectos de ley por el procedimiento de urgencia, sobre su
convalidación o derogación, para lo cual el Reglamento establecerá un procedimiento
especial y sumario.

Por último, conviene precisar lo siguiente:

 En cuanto al ámbito del Decreto-Ley, la jurisprudencia del Tribunal


Constitucional viene admitiendo una utilización extensiva, únicamente limitada
por materias reservadas a la LO.
 La decisión favorable a la ratificación del Decreto-Ley no convierte a éste en
ningún caso en una verdadera ley, dado que aquélla es realizada por una sola de
las Cámaras: Congreso, con total exclusión de la otra del procedimiento
correspondiente.
 Los efectos de la derogación del Decreto-Ley se producen ex nunc, no quedando
afectados los actos aplicativos producidos durante la vigencia de la norma.
Algunos sectores doctrinales opinan, al contrario, que la derogación produce
efectos desde la entrada en vigor del Decreto-Ley.
LA DELEGACIÓN LEGISLATIVA
Consiste en una transferencia de la potestad legislativa a favor de la Administración,
tratándose de una transferencia de ejercicio y no de titularidad, cuyo efecto primario y
esencial es la ampliación del poder normativo de aquélla por vía singular.
Existen en el derecho español dos manifestaciones de esta legislación delegada: Los
Textos Articulados y los Textos Refundidos, regulados en el artículo 82 CE, en cuyos tres
primeros apartados se dispone lo siguiente:

 Las Cortes Generales podrán delegar en el Gobierno la potestad de dictar normas


con rango de ley sobre materias determinadas que no hayan de ser objeto de
regulación y desarrollo mediante LO.
 La delegación legislativa deberá otorgarse al Gobierno mediante una ley de bases
cuando su objeto sea la formación de textos articulados o por una ley ordinaria
cuando se trate de refundir varios textos legales en uno solo, de forma expresa
para materia concreta y con fijación del plazo para su ejercicio, agotándose por
el uso que de ella se haga mediante la publicación de la norma correspondiente
y no pudiendo entenderse concedida de modo implícito o por tiempo
indeterminado ni permitiéndose la subdelegación a autoridades distintas del
propio Gobierno.

Respecto a los textos articulados, establece el apartado cuarto que las leyes de bases
delimitarán con precisión el objeto y alcance de la delegación legislativa y los principios
y criterios que han de seguirse en su ejercicio, no pudiendo en ningún caso, en virtud
del artículo 83 CE:

 Autorizar la modificación de la propia ley de bases.


 Facultar para dictar normas con carácter retroactivo.

En cuanto a los textos refundidos, señala el apartado quinto que la autorización para
refundir textos legales determinará el ámbito normativo a que se refiere el contenido
de la delegación, especificando si se circunscribe a la mera formulación de un texto único
o si se incluye la de regularizar, aclarar y armonizar los textos legales que han de ser
refundidos.

Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de
Decretos Legislativos (artículo 85 CE).

El control de la legislación delegada se contempla en el apartado sexto, según el cual


sin perjuicio de la competencia propia de los Tribunales, las leyes de delegación podrán
establecer en cada caso fórmulas adicionales de control, haciéndose referencia, por un
lado, al control jurisdiccional y, por otro, al control parlamentario de la legislación
delegada:

 En cuanto al primero, los Tribunales contencioso-administrativos podrán


enjuiciar, como simples normas reglamentarias, los preceptos de los textos
aprobados por el Gobierno si exceden de los límites fijados por la ley delegante,
correspondiendo al Tribunal Constitucional el control de los decretos
legislativos, en lo que resulten ajustados a aquélla, al tratarse de normas con
rango de ley.
 En cuanto al segundo, de conformidad con el artículo 84 CE, cuando una
proposición de ley o una enmienda fuere contraria a una delegación legislativa
en vigor, el Gobierno está facultado para oponerse a su tramitación, pudiendo
presentarse, en tal supuesto, una proposición de ley para la derogación total o
parcial de la ley de delegación.
Para finalizar, cabe mencionar otras formas de delegación legislativa:
 Remisión normativa: Se da cuando una ley reenvía a una normación posterior,
que ha de elaborar la Administración, la regulación de ciertos elementos que
complementan la ordenación que la propia ley establece. Las normas dictadas
por la Administración en virtud de tal reenvío, tienen el valor de simples
reglamentos.
 Deslegalización: Consiste en el rebajamiento normativo que de una determinada
materia realiza el Poder Legislativo, de manera que el Ejecutivo pueda entrar a
regularla, cuando en virtud del principio de reserva de ley, carecía de
competencia. El campo por excelencia de las deslegalizaciones es el organizativo.

EL REGLAMENTO

Se puede definir el Reglamento, siguiendo a GARRIDO FALLA, como toda disposición


jurídica de carácter general dictada por la Administración Pública y con valor
subordinado a la ley.

En cuanto a su naturaleza jurídica, existen en la doctrina dos posturas encontradas:

 GARCÍA ENTERRÍA, BOQUERA: El reglamento es un acto de la Administración,


pero no un acto administrativo.
 GARRIDO FALLA, ENTRENA: El reglamento tiene una doble naturaleza jurídica:
Por su contenido, es fuente del derecho y, por su procedencia, un verdadero
acto administrativo.

Respecto a su clasificación, destacan las siguientes:

1. En atención a su forma:

 Por lo que se refiere a la Administración del Estado: Los reglamentos dictados


por el Consejo de Ministros, se denominan Reales Decretos; los dictados por
cada uno de los ministros, Órdenes Ministeriales, revistiendo las disposiciones
reglamentarias de los órganos inferiores al ministro, denominaciones diversas:
Resoluciones, Circulares o Instrucciones.
 En las CCAA, las normas reglamentarias emanadas del Consejo Ejecutivo o
Gobierno de la Comunidad, adquieren el nombre de Decretos; las de los
Consejeros, Órdenes y las emanadas de las autoridades inferiores, Resoluciones.
 En relación a los Entes Locales, las formas de producción reglamentaria se
reducen a dos tipos: Reglamento orgánico de cada entidad, expresión de su
potestad autoorganizatoria y Ordenanzas Locales, de eficacia ad extra. Por su
parte, la Ley Reguladora de Bases del Régimen Local mantiene la potestad del
alcalde para dictar bandos, que eventualmente pueden contener normas
reglamentarias en las materias de su competencia.

2. Por el órgano de que emanan los reglamentos:

 Reglamentos de la Administración Central del Estado,


 Reglamentos de las Comunidades Autónomas.
 Reglamentos de los Municipios.
 Reglamentos dictados por los órganos constitucionales del Estado distintos del
Gobierno y la Administración, a los que después se hará referencia.

3. Por su relación con la ley:

 Reglamentos ejecutivos: Reglamentos que desarrollan de forma pormenorizada,


los principios básicos que la ley se limita a regular. Se exige en su elaboración
previo dictamen del Consejo de Estado (artículo 22.3 LO 3/1980, de 22 de abril,
del Consejo de Estado), correspondiendo su aprobación al Consejo de Ministros.
 Reglamentos independientes: Reglamentos que no completan ni desarrollan
ninguna ley previa, surgiendo al margen de toda habilitación. Únicamente caben
en el ámbito de las materias organizativas y las relaciones especiales de sujeción,
quedando excluidos del ámbito externo de la Administración que implique
definición abstracta de deberes y obligaciones para los particulares.
 Reglamentos de necesidad: Reglamentos surgidos cuando determinadas
situaciones de necesidad alteran el funcionamiento normal del sistema de
fuentes, de forma que, incluso el principio de primacía de la ley puede quedar
transitoriamente excepcionado a favor de la regulación reglamentaria.
4. Reglamentos de otros órganos estatales distintos de la Administración:

En el marco del Estado, no sólo las Administraciones Públicas poseen potestad


reglamentaria, sino que también la poseen otros órganos constitucionales del Estado,
como el Consejo General del Poder Judicial, siendo los reglamentos dictados por estos
de naturaleza diversa a los emanados por aquellas y tratándose, fundamentalmente, de
reglamentos internos autoorganizatorios, con una cierta eficacia ad extra.

La titularidad de la potestad reglamentaria se atribuye por la Constitución al Gobierno,


el cual, según el artículo 97 CE, ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria
de acuerdo con la Constitución y las leyes. En el mismo sentido se pronuncia el artículo
22 Ley 50/97, de 27 de noviembre, del Gobierno.
En cuanto a los límites, puede distinguirse entre:
1. Límites formales:
Se pueden concretar en tres:
a. La competencia:
Junto al Estado, la Constitución Española reconoce de manera explícita a las
Comunidades Autónomas la titularidad de la potestad reglamentaria: Así se hace,
aunque de modo indirecto, en el artículo 153 c) CE y en el artículo 161.2 CE. También
reconoce a los Entes locales, la titularidad de autonomía para la gestión de sus
respectivos intereses (artículo 137 y 140), reconocimiento que entraña la atribución de
una cierta potestad reglamentaria.
Dentro del Estado, el titular primario y fundamental de la potestad reglamentaria es, tal
como se ha dicho, el Gobierno. Los ministros sólo pueden ejercitarla con plenitud en
materia organizativa, fuera de cuyo terreno, su competencia reglamentaria debe estar
expresamente fundada en una habilitación conferida por ley o por una norma dictada
por el Gobierno.
Por lo que se refiere a las Comunidades Autónomas, la Constitución Española no
determina a qué órgano corresponde el ejercicio de la potestad reglamentaria. Los
Estatutos de Autonomía, en imitación del modelo estatal, han venido confiando esta
potestad al órgano ejecutivo supremo, Consejo Ejecutivo o Gobierno.
Por último, en el plano local, la potestad reglamentaria está confiada en principio al
Pleno de la Corporación, y sólo residualmente, y para alguna manifestación concreta, al
presidente de la misma.
b. Procedimiento de elaboración:

Conforme al artículo 26 Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno, la elaboración


de los anteproyectos de ley, de los proyectos de RD Legislativo y de normas
reglamentarias, se ajustará al siguiente procedimiento:

 Su redacción estará precedida de cuantos estudios y consultas se estimen


convenientes para garantizar el acierto y la legalidad de la norma.
 Se sustanciará una consulta pública, a través del portal web del departamento
competente, con carácter previo a la elaboración del texto, en la que se recabará
opinión de los sujetos potencialmente afectados, pudiendo prescindirse de dicho
trámite en determinados supuestos.
 El centro directivo competente elaborará con carácter preceptivo una Memoria
del Análisis de Impacto Normativo, con el contenido exigido en el apartado
tercero, así como con cualquier otro extremo que pudiera ser relevante a criterio
del órgano proponente.
 A lo largo del procedimiento de elaboración de la norma, el centro directivo
competente recabará, además de los informes y dictámenes que resulten
preceptivos, cuantos estudios y consultas se estimen convenientes para
garantizar el acierto y la legalidad del texto. En todo caso, los anteproyectos de
ley, los proyectos de real decreto legislativo y los proyectos de disposiciones
reglamentarias, deberán ser informados por la Secretaría General Técnica del
Ministerio o Ministerios proponentes.
 Sin perjuicio de la consulta previa, cuando la norma afecte a los derechos e
intereses legítimos de las personas, el centro directivo competente publicará el
texto en el portal web correspondiente, con el objeto de dar audiencia a los
ciudadanos afectados, siendo el plazo mínimo de esta audiencia e información
públicas de 15 días hábiles, que podrá ser reducido hasta un mínimo de siete días
hábiles cuando razones debidamente motivadas así lo justifiquen, así como
cuando se aplique la tramitación urgente de iniciativas normativas. El trámite de
audiencia e información pública sólo podrá omitirse cuando existan graves
razones de interés público, que deberán justificarse en la Memoria del Análisis
de Impacto Normativo.
 Se recabará el dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente
cuando fuera preceptivo o se considere conveniente.
 Cumplidos los trámites anteriores, la propuesta se someterá a la Comisión
General de Secretarios de Estado y Subsecretarios y se elevará al Consejo de
Ministros para su aprobación y, en caso de proyectos de ley, su remisión al
Congreso de los Diputados o, en su caso, al Senado.

Por su parte, el artículo 131 Ley 39/2015, de 1 de octubre (LPAC) señala que las normas
con rango de ley, los reglamentos y disposiciones administrativas habrán de publicarse
en el diario oficial correspondiente para que entren en vigor y produzcan efectos
jurídicos, pudiendo las Administraciones establecer, facultativamente, otros medios de
publicidad complementarios.
c. La irretroactividad:

De lo establecido en el artículo 9.3 CE se desprende que el reglamento no puede


establecer normas, en cuanto estas afecten negativamente a los administrados, más que
para el futuro, diferenciándose así de la ley, cuya retroactividad, no obstante, ha de
sujetarse a las cautelas previstas en el propio Texto Constitucional.

2. Límites sustanciales o materiales:

Son los siguientes:


a. La jerarquía normativa:
Los reglamentos están subordinados a la CE, a las leyes y al resto de normas con rango
de ley, pero, además, se hallan jerarquizados entre sí, estableciendo el artículo 24.2 Ley
50/1997, de 27 de noviembre, que los reglamentos se ordenarán según la siguiente
jerarquía:

 Disposiciones aprobadas por Real Decreto del presidente del Gobierno o del
Consejo de Ministros.
 Disposiciones aprobadas por Orden Ministerial.

b. La materia reglamentaria:
Dentro de la materia administrativa, objeto de reglamento, pueden distinguirse dos
bloques:
 Por un lado, los aspectos organizativos, que constituyen inequívocamente el
ámbito propio del reglamento.
 Por otro, si la regulación impone a los ciudadanos obligaciones o deberes o,
limita sus derechos y libertades, la potestad reglamentaria queda relegada a
instrumento de ejecución y desarrollo de la ley, que debe inexcusablemente
preceder, regulando, al menos, las directrices básicas en estas materias y
habilitando, en su caso, específicamente para desarrollar reglamentariamente
sus preceptos.

c. El respeto a los límites generales de las potestades discrecionales:

En el ejercicio de la potestad reglamentaria, la Administración debe respetar los hechos


determinantes, el contenido de los conceptos jurídicos indeterminados y los principios
generales del Derecho
EL ORDENAMIENTO DE LA UNIÓN EUROPEA
El Derecho de la Unión Europea puede definirse como aquel conjunto de normas que
regulan la organización y el funcionamiento de ésta, tanto sus relaciones internas, como
sus relaciones con los Estados miembros, estando integrado por:
a. Derecho Comunitario Originario:
Conjunto de actos jurídicos reguladores de la Unión:

 Tratados en los que se basa la Unión.


 Tratados que posteriormente han ido modificando la redacción inicial de los
mismos.
 Actas de Adhesión de nuevos Estados.
 Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, que se incorpora como tal tras el
Tratado de Lisboa.

b. Derecho Comunitario Derivado:


Integrado por el conjunto de actos adoptados por las Instituciones Comunitarias en
ejercicio de las competencias que al respecto les reconocen los Tratados fundacionales,
los cuales pueden ser de dos clases:
1. Vinculantes
El Reglamento comunitario es la principal fuente del Derecho derivado, no debiendo
asociarse con el significado que tiene en el ámbito interno. Caracteres:
 Es de aplicación general, no estando sus destinatarios individualmente
determinados (rasgo que lo distingue de la Decisión), pudiendo serlo: Las
autoridades nacionales, las comunitarias, los Estados miembros o incluso los
particulares de éstos.
 Obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable en cada Estado
miembro, rasgo que lo diferencia de la Directiva, sin necesidad de acto formal
alguno de recepción o incorporación al Derecho nacional.
 Se integra directamente en el ordenamiento jurídico de los Estados miembros a
partir de su publicación en el DOUE, surtiendo efectos los derechos y/o
obligaciones derivados del mismo a partir de la fecha que en dicha publicación
se señale y no a partir de la entrada en vigor de la norma nacional que pretenda
desarrollarlo.
 Debe ser motivado, pudiendo ser causa de nulidad la falta de motivación.
Los Reglamentos pueden ser de dos tipos:
 De base, que regulan inicialmente una materia.
 De aplicación o desarrollo de un reglamento base.
Actualmente, el Consejo es el órgano del que emanan, normalmente, los reglamentos
que desarrollan normas de Derecho originario, emanando, sin embargo,
frecuentemente de la Comisión, los de aplicación o desarrollo. Por su parte, el Tratado
de la UE permite la adopción de Reglamentos conjuntamente por el Parlamento y el
Consejo.
Por su parte, son rasgos característicos de las Directivas los siguientes:
 Impone una obligación de resultado: La Directiva es obligatoria, pero deja
libertad a los Estados Miembros para elegir la forma y los medios de darle
cumplimiento.
 Requiere la intervención normativa de los Estados Miembros (a diferencia de lo
que ocurre con el Reglamento) para transformarla en Derecho interno, siendo
preciso, en algunos casos, la adopción de una ley, y bastando, en otros, un
Decreto o una Orden Ministerial, cuya fecha de entrada en vigor será la que
genere el auténtico efecto jurídico directo para los particulares.
 No es un acto de alcance general, sino que tiene unos destinatarios concretos,
pudiendo serlo uno, varios o todos los Estados miembros.
 Las que tengan por destinatarios a todos los Estados miembros se publicarán en
el DOUE y las que tengan un destinatario, se notificarán a estos, surtiendo efecto
en virtud de dicha notificación.
La Decisión, presenta los siguientes caracteres:
 No comporta un desarrollo normativo por parte de las instituciones nacionales.
 Cuando designe destinatarios, sólo será obligatoria para estos, ya sean
particulares o Estados Miembros (la diferencia con la Directiva es que los
destinatarios de ésta sólo pueden ser los Estados Miembros, nunca los
particulares).
 Es obligatoria en todos sus elementos y directamente aplicable, comportando
una obligación de hacer o no hacer para su destinatario.
 Igual que las Directivas, también deben ser motivadas, surtiendo efecto a partir
de su notificación a los interesados.
2. No vinculantes
No integran el Derecho comunitario derivado, debiendo citarse:
 La Recomendación se debe a la iniciativa de la Institución comunitaria que la
haya formulado y tiene por objeto aconsejar al destinatario un comportamiento
determinado, sin vincular por ello jurídicamente, comportando, normalmente,
una actividad normativa en el derecho interno del Estado Miembro destinatario.
 Por el contrario, el Dictamen es emitido como consecuencia de una iniciativa
externa, pudiendo contener una apreciación general de ciertos procedimientos
o, bien, una contribución a la preparación de actos jurídicos posteriores.
Finalmente, cabe referirse a lo que se denomina Derecho Complementario,
caracterizado por su heterogeneidad:
 Normas de Derecho Internacional: Convenios Internacionales en materia judicial
y de ejecución de sentencias.
 Principios Generales del Derecho: Deben citarse los de proporcionalidad,
seguridad jurídica, igualdad y no discriminación, audiencia y defensa, todos ellos
con carta de naturaleza en el Derecho Europeo.
 Jurisprudencia y Doctrina científica, siendo la más importante la jurisprudencia
del TJUE.

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