Fuentes Del Derecho Administrativo
Fuentes Del Derecho Administrativo
Fuentes Del Derecho Administrativo
LA
CONSTITUCIÓN. LA LEY. EL REGLAMENTO. EL ORDENAMIENTO DE LA UNIÓN EUROPEA
LAS FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
El concepto técnico-jurídico de las fuentes del Derecho tiene dos acepciones:
Material: Es fuente del Derecho cada fuerza social con potestad normativa
creadora.
Formal: Identificada por la doctrina como las formas en que se manifiestan las
normas.
Así, dispone el artículo 1.1 CC que las fuentes del ordenamiento jurídico español son la
ley, la costumbre y los principios generales del derecho.
Dentro de las fuentes del Derecho Administrativo estatal, hay que hacer dos
distinciones:
1. Fuentes directas:
Fuentes escritas: La Constitución, la ley (orgánica u ordinaria) y otras normas con
fuerza de ley, los Tratados Internacionales y los reglamentos estatales y los
dictados por otras entidades públicas.
Fuentes no escritas: La costumbre y los principios generales del derecho.
2. Fuentes indirectas: La jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la
doctrina que, de modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar
la ley, la costumbre y los principios generales del derecho (artículo 1.6 CC).
Cabe hacer al respecto las siguientes precisiones:
Hay que destacar la significación en el campo administrativo de la llamada
jurisprudencia menor de determinados órganos de la Administración con
potestades de juzgar: Resoluciones de la Audiencia Nacional o del Tribunal
Económico- Administrativo Central.
La doctrina científica ha alcanzado un lugar preeminente como instrumento de
descubrimiento y facilitación normativa en beneficio de las verdaderas fuentes
del Derecho Administrativo.
Debe destacarse también el papel del Tribunal Constitucional en cuanto
legislador negativo, al equivaler la declaración de inconstitucionalidad de una ley
a su salida del ordenamiento jurídico.
Precedente administrativo: Se plantea a nivel doctrinal si la adopción de un
criterio por la Administración en un supuesto concreto vincula a ésta a resolver
casos similares que posteriormente se planteen con arreglo al mismo criterio,
coincidiendo la generalidad de la doctrina en reconocer al precedente fuerza
vinculante, siempre que se dé identidad subjetiva y objetiva sustancial entre los
supuestos comparados.
LA JERARQUÍA DE LAS FUENTES
A la hora de establecer la jerarquía de fuentes, existen dos criterios fundamentales:
Primacía del Derecho escrito.
Jerarquía del órgano del que emana la norma (primacía de la Constitución y
subordinación de las disposiciones administrativas a las del Poder Judicial).
En aplicación de dichas reglas, en una enumeración jerárquica de las fuentes del derecho
en sentido estricto, las fuentes directas escritas, antes enumeradas, se consideran
primarias y las no escritas, subsidiarias.
Por último, señalar que en Derecho Administrativo el Reglamento es la fuente más
importante, la costumbre tiene una actuación reducida y los principios generales del
derecho cobran cada vez mayor importancia sobre todo como límite al ejercicio de la
actividad discrecional.
LA CONSTITUCIÓN
La Constitución juega un triple papel:
Es una norma jurídica de carácter abstracto, dirigida a regular una situación
jurídica general.
Constituye la superlegalidad formal, al establecerse especiales dificultades para
su reforma o modificación (artículos 166 a 169 CE) y la superlegalidad material,
en cuanto que su rango es superior al de las demás leyes, indicando su carácter
de Lex Superior que cuando una ley ordinaria entra en conflicto con ella, la
Constitución debe prevalecer.
Establece la jerarquía de las fuentes del Derecho: Los ciudadanos y los poderes
públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico
(artículo 9.1 CE).
La Constitución, como norma jurídica, tiene aplicabilidad directa, esto es, invocabilidad
ante los Tribunales y aplicación directa por éstos, con excepción de lo previsto en el
artículo 53.3 CE, según el cual los principios reconocidos en el Capítulo tercero (De los
principios rectores de la política social y económica) del Título I (De los derechos y
deberes fundamentales) CE sólo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de
acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen.
Asimismo, la parte orgánica de la Constitución vincula a los órganos constitucionales por
ella señalados, que diseñan la estructura básica del Estado.
Otras veces, la Constitución incorpora el sistema de valores esenciales que ha de
constituir el orden de convivencia política e informar todo el ordenamiento jurídico. En
este sentido, según el artículo 1.1 CE, España se constituye en un Estado social y
democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Añade al respecto el
artículo 9.2 CE que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para
que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales
y efectivas, remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la
participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.
LA LEY
Ley en sentido formal es toda norma jurídica dictada por los órganos estatales a los que
el ordenamiento jurídico atribuye el poder legislativo. GARCÍA DE ENTERRÍA y TOMÁS
RAMÓN FERNÁNDEZ la definen como el acto publicado como tal en el BOE, que expresa
un mandato normativo de los órganos que tienen constitucionalmente atribuido el
poder legislativo superior.
Respecto a las leyes orgánicas, establece el artículo 81 CE que lo son las relativas al
desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben
los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la
Constitución. Su aprobación, modificación o derogación exigirá mayoría absoluta del
Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto.
Así pues, dos son las notas que las caracterizan: Ámbito a que se refieren (nota material)
y procedimiento de elaboración (nota formal).
En cuanto a su posición en el sistema de fuentes, para un grupo de autores encabezados
por GARCÍA DE ENTERRÍA, las leyes orgánicas no tienen rango superior a las leyes
ordinarias, ya que entre ellas no cabe hablar de relación de jerarquía, sino de separación,
por tener un distinto ámbito competencial.
Frente a esta opinión, GARRIDO FALLA, partiendo del especial régimen de aprobación y
modificación y del hecho de que la regulación de las materias de mayor trascendencia
esté reservadas a la ley orgánica, defiende la superioridad jerárquica de estas normas
sobre las leyes ordinarias.
Por su parte, las leyes ordinarias se aprueban por la mayoría de los miembros de las
Cámaras (artículo 79 CE), generalmente por el Pleno, pudiendo delegar aquellas en las
Comisiones Legislativas Permanentes la aprobación de proyectos o proposiciones de ley,
conforme establece el artículo 75 CE, el cual excluye de esta delegación la reforma
constitucional, las cuestiones internacionales, las leyes orgánicas y de bases y los
Presupuestos Generales del Estado.
El procedimiento de elaboración de las leyes puede iniciarse por las propias Cámaras
(proposición de ley), cuya tramitación se regulará por los Reglamentos de las Cámaras,
o bien por el Consejo de Ministros (proyecto de ley), en cuyo caso, se enviará al Congreso
para su estudio, elaboración y, en su caso aprobación (artículo 88 CE).
En este proceso debe destacarse la prioridad que el artículo 89 CE concede a la iniciativa
legislativa del Gobierno sobre la de las Cámaras y la del Congreso sobre el Senado, cuya
función se reduce a una mera labor de revisión.
En relación con la potestad legislativa de las Comunidades Autónomas, cabe señalar que,
aunque de manera indirecta, la CE la reconoce en el artículo 152.1 CE, al hablar de la
Asamblea Legislativa de la Comunidad Autónoma, y, más explícitamente, en el artículo
153 a) CE, cuando remite al Tribunal Constitucional el control de la constitucionalidad
de sus disposiciones normativas con fuerza de ley.
Son caracteres de las leyes de las Comunidades Autónomas los siguientes:
Tienen idéntica fuerza vinculante y están sometidas al mismo control que las
leyes del Estado.
Su relación con las leyes del Estado es de separación pura y simple, ya que los
campos en los que unas y otras pueden actuar están separados según la
distribución de competencias establecida en los artículos 148 y 149 CE.
Para concluir, debe hacerse mención a las leyes de conexión con los subsistemas
autonómicos:
Ley Marco: Las Cortes Generales, en materia de competencia estatal, podrán
atribuir a todas o a alguna de las Comunidades Autónomas la facultad de dictar,
para sí mismas, normas legislativas en el marco de los principios, bases y
directrices fijados por una ley estatal. Sin perjuicio de la competencia de los
Tribunales, en cada ley marco se establecerá la modalidad del control de las
Cortes Generales sobre estas normas legislativas de las Comunidades
Autónomas (artículo 150.1 CE).
Leyes de Transferencia o Delegación: El Estado podrá transferir o delegar en las
Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a
materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de
transferencia o delegación (artículo 150.2 CE).
Leyes de Armonización: El Estado podrá dictar leyes que establezcan los
principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las
Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la
competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general, correspondiendo a
las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la apreciación de
esta necesidad (artículo 150.3 CE).
LOS DECRETOS-LEYES
Pueden definirse como toda norma con rango de ley que emana, por vía de excepción,
de un órgano que no tiene el poder legislativo, como es el Gobierno o Consejo de
Ministros.
Según el artículo 86 CE, en caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno
podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos-
leyes y que no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a
los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos regulados en el Título I, al régimen
de las Comunidades Autónomas ni al Derecho electoral general.
Respecto a los textos articulados, establece el apartado cuarto que las leyes de bases
delimitarán con precisión el objeto y alcance de la delegación legislativa y los principios
y criterios que han de seguirse en su ejercicio, no pudiendo en ningún caso, en virtud
del artículo 83 CE:
En cuanto a los textos refundidos, señala el apartado quinto que la autorización para
refundir textos legales determinará el ámbito normativo a que se refiere el contenido
de la delegación, especificando si se circunscribe a la mera formulación de un texto único
o si se incluye la de regularizar, aclarar y armonizar los textos legales que han de ser
refundidos.
Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de
Decretos Legislativos (artículo 85 CE).
EL REGLAMENTO
1. En atención a su forma:
Por su parte, el artículo 131 Ley 39/2015, de 1 de octubre (LPAC) señala que las normas
con rango de ley, los reglamentos y disposiciones administrativas habrán de publicarse
en el diario oficial correspondiente para que entren en vigor y produzcan efectos
jurídicos, pudiendo las Administraciones establecer, facultativamente, otros medios de
publicidad complementarios.
c. La irretroactividad:
Disposiciones aprobadas por Real Decreto del presidente del Gobierno o del
Consejo de Ministros.
Disposiciones aprobadas por Orden Ministerial.
b. La materia reglamentaria:
Dentro de la materia administrativa, objeto de reglamento, pueden distinguirse dos
bloques:
Por un lado, los aspectos organizativos, que constituyen inequívocamente el
ámbito propio del reglamento.
Por otro, si la regulación impone a los ciudadanos obligaciones o deberes o,
limita sus derechos y libertades, la potestad reglamentaria queda relegada a
instrumento de ejecución y desarrollo de la ley, que debe inexcusablemente
preceder, regulando, al menos, las directrices básicas en estas materias y
habilitando, en su caso, específicamente para desarrollar reglamentariamente
sus preceptos.